·El lobo solitario· [LIBRE] [CERRADO]
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Anochecía en el bosque y el joven licántropo seguia su rutina diaria de buscar cobijo para pasar la noche, una leve lluvia se dejaba caer entre los reflejos de los últimos rayos de sol del día. Tal punto de frustración tenía que ni siquiera sabía cual era su cometido. Las noches se hacían muy largas en soledad, lo cual provocaba miles de sentimientos entrelazados en su cabeza, al borde de la locura.
¿Quizás la vida en su simplicidad? ¿Quizás la muerte por dolorosa que fuese?
Miles de cosas rondaban por la cabeza del joven lobo solitario.
Era ya demasiado tiempo vagando entre la nada, buscándole algún sentido a su vida después de tal masacre, unos recuerdos que no olvidará jamás.
Por fin se había decidido a retomar su rumbo en busca de su hermano mayor Falric.
¿Quizás estaba muerto? ¿Quizás estaba vivo?
Lo que más deseaba con todas sus fuerzas es tener algún indicio de vida de su hermano para así, emprender el camino de la venganza.
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Siguió caminando un par de horas por el medio del bosque por estrechos senderos que tenia totalmentre controlados debido a su experiencia caminando por esos bosques (parecía sabérselos de memoria)
cuando de repente escuchó un ruído entre la maleza. Un pequeño conejo de monte brincaba por el medio de los arbustos.Con algo de suerte hoy tengo para cenar
-pensó con alivio.Había dado caza al conejo con sus enormes garras, se dispuso a despellejarlo lentamente para guardar su piel para vender, o bien para añadir a su abrigo de pelajes, dándose cuenta de que era un buen sitio para acampar, sacó sus pieles de la mochila que llevaba a cuestas y montó una pequeña choza improvisada atada con unas cuerdas por sus cuatro puntas a los troncos de los árboles.
Había llegado la hora de cenar y de dejar atrás otro solitario dia en su vida.
Había llegado la hora de cenar y de dejar atrás otro solitario dia en su vida.
Ull Whitestorm
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Re: ·El lobo solitario· [LIBRE] [CERRADO]
Siempre había habido algo tranquilizador en el bosque, en atravesar caminos rara vez pisados por el hombre, en cazar tu propio sustento, bajo el abrigo de la naturaleza. Ahora, con su condición, era prácticamente catártico. Un lugar donde moverse con tranquilidad, donde tener tranquilidad para pensar, sin tener que cubrirse toda la piel y llevar mascara, o que la miraran de manera sospechosa. Sin excusas, un lugar para ser quien era.
Así que no se molestó cuando su flecha no mató al ciervo. Bueno, no era completamente cierto, su lengua hizo un chasquido de molestia, pero sería más exacto decir que no le importó. La herida era lo suficientemente seria como para prometer una pequeña carrera, y acepto encantada el desafío, corriendo tras el animal a un cómodo paso, preparando otra flecha en el arco, mientras el animal corría por su vida.
No quería que sufriera, así que tendría que dispararle otra vez, pero los arboles no paraban de interponerse en el camino, y pararse a recuperar una flecha seria problemático si pretendía comer carne esa noche.
Y entonces vio las pieles en la distancia, el burdo refugio, hacia el que el venado se dirigía en una ferviente carrera para huir de su depredador. Soltó una maldición en elfico y apretó el paso, cambiando el cómodo trote por una frenética carrera. Es decir, puede que no quisiera ver a nadie ahora mismo, pero había una diferencia entre evitar a la gente y enviarles un ciervo furioso por atreverse a acercar a ella. Finalmente saltó contra un árbol, apoyando un pie en este y saltando aún más arriba, para tener una línea de tiro hacia el animal. Dos flechas más tarde y una caída no demasiado elegante, el animal estaba muerto y ella solo tenía que sacarse unas cuantas hojas de la capa.
Y por si acaso, se ajustó la capucha de la capa y se puso la máscara. No creía que hubiera sido muy sigilosa en su pequeña caza.
Así que no se molestó cuando su flecha no mató al ciervo. Bueno, no era completamente cierto, su lengua hizo un chasquido de molestia, pero sería más exacto decir que no le importó. La herida era lo suficientemente seria como para prometer una pequeña carrera, y acepto encantada el desafío, corriendo tras el animal a un cómodo paso, preparando otra flecha en el arco, mientras el animal corría por su vida.
No quería que sufriera, así que tendría que dispararle otra vez, pero los arboles no paraban de interponerse en el camino, y pararse a recuperar una flecha seria problemático si pretendía comer carne esa noche.
Y entonces vio las pieles en la distancia, el burdo refugio, hacia el que el venado se dirigía en una ferviente carrera para huir de su depredador. Soltó una maldición en elfico y apretó el paso, cambiando el cómodo trote por una frenética carrera. Es decir, puede que no quisiera ver a nadie ahora mismo, pero había una diferencia entre evitar a la gente y enviarles un ciervo furioso por atreverse a acercar a ella. Finalmente saltó contra un árbol, apoyando un pie en este y saltando aún más arriba, para tener una línea de tiro hacia el animal. Dos flechas más tarde y una caída no demasiado elegante, el animal estaba muerto y ella solo tenía que sacarse unas cuantas hojas de la capa.
Y por si acaso, se ajustó la capucha de la capa y se puso la máscara. No creía que hubiera sido muy sigilosa en su pequeña caza.
Valyria
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Re: ·El lobo solitario· [LIBRE] [CERRADO]
La choza improvisada parecía ser bastante acogedora, el conejo estaba listo para ser devorado, aunque faltaba lo más importante, una hoguera. Quizás no era un buen momento para encender un fuego, seguía cayendo una leve lluvia, la cual impediría encontrar aunque fuese una docena de ramas secas. Aún así, el joven licántropo no tenía nada que perder, se moría de ganas por probar esa carne tan sabrosa.
En su mano tenía ya un par de ramas recogidas de los pies de un árbol, aparentemente frondoso, que hacía que el agua no sobrepasase las densas hojas que tenía. Ya en su cabaña, sacó de su mochila un poco de yesca que había recogido hace unos días por el bosque. Chispeaba, pero no salía llama, no dejaba de intentarlo mientras susurraba -vamos, capulla, tengo mucha hambre, ¡enciéndete, joder!
Todo estaba en silencio cuando de repente, unos sonidos por el medio de los árboles, le recordaron a su niñez, cuando tuvo que escapar de aquellos vampiros, no se lo podía creer, era como volver a vivir todo eso de nuevo, agarró la yesca y la metio rápidamente en su mochila, quería esconderse cuanto antes para que nadie supiera que por allí había señales de vida.
Sin apenas darle tiempo a que se retirase, un ciervo cayó delante de la choza, formando un gran estruendo, tenía una flecha clavada en el cuello y otra en el trasero. La primera parecía haber sido premeditada, pero la segunda daba muestras de que se trataba de una persecución.
El licántropo se sentía inseguro, el olor a sangre lo atraía, tenía mucha hambre, y a su vez tenía un instinto depredador voraz. Se transformó enseguida para comerse el ciervo sobre seguro, pensando que así nadie se acercaría a él. No había encontrado a nadie en medio de aquella cacería.
En su mano tenía ya un par de ramas recogidas de los pies de un árbol, aparentemente frondoso, que hacía que el agua no sobrepasase las densas hojas que tenía. Ya en su cabaña, sacó de su mochila un poco de yesca que había recogido hace unos días por el bosque. Chispeaba, pero no salía llama, no dejaba de intentarlo mientras susurraba -vamos, capulla, tengo mucha hambre, ¡enciéndete, joder!
