Quien con lobos anda, a aullar aprende [Privado]
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Quien con lobos anda, a aullar aprende [Privado]
Era un día precioso, el sol estaba alto en el cielo pero el calor de sus rayos no dañaba ni sofocaba, por el contrario, generaba una agradable sensación calentando ligeramente la ropa y la piel. En días como esos a Matthew le gustaba aprovechar para intentar devolverle un poco de color a su pálida piel. Desde que le habían impuesto la maldición de la Mano Bio su salud ya no era la de antes, el Estafador hacía una y mil cosas para intentar mantener su aspecto impecable.
No estaba solo, claro está, en los alrededores de la inmensa tienda que conformaba el prostíbulo había además muchas carpas individuales que pertenecían a las muchachas que trabajaban allí. Y claro, Owens no era el único que había notado lo agradable que estaba el clima, así que mientras él descansaba sobre una manta semi recostado, en los alrededores habían distintas chicas, algunas solas, otras en grupo, haciendo distintas actividades que iban desde simplemente tomar sol a depilarse, comer algo ligero, charlar, dormir, etc.
De día la actividad del prostíbulo era mucho menor, así que era como el momento de descanso para todos, Matt no molestaba a las chicas en su tiempo libre, y era raro que ellas se acercaran a él sin motivos específicos.
Vio a Estolas a la distancia “Aún es temprano para que esté en busca de una dosis” pensó el Virrey, aunque no podía asegurar cuando había sido la última vez, creía que uno de los clientes le había convidado. No es que fuera el único motivo que pudiera tener para salir de la tienda, pero sí era el más habitual, así que Matthew le hizo un gesto para que se acercara.
-Ven aquí un momento, Cielo. Hazle un poco de compañía a este hombre solitario - Dado el ambiente, sí el comentario viniera de cualquier otra persona podría malinterpretarse, pero todas allí sabían que Matt jamás se acostaba con las personas que trabajaban para él - En una tarde tan hermosa es un desperdicio que te la pases encerrada - Y no hizo comentario alguno sobre donde podía ser eso.
En cuanto la tuvo cerca la agarró y le dio un fuerte abrazo, darle afecto a Estolas era como mostrarse cariñoso con una muñeca, en líneas generales no se resistía y era por eso que los clientes la buscaban tanto. Pero en el tiempo que llevaba trabajando para Matt habían sabido entenderse mutuamente, y la Licántropo había cumplido con todas las expectativas del Virrey con creces.
-¿Podrías transformarte? Quiero ver cómo está tu pelo ¿Lo estuviste cepillando con regularidad? - Matthew solía cuidar a todas sus chicas, aunque con algunas tenía más cariño que con otras, y la loba era una de ellas - Le diré a Nala que te consiga alguna crema o algo para que quede más lindo y brillante -
En cuanto Estolas se transformó Matt hundió el rostro en su lomo y suspiró, no sentía vergüenza alguna de mostrarse afectivo aunque estuviera rodeado de gente. Nadie se atrevería a decirle nada de todos modos, nadie se metía con el Virrey loco.
No estaba solo, claro está, en los alrededores de la inmensa tienda que conformaba el prostíbulo había además muchas carpas individuales que pertenecían a las muchachas que trabajaban allí. Y claro, Owens no era el único que había notado lo agradable que estaba el clima, así que mientras él descansaba sobre una manta semi recostado, en los alrededores habían distintas chicas, algunas solas, otras en grupo, haciendo distintas actividades que iban desde simplemente tomar sol a depilarse, comer algo ligero, charlar, dormir, etc.
De día la actividad del prostíbulo era mucho menor, así que era como el momento de descanso para todos, Matt no molestaba a las chicas en su tiempo libre, y era raro que ellas se acercaran a él sin motivos específicos.
Vio a Estolas a la distancia “Aún es temprano para que esté en busca de una dosis” pensó el Virrey, aunque no podía asegurar cuando había sido la última vez, creía que uno de los clientes le había convidado. No es que fuera el único motivo que pudiera tener para salir de la tienda, pero sí era el más habitual, así que Matthew le hizo un gesto para que se acercara.
-Ven aquí un momento, Cielo. Hazle un poco de compañía a este hombre solitario - Dado el ambiente, sí el comentario viniera de cualquier otra persona podría malinterpretarse, pero todas allí sabían que Matt jamás se acostaba con las personas que trabajaban para él - En una tarde tan hermosa es un desperdicio que te la pases encerrada - Y no hizo comentario alguno sobre donde podía ser eso.
En cuanto la tuvo cerca la agarró y le dio un fuerte abrazo, darle afecto a Estolas era como mostrarse cariñoso con una muñeca, en líneas generales no se resistía y era por eso que los clientes la buscaban tanto. Pero en el tiempo que llevaba trabajando para Matt habían sabido entenderse mutuamente, y la Licántropo había cumplido con todas las expectativas del Virrey con creces.
-¿Podrías transformarte? Quiero ver cómo está tu pelo ¿Lo estuviste cepillando con regularidad? - Matthew solía cuidar a todas sus chicas, aunque con algunas tenía más cariño que con otras, y la loba era una de ellas - Le diré a Nala que te consiga alguna crema o algo para que quede más lindo y brillante -
En cuanto Estolas se transformó Matt hundió el rostro en su lomo y suspiró, no sentía vergüenza alguna de mostrarse afectivo aunque estuviera rodeado de gente. Nadie se atrevería a decirle nada de todos modos, nadie se metía con el Virrey loco.
Matthew Owens
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Re: Quien con lobos anda, a aullar aprende [Privado]
Estolas había pasado buena parte de la mañana en el interior de la carpa principal. No tenía trabajo, pero el sol no le sentaba bien, ni a sus ojos ni a su pálida piel.
Es fácil pensar que con tanta peca una no se dañaría con el sol, pero era todo lo contrario. Las pecas salían a causa de él y la piel de la loba seguía siendo sensible pese al millar de manchas que la pintaban y los ojos... bueno, eso era simple sensibilidad al exceso de luz, pero eso no quitaba para que a Estolas le molestara tener que estar mirando con los parpados prácticamente cerrados.
—Vamos, sal con nosotras —Nala tiraba con alegría del brazo de Estolas, mientras esta comía con el que le quedaba libre—. Todo el mundo está fuera. Cualquiera diría que eres un vampiro.
—Pero no me gusta el sol, luego me duele la cabeza y me quemó la piel.
—Oh, venga. Te pondré crema —Nala se puso de rodillas junto a la mesa baja en la que estaba la loba—. El doctor nos trajo un montón el otro día. Se suponía que era solo para Matt, pero ya conoces al Doc, se preocupa por nosotras.
—De acuerdo —Estolas suspiró y la elfa dio un gritito de ilusión—. Pero primero terminare de comer.
Nala salió de la carpa dando saltitos. Minutos más tarde la siguió Estolas, con los parpados pintados de negro para mitigar el poderoso sol.
La pelirroja se llevó la mano a la frente, parecía que la pintura funcionaba... o no, porque en cuanto sacó la mano estornudó varias veces.
—Enseguida, Matt.
Estolas miró en la dirección de la que provenía el llamado y se acercó a su dueño. Correspondió el abrazo con un movimiento mecánico.
A la loba no le pasaba desapercibida la necesidad de su dueño por tenerla bien atendida. Matthew se preocupara de que a sus chicas no les faltara nada, pero tenía un trato preferente para con la pelirroja. Las razones de ello podían ser muchas, pero la mente de Estolas solo concebía aquello como una recompensa por ser la mujer que más beneficios le daba al virrey.
—Por supuesto —Estolas se sacó la ropa—. Si, Nala me cepilla casi todos los días. Y estoy cuidando mi cabello en forma humana, tal y como pediste.
Tras decir aquello la licantropa se transformó, estaba convencida de que Matt lo hacía tan solo para asegurarse de que su pelaje estuviera suave y sedoso, pero quizás...
Cabía la posibilidad de que se lo hubiera pedido por conocer de alguna forma sus problemas de piel. Aunque por otro lado... ¿Cómo podía saber Matt aquello? Que el cambio de forma protegía la delicada piel de Estolas, que el pelaje evitaba que el sol la dañara.
En cualquier caso, la loba agradeció el gesto mentalmente y se quedó de pie junto a su amo.
En aquella posición, la cabeza de Matt quedaba justo a la altura del lomo de Estolas.
