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Mensaje  Belitzar Dom 5 Jun - 0:24

Despierto con las primeras vibraciones, siento el movimiento de animales pequeños a mi alrededor, moviéndose con el ajetreo acostumbrado “Me gustaría sentir el calor del sol de nuevo en mi piel ¿En qué época del año estaremos?” Una serie de vívidas imágenes inundó la oscuridad, memorias de mi infancia y de mi familia, de mi vida, he visto tantas veces estos recuerdos….no quiero verlos más, yo solo quiero salir “..por favor, ayuda..”
Despierto de nuevo, a mi alrededor hay movimiento, dos puntos delante de mí, no se mueven por un rato, “si me preguntas te diría que son de tamaño humano” digo para mí concentrado en obtener la máxima información posible. Algo entre ellos comienza a vibrar con fuerza, tiene que ser algo descomunal, siento que no solo mi mente, si no mi cuerpo también vibra “¡Oh!” Un rayo de luz atraviesa la penumbra agrandando una grieta que se expande rápidamente, por un momento mi cuerpo arde intensamente y la presión se hace insoportable mientras la luz inunda completamente mi visión.

Mis dedos tocan la áspera suavidad del suelo, al respirar huelo a petricor, madera y carne chamuscada en el ambiente “pufff, ¿otra ilusión? Estoy cansado de esto” Me revuelvo para dormir y en mi espalda algo se clava con fuerza, provocando un pequeño gemido de dolor – ¡Pero qué! ¡¿Qué hace esto aquí?!- Mi mente se paraliza por un instante y vuelvo a clavar mi espalda en el suelo “siento dolor”, –Espera ¿siento dolor?- Quiero abrir los ojos y ver a mi alrededor pero dudo momentáneamente de saber hacerlo “¡Que estupidez! Abrase visto, hombre tan grande como tú y con miedo a abrir los ojos, puff, ¡abrelos ya!”, -voy, voy, un momento- Abro los párpados lentamente dejando que la claridad que los inundaba llegue a mis pupilas, delante mía el dosel arbóreo reluce con un penetrante verde y la claridad atraviesa las hojas de los árboles creando una suave sombra. Levanto mi mano derecha y dejo por unos instantes que la brisa acaricie mi muñeca “que agradable” un pensamiento en alto inunda mi cabeza con fuerza -…soy libre…soy libre….¡soy libre!- mi boca no es capaz de parar el murmullo de palabras que salen de ella y siento la subida de adrenalina –¡Que me parta un dragón! ¡soy libre!-

La alegría inundaba mi ser cuando decidí incorporarme, una pareja de ardillas de fuego cercanas saltan asustadas y se mantienen expectantes mientras consigo levantarme del suelo, me duele todo el cuerpo como si los matones de Kelonte me acabasen de dar una paliza. –Así que erais vosotras las que pasabais por aquí todos los días- digo mirando a las ardillas, que me contemplan estoicamente moviendo el hocico “mejor deja a los animales en paz y busca donde estás, esto no es la biblioteca”, –Sí, sí, cierto- Miro a mi alrededor y me encuentro rodeado de árboles, con el verde extendiéndose hasta donde la vista me alcanza –Supongo que serán los bosques de Illidan, no sé qué hago aquí exactamente pero es bueno, estoy cerca de casa- por el color de las hojas y la temperatura puedo decir que estamos cerca del verano -¿Pero de cuándo?- aspiro apesadumbrado y de nuevo ese olor se cuela por mi nariz, carne quemada, busco el origen a mi alrededor, consciente ahora de que las dos vibraciones “humanas” que había sentido ya no están.

No tardo ni un minuto en encontrar los cuerpos chamuscados de dos jóvenes brujos, ambos llevan grabados en sus ropas unos escudos, diferentes uno del otro, y a su alrededor se ha formado un circulo de tierra quemada, los observo por un momento siendo consciente de que su “accidente” me ha liberado de mi cautiverio, -Realmente les estoy muy agradecido, es una pena que no hayan sobrevivido a su propia estupidez- Las tripas me rugen “Mira a ver si tienen algo de comer encima”, –Me da un poco de nosequé, están muertos-, “Tiempos difíciles generan situaciones complicadas”, –Ya, pero…- realmente tengo mucha hambre “buff, está bien”. Comienzo a rebuscar entre los cuerpos y encuentro en uno de ellos un paquetito ligeramente grasiento, cuando me muevo para agarrarlo algo en mi pecho se mueve ligeramente –¡Pero qué!- palpo rápidamente mis ropas por debajo de la armadura de cuero “oh, el libro, debe de haberse convertido en piedra junto conmigo, que alivio” un vistazo rápido me confirma que se encuentra tan ajado y ruinoso como la última vez que lo vi –Espero que en la biblioteca no me culpen por su estado actual, ya estaba así cuando lo encontré- me paro un momento a pensar mis palabras y sonrío ante la tontería que acabo de decir “centrémonos, comida, donde, cuando, casa”, –Es verdad- murmuro y recupero el paquetito grasiento, dentro hay dos empanadillas que se nota que están hechas con amor, porque me saben a pura gloria, o será que tengo hambre. Mientras estoy finalizando la segunda busco el sol y su inclinación para decidir en qué dirección dirigirme “lo más cercano a la costa y con posibilidad de encontrar población es hacía el norte”, –mmmm-, “al sur no vive nadie y si vamos en otra dirección podemos estar días andando”, –mmmmhhhh- me acaricio la perilla en un movimiento inconsciente –Norte pues-.
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Mensaje  Reike Mar 7 Jun - 11:08

Lirio, una aldea olvidada por el tiempo, convertida en destino turístico de lujo al ser tocada accidentalmente por la magia de un brujo tan poderoso como incompetente. Solo a los Harrowmont se les podía ocurrir proteger un Objeto tan terrible anunciándolo a los cuatro vientos. Pero, claro, uno no amasaba una fortuna como la suya dejando pasar las oportunidades de negocio, por peligrosas que estas resulten.

Y, ahora que la llamada Fuente de la Juventud había desaparecido del lugar, la gente de los Harrowmont recogía discretamente sus bártulos. Con ayuda del Hekshold, barrían los rincones del desastre, dispuestos a limpiar su presencia en la zona. ¿Quién iba a apuntarles a ellos? Todos los habitantes de Lirio estaban muertos.

Valeria recogió una última muestra de arcilla y selló el tarro antes de guardarlo distraidamente con el resto. Lovelace querría analizarlas en persona cuando volviese de su viaje al norte, pero Val ya tenía claro que la vegetación en torno al manantial, aunque viva, había perdido la lustrosidad que mostraba la primera vez que estuvo en la zona.

