Stubb (a dub) (Ashar y Aradia)[cerrado]

Era un lindo día, ideal para tomárselo libre y dejar a un lado todas esas responsabilidades de las que carecía el joven elfo, ya se había librado del ya no tan pequeño Fèidh y estaba pronto a abandonar cualquier lazo que hubiera tenido alguna vez. -bueno, fue divertido vivir sin responsabilidades- se dijo a si mismo como despidiéndose de la idea de ser el mismo bufón hasta el final tomo tres piedras y comenzó a hacer malabarismo, practicando un poco de motricidad fina hasta que pasado unos segundos perdió el ritmo y las piedras se cayeron.

Se quedo de pie inmóvil observando el lago que yacía frente a el, pensó por un momento en su familia y en todas las cosas que alguna vez hicieron juntos, por un segundo casi se sintió mal por las cosas que iba a hacer, pero rápidamente ese sentimiento de culpa se disipo al recordar todas las barbaridades que había cometido e incluso dejo escapar una risa por aquellas "travesuras" "bueno, Aradia siempre puede elevar la vara en cuanto a humillar el apellido se refiere" pensó para si mismo ya ahora riéndose a carcajadas, era un lindo día en efecto.

Un buen día y aunque Ahorun no parecía nada contento de que ya fuera mío Aion, pues ni modo le tocaba aguantarlo y pobre de él sí tenía un rasguño cuando Aradia le despegaba la vista. Como fuere iba camino al lago donde se había quedado de ver con Zelas, -Umu- se quejó Aíon debido a que no lo cargue, lastima para el pobrecillo ya estaba más crecido y no podía cargarlo, aunque ya veía más cercano el tener su carromato.-Vas a crecer y tendré el taller andante mas fabuloso, lo siento pero serás parte de los que carguen con él.

-Umu- se quedó quieto un momento pero nada que una zanahoria no resolviera y la criaturita la siguió alegremente.-Hola hermano.- Sonrió la elfa y saco algo que seguro haría muy feliz a su hermano, digamos que una pequeña libertad que se tomó la elfa y sin más le lanzo una biusa verde.

-Muy bien estamos aquí reunidos para hacer la voluntad de Zelas, que todos salgamos vivos es la encomienda.- Dijo con un tono serio y luego soltó la risa.-No ya en serio ¿Qué haremos hoy?- Y es que si algo había es que las aventuras con su hermano eran entretenidas y agradecía que no rozaran la muerte a cada rincón… Ya se tenía a sí misma para esos trotes.

Para Ashar la vida no había sido muy fácil perdió a la persona que amaba, su familia queriendo controlar todo y a todos, lo que generó que se fuera por mucho tiempo, pero las cosas habián cambiado y ella tuvo que regresar a su aldea pero en una relación un poco tensa con sus padres pero lo mismo sintiendose cómoda en la aldea por lo menos con las personas y sus compañeros guerreros, pero extrañaba a sus hermanos así que cuando se presentó la oportunidad de verse en especial con Aradia y Zelas que eran los rebeldes como ella lo fue alguna vez, su alegría fue inmensa.

Tomo su arma, porque sabía que con Zelas seguramente algo iba a pasar y se dirigio al lago, donde se encontró con los dos rebeldes, con una sonrisa se acercó a ellos.

-¿Ya están tramando alguna travesura que seguramente después me arrepentiré? - preguntó con una sonrisa a ambos mientras se sentaba en un roca-.

-hola Ari, justo estaba pensando en la familia y apareciste- comento al momento que atrapaba la biusa -también estaba pensando en eso, ya solo falta el alcohol y las mujerzuelas para corroborar mi nuevo poder- dijo bromeando al momento que mordía la fruta y abrazaba a su hermana, dandole un jugoso beso en la mejilla, para luego acercarse al Fèidh y acariciarlo -pues solo pasaremos el día en familia- comento justo al momento que su otra hermana hacia acto de presencia -ah y me encontré con Ashar por cierto- comento bromeando, Aradia no sabia nada al respecto, y su sorpresa también había sido grande cuando se topo con su hermana mayor hace un par de dias, si bien eran una familia numerosa el hecho que siempre estuvieran en movimiento hacia difícil que se encontraran los unos con los otros.

