[Zona de Culto] Las Runas de los Últimos Druidas
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[Zona de Culto] Las Runas de los Últimos Druidas
Las Runas de los Últimos Druidas
En los confines del bosque illidense se encuentra en un círculo de enormes piedras macizas, por su forma podría parecer una arcaica imitación de Las Runas de los Baldíos. Lo cierto es que Las Runas Illidenses son mucho más antiguas. Fueron edificados por los antiguos druidas que habitaron las islas, un siglo antes de la aparición de los primeros elfos.
Las Runas Illidenses representan el conocimiento de la magia según el punto de vista de los druidas ancestrales. La figura que se observa al mirar Las Runas desde el cielo es la forma que, según la creencia de los druidas, debía tener el Éter.
Los brujos, y algunos elfos que desean conocer en mayor profundidad a sus antepasados, acuden a Las Runas Illidenses para abrazar el Éter de los ancestros. Quienes visitan Las Runas aseguran sentirse más vivos y alentados que nunca. Las mujeres son más fértiles, los hombres enaltecen su valor y la magia es más intensa.
No es fácil encontrar Las Runas Illidenses pues ellas solo se dejan ver a aquellos que considera justos. El Éter del lugar se encarga de esconder Las Runas a todo aquel que desea utilizar la magia para fines bélicos.
Información
1. Este apartado es para rezar, hacer sacrificios, plegarias y ofrendas a los dioses, a cambio de que ellos te den suerte. Por tanto, aquí se lanzarán las runas, pero se hará a petición de un máster y on rol.
2. Al ser on rol, se deberán cumplir todas las normas en cuanto a los posts: ortografía, número de líneas…
3. No se podrán hacer posts off rol para lanzar las runas.
4. No se podrá rolear entre usuarios.
5. La dinámica es la misma que en “Suerte oficial de temas aleatorios”: uno escribe su post y lanza runas. La única diferencia será que se deberá hacer en on rol, mostrando respetos a los dioses a los que pides suerte.
6. Se puede elegir el lugar de culto para que se adapte mejor a las creencias del personaje, los másters lo tendrán en cuenta a la hora de mandarte a hablar con los dioses.
Sigel
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Re: [Zona de Culto] Las Runas de los Últimos Druidas
Mi nueva posición en la nueva sociedad de los ladrones dentro de la Base Bio no me permite mucho movimiento por el mundo la verdad. Demasiadas cosas por hacer y demasiada responsabilidad en mi puesto como para alejarme. Pero mis ambiciones van antes que las de cualquier lagarto. Cuando escuché que sucedían cosas extrañas en Las Ruinas de los Últimos Druidas, una especie de lugar de culto antiguo, y que además este sólo podía ser encontrado por unos pocos y estaba asociado directamente al éter, me faltó tiempo para ponerme en camino, junto a mi pupila y reciente amante Alana.
El viaje en barco hasta las islas había sido menos aburrido con dicha compañía femenina. La energía de la vampiresa, su lujuria y el hecho de poseer una inmortal belleza juvenil, me habían convertido en la envidia de los marineros, sobretodo por los cantos que le hacía entonar por la noche. ¿Qué más podía hacer en un camarote un hombre como yo con una mujer tan bella y fogosa? Pese a que la joven no expresara muchas emociones sincera, sin duda alguna le gustaba y buscaba lo que yo podía darle, lo que nos hacía los socios perfectos.
Habíamos pasado un bonito día en Beltrexus antes de ponernos en marcha, ya que el único inconveniente de su compañía era que había que esperar a que callera el sol para poder moverse; lo que no es nada recomendable para un viajero, pero bueno el costo vale la pena por el beneficio que dan esas caderas.
Ya de noche, nos habíamos puesto en marcha hasta alcanzar el lúgubre bosque que se interpone en nuestro camino, y donde se supone que se esconde nuestro destino.
-Intente no separarse, pupila. Nos no es supersticioso, pero la ultima vez que visitamos un lugar antiguo ya sabe que pasó. Intentemos no tentar a la suerte, no de momento...
La tomo del brazo y usando una antorcha comienzo a intentarme en el bosque.
Ciertamente, a sensación de aquel lugar es extraña, como si algo nos observara, y no sólo eso, también nos valorara. ¿Estaría determinando el lugar si eramos dignos de verlo? ¿Podía un sitio como aquel tener ese poder? A simple vista y juicio no, pero conforme más me interno comienzo a tener dudas sobre ello.
- La sensación es extraña no lo cree... - me giro hacia Alana, pero esta ya no está a mi lado. - Mmm... - miro a mi alrededor. - ¿Una ilusión? - me rasco el mentón y continuo caminando intentando descubrir el origen de esa magía, no me gusta estar atrapado en algo así. Se de sobra que pueden ser muy peligrosas.
Sin previo aviso, unas raíces negras como la noche surgen del suelo y envuelven mis extremidades, deteniéndome al instante. Todo se cubre con esas raíces, y la verdad es que parece muy real. Intento centrarme en que eso es sólo una ilusión pero...
