¡Mausu y ardillas primero! [Privado][Terminado]
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¡Mausu y ardillas primero! [Privado][Terminado]
Planificar un viaje en drakkar no era fácil siendo el único tripulante y no contar con los recursos necesarios era la principal razón para que, el ahora túnica negra, se encontrase en una de las granjas vecinas a su taller. Casi a los lindes del bosque.
Se sabía que su fruta era de las mejores en la zona y sus padres habían sido clientes frecuentes en su tiempo. Reconocía el sabor de esas manzanas con mucha nostalgia.
Ya era casi medio día cuando Kendovlah planificaba la vuelta al hogar, pero algo o mejor dicho alguien captó su atención. Uno de los granjeros había soltado un grito aterrado por lo que veían sus ojos. El perro de los dueños yacía muerto a los pies de un árbol. Por su ubicación había sido imposible verlo desde las plantaciones, mucho menos de la casa principal.
Kendovlah se acercó sin dudarlo. Situaciones como estas le traían malos recuerdos y sobre todo alzaban la alarma sobre el enemigo. Aunque dudaba fueran tan estúpidos como para atacar tan cerca de la ciudad principal.
Al ver al animal pudo contemplar como este no presentaba herida visible alguna. Esto y el hecho de que solo hubiese sangre a su alrededor. -¿Qué lo mato o de qué murió?-. Pregunto con mucha curiosidad. El granjero por su parte pudo notar algo en el estómago del animal que resaltaba y procedió con una autopsia de la forma más descuidada posible. Al terminar habían encontrado no una, sino dos ardillas de fuego en el estómago del animal.
El brujo las reconoció de inmediato pues su padre le había enseñado de estas criaturas. La caza estaba prohibida por lo que era necesaria esa información cuando ellos aún vivían. Lo que levantó sospecha de todos era el hecho de que se acercarán tanto a zona habitada. Aquello solo había pasado dos veces y tras periodos muy largos. De momento no había nada más que levantara sospecha.
Los granjeros se dispusieron a enterrar a los animales, así mismo dar aviso a los dueños. Por su parte, el joven mago inspeccionaba los árboles fronterizos. Estaban muy cerca de la casa donde había vivido con sus padres. Ahí suponía que era más común verlas ahora que estaba deshabitada y en ruinas. Empero, lo que más le interesaba encontrar de momento era alguna pista o indicio de que hubiese ocurrido algo fuera de lo común en el bosque. Su escepticismo natural y mente curiosa le impedía mantenerse tranquilo por muy aleatorio y casual que se diera acabo dicho evento. -Veamos, tiene que haber algo…-. Pensó en voz alta como dictaba la costumbre.
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Se sabía que su fruta era de las mejores en la zona y sus padres habían sido clientes frecuentes en su tiempo. Reconocía el sabor de esas manzanas con mucha nostalgia.
Ya era casi medio día cuando Kendovlah planificaba la vuelta al hogar, pero algo o mejor dicho alguien captó su atención. Uno de los granjeros había soltado un grito aterrado por lo que veían sus ojos. El perro de los dueños yacía muerto a los pies de un árbol. Por su ubicación había sido imposible verlo desde las plantaciones, mucho menos de la casa principal.
Kendovlah se acercó sin dudarlo. Situaciones como estas le traían malos recuerdos y sobre todo alzaban la alarma sobre el enemigo. Aunque dudaba fueran tan estúpidos como para atacar tan cerca de la ciudad principal.
Al ver al animal pudo contemplar como este no presentaba herida visible alguna. Esto y el hecho de que solo hubiese sangre a su alrededor. -¿Qué lo mato o de qué murió?-. Pregunto con mucha curiosidad. El granjero por su parte pudo notar algo en el estómago del animal que resaltaba y procedió con una autopsia de la forma más descuidada posible. Al terminar habían encontrado no una, sino dos ardillas de fuego en el estómago del animal.
El brujo las reconoció de inmediato pues su padre le había enseñado de estas criaturas. La caza estaba prohibida por lo que era necesaria esa información cuando ellos aún vivían. Lo que levantó sospecha de todos era el hecho de que se acercarán tanto a zona habitada. Aquello solo había pasado dos veces y tras periodos muy largos. De momento no había nada más que levantara sospecha.
Los granjeros se dispusieron a enterrar a los animales, así mismo dar aviso a los dueños. Por su parte, el joven mago inspeccionaba los árboles fronterizos. Estaban muy cerca de la casa donde había vivido con sus padres. Ahí suponía que era más común verlas ahora que estaba deshabitada y en ruinas. Empero, lo que más le interesaba encontrar de momento era alguna pista o indicio de que hubiese ocurrido algo fuera de lo común en el bosque. Su escepticismo natural y mente curiosa le impedía mantenerse tranquilo por muy aleatorio y casual que se diera acabo dicho evento. -Veamos, tiene que haber algo…-. Pensó en voz alta como dictaba la costumbre.
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Última edición por Kendovlah el Dom Ago 30 2020, 23:39, editado 3 veces
Kendovlah
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Re: ¡Mausu y ardillas primero! [Privado][Terminado]
Ciertamente el archipiélago de la civilización bruja se ha convertido en una segunda área de acción para Z9-42, más que todo por su céntrica posición marítima. Después de todo la Olimpus sigue siendo entre muchas cosas un buque grande.
Claro que ahora el pequeño recorre las áreas rurales en modo ocioso, todo esto mientras su tripulación esta de permiso en el Hekshold. Muchos de los tripulantes actuales son antiguos habitantes de Ámbar, por ende aprecian a sobremanera los encuentros con la otra colonia de sobrevivientes.
Zero paso las primeras horas compartiendo con la gente que hace posible el ideal mirmidón, aunque una vez concluidos los intercambios más vistosos volvió a disfrutar de su libertad independiente por iniciativa propia.
No es que menosprecie tales eventos claro, pero ya había pasado varias semanas en el barco por ejercicios navales… en cierto modo mantiene la poca resistencia innata que tienen los niños ante situaciones repetitivas.
Ahora que camina por un área verdosa, con toda la naturaleza rodeándole y la tierra firme bajo sus botas, pues se siente completo. Sin duda ya comienza a pensar como un humano normal… quizás no como un niño, pero un paso a la vez.
Es en un recorrido cerca de cierta área urbana pequeña donde el chico maquina se pone en alerta. los gritos de alguien desconocido le atraen hasta una escena dantesca, varios elementos abriendo el torso de un canino.
Si bien no es lo más crudo que ha observado en su corta existencia, pues tiende a tenerle aversión a tales espectáculos debido a sus valores personales. Es algo bastante comprometedor de buenas a primeras aunque el chico evita soltar acusaciones de entrada.
Curiosamente la paciencia cobra frutos cuando sacan un par de animales del cadáver, esto gatilla sus sistemas de búsqueda documental hasta hallar información de la especie… a partir de allí se vuelve claro lo que ocurrió.
¿Señor Kendo?
Dice al posar sus ojos sobre los elementos bípedos en cuestión, reconoce al brujo casi de inmediato. Han vivido ya suficientes aventuras como para poder identificarse mutuamente y al parecer se asoma una nueva.
Claro que ahora el pequeño recorre las áreas rurales en modo ocioso, todo esto mientras su tripulación esta de permiso en el Hekshold. Muchos de los tripulantes actuales son antiguos habitantes de Ámbar, por ende aprecian a sobremanera los encuentros con la otra colonia de sobrevivientes.
Zero paso las primeras horas compartiendo con la gente que hace posible el ideal mirmidón, aunque una vez concluidos los intercambios más vistosos volvió a disfrutar de su libertad independiente por iniciativa propia.
No es que menosprecie tales eventos claro, pero ya había pasado varias semanas en el barco por ejercicios navales… en cierto modo mantiene la poca resistencia innata que tienen los niños ante situaciones repetitivas.
Ahora que camina por un área verdosa, con toda la naturaleza rodeándole y la tierra firme bajo sus botas, pues se siente completo. Sin duda ya comienza a pensar como un humano normal… quizás no como un niño, pero un paso a la vez.
Es en un recorrido cerca de cierta área urbana pequeña donde el chico maquina se pone en alerta. los gritos de alguien desconocido le atraen hasta una escena dantesca, varios elementos abriendo el torso de un canino.
Si bien no es lo más crudo que ha observado en su corta existencia, pues tiende a tenerle aversión a tales espectáculos debido a sus valores personales. Es algo bastante comprometedor de buenas a primeras aunque el chico evita soltar acusaciones de entrada.
Curiosamente la paciencia cobra frutos cuando sacan un par de animales del cadáver, esto gatilla sus sistemas de búsqueda documental hasta hallar información de la especie… a partir de allí se vuelve claro lo que ocurrió.
¿Señor Kendo?
Dice al posar sus ojos sobre los elementos bípedos en cuestión, reconoce al brujo casi de inmediato. Han vivido ya suficientes aventuras como para poder identificarse mutuamente y al parecer se asoma una nueva.
Z9-42
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Re: ¡Mausu y ardillas primero! [Privado][Terminado]
El mar no era bueno, eso lo sabía desde pequeña pues el agua del mar mataba, volvía loco o simplemente sabia mal. Pero la idea de subir a una construcción e madera le hizo ver que era algo posible y tras hacer sus muy básicos dibujos y lograr subir a uno sin ser considerada la peste andante asegurando que ella se encargaría de posibles ratas y algunas plagas y con ello se aseguró de un lugar en un barco donde retrepo cada rincón siguiendo pistas aquí y allá de los roedores invasores con el que solían confundirla y ella replicaba entre chillidos que ella era MAUSU.
Claro que no todo fue miel sobre hojuelas y termino hecha amiga de una barrica donde devolvía cada tanto la comida entre vaivén y vaivén y descubrió que las galletas saladas y los limones le aliviaban el estómago, eso y trepar al punto más alto del barco, y así tras unos días por fin beso tierra y se despidió de sus compañeros de viaje, no sabía cómo haría para regresar a su hogar tras ese viaje pero de momento tocaba abrazar la tierrita y ver que aventuras tocaban en ese pueblo.
-Y Fufu ha llegado... No sé a donde, pero llegué…- Dijo estirando las manos al cielo y siendo tan teatral como siempre emprendía su caminata en el lugar, todo inmenso, lleno de humanos o bueno considerarlos humanos por que había algunos que tenían esa apariencia y no lo eran…-Illidense, ¿lleva H?- pregunta a una señora a la que le compro un par de manzanas y evitaba mencionar algo sobre la mirada curiosa dela señora mientras movía la nariz olisqueando en reflejo a un lugar nuevo con miles de aromas y sus orejas se estiraban reconociendo los ruidos, mordió la manzana y guardo el cuaderno mientras seguía en su vagancia y algo la hizo ponerse bien derechitas las orejas alerta y esas cuentas negras que tenía por ojos miraban a todos lados. Mordió la manzana y atrapándola en el hociquito se puso a cuatro corriendo entre las piernas de los bípedos y adentrándose a un campo cercano e donde un grito le llamo la atención y como buena exploradora iría a investigar y hacer cronología para un futuro cuento para su pueblo.
-¿Algo?- Pregunto a modo de buscar respuesta al humano que inspeccionaba árboles y ella se limpiaba las mejillas los rastros de manzana, desayunaba mientras miraba al alto con capa, y luego se ladeo un poco para ver a un enano estirado que le hizo tener un escalofrió en la colita.-Oí un grito, todos bien?-Dijo seseando y tratando de moderarla velocidad de su aguda vocecilla.
Claro que no todo fue miel sobre hojuelas y termino hecha amiga de una barrica donde devolvía cada tanto la comida entre vaivén y vaivén y descubrió que las galletas saladas y los limones le aliviaban el estómago, eso y trepar al punto más alto del barco, y así tras unos días por fin beso tierra y se despidió de sus compañeros de viaje, no sabía cómo haría para regresar a su hogar tras ese viaje pero de momento tocaba abrazar la tierrita y ver que aventuras tocaban en ese pueblo.
-Y Fufu ha llegado... No sé a donde, pero llegué…- Dijo estirando las manos al cielo y siendo tan teatral como siempre emprendía su caminata en el lugar, todo inmenso, lleno de humanos o bueno considerarlos humanos por que había algunos que tenían esa apariencia y no lo eran…-Illidense, ¿lleva H?- pregunta a una señora a la que le compro un par de manzanas y evitaba mencionar algo sobre la mirada curiosa dela señora mientras movía la nariz olisqueando en reflejo a un lugar nuevo con miles de aromas y sus orejas se estiraban reconociendo los ruidos, mordió la manzana y guardo el cuaderno mientras seguía en su vagancia y algo la hizo ponerse bien derechitas las orejas alerta y esas cuentas negras que tenía por ojos miraban a todos lados. Mordió la manzana y atrapándola en el hociquito se puso a cuatro corriendo entre las piernas de los bípedos y adentrándose a un campo cercano e donde un grito le llamo la atención y como buena exploradora iría a investigar y hacer cronología para un futuro cuento para su pueblo.
-¿Algo?- Pregunto a modo de buscar respuesta al humano que inspeccionaba árboles y ella se limpiaba las mejillas los rastros de manzana, desayunaba mientras miraba al alto con capa, y luego se ladeo un poco para ver a un enano estirado que le hizo tener un escalofrió en la colita.-Oí un grito, todos bien?-Dijo seseando y tratando de moderarla velocidad de su aguda vocecilla.
Mi´Mit
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Re: ¡Mausu y ardillas primero! [Privado][Terminado]
Los demás pronto pasarían a olvidarse del asunto dejándolo como una de las tantas casualidades curiosas que ocurrían por la zona, pero el brujo de negro sabía de la especie lo suficiente como para entender que por muy dulce que sea la fruta de aquella granja no valía la pena arriesgarse tanto. Además había que verificar que las criaturas hubiesen llegado a la fruta antes de descartar los hechos.
Su mano en el mentón indicaba lo concentrado que estaba adelantándose a conclusiones tempranas mientras que su ceño se frunce de forma sombría al escuchar la formalidad que solo había sido utilizada antes por uno de sus compañeros de aventura. No sabía si era olvidadizo o lo hacía adrede, aunque siendo un niño con sus cualidades podía pensar que lo hacía por mera costumbre.
Suspiró al verlo y negó con la cabeza. -Nada de señor. Ya te lo he dicho antes, Zero-. Le reprocha aunque en contraste a su rostro, su tono sonaba mucho más amigable. -Por otro lado, es bueno ver a alguien conocido para variar-. Dice rayando el cinismo, pues estando en casa muchas caras eran conocidas aunque pocas dignas de nombrar en esta historia.
