Aerandir
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

Últimos temas
» Días de tormenta + 18 [Privado]
La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 EmptyAyer a las 23:14 por Iori Li

» Laboratorio Harker [Alquimia+Ingeniería]
La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 EmptyAyer a las 19:13 por Zelas Hazelmere

» Pócimas y Tragos: La Guerra de la Calle Burbuja [Interpretativo] [Libre]
La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 EmptyAyer a las 16:18 por Mina Harker

» El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]
La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 EmptyAyer a las 5:53 por Lukas

» El retorno del vampiro [Evento Sacrestic]
La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 EmptyAyer a las 0:33 por Vincent Calhoun

» La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]
La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 EmptyMar 19 Nov - 22:49 por Eltrant Tale

»  Entre Sombras y Acero [LIBRE][NOCHE]
La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 EmptyMar 19 Nov - 22:42 por Cohen

» [Zona de culto] Altar de las Runas de los Baldíos
La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 EmptyLun 18 Nov - 12:29 por Tyr

» Susurros desde el pasado | Amice H.
La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 EmptyLun 18 Nov - 4:12 por Amice M. Hidalgo

» [Zona de culto] Iglesia del único Dios
La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 EmptySáb 16 Nov - 21:38 por Tyr

» Enjoy the Silence 4.0 {Élite]
La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 EmptyMiér 13 Nov - 20:01 por Nana

» Vampiros, Gomejos, piernas para qué las tengo. [Privado]
La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 EmptyMar 12 Nov - 4:51 por Tyr

» Derecho Aerandiano [Libre]
La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 EmptyDom 10 Nov - 13:36 por Tyr

» Propaganda Peligrosa - Priv. Zagreus - (Trabajo / Noche)
La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 EmptyVie 8 Nov - 18:40 por Lukas

» Lamentos de un corazón congelado [Libre 3/3]
La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 EmptyVie 8 Nov - 1:19 por Tyr


La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]

Página 2 de 3. Precedente  1, 2, 3  Siguiente

Ver el tema anterior Ver el tema siguiente Ir abajo

La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 Empty Re: La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]

Mensaje  Iori Li Dom 10 Nov - 15:06

Salió de la casa con un pequeño plato de madera y una mandarina de las que habían tomado aquella mañana del árbol. Tras ella, los pasitos cortos y acelerados del niño que la seguía se apuraron en adelantarla de camino al largo banco de piedra. La mujer llegó unos segundos después y se sentó. El pequeño, por supuesto, no iba a usarlo para hacer lo mismo. Todo el mundo sabía que con su edad el uso correcto era para permanecer de pie y ver desde más arriba.

Dejando el plato de madera sobre el regazo, presionó la suave corteza del cítrico abriéndola con suavidad y marcando la abertura por la que continuar.

Unas palmaditas a su derecha evidenciaron la alegría que sentía el pequeño ante la que iba a ser su merienda de aquella tarde.

Se inclinó y tomó la fruta cuando la mujer se la ofreció, dejando que fuese él ahora quien continuase con la tarea de pelarla. Su gesto de concentración dibujó una sonrisa en el rostro femenino, mientras él se esforzaba por abrirse paso con sus pequeños dedos, separando la cáscara de los gajos.

Observó serio como parte de la piel estaba fuera, y otra parte la había machacado contra la pulpa. Dio vueltas a la pieza, mientras por sus dedos se escurría el jugo de la mandaría y llenaba el aire con un intenso olor a cítrico. La mujer que lo miraba con paciencia alzó el plato de madera para que dejase allí los pedazos que había conseguido arrancar. El pequeño lo tomó, se giró, y caminó por el banco de piedra hasta llegar al otro extremo, inclinándose para dejar allí el plato y volviendo a su labor de intentar quitar los restos de corteza.

Se escuchó una risa. Y luego una voz.

- ¿Qué estáis haciendo? -



[...]


Iori tomó conciencia de que alguien la levantaba. Se había quedado de nuevo adormecida. En aquellos días de su vida le costaba ya diferenciar los momentos de vigilia de los otros, en los que su conciencia navegaba entre los recuerdos y el sueño. En aquel caso había sido lo último, ya que ni la casa, ni aquel niño ni la mujer le resultaron familiares. Sin embargo la voz...

Frunció el ceño, creyendo percibir en el aire el olor de la mandarina.

Las alucinaciones comenzaban a ser muy frecuentes. La falta de agua y alimentos en su organismo  había causado que hacía ya días sus riñones no funcionasen bien. Las toxinas que deberían de ser liberadas de su cuerpo se mantenían dentro, envenenándola lentamente y alterando la percepción de la realidad.

Apenas fue consciente de que Tarek, el elfo con el que avanzaba desde hacía varias noches la guiaba, cargando en su mayor parte con ella lejos de la casa en la que había encontrado techo y calor. No tenía otra opción que dejarse llevar. No tenía fuerzas para resistirse a sus decisiones, y hasta aquel momento parecía realmente dispuesto en ayudarla en su objetivo de alcanzar Cedralada.

- Ben - murmuró con los ojos fijos en el suelo que pisaban. Arrastró un pie sin querer y terminó tropezando de forma torpe. Cerró los ojos, sabiendo que a continuación vendría el golpe pero no lo sintió.


[...]


- Iori, yo, lo siento - acertó a decir mientras la apretaba más contra él -. Siento haberte hecho pasar por esto, siento no haberte...- negó con la cabeza -. No es ruina lo que veo en ti sino una determinación tan grande que serías capaz de mover una montaña si te lo propusieras - sonrió mirando una de las velas -. Iori, tienes que saber que no hay distancia que pueda romper lo que siento por ti. Mi corazón late con una fuerza que creía olvidada. Mi piel grita de emoción cuando nos rozamos. Mi espíritu se tranquiliza cuando estás cerca. Iori, te quiero. Hoy y mañana y pasado. Siempre -

Recordaba su cara mientras hablaba. Sentía la emoción en el rostro de Ben mientras le decía aquellas palabras. Visualizaba un salón enorme, una gran mesa y piedra blanca en las paredes. Y sentía cómo sus manos le daban calor en la cintura, mientras la mantenía abrazada.

El recuerdo de aquel momento sirvió de tibio alivio para el dolor.

- Si depende de mí, entonces vivirás para siempre. Te quiero, Iori. Y, para mí, no hay persona más importante en el mundo que tú. Sólo tú.

Viviría. Iori viviría por él. Simplemente no podía dejar ir aquel cuerpo enfermo que ahora era prisión. Si se rendía, todo lo que él amaba desaparecería. La voluntad nacida de un enorme hueco en su corazón la convertía en la criatura obstinada que era en ese momento. Una que se arrastraría hasta romper la piel contra la piedras y rasgar sus músculos contra la tierra del camino, con tal de llegar a Cedralada.

- Iori, no - su voz sonó fatigada -. Estamos juntos - se dio cuenta de que apretaba con fuerza sus hombros -. Y lo seguiremos mientras esa sea nuestra voluntad - se humedeció los labios -. Iori, por escasas que sean las fuerzas, por oscuro e intransitable que sea el camino, por los sinsentidos que se presenten, solo recuerda - soltó sus hombros y Ben tiró de una de sus manos para posarla sobre su pecho donde su corazón golpeaba con fuerza - Que el camino lo recorremos juntos. Solo recuerda que te quiero. -


[...]

La boca de Iori se abrió y respiró con fuerza, cortando aquella ilusión. Sabía lo que había sucedido después. Sabía cual era el motivo por el cual ni los labios de Ben ni los de ella no habían dicho una palabra más. Contuvo la respiración, como si aguantar de aquella manera la ayudase a dominar el dolor que latía desde el centro de su pecho, aquel lugar vacío que bramaba el nombre de Ben con cada latido.

Notó la humedad de las hojas de otoño bajo sus piernas, y ladeó el rostro observando el perfil de Tarek a su lado. El elfo estaba aovillado junto a ella, detrás de un pequeño repecho del terreno observando algo más allá. Había sonido. Voces. Y la luz anaranjada que se reflejaba sobre las ramas de los árboles permitía adivinar que al otro lado había fuego iluminando la noche.

Dejó escapar muy despacio el aire de los pulmones, apretando las manos contra el pecho, queriendo mantener los fragmentos de los que estaba hecha de una pieza.

Solo él podía. Pero debía de llegar a su lado para que la ayudase. Para que la curase. O para poder morir en paz a su lado.

Con la decisión inyectada en sus ojos, sacando fuerzas de haber revivido aquellos recuerdos con Ben, la mestiza se levantó y caminó a un lado. Aprovecharía la leve claridad del fuego para buscar el camino. De alguna manera. Sabía que solamente debía de seguir avanzando. Tarde o temprano se encontraría con él.

Pequeña, débil y entrenada por Zakath durante años, Iori seguía moviéndose con sigilo aun en aquellas condiciones. Para cuando Tarek se dio cuenta de que ella no estaba a su lado, el cuerpo escuálido de la chica caminaba renqueante por el sendero de salida de aquella aldea en la que no estaba Ben. Era lo único que precisaba saber. Su piel pálida, su rostro demacrado y su forma errática de deambular arrancaron unos pocos suspiros de sorpresa que rápidamente se convirtieron en gritos a su espalda.

No prestó atención ni oídos al escándalo que se había formado tras ella, cuando aquel grupo de aldeanos la confundió con una criatura que a todas luces no podía pertenecer al mundo de los vivos. Y tampoco detuvo su paso.

- Calmaos. - sonó una voz masculina como un trueno rasgando la noche. - Los espíritus vendrán esta noche pero esa figura no pertenece a ellos. Fijaos bien. - señaló haciendo que la pala que levitaba en el aire marcase la dirección en la que se encontraba la mestiza caminando. - Es ella -

La tensión en el aire se diluyó parcialmente. Y en esta ocasión Iori tampoco escuchó los pasos que apretaban la tierra bajo su peso cuando varios se encaminaron hacia ella siguiéndola.




Off: Complicación: los aldeanos chungos la han visto. Iori sale del escondite desde el que junto a Tarek son testigos de lo que sucede con Eberus y Selena. Debido a la maldición sin alma sigue con su única obsesión. Encontrar a Ben. El estado físico en el que se encuentra la hacen parecer un cadáver andante mientras camina para marcharse del pueblo.
Iori Li
Honorable
Iori Li
Cantidad de envíos : : 373
Nivel de PJ : : 3

Volver arriba Ir abajo

La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 Empty Re: La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]

Mensaje  Alward Sevna Dom 10 Nov - 17:16

Alward miró con curiosidad cuando el artesano ambulante apareció. El carromato parecía una herrería ambulante. Era extraño ver a un hombre de su oficio deambulando por aldeas tan remotas; la mayoría de los herreros se aferraban a un lugar, clavando sus raíces al suelo como robles robustos. Alward asintió, agradecido por el ofrecimiento de este artesano.

-No es común ver un herrero viajero.-comentó Alward, con un tono que sugería más que una simple observación.-Menos en un lugar tan pequeño y en un día como este.

La chispa de una conversación se encendió, se propició un intercambio tribal y breve, casi ritual, que no necesitaría de muchas palabras. Ambos hombres se estudiaron, cada uno reconociendo en el otro una capa de misterio que el tiempo y el lugar no permitirían desentrañar por completo.

Mientras tanto, Katrina, con el rostro oculto bajo la capucha, observaba todo desde la distancia, sin emitir palabra. Sus ojos parecían absorber los detalles con la misma intensidad con la que el cielo devoraba la luz. Se mantenía vigilante, atenta a las peculiaridades del momento y de aquellos que se habían reunido en tan lúgubre ocasión.

Una mujer morena de ojos ambarinos salió entonces del hogar de Candela, su expresión era una mezcla de serenidad y distracción. Parecía cautivada por algo que ni Alward ni Katrina no lograban comprender por completo, y sus ojos danzaban con una chispa de intriga poco usual. Alward no le dio mayor importancia, pues el mundo estaba lleno de individuos peculiares, y las noches del Samhain hacían aflorar en muchos el eco de sus rarezas.

Katrina, sin embargo, no quitó la mirada de aquella mujer, observando cada uno de sus movimientos con una intensidad silenciosa, como si intentara desentrañar algún enigma oculto en el lenguaje corporal de la joven. Aunque no pudo discernir la razón de su inquietud, había algo en la mujer que despertaba en ella una ligera sospecha. Aun así, decidió no intervenir, aunque su atención permaneció enfocada.

De pronto, un pisotón firme y despreocupado rompió la calma. Un crujido seco, y Alward bajó la mirada, descubriendo los restos astillados de un pequeño tótem al que el artesano ambulante había reducido a esquirlas. Candela se giró hacia él, horrorizada, su rostro enrojeciendo de indignación.

Katrina se sobresaltó ligeramente, aunque ocultó su reacción en una máscara de serenidad. Su mirada se posó en el herrero, evaluándolo con renovado interés, como si su acción intempestiva le hubiera revelado algo interesante.

Alward se agachó junto a la mujer de ojos ambarinos, examinando los restos del objeto con la misma curiosidad contenida que ella mostraba. Parecía un artefacto rústico, tal vez tallado con intenciones que él no comprendía del todo, pero que emanaba unas vibras inquietantes. Era una sensación leve, un cosquilleo en la piel innegable.

-Curioso…-murmuró Alward para sí.

-Es una señal. Uno de esos objetos que se usan para atraer espíritus. Tal vez alguien no quiera que esta mujer pase la noche tranquila...-Katrina proyectó su voz mágica únicamente a Alward, y la mujer a la que se refería no podía ser otra que Candela, la propietaria de aquel hogar.

Alward se irguió, asimilando las palabras de Katrina y dejando que una expresión de leve comprensión cruzara su rostro. Miró a Candela, y luego a la mujer morena, quienes parecían desconcertados por la destrucción del objeto.

-Parece que en esta aldea se toman muy en serio lo espiritual.-calló unos segundos para volver a tomar la palabra.-Tal vez este no sea el único.-murmuró, su voz teñida de gravedad.-Si alguien ha colocado esto aquí, podría haber dejado otros objetos similares… anclas para los Skógargandr.

Katrina, que observaba desde su perfil bajo, inclinó la cabeza, estando de acuerdo con su compañero. Sus instintos le decían que había más en juego, que aquella aldea había sido marcada, casi como un sacrificio ofrecido a las sombras del Samhain.

-Si queremos que esta noche no pase nada, deberíamos deshacernos de todos los objetos malditos antes de la medianoche. Si alguien los está llamando...-dejó la frase en el aire, su mirada de acero recorriendo a los presentes como una advertencia silenciosa.-...no sería bueno-concluyó.

Candela, quien hasta entonces había estado recogiendo con manos temblorosas los fragmentos del tótem, miró a Alward con ojos llenos de terror y súplica.

¡Por favor!-exclamó.-No sé quién lo puso ahí, yo no… no lo vi. Pero si hay otros… debe encontrarlos. No podemos permitir que los malos espíritus lleguen esta noche.

Alward asintió, su semblante sombrío como el mismo cielo que comenzaba a oscurecerse sobre ellos. Las palabras de todos los presentes resonaron en su mente, alimentando sus sospechas sobre la situación.

-Bien.-dijo finalmente, con voz firme.-Pues nos tenemos que poner a investigar esto.


______________________________________________________________

OFF;

Interactúo con Eltrant y Reike.

Menciono sin conocimiento de causa el "extraño" comportamiento de Reike por la anjana. No la menciono ni hago referencia a sus intenciones porque no la puedo ver, se oculta de mí y de Katrina (al menos de momento, supongo). Posteriormente, añado la complicación de tener que investigar sobre quién ha puesto el objeto maldito en casa de candela y averiguar quien es, además de destruir otros si es que hay.
Alward Sevna
Honorable
Alward Sevna
Cantidad de envíos : : 722
Nivel de PJ : : 5

Volver arriba Ir abajo

La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 Empty Re: La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]

Mensaje  Monza Sylroc Dom 10 Nov - 17:47

Conocía las leyendas sobre Samhain y salir en esas noches del año, pero una tenía que confiar en que los fantasmas no quisieran saber nada de una dragona cruzando el cielo[1][2], porque me había encontrado esas fechas en medio de Verisar y no conocía ningún lugar donde guarecerme. Había muchas historias y bastante variadas sobre ese día, y la mayoría trataban sobre fantasmas, así que tenía bastante asumido que algo de verdad habría, pero no quedaba sino confiar que fueran fantasmas terrestres que no querían saber nada de nada de lo que pasara volando por encima.

