A paso de tortuga [Trabajo][Elwen-Alanna]
Página 1 de 1. • Comparte
A paso de tortuga [Trabajo][Elwen-Alanna]
El instructor estaba de baja, parecía que últimamente todo el mundo se ponía malo, le habían clavado una espada en la pierna, una daga en la mano y una flecha en el hombro, llevaba ya varias semanas de baja, y todos los instructores que habían pasado por allí a penas habían aguantado más de un par de días, el último había podido estar una hora, y había salido huyendo despavorido. Al final, habían pedido a alguien de la guardia, pero con la fama que habían acabado por tomar los alumnos, nadie había querido y, al final, le había tocado a la que no se había enterado de nada.
Suspiró, llevaba allí desde las 6 de la mañana, preparando las cosas, sacando los monigotes, las espadas de madera, los protectores, en el fondo se sentía afortunada, al instructor real solo le quedaba un día de baja, a la mañana siguiente volvería y ella podría tomarse sus bien merecidos días de descanso.
No sabía cuanto duraba cada clase, la habían mandado allí sin que ella entendiera nada, pero... bueno, lo dejaría a su propia elección. Miró a su alrededor, no era la primera vez que estaba allí, pero seguía sorprendiéndose. El campo de entrenamiento de Lunargenta se encontraba en pleno centro de la ciudad, pero constaba de una pequeña zona boscosa y otra de tierra, unas altas murallas cubrían el lugar para que los transeuntes no pudieran entrar en la zona de entrenamiento y acabar heridos. Era un pequeño remanso de paz en el centro de la ciudad, un oasis en medio del desierto.
La chica se sentía algo cansada, para una vez que lograba dormir toda la noche, le tocaba madrugar, parecía que el destino estaba en contra de que descansara, si no supiera que en menos de una hora comenzarían a llegar los de prácticas, se tumbaría a dormir bajo un árbol, el sol comenzaba a salir con fuerza, pero había una ligera brisa fresca que evitaba el calor. al menos, de momento, pues la chica sabía que en cuanto empezara a moverse, se acabaría el fresco.
Escuchó ruido, y charlas animadas, empezaban a llegar alumnos. Cuando pasaron frente a ella se la quedaron mirando un instante, lógico, un nuevo maestro, como si no hubieran pasado ya por bastantes. Alanna les sonrió con amabilidad y los chicos, de unos quince año, le devolvieron el saludo y se alejaron hacia los vestuarios con una ligera risilla, tal vez había dado una buena impresión.
No tardó en llenarse el campo, unos 15 alumnos, chicos en su mayoría, que esperaban una lección de combate cuerpo a cuerpo. Los puso por parejas, intentando facilitarles las cosas con contrincantes de su mismo tamaño, y ella tomó a quien se quedaba desparejado, un chico grande, enorme, muy fuerte, pero nada veloz:
- Bien, vamos a aprender a usar las carencias del contrincante en nuestro favor, decid, que diferencias hay entre vuestro compañero y yo.- las manos empezaron a alzarse, algunos bromearon, otros hablanron de forma seria, y, finalmente, Alanna asintió- exacto, el tamaño, su altura es mucho mayor que la mía, y su espalda.- dijo situándose espalda con espalda con el chico-, es mucho más grande, está claro que él me supera en fuerza, teóricamente, y yo debo ser más rápida que él, ¿verdad?- vio asentir a los alumnos-, ¿Cuántos de vosotros diría que él tiene más posibilidades de ganar?-vio alzar varias manos, la gran mayoría se centraba en la fuerza, estaba claro- muchas veces, las apariencias engañan. Observad- ordenó.
El joven alto se giró y se puso en guardia mientras Alanna tomaba el primer movimiento, rodeó al chico, corriendo, no demasiado rápido, pues quería que los que observaban se fijasen en sus pasos y, cuando estuvo frente a él nuevamente, pasó bajo sus largas piernas y se situó detrás colgándose de la espalda del chico doblándole un brazo y consiguiendo que, de su enorme altura, quedase arrodillado. El chico había intentando defenderse, pero su grandaria y su escasa posibilidad de movimientos lo habían impedido, en cambio, si en lugar de ella hubiera sido uno de sus compañeros, el golpe lo habría aguantado sin problemas.
- ¿Lo veis?, siempre hay alguien que es bueno en algo, si ves que no puedes igualarlo en ese campo, se el mejor en otro, céntrate en tus virtudes, e intenta equilibrar tus defectos, ese es el secreto para poder vencer en una batalla. Empezad a practicar, sin armas hoy.- dijo retirándose para poder mirar como lo hacían, más valía prevenir que curar, y no quería acabar como los otros monitores.
¿Después que le tocaba?
***********************************
Off: subrayado el inicio del día.
Suspiró, llevaba allí desde las 6 de la mañana, preparando las cosas, sacando los monigotes, las espadas de madera, los protectores, en el fondo se sentía afortunada, al instructor real solo le quedaba un día de baja, a la mañana siguiente volvería y ella podría tomarse sus bien merecidos días de descanso.
No sabía cuanto duraba cada clase, la habían mandado allí sin que ella entendiera nada, pero... bueno, lo dejaría a su propia elección. Miró a su alrededor, no era la primera vez que estaba allí, pero seguía sorprendiéndose. El campo de entrenamiento de Lunargenta se encontraba en pleno centro de la ciudad, pero constaba de una pequeña zona boscosa y otra de tierra, unas altas murallas cubrían el lugar para que los transeuntes no pudieran entrar en la zona de entrenamiento y acabar heridos. Era un pequeño remanso de paz en el centro de la ciudad, un oasis en medio del desierto.