La mente del brujo comienza a viajar rápidamente al pasado. La última aventura con el pequeño había terminado mal y era esto lo que le hacía querer esforzarse al máximo, casi pasando por alto comentarle la tarea que se disponía y estaba por hacerlo pero el colmo de las casualidades se dio cuando pudo ver a unos centímetros más adelante un rodeor de tamaño considerable y prendas casi humanas de no ser por el tamaño.
Enarca una ceja al ver al animal limpiarse el rostro, pero ahí aparece la sorpresa y ese súbito que casi le hace caer sobre sus nalgas al suelo. O sus oídos le estaban engañando o estaba siendo victima de alguna ilusión pensó, pero juraba por todos los dioses que había escuchado al enorme roedor hablar.
Se sacudió la cabeza con la sorpresa aún en la garganta y siguió examinando al espécimen cuando este vuelve a hablar para sacarlo de la duda o generar aún más. -Dioses y eso que estoy sobrio-. La ironía en todo su esplendor puesto que hace mucho no bebía una sola gota de cerveza y aún seguía siendo de borrachera fácil.
-Zero, ¿tú también la has escuchado hablar?-. Pregunto bastante atónito cuando se agachaba tratando de estar a la altura y extender su mano en el suelo. Le parecía de lo más curioso, la criatura no parecía temer a los humanos cosa que sería lo más natural. -¿Y tú que eres amiguita?-. Preguntó aún sin poder dar crédito. -Estoy más que seguro de que no eres de por aquí-. Se aventuró a concluir aunque con lo que ya había pasado aquel día no le sorprendería para nada estar equivocado.
Su mano en el mentón indicaba lo concentrado que estaba adelantándose a conclusiones tempranas mientras que su ceño se frunce de forma sombría al escuchar la formalidad que solo había sido utilizada antes por uno de sus compañeros de aventura. No sabía si era olvidadizo o lo hacía adrede, aunque siendo un niño con sus cualidades podía pensar que lo hacía por mera costumbre.
Suspiró al verlo y negó con la cabeza. -Nada de señor. Ya te lo he dicho antes, Zero-. Le reprocha aunque en contraste a su rostro, su tono sonaba mucho más amigable. -Por otro lado, es bueno ver a alguien conocido para variar-. Dice rayando el cinismo, pues estando en casa muchas caras eran conocidas aunque pocas dignas de nombrar en esta historia.
La mente del brujo comienza a viajar rápidamente al pasado. La última aventura con el pequeño había terminado mal y era esto lo que le hacía querer esforzarse al máximo, casi pasando por alto comentarle la tarea que se disponía y estaba por hacerlo pero el colmo de las casualidades se dio cuando pudo ver a unos centímetros más adelante un rodeor de tamaño considerable y prendas casi humanas de no ser por el tamaño.
Enarca una ceja al ver al animal limpiarse el rostro, pero ahí aparece la sorpresa y ese súbito que casi le hace caer sobre sus nalgas al suelo. O sus oídos le estaban engañando o estaba siendo victima de alguna ilusión pensó, pero juraba por todos los dioses que había escuchado al enorme roedor hablar.
Se sacudió la cabeza con la sorpresa aún en la garganta y siguió examinando al espécimen cuando este vuelve a hablar para sacarlo de la duda o generar aún más. -Dioses y eso que estoy sobrio-. La ironía en todo su esplendor puesto que hace mucho no bebía una sola gota de cerveza y aún seguía siendo de borrachera fácil.
-Zero, ¿tú también la has escuchado hablar?-. Pregunto bastante atónito cuando se agachaba tratando de estar a la altura y extender su mano en el suelo. Le parecía de lo más curioso, la criatura no parecía temer a los humanos cosa que sería lo más natural. -¿Y tú que eres amiguita?-. Preguntó aún sin poder dar crédito. -Estoy más que seguro de que no eres de por aquí-. Se aventuró a concluir aunque con lo que ya había pasado aquel día no le sorprendería para nada estar equivocado.
Kendovlah
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Re: ¡Mausu y ardillas primero! [Privado][Terminado]
El brujo reconoce rápido a su joven colega de aventuras pasadas, después de todo el problema que sortearon durante su último encuentro debería ser difícil de olvidar debido a todo lo que involucro.
Con cierta vergüenza, el pequeño robot baja la mirada al notar que se equivocó de calificativo. Si bien es normal acompañar con un “señor” cuando se habla con cualquier adulto, el personaje hechicero había notificado con mucha anterioridad que ese paso debía saltarse en su caso.
Lo siento…
Por suerte el tono de voz utilizado por Kendovlah se mantiene ameno, es claro que lo toma más como una ironía cómica. Esto termina por sacarle una ligera sonrisa a Z9-42 quien relega cualquier sentimiento de desánimo pronto.
Parece que estamos en medio de una nueva aventura “sonríe con todos los dientes”.
Señales claras, son en cierto modo aventureros y se acaban de topar con un misterio. Seria de muy mala educación no ofrecer sus servicios para llegar al fondo del extraño evento animal que les rodea.
Y hablando de animales, no tarda en aparecer un nuevo elemento, harto curioso vale destacar. Nada más y nada menos que una criatura de la familia roedora que además muestra claras señales de ser civilizada.
Aunque de buenas a primeras el niño robot mira extrañado, no tarda en endosarle la curiosidad a parámetros lógicos. Concluye con un alto nivel de probabilidades de que están ante la presencia de un hibrido bestial.
Creo que…
No puede emitir argumentos rápido pues Kendovlah se encuentra sorprendido todavía, en su mente no puede hallar la concordancia lógica. No es nada de lo que avergonzarse por otro lado, los seres vivos inteligentes piensan lento.
Creo que es un ser bestia, señ… Kendo.
Casi vuelve a utilizar el señor… es difícil para el eliminar un parámetro de educación. Afortunadamente lo extraño del encuentro tercero debería bastar para que el error pase inadvertido.
Mi nombre es Zero, es un placer.
Sonríe y extiende la mano a modo de saludo, está casi seguro de que se trata de un ser inteligente. Llega en buen momento sin duda pues caerían bien los sentidos aumentados en la tarea que tienen por delante.
Con cierta vergüenza, el pequeño robot baja la mirada al notar que se equivocó de calificativo. Si bien es normal acompañar con un “señor” cuando se habla con cualquier adulto, el personaje hechicero había notificado con mucha anterioridad que ese paso debía saltarse en su caso.
Lo siento…
Por suerte el tono de voz utilizado por Kendovlah se mantiene ameno, es claro que lo toma más como una ironía cómica. Esto termina por sacarle una ligera sonrisa a Z9-42 quien relega cualquier sentimiento de desánimo pronto.
Parece que estamos en medio de una nueva aventura “sonríe con todos los dientes”.
Señales claras, son en cierto modo aventureros y se acaban de topar con un misterio. Seria de muy mala educación no ofrecer sus servicios para llegar al fondo del extraño evento animal que les rodea.
Y hablando de animales, no tarda en aparecer un nuevo elemento, harto curioso vale destacar. Nada más y nada menos que una criatura de la familia roedora que además muestra claras señales de ser civilizada.
Aunque de buenas a primeras el niño robot mira extrañado, no tarda en endosarle la curiosidad a parámetros lógicos. Concluye con un alto nivel de probabilidades de que están ante la presencia de un hibrido bestial.
Creo que…
No puede emitir argumentos rápido pues Kendovlah se encuentra sorprendido todavía, en su mente no puede hallar la concordancia lógica. No es nada de lo que avergonzarse por otro lado, los seres vivos inteligentes piensan lento.
Creo que es un ser bestia, señ… Kendo.
Casi vuelve a utilizar el señor… es difícil para el eliminar un parámetro de educación. Afortunadamente lo extraño del encuentro tercero debería bastar para que el error pase inadvertido.
Mi nombre es Zero, es un placer.
Sonríe y extiende la mano a modo de saludo, está casi seguro de que se trata de un ser inteligente. Llega en buen momento sin duda pues caerían bien los sentidos aumentados en la tarea que tienen por delante.
Z9-42
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Re: ¡Mausu y ardillas primero! [Privado][Terminado]
Por lo general la gente gritaba, corría, o le veía curioso, por alguna razón se seguía sorprendiendo e esas reacciones y le hizo pensar seriamente que debía haber una forma de masificar que había mausus en el mundo. Después de todo había más hombres bestia rodando por ahí. Aun así su gesto de principio alegre y curioso paso a ser de unas perlas negras y brillantes entrecerradas y la boca algo fruncida enmarcando un poco más sus prominentes dientes delanteros, los hombros algo caídos y hasta su colita quedo laxa en el suelo. Tomo el arco pero en vez de apuntar lo uso como una suerte de espada y lo agito para mantener alejada la mano del hombre torre negra que le preguntaba al niño serio que disolviera la duda de oír a la gran Mi.. Fufu hablar.
-Soy una mausu explorador.- Dijo con una voz chillona y delicada mientras de erguía todo lo posible haciendo estirar cada uno de sus 50 centímetros de altura y posando dramáticamente la garrita diestra en el pecho y conforme hablaba la extendia y hacia un medio circulo en el aire con ella como si rodeara el mundo..-No para nada vengo de muy muy muy.. muy lejosh.
Los volvió a mirar y luego se acercó con ese andar cómico de bamboleo por sus cortas patitas al niño que le extendía la mano y daba un saltito para corresponder el saludo.-Fufu Papachon un placer. -Miro al humano, era joven pero no tan joven como el niño y no tan mayor como el capitán marinero.-¿Qufien eres y que? -Los olisqueo y el pelo de la espalda se le erizo, no olían como humanos y recordó a las dragonesas, rasco su oreja como un acto reflejo. No era ya novedad para ella que muchas razas parecían humanos pero no lo eran en lo absoluto.-Eh oído que se adentran a una aventura, ¿fuedo unirme?
Miro al humano largo y se sintió mal por cómo se había comportado y volvió a acercarse, después de todo le había dicho amiguita y solo por ello le causaba hormigas en el estómago el ser tratada con familiaridad ya que al estar lejos de casa donde se acostumbraba a ser amistoso entre todos y apoyarse unos a otros el salir y valerse por sí misma, ver que algunas criaturas podían ser más hostiles con su peluda y pequeña existencia que otra le hacía pensar que debía regresar a casa y abrazar a todos sus hermanos. Pero aún era temprano para eso y aun no tenía suficientes historias para los mausu. –La aldea mausu efsta cerca de Sarcquestville.- Algo digno de mención y de lo que se sentía orgullosa era que cada día hablaba mejor el común, pero palabras muy complejas o con silabas intrincadas seguían sacando de ella varios chasquidos involuntarios.
-Soy una mausu explorador.- Dijo con una voz chillona y delicada mientras de erguía todo lo posible haciendo estirar cada uno de sus 50 centímetros de altura y posando dramáticamente la garrita diestra en el pecho y conforme hablaba la extendia y hacia un medio circulo en el aire con ella como si rodeara el mundo..-No para nada vengo de muy muy muy.. muy lejosh.
Los volvió a mirar y luego se acercó con ese andar cómico de bamboleo por sus cortas patitas al niño que le extendía la mano y daba un saltito para corresponder el saludo.-Fufu Papachon un placer. -Miro al humano, era joven pero no tan joven como el niño y no tan mayor como el capitán marinero.-¿Qufien eres y que? -Los olisqueo y el pelo de la espalda se le erizo, no olían como humanos y recordó a las dragonesas, rasco su oreja como un acto reflejo. No era ya novedad para ella que muchas razas parecían humanos pero no lo eran en lo absoluto.-Eh oído que se adentran a una aventura, ¿fuedo unirme?
Miro al humano largo y se sintió mal por cómo se había comportado y volvió a acercarse, después de todo le había dicho amiguita y solo por ello le causaba hormigas en el estómago el ser tratada con familiaridad ya que al estar lejos de casa donde se acostumbraba a ser amistoso entre todos y apoyarse unos a otros el salir y valerse por sí misma, ver que algunas criaturas podían ser más hostiles con su peluda y pequeña existencia que otra le hacía pensar que debía regresar a casa y abrazar a todos sus hermanos. Pero aún era temprano para eso y aun no tenía suficientes historias para los mausu. –La aldea mausu efsta cerca de Sarcquestville.- Algo digno de mención y de lo que se sentía orgullosa era que cada día hablaba mejor el común, pero palabras muy complejas o con silabas intrincadas seguían sacando de ella varios chasquidos involuntarios.
Mi´Mit
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Re: ¡Mausu y ardillas primero! [Privado][Terminado]
Se mantuvo erguido en su posición mientras miraba a la nueva criatura en escena. Para ser un roedor parlante se movía bastante y sus expresiones casi parecían humanas. De no ser porque seguía presente y respondía aseguraría haber estado bajo el efecto de una ilusión, pero cabía destacar y recordar que ya había conocido hombres bestias de rasgos variados. Algunos más extraños que otros como era el caso de la que se presentaba por el nombre de Fufu, si mal no había entendido el tono de voz.
Miro de reojo a Zero al escuchar que casi usa el calificativo prohibido, pero sonrío leve y volvió su atención al nuevo encuentro.
Ahora entendía algo mejor lo que tenía frente a sus ojos, pero eso no le quitaba la sorpresa. Jamás había escuchado o visto a un Mausu o al menos no que recuerde. -¿Una Mausu?-. Preguntá algo incrédulo aún. Más ante el hecho que ofrecía su ayuda con algo que él mismo aún no entendía bien de que iba.
-Más bien podría decirse que tenemos un misterio-. Responde aún sin aceptar la compañía. Era cierto que le causaba curiosidad, pero sus últimos encuentros no habían salido del todo como habría gustado y aún mantenía la duda de si hacerse el héroe sin motivo era algo rentable para él.
-Dime, Fufu. ¿Sabes algo sobre las ardillas de fuego?-. Pregunta como quien la estuviese estudiando hasta que cae en cuenta sobre la falta de modales. -Oh. Soy Kendovlah, por cierto. Un mago del Heckshold-. Afirma con cierto orgullo mientras sigue manteniendo su mano extendida.
-Ha sido un viaje larguisimo, imagino-. Mantenía un tono amigable a pesar de sus dudas internas. -Habiendo resuelto esto supongo que podría mostrarte mejor el lugar-. Añadió siendo lo último algo más cómodo, aunque no sabía como expresar sus dudas sobre si aceptarla en el “equipo de investigación”, podía permitirse ser amable con la pequeña roedora aventurera una vez resuelto el caso de las ardillas. Claro, si había algo que resolver pues de momento no había pista viable que argumentara el razonamiento del túnica negra.
