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[Desafío] Scavengers' Countdown

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[Desafío] Scavengers' Countdown Empty [Desafío] Scavengers' Countdown

Mensaje  Fehu Dom Feb 07 2021, 12:27

Muy poca gente sabe que, en la profundidad de los bosques aerandianos, en una pequeña cuenca que descansa en algún punto entre los llamados Bosques del Este y el Sagrado Bosque de Sandorai, descansan las ruinas de una ciudad tan antigua que su nombre y su historia se perdieron en la inmensidad del tiempo. Las propias ruinas han sido halladas, olvidadas, halladas de nuevo y vueltas a olvidar incontables veces a lo largo de milenios.  

Vagas referencias a estos restos pueden hallarse en pergaminos olvidados en alguna polvorienta biblioteca, o en historias transmitidas junto al fuego en las largas noches de invierno. Hay quien habla de un antiguo asentamiento elfo cuyos habitantes fueron víctimas de la terrible maldición de un poderoso brujo. En otros lugares, se cuenta de una ciudad bruja convertida en bosque de la noche a la mañana; cortesía de un círculo de druidas.

La mayor parte de estas leyendas tienen su origen en la conflictiva historia común de ambas razas. Sin embargo, las más antiguas referencias a estos misteriosos restos perdidos en el bosque son muy anteriores a la Primera Guerra Illidense y nadie sabe realmente quién vivió allí ni por qué se abandonó el asentamiento.

En la actualidad, los restos presentan tal aspecto de abandono que, en muchas áreas de la antigua ciudad, apenas pueden verse entre los árboles y la maleza un puñado de erosionados bloques de piedra cubiertos de musgo y liquen. Si uno mira con atención, podría ser que aquella roca irregular hubiera formado parte de una escultura en un tiempo lejano; quizá una columna, puede que un dintel.  

Si uno da con el lugar indicado, el bosque se abrirá para mostrarle los restos evidentes de algún edificio medio derruido. El mayor de ellos se yergue solitario casi en el mismo centro de la cuenca. Varias secciones del alto techo y de las paredes exteriores se han derrumbado con el paso de los siglos y la vegetación ha conquistado su interior, tanto como su exterior, pero aún puede apreciarse la suntuosidad del lugar. ¿Fue un palacio tal vez, acaso un templo? Sea como fuere, no cabe duda de que el Gran Salón, como aparece reflejado en algunas anotaciones, fue creado para despertar admiración en el visitante.

En un extremo de la cuenca, sobre una pequeña elevación del terreno, se encuentra un pequeño círculo de enormes piedras hincadas en tierra. En el centro, una losa más alta que las demás presenta una serie de inscripciones tan erosionadas por el tiempo que resultan ilegibles en la actualidad. Se dice que aquellos capaces de percibir el éter pueden sentir una extraña magia en el ambiente.

Un amplio túmulo, situado en otro extremo de la cuenca, completa el cuadro de lugares de interés. Indistinguible de una colina natural, salvo por el hecho de que, en un momento de su historia, se derrumbó una amplia sección del techo del sector sur oeste, dejando al descubierto gran parte de una gran cámara funeraria. Al fondo de la misma, casi oculta entre las raíces de un roble centenario, una estrecha galería se pierde en la oscuridad de la tierra.

Salvo por algún explorador esporádico, las ruinas han descansado tranquilas en su abandonado rincón de los bosques durante incontables siglos. Pero ahora el progreso ha llamado a su puerta. Los trabajos de construcción del embalse se demoraron durante meses, pero por fin ha llegado el momento de cerrar la presa que inundará estas ruinas, tal vez por otros tantos siglos.

Para el aventurero que, quizá por primera vez, haya sabido de la existencia de estos restos, puede ser la última ocasión de explorar el lugar en busca del misterio que encierra. O, bueno, para los más prosaicos, puede que guarde un tesoro oculto. Es lo normal con las ruinas antiguas, ¿no?


__________________

Saludos, mortal. Tienes ante ti una exploración a contrarreloj, pues el lugar no tardará en inundarse. Qué lástima que solo ahora descubres su existencia, ¿cierto? Para mayor dificultad (o no), esta aventura transcurrirá durante la noche. Tienes tres objetivos en este turno:

Objetivo 1: Cuéntame, ¿qué te trae por estos lares?, ¿qué esperas encontrar? ¿Tienes alguna hipótesis acerca de lo que ocurrió aquí? ¿Has hecho algún tipo de investigación antes de venir o te has topado con las ruinas de pura casualidad?

Objetivo 2: Elige qué parte de las ruinas quieres investigar (ver objetivo 3). Si has venido con alguien más, estás en tu derecho de apoyarte en el equipo, aunque eso signifique que todo lo demás quedará sin explorar.

Objetivo 3:


  • Si has elegido el Círculo de Piedras: ¿Te tomas un tiempo para presentar tus respetos en este lugar sagrado o irás directamente desentrañar el meollo? Si eliges lo primero, describe lo que haces. Si te atrae más la blasfemia, por favor, descríbelo también, me interesa.
  • Si te has decidido por el Gran Salón: Si hay algún tesoro en estas ruinas, qué mejor lugar para conservarlo, ¿cierto? Cuidado con los escombros y el precario techo. Y ahora, si fueras un decorador antiguo, ¿dónde pondrías la tesorería?
  • Si te has sentido atraído por el Túmulo funerario: La cámara principal es un revoltijo de restos y ¿qué probabilidades hay de que a los ladrones de tumbas se les haya escapado algo de gran valor después de tantos años? Por otro lado, adentrarse en la oscura galería conlleva el riesgo de que el agua te sorprenda bajo tierra... Decisiones.
  • Tal vez te has decantado por un recorrido general de la zona a la espera de una señal de tu instinto. O quizá estás montando guardia para tus compañeros. Cuéntame: ¿ves algo interesante? ¿Alguna sensación extraña en la noche?


En cualquiera de los casos, tienes libertad para describir tus alrededores.

A TENER EN CUENTA:


  • Duración: Este desafío consta de 3 rondas
  • Plazas: Aceptaré un máximo de 4 personajes. Esto incluye Acompañantes. Es decir, una cuenta con Acompañante ocupa 2 plazas (pero no obtendrá dos recompensas, ojo).

    • Si estás dispuesto a dejar atrás a tu Acompañante para liberar su plaza, por favor, indícalo en tu solicitud.
    • Si estás dispuesto a ocupar solo una plaza pero tiene más sentido narrativo para ti que sea tu Acompañante quien se interese por esta aventura, indícalo también en tu solicitud. Quizá nos convenzan tus motivos.


  • Equipos: Si deseas participar en este desafío conjuntamente con un miembro o miembros de tu Clan, por favor, indícalo en tu solicitud.

    • Si tienes una idea para un futuro Clan y alguien que la comparta, una trama conjunta con otro PJ o PJs u otro motivo para formar equipo y crees que este tema podría aportar algo a dicha trama o idea, indícalo también en tu solicitud, quizá tengan suerte.
    • Me interesan más las motivaciones del grupo que las individuales (pueden indicarlas también), pero aunque sea un copia-pega, todos los miembros del equipo deben hacer su solicitud.
    • Los equipos tendrán preferencia sobre usuarios individuales, aunque si el equipo deja plazas libres y hay suficiente gente interesada, rellenaré (con otro equipo o usuarios sueltos).
    • Los Clanes tendrán preferencia sobre otros equipos.


  • Aclaración: El uso de la palabra Equipos NO significa PvP.
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[Desafío] Scavengers' Countdown Empty Re: [Desafío] Scavengers' Countdown

Mensaje  Níniel Thenidiel Lun Feb 15 2021, 19:38

-¿Unas pocas horas, y con la noche ya casi encima?- Espetó Níniel en su lengua materna alzando la voz y levantándose de un salto de su asiento, una silla de madera sencilla a juego con el meramente funcional mobiliario de la tienda de campaña en la que se encontraba. -Si es una broma, no le veo la gracia.- Añadió clavando sus ojos aguamarina en los de su interlocutor, un elfo alto y de cabello oscuro que se encogió levemente ante el claro disgusto de la sacerdotisa. Su nombre era Sondwëir, y estaba al cargo de la seguridad de la construcción por parte de Sandorai de la nueva presa en la cuenca cercana. Un proyecto que se suponía ayudaría al bosque a crecer por aquel valle.

-Lo lamento mucho sacerdotisa. Yo...los Aedos no pueden retrasarlo más. Dicen que si no aprovechan la configuración estelar de esta noche tendrían que retrasar su canto semanas, puede que meses. Demasiado tiempo y recursos dado el estado de Árbol Madre...-Se defendió el hombre sabiendo que por muy válidas que fueran sus excusas no contentarían a la joven. - La Logia siempre podrá investigar esas ruinas una vez la construcción de la presa haya acabado...Veníais preparados para esa opción creo.- Tanteó dubitativo.

-Sí, ¿pero cuánto más se habrá perdido para entonces? Inundar la cuenca dañará más lo que queda de la ciudad que los últimos siglos de abandono, olvido y expolio...- La joven apartó la mirada del elfo y la devolvió a las notas y documentos que había estado revisando antes de ser interrumpida con tan malas nuevas. Allí estaba todo cuanto había podido reunir con tan poco tiempo sobre aquellas misteriosas ruinas, que no era gran cosa, y les dio un nuevo vistazo apresurado tratando de tomar una decisión. -Tendremos que actuar rápido antes de que los Aedos estén listos. Pensaba que tendríamos días. Pero si solo tenemos unas horas las aprovecharemos al máximo.- Sentenció para sorpresa del elfo de negros cabellos.

-Pero sacerdotisa, eso podría ser peligroso. Pronto oscurecerá, lo habéis dicho. Un descuido y acabaréis sufriendo el mismo destino que las ruinas. Si permitiera algo así vuestra madre me mataría, si no lo hace antes vuestro padre...- Tragó saliva mientras resultaba evidente que cavilaba sobre cual de ambos destinos resultaría peor.

-Entonces será mejor que no nos descuidemos...Y que me consigas toda la ayuda extra que puedas...y rápido. Nos pondremos en marcha tan pronto podamos.- Instó la peliblanca ignorando el hecho de que aquel elfo parecía considerar que la joven necesitaba ser protegida como una princesa en los cuentos de los orejas redondas. Algo relativamente común entre algunos de sus hermanos de Sandorai debido a su edad, pero que no podía estar más lejos de la realidad. Al fin y al cabo, cuando su propia madre la envió ya hacía años a ver el mundo más allá de su hogar a pesar de los riesgos, incapaz no la vería.

-Veré qué puedo hacer. Creo que me habían dicho que una de los nuestros rondaba la zona, interesada, y tal vez pueda prescindir de un par de guardias...- Asintió el hombre saliendo de la tienda y dejando a la peliblanca sola. Aunque ella misma pronto también la abandonaría. Tenían mucho que hacer y de repente muy poco tiempo.

-Martha, busca a Vincent y a Al´theas. Diles que hay novedades y que es urgente.- Pidió a una de las brujas de la Logia que se encontraba cerca. -Y diles a los demás que se apresuren. Nuestra ventana se cierra antes de lo que creíamos.-Apremió a su compañera de cabello rojizo, alquimista como ella de la torre de la Logia en el norte. -Ah, y búscame la Nymphaea de nuestros pertrechos. Puede que la necesitemos antes de lo esperado.- Añadió agradeciendo el asentimiento de comprensión de la bruja y su rápido obedecer.

Níniel tenía que reunirse con Vincent y con Al´theas, ver si habían averiguado algo más por su cuenta y prepararse cuanto antes para descender a la cuenca. Además debía compartir con sus compañeros de la Logia, y con cualquiera ayuda que aquel elfo le encontrara, lo que sabían, así como decidir sus prioridades de investigación en base a ello y al poco tiempo que les quedaba. Por no mencionar que habría que tomar precauciones si pasaba lo peor...

Iba a ser una tarde de lo más ajetreada, y la noche iba a serlo mucho más.


**********************************


-Esta es la situación. Tenemos solo unas horas de margen y existe riesgo, por lo que debemos ser cuidadosos. La recompensa a nuestros esfuerzos no obstante puede ser grande.- Arengó Níniel a su grupo cuando estuvo todo dispuesto para su salida, ya caída la noche, y una que amenazaba con ser especialmente fría. A su alrededor, el grupo de la Logia, formado por poco más de una docena de miembros del gremio y un par de voluntarios extra ofrecidos por Sondwëir, escuchaba a la peliblanca. Estaba claro que los últimos acontecimientos y el modo en el que todo se estaba precipitando tenía algo inquietos a muchos de ellos.

-Por lo que sabemos, está ciudad en algún momento fue habitada tanto por elfos como por brujos que creían que ambas razas podían coexistir. Dejaron sus rencillas pasadas a un lado, crearon algo juntos e hicieron que prosperara. Las investigaciones preliminares han encontrado rasgos arquitectónicos y simbología élficos, pero con claras influencias que aún hoy pueden verse en construcciones de los brujos, así como runas claramente pertenecientes a su cultura en un conjunto de ruinas que hemos llamado "Gran salón". Parece que es en este lugar donde se concentraron la mayoría de saqueos según los relatos que hemos conseguido...Y más de uno habla de la existencia de un tesoro mayor que no lograron encontrar...o alcanzar por alguna razón, no está claro.- Hizo una pausa para que aquella información calara, reorganizó sus ideas y continuó.

-A parte de esa zona creemos que hay dos más prometedoras: Una es un círculo claramente mágico y que comparte rasgos de ambas culturas. Por desgracia no hemos averiguado nada más al respecto, por lo que podría ser la peor opción dado el poco tiempo con el que contamos. La segunda es un túmulo funerario con enterramientos de ambas razas. Aunque las cámaras principales han sido saqueadas a conciencia y sin respeto alguno, un derrumbe reciente parece haber abierto opciones nuevas que quizá nadie ha visitado en siglos, puede que milenios. El valor de algo así podría ser incalculable.- De nuevo dejó un tiempo para que aquella información fuese absorbida antes de continuar.

-Debemos decidir pues nuestros recursos son limitados, y el tiempo aún más.-
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[Desafío] Scavengers' Countdown Empty Re: [Desafío] Scavengers' Countdown

Mensaje  Al'theas Tinarandel Mar Feb 16 2021, 03:56

El sol estaba cayendo, anunciando la llegada de la noche con su anaranjada luz, con lo que poco a poco se ensombrecían las altas piedras de lo que una vez fueron las estructuras de aquellas ruinas. Tal y como era costumbre, el caballero esmeralda había acudido a la llamada de la Logia, haciendo de guardia y escolta de aquellos eruditos de la Logia que se habían interesado por aquellas ruinas y sus investigaciones preliminares se limitaban a una distancia segura.

Mientras hacia su labor, Al'theas a veces se permitía observar con curiosidad los símbolos tallados en piedra que todavía no habían sido borrados completamente con el paso de los siglos y que eran de especial interés para los estudiosos y sus teorías.

En ese momento la voz de una mujer llego a sus oídos, era Martha, una de las brujas de la Logia, haciendo un llamamiento de parte de la Alta encantadora para presentarse ante ella. Los eruditos que el elfo escoltaba también lo habían oído, por lo que poco a poco fueron alejándose de las ruinas con caras extrañadas y otras preocupadas mientras el caballero los escoltaba hasta la tienda de campaña donde se estaban reuniendo los demás.

Todos se presentaron ante la Alta Encantadora Níniel, la cual tenia malas noticias, la expedición tenia las horas contadas y debían ser lo mas prácticos y rápidos posibles a partes iguales.

Pronto algunos de los allí presentes empezaron a quejarse e indignarse, pues eso significaría que aquellas ruinas no podrían ser exploradas al completo como estaba previsto.

-Si debemos ir con prisas... sugeriría explorar algunas de las zonas cuyas estructuras iniciales han demostrado ser mas seguras, no hemos tenido tiempo de ver que hay mas allá de dichos caminos... y quizás sus grutas puedan ser de interés-
Aquella era buena sugerencia, pero no tan fácil de aplicar, pues debía elegirse con cuidado las grutas en la oscuridad de la noche.

-También creo que es importante que... dadas las circunstancias... y las limitaciones de nuestros recursos actuales... que el grupo a explorar sea lo mas pequeño posible, no podemos arriesgarnos a entrar a esas ruinas con un ejército a oscuras... eso seria demasiado complicado de gestionar con prisas y el riesgo de que alguien se pierda o se despiste en la oscuridad es alto...- A medida que Al'theas pronunciaba aquellas palabras, en seguida el grupo de eruditos de la Logia se apiñaron entre ellos para debatir entre cuchicheos.