¿Ya está todo? —preguntó Tolmo echando mano a la bolsa de las muestras. Dudó un momento, al ver que su compañera no respondía—. ¡Hey, Reike! ¿Has terminado?

¿Eh? Ah, sí. Perdona, estaba pensando en… No importa. Tenemos muestras de sobra. Podemos irnos.

Tú tampoco quieres quedarte más tiempo del necesario, ¿eh? —dijo el hombre echándose la bolsa al hombro—. No te culpo, el sitio me da repelús. Después del ataque, esperaba no tener que volver nunca por aquí.

—-Al menos nosotros tuvimos opciones —respondió Valeria comenzando la marcha—. Cuando te traicionan aquellos que juraron protegerte, no hay mucho que hacer.

Cierto. Te diré que me alegro de que no me enviaran con el primer grupo, después de la masacre. Solo de oír a Néstor contarlo, ya se me revolvió el estómago.

Dale las gracias a la tierra púrpura, entonces.

Sí, fue jodido, pero al menos allí estabas tú para cargarte el castillo.

No es culpa mía que Hartem se volviera loco.

No, pero apuesto a que te quedaste bien a gusto después de atizarle.

Valeria hizo un gesto ambiguo y ocultó una media sonrisa volviéndose hacia el otro lado del camino, donde un par de trabajadores descolgaban el elaborado letrero del Balneario Harrowmont. Tolmo rio en respuesta a las palabras no dichas.

Continuaron la marcha en silencio, dejando atrás la abandonada aldea y adentrándose en el bosque. Ya habían dejado de oírse los sonidos de los trabajadores desmontando el, hasta entonces, lucrativo negocio cuando Tolmo habló de nuevo:

Hacen bien en destruir los Objetos. Traen más daño que bien.

Esperemos que en el norte los escuchen —comentó Valeria, aunque hacía rato que sus pensamientos discurrían por otros senderos.


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OFF: No es importante para este tema, en realidad, pero si alguien tiene curiosidad, los acontecimientos a los que hago referencia en el post se narran en estos temas (y alguno más, pero no me voy a liar a poner enlaces xD): [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] y [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo].

Conmigo va un alumno del Hekshold, Iyán Tolmo. Podéis leer un poco sobre él [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo].
iyán tolmo:
Veamos qué tal reacciona Belitzar si el chico llega a transformarse ^^
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Mensaje  Mishu Mar 7 Jun - 22:44

El bardo trotamundos avanzaba por el bosque sin mucha prisa. A su ritmo habitual, confiado a dónde le llevase la intuición de sus pies. Tampoco había que cansarse de más, suficientes noches al raso había pasado últimamente. Fácil que es volver a ver el mar cuando estás perdido por una isla. Después de estar tanto tiempo yendo y viniendo desde Vuwulfar como punto de partida, itinerante por todo el continente, la música del mar le había hecho embarcar a las islas. No había quedado mucho tiempo por las tabernas de la gran ciudad. El dragón aventurero que llevaba dentro quiso destrozarle las plantas de los pies y el dobladillo de sus ropajes.

Pero ninguna belleza vino a recogerme tras la espuma de las olas. ¿Acaso la música del gran bardo Mishu ya se olvidó en la orilla de estas tierras?

Miró a la ardilla que esa mañana la pilló intentando roerle la túnica mientras dormía. Le había intentado echar pero cometió el error de compadecerse, darle una de sus semillas para el picoteo y ahora no le dejaba en paz.  —¿No piensas lo mismo? Habrá que recordarles la buena música. Siempre y después de un buen trago, que ya es hora.

Ese día pensaba terminarlo de forma diferente. Aunque ya años y años que no pisaba el archipiélago, estaba seguro que su memoria no le fallaba y cerca de allí se encontraba una población en la que hacer verbena y pasar la noche. Eso también había pensado la noche anterior, y la anterior y su techo fueron sólo las copas de los árboles. Si es que lo de dar vueltas en círculos se estaba convirtiendo en un pasatiempo que ya dejaba de ser divertido cuando la cerveza se agotaba. Y la espalda echaba de menos algo más parecido a un colchón blandito que el suelo.

Pero esto es el cuento. Ella le destrozará con un dulce beso —cantaba a capella para animar la marcha en el silencio del bosque. —Un dulce beso~

Calló de pronto al escuchar unos gritos no muy lejos. Le pareció precisamente que venían de más al frente. Aceleró el paso un poco curioso. —Qué crítica más desagradecida a mi canto, menudo público.

Un estruendo acompañó a un fogonazo de luz que pudo ver entre los árboles y junto a su corazón pegó un brinco. Eso no era sólo un mal público, era un peligro equivalente. Sus pasos se ralentizaron, pisando con cuidado mientras iba escondiéndose de tronco a tronco de árbol, para no llamar la atención del que hubiese sido causante de eso. Hasta llegar al borde del claro y encontrar a un hombretón hablando solo y rebuscando en unos restos.

Asomó la cabeza detrás del tronco del que se escondía para observarle. En un momento creyó que le había visto, y sin el cuidado por las prisas psio una rama al darse la vuelta tras el árbol de nuevo. Ese señor debía de haber provocado la explosión, a saber a quién había matado en sus andanzas desdeñosas. Intentó respirar lentamente para reflexionar con algo de juicio. —Podríamos huir volando, o escalamos como tú entre los árboles. ¿Qué dices ardilluca? — Pero el animal había desaparecido. —Uy, pero a dónde ha ido, me dejó solo y desamparado esa en mal hora nacida. — murmuró para sí agarrando contra el pecho su laúd en el estuche. A ver si no le había visto. Solía tener mejor suerte que orientación.
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Mensaje  Ingela Miér 8 Jun - 22:49

La dragona y sus amigos estaban de vacaciones en las islas illidenses y aquel era día de playa para Ingela, Fëanor y Thunderbolt. Habían elegido una algo alejada de Beltrexus, creyendo que allí no encontrarían tanta gente. Con los días cálidos, las personas se tornaban hacia las tibias aguas del mar, prácticamente todos los días. Ellos no eran la excepción. Aprovechando las alas cada vez más fuertes de Ingela, ella usaba su forma de dragón y con el elfo en el lomo, buscaban lugares nuevos que explorar de las islas.

Así llegaron a una playita escondida por el llamado Acantilado de la Muerte. No tenía acceso por tierra, a menos que se descolgaran de la piedra, solo por mar o, como ellos, por los aires. Ingela aterrizó y, por variar, aquella vez no volvió a su forma humana; corrió a chapotear a la orilla, en su enorme cuerpo dracónico, seguida de Thunderbolt.

