Re: Los 10 pobrecitos [Misión]

Athos Jue Jul 20 2017, 02:24

Un empate. Tanto Aileen como Lauren habían recibido dos votos, ¿qué significaría eso en este juego? ¿Ambas morían? ¿Se lanzaría una moneda? En cualquier caso, esta vez no fallaría, protegería a la bruja a toda costa. Estaba listo para recibir una flecha, saltar lejos del suelo que se partiera o bloquear un objeto que viniera a embestir. Me encontraba completamente concentrado, manteniendo mi vista dinámica, observando la mayor cantidad de direcciones posibles, enfocándome hasta en los detalles más nimios. Aileen no moriría esta noche.

Un fuerte estruendo llamó mi atención, despertando mi reflejo. Madera que crujía, material destrozado. La pata de la mesa colapsa súbitamente, causando un fuerte alboroto sobre la elfa, a quien instintivamente traté de ayudar, mas frené para mantenerme cerca de Aileen, cuya seguridad no estaba garantizada. Y efectivamente, simultáneamente, con más discreción, un cristal se rompía detrás de nosotros—. Atrás. —Decía al mismo tiempo que daba media vuelta y ponía mi brazo sobre la dama, moviéndola de posición.

Nada. Nada vi. Todo estaba en su lugar. El sonido no provino detrás de nosotros, provino detrás de mí, originado del orbe en el báculo. La trampa estaba en el arma, jamás pude haberlo visto venir. Rápidamente giro sobre mi propio eje, presenciando una escurridizo animal metálico sobre el cuello de Aileen. Era rápida la criatura, ya había dañado su carne con sus afiladas patas. Lancé un fuerte manotazo recto sobre la bestia, tratando de agarrarla. Mi golpe había sido veloz y preciso, mas no lo suficiente, pues como si la araña hubiese estado observándome, esquivó mi embestida, sólo para continuar desgarrando el otro costado de la mujer.

La hechicera trató de traer agua para auxiliarse, mas nada logró, su asesino estaba aferrado a su piel. Volví a intentar atraparlo en mis manos, esta vez con mayor velocidad, teniendo que hacer varios intentos consecutivos para tomar el monstruo en mis manos y destrozarlo con mis palmas. Pero ya para qué. Aileen caía al suelo, desangrada. Aunque logré atraparla para reducir el impacto y detener un mayor escurrimiento de sangre, nada había importado. Ya estaba muerta. Había muerto antes de que cayera en mis brazos. Aileen sí murió esa noche...

Arrodillado, con mis manos llenas de sangre, nuevamente con un cadáver enfrente de mí, meditaba sobre la postura que debía de tomar sobre esta muerte. No la conocía, ciertamente parecía alguien que había causado mucho mal a otras personas, directa o indirectamente, pero tenía familia, creo que sería capaz de encontrarlos y hacerles saber lo sucedido. Malvada o no, merecía un funeral propio. Usé su propio abrigo para cubrirla, cerrando sus párpados y acomodarla. ¿Pero cuánta comodidad podía ocupar un muerto?

Suspiré, algo decepcionado, virando hacia el cadáver de Lauren. No había estado concentrado en lo que sucedió de ese lado, pero había percibido gritos y movimientos, lo suficiente como para entender lo que había sucedido. ¿Hubiera sido más útil mi presencia en esa ala? Jamás pasó por mi cabeza que hubiera algo en ese cristal, por lo que me tomó totalmente por sorpresa, pero quizá hubiese podido frenar esa mesa o sacar a Lauren del perímetro de peligro. Ya estaba en el pasado.

Pasaba la mirada sobre los que quedábamos, oyendo tenuemente las palabras que intercambiaban. No es que estuviera indiferente, es que me estaba dando cuenta de las piernas de Kano. Pensándolo bien, jamás lo había visto parado. Al menos Lauren estuvo un tiempo parada antes de quedar sentada, pero Kano siempre había estado en su lugar hasta que la trampa se activó. Mejor dicho, antes de que esto sucediera. Se notaba más inquieto, tal vez por eso se había sobresaltado. Pero... ¿No es inusual? Todo esto carece de mucho sentido, pero por alguna razón ese detalle es... Inusual.

Mi reflexión se distrajo al presenciar la ofensa de Kano. ¿No era suficiente con que Seeren estuviera carente de agua? Me levanté, caminando seriamente hacia el cibernético, quien estaba saliendo de discusión con Harambe—. No vuelva a golpear a Seeren, ni a alguien más. —Pronunciaba con severidad, manteniéndome a un paso de distancia.

—¿Crees que te tengo miedo? —Dibujó una media sonrisa en sus labios—. Te darás de valiente y noble, pero eres un inútil. Ni si quiera serías capaz de tocarme. —Amagó un azote sobre mi rostro, deteniéndose un instante antes de hacer contacto—. Sí, es lo que pensé. —Se dio la media vuelta, pero antes de que diera un paso para alejarse, se volteó al mismo tiempo que elevaba su brazo para golpearme en la cara.

Anteriormente sabía que no me golpearía. Tal vez si su anatomía fuese distinta, pero su imagen era la de un ser humano, comprendía la mecánica humana, podía detectar cuando un impacto conectaría o no. Y esta vez, en su segundo intento, comprendí su verdadera intención. Detuve su denso golpe, jalándolo hacia mí y luego estrellándolo contra el suelo, usando mi espalda como palanca para levantarlo.

—No quiero pelear contra usted. —Musitaba, retrocediendo.

—¡Difícilmente darías pelea! —Exclamó con una furia muy humana, abalanzándose hacia mí conforme se ponía de pie.

Inició un destellante intercambio de golpes. Su estilo de combate era sumamente agresivo y potente, podía sentir la fuerza en sus puños. Podía parecer humano, pero su fuerza era exuberante, si conectaba un golpe me destrozaría al instante. Empleaba mi velocidad para esquivar sus arremetidas, desviando suavemente los ataques más contundentes. Sin embargo, mi guardia era superada por su ofensiva, estaba haciéndome que retrocediera, eventualmente tocaría pared y entonces sería presa de su fuerza.

Estaba muy consciente de mi escenario, por lo que sabía qué tan lejos estaba del muro. Estaba esperando la oportunidad adecuada, y cuando llegó, proveché una apertura para acelerar hacia él, usando la pared detrás de mí como punto de apoyo y ganar velocidad hacia Kano, empujándolo con mis dos brazos de frente. No lo saqué de balance, pero al menos logré generar distancia entre nosotros.

—¡Va basta ustedes dos! —Intervenía Shappy con su voz más grave—. Parecen niños. Tenemos que ayudar a Seeren. —Apuntaba hacia la bañera carente de agua.

—Bah, para lo que me importas. —Hizo un ademán con la mano, restándome importancia, yendo luego hacia con Seeren. Con ayuda de Harambe cargaron la bañera.