.- Malditasea... - el olor que despedían aquellas raices era nauseabundo, como si algo se estuviera pudriendo en el interior del mundo. Al final, mis ideas de que el mundo tenía que ser purificado no eran del todo una locura ante esas pruebas.
Mi cuerpo se prende al instante y comienzo a hacer arder aquellas cosas que osan tocar mi cuerpo. No contento con ello siento la necesidad de quemarlas todas, he podido comprobar que arden extraordinariamente bien. Comienzo a lanzar fuego mientras avanzo poniéndome a buen recaudo y para mi sorpresa se va "limpiando" el bosque, aunque las llamas no consiguen quemar las humedas cortezas de los arboles.
- Los belicistas no son bien recibidos en este lugar... - una voz en off que proviene de todas las partes del bosque a la vez me habla.
-¿Belicista? No, nos se ha defendido y a limpiado este bosque de la inmundicia. Nos purifica lo que considera corrupto.
-¿Te crees un hombre justo como para hacerlo?
-Por supuesto, de hecho soy juez. - sonrío con orgullo por el cargo. - Y de no ser lo no sólo me hubiese salvado a mi. - aunque omito que quemar esas plantas me había sentado de maravilla. Demasiado tiempo sin quemar cosas.
-Procede... veamos si tu justicia te salva de tu destino...
Sigo avanzando hasta que llego a un circulo de piedras similar al que había visto en las Runas de los Baldíos. En el centro, un hombre encapuchado me espera, envuelto en una extraña aura verde.
Al acercarme, veo que a sus pies hay una fuente.
- Bebe, buscador. Veamos si el éter te es favorable, o si por el contrario te va a hacer pagar tu engaño. - El hombre no tenía rostro y su voz era la misma que había escuchado en el bosque.
- ¿Es éter de verdad? - miro lo que en verdad parece agua y veo como el hombre asiente. - Bien... - se que puede estar envenenada, pero aquel lugar y mi anfitrión son demasiado extraños como para oponerme a sus reglas, y debo admitir que todo irradia un inexplicable poder.
En cuanto ese liquido toca mis labios, me siento como rejuvenecido, y siento como las energías gastadas en el fuego vuelven a mi, e incluso me siento más energico que nunca.
- Vaya.. no eres un mentiroso del todo... Aunque eres alguien insignificante para que el Éter otorgue un juicio sobre ti. No eres digno de ello.
- ¿ Qué estáis diciendo? - su tono no me gusta, por mucho poder que tenga no tolero los insultos hacia mi persona.
- Adiós, vuelve cuando seas digno de las palabras del Éter.
En apenas un pestañeo estaba ya fuera del bosque, justo por dónde había entrado con Alana. Ella también estaba a mi lado. ¿Habría tenido la misma experiencia que yo?
El viaje en barco hasta las islas había sido menos aburrido con dicha compañía femenina. La energía de la vampiresa, su lujuria y el hecho de poseer una inmortal belleza juvenil, me habían convertido en la envidia de los marineros, sobretodo por los cantos que le hacía entonar por la noche. ¿Qué más podía hacer en un camarote un hombre como yo con una mujer tan bella y fogosa? Pese a que la joven no expresara muchas emociones sincera, sin duda alguna le gustaba y buscaba lo que yo podía darle, lo que nos hacía los socios perfectos.
Habíamos pasado un bonito día en Beltrexus antes de ponernos en marcha, ya que el único inconveniente de su compañía era que había que esperar a que callera el sol para poder moverse; lo que no es nada recomendable para un viajero, pero bueno el costo vale la pena por el beneficio que dan esas caderas.
Ya de noche, nos habíamos puesto en marcha hasta alcanzar el lúgubre bosque que se interpone en nuestro camino, y donde se supone que se esconde nuestro destino.
-Intente no separarse, pupila. Nos no es supersticioso, pero la ultima vez que visitamos un lugar antiguo ya sabe que pasó. Intentemos no tentar a la suerte, no de momento...
La tomo del brazo y usando una antorcha comienzo a intentarme en el bosque.
Ciertamente, a sensación de aquel lugar es extraña, como si algo nos observara, y no sólo eso, también nos valorara. ¿Estaría determinando el lugar si eramos dignos de verlo? ¿Podía un sitio como aquel tener ese poder? A simple vista y juicio no, pero conforme más me interno comienzo a tener dudas sobre ello.
- La sensación es extraña no lo cree... - me giro hacia Alana, pero esta ya no está a mi lado. - Mmm... - miro a mi alrededor. - ¿Una ilusión? - me rasco el mentón y continuo caminando intentando descubrir el origen de esa magía, no me gusta estar atrapado en algo así. Se de sobra que pueden ser muy peligrosas.
