Tormenta de Lobos, el llanto de un amor inalcanzable y toxico, cantada por el Gran Silkha! - (PRIVADO)
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Tormenta de Lobos, el llanto de un amor inalcanzable y toxico, cantada por el Gran Silkha! - (PRIVADO)
La luna se alzaba en lo alto del firmamento intentando una danza con las contadas estrellas que a su lado se postraban, temerosas a su vivaz brillo que no pretendían mas que observarla ser y dejarla completamente sola en el infinito, no todas las noches poseían la magia necesaria para que las almas en pena como la de este joven siguieran con la paz y armonía que acostumbraba profesar en su marcha, que agotador era incluso en ocasiones cargar con penas tan pesadas e invisibles sin ayuda, sin compañía y en una lucha interminable que se alzaba en una simple arma, los labios arqueados hacia el cielo, Silkha era consciente de ello y aquel peso acalambraba sus mejillas las noches de luna danzante, siempre era un buen momento para que ambos se acompañasen en la soledad.
El escenario esa vez fue diferente al habitual. Una casa alzada en piedras y madera, destruida por las inclemencias del tiempo tras lo que en su momento pareció figurarse como un gran incendio. Telas colgadas desechas y el llanto de luna eran las únicas escancias que armaban el techo interior inexistente, paredes cerradas en pasillos pero baños interminables en las habitaciones, y acantilado hacia el norte, una caída de árboles infinita. Ni el dormitorio principal guardaba restos de un colchón como para descansar. Todo había sido saqueado, no habían muebles en la sala, ni utensilios en la cocina, el joven recorrió la estancia asegurando su velada y encontró el tesoro en las profundidades de la biblioteca que aún conservaba escritos, en la tierra de los ignorantes, el tronco prensado en forma de papel no era tan valioso como las pertenencias de madera sin prensar.
Muchos libros no habían siquiera salido de los estantes, Silkha saco uno con curiosidad, pero sus páginas se caían desgastadas de tanto humedecerse y secarse, los textos eran ilegibles y sus formatos hablaban de una historia cuando recién se los creaba, una historia que ahora no podía volver a ser.
Más adelante un sillón volteado reposaba cubierto de tierra, se acercó a ver que provecho podía sacarle cuando el viento comenzó a sonar en el exterior. Levanto la vista y entendió que su par blanca del cielo no se aburriría sola con él esa noche. Nubes grises no muy densas jugueteaban picaras con su luz.
Movió el sillón a donde el viento no llegara y armo un fuego pequeño con algunos papeles sesgados. Dejo su bolso a un lado y mantuvo entre sus dedos solo el Laúd para dedicarle una serenata a su vieja amiga que esta noche lo traicionaba.
Los dedos se colocaron uno a uno sobre cada cuerda a presionar, un puntilleo suave y triste rompió la armonía del silencio altero a las pequeñas criaturas recientes históricos en la morada.
- "These scars long have yearned for your tender caress
Estas cicatrices llevan tiempo esperando tu tierna caricia
To bind our fortunes, damn what the stars own
Para vincular nuestros destinos, ¡olvídate de lo que digan las estrellas!
Rend my heart open, then your love profess
Abre mi corazón, y confiesa tu amor
A winding, weaving fate to which we both atone
Un destino tortuoso, entrelazado, que seguiremos juntos"
Hizo una ligera pausa para respuirar comodamente, los lapsos de aire entre versos existian, pero eran mas cortos y no siempre alcanzaban a copar la capacidad pulmonar.
- "You flee my dream come the morning
Tu vuelas de mis sueños cuando despierto
Your scent - berries tart, lilac sweet
Tu olor me queda – tarta de moras, lila suave
To dream of raven locks entwisted, stormy
Soñar con cabellos negros, revueltos, tempestuosos
Of violet eyes, glistening as you weep
Con tus ojos violeta, que centellean al llorar"
El fuego crecía inestable con las oladas que antecedían una tormenta pero al poco volvían a normalizarse, si el agua era anunciada con el aroma en la humedad, aun no estaba suficientemente cerca.
Un nuevo bocado de aire y una pausa pensativa antes de encarar la ultima estrofa de la noche.
-"The wolf I will follow into the storm
El lobo seguiré hasta el ojo de la tempestad
To find your heart, its passion displaced
Para encontrar tu corazón, su pasión perdida
By ire ever growing hardening into stone
Por tu ira creciente, convirtiéndose en piedra.
Amidst the cold to hold you in a heated embrace
Para en este frío abrazarte y darte calor"
Pauso el fluir de sus dedos mucho antes de que sus versos se callaran, salados recuerdos cubrían su memoria y por un instante, aquella canción que surgió para la luna ahora era dedicada al fantasma de su pasado, un sabor muy agrio. Un esfuerzo mas, por amor al arte y por no procrastinar la cúspide de una simple y bella melodía.
