Re: [Misión Guardia-Logia] Entre Caníbales

**Ansur** Miér 26 Abr 2017, 06:47

Los cuatro aventureros habían conseguido salir ilesos del combate contra las hienas, pero aún quedaba mucho peligro por delante, comenzando porque desconocían las intenciones de los colosales centauros, aunque tal como habían indicado los brujos, para ser tan primitivos gozaban de cierta ventaja en sus armas imbuidas en magia arcana que seguramente les daba alguna propiedad especial hasta ahora desconocida.

El aparente líder de los centauros miró fijamente a Rachel con una expresión de incredulidad palpable, no le creía una pizca de nada y menos aún al mencionar el nombre de aquella tal Lady Mortagdela, aunque finalmente su rostro y el de todos los presentes cambiaron cuando escucharon la palabra “magia”; se miraban unos a otros repitiendo -¡Geralt! ¡Geralt! ¡Geralt! - Lo cual no era un muy buen augurio; por si aquello fuera poco la robótica chica hizo gala de una formidable demostración de resistencia al soportar sin problemas la mordida del hombre hiena, cosa que terminó de sorprender a los centauros.

El líder pisó con fuerza produciendo un poderoso sonido de su pata contra el piso, lo repitió una y otra vez hasta que el resto de los centauros comenzaron a realizar el mismo movimiento con tal fuerza que la tierra parecía temblar; alzaban sus manos en dirección al volcán; el cielo pareció oscurecerse repentinamente; la pequeña playa que no parecía ser el fruto de la naturaleza sino más bien obra de alguna forma de vida comenzó a vibrar, el agua salpicaba y en instantes ya se levantaban esferas de agua quedando suspendidas en el aire.

Si lo que querían los aventureros era ir al agua, ahora sí que la tendrían muy difícil pues justamente desde allí parecía acercarse algo tan terrible que los hombres hiena que estaban atrapados comenzaron a agitarse y tratar de correr de ahí, un torbellino de agua se formó en la orilla de la pequeña playa que daba a la empalizada y de ella emergió una misteriosa criatura con aspecto bastante llamativo, cubierta por una especie de coraza negruzca adornada sutilmente por delgados hilos blancos que parecían formarse por el agua que la rodeaba.

La mujer, o cosa, cuyos ojos no llegaban a verse señaló hacia los centauros y habló con voz de mujer y hombre a la vez -Nueve lunas han pasado desde nuestro último encuentro, la hora del tributo ha llegado- Las dos voces al unísono hacían un tétrico y perfecto coro que erizaba la piel -Geralt, Geralt - Dijeron los centauros señalando a los hombres bestia atrapados, pero a la vez, otros rodeaban discretamente al grupo de náufragos esperando el momento indicado para capturarlos y ofrecerlos, aunque no la tendrían nada fácil ahora que seguramente habían entendido que la palabra “Geralt” parecía significar “Tributo” o algo parecido que era mejor no tratar de averiguar.

La magia que se podía sentir imbuida en las armas de los centauros fue atraída hacia la mujer, dejándolos menos fuertes de lo que eran antes, debían pagar el tributo a cambio de obtener un poco más, pero esta vez no les resultaría tan fácil de obtener; nuevamente el objetivo central era Geralt, quien ciertamente necesitaría algo de ayuda, pero a la vez daría un poco de libertad para que alguien más intentara liberar a los hombres hiena; ahora que conocían las intenciones de los centauros, lo mejor era contar con refuerzos bajo la consigna de “El enemigo de mi enemigo es mi amigo”.

Extraña deidad del agua:

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∞ Geralt, nuevamente eres el centro de atención, pero esta vez al menos sabes que no debes ser atrapado, apóyate en tus compañeros.
∞ Rachel, como la más fuerte puedes plantearte la tarea de abrir la jaula de madera en donde están atrapados los hombres hiena, si escapan regresarán con refuerzos.
∞ Vincent y Alanna, tendrán la tarea de apoyar a Geralt y al mismo tiempo defenderse de los centauros que ahora sin sus armas encantadas parecen más débiles; la figura del agua es peligrosa, si la atacan deberán lanzar una runa, pero solo necesitan evitar que se le entregue cualquier tributo y entonces se marchará.

