Aerandir
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

Últimos temas
» La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]
El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 EmptyHoy a las 00:26 por Tyr

» El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]
El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 EmptyAyer a las 23:41 por Tyr

» El retorno del vampiro [Evento Sacrestic]
El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 EmptyAyer a las 22:47 por Eltrant Tale

» Enjoy the Silence 4.0 {Élite]
El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 EmptyAyer a las 20:01 por Nana

» Vampiros, Gomejos, piernas para qué las tengo. [Privado]
El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 EmptyMar Nov 12 2024, 04:51 por Tyr

» Derecho Aerandiano [Libre]
El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 EmptyDom Nov 10 2024, 13:36 por Tyr

» Días de tormenta + 18 [Privado]
El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 EmptyDom Nov 10 2024, 00:41 por Sango

» Propaganda Peligrosa - Priv. Zagreus - (Trabajo / Noche)
El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 EmptyVie Nov 08 2024, 18:40 por Lukas

» Lamentos de un corazón congelado [Libre 3/3]
El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 EmptyVie Nov 08 2024, 01:19 por Tyr

» 89. Una compañía hacia el caos [Privado]
El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 EmptyJue Nov 07 2024, 20:51 por Aylizz Wendell

» Clementina Chonkffuz [SOLITARIO]
El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 EmptyJue Nov 07 2024, 16:48 por Mina Harker

» [Zona de Culto]Santuario del dragón de Mjulnr
El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 EmptyMar Nov 05 2024, 21:21 por Tyr

» Pócimas y Tragos: La Guerra de la Calle Burbuja [Interpretativo] [Libre]
El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 EmptyMar Nov 05 2024, 17:01 por Seraphine Valaryon

» [Zona de culto] Iglesia del único Dios
El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 EmptyMar Nov 05 2024, 14:32 por Tyr

» [Zona de Culto] Oráculo de Fenrir
El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 EmptyMar Nov 05 2024, 03:02 por Tyr


El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]

Página 3 de 3. Precedente  1, 2, 3

Ver el tema anterior Ver el tema siguiente Ir abajo

El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 Empty Re: El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]

Mensaje  Cohen Dom Nov 10 2024, 20:56

Peter se mantenía cabizbajo a cada paso que daban mientras escuchaba los gritos provenientes de la Puerta del Alba. Desde su posición en mitad de la Avenida de la Sed, veían la silueta de Seraphine, convertida en dragón, prendiendo fuego a la muralla.

Pronto, la avalancha de las personas que huían, que habían seguido hasta la entrada de la ciudad a una segunda sección de la Guardia, proveniente del Cuartel, se abría paso precipitadamente por la calle huyendo del fuego.

Con miedo de ser aplastados por aquel tumulto, Cohen, Peter y Betis se refugiaron en una calle colindante, mientras el olor del humo comenzaba a llegar hasta ellos.

―Cohen, no sé si tus acciones terminan de gustarme.

Cohen le sonrió débilmente, mientras llevaba su mano derecha a la mejilla de su amante. El vampiro sabía que en su interior, su pasado y su presente, luchaban una encarnizada guerra.

―Prefiero ser el cazador que la presa― Es cuánto podía decir.

A medida que los segundos continuaban, la huida de todas aquellas personas y heridos que pasaban aumentaba; y los soldados quemados que habían logrado sobrevivir al ataque de Seraphine, impedían el normal tránsito de la avenida.

El vampiro miró hacia arriba. El tejado de la vivienda colateral no era demasiado alto y había una ventana a la que poder subirse y lograr auparse hacia arriba.

―Te dejo un rato con Betis. Nos vemos en la puerta.

Sin esperar respuesta, sabiendo que había importantes acciones que tomar, el vampiro se precipitó hacia las alturas tras un par de movimientos, alcanzando el tejado con facilidad [1].

Una vez en él, llegó justo a tiempo para ver el segundo ataque de Seraphine a la muralla y durante unos segundos, disfrutó de las vistas.

El número de la Guardia se reducía. Los invasores de la ciudad iban disminuyendo. No debería quedar mucho más que una sección allí. A lo sumo.

Tras ver volar a Seraphine, de vuelta al centro de la ciudad, a unos metros sobre él, Cohen se movió sigilosamente a través de los tejados de los edificios colindantes, hasta que se encontró con un espacio que era más difícil de saltar.

Retrocedió unos metros para coger algo de impulso y después de una corta aunque intensa carrera, realizó un salto de longitud hasta el tejado más próximo, logrando romper algunas de las tejas de la vivienda al caer sobre ellas. [2]

Ligeramente dolorido, continuó desplazándose en dirección a la Puerta del Alba, mientras el trasiego de heridos y personas que huían continuaban en la Avenida.

Al llegar hasta el tejado de un edificio mucho más próximo a su destino, el vampiro comenzó a escuchar unas voces masculinas que enseguida llamaron su atención.

—Hay informes de enemigos públicos, enemigos de la Corona de Verisar, y más en concreto, de Enemigos de la Guardia.
—¿Sería raro que estuviera aquí?
—Por lo que se dice en los mentideros, no.
—Pues debemos asumir la autoría de los moderados en el atentado. A no ser que los supremacistas se hayan convertido en un bando internacionalista.
—¡Pues a mí me gusta el olor a vamparicón calcinado en maitines!

Aunque Cohen desconocía que cojones era un bando internacionalista ni tenía interés en averiguarlo en ese preciso momento… Ni podía imaginarse cómo los soldados de la Guardia habían llegado a esa conclusión tan precipitada de lo ocurrido con el dragón, cómo si los mismos Dioses se hubieran presentado a informar sobre ello… la palabra vamparicón quedó atrapada en su mente.

__________________________________________________

En el extremo opuesto de la ciudad, en el Jardín Botánico de Sacrestic Ville, Isabella Rappaccini observaba cómo había intrusos en el Jardín. Aunque acostumbrada a recibir visitas a todas horas del día y de la noche, pues su presencia en aquel lugar era casi perpetua, en aquellos momentos cualquier presencia resultaba amenazante.

Se ocultó tras unos arbustos, intentando camuflarse entre sus hojas. En su mano, se ocultaba una débil daga, un arma mediocre, la misma que había usado para asesinar a su padre en aquel mismo jardín.

Veía a una figura frente a la estatua de Cohen en lencería a tamaño real, pero no distinguía de quién se trataba, aunque por unos segundos, recordó a la joven Itzamaray, a la que hacía tiempo que no veía.

Fue entonces cuándo vio que parte del Jardín comenzaba a incendiarse. El terror le invadió de inmediato, pues si el fuego llegaba hasta la Rosanera, su vida acabaría aquella misma noche.

Salió corriendo en dirección al pozo del Jardín, sin preocuparse de delatar su presencia ante los extraños. Lo único que quería era alejar el fuego de la planta que le permitía respirar.

No tenía miedo de ser mordida por vampiro alguno, pues su sangre llevaba su maldición y cualquier ser nocturno que se alimentara de ella, correría la misma suerte… salvo que desconocería que cuánto más se alejara de la planta, más problemas tendría para respirar.


__________________________________________________

"Olor a vamparicón calcinado"


La conversación de aquellos soldados continuaba, pero aquel concepto continuaba rondándole en la mente.

No era la primera vez que escuchaba términos despectivos en humanos respecto a su sexualidad. Ya los había escuchado anteriormente en los bastos y brutos miembros de la Guardia. Al igual que en las altas esferas sociales de Lunargenta, en la misma casa de Peter, dónde habían pretendido ocultar los verdaderos deseos de su hijo, con lo que ellos llamaron “la normalidad”.

La Guardia no sólo imponía su control sobre los habitantes de la ciudad, que nada habían tenido que ver con los vampiros que habían invadido Lunargenta años antes; había impuesto a muchos su presencia, su religión, su cultura… suprimiendo la de los demás. La Guardia se había apropiado de una ciudad que no les pertenecía por demasiado tiempo. Ahora también parecían cuestionar la sexualidad de las personas. Algo que a Cohen le tocaba especialmente los cojones.

Y ahí continuaban ellos, con su charla varonil, repleta de una testosterona que parecía tener mucho valor, pero que no valía para gran cosa. Hablando sobre lo válidos que eran, no sé sabía muy bien para qué, pues nada hacían. Necesitando la validación del resto de ellos para sentirse verdaderos hombres. Una verdadera pandilla de escrotos colgones y pollas flácidas, en su opinión.

Finalmente, tras unos minutos, parecieron dirigirse finalmente hacia las murallas de la ciudad, dónde estaban posicionados los soldados que quedaban. Unas murallas que comenzaba a incendiarse levemente por los extremos. Un lugar peligroso dónde podía ocurrir algún incidente...

Bajó rápidamente deslizándose desde lo alto del tejado, usando la cuerda de su cinturón y se acercó en dirección a la muralla, con paso sigiloso. [3]

Sein debía estar al otro lado de la muralla, pues el hombre que hablaba parecía dirigirse a él. Le sorprendió no haberle visto antes en Sacrestic Ville, pero debería tener un alto cargo en la Guardia para encontrarse con la legitimidad de dirigir a los soldados que quedaban. Sus palabras no le llamaron la atención: volvía a creerse legitimado para decidir quién entraba o no en la ciudad, con una gran arrogancia y pidiendo garantías. Típico de Verisar: exigir sin dejar al otro margen con el que maniobrar y tener que aceptar condiciones pésimas y encima tener que estar agradecidos por "el buen hacer" de la Guardia. Unos hipócritas que no se diferenciaban demasiado de lo que veían en los otros, pero al menos, los vampiros no manejaban esta falsa moral y reconocían lo que eran: ratas de dos patas.

Cohen no sabía si Sein las aceptaría, aunque dudaba que los bestiales se sometieran. Mucho menos los Monos del Templo y a su sacerdotisa. Lo que tenía claro era que él no iba a aceptar condiciones de nadie a esas alturas.


__________________________________________________

A medida que la Avenida de la Sed volvía a ser transitable, Peter y Betis se abrían paso entre la multitud a un ritmo lento. La estampida había dejado algunos heridos tirados en la vía. Incluso algún que otro muerto por aplastamiento. El pueblo corría en sentido contrario, pero sólo algunos locos lo hacían en dirección a la Puerta del Alba.

Al llegar hasta allí, vislumbró que los arqueros estaban dispuestos sobre las murallas y que uno de aquellos hombres hablaba a los bestiales de fuera.

Los miembros del Templo de los Monos, del pueblo de Mur’ko y el ejército de D’Orlind Ûr habían viajado días para llegar hasta allí y ahora la Guardia entorpecía su paso. No sólo eso, sino que al parecer, parecían dispuestos a no aceptar su ayuda sin condiciones.

Peter no llegaba a comprender aquella situación y se preguntaba quién estaba al mando de aquellos valerosos guerreros. Él mismo había dirigido las tropas de la Guardia en aquella ciudad, durante más de dos años, pero jamás había visto tanta imprudencia en sus comportamientos.

Corrió hasta situarse en el otro lado de la muralla en el que se encontraba el hombre que daba las órdenes. El fuego comenzaba a propagarse por aquel lado de la muralla y Peter les alertó del peligro.

―¿No véis que el fuego comienza a expandirse en la muralla? ¡Bajaros de ahí, joder!

Los soldados se mostraban indecisos. Por lo que cuándo aquel hombre terminó de hablar, comenzó a hacerlo él.

―Soy Peter Lannet. Muchos de vosotros me conoceréis. Habéis estado a mis órdenes durante mucho tiempo. Los bestiales que están afuera de la ciudad han cruzado desde el sur y caminado durante días para ayudar a proteger nuestra ciudad. No le disparéis flechas, no vayáis a herirles, no atentéis contra su integridad… Recordad la razón por la que habéis venido hasta aquí. Recordad los valores de la Guardia y las funciones para las que servís. ¿Desde cuándo matar y amenazar bestiales está dentro de vuestro objetivo? Estáis aquí para luchar contra aquellos vampiros que se acercan… aquellos que atacaron Lunargenta hace años, los mismos que se aproximan ahora y estáis empeñados en dañar la única alianza que ha venido a protegernos.

Se acercó hacia el centro de la muralla, frente a dónde había estado la puerta de entrada, a unos metros de aquel fuego.

―Sé que muchos de vosotros desconfiáis en mí, pero muchos os habéis formado bajo mis órdenes y sabéis el tipo de persona que soy. Esos bestiales son gente de bien. Si habéis tenido alguna vez confianza en mí, sabéis que soy un hombre íntegro… Sus compromisos con esta ciudad son fuertes. Incluso mayores que los vuestros.

En aquel momento, el sonido de un cuerno llegó hasta él y todas las miradas que había sentido sobre él, volvieron hacia el horizonte.

―¡El verdadero enemigo ya llega! ¡Arqueros, disparen a ese ejército y protejan a los bestiales! Recuerden el honor, lo que significa ser de la Guardia y los valores que representáis en nombre de Lunargenta. Acabad con el verdadero enemigo… que son los que se aproximan. Si no acabamos con ellos, no habrá un nuevo amanecer... [4]


__________________________________________________

Cuándo Cohen escuchó la voz de Peter, fue consciente de que había llegado hasta allí. Todos parecían escucharle, prestarle su atención, por lo que el vampiro se sintió más seguro para moverse entre las sombras.