Aunque lo primero que me encontré y llamó mi atención no fueron fantasmas, sino un claro entre los árboles donde había una mujer con un cuchillo brillante que se alzaba sobre un círculo con símbolos extraños y dos personas tiradas en el suelo. No tenía que ser demasiado lista como para ver que eso era algún ritual sospechoso, y no podía permitir que dos personas fueran sacrificadas de esa forma. Además, si quería evitar a los fantasmas, lo mejor iba a ser también el no dejar que nadie se pusiera a hacer invocaciones turbias cerca de donde pasaba.

Aprovechando las sombras del crepúsculo y que la mujer de la máscara parecía estar más pendiente de otras cosas, me dejé caer en picado para evitar el ruido que pudieran hacer mis aleteos, y cuando estuve ya cerca lancé mi aliento contra la mujer[3], lanzándola por los aires. Seguidamente, seguí volando a ras de suelo y agarré a los dos sujetos tirados en el suelo con mis garras delanteras y lancé de nuevo mi aliento[3], aunque en esta ocasión directamente contra el suelo, para tratar de levantar el vuelo llevando a dos personas a la vez.

Torpemente me fui levantando en el aire de nuevo y pude notar que los dos parecían estar paralizados de alguna forma, pues estaban muy quietos ante lo extraño de la situación. Por su aspecto parecían un elfo rubio y un hombre con la apariencia más olvidable posible. Lo que no esperaba era que el hombre empezara a retorcerse y acabó hablando.

- Suéltame. No puedo abandonar estas tierras sin cumplir mi sueño.

Ante sus palabras, aún más confusas que los esfuerzos por soltarle giré la cabeza y le gruñí extrañada.

- Debo encontrar a esos fantasmas, es mi destino.

La confusión que me generaban mis palabras me estaban haciendo desconcentrarme en volar y cada vez daba más tumbos, pero no pude evitar volver a gruñirle a ver si daba alguna explicación más.

- Puede que se me escaparan las bio-cibernéticas y las hadas, pero está claro, los fantasmas son una nueva oportunidad que me han dado los dioses para poder tener sexo de otro mundo.

Tras esas palabras solté un gruñido considerablemente más agudo, y que por mucho que fuese complicado entender a un dragón habitualmente, solo podía indicar una mezcla de los más absolutos asco y estupefacción. En algo que diré que fue un reflejo debido a la sorpresa y al esfuerzo que me estaba costando llevar a dos pasajeros, y no un intento de homicidio hasta un ser tan repulsivo, mi garra izquierda se abrió y solté al humano.

- ¡Que sepas que también te has dejado al conejo del elfo en el claro!- Gritó el tío raro mientras se precipitaba contra la cubierta arbórea con más efusividad de la que debería tener dada la situación.- ¡Sexo de otro mundo allá voy!

Escuché como rebotaba contra varias ramas que se quebraron por la fuerza que llevaba su caída hasta que finalmente un golpe seco indicó que había encontrado el suelo. Preferí no ir a revisar como se encontraba, pues dudaba que situación era preferible, así que bajé de altura para depositar al elfo en el suelo para cuando se recuperase de lo que le hubieran hecho y volé de vuelta al claro para ver como había resultado la situación.

***************

Resumiendo, Monza ve que van a sacrificar a Rauko y Per Vertman y les saca de allí, aunque se olvida al gomejo. Le mete un aliento de viento a la viuda Nevada y la manda contra los árboles, dejo al criterio de Rauko (o del buen máster Thorn) si está entera y vuelve para vengarse o se ha reventado y ha hecho el sacrificio involuntariamente. Después se despeña Per Vertman (aunque ese asumo que seguro que no muere porque es como la mala hierba) y deja a Rauko en el suelo.

[1] Don Ancestral: [Mágica, 2 usos] Puedo convertirme en un dragón de hasta 4 metros (nariz a punta de la cola), lo que aumenta considerablemente mi resistencia. Puedo volver a forma humana a voluntad. Llega transformada al tema, así que ahí va el primer uso.
[2] Habitante de los Cielos: Puedo volar en forma de dragón.
[3] Aliento Elemental: Puedo lanzar mi elemento afín desde mis entrañas en forma de dragón.
Monza Sylroc
Experto
Monza Sylroc
Cantidad de envíos : : 74
Nivel de PJ : : 0

Volver arriba Ir abajo

La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 Empty Re: La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]

Mensaje  Eltrant Tale Lun 11 Nov - 13:23

Ladeó la cabeza cuando una de las personas presentes le preguntó, no de muy buenas maneras, porqué había decidido astillar aquellos extraños tótems. Afortunadamente la otra mujer pareció comprender la extraña sensación que estos transmitían, incluso echándole un simple vistazo a los restos astillados.

¿Era capaz de ver el éter? ¿Bruja?

- Sí. – aseveró, cruzándose de brazos, respondiendo a la pregunta. – Uno cada… unos cien pies, quizás doscientos… – explicó, haciendo memoria. – Están algo escondidos, quien los ha puesto no quería que las gentes de aquí supiesen que están ahí. – Aseveró finalmente, atusándose la barba. La mujer, la que se había dirigido hacia él en aquel instante… le quería sonar de algo.

¿La conocía? Estaba seguro que sí, pero la noche ocultaba mínimamente sus facciones, lo justo quizás para que quizás estuviese mezclando las caras de viejos conocidos. La miró fijamente durante unos instantes, sin pretender siquiera disimular un ápice su mirada.

¿Era…?

¿Reike?

Continuó estudiando las facciones de la mujer, intentando asegurarse de que no estaba equivocado. De pronto, en apenas unos meses, empezaba a encontrarse con bastante gente de su pasado. Algo le decía que, precisamente, aquello no era un buen presagio.

¿Es que en Aerandir las cosas no podían ir bien más de dos años seguidos?

De todas formas… - se llevó la mano hasta la nuca, sacudiendo la cabeza y sacando aquellos pensamientos de su mente. – He… visto suficiente mundo como para saber que quien quiera que ha colocado estas cosas no trama nada bueno. – aseguró mirando ahora al hombre enmascarado y a la… mujer que la acompañaba. Ambos le transmitían una sensación familiar, cada uno de una forma propiamente particular. – “… quizás deberíamos averiguar de dónde proceden…” - pensó después, dejando que una parte de él que creía olvidada se apoderase de su persona.

Afortunadamente, el enmascarado parecía estar de acuerdo con él, pues fue el primero que pronunció las palabras que justamente estaban por brotar de sus labios. Le dedicó una sonrisa cordial y asintió con la cabeza.

- Muy bien. Contad conmigo entonces. Sería malo dejar esas cosas por ahí. – le dijo dándole una palmada amistosa en el hombro al hombre. – Aunque… nos vendría bien alguien con conocimiento sobre magia. – dijo ahora girándose hacia Reike, después se aclaró la garganta e hizo como que ahora miraba a la mujer que se le había increpado momentos atrás. – Si es que hay alguien… aquí que sepa de estas cosas en la aldea, claro. – musitó seguidamente, tratando de disimular el hecho de que se refería específicamente a la bruja.

Tratar de explicar por qué la conocía iba a ser… raro, en un momento como aquel. Por no hablar de que, perfectamente, podía haberse confundido de persona.

- ¡En cualquier caso! – dijo seguidamente. – Mi nombre es Eltrant Tale. Herrero de profesión y… ¿Mercenario retirado? – añadió como presentación con ambos brazos cruzados sobre su pecho.

Si no querían presentarse, no pondría pegas. La noche tenía aspecto de ser larga y tenían mayores problemas por delante. Indagar en los secretos de personas que acababa de conocer nunca acababa bien, además, la gente que llevaba una máscara solía tener un motivo de peso para ello.

Tras preguntar a los demás si podían acompañarle, continuó el camino de vuelta a su carroza. No pretendía lidiar con algo como aquello estando desarmado para empezar; Además, podía enseñarle dónde había encontrado el primer tótem.

- Ah, si… - la pregunta del enmascarado había sido curiosa, pero no había tenido tiempo de responderle. – Estoy… buscando a alguien. – se giró a mirar a la mujer que acompañaba al enmascarado. Suspiró. –Y es más fácil hacerlo con el negocio a mis espaldas. – le aclaró al final con una sonrisa un tanto cansada. – Además, hay decenas de pueblos como este sin ningún herrero. No es un mal modelo de negocio. – aseveró, ampliando la sonrisa.

Cuando llegó al carromato entró y, fácilmente, se hizo con Olvido. El gigantesco espadón plateado descansaba en su vaina, descansando, esperando a ser desenvainada y liberar el aire que la contenía.

Volvió a salir al exterior.

- Muy bien. Ya estoy list… -

Un suave resplandor se apareció tras él. En la puerta de su carroza se apareció un símbolo similar al que estaba en el tótem que había destruido a varios pasos de allí. El glifo brillaba tenuemente o… quizás, más bien, reflejaba la luz de la luna. Esto sería similar en todas las casas más cercanas a los tótems destruidos.

- Eso no puede ser bueno… - musitó, dejando caer la espada sobre su hombro.

__________________________________________________________

Interacción: Reike y Alward. La maldición de Elt llegados a este punto cortocircuita (?) de vez en cuando. Así que sin recordarle completamente tenéis total libertad para que os suene o lo que prefierais :'D

Complicación: Solo con destruir los tótems no basta. Destruirlos simplemente hace que en la entrada al edificio más cercano se aparezca una misteriosa runa previamente tallada en el tótem.


Eltrant Tale
Aerandiano de honor
Eltrant Tale
Cantidad de envíos : : 1378
Nivel de PJ : : 10

Volver arriba Ir abajo

La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 Empty Re: La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]

Mensaje  Tarek Inglorien Lun 11 Nov - 13:37

Su rápida huida de aquella maldita casa había sido, sin duda, acertada. Apenas había conseguido atravesar el estrecho camino que daba salida al pueblo en dirección a la montaña, cuando un nutrido grupo de pasos se hizo eco tras ellos. La mestiza caminaba con paso inestable a su lado, perdida solo los dioses sabían en qué mundo. La había escuchado murmurar cada vez con más frecuencia, así como prestar atención a cosas que no se encontraban con ellos. Hablaba de forma errática y sonreía sin ningún tipo de razón. Algo sucedía en su cabeza, algo más allá de lo que sucedía entorno a su cuerpo. Tarek no necesito indagar mucho en sus escasos conocimientos de sanación para darse cuenta de vivía en un delirio constante.

Había tenido la esperanza, cuando alcanzaron aquella pequeña cabaña en la linde del pueblo, de poder suministrarle algo de sustento. Agua y comida, que la mantuviesen lo suficientemente fuerte para avanzar un día más. Pero el descubrimiento de las runas había dado al traste con sus planes. Si no conseguían llegar pronto a Cedralada, quizás ella no vería la llegada del siguiente verano. Sacudiendo la cabeza, despejó el fugaz y funesto pensamiento de que alcanzar la aldea tampoco tenía por qué ser la solución. Imploró a Isil para que su mensaje alcanzase el norte lo antes posible. Si alguien podía solucionar aquello, era ella.

Agarrando a la chica por un brazo, la obligó a caminar un poco más rápido. Alcanzaron la pequeña loma en el extremo opuesto del camino a tiempo para que los recién llegados no descubriesen su presencia. Una pequeña valla, que separaba el terreno del camino, les proporcionó cobijo suficiente, así como la posibilidad de observar la escena ante ellos. Algo sucedía en aquel lugar, algo funesto.

El Enterrador, como él mismo se había presentado, escoltaba a dos individuos hasta la pequeña cabaña en la que había decidido alojar al elfo y la humana. El peliblanco se preguntó si todos los foráneos acabarían irrevocablemente allí. Una ligera sonrisa curvó sus labios cuando, al abrir la puerta a la única estancia del edificio, el color dejó el de por si macilento rostro del rondador de los cementerios. Sus nuevos “invitados” no dudaron en revolverse ante la visión de las runas de invocación que adornaban las paredes. La escena pareció detenerse por un instante, cuando los recién llegados midieron fuerzas con el aparente líder de la aldea, que se había desvelado como algo más que un simple funcionario público. Nuevos pasos resonaron por el camino a la plaza principal de la población. El pueblo se reunía ante ellos. Aquel era el momento.

El elfo se giró para encarar a la mestiza. Aquella era su oportunidad para escapar. El pueblo se agruparía entorno a sus nuevas víctimas y ellos tendrían un espacio lo suficientemente amplio para poder escapar. Se irían incluso antes de que empezasen a buscarlos. Además, teniendo en cuenta el estado de la muchacha, necesitarían toda la ventaja posible para huir de allí. Pero al girarse hacia ella, no vio más que las húmedas hojas que adornaban el sueño otoñal.

- Maldición –murmuró para si, mientras un pequeño revuelo se formaba en el camino tras él. ¿Cómo había podido suceder aquello? Apenas unos minutos antes había tenido que arrastrarla hasta allí.

- Calmaos –la voz del Enterrador tronó sobre los lamentos de sus conciudadanos- Los espíritus vendrán esta noche, pero esa figura no pertenece a ellos. Fijaos bien. Es ella.

El elfo no necesitó más confirmación para saber dónde se encontraba su compañera de viaje. La había tomado por una criatura débil y sin voluntad, excepto por aquella inexplicable obsesión de llegar a Cedralada. Por no variar, la humana había superado sus expectativas y, por no cambiar la dinámica, no en el buen sentido. Su única oportunidad de huir en el silencio de la noche, de aquella maldita noche plagada de malos augurios, había desaparecido.

Sin pensar demasiado en las consecuencias de sus actos, abandonó su escondite, corriendo hacia la chica, que seguía caminando hacia el exterior del pueblo, inconsciente de los aldeanos que comenzaban a acumularse a su espalda. Frenando un poco su avance para no golpearla, se agachó para engancharla a la altura de la cintura y cargar su peso sobre su hombro. Correr de aquella manera sería difícil, pero no tenía muchas más opciones. Iori era un peso muerto, tanto si la cargaba como si la chica decidía caminar por su propia voluntad.

En aquel mismo momento, un extraño gemido femenino captó la atención de los allí reunidos, que se giraron con espanto hacia el camino que conducía hacia la plaza. Algo atemorizaba al pueblo, algo que, atendiendo a las runas que adornaban la casa, era un viejo conocido que exigía un pago. Su mirada se cruzó con la del individuo al que el Enterrador había amenazado. Él y su compañera parecían tan dispuestos como ellos a usar aquel inesperado cambio de atención para huir. El líder de la aldea, por su parte, intentaba tranquilizar a sus vecinos, que se movían inquietos buscando el origen de aquel lamento.

Sin perder más tiempo, el elfo, con su carga al hombro, se internó en el bosque tras la casa. Debían alejarse lo más posible de aquel lugar, al menos hasta la llegada de la mañana. Las palabras del Enterrador retumbaron en su mente, así como la escena que habían presenciado en la plaza del pueblo. Los espíritus llegarían. Dos facciones acusándose de buscar la perdición de la otra. Una casa convertida en una trampa para atraer fuerzas oscuras. El pueblo veneraba a la Procesión de los Skógargandr y ellos se habían convertido en el sacrificio a sus demonios.

Gritos a su espalda le indicaron que la distracción no había durado más que unos segundos. La profunda voz del Enterrador retumbó tras ellos, cuando pronunció una única y contundente palabra: “atrapadlos”.
__
Complicación: los aldeanos han decidido que ese año no hace falta que se sacrifique uno de ellos, pues han aparecido cuatro pringados a los que entregar a la Procesión. Tarek huye con Iori a cuestas. Parte del pueblo va tras ellos para recuperar su sacrificio.
Tarek Inglorien
Honorable
Tarek Inglorien
Cantidad de envíos : : 225
Nivel de PJ : : 1

Volver arriba Ir abajo

La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 Empty Re: La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]

Mensaje  Meraxes Lun 11 Nov - 19:00


Villa Darrow
Vengo de: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

Caminamos hasta llegar a la entrada.

