El estrago de los trasgos [Libre][4/4] (Cerrado)

Mientras esquivaba algún ataque que otro para descansar para luego ir a la carga escuchó las palabras de Fred mas o menos, el lobo parecía tener envidia de la transformación de la Lycan, eso la pareció gracioso al final la daban ganas de abrazar aquel joven lobo puesto para la forma de ser de Selene aquel animal la parecía muy mono y su debilidad era los lobos.

Por suerte, llegó hasta ellos los refuerzos, tanto el elfo como el bio, llegaron hasta el lugar donde se encontraban aquellos tres, pero estos parecían algo sorprendidos al ver el gran tamaño de la Niktos, pues llevaban pensando todo el tiempo pensando que era una loba normal a pesar del gran tamaño que tenía en su forma de lobo. Zelas no estaba muy contento por la situación por lo que parecía, y Prometeo estaba ya analizando toda la situación para idear un plan.

Parecía que el plan era factible, ella se posicionó para colocarse dentro de la cúpula pero justo cuando iba a dar el golpe Fred se detuvo para razonar otro plan. Ella solo captó que tenía que proteger al bio cibernetico por lo que asintió con la cabeza para posicionarse para defender a Prometeo de cualquier trasgo, cada vez que llegaba uno salía por los aires con un zarpazo o malherido y tardaban un rato antes de llegar. Y parecía que Azrael quería participar, aguantaría todo lo que pudiera, solo esperaba que elfo y el otro bio se dieran prisa en solucionar aquello.

Ambos planes sonaban factibles, mas no sabia que tanto podría durar el Bio en esa situación -supongo que tendré que jugar con todo lo que tengo, Fred a mi señal- comento el elfo mientras reunía su éter, y una fina aura luminiscente recubría su cuerpo -AHORA!!- grito el elfo al momento que salia de la cúpula embistiendo a un grupo de trasgos que salieron despedidos un par de metros hacia atrás, Zelas ya había visto el lugar hacia el cual Fred se refería y comenzó a abrirse camino en una mortal y elegante danza letal, cortando y pateando todo lo que tenia al frente se dispuso llegar a ese lugar sin importar el precio.

Bastaron 2 minutos para llegar a donde estaban las mujeres encerradas -Fred, tu turno- comento el elfo mientras retenía a los trasgos, y poco a poco empezaban a aparecer rasguños y cortes en su cuerpo, en un acto de completo trance de batalla, Zelas lanzo una de sus cimitarras a un enemigo cercano, mientras enganchaba rápidamente el cable oculto entre sus ropas hacia la otra cimitarra y comenzaba a lanzar también a diferencia que esta la podía recuperar, se mantuvo lanzando la cimitarra y pateando trasgos para abrir una especie de camino que duraría con suerte el tiempo necesario para el rescate.

Habilidad Activa:

Fue una suerte que todos aceptaran el plan sin protestar, eso ampliaba las posibilidades de sobrevivir “Pasamos de un 0 a un 2, es un gran progreso” El principal problema actualmente era cuanto aguantaría el otro bio-cibernetico, sin duda si se iba a actuar debería ser rápido.

- Tú tranquilo y yo nervioso, vamos a salir esto más rápido de lo que vomita un borracho. – Palmeé el hombro del contrario y tome aire, ya Mentita había comenzado a cubrir al bio y Azrael también parecía cumplir su palabra. – Tú solo da la orden y yo te sigo. – Le respondí al elfo observando como su cuerpo parecía cubrirse por una leve luz, mientras este se preparaba despaché a otro trasgo cercano. La señal no demoró mucho más,  Zelas salió disparado apartando a los trasgos, arremetiendo contra los enemigos y generando uno de sus típicos espectáculos sadistas y sangrientos “Al menos esta vez no son humanos”  Lo seguí tomando cierta distancia, para despachar a cualquiera de aquellos bichos que hubiese quedado vivo y por mucho más importante, estar lejos de aquellas peligrosas espadas.