Miro de reojo a Zero al escuchar que casi usa el calificativo prohibido, pero sonrío leve y volvió su atención al nuevo encuentro.
Ahora entendía algo mejor lo que tenía frente a sus ojos, pero eso no le quitaba la sorpresa. Jamás había escuchado o visto a un Mausu o al menos no que recuerde. -¿Una Mausu?-. Preguntá algo incrédulo aún. Más ante el hecho que ofrecía su ayuda con algo que él mismo aún no entendía bien de que iba.
-Más bien podría decirse que tenemos un misterio-. Responde aún sin aceptar la compañía. Era cierto que le causaba curiosidad, pero sus últimos encuentros no habían salido del todo como habría gustado y aún mantenía la duda de si hacerse el héroe sin motivo era algo rentable para él.
-Dime, Fufu. ¿Sabes algo sobre las ardillas de fuego?-. Pregunta como quien la estuviese estudiando hasta que cae en cuenta sobre la falta de modales. -Oh. Soy Kendovlah, por cierto. Un mago del Heckshold-. Afirma con cierto orgullo mientras sigue manteniendo su mano extendida.
-Ha sido un viaje larguisimo, imagino-. Mantenía un tono amigable a pesar de sus dudas internas. -Habiendo resuelto esto supongo que podría mostrarte mejor el lugar-. Añadió siendo lo último algo más cómodo, aunque no sabía como expresar sus dudas sobre si aceptarla en el “equipo de investigación”, podía permitirse ser amable con la pequeña roedora aventurera una vez resuelto el caso de las ardillas. Claro, si había algo que resolver pues de momento no había pista viable que argumentara el razonamiento del túnica negra.
Kendovlah
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Re: ¡Mausu y ardillas primero! [Privado][Terminado]
El nombre expresado por su nueva acompañante roedora forma cierta mueca de extrañeza en Zero, no está en sus registros y eso es algo raro… claro que con los clanes bestiales hay muchos espacios en blanco, no tanto como con los hechizos brujos pero bastante cerca.
El propio calificativo de la criatura es extraño también, sin duda pertenece a un clan bastante tribal. Es natural que muchas sociedades bestiales tengan peculiaridades con el lenguaje debido a su aislamiento.
Lo bueno es que el saludo de Z9-42 es correspondido y de amistosa manera. Se puede notar la euforia intrínseca que mantiene Fufu, algo que complementa bastante bien con su curiosidad racial por decirlo de algún modo.
Soy… un niño humano, ¿Verdad?
Pregunta dirigida al señor Kendo, un intento por mantener viva su fachada. Si bien sabe que las criaturas bestia a veces pueden detectar bios debido a sus capacidades, le gustaría mantener activa la mentira prudente de momento.
Me parece un curso aceptable “asiente de forma amena”.
Por suerte el tema avanza hacia algo diferente, la integración de Fufu en el grupo que se está formando. Zero no tiene motivos para rechazar la propuesta, al contrario, sabe que puede contribuir bastante con su nuevo objetivo.
Que la aldea de roedores este situada cerca de Sacrestic hace que el pequeño robot despabile, sin duda es un sitio complicado para vivir, incluso con las fuerzas humanas gestionando el lugar ahora. Claro que se guarda tales comentarios ya que podrían caer mal.
Kevin casi detecta el calificativo a medias y se nota en su mirada, pero lo deja pasar por suerte. También se muestra bastante animado con tener a la pequeña roedora cerca, algo que confirma al no perder la oportunidad de interrogarla.
Los misterios son divertidos… ¿No es cierto?
Nuevamente personajes curiosos se unen por la casualidad, es la mejor forma de conocer gente o reforzar vínculos existentes en Aerandir, al menos en el gremio aventurero. Tal parece que ahora buscan ardillas de fuego.
Son criaturas peligrosas, al menos si las comes “entrecierra la mirada mientras revisa sus registros internos” también están en peligro de extinción.
El propio calificativo de la criatura es extraño también, sin duda pertenece a un clan bastante tribal. Es natural que muchas sociedades bestiales tengan peculiaridades con el lenguaje debido a su aislamiento.
Lo bueno es que el saludo de Z9-42 es correspondido y de amistosa manera. Se puede notar la euforia intrínseca que mantiene Fufu, algo que complementa bastante bien con su curiosidad racial por decirlo de algún modo.
Soy… un niño humano, ¿Verdad?
Pregunta dirigida al señor Kendo, un intento por mantener viva su fachada. Si bien sabe que las criaturas bestia a veces pueden detectar bios debido a sus capacidades, le gustaría mantener activa la mentira prudente de momento.
Me parece un curso aceptable “asiente de forma amena”.
Por suerte el tema avanza hacia algo diferente, la integración de Fufu en el grupo que se está formando. Zero no tiene motivos para rechazar la propuesta, al contrario, sabe que puede contribuir bastante con su nuevo objetivo.
Que la aldea de roedores este situada cerca de Sacrestic hace que el pequeño robot despabile, sin duda es un sitio complicado para vivir, incluso con las fuerzas humanas gestionando el lugar ahora. Claro que se guarda tales comentarios ya que podrían caer mal.
Kevin casi detecta el calificativo a medias y se nota en su mirada, pero lo deja pasar por suerte. También se muestra bastante animado con tener a la pequeña roedora cerca, algo que confirma al no perder la oportunidad de interrogarla.
Los misterios son divertidos… ¿No es cierto?
Nuevamente personajes curiosos se unen por la casualidad, es la mejor forma de conocer gente o reforzar vínculos existentes en Aerandir, al menos en el gremio aventurero. Tal parece que ahora buscan ardillas de fuego.
Son criaturas peligrosas, al menos si las comes “entrecierra la mirada mientras revisa sus registros internos” también están en peligro de extinción.
Z9-42
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Re: ¡Mausu y ardillas primero! [Privado][Terminado]
La gran torre negra que ahora se hacía entender como Kendovlah el mago del Heckshold, que para entendidos Mi´Mit jamás podría pronunciar tales cosas como se debía, y le dejo más con la intriga de como pronunciar tales nombres cuando saco su cuernos y lo dibujo del tamaño de la hoja, a bolitas y palitos con un manto largo negro y escribía KENDO mago del hecosokold lugareño al lado y a un lado a bolitas y palitos al niño con el cabello muy pulcro y con su curiosa caligrafía de rayas directas y curiosos círculos arremolinados ponía Zero, Entonces con la pluma se rasco la barbilla, vio en sus apuntes y no no había nada referente a las ardillas de fuego, pero sí de estas olvidando sus nueces en el bosque y como rastrearlas para comerlas ella…
-No no tengo idea, y por lo que veo no me he topado con ellas.
Le mostró su dibujo de palitos, bolitas y cruces con unos garabatos que de no ser por la cola esponjada cualquiera tomaría por un borrón de espiral. Asintió al niño, misterios, cosas que un mausu curioso podría decir que buscaba, pero en una aldea mausu nunca hay muchos por lo que es el momento perfecto para que la pequeña criatura peluda que ladea el rostro ante la afirmación del niño de ser humano pero no oler tanto como un humano, resuelve la duda de las ardillas, entonces se va a una hoja limpia y anota entre tchik y seseos pero pone un circulo bien grande y una interrogación más grande dentro “NO IMAGEN REFERENCIADA”.
-Y ¿Por qué esa duda gran Kendoloviah, kendolav, Kennodolo…. Kendo de hechkr, Hesck, Kendo el mago….-Dice tras intentos infructuosos entre mucho seseo y rompedero de su cabecita con la carita compungida y las orejas bajas ahora que podría haber ofendido al hombre de ropas largas y negras y despeinando el cachete derecho.
-No no tengo idea, y por lo que veo no me he topado con ellas.
Le mostró su dibujo de palitos, bolitas y cruces con unos garabatos que de no ser por la cola esponjada cualquiera tomaría por un borrón de espiral. Asintió al niño, misterios, cosas que un mausu curioso podría decir que buscaba, pero en una aldea mausu nunca hay muchos por lo que es el momento perfecto para que la pequeña criatura peluda que ladea el rostro ante la afirmación del niño de ser humano pero no oler tanto como un humano, resuelve la duda de las ardillas, entonces se va a una hoja limpia y anota entre tchik y seseos pero pone un circulo bien grande y una interrogación más grande dentro “NO IMAGEN REFERENCIADA”.
-Y ¿Por qué esa duda gran Kendoloviah, kendolav, Kennodolo…. Kendo de hechkr, Hesck, Kendo el mago….-Dice tras intentos infructuosos entre mucho seseo y rompedero de su cabecita con la carita compungida y las orejas bajas ahora que podría haber ofendido al hombre de ropas largas y negras y despeinando el cachete derecho.
Mi´Mit
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Re: ¡Mausu y ardillas primero! [Privado][Terminado]
El joven mago había adquirido un mal habito de dudar más de la cuenta sobre sus acciones en sus últimas aventuras, y en consecuencia del grupo que había tocado en tal situación. Quizás estaba siendo muy estricto debido a los malos pasares y estaba errando debido a la poca experiencia, pero era el principal motivo de su duda actual. No quería arriesgar la vida de la pequeña criatura que se presentaba ante ellos, aunque bien podía ser que se estaba adelantando más de la cuenta ante un posible fatídico escenario.
En el grupo actual, primero estaba Zero; niño curiosamente aumentado también con malos hábitos a pesar de su temprana formalidad bien arraigada. Frunció levemente el ceño al escucharle responder la pregunta dirigida a la mausu exploradora, pero se lo dejo pasar por esta vez. También dejo pasar el hecho de querer hacerse pasar por humano, ante lo cual simplemente asintió con la cabeza. No era bueno mintiendo, así que supuso que omitir se le daría mejor.
—Kendo —Añade al entender las dificultades con el idioma de la pequeña peluda—. Puedes llamarme simplemente, Kendo.
Se detuvo unos segundos al ver los garabatos que con tanta determinación parecía disfrutar de dibujar. Con cierta dificultad podía entender la caligrafía, pero el dibujo iba a la par con su dominio del lenguaje humano. Aún así, esto le parecía algo fascinante de estudiar si no fuese porque tenía otros asuntos pendientes.
—Como bien dice Zero, las ardillas de fuego desde hace tiempo están en peligro de extinción —Toma un largo suspiro antes de continuar— No suelen verse cerca de zonas habitadas por lo mismo y he escuchado más de algún caso reciente.
Aquello ahora que recordaba era lo más preocupante. Ciertamente, se había engañado así mismo pensando que solo era por la fruta del lugar. Bajo circunstancias normales, se habría tragado el anzuelo, pero sus sospechas de que había algo más iban en aumento.
Se acercó a uno de los árboles y cogió una manzana sin cuidado. Cortó un pedazo no muy pequeño, pero tampoco muy grande, y agachándose en cuclillas, le tendió el pedazo a Fufu. —Las mejores de la zona, prueba —Dice casi con envidia—. Con suerte lograba recordar el primer bocado de aquella fruta en casa de sus padres.
Miró a Zero y le arrojo el resto de la manzana con una media sonrisa.
Volviendo a las ardillas, podía ser asunto peligroso o no. De todas formas, decidió que aún no era momento para ser descortés y negar la nueva compañía. —Puede que sea algo peligroso, pero si estas segura de querer venir, Fufu —Termina aceptando algo más animado—. Esperó por algunos segundos, sin embargo, que el posible peligro diera paso a la sensatez. Aunque, siendo honestos... En Aerandir parecían sobrar los insensatos y suicidas.
En el grupo actual, primero estaba Zero; niño curiosamente aumentado también con malos hábitos a pesar de su temprana formalidad bien arraigada. Frunció levemente el ceño al escucharle responder la pregunta dirigida a la mausu exploradora, pero se lo dejo pasar por esta vez. También dejo pasar el hecho de querer hacerse pasar por humano, ante lo cual simplemente asintió con la cabeza. No era bueno mintiendo, así que supuso que omitir se le daría mejor.
—Kendo —Añade al entender las dificultades con el idioma de la pequeña peluda—. Puedes llamarme simplemente, Kendo.
Se detuvo unos segundos al ver los garabatos que con tanta determinación parecía disfrutar de dibujar. Con cierta dificultad podía entender la caligrafía, pero el dibujo iba a la par con su dominio del lenguaje humano. Aún así, esto le parecía algo fascinante de estudiar si no fuese porque tenía otros asuntos pendientes.
—Como bien dice Zero, las ardillas de fuego desde hace tiempo están en peligro de extinción —Toma un largo suspiro antes de continuar— No suelen verse cerca de zonas habitadas por lo mismo y he escuchado más de algún caso reciente.
Aquello ahora que recordaba era lo más preocupante. Ciertamente, se había engañado así mismo pensando que solo era por la fruta del lugar. Bajo circunstancias normales, se habría tragado el anzuelo, pero sus sospechas de que había algo más iban en aumento.
Se acercó a uno de los árboles y cogió una manzana sin cuidado. Cortó un pedazo no muy pequeño, pero tampoco muy grande, y agachándose en cuclillas, le tendió el pedazo a Fufu. —Las mejores de la zona, prueba —Dice casi con envidia—. Con suerte lograba recordar el primer bocado de aquella fruta en casa de sus padres.
Miró a Zero y le arrojo el resto de la manzana con una media sonrisa.
Volviendo a las ardillas, podía ser asunto peligroso o no. De todas formas, decidió que aún no era momento para ser descortés y negar la nueva compañía. —Puede que sea algo peligroso, pero si estas segura de querer venir, Fufu —Termina aceptando algo más animado—. Esperó por algunos segundos, sin embargo, que el posible peligro diera paso a la sensatez. Aunque, siendo honestos... En Aerandir parecían sobrar los insensatos y suicidas.
Kendovlah
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Re: ¡Mausu y ardillas primero! [Privado][Terminado]
La criaturita no conoce nada de las ardillas curiosas, tiene sentido pues su número actual es bastante bajo. Se debe recorrer mucho terreno para poder encontrar una pareja de la especie en cuestión.
También es necesario tener en cuenta que las sociedades tribales de seres bestia no están tan al tanto de los detalles exteriores, son como microcomunidades que rara vez participan en la dinámica forastera.
Esto no es algo que moleste al chico robot ni mucho menos, le parece fascinante incluso. Después de todo hay muchas tribus hibridas que no aparecen en los registros bios, es un universo de posibilidades.
Nota además que Fufu posee algunas deficiencias con el lenguaje, sin duda algo producto de su aislamiento. Claro que la fisiología propia de la criatura debe tener sus propias “pegas” con respecto a este punto.