Fëanor fue mucho más cauteloso al acercarse al agua, diría, incluso, que temeroso. La dragona se dio cuenta y se detuvo a esperarlo, mirándolo con ternura. El muchacho suspiró -El mar me recuerda a Eowyn, Ingelita, siempre lo hará- dijo mientras abrazaba a la dragona por al cuello. La tibieza de su cuerpo le reconfortó. Fue en una hermosa playa donde, años atrás, Ingela salvó a Fëanor de las voraces sirenas, pero no pudo ayudar a la elfa que lo apadrinaba en aquel entonces.

La dragona hizo un bufido grave para reconfortarlo y luego uno más agudo y juguetón, para levantarle el ánimo. Y funcionó, porque los tres comenzaron a jugar y corretearse por la orilla, salpicándose agua unos a otros.

Todo fue risas, hasta que un sonido que era muy familiar para ellos se escuchó muy cerca. Un fogonazo, eso fue lo que sonó con fuerza justo sobre el acantilado. Los tres detuvieron su juego y se miraron sorprendidos. No hizo falta mediar palabras, Fëanor se subió al lomo de Ingela, quien alzó el vuelo hacia el lugar de donde había salido el sonido. Sobrevolaron un poco hasta que encontraron el sitio de inflamación, Ingela aterrizó junto a este, un círculo de un par metros de diámetro dentro del cuál había dos cuerpos calcinados. Pero ellos no eran el centro, la fuente de la ignición. Lo que hubiese sido no estaba y había dejado residuos de piedra tras si. Fëanor se acercó a ellos para buscarles pulso, tal vez aún podía hacer algo por ellos. -Llegamos tarde- informó a Ingela con pesar. Las alas de la dragona cayeron de pena.

-¿Qué les habrá pasado?- preguntó el elfo, acuclillándose junto a los cadáveres y observándolos. Ingela olfateaba y no identificaba bien el aroma de las cenizas, además el olor a carne quemada lo inundaba todo. Lo mismo le pasaba a Fëanor, su olfato no le estaba sirviendo, pero percibía éter -Fue mágico, ciertamente un accidente de mal uso de magia. Estos eran brujos que hicieron algo mal. ¿Ves Inge por qué se dividieron los primeros druidas que manipularon el éter? Los elfos no usamos la magia como lo hacen los brujos, es muy peligroso lo que ellos hacen- comentó el muchacho.

-¡Eh! ¡Ustedes! ¡Aléjense de ahí!- exclamó un hombre que llegó corriendo, seguido de otros dos. -¿Qué hicieron? ¡Los han matado!- dijo otro -¡Es un elfo! ¡El elfo ha usado un dragón para matar a dos de los nuestros!- añadió el tercero. Fëanor alzó las manos -¡No! ¡No! ¡Los hemos encontrado así!- se defendió el rubio. Ingela ante las acusaciones, se transformó para poder hablar y razonar con los brujos que comenzaron a acercarse a ellos amenazantes. -¡Les juro que vinimos después de escuchar el fogonazo!- aseguró la muchacha, comenzando a asustarse.
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Mensaje  Belitzar Jue 9 Jun - 0:36

Mientras me termino la empanadilla y el dolor en mis tripas disminuye poco a poco, mis sentidos(1) se activan para identificar una vibración entre la espesura un poco más allá, “ojos en ti”, decido limpiar mis ropas de las migajas y me acerco un par de pasos al origen, saliendo del circulo quemado en el suelo –¿Hola? Se que estás ahí, no tiene mucho sentido que te escondas- contengo momentaneamente mi respiración esperando algún movimiento mientras elijo mis siguientes palabras –Estoy buscando información, ¿sabes qué año es? ¿Dónde estoy?- El silencio se hace completo en el bosque, pareciera que hasta los animales esperasen una respuesta. La vibración era clara, lo que fuese estaba ahí, detrás de ese tronco, -No voy armado-, “eres un brujo”, - Es decir, no voy armado ni tengo intención de atacarte-, “ja! ¿Has mirado la escena a tu alrededor? ¿Quieres rosbiz?”, -¡S..Sé lo que parece! ¡Por el honor de mi familia que no tengo absoluta y rotundamente nada que ver con estos cuerpos! ¡Ni siquiera sé quiénes son!- muevo mis brazos enérgicamente negando tajante con ellos, prefiero callarme que mi libertad fue gracias a sus muertes. Mientras hablo voy acercándome lentamente al tronco, bajo las ramas del árbol.

Estoy a tan solo unos pocos pasos cuando un escalofrío me recorre el cuello e instintivamente miro al cielo entre el follaje, por un segundo me quedo mirando sin comprender que es lo que ven mis ojos, un destello verde y rojo que se hace cada vez más grande “¡Un dragón!” –¡Mierda!-. No me lo pienso dos veces y avanzo rápidamente los pocos pasos que me quedan hasta la parte trasera cubriéndome de la vista de la criatura –Encantado, soy Belitzar, no nos conocemos pero ahora necesito quedarme aquí contigo- mis palabras salen en un susurro alto y urgente, observo unos segundos el aspecto de mi compañero de escondite; demasiado elegantemente arreglado para ser un brujo, el flujo de éter mana de él como el vapor, fundiéndose armoniosamente con el ambiente “definitivamente no es un brujo”, mi mirada repara en que a su espalda se encuentra algún tipo de instrumento –Agradezco que no seas un jabalí, habrías sido un compañero pésimo- digo acompañandolo de una pequeña sonrisa “pésimo tu chiste, cinco latigazos”.

No he acabado de meterme tras el tronco cuando siento y escucho el aterrizaje del dragón, parece que no venía solo. “¿Existen jinetes de dragón? Esto es nuevo”. Me muero de ganas de sacar la cabeza y mirar, en mi vida he visto un dragón, nadie que yo conozca ha visto un dragón, es un evento único en el archipiélago -¿Cómo se presenta uno ante un dragón? Estoy acojonado- susurro. Y cada vez más gente aparece en el claro quemado, debió de ser un buen fogonazo.

(1) Sentido Pétreo
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Mensaje  Reike Mar 14 Jun - 18:25

Creo que tomamos el desvío equivocado en el último cruce —dijo Tolmo, que llevaba ya un rato escudriñando sus alrededores con suspicacia.

¿Cruce? ¿Qué cruce?

Hace un rato, donde las mariposas esas de alas transparen…

Valeria parpadeó en silencio. No recordaba nada de unas mariposas. A ella, todo lo que la rodeaba le parecía igual de asilvestrado. De hecho, se limitaba a seguirlo a él. Se suponía que los lobos sabían orientarse, ¿no?

No importa —dijo el licántropo—, el caso es que no reconozco esta parte del bosque.

La verdad, no sé cómo puedes reconocer nada —murmuró Valeria—. A mí me parece todo igual. Es todo, bueno, bosque. —Sin terminar de hablar, ya estaba sacando algunos instrumentos de su bolso(1). Búscame un tocón o una piedra plana, una superficie firme en la que dibujar una runa.

