El lobo de Ulmer [Evento de Año Nuevo]
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El lobo de Ulmer [Evento de Año Nuevo]
El lobo de Ulmer
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Jester Lyndon, laúd en mano, se colocó en lo alto del estrado. Más de veinte ciudadanos se reunieron en torno al bardo para escuchar la historia que tenía que contar. El hombre sonrió. Sabía que aquello serían con fortuna varios cientos de aeros al terminar. Nada mal para una fría noche invernal. Con el tenue apagado de la luz de luna, comenzó a tocar los primeros acordes de la canción.
¡Ay. Qué tragedia más grande tuvo lugar en Villacedro! Un pequeño pueblo cerca de Ulmer. ¡Un licántropo había comenzado a con asesinar a los ciudadanos de aquella villa tranquila. Cuando hallaron el primer cadáver, pese a la brutalidad del acto, se creía que había sido algún tipo de rencilla personal. Pero al ser brutalmente asesinado un segundo la siguiente noche, rápidamente los habitantes del pueblo descubrieron que se encontraban ante una amenaza mayor: La de un asesino en serie.
El Condestable Rudolph, alcalde de la ciudad. Pidió auxilio a las sacerdotisas del clan Neril de Sandorái, y también a los famosos leónicos. Las primeras eran bastante recelosas a colaborar con los licántropos, y únicamente enviaron a la espigada Elentari para ayudar a los posibles heridos. Los segundos, superados por los problemas que sucedían en el Este en los últimos tiempos, sólo pudieron enviar a uno de sus más valientes soldados: Duro Khos. Contaban también con la ayuda de un silencioso hipnotizador que pasaba por allí, Kashmir Rondens, que se encontraba alojado por casualidad misteriosa en la posada. Y también con el párroco de la iglesia, el Padre Barnes, que no le quitaba ojo a Joyce, la hija del borracho del pueblo por excelencia, James Morgan. Éste era silenciado por culpa de la chismosa Addison Cole, quien no paraba de acusar a la gente y decir que lo había visto todo.
Todos sospechaban de una extraña mujer a la que todo el mundo conocía como “La Loba”. Había aparecido en la taberna la noche previa al primer asesinato. Sin embargo, parecía receptiva a ayudar a encontrar al lobo.
Se sabía, además, que había una bruja en el bosque que tenía muchas ganas a los campesinos. Era joven y guapa, aunque bastante huraña. Mas cuando fueron por ella, a su choza a las afueras, ésta había huido. ¿Es que el lobo contaba además con la ayuda de una bruja?
Al derribar la puerta, no había ni rastro de la bruja, pero campesinos y ayudantes se encontraron un caldero con una poción creada por la propia Elena Calsa, que emanaba un fuerte humo de color rosáceo. Todos inhalaron ese humo de dulce olor a fresa. Si bien, no parecía tóxico, la sorpresa la encontrarían al día siguiente, al despertar.
Un extraño hechizo pareció convertirlos a todos en diferentes personas o criaturas: Una adolescente humana, una elfa violinista, un hombre perro, un elfo emo… Si ya les iba a costar encontrar al Lobo y a la bruja, ahora les resultaría mucho más difícil. Ya que cualquiera podía ser el asesino. El licántropo, o la licántropa, estaba entre ellos. ¿Y la bruja? Podía transformarse a placer para engañarles.
Un nuevo día amanecía.
* * * * * * * * * * * *
* A todos os he enviado el rol del sorteo, junto a algunos consejos.
* Lore: Tras sentaros con Jester Lyndon, sois transportados al lugar de los hechos. Pero no sabéis quién es quién. A causa de la poción rosa de la bruja, todos aparecéis con los cuerpos de vuestros avatares.
* Esta primera ronda (un día) durará hasta el sábado 29, incluido.
* Podéis postear tantas veces como queráis. Interrogar. Hacer cuestiones, presionar a los demás, etc. Siempre que sea posteando, podéis hacer las jugarretas que deseéis. Recordad que tenéis que postear al menos a postear 1 vez por jornada para poder ejercer vuestro derecho al voto y a la acción de carta por MP a mí. No es necesario que la hagáis con el primer post. Una vez hagáis el post, podéis mandarme la acción de carta en el momento que queráis dentro del plazo. No es obligatorio hacerlo tras postear.
* En este primer día introductorio, no podéis votar a nadie para la horca. Los que tengáis, sí podéis mandarme la acción de carta por privado.. Explicaré mejor el funcionamiento de la horca cuando se introduzca la mecánica el próximo día.
* Al final de la semana, informaré de lo sucedido por la noche y volverá a empezar un nuevo día.
* ¡Y recordad, no os descubráis a menos que lo veáis necesario!
* Cualquier duda, a mí por MP.
Ger
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Re: El lobo de Ulmer [Evento de Año Nuevo]
Abrió los ojos.
Miró, aun sin levantarse de la cama, el techo de la modesta habitación en la había pasado la noche, rememoró los acontecimientos del día anterior.
¿Había estado… atendiendo a un bardo en una taberna? ¿Escuchando una historia?
No, no era eso.
Sacudió la cabeza, se giró con cuidado para no enrollarse con las sabanas, enterró su cara en la almohada. Seguía teniendo sueño, mucho; según murmuraba en voz baja que agradecería dormir varios minutos más, más recuerdos que se sucedieron en sus pensamientos.
La el caldero repleto de líquido rosa, la intensa fragancia a fresa, dos víctimas de un asesinato sin asesino…
Tras dejar escapar un bostezo de duración similar al tiempo que llevaba, prácticamente inerte, sobre la cama, se levantó de su lecho para descubrir prácticamente de inmediato que su reflejo en el espejo distaba mucho de ser el que recordaba.
Frunció levemente el ceño según analizaba con la mirada el hombre que estaba en el espejo.
Aquello era… curioso de ver.
Se llevó la mano hasta la barba y se la atusó con curiosidad, fue acto reflejo, como si aquel cuerpo hubiese estado preparado para hacer eso desde el principio.
- La poción… - dijo en voz baja, suspirando.
No había que haber estudiado en ninguna urbe importante para saber que no había ninguna otra razón por la que su cuerpo había adoptado aquella forma, cualquiera de los que hubiesen estado en la cabaña lo podría intuír.
Continuó atusándose la barba, los demás también tendrían que haber cambiado de aspecto.
Sin perder mucho más tiempo mirando su nuevo reflejo, se atavió con una indumentaria de campesino bastante corriente y salió del dormitorio. Ya había dos muertos hasta el momento y, por lo que parecía, todavía quedaban más por aparecer.
El licántropo y la bruja seguían sueltos en el pueblo: tenía que hacer algo.
Era interesante aquella sensación de querer actuar sobre todas las cosas, le era lejanamente familiar; Por alguna razón, según bajaba las escaleras de la posada en la que se hospedaba, destellos de una vida pasada en la que se ganaba puñaladas por muchos motivos diferentes se aparecían en sus recuerdos.
Era evidente que era también debido a la poción, no encontró ninguna otra explicación en un principio.
Quizás su nuevo cuerpo tuviese aspecto de poder soportar mucho castigo, pero preferia en un principio hacerlo de forma cauta. Si aquella poción pretendía confundir a todos los que la habían respirado añadiendo recuerdos que no estos no poseían, en su caso no había funcionado.
No tardó demasiado en llegar al centro de la aldea, justo al lugar en el que se producían las reuniones importantes en aquel poblado. Se sentó en solitario pozo y respiró profundamente, despues se aclaró la garganta.
Todavía no había nadie realmente importante en el lugar, no obstante, si que se había cruzado con algún aldeano de camino allí, uno que, en voz baja y algo aterrado por el estado de su población, le había confirmado sus sospechas: los que habían estado en la casa de la bruja el día anterior habían cambiado de aspecto.
Nadie sabía quién era quien.
Se atusó la barba y frunció el ceño, abriendo los ojos miró la mano que había usado para esto algo fuera de sí. ¿Por qué seguía haciendo aquello? Era como si aquel cuerpo lo hiciese por sí mismo, empezaba a encontrarlo molesto.
Suspiró de nuevo y se cruzó de brazos. El anonimato era una ventaja, podía aprovecharlo de alguna forma.
No obstante, la situación del caldero humeante había sido muy… conveniente; Casi como si hubiese estado preparada. ¿Quería decir eso que la bruja se encontraba entre los que habían asaltado su casa? ¿Qué estaba el licántropo entre ellos? Más recuerdos del supuesto “dueño” de aquel cuerpo se aparecieron en su cabeza, casi parecía insistir en que aquella era la teoría correcta.
Fuese como fuese, lo primero era hablar con los demás.
Era un hecho que no podría aprehender a nadie por su cuenta, y si sus sospechas más recientes eran ciertas, ese era el primer paso a seguir de todas formas.
Miró, aun sin levantarse de la cama, el techo de la modesta habitación en la había pasado la noche, rememoró los acontecimientos del día anterior.
¿Había estado… atendiendo a un bardo en una taberna? ¿Escuchando una historia?
No, no era eso.
Sacudió la cabeza, se giró con cuidado para no enrollarse con las sabanas, enterró su cara en la almohada. Seguía teniendo sueño, mucho; según murmuraba en voz baja que agradecería dormir varios minutos más, más recuerdos que se sucedieron en sus pensamientos.
La el caldero repleto de líquido rosa, la intensa fragancia a fresa, dos víctimas de un asesinato sin asesino…
Tras dejar escapar un bostezo de duración similar al tiempo que llevaba, prácticamente inerte, sobre la cama, se levantó de su lecho para descubrir prácticamente de inmediato que su reflejo en el espejo distaba mucho de ser el que recordaba.
Frunció levemente el ceño según analizaba con la mirada el hombre que estaba en el espejo.
Aquello era… curioso de ver.
Se llevó la mano hasta la barba y se la atusó con curiosidad, fue acto reflejo, como si aquel cuerpo hubiese estado preparado para hacer eso desde el principio.
- La poción… - dijo en voz baja, suspirando.
No había que haber estudiado en ninguna urbe importante para saber que no había ninguna otra razón por la que su cuerpo había adoptado aquella forma, cualquiera de los que hubiesen estado en la cabaña lo podría intuír.
Continuó atusándose la barba, los demás también tendrían que haber cambiado de aspecto.
Sin perder mucho más tiempo mirando su nuevo reflejo, se atavió con una indumentaria de campesino bastante corriente y salió del dormitorio. Ya había dos muertos hasta el momento y, por lo que parecía, todavía quedaban más por aparecer.
El licántropo y la bruja seguían sueltos en el pueblo: tenía que hacer algo.
Era interesante aquella sensación de querer actuar sobre todas las cosas, le era lejanamente familiar; Por alguna razón, según bajaba las escaleras de la posada en la que se hospedaba, destellos de una vida pasada en la que se ganaba puñaladas por muchos motivos diferentes se aparecían en sus recuerdos.
Era evidente que era también debido a la poción, no encontró ninguna otra explicación en un principio.
Quizás su nuevo cuerpo tuviese aspecto de poder soportar mucho castigo, pero preferia en un principio hacerlo de forma cauta. Si aquella poción pretendía confundir a todos los que la habían respirado añadiendo recuerdos que no estos no poseían, en su caso no había funcionado.
No tardó demasiado en llegar al centro de la aldea, justo al lugar en el que se producían las reuniones importantes en aquel poblado. Se sentó en solitario pozo y respiró profundamente, despues se aclaró la garganta.
Todavía no había nadie realmente importante en el lugar, no obstante, si que se había cruzado con algún aldeano de camino allí, uno que, en voz baja y algo aterrado por el estado de su población, le había confirmado sus sospechas: los que habían estado en la casa de la bruja el día anterior habían cambiado de aspecto.
Nadie sabía quién era quien.
Se atusó la barba y frunció el ceño, abriendo los ojos miró la mano que había usado para esto algo fuera de sí. ¿Por qué seguía haciendo aquello? Era como si aquel cuerpo lo hiciese por sí mismo, empezaba a encontrarlo molesto.
Suspiró de nuevo y se cruzó de brazos. El anonimato era una ventaja, podía aprovecharlo de alguna forma.
No obstante, la situación del caldero humeante había sido muy… conveniente; Casi como si hubiese estado preparada. ¿Quería decir eso que la bruja se encontraba entre los que habían asaltado su casa? ¿Qué estaba el licántropo entre ellos? Más recuerdos del supuesto “dueño” de aquel cuerpo se aparecieron en su cabeza, casi parecía insistir en que aquella era la teoría correcta.
Fuese como fuese, lo primero era hablar con los demás.
Era un hecho que no podría aprehender a nadie por su cuenta, y si sus sospechas más recientes eran ciertas, ese era el primer paso a seguir de todas formas.
Eltrant Tale
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Re: El lobo de Ulmer [Evento de Año Nuevo]
- Mmmm... Freeeesa... -Me paso la mano por los ojos para limpiar las legañas de la noche. -¿Fresa? Qué demonios... -Me acerco a la ventana a fin de tomar un poco de aire fresco, probablemente no fuese nada más que parte de un sueño. Un sueño lleno de fresas, o dulces, o dulces de fresa. Ahora quería comer fresas. Al abrir la ventana una joven ardilla se está mordisqueando una bellota. La saludo con la mano, como siempre. Un segundo... ¿Como siempre? Ladeo la cabeza y me toco el labio inferior con el dedo índice. Enarco una ceja, no, esto no era normal... -Buenos días. -Dice la ardilla. -Ten buenos días tú también, que aproveche. -Me voy hacia el armario para vestirme.
Espera... ¿Esa ardilla acaba de hablarme? No, imposible, debo seguir en el mundo onírico. Esto no puede ser real. Me miro al espejo. Una bella elfa me devuelve la mirada. Me quedo mirando, esto es... ¡Genial! Sin duda el mejor sueño del mundo. Siempre había querido ser una elfa. Felizmente me pongo mis ropas. Una elfa campesina. Bueno, al menos hace resaltar mis ojos nuevos. Sonrío al espejo y salgo a la calle para pasearme por el pueblo. Había que divertirse, un sueño como este no se tiene todos los días, así que voy corriendo y dando volteretas hacia el centro.
Al llegar hay un hombre con barbas. Me asalta un poco de vergüenza. ¿Debería hablarle? Tal vez era mala idea. En esos momentos no hay nadie más... Y realmente había que sacarle todo el partido del mundo a aquel sueño. -¡Eh, señor! ¿Le gusta la sopa de zanahoria? -Me acerco corriendo al hombre mientras saludo con la mano. ¿Qué podía salir mal? La irrealidad creada por mi subconsciente estaba siendo de lo más divertida. Además... Llevaba consigo aquella invulnerabilidad loca, si moría allí tan solo se despertaría en su cama y sería un día más de su ajetreada vida. Suspira mientras se acerca al hombretón. Era muy alto en comparación.
- Tiene usted una barba muy bonita. -Rebusco entre mi bolsa. -Llevo una hogaza de pan, ¿ha desayunado? -Le sonrío al hombre. Que todo fuera producto de mi imaginación no era excusa para no ser amable. ¿Qué será lo próximo que mi atormentada mente creará a continuación? Seguramente algo con licántropos. Luchas contra sanguinarios licántropos siempre estaban bien para tener un poco de acción y una noche descansada.