Sin previo aviso, unas raíces negras como la noche surgen del suelo y envuelven mis extremidades, deteniéndome al instante. Todo se cubre con esas raíces, y la verdad es que parece muy real. Intento centrarme en que eso es sólo una ilusión pero...
.- Malditasea... - el olor que despedían aquellas raices era nauseabundo, como si algo se estuviera pudriendo en el interior del mundo. Al final, mis ideas de que el mundo tenía que ser purificado no eran del todo una locura ante esas pruebas.
Mi cuerpo se prende al instante y comienzo a hacer arder aquellas cosas que osan tocar mi cuerpo. No contento con ello siento la necesidad de quemarlas todas, he podido comprobar que arden extraordinariamente bien. Comienzo a lanzar fuego mientras avanzo poniéndome a buen recaudo y para mi sorpresa se va "limpiando" el bosque, aunque las llamas no consiguen quemar las humedas cortezas de los arboles.
- Los belicistas no son bien recibidos en este lugar... - una voz en off que proviene de todas las partes del bosque a la vez me habla.
-¿Belicista? No, nos se ha defendido y a limpiado este bosque de la inmundicia. Nos purifica lo que considera corrupto.
-¿Te crees un hombre justo como para hacerlo?
-Por supuesto, de hecho soy juez. - sonrío con orgullo por el cargo. - Y de no ser lo no sólo me hubiese salvado a mi. - aunque omito que quemar esas plantas me había sentado de maravilla. Demasiado tiempo sin quemar cosas.
-Procede... veamos si tu justicia te salva de tu destino...
Sigo avanzando hasta que llego a un circulo de piedras similar al que había visto en las Runas de los Baldíos. En el centro, un hombre encapuchado me espera, envuelto en una extraña aura verde.
Al acercarme, veo que a sus pies hay una fuente.
- Bebe, buscador. Veamos si el éter te es favorable, o si por el contrario te va a hacer pagar tu engaño. - El hombre no tenía rostro y su voz era la misma que había escuchado en el bosque.
- ¿Es éter de verdad? - miro lo que en verdad parece agua y veo como el hombre asiente. - Bien... - se que puede estar envenenada, pero aquel lugar y mi anfitrión son demasiado extraños como para oponerme a sus reglas, y debo admitir que todo irradia un inexplicable poder.
En cuanto ese liquido toca mis labios, me siento como rejuvenecido, y siento como las energías gastadas en el fuego vuelven a mi, e incluso me siento más energico que nunca.
- Vaya.. no eres un mentiroso del todo... Aunque eres alguien insignificante para que el Éter otorgue un juicio sobre ti. No eres digno de ello.
- ¿ Qué estáis diciendo? - su tono no me gusta, por mucho poder que tenga no tolero los insultos hacia mi persona.
- Adiós, vuelve cuando seas digno de las palabras del Éter.
En apenas un pestañeo estaba ya fuera del bosque, justo por dónde había entrado con Alana. Ella también estaba a mi lado. ¿Habría tenido la misma experiencia que yo?
- Off:
Subrayado dónde uso mis cualidades como tensai de fuego.
Se ha acordado con la user de Alana todos los actos llevados a cabos con su pj en la interacción con Rumpel
Última edición por Rumpel el Sáb Nov 10 2018, 03:04, editado 1 vez
Rumpel
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Re: [Zona de Culto] Las Runas de los Últimos Druidas
El miembro 'Rumpel' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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Re: [Zona de Culto] Las Runas de los Últimos Druidas
El cabello suelto de la mujer agito la brisa marina con violencia. Alana miraba el agua agitada, que impedía el camino fácil hacia el destino que había tomado junto a Rumpel.
La mente de la mujer estaba tan caótica como siempre, pero curiosamente desde que estaba cerca del mago su estado se ha estabilizado de alguna forma, y las búsquedas desesperadas de sus principios eran ya menos obsesivas, tenía nuevas metas y ahora las podía conseguir gracias a este hombre. Su mano derecha ardía cada vez que estaba cerca de él, cómo si la quemará; dolor y placer a partes iguales, la magia la hacía cosquillas y la atraía, como a una polilla el fuego. Sabía que se iba a quemar, pero aun así seguía adelante y es que el contrato que tenían era demasiado ventajoso y no sólo para ella.
Observo a su compañero de viaje, era un hombre atormentado de alguna forma, tan roto como ella. Él nunca lo reconocería pero los dos eran juguetes rotos por otros, que han vuelto a la vida a sus propias fuerzas y voluntades, sin que nadie les de segundas oportunidad. Por ello, harían este mundo pagar por la osadía de no tenerlos en cuenta antaño. Sin duda, Rumpel quemaría el mundo hasta los cimientos y ella, le ayudaría a hacerlo….sólo era cuestión de “¿cómo?”