¿Qué vas a hacer?

Pues ya que tus sentidos lobunos no funcionan…

No soy una brújula —dijo Tolmo poniendo los ojos en blanco.

... tendré que usar el método tradicional para orientarnos —terminó Valeria sin hacer caso de la interrupción.

Apenas llevaban unos segundos buscando cuando Tolmo se irguió y se volvió, con gesto serio, hacia una dirección aparentemente aleatoria.

¿Qué ocurre?

Problemas —dijo él—. Vamos.

Y echó a andar en aquella dirección. ¿En serio? ¿Problemas y echa a andar en esa dirección? Perpleja, Valeria echó a correr detrás de él, dispuesta a arrastrarlo de vuelta a aquel supuesto “cruce” si hacía falta, pero solo consiguió chocarse con el licántropo cuando éste frenó en seco.

Uf, qué peste.

¿Qué?

Huele a carne quemada.

¡¿Qué?!

Pero en lugar de responder, el hombre retomó la marcha. Fue entonces cuando Valeria oyó los gritos. Un linchamiento, aquello era justo lo que necesitaba todo buen paseo por el bosque.

¡Hey, hey! Tranquilicémonos un poco, ¿vale? —oyó la voz de Tolmo al otro lado de unas matas de… algo—. ¿Qué ha pasado aquí?

¿Que qué ha pasado? ¡Asesinos extranjeros! ¡Eso es lo que ha pasado!

No sé, a mí me parecen un poco jóvenes para eso. ¿No te parece, Reike? ¿Reike? ¡Reike!

Durante un instante, Valeria se planteó largarse de allí y dejar al hombre con la palabra en la boca. Lamentablemente, él llevaba las muestras y era muy capaz de transformarse en un impulso y mandarlas a la mierda. Así que, no sin ciertas reticencias, avanzó los pasos que la separaban del pequeño claro.

Lo primero en que se fijó Valeria al toparse con los dos muchachos a los que parecía acusar un grupo de aldeanos enfurecidos fue en los ojos del elfo. No eran verdes, pero el hecho de que fueran de distinto color le resultó un tanto inquietante. A la chica estaba segura de haberla visto antes, la cuestión era dónde.

Habiendo dado su primera muerte a la edad de quince años, no compartía las dudas de su acompañante acerca de las capacidades de los jóvenes acusados. Pero antes de compartir su opinión decidió examinar el círculo de tierra quemada que rodeaba a los muchachos, mientras Tolmo seguía tratando de calmar a los aldeanos, que no entendían por qué tenía que importarles la opinión de los recién llegados.

Esto no lo ha hecho un elfo.

Había sido más bien un pensamiento expresado en voz alta que una afirmación al uso, pero eso no impidió que la oyeran quienes más cerca estaban.

¡Claro que no ha sido el elfo! ¡Ha usado a su chica dragona!

Valeria se agachó sobre los cadáveres y extendió una mano sobre la hierba chamuscada, sintiendo las vibraciones del éter haciendo cosquillas en su piel(2). Algunos de los aldeanos sustituyeron los gritos indignados por un silencio curioso.

Tampoco ha sido un dragón —dijo Valeria poniéndose de pie.

¿Qué? ¿Y eso cómo lo sabes? —preguntó alguien, más indignado que curioso.

Reike trabaja para el Hekshold —apuntó Tolmo—, sabe lo que dice.

Para empezar —dijo Valeria, ignorando una vez más el comentario de su compañero—, no todos los dragones expulsan fuego. Y, para terminar, el poder de los dragones es demasiado salvaje y descontrolado. De haber sido uno de ellos, dudo mucho que hubiera dejado un círculo tan perfecto.

Seguro que ha sido algún ritual arcano, ¿a que sí? —preguntó Tolmo, extrañamente animado.

Es lo más probable, sí —concedió Valeria.

Ves, lo que yo decía, magia de brujos —dijo el muchacho elfo, provocando más de una mirada iracunda y algún que otro improperio.

Y yo diría que funcionó, de algún modo —añadió Valeria, señalando el centro del círculo calcinado—. La cuestión es dónde ha ido lo que sea que estuviera allí.

Bueno, el fuego parece muy reciente —dijo Tolmo—. Sea lo que sea, no ha podido ir lejos.

¿En serio? ¿Ahora quería ir a buscar la mierda que había calcinado a dos hechiceros?


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OFF: (1) Kit de Arcanos Superior. No llego a usarlo, en realidad, pero lo menciono igual.

(2) Pasiva racial: Don Mágico: Puedo sentir el flujo del Éter, detectando a usuarios de la magia u objetos mágicos que pueda ver (sin distinguir detalles).

La línea de diálogo de Fëanor ha sido aprobada por Ingela.
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Mensaje  Mishu Sáb 18 Jun - 18:05

El bardo dragón apretó con más fuerza el laúd contra su pecho cuando supo que el supuesto brujo le había pillado. Ser discreto nunca había sido su fuerte. —Vaya caca de alca —se quejó en voz alta. Levantó una ceja extrañado por las preguntas que el hombre formulaba pero se quedó en silencio escuchándole acercarse al árbol, pensando en cómo salir de ahí. Miró hacia arriba y vio la silueta de un ser volador sobre sus cabezas. Era inconfundible que se trataba de un dragón.

Pero mira qué bien, un equipo de rescate — murmuró con entonación más animada. Eso sí era un dragón amigable. Pero no pudo salir a su encuentro porque el hombre le cortó el paso apareciendo de repente. Mishu dio un respingo de la sorpresa y se puso el instrumento a la espalda. No fuese que ese hombre le quemase su preciado laúd.

Sí, claro, como no, mi improvisado escondite arbóreo es su casa —. Esbozó media sonrisa entre sarcástica y nerviosa —Por supuesto me voy a fiar de un hombre que dice estar más perdido que yo en este bosque, que he visto salir sin herida alguna de una explosión se quede pegado a mí y me compara con un jabalí —. Posó la mano en el tronco, preparado para tomar impulso y salir de allí. —Propuestas más originales he recibido por el disfrute de mi buena compañía.

El dragón venía acompañado. —Pues ya te aconsejo que no lo hagas como has hecho con este humilde bardo —susurró al brujo para no revelar su posición. Mishu tampoco salió a su encuentro para escapar del hombretón. Nuevas voces se sumaron al claro pero se desató una discusión que para nada sonaba amistosa Primero tres acusadoras que la habían tomado con la dragona, más tarde dos que parecían tener una intención más conciliadora. Se quedó escuchando la conversación, nadie parecía haberse percatado de su presencia. Más conciliadores y sabios. Porque evidentemente aquello no lo había hecho un dragón.