La chica se sentía algo cansada, para una vez que lograba dormir toda la noche, le tocaba madrugar, parecía que el destino estaba en contra de que descansara, si no supiera que en menos de una hora comenzarían a llegar los de prácticas, se tumbaría a dormir bajo un árbol, el sol comenzaba a salir con fuerza, pero había una ligera brisa fresca que evitaba el calor. al menos, de momento, pues la chica sabía que en cuanto empezara a moverse, se acabaría el fresco.
Escuchó ruido, y charlas animadas, empezaban a llegar alumnos. Cuando pasaron frente a ella se la quedaron mirando un instante, lógico, un nuevo maestro, como si no hubieran pasado ya por bastantes. Alanna les sonrió con amabilidad y los chicos, de unos quince año, le devolvieron el saludo y se alejaron hacia los vestuarios con una ligera risilla, tal vez había dado una buena impresión.
No tardó en llenarse el campo, unos 15 alumnos, chicos en su mayoría, que esperaban una lección de combate cuerpo a cuerpo. Los puso por parejas, intentando facilitarles las cosas con contrincantes de su mismo tamaño, y ella tomó a quien se quedaba desparejado, un chico grande, enorme, muy fuerte, pero nada veloz:
- Bien, vamos a aprender a usar las carencias del contrincante en nuestro favor, decid, que diferencias hay entre vuestro compañero y yo.- las manos empezaron a alzarse, algunos bromearon, otros hablanron de forma seria, y, finalmente, Alanna asintió- exacto, el tamaño, su altura es mucho mayor que la mía, y su espalda.- dijo situándose espalda con espalda con el chico-, es mucho más grande, está claro que él me supera en fuerza, teóricamente, y yo debo ser más rápida que él, ¿verdad?- vio asentir a los alumnos-, ¿Cuántos de vosotros diría que él tiene más posibilidades de ganar?-vio alzar varias manos, la gran mayoría se centraba en la fuerza, estaba claro- muchas veces, las apariencias engañan. Observad- ordenó.
El joven alto se giró y se puso en guardia mientras Alanna tomaba el primer movimiento, rodeó al chico, corriendo, no demasiado rápido, pues quería que los que observaban se fijasen en sus pasos y, cuando estuvo frente a él nuevamente, pasó bajo sus largas piernas y se situó detrás colgándose de la espalda del chico doblándole un brazo y consiguiendo que, de su enorme altura, quedase arrodillado. El chico había intentando defenderse, pero su grandaria y su escasa posibilidad de movimientos lo habían impedido, en cambio, si en lugar de ella hubiera sido uno de sus compañeros, el golpe lo habría aguantado sin problemas.
- ¿Lo veis?, siempre hay alguien que es bueno en algo, si ves que no puedes igualarlo en ese campo, se el mejor en otro, céntrate en tus virtudes, e intenta equilibrar tus defectos, ese es el secreto para poder vencer en una batalla. Empezad a practicar, sin armas hoy.- dijo retirándose para poder mirar como lo hacían, más valía prevenir que curar, y no quería acabar como los otros monitores.
¿Después que le tocaba?
***********************************
Off: subrayado el inicio del día.
Última edición por Alanna Delteria el Miér Oct 21 2015, 17:08, editado 1 vez
Alanna Delteria
Aerandiano de honor
Aerandiano de honor
Cantidad de envíos : : 1129
Nivel de PJ : : 6
Re: A paso de tortuga [Trabajo][Elwen-Alanna]
Hacía unos pocos días que Elwen llegó a Lunargenta para reencontrarse con Alanna, su gran amiga. Por el momento no la había encontrado, pero ella no se había rendido, sabía que tarde o temprano Alanna tendría que aparecer por la ciudad. Mientras esperaba no perdió el tiempo, se había dedicado a hacer turismo por la ciudad para explorar cada uno de sus rincones aunque, como no tenía dinero, salía todas las noches para dormir en los bosques de los alrededores.
Aquella mañana había entrado en la ciudad temprano, quería explorar el centro de la ciudad, así que, llevando siempre su arco y carcaj a la espalda se encaminó hacía allí. Había bastante gente por las calles, pero aquello ya no era algo que le llamase la atención, en una ciudad como aquella lo raro sería encontrar una calle del centro vacía.
No tardó en ver una zona amurallada en pleno centro y se preguntó que sería aquello. Decidió averiguarlo, así que rodeó la muralla hasta encontrar la entrada a ese recinto. Allí vio un cartel informando de que se trataba de una zona de entrenamiento e instrucción.
- Sería interesante echar un vistazo- pensó.
Cuando se adentró en aquella zona, le llamó pronto la atención el aspecto del lugar. Los edificios dejan paso a los árboles y las calles de piedra a la tierra, era como se hubiesen trasladado una pequeña zona de bosque en medio de la ciudad. Enseguida empezó a escuchar ruido y se acercó para ver de qué se trataba, pronto vio a un grupo de chicos de unos quince años más o menos prestando atención a su instructora que…
- ¿Alanna? – murmuró para sí Elwen.
No había duda, aquella era Alanna. A quién había estado buscando desde que salió de las montañas del norte. Se alegró mucho de volver a verla y se acercó hasta quedar visible pero no se atrevió a interrumpir sus lecciones. Lo mejor sería esperar a que ella se diese cuenta de su presencia, y decidiese cuál era el mejor momento de parar su clase.
Aquella mañana había entrado en la ciudad temprano, quería explorar el centro de la ciudad, así que, llevando siempre su arco y carcaj a la espalda se encaminó hacía allí. Había bastante gente por las calles, pero aquello ya no era algo que le llamase la atención, en una ciudad como aquella lo raro sería encontrar una calle del centro vacía.