Kendo confirma los argumentos del niño robot, luego de dejar claro su nombre abreviado. Lo cierto es que posee un calificativo bastante difícil de asimilar por cualquier persona corriente… incluso otros brujos.
Luego y en un gesto amable, el propio hechicero se encarga de alimentar a su recién conocida. Pica un ligero trozo de manzana con delicadeza, trozo que no tarda en entregarle al miembro más pequeño de la partida.
Lo siguiente es un lanzamiento juguetón, directo al chico aumentado. Este último recibe la manzana con una mueca de extrañeza pero no tarda en sonreír al entender la connotación divertida de la acción.
Mientras da algunos mordiscos a la fruta, sigue escuchando lo que ambos personajes tienen que decir. El proceso de aceptación se da por concluido, dándole la bienvenida a su nueva colaboradora roedora.
Es un placer tenerte con nosotros “sonríe de forma amena”.
Es claro que se trata de un personaje interesante, con habilidades útiles para la misión que tienen por delante. Por otro lado, su personalidad también ha demostrado un excelente nivel de amoldamiento.
También es necesario tener en cuenta que las sociedades tribales de seres bestia no están tan al tanto de los detalles exteriores, son como microcomunidades que rara vez participan en la dinámica forastera.
Esto no es algo que moleste al chico robot ni mucho menos, le parece fascinante incluso. Después de todo hay muchas tribus hibridas que no aparecen en los registros bios, es un universo de posibilidades.
Nota además que Fufu posee algunas deficiencias con el lenguaje, sin duda algo producto de su aislamiento. Claro que la fisiología propia de la criatura debe tener sus propias “pegas” con respecto a este punto.
Kendo confirma los argumentos del niño robot, luego de dejar claro su nombre abreviado. Lo cierto es que posee un calificativo bastante difícil de asimilar por cualquier persona corriente… incluso otros brujos.
Luego y en un gesto amable, el propio hechicero se encarga de alimentar a su recién conocida. Pica un ligero trozo de manzana con delicadeza, trozo que no tarda en entregarle al miembro más pequeño de la partida.
Lo siguiente es un lanzamiento juguetón, directo al chico aumentado. Este último recibe la manzana con una mueca de extrañeza pero no tarda en sonreír al entender la connotación divertida de la acción.
Mientras da algunos mordiscos a la fruta, sigue escuchando lo que ambos personajes tienen que decir. El proceso de aceptación se da por concluido, dándole la bienvenida a su nueva colaboradora roedora.
Es un placer tenerte con nosotros “sonríe de forma amena”.
Es claro que se trata de un personaje interesante, con habilidades útiles para la misión que tienen por delante. Por otro lado, su personalidad también ha demostrado un excelente nivel de amoldamiento.
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Re: ¡Mausu y ardillas primero! [Privado][Terminado]
La mausu con su medio metro de altura comenzó a anotar los Tchik necesarios en su cuaderno tras la comprensiva abreviación del nombre del brujo, tacho mago en su cuaderno y puso “BRUJO”, y parecía el hombre sospechar algo más que solo una mala situación de recolección por parte de las mortales y casi desaparecidas criaturas. Conociendo los comportamientos de esos bichos, o al menos de los familiares cercanos de los roedores, ciertamente eran criaturitas difíciles de cazar y miren que lo dice un mausu. Era más fácil cazar aves o hasta ciervos, a ardillas
Asentía cuando un aroma dulce le hizo casi salivar y eso que acababa de comer justo un fruto como el trozo que le ofrecían pero si algo era cierto es que eran muy distintas, la mordió, saboreo y hasta alzo las orejas, más dulce más suave y con mucho jugo, casi podría escribirle una oda a la manzana, de no ser porque solo era un trozo y su lado goloso seguro se hubiera regodeado de trepar al árbol y comer cada manzana en él, aunque eso le llevaría algunos días. Se chupo los dedos y limpio con el borde de su túnica azul.
-Si muy buena, mejor que las del barco. ¿Podré llevarme de esas? Y claro que sí, un mausu no le dice no a una aventura. Tchik, Solo faltaba –Dijo la peluda masa blanca que se estiro toda cuan larga podía ser de nuevo y señalaba al frente a ningún punto en específico de forma melodramática y estoica… aunque ciertamente los mausus no eran demasiado aventureros, y ella estaba aprendiendo a serlo. Entonces miro al más pequeño, delgado y algo serio niño humano, aunque no parecía uno, demasiado, estirado, Pero ella no dejaba de lado a nadie por más peculiar que fuere, tenían a su favor que no habían gritado o le habían lanzado algo para hacerla huir, o menospreciado su inteligencia, bueno solo su existencia real, pero podía pasarlo por alto. -El placer es mío.- Dijo la ratoncita que hizo unos giros con su patita diestra a modo de floritura y se doblaba a modo de una exagerada reverencia.- ¿Y qué es lo que buscamos? –Inquirió curiosa y volviendo a una pose erguida alzando la nariz para ver si su olfato percibía algo anormal en ese anormal, grupo, percatándose en inicio de que el niño humano, no olía tan humano.
Asentía cuando un aroma dulce le hizo casi salivar y eso que acababa de comer justo un fruto como el trozo que le ofrecían pero si algo era cierto es que eran muy distintas, la mordió, saboreo y hasta alzo las orejas, más dulce más suave y con mucho jugo, casi podría escribirle una oda a la manzana, de no ser porque solo era un trozo y su lado goloso seguro se hubiera regodeado de trepar al árbol y comer cada manzana en él, aunque eso le llevaría algunos días. Se chupo los dedos y limpio con el borde de su túnica azul.
-Si muy buena, mejor que las del barco. ¿Podré llevarme de esas? Y claro que sí, un mausu no le dice no a una aventura. Tchik, Solo faltaba –Dijo la peluda masa blanca que se estiro toda cuan larga podía ser de nuevo y señalaba al frente a ningún punto en específico de forma melodramática y estoica… aunque ciertamente los mausus no eran demasiado aventureros, y ella estaba aprendiendo a serlo. Entonces miro al más pequeño, delgado y algo serio niño humano, aunque no parecía uno, demasiado, estirado, Pero ella no dejaba de lado a nadie por más peculiar que fuere, tenían a su favor que no habían gritado o le habían lanzado algo para hacerla huir, o menospreciado su inteligencia, bueno solo su existencia real, pero podía pasarlo por alto. -El placer es mío.- Dijo la ratoncita que hizo unos giros con su patita diestra a modo de floritura y se doblaba a modo de una exagerada reverencia.- ¿Y qué es lo que buscamos? –Inquirió curiosa y volviendo a una pose erguida alzando la nariz para ver si su olfato percibía algo anormal en ese anormal, grupo, percatándose en inicio de que el niño humano, no olía tan humano.
Mi´Mit
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Re: ¡Mausu y ardillas primero! [Privado][Terminado]
La agraciada actitud de Fufu junto a la cordialidad y disposición natural de Zero lograron sacar una carcajada leve al joven brujo. Recordó ciertas palabras de un viejo amigo gracias al segundo personaje y esto fue suficiente para despejar dudas y terminar por aceptar a la dramaturga ratoncita.
Ante su pregunta, el ahora túnica negra no duda en sacar otra manzana y con algo de cuidado toma a la pequeña mausu para subirla sobre su hombro. Una vez ahí le acerca la fruta, tomando una postura bastante más flexible. —Disculpa la confianza, pero creo que te será más cómodo —Se disculpa amablemente—. No esperaba correr aún, pero tampoco quería que la nueva del equipo se sobre exigiera. Además y visto del punto estratégico, la altura podía ofrecer mayor protección según se mirase.
Ayudo también cogiendo las cosas que había dejado tras su actuación y comenzó a caminar hacía el interior del bosque sin mucha celeridad.
—Mi padre dijo una vez que se pueden elaborar trampas y venenos muy buenos con la piel de estos animales —Se llevó una mano a la barbilla y mirando al suelo pudo notar unas pisadas frescas—. Por ende, lo más seguro es que estemos tratando con cazadores furtivos.
Su tonó volvió a una seriedad más pensativa mientras calculaba la dirección de las pisadas. Iban a terreno más que conocido y recorrido incontables ocasiones. No quería volver a trazarlo bajo dichas circunstancias. Por fortuna para él, un ladrido no muy lejano logra captar su atención.
—Al suelo —Dice haciendo una señal a Zero—. Se agacha por el costado de un árbol y entre la espesura de los árboles, logra ver un gran perro negro. Su posición actual favorecía el camuflaje, pues el canino se encontraba en un terreno superior. Era otro sendero del bosque que se dirigía hacía la playa, por la dirección en la que olisqueaba el animal.
Kendovlah lo apunta desde su posición para entregar la información al equipo y hace una seña demandando silencio. Era posible que el animal no estuviese solo y no quería arriesgarse a caer en una emboscada.
El animal vuelve a ladrar y sigue su camino mientras el grupo espera unos cinco minutos. Al no ver nadie más cruzando aquel sendero, suspira y mira al chico potenciado. —¿Qué tan bueno eres para seguir rastros? —Le pregunta con el ceño fruncido—. Será más seguro que acorralar a los dueños, por ahora.
Necesitaba reunir datos y más si iban a acusar a un grupo desconocido por casa ilegal. Además, el perro les podría guiar luego y con suerte planificar alguna estrategia de ante mano. —Esto esta resultando ser todo un fastidio —Añade toma algo de aíre—. Luego se mantiene a la espera de Zero para continuar por el camino señalado.
Ante su pregunta, el ahora túnica negra no duda en sacar otra manzana y con algo de cuidado toma a la pequeña mausu para subirla sobre su hombro. Una vez ahí le acerca la fruta, tomando una postura bastante más flexible. —Disculpa la confianza, pero creo que te será más cómodo —Se disculpa amablemente—. No esperaba correr aún, pero tampoco quería que la nueva del equipo se sobre exigiera. Además y visto del punto estratégico, la altura podía ofrecer mayor protección según se mirase.
Ayudo también cogiendo las cosas que había dejado tras su actuación y comenzó a caminar hacía el interior del bosque sin mucha celeridad.
—Mi padre dijo una vez que se pueden elaborar trampas y venenos muy buenos con la piel de estos animales —Se llevó una mano a la barbilla y mirando al suelo pudo notar unas pisadas frescas—. Por ende, lo más seguro es que estemos tratando con cazadores furtivos.
Su tonó volvió a una seriedad más pensativa mientras calculaba la dirección de las pisadas. Iban a terreno más que conocido y recorrido incontables ocasiones. No quería volver a trazarlo bajo dichas circunstancias. Por fortuna para él, un ladrido no muy lejano logra captar su atención.
—Al suelo —Dice haciendo una señal a Zero—. Se agacha por el costado de un árbol y entre la espesura de los árboles, logra ver un gran perro negro. Su posición actual favorecía el camuflaje, pues el canino se encontraba en un terreno superior. Era otro sendero del bosque que se dirigía hacía la playa, por la dirección en la que olisqueaba el animal.
Kendovlah lo apunta desde su posición para entregar la información al equipo y hace una seña demandando silencio. Era posible que el animal no estuviese solo y no quería arriesgarse a caer en una emboscada.
El animal vuelve a ladrar y sigue su camino mientras el grupo espera unos cinco minutos. Al no ver nadie más cruzando aquel sendero, suspira y mira al chico potenciado. —¿Qué tan bueno eres para seguir rastros? —Le pregunta con el ceño fruncido—. Será más seguro que acorralar a los dueños, por ahora.
Necesitaba reunir datos y más si iban a acusar a un grupo desconocido por casa ilegal. Además, el perro les podría guiar luego y con suerte planificar alguna estrategia de ante mano. —Esto esta resultando ser todo un fastidio —Añade toma algo de aíre—. Luego se mantiene a la espera de Zero para continuar por el camino señalado.
Kendovlah
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Re: ¡Mausu y ardillas primero! [Privado][Terminado]
Es justo decir que la manzana cae en gracia de la pequeña criatura, una línea previsible pues es una de las frutas más sabrosas. Aunque Zero no las ingiere de manera tan seguida como Chimar o sus hermanos, pues no se queda tan atrás.
Luego de superar el tema alimenticio, Fufu responde amenamente al comentario de Z9-42. Si bien muestra algunas reservas de buenas a primeras, termina por tomar el camino más diplomático para con el niño.
El pequeño robot no se inmuta demasiado por la reticencia inicial y es que está acostumbrado a causar un impacto receloso por sus peculiaridades. En algunas ocasiones incluso ha dado “sustos de muerte” a elementos adultos.
Sea como sea, los tres están en medio de una nueva aventura. Kendo deja patente esta realidad al asomar que puede tratarse de cazadores furtivos, un tipo de oficio no muy bien visto por el propio chiquillo aumentado.
Al menos en estas características, cuando se trata de cazar a un animal salvaje en peligro de extinción por caprichos comerciales. Hay otro tipo de circunstancias que rodean al termino pero esas son más aceptables, como por ejemplo el “robo” de proteína animal a un señor con tierras muy extensas.
No todo es lo que parece en el mundo vivo inteligente, algunas situaciones deben ser revisadas varias veces. En ese sentido el niño aumentado corre con ventaja dadas sus mejoras, posee la capacidad de no dejarse llevar por emociones exaltadas… al menos casi siempre.
Avanzan, con una animada compañera roedora en el hombro del brujo. La escena hace reír un poco al jovencito maquina entre dientes, es tan hilarante que incluso el no pudo resistirse a manifestarse.
En el camino se encuentran con un animal amaestrado, bastante similar al que encontraron muerto en la granja. Ante la señal del personaje mayor, Z9-42 toma una cobertura táctica, la idea es no ser descubiertos.
La criatura canina ladra varias veces aunque termina por retirarse, es claro que tiene otro tipo de intereses en mente. Su presencia también da señales claras de que existe un grupo de cazadores cerca.
Soy muy bueno, Kendo.
Dice con rostro seguro que muestra dejes amenos, confía plenamente en sus propias capacidades con respecto al rastreo. Como buena máquina de infiltración, posee capacidades técnicas especiales para la tarea.
¿Qué… qué significa realmente fastidio? “baja la mirada un tanto avergonzado” veo que usa mucho la palabra, pero no identifico el patrón argumental.
Su amigo utiliza el termino indiscriminadamente, en muchas circunstancias. El niño mejorado necesita una explicación más directa para poder agregar la línea de sinónimos a su diccionario interno.
