Sangre y Sombras [Tema 3/3 Evento Captura y Castigo Dag]

El desfile había finalizado y los espectadores vuelto al interior de sus hogares porque Jason Bosne lo había querido. Poseer uno de los artefactos malditos de Egdecomb le otorgaba la autoridad que sir Lars Gaemon carecía. Primero un lobo anciano y ahora un león con cuernos; ambos lideraron a los hombres de La Guardia mejor que el mismo Gaemon. El caballero se retiró. Dio un paso detrás de sus hombres. ¿De qué le servían los títulos y las condecoraciones si vacilaba a cada paso que daba?  De nada. Respondió mentalmente. Habría susurrado las palabras para darles un mayor énfasis, pero estaba ocupado tosiendo sale. Arrancó las medallas que colgaba en la parte izquierda de su cota de malla y las dejó caer al suelo.

Mientras Bosne relataba su plan (al menos la parte que los humanos debían escuchar), sir Lars Gaemon se entretenía mirando sus arrugadas manos. Le habría gustado tener un espejo para ver el resto de su cuerpo. La espada se le había encorvada, había perdido la mayor parte de su cabello dorado dejando tras de sí una capa ceniza y la piel se le había agrietado como si fuera una campo arado en época de sequía. Se sentía tan débil que dudaba si sería capaz de sostener una espada, llegado el momento. Lo más inteligente era retirarse, dejar a las bestias y a los hombres sanos combatir contra las fuerzas de El Hombre Muerto. Gaemon pensaba en esconderse en un callejón lejos del combate, sentarse y esperar a que se muera. Según sus cálculos, los cuales no garantizaba que fueran exactos, en media hora la maldición de la lengua de plata de Gabriel Marlowe le habría envejecido a una edad que ningún humano vivo llegó jamás.

Entonces fue que lo dijo. Jason Bosne ofreció a los humanos de La Guardia beber del frasco del no-nato. Prometió que bendecirles con atributos animales. La maldición correspondiente corría a cargo de la bestia. Gaemon vio la oportunidad de resistir la maldición de Marlowe. Su mamá siempre le dijo que comiese muchas verduras para tener un corazón sano como el de un caballo. Con el no-nato podía tener, literalmente, el corazón de un joven caballo.

Pidió a Thomas, el escudero, que le cogiera del hombro y lo llevase hasta Jason Bosne. Gaemon bebió tres sobros de la poción. Intentó explicar a la Bosne que la lengua de Marlowe estaba hechizada por la magia oscura de Randall Flagg. Escuchar sus palabras te obligaba a aceptar su trato. Al violar las reglas impuestas, uno terminaba muerto en vida, como lo estaba sir Lars Gaemon.

El efecto tardó unos minutos en aparecer. El caballero mutó su piel como si fuera un réptil en primavera. La nueva capa estaba recubierta de unas finas escamas. Suponía que era un efecto secundario de haber pedido la longevidad de un reptil mayor.

El plan de Jason Bosne se puso en marcha. A los humanos que bebieron del frasco del no-nato le salieron alas de águila por la espalda. Se fueron volando. Bordearon toda Lunargenta para luego marcharse hacia el oeste. El número de hombres bestias en la guarnición superaba con creces al de los humanos (natales). Si Jason Bosne tenía intenciones de traicionar el pacto con La Guardia lo tendría muy fácil. Sir Lars Gaemon negó repetidas veces con la cabeza. No quería pensar en ello. Se sentía culpable por haber cedido el mandato de la guardia al león.

Por último, Jason Bosne dio a Dag Thorlák de beber de la poción del no-nato. Dos bestias utilizaban sus picas para empujar al vampiro desde la espalda y obligarle a beber. No bastó con un sorbo ni con dos. Bosne no se contó hasta que el vampiro hubo bebido largos tragos del frasco. El no-nato de su interior era el embrión de un animal diferente por cada trago del vampiro.

—Será suficiente. — Bosne apartó el frasco de los labios del vampiro.

El aire se tornó espeso. Apestaba a heces y sangre seca. Todos los presentes sabían qué quería decir. Puso sus dos manos en la empuñadura de la espada y la desenvainó lentamente. Levantarla fue un milagro.

Dag aulló desde su jaula. Gaemon evitaba verle. No reconocía al vampiro que era, ni mucho menos al hombre que fue.

personajes destacables La Guardia + La Factoría:

Encontró al Padre Callahan rezando en la iglesia del Dios Único. ¿Dónde, si no, iba a estar? Laluth caminó exagerando sus pasos procurando que el ruido resonase por todo el edificio. Una vez se llegó frente al altar, se sentó al lado del humano y emuló su pose de rezo.

—¿Es así cómo se hace? ¿Lo estoy haciendo bien? — Callahan no contestó — Es gracioso. Es la primera vez, en todos estos años, que entro a esta iglesia. Cuando era elfa, vi la construcción de esta iglesia. Eres muy joven para recordarlo. Muchos humanos amenazaron con quemarla durante la noche. Decían que era una blasfemia y que Odín condenaría a todo aquel que hubiera puesto traído una piedra a este lugar. Recuerdo que también hubo asesinatos. Cuatro veces cambió de arquitecto, la tercera vez porque el humano no soportó la presión social y rechazó el proyecto. — Laluth se encogió de hombros — Los vampiros somos más considerados que los humanos. No pusimos ningún inconveniente a que modificases la iglesia de los viejos Dioses para servir a tu Dios. ¿Qué quieres que te diga? Nos pareció romántico. Lo hiciste por amor, por amor a un vampiro.

Callahan hizo el ademán de bofetear a Laluth, pero la vampiresa se apartó grácilmente antes de recibir el golpe.

—¿Creías que no lo sabía? Lo sabemos todo sobre ti. Te enamoraste de un chico veinte años más joven que tú porque, simplemente, te había atendido en una de tus habituales borracheras. ¡Ay! Tú las llamas de otra manera, utilizas una palabra del viejo mundo. ¡Noche irlandesa! Eso es. Era la mañana siguiente de una noche irlandesa, la más irlandesa que jamás habías tenido. Lupe te recogió en sus brazos y te llevó a su casa. Te puso un paño húmedo en la cabeza y te dio caldo caliente para comer. Te enteraste que el chico recibía a las víctimas de los vampiros en la parte trasera de su hostal. Cuando te pusiste bueno, le ofreciste tu ayuda. Debió ser jodido trabajar con el chico que te gustaba y rodeado de alcohol sin poder besarle y sin poder beber. — Laluth se rió, se lo estaba pasando en grande —Habrías dado lo que fuera por pasar una noche irlandesa al lado de Lupe.

—Calla — contestó en voz muy baja.

—Tiempo después, encontraste el cadáver de Lupe en la parte trasera del hostal. Los vampiros respetamos todas las creencias, pero si algo no nos gusta es que nos traicionen. Nos enteramos que tu amigo, ese chico con el que te habías enamorada, tenía planes de quemar el cadáver incorrupto de Habaknuk. No lo podíamos permitir. Vladimir el Inmortal se encargó de dar mejor vida a tu amigo. Tengo entendido que te reencontraste con él. Cuéntame, tengo curiosidad, ¿cómo fue el reencuentro? ¿Follasteis?

Bien sabía que no lo hicieron. Callahan terminó matando al vampiro que se había convertido Lupe. Sin embargo, Laluth quería ver la cara que el humano ponía al sacar a la luz sus turbios deseos. Si hubiera tenido oportunidad, si las circunstancias fueran otras y si Vladimir no le hubiera robado la consciencia a Lupe; era muy posible que Callahan hubiera tenido deseos de acostarse con su amigo.

—Los demonios arderán al pisar la casa de Dios — rezó el humano.

Callahan se levantó del suelo, hizo la señal de la cruz y se situó al otro lado del altar. Bebió del cáliz de vino y mordió de la hogaza de pan seco que estaba al lado.

—¿Todavía no te has enterado o es que no quieres entender? Estás siguiendo a un Dios falso. Yo he probado con mis carnes la sangre del Dios Habaknuk y Él me ha concedido honores que ningún otro vampiro posee — se echó la melena hacia atrás para mostrarle al humano las orejas de picudas de los elfos — Podría haber curado a tu amado con solo poner mis manos encima de su pecho. ¿Te habrías puesto celoso? Estoy segura que sí.

Walfaus y Zar aparecieron de la sombras. Se sentaron en los primeros bancos de la iglesia. Callahan siguió con su ritual.

—No te resistas, no puedes ignorarme. Estás condenado. Marqué tu paladar con el sello de Habaknuk. Estás condenado a obedecer nuestras órdenes.  Si no fuera divertido ver cómo te obligas a creer en un Dios falso, te diría que obligaría a dejar de hacerlo.  — el tono de voz de Laluth cambió radicalmente. Hasta entonces había hablado con la picardía y soberbia de los vampiros. Lo siguiente lo dijo con la voz suave y melodiosa de los elfos — Háblanos de Elen Calhoun. La conoces. En unos instantes estará con nosotros. Quiero que me cuentes todo acerca de ella y que, cuando la veas, le hagas la promesa de que pueda confiar en mí. Le darás tu palabra y le besarás la mano.

personajes destacables:

Elen Calhoun parecía no acostumbrarse a su nueva esencia vampírica. Entró por la puerta, cuando podría haber entrado por las sombras que inundaban el edificio. Los bancos de la iglesia estaban a rebosar de vampiros menores. Laluth estaba arriba en el alter, junto con el Padre Callahan. La vampiresa tenía las manos levantadas en señal de paz. Tenía el pelo recogido, dejando a la vista sus orejas de elfa. Callahan rezaba sus oraciones cristianas.