Espera... ¿Esa ardilla acaba de hablarme? No, imposible, debo seguir en el mundo onírico. Esto no puede ser real. Me miro al espejo. Una bella elfa me devuelve la mirada. Me quedo mirando, esto es... ¡Genial! Sin duda el mejor sueño del mundo. Siempre había querido ser una elfa. Felizmente me pongo mis ropas. Una elfa campesina. Bueno, al menos hace resaltar mis ojos nuevos. Sonrío al espejo y salgo a la calle para pasearme por el pueblo. Había que divertirse, un sueño como este no se tiene todos los días, así que voy corriendo y dando volteretas hacia el centro.
Al llegar hay un hombre con barbas. Me asalta un poco de vergüenza. ¿Debería hablarle? Tal vez era mala idea. En esos momentos no hay nadie más... Y realmente había que sacarle todo el partido del mundo a aquel sueño. -¡Eh, señor! ¿Le gusta la sopa de zanahoria? -Me acerco corriendo al hombre mientras saludo con la mano. ¿Qué podía salir mal? La irrealidad creada por mi subconsciente estaba siendo de lo más divertida. Además... Llevaba consigo aquella invulnerabilidad loca, si moría allí tan solo se despertaría en su cama y sería un día más de su ajetreada vida. Suspira mientras se acerca al hombretón. Era muy alto en comparación.
- Tiene usted una barba muy bonita. -Rebusco entre mi bolsa. -Llevo una hogaza de pan, ¿ha desayunado? -Le sonrío al hombre. Que todo fuera producto de mi imaginación no era excusa para no ser amable. ¿Qué será lo próximo que mi atormentada mente creará a continuación? Seguramente algo con licántropos. Luchas contra sanguinarios licántropos siempre estaban bien para tener un poco de acción y una noche descansada.
Irinnil Fawkes
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Re: El lobo de Ulmer [Evento de Año Nuevo]
Empece a abrir los ojos pesadamente, me dolía la espalda asi que me enderece con cuidado mientras sentía como mis músculos entumecidos empezaban a doler. Todo gracias a haberme quedado dormida en el banco de aquella taberna... ¿Taberna? Parpadeé varias veces para luego ver el lugar confundida.
Mire hacia la derecha y hacia la izquierda, el lugar estaba vacío, a acepción de un hombre que limpiaba y otro sentado en una mesa bebiendo aún.
- ¿Como diablos llegue aqui? - dije mientras me tronaba el cuello y los brazos.
Un extraño olor me llego rápidamente, era el hedor del alcohol, fruncí el gesto cuando me di cuenta de que era yo. Fue alli cuando baje la mirada hacia mis pantalones y mi torso. Comencé a tocarme el pecho y las piernas al darme cuenta que no era mi ropa, ni mis manos. ¿Tenia barba? ¿El pelo corto?
Me levante de golpe del banco y busque algo donde verme haci que me acerque a la ventana de la taberna y fue alli cuando pude ver mis rasgos con mayor facilidad, era un hombre... ¿¡Un hombre!? Por los dioses ¿Como es que eso me habia pasado.
Lo ultimo que recordaba era estar con mi hermano en posada en Lunargenta, luego un bardo, una canción, luego un olor a fresas y... Luego desperté aquí sin saber nada mas ¿Por que habría cambiado?
- Hay de mi... Ahora si vali - dije con un suspiro desganado mientras caminaba a la salida de aquella taberna.
El sol pego con fuerza en mi cara, haciendo que usara mi mano para bloquear el sol sobre mis ojos, pero aun asi tuve que cerrar un poco los ojos.
Estaba algo desorientada, o... ¿Debería decir desorientado? Aquello era confuso... Apenas si lograba hacer que todo aquello encajara.
Fue cuando de repente, una gran preocupación y nerviosismo comenzaron a brotar de la nada, comencé a caminar hacia una posición desconocida, inconscientemente mi seño denotaba preocupación. Era como si ese cuerpo se mandara solo.
Me obligue a deter aquellas piernas y en medio de aquella calle vacía me puse a pensar: “¿Este es el pueblo de la historia verdad? Donde los asesinatos ocurrían ¿No? ¿Acaso habia terminado aqui para ayudar sobre ese caso?” pensé para mi misma... Digo mismo.
- Lo mejor sera buscar al resto ¿No? De seguro nos toca buscar la solución a este problema - dije con un tono grueso... No me acostumbraba a que mi voz sonara tan áspera.
Mientras caminaba rápidas imágenes surcaban mi mente, parecían ir sin orden alguno solo imágenes y voces aleatorias. Aquello me habia dejado fiera de si por unos instantes, pero luego de sacudir un poco la cabeza segui caminando sin rumbo.
Mire hacia la derecha y hacia la izquierda, el lugar estaba vacío, a acepción de un hombre que limpiaba y otro sentado en una mesa bebiendo aún.
- ¿Como diablos llegue aqui? - dije mientras me tronaba el cuello y los brazos.
Un extraño olor me llego rápidamente, era el hedor del alcohol, fruncí el gesto cuando me di cuenta de que era yo. Fue alli cuando baje la mirada hacia mis pantalones y mi torso. Comencé a tocarme el pecho y las piernas al darme cuenta que no era mi ropa, ni mis manos. ¿Tenia barba? ¿El pelo corto?
Me levante de golpe del banco y busque algo donde verme haci que me acerque a la ventana de la taberna y fue alli cuando pude ver mis rasgos con mayor facilidad, era un hombre... ¿¡Un hombre!? Por los dioses ¿Como es que eso me habia pasado.
Lo ultimo que recordaba era estar con mi hermano en posada en Lunargenta, luego un bardo, una canción, luego un olor a fresas y... Luego desperté aquí sin saber nada mas ¿Por que habría cambiado?
- Hay de mi... Ahora si vali - dije con un suspiro desganado mientras caminaba a la salida de aquella taberna.
El sol pego con fuerza en mi cara, haciendo que usara mi mano para bloquear el sol sobre mis ojos, pero aun asi tuve que cerrar un poco los ojos.
Estaba algo desorientada, o... ¿Debería decir desorientado? Aquello era confuso... Apenas si lograba hacer que todo aquello encajara.
Fue cuando de repente, una gran preocupación y nerviosismo comenzaron a brotar de la nada, comencé a caminar hacia una posición desconocida, inconscientemente mi seño denotaba preocupación. Era como si ese cuerpo se mandara solo.
Me obligue a deter aquellas piernas y en medio de aquella calle vacía me puse a pensar: “¿Este es el pueblo de la historia verdad? Donde los asesinatos ocurrían ¿No? ¿Acaso habia terminado aqui para ayudar sobre ese caso?” pensé para mi misma... Digo mismo.
- Lo mejor sera buscar al resto ¿No? De seguro nos toca buscar la solución a este problema - dije con un tono grueso... No me acostumbraba a que mi voz sonara tan áspera.
Mientras caminaba rápidas imágenes surcaban mi mente, parecían ir sin orden alguno solo imágenes y voces aleatorias. Aquello me habia dejado fiera de si por unos instantes, pero luego de sacudir un poco la cabeza segui caminando sin rumbo.
Cryz
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Re: El lobo de Ulmer [Evento de Año Nuevo]
¿En que momento el bar y el cuento del bardo se habían transformado hasta que uno se volvió ilusorio y el otro real? ¿Porque tenia un penetrante olor a fresas metido en la nariz? Tan fuerte era aquel aroma que hasta me dolía la cabeza. ¿Y donde me encontraba? Ni estaba en mi casa ni estaba en la taberna, Lavey no estaba junto a mi, pero por algún motivo no la extrañaba. La casa en la que estaba resultaba acogedora y familiar, pero desde luego no era el piso superior de mi taller.
Recuerdos... recuerdos propios y ajenos se alojaban en mi mente, unos se atrincheraban para no ser olvidados, mientras que otros empujaban con ímpetu las puertas de entrada para hacerse un lugar en el interior de la cabeza.
Una casa en el bosque, un caldero humeante, fresas y luego... luego nada. Me toque la frente y mis dedos se enredaron zalameros entre el pelo, pero aquello no era normal, el mio era lacio y este, este era ondulado aunque igualmente oscuro. ¡¿Donde estaba mi cuerpo!? mire unas manos desconocidas que seguían las indicaciones de mi mente, y tras unos parpadeos perplejos pude ver unas palmas bronceadas. Busque un espejo, pero lo único que encontré fue el reflejo del agua estancada de una tina. ¿Que tenia en la cara? esa no era mi nariz y mis ojos... bueno, no eran azules pero seguían siendo hermosos, hermosos y algo más, algo que solo reconocía en mi misma en contadas ocasiones.
De pronto caí en la cuenta del relato del juglar, recordé aquellos personajes y todo lo estaba sucediendo con ellos. Reconocí en el agua una de las descripciones que el trovador había hecho, pero ¿Y los demás? recordaba sus nombres pero no sus caras, había un zorro en el gallinero y si el pueblo no lo encontraba, cada noche caerían nuevas gallinas.
Pasado el estupor inicial del cambio de apariencia, salí de la casa cerrando tras de mi y me dirigí a la plaza de Ulmer. Junto al pozo se encontraba un hombre de poblada barba, una elfa de rubia cabellera y al otro lado de la plaza caminaba un desorientado humano que se protegía los ojos del sol tapándose con el dorso de la mano.
-Buenos días vecinos. -Pronuncie una vez me acerque al pozo, aunque de buenos no tenían nada. Habían muerto dos personas. -¿El asesino se llevo a alguien de vuestra familia esta noche? -Mi voz sonaba algo mas grave a la habitual, intente modularla a un registro mas familiar, pero por lo visto el cuerpo que vestía se sentía cómodo y no quería cambiarlo. -Por lo menos el agua del pozo sigue limpia. -Mientras tiraba el cubo del pozo al agua agradecí que mi entonación siguiera siendo femenina.
Recuerdos... recuerdos propios y ajenos se alojaban en mi mente, unos se atrincheraban para no ser olvidados, mientras que otros empujaban con ímpetu las puertas de entrada para hacerse un lugar en el interior de la cabeza.
Una casa en el bosque, un caldero humeante, fresas y luego... luego nada. Me toque la frente y mis dedos se enredaron zalameros entre el pelo, pero aquello no era normal, el mio era lacio y este, este era ondulado aunque igualmente oscuro. ¡¿Donde estaba mi cuerpo!? mire unas manos desconocidas que seguían las indicaciones de mi mente, y tras unos parpadeos perplejos pude ver unas palmas bronceadas. Busque un espejo, pero lo único que encontré fue el reflejo del agua estancada de una tina. ¿Que tenia en la cara? esa no era mi nariz y mis ojos... bueno, no eran azules pero seguían siendo hermosos, hermosos y algo más, algo que solo reconocía en mi misma en contadas ocasiones.
De pronto caí en la cuenta del relato del juglar, recordé aquellos personajes y todo lo estaba sucediendo con ellos. Reconocí en el agua una de las descripciones que el trovador había hecho, pero ¿Y los demás? recordaba sus nombres pero no sus caras, había un zorro en el gallinero y si el pueblo no lo encontraba, cada noche caerían nuevas gallinas.
Pasado el estupor inicial del cambio de apariencia, salí de la casa cerrando tras de mi y me dirigí a la plaza de Ulmer. Junto al pozo se encontraba un hombre de poblada barba, una elfa de rubia cabellera y al otro lado de la plaza caminaba un desorientado humano que se protegía los ojos del sol tapándose con el dorso de la mano.
-Buenos días vecinos. -Pronuncie una vez me acerque al pozo, aunque de buenos no tenían nada. Habían muerto dos personas. -¿El asesino se llevo a alguien de vuestra familia esta noche? -Mi voz sonaba algo mas grave a la habitual, intente modularla a un registro mas familiar, pero por lo visto el cuerpo que vestía se sentía cómodo y no quería cambiarlo. -Por lo menos el agua del pozo sigue limpia. -Mientras tiraba el cubo del pozo al agua agradecí que mi entonación siguiera siendo femenina.
Reivy Abadder
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Re: El lobo de Ulmer [Evento de Año Nuevo]
–… ¡Cuidado con mis patatas…! ¡CUIDADO CON MIS PATATAS!
Abrí los ojos, me levanté de la cama de un salto y me preparé para golpear a… nadie. No había nadie en aquella habitación, habitación que, por cierto, no me era familiar.
–Así que era un sueño y mis patatas están a salvo –suspiré, sintiéndome bastante aliviado–. No, espera un momento. –Recordé algo importante–. ¡Yo no tengo patatas!
Fue entonces cuando vi el reflejo de un desconocido en el espejo frente a mí. Me giré al instante para buscarlo, pero la única persona en la habitación era yo.
–¡¿Eh?! –Anonadado, miré mi cuerpo y luego al espejo otra vez–. ¿Qué está pasando aquí? –Estaba somnoliento y no podía pensar bien, pero sin duda alguna ya no me veía como un elfo–. Y si me veo así, ¿significa que…? –Curioso, chequeé mi entrepierna. Hubo unos segundos de silencio–. Bueno, no era lo que esperaba, pero estoy satisfecho.
Pasé los siguientes minutos examinando cada parte de mi cuerpo y haciendo ejercicios físicos para descubrir cuáles eran mis capacidades. También medité sobre lo que pudo haberme sucedido, y recordé algo sobre asesinatos, un lobo malo, una bruja loca y una poción suculenta. Al final, habiendo llegado a una conclusión, decidí hacer lo que sería más divertido con mi nueva apariencia: impartir justicia a lo bestia y hacer payasadas en el proceso.
–Muy bien, ¡hoy lo daré todo a plena potencia! –exclamé mi frase matutina para darme ánimos, y me sorprendí al instante. Hasta ahora no lo había notado, pero mi voz era gruesa y profunda.
Salí de la posada corriendo y con los brazos alzados al cielo. ¿Por qué? Pues… ¿por qué no? A pesar de que en el fondo había algo que me decía “no debo comportarme así; debo mantener la compostura y centrarme en mi objetivo”, estaba de muy buen humor porque podría hacer lo que quisiera y nadie sabría quién era yo realmente. Solo esperaba poder recuperar mi apariencia original más adelante.
Al cabo de unos segundos dejé de correr y empecé a caminar dando pasos largos y balanceando los brazos de forma exagerada. Intenté silbar, pero no sabía cómo hacerlo con la nueva forma de mi boca, por lo que opté por cantar a todo pulmón.
De pronto tuve una terrible sensación de que estaba haciendo algo no solo estúpido, sino también completamente inútil e incorrecto. Empezó a dolerme la cabeza. Recuerdos de una vida extraña invadieron mi mente, dándome nuevas motivaciones para cumplir mi misión.
–Si elimino al lobo y a la bruja, podré volver a casa –murmuré con un tono bastante serio, aunque no se sintió como si realmente fuera yo el que hablara– . Pero primero iré a comer. –Definitivamente eso último sí lo dije yo.
Luego de satisfacer los deseos de mi estómago, fui a buscar a los malos. Llegué a la plaza de Ulmer. Las primeras personas en mi camino parecían estar hablando sobre el asesino que buscaba. Me sentí obligado a intervenir.