No podía ayudar. Como había dicho Kano, era un inútil. Tal vez si hubiera más espacio pudiera haber sujetado la tina y volar con ella, o con cuerda sujetarla a mi espalda y correr en mi forma de dragón, pero así como humano... Sólo pude apoyar con abrir puertas y abrir camino. Y ni eso.

—Ayuda a Charles. —Se sentía más como una orden, pero en sus ojos podía notar un dejo de astucia. No podía explicarlo, mas sentía que con su mirada me decía más que sólo eso.

—Apóyese en mí, amigo Charles. —Iba con el viejo, dando mi brazo como punto de apoyo.

—Siempre tan amable, buen Athos. ¿Pero no es más importante la vida de Seeren que corre peligro?

—Todos somos importantes. —Respondía con calma—. Además, estorbaría más que ayudar. —Comenzábamos a avanzar, siguiendo el sendero de los demás—. Además, quería preguntarle algo... —Hice un breve silencio, pensando en cómo decir lo que quería decir.

—¿Sí, qué pasa?

—Si usted fuera el anfitrión, ¿por qué lo haría? ¿Qué podría orillarlo a usted para provocar esta masacre cruel? ¿Qué experiencia le hizo olvidar el amor hacia los demás? —Callaba un segundo, pero antes de que me contestara retomaba la palabra—. Si yo fuera el anfitrión, haría esto por diversión. Como un desafío. Pero aunque mi locura domara mis acciones, por más que encontrara entretenimiento en el sufrimiento de otros, jamás dejaría de sentir compasión.

Alcanzábamos la cocina. ¿Seeren habría llegado a salvo?

**Tyr** Jue Jul 20 2017, 02:24

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**Sigel** Sáb Jul 22 2017, 18:08

-No sé dónde ve usted que esto es divertido. Yo tengo ganas de llorar. Si alguna vez salimos de aquí, le juro por mi hija que me cerraría en mi cuarto y estaría horas llorando-.

Charles y Athos iban los últimos en la carrera, Kano y Harambe los primeros, iban los más rápido que podían para poder llegar a tiempo a la cocina y llenar de nuevo la bañera de Seeren, y Shimphony Shappire en medio de los dos grupos. La payasa no caminaba especialmente rápido. Sus andares eran lentos y guasones, de vez en cuando, hacía una cabriola para alegrar más el paso. Era su forma de burlarse de Seeren. La sirena había muerto mucho antes de que el Gorila y Kano llegasen a la cocina. Shappy no iba a ser quien se pusiera triste por su perdida. En el salón había otros cinco cadáveres que merecían muchísimo más respeto que Seeren. La sirena se había montado un hábitat de paz en su bañera. Cuando alguien se ponía nervioso, en lugar de ayudar a tranquilizarle como hacían el resto de pobrecitos, ella se zambullía bajo el agua. Una actitud sumamente egoísta. Entre todos los pobrecitos habían dos que nunca se preocuparon por nadie más, el Anfitrión (que Shappy sabía quién es) y la sirena. Lo siento mucho, pero no. Shimphony Shappire no iba a llorar la muerte de nadie más. Si tenía que lamentarse por alguien lo haría por Cein, Aileen, Lauren y el misterioso Thoner.

-¿Puede dejar de hacer eso? Me está poniendo nervioso- le dijo Charles a Shappy. El bibliotecario todavía no había llegado a la cocina y visto el cadáver de la sirena seco en su propia bañera.

-No- contestó Shappy enseñándole la lengua.

-Hemos llegado demasiado tarde- dijo Harambe a Athos y Charles. - Corrimos tanto como pudimos, pero no hemos conseguido llegar a tiempo-.

-Seguro que has hecho tu mayor esfuerzo- contestó Shappy adjuntando a su voz una buena dosis de sarcasmo.

-¿Qué ibas a esperar de un gorila de carne y hueso?- Kano se estaba riendo a carcajadas- Otro como yo es lo que hubiera hecho falta. Cuatro piernas de metal corren más que dos. ¡Ja!-

-Sabes muy bien que he ido tan deprisa como tú-.

-Eres lento, Gorila. LEN-TO –.

-Señores, cálmense por favor. Debemos pensar qué hacemos con el cadáver de Seeren- Charles estaba al borde de las lágrimas.

-Lo dejaremos aquí, así no molesta-.

-No te molestará a ti; lo que deberíamos hacer es llevarla hacia los demás-.

-Le harás tanto caso como al resto de muertos, ¿verdad que sí?-

-¡Señorita Shawn!- gritó Charles sorprendo.

-Esta chica cada vez me gusta más- Kano dio un golpe cordial a la espalda de Shappy.

-Shawn está durmiendo, ya te lo he dicho: Mi nombre es Shimphony Shappire. Soy la chica que dice lo que piensa y se ríe cuando muere una persona que no le gustaba-.

-Charles, regresemos al salón. No quiero escuchar a esa payasa- lo último lo dijo como un insulto no porque de verdad fuera una payasa.

Quedaba un lugar por investigar: la bodega de la cocina. ¿Pero qué interés había para los pobrecitos ir hasta allí? Harambe y Charles fueron los primeros al volver al gran salón, el Gorila era quien llevaba el cadáver de Seeren en brazos como si fueran dos recién casados. Kano y Shappy caminaron a sus espaldas. El cibernético no se apartaba de la payasa. La incitaba dando golpecitos al hombro para que se volviera a burlar de Charles, Harambre o de la recién muerta Seeren.

-Tiempo al tiempo, mi buen amigo. Tiempo al tiempo- decía Shappy una y otra vez por cada golpecito de Kano.

Harambe dejó el cadáver de Seeren apoyado en una silla. Luego, cogió una servilleta y limpió el cuerpo de Lauren. A sus amigas sí las cuidaba, pero los cadáveres de Thoner, Cein y Aileen seguían en el suelo.

Charles volvió a su silla frente el reloj de arena. Shappy no lo recordaba haber visto en otro lugar que no fuera eso. Se quedó mirando la arena bajar, pensativo, como si su mente estuviera en otro lugar.

Kano era el que había hecho el cambio más radical desde la última muerte. Se había levantado de la mesa y actuaba rápido y con presteza si la ocasión merecía la pena. La opinión de Shappy hacia él no había cambiado: era un idiota. Los idiotas también se asustaban. Kano estaba más activo porque se había asustado. Hasta entonces, solo había hablado para defenderse. Como Seeren, él se había creado su burbuja de paz. Pero, no era egoísta. A Shappy le parecía que él era independiente. No votó para que nadie le acusase, como hizo Seeren unas cuantas veces, sino que lo hizo para defenderse.

Cuando la arena comenzó a caer, Charles fue el primero que tomó palabra.

-Vine a la ciudad a comprar una joya a mi hija. ¿Os he dicho que se casa? Ella es muy guapa. Al chico no lo conozco; sé que la trata bien y es lo único que me interesa. Les iba a regalar las alianzas… Nunca imaginé que en mi viaje a la ciudad…. –se ahogó en sus propias palabras. Más tarde añadió- nunca imaginé esto. Voy a decir un nombre: Kano. Ya no sé si eres o no eres el Anfitrión, pero yo solo quiero que esto acabe ya-.