—Llevo semanas intentando contactar contigo. Me alegro que hayas recibido mi mensaje. No ha sido fácil encontrarte. — el tono de voz de elfa — Baja esa espada, no somos tus enemigos. Mírame, a mí también me condenaron. Me he enfrentado contra media Sacrestic con tal de conservar mis orejas, incluido Vladimir. Habaknuk me dejó quedarme con ellas, y no es lo único que conservo de mi antigua yo.

Callahan cogió el cuchillo de la mesa y se hizo un corté en la palma izquierda. Laluth puso sus manos encima de la herida. La sanó sin dejar cicatriz.

—Mi nombre es Laluth. No es mi nombre de verdad. Antes me llamaba Rihau Lalithen, pero dejé de utilizar ese nombre cuando me convirtieron. Habaknuk me dijo que lo puedo recuperar, pero que todavía es demasiado pronto. Es maravilloso que tú conserves tu nombre. Elen Calhoun, es muy bonito.

—Son unos amigos, Elen. Confía ellos. — dijo Callahan en voz alta y clara.

—Puedo sanar tu maldición, Elen Calhoun. Volverás a ser la bruja que eras. Callahan me contó lo que te pasó. Lo siento mucho. Puedo curarte, pero para ello necesito beber de la sangre de Habaknuk y que él beba de la mía. Así es como lo hice para recuperar mi magia élfica. ¿Me ayudarás? Huracán y los humanos tienen a Habaknuk atrapado. Lo están torturando saben los Dioses — el Dios Habaknuk — por qué motivo. Necesitamos ayuda para rescatarlo.

—Habla de Dag Thorlák, — corrigió Callahan — tengo entendido que lo conoces. El primer vampiro ha reconocido su sangre real. Laluth creé que Dag es Habaknuk reencarnado.

—No lo creo, lo sé. Solo Habaknuk tiene el poder suficiente como para coronarse rey.


A la derecha de Randall Flagg (El Hombre Muerto) se encontraba Gabriel Marlowe acompañado de su ejército de licántropos y a su izquierda una nueva adquisición, una mujer cibernética con la cabeza vacía. Marlowe le había arrebato el muñeco de trapo, los cibernéticos de APP-Bel se encargaron de manipular los engranajes y tuercas de la mujer para hacerla olvidar quién era. Hicieron desaparecer su nombre, edad, amigos e ilusiones. Cuando terminaron con ella, pasó a ser una niña asustada. Randall Flagg le tendió la mano. Le dijo que podía sentarse sobre sus rodillas si es que estaba asustada. Hizo preguntas lógicas y Randall las contestó con voz paternal. ¿Quién eres? Un hombre que dice la verdad. ¿Quién soy? Una chica asustada, pero no pasa nada porque todos tenemos miedo. ¿Quiénes son esa gente? Personas con miedo que luchan para dejar de tenerlo. Abrazó a la niña. Marlowe escondió el muñeco Neil a la vista de la mujer.

—Está a punto de venir, dijo que lo haría. —Marlowe miraba a la luna para determinar la hora.

—¿Confías en la palabra de una bruja? —contestó Flagg.

—Tan solo confío en usted, maestro.

La bruja apareció tres minutos antes de lo previsto. Randall Flagg la examinó de hito a hito. Era obvio que estaba hambrienta de poder. Su cabeza era un revoltijo de ideas mal conexas y distorsionadas. Realidad era solo una palabra más el extenso vocabulario que la bruja poseía pero ignoraba su significado. Flagg caminó a su encuentro dejando atrás a su hija adoptiva (la cibernética) y a Gabriel Marlowe. Cogió la mano de la bruja y besó el anillo de su dedo índice, era el saludo adecuado para los miembros de las familias burguesas.

—¿Señora o señorita Boisson, cómo prefiere?

La conversación que tuvieron Belladona Boisson y El Hombre Muerto quedó en secreto entre ellos dos.

La Manada de Gabriel Marlowe + Cibernéticos hermanos de APP-Bel:

* General: Este es el tercer y último tema del evento “Sangre y Sombras”. Transcurre durante la noche. Una dos horas después del primer tema.
Han sucedido muchas cosas en poco tiempo y merece la pena explicarlas despacio.
En primer lugar tenemos el punto de vista de Lars Gaemon. Vimos que es un joven caballero que ha cargado con un título que no sabe llevar. Es incapaz de dar órdenes. En el primer tema lo manipuló Garbriel Marlowe y en el segundo Jason Bosne. Gaemon se da cuenta de la estrategia de Jason Bosne. ¿Por qué mandar a parte del ejército hacia el oeste cuando la acción transcurre en Lunargenta? Lo hizo para asegurarse la superioridad numérica. Si la mitad de los miembros de La Guardia se van volando (literalmente), solo quedan las bestias. En caso de conseguir arrebatar el muñeco Neil a El Hombre Muerto, Bosne hará lo posible para ser él quien lo consiga y no los humanos. Gaemon acepta la ventaja de las bestias. Está vivo gracias a ellas.
Tenemos la historia de Callahan narrada desde el punto de vista de Laluth. Nos pone en contexto sobre los poderes de la vampiresa y de quién es ella; indirectamente nos cuenta que ella posee los poderes de “Camino de la Restauración” a pesar de ser una vampiresa. Son estas habilidades las que promete utilizar para sanar la maldición de Elen Calhoun. Para ello, necesitará beber de la sangre de Dag y que él beba de la suya, es decir, rescatar a Dag. Es la última baza de los vampiros. Lo arriesgan todo en este último ataque.
El Hombre Muerto está haciendo nuevos amigos. Zöe y Belladona. Más adelante os daré instrucciones personalizadas sobre lo ocurrido.
El objetivo común y principal de vosotros 4 usuarios será proteger o asesinar a Dag de los ataques que tienen lugar. Cada uno de vosotros tenéis intereses marcados que especificaré de forma personalizada más abajo. Al ser este el segundo tema, los objetivos de cada uno de vosotros serán un tanto más complejos. Recordad, tenéis un máximo de 4 turnos para llevarlos a cabo.
En definitiva, tenemos 3 lados bien diferenciados: el grupo de los humanos, las bestias y los cazadores de vampiros, los vampiros y el ejército de El Hombre Muerto. Todos tienen un motivo por estar ahí: ser ellos quienes maten o salven a Dag Thorlák, además de conseguir los dos objetos malditos de Egdecomb que hay en juego (frasco del no-nato y muñeco Neil).
Como somos muchos usuarios en el evento, lo haremos de la siguiente manera: en cada capítulo seleccionaré a uno o varios de vosotros y diré: “se decidirá la continuación o final de este personaje”. Esto quiere decir que es posible, según el daño recibido y las acciones tomadas durante el tema. De ser “final”, este usuario quedará noqueada por el resto del capítulo (tal vez aparezca en el capítulo de Eltrant o Oromë) dando paso a un siguiente personaje. Lo mismo diré con algunos npcs más poderosos e importantes que otros.
El orden de turnos de posteo será el marcado a continuación. No está de más decir que quién se lo salte será penalizado. Igual que será penalizado el metarol y las faltas de respeto hacia otros usuarios.
Cabe señalar que, aunque haya mencionado los personajes principales de cada grupo, podéis inventaros todo un ejército de hombres de La Guardia de humanos o de lobos de Marlowe. Estos personajes servirán como carne de  cañón (salvo en los casos que diga lo contrario). Carecerán de nivel y especialización y no formarán parte relevante de la trama.
Tenéis un máximo de 2 a 4 turnos de combate. Una vez finalizado los 4 turnos, cerraré el tema. Aunque no hayáis cumplido los objetivos, daré la resolución y empezaremos el siguiente. Tranquilos. Es normal no cumplir los objetivos ya que si digo que X debe de hacer algo e Y debe impedir que X haga ese algo, es imposible que los dos tengan éxito en su empresa.
El pvp corre de vuestra cuenta. Demando lógica y respeto. La suerte que Dag ha sacado en el oráculo no influye en el pvp.
He de decir que este es un tema "de transición". No aparecerán en él Marlowe ni tendremos pistas sobre el paradero de Zöe.