Geralt Sáb 29 Abr 2017, 00:09

El peliblanco compartió la risa con Vincent una vez el peligro de las hienas hubo pasado. En otras circunstancias, todo habría quedado allí y se hubieran ido a tomar una copa, para acabar metiéndose en otra pelea, si es que sus experiencias con el chucho podían usarse de precedente. Pero estaban en una maldita isla ya no tan desierta, así que acepto el temporal alivio de la tensión y siguió adelante. Menos mal que al menos seguían teniendo un brujo con poderes… en cuando saliese de ese agujero infernal, iría directo a buscar una forma de recuperarlos.

Todo saldría bien, eso se repetía a sí mismo a medida que entraba en la aldea, una y otra vez. Sabía que era mentira en el fondo, simplemente no tenía ese tipo de suerte, jamás.

La bio intentó colársela doblada a los centauros. El brujo dudaba que un argumento basado en la influencia de alguien fuese a funcionar, pero realmente tampoco tenía un plan alternativo, así que era lo mejor que podía hacer. Pero a juzgar por la cara del centauro al que se estaban dirigiendo, no acabo de funcionar, en absoluto, y que empezaran a corear su nombre, lejos del subidón de adrenalina que siempre había esperado, solo conseguía ponerle los pelos de punta.

Puede que fuese porque estaba seguro que esa palabra significaba sacrificio, o porque su cerebro tuviese una premonición del cielo oscureciéndose a los pocos segundos en lo que realmente esperaba que no tuviese relación alguna con el cantico de los centauros. Pero ya se conocía, no tenía tanta suerte.

Incluso antes de que la situación se volviera aún más dantesca con esas esferas de agua flotando, Geralt ya había empezado a mover el pie por el suelo, formando marcas sutiles para formar un círculo rúnico. No era su mejor obra, demasiado burda y con runas demasiado grandes, pero funcionaria, casi seguro, el siguiente en pisarlo saldría por los aires.

-Bueno… al menos no es un tensai de agua…- habría reído si ante él no tuviese… ¿un elemental de agua siniestro? Peor, sin duda… pero no tardarían en averiguarlo, seguramente. La espada del brujo había vuelto a su funda, pero su mano se posó en ella otra vez, sutilmente, al ver el movimiento de los centauros. Sacrificios, tenía razón. Los llamaban tributos, pero todos los presentes sabían lo que eran. Era uno de esos dioses a la vieja usanza, de los que requerían arrojar vírgenes a los volcanes.

-La magia… se desvanece.- Eso era bueno. Seguramente la de su círculo también, pero era un mal menor comparado con la posibilidad ofrecida. Querían dárselos a esa cosa, y no sabía que pensaban los otros, pero él desde luego no iba a dejarse. Miro a las hienas. Él no iba a poder sacarlas de allí. Luego miro a Vincent, para asegurarse de que el también estaba en la misma página, para hacer la misma locura. ¿Puede que un muro para separar a los centauros y reducir el número del que encargarse al mismo tiempo? En cualquier caso, ese centauro de su lado iba a desparramar las tripas por el suelo en literalmente segundos, cortesía de su espada. Solo quería asegurarse de que todo el grupo se movía al mismo tiempo, y que ellos no se enteraban de lo que quería hacer al mismo tiempo que los centauros, eso sería muy malo.

Alanna Delteria Lun 01 Mayo 2017, 14:01

Vincent, el brujo, tenía razón, no tenía buena pinta, por eso lo mejor era salir de allí cuanto antes, solo quería terminar con eso, terminar en mayúsculas, estaba cansada, hastiada y odiaba sentir que no podía hacer nada, porque en realidad, allí todos eran útiles menos ella, que parecía estar de pegote. Tenía miedo por su compañeros, Eltrant, debía estar bien, no sabía nadar, pero era inteligente, estaba bien, tenía que estarlo, lo quería hasta el punto de tener cogido el colgante con tal fuerza que notaba como de su piel comenzaba a salir una gota desangre, pero nada se lo aseguraba, y Schott, ese chico era tan inocente que temía que, aun sobreviviendo al naufragio, como esperaba hubiera hecho, le daba la impresión que se lo comerían las fieras.

