El Scion: La Leyenda del Triunvirato [Libre]
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El Scion: La Leyenda del Triunvirato [Libre]
Tras tanto viaje, llevaba unos días descansando en Beltrexus y atendiendo mis obligaciones, cuidando de la biblioteca que herede con la muerte de Velgios.
Esta tarde hacia especial calor, un calor que me hizo estar de de camiseta de tirantes por la biblioteca. Las ventanas estaban abiertas pero tan solo llegaba pequeñas brisas de aire que acariciaban ligeramente mi cuerpo.
Algo aburrido, decidí visitar una zona de la biblioteca que rara vez visitaba y era la zona donde Velgios ocultaba sus antiguos libros. Allí, buscando algo que leer, encontré un libro que llamó mi atención pero, al intentar sacarlo de aquella estantería empotrada, tan solo logre sonsacarla un poco. Al instante, escuche como si se accionase un mecanismo que provocó que la estantería se hundiera unos centímetros para luego ocultarse en la pared. Ante mí tenía lo que parecía un pequeño cuarto secreto.
Fue entonces cuando sentí una presencia observándome pero, al girar la cabeza no vi nada ni a nadie por lo que imagine que habían sido figuraciones mías. Para ver en aquella habitación, deje que en mi palma se moldeada una esfera de llamas que me permitió ver el interior de esa pequeña habitación, donde tan solo había un pequeño despacho y una carta con la letra de Velgios. Parecía escrita para mí.
"Logan. Si lees esta carta, es que has encontrado mi cámara secreta y que yo estoy muerto. Llevo mucho tiempo ocultándote cierta verdad y te la cuento en estas líneas porque necesito que termines mi trabajo.
Llevo mucho tiempo detrás del Scion, un poderoso artefacto con el poder del conocimiento, capaz de dar a su poseedor cualquier respuesta y los medios para crear lo que sea. Mi búsqueda era por motivos culturas, lógicamente. Sin embargo, en mi búsqueda tope con una secta legendaria conocida como FENIX.
FENIX es una secta que busca apoderarse de ese objeto y usarlo para malvados fines. Entre otras cosas, quieren usarlo para descubrir la identidad de la reencarnación de Flixer.
Debemos de detenerlos. Yo lo intente pero el hecho de que estés leyendo esto implica que probablemente fracase y que me han eliminado. Sospechaba mi destino, ya que FENIX esta liderado por una poderosa hechicera. Y por eso, deje esta nota aquí, confiando en que algún día la encontrases y pudieras evitar que ellos encontrasen el Scion. Yo logre encontrar la ubicación del templo subacuatico que oculta la leyenda del triunvirato del Scion, donde se supone que está está información necesaria para encontrar el artefacto. Dentro del sobre, tienes un mapa con la ubicación señalada. Ten cuidado y destruye el Scion antes de que sea tarde. FENIX tiene espías por todas partes y si estoy muerto seguramente es porque sospechaban que yo sabía algo. Tal vez cuando leas esto, tengas algunos de sus espías Infiltrados en Beltrexus. Confío en que no sea demasiado tarde cuando encuentres esta carta. Suerte y un fuerte abrazo. Lo siento."
Anonadado por la información, saque un pequeño mapa doblado de Aerandir que había en el sobre y vi una marca roja en cierto punto del mar. Entonces, escuche algo detrás mio y, al girarme, solo vi algo golpearme, que me hizo caer inconsciente al suelo.
Cuando me desperté, además de uj dolor de cabeza, percibí que la carta y el mapa habían desaparecido. Alertado, salí corriendo pero al salir a la calle me di cuenta de que ya era tarde.
Algo tenía que hacer. Debía de ir al mar cuanto antes y llevar a ese templo. Y tal vez debería pedir algo de ayuda y se me ocurría a alguien a quien avisar.
***
Tres días después, me encontraba en medio de una playa, con pantalón corto y camiseta de manga corta, esperando junto a un barco alquilado a que llegara Ben. Confiaba en que le hubiera llegado mi aviso.
Esta tarde hacia especial calor, un calor que me hizo estar de de camiseta de tirantes por la biblioteca. Las ventanas estaban abiertas pero tan solo llegaba pequeñas brisas de aire que acariciaban ligeramente mi cuerpo.
Algo aburrido, decidí visitar una zona de la biblioteca que rara vez visitaba y era la zona donde Velgios ocultaba sus antiguos libros. Allí, buscando algo que leer, encontré un libro que llamó mi atención pero, al intentar sacarlo de aquella estantería empotrada, tan solo logre sonsacarla un poco. Al instante, escuche como si se accionase un mecanismo que provocó que la estantería se hundiera unos centímetros para luego ocultarse en la pared. Ante mí tenía lo que parecía un pequeño cuarto secreto.
Fue entonces cuando sentí una presencia observándome pero, al girar la cabeza no vi nada ni a nadie por lo que imagine que habían sido figuraciones mías. Para ver en aquella habitación, deje que en mi palma se moldeada una esfera de llamas que me permitió ver el interior de esa pequeña habitación, donde tan solo había un pequeño despacho y una carta con la letra de Velgios. Parecía escrita para mí.
"Logan. Si lees esta carta, es que has encontrado mi cámara secreta y que yo estoy muerto. Llevo mucho tiempo ocultándote cierta verdad y te la cuento en estas líneas porque necesito que termines mi trabajo.
Llevo mucho tiempo detrás del Scion, un poderoso artefacto con el poder del conocimiento, capaz de dar a su poseedor cualquier respuesta y los medios para crear lo que sea. Mi búsqueda era por motivos culturas, lógicamente. Sin embargo, en mi búsqueda tope con una secta legendaria conocida como FENIX.
FENIX es una secta que busca apoderarse de ese objeto y usarlo para malvados fines. Entre otras cosas, quieren usarlo para descubrir la identidad de la reencarnación de Flixer.
Debemos de detenerlos. Yo lo intente pero el hecho de que estés leyendo esto implica que probablemente fracase y que me han eliminado. Sospechaba mi destino, ya que FENIX esta liderado por una poderosa hechicera. Y por eso, deje esta nota aquí, confiando en que algún día la encontrases y pudieras evitar que ellos encontrasen el Scion. Yo logre encontrar la ubicación del templo subacuatico que oculta la leyenda del triunvirato del Scion, donde se supone que está está información necesaria para encontrar el artefacto. Dentro del sobre, tienes un mapa con la ubicación señalada. Ten cuidado y destruye el Scion antes de que sea tarde. FENIX tiene espías por todas partes y si estoy muerto seguramente es porque sospechaban que yo sabía algo. Tal vez cuando leas esto, tengas algunos de sus espías Infiltrados en Beltrexus. Confío en que no sea demasiado tarde cuando encuentres esta carta. Suerte y un fuerte abrazo. Lo siento."
Anonadado por la información, saque un pequeño mapa doblado de Aerandir que había en el sobre y vi una marca roja en cierto punto del mar. Entonces, escuche algo detrás mio y, al girarme, solo vi algo golpearme, que me hizo caer inconsciente al suelo.
Cuando me desperté, además de uj dolor de cabeza, percibí que la carta y el mapa habían desaparecido. Alertado, salí corriendo pero al salir a la calle me di cuenta de que ya era tarde.
Algo tenía que hacer. Debía de ir al mar cuanto antes y llevar a ese templo. Y tal vez debería pedir algo de ayuda y se me ocurría a alguien a quien avisar.
***
Tres días después, me encontraba en medio de una playa, con pantalón corto y camiseta de manga corta, esperando junto a un barco alquilado a que llegara Ben. Confiaba en que le hubiera llegado mi aviso.
Última edición por Logan Allen el Sáb 30 Abr - 12:39, editado 1 vez
Logan Allen
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Re: El Scion: La Leyenda del Triunvirato [Libre]
Era la primera vez que estaba en las Islas. Se había propuesto aprender cosas básicas en el manejo y funcionamiento de los barcos puesto que algún día, como le cantaba su madre de pequeño, "él tendría un barco lleno de remos con el que poder navegar a costas lejanas". Pero era una canción y solo eso, ¿verdad?
- Necesito un transporte al continente.
Ben que estaba practicando nudos con una maroma levantó la cabeza y se fijó en el tipo que acababa de llegar. Sturm, un viejo amigo suyo de Vulwulfar que era el encargado de tutelarle, recibió al muchacho con gruñido.
- Tengo que ir al continente, tengo un mensaje que entregar... Bueno, en realidad varios, pero me interesa este en particular.
- Pero vamos a ver, chaval, el continente es algo grande, ¿puedes especificar algo más?- cuando el muchacho se encogió de hombros Sturm dejó lo que estaba haciendo.- A ver hombre, para quién es el mensaje, tengo mucho mundo puede que conozca el destinatario,
- Sango.
La carcajada de Sturm fue espontánea y muy sonora. Lo suficiente como para atraer la atención del resto de la tripulación que se había acercado a echar un ojo. Sango soltó la maroma y caminó lentamente hacia el muchacho y Sturm.
- Ay, chico, los Dioses te sonríen...- Sturm se alejó dejándoles a solas.
- Yo soy Sango. Sturm, no te vayas, no acostumbro a tener correspondencia...
- ¿Aprenderás algún día a leer? - Preguntó Sturm cansado. Ben gruñó.
El muchacho que estaba sorprendido por su buena fortuna, entregó el mensaje de buena gana a Sango que se lo cedió a Sturm que lo abrió y le echó un ojo. Alzó las cejas y luego miró al muchacho con rostro serio. El chico se alejó varios pasos. Sango le arrebató la carta a Sturm y observó palabras sin sentido para él. Acto seguido Sturm le reveló el contenido.
La playa no era muy grande, y se distinguía perfectamente a Logan y un barco un poco más allá. Sango se acercó, pero ya desde lejos empezó a hablar.
- ¡Logan! Maldito canalla, estás bendecido por los Dioses- se acercó un poco más antes de seguir hablando.- Tu mensajero me encontró aquí en las Islas, si no, habría tardado un par de semanas o un mes- cuando estuvo a su altura se detuvo.- Me alegro de volver a verte, amigo, aunque me gustaría que fuera en otras circunstancias. Parece que hay problemas, ¿verdad?
Por suerte tenían buen tiempo y el sol seguía su lento ascenso.
- ¿Me vas a contar de qué va todo esto?
- Necesito un transporte al continente.
Ben que estaba practicando nudos con una maroma levantó la cabeza y se fijó en el tipo que acababa de llegar. Sturm, un viejo amigo suyo de Vulwulfar que era el encargado de tutelarle, recibió al muchacho con gruñido.
- Tengo que ir al continente, tengo un mensaje que entregar... Bueno, en realidad varios, pero me interesa este en particular.
- Pero vamos a ver, chaval, el continente es algo grande, ¿puedes especificar algo más?- cuando el muchacho se encogió de hombros Sturm dejó lo que estaba haciendo.- A ver hombre, para quién es el mensaje, tengo mucho mundo puede que conozca el destinatario,
- Sango.
La carcajada de Sturm fue espontánea y muy sonora. Lo suficiente como para atraer la atención del resto de la tripulación que se había acercado a echar un ojo. Sango soltó la maroma y caminó lentamente hacia el muchacho y Sturm.
- Ay, chico, los Dioses te sonríen...- Sturm se alejó dejándoles a solas.
- Yo soy Sango. Sturm, no te vayas, no acostumbro a tener correspondencia...
- ¿Aprenderás algún día a leer? - Preguntó Sturm cansado. Ben gruñó.
El muchacho que estaba sorprendido por su buena fortuna, entregó el mensaje de buena gana a Sango que se lo cedió a Sturm que lo abrió y le echó un ojo. Alzó las cejas y luego miró al muchacho con rostro serio. El chico se alejó varios pasos. Sango le arrebató la carta a Sturm y observó palabras sin sentido para él. Acto seguido Sturm le reveló el contenido.
La playa no era muy grande, y se distinguía perfectamente a Logan y un barco un poco más allá. Sango se acercó, pero ya desde lejos empezó a hablar.
- ¡Logan! Maldito canalla, estás bendecido por los Dioses- se acercó un poco más antes de seguir hablando.- Tu mensajero me encontró aquí en las Islas, si no, habría tardado un par de semanas o un mes- cuando estuvo a su altura se detuvo.- Me alegro de volver a verte, amigo, aunque me gustaría que fuera en otras circunstancias. Parece que hay problemas, ¿verdad?
Por suerte tenían buen tiempo y el sol seguía su lento ascenso.
- ¿Me vas a contar de qué va todo esto?
Sango
Héroe de Aerandir
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Re: El Scion: La Leyenda del Triunvirato [Libre]
- Nota:
- Durante esta serie de temas, utilizaré este color para los diálogos y pensamientos de Eberus, al igual que hice en los Crímenes de Barrio Oscuro porque allí también coincidí con Logan, que usa también este naranja.
El turismo costero meditativo constituía uno de los mayores pasatiempos del brujo cuando descansaba en su tierra. Tanto viaje por el continente le aturullaba la mente, y esto le permitía disfrutar la paz interior como en ningún otro lado.
La playa que visitaba aquellas semanas no se hallaba lejos de la capital. Sus arenas eran claras, y su extensión considerable. Y, al parecer, era poco concurrida. Al menos en el momento en que llegó el brujo para asentarse allí, bajo la sombra de unos árboles pegados a la arena, para meditar. "Litoral de arenas blancas como la misma nieve del lejano norte. De una belleza tal que, de no ser por la diferencia de temperaturas, podría recordar a aquellos paisajes abundados por nieve y quietud", había leído en los escritos de un viejo explorador.
Y recordando esas palabras, comenzó su meditación.
Poco duró, sin embargo, la susodicha quietud. Tras unos veinte minutos, comenzó a escuchar voces alzadas al otro lado de la playa. Cosa que perturbó con rapidez aquella paz interior, convirtiéndola en cabreo e indignación.
- ¡Me cago en vuestra ascendencia! - gritó desde lejos, aspaventero. - ¿Dónde quedó la tranquilidad de la playa? ¡Por mis muelas! - Unos acelerados pasos más tarde, pudo reconocer, sorprendido, tanto al chaval de la arena como a aquel que le vociferaba a este desde un poco más allá.
- Pero... ¡la madre que os parió! ¡Sango! ¡Logan! - Pausó sus voces por un momento, hasta que llegó a donde estaban ellos. - Me habéis jodido la meditación, cabrones. ¿Cómo es que, de entre todas las personas, os halléis hoy aquí ambos? ¿Os conocéis, por cierto? - Mientras les ofrecía ese peculiar saludo, les saludaba también a ambos dándoles unos amistosos toques en el brazo.
Eberus
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Re: El Scion: La Leyenda del Triunvirato [Libre]
Llevaba unos minutos esperando y mi paciencia empezaba a ponerse a prueba. Estaba preocupado y nervioso. Temia que alguien nos viera partir después de que me atacaran en mi propia biblioteca. Afortunadamente, no tuve que esperar demasiado tiempo y no tarde en ver a Sango, mi nuevo amigo a quién conocí hace no mucho viviendo una increíble aventura de la que no hubiéramos sobrevivido sin cooperación.
— ¡Ey! Cuanto me alegro de que estes aquí —le dije esbozando una sonrisa antes de escucharle pedir explicaciones —. Si. Te cuento rápidamente. ¿Recuerdas lo que te conte el otro dia? Pues parece que alguien podría estar a punto de descubrirme. Yo encontré…
Pero no me dio tiempo a continuar a explicar, pues escuche de pronto una voz que me resultaba familiar. Gire el rostro y vi a Eberus, con quién coincidi hace no mucho para ayudar a Lancelot a resolver cierto crimen. De hecho, Eberus me salvo la vida.
— Bueno, es una larga historia pero si, nos conocimos hace poco en el desierto. Trabajamos juntos para salvar a cierto pueblo de una peligrosa secta que..
Pero no me dio tiempo a terminar, antes de poder continuar mi explicación, tuvo lugar el impacto de una bola de fuego a poca distancia de nosotros, haciendo que una buena cantidad de arena nos ensuciara. Alce la vista hacia donde creí ver que venía aquello y vi a varios brujos, con túnicas, mirándonos amenazadamente.
