Choque de recuerdos (Rauko y Zelas) (maldición de ardilla hiperactiva) CERRADO
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Choque de recuerdos (Rauko y Zelas) (maldición de ardilla hiperactiva) CERRADO
-Vamos que el herrero que te digo es muy bueno, mira que dejo genial a Kisu, y en lo que recuerdas a quien ayudo a la tía Hastiele.-Señale a mi hermano al que jalaba para llegar al taller, sabía que era en una de las colinas, y Zelas le había comentado que quería algo de una espada o algo así. No quería admitirlo pero últimamente su memoria divagaba y había momentos donde iba a mil por hora y en otras era como si toda la energía se fuera y el mundo corriera frente a sus ojos. Nah nada que no pudiera controlar… O eso quería pensar, pero no se empecino en la duda.
Jugaba con el guijarro de aquella última vez, y cuando estuvo frente a la puerta comenzó a darle de golpecitos, un tono firme, rítmico, casi olvidando que su hermano y Aion le hacían compañía. Después de todo la última vez se habían tardado montón en atender la puerta, cuando menos se dio cuenta estaba con el guijarro y tintineando la cadena mirando el cielo esperando a que abrieran la puerta, la tonadita la había escuchado no hace mucho en una boda, en la que se había colado. Y ahí estaba ella reproduciéndola pero el último golpe no dio el eco de la madera solida si no un:
-Auch, ¿en serio?- El hombre que la había atendido antes le miro sin mucho gusto de verla sobandoce el medio de la frente. Aradia sonrió sin querer poniendo ambas manos en la espalda. –Perdón, buscamos al herrero, ah, la verdad aquella vez no supe su nombre, pero mi hermano quiere una espada y seguro solo el podrá ayudarnos.- La mirada del hombre era como si quisiera comerme y sin más me puse atrás de mi hermano.
OFF:
Por si les llama la atención esta es la tonada enla que se inspiro Aradia.
Jugaba con el guijarro de aquella última vez, y cuando estuvo frente a la puerta comenzó a darle de golpecitos, un tono firme, rítmico, casi olvidando que su hermano y Aion le hacían compañía. Después de todo la última vez se habían tardado montón en atender la puerta, cuando menos se dio cuenta estaba con el guijarro y tintineando la cadena mirando el cielo esperando a que abrieran la puerta, la tonadita la había escuchado no hace mucho en una boda, en la que se había colado. Y ahí estaba ella reproduciéndola pero el último golpe no dio el eco de la madera solida si no un:
-Auch, ¿en serio?- El hombre que la había atendido antes le miro sin mucho gusto de verla sobandoce el medio de la frente. Aradia sonrió sin querer poniendo ambas manos en la espalda. –Perdón, buscamos al herrero, ah, la verdad aquella vez no supe su nombre, pero mi hermano quiere una espada y seguro solo el podrá ayudarnos.- La mirada del hombre era como si quisiera comerme y sin más me puse atrás de mi hermano.
OFF:
Por si les llama la atención esta es la tonada enla que se inspiro Aradia.
Última edición por Aradia Hazelmere el Mar Dic 01 2020, 18:19, editado 1 vez (Razón : Cierre de tema :))
Aradia Hazelmere
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Re: Choque de recuerdos (Rauko y Zelas) (maldición de ardilla hiperactiva) CERRADO
-ya te dije que se muy bien quien ayudo a la tia Hastiele, eran una bruja sexy y una pelirroja despampanante, sino fuera por que estaba la tia eso hubiera sido un cuarteto sexual de maravilla... ahora que lo pienso seguro si lo proponía la tía entraba igual- comento mientras se imaginaba lo ultimo, si aquello sin duda hubiera sido una proeza digna de el, Aion ya un poco mas crecidito caminaba con ellos ya sin tener que apurarse para no quedarse atrás, su hermana estaba con demasiada energía de sobra, y mientras no empezara con sus ataques epilépticos todo estaría bien.
-conozco este lugar, puesto que utilizaron esta forja para mejorar mis armas, es mas encontré a Aion por acá cerca, lo recuerdas pequeño animal, me seguiste desde ese dia- comento observando al fèidh el cual les acompañaba -umu!- exclamo el pequeño mientras avanzaba alegremente, ya estaban cerca de cumplir el año desde aquel momento que cambiaría la vida del animal y comenzaría una aventura llena de estafas y peligros al lado del elfo. Cuando Hyro abrio la puerta y Aradia le golpeo el rostro Zelas no hizo nada para disimular su risa ante lo acontecido -Conozco a Hyro, el sabe que no hay ningun herrero en este lugar- dijo mientras observaba a Aradia esconderse detras de el, su mirada se dirigio nuevamente a Hyro, -mi hermana esta loca, no le prestes atención, ahora se sincero, ¿cual de los dos te ha golpeado mas fuerte en el rostro y porque mi hermana es un dolor de trasero?- comento mientras el mayordomo entornaba los ojos ante la situacion.
-conozco este lugar, puesto que utilizaron esta forja para mejorar mis armas, es mas encontré a Aion por acá cerca, lo recuerdas pequeño animal, me seguiste desde ese dia- comento observando al fèidh el cual les acompañaba -umu!- exclamo el pequeño mientras avanzaba alegremente, ya estaban cerca de cumplir el año desde aquel momento que cambiaría la vida del animal y comenzaría una aventura llena de estafas y peligros al lado del elfo. Cuando Hyro abrio la puerta y Aradia le golpeo el rostro Zelas no hizo nada para disimular su risa ante lo acontecido -Conozco a Hyro, el sabe que no hay ningun herrero en este lugar- dijo mientras observaba a Aradia esconderse detras de el, su mirada se dirigio nuevamente a Hyro, -mi hermana esta loca, no le prestes atención, ahora se sincero, ¿cual de los dos te ha golpeado mas fuerte en el rostro y porque mi hermana es un dolor de trasero?- comento mientras el mayordomo entornaba los ojos ante la situacion.
Zelas Hazelmere
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Re: Choque de recuerdos (Rauko y Zelas) (maldición de ardilla hiperactiva) CERRADO
–Creo que… –murmuró Hyro, y luego revoleó los ojos–. ¿Saben qué? No tengo tiempo para esto. –Se volteó hacia el observador situado sobre una mesita en el pasillo, un ave rapaz de plumas blancas y cuyos ojos estaban totalmente fijos en el brujo–. Rauko, atiéndelos tú mismo esta vez –dijo al ave–. Yo tengo cosas que hacer: debo investigar si Sienna está interesada en los brujos. –Se acomodó el cuello de la camisa y partió rumbo al pueblito que supuestamente iba a ser atacado por bandidos y que nunca sufrió tal ataque.
Mientras tanto, en mi habitación, suspiré luego de ver su partida e invertí un esfuerzo descomunal para vencer la pereza y levantarme de la cama. Pero entonces la idea de caminar hasta donde el par de elfos me pareció otra odisea. Sin embargo, afortunadamente en una esquina de la habitación estaba mi salvación: un hermoso upelero de madera pintado de verde.
Una linda sonrisa gatuna adornó mi demacrado rostro.
Segundos después el par de elfos verían al upelero salir de una de las puertas en el pasillo, conmigo acostado encima como si estuviera inconsciente. Una vez me llevara cerca de ellos, me debatí entre bajarme o hablar montado.
¿Y qué decisión tomé? Moviéndome a una velocidad extraordinaria, saqué de un bolsillo una bolsita con polvo mágico y lancé el contenido a los elfos, a los dos, aunque solo era necesario en Zellas. Esa fue mi decisión definitiva.
–Bueno –dije con una sonrisa perezosa–, este es un buen momento para saludarlos con alguna frase ingeniosa, pero la cabeza no me da ahora, por desgracia. Así que solo diré: ¿en qué puede servirles este simpático no-muerto? –Ladeé la cabeza.
Mientras tanto, en mi habitación, suspiré luego de ver su partida e invertí un esfuerzo descomunal para vencer la pereza y levantarme de la cama. Pero entonces la idea de caminar hasta donde el par de elfos me pareció otra odisea. Sin embargo, afortunadamente en una esquina de la habitación estaba mi salvación: un hermoso upelero de madera pintado de verde.
Una linda sonrisa gatuna adornó mi demacrado rostro.
Segundos después el par de elfos verían al upelero salir de una de las puertas en el pasillo, conmigo acostado encima como si estuviera inconsciente. Una vez me llevara cerca de ellos, me debatí entre bajarme o hablar montado.
¿Y qué decisión tomé? Moviéndome a una velocidad extraordinaria, saqué de un bolsillo una bolsita con polvo mágico y lancé el contenido a los elfos, a los dos, aunque solo era necesario en Zellas. Esa fue mi decisión definitiva.
–Bueno –dije con una sonrisa perezosa–, este es un buen momento para saludarlos con alguna frase ingeniosa, pero la cabeza no me da ahora, por desgracia. Así que solo diré: ¿en qué puede servirles este simpático no-muerto? –Ladeé la cabeza.
(☞°∀°)☞ OFFROL ☜(°∀°☜)
Las aves mencionadas son Schnee (un lindo búho blanco que no es un búho, y mi elfito puede ver y escuchar a través de él) y Holz (un chocobo verde que no es un chocobo). Ambas están en mi [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo].
Rauko
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Re: Choque de recuerdos (Rauko y Zelas) (maldición de ardilla hiperactiva) CERRADO
-Si hay una forja hay un herrero. Ahh así que Hyro,- no recordaba si se había presentado antes pero las mejillas bien rojas eran señal de que eran ya dos golpes dados al pobre hombre y seguro si sus ojos fueran runas explosivas estaría camino a la luna, y cuando Zelas comento lo de ser un dolor de… La menor no se contuvo en darle un golpe bajo las costillas guardando el guijarro de la suerte y solo hice la seña universal con la mano de despedirse de Hyro el bujo.-¡Suerte con Sienna!
Me asome al lugar y di unos pasos adelante y volvió sobre sus pasos cuando un Upelero verde salir con un elfo demacrado, cualquiera diría que tendría casi 200 años como mínimo y-Tchiu thci…. ¿Pero qué? - Parpadee mientras me sacudía el polvo que el demacrado elfo nos lanzó. Al oírlo casi quería gritarle que nos e le lanza polvo a los clientes, pero verlo ahí con un paso al otro mundo al grado de no poder ni caminar le hizo cambiar drásticamente de opinión y pensar que estaba senil el demacrado ser suspire y señale a mi hermano.
-Mi hermano quiere una mejora a sus armas, mi tía y una herrera le hicieron la mejora, y yo te recomendé, aunque la verdad, no sabía que el herrero fabuloso era tan, am, no me gustaría que se sobre esforzara..-La verdad era que no quería cargar con la muerte de un elfo habilidoso solo por hacer otra arma, pero… bueno le dejaba a Zelas la decisión.
Me asome al lugar y di unos pasos adelante y volvió sobre sus pasos cuando un Upelero verde salir con un elfo demacrado, cualquiera diría que tendría casi 200 años como mínimo y-Tchiu thci…. ¿Pero qué? - Parpadee mientras me sacudía el polvo que el demacrado elfo nos lanzó. Al oírlo casi quería gritarle que nos e le lanza polvo a los clientes, pero verlo ahí con un paso al otro mundo al grado de no poder ni caminar le hizo cambiar drásticamente de opinión y pensar que estaba senil el demacrado ser suspire y señale a mi hermano.
-Mi hermano quiere una mejora a sus armas, mi tía y una herrera le hicieron la mejora, y yo te recomendé, aunque la verdad, no sabía que el herrero fabuloso era tan, am, no me gustaría que se sobre esforzara..-La verdad era que no quería cargar con la muerte de un elfo habilidoso solo por hacer otra arma, pero… bueno le dejaba a Zelas la decisión.
Aradia Hazelmere
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Re: Choque de recuerdos (Rauko y Zelas) (maldición de ardilla hiperactiva) CERRADO
Zelas exagero el daño que había recibido por parte de Ari, y al escuchar las palabras de Hyro sobre Sienna, el elfo no dudo en responder esa pregunta por ella -Sienna esta interesada en elfos de pelo castaño y con una innecesaria cantidad de espadas- dijo bromeando al respecto, cuando escucho a Aradia deseándole suerte, este hizo un gesto de negación, esa mujer caeria bajo los encantos del elfo cuando fueran a proteger aquel pueblito que supuestamente seria atacado pero que al final no lo fue.
