Deudas de sangre [Eywas] [Evento Sacrestic]
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Deudas de sangre [Eywas] [Evento Sacrestic]
Después de la información que habíamos conseguido en Sacrestic Ville ya teníamos un nuevo objetivo, con un poco de suerte el último en esta búsqueda de la gente de Teufel. No sabía demasiado, simplemente una localización donde se decía que un grupo de guardias de dudosa moralidad habían vendido a prisioneros para ponerlos a trabajar al terminar la ocupación. Parecía que ese lugar ya llevaba un tiempo en funcionamiento, pero los rumores solo habían empezado recientemente, quizás alguien había logrado escapar de allí o alguno de los responsables se había terminado ido de la lengua, pero ese desfase temporal no ayudaba a entender lo ocurrido. Esos guardias corruptos habían desaparecido, quizás la guardia se había encargado de ellos, aunque después de mi experiencia con ellos no tenía demasiada confianza en que se hubiesen limpiado demasiado, era un nido de ratas en mis tiempos jóvenes, y seguramente lo hubiera seguido siendo varias décadas más tarde, por lo que me parecía más probable que alguien se hubiera desecho de los cabos sueltos o que hubieran sido listos y se hubieran ido de la ciudad antes de que alguien los invitara a irse de la vida. En cualquier caso, al menos parecía que entre los prisioneros abundaban los vampiros y la gente bestia, por lo que meternos allí era nuestra mejor opción. Además, el momento era bueno, la situación llevaba un tiempo tensa en las Tierras del Oeste y ya empezaba a moverse, por lo que podríamos aprovechar el caos que podía estallar en cualquier momento a nuestro favor.
El camino no estaba siendo fácil de seguir, se habían asegurado de perderse bien en el bosque, y la niebla no ayudaba a seguirlo precisamente, pero al menos ya parecía que estábamos cerca. Teufel llevaba todo el viaje especialmente tensa, menos habladora que de costumbre y más proclive a responder con gruñidos o mordiscos, y siendo que era una expedición para intentar rescatar a su familia de algo parecido a unos esclavistas, podía entenderla lo suficiente como para guardarme mis comentarios estúpidos y bromas de cuestionable calidad para mi, y limitarme a seguirla en silencio y fijarme en el camino. Pero para mi sorpresa, hubo un momento en el que la mujer nutria dejó de olfatear y avanzar para detenerse y levantar la pata para que me quedase quieto yo también.
- ¿Qué pasa? Estoy bastante seguro de que el camino si que era por aquí.
- He encontrado un olor conocido.
- ¿Eso es bueno o malo?
- Creo que bueno, pero hay algo más que no conozco, tendremos que descubrirlo.
- Guíame entonces.
Seguí a Teufel a través de los helechos, sin saber demasiado bien que íbamos a encontrarnos, pues si bien mi vista era buena en la oscuridad, no podía hacer nada por ver a través de bancos de niebla, y no disponía del olfato de Teufel como para saber que era lo que había notado ella. Es cierto que podría preguntarla, pero no la veía demasiado comunicativa y era mejor respetarlo. Porque al menos quería confiar en que no nos fuera a lanzar de cabeza en una trampa.
Mi confianza resultó recompensada cuando fuimos llegando y ya pude ver a su objetivo. Sin saber si ella nos habría visto ya, decidí anunciar nuestra presencia y aparecer en el camino junto a Teufel para que pudieran vernos y confiaba en que también descartar que tuviésemos malas intenciones en lo que a ellas respectaba.
- Buenas noches, bruja. Parece que volvemos a encontrarnos.
- Calla, Corlys. La verdad es que no esperaba encontrarte, Eywas, pero noté tu presencia por aquí cerca, y dado que estamos envueltos en un asunto importante, consideré que nos vendría bien tu ayuda.- Me pareció que a Teufel se le había pegado algo mi forma de hablar más formal, aunque notaba una evidente diferencia en que carecía de mi toque más irónico y lo decía totalmente en serio.
- Bueno, hay que matizar que si nos ayudas, si hay algún beneficio al final también lo repartiríamos.- Entonces reparé en la niña que acompañaba a Eywas, pero había algo en ella que me quería sonar.- Por cierto, ¿a ti te conozco de algo? No se porque, pero me resultas familiar...
Teufel me miró fijamente y decidí que quizás era mejor si me callaba y no seguía por allí, al menos hasta que estuviésemos ya en marcha de nuevo, preferiblemente en marcha de nuevo con un par de acompañantes.
El camino no estaba siendo fácil de seguir, se habían asegurado de perderse bien en el bosque, y la niebla no ayudaba a seguirlo precisamente, pero al menos ya parecía que estábamos cerca. Teufel llevaba todo el viaje especialmente tensa, menos habladora que de costumbre y más proclive a responder con gruñidos o mordiscos, y siendo que era una expedición para intentar rescatar a su familia de algo parecido a unos esclavistas, podía entenderla lo suficiente como para guardarme mis comentarios estúpidos y bromas de cuestionable calidad para mi, y limitarme a seguirla en silencio y fijarme en el camino. Pero para mi sorpresa, hubo un momento en el que la mujer nutria dejó de olfatear y avanzar para detenerse y levantar la pata para que me quedase quieto yo también.
- ¿Qué pasa? Estoy bastante seguro de que el camino si que era por aquí.
- He encontrado un olor conocido.
- ¿Eso es bueno o malo?
- Creo que bueno, pero hay algo más que no conozco, tendremos que descubrirlo.
- Guíame entonces.
Seguí a Teufel a través de los helechos, sin saber demasiado bien que íbamos a encontrarnos, pues si bien mi vista era buena en la oscuridad, no podía hacer nada por ver a través de bancos de niebla, y no disponía del olfato de Teufel como para saber que era lo que había notado ella. Es cierto que podría preguntarla, pero no la veía demasiado comunicativa y era mejor respetarlo. Porque al menos quería confiar en que no nos fuera a lanzar de cabeza en una trampa.
Mi confianza resultó recompensada cuando fuimos llegando y ya pude ver a su objetivo. Sin saber si ella nos habría visto ya, decidí anunciar nuestra presencia y aparecer en el camino junto a Teufel para que pudieran vernos y confiaba en que también descartar que tuviésemos malas intenciones en lo que a ellas respectaba.
- Buenas noches, bruja. Parece que volvemos a encontrarnos.
- Calla, Corlys. La verdad es que no esperaba encontrarte, Eywas, pero noté tu presencia por aquí cerca, y dado que estamos envueltos en un asunto importante, consideré que nos vendría bien tu ayuda.- Me pareció que a Teufel se le había pegado algo mi forma de hablar más formal, aunque notaba una evidente diferencia en que carecía de mi toque más irónico y lo decía totalmente en serio.
- Bueno, hay que matizar que si nos ayudas, si hay algún beneficio al final también lo repartiríamos.- Entonces reparé en la niña que acompañaba a Eywas, pero había algo en ella que me quería sonar.- Por cierto, ¿a ti te conozco de algo? No se porque, pero me resultas familiar...
Teufel me miró fijamente y decidí que quizás era mejor si me callaba y no seguía por allí, al menos hasta que estuviésemos ya en marcha de nuevo, preferiblemente en marcha de nuevo con un par de acompañantes.
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[1] Sentidos Bestiales: Mis rasgos animales mejoran mi sentido de la vista y el olfato, duplicando su potencia.
Corlys no se posiciona con ninguno de los bandos de la movida en Sacrestic Ville porque los odia a todos, pero siendo que es un vampiro y la va a liar en las Tierras del Oeste, supongo que puede afectar
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Corlys Glokta
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Re: Deudas de sangre [Eywas] [Evento Sacrestic]
—Sigo sin entender por qué mierda esto va a servirnos de algo. Me prometiste que podrías ayudarme a romper este hechizo.
Eywas estaba a punto de abrirle la cabeza a la niña y en su fuero interno empezaba a arrepentirse de haberla rescatado de aquel sitio. Ya había respirado hondo demasiadas veces así que no pensaba retener más sus impulsos, necesitaba relajarse para dejar de enredarse en las malditas zarzas que tenía alrededor y que no paraban de engancharle los pelos.
—¿Puedes hacer el favor de cerrar la boca? Estamos en esta situación por tu culpa. «Ay, no, ¿cómo se te ocurre que una soldado como yo va a ir por ahí robando para comer? Mejor vendamos cosas, sigamos una vida honrada». Pues ahora te jodes y recoges de estas mierdas. Además, en vez de estar aquí dando por culo tendrías que estar cazando algo, porque dudo que a estas horas ya vayamos a conseguir dinero de ningún sitio y llevas dos horas quejándote de que tienes hambre. ¡Mierda! Putas espinas…
Para cuando consiguió desenredarse de aquello ya se había hecho varios cortes, mínimos y superficiales, pero bastante molestos. Esa niña la estaba llevando por el camino de la amargura. Cualquier día la tiraría por un barranco, solo por ver qué pasaba. Lo mismo hasta volaba y aún no lo sabían. Eso sí sería útil. Volvió a agacharse, sumida en esos pensamientos, mientras oía la voz de Ylva como lejana. Había aprendido a desconectar casi del todo del ambiente cuando se ponía a parlotear. Hasta escuchaba cancioncillas en su cabeza.
Era plenamente consciente de que tampoco era buena idea el estar en su mundo dentro de ese territorio. Nunca solía inmiscuirse en temas políticos y esta vez no iba a ser menos, pero sí que le habían llegado los rumores de que pasaban cosas en Sacrestic Ville. No sabía exactamente el qué y le importaba más bien poco, pero no era conveniente que expusiera su garganta a un grupo de vampiros cabreados en plena noche. Habrían ido antes, pero después de llevar una semana con el horario en modo nocturno era complicado despertar a una hora más o menos decente.
Estaba tan concentrada que no se dio cuenta de que Ylva se había callado, de que Orvar se había colocado en una zona de la zarza donde se podría haber confundido con cualquier rama y que la cría le estaba tirando de la capa mientras miraba con cara pálida a las dos personas que acababan de llegar. Le dio un manotazo a la niña para que parase, pero esta tiró más fuerte. Eywas giró la cabeza hacia ella.