-¡Decidido!- Grito el mas viejo de los eruditos de aquel grupo -El maese Tinarandel tiene razón... explorar esas ruinas oscuras y cuyos peligros desconocemos seria demasiado peligroso si fuéramos demasiados allí dentro... pero necesitáis a algunos de nosotros sin duda, es por ello que... hemos decidido que dos de nuestros mejores eruditos vayan con vosotros... así que hemos decidido que sean Rincewind y Simon- En ese momento el grupo de eruditos dirigió su mirada hacia los otros dos eruditos mencionados, el primero, ligeramente alejado de los demás... había sido pillado infraganti con el dedo en la nariz y su cara era un poema... suponiendo que un poema pueda hurgarse la nariz... desde el primer momento en el que escucho su nombre, y en cuanto al otro... a parte de ser bajito, recién llegaba a la reunión justo en ese momento mientras masticaba lo que parecía ser un sandwich de atún y huevo a la vez que observaba con sus ojos llenos de incertidumbre a los demás sin percatarse de que parte del contenido de su sandwich estaba ensuciando su propia túnica.

Al´theas dirigió una mirada dubitativa al rostro sonriente del erudito que tomo aquella decisión, todo parecía indicar que todo estaba decidido de forma irreversible y solo quedaba confiar en la capacidad de aquel dúo al que ahora le tocaría proteger.

-Bueno... aquí ya estamos listos para empezar- Sentencio tras el breve anticlimático momento.
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[Desafío] Scavengers' Countdown Empty Re: [Desafío] Scavengers' Countdown

Mensaje  Vincent Calhoun Jue Feb 18 2021, 22:59

Aquel tipo de trabajos recordaba al brujo sus tiempos más mozos. Estar cerca de aquellas ruinas le hacía viajar en pensamientos hacia bibliotecas llenas de libros cargados de magia, historia y cultura. Tiempos felices con sueños futuros como aquel que estaba viviendo en esos mismos instantes.

Para el mercenario, ser parte de un grupo de personas que podía arrojar un poco más de luz a la oscuridad de tiempos pasados, era una de las cosas que más le gustaba soñar cuando solo era un joven perdido entre mitos y leyendas encuadernadas con hilo y delicadeza.

Por desgracia para él, la vida no siempre dejaba el tiempo necesario para todo lo que un hombre o mujer pudiera desear o imaginar hacer en su vida futura. Sus deberes, para con su familia, sus padres perdidos, así como otras tantas historias por su trabajo o amistad, no le habían permitido explorar demasiados lugares como aquel. O mejor dicho, no se lo había permitido con el tiempo suficiente para meditar y recabar información de lo que allí había acontecido tantos atrás, pues ser un aventurero errante daba oportunidades de conocer lugares como aquel.

Por suerte, ser parte de la Logia le daba, no solo indicaciones de esos lugares, sino también toda la información, equipo y eruditos necesarios para intentar lograr el mayor éxito en el momento de desentrañar lejanos pasados.

- Será una broma-, contestó a Martha, aún en cuclillas, echando un ojo a lo que parecía ser parte de una runa de lo más antigua cincelada sobre una piedra caída. Probablemente, parte de un muro o pilar. - No podemos investigar este lugar con detalle con tan poco tiempo-, terminó por responder, ya clavando los ojos sobre la bruja.

Aquello era una faena para el guerrero. Cuando por fin tenía al alcance de la mano un trabajo que le permitía sacar su lado más académico y ligado a su amor por la historia, los dioses y la fortuna le jugaban una mala pasada.

- Ah, mierda-, dijo para sí mismo, volviendo el rostro hacia el trozo de historia y acariciando la piedra con suavidad, antes de incorporarse. - No te preocupes, no es culpa tuya, ni de nadie en concreto. Son cosas que pasan-, le contestó a la dama, volviendo su mirada nuevamente hacia ella, después de que esta se disculpara por algo que de lo que poca culpa tenía. - Bien, dile a la Gran Encantadora que regresaré para verla.

- Muy bien, así se lo comunicaré, Encantador Calhoun. En cuanto termine de avisar a los eruditos regresaré para decírselo.

El mercenario asintió, y por unos instantes observó la figura de Martha avanzar hacia las ruinas. No tardó en perderla de vista entre los derrumbes que albergaba aquel pedazo de terreno lleno de historia, abrazado por la naturaleza que lo regresaba a su seno, poco a poco, de forma lenta, pero inexorable. En cuanto dejó de verla, Vinc tomó con magia su acero envainado, que se encontraba apoyado contra un murillo semi derruido, y se encaminó hacia el campamento de la Logia.

Ni él ni los eruditos se habían adentrado demasiado en las ruinas, al menos no por ahora, así que la labor de avisar a los demás por parte de la bruja no llevaría mucho tiempo. Sin embargo, el rubio sentía que le había pedido una estupidez, ya que de todas maneras él llegaría primero que ella al lugar donde se encontraba Níniel. O tal vez no…

En su trayecto de vuelta pudo reconocer a una cara conocida, y aunque no pertenecía a su grupo, o quizás precisamente por ello, le parecía curioso que alguien se hubiera molestado en ir hasta allí por unas ruinas tan antiguas. Más aún que conociera a esa persona.

¿Qué la traería hasta allí? ¿Era una amante de la historia como él? O, en cambio, ¿una persona deseosa de antigüedades que cambiaran el sino de su economía?

Ciertamente, a esas alturas del acto teatral, poco importaba. Había poco tiempo y toda ayuda les vendría bien, tanto si era de una historiadora como de una saqueadora.

- Bonito atardecer-, mentó como saludo, un brujo que iba ligero, con calzón largo y camisa con entrecruzado doble cordal en su parte superior, sin más adorno que su espada envainada ya enganchada al cinto y hermana daga a su lado. - Aunque imagino que nadie vendría hasta aquí solo para observar unas cuantas puestas de sol-, comentó con suavidad, antes de dibujar una sonrisa. - Me alegra volver a veros, señorita Aylizz. El acero que os vendí no tendrá algún defecto, espero-, bromeó, con la idea de que la dama de los bosques viniera a hacerle un reclamo.

La elfa no estaba sola, pues antes de su intervención, el brujo pudo observar cómo se aproximó a ella el elfo encargado de la seguridad de la presa en construcción. Un elfo del que no recordaba su nombre, más el brujo no pensaba reconocer tal falta en público.

- Bueno, no quiero molestarlos más-, dijo seguido, cual inicio de despedida y escapismo de caer en una situación incómoda con el nombre del elfo. - No quisiera haberme entrometido en cuestiones personales, pero no nos vendría mal manos adicionales esta noche. Si están interesados, vengan al campamento de la Logia. Les estaríamos agradecidos si así fuera-, terminó por decir, y con un gesto de su mano, acercándola a su frente y alejándola inmediamente después, se despidió. - Hasta pronto, que tengan buen atardecer.

Ese interludio dio tiempo a que muchos más eruditos supieran que debían regresar, gracias a las indicaciones de Martha, más, como había previsto, aún así había llegado antes que la alquimista.

- Parece que debemos improvisar una vez más-, le dijo a su amada elfa, antes de darle un beso en la mejilla, en cuanto llegó a la tienda. - Tendré que prepararme para la expedición-, dijo seguido, dándole un fuerte apretón por la cintura. - Una pena, se estaba poniendo bonita noche-, mencionó con picardía, antes de soltarla e ir a la parte trasera de la carpa, dónde tenía un baúl con llave y defensas arcanas con el resto de su equipo.

El brujo mercenario perdió el tiempo justo y necesario para prepararse para la aventura nocturna. Recogió todas sus armas y demás pociones, así como artilugios que podrían venirle bien, pues, no sabía que podrían encontrar en el interior del lugar. Debía ir con la mente puesta en cualquier posibilidad, incluso en un hipotético enfrentamiento. No era descartable en un lugar donde podrían haber trampas mágicas de todo tipo, incluso algunas que dieran “vida” con su magia a estatuas del entorno y demás autómatas.

Pasado un rato, ya estaba listo, junto a los demás, atendiendo a las instrucciones de su querida Gran Encantadora, así como algunas sugerencias que, con buen tino, dejara entrever el caballero esmeralda Al'theas.

- No, con el poco tiempo que tenemos no podemos preparar nada demasiado ostentoso. Aunque igualmente, precisamente por ello, deberemos tener cuidado. No sabemos qué nos encontraremos en esas ruinas. Lo más probable es que perderse no sea el único peligro-, expuso a los demás. Como experto arcanista que era, esperaba que los demás tuvieran en cuenta sus palabras y con ello estuvieran más alerta. - El lugar es muy antiguo, pero puede que aún queden trampas arcanas. Además, la naturaleza lo está tomando de regreso, pueden haber criaturas, estén preparados para lo peor-, comentó el brujo, antes de avanzar unos pasos y colocarse junto a Níniel. - Por lo demás, tampoco nos distraigamos en demasía, el tiempo del que disponemos, ya lo saben, es corto. Ni seamos negligentes, si debemos dividirnos para cubrir más terreno por las prisas, hagámoslo con cabeza-, terminó por decirle al conjunto de oyentes.

Nada más terminar su oratoria, el brujo se inclinó levemente hacia su izquierda para acercar sus labios a la oreja diestra de su pareja.

- Cuando gustes, Gran Encantadora, podemos partir-, le dijo en un susurro, un comentario cómplice pese a la formalidad, ante el que no pudo evitar dibujar una media sonrisa. - Yo me decantaré por el túmulo. A ver qué encontramos allí. Puede que algún rito olvidado o alguna historia familiar interesante-, comentó seguido, para luego recuperar la postura totalmente erguida.

¿Encontrarían las claves de cómo brujos y elfos llegaron a convivir en armonía? ¿De sus motivaciones? ¿Llegarían a comprender por qué todo terminó?

Solo había una forma de averiguarlo. Debían intentarlo, aunque el tiempo estuviera en su contra.



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Coloco este mensaje para avisar de que Níniel y Al'theas irán al Círculo de Piedras y mi personaje irá al Túmulo funerario.
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[Desafío] Scavengers' Countdown Empty Re: [Desafío] Scavengers' Countdown

Mensaje  Aylizz Wendell Mar Feb 23 2021, 22:46

Apenas había hecho otra cosa que no fuera estar metida en cama durante el último mes. Confusa y considerablemente atormentada, había pasado los últimos días cavilando sobre todo cuanto sabía acerca de sus orígenes, de su raza y de la Historia del mundo conocido en general. ¿Cuántas de esas cosas estudiadas, sabidas o escuchadas resultaban ser verdad? Ya no le encontraba sentido a tantas lecciones dogmáticas sobre su pueblo y sus enemigos y el "¿y ahora qué?" constante la rondaba la cabeza inevitablemente.

Aquella mañana no comenzó siendo diferente a las anteriores. Hastiada, desganada, se había puesto en pie cuando el sol ya brillaba en lo alto tras una noche más de insomnio y vueltas sobre sí entre las mantas. El olor a comida casera que inundaba la morada tampoco abría su apetito. Bajó de su alcoba con neutra expresión, faltaba que en su frente se reflejasen las palabras "no quiero hablar, no me hables, ¿por qué me hablas?" Aun así, las malas palabras no tenían cabida hacia la buena de Lissinda, que día tras día hacía lo posible para soportar su cara larga. Se encontraba en la salita, leyendo escritos novelescos, del todo ficticios, que la elfa ya entrada en la madurez coleccionaba en su pequeña biblioteca, cuando la mencionada acogedora irrumpió rebosante de energía tras su visita al mercado, asegurando traer noticias que ni la joven podría ignorar.

-Ayl, escucha, deja eso, tengo algo que contarte.- se introdujo, haciéndose un hueco en el sillón, apartando los pergaminos de sus manos.
-Debe ser importante, te ves emocionada.- advirtió la rubia, acomodándose para dejar hueco a la mujer.
-Un elfo forastero hizo un alto en nuestra aldea esta mañana, muy serio él, poco hablador. Vestido con atuendo elegante, uniformado diría yo...- comenzó a explicar. La rubia ahogó un suspiro ante las divagaciones. -El caso. En pocas palabras reveló los motivos de su viaje al viejo Pike cuando le empacaba la carne seca y otras provisiones, ya sabes lo persuasivo que puede ser...
-Ajam...- trató de hacerla ir al punto.
-Se ve que se dirigía al este, a los bosques, a trabajar en una construcción acuífera. Y ha resultado que en el proceso han dado con ruinas que, al parecer, corresponden con un antiguo asentamiento de nuestra gente.- una mirada fija en la desganada elfa marcó el final de la cotidiana anécdota.
-¿Y qué me quieres decir con eso?- preguntó, arqueando una ceja, a pesar de imaginar su respuesta.
-Pues... Ya sabes...- se encogió de hombros -Cuando te conocí querías buscar tus propias respuestas, nada más.- Lissinda se levantó, algo más tranquila, aunque sin perder el interés en hacerla retomar sus objetivos -Tú sólo... Piénsalo.- y antes de dejarla sola, desempolvó uno de los libros de los estantes más altos, dejándolo convenientemente abierto junto a ella por una de las páginas en las que se dibujaba un mapa.

Aylizz chasqueó la lengua con resignación, desde luego aquella experimentada elfa sabía lanzar tiros certeros hacia su persona, moviendo los hilos sutilmente -quizá no tanto- para ponerla de nuevo en marcha. Aun así... Miró de reojo el manuscrito sobre el asiento un segundo, para después apartar la vista, negando para sí, dispuesta a ponerse en pie y salir a tomar el aire. Pero no lo hizo. Pensativa, volvió a centrar su atención en el mapa, terminando por ceder ante el cebo tan bien dispuesto. Se trataba de un no demasiado grueso tomo sobre la evolución de los territorios de los elfos, en el que a grandes rasgos se delimitaban las zonas del territorio que había ido abarcando la raza, sintetizando la evolución desde antes de la primera guerra hasta el resultado final tras las sucesivas. No se detallaba demasiada información sobre clanes, diferencias culturales o cualquier otro dato significativo, más bien podía considerarse un documento de consulta a nivel general. ¿Por qué alguien como Lissinda guardaba aquello en su rústica biblioteca? Nostalgia, supuso, o por el deseo de mantener la historia viva.

Ojeó las páginas del manuscrito sin demasiado empeño, nada que no hubiera estudiado u escuchado en sus lecciones con anterioridad. No obstante, uno de los mapas del periodo de entreguerras sí llamó su atención. En la zona hacia la que, según la elfa, se dirigía el viajero aparecía delimitado un territorio en concreto que, al parecer, habría estado poblado por brujos y elfos durante un mismo periodo. No... No es posible. pensó para sí, prestando más atención a los pocos detalles allí recogidos. ¿Realmente lo sería? Aquello terminó por descolocar su cabeza, aunque al mismo tiempo despertó en ella un nuevo impulso motivador hacia la búsqueda, como bien había indicado su acogedora, de respuestas obtenidas de primera mano. Ahora más interesada, alcanzó un pergamino virgen y en él replicó aquella parte del mapa tan interesante. Después, siendo consciente de los muchos cambios que podrían haberse producido por el paso del tiempo, buscó uno actual y lo superpuso al antiguo, indicando las variaciones y nuevas referencias de la disposición del terreno. Chasqueó la lengua. Si las demarcaciones no andaban demasiado desviadas debería llegar hasta las intermediaciones de las tierras de los lobos.

[...]

No faltaba mucho ya para el ocaso, aunque si sus orientaciones no andaban desencaminadas ya se encontraba cerca, así que optó por terminar el camino trazado y buscar un lugar a resguardo del frío para pasar la noche en las mismas ruinas, de esa forma tendría toda la mañana siguiente para explorar con calma y, más importante, luz natural. No parecía una zona especialmente habitada, el último pueblo que había cruzado quedaba a varios kilómetros de la zona. Su referencia más fiable era la construcción acuífera en la que aquel elfo se disponía a trabajar. Bien, eso buscaría, para empezar. Encapuchada, envuelta en su capa para mantener el calor, caminaba sin bajar la guardia por un sendero secundario entre la arboleda, como era ya su costumbre, prefería evitar las rutas principales aun en áreas como aquella, en la que no parecía tampoco existir gran afluencia de caravanas comerciales o transeúntes.

-¡Eh, aguardad!- irrumpió una voz masculina a su espalda, de forma repentina. Sobresaltada, frenó su marcha en seco, llevando de manera instintiva la mano a la empuñadura de la recién mejorada daga, que colgaba del cinturón de su alforja. -No busco un enfrentamiento.- indicó quien reclamaba su atención, acercándose a ella.
-¿Si?- se interesó entonces, volteándose hacia el que ahora advirtió que era un elfo.
-Oh, disculpad mi atrevimiento. No me había percatado de vuestra condición, espero no haberos asustado.- se excusó el elfo. Ella arqueó una ceja, desconcertada, ¿de qué condición hablaba? -Imagino que llegáis para la expedición en las ruinas, la sacerdotisa me envía.
-Claro, si... La sacerdotisa, si. ¿Quién? Por supuesto, la expedición, me han requerido en ella.- se aventuró a seguirle la corriente, aun sin saber a qué se refería, pero hablaba de las ruinas y al parecer estarían más concurridas de lo esperado. Si aquella confusión facilitaba su acceso... -Disculpad vos, me habéis pillado por sorpresa. Seguid vuestro camino sin reparos, ya me han dado indicaciones de hacia dónde diri...

