Tan grande como un caballo.[Trabajo][Libre-Amaranth][Interpretativo]

-Pos no estaba yo, en dicha orilla que cagarus estaba que frio aquella noche! y el muy hideputa salio zozobrando del mimmo aguar y chufa! la barquilla me jundió el peaso pescao! - explicó el anciano.
Wallace estaba sentado entre viejos pescadores. Cerca de la orilla del Lago de Luna, se habian asentado unos pescadores que andaban haciendo una especie de concurso, para ver quien pescaba al pez-caballo. El cazarecompensas habia llegado hasta alli porque la hija del pescador, una joven de pelo mieloso, rasgos dulces y mirada inocente, le pidio que ayudara a su padre, a no matarse basicamente.

Los pescadores mas jovenes escuchaban al anciano con admiración minetras les contaba sus aventuras. Wallace jamas habria imaginado, que algo tan aburrido como la pesca tubiera lugar en las aventuras. Aunque sin darse cuenta el tmb escuchaba al anciando con bastante curiosidad. Al lado de este, su hija miraba a Wallace con disimulo. Cuando sus miradas se encontraban, ella se sonrojaba y apartaba la mirada, cohibida. Wallace no podia evitar sonreir, timidamente. Era muy hermosa y pequeña, anque ya tubiera los 19. No se habia casado ni habia tenido hijos. Wallace sabia que era mejor no intimar con la hija del cliente.
-Y he aqui companeros! que tenemus a un experto casador! Este muchachote tan fornidu me ayudara a casar por fin al hideputa del pescao-caballu! -grito el anciando mientras zarandeaba a Wallace. Este sonrio incomodo. No le gustaba ser el centro de atención.
-Bueno, basta de beber y hablar, toca arreglar las redes! -dijo un hombre alto, barbudo y fornido. Todos se levantaron a regañadientes, pero se fueron a sus quehaceres. Wallace se levanto y se quito la capucha. El pelo bailo con el viento, se habia dejado la cresta crecer y casi le llegaba a la mitad de la espalda. La mucha se acercaba timidamente a el.
-Señor Rojo yo...podria...podria ayudarle con su pelo?-dijo mirandole desde abajo, pues era mas bajita que el. Su piel estaba lijeramente rosada por la verguenza y la timidez. Wallace la miro a los ojos y le dedico una sonrisa amable. Ella sonrio aun mas, agradecida. Se volvio a sentar y cogio una de las redes. Mientras, ella trenzaba su pelo lentamente y con gran precisión. Sentir unas manos en el pelo, un calor proximo a su cuerpo, eran cosas que Wallace hacia tiempo que no sentia.

La red estaba en buen estado, aunque los trazos rotos parecian echos con una daga. Wallace los examino bien. Pescado-caballo, podria ser de todo menos un pescado...Wallace sonrio y cogio la caña de pescar. El solia pescar a pulmón y con las manos o un cuchillo, pero una caña con un hilo, le presentaba una dificultad agradable. Un reto.

-Ya esta, ahora no le molestara..-le dijo muy cerca de su oido. Wallace sintio su perfume y su calor. Demasiado tiempo vagando solo por bosques y ciudades. El la miro, sonriendole. La muchacha se sonrojo y se aparto un poco. El se toco la trenza y sonrio mas.

-Gracias muchacha...-le dijo. Dejo la caña a un lado y miro el lago. Era grande y cristalino. Quien sabia que cantidad de peces habria alli.- voy a practicar un rato...-le dijo cogiendo la caña y los anzuelos. La muchacha asintio entusiasmada. Cuando el se fue, ella lo seguia con la mirada, suspirando, loca perdida por el caminante de los bosques.

Wallace se sentó en la orilla, encima de una roca. Preparo el anzuelo, clavandole un gusano que se retorcia, tensó el sedal y lo lanzo lejos, haciando un circulo en el aire. Suspiro y cogio la caña con las dos manos.
-Y ahora, a esperar...

to be continued...

Fue una mano suave la que despertó al brujo. Wallace parpadeo, confusó y miro a su alrededor, humedeciendose los labios. La muchacha lo miraba, con una expressión divertida.
-Se ha dormido señor, aunque parece que ha pescado algo..-dijo soltando una risilla adorable. Dormido? Alli, tal cual, en una piedra? Wallace jamas se dormia y menos en esas condiciones. Aunque le habia sentado de perlas. Miro a la muchacha y luego al anzuelo. Un pescadillo colgaba inerte. Wallace no pudo evitar sonreir. Se estiro y se desperezo.
-Bueno...mi primera captura del mes, no esta mal, eh? -le dijo mirandola a los ojos. Se sentia muy agusto en aquel lugar, y mas hablando con la chica. Ella asintió con una gran sonrisa en los labios. Wallace le devolvia la sonrisa cuando escucho algo. Miro por el rabillo del ojo hacia la derecha. Se giro lentamente. Algo pasaba en el lago.- Quedate aqui...-le susurro a la chica. Esta se aparto un poco, asustada y preocupada.
Wallace miraba la superficie del agua, entrecerrando los ojos. Algo se movia, grande y oscuro. Preparo las manos, para un posible ataque, pues no tenia la espada cerca. Desde cuando iba sin la espada, despreocupado. Entonces, algo emergio del agua, empapando toda la orilla. Wallace lo vio venir y rodo a un lado quedandose de rodillas, empapado. El monstruo, era largo como una serpiente, escamoso como un pez y tenia pelo, una crin, como un caballo. Estaba mordiendo el suelo, donde habia estado Wallace. Se enderezo y miro hacia Wallace, silvando, amenazador. Tenia una circular llena de pequeños dientes. Miles de ellos.
De lejos se escuchó la campanilla de alarma del campamento, los pasos de los pescadores y los gritos de alerta. El monstruo chilló y se volvió a hundir. el lago volvió a calmarse, como si nada hubiera pasado. La chica fue corriendo y se abrazo a Wallace, asustada. Wallace miraba el agujero hecho por el mosntruo mientras estrechaba a la muchacha entre sus brazos.
-Que ha pasado! -gritó el jefe del clan. Wallace lo miro desde el hombro y asintio. El jefe trago saliba y miro a los suyos.- Preparad los arpones! Redes y arcos! Tenemos un monstruo que cazar!

Wallace se calentaba en el fuego de su tienda. El sol habia salido y los pescadores hacian su trabajo, intranquilos. Observó a la muchacha, tejiendo una red. Se miraban, cruzando miradas y sonrisas. Era muy hermosa. El anciano se acercó a el y le dio una red.
-Espero que con esto pesques a mas muchacho...jejejeje-le dijo, divertido y riendo, para acabar en tosidos pesados.- venga a trabajar! -Wallace sonrio y se quito la parte de arriba de la ropa. cuando paso por delante de la muchacha, esta lo miro, sonrojada y le saludo timidamente con la mano. Wallace le contestó guiñandole el ojo, haciendo que se sonrojara mas.
Los peces estaban rebeldes esa mañana, pero la red era algo que Wallace controlaba. No era la primera que la utilizaba para cazar a alguien...
-Vamos tirarlas ahora! no aflojeis! -gritaba el patrón. Wallace, junto a los demas, lanzó la red y cogio fuerte el cabo que la sujetaba. Sentia la vibración de los peces al caer en ella. Tiraba con fuerza, mojado y sudado, mientras observaba con satisfacción que la red estaba llena. Los dejo en el cesto de paja y caña mientras uno de los pescadores contaba.
-Jajaja vaya! 35 piezas, no estan mal! -le dijo dandole un golpe en el hombro. Wallace sonrio y volvio a lanzar la red.