1. Dag Thorlák: Tomaste la opción de “Estado Dios” (mi opción favorita). Lamentable, fracasaste al combatir contra Huracán. Ella ganó el combate. Es la segunda vez que quedas encerrado en el evento. En esta, las bestias no se contentan con solamente tenerte enjaulado. Jason Bosne te da de beber de su frasco. Te utiliza para atraer a Randall Flagg. Te convierte en un engendro con partes de diferentes animales. [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo].
Recuento de partes de animales adquiridas: tenaza izquierda, fuerte brazo derecho de gorila, dos brazos adicionales de perro, una ala de murciélago y otra de halcón, cuatro ojos derechos de insecto y un ojo diestro de águila, fauces de lobo, torso con escamas de cocodrilo y complexión de toro.
Además, el beber del frasco del no-nato te otorga “Maestría en combate bestial”.
La transformación es duradera. A cada turno que avanza, perderás varias partes de animales (a elección). Al final del tema, en el turno cuatro, volverás a tener la apariencia de un humano.
Tu nueva forma física te permite escapar sin dificultad de la celda. Huir sería una solución sensata, pero Zöe está al lado de los lobos que han querido matarte. Deberás rescatarla. Para ello, necesitarás derrotar a Gabriel Marlowe y sus lobos. No podrás hacerlo solo. Hay un ejército detrás de él. ¿Quizás con un intercambio? Estas son las opciones que tienes:
* Derrotar a Jason Bosne y ceder su objeto como intercambio.
* Derrotar a Gabriel Marlowe
* Hacer que los bandos se combatan entre ellos y rezar a los Dioses que te den suerte y te permitan abrazar a Zöe .
Como he dicho. Estás solo en este último combate. Lo más inteligente sería encontrar a unos buenos aliados. Para este tema no habrá un contador de turnos (salvo en la misión opcional). Toda la historia girará en el combate final.
Opcional: tu inventario sigue en el despacho de Gaemon. Perderás todo un turno en infiltrarte y recuperarlo.
[s]Consecuencia de la suerte del Oráculo:[/s] Los dioses te sonríen con la mejor de las fortunas. Laluth puede utilizar sus habilidades élficas para sanar a Zöe y a sir Lars Gaemon. Lo último rompe la alianza entre La Guardia y La Factoría y forma una alianza temporal entre La Guardia y Los Hijos de Habak.

2. Zöe: Los cibernéticos de El Hombre Muerto arreglaron las heridas del primer tema. No se quedaron ahí, sino que además vaciaron tu disco duro. Al haber tenido contacto durante mucho con uno de los objetos de Egdecomb y sobrevivir a su embrujo, El Hombre Muerto ve en ti un gran potencial. Te adopta como su hija. En este tema, estarás del bando de El Hombre Muerto. Él cree que Dag ha conseguido el frasco del no-nato ya que lo ven transformado en un engendro de mil bestias. Deberás combatir contra él.
Para sanar tu maldición deberás abrazar el muñeco Neil, tarea complicada ya que lo tiene Gabriel Marlowe, o encontrar a Dag y que él te lleve hasta Laluth. Solo así recuperarás tus recuerdos.
Como en el caso anterior, no hay contador de turnos.

3. Elen Calhoun: Se ha hablado mucho de la maldición que te transformó en vampiresa pero poco de “[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]”. De tener éxito, si consigues derrotar a quienes desean matar a Dag y garantizar su seguridad junto a Los hijos de Habak al final de este tema, serás libre de ambas maldiciones.
En este tema contarás con un ejército de vampiros a tu servicio. Podría ser más grande, pero Huracán se encargó en el tema pasado de matar a la mayoría de vampiros importantes. Solo quedan Zar, Wallfaus y Laluth.
Todos los miembros de la partida ven a Randall Flagg con la forma que utiliza de cara el público. Tú, en cambio, ves su rostro oculto por un manto de niebla negra. No eres capaz de reconocerlo.
Opcional: Laluth te habla de los objetos de Egdecomb. Ella no los entiende, solo ha escuchado rumores. Cree que si los consigue, puede hacer que Dag tenga todas las habilidades que el primer vampiro tenía en su inicio. Una locura. Tienes la opción de anular estos pensamientos y comentarles tu punto de vista.

4. Huracán: Empezamos por Belladona. Randall Flagg promete enseñarle los trucos de magia de que ansia conocer. A cambio, le pide que le entregue el frasco del no-nato, el cual cree que lo tiene Dag Thorlák. Guardas el secreto, Belladona sabe quién realmente lleva el frasco colgando como si fuera un collar. Tendrás que demostrar tu valía para ganar nuevas habilidades made in Flaggland. La parte de Huracán es menos importante, de cara a la trama global, pero más divertida y es que tendrás que hacer lo que más te gusta: matar vampiros. Dag se ha escapado y un montón de vampiros guiados por Elen Calhoun siguen su rastro. Haz lo que mejor se te da.

En este tema se decidirá el final o continuación de los siguientes personajes:
TODOS a excepción de El Hombre Muerto

Recordad que NO podéis “matar” a los personajes a vuestra voluntad. El resultado de la posible vida o muerte de cada uno, sean npcs o personajes de usuarios, lo daré YO en el cierre del tema en función de vuestras actuaciones.

-¿Pero qué cojones le habéis dado de beber? – pregunté muy enfadada, llegando hasta donde aquel estúpido hombre bestia había dado de beber a Dag de un frasco con un líquido verde y viscoso. – Escúchame bien, león cornudo, porque no lo repetiré. Tú aquí no pintas nada, ¿entiendes? Yo soy la profesional de esto. ¡Yo! – les reprochaba de mal humor. Los prejuicios hacia los hombres bestia que Asher y Melena Blanca habían logrado rectificar en mí, los rescataban aquellas bestias descerebradas. Y es que no me gustaba que nadie hiciera experimentos con mis presas. El objetivo tenía que llegar tal y como lo habíamos encontrado al cliente. – ¡Vamos, apartaos! ¡Todos! – ordené a todo el grupo que se concentraba en torno a la jaula.

Dag empezaba a convertirse en una criatura monstruosa, y gracias a su tamaño y fuerza comenzaba a amenazar con salir de la jaula. - ¡Atrás! – ordené a todo el mundo, desenfundando mi ballesta pesada.

Podía entender su sufrimiento. Y no lo compartía para nada. Aquel dolor no era justo para nadie, incluso para él. Había aprendido de mis errores recientes. Y me había autopropuesto no torturar a las víctimas. Ahora era una maestra cazadora más madura y sensata. – Tranquilo, Dag. Tranquilo. – Traté de calmarlo. Pero no lo conseguiría. Dag, en su nueva forma monstruosa, no tardó en romper los barrotes de la jaula y huir. – ¡Mierda! – No había mejor palabra que definiera aquello. Otra vez a por el vampiro.

Comencé la persecución. Nick Kärtenssen y los demás miembros de la factoría y la guardia vinieron detrás de mí. Trataba de dispararle con la ballesta pesada, pero por su rapidez en su nueva forma y la estrechez de las calles no era capaz de acertar. Con mis ballestas de mano poco le haría más que cosquillas.

Traté de perseguirle, aunque lo perdimos de vista.

- - -

Uy, debería haberme puesto mi mejor vestido para ser recibida por todo un señor del mal como era el Hombre Muerto. Ji ji ji. Era muy tímida. ¿Notaría que me gusta? Le mostré la lengua y permití que besara mi mano. ¡Oh! ¡Qué hombre de tan recatados modales! Nada que ver con el hombre terrorífico que me vendían. – Madame Boisson, mi elegante caballero. – le respondí con una sonrisa, colorada. ¿Notaría que me gusta? ¡No! ¡Era admiración lo que yo sentía por aquel hombre que se postraba ante mí!

Sólo pude poner ojitos según escuchaba lo que me quería ofrecer. ¡Haría cualquier cosa por aprender de su magia oscura! La tarea era considerablemente sencilla. Acompañar a su manada y arrebatar al estúpido de Dag el frasco. - ¡Claro que sí! ¡Claro que sí, mi señor! – celebré. – De hecho, tengo pase VIP para conseguir el frasquito. Igual no es ni necesario que vuestros perros hagan uso de sus sucios colmillos. – Pensaba en Anastasia. Seguro que a mi hija no le importa que me quedara con el frasco.

Hablamos durante un par de minutos más, aunque el objetivo se había resumido a eso. En cuanto salí de la estancia, hice un gesto a Marlowe y sus chicos para que lideraran el camino.

Los lobos y los robots descerebrados caminaron en busca de Thorlák… ¡Y vaya si lo encontramos! O mejor dicho, ¡él nos encontró a nosotros! ¡Pero qué diablos! ¿En qué se había convertido? ¿Qué diablos habías hecho, Anastasia? ¿Se te había escapado? ¡Menuda maestra cazadora! ¡Seguro que mi hermana Isabella se está retorciendo en su tumba de ver cómo lleva el gremio su heredera!

Yo me quedé como siempre en la parte de atrás del grupo. Dag comenzó a golpearse violentamente con los lobos descerebrados. Balbuceando cual babosa el nombre de Zoe, tratando de llegar hasta uno de los siervos del Hombre Muerto. Concretamente, una de los robots descerebrados que nos acompañaban.

La tal Zöe no dudó ni dos segundos en tratar de paralizar al monstruito. E ignorando sus palabras, comenzó a pedirle el objeto que veníamos buscando. El frasco de No nato. Mi decepción tremenda cuando, tras revisar todo su cuerpo, advertí lo que era evidente.