-¡Viejo de estúpido!- gritó Kano con violencia.

-Yo también quiero que esto acabe, Charles- Harambe cogió de la mano del ex-bibliotecario- También diré el nombre de Kano-.

-¡Tú también eres un estúpido!-

-Esto se pone muy interesante- dijo Shappy frotándose las manos.

-¿No serás tan estúpida como esos dos?-

-Ya lo verás, dejemos que Athos hable primero. Esto puede ser muy divertido o muy aburrido según lo que nuestro amigo diga-.

_____________________

* Athos: Estás jugando una carta muy peligrosa y te has ganado la enemistad de muchos personajes.
Shimphony Shappire Confía en ti.
Charles Gwalchmei Indiferente.
~~Aileen Sloan Muerta~~
Harambe (Gorila) Desconfía mucho de ti.
~~Seeren Muerta.~~
Kano Indiferente.
~~Thoner Muerto.~~
~~Cein Muerta~~
~~Lauren Ytrallen Muerta~~
(Las opiniones de los npcs están variando continuamente. Puede mejorar o empeorar la imagen que tienen de ti. Las muertes no se pueden cambiar).

Shappy y Kano responderán después. Los dos votarán a la misma persona.
Tus decisiones (y la runa de mala suerte) han hecho que la acción trascurra más rápido de lo que a mí me hubiera gustado. Quedaba una pista que descubrir en la bodega. Allí es donde guardaba los barriles de agua para llenar la bañera. ¿Pero, qué necesidad hay de ir allí ahora? Seeren ha muerto. Habéis vuelto al salón donde empieza el juego de nuevo. El único nombre que se oye es el de Kano. Te toca hablar.

Athos Dom Jul 23 2017, 17:47

—No tiene ni una pizca de divertido. —Contestaba despacio, más absorto en la respuesta que me había dado que en lo que le estaba diciendo—. ¿De verdad eso haría si sobrevive? Debe celebrar la vida y dejar atrás lo que haya pasado aquí, eso sólo envenenará su corazón. No dedique sus sentimientos en lágrimas, porque entonces sería como si estuviera muerto. ¿No sería mejor disfrutar los momentos con su hija? —Lo mira sollozar, con sus ojos cristalinos y su respiración pesada. Después de todo este tiempo, parecía que recién sentía con mayor intensidad la melancolía de la situación.

Todos parecían estar cambiando conforme las muertes sucedían. Kano estaba mucho más exaltado que al inicio, Charles caía en la depresión, mientras que Harambe parecía desesperado y lucía tan solo. Y Shappy... Había encerrado a Emily, quien parecía sólo divertirse pero había tomado un papel muy importante. ¿Y yo? ¿Cuánto había cambiado? Vagos e inútiles esfuerzos hasta ahora. Sentía a los muertos juzgarme, culpándome de su destino, ¿cómo pude haberlos protegido? Era irrelevante lamentarse, lo mejor que podía hacer era aprender de esta experiencia.

Y las tragedias continuaban sucediendo, perdiendo a alguien más nuevamente. La sirena no lo había logrado, a pesar de los intentos de resucitación, la carencia de agua finiquitó su vida. Había quedado atrapado en un retorcido juego, tratando de pelear de vuelta pero al final siendo sólo un torpe espectador, o tanto peor, un títere. ¿Tal vez este espectáculo podría terminar si dejaba de ser predecible y empezaba a ser impredecible? Ya había tomado muchas decisiones con resultados críticos, ¿sería correcto continuar en ese sendero?

Me mantuve en un silencio solemne hasta volver al Gran Salón con los demás, sólo oyendo sus palabras a lo lejos, dejándolos caminar por delante mientras meditaba en soledad. El círculo se cerraba, pero la respuesta no era clara aún. Cualquiera podría haber organizado este alboroto. O peor, todos ellos bien podrían estar trabajando juntos, o alguno de ellos. Pero con tantos engaños, con tanta confusión, era incierto saber quién era el anfitrión.

Las miradas se posaban sobre mí, como exigiendo mi voto. Solía ser el último en votar, pero esta vez Kano y Shappy se guardaban ese derecho. ¿Qué podía decir? Shappy probablemente ya tenía su voto preparado y nada le haría cambiar y Kano votaría a Harambe o Charles como forma de venganza.

—No me agrada la idea de votar. Sólo lo hice una vez y fue por Lauren, no porque quisiera que muriera, sino para presenciar los resultados de esa decisión. Pero ahora... —Volteé hacia Kano.

—Si votas por mí te juro que de destrozaré la cara. —Me amenazó mostrando el puño y enseñando los dientes.

—Estoy a favor de la vida. Aún si usted es un cibernético, tiene tanto derecho como yo a la vida. No votaré por usted. Una vez más, asigno mi voto a mí mismo. Pero sepan algo, matar al anfitrión no es la solución que ustedes imaginan. Honestamente, si supiera quién es el protagonista de esta pesadilla lo protegería.

—¿De la misma forma en la que protegiste a Lauren?

—Admito que las decisiones que tomé respecto a Lauren no fueron las mejores. Mi objetivo era entenderlos mejor y consideré que juzgar a la persona más inocente delataría al anfitrión de alguna manera. Esperaba que su propia inocencia y debilidad la mantuvieran a salvo, no fue así. Sin embargo, no deseo la muerte a ninguno, especialmente no quiero que el anfitrión muera. Estoy convencido que lo justo es que sea juzgado de manera apropiada y darle una oportunidad para redimirse.

El tiempo corría y no abarcaría todo para mi opinión, otros aún debían votar. Pero conforme callaba, escuchaba una carcajada estruendosa golpear el lugar. Era Shappy quien reía—. ¡JAJAJA! Ay, Athos, dices las cosas más extrañas. ¡Jajaja! —Ponía sus manos en la cintura, negando con la cabeza y manteniendo una amplia sonrisa.

—¿Le digo algo aún más extraño? Es reconfortante que, incluso en medio de esta demencia, encuentre una pizca de comedia. Si fuéramos más como usted, quizá el mundo sería mejor.

**Sigel** Miér Jul 26 2017, 18:14

-Todavía no has visto lo más divertido de la noche- se subió a la mesa de un salto quedándose sentada en el borde- ¡Mira, mira! Por ahí viene-.

El cadáver de Aileen Sloan se estaba levantado muy lentamente del suelo. Tenía cogido el báculo que encontraron en el armario y apuntaba la punta del cristal roto contra el grupo de Charles y Hambre.

El ojo mecánico de Kano parpadeaba con una luz tenue. Aileen Sloan estaba muerta. ¿Quién le había de vuelto a la vida? Era más lento que los demás; si era necesario podía reconocerlo: no se le daba bien pensar. Eso sí, que nadie le llamase estúpido si no quería enfrentarse contra su ira. Era difícil razonar con medio cerebro humano y otro medio de tuercas y engranajes. Cuando Kano se dio cuenta que fue la payasa que había devuelto a la vida a la bruja, Charles y Harambe hacían largos minutos que lo habían deducido y se escondían detrás de la mesa del reloj de arena.