El sol ya casi se ponia. La luna se asomaba, timida. Wallace estaba en aquella roca, agotado. 250 piezas en un dia. Tenia los brazos molidos, pero se sentia genial. Por una vez, el cansancio no era de matar. La muchacha se acercó a el un ona cajita de metal en las manos.
-Señor, le duelen los brazos? -Le preguntó, amable, mientras lo miraba a lo ojos. Wallace asintio.
-No te preocupes, estoy acostumbrado...-La muchacha negó con la cabeza y destapó la cajita. Dentro un ungüento extraño, olia a hierba y a ron. Cogio un poco con los dedos y empezó a masajearle los brazos. Wallace sintio frio y calor por todo el cuerpo. Ese ungüento le relajaba los musculos. La muchacha extendia la crema por los musculos, mirandole timidamente por debajo de las pestañas. Wallace sabia el efecto que estaba causando en ella, y eso le gustaba, no podia engañarse. Cuando la muchacha acabó, se lavó las manos en un pañuelo y miro al lago.
-Hoy tambien saldra?...-le pregutó, enncogiendose de miedo, mirandolo preocupada. Wallace frunció el ceño y nego, sin saber. La criatura era nocturna, eso estaba claro. Wallace se levantó y camino despació hacia la orilla. Entonces escuchó un grito de alarma. El monstruo estaba atacando el campamento.
Wallace corrió junto a la muchacha. Los pescadores le tiraban arpones y redes, pero el montruo tenia la piel dura como una piedra. Wallace cogio su espada, puesta cerca de la hoguera principal y la desenvaino, en un silvido. Aprovecho unos carros y unos sacos para darse impulso y altura y salto hacia el mosntruo. Corto en el aire, de arriba a bajo, cayo en el suelo rodando y se giro de inmediato, para comprovar los efectos. El monstruo bramaba, herido. Le habia dado en el ojo. Herido de gravedad, el monstruo huyo al lago.
Los pescadores se quedaron quietos, repirando hondo, sudando y de golpe gritaron de alegria y euforia. Wallace contemplaba el lago, mientras la gente le daba golpes de alegria y agradecimiento. Pero Wallace no sonreia.
Sabia que volveria.

-Un cebo? -preguntó el patroón. Wallace tenia un plan. Debia capturar al monstruo.- Un cebo para un animal tan grande...mmmh...una oveja?...-el anciano miro a ambos y asintio lentamente.
-Ayarsus en el prado hay ovellas de esas, alli alli, festejando con la jerba...-dijo acariciandose la larga barba. Wallace asintí y salio de la tienda sin decir nada. se acercó a su campamento provisional y cogio su espada y una red. Sintio unos pasos detras de el. Era la muchacha.
-Ire con vos, se como coger a una cabra de las que hay alli...-le dijo, segura y convencida, mirandolo a los ojos. Wallace la miro a los ojos y sonrio, divertido. Le tiro una red a los brazos y camino hacia el prado. La muchacha, sonrojada y contenta, corrio a su lado, siguiendo su ritmo.

El prado era verde y grande, con apenas un par de arboles. Los pastos de ovejas y vacas comien con tranquilidad bajo el sol, que calentaba muy suavemente la tierra. La brisa movia la heriba, haciendola bailar. Wallace miraba el prado con una sonrisa relajada. Se quito la capucha y se estiro. Estaba tan relajado que era extraño para el, siempre alerta, siempre en tensión. La muchacha salio corriendo y riendo como una niña, haciendo que las ovejas salieran corriendo...en dirección a Wallace. Este se apresuró a coger una. Eran escurridizas las condenadas.

Despues de carreras y risas, por fin tenian una. Wallace la llevaba en los hombros, mientras que la muchacha cargaba con su espada, contandole cosas de su difunta madre. Wallace la escuchaba atento, siempre sonriendo para ella. Cuando llegaron al campamento se pusieron manos a la obra. Construyeron un covertizo cerca de la costa, el lugar perfecto. Con los arpones y los ganchos, hicieron una trampa para coger al monstruo del cuello, enterrando los utensilios en la arena, con un sistema de catapulta que se activaria cuando el monstruo tocase el covertizo.

Todo estaba listo, ahora solo quedaba esperar. Mientras Wallace siguio con la pesca, pues eso le relajaba. Esta vez los peces parecian mas dispuestos a dejarse capturar. 350 piezas de pescado fresco. Wallace cargo con la red hasta la tienda donde las pocas muejeres que habian, cortaban y preparaban el pescado para venderlo y comerlo. Wallace miraba a los pescadores trabajar mientras tomaba una cerveza bien fria junto a su nueva amiga. La muchacha lo miraba con disimulo, sonrojada por como las gotas de sudor bajan por sus cincelados musculos. No podia evitar sentirse atraida por el pues los muchachos del clan eran rudos y no muy amables con ella. Y no eran tan guapos.

La noche por fin lo cubrio todo. en el campamento habia silencio. Todo el mundo estaba en sus puestos. Wallace camino lentamente con su espada en mano hacia el covertizo. Miraba fijamente el lago, viendo como la figura oscura se acercaba. Era el momento.

El monstruo salio del agua bramando y gruñendo. Se quedo mirando fijamente a Wallace y fue directo hacia la oveja que intentaba escaparse. La trampa se accionó y arpones y ganchos atraparon al mosntruo, aplastandolo contra el suelo. Wallace alzo la espada y todo el clan salió de sus escondites. A base maporros y arpones le cortaron la cabeza a la bestia, que chillaba y gruñia. Cuando la cabeza pro fin se desprendió el clan grito de alegria y victoria. Ahora si. El cuerpo se hundio en el agua, algo que extraño a Wallace, pero no queria preocupar al clan. Esa noche comerian monstruo.

Ya había pasado tiempo y la busqueda de la vampira se hacia infructuosa, recorría cada lugar de Aerandir sin conseguir resultado y eso la comenzaba a frustrar. Los bosques del oeste fueron su último destino, en aquel lugar vivió un sin fin de acontecimientos que de una u otra manera la habían marcado de por vida.

No podía quietarse de la cabeza a Wallace, aquel hombre que le dió su sangre y la salvó la vida, quisiera o no, el estaba presente siempre en su pensamiento y en su piel...que sería de él pensaba de vez en cuando, algunas veces lamentaba el hecho de haberse alejadol, sin embargo debía ser asi, pues ella tenía su objetivo muy claro y no podía dar pie atras.

El camino habia sido largo para llegar hasta el Lago de la Luna, según rumores era un buen lugar para conseguir alimento, además contaban de un mito que decia de la existencia  de un pez caballo o algo asi. Al pensar en eso no podia evitar reir, quería  saber más, comprobar hasta donde llegaba la imagación de los ilusos humanos.

Necesitaba alimentarse ya que durante el camino no habia conseguido nada que valiera la pena, solo uno que otro animal, tenía deseos de sangre humana, pero aún no debía conseguirla pues acababa de llegar y este se ve un lugar tranquilo, debia ser cautelosa para no sembrar pánico ni esparcir el rumor que una vampira asesina habia llegado al Lago, bastante tenían con su mito del pez caballo.

La noche cayó, evitando a la gente caminaba intentando pasar desapercibida, aquel lugar era demasiado tranquilo, al punto de inquietarla pues sabia que no le sería fácil alimentarse. Buscó un lugar para poder descansar y fue asi como llegó hasta un sitio que parecia un campamento, a la distancia escucho ruido de algarabia, aplausos y cantos, decidió acercarse a ver que sucedia, ahi tal vez conseguiria algo para alimentarse.

A medida que se acercaba el ruido y las voces eran mas perceptibles, habia un grupo en su mayoria compuesto de hombres, estaban reunidos al parecer celebrando algún acontecimento. Con gran seguridad se acercó al grupo que en ese momento reian y brindaban. -Buenas noches caballeros, siento interrumpir su reunión pero me encuentro perdida- usando un tono de falsa inocencia.

Los analizaba uno a uno, a ver cual seria su próxima víctima, aunque a decir verdad no estaba muy dispuesta a seducir a ninguno de esos hombres ni menos a pasar la noche con alguno, pues su apariencia y como olian ya le provocaba rechazo.

Algo le sucedia ya no era la misma de antes, no deseaba intimar con ningun hombre, Wallace fue el ultimo hombre con quien ella estuvo y desde ese encuentro ya habia pasado mucho tiempo.

Era noche de celebracion. La serpiente habia sido derrotada. Los pescadores bailaban bebian y cantaban alrededor de la hoguera, donde la cabeza del monstruo era asada. El patron entonaba el canto del pescador audaz. Los muchachos intentaban probar su hombria siguiendolo.