La mayoría de los soldados de la Guardia eran humanos, pero el fuego de alrededor de la muralla le hacía ser más visible de lo que hubiera deseado. Por lo que debía encontrar la forma de aumentar la oscuridad.

En el interior de su bolsa, encontró el elixir de sombras. Había probado aquella poción alguna vez y había comprobado cómo la oscuridad parecía envolver todo a su alrededor. Por lo que debía actuar rápido.

Mientras escuchaba las palabras de Peter sobre la confianza, Cohen jugaba sus propias normas. Al fin y al cabo, aunque amantes, no se habían vuelto de la misma condición.

Se aproximó a la muralla por el mismo acceso por el que habían ascendido aquellos hombres. La pendiente le permitió camuflarse hasta el último momento. Cuándo estaba próximo al grupo de los "enemigos de los vamparicones", lanzó sobre los mismos su elixir de sombras, mientras daba un salto hacia la parte superior de la muralla. [5]

Había contado cinco, pero la nube negra se extendió rápidamente impidiéndole la visión y no estaba seguro de poder encontrar a cada uno de ellos. La nube lo envolvió en el mismo momento en el que sonó un cuerno en la distancia.

Sin embargo, comenzó a silbar. Dejó que sus labios delataran su presencia en la oscuridad, mientras escuchaba las voces. Sintió cómo se producían algunas risas y pasos lentos de la torpeza habitual que su magia provocaba, aumentada incluso por la falta de visibilidad. Comenzó a escuchar voces provenientes del exterior de la nube negra, pero Cohen continuó silbando, buscando debilitar al enemigo. [6]

Tras identificar a uno de ellos, clavó su daga en lo que intuyó su rostro y tras el ataque, lo lanzó hacia el lado exterior de la muralla, mientras continuaba silbando hasta dar con el siguiente.

La melodía de su cancioncilla les impedía reaccionar con normalidad y la oscuridad hacía aquello mucho más confuso, pero las risas, sus risas de machotes, terminaban delatando la presencia de la mayoría del grupo, que miembro a miembro fue arrojado al lado exterior de la muralla, tras recibir la puñalada correspondiente.

En ocasiones clavaba su daga a la altura del cuello buscando la muerte con una herida brutal... en otras, ascendía para intentar asestarlas en el rostro, porque si no lograba matarles, al menos que los cabrones se quedaran desfigurados de por vida, para que ninguna mujer les volviera a encontrar atractivos jamás. Aunque sus movimientos, lamentablemente, no eran del todo precisos.

El último, aquel que había hablado, Cohen no lograba localizarle, por lo que se decidió dar marcha atrás, mientras continuaba silbando en la oscuridad. Arriesgar su posición era inviable en estos momentos y una retirada a tiempo siempre era mejor que precipitarse. La noche era larga aún..

Sin embargo, el olor de la carne quemada pronto llegó hasta él y mientras salía de aquella nube oscura, internándose en el interior del Barrio Dorado de Sacrestic por una de las calles laterales a la Muralla, se preguntó si aquella carne calcinada se diferenciaba mucho de la de un vamparicón.

__________________________________________________


[1] y [2] Uso mi talento Agilidad (Nivel 3) junto con mi habilidad Ligero cómo una Pluma [Pasiva]: Cohen puede desplazarse rápidamente corriendo a gran velocidad, salvando obstáculos físicos y realizando saltos de todo tipo de forma eficiente.

[3] Uso de mi objeto Cinturón Multipropósito [Artilugio, Limitado, 2 Usos] Cinturón que contiene una finísima, pero resistente cuerda con un gancho y carrete, 2 dardos con un sistema de lanzamiento a presión, un mini propulsor que permite dar un salto el doble de lo normal o amortiguar caídas y una mini sierra mecánica. Usar cualquiera de los efectos consume una carga.

[4] Uso del talento de Peter Liderazgo (Nivel 5) junto con la habilidad: Mediación [Pasiva]: Peter puede realizar acuerdos con todo tipo de personas, facilitando la resolución de situaciones complejas mediante el uso de la mediación y el diálogo.
Con la intención de liderar a los soldados que están en la Puerta del Alba.

[5] Uso de mi objeto Poción De Sombras [Elixir, Limitado, 1 uso] Un frasco oscuro. Al abrirse o romperse, empieza a liberar una gran cantidad de humo negro. Este no es nocivo para la salud, pero impide la visibilidad casi por completo en un radio de varios metros, facilitando huidas o sirviendo como distracción. Dura hasta dos turnos.

[6] Uso de mi habilidad: El Bufón De La Corte [Mágica, 1 uso de 2 turnos]: Cohen comienza a silbar una cancioncilla inocente que hace que todas las personas de su alrededor sientan una intensa felicidad, creando un ambiente festivo y de júbilo. Aunque frente a ellos se cometan atrocidades, todo les parecerá realmente divertido, entorpeciéndoles reaccionar de forma natural y coherente.


__________________________________________________

A continuación, realizo tirada de runas por exigencia de Fehu.
FEHU: Tiro sólo una tirada de runas, pues para mí, el destino de Isabella está relativamente vinculado al jardín, así que cruzo los dedos.


RESUMEN:
Cohen
Honorable
Cohen
Cantidad de envíos : : 753
Nivel de PJ : : 5

Volver arriba Ir abajo

El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 Empty Re: El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]

Mensaje  Tyr Dom Nov 10 2024, 20:56

El miembro 'Cohen' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses


'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Tyr
Master
Tyr
Cantidad de envíos : : 2223
Nivel de PJ : : 0

Volver arriba Ir abajo

El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 Empty Re: El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]

Mensaje  Elian Lun Nov 11 2024, 11:51

Por favor. Necesitamos...necesito.... Ha habido una explosión... algo horrible en la puerta del Alba... mis compañeros los hombres bestias... estamos intentando entrar en la ciudad.. casi... necesitamos refuerzos... refuerzos en ese área. Todo es guerra y destrucción... y mis compañeros necesitan ayuda si queremos entrar. ¡Toda la posible!

Elian se apartó de los tablones que estaba fijando a un costado de la calle cuando vio acercarse al hombre-tigre y dejó el martillo en el suelo.

Hey, amigo, ¿te encuentras bien? —dijo saliendo a su encuentro—. Siéntate un momento, deja que te examine. ¿Estás solo?

¿Qué ocurre aquí? —dijo Mellado, que se había acercado al ver a Elian dejar a un lado el trabajo.

Dice que ha habido una explosión en la Puerta del Alba, el grupo de D’Orlind…

¿Vienes de la Puerta del Alba? —preguntó Mellado—. Sí que te has dado prisa.

El licántropo observaba al recién llegado con rostro impasible, lo cual, en un rostro como el de Mellado, ciertamente imponía un poco. El hombre-bestia, por su parte, no parecía particularmente impresionado. Insistió en la necesidad de enviar ayuda a la Puerta del Alba sin dejar de observar los alrededores. Quizá estaba aún bajo la impresión de lo que quiera que hubiera ocurrido en aquella puerta.

Escucha —dijo Elian, y agarró el brazo de Mellado que, con cierta reticencia, desvió la vista del hombre-tigre para atender al elfo—, si enviamos a alguien rápido a avisar a Corlys, quizá él pueda acercarse…

Yo no he oído ninguna explosión —cortó Mellado—. Y él no huele a…

No llegó a decir a qué no olía al hombre-tigre porque cuando se giró para señalarlo, el tipo ya no estaba allí. Apenas llegaron a verlo internándose en las sombras de una calle lateral.

¡Hey, espera! —llamó Elian, pero Mellado tiró de él en dirección a la barricada a medio armar.

Déjalo, huele a problemas. Y nosotros tenemos un trabajo que terminar.

¿Y qué pasa con la Puerta?

Si hay problemas en la Puerta, más razón para terminar el cerco cuanto antes, porque no tardarán en llegar al resto de la ciudad.

Elian no tuvo más remedio que rendirse ante la lógica de aquellas palabras y retomar el trabajo con más ahínco pero, por dentro, rezaba a Isil por que el grupo de Corlys, más cercano a la zona de la Puerta, no se hubiera topado con problemas serios en su misión. También dedicó una oración al grupo de hombres-bestia cuando, al llegar a la zona de la muralla, no vieron la silueta de un solo guardia en lo alto. Todos debían de haberse desplazado hacia la Puerta del Alba.

Terminado el trabajo, Mellado organizó los turnos de vigilancia y la rotación de los mensajeros y él y Elian siguieron la ronda hacia el sureste, con la muralla a la izquierda. Aunque la calle estaba oscura, ambos veían el resplandor rojizo en la distancia y Mellado no tardó en informar del olor a humo. En un momento en que las nubes abrieron paso a la luz de la luna, ambos pudieron distinguir la figura de un dragón sobrevolando la ciudad por aquella zona. El reptil se perdió de nuevo en la noche cuando otra nube ocupó el espacio de las anteriores.

Corlys había hecho su trabajo y la zona sur del cerco que habían delimitado en la posada rebosaba de actividad cuando llegaron. Teufel los recibió mostrando el mismo alivio que sentía Elian al ver que las cosas marchaban de acuerdo al plan. O, bueno, quizá no todas las cosas.

También en la Puerta del Alba parecen tener problemas —añadió al resumen de la mujer-nutria—. Llegó un tipo diciendo algo de una explosión, aunque Mellado no está del todo convencido. Aún así, alguien debería ir a investigar qué está pasando allí. ¿Habéis visto a Daphne desde que nos separamos?

La negativa se perdió entre los preparativos de los licántropos, que tenían una nueva misión de la que ocuparse, dejando a Corlys al cargo en la zona. No era para menos, pues parecía que hasta había tenido tiempo de organizar la entrega de suministros de quién sabía dónde. El lugar era un hervidero de actividad pero, a la luz de las antorchas, hubo un rostro que se destacó sobre los demás. No podía ser, no allí. ¿Cierto?

¿Aylizz? —preguntó Elian—. ¿Eres tú?

Mientras tanto, al otro lado de la Avenida de la Sed, Daphne esperaba entre las sombras a que un grupo de personas aterrorizadas despejaran el camino hacia el Barrio Gótico. Había hecho lo que había podido por correr la voz al este y sur de la ciudad. Quienquiera que quisiera protección ante la locura que se había desatado en Sacrestic Ville, habría llegado al cerco o estaba de camino.


----------

OFF: La pérdida de interés de Hugo después de echar un vistazo al verdadero alcance de las defensas que se estaban montando fue acordada con su usuaria tras aclarar cierto malentendido respecto al alcance de dichas defensas (para aclararnos: el cerco que estamos montando Corlys y yo deja fuera el cuartel de la guardia, especialmente ahora, que Teufel derribó el edificio cercano al cuartel y terminó de cerrar el paso por ese lado. También deja fuera la zona sur del barrio gótico, colindante con la avenida de la sed y toda la movida de la puerta del alba).

Aparte de eso, no pasa gran cosa: Elian termina de organizar el levantamiento de barricadas y sale en busca de Corlys, preocupado por lo que pueda estar ocurriendo en la Puerta del Alba. Al final del post, le parece reconocer a Aylizz. Daphne da por terminado su trabajo avisando a la gente y ha emprendido el regreso al barrio gótico.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Mellado: Nivel 6, Combate Bestial, Bípedo, Trance de Batalla. Color: Indigo
inventario:
Elian
Honorable
Elian
Cantidad de envíos : : 259
Nivel de PJ : : 3

Volver arriba Ir abajo

El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 Empty Re: El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]

Mensaje  Sein Isånd Lun Nov 11 2024, 18:05

Criaturas llameantes por tierra y por aire, grandes murallas, gritos y emociones a flor de piel mirase a donde mirase, muerte... Eso era la guerra, se decía Sein. La vida era insignificante allí, frágil e insignificante. No luchaban por sobrevivir, sino por ideales y asuntos territoriales, algo muy diferente a lo que hacían en las montañas, donde solo se movían por el instinto de supervivencia. Rezaba al Tigre Guía para que aquellas raíces le ayudaran a estar a la altura de la situación. Miró de reojo a Moa y a la nueva Akanke, guardó aquel momento pasmoso en su memoria y volvió a la realidad.

Al final los pocos guardias que quedaban frente a la puerta, rodeados de fuego y de guerreros bestia, cedieron. Detuvieron sus intentos de abatir a la nueva forma de Akanke y hablaron con Ruarc, accediendo a creer que lo del zezengorri no había sido cosa suya pues, viendo que sus intenciones comprendían ingresar a la ciudad y que ahora no podrían hacerlo precisamente a causa de las llamas de aquella bestia, no tenía sentido creer que ese asedio hubiera sido planeado por ellos.

- ¡Pero de los rebeldes os vais a tener que encargar vosotros! - exclamó airado y desesperado uno de ellos tras explicar la precaria situación en la que habían acabado los suyos por culpa del dragón, y la puerta por la de la bestia ígnea de la que seguían sin fiarse.