Todo estaba en silencio cuando de repente, unos sonidos por el medio de los árboles, le recordaron a su niñez, cuando tuvo que escapar de aquellos vampiros, no se lo podía creer, era como volver a vivir todo eso de nuevo, agarró la yesca y la metio rápidamente en su mochila, quería esconderse cuanto antes para que nadie supiera que por allí había señales de vida.
Sin apenas darle tiempo a que se retirase, un ciervo cayó delante de la choza, formando un gran estruendo, tenía una flecha clavada en el cuello y otra en el trasero. La primera parecía haber sido premeditada, pero la segunda daba muestras de que se trataba de una persecución.
El licántropo se sentía inseguro, el olor a sangre lo atraía, tenía mucha hambre, y a su vez tenía un instinto depredador voraz. Se transformó enseguida para comerse el ciervo sobre seguro, pensando que así nadie se acercaría a él. No había encontrado a nadie en medio de aquella cacería.
Ull Whitestorm
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Re: ·El lobo solitario· [LIBRE] [CERRADO]
El ciervo cayó muerto, sin aplastar el campamento del pobre desgraciado que había decidido acampar en ese particular sitio del bosque. Elfos 1, Venados 0.
Iba a acercarse a disculparse por asustarlo, desde una respetuosa distancia al principio, ya que tenía que hacerse con el ciervo e incluso sus deterioradas habilidades sociales entendían que acercarse a alguien que debía haber sido asustado por el animal con un cuchillo no era muy buena idea y sin duda daría lugar a malentendidos. Colgó el arco de su espalda y adopto su mejor sonrisa. No se veía a través de la máscara, pero seguro que se transmitía en su voz. Alzó las manos para lucir inofensiva y se preparó para avisar de su presencia.
Y entonces un lobo empezó a mordisquear su ciervo.
Era, muy posiblemente, un licántropo. No solo por la zona, no veía a otros, y había simplemente más licántropos que lobos solitarios. Pero eso solo lo hacía peor. Esperaría modales de otra persona. ¿No la veía? Puede que solo fuera la mascota de quien estuviera en la tienda. Una mascota muy mal enseñada. Adios a su agradable entrada, no iba a dejar que su comida acabara mordisqueada por un animal salvaje.
Así que con un suspiro, volvió a descolgarse el arco, coloco una flecha y la disparó. Con un silbido, surco el aire hasta encastarse en el pobre ciervo, ahora extra-muerto. –¡Quita tus babas de mi ciervo!- Es decir, habría compartido una parte con un pobre lobo si realmente lo hubiera visto hambriento, pero eso no significaba que fuera a comer de un venado babeado de arriba abajo, a saber de lo que podía contagiarse.
Iba a acercarse a disculparse por asustarlo, desde una respetuosa distancia al principio, ya que tenía que hacerse con el ciervo e incluso sus deterioradas habilidades sociales entendían que acercarse a alguien que debía haber sido asustado por el animal con un cuchillo no era muy buena idea y sin duda daría lugar a malentendidos. Colgó el arco de su espalda y adopto su mejor sonrisa. No se veía a través de la máscara, pero seguro que se transmitía en su voz. Alzó las manos para lucir inofensiva y se preparó para avisar de su presencia.
Y entonces un lobo empezó a mordisquear su ciervo.
Era, muy posiblemente, un licántropo. No solo por la zona, no veía a otros, y había simplemente más licántropos que lobos solitarios. Pero eso solo lo hacía peor. Esperaría modales de otra persona. ¿No la veía? Puede que solo fuera la mascota de quien estuviera en la tienda. Una mascota muy mal enseñada. Adios a su agradable entrada, no iba a dejar que su comida acabara mordisqueada por un animal salvaje.
Así que con un suspiro, volvió a descolgarse el arco, coloco una flecha y la disparó. Con un silbido, surco el aire hasta encastarse en el pobre ciervo, ahora extra-muerto. –¡Quita tus babas de mi ciervo!- Es decir, habría compartido una parte con un pobre lobo si realmente lo hubiera visto hambriento, pero eso no significaba que fuera a comer de un venado babeado de arriba abajo, a saber de lo que podía contagiarse.
Valyria
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Re: ·El lobo solitario· [LIBRE] [CERRADO]
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La carne de venado no era lo que más le gustaba en realidad al joven lobo, pero prefería hincarle el diente a eso, incluso crudo, que seguir pasando hambre. Le estaba encantando, ni siquiera pensaba si alguien estaba detrás de tal incidente.Abría los ojos del entusiasmo dando por hecho que no iba a probar bocado en un par de semanas.
Seguía comiendo cuando notó una presencia por su espalda, algo se acercaba, lo presentía. No cesaban los mordiscos, pero tampoco quitaba ojo a su alrededor. Incrementando su nerviosismo, cada vez comía con mas rapidez, no quería perder tajada en aquel festín. No estaba muy seguro de lo que era, fuese lo que fuese no parecía ser una amenaza para él, además de que parecía venir en son de paz.
Una flecha quedó a escasos centímetros del hocico del lobo, otra flecha totalmente medida, con ánimo de asustar, pero sin ánimo de matar. La voz de aquel ser sonaba muy dulce, hacía tiempo que no escuchaba una voz y esto le había sorprendido, alguien había cruzado palabras con él. El lobo salio corriendo de la escena, despavorido, no quería entrar en conflicto, simplemente se había dejado guiar por el hambre. Éste se escondió tras unos árboles que estaban detrás de la choza improvisada, y con el nerviosismo había perdido su control sobre la transformación, se había vuelto a transformar en un humano. Urgó rápidamente en su mochila,con vergüenza se tapó con lo que pudo y asomó su cabeza con intriga. Parecía la figura de un vampiro, encapuchada y con aquella máscara no podría reconocerla. Decidió asegurarse de quien era antes de intentar algo peligroso.
-¿Quién se haya detrás de esa máscara?-dijo con un tono borde, ya que lo habían asustado y no estaba acostumbrado a éstas cosas-Lárgate, no quiero problemas, y menos que alguien me moleste- La miraba con curiosidad, parecía estar en el bosque con el objetivo de buscar algo que echar a la boca, no parecía tener ganas de buscar ningún conflicto.
-Solamente estaba probando el ciervo, llevo varias semanas sin comer, esta ha sido mi única presa esta semana-Señaló el conejo ,demostrando que estaba en el bosque únicamente sobreviviendo.
Seguía comiendo cuando notó una presencia por su espalda, algo se acercaba, lo presentía. No cesaban los mordiscos, pero tampoco quitaba ojo a su alrededor. Incrementando su nerviosismo, cada vez comía con mas rapidez, no quería perder tajada en aquel festín. No estaba muy seguro de lo que era, fuese lo que fuese no parecía ser una amenaza para él, además de que parecía venir en son de paz.
Una flecha quedó a escasos centímetros del hocico del lobo, otra flecha totalmente medida, con ánimo de asustar, pero sin ánimo de matar. La voz de aquel ser sonaba muy dulce, hacía tiempo que no escuchaba una voz y esto le había sorprendido, alguien había cruzado palabras con él. El lobo salio corriendo de la escena, despavorido, no quería entrar en conflicto, simplemente se había dejado guiar por el hambre. Éste se escondió tras unos árboles que estaban detrás de la choza improvisada, y con el nerviosismo había perdido su control sobre la transformación, se había vuelto a transformar en un humano. Urgó rápidamente en su mochila,con vergüenza se tapó con lo que pudo y asomó su cabeza con intriga. Parecía la figura de un vampiro, encapuchada y con aquella máscara no podría reconocerla. Decidió asegurarse de quien era antes de intentar algo peligroso.
