¡Por el amor a Aerandir! [Guerra de Lunargenta] [Cerrado]
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¡Por el amor a Aerandir! [Guerra de Lunargenta] [Cerrado]
La caida de Vladimir "el inmortal" hizo que las cosas cambiaran sus rumbos, no solo por la nueva centinela, si no que ahora con la muerte de el mismo, libero a los jinetes oscuros, y Aerandir entraba en una etapa de "crisis" por asi decirlo. Ahora, con la falta de un centinela, Melena Blanca estaba decidido a ir por su "capa". Era hora de que los grandes leonicos se movilizaran y jugaran sus cartas, era hora de despertar y reaccionar. Mucho tiempo en el campamento, ya habian descansado lo suficiente.
Rakan se levanto despues de una larga siesta, preparado y dispuesto a combatir cualquier amenaza como de costumbre, no era noticia que un jinete oscuro estaba cerca de ellos. Se levanto y fue directo a tomar agua de un balde, lavandose la cara en el proceso. Ahora mejor que nunca debian estar preparados para lo que se avecina.
Luego de tomar agua, fue a buscar un bol con comida, para su suerte, los Leonicos tenian grandes cantidades de comida, por lo que no era un problema para el campamento.
Rakan se sento en una punta a comer su bol, estaba apurado, parecia que habia noticias o algo asi. Cuando termino no penso en nada mas que dirigirse por donde un grupo de soldados se estaban juntando - Melena esta formando un grupo de soldados. - Dijo uno de los soldados, que estaba adelante de un capitan quien parecia estar anunciando algo
- ¡Soldados!... estoy aqui por que Melena Blanca esta reuniendo un grupo de soldados, quien este dispuesto a ir con el lider, que no espere. - Rakan cuando escucho eso se alejo completamente, seguro era una patrulla o algo.
¿Pero una patrulla con el Lider?, eso no era algo normal. Como sea, Rakan fue en busca del herrero del campamento, quien parecia estar un poco ocupado. - ¿Sucede algo? -
- No estoy seguro... pero tengo que forjar armas lo mas rapido que puedo, el campamento esta en peligro, enemigos fueron avistados y estan a unas... 6 o 5 horas. - Dijo el sujeto preocupado, sin despegarse de la espada que estaba haciendo
- Maldición... ¿quieres que te ayude?, no tengo nada que hacer. - Dijo Rakan, poniéndose al lado del herrero.
- Claro, ayudame con las armaduras, y echa mas carbón a la forja... y cuando termines, creo que deberías apuntarte a eso del líder... - Dijo con una voz mas seria.
Sin duda era algo que tenia que tomarse en cuenta, Rakan se dirigio a tomar un balde de carbón, tirandolo en la forja para que el fuego no se apague. Procedio a tomar el martillo y se dirigio al yunque, estaba listo para lo que el herrero le queria dar.
- ¿Estan viniendo hacia aca? - Volvió a preguntar Rakan
- No chico, Melena formara algunos escuadrones, y lucharan en los bosques. -
- Creo que voy a ir. - Dijo Rakan decidido, pero primero, tenían que terminar estas armaduras y espadas.
Rakan se levanto despues de una larga siesta, preparado y dispuesto a combatir cualquier amenaza como de costumbre, no era noticia que un jinete oscuro estaba cerca de ellos. Se levanto y fue directo a tomar agua de un balde, lavandose la cara en el proceso. Ahora mejor que nunca debian estar preparados para lo que se avecina.
Luego de tomar agua, fue a buscar un bol con comida, para su suerte, los Leonicos tenian grandes cantidades de comida, por lo que no era un problema para el campamento.
Rakan se sento en una punta a comer su bol, estaba apurado, parecia que habia noticias o algo asi. Cuando termino no penso en nada mas que dirigirse por donde un grupo de soldados se estaban juntando - Melena esta formando un grupo de soldados. - Dijo uno de los soldados, que estaba adelante de un capitan quien parecia estar anunciando algo
- ¡Soldados!... estoy aqui por que Melena Blanca esta reuniendo un grupo de soldados, quien este dispuesto a ir con el lider, que no espere. - Rakan cuando escucho eso se alejo completamente, seguro era una patrulla o algo.
¿Pero una patrulla con el Lider?, eso no era algo normal. Como sea, Rakan fue en busca del herrero del campamento, quien parecia estar un poco ocupado. - ¿Sucede algo? -
- No estoy seguro... pero tengo que forjar armas lo mas rapido que puedo, el campamento esta en peligro, enemigos fueron avistados y estan a unas... 6 o 5 horas. - Dijo el sujeto preocupado, sin despegarse de la espada que estaba haciendo
- Maldición... ¿quieres que te ayude?, no tengo nada que hacer. - Dijo Rakan, poniéndose al lado del herrero.
- Claro, ayudame con las armaduras, y echa mas carbón a la forja... y cuando termines, creo que deberías apuntarte a eso del líder... - Dijo con una voz mas seria.
Sin duda era algo que tenia que tomarse en cuenta, Rakan se dirigio a tomar un balde de carbón, tirandolo en la forja para que el fuego no se apague. Procedio a tomar el martillo y se dirigio al yunque, estaba listo para lo que el herrero le queria dar.
- ¿Estan viniendo hacia aca? - Volvió a preguntar Rakan
- No chico, Melena formara algunos escuadrones, y lucharan en los bosques. -
- Creo que voy a ir. - Dijo Rakan decidido, pero primero, tenían que terminar estas armaduras y espadas.
Última edición por Rakan'Drag el Miér Feb 06 2019, 16:33, editado 1 vez
Rakan'Drag
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Re: ¡Por el amor a Aerandir! [Guerra de Lunargenta] [Cerrado]
No sabia muy bien como lo había logrado, pero al final conseguí conciliar el sueño. Aunque no fue un sueño reparador, entre las miles de vuelta que di en el catre, soñé con la pequeña Lavey perdida en dios sabe donde, solo podía esperaba que el mapa que le di siguiera teniendo indicaciones validas, sino habría mandado a Lavey a un poblado desolado.
Por otro lado estaban los sueños con los sucesos acontecidos en la guerra, mi cabeza estaba llena de sangre, vísceras y muerte por todos lados, los dos tipos de sueños juntos formaban una pesadilla inverosímil y llena de saltos de escenario.
Al despertar el sol comenzaba a despuntar por el alba y un soldado daba el toque de corneta, en sustitución del típico gallo. No tarde demasiado en vestirme y acudir a la cantina, donde los soldados cocineros servían gachas y un cuenco de agua. Entre los soldados sentados al rededor de una mesa improvisada, se escuchaba que Melena Blanca estaba preparando un equipo de asalto y unos escuadrones para combatir en los bosques.
El desayuno no duro demasiado, después de colocar la escudilla dentro de un cubo de madera donde se amontonaban los cuencos y vasos de otros soldados, me dirigí hacia la ubicación donde se encontraba Melena Blanca.
-¿Rakan? -Me quede sorprendida y parada en mitad del camino, en medio de mi trayectoria había pasado por la herrería. Mi sorpresa fue mayor cuando encontré al muchacho rubio al lado del herrero. -Cuanto tiempo sin verte. No sabia que estuvieras en el campamento Leonico. Melena Blanca esta organizando una batida. ¿Porque no vienes conmigo?
Espere un tiempo prudencial para oír sus respuestas y saludos y proseguí mi camino esperando que el dragón de ojos brillantes me acompañara.
En el centro del campamento se encontraba el líder, sobre un pequeño montículo de tierra que le permitía ver por encima de todos los soldados allí reunidos, (Aunque tampoco es que le hiciera falta estar sobre el montón de tierra, su estatura ya era lo bastante elevada como para ver por encima de las cabezas de la gran mayoría.)
-Infantería. -Dijo el leonido con voz potente aunque monótona. -Los exploradores han divisado un grupo de magos y brujos, avanzan por el bosque en dirección al campamento. Se hizo un recuento de tres taumaturgos, pero se prevé que habrán mas.
El hombre-bestia apenas se movía del sitio, algún aspaviento de manos, pequeños cambio de dirección de la cabeza para mirar a todo el tumulto de soldados. Esos eran todos los escasos movimientos que hacia el Centinela en su discurso.
-Que den un paso al frente los que estén dispuestos a combatir en primera linea.
Se hizo el silencio entre la infantería y pocos segundo después algunos valientes dieron un paso al frente resaltando entre la multitud, entre los valientes estaba yo.
