Noche De Chicas En El Bosque (Privado)

Caminaba procurando pisar en zonas donde el musgo y la tierra no estaban cubiertas por hojas, amortiguando sus pisadas y haciendo estas lo más silenciosas posibles mientras seguía los pasos de Nigard que parecía haber olfateado alguna presa para la cena, esperaba que fuera algún gomejo o ave un poco grande para que fuera lo suficientemente grande para las dos o le tocaría volver a cenar las raciones de viaje que la felina había dejado bien claro que no comería si no era porque no había conseguido cazar nada.

Se detuvo en cuanto vio como Nigard se agachaba y fijaba su vista a la derecha haciendo ella lo mismo para intentar ver la posible presa entre la maleza y casi pega un grito al encontrarse con un gomejo de unos dos metros de altura hasta que a la poca luz de la penumbra se dio cuenta de que era... Rosa.
Si bien no era muy amiga de los estudios, si lo era de la naturaleza en si y jamás, en toda su vida, había oído hablar de ningún gomejo de ese color, mucho menos de ese tamaño. El misterio se resolvió cuando el susodicho giro la cabeza mirando exactamente en la dirección en la que estaban ocultas, como si las hubiera oído y Marissa se movió rápidamente para quedar oculta, pero al parecer no lo suficiente porque acto seguido la persona, pues era una persona habló aunque, los dioses se la llevaran, no entendía que hacia una mujer de esa estatura vestida de semejante manera. Se pregunto si no seria algún tipo de moda extraña de algún pueblo cercano u otra cosa peor...
El bufido que emitió Nigard la sacó de sus pensamientos y salto hacia el animal antes de que este atacara a la mujer pensando que se trataba de su próxima cena.

- ¡Nigard no!- Gritó saltando al cuello de la felina para detenerla a pesar de que sus miedos eran infundados puesto que el animal se quedo a un metro de distancia de la mujer mirandola con curiosidad y olfateando hacia su dirección.- Perdona si te ha asustado. Por tu ropa, Nigard te confundió con su cena, pero no es peligrosa, ahora mismo siente más curiosidad que otra cosa.-Explicó mirando ella también con curiosidad a la mujer y poniéndose en pie despacio con las manos ligeramente levantadas y lejos de su estoque para demostrar que no eran peligrosas.
Y entonces la lince hizo algo que Marissa nunca le había visto hacer con ningún extraño y que la dejó boquiabierta. Nigard se acercó despacio a la mujer tras olfatear un poco su pierna, froto su cabeza contra ella.- Nunca había hecho eso con nadie...- Miró extrañada a la mujer con el ceño fruncido.- ¿Quién o qué eres?- Preguntó sin darse cuenta de que había hablado en voz alta.

Su extrañeza pasó a sorpresa total cuando la mujer comenzó a hablar de aquella manera sobre su traje de gomejo y no pudo evitar que sus cejas se alzaran completamente mientras miraba el traje de arriba a abajo como si lo admirara y asentía lentamente. Sabía muy bien lo cálida que era la piel de dicho animal, otro de los motivos por los que había intentado despellejarlos bien, era que sus pieles podían venderse y tenia que pensar una manera de poder ganarse la vida cuando acabara su viaje, aunque no se veía como cazadora y vendedora de pieles, era una manera de poder ganar algunas monedas.

Estaba a punto de responder que ella estaba más que acostumbrada al frío cuando la mujer puso una cara que la hizo retroceder un paso sin saber bien si era una amenaza o no, pero la verdad era que resultaba inquietante, por no decir intimidatoria, sobre todo porque no parpadeaba, ¿qué clase de criatura no parpadeaba?
Todas sus dudas quedaron resueltas cuando se presentó y Marissa se quedó completamente boquiabierta, siempre había imaginado a los biociberneticos como seres más de metal que otra cosa por lo poco que había leído en los libros, pero la mujer que tenia delante parecía tan humana como ella, eso sin contar con el nombre y con la forma que hablaba con ella. No era de forma protectora como si ella fuera la niña o "jovencilla" como la llamaba, pero tampoco dejaba lugar a ninguna discusión con respecto a que iban a pasar la noche juntas. Además que no iba a perder la oportunidad de conocer mejor a aquella mujer, su curiosidad era tan grande como la que Nigard sentía hacia ella.