-¿Quién se haya detrás de esa máscara?-dijo con un tono borde, ya que lo habían asustado y no estaba acostumbrado a éstas cosas-Lárgate, no quiero problemas, y menos que alguien me moleste- La miraba con curiosidad, parecía estar en el bosque con el objetivo de buscar algo que echar a la boca, no parecía tener ganas de buscar ningún conflicto.
-Solamente estaba probando el ciervo, llevo varias semanas sin comer, esta ha sido mi única presa esta semana-Señaló el conejo ,demostrando que estaba en el bosque únicamente sobreviviendo.
Ull Whitestorm
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Re: ·El lobo solitario· [LIBRE] [CERRADO]
La flecha se encastó contra el venado y el lobo salió disparado. No muy lejos, o lo habría escuchado alejarse durante mucho más tiempo. Así que esperó, con una flecha preparada. Y un humano medio desnudo fue a recibirla. Clásico.
No humano, hombre, efectivamente, el lobo no había sido una mascota. Lo miró de arriba abajo, sin importarle lo más mínimo su vergüenza. No lucia peligroso, salvo que escondiera una pequeña daga entre los trapos. Pero dudaba que el hombre medio corriera ese riesgo, demasiado cerca de las joyas de la familia.
Y sin embargo, le hablaba con un tono tan… agresivo, que contrastaba tanto con su desnudez… No pudo evitar sonreír, su práctica como diplomática lo único que evitaba que soltara una carcajada. –Deberías haber considerado todo eso de no buscar problemas antes de babear el ciervo que claramente había sido cazado ante tus narices…- respondió, ignorando completamente la primera frase. ¿Que importaba un nombre, cuando todos los que te conocían no lo recordarían?
Giró un poco la cabeza al lado, mirándolo. ¿Un par de semanas? Exageraba. Y el bosque no estaba precisamente desolado de vida. Cierto, no era como si fueses a tirar una piedra y darle a algún pobre animal, pero tampoco lo había notado devastado como si hubiera una mantícora campando a sus anchas. Su mirada paso del hombre al campamento. Ningún fuego encendido aunque ya era noche, un conejo, una burda tienda de campaña que hacía a la curtidora en su interior tener un tic nervioso… ni lanzas, ni arcos a la vista, y aunque escondiera una daguita, uno no cazaba con dagas salvo que fueras muy, muy bueno.
-Déjame adivinar, los persigues a cuatro patas hasta que te pierden de vista…- no pudo evitar que su incredulidad permeara su voz. Usualmente habría preguntado si no se había planteado comer fruta o verduras, pero aceptaba que no todo el mundo sabía que era comestible en cada zona del continente. Aunque debería saber cómo reconocer algo al menos. Tuvo que asegurarse de que no hablaba con un quinceañero escapado de casa. Suspiró. ¿No se suponía que los licántropos eran buenos con esas cosas? Por lo de vivir en chozas y cosas así.
Con el venado mordisqueado, parte de la piel no era salvable, y parte de la carne tampoco, no pensaba comerla al menos, por lo que podía ofrecer un poco. ¿Pero debería?
No humano, hombre, efectivamente, el lobo no había sido una mascota. Lo miró de arriba abajo, sin importarle lo más mínimo su vergüenza. No lucia peligroso, salvo que escondiera una pequeña daga entre los trapos. Pero dudaba que el hombre medio corriera ese riesgo, demasiado cerca de las joyas de la familia.
Y sin embargo, le hablaba con un tono tan… agresivo, que contrastaba tanto con su desnudez… No pudo evitar sonreír, su práctica como diplomática lo único que evitaba que soltara una carcajada. –Deberías haber considerado todo eso de no buscar problemas antes de babear el ciervo que claramente había sido cazado ante tus narices…- respondió, ignorando completamente la primera frase. ¿Que importaba un nombre, cuando todos los que te conocían no lo recordarían?
Giró un poco la cabeza al lado, mirándolo. ¿Un par de semanas? Exageraba. Y el bosque no estaba precisamente desolado de vida. Cierto, no era como si fueses a tirar una piedra y darle a algún pobre animal, pero tampoco lo había notado devastado como si hubiera una mantícora campando a sus anchas. Su mirada paso del hombre al campamento. Ningún fuego encendido aunque ya era noche, un conejo, una burda tienda de campaña que hacía a la curtidora en su interior tener un tic nervioso… ni lanzas, ni arcos a la vista, y aunque escondiera una daguita, uno no cazaba con dagas salvo que fueras muy, muy bueno.
-Déjame adivinar, los persigues a cuatro patas hasta que te pierden de vista…- no pudo evitar que su incredulidad permeara su voz. Usualmente habría preguntado si no se había planteado comer fruta o verduras, pero aceptaba que no todo el mundo sabía que era comestible en cada zona del continente. Aunque debería saber cómo reconocer algo al menos. Tuvo que asegurarse de que no hablaba con un quinceañero escapado de casa. Suspiró. ¿No se suponía que los licántropos eran buenos con esas cosas? Por lo de vivir en chozas y cosas así.
Con el venado mordisqueado, parte de la piel no era salvable, y parte de la carne tampoco, no pensaba comerla al menos, por lo que podía ofrecer un poco. ¿Pero debería?
Valyria
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Re: ·El lobo solitario· [LIBRE] [CERRADO]
Aquella mujer, o lo que fuera, parecía muy segura de si misma, no le temblaba el pulso y le apuntó con una flecha, el licántropo, aún a sabiendas de que esa mujer sabía muy bien por lo que estaba allí, y según su forma de actuar parecía haberse cruzado con muchos mas seres que él, decidió romper un poco el hielo, aunque con la situación tan embarazosa en la que lo había pillado creo que ya había intercambiado todo respeto posible con ella.
-Tú tan tapada y yo tan... desnudo-Soltó una leve sonrisa, ni él se estaba creyendo esa situación.
Después de unos segundos un tanto incómodos, aquella mujer parecía darse cuenta de que de verdad no tenía nada, era normal que tuviese tantas ganas de comer. giraba su cabeza, a pesar de no tener la mínima idea de a dónde estaba mirando, parecía querer asegurarse de con quién se había encontrado. Mientras el licántropo observaba aquella flecha que le apuntaba.
-Baje su arco, ¿no ve que estoy totalmente desarmado? Lamento haberle robado su presa, solo intento sobrevivir por aquí-. Dijo éste con un tono borde, como le caracteriza. Solamente llevaba un collar, parecia de plata, del cual colgaba un anillo-He dejado una parte sin mordisquear, si le sirve de consuelo puede intentar aprovechar y desmenuzar un poco la carne, si rebusca un poco seguramente encuentre algún trozo bastante tierno-Le comentó serio.