- ¿Mi turno? ¿Tengo cara de alguien que suele abrir jaulas? – Comenté ofendido mientras me arrodillaba junto a la celda improvisada de las prisioneras, dejando el arco en el suelo y sacando la daga de mi bota, comenzando a cortar las lianas que mantenían sujeta la puerta. – Bueno… quizá sí, pero no es que me sienta orgulloso. – Proseguí mientras cortaba, dejando finalmente la puerta libre. – Y ten cuidado con esas cosas, me puedes cortar una oreja. – Dije refiriéndome a las espadas voladoras del elfo. Tiré los barrotes de madera a un lado, las mujeres dentro de aquella pequeña prisión se encontraban sollozando, con las ropas hecha jirones y varios cortes en el cuerpo “Y los ojos… maldición, los ojos” Aquella mirada me era familiar, no era la primera vez que la veía, Delilah la había tenido y sabía bien lo que significaba “Esta vez fueron trasgos…deben confiar.” – Señoras… porque señoritas ya no son… digo, disculpen, como les decía. Tenemos poco tiempo para salir de aquí y les agradecería colaboración.

- ¿N…nos van a…ayudar? – Comento una de las dos mujeres, la que parecía menos traumada.

- ¿Acaso esto luce como una fiesta de bienvenida? – Eché una ojeada mis espaldas y negué. – No, no luce como una. Regresando al tema, enserio estamos cortos de tiempo.

- M…mi hija. – Comentó finalmente la que había estado en silencio. – ¡No podemos irnos sin ella! – La mujer se había acercado y sujetado mis brazos con fuerza, al menos en el que seguía siendo de carne el agarre había dolido.- Una de esas cosas se la llevó…debe…debe estar. – La frase quedó atrapada en la garganta de la mujer, siendo reemplazada por un llanto incontrolable.

- Yo…. Lo lamento, pero no creo que sea posible… la cosa se salió de control.

- ¿¡Acaso no son unos héroes!?

- ¿Héroes? – Arrugué el ceño y aparté lentamente con la mano a la mujer que ya comenzaba a parecer estérica. – Nosotros… bueno, yo al menos no lo soy… soy un sujeto con mala suerte que se mete donde no debe y realmente no deseo morir. – Me levanté finalmente y guarde la daga en la bota, sujetando el arco. – Me hubiese agradado hacer algo por su hija, pero como escuchará y verá, no es posible. Y si ustedes quieren vivir, les recomiendo moverse.

- Lo siento, Marie… pero tiene razón. – La otra mujer se levantó y cubrió algunas heridas de sus brazos, saliendo de la prisión. La compañera de esta sollozo y negó con la cabeza repetidas veces.

- No…no puedo dejarla, no puedo dejarla. – Acto seguido se puso de pie y corrió en dirección contraria, la que se había quedado dio dos pasos considerando seguirla pero luego se detuvo, por lo visto era más sensata.

- Lo siento, a veces no todos pueden ser salvado. – Golpeé con la madera del arco a un trasgo que había salido de detrás de unas rocas, apartándolo y dejándolo tendido en el suelo “No es la primera vez que algo así sucede”

El grito de Prometeo en la otra curva bastó para saber que ya la ventaja se había acabado, tomé el brazo de la rehén que quedaba y comencé a avanzar, esperando que Zelas no se quedara disfrutando de la masacre a los trasgos. Al llegar donde había estado el grupo vi como el bio-cibernetico usaba su cuerpo como ariete para despejar el paso, silbé para que Azrael escuchara mi regreso, el lobo no demoró en aullar, soltando a su víctima para acercarse.

- Rayos chico, deberé darte un buen baño para quitar toda esta suciedad…. Podías al menos haberte mantenido limpio. – El animal gruñó y me dio la espalda. – No, no te mantendrás suc… olvídalo, no es momento de discusiones. Es momento de correr, no te distraigas con nada. – Azrael volvió a aullar y comenzó a trotar detrás de Prometeo, aprovechando aquella brecha.

- ¿Q…qué planean hacer con todos estos trasgos? – Preguntó asustada la mujer, observando la cantidad de aquellos seres que seguían en pie. – Pueden volver al pueblo… pueden volver y…

- Todo a su tiempo. – Observé nuevamente a los lados en busca de licántropo bípeda, la loba era quien parecía más capacitada para proteger a la chica “Dudo poder usar el arco si debo siempre guiarla.” - ¡Mentita! Ya tenemos el paquete.