-Muy bien. Tu, la morena pálida. Y tu muchacho, el que esta a su lado, venir conmigo. El resto os encargareis de liderar un escuadrón, movilizaros a las trincheras de la entrada y esperad instrucciones.
Sin mas que decir, el líder de los Leonicos hizo un gesto con la cabeza y nos indico que lo siguiéramos.
Por otro lado estaban los sueños con los sucesos acontecidos en la guerra, mi cabeza estaba llena de sangre, vísceras y muerte por todos lados, los dos tipos de sueños juntos formaban una pesadilla inverosímil y llena de saltos de escenario.
Al despertar el sol comenzaba a despuntar por el alba y un soldado daba el toque de corneta, en sustitución del típico gallo. No tarde demasiado en vestirme y acudir a la cantina, donde los soldados cocineros servían gachas y un cuenco de agua. Entre los soldados sentados al rededor de una mesa improvisada, se escuchaba que Melena Blanca estaba preparando un equipo de asalto y unos escuadrones para combatir en los bosques.
El desayuno no duro demasiado, después de colocar la escudilla dentro de un cubo de madera donde se amontonaban los cuencos y vasos de otros soldados, me dirigí hacia la ubicación donde se encontraba Melena Blanca.
-¿Rakan? -Me quede sorprendida y parada en mitad del camino, en medio de mi trayectoria había pasado por la herrería. Mi sorpresa fue mayor cuando encontré al muchacho rubio al lado del herrero. -Cuanto tiempo sin verte. No sabia que estuvieras en el campamento Leonico. Melena Blanca esta organizando una batida. ¿Porque no vienes conmigo?
Espere un tiempo prudencial para oír sus respuestas y saludos y proseguí mi camino esperando que el dragón de ojos brillantes me acompañara.
En el centro del campamento se encontraba el líder, sobre un pequeño montículo de tierra que le permitía ver por encima de todos los soldados allí reunidos, (Aunque tampoco es que le hiciera falta estar sobre el montón de tierra, su estatura ya era lo bastante elevada como para ver por encima de las cabezas de la gran mayoría.)
-Infantería. -Dijo el leonido con voz potente aunque monótona. -Los exploradores han divisado un grupo de magos y brujos, avanzan por el bosque en dirección al campamento. Se hizo un recuento de tres taumaturgos, pero se prevé que habrán mas.
El hombre-bestia apenas se movía del sitio, algún aspaviento de manos, pequeños cambio de dirección de la cabeza para mirar a todo el tumulto de soldados. Esos eran todos los escasos movimientos que hacia el Centinela en su discurso.
-Que den un paso al frente los que estén dispuestos a combatir en primera linea.
Se hizo el silencio entre la infantería y pocos segundo después algunos valientes dieron un paso al frente resaltando entre la multitud, entre los valientes estaba yo.
-Muy bien. Tu, la morena pálida. Y tu muchacho, el que esta a su lado, venir conmigo. El resto os encargareis de liderar un escuadrón, movilizaros a las trincheras de la entrada y esperad instrucciones.
Sin mas que decir, el líder de los Leonicos hizo un gesto con la cabeza y nos indico que lo siguiéramos.
Reivy Abadder
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Re: ¡Por el amor a Aerandir! [Guerra de Lunargenta] [Cerrado]
Rakan seguía ayudando al anciano guerrero, lo ayudaba a preparar los armamentos que utilizarían los escuadrones que saldrían a atacar al grupo de brujos. Las armaduras y espadas tenían que ser las mejores, Melena Blanca también iba a ayudar a combatir a las fuerzas enemigas, mientras Rakan ayudaba al herrero a construir toda clase de cosas, apareció alguien que menos se esperaba ver de vuelta.
Era Reivy Abadder, la mujer que conoció en Lunargenta, era raro que la volviera a ver, y mas cuando pensaba que nunca mas lo iba a hacer. - Reivy, tampoco esperaba que estuvieras en el campamento... estaba pensando en unirme a eso, vamos. - dijo Rakan mirando al herrero, quien también lo miro, Rakan soltó las cosas y le dio una palmada al herrero en el hombro.
Llegaron frente al gran Melena Blanca, alto, fuerte y valiente. Todos rasgos de un buen líder que inspiraba a cualquier hombre a dar la vida por el, quizá por eso Rakan lo ayudaba. Cuando pidió que todo aquel que quiera combatir de un paso al frente, Rakan no lo pensó dos veces y dio un paso al frente, junto a Reivy.
La sorpresa es que cuando organizaban escuadrones, Melena Blanca le pidió a Reivy y a Rakan que vayan con el, sin duda era un honor. Empezó a moverse mientras nos pedía que lo siguiéramos, Rakan se puso a su derecha sin dejar de mirar sus rasgos, estaba sorprendido por la clase de líder que era, y si algún día llegaba a ser rey, seria el mejor.
Rakan se acerco a el, poniéndose a su derecha mientras caminaban - Soy Rakan, es un honor estar a tu lado - Dijo Rakan estirando su brazo.
- Puedes llamarme Melena Blanca - dijo aceptando el brazo de Rakan, un hombre de pocas palabras,pero al menos había saludado a Rakan. Mientras los escuadrones se formaban, Melena y su grupo estaban esperando en la entrada, el resto estaba buscando sus armas y armaduras que probablemente estaban en lo del herrero.
Mientras los grupos se armaban para combatir, se armo un silencio incomodo entre los tres sujetos presentes. Rakan podía notar cierta desconfianza en si mismo, estaba... desconcertado, triste. - Melena Blanca... -
El león apenas movió su cabeza en dirección al guardián - Quiero que sepas, que estos hombres creen en ti, yo creo en ti, y estoy seguro que todos estos hombres, están dispuestos a dar la vida por alguien como tu, por que representas lo bueno y el deber de ser lider. Incluyéndome, me asegurare de que en esta batalla, vivas otro día para traer a Aerandir la paz que merece.
El león soltó una pequeña sonrisa, el resto de los escuadrones ya estaban listos para marchar - ¡Conmigo soldados! - dijo Melena Blanca, empezando la marcha hacia el bosque para interceptar al resto de brujos.
Rakan miro a Reivy - ¿Que haces aquí Reivy?... - dijo mirándola a los ojos, en su mente, no pensaba que Reivy seria una guerrera que participaba en guerras. - La ultima vez que nos vimos, estábamos escapando en la ciudad que ahora esta destruida. - Dijo soltando una leve risa y recordando ese día, uno de los primeros días en estar afuera del bosque en el que vivió.
Era Reivy Abadder, la mujer que conoció en Lunargenta, era raro que la volviera a ver, y mas cuando pensaba que nunca mas lo iba a hacer. - Reivy, tampoco esperaba que estuvieras en el campamento... estaba pensando en unirme a eso, vamos. - dijo Rakan mirando al herrero, quien también lo miro, Rakan soltó las cosas y le dio una palmada al herrero en el hombro.
Llegaron frente al gran Melena Blanca, alto, fuerte y valiente. Todos rasgos de un buen líder que inspiraba a cualquier hombre a dar la vida por el, quizá por eso Rakan lo ayudaba. Cuando pidió que todo aquel que quiera combatir de un paso al frente, Rakan no lo pensó dos veces y dio un paso al frente, junto a Reivy.
La sorpresa es que cuando organizaban escuadrones, Melena Blanca le pidió a Reivy y a Rakan que vayan con el, sin duda era un honor. Empezó a moverse mientras nos pedía que lo siguiéramos, Rakan se puso a su derecha sin dejar de mirar sus rasgos, estaba sorprendido por la clase de líder que era, y si algún día llegaba a ser rey, seria el mejor.
Rakan se acerco a el, poniéndose a su derecha mientras caminaban - Soy Rakan, es un honor estar a tu lado - Dijo Rakan estirando su brazo.
- Puedes llamarme Melena Blanca - dijo aceptando el brazo de Rakan, un hombre de pocas palabras,pero al menos había saludado a Rakan. Mientras los escuadrones se formaban, Melena y su grupo estaban esperando en la entrada, el resto estaba buscando sus armas y armaduras que probablemente estaban en lo del herrero.
Mientras los grupos se armaban para combatir, se armo un silencio incomodo entre los tres sujetos presentes. Rakan podía notar cierta desconfianza en si mismo, estaba... desconcertado, triste. - Melena Blanca... -
El león apenas movió su cabeza en dirección al guardián - Quiero que sepas, que estos hombres creen en ti, yo creo en ti, y estoy seguro que todos estos hombres, están dispuestos a dar la vida por alguien como tu, por que representas lo bueno y el deber de ser lider. Incluyéndome, me asegurare de que en esta batalla, vivas otro día para traer a Aerandir la paz que merece.