Es fácil pensar que con tanta peca una no se dañaría con el sol, pero era todo lo contrario. Las pecas salían a causa de él y la piel de la loba seguía siendo sensible pese al millar de manchas que la pintaban y los ojos... bueno, eso era simple sensibilidad al exceso de luz, pero eso no quitaba para que a Estolas le molestara tener que estar mirando con los parpados prácticamente cerrados.
—Vamos, sal con nosotras —Nala tiraba con alegría del brazo de Estolas, mientras esta comía con el que le quedaba libre—. Todo el mundo está fuera. Cualquiera diría que eres un vampiro.
—Pero no me gusta el sol, luego me duele la cabeza y me quemó la piel.
—Oh, venga. Te pondré crema —Nala se puso de rodillas junto a la mesa baja en la que estaba la loba—. El doctor nos trajo un montón el otro día. Se suponía que era solo para Matt, pero ya conoces al Doc, se preocupa por nosotras.
—De acuerdo —Estolas suspiró y la elfa dio un gritito de ilusión—. Pero primero terminare de comer.
Nala salió de la carpa dando saltitos. Minutos más tarde la siguió Estolas, con los parpados pintados de negro para mitigar el poderoso sol.
La pelirroja se llevó la mano a la frente, parecía que la pintura funcionaba... o no, porque en cuanto sacó la mano estornudó varias veces.
—Enseguida, Matt.
Estolas miró en la dirección de la que provenía el llamado y se acercó a su dueño. Correspondió el abrazo con un movimiento mecánico.
A la loba no le pasaba desapercibida la necesidad de su dueño por tenerla bien atendida. Matthew se preocupara de que a sus chicas no les faltara nada, pero tenía un trato preferente para con la pelirroja. Las razones de ello podían ser muchas, pero la mente de Estolas solo concebía aquello como una recompensa por ser la mujer que más beneficios le daba al virrey.
—Por supuesto —Estolas se sacó la ropa—. Si, Nala me cepilla casi todos los días. Y estoy cuidando mi cabello en forma humana, tal y como pediste.
Tras decir aquello la licantropa se transformó, estaba convencida de que Matt lo hacía tan solo para asegurarse de que su pelaje estuviera suave y sedoso, pero quizás...
Cabía la posibilidad de que se lo hubiera pedido por conocer de alguna forma sus problemas de piel. Aunque por otro lado... ¿Cómo podía saber Matt aquello? Que el cambio de forma protegía la delicada piel de Estolas, que el pelaje evitaba que el sol la dañara.
En cualquier caso, la loba agradeció el gesto mentalmente y se quedó de pie junto a su amo.
En aquella posición, la cabeza de Matt quedaba justo a la altura del lomo de Estolas.
Marceline
Experto
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Re: Quien con lobos anda, a aullar aprende [Privado]
El día estaba hermoso, y tenía el mejor clima que veía en mucho tiempo. Estando a mitad del invierno, no era una sorpresa que los días en los que el sol estaba tan radiante escasearan. Hubiese sido otra mi situación, probablemente estaría echado tomando sol sobre la hierba en algún prado en medio de un bosque circundante, pero en las calles el trabajo escaseaba (o mejor dicho, estaba sumamente precarizado y dejaba pocas ganancias), y después de tanto tiempo sin trabajar, mis finanzas estaban cada vez peor.
Hacía alrededor de dos semanas que había llegado a la ciudad, y todas las mujeres afines al rubro con las que había charlado me habían dicho lo mismo: que el mejor (o el único) lugar para trabajar era la Tienda del virrey de turno. Todo aquellos rumores de "contrato libre", y que el señor "ni tocaba" a sus trabajadoras se me hacían más verso o mito que otra cosa, y para ser honesto no tenía ganas de terminar en el harén personal de algún viejo mórbido con delirios de grandeza.
Suspiré mientras caminaba hacia la Tienda, que ya se hacía visible a la distancia. ¿Me estaría metiendo en una boca de lobo? Después de haber pasado por tantos lugares, "lo peor que podría pasar" seguramente sería, a lo mucho, un mal ya conocido.
Había dejado la mayoría de los anillos que solía usar en la posada donde me estaba hospedando (excepto, claro, el que poseía el encantamiento que me permitía no preocuparme por el tema de la ropa si decidía transformarme en lobo), y me había limitado a una camisa blanca al cuerpo, y pantalones y botas de color marrón oscuro. Cuanto más sencillo, mejor. Después de todo, no era ni la ropa ni los accesorios lo que estaba vendiendo.
Cuando llegué a la entrada me encontré con una chica de cabello castaño frente a una especie de estrado -Hola, me dijeron que estaban contratando, ¿puede ser?- le sonreí con el típico encanto que se desarrolla con años de profesión, y vi como de a poco otra se iba formando en la cara de la mujer que se presentó como Brenda, a medida que me evaluaba con la mirada de arriba a abajo, como viendo un potencial en dinero en cada centímetro de mi cuerpo.
Me indicó que espere un momento antes de desaparecer dentro de la tienda por unos minutos que aproveché para acomodarme un poco el pelo y la ropa, y finalmente para mirar a mi alrededor mientras distraídamente hacía girar el anillo en mi mano izquierda. Era increíble como nada parecía crecer en esa ciudad. Creo que no había visto un árbol siquiera.
La mujer de escasa estatura reapareció desde la Tienda y me indicó que la siga al interior, aunque fue solo para volver a salir afuera por otro lado. Mientras caminaba detrás de ella, pensaba que tal vez el lugar no estaría tan mal, pero apenas ese pensamiento cruzó mi mente, "lo peor que podría pasar" se hizo presente con nombre, apellido, y hasta título.
Hacía alrededor de dos semanas que había llegado a la ciudad, y todas las mujeres afines al rubro con las que había charlado me habían dicho lo mismo: que el mejor (o el único) lugar para trabajar era la Tienda del virrey de turno. Todo aquellos rumores de "contrato libre", y que el señor "ni tocaba" a sus trabajadoras se me hacían más verso o mito que otra cosa, y para ser honesto no tenía ganas de terminar en el harén personal de algún viejo mórbido con delirios de grandeza.
Suspiré mientras caminaba hacia la Tienda, que ya se hacía visible a la distancia. ¿Me estaría metiendo en una boca de lobo? Después de haber pasado por tantos lugares, "lo peor que podría pasar" seguramente sería, a lo mucho, un mal ya conocido.
Había dejado la mayoría de los anillos que solía usar en la posada donde me estaba hospedando (excepto, claro, el que poseía el encantamiento que me permitía no preocuparme por el tema de la ropa si decidía transformarme en lobo), y me había limitado a una camisa blanca al cuerpo, y pantalones y botas de color marrón oscuro. Cuanto más sencillo, mejor. Después de todo, no era ni la ropa ni los accesorios lo que estaba vendiendo.
Cuando llegué a la entrada me encontré con una chica de cabello castaño frente a una especie de estrado -Hola, me dijeron que estaban contratando, ¿puede ser?- le sonreí con el típico encanto que se desarrolla con años de profesión, y vi como de a poco otra se iba formando en la cara de la mujer que se presentó como Brenda, a medida que me evaluaba con la mirada de arriba a abajo, como viendo un potencial en dinero en cada centímetro de mi cuerpo.
Me indicó que espere un momento antes de desaparecer dentro de la tienda por unos minutos que aproveché para acomodarme un poco el pelo y la ropa, y finalmente para mirar a mi alrededor mientras distraídamente hacía girar el anillo en mi mano izquierda. Era increíble como nada parecía crecer en esa ciudad. Creo que no había visto un árbol siquiera.
La mujer de escasa estatura reapareció desde la Tienda y me indicó que la siga al interior, aunque fue solo para volver a salir afuera por otro lado. Mientras caminaba detrás de ella, pensaba que tal vez el lugar no estaría tan mal, pero apenas ese pensamiento cruzó mi mente, "lo peor que podría pasar" se hizo presente con nombre, apellido, y hasta título.
Hadden Payne
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Re: Quien con lobos anda, a aullar aprende [Privado]
A Matthew le encantaba la sensación del pelo de Estolas, era como un almohadón muy suave y cálido. El Humano jamás había podido tener una mascota, en los primeros años de su vida porque apenas tenía dinero para poder alimentarse a sí mismo, mucho menos iba a poder hacerse cargo de un animal. Más luego, cuando su posición económica mejoró, simplemente no tenía la dedicación suficiente como para recordar de cuidarlos, se olvidaba de que existían en cuanto iba perdiendo el interés.