— Logan Allen, no te interpondras en el camino de FENIX. No podemos permitir que ninguno de vosotros salga de aquí con vida. FENIX no deja testigos.
— Mierda, son ellos. Rápido, subir al barco y ponerlo en marcha —les pedi mientras rápidamente alzaba mi brazo y hacia que una barrera de fuego comenzara a protegernos de las siguientes esferas que nos fueron lanzadas —. Eberus, siento que esto te haya pillado por medio, pero confía en mi. Sube al barco y vayamos a mar adentro. Os explicare a ambos todo cuando nos hayamos deshecho de ellos.
Esperando a que Sango y Eberus subieran al barco, yo mantenía mis manos expulsando fuego y alimentando ese escudo que, por ahora y aunque me costaba, nos protegía de la magia enemiga.
— ¡Ey! Cuanto me alegro de que estes aquí —le dije esbozando una sonrisa antes de escucharle pedir explicaciones —. Si. Te cuento rápidamente. ¿Recuerdas lo que te conte el otro dia? Pues parece que alguien podría estar a punto de descubrirme. Yo encontré…
Pero no me dio tiempo a continuar a explicar, pues escuche de pronto una voz que me resultaba familiar. Gire el rostro y vi a Eberus, con quién coincidi hace no mucho para ayudar a Lancelot a resolver cierto crimen. De hecho, Eberus me salvo la vida.
— Bueno, es una larga historia pero si, nos conocimos hace poco en el desierto. Trabajamos juntos para salvar a cierto pueblo de una peligrosa secta que..
Pero no me dio tiempo a terminar, antes de poder continuar mi explicación, tuvo lugar el impacto de una bola de fuego a poca distancia de nosotros, haciendo que una buena cantidad de arena nos ensuciara. Alce la vista hacia donde creí ver que venía aquello y vi a varios brujos, con túnicas, mirándonos amenazadamente.
— Logan Allen, no te interpondras en el camino de FENIX. No podemos permitir que ninguno de vosotros salga de aquí con vida. FENIX no deja testigos.
— Mierda, son ellos. Rápido, subir al barco y ponerlo en marcha —les pedi mientras rápidamente alzaba mi brazo y hacia que una barrera de fuego comenzara a protegernos de las siguientes esferas que nos fueron lanzadas —. Eberus, siento que esto te haya pillado por medio, pero confía en mi. Sube al barco y vayamos a mar adentro. Os explicare a ambos todo cuando nos hayamos deshecho de ellos.
Esperando a que Sango y Eberus subieran al barco, yo mantenía mis manos expulsando fuego y alimentando ese escudo que, por ahora y aunque me costaba, nos protegía de la magia enemiga.
- Breves instrucciones:
- Teneís total libertad en esta ronda, podeís narrar como querais la situación y podeís ayudar a Logan si quereis ayudar a deshaceros de esos hechiceros, pero procurar que vuestros personajes terminen el post sobre el barco. El objetivo final de la ronda es que los tres logremos huir con el barco.
Logan Allen
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Re: El Scion: La Leyenda del Triunvirato [Libre]
El bombazo en la arena le impidió saludar a Eberus como era debido. Sango se llevó los brazos a la cara y se puso de espaldas para protegerse de las proyecciones de arena.
- ¡Menuda playa para meditar Eberus!- gritó.
Se giró para ver a unos tipos lanzando magia contra ellos al tiempo que Logan conjuraba una barrera y les apremiaba a poner en marcha el barco.
- Poner en marcha... ¿qué cojones?- Sango, confundido se acercó al barco.
Allí vio un par de remos y algunas cosas tiradas por aquí y allá. Supuso que ponerlo en marcha significaba tirarlo al agua y ponerse a remar como locos. Serían blancos fáciles en el agua, pero, ¿qué más podía hacer él contra unos tipos que lanzaban magia a distancia? Empujó el barco nuevamente hacia el agua.
- ¡Eberus! Por tu padre, ven y ayúdame a "poner esto en marcha".
Con el bote en el agua saltó y apunto estuvo de volcar el barco. Ir con armadura en un bote era sinónimo de querer buscar una muerte prematura. Pero la situación así lo requería.
- Recordadme que- se sentó y cogió un remo- no vuelva a salir con brujos, estáis todos locos.
Tiró el remo al agua para estabilizar el bote dando un par de paladas a cada lado.
- Eberus, súbete al puto barco y ayúdame a remar. Logan sube, mantén esa barrera todo lo que puedas, vamos a ser un blanco fácil- Ben alzó la cabeza y miró hacia el mar. Con todo iban a tener algo de suerte ya que la marea bajaba.
Se aferró con fuerza al remo para empezar a bracear en cuanto todos estuvieran a bordo.
- ¡Menuda playa para meditar Eberus!- gritó.
Se giró para ver a unos tipos lanzando magia contra ellos al tiempo que Logan conjuraba una barrera y les apremiaba a poner en marcha el barco.
- Poner en marcha... ¿qué cojones?- Sango, confundido se acercó al barco.
Allí vio un par de remos y algunas cosas tiradas por aquí y allá. Supuso que ponerlo en marcha significaba tirarlo al agua y ponerse a remar como locos. Serían blancos fáciles en el agua, pero, ¿qué más podía hacer él contra unos tipos que lanzaban magia a distancia? Empujó el barco nuevamente hacia el agua.
- ¡Eberus! Por tu padre, ven y ayúdame a "poner esto en marcha".
Con el bote en el agua saltó y apunto estuvo de volcar el barco. Ir con armadura en un bote era sinónimo de querer buscar una muerte prematura. Pero la situación así lo requería.
- Recordadme que- se sentó y cogió un remo- no vuelva a salir con brujos, estáis todos locos.
Tiró el remo al agua para estabilizar el bote dando un par de paladas a cada lado.
- Eberus, súbete al puto barco y ayúdame a remar. Logan sube, mantén esa barrera todo lo que puedas, vamos a ser un blanco fácil- Ben alzó la cabeza y miró hacia el mar. Con todo iban a tener algo de suerte ya que la marea bajaba.
Se aferró con fuerza al remo para empezar a bracear en cuanto todos estuvieran a bordo.
Sango
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Re: El Scion: La Leyenda del Triunvirato [Libre]
Aquel encuentro había comenzado de una manera especial, pero en cuanto aparecieron aquellos brujos ya fue el colmo.
- ¿FENIX? Menudos hijos de una burra. Pollinos deberían llamarse - dijo inmediatamente tras la ingrata pero intensa sorpresa por aquella bola de fuego.
- Eberus, siento que esto te haya pillado por medio, pero confía en mi. Sube al barco y vayamos a mar adentro. Os explicare a ambos todo cuando nos hayamos deshecho de ellos.
- ¿Al barco? Pero, ¡cabrones! ¡Vengo unos días a relajarme a la costa y ya me estáis liando! - sin ver una opción más segura, no tuvo más remedio que subir apresurado junto sus dos colegas mientras esquivaba cúmulos ígneos y agresiva arena voladora. Ya meditaría en otro momento.
Mientras Sango le sugería que le ayudase a remar, Eberus intentó darles su merecido a aquellos misteriosos sectarios usando su telequinésis para devolverles la molestia que les estaba causando a ellos la arena voladora. Sacó su varita y comenzó a formar desde el barco pequeños cúmulos de arena que hacía volar hacia ellos, desperdigándose por el aire para tratar de entorpecer su ofensiva. Algunos se tapaban los ojos tras el incómodo impacto de la arena en estos, lo que les dio un respiro para poder escapar más a gusto.
Eberus cogió el remo y se despegaron de la costa.
- Uf... Sango, necesitaba joder a esos cabrones. Y mira, ¡ha funcionado! ¡Jajaja! - dijo el brujo con intención de disculparse por las peticiones ligeramente ignoradas de su compañero. - Logan, ¿qué tal va ese escudo? ¿Siguen intentando atacarnos? - preguntó entre jadeos. El remar no era una actividad tranquila, y menos si tienes que poner todo tu ímpetu para intentar no morir quemado.
Un rato después, una vez calmada la cosa, Eberus preguntó extrañado. - Pero, ¿en qué clase de líos estás metido, amigo? ¿Qué cojones son los Pollinos asesinos esos?
- ¿FENIX? Menudos hijos de una burra. Pollinos deberían llamarse - dijo inmediatamente tras la ingrata pero intensa sorpresa por aquella bola de fuego.
- Eberus, siento que esto te haya pillado por medio, pero confía en mi. Sube al barco y vayamos a mar adentro. Os explicare a ambos todo cuando nos hayamos deshecho de ellos.
- ¿Al barco? Pero, ¡cabrones! ¡Vengo unos días a relajarme a la costa y ya me estáis liando! - sin ver una opción más segura, no tuvo más remedio que subir apresurado junto sus dos colegas mientras esquivaba cúmulos ígneos y agresiva arena voladora. Ya meditaría en otro momento.
Mientras Sango le sugería que le ayudase a remar, Eberus intentó darles su merecido a aquellos misteriosos sectarios usando su telequinésis para devolverles la molestia que les estaba causando a ellos la arena voladora. Sacó su varita y comenzó a formar desde el barco pequeños cúmulos de arena que hacía volar hacia ellos, desperdigándose por el aire para tratar de entorpecer su ofensiva. Algunos se tapaban los ojos tras el incómodo impacto de la arena en estos, lo que les dio un respiro para poder escapar más a gusto.
Eberus cogió el remo y se despegaron de la costa.
- Uf... Sango, necesitaba joder a esos cabrones. Y mira, ¡ha funcionado! ¡Jajaja! - dijo el brujo con intención de disculparse por las peticiones ligeramente ignoradas de su compañero. - Logan, ¿qué tal va ese escudo? ¿Siguen intentando atacarnos? - preguntó entre jadeos. El remar no era una actividad tranquila, y menos si tienes que poner todo tu ímpetu para intentar no morir quemado.
Un rato después, una vez calmada la cosa, Eberus preguntó extrañado. - Pero, ¿en qué clase de líos estás metido, amigo? ¿Qué cojones son los Pollinos asesinos esos?
Eberus
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Re: El Scion: La Leyenda del Triunvirato [Libre]
Escuche como Sango se encargaba de preparar el barco, protestando un poco por las circunstancias, lo cual me hizo lamentar todo esto y entre tanto, Eberus me ayudo a enfrentar a aquellos tipos. Cuando vi que ya estaban preparados, hice que el fuego de la barrera saliera lanzada contra nuestros enemigos, provocando una explosión al impactar con la que salieron disparados y prendidos en llamas.
—Venga, vamos. Aprovechemos —les dije mientras me subía al bote y ayudaba a Sango a remar y a sacarnos de allí.
Mientras nos alejábamos, escuche como Eberus me pedía explicaciones y yo lo primero que podía hacer era lamentar el haberles involucrado.
—Siento mucho esto chicos —les empecé a decir —. La verdad es que todo ha sido bastante rápido. Encontré una carta oculta en mi biblioteca, la biblioteca que herede de Velgios, el mago que me cuido cuando murieron mis padres, y me explico que hay un artefacto, llamado el Scion, que tiene el poder del conocimiento, capaz de dar a su poseedor cualquier respuesta y los medios para crear cualquier cosa. La carta también me decía que tuviera cuidado con cierta secta llamada FENIX. Por lo visto, son una secta muy antigua, que buscan apoderarse de ese objeto para usarlo en sus malvados fines. Y por lo visto, quieren usarlo para descubrir la identidad de la reencarnación de Flixer, el mítico fénix del fuego dorado —terminé de decir señalando a mi espada, que estaba sobre el suelo, con la mirada —. Y Eberus, supongo que debo decírtelo, Sango ya lo sabe, yo soy la reencarnación de Flixer. Por eso debo buscar ese objeto y destruirlo, y me temo que ahora os he metido en mi problema. No creo que nos dejen tranquilos —dije mirando hacia la playa, donde podía ver a algún enemigo salir de allí corriendo.
—Venga, vamos. Aprovechemos —les dije mientras me subía al bote y ayudaba a Sango a remar y a sacarnos de allí.
Mientras nos alejábamos, escuche como Eberus me pedía explicaciones y yo lo primero que podía hacer era lamentar el haberles involucrado.
—Siento mucho esto chicos —les empecé a decir —. La verdad es que todo ha sido bastante rápido. Encontré una carta oculta en mi biblioteca, la biblioteca que herede de Velgios, el mago que me cuido cuando murieron mis padres, y me explico que hay un artefacto, llamado el Scion, que tiene el poder del conocimiento, capaz de dar a su poseedor cualquier respuesta y los medios para crear cualquier cosa. La carta también me decía que tuviera cuidado con cierta secta llamada FENIX. Por lo visto, son una secta muy antigua, que buscan apoderarse de ese objeto para usarlo en sus malvados fines. Y por lo visto, quieren usarlo para descubrir la identidad de la reencarnación de Flixer, el mítico fénix del fuego dorado —terminé de decir señalando a mi espada, que estaba sobre el suelo, con la mirada —. Y Eberus, supongo que debo decírtelo, Sango ya lo sabe, yo soy la reencarnación de Flixer. Por eso debo buscar ese objeto y destruirlo, y me temo que ahora os he metido en mi problema. No creo que nos dejen tranquilos —dije mirando hacia la playa, donde podía ver a algún enemigo salir de allí corriendo.
Logan Allen
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Re: El Scion: La Leyenda del Triunvirato [Libre]
Mientras Logan explicaba, con detalle, el por qué de su intento de asesinato, Ben remaba y ponía en práctica lo aprendido con Sturm y la tripulación de su barco "Filo". Un nombre muy apropiado por el pronunciado ángulo de la quilla del mismo. Sacudió la cabeza. No había mucho que aprender, era dar remo hasta que los brazos no pudieran más, eso sí, en aquel caso, en la barca de Logan. era mucho más evidente si uno de los dos lados remaba a un ritmo distinto, podían llegar a navegar en círculos. En un barco más grande, como en el Filo de Sturm, aquella era mucho más difícil, pero no por ello menos probable.
En esas estaba Sango cuando volvió a escuchar, en boca de Logan, la historia del Flixer. Frunció el ceño con la historia. Había sido escéptico al principio, incrédulo, más bien. Le parecía extraño que un poderoso ser pudiera reencarnarse en un humano, en un brujo en este caso. Pero todo lo que rodeaba a Logan, al menos en su experiencia, parecía estar adornado con grupos de gente que buscaban algo de él.
- Cada vez que escucho esta historia del Flixer...- hizo una pausa para dejar que una ola los alzara levemente- Por todos los Dioses, parece que tienes una diana en la espalda para todos los chiflados de este puto mundo: primero los del Desierto de Roilkat, ahora esto cabrones Fenix o como sea...
Dejó de remar de manera intensa, ya que estaban a una distancia prudencial de la costa y se afanó en dar brazadas justas para mantener la embarcación equilibrada.
- A ver. Esta carta del maestro Velgios, supongo que diría dónde está el objeto, ¿cómo lo has llamado, sion? Es igual. Ese objeto no creo que exista, siento decirlo, amigo- hizo una breve pausa.- Yo creo que el objeto eres tú mismo, ¿recuerdas los tipos del desierto? Joder, usaron tu sangre para- dudó la no saber cómo denominar lo que habían vivido- joder, no sé, fortalecerse con alguna clase de hechicería o ritual que los Dioses sabrán de dónde lo han sacado.
Miró a Logan para ver su reacción y luego a Eberus, al que tendría que explicarle más adelante qué es lo que pasó en el desierto, pero seguramente podría hacerse una idea con lo poco que había comentado.
- No me malinterpretes, Logan Allen, te ayudaré a destruir hasta a la última persona que trate de utilizarte con cualquier fin que no hayas consentido. Moriré en el intento si hace falta, porque no hay mayor honra que la de morir con una espada en la mano en un combate por una causa justa- dejó que el leve aire que soplaba del oeste le refrescara.- No soy un tipo que sea amigo de la magia, creo en lo que veo y en el Arenal vi que te hicieron polvo para usar algo de ti, ¿quién te dice que no se trate de la misma gente?