Espero que Aradia asimilara la sorpresa y después se unió a ellas en un abrazo con bastante sentimiento, de por si era un milagro que 3 de los 7 herederos Hazelmere estuvieran reunidos en un mismo lugar sin estar peleando entre ellos -ya se que tengo cierta fama de bromista, pero quédense tranquilas, solo quería pasar un momento agradable en familia, ya saben, apelo a que hemos estado alejados los unos de los otros el tiempo suficiente como para no pelearnos- comento en parte bromeando y en parte hablando enserio, solo a Zelas se le podría ocurrir bromear con situaciones serias como lo eran el hecho que de por si, todos los hermanos Hazelmere se habían exiliado o habían sido desterrados de la familia.... a excepción de Cornaith por supuesto, el era el hijo favorito y todos de alguna extraña forma entendían el porque.

-Entonces que les parece si tomamos asiento junto al lago y nos burlamos de Cornaith por ser el unico Hazelmere que le hizo caso a nuestros padres.... Aradia supongo que trajiste comida- comento entretenido mientras se sentaba mirando al lago y comiendo lo que quedaba de su biusa.

-Lo siento se me olvidaron en la mochila, y el alcohol se lo llevo mi novio, sabes que odia las ciudades.-Rio la elfa y abrazándolo soltándolo para ver el lugar y sorprenderse de ver a Ashar, la sonrisa se amplió y abrazo a su hermana con un gritito agudo típico de ella abrazo al que se unió Zelas y casi se sintió en casa. Al ser tantos y cada uno hacer su camino era casi imposible verse, además que todos de algún modo repelíamos la autoridad de su padre, menos Corn pero era Corn y aun con lo estricto y disciplinado parecía que siempre le faltaba un pelo para lograrlo.

Se cruzo de brazos y aun sorprendida por ver a su hermana, la que se había ido por la senda de la guerra en contra (como si eso sorprendiera) de los deseos de nuestros padres.-A este paso nos despojaran del apellido, pero Ashar no es tan desobediente, solo requiere casarse y dedicarse al templo para tener la gracia de nuestros padres. Olvidenlo.

Sonrió la elfa a su hermana, esperaba no lo tomara a mal, sabía lo que había pasado y aferro su mano, dio unos pasos hacia la orilla del lago y haciendo un giro sobre su propio eje para hacer que sus faldas ondearan se sentó quedando estas extendidas como una carpa.Luego ante la afirmación de Zelas lo miró con gesto serio y luego se sobo la frente y el puente de la nariz-¿Acaso me crees una bodega de alimentos?… para que lo niego. No sé por qué siempre cargo comida, y no poca, pero parezco la nana, o no se.- Se descolgó la mochila y tras atraer a Aion con un grupo de zanahorias que dejo a su lado y que esté contento corrió a comer saco una capa ya algo vieja, pero limpia y la uso de mesa sacando carne seca, algunos pastelillos sin merengue, fruta seca y un par de petacas de vino dulce.-Próximamente cargare más cosas solo tengo que fortalecer a Aion. Seria lindo verlos a todos de nuevo. Problemático y seguramente tendríamos que hacer una casa en el suelo por que volaría el árbol por los cielos si estamos más de un día juntos.

Encontrarse con sus hermanos era un desafio para ellos que andaban errantes por eso esta oportunidad era casi un milagro, al ser abrazada por sus hermanos se sorprendio al principio pero se alegro y correspondo al abrazo ya que tal vez pasaría mucho tiempo de volver a sentirlos así, de todos los Halzemere, ellos tres eran los que se habían osado a desafiar a sus padres y les costo caro, Ashar no la había pagado tanto debido a que pese a su desobediencia se había ganado buena fama como guerrera pero lo mismo contrastaban con lo que se esperaba que hiciera una elfa en su familia.

-Pues pasará mucho tiempo para que eso suceda, hermanita -dijo entre sonrisa y un poco de tristeza ya que todavía extrañaba a la persona que había amado y había perdido, también agradeció el gesto a tomarla de su mano-.