–En mi caso, no. Mi familia está bien –respondí despreocupadamente a una chica, como si estuviéramos hablando de cualquier tema trivial–. Pero igual estoy buscando al asesino para darle sus merecidas nalgadas. Si alguien lo conoce o es él, por favor, que levante la mano –sugerí, alzando mi voz lo suficiente para que todos escucharan–. Vamos, no sean tímidos.
Abrí los ojos, me levanté de la cama de un salto y me preparé para golpear a… nadie. No había nadie en aquella habitación, habitación que, por cierto, no me era familiar.
–Así que era un sueño y mis patatas están a salvo –suspiré, sintiéndome bastante aliviado–. No, espera un momento. –Recordé algo importante–. ¡Yo no tengo patatas!
Fue entonces cuando vi el reflejo de un desconocido en el espejo frente a mí. Me giré al instante para buscarlo, pero la única persona en la habitación era yo.
–¡¿Eh?! –Anonadado, miré mi cuerpo y luego al espejo otra vez–. ¿Qué está pasando aquí? –Estaba somnoliento y no podía pensar bien, pero sin duda alguna ya no me veía como un elfo–. Y si me veo así, ¿significa que…? –Curioso, chequeé mi entrepierna. Hubo unos segundos de silencio–. Bueno, no era lo que esperaba, pero estoy satisfecho.
Pasé los siguientes minutos examinando cada parte de mi cuerpo y haciendo ejercicios físicos para descubrir cuáles eran mis capacidades. También medité sobre lo que pudo haberme sucedido, y recordé algo sobre asesinatos, un lobo malo, una bruja loca y una poción suculenta. Al final, habiendo llegado a una conclusión, decidí hacer lo que sería más divertido con mi nueva apariencia: impartir justicia a lo bestia y hacer payasadas en el proceso.
–Muy bien, ¡hoy lo daré todo a plena potencia! –exclamé mi frase matutina para darme ánimos, y me sorprendí al instante. Hasta ahora no lo había notado, pero mi voz era gruesa y profunda.
Salí de la posada corriendo y con los brazos alzados al cielo. ¿Por qué? Pues… ¿por qué no? A pesar de que en el fondo había algo que me decía “no debo comportarme así; debo mantener la compostura y centrarme en mi objetivo”, estaba de muy buen humor porque podría hacer lo que quisiera y nadie sabría quién era yo realmente. Solo esperaba poder recuperar mi apariencia original más adelante.
Al cabo de unos segundos dejé de correr y empecé a caminar dando pasos largos y balanceando los brazos de forma exagerada. Intenté silbar, pero no sabía cómo hacerlo con la nueva forma de mi boca, por lo que opté por cantar a todo pulmón.
“Parece que va a llover, el cielo se está nublando.
Parece que va a llover, ¡Ay, mamá, me estoy mojando!"
Parece que va a llover, ¡Ay, mamá, me estoy mojando!"
De pronto tuve una terrible sensación de que estaba haciendo algo no solo estúpido, sino también completamente inútil e incorrecto. Empezó a dolerme la cabeza. Recuerdos de una vida extraña invadieron mi mente, dándome nuevas motivaciones para cumplir mi misión.
–Si elimino al lobo y a la bruja, podré volver a casa –murmuré con un tono bastante serio, aunque no se sintió como si realmente fuera yo el que hablara– . Pero primero iré a comer. –Definitivamente eso último sí lo dije yo.
Luego de satisfacer los deseos de mi estómago, fui a buscar a los malos. Llegué a la plaza de Ulmer. Las primeras personas en mi camino parecían estar hablando sobre el asesino que buscaba. Me sentí obligado a intervenir.
–En mi caso, no. Mi familia está bien –respondí despreocupadamente a una chica, como si estuviéramos hablando de cualquier tema trivial–. Pero igual estoy buscando al asesino para darle sus merecidas nalgadas. Si alguien lo conoce o es él, por favor, que levante la mano –sugerí, alzando mi voz lo suficiente para que todos escucharan–. Vamos, no sean tímidos.
Rauko
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Re: El lobo de Ulmer [Evento de Año Nuevo]
Los acordes seguían resonando en su cabeza incluso después de haber decidido que no quería saber nada más de ellos. Se resignó y miró por la ventana para encontrarse, una vez más, con aquel hombre rasgando el laúd y por supuesto los acordes volvieron con fuerza a su cabeza. Se llevó la mano a la boca y se tapó un tímido bostezo que salió de su interior y se levantó de la silla con sumo cuidado. Se acercó a un disco de metal pulido y miró a un lado y a otro e hizo una mueca de desagrado.
- No hay forma posible de tapar esta ojeras.- Dijo al tiempo que se colocaba cuidadosamente los pelos que le caían por delante. Le sonrió a la persona que aparecía en el disco y a continuación con el dedo índice se hurgó entre las muelas. Cuando acabó, la imagen del disco tenía el ceño fruncido.
- Oh, venga ya, había que hacerlo.- Dijo con fingida indignación.- Cualquiera que me vea hablando con este trasto...- Se alejó y se colocó las ropas que se habían movido después de despertarse de aquel sueño. Se encogió de hombros y dio por bueno su aspecto, que naturalmente no era el que recordaba pero que sin duda, mejoraba lo que había y pese a sentirse extraño en ese cuerpo, sentía como todo lo que hacía era natural. Tan natural como respirar.
Se miró las manos con extrañeza y no le dio demasiada importancia a sus delicadas e inmaculadas líneas. Le agradaba la vista de no tener tierra, sangre y otras sustancias desconocidas bajo las uñas.
- Pues claro que no tengo porquería bajo las... ¡qué me pasa!- Exclamó mientras caminaba rápidamente hacia el otro extremo de la sala para coger algo. Se extrañó cuando escuchó esas palabras y empezó a ponerse nervioso "¿qué está pasando?" se preguntaba una y otra vez mientras iba de una lado hacia otro.
En un arrebato, se detuvo, de nuevo, delante del disco de metal pulido y dedicó unos instantes a observarse a mirarse bien, a conocerse. Hizo muecas, abrió la boca, cerraba los ojos y los abría, movía las fosas nasales, chasqueaba la lengua, decía palabras al azar para acostumbrarse a aquella voz y cuando se cansó de hacer todos esos ejercicios un silencio seguido de unos acordes. Y entonces recordó lo verdaderamente importante.
Un asesino, un lobo o mejor dicho un hombre lobo, andaba suelto, asesinando sin piedad a los que allí residían. "Uno o varios, nunca se sabe", se dijo al tiempo que terminaba de arreglarse. También recordaba estar con más gente pero no veía la relación y entonces simplemente se le ocurrió.
- Sí. Claro, ¿cómo no lo he visto antes?- Se echó el pelo hacia atrás y salió al exterior. Había algunas buenas gentes por allí. Y asintió como confirmando sus pensamientos. La verdad era que no terminaba de comprender muchas de las cosas que allí pasaban, pero debía investigar, conocer y saber qué estaba pasando allí.
Era una prueba, y para salir de allí, supuso, debía resolverla.
- No hay forma posible de tapar esta ojeras.- Dijo al tiempo que se colocaba cuidadosamente los pelos que le caían por delante. Le sonrió a la persona que aparecía en el disco y a continuación con el dedo índice se hurgó entre las muelas. Cuando acabó, la imagen del disco tenía el ceño fruncido.
- Oh, venga ya, había que hacerlo.- Dijo con fingida indignación.- Cualquiera que me vea hablando con este trasto...- Se alejó y se colocó las ropas que se habían movido después de despertarse de aquel sueño. Se encogió de hombros y dio por bueno su aspecto, que naturalmente no era el que recordaba pero que sin duda, mejoraba lo que había y pese a sentirse extraño en ese cuerpo, sentía como todo lo que hacía era natural. Tan natural como respirar.
Se miró las manos con extrañeza y no le dio demasiada importancia a sus delicadas e inmaculadas líneas. Le agradaba la vista de no tener tierra, sangre y otras sustancias desconocidas bajo las uñas.
- Pues claro que no tengo porquería bajo las... ¡qué me pasa!- Exclamó mientras caminaba rápidamente hacia el otro extremo de la sala para coger algo. Se extrañó cuando escuchó esas palabras y empezó a ponerse nervioso "¿qué está pasando?" se preguntaba una y otra vez mientras iba de una lado hacia otro.
En un arrebato, se detuvo, de nuevo, delante del disco de metal pulido y dedicó unos instantes a observarse a mirarse bien, a conocerse. Hizo muecas, abrió la boca, cerraba los ojos y los abría, movía las fosas nasales, chasqueaba la lengua, decía palabras al azar para acostumbrarse a aquella voz y cuando se cansó de hacer todos esos ejercicios un silencio seguido de unos acordes. Y entonces recordó lo verdaderamente importante.
Un asesino, un lobo o mejor dicho un hombre lobo, andaba suelto, asesinando sin piedad a los que allí residían. "Uno o varios, nunca se sabe", se dijo al tiempo que terminaba de arreglarse. También recordaba estar con más gente pero no veía la relación y entonces simplemente se le ocurrió.
- Sí. Claro, ¿cómo no lo he visto antes?- Se echó el pelo hacia atrás y salió al exterior. Había algunas buenas gentes por allí. Y asintió como confirmando sus pensamientos. La verdad era que no terminaba de comprender muchas de las cosas que allí pasaban, pero debía investigar, conocer y saber qué estaba pasando allí.
Era una prueba, y para salir de allí, supuso, debía resolverla.
Sango
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Re: El lobo de Ulmer [Evento de Año Nuevo]
Un viaje, unas miradas de sospecha, un licántropo asesina, una bruja y…. Gira el cuello y mira el violín que carga a su espalda. ¡Y una canción! La música es una herramienta fundamental, ha de estar presente en todas las historias dignas de ser contadas y cantadas. Éste no es un pensamiento propio, sino que se lo ha arrebato a la elfa como lo ha hecho con todo lo demás: sus recuerdos, gustos, aficiones y cuerpo. Recuérdalo, si te preguntan, te llamas Arethusa Lein. Se dice mentalmente adjuntando una pícara sonrisa. No sabes nada acerca del lobo ni de la bruja. Has llegado hasta aquí a tocar una canción que ambiente el lugar. Afirma con la cabeza con seguridad. Es muy consciente de quién fue y de quién es. Su memoria se divide en dos grandes ventanas, en cada una se ve un bosque y una vida diferente. Casas de piedra en la derecha y casas árboles en la izquierda. La persona puede escoger por qué ventana mirar, (¿Derecha o izquierda? ¿Ulmer o Sandorai?) el cuerpo es una constante.
Desata el arnés que sujeta el estuche del violín a su espalda. Lo examina, le da varias vueltas antes de decidir a abrirlo. El primer pensamiento es de vacilación y pertenece a la ventana de la derecha. Arethusa Lein, al menos lo que queda de ella, resuelve sus cuestiones. El estuche tiene tres pequeños cinturones puestos verticalmente sujetas por tres hebillas. Las dos hebillas laterales no tienen ninguna dificultad, las podría abrir cualquier persona. La hebilla central posee un sistema antirrobo. Se ha de pulsar un pequeño engranaje oculto en la parte dorsal para conseguir abrirla. La persona obedece. Podría haberse negado, cruzarse de brazos y esgrimir un férreo no. Al fin de cuentas, el gusto por hacer música era Arethusa no suyo. Sin embargo, se sienta complicada con ella. La persona accede a premiar por estar cooperando con ella. Pasa los dedos de Arethusa por encima de la madera del violín, el placer del tacto lo reciben los dos. ¿Contenta? El cuerpo deja escapar un suspiro de alivio, una debilidad por parte de la persona usurpadora y un quebradizo halo de lo que fue la elfa. Es la persona quien sonríe dulcemente con los labios de Arethusa. Si la elfa está contenta, ella también lo estará. A fin de cuentas, ambas son ahora la misma persona.
Coloca el violín en el hombro de Arethusa como los nuevos recuerdos estipulan. Coge el arco del estuche y lo deja reposar sobre las cuerdas sin hacerlas sonar. ¿Qué sabes cantar? (¿Qué sé cantar? Pregunta a la ventana izquierda de su memoria. La elfa contesta con una única palabra: todo.
Offrol: Lo siento si es un post muy chiquitito, no quiero hacerlo mal. Es mi primer evento. He pensado en hacer un post cortito para presentar a Arethusa y ya está. No os conozco y no sé si puedo interactuar con vosotros. Master Ger me da miedo.
Desata el arnés que sujeta el estuche del violín a su espalda. Lo examina, le da varias vueltas antes de decidir a abrirlo. El primer pensamiento es de vacilación y pertenece a la ventana de la derecha. Arethusa Lein, al menos lo que queda de ella, resuelve sus cuestiones. El estuche tiene tres pequeños cinturones puestos verticalmente sujetas por tres hebillas. Las dos hebillas laterales no tienen ninguna dificultad, las podría abrir cualquier persona. La hebilla central posee un sistema antirrobo. Se ha de pulsar un pequeño engranaje oculto en la parte dorsal para conseguir abrirla. La persona obedece. Podría haberse negado, cruzarse de brazos y esgrimir un férreo no. Al fin de cuentas, el gusto por hacer música era Arethusa no suyo. Sin embargo, se sienta complicada con ella. La persona accede a premiar por estar cooperando con ella. Pasa los dedos de Arethusa por encima de la madera del violín, el placer del tacto lo reciben los dos. ¿Contenta? El cuerpo deja escapar un suspiro de alivio, una debilidad por parte de la persona usurpadora y un quebradizo halo de lo que fue la elfa. Es la persona quien sonríe dulcemente con los labios de Arethusa. Si la elfa está contenta, ella también lo estará. A fin de cuentas, ambas son ahora la misma persona.
Coloca el violín en el hombro de Arethusa como los nuevos recuerdos estipulan. Coge el arco del estuche y lo deja reposar sobre las cuerdas sin hacerlas sonar. ¿Qué sabes cantar? (¿Qué sé cantar? Pregunta a la ventana izquierda de su memoria. La elfa contesta con una única palabra: todo.
Offrol: Lo siento si es un post muy chiquitito, no quiero hacerlo mal. Es mi primer evento. He pensado en hacer un post cortito para presentar a Arethusa y ya está. No os conozco y no sé si puedo interactuar con vosotros. Master Ger me da miedo.
Arethusa Lein
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Re: El lobo de Ulmer [Evento de Año Nuevo]
Aquella canción... había algo raro. El bardo no dejaba de resultarme extrañamente sospechoso. ¿Por qué había tanta gente allí? ¿Podía ser...?
Observé al hombre con mis otros ojos. Los ojos que veían éter. Tal y como sospechaba, algo estaba saliendo de su laúd. Algo que no reconocía. Miré alrededor.
Syl estaba allí, con su vista clavada en el tipo. Me acerqué corriendo. Le puse la mano en el hombro.
-¡Tenemos qué...!-
_____________________________________
Fruncí el ceño. Aquello era extraño. No dudaba ni por un segundo de que aquello había sido cosa de la poción. Algún truco desesperado.
No podía ser la única persona afectada. Todos habían inhalado aquel brebaje. Me preguntaba si todos tendrían aquel aspecto, o si... era distinto para cada uno. Me llevé las manos a la cara, aún alertándome cada vez que movía aquellas orejas o la cola por accidente.