- "You flee my dream come the morning
Huyes de mi sueño cuando llega la mañana
Your scent - berries tart, lilac sweet
Tu olor me queda – tarta de moras, lila suave
To dream of raven locks en twisted, stormy
Soñar con cabellos negros, revueltos, tempestuosos
Of violet eyes, glistening as you weep
Con tus ojos violeta, que centellean al llorar
I know not if fate would have us…
No sé si el destino nos quiere"
El escenario esa vez fue diferente al habitual. Una casa alzada en piedras y madera, destruida por las inclemencias del tiempo tras lo que en su momento pareció figurarse como un gran incendio. Telas colgadas desechas y el llanto de luna eran las únicas escancias que armaban el techo interior inexistente, paredes cerradas en pasillos pero baños interminables en las habitaciones, y acantilado hacia el norte, una caída de árboles infinita. Ni el dormitorio principal guardaba restos de un colchón como para descansar. Todo había sido saqueado, no habían muebles en la sala, ni utensilios en la cocina, el joven recorrió la estancia asegurando su velada y encontró el tesoro en las profundidades de la biblioteca que aún conservaba escritos, en la tierra de los ignorantes, el tronco prensado en forma de papel no era tan valioso como las pertenencias de madera sin prensar.
Muchos libros no habían siquiera salido de los estantes, Silkha saco uno con curiosidad, pero sus páginas se caían desgastadas de tanto humedecerse y secarse, los textos eran ilegibles y sus formatos hablaban de una historia cuando recién se los creaba, una historia que ahora no podía volver a ser.
Más adelante un sillón volteado reposaba cubierto de tierra, se acercó a ver que provecho podía sacarle cuando el viento comenzó a sonar en el exterior. Levanto la vista y entendió que su par blanca del cielo no se aburriría sola con él esa noche. Nubes grises no muy densas jugueteaban picaras con su luz.
Movió el sillón a donde el viento no llegara y armo un fuego pequeño con algunos papeles sesgados. Dejo su bolso a un lado y mantuvo entre sus dedos solo el Laúd para dedicarle una serenata a su vieja amiga que esta noche lo traicionaba.
Los dedos se colocaron uno a uno sobre cada cuerda a presionar, un puntilleo suave y triste rompió la armonía del silencio altero a las pequeñas criaturas recientes históricos en la morada.
- Spoiler:
- "These scars long have yearned for your tender caress
Estas cicatrices llevan tiempo esperando tu tierna caricia
To bind our fortunes, damn what the stars own
Para vincular nuestros destinos, ¡olvídate de lo que digan las estrellas!
Rend my heart open, then your love profess
Abre mi corazón, y confiesa tu amor
A winding, weaving fate to which we both atone
Un destino tortuoso, entrelazado, que seguiremos juntos"
Hizo una ligera pausa para respuirar comodamente, los lapsos de aire entre versos existian, pero eran mas cortos y no siempre alcanzaban a copar la capacidad pulmonar.
- "You flee my dream come the morning
Tu vuelas de mis sueños cuando despierto
Your scent - berries tart, lilac sweet
Tu olor me queda – tarta de moras, lila suave
To dream of raven locks entwisted, stormy
Soñar con cabellos negros, revueltos, tempestuosos
Of violet eyes, glistening as you weep
Con tus ojos violeta, que centellean al llorar"
El fuego crecía inestable con las oladas que antecedían una tormenta pero al poco volvían a normalizarse, si el agua era anunciada con el aroma en la humedad, aun no estaba suficientemente cerca.
Un nuevo bocado de aire y una pausa pensativa antes de encarar la ultima estrofa de la noche.
-"The wolf I will follow into the storm
El lobo seguiré hasta el ojo de la tempestad
To find your heart, its passion displaced
Para encontrar tu corazón, su pasión perdida
By ire ever growing hardening into stone
Por tu ira creciente, convirtiéndose en piedra.
Amidst the cold to hold you in a heated embrace
Para en este frío abrazarte y darte calor"
Pauso el fluir de sus dedos mucho antes de que sus versos se callaran, salados recuerdos cubrían su memoria y por un instante, aquella canción que surgió para la luna ahora era dedicada al fantasma de su pasado, un sabor muy agrio. Un esfuerzo mas, por amor al arte y por no procrastinar la cúspide de una simple y bella melodía.
- "You flee my dream come the morning
Huyes de mi sueño cuando llega la mañana
Your scent - berries tart, lilac sweet
Tu olor me queda – tarta de moras, lila suave
To dream of raven locks en twisted, stormy
Soñar con cabellos negros, revueltos, tempestuosos
Of violet eyes, glistening as you weep
Con tus ojos violeta, que centellean al llorar
I know not if fate would have us…
No sé si el destino nos quiere"
Silkha Bunny
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Re: Tormenta de Lobos, el llanto de un amor inalcanzable y toxico, cantada por el Gran Silkha! - (PRIVADO)
-“Sombra enemiga del astro sol”- Susurró la albina mientras la noche caía sobre sus pasos, cada tanto se rompía el silencio de esa emblemática figura, que hizo de un hogar destartalado su escenario, era curioso como habían llegado a ese momento, pero Chris tenía la curiosa maña de ir allá donde lo peculiar convergía con lo ordinario.
Y eso era Silkha, un ser peculiar en un mundo ordinario. No sabía si sería sobresaliente guerrero, ra, pero lo que si era es que su verbo, esa labia que prodigaba al mundo hubiera o no presentes era rica. Como las frutas dulces, el chocolate. En gran medida le recordaba a Mathew. Ni bien entraron al devastado lugar desenvaino con elegancia sus armas, reflejaron tímidas la luz de la luna así como si misma piel y sintió como si fuera un dedo herido. Aunque, mirando a su interlocutor, no podría decir que estuvieran en un peligro inminente. Ese cascaron ya no ofrecía refugio alguno, lo valioso para cualquiera había sido arrancado, Hasta las puertas de sus goznes. NO quedaba alma en ese lugar. De no ser por el tesoro que ilumino sus grises ojos, pero el tacto de esa peculiar criatura le dio la razón, no había nada de valor, y aquello que ella admiraba pero no entendía, valioso de forma poco normal yacía en el suelo volviéndose parte de un esqueleto.