El león soltó una pequeña sonrisa, el resto de los escuadrones ya estaban listos para marchar - ¡Conmigo soldados! - dijo Melena Blanca, empezando la marcha hacia el bosque para interceptar al resto de brujos.
Rakan miro a Reivy - ¿Que haces aquí Reivy?... - dijo mirándola a los ojos, en su mente, no pensaba que Reivy seria una guerrera que participaba en guerras. - La ultima vez que nos vimos, estábamos escapando en la ciudad que ahora esta destruida. - Dijo soltando una leve risa y recordando ese día, uno de los primeros días en estar afuera del bosque en el que vivió.
Rakan'Drag
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Re: ¡Por el amor a Aerandir! [Guerra de Lunargenta] [Cerrado]
El camino a las afueras del campamento fue corto, en ese tiempo Melena Blanca a penas nos lanzaba alguna mirada furtiva, para asegurarse que le seguíamos y que no había errado en su decisión.
-Cuando me entere de que nos enfrentamos a los miserables que abrieron la pirámide, no pude evitar venir de inmediato. -En ese instante recordé a Lavey, todo lo que la pobre tuvo que pasar en aquella época, las perdidas que le tocaron sufrir y las que me podrían tocar a mi si ella ya no estaba. -Esa ponzoña trajo muerte a seres queridos, no pienso permitir que algo peor se repita.
Hablando con Rakan llegamos a la empalizada del campamento, los escuadrones ya estaban preparados, algunos dentro de las trincheras, otros detrás con los arcos preparados y protegidos por escudos completos de forma cuadrada. Al llegar Melena Blanca todos se cuadraron y saludaron al hombre-bestia.
-Soldados. Poco queda ya que decir, a las armas y no muráis hoy aquí. Que vuestras hijas, amantes o esposas no tengan que lloraros mañana. -Los soldados enardecidos levantaron sus armas en un rugiente coro y el líder nos dedico una mirada taciturna a Rakan y ami. -Vosotros dos, conmigo. Lideraremos el ataque.
El líder leonico salio el primero y nosotros detrás y por detrás nuestro comenzaron salir los escuadrones. Sin previo aviso de entre los arboles salio una bola de fuego que fue a parar a una de las escuadras. ¿Cuanto habíamos avanzado? 20, 50 metros a lo mucho. Era imposible que el enemigo hubiera avanzado tan rápido en tan poco tiempo.
Los gritos de los soldados en llamas no se hicieron esperar, por suerte entre los nuestros se encontraba algún hechicero piadoso de agua que rápidamente sofoco las llamas, pero para algunos fue demasiado tarde y simplemente cayeron carbonizados al suelo.
-Cuando me entere de que nos enfrentamos a los miserables que abrieron la pirámide, no pude evitar venir de inmediato. -En ese instante recordé a Lavey, todo lo que la pobre tuvo que pasar en aquella época, las perdidas que le tocaron sufrir y las que me podrían tocar a mi si ella ya no estaba. -Esa ponzoña trajo muerte a seres queridos, no pienso permitir que algo peor se repita.
Hablando con Rakan llegamos a la empalizada del campamento, los escuadrones ya estaban preparados, algunos dentro de las trincheras, otros detrás con los arcos preparados y protegidos por escudos completos de forma cuadrada. Al llegar Melena Blanca todos se cuadraron y saludaron al hombre-bestia.
-Soldados. Poco queda ya que decir, a las armas y no muráis hoy aquí. Que vuestras hijas, amantes o esposas no tengan que lloraros mañana. -Los soldados enardecidos levantaron sus armas en un rugiente coro y el líder nos dedico una mirada taciturna a Rakan y ami. -Vosotros dos, conmigo. Lideraremos el ataque.
El líder leonico salio el primero y nosotros detrás y por detrás nuestro comenzaron salir los escuadrones. Sin previo aviso de entre los arboles salio una bola de fuego que fue a parar a una de las escuadras. ¿Cuanto habíamos avanzado? 20, 50 metros a lo mucho. Era imposible que el enemigo hubiera avanzado tan rápido en tan poco tiempo.
Los gritos de los soldados en llamas no se hicieron esperar, por suerte entre los nuestros se encontraba algún hechicero piadoso de agua que rápidamente sofoco las llamas, pero para algunos fue demasiado tarde y simplemente cayeron carbonizados al suelo.
Reivy Abadder
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Re: ¡Por el amor a Aerandir! [Guerra de Lunargenta] [Cerrado]
Cuando la marcha había comenzado, poco después empezamos a recibir disparos de distintas direcciones, bolas de fuego a lo que algún mago o dragón apago. Los hombres carbonizados fue lo peor que había visto, su vida fue arrebatada en cuestión de segundos sin dejarlos sin poder reaccionar, que deshonorable. Sin duda era un enemigo que poco le importaba aquello.
Era hora de jugar un poco su juego, los escuadrones empezaban a recibir las direcciones de Melena Blanca, quien los había empezado a agrupar y a dirigir. Pero Melena Blanca tenia solamente a un puñado de los hombres a los que dirigía, debía quedarme a su lado, su vida era mas importante que la mía en este momento y solo el podía erradicar parte del mal.
- ¡Estoy con usted señor! - Dije en un grito mientras se escuchaban las explosiones que ocasionaba aquella gente, sin duda magos.
Pude ver a los magos que disparaban que estaban protegidos por guerreros que las tropas no podían cruzar, solamente un pequeño equipo podría esquivarlos para alcanzar a los magos. Y nosotros teníamos que ser ese "pequeño equipo". Mire a Melena Blanca y a Reivy - ¡Están atacando desde un terreno elevado! - dije señalando la dirección. No podía permitir que hombres sigan cayendo y teníamos que movernos antes de que mas terminen heridos.
Los gritos, los ruidos y el humo que apenas dejaba ver. Esta batalla no era normal, y ahora entiendo por que mucha gente odia a los magos, en este instante, podía comprenderlos, volvían la guerra tan... tan violenta, sus poderes son peligrosos. No me estoy sacando de ese grupo, quizás no sea de fuego como para provocar un volcán, de aire como para provocar un huracán o de agua para provocar un tsunami. Mi elemento era la tierra como para causar un terremoto, la diferencia es saber usar los poderes.
Esta gente claramente los estaba usando como no debían, quizás por eso la gente nos tiene miedo, y ahora podía comprenderlo, quizás algún día puedan vernos con otros ojos. - Bien, hora de movernos. - dije mirando en todas las direcciones, la batalla se estaba agrandando cada segundo.
Era hora de jugar un poco su juego, los escuadrones empezaban a recibir las direcciones de Melena Blanca, quien los había empezado a agrupar y a dirigir. Pero Melena Blanca tenia solamente a un puñado de los hombres a los que dirigía, debía quedarme a su lado, su vida era mas importante que la mía en este momento y solo el podía erradicar parte del mal.
- ¡Estoy con usted señor! - Dije en un grito mientras se escuchaban las explosiones que ocasionaba aquella gente, sin duda magos.
Pude ver a los magos que disparaban que estaban protegidos por guerreros que las tropas no podían cruzar, solamente un pequeño equipo podría esquivarlos para alcanzar a los magos. Y nosotros teníamos que ser ese "pequeño equipo". Mire a Melena Blanca y a Reivy - ¡Están atacando desde un terreno elevado! - dije señalando la dirección. No podía permitir que hombres sigan cayendo y teníamos que movernos antes de que mas terminen heridos.
Los gritos, los ruidos y el humo que apenas dejaba ver. Esta batalla no era normal, y ahora entiendo por que mucha gente odia a los magos, en este instante, podía comprenderlos, volvían la guerra tan... tan violenta, sus poderes son peligrosos. No me estoy sacando de ese grupo, quizás no sea de fuego como para provocar un volcán, de aire como para provocar un huracán o de agua para provocar un tsunami. Mi elemento era la tierra como para causar un terremoto, la diferencia es saber usar los poderes.
Esta gente claramente los estaba usando como no debían, quizás por eso la gente nos tiene miedo, y ahora podía comprenderlo, quizás algún día puedan vernos con otros ojos. - Bien, hora de movernos. - dije mirando en todas las direcciones, la batalla se estaba agrandando cada segundo.