Wallace estaba relajado. Aunque se manetia al margen, subido a un arbol, contemplaba la fiesta con una suabe sonrisa. Algo le recorria la mente. Habia sido demasiado facil. Solto el humo por su boca y cerro los ojos. El olor de la leña le trajo dulces recuerdos de la mujer que lo visitaba en sus sueños. Amaranth estaba alli, en su mente y su piel.

Escucho un murmuro. Alguien se habia acercado al campamento. Wallace no le prenstó mucha aten ion y siguio fumando de su larga pipa. Se rascaba la barba, la cual habia crecido un poco. Las marcas de los dientes de Amaranth empezaron a quemarle un poco. Se las acaricio lentamente. Que demonios pasaba.

-oh...claro, sientese seniora! estamos de celebracion pues la maldita serpentina yace muerta! y todo gracias al curtido brujo! -dijo el patron, a la extranya. Wallace agudizo el oido de brujo para oir su voz. Y el tiempo se paro. Abrio mucho los ojos y calo la pipa muy lentamente. No no podia ser ella. Su soledad le jugaba una mala pasada, otra vez.

No se sentía para nada a gusto entre esos hombres pues la miraban con lascivia, y era entendible, ya que la vampira era muy atractiva y sensual, aquellos hombres estaban acostumbrados a tratar con mujeres humildes y trabajadoras, donde ni  la sensualidad ni el refinamiento eran asunto importante. Ante una mujer como ella era imposible resistirse.

Se sentó con desgano fingiendo una leve sonrisa para disimular sus afilados colmillos, escuchaba algo aburrida al anciano pero la palabra "brujo" le sacudió la cabeza -Brujo?- preguntó la vampira un tanto interesada. Los brujos no eran personas del agrado de Amaranth pues siempre habian tenido grandes diferencias raciales, no estaba con humor para encontrarse con alguno. -Brujos entrometidos- murmuró por lo bajo.

En medio de la conversación sintió un aroma que le era muy familiar, el humo de la pipa de Wallace llegaba hacia donde estaba ella. Inspiró profundamente para asegurarse, claramente le recordaba a el , -Imposible- dijo para si, moviendo la cabeza de un lado a otro a modo de negación.

Desde el fondo del campamento cerca de un arbol  se dibujó la silueta de un hombre aproximandose hacia la reunión, ella miraba con curiosidad, a la distancia se distinguia a alguien alto y fornido, sus formas le recordaban inevitablemente a él, aquella persona a la cuál le había confiado su mayor secreto, al hombre que la hizo sentir tantas cosas en una sola caricia, -Wallace....-  se estremeció mientras lo recordaba.

Wallace, que estaba encapuchado, se mantenia entre la multitud de pescadores. La miraba fijamente. Sus ojos verdes la devoraban ardientemente. Le dedico una sonrisa enigmatica y desaparecio entre la oscuridad, invitandola a seguirle.

Su corazon latia muy rapido. Ella. Era ella. Real, en carne y hueso. Se apoyo detras de un arbol y se subio para observarla como a un depredador. No se lo podia creer. Casi un año sin verla, tan solo en sueños.

Recordo el momento cuando el se desperto y no la vio a su lado, entre las pieles y el oro. El dolor que sintio en ese momento volvio. Que le diria? Ahora el era un brujo. Se acaricio las marcas de colmillos. Jamas la habia olvidado.
En sus noches solitarias el recuerdo de su cuero le habia quitado el sueño, obligandole a satisfacer esa necesidad tan primitiva. Wallace no sabia si actuar indiferente o simplemnte quedarse delante de ella y esperar a los acontecimientos.

Acaricio su medallon de cazarecompensas, un halcon. Como reaccionaria ella ante su nueva identidad? Los vampiros no eran simpatizantes de los brujos. Lo atacaria?lo...odiaria?
El abandono no era que el estubiera dispuesto a aceptar otra vez. Necesitaba respuestas.

Espero a que ella viniera, sentado en las fuertes ramas, mentalizandose.

Era Wallace, estaba ahi cerca muy cerca de ella, se acercó un poco para que ella lo distinguiera, como era posible... volvía a ver aquellos ojos verdes, los cuales la miraron  tantas veces con deseo y pasión. No había cambiado nada, estaba exactamente igual que hace un año atras. Le hizo una seña invitandola a seguirlo.

- Con el permiso de los caballeros, necesito tomar un poco de aire- se dispensó gentilmente  y se levantó de manera elegante disponiendose a ir al encuentro con él. Lo buscaba pero no lo encontraba, avanzó un poco mas y arriba de un árbol de grandes ramas se encontraba fumando pipa como era costumbre. Apenas la vió venir bajó de un salto quedando frente a ella.

Lo tenia tan cerca nuevamente...podía sentir su olor tan particular, tan varoníl envolverla por completo, lo miraba sin perder detalle, como reconociéndolo, no era capaz de decir nada pues una mezcla de sentimientos se apoderaron de ella.

Temía su reacción pues ella lo abandonó en medio de la noche hace ya un año...seguramente le pediría explicaciones, sin embargo no podía dárselas, eso sería dejar en evidencia una gran verdad, que ha estado ocultando por muchisimo tiempo.

Se armó de valor y rompío el incomodo silencio que los volvia a rodear, tal como fue la primera vez que se vieron. - Cómo estas Wallace?, veo que nos volvemos a encontrar, nuestros caminos se vuelven a reunir- dijo algo nerviosa y conteniendo las ganas de estrecharlo en un abrazo.

Permanecia alejada de el manteniendo cierta distancia, ya que la proximidad la haria perder el control y de seguro lo besaria y abrazaria como si no hubiera mañana.
No queria volver a dañarlo menos abandonarlo otra vez, aun cargaba con el peso de haberlo dejado solo sin darle una explicación pero por su bien, no debía saber los motivos, aunque presentia que tarde o temprano debia decirselo.

La jaló del brazo con mucha fuerza y la pegó a su cuerpo de manera posesiva como si deseara que ella jamas se fuera otra vez, podia notar la necesidad de el de decirle tantas pero no fueron necesarias las palabras, en ese abrazo le dijo cuanto la extrañaba y cuanto la necesitaba. Le correspondió el abrazo acariciandole suavemente la espalda como sabia que a el le gustaba.

-Te extrañe Wallace- le dijo casi surrandole y mirandolo a los ojos, de pronto volvió a sentir esos labios calidos en su frio cuello haciendola estremecer, cerró los ojos y se entregó a los recuerdos,  sonrió al sentir que sus manos le acariciaban el trasero.

Arrugó la nariz y abrió los ojos a modo de alerta, -Alguien anda merodeando por aqui y no con buenas intenciones, lo puedo sentir...nos mira.- Wallace al escuchar sus palabras se mantuvo atento, pero pareció ignorarla, mientras seguia besandole el cuello.
Serpiente!!, se escuchó en el campamento, sus sentidos no la habian traicionado,  todos huian despavoridos sin saber que hacer producto del pánico al ver a la enorme serpiente acercarse al campamento llena de furia dispuesta a matarlos a todos. La serpiente avanzaba rapidamente dando gruñidos, estaba muy cerca de Wallace y la vampira, el la apartó violentamente.

En ese instante sucedió algo que no esperaba, Wallace junto las manos con fuerza, en una palmada. De entre ellas brotó una llama que salio disparada, creando un arco de fuego que dio de pleno a la serpiente. La serpiente salió muy malherida de regreso al agua.

Amarath aún no daba credito a lo que acababa de presenciar acaso sería un .....brujo?, negaba con la cabeza intentando poner sus ideas en orden, no era posible, un brujo, esa raza tan odiada por ella.
Sus miradas se encontraron -Parece que nuestro reencuentro debe esperar, mujer...- ella asintió con la cabeza, -Tienes muchas cosas que contarme ya habrá tiempo, solo espero que no seas uno de ellos...- lo miró con desconfianza.

Fruncio el ceño al escuchar sus palabras y sobretodo por el tono. Acaso ser un brujo cambiaba las cosas? No tubo tiempo de decirle nada pues el patron se acerco a ellos corriendo, jadeando.
- Mi...mi hija...no esta senyor Brujo, desaparecio justo en el ataque del monstruo....aaih mi pobre niña...mi niña...-se lamentaba el hombre. Wallace nego y medito. Dos serpientes. Tenia que haber un nido. Un nido era peligroso. Miro a Amaranth y la cogio del hombro para apartarla un momento de todos. Los pescadores, mientras, arreglaban y recogian lo que podian. Habia causado grabes destrozos.