- No digas eso, hermano. Mientras sigamos vivos, hay esperanza. Pocos se imaginan la diferencia que puede marcar un solo hombre bien motivado en una batalla. Mis guerreros lo saben bien, y por eso confío en ellos aunque ahora estemos acorralados contra las murallas. ¡En tus palabras habla la derrota, pero si luchamos juntos verás que nuestro coraje es capaz de darte la victoria incluso antes de luchar!

Gritó rebosando fiera valentía, triunfador, con los brazos en alto. Gritó él y, con él, todo D'Orlind Ûr se hizo oír a las puertas de la ciudad de los vampiros 1.

Uno de los humanos que había sobre la muralla llamó a Sein a gritos y, mientras hablaban, Ruarc y Eloísa se reunieron con varios de los guerreros más capaces para retocar las tácticas que habían estado discutiendo en el bosque, antes de acercarse a las puertas de la ciudad 2.

- ¡Pues claro que dragón es de supremacistas! ¡Vampiros saben controlar pensamientos, amigo, dragón no tiene por qué ser aliado para hacer eso! - contestó indignado ante aquella acusación. Las palabras de aquel humano comenzaban a despertar, poco a poco, su ira. No comprendía cómo Ruarc había podido actuar con tanta impasibilidad ante los obstáculos que le estaba poniendo la guardia cuando, lo único que venían a hacer desde la misma D'Orlind Ûr, era luchar por una convivencia pacífica para evitar que las ideas de los supremacistas se propagaran por el oeste como una cruel enfermedad. Ruarc quizá podía manejar esa situación con cabeza, pero Sein estaba comenzando a empatizar de primera mano con el odio que le merecía a Akanke la raza humana.

Sein escuchaba y, a medida que el hombre esputaba palabras, juraba sentir cómo no eran llamas lo que salía del zezengorri y escalaba por las murallas, sino la propia furia de Akanke deseando consumirlo a él y a todos los humanos. Por un momento se distrajo y comenzó a divagar. Él también tenía el líquido que, supuso, había usado Akanke para transformarse. Juraría recordar que solo duraba un rato, pero le fue inevitable preocuparse por que su amada no volviera a ser la que era. ¿Y si se quedaba para siempre con un aliento ardiente? ¿Se le quemarían las entrañas cuando su cuerpo original no soportara el calor de esas llamas? ¿La enorme e imponente ira de aquella bestia consumiría y poseería su espíritu para siempre? Deseaba acercarse al zezengorri para hablar con ella, pero hacía ya rato que su piel no soportaba estar siquiera a unos pasos de distancia. Además, ya parecía estar ocupada, atenta a las palabras de Ruarc, que hacía indicaciones con los brazos intentando explicarle a la bestia algo de vital importancia.

Aquel hombre no entendía nada. Insinuaba que el chamán era un embustero, que venían a destrozar la ciudad, que sus camaradas bestiales no eran de fiar y que vendrían todos extenuados a causa del largo viaje. Lo tuvo claro: humanos como aquel, ignorantes y crueles, autoritarios, serían los que hicieron sufrir a su Akanke en el pasado.

Las gotas que colmaron el vaso fueron cada una de las condiciones que le ponía para cooperar. Especialmente, hubo algo que encendió su ira como se encendían las murallas a los pies de aquel odioso humano:

"Pero necesito garantías, Sein: la primera, que prometas ante los Guías, que no harás daño, ni tú ni nadie de los tuyos, a la Guardia ni a los civiles de Sacrestic Ville, y; segunda, tú eres responsable de los actos de tu bando, por eso, el atentado del dragón es responsabilidad tuya, y los muertos inocentes pesarán sobre ti… a no ser que se lo hagas pagar al responsable de ello. Promételo por tus dioses, delante de tus hombres, el chamán y tu sacerdotisa. Dame tu palabra ante sus ojos y oídos. Cúmplela y seremos hermanos de armas. Incúmplela, y que los dioses te maldigan."

Sein había escuchado atentamente todo lo que había estado diciendo hasta ahora, pero no pudo dejar pasar más barbaridades.

- ¿Sabes qué? No queremos herir guardia ni civiles porque pensamos que todos podemos aliar para vencer supremacistas. Pero, ¿responsable yo? ¿Responsables personas bestia? Eres ignorante en cuerpo y alma, humano. Eres precisamente tipo de humano que Tigre Guía no respeta: sabe que eres ignorante y no entiendes qué está ocurriendo aquí, y tus actos muestran eso, humano, eres ignorante y pides cosas imposibles como si conocieras todo. Nosotros vamos a matar vampiros supremacistas; si no ayudáis a nosotros que intentamos sembrar convivencia pacífica, seréis enemigos de paz. Espero que arqueros no piensen como tú, espero que ayuden y seremos hermanos de armas, pero tú, humano ignorante, ante Tigre Guía eres enemigo de paz y de respeto. Espero que no tengas que conocer qué significa eso.

Sus amenazas iban cargadas de una piedad sincera. Si aquel odioso no cambiaba de parecer, iba a conocer lo que significaba ofender de esa manera a La Mano del Tigre. Varias cosas fueron las que evitaron que Sein continuara gritando más amenazas con su tótem fulgurante apuntando al cielo: un guardia de mayor autoridad pareció acudir a poner orden allí arriba. ¡Era la voz de Peter! ¿Estaría Cohen por allí? Cuando observó una nube de oscuridad, notable incluso a través de las llamas, supuso que sí.

Lo otro que interrumpió el griterío del chamán fue Eloísa.

- Sein. No te preocupes, nos vamos a encargar de ellos. Aparte de todo eso, han secuestrado a varios de los nuestros que escalaban las murallas guiados por el horror de las llamas. Tendrán lo que se merecen, si no lo están recibiendo ya - explicó, alentadora y conciliadora a partes iguales justo antes de ver cómo algunos guardias caían de la muralla. - Te necesitamos aquí, Sein, y nuestros camaradas secuestrados también. ¿Has oído el cuerno? Los vampiros vienen. Me he encargado de intentar cooperar con los arqueros y ballesteros que quedan vivos mientras vosotros hablabais, y creo que algo podrán hacer. Gracias a Ruarc hemos establecido tácticas para enfrentarnos a aquella horda - explicó señalando a la oscuridad. - y funcionarán.

No había reparado en el sonido del cuerno. Le expuso brevemente un esbozo de lo que habían estado organizando 2:

Nadie se movería de allí hasta que los arqueros tuvieran a los vampiros a tiro; la propia Eloísa con su visión aguda indicaría a los arqueros dónde disparar en aquella enorme sombra tras la que se ocultaban. Pero tras esas indicaciones los abandonaría, pues mientras las flechas volaban, un pasillo se abriría entre los guerreros bestiales para dejar paso a Akanke, el zezengorri, y Eloísa debía avanzar.

Dejando a su paso una franja del fuego mágico voraz en el que estaría envuelta, Akanke iluminaría parte del escenario de la batalla y atravesaría las líneas enemigas para colocarse en su retaguardia, seguida de Eloísa y un grupo de camaradas bestiales alados. Los vampiros iban a tener que lidiar con el zezengorri por tierra y con los alados por aire, todo eso a sus espaldas, al lado contrario de las murallas.

Casi sin esperar a que terminaran de colocarse allí, llovería otra tanda de flechas sobre sus cabezas buscando clavarse en los vampiros de la delantera, y mientras, el ejército por tierra comenzaría a cargar contra sus líneas dividiéndose a cada lado del fuego y colocándose en los flancos del enemigo para empujarlos hacia Eloísa y los alados, la bestia que encarna Akanke, y su fuego, el cual se seguirá extendiendo.


Sein no podía hacer más que rezar por que los arqueros y los ballesteros decidieran inteligentemente seguir las directrices de Eloísa. Y rezar por que todo aquello funcionara como, en su cabeza, iba a funcionar. Se dio la vuelta y observó con atención cómo sus camaradas se estaban terminando de organizar para la ofensiva. Había estado tan atento a la palabrería del humano de la guardia que se había perdido la organización que lideraban Eloísa y Ruarc, ayudados de sus guerreros más confiables.

Se avergonzó por no haber contribuido, perdido en una batalla verbal que no había llevado a nada. Entonces, prometió en sus adentros que compensaría esa ausencia. La compensaría con creces. Y, sobre todo, no dejaría de lado a Akanke. Aunque en cuerpo no fuera ella, estaba convencido de que tenía que haber parte de ella en su interior.

- Eloísa. ¿Será buena iluminación con fuego de Akanke?

- Eso esperamos, aunque los flancos estarán mucho más oscuros.

Sein asintió, con remanentes de odio aún en sus ojos. Observó detenidamente al zezengorri, fijándose en cada detalle, en cada movimiento.

- Moa. Es mejor que no vengas conmigo. Deseo luchar junto a ti, pero debes confiar. Luego, lucharemos juntos.

Ella, con gestos de incómoda desaprobación evidentes en su rostro, admitió en sus adentros que su hermano actuaría como siempre: con honor, sabiduría y lealtad.

- ¿Qué planeas hacer?

- Atenta. Confío en ti. Ve a flanco derecho. Te encontraré, por el Tigre Guía.

Sein se apresuró para subir a un pequeño tejadillo con su agilidad felina y empezar a deshacerse de su armadura y todas sus pertenencias. Luego comenzó buscar algo en su pequeña bolsa de cuero mientras se hacía oír para toda su gente.

- Hermanos, creo ver que vienen muchos. Pero, ¿qué van a hacer contra nosotros? - le temblaban ligeramente las manos al rebuscar, pero gritaba intentando igualar el estilo enormemente inspirador de su líder chacal. - Peleamos en tierra y en aire, con armas, garras, colmillos y dos toros de fuego. Parece que ellos son más y son muy peligrosos, ¡pero nosotros somos mejores!

Parecía un leopardo rugiendo, amenazando al cielo con sus fauces abiertas proclamando palabras vencedoras. No se tomó el tiempo para apreciar la reacción de sus camaradas a sus palabras y bajó veloz mientras, cumpliendo su palabra, ingería el líquido de un vial. Dos toros de fuego. Se colocó lo más cerca que pudo aguantar de Akanke y todos comenzaron a notar cómo, poco a poco, al lado del zezengorri comenzaba a nacer otra bestia desde el interior del cuerpo del chamán 3.

- ¡Encendamos su oscuridad! - exclamó. Y al igual que él, su voz se transformaba, y sus palabras sonaban como una amenaza gutural desde el cuerpo de una bestia a medio camino entre un humanoide y un toro rojizo. Otro zezengorri. Los amantes guerreros, no siendo ya personas bestia, sino puras bestias, rascando el suelo con arrojo mientras esperaban las señales de sus líderes para desatar sus más feroces impulsos.

Moa no daba crédito a lo que veía. Su propio hermano se había convertido también en una bestia pura; pura y mágica. Lo había hecho con tal convencimiento que tenía que ser una buena idea, pero lo miraba con un asombro incontenible. Era grotesco, pero su hermano estaba ahí dentro. Se daba cuenta de que así era mientras los bravos vítores llenaban el aire de la noche: los dos zezengorri juntaron sus costados y chocaban sus cuernos despacio mientras rascaban el suelo ansiosos. Ella también grabó esa imagen en su cabeza, maravillada, antes de volver a la realidad.
____________

OFF:

1- Considero oportuno usar el talento de Inspiración de Ruarc.

2- Menciones al talento de Ruarc, Tácticas. La primera mención es simplemente eso, una mención. Pero, la segunda, precede a la explicación de las tácticas que han ideado para el enfrentamiento contra los vampiros y que procedo a representar aquí en un dibujo, esperando hacer que todo se entienda mejor, y no lo contrario jajajaja.
D'Orlind Ûr vs supremacistas, Sacrestic Ville, verano del 1275 (reconstrucción virtual):

3- Uso una Cerveza de mantequilla [Consumible] de mi inventario para convertirme en otro zezengorri (ya la he eliminado de mi lista de tareas, ahora me quedan 2).


Sein Isånd
Experto
Sein Isånd
Cantidad de envíos : : 95
Nivel de PJ : : 0

Volver arriba Ir abajo

El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 Empty Re: El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]

Mensaje  Zelas Hazelmere Mar Nov 12 2024, 17:47

El moreno(?) estaba enlazado en una danza mortal, sus espadas se movían y giraban con una rabia que luchaba por apoderarse de el no-elfo con cada corte que daba, al punto que en cierto momento estuvo a punto de abatir a quien podría ser un potencial aliado, Zelas alcanzo a presionar la runa a tiempo para evitar que la hoja de una de sus Unga Bungas separara la cabeza de Lukas de su cuerpo.

El hombre bestia se había entrometido en su forma de liberar tensiones al embestir a un enemigo que estaba en su rango de corte, pero quizás su intervención era la mejor señal de que debía enfriar su cabeza -Si, algo así- diría el gemelo de Zelas ante el primer comentario, desactivo la runa de la otra espada y ahora que ambas estaban en forma de manoplas, las colgó en su arnés. -Podemos avanzar juntos, solo no te cruces de imprevisto- señalaría mientras volvía a tomar la Banana Breaker que había colgado anteriormente en su arnés(1).