- Ten, guárdala bien. No sé si sirva.  - le di la nuez tallada a Meleis poco antes de internarnos los caseríos.

El ambiente lúgubre de aquel lugar solo alimentaba mi malestar. Puertas y ventanas cerradas, o mejor dicho, trancadas, y las que no, las pocas personas, hombres en su mayoría, cortaban y serraban madera para colocar en las casas. Era como si se prepararan para una invasión, o se tomaban demasiado en serio aquello. ¿Tanto miedo le tenían a esa dichosa marcha?

Intercambiamos la vista con algunos, no pasamos desapercibidos, se notaba que éramos forasteros. Nuestro andar, aquellas facciones tan propias del norte, y ni hablar de la estatura.

- Sí que son creyentes. - Caminaba mirando a mi alrededor. - ¿Y las tablas en las ventanas sirven de algo?

- Solo una sensación de seguridad. Son tiempos oscuros. - Respondió el encapuchado que a mis ojos ya estaba pareciendo un loco que solo hablaba del fin.

- ¿Contrataron más gente? - Preguntó mi hermano.

- Lo desconozco, fuimos enviados unos pocos, no más de una decena a conseguir ayuda. - nos guiaba por el camino que asumí era el principal. - Los llevaré con el líder. - Ni Meleis, ni yo agregamos algo más, lo seguimos en silencio.

Se detuvo en frente de una de las casas, no distaba mucho de las demás salvo por quizás por verse un poco más grande, había dos sujetos en la entrada que reconocieron de inmediato al de la capucha.

-Traje a dos conmigo.

No respondieron y se limitaron a abrir la puerta. Dentro estaba un sujeto hablando con un grupo de personas, no más de cinco.

- Asegúrense de colocar ofrendas, tal vez eso apacigüe un poco las cosas, y vigilen el camino al templo abandonado, hay muchos curiosos en estas fechas, especialmente los niños.

- No somos suficientes.

- ¡Pues inténtenlo! - gritó con gruesa y profunda.

- Me agrada. - Susurré a mi hermano, levantando el pulgar en gesto de aprobación.

- Ajá...

El grupo salió y dejándonos solo a los tres recién llegados, aunque sentía que un par de ojos ajenos me observaban, tal vez mi propia paranoia.

- ¿Y ellos quienes son? - se dirigió al encapuchado, que al fin se dejaba ver. Bajo la capucha desgastada, su cabello largo y enmarañado caía en mechones grises, y su barba, igualmente encanecida, cubría su rostro con un aire de dureza, falta de sueño y sobre todo, miedo.

Garrick:

- La mujer es arcanista, señor, el joven viene con ella. - Explicó.

El jefe nos miró. Ahí estaba frente a mí, imponente y marcado por los años, aunque menor que quien había sido nuestro guía. Su cabello oscuro y ondulado, salpicado de canas, caía de manera desordenada alrededor de su rostro. La barba, también canosa, le daba un aire de sabiduría y experiencia que no podía ignorar. A quién quería engañar, se me hacía todo un galán.

Vestía una túnica de tela gruesa, algo descolorida y desgastada. El cuero del cinturón que ceñía su cintura estaba marcado por el uso y, aunque su atuendo carecía de adornos, había en él una dignidad austera, o esa aura de autoridad.

Tharic:

- ¿Ah sí? - No parecía muy convencido. - Pruébalo. Hay muchos charlatanes allá fuera. - me retó con la mirada.

Sonreí de medio lado, pero si quería el trabajo debía probarlo. - ¿Tienes hambre? - El hombre alzó la ceja con duda.

Avancé hacia la mesa mientras sacaba mis cosas, tras escribir lo necesario allí estaba en frente a él unas raciones de comida, galletas1. -  Una de estas y tendrás energía todo el día. - Tomé una y le di mordisco, que viera que me lo tragaba. - Si quieres otra prueba tendrá un costo extra. - añadí.

- Además hizo una runa para lo malos espíritus, señor. - delató el otro.

- Tch... viejo chismoso. - Susurré para mis adentros, antes de sonreír de la forma más incomoda que mi cara podía mostrar. - Como le dije en su momento, no tengo garantía de que eso funcione, desconozco a lo que me enfrento, sin embargo tengo experiencia en diversas áreas... experta en trampas y organización.

- ¿Puedo verla? - su vista estaba fija en mí y alcé los hombros.

- Ya no es mía.

Meleis, se acercó entonces, siempre era así, impulsivo. Bueno no podía juzgarlo, al parecer era de familia. Se sacó la nuez del bolsillo y se la extendió al hombre que tras tomarla parecía examinarla.

- El tallado es bastante bueno pero por qué... - Fue interrumpido.

- Es una nuez... el tesoro de Argyle es más bonito. - se escuchó una voz infantil, una pequeña que salía de su escondite, seguido del suspiro cansado del hombre.

La miré con una mezcla de asombro y ternura. Su figura era menuda, en sus ojos brillaba una determinación que contrastaba con su complexión. Tenía el cabello castaño oscuro, recogido en un moño despeinado, con algunos mechones cayendo despreocupadamente sobre su rostro, dándole un aire vivaz y audaz. Su piel era suave y sus facciones dulces, pero había una chispa en su expresión, una picardía que me hacía pensar que esta niña era más astuta de lo que dejaba ver. Había en su postura y en su mirada una mezcla de inocencia y valentía, como si estuviera lista para enfrentarse a lo que el mundo le pusiera enfrente.

Lidia:

- Lidia, te dije que te quedaras en tu habitación.

- Pero... es una nuez.

- ¡Oye no cuestiones mis métodos, enanita! fue lo primero que encontré en tan poco tiempo. - refunfuñé.

Tanto Meleis como el otro anciano se vieron un poco cohibidos ante la presencia de la pequeña, tampoco sabían qué agregar. Claro que algo sí captó la atención de mi hermano, algo que yo había ignorado por estar discutiendo con la pequeña.

Le regresó la nuez a Meleis, miró a quien supuse sería su hija, y luego me miró.

- Puedes revisar el perímetro, dejamos algunas ofrendas, puedes revisarlas, que Garrick te ayude.

- ¿Quién? - No supe a quien se refería hasta que miró al viejo que para mí siempre había sido el "encapuchado".

- Soy Tharic, y ella es mi hija, Lidia. - se presentó después de caer en cuenta que tampoco había dicho su nombre y nosotros tampoco.

- Soy Meraxes y el es mi hermano Meleis.

- ¿No se golpean la cabeza con los marcos?

- ¡Lidia!

- ¿Qué? Son gigantes.

- Yo mejor me voy a ver esos altares, andando encapu...Garrick. - Salí de allí.

Meleis y Lidia cruzaron miradas antes de seguirme a la salida.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

Había trabajo que hacer, y aquello me recordaba las veces que tuve que estar de aquí para allá en los campamentos, al mismo tiempo me llegaba la incomoda presión en el pecho de que nada saldría bien, era difícil callar esas voces pero por el momento eran algo que podía controlar.

Altares por aquí, ofrendas por allá y yo no tenía ni la menor idea de qué servía o no. Las horas pasaron, el crepúsculo se asomaba.

- Alguien nos ha estado vigilando desde que salimos de la casa. - Dijo Meleis.

- ¿Ah sí?  - estaba concentrada en ciento de cosas en mi cabeza que era ignorante de este hecho.

- la niña...

- Esa méndiga enana... no le perdono lo de la nuez. - suspiré.- ¿Puedes encargarte de que vuelva a su casa? No quiero meterme en líos con su padre y perder el trabajo.

- Yo me encargo. - Con ello se alejó, volví a lo mío...

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

Meleis

Fingió caminar sin rumbo, despreocupado pero consciente que la niña no lo había perdido de vista, su interés estaba en él, o mejor dicho, en lo que llevaba. Se detuvo cerca de una pila de madera.

- ¿No deberías estar en tu casa? - Preguntó finalmente el joven dragón.

- Papá exagera, además Argyle dice que el tesoro del templo nos protegerá, y es más bonito que lo que tu tienes.

- ¿Tesoro del templo? - preguntó con curiosidad.

- No está muy lejos de aquí, los ancianos dicen que era de lo elfos, nunca nos dejan ir así que aquellos que lo hacen son valientes. Mi papá me vigila todo e tiempo así que es difícil escabullirme hasta allá. - resopló un tanto frustrada. -

- Y con toda la razón, puede ser peligroso. Conozco a los elfos y aunque son seres maravillosos también son de temer, su magia es peculiar y muy poderosa. -

- ¿Conoces elfos? No te creo.

- ¿Parezco alguien que miente?

Lidia, negó con la cabeza. - ¿Puedo verla? El amuleto.

- ¿Volverás a tu casa si te lo enseño?

- ¡Sí! - sonrió ampliamente viendo como Meleis llevaba a nueva cuenta su mano a los bolsillos. Le dio la nuez... y de pronto, aprovechándose de esa pequeña estatura, salió corriendo.

- ¡Se la mostraré a Argyle y Tom, me quedan de camino a casa!

- ¡Oye! ¡Espera! - se palmeó la frente mientras corría tras de ella. - Debí habérmelo esperado... ¡Lidia, ven aquí!

Una pequeña escurridiza en una aldea desconocida, aquello llevaría su tiempo.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

Mientras tanto... algo sucedía en las afueras, algo se acercaba.

- ¡Tom! ¡Tom! - gritaba la anciana preocupada.

A lo lejos pregunté a mi acompañante. - ¿Qué sucede?

- Uno de los chicos, al parecer está perdido, no tenemos suficientes hombres ahora. Siempre regresan, aunque en estas fechas las esperanzas son nulas.

- Ustedes sí que saben cómo levantar el ánim...

Un estruendo lejano nos puso en alerta. ¿Qué había ocurrido?

- ¡Nos atacan! ¡Nos atacan! - se empezó a escuchar en ola.

- ¡Meleis! - pensé en mi hermano, no había vuelto desde que dijo que se encargaría de regresar a la pequeña. - Encárgate de llevar a la gente a un lugar seguro, veré qué sucede. - Corrí hacia el estruendo, había sucedido bastante lejos de mi posición por lo que me tomaría algunos minutos llegar, comenzaba a sentir la presión en el pecho, las voces que me decían que no lograría nada.



Off:


Inventario:



Inventario Meleis:
Meraxes
Honorable
Meraxes
Cantidad de envíos : : 462
Nivel de PJ : : 4

Volver arriba Ir abajo

La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 Empty Re: La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]

Mensaje  Thorn Mar 12 Nov - 19:33

Comienza el Samhain:

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
La historia de Zelas


Una resistencia insólita recorrió todo el cuerpo de Zelas, vibrando en su propio éter y enviándole una sensación de rechazo; un rechazo absoluto. El árbol maldito no solo absorbía los impactos y la magia elemental, sino que parecía alimentarse de la energía misma que le habían ofrecido. La corteza oscura emitió un destello iracundo, una luz verdosa y espectral que chispeaba entre las grietas del tronco.

La sonrisa confiada de su maestra había desaparecido. Los ojos de Yuki reflejaban el leve temor que comenzaba a enraizarse en su corazón. Extendió las manos y murmuró un hechizo ritual, uno de neutralización del éter que le habían ofrecido, envolviendo el árbol con un resplandor etéreo transparente que pulsaba como el latido de un corazón.

Sin embargo, en vez de debilitarse, el árbol comenzó a reaccionar. La energía que fue absorbida, ahora era redirigida hacia fuera del árbol en forma de explosión, envolviendo a ambos arcanistas en un abrazo abrasador.

___________________________________________


La medianoche pasó y la luna, alta y brillante, comenzó a teñir el bosque de una luz pálida y fantasmal. La procesión de los Skógargandr avanzaba, una larga fila de figuras espectrales y difusas que vagaban entre los árboles, susurros sin voz llenando el aire, cada uno un eco de lamentos de aquellos condenados a vagar por la eternidad.

En su marcha, los Skógargandr se detuvieron frente al árbol maldito, todo a su alrededor estaba envuelto en fuego; unas llamas que rodeaban al árbol pero no lo tocaban, y tampoco se extendía más allá de un círculo perfectamente dispuesto alrededor de este horrendo presagio. Una de las figuras espectrales alzó una mano esquelética, señalando hacia las raíces. De allí, dos seres comenzaron a emerger, figuras que conservaban su forma humana, sus miradas vacías, teñidas de un brillo espectral, y sus almas ahora atadas a la maldición.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

La figura espectral que lideraba la procesión hizo un gesto con su brazo, y los recién caídos se unieron a los demás, sus pasos silenciosos pero firmes, como si la voluntad de sus espíritus ya no les perteneciera. La procesión reanudó su marcha, avanzando hacia la oscuridad, cada uno de ellos portando el peso de su condena.


______________________________________________________


Te gusta jugar con la muerte y siempre estás al filo de la navaja, Zelas. Pero eso no es nuevo para ti, ni tampoco creo que te asuste, aunque esta vez no será tan sencillo para ti librarte de las garras de lo inevitable que a todo mortal le llega. Demasiadas veces te has escapado de ella, ¿Serás capaz de hacerlo una vez más?

En la siguiente ronda, deberás de realizar la procesión maldita con los Skógargandr. Tu misión es seguir con el sino de tu maldición y caminar hasta que sea de día de nuevo, atrayendo a nuevas almas descarriadas para la larga procesión. Puedes meterte en la historia de cualquier otro usuario e intentar que se una a ti. Lanzarás una runa.

La forma de librarte de esta maldición y que tu alma encuentre la paz será destruyendo aquello que te hizo sucumbir.


[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]





[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
La historia de Niniel, Vincent y Meraxes


Un temblor profundo reverberó a través del suelo de la tranquila Villa Darrow, tan sutil al principio como un murmullo, pero con la intensidad de un trueno contenido. A cada paso, el coloso avanzaba, sus extremidades monumentales estirándose con movimientos pesados pero implacables, impulsado por una fuerza arcana y ancestral. Su cuerpo pétreo estaba cubierto de runas élficas, que brillaban con un resplandor etéreo azul y púrpura, mientras pequeños cristales incrustados en sus articulaciones chisporroteaban de energía mágica.

En el centro de la villa, una antorcha titiló y se apagó por una ráfaga de repentino viento que se levanto, ¿Un mal presagio, quizas? Las casas, las tabernas, y las tiendas parecían encogerse bajo la inmensa figura que cruzaba el puente, sus ojos sin pupilas, luminosos y vacíos, escudriñando cada rincón. Los habitantes, aturdidos y confundidos, asomaban sus cabezas por las ventanas, susurrando en voz baja, intentando comprender. Algunos se armaron de valor y salieron a la calle, solo para retroceder de inmediato ante la visión de aquella monstruosidad, una entidad nacida de una época pasada.

Niniel, Vincent por su lado, y Meraxes por el suyo propio llegaron con la mayor premura. Ante sus ojos, el gólem levantó uno de sus brazos gigantescos y lo dejó caer sobre una carreta vacía en medio de la calle principal, reduciéndola a astillas con un crujido ensordecedor. Luego, con un giro lento de su cabeza, su mirada recorrió la hilera de casas, como si escaneara meticulosamente cada rincón, cada sombra. Buscaba algo… o a alguien. Y no se detendría hasta encontrarlo.

El coloso continuaba avanzando, y cada paso que daba parecía resonar como un eco en el corazón de Tom, quien, con una mezcla de vergüenza y desesperación, empezó a entender la magnitud de su error. Aquella "hazaña" de su amigo Argyle, la piedra que había tomado del templo… esa misma insignificante piedra que se exhibía como trofeo en la taberna, había desatado algo que no comprendían, algo que estaba mucho más allá de su control.

-¡La piedra!-gritó Tom, como si el nombre del objeto prohibido invocara al mismo tiempo una maldición y una esperanza-¡Va a por la piedra que Argyle robó! ¡Va a matarlo!

"Era un lugar sagrado… incluso los dioses lo han olvidado", y tenía razón. Aquello que pertenece a los ancestros, jamás debe ser profanado.