Antes de poder terminar la frase, alguien más apareció tras ellos, dirigiéndose a ambos con voz serena y vagamente familiar. No... Y ahora qué... Se volteó hacia el nuevo interlocutor, reconociendo al instante, para su sorpresa, al herrero que había trabajado el acero que portaba. -Vaya, señor Calhoun, menuda coincidencia.- y tanto que lo era -No, en absoluto, el arma va perfecta. Y la espada todo un acierto, sin duda.

Antes de poder siquiera preguntar qué lo traía por aquellos parajes, él se explicó con pocas palabras. ¿Qué? ¿La Logia? Entonces... La expedición... ¡¿Y yo acabo de hacerme pasar por una de ellos?! Un momento... Entonces... La sacerdotisa es... Al instante comprendió el error que había cometido, sólo esperaba que su congénere no optase por regresar con ellos, dándola a conocer como una más a la que aguardaban, porque evidentemente reconocerían que no lo era. Había oído hablar del gremio, una agrupación de eruditos que era ampliamente conocida en Sandorai, más desde que la nombrada como Gran Encantadora formaba parte de ellos. Además... ¿Acababa de decir que precisaban de ayuda? ¿Podría explorar sin mayor problema pese a la intervención de aquel grupo? Dioses... Sería bocazas.

-Oh, no, señor. Si me disculpáis, he de seguir con la tarea que se me ha encomendado, pero enviaré al campamento todo aquel que encuentre dispuesto a ayudar. A más ver.- sólo los dioses saben lo aliviada que se sintió al escuchar aquellas palabras, que la brindaban una oportunidad para enmendar el desliz. Ahora sabiendo que no sería problema su presencia en una labor de La Logia, podría presentarse sin temores y continuar con sus planes. Visto incluso desde otra perspectiva, poder contar con los eruditos sería toda una ventaja para su investigación personal.

No pudo evitar sentirse bajo el foco de las tantas miradas de los apostados en el campamento, esperando instrucciones. Sin lugar a dudas todos allí contaban con mayor información sobre las ruinas que ella y al juzgar por sus apariencias, también con más experiencia. Cuando todos los que, al parecer, participarían en la expedición estuvieron presentes, la que sin duda debía ser Níniel Thenidiel se dispuso a exponer la situación e indicar las directrices siguientes. Habiendo llegado en busca de indicios de antepasados, la existencia de enterramientos supuso para ella la principal fuente de información. No buscaba reliquias, ni tesoros, tampoco joyas o antigüedades. Nombres, restos, un legado... Cualquier indicio de su clan ascendente.

-Si no es inconveniente, también me gustaría explorar la cripta y sus galerías- se postuló, tras la elección de los demás -No tengo interés en adueñarme de nada y sin reparo compartiré con el resto todo lo que encuentre, si es que se da algo. Yo tan sólo estoy aquí en busca de información.
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Mensaje  Fehu Mar Mar 02 2021, 17:07

Escribo estas palabras porque necesito concentrar mi vista en algo que no sea esta prisión de piedra. Que Imbar me perdone, pero mi gente no esta hecha para tener la tierra sobre nuestras cabezas. Centrémonos. Empezaré por el principio. Será más fácil así. Como escribí más arriba, fui asignado al grupo del Encantador Calhoun.

De entrada, el túmulo no parece tener mucho que ver con los enterramientos élficos, salvo por el gran roble cuyas raíces horadan la elevación. Aunque, dada la antigüedad y el estado del lugar, resulta difícil determinar si el árbol ya estaba aquí cuando se eligió el lugar o invadió el espacio con posterioridad. A medida que nos adentrábamos por la galería, tuvimos que sortear algunas raíces que invadían el corredor. Sin embargo, había zonas en que daba la sensación de que el pasillo se curvaba a propósito, quizá para evitar causar sufrimiento al gran árbol.

Tras un lento descenso, el espacio se abrió en una gran cámara. Es allí donde escribo estas líneas. Avisados por el Encantador Calhoun de la posible existencia de trampas arcanas, procedimos con precaución, por lo que hasta ahora, sólo he tenido ocasión de examinar de cerca uno de los murales que adornan la estancia. Domina la composición un hermoso y detallado ejemplar de pino carrasco. Mágico, a juzgar por lo poco que tuve tiempo de observar de la escena que lo rodeaba antes de que la desgracia se abatiera sobre nuestra empresa.

Un derrumbe bloqueó la galería por la que llegamos a la cámara. Habrá quien diga que era algo que podía pasar. Después de todo, fue un derrumbe lo que nos permitió acceder a esta zona del túmulo y, a juzgar por el estado de una de las paredes de la sala, no ha sido el único que ha sufrido esta tumba.

Pero yo estoy seguro de que hay alguien más aquí. Alguien que quiere que nos pudramos en este agujero. Lo oí justo antes de que el techo se desplomara: una risa en la distancia, casi como un cacareo. Al menos, no creo haberlo imaginado.

Junto a la pared del pino, unos bloques derribados dan paso a una abertura en la tierra. Un túnel que desciende, quizás a alguna caverna. Una corriente de aire se filtra por allí, lo que podría conducirnos a la salvación… o a un destino aún peor. Estoy seguro que el cacareo venía de allí.

Mientras escribo, el Encantador Calhoun considera nuestras opciones. Solo espero que su decisión no nos lleve por ese túnel. El ambiente se siente tan pesado aquí abajo. No quiero bajar más.

De la pared opuesta sale otra galería. Quizá lleve a una cámara lateral, pero el pasillo parece ascender. Podría llevar a otra salida. ¡Oh, Anar, espero que sea otra salida!

Extracto del diario de Ihorcas Albaraningorien, recluta de la Logia. Recuperado de la orilla sur del embalse semana y media después de los hechos



Nos dirigimos al Círculo tras la Gran Encantadora. Ella nos hizo detenernos antes de entrar, lo cual me habría parecido una sabia decisión (pues, incluso fuera del Círculo, todos podíamos percibir algo especial en la cualidad del éter de la zona), si no fuera porque ella decidió entrar primero a hacer sus cosas de Alta Sacerdotisa.

Sí, ya sé que yo aquí ni pincho ni corto y mi opinión, además de impopular, no cuenta para nada, pero esto no habría pasado si la difunta Gran Encantadora Frost hubiera guiado la expedición. Hace falta una mente fría para llevar estas cosas y los elfos son demasiado místicos y devotos.

No vi lo que hacía la Gran Encantadora dentro del Círculo. Yo estaba ocupada comprobando el equipo, que es para lo que me llevaron allá. De repente, oí una exclamación de asombro. Levanté la vista para ver qué pasaba, pero todo lo que pude ver fue a Tinarandel corriendo hacia el centro del Círculo (imagino que para atender a la Gran Encantadora, que estaba tirada en el suelo) y caer desmayado junto a la piedra central; igual que todo aquel que se lanzó inconscientemente a “ayudar”.

¿Que qué hice yo? Sacar el equipo, obviamente. De poca ayuda iba a resultar desmayada con los demás y no podía establecer un curso adecuado de acción hasta haber determinado la naturaleza y alcance del problema.

Extracto del informe de campo de la Aprendiz de Encantadora Carlina Florel, relativo al incidente en el Círculo de Piedras



La mañana era fresca pero soleada. Los rayos de sol golpeaban la cara este de la colina arrancando reflejos irisados a las gotas de rocío que cubrían la ladera. Éstas se evaporaban con la caricia, dando al Círculo un aspecto etéreo y delicado. Era el escenario perfecto para una boda.

Iole y Ushún encabezaron la subida con las manos entrelazadas. Habían intentado mantener una actitud solemne al principio, pero la primera vez que sus miradas se cruzaron, sendas sonrisas se abrieron paso en sus rostros y se negaron por completo a abandonarlos.

La ceremonia sería sencilla. Una vez ante la Gran Piedra central, la pareja recitaría la inscripción en presencia de los testigos, junto con su promesa de fidelidad y apoyo mutuo. Y entonces, comenzarían los festejos.


__________________

Inicialmente, cuando se me ocurrió la idea de estas ruinas, pensé en una misión para un par personajes en la que, en cada turno, el agua estaba un poco más cerca, mientras ellos trataban de explorar el mayor número de zonas posible antes de que se inundaran. A medida que le daba vueltas a la idea, se me hacía más complicada, por lo que decidí reducir los turnos ampliando el número de participantes. Quizá por eso, el primer turno me ha quedado un poco denso en cuanto a número de objetivos.

Para no haceros pasar por un turno extra. He hecho un par de suposiciones que espero me perdonéis: 1) Con una Alta Sacerdotisa de Sandorai al mando de la expedición de la Logia, imaginé que estaríais más inclinados a presentar vuestros respetos en el Círculo de Piedras antes de meteros en faena; 2) Del comentario de Níniel acerca de las nuevas oportunidades tras el derrumbe, así como la mención de Aylizz a “la cripta y sus galerías”, he deducido que tendríais más interés en las zonas inexploradas del túmulo, más allá de la sala principal.

Níniel y Al’theas: El Círculo os ha elegido depositarios de su historia. Ahora sois Iole y Ushún (tranquilos, es temporal. Además, podéis elegir quién es quién). No tenés conciencia de la existencia de Níniel o Altheas, pues faltan muchos siglos para su nacimiento. Por fin ha llegado el esperado día de vuestra boda. Lo que no sabéis aún es que este también es el día en que todo cambiará, y no solo para vosotros dos. Vuestro objetivo para este turno es mostrarnos, a través de los ojos de Iole y Ushún, qué fue lo que hizo que esta ciudad acabase siendo abandonada. Podéis colorear vuestra narración con cualquier detalle que consideréis oportuno acerca de la vida en la ciudad, su historia, cultura… Tenéis libertad creativa, siempre que respetéis el lore del foro, por supuesto.

Vincent y Aylizz: A pesar de que la expresión “ser como una tumba” se asocia con la capacidad para guardar secretos, lo cierto es que los arqueólogos llevan siglos utilizando los enterramientos como fuente de información para reconstruir la vida en el pasado. La decoración, los ajuares de los difuntos, la colocación de los cuerpos… Cada detalle puede convertirse en una valiosa fuente de información. Vuestro primer objetivo para este turno será describir la cámara que menciona Ihorcas en su escrito. ¿Os atrevéis a sacar conclusiones sobre ella? Podéis poneros de acuerdo con Níniel y Altheas o esperar a ver lo que ellos escriben, aunque, por lógica, vuestro enterramiento es anterior a su visión, por lo que no todo lo que encontréis tiene por qué coincidir con sus vivencias. Igual que ellos dos, tenéis libertad creativa en este punto.

Al final de vuestro turno, deberéis tomar una decisión relativa al pequeño percance del derrumbe: ¿Seguiréis el túnel que se adentra en la colina siguiendo esa corriente de aire o subiréis por la galería lateral? Por supuesto, podéis quedaros e intentar desbloquear el camino por el que entrasteis, pero os adelanto que Ihorcas tiene razón en una cosa: ese desprendimiento no fue casual.

Aylizz: El texto hace referencia a la decisión de Vincent, por ser el miembro de la Logia de mayor rango en el lugar. Sin embargo, tú no perteneces a la Logia, por lo que no estás obligada a seguir el mismo plan.

Todos: El orden de posteo es libre, podéis mantener el del turno anterior o modificarlo como mejor convenga a vuestra narración. En cuanto a las versiones de Ihorcas y Carlina, son eso, sus versiones. Las vuestras no tienen por qué coincidir al 100%.
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Mensaje  Níniel Thenidiel Sáb Mar 06 2021, 21:39

-¿Sabes? No eres de mucha ayuda manteniendo esa sonrisa bobalicona en la cara.- increpó Iole a su prometido, haciendo un esfuerzo por no acercarse a besar aquellos labios de idiota en los que su mirada había acabado por posarse. Ambos caminaban colina arriba con un paso calculadamente lento, tratando de mantener una compostura y unas formas que cualquiera que conociera a la elfa sabría que no eran, ni mucho menos, de su costumbre o agrado. -Si me equivoco mientras recito será culpa tuya.- Se eximió, a pesar de que ella misma también tenía una radiante sonrisa en su rostro, y que apenas parecía capaz de contener una de sus cantarinas risas; de esas que tanto le gustaba escuchar a Ushún, según él mismo declaraba constantemente, aunque solo fuera por verla sonrojarse después.

Tras la pareja, y en su mayoría con mucho mayor facilidad para guardar las formas, avanzaban en tranquila procesión sus amigos y familiares. Todos iban vestidos para la ocasión, ya fuese siguiendo la tradición de los elfos, la de los brujos, o, a veces, incluso la de ambas razas a la vez. Como era el caso de una de las primas de Iole; que si bien era elfa, vestía ropas típicas de una bruja, aunque manteniendo una flor blanca en su trenzado cabello blanco, denotando, según las costumbres de los hijos del bosque, su condición de joven soltera. Estado que en opinión de la novia no cambiaría hasta que la joven aprendiera a ser más diligente en sus deberes como sacerdotisa.

Cerca de la comitiva, aunque manteniendo cierta distancia, pues no eran invitados a pesar de que la novia era también una de ellos, un elevado número de centinelas montaba guardia en la colina. Y aquello no era ninguna tradición ni de brujos, ni de elfos, ni de aquella ciudad. Tampoco estaban allí para rendir honores a una hermana guerrera en un día tan importante. Estaban allí cumpliendo escrupulosamente su deber como soldados, pues las tensiones entre las naciones de elfos y brujos habían vuelto a escalar hasta cotas elevadas en los últimos meses, e incluso algunos de los habitantes daban por sentado que una nueva guerra entre ambos era inevitable. Una más en la larga historia de dos razas que en su gran mayoría se negaban a mirar ejemplos de convivencia como el de aquella ciudad...y de hacerlo lo hacían con desdén.

Poco les importaba si habían logrado paz y prosperidad cuando no les habían augurado más que traición y servidumbre a manos de la otra raza. Igual les daba que hubiesen sido capaces de rendir culto a los dioses en un mismo templo, y hacerlo con respeto de los unos para con los otros, logrando incluso que dos modos diferentes de entender el regalo de los divinos pudieran coexistir. De nada servía recordarles que cada altibajo en sus dos siglos de existencia había sido culpa de los intentos externos de unos y otros por sabotearles y demostrar que algo como "Ost-in-Maaratulda" no era posible, y no por desavenencias internas aunque las había habido...

Su odio era demasiado fuerte...Pero si la ciudad seguía firme, si más elfos y brujos se les unían, con el tiempo todos tendrían que poder verlo.

Cuando la comitiva finalmente llegó ante el círculo de piedras que presidía lo alto de la colina, solo el futuro matrimonio se adentró hasta colocarse frente al gran monolito central, mientras que el resto se congregó alrededor a distancias equidistantes y bajó la cabeza respetuosamente. El silencio se adueñó de la loma, solo interrumpido por el el viento que se deslizaba entra las rocas y que casi parecía querer acompañar a la pareja con sus silbidos mientras estos recitaban la sagrada inscripción y vinculaban sus vidas ante los dioses y sus hermanos con promesas de amor y fidelidad.

-Yo, libremente, juro ante los dioses y ante mis hermanos que mi amor es sincero y puro. Me entregaré a ti en cuerpo y alma. Compartiré contigo mis días y mis noches ya sean...-Comenzaron a recitar juntos tocando cada uno con una mano la roca, templada al tacto a pesar de ser piedra, y con las manos libres unidas. A Iole aquellas palabras le daban vergüenza. Hubiese preferido algo más...personal, más intimo y menos...Pero aún así recitaba convencida, intercambiando miradas constantemente con Ushún cada vez más azorada, pero más radiante. Apretando cada vez más fuerte su mano.

Pronto acabaría aquello, podrían descender, dejarse de rituales y celebrar una gran fiesta que hiciese a todos olvidar las malas noticias que llegaban de fuera, aunque fuese por unas horas. Y después...por fin estarían los dos solos...

En ese momento, cuando apenas habían leído una parte de la sagrada inscripción, un fuerte golpe de viento azotó la loma. No era un viento normal, pues aunque a veces en aquella colina podían soplar rachas bastante fuertes, nunca ninguna lo suficientemente intensa como para enviar a varios de los invitados al suelo, así como para hacer que Iole tuviera que agarrarse a uno de los monolitos para no acabar también como ellos.

Varios de lo amigos y familiares no pudieron evitar gritar asustados ante lo sucedido, aunque la mayoría más que asustados estaban perplejos. Incluso los centinelas miraban en todas direcciones sin saber que había pasado. ¿Era cosa de los dioses?

-Ese aire...estaba cargado de éter.- Pronunció la prima de la novia, aprendiz de sacerdotisa en el templo y bastante dotada para las artes mágicas. -Nunca había sentido algo así...-añadió doblando las rodillas y con los ojos muy abiertos. -Ha sido hasta opresivo...-Dijo logrando alarmar aún más a los allí presentes. Especialmente cuando más de los invitados, todos ellos brujos y elfos talentosos con la magia secundaron aquellas palabras.