Cuando todos estuvieron sentados en el suelo, Aradia sacó las provisiones para ese día lanzó unas carcajadas cuando Zelas habló de tener un día tranquilo en familia sin matarse, ya que su hermano era una caja de sorpresa y no había que bajar la guardia pero pese a su forma de ser sabía que era protector de su familia.

-Mientras no te comas mi porción de comida estará todo pacifico - divertida, a escuchar a hablar sobre Corn, mayor de los tres solamente sonrio un poco ya que pese a que le molestaba que sea tan serio y complaciente con sus padres, el mayor de sus hermanos siempre había sido un ejemplo a seguir para ella, ya que había sido el que le había enseñado a pelear - pobre, pero debe ser duro para él tener que cumplir los requisitos familiares - siendo un poco comprensiva- alguna nueva novia de turno, Zelas - molestando un poco a su hermano-.

-Todo iba bien hasta que mencionaste a tu perro- comento Zelas cubriéndose el rostro y antes de que dijeran que el era poco tolerante, elaboro un poco mas su comentario anterior -dejemos en claro algo, no me importara jamas con quien salgan, sea de otra raza o del mismo sexo, mientras sean felices bien por ustedes, pero al menos intenten no salir con un imbécil que solo se la pasa gruñendo o que tenga celos de mi- lo ultimo lo dijo mirando a Aradia, aun recordaba la escenita que el novio había hecho cuando se reencontraron, escucho la respuesta de Ashar al comentario hecho por la menor del clan, y noto cierto atisbo de tristeza en su mirada, mientras Aradia le sujetaba la mano, Zelas con los ojos entrecerrados le dio unas gentiles palmaditas en la cabeza a Ashar -ya,ya, no hay porque apresurar las cosas, ademas no existe cosa como una elfa solterona, las dos son lindas ya encontraran a alguien- comento antes de recostarse a un lado de ellas.

La pregunta de Aradia hizo que este le observara con una ceja alzada, no necesito mas para que su hermana menor admitiera lo evidente, rápidamente tomo una petaca de vino y brindo ante las palabras de Ashar de no tocar las porciones del otro para evitar conflictos, luego de beber un poco de aquel delicioso vino dulce escucho la pregunta de su hermana mayor, -hasta el momento solo ha habido una sola digna de llamarse mi novia, sin embargo por motivos que aun no logro comprender, tuvo que morir... en parte por mi culpa- comento con ese tono de voz despreocupado que solo Zelas podía ocupar para dar noticias impactantes sin dar a entender si estaba hablando enserio o no.

-No es un perro, es un licántropo, li-can-tro-po. No es un hombre bestia por amor a los dioses.- Suspiro pero no podía culpar a su hermano, Ahrun era alguien difícil de tratar y ciertamente hasta ella había batallado para conectar con él al principio, la cosa salió, bien, en cuanto a Ashar, la verdad era que seguramente usaría a Ahroun de blanco si lo consideraba necesario. Vaya grupo de hermanos. No pudo evitar sonreír con la idea.-No te tiene celos, ya, solo piensa que eres irritante, pero para el todo el mundo lo es. Lo curioso es que te tolera más de lo que creo que tolere a nadie.-Y eso era mucho decir, desde que lo conoció el lobo no socializaba con nada, básicamente parecía obligado a hacerlo desde que la elfa se metía en algún lio o requería ayuda imposible de proporcionar para él.

-Ya ya traigo suficiente, hoy no pensaba andar de escritora así que la mochila tiene comida como para dos días, tomando en cuenta el apetito de Zelas. – Se acercó para besar la frente de su hermano cuando este tomo la petaca pero se quedó pálida con lo que dijo, aunque siendo su hermano no sabía cómo tomarlo, si literal, figurativo, en serio si quiera. De repente miro la comida como algo ajeno y le tendió su pastelillo a Aion.- ¿Lo de morir es figurativo no?

Si Zelas había tenido a alguien tan importante… Sentía que su hermano no podría tratar el tema de forma tan superficial, o tal vez era su manera de trabajar el tema.

Ashar disfrutaba de la comida y de la tranquilidad al estar con sus hermanos más rebeldes, aunque no conocía a la pareja de su hermana menor pudo adivinar que seguramente no se habría llevado una buena impresión de su rebelde hermano.