-¡Retiro lo dicho, tú eres la Anfitriona: Estás loca Shappire!- dijo el Gorila dando puñetazos a la mesa del reloj de arena.

-¿Eso lo has hecho tú?- la mano izquierda de Kano señalaba al cadáver andante, la derecha daba golpecitos a la pierna de la payasa para llamarle la atención.

Charles estaba escondido detrás del gorila. Se abrazaba a su espalda como si este pudiera protegerlo de todo lo que fuera a pasar. El cadáver de la bruja estaba más cerca de ellos dos. El gorila la alejaba lanzándole sillas, bandejas, trozos de madera y, en general, todo lo que se encontraba por el suelo. La muerta seguía hacia delante.

- ¡Lo has hecho porque crees que uno de ellos dos es el Anfitrión!- dijo Kano con la alegría de un niño al haber resuelto un gran secreto. - Dime quien es que lo mataré con mis propias manos. Venga, dímelo-.

-Resuélvelo tú. Es fácil: Es alguien que no sabe contar hasta 10, que ha trabajado con cristales y quizás con joyas, que tiene la fuerza para traernos todos aquí y que contrala el poder de las runas. ¿Ya sabes quién es? No es nada difícil. ¿Y tú, Athos? ¿Sabes quién es nuestro amigo o tengo que matarlo para que te des cuenta de quién es?- no dejó que Athos respondiese - Vamos Aileen, véngate por lo que te han hecho. ¡Mirad, Cein también se quiere unir a la fiesta!- El cadáver de Cein se estaba levantando con mucha lentitud. –Y por allí vienen Thoner, Lauren y Seeren- la sirena se arrastraba por el suelo dejando un rastro de sangre - Esto va a ser muy divertido-.

Kano era algo más lento que el resto de personas. Su sistema motriz, fue desarrollado para la caza y el combate. No para pensar. Era un: Mer-ce-na-rio, no un detective. Shappy podría tener las ideas muy claras, pero Kano no. Estaba confuso, sin saber qué hacer ni qué decir. Su ojo brillante intentaba analizar a todos los muertos andantes a la vez mientras que el humano se concentraba en el reloj de arena, estaba casi vacío. La primera vez que no se llegó a un acuerdo en la votación, una persona murió al azar. Si no se daban prisa en hablar podría ocurrir lo mismo.

_____________________

Han cambiado las votaciones. Harambe y Charles acusan a Shappy.
Shappy no quiere decir de quién sospecha y toma la justicia por su mano.
Kano está confuso sin saber qué hacer.
¿Vas a seguir siguiendo neutral o vas a rescatar a Shimphony Shappire?

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* Athos: Estás jugando una carta muy peligrosa y te has ganado la enemistad de muchos personajes.
Shimphony Shappire Confía en ti.
Charles Gwalchmei Desconfía mucho de ti.
~~Aileen Sloan Muerta~~
Harambe (Gorila) Desconfía mucho de ti.
~~Seeren Muerta.~~
Kano Confía en ti.
~~Thoner Muerto.~~
~~Cein Muerta~~
~~Lauren Ytrallen Muerta~~
(Las opiniones de los npcs están variando continuamente. Puede mejorar o empeorar la imagen que tienen de ti. Las muertes no se pueden cambiar).

Aquí tienes dos opciones: No hacer nada y dejar que Shappy que los muertos de Shappy maten al Anfitrión o salvar al Charles y Harambe de una muerte segura. Dijiste que estabas a favor de la vida. Irónico cuando tu gran aliado en la misión es una payasa nigromante.
SI eliges enfrentarte contra Shappy y los muertos deberás lanzar la Voluntad de los Dioses.
Muy mala suerte: Entre Charles y Harambe, morirá el inocente.
Mala suerte: El inocente acabará gravemente herido.
Suerte media: Tanto el Anfitrión como el inocente acabarán gravemente heridos.
Buena suerte: Solo el Anfitrión acabará herido.
Muy buena suerte: Consigues salvar a todos.

Según cómo juegues tus cartas, es muy probable que el siguiente sea el último turno, o quizás el penúltimo, de la misión. Piensa bien qué vas a hacer.

Athos Jue Jul 27 2017, 22:23

Miré la pirueta de Shappy hacia la mesa, quien señalaba hacia un terrible evento. Es fácil detectar a un muerto, no sólamente es la falta de pulso, es sus ojos, es su tono de piel, su aura, su hedor, su complexión, el propio escenario. Aileen estaba muerta, de eso no había duda, ¿pero entonces cómo es que estaba caminando otra vez? Magia, obviamente. Aún si por algún curioso milagro siguiera con vida, la sangre que había perdido le haría débil. ¿Pero quién estaba detrás de esta brujería tan repulsiva? No es correcto despertar a los muertos...

La no tan muerta iba detrás de Harambe y Charles, quien según la payasa eran sus sospechosos. Mejor dicho, uno de ellos era el anfitrión, según su criterio. ¿Qué le hacía estar tan segura? A saber. Pero más importante, ¿por qué no sólo decirlo? ¿Por qué optar por estas medidas? Tal parecía que el otro lado de Emily era un poco más caótico de lo que creía, supongo que eso explica la sensación extraña que me daba al verla.

—Alto. —Decía con calma, perdiéndose mi voz en el escándalo que se estaba armando. En cualquier caso, me colocaba entre el camino de los dos perseguidos y Aileen—. Detenga esto, amiga Shappy. Si hay algo que merece más respeto que la vida, eso es la muerte. Los cadáveres no son sus títeres. Además, ¿por qué? ¿De verdad por diversión? Si sabe la identidad del anfitrión revélela, no convierta este infierno en una experiencia más sombría. —¿No sabe contar hasta diez? ¿Harambe? Pero él... No importa, es irrelevante en este instante.

Más muertos eran reanimados, todos de hecho. Admitía que era la nigromancia era muy curiosa, por darle fuerza mecánica a un ser vivo que ya falleció debe requerir de mucha energía y concentranción, y sin embargo Shappy se veía tan llena de vigor como si a penas fuera medio día. Tal vez las consecuencias de ese poder venían después. En cualquier caso, debía hallar su debilidad antes de que matara a Harambe o a Charles, o peor a amabos. No podía simplemente enfrentarme a los muertos, parecían mucho más resistentes que antes.

—Amiga Shappy... No siga con este carnaval de la muerte. Honre a los muertos, si no por respeto a ellos, por cortesía a sus familiares. —Cein era el peor caso. Ella había quedado tan desfigurada, tan estropeada que el verla moverse era completamente inhumano. Las contracciones que hacía causaban un chasquido de huesos y un pegajoso sonido. Por fortuna, se aproximaban lento, mas no era ése el problema.