-¿Pero qué lo ha causado?- Preguntó Iole, olvidándose por un momento de su papel como novia y tomando el de centinela. -¿Un hechizo? ¿De quién y dónde?- Quiso saber sumándose al resto de centinelas en su tarea de tratar de averiguar qué estaba pasando. Los dioses no la habían bendecido con los dones de sacerdotisa de su prima, pero sí con una vista especialmente aguda, y que le había dado la victoria en todas las competiciones de tiro en las que había participado.

-No lo sé...yo...¿Notáis eso?- Añadió entonces aún de rodillas en el suelo. -La colina...está temblando...-

Iole no pudo si no agacharse para confirmar que las palabras de su peliblanca familiar eran nuevamente ciertas. Era muy leve, apenas perceptible pero el suelo estaba temblando...Y cada vez lo hacía con mayor intensidad. -Pero qué...-Quiso volver a preguntar la elfa, mirando a Ushún preocupada. Más de pronto su aguda vista respondió aquella pregunta incluso antes de terminar de formularla...llenando su rostro de miedo y horror.

-Dioses...-Fue cuanto pudo decir señalando con pulso tembloroso hacia el otro extremo de la ciudad, donde una tromba de agua, con la fuerza de la ira de la misma Imbar, y con la altura suficiente para tragarse la mayoría de los más altos edificios de la ciudad, se cernía sobre esta, implacable.

Los gritos y el caos, tanto en la colina como en la ciudad, no tardaron en comenzar.
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Mensaje  Al'theas Tinarandel Mar Mar 09 2021, 06:01

Tras un breve debate sobre como proceder la exploración de las ruinas con el poco tiempo del que disponían... los integrantes de la Logia comenzaron sin mas dilación la investigación.
Aquellas grutas húmedas y oscura habían visto tiempos mejores, pero todavía eran visibles muchos de los grabados, runas y signos que aun eran visibles en sus frías paredes, las cuales eran revisadas por aquel par de eruditos a los que se les encargo seguir al grupo y que el caballero esmeralda debía de cuidar por su seguridad junto al resto del grupo.

-Nada... en este sitio no hay nada verdaderamente interesante... solo... algunas tontearías sobre estaciones... o fiestas que ya no se celebran... aargh... solo espero que nuestro amigo el duende verde sea diestro con la espada si por casualidad nos topamos con elfos o brujos no-muertos o algo por el estilo...- Dijo el erudito Rincewind, mentando con desdén al caballero esmeralda mientras se quejaba.

-Shhhh... que te va a oír…- Replico el joven Simon -Y no te preocupes, seguro que somos capaces de encontrar algo de gran valor, después de todo... hemos sido elegidos por los mas ancianos y sabios eruditos... ¡somos sus elegidos! y no podemos defraudar a nuestros maestros- Dijo totalmente inspirado.

-¿Eres idiota verdad?... no estamos aquí porque seamos sus elegidos... si no porque esperan que muramos aquí y así ya no tendrán que vernos mas la cara jamás...- Resoplo con indignación.

-Cielos Rincewind... ¿Por qué piensas tal cosa?- Pregunto el joven con ingenuidad.

-¿Por las 10 veces que congelaste el aula de hechizos al tratar de realizar una estaca de hielo? o... ¿por las veces 12 veces que destruí el laboratorio de magia ígnea tratando de realizar una bola de fuego? admítelo... jamás conseguiremos ser magos- Dijo en un abrumador tono pesimista.

-No con esa actitud desde luego- Le dijo con una sonrisa optimista.

Al'theas con su fino oído podía escuchar la conversación de aquellos dos... incluyendo el desafortunado comentario hacia su persona que prefirió ignorar. Poco después, el grupo de exploración parecía que por fin había encontrado algo, lo que parecía ser algún tipo de circulo sagrado de algún tipo al que la sacerdotisa Níniel decidió acercarse para realizar algún tipo de ritual.

En principio el caballero esmeralda no objeto nada, al igual que él era una elfa, y los ritos hacia los muertos siempre habían sido algo importante para la mística raza y él confiaba plenamente en lo que la sacerdotisa estuviera haciendo.

-Proceded con cautela...- llego a decirle con formalidad a la Alta Encantadora.

-Oye Rincewind... mira esto... estas.. runas de las paredes...dicen algo de... espejo... pasado... es como si...- Y antes de que pudiera decir nada mas a medida que pasaba sus manos por las runas de aquella pared... estas comenzaron a iluminarse invadiendo toda la habitación... hasta alcanzar el circulo en el que se encontraba Níniel, momento en el que la sacerdotisa cayo fulminada en el suelo para sorpresa de todos.

-¡¿Qué has hecho ahora idiota?!- Grito en voz baja llevándose las manos a su sombrero de mago.

-Yo... ¡juro que no hice nada!- Dijo entrando en pánico.

-¡Níniel!- Grito el caballero esmeralda, dejando atrás las formalidades y lanzándose a ayudar a la sacerdotisa en un imprudente acto reflejo... para luego caer desplomado cerca de su querida amiga con la misma facilidad que ella en cuanto puso un pie en el circulo.

La consciencia de Al'theas comenzó a fragmentarse a velocidad vértigo, atrás quedaban sus recuerdos, su voluntad y la noción del tiempo, suplantándose otros recuerdos de otra época hasta materializarse en algo físico que tomo forma a un pasado que se convirtió en presente... como si siempre hubiese estado ahí con el comienzo de una voz que ahora le era familiar.

-Perdóname... Iole... ya sabes... que sonrió involuntariamente cuando tu lo haces... embrujándome con esa sonrisa que me hace sentir extremadamente dichoso...- Dijo Ushún en un tono  encantador, mientras acercaba con delicadeza una de sus manos para acariciar con afecto la mejilla de su amada Iole, en un acto placebo por contener los deseos que tenían en común de besarse, pues había unos protocolos que debían ser atendidos para consagrar su matrimonio, solo un poco mas... y después podrían dar rienda suelta a su felicidad.

Ascendieron juntos hasta el lugar donde harían sus votos, frente a sus amigos y familiares serian testigos de la feliz unión, entre los que se encontraban una armoniosa mezcla entre elfos y brujos vestidos para la ocasión, mientras que Ushún se distinguía por vestir un atuendo elegante pero con ciertos toques distintivos bélicos, que recordaban tanto su ascendencia como brujo, como su rango como hechicero de guerra. Una combinación que se había elegido para enfatizar en el pasado, cuando ambas razas estaban en conflicto... excepto en aquella maravillosa ciudad donde había conocido la paz junto a Iole.

Entre los invitados se encontraba allí su mejor amigo, Ilyon, al cual consideraba un hermano, pues ambos habían luchado y sangrado juntos en distintas guerras, pensaba que no le volvería a ver nunca, pero allí estaba, vestido para la ocasión y asintiendo la cabeza con aprobación junto a una sonrisa.

Allí, ante todos ellos, la pareja realizo el juramento dentro del circulo de rocas, juntando sus manos en el gran monolito, recitando juntos el juramento que consagraba su unión como representación de la paz que debía ser respetada en aquella ciudad.

Para Ushún no pasaban desapercibidas las miraditas de Iole, ni tampoco su nerviosismo a pesar de que sabia que ella hacia todo lo posible para que no se le notara a las cuales correspondía intentando no parecer pícaro, añadiendo ligeros y lentos apretones de manos, las cuales tenían entrelazadas entre sus dedos mientras mantenían las otras sobre la roca templada del monolito, esperando de esa forma conseguir relajarla con sus disimuladas muestras de afecto.

Pero justo en ese momento... una fuerte corriente de viento azoto con fuerza y cogiendo por sorpresa a todos los presentes. Ushún hizo lo posible por mantener el equilibrio agarrándose al monolito a la vez que sujetaba la mano de su amada con fuerza para acercarla a su pecho en un acto nacido de su instinto protector.

-¿Que diablos ha sido eso?... parecía...- Eter, como bien había señalado la prima de su amada, seguido de un extraño temblor que por alguna razón instintiva... sirvió como el anuncio de algo mucho peor para los allí presentes, lo cual daba para mas preguntas... hasta que Ushún se cruzo con la mirada perpleja de Iole, la cual se percato de que se trataba...

La ciudad se estaba hundiendo, por algún motivo aun desconocido el rio se había desbordado de forma antinatural... y estaba engullendo a la ciudad y a sus habitantes a velocidad pasmosa.

-Iole... vete con las centinelas, llevaros a los demás y a a quien podáis y poneros a salvo... yo e Ilyon vamos a parar esto...- Y sin apenas decir mucho mas, pues el tiempo apremiaba... Ushún  beso la frente de su amada y salió corriendo junto a su amigo Ilyon y otros brujos mas, los cuales eran grandes hechiceros de talento, aun no sabían como iban a arreglarlo... pero ya se les ocurriría algo, como en los viejos tiempos.

Llegados al lugar del desastre... se acercaron cuanto pudieron a la ciudad, bordeando las colinas que ahora parecían las orillas de un rio furioso que poco a poco iba creciendo mientras Ushún sopesaba la situación -Muy bien... a juzgar por el Eter... esto no se debe a algo natural... parece mas bien de origen mágico... pero si unimos fuerzas... quizás podam...- Y justo antes de terminar aquella frase... Ushún se vio así mismo atravesado por lo que parecía ser una estaca hecha de puro fuego... como si fuera una espada moldeada a base de llamas, clavándose por su espalda y saliéndosele por el pecho, pero si hubo algo que le dolió mas que aquella herida... fue ver el rostro de quien empuñaba aquella arma de energía mágica al volver la cara hacia atrás... su amigo Ilyon.

-Ilyon ... ¿por que?...- Pregunto agónico a duras penas.

-Siempre tuviste muy buen olfato Ushún ... en efecto... este desastre es de origen mágico...- Hizo una pausa mientras aquella arma ígnea se desvanecía de sus manos, dejando ver un gran boquete en el pecho de Ushún -Una gran guerra se acerca...una que colocara a nuestra sociedad donde realmente se merece... y nos hará crecer en este mundo de una manera que jamás se ha visto... pero para lograr eso... primero esta ciudad debe desaparecer... no podemos permitir que nuestra gente... se debilite igual que tu... confraternizando con el enemigo...- A pesar de ser un maestro de la magia ígnea... su mirada era fría como el hielo a medida que pronunciaba aquellas palabras.

-Idiota... ¿no te das cuenta?... hablas igual que esos peleles a los que les han comido la cabeza... mandatarios que en verdad solo buscan su propio beneficio sin importarles su gente... esperando utilizar a gente como tu... para que les hagan el trabajo sucio...- Sus palabras se entrecortan para toser sangre antes de volver a mirar con los ojos llenos de lagrimas a quien una vez considero un hermano -¿De verdad me traicionas... por eso?...-

-¡TU NOS TRAICIONASTE PRIMERO JUNTANDOTE CON ESA ZORRA ELFICA!...- Aquellas palabras las grito a pleno pulmón esta vez con sus ojos llenos de un fulgor inquietante que fue menguando poco a poco -Las líneas que dividen los reinos de Aerandir... no se consiguieron pidiéndolas por favor... se trazaron con sangre... y nosotros queremos ampliar las nuestras... y para empezar... esta ciudad debe caer en el olvido... - Agarra del cuello a un debilitado Ushún, el cual sabe que esta demasiado débil como para hacer nada, y aunque pudiera hacer algo... los otros brujos de detrás suya, que también tienen sus mismos ideales... no le dejarían hacer nada -Y tu... con ella...- acto seguido, arroja a Ushún a las furiosas aguas, que consumen sin piedad todo.

El cuerpo de Ushún es retorcido por las aguas, y en su mente solo quedan los pensamientos de lo cerca que estuvo de ser feliz... con la mujer que amo... y su sonrisa seria la imagen que retendría en su mente hasta que la vida abandonara su cuerpo.
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[Desafío] Scavengers' Countdown Empty Re: [Desafío] Scavengers' Countdown

Mensaje  Vincent Calhoun Sáb Mar 13 2021, 19:21

Después de las palabras de Níniel, y las añadidas por Vincent, todo estuvo dispuesto para partir.

Entre los eruditos no se tardó en llegar a un consenso para ver quienes serían los elegidos para la expedición. Después de todo, para unos, explorar las ruinas en tan poco tiempo no les darían los descubrimientos que esperaban, para otros, en cambio, lo poco que pudieran sacar de aquel asentamiento, semi olvidado por el tiempo, era un tesoro de incalculable valor.

Así pues, pese a que el grupo de exploración sería reducido y no habría muchas plazas para participar en la corta aventura, entre los que veían una oportunidad y los que no, no fue difícil llegar a un acuerdo.

- No es inconveniente. Pero, ¿quién sois?, encantadora señorita. No recuerdo haberos visto por el campamento.

- Tranquila, Seren-, intervino, al escuchar, mientras se acercaba, la pregunta de la mujer perteneciente al grupo. - La conozco.

El brujo lo dijo con toda sinceridad y la seguridad en uno mismo que daba la experiencia, más… lo cierto es que no la conocía como aseverarlo de aquella manera. Sin embargo, le había pedido ayuda y allí estaba la dama. Desdeñarla después de confiar en ella era un tanto estúpido, cómo mínimo de no estar en sus cabales, y lo que esa mujer tuviera en mente… Eso, como casi todo, ya se lo diría el tiempo.

- ¿No tiene interés en llevarse nada? Pero yo pensaba que esto era una aventura del primero que lo veía, se lo quedaba-, bromeó, antes de reír con suavidad. - Damas y caballeros, una más en el grupo no nos hará daño. Les presento a la señorita Aylizz. Nos acompañará de buen grado en esta bonita cita con la historia-, comentó, dejando que siguieran las conversaciones. No obstante, el brujo no tardó en retomar la palabra. - Bueno, es el momento. Lo que quiera que nos depare ese túmulo solo lo hallaremos allí dentro.

Los integrantes de la Logia de aquel grupo asintieron y, sin mediar más palabras, avanzaron hacia las ruinas.

Su grupo, como ya habían decidido con anterioridad, se dirigió directamente a la entrada del túmulo. Aquella boca de lobo no tenía el mejor de los aspectos, más había que hincharse de valor si querían desentrañar los misterios ocultos bajo la superficie terrenal. Otros exploradores de la Logia habían entrado antes que ellos, durante la mañana, y habían asegurado que, pese a su aspecto, la entrada era segura. Y, la verdad, según avanzaban, podían comprobar con sus propios ojos que el paso del tiempo no había hecho tanta mella en el acceso, como su antigüedad podría así presagiar, por lo cual encontraron algo de consuelo durante el trayecto ante la solidez de la estructura creada en el pasado por brujos y elfos.

Alguna rama, de gran tamaño, atravesaba las paredes en determinadas zonas, y daban una sensación de estar en peligro y apresados bajo tierra, a punto de ser enterrados bajo el peso de la colina, más la propia fortaleza de las ramas ayudaban a sostener esas partes más dañadas de la bajada hacia la cámara.

- Maravilloso-, comentó el brujo, al contemplar por primera vez el interior del túmulo.

- Es impresionante cómo puede cambiar la percepción de algo con tan solo cambiar de posición-, afirmó uno de los integrantes de la expedición. - Simplemente al verlo con mis propios ojos debo reconsiderar todo lo que podría haber imaginado sobre la cultura de nuestros antepasados y sus pensamientos sobre la muerte.

Vincent asintió, como respuesta al bueno y esbelto Turgon.

- Tengamos cuidado, puede que queden trampas por aquí. A ninguna cultura que elige enterrar a sus muertos le gusta que profanen a sus antepasados.

- Así es, Ihorcas. Tengamos cuidado, y toma apuntes de todo lo relacionado con esta sala. Será un importante informe para nuestros compañeros.

En cuanto escuchó sus palabras, el hombre sacó un pergamino y los utensilios de escritura para ponerse manos a la obra, en el lugar más cómodo que encontró.

Vincent, por su parte, se acercó hasta el árbol. A aquel majestuoso pino lo había reconocido nada más verlo. Y al principio le sorprendió que aún viviera después de tanto tiempo, allí abajo, alejado de la luz del sol, pero no tardó en reconsiderar aquella idea. Después de todo, aquellos árboles no crecían en cualquier lugar, y por ende, el suelo en el que se asentaba debía tener una conexión especial con el éter que lo alimentaba.

- Me pregunto hasta qué punto la leyenda será cierta-, musitó para sí mismo, después de quitarse uno de sus guantes y acariciar la corteza del árbol que se erguía con poderosa presencia en la pared posterior a la entrada al salón. - Después de todo, toda leyenda tiene algo de verdad y…

Sí, estaba pisando el túmulo funerario de una ciudad en la que habitaban elfos y brujos que se consideraban iguales. La leyenda que iba asociada al pino mágico podía tener algo de verdad.