Suspiró soltando el colgante dejando que cesara el temblor de su mano y miró a vincent, que, tras acceder al plan, pareció recordarla de algún lado. A la chica se le iluminó la cara. ¡Cierto! la carrera de upeleros, esa en la que había cogido al bicho más horrible del mundo, en la que la había arrastrado por el suelo, hecho correr y picoteado hasta cansarse. Se mordió el labio ocultando una sonrisa, dios, eso fue un circo.

- Si, creo que lo recuerdo, aunque con la montura que me tocó, habría preferido olvidarlo.- bromeó intentando calmar el humor del grupo, tenso por la situación, como lo notaba.

Rachel tomó, al poco, la palabra con los hombres bestia, y dejó que una hiena le mordiera en el brazo. Alanna sabía que los bio eran resistentes, pero ver eso la hizo palidecer, la chica parecía tan humana como lo era ella misma, y sabía que, un mordisco semejante, la habría dejado sin brazo. Tragó saliva y vio la demostración de los demás presentes, sintiéndose bastante inútil en comparación, ella no era más que... bueno, una velocista, si se la podía llamar así.

Suspiró al notar la negativa de los centauros, no era posible que fueran tan inteligentes, con eso solo podía comprobar que su estupidez era mayor de lo que pensaba. Tragó saliva, nerviosa, viendo al ser de agua. Cualquier criatura con un mínimo de inteligencia habría hecho caso de las advertencias, cualquier criatura con un mínimo de sentido común habría creído a quien con magia y fuerza, demostraba ser "superior" y los habrían obedecido, si eran seres tan cerrados y estúpidos como para no cambiar la dirección de sus actos, sus posibilidades de salir de allí eran nímias.

Exasperada, tentada de salir corriendo dagas en mano y que fuera lo que los dioses quisieran, miró como una extraña figura de agua comenzaba a formarse frente a ellos mientras se acercaba a Rachel para tratarle las heridas. Impresionante, desde luego, pero eso solo le hacía suponer que ya había alguien en algún lugar de la isla tomandoles el pelo a los seres incivilizados que la habitaban, y la convencía de que era mejor salir de allí cuanto antes mejor.

- Ger...- no terminó de decir el nombre.- quédate detrás.- murmuró cuando escuchó a los centauros repetir lo que las hienas ya habían dicho y, finalmente, habían podido identificar como el nombre del brujo.- Rachel, déjame quitarte eso del brazo.- pidió cogiéndole el brazo mordisqueado a la bio antes de uno a uno comenzar a sacar los dientes, guardándoselos en su bolsa de cuero, que, afortunadamente, seguía colgando de su cintura, por si le eran útiles más tarde.- Tenemos que salir de la aldea, están distraídos, esa cosa no parece muy... útil, es como si se fuera a quedar ahí, quieta, sin más.- miró a su alrededor, había un rincón, junto a la jaula de las hienas, con lo que parecían ser tributos.- vale, ¿qué os parece esto? sacamos a las hienas de la jaula, su huida provocará alboroto, Vincent, saca de aquí a Ger, Rachel, ve con ellos, yo me desharé de eso-señaló el montón de cosas de aspecto inservible pero caro- y saldré de aquí, soy la más pequeña y rápida, no tendría porque tener problema.- intentó reflexionar, dispuesta a poner el plan en marcha.

**Vincent Calhoun** Dom 07 Mayo 2017, 04:08

El plan para salir de allí sin tener que luchar, comenzó a tomar forma, en el momento exacto en el que Rachel inició su conversación con el líder de los centauros. Imaginaba que no era algo que pudiera salir bien, pues era difícil hacer creer a los hombres bestia que eran unos dioses enviados de otro lugar, o cualquier otro tipo de ser superior venido de tierras extrañas. Muy complicado hacerlos creer. Y muy fácil pifiarla y decir algo que levantara sospechas.