-¿Tú tumbaste a todos esos vampiros?, será mejor que terminemos el trabajo, toma alguna de las espadas de los guardias muertos y sígueme- La enorme tortuga y el espadachín comenzaron a avanzar lado a lado, Zelas ahora con la mente mas tranquila, saco a relucir sus habilidades, un corte equivalía a una muerte mientras avanzaba sin desperdiciar ningún movimiento, lograron acabar la tarea que ambos habían comenzado rápidamente, al tomar un respiro noto como una parte de Sacrestic se quemaba, por otro lado algunas explosiones de luces se manifestaban a la distancia por el camino que iban, explosiones que el no-elfo conocía muy bien.

-Parece que mis amigos están cerca, vamos a encontrarnos con Rauko y con las chicas si cruzamos por ese callejón- Zelas quien al ver tanto desmadre quiso subir a un lugar elevado para ver mejor, encontró un buen lugar en una torre cercana, con una idea en mente activo el dispositivo en su cinturón ahora que sabia como usarlo y se decepciono en gran manera cuando no ocurrió nada, entonces se le ocurrió otra idea -oye grandulón, dame un empujón con tu caparazón para llegar allá arriba- Lukas observo al pelinegro con un poco de confusión, pero luego de unos segundos asintió y le hizo la seña universal con sus pulgares arriba. Zelas apoyo parte de la espada en su hombro y se puso en posición para tomar un poco de carrera antes de saltar.

-Por cierto no creo que Rauko te ataque, pero siempre existe la posibilidad de que alguien mas lo haga, dile a todos que conoces a mi hermano y ya esta... Nos encontraremos del otro lado, ten cuidado y prepárate para pelear- señalaría sonriendo ante la idea, Zelas avanzo con un par de zancadas y salto hacia la caparazón de Lukas y ajusto su cuerpo para aprovechar al máximo el impulso que el hombre bestia le proporcionaba logrando una buena altura la cual complemento con un par de explosiones de éter(2) y se elevo hasta la cima de la estructura, clavando su espada y usándola de apoyo para observar mejor el panorama.

Lo que vio le provoco un escalofrío que hizo que cada vello en su cuerpo se erizara, Zelas no demoro y saco rápidamente la jeringa que tenia amarrada entre sus ropas, fueron 2 movimientos rápidos, uno para sacar la jeringa y el otro para enterrar la inyección en su pierna(3), al momento de guardar la inyección sintió la molestia que le provocaba el liquido mágico en su cuerpo, sin embargo, no se comparaba al odio que sentía por el individuo contra el que sus amigos se encontraban peleando, el maldito Wolfgang Rammsteiner, el único enemigo contra el que nunca había estado lo suficientemente preparado... Hasta ahora.

Opcional:

Zelas saco una galleta y la devoro rápidamente, al igual que el chocolate que había consumido mas temprano esa noche, sentía como el éter recorría su cuerpo(4), luego de haber descubierto las propiedades mágicas del alimento que acababa de consumir, supo que lo utilizaría para este momento, luego de una infinidad de simulaciones en su cabeza, finalmente había llegado el momento de consumar la única estrategia capaz de acabar con alguien así. La ultima vez ellos habían tenido que batallar un sin fin de enemigos y aliados para llegar a el, ahora que no contaba con el apoyo de la Dark Order las cosas no le estaban saliendo del todo bien.

El no-elfo solo tenia una oportunidad y estaba lo suficientemente claro de que el momento adecuado estaba por ocurrir, por lo mismo saco una piedrita mágica y la arrojo hacia donde estaba Wolfgang, entonces en medio de toda la batalla algo ocurrió que se robaría la atención, un cerdo demasiado enérgico para lo gordo que estaba y completamente indiferente a lo que estaba ocurriendo se cruzo entremedio de todos los combatientes, aquella fue su señal.

Zelas se dejo caer, sujetando la empuñadura de su espada y girando de la misma para activar la runa del arma al momento que un estruendoso rugido metálico resonaba en las alturas "VROOOOM!"(5) aquello hizo que las miradas se giraran a ver que rayos venia llegando, pero las miradas no dieron con nada.

Azalie y Eve, quienes no habían despegado su mirada de Wolfgang se sorprendieron al ver como un individuo al que no reconocían aparecía frente al vampiro mágicamente(6). Quienes fueran sensibles al éter podrían ver como un domo traslucido se formaba alrededor del espadachín y el vampiro(7), el primer corte mando a volar un brazo desde la altura del hombro sin la perdida de sangre significativa que eso conllevaría, gracias al efecto de la runa en la espada que quemaba las heridas, Zelas había hecho eso solo para ver el rostro de sorpresa y confusión del vampiro en aquel espacio donde el tiempo le jugaba a su favor, el siguiente golpe fue una leve estocada en la garganta con apenas la punta de su espada, sin comprometer ninguna arteria, ya que después de mucho pensarlo, Zelas se conformaba con arrebatarle su arma mas letal.

La mezcla de emociones que reflejaba el rostro de Wolfgang era diametralmente opuesta al rostro inexpresivo y frio de Zelas quien golpearía al vampiro con la parte sin filo de su espada en las piernas en caso de que quisiera escapar, el domo se resquebrajo y al momento de desaparecer, un sonido como de cristal rompiéndose hizo que el curso del tiempo volviera a fluir de forma natural.

Zelas le dio un puñetazo a Wolfgang antes de agarrarlo del pelo de forma brusca y tirarlo frente a sus amigos, imposibilitado de hablar el vampiro solo emitía sonidos de gorgoteo, quien les hubiera hecho pasar por tantas dificultades y que hubiera provocado tanto daño en sus vidas, ahora se veía patético, sus amigos le observaron confundidos puesto que no sabían quien era, mas no se preocuparon viendo lo que les ofrecía.

Zelas lo pateo, Eve hizo lo propio dándole un fuerte puñetazo en el rostro, Azalie le golpeo con el asta de su lanza, Xana le enterró su lanza en la entrepierna, Rauko e incluso Lukas, todos se encargaron de darle su merecido al vampiro.

El no-elfo se detuvo mientras todos estaban desquitándose con el maldito y le dio una ultima mirada "Patético e insignificante, no tuve la fuerza para proteger a todos los que perdí por tu culpa, pero con esto definitivamente los vengué" Zelas esculpió al piso y comenzó a caminar en otra dirección mientras sus cabellos volvían a recuperar su color habitual, el rubio subiría de nueva cuenta a algún tejado para ver que rayos estaba pasando en ese lugar.

OFF: habilidades y cosas

-Tengo el permiso de todos los usuarios para moverlos a ellos o los npcs mencionados en el post.

Resumen:

Habilidades y cosas usadas:

Inventario Zelas:

Inventario Eve:

Azalie: #ff66ff
Eve: #ffcc00


Última edición por Zelas Hazelmere el Jue Nov 14 2024, 03:23, editado 1 vez (Razón : me comi una S)
Zelas Hazelmere
Moderador/a
Zelas Hazelmere
Cantidad de envíos : : 778
Nivel de PJ : : 6

Volver arriba Ir abajo

El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 Empty Re: El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]

Mensaje  Nousis Indirel Mar Nov 12 2024, 23:18





La terrible muestra de arrogancia del condenado vampiro hirvió la sangre de Nousis. Con una dureza construida a base de un concepto de sí mismo donde ni esas criaturas que los crédulos calificaban como dioses se encontraban en un punto superior a él, sus ojos grises hubiesen destrozado la figura de Drol Stocker de haber sido capaces de algo así.

El secuaz del aristócrata dio un paso al frente, dispuesto a cumplir las órdenes de su señor, cuando la mente del espadachín aún bullía en una cólera que manó desde el desprecio que aquel monstruo se había atrevido a infligirle.

De modo que, reuniendo cada hebra de sus capacidades, focalizó toda su concentración a lo largo de dos tensos segundos en su auténtico oponente antes de perderlo de vista momentáneamente. Y chasqueando los dedos, buscó romper la oscura magia que tales seres tenían la habilidad de utilizar con otros sujetos más débiles.

El choque de acero contra acero pareció anunciar el fracaso del intento del elfo. El engendro no remitió sus acometidas, ajeno a la presunta rotura de su vínculo con su líder. Con una mano en la empuñadura de su hermosa espada y la segunda prestando la fuerza del brazo izquierdo por la parte roma de la misma, detuvo el golpe de la maza enemiga. Con un paso atrás, ambos contendientes se observaron con rapidez, calculando fuerza, puntos débiles y próximos ataques.  

Y Píndaro volvió a la carga.

Enseñando los colmillos antes de intentar destrozarle el hombro, buscó con claridad un ataque que desequilibrase el combate por completo. Un intento adecuado, inteligente, que, de haber acertado, a pesar de las protecciones, le habría causado un impacto capaz de desequilibrarle.

La ira enturbió las facciones del vampiro al esquivar el espadachín del sur el intento, y centrando su mirada un instante en su rival, Nousis sintió como la luz a su alrededor remitía levemente. Toda la calle fue comenzando a distorsionarse, al tiempo que las facciones del nocturno tomaban un rictus que el elfo no alcanzó a definir.

Antes de que todo volviese a la normalidad, y la espada del forastero buscase penetrar el costado de su oponente.

-¡No es posible…!- escuchó mascullar en una perfecta mezcla de rabia y asombro. Su maza detuvo el golpe de la hoja reforjada en Árbol Madre, sin poder evitar que ésta resbalase por el metal hasta provocarle un leve corte en los dedos de la mano.

Irritado, el vampiro tomó un pequeño cuchillo que buscó apuñalar el rostro del Indirel, quien, dando paso al lado, aprovechó la cercanía para golpear con la fuerza que pudo reunir el pómulo izquierdo de su enemigo con el codo.

Maldiciendo, Píndaro se limpió con dos dedos la sangre que manó del interior de la boca. Su semblante mantuvo una fría calma a pesar de todo, y Nou notó como la desesperación lo invadía al perder segundo a segundo el rastro de su auténtica presa.

A su alrededor el caos se había magnificado de forma exponencial. Alaridos dominados por el terror acompañaban a docenas de lugareños esa noche de muerte en unos pasos que intentaban infructuosamente de salvarles. El amanecer por fuerza, se dijo el elfo, tendría que poner fin a la locura iniciada tras el baile.

Pero… ¿cómo llegaría la ciudad a la bienvenida del nuevo día?

La única respuesta que él podía dar al mañana era eliminar a cuantos engendros malditos fuese capaz. La única manera de proteger a los pocos inocentes que habían tenido la lamentable idea de vivir entre monstruos.

Cuchillo largo y maza, las arremetidas del seguidor de Drol resonaron en el aire, sumidas en una gran velocidad, detenidas una y otra vez por la rápida defensa a espada de su rival.

Como una danza cuyos pasos ambos inventaban sobre la marcha, extrañamente acompasados, los sucesivos choques rítmicos alejaban a los viandantes que aún trataban de refugiarse en otras zonas de la urbe.

Y casi sin darse cuenta, del cuerpo, el combate pasó a la mente.

Como una hórrida araña colocando pata a pata lentamente en su cerebro, las palabras del vampiro buscaron inmiscuirse en unos pensamientos donde, para su desgracia, no sólo vivían la frialdad y la seguridad de Nou Indirel. Allí, enterrada en lo profundo de la controlada personalidad del espadachín, residía esa cruel necesidad de violencia, emanada directamente de su propia forma de ser. La rotura de su rigidez, del personaje tallado a base de inteligencia, esfuerzo, entrenamiento y altivez. Un veneno que sólo respondía a la locura del sadismo y los instintos más primitivos.

Encerrada en su jaula de control, Sangwa sintió la presencia del intruso, de esa araña que buscaba violar los entresijos que conducían las acciones de su huésped. Una que no llegó a saber como fue devorada, antes que su creador se llevase las manos a la cabeza, soltando el pequeño filo, y con los ojos cerrados a causa del lacerante dolor, soltase un angustioso grito que sólo un sufrimiento semejante a una imaginaria destrucción del interior del cráneo podía provocar.

Su oponente sacudió su propia testa, libre del influjo, antes de dirigir la mirada al incapacitado vampiro.

-Aurë entuluva- proclamó el hijo de Sandorai antes de degollar a Píndaro.

Había llegado el momento de alcanzar a Drol Stocker.

Sin envainar un segundo en arma, Nou corrió como nunca, sin que el brillante granate, con tantos nocturnos a menos de cincuenta pasos una y otra vez, pudiese ayudarle en modo alguno.

Lo que no esperaba, lo que agradeció durante un instante, fue hallar a su objetivo mucho antes de lo esperado. Y sólo pudo preguntar cómo había ocurrido aquello, antes de una fuerza tremenda levantase su cuerpo de un golpe que sintió profundamente incluso con la presencia de su oscura armadura.

Uno que fue replicado por el muro perimetral de una mansión cercana, haciendo crujir la espalda del elfo.

Sacudiendo la cabeza aturdido, escuchó los pasos del monstruo, quien no tardó en tomarle del rostro, volviendo a tirarle como una prenda inservible a otro lado de la calle. El dolor en la mandíbula fue intenso, y aunque esa segunda vez logró levantarse antes de que el tercer golpe lo alcanzase, comprendió que la fuerza de su enemigo resultaba abrumadora. Necesitaba un plan, y cuanto antes, si no deseaba contarse entre las víctimas de esa guerra por Sacrestic.

