En un día de relajo también se puede entrenar [Entrenamiento][Ëarwen+Eltrant Tale+Alanna Delteria+Demian] [CERRADO]

No se había percatado de las pocas pertenencias que se había llevado consigo hasta el momento  en el cual tuvo que ordenarlas, un par de libros, su espada, el cuchillo que esperaba pacientemente en su bota y unas pocas provisiones.

Cargándose al hombro la bolsa de viaje, repasó la habitación una vez con la mirada. No era mal sitio donde hospedarse, si alguna vez volvía por aquellos lares, volverá a pasar la noche allí.

Esperaba no encontrarse ningún problema de camino a la ciudad, aunque nunca se sabía, antes de abandonar la habitación desenvaino la espada y la observó a contraluz, repasando el cobrizo filo de la misma en busca de algún tipo de grieta o imperfección.  Dejando de lado que seguía estando roma, la espada parecía estar en tan buenas condiciones como siempre, es decir, parecía que el próximo impacto la partiría en dos.

Miró por la pequeña ventana de su habitación y suspiró. Para llevar solamente un par de días con ellos se había encariñado bastante, era extraño, no solía pasarle eso. Una vez se hubo asegurado de que llevaba todo consigo bajó a la primera planta, donde ya no había ninguno de sus compañeros, solo el enjuto dueño de la posada. –“¿Ya os vais?” – Preguntó con una sonrisa mientras recogía los platos que habían quedado encima de la mesa. –“Sí…”- Contestó el mercenario –“Gracias por su hospitalidad” – El hombre dejó escapar una ligera carcajada mientras transportaba los platos –“Es a lo que me dedico muchacho, tened cuidado ahí afuera” – dijo antes de perderse en el interior de la cocina.

Sonriendo ante las palabras del hombre salió del local y cuando estuvo fuera inspiró profundamente dejando que el fresco aire llenase sus pulmones, el entrenamiento había sido una buena forma de empezar el día y aunque no quería, se encontraba listo para partir.

Alanna ya estaba fuera esperando, encima de un frondoso árbol que crecía frente al local, cuando Eltrant se acercó a la muchacha está ya estaba bajando y se percató de que Demian se encontraba encaramado a la robusta planta–“¿Qué tal las vistas por ahí arriba?” – Preguntó sonriendo al brujo. –“Subiría yo también, pero tengo muy poca confianza en mí sentido del equilibrio” – Bromeó

Aprovechó ese fugaz momento de tranquilidad antes de emprender apoyándose contra el árbol en el que se había subido Demian y Alanna, contemplando la posada en la que se habían hospedado. Esperó pacientemente a que llegase Eärwen, que era la única que aún no había aparecido, ya que probablemente tendría que arreglar también a Lluvia para su viaje.

Una vez todos estuvieron reunidos y Alanna hubo acabado de despedirse Eltrant se acercó por última vez a sus compañeros –“Cuidado en el norte ¿Vale?” – Dijo sonriéndoles. –“Hace bastante frio por ahí arriba” – Dijo riéndose un poco, no estaba seguro de que hacer en aquel momento, ya se había despedido antes así que, lejos de querer alargar aquello innecesariamente y ponerse más emocional de lo que a él le gustaba se despidió de ambos por última vez y junto a la guarda, emprendió el viaje hacia el sur.

Y tal como se habían reunido, se tuvieron que separar, no le gustó, pero era lo que debía hacer. Aerandir no era tan grande como todos creían, volvería a encontrarse con ellos.

–“¿Recuerdas cuando mi padre nos encontró jugando con su espada?” – Preguntó a Alanna.

Debo confesar que debí seguir el desarrollo del tema mientras se escribía, pero no podía seguirles el paso y cuando fui a corregir y vi que eran 4 páginas casi me da un infarto… sin embargo debo confesar que tras varias tazas de te descubrí que el paso del tiempo desapareció tras la lectura de un rol dinámico, pintoresco y con trazos de humor.
Tuvieron vetas muy ingeniosas los cuatro y la forma en la que lo abrieron y cerraron fue original. Una trama interesante con un desarrollo divertido. No sacaré fácilmente de mi cabeza la imagen mental de un Demian con piel de pollo –amoretonable- bajo una Alanna salvaje en medio de un rol que de a ratos parecía una película del lejano Oeste.
Por demás está decir que lo disfruté mucho.

Consejo para Alanna: Fuiste concisa, quizás por demás. Hubieron situaciones que podrían haber sido un poco mejor explicadas y que le hubieran dado un poco más de cuerpo a tu producción.