La taberna estaba llena de risas y conversaciones despreocupadas. La noche de Samhain era, después de todo, un momento de celebración, una burla a la misma muerte. Pero en ese instante, bajo la sombra del gólem, cada risa parecía más una burla trágica, un canto de cisne al borde de la destrucción.

Entonces, con un último rugido sordo, el gólem llegó a la plaza frente a la taberna. Algunos hombres en la entrada retrocedieron, confundidos y asustados, y comenzaron a cerrar las puertas de la posada. Pero el coloso levantó su brazo, y antes de que las puertas pudieran cerrarse por completo, lo dejó caer con la fuerza de una montaña desplomándose, destrozando el umbral y arrancando la puerta de sus goznes.

Los gritos de pánico llenaron el aire, y la taberna se sumió en el caos. Los aldeanos intentaron huir, muchos lanzándose por las ventanas o corriendo a refugiarse bajo las mesas. Pero el gólem no prestaba atención a ninguno de ellos. Su mirada estaba fija en el centro de la taberna, en la figura que aún permanecía paralizada junto a la barra.

-¡Argyle!-Tom gritó, mientras luchaba por abrirse paso entre la multitud que huía. Su amigo no se movía, sus ojos eran pozos de terror mientras miraba fijamente al coloso que ahora se inclinaba hacia él, su mano extendida, pétrea y cruel, como un juez implacable.-¡Devuelve la piedra!

El muchacho, aterrado y sin escapatoria intentó quitarse de su vista el trofeo maldito, pero sus dedos y manos temblaban demasiado como para responder en esa situación.

Demasiado tarde. El gólem aplastó su cabeza.


______________________________________________________


Niniel, sacerdotisa y sanadora mía, servidora de la Luz de Anar; Vincent, experto en miles de aventuras y desventuras, caminante de historias; Meraxes, maldita pero sin claudicar, dos veces bendita; esta noche no podía sino empezar de forma trágica. Siento que hayáis tenido que presenciar esto.

Ahora solo queda desactivar al gólem, intentar calmar a los vecinos y... a Tom (no me fío de cómo pueda reaccionar a esto). Tenéis que encontrar la forma de, en esta noche, guiar al espíritu de Argyle para que encuentre la paz y no quiera volver a la vida como un ser vengativo y maligno. Esta noche es peligrosa.

Vincent y Meraxes, espero que tengáis algo con lo que protegeros de los malos espíritus.

Tirad runa.


[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]





[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
La historia de Dante


Sor Elenda se quedó en silencio mientras observaba la mancha oscura sobre la puerta del orfanato, su rostro severo iluminado apenas por las luces titilantes de las velas que colgaban cerca del umbral. Los niños y Dante mantenían la respiración contenida, sabiendo que cualquier palabra de más podría encender la furia de la hermana. La marca pintada en la puerta no era cualquier garabato; el símbolo arcano parecía pulsar con una energía oscura y desconocida, claramente impropia para un lugar tan sagrado. ¿Sería solo la imaginación de Dante o verdaderamente la influencia de aquella fecha era tan poderosa?

-¿Qué significa esto?-preguntó, su voz tensa y controlada, cada palabra cayendo como el retumbar de un trueno contenido.

Los niños bajaron la mirada al suelo, buscando refugio en sus sombras.

La monja mantuvo su mirada fija en ellos y en Dante, como si estuviera evaluando cada palabra y cada expresión en busca de signos de engaño. Finalmente, soltó un suspiro de exasperación y cruzó los brazos.

Dirigiéndose a los tres niños, Sor Elenda señaló con un dedo largo y huesudo hacia el interior del orfanato.

-¡Oberon, Percy, Theodoro! Adentro, ahora mismo. Tendremos una conversación muy larga sobre el respeto, la prudencia y las consecuencias de estos actos. Y pueden estar seguros de que lo que han hecho no quedará sin castigo.


______________________________________________________


Los niños están asustados de esa mujer por una buena razón, ¿Vas a dejarlos a su suerte? Quizás no sea más que una mujer estricta, pero...

El caso es que la noche ha caído por completo, y esa runa sigue pintada. Es mejor que la quites.

Si quieres, puedes marcharte o ver a dónde lleva la mujer a esos niños.


[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]





[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
La historia de Reike, Alward y Eltrant


[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

La oscuridad había caído completamente sobre la aldea. Una bruma espesa cubría el suelo, serpenteando entre las casas como un predador que acecha. Los árboles, altos y retorcidos, se erguían en las cercanías, extendiendo sus ramas nudosas hacia el cielo sin luna, un firmamento salpicado de estrellas lejanas que apenas lograban perforar la penumbra. Era como si hasta la luz misma hubiera abandonado el lugar, dejando que las sombras se escurrieran por cada rincón, llenando de oscuridad y malos presagios aquel pequeño y olvidado asentamiento.

Eltrant, Reike, Alward y Katrina avanzaban lentamente, sus pasos resonando en las calles de tierra. La anjana los seguía de cerca, temerosa y casi como si ellos le ofrecieran una protección por el mero hecho de estar cerca. La aldea había adquirido un aspecto distinto, algo que iba más allá del mero cambio que traía la noche. Las ventanas de las casas, antes simplemente oscuras y deshabitadas, ahora parecían albergar algo más en su interior. Ojos invisibles los seguían, o eso sentían. Desde cada esquina, cada sombra, cada ventana donde los aldeanos se ocultaban tras cortinas raídas, una sensación de vigilancia intensa los oprimía. Aquellas miradas silenciosas pesaban, como si cada figura en la penumbra fuera un espectador mudo de lo que estaba por suceder.

El crujido de ramas en el bosque cercano hacía que sus cuerpos se tensaran instintivamente, como si algo o alguien los estuviera acechando. Había una presencia, intangible pero palpable, que se aferraba al aire, dificultando la respiración y llenándola de un hedor rancio a tierra húmeda y algo más profundo, algo podrido.

De repente, una sombra cruzó velozmente una de las ventanas. Todos se giraron de inmediato, tratando de localizar a la figura, pero solo vieron el reflejo de sus propias sombras deformadas en el vidrio. Se miraron entre ellos, intentando encontrar algún consuelo en las miradas de sus compañeros, pero sus rostros reflejaban la misma incertidumbre y, sí, el mismo temor.

La oscuridad se hizo aún más profunda, y en aquel instante, todos lo sintieron: un cambio sutil pero definitivo. Algo en el aire había cambiado, algo que parecía impregnado de una malevolencia tan pura y fría que el mero hecho de respirarlo resultaba difícil.

La bruja dio un paso al frente, escudriñando la calle que se extendía hacia la linde del bosque. Las sombras parecían haber crecido, alargándose como garras hambrientas que buscaban aferrarse a todo lo que tocaban. Los árboles, oscuros y torcidos, parecían haberse acercado, como si el bosque mismo se hubiese desplazado, amenazando con engullir la aldea.

Eltrant gruñó, su mano se tensó sobre el mango de Olvido, el espadón que llevaba en su espalda. La espada parecía emitir un leve brillo, un contraste con la negrura que impregnaba el ambiente. En cualquier otro momento, aquello le hubiera ofrecido seguridad. Pero en esta noche, en este lugar, hasta Olvido parecía pequeño frente a la oscuridad que los envolvía.

De las profundidades del bosque surgió un sonido: un grito desgarrador, seguido de un silencio absoluto. Nadie se movió. La quietud era tan total que los latidos de sus propios corazones parecían retumbar en sus oídos. Después, el grito se repitió, y esta vez, la voz parecía más cercana, como si algo invisible avanzara hacia ellos.

Alward, con los sentidos agudizados, giró la cabeza hacia uno de los lados de la calle. Desde las sombras, un par de ojos amarillos los observaban, brillando como antorchas diminutas en la negrura. No había duda alguna; aquellos ojos eran de algo más que un simple animal. Y no era el único par. A lo largo de la calle, en los arbustos, tras las esquinas de las casas, más y más ojos comenzaron a aparecer, como si la oscuridad misma se hubiese personificado para acecharlos.

Cuando quisieron reaccionar, aquellos ojos desaparecieron. Las presencias malignas también, pero el ambiente seguía siendo igual de lúgubre y siniestro.

¿Lo habían imaginado?

______________________________________________________


Destruid YA lo que quiera que sea que esté causando esto, y encontrad al o a los culpables.

Reike, yo que tú intentaba quitarle a la anjana tu amuleto, o al menos mantenla cerca y que no se vaya.


[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]





[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
La historia de Eberus, Tarek e Iori


En el corazón de la aldea, las sombras de la noche se estiraban más allá de los límites de lo que la luz de las antorchas podía abrazar. El aire estaba denso, pesado, como si la misma tierra temiera lo que estaba por llegar. La plaza había sido transformada en un lugar sombrío y lúgubre. La multitud se agolpaba, sombras indistintas que se movían con avidez, observando, esperando. No había lugar para la duda, ni para la piedad. Las voces, susurrantes, cruzaban entre los aldeanos como un eco de algo antiguo, algo que acechaba en sus corazones.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

Eberus y Selena, Iori y Tarek; dos grupos acorralados, llevados al centro de la plaza, se dieron cuenta demasiado tarde de la trampa que se había cerrado sobre ellos. Las manos de los aldeanos eran fuertes, gruesas, y la presión de sus dedos era como el yugo de una voluntad común. No podían escapar. La fuerza era descomunal y sin piedad. Cada uno de ellos, en su intento de huir, fue rápidamente rodeado por esos ojos vacíos, esos rostros que antes habrían sido amables, ahora distorsionados por el miedo o quizás por la rabia.

-¡No podemos dejar que escapen!-gritó una voz, y una ráfaga de palabras se levantó, como una marea que arrastra todo a su paso.

Los cuatro forasteros estaban atrapados. La sensación era como si la misma tierra estuviera colaborando en su captura. El crujir del viento entre las casas del pueblo se volvía más intenso, como si la noche misma se hubiera levantado para observarlos. El suelo bajo sus pies era frío.

Cuando los cuatro estuvieron bien atados, los dejaron en el centro de la plaza, inmovilizados de pies y manos. La quietud y la soledad se apoderó entonces de la aldea, como si de repente ningún alma viviera allí.

Podían notar que algo se acercaba, algo antiguo. O quizás tan solo era su imaginación.

A cada segundo que pasaba, la extraña mezcla entre ser observados y estar abandonados se hacía agobiante, aterrorizante y desoladora. Las sombras mismas, en aquella plena oscuridad tan solo rota parcialmente por el brillo lejano de las antorchas que iluminaban la lúgubre aldea, parecían crecer y acercarse a ellos paulatinamente.

Los dejarían allí hasta que la noche pasara, y así, serían el sacrificio para los Lobos del Bosque Sombrío.



______________________________________________________


Poco podéis hacer más que intentar liberaros.

Luchad contra el miedo, contra los malos augurios y puede que os salvéis. O no, y simplemente asumid la amarga espera.

Tirad runa.


[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]





[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
La historia de Sango


El ritual comenzó cuando el último de sol se hundió en el horizonte, dejando el lugar sumido en una oscuridad profunda y absoluta. En el corazón del claro, la gran roca, marcada por símbolos arcanos y recubierta por musgos fosforescentes, se erguía como un altar ante el cual se postraban las figuras encapuchadas. El aire estaba denso, espeso, como si el propio mundo estuviera conteniendo el aliento en espera de lo que estaba por venir.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

Las ramas de los árboles, grotescas y torcidas, parecían inclinarse hacia el altar, como si se tratara de un escenario siniestro, donde cada elemento del paisaje era una marioneta a merced de fuerzas mayores. La atmósfera estaba impregnada de un olor acre, como el metal oxidado de la sangre vieja, mezclado con el humo de hierbas chamánicas y velas negras que ardían en círculos alrededor del altar.

Con voz temblorosa pero llena de poder, el líder del ritual comenzó a entonar un cántico bajo y retumbante. Las palabras eran antiguas, venidas de un tiempo mucho más allá de la memoria de cualquier hombre. A medida que su canto se elevaba, las sombras comenzaron a alargarse, arrastrándose hacia él como si tuvieran voluntad propia.

Uno a uno, los demás lo siguieron, sus voces un eco sombrío que resonaba entre los árboles. El sonido se fundió con el viento, creando un canto que parecía llegar desde el mismo abismo. Un viento gélido comenzó a soplar, agitando las ramas y arrastrando las cenizas del suelo, pero nada podía disipar la energía que comenzaba a acumularse en el aire. Cada palabra pronunciada alimentaba el poder creciente, y las sombras se espesaban aún más.

El suelo, antes firme, comenzó a crujir bajo sus pies, como si la tierra misma se estuviera resquebrajando. Un temblor sordo recorrió el claro, haciendo que el aire se volviera aún más pesado, más denso. La gran roca, el altar, comenzó a brillar con una luz fría, azul y verdosa, como si de repente tomara vida. De sus grietas brotaron hilos de niebla espesa que se enroscaban y se elevaban, formando espirales que danzaban hacia el cielo.

El fuego se mantenía encendido, pero esta vez con un fulgor débil, como si la energía que la piedra estuviese absorbiendo su calor y su energía.

Algo estaba despertando, siendo invocado.


______________________________________________________


Será mejor que pares ese ritual o pasarán cosas malas en Cedralada.

Tira runa.


[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]





[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
La historia de Rauko y Monza


Monza, confiada en su capacidad para imponerse en situaciones complicadas, apenas se había dado cuenta de la naturaleza de lo que acababa de interrumpir. Había creído que con su acto de heroísmo improvisado, el peligro se había disipado. Pero en la espesura, acechando con ojos llenos de resentimiento, la mujer de la máscara y el cuchillo resplandeciente contemplaba su regreso.

La dragona sentiría cómo punzada aguda la atravesó desde el flanco, cortándole el aliento. Se tambaleó y, al girarse, vio a la figura enmascarada que sostenía una aguja empapada en un líquido espeso y verdoso, un veneno potentísimo hecho para adormecer incluso a las bestias más resistentes. Sus alas, antes majestuosas, comenzaron a perder fuerza, y el mundo a su alrededor se volvió turbio. Sentía cómo el veneno reptaba por sus venas, como una hiedra ponzoñosa, hasta que la rigidez se apoderó de sus extremidades y quedó tendida en el suelo, indefensa, sus músculos firmes como piedras bajo el peso de la toxina.

Mientras tanto, el cuerpo inconsciente de Rauko yacía en la hierba, como una marioneta sin hilos. El veneno finalmente hizo su efecto completo. El lugar, cargado de la influencia del círculo ritual del claro, mezclado con la maldición de Rauko, comenzó a vibrar con una energía sombría y errática. Algo dentro del elfo, algo antiguo y maldito, despertaba.

Per Vertman llegó, sacudiéndose las hojas y ramas que había acumulado tras su caída inusualmente optimista desde las alturas. Observó al elfo con una mezcla de curiosidad y extraña compasión, sin percatarse del cambio en el aire.

Entonces, en lo profundo de la mente de Rauko, el hambre se encendió. Los susurros comenzaron como un zumbido distante, un coro de lamentos que se volvía cada vez más nítido. La maldición que cargaba en su alma resonó con el ambiente cargado del círculo ritual, llamando a las almas errantes que deambulaban en esa noche sagrada. Espíritus viejos y nuevos, atormentados y furiosos, benevolentes y benignos, respondían a su llamado, moviéndose hacia él como un río oscuro y helado.



Rauko abrió los ojos de golpe, jadeando, sintiendo su pecho arder. Su mente era un caos de gritos y susurros, lamentos que perforaban su conciencia como dagas heladas. Miró alrededor, con los ojos desorbitados, y vio sombras danzando alrededor del claro, figuras translúcidas y distorsionadas que parecían flotar, atraídas como polillas a la llama de su propia alma.

Un hambre feroz comenzó a consumirlo desde dentro, un deseo irracional de devorar, de absorber a esas entidades que lo rodeaban. Los espíritus se acercaban más y más, deslizándose en espirales como si fueran atraídos por un imán oscuro que él no podía controlar.

Per Vertman retrocedió, incapaz de entender lo que sucedía pero consciente de la creciente tensión en el aire. Los ojos de Rauko se encontraron con los suyos, pero en vez de reconocimiento, había algo salvaje y voraz, una chispa de locura que solo un alma en constante pugna con su propia maldición podría albergar.