Luego de superar el tema alimenticio, Fufu responde amenamente al comentario de Z9-42. Si bien muestra algunas reservas de buenas a primeras, termina por tomar el camino más diplomático para con el niño.
El pequeño robot no se inmuta demasiado por la reticencia inicial y es que está acostumbrado a causar un impacto receloso por sus peculiaridades. En algunas ocasiones incluso ha dado “sustos de muerte” a elementos adultos.
Sea como sea, los tres están en medio de una nueva aventura. Kendo deja patente esta realidad al asomar que puede tratarse de cazadores furtivos, un tipo de oficio no muy bien visto por el propio chiquillo aumentado.
Al menos en estas características, cuando se trata de cazar a un animal salvaje en peligro de extinción por caprichos comerciales. Hay otro tipo de circunstancias que rodean al termino pero esas son más aceptables, como por ejemplo el “robo” de proteína animal a un señor con tierras muy extensas.
No todo es lo que parece en el mundo vivo inteligente, algunas situaciones deben ser revisadas varias veces. En ese sentido el niño aumentado corre con ventaja dadas sus mejoras, posee la capacidad de no dejarse llevar por emociones exaltadas… al menos casi siempre.
Avanzan, con una animada compañera roedora en el hombro del brujo. La escena hace reír un poco al jovencito maquina entre dientes, es tan hilarante que incluso el no pudo resistirse a manifestarse.
En el camino se encuentran con un animal amaestrado, bastante similar al que encontraron muerto en la granja. Ante la señal del personaje mayor, Z9-42 toma una cobertura táctica, la idea es no ser descubiertos.
La criatura canina ladra varias veces aunque termina por retirarse, es claro que tiene otro tipo de intereses en mente. Su presencia también da señales claras de que existe un grupo de cazadores cerca.
Soy muy bueno, Kendo.
Dice con rostro seguro que muestra dejes amenos, confía plenamente en sus propias capacidades con respecto al rastreo. Como buena máquina de infiltración, posee capacidades técnicas especiales para la tarea.
¿Qué… qué significa realmente fastidio? “baja la mirada un tanto avergonzado” veo que usa mucho la palabra, pero no identifico el patrón argumental.
Su amigo utiliza el termino indiscriminadamente, en muchas circunstancias. El niño mejorado necesita una explicación más directa para poder agregar la línea de sinónimos a su diccionario interno.
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Re: ¡Mausu y ardillas primero! [Privado][Terminado]
Y la pequeña criatura voló. Bueno lo más cercano a ello y se acomodó panza abajo en el hombro del brujo, y como si fuera una cría demasiado pequeña se alegró con la manzana que pulió con la manga de la ropa.-No hay que disculpar, tengo torre de asedio móvil… -Aun así aferro la cola en el brazo del brujo, y miro sobre su hombro tanteando con la pata trasera el gorro de la túnica y se dio una idea, pero no la puso en función en ese momento Se estaban gestando teorías y con mayor fuerza la de los cazadores.
El camino fue más que cómodo para la criatura peluda que comenzó a comer su manzana con lujo de placer y tras guardar las semillas se comió hasta el corazón, chupando sus dedos para no ensuciarse ni ensuciar a su “montura” amigo Kendo. No entendía por qué lo de la caza a seres que estaban por extinguirse... Entonces otros no podrían conocerlas... eso era algo muy feo y malo.
En un punto entre la caminata la mausu se metió en el gorro de la túnica y se apoyó en los hombros de Kendo para seguir viendo por sobre el hombro y agradeció esa elección pues cuando se inclinaron, casi se iba al suelo y seguro rodar hasta el can. Y ya había tenido una persecución con uno de ellos y no quería repetir esa experiencia. Casi decía que ella era buena rastreadora pero:
-Yo puedo rastrear.-Aclaro señalando su nariz pero deteniéndose y aferrando la tela de la túnica negra.-Pero seguro esa cosa me huele y no quiero correr por medio bosque con eso queriendo morder mi colita, no no no y no. No ser bonito.-Carraspeo entre siseos y se escondió en la gorra. Solo se volvió a asomar ante la duda del chico.-Fastidio es algo que molesta, y se repite y repite y repite, por ejemplo para Fufu es un fastidio que los perros la persigan.
Y así concluyo una palabrería acelerada y con voz aguda de la criatura blanca que quitaba algunos pelitos de la túnica del brujo que había dejado, una mausu limpia es una mausu feliz, decía su madre.
El camino fue más que cómodo para la criatura peluda que comenzó a comer su manzana con lujo de placer y tras guardar las semillas se comió hasta el corazón, chupando sus dedos para no ensuciarse ni ensuciar a su “montura” amigo Kendo. No entendía por qué lo de la caza a seres que estaban por extinguirse... Entonces otros no podrían conocerlas... eso era algo muy feo y malo.
En un punto entre la caminata la mausu se metió en el gorro de la túnica y se apoyó en los hombros de Kendo para seguir viendo por sobre el hombro y agradeció esa elección pues cuando se inclinaron, casi se iba al suelo y seguro rodar hasta el can. Y ya había tenido una persecución con uno de ellos y no quería repetir esa experiencia. Casi decía que ella era buena rastreadora pero:
-Yo puedo rastrear.-Aclaro señalando su nariz pero deteniéndose y aferrando la tela de la túnica negra.-Pero seguro esa cosa me huele y no quiero correr por medio bosque con eso queriendo morder mi colita, no no no y no. No ser bonito.-Carraspeo entre siseos y se escondió en la gorra. Solo se volvió a asomar ante la duda del chico.-Fastidio es algo que molesta, y se repite y repite y repite, por ejemplo para Fufu es un fastidio que los perros la persigan.
Y así concluyo una palabrería acelerada y con voz aguda de la criatura blanca que quitaba algunos pelitos de la túnica del brujo que había dejado, una mausu limpia es una mausu feliz, decía su madre.
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Re: ¡Mausu y ardillas primero! [Privado][Terminado]
Recibir una respuesta positiva por parte de su compañero robótico, fue bien recibido por parte del joven brujo. Por su parte, dudaba mucho de poder seguir el rastro al que no podía ver ni dejaba muchas marcas en el terreno. Sin embargo, pregunta que hace el niño es respondida a primeras con una ceja levantada y aire dubitativo. No se había dado cuenta de lo repetitivo que se había vuelto su frase, simplemente le salía de forma natural. Después de todo hablamos de un joven estudioso que prefiere encerrarse entre libros y estudios, pero que constantemente se ve obligado a salir de su punto de conformidad.
La pequeña criatura que ahora usaba su hombro como morada, sin embargo, resultaba ser un tanto cómica a la vez que algo a lo que debía acostumbrarse. De vez en cuando sus bigotes rozaban la piel y sus pies causaban un leve cosquilleo. Por fortuna para ambos, el nivel de concentración del brujo era suficiente como para soportarlo sin mostrar mucha respuesta incomoda ante el estimulo.
Sin duda era una criatura ingeniosa, usar la capucha como soporte aligeraba un poco la carga a la vez que le daba cierta cobertura.
Escucharla hablar tan de cerca al oído sin duda mejoraba el entendimiento entre ambos, además Kendovlah podía compararla perfectamente como la voz de su subconsciente de esa posición. Era como una especie de Pepe grillo un tanto más grande y peludo.
La respuesta de su segundo subconsciente sin duda logra sacarle una carcajada leve. «Conmigo tendrás que acostumbrarte a cosas peores que un perro, pequeña» Pensó en respuesta y se levantó despacio. Decidió que sería mejor si ella misma lo descubría en caso de tomar su capucha como segundo hogar. Por lo visto, no tardo mucho en acomodarse.
—No necesariamente es algo repetitivo —Continua la explicación de la mausu—. Algo tedioso sin embargo, también aplica.
Sonríe al pequeño y le hace un gesto para comenzar el avance, no sin antes usar su dedo para rascar suavemente la oreja de la pequeña roedora parlante. Era curioso, a pesar de jamás haber tenido una mascota sentía que comenzaba a encariñarse con la peluda criatura.
Antes de llegar al sendero, primero se aseguró de que los dueños del perro no anduviesen cerca. Al comprobarlo, espera en el camino porque Zero fuese el que los guie. El camino se dirigía hacía la playa, no tenía dudas al respecto. Pasarían por un sendero cubierto por la frondosidad del bosque, frondosidad que daba la sensación de estar caminando por un túnel natural.
El camino a la playa solo era interrumpido por una zona montañosa, al píe de estas habían muchas cuevas. Era sabido que la zona era la preferida por los bandidos y monstruos para usar de guarida. «¿Con qué nos encontraremos esta vez?» Pensó con curiosidad. No tenía muchas expectativas, pero se alegraba de no deber tomar el camino a su antiguo hogar aún.
La pequeña criatura que ahora usaba su hombro como morada, sin embargo, resultaba ser un tanto cómica a la vez que algo a lo que debía acostumbrarse. De vez en cuando sus bigotes rozaban la piel y sus pies causaban un leve cosquilleo. Por fortuna para ambos, el nivel de concentración del brujo era suficiente como para soportarlo sin mostrar mucha respuesta incomoda ante el estimulo.
Sin duda era una criatura ingeniosa, usar la capucha como soporte aligeraba un poco la carga a la vez que le daba cierta cobertura.
Escucharla hablar tan de cerca al oído sin duda mejoraba el entendimiento entre ambos, además Kendovlah podía compararla perfectamente como la voz de su subconsciente de esa posición. Era como una especie de Pepe grillo un tanto más grande y peludo.
La respuesta de su segundo subconsciente sin duda logra sacarle una carcajada leve. «Conmigo tendrás que acostumbrarte a cosas peores que un perro, pequeña» Pensó en respuesta y se levantó despacio. Decidió que sería mejor si ella misma lo descubría en caso de tomar su capucha como segundo hogar. Por lo visto, no tardo mucho en acomodarse.
—No necesariamente es algo repetitivo —Continua la explicación de la mausu—. Algo tedioso sin embargo, también aplica.
Sonríe al pequeño y le hace un gesto para comenzar el avance, no sin antes usar su dedo para rascar suavemente la oreja de la pequeña roedora parlante. Era curioso, a pesar de jamás haber tenido una mascota sentía que comenzaba a encariñarse con la peluda criatura.
Antes de llegar al sendero, primero se aseguró de que los dueños del perro no anduviesen cerca. Al comprobarlo, espera en el camino porque Zero fuese el que los guie. El camino se dirigía hacía la playa, no tenía dudas al respecto. Pasarían por un sendero cubierto por la frondosidad del bosque, frondosidad que daba la sensación de estar caminando por un túnel natural.
El camino a la playa solo era interrumpido por una zona montañosa, al píe de estas habían muchas cuevas. Era sabido que la zona era la preferida por los bandidos y monstruos para usar de guarida. «¿Con qué nos encontraremos esta vez?» Pensó con curiosidad. No tenía muchas expectativas, pero se alegraba de no deber tomar el camino a su antiguo hogar aún.
Kendovlah
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Re: ¡Mausu y ardillas primero! [Privado][Terminado]
La utilidad de “chico” con respecto al rastreo agracia bastante al joven adulto, Z9-42 lo nota de inmediato cuando procesa la amplia gama de señales que emite su rostro. Lo hace de forma pasiva claro y es que para él es algo tan natural como respirar.
Por otro lado, sus dudas acerca de la palabra “fastidio” son aclaradas gracias a la intervención de ambos personajes. Cada uno tiene algo que decir aunque a rasgos generales sus conceptos mantienen el mismo patrón argumental.
Entiendo “dice con una ligera sonrisa”.
Guarda entonces la información correspondiente, no volverá a ser “pillado por sorpresa”. Después de todo como buena maquina social, uno de sus objetivos secundarios es ir nutriendo la matriz de comportamiento a donde sea que vaya.
Fufu deja saber también que no le agrada mucho la raza canina, lógico si tenemos en cuenta sus características físicas. Zero no puede evitar imaginarse un contexto divertido que involucra a felinos pero pasa a dejarlo en segundo plano rápido, tienen trabajo.
Avanzan, todos siguiendo al pequeño robot quien pone su matriz de rastreo a trabajar. Apenas supone un reto pues con sus capacidades aumentadas, cada escenario es un sinfín de pistas sobrepuestas.
Caminan por el tosco camino, cruzando un ambiente bastante bonito. La imagen del túnel de árboles es tan agradable a la vista que el propio chiquillo robot debe tomarse algunos instantes para admirarla.
La playa está cerca.
Algo que expresa al notar las señales, claro que todavía faltan minutos de caminata. A medida que continúan, Z9-42 detecta los curiosos gestos juguetones que tiene el hechicero con Fufu, algo que le roba cierta sonrisa vale destacar.
Llegan entonces a un cumulo de cuevas que lindan con la playa, no es la estructura natural más grande que Zero haya visto pero tampoco se le puede considerar pequeña. Es allí donde aparecen rastros adicionales en el tablero.
Hay otros rastros, con diferentes niveles de antigüedad “pone mueca pensativa” aquí se dividen.
Es claro que las cuevas han sido usadas numerosas veces por elementos variados, pero la cantidad de información es tal que no se puede definir si ahora mismo tienen inquilinos o llevan semanas deshabitadas.
Podemos rodear y seguir hasta la playa o investigar a fondo… no puedo determinar si ambas variables están relacionadas.
Dos caminos a seguir, algo que debe ser debatido en grupo. Lo bueno es que indiferentemente de la decisión que tomen, siguen contando con el elemento sorpresa, la ventaja de entrar a un escenario en forma táctica sin duda.
Por otro lado, sus dudas acerca de la palabra “fastidio” son aclaradas gracias a la intervención de ambos personajes. Cada uno tiene algo que decir aunque a rasgos generales sus conceptos mantienen el mismo patrón argumental.
Entiendo “dice con una ligera sonrisa”.
Guarda entonces la información correspondiente, no volverá a ser “pillado por sorpresa”. Después de todo como buena maquina social, uno de sus objetivos secundarios es ir nutriendo la matriz de comportamiento a donde sea que vaya.
Fufu deja saber también que no le agrada mucho la raza canina, lógico si tenemos en cuenta sus características físicas. Zero no puede evitar imaginarse un contexto divertido que involucra a felinos pero pasa a dejarlo en segundo plano rápido, tienen trabajo.
Avanzan, todos siguiendo al pequeño robot quien pone su matriz de rastreo a trabajar. Apenas supone un reto pues con sus capacidades aumentadas, cada escenario es un sinfín de pistas sobrepuestas.
Caminan por el tosco camino, cruzando un ambiente bastante bonito. La imagen del túnel de árboles es tan agradable a la vista que el propio chiquillo robot debe tomarse algunos instantes para admirarla.
