Planos existenciales. La realidad y sus dimensiones.

Nuestra realidad, el mundo tal y como lo concebimos, comprendería tanto Aerandir como la tierra. Son planos de materia perceptible por los sentidos humanos; es decir, son los objetos y organismos que se pueden ver, oler, tocar o escuchar de forma normal. El plano real o la realidad material sería el resultado de la superposición de planos de existencia, estos pueden ser subplanos, planos que se suponen debajo del mundo conocido, según la tradición de los seres mágicos, -elfos, dragones y brujos- estos subplanos se encontrarían físicamente debajo del plano real, ya que es de ahí donde notan gracias a sus habilidades que circula el éter en mayor medida. Estos subplanos alternan las dos realidades, la realidad material y etérea y a menudo son habitados por seres corrompidos.

También encontramos superplanos, estos superplanos son existencias que van más allá de lo material, no son planos tangibles ni se pueden percibir con los sentidos humanos.

Si Aerandir fuera un árbol, este serían sus raíces. El éter es la fuente principal de vida y de magia, el darae élfico, es la magia de la vida y de la creación. Lugar ancestral de los dragones elementales según las leyendas, estos habrían terminado de consumir su éter para crear Aerandir, convirtiéndose así en un plano no material o superplano, deshaciéndose de su realidad material. Todo ser mágico se nutre de este plano e incluso algunas razas tienen la habilidad de percibir las fuentes de éter, es decir, lugares físicos donde las conexiones con este plano son más fuertes, un claro ejemplo de ello es la elección del Árbol Madre como capital de los elfos en Sandorai, siendo esta una de las grandes fuentes de éter de Aerandir.

Los habitantes de este plano, a menudo son llamados al plano material a través de invocaciones, recibiendo el nombre de elementales cuando toman forma en el mundo material.

Oblivion es el reflejo del mundo material, un submundo creado por la corrupción del éter. Algunos lo describen como el reflejo en un espejo, donde las cosas suceden de manera inversa, por ello también es conocido como el mundo al revés. Cuando amparecen grandes fluctuaciones de éter desde el mundo etéreo a la realidad material, se abren las brachas que separan ambos mundos, la última brecha conocida fue aquella que desencadenó la batalla de Sandorai, donde seres del Oblivion intentaron destruir uno de los canales de éter más  importantes de Aerandir, el árbol madre.

Hay varias teorías, algunas teorías creacionistas dicen que el Oblivion siempre ha existido desde la creación de Aerandir, siendo este su reflejo etéreo y manteniendo así el equilibrio entre lo material y lo etéreo, repartiéndose en partes iguales en ambos mundos pero predominando en cada uno de ellos una de las dos realidades, estos seres llamados oscuros querrían destruir las fuentes de éter del mundo conocido para que toda esa magia fuera acaparada por su mundo. Otras teorías como la teoría de la corrupción, teoría más amparada por los eruditos élficos, apelan a que la creación de Oblivion se debe a la corrupción del éter del mundo material por un mal uso de esta fuente de magia. Esta corrupción tendría lugar en el momento de la división de magias y en el momento en el que el éter se empezó a utilizar como fuente de destrucción y no de creación, es decir, el hecks, la magia de destrucción de los brujos. De esta manera, aquellos que abusan y son corrompidos por la magia y el poder son relegados a una eternidad en el Oblivion, siendo estos los seres que habitan en el otro mundo tras perder toda su esencia humana tan solo les quedaría las ansias de poder y de destrucción.

El mundo onírico hace referencia al dios O'Nir, siendo este dios sin género quien se ecarga de mantener activo el mundo de los sueños y equilibrando la balanza entre los sueños y las pesadillas. Oniria es un superplano que no tiene lugar físico en nuestra realidad, pero a menudo se relaciona con el cielo por su naturaleza inalcanzable y por su inmensidad. Al igual que el mundo etéreo el mundo onírico no es perceptible por los humanos, pero a diferencia de el mundo primigéneo, este mundo funcionaría como una gran tela de araña que uniría las mentes de todos los seres con la capacidad de soñar. ¿Nunca has soñado con alguien? Posiblemente esa persona también ha soñado contigo. Oniria es por tanto un mundo al cual se puede acceder a través de los sueños. En este plano la percepción del tiempo y del espacio se pierde completamente, llegando al espacio y al tiempo onírico a través del sueño, un tiempo que parece correr más deprisa que en la realidad material, cuando a penas ha sido un suspiro.

Los seres que habitan esta dimensión toman el nombre de oníricos, seres incorpóreos que deambulan por el mundo saltando de sueño en sueño. Estos seres a menudo son corrompidos por el éter y se manifiestan de forma material en nuestra realidad, tomando el nombre de feéricos o fae, ejemplo de ello son las hadas, seres curiosos que deciden explorar el mundo material.