-Chaval...-murmuró Per Vertman, su voz temblando con una mezcla de temor y desconcierto.-¿Qué te ocurre?

Cada fibra de su ser exigía devorar, absorber la esencia de los fantasmas que lo rodeaban. Extendió una mano temblorosa, casi sin control, hacia una de las sombras más cercanas. La entidad, al percibir el gesto, lanzó un grito que resonó con un eco sobrenatural, cargado de agonía y terror. Y, aún así, no retrocedió. Parecía atada a Rauko, como si una fuerza invisible la retuviera, forzándola a mantenerse a su alcance, ofreciéndose involuntariamente a la voraz maldición que lo consumía.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]



Monza, paralizada y debilitada, no podía hacer otra cosa que notar desde el suelo cómo el frío del veneno se extendía por su cuerpo, dejando sus pensamientos atrapados en una agonía impotente. Los ojos de la mujer enmascarada brillaban con satisfacción, y con una voz suave, se inclinó junto a ella.

-Creíste que podrías interferir y salir ilesa, ¿verdad?-murmuró, con un tono cargado de veneno y desprecio.-Pero aquí, incluso una dragona debe temer a las fuerzas que no entiende.

La risa sibilante de la mujer se perdió entre el ulular del viento, mientras los espíritus, atraídos por la maldición de Rauko, se arremolinaban alrededor del claro como un ciclón espectral. Monza yacía allí, derrotada y completamente a merced del veneno, mientras Rauko luchaba por controlar el hambre que amenazaba con consumirlo, no solo a él, sino a todas las almas que se atrevían a acercarse.


______________________________________________________


Bueno, no iba a ser tan fácil, ¿Verdad?

Rauko, tu maldición se ha descontrolado, debes de ponerle remedio de alguna forma.

Monza, si no quieres ser sacrificada para beneficio de la Viuda, tienes que encontrar la forma de librarte del veneno. ¿Tienes algún objeto que puedas usar? ¿Una habilidad? ¿No? No pasa nada, la muerte no es tan mala compañera.

Tirad runas.


[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Thorn
Master
Thorn
Cantidad de envíos : : 999
Nivel de PJ : : 0

Volver arriba Ir abajo

La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 Empty Re: La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]

Mensaje  Thorn Miér 13 Nov - 17:30

Se me olvidó comentarlo; esta ronda finalizará el día 19 de noviembre.
Thorn
Master
Thorn
Cantidad de envíos : : 999
Nivel de PJ : : 0

Volver arriba Ir abajo

La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 Empty Re: La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]

Mensaje  Reike Miér 13 Nov - 21:10

Candela y el tipo de la máscara inquietante se agacharon también a examinar los pedazos junto a Valeria. El hombre parecía bastante seguro de que el objeto en cuestión tenía algo que ver con los Skoka… Sokaga… Los lobos del bosque sombrío. A Valeria le habría gustado desdeñar aquella historia como otra superstición humana más, pero tras el ataque de esos seres oscuros en el Árbol de los elfos y después de su propio periplo al otro lado del espejo, se sentía más inclinada a aceptar algunas de esas historias. Solo por si acaso.

Lo que significaba que tenía una cuenta pendiente con cierta anjana. Por suerte, la ladrona también parecía intrigada por el objeto. O, quizá, fuera más acertado decir amedrentada. La criaturita observaba todo lo que ocurría alrededor con los ojos muy abiertos y, sí, apretando con fuerza la maldita runa, como si dependiera de ella para no caerse al suelo.

¿Tenemos? —murmuró Valeria ante la declaración del enmascarado, mientras su mente trabajaba en encontrar la forma de arrebatarle la runa a la dichosa anjana—. Disculpe, estaba distraída —añadió, enfocándose de nuevo en el asunto del objeto misteriosos, pero procurando no perder de vista a la ladrona—. Claro, no podemos dejar que cualquiera vaya por ahí conjurando vaya usted a saber qué sin tener idea de lo que está haciendo. —«O, peor, a sabiendas de lo que está haciendo»—. Cada cien o doscientos pies, ¿no? Bien, serán más fáciles de rastrear. Ha hecho bien en romperlo —añadió, dirigiéndose ahora al artesano—, pero me gustaría poder examinar uno entero. Podría darme alguna pista sobre su función concreta o su origen.

Los hombres parecían bastante dispuestos a resolver el misterio en favor de la comunidad, mientras que Valeria comenzaba a hartarse de encontrarse con hechiceros traviesos por ahí sueltos, dando mala fama a su gente. Aunque, tampoco había que precipitarse, esto no tenía por qué ser obra de un brujo, después de todo.

Entiendo algo de magia arcana —añadió con un ligero retraso, cuando el artesano mencionó lo de los conocimientos mágicos. Si había otro brujo por ahí, aprovechándose de los aldeanos, prefería no darse a conocer tan temprano—. Mejor retirado que la alternativa, ¿no?... Un momento, ¿ha dicho Eltrant Tale?

Valeria, que había estado observando las reacciones de la anjana ante la confesión del artesano de dedicarse a la herrería, dirigió entonces la vista al hombre. Su aspecto no le resultaba familiar en absoluto, pero el nombre… El  nombre parecía arañar tímidamente un rincón oscuro al fondo de su mente.

Creo que conocí a alguien con ese nombre una vez… —murmuró y, tras pensárselo mejor, añadió—: O quizá fuera un nombre parecido. Bah, no importa. Yo soy Reike. ¿Por aquí?

Caminaron en la dirección que Tale les indicó a medida que la oscuridad se asentaba sobre la pequeña aldea, con una paradita en el carromato del hombre para recoger… tremendo espadón. La anjana se mantuvo a distancia de la carroza, pero cerca del grupo y fue la primera en reaccionar cuando un resplandor tomó forma en la puerta del habitáculo.

Mierda —musitó Valeria, al darse cuenta de que la impresión había hecho que la pequeña hada abriera las manos para llevárselas a la cara. Soltando lo que tenía en éstas. Que cayó rodando entre la oscura hierba hasta perderse de vista en la noche.

Valeria sacó rápidamente, de un bolsillo interior de la chaqueta los lentes que había comprado a las afueras de Baslodia(1). A través de aquellos portentosos cristales, la noche perdía, en parte, su cualidad incognoscible, por no mencionar esos curiosos símbolos que ayudaban a mejorar su puntería. No tenía idea de cómo sabía ese chisme a dónde quería apuntar, pero venía que ni pintado para enfocarse en cosas pequeñitas. Como una discreta runa que había ido a parar… sí, justo debajo de la puerta del carromato.

Deja que examine eso —dijo acercándose a la puerta y la runa que había aparecido sobre ella.

Por el camino, extendió un hilillo de éter hacia la pequeña runa protectora que había localizado gracias a los lentes y la atrajo hacia sí con ayuda de su telequinesis. Mientras examinaba la silueta grabada en la madera del carromato, la guardó disimuladamente en la funda oculta en la que descansaba su daga. Al hacerlo, no pudo evitar acariciar distraídamente la pequeña marca en forma de luna que adornaba la funda. Por alguna razón, volvió a sentir ese suave arañazo en cierto rincón de su mente.

O quizá fuera un cosquilleo en la nuca. ¿Los estaban vigilando? «Céntrate, Valeria».

Esto es más serio de lo que pensaba —informó tras examinar la marca—. No se trata de un ritual cualquiera con piezas que pudieran haber adquirido en cualquier bazar oscurantista. La persona que ha hecho esto, sabe lo que se cuece. Doña Candela —llamó—. Esa mujer de la que me habló, la que hacía las runas, ¿tiene familia en el pueblo?

N-no —dijo la mujer—. Tuvo una hija y una nieta, pero las dos murieron durante una epidemia cuando yo aún era muy niña.

A Valeria le dio la impresión de que la viuda ocultaba algo, pero también pudiera ser que estuvieran todos un poco de los nervios con el asunto de los Sokaganga, o como se llamaran, y estas marcas misteriosas, así que lo dejó pasar.

¿Y qué hay de ese buhonero? —preguntó, recordando la razón de que aquel anciano desdentado la hubiera enviado con la Candela—. ¿Cuándo llegó a la aldea? ¿Ha tenido tiempo de…?

Un grito se oyó en el bosque, interrumpiendo sus palabras. Aquello no pintaba nada, pero que nada bien. Valeria se apresuró a sacar el estuche con el cálamo y las tintas arcanas y se puso a trabajar(2).

Creo que puedo dibujar otra runa para neutralizar esta y las que nos podamos encontrar por ahí —dijo—, pero será mejor que nos demos prisa en encontrar al responsable.


----------

OFF: Recupero mi runita. ¿Facilito? Pues sí, pero a cambio, estoy echando una mano con el problema mayor, lo cual también servirá de protección a la asustada anjana, pobrecita.

(1) Lentes de Apolo: [Yelmo] Lentes que entregan indicaciones para apuntar armas de proyectil con más efectividad. Permiten, además, ver en la oscuridad.

(2) Uso mi profesión Arcanos (nivel Experto) para tratar de neutralizar la marca en el carromato de Eltrant y todas las que nos encontremos por el pueblo. Podéis manejarme sin problemas para ese fin. También hago uso de mi habilidad de nivel 2 (Ligera) para levitar un poquito, porque soy bajita y el dintel de la puerta de Eltrant me queda un poco alto, ¿vale?
Reike
Admin
Reike
Cantidad de envíos : : 1878
Nivel de PJ : : 5

Volver arriba Ir abajo

La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 Empty Re: La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]

Mensaje  Iori Li Miér 13 Nov - 23:07

La frente de la niña mostraba unas leves marcas de concentración, con los ojos fijos en el suelo. Tenía las manos apoyadas en la tierra, y con un dedo de su mano zurda parecía estar haciendo dibujos en ella. Sentada sobre la hierba que había sido segada hacía unos días, el Sol hacía parecer a su pelo rubio. Pero ella sabía que realmente el color era blanco.

Como el del elfo llamado Tarek.

Removió la tierra con la palma de la mano y suspiró ofuscada. Ponía empeño, pero su edad era demasiado corta como para que las cosas salieran bien a la primera.

La figura del adulto que había a su lado correspondía a un hombre. De espaldas y con la luz del sol haciendo sombra contra él, apenas se percibía bien su silueta. Fornida y con músculos bien marcados. Parecía que sobre sus hombros había recaído el peso de la siega acometida en el campo sobre el que estaban sentados. Acarició con mucha suavidad el cabello de la niña, apartándolo de su hombro hacia atrás. Hizo un gesto con la mano, señalando de nuevo la tierra removida y fresca, y la pequeña asintió.

Frunció el ceño y situó de nuevo el dedo sobre ella, para trazar una línea vertical. Desde la mitad de la franja marcó otras dos que salían hacia la derecha y la izquierda respectivamente en dirección ascendente y se detuvo para observar con ojo crítico, insegura.



[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]


[...]


Abrió los ojos con energía, algo impropio en ella desde hacía semanas. Había soñado con él. Aunque lo visto en el sueño se desdibujó con cada latido de corazón desde que había despertado. Sabía que aquel hombre era Ben. No lo había podido ver con claridad, pero su voz era la única que escuchaba en su cabeza de manera constante.

Sería capaz de entrar en el mismo Helheim siguiéndola, o llegar hasta Heimdall y suplicarle permiso para cruzar el Bifröst si con eso conseguía alcanzarlo.

- Ben... -

La niña y la runa carecieron de importancia para ella, desapareciendo de su mente. Repasó de manera obsesiva los retazos que consiguió aferrar de su figura de espaldas. Ardía en la necesidad de poder ver de nuevo su rostro de frente. No revivirlo únicamente por los recuerdos que tenía de él.

Aquel instante había sido lo más próximo que había experimentado de él desde que lo había atisbado en aquel banquete. En medio de la estampida y el caos de gente, ella había intentado avanzar para alcanzarlo. Recordaba la desesperación y su garganta se estrechó al sentir que se quedaba sin aire en los pulmones.

Había llevado buenos golpes, alguno que la tiró al suelo incluso. Se arrastraría, dejaría que pisasen todos los pares de pies que había allí su cuerpo sin con ello podía alcanzarlo.

Pero el elfo la había interceptado antes.

Sacudió la cabeza y observó a su alrededor. Lo último que consiguió rememorar era como Tarek la había agarrado para cargarla sobre él. Ahora estaba sentada en el suelo y cuando intentó moverse comprendió que manos y piernas estaban atadas. No disponía de fuerza para soltarse, mientras trataba de manera infructuosa aflojar las sogas ásperas que mordían con saña en su piel. De aquella manera resultaría complicado avanzar hasta Cedralada para dar con Ben.

Cerró los ojos y se dejó caer hacia un lado. Su mejilla golpeó el frío suelo de la noche, mientras clavaba los ojos en la luz lejana que se percibía en el horizonte. ¿Un pueblo? Seguro que no podía ser Cedralada...

Era imposible que ella tuviese tanta suerte.

- Ben... -

Iori Li
Honorable
Iori Li
Cantidad de envíos : : 373
Nivel de PJ : : 3

Volver arriba Ir abajo

La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 Empty Re: La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]

Mensaje  Tyr Miér 13 Nov - 23:07

El miembro 'Iori Li' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses


'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Tyr
Master
Tyr
Cantidad de envíos : : 2234
Nivel de PJ : : 0

Volver arriba Ir abajo

La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 Empty Re: La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]

Mensaje  Sango Miér 13 Nov - 23:09

¿Ben, hijo, qué pasa?

Recibió silencio por toda respuesta, solo roto por el crepitar de las llamas y por los ruidos que hacía el pelirrojo al ajustarse las últimas correas de la armadura. Los movimientos de su hijo eran precisos, como si fueran rutina, una muy fea y que a ella no le gustaba nada. Pero le gustaba menos que ni siquiera hubiera abierto la boca desde que llegó a casa, corriendo, con los ojos muy abiertos y con la urgencia dibujada en el rostro.

En el exterior, el sol se había escondido y la noche no tenía buena pinta. En la aldea se hablaba de criaturas largo tiempo olvidadas y que formaban parte del imaginario colectivo. También había el caso opuesto en el que se comentaba que todo respondía a un choque entre los Dioses y que el equilibrio estaba alterado. Había miedo a la noche y todas las puertas se habían cerrado pronto, se habían puesto coronas de flores, quemado hierbas aromáticas e incluso echado sal en las puertas. Iba a ser una noche larga y cansada.

Sin embargo, ella sabía quién estaba detrás de todo aquello. Lo sabía bien y no iba a permitir que su hijo, la sangre de su sangre, el último vestigio de la familia Nelad, corriera riesgos ahí fuera. Por muy Héroe que lo llamara, ella sabía el poder que albergaba su enemigo.


Morenos cabellos en mi mente quedaron,
de las tierras que llaman de Heimdall,
el mortal elegido, ellos crearon.

Origen humilde es el de mi rival,
y doce noches las valkirias cabalgarán,
antes de que me arrolle el rojo vendaval.


Sus manos temblaron de repente recordando las estrofas que día y noche repetían aquellas brujas. Se las acercó al vientre y cuando quiso darse cuenta su niño, su pequeño, enfundado en aquella radiante armadura y equipado con todo lo que él tenía, le observaba con una pequeña sonrisa dibujada en sus labios. Nunca se le había parecido tanto a su padre como en aquel instante. Y ella le escuchó hablar...



... Volveré a casa sano y salvo. Volveré pronto. No abráis a nadie que no sea yo.

El camino a la luz de la antorcha era un camino completamente distinto. Las sombras no solo danzaban a su alrededor sino también en su interior, acechando y buscando la manera de atormentar la luz que nacía de su interior. El miedo era como un musgo que trepaba por su interior pegándose a cada idea que le asaltaba mientras avanzaba hacia aquellos fanáticos que se habían atrevido a ponerle las manos encima.

En otros tiempos, la ira habría espoleado su marcha, habría corrido a su encuentro y se habría puesto a repartir. Sin embargo, por mucho que la sangre hirviera en su interior, por mucho que pensara en la amenaza que aquella gente suponía para su hogar, optó por la prudencia. Una mente fría y despierta podía ser la diferencia entre el éxito y el fracaso de su misión que, por otra parte, aún no tenía muy clara.