En ese sentido la Licántropo era un intermedio perfecto, porque podía mimarla y llenarla de atenciones cuando quisiera, pero no dependía de él para todo el resto de las cosas que no tenía ganas de hacer.
-Me alegra tanto oir eso, cuando llegaste estabas muy maltratada, Cielo - Ahora Estolas no podía contestarle, pero ese nunca fue un impedimento para que Matt siguiera hablando - Fue una suerte que encontraras este lugar, de haber terminado en otro sitio sin duda te hubiesen seguido maltratando -
Estaba muy contento rascandola en el costado para ver si movía la pata cuando vio a lo lejos a Brenda. Que la enana saliera de la tienda solía significar que había algo que necesitaba de la aprobación o previa consulta de Matthew.
El Virrey suspiró.
-Parece que se terminó el tiempo libre, Mi Preciosa - Le dijo a la loba mientras le rascaba abajo del mentón - Las obligaciones vienen hacia nosotros en forma de enana-
Hasta ese momento era todo una broma, y entonces vio quien venía con ella, Matt abrió grandes los ojos, sorprendido. Recordaba perfectamente al muchacho ¡Imposible olvidarlo! Había sido una noche excepcional la que pasaron, pero se suponía que iba a ser sólo eso y luego adiós. Por un instante el Humano estuvo dispuesto a suponer que había algún tipo de designio divino, uno que buscaba arruinarlo claramente, como siempre.
Aún así mantuvo el porte tranquilo y la sonrisa encantadora, porque antes muerto que ser atrapado con la guardia baja.
-Matt, traigo a un nuevo candidato - Comentó Brenda mientras se hacía a un lado para que el muchacho se adelante - A primera vista parece cumplir con los requerimientos -
-Y vaya que los cumple - Respondió el Estafador, con una amplia sonrisa en el rostro - Mucho gusto, mi nombre es Matthew Owens, soy quien regentea el prostíbulo y virrey de la ciudad, en ese orden de prioridades - Seguía haciéndole mimos a la Loba - Ella es Estolas, espero que no te moleste que esté con nosotros mientras te hago algunas preguntas - No era una pregunta.
-Bien, los dejo entonces - Brenda ya se estaba yendo.
-Gracias cielo, cuando terminemos te haré una señal - Y entonces se quedaron a solas - Sientate por favor, relajate, sólo quiero que nos conozcamos un poco -
En ese sentido la Licántropo era un intermedio perfecto, porque podía mimarla y llenarla de atenciones cuando quisiera, pero no dependía de él para todo el resto de las cosas que no tenía ganas de hacer.
-Me alegra tanto oir eso, cuando llegaste estabas muy maltratada, Cielo - Ahora Estolas no podía contestarle, pero ese nunca fue un impedimento para que Matt siguiera hablando - Fue una suerte que encontraras este lugar, de haber terminado en otro sitio sin duda te hubiesen seguido maltratando -
Estaba muy contento rascandola en el costado para ver si movía la pata cuando vio a lo lejos a Brenda. Que la enana saliera de la tienda solía significar que había algo que necesitaba de la aprobación o previa consulta de Matthew.
El Virrey suspiró.
-Parece que se terminó el tiempo libre, Mi Preciosa - Le dijo a la loba mientras le rascaba abajo del mentón - Las obligaciones vienen hacia nosotros en forma de enana-
Hasta ese momento era todo una broma, y entonces vio quien venía con ella, Matt abrió grandes los ojos, sorprendido. Recordaba perfectamente al muchacho ¡Imposible olvidarlo! Había sido una noche excepcional la que pasaron, pero se suponía que iba a ser sólo eso y luego adiós. Por un instante el Humano estuvo dispuesto a suponer que había algún tipo de designio divino, uno que buscaba arruinarlo claramente, como siempre.
Aún así mantuvo el porte tranquilo y la sonrisa encantadora, porque antes muerto que ser atrapado con la guardia baja.
-Matt, traigo a un nuevo candidato - Comentó Brenda mientras se hacía a un lado para que el muchacho se adelante - A primera vista parece cumplir con los requerimientos -
-Y vaya que los cumple - Respondió el Estafador, con una amplia sonrisa en el rostro - Mucho gusto, mi nombre es Matthew Owens, soy quien regentea el prostíbulo y virrey de la ciudad, en ese orden de prioridades - Seguía haciéndole mimos a la Loba - Ella es Estolas, espero que no te moleste que esté con nosotros mientras te hago algunas preguntas - No era una pregunta.
-Bien, los dejo entonces - Brenda ya se estaba yendo.
-Gracias cielo, cuando terminemos te haré una señal - Y entonces se quedaron a solas - Sientate por favor, relajate, sólo quiero que nos conozcamos un poco -
Matthew Owens
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Re: Quien con lobos anda, a aullar aprende [Privado]
Estolas movía la cola, pero sin levantarla. Miró hacia la carpa al escuchar a su amo y ladró al ver a Brenda.
La mujer venía con un chico joven, un nuevo candidato. Realmente el tiempo libre se había terminado. Estolas ya no movía la cola y se acababa de sentar con postura solemne al lado de su dueño.
Era hora de trabajar y tenía un papel que interpretar.
Por las palabras de Matt quedaba claro que se conocían, más claro quedaba que sería contratado, a no ser que hiciera algo que molestara al virrey, pero en cuanto físico y habilidades el veredicto para parecía estar dado.
El muchacho no era humano, su olor lo delataba, si Estolas hubiera estado en forma humana no lo habría detectado.
Las compañeras de Estolas no tardaron en comenzar a susurrar son el zagal, si se quedaría, si pasaría el examen, como serían sus gemidos cuan altos, algunas le silbaban esperando ver alguna reacción, otras se preguntaban si en su tiempo libre se pasarían por su cama, ellas eran mujeres expertas en la materia, no así sus clientes, y algunas de ellas tenían ganas de experimentar un revolcón de calidad. Pero claro, primero tendría que ser contratado.
—Déjanos jugar con el chico, Matt —decía una.
—Somos demasiadas para un solo hombre, queremos dejarte descansar —decía otra mientras se reía.
—Te van a dejar seco, muchacho —gritaba Margot, una de las prostitutas veteranas—. Busca protección.
Todas rieron a coro, mientras se escuchaba como despiezaban al chico.
—Podría tener un pantalón más prieto, así no se le marca el culo —Nala no se quedó atrás con el chismorreo—. A elegido mal el vestuario, si justamente tendría que destacar su cuerpo, no ocultarlo.
—Sí, pero mira que rizos tiene... y que ojos. El niño tiene carita dulce.
La mujer venía con un chico joven, un nuevo candidato. Realmente el tiempo libre se había terminado. Estolas ya no movía la cola y se acababa de sentar con postura solemne al lado de su dueño.
Era hora de trabajar y tenía un papel que interpretar.
Por las palabras de Matt quedaba claro que se conocían, más claro quedaba que sería contratado, a no ser que hiciera algo que molestara al virrey, pero en cuanto físico y habilidades el veredicto para parecía estar dado.
El muchacho no era humano, su olor lo delataba, si Estolas hubiera estado en forma humana no lo habría detectado.
Las compañeras de Estolas no tardaron en comenzar a susurrar son el zagal, si se quedaría, si pasaría el examen, como serían sus gemidos cuan altos, algunas le silbaban esperando ver alguna reacción, otras se preguntaban si en su tiempo libre se pasarían por su cama, ellas eran mujeres expertas en la materia, no así sus clientes, y algunas de ellas tenían ganas de experimentar un revolcón de calidad. Pero claro, primero tendría que ser contratado.
—Déjanos jugar con el chico, Matt —decía una.
—Somos demasiadas para un solo hombre, queremos dejarte descansar —decía otra mientras se reía.
—Te van a dejar seco, muchacho —gritaba Margot, una de las prostitutas veteranas—. Busca protección.
Todas rieron a coro, mientras se escuchaba como despiezaban al chico.
—Podría tener un pantalón más prieto, así no se le marca el culo —Nala no se quedó atrás con el chismorreo—. A elegido mal el vestuario, si justamente tendría que destacar su cuerpo, no ocultarlo.
—Sí, pero mira que rizos tiene... y que ojos. El niño tiene carita dulce.