La playa está cerca.
Algo que expresa al notar las señales, claro que todavía faltan minutos de caminata. A medida que continúan, Z9-42 detecta los curiosos gestos juguetones que tiene el hechicero con Fufu, algo que le roba cierta sonrisa vale destacar.
Llegan entonces a un cumulo de cuevas que lindan con la playa, no es la estructura natural más grande que Zero haya visto pero tampoco se le puede considerar pequeña. Es allí donde aparecen rastros adicionales en el tablero.
Hay otros rastros, con diferentes niveles de antigüedad “pone mueca pensativa” aquí se dividen.
Es claro que las cuevas han sido usadas numerosas veces por elementos variados, pero la cantidad de información es tal que no se puede definir si ahora mismo tienen inquilinos o llevan semanas deshabitadas.
Podemos rodear y seguir hasta la playa o investigar a fondo… no puedo determinar si ambas variables están relacionadas.
Dos caminos a seguir, algo que debe ser debatido en grupo. Lo bueno es que indiferentemente de la decisión que tomen, siguen contando con el elemento sorpresa, la ventaja de entrar a un escenario en forma táctica sin duda.
Z9-42
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Re: ¡Mausu y ardillas primero! [Privado][Terminado]
¿Debía de ofenderse por la familiaridad del brujo? La verdad es que a veces por menos la ratoncita explotaba en algún berrinche, pero su torre andante le transmitía más confianza y ciertamente esas cosquillas le venían de perlas, movió la cabeza un poco y logro rascar por fin ese punto donde no importaba como se retorciera no podía dar y luego se quedó espalda nuca mirando curioso cómo se avanzaba y ella veía como el punto del horizonte en ese túnel de árboles se alejaba y terminaron el trió en una decisión, Fufu se apoyó en la cabeza del brujo para ver ambas opciones.
-¿Que podría haber en la playa? Si son villanos capturistas seguro se esconderán, las ardillas de fuego van a la playa.- Seseo varias veces mientras se encogía de hombros. No podía imaginarse a tales criaturitas ir a beber agua mala. Estiró las orejas al tiempo que alzaba la nariz con los ojitos cerrados, buscaba aromas, aparte del perro percibía muchos más que no eran propios del lugar al menos en su lógica, saco su vara y sacando el brazo del gorro –Crece crece.- Dijo con un chillido y la vara de madera creció hasta topar al suelo, y tras pegar un par de veces la apoyo en su nuevo amigo torreta y se resbalo por esta.-Pequeña pequeña.- Dijo cuando toco el suelo y volvió a enfundarla, y tras ponerse a cuatro corrió hacia las cuevas con los sentidos bien alerta, busco las huellas del perro que habían visto anterior.
Algo que hizo por inercia fue toquetear la entrada de la primera cueva, sentir la piedra y la araño un poco, esto le decía si podría trepar fácilmente si algo le sorprendía y tenía que ponerse a resguardo ipso facto.
-¿Que podría haber en la playa? Si son villanos capturistas seguro se esconderán, las ardillas de fuego van a la playa.- Seseo varias veces mientras se encogía de hombros. No podía imaginarse a tales criaturitas ir a beber agua mala. Estiró las orejas al tiempo que alzaba la nariz con los ojitos cerrados, buscaba aromas, aparte del perro percibía muchos más que no eran propios del lugar al menos en su lógica, saco su vara y sacando el brazo del gorro –Crece crece.- Dijo con un chillido y la vara de madera creció hasta topar al suelo, y tras pegar un par de veces la apoyo en su nuevo amigo torreta y se resbalo por esta.-Pequeña pequeña.- Dijo cuando toco el suelo y volvió a enfundarla, y tras ponerse a cuatro corrió hacia las cuevas con los sentidos bien alerta, busco las huellas del perro que habían visto anterior.
Algo que hizo por inercia fue toquetear la entrada de la primera cueva, sentir la piedra y la araño un poco, esto le decía si podría trepar fácilmente si algo le sorprendía y tenía que ponerse a resguardo ipso facto.
Mi´Mit
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Re: ¡Mausu y ardillas primero! [Privado][Terminado]
Kendovlah tras la pequeña muestras de afecto a la nueva compañera de viaje, comenzó a prestar atención a las palabras del rastreador designado. Este al parecer estaba confundido, y no era para menos. El brujo sabía que era una zona bastante transitada por los turistas de otros continentes. Estaban cerca del límite entre el bosque y cala de la luna.
Para sorpresa del brujo, lo que vino primero fue una disculpa por parte de Zero. Al parecer el pequeño aumentado había descubierto otro rastro preocupante, de ámbito personal. Debido a esto y tras una corta despedida ahora el grupo se había reducido a mausu y brujo.
Durante el proceso de despedida, la ratoncita por fin decide bajarse de su nuevo método de transporte y Kendovlah pronto comprende que se trataba de otra viajera más con recursos exóticos. Sin duda alguna, aquella vara que ella portada sería excusa suficiente para mantenerse con el pequeño animal parlante, de momento al menos para estudiarla y ver si podía aprender algo nuevo de esto.
Fufu por su parte también parecía desconcertada por la diversidad de rastros. Al parecer se trataba de una cueva que más de alguna vez habría sido utilizada como campamento provisorio.
El brujo de la túnica negra conforme se adentraba en la cueva iba perdiendo visión, pero esto no era inconveniente, o no lo sería por mucho tiempo. —Luz —Susurra al momento de desenvainar su espada. Ahora podrían ver esas partes de la cueva que se veían inalcanzables por la luz del día, pues la espada ahora iluminaba por lo menos en un radio de treinta metros.
Era un arma de doble filo, pero habían objetos que examinar que hacían valer la pena el quedarse expuestos a una posible emboscada.
—Esperaba poder contar con la fuerza de Zero para esto —Dice algo relajado mientras examina lo que va revelando la cueva. Entre tantas cosas, como una fogata apagada hace algunos días, una mesa pequeña y rastros de sacos de dormir. Naturalmente un libro en la mesa fue lo que más llamó la atención del brujo.
Se sentó con las piernas cruzadas mientras examinaba sus páginas con cuidado, mientras lo hacía su espada reemplazaba el lugar en el centro de la mesa, pasando a funcionar como lámpara improvisada. Ciertamente le servía más de linterna que de arma.
—Pero por lo visto tendremos que compartir recursos —Dice lo último mientras una mirada un tanto preocupante se dibuja en su rostro—. Tranquila pequeña, la estrategia es lo mio.
Admite lo último aunque la misión se había complicado. Había pasado a ser algo más personal para el joven mago. No solo se confirmaban sus dudas sobre el grupo de cazadores con aquel libro, sino que también cabía una posibilidad enorme de que estuvieran usando su antigua casa como guarida. «Si estoy en lo cierto, me las pagarán bastardos...»
Su mirada se vuelve de lo más sombría. Había pensado en advertir a la academia sobre la presencia de estos en caso de ser numerosa. Sin embargo, que usen la casa ahora en ruinas que le había visto crecer, no podía aguantarlo. Definitivamente tenía que hacer algo por el mismo.
-Kendo activa el encantamiento fuente de luz de su espada.
-Seguimos sin Zero.
Para sorpresa del brujo, lo que vino primero fue una disculpa por parte de Zero. Al parecer el pequeño aumentado había descubierto otro rastro preocupante, de ámbito personal. Debido a esto y tras una corta despedida ahora el grupo se había reducido a mausu y brujo.
Durante el proceso de despedida, la ratoncita por fin decide bajarse de su nuevo método de transporte y Kendovlah pronto comprende que se trataba de otra viajera más con recursos exóticos. Sin duda alguna, aquella vara que ella portada sería excusa suficiente para mantenerse con el pequeño animal parlante, de momento al menos para estudiarla y ver si podía aprender algo nuevo de esto.
Fufu por su parte también parecía desconcertada por la diversidad de rastros. Al parecer se trataba de una cueva que más de alguna vez habría sido utilizada como campamento provisorio.
El brujo de la túnica negra conforme se adentraba en la cueva iba perdiendo visión, pero esto no era inconveniente, o no lo sería por mucho tiempo. —Luz —Susurra al momento de desenvainar su espada. Ahora podrían ver esas partes de la cueva que se veían inalcanzables por la luz del día, pues la espada ahora iluminaba por lo menos en un radio de treinta metros.
Era un arma de doble filo, pero habían objetos que examinar que hacían valer la pena el quedarse expuestos a una posible emboscada.
—Esperaba poder contar con la fuerza de Zero para esto —Dice algo relajado mientras examina lo que va revelando la cueva. Entre tantas cosas, como una fogata apagada hace algunos días, una mesa pequeña y rastros de sacos de dormir. Naturalmente un libro en la mesa fue lo que más llamó la atención del brujo.
Se sentó con las piernas cruzadas mientras examinaba sus páginas con cuidado, mientras lo hacía su espada reemplazaba el lugar en el centro de la mesa, pasando a funcionar como lámpara improvisada. Ciertamente le servía más de linterna que de arma.
—Pero por lo visto tendremos que compartir recursos —Dice lo último mientras una mirada un tanto preocupante se dibuja en su rostro—. Tranquila pequeña, la estrategia es lo mio.
Admite lo último aunque la misión se había complicado. Había pasado a ser algo más personal para el joven mago. No solo se confirmaban sus dudas sobre el grupo de cazadores con aquel libro, sino que también cabía una posibilidad enorme de que estuvieran usando su antigua casa como guarida. «Si estoy en lo cierto, me las pagarán bastardos...»
Su mirada se vuelve de lo más sombría. Había pensado en advertir a la academia sobre la presencia de estos en caso de ser numerosa. Sin embargo, que usen la casa ahora en ruinas que le había visto crecer, no podía aguantarlo. Definitivamente tenía que hacer algo por el mismo.
Off:
-Kendo activa el encantamiento fuente de luz de su espada.
-Seguimos sin Zero.
Kendovlah
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Re: ¡Mausu y ardillas primero! [Privado][Terminado]
-Adiós Zero.- Dijo la ratoncita despidiéndose del chico formal, deseo que aquello que le urgía fuera favorable y sintió algo de nostalgia. Aunque su nuevo amigo Kendo prosiguió, no podíamos dejar el misterio de las ardillas de fuego así como así. Siguieron el rastro hacia la cueva y aun con la humedad se percibían montón de olores no naturales de estas, olor a humo, a cebo, a perro con el pelaje mojado, y cosas nada lindas que le hicieron treparse al hombro de Kendo mientras este encendía la espada. Paso de pensar en lavarse pronto sus patitas, a admirar esa espada reluciente.-Que linda.- Dijo poniéndose panza abajo en el hombro de este y se volvió a poner en el gorro tensando el arco por si algo entraba a la cueva.-Cubro espaldas.-
Dijo entre tchiks y en la última s un siseo. Cuando los aromas se establecieron más en su nariz este uso la silla para bajar y comenzar a ahondar en la cueva, los rastros de la fogata eran algo recientes, a lo sumo una noche. Otros aromas decían que un par de días a lo sumo.
-Yo comparto, Mi´mit tiene once hermanos, todos compartimos. Yo casi ser la más grande, aunque soy bajita.-La mausu se distraía con facilidad y soltaba retazos de su historia infantil con alegría mientras la aventura continuaba y ella se sentía muy importante de ayudar. Con el arco medio movió los sacos de dormir. Vio algo curioso u corrió a tendérselo a Kendo, era como una escama o similar, parecía que el lugar solo era usado como una especie de descanso más que como un refugio.
-Mire mire, seguro viven cerca, no hay comida almacenada chikt, -Miro el gesto ensombrecido del brujo y apoyo su patita en la rodilla de este.-¿Encontraste algo malo?
Dijo entre tchiks y en la última s un siseo. Cuando los aromas se establecieron más en su nariz este uso la silla para bajar y comenzar a ahondar en la cueva, los rastros de la fogata eran algo recientes, a lo sumo una noche. Otros aromas decían que un par de días a lo sumo.
-Yo comparto, Mi´mit tiene once hermanos, todos compartimos. Yo casi ser la más grande, aunque soy bajita.-La mausu se distraía con facilidad y soltaba retazos de su historia infantil con alegría mientras la aventura continuaba y ella se sentía muy importante de ayudar. Con el arco medio movió los sacos de dormir. Vio algo curioso u corrió a tendérselo a Kendo, era como una escama o similar, parecía que el lugar solo era usado como una especie de descanso más que como un refugio.
-Mire mire, seguro viven cerca, no hay comida almacenada chikt, -Miro el gesto ensombrecido del brujo y apoyo su patita en la rodilla de este.-¿Encontraste algo malo?
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Re: ¡Mausu y ardillas primero! [Privado][Terminado]
Apunto de sentarse en la mesa, se sorprendió de la facilidad con la que Fufu le había agarrado confianza y con la que se trepo por su hombro. Al parecer sus sospechas de tener que acostumbrarse al nuevo “hogar-movil” de la pequeña habían sido acertadas. Parecía extraño, pero tenía cierta facilidad con los seres más pequeños y no alcanzaba a comprender el motivo de esto.
Comenzó a hablar mientras volvía a bajarse y explorar el resto de la cueva. Ciertamente había fracasado su primer intento en armar una estrategia de ataque con la mausu, pues esta de alguna forma saco a relucir parte de su historial familiar. Agradeció entonces solo contar con una mausu en su arsenal, no se imaginaba el lío que sería tener que tratar de entender y coordinar al resto.
Le ayuda a subirse sobre la mesa cuando hace gala sobre su descubrimiento. Kendovlah examina la piel escamosa encontrada por su pequeña amiga y asiente, aun con mirada gélida. El llamado de atención era la falta de espinas y una textura bastante similar a la ardilla que habían encontrado en el estómago algunas horas atrás.
Asiente ante la última pregunta de la ratona parlante. —Malo para ellos y un tanto fastidioso para nosotros —Responde con un tono mezclado, calmado con deje de seriedad profunda. La situación sin duda lo tenía cabreado, pero entendía que no podía culpar a la pequeña aventurera, después de todo esta también habría podido ser una victima más del enemigo.
Observó entonces el carcaj de la roedora y su cerebro rápidamente comenzó a planear un posible ataque combinado. El plan era simple, pero sentía prisa por llevarlo a cabo, por lo que de momento no dijo nada más. Sacó un cuchillo de caza que convenientemente había sido dejado atrás. No le fue muy difícil entender el motivo y era que este estaba algo mellado ya, pero serviría.