-Pues no conozco a ese licantropo de que hablan - dijo mientra comía - pero seguro que es culpa de ti Zelas, tienes un encantó especial para hacer enfadar hasta hace enojar a nuestro hermano mayor - bromeando-.

Cuando Zelas habló de que no había posibilidad de que ambas se quedaran solteras, la mayor de los tres comenzó a reírse a carcajadas ya que ella si había contemplado esa idea, aunque tenía muchos amigos y era consciente de que no era mujer fea, tenia muy claro que era muy difícil que alguien la aceptara, el único que lo había hecho había muerto.

-Pues en mi caso lo dudo - contestó como analizando la situación - en mis viajes algunos se mostraron interesados pero cuando les dije que no pensaba dejar mi vida de guerrera se hicieron para atrás - suspirando pero no de tristeza sino de aburrimiento y de decepción sobre la mayoría de los hombres-.

Lo que si sorprendió a ambas feminas fue la respuesta del elfo al hablar sobre una relación importante que había tenido, tal vez para muchos podrían parecerle superficial la manera en que el trataba el tema, pero ella podría entender bastante bien lo que debía pensar, ella había pasado esa experiencia y el dolor no lo vivió de manera tradicional sino que cumplió en cierta manera un deseo que había tenido juntos recorrer Aerandir.

-Dime que te dijo él cuando sabía que venias aquí - dirigiéndose a su hermana-

-Si mueve la cola cada vez que le hablas, es un perro- comento zanjando el asunto de si el novio de su hermana menor era un perro o no, el joven Hazelmere no pudo evitar reír ante las acusaciones injuriosas en su contra con respecto a su actitud "irritante" -la gente vive con estándares muy raros, es normal que se molesten al ver que alguien tiene toda la libertad que ya quisieran ellos tener- comento encogiéndose de hombros, saco la lengua para hacer una mueca graciosa ante el beso que su hermana le dio en la frente.

Era una grata reunión para los 3 hermanos, podían reír y bromear como si fueran unos infantes y aquello de cierta forma era reconfortante -tranquila hermana, si alguien tan "irritante" como me acusan falsamente, pudo encontrar a alguien, de seguro a su debido tiempo tu encontraras a alguien mas- comento mientras le tomaba la mano a Ashar y se la palmeaba condescendientemente a modo de broma, ante las palabras de Aradia replicando a lo que habia mencionado anteriormente sobre la muerte de su amada, solo la observo y realizo un despreocupado comentario -puedes tomarlo como te sea mas reconfortante, eso no cambiara lo que paso- acto seguido realizo un silencioso brindis para si mismo en honor al recuerdo de μ levantando la petaca por unos segundos y procediendo a beber el contenido de esta de golpe, luego se sento y alzo una ceja ante el comentario de Ashar -oh no hablemos del perro por favor, creeme que no vale la pena, probablemente solo gruño o bufo, ademas que tiene un fetiche raro de llamar a todos cachorros, cuando de seguro le doblamos en edad, bueno no me interesa lo que vayan a hablar- comento mientras se volvia a recostar ahora apoyando su cabeza en uno de sus brazos.

-Nada, mientras Zelas no lo volviera a golpear.- Rio un poco con esa anécdota, y comió con aire culposo un panquesillo y abrazo a Aion como si fuera un niño pequeño, con un “umu” por respuesta, algo pensativa y sin apetito. Luego sonrió un poco.- Mientras no me pierda por algunos días, sola. Ósea si no regreso y ve a alguno de ustedes, no sé si me dé a entender.

No sabía si se daba a entender y dejo al pobre de Aion libre que sacudiéndose se fue al lago a saciar su sed el muy inquieto. Pensó en todo lo que había pasado desde que había salido de casa, y en algún punto sentía que no solo no era la Ari que había salido del asentamiento, metafóricamente hablando. Todos cambian, por eso no son los mismos pero saliendo de ese amplio espectro de descripción, sentía que no era ella misma en muchos sentidos y era como si se hubiera doblado a sí misma y Ahroun, Zelas y Ahsar eran su ancla en ese momento a recordar su yo real. ¿Pero que tanto podía eso ser posible? Tal vez un regaño por parte de Cornaith era lo que le faltaba, eso y llorar en su hombro serio molesto y estoico. A veces pensaba en huir a casa y encerrarse en su cuarto bajo sus mantas por un año. O más.