- Mira...tengo una deuda con esta gente...yo...-la miro a los ojos.- Si Amaranth...soy un brujo...y antes de que digas algo quiero que sepas que llevo siendolo siempre. Pero apenas hace unos meses que lo sabia...-hizo una pausa, con animos cansados, rascandose la barba y acariciandose las marcas de ella.-...no era nadie Amaranth...solo un asesino y ahora...ahora por fin se quien soy...-se acerco a ella cogiendola de las manos.- he esperado largas noches para poder decirte estas palabras...Brujo o humano, era, soy y sere tuyo...hagas lo que hagas yo...yo lo respetare...- se aparto de ella para dejarle espacio.- pero recuerda que yo odiaba, odio a los vampiros...pero tu...a ti te he necesitado como al aire...-dicho esto se dispuso a coger su equipo. Tenia un montruo que matar.

Se quito la camisola delante de ella, rebelando nuevas y peligrosas cicatrices. Suspiro, pesado. Queria saber que pensaba ella. Se puso la armadura de cuero y el medallon del halcon y lo beso. Debia liberar a ese clan de la maldita serpiente. Pero Amaranth le corria por la cabeza.

Se giro y ka miro. Que haria ella despues de aquellas palabras?

-Si Amaranth, soy un brujo- aquellas palabras fueron como un bofetón, bruscamente se aparto de su lado,  la expresión de su rostro cambio totalmente ante tamaña confesión, no podía ser, era imposible que fuera uno de ellos. Bajó mirada y guardó silencio.

Wallace le tomó las manos -Brujo o humano, era, soy y sere tuyo...hagas lo que hagas yo...yo lo respetare...- se aparto de ella para dejarle espacio.- pero recuerda que yo odiaba, odio a los vampiros...pero tu...a ti te he necesitado como al aire...

Las palabras de Wallace estaban llenas de sentimiento, por primera vez el brujo hablaba desde su corazón algo dificil para un hombre tan rudo como el. Esa confesión le caló muy produndo en el corazón, no sabia como actuar, que decir, ya que en esas palabras el le habia entregado su alma para siempre, ella jamás se lo esperó, pero estaba sucediendo.

Se quitó la camisola delante de ella, rebelando nuevas y peligrosas cicatrices. Suspiro, pesado. Queria saber que pensaba ella. Se puso la armadura de cuero y el medallon del halcon y lo besó, se alejaba cuando ella le gritó - Espera Wallace por favor-, se detuvo y ella fue hasta donde permanecia quieto y serio esperandola.

-Sé que llevas prisa, la deuda con estos hombres es mucho mas importante, pero hay algo que debo decirte, en realidad son dos cosas y ambas con importantes por favor escuchame- le sujetó el brazo firmemente como si quisiera retenerlo. -Esa chica...la hija del pescador...algo tiene que ver con todo esto,  estoy segura. Cuando estabamos solos  ella nos miraba, sentí que nos acechaba...y da la casualidad que justo despareció en el momento que la serpiente atacó el campamento, ten cuidado, hazme caso- lo miró preocupada.

Tenía miedo de decirle, lo que que había ocultado desde hace mucho tiempo, temia revelarle la razón por la cual lo abandonó...seria este el momento?, tal vez no, la situación era muy tensa, pero si se callaba sabía que no volvieria a tener el valor de decirle la verdad.

Lo miró a los ojos tiernamente como nunca habia mirado a ningun hombre -Wallace, te diré la razón por la que te abandone aquella noche en la guarida...- bajo la mirada y respiró hondo, -Esa noche descubri que te amaba con todo mi corazón, fuiste el primer y unico hombre en quien he confiado...tenía miedo, pues no puedo ni debo amar a nadie, los vampiros somos seres libres, y yo sobre todo....nunca pensé necesitar o extrañar a alguien, como lo he hecho contigo- se detuvo alzando la mirada clavandola en los ojos de Wallace -Te amo, no quiero perderte, aún no se que sucederá esto es muy dificil para mi, admitir todo esto me es complicado, no lo puedo evitar...

Lo besó tiernamente -Por ahora no digas nada , sólo deseaba que lo supieras, tienes un trabajo que terminar y yo te ayudare-.

La mente de Wallace se apago de golpe. Se quedo mirando a la mujer mientras sus palabras resonaban en su cabeza. Abrio la boca, la cerro. Miro al patron, quien habia presenciado la escena. Este le hizo una señal de animo. Wallace la miro a los ojos sin saber como responder. Hacia tanto tiempo que no escuchaba esas palabras. La ultim avez fue hace años, cuando apenas era un muchacho, las escucho en un lecho de muerte, sin entender el significado de dichas palabras. Wallace, por primera vez en años, sintio miedo. Miedo a que no fuera real. Miedo a que se fuera otra vez. Si, debia admitir que el abandono por parte de la vampira le corto hondo. Tan hondo que estubo tiempo sin trabajar por el hecho de que todo le recordaba a ella.
Se sientio traicionado. Pero que mas daba ahora, le habia dicho que lo amaba, que su sufriemiento no habia sido en vano. Que ella tambien habia pensado en el. No era el unico que no habia podido dormir por las noches.

-Amaranth...yo...que...no se como...osea si...pero es que yo...-decia palabras sin sentido rascandose la barba. Suspiro y aclaro su mente. La miro a los ojos y sonrio. Esa so risa que solo ella sabia querer. Se acerco a ella y la cogio del cuello, acariciandole la mandibula. Juntado su frente con la de ella. Sabia lo que debia decir. Eran palabras simples. Palabras que habia guardado hasta ahora. A pesar de qu eno era un buen oeta o trobador, sabia que le debia aquellas palabras por la valentia que aquella mujer habia tenido.

-Cazamos al monstruo, rescatamos a la hija...y lugo vamos a mi tienda...-le dijo cerrando los ojos. Y las palabras magicas salieron.- Te amo...-le susurro, en un gruñido timido y sonrojado, solo para ella. Se separo, rascandose nervioso el cuello, ocultando su verguenza y cogio la espada.- vamos mujer,  esa serpiente no andara lejos...

En efecto. La cueva subterrania estab cerca del campamento. Apenas un agujero. Wallace analizo el lugar. Esqueletos y peces muertos. Puede que la serpiente fuera la causa de que la pesca no fuera abundante, y mas en esa epoca del año. El patrón tenia razon, era una maldicion larga y escamosa. Miro a la mujer, su mujer.

- Parece que nos vamos a mojar...como los viejos tiempos...eh...-le dijo quitandose la ropa, quedandose en calzones. Esperaba que el agua no estubiera muy fria. Y que la serpiente no se lo esperara.

No podía concentrarse en lo que venia, las palabras de Wallace se repetián una y otra vez en su cabeza, le correspondia...eso no lo esperaba, tenían mucho que conversar, mucho que decirse aún.
Lo importante ahora era hayar el escondite de la serpiente, rastros de peces muertos y sangre hacian notar que serpiente ya habia estado por allí, el panorama no resultaba muy alentador, sabian a lo que se iban a enfrentar. Por un momento temió por la vida de Wallace y la de ella, pues nunca le tocó atacar a una serpiente de esas proporciones, aunque la consolaba el hecho de haber matado a tantos hombre a sangre fria y haber disfrutado, eso tal vez le daria la misma satisfaccion...un reto mas para Amaranth.

El se quitaba la ropa para adentrase en las aguas, la vampira lo devoraba con la mirada, pudo darse cuenta que tenía la espalda con nuevas cicatrices, al parecer tuvo muchos enfrentamientos y sangrientas peleas, lentamente se metió en el agua. La vampira hizo lo mismo pero sin quitarse la ropa, con cautela permanecian atentos y en guardia.

Amaranth volvió a sentir una presencia extraña y amenazante, -La muchacha- le susurro a Wallace, mostrando sus colmillos con la intención de atacar -está aqui otra vez-, miró hacia el campamento, en efecto estaba la joven intentando esconderse de manera torpe tras un árbol.