Ellos eran muchos y sus intenciones, pese a que Sango no las conocía completamente, podía hacerse una idea. Ese cántico y cómo le habían llamado, era algo que le erizaba el vello y le producía un desasosiego que le hacía perder la concentración necesaria para encarar el problema que había crecido junto a su aldea natal. No era casualidad que, pese al aviso de concentración en Lunargenta de todos aquellos que pudieran portar armas y luchar, él hubiera decidido desviarse y hacer una visita.

Los Dioses debía tener planes para él y para aquellos que jugaban con poderes que estaban más allá de su comprensión. Y sólo ellos habían de saber cómo acabaría aquel choque.

A medida que se acercaba al punto del que había huido, su respiración se hizo más fatigosa y sus pisadas más cansinas. Sus ojos se acostumbraron, rápido, a la luz que manaba más allá del linde del bosque, de aquella primera y segunda hilera de árboles. La llama de su improvisada antorcha perdió intensidad y las sombras atacaron con fuerza su corazón. Pero eran sombras. Eso significaba que, en alguna parte, aún había luz.

Dejó atrás la gran runa dibujada en el suelo y se internó entre los árboles, hacia la anomalía que nacía de una gran roca. Sus pasos, lentos, pesados y cansinos eran, sin embargo, seguros y firmes, como su determinación para acabar con el mal que allí se estaba ensalzando.

Hombres y mujeres sentados y repartidos por aquel claro seguían entonando sus cánticos, ajenos al hombre con armadura que caminaba entre ellos. Sus voces, monótonas, absorbían las pisadas del pelirrojo, el roce de las partes metálicas de su armadura e incluso silenciaban su propio pensamiento.

Sus pasos le llevaron alcanzar la roca que contempló con un evidente desprecio en el rostro y un evidente desconocimiento de lo que tenía delante, tan solo que nacía de alguna mente perversa que jugaba con oscura hechicería. Era tal el desprecio que sentía por lo que tenía ante él y tantas las ganas de acabar con ello que ignoró a todos los que había dejado tras de sí.

- ¡Detened esta locura!- gritó con esfuerzo-. Jugáis con fuerzas que no os corresponde manejar. Os inmiscuís en asuntos que nada tienen que ver con vuestra existencia- carraspeó y se humedeció los labios-. ¡Soy el brazo ejecutor de la divina voluntad! ¡Soy el Guardián del Sol, el elegido de Sígel y os ordeno que detengáis esta locura! ¡Largaos de estas tierras! ¡Largaos ya o mi acero hablará!

El pelirrojo tiró la antorcha contra la roca y acto seguido descolgó el escudo y empuñó el hacha. Estaba preparado para lo que fuera que los Dioses quisieran echarle encima.

*******************************************************************
(0) Sango intenta detener el ritual usando la razón, intentando evitar un enfrentamiento directo usando el poder que los Dioses le conceden al proclamarse Guardián del Sol y elegido de la Diosa Sigel o Sól. No obstante, si eso no fuera suficiente, Sango lanza la antorcha con desprecio hacia la roca maldita y empuña sus armas contra lo que sea que venga contra él.
Sango
Héroe de Aerandir
Sango
Cantidad de envíos : : 572
Nivel de PJ : : 5

Volver arriba Ir abajo

La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 Empty Re: La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]

Mensaje  Tyr Miér 13 Nov - 23:09

El miembro 'Sango' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses


'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Tyr
Master
Tyr
Cantidad de envíos : : 2234
Nivel de PJ : : 0

Volver arriba Ir abajo

La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 Empty Re: La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]

Mensaje  Zelas Hazelmere Jue 14 Nov - 0:26

-¿Qué... Paso?- su cuerpo se sentía diferente, incluso su voz había cambiado, ¿Cuánto tiempo llevaba caminando?, él no podía recordarlo. ¿Quién era él?, todo aquello se sentía muy impersonal, aquella marcha forzada le estaba llevando a un destino desconocido y la sensación de que algo andaba mal inundaba una parte de su ser.

En su mano, algo filoso se clavaba, no era una espada, sino mas bien algo similar a trozo de vidrio, desconocía el porque y el como había llegado eso a su mano pero tenia la necesidad de apretarlo con fuerza, a pesar que esta le lastimaba y que no tenia la fuerza necesaria para romperlo, él, quien se sentía agotado y sin fuerza, camino junto a otros que se encontraban en la misma situación que él.

La procesión seguía avanzando, siempre avanzaba, nunca se detenía y ahora los llevaba a una edificación que no lograba comprender del todo, algo le llamaba a ese lugar OH NO, YA LLEGARON! VAYAN A ESCONDERSE! gritaría una voz infantil al ver como la procesión avanzaba hacia el edificio, guiado por sus impulsos, él se acerco a la estructura y por un momento logro ver lo que supuso era su reflejo en una ventana que estaba cerca de la entrada.

Lo que vio le horrorizo, él se veía despreciable su apariencia se encontraba demacrada, sus ojos carecían de luz y la ropa que traía encima parecía hecha para alguien mucho mas grande y ancho que él, por primera vez había sentido algo que no fuera cansancio o desesperación, el horror y el desprecio de su aspecto demacrado dio paso a la ira, con la poca e inexistente fuerza que tenia, golpeo la puerta con el trozo de vidrio, el cristal se resquebrajo mas no se rompió, su mano sufrió un corte y la puerta apenas y recibió un rasguño en lo que parecía ser un dibujo(1).

Aquella mezcla de sensaciones y el hecho de que ya no sentía esa necesidad de entrar al hogar, hizo que él se apartara de la procesión, al notar esto otro grupo de pobres diablos que estaban en la misma condición le siguieron, ¿Por qué la rabia lograba hacer mas por él que otra cosa? él no lo sabia, sin embargo, su agotada marcha le hizo recorrer una gran distancia, atravesando un claro y un lago, siguió caminando hasta llegar a un lugar que le pareció familiar.

El pasto estaba quemado, remanentes de un campamento estaban desperdigados alrededor y una extraña espada estaba tirada en el piso, no se esforzó en levantarla, apenas y tenia fuerzas para mantenerse en pie, levantar esa espada seria imposible. una enorme grieta entre el piso quemado daba a entender que algo había salido, escucho un quejido de los condenados que le habían seguido y fue entonces que lo vio. Aquello era una cosa tan grande que se mezclaba con los alrededores, ramas y raíces se movían entre el bosque, no fue hasta que aquello le golpeo y le envió de vuelta a las cercanías del lago que estaba en el claro, que le vio en su totalidad.

Aquello que les ataco:

La desesperación se hizo mas grande que nunca, ¿Cómo podría él luchar contra algo como eso? ni siquiera sabia quien era él, impotente, él había aceptado su destino cuando de golpe, la rabia por su propia impotencia le hizo apretar el cristal que aun llevaba en su mano con mas fuerza, camino lo mas rapido que pudo y le lanzo un golpe a aquello que le atacaba, sin embargo, parte del desenlace de aquel acto no fue el esperado, el cristal que llevaba en la mano se rompió y en el instante que eso sucedió, un gran árbol obstaculizo a la cosa que le atacaba(2) y si bien evito gran parte del daño, no logro evitar salir volando hacia el lago.

Opcional:

El rompimiento del cristal también hizo que se rompiera la prisión mental en la que el se encontraba, el agua le hizo recuperar parcialmente los sentidos, ya no todo era tan impersonal, cuando él se levanto y vio parte de su reflejo en el agua finalmente lo entendió, sus ojos recuperaron nuevamente parte de su luz y recordó porque estaba ahí, quien era él y quienes le habían acompañado, supuso que aquella cosa era el mal presagio que habían liberado erróneamente y con un fuego diferente al de la ira en su interior, extendió su mano y realizo una seña con su mano(3).

El árbol que había brotado del cristal pareció provocar el mismo efecto en su maestra y los sirvientes de esta, ya que todos se habían lanzado al ataque de aquella cosa, su energía no era la misma, pero notaba que el vinculo seguía en pie y al cabo de unos segundos, su espada volvió a su mano y a diferencia de lo que pensaba cuando la había visto antes, su peso no se sentía abrumador, por el contrario, se sentía adecuado.

Avanzo con dificultad y realizo un grito de batalla que fue lo suficientemente fuerte para atraer a la creatura. Sus compañeros de batalla observaron con preocupación como la bestia cargaba hacia él con una ferocidad inusual, moviendo sus ramas de tal forma que generaba una energía cinética la cual desataría en un golpe mortal.

El rubio asumió una postura y espero, el fuego en su interior brillaba con mas fuerza y se trasladaba en forma de éter a su espada, ¿Dónde se podría encontrar un mejor catalizador que la esperanza?, él tenia preparado un solo ataque en el que apostaría todo, porque ese era el tipo de persona que era él, ese era Zelas Hazelmere.

Cuando la creatura libero toda la energía cinética en un golpe, Zelas movió su espada y gritando intercepto el golpe con su arma, desviándolo levemente y contratacando con una fuerza igualmente devastadora la cual fue despedazando a la creatura sin misericordia, atravesándola y destruyendo de todo a su paso(4). La onda del golpe siguió avanzando unos metros mas hasta llegar al bosque y tumbo unos cuantos arboles mas hasta que se agoto finalmente.

Sus heridas se hicieron mas notorias conforme mas sangre comenzó a caer de su cabeza, todo su cuerpo le dolía, sin fuerzas dejo caer su espada mientras su éter brotaba de su cuerpo de forma descontrolada, se mantuvo inmóvil hasta que sus piernas no pudieron mas y cuando estaba por caer, alguien amortiguo la caída con su cuerpo.

-Eso ha sido lo mas loco que he visto en la vida, ¿Qué rayos eres?- diria Yuki Beifong, que ahora había recuperado su apariencia original, Zelas vio como ella al igual que sus sirvientes habían vuelto a la normalidad, los sirvientes se movían de un lugar a otro buscando entre los remanentes del campamento algo con lo que tratar las heridas del no-elfo.

-Ya te dije... Soy tu pupilo... Zelas Hazelmere- el agotamiento finalmente supero al rubio quien perdió el conocimiento poco después de haber cumplido con su misión.

OFF: habilidades y cosas

Habilidades y cosas:

Resumen:

pd: tiro runa para ver si Dante puede venir a asistir en todo esto o solo queda como una anécdota chistosa de su historia(?)
Zelas Hazelmere
Moderador/a
Zelas Hazelmere
Cantidad de envíos : : 780
Nivel de PJ : : 6

Volver arriba Ir abajo

La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 Empty Re: La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]

Mensaje  Tyr Jue 14 Nov - 0:26

El miembro 'Zelas Hazelmere' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses


'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Tyr
Master
Tyr
Cantidad de envíos : : 2234
Nivel de PJ : : 0

Volver arriba Ir abajo

La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 Empty Re: La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]

Mensaje  Níniel Thenidiel Jue 14 Nov - 10:54

-Esa maldita cosa es más rápida de lo que parece.- Se lamentó Catherine mientras cruzaban el bosquecillo y llegaban hasta la altura del puente de la aldea. A pesar de haber salido corriendo tras él desde las ruinas, este continuaba llevándoles ventaja, podían verlo ya al otro lado del puente de madera, deteniéndose solo lo justo para mirar a su alrededor. Aunque técnicamente esos constructos no "veían" si no que tenían un detector de éter en forma de cristal resonante en la cabeza y otro en el pecho. Por eso podían seguir luchando aunque la perdieran. Níniel entonces no podo evitar soltar un...

-¿Vincent? ¿Pero qué? ¿Y por qué hay un gato con sombrero delante del Vigilante?-

-¿Eh? Deja de ver brujos donde no los...Mierda es verdad...y hay un gato con sombrero de mago.-

-¿Qué....qué decís, por qué...nos paramos. Argyle ldebe estar en la taberna. Se pasa las tardes allí contando cómo consiguió esa maldita cosa. Una y otra vez...Media aldea estará allí ahora.- Dijo Tom resoplando, apoyándose en las barandas del puente para recobrar algo de aliento. Pero Níniel y Cath ya se habían puesto de nuevo en marcha. -Rayos...-

-Intenta golpearlo en sus articulaciones Cath.- Sugirió la elfa antes de lanzar sus cadenas de luz para inmovilizar al coloso. Con un destello el gigante se frenó y trataba de zafarse de aquello que le retenía, ignorando el daño que tal esfuerzo le causaba.

Cath aceleró y se lanzó a por la pierna del coloso para hacerlo caer antes de volver a moverse y, ya delante de él, lanzar un fuerte golpe contra su cristal principal. El golem, incluso a pesar de estar inmovilizado protegió la gema encogiéndose y ocultándola, por lo que el golpe dio directo sobre la roca de su pecho.

-Rápido y resistente...eso debería ser trampa.- Se quejó la felina, esquivando un envite del golem, tomando al gato con sombrero entre los brazos y rodando por el suelo para evitar un segundo golpe. Golpe que acabó acertando a una vieja carrera que quedó totalmente destrozada a un par de metros de donde había estado. El coloso se había liberado y volvía a mover, directamente hasta la taberna.

-¿Y tu que rayos eres?-Quiso saber sacudiendo ligeramente al pequeño felino con gusto por lo clásico.

-Pensaba que estarías en Lunargenta...Bueno, no tenemos tiempo para explicaciones. El vigilante va hacia la taberna.- Instó la joven al brujo emprendiendo de nuevo la carrera, aunque desgraciadamente no llegarían a tiempo.

Nada pudieron hacer felina y elfa para evitar lo que sucedió después. Con su gran fuerza el constructo arrancó la puerta del edificio y, tras sembrar el caos en el lugar, recuperó la talla del cuerpo sin vida del pobre Argyle, a quién dio cruel muerte, a pesar de que un constructo como él no tenía un sentimiento tal como la crueldad, y desde luego tampoco el perdón. Con aquella tarea completada lo más lógico habría sido que volviera al templo, devolviera la talla a su lugar, y de nuevo volviera a dormir...Sin embargo no lo hizo, y girando rápidamente su cintura en varios giros completos comenzó a destrozar el lugar.

-Pero...¿No era esa mierda de figura lo que quería? ¿Qué le pasa ahora?- Protestó la pelirroja.

-Creo que quiere castigar a los profanadores...Qué quieres que te diga, a los elfos no nos gusta que toquen nuestras cosas...- Se disculpó la joven ante la mirada acusatoria de su hermana. -Hay que ponerlo de nuevo a dormir, o destruirlo antes de que cause más desgracias.-

-Ya, pues es mas duro de lo que parece...pero por intentarlo que no quede.-

*********************************************************************

Tras la lucha contra el golem y su desenlace, y habiendo evitado mas víctimas mortales, llegó el momento de las explicaciones. Los aldeanos, aún asustados y compungidos por la pérdida de uno de sus jóvenes, clamaban por respuestas y se las exigían a un Tom que entre sollozos no sabía ni por dónde empezar.

Trató de explicar que había ido a las viejas ruinas, lo cual claramente muchos desaprobaron, que allí había visto a unos maleantes haciendo un ritual extraño y como Níniel y Catherine se habían ocupado de ellos. Como tras aquello la líder de los cultistas había de algún modo activado aquel golem, y como este había salido corriendo directo al pueblo debido a la talla.

-Mi hijo a muerto.- Dijo el padre del chico furioso. -¿Y vienes tú a echarle la culpa? Todo ese del ritual es una mentira. Lo del golem es culpa tuya. Ya sé lo celoso que estabas de Argy...y mira.-

En la dañada taberna algunos de los aldeanos estuvieron de acuerdo con el carpintero, aunque otros si creyeron que todo fue por culpa de llevar la talla hasta allí. Había testigos de como el golem mató al chico para hacerse con ella. Aquello podía terminar escalando en una pelea entre familias si seguían así.