La piel no era muy grande, pero tampoco necesitaba mucho tomando en cuenta el tamaño de las flechas. —Esto debería bastar para no quemar la flecha en su trayecto —Dijo una vez terminada la tarea de cortar pequeños trozos—. El truco es simple, cuando necesites disparar...
Kendovlah levanta su dedo y dibuja una pequeña bola de fuego. —El fuego se pegará en la punta cubierta por esta piel —Dijo para fruncir un tanto el ceño y añade—: Es algo improvisado, no creo que valga la pena nombrar el ataque, pero servirá.
Toma con cuidado una de las flechas y con aún más cuidado trata de añadir el acabado con la piel escamosa en la punta, lo siguiente sería fundirlo con un poco de calor para que no se despegase. —¿Me ayudas? —Pregunta luego de enseñarle el proceso, quizás no tenían mucho tiempo antes de ser descubiertos—. Acabo de descubrir que estos cabrones están usando la casa abandonada de mis padres en el bosque como guarida y no dejaré que esto siga así.
Lo último lo dice con el mismo tono mezclado de serenidad y rabia, se estaba conteniendo bastante bien y la tarea de las flechas le ayudaba en algo a canalizar ese rencor que poco a poco iba acumulando por los sujetos.
Comenzó a hablar mientras volvía a bajarse y explorar el resto de la cueva. Ciertamente había fracasado su primer intento en armar una estrategia de ataque con la mausu, pues esta de alguna forma saco a relucir parte de su historial familiar. Agradeció entonces solo contar con una mausu en su arsenal, no se imaginaba el lío que sería tener que tratar de entender y coordinar al resto.
Le ayuda a subirse sobre la mesa cuando hace gala sobre su descubrimiento. Kendovlah examina la piel escamosa encontrada por su pequeña amiga y asiente, aun con mirada gélida. El llamado de atención era la falta de espinas y una textura bastante similar a la ardilla que habían encontrado en el estómago algunas horas atrás.
Asiente ante la última pregunta de la ratona parlante. —Malo para ellos y un tanto fastidioso para nosotros —Responde con un tono mezclado, calmado con deje de seriedad profunda. La situación sin duda lo tenía cabreado, pero entendía que no podía culpar a la pequeña aventurera, después de todo esta también habría podido ser una victima más del enemigo.
Observó entonces el carcaj de la roedora y su cerebro rápidamente comenzó a planear un posible ataque combinado. El plan era simple, pero sentía prisa por llevarlo a cabo, por lo que de momento no dijo nada más. Sacó un cuchillo de caza que convenientemente había sido dejado atrás. No le fue muy difícil entender el motivo y era que este estaba algo mellado ya, pero serviría.
La piel no era muy grande, pero tampoco necesitaba mucho tomando en cuenta el tamaño de las flechas. —Esto debería bastar para no quemar la flecha en su trayecto —Dijo una vez terminada la tarea de cortar pequeños trozos—. El truco es simple, cuando necesites disparar...
Kendovlah levanta su dedo y dibuja una pequeña bola de fuego. —El fuego se pegará en la punta cubierta por esta piel —Dijo para fruncir un tanto el ceño y añade—: Es algo improvisado, no creo que valga la pena nombrar el ataque, pero servirá.
Toma con cuidado una de las flechas y con aún más cuidado trata de añadir el acabado con la piel escamosa en la punta, lo siguiente sería fundirlo con un poco de calor para que no se despegase. —¿Me ayudas? —Pregunta luego de enseñarle el proceso, quizás no tenían mucho tiempo antes de ser descubiertos—. Acabo de descubrir que estos cabrones están usando la casa abandonada de mis padres en el bosque como guarida y no dejaré que esto siga así.
Lo último lo dice con el mismo tono mezclado de serenidad y rabia, se estaba conteniendo bastante bien y la tarea de las flechas le ayudaba en algo a canalizar ese rencor que poco a poco iba acumulando por los sujetos.
Kendovlah
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Re: ¡Mausu y ardillas primero! [Privado][Terminado]
La mausu miro con atención y tras estar sobre la mesa miro por el borde mientras Kendo hacia algo con las flechas. Saco su cuadernito y con un carbón anoto entre tchis y chis “Mesas muy muy muy altas” y entonces de nuevo la palabra fastidio ella se sentó con las patitas en el borde mirando como “decoraba” las flechas. Entonces entendió que haría flechas de fuego como Lavey y se emocionó mucho mirándolas flechas, aunque ato cabos y lamento que eso tan bueno fuera a costa de ardillas que estaban por desaparecer.
-Hare flechas ardientesh.- Tensó una y apunto al techo sin disparar- ¡Chisipitas ve! –Puso atención y entonces imito la forma en que forraba la punta y este hablaba de lo que pasaba con su anterior casa.-Abandonada… -No quería acertar así que trato de que no le ganara la curiosidad, además que se notaba que el señor torre obscura se concentraba en su tarea, le recordó cuando ella en casa se enojaba con su madre o algún hermano y no quería decir algo que los fuera a lastimar prefería enfocarse en hacer algo que la calmara y abrazar luego a los que tenía en riña. Claro que a los invasores nadie los iba a abrazar.
Suspiro y le puso la mano en el hombro dándole palmaditas.-Fufu ayudará a sacarlos de tu casa.- Iba a decir algo más y se quedó algo fría movía las orejitas mirando la entrada y a los rincones, el ruido era circundante, una ¿marcha? Pensó en el perro, y ¿si eran muchos? Tomo una de las flechas preparadas y atino a apuntar a la salida. De ventaja ellos no proyectaban sombras y cualquiera que fuere a entrar proyectaría y daría su posición y cantidad cuando acapararan la luz que entraba.
-Hare flechas ardientesh.- Tensó una y apunto al techo sin disparar- ¡Chisipitas ve! –Puso atención y entonces imito la forma en que forraba la punta y este hablaba de lo que pasaba con su anterior casa.-Abandonada… -No quería acertar así que trato de que no le ganara la curiosidad, además que se notaba que el señor torre obscura se concentraba en su tarea, le recordó cuando ella en casa se enojaba con su madre o algún hermano y no quería decir algo que los fuera a lastimar prefería enfocarse en hacer algo que la calmara y abrazar luego a los que tenía en riña. Claro que a los invasores nadie los iba a abrazar.
Suspiro y le puso la mano en el hombro dándole palmaditas.-Fufu ayudará a sacarlos de tu casa.- Iba a decir algo más y se quedó algo fría movía las orejitas mirando la entrada y a los rincones, el ruido era circundante, una ¿marcha? Pensó en el perro, y ¿si eran muchos? Tomo una de las flechas preparadas y atino a apuntar a la salida. De ventaja ellos no proyectaban sombras y cualquiera que fuere a entrar proyectaría y daría su posición y cantidad cuando acapararan la luz que entraba.
Mi´Mit
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Re: ¡Mausu y ardillas primero! [Privado][Terminado]
Terminó la tarea de preparar las flechas y las dejo de vuelta en el carcaj. Para ese entonces ya había pensado en un sin fin de formas sobre como echaría a esos extranjeros mal nacidos de su antigua morada. Su rostro se mantenía severo, señal de que se había tomado más que en serio aquella tarea. Por segundos deseó que la pequeña ratoncita no fuera su compañera. Por el mismo podía darse cuenta de lo frío y sangriento que podía volverse un simple tablero y estaba más que dispuesto a salir vencedor de este.
De haber tenido oportunidad, no mostraría aquel rostro a su diminuta amiga, pero dejarla ir sería bastante irresponsable de su parte. Después de todo, el estratega contempló varios escenarios en los que la mausu podría ser victima del fuego cruzado y no podría vivir tranquilo con eso.
—No todos saldrán de la casa de mis padres, al menos no con vida —Responde con un tono bastante frío que de escucharse ni el mismo se reconocería.
—Están aquí —Dijo cuando vio a la peluda sacar su arco, al mismo tiempo podía sentir aquel típico dolor preventivo en su brazo derecho. Sabía de sobra como iba a terminar aquel asunto, pues el mismo sería esta vez quien iniciara el ataque, sin preguntar. Ya no necesitaba intercambiar palabras con los cazadores, para el brujo las fichas del tablero ya estaban en movimiento.
Efectivamente lo primero que entro en la cueva fue el perro, al parecer estaba solo. Empero esto ya lo había previsto y encajaba con las notas encontradas anteriormente. Lo dejaban suelto y mandaba la señal a sus dueños con ladridos característicos, entonces era que estos se movían por turnos o se dividían tareas según los hallazgos del animal.
El túnica negra se levanto y tomo la espada, claramente el animal lo vio como una amenaza y comenzó a gruñir en su sitio. El rostro de Kendovlah se volvió más sombrío aún, por fortuna desde esa posición Fufu no podía apreciarlo, pero el animal era más susceptible a los cambios de ánimos. El de Kendovlah en aquel entonces, era el de un ser humano capaz de matar sin remordimiento. Normalmente dejaría al animal con vida, pero sacarlo del juego era primordial en su frío tablero.
El animal se abalanzó como lo haría cualquiera de su especia. Por fortuna para el brujo, no le hacía falta ser hábil con la espada para su siguiente movimiento. Era simple, aunque normalmente sería algo que aborrecería hacer. Después de todo los perros eran mascotas leales si se les educaba de manera correcta, pero este no era el caso.
Un gemido agudo de dolor se escapo del anima, luego la sangre esparció el lugar. La brillante espada de Kendovlah se retiró de la carne del perro que ahora yacía inerte sobre la tierra. Pensó en limpiar su arma, pero por segundos temió que podría distraer su fría lógica al realizar dicha tarea.
—Solo espero no matar más animales inocentes —Dice con clara molestia al volver con Fufu. Trato de relajar un poco su rostro al cruzarlo con el de su compañera. —Vamos, por los verdaderos responsables.
Espero a que la pequeña decidiera como avanzar, ya fuera sobre su hombro o por su cuenta. Una vez decidida, se puso en marcha. Esta vez la ruta que tomo fue distinta, usar el camino principal los exponía demasiado. Así que prefirió moverse entre los árboles hasta que la pequeña choza en ruinas se dejo ver.
Por lo visto al menos se habían molestado en sacar el árbol que había caído en la habitación de sus padres, pues era la única parte del techo que no estaba en su lugar. Aún así el marco de lo que alguna vez tuvo ventanas de vidrio, delataban la posición de cada uno, mientras que la altura les deba una ventaja terrenal. Esto facilito el trabajo para Kendovlah, al parecer estaban todos en el terreno y aquello era sin duda perfecto.
Calculo cuatro rincones marcados por árboles. Estos de momento solo se dejaban ver en la mente del hechicero.
Con el mayor sigilo que sus aptitudes le permitían, junto varías ramitas y hojas secas entre las raíces del primer árbol. Repitió la misma acción en el segundo. Al terminar esto estudio el movimiento de los enemigos, le hizo una seña de guardar silencio a Fufu y se dirigió a la parte baja del terreno, estudiando el momento para que el enemigo no les viera en el proceso.
Repitió la acción del terreno superior sin mayor dificultad con dos árboles más, terminando de marcar el perímetro. Desde donde estaban tenían al menos en vista tres de cuatro puntos. Habría que moverse al tercero para prender el segundo.
—Dispara a las ramas que deje arriba, pequeña. ¿Puedes? —Le pregunta en un susurro mientras una bola de fuego pequeña se posa sobre su man—. Tendremos que repetir la misma acción del otro lado.
Apunta hacía la esquina contraría, esperan que la pequeña captará el plan que tenía en mente. Primero encerrar, luego aprovecharse del pánico. El gran contra sería tener que pelear entre las murallas de fuego, pero Kendovlah estaba consciente de los riesgos y listo para aceptar consecuencias. De otra forma, habría pedido más refuerzos. Sin embargo y valga la redundancia, era un asunto personal en el cual veía a Fufu como una victima que se había visto forzada a ser participe. Tendría que devolverle el favor más tarde de alguna manera.
De haber tenido oportunidad, no mostraría aquel rostro a su diminuta amiga, pero dejarla ir sería bastante irresponsable de su parte. Después de todo, el estratega contempló varios escenarios en los que la mausu podría ser victima del fuego cruzado y no podría vivir tranquilo con eso.
—No todos saldrán de la casa de mis padres, al menos no con vida —Responde con un tono bastante frío que de escucharse ni el mismo se reconocería.
—Están aquí —Dijo cuando vio a la peluda sacar su arco, al mismo tiempo podía sentir aquel típico dolor preventivo en su brazo derecho. Sabía de sobra como iba a terminar aquel asunto, pues el mismo sería esta vez quien iniciara el ataque, sin preguntar. Ya no necesitaba intercambiar palabras con los cazadores, para el brujo las fichas del tablero ya estaban en movimiento.
Efectivamente lo primero que entro en la cueva fue el perro, al parecer estaba solo. Empero esto ya lo había previsto y encajaba con las notas encontradas anteriormente. Lo dejaban suelto y mandaba la señal a sus dueños con ladridos característicos, entonces era que estos se movían por turnos o se dividían tareas según los hallazgos del animal.
El túnica negra se levanto y tomo la espada, claramente el animal lo vio como una amenaza y comenzó a gruñir en su sitio. El rostro de Kendovlah se volvió más sombrío aún, por fortuna desde esa posición Fufu no podía apreciarlo, pero el animal era más susceptible a los cambios de ánimos. El de Kendovlah en aquel entonces, era el de un ser humano capaz de matar sin remordimiento. Normalmente dejaría al animal con vida, pero sacarlo del juego era primordial en su frío tablero.
El animal se abalanzó como lo haría cualquiera de su especia. Por fortuna para el brujo, no le hacía falta ser hábil con la espada para su siguiente movimiento. Era simple, aunque normalmente sería algo que aborrecería hacer. Después de todo los perros eran mascotas leales si se les educaba de manera correcta, pero este no era el caso.
Un gemido agudo de dolor se escapo del anima, luego la sangre esparció el lugar. La brillante espada de Kendovlah se retiró de la carne del perro que ahora yacía inerte sobre la tierra. Pensó en limpiar su arma, pero por segundos temió que podría distraer su fría lógica al realizar dicha tarea.
—Solo espero no matar más animales inocentes —Dice con clara molestia al volver con Fufu. Trato de relajar un poco su rostro al cruzarlo con el de su compañera. —Vamos, por los verdaderos responsables.
Espero a que la pequeña decidiera como avanzar, ya fuera sobre su hombro o por su cuenta. Una vez decidida, se puso en marcha. Esta vez la ruta que tomo fue distinta, usar el camino principal los exponía demasiado. Así que prefirió moverse entre los árboles hasta que la pequeña choza en ruinas se dejo ver.