Rakan'Drag
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Re: ¡Por el amor a Aerandir! [Guerra de Lunargenta] [Cerrado]
Rakan tenia razón, era hora de moverse. El líder de los leonicos alzo su arma y emprendió camino hacia la colina, sorteando bolas de fuego y aplastando todo enemigo que se pusiera por delante. Por ahora mi mejor opción era seguir a los dos hombres y esperar a estar mas cerca de los magos y brujas, transformase en este punto de la batalla seria peligroso ya que me volvería un blanco fácil de derribar.
Pero por lo visto algunos soldados no compartían mis pensamientos, ya que empezaban a verse diversos dragones por el campo de batalla. Rápida, mire hacia la cima de la loma y pude ver como los lanzadores de fuego se apartaban unos de otros, dando paso a unas brujas que se arrodillaron y colocaron las manos sobre la tierra.
Unos instantes después la tierra comenzó a moverse, tres zonas cercanas a los dragones empezaron a cambiar. La tierra se soltó y ablando, comenzó a compactarse y moldearse, la hierva se mezclo con el barro y la piedra formando unas figuras viscosas y semi endurecidas con forma humana. El aquelarre acababa de crear 3 golems de barro de un tamaño superior al de los dragones, que no tardaron en unirse a la batalla e igual la ventaja que los reptiles habían provocado.
-Parece que están sacando la artillería pesada. -Comente sin bajar el ritmo de la carrera.- Tenemos que conseguir colarnos entre sus defensas. No quiero ni pensar lo que tendrán preparado a continuación.
Algunos soldados se unieron a la carrera, levantado sus escudos para darnos protección. No veía el momento de cambiar de forma, la impotencia comenzaba a corroer mi paciencia y cada vez estábamos mas cerca de alcanzar la cima.
En el campo de batalla las formaciones habían desaparecido, ahora todos estabas diseminados en grupos. Heridos que no podían seguir combatiendo se arrastraban como podían por el suelo, tratando de llegar a una zona segura, esperando que nadie los pisara y rezando a sus dioses para que aparecieran los camilleros. La hierva se teñía de rojo y vísceras, por detrás de los aliados lluvias de flechas salían de las trincheras buscando al enemigo mas próximo, por detrás de ellas los curanderos se afanaban por cerrar heridas y entre media de estos se encontraban los taumaturgos que concentraban sus fuerzas para generar un contra hechizo que desbaratara las bestias de barro, mientras que otros centraban sus ataques en alcanzar a los magos que no paraban de lanzar bolas de fuego.
Pero por lo visto algunos soldados no compartían mis pensamientos, ya que empezaban a verse diversos dragones por el campo de batalla. Rápida, mire hacia la cima de la loma y pude ver como los lanzadores de fuego se apartaban unos de otros, dando paso a unas brujas que se arrodillaron y colocaron las manos sobre la tierra.
Unos instantes después la tierra comenzó a moverse, tres zonas cercanas a los dragones empezaron a cambiar. La tierra se soltó y ablando, comenzó a compactarse y moldearse, la hierva se mezclo con el barro y la piedra formando unas figuras viscosas y semi endurecidas con forma humana. El aquelarre acababa de crear 3 golems de barro de un tamaño superior al de los dragones, que no tardaron en unirse a la batalla e igual la ventaja que los reptiles habían provocado.
-Parece que están sacando la artillería pesada. -Comente sin bajar el ritmo de la carrera.- Tenemos que conseguir colarnos entre sus defensas. No quiero ni pensar lo que tendrán preparado a continuación.
Algunos soldados se unieron a la carrera, levantado sus escudos para darnos protección. No veía el momento de cambiar de forma, la impotencia comenzaba a corroer mi paciencia y cada vez estábamos mas cerca de alcanzar la cima.
En el campo de batalla las formaciones habían desaparecido, ahora todos estabas diseminados en grupos. Heridos que no podían seguir combatiendo se arrastraban como podían por el suelo, tratando de llegar a una zona segura, esperando que nadie los pisara y rezando a sus dioses para que aparecieran los camilleros. La hierva se teñía de rojo y vísceras, por detrás de los aliados lluvias de flechas salían de las trincheras buscando al enemigo mas próximo, por detrás de ellas los curanderos se afanaban por cerrar heridas y entre media de estos se encontraban los taumaturgos que concentraban sus fuerzas para generar un contra hechizo que desbaratara las bestias de barro, mientras que otros centraban sus ataques en alcanzar a los magos que no paraban de lanzar bolas de fuego.
Reivy Abadder
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Re: ¡Por el amor a Aerandir! [Guerra de Lunargenta] [Cerrado]
Cuando sentí que la tierra empezó a moverse, en un principio pensé que fue la magia de los dragones de tierra, incluyendo la mía lo que la había causado. Pero no fue así y algo peor emergió de la tierra, di unos pasos para atrás antes de que un soldado con escudo me empujara para adelante, poniéndose adelante mio.
Luego de que el líder levantara su arma, un gran grupo de soldados empezó la gran carrera, seguidos por nosotros. Las tornas de la batalla habían cambiado gracias a esos golems, quienes ahora no paraban de hacer volar soldados por los aires. Ir en dirección recta no estaba ayudando, pero tampoco flanquearlos, eran buenos y con la ayuda de las brujas, eran mejores que cualquier golem.
Mire a nuestro gran equipo, que gracias a los golems, ahora eramos unos pocos. El líder leonico alzo su voz ante los ruidos de la batalla - ¡Hay que formar un circulo! - dijo Melena Blanca, todos los soldados hicieron caso y formaron un circulo, todos los soldados con escudo cerraban el circulo y dentro estábamos los que no teníamos escudo.
Empezamos a avanzar lentamente, ahora mantener la formación era difícil y una gran lluvia de flechas empezó a caer. El soldado adelante de Melena Blanca no tardo en caer de un flechazo en la cabeza, a lo que me adelante a tomar el escudo. Sabia que podía compartir el mismo destino que aquel sujeto, pero Melena Blanca iba a poder hacer el doble de lo que yo podía hacer en tiempos de guerra.
- ¡Debemos pensar en otra cosa, esto no esta funcionando! - Grite mirando a todos, teníamos que hacer algo o de nada serviría formar el circulo, que poco a poco dejaba de tener forma debido a la gran perdida de soldados que estábamos teniendo. En ese momento solo Reivy y Melena Blanca podían hacer algo para detenerlos, mi mente estaba en blanco y solamente podía ayudarlos.
Luego de que el líder levantara su arma, un gran grupo de soldados empezó la gran carrera, seguidos por nosotros. Las tornas de la batalla habían cambiado gracias a esos golems, quienes ahora no paraban de hacer volar soldados por los aires. Ir en dirección recta no estaba ayudando, pero tampoco flanquearlos, eran buenos y con la ayuda de las brujas, eran mejores que cualquier golem.
Mire a nuestro gran equipo, que gracias a los golems, ahora eramos unos pocos. El líder leonico alzo su voz ante los ruidos de la batalla - ¡Hay que formar un circulo! - dijo Melena Blanca, todos los soldados hicieron caso y formaron un circulo, todos los soldados con escudo cerraban el circulo y dentro estábamos los que no teníamos escudo.
Empezamos a avanzar lentamente, ahora mantener la formación era difícil y una gran lluvia de flechas empezó a caer. El soldado adelante de Melena Blanca no tardo en caer de un flechazo en la cabeza, a lo que me adelante a tomar el escudo. Sabia que podía compartir el mismo destino que aquel sujeto, pero Melena Blanca iba a poder hacer el doble de lo que yo podía hacer en tiempos de guerra.
- ¡Debemos pensar en otra cosa, esto no esta funcionando! - Grite mirando a todos, teníamos que hacer algo o de nada serviría formar el circulo, que poco a poco dejaba de tener forma debido a la gran perdida de soldados que estábamos teniendo. En ese momento solo Reivy y Melena Blanca podían hacer algo para detenerlos, mi mente estaba en blanco y solamente podía ayudarlos.
Rakan'Drag
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Re: ¡Por el amor a Aerandir! [Guerra de Lunargenta] [Cerrado]
Todo empeoraba por momentos, el enemigo nos ganaba terreno y no nos quedaba otra que ponernos a la defensiva. Con los escudos en alto los soldados defendían a su líder como buena mente podían, pero las tropas caían rápido y cada vez el cerco se estrechaba mas y la preposicional de infantería escaseaba.