-Es una lástima, si siquiera se pudieran distinguir te los podría transcribir. –Musito con esa voz aterciopelada y dulce. Pero su compañía tenía otras ideas y sintió que ese lugar no le merecía. La luz rojiza del fuego iluminó sus rasgos y la peliblanca se dedicó unos momentos a ver la biblioteca abandonada, no quería verse salvaje ante el dulzor de la canción que prodigaba con esa voz prodigiosa, así que solo tomo los libros que cedían a su tacto, los miraba, y noto que la humedad había hecho su trabajo, se sentó cerca del pequeño fuego y tomando las hojas lo alimentaba con trozos de este, uniendo un curioso olor acre al ambiente que se llenaba de ese aire fresco que antecedía a las tormentas.
Cerró los ojos un momento, la música entro en sus oídos y como si una bestia se tratara, sentía un lugar de paz, respirando hondo, memorizando con esto cada aroma que les rodeaba, desde la húmeda madera, la lamosa piedra y el cálido fuego. Cuando acabo la melodía aplaudió suavemente y casi se vio tentada de lanzarle algunos aeros. En vez de eso le ofreció la petaca de vino.
Y eso era Silkha, un ser peculiar en un mundo ordinario. No sabía si sería sobresaliente guerrero, ra, pero lo que si era es que su verbo, esa labia que prodigaba al mundo hubiera o no presentes era rica. Como las frutas dulces, el chocolate. En gran medida le recordaba a Mathew. Ni bien entraron al devastado lugar desenvaino con elegancia sus armas, reflejaron tímidas la luz de la luna así como si misma piel y sintió como si fuera un dedo herido. Aunque, mirando a su interlocutor, no podría decir que estuvieran en un peligro inminente. Ese cascaron ya no ofrecía refugio alguno, lo valioso para cualquiera había sido arrancado, Hasta las puertas de sus goznes. NO quedaba alma en ese lugar. De no ser por el tesoro que ilumino sus grises ojos, pero el tacto de esa peculiar criatura le dio la razón, no había nada de valor, y aquello que ella admiraba pero no entendía, valioso de forma poco normal yacía en el suelo volviéndose parte de un esqueleto.
-Es una lástima, si siquiera se pudieran distinguir te los podría transcribir. –Musito con esa voz aterciopelada y dulce. Pero su compañía tenía otras ideas y sintió que ese lugar no le merecía. La luz rojiza del fuego iluminó sus rasgos y la peliblanca se dedicó unos momentos a ver la biblioteca abandonada, no quería verse salvaje ante el dulzor de la canción que prodigaba con esa voz prodigiosa, así que solo tomo los libros que cedían a su tacto, los miraba, y noto que la humedad había hecho su trabajo, se sentó cerca del pequeño fuego y tomando las hojas lo alimentaba con trozos de este, uniendo un curioso olor acre al ambiente que se llenaba de ese aire fresco que antecedía a las tormentas.
Cerró los ojos un momento, la música entro en sus oídos y como si una bestia se tratara, sentía un lugar de paz, respirando hondo, memorizando con esto cada aroma que les rodeaba, desde la húmeda madera, la lamosa piedra y el cálido fuego. Cuando acabo la melodía aplaudió suavemente y casi se vio tentada de lanzarle algunos aeros. En vez de eso le ofreció la petaca de vino.
Última edición por Christelle Glassneth el Mar Dic 01 2020, 05:29, editado 1 vez
Christelle Glassneth
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Re: Tormenta de Lobos, el llanto de un amor inalcanzable y toxico, cantada por el Gran Silkha! - (PRIVADO)
Las cuerdas dejaron de vibrar El joven muchacho tras un suspiro se acomodó donde posaba. Levantó la vista sin prisa y sin pausa, la sutil luz del fuego combinada con el brillo escaso de luna le permitirán apreciar misteriosamente la tez clara y delicada qué cubría sus dedos por debajo de las uñas, la palma de su mano aún más blanca que la parte superior y la cual se encaminaba hacia el brazo para perderse en las prendas de ropa Y resurgir por debajo de los volados y detalles de su ropa.
Silkha tenía la mente en blanco, sujeto de la botella de vino pero no la arrastró hacia él, sino que mantuvo el agarre pensativo, ya tenía la mala costumbre de imaginar a personas tan intrigantes como su acompañante, sin prendas en una cama, más sin embargo, al intentarlo con ella, no veía más que un cuarto de muñecas sin vestiditos y sin canesú, brazos y piernas ensambladas a un torso liso, perfecto, sin rasgos y sin huecos, extremadamente duro y extremadamente frío.
Aún así al llegar al rostro no podía atender por encima de los labios, sus ojos cara me daban mucho humanidad y rompían la ilusión, más sin embargo sólo se trataba de sus ojos, el rosa pálido humedecido combinaba con él Rosa alegre las mejillas, parecía tallada con suma sutileza.
Pasar unos segundos antes de que se percataron que había estado observando la demasiado rato, es como si el muchacho sintiera vergüenza, pero no quería incomodar.