—¡Qué quieres! —sonó más fuerte de lo que había pretendido, pero por al ver la cara de la niña intentó levantarse lo más despacio posible y echó mano a la daga antes de girarse con cuidado. Soltó el aire de golpe y miró al cielo cuando vio de quién se trataba —. Joder… qué susto. Pensaba que erais vam…
Evidentemente, se calló ante su error y le sonrió de manera un poco sarcástica a Corlys a modo de disculpa, no había caído de primeras. Ylva se debatía entre si sacar el arco o no, pero la bruja le puso una mano en el hombro.
—No, no la conoces, y espero que no se te pase por la cabeza hincarle el diente. Te envenenarías —comentó un poco para desviar la atención del hecho de que posiblemente la hubiera visto en el campamento. No convenía que lo supiera, no sabía si tomaría o no represalias al respecto, así que mejor no arriesgarse —. Es un placer volver a verte, Teufel, pero espero que seas extremadamente convincente para que vaya con vosotros. O, al menos, que el beneficio sea lo suficientemente sustancioso.
Eywas sabía que le debía un favor y siempre los cumplía, pero tampoco era tonta. Tenía sus prioridades. El problema era que, por culpa de la cría, tenía hambre y en ese momento cualquier plan era mejor que la inanición. Solo esperaba que no fuese algo de lo que no pudieran salir ilesos.
—¿Es sensación mía o tenéis una tendencia insana a meteros en problemas? Con lo bien que se vive en la sosegada y pacífica vida nómada…
Era mejor reírse que pensar en lo que de verdad suponía no tener una meta positiva dentro de Aerandir. Se daba con un canto en los dientes por llevar tantos años viva, era lo único que le importaba. Mientras esperaba a escuchar su propuesta se comió un par de moras e intentó limpiarse un poco los restos de sangre de la cara con el pañuelo donde después envolvería los demás frutos. Ylva le dio un codazo porque se suponía que era para venderlas, pero la ignoró por completo. Con hambre no podía pensar.
————————————
————————————
Off: Eywas tampoco se posiciona porque le da bastante igual todo, es un poco anarquista, pero por ahora estos dos le caen bien así que depende de por dónde vayan los acontecimientos igual se decide por tomar partido de algún bando. Por ahora es Suiza.
Eywas estaba a punto de abrirle la cabeza a la niña y en su fuero interno empezaba a arrepentirse de haberla rescatado de aquel sitio. Ya había respirado hondo demasiadas veces así que no pensaba retener más sus impulsos, necesitaba relajarse para dejar de enredarse en las malditas zarzas que tenía alrededor y que no paraban de engancharle los pelos.
—¿Puedes hacer el favor de cerrar la boca? Estamos en esta situación por tu culpa. «Ay, no, ¿cómo se te ocurre que una soldado como yo va a ir por ahí robando para comer? Mejor vendamos cosas, sigamos una vida honrada». Pues ahora te jodes y recoges de estas mierdas. Además, en vez de estar aquí dando por culo tendrías que estar cazando algo, porque dudo que a estas horas ya vayamos a conseguir dinero de ningún sitio y llevas dos horas quejándote de que tienes hambre. ¡Mierda! Putas espinas…
Para cuando consiguió desenredarse de aquello ya se había hecho varios cortes, mínimos y superficiales, pero bastante molestos. Esa niña la estaba llevando por el camino de la amargura. Cualquier día la tiraría por un barranco, solo por ver qué pasaba. Lo mismo hasta volaba y aún no lo sabían. Eso sí sería útil. Volvió a agacharse, sumida en esos pensamientos, mientras oía la voz de Ylva como lejana. Había aprendido a desconectar casi del todo del ambiente cuando se ponía a parlotear. Hasta escuchaba cancioncillas en su cabeza.
Era plenamente consciente de que tampoco era buena idea el estar en su mundo dentro de ese territorio. Nunca solía inmiscuirse en temas políticos y esta vez no iba a ser menos, pero sí que le habían llegado los rumores de que pasaban cosas en Sacrestic Ville. No sabía exactamente el qué y le importaba más bien poco, pero no era conveniente que expusiera su garganta a un grupo de vampiros cabreados en plena noche. Habrían ido antes, pero después de llevar una semana con el horario en modo nocturno era complicado despertar a una hora más o menos decente.
Estaba tan concentrada que no se dio cuenta de que Ylva se había callado, de que Orvar se había colocado en una zona de la zarza donde se podría haber confundido con cualquier rama y que la cría le estaba tirando de la capa mientras miraba con cara pálida a las dos personas que acababan de llegar. Le dio un manotazo a la niña para que parase, pero esta tiró más fuerte. Eywas giró la cabeza hacia ella.
—¡Qué quieres! —sonó más fuerte de lo que había pretendido, pero por al ver la cara de la niña intentó levantarse lo más despacio posible y echó mano a la daga antes de girarse con cuidado. Soltó el aire de golpe y miró al cielo cuando vio de quién se trataba —. Joder… qué susto. Pensaba que erais vam…
Evidentemente, se calló ante su error y le sonrió de manera un poco sarcástica a Corlys a modo de disculpa, no había caído de primeras. Ylva se debatía entre si sacar el arco o no, pero la bruja le puso una mano en el hombro.
—No, no la conoces, y espero que no se te pase por la cabeza hincarle el diente. Te envenenarías —comentó un poco para desviar la atención del hecho de que posiblemente la hubiera visto en el campamento. No convenía que lo supiera, no sabía si tomaría o no represalias al respecto, así que mejor no arriesgarse —. Es un placer volver a verte, Teufel, pero espero que seas extremadamente convincente para que vaya con vosotros. O, al menos, que el beneficio sea lo suficientemente sustancioso.
Eywas sabía que le debía un favor y siempre los cumplía, pero tampoco era tonta. Tenía sus prioridades. El problema era que, por culpa de la cría, tenía hambre y en ese momento cualquier plan era mejor que la inanición. Solo esperaba que no fuese algo de lo que no pudieran salir ilesos.
—¿Es sensación mía o tenéis una tendencia insana a meteros en problemas? Con lo bien que se vive en la sosegada y pacífica vida nómada…
Era mejor reírse que pensar en lo que de verdad suponía no tener una meta positiva dentro de Aerandir. Se daba con un canto en los dientes por llevar tantos años viva, era lo único que le importaba. Mientras esperaba a escuchar su propuesta se comió un par de moras e intentó limpiarse un poco los restos de sangre de la cara con el pañuelo donde después envolvería los demás frutos. Ylva le dio un codazo porque se suponía que era para venderlas, pero la ignoró por completo. Con hambre no podía pensar.
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Off: Eywas tampoco se posiciona porque le da bastante igual todo, es un poco anarquista, pero por ahora estos dos le caen bien así que depende de por dónde vayan los acontecimientos igual se decide por tomar partido de algún bando. Por ahora es Suiza.
Eywas
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Re: Deudas de sangre [Eywas] [Evento Sacrestic]
El comentario de la bruja ante nuestra aparición me hizo poner mi mejor sonrisa sarcástica como respuesta a la suya, y noté en sus posteriores palabras un intento de alejar el tema de la identidad de la niña. A una parte de mi le picaba la curiosidad y quería saber más, pero la otra estaba cansada de viajar y quería ayuda, así que opté por pasar del tema.
- No te preocupes, no me alimento de humanos o similares salvo que intenten matarme previamente, ahorra problemas.- E igual los animales están menos sabrosos, pero si sabes donde buscar están bastante decentes, como las ovejas, las ovejas siempre entran bien.- Pero gracias por preocuparte de mi integridad.
Luego estaba el asunto importante, que nos vendría muy bien su ayuda, e igual no nos habían dicho directamente que si, pero al menos no nos habían mandado a pastar, lo que se podría considerar un logro.
- ¿Qué se le va a hacer? Se nos da bien meternos en problemas, a pesar de intentar llevar una tranquila vida nómada. Aunque para variar, esta vez fueron los problemas los que nos buscaron y no al revés.
- Si, tienen prisioneros a mi pueblo y vamos a liberarlos.
- Y por eso queríamos pedirte ayuda. La gente de Teufel fue capturada durante la ocupación humana, pero no habíamos podido descubrir a donde se los llevaron. Aunque ahora tenemos una pista de un sitio donde llevaban a prisioneros a trabajar como esclavos. Aunque si no los venden supongo que no son esclavos, más bien trabajos forzados...
- Corlys, deja de divagar.
- Si, claro. Bueno, el caso es que hemos descubierto la localización de ese lugar y está aquí cerca. Pero suponemos que habrá guardias o algo, y nos vendrían bien unas manos más. De todas formas, si la satisfacción de ayudar a prisioneros explotados no es suficiente, creemos que esa gente tendrán por ahí escondidos los beneficios que consiguen de estos... llamémoslos negocios. Aunque después de ver como la niña golpeaba a la bruja con mala cara por estar comiéndose las bayas, se me ocurrió que podía haber otro motivo para acercarse hasta allí.- Y además debe haber suficientes provisiones para poder dejar de preocuparnos sobre la comida una buena temporada, por mucho que sean esclavistas deben tener una reserva de alimento, quiero pensar que es más rentable conseguir comida que esclavos nuevos.
Era cierto que teníamos un poco más de información sobre todo aquello que la que las había revelado hasta el momento, pero tampoco quería poner todas las cartas encima de la mesa hasta saber si nos ayudarían. Bueno, eso y que por desgracia tampoco teníamos mucho más. No sabía de donde habían sacado la información quien nos la hubiera dado, pero parecía que esos bastardos habían sido bastante eficientes en mantenerse en secreto.
- No te preocupes, no me alimento de humanos o similares salvo que intenten matarme previamente, ahorra problemas.- E igual los animales están menos sabrosos, pero si sabes donde buscar están bastante decentes, como las ovejas, las ovejas siempre entran bien.- Pero gracias por preocuparte de mi integridad.
Luego estaba el asunto importante, que nos vendría muy bien su ayuda, e igual no nos habían dicho directamente que si, pero al menos no nos habían mandado a pastar, lo que se podría considerar un logro.
- ¿Qué se le va a hacer? Se nos da bien meternos en problemas, a pesar de intentar llevar una tranquila vida nómada. Aunque para variar, esta vez fueron los problemas los que nos buscaron y no al revés.
- Si, tienen prisioneros a mi pueblo y vamos a liberarlos.