Miró al brujo con los ojos entornados. —Creo que necesitan un testimonio de lo ocurrido, es el turno de este humilde artista para narrar lo ocurrido, ¿no te parece? — Sacó el instrumento su estuche con cuidado. No podía dejar de hacer una entrada digna de un cantante. —Le toca al protagonista de la explosión si  huir como una ardilla que mordisquea la ropa o dar la cara para redimirse.

Y no contento con su sentencia, punteó un acorde y dio dos zancadas hacia un lado, huyendo del tronco y del brujo. Dio una vuelta sobre sí mismo y dio pasos hacia al claro, continuando con la tonadilla sin importarle romper el tenso ambiente que el extraño encuentro había propiciado

Caballeros y damas, no se enzarzen en un agresivo intercambio de palabras. Escuchen una canción de este humilde orador —. Carraspeó, pero sin parar el sonido de las cuerdas. —Fui testigo por los designios de los hados, de la explosión y de aquel ser que salió ileso. No era un dragón, no era un elfo, era un hombre que daba algo de miedo. Entre los árboles huyó — su dedo índice tocó una última nota antes de levantarse dramáticamente y señalar el árbol —o el que él creía que era— dónde habían estado escondidos. —en aquella dirección.
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Mensaje  Ingela Miér 22 Jun - 21:34

¡Era día de playa! No de linchamiento. Ingela maldijo su curiosidad y le echó la culpa a Fëanor por alcahueteárselo. Se suponía que de los dos, él era el sensato, el que pensaba antes de actuar. Pero no, a medida que crecía, él se volvía cada vez más temerario. La compañía de la dragona daba confianza al elfo, quien poco a poco iba encontrando su voz. Y vaya que la usaba.

-¿De verdad creen que un elfo en alpargatas sale a cazar brujos?- Fëanor no daba crédito a las terribles acusaciones que le hacían -¡Además estoy en bañador! ¡Un elfo sale a cazar brujos mejor equipado que esto!- replicaba, aunque no se hacía ningún favor. -¡Y yo no soy su dragona!- se quejaba Ingela por su parte -¡Soy mi propia dragona! ¡Mía de mí misma! ¡De nadie más!- exclamaba, indignada.

A las tres personas iniciales se le sumó una pareja, afortunadamente, no venían a acusarlos, sino a tratar de calmar los ánimos. La mujer, al principio renuente, terminó revisando la escena y confirmó lo que Fëanor llevaba tiempo afirmando. -¿Ven? Que no he sido yo- dijo -¡Que no soy su dragona! ¿Por qué asumen que soy de él? ¿Acaso no podría él ser mi elfo?- mascullaba Ingela, ahora mucho más enojada por eso que por la acusación de asesinato.


-Tampoco ha sido un dragón-
-¡JHÁ!
-...el poder de los dragones es demasiado salvaje y descontrolado. De haber sido uno de ellos, dudo mucho que hubiera dejado un círculo tan perfecto.
-¿Ah? ¿Cómo que descontrolado?- y la dragona se puso roja. Ahora se sentía insultada. -Cálmate Ingela... Ves, lo que yo decía, magia de brujos- repitió el elfo, ahora con una sonrisa de autosuficiencia. Disfrutaba tener la razón.

No le dio tiempo a Ingela de enojarse más, porque irrumpió en escena alguien más. Un bardo que había sido testigo de lo que había pasado e incluso, apuntaba hacia donde habría huido el que ocasionó la explosión. -¿Dices que salió ileso?- pregunto Fëanor ahora con muchísima curiosidad. -¿Dices que por allí se fue? Esto no se quedará así- exclamó uno de los primeros que había llegado a acusar a Ingela y a Fëanor, avanzando en la dirección que señalaba el bardo.
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Mensaje  Belitzar Jue 23 Jun - 2:33

Belitzar escuchó parcialmente la conversación que transcurría en el claro y vió al joven junto a él salir del escondite y agarrar con fuerza el instrumento mientras avanzaba, tan solo un instante después entonaba una melodía acompañando el canto con notas musicales, su garganta se secó levemente cuando escucho las palabras que cantaba -¡Oh! Venga ya, pero si no he hecho nada- cerró los ojos momentáneamente “Uno, tres, seis, siete con el bocazas cantarín, son mucha gente”, “…Huye…”, “Nah, me alcanzarían rápido, todavía me duelen las articulaciones” miró un segundo al suelo posando su mirada más allá –Está bien- susurró –Igual es hora de presentarse, no creo que pueda salir peor-

Salió lentamente tras el tronco y se dio cuenta de que todos miraban con atención más a la derecha de donde estaba, recordó una vieja formula de saludo entre brujos e inspiró por la nariz antes de hablar –Po..poder y control para vosotros- nadie pareció escuchar la diminuta voz que salió de su garganta, carraspeo un momento y probó de nuevo con una voz más firme –Poder y control para vosotros-

Por un momento su mente divagó perdiéndose en profundos pensamientos antes de continuar –Yo soy quien ha sido liberado por esos dos- Tragó saliva mientras observaba rápidamente al grupo allí reunido y pausaba ligeramente su inspección al mirar los cuerpos –Pero no me hago responsable de sus muertes- señaló la roca desperdigada por el suelo –Un hechizo salió mal hace tiempo y esos dos ton..esos brujos hicieron algo que rompió la prisión de piedra en la que me encontraba- hizo un pequeño movimiento de la mano restando importancia –Les estoy agradecido, pero no los conozco de nada ni sé que estaban haciendo aquí- Tras decir esto se quedó callado un instante mientras reordenaba sus pensamientos, “Menudo grupo más variopinto, humanos, elfos, brujos, dragones, quien iba a pensar que el mundo cambiaría tanto...vamos a hacer las cosas bien” Casi inconscientemente elevo su puño derecho hasta su corazón, arrastro su antebrazo izquierdo tras su lumbago e hizo una leve inclinación hacia delante imitando el saludo característico de su familia –Me llamo Belitzar D’Montefierro, mi familia ha servido durante generaciones a los brujos, y son elogiados por ello- esperaba ver alguna reacción entre los presentes, pero sus caras no delataban rastro alguno de reconocimiento, su momentánea seguridad iba desinflándose por momentos –Yo…esto…la última fecha que conozco es el 1135, no sé cuánto…cuánto tiempo llevo encerrado- suspiró abatiendo los hombros –Vamos a ver..- elevó su mano hasta su puente nasal al mismo tiempo que bajaba suavemente la cabeza y lo apretó ligeramente -Yo solo quiero ver a mi familia y pasar página, ni siquiera sé dónde me encuentro exactamente-
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Mensaje  Reike Lun 4 Jul - 19:48

Por alguna razón, la muchacha extranjera parecía descontenta con su defensa. Cosas que pasan por intentar ayudar. El joven elfo, por su parte, sonreía exultante con sus desconcertantes ojos disparejos. Mientras Valeria se recordaba mentalmente que ninguno era verde, una nueva voz se unió al extraño coro que se había formado en el pequeño claro.