-Hyro, se metió una cosa cosa fea a la forja, desde cuando le entras a la necrofilia cofcofcof.....- se vio interrumpido al recibir un puñado de polvo de lleno en el rostro, rápidamente su mente crujió como si una cerradura hubiera sido desbloqueada, se limpio el rostro y con un gesto de evidente confusión observo a la cosa fea que alguna vez conoció como Rauko y que sin embargo había olvidado. -sshhh- hizo callar a su hermana y le tapo la boca instintivamente sin dejar de mirar al elfo demacrado -Rauko.... ¿que te sucedió?,¿quien te hizo esto?,¿porque hasta hace un par de segundos no recordaba nada sobre ti?,¿quien te volvió tan feo?,¿tienes biusas?- eran demasiadas preguntas y el rostro de preocupación que llevaba Zelas le daba una nueva seriedad al asunto, camino cerca de el viendo al elfo intentando encontrar alguna explicación para todo esto, pero poniendo especial atencion en el interior de la forja buscando alguna señal que le brindara una respuesta a su pregunta mas importante... ¿Donde.. Estaban... Las biusas?.
-Hyro, se metió una cosa cosa fea a la forja, desde cuando le entras a la necrofilia cofcofcof.....- se vio interrumpido al recibir un puñado de polvo de lleno en el rostro, rápidamente su mente crujió como si una cerradura hubiera sido desbloqueada, se limpio el rostro y con un gesto de evidente confusión observo a la cosa fea que alguna vez conoció como Rauko y que sin embargo había olvidado. -sshhh- hizo callar a su hermana y le tapo la boca instintivamente sin dejar de mirar al elfo demacrado -Rauko.... ¿que te sucedió?,¿quien te hizo esto?,¿porque hasta hace un par de segundos no recordaba nada sobre ti?,¿quien te volvió tan feo?,¿tienes biusas?- eran demasiadas preguntas y el rostro de preocupación que llevaba Zelas le daba una nueva seriedad al asunto, camino cerca de el viendo al elfo intentando encontrar alguna explicación para todo esto, pero poniendo especial atencion en el interior de la forja buscando alguna señal que le brindara una respuesta a su pregunta mas importante... ¿Donde.. Estaban... Las biusas?.
Zelas Hazelmere
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Re: Choque de recuerdos (Rauko y Zelas) (maldición de ardilla hiperactiva) CERRADO
Observé la reacción de ambos, y la de la elfa no pasó desapercibido para mí. ¿No me temía? Eso, que alguien que nunca me conoció antes no me viera ahora como un monstruo aberrante, era inusual, pero… agradable. Y así, con algo tan simple, se ganó mi simpatía.
El elfo, por su parte, me disparó una lluvia de preguntas. Tuve que fruncir el ceño mientras me esforzaba en memorizarlas, así como recordar el orden en que las hizo. Luego me aclaré la garganta.
–Morí, reviví, luego viajé a otra dimensión para asesinar a enemigos capaces de destruir tanto nuestro mundo como muchos otros. Entonces, gracias a algunos que prefirieron cerrar permanentemente el portal a esa dimensión antes que luchar, tuve que pagar un precio para volver aquí –expliqué, haciendo mi voz cada vez más ronca y carrasposa, pronunciando con pocas fuerzas algunas sílabas como si me faltara aire, todo para sonar como el anciano moribundo que la elfa creía que era. Tomé una bocanada de aire antes de seguir–. Mi apariencia y todos los recuerdos que los demás tuvieran sobre mí, eso tuve que sacrificar. Solo con el polvo que les arrojé puedo hacer que algunos recuperen la memoria. Pero sigo oliendo bien, a pesar de mi fea fealdad. ¿Y quiénes cerraron el portal? –Me encogí de hombros–. Tengo mis sospechas, pero ninguna certeza. –Ondeé una mano como para quitarle importancia al asunto.
Entonces entrelacé los dedos, apoyé los codos en el lomo del upelero y adopté una expresión seria.
–Ahora, la única pregunta que de verdad importa. –Hice silencio, solo para crear un suspenso innecesario–. Están en un lugar que solo yo conozco –declaré, con la voz más gruesa de lo normal–. Si quieren las biusas –agregué, con el upelero dando media vuelta–, solo síganme; los conduciré a la ubicación del tesoro.
Mi montura avanzó por el pasillo, comenzando así un largo y tortuoso viaje en busca de las biusas.
–Ahí están –indiqué, apenas unos segundos después, cuando llegamos a la entrada al comedor. Las relucientes frutas translúcidas, de distintos colores y formas, estaban en una canasta en el centro de una mesa–. Por favor, tráiganme una –pedí, y luego fingí un terrible ataque de tos–. Descuiden –exhalé–, estoy bien. Solo un poco cansado. Nada que me impida hacer mi trabajo como herrero. –Cerré los ojos lentamente.
El elfo, por su parte, me disparó una lluvia de preguntas. Tuve que fruncir el ceño mientras me esforzaba en memorizarlas, así como recordar el orden en que las hizo. Luego me aclaré la garganta.
–Morí, reviví, luego viajé a otra dimensión para asesinar a enemigos capaces de destruir tanto nuestro mundo como muchos otros. Entonces, gracias a algunos que prefirieron cerrar permanentemente el portal a esa dimensión antes que luchar, tuve que pagar un precio para volver aquí –expliqué, haciendo mi voz cada vez más ronca y carrasposa, pronunciando con pocas fuerzas algunas sílabas como si me faltara aire, todo para sonar como el anciano moribundo que la elfa creía que era. Tomé una bocanada de aire antes de seguir–. Mi apariencia y todos los recuerdos que los demás tuvieran sobre mí, eso tuve que sacrificar. Solo con el polvo que les arrojé puedo hacer que algunos recuperen la memoria. Pero sigo oliendo bien, a pesar de mi fea fealdad. ¿Y quiénes cerraron el portal? –Me encogí de hombros–. Tengo mis sospechas, pero ninguna certeza. –Ondeé una mano como para quitarle importancia al asunto.
Entonces entrelacé los dedos, apoyé los codos en el lomo del upelero y adopté una expresión seria.
–Ahora, la única pregunta que de verdad importa. –Hice silencio, solo para crear un suspenso innecesario–. Están en un lugar que solo yo conozco –declaré, con la voz más gruesa de lo normal–. Si quieren las biusas –agregué, con el upelero dando media vuelta–, solo síganme; los conduciré a la ubicación del tesoro.
Mi montura avanzó por el pasillo, comenzando así un largo y tortuoso viaje en busca de las biusas.
–Ahí están –indiqué, apenas unos segundos después, cuando llegamos a la entrada al comedor. Las relucientes frutas translúcidas, de distintos colores y formas, estaban en una canasta en el centro de una mesa–. Por favor, tráiganme una –pedí, y luego fingí un terrible ataque de tos–. Descuiden –exhalé–, estoy bien. Solo un poco cansado. Nada que me impida hacer mi trabajo como herrero. –Cerré los ojos lentamente.
Rauko
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Re: Choque de recuerdos (Rauko y Zelas) (maldición de ardilla hiperactiva) CERRADO
-¡ZELAS!- mi voz fue aguda cuando hablo de necrofilia refiriéndose al elfo mayor y cuando pensaba en cubrirle la boca y hacerse disculpar, parecía que su hermano le había tomado la idea y mientras ella rezongaba y se oían sus quejas ahogadas lo miro extrañada. Entonces hizo silencio y se desperezo de su hermano volviendo a acomodar su cabello al igual que los numerosos adornos que usaba y tintineaban tanto en su ropa como en su obscura melena. Y presto de nuevo atención al elfo demacrado y miraba curiosa a mi hermano que parecía más interesado a internarse al lugar.
El elfo, ahora identificado como Rauko, comenzó a hablar y su relato le cayó como balde de agua fría, de hecho recordaba el momento donde se habló en el árbol sobre las opciones y estaba el de destruir el orbe, pero ella no sabía que había sucedido, después de todo el árbol le cayó encima y con suerte estaba viva, por alguna razón comenzó a lagrimar.-Fu fueron los héroes de los ojos brillantes.- dijo sin más mientras se limpiaba las lágrimas, entonces le recordó, le había viso de soslayo en el lugar donde se habían reunido.-No los conozco perdona, pero puedes ubicarlos con ello. O puedo dibujarlos.
Y la cosa se desvió a las biusas ese manjar por el que Zelas parecía obsesionado y que, no quería admitir Aradia pero también le provocaba debilidad, tomo una color rojo cristalino con forma de pera, odiaba las peras pero amaba el color de la biusa, eran sus favoritas y su sabor que le hacía temblar las rodillas no sabía describirlo, y tomo una con forma de manzana con un pálido color amarillento y se la llevó al elfo.- ¿Hay manera de solucionar lo que te sucedió?
Disfruto de la biusa con una mano en la mejilla y bamboleándose de lado alado con un festival en sus papilas gustativas.
El elfo, ahora identificado como Rauko, comenzó a hablar y su relato le cayó como balde de agua fría, de hecho recordaba el momento donde se habló en el árbol sobre las opciones y estaba el de destruir el orbe, pero ella no sabía que había sucedido, después de todo el árbol le cayó encima y con suerte estaba viva, por alguna razón comenzó a lagrimar.-Fu fueron los héroes de los ojos brillantes.- dijo sin más mientras se limpiaba las lágrimas, entonces le recordó, le había viso de soslayo en el lugar donde se habían reunido.-No los conozco perdona, pero puedes ubicarlos con ello. O puedo dibujarlos.
Y la cosa se desvió a las biusas ese manjar por el que Zelas parecía obsesionado y que, no quería admitir Aradia pero también le provocaba debilidad, tomo una color rojo cristalino con forma de pera, odiaba las peras pero amaba el color de la biusa, eran sus favoritas y su sabor que le hacía temblar las rodillas no sabía describirlo, y tomo una con forma de manzana con un pálido color amarillento y se la llevó al elfo.- ¿Hay manera de solucionar lo que te sucedió?
Disfruto de la biusa con una mano en la mejilla y bamboleándose de lado alado con un festival en sus papilas gustativas.
Aradia Hazelmere
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Re: Choque de recuerdos (Rauko y Zelas) (maldición de ardilla hiperactiva) CERRADO
-He estado ahí, he hecho esas cosas, ahora enserio ¿quien lo hizo?- dijo al momento que se acerco a donde estaban las biusas, para su sorpresa Aion ya había ingresado y antes que se subiera a la mesa Zelas intervino tomando una biusa y lanzandosela para que fuera por ella, entonces el Fèidh salio en busca de aquella deliciosa fruta, vio como Aradia tomaba la palabra algo acongojada por la situación, Zelas en cambio se guardaba 2 biusas entre sus ropas y sacaba una tercera para disfrutarla.
Camino cerca de su hermana y su maltrecho amigo y noto como estos se le quedaban mirando fijo, las frutas resaltaban como bultos en su pecho y con un gesto de manos llamo la atención de ambos para que apartaran la vista -Hey! mis ojos están acá arriba!- comento mientras terminaba su primera biusa y ahora se sacaba una de entre sus ropas y comenzaba a morder otra, aquel sabor único era lo que hacia la vida bella y comprendía porque Rauko había sido capaz de sobrevivir con tal de volver a probar un manjar divino como lo eran las biusas, -deberías dibujarlos, pero procura no hacer dibujos de palitos, la ultima vez que tuve que rastrear a alguien mediante un dibujo de palitos estuve cerca de 2 meses siguiendo al tipo equivocado.. por otro lado nadie se molesto en verificar si había hecho bien el trabajo- dijo al momento de encogerse de hombros, ahora caminaba cerca de Rauko observando su deteriorado aspecto -vas a necesitar mucho alcohol para lograr follar con alguien, si todos los que te conocíamos te olvidamos, y a juzgar de lo que dice Ari incluso quienes se vieron involucrados lo han hecho... tienes todo a tu favor para cobrar venganza, si necesitas a un apuesto elfo para ayudarte solo dame un aviso- comento mientras le palmeaba la espalda, justo al momento que Aion volvía a entrar momento en el que se le ocurrió una idea, -necesito dinero y armas... que tal si hacemos una apuesta?- pregunto al momento que acariciaba el pelaje de su mascota.