Notaba algo de..¿cómo llamarlo..? Tono despectivo hacia él. -Mejor caminar con careta e ir con un arco a cuestas, ¿no?-Dijo más que indignado. Aún así, el joven creía que con esas formas no iba a llegar a ningún sitio el encuentro. Optó por ''ser un poco más cordial'' con la mujer, sabía que si encontraba enemigos por la zona, tarde o temprano iba a ser carne fresca para otros carroñeros tan hambrientos como él.-Puede quedarse esta noche, encenderé una fogata y así podrá comer caliente. No se preocupe, dormiré fuera, usted no tiene pinta de tener muchas ganas de pasar la noche a la intemperie y yo estoy más que acostumbrado-Le dijo con chulería-Pero no se acostumbre, mañana mismo, con el primer rayo de sol, recogeré mi choza y seguiré con mi camino, no hay tiempo que perder. Usted haga lo que quiera.-Parecía tener muy claro el motivo de su marcha, no quería perder el tiempo.
-Tú tan tapada y yo tan... desnudo-Soltó una leve sonrisa, ni él se estaba creyendo esa situación.
Después de unos segundos un tanto incómodos, aquella mujer parecía darse cuenta de que de verdad no tenía nada, era normal que tuviese tantas ganas de comer. giraba su cabeza, a pesar de no tener la mínima idea de a dónde estaba mirando, parecía querer asegurarse de con quién se había encontrado. Mientras el licántropo observaba aquella flecha que le apuntaba.
-Baje su arco, ¿no ve que estoy totalmente desarmado? Lamento haberle robado su presa, solo intento sobrevivir por aquí-. Dijo éste con un tono borde, como le caracteriza. Solamente llevaba un collar, parecia de plata, del cual colgaba un anillo-He dejado una parte sin mordisquear, si le sirve de consuelo puede intentar aprovechar y desmenuzar un poco la carne, si rebusca un poco seguramente encuentre algún trozo bastante tierno-Le comentó serio.
Notaba algo de..¿cómo llamarlo..? Tono despectivo hacia él. -Mejor caminar con careta e ir con un arco a cuestas, ¿no?-Dijo más que indignado. Aún así, el joven creía que con esas formas no iba a llegar a ningún sitio el encuentro. Optó por ''ser un poco más cordial'' con la mujer, sabía que si encontraba enemigos por la zona, tarde o temprano iba a ser carne fresca para otros carroñeros tan hambrientos como él.-Puede quedarse esta noche, encenderé una fogata y así podrá comer caliente. No se preocupe, dormiré fuera, usted no tiene pinta de tener muchas ganas de pasar la noche a la intemperie y yo estoy más que acostumbrado-Le dijo con chulería-Pero no se acostumbre, mañana mismo, con el primer rayo de sol, recogeré mi choza y seguiré con mi camino, no hay tiempo que perder. Usted haga lo que quiera.-Parecía tener muy claro el motivo de su marcha, no quería perder el tiempo.
Ull Whitestorm
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Re: ·El lobo solitario· [LIBRE] [CERRADO]
Levantó una ceja. ¿A que venía esa frase? Espero un momento, pero no parecía un intento de ir a buscar más ropa. Así que… -Buen intento.- mintió.
Puede, solo puede, que estuviera proyectando, que estuviera enfurruñada por… la vida, por cómo iban las cosas últimamente. Pero desde luego el tono no ayudaba. Destenso los músculos en sus dedos, dejando que la cuerda resbalara y la flecha silbara por el aire, pasando de largo el hombre. Dudaba que fuera a recuperarla, pero eso ahora mismo no le importaba demasiado. –Ups, se me resbaló, me pregunto porque…- Aprovechando que tenía una mano libre, saco un cuchillo y lo lanzó hacia el ciervo. -¿Quieres comer? Empieza a cortar.-
Y se apoyó en un árbol, aun derecha, muy deliberadamente, con calma. –La máscara es para tu bien, no el mío. Y usar algo más que un arco para cazar mi comida es… un desperdicio, hasta ofensivo si no estoy desesperada.- se dio cuenta de que seguramente sonaba un poco raro. Y estaba oscuro, no tanto como para no ver, pero lo suficiente como para que fuera incómodo. Así que extendió una mano al lado, y unas pocas mariposas de luz brotaron, aleteando en el sitio, como probando el aire, antes de emprender el vuelo y posarse sobre el ciervo. –Vamos, chop chop.- No iba a dormir en esa tienda, seguro que olía a perro, y estaba hecha de manera tan cuestionable que seguro que le daba pesadillas. Mejor dormiría en un árbol, como solía hacer. Más seguro, y más tranquilo.
-¿Y bien? ¿Hacia dónde es ese camino?- cortar un ciervo no era el trabajo más entretenido del mundo ni necesitaba una gran concentración, así que ella habría apreciado la distracción. Y puede que tuviera curiosidad para saber cómo alguien tan… no muy bueno en eso de conseguir comida había acabado allí en medio de la nada, aparentemente de viaje a otro lado. ¿Es que ahora la gente ya no compraba provisiones para el camino?
Puede, solo puede, que estuviera proyectando, que estuviera enfurruñada por… la vida, por cómo iban las cosas últimamente. Pero desde luego el tono no ayudaba. Destenso los músculos en sus dedos, dejando que la cuerda resbalara y la flecha silbara por el aire, pasando de largo el hombre. Dudaba que fuera a recuperarla, pero eso ahora mismo no le importaba demasiado. –Ups, se me resbaló, me pregunto porque…- Aprovechando que tenía una mano libre, saco un cuchillo y lo lanzó hacia el ciervo. -¿Quieres comer? Empieza a cortar.-
Y se apoyó en un árbol, aun derecha, muy deliberadamente, con calma. –La máscara es para tu bien, no el mío. Y usar algo más que un arco para cazar mi comida es… un desperdicio, hasta ofensivo si no estoy desesperada.- se dio cuenta de que seguramente sonaba un poco raro. Y estaba oscuro, no tanto como para no ver, pero lo suficiente como para que fuera incómodo. Así que extendió una mano al lado, y unas pocas mariposas de luz brotaron, aleteando en el sitio, como probando el aire, antes de emprender el vuelo y posarse sobre el ciervo. –Vamos, chop chop.- No iba a dormir en esa tienda, seguro que olía a perro, y estaba hecha de manera tan cuestionable que seguro que le daba pesadillas. Mejor dormiría en un árbol, como solía hacer. Más seguro, y más tranquilo.
-¿Y bien? ¿Hacia dónde es ese camino?- cortar un ciervo no era el trabajo más entretenido del mundo ni necesitaba una gran concentración, así que ella habría apreciado la distracción. Y puede que tuviera curiosidad para saber cómo alguien tan… no muy bueno en eso de conseguir comida había acabado allí en medio de la nada, aparentemente de viaje a otro lado. ¿Es que ahora la gente ya no compraba provisiones para el camino?
- Spoiler:
- Uso la habilidad Amiga del Bosque (Rasgo): Valyria recluta la ayuda de pequeños pájaros o roedores de luz para explorar y rastrear, pudiendo ver a través de ellos y sabiendo siempre su posición durante 15 minutos. Aunque son poco útiles en combate, están en suficiente número como para estorbar atacando a los ojos o las piernas.
Última edición por Valyria el Lun Jun 22 2020, 13:03, editado 1 vez
Valyria
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Re: ·El lobo solitario· [LIBRE] [CERRADO]
Estaba realmente sorprendido por aquella magia, nunca había visto nada parecido, lo que le despertó cierta curiosidad. La única magia con la que se habría cruzado es la de la llama, encendida por un par de chispas provocadas con dos piedras. Supuso que no quiso aceptar la propuesta, pero a su vez había visto que ofrecía ayuda para despellejar lo que quedaba del ciervo.