No tardó en ver una zona amurallada en pleno centro y se preguntó que sería aquello. Decidió averiguarlo, así que rodeó la muralla hasta encontrar la entrada a ese recinto. Allí vio un cartel informando de que se trataba de una zona de entrenamiento e instrucción.
- Sería interesante echar un vistazo- pensó.
Cuando se adentró en aquella zona, le llamó pronto la atención el aspecto del lugar. Los edificios dejan paso a los árboles y las calles de piedra a la tierra, era como se hubiesen trasladado una pequeña zona de bosque en medio de la ciudad. Enseguida empezó a escuchar ruido y se acercó para ver de qué se trataba, pronto vio a un grupo de chicos de unos quince años más o menos prestando atención a su instructora que…
- ¿Alanna? – murmuró para sí Elwen.
No había duda, aquella era Alanna. A quién había estado buscando desde que salió de las montañas del norte. Se alegró mucho de volver a verla y se acercó hasta quedar visible pero no se atrevió a interrumpir sus lecciones. Lo mejor sería esperar a que ella se diese cuenta de su presencia, y decidiese cuál era el mejor momento de parar su clase.
Elwen
Aprendiz
Aprendiz
Cantidad de envíos : : 44
Re: A paso de tortuga [Trabajo][Elwen-Alanna]
La clase seguía a ritmo lento, podía verse que eran buenos, ágiles, fuertes, veloces y sobretodo, atentos, fijaban su mirada en el oponente y no la apartaban, se fijaban en todos y cada uno de los movimientos, lo estudiaban y atacaban, algunos, más impetuosos, se lanzaban a lo loco, otros, no lograban aguantar la presión, y en cuanto su rival hacía un movimiento, caían al suelo.
La guarda aguantaba la risa a duras penas, algunos eran demasiado gracioso, noto, sin embargo, que las chicas del grupo parecían más centradas, suspiró con calma ante eso, ella misma había experimentado algo similar en sus entrenamientos, debía hacerse valer, los chicos podían ser más fuertes, pero era imposible que as vencieran en cuanto a velocidad, siendo más pequeñas, eran tan difíciles de coger que su mejor baza era, sin duda, el ser pequeñas, aguantarían menos los golpes, pero también recibirían menos.
Sin embargo, había una chica en particular, que había hecho caso omiso de sus consejos, y atacaba de forma directa, aguantando los golpes sin quejas, ya llevaba un ojo morado, y, al menos, una costilla fracturada. No podía dejar que la chica siguiera recibiendo golpes.... Se acercó a ella y a su pareja, pasando por el centro de los demás combatientes, esquivando más de un golpe, esos críos estaban tan sumamente concentrados que no se detenían ni aunque alguien pasar por en medio. Llegó a ellos y los detuvo parando un nuevo puñetazo que la chica se había preparado para recibir.
Alanna se torció un poco la mano, pero poco le importó, al menos detuvo la pelea. Hizo acercarse al chico con quien ella había hecho la demostración, que se encontraba esperando en una esquina y lo emparejo con el otro mientras se llevaba a la chica, que protestaba, exigiendo que la dejara acabar la pelea. Salió del campo de prácticas y la hizo sentarse en una banqueta.
- Veamos qué te has hecho.- musitó con paciencia mientras la joven seguía protestando, no parecía que tuviera nada grave, pero había muchos moretones, y no todos recientes- ¿por qué no intentas esquivar te harás menos daño y pareces pequeña.- preguntó sentándose al lado de la chica y pasándole un vaso de agua.
- Lo se, pero yo quiero ser del frente, ser una heroína, la mejor, que se me conozca como la mujer más fuerte, la más....- la chica comenzó a divagar, perdiendo la atención de Alanna, que se encontraba molesta, ¿acaso esa niña pensaba que para ser fuerte era necesario repartir hostias como panes? ¿O que solo era valiente quien se comía los golpes?
- Sinceramente, la fuerza sin inteligencia vale de poco, ser fuerte, por ser fuerte no tiene sentido, y ir al frente con tu mentalidad es un suicidio.- notó la mirada airada de la chica, que parecía ir a gritar de un momento a otro, pero la guarda la atajó con un gesto.- ¿me ves?- preguntó- he peleado contra muertos vivientes, he recorrido las catacumbas de un lado a otro, me he enfrentado a asesinos, a vampiros, a ladrones y espías, a locos que solo se preocupan por el poder, a idiotas que solo ven las riquezas y a estúpidos que no ven más allá de sus narices, y no he huido. Eso es ser valiente, vencerlos, fuerte, y para ello no hace falta que te maten.- explicó con calma, mientras se levantaba- por hoy tu ya has acabado, reflexiona sobre lo que te he dicho, piénsalo bien, y cuando decidas como quieres enfrentarte a los demás, ven a verme de nuevo, no hacer falta que imites mi forma de luchar, no digo que sea la mejor, pero no puedes permitir que te golpeen siempre, o acabarás muerta antes de que pongas un solo pie en la calle, y yo no voy a dejar que alguien que ha estado bajo mi tutela muera tan fácilmente.
Se giró a mirar como la jovencilla se iba enfurruñada a cambiarse y, de pura suerte, avistó a una chica que observaba la clase algo apartada. Se acercó a ella sin dejar de observar a los alumnos en practicas, por si había algún herido y debía correr a la enfermería. A medida que se acercaba, la cara de la chica se le hizo más y más familiar, hasta que la reconoció.