Un croac quien sabe de dónde le hizo soltar un pillido y levantándose de golpe se puso atrás de Ashar temblando como una hoja y mirando a todos lados luego suspirar sin soltar la ropa de su hermana, algo crispada y se olio el hombro, según ella olía a ricas fresas, pero a veces sentía el olor a pantano. Miro al suelo, no no había lianas, y al menos pensaba que estaba despierta. Su mente estaba algo licuada.

Escuchar hablar a sus hermanos y bromear entre ellos les recordó un poco a su niñez cuando todavía no tenía ninguna preocupación ni ninguna expectativa que cumplir, deseo parar el tiempo en ese momento, con sus dos hermanos menores molestandose, bromeando entre ellos sin importar nada, faltaba solamente la presencia del mayor, el más serio para completar el cuadro.

Una carcajada salio de su boca al escuchar como su hermano se refería al novio de su hermana, sobre el cual no tenía ni idea quien era ya que para esa época ella estaba fuera y lejos - bueno, hermanito - dijo divertida - es que no todos podemos ser tan encantadoramente molesto como tú - con sarcasmo y despeinando su cabellera-.

Cuando su hermano le dio ánimos sobre encontrar pareja lo hizo de una forma tan divertida que volvió arrancar una sonrisa en ella- si fuera irritante no sería problemas - dijo- el problema es que no tienen los pantalones bien ceñidos para aceptar a una elfa guerrera e independiente- divertida y con cierta resignación - pero ahora eso es lo que menos me preocupa-.

Cuando su hermano toco el tema de la perdida de su enamorada se limitó a quedarse en silencio ya que entendía que no quería hablar mucho del tema y ella respetaba su decisión.

Negó con la cabeza cuando Zelas comenzó a hablar nuevamente del novio de su Ari, pero lo encontraba divertido al parecer ambos chocaron cuando se conocieron y luego escuchó a ella hablar sobre el, al parecer era un hombre que cuidaba a su hermana y la protegía, para lo que la mayor de los tres era suficiente- si eres feliz con él y te trata bien no diré nada - le animó a su hermana-.

Pero después la actitud de Ari sobresaltó a la elfa mayor, cuando se colocó detrás de ella adoptó una actitud protectora y saco su espada ya que nunca se separaba de ella - ¿Qué sucede? - manteniendose alerta-.

-Claro que soy encantador, algunos incluso, dirían que soy un papucho(?)- dijo riendo mientras su hermana mayor también reía y le desordenaba el cabello ya desordenado, escucho y asintió ante el comentario de su hermana, hacían falta pantalones para caminar al lado de cualquier Hazelmere.

-Si tu perro viene a molestarme lo golpeare de nuevo por dejar que te tragaras no se cuantas maldiciones- dijo perdiendo momentáneamente la sonrisa que tenia, solo pensar en aquello le molestaba de gran manera, pero no dejaría que aquello arruinara aquella reunión familiar, entonces vio como Ari se levantaba sobresaltada, recordando aquella noche que salieron de cacería, vio como Ashi se contagiaba de su alarmismo y desenvainaba su arma, Zelas en cambio sin abandonar su cómoda posición acostado en el piso le hizo una seña de manos, -en vez de sacar tu espada, prepárate para hacerlas de enfermera, de seguro debe ser una del millardo de maldiciones que tiene nuestra hermana por culpa del perro que tiene como novio, espero que esta vez no sean convulsiones, me dan escalofríos de solo recordarlo- comento mientras le indicaba a Ari que le comentara su situación actual a Ashi.

Quiso beber de su petaca pero había olvidado que ya estaba vacía, sin perder mucho tiempo, saco otra del canasto y la descorcho para darle un sorbo, exhalo con gusto por lo que bebió y se quedo observando la situación, -Ashi debería saber como fue que terminaste con un millardo de maldiciones, y como tu inútil novio no fue capaz de evitar que cayeras en ellas- ahora que lo pensaba mejor, los perros no tenían la culpa de parecerse al novio de su hermana por lo que decidió dejar de insultarlos(?)