Mientras la mujer alardeaba de sus dotes de caza, algo seguía reconcomiendo al joven licántropo. Se consideraba un cateto de la vida, nunca había salido de su aldea y algo le decía que no ser recíproco con la amabilidad sería hacerle un feo a la mujer. Aunque pensándolo fríamente, esa magia parecía sacada de las historias que su padre le contaba cuando era un simple lobezno. Una magia increíble, a la vez de visualmente preciosa.
-¿Elfos?-Dijo con un tono dubitativo y a su vez de asombro. El anillo que llevaba colgado del cuello tenía un tipo de inscripción en algún idioma no conocido por él, el anillo que le había dado su madre antes de desvanecerse ante él. En medio de la escena un tanto asquerosa, el lobo se agachó junto a la mujer, que ya tenía las pieles del ciervo colgadas de una rama, apartadas para que éstas no molestasen a la hora de seguir la faena, y le preguntó, mostrandole el anillo.
-¿Sabrías por casualidad descifrarme lo que pone en el interior del anillo? Esto ayudaría a que entendieras el motivo de mi camino, quizás me sirva de gran ayuda.-No estaba acostumbrado a mostrar tanta amabilidad pero creía que era ahora o nunca, esa magia parecía inconfundible. Además, la mujer, ¿elfa? parecía tener interés al formularle esa pregunta.
-Pinta un viaje difícil para mí, llevo años esperando un momento como éste y espero no desaprovecharlo.-Alzó sus rodillas, lleno de convicción y seguridad, sabía que cada día estaba más cerca de su objetivo.
Mientras la mujer alardeaba de sus dotes de caza, algo seguía reconcomiendo al joven licántropo. Se consideraba un cateto de la vida, nunca había salido de su aldea y algo le decía que no ser recíproco con la amabilidad sería hacerle un feo a la mujer. Aunque pensándolo fríamente, esa magia parecía sacada de las historias que su padre le contaba cuando era un simple lobezno. Una magia increíble, a la vez de visualmente preciosa.
-¿Elfos?-Dijo con un tono dubitativo y a su vez de asombro. El anillo que llevaba colgado del cuello tenía un tipo de inscripción en algún idioma no conocido por él, el anillo que le había dado su madre antes de desvanecerse ante él. En medio de la escena un tanto asquerosa, el lobo se agachó junto a la mujer, que ya tenía las pieles del ciervo colgadas de una rama, apartadas para que éstas no molestasen a la hora de seguir la faena, y le preguntó, mostrandole el anillo.
-¿Sabrías por casualidad descifrarme lo que pone en el interior del anillo? Esto ayudaría a que entendieras el motivo de mi camino, quizás me sirva de gran ayuda.-No estaba acostumbrado a mostrar tanta amabilidad pero creía que era ahora o nunca, esa magia parecía inconfundible. Además, la mujer, ¿elfa? parecía tener interés al formularle esa pregunta.
-Pinta un viaje difícil para mí, llevo años esperando un momento como éste y espero no desaprovecharlo.-Alzó sus rodillas, lleno de convicción y seguridad, sabía que cada día estaba más cerca de su objetivo.
Ull Whitestorm
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Re: ·El lobo solitario· [LIBRE] [CERRADO]
-No, son mariposas.- bromeó, aun apoyada en el árbol, haciendo que estas aletearan un poco y volaran para apartarse del ciervo, no quería que se cortaran si al tipo se le escapaba el cuchillo. Miró con algo de pena la piel. No estaba en muy buen estado, entre los mordiscos y que el hombre no era un curtidor. No a su nivel al menos. Daba igual, ya había asumido cuando los mordiscos que la piel no iba a ser usable para nada decente. Podía quedársela como manta o algo así.
Se acercó un poco, para ver el anillo, para luego dirigirse a la hoguera… al intento de hoguera más bien, y usar su propio pedernal para encenderla. La inscripción no se veía bien, puede que corrosión, o oxido, o roña, le daba igual y la verdad, no era joyera, ni trabajaba lo más mínimo con metales, por lo que tampoco sabría cómo arreglarlo. –Las palabras que pueden leerse bien son agua y vida.- respondió, azuzando un poco el fuego con más ramas. Y se lo quedo mirando cuando menciono lo del viaje difícil, pensando si mencionar sus pobres intentos de cazar seria de muy mala educación.
-Necesitas equipo para viajar. Botas, capas, armadura, armas, alguna poción no iría mal si tienes dudas de alguna situación. Y comida, por supuesto, si no puedes cazarla tú mismo.- había un motivo por el que los lobos cazaban en manadas. Esperar que un licántropo solitario cazara de manera constante sin claramente la experiencia y sin usar sus dos malditas manos era esperar demasiado. Seguro que tenía ante ella el resultado de largos años de influencia, de cuentos y canciones licántropos, igual que muchos elfos preferían el arco o las espadas por encima de otras armas igual de válidas. –¿Por qué no te consigues un palo afilado para cazar mañana?- una jabalina seguramente sería lo más indicado. O una lanza para saltar desde los árboles, pero no creía que a un licántropo le hiciera mucha gracia estar esperando a que un animal pasara por debajo suyo.
Si tenía que viajar, tendría que cazar. Y una jabalina era un compromiso razonable entre cazar como humano o como lobo. Lanzas el palo, aciertas, y persigues al animal malherido. Como ella si fallaba con el arco, pero tenías que acercarte un poco más. Ella siguió el ejemplo afilando un palo más pequeño, aunque esta vez fuera para las tiras de carne de ciervo que ya debían estar casi listas.
Se acercó un poco, para ver el anillo, para luego dirigirse a la hoguera… al intento de hoguera más bien, y usar su propio pedernal para encenderla. La inscripción no se veía bien, puede que corrosión, o oxido, o roña, le daba igual y la verdad, no era joyera, ni trabajaba lo más mínimo con metales, por lo que tampoco sabría cómo arreglarlo. –Las palabras que pueden leerse bien son agua y vida.- respondió, azuzando un poco el fuego con más ramas. Y se lo quedo mirando cuando menciono lo del viaje difícil, pensando si mencionar sus pobres intentos de cazar seria de muy mala educación.
-Necesitas equipo para viajar. Botas, capas, armadura, armas, alguna poción no iría mal si tienes dudas de alguna situación. Y comida, por supuesto, si no puedes cazarla tú mismo.- había un motivo por el que los lobos cazaban en manadas. Esperar que un licántropo solitario cazara de manera constante sin claramente la experiencia y sin usar sus dos malditas manos era esperar demasiado. Seguro que tenía ante ella el resultado de largos años de influencia, de cuentos y canciones licántropos, igual que muchos elfos preferían el arco o las espadas por encima de otras armas igual de válidas. –¿Por qué no te consigues un palo afilado para cazar mañana?- una jabalina seguramente sería lo más indicado. O una lanza para saltar desde los árboles, pero no creía que a un licántropo le hiciera mucha gracia estar esperando a que un animal pasara por debajo suyo.
Si tenía que viajar, tendría que cazar. Y una jabalina era un compromiso razonable entre cazar como humano o como lobo. Lanzas el palo, aciertas, y persigues al animal malherido. Como ella si fallaba con el arco, pero tenías que acercarte un poco más. Ella siguió el ejemplo afilando un palo más pequeño, aunque esta vez fuera para las tiras de carne de ciervo que ya debían estar casi listas.
Valyria
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Re: ·El lobo solitario· [LIBRE] [CERRADO]
Como si el ciervo hubiese caído en realidad encima de su pecho, así había quedado el licántropo después de enterarse que el anillo que cargaba desde hace tanto tiempo al fin tenia un significado, a no ser que aquella mujer le estuviera mintiendo, aunque no tendría por qué.