- Oh, por los dioses, ¡Elwen!- se acercó a ella, y la cogió de las manos.- ¿cuándo has venido? ¿desde cuando estás aquí? ¿Por qué no me dijiste que ibas a venir?
La guarda aguantaba la risa a duras penas, algunos eran demasiado gracioso, noto, sin embargo, que las chicas del grupo parecían más centradas, suspiró con calma ante eso, ella misma había experimentado algo similar en sus entrenamientos, debía hacerse valer, los chicos podían ser más fuertes, pero era imposible que as vencieran en cuanto a velocidad, siendo más pequeñas, eran tan difíciles de coger que su mejor baza era, sin duda, el ser pequeñas, aguantarían menos los golpes, pero también recibirían menos.
Sin embargo, había una chica en particular, que había hecho caso omiso de sus consejos, y atacaba de forma directa, aguantando los golpes sin quejas, ya llevaba un ojo morado, y, al menos, una costilla fracturada. No podía dejar que la chica siguiera recibiendo golpes.... Se acercó a ella y a su pareja, pasando por el centro de los demás combatientes, esquivando más de un golpe, esos críos estaban tan sumamente concentrados que no se detenían ni aunque alguien pasar por en medio. Llegó a ellos y los detuvo parando un nuevo puñetazo que la chica se había preparado para recibir.
Alanna se torció un poco la mano, pero poco le importó, al menos detuvo la pelea. Hizo acercarse al chico con quien ella había hecho la demostración, que se encontraba esperando en una esquina y lo emparejo con el otro mientras se llevaba a la chica, que protestaba, exigiendo que la dejara acabar la pelea. Salió del campo de prácticas y la hizo sentarse en una banqueta.
- Veamos qué te has hecho.- musitó con paciencia mientras la joven seguía protestando, no parecía que tuviera nada grave, pero había muchos moretones, y no todos recientes- ¿por qué no intentas esquivar te harás menos daño y pareces pequeña.- preguntó sentándose al lado de la chica y pasándole un vaso de agua.
- Lo se, pero yo quiero ser del frente, ser una heroína, la mejor, que se me conozca como la mujer más fuerte, la más....- la chica comenzó a divagar, perdiendo la atención de Alanna, que se encontraba molesta, ¿acaso esa niña pensaba que para ser fuerte era necesario repartir hostias como panes? ¿O que solo era valiente quien se comía los golpes?
- Sinceramente, la fuerza sin inteligencia vale de poco, ser fuerte, por ser fuerte no tiene sentido, y ir al frente con tu mentalidad es un suicidio.- notó la mirada airada de la chica, que parecía ir a gritar de un momento a otro, pero la guarda la atajó con un gesto.- ¿me ves?- preguntó- he peleado contra muertos vivientes, he recorrido las catacumbas de un lado a otro, me he enfrentado a asesinos, a vampiros, a ladrones y espías, a locos que solo se preocupan por el poder, a idiotas que solo ven las riquezas y a estúpidos que no ven más allá de sus narices, y no he huido. Eso es ser valiente, vencerlos, fuerte, y para ello no hace falta que te maten.- explicó con calma, mientras se levantaba- por hoy tu ya has acabado, reflexiona sobre lo que te he dicho, piénsalo bien, y cuando decidas como quieres enfrentarte a los demás, ven a verme de nuevo, no hacer falta que imites mi forma de luchar, no digo que sea la mejor, pero no puedes permitir que te golpeen siempre, o acabarás muerta antes de que pongas un solo pie en la calle, y yo no voy a dejar que alguien que ha estado bajo mi tutela muera tan fácilmente.
Se giró a mirar como la jovencilla se iba enfurruñada a cambiarse y, de pura suerte, avistó a una chica que observaba la clase algo apartada. Se acercó a ella sin dejar de observar a los alumnos en practicas, por si había algún herido y debía correr a la enfermería. A medida que se acercaba, la cara de la chica se le hizo más y más familiar, hasta que la reconoció.
- Oh, por los dioses, ¡Elwen!- se acercó a ella, y la cogió de las manos.- ¿cuándo has venido? ¿desde cuando estás aquí? ¿Por qué no me dijiste que ibas a venir?
Última edición por Alanna Delteria el Miér Oct 21 2015, 17:07, editado 1 vez
Alanna Delteria
Aerandiano de honor
Aerandiano de honor
Cantidad de envíos : : 1129
Nivel de PJ : : 6
Re: A paso de tortuga [Trabajo][Elwen-Alanna]
Elwen observó con curiosidad las lecciones de Alanna, poniendo especial atención en lo que su amiga decía, como si ella también estuviera en la clase a pesar de que sólo estaba allí de visita. También escuchó la regañina que le dijo a una de sus alumnas, al parecer durante la lección sólo se había dedicado a recibir los golpes, algo que en una batalla real la habría llevado a la muerte.
Alanna le estuvo explicando el verdadero significado de la fuerza y enumerando loa peligros que ella había derrotado.
- Le faltó decir que se enfrentó a un montruo rojo gigante- pensó la joven dragona mientras sonreía al recordar aquél día.
Tras la regañina, envió a la chica a la enfernería y fue entonces cuando se dio cuenta de su presencia, pero al parecer no la reconoció hasta que ya empezó a caminar hacia ella, momento en el que terminó su camino corriendo y a preguntarle una cosa tras otra llevada por la emoción.
- Me alegra de verte de nuevo, Alanna- la saludó la joven dragona- Llegué a Aerandir hace unos pocos días pero no te encontré por ningún lado, así que pensé en quedarme por la zona una temporada. Supuse que estarías ocupada con aguna tarea. ¿No leíste mi carta? La mande unos días antes de salir de Dundarak.