Camino cerca de su hermana y su maltrecho amigo y noto como estos se le quedaban mirando fijo, las frutas resaltaban como bultos en su pecho y con un gesto de manos llamo la atención de ambos para que apartaran la vista -Hey! mis ojos están acá arriba!- comento mientras terminaba su primera biusa y ahora se sacaba una de entre sus ropas y comenzaba a morder otra, aquel sabor único era lo que hacia la vida bella y comprendía porque Rauko había sido capaz de sobrevivir con tal de volver a probar un manjar divino como lo eran las biusas, -deberías dibujarlos, pero procura no hacer dibujos de palitos, la ultima vez que tuve que rastrear a alguien mediante un dibujo de palitos estuve cerca de 2 meses siguiendo al tipo equivocado.. por otro lado nadie se molesto en verificar si había hecho bien el trabajo- dijo al momento de encogerse de hombros, ahora caminaba cerca de Rauko observando su deteriorado aspecto -vas a necesitar mucho alcohol para lograr follar con alguien, si todos los que te conocíamos te olvidamos, y a juzgar de lo que dice Ari incluso quienes se vieron involucrados lo han hecho... tienes todo a tu favor para cobrar venganza, si necesitas a un apuesto elfo para ayudarte solo dame un aviso- comento mientras le palmeaba la espalda, justo al momento que Aion volvía a entrar momento en el que se le ocurrió una idea, -necesito dinero y armas... que tal si hacemos una apuesta?- pregunto al momento que acariciaba el pelaje de su mascota.
Zelas Hazelmere
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Re: Choque de recuerdos (Rauko y Zelas) (maldición de ardilla hiperactiva) CERRADO
Lo que la elfa dijo despertó mi interés. Aun así, me forcé a mantener la máscara de «oblivionado demacrado», solo porque quería seguir con el juego. Eso, sin embargo, se hizo difícil cuando a ella se le humedecieron los ojos. Pero se volvió mucho más fácil al ver que su felicidad nacida por las biusas era mayor a lo mal que se sentía por mí. Era entendible, ciertamente: las biusas son mejores que cualquier tesoro divino.
Tomé la biusa amarillenta que me trajo la elfa y la engullí de un bocado. Aunque tal fruta era de un tamaño mayor al de mi boca, no representó ningún problema.
–Sigo buscando una cura –le respondí–, pero encontrarla es… complicado. –Innecesariamente complicado.
Zelas demostró entonces que podía hacerse bastante atractivo con el poder de las biusas. Sea lo que sea que dijo de sus ojos me pasó desapercibido mientras veía su pecho. Pero luego la idea del dibujo atrajo mi atención, haciéndome sopesar diversas líneas de acción que serían posibles con ese nuevo recurso, siempre y cuando Zelas estuviera exagerando con lo de «dibujo de palitos».
–Tal vez… –empecé, aún dudando sobre si valía la pena aceptar. Entonces recordé a Xana y lo que sufría por nuestra «condición», y también recordé mi propia visión de la justicia–. Sí –exhalé–, me sería… muy útil, dibujadora de palitos. –Esbocé una pequeña sonrisa a la elfa.
Luego el elfo empezó diciendo algo intrascendente y terminó con una propuesta muy interesante. Sabía que él era bastante bueno como guerrero, tanto o más que yo… No, ¿él estaba a mi nivel realmente? Lo vi luchar contra los bandidos estereotipados en el local de Sienna, pero no mostró tanta habilidad aquella vez. Entonces ¿por qué tuve la extraña sensación de que él ya me había dado una paliza alguna vez? Sea como fuera, preferí dejar de pensar en eso.
–Una… apuesta, dices –repetí, mirándolo con los ojos entornados, presintiendo un juego sucio. Y maldije interiormente la ausencia de Hyro… Pero solo al principio, pues recordé que el brujo, aunque fuera un apostador con experiencia, seguía perdiendo más de lo que ganaba–. Tengo el presentimiento de que algo muy malo va a pasar si acepto, pero como soy un elfo que no aprende de sus errores… seré imprudente de nuevo y aceptaré.
Tomé la biusa amarillenta que me trajo la elfa y la engullí de un bocado. Aunque tal fruta era de un tamaño mayor al de mi boca, no representó ningún problema.
–Sigo buscando una cura –le respondí–, pero encontrarla es… complicado. –Innecesariamente complicado.
Zelas demostró entonces que podía hacerse bastante atractivo con el poder de las biusas. Sea lo que sea que dijo de sus ojos me pasó desapercibido mientras veía su pecho. Pero luego la idea del dibujo atrajo mi atención, haciéndome sopesar diversas líneas de acción que serían posibles con ese nuevo recurso, siempre y cuando Zelas estuviera exagerando con lo de «dibujo de palitos».
–Tal vez… –empecé, aún dudando sobre si valía la pena aceptar. Entonces recordé a Xana y lo que sufría por nuestra «condición», y también recordé mi propia visión de la justicia–. Sí –exhalé–, me sería… muy útil, dibujadora de palitos. –Esbocé una pequeña sonrisa a la elfa.
Luego el elfo empezó diciendo algo intrascendente y terminó con una propuesta muy interesante. Sabía que él era bastante bueno como guerrero, tanto o más que yo… No, ¿él estaba a mi nivel realmente? Lo vi luchar contra los bandidos estereotipados en el local de Sienna, pero no mostró tanta habilidad aquella vez. Entonces ¿por qué tuve la extraña sensación de que él ya me había dado una paliza alguna vez? Sea como fuera, preferí dejar de pensar en eso.
–Una… apuesta, dices –repetí, mirándolo con los ojos entornados, presintiendo un juego sucio. Y maldije interiormente la ausencia de Hyro… Pero solo al principio, pues recordé que el brujo, aunque fuera un apostador con experiencia, seguía perdiendo más de lo que ganaba–. Tengo el presentimiento de que algo muy malo va a pasar si acepto, pero como soy un elfo que no aprende de sus errores… seré imprudente de nuevo y aceptaré.
Rauko
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Re: Choque de recuerdos (Rauko y Zelas) (maldición de ardilla hiperactiva) CERRADO
Una cura, identificar gente. Aradia asentía y miro con cierto enojo a su hermano, se podía jactar de hacer unos trazos preciosos, pero las palabras no salieron de su boca y quedo muda en lo que se intercambiaban palabras y entonces notaba las biusas que su hermano escondía de forma sugestiva y rio sin contenerse señalándolo. En un momento era como si todo pasara muy deprisa, o muy lento y temblaban un poco sus manos mientras reía entonces, respiro una dos tres veces, bocanadas de aire, debía hacerlo había un elfo respetable ahí, o era venerable. Pero Zelas no se lo ponía fácil decía cosas muy graciosas y se tapaba la boca para poder contener la risa. Su pie se movía al son de una canción en su cabeza una que hacia instantes había tamborileado sobre una puerta y finalizo sobre una cabeza.
Una apuesta, sabía la elfa perfectamente cómo podían acabar las cosas, pero a la vez… Ladeo su cabeza con un movimiento seco y su dedo índice apoyado en la barbilla, veía todo re lento, cuando sonrió y volvía a su mente lo de los dibujos, los palitos, y las biusas. Oh biusas, eran un manjar… -Biusas… Si apuesta. Oh dibujos, yo no dibujo palitos, pero puedo dibujar palitos.
Sus ojos eran algo vagos pero sonreía y divagaba, luego dio saltitos aplaudiendo esperando ansiosa -¿Cuando comenzamos? ¿Ya?¿qué haremos? – Decia esto en cada idioma posible hasta lo llego a decir al revés mientras sentía que el venerable elfo y su hermano se movían con lentitud o no hablaban. –Vamos a jugar a la venganza, o habrá una venganza. Jum veaaaamoooooooosssss, de quien de quien me vengare!!!!
Se bamboleo sobre sus talones y puntas con el índice dando golpecitos en su mentón. Debía pensar en quien vengarse… No era fácil. Miro a su hermano, recordó sus travesuras, pero lo quería no podía vengarse de él, luego a Rauko, no lo conocía, tenía una maldición y ella se sentía culpable. –Nnoses es justo no tiengo de quien vengarme..
off:
Bueno a partir de ahora entra en función una divertida maldición o.o disfrutenla!!
Maldición obtenida en el tema Entre burbujas y Explosiones (Trabajo)
Aradia: Sufrirás estados alternos de hiperactividad y agotamiento. Durante uno o dos turnos, te sentirás muy activa; seguido de uno o dos turnos en los que sentirás que apenas puedes moverte; seguido de una nueva subida de energía... Los efectos comenzarán en algún momento antes del quinto turno y continuarán durante todo el tema.
Al cabo de dos temas, los efectos de ambas pociones se disiparán por sí solos.
Una apuesta, sabía la elfa perfectamente cómo podían acabar las cosas, pero a la vez… Ladeo su cabeza con un movimiento seco y su dedo índice apoyado en la barbilla, veía todo re lento, cuando sonrió y volvía a su mente lo de los dibujos, los palitos, y las biusas. Oh biusas, eran un manjar… -Biusas… Si apuesta. Oh dibujos, yo no dibujo palitos, pero puedo dibujar palitos.
Sus ojos eran algo vagos pero sonreía y divagaba, luego dio saltitos aplaudiendo esperando ansiosa -¿Cuando comenzamos? ¿Ya?¿qué haremos? – Decia esto en cada idioma posible hasta lo llego a decir al revés mientras sentía que el venerable elfo y su hermano se movían con lentitud o no hablaban. –Vamos a jugar a la venganza, o habrá una venganza. Jum veaaaamoooooooosssss, de quien de quien me vengare!!!!
Se bamboleo sobre sus talones y puntas con el índice dando golpecitos en su mentón. Debía pensar en quien vengarse… No era fácil. Miro a su hermano, recordó sus travesuras, pero lo quería no podía vengarse de él, luego a Rauko, no lo conocía, tenía una maldición y ella se sentía culpable. –Nnoses es justo no tiengo de quien vengarme..
off:
Bueno a partir de ahora entra en función una divertida maldición o.o disfrutenla!!
Maldición obtenida en el tema Entre burbujas y Explosiones (Trabajo)
Aradia: Sufrirás estados alternos de hiperactividad y agotamiento. Durante uno o dos turnos, te sentirás muy activa; seguido de uno o dos turnos en los que sentirás que apenas puedes moverte; seguido de una nueva subida de energía... Los efectos comenzarán en algún momento antes del quinto turno y continuarán durante todo el tema.
Al cabo de dos temas, los efectos de ambas pociones se disiparán por sí solos.
Última edición por Aradia Hazelmere el Dom Nov 08 2020, 21:18, editado 1 vez
Aradia Hazelmere
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Re: Choque de recuerdos (Rauko y Zelas) (maldición de ardilla hiperactiva) CERRADO
-Intentare ayudarte como pueda- comento el elfo ante las palabras de su demacrado amigo en cuanto a lo de encontrar una cura, entonces noto como su hermana ademas de reír como siempre de sus sandeces comenzaba a actuar extraño, cruzo miradas con Rauko y entonces volvió a mirar a Aradia -siempre supe que usarte de pelota cuando eras pequeña traería alguna consecuencia- rápidamente tomo una silla y la acerco a donde estaba su hermana -sientate aca y presta atención- comento al momento de volver a donde estaba Aion y le daba lo que sobraba de su biusa, para entonces sacar la ultima biusa que habia ocultado entre sus ropas y procedía a darle una nueva mordida.
-Son tan buenas..... De acuerdo ahora a lo que importa, como mencione antes necesito armas y dinero, asi que nada mejor que apostar por ello, Aradia, tu querias comprarle algo a Rauko, asi que apostaras los aeros que te sobren, y Rauko tu apostaras las armas que necesito, como no soy un estafador sin corazon dejare que me las vendas a un precio de costo, y con opción de pagar de vez en cuando- comento lo ultimo haciendo un gesto de manos que indicaba dinero -Ahora, la apuesta en si me tiene algo dubitativo, podriamos apostar con cartas, pero mi habilidad con mis manos solo se ve superada por mi habilidad con mi... bueno no necesitan saber eso, asi que creo que lo mas justo sera una apuesta de probabilidades, podemos apostar por que leño se consumira primero en fuego, o sobre la forma en que rechazaran a Hyro, yo digo que el Fèidh que esta acá a mi lado saldrá por esa puerta y volvera hecho un Fèidh adulto- observo a sus coterraneos viendo si picaban ante esa absurda apuesta.