- Y por eso queríamos pedirte ayuda. La gente de Teufel fue capturada durante la ocupación humana, pero no habíamos podido descubrir a donde se los llevaron. Aunque ahora tenemos una pista de un sitio donde llevaban a prisioneros a trabajar como esclavos. Aunque si no los venden supongo que no son esclavos, más bien trabajos forzados...
- Corlys, deja de divagar.
- Si, claro. Bueno, el caso es que hemos descubierto la localización de ese lugar y está aquí cerca. Pero suponemos que habrá guardias o algo, y nos vendrían bien unas manos más. De todas formas, si la satisfacción de ayudar a prisioneros explotados no es suficiente, creemos que esa gente tendrán por ahí escondidos los beneficios que consiguen de estos... llamémoslos negocios. Aunque después de ver como la niña golpeaba a la bruja con mala cara por estar comiéndose las bayas, se me ocurrió que podía haber otro motivo para acercarse hasta allí.- Y además debe haber suficientes provisiones para poder dejar de preocuparnos sobre la comida una buena temporada, por mucho que sean esclavistas deben tener una reserva de alimento, quiero pensar que es más rentable conseguir comida que esclavos nuevos.
Era cierto que teníamos un poco más de información sobre todo aquello que la que las había revelado hasta el momento, pero tampoco quería poner todas las cartas encima de la mesa hasta saber si nos ayudarían. Bueno, eso y que por desgracia tampoco teníamos mucho más. No sabía de donde habían sacado la información quien nos la hubiera dado, pero parecía que esos bastardos habían sido bastante eficientes en mantenerse en secreto.
Corlys Glokta
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Re: Deudas de sangre [Eywas] [Evento Sacrestic]
Eywas parecía escuchar de manera atenta, pero el hambre la estaba distrayendo. Y la niña también con los tirones que le daba para quitarle las moras de las manos. Igualmente, pudo más o menos ser consciente de lo que le estaban pidiendo y se quedó callada durante unos minutos, reflexionando al respecto. ¿Les convenía meterse en un lío ahora? Probablemente no, pero le había hecho una promesa a la nutria y, teniendo en cuenta que a saber si volverían a cruzarse, lo más probable es que tampoco aceptasen un no por respuesta. O eso era lo que pensaba la bruja.
—A ver si me ha quedado claro… —comentó mientras le daba la bolsa a Ylva y se cruzaba de brazos en un intento por centrarse del todo—. ¿Queréis que os ayudemos a llegar hasta el sitio donde tienen a la familia de Teufel para hacer exactamente qué? ¿Ponernos a dar patadas a lo loco con quien nos encontremos? Espero que tengáis un plan mejor que ese.
Fue entonces cuando la cría dio un paso adelante, inflando el pecho y cogiendo su arco con fuerza, barbilla levantada y mirada altanera. Hacía un poco de gracia teniendo en cuenta que no aparentaba más de ocho años de edad humana.
—Decidme qué queréis que haga y lo haré. Hace mucho tiempo que no entro en una buena pelea en pos de la justicia de un pueblo sometido.
Eywas la miró y abrió la boca para decir algo. La situación le empezaba a parecer poco más que absurda, sobre todo por la actitud de su compañera, que no parecía entender que ella no estaba para hacer demasiado en su posición. Se llevó una mano a la frente y la masajeó, cerrando los ojos durante unos segundos.
—Bueno, vamos a relajarnos todos un poquito que buena falta nos hace —levantó la vista mirando a Teufel al decir esto. Sentía que el tema era delicado para ella, lógicamente, pero tendría que mantener la mente frío antes de actuar. Lanzó la vista entonces al vampiro—. ¿Sabéis quiénes son los que les hicieron prisioneros? ¿Pertenecen a algún bando concreto o a algún tipo de grupo organizado? Por saber a qué nos enfrentamos.
Suponía que no les quedaba otra, así que mejor tener toda la información posible para intentar no morir antes de tiempo. Le preocupaba bastante el hecho de meterse en un plan que implicase lucha porque sí, sabía defenderse, sabía usar la daga que llevaba encima porque es con lo que había podido practicar, es lo que usaba para robar. Sabía esconderse y, gracias a sus poderes, era capaz de manipular a la gente, pero de ahí a meterse dentro de un agujero repleto de asesinos, o vete a saber qué, había un trecho muy grande. Solo esperaba no arrepentirse.
—Teufel, te hice una promesa y tengo intención de cumplirla, pero no sé si soy la mejor ayuda posible. Puedo ofreceros a Ylva, que es una muy buena arquera, y a Orvar —comentó a la vez que hacía una señal al mochuelo para que se posara sobre su brazo con intención de enseñárselo a ambos—, que igual puede ser de ayuda como vigía o aviso; pero yo no sirvo de mucho. Soy una bruja novata, estoy aún aprendiendo cómo controlar mis poderes y… la verdad es que no se me da muy bien la lucha. Aunque soy lista, o eso quiero pensar. No suelo hacer este tipo de favores, pero te debo la vida, así que intentaré ser lo más útil posible. Decidnos qué necesitáis.
La verdad es que ya se estaba arrepintiendo.
—A ver si me ha quedado claro… —comentó mientras le daba la bolsa a Ylva y se cruzaba de brazos en un intento por centrarse del todo—. ¿Queréis que os ayudemos a llegar hasta el sitio donde tienen a la familia de Teufel para hacer exactamente qué? ¿Ponernos a dar patadas a lo loco con quien nos encontremos? Espero que tengáis un plan mejor que ese.
Fue entonces cuando la cría dio un paso adelante, inflando el pecho y cogiendo su arco con fuerza, barbilla levantada y mirada altanera. Hacía un poco de gracia teniendo en cuenta que no aparentaba más de ocho años de edad humana.
—Decidme qué queréis que haga y lo haré. Hace mucho tiempo que no entro en una buena pelea en pos de la justicia de un pueblo sometido.
Eywas la miró y abrió la boca para decir algo. La situación le empezaba a parecer poco más que absurda, sobre todo por la actitud de su compañera, que no parecía entender que ella no estaba para hacer demasiado en su posición. Se llevó una mano a la frente y la masajeó, cerrando los ojos durante unos segundos.
—Bueno, vamos a relajarnos todos un poquito que buena falta nos hace —levantó la vista mirando a Teufel al decir esto. Sentía que el tema era delicado para ella, lógicamente, pero tendría que mantener la mente frío antes de actuar. Lanzó la vista entonces al vampiro—. ¿Sabéis quiénes son los que les hicieron prisioneros? ¿Pertenecen a algún bando concreto o a algún tipo de grupo organizado? Por saber a qué nos enfrentamos.
Suponía que no les quedaba otra, así que mejor tener toda la información posible para intentar no morir antes de tiempo. Le preocupaba bastante el hecho de meterse en un plan que implicase lucha porque sí, sabía defenderse, sabía usar la daga que llevaba encima porque es con lo que había podido practicar, es lo que usaba para robar. Sabía esconderse y, gracias a sus poderes, era capaz de manipular a la gente, pero de ahí a meterse dentro de un agujero repleto de asesinos, o vete a saber qué, había un trecho muy grande. Solo esperaba no arrepentirse.
—Teufel, te hice una promesa y tengo intención de cumplirla, pero no sé si soy la mejor ayuda posible. Puedo ofreceros a Ylva, que es una muy buena arquera, y a Orvar —comentó a la vez que hacía una señal al mochuelo para que se posara sobre su brazo con intención de enseñárselo a ambos—, que igual puede ser de ayuda como vigía o aviso; pero yo no sirvo de mucho. Soy una bruja novata, estoy aún aprendiendo cómo controlar mis poderes y… la verdad es que no se me da muy bien la lucha. Aunque soy lista, o eso quiero pensar. No suelo hacer este tipo de favores, pero te debo la vida, así que intentaré ser lo más útil posible. Decidnos qué necesitáis.
La verdad es que ya se estaba arrepintiendo.
Eywas
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Re: Deudas de sangre [Eywas] [Evento Sacrestic]
La bruja no parecía especialmente convencida de ayudarnos, especialmente de la parte de liarnos a golpes con todo lo que se moviera para liberarlos. Lo bueno era que ni siquiera iba a tener que mentirla para decirla que no hacía falta que luchara para ayudarnos, simplemente necesitaba encontrar una forma de decirlo que sonara convincente. Aunque no me hizo ni falta, porque la niña parecía ser una de esas personas amigas de la violencia y las causas justas. Teufel sonrió, o lo que interpreté como una sonrisa de nutria, era difícil interpretar los gestos cuando en vez de cara tenía un hocico, al menos los no agresivos. Y pensando en la reacción, noté cierta similitud entre la niña y la mujer nutria, después de esto solo podían llevarse bien o acabar matándose.
Lamentablemente, Eywas parecía preocuparse por la velocidad que estaba cogiendo esto y las frenó para pedir más detalles sobre la misión. Pero también nos dijo que nos ayudaría para saldar su deuda con Teufel, además de mostrar sus cartas, que se podían resumir en la niña belicosa, un mochuelo que parecía mejor educado que ninguno de los presentes y a la propia bruja y sus limitadas capacidades. No estaba mal, era una situación más propicia que la que había esperado en un comienzo.
- Gracias. Será suficiente. Considera la deuda saldada con que vayas a intentarlo.
- Y no te preocupes, no todo va a ser luchar. No podemos lanzarnos a pelear con una patada en la puerta y pegarnos con todo lo que se mueva. Tenemos que pensar en algún plan.- Le hice una señal a la mujer nutria.- Teufel, ¿nos vas guiando mientras le pongo en contexto?
- Por supuesto.
- Bien. E igual también estaría bien si tu mochuelo puede ir vigilando el camino no vayan a sorprendernos.- Confiaba en los sentidos de Teufel y mi vista en la oscuridad, pero siempre era mejor estar prevenidos, especialmente con la niebla que había surgido esta noche.- Bueno, la información que tenemos no es mucha. Sólo tenemos algunos rumores al respecto, pero suficientes para hacernos una idea de lo que espera. No sabemos quien dirige ese asunto, parece una organización, pero han sabido mantenerse ocultos. Los prisioneros se los proporcionaban unos miembros corruptos de la guardia humana, pero esa gente está desaparecida, así que no hemos podido indagar más en ese sentido. Hay un sitio donde los hacen trabajar, creemos que unas minas o algo, y allí los mantienen prisioneros. Pero comentaban que a veces se llevaban a gente en un carro y no se volvía a saber de ellos, y ese mismo carro transportaba a los guardias y los suministros. Entonces, la idea es atacar ese carro para poder conseguir más información, pero eso es muy teórico, porque la localización que tenemos se intuye que serán esas minas y no tenemos la frecuencia de viajes ni nada.