Miro a todos lados luego oyó un chapoteo y suspiro con alivio dándole golpecitos al hombro de su hermana y luego se puso algo colorada por lo que dijo su hermano. Rio un poco y se sentó de nuevo.-No son un millardo, son una o dos, creo.. o eran tres.

Elevo la mirada y como que conto con los dedos. Era cierto su hermano no conocía todas las maldiciones que le habían pasado,  aunque le dijera que no eran causa de Ahroun, su hermano insistiría en que si.-Bueno  sé que dirás que es por culpa de él pero la de las convulsiones fue antes de conocerlo, ah, no no es cierto, bueno, le dije que iría a ayudar a alguien.- Aunque ahora que lo pensaba no recordaba a quien había ayudado pero no diría eso que alarmaría más a sus hermanos.- Y bebí de un cáliz, y tras tener visiones raras del fin del mundo, no puedo mencionar unos nombres porque me desenchufo, y espanto a Zelas con la reacción, no he visto que pasa pero no es lindo y para que él lo diga, la otra, fue por un trabajo que hice, probábamos unas pociones y bueno, hay esa no fue tan mala, hace rato que no siento esos efectos así que supongo ya salió del cuerpo. Y a ver… ah, la otra, creo que son todas.

Hizo memoria pero no tenía muchos ánimos de hablar del sapo, esa situación era complicada y aun se sentía rara tras su aventura. No tenía mucha idea de esas secuelas y realmente no quería pensarlas ni exponerlas… Aún.-No es que sean mi culpa pero me hago responsable de que las obtuve yo solita, solo, fui allá donde sentí que me llamaban y hay lugares a los que Ahroun no va, si no sabe que voy yo…. –Dijo con cierta picardía.

Ashar se encontraba confundida por lo que estaba pasando, la reacción de su hermana la había puesto en alerta pero fue Zelas que aclaró la situación pero lejos de calmar a la pelirroja la alarmó más, guardó lentamente la espada y se sentó de vuelta en el piso, ese contacto la hacía pensar con más claridad y ver todo el panorama.

-A ver - suspirando - si en vez de hablar en código hablan normal y me explican todo esto- recuperándose del susto-.

Escuchó con atención a su hermana menor y a medida que iba escuchando el relato se iba sorprendiendo y en parte preocupando casi horrorizando de lo que escuchaba entendía que su hermana era reblede y aventurera que nunca seguiría los liniamentos familiares pero ponía su vida en peligro y al parecer sin tomar las precauciones necesarias.

-Ari - dijo suspirando para calmarse y no sonar como su hermano mayor pero a veces él tenia algo de razón- yo creo que ya eres alguien mayor para decidir por tu cuenta y no mandonearte como una niña pequeña pero si vas a vivir una vida de peligro por lo menos debes tomar en peso tu vida y salud e ir preparada para cuidarte, protegerte y saber dar paso atrás cuando sea necesario, las maldiciones no son cosas con las que jugar - al ver la sonrisa de picardía la miró con seriedad - y tal vez tuviste que escuchar su instinto - comentó- no lo conozco, ni se como es, pero conozco algo sobre su raza y es que instinto es fuerte y bastante confiable-.

-Ibas bien hasta el final- comento Zelas mientras reía ahora sentado en el piso, -he visto a ese cachorro, si tan solo entrenara y meditara para controlar a su "bestia", fácilmente podría haber sido un guerrero decente y confiable, sin embargo, no sabe tomar consejos, no sabe acatar ordenes y aunque no me crean, no me alegra el hecho de que pronto morirá, es una bomba de tiempo y por eso creo que nuestra hermana no debería estar con el- su tono de voz había cambiado a uno un poco mas serio.

-Ahora creo que es momento de contar el porque de esta reunión, una pena que no vi al resto de la familia pero de seguro ustedes transmitirán el mensaje, acepte un trabajo que paga ridículamente bien y es ridículamente peligroso, probablemente no lo logre, por otro lado, estoy tranquilo, confió en mis habilidades, he ganado algunas nuevas así que voy confiado, así que si me muero, no hagan un escandalo y díganle a padre que puede celebrarlo si quiere, al fin y al cabo era imposible que hiciéramos las pases, para madre solo tengo un mensaje, lamento no haber podido sobrevivir a una familia de 7, era una locura desde un principio- comento riendo y bebiendo otro sorbo. Se puso de pie camino en circulo por unos momentos.