-Son tan buenas..... De acuerdo ahora a lo que importa, como mencione antes necesito armas y dinero, asi que nada mejor que apostar por ello, Aradia, tu querias comprarle algo a Rauko, asi que apostaras los aeros que te sobren, y Rauko tu apostaras las armas que necesito, como no soy un estafador sin corazon dejare que me las vendas a un precio de costo, y con opción de pagar de vez en cuando- comento lo ultimo haciendo un gesto de manos que indicaba dinero -Ahora, la apuesta en si me tiene algo dubitativo, podriamos apostar con cartas, pero mi habilidad con mis manos solo se ve superada por mi habilidad con mi... bueno no necesitan saber eso, asi que creo que lo mas justo sera una apuesta de probabilidades, podemos apostar por que leño se consumira primero en fuego, o sobre la forma en que rechazaran a Hyro, yo digo que el Fèidh que esta acá a mi lado saldrá por esa puerta y volvera hecho un Fèidh adulto- observo a sus coterraneos viendo si picaban ante esa absurda apuesta.
Zelas Hazelmere
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Re: Choque de recuerdos (Rauko y Zelas) (maldición de ardilla hiperactiva) CERRADO
El elfo debía parecerle muy gracioso a la elfa, pude observar. Y luego no solo eso, sino que también le emocionaba seguirle el juego, tal vez más de lo normal para alguien que no se había mostrado extrovertida hasta ese momento. Ladeé la cabeza, mis labios curvándose en una sonrisa incómoda cuando empezó a hablar en varios idiomas. Le lancé una mirada al elfo, conteniendo el descarado deseo de pedirle alguna explicación.
–Vale –respondí al fin a la elfa–, no hace falta que el objetivo de la venganza sea alguien que te haya hecho algo a ti directamente; puede ser alguien que haya, no sé, lastimado a personas que te importan. Y… –Deslicé con suavidad la punta de mis dedos de una mano por un lado de mi rostro demacrado, del mentón hasta la sien–. Bueno, no soy importante para ti. Sin embargo, dado que sí soy muy importante para este elfo –añadí señalando a Zelas–, a él le duele muchísimo verme en este estado. En otras palabras: ciertas personas, al dejarme feo, indirectamente lastimaron a alguien que te importa: Zelas –Chasqueé los dedos y esbocé una sonrisa–. Ahí ya tienes, ¿no? –Y mi sonrisa se hizo maliciosa–. Así que podrías comenzar dibujando a los que indirectamente lastimaron a tu hermanito –ronroneé.
Vaya gimnasia mental tuve que hacer para soltar semejante disparate. Y en ello olvidé mantener mi supuesta debilidad.
Como sea, el elfo, luego de mencionar cierto juego de sus infancias, un juego bastante preocupante, procedió a explicar el tipo de apuesta que deseaba hacer. Enarqué una ceja al oír que, si yo perdía, debía hacerle armas al precio coste. Y eso, pues… Preferí no mencionar que eso era lo que solía cobrar. Eso hizo que no me preocupara tanto por la posibilidad de perder en un juego de probabilidades, a pesar de mi talento innato para fallar aun cuando las probabilidades para la derrota eran de 1% apenas.
–¿El Fèidh? –musité. Miré al animal, inquisitivo, y presioné mi pulgar derecho en mis labios mientras sopesaba todas las posibilidades, tanto las lógicas como las ilógicas y las que sobrepasaban lo absurdo. Chasqueé la lengua; mi visión y suposiciones no serían suficientes. Dejé que una parte de mi éter escapara de mi cuerpo y envolviera al animal, buscando sin saber qué debía encontrar con exactitud.[1] Y nada fue lo que encontré–. Bien –exhalé, sonriendo perezosamente–, no parece que sea un animal con cualidades mágicas. Así que, aunque intentaste hacerme dudar, ahora apuesto que no crecerá de un momento a otro.
–Vale –respondí al fin a la elfa–, no hace falta que el objetivo de la venganza sea alguien que te haya hecho algo a ti directamente; puede ser alguien que haya, no sé, lastimado a personas que te importan. Y… –Deslicé con suavidad la punta de mis dedos de una mano por un lado de mi rostro demacrado, del mentón hasta la sien–. Bueno, no soy importante para ti. Sin embargo, dado que sí soy muy importante para este elfo –añadí señalando a Zelas–, a él le duele muchísimo verme en este estado. En otras palabras: ciertas personas, al dejarme feo, indirectamente lastimaron a alguien que te importa: Zelas –Chasqueé los dedos y esbocé una sonrisa–. Ahí ya tienes, ¿no? –Y mi sonrisa se hizo maliciosa–. Así que podrías comenzar dibujando a los que indirectamente lastimaron a tu hermanito –ronroneé.
Vaya gimnasia mental tuve que hacer para soltar semejante disparate. Y en ello olvidé mantener mi supuesta debilidad.
Como sea, el elfo, luego de mencionar cierto juego de sus infancias, un juego bastante preocupante, procedió a explicar el tipo de apuesta que deseaba hacer. Enarqué una ceja al oír que, si yo perdía, debía hacerle armas al precio coste. Y eso, pues… Preferí no mencionar que eso era lo que solía cobrar. Eso hizo que no me preocupara tanto por la posibilidad de perder en un juego de probabilidades, a pesar de mi talento innato para fallar aun cuando las probabilidades para la derrota eran de 1% apenas.
–¿El Fèidh? –musité. Miré al animal, inquisitivo, y presioné mi pulgar derecho en mis labios mientras sopesaba todas las posibilidades, tanto las lógicas como las ilógicas y las que sobrepasaban lo absurdo. Chasqueé la lengua; mi visión y suposiciones no serían suficientes. Dejé que una parte de mi éter escapara de mi cuerpo y envolviera al animal, buscando sin saber qué debía encontrar con exactitud.[1] Y nada fue lo que encontré–. Bien –exhalé, sonriendo perezosamente–, no parece que sea un animal con cualidades mágicas. Así que, aunque intentaste hacerme dudar, ahora apuesto que no crecerá de un momento a otro.
(☞°∀°)☞ OFFROL ☜(°∀°☜)
[1] Habi nivel 6: Poder del metarol, también llamado Guionazo, pero mal hecho Sexto sentido.
Rauko
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Re: Choque de recuerdos (Rauko y Zelas) (maldición de ardilla hiperactiva) CERRADO
Ahí sentada daba pequeñas palmadas, estaba ansiosa, y daba ligeros saltitos. Su hermano y el elfo demacrado hablaban con familiaridad y entonces trato de verdad que trato de poner mucha atención a la aclaración de Rauko. -Si venganza indirecta. Genial, -balbuceo algo más mientras aplaudía alegremente. Se bamboleaba en la silla y sentía el corazón acelerado mientras hablaban y asentía enérgicamente.
-Si armas, y y algo mas.- Y hablando de aeros saco la bolsa con lo que había contado antes y entonces entrecerró un poco los ojos su respiración comenzó a disminuir, miro de reojo al feith que tanto quería y le saludo aletargada, soltó una carcajada como si estuviera ebria.- ¡¡NO no se necesita saber eso!! Vamos a la apuesta. Apuesto a que no, que seguirá siendo un bebé tierno.
Señalo a Aion y la puerta, no sabía si la criatura le haría caso pero luego su mano cayó en seco apuntando al suelo y de igual forma su torso quedando doblada en su silla con un largo bostezo y murmurando algo.- Jandboeppamij.-musito con los labios algo entreabiertos, si antes pensaba que todo iba muy lento en ese momento su cuerpo estaba pesado, hasta sus parpados eran piezas de metal que no cedían a sus órdenes, pero, ¿Qué ordenes? Su mente estaba aturdida y apenas captaba lo que pasaba todo era demasiado rápido. Por favor que el mundo se detuviera que ella se quería bajar.
-Si armas, y y algo mas.- Y hablando de aeros saco la bolsa con lo que había contado antes y entonces entrecerró un poco los ojos su respiración comenzó a disminuir, miro de reojo al feith que tanto quería y le saludo aletargada, soltó una carcajada como si estuviera ebria.- ¡¡NO no se necesita saber eso!! Vamos a la apuesta. Apuesto a que no, que seguirá siendo un bebé tierno.
Señalo a Aion y la puerta, no sabía si la criatura le haría caso pero luego su mano cayó en seco apuntando al suelo y de igual forma su torso quedando doblada en su silla con un largo bostezo y murmurando algo.- Jandboeppamij.-musito con los labios algo entreabiertos, si antes pensaba que todo iba muy lento en ese momento su cuerpo estaba pesado, hasta sus parpados eran piezas de metal que no cedían a sus órdenes, pero, ¿Qué ordenes? Su mente estaba aturdida y apenas captaba lo que pasaba todo era demasiado rápido. Por favor que el mundo se detuviera que ella se quería bajar.
Aradia Hazelmere
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Re: Choque de recuerdos (Rauko y Zelas) (maldición de ardilla hiperactiva) CERRADO
Una vez acordados los términos de la apuesta, Zelas tomo a Aion con sus brazos y lo llevo hasta la puerta -de acuerdo, tienes que salir, ten esta golosina- dijo el elfo mientras sacaba la ultima semilla del potencial que le quedaba, la cual procedía a dejar en el piso, al otro lado de la puerta. El Fèidh y el elfo se miraron el uno al otro con una cómplice mirada, ambos sabían para que servia aquella "golosina" y justo antes de cruzar la puerta, tanto Aion como Zelas sonrieron maliciosamente por unos segundos.
El fèidh como era de esperarse salio hacia afuera, comió la "golosina" y salio de la vista de todos, mientras Zelas volvía confiado a donde se encontraba el grupo, se sorprendió al ver el estado de Aradia, mas la dejo ser -no le pusiste nada a las biusas verdad?.... Olvida lo que acabo de decir las biusas son todo por lo que no necesitan nada- comento, lamentándose internamente por dudar del alimento perfecto, ahora solo se preguntaba que clase de drogas estaba consumiendo su hermanita, de seguro era culpa del pulgoso que tenia por novio.
-¿Alguna vez escuchaste algo sobre un grupo criminal llamado the Dark Order?, tengo que hacer un trabajo y mis fuentes de información me dijeron que tuviera cuidado porque alguien de esa organización reclamaba el lugar como suyo- le comento a su amigo Rauko de forma despreocupada, probablemente tampoco sabia nada, luego de morir, revivir y viajar a otra dimensión para salvar el mundo que conoces, para luego ser traicionado por los que te acompañaban, era difícil que supiera algo sobre lo que probablemente era un grupito jugando a ser maleantes. -Terminando ese trabajo volveré para ayudarte con tu problema, en el tiempo restante puedes reunir materiales para pagar la apuesta- dijo apuntando a la puerta donde había un Fèidh completamente adulto observando al grupo de elfos.
-Tienes que girar la cabeza para entrar, no vayas a romper el marco de la puerta- ordeno Zelas mientras la creatura intentaba entrar cuidadosamente, ya que ahora era mucho mas grande que cuando salio, una vez dentro se poso frente a Zelas, ambos mirándose con esa sonrisa que le dedicas a alguien con la cual has estafado a mucha gente.
OFF: Uso de objeto master: Semilla del Potencial: [Consumible] al ser devorada por una cría de animal, éste se convertirá en un animal adulto, totalmente desarrollado y capaz de combatir a tu lado, por dos turnos. Luego volverá a su edad real.
El fèidh como era de esperarse salio hacia afuera, comió la "golosina" y salio de la vista de todos, mientras Zelas volvía confiado a donde se encontraba el grupo, se sorprendió al ver el estado de Aradia, mas la dejo ser -no le pusiste nada a las biusas verdad?.... Olvida lo que acabo de decir las biusas son todo por lo que no necesitan nada- comento, lamentándose internamente por dudar del alimento perfecto, ahora solo se preguntaba que clase de drogas estaba consumiendo su hermanita, de seguro era culpa del pulgoso que tenia por novio.