No iba a negar que el plan tuviera lagunas, pero necesitábamos información del sitio antes de actuar. Por desgracia, ir a buscarlo y retirarse no parecía viable después de lo que nos había costado dar con él, así que tendríamos que hacer las dos cosas seguidas. Por suerte, iba a confiar en que la chica no mintiese en lo de que era lista y pudiera echarnos una mano en dar con el mejor plan de actuación, y bueno, si se entendía bien con su pájaro, igual podíamos conseguir interceptar ese carro y todo.
Lamentablemente, Eywas parecía preocuparse por la velocidad que estaba cogiendo esto y las frenó para pedir más detalles sobre la misión. Pero también nos dijo que nos ayudaría para saldar su deuda con Teufel, además de mostrar sus cartas, que se podían resumir en la niña belicosa, un mochuelo que parecía mejor educado que ninguno de los presentes y a la propia bruja y sus limitadas capacidades. No estaba mal, era una situación más propicia que la que había esperado en un comienzo.
- Gracias. Será suficiente. Considera la deuda saldada con que vayas a intentarlo.
- Y no te preocupes, no todo va a ser luchar. No podemos lanzarnos a pelear con una patada en la puerta y pegarnos con todo lo que se mueva. Tenemos que pensar en algún plan.- Le hice una señal a la mujer nutria.- Teufel, ¿nos vas guiando mientras le pongo en contexto?
- Por supuesto.
- Bien. E igual también estaría bien si tu mochuelo puede ir vigilando el camino no vayan a sorprendernos.- Confiaba en los sentidos de Teufel y mi vista en la oscuridad, pero siempre era mejor estar prevenidos, especialmente con la niebla que había surgido esta noche.- Bueno, la información que tenemos no es mucha. Sólo tenemos algunos rumores al respecto, pero suficientes para hacernos una idea de lo que espera. No sabemos quien dirige ese asunto, parece una organización, pero han sabido mantenerse ocultos. Los prisioneros se los proporcionaban unos miembros corruptos de la guardia humana, pero esa gente está desaparecida, así que no hemos podido indagar más en ese sentido. Hay un sitio donde los hacen trabajar, creemos que unas minas o algo, y allí los mantienen prisioneros. Pero comentaban que a veces se llevaban a gente en un carro y no se volvía a saber de ellos, y ese mismo carro transportaba a los guardias y los suministros. Entonces, la idea es atacar ese carro para poder conseguir más información, pero eso es muy teórico, porque la localización que tenemos se intuye que serán esas minas y no tenemos la frecuencia de viajes ni nada.
No iba a negar que el plan tuviera lagunas, pero necesitábamos información del sitio antes de actuar. Por desgracia, ir a buscarlo y retirarse no parecía viable después de lo que nos había costado dar con él, así que tendríamos que hacer las dos cosas seguidas. Por suerte, iba a confiar en que la chica no mintiese en lo de que era lista y pudiera echarnos una mano en dar con el mejor plan de actuación, y bueno, si se entendía bien con su pájaro, igual podíamos conseguir interceptar ese carro y todo.
Corlys Glokta
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Re: Deudas de sangre [Eywas] [Evento Sacrestic]
La bruja se mantuvo inquieta mientras escuchaba las palabras del vampiro. Es más, estuvo a punto de soltar un comentario sarcástico sobre lo de entrar con un plan y no pateando puertas, solo faltaría que esa hubiera sido su idea inicial, ir abriendo puertas a patadas como si fuesen salvadores, poco menos que héroes. Eywas se consideraba muchas cosas, pero heroína no era una de ellas y pretendía seguir así.
Echó un vistazo a Orvar ante el comentario de Corlys y le silbó para que se acercase, posándose el animal en el hombro de la mujer. Esta comenzó a susurrarle que sobrevolara la zona con cuidado de no atraer la atención de nada más grande que él. Debía avisarles de cualquier cosa que rondase, pero también mantenerse a salvo [1] . Una vez acabó, sacó de su bolsillo un ratón de varios que llevaba encima a modo de premio para el pájaro (y que no dejaba que la niña tocase). Con el estómago lleno, Orvar alzó el vuelo provocando que el pelo de la bruja se moviese hacia su cara de golpe.
Volvió entonces su atención de nuevo al hombre que le hablaba sobre lo que tenían hasta el momento. No le sorprendió que hubiera humanos corruptos dentro de la guardia, no eran criaturas de fiar, lo tenía más que comprobado. «Unas minas o algo», ¿cómo que o algo? Ante eso no pudo evitar resoplar ligeramente y abrir los ojos bastante, intentaba mantenerse impenetrable, pero es que el despropósito cada vez iba más en aumento. Para cuando terminó, la bruja ya tenía una mano cruzada bajo el pecho y la otra contra su frente, intentando pensar.
—O sea, que no tenéis nada y vais hacia la nada. ¿Lo lógico no sería averiguar primero la frecuencia del trayecto de ese carro antes de aventurarnos como si nada? ¿O la idea es quedarse esperando en los alrededores hasta que salga el carro, que pueden ser días? O hasta meses si las cargas son sustanciosas. ¿Qué hacemos si llegamos y no hay carro que valga? Porque me da que tú de día poco, no te ofendas.
Parecía que la bruja simplemente no quería participar, pero lo cierto es que no le veía ni pies ni cabeza al plan, al menos sin tener algo más. Porque habían pasado de no querer entrar de lleno y ponerse a matar a gente a tener que hacer precisamente eso si un tal carro no salía de esa mina en toda la noche. Tampoco ayudaba el tener que ir contrarreloj por llevar a un vampiro en el equipo, las cosas como eran. Simplemente quería tener las cosas un poquito más atadas que eso.
Entonces se le encendió la bombilla. Sonrió de manera bastante encantadora teniendo en cuenta la mala leche que solía gastar hacia el vampiro y ladeó la cabeza varias veces.
—Corlys, amigo… ¿Alguna vez te han dicho lo atractivo que eres y lo resolutivo que es eso de que los vampiros podáis ligar tanto con la gente? Por no hablar de que yo tampoco estoy nada mal y poseo una increíble habilidad persuasiva que me ha abierto muchas puertas. Puertas como las que queréis tirar.
Se cruzó de brazos y empezó a andar alrededor del vampiro mientras le daba vueltas también al plan que se le formaba cada vez de manera más nítida.
—No dudo de que hayáis tardado HORAS en realizar vuestro brillante plan, pero si lo que necesitáis es averiguar si de verdad están ahí antes de actuar, ¿no crees que es mejor preguntar de manera cordial y amable? Seguro que son personas maravillosas.
Obviamente el tono irónico impregnaba todo su discurso. Se colocó entre ambos y apoyó el antebrazo sobre el hombro de Teufel de manera amistosa. Intentó hacer lo mismo con el otro sobre el de Corlys, pero la diferencia de estatura lo hizo inviable así que le enhebró el brazo sin dejar de sonreír por lo que podía ser una buena idea. Una que se podía hacer saliera o no un carro de un agujero roñoso.
—Podemos usar vuestro plan del carro, si es que este aparece, o podemos intentar la táctica de la evasión. La gente es lujuriosa por naturaleza: usémoslo a nuestro favor. Ya sea para intentar sonsacar información o para despistar a los guardas mientras otro grupo entra. Somos cuatro, cinco si contamos a Orvar que también puede aportar algo. Creo que es más inteligente abordar la táctica de ir en grupos y usar cebos. Te puedes ahorrar unos cuantos golpes, aunque no sean todos, y hasta puedes averiguar mucho más de lo que se espera. Si de verdad están ahí dentro, entonces podremos ver cómo entrar. Y si es el caso, podemos incluso sonsacarles cómo se entra y se sale de allí de manera… digamos, segura.
Terminado el pequeño discurso se soltó de ambos y dejó que Teufel volviese a ponerse en cabeza. Abrió ligeramente la capa para mirarse e hizo una mueca de aprobación. No iba con sus mejores galas, pero para lo que tenía en mente tampoco hacía falta, serviría.
—¿Ylva?
Procuraba preguntarle sobre esas cosas porque la niña tenía mucha más experiencia en batalla que ella, desde luego.
—Puede ser factible. Habría que definir bien por dónde iría el grupo de incógnito en caso de tener que entrar o mantener la guardia, visibilizar los puntos flacos del lugar por si hubiera más de una vigilancia… pero podría valer.
Sin más esperó a ver las opiniones de los demás mientras proseguían y echó un vistazo al mochuelo, que seguía unos cuantos metros por delante de ellos. Los árboles casi lo hacían invisible, pero Eywas podía verlo, siempre lo veía.
-------------
[1] Uso de habilidad: Antrozoología - Fuerte conexión con los animales. No puede controlarlos, pero sienten una simpatía especial hacia ella y rara vez la atacan a menos que haga algo extremo. El respeto es mutuo y puede beneficiarse en algunas ocasiones de esa conexión pidiéndoles favores.
Echó un vistazo a Orvar ante el comentario de Corlys y le silbó para que se acercase, posándose el animal en el hombro de la mujer. Esta comenzó a susurrarle que sobrevolara la zona con cuidado de no atraer la atención de nada más grande que él. Debía avisarles de cualquier cosa que rondase, pero también mantenerse a salvo [1] . Una vez acabó, sacó de su bolsillo un ratón de varios que llevaba encima a modo de premio para el pájaro (y que no dejaba que la niña tocase). Con el estómago lleno, Orvar alzó el vuelo provocando que el pelo de la bruja se moviese hacia su cara de golpe.