-Díganle a Cornaith que no hay manera de que me vuelva a atrapar, y que esos días que me lo tope fue de suerte, al resto de los hermanos díganles que los quiero mucho y que se pueden ir a la mierda, pero con cariño. entonces se acerco a Ashar y la sujeto de los hombros -vive tu vida como quieras, eres una Hazelmere, hacemos cosas locas y siempre se habla de nosotros, para bien o para mal, solo intenta sonreír mas, por eso no se te acercan los hombres- dijo bromeando mientras se acercaba a la pequeña Aradia -Tu, solo intenta meterte menos maldiciones y ten cuidado con tu novio sino se muere por las de el, lo tendrás que matar- acto seguido fue a por la canasta, saco algo para comer y se sentó en el piso al lado de Aion -Tu heredaras todas mis cosas Aion, es lo justo después de ser mi cómplice en tantas cosas- la mirada de Zelas denotaba seriedad en cuanto a lo ultimo..

Cuando su hermana suspiro, Aradia sintió un escalofrió recorrer toda su espalda. Algo que parecía estirarle hasta las orejas; en cuanto a sus palabras, esta se quedó pensando seriamente como podría ir preparada para sus aventuras que solían tomarla medio desprevenida, si no es que totalmente desprevenida. Aunque ciertamente iba por la vida de una forma algo atropellada. No tenía excusa para sus descuidos, era así de sencillo. Pero tomaría los consejos de sus hermanos y buscaría prepararse para cualquier cosa que le viniera encima.

-Muy bien, la próxima me acompañan para saber que comprar y estar preparada. Además Ahroun para su especie es mayor, así que si, debería hacerle más caso. –Sentenció mirándolos y luego Zelas volvió a criticar a Ahroun, pero sus palabras fueron crudas, al grado de hacer que se le revolviera el estómago, y la cosa no mejoro. El frió que le recorrió cuando hablo con Ashar y luego con ella casi la hacía llorar. Quería tomarlo como el era, alguien ligero de palabra y bromista, pero desde lo mencionado de la joven que había atrapado su corazón y ahora esto…

-Pero Zelas.- ¿Qué podía decirle? Cuando le vio a los ojos sabía que no era broma, era como si ente ambos se leyeran la mente. Habia tantos modos y posibilidades, había visto tantas cosas y no podía hacer nada para auxiliar a su hermano. Que si el hubiera visto una posibilidad seguro les habría dicho que lo acompañaran.

-Si me acerco a Corn segur no volveré a salir de casa hasta cumplir los cien años, te toca a ti Ashar. Y como Aion es mío, ¿tus cosas serán mías?

Bueno, lo había dicho pero no lo sentía, quería llorar y corrió a abrazarlo, lo odiaba en ese momento, no era justo. Quería gritar y amarrarlo con su cadena para que no fuera a ese estúpido trabajo.

-No es como si fuera a morir, vaya que poca fe le tienes a tu hermano- exclamo el joven elfo al ver la reacción de su hermana, vio como su otra hermana se apartaba del lugar sin mediar palabra alguna lo cual le hizo soltar un suspiro.

-Aion será de tu propiedad pero también es una creatura con pensamientos y emociones propias, no subestimes lo que es capaz de hacer- dijo lo ultimo observando al feidh y recordando como vio a este estafar personas y ocultar cadáveres sin su ayuda, le devolvió el abrazo a su hermana menor, mas vio que su hermana mayor no volvía, era de esperarse que algo así  sucedería, al fin y al cabo solo Aradia compartía su misma idea de libertad, aquella que no era muy bien vista por el resto de sus familiares.

Zelas sabia a lo que se enfrentaba y estaba en paz con ello, sin embargo, comprendía que aquel trabajo era peligroso, mas de alguno le había advertido sobre ello, pero que mejor manera de sentirse vivo sino mirando a la muerte cara a cara, "Qué son los excesos sino los resquemores del alma, si he de vivir, que sea sin timón y en el delirio" pensó para si mismo, preguntándose de donde había plagiado semejante frase.