Al menos, ésta era melodiosa.

Valeria se alejó despacio de los dos cuerpos calcinados mientras se preguntaba si sería la única que encontraba extraño que apareciera de pronto un trovador dándole al laúd en medio del bosque. Aquel era el tipo de acontecimiento que podía haber esperado en alguno de los cuentos de su padre, no en un atardecer cualquiera de su día a día. ¿Hechizos mal llevados? Sin problema. ¿Apariciones estelares en medio del campo? Raro raro.

El músico señaló teatralmente en una dirección y allá fueron los acusadores locales, demostrando una confianza mucho mayor en el recién llegado de la que habían exhibido inicialmente hacia ella y Tolmo. Este último había comenzado a caminar en una dirección diferente, siguiendo algo que solo él parecía percibir.

Valeria, por su parte, dirigió su atención hacia el bardo, un tipo alto, aparentemente de su misma edad. Elegantemente vestido, en un estilo que no le resultaba desconocido, mostraba en los bajos de su túnica el polvo del camino recorrido. Sin carbonilla a la vista, anotó mentalmente.

Se encaminó hacia él, para tratar de determinar si la vibración que percibía en el éter provenía del hombre o de su instrumento. Fue entonces cuando una nueva aparición, algo más a la izquierda de donde había señalado el bardo, desconcertó al personal. Bueno, a Tolmo un poco menos, pues era aquella la dirección a la que había empezado a encaminarse.

¿Poder y control?, ¿de dónde había salido aquel tipo? Ante su declaración, los tipos que hacía apenas un instante clamaban por un linchamiento público se mostraron repentinamente tímidos. Una cosa era abalanzarse sobre unos chiquillos, otra muy distinta, enfrentarse a un hombre hecho y derecho con más que probables poderes mágicos.

¿Quieres decir que te liberaron y eso los mató?  —preguntó Tolmo—. ¿Y por qué estabas preso en primer lugar?  

Los aldeanos empezaron a reaccionar: mientras que algunos expresaban a distancia su aprobación por las preguntas realizadas, otros llegaron a avanzar unos pasos, aunque dejando al licántropo en primera línea.

Valeria se situó junto al bardo. El éter que había percibido antes provenía del laúd y, ahora que estaba más cerca, se fijó en una vieja vaina decorada con motivos casi borrados por el tiempo.

Bonita espada  —murmuró en su mejor dracónico, lo bastante alto para que el interesado pudiera oírla, pero no tanto para interrumpir la conversación que estaba teniendo lugar con el recién llegado.

La fantástica historia contada por el desconocido arrancó un gesto de incredulidad a Tolmo, que se volvió hacia Valeria en busca de su opinión. Ella respondió, sin comprometerse, con un gesto vago que podía significar cualquier cosa.

Me temo que, si lo que dice es cierto, señor D’Montefierro  —dijo en voz alta, en un tono menos empático de lo que sugerían sus palabras—, lo de ver a su familia va a estar bien difícil. Se encuentra al este la isla de Beltrexus y estamos en el año 1274.

Los murmullos arrancaron de nuevo mientras los locales evaluaban la historia del extraño sujeto. Entre algunos bufidos de incredulidad, Valeria creyó distinguir un «Podía haberle dado la noticia con un poco más de tacto».


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OFF: Lo de hablarle a Mishu en dracónico es Reike tratando de averiguar si ha acertado la nacionalidad basándose en el estilo de vestir. En tu ficha dices que viste a la manera de su clan y Reike siente fascinación por los dragones y ha viajado a menudo al norte cuando trabajaba como enlace comercial. De ahí que hable bien el idioma.
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Mensaje  Mishu Sáb 9 Jul - 13:19

El sonido del laúd disminuyó hasta alcanzar un matiz pianissimo, así para no interrumpir ninguna de las conversaciones subsecuentes a su intervención. Pero sus dedos no podían parar de tocar las cuerdas cuando empezaba una improvisación, había nacido para dar ambiente a casi cualquier situación.

La primera respuesta a las preguntas que le dirigieron fue un simplón encogimiento de hombros. Tampoco había visto más de lo que ya había cantado. —Pudo ser que tenga piel de acero o que suba a los árboles con esmero —añadió para el elfo. Siguió con la mirada a los justicieros que avanzaron primero hacia dónde había señalado. No tardó en aparecer el hombre al que había delatado del árbol en el que lo había dejado. No sabía si había sido la decisión correcta porque hubiera sido divertido ver una persecución aunque tampoco quería terminar volando por una explosión.

El bardo no intervino, se contentaba con seguir dando una melodía para el escenario. Enarcó también una ceja ante la presentación del peligroso hombre. Ampliaba un poco la historia principal que había dado lugar a todo ese suceso. Mucha casualidad para justificarse pero cosas más raras se habían escuchado, ¿no?

Posó los ojos en la mujer que se le acercó y sus labios formaron una pequeña “o” de sorpresa cuando la escuchó hablar en su idioma materno. No le era habitual encontrarse a alguien que supiera. La expresión de sorpresa duró unos segundos, luego esbozó una divertida sonrisa  —Posee un ojo con buen gusto, digno de una dama interesante —contestó en la misma lengua y volumen de voz a la mujer.

Mishu volvió a mirar al hombre explosivo cuando terminó la historia. Su rostro reflejó de nuevo una leve sorpresa cuando escuchó las fechas que mencionaron tanto el llamado Belitzar, como la mujer ducha en idiomas.  Sus dedos pararon de puntear.
¿Ya estamos en 1274? ¡Cómo pasa el tiempo! Deberían de poner calendarios en los caminos, qué fácil es perder la cuenta del tiempo —formuló el pensamiento en voz alta. A veces preguntaba qué día estaba cuando llegaba a una taberna, a veces lo escuchaba casualmente, a veces ni una cosa ni la otra. Llevaba tantas décadas de aquí para allá con su despreocupación que perdía la noción del tiempo.