Marceline
Experto
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Re: Quien con lobos anda, a aullar aprende [Privado]
Por una fracción de segundo, me pareció ver a Matt (¿o debería llamarlo virrey?) casi tan sorprendido como yo lo estaba, pero al momento lo descarté, pues volvía a tener la misma sonrisa encantadora que le había visto la primera vez que lo conocí. O tal vez un poco distinta, aunque no podría decirlo con exactitud.
Por suerte la cara de poker que adopte al momento que lo vi no delató la fluctuación que sentí de sorpresa a.. ¿enojo? No, era más bien un ¿por qué justo tenía que fijarme en un tipo como él? Muchos pensarían "Oh, le gusté a un virrey, cuanta categoría" pero yo solo sentía asco. Cualquier espécimen que manejara un lugar como estos era alguien que prefería lejos.
Matthew Owens.. Virrey. ¿Regente? A mí no me iba a regentear un carajo. Me mantuve tranquilo, asentí apenas con la cabeza al virrey, diciendo apenas un -Igualmente- bastante seco, pero hice una leve inclinación con la cabeza en dirección a la loba que lo acompañaba -Es un placer conocerte, Estolas-.
La verdad, ella me inspiraba mucho más respeto que el hombre a su lado. Podía notar como la loba me analizaba también, captando mi aroma, y seguramente percibiría que yo hacía lo mismo en su dirección. Mi olfato estaba muy entrenado, por lo que podía percibir con seguridad que se trataba de una licántropo. Aunque claro, seguía sin estar ni cerca de mi capacidad como lobo.
Tomé asiento como me indicó.. Mi posible nuevo jefe. No había dado mi nombre antes porque seguramente preguntarían todo lo que quisieran saber. Ya sea simplemente mi raza y edad, o hasta mi carta natal; variaba mucho de lugar a lugar.
Los gritos de todas las mujeres del lugar no tardaron en llegar, y me sacaron hasta una leve sonrisa que rompió por un momento con la fachada seria que llevaba hasta el momento. Parecía que si quedaba iba a tener que cuidarme más de mis propias compañeras que de los clientes. Un comentario más desubicado que otro. Era una mezcla entre querer violarme y estarme sacando el cuero. Gajes del oficio.
Olfato mejorado (Rasgo): El licántropo cuenta con una capacidad olfativa impresonante. Duplica la potencia de su sentido del olfato en forma de lobo y lo aumenta en un 50% en forma humana.
Por suerte la cara de poker que adopte al momento que lo vi no delató la fluctuación que sentí de sorpresa a.. ¿enojo? No, era más bien un ¿por qué justo tenía que fijarme en un tipo como él? Muchos pensarían "Oh, le gusté a un virrey, cuanta categoría" pero yo solo sentía asco. Cualquier espécimen que manejara un lugar como estos era alguien que prefería lejos.
Matthew Owens.. Virrey. ¿Regente? A mí no me iba a regentear un carajo. Me mantuve tranquilo, asentí apenas con la cabeza al virrey, diciendo apenas un -Igualmente- bastante seco, pero hice una leve inclinación con la cabeza en dirección a la loba que lo acompañaba -Es un placer conocerte, Estolas-.
La verdad, ella me inspiraba mucho más respeto que el hombre a su lado. Podía notar como la loba me analizaba también, captando mi aroma, y seguramente percibiría que yo hacía lo mismo en su dirección. Mi olfato estaba muy entrenado, por lo que podía percibir con seguridad que se trataba de una licántropo. Aunque claro, seguía sin estar ni cerca de mi capacidad como lobo.
Tomé asiento como me indicó.. Mi posible nuevo jefe. No había dado mi nombre antes porque seguramente preguntarían todo lo que quisieran saber. Ya sea simplemente mi raza y edad, o hasta mi carta natal; variaba mucho de lugar a lugar.
Los gritos de todas las mujeres del lugar no tardaron en llegar, y me sacaron hasta una leve sonrisa que rompió por un momento con la fachada seria que llevaba hasta el momento. Parecía que si quedaba iba a tener que cuidarme más de mis propias compañeras que de los clientes. Un comentario más desubicado que otro. Era una mezcla entre querer violarme y estarme sacando el cuero. Gajes del oficio.
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Habilidades:Olfato mejorado (Rasgo): El licántropo cuenta con una capacidad olfativa impresonante. Duplica la potencia de su sentido del olfato en forma de lobo y lo aumenta en un 50% en forma humana.
Hadden Payne
Experto
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Re: Quien con lobos anda, a aullar aprende [Privado]
Estaba a la espera de ver que actitud tomaría Hadden para poder a su vez el generar al personaje más adecuado a la situación. El Licántropo había optado por mostrarse reacio a la interacción, pero no con todo el mundo, específicamente con él, con Matthew Owens. Hubiese preferido que las cosas fueran más sencillas, incluso habría aceptado que hiciera borrón y cuenta nueva, ninguno de los dos había creído que se encontrarían de nuevo, así que era injusto que solo una de las partes se mostrara ofendida.
Los gritos de las muchachas hicieron que el Virrey abandonara su postura seria y se empezara a reír a carcajadas.
-Me hacen quedar mal frente al muchacho nuevo... - Hizo un gesto circular con la mano como para darle pie al joven - El muchacho que se llama... -
Y mientras el lobo se presentaba Matthew pasó un brazo por arriba del lomo de Estolas, en el caso de que Hadden se quedara iba a ser la primera vez que tuvieran dos Licántropos en la tienda, le parecía interesante ver las reacciones de la joven. Nunca estaba muy seguro de cuánto de su mitad lobo conservaban, o sí no les quedaba nada de lo instintivo porque su parte humana era más fuerte.
-Bien, vayamos a lo importante - Juntó las manos y puso su mejor cara de sujeto agradable - ¿Que edad tienes? ¿Te has dedicado a la prostitución antes? ¿Quieres dedicarte a tiempo completo? ¿Tienes algún tipo de regla personal o límite? - Eran cosas muy personales, algunos decían que no querían clientes con cierto tipo de perfil, o que rechazaban ciertas razas - No es por incomodarte, ni porque tenga curiosidad sobre tus gustos. Solo me gustaría saber qué tipo de clientes te podemos derivar -
Eran muy pocas las personas que llegaban y decían que aceptaban cualquier cosa que les pagara, una de esas excepciones a la regla era Estolas. La muchacha tenía tan poco espíritu que aceptaba a cualquier cliente, y sí estaba pasando por una mala racha incluso era capaz de bajar su precio, cuando Matthew se había enterado de eso la había retado y le prohibió volver a hacerlo, ninguna de sus chicas trabajaría por migajas.
-Ya no lo molestes, Matt - Una de las muchachas apareció por atrás de Hadden y le apoyó las manos en los hombros, asomando por arriba de uno - Mira lo lindo que es ¿Como podrías decirle que no? -
-Pero sí lo bello que es no está en duda, solo quiero conocerlo un poco mejor -
-Con que “conocerlo mejor” - Dijo otra haciendo un gesto pícaro.
-Jajaja, no me refiero a eso - Desvió la mirada solo un segundo hacía el joven Licántropo y luego volvió a fijarse en el grupo de mujeres - Saben que soy un profesional, no hago nada indebido con las personas que trabajan para mi - Una de las prostitutas se sentó al lado y apoyó la cabeza en el hombro de Matt, evidentemente pensaban quedarse - Eres libre de preguntar lo que quieras también - Le dijo a Hadden.
Los gritos de las muchachas hicieron que el Virrey abandonara su postura seria y se empezara a reír a carcajadas.
-Me hacen quedar mal frente al muchacho nuevo... - Hizo un gesto circular con la mano como para darle pie al joven - El muchacho que se llama... -
Y mientras el lobo se presentaba Matthew pasó un brazo por arriba del lomo de Estolas, en el caso de que Hadden se quedara iba a ser la primera vez que tuvieran dos Licántropos en la tienda, le parecía interesante ver las reacciones de la joven. Nunca estaba muy seguro de cuánto de su mitad lobo conservaban, o sí no les quedaba nada de lo instintivo porque su parte humana era más fuerte.