Elwen desvió la mirada hacia los alumnos, que seguían entrenando.
- Aunque viendo esto puedo comprender que hayas estado ocupada. ¿En la Guardia tambien te mandan hacer de maestra?- preguntó con cierta curiosidad.
Alanna le estuvo explicando el verdadero significado de la fuerza y enumerando loa peligros que ella había derrotado.
- Le faltó decir que se enfrentó a un montruo rojo gigante- pensó la joven dragona mientras sonreía al recordar aquél día.
Tras la regañina, envió a la chica a la enfernería y fue entonces cuando se dio cuenta de su presencia, pero al parecer no la reconoció hasta que ya empezó a caminar hacia ella, momento en el que terminó su camino corriendo y a preguntarle una cosa tras otra llevada por la emoción.
- Me alegra de verte de nuevo, Alanna- la saludó la joven dragona- Llegué a Aerandir hace unos pocos días pero no te encontré por ningún lado, así que pensé en quedarme por la zona una temporada. Supuse que estarías ocupada con aguna tarea. ¿No leíste mi carta? La mande unos días antes de salir de Dundarak.
Elwen desvió la mirada hacia los alumnos, que seguían entrenando.
- Aunque viendo esto puedo comprender que hayas estado ocupada. ¿En la Guardia tambien te mandan hacer de maestra?- preguntó con cierta curiosidad.
Elwen
Aprendiz
Aprendiz
Cantidad de envíos : : 44
Re: A paso de tortuga [Trabajo][Elwen-Alanna]
- ¿Carta?- preguntó- lo siento mucho, hace semanas que no miro el correo, desde que volví ha sido todo muy... ajetreado- suspiró escuchando la nueva pregunta de su amiga.- Si, la guardia al final, hace de todo, al menos los que somos soldados rasos.- sonrió un poco.- ahora estoy dando clase, pero, después, podemos ponernos al día- propuso cuando, de pronto, se le ocurrió una idea.- ¿por qué no te unes? vamos a empezar con las lecciones de esgrima, ¿te apetece?- le propuso.
Sin esperar una respuesta, tomó a la chica de la mano y se acercó a los alumnos, que entrenaban el cuerpo a cuerpo totalmente concentrados, algunos chicos parecían tener problemas contra las jóvenes con las que se enfrentaban, y eso hizo sonreír a Alanna, que, de algún modo, se sentía orgullosa de que, tras la desaparición de Pevert, las reclutas fueran capaces de moverse con más libertad, al fin y al cabo, todo de lo que pudieran disponer para atacar, defender y distraer era bueno. Si podían evitar morir en servicio, debían evitarlo, la perdida de un guarda podía suponer que muchas más vidas corrieran peligro.
Pasó de largo de los chiquillos que entrenaban y entró al almacén, donde se guardaban las armas, muchos empezaban con espadas de madera, pero si no te hieres, no aprendes a que es necesario esquivar, así la habían enseñados sus padrastros, y así enseñaría ella. Tomó varias espadas enfundadas, y las arrastró fuera, algunas eran mandobles, floretes, claymor's, espadas de taza, espadines, estoques, gladius, algún Jian, sables, un par de montantes, dos espadas bastardas, varias espadas largas, espadones, Spathas y, en su cinto, su espada ropera. Con tanto metal a rastras, normal que le pesara.
Al salir, dejó las espadas en el suelo haciendo un ruido que despistó a todos los estudiantes, y, sin mediar palabra, mientras los susurros se levantaban a sus espaldas, fue a cerrar la puerta de la armería. cuando estuvo segura de que la puerta estaba cerrada y bien asegurada, volvió frente a los estudiantes que, desde sus puestos miraban las espadas con curiosidad. Era hora de que escogieran que tipo de arma iban a usar.
- Muy bien chicos, esta es Elwen, una buena amiga mía que hoy participará en el entrenamiento con nosotros, por favor, sed buenos y comportaos.- comentó con una sonrisa.- Veo que os han llamado la atención las espadas, bien, ahora practicaremos un poco la base de la esgrima, si se usa bien, si se controla el peso, no hay arma más letal y elegante que la espada. Si os diera una espada de prácticas, lo entenderíais como un juego, y no lo es, son armas, pueden herir y matar, debéis ir con cuidado, cuando empecéis, os vais a hacer daño, os dolerán los brazos por el peso y no será raro que haya algún corte que otro, pero es la mejor forma que tenéis para aprender a respetar al arma.- Alanna sacó su espada ropera, y la mostró, delgada, ligera, con el peso equilibrado.- Sabed que no sois vosotros quien escoge a la espada, es la espada quien os elige, será vuestra amiga, vuestra compañera, quien os defenderá y os acompañará, hay que tratarla con respeto, y dejar que actúe con libertad, es la espada quien guía un movimiento, y no vosotros quien la guiáis
Concentrados, los alumnos observaron los movimientos de Alanna que, únicamente con el mango, daba vueltas a la espada, la lanzaba al aire y volvía a recogerla sin perder un solo movimiento y, finalmente, lanzaba un ataque hacia delante para acabar cortando el aire y quedándose de pie frente a todos. Si los alumnos se ponían en serio, no tardarían en ser mejores que ella misma.
- Cada espada es diferente- continuó- y necesita una técnica precisa, yo suelo usar espadas ligeras, de peso bajo, equilibradas, más para velocidad que para fuerza, a la hora de escoger, no penséis en cual puede hacer más daño, o en cual es más bonita, pensad en cual se adapta más a vuestro estilo de lucha.- explicó.- Adelante, venid de uno en uno a escoger espada y colocaos por peso, si son espadas pesadas, a ese lado- indicó con su mano izquierda.- si es ligera, a este.- señaló con su hierro.