Su historia me recuerda a esa antigua historia de las montañas al ocaso: un hombre en una cueva entró y la noche que salió sólo  barbas blancas y esqueletos encontró entre los que una vez conoció —dijo por decir algo entre los murmullos después de que hablase con tan poco tacto la mujer a su lado. Sin ninguna otra intención más allá de no tener la boca cerrada.
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Mensaje  Ingela Miér 20 Jul - 18:31

La extravagancia del bardo distrajo la atención que había sobre la dragona y el elfo, cosa que Fëanor agradeció, pero Ingela no podía dejar pasar el hecho de que la hubiesen tomado como un objeto de pertenencia. Aunque le duró poco. El sentimiento menguó con la llegada del hombre que se escondía entre los árboles. Al parecer, él había sido lo que explotó. La historia al rededor de lo que ocurrió, fue bastante extraña y tanto elfo como dragona quedaron perplejos. -¿Esas cosas pueden pasar?- preguntó Ingela en voz baja a Fëanor. -No conozco muy bien la magia de los brujos pero no me sorprendería. Nada me sorprendería, a estas alturas- confesó, hablando en voz baja también.

-¿Quieres decir que te liberaron y eso los mató? ¿Y por qué estabas preso en primer lugar?- preguntó el hombre que llegó con la mujer que defendió a Fëanor. -Buena pregunta- le apoyó Ingela, con curiosidad de saber más de aquella extraña situación.

Por su parte, Fëanor se acercó a Belitzar, con una mano sosteniendo su mentón. Rodeándolo lentamente, lo observó, analizando y midiendo, como si supiera lo que estaba buscando. A pesar de su expresión seria, en realidad no veía nada raro en él. Piel de acero, no tenía. -¿Eres un brujo con control de fuego?- preguntó, mirando con suspicacia al que se presentó como Belitzar D'Montefierro. El elfo se detuvo frente a él y miró a Belitzar, escudriñando su rostro con sus ojos bicolor. -No percibo alteraciones extrañas de éter ni malas intenciones de tu parte. Si es verdad lo que dices, que estuviste preso más de cien años, pues, en definitiva, eres un caso de estudio bastante interesante. ¿Qué hechizo te apresó? ¿Cómo sobreviviste tanto tiempo? ¿Qué hicieron este par de pobres almas para liberarte?- dijo Fëanor. -También querrá saber qué fue de su familia, ¿no crees?- añadió Ingela desde atrás.
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Mensaje  Belitzar Jue 11 Ago - 2:04

Ahora que se sentía el centro de atención una gota de sudor frio recorrió su piel desde su cabello hasta su espalda, sentía las miradas de todas aquellas personas fijas en él y sus movimientos con una mezcla de temor y curiosidad “¡Que presión!” “Pues no la fastidies” . –Yo…- comenzó a hablar  pero enseguida cerró su boca, no sabía muy bien qué explicar, su silencio duró unos segundos, él tampoco se creyó su perra suerte cuando fue encerrado en aquella prisión durante más de cien años, día tras día con sus pensamientos “oh no, no quiero volver, no, no, no” –No…- su pensamiento consiguió llegar al mundo físico como un pequeño susurro. Tragó saliva y procesó la información -1274…esos son…son muchos años- subió la mano izquierda hasta su cara y restregó la palma por su rostro hasta mesar la barba que lo cubría –¿Qué fue de maese Fontaloc y su familia? Seguro que ellos pueden recordar a mi familia, es un brujo muy poderoso…- Las reacciones en las caras a su alrededor le indicaban que aquellos nombres eran desconocidos para aquellas personas –¿Seguro que estoy en Beltrexus?- Una pequeña sonrisa desesperada empezaba a asomar en su rostro.

Los murmullos y miradas a su alrededor aumentaron, muchas preguntas surgieron de muchas bocas para tan poco tiempo despierto. Escuchó al músico comentar algo sobre una leyenda pero no le hizo demasiado caso al sentir acercarse a alguien, su mirada se posó en la del elfo, quien estaba escudriñándole con atención a una distancia desde la que ningún brujo estaría cómodo, y respondió a las preguntas que se le hacían –No, es decir, sí, es decir, no lo sé! No sé qué pretendían esos dos, literalmente no podía escuchar ni ver nada, yo solo vi un fogonazo y….aquí estoy- miró de nuevo para los dos cadáveres, que seguían tirados en la tierra sin que nadie les prestase atención –Lo siguiente es verlos en el suelo, muertos- respiró un momento ordenando sus pensamientos -No, no lo sé, hubo un momento de pánico y apliqué mal el conjuro o yo que sé….fuego! había fuego y de repente nada, y de repente oscuridad, y de repente…- enmudeció y abrió los brazos ligeramente como una muestra de resignamiento. El elfo seguía condenadamente cerca de él, observándolo con sus ojos bicolor, suspiro ligeramente con algo de enfado cuando emitió su juicio sobre él –Supongo que gracias- subió su mano derecha hasta su pecho y dio dos pequeños golpes al bulto donde se encontraba el ajado libro –Por lo que sé “Piel Petrea”, aparecían algunos detalles en un libro y quise realizarlo yo mismo, está claro que no fue mi mejor idea- sonrió momentáneamente y suspiró ante la siguiente pregunta –No lo sé, he vivido mil mundos imaginarios y efímeros, en ninguno me hizo falta comer o beber, no he sido consciente del paso del tiempo más allá de mi soledad perpétua-. Dio un paso atrás alejándose inconscientemente de la situación y posó ambas palmas de sus manos sobre su rostro –Más de cien años…¿Quién soy yo ahora?- dejó que sus manos resbalasen hasta su cabello y lo peinó momentáneamente hacia atrás presionándolo “joder, joder, joder, joder” su cabeza retumbaba con la misma palabra repetida mil veces pero su rostro permanecía sereno. –Todo es nuevo, hasta el aire que respiro, pero yo ya estoy obsoleto antes de estrenarme-  una mueca torció su rostro –¿Qué puedo hacer ahora entonces?,
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Mensaje  Reike Sáb 10 Sep - 11:06

Valeria Reike —se presentó la susodicha sin levantar la voz ante el comentario apreciativo del caballero del norte.

El suave punteo de laúd en medio del bosque le daba a la escena un ambiente un tanto etéreo y Valeria se encontró a sí misma recordando las historias de su padre antes de dormir. Con una ligera sacudida mental, empujó el recuerdo hacia un rincón y volvió a concentrarse en el momento.

Al borde del claro, el brujo misterioso estaba empezando a asimilar su situación. Eso, o realmente valía para el teatro, porque Valeria no era capaz de percibir duda o vacilación que le indicase que estaba mintiendo(1).

Apuntó su desconocimiento del tal Fontaloc con una ligera negación de cabeza, menos expresiva que los gestos y palabras de algunos de los reunidos.

Estamos un poco apartados de la ciudad, evidentemente —dijo Tolmo, señalando con un gesto el bosque alrededor—, pero sí, Beltrexus, sin ninguna duda.

