Donde el sol no llega [cerrado]
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Donde el sol no llega [cerrado]
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-¡Ury quiere llegar ahora!- revolví mi pelo y los tentáculos con las manos mientras hacía el primer berrinche de mi vida. Miré a mi peluche moverse por los aires junto con mis calamarescos tentáculos y me estuve un poco más quieta.El taketeo de B comenzó a sonar a uno y otro lado de mi cabeza tan rápido que Bud apenas era capaz de traducir; aunque no era necesario porque luego de varios días de aprendizaje intensivo podía comprender casi a la perfección lo que mi rojo amigo quería decir.
-No, no quiero más chocolate. Tampoco te, ni queso de aion. Quiero a mi príncipe. ¿Por qué no llegamos ya? ¿Tengo que ir a hablar con el capitán para que alguien me responda?- pregunté dando un golpe en el suelo con mi pie. Amenacé a B con mi tinta y quité el guante de mi manita, sonriendo con malicia. El marino de las pinzas se escondió tras bud, no le gustaba sentir sobre su piel mis chuposas ventosas. -puh puh puh, serás mío B y tendrás que hablar puh puh puh- moví mis deditos como había visto muchas veces a mi abuela cuando tocaba el piano, al parecer eso le daba el toque para que me temieran más.
-Suficiente ¿qué es este desacato?
Por algún motivo todos me señalaron a mí. Le eché la lengua al capitán y me crucé de brazos mirando al techo. -Está bien, fui yo ¿y qué? ¿me tirarán por la borda?- dirigí mis ojos directo cada uno de los del capitán (que estaban a cada lado de su cabeza, por lo que era difícil saber exactamente qué hacer) -La nieta del malvado Drisköll está teniendo una rabieta ¿cómo lo va a manejar capitán?- pregunté inflando mis mejillas y levantado las cejas de forma desafiante.
El capitán martillo gesticulaba a medida que yo hablaba, parecía tener su propio monólogo interno. En un momento levantó su puño y creí que me dejaría hacha una esponjita escrachada contra las tablas del suelo. Cuando abrí uno de mis jojitos para mirar por qué no sentía dolor, vi que se acercaba a Bud para preguntarle en voz baja:
-¿Pero qué le pasa?
Secreteos, secreteos y más secreteos.
-¡Ury quiere príncipe! ¡Ury no quiere más estar en el barco! ¡Ury se aburre! ¡Ury quiere mataaaarrrr!
Bud me miró sin pestañear, B levantó sus pinzas en señal de rendición y el capitán Martillo sacudió su cuerpo, como quitándose una salpicadura de algo feo.
-¿Será esa cosa de las mujeres?
Ury le dio un puntapié en el tobillo al Capitán.
-Auch. Está bien está bien. Te llevaré a un lugar que te gustará. Bueno, al menos no has estado allí aún se corrigió. Lo miré con sospecha pero tomé uno de los dedos de su gran mano para que me llevase. Durante los últimos días habíamos estado navegando, al principio era divertido, luego vinieron las náuseas y finalmente la aburrición. Ya había visto el trabajo que hacían los marinos en cada parte del barco. Había ayudado a pelar papas, trapear la cubierta e incluso había escalado lo alto del palo mayor para llevarle su comida al tuerto Jack que era el vigía. Zurcí y remendé velas, camisas y pantalones hasta que me salieron llagas en las manitas y todavía no llegábamos. Incluso vigilé las reservas de agua dulce para que ninguno de esos piratas mentirosos y embaucadores hiciera trampa y nada. Aún nada.
-¿En qué piensas tanto?
Estábamos frente a una puerta, la de su camarote. Inflé los cachetes nuevamente y cerré el puño que estaba libre. -¿Por qué estamos aquí?- Le miré con sospecha y él se apuró en abrir la puerta. Ury se quedó sin palabras con su boca abierta. -Uooo oooo… ca…calamavilloso…- corrí hacia los cristales para ver el fondo del mar y para mi sorpresa, en un pequeño anexo que era como una jaula, venían Mina y Thiago. Al verme me hicieron señas con sus manos para que me les uniera, pero di un paso hacia atrás, como si la ventana quemara. Miré al capitán para que me explicase.
-Mina y Thiago no pueden salir del mar, pero son parte de la tripulación, así que es la forma más conveniente de llevarlos. Como ves, es muy seguro. Nuestro barco es único en su tipo, hecho por hombres bestia, para hombres bestias. Especial para una revolución. Tiene cámaras que permiten la salida de una persona por vez a la profundidad del mar. Así que si quieres acompañarlos…-
Negué con la cabeza y el capitán sonrió.
-¿Te sientes mejor?
Asentí una vez y volví a una de las múltiples ventanas. El agua era transparente, algo difícil de ver a través de los cristales, pero hermoso. -¿Por qué no se rompen los cristales?-
-Ah… los famosos cristales de Roilkat. No solamente son los mejores en su tipo, sino que son pequeños. Están puestos en la mejor madera por las manos de los mejores orfebres y por si fuera poco, todo es doble con una fina cámara con su respectiva respiración por si llegase a inundarse. La mejor construcción… la mejor sí.
El capitán se dio la vuelta y supe que se había perdido en su mundo de ideas. Cuando se ponía así era mejor dejarlo solo. Me volví hacia las personas bestia de afuera. Probablemente estaban pasando bien allí abajo y aunque me parecía muy atrayente la idea de salir, aún no me gustaba respirar por algo que no fuese mi nariz (y tampoco sabía cuánto tiempo podría hacerlo) nunca había estado en la verdadera agua salada hasta mi huida y desde entonces sólo había habido frío. Miré a mi capitán de peluche pensativa, observándonos en el reflejo del cristal.
-Podemos hacerlo el capitán gato era bastante convincente.
¡Un temblor! Me caí de cola y rodé por el suelo levantando las pocas pelusas que habían. Mina se acercó por la ventana y puso una mano sobre el cristal. Le gesticulé que todo estaba bien y corrí hacia cubierta.
-¡Levanten la vela mayor!¡anclen y todo a estribor! ¡Que los cañones de esos malditos muerdan el polvo de la revolución!
Nos atacaban, pero extrañamente el capitán no parecía preocupado. Me miró con uno de sus ojos y gritó -¡Disparen!-. El temblor nuevamente -no te asustes Ulareena Werner. Esto es sólo el comienzo. Quiere decir que estamos en buen camino. Los perros de tu abuelo querrán rodearnos, pero nuestros cañones tienen más alcance muajajajaaj- un sudor frío bajo por mi rostro. El capitán martillo se había vuelto loco. Alrededor de él había un gran baile de caos, pero un caos ordenado. Todos corrían a lo suyo pero nadie chocaba. Todos eran expertos. Corrí a la proa y me paré decidida a mirar correr a esos malosos. Nuestro barco era mejor, teníamos a la mejor tripulación. -Puh puh puh cangrejos mojados puh puh más no es mejor- tres barcos se acercaban a nosotros, tres barcos que aunque quemaban municiones no nos alcanzaban. Las balas caían unas y otras a nuestros lados mientras los marinos jugaban con las velas.
-Pronto... pronto llegaremos mi príncipe arbóreo a la distancia, muy a lo lejos se veía un punto. El sin nombre estaba cerca. La isla flotante sería hundida por la revolución -Puh puh puh-
Última edición por Ulareena Werner el Jue Oct 12 2017, 03:17, editado 1 vez
Ulareena Werner
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Re: Donde el sol no llega [cerrado]
Apenas nos conocíamos pero entablábamos una conversación al grado de que el que nos observase pensara que eramos un par de hermanos teniendo una pelea mas, después de varios días sobre el mar las heridas que ahí se desarrollaron eran solo una simple y diminuta molestia en aquellos lugares, podía realizar acciones de la vida diaria sin sentir mas que una pequeña incomodidad, en cuanto a las acciones bruscas estas eran evitadas lo mayormente posible. De alguna forma u otra pase el barco estaba vació, parecía demasiado bueno para ser cierto pero ese no era el meollo del asunto, había llegado el momento de reportarme con el capitán barba roja, pues me había llevado un rato estar revisando las salas. Regresaba caminando tranquilamente pensando en como convencer al viejo capitán con aquel niño mirándome por detrás de una manera particular, caminaba con ambos brazos cruzados y un gesto de capricho que era simplemente curiosa como revisando que no fuera a conseguir lo que quiere con el viejo.
Todo el mundo estaba muy animado, había cajas de subministro, armas y ron por el lugar, los tripulantes estaban tomando un poco de ron después de equiparse por completo, aunque tal vez la fiesta que tenían fuera una pequeña diferencia con la que tendrían en algún bar saliendo de este lugar, el completo y animado ambiente pirata que conocía desde casa y soñaba con tener en mis aventuras por lo que entre muy sonriente.
-¡Capitán! este niño se une a nuestra pequeña causa- hable en cierto tono de juego para suavizar la noticia de que queríamos quedarnos
-¡Excelente mi amigo encapuchado!, hip, disculpa, con esto deberíamos estar dispuesto a partir, ¡pero córtate un poco hombre! vamos toma un tarro con este viejo jajaja.-
Todo mundo estaba feliz con un nivel de alcohol tolerable para realizar acciones, harían lo que saben hacer que en mi suposición era beber y navegar por el vasto mar, Simón interrumpió en tono de rabieta.
-Pero que dices, ¡como planeas navegar si pareciera que te caes solo!-
-¿Estas de broma? que el ron me hace navegar mejor, ¿quien es este niño?-
Un tripulante y fiel seguidor del capitán que estaba sobrio en una esquina se acercó
-Tranquilo aprendiz, el capitán puede parecer un guarro como ninguno, pero cuando se trata de navegar es como si dirigiera una orquesta.- tratando de animar al muchacho con una sonrisa.
-Simón, acompáñame a cubierta, verificaremos el perímetro- me levante feliz después de haber puesto con fuerza el jarrón de cerveza en la caja que servia como mesa del capitán tocando el hombro del mismo indicando que me iría susurrándole al oído- Discúlpeme capitán tendremos que quedarnos un tiempo mas.-Era claro que habíamos ganado algo de tiempo con la pequeña fiesta, me lleve una larga tela blanca y un pequeño catalejo.
-Vale, pero aun me debes el trago ¡colega! Jajaja-
Simón se vio muy accesible a acompañarme como si le disgustase que le fueran a gastar bromas algunos de los tripulantes ebrios. Como sospechaba, alguien se quedaría a vigilar por lo que le pedí al joven que esperara en las escaleras verticales mientras me encargaba de asesinarlos y tirar los cuerpos por la borda recuperando las flechas de sus cuerpos, era demasiada violencia para el pequeño, el clima era niebla semi-espesa que se encontraba mas concentrada en la ciudad barco y en sus alrededores marítimos, y a pesar de toda la niebla que pudo haber habido en ese momento la vista era genial, no había tanta iluminación, pero el monstruo que estaba frente a mis ojos era simplemente abrumador, Simón se sentó en las escaleras que llevaban a la parte trasera del barco mientras yo escalaba el mástil cuidadosamente con la espada corta en mi boca, una cosa a tachar de mi lista imaginaria de cosas por hacer aunque modificada de cierta manera, la cargaba del mango para no cortarme.
Al terminar de colgar nuestra nueva bandera para evitar ser atacados quite la anterior y saque el pequeño catalejos de una bolsa en el saco. Me disponía a ver por aquel aparato de aventureros oceánicos pero no veía mas que mar, ni un solo punto a la redonda, afortunadamente nadie se encontraba cerca del lugar dentro de aquel monstruo como si fuera un día feriado.
-¡¡¡CAAAPITAAAAAN!!! ¡NO HAY POLIZONTES!- Gritaba aprovechando la soledad de aquel lugar teniendo pronta respuesta por los tripulantes que salían animados del barco a tomar aire después del largo viaje. El capitán y segundo al mando se colocaron en posición sin hacer nada mas que beber.
-Que es este silencio muchachos, canten algo, ¡animaos!- feliz alza el brazo y comienza la sonada.
Simón parecía menos disgustado con aquellos hombres desde su lugar la canción parecía gustarle tanto como a mi, las bebidas circulaban por el barco y nadie sabía que pasaba algo ahí. Animado me volví a asomar con el catalejo sonriendo. Nuevamente parecía que nada había pasado hasta que fijé mi atención en un pequeño punto a lo lejos que no había notado antes .¡Era un barco! o mas bien 4 de ellos.
*¡¿Una flota?! No, espera, se están disparando o ¿sera mi imaginación? * Me talle los ojos pensando en que posiblemente haya sido a causa del ron pero aquellos puntos seguían ahí, no sabia con exactitud que pasaba pero parecía que fueran 3 contra 1 por la distancia que había entre sí.*Como sea el caso no alcanzo a ver sus banderas, tengo entendido que solo hay dos bandos, los buenos y los malos con respecto a nuestra posición...¿Deberé ignorarlo hasta que estén a una distancia mas corta?* Me encontraba confundido.
Todo el mundo estaba muy animado, había cajas de subministro, armas y ron por el lugar, los tripulantes estaban tomando un poco de ron después de equiparse por completo, aunque tal vez la fiesta que tenían fuera una pequeña diferencia con la que tendrían en algún bar saliendo de este lugar, el completo y animado ambiente pirata que conocía desde casa y soñaba con tener en mis aventuras por lo que entre muy sonriente.
-¡Capitán! este niño se une a nuestra pequeña causa- hable en cierto tono de juego para suavizar la noticia de que queríamos quedarnos
-¡Excelente mi amigo encapuchado!, hip, disculpa, con esto deberíamos estar dispuesto a partir, ¡pero córtate un poco hombre! vamos toma un tarro con este viejo jajaja.-
Todo mundo estaba feliz con un nivel de alcohol tolerable para realizar acciones, harían lo que saben hacer que en mi suposición era beber y navegar por el vasto mar, Simón interrumpió en tono de rabieta.
-Pero que dices, ¡como planeas navegar si pareciera que te caes solo!-
-¿Estas de broma? que el ron me hace navegar mejor, ¿quien es este niño?-
Un tripulante y fiel seguidor del capitán que estaba sobrio en una esquina se acercó
-Tranquilo aprendiz, el capitán puede parecer un guarro como ninguno, pero cuando se trata de navegar es como si dirigiera una orquesta.- tratando de animar al muchacho con una sonrisa.
-Simón, acompáñame a cubierta, verificaremos el perímetro- me levante feliz después de haber puesto con fuerza el jarrón de cerveza en la caja que servia como mesa del capitán tocando el hombro del mismo indicando que me iría susurrándole al oído- Discúlpeme capitán tendremos que quedarnos un tiempo mas.-Era claro que habíamos ganado algo de tiempo con la pequeña fiesta, me lleve una larga tela blanca y un pequeño catalejo.
-Vale, pero aun me debes el trago ¡colega! Jajaja-
Simón se vio muy accesible a acompañarme como si le disgustase que le fueran a gastar bromas algunos de los tripulantes ebrios. Como sospechaba, alguien se quedaría a vigilar por lo que le pedí al joven que esperara en las escaleras verticales mientras me encargaba de asesinarlos y tirar los cuerpos por la borda recuperando las flechas de sus cuerpos, era demasiada violencia para el pequeño, el clima era niebla semi-espesa que se encontraba mas concentrada en la ciudad barco y en sus alrededores marítimos, y a pesar de toda la niebla que pudo haber habido en ese momento la vista era genial, no había tanta iluminación, pero el monstruo que estaba frente a mis ojos era simplemente abrumador, Simón se sentó en las escaleras que llevaban a la parte trasera del barco mientras yo escalaba el mástil cuidadosamente con la espada corta en mi boca, una cosa a tachar de mi lista imaginaria de cosas por hacer aunque modificada de cierta manera, la cargaba del mango para no cortarme.
Al terminar de colgar nuestra nueva bandera para evitar ser atacados quite la anterior y saque el pequeño catalejos de una bolsa en el saco. Me disponía a ver por aquel aparato de aventureros oceánicos pero no veía mas que mar, ni un solo punto a la redonda, afortunadamente nadie se encontraba cerca del lugar dentro de aquel monstruo como si fuera un día feriado.
-¡¡¡CAAAPITAAAAAN!!! ¡NO HAY POLIZONTES!- Gritaba aprovechando la soledad de aquel lugar teniendo pronta respuesta por los tripulantes que salían animados del barco a tomar aire después del largo viaje. El capitán y segundo al mando se colocaron en posición sin hacer nada mas que beber.
-Que es este silencio muchachos, canten algo, ¡animaos!- feliz alza el brazo y comienza la sonada.
- El canto de los piratas :
Simón parecía menos disgustado con aquellos hombres desde su lugar la canción parecía gustarle tanto como a mi, las bebidas circulaban por el barco y nadie sabía que pasaba algo ahí. Animado me volví a asomar con el catalejo sonriendo. Nuevamente parecía que nada había pasado hasta que fijé mi atención en un pequeño punto a lo lejos que no había notado antes .¡Era un barco! o mas bien 4 de ellos.
*¡¿Una flota?! No, espera, se están disparando o ¿sera mi imaginación? * Me talle los ojos pensando en que posiblemente haya sido a causa del ron pero aquellos puntos seguían ahí, no sabia con exactitud que pasaba pero parecía que fueran 3 contra 1 por la distancia que había entre sí.*Como sea el caso no alcanzo a ver sus banderas, tengo entendido que solo hay dos bandos, los buenos y los malos con respecto a nuestra posición...¿Deberé ignorarlo hasta que estén a una distancia mas corta?* Me encontraba confundido.
Valknut
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Re: Donde el sol no llega [cerrado]
-¡Loco! Está loco. ¡Ury! ¿Qué haces aquí? Es peligroso. Tenemos que refugiarnos.
-Puh puh puh ¡PUH PUHPUHPUH!
-No me digas que te perdí a ti también. Por Odín…
Chinchilla se agarró de mí antes de caerse en medio de una nueva vibración del suelo, las olas comenzaban a levantarse altas a uno y otro lado del barco, el viento arreciaba desde donde venían nuestros atacantes que se acercaban a una velocidad temerosa. Las balas chiflaban cada vez más cerca, salpicando las paredes del barco con la fuerza del impacto. El cielo quedó negro en poco tiempo, era como si los dioses cerraran sus ojos para no ver el enfrentamiento que recién estaba comenzando. La salitre del mar con el olor a la lluvia que se arrastraba desde la posición de los enemigos era de lo más peculiar.
-¡LEVEN ANCLAS ICEN LAS VELAS TODO A ESTRIBOR! Jajaja los tenemos en nuestros puños
Intercambié miradas con Chinchilla
-Ulareena, si no volvemos a tierra, juro solemnemente que volvería a ser tu amigo
-Carlito, mi amigo…- la solemnidad del momento me hacía reír, no pde contener más la emoción y grité - ¡A correr!-
Cuando el barco recibió los vientos favorables, con las velas desplegadas, era como si voláramos, las olas que habían estado asediándonos parecían acompañarnos en la huida. Recibimos un impacto, a media carrera como íbamos, rodamos por el suelo. Me estampé contra el palo mayor y agarré a Chinchilla con uno de mis tentáculos para que no siguiera de largo. -Te tengo- la sonrisa que se dibujaba en el rostro de Ury no reflejaba lo que estaba pasando por su mente, pero no quería alertar a su amigo. Afortunadamente Bud estaba cerca, con su masividad masiva de cuerpo no fue difícil encontrarlo entre el resto de los marinos. Su rostro que siempre parecía iluminado por alguna verdad absoluta, estaba imperturbable.
-¡Bud!- llamé con mi amigo a rastras y ni bien estuvimos cerca, la orca nos levantó entre sus brazos. -Aiiiaiaiaiiiiiaaaaa Bud, no tan fuerte, bájanos-
-Si…esto… ba…baba…¿bajanos?
-Perdón Ury, pero es necesario. Las cosas podrían ponerse un poco más turbulentas
Un rayo cayó en la lejanía e iluminó la cara de Bud, dándole un efecto tétrico a sus palabras, pero sobre todo a su persona.
-Si el capitán tiene tanta confianza ¿por qué huimos? ¿qué está pasando?
Ahora teníamos que hablar a los gritos porque el viento gemía a nuestro alrededor, las olas chocaban contra el barco. Una nueva turbulencia, alguien gritó ¡otra bala encima del camarote del capitán! Ury empezó a preocuparse…
-Es estrategia Ury, estrategia. Donde habíamos anclado, el suelo del mar estaba muy poco profundo, sólo fuimos capaces de entrar ahí con la ayuda de nuestros amigos bajo el agua, que nos informaban de antemano el mejor camino para el barco. ¿No lo viste cuando estabas allí abajo a través de los cristales? sentí que mi cara se ponía rojita. Negué con la cabeza.
-Está bien, puede ser difícil la primera vez. Lo importante aquí es que solo nosotros sabemos que ahí los barcos pueden encallar, por eso el capitán atrajo a los malos para allí. Y como pudiste ver, dañamos seriamente a otro barco, por lo que no podrá seguirnos el paso. Si las predicciones del capitán son correctas, solo tendremos que deshacernos de un solo enemigo en mar abierto, claro, si sobrevive a la tormenta.
Estaba pensando tan duro que Chinchilla me tocó la frente.
-Son buenas noticias Ury. Estamos a salvo
-Buuuud…
-¿Qué es pequeña?
-¿Y el barco que queda para atrás? Tendremos que enfrentarlos a él… y El Vengador no es tan rápido. ¿Y si no resulta el plan? ¿Y si naufragamos en esta tormenta?
Bud sonrió mostrando todos sus dientes afilados; el resplandor de un nuevo trueno volvió a iluminar de forma tétrica sus facciones orquiles. Chinchilla se tapó la boca para no gritar como niña.
-La tormenta apareció de pronto, pronto se irá
Como marcando sus palabras, un aguacero se soltó sobre nosotros. El piso de cubierta estaba resbaloso, pero eso no parecía mermar el trabajo de los marinos, después de todo, estábamos en nuestro elemento. Esperé muda el resto de la explicación de Bud, pero sólo vi como volvía a sonreír y aunque no estaban los rayos y relámpagos que mostraran su cara de una forma que asustaba, algo en esa expresión era horripilante. Tal vez sus pequeños ojos ligeramente sobresalidos, o lo que se veía en ellos… seguí su mirada y vi un espectáculo horrendo. Chinchilla y yo nos abrazamos mientras no éramos capaces de sacar los ojos de lo que le había pasado a los hombres malos.
El barco que venía más lento y más atrás ardía en llamas, los gritos desgarradores eran traídos por el viento y aunque estábamos tan lejos que no podíamos verlos, estaba segura que estaban muriendo ahogados o calcinados. Más cerca, los dos perseguidores restantes venían como jugando una carrera tras nosotros. Uno de ellos encalló en el roquerío invisible y comenzó a ladearse hacia donde iba su hermano, que al ver lo que sucedía comenzó a apartarse, pero no fue lo suficientemente rápido como para salir completamente indemne, el palo mayor del barco caído se enterró apenas por encina de la línea de flotación, abriéndole un agujero enorme y laaaaargo al correr de las tablas.
De estos sí estábamos cerca, podía escuchar claramente los gritos de terror de la tripulación del barco que lentamente se hundía frente a nuestros ojos. Lo que a Ury más le dio rabia, fue que sus amigos en vez de ayudar, continuaran la persecución del Vengador. Ury sabía que la gente moría y que era mejor que la gente mala muriese, pero Ury no pudo evitar contener su llanto. A Ury no le gustaba más la vida del mar.
-Llora pequeña, llora. Eso te hará bien
Chinchilla no era tan sentimental, vio con asombro como las predicciones del capitán se hacían realidad y parecía que un nuevo interés había nacido en él.
-¿Cómo se prendió fuego el último?
-Con la ayuda de nuestra caballería submarina
-Puh puh puh ¡PUH PUHPUHPUH!
-No me digas que te perdí a ti también. Por Odín…
Chinchilla se agarró de mí antes de caerse en medio de una nueva vibración del suelo, las olas comenzaban a levantarse altas a uno y otro lado del barco, el viento arreciaba desde donde venían nuestros atacantes que se acercaban a una velocidad temerosa. Las balas chiflaban cada vez más cerca, salpicando las paredes del barco con la fuerza del impacto. El cielo quedó negro en poco tiempo, era como si los dioses cerraran sus ojos para no ver el enfrentamiento que recién estaba comenzando. La salitre del mar con el olor a la lluvia que se arrastraba desde la posición de los enemigos era de lo más peculiar.
-¡LEVEN ANCLAS ICEN LAS VELAS TODO A ESTRIBOR! Jajaja los tenemos en nuestros puños
Intercambié miradas con Chinchilla
-Ulareena, si no volvemos a tierra, juro solemnemente que volvería a ser tu amigo
-Carlito, mi amigo…- la solemnidad del momento me hacía reír, no pde contener más la emoción y grité - ¡A correr!-
Cuando el barco recibió los vientos favorables, con las velas desplegadas, era como si voláramos, las olas que habían estado asediándonos parecían acompañarnos en la huida. Recibimos un impacto, a media carrera como íbamos, rodamos por el suelo. Me estampé contra el palo mayor y agarré a Chinchilla con uno de mis tentáculos para que no siguiera de largo. -Te tengo- la sonrisa que se dibujaba en el rostro de Ury no reflejaba lo que estaba pasando por su mente, pero no quería alertar a su amigo. Afortunadamente Bud estaba cerca, con su masividad masiva de cuerpo no fue difícil encontrarlo entre el resto de los marinos. Su rostro que siempre parecía iluminado por alguna verdad absoluta, estaba imperturbable.
-¡Bud!- llamé con mi amigo a rastras y ni bien estuvimos cerca, la orca nos levantó entre sus brazos. -Aiiiaiaiaiiiiiaaaaa Bud, no tan fuerte, bájanos-
-Si…esto… ba…baba…¿bajanos?
-Perdón Ury, pero es necesario. Las cosas podrían ponerse un poco más turbulentas
Un rayo cayó en la lejanía e iluminó la cara de Bud, dándole un efecto tétrico a sus palabras, pero sobre todo a su persona.