Sin esperar una respuesta, tomó a la chica de la mano y se acercó a los alumnos, que entrenaban el cuerpo a cuerpo totalmente concentrados, algunos chicos parecían tener problemas contra las jóvenes con las que se enfrentaban, y eso hizo sonreír a Alanna, que, de algún modo, se sentía orgullosa de que, tras la desaparición de Pevert, las reclutas fueran capaces de moverse con más libertad, al fin y al cabo, todo de lo que pudieran disponer para atacar, defender y distraer era bueno. Si podían evitar morir en servicio, debían evitarlo, la perdida de un guarda podía suponer que muchas más vidas corrieran peligro.
Pasó de largo de los chiquillos que entrenaban y entró al almacén, donde se guardaban las armas, muchos empezaban con espadas de madera, pero si no te hieres, no aprendes a que es necesario esquivar, así la habían enseñados sus padrastros, y así enseñaría ella. Tomó varias espadas enfundadas, y las arrastró fuera, algunas eran mandobles, floretes, claymor's, espadas de taza, espadines, estoques, gladius, algún Jian, sables, un par de montantes, dos espadas bastardas, varias espadas largas, espadones, Spathas y, en su cinto, su espada ropera. Con tanto metal a rastras, normal que le pesara.
Al salir, dejó las espadas en el suelo haciendo un ruido que despistó a todos los estudiantes, y, sin mediar palabra, mientras los susurros se levantaban a sus espaldas, fue a cerrar la puerta de la armería. cuando estuvo segura de que la puerta estaba cerrada y bien asegurada, volvió frente a los estudiantes que, desde sus puestos miraban las espadas con curiosidad. Era hora de que escogieran que tipo de arma iban a usar.
- Muy bien chicos, esta es Elwen, una buena amiga mía que hoy participará en el entrenamiento con nosotros, por favor, sed buenos y comportaos.- comentó con una sonrisa.- Veo que os han llamado la atención las espadas, bien, ahora practicaremos un poco la base de la esgrima, si se usa bien, si se controla el peso, no hay arma más letal y elegante que la espada. Si os diera una espada de prácticas, lo entenderíais como un juego, y no lo es, son armas, pueden herir y matar, debéis ir con cuidado, cuando empecéis, os vais a hacer daño, os dolerán los brazos por el peso y no será raro que haya algún corte que otro, pero es la mejor forma que tenéis para aprender a respetar al arma.- Alanna sacó su espada ropera, y la mostró, delgada, ligera, con el peso equilibrado.- Sabed que no sois vosotros quien escoge a la espada, es la espada quien os elige, será vuestra amiga, vuestra compañera, quien os defenderá y os acompañará, hay que tratarla con respeto, y dejar que actúe con libertad, es la espada quien guía un movimiento, y no vosotros quien la guiáis
Concentrados, los alumnos observaron los movimientos de Alanna que, únicamente con el mango, daba vueltas a la espada, la lanzaba al aire y volvía a recogerla sin perder un solo movimiento y, finalmente, lanzaba un ataque hacia delante para acabar cortando el aire y quedándose de pie frente a todos. Si los alumnos se ponían en serio, no tardarían en ser mejores que ella misma.
- Cada espada es diferente- continuó- y necesita una técnica precisa, yo suelo usar espadas ligeras, de peso bajo, equilibradas, más para velocidad que para fuerza, a la hora de escoger, no penséis en cual puede hacer más daño, o en cual es más bonita, pensad en cual se adapta más a vuestro estilo de lucha.- explicó.- Adelante, venid de uno en uno a escoger espada y colocaos por peso, si son espadas pesadas, a ese lado- indicó con su mano izquierda.- si es ligera, a este.- señaló con su hierro.
Última edición por Alanna Delteria el Miér Oct 21 2015, 17:05, editado 1 vez
Alanna Delteria
Aerandiano de honor
Aerandiano de honor
Cantidad de envíos : : 1129
Nivel de PJ : : 6
Re: A paso de tortuga [Trabajo][Elwen-Alanna]
Al parecer Alanna no había tenido tiempo de leer la carta pero a la dragona no le importaba, ya sabía que había estado muy ocupada y no iba a molestarse por ello. Después dijo que, una vez terminara la clase, podrían charlar pero a su amiga se le ocurrió algo. Que participara en la clase.
- ¿Yo? ¿una clase de esgrima? No sé si…- empezó a hablar Elwen.
Pero ni le dio tiempo a inventar una excusa, simplemente la agarró de la mano y volvió con sus alumnos. Por lo visto Elwen no se iba a librar de esa clase, pero resulta que ella no tenía ni idea de espadas, el arco era lo suyo, no había tenido necesidad de aprender a usar la espada.
Alanna se fue a un almacén, seguramente a por las espadas de madera de prácticas, por lo que Elwen, viendo que sería imposible convencer a su amiga, decidió dejar el arco y su bolsa junto con el resto de pertenencias de los demás alumnos.
Lo que Elwen no se esperaba, era que Alanna regresara arrastrando un montón de espadas de acero. ¿Es que no empezarían con las de madera?
- En menudo lío me he metido- pensó Elwen.
Tras presentarla al resto de los alumnos, Alanna dio una explicación de por qué usarían espadas de acero y no de madera. Aprender a respetar el arma. De lo que estaba segura Elwen era que iba a acabar con dolos en todo el cuerpo.
Los alumnos, cuando Alanna lo indicó, empezaron a elegir espadas, Elwen no tenía ni idea de cual escoger. Probé a sujetar una grande, pero le resultaba demasiado pesada para ella y terminó por dejarla en el montón.