Se había dado cuenta que alguna parte de su vida, por pequeña que fuese, estaba relacionada con los elfos. No entendía el origen, no entendía tampoco por qué en ese anillo ponían esas palabras, las únicas legibles claro. ¿Quizás procedían de algún dicho élfico?Apartando de un aleteo de manos, separó alguna, lo que para él eran mariposas de su cabellera y mostró aún más amabilidad con la mujer, lo que era todavía más raro en él.
Se había dado cuenta que alguna parte de su vida, por pequeña que fuese, estaba relacionada con los elfos. No entendía el origen, no entendía tampoco por qué en ese anillo ponían esas palabras, las únicas legibles claro. ¿Quizás procedían de algún dicho élfico?Apartando de un aleteo de manos, separó alguna, lo que para él eran mariposas de su cabellera y mostró aún más amabilidad con la mujer, lo que era todavía más raro en él.
-No sabe lo que le agradezco su ayuda, nunca pensé que podría descifrar lo que ponía en el anillo. Para mi por lo menos sería imposible.-
Tantos años esperando ese momento hicieron que cambiara la forma de pensar sobre la vida al joven lobo. Había llegado el momento de hacer caso a la mujer, de la cual tenía intriga, parecía estar hablando con una careta, aunque solo se lo había dicho una vez, no quería insistir en que se quitase la mascara. Podría sentirse ofendida, el momento era demasiado cómodo como para estropearlo.
-No uso armas, mujer. Suelo cazar aprovechándome de mi transformación, llevo semanas sin comer pero creo que es fruto del cansancio y la soledad, que quiera que no afecta mucho psicologicamente.- El joven estaba claro que era un hombre solitario, pero echaba en falta alguna charla de vez en cuando para amenizar sus días, aquello parecía empeorar a medida que pasaban los días.
-Sí es bien cierto que el palo ese es efectivo-Señalando el arco que colgaba de la espalda de la mujer.-Pero llevar eso a cuestas todo el día parece ser muy incómodo, ¿no?. Además. la ropa que llevo puesta no está nada mal, igual necesitaría un par de costuras para darle algo de forma, que tengan mal olor me es indiferente, así podré camuflarme mejor para capturar a mis presas-Dijo lleno de convicción. Parecía tener la teoría más que estudiada, lo malo era llevarlo a la práctica.
Ull Whitestorm
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Re: ·El lobo solitario· [LIBRE] [CERRADO]
Para ella, leer un anillo en elfico era trivial, así que no le dio importancia, simplemente lo desestimo con un gesto de la mano. No era tan difícil, era como un niño acercándose a su padre con un libro, pidiéndole que le leyera un cuento. Excepto que el libro eran como dos frases emborronadas, a duras penas un momento de su tiempo.
Pero ya había carne preparada, así que cogió un poco para ella y pinchó una tira, acercándola al fuego para que se cociera. El venado era algo duro de comer así sin estofar, pero una trabajaba con lo que podía. –Por supuesto…- dijo diplomáticamente. Seguro que era porque su estado mental era subpar. Sin duda. –Pero tendrías que correr menos si el pobre animal tuviera una lanza pegada al costado, no hace falta que te diga eso.- por no hablar de que había armas para usar en forma de lobo. Nunca había usado, porque le faltaba la capa de pelo necesaria, pero había, eso lo sabía. Acercó un poco más la carne al fuego y el palo se incendió, obligando a retirar su comida y soplar. –Llega un punto donde debes llevar muchas cosas, un arco prácticamente no pesa si lo comparas con las provisiones, las pociones, la armadura y los diferentes útiles para reparar cosas… Un arco prácticamente no pesa y no estorba si sabes ponerlo.- y se quedó muda, cuando vio la absoluta aberración que el hombre estaba haciendo con las pieles con las que se vestía.
-Un par de costuras…- murmuró, con un tic en el ojo. Dio gracias por la máscara otra vez. Y que se… ¿enorgulleciera? Del mal olor. –Ningún animal se te acercara apestando a sangre o podredumbre. Y hay encantamientos para eso, eso solo es una excusa para no bañarse. Debes oler a bosque o a nada, cualquier otra cosa revelara tu posición.- Pero no estaba allí para discutir higiene con alguien que vivía en esa tienda de pieles. El tic en el ojo volvió y aparto la mirada, hacia su ciervo, que se estaba cociendo a su punto. Si tan seguro estaba el hombre de que su método funcionaba, ahora que tenía comida y charla, cazaría perfectamente. ¿Cierto? Mañana lo comprobaría. Primero el ciervo.
Pero ya había carne preparada, así que cogió un poco para ella y pinchó una tira, acercándola al fuego para que se cociera. El venado era algo duro de comer así sin estofar, pero una trabajaba con lo que podía. –Por supuesto…- dijo diplomáticamente. Seguro que era porque su estado mental era subpar. Sin duda. –Pero tendrías que correr menos si el pobre animal tuviera una lanza pegada al costado, no hace falta que te diga eso.- por no hablar de que había armas para usar en forma de lobo. Nunca había usado, porque le faltaba la capa de pelo necesaria, pero había, eso lo sabía. Acercó un poco más la carne al fuego y el palo se incendió, obligando a retirar su comida y soplar. –Llega un punto donde debes llevar muchas cosas, un arco prácticamente no pesa si lo comparas con las provisiones, las pociones, la armadura y los diferentes útiles para reparar cosas… Un arco prácticamente no pesa y no estorba si sabes ponerlo.- y se quedó muda, cuando vio la absoluta aberración que el hombre estaba haciendo con las pieles con las que se vestía.
-Un par de costuras…- murmuró, con un tic en el ojo. Dio gracias por la máscara otra vez. Y que se… ¿enorgulleciera? Del mal olor. –Ningún animal se te acercara apestando a sangre o podredumbre. Y hay encantamientos para eso, eso solo es una excusa para no bañarse. Debes oler a bosque o a nada, cualquier otra cosa revelara tu posición.- Pero no estaba allí para discutir higiene con alguien que vivía en esa tienda de pieles. El tic en el ojo volvió y aparto la mirada, hacia su ciervo, que se estaba cociendo a su punto. Si tan seguro estaba el hombre de que su método funcionaba, ahora que tenía comida y charla, cazaría perfectamente. ¿Cierto? Mañana lo comprobaría. Primero el ciervo.
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Re: ·El lobo solitario· [LIBRE] [CERRADO]
Había pasado la noche rápidamente, hacía tiempo que no se sentía tan bien física y mentalmente. Aquel ciervo, y aquella mujer, le habían dado la vida literalmente. Había tomado nota de los consejos que lestuvo dando la mujer durante la cena en la hoguera. Parecía interesante, pero no adecuado para un lobo acechador, estaba seguro de que sus cualidades eran el sigilo y el ataque por la espalda. Le gustaba notar las mandíbulas arrancando el cuello de sus presas, como le había enseñado su padre, como lo había hecho desde niño.
Era bien temprano. La mujer seguía dormida en lo alto de un árbol justo encima de la hoguera, parecía estar cómoda, hasta le daba un poco de apuro despertarla. El joven ya estaba despierto desde hace tiempo, había arreglado un poco los alrededores de la choza, estaba todo hecho un estropicio, carne y vísceras por todos lados. Miraras a dónde miraras había un trozo de aquel pobre ciervo. Se puso a retirar todos los restos, no quería dejar ningún indicio de aquella escena por temor a que alguien pudiera seguir su rastro. Era casi automático, lo había hecho desde niño, ya que siempre estuvo solo por el bosque y aquella era la mejor manera de que nadie supiese por dónde andaba, podrían atacarlo cuando tuviera el mínimo despiste.