-Si el capitán tiene tanta confianza ¿por qué huimos? ¿qué está pasando?
Ahora teníamos que hablar a los gritos porque el viento gemía a nuestro alrededor, las olas chocaban contra el barco. Una nueva turbulencia, alguien gritó ¡otra bala encima del camarote del capitán! Ury empezó a preocuparse…
-Es estrategia Ury, estrategia. Donde habíamos anclado, el suelo del mar estaba muy poco profundo, sólo fuimos capaces de entrar ahí con la ayuda de nuestros amigos bajo el agua, que nos informaban de antemano el mejor camino para el barco. ¿No lo viste cuando estabas allí abajo a través de los cristales? sentí que mi cara se ponía rojita. Negué con la cabeza.
-Está bien, puede ser difícil la primera vez. Lo importante aquí es que solo nosotros sabemos que ahí los barcos pueden encallar, por eso el capitán atrajo a los malos para allí. Y como pudiste ver, dañamos seriamente a otro barco, por lo que no podrá seguirnos el paso. Si las predicciones del capitán son correctas, solo tendremos que deshacernos de un solo enemigo en mar abierto, claro, si sobrevive a la tormenta.
Estaba pensando tan duro que Chinchilla me tocó la frente.
-Son buenas noticias Ury. Estamos a salvo
-Buuuud…
-¿Qué es pequeña?
-¿Y el barco que queda para atrás? Tendremos que enfrentarlos a él… y El Vengador no es tan rápido. ¿Y si no resulta el plan? ¿Y si naufragamos en esta tormenta?
Bud sonrió mostrando todos sus dientes afilados; el resplandor de un nuevo trueno volvió a iluminar de forma tétrica sus facciones orquiles. Chinchilla se tapó la boca para no gritar como niña.
-La tormenta apareció de pronto, pronto se irá
Como marcando sus palabras, un aguacero se soltó sobre nosotros. El piso de cubierta estaba resbaloso, pero eso no parecía mermar el trabajo de los marinos, después de todo, estábamos en nuestro elemento. Esperé muda el resto de la explicación de Bud, pero sólo vi como volvía a sonreír y aunque no estaban los rayos y relámpagos que mostraran su cara de una forma que asustaba, algo en esa expresión era horripilante. Tal vez sus pequeños ojos ligeramente sobresalidos, o lo que se veía en ellos… seguí su mirada y vi un espectáculo horrendo. Chinchilla y yo nos abrazamos mientras no éramos capaces de sacar los ojos de lo que le había pasado a los hombres malos.
El barco que venía más lento y más atrás ardía en llamas, los gritos desgarradores eran traídos por el viento y aunque estábamos tan lejos que no podíamos verlos, estaba segura que estaban muriendo ahogados o calcinados. Más cerca, los dos perseguidores restantes venían como jugando una carrera tras nosotros. Uno de ellos encalló en el roquerío invisible y comenzó a ladearse hacia donde iba su hermano, que al ver lo que sucedía comenzó a apartarse, pero no fue lo suficientemente rápido como para salir completamente indemne, el palo mayor del barco caído se enterró apenas por encina de la línea de flotación, abriéndole un agujero enorme y laaaaargo al correr de las tablas.
De estos sí estábamos cerca, podía escuchar claramente los gritos de terror de la tripulación del barco que lentamente se hundía frente a nuestros ojos. Lo que a Ury más le dio rabia, fue que sus amigos en vez de ayudar, continuaran la persecución del Vengador. Ury sabía que la gente moría y que era mejor que la gente mala muriese, pero Ury no pudo evitar contener su llanto. A Ury no le gustaba más la vida del mar.
-Llora pequeña, llora. Eso te hará bien
Chinchilla no era tan sentimental, vio con asombro como las predicciones del capitán se hacían realidad y parecía que un nuevo interés había nacido en él.
-¿Cómo se prendió fuego el último?
-Con la ayuda de nuestra caballería submarina
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Re: Donde el sol no llega [cerrado]
El clima en la dirección en la que me encontraba mirando se tornaba bastante complicada, nubes oscuras comenzaban a aparecer, era el único indicio de clima que tenía, pues no podía observar nada a la distancia que había entre nosotros, nadie sabia de lo ocurrido, todos estaba celebrando su libertad, incluso Simón estaba divirtiéndose con los piratas *Espero no lo hayan hecho beber* pensaba bromeando, aun me gustaba esa faceta de los piratas.
Dejé las preocupaciones innecesarias para bajar lentamente del mástil uniéndome al baile y animando mucho mas al muchacho Simón...Pasado un rato después de la pequeña celebración nadie bailaba pero la bebida no paraba, había cumplido en parte mi deuda con el capitán, pues tomar algo con el debía ser con nuestra libertad completa, los tripulantes comenzaban a cansarse del alcohol por lo que gran mayoría terminaba dejándolo. No había notado anteriormente que cada uno de los tripulantes estaba armado hasta los dientes por suerte sin exagerar con esto me sentía mas seguro de la situación. Esperé a que los efectos del ron se dispersaran al rededor unas horas, me acerque a buscar flechas en las cajas no teniendo mucha suerte pero encontrando algunas que podrían servirme, lo que tuve suerte de encontrar fue madera que era lógico ver por el lugar. Teniendo madera y metal todo estaba resuelto, no me quedo mas que hacer flechas con los previos el previo conocimiento, lo difícil fueron las puntas pero había ganado tiempo al distraerme un rato.
Subía a la cubierta observando a todo el mundo realmente pasivo algunos en el suelo pero todos dirigiéndose al interior del barco para hacer menos notoria su parecencia, una decisión sabia del capitán quien era apoyado por Krait, el segundo al mando. El pequeño Simón no se retiraba, pues había tomado el pequeño catalejo y observaba a la antigua dirección que llamaba mi atención, al acercarme se le notaba preocupado pero sin catalejo era imposible saber que pasaba.
-No te preocupes, saldremos de aquí- Frotando su cabello
Simón no decía nada o cambiaba su expresión, solo observaba por el catalejo, en cuanto al puerto comenzaba a ser deambulado por personas del interior del lugar que no dudaron en preguntarme pensando lo peor.
-¿¡Disculpe, quien es usted!?- Rápidamente hice que Simón se agachara y escondiera
-¿Yo? Yo soy el cuidador del barco, nada mas.- En tono serio para aumentar mi credibilidad y acercándome al borde del barco para que no sospecharan nada sobre Simón
-Ahh, entonces le informo que debe reportarse ante el capitán, quiere un informe de los presos, acompáñenos por favor.-Comenzaron a caminar esperando a que los acompañara y aprovechando la situación corrí hacia Simón
-Cuando me vaya desata los nudos del barco y dale un pequeño empujón, avisa al capitán.- Susurraba agachado con la vista seriamente en el muchacho.
No le dí la oportunidad de hablar, corrí a continuar con la fachada siguiendo a los hombres que me escoltarían.
Off: Siento la tardanza u.u
Dejé las preocupaciones innecesarias para bajar lentamente del mástil uniéndome al baile y animando mucho mas al muchacho Simón...Pasado un rato después de la pequeña celebración nadie bailaba pero la bebida no paraba, había cumplido en parte mi deuda con el capitán, pues tomar algo con el debía ser con nuestra libertad completa, los tripulantes comenzaban a cansarse del alcohol por lo que gran mayoría terminaba dejándolo. No había notado anteriormente que cada uno de los tripulantes estaba armado hasta los dientes por suerte sin exagerar con esto me sentía mas seguro de la situación. Esperé a que los efectos del ron se dispersaran al rededor unas horas, me acerque a buscar flechas en las cajas no teniendo mucha suerte pero encontrando algunas que podrían servirme, lo que tuve suerte de encontrar fue madera que era lógico ver por el lugar. Teniendo madera y metal todo estaba resuelto, no me quedo mas que hacer flechas con los previos el previo conocimiento, lo difícil fueron las puntas pero había ganado tiempo al distraerme un rato.
Subía a la cubierta observando a todo el mundo realmente pasivo algunos en el suelo pero todos dirigiéndose al interior del barco para hacer menos notoria su parecencia, una decisión sabia del capitán quien era apoyado por Krait, el segundo al mando. El pequeño Simón no se retiraba, pues había tomado el pequeño catalejo y observaba a la antigua dirección que llamaba mi atención, al acercarme se le notaba preocupado pero sin catalejo era imposible saber que pasaba.
-No te preocupes, saldremos de aquí- Frotando su cabello
Simón no decía nada o cambiaba su expresión, solo observaba por el catalejo, en cuanto al puerto comenzaba a ser deambulado por personas del interior del lugar que no dudaron en preguntarme pensando lo peor.
-¿¡Disculpe, quien es usted!?- Rápidamente hice que Simón se agachara y escondiera
-¿Yo? Yo soy el cuidador del barco, nada mas.- En tono serio para aumentar mi credibilidad y acercándome al borde del barco para que no sospecharan nada sobre Simón
-Ahh, entonces le informo que debe reportarse ante el capitán, quiere un informe de los presos, acompáñenos por favor.-Comenzaron a caminar esperando a que los acompañara y aprovechando la situación corrí hacia Simón
-Cuando me vaya desata los nudos del barco y dale un pequeño empujón, avisa al capitán.- Susurraba agachado con la vista seriamente en el muchacho.
No le dí la oportunidad de hablar, corrí a continuar con la fachada siguiendo a los hombres que me escoltarían.
Off: Siento la tardanza u.u
Valknut
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Re: Donde el sol no llega [cerrado]
-B, trae unas capas, los niños tienen frío
Escuchamos el Tak tak de nuestro amigo rojo mientras desaparecía unos momentos de cubierta, tiritaba de frío, el agua se había detenido tal como había predicho el hombre orca, pero mojada como estaba me sentía como si me hubiesen sumergido en aguas heladas en un día de verano. El barco cambió de posición y puse atención a lo que sucedía fuera del mundo de tres en el que me había sumergido. A nuestro alrededor todos se habían detenido, era una parsimonia extraña, se respiraba un ambiente tenso.
-Buuuud… los barcos no tienen ruedas que se rompan, ni ejes que chirríen. ¿Por qué estamos poniéndonos de lado? Los malos nos van a atrapar
Aunque no lo demostrase en el resto de su cuerpo, la voz de Ury temblaba. Chinchilla tomó mi mano en silencio.
-No podemos continuar, si seguimos esta trayectoria, más refuerzos vendrán desde otro lado, tenemos que enfrentarlos
-En…enfrentarlos. ¿Qué quieres decir con enfrentarlos?
-Abordar su barco, claro está
-¡No! No no no, no quiero estar en cubierta. ¡Bájame!
Por más que Chinchilla intentara liberarse de los brazos de Bud, era una batalla perdida. Miré incrédula la cara de la ballena para ver si cambiaba de expresión, pero parecía que solamente tenía esa cara inexpresiva que de vez en cuando daba miedo.
-Trepen al palo mayor, vamos vamos apremió justo cuando llegaba B con una gran capa de paño y lana. -Escóndanse en el mirador, nadie los verá allí. Aprovechen estos momentos de confusión
-¿Estás loco? ¡Me esconderé en la cocina! Nadie nos buscará allí ¿verdad Ury?... ¿Ury?
-Carlito…
-No… silencio. Shhh… sé lo que vas a decir, no. Definitivamente no
* * *
-No puedo creer que te hice caso
- Ush, calla. Al menos estamos calientes aquí. Ya escuchaste a Bud, nadie vendrá por nosotros
Acomodé mejor la capa que estábamos compartiendo y me dispuse a verlo todo desde las alturas. El velero que nos perseguía nos dio alcance rápidamente, el Vengador había tenido tiempo apenas para darse la vuelta cuando ambos barcos casi se estrellan de frente. Los marinos malosos del “Estrella del Norte” no perdieron su tiempo y abordaron al Vengador armados hasta los dientes, sables, espadas, hachas, incluso conté dos arcos desde la altura de las velas menores. Habían armas que nunca había visto y no sabía como nombrarlas. Entre la tripulación del Estrella del Norte habían en su mayoría humanos, pero también hombres dragón, habían tres que tenían grandes alas, tan negras y afiladas que parecían querer cortar el viento con ellas. Atacaban desde las alturas, valiéndose de la protección de los arqueros que se mantenían en su propio barco. Los arqueros eran elfos, podía notarlo por sus orejas que sobresalían de sus melenas mojadas por la lluvia.
Entre los que nos abordaron también estaba un brujo que usaba su poder de hielo sobre la cubierta mojada. La batalla era pareja, nuestros hombres bestia luchaban valientemente contra los enemigos que eran similares en número, y aunque la mayoría eran simples humanos, su manejo de las armas era impresionante. Por su parte, los hombres marinos luchaban con sus corazones, aprovechando su ventaja en fuerza y corpulencia, porque los marinos de la revolución todos eran gigantes, para Ury y ahora que los miraba comparándolos con los humanos le parecía que eran más calamavillosos. Los hombres dragón eran definitivamente un problema, pero los arqueros lo eran más.
Me deshice de la capa y comencé a seguir la batalla con más atención, mirando a unos y otros marinos como resolvían cada nueva situación que surgía. El señor morsa había quedado tuerto, pero usaba su grasosa barriga para repeler la espada de un marino que parecía un escarbadientes en comparación a su cuerpazo. Y aunque los atacantes tenían cierta ventaja y parecían ganarnos por su excelencia con múltiples armas (perdían unas en la batalla y tomaban la de los caídos como si fuesen las suyas propias) nosotros teníamos algo que ellos no. Unión.
Un grupo se había escapado para abordar al Estrella del Norte y estaba teniendo éxito. Los trillizos lobos de mar se movían confundiendo a los dragones que atacaban y amenazaban con chocarse entre sí en el aire. Era tanto el empeño que le pusieron a esos tres, que incluso los arqueros se concentraron en ellos, pero eran pocas las ocasiones que podían lanzar sus mortales proyectiles, ya que sus compañeros se movían peligrosamente rápido por los huracanados aires. Sus alas eran poderosas, no quería saber qué sucedería si decidían transformarse para hundir el barco. -¿Por qué no nos quieren hundir?
-No hay tiempo para pensar en eso Ulareena
Cuando Chinchilla usaba el nombre completo era una mala señal. Miré hacia abajo y vi a un marino enemigo a medio camino escalando hacia nosotros. Estaba flaco, sus ojos hundidos en su rostro, su calva estaba cubierta por un pañuelo rojo y sonreía con una daga entre sus dientes picados. -Corre Chinchilla le dije mientras me sacaba los guantes y comenzaba a usar mis ventosas para pegarme a la vela que era del mismo color que mi vestido, tenía toda la intención de camuflarme.
-¿Hacia dónde? ¡No me dejes!
Imploró buscando en vano mi figura -Lo siento Chinchilla- dije bien bajito, era necesario que el hombre fuese tras él para que no me prestara atención cuando pensaba tirarlo al vacío.
No te disculpes! >.< Yo siento no haber llegado aún donde estás, pero como ves me agarró una batalla naval xDDD. Creo que al siguiente turno llego a tu posición!
Escuchamos el Tak tak de nuestro amigo rojo mientras desaparecía unos momentos de cubierta, tiritaba de frío, el agua se había detenido tal como había predicho el hombre orca, pero mojada como estaba me sentía como si me hubiesen sumergido en aguas heladas en un día de verano. El barco cambió de posición y puse atención a lo que sucedía fuera del mundo de tres en el que me había sumergido. A nuestro alrededor todos se habían detenido, era una parsimonia extraña, se respiraba un ambiente tenso.
-Buuuud… los barcos no tienen ruedas que se rompan, ni ejes que chirríen. ¿Por qué estamos poniéndonos de lado? Los malos nos van a atrapar
Aunque no lo demostrase en el resto de su cuerpo, la voz de Ury temblaba. Chinchilla tomó mi mano en silencio.
-No podemos continuar, si seguimos esta trayectoria, más refuerzos vendrán desde otro lado, tenemos que enfrentarlos
-En…enfrentarlos. ¿Qué quieres decir con enfrentarlos?
-Abordar su barco, claro está
-¡No! No no no, no quiero estar en cubierta. ¡Bájame!
Por más que Chinchilla intentara liberarse de los brazos de Bud, era una batalla perdida. Miré incrédula la cara de la ballena para ver si cambiaba de expresión, pero parecía que solamente tenía esa cara inexpresiva que de vez en cuando daba miedo.
-Trepen al palo mayor, vamos vamos apremió justo cuando llegaba B con una gran capa de paño y lana. -Escóndanse en el mirador, nadie los verá allí. Aprovechen estos momentos de confusión
-¿Estás loco? ¡Me esconderé en la cocina! Nadie nos buscará allí ¿verdad Ury?... ¿Ury?
-Carlito…
-No… silencio. Shhh… sé lo que vas a decir, no. Definitivamente no
* * *
-No puedo creer que te hice caso
- Ush, calla. Al menos estamos calientes aquí. Ya escuchaste a Bud, nadie vendrá por nosotros
Acomodé mejor la capa que estábamos compartiendo y me dispuse a verlo todo desde las alturas. El velero que nos perseguía nos dio alcance rápidamente, el Vengador había tenido tiempo apenas para darse la vuelta cuando ambos barcos casi se estrellan de frente. Los marinos malosos del “Estrella del Norte” no perdieron su tiempo y abordaron al Vengador armados hasta los dientes, sables, espadas, hachas, incluso conté dos arcos desde la altura de las velas menores. Habían armas que nunca había visto y no sabía como nombrarlas. Entre la tripulación del Estrella del Norte habían en su mayoría humanos, pero también hombres dragón, habían tres que tenían grandes alas, tan negras y afiladas que parecían querer cortar el viento con ellas. Atacaban desde las alturas, valiéndose de la protección de los arqueros que se mantenían en su propio barco. Los arqueros eran elfos, podía notarlo por sus orejas que sobresalían de sus melenas mojadas por la lluvia.
Entre los que nos abordaron también estaba un brujo que usaba su poder de hielo sobre la cubierta mojada. La batalla era pareja, nuestros hombres bestia luchaban valientemente contra los enemigos que eran similares en número, y aunque la mayoría eran simples humanos, su manejo de las armas era impresionante. Por su parte, los hombres marinos luchaban con sus corazones, aprovechando su ventaja en fuerza y corpulencia, porque los marinos de la revolución todos eran gigantes, para Ury y ahora que los miraba comparándolos con los humanos le parecía que eran más calamavillosos. Los hombres dragón eran definitivamente un problema, pero los arqueros lo eran más.
Me deshice de la capa y comencé a seguir la batalla con más atención, mirando a unos y otros marinos como resolvían cada nueva situación que surgía. El señor morsa había quedado tuerto, pero usaba su grasosa barriga para repeler la espada de un marino que parecía un escarbadientes en comparación a su cuerpazo. Y aunque los atacantes tenían cierta ventaja y parecían ganarnos por su excelencia con múltiples armas (perdían unas en la batalla y tomaban la de los caídos como si fuesen las suyas propias) nosotros teníamos algo que ellos no. Unión.
Un grupo se había escapado para abordar al Estrella del Norte y estaba teniendo éxito. Los trillizos lobos de mar se movían confundiendo a los dragones que atacaban y amenazaban con chocarse entre sí en el aire. Era tanto el empeño que le pusieron a esos tres, que incluso los arqueros se concentraron en ellos, pero eran pocas las ocasiones que podían lanzar sus mortales proyectiles, ya que sus compañeros se movían peligrosamente rápido por los huracanados aires. Sus alas eran poderosas, no quería saber qué sucedería si decidían transformarse para hundir el barco. -¿Por qué no nos quieren hundir?
-No hay tiempo para pensar en eso Ulareena
Cuando Chinchilla usaba el nombre completo era una mala señal. Miré hacia abajo y vi a un marino enemigo a medio camino escalando hacia nosotros. Estaba flaco, sus ojos hundidos en su rostro, su calva estaba cubierta por un pañuelo rojo y sonreía con una daga entre sus dientes picados. -Corre Chinchilla le dije mientras me sacaba los guantes y comenzaba a usar mis ventosas para pegarme a la vela que era del mismo color que mi vestido, tenía toda la intención de camuflarme.
-¿Hacia dónde? ¡No me dejes!
Imploró buscando en vano mi figura -Lo siento Chinchilla- dije bien bajito, era necesario que el hombre fuese tras él para que no me prestara atención cuando pensaba tirarlo al vacío.
No te disculpes! >.< Yo siento no haber llegado aún donde estás, pero como ves me agarró una batalla naval xDDD. Creo que al siguiente turno llego a tu posición!
Ulareena Werner
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Re: Donde el sol no llega [cerrado]
Un pensamiento pasaba por la mente de Alexander, se sentía este tipo de ambiente que pareciera detenerse el tiempo mientras caminara, como cuando ves pasar toda tu vida frente a tus ojos lentamente, pero de una forma distinta
*Por que estoy nervioso, mi expresión es totalmente natural, pero me siento raro, ¿es acaso por entrar a este lugar desconocido? ¿ que hago?*
El barco en el que llegaron los presos es simplemente uno de varios que ahí se encontraban, barcos con una decoración esplendida y figuras que se encontraban en la punta del frente de los barcos cuyo nombre o terminación no llegaba a la mente de Alexander, algunos otros con aspecto peligroso, aquellos con los que no pensarías lanzar una bala de cañón. A primera vista pareciera un lugar olvidado por la ley, donde no hay problema cometer algún delito aquí y cualquiera puede pasarse por el lugar, podías ver un barco pirata junto a un par de caballeros.
*Ok, supongamos que desembarcaron, el dueño del barco rento un lugar donde quedarse al igual que sus seguidores y aquí se mantienen hasta terminar su negocio, pero, ¿que se hace aquí? no parece un lugar muy conocido por cualquier persona, ademas de que nadie parece tener jurisdicción por aquí, no es un lugar donde la gente pueda vivir, es mas una posada entre marineros, así es, un lugar de negocios varios. El dueño o capitán nunca me ha visto, eso significa que puedo tener éxito.*
El joven comenzaba a animarse y tranquilizarse mientras pensaba en la situación.
-Llegamos, suba a la ultima alcoba y ahí lo esperara el capitán-
Había llegado el momento, Alexander caminaba lentamente mientras entraba en aquella posada rustica de madera, la mayoría de las casas o establecimientos eran de este material, el joven Alexander pensó que esto podría ser para poder flotar o algo relacionado con el mar, simplemente para no ser tan pesado.
Al entrar observaba y analizaba rápidamente el lugar encontrando y dirigiéndose solo a las escaleras pues en ciertas partes de las habitaciones se encontraban otros habitantes de la tripulación del antiguo capitán previo al viejo barba roja por lo que ser reconocido no era una opción, era enfrentarse a los que fueran alertados huyendo por la ciudad esperando que estos no recibieran ayuda de algún buen hombre o grupos de estos para detenerle, el cansancio lo llevaría a su fin nuevamente.
Alexander da pequeños golpes hacia la puerta de la alcoba principal esperando pronta respuesta -Adelante por favor.- Una voz fuerte y clara se escucho en señal de vida.
El joven Alexander giraba la perilla lentamente pensando si lo que hacia era correcto orillado al pensamiento de saber si saldría de ahí.
Off: Jajaja, perfecto n.n
*Por que estoy nervioso, mi expresión es totalmente natural, pero me siento raro, ¿es acaso por entrar a este lugar desconocido? ¿ que hago?*
El barco en el que llegaron los presos es simplemente uno de varios que ahí se encontraban, barcos con una decoración esplendida y figuras que se encontraban en la punta del frente de los barcos cuyo nombre o terminación no llegaba a la mente de Alexander, algunos otros con aspecto peligroso, aquellos con los que no pensarías lanzar una bala de cañón. A primera vista pareciera un lugar olvidado por la ley, donde no hay problema cometer algún delito aquí y cualquiera puede pasarse por el lugar, podías ver un barco pirata junto a un par de caballeros.
*Ok, supongamos que desembarcaron, el dueño del barco rento un lugar donde quedarse al igual que sus seguidores y aquí se mantienen hasta terminar su negocio, pero, ¿que se hace aquí? no parece un lugar muy conocido por cualquier persona, ademas de que nadie parece tener jurisdicción por aquí, no es un lugar donde la gente pueda vivir, es mas una posada entre marineros, así es, un lugar de negocios varios. El dueño o capitán nunca me ha visto, eso significa que puedo tener éxito.*
El joven comenzaba a animarse y tranquilizarse mientras pensaba en la situación.
-Llegamos, suba a la ultima alcoba y ahí lo esperara el capitán-
Había llegado el momento, Alexander caminaba lentamente mientras entraba en aquella posada rustica de madera, la mayoría de las casas o establecimientos eran de este material, el joven Alexander pensó que esto podría ser para poder flotar o algo relacionado con el mar, simplemente para no ser tan pesado.
Al entrar observaba y analizaba rápidamente el lugar encontrando y dirigiéndose solo a las escaleras pues en ciertas partes de las habitaciones se encontraban otros habitantes de la tripulación del antiguo capitán previo al viejo barba roja por lo que ser reconocido no era una opción, era enfrentarse a los que fueran alertados huyendo por la ciudad esperando que estos no recibieran ayuda de algún buen hombre o grupos de estos para detenerle, el cansancio lo llevaría a su fin nuevamente.
Alexander da pequeños golpes hacia la puerta de la alcoba principal esperando pronta respuesta -Adelante por favor.- Una voz fuerte y clara se escucho en señal de vida.
El joven Alexander giraba la perilla lentamente pensando si lo que hacia era correcto orillado al pensamiento de saber si saldría de ahí.