Me levanté, no sin algo de mareo. Tendría que acostumbrarme a aquella altura. Debía llegar a los dos metros. Me apoyé contra la pared. Tenía que andar con cuidado, tanto literal como metafóricamente. Esperaba que aquello no fuese permanente.
Salí al exterior. El resto ya se había agrupado. Como sospechaba, no reconocía ninguno de los rostros. No me habría sorprendido si mi apariencia alertaba a alguien. Aquel cuerpo parecía brutal. La clase de apariencia que podría tener un asesino. Aun así, no podía dejarme llevar.
Pero aquellos que hablaban... parecían haber enloquecido. Suspiré. Era como si estuviesen soñando. Yo también deseé estarlo.
Lamentablemente, la realidad era aquella. Había un asesino y una bruja. Había que averiguar quienes eran, y acabar con ellos, o aprovecharían la confusión. No podía fiarme de nadie.
-No...- Era inevitable pensarlo. Una horrible sensación me hizo temblar. Era posible que muriese allí. -Tenemos que pensar en algo. Alguien tiene que tener una pista.-
Asher Daregan
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Re: El lobo de Ulmer [Evento de Año Nuevo]
Todo su mundo daba vueltas y los últimos retazos de su memoria le mostraban fragmentos confusos de lo que parecía ser una historia o un cuento. No estaba muy segura de ello, pero pensar demasiado le estaba ocasionando una terrible jaqueca. Parpadeó un par de veces para enfocar su mirada y entender dónde estaba, ahogando un pequeño gemido de impresión al confirmar que, efectivamente, no tenía idea de a dónde había ido a parar. Se levantó con cierta dificultad, buscando darle sentido a la situación, aunque con resultados totalmente deplorables. Lo único que tenía claro era la figura de un caldero, un liquido rosa y el asfixiante aroma de fresas dulces. Había algo más, algo importante, algo que su cerebro se esforzaba por esclarecer: las muertes. Dos personas habían perecido. Con pasos atolondrados se dirigió al tocador, soltando el grito de espanto que había estado atorado en su garganta desde que despertó.
— ¡¿Qué está sucediendo?! —Del susto había caído de bruces en el suelo—. ¿Acaso…? —Se incorporó, volviendo a mirarse con cierta indecisión—. Así que eso fue…
Se examinó con curiosidad, dándose el tiempo necesario para asimilar la situación. Los largos bucles rubios, los ojos azulados, los pómulos rosados; si pudiese describirlo con una palabra sería ‘‘muñeca’’. Tenía el rostro de una extraña muñeca de porcelana. Con el mismo interés tocó sus nuevas facciones. ¿Los demás habrían sufrido la misma transformación? Y de ser así ¿cómo haría para encontrarlos? No es como que pudiera llegar y decirle al primer hijo de lechero ‘‘hey, hola, ¿de casualidad eres fulanito?’’. Bien podrían tomarla por loca. Apresuradamente tomó las ropas que yacían —convenientemente— en el armario de la habitación y se propuso averiguar dónde estaban los otros. Con discreción, siempre con discreción.
Poco a poco el caos de su cerebro se iba acomodando, brindándole un mejor entendimiento de la situación. Tendría que se cuidadosa, pues la bruja y el lobo debían estar por ahí en alguna parte y la transformación no es que beneficiase demasiado a los demás. Nada de eso tenía sentido. De hecho, la poción parecía haber hecho más que cambiarle la apariencia, considerando que con su nuevo cuerpo también vinieron nuevas sensaciones. No se acostumbraba a la voz dulce y melodiosa con la que cargaba, ni a la facilidad con la que las ideas se atravesaban entre la sinapsis de sus neuronas. Un minuto… ¿cómo es que ella tenía conocimiento del cuerpo humano? Bueno, tal vez pudiese ser de ayuda por si alguno se hallaba herido. Llegó a la enorme plaza principal, observando todo antes de acercarse con cautela. Parecía que en el sitio ya había algunas personas, lo que acrecentó los nervios que, involuntariamente, su cuerpo sentía. Debía recordarse que quizá entre ellos estaban los culpables de aquella tragedia y, por ello, tendría que actuar con mucha cautela.
— ¿Qué podemos hacer? —Se atrevió a preguntar, haciéndose notar por primera vez desde que llegó—. Todavía no tengo la certeza de haber entendido muy bien lo que ocurrió…
— ¡¿Qué está sucediendo?! —Del susto había caído de bruces en el suelo—. ¿Acaso…? —Se incorporó, volviendo a mirarse con cierta indecisión—. Así que eso fue…
Se examinó con curiosidad, dándose el tiempo necesario para asimilar la situación. Los largos bucles rubios, los ojos azulados, los pómulos rosados; si pudiese describirlo con una palabra sería ‘‘muñeca’’. Tenía el rostro de una extraña muñeca de porcelana. Con el mismo interés tocó sus nuevas facciones. ¿Los demás habrían sufrido la misma transformación? Y de ser así ¿cómo haría para encontrarlos? No es como que pudiera llegar y decirle al primer hijo de lechero ‘‘hey, hola, ¿de casualidad eres fulanito?’’. Bien podrían tomarla por loca. Apresuradamente tomó las ropas que yacían —convenientemente— en el armario de la habitación y se propuso averiguar dónde estaban los otros. Con discreción, siempre con discreción.
Poco a poco el caos de su cerebro se iba acomodando, brindándole un mejor entendimiento de la situación. Tendría que se cuidadosa, pues la bruja y el lobo debían estar por ahí en alguna parte y la transformación no es que beneficiase demasiado a los demás. Nada de eso tenía sentido. De hecho, la poción parecía haber hecho más que cambiarle la apariencia, considerando que con su nuevo cuerpo también vinieron nuevas sensaciones. No se acostumbraba a la voz dulce y melodiosa con la que cargaba, ni a la facilidad con la que las ideas se atravesaban entre la sinapsis de sus neuronas. Un minuto… ¿cómo es que ella tenía conocimiento del cuerpo humano? Bueno, tal vez pudiese ser de ayuda por si alguno se hallaba herido. Llegó a la enorme plaza principal, observando todo antes de acercarse con cautela. Parecía que en el sitio ya había algunas personas, lo que acrecentó los nervios que, involuntariamente, su cuerpo sentía. Debía recordarse que quizá entre ellos estaban los culpables de aquella tragedia y, por ello, tendría que actuar con mucha cautela.
— ¿Qué podemos hacer? —Se atrevió a preguntar, haciéndose notar por primera vez desde que llegó—. Todavía no tengo la certeza de haber entendido muy bien lo que ocurrió…
Ashryn Elaynor
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Re: El lobo de Ulmer [Evento de Año Nuevo]
Tiro 8 runas de voluntad de los dioses para los siguientes personajes, en este orden. Las dos más bajas, tendrán un mini evento esta semana.
* Asher Daregan
* Reivy Abadder
* Eltrant Tale
* Jeannie Fawkes
* Sango
* Arethusa Lein
* Cryz
* Ashryn Elaynor
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* Jeannie Fawkes
* Sango
* Arethusa Lein
* Cryz
* Ashryn Elaynor
Ger
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Re: El lobo de Ulmer [Evento de Año Nuevo]
El miembro 'Ger' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
'Runas' :
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Resultados :
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'Runas' :
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Resultados :
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Tyr
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Re: El lobo de Ulmer [Evento de Año Nuevo]
Segundo día
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Jester Lyndon se tomó unos segundos de pausa para tocar unos acordes con el laúd. Llegaba uno de los momentos más emotivos de la obra, y como buen amante del drama que era, quería cargar los momentos emocionantes con sentimiento. Acto seguido, comenzó a cantar.
- Música del bardo:
¡Y la sangre fluyendo cual río en primavera por las calles de Villacedro, volvió a encoger el corazón de los residentes un día más! Todos se habían congregado en torno a la avenida principal. Aquel era el escenario de un nuevo asesinato. ¡Qué espectáculo de sangre! ¡Y qué atrevimiento por parte del lobo! ¡En medio de la propia calle!
Y es que la víctima había sido brutalmente agredida. Sus vísceras se dispersaban por todo el suelo, y el rostro del cadáver, sin un buen lavado de cara, no era identificable. ¡Señores míos! Era una escena que sólo podía ser descrita con un adjetivo: Sadismo. El pelaje que había disperso por el suelo y la cola larga de gato, parecía indicar que el lobo se había ensañado con un hombre: Duro Khós (Rauko).
¡Habían matado al leónico! ¡Qué tragedia! Él era el único con experiencia en combate capaz de abatir al lobo. Con ello quedaba claro que los residentes se enfrentaban a un adversario inteligente. Sabía que el leónico podía hacerle frente. Y por eso debió decidir acabar con él durante su primera patrulla nocturna.
Pero la noche había sido bastante activa, pues el asesinato no había sido la única actividad a destacar. James Morgan, en un importante estado de embriaguez, había continuado la búsqueda de su hija, pero sin éxito. Y también lo había hecho la bruja, Elena Calsa, que tampoco consiguió dar con ella. La joven Joyce, por tanto, seguía sola, vagando por el pueblo, sin nadie que la acogiera.
¡Oh! Y también uno de los ciudadanos advirtió haber visto entrar a dos personas. Aunque no advirtió quién ni nada sobre ellos, en una de las casas del pueblo (la de Cryz). Si bien no coincidieron en tiempo ni en espacio.
El verdugo de Villacedro estaba harto de tantos alegatos y asesinatos, y no tardaría en comenzar a buscar culpables. Tomó del brazo a dos de los presentes (Reivy Abadder y Sango), y los hizo subir violentamente al estrado donde estaba la horca.
-¡Vosotros! ¡Vosotros sois los culpables! ¡Lo veo en vuestros rostros! – comenzó a vociferar. Poniendo a todo el pueblo en su contra. – Os haré tres claras preguntas: ¿Quiénes sois? ¿Qué habéis hecho durante la noche? ¿Y qué habéis descubierto? ¡Hablad u os haré ahorcar ahora mismo! – exigió, para delante de todos los presentes.
* * * * * * * * * * * *
* Resumen (por si alguien no lo pilló) de información durante la noche: Duro Khós (Rauko) fue asesinado por Loboferoz. Por lo que abandona el juego. Joyce Morgan no fue encontrada. Y, como pista adicional, al menos (que no únicamente) la casa de Cryz fue visitada por dos personas.
* Minievento: El límite del Verdugo. Habéis visto que he tirado las runas. Las dos peores: Reivy Abadder y Sango, son llevadas al estrado e interrogadas por el verdugo. Estáis obligados a contestar a sus preguntas. Por supuesto: NO estáis obligados a decir la verdad, a menos que queráis hacerlo.
* Nueva mecánica: Horca. Además de vuestra acción de carta, ahora podéis indicar al final de vuestro post a quién queréis ahorcar. Esto tiene que ser público, y lo podéis cambiar tantas veces como queráis (siempre en un nuevo post, no vale editar, para no despistar de manera tramposa). Sólo tendré en cuenta a la hora del recuento el nombre del último post. Si conseguís la mayoría absoluta de votos (quedáis 8, 5 ciudadanos más 3 malos/neutrales, por lo que en este turno se requerirían al menos 4 votos), podréis ahorcar a un usuario al final del día. No es obligatorio votar, pero sí postear.
* Consejo: Duro Khós era el único que podía matar a lobo y bruja sin pasar por la horca, por lo que si queréis deshaceros de ellos no tendréis más remedio que utilizarla.
* Tenéis hasta el sábado 5 de enero, incluido, para postear una vez (o más) y para enviarme vuestra acción de carta, tal y como hicisteis ayer.
Ger
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Re: El lobo de Ulmer [Evento de Año Nuevo]
Era una visión espantosa de la que seguro, sin duda alguna, sería difícil olvidarse. La visión de la calle empapada con sangre y regada con las entrañas de aquel su vecino le hizo torcer el gesto en un rictus de asco permanente, no entendía cómo podía haber gente que siguiera mirando tamaña crueldad. Giró la cabeza y reprimió una arcada al ver como la sangre fluía por el suelo y arrastraba con ella lo que sería, seguramente, un resto de víscera.
Con el dorso de la mano en la boca y aún asqueada por las visiones rápidamente, un corpulento hombre, que resultó ser el verdugo la agarró como si se tratara de un simple saco de grano y se la llevó a tan solo unos metros de allí para gritarle cosas que no estaba escuchando porque en su mente aún podía ver ese reguero de sangre corriendo por la calle. Pero salió de su visión cuando el verdugo empezó a sacudirla con violencia. Sacudió la cabeza y gimió aliviada después de que le soltara los brazos. Se dio cuenta de que no estaba sola.
- Soy...- La boca la sentía pastosa y tuvo que pasarse la lengua por los labios.- Ka, Kashmir Rondens...- Respondió a la primera pregunta con más miedo que otra cosa. Miró a su alrededor y se fijó en que había gente que les miraba. No se paró a estudiar sus rostros porque el verdugo exigía una rápida respuesta a otra de sus preguntas.
- Yo dormía... por favor, no- se detuvo al ver la mirada de furia del verdugo y detuvo su ruego. El verdugo le instó a que hablara más alto. Miró a los ojos de verdugo y aguantó sin saber muy bien cómo, pues se estremecía con solo mirar a ese hombre.- Yo dormía, le pro-prometo que dormía, de verdad.- Apartó la mirada y la dirigió al suelo. Tenía la urgencia de beber algo. Se volvió a pasar la lengua por los labios y finalmente contestó a la última de las preguntas reafirmando la realidad que ella había vivido.- Estaba dormida, no-no, nada, no vi, ni oí- trago algo que pasaba por saliva- nada.- Dio un par de pasos hacia atrás y trastabilló, lo que provocó que perdiera el equilibrio y cayera hacia atrás. No había mucho más que hacer para perder la dignidad delante de todas aquellas gentes. Su rostro se ruborizó y se puso de pie tan pronto como supo cómo podía hacerlo.
Aquella vez no se preocupó de su aspecto ni nada, es más no haría absolutamente nada hasta que el verdugo lo ordenara. Aún temblaba al recordar la mirada. Trató de calmarse pero no era tarea fácil y buscó con los ojos a alguien entre la gente que allí se agolpaba les ayudara a salir de aquel interrogatorio. "Cosa improbable, pero no imposible", se dijo para tranquilizarse.
Su mirada se dirigió a la calle en la que estaban los restos y volvió a llevarse el dorso de la mano a la boca y a dibujar en su rostro una expresión de asco.
No había palabras para describir semejante... horror.
Con el dorso de la mano en la boca y aún asqueada por las visiones rápidamente, un corpulento hombre, que resultó ser el verdugo la agarró como si se tratara de un simple saco de grano y se la llevó a tan solo unos metros de allí para gritarle cosas que no estaba escuchando porque en su mente aún podía ver ese reguero de sangre corriendo por la calle. Pero salió de su visión cuando el verdugo empezó a sacudirla con violencia. Sacudió la cabeza y gimió aliviada después de que le soltara los brazos. Se dio cuenta de que no estaba sola.