Volvió entonces su atención de nuevo al hombre que le hablaba sobre lo que tenían hasta el momento. No le sorprendió que hubiera humanos corruptos dentro de la guardia, no eran criaturas de fiar, lo tenía más que comprobado. «Unas minas o algo», ¿cómo que o algo? Ante eso no pudo evitar resoplar ligeramente y abrir los ojos bastante, intentaba mantenerse impenetrable, pero es que el despropósito cada vez iba más en aumento. Para cuando terminó, la bruja ya tenía una mano cruzada bajo el pecho y la otra contra su frente, intentando pensar.
—O sea, que no tenéis nada y vais hacia la nada. ¿Lo lógico no sería averiguar primero la frecuencia del trayecto de ese carro antes de aventurarnos como si nada? ¿O la idea es quedarse esperando en los alrededores hasta que salga el carro, que pueden ser días? O hasta meses si las cargas son sustanciosas. ¿Qué hacemos si llegamos y no hay carro que valga? Porque me da que tú de día poco, no te ofendas.
Parecía que la bruja simplemente no quería participar, pero lo cierto es que no le veía ni pies ni cabeza al plan, al menos sin tener algo más. Porque habían pasado de no querer entrar de lleno y ponerse a matar a gente a tener que hacer precisamente eso si un tal carro no salía de esa mina en toda la noche. Tampoco ayudaba el tener que ir contrarreloj por llevar a un vampiro en el equipo, las cosas como eran. Simplemente quería tener las cosas un poquito más atadas que eso.
Entonces se le encendió la bombilla. Sonrió de manera bastante encantadora teniendo en cuenta la mala leche que solía gastar hacia el vampiro y ladeó la cabeza varias veces.
—Corlys, amigo… ¿Alguna vez te han dicho lo atractivo que eres y lo resolutivo que es eso de que los vampiros podáis ligar tanto con la gente? Por no hablar de que yo tampoco estoy nada mal y poseo una increíble habilidad persuasiva que me ha abierto muchas puertas. Puertas como las que queréis tirar.
Se cruzó de brazos y empezó a andar alrededor del vampiro mientras le daba vueltas también al plan que se le formaba cada vez de manera más nítida.
—No dudo de que hayáis tardado HORAS en realizar vuestro brillante plan, pero si lo que necesitáis es averiguar si de verdad están ahí antes de actuar, ¿no crees que es mejor preguntar de manera cordial y amable? Seguro que son personas maravillosas.
Obviamente el tono irónico impregnaba todo su discurso. Se colocó entre ambos y apoyó el antebrazo sobre el hombro de Teufel de manera amistosa. Intentó hacer lo mismo con el otro sobre el de Corlys, pero la diferencia de estatura lo hizo inviable así que le enhebró el brazo sin dejar de sonreír por lo que podía ser una buena idea. Una que se podía hacer saliera o no un carro de un agujero roñoso.
—Podemos usar vuestro plan del carro, si es que este aparece, o podemos intentar la táctica de la evasión. La gente es lujuriosa por naturaleza: usémoslo a nuestro favor. Ya sea para intentar sonsacar información o para despistar a los guardas mientras otro grupo entra. Somos cuatro, cinco si contamos a Orvar que también puede aportar algo. Creo que es más inteligente abordar la táctica de ir en grupos y usar cebos. Te puedes ahorrar unos cuantos golpes, aunque no sean todos, y hasta puedes averiguar mucho más de lo que se espera. Si de verdad están ahí dentro, entonces podremos ver cómo entrar. Y si es el caso, podemos incluso sonsacarles cómo se entra y se sale de allí de manera… digamos, segura.
Terminado el pequeño discurso se soltó de ambos y dejó que Teufel volviese a ponerse en cabeza. Abrió ligeramente la capa para mirarse e hizo una mueca de aprobación. No iba con sus mejores galas, pero para lo que tenía en mente tampoco hacía falta, serviría.
—¿Ylva?
Procuraba preguntarle sobre esas cosas porque la niña tenía mucha más experiencia en batalla que ella, desde luego.
—Puede ser factible. Habría que definir bien por dónde iría el grupo de incógnito en caso de tener que entrar o mantener la guardia, visibilizar los puntos flacos del lugar por si hubiera más de una vigilancia… pero podría valer.
Sin más esperó a ver las opiniones de los demás mientras proseguían y echó un vistazo al mochuelo, que seguía unos cuantos metros por delante de ellos. Los árboles casi lo hacían invisible, pero Eywas podía verlo, siempre lo veía.
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[1] Uso de habilidad: Antrozoología - Fuerte conexión con los animales. No puede controlarlos, pero sienten una simpatía especial hacia ella y rara vez la atacan a menos que haga algo extremo. El respeto es mutuo y puede beneficiarse en algunas ocasiones de esa conexión pidiéndoles favores.
Última edición por Eywas el Mar Jul 09 2024, 20:46, editado 1 vez
Eywas
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Re: Deudas de sangre [Eywas] [Evento Sacrestic]
La bruja mandó a su mochuelo a otear la zona, pero por lo demás no se la veía demasiado convencida. Algo que podía comprender hasta cierto punto, nuestra información tenía lagunas. Pero no se podía hacer mucho más, esos bastardos se habían apañado para cubrir sus huellas bastante bien, y los supervivientes no parecían tener demasiadas ganas de ser encontrados, por lo que la información de la que disponíamos era de segunda mano.
- Entiendo las dudas, pero sonaba más seguro preguntar a un tipo en un camino que intentarlo con los guardias de una organización criminal que se supone que no existe. Reduce las opciones de que nos disparen hasta que parezcamos un erizo. Lo de no ser cuando pasa el carro es problemático, pero si tienen que traer comida y mover a los guardias tampoco puede ser demasiado infrecuente. Lo que sea que saquen de allí puede esperar, pero si se te mueren de hambre los esclavos se acaba el negocio.- Miré hacia la niebla que cubría el bosque para confirmar que la situación no hubiera cambiado.- Aunque es cierto que eso podría implicar esperar algún día, y aunque por mi no tengas que preocuparte, lo bueno de estos bosques es que la niebla es suficientemente densa como para que no suframos combustión espontánea, igual no os haría demasiado bien pasar más tiempo sin comer en condiciones.
La actitud amigable de Eywas me resultó tremendamente inquietante, y cuando escuché su idea, entendí que si tenía razones para estar inquieto. Era consciente de que los vampiros teníamos la capacidad de transmitir confianza, o algo por el estilo, pero se me daba suficientemente mal como para que habitualmente ni siquiera lo intentara.
- Bueno, puede ser que intentar sacarles información no sea un mal plan. Aunque primero tenemos que haber estudiado bien la zona, ya lo ha dicho la niña, pero sería muy inoportuno si hay más guardias de los esperados. Además, tenemos que pensar alguna ruta de escape por si la cosa se complica y hay que huir y reagruparse en algún sitio.- No iba a negar que confiaba en que Eywas supiera ser tan persuasiva como decía, porque alguien iba a tener que compensar mis cuestionables habilidades en ese sentido.- ¿Entonces nos dirigimos hacia ese sitio sigilosamente y cuándo hayamos determinado a que nos estamos enfrentando concretamente vemos como intentar tu aproximación?- Teufel ni siquiera esperó una respuesta y volvió a seguir el rastro que nos había llevado hasta la bruja y sus peculiares acompañantes.- Bueno, supongo que se pueden seguir discutiendo mientras avanzamos.
Y sin decir nada más continué siguiente a la mujer nutria. Tras un rato de avanzar entre árboles y matorral, Teufel se detuvo y se quedó observando el suelo.
- Mira esto.
Al acercarme pude comprobar que, aunque nadie con dos dos dedos de frente llamaría a eso un camino, si que había una apertura entre los árboles de tamaño suficiente como para que pasase un carro, y si te fijabas bien se podían distinguir las rodadas sobre la hierba y la hojarasca.
- Bien, parece que estamos yendo por el camino correcto, supongo que solo queda seguirlo hasta que lleguemos a donde vaya.
- Si, pero mejor sigámoslo desde el bosque. Nos deja menos expuestos.
Me crucé de hombros ante la razonable propuesta de mi compañera y volví hacia los árboles, para tratar de seguir el sendero desde una posición más oculta. Confiaba en que siendo de noche y con niebla, los humanos tardasen más que nosotros en percatarse de la presencia de nadie, pero era mejor no confiarse.
- Entiendo las dudas, pero sonaba más seguro preguntar a un tipo en un camino que intentarlo con los guardias de una organización criminal que se supone que no existe. Reduce las opciones de que nos disparen hasta que parezcamos un erizo. Lo de no ser cuando pasa el carro es problemático, pero si tienen que traer comida y mover a los guardias tampoco puede ser demasiado infrecuente. Lo que sea que saquen de allí puede esperar, pero si se te mueren de hambre los esclavos se acaba el negocio.- Miré hacia la niebla que cubría el bosque para confirmar que la situación no hubiera cambiado.- Aunque es cierto que eso podría implicar esperar algún día, y aunque por mi no tengas que preocuparte, lo bueno de estos bosques es que la niebla es suficientemente densa como para que no suframos combustión espontánea, igual no os haría demasiado bien pasar más tiempo sin comer en condiciones.
La actitud amigable de Eywas me resultó tremendamente inquietante, y cuando escuché su idea, entendí que si tenía razones para estar inquieto. Era consciente de que los vampiros teníamos la capacidad de transmitir confianza, o algo por el estilo, pero se me daba suficientemente mal como para que habitualmente ni siquiera lo intentara.
- Bueno, puede ser que intentar sacarles información no sea un mal plan. Aunque primero tenemos que haber estudiado bien la zona, ya lo ha dicho la niña, pero sería muy inoportuno si hay más guardias de los esperados. Además, tenemos que pensar alguna ruta de escape por si la cosa se complica y hay que huir y reagruparse en algún sitio.- No iba a negar que confiaba en que Eywas supiera ser tan persuasiva como decía, porque alguien iba a tener que compensar mis cuestionables habilidades en ese sentido.- ¿Entonces nos dirigimos hacia ese sitio sigilosamente y cuándo hayamos determinado a que nos estamos enfrentando concretamente vemos como intentar tu aproximación?- Teufel ni siquiera esperó una respuesta y volvió a seguir el rastro que nos había llevado hasta la bruja y sus peculiares acompañantes.- Bueno, supongo que se pueden seguir discutiendo mientras avanzamos.
Y sin decir nada más continué siguiente a la mujer nutria. Tras un rato de avanzar entre árboles y matorral, Teufel se detuvo y se quedó observando el suelo.