La solución que tenia en mente era sencilla, pero bajo una lluvia de flechas una acción simple resultaba complicada. Comencé a recular dentro de los escudos a la vez que mi cuerpo humano se iba transformando, en esta ocasión brazos y piernas fueron lo primero en cambiar. El ritmo cardíaco se estaba acelerado lo que facilitaba la renovación del pulso eléctrico que comenzaba a rodear mi cuerpo, para cuando este estuvo estabilizado yo ya me encontraba fuera de las defensas y con el cuerpo a medio camio entre una mujer lagarto y un dragón. A los pocos segundos toda mi fisonomía era la de un robusto dragón, la electricidad que envolvía mi cuerpo logro repeler las flechas que sobrepasaban el circulo defensor, y ahora que el cambio estaba completo las flechas chocaban contra la escamas como si fueran piedras que saltan bajo el carro en un camino.
Sin tiempo que perder lance una potente ráfaga de aire acompañada de un rugido, el viento que se formo desde mis pulmones arremetió contra la flechas y las desvió de su dirección original haciéndolas volar en sentido contrario.
Las tornas se volvían a girar, ahora que el líder y la fuerza principal avanzaban a buen ritmo. Las salvas de flechas seguían cayendo y los conjuros de aire aparecían al contraataque en cada intento. Al rededor de mi posición el grueso de infantería formaba un perímetro de seguridad para defenderme de cualquier atacante que apareciera a ras de suelo. Los otros dragones peleaban con los golems y la mayoría de ellos, después de reponerse de la sorpresa inicial habían logrado acabar con ellos, algunos los derribaron con fuerza bruta, otros usaron sus elementos para endurecer el barro y romperlos o lanzaban chorros de agua hirviendo consiguiendo deshacer el hechizo de forma natural.
Casi podíamos tocar la cima de la colina.
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Offf:
Habilidades: Transformación en dragón y maestría Aliento elemental.
La solución que tenia en mente era sencilla, pero bajo una lluvia de flechas una acción simple resultaba complicada. Comencé a recular dentro de los escudos a la vez que mi cuerpo humano se iba transformando, en esta ocasión brazos y piernas fueron lo primero en cambiar. El ritmo cardíaco se estaba acelerado lo que facilitaba la renovación del pulso eléctrico que comenzaba a rodear mi cuerpo, para cuando este estuvo estabilizado yo ya me encontraba fuera de las defensas y con el cuerpo a medio camio entre una mujer lagarto y un dragón. A los pocos segundos toda mi fisonomía era la de un robusto dragón, la electricidad que envolvía mi cuerpo logro repeler las flechas que sobrepasaban el circulo defensor, y ahora que el cambio estaba completo las flechas chocaban contra la escamas como si fueran piedras que saltan bajo el carro en un camino.
Sin tiempo que perder lance una potente ráfaga de aire acompañada de un rugido, el viento que se formo desde mis pulmones arremetió contra la flechas y las desvió de su dirección original haciéndolas volar en sentido contrario.
Las tornas se volvían a girar, ahora que el líder y la fuerza principal avanzaban a buen ritmo. Las salvas de flechas seguían cayendo y los conjuros de aire aparecían al contraataque en cada intento. Al rededor de mi posición el grueso de infantería formaba un perímetro de seguridad para defenderme de cualquier atacante que apareciera a ras de suelo. Los otros dragones peleaban con los golems y la mayoría de ellos, después de reponerse de la sorpresa inicial habían logrado acabar con ellos, algunos los derribaron con fuerza bruta, otros usaron sus elementos para endurecer el barro y romperlos o lanzaban chorros de agua hirviendo consiguiendo deshacer el hechizo de forma natural.
Casi podíamos tocar la cima de la colina.
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Reivy Abadder
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Re: ¡Por el amor a Aerandir! [Guerra de Lunargenta] [Cerrado]
Estábamos avanzando mas de lo que esperaba, nuestros hombres ya casi llegaban a la cima, seguíamos sufriendo bajas y si no deteníamos la lluvia de flechas nos quedaríamos sin hombres para cuando lleguemos, mire a Reivy que ya parecía estar yendo hacia la cima, me quede al lado de Melena Blanca para protegerlo.
Sin embargo cuando Reivy se fue, sufrimos una emboscada, tuvimos que ponernos a pelear casi llegando a la cima, gracias a la formación de escudos que teníamos no nos tomo por sorpresa, teníamos buenos hombres a nuestro lado, buenos guerreros que no dudarían en dar su vida por su líder.
Agarre un escudo de un soldado caído y lo levante, quedándome al lado de Melena por si otra lluvia de flechas caía en nuestra dirección. Empezamos a luchar contra todo aquel que venia hacia nosotros, la batalla estaba cada vez complicándose mas, teníamos que reaccionar antes de que fuera tarde.
Pero era de preocuparse por todos los soldados, no solo uno, ¿por que solo a Melena Blanca?, rápidamente tire mi escudo y salí del circulo, enemigos avanzaban mientras soldados eran masacrados y nosotros defendiendo solamente a un líder, no, no podía ser así. Rápidamente mi forma empezó a cambiar, las escamas me consumían y yo seguía corriendo, mis ojos cambiaban de forma y al segundo ya era un dragón.
Me puse adelante de los soldados que no paraban de caer, necesitaban un líder ellos también. Un dragón mas grande de lo normal iba a ayudarlos, tenían que sentirse inspirados, que esta guerra ya estaba ganada desde que se empezó. Tire a toda una fila de soldados enemigos con mi cola, mire a mis soldados y solté un rugido, y volví a darme vuelta, retrocedí unos pasos y mire a todos los enemigos que veían en nuestra dirección.
Era hora de prepararnos para la oleada, no podía inspirar a los hombres en esta forma, no podía hablarles, pero si podía rugir, podía comunicarme de la única manera que podía. Los soldados se posicionaron detrás mio, y solté un rugido tan fuerte que en el final me quede sin voz. Los soldados gritaron cuando termine, estábamos preparados, era hora.
Empezamos a cargar y sin saberlo ya estábamos peleando los unos contra los otros. Mientras algunos enemigos caían, logre ver una manera de flanquear a las brujas y a todos los enemigos sobre el campo de batalla. Mas soldados se me unían durante la carga, esto podía funcionar, solo teníamos que llegar a tiempo.
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[>] Habilidad Racial = Transformación en dragón.
Sin embargo cuando Reivy se fue, sufrimos una emboscada, tuvimos que ponernos a pelear casi llegando a la cima, gracias a la formación de escudos que teníamos no nos tomo por sorpresa, teníamos buenos hombres a nuestro lado, buenos guerreros que no dudarían en dar su vida por su líder.
Agarre un escudo de un soldado caído y lo levante, quedándome al lado de Melena por si otra lluvia de flechas caía en nuestra dirección. Empezamos a luchar contra todo aquel que venia hacia nosotros, la batalla estaba cada vez complicándose mas, teníamos que reaccionar antes de que fuera tarde.
Pero era de preocuparse por todos los soldados, no solo uno, ¿por que solo a Melena Blanca?, rápidamente tire mi escudo y salí del circulo, enemigos avanzaban mientras soldados eran masacrados y nosotros defendiendo solamente a un líder, no, no podía ser así. Rápidamente mi forma empezó a cambiar, las escamas me consumían y yo seguía corriendo, mis ojos cambiaban de forma y al segundo ya era un dragón.
Me puse adelante de los soldados que no paraban de caer, necesitaban un líder ellos también. Un dragón mas grande de lo normal iba a ayudarlos, tenían que sentirse inspirados, que esta guerra ya estaba ganada desde que se empezó. Tire a toda una fila de soldados enemigos con mi cola, mire a mis soldados y solté un rugido, y volví a darme vuelta, retrocedí unos pasos y mire a todos los enemigos que veían en nuestra dirección.
Era hora de prepararnos para la oleada, no podía inspirar a los hombres en esta forma, no podía hablarles, pero si podía rugir, podía comunicarme de la única manera que podía. Los soldados se posicionaron detrás mio, y solté un rugido tan fuerte que en el final me quede sin voz. Los soldados gritaron cuando termine, estábamos preparados, era hora.
Empezamos a cargar y sin saberlo ya estábamos peleando los unos contra los otros. Mientras algunos enemigos caían, logre ver una manera de flanquear a las brujas y a todos los enemigos sobre el campo de batalla. Mas soldados se me unían durante la carga, esto podía funcionar, solo teníamos que llegar a tiempo.
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[>] Habilidad Racial = Transformación en dragón.