Sintió incomodidad por compartir sus pensamientos en voz alta, durante un breve instante se lamentó por ello, pero los descartó rápidamente. Era bueno, se dijo, poner las cartas sobre la mesa, conocer la opinión de cada uno y por supuesto ampliar el prisma con el poder observar la realidad. No había que cerrar puertas.
- No me hagáis mucho caso, no tengo ni idea de magia y la existencia de esos artefactos... Bien podrían ser reales, cosas peores he visto- su rostro se ensombreció al recordar el "Frasco del neonato".- Vosotros decidme quién os hace daño y ahí estaré para ayudaros. Tenéis mi palabra.
Agarró con firmeza el remo mientras recordaba la lucha en el castillo de los Karst y el virotazo de la traición. Si pensaba mucho en ello, el punto de impacto aún quemaba.
- La cuestión ahora es, ¿qué hacemos con esta barca en mar abierto? Espero que Njord sea benévolo con nosotros.
En esas estaba Sango cuando volvió a escuchar, en boca de Logan, la historia del Flixer. Frunció el ceño con la historia. Había sido escéptico al principio, incrédulo, más bien. Le parecía extraño que un poderoso ser pudiera reencarnarse en un humano, en un brujo en este caso. Pero todo lo que rodeaba a Logan, al menos en su experiencia, parecía estar adornado con grupos de gente que buscaban algo de él.
- Cada vez que escucho esta historia del Flixer...- hizo una pausa para dejar que una ola los alzara levemente- Por todos los Dioses, parece que tienes una diana en la espalda para todos los chiflados de este puto mundo: primero los del Desierto de Roilkat, ahora esto cabrones Fenix o como sea...
Dejó de remar de manera intensa, ya que estaban a una distancia prudencial de la costa y se afanó en dar brazadas justas para mantener la embarcación equilibrada.
- A ver. Esta carta del maestro Velgios, supongo que diría dónde está el objeto, ¿cómo lo has llamado, sion? Es igual. Ese objeto no creo que exista, siento decirlo, amigo- hizo una breve pausa.- Yo creo que el objeto eres tú mismo, ¿recuerdas los tipos del desierto? Joder, usaron tu sangre para- dudó la no saber cómo denominar lo que habían vivido- joder, no sé, fortalecerse con alguna clase de hechicería o ritual que los Dioses sabrán de dónde lo han sacado.
Miró a Logan para ver su reacción y luego a Eberus, al que tendría que explicarle más adelante qué es lo que pasó en el desierto, pero seguramente podría hacerse una idea con lo poco que había comentado.
- No me malinterpretes, Logan Allen, te ayudaré a destruir hasta a la última persona que trate de utilizarte con cualquier fin que no hayas consentido. Moriré en el intento si hace falta, porque no hay mayor honra que la de morir con una espada en la mano en un combate por una causa justa- dejó que el leve aire que soplaba del oeste le refrescara.- No soy un tipo que sea amigo de la magia, creo en lo que veo y en el Arenal vi que te hicieron polvo para usar algo de ti, ¿quién te dice que no se trate de la misma gente?
Sintió incomodidad por compartir sus pensamientos en voz alta, durante un breve instante se lamentó por ello, pero los descartó rápidamente. Era bueno, se dijo, poner las cartas sobre la mesa, conocer la opinión de cada uno y por supuesto ampliar el prisma con el poder observar la realidad. No había que cerrar puertas.
- No me hagáis mucho caso, no tengo ni idea de magia y la existencia de esos artefactos... Bien podrían ser reales, cosas peores he visto- su rostro se ensombreció al recordar el "Frasco del neonato".- Vosotros decidme quién os hace daño y ahí estaré para ayudaros. Tenéis mi palabra.
Agarró con firmeza el remo mientras recordaba la lucha en el castillo de los Karst y el virotazo de la traición. Si pensaba mucho en ello, el punto de impacto aún quemaba.
- La cuestión ahora es, ¿qué hacemos con esta barca en mar abierto? Espero que Njord sea benévolo con nosotros.
Sango
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Re: El Scion: La Leyenda del Triunvirato [Libre]
- Pero, pero... vamos a ver - hizo una pequeña pausa para intentar entender lo que había contado Logan. - ¿Qué clase de cuentos son esos? ¿Cómo va a existir un aparato que te puede hacer todopoderoso? Amigo... ¿tú estás bien de la cabeza?
Eberus seguía remando, ahora más lento. Ya casi habían perdido de vista la costa en la que estaban aquellos sectarios. - Chavales, vamos a tomarnos un descanso, anda. Sé que me conservo bien, pero quieras o no, la edad pone límites. - El viejo brujo suspiró tras el esfuerzo. - A ver... Vamos a aclararnos. ¿Qué cojones es eso de la reencarnación y del Finser y la madre que os trajo al mundo? No me estoy enterando de una mierda. Vamos paso a paso, coño. ¿Reencarnación?
De repente, un halcón se posó en el extremo de la proa. Eberus se quedó por unos segundos mirándolo, con una expresión sutil de temor. Dicho ave no se movía del sitio, y parecía observar detenidamente a Eberus. - Ho... ¿hola? - En cuanto comenzó a articular la palabra, el halcón despegó con sus alas con tal velocidad que parecía no haber estado allí.
- Bu...bueno. ¿Adónde nos dirigimos ahora entonces? ¿Falta mucho para arribar? -preguntó tratando de ocultar su descompostura, mientras miraba de reojo brevemente al cielo.
Mientras escuchaba las palabras de sus compañeros, Eberus estaba ahora sentado en el suelo de la barca, casualmente sin dejar sobresalir su cabeza de la embarcación. - Anda, Logan, rema tú, que creo que me ha dado un tirón en la espalda -pidió. - Por cierto, Sango, ¿cómo eres capaz de dar tu vida en la batalla sin ningún temor a la muerte? Dices que darías la vida por nosotros... pero a mí, sinceramente, y no te lo tomes a mal, eh, pues... me parece una tontería. ¿Para qué morir, con lo joven que eres, amigo? Con lo fácil que es... - y pausó para realizar un gesto con la mano y pasar a ser casi invisible por escasos segundos. - Compañeros, esto es lo que te hace llegar a viejo, no la lucha en primera línea. Estar vivo es seguir siendo útil y, bueno, por supuesto, seguir disfrutando de los grandes placeres de la vida. A lo que voy, que me parece que eres demasiado extremista con lo de dar la vida por una causa justa, y esas milongas. ¿Qué vale más para tí: la justicia, o tu propia vida?
Eberus seguía remando, ahora más lento. Ya casi habían perdido de vista la costa en la que estaban aquellos sectarios. - Chavales, vamos a tomarnos un descanso, anda. Sé que me conservo bien, pero quieras o no, la edad pone límites. - El viejo brujo suspiró tras el esfuerzo. - A ver... Vamos a aclararnos. ¿Qué cojones es eso de la reencarnación y del Finser y la madre que os trajo al mundo? No me estoy enterando de una mierda. Vamos paso a paso, coño. ¿Reencarnación?
De repente, un halcón se posó en el extremo de la proa. Eberus se quedó por unos segundos mirándolo, con una expresión sutil de temor. Dicho ave no se movía del sitio, y parecía observar detenidamente a Eberus. - Ho... ¿hola? - En cuanto comenzó a articular la palabra, el halcón despegó con sus alas con tal velocidad que parecía no haber estado allí.
- Bu...bueno. ¿Adónde nos dirigimos ahora entonces? ¿Falta mucho para arribar? -preguntó tratando de ocultar su descompostura, mientras miraba de reojo brevemente al cielo.
Mientras escuchaba las palabras de sus compañeros, Eberus estaba ahora sentado en el suelo de la barca, casualmente sin dejar sobresalir su cabeza de la embarcación. - Anda, Logan, rema tú, que creo que me ha dado un tirón en la espalda -pidió. - Por cierto, Sango, ¿cómo eres capaz de dar tu vida en la batalla sin ningún temor a la muerte? Dices que darías la vida por nosotros... pero a mí, sinceramente, y no te lo tomes a mal, eh, pues... me parece una tontería. ¿Para qué morir, con lo joven que eres, amigo? Con lo fácil que es... - y pausó para realizar un gesto con la mano y pasar a ser casi invisible por escasos segundos. - Compañeros, esto es lo que te hace llegar a viejo, no la lucha en primera línea. Estar vivo es seguir siendo útil y, bueno, por supuesto, seguir disfrutando de los grandes placeres de la vida. A lo que voy, que me parece que eres demasiado extremista con lo de dar la vida por una causa justa, y esas milongas. ¿Qué vale más para tí: la justicia, o tu propia vida?
- Bajo la maldición: Furia de los Vanir:
- Cada vez que, tras una de sus travesuras, Eberus haga gala de su característica risa tetera, comenzará a sentir un calor cada vez más intenso y una presión en el interior de su cabeza, que se liberará muy poco a poco por medio del vapor que escapará de su boca y orejas (todos sabemos cómo es una tetera, vaya). Los efectos durarán todo un turno desde que Eberus comience a reír.
Además, en todos los temas que abras desde este momento, aparecerá un halcón. ¿Te está vigilando?
Eberus
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Re: El Scion: La Leyenda del Triunvirato [Libre]
Escuche las reacciones de ambos y mientras que Sango se mostraba más preocupado por el hecho de que yo estuviera en peligro y escéptico por la existencia de tal objeto, Eberus se mostraba aún más escéptico. Sango teorizaba sobre si estos tipos eran los mismos del desierto y también aseguraba que no pensaba abandonarme y que me ayudaría.
—Chicos, se que esto parece muy absurdo pero… —empecé a decir mientras cogía mi espada y hacia que la hoja llameara con fuego dorado —… esto tampoco es muy explicable y Sango, ya viste lo que paso con aquella secta. Yo tampoco creo que sea casualidad. Alguna conexión debe de haber. Incluso es más que probable que sean la misma gente. Tal vez me siguieran desde el desierto —opine al respecto — Descuida, me encargo yo —dije mientras ocupaba el lugar de Eberus y me ponía a remar.
Ambos preguntaban por nuestro próximo movimiento y eso me hizo fijarme en donde estábamos y en los cálculos que habíamos hecho. —En la carta venía un mapa que señalaba un punto de este mar donde hay un templo submarino que oculta la ubicación del Scion. Por los cálculos que hice, tan solo debemos de entrar un poco más en mundo abierto. Cuando lleguemos, habrá que bucear. No os pediré que me acompañéis, no sabemos que riesgos haya allí abajo —dije mientras seguía remando -. Si quereis, podeis quedaros aquí a vigilar. No creo que nos dejen tranquilos.
—Chicos, se que esto parece muy absurdo pero… —empecé a decir mientras cogía mi espada y hacia que la hoja llameara con fuego dorado —… esto tampoco es muy explicable y Sango, ya viste lo que paso con aquella secta. Yo tampoco creo que sea casualidad. Alguna conexión debe de haber. Incluso es más que probable que sean la misma gente. Tal vez me siguieran desde el desierto —opine al respecto — Descuida, me encargo yo —dije mientras ocupaba el lugar de Eberus y me ponía a remar.
Ambos preguntaban por nuestro próximo movimiento y eso me hizo fijarme en donde estábamos y en los cálculos que habíamos hecho. —En la carta venía un mapa que señalaba un punto de este mar donde hay un templo submarino que oculta la ubicación del Scion. Por los cálculos que hice, tan solo debemos de entrar un poco más en mundo abierto. Cuando lleguemos, habrá que bucear. No os pediré que me acompañéis, no sabemos que riesgos haya allí abajo —dije mientras seguía remando -. Si quereis, podeis quedaros aquí a vigilar. No creo que nos dejen tranquilos.
Logan Allen
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Re: El Scion: La Leyenda del Triunvirato [Libre]
Escuchó con atención las palabras de Eberus y no pudo evitar sonreír ante el absoluto desconocimiento de sus motivaciones. Vio necesario justificar sus palabras pero resultaría redundante ya que, como había dicho hacía tan solo un momento, solo le hacía falta una causa justa y un arma para morir por ello. Quizás, se dijo, la edad le diera otro punto de vista, pero, ¿acaso los humanos vivían tanto como el resto de razas de Aerandir?
- Con el tiempo que se nos da, amigo Eberus, es mejor dejar huella en aquellos que te rodean, familia y amigos por sobre el resto de cosas- dejó de remar para mirar a Eberus.- Tus palabras contienen verdad, Eberus. Pero, párate a pensarlo: ¿qué es lo que merece la pena en esta vida? Hay gente hermosa y maravillosa que hace de este mundo un lugar mejor, gente capaz de arreglar un día con un simple saludo o con una sonrisa, gente que pierde su tiempo en sanar las dolencias de otros, gente que no es capaz de hacer otra cosa salvo el bien- hizo una pausa y agarró el remo con fuerza.- La gente como yo está aquí para proteger a esas personas, para hacer lo necesario para que el caos y la maldad nunca triunfe. Los Dioses asignan un tiempo a cada uno en esta vida y uno simplemente puede decidir qué hacer con él. Yo elijo proteger a la gente que merece la pena y vosotros, mis buenos amigos, la merecéis.
Se puso a remar a la par de Logan y se mantuvo en silencio un buen rato, sumido en sus propios pensamientos. Pocas veces había cambiado de idea sobre asuntos de similar índole y no tenía intención de hacerlo ahora, en mitad del mar, con una barca a remos y con dos amigos a bordo. De hacerlo, abandonaría y los dejaría a su suerte y aquello iba en contra de lo que él era.
- ¿Cómo es eso posible? ¿Cómo puede haber un templo submarino? ¿No hay entrada desde tierra? Y joder, ¿en serio quieres que nos metamos bajo el agua? No creo que sea capaz de aguantar la respiración...- miró a Logan.- Tienes que estar muy seguro de ello como para querer meterte bajo el agua...
Miró al horizonte. Los Dioses quisieron que el mar de Aerandir estuviera en calma, quizás un poco de resaca en costa pero allí lejos no parecía ser tan evidente, aunque claro, estaban lejos de algún punto de referencia con el que poder comparar. Era extraño como los sentidos podían acostumbrarse tan rápidamente a una situación, en principio, desconocida.
- Yo no soy útil aquí arriba, puedo remar y poco más. Si nos atacan desde lejos, seré tan inútil como este remo. Pero tampoco quiero morir ahogado. Tienes que haber pensado algo, Logan, o igual tú tienes algún truco, Eb, ¿no aprendiste nada de Edmundo?- sonrió mordazmente.- Quiero saber quiénes están detrás de esto.
- Con el tiempo que se nos da, amigo Eberus, es mejor dejar huella en aquellos que te rodean, familia y amigos por sobre el resto de cosas- dejó de remar para mirar a Eberus.- Tus palabras contienen verdad, Eberus. Pero, párate a pensarlo: ¿qué es lo que merece la pena en esta vida? Hay gente hermosa y maravillosa que hace de este mundo un lugar mejor, gente capaz de arreglar un día con un simple saludo o con una sonrisa, gente que pierde su tiempo en sanar las dolencias de otros, gente que no es capaz de hacer otra cosa salvo el bien- hizo una pausa y agarró el remo con fuerza.- La gente como yo está aquí para proteger a esas personas, para hacer lo necesario para que el caos y la maldad nunca triunfe. Los Dioses asignan un tiempo a cada uno en esta vida y uno simplemente puede decidir qué hacer con él. Yo elijo proteger a la gente que merece la pena y vosotros, mis buenos amigos, la merecéis.
Se puso a remar a la par de Logan y se mantuvo en silencio un buen rato, sumido en sus propios pensamientos. Pocas veces había cambiado de idea sobre asuntos de similar índole y no tenía intención de hacerlo ahora, en mitad del mar, con una barca a remos y con dos amigos a bordo. De hacerlo, abandonaría y los dejaría a su suerte y aquello iba en contra de lo que él era.
- ¿Cómo es eso posible? ¿Cómo puede haber un templo submarino? ¿No hay entrada desde tierra? Y joder, ¿en serio quieres que nos metamos bajo el agua? No creo que sea capaz de aguantar la respiración...- miró a Logan.- Tienes que estar muy seguro de ello como para querer meterte bajo el agua...