-¿Te vas a quedar ahí arriba toda la vida?- Dijo con un tono de vacile, con un mínimo de confianza.-Tengo que seguir con mi camino, ¿Qué pretendes hacer?.-Dudaba de si la mujer iba a abandonarlo en ese mismo instante, aunque en realidad, parecía bastante seguro que ahí se separaban sus caminos. A simple vista la mujer no parecía muy interesada en seguir su camino con el joven lobo.
-Voy hacia el norte, necesito encontrar un conocido que creo que me puede ayudar, aunque no se si tengo los suficientes Aeros para pagarle, ese cabrón es muy interesado.-Su choza recogida, las pieles guardadas en su mochila, se la puso a cuestas y quedo paralizado esperando la decisión de aquella mujer, con las manos en la cintura.
Era bien temprano. La mujer seguía dormida en lo alto de un árbol justo encima de la hoguera, parecía estar cómoda, hasta le daba un poco de apuro despertarla. El joven ya estaba despierto desde hace tiempo, había arreglado un poco los alrededores de la choza, estaba todo hecho un estropicio, carne y vísceras por todos lados. Miraras a dónde miraras había un trozo de aquel pobre ciervo. Se puso a retirar todos los restos, no quería dejar ningún indicio de aquella escena por temor a que alguien pudiera seguir su rastro. Era casi automático, lo había hecho desde niño, ya que siempre estuvo solo por el bosque y aquella era la mejor manera de que nadie supiese por dónde andaba, podrían atacarlo cuando tuviera el mínimo despiste.
-¿Te vas a quedar ahí arriba toda la vida?- Dijo con un tono de vacile, con un mínimo de confianza.-Tengo que seguir con mi camino, ¿Qué pretendes hacer?.-Dudaba de si la mujer iba a abandonarlo en ese mismo instante, aunque en realidad, parecía bastante seguro que ahí se separaban sus caminos. A simple vista la mujer no parecía muy interesada en seguir su camino con el joven lobo.
-Voy hacia el norte, necesito encontrar un conocido que creo que me puede ayudar, aunque no se si tengo los suficientes Aeros para pagarle, ese cabrón es muy interesado.-Su choza recogida, las pieles guardadas en su mochila, se la puso a cuestas y quedo paralizado esperando la decisión de aquella mujer, con las manos en la cintura.
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Re: ·El lobo solitario· [LIBRE] [CERRADO]
Con el estómago bien lleno de ciervo, la elfa apago la hoguera con un poco de tierra y subió al árbol. Dudaba que el lobo hiciera caso de lo que le había dicho, pero a ella le daba un poco igual. Ya entendería la sabiduría de sus palabras, si vivía lo suficiente. Lo importante ahora mismo era acurrucarse en la rama, tapada con su cama. Era sorprendentemente cómodo una vez encontrabas la postura, la espalda contra el tronco con las piernas estiradas en la rama, usualmente una colgando para que su cuerpo recordara que hacer la croqueta era muy mala idea.
Y la noche paso sin problemas, más allá de alguna ardilla que la sobresaltó aterrizando en su regazo y ni siquiera dignándose a dejarse acariciar. Abrió un ojo en cuando amaneció, los pájaros despertándose, pero viendo el campamento aun puesto, decidió dormir un rato más. O eso intentó, retorciéndose para intentar no oír el escándalo que estaba haciendo el lobo. En serio, ya no había el más mínimo respeto hacia una noble cazadora que solo intentaba dormir. E intentar hacer desaparecer el campamento de manera tan paranoica perdía el efecto cuando horas antes habías admitido que usabas el mal olor para cazar. Ciertamente una buena parte de los rastreadores podrían olerlo, lobos, hombres bestia, y un largo etcétera. Ella no, pero seguramente se habría fijado en otros indicios que ahora le daba pereza buscar, se estaba muy cómodo calentita bajo la capa.
Pero el hombre ya había acabado, y ahora le estaba gritando. Suspiró, prometiéndose tomar una siesta más tarde, y se destapo, agarrando la rama y dejándose caer, quedando colgada del árbol para luego soltarse, aligerando la carga en sus piernas al chocar contra el suelo. Ese tipo seguía hacia el norte, buscando a alguien, un conocido, al que quería pagar. Sobornar más bien, pero no era asunto suyo la curiosa manera en la que ese hombre mantenía sus relaciones. –Si no crees poder pagarle, deberías hacer un rodeo e ir a alguna ciudad a por trabajo, Lunargenta o Dundarak son tus mejores opciones.- Y comprar equipo, no le iría mal. Sacó el arco de su espalda, una flecha preparada. Lo acompañaría hasta el camino y luego se iría por su cuenta, aun quería disfrutar de un poco de su libertad antes de su inevitable vuelta a la ciudad.
Y la noche paso sin problemas, más allá de alguna ardilla que la sobresaltó aterrizando en su regazo y ni siquiera dignándose a dejarse acariciar. Abrió un ojo en cuando amaneció, los pájaros despertándose, pero viendo el campamento aun puesto, decidió dormir un rato más. O eso intentó, retorciéndose para intentar no oír el escándalo que estaba haciendo el lobo. En serio, ya no había el más mínimo respeto hacia una noble cazadora que solo intentaba dormir. E intentar hacer desaparecer el campamento de manera tan paranoica perdía el efecto cuando horas antes habías admitido que usabas el mal olor para cazar. Ciertamente una buena parte de los rastreadores podrían olerlo, lobos, hombres bestia, y un largo etcétera. Ella no, pero seguramente se habría fijado en otros indicios que ahora le daba pereza buscar, se estaba muy cómodo calentita bajo la capa.
Pero el hombre ya había acabado, y ahora le estaba gritando. Suspiró, prometiéndose tomar una siesta más tarde, y se destapo, agarrando la rama y dejándose caer, quedando colgada del árbol para luego soltarse, aligerando la carga en sus piernas al chocar contra el suelo. Ese tipo seguía hacia el norte, buscando a alguien, un conocido, al que quería pagar. Sobornar más bien, pero no era asunto suyo la curiosa manera en la que ese hombre mantenía sus relaciones. –Si no crees poder pagarle, deberías hacer un rodeo e ir a alguna ciudad a por trabajo, Lunargenta o Dundarak son tus mejores opciones.- Y comprar equipo, no le iría mal. Sacó el arco de su espalda, una flecha preparada. Lo acompañaría hasta el camino y luego se iría por su cuenta, aun quería disfrutar de un poco de su libertad antes de su inevitable vuelta a la ciudad.
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Re: ·El lobo solitario· [LIBRE] [CERRADO]
El joven reía entre dientes cuando miró atrás y vió a la mujer otra vez con el arco en mano, ésta vez no parecía querer matarle, ¿quizás intentaba protegerle de algo?
-Puede bajar el arco, señorita, parece que a estas horas de la mañana puedo defenderme solo- Seguía riéndose muy cómodo con la situación-Si quiere acompañarme hasta la mitad del camino...
El hombre se dio la vuelta suponiendo que la mujer lo seguía e intentando que esas no fueran sus últimas palabras, para no quedar como un machito había pensado en volver a sacarle algo de conversación.