Amaranth salió del agua en busca de la muchacha, esta se vió soprendida y comenzó a correr, la vampira tras ella intentando darle alcance, mientras algo comenzaba a emerger desde el agua, se escuchó un ruido ensordecedor como un gruñido, el agua vibraba agitandose con fuerza...era la serpiente que comenzaba a emerger velozmente decidida a atarcar a Wallace.

Tenía la certeza que la muchacha era la conexión con la serpiente, era hábil corriendo la vampira casi no la podia alcanzar, pero tropezo torpemente con un leño, asi pudo atraparla con un movimiento felino saltó sobre ella daga al cuello, inmovilizarla le era muy facil, pues  era mucho mas pequeña y menuda, pero no debía dejarse engañar por su contextura y por eso no bajó la guardia.

Wallace escucho a Amaranth atentamente. Vio como salia corriendo por uno de los pasillos. No ppodia dejarla sola pero algo lo cogio por los pies y lo estiro hacia abajo. Puso contener la respiración rapidamente. La serpiente lo arrastraba por los tuneles rapidamente. Se cubria la cabeza con los brazos pues la muy hideputa lo empujaba hacia rocas salientes. Por suerte, traia consigo una daga de pescador que no dudo en clavar en la cola. La serpiente lo solto y el nado a la superficie. Al salir, jadeando, nadó hasta la orilla mas proxima. Cuando subió se encontro un monton de esqueletos y huesos. Wallace escupio agua y examino el lugar. Era una cueva pequeña, agobiante y siniestra. Camino con cuidado buscando un arma. encontro una lanza. No estaba muy oxidada. Escucho un silvido y se escondio rapidamente detras de una columna de piedra. La serpiente lo buscaba. De pronto, escucho unos gemidos. Wallace busco con la mirada y se encontro con la hija, la verdadera. Le hizo una señal para que se callara. Estaba maniatada, amordazada. Wallace la solto y esta se agarro a el. Era mucho mas pequeña y joven, no llegaria a los 13 años. Ando con cuidado por la cueva, fuera del alzance de la serpiente.

-Ve por aquel tunel...y esperame alli...si encuentras a una mujer preciosa y vampira, es una amiga..te cuidara bien...-Le susurro, acariciando su pelo. La chica asintio y cogio un palo del suelo. era valiente, como su padre.

Cuando la niña estubo lejos, Wallace salió de su escondrijo.- Vamos serpiente...aqui me tienes....-susurro mientras se preparaba.  Escucho unos pasos y agudizo sus sentidos. De las sombras aparecio Amaranth, sonriente. Al principio Wallace sonrio tambien pero algo le dio muy mala espina. Apunto con la lanza a la mujer, quien se sorprendio y se cruzo de brazos.-...estas bien...mujer?...

Ella asintio y se acerco lentamente.-...por que no...dejas esa lanza...la niña esta a salvo y creo que la serpiente ha huido...-le dijo acariciando la punta de acero muy despacio, mriandolo. Wallace respiro lentamente. Esa no era Amaranth.

Amaranth, vió de reojo la pelea que Wallace tenía con la serpiente, pero debía ocuparse de la muchacha, que se resistia tratando de liberarse, la vampira permanecia sosteniendo con fuerza la daga afilada en el cuello, -Un movimiento mas y te corto el cuello- le dijo ya cabreada.

Volvío a mirar al lago, todo habia vuelto a calma, las aguas se aquietaron. Wallace ya no estaba, tampoco la serpiente, algo estaba sucediendo, sin embargo no era en el lago. Jaló del brazo a la mujer para levantarla del piso sin dejar de amenzarla con la daga , mostrandole los colmillos. -Dime todo lo que sabes- le jaloneo el brazo nuevamente.


]Una sonrisa malvada se dibujo en el rostro de la muchacha , esto la hizo hervir de odio. La supuesta joven débil en apariencia era un doppleganger, el cual tenía la capacidad de transformarse en lo quiera en cualquier momento.

Aún no sabia que era realida un doppleganger, solo deseaba tomar su sangre y matarla, pensaba que de esa forma pondría fin a la maldición, pero estaba equivocada. Eso no terminaria con la desgracia. 
Cuando se aprestaba a clavarle los colmillos, algo comenzó a suceder...el doppleganger volvía a su forma original, fue como que se si desprendiera de un disfraz, aquella criatura tenia una apariencia intimidante, algo parecida a un gusano serpiente gigante, se arrastraba por el suelo ciega, solo se guiaba por el olor y el calor, se movia hacia ella buscandola, la criatura pese a ser ciega se movia con habilidad siguiendo el olor de Amaranth.

Trataba de escabullirse por los rincones para que lo percibiera, debia decir que hacer, tenia que actuar, pero la daga no seria suficiente, necesitaba algo mas letal, una espada tal vez, redes. 
Corria sin parar buscando algun escondite, estaba extenuada sin embargo no podia detenerse, pues el dopplenganger le daria alcance. Ya casi no podia respirar se detuvo unos segundos para recuperar el aliento. De entre los restos del campamento encontró una red de pesca, y una espada algo gastada aunque en esos momentos le seria de gran ayuda.

Cogíó la espada y la red espando que la criatura la encontrara. Cuando la tuvo frente a frente le arrojó la red enredandola en ella, luego empuño la espada con fuerza y con un giro de espada le cortó la cabeza en un solo movimiento. Hace años no manejaba una espada, la ultima que usó fue la su padre, a modo de practica, nada muy significativo en ese entonces.

Suspiró aliviada viendo como el lugar se llenaba de sangre, -Wallace- exclamó. Salió en su busqueda, cuando de entre los arboles apareció una pequeña asustada y temblorosa con un palo en la mano a modo de defensa,  la niña retrocedió cuando vió a la vampira con portando la espada -Tranquila no te hare nada pequeña- dijo con voz suave intentando calmarla le hizo una seña para que se acerque.


-De donde vienes- le preguntó. -Un hombre alto me salvó, de la serpiente ...y me dijo que si veia a...a... una vampira ella cuidaria d..de mi- dijo la niña insegura y tartamudeando, -Yo soy esa mujer pequeña,  te cuidaré pero ahora llevame donde esta Wallace-. 

Cuando la vampira y la niña llegaron donde estaba el, la escena no pintaba muy bien. Wallace estaba apoyado, de pie en una columna, con la lanza atravesandole el estomago. Tosia y escupia sangre. Al verlas, les sonrio como pudo. El cuerpo del otro doppenganger estaba en el suelo, aun con la forma de Amaranth. Nada mas darse cuenta de aquella no era ella, Wallace no habia dudado en enfrentarse a ella. La dopperganger habia sido un contrincario duro y agil, pero fino cuello se habia roto facilmente en manos de Wallace,

La serpiente estaba alli. Mirandolo, viendo como la vida de escapaba de sus dedos. Parecia que quisiera verlo perecer. Wallace miraba a la serpiente, desafiante. A pesar de que el doppleganger ya no ejercia controlsobre el monstruo, este era muy territorial, y lo mataria por invadir su nido. Wallace les izo una señal para que no se movieran. Veia el la preocupacion en los ojos de su vampira. La herida del vientre se estaba poniendo peor. Se levanto y se apoyo mejor en la columna de piedra. Cogio la lanza con una mano y con la otra apreto la herida, calentandola, quemando carne y piel, rugiendo de dolor. Saco la lanza muy poco a poco, mirando a la serpiente con odio. Esta, expectante, lo esperaba. Queria matarlo pero no asi, queria que se resistiera. Que luchara.

La lanza cayo al suelo, manchandolo todo de sangre. Wallace rugio, muy fuerte, cual bestia y sus manos se encendieron lo suficiente como para cauterizar la herida. Seria suficiente para aguantar, pero requeria de cuidados. Wallace escupio en el suelo y camino hacia un cadaver que portaba un hacha. La cogio y la examino. Estaba en buen estado, serviria. Miro a la serpiente y camino hacia ella, en circulo. La serpiente siseaba, esperando el momento perfecto. Wallace se puso en posicion de defensa. Sabia que Amaranth podria leer su mente a veces asi que dejo la mente en blanco para que ella pudiera entrar. Sin su ayuda no podria matar a la serpiente.

