Re: Y que no amanezca hoy {Privado, Interpretativo}

Brendarid Mar Feb 10 2015, 22:20

Observó como Leo y el sacerdote se sentaban junto a ellos. No le dirigió la mirada a ninguno, prefirió mantener su rostro sereno mirando al frente en señal de aprobación. Probablemente en mucho tiempo, quien sabe si para siempre, Leo y Brendarid no volverán a cruzar palabra, pero ese acto le había llegado para comprobar que en el fondo Leo tiene buen corazón. Era todo lo que necesitaba.

Cuando todos alzaron sus vasos para brindar, él prefirió no hacerlo. Le gustaba la cerveza, aunque no hacía mucho que descubrió que ese era su nombre real, y no "zumo de la felicidad"; pero no le agradaba los efectos que generaba. Odiaba a todas esas personas embriagadas con cerveza que actuaban sin ningún control sobre su cuerpo.

Miró hacia el exterior del ventanuco, pronto tendría que realizarse el consejo. No sabía si él tendría un papel en aquello que se fuera hablar. Sin duda, eso le ponía nervioso, aunque cada vez aceptaba más el hecho de formar parte de esa aldea, todavía no estaba preparado para un confrontamiento con el resto de los licántropos de allí. Únicamente le quedaba esperar que Aren no estuviese ya servido en una mesa como aperitivo. No sabía si confiar en que el brujo mantuviese la boca cerrada.

**Nana** Jue Mar 05 2015, 16:36

Nana miró a Bren, que no bebía, ni brindaba, seguramente no entendía siquiera qué significaba aquello de brindar, ya habría tiempo de enseñarle todo un mundo que le había sido ocultado durante tanto tiempo. Ya era hora de preparar el gran salón para el consejo, y buscar a la mascota de Bren, es decir, al brujo, Ahren. Nana miró a sus compañeros uno a uno, pensando en cómo se tomarían aquello, no demasiado mal, esperaba.

-Es hora marchar, en breve se convocará el consejo. -Advirtió Nana dejando su jarra sobre la mesa y levantándose de la silla. -Así que cuando todos nuestros artesanos acaben su jornada, haré sonar el cuerno. -El cuerno era, un cuerno, ni más ni menos, que se hacía sonar en ocasiones especiales o en el consejo para convocar a todos los ciudadanos de Ulmer, hombres y mujeres mayores de edad con derecho a voto. Aquellos foráneos que llevaran menos de tres meses en la aldea, no tenían derecho a votar, pero sí a opinar, a los tres meses eran inscritos en el censo de la ciudad y considerados ciudadanos.

Alec y Leo asintieron con la cabeza, realmente no podían ni imaginar qué era lo que estaban tramando en el consejo, pero confiaban en Nana, y sabían que ellos deberían enterarse en igualdad de condiciones que el resto del poblado.

-Vamos, Bren. -Nana hizo un ademán con la cabeza para que la acompañara hasta el gran salón. Después de aquella mañana deberían comer y descansar porque la noche sería igual o más intensa.

FIN DEL ROL