-No lo tiene. – afirmé sorprendida, abriendo la boca y los ojos mostrando disconformidad. ¿Pero qué iba a hacer ahora? ¿Íbamos a despellejarlo ahí mismo? No. Estaba entre chuchos y cibernéticos programados. Estaba claro que a ellos les tocaba poner el músculo, y a mí la cabeza. El frasco tenía que ser el responsable de aquella transformación. Avancé hasta la altura de Zoe y, asumiendo que el monstruo debería estar paralizado, me acerqué sin temor. Le trataría como la madre que sé que nunca tuvo. - ¡Ay, mi criaturita! Nadie merece ser ridiculizado de esta manera. ¡Menos un dios como tú! – fingí. Luego me acerqué a Zöe y la tomé por los hombros. - ¿Quieres volver con tu Zöe, verdad? ¡Ay, me gustan tanto las historias de amor! – hice como me secaba el ojo de una lágrima que no existía. – Sólo estoy aquí para hacer feliz a la gente. Dime quién te ha hecho esto. Le haremos pagar por esto y... – me hice de rogar en mis palabras, para dar énfasis a la actuación. – Zöe y tú volveréis a ser muy felices. Juntos para siempre. ¿Qué te parece? ¿Es un buen trato? – Y sí, también recuperaremos el frasco de no nato.

Esperé su respuesta con ansia, con los ojos brillantes. ¿Quién tenía el frasco? Todos estábamos ahí para completar la misión del Hombre Muerto, y contar con la ayuda del protagonista de la historia era lo deseable.

Una voz conocida se pronunció entonces. Llamando mi atención. Me giré y la vi. Sí. A ella. Como siempre, con la ballesta pesada de mi madre en sus manos. Y junto a ella, el resto de culpables.

-¿Qué estás tramando, Bella?

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Belladonna lideraba aquel grupo de licántropos y biocibernéticos que rodeaban a Dag. Y algo me decía que sus intenciones no eran buenas. Los guardias y miembros de la factoría, con Jason Bosne a un lado, y el adolescente, Nick, al otro. Nos pusimos frente a los lobos y cibernéticos. Les superábamos en número. Bella, junto a otro licántropo de aspecto serio, se encararon hacia nosotros. Confrontando ambos bandos. Ellos tenían a Dag. Y nosotros, aunque no le daba importancia, el frasco que buscaban.

-¡Anastasia! ¿Te parece bonito hacer experimentos con sujetos vivos? ¿Te lo enseñó mi hermana, verdad? – Preguntó en una clara alusión a lo que Isabella Boisson había hecho con ella. De todos modos, ¿a qué venía ese cambio de actitud? ¿Por qué ahora parecía interesada en ayudar a Dag?
-Yo no he hecho nada. - respondí seca. - Y no has contestado a mi pregunta. - aseveré alzando la voz, sin titubear, mirándola a los ojos y sujetando mi arma con ambas manos. – Repito. Dime qué buscas.

Bella se mojó los labios, sujetó su varita con la diestra mientras acariciaba la punta de ésta con la zurda. Jugaba con esta. -¿Que qué busco? – rió. Señalando a los miembros de la factoría con la punta de la varita y caminando hacia nosotros. – Esos amiguitos tuyos, deberían saber que no se juega a ser dios. Porque Dios, está en nuestro bando. - Comentó, señalando a Dag. Seguía sin comprender el cambio de actitud de la bruja. Tan sólo hacía unas horas que había colaborado, también con los licántropos, pero para ayudarme a capturar a aquel que ahora llamaba Dios. Sin duda, quería algo de Dag. - ¿Quieres saber qué busco? Nada más que justicia. – Puede que los demás no supieran qué estaba haciendo Bella, pero yo sí, sólo por la forma en que movía la varita. Y me dediqué a proteger al único que me importaba de todos nuestros acompañantes, Nick, poniéndolo detrás de mí. - ¡IGNIS MORTIS! – conjuró. Sabía que no iría a por mí. Pero la poderosa llama que conjuró instantáneamente fue dirigida al hombre hipopótamo que acompañaba a Jason Bosne y a Gaia.

Era una declaración de intenciones. Belladonna quería acabar con Jason Bosne y los miembros de la factoría.

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Belladonna deja fuera de combate a Tropel (nivel 3) con la habilidad Maldición Ignis. Enfrento también a la manada de Marlowe contra los miembros de la Factoría. Huracán, por ahora, no simpatiza con ninguno de los dos bandos y no atacará a nadie. En función de lo que vaya pasando sopesaré contemplar a qué bando se une.

Como por ahora son dos bandos (Elen entiendo que aún no apareció) y están bastante igualados en nivel y personajes, tiro una runa para ver la fortuna del bando de Jason Bosne (es decir, si sale runa mala, mermamos al bando de Bosne). El resto a vuestra interpretación lo dejo.

Los ojos de Bella se iluminaron cuando Dag dijo quién era el portador del frasco. Su mirada inquisitiva y también la del resto de los licántropos que la acompañaban se clavaron sobre los ojos de Jason Bosne. Bella parecía liderar la batida de los licántropos que, como posesos, comenzaron a encararse contra nosotros. Aunque partían en minoría.

Por su parte, Bella junto a una biocibernética, se encaraban con Jason Bosne, que tras la llegada de los vampiros pasaría a encontrarse desamparado. Se postró ante él, con una mano en la cintura, sujetando la varita, y otra extendiendo la palma de la mano, esperando que le entregara algo.

-¡Ríndete y dame el objeto del 19, criatura! – Amenazó la bruja psicópata en un ahogado chillido. – No quieres saber... ¡O quizás sentir! lo que vas a sufrir si no lo haces.

Aunque pudiera parecer una loca por postrarse delante del animal, Belladonna siempre tenía un plan B. Y éste era el inesperado ataque de Zöe por la espalda. Bella alzó su varita en una rápida reacción y envió una fuerte corriente al cuerpo del león, para tratar de arrancarle el frasco.

Gaia, la mujer gato, trató de sorprender a la bruja por la espalda en un rápido salto, pero un astuto Gabriel Marlowe interpuso su arma entre las garras de la felina. La mujer bestia miagó a cuatro patas sin dejar de moverse, mientras Marlowe no le quitaba el ojo de encima. – Yo me encargo de ésta. Vosotros quitadle el frasco. – pidió el otro portador de objeto del 19.

En lo que a mí respectaba, no intervine a favor de ninguno de los dos bandos. Pero si nadie creía que la cosa podía ir a peor. Evidentemente, iba a ir.

Los vampiros hicieron acto de presencia para rescatar a Dag. Un nuevo desafío. Proteger a Bosne, el causante de aquel lío, del ataque de los licántropos era algo totalmente subsidiario. Tanto para la guardia de Lunargenta como para mí, lo prioritario era capturar a Dag para el rey Siegfried. Por lo que con la llegada de los vampiros, el guardia 6-18, Verenor, Thomas y Sir Lars nos enfocamos hacia ellos. Todo iría bien de no ser porque tenían un nuevo miembro entre sus filas. Y no uno cualquiera.

-Joder. – musité incrédula para mí misma.

Sí. Esa era la palabra que mejor describía lo que ahora mismo sentía. Elen Calhoun había llegado para ayudar a Dag. Y no lo hacía sola. Llegaba de la mano de una recuperada Laluth, lista para un segundo asalto, y su séquito, con los que ya me las había visto antes. El poder del rubí no había sido suficiente para acabar con la chupasangres. Lo primero que hizo Elen fue acusarme de haber cometido aquella atrocidad.

-¡Te juro que no he tenido nada que ver en esto! – traté de defender mi honor en un grito a mi compañera centinela. Aunque a decir por lo que había invocado, aquello no parecía que iba a hacerla cambiar de actitud. Venía con las ideas claras. Yo mejor que nadie sabía la cabezonería que tenía Elen cuando se lo proponía. – Esto se va a poner feo. – Advertí a Nick con evidentes signos de preocupación.
-¿Qué hacemos, maestra? – preguntó el adolescente.
-Tú, de momento, salir de aquí. – respondí sin mirarle mientras cargaba mi ballesta pesada con un virote.
-Pero maestra, no puedo dejarla aquí sola. Yo… – respondió con respeto, pero cortado. - Se lo prometí a Jules. Me pidió que cuidara de usted.

Me giré para mirar al chico y suspiré. Nick Kärtenssen sólo tenía diecisiete años. No estaba preparado para meterse en un combate de aquella envergadura. Y máxime sabiendo cómo se las gastaba Elen cuando no estaba de buen humor. Laluth era excesivamente peligrosa.

-¿Tú cuidando de mí? – Preguntó primero irónica. Pero luego me quedé a medias. ¿Cómo podía tener valor para prohibirle nada si, a su edad, yo intentaba hacer lo mismo? Vi sus ojos y vi mi juventud reflejada en ellos. La ilusión por prosperar en mi labor. Por sentirme útil. ¿Cómo le iba a negar aquel sentimiento? Aquellas batallas eran el tipo de combates que le servían a uno para curtirse. – Está bien, pero ve siempre detrás de mí.
-¡Sí, maestra!

Entramos en el campo de batalla. Un vampiro se había encarado con un miembro de cada facción, aunque no consiguió despacharlos. Lo que denotaba que los vampiros tenían sus objetivos y no ayudaban a nadie. Nick y yo llegamos hasta Elen abriéndonos paso a tiros entre vampiros, aunque éstos parecían más concentrados en combatir a las otras facciones. Trataba de ser cuan certera y rápida como podía. Siempre manteniendo bajo mi vista a Nick. Pero Alister trataba de llevarse al terrorista de Dag. Santo cielo, Elen. ¿Por qué diablos te has aliado con los chupasangres?