Cuando ataque, no dudes. Conmigo.

La serpiente ataco, directa, como una flecha. Wallace giro sobre su eje y la serpientese estampo contra el suelo, clavando los colmillos en el. Wallace aprovecho la fuerza del giro y asstó un hachazo justo en el cuello de la serpiente. Aunque no pudo cortarle el cuello le hirio bien. El hacha de rompio, los fragmentos salieron voalndo, uno dandole en la nariz a Wallace, justo en el puente. Amaranth saltó sobre la serpiente y le clavo la espada justo donde Wallace le habia quemado anterior mente, retorciendo la espada. El monstruo gemia y rugia. De un movimiento de cuerpo los aparto a los, lanzandolos lejos y se libero siseando. Estaba muuuy furiosa.

Wallace comprobo que Amaranth estaba bien. Era mas agil que el asi que pudo saltar y aterrizar bien, no como él, que cayo de culo dandose en la espalda. Gruño y se levanto apretandose el vientre. Le dolia como mil diablos. Entonces se fijo que encima de la cabeza de la malherida serpiente habia una estalactita pefectamente afilada por la erosión del viento y el agua. Wallace fruncio el ceño y asintio. Amaranth sabia lo que su hombre planeaba y se preparo para recibir mas ataques de la serpiente.

Necesitaba concentrarse. Recordo los dias con la bruja, las palabras y entrenamientos. Se puso en posición y miro a la serpiente mientras su mente se concentraba en la piedra. Alzo las manos y concentro toda su energia. Seria la primera vez que utilizaria la telequinesis despues de su temporada con la bruja.
La serpiente siseaba, enfrentandose a la agil Amaranth, quien cortaba por donde podia, dejando a la serpiente llena de cortes. Escucho el temblor de la tierra se quedo quita mirando a Wallace.

Este no estaba solo moviendo la roca para clavarsela, estaba provocando que la cueva se fuera al infierno. Sabia que estaban en pleigro. Miro a Amaranth, a los ojos. La amaba tanto que no sabia decir en aquel momento.

-Amaranth! -le grito mientras hacia sucumbir la roca mas y mas.-...te amo mujer...-le dijo mientras la serpiente intentaba cubrise de las rocas que caian.- vamos iros! IROS! -les rugió. La cueva se estaba derrumbando por momentos. Amaranth gritó su nombre pero una gran roca se interpuso entre los dos. Wallace sonrio y siguio tirando de aquella roca. La serpiete gemia de miedo y dolor.-...tu y yo hideputa...vas a ir al infierno...-rugio y con todas sus enegias hizo caer la roca, clavandola en la cabeza de la serpiente.

Wallace se apoyo en la columna, mientras la cueva se caia a trozos. Sonreia al ver como la serpiente se retorcia y moria. Deseo que las dos mujeres hubieran salido. Miro el estanque donde la serpiente habia estado todo aquel tiempo y entrecerro los ojos. Aun habia una posibilidad.




Fuera, en el lago, los pescadores miraban como del agua salian peces pordoquier. El lago parecia temblar y gemir. Algo pasaba en las profundidades. El patrón se apresuro a dar ordenes. Aprovecharian esa oportunidad de los dioses. A lo lejos, vio dos figuras que se acercaban nadando.- HIJA MIA!

La guió hasta al lugar donde habia estado con Wallace por ultima vez,  a una cueva de rocas, Amaranth se acerco con la niña de la mano y  a lo que vió sus ojos no podian dar credito, sintió como si su propia daga la clavara directo en el corazón Wallace estaba apoyado, de pie en una columna, con la lanza atravesandole el estomago. En un instante su corazón se paralizó al verlo. Un cúmulo de información le llegaba de golpe, restos de sangre, un cuerpo en el piso sin vida similar al de ella por no decir igual, todo ahi era desoncertante.

Sosteniendo a la niña de la mano entró a la cueva, sin hacer mucho ruído, pero aun estaba ahi la serpiente. Wallace les hizo una seña para que no se movieran, apartó a la niña -Quedate ahi y no hagas ruido- le susurro a la pequeña, la cual se escondió entre unas rocas.

La serpiente siseaba, esperando el momento perfecto. El se puso en posición de defensa. Sabia que la vampira podria leer su mente a veces, era así ella podía leer la mente de algunas personas, aunque siempre lo pudo hacer solo con los de su raza, si embargo el brujo era la excepción. Entró en su mente, sufriiento, dolor, ira, sacrificio y amor habian ahi, -Cuando ataque, no dudes. Conmigo- el mensaje era claro debia esperar atenta.

La serpiente fue directo al brujo, decida a darle el golpe final, este le hirío el cuello con un hacha, pero aun seguia con vida, aprovechó la circunstancia para saltarle encima clavandole y retorciendole la espada donde ya estaba herida. La serpiente estaba llena de ira dispuesta a matarlos a ambos.

El brujo se dio cuenta que la serpiente tenia un trozo de estalacita en la cabeza, otra vez ella  leía su mente, sabia que debía distraer a la serpiente actuando como carnada. Con valor se acercó a ella provocandola para que la atara y asi dar tiempo para contraatacar. Siseaba cada vez mas intenso, atacando sin piedad a la vampira, esta se defendia a punta de espadazos para evitar que la hiriera y se movia agilmente despistandola.

Usando la telequinesis el brujo hizo temblar todo el lugar, ella se quedó quieta sin saber que hacer porque aún le impresionaba verlo usar poderes, primero fue el fuego ahora la telequinesis, la cueva esta a punto de derrumbarse, era momento de salir - ...te amo mujer...- le gritó mientras la cueva se desmoranaba -Wallace!!- grito la vampira pero una roca los separó abruptamente. Buscó a la niña entre las rocas y la alzó, lloraba desconsoladamente asustada, producto del temblor de la tierra.

En un segundo todo fue oscuridad, todo comenzaba a inundarse , esa era la señal que finalmente el escondite de la serpiente habia sido destruido, el agua comenzaba a cubrir todo - Todo estará bien tranquilizate, en poco tiempo estaras con tu padre- le dijo la vampira consolando a al niña y apretandola contra su pecho.

El efecto de la destruccion de la cueva las hizo subir a la superficie, nadó hasta las afueras del lago con llevando consigo a la niña.  Fuera, en el lago, los pescadores miraban como del agua salian peces pordoquier.

-Hija mia!!- exclamó el patrón con los ojos llenos de lagrimas, corrió hasta la pequeña alzandola en sus brazos. -Gracias siñora por salvar a mi hijita-, -No he sido yo quien la salvó fue Rojo...-. Los pescadores comenzaron a alistar sus redes para pescar, era momemento de aprovechar la cantidad de peces que emergia desde el lago.

Estaba cansada, dolorida, pero eso era lo menos importante, debía encontrar a quien una vez mas casi da la vida por ella. No quitaba de su mente la imagen de él herido, casi al punto de morir...aquella sonrisa que esbozó al verla, sus palabras...

Devastada cayó de rodillas frente al lago, una lagrima se deslizó por su mejilla, al parecer el destino los volvía a separar y esta vez era para siempre.

Todo era agua. Agua y sangre. Alzaba la mano intentando encontrar algo para sujetarse. Un rostro, unos labios. Wallace, Wallace despierta...eh...yo no te enseñe a morir...La voz parece furiosa y lejana.
Bjorn....Bjorn no quiero morir...
Chico...lucha
Bjonr...BJORN!

El agua inunda sus pulmones. Un ultimo pensamiento paso por su mente.

Amaranth.



-PATRON! LO TENEMOS! - grito uno de los muchachos. El anciando se acerco a la vampira mientras todos los demas corrian hacia el lago, y acaricio su cabeza.-...mujer..parece que los dioses te sonrien...-le dijo riendo. Los muchachos habian pescado algo gordo.



El olor la hierbas medicinales lo despertó. Wallace abrio la boca y palpo con la mano. Estaba en una cama suabe y mullida. Intento abrir los ojos pero le dolia todo. Respiro lentamente y se acostumbro a la incomodidad. Era de noche, y se oian las voces en la hoguerra y los utensilios de pesca. Wallace se acaricio el vientre. Vendado y tranquilo. Estaba vivo. Habia conseguido sobrevivir. Jadeo y abrio los ojos como pudo. Estaba en una cabaña de madera.