- Esta manera de enterrar a los muertos no encaja ni con los brujos, ni con elfos. No del todo, al menos con los tuyos, Turgon-, mentó Seren, sacando al mercenario de sus propios pensamientos.

- No, es muy curiosa. De todos modos, la ciudad es muy antigua. Seguramente muy anterior a las actuales costumbres de nuestras razas-, contestó el elfo. - Esta forma de enterramiento parece una mezcla entre la costumbre de mi raza y del rito de enterramiento de los dragones.

La cámara tenía el árbol mágico en la pared recta, que se encontraba enfrente a la entrada por la que habían llegado, y dicho árbol era una clara representación del pueblo élfico y, al mismo tiempo, como símbolo de la magia, importante y eje de vida en ambas razas. Alrededor, en nichos de piedra, horadados en la piedra exterior que rodeaba el salón, formando un semicírculo que acababa en las esquinas de la pared recta tras el árbol, se encontraban los cuerpos de varias personas, o mejor dicho, lo que quedaba de esos cuerpos. Difícil decir de qué raza era cada uno de ellos, con el tiempo que había pasado, sin embargo, se podía intuir algo de la idea que tenían aquellos desaparecidos habitantes por la forma de enterrar a sus familiares, pues una tela en deplorable estado aún envolvía algunos de los cuerpos, que debían de haber sido tratados de alguna manera, para que aún no se hubieran convertido en polvo con tantos siglos recorridos en el interior del túmulo.

En cualquier caso, como bien había apuntado Turgon. Parecía que los habitantes de aquella ciudad los enterraban en aquellos huecos, de un modo parecido a como harían los norteños con sus familiares en sus cuevas familiares. Y la disposición, totalmente ordenada en filas y columnas, de los mencionados nichos, todas a la misma distancia las unas de las otras, daban otras tantas pistas.

- Y teniendo en cuenta el pasado de ambas razas, y de quienes dieron el don a brujos y elfos-, comentó el rubio, volviendo a colocarse el guante, mientras caminaba por la estancia.

No hacía falta decir más. Los dragones, los auténticos, los grandes y majestuosos, los desaparecidos. Ellos debían ser dioses para aquellas personas, para algunos, incluso hoy día, aún lo eran.

- Espero que no la estemos aburriendo-, le mencionó a la elfa, acercándose a ella, y mirando con curiosidad las inscripciones más cercanas a la dama. - ¿Sabéis?, sois alguien especial. No a mucha gente le gustaría adentrarse en lugares como este, mucho menos para no ganar dinero con ello-, comentó, como si tal cosa, sin alarmarse, levantar la voz, ni parecer que estuviera diciendo nada importante.

Vincent clavó la mirada sobre ella y le dedicó una media sonrisa.

- No quisiera importunaros. Más, ¿qué buscáis vos en tal lugar? No deseo entrometerme en vuestros asuntos, ni ofenderos con mis preguntas, así que si me decís que no son de mi incumbencia, no os molestaré más con ellas. Pero no puedo evitar preguntarme qué información valiosa buscáis aquí-, terminó por decirle, sin perder el buen talante.

Después de todo, allí dentro, poca información reciente iba a encontrar. Tal dato alentaría la curiosidad del más obtuso de las personas, y Vincent no requería de mucho misterio para sentir el quemazón del deseo por descubrir fluir por sus venas, abrasándolo por dentro con placentero deleite.

¿Aylizz necesitaba saber algo en concreto de la misteriosa ciudad? ¿Sobre las personas que se atrevieron a romper las reglas del odio e intentaron quererse y vivir en armonía?

No en vano, para los elfos, que vivían más que nadie si no se derramaba su sangre sobre la tierra, las generaciones pasadas hacia cualquier acontecimiento se contaban en menor número que para el resto de razas. Para ellos, casi todo en la sellada historia estaba al alcance de la cercanía. Al menos, más cerca que para cualquiera que no fuese hijo o hija de Sandorai..

- Sé lo que parezco, más aún con lo poco que la conozco. Qué puedo decir, siempre he sido un tanto osado-, dijo medio en broma, recuperando la medio sonrisa sobre sus labios. - Aunque más allá de mis inquisitivas preguntas, sí que puedo decirle, que si tanto le gusta este tipo de búsqueda de información, en la Logia siempre estamos deseosos de contar con personas con este espíritu. Bueno, ya sabe, este tipo de personas no abunda por el mundo. Y eso me lleva de vuelta al lugar en el que nos encontramos-, dijo, separándose de la elfa para pasearse por el recinto mientras miraba las tumbas labradas en piedra. - ¿Ve este orden tan perfecto? Me parece que los habitantes de esta cultura se tomaron muchas molestias para enterrar a todos sus familiares con un mismo patrón. Diría que les importaba que todos descansaran como iguales y que ese era su deseo al construir el túmulo de esta manera. ¿Qué opina al respecto? - preguntó, curioso por saber qué pensaría la dama de los bosques al respecto y anhelando escuchar otro punto de vista.

El brujo mercenario no pudo añadir nada más, porque un tremendo ruido se escuchó en el acceso de entrada a la cámara funeraria. Uno de esos sonidos que son imposibles de confundir, y que, por ende, dejó un cuadro de incertidumbre y preocupación en el rostro de los presentes, pues, del mismo modo que aquel acceso era la entrada a la cámara, también era su salida.

- ¿Qué haremos ahora? - preguntó Ihorcas, con denotada preocupación apresando sus palabras.

- Tranquilos, aún tenemos tiempo antes del cierre de las compuertas de la presa. Ponernos nerviosos no nos ayudará-, contestó, aunque también estaba preocupado por una situación tan poco halagüeña.

- ¿Y si despejamos la salida?

- Tardaríamos mucho, y si usamos magia… Digamos que podría ser peor el remedio que la enfermedad.

- También puede haber otra salida. Con la antigüedad del lugar, es posible que otro derrumbe haya dejado más opciones.

- Estoy de acuerdo-, contestó a Seren.

En cuándo dijo aquello, el brujo mercenario inspeccionó las dos posibles salidas, primero una, y después la otra, en ambas ocasiones sosteniendo una llama sobre la palma de su mano.

- Sí, nuestra única opción es buscar una salida alternativa. Creo que no deberíamos dividirnos, no sabemos qué peligros pueden acechar en las sombras en un lugar que ha sido tomado por la naturaleza desde hace tantos siglos, y perderíamos tiempo buscándonos para reencontrarnos si al final nos separamos para inspeccionar ambos caminos a la vez-, manifestó, obviando otras posibilidades que no harían más que asustar a sus compañeros sin necesidad. - Por aquí corre el aire, puede haber una salida para el tamaño de una persona. Deberíamos ir por aquí.

- Pero esta parece ascender-, comentó Ihorcas, después de tomar más apuntes.

- Sí, pero no corre el aire. Debe estar sellada o tener un ascendencia leve y luego seguir tierra adentro, o simplemente tener una gran longitud hasta llegar a la salida, si es que existe. Perderíamos mucho tiempo recorriéndolo. En este pasadizo de bajada, en cambio, corre aire, así que una posible salida estará más cerca.

- Si es lo suficientemente ancha para nosotros.

- Es un riesgo que debemos tomar. Además, quizás esa salida sí la podamos ensanchar para pasar, sin miedo a que se nos venga todo encima-, dijo, mirando hacia la entrada, ahora sellada por el derrumbe. - Pero al menos por este pasadizo tenemos la esperanza de una posible salida. Será mejor que no perdamos más tiempo. Yo iré primero-, comentó, antes de encaminarse hacia la bajada.

Qué demonios, incluso quizás con un poquito de fortuna, allí abajo encontrarían más información de la antigua ciudad abandonada, antes de dar con la deseada salida.



Offrol
______________________________________________________

Me decanto por el camino de bajada que da mal yuyu... Ya que, al tener corriente de aire, al menos tiene más aliciente para alguien que desea salir de aquí.

Se me ocurrió que el enterramiento fuese con cuerpos embalsamados, ya que es parte del rito funerario élfico… Y bueno, quise ser algo original con esto, mezclándolo con la idea de los antiguos dragones y el propio rito de los dragones humanoides, ya que este asentamiento es muy longevo. De una época más cercana a cuando estos guiaron a elfos y brujos.

Espero que te guste mi ocurrencia, Aylizz. Si no es así, ya sabes, estoy a distancia de un mensaje para editar lo que se requiera. Y también espero que el intercambio dialéctico te de buen apoyo para tu post y dejar margen para tus propias conclusiones y descripciones =D
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[Desafío] Scavengers' Countdown Empty Re: [Desafío] Scavengers' Countdown

Mensaje  Aylizz Wendell Miér Mar 24 2021, 21:22

La idea de adentrarse en la profundidad del subsuelo, que de entrada había arraigado en ella sin haber sido analizada en profundidad, se volvió motivo de duda. Curiosamente, la escasa luz que se asomaba desde el interior de aquellos túneles, vagamente iluminados por la que entraba desde el exterior, no la hizo replantearse su hazaña. Tampoco el riesgo de sufrir algún más que probable derrumbe, a la vista de la imagen exterior de cuanto terreno abarcaban las catacumbas. Al fin y al cabo, se trataba de una exploración controlada, si algo llegase a ocurrir habrían previsto las reacciones… ¿Verdad? No, su revuelo interno no iba más lejos de los acompañantes que tendría en aquella excursión. Inculcado en ella el rechazo, en el límite del odio, y la desconfianza hacia los “otros” hijos de los dragones, los traidores, los brujos... se tomó un segundo para pensar fríamente. ¡Sería estúpida! Pues claro, al Señor Calhoun no lo llamaban Encantador por nada, ¿cómo no se dio cuenta aquel día en su taller? Si ya desde el marco de la puerta había podido percibir el fuerte impulso de energía que albergaba el lugar. Sin embargo… Al dedicarse el herrero también al manejo de arcanos, no había reparado ni por un momento en que aquellas percepciones tuvieran su origen en algo que no fueran los objetos ligados a las runas que manejaba en su lugar de trabajo, ella misma portaba un arma encantada. Graso error, aunque no el primero que cometía por otorgar el beneficio de la duda. Tal vez debería empezar a considerar que cualquiera con apariencia humana que no parezca por entero humano, no lo es.

Trató de ser racional. Tan sólo se trataba de un grupo de historiadores… ¿Organizados y armados? Cierto. Algo comprensible, por otra parte, si se paraba a pensar en la clase de expediciones que estarían acostumbrados a realizar. El continente era basto y no falto de peligros. Además, si bien La Logia se trataba de un gremio de hechiceros, no eran los de su raza los únicos miembros de la organización, eso debería indicar un mínimo de tolerancia, al menos un tratado de no-enfrentamientos, ¿no? Incluso podría beneficiarse de los conocimientos y conclusiones a las que pudiera llegar aquel grupo de estudiosos, al fin y al cabo, aquellas tierras también fueron un día habitadas por los suyos. Si, puede que después de todo aquellos eruditos fueran su mejor opción ante un escenario como aquel. Tampoco había otra, no tendría tiempo de volver tras la marcha del grupo, pues la presa entraría en funcionamiento al finalizar la expedición. No obstante, ladeó la cabeza para echar un último vistazo a su espalda, como si buscase una razón de peso para considerar más acertada cualquier otra opción que no pasase por enterrarse viva en las galerías. Nada consiguió, estaba convencida de que los enterramientos conservados bajo tierra revelarían mucho más acerca de la población que hacía siglos había albergado la aldea que cualquier resto material expuesto a las penurias del paso del tiempo.

Que aquella mujer se dirigiera a ella directamente la hizo emerger de sus pensamientos, retomando la atención en quienes la rodeaban, no con toda la presteza que se podría haber esperado, pues Vincent intercedió por ella antes de llegar a mover los labios, presentándola ante el grupo. Asintió, más ubicada, a modo de saludo, manteniéndose distante y sin perder la seriedad. Una vez todo dispuesto, el brujo dio la orden a los que estarían bajo su mando de iniciar la marcha, quienes cumplieron con inmediatez. La elfa no vaciló más e hizo lo propio, dada la situación lo más sensato sería acompañar al grupo. Los miembros del gremio a los que se les encomendó la investigación del túmulo fueron tomando la entrada a la cámara uno por uno. Avanzaron sin mayor dificultad, controlando los primeros el avance hacia el interior. Ella prefirió quedarse retrasada, únicamente uno más de los eruditos caminaba a su espalda, cerrando el grupo.

Sus preocupaciones fueron despejando su cabeza conforme se adentraba en el subterráneo y centraba su atención en los detalles que la rodeaban, obviando la bajada de temperatura que se hacía más pronunciada según avanzaban. Desde el exterior, nada parecía indicar que aquello distase de lo que conocía, un árbol de gran envergadura bajo el que, había dado por hecho, se habría inhumado a los difuntos. No obstante, en el interior había ciertos detalles que suscitaban numerosas cuestiones. Sobre los lomos de las cóncavas paredes se apreciaban marcas horizontales que se extendían por todo el nivel, variando su altura a medida que avanzaban, notándose las zonas de la piedra que quedaban por debajo del límite más desgastadas. Recorrió la hilera impresa en la roca con la yema de los dedos varios metros, el talud seguía siendo firme y compacto, no obstante, aquellas señales habían sido formadas por la erosión de la humedad en la roca. Cualquiera podría ver lógico el ambiente umbrío bajo el túmulo, sin embargo, la filtración de las lluvias habría afectado en aquella medida a las zonas más altas, las primeras capas bajo la superficie, no en la mitad inferior de los corredores. Llamativas eran también las raíces del roble que serpenteaban por las galerías, desapareciendo entre recovecos y oquedades, abriéndose camino hacia los niveles inferiores. No parecían las de un ejemplar viejo, al menos no tanto como databan los escritos referidos a los restos del poblado. Así mismo, un aura fuera de lo común impregnaba vagamente los túneles del enterramiento, pudiendo percibirse con mayor intensidad conforme se acercaban a la cámara principal, una energía que hacía difícil la distinción entre reflejos del éter que emanaba de la tierra, en cuyas entrañas ahora se encontraban, o una fuente de poder mágico en su esencia más pura.

Nada comentó al respecto por el momento, prefirió continuar el avance con cautela y escuchar las impresiones que otros se decidieron a compartir antes de idear sus propias conclusiones, hasta que las exclamaciones se generalizaron cuando dieron con la cámara principal. El pino que la custodiaba se alzaba vivaz y majestuoso, disipando toda duda sobre la naturaleza del poder que venía sintiendo, cuyo origen descubrió en aquel instante. Un ser viviente, capaz de no morir privado de las caricias de Anar, sólo podría mantenerse vivo gracias a una gran fuente de magia. Así pues, mientras los eruditos tomaban posiciones para constatar el descubrimiento, la elfa se mantuvo en la entrada unos segundos, haciendo un barrido con la mirada del plano general que se presentaba ante sus ojos. El tronco, robusto, se elevaba varios metros haciendo llegar la voluminosa copa hasta el techo, haciendo que las ramas se expandiesen en horizontal por toda la sala, ante la imposibilidad de continuar creciendo hacia arriba. Y entre ellas, incrustados en la rocosa pared, los nichos que guardaban lo que ya serían huesos bajo la envoltura. No fue hasta centrar su atención en las partes más altas de la cripta cuando reparó en que allí también se apreciaban las marcas de erosión que habían precedido los pasillos y antesalas, solo que estas se encontraban a una altura más elevada que las anteriores. Frunció el ceño, una teoría comenzaba a fraguar en su cabeza y la forma que empezaba a tomar no propiciaba el mantenimiento de la calma.

Escuchar al brujo mentar aquella leyenda, buenamente conocida entre sus gentes, la alejó del divagar, ubicándola de nuevo en la estancia soterrada. ¿Acaso la conocía? ¿Esa clase de mitos traspasaba las fronteras del Bosque Sagrado? Pensándolo bien, el enamorado era un brujo, así que no sería tan descabellado. Chasqueó la lengua y se volvió de nuevo hacia los nichos, aunque sin terminar de apartar la mirada del brujo.

-¿Pensáis que podría haber funcionado?- preguntó, tratando de no dejar entrever su curiosidad -La relación de la leyenda- concretó con dejadez -Cuesta creerlo, teniendo en cuenta, bueno, la Historia- puntualizó, encogiéndose de hombros. -Aunque después te dicen por ahí de la existencia de un antiguo asentamiento como este y…- comentó, expresando un pensamiento en voz alta, antes de percatarse de que aquel discurso estaba siendo escuchado también fuera de su cabeza -Disculpad, no importa.

Se acercó entonces a las oquedades que albergaban los cuerpos, dejando a un lado las conjeturas que no servían para otra cosa que hacer que el tiempo se esfumase en pensamientos que nada aportaban al objetivo de su visita a las ruinas, tratando con dar con algún dato o detalle que pudiese ofrecer alguna información sobre los que allí vivieron. Nombres, títulos, fechas. Cualquier detalle que ofreciera un hilo del que tirar, que uniera aquellos puntos inconexos de su cultura, lo que pocos contaban, lo que muchos olvidaban. Algunos de esos datos habían sido tallados sobre la abertura del hueco de cada sepultura, no obstante, el paso del tiempo dificultaba una lectura legible. Aunque no sólo los siglos transcurridos habían hecho mella, la humedad había desgastado gran parte de los grabados. Pero, ¿humedad procedente de dónde? No parecía haber ninguna fuente de agua en el interior, no obstante, nadie podía indicar si la habría habido en el pasado.