Off: Jajaja, perfecto n.n
Valknut
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Re: Donde el sol no llega [cerrado]
-De-ja-a-Car-li-too- con mucho cálculo después de ver la posición del viento con la manera infalible (chuparse el dedito y ponerlo al aire) me había dejado caer sobre los hombros del enemigo feo. El maloso estaba sobre Chinchilla, con sus manos en alto, acorralando al niño que se había hecho una bolita, cuando caí sobre él, le tapé los ojos y me aferré a él con todas mis calamarescas fuerzas. Ury es incapaz de repetir (ni siquiera en su memoria) las palabras tan feas que salieron de la boca de ese hombre, su mamá no le lavó la boca con jabón suficientes veces en su niñez. Como decía, me agarraba fuertemente, él decía palabras feas, y así como no podía ver y se movía para todos lados, caímos al vacío. Pensé que podría agarrarme con mis ventosas chuposas de alguna parte de la madera, pero no llegué a tiempo. Cerré mis ojitos, eso me iba a doler mucho, pero antes de tocar el suelo, sentí que mis calamavillosos tentáculos eran jalados con fuerza hacia arriba.
-Uaaaaa auuuuchi auchitoooo
-Mujeres, sabía que no eran de buena suerte en cubierta. Nadie me hace caso, de seguro no le faltaría un ojo a Morsa si no estuvieses aquí… (palabras ininteligibles mientras bajábamos) si juntamos la mala suerte de la chica y la embotellamos podríamos matar de un balazo a esos perros mal (Ury se tapó las orejitas).
El marino me dejó en el suelo, la batalla aún estaba sangrita.
-Ahoy niña, aquí es peligroso. ¿Ves la tabla hacia el otro barco? ¿Te animas a atravesarla? Yo creo que con tu mala suerte de parte de esos… (se aclaró la garganta) hombres (la palabra le costó bastante) podremos ganar. ¿Qué me dices? ¿le das un intento? Sólo será un momento
Lo pensé durante un tiempo, tenía bastante sentido lo que decía. Si yo realmente era de mala suerte, sería mejor pasarme a su barco puh puh puh. Asentí una vez y levanté mis calamavillosos tentáculos -¡Estoy en eso! ¡Ury al rescate!-
-Con cuidado, te acompaño hasta la plancha
Con la ayuda del marino bestia, que calamavillosamente me escudaba de los malos que atacaban sin querer queriendo y queriendo también, llegamos rápidamente a una de las tablas. -Ya sabes qué hacer. Ve al otro lado y has tu magia mujer en crecimiento-
-Har har- le respondí en broma mientras hacía equilibrio con mis manitas y tentáculos para no caer al mar. Estaba tan alto y resbaloso que podía ver toda mi vida pasar frente a mis juveniles ojos de calamarcita. Una vez del otro lado, vi que uno de los hombres dragón había caído con un ala menos. El grupo que me había precedido estaba escalando hacia los arqueros y los dos hombres dragón que restaban habían desaparecido de mi vista. Me giré para hacerle adiós al marino, un gesto para indicar que ya estaba en posición, pero él ya no estaba donde le había dejado.
Sin dudas, en “Estrella del Norte” no había casi batalla y estaba más tranquila y segura. Chinchilla movía sus manos como banderas para decir que estaba bien. Pero nadie más estaba bien. ¿Por qué no funcionaba si yo ya estaba en el barco de los malos? ¡Uy! ¡Por supuesto! Faltaba lo más importante.
-Pertenezco al Estrella del Norte. Mi nombre es Ureen… Doreena Drisköll, única heredera de Leónidas Drisköll y por tanto, el Estrella del Norte me pertenece, a mí, una… (me concentré para recordar lo que dijo el marino)- mujer en crecimiento ¡QUE ESTÁ EN CUBIERTA!- Di un saltito sobre las tablas, agitando mis tentáculo como látigos. Tenía que funcionar. Y como si los dioses escucharan mis palabras, la tormenta desapareció, el mar se calmó y cuando salió el sol pude ver cómo mis amigos ganaban la batalla y escuché, con mucho temor, los quejidos del barco bajo mis pies. “¡Abandonen el barco! ¡Todos al Vengador!” gritaron los trillizos mientras bajaban de las velas habiendo terminado con los arqueros.
* * *
Con los sobrevivientes en celdas y el capitán de rehén, los vientos nos llevaban rápidamente al “Sin Nombre” -Por fin- dije mirando a Chinchilla y me respondió con una sonrisa quieta, se notaba que tenia sueño. En momentos como ese se notaba la diferencia entre nuestras edades. Bajo nosotros se sintió el conocido temblor, pero yo lo estaba esperando. Le puse una mano en el hombro a Carlito -Está bien, es la contraseña, ¿ves la bandera? Tuvimos que poner la del Estrella del Norte para que no nos reconozcan. Llegaremos allí, rescataremos al príncipe y haremos algo de lo que el abuelo no se olvidará puh puh puh-
Miré a Chinchilla a sus ojos y apreté los labios
- El Capitán Martillo, el capitán que perdió y yo iremos a reportarnos con el jefe de aquí y buscar a Alex, me usarán como carnada, así que es necesario que te quedes aquí, ayudando a reparar el barco para escapar lo antes posible ¿puedes hacerlo?-
-Uaaaaa auuuuchi auchitoooo
-Mujeres, sabía que no eran de buena suerte en cubierta. Nadie me hace caso, de seguro no le faltaría un ojo a Morsa si no estuvieses aquí… (palabras ininteligibles mientras bajábamos) si juntamos la mala suerte de la chica y la embotellamos podríamos matar de un balazo a esos perros mal (Ury se tapó las orejitas).
El marino me dejó en el suelo, la batalla aún estaba sangrita.
-Ahoy niña, aquí es peligroso. ¿Ves la tabla hacia el otro barco? ¿Te animas a atravesarla? Yo creo que con tu mala suerte de parte de esos… (se aclaró la garganta) hombres (la palabra le costó bastante) podremos ganar. ¿Qué me dices? ¿le das un intento? Sólo será un momento
Lo pensé durante un tiempo, tenía bastante sentido lo que decía. Si yo realmente era de mala suerte, sería mejor pasarme a su barco puh puh puh. Asentí una vez y levanté mis calamavillosos tentáculos -¡Estoy en eso! ¡Ury al rescate!-
-Con cuidado, te acompaño hasta la plancha
Con la ayuda del marino bestia, que calamavillosamente me escudaba de los malos que atacaban sin querer queriendo y queriendo también, llegamos rápidamente a una de las tablas. -Ya sabes qué hacer. Ve al otro lado y has tu magia mujer en crecimiento-
-Har har- le respondí en broma mientras hacía equilibrio con mis manitas y tentáculos para no caer al mar. Estaba tan alto y resbaloso que podía ver toda mi vida pasar frente a mis juveniles ojos de calamarcita. Una vez del otro lado, vi que uno de los hombres dragón había caído con un ala menos. El grupo que me había precedido estaba escalando hacia los arqueros y los dos hombres dragón que restaban habían desaparecido de mi vista. Me giré para hacerle adiós al marino, un gesto para indicar que ya estaba en posición, pero él ya no estaba donde le había dejado.
Sin dudas, en “Estrella del Norte” no había casi batalla y estaba más tranquila y segura. Chinchilla movía sus manos como banderas para decir que estaba bien. Pero nadie más estaba bien. ¿Por qué no funcionaba si yo ya estaba en el barco de los malos? ¡Uy! ¡Por supuesto! Faltaba lo más importante.
-Pertenezco al Estrella del Norte. Mi nombre es Ureen… Doreena Drisköll, única heredera de Leónidas Drisköll y por tanto, el Estrella del Norte me pertenece, a mí, una… (me concentré para recordar lo que dijo el marino)- mujer en crecimiento ¡QUE ESTÁ EN CUBIERTA!- Di un saltito sobre las tablas, agitando mis tentáculo como látigos. Tenía que funcionar. Y como si los dioses escucharan mis palabras, la tormenta desapareció, el mar se calmó y cuando salió el sol pude ver cómo mis amigos ganaban la batalla y escuché, con mucho temor, los quejidos del barco bajo mis pies. “¡Abandonen el barco! ¡Todos al Vengador!” gritaron los trillizos mientras bajaban de las velas habiendo terminado con los arqueros.
* * *
Con los sobrevivientes en celdas y el capitán de rehén, los vientos nos llevaban rápidamente al “Sin Nombre” -Por fin- dije mirando a Chinchilla y me respondió con una sonrisa quieta, se notaba que tenia sueño. En momentos como ese se notaba la diferencia entre nuestras edades. Bajo nosotros se sintió el conocido temblor, pero yo lo estaba esperando. Le puse una mano en el hombro a Carlito -Está bien, es la contraseña, ¿ves la bandera? Tuvimos que poner la del Estrella del Norte para que no nos reconozcan. Llegaremos allí, rescataremos al príncipe y haremos algo de lo que el abuelo no se olvidará puh puh puh-
Miré a Chinchilla a sus ojos y apreté los labios
- El Capitán Martillo, el capitán que perdió y yo iremos a reportarnos con el jefe de aquí y buscar a Alex, me usarán como carnada, así que es necesario que te quedes aquí, ayudando a reparar el barco para escapar lo antes posible ¿puedes hacerlo?-
Ulareena Werner
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Re: Donde el sol no llega [cerrado]
***Presente***
-¡Ese muchacho! ¿En que estaba pensando? oh ¡Cuando lo vea!- Decía el viejo barba roja con un tono mas serio a cuando es poseído por la bebida.
-¿Que deberíamos hacer capitán? pidió que nos retiráramos, ademas el sin nombre es algo peligroso.- Krait, replicaba poniendo las cartas sobre la mesa para hacer caer al capitán en razón y decidir lo que fuera mejor para la situación.
-Puede que no sea el temor de los siete mares, ese puesto esta ocupado. Pero no dejaré a un colega abandonado en el sin nombre. Si lo hago, el muchacho morirá... ¡Muy bien! ¡Piratas! la llamada escoria del mar, todos sabíamos y esperábamos morir en el Sin Nombre, gracias al muchacho logramos ver la luz. Creo que deberíamos mostrarle la antorcha que podemos ser.-
El animo de cada uno de los tripulantes se elevaba bastante, por un momento llegaron a estar confundidos con la metáfora del capitán pero la moral volvió a subir cuando Krait dio un grito de guerra como si los 7 mares lo fueran a escuchar para pronto ser acompañado por todo el barco entero, inclusive el pequeño Simón grito un poco.
Haber hecho caso a las ordenes de Alexander en aquel momento hizo que el barco flotara por si mismo siendo arrastrado por la marea y así mismo alejándose del Sin Nombre mientras Simón corría a contarle todo al capitán siendo lo mas difícil en la misión de Simón, hacer que el capitán le creyera, sin embargo lo logro con un tiempo no tan favorecedor, puesto que como era notable, se alejaron del Sin Nombre...
***Pasado***
-Así que, cuénteme, ¿como se encuentran los presos?...¿Ya le sacaron toda la información al hombre que torturábamos? Ese hombre ha sido toda una molestia durante el viaje, nadie me dio pudo sacarle nada.- Observando frente a la ventana con ambas manos entrelazadas por detrás de su cuerpo.
-Los presos están bien señor, tenían una mirada gris esperando la muerte señor, en cuanto al canalla que interrogamos ha cedido un poco, parece que la tortura ha estado funcionando.-
-Excelente, Driskoll estará complacido, si le lavamos el cerebro será una buena adquisición para la batalla, solo queda reportarme ante él, gracias por tus servicios, puedes irte. -
-Gracias a usted señor...-El joven estaba atónito, olvidaba que los hombres detrás de Ury eran hombres del noble, todo llego a conectarse, aquellos hombres lo trajeron hasta aquí, también eran hombres del noble, o al menos era lo que Alex pensaba, que este lugar era liderado por el viejo noble, y que por eso aquí podía hacer sus sucios negocios ademas de cosas que satisfacen a los esbirros peligrosos.
-¿Sabe? el hombre dijo algo antes de quebrarse y quedar inconsciente.- Alexander corre a la espalda del capitán en la ventana mientras desenvaina su espada corta haciendo el mínimo ruido posible.-
-Y que fue l...- Empezaba a brotar sangre de la boca del capitán quien sorprendido observaba la punta de una espada sobresaliendo de su pecho mientras escuchaba las ultimas palabras del responsable.
-Gracias por el viaje...- Alexander sale por la ventana sin mirar atrás, aquel hombre cerraba los parpados en silencio, el ultimo piso era bastante alto por lo que corría entre los techos hasta reducir la altura de caída sin dejar de apretar ambos puños y seguir corriendo por el lugar, pocas cosas le causaban esta sensación y una de ellas era bastante poderosa, fuera o no un lugar operado por el mas grande noble estaba decidido a derrumbarlo todo, si no saldría vivo de ahí era lo mejor que podía hacer.
Nadie lo había visto cometer el crimen y tardarían un tiempo en encontrar el cuerpo, Alexander caminaba tranquilamente pensando como hacer temblar al noble en un acto de suicidio. *Tal vez muera antes de poder acercarme al noble, no se siquiera si este aquí...Robemos algo de pólvora* Una sonrisa nostálgica se dibujaba en su rostro oculto por la mascara.
***Presente***
-¡Bien muchachos! el Sin Nombre no queda muy lejos, ya saben que hacer solo finjan que no somos piratas, y que no se noten tanto sus armas por dios.-
-¡Capitán! ¿podemos cantar?- Los hombres comenzaron a alzar la voz apoyando al tripulante dejando al capitán sin opción.
Los hombres comenzaron a entonar a una sola voz. Simón quería ser el vigía del barco e intentaba escalar el mástil del mismo cuando el hombre que interrogaba a Alexander salio de la escotilla siendo apuntado por todo mundo por espadas y algunas ballestas. A este no le quedo mas que tomar rápidamente a Simón quien estaba indefenso ante la espada que le acababa de quitar aquel hombre, todos estaban paralizados, incluso el hombre con la ventaja del rehén, un barco se acercaba acortando la distancia que había entre ellos por lo que había que resolver la situación para que nadie sospechara. El barco se acercaba a una velocidad considerable y nadie reaccionaba al respecto, la prioridad en aquel momento era salvar a Simón...
Se escucha un sonido particular, como si fuese un cañón, pero no era eso, no fue un cañón del barco que se acercaba, era un sonido mas tenue dado desde una distancia mas larga que eso, el capitán observaba hacia el Sin Nombre...
-¡Ese muchacho! ¿En que estaba pensando? oh ¡Cuando lo vea!- Decía el viejo barba roja con un tono mas serio a cuando es poseído por la bebida.
-¿Que deberíamos hacer capitán? pidió que nos retiráramos, ademas el sin nombre es algo peligroso.- Krait, replicaba poniendo las cartas sobre la mesa para hacer caer al capitán en razón y decidir lo que fuera mejor para la situación.
-Puede que no sea el temor de los siete mares, ese puesto esta ocupado. Pero no dejaré a un colega abandonado en el sin nombre. Si lo hago, el muchacho morirá... ¡Muy bien! ¡Piratas! la llamada escoria del mar, todos sabíamos y esperábamos morir en el Sin Nombre, gracias al muchacho logramos ver la luz. Creo que deberíamos mostrarle la antorcha que podemos ser.-
El animo de cada uno de los tripulantes se elevaba bastante, por un momento llegaron a estar confundidos con la metáfora del capitán pero la moral volvió a subir cuando Krait dio un grito de guerra como si los 7 mares lo fueran a escuchar para pronto ser acompañado por todo el barco entero, inclusive el pequeño Simón grito un poco.
Haber hecho caso a las ordenes de Alexander en aquel momento hizo que el barco flotara por si mismo siendo arrastrado por la marea y así mismo alejándose del Sin Nombre mientras Simón corría a contarle todo al capitán siendo lo mas difícil en la misión de Simón, hacer que el capitán le creyera, sin embargo lo logro con un tiempo no tan favorecedor, puesto que como era notable, se alejaron del Sin Nombre...
***Pasado***
-Así que, cuénteme, ¿como se encuentran los presos?...¿Ya le sacaron toda la información al hombre que torturábamos? Ese hombre ha sido toda una molestia durante el viaje, nadie me dio pudo sacarle nada.- Observando frente a la ventana con ambas manos entrelazadas por detrás de su cuerpo.
-Los presos están bien señor, tenían una mirada gris esperando la muerte señor, en cuanto al canalla que interrogamos ha cedido un poco, parece que la tortura ha estado funcionando.-
-Excelente, Driskoll estará complacido, si le lavamos el cerebro será una buena adquisición para la batalla, solo queda reportarme ante él, gracias por tus servicios, puedes irte. -
-Gracias a usted señor...-El joven estaba atónito, olvidaba que los hombres detrás de Ury eran hombres del noble, todo llego a conectarse, aquellos hombres lo trajeron hasta aquí, también eran hombres del noble, o al menos era lo que Alex pensaba, que este lugar era liderado por el viejo noble, y que por eso aquí podía hacer sus sucios negocios ademas de cosas que satisfacen a los esbirros peligrosos.
-¿Sabe? el hombre dijo algo antes de quebrarse y quedar inconsciente.- Alexander corre a la espalda del capitán en la ventana mientras desenvaina su espada corta haciendo el mínimo ruido posible.-
-Y que fue l...- Empezaba a brotar sangre de la boca del capitán quien sorprendido observaba la punta de una espada sobresaliendo de su pecho mientras escuchaba las ultimas palabras del responsable.
-Gracias por el viaje...- Alexander sale por la ventana sin mirar atrás, aquel hombre cerraba los parpados en silencio, el ultimo piso era bastante alto por lo que corría entre los techos hasta reducir la altura de caída sin dejar de apretar ambos puños y seguir corriendo por el lugar, pocas cosas le causaban esta sensación y una de ellas era bastante poderosa, fuera o no un lugar operado por el mas grande noble estaba decidido a derrumbarlo todo, si no saldría vivo de ahí era lo mejor que podía hacer.
Nadie lo había visto cometer el crimen y tardarían un tiempo en encontrar el cuerpo, Alexander caminaba tranquilamente pensando como hacer temblar al noble en un acto de suicidio. *Tal vez muera antes de poder acercarme al noble, no se siquiera si este aquí...Robemos algo de pólvora* Una sonrisa nostálgica se dibujaba en su rostro oculto por la mascara.
***Presente***
-¡Bien muchachos! el Sin Nombre no queda muy lejos, ya saben que hacer solo finjan que no somos piratas, y que no se noten tanto sus armas por dios.-
-¡Capitán! ¿podemos cantar?- Los hombres comenzaron a alzar la voz apoyando al tripulante dejando al capitán sin opción.
Los hombres comenzaron a entonar a una sola voz. Simón quería ser el vigía del barco e intentaba escalar el mástil del mismo cuando el hombre que interrogaba a Alexander salio de la escotilla siendo apuntado por todo mundo por espadas y algunas ballestas. A este no le quedo mas que tomar rápidamente a Simón quien estaba indefenso ante la espada que le acababa de quitar aquel hombre, todos estaban paralizados, incluso el hombre con la ventaja del rehén, un barco se acercaba acortando la distancia que había entre ellos por lo que había que resolver la situación para que nadie sospechara. El barco se acercaba a una velocidad considerable y nadie reaccionaba al respecto, la prioridad en aquel momento era salvar a Simón...
Se escucha un sonido particular, como si fuese un cañón, pero no era eso, no fue un cañón del barco que se acercaba, era un sonido mas tenue dado desde una distancia mas larga que eso, el capitán observaba hacia el Sin Nombre...
Valknut
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Re: Donde el sol no llega [cerrado]
La señal estaba dada y habíamos recibido una respuesta del Sin Nombre para anclar en puerto, la densidad de barcos se hacía cada vez mayor, era como una verdadera ciudad flotante. Desde lo alto de la torre vigía podía ver que rodo giraba alrededor de una plataforma flotante que hacía de Isla en el mar, a su alrededor habían varios barcos unidos a ella por un sistema de tablas tan complicado como difícil de explicar. En las afueras, otros barcos que parecían tener distintos grados de relevancia de acuerdo a su posición con relación a los barcos de más al centro y si estaban más al Norte o al Sur. Imaginé que todo tenía que estar bajo las órdenes de mi abuelo, un tablero tan limpio para jugar solamente podía existir bajo su sombra, no era una ciudad inalcanzable, era un punto muerto en el mar al que nadie se atevía a pisar, en tierras de nadie.
Al pasar al costado de una de las múltiples embarcaciones, vi algo extraño -¿Lechero?- pregunté achicando mis jojitos y poniendo mis tentáculos para que le dieran sombra a mi cara, sabía que lechero se había adelantado (no sabía como justificaría su ausencia a su familia…) pero no esperaba encontrarlo en tan peculiar situación. Estaba siendo rodeado por lo que parecían piratas y uno, junto a él… -¡Por los cangrejos fritos de todo el mar! Alerta roja, alerta roja- grité a todo pulmón haciendo ademanes a mis amigos revolucionarios. -Ese barco ¡ahí ahí! ¡si si siiiis! ¡Tienen de rehén a mi amigo! ¡Capitán! ¿po favocito?- pedí con mis manitas entrelazadas cuando vi que mi acto no estaba yendo a ningún lugar. El hombre se hizo el desentendido, como si mis palabras se las llevara el viento, pero una chancla voladora aterrizó en uno de sus ojos. Por el tamaño tenía que ser de chinchilla. Hubo una guerra de miradas, y Chinchilla y yo salimos vencedores.
-Está bien, está bien… pero no podemos detenernos o no llegaremos más donde tu querido (dijo “querido” de una forma en la que parecía que estaba celoso e Alex) -príncipe para rescatarlo-
Le miré mu pero mu feo, con mis brazos cruzados a la altura de mi pecho. Como si él mismo no hubiese venido hasta aquí con la idea de causar estragos en la flota de mi abuelo y como si mi ayuda de mala suerte no hubiese sido más que una coincidencia. -Ese Martillo va a termina frito puh puh puh- perjuré mirándolo con mis ojos de malosa. Entonces vi que daba algunas órdenes y varios marinos que se encontraban más sanos desaparecían de cubierta.
* * *
Ni bien desembarcamos, los capitanes y yo fuimos derecho a la sala del gran señor misterioso que regenteaba ese lugar, probablemente sería uno de los peces gordos en el mar de mi abuelo. Disfrutaría en darle una buena patada en sus calamarescas partes más delicadas puh puh puh pero cuando dimos la vuelta en el último recodo del pasillo donde se encontraba su oficina, nos vimos rodeados por personas alarmadas que corrían de aquí para allá, profiriendo maldiciones y usando palabras muy malas. Al parecer el capitán de todo eso había muerto. Ese no era el término correcto, lo habían matado. Abrí mis jojos grandes y le pedí al capitán Martillo que se agachara para decirle un secreto.
Tapando el espacio entre su casi inexistente oreja y mi boca, susurré:
-Ese fue Alex, estoy segura de que fue él. Tenemos que aprovechar el momento
Y como si nuestras mentes estuvieran en sincronía nos dirijimos al capitán que había pedido su barco -Puh Puh Puh- reí en voz alta, moviendo mis deditos en el aire. -¿Dónde están los registros?- pregunté con mi voz de villana de libros de cuentos.
-Esa no es mala idea calamarcita- me miró como si hubiese descubierto en mis tentáculos un cofre de aeros -Y las armas-
* * *
Después de dejar al ex capitán inconsciente y amordazado, nos habíamos puesto en marcha, viéndonos obligados a cambiar el plan. En algunos momentos se escuchaban algunas detonaciones como si se estuviese llevando adelante un enfrentamiento. Yo no sabía lo que estaba pasando, sólo sabía que debía correr para encontrar a Alex y salir corriendo antes de que los marinos del Vengador llegaran para bajar el peso de la revolución en el “Sin Nombre” si podía, también buscaría documentos que pudiesen revelar más sobre mi papa y su paradero o algo que me dijera dónde el abuelo tenía más negocios sucios. No sabía para qué, pero podría serme de gran utilidad.
Corriendo entre los pasillos interminables, frente a una escalera que salía a la superficie encontré dos puertas, una semi abierta y la otra cerrada. Alex no estaba bajo techo, por lo que debería estar afuera, tarde o temprano debía salir, pero antes… la curiosidad picó a Ury, tal vez había dado con el archivero del que habló el capitán dormido.
Al pasar al costado de una de las múltiples embarcaciones, vi algo extraño -¿Lechero?- pregunté achicando mis jojitos y poniendo mis tentáculos para que le dieran sombra a mi cara, sabía que lechero se había adelantado (no sabía como justificaría su ausencia a su familia…) pero no esperaba encontrarlo en tan peculiar situación. Estaba siendo rodeado por lo que parecían piratas y uno, junto a él… -¡Por los cangrejos fritos de todo el mar! Alerta roja, alerta roja- grité a todo pulmón haciendo ademanes a mis amigos revolucionarios. -Ese barco ¡ahí ahí! ¡si si siiiis! ¡Tienen de rehén a mi amigo! ¡Capitán! ¿po favocito?- pedí con mis manitas entrelazadas cuando vi que mi acto no estaba yendo a ningún lugar. El hombre se hizo el desentendido, como si mis palabras se las llevara el viento, pero una chancla voladora aterrizó en uno de sus ojos. Por el tamaño tenía que ser de chinchilla. Hubo una guerra de miradas, y Chinchilla y yo salimos vencedores.
-Está bien, está bien… pero no podemos detenernos o no llegaremos más donde tu querido (dijo “querido” de una forma en la que parecía que estaba celoso e Alex) -príncipe para rescatarlo-
Le miré mu pero mu feo, con mis brazos cruzados a la altura de mi pecho. Como si él mismo no hubiese venido hasta aquí con la idea de causar estragos en la flota de mi abuelo y como si mi ayuda de mala suerte no hubiese sido más que una coincidencia. -Ese Martillo va a termina frito puh puh puh- perjuré mirándolo con mis ojos de malosa. Entonces vi que daba algunas órdenes y varios marinos que se encontraban más sanos desaparecían de cubierta.
* * *
Ni bien desembarcamos, los capitanes y yo fuimos derecho a la sala del gran señor misterioso que regenteaba ese lugar, probablemente sería uno de los peces gordos en el mar de mi abuelo. Disfrutaría en darle una buena patada en sus calamarescas partes más delicadas puh puh puh pero cuando dimos la vuelta en el último recodo del pasillo donde se encontraba su oficina, nos vimos rodeados por personas alarmadas que corrían de aquí para allá, profiriendo maldiciones y usando palabras muy malas. Al parecer el capitán de todo eso había muerto. Ese no era el término correcto, lo habían matado. Abrí mis jojos grandes y le pedí al capitán Martillo que se agachara para decirle un secreto.
