A todo aquel ser de Aerandir

Hola a todos,

Me llamo Seraphine Valaryon aunque mi apellido pueda resonar con ecos del pasado, prefiero que me conozcan por quien soy hoy. He pasado gran parte de mi vida viajando, explorando tierras lejanas y observando cómo el mundo cambia ante mis ojos. Mi naturaleza curiosa me ha llevado a muchos rincones que otros jamás se atreverían a visitar, y aunque siempre hay algo nuevo que aprender, las preguntas nunca parecen tener fin.

Desde pequeña, siempre fui más observadora que habladora. Me fascinaban las historias, no solo de héroes y guerreros, sino de personas comunes, de sus luchas y triunfos, de las pequeñas victorias que componen sus vidas. Aprendí que no todos los grandes actos necesitan estar acompañados de alardes o gloria. De hecho, la verdadera fuerza la encuentro en los momentos más sencillos, en los pequeños gestos que tejen la compleja red de nuestras existencias.

No soy una persona que busca llamar la atención. Mis pasos son silenciosos, y aunque siempre hay un plan en mi mente, no siempre siento la necesidad de revelarlo. He aprendido que muchas veces la paciencia es la mejor aliada. Me han descrito como alguien cálida, pero también como alguien distante. Creo que esto se debe a que, aunque disfruto de la compañía de los demás, encuentro una paz especial en la soledad, en los momentos en los que solo escucho el susurro del viento y el crujir de las hojas bajo mis pies.

Durante mis viajes, me he cruzado con personas de todo tipo, y cada encuentro ha dejado una marca. Algunas cicatrices, otras sonrisas, pero todas han ayudado a formar la persona que soy hoy. A veces me siento como un lienzo aún incompleto, y cada nueva experiencia es un trazo más en la pintura de mi vida. No busco respuestas definitivas; de hecho, he aprendido que las preguntas son mucho más interesantes.

Llevo conmigo un arma, una cimitarra que ha visto más tierras que batallas. No es algo que muestro con orgullo ni llevo para intimidar. Para mí, es una herramienta, una compañera que ha estado a mi lado en algunos momentos difíciles. La he empuñado cuando ha sido necesario, pero no es lo que me define. Mi verdadero camino está en las palabras, en el entendimiento, en encontrar un punto común donde otros solo ven diferencias.

Estoy aquí, lista para este nuevo capítulo en mi vida. No sé qué aventuras nos esperan ni a qué desafíos nos enfrentaremos, pero estoy dispuesta a descubrirlo. Estoy ansiosa por conocer nuevas almas, aprender sus historias y compartir las mías.

Nos veremos en el camino.