Una nueva apreciación de los eruditos hacia los enterramientos captó de nuevo su interés. ¿Cuántas conclusiones podrían sacarse de aquello? A ella, desde luego, tan sólo se le generaban más cuestiones. ¿Cuánto hacía que aquel lugar quedó deshabitado? ¿Y cómo una población como aquella había podido perderse en la memoria? ¿Quiénes habían sido aquellos que lograron la convivencia entre dos razas históricamente enfrentadas? Cabía preguntarse si el haber recuperado las costumbres originales de los dragones habría marcado la diferencia. Volver a los orígenes… Río para sí, con desgana, reaccionado a sus propias ocurrencias. Demasiado lejanos, demasiado olvidados. Se volvió hacia el hechicero cuando lo escuchó dirigirse hacia ella, observando los repentinos pasos que dió en su dirección. Lo siguió con la mirada, mientras éste centraba su atención en las inscripciones, abriendo ligeramente la distancia para facilitar su tarea.

-No esperéis más, no lo hacéis.- apuntó, cortés. No esperaba que tal acercamiento tuviera la intención de iniciar una conversación. Parpadeó instintivamente cuando sus miradas se cruzaron, clavándose la del brujo en la de ella. -La Historia está llena de historias y cada una tiene varias versiones. Tomé la decisión de ser yo la que decida cuál de ellas creer. No sabía lo que encontraría cuando me decidí a visitar las ruinas, escuché sobre ellas por casualidad y…- demasiadas explicaciones -...Curiosidad, Señor Calhoun. Mera curiosidad.- terminó por contestar. El Gran Encantador se mostraba cercano, aunque lejos de sonar descortés. Torció el gesto, desconcertada, a la vez que sorprendida. ¿Insinuaba que si lo deseaba podía unirse a la organización? -¿Yo? ¿Acaso hacéis honor a vuestra condición, brujo? ¿Sois un embaucador?- dejó escapar una risa incrédula -Demasiado… intelectual para mí, me temo.- se excusó, tratando de no dar una respuesta desafortunada -No obstante, si estáis ofreciendo una puerta abierta, puede ser interesante tenerla en cuenta.- Vincent retrocedió unos pasos para caminar alrededor de la cámara, sin dejar de buscar las respuestas de la elfa -Es sabido que los dragones contemplan el status del difunto al momento de velarlo. Los elfos, sin embargo, no hacemos tal distinción. Si vuestras apreciaciones son ciertas, así como las anteriores, me resulta curioso pensar que estas gentes habrían seleccionado sólo aquellos aspectos de los ancestros que enriquecían su propia cultura…

El eco del estruendo producido por un nuevo derrumbe y las ondas del temblor se notaron bajo sus pies. Llevó su mirada hacia la entrada, ahora sin salida. Notó como el pulso se le disparó, siendo capaz hasta de escuchar sus propios latidos. Miró a los presentes. La serenidad que mostraban, a pesar de la tensión que inundó el ambiente en un instante, facilitó la tarea de mantener la calma. Los demás estaban ahí fuera, ¿verdad? Esperarían a que salieran, darían el aviso para que no cerrasen las compuertas, ¿no? Aquel lugar se inundaría con ellos dentro de no hacerlo. Un momento… Aquel último pensamiento arrojó un resquicio de lucidez ante sus conjeturas. Las marcas de agua, las distintas alturas… El agua ya había cubierto aquella cripta en el pasado.

-¡Aguardad!- alertó al brujo cuando se dispuso a emprender el descenso. Un tímido rumor se había dejado escuchar al producirse aquella abertura en el terreno. -Escuchad. ¿Eso es agua corriente?- Un acuífero bajo el enterramiento daría sentido a la inundación, si hubiera llegado a cubrir la cámara al completo podría haber dado origen al roble del exterior. ¿No habrían advertido la existencia del pozo subterráneo al levantar el túmulo? Resultaba difícil de creer, teniendo en cuenta que los habitantes de aquel poblado eran usuarios de la magia, más aún de los de su raza, teniendo en cuenta la especial afinidad con el entorno natural. Habrían reparado en su existencia. ¿Sería posterior? ¿Una acumulación de agua de lluvia filtrada? El paso de los años habría dado tiempo a su formación. -Si el terreno cede y el nivel sube… Bueno, espero que alguno de los aquí presentes se encuentre en su elemento.
______________________
OFF. Un acuífero subterráneo, puede que mágico, puede que no. Puede que tenga su relación con lo ocurrido en la boda, puede que no. Teorías, teorías... En cualquier caso, ¿habrá que salir nadando? ¿Dónde está esa respirantia cuando se necesita?


Última edición por Aylizz Wendell el Jue Mayo 13 2021, 19:45, editado 1 vez
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[Desafío] Scavengers' Countdown Empty Re: [Desafío] Scavengers' Countdown

Mensaje  Fehu Miér Abr 21 2021, 00:13

Ten cuidado —se despidió Iole.

Por pura costumbre, pues no sabía de qué le serviría en aquellas circunstancias, tomó un arco y un carcaj de uno de sus compañeros centinelas y se unió a las labores de evacuación. O de intento de evacuación.

Todo había sucedido tan rápido que la ciudad era un auténtico caos. Gritos, lamentos, pánico, empujones. Por alguna razón, el tiempo a su alrededor parecía sucederse deprisa y despacio al mismo tiempo.

En un momento dado, una parte de su mente registró el hecho de que no veía a su prima por ninguna parte. Habían salido juntas de la colina, ¿cuándo se habían separado? Miró alrededor. El resto del grupo, salvo Ilyon y Ushún, estaba allí. ¿Dónde podía haber ido en un momento como ese? La respuesta le vino a la mente casi de inmediato. Sin pensarlo un momento, se separó del resto y salió en su búsqueda.

La encontró cargando con la pequeña arqueta de madera labrada que tantas veces había visto en manos de la Alta Sacerdotisa. Había perdido la flor y se le había rasgado el bajo del vestido. El suyo no estaba en mucho mejor estado.

De todos los momentos para tomarte en serio tus labores —le dijo—, ¿tenías que elegir éste?

Es importante —se defendió la muchacha—, no podía dejarlo atrás.

Nosotros nos ocuparemos de eso —dijo una voz masculina.

Algo en el tono del hombre hizo que Iole se pusiera en guardia. Con la velocidad que otorgan los años de entrenamiento, se giró hacia la voz mientras tensaba una flecha. Preparada. Tres hombres las observaban. Uno de ellos alzó una palma hacia las dos elfas.

Iole sintió una descarga de energía pasar a su lado y disparó al tiempo que le llegaba un jadeo de su prima. Colocó otra flecha. El hombre que había atacado cayó, pero los otros dos ya habían preparado sus hechizos.

Una lengua de fuego se abalanzó hacia ella al tiempo que soltaba su flecha. Se giró, recibiendo la llamarada en el hombro, en lugar de en el pecho. El dolor casi le hizo saltar las lágrimas, pero se las tragó a tiempo de apuntar una tercera vez. Ante ella, vio dos hombres caídos y un tercero cubierto de recias lianas.

¡Thanedir! —exclamó al ver al joven elfo que corría hacia ellas—. Ayúdame, la han herido. —Y se volvió hacia su prima.

Estoy bien, estoy bien. Solo ha sido una quemadura de nada. Ahora deja que sane la tuya.

Luego —dijo Iole y se giró hacia el brujo superviviente—. ¿Cómo habéis burlado a los centinelas? ¿Cuántos sois?

El hombre no respondió.

Iole —dijo Thanedir, con la mirada clavada en uno de los dos hombres asaeteados—, conozco a este hombre. Es, bueno, era, de los nuestros.

Eso es imposible —respondió ella.

Yo también lo he visto antes —confirmó su prima con un susurro incrédulo.

Iole sintió el suelo sacudirse a sus pies ante las implicaciones de aquella revelación. Un grito de su prima le dijo que no era solo producto de la impresión. Apenas tuvo tiempo de esquivar el muro de roca que se alzó repentinamente del suelo, separándola de sus compañeros. Apuntó el arco hacia el superviviente, pero no había sido él. Otros se acercaban.

Avacyn, Thanedir, marchaos.

Pero, la Arqueta, no puedo dejarla —protestó su prima.

Iole localizó la caja volcada a unos pasos de ella. Permanecía cerrada. Por lo que ella sabía, estaba sellada mediante magia.

Yo me ocupo —dijo—. ¡Marchaos!

Se colgó el arco a la espalda para cargar con la arqueta. Su hombro le envió una aguda punzada de dolor. Marcharse de la ciudad cargando con la caja sería difícil, sobre todo, si la perseguían, pero había otra opción. Su lugar secreto. Solo Ushún y ella lo conocían. Pensar en él le hizo sentir un aguijonazo en el pecho. No, se negaba a creer que él pudiera tener algo que ver con aquello. Se aferró a la arqueta de madera y echó a correr.

Aún no sabía que nunca abandonaría aquella ciudad.


Claro que no vi llegar a la chica. Estaba montando el equipo a toda velocidad. Solo sé que oí gemir a Tinarandel y al volverme, aquella muchacha estaba inclinada sobre él, intentando calmarlo. El hombre debió haberse llevado una buena impresión, porque se palpaba el pecho con una mano y durante un momento me pareció que le costaba respirar.

La chica, Maika creo que se llamaba, dijo algo de que había perdido a su amigo y se había topado con nosotros mientras lo buscaba. La verdad es que no presté mucha atención, porque el silpenómetro había empezado a captar algo. Por desgracia, lo que quiera que fuera desapareció enseguida, justo cuando la Gran Encantadora despertó. Si al menos hubieran esperado a que el equipo estuviera montado antes de lanzarse, tal vez habríamos sacado algo en claro.

En cualquier caso, la muchacha parecía dispuesta a echar una mano con lo que fuera, con tal de no quedarse sola. Dijo que le había parecido oír gente en el bosque. Supuse que sería el equipo de Calhoun.


Extracto del informe de campo de la Aprendiz de Encantadora Carlina Florel, relativo al incidente en el Círculo de Piedras


Calhoun nos llevó por el túnel de bajada. Tal vez fuera la opción acertada, puesto que aún estamos vivos, pero no puedo quitarme de la cabeza la sensación de que nos observan.

No he vuelto a escuchar esa inquietante risa, pero, varias veces, durante nuestra marcha en busca de la salida me pareció percibir a alguien o algo escabulléndose en algún recoveco. Seren dice que deben de ser ratas. Sin embargo, juraría haber visto unos jirones de tela parduzca desaparecer en un hoyo en una de esas ocasiones.

Supongo que existe la posibilidad de que me esté volviendo loco y todo sean imaginaciones mías. Toda esta tierra sobre mi cabeza no me hace bien. Ni siquiera en esta caverna donde el techo se yergue varias brazas sobre nuestras cabezas.

El túnel descendió durante un trecho más corto de lo que esperaba, afortunadamente. Luego continuó por terreno llano, aunque se fue empequeñeciendo hasta el punto en que tuvimos que arrastrarnos durante algunos tramos antes de que la tierra se abriera dando paso a una caverna.

La mujer que Calhoun invitó a unírsenos ya había sugerido que los túneles podría haberlos excavado el agua, pero hasta que vi el acuífero con mis propios ojos, yo solo podía pensar en aquel cacareo y la figura andrajosa escurriéndose en los rincones.

Fue Turgon el que captó el brillo de la luna en el agua. Apenas un breve destello, pero suficiente para mostranos la salida: un angosto agujero en el techo, un antiguo pozo quizá. Los demás revisan la caverna en busca de algo que nos ayude a ascender mientras y


Última entrada del diario de Ihorcas Albaraningorien, recluta de la Logia. Recuperado de la orilla sur del embalse semana y media después de los hechos


He visto algunas grutas entrando por la pared de este lado, pero pocos salientes a los que agarrarse para escalar —dijo Turgon cuando el grupo se reunió a la orilla de la laguna.

La de enfrente parece subir más derecha —dijo Seren— y está más cerca de la salida.

Será difícil partir desde el agua —dijo Turgon.

Siempre podemos esperar a que inunden la presa. Cuando suba el nivel del agua… ¿Qué ocurre?

¿Dónde está Ihorcas? ¿No se había quedado escribiendo?

Fue entonces cuando oyeron los gritos.


__________________

Perdonad el retraso. Aquí os dejo el último turno, por fin.

Níniel y Al’theas: Ante todo, gracias por el nivel de drama. Me complace. Ambos recordáis todo lo que habéis visto y experimentado como Iole y Ushún, lo cual podría causar cierta confusión mientras os acostumbráis a la idea de recordar vuestra muerte, pero seguro que lo superáis. Me interesa saber cómo se lo toman vuestros personajes.

Sabéis qué ocurrió en esta ciudad y sabéis dónde podéis encontrar más información. Bueno, Níniel lo sabe, ya que acaba de esconderla. Aunque la zona luce un poco diferente en estos tiempos, con el bosque y todo eso, pero seguro que se te ocurre algo para orientarte. Si es que quieres recuperar la caja, claro. Siempre puedes dejarla allí.

Una chica ha aparecido mientras estabáis inconscientes. Dice haber oído a gente en el bosque. Probablemente bandidos o buscadores de tesoros, a pesar de la opinión de Carlina. Puede indicaros por dónde, si queréis evitarlos (o enfrentaros a ellos), pero no tenéis que llevarla con vosotros si no queréis. Por supuesto, también tenéis la opción de quedaros en el círculo de piedras a estudiar el fenómeno que acabáis de vivir en su interior.

Níniel: El nombre de la prima puede o no ser casualidad, eso te lo dejo a ti. Solo enlacé algunas ideas, no pretendo apropiarme de tu historia

Vincent y Aylizz: Bien, habéis encontrado la salida. Está unos cuantos metros por encima de vuestras cabezas, pero seguro que se os ocurre algo para llegar hasta allí, ¿no?

Por otro lado, uno de vuestros compañeros ha sido capturado por algo ([Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]). En vuestras manos está salir de allí lo más rápido posible, no sea que el algo os pille también a vosotros, o desviaros para intentar rescatar al pobre Ihorcas. Encontrar a la criatura no será problema: le gusta jugar con la comida, por lo que solo tendréis que seguir los gritos. Tenéis libertad con el enfrentamiento, no me cabe duda que el héroe que vio el final de Thariza podrá arreglárselas con esta amenaza (Aylizz quizá lo tendría un poco más difícil, si lo intentara ella sola).
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[Desafío] Scavengers' Countdown Empty Re: [Desafío] Scavengers' Countdown

Mensaje  Níniel Thenidiel Miér Abr 21 2021, 20:09

Cada nuevo paso que Iole daba requería de toda su fuerza de voluntad y concentración. Sentía sus piernas apenas capaces de sostenerla, sus pulmones arder por el sobreesfuerzo que les exigía, y su vista, de la que tan orgullosa siempre había estado, nublarse como el resto de sus sentidos, haciéndola sentir cada vez más ajena y distante a su entorno. Más vulnerable a unos enemigos que, si bien parecían haber desistido en su persecución tras comprobar su merecida fama como arquera, aún podían rondar por las calles de aquel sueño que se hacía pedazos, de aquella ciudad condenada, quizá buscando añadir el saqueo y a saber qué más crímenes a su traición.

-Al menos esto no caerá en sus garras...-musitó para si misma la centinela mientras acomodaba el preciado contenedor en un lugar que solo ella y la persona que mas amaba en el mundo conocían. Un lugar capaz de sobrevivir a la devastación que inexorablemente se acercaba. Aquel árbol, testigo de los encuentros de los enamorados y guardián de sus promesas, tendría también que ser el protector de aquel objeto, tan importante para el templo y la ciudad como para que su prima y ella arriesgaran la vida.

-Tengo que encontrar a Ushún. Reunirme con los demás...-se dijo a sí misma la elfa justo en el momento en el que sus piernas finalmente fallaron y no pudo evitar caer al suelo casi de bruces. La quemadura era más grave de lo que pensaba, y sus perseguidores tampoco habían permitido que matara a varios de ellos y escapara incólume. Trató de ponerse de nuevo en pié, lográndolo a duras penas, pero no llegaría muy lejos en su estado. Su única opción sería recibir ayuda y buscar refugio cerca, pero las lágrimas que brotaban de sus ojos denotaban que sabía que era una esperanza vana, típica de una centinela que jamás se había rendido.