Miró al horizonte. Los Dioses quisieron que el mar de Aerandir estuviera en calma, quizás un poco de resaca en costa pero allí lejos no parecía ser tan evidente, aunque claro, estaban lejos de algún punto de referencia con el que poder comparar. Era extraño como los sentidos podían acostumbrarse tan rápidamente a una situación, en principio, desconocida.
- Yo no soy útil aquí arriba, puedo remar y poco más. Si nos atacan desde lejos, seré tan inútil como este remo. Pero tampoco quiero morir ahogado. Tienes que haber pensado algo, Logan, o igual tú tienes algún truco, Eb, ¿no aprendiste nada de Edmundo?- sonrió mordazmente.- Quiero saber quiénes están detrás de esto.
Sango
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Re: El Scion: La Leyenda del Triunvirato [Libre]
Eberus escuchó por encima las palabras de Logan.
- Bueno. Vengan del desierto o vengan de las altas montañas del norte, eso me importa un pepino. Está claro que te han seguido, amigo. Hay gente que sabe bien cómo pasar desapercibida. - Mientras hablaba, estaba percatándose de algunos detalles que le chocaron. - ¿Cómo no se había dado cuenta Logan de que estaba siendo seguido? Y si le han seguido, ¿por qué esperaron a atacarle cuando ya no estaba solo? Parece como si no quisieran cargárselo. Esto me huele a atrio chamuscado...- pensó en silencio.
Es posible que su tendencia a desconfiar le estuviera jugando una mala pasada pero, debido a sus cábalas, comenzó a hacerlo un poco de su compañero Logan. No demasiado, pero sí lo suficiente como para estar alerta.
A las palabras de Sango también prestó una atención bastante vaga. Sin embargo, se quedó con que tanto él como Logan merecían su lealtad. Dato que le agradaba. - Gracias, compañero. Dentro de mi manera de entender la vida, corresponderé esa lealtad con todas las capacidades que el éter me otorga. Y también esta cabeza pensante - se señaló sonriente.
Luego, escuchó el plan de Logan de adentrarse en las profundas aguas. La desconfianza antes generada le hizo adoptar una postura conservadora con respecto al hecho de llevar a cabo tal hazaña. - Yo... Efectivamente, Sango. Será mejor que me quede yo aquí arriba. Puedo intentar ocultar la barca si veo a alguien en el horizonte, y haceros una señal si se da el caso - dijo. - Eh, Sango... ¿Seguro que quieres bajar?- apeló a su compañero con intención de hacerle considerar de nuevo la opción que estaba tomando. - ¿Así es como planeabas morir por una causa justa? ¿Ahogado? - le tocó con el codo en un gesto amistoso, riendo ligeramente.
Importante detalle era el de "cómo" bajar allí abajo. Con tantas cábalas mentales ni si quiera se había parado a pensarlo.- De ese pazguato... qué voy a aprender yo, compañero. Si le di clases a su padre - contestó a Sango bromeando, con un ligero toque de soberbia. - Yo bajaría allí ahora mismo, compañero, pero no quiero que se me mojen estas tupidas barbas - dijo con una sonrisa pícara. - Así que, Logan... estará poco profundo eso, ¿no? ¿O vienes preparado para una inmersión honda?
- Bueno. Vengan del desierto o vengan de las altas montañas del norte, eso me importa un pepino. Está claro que te han seguido, amigo. Hay gente que sabe bien cómo pasar desapercibida. - Mientras hablaba, estaba percatándose de algunos detalles que le chocaron. - ¿Cómo no se había dado cuenta Logan de que estaba siendo seguido? Y si le han seguido, ¿por qué esperaron a atacarle cuando ya no estaba solo? Parece como si no quisieran cargárselo. Esto me huele a atrio chamuscado...- pensó en silencio.
Es posible que su tendencia a desconfiar le estuviera jugando una mala pasada pero, debido a sus cábalas, comenzó a hacerlo un poco de su compañero Logan. No demasiado, pero sí lo suficiente como para estar alerta.
A las palabras de Sango también prestó una atención bastante vaga. Sin embargo, se quedó con que tanto él como Logan merecían su lealtad. Dato que le agradaba. - Gracias, compañero. Dentro de mi manera de entender la vida, corresponderé esa lealtad con todas las capacidades que el éter me otorga. Y también esta cabeza pensante - se señaló sonriente.
Luego, escuchó el plan de Logan de adentrarse en las profundas aguas. La desconfianza antes generada le hizo adoptar una postura conservadora con respecto al hecho de llevar a cabo tal hazaña. - Yo... Efectivamente, Sango. Será mejor que me quede yo aquí arriba. Puedo intentar ocultar la barca si veo a alguien en el horizonte, y haceros una señal si se da el caso - dijo. - Eh, Sango... ¿Seguro que quieres bajar?- apeló a su compañero con intención de hacerle considerar de nuevo la opción que estaba tomando. - ¿Así es como planeabas morir por una causa justa? ¿Ahogado? - le tocó con el codo en un gesto amistoso, riendo ligeramente.
Importante detalle era el de "cómo" bajar allí abajo. Con tantas cábalas mentales ni si quiera se había parado a pensarlo.- De ese pazguato... qué voy a aprender yo, compañero. Si le di clases a su padre - contestó a Sango bromeando, con un ligero toque de soberbia. - Yo bajaría allí ahora mismo, compañero, pero no quiero que se me mojen estas tupidas barbas - dijo con una sonrisa pícara. - Así que, Logan... estará poco profundo eso, ¿no? ¿O vienes preparado para una inmersión honda?
Eberus
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Re: El Scion: La Leyenda del Triunvirato [Libre]
¿Cómo fue que termine aquí? - Pensó Sammael, cuando se dio cuenta que estaba dentro de un navero que solo navegaba por el mar, el mar no sacia nunca, tenía una poderosa seducción que volvía ambicioso al que lo mirara, algo basto y sin fin. Sammael estaba empezando a dudar de la higiene del barco que lo llevaba al ver tanta suciedad a su alrededor, no era de su agrado pero que podía hacer, solo debía esperar a llegar a su destino para desembarcar lo antes posible de esta podrida embarcación.
El mar estaba tranquilo tenía algo de resaca en la orillas de las isla pero nada grave, el dueño de este navío era un sujeto llamado Jack, le contaré algo de Jack además de ser un pirata y un buen navegante le gustaba emborracharse hasta más no poder y pasar la noche con bellas damas en las tabernas cuando llegaban a tierra, a pesar de sus gustos y vicios era un buen sujeto de fiar un antiguo compañero de Sammael.
Has estado en silencio todo el viaje, acaso ¿Vomitaras si hablas? - Sonriendo y riendo preguntó Jack, Para nada, pero te haré una recomendación deberías limpiar más esto con lo que te pagan por los viajes - Guiño su ojo para después voltear y observar nuevamente al mar desde la punta de la nave. Jack solo sigue riendo mientras giraba el timón para buscar corrientes de viento que ayudarán a las velas aumentar la velocidad del navío y apresurar el paso.
El brujo no era para nada famosos entre la tripulación a pesar de ser amigo de Jack, algunos sujetos lo subestimaban por alguna razón que ni él sabía, una damisela salió de algún lugar del navío con jarras de cerveza y platos de comida para los tripulantes, Sammael detallo el último plato que era para él a lo que se acercó a la bandeja para tomar su porción, antes de eso un sujeto llamado Steel tomó la delantera tomando la porción restante aun teniendo el una en su mano que era visible para todos. Creo que eso es mío. - Con un tono de autoridad el brujo mientras sus ojos y expresiones faciales transmitían un instinto de odio y repugnancia a Steel. El pirata miró a Sammael y sonrió mostrando sus dientes podridos.
No eres tripulante de esta nave así que no te toca nada o tienes algún problema con eso? - Fue la respuesta de Steel, Sammael solo tomó un poco de aire y lo exhaló sin quitarle la mirada aquel sujeto que claramente buscaba problemas donde no debería. Todos a su alrededor rieron por lo sucedido, ante eso un sonido agudo pero fuerte resonó de la nada, era un disparo. Jack había disparado en la pierna al pirata que molestaba al brujo. Sammael claramente quedó atónito ante tal suceso y todo lo demás o algunos se dirigieron a auxiliar al pobre hombre que ahora tenía una pierna herida que si no era atendida seguro morirá desangrado, además del grito de dolor que generan ese tipo de herida.
Quien ose molestar nuevamente a este invitado, la próxima irá a su cabeza. - Afirmó Jack mientras devolvía su arma la funda y daba un guiño a Sammael, el mismo retomó la postura y tomaba el plato del suelo que por suerte no se había desbordado para poder comer y simplemente ignoró a Steel.
Pasaron algunas horas cuando se veían más al mar adentro y una Isla pequeña estaba a un costado del mar, El brujo quedó intrigado por el hermoso paisaje que se veía y quería explorar más de ella, así que observó un bote acoplado a la nave con dos remo, era suficiente para llegar y regresar despuéss. Tomaré tu bote auxiliar e iré a la isla, regresaré pronto, no temas por mi ida - Con un poco de humor dijo Sammael hacia su amigo Jack, quien daba la orden a sus subordinados de soltar el barco para que brujo pudiera zarpar de una vez.
Sammael se despidió con un simple gesto de manos para tomar después los remo por ambos lados y empezar a remar a dirección a la isla , mientras las olas del mar lo ayudaban acercarse más ya que estaban dirigidas hacia esa dirección.
Yendo por el horizonte denoto una pequeña embarcación con algunos sujetos desde la distancia que tenían no determinaba el número, aun así siguió el rumbo a dirección hacia ellos para saber si conocían de la Isla y que pudieran darle informaciónd de esta misma.
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Has estado en silencio todo el viaje, acaso ¿Vomitaras si hablas? - Sonriendo y riendo preguntó Jack, Para nada, pero te haré una recomendación deberías limpiar más esto con lo que te pagan por los viajes - Guiño su ojo para después voltear y observar nuevamente al mar desde la punta de la nave. Jack solo sigue riendo mientras giraba el timón para buscar corrientes de viento que ayudarán a las velas aumentar la velocidad del navío y apresurar el paso.
El brujo no era para nada famosos entre la tripulación a pesar de ser amigo de Jack, algunos sujetos lo subestimaban por alguna razón que ni él sabía, una damisela salió de algún lugar del navío con jarras de cerveza y platos de comida para los tripulantes, Sammael detallo el último plato que era para él a lo que se acercó a la bandeja para tomar su porción, antes de eso un sujeto llamado Steel tomó la delantera tomando la porción restante aun teniendo el una en su mano que era visible para todos. Creo que eso es mío. - Con un tono de autoridad el brujo mientras sus ojos y expresiones faciales transmitían un instinto de odio y repugnancia a Steel. El pirata miró a Sammael y sonrió mostrando sus dientes podridos.
No eres tripulante de esta nave así que no te toca nada o tienes algún problema con eso? - Fue la respuesta de Steel, Sammael solo tomó un poco de aire y lo exhaló sin quitarle la mirada aquel sujeto que claramente buscaba problemas donde no debería. Todos a su alrededor rieron por lo sucedido, ante eso un sonido agudo pero fuerte resonó de la nada, era un disparo. Jack había disparado en la pierna al pirata que molestaba al brujo. Sammael claramente quedó atónito ante tal suceso y todo lo demás o algunos se dirigieron a auxiliar al pobre hombre que ahora tenía una pierna herida que si no era atendida seguro morirá desangrado, además del grito de dolor que generan ese tipo de herida.
Quien ose molestar nuevamente a este invitado, la próxima irá a su cabeza. - Afirmó Jack mientras devolvía su arma la funda y daba un guiño a Sammael, el mismo retomó la postura y tomaba el plato del suelo que por suerte no se había desbordado para poder comer y simplemente ignoró a Steel.
Pasaron algunas horas cuando se veían más al mar adentro y una Isla pequeña estaba a un costado del mar, El brujo quedó intrigado por el hermoso paisaje que se veía y quería explorar más de ella, así que observó un bote acoplado a la nave con dos remo, era suficiente para llegar y regresar despuéss. Tomaré tu bote auxiliar e iré a la isla, regresaré pronto, no temas por mi ida - Con un poco de humor dijo Sammael hacia su amigo Jack, quien daba la orden a sus subordinados de soltar el barco para que brujo pudiera zarpar de una vez.
Sammael se despidió con un simple gesto de manos para tomar después los remo por ambos lados y empezar a remar a dirección a la isla , mientras las olas del mar lo ayudaban acercarse más ya que estaban dirigidas hacia esa dirección.
Yendo por el horizonte denoto una pequeña embarcación con algunos sujetos desde la distancia que tenían no determinaba el número, aun así siguió el rumbo a dirección hacia ellos para saber si conocían de la Isla y que pudieran darle informaciónd de esta misma.
- offrol:
#ff6600 Pensamiento #9966ff Dialogo
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Sammael
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Re: El Scion: La Leyenda del Triunvirato [Libre]
Escuché atentamente las palabras que decía Sango y yo no pude más que sonreir y sentirme orgulloso de haber encontrado a un amigo como él. Su compañía sin duda hacía mucho mejor momentos como este. —Gracias amigo. Te agradezco mucho esto —le dije con una sonrisa, agradeciendo su gesto —Cierto, Eberus. Lo importante es que les tengo respirando sobre mi cuello.
Después escuche sus reacciones a lo que dije del templo submarino. Eberus comentó que él no creía ser útil bajo el agua, mientras que Sango decía que él se veía mejor acompañándome, pero que no sabía como respiraríamos bajo el agua. Con respecto a eso, yo tenía la solución. Bajo una de las tablas, saque una bolsa con cosas que tenía preparada y de la bolsa saque un frasco. —Esto es una poción muy particular. Nos permitirá respirar bajo el agua durante un buen rato. Yo beberé la mitad y tu la otra mitad. Eberus, tu vigila y asegúrate de que nadie nos sigue. ¿Estaras bien? —le pregunté preocupado.
Mientras esperaba respuesta, bebería la mitad de aquella poción y luego se la pasaría a Sango para que se bebiera el resto. A continuación, me levante y me quite la camiseta, además de descalzarme, quedándome únicamente con mi pantalón corto. Para bucear, prefería hacerlo de la manera más cómoda posible. Finalmente cogi mi espada, la empuñe en una bandolera de cuero que llevaba a medida y me coloque la bandolera sobre el hombro, quedando la espada bien sujeta a mi espalda. —Cuidate mucho Eberus —le dije esbozando una sonrisa, antes de zambullirme de cabeza en el agua, confiando en que Sango me siguiera.
Una vez dentro del agua, comencé a bucear hacia lo más profundo mientras comprobaba que, efectivamente, estaba siendo capaz de respirar bajo el agua sin problemas. Mientras descendía, pude ver alguna que otra pacifica criatura marina que nos ignoraba y finalmente visualicé lo que parecía un gran templo submarino. Al verlo, hice una seña a Sango y le señalé el templo.
Segui descendiendo y al llegar ante el templo, además de ver que había como varios “edificios” más pequeños a su alrededor y entradas a cuevas, vi que había un gran agujero en lo que debería de ser la entrada, y me cole teniendo cuidado en esquivar algunas medusas que había por allí. Tras cruzar y cogiendo mi espada, para lograr algo de luz dentro del templo, vi una enorme puerta con extraños grabados dibujados y tres riscos giratorios, uno de ellos tenía una válvula para girarla y, los otros dos, tenían la ranura para introducir otras dos válvulas. Parecía claro que, para entrar, necesitábamos las otras dos. Sin duda, esto debía de ser algún tipo de prueba. Justo entonces, al mirar hacia el techo, vi que el agua no cubría toda aquella sala y que podíamos tomar algo de aire ahí arriba y hablar, asi que hice una seña a Sango y ascendí para asomar la cabeza, quedando esta a pocos metros del techo. —Sango, creo que hay que buscar dos válvulas más para poder abrir la puerta. Deberíamos de separarnos y buscar.