Por lo visto al menos se habían molestado en sacar el árbol que había caído en la habitación de sus padres, pues era la única parte del techo que no estaba en su lugar. Aún así el marco de lo que alguna vez tuvo ventanas de vidrio, delataban la posición de cada uno, mientras que la altura les deba una ventaja terrenal. Esto facilito el trabajo para Kendovlah, al parecer estaban todos en el terreno y aquello era sin duda perfecto.
Calculo cuatro rincones marcados por árboles. Estos de momento solo se dejaban ver en la mente del hechicero.
Con el mayor sigilo que sus aptitudes le permitían, junto varías ramitas y hojas secas entre las raíces del primer árbol. Repitió la misma acción en el segundo. Al terminar esto estudio el movimiento de los enemigos, le hizo una seña de guardar silencio a Fufu y se dirigió a la parte baja del terreno, estudiando el momento para que el enemigo no les viera en el proceso.
Repitió la acción del terreno superior sin mayor dificultad con dos árboles más, terminando de marcar el perímetro. Desde donde estaban tenían al menos en vista tres de cuatro puntos. Habría que moverse al tercero para prender el segundo.
—Dispara a las ramas que deje arriba, pequeña. ¿Puedes? —Le pregunta en un susurro mientras una bola de fuego pequeña se posa sobre su man—. Tendremos que repetir la misma acción del otro lado.
Apunta hacía la esquina contraría, esperan que la pequeña captará el plan que tenía en mente. Primero encerrar, luego aprovecharse del pánico. El gran contra sería tener que pelear entre las murallas de fuego, pero Kendovlah estaba consciente de los riesgos y listo para aceptar consecuencias. De otra forma, habría pedido más refuerzos. Sin embargo y valga la redundancia, era un asunto personal en el cual veía a Fufu como una victima que se había visto forzada a ser participe. Tendría que devolverle el favor más tarde de alguna manera.
Kendovlah
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Re: ¡Mausu y ardillas primero! [Privado][Terminado]
La situación era peculiar, le ponía los pelos de punta en un sentido literal y movía nerviosa las orejas, sentía que tiraban de ellas cuando se acomodó el carcaj, el ambiente se respiraba distinto y entonces prefirió mantenerse en la mesa, era un lugar “alto”. Trataba de no temblar pero era casi imposible y el perro la puso nerviosa, era casi de su estatura al menos de pata a cabeza y por el gruñido sabía que no sería una corretiza tan fácil en el bosque. Por suerte Kendo lo despacho rápido y limpio, una parte de si estaba tranquila y la otra, asustada, no le gustaba mucho la violencia y ver como el animal quedaba tendido le dio un escalofrío. Suspiro pero era algo que parecía necesario y asintió al gesto serio del brujo.
-Solo tiene la culpa de que sus dueños les hagan hacer cosas malas.- Saco su vara y con un susurro esta se alargó y tras apoyarla en el hombro del túnica negra retrepo para acomodarse en su hombro, aferrando al brazo de este su colita.-Pequeña pequeña.- Dijo a su vara que quedo de su medida y volvió a ajustarla a la espalda. Estar en su espalda le daba ventajas, podía sorprender desde ahí pues nadie esperaba que ella estuviera en su torreta. Claro que en el suelo podía escabullirse, olfatear y seguir un rastro, pero un blanco tremendamente fácil, tal vez no para los humanos pero si para los perros, y mejor seguir donde estaba, sana y completa.
Cuando salieron se tapó sus pequeños ojos negros y luego algo menos deslumbrada por el cambio de luz asintió conforme el brujo hacía su, am, juntadera de ramitas. Ella lo veía paciente, no imaginaba que era lo que buscaba pero cuando le dio las indicaciones entendió y alzo un pulgar en señal de aprobación. Saco el arco y tensándolo, respirando hondo y mirando el objetivo disparo su pequeña saeta y en sincronía Kendo imbuyo en fuego la punta de esta cuando fue disparada, le sorprendio mucho y aunque no cayo directamente en el cumulo de ramas, logro encenderse por la hojarasca propia de los árboles, la segunda requirió de dos flechas y se tallo los ojos algo apenada por su fallo, pero al parecer las cosas funcionaban, -Perdón, me falta mushu por aprender aun.
Como si de magia se tratare las llamas comenzaron a caldear el ambiente y Fufu se puso defensiva pues tenía la duda de que harían cuando salieran los que se resguardaban en la anterior casa de Kendo. Y la duda se volvió palpable.
-¿QUÉ MIERDA SUCEDE AFUERA?- grito una voz que a la mausu le pareció estridente y grave acompañada de unos ladridos apurados, Fufu se quedó quieta, era la primera vez que se veía envuelta en una trifulca, o bueno lo que amenazaba con volverse una.
-Solo tiene la culpa de que sus dueños les hagan hacer cosas malas.- Saco su vara y con un susurro esta se alargó y tras apoyarla en el hombro del túnica negra retrepo para acomodarse en su hombro, aferrando al brazo de este su colita.-Pequeña pequeña.- Dijo a su vara que quedo de su medida y volvió a ajustarla a la espalda. Estar en su espalda le daba ventajas, podía sorprender desde ahí pues nadie esperaba que ella estuviera en su torreta. Claro que en el suelo podía escabullirse, olfatear y seguir un rastro, pero un blanco tremendamente fácil, tal vez no para los humanos pero si para los perros, y mejor seguir donde estaba, sana y completa.
Cuando salieron se tapó sus pequeños ojos negros y luego algo menos deslumbrada por el cambio de luz asintió conforme el brujo hacía su, am, juntadera de ramitas. Ella lo veía paciente, no imaginaba que era lo que buscaba pero cuando le dio las indicaciones entendió y alzo un pulgar en señal de aprobación. Saco el arco y tensándolo, respirando hondo y mirando el objetivo disparo su pequeña saeta y en sincronía Kendo imbuyo en fuego la punta de esta cuando fue disparada, le sorprendio mucho y aunque no cayo directamente en el cumulo de ramas, logro encenderse por la hojarasca propia de los árboles, la segunda requirió de dos flechas y se tallo los ojos algo apenada por su fallo, pero al parecer las cosas funcionaban, -Perdón, me falta mushu por aprender aun.
Como si de magia se tratare las llamas comenzaron a caldear el ambiente y Fufu se puso defensiva pues tenía la duda de que harían cuando salieran los que se resguardaban en la anterior casa de Kendo. Y la duda se volvió palpable.
-¿QUÉ MIERDA SUCEDE AFUERA?- grito una voz que a la mausu le pareció estridente y grave acompañada de unos ladridos apurados, Fufu se quedó quieta, era la primera vez que se veía envuelta en una trifulca, o bueno lo que amenazaba con volverse una.
Mi´Mit
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Re: ¡Mausu y ardillas primero! [Privado][Terminado]
Sonrío levemente ante el fallo de la mausu, mientras mantuvieran el sigilo hasta que el fuego iniciara seguían contando con el factor sorpresa, así que de momento todo marchaba acorde al plan. No la regaño, simplemente aprobó en silencio sus ganas de intentarlo nuevamente. Hasta entonces no se había preguntado por la edad del pequeño animal parlante, pero de momento era algo que podía pasar por alto.
Con algo de esfuerzo, Kendovlah alimenta las bolas de fuego que habían quedado en el lugar con algo de magia. Naturalmente el fuego se salió de control con cierta facilidad, pronto este había rodeado la antigua casa del brujo.
Su rostro se mostró con algo de pesar al respecto, pero sonrió una vez más. Ese era el plan después de todo y lo habían conseguido. Ahora solo quedaba asegurarse de que los intrusos recibieran su merecido.
Movió su mano hacía una oreja de Fufu y la rasco suavemente. —Has hecho bien, pequeña. Tranquila —Le comentó apacible cuando el grito de un cazador les toma por sorpresa. Al parecer se habían percatado del incendio con mayor celeridad que la esperada.
Estaban dentro del cuadrado que se había formado como centro del incendio, pero esto al elemental de fuego no le preocupaba. Salir sería cosa fácil para ellos. El plan era simple, acabar con cuantos pudiesen hasta asegurarse que los restantes no pudieran escapar. De momento al menos la pequeña felpuda estaba segura sobre su hombro.
—Ahora viene lo fastidioso —Dijo algo más serio. Sus ojos se cerraron mientras empuñaba su muñeca con la palma abierta hacía arriba. Unas llamas comenzaron a salir, pero a diferencia de las bolas anteriores, estas comenzaron a tomar forma de calavera hasta quedar suspendida en el aíre, levitando en su lugar por deseo del convocador.
—Si ves algo moviéndose, dispara. Yo me encargo del resto —Advirtió tomando un leve suspiro. Estaba gastando más éter del usual, pero era algo que ya había anticipado. Naturalmente también el cansancio que esto causaba estaba en consideración.
Para fortuna de ellos solo se trataban de tres humanos y dos perros más. Un grupo insignificante tomando en cuenta el estado del lugar y la experiencia previa del brujo con sus aventuras. Estos se dejaron ver con facilidad al salir de la casa.
—Ahora, dispara a lo que puedas —Ordenó el brujo mientras su centinela en llamas volaba en dirección al hombre más cercano. Como era de esperarse, el hombre logra esquivar el proyectil moviendo la cabeza hacía un lado, pero Kendovlah no dudo en ordenar al centinela explotar al instante provocando daño severo y algunas quemaduras.
Los hombres se dividieron formando un triangulo mientras que los perros corrían hacía el grupo. El primero aún estaba resentido por la explosión, algo mareado intentando apagarse las llamas que quedaron sobre su cabello.
—Dispará todo lo que puedas, que no importe fallar —Vuelve a ordenar el mago mientras le lanza una patada al primer animal en acercarse. Este naturalmente retrocede unos pasos tras soltar un chillido de dolor. El otro al ver esto se mantiene a distancia prudencial.
—No sabes el lío en el que te has metido, muchacho. No saldrás vivo de esta —Amenaza uno de los cazadores, pero Kendovlah solo escupe al suelo en respuesta.
—Los del Hekchsold acostumbramos a fastidios peores que este —Bramó con evidente molestia. Solo estaba comenzando, cierto lado sádico comienza a despertar en él. Quería verlos sufrir y arder, si no fuese por Fufu quizás ya los habría sacado de combate, pero debía tenerla en cuenta al momento de pelear con ella al hombro.
Kendovlah estuvo apunto de lanzar otro hechizo, pero justo en ese momento una rama cae sobre la cabeza de uno de los perros, este retrocedió y comenzó a mirar a su alrededor. El fuego claramente mantenía a los invasores alerta. La situación se había vuelto tensa para todos, pero Kendovlah seguía con la cabeza fría. Estaba dispuesto y decidido a hacerlos pagar. Naturalmente esperaba castigar errores, era la mejor estrategia que se le ocurría en esa situación.
Con algo de esfuerzo, Kendovlah alimenta las bolas de fuego que habían quedado en el lugar con algo de magia. Naturalmente el fuego se salió de control con cierta facilidad, pronto este había rodeado la antigua casa del brujo.
Su rostro se mostró con algo de pesar al respecto, pero sonrió una vez más. Ese era el plan después de todo y lo habían conseguido. Ahora solo quedaba asegurarse de que los intrusos recibieran su merecido.
Movió su mano hacía una oreja de Fufu y la rasco suavemente. —Has hecho bien, pequeña. Tranquila —Le comentó apacible cuando el grito de un cazador les toma por sorpresa. Al parecer se habían percatado del incendio con mayor celeridad que la esperada.
Estaban dentro del cuadrado que se había formado como centro del incendio, pero esto al elemental de fuego no le preocupaba. Salir sería cosa fácil para ellos. El plan era simple, acabar con cuantos pudiesen hasta asegurarse que los restantes no pudieran escapar. De momento al menos la pequeña felpuda estaba segura sobre su hombro.
—Ahora viene lo fastidioso —Dijo algo más serio. Sus ojos se cerraron mientras empuñaba su muñeca con la palma abierta hacía arriba. Unas llamas comenzaron a salir, pero a diferencia de las bolas anteriores, estas comenzaron a tomar forma de calavera hasta quedar suspendida en el aíre, levitando en su lugar por deseo del convocador.
—Si ves algo moviéndose, dispara. Yo me encargo del resto —Advirtió tomando un leve suspiro. Estaba gastando más éter del usual, pero era algo que ya había anticipado. Naturalmente también el cansancio que esto causaba estaba en consideración.
Para fortuna de ellos solo se trataban de tres humanos y dos perros más. Un grupo insignificante tomando en cuenta el estado del lugar y la experiencia previa del brujo con sus aventuras. Estos se dejaron ver con facilidad al salir de la casa.
—Ahora, dispara a lo que puedas —Ordenó el brujo mientras su centinela en llamas volaba en dirección al hombre más cercano. Como era de esperarse, el hombre logra esquivar el proyectil moviendo la cabeza hacía un lado, pero Kendovlah no dudo en ordenar al centinela explotar al instante provocando daño severo y algunas quemaduras.
Los hombres se dividieron formando un triangulo mientras que los perros corrían hacía el grupo. El primero aún estaba resentido por la explosión, algo mareado intentando apagarse las llamas que quedaron sobre su cabello.
—Dispará todo lo que puedas, que no importe fallar —Vuelve a ordenar el mago mientras le lanza una patada al primer animal en acercarse. Este naturalmente retrocede unos pasos tras soltar un chillido de dolor. El otro al ver esto se mantiene a distancia prudencial.
—No sabes el lío en el que te has metido, muchacho. No saldrás vivo de esta —Amenaza uno de los cazadores, pero Kendovlah solo escupe al suelo en respuesta.
—Los del Hekchsold acostumbramos a fastidios peores que este —Bramó con evidente molestia. Solo estaba comenzando, cierto lado sádico comienza a despertar en él. Quería verlos sufrir y arder, si no fuese por Fufu quizás ya los habría sacado de combate, pero debía tenerla en cuenta al momento de pelear con ella al hombro.
Kendovlah estuvo apunto de lanzar otro hechizo, pero justo en ese momento una rama cae sobre la cabeza de uno de los perros, este retrocedió y comenzó a mirar a su alrededor. El fuego claramente mantenía a los invasores alerta. La situación se había vuelto tensa para todos, pero Kendovlah seguía con la cabeza fría. Estaba dispuesto y decidido a hacerlos pagar. Naturalmente esperaba castigar errores, era la mejor estrategia que se le ocurría en esa situación.
Kendovlah
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