- Soy...- La boca la sentía pastosa y tuvo que pasarse la lengua por los labios.- Ka, Kashmir Rondens...- Respondió a la primera pregunta con más miedo que otra cosa. Miró a su alrededor y se fijó en que había gente que les miraba. No se paró a estudiar sus rostros porque el verdugo exigía una rápida respuesta a otra de sus preguntas.
- Yo dormía... por favor, no- se detuvo al ver la mirada de furia del verdugo y detuvo su ruego. El verdugo le instó a que hablara más alto. Miró a los ojos de verdugo y aguantó sin saber muy bien cómo, pues se estremecía con solo mirar a ese hombre.- Yo dormía, le pro-prometo que dormía, de verdad.- Apartó la mirada y la dirigió al suelo. Tenía la urgencia de beber algo. Se volvió a pasar la lengua por los labios y finalmente contestó a la última de las preguntas reafirmando la realidad que ella había vivido.- Estaba dormida, no-no, nada, no vi, ni oí- trago algo que pasaba por saliva- nada.- Dio un par de pasos hacia atrás y trastabilló, lo que provocó que perdiera el equilibrio y cayera hacia atrás. No había mucho más que hacer para perder la dignidad delante de todas aquellas gentes. Su rostro se ruborizó y se puso de pie tan pronto como supo cómo podía hacerlo.
Aquella vez no se preocupó de su aspecto ni nada, es más no haría absolutamente nada hasta que el verdugo lo ordenara. Aún temblaba al recordar la mirada. Trató de calmarse pero no era tarea fácil y buscó con los ojos a alguien entre la gente que allí se agolpaba les ayudara a salir de aquel interrogatorio. "Cosa improbable, pero no imposible", se dijo para tranquilizarse.
Su mirada se dirigió a la calle en la que estaban los restos y volvió a llevarse el dorso de la mano a la boca y a dibujar en su rostro una expresión de asco.
No había palabras para describir semejante... horror.
Sango
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Re: El lobo de Ulmer [Evento de Año Nuevo]
El verdugo había actuado de forma un tanto extrema. Sin embargo... era posible que aquella fuese la única solución. Mejor conseguir respuestas antes de que aquello se volviese una carnicería.
El leónico estaba muerto. Y todo apuntaba a que cualquiera podía ser el siguiente.
Me crucé de brazos, escuchando atentamente el testimonio que daba el supuesto hipnotizador en cuerpo de mujer. Aquello... no, no podía ser cierto. No me encajaba que hubiese estado simplemente durmiendo en la posada. No con un asesino suelto. Aquella actuación era la de alguien que intentaba parecer débil para generar compasión.
Pero no había compasión posible en tiempos así.
-¡Está mintiendo!- exclamé, dando un paso al frente. -¡Kashmir es un hipnotizador que había venido a ayudarnos! ¡Si de verdad hubiese sido él, no se habría quedado sin hacer nada!-
Como mínimo, habría descubierto algo. No. No tenía ninguna duda: si alguien mentía sobre su identidad, sería por una razón.
-No vas a engañar a nadie.- vociferé. -Verdugo, retenla. Estoy acusando a esta mujer. Es la bruja que buscamos.- dije, mirándola fijamente a los ojos. -Deberías haber pensado una mentira mejor.-
Me negaba a morir allí. La única manera de sobrevivir era acabar con los culpables. Con los que intentaban acabar con nosotros.
-Si alguien no cree que sea sospechosa, lo haremos a votación. Pero el mío está claro. Debemos ahorcarla.-
Acuso a Sango de ser uno de los villanos. Como razonamiento adicional, quiero añadir que se ha descrito con la descripción de una mujer pese a fingir ser Kashmir. Además, el verdadero Kashmir habría ido directo a matar a la persona que (por algún motivo) se ha revelado como James Morgan, pues es su objetivo principal. Teniendo en cuenta que sigue viva, no puede ser él. (E incluso si no fuese así, Kashmir tiene acción nocturna que beneficia al pueblo, y Sango ha asegurado no tomarla. Sospechoso, como mínimo.)
El leónico estaba muerto. Y todo apuntaba a que cualquiera podía ser el siguiente.
Me crucé de brazos, escuchando atentamente el testimonio que daba el supuesto hipnotizador en cuerpo de mujer. Aquello... no, no podía ser cierto. No me encajaba que hubiese estado simplemente durmiendo en la posada. No con un asesino suelto. Aquella actuación era la de alguien que intentaba parecer débil para generar compasión.
Pero no había compasión posible en tiempos así.
-¡Está mintiendo!- exclamé, dando un paso al frente. -¡Kashmir es un hipnotizador que había venido a ayudarnos! ¡Si de verdad hubiese sido él, no se habría quedado sin hacer nada!-
Como mínimo, habría descubierto algo. No. No tenía ninguna duda: si alguien mentía sobre su identidad, sería por una razón.
-No vas a engañar a nadie.- vociferé. -Verdugo, retenla. Estoy acusando a esta mujer. Es la bruja que buscamos.- dije, mirándola fijamente a los ojos. -Deberías haber pensado una mentira mejor.-
Me negaba a morir allí. La única manera de sobrevivir era acabar con los culpables. Con los que intentaban acabar con nosotros.
-Si alguien no cree que sea sospechosa, lo haremos a votación. Pero el mío está claro. Debemos ahorcarla.-
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Acuso a Sango de ser uno de los villanos. Como razonamiento adicional, quiero añadir que se ha descrito con la descripción de una mujer pese a fingir ser Kashmir. Además, el verdadero Kashmir habría ido directo a matar a la persona que (por algún motivo) se ha revelado como James Morgan, pues es su objetivo principal. Teniendo en cuenta que sigue viva, no puede ser él. (E incluso si no fuese así, Kashmir tiene acción nocturna que beneficia al pueblo, y Sango ha asegurado no tomarla. Sospechoso, como mínimo.)
Asher Daregan
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Re: El lobo de Ulmer [Evento de Año Nuevo]
La cabeza me daba vueltas, parte por el cansancio y la otra por la bebida... Odiaba el alcohol pero a este cuerpo le encantaba tan que me fastidiaba el nivel de ansiedad que llegaba cuando ya no podía percibir ese horrible sabor en mi garganta.
Me apoye contra la pared de una casa y me deje caer sentado, me puse a pensar sobre cosas que aun no lograba entender del todo, pero las emociones de ese cuerpo eran claras, estaba nervioso y mientras el tiempo mas pasaba mas nervioso se ponía, sea lo que sea que quería lo necesitaría muy pronto o se volvería loco.
Golpeo levemente la cabeza con la piedra para luego soltar un bufido, justo en ese momento vi como la gente pasaba hacia una misma dirección, aquello activo mi curiosidad y la de mi nuevo cuerpo. Me levante y seguí a las personas hasta llegar a una horrible escena del ataque del lobo, si en ese momento hubiera sido yo misma hubiera expulsado todo lo que habia en mi estomago, pero alli estaba parado viendo con sumo cuidado y detalle cada rasgo del atacado, mire a todos lados con seriedad para luego alejarme de la multitud.
"Necesito un trago..." pensé inconscientemente mientras me alejaba de la escena de crimen.
Pero antes voltee por un momento a ver a la aglomeración... Vi como el verdugo tomaba a dos personas y le gritaba, no me percate de ver quienes eran, no les di mucha importancia.
- No tengo tiempo para estas tonterías... - habia dicho. Cada vez dejaba de sonar mas a mi... ¿Esto era bueno o malo?
Suspire y luego mire el cielo para luego seguir mi camino hacia donde solo este estupido cuerpo sabia a dónde, lo mejor era dejar de luchar y seguir el juego ¿No? Asi todo seria mejor.
Volví a salir de la posada mareado, todo me daba vueltas pero no tanto como la ultima vez, esta vez podía mantenerme en pie y ver claro aunque la luz molestara mucho. Tenia una misión y costara lo que costara la tenia que lograr.
Mientras caminaba hacia donde mis pies me llevarán termine en una casa... Una casa vagamente familiar, pero ni idea de el por qué, solo camine hacia esta y entre como si nada.
"¿Esta abierta?" pensé extrañado mientras entraba a la casa algo confundido.
Pero mas confundido quede cuando la examine y parecía que algo andaba mal ¿Por que si se parecía a una casa ordinaria? Tal vez el cuerpo lograba reconocer que algo estaba mal pero yo aun no lo lograba percibir de un todo.
Me tense mientras seguía examinando el lugar con la mirada, y comencé a adentrarme algo desconfiado a ese lugar, no por que no lo conociera sino por una especie de presentimiento.
Me apoye contra la pared de una casa y me deje caer sentado, me puse a pensar sobre cosas que aun no lograba entender del todo, pero las emociones de ese cuerpo eran claras, estaba nervioso y mientras el tiempo mas pasaba mas nervioso se ponía, sea lo que sea que quería lo necesitaría muy pronto o se volvería loco.
Golpeo levemente la cabeza con la piedra para luego soltar un bufido, justo en ese momento vi como la gente pasaba hacia una misma dirección, aquello activo mi curiosidad y la de mi nuevo cuerpo. Me levante y seguí a las personas hasta llegar a una horrible escena del ataque del lobo, si en ese momento hubiera sido yo misma hubiera expulsado todo lo que habia en mi estomago, pero alli estaba parado viendo con sumo cuidado y detalle cada rasgo del atacado, mire a todos lados con seriedad para luego alejarme de la multitud.
"Necesito un trago..." pensé inconscientemente mientras me alejaba de la escena de crimen.
Pero antes voltee por un momento a ver a la aglomeración... Vi como el verdugo tomaba a dos personas y le gritaba, no me percate de ver quienes eran, no les di mucha importancia.
- No tengo tiempo para estas tonterías... - habia dicho. Cada vez dejaba de sonar mas a mi... ¿Esto era bueno o malo?
Suspire y luego mire el cielo para luego seguir mi camino hacia donde solo este estupido cuerpo sabia a dónde, lo mejor era dejar de luchar y seguir el juego ¿No? Asi todo seria mejor.
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Volví a salir de la posada mareado, todo me daba vueltas pero no tanto como la ultima vez, esta vez podía mantenerme en pie y ver claro aunque la luz molestara mucho. Tenia una misión y costara lo que costara la tenia que lograr.
Mientras caminaba hacia donde mis pies me llevarán termine en una casa... Una casa vagamente familiar, pero ni idea de el por qué, solo camine hacia esta y entre como si nada.
"¿Esta abierta?" pensé extrañado mientras entraba a la casa algo confundido.
Pero mas confundido quede cuando la examine y parecía que algo andaba mal ¿Por que si se parecía a una casa ordinaria? Tal vez el cuerpo lograba reconocer que algo estaba mal pero yo aun no lo lograba percibir de un todo.
Me tense mientras seguía examinando el lugar con la mirada, y comencé a adentrarme algo desconfiado a ese lugar, no por que no lo conociera sino por una especie de presentimiento.
Cryz
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Re: El lobo de Ulmer [Evento de Año Nuevo]
¿Pero que estaba pasando? vaya pregunta más estúpida, estaba claro que el lobo había vuelto a matar y por desgracia cerceno la vida del único que podía hacerse cargo del asesino, aunque... todavía teníamos una oportunidad de salvarnos.
-¿Que estas haciendo? -Pregunte a voz en grito cuando el verdugo me agarro del brazo. -Suéltame bruto, yo no hice nada. -Preguntas y mas preguntas, en este caso se limito hacerme 3. -¿Mi nombre? -Yo sabia como me llamaba, ¿Pero como se llamaba ella? una palabra cruzo fugaz en la mente compartida. -Isidora. Me llamo Isidora. -Anoche. Cuando la luna cayo hice cosas que no era apropiadas contar en publico. -Anoche estuve durmiendo en mi casa. Me desperté en mitad de la oscuridad con unos dolores muy fuerte. -Titube un momento avergonzada y mire al verdugo. -Mire usted... no se como decir esto, pero... cuando me desperté mi cama estaba manchada de sangre. No se si me explico. -Baje la vista avergonzada. -Estoy en esos días donde la mujer sangra por donde engendra. -No me atrevía a mirar a los vecinos, aquella explicación me estaba sacando todos los colores. -No descubrí nada, entre los dolores y el cambio de sabanas... Maese verdugo perdóneme por favor. No tuve nada que ver con lo aquí ocurrido, déjeme bajar, necesito atender mis... bueno ya sabe.
Miraba a la otra mujer que entre la histeria y los nervios había acabado en el suelo. Desde luego no era quien decía ser, pero tampoco creía que su acusación fuera cierta. La bruja que se buscaba era una poderosa hechicera y esta mujer aquí presente apenas podía tenerse en pie del miedo, por no hablar de las ojeras que oscurecían sus ojos. ¿Porque una bruja se arriesgaría a ser juzgada por una mentira tan evidente? Y siendo tan poderosa ¿Porque no se preparaba alguna poción para rejuvenecer su rostro?
-¿Que estas haciendo? -Pregunte a voz en grito cuando el verdugo me agarro del brazo. -Suéltame bruto, yo no hice nada. -Preguntas y mas preguntas, en este caso se limito hacerme 3. -¿Mi nombre? -Yo sabia como me llamaba, ¿Pero como se llamaba ella? una palabra cruzo fugaz en la mente compartida. -Isidora. Me llamo Isidora. -Anoche. Cuando la luna cayo hice cosas que no era apropiadas contar en publico. -Anoche estuve durmiendo en mi casa. Me desperté en mitad de la oscuridad con unos dolores muy fuerte. -Titube un momento avergonzada y mire al verdugo. -Mire usted... no se como decir esto, pero... cuando me desperté mi cama estaba manchada de sangre. No se si me explico. -Baje la vista avergonzada. -Estoy en esos días donde la mujer sangra por donde engendra. -No me atrevía a mirar a los vecinos, aquella explicación me estaba sacando todos los colores. -No descubrí nada, entre los dolores y el cambio de sabanas... Maese verdugo perdóneme por favor. No tuve nada que ver con lo aquí ocurrido, déjeme bajar, necesito atender mis... bueno ya sabe.
Miraba a la otra mujer que entre la histeria y los nervios había acabado en el suelo. Desde luego no era quien decía ser, pero tampoco creía que su acusación fuera cierta. La bruja que se buscaba era una poderosa hechicera y esta mujer aquí presente apenas podía tenerse en pie del miedo, por no hablar de las ojeras que oscurecían sus ojos. ¿Porque una bruja se arriesgaría a ser juzgada por una mentira tan evidente? Y siendo tan poderosa ¿Porque no se preparaba alguna poción para rejuvenecer su rostro?
Reivy Abadder
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Re: El lobo de Ulmer [Evento de Año Nuevo]
Acompaña el testimonio de ambos acusados con una tonada robada de la mente de Arethusa Lein. Experimentar con los recuerdos y sensaciones de su nuevo cuerpo le resulta más gratificante que escuchar a dos personas que nada tienen que decir y, ciertamente, nada dicen. Incluso Arethusa, quien ve y escucha pero es incapaz de tomar acción, se ha dado cuenta de lo mundanas que resultan las excusas.
El hombre asegura ser Kashmir Rondens. Miente, deducen tanto el fantasma invasor como la elfa. Kashmir falleció en la misma noche que murieron todos los demás. Suena ridículo presentarse con el nombre de un muerto. El fantasma hace una mueca de disgusto con los labios de Arethusa. Acelera el ritmo de la canción y lo torna más estridente representando así su molestia con él.