Aileen, mediante el uso de su telequinesis, lanzó una corriente de agua hacia mí, tratando de quitarme el camino. Empleé toda mi fuerza para mantenerme en posición, a pesar de la presión, mantenía mi guardia para no ser tirado al suelo. No era mucha el agua que aún quedaba, de otra forma probablemente me hubiera ahogado para este instante—. Hay tantas cosas que me gustaría decirle, amigo anfitrión, pero no soy dueño del tiempo, así como usted no es dueño de la vida de otros. Pare su fiesta, por favor, hablemos, permítame hacerle recuperar su amor por la vida. —Una vez más, una ráfaga acuática colisionaba contra mí, esta vez de lado, chocando en mis costillas con fuerza.

Luego de que su ataque terminara, comencé a correr, en dirección a Shappy, tenía un plan, algo vago y dependiente de la suerte, pero era lo único que tenía. Mas a penas di unos pasos y fui detenido por Seeren, quien me sujetaba el tobillo, arrastrándose por el suelo. No quería lastimar a ninguno de ellos, ya habían sufrido mucho; aunque sólo fueran materia orgánica, no acepta tener que tratarlos como mis enemigos, pues no lo eran. Giré sobre mí propio eje, zafándome de un salto del agarre.

Debía apresurarme a llegar con Shappy, pues tanto el tiempo para la ejecución seguía corriendo y los muertos sin duda ejecutarían a su presa. Corrí tan rápido como pude, pero estando a unos metros de ella, Kano interfiere en mi sendero.

—Tú y yo empezamos algo que no terminamos. —Chocaba sus nudillos, poniéndose en posición de combate.

—A un lado, por favor. —No quería enfrentarme a él, no podía. Aun con probabilidades para superarlo, el combate sería largo, no me daría tiempo para hacer algo. Y tampoco parecía poder convencerlo. Tanto caos, tanta muerte... ¿Cómo fracasé? ¿En qué me equivoqué? Esto era mi culpa. Si tan sólo hubiese sido más cuidadoso... Lástima. El pasado en el pasado.

Kano protegería a Shappy y no podía simplemente evadirlo, así que dependería de más que simple fuerza o velocidad para saltarlo. ¿Una trampa? Corrió a mí, saltando y lanzando un poderoso golpe en el aire. Logré evadirlo con un medio paso a la derecha, mas la ráfaga de golpes llegó en cuanto tocó piso, volviéndome a poner en la misma posición crítica en la que había estado antes. No ganaría prolongando, lo que sea que iba a hacer lo tenía que hacer ya.

Sacrifiqué mi defensa para obtener una apertura, al coste de recibir uno de sus puñetazos en mi estómago, removí su ojo mecánico con un rápido movimiento, sujetando el armazón y empujándolo hacia atrás. Su falta de visión me dio la oportunidad de aprovecharme de su punto ciego para rodearlo en combate y así llegar hasta con Shappy. Sólo esperaba que no fuese demasiado tarde.

Soportando el dolor en mi abdomen por el intenso golpe del cyborg, salté sobre Shappy, abrazándola y azotándola en el piso junto conmigo. Estando en el piso, quedando sobre ella, usé el agua que había quedado impregnada en mi ropa para tratar de remover el maquillaje en su rostro, con la esperanza de que Emily volviera, como si esa pintura fuese mágica o algo por el estilo... No podía sólo noquearla, necesitaba que volviera en sí y frenara los muertos. Pero querer no lo es todo, así como no había garantía que Shappy se fuera, pues ese maquillaje era muy denso y poco fue lo que pude remover con agua. La situación empeoraba al saber que la arena estaba por agotarse, y con Shappy como más votada, su vida estaba en peligro.

—¡Voten por mí! —Grité en un vago intento por salvarla, conforme trataba de rodearla con mi cuerpo. Si no iba a poder protegerla, al menos compartiríamos el mismo destino, quizá así, sólo quizá, podría hacer algo para salvar una vida... De diez.

**Tyr** Jue Jul 27 2017, 22:23

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**Sigel** Sáb Jul 29 2017, 13:43

La pintura no era mágica, era una puerta. Emily Shawn, por si misma, no era capaz de nada. Le faltaba coraje, agallas. Cuando era pequeña, tenía miedo de los vampiros y los monstruos. Era una de esas niñas que tenía que mirar bajo de la cama antes de irse a dormir. ¿Y si había algún monstruo esperando allí abajo? Incluso en los días del Circo de la Alegría, la pequeña Emily se encogía entre las sabanas imaginando que cualquier sonido nocturno era producida por un malvado vampiro. Fue entonces cuando se inventó una amiga imaginaria. Ella sería una payasa valiente, igual como lo fue su padre: Shimphony Shappire. Ojos azules, melena azul, piel de porcelana… La chica, que solo existía en su imaginación era preciosa. Shappy la protegería de los monstruos que se escondían bajo de la cama y de los vampiros que por la noche salían a comerse a los niños. Pronto se convirtieron en grandes amigas. No importaba que la payasa solo existiese en su imaginación, era su amiga y le protegía de los malos.

Emily se equivocó. Los monstruos no vivían bajo la cama. Los monstruos de verdad los trajo Randall Flag al Circo de Alegría. ¿Alegría? No, aquello fue un horror. El Circo de los Horrores. El padre de Emily y los demás payasos fueron hipnotizados por el Hombre de Negro. Se convirtieron en monstruos. ¿Y dónde estaba Shappy? Emily la buscó. Se quedó durante días bajo las sabanas de la cama esperando que su amiga le ayudase. Shimphony Shappire le pudo proteger contra los monstruos que de su imaginación, los monstruos reales se tenía que enfrentar ella solita. Emily fue al tocador de su madre y se maquilló de forma que pareciese todo lo posible a Shimphony Shappire.

Así fue como nació Shimphony Shappire. La pintura no era mágica; la magia residía en la mente de la chica. Una vez que se maquillaba como la payasa que le salvó del Circo de los Horrores, no había vuelta atrás. El agua era inútil. Reía, bromeaba y se enfrentaba contra los monstruos como la amiga que Emily Shawn se imaginó de pequeña.

-Llegas tarde Athos, se acabaron las votaciones.- dijo Shappy con una sonrisa.

Seeren cogió impulso y saltó cogiendo a Athos por la cintura. Thoner le sujetó los brazos, el mudo tenía más fuerza muerto que vivo. Aillen se encargó de sujetar el cuello de Athos, si se transformaba en dragón, el largo cuello de éste iba a ser un problema.

Cein tenía un cuchillo en la mano. El cuello de la difunta enfermera estaba inclinado en una posición grotesca. El arma apuntaba hacia Charles y Harambe, ambos se habían quedado apartados de Kano y Athos. El cadáver caminó lentamente, el gorila le intentó alejar dando golpes al suelo. Los cuadros, lámparas y las propias paredes se movieron por los golpes que Harambe daba en el suelo. Shappy ya lo sabía. Aileen se lo había contado antes de morir, en cada muerte, Harambe se había movido: dio un pisotón, golpeó el suelo o hizo cualquier otra cosa que activase los dichosos mecanismos.