-Bien, vayamos a lo importante - Juntó las manos y puso su mejor cara de sujeto agradable - ¿Que edad tienes? ¿Te has dedicado a la prostitución antes? ¿Quieres dedicarte a tiempo completo? ¿Tienes algún tipo de regla personal o límite? - Eran cosas muy personales, algunos decían que no querían clientes con cierto tipo de perfil, o que rechazaban ciertas razas - No es por incomodarte, ni porque tenga curiosidad sobre tus gustos. Solo me gustaría saber qué tipo de clientes te podemos derivar -
Eran muy pocas las personas que llegaban y decían que aceptaban cualquier cosa que les pagara, una de esas excepciones a la regla era Estolas. La muchacha tenía tan poco espíritu que aceptaba a cualquier cliente, y sí estaba pasando por una mala racha incluso era capaz de bajar su precio, cuando Matthew se había enterado de eso la había retado y le prohibió volver a hacerlo, ninguna de sus chicas trabajaría por migajas.
-Ya no lo molestes, Matt - Una de las muchachas apareció por atrás de Hadden y le apoyó las manos en los hombros, asomando por arriba de uno - Mira lo lindo que es ¿Como podrías decirle que no? -
-Pero sí lo bello que es no está en duda, solo quiero conocerlo un poco mejor -
-Con que “conocerlo mejor” - Dijo otra haciendo un gesto pícaro.
-Jajaja, no me refiero a eso - Desvió la mirada solo un segundo hacía el joven Licántropo y luego volvió a fijarse en el grupo de mujeres - Saben que soy un profesional, no hago nada indebido con las personas que trabajan para mi - Una de las prostitutas se sentó al lado y apoyó la cabeza en el hombro de Matt, evidentemente pensaban quedarse - Eres libre de preguntar lo que quieras también - Le dijo a Hadden.
Matthew Owens
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Re: Quien con lobos anda, a aullar aprende [Privado]
La loba asintió con la cabeza ante el saludo de chico, él también la estaba reconociendo. Estolas podía ver como se abrían sus aletas nasales y como inflaba el pecho, escuchaba su respiración profunda y analítica.
En el mundo animal siempre hay un alfa y a veces un beta en la manada. La manada de Estolas hasta el momento habían sido sus compañeras y amo. Sobra decir que Matt era el alfa ¿pero que pasaría con la introducción de un nuevo licántropo en el grupo?
Hasta ahora la loba no tuvo que lidiar con ellos, en Ulmer casi todos eran licántropos sí, pero ella nació dentro de la manada y fue criada como una seguidora. Desde que fue separada no tuvo que lidiar con más licántropos, pues su profesión parecía rehuir a su raza.
¿Cómo reaccionarían sus instintos animales? Estolas reclamaría el puesto de lobo alfa frente al recién llegado o su adoctrinamiento la haría seguidora, pese a ser ella más antigua en la manada y más mayor que el muchacho.
Si Estolas pretendía defender su puesto no lo demostró, si pensaba en marcar su territorio no dio señales visibles, si pensaba en... bueno, ahora mismo Estolas no pensaba en nada. Todas aquellas posibilidades se extralimitaban de su papel de muñeca dócil. Pero quien sabe lo que depara el futuro.
La loba, sorprendía, cerró los ojos por un instante al sentir el peso de Matt sobre su cuerpo, había estando tan concentrada en el licántropo que no percibió el movimiento de su amo, ni el sutil erizamiento de su pelaje en la parte posterior de la cabeza. Estolas ladró al ver que Nala se acercaba al muchacho.
— ¿Que sucede, Estolas? —Nala miraba a su compañera con la cabeza apoyada en el hombro de castaño.
La loba ladró de nuevo poniéndose en pie, caminó hacia la pareja y tras rodearlos un par de veces se coló entre las piernas de ambos.
—Está bien, está bien. Ya lo pillo —se defendió Nala alzando las manos y separándose—. La mercancía no se toca.
En el mundo animal siempre hay un alfa y a veces un beta en la manada. La manada de Estolas hasta el momento habían sido sus compañeras y amo. Sobra decir que Matt era el alfa ¿pero que pasaría con la introducción de un nuevo licántropo en el grupo?
Hasta ahora la loba no tuvo que lidiar con ellos, en Ulmer casi todos eran licántropos sí, pero ella nació dentro de la manada y fue criada como una seguidora. Desde que fue separada no tuvo que lidiar con más licántropos, pues su profesión parecía rehuir a su raza.
¿Cómo reaccionarían sus instintos animales? Estolas reclamaría el puesto de lobo alfa frente al recién llegado o su adoctrinamiento la haría seguidora, pese a ser ella más antigua en la manada y más mayor que el muchacho.
Si Estolas pretendía defender su puesto no lo demostró, si pensaba en marcar su territorio no dio señales visibles, si pensaba en... bueno, ahora mismo Estolas no pensaba en nada. Todas aquellas posibilidades se extralimitaban de su papel de muñeca dócil. Pero quien sabe lo que depara el futuro.
La loba, sorprendía, cerró los ojos por un instante al sentir el peso de Matt sobre su cuerpo, había estando tan concentrada en el licántropo que no percibió el movimiento de su amo, ni el sutil erizamiento de su pelaje en la parte posterior de la cabeza. Estolas ladró al ver que Nala se acercaba al muchacho.
— ¿Que sucede, Estolas? —Nala miraba a su compañera con la cabeza apoyada en el hombro de castaño.
La loba ladró de nuevo poniéndose en pie, caminó hacia la pareja y tras rodearlos un par de veces se coló entre las piernas de ambos.
—Está bien, está bien. Ya lo pillo —se defendió Nala alzando las manos y separándose—. La mercancía no se toca.
Marceline
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Re: Quien con lobos anda, a aullar aprende [Privado]
"Estás haciendo negocios Hadden, solo negocios" intentaba repetir una y otra vez en mi cabeza "Solo eso, negocios". Era claro que el virrey había notado mi actitud (¿quién no lo haría?) y probablemente la loba, Estolas, también. El breve momento cómico que habían generado las demás chicas del lugar me había aclarado un poco la cabeza. Sí, era un ser repulsivo, pero si trabajaba para él iba a tener que verlo cada tanto, y lo mejor era establecer un trato.. Cordial, por así decirlo. Luego en el día a día tal vez iba a poder esquivarlo disimuladamente. Trabajo por aquí, trabajo por allá...
Hadden- dije completando la frase de Owens. Por suerte la loba parecía en paz con mi presencia, al menos por ahora. Siempre había sido bastante solitario en cuanto a compañía de otros licántropos se refería, y tampoco me había criado con ninguno pero sabía que muchos tenían instintos territoriales muy fuertes.
Y claro, las preguntas no tardaron en llegar -Tengo diecinueve, y hace más de cuatro años que trabajo de esto- unos siete, en realidad, pero prefería no dar tanto detalle, especialmente porque no era muy necesario que digamos -En realidad vine porque me comentaron que había bastante independencia en cuanto a clientes y tarifas.
Noté un par de manos en mis hombros, y giré levemente la cabeza para encontrarme con una de las chicas. Reí un poco, volviendo la vista hacia el virrey y Estolas. La presencia de la mujer detrás de mí o la atención en general de las mujeres del lugar no me iba ni me venía, por más que a muchos hombres se les caería la baba por el suelo. En parte, mi indiferencia pasaba por el lado de que ya estaba acostumbrado a esa clase de ambiente, y por otro lado simplemente no me despertaba nada.
¿No hacer nada indebido con las personas que trabajaban para él? "Sí, claro..." pensé, escéptico. Especialmente con lo cariñosas que parecían las chicas con su jefe. Y obviamente, porque no era raro en el rubro.
Más que nada quisiera saber como es el tema de cobro, si es un costo fijo de renta o si existe un sistema de comisiones porcentuales- seguí con cuidado los movimientos de la loba mientras nos rodeaba varias veces hasta que formó un espacio entre la mujer que tenía al lado y yo -Y sí, por ahora sería a "tiempo completo".
En ese momento me hubiese sentido más cómodo estando como lobo, pudiendo echar las orejas hacia atrás y erizando el lomo a modo de advertencia hacia Estolas. No iba con intenciones de causar problemas, pero tampoco me sentía cómodo dándole la espalda por ahora. Ni a ella, ni a nadie.
Hadden- dije completando la frase de Owens. Por suerte la loba parecía en paz con mi presencia, al menos por ahora. Siempre había sido bastante solitario en cuanto a compañía de otros licántropos se refería, y tampoco me había criado con ninguno pero sabía que muchos tenían instintos territoriales muy fuertes.