La mujer es un poco más avispada, tampoco demasiado. Recita qué hizo ayer. Habla con los recuerdos del cuerpo que ha poseído, no del fantasma quien es juzgado por la horca. La persona que no es Arethusa saca la lengua en tono burlón. Le dedica una melodía conocida de un juego infantil. Toca con el violín y tararea al mismo tiempo. A la persona que no es Arethusa le resulta muy divertida ésta situación.
— Te he pillado — dice con un suave tono de voz para el cuello de su camisa. — Os he pillado a los dos.
La música y el canto no son las únicas virtudes de la elfa. El fantasma descubre una nueva afición: el baile. Apoya la punta del pie derecho de Arethusa en el suelo, el pie izquierdo lo mantiene en aire un perfecto ángulo de 90º, y gira sobre el propio eje. Examina los rostros de todos los invitados, pobres cuerpos poseídos por desgraciados fantasmas. Un viaje, miradas de sospecha, un lobo asesino, una bruja y una canción. El fantasma no sabe distinguir si esto último lo ha pensado él o Arethusa. ¿Venía de la ventana izquierda o de la derecha? Es imposible saberlo, en ambas se ve el lobo y se escucha la canción. ¿A acaso la elfa está resistiendo el hechizo? O, lo que era peor: ¿acaso el fantasma está disfrutando de ser una elfa? El cambio es agradable, no lo niega. Toca el violín, se ríe de los infelices acusados y baila. Se divierte como igual que lo haría un niño jugando con su juguete nuevo. Los recuerdos de Arethusa esconden un mundo de posibilidades. El fantasma tiene la sensación de que la panceta sabe mejor con la lengua de Arethusa, el piar de los pájaros resulta más agradable si la escucha con las orejas de Arethusa y el tacto de la hierba húmeda es más placentera si la toca con los finos dedos de Arethusa. Hay tanto con lo que experimentar, y tan solo acaba de empezar.
Con mucho mimo, deja el violín de Arethusa en el estuche. Antes de cerrarlo, abre un compartimiento secreto y saca una bolsa con galletas dulces, las preferidas de la elfa. Introduce una en la boca de Arethusa y la saborea con las papilas gustativas de Arethusa. Efectivamente, la canela sabe mejor con la lengua de Arethusa. El fantasma, y también la elfa, sonríe orgulloso. La segunda galleta la lanza Kashmir Rondens y la tercera a Isidora. Muerde la cuarta y lanza los restos al paredón.
—¡Castiguen a ambos! ¡Son unos mentirosos! ¡Merecen morir los dos! — se está divirtiendo. Se lo está pasando en grande.
Quiero que sea ahorcadoTODOS ò.ó Sango.
El hombre asegura ser Kashmir Rondens. Miente, deducen tanto el fantasma invasor como la elfa. Kashmir falleció en la misma noche que murieron todos los demás. Suena ridículo presentarse con el nombre de un muerto. El fantasma hace una mueca de disgusto con los labios de Arethusa. Acelera el ritmo de la canción y lo torna más estridente representando así su molestia con él.
La mujer es un poco más avispada, tampoco demasiado. Recita qué hizo ayer. Habla con los recuerdos del cuerpo que ha poseído, no del fantasma quien es juzgado por la horca. La persona que no es Arethusa saca la lengua en tono burlón. Le dedica una melodía conocida de un juego infantil. Toca con el violín y tararea al mismo tiempo. A la persona que no es Arethusa le resulta muy divertida ésta situación.
— Te he pillado — dice con un suave tono de voz para el cuello de su camisa. — Os he pillado a los dos.
La música y el canto no son las únicas virtudes de la elfa. El fantasma descubre una nueva afición: el baile. Apoya la punta del pie derecho de Arethusa en el suelo, el pie izquierdo lo mantiene en aire un perfecto ángulo de 90º, y gira sobre el propio eje. Examina los rostros de todos los invitados, pobres cuerpos poseídos por desgraciados fantasmas. Un viaje, miradas de sospecha, un lobo asesino, una bruja y una canción. El fantasma no sabe distinguir si esto último lo ha pensado él o Arethusa. ¿Venía de la ventana izquierda o de la derecha? Es imposible saberlo, en ambas se ve el lobo y se escucha la canción. ¿A acaso la elfa está resistiendo el hechizo? O, lo que era peor: ¿acaso el fantasma está disfrutando de ser una elfa? El cambio es agradable, no lo niega. Toca el violín, se ríe de los infelices acusados y baila. Se divierte como igual que lo haría un niño jugando con su juguete nuevo. Los recuerdos de Arethusa esconden un mundo de posibilidades. El fantasma tiene la sensación de que la panceta sabe mejor con la lengua de Arethusa, el piar de los pájaros resulta más agradable si la escucha con las orejas de Arethusa y el tacto de la hierba húmeda es más placentera si la toca con los finos dedos de Arethusa. Hay tanto con lo que experimentar, y tan solo acaba de empezar.
Con mucho mimo, deja el violín de Arethusa en el estuche. Antes de cerrarlo, abre un compartimiento secreto y saca una bolsa con galletas dulces, las preferidas de la elfa. Introduce una en la boca de Arethusa y la saborea con las papilas gustativas de Arethusa. Efectivamente, la canela sabe mejor con la lengua de Arethusa. El fantasma, y también la elfa, sonríe orgulloso. La segunda galleta la lanza Kashmir Rondens y la tercera a Isidora. Muerde la cuarta y lanza los restos al paredón.
—¡Castiguen a ambos! ¡Son unos mentirosos! ¡Merecen morir los dos! — se está divirtiendo. Se lo está pasando en grande.
Quiero que sea ahorcado
Arethusa Lein
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Re: El lobo de Ulmer [Evento de Año Nuevo]
Por fin, por fin le daban uso a la horca. Era una auténtica lástima que tuviera que morir alguien más para que la cosa se pusiera lo suficientemente seria. Era el momento de votar, la multitud debía elegir cual de aquellos dos infelices sería colgado hasta la muerte. En realidad los argumentos de ambos eran bastante estúpidos. Estaba claro que los dos son culpables, tal vez incluso habían planeado entre los dos el asesinato. Cómplices. Una lástima que solo pudieramos colgar a uno según el verdugo. Lo mejor era terminar con todo aquel asunto lo más rápido posible...
Una elfa comienza a cantar una canción y tocar el violín, en otra época la habría mirado con indiferencia, incluso con reproche por tocar algo así en un momento como aquel. Pero el cuerpo en el que me encuentro no opina lo mismo. Tras soltar la sonrisa más grande que he sentido en mis labios en todos mis años de vida, voy corriendo hacia la joven, apenas llego y me encuentro danzando alrededor. Girando, saltando, disfrutando y sonriéndole a la violinista. Por fin, en cuanto termina de tocar y cantar, el cuerpo de la elfa se detiene. He de admitir que había sido tremendamente divertido. -Noooo... No pares... -Noto como hago una mueca de tristeza. Es un cuerpo difícil de controlar.
Hay varias fuerzas luchando en el interior. Es altamente extenuante y difícil mantener la concentración. Me pregunto cuánto tiempo podré mantenerlo. Intento volver al mundo real, era el momento de la votación. La elfa a mi lado pide que los cuelguen a los dos. Asiento, me parece perfecto. Es el mejor escenario posible. Los mentirosos deben morir. -Colgadlos, y terminemos con esto.
Off: Voto por Sango.
Una elfa comienza a cantar una canción y tocar el violín, en otra época la habría mirado con indiferencia, incluso con reproche por tocar algo así en un momento como aquel. Pero el cuerpo en el que me encuentro no opina lo mismo. Tras soltar la sonrisa más grande que he sentido en mis labios en todos mis años de vida, voy corriendo hacia la joven, apenas llego y me encuentro danzando alrededor. Girando, saltando, disfrutando y sonriéndole a la violinista. Por fin, en cuanto termina de tocar y cantar, el cuerpo de la elfa se detiene. He de admitir que había sido tremendamente divertido. -Noooo... No pares... -Noto como hago una mueca de tristeza. Es un cuerpo difícil de controlar.
Hay varias fuerzas luchando en el interior. Es altamente extenuante y difícil mantener la concentración. Me pregunto cuánto tiempo podré mantenerlo. Intento volver al mundo real, era el momento de la votación. La elfa a mi lado pide que los cuelguen a los dos. Asiento, me parece perfecto. Es el mejor escenario posible. Los mentirosos deben morir. -Colgadlos, y terminemos con esto.
Off: Voto por Sango.
Irinnil Fawkes
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Re: El lobo de Ulmer [Evento de Año Nuevo]
Alzó las cejas con asombro. No había acabado el interrogatorio cuando alguien entre la muchedumbre empezó a berrear contra ella. Aquella afrenta no quedaría así, no debería quedar así. Aun se estaba recomponiendo del interrogatorio, era sin duda alguna una situación desfavorable.
- No, no, no... No puede hablar en serio.- Se llevó una mano al pecho. Agitó la cabeza y trató de seguir calmándose.- ¿Cómo sabe lo que haría yo si ni siquiera soy de esta ciudad? Yo sólo pasaba por aquí y de repente me encuentro con... con esto y además, se me acusa de ser una bruja.- Miró por encima del hombro.- ¿Así es cómo tratáis a los forasteros?- Miró al suelo y negó varias veces con la cabeza.
Al menos el tembleque que le afectaba era cada vez menos acusado. Aquellos pobres ignorantes no conocían que aquel poder conllevaba una gran responsabilidad y las responsabilidades agotan e impiden que uno pueda hacer bien su labor y aquella vez, simplemente, el sueño le ganó, pero aquella gente... Nunca lo comprendería.
Debía, comprendió, echarle valor y defenderse de la acusación con algo más de contundencia, pero claro, tanto el verdugo como el que la increpaba eran hombres grandes y corpulentos y se veía claramente que la sangre les había hecho arder el corazón con una ira, a su juicio, un tanto desproporcionada.
Se tomó un tiempo para humedecerse los labios y tragar lo que le quedaba de saliva, a continuación dio un paso al frente.
- No soy natural de esta ciudad y vos afirmáis conocer cómo me comporto ante un problema del que me acabo de enterar. Es increíble.- Hizo una pausa que le sirvió para llevarse más berridos condenandola. Hizo una mueca y se encogió de hombros.
- Es comprensible que estéis nerviosos, yo también. No hay más que echar un vistazo a esa calle.- Hizo una mueca de asco.- Pero no es motivo para acusar a la primera persona que se atreve a hablar en público, ni siquiera habéis tenido tiempo a reflexionar mis palabras y ya estáis vociferando y pidiendo sangre. Mi sangre.- Pasó los ojos por los presentes.- No sois mejores que el hombre lobo asesino.- Dejó que los murmullos tomaran el silencio que se había instalado tras sus palabras.- ¿Y por qué no miráis a aquel que lanzó acusaciones contra mi justo en el momento que dejé de hablar? ¿Por qué no os dais la vuelta y os miráis a la cara? Sois vecinos, ¿no? Se supone que os conocéis desde algún tiempo, a no ser que realmente no os conozcáis tan bien como creíais, o quizá ocultéis algo... Tengo la capacidad de saberlo, si se me da tiempo, claro...- Dijo finalmente.
- ¿De verdad queréis matar a alguien que os tiende la mano amiga?- La pregunta la lanzó al mundo.
- No, no, no... No puede hablar en serio.- Se llevó una mano al pecho. Agitó la cabeza y trató de seguir calmándose.- ¿Cómo sabe lo que haría yo si ni siquiera soy de esta ciudad? Yo sólo pasaba por aquí y de repente me encuentro con... con esto y además, se me acusa de ser una bruja.- Miró por encima del hombro.- ¿Así es cómo tratáis a los forasteros?- Miró al suelo y negó varias veces con la cabeza.
Al menos el tembleque que le afectaba era cada vez menos acusado. Aquellos pobres ignorantes no conocían que aquel poder conllevaba una gran responsabilidad y las responsabilidades agotan e impiden que uno pueda hacer bien su labor y aquella vez, simplemente, el sueño le ganó, pero aquella gente... Nunca lo comprendería.
Debía, comprendió, echarle valor y defenderse de la acusación con algo más de contundencia, pero claro, tanto el verdugo como el que la increpaba eran hombres grandes y corpulentos y se veía claramente que la sangre les había hecho arder el corazón con una ira, a su juicio, un tanto desproporcionada.
Se tomó un tiempo para humedecerse los labios y tragar lo que le quedaba de saliva, a continuación dio un paso al frente.
- No soy natural de esta ciudad y vos afirmáis conocer cómo me comporto ante un problema del que me acabo de enterar. Es increíble.- Hizo una pausa que le sirvió para llevarse más berridos condenandola. Hizo una mueca y se encogió de hombros.
- Es comprensible que estéis nerviosos, yo también. No hay más que echar un vistazo a esa calle.- Hizo una mueca de asco.- Pero no es motivo para acusar a la primera persona que se atreve a hablar en público, ni siquiera habéis tenido tiempo a reflexionar mis palabras y ya estáis vociferando y pidiendo sangre. Mi sangre.- Pasó los ojos por los presentes.- No sois mejores que el hombre lobo asesino.- Dejó que los murmullos tomaran el silencio que se había instalado tras sus palabras.- ¿Y por qué no miráis a aquel que lanzó acusaciones contra mi justo en el momento que dejé de hablar? ¿Por qué no os dais la vuelta y os miráis a la cara? Sois vecinos, ¿no? Se supone que os conocéis desde algún tiempo, a no ser que realmente no os conozcáis tan bien como creíais, o quizá ocultéis algo... Tengo la capacidad de saberlo, si se me da tiempo, claro...- Dijo finalmente.
- ¿De verdad queréis matar a alguien que os tiende la mano amiga?- La pregunta la lanzó al mundo.
- Spoiler:
- Primero: perdón por la tardanza pero es que entre fiestas y demás no pude hacer esto antes.
Segundo: estoy sin ordenador y escribí esto desde una tablet. Y aunque haya revisado esto un par de veces pido perdón por las faltas, la redacción o algún detalles estético, tipo colores y demás.
Tercero: estaré sin pc hasta la semana que viene así que pasaré por aquí menos de lo habitual, de todas formas, cuando me toque postear esta semana y la que viene, intentaré hacerlo lo más rápido posible.
Sango
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Re: El lobo de Ulmer [Evento de Año Nuevo]
¿Porque mentirosa? Yo no mentía, bueno... a decir verdad si, pero era por una buena razón.
¡Claro! Ahora todo tenia sentido, esta gente no me conocía. Yo estaba en un cuerpo que no era el mio, a lo mejor estas personas conocían a la dueña del cuerpo.
Con rapidez rebusque en los recuerdos alejados de la mente original y encontré un par de conexiones. Primero el nombre real del espécimen, segundo que había un conocido junto al resto de ciudadanos y tercero que tiene hija y una casa en Ulmer.
Una pareja de elfas nos acusaban por el hecho de estar mintiendo, bastaba con que una persona apuntara con el dedo para que el resto de la masa hiciera lo mismo sin pensarlo demasiado.