-A ver cómo sales de ésta, señor Anfitrión- se burló Shappy.

-¡Yo también quiero verlo!- dijo Kano aunque no sabía a quién se dirigía.

Un pistón salió disparado, como si fuera el proyectil de una ballesta, por el ojo de un retrato. La mala suerte es que el pistón se calvó en la frente de Charles matándolo en el acto. Iba dirigido hacia Shimphony Shappire, pero ella lo esquivó con un burlesco movimiento de cabeza.

Harambe cogió una silla y la hizo chocar contra Shappy. Los cadáveres volvieron a ser muertos inmóviles en el momento en el que la payasa cayó al suelo inconsciente por el golpe.

-Tú y yo somos iguales, señor Athos. Protegemos y honramos el descanso de los muertos. No somos como ellos. Ya has visto lo que han hecho. Han votado durante para protegerse entre ellos, ¿han hecho algo con los cadáveres de sus amigos? ¡No! Los han dejado abandonados. Igual como abandonaron a mi hijo. Tú no lo sabes. Hace unos meses, mi hijo murió. Calló al fondo de un pozo. Estuvo vivo durante unas horas. Pidió ayuda. Gritó con todas sus fuerzas- Harambe gritó como el animal que era sin dejar de dar golpes al suelo - pero nadie hizo nada por ayudarle. le dejaron morir ahogado-.

Kano echó un rápido vistazo a los cadáveres. Era lento pensando, pero no estúpido. Se dio cuenta que todos, a excepción de Charles. Habían muertos ahogados: Thoner murió ahogado por su propia sangre en un preciso corte en la yugular, a Cein le cayó un brazo de la lámpara de araña al cuello y se ahogó por no poder respirar, Lauren fue asfixiada por un montón de comida envenenada, Aileen murió por un corte similar al de Thoner y Seeren se ahogó sin su agua.

-Esta es mi venganza. He utilizado el egoísmo de los que no son como nosotros para enseñarles una lección. ¡Míralos! Se han matado entre ellos solo porque en un papel decía que tenían que votar. ¡Todos habéis votado! Incluso tú, pero has sabido rectificar. Por eso he dejado que vivas-.

-¿Y qué hay de mí, gorila estúpido? En ningún momento dejé de vota-.

-Esa es una buena pregunta. Athos, mátalo. Kano es un asesino. Fuera de la mansión, es un mercenario, un asesino. Aquí dentro, no ha sido diferente. Ha matado a sus propios compañeros. ¡Merece la muerte! Nadie llorará su muerte. ¡Acaba con él!-

-Si me atacas, es que eres el mayor idiota de los diez- Kano se puso en posición de combate en medio entre Harambe y Athos- Él es la persona que ha estado jugando con nosotros.-

Harambe golpeó el torso humano de Kano con tanta fuerza que lo desplazó unos metros.

-Únete a mí Athos, juntos podremos dar una lección a Aerandir que nunca olvidarán-.

_____________________

En un estado de seminconsciencia, Emily Shawn creía ver a Shimphony Shappire. La payasa le había protegido miles de veces de los monstruos y de los horrores. A cambio, ella misma se convirtió en un horror más. Quiso decirle algo, echarle en cara los pecados que había cometido. Pero no pudo hacerlo. Bajó la vista a un suelo de oscuridad, sus pies flotaban en la nada. La valiente era Shimphony Shappire, Emily seguía siendo la misma niña cobarde que creía que los monstruos habitaban bajo de la cama.

Finalmente, fue Shappy la que habló:

- Necesito tu ayuda. No me puedo despertar del sueño si no vienes conmigo. Cuando estabas atada en la cama, pides mi ayuda y te saqué de allí. Me lo debes Emily. Tienes que hacerlo.-

Shappy fue a darle la mano, pero Emily la rechazó dando un paso hacia atrás. Estaba asustada, muy asustada.

-¿Te parecerá bonito? Cuando necesitas algo de mí, me obligas a que vaya contigo; pero, si soy yo la que quiere algo, ya puedo estar esperándote, que no vendrás. Prefieres morir antes que enfrentarte sola a tus miedos. ¡Deseo cumplido! Allí fuera, Harambe está moviendo todas las trampas. Si no nos mata una flecha salida de un cuadro, lo hará el brazo de un candelabro-.

Emily no levantó la cabeza de la oscuridad bajo sus pies.

_____________________

* Athos: ¿Y qué harás ahora?
Emily Shawn Confía en ti.
~~Charles Gwalchmei Muerto.~~
~~Aileen Sloan Muerta~~
Harambe (Gorila) Desconfía mucho de ti.
~~Seeren Muerta.~~
Kano Confía en ti.
~~Thoner Muerto.~~
~~Cein Muerta~~
~~Lauren Ytrallen Muerta~~
(Las opiniones de los npcs están variando continuamente. Puede mejorar o empeorar la imagen que tienen de ti. Las muertes no se pueden cambiar).

Este es el verdadero último turno. Harambe cree que ha matado a Shappy. Te ofrece unirse a él en venganza contra su hijo, empezando por matar a Kano. ¿Lo harás? ¿O prefieres castigar a Harambe por lo que ha hecho? Si eliges lo segundo, puedes matar o inmovilizarlo para llevarlo a prisión.
Como objetivo adicional, deberás despertar a Emily. Le has quitado su protección con el maquillaje. Está inconsciente y tiene miedo. Ayuda a que sus dos mentes se unan en una sola. Emily/Shappy te puede ayudar a enfrentarte contra Harambe.
Sí, desde el principio fue Harambe el Anfitrión. Las pistas eran muchas. Las más importantes las puedes ver en este tema: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Ves que Harambe es joyero, tiene conocimientos sobre mecanismos y de runas. Deberías saber que mis temas forman parte de un mismo universo masterográfico de ~~Marvel~~ Sigel. Podrías haber usado este tema para hacer preguntas más precisas a los pobrecitos y saber más sobre ellos. Cada uno de ellos tenía una historia creada, una lástima que no hayamos descubierto todas las historias.

Master Troll:

Athos Lun Jul 31 2017, 01:42

Estaban sobre mí, completamente sujetándome, inmovilizándome. No podía quitármelos de encima, no con simple fuerza bruta. Había fracasado en recuperar a Emily y ahora sus títeres estaban encima de mí. Peor aún, el caos continuaba. Debía liberarme cuanto antes, debía ayudar. ¿Pero cómo superar a estos seres que habían cobrado fuerza natural? Por supuesto que podría transformarme, pero temía dañarlos más de lo que ya estaban, no quería profanar sus cuerpos, no merecían más injuria. Sin embargo, no sería capaz de simplemente empujarlos a la fuerza, y tampoco me permitiría seguir en esta posición.