-Me ha sorprendido lo bien que tratabas las pieles del ciervo, ¿es usted profesional o algo por el estilo? De ser así reserveme una plaza en su taller, porque sería un cliente asiduo, como bien sabe ando falta de ropa y me haría buena falta un buen conjunto.-Soltó una carcajada, parecía que nada le preocupaba, pero es cierto que algo duro le esperaba en su travesía hacia el norte. Intentaba no recordarlo mucho, dejando que pasasen los días sin dar cuenta de ello.
Seguían caminando por el sendero que formaban los viajeros en medio de los helechos que poblaban el bosque, se podía apreciar ya un claro al norte, a unos doscientos metros de dónde estaban, parecía que sus caminos allí se separaban y el lobo lo sabía.
-Cierto es que me ha caído usted bastante bien, es una persona de pocas palabras, y las pocas que dice son claras y concisas, sin morderse la lengua. He tenido la suerte de conocerla, gracias por su compasión y comprension, otro me hubiese cortado el cuello nada más verme baboseando su presa, no lo dudo. ¡Espero verle pronto! Un placer.
El hombre miró hacia atrás, hacia sus lados y de repente de un salto se transformó en lobo,sacudió aquel pelaje gris tan frondoso e hizo un gesto cabizbajo hacia la mujer, como de despedida y apuró su paso, desapareciendo poco a poco por el sendero. Cosas importantes acontecerían, pero el seguía su camino con esperanza, sin mirar atrás. Solo quería cobrar venganza por sí mismo.
-Puede bajar el arco, señorita, parece que a estas horas de la mañana puedo defenderme solo- Seguía riéndose muy cómodo con la situación-Si quiere acompañarme hasta la mitad del camino...
El hombre se dio la vuelta suponiendo que la mujer lo seguía e intentando que esas no fueran sus últimas palabras, para no quedar como un machito había pensado en volver a sacarle algo de conversación.
-Me ha sorprendido lo bien que tratabas las pieles del ciervo, ¿es usted profesional o algo por el estilo? De ser así reserveme una plaza en su taller, porque sería un cliente asiduo, como bien sabe ando falta de ropa y me haría buena falta un buen conjunto.-Soltó una carcajada, parecía que nada le preocupaba, pero es cierto que algo duro le esperaba en su travesía hacia el norte. Intentaba no recordarlo mucho, dejando que pasasen los días sin dar cuenta de ello.
Seguían caminando por el sendero que formaban los viajeros en medio de los helechos que poblaban el bosque, se podía apreciar ya un claro al norte, a unos doscientos metros de dónde estaban, parecía que sus caminos allí se separaban y el lobo lo sabía.
-Cierto es que me ha caído usted bastante bien, es una persona de pocas palabras, y las pocas que dice son claras y concisas, sin morderse la lengua. He tenido la suerte de conocerla, gracias por su compasión y comprension, otro me hubiese cortado el cuello nada más verme baboseando su presa, no lo dudo. ¡Espero verle pronto! Un placer.
El hombre miró hacia atrás, hacia sus lados y de repente de un salto se transformó en lobo,sacudió aquel pelaje gris tan frondoso e hizo un gesto cabizbajo hacia la mujer, como de despedida y apuró su paso, desapareciendo poco a poco por el sendero. Cosas importantes acontecerían, pero el seguía su camino con esperanza, sin mirar atrás. Solo quería cobrar venganza por sí mismo.
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Re: ·El lobo solitario· [LIBRE] [CERRADO]
-Ese tipo de actitud es lo que te hace acabar con cuatro flechas saliéndote del pecho. O en el estómago de una mantícora.- se limitó a decir como toda respuesta. Había muchas maneras de ocultarte, así que fiarte de tu olfato, u oído o lo que fuese que usaba ese hombre sin pensarlo dos veces era peligroso. Es decir, ella llevaba uno de esos objetos ahora mismo. Y no era como si el arco pesara tanto como para que resultara una molestia en su mano, más bien era…cómodo, como tener la mano en el pomo de la espada cuando se estaba nervioso.
En cualquier caso, ninguna mantícora descendió de los cielos para llevárselo y demostrar su razonamiento, trágicamente, seguramente hacia demasiado frío por esos lares para esos animales. Pero su estudio del cielo con los ojos entrecerrados en busca de manticoras fue interrumpida por el hombre. Ella respondió sin dejar de mirar al cielo, por si acaso, sería la primera vez que pasaba, pero con la suerte que tenía, era cuestión de tiempo. -Tengo un taller en Lunargenta, al sur, no te viene de camino, pero puedes pasarte si quieres, todo el mundo necesita una armadura. Aunque no te hare descuento, de algo tengo que vivir.- y siempre iban bien unos aeros extra.
En cualquier caso, y a la falta de manticoras, llegaron a un claro, con dos caminos. Allí parecía ser el lugar donde el lobo quería irse, a juzgar por su despedida. –Nos vemos, intenta que no te maten por mordisquear el ciervo de otro.- se limitó a decir, moviendo la mano en señal de despedida. Y el tipo se transformó, por lo que volvería a estar desnudo en cuando volviera a una forma humana. –Sabes… que hay armaduras para eso ¿cierto?- murmuró para ella misma. Daba igual, ya lo descubriría algún día, cuando acabara de hacer lo que fuese que era tan importante en el norte.
Ella mientras tanto, no quería volver aun y… le apetecía pescado. ¿Habría salmones en esa época? Puede que trucha ahumada… idealmente con limón, pero entonces tenía que conseguir algún cítrico primero, lo que implicaba alguna ciudad. Pensó unos momentos, decidiendo si el riesgo valía la pena, puesto que si volvía a Lunargenta podía simplemente… comprarlo allí. Seguramente pescaba las truchas primero, ya les pondría limón después.
En cualquier caso, ninguna mantícora descendió de los cielos para llevárselo y demostrar su razonamiento, trágicamente, seguramente hacia demasiado frío por esos lares para esos animales. Pero su estudio del cielo con los ojos entrecerrados en busca de manticoras fue interrumpida por el hombre. Ella respondió sin dejar de mirar al cielo, por si acaso, sería la primera vez que pasaba, pero con la suerte que tenía, era cuestión de tiempo. -Tengo un taller en Lunargenta, al sur, no te viene de camino, pero puedes pasarte si quieres, todo el mundo necesita una armadura. Aunque no te hare descuento, de algo tengo que vivir.- y siempre iban bien unos aeros extra.
En cualquier caso, y a la falta de manticoras, llegaron a un claro, con dos caminos. Allí parecía ser el lugar donde el lobo quería irse, a juzgar por su despedida. –Nos vemos, intenta que no te maten por mordisquear el ciervo de otro.- se limitó a decir, moviendo la mano en señal de despedida. Y el tipo se transformó, por lo que volvería a estar desnudo en cuando volviera a una forma humana. –Sabes… que hay armaduras para eso ¿cierto?- murmuró para ella misma. Daba igual, ya lo descubriría algún día, cuando acabara de hacer lo que fuese que era tan importante en el norte.
Ella mientras tanto, no quería volver aun y… le apetecía pescado. ¿Habría salmones en esa época? Puede que trucha ahumada… idealmente con limón, pero entonces tenía que conseguir algún cítrico primero, lo que implicaba alguna ciudad. Pensó unos momentos, decidiendo si el riesgo valía la pena, puesto que si volvía a Lunargenta podía simplemente… comprarlo allí. Seguramente pescaba las truchas primero, ya les pondría limón después.
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