“Todo a su tiempo, hay cosas que aún no estas preparada para saber…”
Susurro una voz y la vampiresa miró a Rumpel, pero no era él quien habló con ella. Casi de una forma instintiva se acercó más a él y su mano se posó posesiva sobre ella, apretando su cadera con fuerza. Él la exhibía como un trofeo, cómo si ella fuera un premio de alguna gran competición. Podía entenderlo y no desangrarlo por ello, a pesar de tener ganas de hacerlo de vez en cuando. Miro de reojo las facciones masculinas: un hombre tan peligroso, poderoso, astuto y embelesador, cómo pocos. Aceptaba ser su trofeo, su alumna, pupila o lo que fuera, al menos de momento. Demasiado ventajoso, además el sexo era bueno, tenía que reconocerlo y por ello, seguía vivo y le mantendría así mientras la satisfacía en todos los aspectos firmados.
El viaje los había llevado al bosque de las Islas Illidenses. Era el sitio donde se escondía aquella fuente de poder. En parte la vampiresa ansiaba conseguir este poder, de hecho, lo quería pero no usarlo como lo usaría su maestro, sino como una fuente de su propio juego….algo tan preciso como una telaraña. Algo que lleve tiempo, que se perfile poco a poco…hasta que los que han de caer en la trampa estén envueltos en esta oscuridad y ahí, esa fuente de poder ya curtida y trabajada por ella….Pero algo así, no se consigue en cualquier sitio y no llega por que sí a alguien como ella….
Siguió con el paso ligero y ágil a su maestro que la guiaba de la mano….
“Por Dios, no soy una cría…Y soy más vieja que él, ¿porque me cuida tanto?”
Casi lo dice en voz alta, pero el autocontrol era más fuerte de momento y es que desde que estaba con el mago su fuente de alimentación era abundante y la mantenía satisfecha hasta en ese aspecto. En parte era maravilloso, pero la falta de la caza era algo que la empezaba a volver un poco irritable.
-Descuide, Maestro….Tendré cuidado y me acuerdo muy bien de nuestro primer encuentro….Tan solo intentemos no repetirlo….
La antorcha la deslumbro los ojos sensibles y una mano fuerte la agarró…Alana supo de inmediato que no era la mano del hombre que la acompañaba, aquellas manos las conocía bien….estas eran nudosas y al tacto duras….como si fueran de madera….
Alana tiro de su mano, mientras sus ojos volvían a ver con normalidad. La luz de la antorcha ya no estaba ahí, sólo era la oscuridad y unos ojos sobrenaturales que la miraban en el alma, si es que tenía una….. Su estómago se encogió….al no poder liberarse de aquella figura encapuchada que la miraba desde la oscuridad de la noche….
-Y ahora, ¿qué harás? ¿Esconderás todo en alguna parte de tu mente y perderás la llave?¿ Por qué estás aquí, Alana?
La voz provenía de todas partes y de ninguna, la vampiresa sentía como su mano perdía movilidad y como algo como raíces o ramas ascendían por sus piernas y brazos…La énfasis en su nombre, la hizo estremecerse…
-Vine aquí con mi Maestro, para encontrar el Éter y aprender todo lo que se puede.
Dijo ella, esa verdad a medias y entonces las raíces la apretaron la piel que picaba por la magia más intensa que jamás ha sentido, casi podía saborearla con la boca. La figura pareció avanzar hacia ella y Alana sintió miedo, por primera vez en más de 100 años que recordaba….
-Tú última oportunidad de darme lo que te pido….
Unos dientes brillaron en la oscuridad, o al menos es lo que ella creyó cómo tales.
-Vine para encontrar el poder, para encontrar respuestas y llevar a la perdición a todo aquel que alguna vez me haga daño de alguna clase….
Susurro ella, pero cuando iba a terminar la frase un fuego intenso empezó a quemarla todo el cuerpo…algo poderoso, doloroso y libertador….
Las raíces la soltaron y la figura desapareció, mientras las llamas lamían su piel, creándola marcas rojas y chamuscando su ropa. La vampiresa intento huir de ellas, pero bolas de fuego la quemaba apareciendo de la nada….
La chica corrió en la oscuridad, saltando las raíces salidas…. Hasta que se dio con las narices en una pared de piedra en ruinas… Avanzo poco a poco, aun sintiendo el fuego que alcanzaba su espalda y vio un altar de piedra lleno de escritura rúnica, algunos signos aun legibles otros no, todo parecía tener una luz latente de color azul. Alana sentía la necesidad de entrar ahí y simplemente sentirse consumida por aquel poder ancestral, pero el dolor de su piel y su cuerpo no se lo permitía hacerlo tan fácilmente. La mujer bajo la mirada, analizando si era sabio atravesar aquella “pared” invisible, que la separaba de aquella fuente de poder…
“¿A qué estas esperando?.....a caso no quieres saber si eres digna?”
La voz la animo y Alana dio el primer paso, la figura encapuchada apareció tras el altar….
-Bebe y crees que eres digna y tú lucha es justa…
Dijo la voz de la capucha, sin amabilidad, sin emoción….era como si un fantasma de otro mundo la hiciera prueba tras prueba….