- Mira esto.
Al acercarme pude comprobar que, aunque nadie con dos dos dedos de frente llamaría a eso un camino, si que había una apertura entre los árboles de tamaño suficiente como para que pasase un carro, y si te fijabas bien se podían distinguir las rodadas sobre la hierba y la hojarasca.
- Bien, parece que estamos yendo por el camino correcto, supongo que solo queda seguirlo hasta que lleguemos a donde vaya.
- Si, pero mejor sigámoslo desde el bosque. Nos deja menos expuestos.
Me crucé de hombros ante la razonable propuesta de mi compañera y volví hacia los árboles, para tratar de seguir el sendero desde una posición más oculta. Confiaba en que siendo de noche y con niebla, los humanos tardasen más que nosotros en percatarse de la presencia de nadie, pero era mejor no confiarse.
Corlys Glokta
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Re: Deudas de sangre [Eywas] [Evento Sacrestic]
Eywas reflexionó sobre lo que decía el vampiro. Lo cierto es que tenía razón, preguntarle a uno era mejor que preguntarle a diez posiblemente armados, pero tampoco sabían si ese uno sería también humano o algún simpatizante de otra raza. Con tan poca información al respecto el riesgo seguía ahí. Claro que, teniendo en cuenta lo que planeaban, el riesgo estaba en todas partes.
La bruja echó un vistazo a Ylva, luego a Orvar y después a los dos individuos que tenía delante. ¿Merecía la pena tanto riesgo? El problema era el honor, había prometido ayudar a Teufel y debía cumplirlo. Respiró profundamente intentando que no se notara mucho y se concentró en seguir los pasos de ambos sin caerse por allí mientras seguía pensando bien en toda la situación. Sobre todo por el tema de la comida. El estómago le rugió en cuanto pasó por su cabeza un muslo de pollo. Eso también sería un problema añadido. Aunque también le hizo pensar. ¿Qué comería el vampiro? Porque personas a las que hincarle el diente cerca no parecía haber muchas. ¿Igual podía subsistir con sangre animal? Eywas era contraria a matar animales, pero cuando la necesidad apretaba tampoco quedaba otra; morir de inanición no era opción viable.
—Por suerte para vosotros, podemos usar a Orvar para intentar acotar el terreno. Como mínimo nos dirá cuántas personas hay en los alrededores para hacernos una idea, aunque no pueda hacer un mapa como tal.
Intentaría mantenerse positiva porque de otra manera saldría corriendo en cuanto un despiste lo permitiera.
—Bueno, si lo piensas tenemos un arco y dos personas que podrían desgarrar sin mucho problema a unos cuantos. A menos que el número fuese superior a diez, creo que tendríamos buenas posibilidades.
—Teniendo en cuenta tu incipiente sed de venganza y de combate no sé si tus números mentales son demasiado fiables. Pero puede que tengas razón.
Conforme avanzaban quitando hierbajos y ramas de en medio, Eywas se echó mano a la parte trasera de la cinturilla de la sobrefalda que llevaba. La daga seguía ahí, bien ajustada a su funda. El darse cuenta de que igual eran demasiados y que podía darse la posibilidad de que los apresaran la inquietó. No era la primera vez que luchaba a vida o muerte con humanos, pero procuraba que no fuese en grupo y normalmente usaba técnicas mucho más sigilosas e invisibles. Pero prefirió no decir nada. Casi estaba demasiado callada.
En cuanto Teufel dio con el camino, la mujer supo exactamente a qué se estaba refiriendo. Llevaba demasiados años recorriendo bosques como para saber que había anomalías en ese camino y un pequeño claro que no era natural. Había zonas bastante erosionadas, puede que Corlys tuviera razón y sí que los viajes eran asiduos. Estaba intentando analizar partes del terreno cuando algo le cosquilleó en la oreja.
—Esperad —comentó a la vez que estiraba la mano para coger el brazo del vampiro y que frenase, colocando la otra en diagonal y cortándole el paso a la niña. Agudizó más el oído. Un silbido —. Es Orvar. Alguien se acerca.
Acto seguido cogió a la niña del brazo y tiró de ella para esconderse detrás de un tronco grueso, intentando escuchar en la lejanía para ver si se trataba o no del carro. En ese momento rezaba a todos los dioses porque fuese el carro, pero no estaba segura de si esos eran los crujidos que empezaron a sonar a unos metros de distancia de donde se encontraban.
La bruja echó un vistazo a Ylva, luego a Orvar y después a los dos individuos que tenía delante. ¿Merecía la pena tanto riesgo? El problema era el honor, había prometido ayudar a Teufel y debía cumplirlo. Respiró profundamente intentando que no se notara mucho y se concentró en seguir los pasos de ambos sin caerse por allí mientras seguía pensando bien en toda la situación. Sobre todo por el tema de la comida. El estómago le rugió en cuanto pasó por su cabeza un muslo de pollo. Eso también sería un problema añadido. Aunque también le hizo pensar. ¿Qué comería el vampiro? Porque personas a las que hincarle el diente cerca no parecía haber muchas. ¿Igual podía subsistir con sangre animal? Eywas era contraria a matar animales, pero cuando la necesidad apretaba tampoco quedaba otra; morir de inanición no era opción viable.
—Por suerte para vosotros, podemos usar a Orvar para intentar acotar el terreno. Como mínimo nos dirá cuántas personas hay en los alrededores para hacernos una idea, aunque no pueda hacer un mapa como tal.
Intentaría mantenerse positiva porque de otra manera saldría corriendo en cuanto un despiste lo permitiera.
—Bueno, si lo piensas tenemos un arco y dos personas que podrían desgarrar sin mucho problema a unos cuantos. A menos que el número fuese superior a diez, creo que tendríamos buenas posibilidades.
—Teniendo en cuenta tu incipiente sed de venganza y de combate no sé si tus números mentales son demasiado fiables. Pero puede que tengas razón.
Conforme avanzaban quitando hierbajos y ramas de en medio, Eywas se echó mano a la parte trasera de la cinturilla de la sobrefalda que llevaba. La daga seguía ahí, bien ajustada a su funda. El darse cuenta de que igual eran demasiados y que podía darse la posibilidad de que los apresaran la inquietó. No era la primera vez que luchaba a vida o muerte con humanos, pero procuraba que no fuese en grupo y normalmente usaba técnicas mucho más sigilosas e invisibles. Pero prefirió no decir nada. Casi estaba demasiado callada.
En cuanto Teufel dio con el camino, la mujer supo exactamente a qué se estaba refiriendo. Llevaba demasiados años recorriendo bosques como para saber que había anomalías en ese camino y un pequeño claro que no era natural. Había zonas bastante erosionadas, puede que Corlys tuviera razón y sí que los viajes eran asiduos. Estaba intentando analizar partes del terreno cuando algo le cosquilleó en la oreja.
—Esperad —comentó a la vez que estiraba la mano para coger el brazo del vampiro y que frenase, colocando la otra en diagonal y cortándole el paso a la niña. Agudizó más el oído. Un silbido —. Es Orvar. Alguien se acerca.
Acto seguido cogió a la niña del brazo y tiró de ella para esconderse detrás de un tronco grueso, intentando escuchar en la lejanía para ver si se trataba o no del carro. En ese momento rezaba a todos los dioses porque fuese el carro, pero no estaba segura de si esos eran los crujidos que empezaron a sonar a unos metros de distancia de donde se encontraban.
Eywas
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Re: Deudas de sangre [Eywas] [Evento Sacrestic]
Parecía que había conseguido convencer a Eywas, o al menos a convencerla moderadamente de observar antes de juzgar. Aunque era cierto también que no compartía el optimismo de la niña inquietante. Con una docena tendríamos que enfrentarnos a dos cada uno, y dudaba que la bruja o el mochuelo pudieran lograr aguantar en esa desventaja. Si la niña sabía disparar de verdad quizás Teufel y yo podríamos apañarnos, pero es complicado estar pendiente de otra gente durante un combate en inferioridad numérica, y estaría bastante feo que nos matasen a una aliada a quien nosotros habíamos pedido ayuda.
Ni siquiera pudimos empezar a seguir el camino cuando Eywas nos avisó de que alguien se acercaba y corrió a esconderse. Yo la imité y me oculté tras un tronco mientras que Teufel se lanzó al interior de un arbusto. No pasó demasiado tiempo antes de que se empezara a escuchar más de cerca el sonido de un carro y pisadas de caballos. Supuse que había calculado mal porque no iban en la misma dirección que nosotros, sino que parecían acercarse desde el lado contrario. Aunque lo primero que vi no fue el carro, sino dos hombres a caballo, seguidos por un carro sobre el que iban el conductor y un par de soldados con ballestas a los lados, y seguidos por otro par de jinetes.
Miré a Teufel en el arbusto, que estaba adoptando una posición de ataque y negué con la cabeza para intentar disuadirla. Tuve suerte de que mirase hacia mi y me viera, porque aunque me enseñó los colmillos, se quedó en el matorral sin intentar ninguna locura. Siete hombre armados parecían demasiado, por lo que aproveché a observar bien la situación, y pude entender que había puesto tan tensa a la mujer nutria. El carro no era un transporte de víveres ni minerales, sino que era en realidad una jaula de madera con varios prisioneros de aspecto deplorable en el interior.
- ¿No te parece un poco excesivo que tengamos que ir tantos para una simple extracción?
- Prefiero que tengamos compañía a que nos pase como a los del último viaje.
- A ver, visto así... ¿Tu crees que nos están buscando?
- No lo sé. Los prisioneros que recuperamos dijeron que había sido una sola mujer, y que sólo buscaba a uno de ellos. Pero prefiero no confiarme.
- Viendo que destrozó a cuatro con sus propias manos, no me importa si es una o muchos, con que no los encontremos está bien.
- ¿Ves? Estamos mejor así, confía en que el número los disuada.
Y siguieron hablando, pero no conseguí pillar nada más. Esperé a que desaparecieran y entonces salí de detrás del árbol para reunirme con mis compañeros. Aunque lo primero que me encontré fue a Teufel encarándose con el pelaje erizado.
- ¿Por qué no has querido hacer nada? Ya sabes lo que dijeron, la gente que sacan no vuelve a ser vista.