Rakan'Drag
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Re: ¡Por el amor a Aerandir! [Guerra de Lunargenta] [Cerrado]
Un dragón de tierra por delante y otra de aire por detrás, la cosa no podía estar mejor. Acabábamos de darle la vuelta a la tortilla, Melena blanca luchaba a capa y espada con los leonicos, mientras que un pequeño grupo de infantería cargaba con Rakan, ahora los arqueros enemigos no sabían que hacer, tenían dos frentes que cubrir, o se defendían ellos o cubrían a los brujos.
Cuando el pánico atenaza a los corazones débiles se toman malas decisiones, muy malas decisiones, los arquero decidieron defender sus propias vidas, las primeras filas soltaron el arco y sacaron las espadas para defenderse de los primeros leonicos que atravesaban las lineas de defensa.
Alce el vuelo, estaba a tan solo... ¿Que? 15, 20 metros eran poca distancia para plantearse volar, pero era la mejor decisión teniendo en cuenta la cantidad de obstáculos que había en tierra.
Los brujos de tierra estaban ya agotados y los de fuego peleaban a duras penas con hechizos menores, mientras los primeros tomaban alguna clase de poción revitalizadora
Otro acto que les pasaría factura mas pronto que tarde, pues aproveche aquel fallo para lanzar rayos desde el cielo, la electricidad se movió a la velocidad de la luz impactando en los metales de las varas mágicas o en los pequeños ornamentos de metal que llevaban al pecho.
Antes de que pudieran perderme de vista aterrice a su espalda y enfoque la energía un rayo dividido que arremetió contra los dos magos de tierra que habían quedado en pie.
Los magos de fuego ya no se centraban en lo que ocurría colina abajo, la cual estaba siendo capturada por los defensores. La fuerza de ataque se había desbalanceado, los soldados que tenían que frenar el avance de los leonicos no eran apoyados por el fuego supresor y ahora eran derrotados sin remedio.
La columna de defensores ahora pasaban a la ataque y los arqueros atrincherados junto a la barricadas salían para apoyar a los valientes que ascendían por la colina.
En cuestión de momento los magos de fuego caerían igual que estaban cayendo los arqueros de la cima a manos del grupo de Rakan.
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Off: Habilidad lvl0: Centella dividida.
Cuando el pánico atenaza a los corazones débiles se toman malas decisiones, muy malas decisiones, los arquero decidieron defender sus propias vidas, las primeras filas soltaron el arco y sacaron las espadas para defenderse de los primeros leonicos que atravesaban las lineas de defensa.
Alce el vuelo, estaba a tan solo... ¿Que? 15, 20 metros eran poca distancia para plantearse volar, pero era la mejor decisión teniendo en cuenta la cantidad de obstáculos que había en tierra.
Los brujos de tierra estaban ya agotados y los de fuego peleaban a duras penas con hechizos menores, mientras los primeros tomaban alguna clase de poción revitalizadora
Otro acto que les pasaría factura mas pronto que tarde, pues aproveche aquel fallo para lanzar rayos desde el cielo, la electricidad se movió a la velocidad de la luz impactando en los metales de las varas mágicas o en los pequeños ornamentos de metal que llevaban al pecho.
Antes de que pudieran perderme de vista aterrice a su espalda y enfoque la energía un rayo dividido que arremetió contra los dos magos de tierra que habían quedado en pie.
Los magos de fuego ya no se centraban en lo que ocurría colina abajo, la cual estaba siendo capturada por los defensores. La fuerza de ataque se había desbalanceado, los soldados que tenían que frenar el avance de los leonicos no eran apoyados por el fuego supresor y ahora eran derrotados sin remedio.
La columna de defensores ahora pasaban a la ataque y los arqueros atrincherados junto a la barricadas salían para apoyar a los valientes que ascendían por la colina.
En cuestión de momento los magos de fuego caerían igual que estaban cayendo los arqueros de la cima a manos del grupo de Rakan.
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Off: Habilidad lvl0: Centella dividida.
Reivy Abadder
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Re: ¡Por el amor a Aerandir! [Guerra de Lunargenta] [Cerrado]
Un rugido levantando mi cabeza fue la señal para los soldados que se encontraban detrás mio, todos empezaron a cargar derribando a todo aquel que se interponía en nuestro camino mientras otros grupos peleaban y asesinaban a otros enemigos, si las cosas seguían con este rumbo, pronto ganaríamos la batalla.
Varios soldados enemigos empezaron a tirarme lanzas, las cuales esquive fácilmente, di un golpe al suelo con una de mis garras, provocando un leve temblor y haciendo que los enemigos se desequilibraran, dándole la oportunidad a mis tropas de que asesinen a los lanceros.
Seguimos avanzando colina arriba y asesinando a los arqueros que se encontraban en nuestro paso, a mitad del camino volví a mi forma humana formando una fila con los soldados, mirando a Melena Blanca que se aproximaba con otro grupo de soldados, si la estrategia funcionaba, los 3 grupos deberían juntarse en la colina, flanqueando al enemigo.
- ¡Avancen! - grite levantando la espada y señalando la colina, empece a correr en esa dirección siendo el primero de la fila, pronto una flecha terminaría en mi hombro, pero sin efecto gracias a las hombreras. Sonreí al ver la flecha caer, me detuve junto a los soldados al estar cerca de la colina, esperando la señal de los otros grupos para atacar la colina y terminar con los brujos.
Sin embargo, esta guerra mágica era algo fuerte, y eso es producto de la magia. Creo que ahora empezaba a entender porque la gente veía la magia como un peligro y no los culpaba, invocar Golems, rayos por todos lados, terremotos. La magia puede usarse para buenas causas, por buenos caminos... pero también por malos, y eso la convertía en peligrosa, la magia era peligrosa. Solo que dependía de como se usaba.
Varios soldados enemigos empezaron a tirarme lanzas, las cuales esquive fácilmente, di un golpe al suelo con una de mis garras, provocando un leve temblor y haciendo que los enemigos se desequilibraran, dándole la oportunidad a mis tropas de que asesinen a los lanceros.
Seguimos avanzando colina arriba y asesinando a los arqueros que se encontraban en nuestro paso, a mitad del camino volví a mi forma humana formando una fila con los soldados, mirando a Melena Blanca que se aproximaba con otro grupo de soldados, si la estrategia funcionaba, los 3 grupos deberían juntarse en la colina, flanqueando al enemigo.
- ¡Avancen! - grite levantando la espada y señalando la colina, empece a correr en esa dirección siendo el primero de la fila, pronto una flecha terminaría en mi hombro, pero sin efecto gracias a las hombreras. Sonreí al ver la flecha caer, me detuve junto a los soldados al estar cerca de la colina, esperando la señal de los otros grupos para atacar la colina y terminar con los brujos.
Sin embargo, esta guerra mágica era algo fuerte, y eso es producto de la magia. Creo que ahora empezaba a entender porque la gente veía la magia como un peligro y no los culpaba, invocar Golems, rayos por todos lados, terremotos. La magia puede usarse para buenas causas, por buenos caminos... pero también por malos, y eso la convertía en peligrosa, la magia era peligrosa. Solo que dependía de como se usaba.
Rakan'Drag
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Re: ¡Por el amor a Aerandir! [Guerra de Lunargenta] [Cerrado]
Chispa a chispa, de golpe en golpe, quemadura tras quemadura. No dejaba de arremeter contra los brujos y los brujos no dejaron de atacar hasta que callo el ultimo de ellos. Los leonicos les cubrían la escapatoria, estaban rodeados, entre el grupo de atacantes pude ver a Rakan y a Melena Blanca que no para de asestar golpes con la espada. No tardamos ni cinco minutos en capturar la cima, cuando solo quedaron en pie nuestros soldados lance un rugido de triunfo al aire mientras cambiaba de forma.
-Lo hicimos. -Dije pletórica caminando cansada hacia el rubio y el león. -Repelimos el ataque. -Ahora miraba a el líder de los leonicos. -El aquelarre se lo pensara dos veces antes de atacar de nuevo el campamento.
Melena blanca asintió con la cabeza, se agacho sobre uno de los muertos y limpio su espada con la ropa del caído antes de enfundarla.