La fémina avanzo y tomo lo que la ofrecía aquella figura misteriosa….Alana miro a su alrededor, el sitio era una copia de las Runas de los Baldíos, quiso demorar el momento algo más para disfrutar de ello….
-¿Tienes miedo? Sí es así, no eres digna…tan sólo márchate!
La chica miro tranquila a la figura….y consideró la oferta por un instante. Tras ello vertió el contenido del cuenco por su garganta. Por un momento, no hubo efecto alguno y después una explosión de poder dentro de ella que la hizo gritar desesperada de dolor…
Visiones la nublaron la vista y la mente…Dolor, cólera, hambre, desesperación…no sólo de ella sino de todos los seres de su estirpe. Se vio humana por un momento, y otra vez torturada. Vio a gente que no conocía, que la hablaban y una luz azul. Había caos en todos estos atisbos y trozos de algo que no podía entender o ubicar.
Cayo de bruces y miro a la figura.
-Tienes una deuda con el Éter y sí la pagas, puede que Éter decida considerarte algún día. “Tú te despiertas. Él no”
Con un gran esfuerzo la mujer alcanzo su cuchillo y rebanó su brazo dejando que la sangre fluya sobre la piedra.
-Mi sangre es mi sacrificio, mi dolor es la plegaria, mi mente es la ofrenda y mis deseos son el rezo…
El dolor mitigó casi al instante y la pesadez del cuerpo cambio por una fuerza que nunca antes ha sentido….
-Aún no es todo, pero por ahora es suficiente…..
Alana quiso levantarse y preguntar sobre tantas cosas a aquella figura, pero en este instante apareció fuera del bosque y con Rumpel a su lado….
-¿Qué ha sido esto…?
Sólo consiguió articular….
La mente de la mujer estaba tan caótica como siempre, pero curiosamente desde que estaba cerca del mago su estado se ha estabilizado de alguna forma, y las búsquedas desesperadas de sus principios eran ya menos obsesivas, tenía nuevas metas y ahora las podía conseguir gracias a este hombre. Su mano derecha ardía cada vez que estaba cerca de él, cómo si la quemará; dolor y placer a partes iguales, la magia la hacía cosquillas y la atraía, como a una polilla el fuego. Sabía que se iba a quemar, pero aun así seguía adelante y es que el contrato que tenían era demasiado ventajoso y no sólo para ella.
Observo a su compañero de viaje, era un hombre atormentado de alguna forma, tan roto como ella. Él nunca lo reconocería pero los dos eran juguetes rotos por otros, que han vuelto a la vida a sus propias fuerzas y voluntades, sin que nadie les de segundas oportunidad. Por ello, harían este mundo pagar por la osadía de no tenerlos en cuenta antaño. Sin duda, Rumpel quemaría el mundo hasta los cimientos y ella, le ayudaría a hacerlo….sólo era cuestión de “¿cómo?”
“Todo a su tiempo, hay cosas que aún no estas preparada para saber…”
Susurro una voz y la vampiresa miró a Rumpel, pero no era él quien habló con ella. Casi de una forma instintiva se acercó más a él y su mano se posó posesiva sobre ella, apretando su cadera con fuerza. Él la exhibía como un trofeo, cómo si ella fuera un premio de alguna gran competición. Podía entenderlo y no desangrarlo por ello, a pesar de tener ganas de hacerlo de vez en cuando. Miro de reojo las facciones masculinas: un hombre tan peligroso, poderoso, astuto y embelesador, cómo pocos. Aceptaba ser su trofeo, su alumna, pupila o lo que fuera, al menos de momento. Demasiado ventajoso, además el sexo era bueno, tenía que reconocerlo y por ello, seguía vivo y le mantendría así mientras la satisfacía en todos los aspectos firmados.
El viaje los había llevado al bosque de las Islas Illidenses. Era el sitio donde se escondía aquella fuente de poder. En parte la vampiresa ansiaba conseguir este poder, de hecho, lo quería pero no usarlo como lo usaría su maestro, sino como una fuente de su propio juego….algo tan preciso como una telaraña. Algo que lleve tiempo, que se perfile poco a poco…hasta que los que han de caer en la trampa estén envueltos en esta oscuridad y ahí, esa fuente de poder ya curtida y trabajada por ella….Pero algo así, no se consigue en cualquier sitio y no llega por que sí a alguien como ella….
Siguió con el paso ligero y ágil a su maestro que la guiaba de la mano….
“Por Dios, no soy una cría…Y soy más vieja que él, ¿porque me cuida tanto?”
Casi lo dice en voz alta, pero el autocontrol era más fuerte de momento y es que desde que estaba con el mago su fuente de alimentación era abundante y la mantenía satisfecha hasta en ese aspecto. En parte era maravilloso, pero la falta de la caza era algo que la empezaba a volver un poco irritable.