Y claro, las preguntas no tardaron en llegar -Tengo diecinueve, y hace más de cuatro años que trabajo de esto- unos siete, en realidad, pero prefería no dar tanto detalle, especialmente porque no era muy necesario que digamos -En realidad vine porque me comentaron que había bastante independencia en cuanto a clientes y tarifas.
Noté un par de manos en mis hombros, y giré levemente la cabeza para encontrarme con una de las chicas. Reí un poco, volviendo la vista hacia el virrey y Estolas. La presencia de la mujer detrás de mí o la atención en general de las mujeres del lugar no me iba ni me venía, por más que a muchos hombres se les caería la baba por el suelo. En parte, mi indiferencia pasaba por el lado de que ya estaba acostumbrado a esa clase de ambiente, y por otro lado simplemente no me despertaba nada.
¿No hacer nada indebido con las personas que trabajaban para él? "Sí, claro..." pensé, escéptico. Especialmente con lo cariñosas que parecían las chicas con su jefe. Y obviamente, porque no era raro en el rubro.
Más que nada quisiera saber como es el tema de cobro, si es un costo fijo de renta o si existe un sistema de comisiones porcentuales- seguí con cuidado los movimientos de la loba mientras nos rodeaba varias veces hasta que formó un espacio entre la mujer que tenía al lado y yo -Y sí, por ahora sería a "tiempo completo".
En ese momento me hubiese sentido más cómodo estando como lobo, pudiendo echar las orejas hacia atrás y erizando el lomo a modo de advertencia hacia Estolas. No iba con intenciones de causar problemas, pero tampoco me sentía cómodo dándole la espalda por ahora. Ni a ella, ni a nadie.
Hadden Payne
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Re: Quien con lobos anda, a aullar aprende [Privado]
Matthew no sabía sobre las reglas sociales de los Licántropos, y de hecho no había pensado demasiado en eso hasta que notó que entre Estolas y Hadden se generaba una atmósfera extraña. Sabía que los lobos se movían en manadas, creía entender que los Licántropos tenían muchas similitudes en el modo de hacer, en cualquier caso, sería interesante verlos juntos.
Dejó que la muchacha fuera a interrumpir el contacto entre Nala y Hadden, sonrió de medio lado ¿Era eso una mínima demostración de celos? La elfa parecía entender que no, pero a Matthew le quedaban sus dudas.
-¡Diecinueve! ¡Pero qué jovencito eres! - Internamente el Estafador se preguntó sí a la noche le había parecido más adulto, claramente sabía que era chico, pero creía que al menos pasaba los veinte “Eres un anciano pervertido, Matthew Owens” pensó el Virrey, regañandose a sí mismo - Eso es cierto, tenemos políticas muy distintas al del resto de los locales, intento darles libertad a mis muchachas y muchachos. Básicamente, porque confío en sus propias habilidades para generar buenos ingresos sin necesidad de que yo les ande diciendo lo que tienen que hacer -
En cuanto Estolas se alejó de al lado de Owens, el lugar fue reemplazado por una de las chicas, que se sentó en las piernas del Virrey, haciendo un despliegue de confianza que no venía a cuento “Supongo que es la manera que tienen de marcar territorio también” pensó el Humano y se rió internamente. Pasó el brazo alrededor de su cintura, pero no la tocó de forma provocativa o indiscreta, simplemente apoyó la mano como si la sostuviera.
-Es una tarifa fija, y cada cual se encarga de conseguirlo como prefiera - Sonrió de modo encantador mientras contestaba - Algunas chicas logran tener a un solo patrocinador que les paga lo suficiente, otras necesitan de muchos clientes para poder pagarlo. Como todo en Ciudad Lagarto, se regula con la habilidad que cada persona tenga - Una chica de grandes atributos se apoyó en la espalda de Matt, mirando con curiosidad al nuevo, vale aclarar que no hacía nada por taparse - El dinero que me dan lo uso para mantener el sitio en el que viven, comprar comida, pagarle al Médico, y cosas similares. Aquí tendrás todo lo que necesites, pero eres libre de hacer lo que quieras en tus tiempos de ocio -
Hablaba con calma, sin desviar la vista de los ojos de Hadden, como si no estuvieran rodeados de chicas y chicos sin ropa, como si estuvieran en el comedor de una casa tomando té. A simple vista parecía real eso de que no se dejaba tentar, aunque el Joven Licántropo había conocido otra cara de Matt.
-¿Te gustaría ver las habitaciones? - Invitó a Hadden, le ofreció una mano a la chica que estaba sentada en sus piernas para que se levantara y le dio un beso en la mejilla a la que estaba apoyada en su espalda - Ven, sígueme - Y le hizo un gesto también a Estolas para que lo acompañara, cuando estuvieron caminando hacía la tienda, le pregunto a la loba - Me gustaría saber tu opinión, Cielo ¿Qué te parece Hadden? ¿Te molestaría que haya otro lobo trabajando aquí? - Cuando llegaron a la carpa Matt agarró un salto de cama y se lo ofreció a la joven para que no caminara desnuda una vez que se destranformara.
Dejó que la muchacha fuera a interrumpir el contacto entre Nala y Hadden, sonrió de medio lado ¿Era eso una mínima demostración de celos? La elfa parecía entender que no, pero a Matthew le quedaban sus dudas.
-¡Diecinueve! ¡Pero qué jovencito eres! - Internamente el Estafador se preguntó sí a la noche le había parecido más adulto, claramente sabía que era chico, pero creía que al menos pasaba los veinte “Eres un anciano pervertido, Matthew Owens” pensó el Virrey, regañandose a sí mismo - Eso es cierto, tenemos políticas muy distintas al del resto de los locales, intento darles libertad a mis muchachas y muchachos. Básicamente, porque confío en sus propias habilidades para generar buenos ingresos sin necesidad de que yo les ande diciendo lo que tienen que hacer -
En cuanto Estolas se alejó de al lado de Owens, el lugar fue reemplazado por una de las chicas, que se sentó en las piernas del Virrey, haciendo un despliegue de confianza que no venía a cuento “Supongo que es la manera que tienen de marcar territorio también” pensó el Humano y se rió internamente. Pasó el brazo alrededor de su cintura, pero no la tocó de forma provocativa o indiscreta, simplemente apoyó la mano como si la sostuviera.
-Es una tarifa fija, y cada cual se encarga de conseguirlo como prefiera - Sonrió de modo encantador mientras contestaba - Algunas chicas logran tener a un solo patrocinador que les paga lo suficiente, otras necesitan de muchos clientes para poder pagarlo. Como todo en Ciudad Lagarto, se regula con la habilidad que cada persona tenga - Una chica de grandes atributos se apoyó en la espalda de Matt, mirando con curiosidad al nuevo, vale aclarar que no hacía nada por taparse - El dinero que me dan lo uso para mantener el sitio en el que viven, comprar comida, pagarle al Médico, y cosas similares. Aquí tendrás todo lo que necesites, pero eres libre de hacer lo que quieras en tus tiempos de ocio -
Hablaba con calma, sin desviar la vista de los ojos de Hadden, como si no estuvieran rodeados de chicas y chicos sin ropa, como si estuvieran en el comedor de una casa tomando té. A simple vista parecía real eso de que no se dejaba tentar, aunque el Joven Licántropo había conocido otra cara de Matt.
-¿Te gustaría ver las habitaciones? - Invitó a Hadden, le ofreció una mano a la chica que estaba sentada en sus piernas para que se levantara y le dio un beso en la mejilla a la que estaba apoyada en su espalda - Ven, sígueme - Y le hizo un gesto también a Estolas para que lo acompañara, cuando estuvieron caminando hacía la tienda, le pregunto a la loba - Me gustaría saber tu opinión, Cielo ¿Qué te parece Hadden? ¿Te molestaría que haya otro lobo trabajando aquí? - Cuando llegaron a la carpa Matt agarró un salto de cama y se lo ofreció a la joven para que no caminara desnuda una vez que se destranformara.
Matthew Owens
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Re: Quien con lobos anda, a aullar aprende [Privado]
Nala se alejó unos pasos, sin dejar de mirar a la pareja de licántropos, y volvió junto al corro de gallinas que no dejaban de hablar del chico nuevo. Estolas sin embargo se quedó sentada al lado de Hadden, no porque le hubieran quitado el sitio sino porque, de alguna manera, su forma de lobo alejaba a las compañeras.