Esos centauros tendrían su mitología y su grupo de dioses bien definidos. Por medio primitivos que parecieran, seguro que tenían a quien adorar, y a quién no. Y seguro que ellos no estaban entre los posibles seres que venerar.

Pero en fin, no tenía más opciones. Y siempre podían demostrar una superioridad, que hiciera que los centauros cambiaran a sus antiguos dioses por estos nuevos que tenían delante. Había que tener fe.

Por lo menos, hablar con Alanna le había servido para alejar un poco la tensión del momento, así como la angustia por lo que estaba pasando, y por la suerte que hubieran corrido sus compañeros. No se podía quitar de la cabeza a Níniel, su querida y dulce elfa. Ni tampoco a la buena e inocente Catherine Blair, así como a su superiora Lucy. Confiaba en que estuvieran bien.

- Sí-, rió por lo bajo, rememorando la noche de la carrera. - La montura que te tocó no era muy participativa. Por decirlo de algún modo-, bromeó, manteniendo el buen humor que se había formado por la conversación.

Hablaban de un recuerdo que era poco importante en ese momento, pero sin duda, venía bien para no pensar en otras cosas mucho menos agradables. Rebajar tensión, no era ninguna estupidez dadas las circunstancias. Y maldita sea, habría podido hablar de más cosas de aquel día con la chica, si a los centauros no les hubiera dado por cortar el buen ambiente que se estaba creando.

Rachel había hecho una demostración de fortaleza con uno de los hombres perro, y luego había requerido un espectáculo de magia. Estaba más que preparado para crear una llamarada que hubiera embelesado a su excepcional público en aquel día. Luego unos movimientos por el aire de objetos, y quizás algún adorno más, y esas bestias seguro que hubieran quedado asombrados. Probablemente no al punto de crearse la patraña que les estaba contando Rachel, pero por lo menos serviría para minar su moral. O eso creía. Pues nunca llegó a realizar su obra de teatro de magia.

Los centauros comenzaron a corear el nombre de Geralt en ese momento, cortando la conversación que estaba teniendo con Alanna, e igualmente la historia de Rachel. Y también impidiendo que hiciera su magia requerida por su compañera cibernética. Pero los problemas no terminaban ahí. Ojalá hubiera sido así. Ese cántico no presagiaba nada bueno, menos aún, cuando venía acompañado de un oscurecimiento del día nada natural.

Y así fue. No tardó en aparecer la figura de una extraña mujer, emergiendo de las aguas cercanas a la playa que daba directamente al interior de la empalizada de la aldea. Mujer, por definirla de alguna manera. Pues, pese a que tenía una cierta fisonomía de fémina, le era imposible deducir a que raza pertenecía. O que tipo de ser era. Había leído mucho sobre criaturas, y se había enfrentado a muchas de ellas a lo largo de su vida. Pero ese ente femenino que salía del agua… Ese ser escapaba totalmente a su conocimiento.

De todos modos, no pudo evitar reír cuando escuchó hablar a su compañero brujo. Aunque no sabía si por lo sarcástico de su comentario, o porque dada la situación, no sabía si llorar o reír.

- Solamente faltaría un brujo de agua para completar el mal chiste que es esta isla-, ironizó, mientras cruzaba una mirada con Geralt, el tiempo suficiente para decirle sin palabras que le cubría. - Así lo haré-, contestó a su compañera. - Rachel, plan B. El engaño se ha ido al carajo. Haz caso a Alanna. Esos perros van a ser un tributo como nosotros. Así que nos hemos convertidos en aliados en este mismo instante. Lucharán por escapar, igual que nosotros-, le dijo a la bio.

El enemigo de mi enemigo es mi amigo. Una regla básica que cualquier conflicto. Que cobraba más fuerza cuando eran cuatro contra toda una aldea. Todo aliado que pudieran sumar a la causa era bien recibido.

Vinc, nada más terminar de hablar, agarró uno de sus pedernales y lo sacó del bolsillo para crear la chispa que necesitaba para conjurar uno de sus hechizos de fuego. Tenía un abanico de posibilidades para debilitar o dividir a los centauros, pero no tardó en pensar el hechizo más acorde para la situación que tenía ante sus ojos.