-¿Alguna vez escuchaste algo sobre un grupo criminal llamado the Dark Order?, tengo que hacer un trabajo y mis fuentes de información me dijeron que tuviera cuidado porque alguien de esa organización reclamaba el lugar como suyo- le comento a su amigo Rauko de forma despreocupada, probablemente tampoco sabia nada, luego de morir, revivir y viajar a otra dimensión para salvar el mundo que conoces, para luego ser traicionado por los que te acompañaban, era difícil que supiera algo sobre lo que probablemente era un grupito jugando a ser maleantes. -Terminando ese trabajo volveré para ayudarte con tu problema, en el tiempo restante puedes reunir materiales para pagar la apuesta- dijo apuntando a la puerta donde había un Fèidh completamente adulto observando al grupo de elfos.
- Aion:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
-Tienes que girar la cabeza para entrar, no vayas a romper el marco de la puerta- ordeno Zelas mientras la creatura intentaba entrar cuidadosamente, ya que ahora era mucho mas grande que cuando salio, una vez dentro se poso frente a Zelas, ambos mirándose con esa sonrisa que le dedicas a alguien con la cual has estafado a mucha gente.
OFF: Uso de objeto master: Semilla del Potencial: [Consumible] al ser devorada por una cría de animal, éste se convertirá en un animal adulto, totalmente desarrollado y capaz de combatir a tu lado, por dos turnos. Luego volverá a su edad real.
Zelas Hazelmere
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Jandboeppamij
Definitivamente aquella elfa no estaba del todo bien. ¿Acaso las biusas le sentaron mal? No, espera, eso sería absurdo; las biusas nunca causarían algún efecto negativo. Entonces ¿qué le pasaba?
–Yo… –empecé mi réplica a la indignante acusación de Zelas, pero su siguiente frase demostró que no hacía falta defenderme, además de indicarme que el comportamiento de la elfa no era normal en ella. Asentí con la cabeza dos veces–. Las biusas no hacen ningún mal, ni siquiera bañándolas en veneno –aseguré–, tal vez lo que sea que tenga tu hermanita sea falta de biusas. –Me giré a la elfa–. Dibujadora de palitos, tienes mi permiso para comerte el resto de las biusas. Disfruta comiendo, gózalo hasta llegar al éxtasis bucal.
Zelas entonces me hizo una pregunta que poco tenía que ver con las biusas o la apuesta. Ladeé la cabeza y presioné mis labios con mi pulgar derecho, pensativo. Afortunadamente para el elfo, yo era miembro del gremio de informantes y, por lo tanto, me era posible serla encarnación del metarol alguien que sabía muchas cosas que otros no, especialmente, dada mi forma de vida, sobre aquello que representara un peligro para las personas… o sobre las maravillosas biusas.
–Hay muchas organizaciones criminales –dije–, algunas con nombres variopintos, excéntricos o grandilocuentes. No todas logran durar mucho tiempo o destacar. Y la Dark Order, aunque no ha intentado algo grande, ha durado y ha destacado. –Muchas palabras para decir poco, eso fue–. No sé mucho sobre ellos; la información sobre sus trece miembros cambia constantemente. Pero hay algo que nunca cambia: todos tienen el tatuaje de una calavera con algún número del uno al trece y son guerreros peligrosos que parecen poseer el poder suficiente para tomar lo que sea sin que nadie los detenga. Creería que son rumores exagerados, pero en Sandorái he visto el poder inmensurable que un solo individuo puede llegar a conseguir. Así que, si te topas con ellos, no los subestimes, ¿vale?
Finalmente llegó el momento de la conclusión de la apuesta.
–¡Por las barbas de mi abuela! –solté, incrédulo, desconcertado y atónito apenas ver al aion entrar siendo un adulto–. ¿Cuánto tiempo duré hablando? –quise saber–. ¡Pero ¿qué ha pasado?! –Me acerqué al aion y lo examiné con la vista y mi ya no confiable sexto sentido–. No lo entiendo, no es un animal con magia propia y tampoco tenía un objeto mágico consigo. ¿Cómo es que…? –Negué con la cabeza, resignado–. Da igual –suspiré–, ahora tengo que trabajar mucho más para poder pagarte. –le dije al elfo–. Pero, como premio de consolación, ¿podrías explicar qué clase de magia extraña usaste, tramposo?
–Yo… –empecé mi réplica a la indignante acusación de Zelas, pero su siguiente frase demostró que no hacía falta defenderme, además de indicarme que el comportamiento de la elfa no era normal en ella. Asentí con la cabeza dos veces–. Las biusas no hacen ningún mal, ni siquiera bañándolas en veneno –aseguré–, tal vez lo que sea que tenga tu hermanita sea falta de biusas. –Me giré a la elfa–. Dibujadora de palitos, tienes mi permiso para comerte el resto de las biusas. Disfruta comiendo, gózalo hasta llegar al éxtasis bucal.
Zelas entonces me hizo una pregunta que poco tenía que ver con las biusas o la apuesta. Ladeé la cabeza y presioné mis labios con mi pulgar derecho, pensativo. Afortunadamente para el elfo, yo era miembro del gremio de informantes y, por lo tanto, me era posible ser
–Hay muchas organizaciones criminales –dije–, algunas con nombres variopintos, excéntricos o grandilocuentes. No todas logran durar mucho tiempo o destacar. Y la Dark Order, aunque no ha intentado algo grande, ha durado y ha destacado. –Muchas palabras para decir poco, eso fue–. No sé mucho sobre ellos; la información sobre sus trece miembros cambia constantemente. Pero hay algo que nunca cambia: todos tienen el tatuaje de una calavera con algún número del uno al trece y son guerreros peligrosos que parecen poseer el poder suficiente para tomar lo que sea sin que nadie los detenga. Creería que son rumores exagerados, pero en Sandorái he visto el poder inmensurable que un solo individuo puede llegar a conseguir. Así que, si te topas con ellos, no los subestimes, ¿vale?
Finalmente llegó el momento de la conclusión de la apuesta.
–¡Por las barbas de mi abuela! –solté, incrédulo, desconcertado y atónito apenas ver al aion entrar siendo un adulto–. ¿Cuánto tiempo duré hablando? –quise saber–. ¡Pero ¿qué ha pasado?! –Me acerqué al aion y lo examiné con la vista y mi ya no confiable sexto sentido–. No lo entiendo, no es un animal con magia propia y tampoco tenía un objeto mágico consigo. ¿Cómo es que…? –Negué con la cabeza, resignado–. Da igual –suspiré–, ahora tengo que trabajar mucho más para poder pagarte. –le dije al elfo–. Pero, como premio de consolación, ¿podrías explicar qué clase de magia extraña usaste, tramposo?
Rauko
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Re: Choque de recuerdos (Rauko y Zelas) (maldición de ardilla hiperactiva) CERRADO
Escuchaba un poco lo que decían al parecer su hermano buscaba algo de lo que ella no tenía ni idea pero le recordó a Nousis, aunque casi estuvo por levantarse ¿Quién osaba culpar a las biusas? no sabía pero supo que había sido mala idea intentar poner queja porque solo se bamboleo y termino cayéndose con todo y silla con un quejita y mirando al Feith adulto.
-Yuuuuuuupiiiiiii. –Dijo alargando muuucho pero mucho las vocales, si lo pensaba pasada la caída estaba cómoda en el suelo y abrió los ojos ver que había perdido la apuesta, quiso objetar pero su cerebro no aceptaba pensar más allá de la lógica mostrada y agradeció que fuera el elfo decrepito el que externara la dudas. Se movió un poco y se imaginó como las orugas en el jardín, a veces solo duraba unos instantes otro más tiempo pero no lograba nunca contabilizar si era tiempo relativo o real. Por culpa del feith pensaba en ese momento que era una eternidad. Por entonces espabilo, debía apostar para no darle todos sus aeros,¡¡ tal vez un poco si pero no todos!!
-Dibujo- Musito elevando un dedo, apenas si podía hacerlo, pero lo intento, deseaba moverse más, pero ya tenía idea de lo que apostaría, solo quería moverse y medio hablar para apostar.
-Yuuuuuuupiiiiiii. –Dijo alargando muuucho pero mucho las vocales, si lo pensaba pasada la caída estaba cómoda en el suelo y abrió los ojos ver que había perdido la apuesta, quiso objetar pero su cerebro no aceptaba pensar más allá de la lógica mostrada y agradeció que fuera el elfo decrepito el que externara la dudas. Se movió un poco y se imaginó como las orugas en el jardín, a veces solo duraba unos instantes otro más tiempo pero no lograba nunca contabilizar si era tiempo relativo o real. Por culpa del feith pensaba en ese momento que era una eternidad. Por entonces espabilo, debía apostar para no darle todos sus aeros,¡¡ tal vez un poco si pero no todos!!
-Dibujo- Musito elevando un dedo, apenas si podía hacerlo, pero lo intento, deseaba moverse más, pero ya tenía idea de lo que apostaría, solo quería moverse y medio hablar para apostar.
Aradia Hazelmere
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Re: Choque de recuerdos (Rauko y Zelas) (maldición de ardilla hiperactiva) CERRADO
-Tramposo jamás!, Zelas Hazelmere no hace trampas, puedo ser un estafador, un usurero, un galán, un tramposo, un mentiroso, pero jamás escribiré novelas eróticas, jamás!- exclamo con suma certeza, vio a su hermana darse de bruces contra el piso y contuvo la risa, planeaba ayudarla pero la vio lo suficientemente cómoda como para hacer algo al respecto. La información de Rauko sobre la Dark Order le seria de ayuda en parte, ahora sabia que eran 13, que eran peligrosos y que tenían un tatuaje que los caracterizaba, calaveras con números de las cuales tendría que estar pendiente.
Fue por un par de biusas mas, le entrego una a su hermana, le lanzo una al Feìdh adulto el cual la engullo de un bocado, y le dio una a Rauko, a la vez que le daba un mordisco a la que se había dejado para el, se dio unos segundos para disfrutar aquel elixir, antes de comenzar a hablar. -Recuerdas ese día que me fui de este lugar con estas hermosas armas que tengo en mi espalda, pues, al poco andar me encontré con este Feìdh pequeño al cual llame Aion, ya que todos dirían mal su nombre, parecía tener unos días de nacido y a su lado tenia 2 semillas que emitían un inusual éter, un día probé darle una en un trabajo que hice y vi lo mismo que ven ahora frente a sus ojos- comento recordando aquel inusual efecto secundario que vio aquel día, miro fijamente a Aion y le ordeno lo siguiente, -Hey! Aion, si necesitas hacer un entierro procura que sea muy lejos del taller de Rauko, aun recuerdo lo que hiciste con ese pobre profesor- el feìdh abrió los ojos avergonzado y con el mismo cuidado con el que entro, procedió a salir antes de salir corriendo para obedecer el mandato de su amo.
-Menos mal que recordé el extraño efecto secundario, estábamos en un laberinto y lo mande a enterrar al profesor que nos había contratado..... Espera eso sonó mal, el que nos contrato fue un brujo que se hizo pasar por el profesor y lo abandono en un laberinto con una herida agonizante, la verdad podría haberlo curado pero no me pagaron lo suficiente- mordió de nuevo su biusa ahora con un nuevo y único sabor que solo el podía sentir, la degusto con mucha felicidad antes de caer en la cuenta que aun no relataba el efecto secundario, -oh si, el efecto secundario es que por algún motivo puede generar muchas mas fecas de las que su cuerpo contener, caga el equivalente a una manada completa, le pedí que sacara al profesor y le diera una sepultura digna, pensé que cavaria un hoyo en piso como los perros, pero cuando salí había un montículo de una altura un poco mas grande que yo, y los pies del profesor se asomaban en la base, fue horripilante e hipnotizante de una forma asquerosa- dijo entretenido.
Noto como su hermana hablaba sobre unos dibujos y se acerco para ver de que hablaba, al parecer había terminado, grande fue su sorpresa cuando noto que aun ni había comenzado, -chiquilla no se que clase de sustancias estarás consumiendo, pero deberías sentirte avergonzada de no compartirlas con tu hermano favorito- comento mientras la veía yendo de mal en peor.