Otros se sumaron a la confirmación del lugar, mientras el norteño se arrancaba con una historia que a Valeria le resultó extrañamente familiar. Lo observó por un momento, tratando de calcular mentalmente su edad. ¿Cuánto haría que viajaba por el mundo? ¿Lo habría conocido su padre?

Apartó ese último pensamiento de su mente tan pronto como apareció y volvió la atención al brujo, que parecía al borde de una crisis de ansiedad mientras el joven elfo de mirada desconcertante lo acosaba a preguntas.

A Valeria le costaba mantener el interés por el extraño, hasta que mencionó un libro. De hechizos, aparentemente. Por desgracia, justo después de hacerlo, se encogió en medio de una crisis de identidad.

Ya está, apartaos todos, dejadle respirar —dijo Valeria, gesticulando para reforzar sus palabras mientras se introducía en el círculo de curiosos—. Míralo por el lado bueno, hombre: eres joven, tienes toda la vida por delante para reinventarte a ti mismo. Y Beltrexus no es tan rancio como solía. Hasta dejan entrar abraza arb… ejem, gente del continente. Y eso que, con el asunto de la pandemia, las cosas se pusieron bastante feas.

Por el rabillo del ojo, percibió un gesto de asombrada aprobación en el rostro de Tolmo. Sin duda, el chico no la conocía tan bien como creía.

Dijiste algo de un libro —continuó Valeria, y a sus oídos llegó el bufido de su compañero—, ¿aún lo conservas?


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OFF: (1) Habilidad de nivel 3: Mentirosa compulsiva. Es para detectar mentiras, pero en este caso serviría para presumir su ausencia.

Lanzo dadito por el evento de cumpleaños.
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Mensaje  Tyr Sáb 10 Sep - 11:06

El miembro 'Reike' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses


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Mensaje  Mishu Dom 9 Oct - 14:06

El bardo esbozó una pequeña sonrisa al conocer el nombre de la mujer. — Mishu —correspondió a la presentación de ella en el mismo tono de esa apartada conversación al resto.

El bardo dejó que su intervención consistiera solamente en que la música punteada de su laúd cubriese el fondo de la conversación sin acercarse a opacarla. Una vez que el bardo cogía el instrumento era difícil que lo dejase a un lado. No tenía más que aportar al interrogatorio que le hacían al brujo. Eso no distraía a su mente de escuchar las preguntas y la historia que contaba el brujo como respuesta a ellas.

Por deje profesional, el bardo acompañó las palabras del brujo con una melodía improvisada que subía y bajaba al ritmo que lo hacían sus cavilaciones en voz alta. El relato no era para nada carente de emoción para alguien que apreciaba una buena historia aunque el manejo de los silencios en la narración podría ser mejorable. Los acordes se tornaron más apesadumbrados, al ver cómo el hombre daba pasos desde su historia a tener una crisis de identidad bastante fuerte.

Las cejas y la comisura de los labios del dragón se curvaron hacia abajo con pena de verle en ese estado. Mishu ahora si se incluyó entre aquellos que creían en sus palabras. Sus excusas en el primer encuentro no habían sido suficientes, pero la desconfianza del bardo se había disipado tras ese tiempo pues sí es verdad que desde que estaban detrás del árbol en ningún momento a nadie más parecía haber querido hacer daño.

Las cuerdas dejaron de sonar tras una última nota vibrante grave porque se colocó el instrumento a la espalda y tras que se abriese paso Reike entre el círculo alrededor del brujo, Mishu la imitó dejando un tiempo de cortesía de separación. El bardo se escabulló por detrás de ella y se colocó al otro lado del brujo.

Después de que interviniera ella, Mishu colocó la mano gentilmente en el hombro del brujo y esbozó una sonrisa amplia. — La dama tiene razón, no sucumba a la pena, hombre de piedra, tras el fuego y el humo surgir sin ser ceniza —le intentó animar a su manera también. — Te queda aún mucho mundo que recorrer, mucha música por escuchar y mucha cerveza por beber.

Alzó el dedo índice a la altura de su cabeza poniendo en gesto que se le acababa de ocurrir una idea. — Si no ha comido ni bebido nada en cien años, convendrán todos conmigo que a nuestro buen hombre no le hizo nada la explosión no vaya a hacerlo ahora el hambre y la sed. Aunque hace casi una década que no paso por aquí recuerdo una bucólica taberna en un pueblo cercano. Lugar perfecto para ponerle al día de cómo ha cambiado el mundo en estos años —propuso a todos los presentes. Que en el fondo era una excusa para que alguien les guiara fuera de la desorientación en el bosque sólo era un conveniente añadido. — El habla y los pensamientos fluyen mejor cuando la garganta no se queda seca —cerró su intervención guiñando un ojo a todos los presentes.
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Mensaje  Ingela Lun 31 Oct - 7:32

La impertinencia de Fëanor avergonzó un poco a Ingela, quien no había podido evitar notar que para su amigo, el pobre de Belitzar se había convertido en un caso de estudio. Miraba con tristeza al hombre, quien estaba evidentemente afectado, rodeado de gente extraña, desconocida e incluso hostil. No sabría cómo reaccionaría en su lugar, pero seguramente, lo que primero querría hacer sería buscar a su familia, o lo que quedara de ella.

Reike se acercó a consolarlo, el bardo también. Fëanor dio un paso atrás, dándose cuenta de lo agresivo que había sido. -Sí, creo que debes comer y beber algo que te entibie las tripas- comentó la joven dragona, yendo junto a Belitzar. -He sobrevolado un pueblito antes de llegar a la playa, creo que podríamos llegar en poco tiempo. Además, hay que avisar a las autoridades de esta tragedia, no olvidemos a las dos personas que murieron aquí, cuyas familias merecen saber qué pasó con ellos- añadió, sin poder evitar recordar que la tragedia era aún mayor de lo que parecía. Dijo aquello último sin pensar en cómo afectarían sus palabras a Belitzar.

-De eso no tiene que preocuparse, jovencita- dijo uno de los extraños -Ya he mandado a llamar a la Guardia por lo que es mejor esperar aquí su llegada y ellos se encarguen de este problema- añadió, echando por el piso la idea del bardo.

Ingela miró a Belitzar y le sonrió cálidamente. Fëanor conocía esa mirada y supo de inmediato que en un problema ajeno, que nada tenía que ver con ellos, ahora estaban metidos hasta el cogote. -No te preocupes, Belitzar, yo te voy a acompañar. Aclararemos este misterio y podremos ir a comer algo para luego buscar a tu familia- le aseguró. -Por cierto, me llamo Ingela. Él es Fëanor y este es mi pequeño Thunderbolt- añadió, haciendo las presentaciones correspondientes.
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Mensaje  Reike Dom 5 Feb - 18:02

Cerrado por abandono
Se han repartido los puntos correspondientes.
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