Después escuche sus reacciones a lo que dije del templo submarino. Eberus comentó que él no creía ser útil bajo el agua, mientras que Sango decía que él se veía mejor acompañándome, pero que no sabía como respiraríamos bajo el agua. Con respecto a eso, yo tenía la solución. Bajo una de las tablas, saque una bolsa con cosas que tenía preparada y de la bolsa saque un frasco. —Esto es una poción muy particular. Nos permitirá respirar bajo el agua durante un buen rato. Yo beberé la mitad y tu la otra mitad. Eberus, tu vigila y asegúrate de que nadie nos sigue. ¿Estaras bien? —le pregunté preocupado.
Mientras esperaba respuesta, bebería la mitad de aquella poción y luego se la pasaría a Sango para que se bebiera el resto. A continuación, me levante y me quite la camiseta, además de descalzarme, quedándome únicamente con mi pantalón corto. Para bucear, prefería hacerlo de la manera más cómoda posible. Finalmente cogi mi espada, la empuñe en una bandolera de cuero que llevaba a medida y me coloque la bandolera sobre el hombro, quedando la espada bien sujeta a mi espalda. —Cuidate mucho Eberus —le dije esbozando una sonrisa, antes de zambullirme de cabeza en el agua, confiando en que Sango me siguiera.
Una vez dentro del agua, comencé a bucear hacia lo más profundo mientras comprobaba que, efectivamente, estaba siendo capaz de respirar bajo el agua sin problemas. Mientras descendía, pude ver alguna que otra pacifica criatura marina que nos ignoraba y finalmente visualicé lo que parecía un gran templo submarino. Al verlo, hice una seña a Sango y le señalé el templo.
Segui descendiendo y al llegar ante el templo, además de ver que había como varios “edificios” más pequeños a su alrededor y entradas a cuevas, vi que había un gran agujero en lo que debería de ser la entrada, y me cole teniendo cuidado en esquivar algunas medusas que había por allí. Tras cruzar y cogiendo mi espada, para lograr algo de luz dentro del templo, vi una enorme puerta con extraños grabados dibujados y tres riscos giratorios, uno de ellos tenía una válvula para girarla y, los otros dos, tenían la ranura para introducir otras dos válvulas. Parecía claro que, para entrar, necesitábamos las otras dos. Sin duda, esto debía de ser algún tipo de prueba. Justo entonces, al mirar hacia el techo, vi que el agua no cubría toda aquella sala y que podíamos tomar algo de aire ahí arriba y hablar, asi que hice una seña a Sango y ascendí para asomar la cabeza, quedando esta a pocos metros del techo. —Sango, creo que hay que buscar dos válvulas más para poder abrir la puerta. Deberíamos de separarnos y buscar.
Logan Allen
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Re: El Scion: La Leyenda del Triunvirato [Libre]
- Eberus, te voy a contar un chiste...- dijo después de que Logan se lanzara al agua y le dejara con la mitad de aquella poción en la barca.- ¿Sabes para qué sirve darle un masaje a un cangrejo?- apuró de un trago la poción y tiró el frasco en el suelo de la barca.- Para quitarle un pinzamiento.
Se encogió de hombros y le dedicó una sonrisa antes de asegurar todo su equipo. Utilizaría el escudo como remo. No sabía nadar. Nunca había buceado. No sabía cuánto tiempo era "un buen rato" bajo el agua. Suspiró y se puso en pie, carraspeó y echó un vistazo al agua. Sturm le había dado unas nociones básicas en caso de "catástrofe" en el mar. Utilizar el escudo como remo era una de ellas, útil si uno no sabía nadar o si llevaba equipamiento pesado, como era el caso. El único matiz, en su caso, era que aquello no era, como tal, una catástrofe, iba a meterse por voluntad propia en el agua. El otro consejo había sido que hiciera toda la fuerza que pudiera para impulsarse hacia delante y que rezara para que la fuerza no le abandonara.
- Eberus, tiene que haber una entrada por superficie. Estoy seguro de ello. Si no regresamos, búscala. Y si no la encuentras metete ahí abajo. Y si nos encuentras, quema mi cuerpo.
No se lo pensó más y, conteniendo la respiración, saltó al agua. Se hundió a gran velocidad y al abrir los ojos vio que Logan le sacaba una buena ventaja. No perdió más tiempo y usó el escudo como remo: extendió el escudo y tiró con fuerza hacia él. Repitió la operación varias veces en dirección a Logan hasta que se dio cuenta de que no tenía más aire. Con cautela aspiró y de alguna manera, el aire entró en él. Sorprendido y confiado al mismo tiempo, se permitió el lujo de tomar una bocanada del Mar de Aerandir, ¿cómo era posible respirar bajo el agua tomando una poción? ¿Qué había detrás de todo aquello?
Siguió a Logan, mezclando brazadas y dejando caer el peso que él mismo suponía. Al fondo, y pese a la creciente oscuridad, pudo distinguir formas que evocaban edificios antiguos, ruinosos, convertidos en corales, residencias para la vida en el mar. Trató de alcanzar a Logan. Otra cosa que había notado era la disminución de la temperatura a medida que se alejaban de la superficie. Debían estar pendientes de ello. Logan le hizo señas para emerger. Ben se agarró a las piedras para no hundirse. Fue consciente de que el aire que respiraba en el agua tenía algo diferente al que respiraban fuera del agua.
- Válvulas... Déjame echar un vistazo, aún no he ido a ver.
Se sumergió de nuevo y se impulsó hasta los riscos que había inspeccionado Logan hacía tan solo un instante. Se fijó en la válvula y acto seguido en uno de los agujeros de los riscos que no tenían válvula. Parecía un agujero cuadrado, para comprobarlo y asegurarse, metió un dedo y notó cuatro aristas confirmando que su visión no le engañaba. Eso simplificaba mucho las cosas, ¿qué podía haber cuadrado bajo el agua?
- Logan- dijo al emerger de nuevo- los agujeros son cuadrados- se sujetó a un muro cercano para no hundirse.- No creo que estén muy lejos.
Se dejó caer hasta dar con sus pies en el suelo. Causando un efecto inesperado y fue que levantó los sedimentos del fondo creando, a su alrededor una nube de tierra que tardó en asentarse. Tanteó el suelo con los pies, esperando encontrar algo pero no fue así.
Entonces entró en uno de los edificios cercanos, forzaba los ojos para tratar de ver algo en la oscuridad, distinguía los contornos de la edificación y era capaz de... Su pie pisó algo que cedió ligeramente bajo su peso. Chasquidos ahogados sonaron a su alrededor y Ben sin comprender qué había pasado se acercó al suelo. Había una baldosa que cedía con cierta facilidad a la presión externa. Sango volvió a pisar y escuchó el mismo chasquido ahogado. Miró a su alrededor y entonces comprendió.
A su espalda había un perno. Lo cogió y lo inspeccionó para ver que era un virote de ballesta en miniatura, con una longitud inferior a la de una palma de una mano. Alzó la cabeza y se acercó a la pared para descubrir una pequeña abertura en forma cilíndrica en la pared. Varios pasos más allá, otro perno y otra abertura pero ligeramente inclinada. Comprobó todas las paredes y efectivamente había agujeros, que no pernos, por todas partes. Todos apuntaban al centro.
Volvió a la baldosa y decidió levantarla con ayuda de la punta de la espada. Cedió con una facilidad increíble. En los extremos del agujero había unos resortes que serían los encargados de accionar los mecanismos de disparo, pero lo interesante estaba en el centro. Una válvula similar a la que había en en el risco del templo. Sango sonrió ligeramente y cogió la válvula. No reparó en la suerte que había tenido hasta que volvió a emerger con la válvula en la mano. Esos virotes parecían capaces de hacer mucho daño, agradeció a los Dioses que el mecanismo de disparo no funcionara correctamente.
Allí, respirando aire normal, esperó la llegada de Logan.
Se encogió de hombros y le dedicó una sonrisa antes de asegurar todo su equipo. Utilizaría el escudo como remo. No sabía nadar. Nunca había buceado. No sabía cuánto tiempo era "un buen rato" bajo el agua. Suspiró y se puso en pie, carraspeó y echó un vistazo al agua. Sturm le había dado unas nociones básicas en caso de "catástrofe" en el mar. Utilizar el escudo como remo era una de ellas, útil si uno no sabía nadar o si llevaba equipamiento pesado, como era el caso. El único matiz, en su caso, era que aquello no era, como tal, una catástrofe, iba a meterse por voluntad propia en el agua. El otro consejo había sido que hiciera toda la fuerza que pudiera para impulsarse hacia delante y que rezara para que la fuerza no le abandonara.
- Eberus, tiene que haber una entrada por superficie. Estoy seguro de ello. Si no regresamos, búscala. Y si no la encuentras metete ahí abajo. Y si nos encuentras, quema mi cuerpo.
No se lo pensó más y, conteniendo la respiración, saltó al agua. Se hundió a gran velocidad y al abrir los ojos vio que Logan le sacaba una buena ventaja. No perdió más tiempo y usó el escudo como remo: extendió el escudo y tiró con fuerza hacia él. Repitió la operación varias veces en dirección a Logan hasta que se dio cuenta de que no tenía más aire. Con cautela aspiró y de alguna manera, el aire entró en él. Sorprendido y confiado al mismo tiempo, se permitió el lujo de tomar una bocanada del Mar de Aerandir, ¿cómo era posible respirar bajo el agua tomando una poción? ¿Qué había detrás de todo aquello?
Siguió a Logan, mezclando brazadas y dejando caer el peso que él mismo suponía. Al fondo, y pese a la creciente oscuridad, pudo distinguir formas que evocaban edificios antiguos, ruinosos, convertidos en corales, residencias para la vida en el mar. Trató de alcanzar a Logan. Otra cosa que había notado era la disminución de la temperatura a medida que se alejaban de la superficie. Debían estar pendientes de ello. Logan le hizo señas para emerger. Ben se agarró a las piedras para no hundirse. Fue consciente de que el aire que respiraba en el agua tenía algo diferente al que respiraban fuera del agua.
- Válvulas... Déjame echar un vistazo, aún no he ido a ver.
Se sumergió de nuevo y se impulsó hasta los riscos que había inspeccionado Logan hacía tan solo un instante. Se fijó en la válvula y acto seguido en uno de los agujeros de los riscos que no tenían válvula. Parecía un agujero cuadrado, para comprobarlo y asegurarse, metió un dedo y notó cuatro aristas confirmando que su visión no le engañaba. Eso simplificaba mucho las cosas, ¿qué podía haber cuadrado bajo el agua?
- Logan- dijo al emerger de nuevo- los agujeros son cuadrados- se sujetó a un muro cercano para no hundirse.- No creo que estén muy lejos.
Se dejó caer hasta dar con sus pies en el suelo. Causando un efecto inesperado y fue que levantó los sedimentos del fondo creando, a su alrededor una nube de tierra que tardó en asentarse. Tanteó el suelo con los pies, esperando encontrar algo pero no fue así.
Entonces entró en uno de los edificios cercanos, forzaba los ojos para tratar de ver algo en la oscuridad, distinguía los contornos de la edificación y era capaz de... Su pie pisó algo que cedió ligeramente bajo su peso. Chasquidos ahogados sonaron a su alrededor y Ben sin comprender qué había pasado se acercó al suelo. Había una baldosa que cedía con cierta facilidad a la presión externa. Sango volvió a pisar y escuchó el mismo chasquido ahogado. Miró a su alrededor y entonces comprendió.
A su espalda había un perno. Lo cogió y lo inspeccionó para ver que era un virote de ballesta en miniatura, con una longitud inferior a la de una palma de una mano. Alzó la cabeza y se acercó a la pared para descubrir una pequeña abertura en forma cilíndrica en la pared. Varios pasos más allá, otro perno y otra abertura pero ligeramente inclinada. Comprobó todas las paredes y efectivamente había agujeros, que no pernos, por todas partes. Todos apuntaban al centro.
Volvió a la baldosa y decidió levantarla con ayuda de la punta de la espada. Cedió con una facilidad increíble. En los extremos del agujero había unos resortes que serían los encargados de accionar los mecanismos de disparo, pero lo interesante estaba en el centro. Una válvula similar a la que había en en el risco del templo. Sango sonrió ligeramente y cogió la válvula. No reparó en la suerte que había tenido hasta que volvió a emerger con la válvula en la mano. Esos virotes parecían capaces de hacer mucho daño, agradeció a los Dioses que el mecanismo de disparo no funcionara correctamente.
Allí, respirando aire normal, esperó la llegada de Logan.
Sango
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Re: El Scion: La Leyenda del Triunvirato [Libre]
- Vaya... Ese elixir era desconocido para mí. Qué curioso... - dijo asombrado por su nuevo descubrimiento alquímico.
Al ver que Logan tomó su parte del elixir primero, confirmó que no se trataba de ningún veneno, calmando así sus sospechas. Acto seguido, Logan comenzó a prepararse para la inmersión, procurando que Eberus estuviera a salvo ahí arriba.
- Claro, hombre. No te preocupes - contestó a Logan dejando salir pequeñas risas. De repente se empezó a dar cuenta de la rareza de toda aquella situación.
Sango se sumergió un poco más tarde, pero antes le dedicó un chiste al brujo que le pilló completamente desprevenido.
- ¿Un masaje a un cangrejo? Venga, dime, a ver - Luego, siguió escuchando a su compañero. Tras dos segundos de silencio mirándole confuso, brotó de él una exagerada carcajada que no pudo controlar. - Para pinzamiento, el que tienes tú en la cabeza, amigo...
Al verse sólo sobre aquella embarcación, surgieron de su interior unas extrañas ganas de reír que estaban motivadas por el surrealismo de la situación, además de por el fabuloso chiste previo. - La madre que los parió... Yo estaba meditando, ¿qué cojones hago yo ahora aquí? Menudos liantes...
Ahora intercalaba su atención entre el horizonte marino y el claro cielo. Esto último porque le preocupaba ese halcón que de vez en cuando parecía venir a atormentarle. Viendo que no se aproximaba aún ninguna amenaza, su mente perversa tomó un papel protagonista. Se puso a pensar cómo podría hacer para darles un buen susto a sus compañeros y, cómo no, decidió hacer uso de sus ilusiones. La silueta de un tiburón rondando la embarcación le pareció una gran idea.
Una vez formada la ilusión, se puso a reír con su característica risa de tetera que aparece cuando hace alguna travesura. La imagen de sus compañeros aterrorizados por el falso tiburón le mataba de la risa. Poco le duró la risa, desgraciadamente. De la alegría hilarante pasó a la incomodidad intensa sin saber por qué. Comenzó a notar un intenso calor y pensó que estaría cayendo bajo el efecto de un hechizo, por lo que comenzó a buscar a alguien alrededor, dándose cuenta de que se acercaba un pequeño bote que no había visto venir con una persona montada en él. El abrumante calor se liberaba a través de sus oídos y su boca en forma de vapor, y Eberus atónito no sabía ni qué hacer.
- ¡¿Qué me estás haciendo, maldito capullo?! - exclamó iracundo mientras intentaba refrescarse con el agua del mar desde babor.
Así no podía concentrarse para llevar a cabo ningún tipo de hechizo, por lo que se vio indefenso ante aquel navegante. - ¡¿Qué haces aquí?! ¿Quién eres? ¿Eres del grupo ese de los Fenis esos? ¡No soy yo a quién buscáis, hostias!
Al ver que Logan tomó su parte del elixir primero, confirmó que no se trataba de ningún veneno, calmando así sus sospechas. Acto seguido, Logan comenzó a prepararse para la inmersión, procurando que Eberus estuviera a salvo ahí arriba.
- Claro, hombre. No te preocupes - contestó a Logan dejando salir pequeñas risas. De repente se empezó a dar cuenta de la rareza de toda aquella situación.
Sango se sumergió un poco más tarde, pero antes le dedicó un chiste al brujo que le pilló completamente desprevenido.
- ¿Un masaje a un cangrejo? Venga, dime, a ver - Luego, siguió escuchando a su compañero. Tras dos segundos de silencio mirándole confuso, brotó de él una exagerada carcajada que no pudo controlar. - Para pinzamiento, el que tienes tú en la cabeza, amigo...