Fue por un par de biusas mas, le entrego una a su hermana, le lanzo una al Feìdh adulto el cual la engullo de un bocado, y le dio una a Rauko, a la vez que le daba un mordisco a la que se había dejado para el, se dio unos segundos para disfrutar aquel elixir, antes de comenzar a hablar. -Recuerdas ese día que me fui de este lugar con estas hermosas armas que tengo en mi espalda, pues, al poco andar me encontré con este Feìdh pequeño al cual llame Aion, ya que todos dirían mal su nombre, parecía tener unos días de nacido y a su lado tenia 2 semillas que emitían un inusual éter, un día probé darle una en un trabajo que hice y vi lo mismo que ven ahora frente a sus ojos- comento recordando aquel inusual efecto secundario que vio aquel día, miro fijamente a Aion y le ordeno lo siguiente, -Hey! Aion, si necesitas hacer un entierro procura que sea muy lejos del taller de Rauko, aun recuerdo lo que hiciste con ese pobre profesor- el feìdh abrió los ojos avergonzado y con el mismo cuidado con el que entro, procedió a salir antes de salir corriendo para obedecer el mandato de su amo.
-Menos mal que recordé el extraño efecto secundario, estábamos en un laberinto y lo mande a enterrar al profesor que nos había contratado..... Espera eso sonó mal, el que nos contrato fue un brujo que se hizo pasar por el profesor y lo abandono en un laberinto con una herida agonizante, la verdad podría haberlo curado pero no me pagaron lo suficiente- mordió de nuevo su biusa ahora con un nuevo y único sabor que solo el podía sentir, la degusto con mucha felicidad antes de caer en la cuenta que aun no relataba el efecto secundario, -oh si, el efecto secundario es que por algún motivo puede generar muchas mas fecas de las que su cuerpo contener, caga el equivalente a una manada completa, le pedí que sacara al profesor y le diera una sepultura digna, pensé que cavaria un hoyo en piso como los perros, pero cuando salí había un montículo de una altura un poco mas grande que yo, y los pies del profesor se asomaban en la base, fue horripilante e hipnotizante de una forma asquerosa- dijo entretenido.
Noto como su hermana hablaba sobre unos dibujos y se acerco para ver de que hablaba, al parecer había terminado, grande fue su sorpresa cuando noto que aun ni había comenzado, -chiquilla no se que clase de sustancias estarás consumiendo, pero deberías sentirte avergonzada de no compartirlas con tu hermano favorito- comento mientras la veía yendo de mal en peor.
Zelas Hazelmere
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Re: Choque de recuerdos (Rauko y Zelas) (maldición de ardilla hiperactiva) CERRADO
Di un respingo cuando la elfa se cayó repentinamente. Creí que se había lastimado, pero su posterior grito pareció indicar lo contrario. Fruncí el ceño intentando comprenderla. «Para la próxima, no metas extraños a casa», es lo que Hyro me habría dicho si viera cómo se comportaba ella. «Sí, sin lugar a dudas, no metas extraños a casa», habría asegurado al ver también a Zelas y su forma de replicar a mi acusación. «¿Por qué no escribir novelas eróticas?», se habría preguntado luego, «con una bien escrita y sabiendo venderla, se pueden conseguir unos cuantos aeros y un poco de buena fama, que nunca viene mal para ligar».
Sacudí la cabeza para quitar de mi cabeza al personaje que estaba tomando protagonismo sin estar presente. Devoré en un instante la biusa que Zelas me entregó y luego dije:
–¿Quién podría decir mal Feïhd? –Levanté una ceja–. Tan sencillo que es el nombre. Realmente no entiendo a esa gente que dice mal nombres tan sencillos –le confesé a Aradia y a Zellas.
Seguí escuchando su historia, que cada tanto me hizo alzar una o ambas cejas, fruncir el ceño y arrugar la nariz. Al final miré al Feygd, temiendo que este hiciera algo que Hyro me obligaría a limpiar. En ese punto la apuesta perdida ya no parecía algo tan malo.
–Parece… –dije mientras volvía a fijarme en la elfa– que no conseguiré ningún dibujo decente, ¿no? –Suspiré con resignación. De pronto una idea llegó para devolverme la esperanza. Chasqueé los dedos–. Lo tengo. –Le di un par de palmadas a mi montura–. ¡Holz, yip yip! –exclamé. El upelero me sacó de donde sea que estábamos y que tal vez no recordaré porque me da pereza leer lo que escribí antes. Poco después regresamos–. Puedes… probar escribiendo en esto. –Le ofrecí cierto pergamino mágico–. Instrucciones simples bastarán para que haga una ilusión –expliqué, percatándome entonces de que pedirle escribir era una terrible idea, además de que tal vez el pergamino ilusorio ni funcionaba cómo yo creía. Sea como fuera, jandboeppamij.
Sacudí la cabeza para quitar de mi cabeza al personaje que estaba tomando protagonismo sin estar presente. Devoré en un instante la biusa que Zelas me entregó y luego dije:
–¿Quién podría decir mal Feïhd? –Levanté una ceja–. Tan sencillo que es el nombre. Realmente no entiendo a esa gente que dice mal nombres tan sencillos –le confesé a Aradia y a Zellas.
Seguí escuchando su historia, que cada tanto me hizo alzar una o ambas cejas, fruncir el ceño y arrugar la nariz. Al final miré al Feygd, temiendo que este hiciera algo que Hyro me obligaría a limpiar. En ese punto la apuesta perdida ya no parecía algo tan malo.
–Parece… –dije mientras volvía a fijarme en la elfa– que no conseguiré ningún dibujo decente, ¿no? –Suspiré con resignación. De pronto una idea llegó para devolverme la esperanza. Chasqueé los dedos–. Lo tengo. –Le di un par de palmadas a mi montura–. ¡Holz, yip yip! –exclamé. El upelero me sacó de donde sea que estábamos y que tal vez no recordaré porque me da pereza leer lo que escribí antes. Poco después regresamos–. Puedes… probar escribiendo en esto. –Le ofrecí cierto pergamino mágico–. Instrucciones simples bastarán para que haga una ilusión –expliqué, percatándome entonces de que pedirle escribir era una terrible idea, además de que tal vez el pergamino ilusorio ni funcionaba cómo yo creía. Sea como fuera, jandboeppamij.
Rauko
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Re: Choque de recuerdos (Rauko y Zelas) (maldición de ardilla hiperactiva) CERRADO
¡¿Uh uh huy!?
Se movía, la biusa rodo y había intentado sujetarla pero ahora se moviola tomo la estaba mirando girar en el suelo como si fuera una pirinola, pero su hermano la interrumpió y se hinco comiendo la biusa y negó, luego asintió, pero... No no volvió a negar. –No tomar, efecto secundario, brujo con pociones raras..-Dijo pasando la buisa, sabia de tal modo que solo la hacía sonreír y así hincada bambolearse primero de lado a lado como un péndulo, luego hacia adelante y atrás, luego se levantó y corrió con las manos extendidas por toda la casa hasta llegar a la mesa y sin más se apoyó y saco papel, carboncillos y tinta y comenzó a dibujar, trazos largos, cortos, finos con la lengua de fuera concentrada, pero no se concentraba mucho.
Alrededor de un rostro de una elfa hermosa había muchas volutas, corazones, hojas de hiedra, en otra hoja a un elfo también de facciones delicadas y señalo que los ojos eran violetas, un humano, de rasgos algo toscos papero le daba un aire a Ahroun solo que más pulcro y de cabello claro, trato de enfocar a los demás mientras hacia espirales, caritas sonrientes aunque con un ligero toque macabro, y fruncía los labios.
-Me faltan más, pero son fáciles de encontrar, sus ojos brillan como los luceros del atardecer. Son los héroes de Sandorai.
Alzo las hojas mostrando los dibujos y luego tomo otras hojas y volvió a repetir el proceso como queriendo pulir los retratos, recordando cuando dibujaba las clases de medicina de sus padres y botánica, o cualquier cosa que fuera necesaria pero sus trazos se volvían más inciertos y acelerados.- No recuerdo mucho, me cayó el árbol madre encima, me desperté unos días después pero zona los que recuerdo de la reunión, y –comenzó a bocetar a una mujer de rasgos afilados y cabello obscuro.-Ella tenía la orbe
Se movía, la biusa rodo y había intentado sujetarla pero ahora se moviola tomo la estaba mirando girar en el suelo como si fuera una pirinola, pero su hermano la interrumpió y se hinco comiendo la biusa y negó, luego asintió, pero... No no volvió a negar. –No tomar, efecto secundario, brujo con pociones raras..-Dijo pasando la buisa, sabia de tal modo que solo la hacía sonreír y así hincada bambolearse primero de lado a lado como un péndulo, luego hacia adelante y atrás, luego se levantó y corrió con las manos extendidas por toda la casa hasta llegar a la mesa y sin más se apoyó y saco papel, carboncillos y tinta y comenzó a dibujar, trazos largos, cortos, finos con la lengua de fuera concentrada, pero no se concentraba mucho.
Alrededor de un rostro de una elfa hermosa había muchas volutas, corazones, hojas de hiedra, en otra hoja a un elfo también de facciones delicadas y señalo que los ojos eran violetas, un humano, de rasgos algo toscos papero le daba un aire a Ahroun solo que más pulcro y de cabello claro, trato de enfocar a los demás mientras hacia espirales, caritas sonrientes aunque con un ligero toque macabro, y fruncía los labios.
-Me faltan más, pero son fáciles de encontrar, sus ojos brillan como los luceros del atardecer. Son los héroes de Sandorai.
Alzo las hojas mostrando los dibujos y luego tomo otras hojas y volvió a repetir el proceso como queriendo pulir los retratos, recordando cuando dibujaba las clases de medicina de sus padres y botánica, o cualquier cosa que fuera necesaria pero sus trazos se volvían más inciertos y acelerados.- No recuerdo mucho, me cayó el árbol madre encima, me desperté unos días después pero zona los que recuerdo de la reunión, y –comenzó a bocetar a una mujer de rasgos afilados y cabello obscuro.-Ella tenía la orbe
Aradia Hazelmere
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Re: Choque de recuerdos (Rauko y Zelas) (maldición de ardilla hiperactiva) CERRADO
Zelas termino de comer su biusa y se propuso comer la que su hermana había rechazado, su forma de actuar le causaba intriga, seria acaso que estaba bajo el efecto de otra maldición?, el elfo se propuso golpear al novio de esta si lo llegaba a ver otra vez, mientras Rauko observaba los desvaríos de su hermana, Zelas procedía a tomar asiento para meditar en lo poco y nada de información que tenia sobre su siguiente trabajo.
"Trece miembros cuyos individuos cambian constantemente, tatuajes y calaveras, bueno no creo que sea tan difícil" se dijo a si mismo mientras recordaba la cantidad de aeros que se ofrecían, Zelas se planteo por un momento que aquello posiblemente fuera una estafa, sin embargo, desecho la idea rápidamente, él era el que estafaba, aunque raramente solía ser al revés, rara pero no imposible.
Aradia seguía dibujando como poseída hablando desvaríos que no podía entender -Te hace sentido lo que esta hablando?, tiene algo que ver con tu viaje a otra dimensión?- pregunto Zelas a su coterráneo feo preguntándose si las cosas que decía su hermana eran algo coherente o estaba utilizando alguna droga cuyo origen desconocía.
"Trece miembros cuyos individuos cambian constantemente, tatuajes y calaveras, bueno no creo que sea tan difícil" se dijo a si mismo mientras recordaba la cantidad de aeros que se ofrecían, Zelas se planteo por un momento que aquello posiblemente fuera una estafa, sin embargo, desecho la idea rápidamente, él era el que estafaba, aunque raramente solía ser al revés, rara pero no imposible.
Aradia seguía dibujando como poseída hablando desvaríos que no podía entender -Te hace sentido lo que esta hablando?, tiene algo que ver con tu viaje a otra dimensión?- pregunto Zelas a su coterráneo feo preguntándose si las cosas que decía su hermana eran algo coherente o estaba utilizando alguna droga cuyo origen desconocía.
Zelas Hazelmere
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Re: Choque de recuerdos (Rauko y Zelas) (maldición de ardilla hiperactiva) CERRADO
«¿Hay algún curandero cerca?», me pregunté. Había pensado en darle alguna poción a la elfa, pero esa idea fue desechada; lo suyo no se curaría con lo que yo tenía, y mucho menos si las propias biusas no hicieron nada por ella. «Brujos y pociones raras», repetí, horrorizándome ante lo que mi imaginación me indicaba que podrían significar sus palabras. «Se involucró en experimentos alquímicos poco profesionales con algún enano que no estaba muy bien de la cabeza. Es más, el enano era calvo, tenía barba y era arcanista también», concluí, y asentí para mí mismo. Y la falsa seguridad en mi deducción, por supuesto, no tardó en desaparecer. Después de todo, solo inventé una historia con los primeros elementos que se me vinieron a la cabeza, sin siquiera tener alguna prueba que apoyara algo de mi disparate.