El brujo creó varias bolas de fuego entre los dedos de ambas manos, y comenzó a lanzarlas contra los grupos de numerosos centauros que tenían delante.

Las explosiones pillaron por sorpresa a los concurridos hombres caballo, que fueron alcanzados con facilidad y en gran cantidad, al estar tan juntos.

Cuando los centauros se habían puesto a cantar el nombre de Geralt, se habían ido acercando y pegando los unos a los otros para crear un cerco sobre los cuatro tributos recién llegados. Sin embargo, la propia estrategia de los hombres bestia, había jugado en su contra al tener que luchar contra un brujo con capacidad de crear explosiones.

- Aprovechemos la confusión para escapar-, le dijo a Geralt, desenvainado la espada, y haciendo rápido un tajo contra las patas delanteras de un centauro que se acercaba a la carrera hasta él.

El hombre bestia no pudo evitar caer de bruces cerca del propio Geralt, que estaba a su lado. Pues no había perdido el tiempo en acercarse hasta él y cubrirle, como le había prometido con su mirada instantes antes. Para el peliblanco sería fácil rematar al centauro ahora que estaba en una posición desventajosa.

- ¡Debemos abrirnos camino hasta la selva! ¡Salir de esta aldea es nuestra única posibilidad de sobrevivir! -, gritó, para que lo escucharan todos.

Pese a que no había dicho nada que todos supieran, no estaba de más recalcarlo. Además, poder decirlo servía para sentirse más seguro durante el combate.

- Joder, no podemos negar la evidencia. Esta isla es de lo más entretenida-, le bromeó a Geralt, colocándose espalda con espalda con él. - Le dije a Rachel plan B, pero creo que ya vamos por el Z-, rió. - Y temo que en este último plan, solamente tiene cabida un buen repertorio de la sinfónica de Beltrexus. Enseñemos a estos idiotas, como manejan el acero los brujos.

Offrol
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Uso mi habilidad de nivel uno, Ojos de lobo, contra el cerco de centauros que busca rodearnos y cerrarnos el paso.

Rachel Roche Vie 12 Mayo 2017, 17:29

Los centauros o no me entendían, o no me hicieron ni caso, pues parecieron concentrarse de nuevo en mi compañero de la logia, Geralt, cuyo nombre comenzaron a corear y alabar. Yo me asusté y retrocedí, mostrando pánico en mi rostro, por miedo a que me atacaran. Mientras Alanna me quitaba los dientes de las hienas del brazo. No había servido demasiado.

“Detectada alteración sísmica en el suelo”, clamaba NIA, al ritmo que podía sentir como saltaba la arena. De pronto, del agua surgió una especie de criatura con aspecto femenino del agua. Más que su forma, lo que más impresionaba era su tamaño. – Ay… Ay… - sollocé absorta mirando como aquella enorme cosa surgía ante nosotros. Parecían querer llevarse a Geralt.

Yo veía en Vincent el hombre al que seguir y del que obedecer órdenes. La encantadora Fireheart confiaba plenamente en él y, además, era un compañero en el gremio de la Maestra Boisson. Y Alanna propuso sacar a las hienas de su jaula, cuya idea fue secundada por Vincent.

-Vale… dadme un minuto. – pedí con timidez, acercándome a los hombres hiena, que estaban atemorizados totalmente. Tomé los barrotes con fuerza y poco a poco noté como empezaban a doblar, una vez los cilindros internos de mi brazo comenzaban a empujar cada vez con más y más fuerza. Finalmente, terminaron partiendo, abriendo un pequeño hueco por el que podían salir los hombres hienas. – Ya está. – dije volviendo junto a Vincent.

Justo en ese momento, Alanna tenía el impulso de querer lanzarse a por la enemiga de los centauros, asegurando que podría escapar. – No lo hagas, Alanna. No te sacrifiques. – le pedí entristecida, tomándola del brazo. Pero de nada serviría, su decisión ya estaba tomada. ¿Qué posibilidades tenía contra una cosa tan grande y peligrosa? ¡Por los dioses!