Tapando el espacio entre su casi inexistente oreja y mi boca, susurré:
-Ese fue Alex, estoy segura de que fue él. Tenemos que aprovechar el momento
Y como si nuestras mentes estuvieran en sincronía nos dirijimos al capitán que había pedido su barco -Puh Puh Puh- reí en voz alta, moviendo mis deditos en el aire. -¿Dónde están los registros?- pregunté con mi voz de villana de libros de cuentos.
-Esa no es mala idea calamarcita- me miró como si hubiese descubierto en mis tentáculos un cofre de aeros -Y las armas-
* * *
Después de dejar al ex capitán inconsciente y amordazado, nos habíamos puesto en marcha, viéndonos obligados a cambiar el plan. En algunos momentos se escuchaban algunas detonaciones como si se estuviese llevando adelante un enfrentamiento. Yo no sabía lo que estaba pasando, sólo sabía que debía correr para encontrar a Alex y salir corriendo antes de que los marinos del Vengador llegaran para bajar el peso de la revolución en el “Sin Nombre” si podía, también buscaría documentos que pudiesen revelar más sobre mi papa y su paradero o algo que me dijera dónde el abuelo tenía más negocios sucios. No sabía para qué, pero podría serme de gran utilidad.
Corriendo entre los pasillos interminables, frente a una escalera que salía a la superficie encontré dos puertas, una semi abierta y la otra cerrada. Alex no estaba bajo techo, por lo que debería estar afuera, tarde o temprano debía salir, pero antes… la curiosidad picó a Ury, tal vez había dado con el archivero del que habló el capitán dormido.
Ulareena Werner
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Re: Donde el sol no llega [cerrado]
***Pasado(antes de la explosión)***
Dentro de los varios pensamientos que abundaban la mente de Alexander estaba aquel pequeño susurro que quería dejarlo todo, veía los barcos desde una altura panorámica aunque los que observaba no eran ni la mitad de los que había en aquel lugar puesto que faltaba explorar para el.
*La misión será robar barriles de pólvora de los barcos...Aunque no lo había pensado a detalle hay que entrar en los barcos que parezcan menos dóciles pero que se noten sus cañones, matar a quien me encuentre y tratar de hacerlo lo mas sigiloso posible inventando cuartadas cuando alguien me pregunte o matar a los que me observen por bastante tiempo, parece mas complicado - suspira- Ademas de crear flechas con algún tipo de mecha encendida para que la explosión pueda darse, de lo contrario solo estaría lanzando flechas a los barriles*
-¡Vamos! pongan eso por ahí, y ten mas cuidado inútil, es peligroso- Apenas se lograba distinguir lo que aquel hombre decía, rodaban barriles y llevaban cajas a un almacén de un tamaño considerable, la sonrisa de Alexander era obvia, logro ocultarse para no ser detectado entre callejones hasta que los hombres se alejaran.
-Vamos, aun nos queda trabajo por hacer-
Alex movió la cabeza intentando apartar los malos pensamientos, hacia tiempo que no aparecían pero,tenia que hacer algo en grande, no se contendría mas.
*Es una isla grande, enorme a mi parecer, no creo que solo tengan un almacén, pero esto los debilitara*
Al entrar al almacén forzando la entrada encontró barriles de ron y suministros que podían fácilmente ser almacenados, le parecía bastante raro que colocaran costales de suministros y pólvora en el mismo lugar, sin embargo esto apoyaría mas su meta. El lugar no estaba desprotegido, había dos hombres, al saber que tendrían seguridad mi arco estaba al aire libre y el esbirro que se encontraba al fondo del almacén caminando por el lugar fue alcanzado por la punta de una flecha alertando al segundo que se encontraba mas cerca de la entrada el cual se dio cuenta rápidamente lanzando un corte en vertical que intente bloquear con el arco, al recordar que este es simplemente de madera lo retire recibiendo el corte del hombre, una vez este se dejo llevar por el dolor que expresaba fue fácil acertar un golpe mortal con la espada.
El hambre no era aguantable mas tiempo, Alexander aprovecho el momento para comer manzanas saliendo satisfecho por la puerta cargando un barril de pólvora, la cantidad que había dejado en el almacén era excesiva para el tamaño del mismo. En su búsqueda por un detonador encontró una pequeña caja con pequeñas antorchas en ellas, parecía un objeto en desarrollo pero cumplía con su objetivo de incendiar el lugar, hecho un camino de pólvora era mas fácil correr para evitar ser captado por la explosión y la acción comenzó.
*Necesito un mapa del lugar o mas suerte para encontrar estos lugares* Pensaba dudoso mientras desaparecía del lugar corriendo y ocultándose, era seguro, todos en el lugar lo habían escuchado, incluso los latidos de Alex se alteraron por un momento al correr, un golpe detonante del comienzo de la ultima misión estaba en marcha, enfurecer al noble, una tarea mas que nada estratégica que no le beneficiaria pero estaba dispuesto a realizar. El barril había explotado y quedado atrás, había que seguir buscando almacenes, cargar objetos y fingir no era lo suyo.
***Presente***
Por los caminos del lugar sonaba un pequeño y tenue silbido perteneciente de Alexander quien tranquilamente caminaba sin preocupaciones:
*¿Pueden lavar cerebros? mmmm como odio perderme* Volvía al silbido.
Dentro de los varios pensamientos que abundaban la mente de Alexander estaba aquel pequeño susurro que quería dejarlo todo, veía los barcos desde una altura panorámica aunque los que observaba no eran ni la mitad de los que había en aquel lugar puesto que faltaba explorar para el.
*La misión será robar barriles de pólvora de los barcos...Aunque no lo había pensado a detalle hay que entrar en los barcos que parezcan menos dóciles pero que se noten sus cañones, matar a quien me encuentre y tratar de hacerlo lo mas sigiloso posible inventando cuartadas cuando alguien me pregunte o matar a los que me observen por bastante tiempo, parece mas complicado - suspira- Ademas de crear flechas con algún tipo de mecha encendida para que la explosión pueda darse, de lo contrario solo estaría lanzando flechas a los barriles*
-¡Vamos! pongan eso por ahí, y ten mas cuidado inútil, es peligroso- Apenas se lograba distinguir lo que aquel hombre decía, rodaban barriles y llevaban cajas a un almacén de un tamaño considerable, la sonrisa de Alexander era obvia, logro ocultarse para no ser detectado entre callejones hasta que los hombres se alejaran.
-Vamos, aun nos queda trabajo por hacer-
Alex movió la cabeza intentando apartar los malos pensamientos, hacia tiempo que no aparecían pero,tenia que hacer algo en grande, no se contendría mas.
*Es una isla grande, enorme a mi parecer, no creo que solo tengan un almacén, pero esto los debilitara*
Al entrar al almacén forzando la entrada encontró barriles de ron y suministros que podían fácilmente ser almacenados, le parecía bastante raro que colocaran costales de suministros y pólvora en el mismo lugar, sin embargo esto apoyaría mas su meta. El lugar no estaba desprotegido, había dos hombres, al saber que tendrían seguridad mi arco estaba al aire libre y el esbirro que se encontraba al fondo del almacén caminando por el lugar fue alcanzado por la punta de una flecha alertando al segundo que se encontraba mas cerca de la entrada el cual se dio cuenta rápidamente lanzando un corte en vertical que intente bloquear con el arco, al recordar que este es simplemente de madera lo retire recibiendo el corte del hombre, una vez este se dejo llevar por el dolor que expresaba fue fácil acertar un golpe mortal con la espada.
El hambre no era aguantable mas tiempo, Alexander aprovecho el momento para comer manzanas saliendo satisfecho por la puerta cargando un barril de pólvora, la cantidad que había dejado en el almacén era excesiva para el tamaño del mismo. En su búsqueda por un detonador encontró una pequeña caja con pequeñas antorchas en ellas, parecía un objeto en desarrollo pero cumplía con su objetivo de incendiar el lugar, hecho un camino de pólvora era mas fácil correr para evitar ser captado por la explosión y la acción comenzó.
*Necesito un mapa del lugar o mas suerte para encontrar estos lugares* Pensaba dudoso mientras desaparecía del lugar corriendo y ocultándose, era seguro, todos en el lugar lo habían escuchado, incluso los latidos de Alex se alteraron por un momento al correr, un golpe detonante del comienzo de la ultima misión estaba en marcha, enfurecer al noble, una tarea mas que nada estratégica que no le beneficiaria pero estaba dispuesto a realizar. El barril había explotado y quedado atrás, había que seguir buscando almacenes, cargar objetos y fingir no era lo suyo.
***Presente***
Por los caminos del lugar sonaba un pequeño y tenue silbido perteneciente de Alexander quien tranquilamente caminaba sin preocupaciones:
*¿Pueden lavar cerebros? mmmm como odio perderme* Volvía al silbido.
Valknut
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Re: Donde el sol no llega [cerrado]
-Puh Puh Puh- reí malosamente mientras abría expectante la puerta cerrada. Las puertas cerradas siempre eran más interesantes. Tapé mi boca con uno de los tentáculos y miré al Capitán. -Capitán gato, la misión “hacerle cosas malas al abuelo” ha dado comienzo- había usado el tono de los hombres de mar, me sentía malosamente fuerte -Puhpuh- bajo nuestras patitas se sentían las vibraciones de nuevas explosiones, la rebelión ya había dado comienzo, el capitán Martillo y los nuestros probablemente habían encontrado aliados para hacer sus cosas malas. A Ury no le importaba, el abuelo era malo, se merecía lo que le pasaba a él y las personas malas que le servían. Apremiada porque sentía que pronto el “Sin Nombre” podría llegar a ser hundido, comencé a buscar cualquier cosa, pergaminos, objetos… no importaba qué, cualquier cosa que me ayudara a encontrar a papo.
En el archivero, una habitación más grande que el ático donde me había criado, habían filas y filas de libros ordenados por tema y por nombre, era muy al estilo del gran señor Drisköll. -Tantos tomos…- me quejé, caminando entre ellos, oteando aquí y allá, mirando los títulos de las secciones. -Islas Ilidinenses, Magia Arcana, Grandes Brujos, Mapas, Hombres Bestia- me detuve allí, había un libro que parecía llamarme, había visto su lomo más de una vez en la casa hacía muchos años, cuando aún podía moverme libremente por la mansión -Hombres bestia, cómo cuidarlos- había sido real, una parte de mi abuelo había sido real. Sentí que se me estrujaban los tentáculos y que me dolía la pancita. El abuelo me quiso, aunque fuese por muy poco tiempo… el abuelo tenía algo bueno en sí. Cuando recuperé el aliento decidí que esa pequeña biblioteca no tenía lo que buscaba, tenía que estar en los cajones.
-Negocios en Verisar- tanta perfección y orden, tenía que agradecerle a Leónidas toda esa estructuración, se lo hacía sencillo a un ladrón. Ojee rápidamente los contenidos, muchos eran reportes, los remitentes eran diferentes, con distintos tipos de letra. No tenía tiempo para eso, presentía que estaba cerca de lo que en realidad buscaba; sin embargo, tomé “prestado” un pergamino que titulaba “Vulwulfar” por sus precintos intuía que su contenido era importante. -La guardia- abrí mis ojos grandes. El abuelo no podía ser tan poderoso como para haberse infiltrado en la guardia… esperaba que no. Abrí ese cajón, entre los títulos no encontré nada que así lo indicase, pero sí habían informes detallados de personalidades importantes o méritos dentro de los caballeros del rey. -Delteria “la gata”, Schott, Tale…- una nueva vibración, esta vez peligrosamente cerca. Cerré el cajón y mis ojos se toparon con lo que buscaba.
-Werner. Juventud. Piratería. Werner y Laureen. Activos. Escapes. Marinos. Localización- mis manitas temblaban cuando me acercaba al pergamino de localización, lo abrí de un tirón con los ojos cerrados. Abrí un jojito y cuando miré había un gran signo de interrogación. -¡Cangrejos refritos!- lo último que se sabía era que estaba al Norte de Verisar, pero nada más. Tiré el pergamino al suelo con rabia y busqué su tripulación, encontré los bocetos de un hombre de tez oscura, un… hombre con pinchos en su cara y otros varios más. Nada de lo que buscaba, pero al menos sabía como era el rostro del Wes Fungai. Cuando tenía mis manos sobre el siguiente pergamino escuché un quejido del otro lado de la puerta. Asustada asomé mi cabeza, no vi nada en el pasillo.
Ahora escuchaba más claramente un lamento. Estuve mucho rato debatiéndome si ir o no hacia la puerta entreabierta. Era de allí que venía ese sonido roto, como si alguien quisiera pedir ayuda pero no tenía fuerzas. Respiré profundo e hinché mi pecho con todo el valor que pude reunir. Asomé primero un tentáculo mientras me aferraba al marco de la puerta dispuesta a correr si era una trampa. Miré al interior de la habitación, todo estaba en penumbras, imposible de saber nada.
-A…agua
La voz quebrada de lo que parecía una niña hizo que a Ury se le pusiera la piel de gallina. Me apresuré a entrar, arriesgándome a que alguien me pillara en una trampa, pero esa voz tan triste y dolida no podía ser fingida. Usando mis calamarescos tentáculos iba palpando mi camino hasta una ventana ubicada en un extremo de la habitación, desde donde se filtraba apenas algo de luz. Una vez que corrí las cortinas me arrepentí. Tenía que haberlo dejado todo como estaba, tal cual, ignorado esa voz y haber corrido lejos. De todas formas contaba con que el “Sin Nombre” se hundiera. Hubiera sido mejor no desenterrar este secreto. No pude tapar mis ojos, mi boca se abrió y sentí que me hacía pipi en la ropa.
Era una sala de tortura. Habían instrumentos inimaginables, indescriptibles. Gente muerta en aquellos aparatos creados con el solo propósito de infligir dolor. Lo sabía, yo había probado en carne propia algunos de ellos, los más suaves. Y yo que creía que lo había pasado mal. No… todo lo que el abuelo me había hecho no era ni una pequeña porción de lo que le había hecho a esos hombres y mujeres a quienes ni siquiera se habían molestado en bajar de los aparatos. Púas, pinchos, ganchos y cosas sin nombre. No había palabras para describir lo acongojado que estaba mi corazón. Mis lágrimas caían como si mi propia carne hubiese sido despedazada junto a la de ellos. -Leónidas Drisköll, te maldigo. ¿Cómo pudiste?- me sequé los ojos con rabia, quería bajar los cuerpos para que descansaran en paz, pero era muy pequeña, ni siquiera sería capaz de alcanzar las amarras más cercanas a mí.
-Por favor
La misma voz. ¡Era una niña! Atada en un potro. Una niña calamar. Era obvio, era bastante similar a mí en sus tentáculos y el tono de su piel. Era el castigo del abuelo. Eso es lo que me hubiera esperado. Eso es lo que le hacía a todos los que no hacían lo que él quería. Eso… me puse de rodillas a llorar. Eso era mi culpa, si no hubiese escapado, esa niña no estaría en mi lugar. Tenía que encontrar a mi padre, encontrarlo para alertarlo y hacer paga juntos a ese hombre que se hacía llamar humano.
-Por… fa…v…or
-Aguanta, te sacaré de ahí
Mi voz sonaba como si no fuera mía, me las apañé para desatarla y bajarla, pero cada movimiento era como si la rompiera un poquito más. Estaba sufriendo tanto… no sabía cuánto hacía que la torturaban, pero no habían tenido piedad. Sus huesitos sobre su piel arrugada era lo único prominente en ella, era como de mi edad y estatura pero estaba tan liviana. Casi que podría cargarla en brazos si no fuera porque era demasiado grande como para cargarla y ver hacia adelante sin golpearla. -Encontraremos agua y encontraremos ayuda- le dije, decidida a sortear esas escaleras y encontrar a alguien del Vengador para que hiciera algo. El camino fue largo, pero a medida que nos acercábamos a la luz ella parecía recobrar algo de su conciencia.
- ¿Qu..ién e..r..es?
-Una amiga. No te preocupes, estamos llegando
Su rostro confundido cambió a uno de profunda paz al tiempo que daba el último paso con ella a rastras. Sentimos la luz del sol golpear nuestra piel.
-Ah… mamá estoy volviendo a casa
Fruncí mis cejas, y la miré atónita. A nuestro alrededor sólo había humo, caos, gente corriendo, gritos y ella tenía la expresión más serena que podría imaginar.
-Ey… no te duermas, no puedo contigo
Pero sus ojos no volvieron a abrirse.
* * *
No me importaba nada. No quería pensar, no quería cerrar los ojos y ver cómo el cuerpo de la niña se hundía en el mar revuelto con esa expresión de paz en su rostro en ese cuerpo tan mancillado. No quería ver lo que pasaba a mi alrededor, cómo los marinos se peleaban entre ellos y reinaba el caos. No quería ver más sangre, no quería recordar a Leónidas Drisköll y de lo que era capaz. No quería volver a la habitación de tortura. No quería nada.
-¡Aaaaaleeeeeexxxx!
Mi voz se apagaba una vez, continuaba corriendo, tomaba aire y volvía a gritar. No perdería a mi amigo también, no volvería a perder a nadie. Nunca más.
En el archivero, una habitación más grande que el ático donde me había criado, habían filas y filas de libros ordenados por tema y por nombre, era muy al estilo del gran señor Drisköll. -Tantos tomos…- me quejé, caminando entre ellos, oteando aquí y allá, mirando los títulos de las secciones. -Islas Ilidinenses, Magia Arcana, Grandes Brujos, Mapas, Hombres Bestia- me detuve allí, había un libro que parecía llamarme, había visto su lomo más de una vez en la casa hacía muchos años, cuando aún podía moverme libremente por la mansión -Hombres bestia, cómo cuidarlos- había sido real, una parte de mi abuelo había sido real. Sentí que se me estrujaban los tentáculos y que me dolía la pancita. El abuelo me quiso, aunque fuese por muy poco tiempo… el abuelo tenía algo bueno en sí. Cuando recuperé el aliento decidí que esa pequeña biblioteca no tenía lo que buscaba, tenía que estar en los cajones.
-Negocios en Verisar- tanta perfección y orden, tenía que agradecerle a Leónidas toda esa estructuración, se lo hacía sencillo a un ladrón. Ojee rápidamente los contenidos, muchos eran reportes, los remitentes eran diferentes, con distintos tipos de letra. No tenía tiempo para eso, presentía que estaba cerca de lo que en realidad buscaba; sin embargo, tomé “prestado” un pergamino que titulaba “Vulwulfar” por sus precintos intuía que su contenido era importante. -La guardia- abrí mis ojos grandes. El abuelo no podía ser tan poderoso como para haberse infiltrado en la guardia… esperaba que no. Abrí ese cajón, entre los títulos no encontré nada que así lo indicase, pero sí habían informes detallados de personalidades importantes o méritos dentro de los caballeros del rey. -Delteria “la gata”, Schott, Tale…- una nueva vibración, esta vez peligrosamente cerca. Cerré el cajón y mis ojos se toparon con lo que buscaba.
-Werner. Juventud. Piratería. Werner y Laureen. Activos. Escapes. Marinos. Localización- mis manitas temblaban cuando me acercaba al pergamino de localización, lo abrí de un tirón con los ojos cerrados. Abrí un jojito y cuando miré había un gran signo de interrogación. -¡Cangrejos refritos!- lo último que se sabía era que estaba al Norte de Verisar, pero nada más. Tiré el pergamino al suelo con rabia y busqué su tripulación, encontré los bocetos de un hombre de tez oscura, un… hombre con pinchos en su cara y otros varios más. Nada de lo que buscaba, pero al menos sabía como era el rostro del Wes Fungai. Cuando tenía mis manos sobre el siguiente pergamino escuché un quejido del otro lado de la puerta. Asustada asomé mi cabeza, no vi nada en el pasillo.
Ahora escuchaba más claramente un lamento. Estuve mucho rato debatiéndome si ir o no hacia la puerta entreabierta. Era de allí que venía ese sonido roto, como si alguien quisiera pedir ayuda pero no tenía fuerzas. Respiré profundo e hinché mi pecho con todo el valor que pude reunir. Asomé primero un tentáculo mientras me aferraba al marco de la puerta dispuesta a correr si era una trampa. Miré al interior de la habitación, todo estaba en penumbras, imposible de saber nada.
-A…agua
La voz quebrada de lo que parecía una niña hizo que a Ury se le pusiera la piel de gallina. Me apresuré a entrar, arriesgándome a que alguien me pillara en una trampa, pero esa voz tan triste y dolida no podía ser fingida. Usando mis calamarescos tentáculos iba palpando mi camino hasta una ventana ubicada en un extremo de la habitación, desde donde se filtraba apenas algo de luz. Una vez que corrí las cortinas me arrepentí. Tenía que haberlo dejado todo como estaba, tal cual, ignorado esa voz y haber corrido lejos. De todas formas contaba con que el “Sin Nombre” se hundiera. Hubiera sido mejor no desenterrar este secreto. No pude tapar mis ojos, mi boca se abrió y sentí que me hacía pipi en la ropa.
Era una sala de tortura. Habían instrumentos inimaginables, indescriptibles. Gente muerta en aquellos aparatos creados con el solo propósito de infligir dolor. Lo sabía, yo había probado en carne propia algunos de ellos, los más suaves. Y yo que creía que lo había pasado mal. No… todo lo que el abuelo me había hecho no era ni una pequeña porción de lo que le había hecho a esos hombres y mujeres a quienes ni siquiera se habían molestado en bajar de los aparatos. Púas, pinchos, ganchos y cosas sin nombre. No había palabras para describir lo acongojado que estaba mi corazón. Mis lágrimas caían como si mi propia carne hubiese sido despedazada junto a la de ellos. -Leónidas Drisköll, te maldigo. ¿Cómo pudiste?- me sequé los ojos con rabia, quería bajar los cuerpos para que descansaran en paz, pero era muy pequeña, ni siquiera sería capaz de alcanzar las amarras más cercanas a mí.
-Por favor
La misma voz. ¡Era una niña! Atada en un potro. Una niña calamar. Era obvio, era bastante similar a mí en sus tentáculos y el tono de su piel. Era el castigo del abuelo. Eso es lo que me hubiera esperado. Eso es lo que le hacía a todos los que no hacían lo que él quería. Eso… me puse de rodillas a llorar. Eso era mi culpa, si no hubiese escapado, esa niña no estaría en mi lugar. Tenía que encontrar a mi padre, encontrarlo para alertarlo y hacer paga juntos a ese hombre que se hacía llamar humano.
-Por… fa…v…or
-Aguanta, te sacaré de ahí
Mi voz sonaba como si no fuera mía, me las apañé para desatarla y bajarla, pero cada movimiento era como si la rompiera un poquito más. Estaba sufriendo tanto… no sabía cuánto hacía que la torturaban, pero no habían tenido piedad. Sus huesitos sobre su piel arrugada era lo único prominente en ella, era como de mi edad y estatura pero estaba tan liviana. Casi que podría cargarla en brazos si no fuera porque era demasiado grande como para cargarla y ver hacia adelante sin golpearla. -Encontraremos agua y encontraremos ayuda- le dije, decidida a sortear esas escaleras y encontrar a alguien del Vengador para que hiciera algo. El camino fue largo, pero a medida que nos acercábamos a la luz ella parecía recobrar algo de su conciencia.
- ¿Qu..ién e..r..es?
-Una amiga. No te preocupes, estamos llegando
Su rostro confundido cambió a uno de profunda paz al tiempo que daba el último paso con ella a rastras. Sentimos la luz del sol golpear nuestra piel.
-Ah… mamá estoy volviendo a casa
Fruncí mis cejas, y la miré atónita. A nuestro alrededor sólo había humo, caos, gente corriendo, gritos y ella tenía la expresión más serena que podría imaginar.
-Ey… no te duermas, no puedo contigo
Pero sus ojos no volvieron a abrirse.
* * *
No me importaba nada. No quería pensar, no quería cerrar los ojos y ver cómo el cuerpo de la niña se hundía en el mar revuelto con esa expresión de paz en su rostro en ese cuerpo tan mancillado. No quería ver lo que pasaba a mi alrededor, cómo los marinos se peleaban entre ellos y reinaba el caos. No quería ver más sangre, no quería recordar a Leónidas Drisköll y de lo que era capaz. No quería volver a la habitación de tortura. No quería nada.
-¡Aaaaaleeeeeexxxx!
Mi voz se apagaba una vez, continuaba corriendo, tomaba aire y volvía a gritar. No perdería a mi amigo también, no volvería a perder a nadie. Nunca más.
Ulareena Werner
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Re: Donde el sol no llega [cerrado]
***Flashback***
-Para esto te criaron, no podrás evitar el frenesí que se desatara, estamos destinados a ser enemigos, pero no te confundas, aun eres humano, no te dejaré morir- Decía sonriente mientras se lamia las manchas de sangre al extremo de su boca
-¡¡¡Eres un sádico!!!- Gritaba triste y enfurecido al mismo tiempo mientras brotaban lagrimas de mis ojos...
***Presente***
Un silbido se expandía por el lugar alejado de todo sonido de la explosión causada por el muchacho, ya no había personas vueltas en pánico intentando hacer algo para sofocarlo o simplemente corriendo dejando detrás el joven Alexander, sin embargo si que alguien lo buscaba desesperadamente llegando por fin a encontrar sus miradas.
-¡Alex! al fin, nos queda poco tiempo, fuimos descubiertos por la guardia, no nos queda mas que pelear.- Era un hombre del mismo tamaño que Alexander el que hablaba, ojos color verde y cabello oscuro, piel clara y complexión delgada.
-¿¡Krait!?, es bueno verte hombre, espera. ¿Donde esta Simón? ¿que haces aquí?- Decía con tono de preocupación tornada en confusión absoluta, si Krait estaba ahí aun había una oportunidad de lanzar la piedra y correr.