- En... Encantada de conocerte, Golosina.- Dijo saliendo de su estupor.- Yo soy Marissa, de Dundarak y ella es Nigard.- Por algún motivo que no entendía, confiaba plenamente en ella. Miró a su alrededor pensando que aquel no era un buen lugar para hacer una hoguera, los arboles estaban demasiado cerca y lo último que quería era provocar un incendio en el bosque. Justo en ese momento vio la espalda del traje de Golosina y una pequeña risa que disimuló con un carraspeo.- Este no es buen lugar para acampar. Antes he visto un claro hacia el sur, unos cincuenta metros atrás, ese si es buen lugar para acampar y hacer una hoguera. Podemos recoger ramas por el camino.- Sonrió a la mujer.- Tengo raciones de viaje para cenar que puedo compartir contigo sin problema y seguro que Nigard cazará su propia cena. Vamos

Comenzó a caminar hacia donde había visto el claro para acampar, de hecho si habían sido descubiertas por Golosina era porque Marissa ya había decidido pasar la noche en aquel lugar. Estaba recogiendo las ramas que iba encontrando por el camino y miraba de reojo a la mujer con creciente curiosidad.
- No sabia que los biociberneticos salieran de su ciudad.- Cogió otra rama del suelo y la añadió al montón que ya tenia antes de mirarla directamente.- ¿Cómo es que estás en este bosque?

No pudo evitar sonreír cuando Golosina la llamo de aquella forma, pero por suerte estaba de espaldas a ella así que no lo vio. Se podía considerar muchas cosas, pero desde luego no una florecilla, aunque por algún extraño motivo le había gustado que la llamara de aquella forma. Hacía mucho que nadie le hablaba de manera cariñosa.

- Entonces, si en vuestra base nadie vive salvo esos días puntuales... ¿Quién se asegura de que vuestros implantes han sido reparados o lo que sea? Es decir, yo se cuando mi espada necesita ser afilada y lo hago, pero si tuviera daños mayores, necesitaría ir a un herrero a que la reparara. Mmm... creo que no es el mejor ejemplo.

Se giró para mirar a Golosina con el ceño profundamente fruncido en cuanto supo que había estado en Dundarak, pero su tensión fue disminuyendo mientras le explicaba lo que había hecho en la ciudad, claro que si estuviera buscándola, tampoco se lo diría y lo que contaba era un poco increíble. Vale lo del impostor si era creíble, pero el resto... ¿Realmente estaba hablando de la misma ciudad en la que se crio? Cierto que mientras vivió allí, su vida se había limitado a sus entrenamientos y estudios, además de sus excursiones, vale tenia que ser sincera consigo misma, escapadas mejor dicho, primero sola y luego con Nigard. Lo cierto era que nunca había sido muy sociable con el resto de personas. Todo lo contrario de lo que parecía Golosina.

- Sin duda debe ser una historia fascinante que espero que me cuentes con más detalle. Yo nunca viví nada parecido en Dundarak.- Comentó con sincera curiosidad por conocer la historia para luego fruncir un poco el ceño.- ¿Tienes problemas con tus implantes? Si te pasara algo, yo no sabría que hacer.

Realmente le preocupaba el hecho de que la biocibernetica de pronto tuviera algún tipo de fallo o lo que fuera y colapsara o dejara de funcionar o muriera, lo que fuera que ocurriera en el caso de su raza, pero su compañera parecía sana, sin ningún fallo, aunque no podía asegurarlo porque tampoco había conocido antes a ninguno de su raza.
Continuó recogiendo ramas, tenia ya una buena brazada para pasar la noche junto con las que había recogido su nueva compañera cuando llegaron al borde del claro que había visto antes y lo miró detenidamente mientras buscaba el mejor lugar para hacer la hoguera.

- No te preocupes, a Nigard no le gustan las porciones de viaje. Ella suele cazar su propia comida y muchas veces trae piezas para mi, o yo voy de caza con ella, que era lo que estábamos haciendo cuando nos encontramos contigo, además de mis raciones de viaje. Así que no habrá problemas con la comida.- Sonrió mirandola.- También tenía pensado pasar por Ulmer, la ciudad licántropo, pero mi destino es el Árbol Madre.

En ese momento vio una mancha oscura en el suelo y se acercó a ella agachándose para estudiarla a la escasa luz de la luna, eran los restos de una hoguera, estaban fríos, aunque no podía decir si de un día o más. Pero a ellas les vendría bien, ya que no tendrían que perder el tiempo preparando nada. Dejó las ramas en el suelo y después de quitarse la mochila comenzó a colocar la madera para encender la hoguera.

- Han acampado aquí antes, aunque no se quien ni cuando, pero yo tampoco creo que vaya a venir nadie. Y si fuera así, Nigard siempre me avisa, su oído es extremadamente fino y no le gustan los extraños, así que siempre se pone en guardia si hay extraños cerca.- Miró extrañada a la mujer un momento antes de ponerse a buscar en su mochila la yesca y el pedernal. - ¿Hombres grillo? No, nunca los he visto ni oído hablar de ellos. ¿Tu has visto alguno? ¿Cómo son?- Esperaba que no fueran realmente peligrosos, aunque ahora la que daba miedo era Golosina con aquella mueca horrible, pero no dejó que su cara la delatara y sabía que la mujer no les haría nada.

Intentó imaginarse a los grillos con forma humanoide y luego pensó que en comparación con otros insectos, los hombres grillo no serian tan malos, de hecho a ella le gustaban los grillos, recordó alguna noche de verano en el campo acurrucada en su tienda durmiéndose al sonido de sus cantos. Sin embargo, lo que no soportaba eran las arañas, un escalofrío recorrió su cuerpo al imaginar un hombre araña.