–Bueno –exhalé, con mis hombros caídos mientras observaba a la elfa marcharse a correr por todos lados–, por lo menos con ella no debo preocuparme de que haga algo que yo tenga que limpiar, a diferencia de con el Feygd. –Un instante después miré a Zelas, mis ojos entornados–. ¿Cierto?
Sea como sea, me asomé al pasillo, aún en el lomo del upelero. Le hice un gesto a Schnee, una orden precisa. Como era de esperarse, me ignoró.
–Sigue a la elfa, vigílala –le pedí.
Por fin el ave escuchó. Emprendió el vuelo hacia la ventana más cercana y se marchó hacia quién sabe dónde, dejando mi petición en el Oblivion. Suspiré, resignado. Afortunadamente no hizo falta: la elfa regresó al comedor y, por fin, inició el dibujo, aunque en ese momento yo ya no tenía ninguna esperanza en su trabajo. Me acerqué a ella, lentamente, desanimado, preparándome para fingir satisfacción cuando me mostrara un dibujo de palitos.
Pero fui sorprendido. Con cada trazo hecho me dificultaba apartar la mirada. Finalmente me bajé de Holz y me coloqué al lado de la elfa. Me crucé de brazos y seguí observando, ansioso y con la mandíbula tensa.
Contemplé las imágenes finalizadas. Reconocí a algunos. Sabía dónde encontrarlos. A otros, aunque no los conocía, me bastaban los retratos para buscarlos.
–Sí –respondí al elfo–, sí que lo tiene.
Por unos instantes me debatí si valía la pena, si lograría algo al buscarlos. De nuevo, concluí que debía hacerlo. En ese mismo día me prepararía para viajar a ciertos lugares. Pero primero había algo que hacer.
–Muy bien. –Miré a la elfa–. Al final del pasillo, en el sótano –indiqué–. Tengo varias armas que no uso. Elije la que quieras. No te quitará la locura, pero será mi humilde pago, mi agradecimiento. –Sonreí e hice una leve inclinación. Mis siguientes palabras serían para ambos–. ¿Y bien? Vinieron a mí por armas, ¿no? Intentaré hacer el trabajo hoy antes de morir de viejo.
–Bueno –exhalé, con mis hombros caídos mientras observaba a la elfa marcharse a correr por todos lados–, por lo menos con ella no debo preocuparme de que haga algo que yo tenga que limpiar, a diferencia de con el Feygd. –Un instante después miré a Zelas, mis ojos entornados–. ¿Cierto?
Sea como sea, me asomé al pasillo, aún en el lomo del upelero. Le hice un gesto a Schnee, una orden precisa. Como era de esperarse, me ignoró.
–Sigue a la elfa, vigílala –le pedí.
Por fin el ave escuchó. Emprendió el vuelo hacia la ventana más cercana y se marchó hacia quién sabe dónde, dejando mi petición en el Oblivion. Suspiré, resignado. Afortunadamente no hizo falta: la elfa regresó al comedor y, por fin, inició el dibujo, aunque en ese momento yo ya no tenía ninguna esperanza en su trabajo. Me acerqué a ella, lentamente, desanimado, preparándome para fingir satisfacción cuando me mostrara un dibujo de palitos.
Pero fui sorprendido. Con cada trazo hecho me dificultaba apartar la mirada. Finalmente me bajé de Holz y me coloqué al lado de la elfa. Me crucé de brazos y seguí observando, ansioso y con la mandíbula tensa.
Contemplé las imágenes finalizadas. Reconocí a algunos. Sabía dónde encontrarlos. A otros, aunque no los conocía, me bastaban los retratos para buscarlos.
–Sí –respondí al elfo–, sí que lo tiene.
Por unos instantes me debatí si valía la pena, si lograría algo al buscarlos. De nuevo, concluí que debía hacerlo. En ese mismo día me prepararía para viajar a ciertos lugares. Pero primero había algo que hacer.
–Muy bien. –Miré a la elfa–. Al final del pasillo, en el sótano –indiqué–. Tengo varias armas que no uso. Elije la que quieras. No te quitará la locura, pero será mi humilde pago, mi agradecimiento. –Sonreí e hice una leve inclinación. Mis siguientes palabras serían para ambos–. ¿Y bien? Vinieron a mí por armas, ¿no? Intentaré hacer el trabajo hoy antes de morir de viejo.
Rauko
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Re: Choque de recuerdos (Rauko y Zelas) (maldición de ardilla hiperactiva) CERRADO
Y… Se acabó el pergamino, tomo uno lo giro y se puso a hacer puntitos, pasando de dejar la hoja de negro a un gradual tono limpio y cuando se acabó la tinta y miro a Rauko ansiosa por su veredicto, dio saltitos lanzando YUPIS al aire cuando aclaro que le eran útiles y la alegría le rebozo así como la energía que la había hecho correr por media casa, seguro Zelas recordaría esa escena pues era algo que hacía de niña cuando había hecho bien sus lecciones. Pero así como empezó termino y en un salto en el que cualquiera podría apostar que piso mal volvió a caer despatarrada, cada que la energía se iba recordaba cada morete hecho por el árbol Madre, y si bien ella se pasaba horas sanándose seguía sin terminar por esos lapsos de energía que iban y venían.
-Auu.- Musito con lánguida voz, con el cuerpo pesado y abriendo muy pero muy lento los ojos, tal vez podría hacer como las orugas, doblas pancita extiendes pancita, poco a poquito, suave y despacito para ir avanzando y así solo dejarse caer por la escalera, Pero un dolorcito, que solo la pereza aminoraba le hizo entender que no, nanai, nope, nones, la oruguita tendría que esperar y entonces pensó en rodar, pero igual, si estar boca abajo ya le estaba costando hasta respirar, pensó que el rodar sería más agotador y con más movimientos invertidos. A menos que como si fuera un tronco su hermano lo hiciera. Demasiadas ideas y la cabeza dolía hasta de pensar. ¿O tal vez dolía por el golpe?
Con las manos extendidas movía los dedos como si con ellos pudiera jalar todo su peso hacia el sótano, pero su avance fue de míseros suspiros de esfuerzo… bueno, en ese momento con su cerebro atolondrado y pensativo en que todo iba cual libere en la colina pensó en lo que requería, un par de dagas, o una, una buena sería bueno. Y una espada tal vez, no eso era mucho. Se concentró en la daga, tal vez si se concentraba mucho podría llegar ahí o la daga iría mágicamente a su mano… Bueno eso pasaría si fuera bruja… ¿Por qué no era bruja? A cierto porque era elfa…
-Auu.- Musito con lánguida voz, con el cuerpo pesado y abriendo muy pero muy lento los ojos, tal vez podría hacer como las orugas, doblas pancita extiendes pancita, poco a poquito, suave y despacito para ir avanzando y así solo dejarse caer por la escalera, Pero un dolorcito, que solo la pereza aminoraba le hizo entender que no, nanai, nope, nones, la oruguita tendría que esperar y entonces pensó en rodar, pero igual, si estar boca abajo ya le estaba costando hasta respirar, pensó que el rodar sería más agotador y con más movimientos invertidos. A menos que como si fuera un tronco su hermano lo hiciera. Demasiadas ideas y la cabeza dolía hasta de pensar. ¿O tal vez dolía por el golpe?
Con las manos extendidas movía los dedos como si con ellos pudiera jalar todo su peso hacia el sótano, pero su avance fue de míseros suspiros de esfuerzo… bueno, en ese momento con su cerebro atolondrado y pensativo en que todo iba cual libere en la colina pensó en lo que requería, un par de dagas, o una, una buena sería bueno. Y una espada tal vez, no eso era mucho. Se concentró en la daga, tal vez si se concentraba mucho podría llegar ahí o la daga iría mágicamente a su mano… Bueno eso pasaría si fuera bruja… ¿Por qué no era bruja? A cierto porque era elfa…
Aradia Hazelmere
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Re: Choque de recuerdos (Rauko y Zelas) (maldición de ardilla hiperactiva) CERRADO
-Hey conozco a ese sujeto, buen trabajo Ari- dijo mientras con una mano le daba palmaditas en la cabeza y con la otra apuntaba el retrato de un elfo que conocía, -creo que se llama Nousis, suele traer mala suerte por donde pasa, aunque no lo creas he tenido que huir de esos lugares en los que me lo encontré, fue una situación de catástrofe total... oh- exclamo, cayendo al final en cuenta de que quizás el elfo de quien hablaban probablemente tuvo que ver con el asunto de la fealdad de Rauko, -Tu solo dime lo que quieras hacer y te ayudare ni bien termine este trabajo- dijo mientras elevaba el pulgar y lo dejaba extrañamente cerca de su cara.
En el momento que su amigo hablo de armas el rostro de Zelas se ilumino, sabia que quería una espada pero aun no sabia que tipo de espada era la que quería, sus cimitarras eran buenas pero en su ultimo encuentro en aquel coliseo clandestino encontró aquellas limitaciones que sus espadas no podían sortear. -Quiero una espada ridículamente grande, un poco mas pequeña que yo mas o menos, como para cortar a través de cosas ridículamente grandes y fuertes... y para Aradia creo que esa daga que intenta tomar estará bien- justo en ese momento Aion entro de nuevo en el taller habiendo recuperado su tamaño normal. Anteponiéndose a la situación de no saber que sucedería con su siguiente trabajo, decidió tomar al pequeño Aion y acercarlo a su hermana, -Bien hermanita, hora de volver "You are beautiful on the inside. You are innocence personified. And I will drag you down and sell you out. Run away"- recito mientras ponía sus manos en su cabeza y le curaba sus delirios como la ultima vez.
-Bien ahora que estas algo mas lucida... Toma tu premio de consuelo- dijo mientras le entregaba a Aion dejándolo en los brazos de ella, para sorpresa tanto del Feìdh como de su hermana -Aion no me mires así, los últimos trabajos han sido complicados y no puedo confiar en que te portes bien, o en que no te vayan a quitar los cuernos y la piel y tu carne y probablemente tus uñas y huesos para venderlos por separado, así que quedaras al cuidado de Aradia, y en cuanto a ti
Ari, Aion solo come frutas y verduras de la mejor calidad, mastica arboles por diversión y aquí entre nosotros- puso un brazo alrededor de los hombros de Aradia y el otro alrededor del cuello del upelero y parte de la espalda de Rauko el cual acerco pensando que era el lado que traía su cabeza, sin embargo, era su trasero, aquello no importo y los acerco como para contar un secreto -Aion sabe como esconder un cadáver... Solo doy el aviso, no se de donde aprendió eso, incluso me asusta un poco- dijo en un tono de voz sombrío antes de separar aquel improvisado punto de confesión de secretos. Observando al pequeño animal el cual a pesar de verse tierno y sonriente, ahora era rodeado por un aura de misterio y oscuridad ante aquel extraño secreto....
En el momento que su amigo hablo de armas el rostro de Zelas se ilumino, sabia que quería una espada pero aun no sabia que tipo de espada era la que quería, sus cimitarras eran buenas pero en su ultimo encuentro en aquel coliseo clandestino encontró aquellas limitaciones que sus espadas no podían sortear. -Quiero una espada ridículamente grande, un poco mas pequeña que yo mas o menos, como para cortar a través de cosas ridículamente grandes y fuertes... y para Aradia creo que esa daga que intenta tomar estará bien- justo en ese momento Aion entro de nuevo en el taller habiendo recuperado su tamaño normal. Anteponiéndose a la situación de no saber que sucedería con su siguiente trabajo, decidió tomar al pequeño Aion y acercarlo a su hermana, -Bien hermanita, hora de volver "You are beautiful on the inside. You are innocence personified. And I will drag you down and sell you out. Run away"- recito mientras ponía sus manos en su cabeza y le curaba sus delirios como la ultima vez.