-...ohrg...mi cabeza...-susurro, ronco por el dolor. Un torbellino de pensamientos y recuerdos lo abrumaron. Amaranth. Se levantó como puedo y salio de la cabaña, arrastrando los pies. Odiaba verse asi, debil y medio muerto.- Amaranth...-gimio de dolor saliendo, apoyandose en barriles y cajas. La buscaba desesperadamente, jadeando.- Amaranth...- Alguien lo cogio por atras, llevandolo de nuevo a la cabaña. Queria resistirse y correr hacia ella, pero sus fuerzas le fallaban.

-Descansa chico...ella esta bien...esta bien...-susurro la voz. La oscuridad se lo llevo de nuevo.

Se despertó sudando y jadeando. Tubo una pesadilla. Abrio los ojos y vio que seguia solo. Se tapo el rostro con la mano. Ella se habia vuelto a ir. Se levantó y se quedo alli sentado, lamentandose. Volvia a ser de noche, los pescadores arreglaban la mercancia. Almenos ellos estaban contentos. La muerte de la serpiente habia liberado a todos los peces de la zona. Volvian a ser libres en cierto modo. El patron entro en la cabaña, sonriendole, con una baso de agua.
-Menos mal...empezabamos a creer que no despertarias de nuevo..ella esta bien muchacho..un poco afectada..-le dijo encendiendo una vela. La luz molesto un poco a Wallace pero no dijo nada.- Mis muchachos te sacaron con una red, casi la rompes jajaja...-le dijo rascandose la barba.-...alli tienes para afeitarte si quieres, has estado dias aqui..y gracias, Rojo...gracias..-Wallace asintió y le sonrio levemente. Necesitaba estar solo.
No...la necesitaba a ella.
El patron suspiro y se levanto.-..b-bueno..te dejo..mi hija ha ido a buscarla...chico no la dejes escapar eh..-le dijo antes de irse.

Se toco la frente, tenia fiebre. La necesitaba como al aire, donde demonios se habia ido...



En el bosque, la pequeña niña corrio hacia ella. La miro, sorprendida. La mujer parecia muy triste e inpotente.
-Padre dice que te diga que el hombre esta despierto..ayer gemia su nombre señorita...-le dijo dulce mientras le daba una florecilla.-...el te necesita..-le dijo sonriente. Dicho eso se fue corriendo, dejando a la vampira sola para que decidiera que hacer.

Todo era una pesadilla, las imagenes venían a su memoria, el con una lanza clavada en el estomago, sangre, la pelea con la serpiente...muerte. Por un instante pensó que jamas lo volvera a ver, lloró frente al lago por largo rato sin moverse de ahi, pues aun albergaba la esperanza que Wallace apareciera con vida.

-...Mujer..parece que los dioses te sonrien...- dijo el anciano mientras le acariciaba la cabeza de manera cariñosa. A lo lejos divisó a un unos pescadores con una gran red, cargandola con dificultad. -Patrón lo tenemos- se escuchó a uno de los pescadores. Amaranth levantó la cabeza  aquellas palabras la reanimaron y le devolvieron la esperanza que estuviera vivo.

Al llegar los hombres a la orilla traían a Wallace desmayado, a penas respiraba, se quejaba del dolor, balbuceaba cosas incomprensibles. Intentó acercarse pero el anciano la retuvo -Hay que curarle esa herida y dejarlo descansar, sera mejor que espere aqui señorita-, no tuvo mas opción que esperar, cerca de la cabaña.

No podía con la angustia, necesitaba verlo, acariciarlo y sobre todo decirle que lo amaba, la espera se hacia interminable entonces decidió salir a caminar al bosque, quizas ahi encontraria paz perdíendose en ese inmenso bosque lleno de arboles añosos. Se sentó en medio de ese gran espacio a poner su mente en blanco aunque fuera un segundo, pero por mas que lo intentara no podia, -Wallace.. - susurraba.

Sintió que alguien se acercaba, escuchaba el ruido de pequeños pasos aproximandose cada vez mas, ya estaba cansada no deseaba otra muerte mas, no tenia animos ni siquiera de epuñar la daga, fuera lo que fuera, no se defenderia. -Padre dice que te diga que el hombre esta despierto..ayer gemia su nombre señorita...el te necesita..- Le puso una flor sobre el cabello.

La niña la acompañó hasta la cabaña donde estaba recuparandose Wallace -Aqui es señorita- le dijo sonriendole a la vampira y le abrió la puerta de manera amable invitandole a entrar. Sin hacer ruido entró de saludando al anciano con un moviento de cabeza, el la invitó a acercarse al lecho. La niña y el anciano se retiraron dejandoles a solas.

Lo abrazó por largos minutos intando no hacerle daño en la herida que permanecía vendada, lo besó con ternura acariciandole el rostro -Pensé que te habia perdido...sufrí al pensar en no volver a verte, prometo que me quedare a tu lado, te amo- lo volvío a besar.

En ese moemnto, Wallace descansaba. su fiebre habia subido y el patrón, junto al anciano, estaban preocupados. Fue cuando ella entró.
Tubo ganas de levantarse y abrazarla. Pero la fiebre no le dejaba. Sintio sus manos y sus besos. Solo podia sonreir.

-Eh...estoy bien...solo un poco magullado...-le dijo sonriendo. Ella estaba preocupada. Le dijo que lo amaba. Eso le lleno de nuevo.-....yo tambien...- sus palabras lo hacian vivir.
Vivir una vida con el no seria facil. Peligros y sangre, azechaban cada dia. Que vida seria esta, no podrian estar tranquilos. Le acarició el rostro y la beso.- ahora no nso preocupemos de nada vale?...como en la cueva, te acuerdas? tu y yo...pero esta vez, si uno se va, el otro tmb, juntos...-le susurro besando su frente. Asi lo hicieron.

Los dias en el campamento eran ajetreados. La pesca era abundante, tanto, que el clan pescador creo un mercado. La aventura de las Serpientes se contaba de boca en boca. Wallace observaba a la gente comprar y pescar. Apoyado en la ventana de la caseta sonreia. Mantenia las cortinas puestas , pues el sol dañaria a la mujer desnuda y dormida que habia en su cama. Miro a Amaranth. Descansando, exausta. Cuando el brujo se fue recuperando no dudaron en amarse de nuevo. Habia tanto que contarse. Las palabras sobraban en esas ultimas noches. Wallace suspiró y se tumbo de nuevo. Gimio un poco de dolor, pues aun le dolia el vientre. Le acarició el costado, embobado por su belleza. Debia dejarla descansar. Y ella debia alimentarse. Se levantó, se vistio y cogio las redes. Debia ayudar. Se acercó a la mesita, donde reposaba una copa y se corto un poco la mano. No la dejaria sin un poco de su sangre. Salió vendandose la mano. El sol era debil esa mañana. Caminó hacia la orilla, saludando a casi todo el mundo. Era el heroe del clan. El asesino de Sierpes y su fiel compañera. Wallace sonrio ante tanta amabilidad.

Los peces estaban rebeldes. Al ser libres de nuevo luchaban por su vida, pero la red era mas poderosa. Casi 400 cabezas en una sola tarde. Wallace respiraba, cansado, la pesca era recomfortante. Aunque el dolor en el vientre no ayudaba. La noche ya habia caido y su mujer estaria apunto de salir. con una botella de vino, la esperaba, sentado en la roca. La noche era preciosa.

Todo parecía un sueño, los dias que vivía con el eran maravillosos, nada les pertubaba. Lo  amaba demasiado, por fortuna el ya casí estaba repuesto con ganas de ayudar a la gente del pueblo, por eso cada mañana al alba se levantaba recogia las redes y se iba a pescar junto con los hombres del pueblo.

Una leve caricia la estremeció pero estaba tan cansada luego de la noche de pasíon que habian vuelto a tener que el sueño pudo mas y no respondió, sólo volvío a acomodarse en el lecho para seguir descansando. Ya casi caía la noche, la luz en las cortinas ya dejaba de incomodarla indicando el que ya era el momento de levantarse. Lo primero en su mente era el...