Todas sabían de la sumisión de la loba y muchas anulaban la existencia de la misma, porque hablar con ella era insípido y vacío, sin embargo esa misma sumisión había demostrado ser perfecta para su amo.
Estolas hacia todo lo que él dijera sin cuestionar nada y eso es lo que tenía aterradas a sus compañeras.
Una seguidora ciega y un dueño desquiciado eran una combinación nefasta ¿y si un día Matt decidía que alguna de ellas ya no era útil? ¿Y si ese día Estolas estaba cerca?
Las muchachas no querían saber la respuesta, era preferible evitar la situación y alejarse de la pelirroja cuando caminaba a cuatro patas.
Estolas se puso en pie y acudió a la llamada de Matt, pero las preguntas formuladas requerían de una respuesta que no podía ser satisfecha con simples ladridos.
Al cruzar la lona de la tienda la loba se tomó unos segundo para volver a su forma humana, siempre que podía Estolas buscaba un rincón oscuro y tranquilo en el que cambiar. Este no era uno de esos momentos.
La loba perdió su pelaje y recuperó su melena rojiza, sus dedos se alargaron y movieron, algunos huesos se encogieron otros se estiraron o desaparecieron, y la piel pálida como la nieve pronto quedó inundada de pecas. Estolas respiró hondo un par de veces antes de levantarse del suelo, y tomar la prenda que le ofrecía Matt.
—Hadden es un chico joven, apuesto y con experiencia —la voz de la hija de burdel era suave—. He trabajado durante muchos años con licántropos, no habrá ningún problema, Matt. Hadden parece ser un buen candidato para el puesto.
Todas sabían de la sumisión de la loba y muchas anulaban la existencia de la misma, porque hablar con ella era insípido y vacío, sin embargo esa misma sumisión había demostrado ser perfecta para su amo.
Estolas hacia todo lo que él dijera sin cuestionar nada y eso es lo que tenía aterradas a sus compañeras.
Una seguidora ciega y un dueño desquiciado eran una combinación nefasta ¿y si un día Matt decidía que alguna de ellas ya no era útil? ¿Y si ese día Estolas estaba cerca?
Las muchachas no querían saber la respuesta, era preferible evitar la situación y alejarse de la pelirroja cuando caminaba a cuatro patas.
Estolas se puso en pie y acudió a la llamada de Matt, pero las preguntas formuladas requerían de una respuesta que no podía ser satisfecha con simples ladridos.
Al cruzar la lona de la tienda la loba se tomó unos segundo para volver a su forma humana, siempre que podía Estolas buscaba un rincón oscuro y tranquilo en el que cambiar. Este no era uno de esos momentos.
La loba perdió su pelaje y recuperó su melena rojiza, sus dedos se alargaron y movieron, algunos huesos se encogieron otros se estiraron o desaparecieron, y la piel pálida como la nieve pronto quedó inundada de pecas. Estolas respiró hondo un par de veces antes de levantarse del suelo, y tomar la prenda que le ofrecía Matt.
—Hadden es un chico joven, apuesto y con experiencia —la voz de la hija de burdel era suave—. He trabajado durante muchos años con licántropos, no habrá ningún problema, Matt. Hadden parece ser un buen candidato para el puesto.
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Re: Quien con lobos anda, a aullar aprende [Privado]
Aquella noche en el bar, el virrey me había parecido un hombre de unos veintipico, tal vez cercano a unos treinta años de edad. Pero su comentario me hacía dudar. Bastante. Tendría unos... ¿Cuarenta? No, no se lo veía taaan arruinado. Probablemente andaba los treinta o treinta y cinco años. Era meterme un poco en el geriátrico, pero tampoco tanto "Bueno, podría ser peor" pensé, aunque realmente no me imaginaba cómo.
Sin dudas las mujeres del lugar parecían muy cómodas alrededor de su jefe. Demasiado. No es como que el tipo fuera poco agraciado físicamente, y parecía tener cierta labia por la forma en la que vendía tan bien el trabajo, pero nunca había visto un despliegue así alrededor del dueño de un lugar como esos, o al menos no por voluntad propia.
Suponiendo que no hubiese nada raro detrás, el trato que ofrecía el virrey parecía más que justo. Básicamente era clase de trato que cualquier rey feudal o dueño de latifundio ofrecería: un lugar para trabajar a cambio de una remuneración.
La loba, por su parte, había tomado asiento a mi lado. Era evidente que tenía cierto tipo de autoridad en el lugar, o al menos que las demás mujeres la respetaban Hice un movimiento leve con la mano del lado en que estaba Estolas, girándola apenas para dejar expuestas la palma y cara interior de la muñeca. Podía olfatearme si quería, pero no acerqué la mano. Era un gesto de buena fe, dejar expuesta una parte "vulnerable" del cuerpo.
Una chica muy bien dotada apareció reptando por la espalda del virrey, que parecía indiferente a las personas que nos rodeaban de la misma forma que yo no había desviado mi mirada de la loba o de los ojos de él.
Claro- acepté la propuesta de Owens, y me levanté del lugar donde estaba al tiempo que él hacía lo mismo, no sin antes actuar todo cariñoso con las mujeres a su alrededor.
Caminé un par de pasos detrás del dúo, y me detuve mientras Estolas se transformaba para no pasarla, pero evitando mirarla. La trasformación era un proceso agotador, y no quería incomodarla de ningún modo.
Enfoqué mi atención en el lugar para dejar a la loba, ahora mujer, y al virrey hablar con libertad. Parecía bien mantenido, y la tienda recordaba a la estética de un harén o fumadero de opio, aunque no veía ningún indicio de la presencia de sustancias por el estilo -¿Y de cuánto es la tarifa que mencionó antes, exactamente?- pregunté mirando nuevamente al hombre que dentro de poco iba a tener que llamar jefe.
Sin dudas las mujeres del lugar parecían muy cómodas alrededor de su jefe. Demasiado. No es como que el tipo fuera poco agraciado físicamente, y parecía tener cierta labia por la forma en la que vendía tan bien el trabajo, pero nunca había visto un despliegue así alrededor del dueño de un lugar como esos, o al menos no por voluntad propia.
Suponiendo que no hubiese nada raro detrás, el trato que ofrecía el virrey parecía más que justo. Básicamente era clase de trato que cualquier rey feudal o dueño de latifundio ofrecería: un lugar para trabajar a cambio de una remuneración.
La loba, por su parte, había tomado asiento a mi lado. Era evidente que tenía cierto tipo de autoridad en el lugar, o al menos que las demás mujeres la respetaban Hice un movimiento leve con la mano del lado en que estaba Estolas, girándola apenas para dejar expuestas la palma y cara interior de la muñeca. Podía olfatearme si quería, pero no acerqué la mano. Era un gesto de buena fe, dejar expuesta una parte "vulnerable" del cuerpo.
Una chica muy bien dotada apareció reptando por la espalda del virrey, que parecía indiferente a las personas que nos rodeaban de la misma forma que yo no había desviado mi mirada de la loba o de los ojos de él.
Claro- acepté la propuesta de Owens, y me levanté del lugar donde estaba al tiempo que él hacía lo mismo, no sin antes actuar todo cariñoso con las mujeres a su alrededor.
Caminé un par de pasos detrás del dúo, y me detuve mientras Estolas se transformaba para no pasarla, pero evitando mirarla. La trasformación era un proceso agotador, y no quería incomodarla de ningún modo.
Enfoqué mi atención en el lugar para dejar a la loba, ahora mujer, y al virrey hablar con libertad. Parecía bien mantenido, y la tienda recordaba a la estética de un harén o fumadero de opio, aunque no veía ningún indicio de la presencia de sustancias por el estilo -¿Y de cuánto es la tarifa que mencionó antes, exactamente?- pregunté mirando nuevamente al hombre que dentro de poco iba a tener que llamar jefe.
Hadden Payne
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Re: Quien con lobos anda, a aullar aprende [Privado]
Mientras entraban al local Matthew se dio cuenta que había dado un dato que se suponía no conocía: Que Hadden era un Licántropo. “Vaya error más tonto, debo estar perdiendo la práctica en esto de mentir” pensó el Estafador, decepcionado de sí mismo. En cualquier caso, como Estolas no había hecho gesto alguno, podía suponer que de alguna manera ambos se habían reconocido “Comunicación entre especies, supongo” Levantó una ceja, los seres mitad animales no dejaban de sorprenderlo.