-Ahora queda la peor parte, recoger los cadáveres y los heridos, escribir cartas a las familias que se han quedado sin padres o madres, o diciendo que su hijo no volverá de la guerra. ¡Soldados! -Exclamo mirando a los supervivientes. -Ayudad a vuestros hermanos y hermanas a levantarse del suelo. Los que todavía tengan fuerzas que cojan carros y apilen los cuerpos. Despojad al enemigo de cualquier cosa útil que nos pueda servir en próximas batallas y regresad al campamento. -Ahora se giro hacia Rakan y hacia mi. -Lo habéis hecho bien muchachos, ayudad en lo que podáis y descansad en vuestras tiendas. Os merecéis un descanso.
Podría haber dicho muchas cosas, pero las palabras sobraban en aquel momento. Simplemente asentí con la cabeza y comencé a empujar un carro que subía por la colina. El león estaba en lo cierto, aun faltaba lo peor, y es que ver los cadáveres mutilados y cercenados sobre el carromato como si fueran meros montones de carnes revolvía las tripas de cualquiera.
Al ver a una chica rubia de no mas de 18 años con las tripas por fuera pensé en Lavey ¿Estaría ella igual que esta chica? metida en un carro donde nadie sabrá quien es. ¿Estará a salvo en el lugar al que la mande? ¿Consiguió siquiera llegar? El cansancio gritaba por apoderarse de mi cuerpo, pero el corazón me gritaba que fuera a buscarla.
-Lo hicimos. -Dije pletórica caminando cansada hacia el rubio y el león. -Repelimos el ataque. -Ahora miraba a el líder de los leonicos. -El aquelarre se lo pensara dos veces antes de atacar de nuevo el campamento.
Melena blanca asintió con la cabeza, se agacho sobre uno de los muertos y limpio su espada con la ropa del caído antes de enfundarla.
-Ahora queda la peor parte, recoger los cadáveres y los heridos, escribir cartas a las familias que se han quedado sin padres o madres, o diciendo que su hijo no volverá de la guerra. ¡Soldados! -Exclamo mirando a los supervivientes. -Ayudad a vuestros hermanos y hermanas a levantarse del suelo. Los que todavía tengan fuerzas que cojan carros y apilen los cuerpos. Despojad al enemigo de cualquier cosa útil que nos pueda servir en próximas batallas y regresad al campamento. -Ahora se giro hacia Rakan y hacia mi. -Lo habéis hecho bien muchachos, ayudad en lo que podáis y descansad en vuestras tiendas. Os merecéis un descanso.
Podría haber dicho muchas cosas, pero las palabras sobraban en aquel momento. Simplemente asentí con la cabeza y comencé a empujar un carro que subía por la colina. El león estaba en lo cierto, aun faltaba lo peor, y es que ver los cadáveres mutilados y cercenados sobre el carromato como si fueran meros montones de carnes revolvía las tripas de cualquiera.
Al ver a una chica rubia de no mas de 18 años con las tripas por fuera pensé en Lavey ¿Estaría ella igual que esta chica? metida en un carro donde nadie sabrá quien es. ¿Estará a salvo en el lugar al que la mande? ¿Consiguió siquiera llegar? El cansancio gritaba por apoderarse de mi cuerpo, pero el corazón me gritaba que fuera a buscarla.
Reivy Abadder
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Re: ¡Por el amor a Aerandir! [Guerra de Lunargenta] [Cerrado]
Al fin habíamos llegado a la cima, derribando a los últimos enemigos y alzándonos con la victoria, me di vuelta mirando a los soldados que me habian seguido, levante la Excalibur en alto y sonreí mirándolos - ¡Lo hicimos! - dije riendo levemente
Luego de escuchar a Melena y ver como Reivy se iba, mire el campo de batalla, lleno de cadaveres con soldados, hombres y mujeres de todas las edades, era triste y doloroso ver esto. La guerra costaba muchas vidas y si esta batalla costaba tanto no quería imaginarme una batalla con miles y miles de hombres. Me quede en la colina, alrededor de los cadáveres viendo como el sol se alzaba ante las nubes grises, iluminando el campo de batalla. Sonreí asintiendo y dándome vuelta - Los dragones irán a casa - susurre para mi mismo mirando los cadáveres, sabia que ahora ellos estaban en un mejor lugar.
Me acerque a uno de los hombres tirados y me agache, me miro respirando agitadamente, herido y agonizando. - Lo... lo hicimos. - dijo desviando su mirada hacia la mia
- Si, lo hicimos - choque mis labios, agarrando su mano y apretándola - Todo estará bien amigo. -
- ¿Co...como te llamas? - dijo tosiendo.
- Rakan. -
- Estoy asustado Rakan. - dijo el sujeto con lagrimas en los ojos y ahora mirando al cielo
- Tranquilo, aquí estoy. - dije asintiendo - Hoy salvaste miles de vidas a costa de la tuya... los ancestrales están orgullosos, pronto ellos mismos te lo dirán -
El sujeto asintió por ultima vez, muriendo con un ultimo suspiro, cerré sus ojos y lo cargue en mis brazos, dirigiéndome al campamento nuevamente... la batalla había tomado vidas, sin saber si era el destino, los dioses o las consecuencias de malas acciones, lo único que podía pensar era en las familias que ahora tenían un integrante menos.
Luego de escuchar a Melena y ver como Reivy se iba, mire el campo de batalla, lleno de cadaveres con soldados, hombres y mujeres de todas las edades, era triste y doloroso ver esto. La guerra costaba muchas vidas y si esta batalla costaba tanto no quería imaginarme una batalla con miles y miles de hombres. Me quede en la colina, alrededor de los cadáveres viendo como el sol se alzaba ante las nubes grises, iluminando el campo de batalla. Sonreí asintiendo y dándome vuelta - Los dragones irán a casa - susurre para mi mismo mirando los cadáveres, sabia que ahora ellos estaban en un mejor lugar.
Me acerque a uno de los hombres tirados y me agache, me miro respirando agitadamente, herido y agonizando. - Lo... lo hicimos. - dijo desviando su mirada hacia la mia
- Si, lo hicimos - choque mis labios, agarrando su mano y apretándola - Todo estará bien amigo. -
- ¿Co...como te llamas? - dijo tosiendo.
- Rakan. -
- Estoy asustado Rakan. - dijo el sujeto con lagrimas en los ojos y ahora mirando al cielo
- Tranquilo, aquí estoy. - dije asintiendo - Hoy salvaste miles de vidas a costa de la tuya... los ancestrales están orgullosos, pronto ellos mismos te lo dirán -
El sujeto asintió por ultima vez, muriendo con un ultimo suspiro, cerré sus ojos y lo cargue en mis brazos, dirigiéndome al campamento nuevamente... la batalla había tomado vidas, sin saber si era el destino, los dioses o las consecuencias de malas acciones, lo único que podía pensar era en las familias que ahora tenían un integrante menos.
Rakan'Drag
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Re: ¡Por el amor a Aerandir! [Guerra de Lunargenta] [Cerrado]
La carreta avanzaba lentamente, cuando se llenaba desaparecía con lentitud hacia el campamento y otra vacía se acercaba. Cuerpo enemigo, espada en el cuello; cuerpo aliado, mano al cuello y luego a la carreta o a una camilla y al hospital de campaña.
A mi lado se encontraba una leonica con rasgos de ave, tenia plumas en lugar de pelo sobre la cabeza, un ala parecía estar descolgada, le arrastraba por el suelo, el pico lo tenia manchado de sangre propia y ajena. Le dije que se fuera a descansar, a que la mirara un medico, pero se negó en rotundo, estaba buscando a su padre.
Cuando me dijo aquel detalle le pregunte sobre el aspecto del hombre y mientras lo describía no pude evitar pensar que esa podía ser Lavey, buscándome entre pilas de cadáveres y fosas comunes. Quería irme de aquel lugar, echar a volar y buscar a mi cría, tenia que salir de aquel matadero. ¿Porque la gente se obcecaba en ir a la guerra? ¿Porque tenían que morir inocentes por defender el honor de un rey que ni siquiera se sabia sus nombres?
La realidad es que aquellas preguntas eran puro romanticismos, yo misma había elegido ir a la guerra por venganza, escondida detrás de un honor a la familia ajena, a los parientes de la niña que adopté. A la que la enfermedad de la pirámide se había llevado a sus padres y hermanos.
Un sabio una vez dijo que la venganza era algo efímero que no generaba satisfacción en su cumplimiento, sino ira y rencor durante el proceso y desolación y arrepentimiento en su finalización. Desconocía el nombre de aquel sabio, pero tenia razón, me puse en peligro demasiadas veces y deje a la pequeña dragona sola en un poblado donde no conocía a nadie ¿Y porque? por que la ira invadió mi ser al descubrir que los vampiros que regentaban Lunargenta eran los precursores de la apertura de la pirámide.