- ¿Paquete?

- Algo así, el punto es ¡Mentita, necesito que la cuides hasta que salgan, Prometeo posiblemente necesite ayuda al frente, esperaré Zelas!  

Mientras defendía a Prometeo mientras notaba poco a poco que necesitaba un suspiró escuchó como Fred la avisaba que ya tenía el objetivo refiriéndose al paquete. Aquello la hizo bajar las orejas puesto que no sabía que también a los humanos eran tratados como cosas. Fue entonces cuando al notar que Prometeo arrancaba a correr fuera de aquella caverna, que Selene opto por coger  a la mujer y llevarla bajo su brazo como si fuera verdaderamente un paquete mientras saltaba por encima de los trasgos y de una pared a otra para salir de ahí.

Por suerte su gran tamaño en movimiento intimidaba a los trasgos pues se detenían al verla saltar. En cuanto llegó al exterior de la caverna, observó ya a Prometeo fuera. Dejó a la mujer que parecía aterrorizada por el aspecto de la Lycan a lo que ella entornó los ojos. Se puso alerta mientras colocaba detrás suya a la vez que miraba hacia la caverna por si venían mas trasgos. Gruño enseñando los dientes mientras miraba en dirección de la caverna.

Solo esperaba que los otros dos que estaban dentro salieran cuanto antes, aquello se estaba poniendo feo, muy feo y para ella lo mas inteligente era derrumbar esa caverna y que todos se quedaran dentro. Pero parecía que había que esperar al resto de la expedición. Miró  a Azrael para indicarle que se pusiera al otro lado de la mujer para tenerla cubierta por ambos flancos, aunque no sabía si el lobo la haría caso.¨Tener ahora que proteger a una humana es un gran impedimento" pensó mientras se preparaba para arremeter con otra horda de trasgos y defender a la mujer.

Tener que proteger y rescatar rehenes era frustrante, Zelas mantuvo el camino abierto el tiempo necesario para que Prometeo creara una especie de túnel para ellos, concordaba con Fred en el hecho que no eran héroes y por lo mismo no estaba dispuesto a volver por nadie, sin embargo, el problema ahora era como impedir que fueran masacrados por los trasgos que los superaban en numero.

Zelas entonces recordó el plan inicial, no necesitaba ser lo suficientemente fuerte para botar todas las estalactitas, bastaba con que una cayera para generar una reacción en cadena, paso a recuperar la cimitarra que había lanzado anteriormente y la envaino mientras se preparaba para lanzar aquella que tenia el cable enganchado al pomo entonces encontró aquella oportunidad que esperaba, giro rápidamente su cimitarra en su mano, y en un elegante movimiento tensando y girando cada musculo en el momento preciso, genero la fuerza suficiente para golpear la estalactita en la base y engancharse  firmemente, por lo que comenzó a tirar con toda su fuerza, mas aun no era suficiente y el cansancio le jugaba en contra.

-Saquen a las mujeres!!!, y necesito ayuda!!! si logramos romper la estalactita...- entonces vio a Prometeo correr, aquello seria su salida, solo tuvo que sujetar parte de sus ropas cuando pasaba corriendo y pum, Zelas se disloco el hombro con el que se aferro a el, por el sobre esfuerzo repentino, para su suerte Fred estaba cerca y le ayudo la levantarse, entonces sin tiempo de quejarse por su hombro noto el cable de su cimitarra que ya no estaba tenso, observo como la estalactita se desprendía y comenzaba una reacción en cadena -Corre como si viniera una estampida de ardillas!!!- acto seguido tiro del cable para recuperar su cimitarra mientras corrían hacia la salida con todo lo que sus fuerzas les permitían...