-Eres terco para morir- reconoció el aristócrata- Pero tengo otras cosas de las que ocuparme. Vete- enfatizó con un gesto- y no te perseguiré. No eres una prioridad.

-Sigo necesitando respuestas- recordó el aludido, en guardia- Dime como detener cuanto está pasando, cuanto va a ocurrir, y podremos posponer el combate.

Drol no rio ante la impertinencia de su adversario.

El espadachín suspiró, calmando músculo y pensamiento. Dudaba que la fortuna volviera a sonreírle como en el combate anterior. Escapar era demasiado para su orgullo. Por su parte, sólo restaba continuar.

Y sonrió resignado, claudicando ante su propio código personal.





___________________________
Resumen:
Nousis Indirel
Honorable
Nousis Indirel
Cantidad de envíos : : 417
Nivel de PJ : : 4

Volver arriba Ir abajo

El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 Empty Re: El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]

Mensaje  Meraxes Ayer a las 18:23


Por los caminos de Dios y la futura granja (?)

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

Mi paso era cada vez más lento, y todo se detuvo en una horda de pensamiento, uno tras otro me decían lo poco que valía, lo débil que era, incapaz de hacer algo por ayudar y solo empeorarlo todo, era una carga, una muy pesada, era una inútil, por qué debía alguien como yo si quiera existir. ¿Había logrado algo realmente? Todo lo que había hecho hasta ahora no parecía haber traído algo bueno.

Sentía frío, ignoraba lo que sucedía a mi alrededor, el pecho me ardía, mi respiración se aceleraba, comenzaba a dolerme la cabeza por la ráfaga de todo lo que no hice y en todo lo que fallé, todo era oscuridad, nada valía la pena.

Meleis

No parecía haber indicio alguno que ella si quiera supiera quién era él. Estaba alerta y con justa razón, la mirada de ella denotaba locura, aquella letal, aquella que deseaba sangre.

Lastimarla era algo no deseaba, pero el chico, estaba consciente que de no hacer algo, los demás (tal vez no el Sr Bio) podrían estar en peligro.

Por ahora buscaría distraerla, intentar que retrocediera, dejaría como último recurso un combate frontal con garras y dientes. A el vuelo, atento por si debía esquivar algo en la medida que exhalaba su aliento acuático *, un chorro de agua, que esperaba tuviera la presión adecuada para hacerla caer al suelo, retroceder o por lo menos que lo insultara, cualquier opción sería completamente válida.  


Off:


Inventario:


Inventario Meleis:
Meraxes
Honorable
Meraxes
Cantidad de envíos : : 461
Nivel de PJ : : 4

Volver arriba Ir abajo

El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 Empty Re: El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]

Mensaje  Gaegel Ayer a las 19:32

Luego de someter a aquellos sujetos que estaban causando disturbios me recargué en la pared. - La ciudad está siendo todo un caos. - En ese momento Ryra se acercó en los abatidos alborotadores y comenzó a revisarlos. - Oye, perro. - Me llamó Ryra, por lo que me giré hacia ella. - ¿Qué pasa, arpía?

La mujer negó con la cabeza. - Estos tipos no son vampiros. - Al escuchar eso arquee mi ceja. - ¿Qué? No puede ser. - Pues sí es así. No soy ninguna idiota inspeccionando cadáveres. Lo que sea que te dijo Zelas era mentira, estos no son chupasangre. - Negué con la cabeza. - No, no creo que Zelas me haya dado información errada.

Pues debe de haber otra explicación para esto. - Se cruzó de brazos mientras miraba de un lado a otro. Pero de pronto pasó algo que me distrajo por completo de la charla que teníamos la bruja y yo.

De pronto, una pequeña pero sonora estampida de puercos pasó corriendo entre los pies de aquellos creyentes que comenzaron a tambalearse, aunque fue necesario hacer una pausa al final para que tanto Ryra como yo miráramos fijamente a un último puerco, gordo y cansado que avanzaba a su ritmo para alcanzar al resto. - Jaja, que simpático. - Dije con una sonrisa viendo al último puerco.

Luego de aquella interrupción volví mi vista hacia Ryra. - Como te decía, no creo que Zelas esté equivocado. Pero parece que estos tipos son algo a parte a los vampiros enloquecidos que nuestro elfo deudor me avisó. Solo creo que quizá haya personas que estén aprovechando todo este caos para hacer de las suyas.

Tiene sentido. En esta ciudad está pasando prácticamente de todo en este momento. - Asentí ante su comentario mientras miraba al frente, por donde los cerdos se habían ido. - Lo que mejor podemos hacer es tratar de averiguar lo que está pasando. No creo que podamos hacer mucho, pero al menos es mejor que quedarnos aquí. - Cualquier cosa es mejor que quedarse aquí. No quiero ver tu cara de pánico si ves gomejos corriendo. - Al escuchar aquello tuve un escalofrío que recorrió toda mi espalda. - Ruega a los dioses que eso no pase... Sacrestic no resistiría. - Dije mientras comencé a correr junto con la bruja hacia hacia el norte. Tal vez podríamos encontrar algo de información si seguimos la ruta de los puercos.

OFF:

Resumen de acciones: Gaegel y Ryra descubren que no solo hay vampiros enloquecidos, sino que hay personas que aprovecharon el caos para comenzar a hacer disturbios. Luego de presenciar el desfile de puercos, la bruja y el perro querendón siguen el rastro porcino hacia el barrio alto.

Tiro runa a ver que pasa.

Gaegel
Lobo Renegado
Gaegel
Cantidad de envíos : : 327
Nivel de PJ : : 2

Volver arriba Ir abajo

El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 Empty Re: El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]

Mensaje  Tyr Ayer a las 19:32

El miembro 'Gaegel' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses


'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Tyr
Master
Tyr
Cantidad de envíos : : 2223
Nivel de PJ : : 0

Volver arriba Ir abajo

El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 Empty Re: El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]

Mensaje  Bio Ayer a las 19:41

Y de pronto, la turba que nos llevaba cargados dejó de ir a quién sabe dónde y se regresaron a la iglesia que era su lugar seguro, oh pobres ingenuos, ese lugar de seguro tenía poco, porque allí se encontraba… -Es La Pálidaaa- Dijo el perro, y desde luego, se refería a aquella mujer tan terrorífica y espasmódica, y no tengo idea de lo que significa eso último pero ya está escrito y no lo voy a borrar.

El punto es que su presencia era intimidante y tétrica, su figura me hacía temblar las piernas, las nubes chillaban y se alejaban de su presencia, el viento desviaba su rumbo para no acercarse a ella, las piedras temblaban de miedo bajo sus pies, los minutos no pasaban si ella no les daba permiso. No sabía quién era pero estaba seguro que cuando nació, fue ella quien le dio la nalgada al doctor y lo hizo llorar. Parecía ser una máquina de muerte, caos y destrucción sin importar de quién se tratara, hombres, mujeres, niños, ancianos, vampiros, dragones, puercos y lo que se le pusiera en el camino.

Algunos de los feligreses trataron inútilmente de atacarla para defender la iglesia, pero fueron aplastados por la cola de un enorme dragón que entró repentinamente, otros corrieron intentando entrar a resguardarse en la iglesia, o lo que quedaba de ella -¿Ahora a donde van todos?- Pregunté un poco confundido en medio de todo el desastre -¡VAN PAL’ RINCÓN CASI MEADOS!- Reveló mi peludo compañero mientras todo aquello sucedía.

La pálida, el dragón, los fanáticos religiosos, el puerco cansado, aquello era una noche muy loca, y definitivamente alguien debía poner un alto, alguien debía ser la voz de la razón y evitar más muertes, evitar el derramamiento de sangre, y finalmente traer un poco de paz en medio de aquel caos y destrucción que tenía frente a mis ojos. Apreté los puños con firmeza, mirando con tristeza toda la muerte que tenía a mi alrededor, me armé de valor e hice lo que un honorable vampiro debía hacer en casos como estos: me di media vuelta y me fui.

¿No le vas a ayudar a tu amigo el dragón?- Dijo el perro con voz quebrada de preocupación mientras se lamía un testículo -¿Crees que necesite ayuda?- Respondí mientras señalaba como la criatura mandaba a volar a varios feligreses con su cola, sin siquiera notar que los había golpeado -Ven a ayudarnos, vamparicón cobarde- Me gritó alguien desde la multitud, algo que se me quedó dando vueltas en la mente, no era la primera vez que alguien me pedía ayuda, pero sí era la primera en que no sabía cómo ayudar -¿Va pal rincón el cobarde? ¿A qué se refiere?- Le pregunté al perro que me respondió encogiendo sus inexistentes hombros.

Eres uno de nosotros, ayúdanos a defender la iglesia y expulsar el mal de Sacrestic- Me dijeron de entre lo que aún querían pelear -¿Por qué asumes que soy un vampiro?- Pregunté indignado con el dorso de mi mano en la frente y la boca abierta dejando ver mis brillantes colmillos -Bueno, te perdono... Yo ya he trascendido todas esas banales inseguridades y complejos que aquejan a las razas mortales, no me afecta lo que otros digan de mí, porque sé lo que soy, y me siento bien así- [1] Dije manteniendo el tono dramático y un poco de magia de voz para hacer que cada vez, más de estos vampiros eufóricos detuvieran sus acciones para escuchar mis palabras.

Yo solía ser como ustedes, débil y vulnerable a las palabras de otros, pero desde que he conocido al Gran Bebé Barbudo, mi percepción de la vida ha cambiado, sé que si el Bebé Barbudo me acepta como soy, no me importa la opinión de nadie más, somos lo que sabemos que somos, no lo que otros dicen que somos- A este punto ya no sabía si se debía a la magia de voz, o a la presencia del perro, o a las palabras conmovedoras y melodramáticas, pero algunos de aquellos vampiros comenzaban a sentarse a mi alrededor para escucharme atentamente. Desde luego, era una pésima idea en medio de una batalla y varios terminaron pisados por una pata del dragón, pero bueno, pasaron a mejor vida.

Y fue entonces cuando mis propias palabras me hicieron sentir el verdadero terror, el perro me miró sorprendido, yo lo miré de vuelta, llevé ambas manos a mi boca y abrí los ojos como platos, y entonces, el perro dijo lo que jamás habría esperado oír en la vida -¡Te estás convirtiendo en Doromaggio!- Alertó el peludo animal -No…- Dije indignado -No es posible, no puede ser cierto- Continué mientras caía sobre mis rodillas con las manos temblorosas y comenzaba a sudar frío, apreté los puños y con los brazos abiertos alcé la vista al cielo y grité -Nooooooooooooooooooooooooooo- Ante lo cual, algunos de los creyentes que me observaban se miraron unos a otros y repitieron el grito.

El perro me miró con los ojos entrecerrados, sabiendo que ambos estábamos conscientes de una terrible verdad, me estaba convirtiendo en aquello que debía destruir, pero ciertamente las enseñanzas del Bebé Barbudo estaban revestidas de un gran poder de convencimiento para manipular a las masas ignorantes, de cualquier manera, debía tener mucho cuidado al usar esa persuasión o terminaría persuadiéndome a mí mismo, lo mejor sería no usar aquellos argumentos a menos que fuera una emergencia, por si los Nousis.
◄ ○ ○ ○ ○ ♜ ♞ ♝ ♛ [ Ø ₣ ₣ Я Θ Ł ] ♚ ♝ ♞ ♜ ○ ○ ○ ○ ►
[0] Uso varias veces mi habilidad Nivel 1: El que acecha en el umbral para que parezca que mi perro el [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] puede hablar, pero solo es un truco de ventriloquía.
[1] Uso mi habilidad de nivel 6 para que los creyentes me hagan caso y convertirlos al Babyvinismo.
[-] No participo en la pelea de la pálida porque, que miedo.

Inventarios:
Bio
Aerandiano de honor
Bio
Cantidad de envíos : : 2016
Nivel de PJ : : 10

Volver arriba Ir abajo

El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 Empty Re: El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]

Mensaje  Aylizz Wendell Ayer a las 20:55


El tal Moebius avanzaba escasos metros por delante, volviendo la vista atrás cada poco para comprobar el ralentizado avance que llevaba el carro. Qué esperaba, cargado hasta los topes. El acero que había quedado de la herrería, tras equiparse los últimos adheridos a la resistencia, no resultaba de la mejor calidad pero cumpliría con su función de último recurso. Unas cuantas espadas sin filo o desniveladas, que no habían tenido tiempo de ser pulidas. Algunas hachas, de distintos tamaños y para diversos usos, de leñador, de carnicero, de hortelano; melladas y  desgastadas, pendientes de ser reparadas. Un par de lanzas astilladas y una ballesta visiblemente dañada, aunque servible. Pero no sólo eso sumaba peso. Aquel excéntrico personaje había resultado muy persuasivo a la hora de sugerir que sería más provechoso si se deshacían de la mercancía de la que era evidente que ya no podrían sacar provecho, dejando espacio para llevar los abastos que otros tenderos habían aportado a la causa. Eso sumado a la mercancía original que, si bien las telas y ropajes resultaban ser la carga menor, los sacos de sal que dotaban de veracidad a su relatada tapadera sí que no eran pocos.