Volvió la vista al lago y Dios Dragon profundo a la botella.
- Aprendí esta canción Cuando era chico, en aquel entonces no entendía los sentimientos que intentaba transmitir el autor con la letra - sonreír tratando de hacer memoria - o porque se llamaba tormenta de lobos, pero era para entender muchas cosas. - levantó el pico de vidrio y lo puso en su boca una vez más antes de devolvérselo a la albina - Ahora que soy grande entiendo qué habla de un amor fugaz, de una desesperación entrañable, Pero sabes - colocó sus dedos sobre las cuerdas pensativo Tratando de buscar En su memoria sentir un vínculo tan grande con una persona sin mucho éxito - No creo entender aún qué es lo que querían transmitir. Cómo se puede estar tan obsesionado por un solo ser?
Se sentía muy reflexivo y quizás la paz de la noche, la calidad del fuego y el buen trago propiciaban el ambiente. Aquella canción le cantaba su madre cuando muy pequeño se iba a dormir, le hacía pensar entonces: a quién su madre se la cantaba, no era una canción particularmente infantil, mucho menos de cuna y preguntas como esas le hacían cuestionarse por su padre, una idea no muy grata en la cual pensar.
- Te has sentido así Chris?
Silkha tenía la mente en blanco, sujeto de la botella de vino pero no la arrastró hacia él, sino que mantuvo el agarre pensativo, ya tenía la mala costumbre de imaginar a personas tan intrigantes como su acompañante, sin prendas en una cama, más sin embargo, al intentarlo con ella, no veía más que un cuarto de muñecas sin vestiditos y sin canesú, brazos y piernas ensambladas a un torso liso, perfecto, sin rasgos y sin huecos, extremadamente duro y extremadamente frío.
Aún así al llegar al rostro no podía atender por encima de los labios, sus ojos cara me daban mucho humanidad y rompían la ilusión, más sin embargo sólo se trataba de sus ojos, el rosa pálido humedecido combinaba con él Rosa alegre las mejillas, parecía tallada con suma sutileza.
Pasar unos segundos antes de que se percataron que había estado observando la demasiado rato, es como si el muchacho sintiera vergüenza, pero no quería incomodar.
Volvió la vista al lago y Dios Dragon profundo a la botella.
- Aprendí esta canción Cuando era chico, en aquel entonces no entendía los sentimientos que intentaba transmitir el autor con la letra - sonreír tratando de hacer memoria - o porque se llamaba tormenta de lobos, pero era para entender muchas cosas. - levantó el pico de vidrio y lo puso en su boca una vez más antes de devolvérselo a la albina - Ahora que soy grande entiendo qué habla de un amor fugaz, de una desesperación entrañable, Pero sabes - colocó sus dedos sobre las cuerdas pensativo Tratando de buscar En su memoria sentir un vínculo tan grande con una persona sin mucho éxito - No creo entender aún qué es lo que querían transmitir. Cómo se puede estar tan obsesionado por un solo ser?
Se sentía muy reflexivo y quizás la paz de la noche, la calidad del fuego y el buen trago propiciaban el ambiente. Aquella canción le cantaba su madre cuando muy pequeño se iba a dormir, le hacía pensar entonces: a quién su madre se la cantaba, no era una canción particularmente infantil, mucho menos de cuna y preguntas como esas le hacían cuestionarse por su padre, una idea no muy grata en la cual pensar.
- Te has sentido así Chris?
Silkha Bunny
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Re: Tormenta de Lobos, el llanto de un amor inalcanzable y toxico, cantada por el Gran Silkha! - (PRIVADO)
Sonrió con su mirada, no por timidez, no por compasión. Solo le nacía del momento. Le hacía traer al momento dulces recuerdos antes de que su vida se tornara un vertiginoso huracán de sangre. Cuando solo vivía y respiraba por y para una persona que se había vuelto su sol y luna, y así le decía el a ella, aunque fuera solo una chiquilla. Tenía muchos recuerdos y todos en un orden perfecto al cual acceder a voluntad. La mayoría no provocaban nada de emociones, se había vuelto un tempano. Curiosamente apasionada, estas iban de un extremo a otro, y raras veces se mantenían balanceadas. No era un problema. Pero si hablaban de amor, solo tenía dos en su vida, su maestro y Alex, y Alex era algo, extraño pues no era ni parecido a lo que sentía por el anterior.
-Una vez. Y aun, viene a mí cuando lo recuerdo. Es como vivir en ese mismo instante.
Abrió bien los ojos anonadada. ¿Cómo diablos? Tomo el cristal y dio un largo y atrabancado sorbo. Se había desnudado ante Silkha y no en un sentido literal. Le vio con acusación. Era como haber caído en una trampa de conejos. Suspiro con cierto alivio, ese lobo le provocaba tal vez a ser algo más humana. Él era alguien sincero, un alma que bailaba en la obscuridad tal vez buscando luz sin saber cómo brillaba ante el mundo. Si definitivamente, Silkha la hacía sentirse más humana, algo similar a lo que Alex con sus apasionadas caricias. Dos apetitos, ambos tan curiosos y atrayentes para la albina.