Ver como Mentita tomaba a la mujer y se la llevaba como si de una gallina se tratara sirvió para quitarme un peso de encima, una escolta normal en aquella situación habría sido totalmente imposible “Pero afortunadamente no somos un grupo normal.” Azrael una vez estuvo afuera esperó arqueado mientras observaba la entrada de la caverna, dispuesto a lanzarse contra cualquier trasgo que viera, estuvo por poco de saltar cuando vio a la licántropo salir, pero por suerte se contuvo. El lobo se sacudió y observó a la mujer que llevaba mentita en sus brazos, bufando y moviéndose al sitio indicado por la loba.

   Ahora el problema era como salir de allí con toda aquella basura de por medio, por el momento las heridas habían sido superficiales pero solo era cuestión de tiempo antes de que un puñal oxidado se clavara lo suficiente entre mis costillas “O en mi pecho… o entre mis ojos” El camino de Prometeo era eficaz pero comenzaba a cerrarse poco a poco “Y además, una vez afuera estoy seguro que esas cosas nos van a perseguir.” Ya las opciones eran realmente reducidas, por suerte Zelas también podía pensar cosas rápidas para salir del apuro.

  Al inicio el elfo había pedido ayuda para lograr derrumbar la estalactita pero su solución al parecer fue mejor, solo que le costó una herida algo grave. – ¿Sabes algo? creí que eras inteligente por un momento, pero viendo esto vuelvo a dudarlo, no era necesario que te dislocaras. -  Me acerqué al elfo para ayudarlo a levantarse, sacudiéndole la suciedad de la camisa. – Pero no soy quien para quejarme mientras esto sirva. – Proseguí levantando la vista, viendo como la estructura comenzaba a derrumbarse “Si, esto será suficiente para erradicar las plagas, o al menos cortarles el camino principal” Asentí y observé como Zelas comenzaba a correr, siguiéndole el paso cuando mencionó la estampida de ardillas – Por primera vez en la vida, creo que esto es peor que una estampida de ardillas.

   Podía sentir las rocas cayendo cada vez con más velocidad, golpeándome con mayor frecuencia.  Di una corta mirada a mis espaldas, algunos trasgos trataban se seguirnos el paso pero se quedaban aun rezagados, otros habían dado la vuelta y habían comenzado a escapar “Pero lo más seguro es que mueran, si todo esto se viene abajo van a morir” Asentí y aceleré el paso cuando los derrumbes se hicieron más frecuentes, estando cerca de quedar bajo algunas rocas.

   Una vez divisada la entrada, salté a esta, estrellándome un poco contra el suelo rocoso y luego el césped, comenzando a toser cuando la nube de polvo llenó el ambiente. Me quedé tumbado en el suelo unos segundos mientras me retorcía, comenzando a sentir todo el verdadero daño que había sentido.

- No alcen la voz… puedo escuchar perfectamente. – Comente cuando escuché a Prometeo, sacudiendo un poco la mano para alejar la tierra de mi rostro. – O eso creo. – Escuché unos pasos acercarse y luego una pata en mi rostro, sacudiéndome. – Azrael quieto, sigo vivo para nuestra desgracia, no, no chico malo.

- M…Marie. – Comenzó a decir la mujer rescatada entre sollozos, tapándose la boca al ver la cueva derrumbada.- Marie… oh lo siento… de veras lo siento.

- ¿Alguien… puede calmarla antes de que le dé un ataque y se muera? Ya perdimos allí adentro a dos, no sería sensato que muera la única que logramos salvar.

El elfo había alcanzado a recuperar su cimitarra por los pelos, mas ahora lo importante era salir de ahí lo mas rápido posible, Zelas corría afirmándose el brazo que parecía se le iba a desprender en cualquier momento, luego de una breve carrera que parecía no acabarse nunca lograron salir por fin de aquel lugar cubiertos de polvo, sangre y sudor, Zelas escucho a Fred y asomo una leve sonrisa, sin duda era un tipo divertido para trabajar.