El vampiro hizo frenar la marcha de su caballo cuando alcanzó la mitad de la avenida, encarando la dirección en la que, hasta entonces, se había levantado la Puerta del Alba. Sin detener por completo el paso del equino, volvió a girarlo en su dirección cuando por fin alcanzaban el cruce principal, sin dejar de controlar lo que todavía ocurría lo bastante lejos como para poder llegar al otro lado sin resistencia, pero que previsiblemente no tardaría en acercarse.

―¡Vamos! ¡A prisa!― gritaba, agitando los brazos.

―Como si eso ayudara. El muy…― masculló Leo, sin dejar de azuzar las riendas del carromato, contenido de comenzar una retahíla de desprecios.

―Yo me esfuerzo por pensar que cuanto más rápido cumplamos, antes podremos alejarnos de aquí.

A la elfa no le pasó inadvertida la mirada inquisitiva de su compañero ante sus vagas palabras, a pesar de que apenas le había prestado atención al dirigirse a él. Desde que la fortuna, buena o mala estaba por determinar, les había puesto a ese maldito en su camino apenas le había quitado el ojo de encima, inquieta por no saber qué esperar de él. Cuántas veces un trato con criaturas de la noche se le había quedado en una triquiñuela, un engaño o una manipulación; y cuántas pocas se había llevado a buen término. Y teniendo en cuenta su situación de clara desventaja, confianza no era, precisamente, lo que aquel ser le provocaba.

―¿Puedo preguntarte por qué has accedido?― preguntó Leo finalmente.

―¿Cómo que porqué?― replicó ella, contrariada ―Mostró una clara intención de degollarte si no lo hacíamos por las buenas.― expuso condescendiente, antes de que los caballos redujesen ligeramente el paso cuando alcanzaron al guía, que arrancó de nuevo la marcha antes de que perdieran el ritmo.

Estando en mitad de la avenida, Aylizz no pudo apartar la mirada del horizonte hasta que los edificios del otro lado se interpusieron, al terminar de cruzarla. Desde allí sólo se alcanzó a ver las llamas, creciendo en los bajos del muro, generando un halo de luz enrojecida que teñía los alrededores y formando columnas de humo que lo abarcaban todo. Pero desde el final de la calle empezaban a percibirse los gritos sumidos en pánico y afinando un poco más la mirada hacia la lejanía, ante sus ojos se dejó adivinar el resultante descontrol. Entonces sintió que una presión se hizo presente en la parte alta de la nariz y sus ojos se humedecieron, con la sensación de tener frente a ella el ojo de un huracán que se le venía encima, imposible de rodear y contra el que sólo aquellos dispuestos, decididos o deseosos de morir se abalanzarían. Por un momento se notó paralizada, incapaz de huir si aquella hubiera sido una opción, viendo en su imaginario cómo acabaría engullida por el caos. Y de aquel momentáneo trance sólo pudo sacarle un estruendo aún mayor, el de un edificio derrumbándose a no muchas calles de allí.

¿Aylizz? la voz de Leo resonó como un eco entre el ruido.

―No quiero morir atrapada en esta ciudad, ¡maldita sea!― sentenció tras el sobresalto, notablemente agitada.

—Eh, oye, ¡eh!— el joven soltó las riendas un momento y le agarró la cara con firmeza, aunque sin fuerza, obligándola a mirarlo. —Eso no pasará. ¿De acuerdo? No pasará.— repitió, esperando algún tipo de respuesta afirmativa.

La elfa recuperó la respiración que, por un momento, le pareció haber perdido y finalmente asintió, dándole a entender con un gesto que podía volver a mirarla como si no acabara de perder la cabeza.

—¡Fantástico!— se hizo notar de nuevo el afilador por delante de ellos, revelándose como espectador del momento —¡Y ahora, si habéis terminado de lloriquear, aparcad aquí el jodido carro!

»¿Quién va?

Cuando por fin doblaron la esquina, el asombro en el rostro de su compañero al contemplar la figura del bipedo lican que recibía al cabecilla de la caravana. Podría dar cabida a pensar que se trataba de un vestigio bestial, pero los sentidos de Leo y su reacción confirmaron lo evidente.

—Soy consciente de que hay muchos licántropos dispersos por el continente, más allá de Ulmer…— comentó en un murmullo, haciendo un rápido repaso mental por cuantos había conocido, dedicándole especial recuerdo a Lobo. —...pero no esperaba encontrarlos aquí precisamente.

—Yo… Yo tampoco.— el joven guardó silencio un momento en el que lo notó respirar algo más fuerte y fruncir el ceño —Al parecer, no podemos hacer otra cosa. No por ahora.— puntualizó, entrecerrando los ojos, como escudriñando a todo aquel que se acercaba hasta el carro para descargar.

Le dedicó una mirada interrogativa, cuestionando que aquello fuera todo cuanto tenía que decir. Por lo que había podido conocer de él, su mente destacaba por no dejar de maquinar. Y cuando cabía alguna posibilidad de hacer algo, en cualquier circunstancia, no resultaba comedido en sus exposiciones precisamente. Aún así, no insistió y aceptó su silencio. En parte porque, en el momento en que uno de los desconocidos salidos de la barricada se acercó a ellos directamente, notó el colgante reaccionar. Con un sutil codazo puso en alerta a Leo, e hizo un esfuerzo por no parecer inquieta. Entonces el vampiro de melena rubia comenzó a hablar y por un momento sus palabras le dejaron desencajada. Mentiría si dijera que no habría esperado, al menos, unas palabras de agradecimiento por haber recorrido barriada y media para llegar hasta allí, pero en absoluto hubiera considerado que además se diera un ofrecimiento como aquel. Ante el que no pudo evitar preguntarse ¿a cambio de qué? Habló de una líder, de la gente que allí había como si de un grupo aislado se tratara y de una zona. La ciudad se encontraba dividida y no sólo en dos bandos. O a esa conclusión llegó al conectar sus palabras con lo presenciado desde que salieron de la posada.

—Lo tendré en cuenta.— se limitó a responder, antes de mirar de soslayo a Leo, por encima del hombro. —Si me disculpas, echaré una mano a vaciar nuestro único medio para volver a casa.— se excusó comedida, poniéndose en pie y dando por cerrada la conversación.

Antes de bajar del carro, se aseguró de acomodar bien su bolsa de viaje, cruzada a la espalda. Como si fuera sensato dejarla por ahí en un momento como aquel. Comprobó así mismo la daga amarrada al cinturón y los cuchillos ocultos en sus fundas bajo la capa. El joven lobo volvió la mirada hacia ella, apartándola un momento de aquel que sobresalía por encima del resto y dirigía la distribución del cargamento, dedicándole un barrido de arriba a abajo. Terminó por asentir, resignado, indicando haber comprendido sus intenciones, poniéndose en pie y acomodando sus ropas antes de bajar del carromato de un salto. No se dirigió a la parte trasera, como habría cabido esperar. Por alguna razón que la elfa desconocía, optó por caminar hasta la linde de las barricadas y detenerse, echado a un lado, para observar y analizar. Asumió entonces que no podía seguir intentando adivinar sus pensamientos, resultando evidente que se habían revuelto desde el inesperado encuentro con el lican, y tampoco esperar a que se decidiera por anunciarle un repentino cambio de planes. Decidida a confrontarlo, finalmente bajó del carro y se acercó también hasta las defensas.

Entonces, entre todo el vaivén de gente corriendo de allá para acá, cargando material, dando voces y cruzándose de un lado a otro, escuchó su nombre pronunciado por una voz familiar. Volviéndose abruptamente y tratando de localizar el origen con la mirada, dudó por un momento si habría ocurrido en su cabeza, como alguna forma de sugestión. ¿Quién demonios iba a conocerla allí? Se detuvo en su búsqueda visual cuando percibió una energía igualmente conocida ante ella, entre tanto trajín. Ligeramente boquiabierta ante la inesperada aparición tardó un momento en responder.

—S-Si.— admitió todavía desconcertada. —Elian, pero qué…— miró un momento alrededor, sin saber muy bien qué buscar, antes de volver a él. —¿Qué haces aquí? No, espera,— se interrumpió a sí misma antes de que el elfo pudiera responder —¿hay más de los nuestros aquí?— de repente, un temor arrollador le invadió por entero durante el segundo que tardó en recibir la respuesta.

—No, que yo sepa. Yo solo vine de visita y me encontré esto. ¿Cómo has acabado tú aquí?

—Un alto en el camino, en un viaje de vuelta al este.— explicó en pocas palabras tras respirar más aliviada. Buscó con la mirada un momento a Leo, para comprobar que se mantenía cerca. —No a elección mía, pero ha sido inevitable.

—Un ataque de momento equivocado en el lugar equivocado ¿eh? Bueno, tampoco hay que ponerse dramáticos. Sobrevivimos a Nytt Hus, ¿no? Aquí no tenemos Ancianos, pero las barreras de Corlys son sólidas. Algo se nos ocurrirá.

—Yo no lo habría dicho mejor.— admitió resignada, dejando escapar una risilla entre dientes. Pese a que casi todos sus encuentros habían tenido lugar en medio de una vorágine de circunstancias, una vez más se sintió arropada con la calma que siempre le había transmitido su carácter. —Nuestra intención es salir de aquí en cuanto sea posible. Vengo acompañada.— señaló a Leo al utilizar el plural, que terminaba de apilar los últimos sacos de sal. —Pero hasta que eso pase...— entonces llevó la mirada a los edificios aledaños, examinando los tejados y sus distintas alturas. Finalmente resopló. —Si en los alrededores se extienden los problemas, no tardarán en confluir aquí. No basta con estar prevenidos. Puedo subir con Leo a esos tejados, vigilaremos y daremos la voz de alarma en tal caso. Sabiendo lo que viene y por dónde, esta gente podrá anticiparse.

—Ah, una mujer proactiva. Me encanta.— expuso, ensanchando la sonrisa.

—Yo diría que sólo una mujer que quiere seguir viva al final de la noche. Pero sí, eso también está bien.— replicó en tono jocoso, aunque pudo notar cómo sus mejillas se hincharon y llenaron de rubor.

—Creo que nos vendrá bien toda la ayuda que podamos reunir, gracias.

—Te incluyes con ellos…— puntualizó al escuchar aquel nos, algo más taciturna. —Procura salir bien parado entonces. ¡Te estaré vigilando desde ahí arriba!— añadió en tono de advertencia mientras se alejaba.

Valiéndose de sus botas, a la elfa no le fue difícil llegar hasta lo alto del edificio más sobresaliente de entre los que bordeaban las barricadas. Leo la siguió, haciendo uso del gancho de escalada y los distintos salientes de la pared. Una vez arriba pudieron hacerse una mejor idea de dónde estaban y poniendo su mirada en el este, lo más cercano, pudieron contemplar con toda claridad la envergadura que había tomado el ataque a la Puerta y la oleada de gente corriendo, huyendo de la extensión de las llamas. Entonces hizo suyas las palabras de su compañero. Por el momento sólo podían esperar.
______________________________________________________________
Por si eres de esas personas que bajan hasta el spoiler buscando el resumen y te quieres ahorrar este dramaylizz, te valdrá con saber que en todo este testamento, lo único que avanza es que después de descargar el carro, Aylizz y Leo se suben a un tejado a... Llámalo vigilar, llámalo tomar distancia por si lo que surja.

Ah! Y por si las dudas, si, los diálogos con Elian están pactados.


inventario:
Aylizz Wendell
Moderador/a
Aylizz Wendell
Cantidad de envíos : : 585
Nivel de PJ : : 2

Volver arriba Ir abajo

El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 Empty Re: El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]

Mensaje  Akanke Ayer a las 21:03

Ella comprendía bastante bien, quizás mejor que la mayoría, la importancia de fortalecer la comunidad racial y defenderse de las invasiones y opresiones. Tal como los Hombres Bestia, solamente un vampiro entiende a otro vampiro: sus luchas, los prejuicios que tienen que vivir, la discriminación, sus necesidades, su estilo de vida y todas las adversidades que deben sobrellevar. Es justo que puedan autogobernarse. Lo que no es justo que de pasar a oprimidos, se conviertan en opresores. Que busquen imponer su soberanía sobre los demás. No serían mejor que los que estaban allí ahora dominándolos.

Akanke empujaba la puerta, furiosa. La echaría abajo como diera lugar y entraría a esa maldita ciudad para encontrar a Oneca y acabar definitivamente con aquella absurda confrontación entre vampiros. O por lo menos acabar con sus planes. No era tan ilusa de creer que sería ella la pieza clave en desbaratar aquel conflicto, ni que entraría a las carreras para encontrar a la líder del bando contrario esperándola para una batalla cuerpo a cuerpo. Eso sí, lo primero que tenían que hacer era entrar.

Así que se concentraba en destruir la puerta. Estando en ello, no se daba cuenta de los hombres bestia que comenzaron a rodearla, defendiéndola de los ataques que recibía por parte de los soldados de La Guardia. Uno pensaría que aquellos soldados aceptarían parlamentar con el numeroso grupo de bestiales que había llegado a apoyarlos, pero claramente, la razón, la lógica y el sentido común parecía haberse escapado de la escena.