-Lo del antiguo templo es cierto.- Dijo Níniel Níniel a Vincent, No-Gandalf, Meraxes y Meleis, así como para el resto del pueblo -Estaban haciendo un sacrificio de sangre para llamar a la Muerte. Los dejamos a buen recaudo allí. Ese constructo es un antiguo Vigilante del templo. De algún modo aquella mujer con máscara de calavera supo como reactivarlo, aunque no sabía que están construidos para cumplir unas órdenes sencillas. En este caso, proteger lo sagrado y castigar al transgresor.-

-Como si la palabra de una puta elfa valiera algo...-

Aquello casi le cuesta demasiado al hombre, pues Catherine ya había preparado su puño para golpear a aquel humano...y no iba a ser la clase de golpe del que un campesino normal y corriente saliera sin secuelas. Níniel tuvo el tiempo justo para, con un gesto, detener a su hermana.

-Creeré que habla tu dolor y no tu, humano. De lo contrario me negaría a traer de vuelta a la vida a tu hijo, algo que está en mi poder.- Hubo murmullos de incredulidad, algunos de asombro. -Pero esta noche, algo así no va a ser sencillo. Esta noche los espíritus están muy cerca, y no van a consentir que les quitemos lo que ya consideran suyo por las buenas.- Se giró hacia sus amigos. -Necesitaré ayuda mientras realizó el ritual de resurrección. Y será mejor que el resto vuelva a sus casas. No, el padre puede quedarse. Cath, céntrate en protegerlo.-

-Te ha llamado...Está bien...Pero un insulto más y...-

-Yo, también quiero quedarme. Esto también es culpa mía.- Pidió Tom.

OFF: Níniel comenzará el ritual de resurrección, necesitara que la protejan de los espíritus furibundos que no quieren que Argyle les abandone
Níniel Thenidiel
Aerandiano de honor
Níniel Thenidiel
Cantidad de envíos : : 1149
Nivel de PJ : : 10

Volver arriba Ir abajo

La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 Empty Re: La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]

Mensaje  Eberus Sáb 16 Nov - 12:10

Eran demasiados. Le faltó poco para hacerle creer al enterrador la pesadilla de que una fuerza invisible le había cortado el brazo. Varias veces lo había hecho en el pasado, y sabía que podía hacerlo. Se lo merecía. ¿Qué se creía ese bastardo? Eberus no era muy joven, pero aún le quedaba más de la mitad de un siglo por vivir, con suerte, y tenía claro que no iba a caer en las manos de un jodido campesino de una aldea perdida.

Pero el problema fue que no solo era él, sino todos los vecinos los que se habían lanzado hacia ellos sin dejarles opción. Comprendieron ambos que era más precavido no luchar. Al menos, no en ese momento, cuando casi no dejaban palmo de su cuerpo sin agarrar.

Como si se hubieran criado juntos, el brujo y la elfa colmaron el aire de la noche con los mismos improperios, deseándoles la muerte como el menor de sus males. Quizá los dioses escucharan esas palabras. La procesión llegaría sedienta y les arrancaría las cabezas a ellos también. Ese era el consuelo que encontraba el brujo. Si él moría, al menos pedía a los dioses que los Skógargandr se cebaran con esos campesinos también. Seguro que así iba a ser.

Selena, sin embargo, momentos más tarde parecía aceptarlo con resignación. Allí arrodillada junto al brujo, se mantenía con la espalda erguida y la mirada calmada. Él, tumbado en el frío suelo, no se explicó por qué, pero aquello le hizo reír. ¿Cómo podía haber mostrado miedo minutos atrás a causa del enterrador, y no ahora? Era ridículo.

- ¿Te has acordado de un chiste, o algo? - preguntó seria.

- No sé, Selena. Es que todo esto me parece absurdo. Muy absurdo - contestó, sin dejar de reír. - ¿Así va a acabar todo? ¿Vas a aceptar la muerte sin quejarte, sin llorar, sin luchar? - cayó una lágrima sobre la soga que intentaba romper. No sabía si era por estar riendo o por otro motivo. - Habrá algo que puedas hacer, ¿no? Tú, guerrera, mujer implacable, degolladora de Jinetes Oscuros, habrá algo que puedas hacer...

A pesar de seguir riendo, su rostro no era el de alguien alegre. Su mueca era desencajada, como si los músculos de su rostro no respondieran bien a las órdenes que recibían.

- Morir. Eso es lo que puedo hacer, y eso haré.

- Pero, ¿qué cojones te pasa, Selena? - imploró, indignado. - Además, acabo de recordar algo. No me has dicho aún cuál era tu nombre de elfa.

Ella lo atravesó con la mirada. Esa mirada era la que quería ver en ella, decidida. Y viva. Llena de rabia viva. Una mirada llena de ganas de vivir para hacer algo, lo que fuera. Él sabía que no le gustaba hablar de su pasado. Era algo que había dejado atrás, entre lo que interponía un gigante muro con la esperanza de no volver a tener que cruzar jamás al otro lado. Aquello le volvió a sacar una carcajada. Incluso en aquel momento, ella se negaba a hablar de su pasado.

Pero, al final:

- Elentari. Elentari Siv. ¿Contento? - le susurró. Su mirada había perdido un poco de ese brillo anterior.

Eberus no supo qué decir. Fue testigo de cómo se detuvieron sus propias carcajadas, volviendo poco a poco a su ser. Era inconcebible que hubiera accedido a su petición. Algo dentro de él no soportaba que aquello hubiera ocurrido. Entendió entonces que Selena, o Elentari, estaba dejando de luchar. Ahora sí, y no antes. Y eso no podía ser así.

Comenzó a mirar a su alrededor temiendo encontrar a la procesión entre las llamas de las antorchas, fuera de la plaza. Juró ver alguna sombra con mala pinta, pero justo advirtió que junto a ellos había otras dos personas. ¿Habían estado ahí todo ese tiempo?

Miró a su camarada con los ojos bien abiertos y volvió a mirar a los desconocidos.

- ¿Alguien tiene una navaja, o algo así? Algo que pueda cortar estas putas sogas de esos hijos de puta. Os digo que no se van a salir con la suya. - No veía por ningún lado el hacha de su compañera. Se habría caído antes con el forcejeo.

De pronto se comenzó a revolver para sentarse en el suelo, que además comenzaba a notarse extrañamente frío. En su rostro primaba la determinación, y también la rabia.

- Joder, decidme que sí.

Pero aquella mujer no parecía siquiera poder articular palabra. Su aspecto era grotesco. Y desconcertante. Solo había visto esos ojos en algún elfo, nunca en un humano, pero su oreja visible era humana. Y no porque, como Selena, se las hubiera recortado con un filo, sino humanas de nacimiento. Se juró a sí mismo que, Selena no iba a morir, Elentari no iba a morir, pero mucho menos lo haría él al lado de tres putos elfos.

Antes de que contestaran, pudo atisbar una especie de arma llamativa pegada al cuerpo del tatuado. Se le abrieron los ojos como si estuviera viendo una buena barra de pan tras una agónica semana de hambruna.

- Eh, tú, puedo usar tu arma para cortarlas - mencionó como si todo el mundo supiera a qué se estaba refiriendo *.

- Y que me libere a mí primero - no lo suplicó, lo ordenó. - Mi armadura parará su torpeza. Luego, os liberaré a todos.

¿Torpeza? Tenía su parte de razón. - Si esos cabronazos nos pillan intentando liberarnos agradecerás cualquier mínimo poder telequinético que juegue a tu favor.

Deseaba insultarla, pero entendía que incluso en aquel momento se comportara así. Se había mostrado más vulnerable que nunca, hasta el punto de revelar su nombre real. Quizá estuviera contemplando incluso la posibilidad de salir vivos de allí, con lo que conllevaba haber revivido esa parte de su pasado frente a él. Envuelto por una profunda camaradería inusual en él, ahora no quería hacer que se arrepintiera de haber desvelado aquello.

- Haz lo que puedas para dejarla caer. Así me será más fácil moverla - se apresuró a pedir al elfo, ansioso.
_____________

OFF:

* Lo siento, Iori, me refiero a la telequinesis D:
Eberus
Honorable
Eberus
Cantidad de envíos : : 212
Nivel de PJ : : 1

Volver arriba Ir abajo

La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 Empty Re: La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]

Mensaje  Tyr Sáb 16 Nov - 12:10

El miembro 'Eberus' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses


'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Tyr
Master
Tyr
Cantidad de envíos : : 2234
Nivel de PJ : : 0

Volver arriba Ir abajo

La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 Empty Re: La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]

Mensaje  Monza Sylroc Dom 17 Nov - 0:39

El plan había salido bien, tan bien que mi propia temeridad me iba a obligar a cambiar ese resultado. Porque cualquiera con dos dedos de frente podría haber pensado en que volver a un círculo donde se estaba produciendo un ritual inquietante en plena noche de Samhain sin saber que había sido de la persona que intentaba realizarlo para recuperar el conejo de otro hombre no era el mejor plan. Pero había demasiadas ocasiones en las que primero actuaba, y después ya si eso decidía pensar, y esa era uno de esos casos.

Volaba entre los árboles de vuelta al círculo cuando noté un dolor punzante en mi costado. Iba a girarme a mirar, pero no pude ni torcer el cuello antes de que las alas dejaran de batirse y me precipitase de cara contra el suelo. La velocidad que llevaba resultó suficiente para que el golpe en la cabeza me hiciera perder el conocimiento y no llegase a sentir el golpe.

Cuando volví en mí, me dolía toda la parte ventral del cuerpo y sentía un picor que me invitaba a pensar que había atravesado un par de arbustos en mi aterrizaje involuntario. Al menos sentir todo mi cuerpo era una buena señal. Mi primer impulso fue agitar la cabeza y apoyarme en los brazos para levantarme, pero mi cuerpo no se movió. Esa desagradable sensación no hizo sino ayudar a que entrara en pánico y me pusiera a intentar moverme más fuerte. Pero por mucho que mi mente diese las órdenes de moverse, mi cuerpo estaba tieso como una piedra. No dejé de intentarlo, por mucho que ese intento solo lo notara yo misma, hasta que una voz inquietantemente suave sonó junto a mi oído.

Tras la amenaza, la mujer cruzó por encima de mi con su cuchillo en la mano e intenciones clara. Y solo al ver como se posicionaba, me di yo cuenta de que había vuelto a mi forma humana. No sabía si sería por el veneno o por perder la consciencia en el golpe, aunque en ese momento, la situación invitaba a pensar que no lo descubriría nunca.

Fueron unos momentos en los que la enmascarada levantaba su cuchillo para hundirlo sobre mí, pero se me hicieron eternos. Los recuerdos se agolpaban en mi mente. Mi abuela diciéndome que era débil tras derribarme con un chorro de agua a presión. Meraxes y Meleys invitándome a la acompañarles en su campamento. Mis hermanos diciéndome que no me creyera especial solo por ser capaz de volar y ellos no. Las quejas de Nero por haberle arrastrado hasta  la caravana en vez de abandonarle. Un chaval de mi antiguo pueblo llamándome traidora y diciendo que los dioses me castigarían por los pecados de mi padre un momento antes de que le saltara los dientes de un puñetazo. Mi madre hablándome sobre sus antiguas aventuras y advirtiéndome de los peligros del camino cuando la conté que me iba a viajar para convertirme en una heroína digna de mi familia. Sango proclamando que había luchando con valor y honor y que era la dragona que buscaba en su grupo de héroes. Y por último, mi padre diciéndome que nunca había que dejar de intentar ayudar por complicada que fuera la situación mientras me entregaba su daga.

El cuchillo descendió hacia mi pecho, pero entonces un brillo azulado salió del colgante de dragón marino que llevaba en el pecho, y cuando el cuchillo debería haberse clavado en mi cuerpo, solo atravesó un banco de niebla[1]. Pude ver la sorpresa en las ranuras de la máscara de la mujer, pero no era mayor que mi propia sorpresa. Y yo estaba incluso más estupefacta que ella. Asumía que no estaba muerta porque no había cuerpo alguno en la trayectoria que había seguido el cuchillo, pero era lo único que me hacía suponer que no era yo también un espectro. Pero quizás, igual que los fantasmas salían buscando venganza esa noche, también podía ser que mis antepasados hubieran venido a ayudarme para no acabar mis días de esta manera.

Traté de moverme, y en esta ocasión, la nube de vapor que era mi cuerpo se desplazó hasta colocarme tras la mujer. Supuse que un veneno necesitaba un cuerpo al que afectar y en esos momentos yo no era más que gas. Me esforcé en tomar una forma que recordara al menos a la mía y esperé hasta que la enmascarada se girase hacia mí. Abrió la boca para decir algo, pero antes de que pudiera hacer nada, me lancé contra ella, pasando por debajo de su máscara e introduciéndome por sus orificios para salir inmediatamente después, en lo que confiaba que hubiera sido una experiencia bastante desagradable. Seguí revoloteando a su alrededor para molestarla y de paso evitar que pensara en alguna forma de librarse de mí. Aunque mientras hacía el tonto pude notar que algo se estaba congregando en la zona donde había dejado a Rauko, y la curiosidad tuvo más fuerza que el sentido común, por lo que dejé a la mujer y levité sobre los árboles para poder ver que estaba sucediendo.

***************

Monza se convierte en vapor de agua para evitar que la conviertan en sashimi de dragona, después flota para ver que pasa con Rauko.

[1] Cristal de sueños: [Consumible] Tu cuerpo se convierte en húmeda niebla por un turno.
Monza Sylroc
Experto
Monza Sylroc
Cantidad de envíos : : 74
Nivel de PJ : : 0

Volver arriba Ir abajo

La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 Empty Re: La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]

Mensaje  Tyr Dom 17 Nov - 0:39

El miembro 'Monza Sylroc' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses


'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Tyr
Master
Tyr
Cantidad de envíos : : 2234
Nivel de PJ : : 0

Volver arriba Ir abajo

La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 Empty Re: La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]

Mensaje  Vincent Calhoun Dom 17 Nov - 0:44

El gato sólo debía ser el ratón por un rato, el tiempo suficiente para que el brujo concretara algún hechizo arcano con el que detener al golem. Usar explosiones contra él mientras se encontraba cerca de las casas sería contraproducente. O tal vez no, si de repente se volvía un pirado que no le importaban las vidas ajenas.

De todos modos, la guerra era así, y si debía salvar a la mayoría de habitantes de aquel pueblo usando una táctica que acabaría con la vida de algunos…

Pero esa era una opción que no pensaba utilizar aún. No mientras quedesen alternativas.

- ¿Nín? - respondió totalmente confundido. - ¿Qué haces aquí? -

¿Qué probabilidades había de que se encontraran en aquel lugar? Pues igual tampoco tantas, que para algo ambos vivían en Lunargenta.

Sí, ya sé que estos hermosos y amigables personajes no están en la gran ciudad de los humanos, pero la mentada urbe no quedaba lejos de allí. No obstante, seguía siendo increíble que apareciera justo en aquel pueblo, tras la aparición de un golem peligroso.

- Hola, Cath-, saludó a la gata, antes de entrar en el meollo de la cuestión. - El gato con sombrero está distrayendo al golem-, explicó vagamente sobre el felino. - ¿A la taberna? Entiendo. -

Y es que si sabían sobre el objetivo del autómata de piedra es que ya habría tratado con él. Y eso solamente podía significar una cosa.

- ¡No! ¡Estúpido gato! ¡Debías distraer al golem! - gritó, al ver cómo el hombre bestia seguía corriendo pero el golem dejaba de seguirle.

- ¡Y qué quieres que haga! ¡Si prefiere reanudar su misión inicial! -

- ¡Usar tu bastón, atacar para que vuelva a por ti! -

- ¿Mi bastón? ¿Has visto lo que mide ese pedrolo? - respondió el gato, mientras todos comenzaron a correr tras el golem. - ¿Por qué mejor no usas tu verga contra él, eh? Así distraes un ratito y me dejas a mí en paz. -

Vincent refunfuñó y se ahorró lanzarle una lengua de fuego que dejase al gato más pollo frito que mago falso, pero, la situación no dejaba tiempo para las estupideces. Debía centrarse en el golem, frenarlo, quizás explotarlo, pero ya era imposible pues atravesaba una muro de una taberna llena de gente.

Usar su magia explosiva ahora no salvaría a nadie, sino todo lo contrario.

El funesto final del muchacho no se hizo tardar, pero, una vez finalizado su cometido, ese peligroso ser seguía suelto y la imposibilidad de usar su magia explosiva seguía ahí.