-Suéltame mamarracho.
Por lo visto el alma inicial del cuerpo todavía tenia algo de fuerza de voluntad, pero seguramente seria porque las dos pensábamos lo mismo.
-¿Porque somos las dos culpables? -Recuperando el control de la carne me zafe de un manotazo del verdugo y mire a las dos elfas. -Hechicera hay solo una. Esto es absurdo. -Clave la vista en la ultima que hablo. -Así no vais a cazar a la bruja. -Ahora cambiaba la vista hacia la que nos lanzaba galletas. -¿Por mentir merecemos morir las dos? Sube aquí arriba, cambia tu vida por la nuestra y dime que no mentirías. -Deje de mirar solamente a la elfa violinista y las mire a ambas con seriedad. -Todos tenemos algo que ocultar.
De un salto baje de la palestras y me acerque a la mujer que estaba tirada en el suelo y que ahora se levantaba defendiéndose de las acusaciones. La mujer me daba pena, la turba parecía estar enfurecida y cuando eso pasa no hay quien la pare. Y aunque me apenara la vida de esta chica. Ella no era mi objetivo principal. Enderece el cuerpo y mire de nuevo al gentío.
-Me largo de este teatro, no pienso votar por nadie. Si mañana las muertes continúan la sangre del inocente no manchara mis manos.
___
Off: Me abstengo de la votación. (por esta vez)
¡Claro! Ahora todo tenia sentido, esta gente no me conocía. Yo estaba en un cuerpo que no era el mio, a lo mejor estas personas conocían a la dueña del cuerpo.
Con rapidez rebusque en los recuerdos alejados de la mente original y encontré un par de conexiones. Primero el nombre real del espécimen, segundo que había un conocido junto al resto de ciudadanos y tercero que tiene hija y una casa en Ulmer.
Una pareja de elfas nos acusaban por el hecho de estar mintiendo, bastaba con que una persona apuntara con el dedo para que el resto de la masa hiciera lo mismo sin pensarlo demasiado.
-Suéltame mamarracho.
Por lo visto el alma inicial del cuerpo todavía tenia algo de fuerza de voluntad, pero seguramente seria porque las dos pensábamos lo mismo.
-¿Porque somos las dos culpables? -Recuperando el control de la carne me zafe de un manotazo del verdugo y mire a las dos elfas. -Hechicera hay solo una. Esto es absurdo. -Clave la vista en la ultima que hablo. -Así no vais a cazar a la bruja. -Ahora cambiaba la vista hacia la que nos lanzaba galletas. -¿Por mentir merecemos morir las dos? Sube aquí arriba, cambia tu vida por la nuestra y dime que no mentirías. -Deje de mirar solamente a la elfa violinista y las mire a ambas con seriedad. -Todos tenemos algo que ocultar.
De un salto baje de la palestras y me acerque a la mujer que estaba tirada en el suelo y que ahora se levantaba defendiéndose de las acusaciones. La mujer me daba pena, la turba parecía estar enfurecida y cuando eso pasa no hay quien la pare. Y aunque me apenara la vida de esta chica. Ella no era mi objetivo principal. Enderece el cuerpo y mire de nuevo al gentío.
-Me largo de este teatro, no pienso votar por nadie. Si mañana las muertes continúan la sangre del inocente no manchara mis manos.
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Off: Me abstengo de la votación. (por esta vez)
Reivy Abadder
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Re: El lobo de Ulmer [Evento de Año Nuevo]
No quise seguir indagando mas en la casa, tenia un mal presentimiento y aunque ese cuerpo no quisiera irse lo obligue a obedecerme por una vez, sali de alli para volver sobre mis pasos, algo en esa casa me tenia intrigada ¿El dueño de la casa era la persona de este cuerpo? O ¿De algún conocido? O ¿Iba a robar a caso? ¡No eso ni de broma! Aunque me hubiera tocado cambiar de cuerpo con un ladrón ¡Jamas robaría! ¡JAMAS!
Y sin darme cuenta caminaba nuevamente hacia la aglomeración que habia en el dentro de aquel poblado, aun seguían acusando a esas dos mujeres, como fuera me quede alli escuchando, un rato, tal vez tuviera que participar. Ya que aquello no me agradaba en nada. No lo podía permitir.
- ¿Por que os las acusáis sin una prueba viable? Todos aqui son unos desconsiderados. Entiendo la situación que se encuentran. Que nos encontramos ¿Pero acusar a dos pobres mujeres que estan tan aterradas como ustedes por estos acontecimientos? - dije con un fuerte tono de voz.
Tenia que aprovechar aquella voz gruesa para aquello. Asi que sin miedo camine entre la multitud y me puse entre las acusadas y la multitud.
- Ustedes... Todos cometéis un error, digo que en vez de enjuiciar al primero que ven ¿Por que no investigar como es debido? - dije ya algo fastidiado. Suspire con pesar.
Mire a todo los que las acusaban de ser la bruja o el lobo, pero tal vez fuera por los rastros de la bebida o es que era un presentimiento acertado, pero no creía que fueran las culpables de tal acto cruel y sanguinario. No se quien fuera el dueño de este cuerpo, no se si sera bueno o malo. Pero yo Cryztal no permitiría una injusticia, estuviera en mi cuerpo o no, no lo dejaría pasar.
- Asi qué, si no tenéis una prueba de que ellas - dije señalando a las acusadas. - Causaron eso - pase a señalar al cadáver. - No poseen ningún derecho a retenerlas y mucho menos ahorcarlas a base de calumnias - dije esta vez mas tranquilo.
Solo rogaba a los dioses que esta gente le entrara algo de sensatez en la cabeza y pensaran mejor las cosas.
Y sin darme cuenta caminaba nuevamente hacia la aglomeración que habia en el dentro de aquel poblado, aun seguían acusando a esas dos mujeres, como fuera me quede alli escuchando, un rato, tal vez tuviera que participar. Ya que aquello no me agradaba en nada. No lo podía permitir.
- ¿Por que os las acusáis sin una prueba viable? Todos aqui son unos desconsiderados. Entiendo la situación que se encuentran. Que nos encontramos ¿Pero acusar a dos pobres mujeres que estan tan aterradas como ustedes por estos acontecimientos? - dije con un fuerte tono de voz.
Tenia que aprovechar aquella voz gruesa para aquello. Asi que sin miedo camine entre la multitud y me puse entre las acusadas y la multitud.
- Ustedes... Todos cometéis un error, digo que en vez de enjuiciar al primero que ven ¿Por que no investigar como es debido? - dije ya algo fastidiado. Suspire con pesar.
Mire a todo los que las acusaban de ser la bruja o el lobo, pero tal vez fuera por los rastros de la bebida o es que era un presentimiento acertado, pero no creía que fueran las culpables de tal acto cruel y sanguinario. No se quien fuera el dueño de este cuerpo, no se si sera bueno o malo. Pero yo Cryztal no permitiría una injusticia, estuviera en mi cuerpo o no, no lo dejaría pasar.
- Asi qué, si no tenéis una prueba de que ellas - dije señalando a las acusadas. - Causaron eso - pase a señalar al cadáver. - No poseen ningún derecho a retenerlas y mucho menos ahorcarlas a base de calumnias - dije esta vez mas tranquilo.
Solo rogaba a los dioses que esta gente le entrara algo de sensatez en la cabeza y pensaran mejor las cosas.
- off-rol:
- No dare voto a ninguno
Cryz
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Re: El lobo de Ulmer [Evento de Año Nuevo]
Tachó uno de los nombres.
Frunció el ceño y suspiró profundamente según volvía a repasar la lista que tenía delante. Como llevaba haciendo ya un buen rato trató de ponerle una de las caras nuevas a cada uno de aquellos nombres, pero solo consiguió oscurecer más las distintas ideas que podía tener acerca de esto.
Nadie estaba dispuesto a decir quién era realmente.
Probablemente por miedo, aunque, a decir verdad, también podría ser por algún otro motivo que se le escapaba; aquel lugar tenía muchos secretos que no terminaba de comprender y, en su caso, era simplemente por que contaba con una ventaja en todo aquello que no había imaginado previamente.
Era curioso, la poción parecía perdurar con el paso de los días, pero no cuando la persona moría, pues la victima de la noche anterior había adoptado su forma original.
Bostezó y, tras reclinarse en la silla en la que estaba, frente a su escritorio, releyó el nombre que acababa de tachar sin apenas percatarse de que lo había hecho.
Duro Khós, el leónico en el cuerpo del elfo y, a decir verdad, la única persona capaz de encarar por si sola al asesino que asolaba la población estaba muerta. Eso implicaba muchas cosas, demasiadas como pararse realmente a pensarlas durante el tiempo con el que contaba.
¿Sabía el asesino a quien estaba asesinando realmente? ¿Sabía que era el leónico el que había sido víctima de aquel dantesco espectáculo sanguinolento? El cuerpo en el que se encontraba parecía sediento de justicia, los recuerdos que de vez en cuando pasaban por su cabeza prácticamente exigían que se pudiese a trabajar en lo que tenía entre manos.
Seguía prefiriendo tomarse las cosas con calma.
Finalmente, cuando el sol estuvo lo suficientemente alto, se levantó de la silla y guardó el pergamino en el que había estado escribiendo en uno de los bolsillos de su atuendo.
Si todo continuaba como se estaba temiendo la muerte de Khós podía ser la tercera de muchas más. Una sola víctima era ya, de hecho, demasiado para su gusto.
Salió al exterior y se encaminó hacia el lugar del que provenían las voces, torció el gesto a volver a ver el dantesco espectáculo que el asesino le había regalado a la aldea y miró, desde una distancia prudente, como tomaban a dos de los extraños, pero a la vez conocidos, vecinos del pueblo y los subían a un estrado.
Frunció el ceño cuando el verdugo interrogó a las dos personas que había en el lugar y se rascó la barba.
La versión que dieron no fue… demasiado convincente, algo que hizo ver el lobo prácticamente al instante, se preguntó por un instante como debía ser el encontrarse en un cuerpo tan distinto pues, salvando a Khós, quien ahora estaba muerto, no había más hombres-bestia entre los asistentes a la poción.
Apartó aquellos pensamientos de su cabeza y continuó escuchando que decían los presentes. Todos los presentes parecían estar de acuerdo con que “Kashmir” no terminaba de decir la verdad, no era sorprendente.
La pequeña elfa que le había ofrecido pan el día anterior también se unió al can, así como su pizpireta compañera de raza, la cual bailaba extrañamente contenta, cosa ante lo cual no supo muy bien cómo interpretar.
Dejó escapar otro suspiro y dejó que el supuesto Kashmir volviese a defenderse.
- Entiendo... – dijo cuando este termino de hablar, al ver, a su vez, como otro de los afectados por la poción rosa hacia acto de presencia y afirmaba que estaban calumniando en contra de los acusados. – Si bien es cierto que se podría mejorar… - Miró al verdugo. - …la forma en la que se está celebrando este juicio. – Antes de añadir nada más se limpió tímidamente el polvo que cubría sus hombros.
No era la primera vez que lo hacía desde que irrumpía en la plaza, era casi como si aquel cuerpo atrajese el polvo, también sentía la imperiosa necesidad de levantar cosas pesadas.
- Me temo que nada de lo que se ha dicho son calumnias. – Aseveró. – Dices ser Kashmir. –dijo directamente al hombre frunciendo el ceño con cierta dureza, pero sin levantar la voz. – La cosa es… - Sonrió. – …que no has llegado a tender nunca esa mano amiga que afirmas habernos otorgado aun cuando anoche ya había dos muertos. ¿Por qué es esto? – Afirmó. – Si de verdad eres Kashmir llegados a este punto deberías saber… - Agachó la cabeza. - …algo, por mínimo que fuese. – Expuso. - ¿Es así? – Preguntó al final, analizando a la persona que, por el momento, no tenía demasiadas dudas de que era un impostor.
Aguardó en silencio durante unos segundos, después negó con la cabeza.
- Mi voto es para “Kashmir”. – dijo. – Todavía tienes tiempo de hacerme cambiar de idea. Intentalo. – Aseveró indicando con un gesto que volviese a hablar. - ¿Qué hiciste realmente anoche? – Preguntó a continuación, apartándose del estrado y volviendo a colocarse entre la multitud.
Off: voto por Sango haciendo referencia a que si de verdad es Kashmir deberia de haber usado su carta la noche de la muerte de Khós.
Frunció el ceño y suspiró profundamente según volvía a repasar la lista que tenía delante. Como llevaba haciendo ya un buen rato trató de ponerle una de las caras nuevas a cada uno de aquellos nombres, pero solo consiguió oscurecer más las distintas ideas que podía tener acerca de esto.
Nadie estaba dispuesto a decir quién era realmente.
Probablemente por miedo, aunque, a decir verdad, también podría ser por algún otro motivo que se le escapaba; aquel lugar tenía muchos secretos que no terminaba de comprender y, en su caso, era simplemente por que contaba con una ventaja en todo aquello que no había imaginado previamente.
Era curioso, la poción parecía perdurar con el paso de los días, pero no cuando la persona moría, pues la victima de la noche anterior había adoptado su forma original.
Bostezó y, tras reclinarse en la silla en la que estaba, frente a su escritorio, releyó el nombre que acababa de tachar sin apenas percatarse de que lo había hecho.
Duro Khós, el leónico en el cuerpo del elfo y, a decir verdad, la única persona capaz de encarar por si sola al asesino que asolaba la población estaba muerta. Eso implicaba muchas cosas, demasiadas como pararse realmente a pensarlas durante el tiempo con el que contaba.
¿Sabía el asesino a quien estaba asesinando realmente? ¿Sabía que era el leónico el que había sido víctima de aquel dantesco espectáculo sanguinolento? El cuerpo en el que se encontraba parecía sediento de justicia, los recuerdos que de vez en cuando pasaban por su cabeza prácticamente exigían que se pudiese a trabajar en lo que tenía entre manos.
Seguía prefiriendo tomarse las cosas con calma.
Finalmente, cuando el sol estuvo lo suficientemente alto, se levantó de la silla y guardó el pergamino en el que había estado escribiendo en uno de los bolsillos de su atuendo.
Si todo continuaba como se estaba temiendo la muerte de Khós podía ser la tercera de muchas más. Una sola víctima era ya, de hecho, demasiado para su gusto.
Salió al exterior y se encaminó hacia el lugar del que provenían las voces, torció el gesto a volver a ver el dantesco espectáculo que el asesino le había regalado a la aldea y miró, desde una distancia prudente, como tomaban a dos de los extraños, pero a la vez conocidos, vecinos del pueblo y los subían a un estrado.
Frunció el ceño cuando el verdugo interrogó a las dos personas que había en el lugar y se rascó la barba.
La versión que dieron no fue… demasiado convincente, algo que hizo ver el lobo prácticamente al instante, se preguntó por un instante como debía ser el encontrarse en un cuerpo tan distinto pues, salvando a Khós, quien ahora estaba muerto, no había más hombres-bestia entre los asistentes a la poción.
Apartó aquellos pensamientos de su cabeza y continuó escuchando que decían los presentes. Todos los presentes parecían estar de acuerdo con que “Kashmir” no terminaba de decir la verdad, no era sorprendente.