O tal vez no. Tal vez lo lógico sería que los bandos de vampiros primero se unieran para erradicar a los invasores y luego se preocuparan de sus movidas políticas. Pero no sería ella, mucho menos en medio de un ataque de furia, la que echaría cabeza a todo aquello.

Solamente el golpe que sintió en su costado la desconcentró de su misión. Y los horribles gritos. Aquella escena no se borraría de la mente de Akanke fácilmente. Uno de los Ro'lisim que la resguardaba, cayó sobre ella, empujado por uno de los soldados, prendiéndose en fuego por completo; con una rapidez antinatural, las llamas consumieron su cuerpo, convirtiéndolo en una antorcha.

Akanke bramó fuerte, un grito que salió desde lo más hondo de su ser. Entró en pánico y desesperación. Si ya estaba llena de ira, ver a su amigo carbonizarse por el fuego que despedía su cuerpo, la cegó por completo. Comenzó a ver borroso y con un tinte rojo, pero identificó al soldado que había empujado a su amigo y se fue sobre él, olvidando la puerta que ahora caía a pedazos.

Solo el lejano sonido de la voz de Sein logró sacarla de aquel trance. -¡Akanke! ¡Estoy aquí! ¡Estoy bien! ¡Para!- le gritaba. Despabiló y alzó la cabeza, buscándolo por encima de las llamas. Ella, en su odio, había corrido y embestido al soldado que mató a su amigo, y sobre todos aquellos que tenía a la vista, llevándose por delante cualquier construcción, esparciendo su fuego mágico por toda la base del muro, que ahora se veía envuelto en llamas imposibles de apagar.

Se alejó un poco del muro y de los soldados, pues Sein hacía aspavientos, llamándola. Algo ocurría y entrar en la ciudad no era la prioridad. El sonido del cuerno fue lo que terminó de convencerla de ir hacia donde él le señalaba. Preparaban una ofensiva y ella sería la punta de lanza contra la amenaza que emergía del bosque. Pero no iría sola

Ubicada en su lugar, solo pudo observar maravillada como Sein también se transformaba en un zezengorri y corría bramando hacia ella. Lo recibió corcovando de alegría, rascando el suelo con sus pezuñas y emitiendo sonidos de felicidad. Chocaron sus frentes suavemente y el fuego de los amantes guerreros fulguró con fuerza.

Akanke
Sacerdotisa del Templo de los Monos
Akanke
Cantidad de envíos : : 208
Nivel de PJ : : 1

Volver arriba Ir abajo

El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 Empty Re: El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]

Mensaje  Caoimhe Ayer a las 22:39


Jacobo sonrió ante la asistencia de manera paulatina de aquellos que habían alcanzado a oir sus palabras. Las calles de Sacrestic parecían encenderse con sus pisadas y tras él, la lucha de muchos años estancada no podía llevar otro nombre que no fuese el de la sangre de su redentor.

Por supuesto no había encontrado resistencia. No la esperaba tal y como habían dispuesto desde hacía varias semanas, al fin y al cabo,él y sus feligreses habían luchado de manera fervorosa en los últimos meses por el derecho de su religión entre aquellos estipulados en las  nuevas normas humanas. Era normal, por lo tanto que el párroco atendiese a enfermos en las calles centrales,  ayudase con dinero a aquellos que pedían e incluso se acercase al cuartel de la guardia a escuchar las inquietudes de aquellos soldados lejos de sus casas.

Aquello le dio cierto conocimiento sobre las rutinas de los humanos. El párroco se había llevado la mitad de su vida siendo uno de ellos y aún hoy mantenía retazos de ideas que había compartido quizás en otra época. La empatía llevaba siendo su arma de elección bastantes años en aquella cruzada contra los impíos, en aquella situación y por primera vez, le sirvió de camuflaje para planear sus actos.

No era común, sin embargo, que el párroco trajese consigo un séquito tras de si. Las figuras se amontonaban en varias filas de manera ordenada: No había pánico en sus caras, y los vampiros con más experiencia se habían cubierto las caras de manera parcial consus capas, ocultando buena parte de la sangre que recorría sus ropajes a medida que más y más conversos se les unían.

Sin embargo, la voz apaciguadora del hombre tan solo hacía que la sorpresa inicial de la visión de sus acciones fuese simplemente transportada por otros pensamientos menos rocambolescos en los que su voz era la verdad y cualquiera que la oyese necesitaba alimentarse de ella. Nutrirse de sus palabras. Unirse a ellas.

Jacobo había esperado pacientemente a aquel día. La población de Sacrestic estaba presa del hambre y el solo cumplía el deber moral que se le había asignado en su rubro. Tras él, Vrykolakas y sus hombres se aseguraban que aquellos que se resistían a la sangre del Dios creador al menos usasen su sangre para alimentar a aquellos que si lo habían hecho, creando así un sistema casi perfecto en el que los vampiros recién convertidos, hombres y mujeres de la guardia,se embriagaban de manera inmediata con la ponzoña que era alimentarse de sangre humana... y quedasen así atados a la sed de conseguir más.

Vitto Vrykolakas había sacado alguna que otra tajada de aquello y el hombre, como el resto de los aristócratas que aún continuaban en aquella procesión se relamía los labios con cada bocado, dejándo tras de si un reguero de cuerpos secos de sangre y a su lado nuevos conversos que , aún algo confundidos, eran fácilmente sugestionables. O fácilmente reemplazables si daban muchos problemas.

-PROTÉGENOS SEÑOR CON TU SANGREEE, PROTÉGENOS SEÑOR CON TU SAAAAANGREE Y DÉJAME VIVIR UNA NUEVA VIDA AQUÍ EN MI CORAZÓN, SEÑOR


Cuantos más se unían a los salmos que  Jacobo pronunciaba más efectivo era el efecto de aquel trance en el que entraba cualquiera que lo escuchase y que le obligaba a acercarse de manera dócil y sin lucha.  A pesar de ello, tras de si, sus compatriotas se aseguraban que aquellos que intentaban no escuchar por medios poco naturales como taparse las orejas o cualquier otro motivo, acabasen encontrando la fiereza de sus colmillos o pereciendo bajo sus espadas.

Cuando era requerido, él mismo vertía su sangre en la boca de aquellos soldados que como último acto antes de morir le imploraban que los convirtiese. El pecho hinchado en el vampiro por entender que él también estaba salvando esa ciudad, gota a gota.

------

El elfo parecía lo suficientemente interesado en las palabras del hombre tigre como para sucumbir a los encantos de la mentira en sus palabras. El problema mismo de aquella interacción, sin embargo, venía por parte de la figura que apareció para ayudarlos. El tal Mellado tenía la expresión de alguien con prisa para un objetivo, pero los pasos que Hugo dio de manera distraída de manera sutil dentro de las defensas organizadas de aquellas personas, le indicó que lejos de estar protegiendo la parte central de la ciudad, aquellos hombres estaban construyendo defensas para defender a la población no participante en la batalla de la zona.

Aquello por supuesto cambió su objetivo.

El hombre tigre aprovechó el jaleo ocasionado por un derrumbamiento no muy lejano para escabullirse de aquel lugar y alcanzar a Asier con la nueva información. Ambos  se aventuraron pues al objetivo principal del cuartel de la guardia, aprovechando la oscuridad de la noche para camuflarse entre las callejuelas. El silencio abrupto los hizo cautos. Aquí y allá Asier indicaba  a sus hombres donde posicionarse para evitar ser vistos y antes de llegar al objetivo principal el sonido de pasos tras ellos los puso en alerta.  Las figuras se hicieron uno con la oscuridad usando sus poderes vampíricos y limpiando la calle de su presencia.

Los dueños de aquellos pasos no tardaron en aparecer de manera estruendosa.

-....y yo ya estoy cansado de ser ninguneado por personas que ni siquiera portan la armadura de la guardia. ¿Acaso he perdido el tiempo para obedecer a desconocidos?- decía uno de los cabecillas, caminando a paso ligero, demasiado preocupado por la conversación como para fijarse en nada más.

-A mi lo que me molesta es que cuando ya estabamos asentados en la puerta nos manden al cuartel... estamos perdiendo el tiempo. Ni siquiera hemos recibido la voz de alarma de los hombres de Akimara.  Yo tan solo quiero irme a dormir y despertar mañana... ¿No es cuando nos pagan el jornal? Te juro que este estrés no tiene precio... y te digo yo a ti que esos imbéciles con colmillos al final son mucho ruido y pocas nueces...

Se hizo un silencio momentáneo en el que ambos hombres se miraron de manera significativa. Los pasos tras ellos parecían haberse  hecho menos ruidosos. Tras confirmar que había hombres tras ellos instaron a los demás a avanzar.

-... Vamos, gandules... no se os ha dotado con una espada tan solo de adorno...  Sacrestic lleva demasiado tiempo dormida y ahora os toca defenderla- apremió el primero y después se dirigió a su acompañante en un susurro- Lo que no entiendo es como el rey no los ha exiliado a todos... las sabandijas cuanto más lejos mejor. Total... ¿Qué les queda aquí? ¿alguna que otra casa? ¿Ese barrio tétrico y amurallado? Meh... te digo yo que después de esta guerra la cosa cambia. Yo ya me veo en una mansión del barrio alto. Viviendo la vida y sin pegar un palo.

-¿Pero como así?- dijo el otro guardia algo confundido pues estaba seguro que había oido sonidos tras ellos pero demasiado distraido para percatarse de lo que pasaba en realidad.

-Pues ¿Que va a ser Agapito? Necesitarán personas para repoblar la ciudad ¿No? o tu te crees que después del destrozo estos vuelven a sus túneles... los quemaba a todos yo. Y me quedaba con sus casas. Y sus dineros... y bueno, alguna que otra vampiresa caía... Vi una hace unos días con unos ojos asi raros...tu sabes, por probar cosas nue.....

El sonido grave de la voz de aquel hombre quedó enmudecido de pronto por las hojas de las garras de Hugo, ya manchadas de sangre por los cuerpos de los soldados de aquel pelotón. Asier y sus hombres habían estado deshaciéndose de ellos uno a uno de manera sigilosa  y paulatina aprovechando las sombras y el foco de los mismos hasta que tan solo los dos cabecillas quedaban en la carrera hasta el cuartel de la guardia.  El hombre tigre escupió en la cara de aquel soldado ya muerto, mientras recordaba las palabras que le dirigía a su acompañante imaginando a quién pertenecían aquellos ojos dispares de los que hablaba.

Los cuerpos de ambos hombres cayeron al suelo con un sonido sordo, como lo habían hecho el del resto en un reguero de cadáveres hasta aproximarse al cuartel, ahora frente a ellos. Acabando así con el pelotón escindido de la guardia que aún vigilaba la puerta del alba, antes incluso de que ninguno de ellos llegase a su objetivo.


-Un trabajo limpio- dijo Asier apremiando al hombre tigre

-No... estoy seguro de que podamos decir lo mismo de esto- dijo Hugo.

La visión caótica frente a ellos, sin embargo, no los impresionó y con una sonrisa que era el presagio de una vorágine de lo que había estado esperando durante meses, Asier apremió a sus hombres.

-Compañeros... Óneca nos prometió sangre fresca... Espero que no dejéis una gota-



La caída del cuartel de la guardia era inminente y el edificio, ahora a oscuras tan solo albergaba ya aquellos lo suficientemente cobardes o necios como para esperar el inminente saqueo de los hombres de Asier quieres se habían comenzado a ocupar de incendiar también pequeñas zonas del establecimiento, forzándolos a salir.

El rugido a coro de los hombres de Asier se unió a la carnicería pausada de la cofradía de Jacobo, esta vez desde la retaguardia del cuartel, atrapando así a aquellos soldados que de manera poco exitosa intentaba escapar la voz del párroco y las acciones de los que los seguían y buscaban escapatoria imposible. Los ojos muy abiertos ante la sorpresa de este ataque por ambas partes de aquellos que se topaban con la violencia de los hombres de Asier ahondaba en el deseo frustrado de los mismos, preguntándose si quizás la posibilidad de conversión de Jacobo hubiese sido una mejor idea al fin y al cabo.  Y eso era todo lo que quedaba en sus rostros antes de morir. [/color]


-----


Ve al grano, Óneca, hay gente muriendo mientras hablamos. ¿Para qué me has llamado? La voz de Amanda fue en un principio el único indicativo de que la mujer había decidido acceder a la sala.

Las paredes de aquella estancia habían visto mejores tiempos. El musgo hacía tiempo que se había apoderado de buena parte de la piedra ahora humedecida por el efecto de la intemperie, y aún así, la solemnidad de aquel edificio guardaba cierta imponencia entre sus paredes.

Amanda tomó asiento tras aquella pregunta, revelando su rostro al fin ante la única vela en la mesa rudimentaria y las do sillas, único mobiliario en la sala.  Frente a ella, Òneca llevaba un rato moldeando la silla en la que se encontraba sentada. Los rostros de ambas mujeres ocultaban cansancio más allá de la máscara de odio en al que ambas se refugiaban.

-¿Recuerdas la última vez que ambas estuvimos en esta sala?- dijo Óneca, tras un silencio que pretendió ser conciliador. Amanda apartó la vista de manera desinteresada por unos segundos. - Por supuesto las paredes estaban más engalonadas. Casi puedo ver las miradas juiciosas de aquellos que en su mayoría habitaban la estancia.... Recuerdas, amiga mia.. ¿O es que ya los has olvidado?