El solo estaba en su máxima altitud cuando mi cuerpo decidió que era suficiente, que ya no podía seguir recogiendo cuerpos y llevando heridos en camillas, había sido un día demoledor y apenas era mediodía. Entre al campamento arrastrando los pies, en silencio hice cola para recibir la ración de comida y bebida que me correspondía y me senté agotada junto a una hoguera.
A mi lado se encontraba una leonica con rasgos de ave, tenia plumas en lugar de pelo sobre la cabeza, un ala parecía estar descolgada, le arrastraba por el suelo, el pico lo tenia manchado de sangre propia y ajena. Le dije que se fuera a descansar, a que la mirara un medico, pero se negó en rotundo, estaba buscando a su padre.
Cuando me dijo aquel detalle le pregunte sobre el aspecto del hombre y mientras lo describía no pude evitar pensar que esa podía ser Lavey, buscándome entre pilas de cadáveres y fosas comunes. Quería irme de aquel lugar, echar a volar y buscar a mi cría, tenia que salir de aquel matadero. ¿Porque la gente se obcecaba en ir a la guerra? ¿Porque tenían que morir inocentes por defender el honor de un rey que ni siquiera se sabia sus nombres?
La realidad es que aquellas preguntas eran puro romanticismos, yo misma había elegido ir a la guerra por venganza, escondida detrás de un honor a la familia ajena, a los parientes de la niña que adopté. A la que la enfermedad de la pirámide se había llevado a sus padres y hermanos.
Un sabio una vez dijo que la venganza era algo efímero que no generaba satisfacción en su cumplimiento, sino ira y rencor durante el proceso y desolación y arrepentimiento en su finalización. Desconocía el nombre de aquel sabio, pero tenia razón, me puse en peligro demasiadas veces y deje a la pequeña dragona sola en un poblado donde no conocía a nadie ¿Y porque? por que la ira invadió mi ser al descubrir que los vampiros que regentaban Lunargenta eran los precursores de la apertura de la pirámide.
El solo estaba en su máxima altitud cuando mi cuerpo decidió que era suficiente, que ya no podía seguir recogiendo cuerpos y llevando heridos en camillas, había sido un día demoledor y apenas era mediodía. Entre al campamento arrastrando los pies, en silencio hice cola para recibir la ración de comida y bebida que me correspondía y me senté agotada junto a una hoguera.
Reivy Abadder
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Re: ¡Por el amor a Aerandir! [Guerra de Lunargenta] [Cerrado]
El día estaba terminando, la batalla fue victoriosa... ¿pero a que costo? Familias enteras ahora sin un padre, sin un hijo, sin un nieto para los suertudos. La guerra solo era para mal, y nada podía festejarse cuando lo pensabas. Es ahora cuando mi pensamiento de paz se fortalecía, cuando sentía por que luchaba, por que era un guardián.
Guardián no solo de los ancestrales, también de la tierra y las razas por igual, sentía que mi objetivo tomaba sentido al ver estas atrocidades que los reyes hacían solo para ganar territorio, recursos, etc. Si todo Aerandir estaría bajo un reino, estas guerras pararían y las razas podrían convivir una con otras.
Pero ahí es cuando entraba el pensamiento que tanto corrompía a la gente, la oscuridad que habitaba en el fondo de ellos, y no quiero parecer un ser de luz puro, uno de mis dioses es un ser de pura oscuridad, mientras que el que es de luz, dejo al dios oscuro con toda la responsabilidad, con toda la carga.
Todos cometemos errores, incluso los dioses. Después de todo, son los errores de los que aprendemos. Sin mas pensamientos sobre dioses y apartando la oscuridad de los hombres, me dirigí hacia el campamento cargando el cuerpo y entregándolo a la pila donde estaban todos los demás, me sente a un costado en el cual estaba el herrero al que habia ayudado hace unas horas antes de la batalla.
-- Me da gusto saber que aun sigues en pie anciano -- dije en un tono sarcástico y sonriendo
El anciano golpeo mi hombro levemente riendo conmigo. -- Soy mas duro de lo que crees... ahora ven, tenemos espadas y armaduras que hacer. -- dijo levantándose y palmeando mi espalda... la guerra contra la oscuridad todavía no había terminado.
Guardián no solo de los ancestrales, también de la tierra y las razas por igual, sentía que mi objetivo tomaba sentido al ver estas atrocidades que los reyes hacían solo para ganar territorio, recursos, etc. Si todo Aerandir estaría bajo un reino, estas guerras pararían y las razas podrían convivir una con otras.
Pero ahí es cuando entraba el pensamiento que tanto corrompía a la gente, la oscuridad que habitaba en el fondo de ellos, y no quiero parecer un ser de luz puro, uno de mis dioses es un ser de pura oscuridad, mientras que el que es de luz, dejo al dios oscuro con toda la responsabilidad, con toda la carga.
Todos cometemos errores, incluso los dioses. Después de todo, son los errores de los que aprendemos. Sin mas pensamientos sobre dioses y apartando la oscuridad de los hombres, me dirigí hacia el campamento cargando el cuerpo y entregándolo a la pila donde estaban todos los demás, me sente a un costado en el cual estaba el herrero al que habia ayudado hace unas horas antes de la batalla.
-- Me da gusto saber que aun sigues en pie anciano -- dije en un tono sarcástico y sonriendo
El anciano golpeo mi hombro levemente riendo conmigo. -- Soy mas duro de lo que crees... ahora ven, tenemos espadas y armaduras que hacer. -- dijo levantándose y palmeando mi espalda... la guerra contra la oscuridad todavía no había terminado.
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Re: ¡Por el amor a Aerandir! [Guerra de Lunargenta] [Cerrado]
No se cuanto tiempo tarde en comer, el agotamiento era tal que pasaba una eternidad entre cucharada y cucharada. Aunque habíamos ganado, el silencio en el campamento era demoledor y tan solo era roto por los quejidos de los heridos, el martilleo del herrero y los llantos desconsolados de algún guerrero.
Al terminar de comer deje todo donde tocaba y me fui a unos de los baldes que habían dispersos por las tiendas, donde la milicia se limpiaba como podía. Agarre un cubo pequeño y esparcí su contenido por mis brazos, piernas y por todo lugar donde hubiera sangre. Ahora solo faltaba pasar por la carpa del hospital para dar constancia de que estaba viva y volver a la tienda asignada a por mis cosas.
La idea seguía rondándome por la cabeza, aquella guerra ya no era la mía. Cuando se hizo la noche y el campamento quedo tranquilo, salí de la tienda y me perdí en el bosque, cambie de forma y salí volando en busca de Lavey. Ya tendría tiempo de descansar cuando la encontrara.
La noche estaba despejada y me fue fácil orientarme con las estrellas, recordaba la ubicación del mapa y el aire me era favorable, si nada salia mal en una semana estaría en aquel poblado licantropo donde la bisa Leo aseguraba que era seguro, ojala aquella información no haya sufridos cambios.
Gire la cabeza una ultima vez hacia el campamento de Melena Blanca, desde la distancia y altura apenas se podían ver algunas fogatas.
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Off: Por mi ya lo podemos cerrar.
Al terminar de comer deje todo donde tocaba y me fui a unos de los baldes que habían dispersos por las tiendas, donde la milicia se limpiaba como podía. Agarre un cubo pequeño y esparcí su contenido por mis brazos, piernas y por todo lugar donde hubiera sangre. Ahora solo faltaba pasar por la carpa del hospital para dar constancia de que estaba viva y volver a la tienda asignada a por mis cosas.
La idea seguía rondándome por la cabeza, aquella guerra ya no era la mía. Cuando se hizo la noche y el campamento quedo tranquilo, salí de la tienda y me perdí en el bosque, cambie de forma y salí volando en busca de Lavey. Ya tendría tiempo de descansar cuando la encontrara.
La noche estaba despejada y me fue fácil orientarme con las estrellas, recordaba la ubicación del mapa y el aire me era favorable, si nada salia mal en una semana estaría en aquel poblado licantropo donde la bisa Leo aseguraba que era seguro, ojala aquella información no haya sufridos cambios.
Gire la cabeza una ultima vez hacia el campamento de Melena Blanca, desde la distancia y altura apenas se podían ver algunas fogatas.
___________
Off: Por mi ya lo podemos cerrar.
Reivy Abadder
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