Continuaba forcejeando en vano, retorciéndome, empleando una y otra estrategia para zafarme. Pero cuando lograba liberar un brazo o una pierna, se me ejercía más presión en otro extremo. Esto era un cuento de nunca acabar. Mas cuando estuve a punto de finalmente empezar el proceso de la transformación, los muertos volvieron a morir. Fui capaz de reincorporarme, viendo los residuos de la batalla. Charles muerto y Shappy desmayada en el piso. Una vez más, había fracasado.

—Hmmm... —Saber que Harambe era el anfitrión me permitía analizar esta historia en retrospectiva y notar lo evidente que resultaba que él fuera el anfitrión. Lo más curioso podría ser su interacción con el veneno, pero suponía que había formas de asegurar su salud o de simplemente soportarlo. Pero explicaba los constantes golpes, la facilidad que tuvo para traernos y ya explicaba sus motivos. ¿Había dejado el resto al azar? ¿Planeó tantas muertes? ¿Realmente se hubiese matado a sí mismo? El pasado, pasado es.

—Sólo hay algo que merece más respeto que la muerte, y ésa es la vida, amigos míos. —Quedaba en posición para ver a Kano y a Harambe simultáneamente. Ambos sumamente peligrosos, y con Emily inconsciente estaba solo para enfrentar a ambos.

—¿Amigos? ¿Después de todo nos llamas así? —Fruncía su entrecejo, apretando los puños—. No te burles de mí.

—Harambe lo dijo, somos iguales. Nosotros cuatro. Nos une más que el estilo de vida o los valores. Ustedes asesinan, Shappy trae los muertos a la vida y yo intento proteger la vida. Somos parte de un ciclo, jugamos un rol importante en la función de la vida. Sin embargo... —Les daba la espalda, caminando hacia la peliazul—. ¿Qué nos concede la virtud de proteger, de asesinar, de resucitar? —Me incaba a un lado de la dama, revisando sus signos vitales.

—Poder. Mato porque puedo y porque está en mí.

—Tengo todo el derecho de cobrar venganza. Si yo no impongo la lección, si nosotros no les enseñamos a respetar la muerte, ¿quién lo hará?

—¿Y qué aprendimos hoy, amigo Harambe? Mire este cementerio. La muerte puede que no sea el final, pero en este rincón quién puede aprender algo. Aquí sólo pasaron cosas tristes. Solamente los vivos podemos ser mejores, los vivos tenemos la responsabilidad de seguir adelante. —Levantaba la cabeza de la chica, apoyándola sobre mi regazo. Parecía que recuperaba la consciencia, pero se veía muy desorientada, balbuceaba incoherencias—. ¿Por qué no me ayuda a darles el descanso que merece? No sé quiénes sean realmente ni dónde estén sus familias, pero me gustaría llevarlos a sus casas para que puedan ser enterrados.

—¿A todos?

—Sí.

—¿Y después? ¿No nos llevarías a prisión?

—Aunque quisiera, no podría. Me superan en fuerza, no podría obligarlos, pero sí parece una opción justa. Sin embargo, ¿por qué no reivindicarse? No enseñe lecciones a través de la muerte, Harambe, hágalo a través de la vida. Y, Kano, yo no sé cómo funcione realmente alguien como usted, de su naturaleza mecánica, pero sí sé que merece una oportunidad para mejorar y permitirse superar sus órdenes... Y, perdone lo del ojo.

Me observaban fijamente, insatisfechos, apretando el rostro. Quién sabe qué pensamientos estaban pasando por sus cabezas.

—Emily... —Acariciaba su mejilla, esperando que el contacto pudiera hacer que despertara, pero tal parecía que su estado era más complejo de lo que pensaba. Qué clase de vida había tenido, qué pasaba por su mente, quién o qué era Shappy. Si realmente había aprendido algo de todo esto era que, no importaban las adversidades, siempre había que escuchar a los demás. Saber escuchar, algo tan simple y puro que no sabía hacer realmente. Preguntar y escuchar.

—Discúlpenme, Emily y Shappy, perdónenme por no poder ayudarlas. Sólo espero que puedan aprender a vivir juntas, porque sólo la armonía les podrá traer paz. Que la ilusión de la distancia no las engañe, ustedes son parte de la misma persona, son una sola, sólo tienen que escucharse mutuamente y quererse... Porque son una, no dos. —Lanzaba un suspiro, dejándola reposar sobre la túnica que una vez estuvo cubriendo a Cein.

—¿Y bien? No me respondiste, Athos. ¿Te unirás a mí?

Negué con la cabeza.

Harambe rugió de una forma que jamás lo había hecho, lanzando un manotazo sobre Kano, lanzándolo contra un muro, dirigiéndose luego hacia mí a toda velocidad. Pero cuando llegó a mí, no se encontró con un humano, sino con un dragón. Había leído en sus ojos que no me dejaría ir así de fácil. Probablemente pudo usar una de sus trampas contra mí, pero quizá esperaba aún convencerme o forzar mi mano. Prefería no enfrentarlo, mas no me daba opción más que defenderme.

Aunque me vio en mi forma de dragón no se inmutó y continuó su embestida, agarrándome del cuello y poniéndose sobre mi espalda. La presión en mi garganta era intensa, mas mis escamas resistirían. Torcí mi cabeza hacia él, mordiendo una de sus patas y azotándolo contra el piso, mas no me soltaba del cuello, era sin duda muy fuerte y terco, pero esa determinación lo había colocado en una posición crítica, permitiéndome poner dos garras sobre su pecho, permitiéndome retirar mi cuello de él, ejerciendo tensión sobre sus costillas con todo mi peso, esperando que se quedara en paz.

No lo hizo. Forcejeaba, golpeaba mis patas y con sus pies me intentaba repeler, mas no cedía. Pero tampoco yo lo haría, mantenía mi posición. Quizá lo asfixiaría lo suficiente para que perdiera la consciencia o le causaría un inmenso dolor para dejarlo fuera de combate. Ni uno y ni lo otro. Kano saltó sobre nosotros, blandiendo un mazo y una lanza, atacándonos con ellas. No sabía que estaban saboteadas, mas eso no evitó que saliéramos ilesos.

El mazo se rompió cuando hizo contacto con mis escamas, sólo sacándome de balance un poco. Pero el gorila no corrió con la misma suerte, pues el tridente, aunque roto, logró penetrar su hombro. Sorprendido por lo sucedido, el cibernético miró atónito el escenario, quedando indefenso para la espontánea arremetida de Harambe, quien ponía su enorme mano sobre el cráneo del mercenario, tratando de romperlo.

Casi como un acto de reflejo, antes de que el simio pudiera cerrar su puño, mordí su muñeca con tanta presión que terminé arrancándola. ¿A tiempo? No lo sabía. Kano cayó arrodillado, con claras marcas de aplastamiento en su cabeza mientras que Harambe se revolcaba en el suelo, gruñiendo y gritando, adolorido.