- Eran demasiados y estaban preparados para una emboscada, nos hubieran dejado como un alfiletero. Además, no es como si fuéramos a dejarlo estar. Ahora tenemos que aprovechar que toda esa gente no estará vigilando al resto. Cuando nos encarguemos de eso, podemos volver a por ellos.- Me giré hacia Eywas para intentar asegurarme de que no se nos escapasen.- ¿Crees que puedes mandar al mochuelo a vigilar a esa gente para tener controlado donde andan?
- ¿Entonces qué pretendes? Como tardemos mucho seguramente no haya nadie a quien ayudar en ese carro.
- Tu confía un poco. Ahora tenemos que seguir el plan inicial de Eywas.- Miré a la bruja, la niña y la mujer nutria.- Vamos rápido hacia esas minas, revisamos rápidamente el perímetro para asegurar las salidas, y que ahí nuestra amiga con buenas dotes de persuasión intente sacarle a los guardias todo lo que pueda y mantenerlos distraídos. El resto estaremos de apoyo por si algo se complica, que además Ylwa seguramente pueda cubrirla con ese arco. ¿Suena viable?
Ni siquiera pudimos empezar a seguir el camino cuando Eywas nos avisó de que alguien se acercaba y corrió a esconderse. Yo la imité y me oculté tras un tronco mientras que Teufel se lanzó al interior de un arbusto. No pasó demasiado tiempo antes de que se empezara a escuchar más de cerca el sonido de un carro y pisadas de caballos. Supuse que había calculado mal porque no iban en la misma dirección que nosotros, sino que parecían acercarse desde el lado contrario. Aunque lo primero que vi no fue el carro, sino dos hombres a caballo, seguidos por un carro sobre el que iban el conductor y un par de soldados con ballestas a los lados, y seguidos por otro par de jinetes.
Miré a Teufel en el arbusto, que estaba adoptando una posición de ataque y negué con la cabeza para intentar disuadirla. Tuve suerte de que mirase hacia mi y me viera, porque aunque me enseñó los colmillos, se quedó en el matorral sin intentar ninguna locura. Siete hombre armados parecían demasiado, por lo que aproveché a observar bien la situación, y pude entender que había puesto tan tensa a la mujer nutria. El carro no era un transporte de víveres ni minerales, sino que era en realidad una jaula de madera con varios prisioneros de aspecto deplorable en el interior.
- ¿No te parece un poco excesivo que tengamos que ir tantos para una simple extracción?
- Prefiero que tengamos compañía a que nos pase como a los del último viaje.
- A ver, visto así... ¿Tu crees que nos están buscando?
- No lo sé. Los prisioneros que recuperamos dijeron que había sido una sola mujer, y que sólo buscaba a uno de ellos. Pero prefiero no confiarme.
- Viendo que destrozó a cuatro con sus propias manos, no me importa si es una o muchos, con que no los encontremos está bien.
- ¿Ves? Estamos mejor así, confía en que el número los disuada.
Y siguieron hablando, pero no conseguí pillar nada más. Esperé a que desaparecieran y entonces salí de detrás del árbol para reunirme con mis compañeros. Aunque lo primero que me encontré fue a Teufel encarándose con el pelaje erizado.
- ¿Por qué no has querido hacer nada? Ya sabes lo que dijeron, la gente que sacan no vuelve a ser vista.
- Eran demasiados y estaban preparados para una emboscada, nos hubieran dejado como un alfiletero. Además, no es como si fuéramos a dejarlo estar. Ahora tenemos que aprovechar que toda esa gente no estará vigilando al resto. Cuando nos encarguemos de eso, podemos volver a por ellos.- Me giré hacia Eywas para intentar asegurarme de que no se nos escapasen.- ¿Crees que puedes mandar al mochuelo a vigilar a esa gente para tener controlado donde andan?
- ¿Entonces qué pretendes? Como tardemos mucho seguramente no haya nadie a quien ayudar en ese carro.
- Tu confía un poco. Ahora tenemos que seguir el plan inicial de Eywas.- Miré a la bruja, la niña y la mujer nutria.- Vamos rápido hacia esas minas, revisamos rápidamente el perímetro para asegurar las salidas, y que ahí nuestra amiga con buenas dotes de persuasión intente sacarle a los guardias todo lo que pueda y mantenerlos distraídos. El resto estaremos de apoyo por si algo se complica, que además Ylwa seguramente pueda cubrirla con ese arco. ¿Suena viable?
Corlys Glokta
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Re: Deudas de sangre [Eywas] [Evento Sacrestic]
Conforme el carro se iba acercando los murmullos eran aún mayores y poco a poco se hicieron audibles. Al parecer no eran los únicos que buscaban venganza, aunque la bruja no estaba segura de si la mujer de la que hablaban pudiera ser Teufel. Lo dudó en el momento en que se percató de que a los de su especie los estaban tratando poco más que a objetos, dudaba que llamasen mujer a alguien como ella a pesar de serlo.
Lo que hizo que girase la cabeza y buscase a los interlocutores fue la conversación de los jinetes que iban detrás. Sintió sus pupilas dilatarse en cuanto ese apellido surcó el aire.
—¿Tan malo creen los jefes que fue la cosa como para que tengamos que venir tantos? Ni que fueran los Berkana, por amor a Dios.
—¿Quiénes?
—Una familia de brujos antigua a la que liquidaron hará unos… yo que sé… treinta o cuarenta o cien años, yo ni siquiera había nacido. Pero conozco a gente que se sigue vanagloriando con eso. Vete a saber si es cierto.
—¿Y qué cojones tiene eso que ver con nosotros o con esto? Ha sido una mujer, a menos que tuviese poderes yo creo que podríamos con ella sin mucho problema.
Las ultimas palabras ya se desvanecían en el camino. Eywas escuchó la conversación que estaban teniendo el vampiro y la mujer bestia, pero no estaba prestando atención. Su cabeza había volado. Recordaba a la vieja bruja, recordaba esas palabras. La perseguían desde el día en que volvió a su vida. Pensó en su momento que no era buena idea investigar nada, pero cada vez la empujaban más a ello. Igual podía encontrar algún indicio… ¿De qué? ¿Para qué? Si estaban muertos no importaba si la habían abandonado o no, seguirían muertos. Y por las palabras que acababa de escuchar…
Pestañeó un par de veces cuando se dio cuenta de que Corlys le estaba hablando e intentó recapitular lo que le había dicho. Orvar. Quería que mandase al mochuelo, aunque era ella la que quería ir detrás del carro para averiguar más. Pero había prioridades, tendría que encargarse después. Además, solo necesitaba al jinete en cuestión. Asintió y llamó al mochuelo con un silbido que parecía el del mismo pájaro hasta que el pequeño se posó de nuevo en su hombro y le dijo lo que necesitaba. [1]
En cuanto el pájaro voló de nuevo se giró para escuchar la conversación de ambos. Teufel parecía querer entrar a la acción en cuanto pudiese, le recordaba un poco a la actitud de Ylva. La niña permanecía tranquila simplemente porque Eywas la iba frenando de vez en cuando, incluso agarrándole el brazo si hacía falta, porque la conocía lo suficiente después de esas semanas como para saber que, de poder, saldría corriendo y empezaría a tirar flechas a diestro y siniestro. No tenía medida cuando la rabia la invadía. Y que Teufel estuviera en ese estado hacía que Ylva también lo estuviera. Precisamente por eso la niña dio un paso adelante cuando escuchó su nombre.
—Por supuesto que puedo cubrirla, ¿por quién me tomas? Podría acertarte en mitad de los ojos si quisiera desde más de cien metros de distancia.
La modestia brillaba por su ausencia en ella, era evidente.
—Esperemos que no sea necesario que lo demuestres. Vale… Antes de meterme en la boca del lobo, creo que debo ayudaros a buscar a todos los que vigilan el lugar. Pero sí, suena viable. Sigamos avanzando hasta tener alguna visual al menos de la mina y podremos empezar. ¿Creéis que necesitamos algún tipo de señal silenciosa? No sé… algún silbido o movimiento para localizarnos.
Dicho eso y mientras esperaba respuesta, sugirió a Teufel que siguiera el rastro para poder llegar a la parte más cercana a la mina. Conforme más se acercaban, más ruido artificial se escuchaba. La bruja conocía bien los sonidos del bosque y aquellos no lo eran. Pudo distinguir metal contra metal, no estaba segura de si rejas o espadas unas contra otras, aunque tenía más pinta de lo segundo. También se escuchaban risas y algún que otro grito. Si para el carro habían mandado tal cantidad de personas dudaba que vigilando la mina hubiera una o dos personas, eso complicaba las cosas. Y empezaba a pensar que igual no era tan buena idea lo de la posible persuasión.
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[1] Uso de habilidad: Antrozoología - Fuerte conexión con los animales. No puede controlarlos, pero sienten una simpatía especial hacia ella y rara vez la atacan a menos que haga algo extremo. El respeto es mutuo y puede beneficiarse en algunas ocasiones de esa conexión pidiéndoles favores.
Lo que hizo que girase la cabeza y buscase a los interlocutores fue la conversación de los jinetes que iban detrás. Sintió sus pupilas dilatarse en cuanto ese apellido surcó el aire.
—¿Tan malo creen los jefes que fue la cosa como para que tengamos que venir tantos? Ni que fueran los Berkana, por amor a Dios.
—¿Quiénes?
—Una familia de brujos antigua a la que liquidaron hará unos… yo que sé… treinta o cuarenta o cien años, yo ni siquiera había nacido. Pero conozco a gente que se sigue vanagloriando con eso. Vete a saber si es cierto.
—¿Y qué cojones tiene eso que ver con nosotros o con esto? Ha sido una mujer, a menos que tuviese poderes yo creo que podríamos con ella sin mucho problema.