Al verse sólo sobre aquella embarcación, surgieron de su interior unas extrañas ganas de reír que estaban motivadas por el surrealismo de la situación, además de por el fabuloso chiste previo. - La madre que los parió... Yo estaba meditando, ¿qué cojones hago yo ahora aquí? Menudos liantes...
Ahora intercalaba su atención entre el horizonte marino y el claro cielo. Esto último porque le preocupaba ese halcón que de vez en cuando parecía venir a atormentarle. Viendo que no se aproximaba aún ninguna amenaza, su mente perversa tomó un papel protagonista. Se puso a pensar cómo podría hacer para darles un buen susto a sus compañeros y, cómo no, decidió hacer uso de sus ilusiones. La silueta de un tiburón rondando la embarcación le pareció una gran idea.
Una vez formada la ilusión, se puso a reír con su característica risa de tetera que aparece cuando hace alguna travesura. La imagen de sus compañeros aterrorizados por el falso tiburón le mataba de la risa. Poco le duró la risa, desgraciadamente. De la alegría hilarante pasó a la incomodidad intensa sin saber por qué. Comenzó a notar un intenso calor y pensó que estaría cayendo bajo el efecto de un hechizo, por lo que comenzó a buscar a alguien alrededor, dándose cuenta de que se acercaba un pequeño bote que no había visto venir con una persona montada en él. El abrumante calor se liberaba a través de sus oídos y su boca en forma de vapor, y Eberus atónito no sabía ni qué hacer.
- ¡¿Qué me estás haciendo, maldito capullo?! - exclamó iracundo mientras intentaba refrescarse con el agua del mar desde babor.
Así no podía concentrarse para llevar a cabo ningún tipo de hechizo, por lo que se vio indefenso ante aquel navegante. - ¡¿Qué haces aquí?! ¿Quién eres? ¿Eres del grupo ese de los Fenis esos? ¡No soy yo a quién buscáis, hostias!
- Bajo la maldición: Furia de los Vanir:
- Cada vez que, tras una de sus travesuras, Eberus haga gala de su característica risa tetera, comenzará a sentir un calor cada vez más intenso y una presión en el interior de su cabeza, que se liberará muy poco a poco por medio del vapor que escapará de su boca y orejas (todos sabemos cómo es una tetera, vaya). Los efectos durarán todo un turno desde que Eberus comience a reír.
Además, en todos los temas que abras desde este momento, aparecerá un halcón. ¿Te está vigilando?
Eberus
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Re: El Scion: La Leyenda del Triunvirato [Libre]
Habíamos llegado a lo que parecía una especie de prueba, una extraña puerta con extraños grabados y tres riscos giratorios, uno de ellos con una válvula. Debiamos de buscar otras dos válvulas como aquella. En un momento que aprovechamos para tomar aire, Sango dijo que se iba a buscar y yo decidi hacer lo mismo.
Comencé a bucear un poco en dirección contraria a la que Sango y fui por una apertura que me llevo a una especie de pozo subacuático, un buen lugar para esconder una válvula sin duda. Bucee hacia adentro y entonces comencé a sentir una fuerte corriente que salía de abajo hacia arriba y que parecía pretender complicar el ser capaz de ir hacia abajo. Por lo tanto, tuve que hacer un esfuerzo el doble de grande para conseguir ir descendiendo, y apoyándome de algunas grietas que había en las paredes de aquel pozo. Al final, logré llegar al fondo donde encontré la válvula. Al cogerla, el peso que llevaba hizo que esa corriente me expulsara con cierta violencia del pozo.
De vuelta en la sala de la puerta de los tres riscos, me reencontré con Sango y le hice una seña para que introdujéramos cada uno, nuestra válvula. Yo introduje la mia y comencé a girarla hasta que sentí que mi risco se hundía en la pared. Era de esperar que al girar de la forma correcta los otros dos, se abriera la entrada y tal vez un acceso hacia la superficie.
Comencé a bucear un poco en dirección contraria a la que Sango y fui por una apertura que me llevo a una especie de pozo subacuático, un buen lugar para esconder una válvula sin duda. Bucee hacia adentro y entonces comencé a sentir una fuerte corriente que salía de abajo hacia arriba y que parecía pretender complicar el ser capaz de ir hacia abajo. Por lo tanto, tuve que hacer un esfuerzo el doble de grande para conseguir ir descendiendo, y apoyándome de algunas grietas que había en las paredes de aquel pozo. Al final, logré llegar al fondo donde encontré la válvula. Al cogerla, el peso que llevaba hizo que esa corriente me expulsara con cierta violencia del pozo.
De vuelta en la sala de la puerta de los tres riscos, me reencontré con Sango y le hice una seña para que introdujéramos cada uno, nuestra válvula. Yo introduje la mia y comencé a girarla hasta que sentí que mi risco se hundía en la pared. Era de esperar que al girar de la forma correcta los otros dos, se abriera la entrada y tal vez un acceso hacia la superficie.
Logan Allen
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Re: El Scion: La Leyenda del Triunvirato [Libre]
La llegada de Logan le cogió por sorpresa, pero agradeció verle de nuevo. En la oscuridad del fondo marino el tiempo parecía haberse detenido dando la impresión de haber estado meses allí parado cuando en realidad llevaban allí algo menos de un cuarto de campanada. Al menos esa era su cálculo.
Siguió a Logan hacia los altares. Sí. Durante ese tiempo había tenido la oportunidad de reflexionar sobre aquel lugar y aquellos riscos giratorios. Los dibujos no le decían nada, pero, ¿y si iban dirigidos a alguien con formación? Una formación, por supuesto, con un gran interés por permanecer oculta. Una formación, por tanto, oscura. Esbozó una sonrisa. ¿Qué habría en las tinieblas que a tanta gente atraía? Había escuchado miles de rumores acerca de gente como aquella: el deseo de volver al origen; una simple querencia natural por el mal; la promesa del poder; riqueza... Todos acababan de la misma manera. Tiempo al tiempo.
Introdujo la válvula en un risco y sintió una vibración frente a él. Miró a Logan y le hizo un gesto para decirle que él giraría el suyo. La idea era que cuando hubiera acabado de dar una vuelta, Logan girara el suyo y Sango repetiría la operación. Le parecía que era la mejor opción de proceder y así fue como lo hicieron. Al principio el risco no cedió con facilidad, el coral adosado a él unido a la agresiva acción del agua salada afectaría al mecanismo como lo hacía el óxido con los goznes de una puerta cerrada mucho tiempo. Pero el esfuerzo valió la pena.
Una fuerte vibración, chasquidos y sonidos amortiguados les llegaban desde la puerta que se movió lentamente levantando una gran cantidad de sedimentos del suelo. Ben se apresuró a introducirse por la abertura tan pronto como le fue posible debido a la rápida pérdida de visibilidad que había experimentado y al horrible sabor de boca que dejaba el lecho marino.
Más allá de la puerta, un camino ascendía con una pendiente constante y que se estrechaba por momentos. No tardó mucho en alcanzar una cota a partir de la cual el agua daba paso al aire y más allá, oscuridad. Ben salió del agua y caminó por suelo rocoso hasta alejarse un par de pasos de la orilla.
- Logan,- dijo cuando hubo recuperado el aliento- no veo nada- apuntó Sango para que el brujo hiciera algún truco de los suyos.- El aire aquí está muy cargado. Creo que aún estamos lejos de la superficie- tocó las paredes a su alrededor, seguía siendo roca.- ¿Una gruta tal vez?
Sus pensamientos, entonces, volaron hasta Eberus. Había sido una tontería por su parte no seguirles y había sido una total y absoluta falta a su amistad no obligarle a seguirles. Estaba a merced de un ataque. Pero al sol. Y con aire fresco. Gruñó.
Sango, entonces, volvió a su atención al fondo de la gruta. Esperaba, de veras, que Logan supiera qué hacer a partir de ese momento.
Siguió a Logan hacia los altares. Sí. Durante ese tiempo había tenido la oportunidad de reflexionar sobre aquel lugar y aquellos riscos giratorios. Los dibujos no le decían nada, pero, ¿y si iban dirigidos a alguien con formación? Una formación, por supuesto, con un gran interés por permanecer oculta. Una formación, por tanto, oscura. Esbozó una sonrisa. ¿Qué habría en las tinieblas que a tanta gente atraía? Había escuchado miles de rumores acerca de gente como aquella: el deseo de volver al origen; una simple querencia natural por el mal; la promesa del poder; riqueza... Todos acababan de la misma manera. Tiempo al tiempo.
Introdujo la válvula en un risco y sintió una vibración frente a él. Miró a Logan y le hizo un gesto para decirle que él giraría el suyo. La idea era que cuando hubiera acabado de dar una vuelta, Logan girara el suyo y Sango repetiría la operación. Le parecía que era la mejor opción de proceder y así fue como lo hicieron. Al principio el risco no cedió con facilidad, el coral adosado a él unido a la agresiva acción del agua salada afectaría al mecanismo como lo hacía el óxido con los goznes de una puerta cerrada mucho tiempo. Pero el esfuerzo valió la pena.
Una fuerte vibración, chasquidos y sonidos amortiguados les llegaban desde la puerta que se movió lentamente levantando una gran cantidad de sedimentos del suelo. Ben se apresuró a introducirse por la abertura tan pronto como le fue posible debido a la rápida pérdida de visibilidad que había experimentado y al horrible sabor de boca que dejaba el lecho marino.
Más allá de la puerta, un camino ascendía con una pendiente constante y que se estrechaba por momentos. No tardó mucho en alcanzar una cota a partir de la cual el agua daba paso al aire y más allá, oscuridad. Ben salió del agua y caminó por suelo rocoso hasta alejarse un par de pasos de la orilla.
- Logan,- dijo cuando hubo recuperado el aliento- no veo nada- apuntó Sango para que el brujo hiciera algún truco de los suyos.- El aire aquí está muy cargado. Creo que aún estamos lejos de la superficie- tocó las paredes a su alrededor, seguía siendo roca.- ¿Una gruta tal vez?
Sus pensamientos, entonces, volaron hasta Eberus. Había sido una tontería por su parte no seguirles y había sido una total y absoluta falta a su amistad no obligarle a seguirles. Estaba a merced de un ataque. Pero al sol. Y con aire fresco. Gruñó.
Sango, entonces, volvió a su atención al fondo de la gruta. Esperaba, de veras, que Logan supiera qué hacer a partir de ese momento.
Sango
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Re: El Scion: La Leyenda del Triunvirato [Libre]
- Bajo la maldición: Furia de los Vanir:
- Cada vez que, tras una de sus travesuras, Eberus haga gala de su característica risa tetera, comenzará a sentir un calor cada vez más intenso y una presión en el interior de su cabeza, que se liberará muy poco a poco por medio del vapor que escapará de su boca y orejas (todos sabemos cómo es una tetera, vaya). Los efectos durarán todo un turno desde que Eberus comience a reír.
Además, en todos los temas que abras desde este momento, aparecerá un halcón. ¿Te está vigilando?
Dentro de su gran estado de confusión y molestia por la maldición que había caído sobre él sin saberlo, lo más lógico para él fue pensar que cualquier presencia que apareciera sobre el agua en medio de aquel mar sería una barca. ¿Qué iba a ser sino? Pero, si sus capacidades racionales no estuvieran tan anuladas y si los ojos no le llorasen por el abrumador calor y el irritante vapor que exhalaban sus oídos y su nariz, se habría dado cuenta de que aquello que había surgido sobre las aguas no era lo que habría cabido esperar.
Aquello a lo que gritaba iracundo no era una barca con un hombre, sino una construcción rocosa que había surgido desde las profundidades. Se dio cuenta cuando, tras aquellos increpantes gritos, veía que no recibía respuesta alguna, lo cual le causó cierta confusión que le hizo frotarse los ojos para tener una visión y una atención más clara.
- Por mis muertos - dijo en un tono alterado, agarrando los remos para intentar alejar la barca de aquello con rapidez. A los pocos segundos, cayó en la cuenta de que quizás sus compañeros habían logrado dar con algo importante bajo la superficie, y lo habían hecho emerger. Algo temeroso y desconfiado, pero con curiosidad, acercó la barca hacia aquella majestuosa formación rocosa, que parecía una mezcla entre lo más natural y algo hecho por el hombre. De las rocas colgaban algas, y algún colorido coral las adornaba, junto con algunos bivalvos.
Pero, ¿qué coño pintaba aquello ahí? Eso se preguntó el brujo, y fue remando alrededor de aquella cosa para intentar entender algo de ella, si es que hubiera algo que entender. Y, efectivamente, lo que estaba viendo era la parte trasera de lo que era una especie de entrada hacia un templo submarino. Ahora, pudo ver que tras ese conjunto rocoso marino había una puerta incrustada, también de roca y no menos adornada por los organismos marinos.
- La madre que... tenía razón. ¿Qué cojones será esto? - musitó dándole crédito a las habladurías de Logan, mientras abandonaba la barca, poniendo un pie sobre la roca para comprobar que fuera segura. Tras atar la barca con un cabo a una de las rocas, se dispuso a observar con detenimiento, intentando encontrar algún mecanismo obvio que pudiera abrir la puerta. A simple vista, no encontró nada. Por lo que, antes de continuar buscando, decidió intentar contactar con sus compañeros.
- ¡Sango! ¡Logan! ¡¿Sois vosotros?! ¡¿Estáis ahí?! Esto huele a pescado, por los dioses...
Eberus
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Re: El Scion: La Leyenda del Triunvirato [Libre]
Observé como Sango introducía su válvula en el risco y cuando me dio la señal, gire el mio y al final logramos que aquel curioso mecanismo se accionara y se abriera el pasadizo por el que accederíamos al interior del templo, tras una fuerte vibración.
Junto a Ben, me introduce por la abertura tan pronto y rápido como pude. Al poco de adentrarnos, vi como un camino ascendía en forma de pendiente constante y no tardaríamos en encontrar suelo firme, libre de agua. Era un largo pasillo y oscuro, que solo se veía lo que el fuego dorado de mi espada nos permitía. Salí del agua junto a Ben y deje que mi cuerpo chorrease todo el agua que quisiera. —Esta fría el agua, eh —le dije a Sango con una sonrisa, antes de escucharle decir que no veía nada — y entonces use el fuego para prender todas las antorchas que había en las paredes de aquel pasillo —Ahora ya tenemos algo de luz, amigo.
La arquiectura del lugar parecía muy antiguo y nos encontrábamos en un pasillo, con un camino a la izquierda que llevaba a unas escaleras de caracol ascendentes, y luego el camino de enfrente que terminaba en un doble portón con lo que parecían dos palancas.
Fue entonces cuando empecé a escuchar la voz de Eberus.-¡¿Eberus?! —pregunté en voz alta, antes de caminar un poco hasta la bifurcación y ver que la voz llegaba por las escaleras. —Viene por aquí. Tal vez al abrir la puerta, hemos hecho algo más. Vayamos —le dije a Sango, antes de comenzar a subir por aquellas escaleras de caracol, iluminándonos el camino con mi espada, hasta llegar a una puerta de piedra y una palanca justo al lado. Accione la palanca y al hacerlo, la puerta se abrió, permitiendo a la luz del exterior colarse adentro y no solo la luz sino el calor del sol. —Oh, que bien sienta —dije mientras salía al exterior y veía a Eberus. —Me alegro de verte. Finalmente, el mecanismo que accionamos para acceder al templo debió de hacer esto —le dije, antes de fijarme en que el barco estaba aquí también. —Excelente, puedo ponerme esto también —dije mientras me acercaba al barco y me ponía de nuevo mi camiseta. —Que frio estaba el agua tio —le dije a Eberus —Bien, aún no hemos explorado nada del templo. Este camino lleva a la entrada submarina por la que accedimos Sango y yo. Bajemos y averiguemos cuanto antes que esconde este lugar, antes de que lleguen mis perseguidores.