- Creo que lo mejor será una ligera o acabaré con el brazo destrozado- pensó mientras elegía una espada más ligera, que podía manejar con mayor comodidad.
Una vez tenía la espada elegida, se puso en la zona que Alanna había indicado para los alumnos de espadas ligeras. Elwen miró su espada y el resto que habían elegido los alumnos. El mundo de las espadas era completamente desconocido para ella. Ni siquiera se sabía los nombres de las distintas clases.
- ¿Yo? ¿una clase de esgrima? No sé si…- empezó a hablar Elwen.
Pero ni le dio tiempo a inventar una excusa, simplemente la agarró de la mano y volvió con sus alumnos. Por lo visto Elwen no se iba a librar de esa clase, pero resulta que ella no tenía ni idea de espadas, el arco era lo suyo, no había tenido necesidad de aprender a usar la espada.
Alanna se fue a un almacén, seguramente a por las espadas de madera de prácticas, por lo que Elwen, viendo que sería imposible convencer a su amiga, decidió dejar el arco y su bolsa junto con el resto de pertenencias de los demás alumnos.
Lo que Elwen no se esperaba, era que Alanna regresara arrastrando un montón de espadas de acero. ¿Es que no empezarían con las de madera?
- En menudo lío me he metido- pensó Elwen.
Tras presentarla al resto de los alumnos, Alanna dio una explicación de por qué usarían espadas de acero y no de madera. Aprender a respetar el arma. De lo que estaba segura Elwen era que iba a acabar con dolos en todo el cuerpo.
Los alumnos, cuando Alanna lo indicó, empezaron a elegir espadas, Elwen no tenía ni idea de cual escoger. Probé a sujetar una grande, pero le resultaba demasiado pesada para ella y terminó por dejarla en el montón.
- Creo que lo mejor será una ligera o acabaré con el brazo destrozado- pensó mientras elegía una espada más ligera, que podía manejar con mayor comodidad.
Una vez tenía la espada elegida, se puso en la zona que Alanna había indicado para los alumnos de espadas ligeras. Elwen miró su espada y el resto que habían elegido los alumnos. El mundo de las espadas era completamente desconocido para ella. Ni siquiera se sabía los nombres de las distintas clases.
Elwen
Aprendiz
Aprendiz
Cantidad de envíos : : 44
Re: A paso de tortuga [Trabajo][Elwen-Alanna]
Una vez estuvieron todos situados, y con sus espadas en las manos, Alanna los miró y dio una sonrisa, ese tipo de cosas le traía recuerdos, recuerdos de sus primeros días de prácticas, de cómo se hizo sus primeros cortes, de su tremenda torpeza, por la que, incluso en terreno liso se caía. Contempló a sus alumnos con calma, en parte para no perder ese pequeño remanso de paz que le proporcionaban según que recuerdos, en parte para ponerlos nerviosos y, evitando soltar una pequeña risa, suspiró y dio inicio a un paseo.
Rodeó primero a los que se habían situado a la derecha, pasó por el centro, hizo zig zag y pudo ver quienes habían tomado las espadas ligeras, la mayoría chicas, y dos muchachos más bien pequeños, aunque suponía que pronto pegarían el estirón y se olvidarían de la elegancia de un hierro ligero y equilibrado. Repitió el proceso por la izquierda, notó que más de una joven se había unido a las espadas pesadas, le gustaba ver que las chicas tomaban retos, mientras no se dejasen matar, le parecía perfecto.
Notaba los nervios y la tensión en los estudiantes, sentía sus respiraciones lentas y profundas, que intentaban calmar sus nervios, ¿la temían? lo dudaba, pero no acostumbraban a tener una espada de metal en sus manos, Alanna quería que sintieran el malestar, la presión en el pecho y la garganta, esas sensaciones que, en un campo de batalla, pueden hacerte fracasar. Volvió al frente y se plantó ante ellos para, finalmente, empezar a hablar:
- ¿Notáis la tensión, el silencio? todo se vuelve más real al sostener una espada de verdad, ¿cierto? quiero que sintáis el peso, que miréis el brillo, notad el aroma del metal, el sonido que tiene al cortar el aire, el balanceo en un movimiento que puede parecer tan sencillo como esto.- dijo mientras hacía que la espada se moviera de un lado a otro- es mucho más difícil de lo que pensáis, mirad a quienes están a vuestro lado, si no controláis las distancias, les haréis un corte, en una batalla un solo corte puede suponer la diferencia entre vencer o perder, entre vivir o morir.- con un movimiento, hizo subir la espada a sus manos y la tomó con suavidad.- cogedla, notadlo todo, descubrid su forma, su movimiento, sus defectos y virtudes, y dejad que ella sepa los vuestros, que note cual es vuestro punto flaco, y que os ayude a compensarlo. La espada puede llegar a ser vuestra mejor amiga, peor debéis aprender a bailar con ella.
A medida que hablaba iba haciendo movimientos con su ropera, dejando que esta la guiase, guiándola ella, podía notar la fluidez, el aire que le apartaba los mechones sueltos de la cara con cada movimiento, la elegancia que había aprendido a tener, la sensación de calma que le daba poder moverse con soltura con su hierro, la caricia de la empuñadura en sus dedos ya encallecidos por las prácticas y los combates. lo sintió todo y volvió a mirar a sus alumnos.
- Alejaos más, haced lo que os he dicho y, después, empezaremos con los movimientos básicos, pero antes debéis conocer a quien será vuestra compañera, sea alta, baja, ligera o pesada, debéis conocerla y respetarla, porque, por endeble que parezca, es capaz de matar por su dueño.- dijo antes de tomar una jarra de agua y beber mientras observaba a sus alumnos.