Las ultimas palabras ya se desvanecían en el camino. Eywas escuchó la conversación que estaban teniendo el vampiro y la mujer bestia, pero no estaba prestando atención. Su cabeza había volado. Recordaba a la vieja bruja, recordaba esas palabras. La perseguían desde el día en que volvió a su vida. Pensó en su momento que no era buena idea investigar nada, pero cada vez la empujaban más a ello. Igual podía encontrar algún indicio… ¿De qué? ¿Para qué? Si estaban muertos no importaba si la habían abandonado o no, seguirían muertos. Y por las palabras que acababa de escuchar…
Pestañeó un par de veces cuando se dio cuenta de que Corlys le estaba hablando e intentó recapitular lo que le había dicho. Orvar. Quería que mandase al mochuelo, aunque era ella la que quería ir detrás del carro para averiguar más. Pero había prioridades, tendría que encargarse después. Además, solo necesitaba al jinete en cuestión. Asintió y llamó al mochuelo con un silbido que parecía el del mismo pájaro hasta que el pequeño se posó de nuevo en su hombro y le dijo lo que necesitaba. [1]
En cuanto el pájaro voló de nuevo se giró para escuchar la conversación de ambos. Teufel parecía querer entrar a la acción en cuanto pudiese, le recordaba un poco a la actitud de Ylva. La niña permanecía tranquila simplemente porque Eywas la iba frenando de vez en cuando, incluso agarrándole el brazo si hacía falta, porque la conocía lo suficiente después de esas semanas como para saber que, de poder, saldría corriendo y empezaría a tirar flechas a diestro y siniestro. No tenía medida cuando la rabia la invadía. Y que Teufel estuviera en ese estado hacía que Ylva también lo estuviera. Precisamente por eso la niña dio un paso adelante cuando escuchó su nombre.
—Por supuesto que puedo cubrirla, ¿por quién me tomas? Podría acertarte en mitad de los ojos si quisiera desde más de cien metros de distancia.
La modestia brillaba por su ausencia en ella, era evidente.
—Esperemos que no sea necesario que lo demuestres. Vale… Antes de meterme en la boca del lobo, creo que debo ayudaros a buscar a todos los que vigilan el lugar. Pero sí, suena viable. Sigamos avanzando hasta tener alguna visual al menos de la mina y podremos empezar. ¿Creéis que necesitamos algún tipo de señal silenciosa? No sé… algún silbido o movimiento para localizarnos.
Dicho eso y mientras esperaba respuesta, sugirió a Teufel que siguiera el rastro para poder llegar a la parte más cercana a la mina. Conforme más se acercaban, más ruido artificial se escuchaba. La bruja conocía bien los sonidos del bosque y aquellos no lo eran. Pudo distinguir metal contra metal, no estaba segura de si rejas o espadas unas contra otras, aunque tenía más pinta de lo segundo. También se escuchaban risas y algún que otro grito. Si para el carro habían mandado tal cantidad de personas dudaba que vigilando la mina hubiera una o dos personas, eso complicaba las cosas. Y empezaba a pensar que igual no era tan buena idea lo de la posible persuasión.
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[1] Uso de habilidad: Antrozoología - Fuerte conexión con los animales. No puede controlarlos, pero sienten una simpatía especial hacia ella y rara vez la atacan a menos que haga algo extremo. El respeto es mutuo y puede beneficiarse en algunas ocasiones de esa conexión pidiéndoles favores.
Eywas
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Re: Deudas de sangre [Eywas] [Evento Sacrestic]
Eywas mandó a su ave a vigilar al carro de prisioneros, y entre tanto tuve la oportunidad de ver la confianza en si misma que tenía la niña que la acompañaba, y aunque la bruja intentó que no hiciera ninguna locura, me había hecho gracia ver lo convencida que estaba de sus capacidades.
- Algunos vampiros somos capaces de fundirnos con las sombras, por lo que si realmente puedes hacerlo es probable que seas mejor incluso de lo que ya crees. De todas formas, espero que no lo demuestres conmigo, seguramente ya vayamos a tener suficientes candidatos mejores.- No sabía si picarla era una buena idea, pero a veces yo tampoco tomaba las mejores decisiones.- De todas formas, Eywas tiene razón. Nos vendría bien una señal para convocarnos. Un silbido puede estar bien, algo que imite a alguna cosa que viva por aquí. Tu pareces entender de todo esto, prueba una que te convenza y te imitamos.
Al ir llegando, pudimos escuchar ruidos de risas y lo que parecía una lucha. Cuando estuvimos razonablemente cerca las hice una señal de que fueran a mirar por detrás mientras me acercaba a echar un ojo hacia lo que parecía la entrada a la mina aprovechando mis capacidades para mimetizarme con las sombras.
Avancé agachado, lo más sigiloso que podía ser hasta colocarme detrás de un arbusto desde donde tenía buena visibilidad del claro. Lo más evidente era la entrada a la mina, que se adentraba en la colina, aunque a unos cuantos pasos de ella había una gran cabaña que debía servir como barracones para los esclavos. Entre ellos se podían distinguir a unos cuantos guardias. Dos estaban parados en la entrada de la mina, con el porte de alguien que se tomaba su trabajo con razonable seriedad, lo que contrastaba bastante con los dos que se apoyaban en la entrada a los barracones, con uno desparramado sobre su lanza, dando la sensación de ir a quedarse dormido y caerse en cualquier momento, y el otro jugando a encestarle palitos en la capucha al anterior. Entre ellos había una hoguera donde otro hombre estaba comiéndose un plato de aspecto tan cuestionable que conseguía que me alegrara de que mi cuerpo reaccionase violentamente a ingerir nada que no fuera sangre, junto a una pareja que parecía estar contándose algo tremendamente gracioso. Un poco más adelantados, dos jóvenes practicaban el combate, chocando sus espadas en lo que parecía un ejercicio de práctica, y que no parecía dárseles demasiado bien. No descartaba que esos los hubieran traído recientemente para reponer las pérdidas por ese ataque del que hablaban los jinetes. Dentro de la mina también parecía haber algo de iluminación, sugiriendo que alguien habría allí dentro, pero estaba complicado saber cómo de alejados estaban.
Cuando ya asumí que había revisado el terreno tan bien como iba a poder hacerlo sin tener que exponerme más, regresé sigilosamente por donde había ido, hasta el punto donde me había separado de mis compañeras. Vi que Teufel había sido más rápida que yo en revisar su zona y me reuní con ella para esperar a la bruja.
- ¿Y qué tal os ha ido por allí? ¿Algo relevante?
- Rodeando la colina desde el oeste no hay nada, solo más bosque y niebla. Parece que a ese lado ya no hay nada de importancia. ¿Y tú?
- Tenemos 9 guardias en el claro. No todos están igual de atentos, pero una aproximación directa parece una locura. Es posible que haya más en la mina, pero también podrían ser solo sus trabajadores. No podía ver nada desde donde estaba.- Me giré hacia la bruja y la niña.- ¿Y por el otro lado cómo pinta? ¿Quedan más guardias por detrás de los barracones? ¿Otra forma de entrar? ¿Se te ha ocurrido alguna forma buena para acercarnos? Sé que son unos cuantos, pero tampoco descartaría la "diplomacia" tan pronto, podría servir para dispersarlos.
- Algunos vampiros somos capaces de fundirnos con las sombras, por lo que si realmente puedes hacerlo es probable que seas mejor incluso de lo que ya crees. De todas formas, espero que no lo demuestres conmigo, seguramente ya vayamos a tener suficientes candidatos mejores.- No sabía si picarla era una buena idea, pero a veces yo tampoco tomaba las mejores decisiones.- De todas formas, Eywas tiene razón. Nos vendría bien una señal para convocarnos. Un silbido puede estar bien, algo que imite a alguna cosa que viva por aquí. Tu pareces entender de todo esto, prueba una que te convenza y te imitamos.
Al ir llegando, pudimos escuchar ruidos de risas y lo que parecía una lucha. Cuando estuvimos razonablemente cerca las hice una señal de que fueran a mirar por detrás mientras me acercaba a echar un ojo hacia lo que parecía la entrada a la mina aprovechando mis capacidades para mimetizarme con las sombras.
Avancé agachado, lo más sigiloso que podía ser hasta colocarme detrás de un arbusto desde donde tenía buena visibilidad del claro. Lo más evidente era la entrada a la mina, que se adentraba en la colina, aunque a unos cuantos pasos de ella había una gran cabaña que debía servir como barracones para los esclavos. Entre ellos se podían distinguir a unos cuantos guardias. Dos estaban parados en la entrada de la mina, con el porte de alguien que se tomaba su trabajo con razonable seriedad, lo que contrastaba bastante con los dos que se apoyaban en la entrada a los barracones, con uno desparramado sobre su lanza, dando la sensación de ir a quedarse dormido y caerse en cualquier momento, y el otro jugando a encestarle palitos en la capucha al anterior. Entre ellos había una hoguera donde otro hombre estaba comiéndose un plato de aspecto tan cuestionable que conseguía que me alegrara de que mi cuerpo reaccionase violentamente a ingerir nada que no fuera sangre, junto a una pareja que parecía estar contándose algo tremendamente gracioso. Un poco más adelantados, dos jóvenes practicaban el combate, chocando sus espadas en lo que parecía un ejercicio de práctica, y que no parecía dárseles demasiado bien. No descartaba que esos los hubieran traído recientemente para reponer las pérdidas por ese ataque del que hablaban los jinetes. Dentro de la mina también parecía haber algo de iluminación, sugiriendo que alguien habría allí dentro, pero estaba complicado saber cómo de alejados estaban.
Cuando ya asumí que había revisado el terreno tan bien como iba a poder hacerlo sin tener que exponerme más, regresé sigilosamente por donde había ido, hasta el punto donde me había separado de mis compañeras. Vi que Teufel había sido más rápida que yo en revisar su zona y me reuní con ella para esperar a la bruja.
- ¿Y qué tal os ha ido por allí? ¿Algo relevante?
- Rodeando la colina desde el oeste no hay nada, solo más bosque y niebla. Parece que a ese lado ya no hay nada de importancia. ¿Y tú?
- Tenemos 9 guardias en el claro. No todos están igual de atentos, pero una aproximación directa parece una locura. Es posible que haya más en la mina, pero también podrían ser solo sus trabajadores. No podía ver nada desde donde estaba.- Me giré hacia la bruja y la niña.- ¿Y por el otro lado cómo pinta? ¿Quedan más guardias por detrás de los barracones? ¿Otra forma de entrar? ¿Se te ha ocurrido alguna forma buena para acercarnos? Sé que son unos cuantos, pero tampoco descartaría la "diplomacia" tan pronto, podría servir para dispersarlos.
Corlys Glokta
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