-Esta bien, tuvimos un pequeño percance, pero recibimos cierta ayuda. El capitán estaba cabreado por tu desaparición, pero es un hombre de buen corazón, pronto comenzara el ataque, nuestro deber es hacer el mayor daño que podamos. Prepárate.
Alexander se sentía raro, estaba esta sensación de querer que la batalla comenzara y de estar frente al noble para hacerle pagar combinada con una confusión mas leve que cuando empezó, no sabía por que tenia ese sentimiento, es cierto que hacia tiempo que Alex no asesinaba a alguien, pero nunca al extremo de ese instinto asesino. El suelo comienza a estremecerse, y sonidos de explosión retumban el lugar alertando a todo el mundo.
Comenzamos a correr, la batalla estaba a cierta distancia de nosotros, de hecho incluso en ese momento podía escuchar un sonido poco notable de hombres gritando de dolor, acompañado por ese sonido de lo que podían ser cañones a lo lejos,pensé que serian los del barco robado del capitán, lo que me hizo llegar a la conclusión de que la guerra había comenzado.
-Parece que el capitán ha comenzado su movida debemos apresurarnos.- Al correr llegamos a una extensión amplia del lugar, lo bastante amplia para albergar a un puñar de hombres armados, era realmente grande. Krait desenvaino rápidamente y se unió a la batalla comenzando con un grito de guerra para elevar el autoestima de sus subordinados, al menos la mitad del barco estaba en aquel lugar, la otra debió haberse quedado a ayudar al capitán con los cañones, ademas de haber hombres bestia esparcidos en el lugar y varios esclavos y prisioneros del mismo. Alexander por contrario, se quedo completamente quieto, observando lo que estaba frente a sus ojos, en toda su vida no había visto tanta gente reunida con el mismo fin, matar a sus iguales, quedo sorprendido e intimidado por el ambiente, por lo menos hasta que un sujeto encendió el interruptor de toda esa locura de escenario, el hombre se acerco queriendo conseguir una muerte mas sobre sus manos con su pesado martillo el cual no tardo en dejar en el suelo cuando Alex lo esquivo cortando al mismo tiempo la garganta de aquel hombre en un veloz impulso hacia enfrente.
Y así el muchacho aventurero se adentro a los espacios abiertos y cerrados que formaban los cuerpos de los hombres en combate, entraba corriendo acertando golpes mortales en puntos vitales de aquel que entrara en su rango hasta llegar a un punto alto del lugar donde fácilmente comenzaba a asesinar a los despistados con una flecha por persona, desde aquella vista panorámica podía observar hombres bestia, y una especie que nunca había visto jamas, un hombre dragón, estos contaban con una gran ventaja por sobre los demás, era clara la victoria en un uno contra uno por lo que se les enfrentaban en grupo.
Mientras disparaba recibía flechas por todas partes, algunas difíciles de esquivar llevándose algunos roces en los hombros, estando una corta distancia de la cabeza o el cuello, mientras las flechas se acababan decidió correr por los techos hasta llegar a un gran elevado poste en medio de la batalla conectado entre edificios por cables, esto no parecía muy seguro pero consiguió las muertes de un par de arqueros que no paraban de molestarle.
El tiempo en el que Alex se quedo en aquel poste fue relativamente corto, pues un hombre bestia lo tiro abajo con un solo golpe, mientras caía en el aire, pudo observar y quedar sorprendido de emoción al ver a un hombre-bestia-león. pues estas criaturas le causaban una emoción que no podía expresar. tan pronto como aterrizo girando para reducir el daño en su cuerpo fue atacado horizontalmente, este previo giro le salvo del tajo que intentaron darle chocando con el provocador y quedando en sus piernas, un lugar extraño para quedar en el suelo.
Tuvo que alejarse rápidamente para evitar un próximo ataque-Dime, ¿te han lavado el cerebro?- Sonreía mientras bloqueaba la tajada de su oponente enfurecido, la espada corta que portaba estaba ayudando a bloquear sus ataques mientras esta temblaba por el choque de ambas fuerzas, la batalla se tornaba interesante, al chocar ambas fuerzas, los poseedores eran expulsados hacia la dirección contraria del otro. Cuando esto pasaba había quien se acercaba al joven para darle el golpe de gracia, puesto que era uno de los únicos que se había adentrado tanto en el territorio enemigo, los demás iban acercándose de poco a poco, la mayoría se dirigía a combatir a los intrusos que eran del bando de Alexander, quien al ser atacado en estas ocasiones no les brindaba la satisfacción de una muerte digna, la mayoría de los peleadores tenían fuertes aberturas en las que el joven podía entrar fácilmente por lo que no apartaba la mirada del hombre bestia mientras asesinaba a sus compañeros, aunque los ojos y lo que lo rodea es la única parte de la cara que revela la mascarilla, se aseguraba de poner una seria mirada con instinto asesino.
Los combatientes aliados se armaban de valor al ver a un solo hombre pelear contra un hombre bestia y asesinar a quien se le interponga, pronto comenzaban a tomar delantera alcanzando al joven quien no prestaba nada de atención en sus alrededores si no es para defenderse de los entrometidos, para ese momento seguían intercambiando golpes que quedaban en choques de garras contra una espada, nadie se les acercaba por temor a la muerte. Con ambas manos en la espada de Alexander, el león intento usar su mano libre para herir a su oponente, teniendo tremendo efecto en el la parte superior del brazo izquierdo del joven, sin embargo, al disminuir la fuerza con la que sostenía la espada fue alcanzado con un corte en la palma de la mano que sostenía la espada hasta el antebrazo derecho completo cortando verticalmente y dejando un charco mas de sangre. Ambos se cubrían sus heridas, estaban parejos, y lo sabían, para aquella bestia era un corte fuerte pero no para no poder movilizar su brazo, en cambio para Alex era un daño que le llevaría tiempo sanar, aunque lo podría mover con dolor al hacerlo. El hombre bestia comenzó a enfurecerse mas, dando la sensación de que se hacia mas fuerte al mismo tiempo que elevaba la voz con un grito. Alexander no podía entender lo que sucedía y dejándose llevar inclinaba la cabeza completamente confundido, los hombres que les daban espacio anteriormente se alejaban temerosos y los hombres bestia parecían preocupados o angustiados, cosa que intrigaba mucho mas al joven Alex.
Los ojos de aquella bestia se tornaron blancos- El amo Driskóll no sera vencido por un puñado de piratas mediocres.- Comienza a reír ruidosamente...
-¡Vaya!- Saco el viejo pañuelo anti mordidas de vampiro guardado en la bolsa de la parte superior del saco- Eres increíblemente fuerte- Lo elevo hasta la herida en el brazo para comenzar a amarrarlo- Pero, y desgraciadamente para ti - Termino de hacer el ultimo nudo con fuerza soportando el pequeño dolor que causaba apretarlo - No soy un pirata.- Marca una enorme sonrisa serrando ambos ojos de forma amigable para quien lo observe. Esto fue una humillación para el león, quien gritaba listo para pelear. Todo el mundo estaba en sus asuntos, los únicos que existían ahí en ese momento eramos mi amigo el gato gigante y yo, incluso el sonido de los cañones estaba mudo para mi, aunque ahí estuviesen, no podía evitar sentir un dolor en el pecho, como si mi propia mano lo estuviera estrujando, algo no andaba bien.
-Para esto te criaron, no podrás evitar el frenesí que se desatara, estamos destinados a ser enemigos, pero no te confundas, aun eres humano, no te dejaré morir- Decía sonriente mientras se lamia las manchas de sangre al extremo de su boca
-¡¡¡Eres un sádico!!!- Gritaba triste y enfurecido al mismo tiempo mientras brotaban lagrimas de mis ojos...
***Presente***
Un silbido se expandía por el lugar alejado de todo sonido de la explosión causada por el muchacho, ya no había personas vueltas en pánico intentando hacer algo para sofocarlo o simplemente corriendo dejando detrás el joven Alexander, sin embargo si que alguien lo buscaba desesperadamente llegando por fin a encontrar sus miradas.
-¡Alex! al fin, nos queda poco tiempo, fuimos descubiertos por la guardia, no nos queda mas que pelear.- Era un hombre del mismo tamaño que Alexander el que hablaba, ojos color verde y cabello oscuro, piel clara y complexión delgada.
-¿¡Krait!?, es bueno verte hombre, espera. ¿Donde esta Simón? ¿que haces aquí?- Decía con tono de preocupación tornada en confusión absoluta, si Krait estaba ahí aun había una oportunidad de lanzar la piedra y correr.
-Esta bien, tuvimos un pequeño percance, pero recibimos cierta ayuda. El capitán estaba cabreado por tu desaparición, pero es un hombre de buen corazón, pronto comenzara el ataque, nuestro deber es hacer el mayor daño que podamos. Prepárate.
Alexander se sentía raro, estaba esta sensación de querer que la batalla comenzara y de estar frente al noble para hacerle pagar combinada con una confusión mas leve que cuando empezó, no sabía por que tenia ese sentimiento, es cierto que hacia tiempo que Alex no asesinaba a alguien, pero nunca al extremo de ese instinto asesino. El suelo comienza a estremecerse, y sonidos de explosión retumban el lugar alertando a todo el mundo.
Comenzamos a correr, la batalla estaba a cierta distancia de nosotros, de hecho incluso en ese momento podía escuchar un sonido poco notable de hombres gritando de dolor, acompañado por ese sonido de lo que podían ser cañones a lo lejos,pensé que serian los del barco robado del capitán, lo que me hizo llegar a la conclusión de que la guerra había comenzado.
-Parece que el capitán ha comenzado su movida debemos apresurarnos.- Al correr llegamos a una extensión amplia del lugar, lo bastante amplia para albergar a un puñar de hombres armados, era realmente grande. Krait desenvaino rápidamente y se unió a la batalla comenzando con un grito de guerra para elevar el autoestima de sus subordinados, al menos la mitad del barco estaba en aquel lugar, la otra debió haberse quedado a ayudar al capitán con los cañones, ademas de haber hombres bestia esparcidos en el lugar y varios esclavos y prisioneros del mismo. Alexander por contrario, se quedo completamente quieto, observando lo que estaba frente a sus ojos, en toda su vida no había visto tanta gente reunida con el mismo fin, matar a sus iguales, quedo sorprendido e intimidado por el ambiente, por lo menos hasta que un sujeto encendió el interruptor de toda esa locura de escenario, el hombre se acerco queriendo conseguir una muerte mas sobre sus manos con su pesado martillo el cual no tardo en dejar en el suelo cuando Alex lo esquivo cortando al mismo tiempo la garganta de aquel hombre en un veloz impulso hacia enfrente.
Y así el muchacho aventurero se adentro a los espacios abiertos y cerrados que formaban los cuerpos de los hombres en combate, entraba corriendo acertando golpes mortales en puntos vitales de aquel que entrara en su rango hasta llegar a un punto alto del lugar donde fácilmente comenzaba a asesinar a los despistados con una flecha por persona, desde aquella vista panorámica podía observar hombres bestia, y una especie que nunca había visto jamas, un hombre dragón, estos contaban con una gran ventaja por sobre los demás, era clara la victoria en un uno contra uno por lo que se les enfrentaban en grupo.
Mientras disparaba recibía flechas por todas partes, algunas difíciles de esquivar llevándose algunos roces en los hombros, estando una corta distancia de la cabeza o el cuello, mientras las flechas se acababan decidió correr por los techos hasta llegar a un gran elevado poste en medio de la batalla conectado entre edificios por cables, esto no parecía muy seguro pero consiguió las muertes de un par de arqueros que no paraban de molestarle.
El tiempo en el que Alex se quedo en aquel poste fue relativamente corto, pues un hombre bestia lo tiro abajo con un solo golpe, mientras caía en el aire, pudo observar y quedar sorprendido de emoción al ver a un hombre-bestia-león. pues estas criaturas le causaban una emoción que no podía expresar. tan pronto como aterrizo girando para reducir el daño en su cuerpo fue atacado horizontalmente, este previo giro le salvo del tajo que intentaron darle chocando con el provocador y quedando en sus piernas, un lugar extraño para quedar en el suelo.
Tuvo que alejarse rápidamente para evitar un próximo ataque-Dime, ¿te han lavado el cerebro?- Sonreía mientras bloqueaba la tajada de su oponente enfurecido, la espada corta que portaba estaba ayudando a bloquear sus ataques mientras esta temblaba por el choque de ambas fuerzas, la batalla se tornaba interesante, al chocar ambas fuerzas, los poseedores eran expulsados hacia la dirección contraria del otro. Cuando esto pasaba había quien se acercaba al joven para darle el golpe de gracia, puesto que era uno de los únicos que se había adentrado tanto en el territorio enemigo, los demás iban acercándose de poco a poco, la mayoría se dirigía a combatir a los intrusos que eran del bando de Alexander, quien al ser atacado en estas ocasiones no les brindaba la satisfacción de una muerte digna, la mayoría de los peleadores tenían fuertes aberturas en las que el joven podía entrar fácilmente por lo que no apartaba la mirada del hombre bestia mientras asesinaba a sus compañeros, aunque los ojos y lo que lo rodea es la única parte de la cara que revela la mascarilla, se aseguraba de poner una seria mirada con instinto asesino.
Los combatientes aliados se armaban de valor al ver a un solo hombre pelear contra un hombre bestia y asesinar a quien se le interponga, pronto comenzaban a tomar delantera alcanzando al joven quien no prestaba nada de atención en sus alrededores si no es para defenderse de los entrometidos, para ese momento seguían intercambiando golpes que quedaban en choques de garras contra una espada, nadie se les acercaba por temor a la muerte. Con ambas manos en la espada de Alexander, el león intento usar su mano libre para herir a su oponente, teniendo tremendo efecto en el la parte superior del brazo izquierdo del joven, sin embargo, al disminuir la fuerza con la que sostenía la espada fue alcanzado con un corte en la palma de la mano que sostenía la espada hasta el antebrazo derecho completo cortando verticalmente y dejando un charco mas de sangre. Ambos se cubrían sus heridas, estaban parejos, y lo sabían, para aquella bestia era un corte fuerte pero no para no poder movilizar su brazo, en cambio para Alex era un daño que le llevaría tiempo sanar, aunque lo podría mover con dolor al hacerlo. El hombre bestia comenzó a enfurecerse mas, dando la sensación de que se hacia mas fuerte al mismo tiempo que elevaba la voz con un grito. Alexander no podía entender lo que sucedía y dejándose llevar inclinaba la cabeza completamente confundido, los hombres que les daban espacio anteriormente se alejaban temerosos y los hombres bestia parecían preocupados o angustiados, cosa que intrigaba mucho mas al joven Alex.
Los ojos de aquella bestia se tornaron blancos- El amo Driskóll no sera vencido por un puñado de piratas mediocres.- Comienza a reír ruidosamente...
-¡Vaya!- Saco el viejo pañuelo anti mordidas de vampiro guardado en la bolsa de la parte superior del saco- Eres increíblemente fuerte- Lo elevo hasta la herida en el brazo para comenzar a amarrarlo- Pero, y desgraciadamente para ti - Termino de hacer el ultimo nudo con fuerza soportando el pequeño dolor que causaba apretarlo - No soy un pirata.- Marca una enorme sonrisa serrando ambos ojos de forma amigable para quien lo observe. Esto fue una humillación para el león, quien gritaba listo para pelear. Todo el mundo estaba en sus asuntos, los únicos que existían ahí en ese momento eramos mi amigo el gato gigante y yo, incluso el sonido de los cañones estaba mudo para mi, aunque ahí estuviesen, no podía evitar sentir un dolor en el pecho, como si mi propia mano lo estuviera estrujando, algo no andaba bien.
Valknut
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Re: Donde el sol no llega [cerrado]
- ¡Alex!- Ciega como corría, evitando por los pelos chocarme contra los hombres que peleaban entre sí y de sus horrendas armas, recibía muchas veces golpes y pisotones que no eran destinados a mí, “daño colateral”. El campo de batalla no era para que jugara una niña, muchos me lo habían gritado mientras dedicaban apenas unos segundos que podrían ser vitales en alertarme. A Ury no le importaba recibir golpes, mi cuerpo se había acostumbrado al dolor. Ury solamente quería encontrar a su príncipe espía para largarse de ahí. Mi vestido blanco de algodón ahora parecía un óleo decorativo, con manchas de sangre, óxido, mugre, aceites y cosas que ni siquiera podía reconocer. -AAAAAllllleeeeexxxx- me tomé un respiro. Apoyé las manos en mis rodillas para recuperar el aliento, había cubierto una distancia considerable y nada.
-Probablemente quién buscas esté muerto hou hou, pero no te preocupes. Te reunirás con él
Estaba demasiado cansada como para temblar y no pude cerrar los ojos. No había tiempo para escapar, era mi fin. El humano malvado que tenía su hacha sobre mi cabeza, fue cubierto por una sombra y cayó pesadamente al suelo, como un muñeco sin vida. Un charco de sangre comenzó a brotar de su cabeza.
-No dejes que me arrepienta. Vive para contar lo que estás viendo
La voz del salvador anónimo quedó atrás mientras corría a lo que me daban mis patitas para poner distancia entre ese lugar y mi cuerpecito. Pero no tardé demasiado en volver a ser capturada. Esta vez por una persona increíblemente fuerte. Me tomó por los tentáculos y me levantó en el aire para luego meterme bajo su peludo brazo. Era uno de esos hombres lobo, pero en versión mujer. -Iada iada, nooo, déjame- me quejé, ejerciendo una presión casi inexistente en su poderoso brazo. Patear no servía de nada, y la mitad de mis tentáculos estaban atrapados bajo la axila de ese predador gigante. -Iaaaaaa ayuda ¡Alex!- volví a gritar, pero mi voz se apagaba en el fragor de la batalla en lo que continuábamos hacia un lado que no había explorado.
No sabía qué estaba pensando esa mujer en dos patas, pero me hacía una muy buena idea, viendo más detenidamente restos de peces y evidencias de que gustaba de los frutos del mar. Probablemente me había visto como una reserva andante de calamar. Junté aire en mis pulmones para volver a gritar, pero en el fondo sabía que no me serviría de nada. Entonces las lágrimas comenzaron a bajar. El que Alex hubiese muerto era mi culpa, sólo mi culpa. Alex, el príncipe espía no volvería jamás. Estaba donde mama y Laureen. En un lugar lejano, junto a las estrellas donde nos miraban e iluminaban, pero a donde yo no podría llegar jamás. Porque Ury era una niña bestia, condenada a vivir y morir sobre la tierra. Mis restos volverían al mar y serían devorados por gusanos, el alma de Ury estaba condenada, lo había escuchado a los reverendos mientras se hacían la señal de la cruz, apartándome con su pesada biblia.
-Ulareena
La imperturbable voz de Bud era tan clara como un cielo de verano, abrazándome con su calor. Las bestias se pusieron a pelear, mi amigo orca estaba en desventaja, puesto que no quería herirme. Los intercambios entre los grandes no cesaban, cada vez eran peores cuando sentí que mi carne se desgarraba. -Aaaaaaaaiiiiiiiii- chillé, viendo con asombro como una bestia oscura parecía querer robarme de la mujer lobo. Mi hombro me sangraba, el tirón que había recibido y la distracción que esto causó a la mujer secuestradora, hizo que Bud tuviera la delantera. La bestia horrible se lamía las garras, como degustando mi sangre. Patalee cuanto pude intentando liberarme, pero no fue posible. Sabía que la próxima vez perecería. Sus ojos estaban tentados por la sangre, quería comerme ¡ese sí quería comerme, ahí y en ese momento!
-Esa es nuestra mujer en crecimiento
El cuerpo inerte de la figura malosa cayó al suelo con una espada atravesándole la panza.
-¿Ves? Sabía que eres de mala suerte
Era el marino que me había salvado de caer al vacío. El mismo que me convenciera de subir al otro barco, el hombre que me había vuelto a salvar. Me hizo un guiño y ahora no podía parar de hipar, estaba emocionada de encontrar a mis amigos. Entre los dos ultimaron a la licántropo y ambas caímos al suelo, su pesado cuerpo se desplomó sobe una de mis patitas, lo que me dejó temporalmente coja.
-Llévatela
Miré con los ojos calamarmente gigantes, no podíamos separarnos, pero al parecer no había vuelta atrás, por sus expresiones sabía que ellos tenían su propia misión y decidí no interferir. De todas formas todo estaba perdido para mí.
-Musa de la mala fortuna, no llores, aunque yo te esté llevando, no me puede pasar nada malo
No comprendí lo que el marino trataba de decirme, ¿era un intento de consolarme?
-¿Cómo es tu príncipe espía? Supongo que tiene que ser especial si tanto le quieres. ¿Va vestido de negro y no se ve su rostro?
Me sequé un jojito que todavía estaba lloroso y miré su rostro con atención por primera vez desde que me rescatara, parecía estar sufriendo. -¿Te lastimaron?- pregunté apretando inconscientemente mi manita contra mi propia herida.
-Responde
Su voz parecía constreñida, le costaba respirar.
-Si, Alex va vestido de negro, tiene una máscara calamavillosa y tiene un arco… y…
Sonrió, era la primera vez que lo veía sonreír. Así que sentí que mi boca le copiaba el gesto.
-Mira, ahí está. Ya puedes incordiarlo con tu voz chillona
Me dejó en el suelo y busqué mirando hacia todos lados. Entonces vi bien vivito a mi querido príncipe -Gracias- pero el marino había desaparecido. Agarrando fuertemente mi hombro caminé rápidamente hacia mi amigo quién parecía estar enfrascado en una batalla por su vida. Frente a mí había una columna de humo saliendo de un pozo que probablemente había sido hecho por una explosión. Por eso, no vi el oponente de mi príncipe arbóreo, pero él si me vio a mí.
-¿Cómo es que no mueres?
Peguntó y sentí que algo muy malo estaba a punto de pasar.
Off: Tienes permiso para hacerle meta a Ury, no e va a querer despegar de ti a no ser que la obligues fisicamente
-Probablemente quién buscas esté muerto hou hou, pero no te preocupes. Te reunirás con él
Estaba demasiado cansada como para temblar y no pude cerrar los ojos. No había tiempo para escapar, era mi fin. El humano malvado que tenía su hacha sobre mi cabeza, fue cubierto por una sombra y cayó pesadamente al suelo, como un muñeco sin vida. Un charco de sangre comenzó a brotar de su cabeza.
-No dejes que me arrepienta. Vive para contar lo que estás viendo
La voz del salvador anónimo quedó atrás mientras corría a lo que me daban mis patitas para poner distancia entre ese lugar y mi cuerpecito. Pero no tardé demasiado en volver a ser capturada. Esta vez por una persona increíblemente fuerte. Me tomó por los tentáculos y me levantó en el aire para luego meterme bajo su peludo brazo. Era uno de esos hombres lobo, pero en versión mujer. -Iada iada, nooo, déjame- me quejé, ejerciendo una presión casi inexistente en su poderoso brazo. Patear no servía de nada, y la mitad de mis tentáculos estaban atrapados bajo la axila de ese predador gigante. -Iaaaaaa ayuda ¡Alex!- volví a gritar, pero mi voz se apagaba en el fragor de la batalla en lo que continuábamos hacia un lado que no había explorado.
No sabía qué estaba pensando esa mujer en dos patas, pero me hacía una muy buena idea, viendo más detenidamente restos de peces y evidencias de que gustaba de los frutos del mar. Probablemente me había visto como una reserva andante de calamar. Junté aire en mis pulmones para volver a gritar, pero en el fondo sabía que no me serviría de nada. Entonces las lágrimas comenzaron a bajar. El que Alex hubiese muerto era mi culpa, sólo mi culpa. Alex, el príncipe espía no volvería jamás. Estaba donde mama y Laureen. En un lugar lejano, junto a las estrellas donde nos miraban e iluminaban, pero a donde yo no podría llegar jamás. Porque Ury era una niña bestia, condenada a vivir y morir sobre la tierra. Mis restos volverían al mar y serían devorados por gusanos, el alma de Ury estaba condenada, lo había escuchado a los reverendos mientras se hacían la señal de la cruz, apartándome con su pesada biblia.
-Ulareena
La imperturbable voz de Bud era tan clara como un cielo de verano, abrazándome con su calor. Las bestias se pusieron a pelear, mi amigo orca estaba en desventaja, puesto que no quería herirme. Los intercambios entre los grandes no cesaban, cada vez eran peores cuando sentí que mi carne se desgarraba. -Aaaaaaaaiiiiiiiii- chillé, viendo con asombro como una bestia oscura parecía querer robarme de la mujer lobo. Mi hombro me sangraba, el tirón que había recibido y la distracción que esto causó a la mujer secuestradora, hizo que Bud tuviera la delantera. La bestia horrible se lamía las garras, como degustando mi sangre. Patalee cuanto pude intentando liberarme, pero no fue posible. Sabía que la próxima vez perecería. Sus ojos estaban tentados por la sangre, quería comerme ¡ese sí quería comerme, ahí y en ese momento!
-Esa es nuestra mujer en crecimiento
El cuerpo inerte de la figura malosa cayó al suelo con una espada atravesándole la panza.
-¿Ves? Sabía que eres de mala suerte
Era el marino que me había salvado de caer al vacío. El mismo que me convenciera de subir al otro barco, el hombre que me había vuelto a salvar. Me hizo un guiño y ahora no podía parar de hipar, estaba emocionada de encontrar a mis amigos. Entre los dos ultimaron a la licántropo y ambas caímos al suelo, su pesado cuerpo se desplomó sobe una de mis patitas, lo que me dejó temporalmente coja.
-Llévatela
Miré con los ojos calamarmente gigantes, no podíamos separarnos, pero al parecer no había vuelta atrás, por sus expresiones sabía que ellos tenían su propia misión y decidí no interferir. De todas formas todo estaba perdido para mí.
-Musa de la mala fortuna, no llores, aunque yo te esté llevando, no me puede pasar nada malo
No comprendí lo que el marino trataba de decirme, ¿era un intento de consolarme?