-En cuanto a lo anterior. Solo puedo hablar por mí. Esa persona era todo mi universo. Era el motivo por el que seguía viva, mi impulso para seguir.- Elevo una mano hacia el horizonte girándola suavemente, y luego cerrándola como si capturara una estrella.- Y lo extinguí, para poder seguir. –Bajo la mano hasta que el puño estuvo a la altura de sus ojos celestes y miraba el fuego abriendo su palma como si dejara escapar algo.- Solo, una historia triste, y dramática. Algo que haría reír a cualquiera.
-Una vez. Y aun, viene a mí cuando lo recuerdo. Es como vivir en ese mismo instante.
Abrió bien los ojos anonadada. ¿Cómo diablos? Tomo el cristal y dio un largo y atrabancado sorbo. Se había desnudado ante Silkha y no en un sentido literal. Le vio con acusación. Era como haber caído en una trampa de conejos. Suspiro con cierto alivio, ese lobo le provocaba tal vez a ser algo más humana. Él era alguien sincero, un alma que bailaba en la obscuridad tal vez buscando luz sin saber cómo brillaba ante el mundo. Si definitivamente, Silkha la hacía sentirse más humana, algo similar a lo que Alex con sus apasionadas caricias. Dos apetitos, ambos tan curiosos y atrayentes para la albina.
-En cuanto a lo anterior. Solo puedo hablar por mí. Esa persona era todo mi universo. Era el motivo por el que seguía viva, mi impulso para seguir.- Elevo una mano hacia el horizonte girándola suavemente, y luego cerrándola como si capturara una estrella.- Y lo extinguí, para poder seguir. –Bajo la mano hasta que el puño estuvo a la altura de sus ojos celestes y miraba el fuego abriendo su palma como si dejara escapar algo.- Solo, una historia triste, y dramática. Algo que haría reír a cualquiera.
Christelle Glassneth
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Re: Tormenta de Lobos, el llanto de un amor inalcanzable y toxico, cantada por el Gran Silkha! - (PRIVADO)
La joven parecía expresarse con franqueza y Silkha estaba anonadado, seguía maravillado con verla a la luz de la luna como una frágil pieza de porcelana, sumado a eso, sus gestos no se marcaban demasiado, no tenía expresiones sentimentales fuertes, era inmutable, como una pieza tallada, como si sus palabras ya no significaran nada, pero eso la mostraba aún más hermosa y misteriosa a sus ojos oscuros.
- Pues qué envidia que te tengo - reacciono a las palabras de la albina pensando si alguna ves afirmaría algo como tal sensación, se dejó recostar hacia atrás aun con el instrumento en mano para jugar con los dedos sobre las cuerdas pero emitiendo sonido alguno. El viento comenzaba a golear aún más fuerte y las gotas de agua a sentirse cercanas con el eco en lo profundo y las áreas secas a su alrededor ya no eran tan voluminosas. Comenzaba a refrescar, por lo que no podrían abandonar el lugar tan pronto para seguir con la marcha, el joven lobo levanto la vista y exhaló con fuerza algo deprimido, aun se veía la luna brillante en su magnificencia pero grandes cúmulos negros se formaron alrededor en una baile sorpresa.
- A este paso pasaremos aquí la noche - palabras como esas eran normalmente una sutil invitación a la clandestinidad lujuriosa pero ahora no intentaron transmitir más que lo que en literal significaban.
Un ruido fuerte se escuchó al otro lado de la casa, pero Silkha lo ignoro, más de un rayo cayó esa noche, era de suponer que se trataba de algún tronco o similar perdiendo su verticalidad.
-Ven! Siéntate a mi lado! - le dijo entusiasta tratando de sonar agradable, no era su estilo ser una caballero cortés, pero la muchacha le intrigaba lo suficiente como para intentarlo, no sabía más de ella que era parte de la gente de Matt, y solo por deducción, lo feo que de ser un simple bardo era la carencia de técnicas o habilidades para la lucha o la matanza, sus únicas armas eran su forma perro, su laúd y el filo de su lengua, algo que empleaba de maravilla, como ningún otro. - Por un lado,comienzo a no escucharte con tanto alboroto - y era del todo cierto, la densidad de la lluvia comenzó sutilmente a competir con el timple de sus voces - y por el otro, te mojaras allí - El rocío que menguaba ya se acercaba hasta donde la muchacha reposaba - No te morderé... a no ser... - sonrio ligero y picaro centrando el sus ojos la mirada - que tú quieras? - llevo su mano al mentón pensativo o reflexionaste - tener sexo bajo la lluvia es muy relajante, pero ya no puedo darme el gusto de regalar el servicio... Así que créeme cuando te digo, que no te morderé - el muchacho intentaba sonar gracioso, era fácil notar que no era el factor de "peligro" entre los dos, la bella muñeca lo mataría en segundos sin siquiera él notarlo, pero no sabía cómo llegarle si se un desbocado como de costumbre. - Háblame sobre tu Alex, no creo que parezca parte de un chiste.
- Pues qué envidia que te tengo - reacciono a las palabras de la albina pensando si alguna ves afirmaría algo como tal sensación, se dejó recostar hacia atrás aun con el instrumento en mano para jugar con los dedos sobre las cuerdas pero emitiendo sonido alguno. El viento comenzaba a golear aún más fuerte y las gotas de agua a sentirse cercanas con el eco en lo profundo y las áreas secas a su alrededor ya no eran tan voluminosas. Comenzaba a refrescar, por lo que no podrían abandonar el lugar tan pronto para seguir con la marcha, el joven lobo levanto la vista y exhaló con fuerza algo deprimido, aun se veía la luna brillante en su magnificencia pero grandes cúmulos negros se formaron alrededor en una baile sorpresa.
