La llegada del cristianismo.

El cristianismo es, sin duda, una plaga ideológica que poco a poco y en silencio comenzaba a calar en la población con su mensaje de paz y armonía, convirtiendo a grandes grupos de la población en aquella nueva religión monoteísta. Los cristianos solían reunirse en las catacumbas, alejados de cualquier bullicio y sobre todo, seguros ante las autoridades paganas. Lunargenta es sin duda la capital que alberga más población cristiana, llegando a incluso a haber comunidades en el mismo subsuelo. La idea de un único dios es, sin duda, una revelación para la población humana que ha vivido toda su vida bajo la influencia del politeísmo.

La promesa de la paz y la prosperidad difundida por los llamados misioneros de la palabra de Dios, comienza a expandirse sin mesura. Ante la libertad de culto en las capitales humanas, los sacerdotes paganos poco pueden hacer contra esta propagación más que contraatacar con un mensaje claro y directo: Odín es el padre de todos, pero, ¿Quién sería Odín sin sus hermanos e hijos, y sin sus mujeres? ¿Cómo iba un solo dios a encargarse de los nueve mundos? Eran las preguntas fundamentales en las que basaban sus discursos.

La figura del misionero, por otra parte, es un predicador de las palabras de Dios en Aerandir. Estos suelen ser antepasados de los mismos terrestres que llegaron a Aerandir durante la época de las colonias, e incluso algunos proceden de una estirpe más posterior, siendo familiares de los terrestres que participaron en la última guerra. Las comunidades cristianas, muy diferentes a las paganas, suelen ser familias de pocos individuos en los que el cabeza de familia es el progenitor.

La biblia llegó pisando lento pero seguro a las tierras de Aerandir, y parece que su avance no decae pese a la mayoría pagana. No obstante, las religiones politeístas no presentan muchos desacuerdos con otras religiones por muy diferentes que sean sus costumbres, por lo que cristianos y paganos conviven, hasta la fecha, en relativa paz y tranquilidad.

Como rituales importantes encontramos el bautismo, por el que se adopta un nombre cristiano y es el primer paso para alcanzar el cielo, el cual está custodiado por San Pedro; la comunión, donde se ingiere el pan sagrado, se toma como una transición hacia la vida de los adultos. La unión de una pareja se sella mediante el sacramento del matrimonio, la unión de ambas personas ante Dios.

Es importante decir que esta sociedad cristiana en Aerandir no puede ser tachada de católica, ya que a ojos de la iglesia terrestre actual sería un modo más de herejía así como en su día lo fueron el arrianismo, protestantismo u otras sectas de la cristiandad.

El cristianismo aerandiano no cree en jesucristo, pues es un personaje que no se ubica siquiera en el espacio ni en el tiempo aerandiano y está fuera totalmente de su contexto cultural, por lo que el mesías enviado por Dios aún no ha llegado a la tierra. En este sentido tienen más similitudes con la rama más conservadora del cristianismo.

El culto a las vírgenes y santos aún no está demasiado arraigado, se trata de una sociedad iconoclasta en ese sentido ya que no aceptan representaciones de Dios.

Destacar papeles como el  de Niels Oddasson, cuyo nombre cristiano fue Ricardo, conocido por establecer la primera colonia cristiana en Lunargenta y predicar en las catacumbas la palabra de Dios, lejos de los paganos con el fin de proteger a sus nuevos adeptos. Allí instauró una pequeña capilla de la que a penas quedan los restos, ya que ante la pacífica acogida de las autoridades paganas, el cristianismo se empieza popularizar y a practicarse en lugares públicos y privados sin ningún tipo de represalia.