-¿Cómo es tu príncipe espía? Supongo que tiene que ser especial si tanto le quieres. ¿Va vestido de negro y no se ve su rostro?
Me sequé un jojito que todavía estaba lloroso y miré su rostro con atención por primera vez desde que me rescatara, parecía estar sufriendo. -¿Te lastimaron?- pregunté apretando inconscientemente mi manita contra mi propia herida.
-Responde
Su voz parecía constreñida, le costaba respirar.
-Si, Alex va vestido de negro, tiene una máscara calamavillosa y tiene un arco… y…
Sonrió, era la primera vez que lo veía sonreír. Así que sentí que mi boca le copiaba el gesto.
-Mira, ahí está. Ya puedes incordiarlo con tu voz chillona
Me dejó en el suelo y busqué mirando hacia todos lados. Entonces vi bien vivito a mi querido príncipe -Gracias- pero el marino había desaparecido. Agarrando fuertemente mi hombro caminé rápidamente hacia mi amigo quién parecía estar enfrascado en una batalla por su vida. Frente a mí había una columna de humo saliendo de un pozo que probablemente había sido hecho por una explosión. Por eso, no vi el oponente de mi príncipe arbóreo, pero él si me vio a mí.
-¿Cómo es que no mueres?
Peguntó y sentí que algo muy malo estaba a punto de pasar.
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Ulareena Werner
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Re: Donde el sol no llega [cerrado]
Alexander perdía la concentración fácilmente durante su encuentro con la bestia de ojos despejados, sus ataques eran brutales y llegaban uno tras otro sin perder fuerza alguna entre cada golpe, todos y cada uno iban con la misma fuerza con la que lanzaría el primero. El brazo que anteriormente fue lastimado estaba ligeramente desequilibrado en comparación con el brazo izquierdo, lo que era una ventaja pues de ser zurdo ya abría sido vencido por la fuerza despiadada que tenia su brazo predominante. Apretar fuertemente la espada corta contra las garras del león era una de las cosas mas pesadas con las que habría lidiado el joven, el intercambio de miradas era nulo, al no saber lo que las miradas de aquel esbirro significaban pondría al muchacho en una intimidación leve que seguiría causando desconcentración durante la batalla, la fuerza que pondría en el recibimiento de cada ataque serian soportados solo por el único pensamiento y deseo de ver el futuro, una masacre de personas en un mismo lugar no era la definición de una muerte digna para el muchacho.
Pelear contra un espíritu de lucha mas fuerte que el lo tenia en clara desventaja, una persona que no teme a la muerte y solo desea la de los demás es algo difícil de asimilar, no escuchaba o respondía a la señal de vida en otras personas, si alguno de sus compañeros le daba ánimos para dar clara su victoria este le insertaría sus garras en la cara, lo que nos dio mas espacio para pelear del que teníamos en un principio, inconscientemente sabia que ganaría aunque no le importaba, lo único que lo hacia feliz era el sufrimiento del joven, se le notaba en la sonrisa de oreja a oreja, los antiguos choques de fuerza que hacían eran ganados por el león mandando a volar a Alexander afortunadamente siendo atrapado por algunos hombres que lograban sujetarlo evitando la caída del joven al mismo tiempo de apartarlo de evidentes ataques por enemigos al quedar indefenso, lo único que podía hacer era pararse reincorporándose en pose de batalla, la riña entre aquel par de hombres se había extendido mas de lo debido después del aumento en la balanza de fuerza.
Una risa conocida y peculiar acompaña a la risa del despiadado león, Alexander voltea preocupado por todas partes deseando que lo que creyó escuchar no sea verdadero en medio de la batalla, con su rival jactándose de la situación sin poner atención alguna, una pequeña niña miraba al joven decaído y sangriento con preocupación y alegría al encontrar a su compañero, Alex sonríe al pasar por lo mismo para después tornar la felicidad en emociones encontradas peleando en su interior.
Un hombre de tez blanca y deslumbrante estaba parado detrás de ella con un paraguas que ocultaba su rostro y lo cubría de la lluvia de sangre que salpicaba a su alrededor, el joven sorprendido y asustado pregunto tratando de alzar su voz para ser escuchado por el individuo del que solo se alcanzaba a observar su confianzuda sonrisa, unas palpitaciones de corazón resonaban fuertemente en el pecho de Alexander.
-¿Como es que no mueres? *¿Por que estas aquí?*
Voltee al lado contrario esperando que la visión de aquel hombre desapareciera, la mirada del león era desconcertada, tratando de reducir el dolor en el pecho aprieto la palma izquierda sobre el mismo con intención de no pensar en absoluto. La visión de aquel hombre desapareció y en su lugar Ury venia a por mi desesperada con la mirada en preocupación, una sonrisa de nostalgia se me escapa mientras me levantaba del suelo, estaba bastante tranquilo de mi alrededor al saber que nadie me atacaría, una vez mas nadie existía para mi.
El león se acercaba lentamente hacia mi con una mirada seria o lo que suponía eso era, yo lo miraba con una sonrisa ocultada por las sombras, encontrar a mi compañera después de semanas y mucho dolor fue realmente reconfortante, pensar que ya no tenia que preocuparme por salvarla me causaba felicidad, ya la tenia cerca y eso me llenaba de confianza en mi propia fuerza. Ury se acercaba rápidamente hacia mi tomando con ella el resto de atención que me quedaba, pues al mismo tiempo que ella se acercaba, el despiadado león tambien lo hacia.
Un hombre intrépido se le interpuso en el camino haciendo que aquel león se tragase sus sucias palabras. Krait el pirata le detuvo el paso con su espada y una mirada temerosa, para cuando me había dado cuenta de esto Ury se me había adelantado al abrazo tomándome fuertemente por encima de los brazos dejando a ambos firmes pegados al torso haciendo que retrocediera por el choque, de todo el momento en el que me interpuse en la guerra había sido capaz de esquivar múltiples ataques con la concentración en lo que hacia, sin embargo ese pequeño lapso de tiempo fue aprovechado por otra persona. El pequeño extremo de una flecha sobresalía en el inferior del hombro derecho mientras que al voltear observaba a Krait cayendo al suelo con múltiples heridas, el flechazo había encajado perfecto en el descubrimiento de la derrota de mi querido amigo. El león venía por mi en ese pequeño tiempo que parecía congelado a pesar de no estarlo debido a las cosas que pasaron en un mismo momento, Ury estaba sorprendida y triste al verme atravesado por una flecha, al hacerse notorias las lagrimas en su pequeño rostro la empatía me robo una gota por igual.
Extendiendo el brazo izquierdo pude alejar y tranquilizar a Ury para que notara que me encontraba en un buen estado pese a la apariencia pues no paraba de aferrarse al brazo que extendía mientras el león se acercaba corriendo, el pensamiento de no hacer algo me llenaba de angustia ya que no quería perder a todos en un solo instante, al estar a un metro de distancia tuve que empujar a Ury con fuerza para que no quedara involucrada siendo yo el que volara por el golpe que afortunadamente era a puño cerrado de la bestia, no había sido lo suficientemente rápido para reaccionar ante el ataque pero me había quedado con la satisfacción de haber sido el único que recibiría el ataque. El cuerpo de Alexander encontró una pared a la orilla de la plaza que se craqueo al ser estrellada con tal fuerza, para el momento en el que el cuerpo de Alex termino de levantarse el león nuevamente se encontraba a corta distancia mientras se aproximaba a gran velocdad, quería terminar con la vida de aquel humano en desventaja, ahora se encontraba a cinco centímetros que dieron oportunidad de tomar la espada del suelo rápidamente, el muchacho levanto la espada del suelo mientras gritaba harto de lo que estaba pasando, con todas sus fuerzas lanzo un corte en vertical ascendente que sería bloqueado por las garras izquierdas del león quien confiado de su nueva fuerza reaccionaba sorprendido al ver dichas garras rompiéndose y dejando una pequeña grieta en la espada provocando un fuerte sonido de los hechos, el muchacho fue levantado del cuello y siendo mantenido ahí hasta que el curso de esto le hiciera perder la vida, los intentos de clavar la espada fueron en vano, pues al ser demasiado lentos el león solo sentía pena por el, con esto salio de su forma malévola terminando con una risa demente.
-¿Necesitas una lima de uñas mi peludo amigo?- Escupiendo sangre y sonriendo mientras desperdiciaba el aire que le quedaba
Al ser alzado podía observar como Ury corría en mi ayuda, pero no podía dejar que esto sucediera, de lo contrario seria llevada conmigo en mi muerte a manos de el hombre bestia, con la espada en el suelo solo quedaba una pequeña salida. Con la mano derecha me sostenía del brazo del león mientras que con la mano izquierda sacaba la flecha terminando de pasarla por mi cuerpo y tiñéndola de sangre, aquella bestia ya no tenia la fuerza de antes, al sacar la flecha completamente la mano derecha se soltó del ahorcamiento rápidamente mientras la izquierda se adelantaba con la flecha sobresaliendo al otro extremo del cuello y dejándome libre de las garras de la bestia. Me encontraba en el suelo recobrando el aire a su normalidad mientras veía como Ury se acercaba corriendo, de un momento a otro nadie hablaba o decía palabra, creí que esto era debido a que no les prestaba atención, pero no era así. Todos observaban el cuerpo del temible León reposando en el suelo con la herida mortal causada por aquel humano en el suelo tratando de recobrar el aire, pues aquella bestia parecía ser el líder que comandaba a los hombres bestia del ejercito de Driskóll.
Todos y cada uno de los humanos y esclavos que habían tenido una miserable vida en aquel lugar gritaban emocionados mientras que las bestias enemigas tenían la moral por los suelos.
Pelear contra un espíritu de lucha mas fuerte que el lo tenia en clara desventaja, una persona que no teme a la muerte y solo desea la de los demás es algo difícil de asimilar, no escuchaba o respondía a la señal de vida en otras personas, si alguno de sus compañeros le daba ánimos para dar clara su victoria este le insertaría sus garras en la cara, lo que nos dio mas espacio para pelear del que teníamos en un principio, inconscientemente sabia que ganaría aunque no le importaba, lo único que lo hacia feliz era el sufrimiento del joven, se le notaba en la sonrisa de oreja a oreja, los antiguos choques de fuerza que hacían eran ganados por el león mandando a volar a Alexander afortunadamente siendo atrapado por algunos hombres que lograban sujetarlo evitando la caída del joven al mismo tiempo de apartarlo de evidentes ataques por enemigos al quedar indefenso, lo único que podía hacer era pararse reincorporándose en pose de batalla, la riña entre aquel par de hombres se había extendido mas de lo debido después del aumento en la balanza de fuerza.
Una risa conocida y peculiar acompaña a la risa del despiadado león, Alexander voltea preocupado por todas partes deseando que lo que creyó escuchar no sea verdadero en medio de la batalla, con su rival jactándose de la situación sin poner atención alguna, una pequeña niña miraba al joven decaído y sangriento con preocupación y alegría al encontrar a su compañero, Alex sonríe al pasar por lo mismo para después tornar la felicidad en emociones encontradas peleando en su interior.
Un hombre de tez blanca y deslumbrante estaba parado detrás de ella con un paraguas que ocultaba su rostro y lo cubría de la lluvia de sangre que salpicaba a su alrededor, el joven sorprendido y asustado pregunto tratando de alzar su voz para ser escuchado por el individuo del que solo se alcanzaba a observar su confianzuda sonrisa, unas palpitaciones de corazón resonaban fuertemente en el pecho de Alexander.
-¿Como es que no mueres? *¿Por que estas aquí?*
Voltee al lado contrario esperando que la visión de aquel hombre desapareciera, la mirada del león era desconcertada, tratando de reducir el dolor en el pecho aprieto la palma izquierda sobre el mismo con intención de no pensar en absoluto. La visión de aquel hombre desapareció y en su lugar Ury venia a por mi desesperada con la mirada en preocupación, una sonrisa de nostalgia se me escapa mientras me levantaba del suelo, estaba bastante tranquilo de mi alrededor al saber que nadie me atacaría, una vez mas nadie existía para mi.
El león se acercaba lentamente hacia mi con una mirada seria o lo que suponía eso era, yo lo miraba con una sonrisa ocultada por las sombras, encontrar a mi compañera después de semanas y mucho dolor fue realmente reconfortante, pensar que ya no tenia que preocuparme por salvarla me causaba felicidad, ya la tenia cerca y eso me llenaba de confianza en mi propia fuerza. Ury se acercaba rápidamente hacia mi tomando con ella el resto de atención que me quedaba, pues al mismo tiempo que ella se acercaba, el despiadado león tambien lo hacia.
Un hombre intrépido se le interpuso en el camino haciendo que aquel león se tragase sus sucias palabras. Krait el pirata le detuvo el paso con su espada y una mirada temerosa, para cuando me había dado cuenta de esto Ury se me había adelantado al abrazo tomándome fuertemente por encima de los brazos dejando a ambos firmes pegados al torso haciendo que retrocediera por el choque, de todo el momento en el que me interpuse en la guerra había sido capaz de esquivar múltiples ataques con la concentración en lo que hacia, sin embargo ese pequeño lapso de tiempo fue aprovechado por otra persona. El pequeño extremo de una flecha sobresalía en el inferior del hombro derecho mientras que al voltear observaba a Krait cayendo al suelo con múltiples heridas, el flechazo había encajado perfecto en el descubrimiento de la derrota de mi querido amigo. El león venía por mi en ese pequeño tiempo que parecía congelado a pesar de no estarlo debido a las cosas que pasaron en un mismo momento, Ury estaba sorprendida y triste al verme atravesado por una flecha, al hacerse notorias las lagrimas en su pequeño rostro la empatía me robo una gota por igual.
Extendiendo el brazo izquierdo pude alejar y tranquilizar a Ury para que notara que me encontraba en un buen estado pese a la apariencia pues no paraba de aferrarse al brazo que extendía mientras el león se acercaba corriendo, el pensamiento de no hacer algo me llenaba de angustia ya que no quería perder a todos en un solo instante, al estar a un metro de distancia tuve que empujar a Ury con fuerza para que no quedara involucrada siendo yo el que volara por el golpe que afortunadamente era a puño cerrado de la bestia, no había sido lo suficientemente rápido para reaccionar ante el ataque pero me había quedado con la satisfacción de haber sido el único que recibiría el ataque. El cuerpo de Alexander encontró una pared a la orilla de la plaza que se craqueo al ser estrellada con tal fuerza, para el momento en el que el cuerpo de Alex termino de levantarse el león nuevamente se encontraba a corta distancia mientras se aproximaba a gran velocdad, quería terminar con la vida de aquel humano en desventaja, ahora se encontraba a cinco centímetros que dieron oportunidad de tomar la espada del suelo rápidamente, el muchacho levanto la espada del suelo mientras gritaba harto de lo que estaba pasando, con todas sus fuerzas lanzo un corte en vertical ascendente que sería bloqueado por las garras izquierdas del león quien confiado de su nueva fuerza reaccionaba sorprendido al ver dichas garras rompiéndose y dejando una pequeña grieta en la espada provocando un fuerte sonido de los hechos, el muchacho fue levantado del cuello y siendo mantenido ahí hasta que el curso de esto le hiciera perder la vida, los intentos de clavar la espada fueron en vano, pues al ser demasiado lentos el león solo sentía pena por el, con esto salio de su forma malévola terminando con una risa demente.
-¿Necesitas una lima de uñas mi peludo amigo?- Escupiendo sangre y sonriendo mientras desperdiciaba el aire que le quedaba
Al ser alzado podía observar como Ury corría en mi ayuda, pero no podía dejar que esto sucediera, de lo contrario seria llevada conmigo en mi muerte a manos de el hombre bestia, con la espada en el suelo solo quedaba una pequeña salida. Con la mano derecha me sostenía del brazo del león mientras que con la mano izquierda sacaba la flecha terminando de pasarla por mi cuerpo y tiñéndola de sangre, aquella bestia ya no tenia la fuerza de antes, al sacar la flecha completamente la mano derecha se soltó del ahorcamiento rápidamente mientras la izquierda se adelantaba con la flecha sobresaliendo al otro extremo del cuello y dejándome libre de las garras de la bestia. Me encontraba en el suelo recobrando el aire a su normalidad mientras veía como Ury se acercaba corriendo, de un momento a otro nadie hablaba o decía palabra, creí que esto era debido a que no les prestaba atención, pero no era así. Todos observaban el cuerpo del temible León reposando en el suelo con la herida mortal causada por aquel humano en el suelo tratando de recobrar el aire, pues aquella bestia parecía ser el líder que comandaba a los hombres bestia del ejercito de Driskóll.
Todos y cada uno de los humanos y esclavos que habían tenido una miserable vida en aquel lugar gritaban emocionados mientras que las bestias enemigas tenían la moral por los suelos.
Valknut
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Re: Donde el sol no llega [cerrado]
Mi príncipe arbóreo estaba en problemas, pero tenía amigos, buenos amigos. Corrí hacia sus brazos y me apretujé a él con toda la fuerza que tenía en mi cuerpo, tratando de ignorar mis nanas como una niña grande. La patita me dolía y también mi hombro, pero mi Alex estaba peor, parecía que ese león feo lo había querido hacer filetes a la parrilla. -¡Alex!- tentacularmente las lágrimas cangrejosas caían a borbollones por mi rostro, no podía ver más allá de su cristalosa cortina, era como si volviera a estar en la habitación de Martillo, nada más que más mejor. Quería decirle tantas cosas al príncipe espía, que me alegraba que estaba bien, que había llegado a pensar que había muerto, que tenía miedo de la gente mala, que le había extrañad o que… ¡ahí venía el león! Mi boca se abrió en una “O” gigante mientras sentía como Alex se interponía entre el fiero ataque del hombre bestia, lanzándome lejos.
Me tapé los ojos y los oídos cuando escuché el “crack” de algo que se rompía. Las piernas me temblaban y caí de rodillas al suelo, sin ser capaz de levantar mi rostro para ver a Alex. Si había sobrevivido hasta ahora, tal vez era porque Ury estaba lejos, porque no había sido capaz de pasarle mi mala suerte de mujer en crecimiento. Pero ahora Ury estaba con él, Ury no podía no apoyar a Alex, incluso cuando hubieran posibilidades de que el Leon muriera si Ury se ponía de su lado, pero Ury no tenía el coraje. Ury sólo quería estar en casa con Laureen, tomando sol al otro lado del mar, detrás del cristal de su ventana, sintiendo el regazo cálido de su abuela y sus dedos arrugaditos enredados en su cabello. Pero Laureen le había dicho a Ury, se lo dijo claramente “cuando llegue el momento se valiente” y esa palabra se repetía cada vez con más fuerza en mi cabecita. Apagando los ruidos y los gritos y todo… bajé mis extremidades y las apoyé en el piso. Levanté mis ojos.
Alexander estaba siendo muy valiente. Sus ojos parecían la de los marinos del puerto que estaban a punto de ganar una batalla, de esos que tienen su propia estrategia, pero su voz… el cuerpo de mi príncipe no era tan fuerte como el de las personas bestia. Inflé mis cachetes y corrí hacia el hombre león malo que quería matar a mi príncipe humano. ¡No se lo perdonaría! ¡Ury no tendría piedad! Pero no estaba preparada para ver lo que mi Alex estaba a punto de hacer. Mi resolución tambaleó por unos instantes y entreparé un poco, lo necesario para ver sufrir más a mi enmascarado y cómo le daba fin a la vida de su enemigo. Cuando ambos estuvieron en el suelo volví a abrazarle, creía que ya se me habían secado las lágrimas, pero las muy traidoras seguían allí, nublándome la vista. No sabía dónde no tocar porque él parecía muy herido, pero no podía dejar de estar en contacto con él. -Mi calamavilloso Alex-. Algo no estaba bien, levanté la vista y fui testigo de la forma en la que todos nos miraban. Sentí que me sonrojaba -Todos nos miran- dije en secreto tratando de ayudarle a incorporarse.
La mole de Bud apareció entonces, haciéndose paso con ese cuerpazo que tenía.
-Tenemos que irnos. Ahora
El hombre orca no solía ser tan apremiante. Asentí una vez.
-Alex, mis amigos calamavillosos nos llevarán de regreso. No te preocupes, pagarán por lo que hicieron
Miré a Bud con ojos suplicantes
-Buuuuud…
El hombre bestia se puso frente al humano para extenderle su ayuda y con el otro brazo me subió a su pescuezo. A esas alturas nadie cuerdo se ponía en nuestro camino. Una pena que no estuviesen huyendo en algunos barcos que intentaban poner distancia entre el “Sin Nombre” y nosotros.
-¿Y el marino escudo?
Orca negó con la cabeza.
Off: Si quieres ¿roleamos el regreso al puerto? En este hilo o retomamos el que dejamos atrás, como tu quieras
Me tapé los ojos y los oídos cuando escuché el “crack” de algo que se rompía. Las piernas me temblaban y caí de rodillas al suelo, sin ser capaz de levantar mi rostro para ver a Alex. Si había sobrevivido hasta ahora, tal vez era porque Ury estaba lejos, porque no había sido capaz de pasarle mi mala suerte de mujer en crecimiento. Pero ahora Ury estaba con él, Ury no podía no apoyar a Alex, incluso cuando hubieran posibilidades de que el Leon muriera si Ury se ponía de su lado, pero Ury no tenía el coraje. Ury sólo quería estar en casa con Laureen, tomando sol al otro lado del mar, detrás del cristal de su ventana, sintiendo el regazo cálido de su abuela y sus dedos arrugaditos enredados en su cabello. Pero Laureen le había dicho a Ury, se lo dijo claramente “cuando llegue el momento se valiente” y esa palabra se repetía cada vez con más fuerza en mi cabecita. Apagando los ruidos y los gritos y todo… bajé mis extremidades y las apoyé en el piso. Levanté mis ojos.
Alexander estaba siendo muy valiente. Sus ojos parecían la de los marinos del puerto que estaban a punto de ganar una batalla, de esos que tienen su propia estrategia, pero su voz… el cuerpo de mi príncipe no era tan fuerte como el de las personas bestia. Inflé mis cachetes y corrí hacia el hombre león malo que quería matar a mi príncipe humano. ¡No se lo perdonaría! ¡Ury no tendría piedad! Pero no estaba preparada para ver lo que mi Alex estaba a punto de hacer. Mi resolución tambaleó por unos instantes y entreparé un poco, lo necesario para ver sufrir más a mi enmascarado y cómo le daba fin a la vida de su enemigo. Cuando ambos estuvieron en el suelo volví a abrazarle, creía que ya se me habían secado las lágrimas, pero las muy traidoras seguían allí, nublándome la vista. No sabía dónde no tocar porque él parecía muy herido, pero no podía dejar de estar en contacto con él. -Mi calamavilloso Alex-. Algo no estaba bien, levanté la vista y fui testigo de la forma en la que todos nos miraban. Sentí que me sonrojaba -Todos nos miran- dije en secreto tratando de ayudarle a incorporarse.
La mole de Bud apareció entonces, haciéndose paso con ese cuerpazo que tenía.
-Tenemos que irnos. Ahora
El hombre orca no solía ser tan apremiante. Asentí una vez.
-Alex, mis amigos calamavillosos nos llevarán de regreso. No te preocupes, pagarán por lo que hicieron
Miré a Bud con ojos suplicantes
-Buuuuud…
El hombre bestia se puso frente al humano para extenderle su ayuda y con el otro brazo me subió a su pescuezo. A esas alturas nadie cuerdo se ponía en nuestro camino. Una pena que no estuviesen huyendo en algunos barcos que intentaban poner distancia entre el “Sin Nombre” y nosotros.
-¿Y el marino escudo?
Orca negó con la cabeza.
Off: Si quieres ¿roleamos el regreso al puerto? En este hilo o retomamos el que dejamos atrás, como tu quieras
Ulareena Werner
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Re: Donde el sol no llega [cerrado]
Sentí un peso extraordinario en mi cuerpo, se sentía como haber corrido con todas las fuerzas del mundo y ser detenido por una simple pared en el camino, me sentía completamente paralizado con la única excepción de que los pulmones seguían funcionando, como si tuviese que levantar un gran objeto colgando en cada extremidad para poder molerla, me sentí impotente y luego llego Ury. El enorme abrazo que rodeaba mi cuerpo nuevamente provoco el surgimiento de un pequeño quejido sin voz fue apagado rápidamente, pues de todo el daño que me había llevado esa pelea un pequeño apretón sería tolerable.
El ambiente estaba un poco apagado, extendía mi brazo para tomar la espada y guardarla escuchando lo que Ury tenía que decir.
-Jajaja, no te preocupes, yo les haré frente- Reía en voz baja notando la timidez de la pequeña mientras intentaba inútilmente levantarme hasta recibir la ayuda de Ury que me sostenía a su altura soportando mi peso haciéndose notable la presencia de uno de sus amigos que ciertamente me tomaría desprevenido, era tal su apariencia que agradecía no tener que desenvainar la espada una vez mas.
Aquel hombre bestia al que le llamaban "Bud" me ofrecía su ayuda extendiendo su brazo al cual tome sin dudarlo pero utilizaría aprovechando la situación para un motivo diferente
-Gracias por el apoyo, cuentas con mi entera gratitud...Mi nombre es Alexander.- Al haber recordado algo tomo el brazo de aquella persona para simplemente presentarse mostrando sus modales, después de esto tomaba una de las espadas que se encontraban en el suelo del lugar usándola como bastón y tan rápido como su cuerpo le permitía, acercarse a donde había visto a Krait por ultima vez.
Mientras mas caminaba acelerándose por el ultimo recuerdo de aquel hombre, Alex comenzaba a nublarse de sus sentidos, no había mucha gente para ese momento pero no perdía la ubicación del cuerpo que lo tomo por completa sorpresa al desaparecer. Alexander no sabia al cien por ciento si Krait había muerto, pero al buscarle desesperadamente con la mirada llego a encontrar su espalda en movimiento, un hombre le ayudaba a caminar alejándose de aquella batalla mientras alzaba el brazo para despedirse de Alex quien alegre de la buena noticia caía inconsciente al suelo tras todo el cansancio acumulado.