- La verdad es que me gustan los grillos y su "cri, cri" me resulta relajante... Pero espero que no existan los hombres araña, no soporto a esos bichos, ni sus telas de araña.- Volvió a estremecerse.- El simple contacto con uno de sus hilos hace que se me ponga la piel de gallina...

Terminó de colocar las ramas y usó el pedernal para encender el fuego soplando un poco sobre el musgo seco hasta que la pequeña llama prendió en el resto de pequeñas ramas puestas encima. Mientras sacaba las raciones y la cantimplora de la mochila se dio cuenta de que Nigard estaba mirando hacía un punto fuera del claro, pero sus orejas estaban echadas hacia delante, lo que significaba curiosidad y no peligro, seguramente había escuchado u olfateado alguna posible presa por lo que siguió con lo suyo volviendo su atención a Golosina que también estaba sacando cosas de su bolsa.
Sonrió ante la idea de comer algo distinto que no fuera carne de conejo o de ave y estaba a punto de responder cuando el crujido de una rama partiéndose llegó a sus oídos, pero lo que hizo que se pusiera inmediatamente en guardia fue el gruñido bajo de Nigard.

- ¿Estas de broma?- Preguntó al tiempo que se colocaba al lado de la mujer, preparada para la lucha pero sin sacar aun su espada.- Soy una guerrera dragón, bueno casi, pero no pienso salir huyendo de nada ni de nadie.

Se giró en la misma dirección que Golosina, con la mano en el pomo de su espada, preparada para desembainar a la menor señal de que lo que apareciera en el claro fuera peligroso, por el rabillo del ojo vio como Nigard se subía a una rama cercana preparada para saltar en caso de que fueran atacadas. Su mente se centró en su respiración y no permitió que la curiosa amenaza de su compañera la descentrara.
Lo que si la sorprendió fue lo que apareció en el claro.

Por su aspecto, la mujer debía llevar tiempo perdida en el bosque, sus ropas, aunque elegantes, estaban sucias y desgarradas y el pelo no debía haber visto un peine en días, pero lo que le sorprendió fue su mirada, una mezcla de miedo y altivez que reconoció al momento. Era la misma que tenía su tío cuando miraba a Nigard y supo al instante que esa mujer les iba a traer problemas.

- Por los dioses. Las primeras personas que me encuentro en días y son una loca disfrazada y una niña.- Rezongó la recién llegada acercándose a ellas, mas bien a la hoguera y extendiendo sus manos que temblaban de frío, miedo o ambas.- Soy Isaura de Lunargenta y tenéis que sacarme inmediatamente de aquí.-  Exigió la mujer mientras se agachaba a coger una de las raciones que había fuera de su bolsa y se la comía sin ningún tipo de delicadeza.

Se quedó callada mientras Golosina hablaba amigablemente con la mujer como había hecho con ella desde que la conoció, aunque hubo un momento en que se quedó completamente quieta y mirando al vacío como analizando algo mientras la "dama" seguía a lo suyo mientras Marissa miraba a la recién llegada con suspicacia. Si, bien podía haberse perdido, pero en ese caso, que hacía tan lejos de su ciudad y tan cerca de Ulmer? desde luego no le veía muchas habilidades como comerciante, tal vez fuera la esposa de uno y lo había acompañado, pero eso seguía sin explicar que hacía en el bosque sola.

Estaba a punto de preguntarlo cuando Golosina se le adelantó con su peculiar forma de hablar y preguntar las cosas y la respuesta de la mujer que decía llamarse Isaura se lo aclaró todo, por lo visto la habían secuestrado, y no con intenciones de pedir un rescate.
Golosina volvió a adelantarse a sus preguntas ya que ella miraba alrededor del bosque escrutando la oscuridad por si escuchaba algún sonido de alguien más acercándose, pero no era así y Nigard tampoco estaba en el claro, lo que le indicaba que nadie más estaba cerca.
Volvió su atención a la biocibernetica y asintió levemente a sus gestos, no sabía quien perseguía supuestamente a la mujer, pero estaba claro que nadie iba tras ella en aquellos momentos.

- Señora tranquilícese.- Dijo acercándose a ella.- Con nosotras está a salvo y le puedo asegurar que es mucho más peligroso recorrer el bosque de noche a oscuras como estaba haciendo antes. Ella es Golosina.- Presentó a su compañera señalándola con un movimiento de cabeza.- Y yo soy Marissa... Le aseguro que está a salvo y si alguien se acercara, mi lince, Nigard nos avisaría. Ahora relájese y coma un poco... Parece que lleva días perdida. ¿Cómo ha conseguido escapar y esquivar a sus secuestradores?

Cogió una pequeña manta que tenía en su mochila y la cantimplora de agua y se lo ofreció a la mujer esperando que con eso se tranquilizara un poco y les contara su historia.