-¡Ushún!- Despertó con un grito ahogado Níniel, con el cuerpo tembloroso y respirando agitadamente mientras sus sentidos enviaban a su mente la contradictoria información de un lugar diferente al que acababa de estar, así como la existencia de unas heridas que no estaban ahí. -Traición, enemigos, fuego, agua, muerte...- musitó alterada mirando alrededor y viendo a Al´theas a su lado siendo atendido, así como a otros miembros de la Logia, que parecían aliviados de ver como recobraba el sentido aunque no parecían muy dispuestos a acercarse hasta donde estaba. Una nueva oleada de sensaciones y sentimientos recorrió su cuerpo y no pudo evitar vomitar cuando los más fuertes de ellos taladraron su mente, y su alma. Impotencia, miedo, pérdida...

-¿Alta encantadora se encuentra....bien?- Esa era Carlina, la metódica aunque demasiado cuadriculada aprendiz de encantadora. Parecía sincera en su preocupación, pero también parecía querer desviar toda posible culpa de su persona.

-Sí...Solo necesito, un poco de tiempo. No os acerquéis- afirmó la peliblanca buscando aire y ordenar sus aún mezclados recuerdos y sensaciones. Tenía que calmarse, comprender lo que había sucedido. Ordenarlo, explicarlo y...comprobar que realmente estuvieran bien tras haber sido sometidos a los efectos de aquel lugar. Efectos que parecía no afectaban a la muchacha junto al caballero esmeralda. Era como si el éter del lugar se hubiese disipado en gran medida. -¿Cómo está Al´theas?- quiso saber entonces la sacerdotisa, preguntándole a la joven que sí se había atrevido a llegar hasta ellos y tras ver como el elfo despertaba.

-Esta bien, despacio. Parece que hemos revivido los últimos momentos de la ciudad como dos de sus habitantes, aunque no nos ha causado un daño...real. Parece que debido a...lo que ocurrió...dejaron una fuerte imprenta en este círculo, que ya de por sí es un punto de poder.- Racionalizó la elfa, casi vomitando de nuevo al rememorar el aciago destino de Iole y lo que esta había sentido. Tenía las manos apretadas con tanta fuerza a pesar de querer mostrarse firme, que sus nudillos estaban blancos. -El éter se disipa, pero no sabemos si puede volver a suceder. Será mejor movernos.- Instó entonces saliendo del círculo, aunque pidiéndole a Carlina que continuara con su trabajo. Claro que la bruja parecía estar perdiendo rápidamente su interés por las cada vez menos reactivas piedras, a la vez que ganándolo por las palabras de su superiora. Palabras que tardarían en brotar, pues, tras saber que apenas habían estado unos minutos sin conocimiento, la sacerdotisa se sumiría en un largo y reflexivo silencio, solo alterado por sus ejercicios de respiración para calmarse y sus gestos para enjuagarse las lágrimas.

-El informe preciso tendrá que esperar, Carlina. Hemos revivido una gran tragedia sintiendo lo mismo que sus protagonistas, pero estamos bien y aún hay trabajo que hacer. Pude...No, yo no, Iole, pudo poner a buen recaudo algo muy valioso a costa de su vida. Puedo sentir lo valioso que era para ella...para la ciudad y su templo. Sé dónde lo guardó y lo considero objetivo prioritario.- Habló por fin la sacerdotisa imponiéndose a su subordinada, que la instaba a relatarle al detalle sus vivencias como Iole para dejarlas por escrito. Una intención que Níniel valoraba, pero no consideraba lo mas importante en esos momentos.  -Lo guardó en un espacio bajo el árbol en el que...- La elfa miró a Al´theas con evidente dolor, viendo en él por un instante al Oshún que tanto amaba, antes de negar con la cabeza. No era Ushún, ni aquel sentimiento era suyo, aunque su fuerza aún perduraba en ella incluso tras despertar. Era como un fuerte golpe en el pecho.

-Está bajó un árbol, al este de esta colina.- La peliblanca miró hacia el cielo y supo rápidamente orientarse en aquel bosque como lo haría en cualquier otro. En las memorias de Iole aquel lugar era un pequeño jardín élfico en la ciudad. En el presente aquella zona había sido reclamada por la naturaleza y Níniel no había leído ningún informe de hallazgos relevantes

-Será como encontrar una aguja en un pajar. Toda esa zona es bosque ahora, y solo nos quedan unas horas hasta que todo esto acabe inundado.- Se lamentó Carlina, aunque enseguida supo ver en el rostro de la joven, que esta tenía un plan bastante mejor que simplemente limitarse a buscar por la zona.

-El bosque nos ayudará.- Fue su respuesta críptica, antes de ponerse su máscara de Aeda y usar su gran afinidad con el éter para entrar en comunión con la naturaleza. -En marcha. Con mi orientación, los recuerdos de Iole y esta máscara, encontraremos el lugar antes del alba-.

Caminarían y buscarían en el bosque durante largo rato, hasta que, una compungida Níniel, detuvo su marcha y se acercó lentamente a un árbol concreto rodeado por las apenas visibles losas y mampostería de piedra blanca que un día adornaran aquel jardín en la ciudad. En su mente podía recordar aquel rinconcito de la ciudad como un día fue, con total nitidez, y una nueva oleada de sentimientos de Iole sobre aquel lugar hicieron que la peliblanca volviese a derramar amargas lágrimas mientras tocaba aquella rugosa corteza. Níniel ya sabía que solo podía esperar poco mas que piedras de aquel lugar, pero haberlo visto a través de los ojos de Iole, en todo su esplendor, no solo le causaba dolor por la hacía tanto fallecida arquera, también por ella misma. Por el sueño perdido y el dolor de la traición que le puso fin.

-Al menos esto no caerá en sus garras...-dijo la peliblanca. Y agachándose ante el árbol susurró unas palabras en élfico que abrieron el escondite secreto de los enamorados en aquellas fuertes y milenarias raíces. -Elen sí­la lúmenn omentielvo.-

-Cuidaremos de vuestro legado, hermanos.- Sentenció tras tomar la caja con cuidado en sus manos.
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Mensaje  Al'theas Tinarandel Sáb Abr 24 2021, 18:50

Los ojos del elfo se abrieron súbitamente, y tosió, de la misma forma que haría cualquiera que habría resucitado después de miles de años bajo el agua, pero aquella sensación de ahogo era fantasmal... un acto reflejo como consecuencia de haber revivido unos recuerdos que su mente y cuerpo creyeron tan reales como para padecerlos, incluso se toco el pecho en busca de aquella herida de la que ahora no había ni rastro.

Entonces, a medida que intentaba despegar su cabeza del suelo, pudo oír una voz familiar... la de Iole, y entonces un extraño sentimiento de alivio le inundo, entreabrió los ojos y ahí estaba ella ante él... una extraña sensación de amor y alegría se apoderaron del caballero por un momento pero entonces... se percato que aquellas sensaciones y sentimientos no le pertenecían a él... eran solo recuerdos y sentimientos residuales que poco a poco estaban abandonando su mente como una pelota cubierta de aceite siendo pasada por una capa de agua dejando atrás todo lo demás mientras sus verdaderos pensamientos se ponían en orden...

La imagen y voz de Iole dejaron paso a las de Níniel, quien preocupada preguntaba por el estado del caballero esmeralda. Al'theas recordó el momento en el que ella se desplomo en el circulo en el que se encontraban y la preocupación critica que aquello le causo antes de caer fulminado de la misma manera, y entonces la sensación de alivio... esta vez... la suya real, llego al comprobar que la sacerdotisa se encontraba sana y salva.

-Si...estoy bien... solo... necesito ordenar mi cabeza un momento...- Decía mientras se llevaba los dedos al entrecejo.

-Menudo susto de muerte que nos has dado... señor guardaespaldas... casi haces sentir a Simon culpable- Dijo Rincewind de brazos cruzados despegándose de esa misma responsabilidad acompañada de una mirada d reojo por parte del propio Simon.

En ese momento en el que parecía que la lucidez volvía al elfo, Al'theas reparo en la presencia de la chica que le estaba ayudando a incorporarse, no formaba parte del grupo y había aparecido de la nada, haciéndose llamar Maika, la cual por lo visto había llegado de casualidad aqui... buscando a un amigo que se había perdido...

Quizás se tratara de algún tipo de chantaje emocional por parte de Maika empujada por la desesperación, pero todo indicaba que se había parado a dar apoyo a la expedición en un intento de encontrar misericordia para sus problemas... y de ahí que Maika estuviera encima de Al'theas convenientemente... posiblemente en un intento por encontrar la ayuda que precisaba en el caballero esmeralda, y así seria... pues Al'theas era de ese tipo de caballeros que solían ayudar al necesitado, además... Níniel quería encontrar el legado de aquellos amantes del pasado en el mismo bosque donde se perdió aquella persona... y seria buena idea peinar la zona en busca de cualquier peligro y de paso encontrar al extraviado.

-Me adelantare... y peinare la zona, quizás con suerte encuentre al amigo de Maika, y así asegurare la zona para la Alta Encantadora- Dijo mientras se levantaba notando que había recuperado las fuerzas mientras Maika sonreía agradecida.

Al'theas se interno en aquella zona reclamada por la naturaleza que ahora era mas bosque que otra cosa, había oído la advertencia de que se habían avistado posibles saqueadores de tumbas y el caballero estaba preparado, y además contaba con la compañía de Simon y Rincewind... suponiendo que sirvieran de algo... pues insistieron en no querer quedarse mucho mas tiempo en aquella sala.

No tardaron mucho en seguirle el rastro a unas risas, que efectivamente pertenecían a un pequeño grupo de saqueadores... que tenían preso a un chaval... que tenia toda la pinta de ser aquel amigo de Maika.

El primer impulso de Al'theas fue tomar su espada aprovechando que contaban con el factor sorpresa... pero Simon le detuvo.

-¡Espera! tengo una idea genial...- Dirigió su mirada a Rincewind de forma cómplice, se movieron juntos, y con un pequeño prisma que encontró en las ruinas y un poco de alquimia para provocar una intensa llama en lo que precia ser una especie de alambre... logro proyectar una cadena de luces intermitentes allá donde se encontraban los saqueadores, perturbándolos y haciéndoles poner en guardia, momento en el que Rincewind se aclaro la garganta por un momento y dijo...

-¡Soy el rey Odatnevni Melo'he! ¡Señor de estas ruinas!- Su voz resonaba con fuerza, era grave y creíble, como la de un verdadero fantasma... y aquella voz que resultaba que Rincewind estaba reproduciendo gracias a un extraño artefacto con forma de cono hueco estaba logrando que aquellos saqueadores comenzaran a sudar de miedo.

-Habéis venido para adueñaros de mis riquezas! ¡y junto a ellas... permaneceréis durante toda la eternidad!... ¡JAJAJAJA!- Y al grito de sálvese quien pueda... los saqueadores huyeron dejando atrás al muchacho que habían dejado atado.

-Asombroso...- Dijo el caballero mientras se dejaba ver antes de que al muchacho maniatado le diera un susto de muerte, para luego desatarlo.

-No esta nada mal nuestro truco ¿eh?- Se pavoneaba Rincewind junto a un sonriente Simon.

-G-gracias... no sé quienes sois... pero gracias por salvarme- Dijo el muchacho claramente aliviado, al cual se le ilumino la cara en cuanto Al'theas le comunico que habían llegado allí gracias a Maika.

Al'theas y los demás emprendieron la marcha en busca de la Alta Encantadora y los demás, esperando que también hubieran tenido éxito... tal y como poco después pudieron comprobar, cargando una caja antigua con ellos.

Habían logrado hacer todo aquello a tiempo, solo restaba reunirse con los demás y abandonar aquellas ruinas antes de que volvieran a estar bajo las aguas...

-Que descanséis en paz juntos... en la otra vida- Termino de decir en honor a aquella pareja cuyo amor pudo sentir durante sus últimos momentos.
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Mensaje  Vincent Calhoun Lun Mayo 03 2021, 23:14

El brujo mercenario había decidido ir por el camino que bajaba y había expuesto a los demás las razones para tal decisión. El resto del grupo, con mayor o menor reticencia, había aceptado esa elección como la más prometedora, así que ahora esa variopinta camarilla de personas avanzaba por el pasadizo, atravesando la oscuridad de un destino incierto.

Sin paños, ni medias tintas, un camino descendente, cuando ya te encuentras a varios metros bajo tierra, era lo último que necesitaba un individuo para estar seguro de la galería escogida y de su decisión. Después de todo, habían sentimientos inherentes al ser pensante. Razonamientos, sensaciones, e ideas preconcebidas, que forzaban a uno pensar, que si querías salir, debías ascender, no bajar.

Para el brujo no era fácil. Debía lidiar con sus propios terrores, con la idea de morir atrapado bajo tierra cual topo sin dientes ni garras. No era sencillo para nadie de ellos, en realidad. Pero si querían salir de allí debían mantener la calma.

Para Vincent había un modo de no dejarse llevar por el pesar y los nervios. Pues, para un veterano soldado acostumbrado a meterse en problemas, salir de los atolladeros no se lograba con esperanza en cambios dentro de la tormenta en la que te encontrabas inmerso. No se sobrevivía esperando que la tempestad amainara, se tomaba el control de la velas y se capeaba el temporal. No siempre se lograba, pero siempre se intentaba. Nunca se moría sin el consuelo de haberlo intentado.

Allí abajo, rodeados por toneladas de tierra, el control del timón estaba engarzado con sabiduría, y los cabos de las cuerdas estaban trenzados con conocimiento. Aquella corriente de aire no era la esperanza de una salida, era la verdad de una. Y a ella debía aferrarse con todas sus fuerzas para mantener la serenidad.

Ya habían sopesado, entre todos, las posibilidades que tenían. Que aquella ráfaga de aire pudiera conducir a un minúsculo orificio por el que ninguno de ellos podría escapar. Pero no era el momento de pensar en ello, no era momento de ser negativos. Porque ahora tenían la oportunidad de navegar sobre la adversidad con los dientes bien apretados, y eso harían.

- Aquí se estrecha-, mencionó el brujo, a los compañeros que venían detrás.

Este narrador mentiría si no señalara que aquel hecho llenó de congoja el corazón del mercenario, que para evitar que vieran su rostro, no volteó su rostro hacia ellos.

¿Qué pasaría si el túnel siguiera menguando de aquella manera…?

- No es grave. Podemos pasar, aunque sea arrodillados y arrastrándonos-, dijo seguido, haciendo que su bola mágica avanzara por el agujero que tenía delante.

«No. Es pronto para perder la calma, aún podemos continuar», mencionó una voz en el interior de la cabeza del brujo. Su propia voz, rescatándole una vez más del abismo que todos teníamos en alguna parte.

A partir de ahí, el brujo se arrastró, con la mágica luz al frente, como guía. Por fortuna, el tramo por el que tenían que pasar arrastrándose no duró demasiado, y pronto pudieron alzar sus cabezas de nuevo, para continuar el camino, que hacía varios metros que había dejado de descender. Una suerte relativa, pues seguían siendo un grupo de personas atrapados en las entrañas de la tierra, y tampoco tuvieron que avanzar demasiado para darse cuenta de que ese pasadizo pondría a prueba sus nervios. Otra vez tendrían que pasar agachados o arrastrándose, y otra vez, en cuánto salían del atolladero, se encontraban en la misma situación.

Una ocasión repetida, sin parar. Así, hasta que al final…

- Veo una zona amplia-, dijo tono en bajo, para sí mismo, mientras asimilaba la nueva. - Creo que veo una caverna-, afirmó más animado, echando la vista atrás cómo podía, en el angosto agujero por el que se arrastraba.

El brujo no perdió el tiempo, feliz de salir de aquel bucle de túneles estrechos que parecía no tener fin, avanzó con mayor rapidez para salir del agujero y poder estirar las piernas. La felicidad se abrió paso por su cuerpo y lo inundó de bienestar, al por fin ver que estaban avanzando, progresando en aquel infierno de tierra. Una felicidad que se le hizo corta y diminuta cuando Turgon señaló lo que parecía ser una luz sobre el agua.

Por fin, después de tanto tiempo perdidos bajo tierra, veían una luz que no provenía de magia alguna.

Y entonces, cuando todo parecía resuelto, cuando tenían la salida frente a sus ojos, llegaron los gritos.

- Mierda-, masculló. - Iré a por Ihorcas.

Pero ahí llegaba la pregunta del millón de aeros para Vincent, ¿ir solo o ir con el resto del grupo?

No sabía a lo que se enfrentaba, y quizás eran más de uno. Si había más bestias o peligros, no era buena idea separarse. No sabía qué experiencia tenían los demás frente a ese tipo de amenazas.

- Bien, creo que lo mejor es que no nos separemos y vayamos juntos a rescatar a Ihorcas. Ya buscaremos cómo subir, pero creo que podría impulsarme desde el agua hasta ese saliente, e ir subiendo y escalando por esa zona que no es tan empinada-, dijo, antes de señalar el lugar. - No sin antes tenderos una cuerda para que podáis subir hasta el saliente e ir ascendiendo a tramos-, comentó seguido, dándole unas palmadas al morral que llevaba a su lado, y se lo tendió a Seren.