Amanda dio un pequeño golpe en la mesa de madera de manera aparentemente molesta. Caoimhe aprovechó para analizar a la figura que la acompañaba. Woodpecker no parecía muy contenta de estar en aquel lugar y sin duda alguna había trazado en su cabeza un plan de escape. Cualquiera que pensase que aquello no era una trampa podría ser coronado como el más ingenuo de Sacrestic. Caoimhe aprovechó la incomodidad de la mujer al encontrarse con sus ojos para lanzar de manera disimulada dos de sus  pequeñas garras en su guantelete[1] Woodpecker se llevó la mano al cuello buscando al insecto producto de aquel picotazo. Mientras Amanda, tomo el pequeño reguero de sangre que de pronto apareció entre sus dedos índice y corazón como producto de sus aspavientos.  El rojo intenso tampoco pasó desapercibido a Óneca, quien sonrió de manera autosuficiente.

-Por supuesto que no lo has olvidado.- dijo Óneca.- Algunos aún lo recuerdan como el juicio más desdeñoso de Sacrestic- continuó.- Todos esos hombres... cuestionando a una mujer indefensa sobre la inesperada muerte de su recién difunto esposo- dijo y sacudió la cabeza. Amanda la miró con ojos peligrosos. Caoimhe entendió aquella mirada como un primer aviso, pero ella debió no haberla visto, pues su discurso continuó- Recuérdame, sin embargo, Amanda... ¿No fueron esos mismos humanos los que pidieron tu muerte inmediata a pesar de no haber tenido pruebas de las causas de tu señor Conde? Espera... No. También había hombres bestia entre ellos.  Al menos cuatro.. si. Mmmm curioso- dijo Óneca cruzando sus manos- No vi a un solo vampiro cuestionar la veracidad de tus palabras. Ni uno solo de los integrantes de las 12 casas cuestionó si debía o no ser tuyo aquello que antes había tenido tu Conde...  Cuando estabas posiblemente en tu momento... más vulnerable, tan solo aquellos que comparten tu sangre decidieron apoyarte.

Amanda relajó un poco su expresión a pesar de las palabras de la mujer, recordando el juicio tras la muerte de su primer marido. Recordó la incertidumbre de verse rodeadas de personas que no la conocían y notaba el mismo juicio de valor en aquellos ojos que en su día casi la dejan sin nada de lo que hoy tenía.

-También fueron vampiros aquellos que me convirtieron por la fuerza- dijo Amanda, Woodpecker buscó su mirada pero la vampiresa estaba sumida en la rabia del momento.

-Curioso ¿Cierto? Imagino que aún son retazos de brujos maldecir a la mano que te da de comer- añadió Óneca acallando la inminente queja de Amanda para continuar hablando- Caoimhe, imagino que es hora de que te presente. Esta es Amanda. Lider de los vampiros que han decidido abandonar a los suyos y aliarse con aquellos que les dan la espalda- añadió Óneca.

Amanda le dirigió una leve mirada a Caoimhe con la habitual pausa en sus ojos.

-Óneca me estas haciendo perder el tiempo de una manera...

-Verás, Amanda. Caoimhe y tú tenéis mucho en común, ¿Sabes? Su madre también era bruja. Tampoco ella eligió convertirse a nuestra raza. Aunque a ella digamos.. le atormentan más demonios de los que tú te has cruzado en tu camino como vampiresa, la chica ha encontrado una razón para... apoyar la causa. Cao... ¿Por qué no le cuentas a Amanda tus motivos?

Caoimhe comenzó a entender el motivo inicial por el que Óneca la había llevado a aquel lugar. La vampiresa no se sentía cómoda expresando sus convicciones frente a tres desconocidas. Mucho menos de manera tan abierta. Pero notó la presión sobre sus hombros.

-Necesitamos existir- dijo Caoimhe.

Woodpecker emitió una risotada estruendosa como si aquello hubiese sido algo estúpido. Caoimhe sintió la inmensa necesidad de hacerle daño pero apartó su atención y continuó.

-Lo que nos ha pasado a... bueno a ambas. No podemos hacer nada para cambiarlo. Nadie puede cambiar la naturaleza del.. caos que lleva consigo la maldición vampira. Aceptarla de manera libre es una decisión personal, pero más allá de lo que hagamos con ello que nos atormenta, como decidamos vivir nuestro... caos- dijo- existimos. No somos raza de segunda categoria. Ni despojos de aquello que fuimos un día- añadió quizás más para ella misma que para el resto, algo sorprendida- Y como tal, necesitamos un lugar donde ser. Donde existir. Donde nos sintamos cómodos haciendo aquello que hemos decidido aceptar de nuestra naturaleza.

Amanda permaneció en silencio durante unos segundos. Aquello le dio fuerzas a Caoimhe para continuar.

-Mira a tu alrededor. El yugo humano ha mermado una ciudad que era rica en esencia, cultura y efervescente en comercio y progreso. Las tasas extras que los vampiros pagamos tan solo por existir en nuestro propio mundo llenan las arcas de Lunargenta, mientras en nuestras calles, los nuestros tienen que  esconder aquello que son o limitarlo a insulsas reglas que nunca fueron para ellos. 'Tan solo esta permitido alimentarse entre las 2-4' 'Todo aquel que se vea envuelto en intercambios en el mercado de la sangre será penado con un día en el calabozo' ' Los artesanos vampiros tendrán que donar 1/3 de sus ganancias a la guardia'  

Caoimhe intentó enumerar las reglas más estrictas impuestas cada vez de manera más asidua en la ciudad.

-Es desesperante. Y tú misma has visto como la ciudad ha perdido su esplendor en los últimos años.Mis propios negocios se han visto afectados por el mero hecho de que... bueno. Por una decisión que yo no tomé.

-Nadie os quita la razón en eso. Nosotros también buscamos que la guardia aband...

-El problema no es la guardia- dijo Caoimhe de manera seria- El problema es cualquier raza que se crea con la prepotencia de sentirnos pena. Cualquiera que alcance esta ciudad pensando que  luchando van a hacer la buena acción del día. Sacrestic es por y para los vampiros. En la paz y en la guerra.- dijo Caoimhe.

Amanda inspiró de manera profunda pensando en sus siguientes palabras, pero Óneca se le adelantó.


-Te hemos traído aquí porque cualquier derramamiento de la sangre de Habhak es una pérdida para nuestra especie.  Creo que ambas podemos estar de acuerdo con eso. Y teniendo en cuenta que esta es nuestra ciudad, creo que debe ser de ambas la obligación de retomarla, y una vez hecho eso, tan solo decisión de vampiros como organizarla, liderarla y controlarla.

Òneca hizo una pausa.

-La alternativa, por supuesto es continuar con esta carnicería. Cometer los mismos errores que hicimos hace años con Lunargenta. Enfrentar a hermanos contra hermanos y dejar que venga ajeno a este conflicto aproveche la debilidad de ambas partes débiles en una guerra longeva y... tome de nuevo Sacrestic.  Creo que de nuevo, ambas podemos estar de acuerdo que no es eso lo que queremos para nuestro futuro.

Caoimhe dejó sobre la mesa un pequeño pergamino. En el rezaban varios puntos generales  que trazaban una alianza entre ambas partes enfatizando la necesidad de que el control de la ciudad, sus cabecillas, dirigentes y figuras más importantes fuesen de raza vampira.   La chica tambié puso sobre la mesa un tarro de cristal de boca amplia y un pequeño cuchillo.

Óneca observó a Amanda durante varios minutos en silencio y de una manera casi mecánica, la mujer posó la hoja de metal sobre la parte interna de su muñeca. Acercó la mano sobre el tarro de cristal para que el contenido cayese dentro del mismo. Esperando que si Amanda aceptaba, ella también sellaría aquel trato con los símbolos ancestrales vampiros que implicaba un pacto de sangre.


[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

----OFF:


[1] Uso mi guantelete (Caerus) para obtener sangre de Ambas Amanda y Woodpecker y la guardo en un tarrito (?) Nunca sabes cuando te va a hacer falta

Hago referencia a una tradición vampira [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]


Resumen:



Inventario:
Caoimhe
Honorable
Caoimhe
Cantidad de envíos : : 262
Nivel de PJ : : 2

Volver arriba Ir abajo

El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 Empty Re: El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]

Mensaje  Lukas Ayer a las 23:41

El Vampiro ContraatacaEvento Sacrestic
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

La gran tortuga azul sintió a la Muerte respirándole en la nuca cuando la espada del moreno se detuvo a solo unos centímetros de su cabeza, podía tener la piel dura, pero Lukas reconocía una espada de gran filo y calibre cuando la veía y el chico de los negros cabellos no tenía una simple espada ordinaria, sino que una señora espada de gran poder. Ambos llegaron a un entendimiento cuando el chico le indico la gran calle, estaba llena de enemigos, posiblemente los vampiros supremacistas de los que Cohen le había hablado.

-Vamos a darle, igual como los vampiros que vencí antes – dijo Lukas dando una patada al piso mientras escuchaba como su compañero le recomendaba tomar una espada, eso le saco una carcajada. –Yo peleo a mano limpia, no necesito accesorios para destruir – dijo corriendo a gran velocidad y mandando a volar a uno de los vampiros como si no fuera nada.


[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]


- ¿Ves lo que te digo? Cuando quiero puedo ser letal – dijo y simplemente avanzo corriendo junto a su compañero quien blandía su espada con gracia, determinación y gran letalidad, por su parte la tortuga aplastaba cráneos como si se tratara de simples hojitas, golpeaba fuertemente sin ningún tipo de piedad o consideración, después de todo estos eran los enemigos de Cohen, por ende, sus enemigos.

Al llegar al final de la calzada su aliado le comento que sus amigos estaban cerca, lo que hizo sonreír a Lukas. –Mientras más seamos para enfrentar la amenaza mejor, después podemos ir a buscar a mi amigo Cohen, él también está de nuestro lado – dijo observando como su nuevo compañero miraba los tejados y le pedía un empujón, al otro lado de esa calle se escuchaban sonidos de pelea y se veía que su nuevo amigo estaba ansioso por unirse a esta. Lukas levanto sus pulgares y se agacho un poco, esperando a que el pelinegro tomara carrera, cuando lo hizo y salto Lukas también salto para darle el empujón que necesitaba. –Te veré del otro lado – dijo corriendo por la calle para dar la vuelta, cortando camino por un callejón donde encontró un vampiro grande y gordo tomando sangre del cuello de una jovencita, sus ojos azules y sin vida parecían mirar a la tortuga quien decidió que la vengaría.

-Pagaras por lo que hiciste miserable – dijo avanzando con determinación y peleando con el vampiro, este golpeaba fuertemente, pero la dura caparazón del tortugo era firme y fuerte. Cuando el vampiro quiso ir por su yugular Lukas le dio un cabezazo que dejo a ambos mareados y se lanzó en un panzazo que lo mando a volar contra la pared cayendo al piso, rápidamente salto sobre su cabeza varias veces hasta hacerla papilla. –No puedo demorarme más, mi compañero está esperándome – dijo corriendo y llegando a la calle aledaña donde se cruzó con un cerdo grande y gordo que corría como si su alma dependiera de ellos.

-Corre pequeño, huye de tanta locura – dijo antes de llegar al sitio de la pelea donde tres chicas y un chico veían como dos personas se enfrascaban en un duelo a muerte dentro de lo que parecía un domo mágico.

La batalla era brutal, uno de los contendientes estaba venciendo y cuando el domo se rompió el vencedor golpeo al perdedor en el estómago y lo tiro al piso frente al grupo quien empezó a golpearlo como si fueran una turba furiosa, Lukas no entendía lo que pasaba, pero conocía un dicho. Donde fueses has lo que vieses, por lo que al ver a todos pateando y golpeando al pobre sujeto se metió entre medio y también empezó a patearlo como si su alma dependiera de ello.

-Por cierto – dijo mientras zapateaba sobre el desafortunado - ¿Alguien ha visto a un gladiador estoico y valiente de cabello negro? No sé dónde se metió mi compañero…

***

En el jardín Felurian había cerrado las puertas, pero sentía como desde afuera golpeaban violentamente queriendo entrar, puso su cuerpo como barrera antes de ver como un fuego empezaba a brotar en el jardín. –Mierda.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]



OFF: tiro runa para saber el destino de Felurian en el proximo turno. Fehu ten piedad (?)


Resumen:

Inventario:
Lukas
Experto
Lukas
Cantidad de envíos : : 53
Nivel de PJ : : 0

Volver arriba Ir abajo

El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 Empty Re: El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]

Mensaje  Tyr Ayer a las 23:41

El miembro 'Lukas' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses


'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Tyr
Master
Tyr
Cantidad de envíos : : 2223
Nivel de PJ : : 0

Volver arriba Ir abajo

El vampiro contraataca [Evento Sacrestic] - Página 3 Empty Re: El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]

Mensaje  Contenido patrocinado

Contenido patrocinado

Volver arriba Ir abajo

Página 3 de 3. Precedente  1, 2, 3

Ver el tema anterior Ver el tema siguiente Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.