-Descuide, Maestro….Tendré cuidado y me acuerdo muy bien de nuestro primer encuentro….Tan solo intentemos no repetirlo….
La antorcha la deslumbro los ojos sensibles y una mano fuerte la agarró…Alana supo de inmediato que no era la mano del hombre que la acompañaba, aquellas manos las conocía bien….estas eran nudosas y al tacto duras….como si fueran de madera….
Alana tiro de su mano, mientras sus ojos volvían a ver con normalidad. La luz de la antorcha ya no estaba ahí, sólo era la oscuridad y unos ojos sobrenaturales que la miraban en el alma, si es que tenía una….. Su estómago se encogió….al no poder liberarse de aquella figura encapuchada que la miraba desde la oscuridad de la noche….
-Y ahora, ¿qué harás? ¿Esconderás todo en alguna parte de tu mente y perderás la llave?¿ Por qué estás aquí, Alana?
La voz provenía de todas partes y de ninguna, la vampiresa sentía como su mano perdía movilidad y como algo como raíces o ramas ascendían por sus piernas y brazos…La énfasis en su nombre, la hizo estremecerse…
-Vine aquí con mi Maestro, para encontrar el Éter y aprender todo lo que se puede.
Dijo ella, esa verdad a medias y entonces las raíces la apretaron la piel que picaba por la magia más intensa que jamás ha sentido, casi podía saborearla con la boca. La figura pareció avanzar hacia ella y Alana sintió miedo, por primera vez en más de 100 años que recordaba….
-Tú última oportunidad de darme lo que te pido….
Unos dientes brillaron en la oscuridad, o al menos es lo que ella creyó cómo tales.
-Vine para encontrar el poder, para encontrar respuestas y llevar a la perdición a todo aquel que alguna vez me haga daño de alguna clase….
Susurro ella, pero cuando iba a terminar la frase un fuego intenso empezó a quemarla todo el cuerpo…algo poderoso, doloroso y libertador….
Las raíces la soltaron y la figura desapareció, mientras las llamas lamían su piel, creándola marcas rojas y chamuscando su ropa. La vampiresa intento huir de ellas, pero bolas de fuego la quemaba apareciendo de la nada….
La chica corrió en la oscuridad, saltando las raíces salidas…. Hasta que se dio con las narices en una pared de piedra en ruinas… Avanzo poco a poco, aun sintiendo el fuego que alcanzaba su espalda y vio un altar de piedra lleno de escritura rúnica, algunos signos aun legibles otros no, todo parecía tener una luz latente de color azul. Alana sentía la necesidad de entrar ahí y simplemente sentirse consumida por aquel poder ancestral, pero el dolor de su piel y su cuerpo no se lo permitía hacerlo tan fácilmente. La mujer bajo la mirada, analizando si era sabio atravesar aquella “pared” invisible, que la separaba de aquella fuente de poder…
“¿A qué estas esperando?.....a caso no quieres saber si eres digna?”
La voz la animo y Alana dio el primer paso, la figura encapuchada apareció tras el altar….
-Bebe y crees que eres digna y tú lucha es justa…
Dijo la voz de la capucha, sin amabilidad, sin emoción….era como si un fantasma de otro mundo la hiciera prueba tras prueba….
La fémina avanzo y tomo lo que la ofrecía aquella figura misteriosa….Alana miro a su alrededor, el sitio era una copia de las Runas de los Baldíos, quiso demorar el momento algo más para disfrutar de ello….
-¿Tienes miedo? Sí es así, no eres digna…tan sólo márchate!
La chica miro tranquila a la figura….y consideró la oferta por un instante. Tras ello vertió el contenido del cuenco por su garganta. Por un momento, no hubo efecto alguno y después una explosión de poder dentro de ella que la hizo gritar desesperada de dolor…
Visiones la nublaron la vista y la mente…Dolor, cólera, hambre, desesperación…no sólo de ella sino de todos los seres de su estirpe. Se vio humana por un momento, y otra vez torturada. Vio a gente que no conocía, que la hablaban y una luz azul. Había caos en todos estos atisbos y trozos de algo que no podía entender o ubicar.
Cayo de bruces y miro a la figura.
-Tienes una deuda con el Éter y sí la pagas, puede que Éter decida considerarte algún día. “Tú te despiertas. Él no”
Con un gran esfuerzo la mujer alcanzo su cuchillo y rebanó su brazo dejando que la sangre fluya sobre la piedra.
-Mi sangre es mi sacrificio, mi dolor es la plegaria, mi mente es la ofrenda y mis deseos son el rezo…
El dolor mitigó casi al instante y la pesadez del cuerpo cambio por una fuerza que nunca antes ha sentido….
-Aún no es todo, pero por ahora es suficiente…..
Alana quiso levantarse y preguntar sobre tantas cosas a aquella figura, pero en este instante apareció fuera del bosque y con Rumpel a su lado….
-¿Qué ha sido esto…?