Dicho eso, volvi a comenzar a bajar, usando la luz de mi espada para iluminarnos el camino y, de vuelta en aquel pasillo, me acerque al doble portón de piedra y a las dos palancas. Trate de accionar una pero, tan pronto como la hice, se volvió a colocar en su sitio. —Creo que hay que accionarlas a la vez —dije mientras me ponía en el medio, ante la puerta y las dos palancas, para dar luz a ambos. —Accionarlas a mi señal. 3…2…1…. ¡YA!
Junto a Ben, me introduce por la abertura tan pronto y rápido como pude. Al poco de adentrarnos, vi como un camino ascendía en forma de pendiente constante y no tardaríamos en encontrar suelo firme, libre de agua. Era un largo pasillo y oscuro, que solo se veía lo que el fuego dorado de mi espada nos permitía. Salí del agua junto a Ben y deje que mi cuerpo chorrease todo el agua que quisiera. —Esta fría el agua, eh —le dije a Sango con una sonrisa, antes de escucharle decir que no veía nada — y entonces use el fuego para prender todas las antorchas que había en las paredes de aquel pasillo —Ahora ya tenemos algo de luz, amigo.
La arquiectura del lugar parecía muy antiguo y nos encontrábamos en un pasillo, con un camino a la izquierda que llevaba a unas escaleras de caracol ascendentes, y luego el camino de enfrente que terminaba en un doble portón con lo que parecían dos palancas.
Fue entonces cuando empecé a escuchar la voz de Eberus.-¡¿Eberus?! —pregunté en voz alta, antes de caminar un poco hasta la bifurcación y ver que la voz llegaba por las escaleras. —Viene por aquí. Tal vez al abrir la puerta, hemos hecho algo más. Vayamos —le dije a Sango, antes de comenzar a subir por aquellas escaleras de caracol, iluminándonos el camino con mi espada, hasta llegar a una puerta de piedra y una palanca justo al lado. Accione la palanca y al hacerlo, la puerta se abrió, permitiendo a la luz del exterior colarse adentro y no solo la luz sino el calor del sol. —Oh, que bien sienta —dije mientras salía al exterior y veía a Eberus. —Me alegro de verte. Finalmente, el mecanismo que accionamos para acceder al templo debió de hacer esto —le dije, antes de fijarme en que el barco estaba aquí también. —Excelente, puedo ponerme esto también —dije mientras me acercaba al barco y me ponía de nuevo mi camiseta. —Que frio estaba el agua tio —le dije a Eberus —Bien, aún no hemos explorado nada del templo. Este camino lleva a la entrada submarina por la que accedimos Sango y yo. Bajemos y averiguemos cuanto antes que esconde este lugar, antes de que lleguen mis perseguidores.
Dicho eso, volvi a comenzar a bajar, usando la luz de mi espada para iluminarnos el camino y, de vuelta en aquel pasillo, me acerque al doble portón de piedra y a las dos palancas. Trate de accionar una pero, tan pronto como la hice, se volvió a colocar en su sitio. —Creo que hay que accionarlas a la vez —dije mientras me ponía en el medio, ante la puerta y las dos palancas, para dar luz a ambos. —Accionarlas a mi señal. 3…2…1…. ¡YA!
Logan Allen
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Re: El Scion: La Leyenda del Triunvirato [Libre]
- Que los Dioses me quiten los ojos ahora mismo si esto no es obra de algún loco- dijo mirando las paredes y posando su mano en ellas.- Creí que esto era una gruta natural sin más.
Ben, al igual que hizo Logan, estudió las paredes al tiempo que avanzaban por el pasillo. Por su cabeza pasaban preguntas que no era capaz de formular en voz alta, motivado, en parte, por el sentimiento de admiración por aquella construcción submarina y en parte por no querer perturbar la aparente calma que había en el túnel, temeroso de despertar poderes largo tiempo olvidados. El mar era un entorno hostil y era bueno tenerlo presente.
Siguió a Logan escaleras arriba y sonrió satisfecho al confirmar las sospechas que había tenido antes de tirarse al agua confiando en el poder de una poción y, por supuesto, en Logan. Sabía que tenía que haber una entrada desde la superficie y pese a que tuvieron que dejar a Eberus solo, sumergirse y buscar unas llaves para activar unos riscos que pusieron en marcha un mecanismo que hizo emerger la roca, tenía razón.
- ¡Já!- exclamó al ver a Eberus y recibir los rayos del sol.- Que los Dioses sean testigos, os dije que tenía que haber una entrada desde la superficie. Y si no lo dije, al menos lo pensé.
Se regocijó en la pureza del aire de la superficie y fue entonces cuando se dio cuenta de que sus perseguidores podrían estar vigilándolos desde la costa, con ayuda de lentes de aumento como las que era capaz de hacer Mina, o mediante el uso de hechicería o con algún otro truco. Con la magia nunca se sabía y allí, cerca, en la isla que tenía frente a él, había muchos brujos.
- Eberus, la próxima vez te sumerges tú- bromeó Sango disfrutando de los rayos del sol.- No hombre, es broma, tranquilo. ¿Alguna novedad por aquí arriba? ¿Algún indicio de nuestros amigos de la playa?
La pregunta, pese haberla formulado en un tono tranquilo y casi informal, tenía toda la intención de averiguar cualquier cosa que estuviera fuera de lo normal, incluyéndoles a ellos mismos, no obstante eran invitados en los dominios de Njörd.
Pronto, a petición de Loga, estuvieron, una vez más, bajo las aguas del mar. Al pie de la escalera, en el pasillo, iluminado por la espada de Logan, tenían frente a ellos un pequeño trecho hasta las puertas con las palancas. Sango, cayó entonces, en que allí se hacía todo en grupo. Era algo extraño, sentía que podía haber una explicación a todo aquello pero no fue capaz de dar forma a lo que se le pasaba por la cabeza. Un escalofrío le recorrió el cuerpo.
- Eberus, ponte a la otra palanca- dijo en tono severo.
Empuñó con fuerza hacha y escudo y se plantó frente a la puerta. Asintió a sus compañeros. Estaba listo.
Ben, al igual que hizo Logan, estudió las paredes al tiempo que avanzaban por el pasillo. Por su cabeza pasaban preguntas que no era capaz de formular en voz alta, motivado, en parte, por el sentimiento de admiración por aquella construcción submarina y en parte por no querer perturbar la aparente calma que había en el túnel, temeroso de despertar poderes largo tiempo olvidados. El mar era un entorno hostil y era bueno tenerlo presente.
Siguió a Logan escaleras arriba y sonrió satisfecho al confirmar las sospechas que había tenido antes de tirarse al agua confiando en el poder de una poción y, por supuesto, en Logan. Sabía que tenía que haber una entrada desde la superficie y pese a que tuvieron que dejar a Eberus solo, sumergirse y buscar unas llaves para activar unos riscos que pusieron en marcha un mecanismo que hizo emerger la roca, tenía razón.
- ¡Já!- exclamó al ver a Eberus y recibir los rayos del sol.- Que los Dioses sean testigos, os dije que tenía que haber una entrada desde la superficie. Y si no lo dije, al menos lo pensé.
Se regocijó en la pureza del aire de la superficie y fue entonces cuando se dio cuenta de que sus perseguidores podrían estar vigilándolos desde la costa, con ayuda de lentes de aumento como las que era capaz de hacer Mina, o mediante el uso de hechicería o con algún otro truco. Con la magia nunca se sabía y allí, cerca, en la isla que tenía frente a él, había muchos brujos.
- Eberus, la próxima vez te sumerges tú- bromeó Sango disfrutando de los rayos del sol.- No hombre, es broma, tranquilo. ¿Alguna novedad por aquí arriba? ¿Algún indicio de nuestros amigos de la playa?
La pregunta, pese haberla formulado en un tono tranquilo y casi informal, tenía toda la intención de averiguar cualquier cosa que estuviera fuera de lo normal, incluyéndoles a ellos mismos, no obstante eran invitados en los dominios de Njörd.
Pronto, a petición de Loga, estuvieron, una vez más, bajo las aguas del mar. Al pie de la escalera, en el pasillo, iluminado por la espada de Logan, tenían frente a ellos un pequeño trecho hasta las puertas con las palancas. Sango, cayó entonces, en que allí se hacía todo en grupo. Era algo extraño, sentía que podía haber una explicación a todo aquello pero no fue capaz de dar forma a lo que se le pasaba por la cabeza. Un escalofrío le recorrió el cuerpo.
- Eberus, ponte a la otra palanca- dijo en tono severo.
Empuñó con fuerza hacha y escudo y se plantó frente a la puerta. Asintió a sus compañeros. Estaba listo.
Sango
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Re: El Scion: La Leyenda del Triunvirato [Libre]
Y al cabo de los segundos, se sobresaltó por el sonido del roce de las rocas pesadas que conformaban la puerta de entrada al templo, y miró hacia todos los lados de la extraña plataforma que le parecía que flotaba sobre el mar temiendo que se estuviera desmoronando. Pero al final ese susto no desembocó en ningún peligro.
- ¡Por mis muertos! Podríais avisar la próxima vez antes de abrir la puerta - se quejó algo alterado. Todo aquello era excesivamente novedoso para él, y había temido por su vida al notar cómo había vibrado la estructura. - Bueno, me alegro de no haberos perdido ahí abajo, compañeros. ¿Mecanismo, Logan? Pero, ¿cómo diantres habéis hecho que esto suba? - dijo mostrándose extrañado, al ver que habían emergido sin perjuicios.
- Sango, la próxima vez me voy a sumergir yo, sí, pero con la verga fuera. Y con ella colgando seguro que consigo resolver todo esto más rápido que vosotros - dijo en un tono replicante, pero continuando la broma que le había hecho Sango. - Pues, sin novedades. Todo ha estado excesivamente tranquilo - contestó, tratando de ocultar el extraño achaque que había tenido, y al que aún no había podido encontrar una explicación.
Al final, bajó tras ellos, observando con cuidado la estructura, admirándola a la vez que temiendo su posible derrumbe. Y llegaron a un punto en el que tenían que colaborar para poder avanzar. - Sí, sí, yo tiro de esta de aquí - contestó, refiriéndose a la una de las palancas. Sin embargo, no movió sus brazos. Naturalmente pensó en usar su telequinésis para hacerlo, y en cuanto Logan dio la orden, la hizo descender.
Eberus no creía que hubiera ningún ser peligroso tras aquel portón, y viendo que Sango se había puesto en guardia, decidió hacerle creer que esa actitud era necesaria, generando una ilusión auditiva para gastarle una broma pesada. Y si de paso asustaba también a Logan, mejor que mejor.
- ¡Aarghhh...! - unos gruñidos agudos guturales comenzaron a sonar en el espacio que había al otro lado del portón.
- ¡Por mis muertos! Podríais avisar la próxima vez antes de abrir la puerta - se quejó algo alterado. Todo aquello era excesivamente novedoso para él, y había temido por su vida al notar cómo había vibrado la estructura. - Bueno, me alegro de no haberos perdido ahí abajo, compañeros. ¿Mecanismo, Logan? Pero, ¿cómo diantres habéis hecho que esto suba? - dijo mostrándose extrañado, al ver que habían emergido sin perjuicios.
- Sango, la próxima vez me voy a sumergir yo, sí, pero con la verga fuera. Y con ella colgando seguro que consigo resolver todo esto más rápido que vosotros - dijo en un tono replicante, pero continuando la broma que le había hecho Sango. - Pues, sin novedades. Todo ha estado excesivamente tranquilo - contestó, tratando de ocultar el extraño achaque que había tenido, y al que aún no había podido encontrar una explicación.
Al final, bajó tras ellos, observando con cuidado la estructura, admirándola a la vez que temiendo su posible derrumbe. Y llegaron a un punto en el que tenían que colaborar para poder avanzar. - Sí, sí, yo tiro de esta de aquí - contestó, refiriéndose a la una de las palancas. Sin embargo, no movió sus brazos. Naturalmente pensó en usar su telequinésis para hacerlo, y en cuanto Logan dio la orden, la hizo descender.
Eberus no creía que hubiera ningún ser peligroso tras aquel portón, y viendo que Sango se había puesto en guardia, decidió hacerle creer que esa actitud era necesaria, generando una ilusión auditiva para gastarle una broma pesada. Y si de paso asustaba también a Logan, mejor que mejor.
- ¡Aarghhh...! - unos gruñidos agudos guturales comenzaron a sonar en el espacio que había al otro lado del portón.
Eberus
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Re: El Scion: La Leyenda del Triunvirato [Libre]
Al final habíamos lograr reunirnos los tres, después de haber descubierto el mecanismo que abre el templo al exterior, permitiendo así que pudiéramos reunirnos con Eberus y continuar los tres con la exploración de este lugar que, a priori, debería de darnos la información necesaria para encontrar el Scion.
Durante aquella reunión, observe como Sango y Eberus echaban replicas, aunque Eberus apuntillo que habíamos sido lentos. —Si, tal vez la próxima vez debas ser tú el que baje. No fue sencillo encontrar la llave de este sitio, amigo —le dije, manteniendo el tono de broma, pero haciendo referencia a la vez a la búsqueda que tuvimos que hacer por el fondo marino para poder acceder al interior del lugar.
Cuando regresamos al interior y llegamos ante las palancas, la sincronización nos permitió accionarlas a la vez, haciendo que el doble portón de piedra se abriera y, entonces, se escucharon unos sonidos que hicieron que me sobresaltara, pero no tarde en darme cuenta de que había sido Eberus. —Eberus, como vuelvas a hacer eso, te corto la cabeza —amenace en broma.
Continue caminando por el nuevo pasillo que se nos abrió y al poco de comenzar a atravesarlo, mágicamente, se iluminaron unos farolillos que colgaban del techo. Al llegar al final del pasillo, llegaríamos a una sala amplia, que parecía el hall principal de un templo, cuyo suelo se encontraba inundado. Al fondo teníamos un portón con varios agujeros por los que, tal vez, podríamos colarnos. Había grietas en el techo y las paredes por las que iba filtrándose algo de agua. —Umm, debemos de tener cuidado, no sabeos cuanto de inestable esta esto.
En ese momento, algo golpeo el suelo bajo mis pies haciendo que me comenzara a caer hacia el agua mientras gritaba pero, antes de llegar al agua, sentí como un enorme tentáculo me atrapaba. Comencé a gritar de dolor mientras el tentáculo trataba de estrujarme y mientras la cabeza de un enorme kraken asomaba por el agua del patio. —¡AYUDARME! —gritaba, sufriendo de dolor, sintiéndome totalmente.
Durante aquella reunión, observe como Sango y Eberus echaban replicas, aunque Eberus apuntillo que habíamos sido lentos. —Si, tal vez la próxima vez debas ser tú el que baje. No fue sencillo encontrar la llave de este sitio, amigo —le dije, manteniendo el tono de broma, pero haciendo referencia a la vez a la búsqueda que tuvimos que hacer por el fondo marino para poder acceder al interior del lugar.
Cuando regresamos al interior y llegamos ante las palancas, la sincronización nos permitió accionarlas a la vez, haciendo que el doble portón de piedra se abriera y, entonces, se escucharon unos sonidos que hicieron que me sobresaltara, pero no tarde en darme cuenta de que había sido Eberus. —Eberus, como vuelvas a hacer eso, te corto la cabeza —amenace en broma.
Continue caminando por el nuevo pasillo que se nos abrió y al poco de comenzar a atravesarlo, mágicamente, se iluminaron unos farolillos que colgaban del techo. Al llegar al final del pasillo, llegaríamos a una sala amplia, que parecía el hall principal de un templo, cuyo suelo se encontraba inundado. Al fondo teníamos un portón con varios agujeros por los que, tal vez, podríamos colarnos. Había grietas en el techo y las paredes por las que iba filtrándose algo de agua. —Umm, debemos de tener cuidado, no sabeos cuanto de inestable esta esto.
En ese momento, algo golpeo el suelo bajo mis pies haciendo que me comenzara a caer hacia el agua mientras gritaba pero, antes de llegar al agua, sentí como un enorme tentáculo me atrapaba. Comencé a gritar de dolor mientras el tentáculo trataba de estrujarme y mientras la cabeza de un enorme kraken asomaba por el agua del patio. —¡AYUDARME! —gritaba, sufriendo de dolor, sintiéndome totalmente.