Vincent me separó y me instó a aprovechar la confusión para escapar. Teníamos que proteger a Geralt, con el que parecían querer algo no muy bueno. Aunque el brujo de pelos blancos era el que tenía más apariencia de autosuficiente de los cuatro. Yo me mantuve tras ellos todo el camino, sin atacar. Llevándome las manos a la boca y gritando asustada cuando veía un arma pasar muy cerca de alguno de mis dos amigos. - ¡Ah! – gritaba. - ¡Cuidado, por favor! ¡Las armas son peligrosas! – les pedía a centauros y brujos. ¿Por qué todo terminaba siempre con espadas?

Teníamos que correr. Yo iba tras ellos, manteniéndome sin atacar y sin perder un ápice de la distancia. Abogaban por salir de la selva. La magia comenzaba a desvanecerse, según ellos, claro, porque yo no notaba nada. Vincent y Geralt terminaron espalda con espalda y yo, cobarde de mí, en medio. “Biocibernético en peligro. Planteando ruta de escape más segura”. Me decía NIA. – Está buscando una ruta de escape. Aguantad un poco. – les pedí a Vincent y Geralt – “Evaluando alternativas disponibles”, indicó la inteligencia. – ¡NIA! No evalúes nada y dame una salida. ¡Ya! – grité sola cuando vi como un tajo casi me atraviesa la espalda. “Ruta de escape establecida”. Dijo finalmente la inteligencia. - ¡La tengo! Por aquí. – comenté a mis compañeros.

Abandoné sus espaldas y comencé a correr, en dirección a la playa, por lo visto NIA había detectado una parte sin cerrar en la empalizada. En ese momento, un centauro se plantó delante mía con un arma muy primitiva y roma, suerte para mí pues cuando la estrelló contra mi cabeza, colocando mis brazos en posición defensiva, ésta partió por completo y salió por detrás. Corrí hacia el volcán. Menuda la que nos quedaba por llegar aún, con un poco de suerte no nos seguirían. ¿Conseguiría sobrevivir Alanna Delteria? Esperaba que sí. Como que también nos viese correr en la dirección en la que huíamos.

**Ansur** Dom 14 Mayo 2017, 07:20

El amargo episodio parecía negarse a terminar y tal como era de esperarse, aquello tenía que desembocar en una sangrienta y espantosa batalla contra aquellos seres que buscaban de cualquier manera adueñarse de Geralt; aunque eso tampoco les resultaría nada fácil a los antagonistas, pues el equipo sabía defenderse bastante bien, la joven guardia propuso un arriesgado plan que sonaba más a un camino a convertirse en mártir a cambio del escape de los otros.

Por otro lado Vincent coordinó con Rachel la liberación de los hombres hiena que se encontraban prisioneros, algo que al parecer no les traería ningún beneficio pues apenas vieron el camino a la libertad los muy ingratos huyeron sin mirar atrás para nada; concentrados en el combate contra los captores; el grupo de aventureros resistió como mejor pudo, las explosiones de Vincent resultaban bastante efectivas pero los centauros seguían siendo un número muy alto ¿Cómo vencerlos?

Parecía una lucha imposible hasta que sorpresivamente los hombres hiena aparecieron de nuevo en escena; los que escaparon habían conseguido refuerzos y volvían con más fuerza, decididos a acabar no solo con los centauros sino también con la misteriosa mujer del agua, una batalla sin duda interesante de ver pero no había tiempo para ello.

Tras correr un rato en dirección a la playa podrían ver acercarse un pequeño barco con características de los caballeros dragón y sobre él, las siluetas de las que parecían ser Abbey, Lucy y otra joven rubia; una vez en el barco solo tendrían que escapar con tanta prisa como pudieran dejando atrás aquella misteriosa y problemática isla.

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∞ Misión finalizada exitosamente.
∞ Reciben
- 15 puntos de experiencia (10 ptos base + 5 por buen desarrollo)
- 300 aeros.
- 10 ptos de influencia con gremio de La Logia y guardia según el caso.

Todo se ha sumado ya al perfil y al apartado de gremios..

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