Sólo consiguió articular….
Última edición por Alana el Sáb Nov 10 2018, 04:34, editado 1 vez
Alana
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Re: [Zona de Culto] Las Runas de los Últimos Druidas
El miembro 'Alana' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: [Zona de Culto] Las Runas de los Últimos Druidas
La bruma se empezaba a levantar esa mañana, una suave lluvia caya sobre el pasto, Klinge había alcanzado al fin el lugar que estaba buscando, este lugar donde se concentraban los poderes de los antiguos dioses practicantes de la magia, poderes que podían curar al mercenario del mal que lo afligían.
Quitándose la capa y toda prenda que cubriera la parte superior de su cuerpo se dirigió con la marca de su maldición expuesta recorriendo su cuerpo al centro del círculo de piedras, desarmado y semi desnudo permaneció bajo la lluvia con los brazos extendidos dejando que las lagrimas del cielo tocaran sus cicatrices al rojo vivo y su piel ennegrecida, de su cuerpo emanaba el vapor de la lluvia al entrar al contacto con el fuego en su piel.
Permaneció así unos momentos, mientras que la pequeña Skady observaba a su guardián desde la sobra de un árbol, fuera del círculo de piedras.
El espadachín cerro sus puños y miro al frente, con convicción en sus ojos, la suave lluvia aun cayendo sobre el -escúcheme el que me desee escuchar, obsérveme el que pueda tolerar la vista de un hombre maldito- dijo con convicción en el tono de su voz sobrenatural -sean dioses de Asgard o espíritus de los ancestros, vengo a ustedes a pedir su bendición, no traigo sacrificio, pues no soy digno de ofrecer mas sacrificio del que e entregado en mi vida mortal- cada palabra era pronunciada con severidad, desde lo mas profundo de su ser -lo que ofrezco es una promesa- dijo levantando el dedo índice al cielo por encima de su propia cabeza -la promesa de justicia por la sangre inocente derramada en nombre de mis trasgresiones- cerro su mano en un puño de nuevo y llevarlo a su pecho -pido la liberación de estas cadenas malditas que me atan, y la fuerza para llevar retribución a aquellos que abusaron de su poder para sus propios fines y llevaron sufrimiento al inocente.
La lluvia ceso, y un pesado silencio cayo sobre el lugar, el guerrero miraba a su alrededor, pero, nada se movía, de pronto, las nubes en el cielo se abrieron revelando el sol que verso su luz sobre él, bajo su luz, las gotas de agua en el pasto brillaban como joyas que adornarían la corona de un rey.
El espadachín miro al cielo, y al sol, con la misma determinación de antes -solo pido una oportunidad de hacer justicia, eso es todo lo que pido- decía mientras apretaba el puño con aun más fuerza.
Quitándose la capa y toda prenda que cubriera la parte superior de su cuerpo se dirigió con la marca de su maldición expuesta recorriendo su cuerpo al centro del círculo de piedras, desarmado y semi desnudo permaneció bajo la lluvia con los brazos extendidos dejando que las lagrimas del cielo tocaran sus cicatrices al rojo vivo y su piel ennegrecida, de su cuerpo emanaba el vapor de la lluvia al entrar al contacto con el fuego en su piel.
Permaneció así unos momentos, mientras que la pequeña Skady observaba a su guardián desde la sobra de un árbol, fuera del círculo de piedras.
El espadachín cerro sus puños y miro al frente, con convicción en sus ojos, la suave lluvia aun cayendo sobre el -escúcheme el que me desee escuchar, obsérveme el que pueda tolerar la vista de un hombre maldito- dijo con convicción en el tono de su voz sobrenatural -sean dioses de Asgard o espíritus de los ancestros, vengo a ustedes a pedir su bendición, no traigo sacrificio, pues no soy digno de ofrecer mas sacrificio del que e entregado en mi vida mortal- cada palabra era pronunciada con severidad, desde lo mas profundo de su ser -lo que ofrezco es una promesa- dijo levantando el dedo índice al cielo por encima de su propia cabeza -la promesa de justicia por la sangre inocente derramada en nombre de mis trasgresiones- cerro su mano en un puño de nuevo y llevarlo a su pecho -pido la liberación de estas cadenas malditas que me atan, y la fuerza para llevar retribución a aquellos que abusaron de su poder para sus propios fines y llevaron sufrimiento al inocente.
La lluvia ceso, y un pesado silencio cayo sobre el lugar, el guerrero miraba a su alrededor, pero, nada se movía, de pronto, las nubes en el cielo se abrieron revelando el sol que verso su luz sobre él, bajo su luz, las gotas de agua en el pasto brillaban como joyas que adornarían la corona de un rey.
El espadachín miro al cielo, y al sol, con la misma determinación de antes -solo pido una oportunidad de hacer justicia, eso es todo lo que pido- decía mientras apretaba el puño con aun más fuerza.