¿Cuándo acabaría esta pesadilla? Rápidamente acudí a la fuente de fuego más cercana, improvisando una antorcha con un palo acudí a la herida de Harambe, quemándola, sujetando la antorcha con mi mandíbula e inmovilizando al anfitrión con una de mis patas. Retiré luego la lanza, que afortunadamente, gracias a lo débil que estaba el arma, sólo dañó superficialmente sus músculos.

—Está en mí, Athos. La ira, la sed de venganza. Veo a las personas y sólo percibo egoísmo, avaricia y caos. Mi hijo pudo ser salvado, pero yo ya no. Estoy en la oscuridad más profunda, nadie me puede salvar. —Repentinamente me empujó con sus piernas, al mismo tiempo que golpeaba el suelo, activando una trampa. El piso se abrió, doblándose sobre Harambe, amenazando con aplastarlo.

No volvería a fallar, ni una muerte más. Me lancé sobre él, deteniendo ambos bloques antes de que comprimieran su cuerpo. Pero el engrane era intenso, la presión que ejercían era inmensa y mis fuerzas comenzaban a flaquear. Parecía que mi protección se convertiría en un sacrificio.

—¡Athos, no! —Exclamó Harambe al ser empujado por mi cola, quedando fuera de peligro. Tal vez mi muerte le ayudaría entender que vale la pena morir por la vida y que dejara de vivir para matar. Tal vez... Cerré los ojos y dejé de sujetar la trampa.

No morí. Emily, o Shappy, habían intervenido, trabando los engranes que habían quedado expuestos en el suelo, logrando sabotear así la trampa. Me había salvado la vida. Pero, ¿qué pasaría ahora? Con un anfitrión herido, ¿seguiría la fiesta?

**Sigel** Mar Ago 01 2017, 12:31

La dualidad de la payasa se reflejaba a la perfección en su rostro. Media cara estaba maquillada con las pinturas que daban rienda suelta a Shappy, la otra mitad estaba limpia. Sus labios tenían una curvatura extraña, Shappy intentaba reír y Emily llorar. El aullido de la chica era mezcla entre llanto y risa.

Se arrastraba por el suelo. Harambe le había abierto una brecha en la cabeza por la cual estaba sangrado. Una mano guiada por Emily apretaba la herida de la cabeza para que dejase de sangrar, la otra, ésta la dirigía Shimphony Shappire, estaba dentro de un agujero del suelo. Estiraba las tuercas y las palancas de modo aleatorio. No sabía qué estaba haciendo, pero era la única salida. Era tocar cosas que no entendía o quedarse quieta y ver como Athos se sacrificaba por una causa estúpida. Si estuviera Charles vivo sabría manejar mejor los controles. La chica (las dos mitades) recordaba que el viejo había dicho que ya había visto estos engranajes una vez en una estatua de su biblioteca.

Las dos personalidades estaban cooperando. Entre las dos podrían rescatar a Athos. Juntas, eran capaces de todo. La última vez que se unieron fue para matar al Maestro de Ceremonias. Estaba vez, para destruir el juego (la lección) del Anfitrión.

-Athos- la voz de la chica sonó con dos tonos distintos: uno dulce y preocupado y el otro austero y sombrío- como te caigas juro que bajo a buscarte-.

La trampilla se cerró. Faltó muy pocos segundos para que el dragón cayese al vacío. Fue como si el mecanismo de la casa hubiera escuchado lo que la chica había hecho. Si Athos hubiera muerto, Shimphony Shappire sería capaz de quemar el lugar con el Gorila dentro.

Tiró de más palancas y más engranajes. Las contraventanas de la mansión se abrieron de golpe dejando pasar los primeros rayos naranjas del Sol.

Harambe, muy lentamente, se dirigió hacia el cuerpo de la chica. Tenía los puños en alto y en su labios se mostraba una sonrisa asesina. Kano salvó a la chica. Cogió los brazos del gorila por la espalda y los ató a una cadena que había arrancado del mecanismo del suelo. Como nudo usó una costilla de cerdo a medio comer.

-Voto a favor de la vida,- dijo Kano mirando hacia el dragón acostado en el suelo- la vida en una cárcel. ¡Ja! Espero que lo disfrutes- el último “ja” de Kano no tenía ni una pizca de burla. Solo dolor y un extremo cansancio.

Harambe estuvo a punto de hablar, pero Kano le golpeó en la cabeza con su brazo de metal antes de que éste hablase.

-Se acabó la charla- cogió la cabeza del gorila y la estampó contra el reloj de arena- y se acabó el juego-.

Harambe miró el rostro de un retrato que cayó al suelo durante la batalla contra el dragón. Río sin abrir la boca. El juego no había terminado. Solamente la primera partida. Pero quedaban muchas otras. Muchísimas más. Un número le cruzó por la cabeza. Creyó que en total habrían 19 partidas de un mismo juego y ese retrato era la prueba de que quedaban muchas otras partidas. El juego no había terminado.

_____________________

* Athos: Felicidades, has detenido el juego y descubierto el Anfitrión, solo han muerto seis personas. Te recordaré sus nombres para que hagan meya en tu conciencia: Thoner, Cein, Lauren, Aileen, Seeren y Charles. La buena noticia es que has conseguido que Harambe, Kano y Shappy sobrevivan. 3 vidas salvadas de 9.
10 de base + 15 de desarrollo = 25 Puntos de Experiencia
450 aeros
Armadura Pobrecitos

Armadura Pobrecitos:

* Athos: Los puntos ya han sido sumados directamente a tu perfil. Siempre digo algo al final de la misión, no como la Diosa Sigel sino como la chica que hay detrás. La verdad es que con esta misión no sé qué decir. Desde mi punto de vista, ha sido apasionante. Tenía una tonta idea, una mezcla entre la novela 10 negritos de Agatha Cristhie y el anime Danganrompa. Algo que fuera diferente a las batallas épicas que suelen haber en las misiones, para variar un poco. No me esperaba que el resultado de la mi tonta idea hubiera sido tan bueno. La verdad, me ha gustado muchísimo y gran parte de ello te lo debo a ti. Me lo has puesto muy difícil al no querer votar jajajajaja. Muchas gracias, y lo digo desde el corazón. Me dijiste que lo tenías mal para contestar (no voy a decir tus problemas personales en público, pero debes saber que los recuerdo bien) y aun así has estado al pie del cañón. ¡Bravo!
Pero esa es mi opinión y ahora es tu turno. Me gustaría muchísimo que me criticases. ¿Qué te ha parecido la misión, qué cambiarías, qué personaje te ha gustado más, qué personaje te ha gustado menos…? Es la primera vez que hago una misión de este estilo y me gustaría muchísimo saber qué opinas. Sé que hay muchos usuarios que sin participar también siguieron la misión con los ojos abiertos a cada detalle por si descubrían al Anfitrión (eres famoso Athos). Vosotros también podéis opinar, me gustaría mucho que lo hagáis porque depende de vuestras opiniones que haga más misiones así y mejore cada día un poco más.

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