Off: Claro por que no, suena genial, mmm, interesante pregunta, pues no nos tomaría muchos turnos llegar al puerto (a no ser que tengas algo planeado xd ) supongo que usamos este hasta salir del "Sin Nombre" y regresamos al que dejamos en el puerto : D
El ambiente estaba un poco apagado, extendía mi brazo para tomar la espada y guardarla escuchando lo que Ury tenía que decir.
-Jajaja, no te preocupes, yo les haré frente- Reía en voz baja notando la timidez de la pequeña mientras intentaba inútilmente levantarme hasta recibir la ayuda de Ury que me sostenía a su altura soportando mi peso haciéndose notable la presencia de uno de sus amigos que ciertamente me tomaría desprevenido, era tal su apariencia que agradecía no tener que desenvainar la espada una vez mas.
Aquel hombre bestia al que le llamaban "Bud" me ofrecía su ayuda extendiendo su brazo al cual tome sin dudarlo pero utilizaría aprovechando la situación para un motivo diferente
-Gracias por el apoyo, cuentas con mi entera gratitud...Mi nombre es Alexander.- Al haber recordado algo tomo el brazo de aquella persona para simplemente presentarse mostrando sus modales, después de esto tomaba una de las espadas que se encontraban en el suelo del lugar usándola como bastón y tan rápido como su cuerpo le permitía, acercarse a donde había visto a Krait por ultima vez.
Mientras mas caminaba acelerándose por el ultimo recuerdo de aquel hombre, Alex comenzaba a nublarse de sus sentidos, no había mucha gente para ese momento pero no perdía la ubicación del cuerpo que lo tomo por completa sorpresa al desaparecer. Alexander no sabia al cien por ciento si Krait había muerto, pero al buscarle desesperadamente con la mirada llego a encontrar su espalda en movimiento, un hombre le ayudaba a caminar alejándose de aquella batalla mientras alzaba el brazo para despedirse de Alex quien alegre de la buena noticia caía inconsciente al suelo tras todo el cansancio acumulado.
Off: Claro por que no, suena genial, mmm, interesante pregunta, pues no nos tomaría muchos turnos llegar al puerto (a no ser que tengas algo planeado xd ) supongo que usamos este hasta salir del "Sin Nombre" y regresamos al que dejamos en el puerto : D
Valknut
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Re: Donde el sol no llega [cerrado]
Ury no dijo nada… no podía decir nada. Mi amigo Alex estaba terrible, y aunque no podía ver su rostro por la máscara, notaba en las partes donde le veía la piel que estaba pálido… tanto como Laureen en su cama o como la niña calamar antes de perderse en las oscuras aguas del mar. Desde su cuello dirigí a Bud para que le siguiese, no sabía en qué estaba pensando, pero si era necesario, le pediría a mi ballenoso amigo que se lo llevase a la fuerza. El tiempo se agotaba y Bud me lo hizo notar (muy fuera de su carácter) más de una vez, estábamos en medio de una discusión, cuando vimos a varios metros de distancia, cómo se desplomaba Alex.
* * *
Estaba con todas mis extremidades cruzadas, sentada en una silla frente a mi príncipe. Hacía más de un día que habíamos dejado atrás al “Sin nombre”. El capitán Martillo no me quería en cubierta. No sabía por qué, pero intuía que esos se traían algo entre manos. Si no estuviese tan preocupada de mi Alex, ya hubiese ido a investigar y probablemente le hubiese dado sus merecidas pataditas a todos (porque parecían estar todos de acuerdo en aislarnos allí). Por ese motivo, miraba profundamente a mi príncipe dormir, tenía cara de mala porque B no dejaba de taketearme para hacer que le mirara. Le escuchaba muy bien ¿cuántos años tenía? ¿cinco? Pero estaba bajo la ley de hielo, él y todos. Todos menos Alex. Cada vez que él se movía, yo corría a su lado. ¿Cuántas veces habían sido ya? Dejé escapar el aire y volví a mi lugar, cojeando.
B quería que volviera a mi cama, después de lo del Sin Nombre mi habitación estaba en un rincón del cuarto del Capitán (porque ahora habían más niños y no debíamos dormir todos juntos) ¡patrañas! Todos conocerían mi lado cangrejil o ¿qué? ¿se creían que porque era niña valía la mitad que ellos?. Si ese cangrejo rojo seguía con su tak tak iba a despertar a mi humano, así que le miré con mi cara de perro enojón y respondí tajantemente -No quiero dormir. No quiero cambiarme de vendas. No me importa que mi vestido se haya secado. No quiero saber que tienen que decir lechero y chinchilla. No… ¿ah? ¿bastón? - me lo pensé, si tenía un bastón, no necesitaba una niñera todo el tiempo tras de mi -Sí, quiero el bastón. Y comida ¿o acaso ya puedo subir a cubierta y comer con los demás?-. Ese fue un golpe bajo. Sabía que B se preocupaba bien por mí, pero no quería que me molestaran. Quería cuidar de mi príncipe sola y en silencio para pensar sobre todas las cosas que habían ocurrido. El abuelo pagaría.
Aunque no me habían permitido estar mientras curaban a Alex, sabía que no solamente estaba con heridas frescas, sino que también lo habían torturado. Me acerqué lentamente a él y le acomodé las sábanas, enjuagué el paño de su frente y lo coloqué diligentemente. Mi espía era calamavillosamente guapo. Cuando creciera querría un marido como él puhpuhpuh.
* * *
Estábamos en peligro, podía sentirlo, Bud corría con el cuerpo de Alex mientras otros marinos hacían lo mismo, muchos corrían con gente herida, otros con personas tan débiles que no parecían personas. Eran muy pocos los que se quedaban, la mayoría, esbirros del abuelo festejando la huida de los revolucionarios, invasores, piratas y algún que otro prisionero. Después de sobrevivir tal ataque, todo les parecía poco. El Vengador nos espeaba. Ni bien estuvimos en él el barco zarpó mar adentro a toda vela. Las reparaciones se harían en el mar, porque según entendía estábamos lejos de la mano de Odín.
Parte de nuestra tripulación ya estaba curada (al menos con vendajes limpios) y los que recién llegábamos estábamos entre ayudar con el manejo del barco o ir con el doctor para ser atendidos, todo dependía de la gravedad de las heridas recibidas. Los revolucionarios eran hombres duros, difíciles de domar, difíciles de lastimar, lo que más fuerte tenían era su moral. Los cangrejos verdes esos habían hecho volar por los aires el Sin nombre con la mitad de la gente del abuelo dentro. Desde la distancia se veían las llamaradas y el humo negro arreciar desde un punto en cada vez más lejano del horizonte.
Alex había sido prioridad. Era el único que volvía sin conciencia. Después de bañarlo para encontrarle sus heridas (porque estaba demasiado lleno de sangre como para saber algo más de la raza de la que pertenecía) fue curado y puesto en una cama solitaria, reservada sólo para momentos de vida o muerte, y a pesar de que había sido llevado ahí porque era el único lugar no compartido y pacífico, no podía sacudirme la idea de que podía morir y dejarme otra vez sola. Todos me habían dicho que solo dormía, que ya no le pasaría más nada, que solamente necesitaba descansar, pero Ury no entendía de esas cosas, sólo esperaba que sus ojos café volvieran a abrirse y sonreírme como solían hacerlo.
* * *
Estaba con todas mis extremidades cruzadas, sentada en una silla frente a mi príncipe. Hacía más de un día que habíamos dejado atrás al “Sin nombre”. El capitán Martillo no me quería en cubierta. No sabía por qué, pero intuía que esos se traían algo entre manos. Si no estuviese tan preocupada de mi Alex, ya hubiese ido a investigar y probablemente le hubiese dado sus merecidas pataditas a todos (porque parecían estar todos de acuerdo en aislarnos allí). Por ese motivo, miraba profundamente a mi príncipe dormir, tenía cara de mala porque B no dejaba de taketearme para hacer que le mirara. Le escuchaba muy bien ¿cuántos años tenía? ¿cinco? Pero estaba bajo la ley de hielo, él y todos. Todos menos Alex. Cada vez que él se movía, yo corría a su lado. ¿Cuántas veces habían sido ya? Dejé escapar el aire y volví a mi lugar, cojeando.
B quería que volviera a mi cama, después de lo del Sin Nombre mi habitación estaba en un rincón del cuarto del Capitán (porque ahora habían más niños y no debíamos dormir todos juntos) ¡patrañas! Todos conocerían mi lado cangrejil o ¿qué? ¿se creían que porque era niña valía la mitad que ellos?. Si ese cangrejo rojo seguía con su tak tak iba a despertar a mi humano, así que le miré con mi cara de perro enojón y respondí tajantemente -No quiero dormir. No quiero cambiarme de vendas. No me importa que mi vestido se haya secado. No quiero saber que tienen que decir lechero y chinchilla. No… ¿ah? ¿bastón? - me lo pensé, si tenía un bastón, no necesitaba una niñera todo el tiempo tras de mi -Sí, quiero el bastón. Y comida ¿o acaso ya puedo subir a cubierta y comer con los demás?-. Ese fue un golpe bajo. Sabía que B se preocupaba bien por mí, pero no quería que me molestaran. Quería cuidar de mi príncipe sola y en silencio para pensar sobre todas las cosas que habían ocurrido. El abuelo pagaría.
Aunque no me habían permitido estar mientras curaban a Alex, sabía que no solamente estaba con heridas frescas, sino que también lo habían torturado. Me acerqué lentamente a él y le acomodé las sábanas, enjuagué el paño de su frente y lo coloqué diligentemente. Mi espía era calamavillosamente guapo. Cuando creciera querría un marido como él puhpuhpuh.
* * *
Estábamos en peligro, podía sentirlo, Bud corría con el cuerpo de Alex mientras otros marinos hacían lo mismo, muchos corrían con gente herida, otros con personas tan débiles que no parecían personas. Eran muy pocos los que se quedaban, la mayoría, esbirros del abuelo festejando la huida de los revolucionarios, invasores, piratas y algún que otro prisionero. Después de sobrevivir tal ataque, todo les parecía poco. El Vengador nos espeaba. Ni bien estuvimos en él el barco zarpó mar adentro a toda vela. Las reparaciones se harían en el mar, porque según entendía estábamos lejos de la mano de Odín.
Parte de nuestra tripulación ya estaba curada (al menos con vendajes limpios) y los que recién llegábamos estábamos entre ayudar con el manejo del barco o ir con el doctor para ser atendidos, todo dependía de la gravedad de las heridas recibidas. Los revolucionarios eran hombres duros, difíciles de domar, difíciles de lastimar, lo que más fuerte tenían era su moral. Los cangrejos verdes esos habían hecho volar por los aires el Sin nombre con la mitad de la gente del abuelo dentro. Desde la distancia se veían las llamaradas y el humo negro arreciar desde un punto en cada vez más lejano del horizonte.
Alex había sido prioridad. Era el único que volvía sin conciencia. Después de bañarlo para encontrarle sus heridas (porque estaba demasiado lleno de sangre como para saber algo más de la raza de la que pertenecía) fue curado y puesto en una cama solitaria, reservada sólo para momentos de vida o muerte, y a pesar de que había sido llevado ahí porque era el único lugar no compartido y pacífico, no podía sacudirme la idea de que podía morir y dejarme otra vez sola. Todos me habían dicho que solo dormía, que ya no le pasaría más nada, que solamente necesitaba descansar, pero Ury no entendía de esas cosas, sólo esperaba que sus ojos café volvieran a abrirse y sonreírme como solían hacerlo.
Ulareena Werner
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Re: Donde el sol no llega [cerrado]
Descansaba con tranquilidad, la larga jornada de altibajos había terminado y una paz abundaba los pensamientos de aquel joven reposando, de vez en cuando sentía un molesto dolor en sus heridas sin poder reaccionar al respecto, su mente lo había alejado de su cuerpo para optimizar la recuperación en el cuerpo de Alexander, quien no parecía alterado al estar rodeado de obscuridad limitandose a cruzar ambas piernas cerrando los ojos. el lugar en el que se encontraba tenia todo aspecto que era apreciado al realizar meditación, acción que no gustaba del joven Añexander pero tenia que dominar en el momento, pues ayudaría en casos como el que estaba viviendo.
Tomando un descanso de la tranquilidad y reconociendo su vestimenta con el tacto pudo notar que le habían cambiado su anterior traje y removido la mascara, se distinguía de entre aquellas texturas lo áspero que caracterizaban los vendajes al rededor de su cuerpo, una gran parte se podía sentir húmeda tras pasar los dedos detectando el olor a sangre.
En aquel espacio probablemente infinito pequeños susurros eran pronunciados, pequeños e indetectables, algunos graves, otros agudos pero todos y cada uno indescifrables, esto sería lo único de lo que tendría control su mente pues la gravedad en sus heridas había bajado, el tiempo hacia la ilusión de pasar corriendo, sin embargo eso tan solo era dentro de sus pensamientos. Al haber pasado lo grave Alex tendría que descansar cayendo en un profundo sueño del que no podría escapar hasta ver los daños causados, soñaba con una vista aérea del Sin Nombre, una vista panorámica de la guerra y de barcos emprendiendo su huida, al igual que la destrucción que había causado el capitán y sus hombres, la estrategia había sido exitosa, creyendo poder modificar sus sueños apareció en el suelo del Sin Nombre en el momento en el que Krait se retiraba intentando tener la vista de aquel hombre que lo ayudaba siendo completamente en vano, nadie a sus alrededores incluyendo a aquel hombre tenia rostro, lo que comenzaba a angustiar levemente a Alexander, pues todos parecían observarle pasando a tener la visión del barco en el que había llegado hundirse seguido del Sin Nombre ardiendo en llamas.
Y así las pesadillas habían comenzado mientras el cuerpo real de Alex sudaba y se movía inquieto por la cama, había entrado en calentura, las heridas ardían tanto como ser quemado vivo siendo inmortal, por horas apretaba fuertemente las sabanas de la cama llegando a marcar las uñas en sus palmas sin detenerse, las dolorosas sensaciones aparecían por tiempos, dejaban de molestar al sentir un paño refrescante en la frente calmando el dolor que ahí estaba el cual regresaba rápidamente con mas fuerza para cerrar por completo las heridas, el dolor experimentado se debía mayormente al poderoso medicamento usado en su cuerpo, el calor bajaba tras terminar con las heridas, tal vez aquella medicina había sido demasiado para el cuerpo humano, sin embargo cumplían con su función.
Mis labios se abrían lentamente exhalando de igual manera el aire que contenían los pulmones para continuar con una respiración normal, llevaba la mano izquierda hacia la frente retirando cuidadosamente el paño colocando en un mueble en la misma dirección que el brazo levantado, sentía una pequeña molestia en aquel hombro recordando la mirada del león tras causar la herida *Por algo es el rey de la selva* pensaba. Con la mano izquierda en la frente tomando algo de cabello levantaba la mano derecha dejando atrás las sabanas ligeramente manchadas de sangre, sentía como temblaba intentando cerrar el puño,tras poner fuerza en las sabanas por horas era lo único que hacían.
Abría tranquilamente los ojos para observar la palma levantada cuando me preocupe por mi alrededor, era un cuarto dentro de un barco, ya reconocía cuando estábamos en movimiento o no, la poca iluminación de la sala limitada a una lampara de sera junto a la cama daba la ilusión de ser noche, y bajo aquella tenue luz vi a mi pequeña compañera velando por mi observando primeramente lo determinada que estaba al verme despertar y el cansancio por el que había soportado detrás de eso para terminar viéndola a los ojos.
Era la primera vez que la veía en un ambiente de tranquilidad por un largo tiempo
-Hola...- Dije con una voz tranquila y ligeramente baja mientras sonreía con ambos ojos cerrados para hacerle saber que estaba bien.
Tomando un descanso de la tranquilidad y reconociendo su vestimenta con el tacto pudo notar que le habían cambiado su anterior traje y removido la mascara, se distinguía de entre aquellas texturas lo áspero que caracterizaban los vendajes al rededor de su cuerpo, una gran parte se podía sentir húmeda tras pasar los dedos detectando el olor a sangre.
En aquel espacio probablemente infinito pequeños susurros eran pronunciados, pequeños e indetectables, algunos graves, otros agudos pero todos y cada uno indescifrables, esto sería lo único de lo que tendría control su mente pues la gravedad en sus heridas había bajado, el tiempo hacia la ilusión de pasar corriendo, sin embargo eso tan solo era dentro de sus pensamientos. Al haber pasado lo grave Alex tendría que descansar cayendo en un profundo sueño del que no podría escapar hasta ver los daños causados, soñaba con una vista aérea del Sin Nombre, una vista panorámica de la guerra y de barcos emprendiendo su huida, al igual que la destrucción que había causado el capitán y sus hombres, la estrategia había sido exitosa, creyendo poder modificar sus sueños apareció en el suelo del Sin Nombre en el momento en el que Krait se retiraba intentando tener la vista de aquel hombre que lo ayudaba siendo completamente en vano, nadie a sus alrededores incluyendo a aquel hombre tenia rostro, lo que comenzaba a angustiar levemente a Alexander, pues todos parecían observarle pasando a tener la visión del barco en el que había llegado hundirse seguido del Sin Nombre ardiendo en llamas.
Y así las pesadillas habían comenzado mientras el cuerpo real de Alex sudaba y se movía inquieto por la cama, había entrado en calentura, las heridas ardían tanto como ser quemado vivo siendo inmortal, por horas apretaba fuertemente las sabanas de la cama llegando a marcar las uñas en sus palmas sin detenerse, las dolorosas sensaciones aparecían por tiempos, dejaban de molestar al sentir un paño refrescante en la frente calmando el dolor que ahí estaba el cual regresaba rápidamente con mas fuerza para cerrar por completo las heridas, el dolor experimentado se debía mayormente al poderoso medicamento usado en su cuerpo, el calor bajaba tras terminar con las heridas, tal vez aquella medicina había sido demasiado para el cuerpo humano, sin embargo cumplían con su función.
Mis labios se abrían lentamente exhalando de igual manera el aire que contenían los pulmones para continuar con una respiración normal, llevaba la mano izquierda hacia la frente retirando cuidadosamente el paño colocando en un mueble en la misma dirección que el brazo levantado, sentía una pequeña molestia en aquel hombro recordando la mirada del león tras causar la herida *Por algo es el rey de la selva* pensaba. Con la mano izquierda en la frente tomando algo de cabello levantaba la mano derecha dejando atrás las sabanas ligeramente manchadas de sangre, sentía como temblaba intentando cerrar el puño,tras poner fuerza en las sabanas por horas era lo único que hacían.
Abría tranquilamente los ojos para observar la palma levantada cuando me preocupe por mi alrededor, era un cuarto dentro de un barco, ya reconocía cuando estábamos en movimiento o no, la poca iluminación de la sala limitada a una lampara de sera junto a la cama daba la ilusión de ser noche, y bajo aquella tenue luz vi a mi pequeña compañera velando por mi observando primeramente lo determinada que estaba al verme despertar y el cansancio por el que había soportado detrás de eso para terminar viéndola a los ojos.
Era la primera vez que la veía en un ambiente de tranquilidad por un largo tiempo
-Hola...- Dije con una voz tranquila y ligeramente baja mientras sonreía con ambos ojos cerrados para hacerle saber que estaba bien.
Valknut
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Re: Donde el sol no llega [cerrado]
Ury tardó en reaccionar cuando su príncipe espía arbóreo abrió sus ojos, varias veces ya habían sido falsas alarmas, el que hablase dormido también, pero era la primera vez que decía algo con sus ojos abiertos. Caminé despacito, abrazando mi hombro malito, mis labios temblaban de la emoción y mi nariz se tapó de mocos acuíferos. –Ury creyó que no abrirías más tus jojoootes- tomé su mano entre las mías y le hice un mimo - Bien…vuel…to- era difícil hablar, llorar, hipar e intentar sonreír a la misma vez. Llorar frente a Alex era como una forma de decirle hola, comencé a reír -Siempre lloro cuando nos vemos, no debería de ser así pero… es mi culpa que estés tan rotito. Ury lo siente, lo siente mucho mente… ventosamente, calamarilmente…- mientras alargaba mi disculpa jugaba con mi dedo índice sobre las sábanas de la cama, intercambiando miradas entre el rastro que dejaba sobre la tela y los ojos café más dulces que conocía. - Mi mejor humano- Los tentáculos de mi cabeza se movían alegremente de un lado a otro como si tuviesen vida propia.
Suponía que Alex tenía muchas preguntas, así que intenté adelantarme a algunas. Me apresuré a esponjar un poco su almohada y ofrecerle un poco de agua. -Le ganamos a los esbirros de mi abuelo, destruimos el Sin Nombre hasta un punto que es irreparable y ahora estamos reparando nuestro barco. Debiste verlo hizo ¡piuum pum pum kabumka plaft!- levanté mis manos e inflé mis cachetes para que pudiera imaginarlo mejor. - Llevas como un día dormido. ¿Duele mucho?- pregunté deteniéndome en seco, Ury no sabía qué hacer, era la primera vez que estaba conun enfermo un alguien tan hecho cachitos. -Pero Alex fue calamavillosamente genialoso ¡no! Genialoso no, porque eres humano y no oso… ¡calamavillosamente genialmano! Ese león parecía que iba a ganar y… ¡Zas!- ooo… tal vez el príncipe debía seguir descansando, la abuela era estricta cuando se trataba de la salud de los demás, tenía que tener más consideración.
Creyendo que Alex se había dormido llevé mis manitas a mi rostro ¡lo había visto en la cama! - Tal vez tenga que tomar responsabilidad cuando sea más grande. No te preocupes Alex- le susurré y besé su frente rápidamente. Me di media vuelta y volví a mi asiento de calamarcita vigilosa, desde allí toqué la puerta un par de veces para que alguien viniera a vernos, tenía que avisar que mi príncipe había despertado. Esa gente rara tendría que darme una buena explicación de por qué nos tenían separados e incomunicados… Los pasos del señor B tras la puerta lo delataron antes de que se hiciera presente. Venía con un bastón como para humanos, tan normal que era sospechoso. -Gracias B. Avísale al “Señor Capitán”- esas palabras me salieron más malosas de lo que había planeado, pero aún estaba mu mu enojada con Martillo por su comportamiento tan distante así, de repente -…que mi príncipe ha despertado-
El taketeo era rápido, me costó un poco seguirle el ritmo a B, pero porque era supercalamavillosamente calamavillosa lo logré, de alguna forma. - Sí, necesitaremos ropa para él, nuevas vendas y que venga el doctor. ¿Ya podemos salir? Quiero ponerme mi vestido- sabía que él estaría feliz de complacerme, Taaak tak tak tak era bueno, yo lo sabía, sólo no podía no portarme mal, era un pequeño berrinche. Habíamos hecho muchas cosas, cosas buenas, cosas malas, cosas que no eran ni buenas ni malas, pero aún no habían noticias de mi apá. Bud me ofreció que me quedase en el Vengador pero no estaba segura… además estaba la recuperación de mi humano arbóreo. Tenía tantas cosas en las que pensar…
Off: No se qué te interesa hacer? Nuestros amigos tienen planeada una fiesta allí arriba n///n Ury saldrá en cuanto pueda del cuarto.[/color]
Suponía que Alex tenía muchas preguntas, así que intenté adelantarme a algunas. Me apresuré a esponjar un poco su almohada y ofrecerle un poco de agua. -Le ganamos a los esbirros de mi abuelo, destruimos el Sin Nombre hasta un punto que es irreparable y ahora estamos reparando nuestro barco. Debiste verlo hizo ¡piuum pum pum kabumka plaft!- levanté mis manos e inflé mis cachetes para que pudiera imaginarlo mejor. - Llevas como un día dormido. ¿Duele mucho?- pregunté deteniéndome en seco, Ury no sabía qué hacer, era la primera vez que estaba con
Creyendo que Alex se había dormido llevé mis manitas a mi rostro ¡lo había visto en la cama! - Tal vez tenga que tomar responsabilidad cuando sea más grande. No te preocupes Alex- le susurré y besé su frente rápidamente. Me di media vuelta y volví a mi asiento de calamarcita vigilosa, desde allí toqué la puerta un par de veces para que alguien viniera a vernos, tenía que avisar que mi príncipe había despertado. Esa gente rara tendría que darme una buena explicación de por qué nos tenían separados e incomunicados… Los pasos del señor B tras la puerta lo delataron antes de que se hiciera presente. Venía con un bastón como para humanos, tan normal que era sospechoso. -Gracias B. Avísale al “Señor Capitán”- esas palabras me salieron más malosas de lo que había planeado, pero aún estaba mu mu enojada con Martillo por su comportamiento tan distante así, de repente -…que mi príncipe ha despertado-
El taketeo era rápido, me costó un poco seguirle el ritmo a B, pero porque era supercalamavillosamente calamavillosa lo logré, de alguna forma. - Sí, necesitaremos ropa para él, nuevas vendas y que venga el doctor. ¿Ya podemos salir? Quiero ponerme mi vestido- sabía que él estaría feliz de complacerme, Taaak tak tak tak era bueno, yo lo sabía, sólo no podía no portarme mal, era un pequeño berrinche. Habíamos hecho muchas cosas, cosas buenas, cosas malas, cosas que no eran ni buenas ni malas, pero aún no habían noticias de mi apá. Bud me ofreció que me quedase en el Vengador pero no estaba segura… además estaba la recuperación de mi humano arbóreo. Tenía tantas cosas en las que pensar…
Off: No se qué te interesa hacer? Nuestros amigos tienen planeada una fiesta allí arriba n///n Ury saldrá en cuanto pueda del cuarto.[/color]
Ulareena Werner
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Re: Donde el sol no llega [cerrado]
Abrí los ojos y desperté.
Tener la sensacion de tranquilidad en el ambiente me sentaba tan bien que parecia fantasia, que nada habia pasado en realidad y era parte de una larga y dolorosa pesadilla.