No se distrajo con discursos banales, que en un momento como aquel eran más que innecesarios.

- Por supuesto, también podéis ir subiendo si así lo deseáis. No obligaré a nadie a luchar-, mentó, y se encaminó por el pasadizo por el que resonaban los gritos del recluta.

Lo que contempló al llegar fue dantesco. Un asustado Ihorcas se encontraba cuán largo en suelo, de espaldas al firme, intentando escapar de…. Una leyenda.

Ihorcas se arrastraba envuelto en una capa de desesperación de un ente de cuentos. Un ser que, el brujo mercenario, no esperaba encontrárselo en lo que le restaba de vida.

- ¡Atrás! - gritó, para distraer a la Antigua, al tiempo que avanzaba y desenvainaba la espada.

Pero si para un veterano soldado, quedar atrapado bajo tierra podía soportarse con el peso de la experiencia en más de un problema, saber que Ihorcas no tenía ninguna posibilidad, por la distancia que separaban al rubio guerrero de atacante y víctima, era aún más fácil de prever.

Vincent sabía que lo único que podría lograr en aquella batalla era vengar a Ihorcas…

O tal vez no.

Algo protegió al pobre recluta del ataque de la Antigua, y al mismo tiempo atrapó a esta en una trampa nacida de la misma tierra que pisaba.

En ese instante, el brujo supo que no estaba solo ante el peligro, y mucho menos mal acompañado. Sus piernas lo acercaron más a la Primigiena, que siseó como una serpiente y se retorció como una antes de intentar contraatacar. Un rayo impactó en el pecho del terrorífico ser y el brujo supo que estaba aún menos solo, mientras continuaba su avance. Una luz resplandeció a espaldas del brujo y cegó a la criatura de otro tiempo, recordándole al mercenario la cantidad de amigos y aliados que tenía en aquella caverna.

Vincent sonrió, dibujando su característica media sonrisa en los labios, al mismo tiempo aprestó el último paso y, con un sutil giro de tobillo, cambió la trayectoria que llevaba su cuerpo antes de que la cavernaria fuera cegada, para, finalmente, con la fuerza de ambos brazos encaminar su espada envuelta en luz y fuego hacia el cuello de la criatura. Sellando su destino.



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Uso mis habilidades Postura Illidense, La Danza del Aire y Colmillo de Lobo, combinadas, contra la Cavernaria. Después de la inestimable ayuda de mi compañera para salvar a Ihorcas, que ella relatará de manera más extendida en su escrito ^^
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[Desafío] Scavengers' Countdown Empty Re: [Desafío] Scavengers' Countdown

Mensaje  Aylizz Wendell Jue Mayo 13 2021, 23:38

Nadie cuestionó la indicación del hechicero cuando indicó comenzar el descenso tras él, a pesar del gesto de algunos de los que se encontraban bajo su mando ninguno desafió su elección. Quizá lo más sencillo y realista habría sido pensar que una actitud tan diplomática se debía a una confianza ciega, nacida de la estrecha relación entre los presentes y quien lideraba el grupo, no obstante, también podría deberse a razones más preocupantes. Encantador Calhoun, un alto rango de La Logia de Hechiceros… ¿Respeto? ¿O temor?

Dirigió la mirada hacia la posible alternativa a continuar añadiendo toneladas sobre sus hombros antes de ir tras el grupo, no tenía por qué seguirlo, ella no le debía ningún honor al brujo, sin embargo, debía mantener la mente igual de fría que el cuerpo bajo aquellas galerías y ser sensata. La práctica hace al maestro y aquellos eruditos no parecían ser de aquellos a los que se les pasa la vida entre pergaminos y tinta al resguardo de una estantería, debía asumir que aquella no era la primera complicación que se les presentaba en sus investigaciones y en caso de problemas convendría no tenerlos lejos.

—‌Yo no me lo pensaría.

Devolvió la atención a la expedición cuando el elfo que cerraba el grupo se dirigió a ella, extendiendo los brazos hacia la pendiente para indicar su turno de entrada. Si, lo más sensato, que los dioses lo vieran así. Inició el descenso, a cierta distancia de los primeros, lo suficiente para percibir la inseguridad mal camuflada de cuantos allí se encontraban soterrados y que caminaban hacia la que se habían convencido que sería la salida. Llegado el momento, podía sentir sus latidos tan fuertes que ensordecían desde dentro, haciéndola incapaz de centrar su atención en cualquier otro sonido cuyo origen fuera ella misma. La respiración pesada, el pulso acelerado, el instinto aflorando y arañando sus entrañas, tratando de hacerla entender que aquellas cavernas distaban con creces de ser un lugar seguro.

Casi topó con las espaldas de aquellos que momentos antes había advertido a varios metros, ahora detenidos ante las paredes que se unían ante sus ojos dejando tan sólo un paso a ras del suelo. Se preguntó entonces si habría algo más enfermizo que quedar atrapada en aquella grieta, si llegado el momento no fuera posible continuar, si se hiciera imposible retroceder una vez dentro. Perdería la cordura por verse tendida en el suelo bajo toneladas de tierra que no terminarían de aplastarla, pero que tampoco permitirían el movimiento, antes que la vida por deshidratación. Tampoco imaginaba agradable contar los días hasta que su cuerpo cediese a la privación de las necesidades vitales. No, si estaba esperando una advertencia divina, allí donde ni Anar, ni Isil, ni Imbar llegaban, acerca de lo equivocada que sería la decisión de continuar, era aquella. Pero una vez más el hechicero aseguró la viabilidad de la ruta y nadie se opuso. ¡¿De verdad?! Los más indecisos -o los más cautos- aguardaron unos momentos antes de arrodillarse, literalmente, ante el poder de la Madre. Tan pronto como ella quisiera podría sepultarlos, p u f f, borrar su existencia. Y además, para ella no supondría alteración ninguna. Todos venimos de la Tierra y a la Tierra volveremos.

Sigamos.

El aliento volvió a los rezagados cuando escucharon la información sobre lo encontrado al otro lado. Suspiró aliviada, permitiéndoles a sus nervios a flor de piel un descanso. Agua y una salida en ascenso, aquello apartaría los pensamientos tremendistas por un tiempo. Mas no fue largo. Los gritos de uno de los escribas se hicieron eco por toda la caverna antes de haberse terminado de enderezar tras los metros de arrastre y pudieran dar con la mejor forma de llegar hasta la abertura en el techo. ¿Cómo? ¿Por dónde? Había cruzado la estrechez antes que ella. ¿Nadie advirtió su falta? Lejos de perder la compostura, el brujo no tardó en determinar las pautas a seguir.

Por primera vez, se hizo palpable la duda en las planificaciones del Encantador Calhoun y no faltaron las miradas hacia el saliente señalado, viéndose en ellas el reflejo de las mentes tratando de idear cómo lograrlo sin él. Aun así, los dos que aún quedaban bajo el mando del hechicero terminaron por acceder.

—‌¿Sabéis utilizarla?—‌ se dirigió la bruja a la elfa, señalando el arma que esta última portaba con el mentón.
—‌Pues claro—‌ afirmó a la defensiva, casi en tono de réplica, aún siendo consciente de que no se trataba de una gran instruida.
—‌Utilizadla pues, de ser preciso. Os quedaréis sola un momento.—‌ puntualizó la mujer con desdén, restándole importancia a la desconocida amenaza.

El punto final al breve intercambio de palabras lo marcó la voz de Vincent, que desde el interior del pasadizo se hizo escuchar con tono claro de alerta y tintes de pavor. Y que un líder se muestre atemorizado, nervioso siquiera, supone el fin de la estabilidad mental de quienes actúan bajo su mando. Como movidos por el impulso de ponerle rostro al enemigo, los tres siguieron con presteza la procedencia de los ataques. Sin remedio, quedó paralizada cuando alcanzaron a diferenciar la verdadera criatura que gobernaba las cavernas. Su mera presencia era perturbadora, siniestra, rezumaba dolor y muerte. Ni el elfo ni la hechicera tardaron una milésima en portar sus armas y aventurarse a anteponer la vida de sus compañeros a la propia, no sin esconder del todo sus primeros pasos titubeantes.

La garra de aquel oscuro ser, nacido del castigo de los dioses, se elevó sobre su cabeza, cubierta de abalorios que no dejaban de ser una exposición de los restos de las vidas que habían hecho suyas. La reacción de la elfa fue acto reflejo. Ataque, defensa. Reparando en la presencia del árbol que crecía en el piso anterior una posibilidad se apareció en su cabeza, que viendo alterada su calma, había comenzado a funcionar más deprisa de lo que el razonamiento podía procesar, ordenando los impulsos antes que las estrategias. Una cobertura, un momento para lograr una breve ventaja. El terreno suponía una gran barrera, su poder no era rival para aquella criatura, pero la magia que daba vida al único ser viviente en las galerías superiores podría suponer su única baza para que funcionase.

Con el tiempo, se había ocupado de trabajar su habilidad para dirigir el éter, mas todas las técnicas al respecto imperaban en la importancia de tener capacidad de concentrar la mente y los sentidos, percibir y manejar el entorno desde la armonía. Como si hubiera tiempo para aquello cuando la armonía significa vivir y el entorno dejar de hacerlo. Alzando su brazo diestro como si tratase de agarrar el aire, empleando la misma fuerza que al empuñar el acero, hizo aparecer las robustas raíces que nacían del pino de manera descuidada, provocando que de las paredes comenzasen a desprenderse cascotes, allí donde los brotes se abrían camino hasta lograr amarrar a la Primigenia1. No aguantaría demasiado, su control no era preciso, sólo se mantenía por el deseo de que aquello resultase. Y su esfuerzo se volvió desmedido cuando optó por llegar a más. Tan cerca se encontraba el elfo, inconsciente, que no podía no intentarlo. Redirigió parte del poder que envolvía a la amenaza hasta el cuerpo tendido a sus pies, cubriéndolo con una coraza enredada2. Aquello restaría tiempo a su aguante, sólo podía esperar que fuera suficiente.

Un impacto directo, un cegador destello, un fogonazo de fuego. Fue todo cuanto presenció en apenas un parpadeo. Lo siguiente fue cómo la hoja del brujo parecía derretirse en la sangre de la criatura degollada.

Y todo volvió a quedar en silencio y oscuro.
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[Desafío] Scavengers' Countdown Empty Re: [Desafío] Scavengers' Countdown

Mensaje  Fehu Sáb Mayo 15 2021, 13:21

Tan pronto Níniel se alzó con la arqueta en sus manos, oyó un sonido como de ramas agitadas fuertemente por el viento a su espalda. Para cuando se dio la vuelta, sus compañeros ya habían sido apresados por las vides.

Antes de que tuviera tiempo de reaccionar, la Sacerdotisa notaría la presión de la Naturaleza sobre ella misma. La caja cayó de sus manos, aprisionadas contra su cuerpo, y rodó por el suelo un puñado de pasos. Su máscara fue arrancada de su rostro, empujada por las vides que se cerraron en torno a su boca, impidiendo cualquier intento de invocación. Una figura familiar caminó con calma hacia el grupo, un rostro joven que Níniel había visto ante sus propios ojos (los ojos de Iole) hacía tan solo unos momentos.

Thanedir se detuvo un instante ante la máscara de Aeda y la observó con interés. Asintió como si la aprobara y la dejó donde estaba, su atención vuelta hacia la Arqueta que acababan de rescatar del olvido. La caja se tambaleó ligeramente, alejándose de él. El elfo se detuvo y volvió su vista hacia Carlina. La bruja abrió mucho los ojos al encontrarse con los de él, pero instantáneamente frunció el ceño en un gesto de desafío. Las vides que la aprisionaban se movieron para taparle los ojos.

No me miréis así —dijo Thanedir con voz suave y serena—, no soy yo el que ha venido a robar.

No había reproche en su voz. Simplemente, constataba un hecho. Se agachó ante la Arqueta, ahora inmóvil, y la enderezó en el suelo. La manipulaba con delicadeza, su gesto, una mezcla de nostalgia y reverencia. Finalmente, posó una mano sobre la tapa y, con los ojos cerrados, pronunció:

Benel-lüh. —Abrió los ojos y los dirigió hacia Níniel, con una sonrisa melancólica en el rostro—. Supongo que tú y tu gente habríais encontrado la manera de abrirla, pero sería una pena que acabaseis destrozando esta obra de arte en el proceso. La mujer que la talló puso todo su corazón en ello —comentó mientras acariciaba distraídamente las enredaderas esculpidas en el costado. Su sonrisa se amplió con un recuerdo pasajero y volvió de nuevo su atención a la caja—. Quedad tranquilos, os dejaré lo importante. Es bueno que la historia se conozca. —Abrió la tapa, sacó un objeto pequeño de su interior y lo guardó entre sus ropas—. Solo vine por un recuerdo.

Dicho esto, volvió a cerrar la tapa con suavidad, se levantó y echó a andar de nuevo perdiéndose entre la floresta. Solo cuando ya no podían verlo ni oírlo, las vides liberaron a los integrantes del grupo.


Con la Cavernaria fuera de combate, nuestro grupo de “asaltadores” de tumbas pudo volver su atención a asegurar su salida sin más sorpresas desagradables. La magia élfica se ocupó prontamente del cuerpo de Ihorcas, aunque su mente necesitaría aún un tiempo para recuperarse de la experiencia. Nadie, ni siquiera él, se preocupó de recuperar su preciado diario con las prisas por volver a ver la luz de las estrellas sobre sus cabezas.

A cubierto de miradas indiscretas, Thanedir veía al grupo emerger, uno a uno, del antiguo pozo. No tenía idea de que el túmulo comunicase con el acuífero. Tampoco se le ocurría qué habría empujado a aquellos hombres y mujeres a adentrarse en las profundidades de la tierra.

¿Es el otro grupo? —preguntó Maika a su espalda.

Thanedir se volvió hacia ella y asintió.

Creía que habían ido al túmulo —continuó ella.

El elfo se encogió de hombros antes de hablar.

Parece que dieron un rodeo. ¿El muchacho está bien? —Esta vez fue Maika la que asintió—. ¿Los saqueadores?

Los ahuyentaron.

¿No los mataron? —preguntó Thanedir confuso.

Maika negó con la cabeza.

Parecen buena gente —dijo mirando fijamente al elfo. Tragó saliva—. No les hiciste daño, ¿verdad?

¿Por qué iba a hacerles daño? No han hecho nada malo.

Maika asintió con cierto alivio y ambos permanecieron en silencio unos momentos, observando al grupo alejarse.

¿Qué había en este lugar? —preguntó al cabo de un rato.

Un sueño imposible —murmuró Thanedir, la mirada perdida más allá del punto donde los hombres y mujeres de la Logia se habían adentrado de nuevo entre los árboles.

Maika lo dejó con sus recuerdos un rato más, hasta que se oyó una explosión en la distancia.

Hora de irse —dijo—. Esto no tardará en inundarse.


__________________

Tras cierto parón (mea culpa), concluimos por fin esta aventura. Espero que hayáis disfrutado tanto del desafío como lo he hecho yo leyéndoos. Ha sido un verdadero placer construir este pedacito de Historia Secreta con vosotros. Historia que ahora queda a disposición de la Logia. Seguro que les complace estudiar la información que habéis conseguido recabar.

Por vuestro empeño y creatividad, recibís todos 5 puntos de experiencia, más un objeto especial que os dejo por aquí.

Níniel y Al’theas: Recuerdo de un antiguo amor: [3 cargas] No se trata de un objeto propiamente dicho, sino que vuestro éter se ha impregnado de la magia del Círculo de Ost-in-Maaratulda. Allá donde se hayan vivido emociones particularmente intensas o un gran estallido de magia, podréis sentir los remanentes en el éter del ambiente. Si os concentráis en la sensación, experimentaréis una visión del pasado de ese lugar. Puede ser útil para una mente curiosa, o una montaña rusa para vuestras emociones. La magia se desvanecerá con el tiempo (después de tres visiones).

Vincent y Aylizz: Limo de la Unión: [3 cargas] Algo (quizá tu Don Mágico) te dice que ese barro que se ha prendido a tus ropas, tu equipo, tu piel, mientras te arrastrabas buscando la salida del túmulo tiene algo especial. Resuena con tu éter, como si, de alguna manera, lo reconociera y complementara a la vez. Sin pensar (mucho) en los cadáveres que lo han alimentado, te guardas un poco de recuerdo. Siempre que lo tengas contigo, podrás usar la habilidad racial activa correspondiente a "la otra" de las razas enterradas en el Túmulo de Ost-in-Maaratulda (es decir, si eres elfo, podrás usar Superioridad Arcana y, si eres brujo, podrás usar Imposición de Manos). Tiene 3 cargas, pero solo podrás usar una por rol.

Muchas gracias a los cuatro por vuestros increíbles posts y vuestra paciencia conmigo y, si tenéis algún comentario acerca del desafío, no dudéis en contactarme por MP.
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