Klinge
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Re: [Zona de Culto] Las Runas de los Últimos Druidas
El miembro 'Klinge' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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Re: [Zona de Culto] Las Runas de los Últimos Druidas
Plegaria de Klinge
Las maldiciones de Kline quedan eliminadas. El personaje está completamente limpio para sus próximas aventuras.
Sigel
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Re: [Zona de Culto] Las Runas de los Últimos Druidas
Valeria Reike observaba el círculo de piedras que se alzaba ante ella con una mezcla de veneración e incredulidad. Sabía, por que lo había investigado concienzudamente, que aquellas runas tenían que estar en la zona, pero si era sincera consigo misma, no esperaba encontrarlas. O, más bien, no esperaba que se dejaran encontrar... por ella.
Si en algo parecían estar de acuerdo las fuentes, bien se tratase de la sabiduría popular o los tratados de los eruditos, era en que el éter que rodeaba aquellas rocas hincadas en la tierra funcionaba como un hechizo de ocultación. "Las runas sólo se muestran a aquellos que consideran justos", solía decirse. Pues bien, allí estaba ella, de pie ante aquel monumento que tal vez fuera la más antigua construcción en Aerandir.
¿Significaba aquello que las runas la consideraban justa o que aquel dicho no era más que uno de tantos cuentos que circulan por el mundo? Poco importaba a ojos de Valeria, lo importante era que había logrado llegar hasta allí y, tanto si aquellas piedras tenían o no la capacidad de de juzgar las intenciones de quienes las visitaban, el intenso cosquilleo que sentía por todo el cuerpo no dejaba lugar a duda acerca de la acumulación de éter en el ambiente.
Tras contemplar el cromlech durante unos minutos, la bruja respiró hondo, se descalzó y caminó despacio hacia el centro del círculo interior. El cosquilleo que recorría su piel se fue haciendo más intenso a medida que se acercaba a su objetivo. Cuando llegó al centro, tuvo que esforzarse por mantener un pulso firme, pero era necesario para el ritual.
Antes de comenzar, Valeria dio varias vueltas sobre sí misma, despacio, mientras grababa en sus retinas los perfiles de las piedras que la rodeaban. Cuando se sintió preparada, se arrodilló en el suelo, sacó su daga y dibujó, con cuidado, los símbolos a su alrededor. Le llevó un tiempo asegurarse de que cada línea era como debía ser. Finalmente, sacó de su bolsa las ofrendas que había traído: frutos de la tierra y del mar, unas velas que encendió en un momento y, simbolizando el elemento aire, un pichón que había sedado antes de adentrarse en el bosque; para cuando terminara el cántico y la plegaria, estaría completamente despierto. Después de todo, no podía faltar el sacrificio si pretendía obtener la protección de los dioses.
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OFF: Reike realiza aquí su ritual de protección de cara al evento de Samhain 2019
Si en algo parecían estar de acuerdo las fuentes, bien se tratase de la sabiduría popular o los tratados de los eruditos, era en que el éter que rodeaba aquellas rocas hincadas en la tierra funcionaba como un hechizo de ocultación. "Las runas sólo se muestran a aquellos que consideran justos", solía decirse. Pues bien, allí estaba ella, de pie ante aquel monumento que tal vez fuera la más antigua construcción en Aerandir.
¿Significaba aquello que las runas la consideraban justa o que aquel dicho no era más que uno de tantos cuentos que circulan por el mundo? Poco importaba a ojos de Valeria, lo importante era que había logrado llegar hasta allí y, tanto si aquellas piedras tenían o no la capacidad de de juzgar las intenciones de quienes las visitaban, el intenso cosquilleo que sentía por todo el cuerpo no dejaba lugar a duda acerca de la acumulación de éter en el ambiente.
Tras contemplar el cromlech durante unos minutos, la bruja respiró hondo, se descalzó y caminó despacio hacia el centro del círculo interior. El cosquilleo que recorría su piel se fue haciendo más intenso a medida que se acercaba a su objetivo. Cuando llegó al centro, tuvo que esforzarse por mantener un pulso firme, pero era necesario para el ritual.
Antes de comenzar, Valeria dio varias vueltas sobre sí misma, despacio, mientras grababa en sus retinas los perfiles de las piedras que la rodeaban. Cuando se sintió preparada, se arrodilló en el suelo, sacó su daga y dibujó, con cuidado, los símbolos a su alrededor. Le llevó un tiempo asegurarse de que cada línea era como debía ser. Finalmente, sacó de su bolsa las ofrendas que había traído: frutos de la tierra y del mar, unas velas que encendió en un momento y, simbolizando el elemento aire, un pichón que había sedado antes de adentrarse en el bosque; para cuando terminara el cántico y la plegaria, estaría completamente despierto. Después de todo, no podía faltar el sacrificio si pretendía obtener la protección de los dioses.
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OFF: Reike realiza aquí su ritual de protección de cara al evento de Samhain 2019
Reike
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