«Maldita sea», maldijo en el interior de su mente, pues pocas cosas, hechizos o ataques harían mella en la bestia de piedra.

Tenía que acometer su plan inicial, pero necesitaba que alguien entretuviera al golem, mientras él preparaba la trampa. Y, por supuesto, ese alguien debía ser una persona que no fuera un puto gato idiota.

- Muy bien, Meleis. No sé ni de dónde carajos has salido pero sigue así, necesito que le distraigas y cuando te avise lo lleves hacia aquí-, le dijo al hombre que sacó al golem de la taberna, poniendo su físico en peligro.

Vincent, sin tiempo que perder y moviéndose todo lo rápido que podía, dejó su morral junto a la barra de la taberna, de él sacó la cajita de arcanos y se acercó a la pared de la taberna. Ah sí, pero la pared justo en el exterior, al lado del boquete que había hecho el golem anteriormente antes de entrar al edificio con su simple sutileza de maromo de más de dos metros de alto.

El maestro en arcanos no tardó en demostrar su oficio mientras realizaba un glifo sobre uno de los tablones de la casa. En cuánto terminó, metió sus objetos en la cajita y le hizo una señal al dragón.

- ¡Meleis, rápido, atráelo hacia aquí! -

El brujo se colocó en una posición en la que no pudiera ser golpeado, pero desde la que podía ver perfectamente su glifo inscrito en la pared. Al paso del dragón, Vinc no hizo nada, sin embargo, en cuánto el golem se colocó a la altura de la runa, pronunció una palabra y el autómata quedó paralizado.[1]

- Esto es temporal. Me acercaré a él y terminaré el trabajo. No tardaré-, comentó a sus compañeros, que ya tenían algo que hacer. Sobre todo Níniel, ayudando al pobre desgraciado a no irse con sus ancestros. - Muchas gracias, Meleis, sin ti no lo habría logrado sin causar más daños y peligros-, le confesó por último al dragón, antes de avanzar hacia el golem y ponerse a trabajar con una runa sobre el cuerpo de piedra, que apagaría definitivamente al autómata.[2]

Aquel trabajo no le llevaría mucho tiempo al rubio, mas, sí el tiempo suficiente para que al regresar escuchase comentarios de lo más interesantes.

- Compañera. O tienes un hermoso culo, o es que desde mi altura lo único que alcanzo ver son tremendas nalgas-, comentó el gato, que se había colocado justo detrás de Cath para…

Bueno, con toda probabilidad para contemplar alguna de las mejores vistas del local.

- Trae acá, idiota-, dijo el brujo, acercándose al gato y quitándole de su pata izquierda la runa que aún portaba en su mano.

- ¡Hey! -

- Agradece que sólo sea eso y no una patada de Cath en todo tu cabezón-, respondió al intento de quejas por parte del gato. - Terminaré esta runa, nos ayudará contra los espíritus-, mentó, dejando a Níniel hacer su parte.

Vincent se sentó en una de las mesas que aún quedaba en pie y se puso a trabajar en la runa, que ya habría acabado de no ser por Gatdalf.

- Bah, todo estaba bajo control. Resucitar no duele tanto y ya contaba con la salvación del brujo ante la gata-, musitó el gato, que… quedaba bastante gracioso sentado a una silla a su lado, con lo canijo que era. - Los de la otra dimensión así lo querían. -

Vincent lo miró unos instantes para luego proceder a seguir trabajando, aunque primero negando un par de veces con la cabeza.

No sabía ni qué hacía por allí ese loco, pero teniendo en cuenta las ideas que tenía, se imaginaba la razón de su partida de la aldea de los gatos en busca de aventuras. Las razones por las que quería una runa de ese tipo, justo en aquel pueblo, ya se lo preguntaría cuando acabase.[3]


Offrol
____________________________________________________________________________

[1] Uso mi maestría en arcanos para realizar una runa trampa en la pared de la taberna, con la que luego paralizar al golem.
[2] Vuelvo a usar mi maestría en arcanos para desactivar al golem de forma definitiva.
[3] Una vez más me pongo manos a la obra con mi oficio de arcanos para terminar la piedra rúnica que el gato me había robado en la segunda ronda. Ya la considero terminada en el pase de un escrito al siguiente, pero me gusta la idea de dejarlo así para arrancar la narración de mi siguiente escrito desde ese punto.

Está hablado con Meraxes el uso de su acompañante como distracción del golem, ella lo narrará como dios manda en su escrito <3
Vincent Calhoun
Honorable
Vincent Calhoun
Cantidad de envíos : : 975
Nivel de PJ : : 9

Volver arriba Ir abajo

La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 Empty Re: La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]

Mensaje  Tyr Dom 17 Nov - 0:44

El miembro 'Vincent Calhoun' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses


'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Tyr
Master
Tyr
Cantidad de envíos : : 2234
Nivel de PJ : : 0

Volver arriba Ir abajo

La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 Empty Re: La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]

Mensaje  Zagreus Dom 17 Nov - 22:43

La figura impotente de la mujer de fe intimidaba incluso al guerrero más curtido y desalmado. Dante, quien había experimentado el más profundo de los horrores en carne propia, sentía miedo ante las palabras de Sor Elenda. El humano se rascaba su brazo mecánico en aquel ritual compulsivo que lo invadía cuando la ansiedad se hacía presente.

Los niños esperando su inevitable condena, que para la mente fantasiosa de los críos implicaba un castigo de por vida, entraban cabizbajos a su destino funesto. Sin embargo, una llama de justicia, e inclusive cierta complicidad con su pasado, hizo que el humano respondiera por los críos y sus jugarretas.

Dante colocó su pie antes de que la puerta cerrará y los niños fueran interrogados por la hermana. Esta conducta llamó profundamente a la monja, que poco a poco trasladaba su irritación por sus muchachos al hombre de mirada melancólica frente a ella. - Eh, yo puedo explicar el símbolo de las puertas. - señaló timorata el hombre que, contrariamente, solía no sentir miedo a nada debido a su pasado perturbado.

¿Tú ayudaste a los mocosos? - indicó arqueando una ceja.

No exactamente, pero… - una corriente de aire lúgubre agitó los ropajes negros de Dante interrumpiendo su discurso. Un escalofrío recorrió su espalda subiendo por todas sus vértebras y cada vello de su brazo se erizaron como púas con aquel gélido roce del viento. Los cristales de las ventanas se empañaron abruptamente con una sutil escarcha, como si el invierno más agresivo hubiese sido convocado en aquella noche.

El ambiente se volvió denso. La luz de las velas parpadearon débilmente, su llama se ahogaba ante una fuerza oscura que se cernía sobre ellos. Se respiraba muerte y miseria en aquel lugar y no solo Dante sentía la urgencia de salir corriendo, la monja también entendía que aquello antinatural los arropaba en una penumbra asfixiante.

Ambos en un silencio sepulcral entraron y cerraron la puerta de un golpe, ninguno de los dos era capaz de hablar por el simple hecho de que ningún sonido era capaz de emerger de sus gargantas. El miedo era tanto que cualquier grito era ahogado antes de siquiera ver la luz. La marcha había llegado a la villa.

Uno de los niños gritó al darse cuenta qué ocurría y todos se colocaron amontonados al fondo de la habitación mirando aquella ventana, tapando la boca del asustado Pandereta, fingiendo la total ausencia dentro de aquella habitación. Las luces se habían extinguido y en completa oscuridad, niños y adultos veían en silencio. Las lágrimas caían por las mejillas de los infantes que temblaban aterrados. Un vaho gélido se dibujaba con cada respiración agitada. Inmóviles solo podían rezar para sus adentros.

La muerte se mostró tras la ventana, los Skógargandr eran reales y habíamos pecado pretendiendo atraerlos y ser tan pretenciosos como para incluso observar su procesión a través de los cristales. No era posible describir el terror que infundía aquella marcha. Las visiones de cadáveres andrajosos envueltos en un aura oscura, apariciones del Samhain, demonios de ultratumba; todo mito, cualquier historia o cuento incluido los de Tom el Bombo quedaban cortos con el horror de ver la muerte en su procesión funesta. Los lobos sombríos eran la representación absoluta del inframundo. Fantasmas sentenciados a deambular por una tierra que no les pertenecía.

Una de las criaturas se quedó observando aquella vidriera, sus ojos vacíos anunciaban un abismo infinito que los cinco dentro de aquel orfanato vieron con agobio, desnudos e impotentes ante la muerte que los buscaba. Su atención se dirigía a entrar en aquel edificio.

Un golpe en la puerta hizo que el poco control que mantenía a los chicos se rompiera. El llanto y gritos de los críos se hizo un estruendo. Pedían perdón mientras rezaban a la vez, arrepentidos por su jugarreta. Aquella criatura los venía a buscar. La puerta nuevamente se agitó, parecía que iba a ceder, pero de repente vino el silencio y la marcha continuó. La puerta continuaba cerrada.

Nadie comprendía el milagro, ¿quizás habría sido su fe la causante de tal salvación? El tiempo que parecía haberse congelado volvía a la normalidad, pero aquella aura maligna seguía la estela de aquella procesión que se alejaba en el horizonte. Los infantes con la monja se abrazaron, los castigos vendrían, pero el degustar la vida parecía lo más importante en ese momento. Sor Elenda bendecía a los tres pequeños y agradecía a su Dios.

Dante estaba estupefacto por aquella vivencia, pero algo dentro de él lo invitaba a ver los pasos de la marcha. El humano abrió la puerta, la cual mostraba que aquella runa que faltaba por quitar había sido dañada por los golpes de aquel ser de ultratumba. No sabía si era una causalidad, un capricho, un milagro o que, pero estaba vivo y eso era lo que importaba.

Poniéndose su capucha salió de aquel orfanato despidiéndose de los críos y advirtiendo que no lo siguieran. Los tres niños lloraron la marcha de su valiente "amigo". El humano con una curiosidad incluso irrespetuosa siguió la marcha de los Skógargandr, por varios minutos caminó a la distancia, escondiéndose entre arboles y arbustos. Dante absorto en aquella procesión, los seguía, ya cansado, como si estuviera hipnotizado. Le interesaba ver su destino y entender los caprichos de la muerte en aquella marcha.

De improvisto, una figura monstruosa se opuso a la marcha de aquella procesión. Rápidamente, se convirtió en un campo de batalla. Por la gruesa niebla que cubría aquellos caminos y la noche oscura, era difícil ver. Dante intentó buscar sus visores, pero aquella batalla era más rápida que él. Las figuras sombrías luchaban en un combate fogoso, incluso el humano estaba seguro de que las sombras mutaban, sus formas cambiaban y se volvían incongruentes con las figuras lúgubres de los Skógargandr. El humano empezó a correr con una curiosidad insaciable, la atención de la marcha no parecía distraerse con la presencia del Dante quien miraba en primera fila una batalla funesta mientras tenso apretaba su brazo mecánico con su ballesta lista para accionarse de ser necesario.
_________________________
Off
Resumen: Dante observa junto a los críos la marcha que pasa frente al orfanato. Seguido, el humano sigue a la distancia para ver la procesión y el combate de Zelas contra la bestia funesta.
Zagreus
Honorable
Zagreus
Cantidad de envíos : : 412
Nivel de PJ : : 3

Volver arriba Ir abajo

La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 Empty Re: La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]

Mensaje  Meraxes Lun 18 Nov - 22:10


Villa Darrow
Vengo de: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

Meleis

El chico corría tras la niña, ahí fue cuando en medio de la oscuridad de las calles apenas iluminada por las luces de las casas, el estruendo justo hacia donde Lidia se dirigía se hizo notar.

Era de esperarse que por la impresión la niña se quedara paralizada y más aún si le sumabas el cómo fue testigo de la muerte de su amigo. Logró alcanzarla y con ello abrazarla y cargarla para alejarla del peligro, fue en ese interín que escuchó una voz masculina decir su nombre, buscó con la mirada y reconoció al sujeto, recordaba haberlo visto, era conocido de Merax y los demás. Asintió pero primero tenía que poner a salvo a la hija del jefe.

- Necesito que por favor no intentes nada arriesgado y corre hacia tu casa, este lugar es peligroso. - Sacó de su bolso un alterado pero parecía feliz cría de palomejo. - ¿Puedes cuidarlo por mí?

Lidia, aún en shock, apenas asintió aunque pareció escuchar las palabras del chico. - T...ten cuidado. - Para cuando Meleis se levantó, aprovechó para regresar la nuez a los bolsillos del chico. Su pequeño cuerpo aún temblaba, abrazar a ese pequeño animal al menos tenía un efecto tranquilizante.

Meleis, regresó a donde estaba el alboroto, fue allí donde recibió un poco mejor las indicaciones del hombre. - Yo me encargo. - No dijo nada más, su cuerpo ya se volvía escamoso y azul, se había transformado en dragón. 1 Esperaba que aquello atrajera la atención del golem, aunque, por si los Nousis,  se encargó de lanzarle un corro de agua 2 y rugir para que lo tomara en cuenta, de todos los allí presente representaba un peligro mayor o al menos era el más grande como para no pasar desapercibido.

El golem se defendía, y el poco espacio no los beneficiaba, recibió algunos golpes que de no ser por su armadura natural lo hubieran derribado enseguida, así mismo, el dragón atacó con garras y dientes.

El nuevo llamado de Vincent, y con ello, hizo lo que le pidió y llevó al golem hacia donde le indicaba. Había funcionado, el Sr Vincent  consiguió desactivar aquella cosa.

Regresó a su forma humana, se le notaban golpes, magulladuras y un poco de sangre saliendo de su nariz y boca, estaba agotado.- Meraxes... está cerca, señor... ¿Puede ayudarme a sanar? Tengo el equipo en mi bolso, me duele todo. - Río levemente, hacía tiempo que no recibía una paliza así.

Al parecer había alguien más, la recordaba vagamente, del campamento de los bestiales, se encargaba de las medicinas si la memoria no le fallaba, más allá de eso, desconocía algo más, parecía que ella tenía las habilidades que solo los dioses podrían tener, quería resucitar al joven asesinado, no podía sino impresionarse con semejante hazaña.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

Meraxes

El mundo se había detenido, al menos para mí, los gritos en medio de aquella oscuridad se escuchaban cada vez más lejanos hasta que de pronto todo fue silencio, al menos por unos segundos.

Todo empezó con un nudo en el pecho, como si algo pesado se estuviera sentando sobre mí. Intenté respirar profundo, pero cada intento era como inhalar fuego, ardía, dolía. Mis manos comenzaron a temblar, y un sudor frío me recorrió la espalda. Sentía que el mundo se cerraba, como si las paredes quisieran aplastarme.

Luego vino el pánico. Mi corazón latía tan rápido que pensé que iba a explotar. Mi mente estaba llena de un ruido ensordecedor, como un millón de pensamientos hablando al mismo tiempo, todos llegaban a lo mismo... "eres una inútil". Mis piernas empezaron a sentirse débiles, como si no pudieran sostenerme más, y todo mi cuerpo se quedó inmóvil. Era como si yo ya no estuviera ahí, atrapada en algún lugar entre querer huir y no poder mover ni un dedo.

Quería gritar, pero mi voz no salía. Las lágrimas empezaron a correr sin que yo pudiera detenerlas, y mi pecho seguía oprimiéndose más y más, hasta que ya no sabía si iba a poder soportarlo. Lo único que podía hacer era quedarme quieta, esperando, rogando que esto pasara pronto...  



Off:


Inventario:



Inventario Meleis:
Meraxes
Honorable
Meraxes
Cantidad de envíos : : 462
Nivel de PJ : : 4

Volver arriba Ir abajo

La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 Empty Re: La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]

Mensaje  Tyr Lun 18 Nov - 22:10

El miembro 'Meraxes' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses


'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Tyr
Master
Tyr
Cantidad de envíos : : 2234
Nivel de PJ : : 0

Volver arriba Ir abajo

La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)] - Página 2 Empty Re: La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]

Mensaje  Contenido patrocinado

Contenido patrocinado

Volver arriba Ir abajo

Página 2 de 3. Precedente  1, 2, 3  Siguiente

Ver el tema anterior Ver el tema siguiente Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.