-Bien ahora que estas algo mas lucida... Toma tu premio de consuelo- dijo mientras le entregaba a Aion dejándolo en los brazos de ella, para sorpresa tanto del Feìdh como de su hermana -Aion no me mires así, los últimos trabajos han sido complicados y no puedo confiar en que te portes bien, o en que no te vayan a quitar los cuernos y la piel y tu carne y probablemente tus uñas y huesos para venderlos por separado, así que quedaras al cuidado de Aradia, y en cuanto a ti
Ari, Aion solo come frutas y verduras de la mejor calidad, mastica arboles por diversión y aquí entre nosotros- puso un brazo alrededor de los hombros de Aradia y el otro alrededor del cuello del upelero y parte de la espalda de Rauko el cual acerco pensando que era el lado que traía su cabeza, sin embargo, era su trasero, aquello no importo y los acerco como para contar un secreto -Aion sabe como esconder un cadáver... Solo doy el aviso, no se de donde aprendió eso, incluso me asusta un poco- dijo en un tono de voz sombrío antes de separar aquel improvisado punto de confesión de secretos. Observando al pequeño animal el cual a pesar de verse tierno y sonriente, ahora era rodeado por un aura de misterio y oscuridad ante aquel extraño secreto....
Zelas Hazelmere
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Re: Choque de recuerdos (Rauko y Zelas) (maldición de ardilla hiperactiva) CERRADO
«Nousis», repetí mentalmente mientras observaba al individuo señalado. Tenía el rostro y su nombre, información más que suficiente para mí, un miembro del gremio de informantes. ¿Suficiente para encontrar a Nousis? No. Entonces ¿suficiente para qué? Pues no sé, solo quería decirlo porque creí que sonaría genial. Y ahora sé que no suena genial, lo sé, pero lo dejaré de todas maneras.
Miré el dedo de Zhelas. Luego a los ojos del elfo. Esbocé una leve sonrisa y asentí.
–Vale –dije–, cuando termines tu trabajo, ven aquí y tendremos nuestra aventura. Mientras tanto, intentaré obtener más información por mi cuenta.
Dicho eso, regresó la duda, y esta vez, consciente de que la posibilidad de encontrar a los oblivionadores no parecía una realidad inalcanzable, reflexioné sobre la oferta del elfo. ¿Estaba bien involucrarlo? No tardé en encontrar una respuesta. Al principio, de cierta manera, sentí que esta búsqueda era una mera venganza, una misión egoísta que no merecía la ayuda de Selas. Pero esa no era la forma de verlo. No, esto no era venganza. No debía cazar a nadie por un motivo como ese. Yo cazaba criminales, y esta vez sería a los que fueron capaces de desterrar a un mundo inhóspito a los que arriesgaron la vida por todos. Si nos hicieron esto a nosotros, ¿qué podrían hacerles a otros?
Un ruido sordo despejó mi cabeza de esta filosofía barata. Dejé que mi upelero me llevara al pasillo, encontrando a la elfa arrastrándose. No supe si sentir pena o vergüenza ajena.
–Zelas –murmuré al fin–, en serio, tu hermana… me está preocupando.
Por suerte, él usó magia de sanación en ella. ¿Funcionaría? Rogué que sí.
–… –dije. En otras palabras: no dije nada, pues, antes de alcanzar a pronunciar algo, repentinamente Celas tiró de mi upelero para colocar mi trasero cerca de él y así contarles un secreto a mis bien tonificados glúteos.
Dejé escapar un suspiro de resignación y me limité a escuchar. Pero lo que escuché, para mi sorpresa, no fue algo lindo. Lentamente mi mirada fue al pequeño Faith, receloso. «Y después me preguntan por qué no dejo entrar a los clientes», pensé, «nunca se sabe qué criatura asesina podría venir y matarme, aniquilarme y quitarme la vida al mismo tiempo o, peor aún, ensuciar mi casa, lo que me obligaría a limpiar».
–V-vale, gracias por el dato –alcancé a decir tras aquello–. Bueno, así que una daga y una espadota. Entiendo. –Asentí–. No sé de dónde demonios salió esta daga porque no recuerdo haberla forjado, pero parece algo hecho por mí y cuyos materiales me costaron exactamente 120 aeros, así que pueden tomarla y pagarme esa cantidad. –Me encogí de hombros–. La espada, eso sí tendré que hacerlo desde cero, y me tardaré unas horas incluso usando magia. Pueden esperar o pueden volver en la noche, como gusten. –Chasqueé los dedos–. Por cierto… –añadí antes de ir a la cocina y volver–, toma. –Le entregué a la elfa el bolso que busqué–. Contiene una linda poción de salud, un buen par de cuchillos de cocina y una de mis mejores armas: una espada-sartén. Si te preguntas por qué te doy esto, pues… puedes tomarlo como quieras. Tal vez es mi forma de agradecerte por el dibujo de palitos detallados, o porque soy alguien muy generoso o porque una extraña fuerza fuera de este mundo me impulsa a darte estos objetos específicos por un motivo desconocido. –Le mostré una sonrisa afable.
Miré el dedo de Zhelas. Luego a los ojos del elfo. Esbocé una leve sonrisa y asentí.
–Vale –dije–, cuando termines tu trabajo, ven aquí y tendremos nuestra aventura. Mientras tanto, intentaré obtener más información por mi cuenta.
Dicho eso, regresó la duda, y esta vez, consciente de que la posibilidad de encontrar a los oblivionadores no parecía una realidad inalcanzable, reflexioné sobre la oferta del elfo. ¿Estaba bien involucrarlo? No tardé en encontrar una respuesta. Al principio, de cierta manera, sentí que esta búsqueda era una mera venganza, una misión egoísta que no merecía la ayuda de Selas. Pero esa no era la forma de verlo. No, esto no era venganza. No debía cazar a nadie por un motivo como ese. Yo cazaba criminales, y esta vez sería a los que fueron capaces de desterrar a un mundo inhóspito a los que arriesgaron la vida por todos. Si nos hicieron esto a nosotros, ¿qué podrían hacerles a otros?
Un ruido sordo despejó mi cabeza de esta filosofía barata. Dejé que mi upelero me llevara al pasillo, encontrando a la elfa arrastrándose. No supe si sentir pena o vergüenza ajena.
–Zelas –murmuré al fin–, en serio, tu hermana… me está preocupando.
Por suerte, él usó magia de sanación en ella. ¿Funcionaría? Rogué que sí.
–… –dije. En otras palabras: no dije nada, pues, antes de alcanzar a pronunciar algo, repentinamente Celas tiró de mi upelero para colocar mi trasero cerca de él y así contarles un secreto a mis bien tonificados glúteos.
Dejé escapar un suspiro de resignación y me limité a escuchar. Pero lo que escuché, para mi sorpresa, no fue algo lindo. Lentamente mi mirada fue al pequeño Faith, receloso. «Y después me preguntan por qué no dejo entrar a los clientes», pensé, «nunca se sabe qué criatura asesina podría venir y matarme, aniquilarme y quitarme la vida al mismo tiempo o, peor aún, ensuciar mi casa, lo que me obligaría a limpiar».
–V-vale, gracias por el dato –alcancé a decir tras aquello–. Bueno, así que una daga y una espadota. Entiendo. –Asentí–. No sé de dónde demonios salió esta daga porque no recuerdo haberla forjado, pero parece algo hecho por mí y cuyos materiales me costaron exactamente 120 aeros, así que pueden tomarla y pagarme esa cantidad. –Me encogí de hombros–. La espada, eso sí tendré que hacerlo desde cero, y me tardaré unas horas incluso usando magia. Pueden esperar o pueden volver en la noche, como gusten. –Chasqueé los dedos–. Por cierto… –añadí antes de ir a la cocina y volver–, toma. –Le entregué a la elfa el bolso que busqué–. Contiene una linda poción de salud, un buen par de cuchillos de cocina y una de mis mejores armas: una espada-sartén. Si te preguntas por qué te doy esto, pues… puedes tomarlo como quieras. Tal vez es mi forma de agradecerte por el dibujo de palitos detallados, o porque soy alguien muy generoso o porque una extraña fuerza fuera de este mundo me impulsa a darte estos objetos específicos por un motivo desconocido. –Le mostré una sonrisa afable.
Rauko
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Re: Choque de recuerdos (Rauko y Zelas) (maldición de ardilla hiperactiva) CERRADO
Mientras yacía pompa arriba en el suelo pensando en la inmortalidad del cangrejo, su hermano hablaba de espadas y cosas así, cosas que a duras penas entendía pues sentía que hablaba rápido, acelerado, y luego le ayudo a ponerse mínimo de forma decente y termino con el Feith en sus manos como si fuera un animal de felpa. Pero su cerebro seguía aún muy atrás, ahí donde su hermano reconocía a Nousis en sus dibujos. Ella lo tenía en estima.
-¡SI NOUSIS, CON ÉL HICE UN PAR DE TRAVESIAS!- dijo con un atino infantil y alegre, otro golpe de energía, pero aún no se ponía en pie su hermano le hizo sentir calidez en su cabeza y le puso las ideas un poco en su lugar. –Espera ¿qué? – y abrazo a Aion cuando se lo dio de premio, estaba asombrada y calmo un poco la ansiedad que sentía por moverse que cambio para estar acariciando las orejitas de la criatura de forma suave, luego las patitas mientras memorizaba los cuidados y gustos. Asintió un par de veces. –Nadie te hará daño pequeño-
Aclaro la elfa y luego recibió un abrazo peculiar y muy cercano a un trasero que no tenía ganas de tener cerca. Pero resistió en pos de la revelación y le hizo un gesto curioso de fruncir la nariz y sonreír al Feith. Bueno ese dato nunca sobraba –Si una daga, creo que de momento solo necesito eso.
Pero hablaba con cierta modorra, y se movió lentamente dejando a Aion en el suelo y siguiendo al elfo dueño del lugar cuando este ya regresaba y al recibir el bolso de Rauko, sonrió ampliamente, casi quiso llorar de felicidad cuando rebusco en el bolso y miro la poción rosa, sin más tras su explicación y tras colgarse el bolso bebió esta sin pensarlo. Realmente pensaba más seriamente en tumbarse en algún lado en lo que él hacia la espada de su hermano, pensó y pensó mientras bebía a sorbitos la poción, tenía un sabor muy rico, no tanto como el que le daban las biusas, pero era algo que amaba mucho, las cerezas y se sentó en una silla donde sin más se quedó dormida. Sentía el dolor irse así como la manía de ir corriendo a todos lados.
off: pago mi deuda:
300 aeros a Zelas, y descuento del costo de la daga que me vende Raukito!!
-¡SI NOUSIS, CON ÉL HICE UN PAR DE TRAVESIAS!- dijo con un atino infantil y alegre, otro golpe de energía, pero aún no se ponía en pie su hermano le hizo sentir calidez en su cabeza y le puso las ideas un poco en su lugar. –Espera ¿qué? – y abrazo a Aion cuando se lo dio de premio, estaba asombrada y calmo un poco la ansiedad que sentía por moverse que cambio para estar acariciando las orejitas de la criatura de forma suave, luego las patitas mientras memorizaba los cuidados y gustos. Asintió un par de veces. –Nadie te hará daño pequeño-
Aclaro la elfa y luego recibió un abrazo peculiar y muy cercano a un trasero que no tenía ganas de tener cerca. Pero resistió en pos de la revelación y le hizo un gesto curioso de fruncir la nariz y sonreír al Feith. Bueno ese dato nunca sobraba –Si una daga, creo que de momento solo necesito eso.
Pero hablaba con cierta modorra, y se movió lentamente dejando a Aion en el suelo y siguiendo al elfo dueño del lugar cuando este ya regresaba y al recibir el bolso de Rauko, sonrió ampliamente, casi quiso llorar de felicidad cuando rebusco en el bolso y miro la poción rosa, sin más tras su explicación y tras colgarse el bolso bebió esta sin pensarlo. Realmente pensaba más seriamente en tumbarse en algún lado en lo que él hacia la espada de su hermano, pensó y pensó mientras bebía a sorbitos la poción, tenía un sabor muy rico, no tanto como el que le daban las biusas, pero era algo que amaba mucho, las cerezas y se sentó en una silla donde sin más se quedó dormida. Sentía el dolor irse así como la manía de ir corriendo a todos lados.
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Aradia Hazelmere
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