Le vio anonadada, últimamente sentía que el fin le respiraba en el cuello y se distanciaba de todo aquello que pudiera saber de su existencia. No era como había iniciado su viaje, y jamás hubiera pensado que así sería el trayecto. Tal vez debía reiniciar su andar, pero dudaba que pudiera ser la Aradia de antes. ¿Extrañaba eso? En gran parte sí. Ella antes cuidaba de Ahroun y ahora él parecía la nana que se aseguraba de su bien. Tal vez debía de andar un rato a solas, y Aion parecía un buen compañero de viaje. Lo que decía su hermano le calaba mucho pero no porque no le tuviera fe, temía el no verlo. Recordó esa odiosa profecía.

-No es que te tenga poca fe, es solo que, he bailado mucho en el borde del fin del mundo. A veces ni yo me lo creo.- Musito, y miró a Ashar alejarse, seguramente tenía que pensar, y sus hermanos menores solo sabían agitar el panal. –Oh vamos, que eso lo sé, no son, mascotas, son compañeros. Muchas veces salvan el pellejo más de las veces que nosotros a ellos.

Le miro y le saco la lengua, se sentía tremendamente vulnerable, casi quería sacar la carta de niña en desgracia pero eso no servía en Zelas, muy por el contrario seguro la cargaría medio inconsciente hasta la casa si se mostraba así.-Más te vale, volver, no tengo con que amenazarte, pero tienes que volver.

-Somos Hazelmere, nos han criado para mirar a la muerte a la cara y escupirle en el ojo- dijo confortando a la menor del clan, aun abrazando a su hermanita. -Yo se que esto te lo digo siempre, pero insisto, deberías deshacerte de tu perrito y procura viajar a donde quieras, un año mas y tu canasta móvil de allá podrá cargarte a ti también- exclamo bromeando con el feidh, el tiempo que disponía se iba agotando y por lo mismo la aparto de su lado.

-Bueno, ha llegado la hora de marcharme, es cierto, no tienes con que amenazarme pero volveré... De alguna manera bizarra siempre logro salirme con la mía, deséame suerte... O mejor no, casi siempre te tocan maldiciones- dijo lo ultimo bromeando y restándole importancia a toda la situación, lamento que la reunión terminara así, pero por otro lado, eran una familia de 7, que solo 2 se juntaran sin intentar arrancarse las cabezas era mas que suficiente, le dio un beso a su hermana menor en la frente y acaricio la cabeza de aion.

-Nacimos, vivimos, amamos, matamos, morimos, que sea lo que los dioses quieran esta vez- dijo a modo de despedida mientras se alejaba agitando su mano de manera casual sin voltear.

Rio con ello, eran generalmente buenos para ir al frente de batallas, sanar y volver al combate, eso le habían dicho sus padres y su tía, aunque ciertamente ella se sentía incapaz de muchas cosas, debía admitir que tenía habilidad para salir viva, aunque si, con heridas y maldiciones. Debía proponerse en algún momento, el ponerse a pensar como diablos salía tan bien librada. Bueno parecía que la suerte no estaba totalmente en su contra.

-No le digas así, ha sido bueno, aunque no lo creas. Te puedo asegurar que sin él no tendrías a tu hermana ahora. Aunque no lo creas.

Pero era cierto el par estaba disperso y para ayudarse debían centrarse en sanar cada uno. Luego le dio un golpe en el brazo a su hermano, que declaro que era hora de marcharse, claro dejándole el lio de recoger el lugar, junto de rápido algunas cosas restantes y el vino y se lo dio cuando le beso la frente.

-Que sea lo que los dioses quieran. Zelas del viento. ¡ROMPETE UNA PIERNA!

Grito Aradia tras la negativa a su suerte, o sus bendiciones. Aion no se había demorado a apropiarse de la comida que había restado y le dejo ser, menos que cargar. Miro el perfil de Ashar, algo seguro estaba maquinando pues al igual que Cornaith, eran los serios pensantes de la familia. Miro a su hermano y suspiro, rezo por él, aunque si se ponía estricta, no le era posible solicitar a los dioses por su familia, eran muchos así que las plegarias eran grupales. En este caso se dio el tiempo de hacerlo.