-¡Tratad de recuperar a Dag! ¡Pero no hiráis al dragón! Yo iré a hablar con Elen. – pedí a los guardias. No quería que Alister sufriera daño alguno. Sir Lars y Verenor me hicieron caso y trataron de seguirlo para recuperar a Dag.

Finalmente, conseguimos ir hasta la ubicación donde se encontraba Elen. El rubí vibraba con mucha fuerza en mí. Siempre lo hacía cuando había un centinela o un jinete cerca.

-¡Elen! Desconozco qué motivos te llevan a aliarte con terroristas, pero entrégame a Dag ahora mismo. ¡Sus crímenes deben ser juzgados! – Reproché de mala manera. No comprendía aquella actitud. La bruja siempre se había puesto del lado de los inocentes. Pero ya después de ver la matanza que había acometido en Lunargenta la noche antes de enfrentarme a Vladimir, me podía esperar cualquier cosa. – Mira, no quiero luchar contra ti. Ya lo hice una vez, y no nos sirvió para nada. A ninguna de las dos. – traté de apelar a los sentimientos de la vampiresa. La reverberación de la reliquia sobre mi pecho era cada vez más intensa, conforme mis sentimientos de decepción salían de mí. – ¿Qué ganas con esto? Te van a poner una orden de búsqueda y captura. ¿Es así como quieres terminar? - Entrecerré los ojos. Y me ahogué en un último suspiro. Por favor, recapacita.

Elen era bastante más poderosa que yo. Poco tenía que hacer contra ella y sus compañeros chupasangres si mis palabras no conseguían calmarla. Y tampoco tenía más que la ayuda de dos novatos, Thomas y Nick, a los que les temblaban sus armas.

--

Off: Bella ayuda a Zöe a atacar a Jason Bosne. Y enfrento a Marlowe con Gaia. Como vamos juntas, no tiro runa y si nadie nos molesta, entiendo que al final del tema podremos arrebatarle el objeto. Huri envía a Verenor (3) y a Sir Lars (8) a recuperar a Dag de la defensa de Alister. Lanzo la runa para ver cómo les va en la acción. Luego la interpretación os la dejo a vosotros.

Elen, si quieres atacar a Huri o a Nick no será necesario que tires runa. El nivel superior me es suficiente Me ofrezco para ser tu punching ball favorito :3

Bella contempló cómo Jason Bosne destrozaba a Zöe, literalmente. - ¡Estúpida chatarra vieja! – bramó desesperada, viendo cómo se quedaba sola contra el gigante animal, justo lo contrario a lo que quería.

Pero Bosne ya estaba debilitado tras combatirlas a Zöe y ella durante varios minutos, por lo que la bruja atacó donde quería, creó una potente corriente de aire para enviar lejos al león. Con el frasco volando, Bella sólo tuvo que atraerlo hacia ella con su telequinesis. - ¡Es mío! – dijo con los ojos brillantes Como si no se lo creyera. – El objeto del diecinueve… - susurró. Había escuchado historias de aquellos legendarios objetos, y tendría claro lo que haría con él.

Se hizo una estela de humo y voló lejos, antes de que Bosne se recuperara para tratar de conseguir el objeto.


Por mi parte, habiendo mostrado mi negativa a afrontar un nuevo combate entre amigas, creía que Elen se cortaría a desempeñar un nuevo combate que sabíamos no nos llevaría a ninguna parte. Aquel día en la isla nos habíamos fundido en un abrazo y habíamos hecho, casi entre lágrimas, una promesa.

Que jamás nos volveríamos a atacar.

Pero las cosas habían cambiado mucho desde aquello. Ninguna de las dos éramos ya las mismas. Y aunque yo seguía siendo reacia a atacar a la bruja, venía observando cómo ella tomaba unas actitudes bastante más extremistas y, en ocasiones, tendía a dejarse seducir por la oscuridad. Erróneamente, creí que nuestra amistad la haría recapacitar. Pero ella parecía tener claro el bando en el que quería estar.

Pese a las peticiones de Alister de que no lo hiciera, Elen lo ignoró por completo y se convirtió en una bandada de cuervos. Nunca había visto aquel poder por parte de la bruja. Y abrí la boca asustada viendo aquella criatura, sólo di unos pasos hacia atrás sin tiempo a reaccionar contra aquello. Tan sólo pude apartar a Nick de un empujón para que él no recibiera el ataque.

Los cuervos no tardaron en reducirme a golpes violentos y picotazos, cubriéndome como podía. Chillé, aunque no veía nada, simplemente sentía cómo me desgarraban ropa y carne. Como si me hubiese atacado una jauría de perros a la vez. Mi armadura, no obstante, tenía un efecto pasivo de defensa que devolvía al atacante el mismo daño. Aún así, retrocedí unos pasos por la cornisa y, al no ver nada, terminé precipitándome hacia abajo, en un ahogado grito que se escuchó en toda la plaza. Escuché el crujir de mis huesos contra el carro de hierba contra el que caí.

-¡No! ¡No, maestra! – gritó Nick, bajando hasta a mí y olvidándose por completo de Elen y los demás. Con esfuerzo me sacó de la paja, aunque aún era consciente, sangraba mucho.

Sí que distinguí la imagen del cazador, y también la de Belladonna, que de pronto había aparecido allí con evidentes signos de preocupación.
-¡Apártate, estúpido! – bramó la bruja. Veía su cabeza doble en mi borrosa visión. La escuchaba como si estuviera tras una pared aislante. - ¡HIJA! ¿Qué te ha hecho esa chupasangres? – preguntó con evidentes signos de preocupación.
-¿Por qué, Elen? – esbocé en una voz totalmente ronca, sin ser consciente de lo que decía y a quién se lo decía. Haciendo esfuerzos por mantenerme despierta. – Éramos… Éramos amigas.
-Sshh… No hables, niñita mía. Mamá te sacará de aquí. – concluyó, acariciándome la cara. Entrecerré los ojos, dejándome llevar por el cariño. Quería salir de ahí. Necesitaba descansar. Chasqueó los dedos para llamar la atención de Nick. – Saca a mi hija de aquí. Llévala a un lugar seguro.
-Claro que sí, Lady Belladonna. – sentenció obediente el joven, que tampoco había apreciado que Bella me había quitado el rubí. - Tengo que sacarla de aquí, maestra. – Pero Nick no era más que un adolescente, y apenas tenía fuerza para cargar con una mujer grande y su equipamiento, por lo que el joven caballero dragón tuvo que hacer uso de su capacidad para transformarse parcialmente para aumentar un poco su musculatura y poder levantarme junto con mi pesado equipamiento. – Vale, maestra. Tranquila. Ya la... Uf. Ya la tengo. - Dijo con evidente esfuerzo, levantándome por hombros y rodillas. Dudando sobre si hacía lo correcto. - Pronto... Pronto estará con Jules. ¿Vale? ¡Y con Cassandra! Bueno no, con Cassandra mejor no.  – Y, así, el adolescente me sacó en brazos de allí.

No sabía si saldría viva de allí. Pero de hacerlo, quien habría muerto para mí había sido Elen. Nunca le perdonaría aquel ataque a traición, cuando yo sólo trataba de ser cordial.


Gabriel Marlowe, Vallenegro y Lobamadre aparecieron al lado de Belladonna, a sabiendas de que la bruja había recuperado el objeto del 19. Por lo que la bruja estaba sustancialmente protegida. Además, traían bien sujeta a Gaia, a quien usarían como moneda de cambio en caso de que Bosne volviera. Los demás miembros habían ido pereciendo en el combate. Al menos, tenían lo que venían a buscar y ahora no les interesaba combatir contra vampiros o guardias.

-Tenemos a la gata y el frasco. ¿Qué sugieres que hagamos, Lady Belladonna? – preguntó un Marlowe no especialmente interesado en combatir vampiros, guardias y hombres bestia. Los últimos trataban de acosar a Alister para recuperar a Dag. Bella miraba a Elen. Quería acabar con ella a toda costa en venganza a lo que me había hecho y para obtener su reliquia de centinela, pero sabía que, tal y como estaba la vampiresa, no podría hacerle frente de cara. La gran habilidad de Bella, más allá de su poder, es que elegía los momentos en los que debía mover ficha, y los que no.

Y sabía que le tocaba retirarse de aquel combate.

-"El Breve" nos da igual. Dejemos que se maten entre guardias y vampiros. Tenemos que sacar el frasco de no-nato de aquí y llevárselo al hombre muerto. – tendió su vista hacia Marlowe, como líder de la manada de lobos. – Traed a la gatita con nosotros. Si Bosne viene a por el frasco, la mataremos. – se acercó entonces a Gaia y le rascó la barbilla con su uña larga. – Y si no viene, seguramente también. – dijo entre sonrisas.

Pero Lobamadre no parecía muy contenta.

-¿Cómo quieres que nos fiemos de ella, Gabriel? – gruñó Lobamadre. – Mi hija murió por su culpa. – Bella, la miró seria, de manera fría, sentenciante. En una de sus escenas de arte dramático tan bien ensayadas.
-¡¿Cómo te atreves?! Hice todo cuanto pude por salvarla. – dijo fría, recostándose hacia la loba. Mentía. Pero no lo parecía. – ¡Incluso casi pierdo a mi hija por conseguir esto! – sacó el vial. - ¿Y todavía pones en duda mi fidelidad? Espero que vuestro jefe me lo pague bien. – Bella se giró de brazos cruzados, furiosa. Entonces, Marlowe habló para rebajar los ánimos.
-La bruja tiene razón. – Lobamadre gruñó en respuesta. – Tomad a Gaia y volvamos a casa.