- A este paso pasaremos aquí la noche - palabras como esas eran normalmente una sutil invitación a la clandestinidad lujuriosa pero ahora no intentaron transmitir más que lo que en literal significaban.
Un ruido fuerte se escuchó al otro lado de la casa, pero Silkha lo ignoro, más de un rayo cayó esa noche, era de suponer que se trataba de algún tronco o similar perdiendo su verticalidad.
-Ven! Siéntate a mi lado! - le dijo entusiasta tratando de sonar agradable, no era su estilo ser una caballero cortés, pero la muchacha le intrigaba lo suficiente como para intentarlo, no sabía más de ella que era parte de la gente de Matt, y solo por deducción, lo feo que de ser un simple bardo era la carencia de técnicas o habilidades para la lucha o la matanza, sus únicas armas eran su forma perro, su laúd y el filo de su lengua, algo que empleaba de maravilla, como ningún otro. - Por un lado,comienzo a no escucharte con tanto alboroto - y era del todo cierto, la densidad de la lluvia comenzó sutilmente a competir con el timple de sus voces - y por el otro, te mojaras allí - El rocío que menguaba ya se acercaba hasta donde la muchacha reposaba - No te morderé... a no ser... - sonrio ligero y picaro centrando el sus ojos la mirada - que tú quieras? - llevo su mano al mentón pensativo o reflexionaste - tener sexo bajo la lluvia es muy relajante, pero ya no puedo darme el gusto de regalar el servicio... Así que créeme cuando te digo, que no te morderé - el muchacho intentaba sonar gracioso, era fácil notar que no era el factor de "peligro" entre los dos, la bella muñeca lo mataría en segundos sin siquiera él notarlo, pero no sabía cómo llegarle si se un desbocado como de costumbre. - Háblame sobre tu Alex, no creo que parezca parte de un chiste.
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Re: Tormenta de Lobos, el llanto de un amor inalcanzable y toxico, cantada por el Gran Silkha! - (PRIVADO)
La humedad comenzaba a a rodearlos y amenazaba el fuego que le daba un tono violáceo a sus ojos celestes y el fresco enrojecía suavemente sus labios, a veces podía tener hasta la punta de la nariz enrojecida y hacer reír a Alex. Y su sorpresa por su transparencia ante Silkha se aminoro, y luego le hizo un huequito cálido al oírle sentir envidia. No supo cómo manejar eso, realmente no creía que alguien pudiera envidiarla, y que lo dijera su ahora compañero le causo curiosidad. Pero se apremió a ver por la supervivencia y asintió cuando aclaro que pasarían ahí la noche.
-La verdad no creía que pudiéramos seguir viajando durante la noche, menos en un lugar tan descampado. – Se devano los sesos para darle algo de alegría a su voz, ¿por qué le dolía oírle triste? Tuvo un sobresalto y miro alrededor al oír el ruido que les rodeo, y sonrió caminando la corta distancia que los separaba y termino de lanzar al fuego las hojas de un libro seco pero que la humedad ya había desdibujado su tinta. Acaricio el hombro del bardo como si memorizara la suavidad de la tela que lo cubría y el cosquilleo lujurioso en su centro no se hizo esperar ante esa nada sutil oferta.
- ¿Y que podré arte como pago mi querido Silka? –mascullo a su oído y dio una sutil mordida a su lóbulo mientras la lluvia les rodeaba y por la forma de la caía lo que restaba de techo les protegía, solo el capricho del viento sería el responsable de mantenerlos secos, y mitigar el calor que podrían darse. Se sentó en el reposabrazos del magullado sillón y extendió las piernas sobre el regazo del bardo, pensó como describir a su Alex. Su mirada se volvió meditabunda mientras miraba como acariciaba las cuerdas de la guitarra.
-Mi Alex, nos pertenecemos desde que tenía yo doce años, poco más poco menos. Hijos de las calles me acogió y me dijo que sería mi hermano. Y pues, al crecer, - Alzo la mano y con el puño cerrado solo tenía el dedo índice y corazón extendido y cruzados. – No somos una pareja muy seria, pero a la vez no nos gusta separarlos, no se si puedo darme a entender.- Y no es que no supiera es solo que sus palabras eran limitadas en muchos campos afectivos y empáticos. La verdad pensaba muy seriamente como podría pagarle por el calor de sus caricias.
-La verdad no creía que pudiéramos seguir viajando durante la noche, menos en un lugar tan descampado. – Se devano los sesos para darle algo de alegría a su voz, ¿por qué le dolía oírle triste? Tuvo un sobresalto y miro alrededor al oír el ruido que les rodeo, y sonrió caminando la corta distancia que los separaba y termino de lanzar al fuego las hojas de un libro seco pero que la humedad ya había desdibujado su tinta. Acaricio el hombro del bardo como si memorizara la suavidad de la tela que lo cubría y el cosquilleo lujurioso en su centro no se hizo esperar ante esa nada sutil oferta.