Se vistío con calma, acomodandose la capucha, la daga como siempre entre la ropa. En un momento la miró con nostalgia pues habia sido la compañera de tantas aventuras vividas, esa daga tenia el recuerdo de la sangre de muchos hombres asesinados en manos de ella, pero jámas sentía remordimiento alguno.

Antes de salir sin querer tropezó con la mesa del costado del lecho, la copa que estaba ahí temblo derramando un poco del contenido, por su color y su aspecto era sangre sin dudas, la alzó oliendola delicadamente....era la sangre de Wallace, la bebíó saboreandola, disfrutando. Se limpió los labios con pañuelo de seda mientras dejaba la copa nuevamente sobre la mesa.

Ya era el moemento de dejar la cabaña, ya comenzaba a extrañarlo, deseaba sus besos y sus caricias, comenzaba a necesitarlo...se habia enamorado.
Una sensación de bienestar se apoderaba de ella, salío de la la cabaña cerrando suavemente la puerta, dirigiendose al lago. El caminar bajo la luna redonda e inmensa era uno de sus placeres que la deleitaba, caminaba sin prisa contemplando la hermosa noche, la brisa tibia le acariciaba el rostro, que mas podia pedir...

Al llegar al lado vió la amplia espalda de Wallace con una botella de vino. Se acercó lentamente y le cubrío los ojos besando su cuello -Aqui estoy, me esperabas...?-

Wallace estaba sumergido en sus pensamientos. En todo lo hecho y ocurrido. Penso en la bruja, su maestra, y en como sus enseñanzas un tanto peculiares habian hehco de el un brujo capaz. Se preguntaba donde debia ir ahora, si coger otro contrato o simplemente viajar junto a su compañera, luchar juntos. Las manos de ella cubrieron sus ojos y el dulce aroma de su piel lo abrumo. Al sentir sus labios se estremecio.

-Pensé que dormirias una semana entera...creo que lo hice muy fuerte..-le dijo bromeando, acercandola a el. Desde que estaba con ella tenia un sentido del humor diferente. Y sonreia mas. Le acarició el trasero suabemente y la miro a los ojos. Aunque el cuerpo le dolia un poco, entumecimiento, mas que nada, la estrecho contra el. No se podia creer lo que habia pasado. Estupidas sierpes...Pero debia preguntarle, queria saber que queria ella.-...y ahora?...a mi me quedan dos dias con esta gente...las capturas son buenas...pero luego...que hacemos? -le dijo, con ganas de aventuras, con ella, por todo aerandir. Aaah si lo viera Bjron, le diria que se ha vuelto loco. Miro los cazos llenos de pescado. Le hacia sentirse bien. El trabajo duro siempre era un buen incentivo.

Pensó en volver al este, a Dundarak, encontrar a su maestro y presentarle a la vampira. El seguro que tendria cosas que hacer. En su ultima carta le comentaba que el aire ha cambiado. Que algo esta apunto de pasar y que nadie escapara de la tormenta. Wallace pensaba que eran demencias de un brujo loco, pero Bjorn Vesemir era un hombre sabio y habia vivido mucho. Wallace se veria envuelto en todo aquello, lo presentia, al fin y al cabo, la guerra siempre los pilla a todos. Aunque el problema que tenia el era el bando. Con quien lucharia? Contra quien?

No queria pensar mas eso. Estaba con la mujer que amaba, al fin, y queria centrarse en eso. La miro de nuevo en los ojos. Era tan preciosa. Le acaricio los labios intentando saber que se le pasaba hpor la cabeza a aquella maravillosa criatura.

Jamas lo sabria. Pero daba igual. Estaban juntos.


En la lejania del lago, subiendo por el rio, una embarcación, humilde y pequeña se asomaba por la linea del horizinte. En su asta, una bandera. Negra. La pareja ignoraba el peligro que corrian.

Todo habia vuelto a la calma, los pescadores estaban felices y agradecidos de "Rojo" como cariñosamente lo llamaban. Se sentía orgullosa de él, era su compañero de aventuras, su amor...todo.

La noches era preciosa, se veia claramente la luna reflejada en el rio, ambos bebían vino  mientras lanzaban piedrecillas al río a modo de juego, se divertian y reían. -Iremos donde tu desees Señor caza serpientes, aunque estaría bien si vamos a Sacrestic Ville, tengo una asunto pendiente ahi-.
A lo lejos se divisaba una embarcación acercandose rapidamente, tenía aspecto humilde pero lo que sobresalia a medida que se acercaba era la bandera negra que ondeaba con la brisa.

Amaranth interrumpió el juego -Mira allá- le advirtió, señalando el horizonte por donde se acercaba la embarcacion. -Seguro que nos darán serán problemas- dijo la vampira frunciendo el ceño.

En el fondo la situacion le preocupaba porque Wallace aún no estaba del todo bien, aún se encontraba débil luego de la pelea con las sierpes, y dudaba que estubiera en condicones de enfrentar otra amenaza.

La embarcación busco sitió para atracar tardando un tiempo considerable,   bajo la atenta mirada de la pareja. Al parecer los tripulantes tenian intensiones de salir pues todo estaba en calma silencio, pero sabian que no debían de fiarse de la situacíon.

La vampira se acercó le susurro -Voy a avisar a los pescadores para que estén atentos, no tardo, no hagas nada sin mi- se alejó corriendo, en busca del anciano y los pescadores para ponerlos a sobreaviso de la situación.

Por suerte vió luz en la cabaña donde vivía el anciano y recobrando el aliento tocó la puerta de manera insitente, a la 3 vez abre la puerta -Perdón que venga a estas horas a su casa pero vengo a advertirle que ha atracado una embarcación con una bandera negra y con Rojo creemos que no vienen precisamente a saludar- tomó aire - Por favor avise a los demás, yo debo ir con Rojo por si hay problemas-.

Wallace vio como ella iba corriendo. Cuando se aseguro de que estaba a salvo se acerco a la hoguera principal y observó a los nuevos huespedes. Bajaron 5, armados, mirandolo todo. De reojo vio como los pescadores salian de sus cabañas y tiendas, mirando a los extraños. Wallace sintio la presencia de Amaranth cerca de el, junto con el patrón y el anciano.
De entre los hombres, salio un individuo alto y fuerte, con un parche en el ojo. Sonreia, con los dientes de oro reluciendo. Sus hombres le dejaron paso. Se puso bien el cinto con las dagas colgando y miro a los pescadores, sin dejar de sonreir.

-Queridos pescadores! Me llamo Arn!  Y mis inofensivos subditos y yo estamos un poco sedientos y cansados...hambrientos...-susurro lo ultimo mirando a las mujeres y a Amaranth, con asqueroso y repulsivo deseo. Wallace apretó la madibula y se interrpuso entre su mujer y la mirada de Arn. Este solto una risilla y se rasco la cabeza, sin pelo y tatuada.-..parece que tu, grandullón eres el lider...jeh...serias tan amable de decirle a tu gente que baje redes y arpones?..no...haremos nada...-le dijo extendiendo los brazos. Sus subditos rieron, socarrones. Oh claro que no...solo eran piratas...inofensivos...pensó Wallace.

Con su espada en mano, miro a Arn a los ojos. No le gustaba nada. Era malvado, y tenia pinta de tener mucha sangre en sus manos. Aunque Wallace tambien tenia muchisima sangre de inocentes a espaldas. Suspiró y miro a su mujer de reojo. No debian poner en peligro al clan pesquero. El patrón se adelantó y le sonrio a Wallace.

-Sois bienvenidos..bebed y comed..podeis dejar vuestro barco aqui, mañana pescaremos un poco mas alejados...-les dijo con extrema amabilidad.

La noche pasaba muuy lentamente. Wallace observaba a los intrusos desde la cabaña, con su mujer en el lecho, desnusa. Le daba muy mala espina. Los miraba como un depredador vigilando a la presa Se rasco la barba, crecida por el tiempo, y suspiro. Quizas si eran simples marino, pero la vela negra no le gustaba. sabia lo que le hacian a la gente, los piratas.