Off: No te preocupes, Elen, sé que lo haces con mucho love <3. Pero que sepas que acabas de cargarte nuestra relación. Tendremos que abrir un nuevo hilo de reconciliación xD. Al atacarme se activa mi habilidad pasiva de la Armadura de la Maestra Cazadora para devolver a Elen el mismo daño que a mí: La segunda habilidad te permitirá reflejar un ataque y devolverlo a tu oponente sin importar el nivel (uso 1 vez por tema)

Tras tres turnos, Bella se hace con el objeto del 19 de Jason Bosne y los lobos capturan a Gaia y se la llevan como rehén.

El siempre fiel Nick me llevó con premura hasta el pequeño cuartel donde nos encontrábamos los cazadores. Un pequeño almacén que habíamos alquilado cerca del muelle. El joven rezaba para que ningún vampiro viniera a por nosotros. Yo, con el paso del tiempo, fui recobrando la consciencia, cuando me di cuenta de que estaba en los brazos del muchacho. No recordaba muy bien qué era lo que había sucedido.

-¡Ayuda! ¡Ayuda! – gritó el chico, posándome el suelo. Era más alta y grande que él, y le costaba horrores cargar conmigo.

Los cazadores no tardaron en salir a rescatarme. Cassandra, Jules y varios más salieron a tomarme. Mi inseparable compañero brujo fue el primero que salió a cogerme.

-¡Huri!– Ya era consciente de las palabras del brujo. Extendí el brazo para agarrarme a su hombro. Éste me llevó dentro. Allí estaba Annelise Wilkins, sentada en el suelo, con el torso descubierto y un amplio vendaje tapando pecho y herida. La miré tranquila, al ver que estaba relativamente bien.
-Me alegro de verte bien, Annie. – le dije, no sin esfuerzo, a la mejor amiga de Cass. Pero me alegraba ver que todos estábamos bien, aunque fuera de varias piezas.
-Anastasia, ¿qué te ha pasado? – preguntó la pelirroja, con cara de circunstancias. Sin hacer el amago de levantarse.
-Ahora nos dirá. – dijo el brujo con preocupación. No había sido una noche buena para los cazadores. Yo y otro de los miembros importantes, Annelise, había acabado herida en un costado que le iba a dejar una marca de por vida.

Jules, muy preocupado me sentó en la cama y me quitó cuidadosamente la armadura para ver la profundidad de las heridas y atenderlas. Tenía la camiseta interior bañada en sangre y sudor por diversos sitios. El doctor del gremio no tardó en venir con un paño y medicinas a tratar mis heridas. Me quejaba de dolor por el roce del alcohol con éstas.

Cassandra Harrowmont estaba casi más furiosa que yo. Se cruzó de brazos y me miró. Luego tendió la vista hacia el novato de manera sentenciante. Al cual fulminó por la mirada. Sabía que lo último que Cass deseaba era que me pasara algo a mí, a pesar de los males modales con los que nos acostumbrábamos a hablar. Jules también lo miró.

-¿Quién le hizo esto? – preguntó Cassandra Harrowmont girándose hacia Nick con el ceño fruncido.
-Es una larga historia, maestra. Logramos capturar a Dag y derrotar a una de sus caudillos, pero luego cuando lo llevábamos a prisión, unos hombres bestia le dieron algo de beber. – El adolescente permaneció pensativo. - Apareció Lady Belladonna, pero ella tenía sus propios intereses. Aún así todo iba más o menos bien… hasta que apareció Elen con vampiros. - el joven se apretó los labios, no se atrevía a musitar palabra. Sabía mi relación con la bruja, pero tenía que decirlo ante una Cassandra que empezaba a taconear en el suelo impaciente. –  Ella. Ella la atacó. – concluyó poniendo los brazos en jarra ante la incredulidad de Jules y Cass.

Jules hizo varios gestos de negación con la cabeza. Se negaba a creer que la vampiresa fuese responsable de aquello. Pero era un desengaño. Él mismo había visto a Elen rozar el umbral de la legalidad en ocasiones.
-¿Así que Elen, eh? – Cass miró al suelo, pensativa, pero seria. - Parece que ya ha elegido su bando y sus amigos. – Miró hacia mi figura convaleciente e inconsciente junto al brujo. – Estoy cansada de hacer la vista gorda a las fechorías de Elen sólo porque sea la “amiguita” de Anastasia. – sentenció. – Revoco todo pacto de “no agresión”. Si alguien vuelve a ver a Elen Calhoun. Que haga lo que tiene que hacer. Cazar chupasangres. – ladeó un poco la cabeza y miró para mí, el doctor vengaba la herida. Pero no protesté. Aún estaba demasiado exhausta moralmente como para negarlo.
-No puedes hacerlo, Cassandra. – protestó Jules. Aún incrédulo de aquello. – ¡Elen está bajo la influencia del medallón y de alguna maldición extraña! ¡Estoy seguro de que aún se la puede salvar! – se giró hacia mí, con los brazos extendidos y evidentes signos de preocupación. - Además, Anastasia tiene una misión que cumplir con ella. Esto no debe ser una broma. – preguntó.

Todos los ojos se pusieron en mí. Pero miraba al suelo. Pensativa con rostro de decepción. A Cassandra no le había gustado ni un pelo la insubordinación del brujo. Enfurecida, se encaró con él y se puso a escasos centímetros de su rostro.

-Primero, no vuelvas a poner en duda mis decisiones, Roche. Soy tan maestra cazadora como Huracán. Y me importan una mierda las misiones de los jinetes. – reivindicó la orgullosa bruja. – Segundo, lo has escuchado tú mismo. Se ha rodeado de chupasangres. Has visto como los apoya múltiples veces. Incluso apoyando a un prófugo como El Breve. – reincidió Cass. - Y tercero, la ha atacado no una, sino dos veces. – alzó las cejas e hizo la forma de una letra uve con sus dedos. – ¿Qué tiene que hacer para que la veas como una enemiga? – Se cruzó de brazos y miró entonces hacia mí. Yo miraba al suelo, mientras el doctor terminaba de aplicar el ungüento. - ¿Tienes algo qué decir, Anastasia?
-Venga. Déjame hablar con ellos. Quizás aún haya una solución pacífica. – insistió el brujo con los brazos extendidos, mirando hacia mí.

El brujo sabía de nuestra amistad y fidelidad. Tenía buena relación con Alister y, en cierto modo, sabía que Elen no era consciente en muchas ocasiones de sus acciones.

Lamentablemente, eso a mí ya no me valía. Hacía tiempo que Elen había dejado ser una aliada.

-No vayáis a por ella. Pero si vuelve a aparecer… – me mojé los labios. Haciendo gestos de negación con la cabeza, muy decepcionada. – ... Haced lo que tengáis que hacer. No quiero volver a verla.

*Elen reconciliación 2.0 cuando quieras T_T

Perseguía a cuatro patas a la bruja que le había robado el colgante con el frasco del no-nato. Quien se pusiera en su camino, fuera quien fuera, recibiría una fea cornada. Una línea de roja descendía por la parte izquierda de su cara como si fuera una lágrima de sangre. Sus cuatro patas estaban repletas de manchas marrones, moradas y rojas que eran, respectivamente, quemaduras, cardenales y heridas sin curar. Corría dando tumbos, tropezándose torpemente con cada obstáculo que se encontraba. Jason Bosne no estaba dispuesto a rendirse. Moriría, y solo si el frasco del no-nato así lo quería, defiendo aquello que por derecho racial le pertenecía, aquello que encontró en el laboratorio 8B.

La bruja se convirtió en una sombra. Un fogonazo de colores esmeralda la hizo desaparecer. Jason Bosne embistió contra el lugar donde había estado la bruja. Ella ya no estaba allí.

Se puso en pie, sobre sus dos patas traseras, y dio una rápida ojeada a su alrededor. No era consciente de dónde estaba. Bajo la sombra de cualquier edificio de Lunargente, para una bestia todas las casas humanas son iguales, y sobre cualquier charco de sangre. La batalla quedaba lejos, o al menos lo que quedaba de ella. ¿Quién había ganado? Los vampiros encontraron al hombre que le dijeron que les guiaría al nuevo reino, un vampiro que había sido rey por error y que estaba loco. Los humanos consiguieron espantar a de su ciudad a los ejércitos de lobos, cibernéticos malditos y vampiros. El Hombre Muerto consiguió los dos artefactos que vino a buscar. Tres de los cuatro ejércitos que se enfrentaron en esta noche vencieron. Solo uno perdió: las bestias de la Factoría. Todos los hombres y mujeres que llegaron a Lunargenta con Jason Bosne fallecieron en combate.

Hizo ademán de coger con la garra derecha el frasco del no-nato y beber un sorbo (visión y alas de halcón para volver a casa), pero el colgante no estaba en su sitio.

Jason Bosne rugió al sol que ascendía lentamente por el Este.