- ¿Y que podré arte como pago mi querido Silka? –mascullo a su oído y dio una sutil mordida a su lóbulo mientras la lluvia les rodeaba y por la forma de la caía lo que restaba de techo les protegía, solo el capricho del viento sería el responsable de mantenerlos secos, y mitigar el calor que podrían darse. Se sentó en el reposabrazos del magullado sillón y extendió las piernas sobre el regazo del bardo, pensó como describir a su Alex. Su mirada se volvió meditabunda mientras miraba como acariciaba las cuerdas de la guitarra.
-Mi Alex, nos pertenecemos desde que tenía yo doce años, poco más poco menos. Hijos de las calles me acogió y me dijo que sería mi hermano. Y pues, al crecer, - Alzo la mano y con el puño cerrado solo tenía el dedo índice y corazón extendido y cruzados. – No somos una pareja muy seria, pero a la vez no nos gusta separarlos, no se si puedo darme a entender.- Y no es que no supiera es solo que sus palabras eran limitadas en muchos campos afectivos y empáticos. La verdad pensaba muy seriamente como podría pagarle por el calor de sus caricias.
Christelle Glassneth
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Re: Tormenta de Lobos, el llanto de un amor inalcanzable y toxico, cantada por el Gran Silkha! - (PRIVADO)
La humedad profunda por la que paso su oreja altero cada poro de piel del muchacho, muy a pesar de que vivía de complacer a otros, carecía de contacto humano desde que salió de su ciudad natal. "Seria quizás ella un primer cliente?" se preguntaba a si mismo mientras intentaba no reaccionar de más y continuar con las notas afinando el instrumento, el rocío no era amigo de la madera con la que estaban fabricados estos artilugios, mucho menos las cuerdas tensadas de cobre y alpaca, las responsables de los sonidos más graves y lúgubres, solían dar solemnidad a cualquier melodía triste, y en estos tiempos, no había mucho por festejar. Aun así no respondió a su pregunta de inmediato.
Noto las finas ramas pálidas deslizándose por debajo del abdomen acomodándose sobre sus muslos, pauso entonces su accionar para escucharla pero no evitar actuar ante tales gestos voluntarios. Hizo a un lado a su buena amiga, dejándola contra el respaldo lateral, la máquina de fibras de celosa compactadas con lignina y poso sus dedos en un instrumento aún más delicado que cualquier otro en su especie, uno que al acariciar de manera correcta, afinando el tacto sobre la caja de resonancia producía sonidos lascivos suaves y gentiles o vibrantes y desquiciados; pero incluso este quizás tenía otro calibre, otra acústica, el muchacho sentía curiosidad por saber qué clase de sonidos hacia un mecanismo de porcelana como lo era su acompañante. Se inclinó sobre ella de manera imperceptible y roso con la palma de su mano el cuerpo ajeno desde la pantorrilla, subiendo por la rodilla y bajando por el muslo pasa sujetarla con firmeza. El muchacho estaba encendido y como sus prendas comenzaban a estrecharse en su entrepierna lo dejaba en evidencia.
Escucho sus últimas palabras sobre este, su ser querido y avanzó un poco más, acercando el rostro hasta la altura de su abdomen para amagar un gesto muy primitivo como lo era el de percibir su aroma inundando las fosas nasales.
- Respondiendo a tu pregunta - el joven si tenía algo en mente - tú eres una asesina... - levantó el rostro hacia arriba sin alejarse de su cuerpo y mirándola a los ojos desde la atura de las armoniosas curvas femeninas - yo un simple bardo, que hasta poca experiencia siendo lobo posee. - Clavó en sus piernas las yemas de los dedos y comenzó a arrastrarlos hasta la articulación en parsimonia con sus palabras - Seria yo quien te pagara con mis servicios, la custodia en uno que otro viaje o trabajo.
Nuevamente se escucharon ajetreos al fondo, pero como estos no fueron mayores al primero decidió ignorarlos, muchas cosas se escuchaban en las tormentas de igual manera.
Si lograron desconcentrarlo, por lo que miró esquivo al origen, pero retomo en contacto una vez más para terminar la idea que trataba de establecer con dialogo. - Y no veo lo triste en tu historia - sonrió entretenido - mucho menos lo extensa que fue su narración, era tan fácil como decir "estoy enamorada de mi hermano adoptivo pero el lidia con amarme como mujer o como hermana" - su sonrisa se ensancho más - por mi parte, no soy celoso, el trato seria solo entre los dos y bien... mientras él decide a cuál de las dos amar, abusa de mi con la mujer, - se relamió los labios en una pausa mientras sus dedos volvían a escalar por las pálidas cumbres hacia su entrepierna - aquella que reprime una pación carnal, - acaricio muy cerca de las zonas intimas de Cristelle por debajo del vestido - podrías llamarme hasta con su nombre si así lo deseas mientras cierras los ojos y lo imaginas - rozó con la solo una falange el camino que ascendía por el monte de venus sobre sus telas notando el relente- puedo ser un muñeco muy fiable y voraz.
Noto las finas ramas pálidas deslizándose por debajo del abdomen acomodándose sobre sus muslos, pauso entonces su accionar para escucharla pero no evitar actuar ante tales gestos voluntarios. Hizo a un lado a su buena amiga, dejándola contra el respaldo lateral, la máquina de fibras de celosa compactadas con lignina y poso sus dedos en un instrumento aún más delicado que cualquier otro en su especie, uno que al acariciar de manera correcta, afinando el tacto sobre la caja de resonancia producía sonidos lascivos suaves y gentiles o vibrantes y desquiciados; pero incluso este quizás tenía otro calibre, otra acústica, el muchacho sentía curiosidad por saber qué clase de sonidos hacia un mecanismo de porcelana como lo era su acompañante. Se inclinó sobre ella de manera imperceptible y roso con la palma de su mano el cuerpo ajeno desde la pantorrilla, subiendo por la rodilla y bajando por el muslo pasa sujetarla con firmeza. El muchacho estaba encendido y como sus prendas comenzaban a estrecharse en su entrepierna lo dejaba en evidencia.