-Me alegra oír eso, yo también creo que va a encajar bien en nuestra tienda - Le dijo a la Loba mientras pasaba un brazo por arriba de sus hombros de modo afectuoso - Llevas mucho tiempo en este negocio, así que confío en tu criterio - Y lo decía en serio, además, Estolas era de las pocas personas que no le mentían... A menos que Matt le pidiera que lo haga.
La tienda era una de las más grandes de toda la ciudad, superada únicamente por la que pertenecía al Rey Lazid, pero eso era obvio, todo el mundo conocía los complejos de inferioridad que tenía el hombre-lagarto. En lo que sí se destacaba era en su decoración, pomposamente adornada y llena de pequeños detalles que hacían a un todo muy especial, muy al estilo de Matthew.
-Pues, en parte depende del tipo de habitación que quieras. Algunas personas con tener una carpa simple con una especie de cama les alcanza- Y pasó a mostrarle unas tiendas anexadas a la principal que era sólo eso, una carpa con cobijas limpias y una almohada - Hay otras que para abaratar costos se quedan en estancias compartidas - Se dirigió entonces hacia otra de las cortinas y le mostró una estancia donde habían muchas camas y varias chicas compartiendo el espacio común. Allí tenían algunos roperos, cofres y una tina de baño, pero todo era usado por varias personas - Y sí te tienes mucha confianza puedes ir a por las habitaciones individuales y amuebladas - Señaló del otro lado las puertas que llevaban a las mismas - Son las más caras pero la privacidad es muy importante para algunos - Sonrió con amabilidad - Tomate tu tiempo, no es necesario que me digas ahora cuál elegirías -
Entonces se escuchó a una chica gritando insultos desde una de las habitaciones. Un hombre salió a los tropezones, e intentaba levantarse mientras maldecía y se abrochaba el pantalón.
-Estúpido bastardo infeliz - Una muchacha asomó la cabeza y siguió diciéndole todo un extenso repertorio de insultos.
-Parece que hay problemas. Iré a ver qué pasa - Le apretó ligeramente el hombro a Estolas para llamar su atención - Muestrale en más detalle las habitaciones ¿Sí Cariño? - Esa era la señal para que la Loba se hiciera cargo y además intentara sacarle algo de información a Hadden.
Dicho eso, se alejó de ambos Licántropos.
-Bueno, bueno. Díganme ¿Qué ocurre aquí? - Matt hablaba con amabilidad, pero todos sabían que sus tonos dulces por lo general sólo ocultaban intenciones no tan agradables.
-Me alegra oír eso, yo también creo que va a encajar bien en nuestra tienda - Le dijo a la Loba mientras pasaba un brazo por arriba de sus hombros de modo afectuoso - Llevas mucho tiempo en este negocio, así que confío en tu criterio - Y lo decía en serio, además, Estolas era de las pocas personas que no le mentían... A menos que Matt le pidiera que lo haga.
La tienda era una de las más grandes de toda la ciudad, superada únicamente por la que pertenecía al Rey Lazid, pero eso era obvio, todo el mundo conocía los complejos de inferioridad que tenía el hombre-lagarto. En lo que sí se destacaba era en su decoración, pomposamente adornada y llena de pequeños detalles que hacían a un todo muy especial, muy al estilo de Matthew.
-Pues, en parte depende del tipo de habitación que quieras. Algunas personas con tener una carpa simple con una especie de cama les alcanza- Y pasó a mostrarle unas tiendas anexadas a la principal que era sólo eso, una carpa con cobijas limpias y una almohada - Hay otras que para abaratar costos se quedan en estancias compartidas - Se dirigió entonces hacia otra de las cortinas y le mostró una estancia donde habían muchas camas y varias chicas compartiendo el espacio común. Allí tenían algunos roperos, cofres y una tina de baño, pero todo era usado por varias personas - Y sí te tienes mucha confianza puedes ir a por las habitaciones individuales y amuebladas - Señaló del otro lado las puertas que llevaban a las mismas - Son las más caras pero la privacidad es muy importante para algunos - Sonrió con amabilidad - Tomate tu tiempo, no es necesario que me digas ahora cuál elegirías -
Entonces se escuchó a una chica gritando insultos desde una de las habitaciones. Un hombre salió a los tropezones, e intentaba levantarse mientras maldecía y se abrochaba el pantalón.
-Estúpido bastardo infeliz - Una muchacha asomó la cabeza y siguió diciéndole todo un extenso repertorio de insultos.
-Parece que hay problemas. Iré a ver qué pasa - Le apretó ligeramente el hombro a Estolas para llamar su atención - Muestrale en más detalle las habitaciones ¿Sí Cariño? - Esa era la señal para que la Loba se hiciera cargo y además intentara sacarle algo de información a Hadden.
Dicho eso, se alejó de ambos Licántropos.
-Bueno, bueno. Díganme ¿Qué ocurre aquí? - Matt hablaba con amabilidad, pero todos sabían que sus tonos dulces por lo general sólo ocultaban intenciones no tan agradables.
Matthew Owens
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Re: Quien con lobos anda, a aullar aprende [Privado]
La dama de burdel respondió a Matt con unas palabras de agradecimiento y una sutil sonrisa. Siguiendo al hombre por las instalaciones, como si el brazo que tenía sobre ella hubiera estado siempre ahí.
— Por supuesto, Matt —Estolas esperó a que el humano se alejara unos pasos antes de darle la espalda—. Por aquí, Hadden —la loba cruzó la instancia hacia las que acababa de señalar su amo—. Esta es una de las habitación que tenemos vacía en estos momentos —la pelirroja abrió la puerta—. Posee una cama confortable, cojines de pluma, mobiliario y la posibilidad de añadir decoración a gusto del dueño.
Estolas aguardó unos instantes, cerró la puerta y prosiguió la visita hacia la zona de trabajo.
— Aquí es donde desempeñamos nuestra labor. Tenemos habitaciones de distintos tamaños y con distintas decoraciones. Dependiendo de los gustos de los clientes deberás entrar en una u otra, pero no te preocupes Brenda se encarga de la recepción de los clientes, por lo que cuando vengan a ti te darán una tarjeta con indicaciones de la duración y el lugar de la sesión. Es fácil saber cuándo una habitación esta en uso —puntualizó la pecosa—. Si cortina está cerrada no se puede entrar.
Estolas guio a Hadden por los diferentes cuartos libres, que a estas horas eran muchos, los que más abundaban eran los simples (aunque con Matthew nada es simple), una cama con dosel, unas alfombras, un pequeño espejo...
Luego estaban los temáticos con decoraciones elficas, dragonianas, algunas más oscuras y con un sutil aroma a sangre, otras con pequeños candiles flotando, había mínimo una para cada raza.
Por ultimo estaban las más fetichistas, retratos de infantes, cadenas y grilletes, animales disecados, paredes con agujeros, incluso había una con un árbol.
— Por supuesto, Matt —Estolas esperó a que el humano se alejara unos pasos antes de darle la espalda—. Por aquí, Hadden —la loba cruzó la instancia hacia las que acababa de señalar su amo—. Esta es una de las habitación que tenemos vacía en estos momentos —la pelirroja abrió la puerta—. Posee una cama confortable, cojines de pluma, mobiliario y la posibilidad de añadir decoración a gusto del dueño.
Estolas aguardó unos instantes, cerró la puerta y prosiguió la visita hacia la zona de trabajo.
— Aquí es donde desempeñamos nuestra labor. Tenemos habitaciones de distintos tamaños y con distintas decoraciones. Dependiendo de los gustos de los clientes deberás entrar en una u otra, pero no te preocupes Brenda se encarga de la recepción de los clientes, por lo que cuando vengan a ti te darán una tarjeta con indicaciones de la duración y el lugar de la sesión. Es fácil saber cuándo una habitación esta en uso —puntualizó la pecosa—. Si cortina está cerrada no se puede entrar.
Estolas guio a Hadden por los diferentes cuartos libres, que a estas horas eran muchos, los que más abundaban eran los simples (aunque con Matthew nada es simple), una cama con dosel, unas alfombras, un pequeño espejo...
Luego estaban los temáticos con decoraciones elficas, dragonianas, algunas más oscuras y con un sutil aroma a sangre, otras con pequeños candiles flotando, había mínimo una para cada raza.
Por ultimo estaban las más fetichistas, retratos de infantes, cadenas y grilletes, animales disecados, paredes con agujeros, incluso había una con un árbol.
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