Solo había una ventana abierta en la Iglesia, las demás estaban cerradas para que no entrase la luz del sol naciente, y Donald Frank Callahan se encontraba recostado en su repisa. Observaba los cadáveres que habían dejado los vampiros tras de sí: lobos, humanos, cibernéticos, bestias, brujos y otros vampiros. Quiso rogar por las almas de los caídos. Qué Dios les conceda el perdón por sus pecados y guarde por sus almas. Pero Dios le había abandonado. No, peor: él había abandonado a Dios al besar la mano del cuerpo incorrupto de Habaknuk.

Dag, Laluth y Elen estaban en el altar de la Iglesia como si estuvieran a punto de lanzar un discurso pletórico a los sobrevivientes. Por tres veces, Callahan creyó que Laluth estuvo a punto de hablar al público. Hablaba en voz baja con Dag y Elen, daba una vuelta por el altar, miraba al resto de vampiros que se replegaban bajo las sombras de las ventanas cerradas y retomaba la conversación en susurros que había dejado a medias. Parecía indecisa, quizás tuviera miedo. ¡Qué te jodan! La voz interna de Callahan tenía un fuerte acento irlandés. ¡Qué te jodan, maldita zorra con colmillos!

Callahan jamás necesitó un trago tanto como en aquel momento.


—Dime todo lo que sabes acerca de los 19 objetos de Egdecomb y cómo es que sabes tanto de ellos. — preguntó Laluth. Elen relató la historia. — Me temo que ya son un secreto. Toda Aerandir conoce parte de la historia de los objetos malditos, la que los bardos se atreven a cantar y la que ese Nigromante quiere que se cuente. Soy un puente entre dos mundos, ¿lo sabías? Viajo a menudo a Sandorai. Mira mis orejas, soy tan elfa como todos los demás. Allí también se habla de los 19 objetos. Algunos dicen que son armas con las que poder matar a nuestros enemigos, otros que son dones con los que poder sanar la tierra de Migdar e incluso hay elfos que creen que son las raíces de Árbol Madre desplegadas por toda Aerandir. En Sacrestic los rumores no son mejores. Mi intención era, hasta conocerte, utilizar la magia de los objetos para revivir a Habaknuk en caso de que no pudiéramos dar con Dag Thorlák o que ya estuviera muerto cuando llegásemos. — dio un tierno beso al vampiro en la mejilla, demasiado cerca de la comisura de los labios — Lo siento cariño, tenía que ser realista. Los humanos te odian más de lo que se odian a ellos mismos.

Dejó de hablar y caminó en círculos por el altar. Necesitaba pensar su próximo paso. Que se hubiera hecho de día no era una buena señal. Bajó las escaleras y cogió de la mano a la acompañante de metal de Dag, la acompañó hacia el altar.

—Háblanos sobre ese muñeco que te han quitado. — dijo a la cibernética. Dedicó una mirada de complicidad a Elen Calhoun — Es uno de los 19 objetos malditos, ¿verdad? Cuéntanos qué hacía y qué te ha hecho — la cibernética intercaló la historia con llantos humanos. — Podríamos haber acabado como ella — habló en voz baja, como si estuviera pensando para sí misma.[/color]

Callahan reía de manera histérica. Tenía los brazos apoyados en la repisa de la única ventana abierta.

—¡Es Dios, Padre Todopoderoso! — reía como el condenado que era — ¡Está allí fuera, miradlo! Asomad vuestras jodidas cabezas de murciélago y mirad el rostro de Dios.


En la mano izquierda empuñaba un pequeño espejo que se negaba a soltar; la derecha la tenía sobre la empuñadura de su espada envainada. Sir Lars Gaemon corría entre las guarniciones de La Guardia preguntando por lo qué había pasado y si es que alguien sabía dónde estaban Marlowe, la bruja negra y El Hombre Muerto. Esos tres formaban un trío macabro que le ponían los vellos de punta. Tenía la certeza que, cualquiera de ellos, podría devolverle la maldición que la vampiresa y elfa Laluth sanó con, simplemente, chasquear los dedos.

—Se han marchado, mi señor. Hemos ganado, ha ganado. No tiene de que preocuparse. — repetían los soldados — Lunargenta vivirá un día más. ¡Hemos ganado!

Se equivocaban, todo el mundo parecía estar equivocado excepto él. Sir Lars Gaemon estaba completamente convencido de que, en esta noche, Lunargenta había sido condenada. Toda Aerandir lo había sido. El Hombre Muerto haría justicia a su nombre. Así es como todos terminaremos.

Fue a hablar con las únicas personas que le creían: los brujos cazadores de vampiros. Se arrancó las condecoraciones del peto que le señalaban como caballero de La Guarida de Lunargenta y las puso sobre las manos de Huracán.

—¿Dónde han ido? Usted sabe lo que ha pasado. Dígame, ¿dónde están? — antes de que Huracán empezase a hablar — No, deje a los vampiros. Ellos no me interesan. — ellos le salvaron en última instancia y Dag, muy consciente y sonriente, le dio ánimos para pelear un día más. — Hablo de El Hombre Muerto. ¿Dónde está? No me creo que haya desaparecido así sin más. Alguien como él jamás desaparece. ¿Y el lobo Marlowe? ¿Quiere hacerme creer que ha muerto y su cadáver ha sido recogido junto a todos los demás? No, no me lo creo. Quiero saber qué ha pasado. Dígamelo.

Entre los cadáveres de la calle apareció un hombre vestido con una pesada armadura blanca. Tenía un martillo en la mano izquierda y una espada en la derecha. Las armas resplandecían con los colores del arco iris. Gaemon quedó paralizado al ver la figura. No se atrevió a acercarse demasiado. Aquella persona poseía una divinidad religiosa. Varios humanos, alrededor de él, dijeron que era Odín Padre de Todos, El Blanco. Había descendido del Valhalla para ahuyentar a los enemigos de Lunargenta.

El espejo, que todavía seguía empuñando, se le resbaló de las manos. Se hizo añicos al chocarse contra el suelo. ¿Era él? ¿Era Odín? El más joven de los brujos cazadores dijo que en realidad era Merlerín, que, al igual que Odín, recibía el sobrenombre El Blanco. Gaemon no supo decantarse por ninguna de las dos teorías. Aplaudió y festejó la llegada de El Blanco, como el resto de personas. Su venida simbolizaba la salvación.

El Blanco entrechocó las armas en el cielo invocando un resplandor de luces de colores. De vuelta a la normalidad, él ya no estaba allí ni tampoco los cadáveres que la batalla dejó.


Gabriel Marlowe, Belladona y Randall Flagg estaban sentados en mesa de una taberna. Bebían licores negros y hablaban sobre lo que le deparaba el futuro.

—Ha empezado. El hombre ha matado a su hermano siguiendo los falsos ideales que él mismo se ha inventado. Los animales han tomado consciencia y ésta les ha enloquecido. Los castigos y condenas son ignorados e incluso reprimidos. Los murciélagos se muerden entre ellos. Un vampiro con una corona es proclamado rey de todo en el mudo vacío. — puso sobre la mesa los dos objetos de Egdecomb recuperados: el muñeco Neil y el frasco del no-nato — Uno para el lobo y otro para la bruja. Ahogad a Aerandir en sus propias miserias.



* General: Ahora mismo, imagino, os estaréis preguntado: ¿qué cojones ha ocurrido? ¿Quién es El Blanco? ¿Quién ha ganado? Este evento lo he creado con la intención con la que solo el destino de los protagonistas del mismo, en este caso: el futuro de Dag. Las demás tramas que hemos visto quedan abiertas y se resolverán en el futuro. Esto es: promesa de masterados, promesa de eventos, promesa de tramas….
Dag se ha convertido en Dios para Los Hijos de Habak. El rey de los vampiros. Bosne ha perdido el frasco del no-nato, sus bestias han muerto y regresa a La Factoría solo y derrotado. Los vampiros se organizan en la Iglesia cristiana de Lunargenta. Sir Lars Gaemon desconfía del triunfo de La Guardia al rechazar al Hombre Muerto. Un personaje recurrente y misterioso, El Blanco, aparece para llevarse a los muertos y dar esperanza a los supervivientes. El Hombre Muerto prepara su siguiente golpe.
No ha sido un tema fácil de manejar por la gran multitud de bandos que paticipan. Si a mí me cuesta pensar en los aliados y enemigos de cada bando, no quiero imaginar cómo os debéis de sentir vosotros. Me guardo mi opinión detallada del evento Captura y Castigo para cuando terminen los capítulos de Eltrant y de Orome, si os parece.
Como hay muchos temas que no han finalizado, haremos lo siguiente. En lugar de premiar a todos los participantes del evento Sangre y Sombras, se premiará solo a aquellos que hayan terminado por completo su participación. Es decir, por ejemplo, a Elen Calhoun todavía le queda una participación en El significado de la Lealtad 3. Ella no recibirá premios hasta entonces.
Las recompensas se ordenarán de esta manera: una recompensa por tema participado de calidad común-épica (o habilidades o objeto o receta o cualquier premio de mismo valor…) excepto para los tres protagonistas (Dag, Orome y Eltrant) los cuales recibirán, además de estas 3 recompensas, una recompensa adicional de calidad épica-legendaria. No cuento maldiciones.
Los puntos de experiencia se ordenarán 15 puntos, 5 de base + 6 de originalidad + 4 de calidad del texto para todos los usuarios excepto para los tres protagonistas que será de 20 puntos, 10 de base + 6 de originalidad + 4 de calidad.
Referente a los aeros, todos recibís 200 aeros.