Escucho sus últimas palabras sobre este, su ser querido y avanzó un poco más, acercando el rostro hasta la altura de su abdomen para amagar un gesto muy primitivo como lo era el de percibir su aroma inundando las fosas nasales.
- Respondiendo a tu pregunta - el joven si tenía algo en mente - tú eres una asesina... - levantó el rostro hacia arriba sin alejarse de su cuerpo y mirándola a los ojos desde la atura de las armoniosas curvas femeninas - yo un simple bardo, que hasta poca experiencia siendo lobo posee. - Clavó en sus piernas las yemas de los dedos y comenzó a arrastrarlos hasta la articulación en parsimonia con sus palabras - Seria yo quien te pagara con mis servicios, la custodia en uno que otro viaje o trabajo.
Nuevamente se escucharon ajetreos al fondo, pero como estos no fueron mayores al primero decidió ignorarlos, muchas cosas se escuchaban en las tormentas de igual manera.
Si lograron desconcentrarlo, por lo que miró esquivo al origen, pero retomo en contacto una vez más para terminar la idea que trataba de establecer con dialogo. - Y no veo lo triste en tu historia - sonrió entretenido - mucho menos lo extensa que fue su narración, era tan fácil como decir "estoy enamorada de mi hermano adoptivo pero el lidia con amarme como mujer o como hermana" - su sonrisa se ensancho más - por mi parte, no soy celoso, el trato seria solo entre los dos y bien... mientras él decide a cuál de las dos amar, abusa de mi con la mujer, - se relamió los labios en una pausa mientras sus dedos volvían a escalar por las pálidas cumbres hacia su entrepierna - aquella que reprime una pación carnal, - acaricio muy cerca de las zonas intimas de Cristelle por debajo del vestido - podrías llamarme hasta con su nombre si así lo deseas mientras cierras los ojos y lo imaginas - rozó con la solo una falange el camino que ascendía por el monte de venus sobre sus telas notando el relente- puedo ser un muñeco muy fiable y voraz.
Silkha Bunny
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Re: Tormenta de Lobos, el llanto de un amor inalcanzable y toxico, cantada por el Gran Silkha! - (PRIVADO)
-Jum, servicios por servicios, buen trueque, - sus ojos celestes miraron con cierta complacencia el retiro del instrumento y poso su peso sobre las piernas del vado suspiraba en su cuello acariciando el lóbulo contrario mirando de reojo alrededor como si coqueteara, pero el ruido incesante le mantenía en alarma constante, dejando a la par los ganchos en el reposo contrario del instrumento. Aunque en ese momento sentía otro instrumento que se disponía a ser usado y con sus palabras le sonrió besándolo saboreando sus labios.- Jamás sería tan patética para usarte como reemplazo de Alex, cuando lo quiero lo tomo, no tengo conflicto.- Al menos entre ambos parecía haber ese trato y en lo personal aunque lo quería su apego era curioso, y aunque Silkha había logrado describirlo parcialmente, ya se vería lo curioso del caso. –Te hare ver estrellas- susurro la muñeca de porcelana mientras subían las caricias del trovador y ella bajaba su mano acariciando el brazo de este y luego la desgastada y roída tela del sillón hasta rozar con sus dedos el frio metal de su acero.
No quería ponerlo en alarma si no era necesario pero casi sentía su espina erizarse como si fuera un gato, como si le jalaran orejas con cada ruido, era un ajetreo curioso, como si algo revoloteara en otra habitación, pero se movía en un ruido constante algo camuflado por la lluvia. Su memoria, virtuosa, buscaba en cada rincón algo que se semejara, pero no podía dar con algo. Entonces elevo la mirada, si el techo estaba en su mayoría derrumbado, pero había algo curioso, el ultimo estante parecía más que intacto y era lo que parecía en parte soportar las vigas del techo, y el rincón más acogedor y seco, y tétrico pero en el lado opuesto al sofá donde se encontraban, aguzo sus ojos pero era algo difícil con las palabras y caricias de Silkha, ciertamente él le haría ver estrellas y bajo la mirada para besarlo de nuevo, ahora más invasiva, pero con la mano yendo a su cintura, tomo un frasco con un polvo, era pimienta y un urticante. Nada realmente especial, pero solía usarlo para castigar a Alex y mirando hacia el rincón donde parecía rezumar el ruido. Tenía dudas pero. –Sal de ahí.- Mascullo lanzando el frasco que se estrelló y como si fuera una lluvia de brillo rojizo expulsado por el sonido del cristal estrellado el ruido pareció cesar, tal vez solo había sido algún bicho escondido entre los libros y se volvió a girar hacia Silkha cuando un ruido la hizo girarse y con la ropa ya algo suelta y ver como de la mitad del estante se abría una boca con inmensos dientes y algo parecido a sanguijuelas retorciéndose.-Oh mierda…
Christelle Glassneth
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