Rodeó primero a los que se habían situado a la derecha, pasó por el centro, hizo zig zag y pudo ver quienes habían tomado las espadas ligeras, la mayoría chicas, y dos muchachos más bien pequeños, aunque suponía que pronto pegarían el estirón y se olvidarían de la elegancia de un hierro ligero y equilibrado. Repitió el proceso por la izquierda, notó que más de una joven se había unido a las espadas pesadas, le gustaba ver que las chicas tomaban retos, mientras no se dejasen matar, le parecía perfecto.
Notaba los nervios y la tensión en los estudiantes, sentía sus respiraciones lentas y profundas, que intentaban calmar sus nervios, ¿la temían? lo dudaba, pero no acostumbraban a tener una espada de metal en sus manos, Alanna quería que sintieran el malestar, la presión en el pecho y la garganta, esas sensaciones que, en un campo de batalla, pueden hacerte fracasar. Volvió al frente y se plantó ante ellos para, finalmente, empezar a hablar:
- ¿Notáis la tensión, el silencio? todo se vuelve más real al sostener una espada de verdad, ¿cierto? quiero que sintáis el peso, que miréis el brillo, notad el aroma del metal, el sonido que tiene al cortar el aire, el balanceo en un movimiento que puede parecer tan sencillo como esto.- dijo mientras hacía que la espada se moviera de un lado a otro- es mucho más difícil de lo que pensáis, mirad a quienes están a vuestro lado, si no controláis las distancias, les haréis un corte, en una batalla un solo corte puede suponer la diferencia entre vencer o perder, entre vivir o morir.- con un movimiento, hizo subir la espada a sus manos y la tomó con suavidad.- cogedla, notadlo todo, descubrid su forma, su movimiento, sus defectos y virtudes, y dejad que ella sepa los vuestros, que note cual es vuestro punto flaco, y que os ayude a compensarlo. La espada puede llegar a ser vuestra mejor amiga, peor debéis aprender a bailar con ella.
A medida que hablaba iba haciendo movimientos con su ropera, dejando que esta la guiase, guiándola ella, podía notar la fluidez, el aire que le apartaba los mechones sueltos de la cara con cada movimiento, la elegancia que había aprendido a tener, la sensación de calma que le daba poder moverse con soltura con su hierro, la caricia de la empuñadura en sus dedos ya encallecidos por las prácticas y los combates. lo sintió todo y volvió a mirar a sus alumnos.
- Alejaos más, haced lo que os he dicho y, después, empezaremos con los movimientos básicos, pero antes debéis conocer a quien será vuestra compañera, sea alta, baja, ligera o pesada, debéis conocerla y respetarla, porque, por endeble que parezca, es capaz de matar por su dueño.- dijo antes de tomar una jarra de agua y beber mientras observaba a sus alumnos.
Alanna Delteria
Aerandiano de honor
Aerandiano de honor
Cantidad de envíos : : 1129
Nivel de PJ : : 6
Re: A paso de tortuga [Trabajo][Elwen-Alanna]
¡¡¡¡¡¡CORRED A PASO TORTUGAAAAA!!!!!! TEMA CERRADO
Sarez
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 871
Nivel de PJ : : 3
Temas similares
» Ladies Night [Trabajo](Alanna)
» El primer paso no es el más fácil +18 [Interpretativo] [Libre]
» El paso más lejano. [Interpretativo][Libre][CERRADO]
» Una nueva esperanza [Privado] [Alanna Delteira]
» Regresando a las memorias [Alanna] (Libre)
» El primer paso no es el más fácil +18 [Interpretativo] [Libre]
» El paso más lejano. [Interpretativo][Libre][CERRADO]
» Una nueva esperanza [Privado] [Alanna Delteira]
» Regresando a las memorias [Alanna] (Libre)
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Hoy a las 23:28 por Corlys Glokta
» El retorno del vampiro [Evento Sacrestic]
Hoy a las 18:37 por Eltrant Tale
» El secreto del Ahogado [Privado] [Noche]
Hoy a las 16:56 por Thomas J. Hidalgo
» La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]
Hoy a las 16:48 por Thorn
» Susurros desde el pasado | Amice H.
Hoy a las 16:15 por Thomas J. Hidalgo
» Una sombra sobre Lunargenta: 2ª parte. [Privado]
Ayer a las 04:03 por Níniel Thenidiel
» Ecos De Guerra [Evento Sacrestic] [Noche]
Jue Nov 21 2024, 21:35 por Cohen
» Entre Sombras y Acero [LIBRE][NOCHE]
Jue Nov 21 2024, 20:16 por Seraphine Valaryon
» Días de tormenta + 18 [Privado]
Jue Nov 21 2024, 16:30 por Iori Li
» Laboratorio Harker [Alquimia+Ingeniería]
Miér Nov 20 2024, 19:13 por Zelas Hazelmere
» Pócimas y Tragos: La Guerra de la Calle Burbuja [Interpretativo] [Libre]
Miér Nov 20 2024, 16:18 por Mina Harker
» [Zona de culto] Altar de las Runas de los Baldíos
Lun Nov 18 2024, 12:29 por Tyr
» [Zona de culto] Iglesia del único Dios
Sáb Nov 16 2024, 21:38 por Tyr
» Enjoy the Silence 4.0 {Élite]
Miér Nov 13 2024, 20:01 por Nana
» Vampiros, Gomejos, piernas para qué las tengo. [Privado]
Mar Nov 12 2024, 04:51 por Tyr