1. Dag Thorlák: te unes a Los Hijos de Habak. Mediante rituales, en diferentes temas, dará comienzo tu ascensión a Dios. Eres recibido en gran parte de Sacrestic como El rey de los vampiros. Otra parte, reacia a la religión de Habak y fiel a las viejas tradiciones de comer y beber sangre, te rechazará e intentará matarte.
Recompensas:
* +10 ptos de base
* +4 ptos de experiencia en función a la calidad del texto
* +6 ptos de experiencia en función de la originalidad del usuario.
* 20 ptos totales de experiencia
200 aeros

* Espada Larga de Habaknuk. Arma cortante a dos manos de calidad épica.

Espada Larga de Habaknuk:

* Dos habilidades
Maestría en armas cortantes a dos manos.
Sangre orgánica (rasgo): a voluntad, el vampiro es capaz de convertir el filo del arma en una masa de sangre con la capacidad de moverse a voluntad. Ejemplo: capacidad de formar tentáculos que atrapen a un enemigo cercano.
* Corona Corrupta. Armadura media de calidad superior.

Corona Corrupta:

* Armadura completa sin emblemas. Armadura media de calidad común

Armadura sin emblemas:

Maldición (Aunque creo que es algo que harías igualmente)
* Mente Habaknuk: la locura de Dag Thorlák le hará creer que se ha convertido en el primer vampiro, Habaknuk. Esto ocurrirá, normalmente, de manera esporádica y lo dejaré a tu elección cuando sucederá por no pisar tu trama. El efecto dura 2 turnos. Sin embargo, obligatoriamente, tendrás que relucir la maldición en el segundo turno de cada tema que hagas en Sacrestic Ville o junto a los miembros de Los Hijos de Habak.  Repito: en los temas que no sean en Sacrestic, lo dejo a tu elección.

2. Alward Sevna: Por tus hazañas en estas últimas semanas, La Guardia de Lunargenta te nombra sir Alward Sevna, caballero de Verisar. Eres libre, según la trama que más te convenga, de escoger: seguir como mercenario o postular tu membrecía a La Guardia con Honores en este tema ([Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]). De escoger la segunda opción: tendrás que hacer un tema privado en Lunargenta con dos usuarios que te acompañarán en la celebración. Este tema será recompensados con 5 puntos de experiencia adicionales.
Recompensas:
* +5 ptos de base
* +4 ptos de experiencia en función a la calidad del texto
* +6 ptos de experiencia en función de la originalidad del usuario.
* 15 ptos totales de experiencia
200 aeros

* Terra Nostra. Arco de calidad épico.

Terra Nostra:

* Dos habilidades
Maestría en combate desarmado
Sin armas (rasgo): al perder sus armas en combate, la constitución del personaje aumenta en 20% y su fuerza en 15%.
* Mascota + Maestría
Trotamundos: uno de los caballos más veloces de Verisar. (Elige raza, aspecto y género del caballo). Regalo de La Guardia de Lunargenta.
Maestría en Caballerizas (ésta es de nivel 3. No podrás utilizarla hasta llegar a dicho a nivel).
Maldiciones (o más bien “aclaraciones”)
* Tami te robó una de las dos espadas duales de calidad pobre con las que empezaste a jugar.
* Lobamadre creerá que tú asesinaste a su hija, pese a que lo hizo Belladona en su lugar. En un futuro, que espero que no sea muy lejano, tendremos mastereado.
* Enemistad con las bestias de La Factoría por final Cenizas en Ciudad Lagarto
* Enemistad con lLos Hijos de Habak por final en Sangre y Sombras.

3. Taliesin: ¡Fíjate! El terror de Eltrant y el salvador de Dag. Permíteme dejar el rol por un segundo y felicitarte: soy consciente que tu personaje no está enfocado en el combate. He intentado ofrecerte un juego acorde con el rol y la relación con los personajes. Ha sido una agradable sorpresa verte tanto en combate como en la relación con personajes.
Recompensas:
* +5 ptos de base
* +4 ptos de experiencia en función a la calidad del texto
* +6 ptos de experiencia en función de la originalidad del usuario.
* 15 ptos totales de experiencia
200 aeros

* Espada de Nirana. Arma cortante a una mano de calidad superior.

Espada de Nirana:

* Habilidad
Mancha roja (rasgo): el cuerpo del vampiro emana una niebla enfermiza de color rojo que inflige daño a los enemigos cercanos.
* Lente divergente (Objeto mágico)

Lente Divergente:

Maldiciones
* Final de Sangre y Sombras: tendrás que escapar de Huracán, Los Hijos de Habak acudirán en tu ayuda. Ella te lleva encerrado en una caravana. Haréis un tema en algún punto del mapa intermedio entre Lunargenta y Dundarak. Una vez consigas escapar, viajarás al norte donde sucede el evento de Eltrant. Este tema será recompensados con 5 puntos de experiencia adicionales.
* Final de El significado de la Lealtad: sufres quemaduras leves por exposición al sol. Deberás acudir al taller de un médico y pagar por sus medicinas.

4. Huracán: Belladona forma ahora parte del grupo de El Hombre Muerto. Buen punto. Dag y Elen siguen vivitos y coleando. Mal, por eso. ¡Qué vergüenza de cazadora! Va a venir tu madre a enseñarte como se juega.
Recompensas:
* +5 ptos de base
* +4 ptos de experiencia en función a la calidad del texto
* +6 ptos de experiencia en función de la originalidad del usuario.
* 15 ptos totales de experiencia
200 aeros

* Mejora: ballestas duales.
Llevas los despojos de los cadáveres de los cibernéticos a Marvin E. Soffleheim quien los utiliza para mejorar tus ballestas. Ambas suben a calidad superior.
Ballesta diestra adquiere: lente de Hipatita. Que te permitirá ampliar tu rango de visión como si fuera una de las mirillas actuales. Los disparos de esta ballestas destacan por ser más contundes que el resto de ballestas.
Ballesta zurda adquiere: mejora en el gatillo y el tensor. Los disparos son más rápidos y diestros y el armas es más fácil de recargar.
* Corona de Araña, para Belladona. Se considera armadura media de calidad superior.

Corona de Araña:

Maldiciones
* Tendrás que abrir dos temas privados (uno de ellos el ante mencionado con Taliesin) en el que sufras el acoso de Los Hijos de Habak. Ellos intentarán dar la vuelta a la tortilla y vengar las muertes que orquestaste esta noche. Eres libre de utilizar a Zar, si así lo deseas. Estos temas serán recompensados con 5 puntos de experiencia adicionales.
* Belladona adquiere: Frasco del no-nato.
Efecto: quien bebe de él obtiene una característica de uno o varios animales por un breve periodo de tiempo.
Maldición: los que han bebido del líquido del frasco sienten la necesidad de volver a beber. Adorarán a los animales más que a ellos mismos, queriendo ser, en todos los aspectos, como ellos. Al ser posible, como todos los animales al mismo tiempo. El poseedor del objeto siente la necesidad de compartir la pócima. El animal por excelencia de Belladona serán las arañas.
* Rivalidad con Los Hijos de Habak.

5. Zöe: Me habría gustado que hubieras tenido más protagonismo en el rol, pero entre viajes, idas y venidas de usuarios, no he podido hacer más. Me disculpo por ese aspecto. Espero que igualmente, hayas podido disfrutar del tema. Hemos visto una visión de tu personaje que pocas veces hemos visto en el foro.
Recompensas:
* +5 ptos de base
* +4 ptos de experiencia en función a la calidad del texto
* +6 ptos de experiencia en función de la originalidad del usuario.
* 15 ptos totales de experiencia
200 aeros

* Red de fibras. Armadura pesada de calidad superior.

Red de fibras:

* Anaquel diminuto. (mueble)

Anaquel:

Maldiciones
* Vulnerable: tu cuerpo no podrá mostrarse desnudo. Los cibernéticos de El Hombre Muerto modificaron tu cuerpo para convertirlo en una especie de llama perpetua. La armadura “red de fibras” sirve para mantener el resplandor encerrado.
* Pérdida de El Muñeco Neil y todo lo que ello conlleva: obsesión creciente por recuperarlo.


Personajes que han fallecido en este primer tema. He de decir que la vida o la muerte de los personajes no dependen de la suerte que os haya salido resultado, sino de vuestras acciones en el rol. La suerte es un adicional en caso de duda.
Wallfaus , Colmillorojo, Thomas, Verenor,  Guardia 6.13 ,  Guardia 6, 18 ,  Tropel y Gaia

Importante, y voy a ser muy pesada con esto: quiero que me digáis vuestras opiniones acerca del Evento. No tengáis miedo en criticar. Seguramente, todos los puntos negativos que me digáis, ya me los habré dicho yo. Tengo la sensación que he pensando en algo demasiado “grande” que ni yo misma he sabido abarcar. No quiero hablar más de la cuenta hasta que no terminemos todos los eventos. Me explayaré cuando toque (me estoy mordiendo mucho la lengua). Ahora mismo, decidme qué os ha gustado, que no, con qué os he sorprendido…. Compartid, si queréis, vuestras teorías del futuro de la trama. Y, lo más importante, ayudadme a que el siguiente evento sea mejor que éste.