Logan Allen
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Re: El Scion: La Leyenda del Triunvirato [Libre]
Cuando un grito llegó de más allá del muro de piedra, Ben tragó saliva y alzó el escudo. Sin embargo, antes de que accionaran el mecanismo, o al tiempo que lo hacían, Logan reprendió a Eberus. El viejo tenía un sentido del humor de lo más curioso. Por su parte, Sango, con la situación aclarada, se limitó a gruñir pero renunció a bajar sus armas.
El muro de piedra que hacía unos instantes les cortaba el paso, se desvaneció para dar paso a un pasillo que iluminaba su avance gracias a unas lámparas en el techo. El lugar rezumaba hechicería por todas partes, muros de piedra imposibles de mover, rocas que se alzaban en la superficie, luces que se encendían solas... No por nada los brujos habían conquistado las Islas. Allí había poder, mucho. Tanto como para hacer que detuviera su avance y reconsiderara su situación allí bajo el agua. ¿Dónde habían quedado sus perseguidores? ¿Quién había sido capaz de construir todo aquello bajo el agua? ¿No estaban siendo demasiado orgullosos y descuidados en su avance por aquella gruta? Sin embargo, lo que más preocupaba a Ben era que lo desconocido y el poder eran un faro en la oscuridad del frio mar y atraía a todos los seres por igual. La naturaleza de estos y su intención eran algo que debían temer.
De repente, ante sus ojos, Logan desapareció y todo a su alrededor comenzó a moverse, a vibrar y a sonar como si las mismísimas rocas quisieran echarse sobre ellos. Logan gritó pidiendo ayuda. Ben allí clavado en el suelo tardó en comprender que estaban siendo atacados, que habían capturado a Logan y que, seguramente, ellos serían los siguientes. Joder.
Avanzó, dejando atrás a Eberus para ver unos brazos largos dando golpes mientras Logan forcejeaba y trataba de deshacerse del abrazo de uno de ellos. Ben fue capaz de interponer el escudo antes de que uno de esos brazos le lanzara a varios pasos de distancia, cayendo al suelo a la altura de Eberus.
- Por las sagradas ubres de Heidrun- se levantó refunfuñando-, es un puto bicho con mil brazos. Eberus, por los Dioses, dale con todo lo que tengas.
Ben volvió a lanzarse al ataque, con mucho más cuidado con antes y con una posición mucho más baja, con las piernas flexionadas, para poder maniobrar con algo más de agilidad, si es que la armadura se lo permitía. Lo que sí pudo hacer fue entretener a la criatura un tiempo (1). Un par de brazos cayeron sobre él desde arriba, pudo esquivarlos sin problemas, pero uno de ellos se cerró sobre una de sus piernas, no obstante, antes de que pudiera tirar de él con fuerza, Sango asestó un potente hachazo sobre el brazo que liberó la presión al instante. Sin tiempo para observar si había surtido efecto, otro brazo barrió desde un costado para impactar contra el escudo y apresarlo contra una pared. El impacto fue duro, peor no lo suficiente como para tumbarlo. Forcejeó y golpeó el brazo hasta que la presión se liberó. Pudo fijarse que el brazo tenía una suerte de membranas que cubrían lo que parecían unos tendones.
- ¡Eb, los brazos tienen tendones!
Ben gritó como un auténtico animal, tiró el escudo a un lado, y se abalanzó contra uno de los brazos que atacaban a Eberus. Con el brazo libre lo abrazó y con la diestra asestó tres terribles hachazos (2) que acabaron por desmembrar a aquella criatura de uno de sus brazos.
La bestia gritó y lanzó un caótico ataque sobre ellos. Ben recibió varios impactos que lo lanzaron de un brazo a otro y finalmente contra las paredes de la gruta. Se incorporó como pudo, pero su visión era borrosa y la cabeza le zumbaba con un pitido agudo que amortiguaba el sonido del agua y lo gritos de sus compañeros y de la propia bestia. Gateó por el suelo y encontró, de casualidad, el hacha que había perdido en uno de los ataques.
Un brazo le capturó, cogiéndole por la cintura y apretándole para dejarle sin aliento. Sango gritó, liberando el aire que le quedaba y dándole la fuerza suficiente como para asestar dos golpes al brazo que aflojó la presión pero que no le dejó libre. Tragó aire mientras daba vueltas en el aire y volvió a golpear el brazo antes de que la bestia lo lanzara lejos de ella.
Cuando impactó contra el suelo, parpadeó una vez antes de desvanecerse.
El muro de piedra que hacía unos instantes les cortaba el paso, se desvaneció para dar paso a un pasillo que iluminaba su avance gracias a unas lámparas en el techo. El lugar rezumaba hechicería por todas partes, muros de piedra imposibles de mover, rocas que se alzaban en la superficie, luces que se encendían solas... No por nada los brujos habían conquistado las Islas. Allí había poder, mucho. Tanto como para hacer que detuviera su avance y reconsiderara su situación allí bajo el agua. ¿Dónde habían quedado sus perseguidores? ¿Quién había sido capaz de construir todo aquello bajo el agua? ¿No estaban siendo demasiado orgullosos y descuidados en su avance por aquella gruta? Sin embargo, lo que más preocupaba a Ben era que lo desconocido y el poder eran un faro en la oscuridad del frio mar y atraía a todos los seres por igual. La naturaleza de estos y su intención eran algo que debían temer.
De repente, ante sus ojos, Logan desapareció y todo a su alrededor comenzó a moverse, a vibrar y a sonar como si las mismísimas rocas quisieran echarse sobre ellos. Logan gritó pidiendo ayuda. Ben allí clavado en el suelo tardó en comprender que estaban siendo atacados, que habían capturado a Logan y que, seguramente, ellos serían los siguientes. Joder.
Avanzó, dejando atrás a Eberus para ver unos brazos largos dando golpes mientras Logan forcejeaba y trataba de deshacerse del abrazo de uno de ellos. Ben fue capaz de interponer el escudo antes de que uno de esos brazos le lanzara a varios pasos de distancia, cayendo al suelo a la altura de Eberus.
- Por las sagradas ubres de Heidrun- se levantó refunfuñando-, es un puto bicho con mil brazos. Eberus, por los Dioses, dale con todo lo que tengas.
Ben volvió a lanzarse al ataque, con mucho más cuidado con antes y con una posición mucho más baja, con las piernas flexionadas, para poder maniobrar con algo más de agilidad, si es que la armadura se lo permitía. Lo que sí pudo hacer fue entretener a la criatura un tiempo (1). Un par de brazos cayeron sobre él desde arriba, pudo esquivarlos sin problemas, pero uno de ellos se cerró sobre una de sus piernas, no obstante, antes de que pudiera tirar de él con fuerza, Sango asestó un potente hachazo sobre el brazo que liberó la presión al instante. Sin tiempo para observar si había surtido efecto, otro brazo barrió desde un costado para impactar contra el escudo y apresarlo contra una pared. El impacto fue duro, peor no lo suficiente como para tumbarlo. Forcejeó y golpeó el brazo hasta que la presión se liberó. Pudo fijarse que el brazo tenía una suerte de membranas que cubrían lo que parecían unos tendones.
- ¡Eb, los brazos tienen tendones!
Ben gritó como un auténtico animal, tiró el escudo a un lado, y se abalanzó contra uno de los brazos que atacaban a Eberus. Con el brazo libre lo abrazó y con la diestra asestó tres terribles hachazos (2) que acabaron por desmembrar a aquella criatura de uno de sus brazos.
La bestia gritó y lanzó un caótico ataque sobre ellos. Ben recibió varios impactos que lo lanzaron de un brazo a otro y finalmente contra las paredes de la gruta. Se incorporó como pudo, pero su visión era borrosa y la cabeza le zumbaba con un pitido agudo que amortiguaba el sonido del agua y lo gritos de sus compañeros y de la propia bestia. Gateó por el suelo y encontró, de casualidad, el hacha que había perdido en uno de los ataques.
Un brazo le capturó, cogiéndole por la cintura y apretándole para dejarle sin aliento. Sango gritó, liberando el aire que le quedaba y dándole la fuerza suficiente como para asestar dos golpes al brazo que aflojó la presión pero que no le dejó libre. Tragó aire mientras daba vueltas en el aire y volvió a golpear el brazo antes de que la bestia lo lanzara lejos de ella.
Cuando impactó contra el suelo, parpadeó una vez antes de desvanecerse.
(1) Uso de habilidad -> Baile de uno: El entrenamiento ha dado sus frutos y Sango es capaz de utilizar su escudo, brazos, piernas, en definitiva, todo aquello de lo que disponga en un reducido espacio de terreno que considera suyo, para esquivar los ataques de varios enemigos.
(2) Uso de habilidad -> Svakpunkt [2 usos]: Sango es capaz de detectar los puntos débiles de su adversario y, siempre que empuñe armas a una mano, encadenar una sucesión de golpes precisos dirigidos a esos puntos para causar el mayor el daño posible o hacer retroceder a su rival.
Sango
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Re: El Scion: La Leyenda del Triunvirato [Libre]
Lo que fueron bromas, se convirtió, tras unos cuantos pasos cautelosos, en un peligro real. Y realmente amenazador. Aquella gran estancia semi-derruida del interior del templo submarino parecía estar custodiada por un repugnante y gigantesco cefalópodo, que atacó por sorpresa a los compañeros del brujo. Pero, ¿por qué no le atacaba a él?
Eberus observaba con los ojos completamente abiertos cómo sus dos compañeros estaban comenzando a ser atacados por unos tentáculos enormes, cuando se dio cuenta de que un extraño pero armonioso flujo de éter le entorpecía la vista. - ¿Qué narices es esto? - se preguntó, mientras de ojiplático pasaba a mirar juzgando, concentrado, hasta que se dio cuenta de que se trataba de una ilusión visual generada por él mismo. - Ah, joder... - En alguna que otra ocasión, a causa de no ser aún un maestro en su disciplina mágica, generaba ilusiones meramente por la sensación de sentimientos fuertes, sin controlarlas él de manera intencional. Y, quizás, su parte inconsciente le había protegido instintivamente creando una ilusión de un muro que le ocultaría ante la vista de aquella bestia. Pero, nada más darse cuenta, dicho muro desapareció. Como un sueño del que te despiertas cuando te das cuenta de que estás soñando.
E instantáneamente la voracidad de aquella horrenda bestia tentacular conoció un nuevo objetivo. Y a Eberus le comenzó a temblar el cuerpo al ver el sufrimiento de sus compañeros, más aún siendo conocedor de sus debilidades físicas propias. Él no aguantaría el golpe de uno de esos tentáculos con el mismo estoicismo que ellos. Intentó tomar distancia instantáneamente y encontrar escombros que pudiera arrojar telequinéticamente (1), buscando cobertura en el pasillo que les había traído allí. Y, escuchando el audaz comentario de Sango sobre los tendones, sacó su varita para tratar de tener una mayor precisión a la hora de acertar con los escombros en aquellas zonas más vulnerables, aunque con el continuo movimiento de la bestia se hacía difícil. Sin embargo, algunos de los múltiples y apresurados intentos fueron acertados, unos aturdiendo a la bestia y haciendo sus tentáculos más torpes y otros logrando fracturar varios tendones, amainando poco a poco el nivel de amenaza de aquel horripilante cefalópodo.
Y menos mal, pues Sango, que estaba peleando en primera línea, aparentaba sufrir serias dificultades, hasta el punto de no reaccionar. - ¡Sango! ¡Despierta! ¡Por los Dioses! - gritaba, dejándose la garganta por su fiel compañero. Tenía que hacer algo. Tenía que hacerlo, o la bestia tentacular acabaría aplastándole. Para intentar darle margen para que se recompusiera, trató de engañar a la bestia con una ilusión visual compleja. - ¡Logan! ¡Distráele como puedas! - gritó, sin siquiera poder mirar hacia donde estaba él, deseando que estuviera bien y pudiera distraer a la bestia, pues no había tiempo que perder y esta ilusión necesitaba de bastante concentración.
Detuvo los lanzamientos de los escombros que, poco a poco, iban siendo más, sumándose en el suelo y restándose en el techo, para comenzar a generar una ilusión que replicara a Sango lejos de él, o a un hombre parecido, mientras hacía que el verdadero Sango se confundiera con una pila más de escombros (2).
Solo le quedaba confiar en sus conocimientos mentalistas y en la estupidez de las bestias, para que su colega no sufriera un cruel destino ante aquella terriblemente imponente, aunque debilitada bestia.
______
OFF: 1.- Uso de mi talento Telequinésis: "Controlo con facilidad los elementos físicos que me rodean".
2.- Uso de mi talento Ilusiones: "Manipulo el éter para confundir a mis enemigos".
Eberus observaba con los ojos completamente abiertos cómo sus dos compañeros estaban comenzando a ser atacados por unos tentáculos enormes, cuando se dio cuenta de que un extraño pero armonioso flujo de éter le entorpecía la vista. - ¿Qué narices es esto? - se preguntó, mientras de ojiplático pasaba a mirar juzgando, concentrado, hasta que se dio cuenta de que se trataba de una ilusión visual generada por él mismo. - Ah, joder... - En alguna que otra ocasión, a causa de no ser aún un maestro en su disciplina mágica, generaba ilusiones meramente por la sensación de sentimientos fuertes, sin controlarlas él de manera intencional. Y, quizás, su parte inconsciente le había protegido instintivamente creando una ilusión de un muro que le ocultaría ante la vista de aquella bestia. Pero, nada más darse cuenta, dicho muro desapareció. Como un sueño del que te despiertas cuando te das cuenta de que estás soñando.
E instantáneamente la voracidad de aquella horrenda bestia tentacular conoció un nuevo objetivo. Y a Eberus le comenzó a temblar el cuerpo al ver el sufrimiento de sus compañeros, más aún siendo conocedor de sus debilidades físicas propias. Él no aguantaría el golpe de uno de esos tentáculos con el mismo estoicismo que ellos. Intentó tomar distancia instantáneamente y encontrar escombros que pudiera arrojar telequinéticamente (1), buscando cobertura en el pasillo que les había traído allí. Y, escuchando el audaz comentario de Sango sobre los tendones, sacó su varita para tratar de tener una mayor precisión a la hora de acertar con los escombros en aquellas zonas más vulnerables, aunque con el continuo movimiento de la bestia se hacía difícil. Sin embargo, algunos de los múltiples y apresurados intentos fueron acertados, unos aturdiendo a la bestia y haciendo sus tentáculos más torpes y otros logrando fracturar varios tendones, amainando poco a poco el nivel de amenaza de aquel horripilante cefalópodo.
Y menos mal, pues Sango, que estaba peleando en primera línea, aparentaba sufrir serias dificultades, hasta el punto de no reaccionar. - ¡Sango! ¡Despierta! ¡Por los Dioses! - gritaba, dejándose la garganta por su fiel compañero. Tenía que hacer algo. Tenía que hacerlo, o la bestia tentacular acabaría aplastándole. Para intentar darle margen para que se recompusiera, trató de engañar a la bestia con una ilusión visual compleja. - ¡Logan! ¡Distráele como puedas! - gritó, sin siquiera poder mirar hacia donde estaba él, deseando que estuviera bien y pudiera distraer a la bestia, pues no había tiempo que perder y esta ilusión necesitaba de bastante concentración.
Detuvo los lanzamientos de los escombros que, poco a poco, iban siendo más, sumándose en el suelo y restándose en el techo, para comenzar a generar una ilusión que replicara a Sango lejos de él, o a un hombre parecido, mientras hacía que el verdadero Sango se confundiera con una pila más de escombros (2).
Solo le quedaba confiar en sus conocimientos mentalistas y en la estupidez de las bestias, para que su colega no sufriera un cruel destino ante aquella terriblemente imponente, aunque debilitada bestia.
______
OFF: 1.- Uso de mi talento Telequinésis: "Controlo con facilidad los elementos físicos que me rodean".
2.- Uso de mi talento Ilusiones: "Manipulo el éter para confundir a mis enemigos".
Eberus
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