La pequeña elfa que le había ofrecido pan el día anterior también se unió al can, así como su pizpireta compañera de raza, la cual bailaba extrañamente contenta, cosa ante lo cual no supo muy bien cómo interpretar.
Dejó escapar otro suspiro y dejó que el supuesto Kashmir volviese a defenderse.
- Entiendo... – dijo cuando este termino de hablar, al ver, a su vez, como otro de los afectados por la poción rosa hacia acto de presencia y afirmaba que estaban calumniando en contra de los acusados. – Si bien es cierto que se podría mejorar… - Miró al verdugo. - …la forma en la que se está celebrando este juicio. – Antes de añadir nada más se limpió tímidamente el polvo que cubría sus hombros.
No era la primera vez que lo hacía desde que irrumpía en la plaza, era casi como si aquel cuerpo atrajese el polvo, también sentía la imperiosa necesidad de levantar cosas pesadas.
- Me temo que nada de lo que se ha dicho son calumnias. – Aseveró. – Dices ser Kashmir. –dijo directamente al hombre frunciendo el ceño con cierta dureza, pero sin levantar la voz. – La cosa es… - Sonrió. – …que no has llegado a tender nunca esa mano amiga que afirmas habernos otorgado aun cuando anoche ya había dos muertos. ¿Por qué es esto? – Afirmó. – Si de verdad eres Kashmir llegados a este punto deberías saber… - Agachó la cabeza. - …algo, por mínimo que fuese. – Expuso. - ¿Es así? – Preguntó al final, analizando a la persona que, por el momento, no tenía demasiadas dudas de que era un impostor.
Aguardó en silencio durante unos segundos, después negó con la cabeza.
- Mi voto es para “Kashmir”. – dijo. – Todavía tienes tiempo de hacerme cambiar de idea. Intentalo. – Aseveró indicando con un gesto que volviese a hablar. - ¿Qué hiciste realmente anoche? – Preguntó a continuación, apartándose del estrado y volviendo a colocarse entre la multitud.
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Off: voto por Sango haciendo referencia a que si de verdad es Kashmir deberia de haber usado su carta la noche de la muerte de Khós.
Eltrant Tale
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Re: El lobo de Ulmer [Evento de Año Nuevo]
Con permiso de Master Ger me permito colgar mi post tras haber vencido la fecha limite para contestar :3
Off 2: He decidido permanecer neutral en esta ronda :v*corre a estudiar*
Todos parecían tener la misma idea en la mente, manteniendo su identidad oculta de los demás. No conseguía comprender de todo por qué, pero optó por hacer lo mismo y actuar con cautela. Todo parecía tan irreal que casi podía decir que se trataba de un sueño o más bien de alguna cruda pesadilla. Otro de ellos había perecido de una manera cruel y despiadada; sin poder evitarlo se llevó las manos al rostro, cubriendo su boca y su nariz para reprimir el impulso de vomitar. ¿Por qué estaba ocurriendo aquello? Duro Khos, el leonico que había aparecido como una luz en la oscuridad para ayudarlos a deshacerse del mal que los rodeaba. Ya ni siquiera podía reconocerlo en ese extraño cuerpo de orejitas puntiagudas y rostro gracioso. El hilo de sus pensamientos fue detenido por los gritos de otro hombre, quien tomó a dos de los presentes y los arrastró hasta una tarima, exigiendo respuestas.
Una extraña curiosidad se arremolinó en su interior, instándola a acercarse para escuchar mejor. Al parecer ese nuevo cuerpo estaba lleno de sorpresas. Los argumentos de los acusados le hicieron llevarse un dedo al mentón, pues no terminaba de comprender del todo lo que decían. Ladeó la cabeza de un lado a otro, mientras hacía un esfuerzo por decidir si creer o no en las palabras de aquellos vecinos. Por un lado tenían a una que aseguraba ser Kashmir y a quien le hubiese creído, de no ser por algo que mencionó después de que su primera defensa fuese muy poco aceptada. Su cuerpo nuevamente volvió a hacerle una jugarreta, ocasionando que inflase las mejillas de forma graciosa, mientras avanzaba un par de pasos, a fin de cerciorarse que todos escuchasen esa dulce, pero infantil voz con la que cargaba.
—Pero… —comenzó con lentitud, jugueteando con uno de los mechones rubios de su cabello, mirando a la que sostenía ser Kashmir—. En ningún momento se le acusó de ser la bruja —puntualizó. Tal vez su nuevo cuerpo también fuese perspicaz y debía admitir que le gustaba—. Se les señaló como los culpables, pero jamás se especificó una identidad para cada uno. ¿Por qué se ha autodeterminado como tal?
Estaba a punto de emitir un voto cuando la tal Isidora comenzó a vociferar que no merecían ser juzgadas por mentir. ¿Entonces admitía abiertamente que estaba mintiendo? Su esfuerzo por ser tomada en cuenta se fue al traste con las palabras de otra joven de dudosa procedencia, quien los riñó por acusar a las féminas sin pruebas aparentes. En esa extraña charada sería difícil apegarse a pruebas inexistentes para emitir una sentencia, especialmente cuando el miedo a morir era casi palpable en el aire. Definitivamente esa persona no entendía lo que sucedía o el cuerpo en el que estaba no le brindaba la inteligencia suficiente para comprender la magnitud de las cosas. Decidió inclinarse por la segunda y no a quién sea que estuviese dentro.
Nuevamente intentó hablar, pero esta vez sus palabras fueron acalladas por la sentencia de otro de los presentes. Los ojos casi se le salieron de las órbitas y por poco se atragantó con su propia saliva, aunque no sabría diferenciar si fue por el argumento tan convincente que usó o por el hecho de que su nuevo cuerpo reaccionaba de una forma misteriosa al tono de su voz. Si en algún inicio se sintió segura de a quién darle su voto, tras el argumento dicho por el sujeto de la barba, no se sentía así. Esperaría a que la supuesta Kashmir se defendiese al nuevo interrogatorio antes de terminar hablando sin pensar como ya lo habían hecho otros.
Una extraña curiosidad se arremolinó en su interior, instándola a acercarse para escuchar mejor. Al parecer ese nuevo cuerpo estaba lleno de sorpresas. Los argumentos de los acusados le hicieron llevarse un dedo al mentón, pues no terminaba de comprender del todo lo que decían. Ladeó la cabeza de un lado a otro, mientras hacía un esfuerzo por decidir si creer o no en las palabras de aquellos vecinos. Por un lado tenían a una que aseguraba ser Kashmir y a quien le hubiese creído, de no ser por algo que mencionó después de que su primera defensa fuese muy poco aceptada. Su cuerpo nuevamente volvió a hacerle una jugarreta, ocasionando que inflase las mejillas de forma graciosa, mientras avanzaba un par de pasos, a fin de cerciorarse que todos escuchasen esa dulce, pero infantil voz con la que cargaba.
—Pero… —comenzó con lentitud, jugueteando con uno de los mechones rubios de su cabello, mirando a la que sostenía ser Kashmir—. En ningún momento se le acusó de ser la bruja —puntualizó. Tal vez su nuevo cuerpo también fuese perspicaz y debía admitir que le gustaba—. Se les señaló como los culpables, pero jamás se especificó una identidad para cada uno. ¿Por qué se ha autodeterminado como tal?
Estaba a punto de emitir un voto cuando la tal Isidora comenzó a vociferar que no merecían ser juzgadas por mentir. ¿Entonces admitía abiertamente que estaba mintiendo? Su esfuerzo por ser tomada en cuenta se fue al traste con las palabras de otra joven de dudosa procedencia, quien los riñó por acusar a las féminas sin pruebas aparentes. En esa extraña charada sería difícil apegarse a pruebas inexistentes para emitir una sentencia, especialmente cuando el miedo a morir era casi palpable en el aire. Definitivamente esa persona no entendía lo que sucedía o el cuerpo en el que estaba no le brindaba la inteligencia suficiente para comprender la magnitud de las cosas. Decidió inclinarse por la segunda y no a quién sea que estuviese dentro.
Nuevamente intentó hablar, pero esta vez sus palabras fueron acalladas por la sentencia de otro de los presentes. Los ojos casi se le salieron de las órbitas y por poco se atragantó con su propia saliva, aunque no sabría diferenciar si fue por el argumento tan convincente que usó o por el hecho de que su nuevo cuerpo reaccionaba de una forma misteriosa al tono de su voz. Si en algún inicio se sintió segura de a quién darle su voto, tras el argumento dicho por el sujeto de la barba, no se sentía así. Esperaría a que la supuesta Kashmir se defendiese al nuevo interrogatorio antes de terminar hablando sin pensar como ya lo habían hecho otros.
Off 2: He decidido permanecer neutral en esta ronda :v
Ashryn Elaynor
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Re: El lobo de Ulmer [Evento de Año Nuevo]
Tercer día
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Tras su narración del segundo día, el bardo Jester Lyndon fue a por un vaso de agua. Una mera pausa para dar más ansias de saber tras la espera. En esa ocasión, antes de continuar la historia. Hizo una pausa para mostrar un anillo de cuidada factura élfica.
-Ahora viene una de las partes interesante. - Dijo a los presentes. - ¿Queréis saber el papel que tuvo este bonito anillo en el desenlace final? - Sonrió. Veía las pupilas brillantes de cuantos lo escuchaban. - Pues atended.
- Sello del Concilio:
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¡Sí, sí! ¡Cómo lo oís, compañeros! Un total de cinco votos decidieron ahorcar a aquella mujer de aspecto desenfrenado. Aunque sólo votaron cuatro, uno de ellos era el Condestable del pueblo, y por ello, su voto valió doble. Así, el verdugo no tardó en colocar la soga al cuello de la mujer y tirar de una violenta patada el taburete sobre el que se sostenía. No tardó más que unos segundos en dejar de respirar. Tan sólo unos pocos habían creído su coartada.
¡Y oh, compañeros! La magia que imbuía a esta chica comenzó a desvanecerse. Y no tardó en descubrirse que, efectivamente, tras esa apariencia inocente se escondía la joven huraña de la cabaña. ¡Habían dado caza a la bruja! Ahora, todo cuanto tenían que hacer era dar con Loboferoz y terminar así con los problemas de asesinatos en el pueblo.
Sólo quedaban 6 vivos. Pero la noche no tardó en caer y la pregunta que todos se hacían era: ¿Quién sería el siguiente en morir?
Durante la noche, el Padre James Morgan continuó su búsqueda de la pequeña Joyce, pero siguió siendo infructuosa. Una noche más, el padre volvía a casa sin su pequeña. Y es que se notaba que el padre estaba borracho, ya que decidió rezar a los dioses para que le dijeran si su hija era... ¡Aquella mujer que acababan de colgar el día antes! Estaba claro que el viejo James hacía muy bien su papel de beodo del pueblo. Con un padre así casi valía más que la hija siguiera en paradero desconocido. ¿Os imagináis, amigos míos, que la maldición de una tercera persona dependiera de él?
Y qué caprichoso fue el destino que, aquella otra joven, de nombre Isidora, a la que todos querían colgar (Reivy), apareció muerta a la mañana siguiente. Concretamente, en la casa del borracho, James Morgan. Efectivamente, era una loba, pero no una cualquiera, era la reconocida amante de Loboferoz. O bien tuvieron una discusión conyugal, o bien el lobo no la reconoció. O quizás no se quisieran demasiado, a decir por cómo sus brazos habían ido a parar uno a cada extremo de la cocina. Al menos, a diferencia del bueno de Duro Khos, ésta conservaba las tripas.
El verdugo, harto de asesinatos decidió poner punto y final. Hacha en mano, irrumpió en la casa de Morgan y la clavó con fuerza en la madera del suelo. Allí estaban todos los supervivientes.
Levantó algo que llamaría la atención de todos. ¡Un precioso colgante de bella factura élfica! Se notaba que pertenecía a un importante linaje élfico.
-¿Quién de vosotros es la sacerdotisa, Elentari Neril? – preguntó, alzando el anillo. – La sacerdotisa me dio esto para rastrear su ubicación. Y por ello, sé que la sacerdotisa no se movió de su alcoba durante esta noche. Así que sospecho si será, en realidad, una elfa... O si será el lobo. La auténtica sacerdotisa podría haber evitado esta masacre, ¡O al menos no se habría quedado durmiendo en la cama! – Recorrió con la vista a cada uno de los presentes.
Como de primeras no parecían dispuestos a hablar, el tipo no tardó en tomar a uno, de manera aleatoria.
-¿Eres tú la sacerdotisa? ¿Por qué no has hecho nada? ¿No se supone que venías a ayudarnos? – bramó a escasos centímetros del rostro del elegido. - ¡Si la auténtica sacerdotisa no sale y dice la verdad, encerraré a este inocente en la cárcel!
El verdugo era todo un extremista. Un tipo duro. Pero todos lo conocían por su poco carácter afable.
* * * * * * * * * * * *
* Esta ronda nos dejan Sango (como la bruja, Elena Calsa) y Reivy Abadder (la Loba). Uno ahorcado y el otro asesinado por el lobo.
* Continúan: Jeannie Fawkes, Asher Daregan, Eltrant Tale, Arethusa Lein, Ashryn Elaynor y Cryz. He tirado 6 runas, en este orden, la peor runa se lleva el regalo de ser atrapado por el verdugo y tendrá que responder.
* Sacerdotisa: No me enviaste tu voto de protección. Así que gracias a ello, he creado el minievento de la semana en honor a ti.
* Minievento de la semana: El verdugo entregará a aquel usuario que lo convenza de ser la sacerdotisa el Sello del Concilio (os lo entregará el bardo, que lo conserva). Un anillo de calidad superior que te permite libre acceso y respeto por parte de los elfos de Sandorái y de Árbol Madre. Evidentemente, todo tiene sus contras, ya que el personaje que se lo quede no podrá ni realizar su acción esta noche (si la tuviera), ni votar al día siguiente a nadie para la horca. Pues pasará las 24 horas en la cárcel por no haber actuado la noche anterior. Si nadie lo reclama, el atrapado aleatorio se irá a la cárcel y se llevará el sello. No es necesario que ninguno (ni siquiera la auténtica sacerdotisa) diga la verdad, pero recordad que también tenéis que dar vuestra opinión sobre quién ahorcar.
* Aunque quizás el sello pueda parecer una nimiedad. Y sin ánimo de baiteo alguno, adelantar que en algunas de las próximas tramas anunciadas del foro, es posible que llevéis “algo” ganado si os hacéis con este objeto.
* En caso de empate. Vosotros decidís quién creéis que es de verdad la elfa y también a quien queréis ahorcar. Todo ello mediante comentario offrol. Y si sigue habiendo empate o nadie vota quién se queda con el sello, yo decidiré quién es el que mejor argumentos da.
* Sois 4 ciudadanos, 1 neutral y 1 malvado. Necesitáis al menos 3 votos para conseguir ahorcar a alguien.
* Tenéis hasta el Lunes 14 de enero, incluido, para postear una vez (o más) y para enviarme vuestra acción de carta, tal y como hicisteis ayer. Sigue habiendo margen de 48 horas si alguien me lo pide por privado.
Última edición por Ger el Lun Ene 07 2019, 22:01, editado 1 vez
Ger
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