Ahora quedaba solucionar el problema del hombro, se quito el arnés que sujetaba sus armas y las dejo caer al piso, llevándose solo la vaina de una de sus cimitarras y se apoyo en el árbol mas cercano, ahora comenzaba la parte dolorosa, tenia que poner el hombro en su lugar, acomodo la vaina de su arma en una abertura del árbol para dejarla lo mas firme posible, entonces poso su axila en la vaina para que empujara su hombro de vuelta a su lugar cuando llegara el momento en que tuviera que hacer la parte mas dolorosa de aquel procedimiento, primero sujeto su brazo malo con su brazo bueno y comenzó a extenderlo hacia afuera lo mas que el dolor le permitía, entonces y de imprevisto tironeo su brazo en esa misma dirección mientras se dejaba caer con el peso de su cuerpo sobre la vaina de la cimitarra que le sostenía la axila, un sonoro crujido producto de la re-acomodación de huesos, músculos y tendones, se vio acompañada de un fuerte improperio que salio desde la boca del elfo, involuntariamente eso hizo que la mujer que estaba llorando desconsolada se olvidara de la situación por un momento.

Zelas inhalo y exhalo profusamente, para luego repetirlo otra vez, esperando que el dolor se calmara un poco, entonces se levanto para recoger sus cosas y equiparselas nuevamente, -bueno, ya solucione lo del hombro, alcanzamos a rescatar a una mujer y la amenaza de los trasgos yace sobre un montón de rocas, ya terminamos?- pregunto intentando sonar como el de siempre, para disimular el dolor que aun sentía, pero ya no con la misma intensidad.

En aquel momento habría preferido quedarme tirado en el suelo el resto del día “O quizá le resto de la semana, esto amerita que tome un buen descanso” Las heridas habían comenzado a hacer acto de presencia, el dolor sería intolerable por un par de días “Una vez se va la adrenalina, solo queda el dolor”  Aunque la verdad había resistido más golpes que muchas veces en el pasado, poco a poco tenía mejor resistencia.

   Hubiese preferido al menos otro par de minutos de descanso antes de retomar la marcha, solo que ninguno parecía tener el corazón suficiente para calmar a la señora “Definitivamente se va a morir si sigue así” con un gemido lastimero me coloqué de pie y me acerqué lentamente a la sollozante mujer, deteniéndome a un par de centímetros de estas para sacudirla lentamente con el pie.

- Ya ya, todo pasó, deje de llorar que así no logrará nada.

- Pero… ella y su hija… están allí aún con esas cosas. – Prosiguió la mujer, sorbiendo sonoramente los mocos sin parar. – Seguirán… seguirán siendo.

- Eso no es seguro, quizá el derrumbe también acabó con ellas. Hay una gran probabilidad de que estén muertas, como el resto de los tragos. – Me encogí de hombros un poco viendo a Azrael acercarse y olfatear a la chica. – Supongo que si su llanto solo es por el temor a que ellas sigan siendo abusadas, debería… ¿Calmarse?  - Esperaba que aquellas reconfortantes palabras bastaran para que finalmente las lágrimas y los mocos dejaran de brotar de la chica “Pero no había estado más equivocado” solo había logrado que el asunto empeorara.

   Estaba considerando seriamente otro método para calmar el lloriqueo, quizá un acto de marionetas con ardillas “Solo que creo que ya no tengo ardillas” una total desgracia en aquel momento, aquello hubiese sido de lo más útil. Crucé los brazos tratando de pensar cuando Zelas consiguió la respuesta, bastó con gritar un insulto al aire para que la mujer se quedara en silencio.

- Es un método poco común… pero útil después de todo. – Apunté mirando al elfo, tanto en referencia al grito para silenciar a la chica como el método para acomodarse el hombro. – Si, supongo que ya terminamos, a menos que quieras remover las rocas y volver a entrar para echar un ojo, si es así, no cuentes conmigo esta vez. – Chasqueé la lengua estirándome un poco, puede que la mayoría de veces tomara malas decisiones, pero no estaba loco “Eso es actualmente debatible, lo sabes bien” “Nada de debates, estoy muy cansado para realizarlos” “Si eso dices” -  Se bien que antes dije que no venía por recompensa, pero espero que realmente me den algo por el trabajo… no importa si es una sopa, Dioses, como me gustaría que esta vez fuera sopa. – Proseguí ayudando a levantarse a la muchacha, dándome unas palmadas luego en la pierna para que Azrael me siguiera.