El réquiem de los condenados [Mastereado][Aquila]

**Ansur** Mar Sep 19 2017, 01:42

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

En algún lugar al sur del Mar de Aerandir. 5:00 am.

¡Quítamelo de encima! ¡Quítamelo!- Gritaba desesperado el pobre hombre mientras pateaba en desesperados intentos por liberarse de aquella criatura que le apretaba la pierna con tal fuerza que los huesos comenzaban a romperse; unos minutos atrás habían entrado a una extraña niebla que los hizo perder el sendero, el barco en que viajaban parecía llevado a un abismo de oscuridad y sombras misteriosas que parecían danzar entre la bruma -¡Ayuda! ¡Alguien ayúdeme!- Gritaba desesperado pero sus palabras no encontrarían oídos en los que refugiarse; estaba solo, perdido y solo.... Horas después, el barco reposaba flotando a la deriva sin ninguno de sus tripulantes a bordo.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

Cerca del Puerto de Lunargenta. Dos días después. 12:43 pm.

¡No puede ser posible!- Gritaba el viejo y prepotente Barón Borderlin; un hombre de avanzada edad que había dedicado su vida al negocio del transporte marítimo, agasajando una gran flota de embarcaciones que según algunos rumores, había conseguido por medios no muy legales, pero al no haber ninguna evidencia de ello y gracias a que su dinero y constante apoyo económico a la Guardia Real le habían mantenido a salvo; había evitado que los rumores desembocaran en una investigación real en su contra -Primero los asquerosos vampiros invaden Lunargenta y ahora asaltan mis barcos en el mar- Caminaba de un lado a otro en la cubierta del barco con las puños juntados en la base de su espalda.

El aristocrático sujeto había partido en uno de sus barcos, rodeado por algunos mercenarios que había podido pagar, para recuperar su valiosa carga y su barco -Vampiros piratas ¡Tiene que ser eso! Están por todos lados- Murmuraba con rabia e impotencia -Por todos lados- Volteó y miró fijamente a la tripulación, a algunos no los conocía y podían ser vampiros encubiertos, estaban en su contra, todos lo estaban, su respiración agitada hizo que Bredus, su hombre de confianza intentara tranquilizarlo -Señor, cálmese- Dijo con su voz pausada mientras le colocaba la mano en el hombro -Le aseguro que no hay vampiros en el barco- Señaló a todos los presentes -Si hubiera alguno ya estaría muerto, es medio día- El sol brillaba como nunca al punto que las pieles enrojecidas y sudadas parecían patatas fritas.

El argumento era tan lógico que el viejo no tuvo más remedio que calmarse, se dio media vuelta y caminó hasta el borde del barco para posar sus manos en la madera y apretarla con fuerza -Muy bien, hombrecitos, hora de justificar el sueldo, todos atentos, no se distraigan, si realmente hay piratas podrían atacar en cualquier momento- Advirtió Bredus al resto de la tripulación, era un sujeto de casi dos metros al que resultaba algo difícil llevarle la contraria sin ser luego aplastado contra el piso como un corcho -¿Cuándo nos pagan?- Peguntó uno de los mercenarios que extrañamente iba desarmado a la batalla y con la cara semicubierta por una bufanda -Cuando encontremos el barco y lo recuperemos, volverán a casa con una generosa recompensa- Respondió el enorme coloso de casi dos metros -El dinero no es problema para mi señor- Dijo con seguridad a los hombres que murmuraban entre ellos antes que algunos simplemente se retiraran a sus posiciones asignadas y comenzar la vigilancia.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

∞ Bienvenido a la aventura, este será un tema sencillo, sin riesgo de maldiciones pero sí de heridas leves dependiendo de lo que digan las runas y los deseos de los dioses, de entrada puedes narrar tu llegada al barco, habían anuncios solicitando personal y podrías haber acudido por la oferta de buena paga, si prefieres también podrías ir en tu barco aunque eso no te lo recomiendo a menos que te guste viajar en cosas rotas.

∞ Los motivos que te hayan llevado a subir al barco del Barón Borderlin o tomar dicha ruta por tu cuenta son indiferentes, a fin de cuentas, quieras o no te verás envuelto en el problema, quieras o no; suerte.