Tras reconocer que mi cuerpo estaba completo era tiempo de verificar si lo estaba el de otra persona, quien curiosamente me miraba con una expresión indescriptible para la situación, se acerca lenta y cuidadosamente, tomando mi mano y tratando mi cuerpo fuese de vidrio mientras se disculpaba, ver sus gestos me llena tanto de felicidad que simplemente puedo sonreír e intentar consolarla.
-Hey, limpia esas lagrimas, ¿fue mi decisión protegerte no es así? Entonando amablemente para evitar que brote mas lagrimas.
Logrando animarla se dispone a explicarme como están las cosas y su forma de describirlas tan inocentemente que me hace reír.
-No mucho, ya se me pasará.
En ese entonces entra alguien a la recamara para regañar al joven que se movía demasiado en la hora de descansar consiguiendo que durmiera por un poco mas retirando a Ury de la recamara . Tras despertar notó la falta de ropas en su cuerpo por las vendas que aun cubrían sus heridas. Intentar levantarse fue lo mas difícil que pudo haber hecho desde que despertó, casi resbalando se sostiene de la cama.
"Si no puedes cargar con el peso de tu cuerpo no se que rayos te enseñe muchacho" Una voz en tono rígido sonaba en su mente dando ánimos suficientes para ponerse en pie y ver entrar a Bud, El hombre-bestia amable se acerca ofreciendo un bastón al muchacho tembloroso quien lo toma agradecido por lo que habían hecho por el. Las visitas seguían entrando ´para revisar su estado, y darle algo de vestimenta al joven. Recomendaron que descansara y no saliera de la recamara si no era necesario, sin embargo algo me intrigaba, de cierta manera se sentía como si no buscaran darme una explicación clara, casi como si la guerra que teníamos a nuestras espaldas no hubiese pasado,
"Tal vez cuando se calmen un poco las cosas" pensé
Alexander comenzó a caminar por la sala para mantener su cuerpo en movimiento y acostumbrarlo a eso, creía que lo hacia recuperarse mas rápido, mantenía su oído al tanto de que no vinieran doctores a regañarle por no estar en cama hasta que su inquietud lo llevo a salir del cuarto sintiéndose mejor caminando con el bastón.
Off: Me gustaría explorar,aunque no tengo idea por donde comenzar, ¿tienes algún lugar en mente?... Mientras tanto ¡celebremos la victoria¡ : D
Tener la sensacion de tranquilidad en el ambiente me sentaba tan bien que parecia fantasia, que nada habia pasado en realidad y era parte de una larga y dolorosa pesadilla.
Tras reconocer que mi cuerpo estaba completo era tiempo de verificar si lo estaba el de otra persona, quien curiosamente me miraba con una expresión indescriptible para la situación, se acerca lenta y cuidadosamente, tomando mi mano y tratando mi cuerpo fuese de vidrio mientras se disculpaba, ver sus gestos me llena tanto de felicidad que simplemente puedo sonreír e intentar consolarla.
-Hey, limpia esas lagrimas, ¿fue mi decisión protegerte no es así? Entonando amablemente para evitar que brote mas lagrimas.
Logrando animarla se dispone a explicarme como están las cosas y su forma de describirlas tan inocentemente que me hace reír.
-No mucho, ya se me pasará.
En ese entonces entra alguien a la recamara para regañar al joven que se movía demasiado en la hora de descansar consiguiendo que durmiera por un poco mas retirando a Ury de la recamara . Tras despertar notó la falta de ropas en su cuerpo por las vendas que aun cubrían sus heridas. Intentar levantarse fue lo mas difícil que pudo haber hecho desde que despertó, casi resbalando se sostiene de la cama.
"Si no puedes cargar con el peso de tu cuerpo no se que rayos te enseñe muchacho" Una voz en tono rígido sonaba en su mente dando ánimos suficientes para ponerse en pie y ver entrar a Bud, El hombre-bestia amable se acerca ofreciendo un bastón al muchacho tembloroso quien lo toma agradecido por lo que habían hecho por el. Las visitas seguían entrando ´para revisar su estado, y darle algo de vestimenta al joven. Recomendaron que descansara y no saliera de la recamara si no era necesario, sin embargo algo me intrigaba, de cierta manera se sentía como si no buscaran darme una explicación clara, casi como si la guerra que teníamos a nuestras espaldas no hubiese pasado,
"Tal vez cuando se calmen un poco las cosas" pensé
Alexander comenzó a caminar por la sala para mantener su cuerpo en movimiento y acostumbrarlo a eso, creía que lo hacia recuperarse mas rápido, mantenía su oído al tanto de que no vinieran doctores a regañarle por no estar en cama hasta que su inquietud lo llevo a salir del cuarto sintiéndose mejor caminando con el bastón.
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Valknut
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Re: Donde el sol no llega [cerrado]
Vivir en un barco de hombres bestia para hombres bestia era algo definitivamente calamavilloso, Ury se sentía como si perteneciese allí, pero muy en el fondo sabía que no podría quedarse con sus nuevos amigos. Ellos odiaban a su abuelo y Leónidas Drisköll sería un problema del que no se libraría en mucho tiempo. Por el momento Ury estaría feliz y cuando eso se terminara ya vería como arreglárselas, ella había huido de casa, tendría que arreglárselas sola como la niña grande que era. -Puh Puh Puh- caminaba silenciosamente hacia la cocina, pero no importaba cuán sigilosa, esos viejos lobos de mar se conocían tan bien que mis pasos de calamarcita eran como si estuviese gritando que venía a sorprenderlos (y tal vez llevarme algo para comer).
Cuando el señor B vino por mí finalmente comprendí por qué tanto secretismo y reí hasta que me dolió la pancita. Los hombres bestia pirata eran más simples que un pepino de mar, tal vez por eso al abuelo se le hacía tan fácil hacerle cosas malas. Todos se preparaban para un festejo en grande, uno que incluía a mi príncipe por haber jugado un papel ¡calamarilmente importante! ¡Armó pelea! Y terminó con la moral del enemigo. U u u u y también les reventó sus reservas de municiones. -Puhpuhpuh- mi príncipe era de lo más, realeza de realeza entre humanos, la crema de la crema. El ánimo era de fiesta, la cubierta estaba decorada con interminables velas pequeñiiiisimas metidas en pequeños cristales que hacían de farolitos, en medio de la noche estrellada era como si el firmamento se hubiese acercado a nosotros.
La comida era abundante, los tripulantes del Vengador estimaron que la gente cobarde de mi abuelo, no necesitaba tanta comida fresca y les pidieron su comida. A Ury le hubiese gustado ver sus caras pálidas entregar el botín, sin aeros, luego de haber perdido una batalla que les costaría caro cuando el abuelo se enterase y además sin su lujosa comida. A veces los dioses nos echaban un jojito caído a nosotros, los últimos en la cadena: las personas bestia piratas. Otra parte digna de reconocer en el Vengador es la red de comunicación. Todo el mundo sabía qué hacía cada quién minuto a minuto, era como si tuviesen alguna especie de detector ballenil dentro del barco, así, como se comunicaban bajo el agua, lo hacían dentro de su casa. Era calamavilloso, pero probablemente nadie tenía ni medio secretito. La parte buena era que podía saber si algo le pasaba a mi Alex en seguida.
- Pequeña niña calamar Las palabras del tiburón que me rescató cuando nos conocimos sonaban como el trueno por culpa de su media sordera (que parecía haber empeorado después de la batalla).-Tu humano viene en camino. TODOS EN POSICIÓN. ALERTA MÁXIMA- Era imposible no querer a las personas bestia, imposible. Si mi abuelo tuviese sentimientos se daría cuenta, probablemente ni siquiera era humano. Me preguntaba si sangraría si se cortaba, probablemente no. La figura de Alex apareció leeeeentamente por el umbral de la puerta. Alguien me tiró una manta que tomé en el aire con mis tentáculos mientras iba a toda carrera en cámara lenta hacia mi amigo. -¡Alex!- alcé la voz acercándome a él con los brazos abiertos para abrazarle. -¡Sorpresa!- y mis palabras fueron coreadas por la tripulación entera. Con cierta torpeza le eché encima la manta y le hice notar mi nueva bufanda calientita.
-Más adelante te hicieron un rinconcito tullido jejeje ¿Vamos?- pregunté. Era extraño, estábamos en medio de una celebración, pero sentía que eso era sólo el comienzo. El capitán se nos unió y le preguntó a Alex cuánto tiempo le llevaría ponerse buenito. Yo escuchaba con todos mis tentáculos atentos. Probablemente para cuando fuésemos a tocar tierra el ya podría continuar con sus asuntos.
Off: Hacia donde digas!! Esta vez Ury se tomará sus vacaciones en tierra para seguirte a ti puhpuhpuh
Cuando el señor B vino por mí finalmente comprendí por qué tanto secretismo y reí hasta que me dolió la pancita. Los hombres bestia pirata eran más simples que un pepino de mar, tal vez por eso al abuelo se le hacía tan fácil hacerle cosas malas. Todos se preparaban para un festejo en grande, uno que incluía a mi príncipe por haber jugado un papel ¡calamarilmente importante! ¡Armó pelea! Y terminó con la moral del enemigo. U u u u y también les reventó sus reservas de municiones. -Puhpuhpuh- mi príncipe era de lo más, realeza de realeza entre humanos, la crema de la crema. El ánimo era de fiesta, la cubierta estaba decorada con interminables velas pequeñiiiisimas metidas en pequeños cristales que hacían de farolitos, en medio de la noche estrellada era como si el firmamento se hubiese acercado a nosotros.
La comida era abundante, los tripulantes del Vengador estimaron que la gente cobarde de mi abuelo, no necesitaba tanta comida fresca y les pidieron su comida. A Ury le hubiese gustado ver sus caras pálidas entregar el botín, sin aeros, luego de haber perdido una batalla que les costaría caro cuando el abuelo se enterase y además sin su lujosa comida. A veces los dioses nos echaban un jojito caído a nosotros, los últimos en la cadena: las personas bestia piratas. Otra parte digna de reconocer en el Vengador es la red de comunicación. Todo el mundo sabía qué hacía cada quién minuto a minuto, era como si tuviesen alguna especie de detector ballenil dentro del barco, así, como se comunicaban bajo el agua, lo hacían dentro de su casa. Era calamavilloso, pero probablemente nadie tenía ni medio secretito. La parte buena era que podía saber si algo le pasaba a mi Alex en seguida.
- Pequeña niña calamar Las palabras del tiburón que me rescató cuando nos conocimos sonaban como el trueno por culpa de su media sordera (que parecía haber empeorado después de la batalla).-Tu humano viene en camino. TODOS EN POSICIÓN. ALERTA MÁXIMA- Era imposible no querer a las personas bestia, imposible. Si mi abuelo tuviese sentimientos se daría cuenta, probablemente ni siquiera era humano. Me preguntaba si sangraría si se cortaba, probablemente no. La figura de Alex apareció leeeeentamente por el umbral de la puerta. Alguien me tiró una manta que tomé en el aire con mis tentáculos mientras iba a toda carrera en cámara lenta hacia mi amigo. -¡Alex!- alcé la voz acercándome a él con los brazos abiertos para abrazarle. -¡Sorpresa!- y mis palabras fueron coreadas por la tripulación entera. Con cierta torpeza le eché encima la manta y le hice notar mi nueva bufanda calientita.
-Más adelante te hicieron un rinconcito tullido jejeje ¿Vamos?- pregunté. Era extraño, estábamos en medio de una celebración, pero sentía que eso era sólo el comienzo. El capitán se nos unió y le preguntó a Alex cuánto tiempo le llevaría ponerse buenito. Yo escuchaba con todos mis tentáculos atentos. Probablemente para cuando fuésemos a tocar tierra el ya podría continuar con sus asuntos.
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Ulareena Werner
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Re: Donde el sol no llega [cerrado]
El movimiento de la marea calmada tras salir de la habitación era un hecho difícil de controlar en cuanto a equilibrio se trataba, pues acostumbrarse a usar un bastón para moverse no era muy cómodo para el joven Alexander, se detenía constantemente entre pasillos para pensar en la forma más eficiente de utilizarlo hasta sincronizarlo con el movimiento de su pierna derecha dando mayor soporte a su cuerpo. sin embargo, las olas son aún más difíciles para un joven herido.
Mientras caminaba por el Vengador nunca encontró a algún marinero o enfermera que lo regañara por salir de su habitación, para Alex esa era la mayor autoridad en el barco pues lo regresarían a la cama, le parecía divertido jugar a intentar caminar por el barco evitando a los doctores pues le traía un agradable recuerdo de su entrenamiento de sigilo.
Alex se dio cuenta de que estaba solo por el momento aunque no llego a entender porque, siendo que el barco seguía en movimiento, le intrigo la ligera oscuridad entre los pasillos hasta lentamente entrar en una sala donde le esperaba toda la tripulación, incluyendo las enfermeras quienes en aquella ocasión no hicieron comentario alguno sobre su estado, todo el mundo grito dando la bienvenida al hombre del bastón, entre ellos Ury quien se acerca alegre a ser la primera en saludarle, todos comienzan a beber y celebrar la victoria, no faltan las canciones y la alegría en aquel salón, el capitán entra al salón alegremente para unirse al festín
Sentado en un pequeño espacio el capitán sugirió hablar con el hombre del bastón donde ambos se agradecieron mutuamente compartiendo un trago entre platicas
- ¿Y bien? ¿Cuándo planeas dejar ese viejo bastón? -Pregunta el capitán alegre tras beber un poco de su tarro.
-Lo más pronto posible Capitán, me resulta incómodo caminar con este palo jaja. El doctor del barco cree que no tardaré mucho en recuperarme, es lo que espero.
-No podía creer las proezas que me contaban de ti, en especial de la pequeña calamar ¿Enfrentar a un hombre bestia? Que locura
-Gracias, pero de no haber sido por usted y sus hombres habría sido un sacrificio en vano.
Ambos continuaron bebiendo y conversando hasta que el capitán se retiró hacia el timón de barco. La música seguía, los bailes no paraban, corrían niños jugando. Tan pronto como Alex volteo noto a Ury cerca de la mesa volteando hacia otro lado sospechosamente, Alex se acercó y sentó a su lado
- ¿No te estas divirtiendo? todos están muy animados- Decía alegre- Hasta Bud parece que está sonriendo jaja
Off: Excelente! Vamos aya entonces. Revisaré el mapa : D
Mientras caminaba por el Vengador nunca encontró a algún marinero o enfermera que lo regañara por salir de su habitación, para Alex esa era la mayor autoridad en el barco pues lo regresarían a la cama, le parecía divertido jugar a intentar caminar por el barco evitando a los doctores pues le traía un agradable recuerdo de su entrenamiento de sigilo.
Alex se dio cuenta de que estaba solo por el momento aunque no llego a entender porque, siendo que el barco seguía en movimiento, le intrigo la ligera oscuridad entre los pasillos hasta lentamente entrar en una sala donde le esperaba toda la tripulación, incluyendo las enfermeras quienes en aquella ocasión no hicieron comentario alguno sobre su estado, todo el mundo grito dando la bienvenida al hombre del bastón, entre ellos Ury quien se acerca alegre a ser la primera en saludarle, todos comienzan a beber y celebrar la victoria, no faltan las canciones y la alegría en aquel salón, el capitán entra al salón alegremente para unirse al festín
Sentado en un pequeño espacio el capitán sugirió hablar con el hombre del bastón donde ambos se agradecieron mutuamente compartiendo un trago entre platicas
- ¿Y bien? ¿Cuándo planeas dejar ese viejo bastón? -Pregunta el capitán alegre tras beber un poco de su tarro.
-Lo más pronto posible Capitán, me resulta incómodo caminar con este palo jaja. El doctor del barco cree que no tardaré mucho en recuperarme, es lo que espero.
-No podía creer las proezas que me contaban de ti, en especial de la pequeña calamar ¿Enfrentar a un hombre bestia? Que locura
-Gracias, pero de no haber sido por usted y sus hombres habría sido un sacrificio en vano.
Ambos continuaron bebiendo y conversando hasta que el capitán se retiró hacia el timón de barco. La música seguía, los bailes no paraban, corrían niños jugando. Tan pronto como Alex volteo noto a Ury cerca de la mesa volteando hacia otro lado sospechosamente, Alex se acercó y sentó a su lado
- ¿No te estas divirtiendo? todos están muy animados- Decía alegre- Hasta Bud parece que está sonriendo jaja
Off: Excelente! Vamos aya entonces. Revisaré el mapa : D
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Re: Donde el sol no llega [cerrado]
Las conversaciones de adultos entre adultos eran una invitación para Ury a abandonar la nave. Lechero y Chinchilla vinieron por mí y gustosa me aparté del capitán y Alex. Pero mi ánimo no estaba para juegos y pronto me aparté de mis amigos humanos, ellos estaban felices porque volverían a su ciudad, donde mal o bien tenían alguien que les esperaba y a quienes contarles sus historias, yo no. Suspiré mirando las estrellas y jugando con uno de los adornos que estaban cerca de mí. Podía sentir en mi piel calamaresca que la aventura estaba comenzando a alcanzar su fin y que pronto empezarían las represalias de Leónidas, era la calma antes de la tormenta. Sabía que debía alejarme de mis amigos y desaparecer una temporada del puerto o me volverían a robar y esta vez no habría nadie para salvarme.
Mis tentáculos se ponían verdes y decaídos, hasta se habían arrugado como pasitas; pensar en cosas tristes solo me ponía lacrimosa. Me golpee las mejillas y puse mis manos en jarra, no había hablado con el capitán gato desde hacía mucho tiempo, estaba casi segura que lo había dejado acostado en un rinconcito de la habitación casi al comienzo del viaje. Probablemente debería de estar enojado conmigo, pero como Laureen, nunca me negaría mi abrazo de oso. Sólo esperaba que el Capitán Werner fuese como lo describió la abuela y no como los rufianes contra los que peleamos en el Sin Nombre, quería un papá que me prestara sus piernas para sentarme en su falda, que me diese un beso en la frente antes de dormir y me diera las buenas noches. O sino un papá pirata que robase una isla solo para mi y que fuese lo suficientemente fuerte y valiente como para protegerme del poderoso señor Drisköll. Al menos, un papá por una vez...
La voz de mi humano arbóreo me llegó desde la espalda. Me di la vuelta y le sonreí con tristeza, él no querría que yo le acompañase, probablemente Alfred Werner tampoco, pero si las historias de mi abuela eran ciertas, al menos me pondría una nana ¡era su deber!. Como el deber de mi príncipe era probablemente salvar alguna princesa, o ver por su familia o seguir con sus planes. Él era un adulto muy apuesto, no estaría bien para él ser visto con una niña bestia. -Bud siempre parece estar sonriendo- respondí en voz baja -Bud da meyo a veces- sonreí y miré al mar aspirando todo lo que podía de la humedad que desprendía. - En unos días tocaremos puerto en Baslodia, el Capitán Martillo cree que es mejor evitar Lunargenta. Pero ese no es lugar para mí y no puedo seguir en el Vengador- me puse a jugar con la baranda y miré a Alex -Además- me mordí la lengua, Alex no tenía que escuchar mis quejas, creería que era una mujercita problemosa.
-Lechero y Chinchilla se irán por su cuenta con el señor B, él los va a llevar con sus familias y luego se reunirá con Bud, pero ¿Ury?- Inflé los cachetes e hice una morisqueta - Creí que encontraría pistas en el Sin Nombre para encontrar a papá pero solo averigüé que no ha muerto. No sé dónde más buscar, sólo su nombre y el de uno de sus hombres- suspiré y me volví para mirar a mi amigo. Le sonreí de oreja a oreja. -Al menos tú podrás seguir con tus cosas. El Capitán te dará algo de dinero para que continúes con lo que hacías antes de ayudarme. ¿Ury puede saber qué estabas haciendo? ¿Tenías una misión secreta? puhpuhpuh-
Off: Bueno pues, supongo que podríamos cerrar por aquí y comenzar con una nueva aventura en otro lugar n.n te dejo el último post a tu criterio.
Mis tentáculos se ponían verdes y decaídos, hasta se habían arrugado como pasitas; pensar en cosas tristes solo me ponía lacrimosa. Me golpee las mejillas y puse mis manos en jarra, no había hablado con el capitán gato desde hacía mucho tiempo, estaba casi segura que lo había dejado acostado en un rinconcito de la habitación casi al comienzo del viaje. Probablemente debería de estar enojado conmigo, pero como Laureen, nunca me negaría mi abrazo de oso. Sólo esperaba que el Capitán Werner fuese como lo describió la abuela y no como los rufianes contra los que peleamos en el Sin Nombre, quería un papá que me prestara sus piernas para sentarme en su falda, que me diese un beso en la frente antes de dormir y me diera las buenas noches. O sino un papá pirata que robase una isla solo para mi y que fuese lo suficientemente fuerte y valiente como para protegerme del poderoso señor Drisköll. Al menos, un papá por una vez...
La voz de mi humano arbóreo me llegó desde la espalda. Me di la vuelta y le sonreí con tristeza, él no querría que yo le acompañase, probablemente Alfred Werner tampoco, pero si las historias de mi abuela eran ciertas, al menos me pondría una nana ¡era su deber!. Como el deber de mi príncipe era probablemente salvar alguna princesa, o ver por su familia o seguir con sus planes. Él era un adulto muy apuesto, no estaría bien para él ser visto con una niña bestia. -Bud siempre parece estar sonriendo- respondí en voz baja -Bud da meyo a veces- sonreí y miré al mar aspirando todo lo que podía de la humedad que desprendía. - En unos días tocaremos puerto en Baslodia, el Capitán Martillo cree que es mejor evitar Lunargenta. Pero ese no es lugar para mí y no puedo seguir en el Vengador- me puse a jugar con la baranda y miré a Alex -Además- me mordí la lengua, Alex no tenía que escuchar mis quejas, creería que era una mujercita problemosa.
-Lechero y Chinchilla se irán por su cuenta con el señor B, él los va a llevar con sus familias y luego se reunirá con Bud, pero ¿Ury?- Inflé los cachetes e hice una morisqueta - Creí que encontraría pistas en el Sin Nombre para encontrar a papá pero solo averigüé que no ha muerto. No sé dónde más buscar, sólo su nombre y el de uno de sus hombres- suspiré y me volví para mirar a mi amigo. Le sonreí de oreja a oreja. -Al menos tú podrás seguir con tus cosas. El Capitán te dará algo de dinero para que continúes con lo que hacías antes de ayudarme. ¿Ury puede saber qué estabas haciendo? ¿Tenías una misión secreta? puhpuhpuh-
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Ulareena Werner
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Re: Donde el sol no llega [cerrado]
La mente de Alexander no estaba del todo tranquila como lo estaba la marea aquella noche.los recuerdos de sus acciones no le hacían bien y en esta ocasión no era la excepción.
-Tengo que averiguar.. Mi propósito.- Aprieta fuerte el bastón para dejar la melancolía.- Mis padres vieron el mundo entero- Continua alegre. - Quiero saber que es lo que se siente, hasta ahora e navegado por el inmenso mar, he luchado con seres increíbles y vivido como nunca. Quiero seguir viviendo de esa manera,. al menos hasta quedar satisfecho conmigo mismo.- Levanta la cabeza alegre e inspirado por las maravillas que se encuentran en el mundo exterior.- Antes de ayudarte todo era sobrevivir sin un rumbo alguno, ahora estoy decidido a encontrarlo.- Voltea a ver la alegría que descordaban las personas.
-No podré viajar tranquilo sabiendo que tendrás que cuidar de ti por tu cuenta, ademas,- Se ríe levemente- Me buscaran de igual forma cuando sepan lo que hice, ambos somos fugitivos.- Acaricia su cabeza- Vamos.
Alexander se une alegre a los coros intentando seguir el ritmo y letra de las canciones dando un espectáculo para los que los rodeaban, la noche se prolongo y la tripulación se iba retirando a descansar de poco a poco. la luna estaba en su máximo punto de esplendor y el capitán velaba el camino del barco en compañía del segundo al mando para llevar los turnos de vigía
-Supongo que no volveré al mar por un tiempo capitán.- Pensó.
Lentamente con ayuda del bastón se retiro a descansar, había sido un largo día. Los días pasaron y el barco se acercaba al puerto de partida.las heridas de Alexander ya estaban curadas e incluso corría por todo el barco, solo hacia falta esperar a que este llegara a su destino.
-Tengo que averiguar.. Mi propósito.- Aprieta fuerte el bastón para dejar la melancolía.- Mis padres vieron el mundo entero- Continua alegre. - Quiero saber que es lo que se siente, hasta ahora e navegado por el inmenso mar, he luchado con seres increíbles y vivido como nunca. Quiero seguir viviendo de esa manera,. al menos hasta quedar satisfecho conmigo mismo.- Levanta la cabeza alegre e inspirado por las maravillas que se encuentran en el mundo exterior.- Antes de ayudarte todo era sobrevivir sin un rumbo alguno, ahora estoy decidido a encontrarlo.- Voltea a ver la alegría que descordaban las personas.
-No podré viajar tranquilo sabiendo que tendrás que cuidar de ti por tu cuenta, ademas,- Se ríe levemente- Me buscaran de igual forma cuando sepan lo que hice, ambos somos fugitivos.- Acaricia su cabeza- Vamos.
Alexander se une alegre a los coros intentando seguir el ritmo y letra de las canciones dando un espectáculo para los que los rodeaban, la noche se prolongo y la tripulación se iba retirando a descansar de poco a poco. la luna estaba en su máximo punto de esplendor y el capitán velaba el camino del barco en compañía del segundo al mando para llevar los turnos de vigía
-Supongo que no volveré al mar por un tiempo capitán.- Pensó.
Lentamente con ayuda del bastón se retiro a descansar, había sido un largo día. Los días pasaron y el barco se acercaba al puerto de partida.las heridas de Alexander ya estaban curadas e incluso corría por todo el barco, solo hacia falta esperar a que este llegara a su destino.
Valknut
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