Master Exploder [Priv. Fredericksen y Rauko] [Beta] [Terminado]
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Master Exploder [Priv. Fredericksen y Rauko] [Beta] [Terminado]
Hace un par de días, el elfo conocido como Zelas Hazelmere recibía una carta con la siguiente premisa "Se le invita cordialmente al señor Zelas Hazelmere a un encuentro de caballeros, en los bosques al este de Ulmer, cerca de la piedra con forma de roca, aquel que se alce vencedor del encuentro recibirá de recompensa un deseo con todo lo que ello conlleva, lo esperamos" el elfo al momento de leerlo alzo una ceja incrédulo, -Patrañas- exclamo al momento que arrugaba la carta y la lanzaba, llevaba un tiempo vagando sin rumbo fijo, viajando por conocer como tenia ya acostumbrado, emprendió la marcha a la vez que se olvidaba de el asunto rápidamente.
En la actualidad....
Zelas caminaba tranquilamente, como siempre ligero de equipaje y con sus armas ceñidas a la espalda, no habían motivos para preocuparse, si es que alguna vez llegaba a estar así, el hermoso bosque que lo rodeaba se encontraba tranquilo como siempre, el frió del invierno siempre le resultaba agradable y las maravillas de la vegetación no paraban de asombrar al elfo cuando se daba el tiempo de pensar en ello, observaba su alrededor con una sonrisa cuando una extraña piedra llamo su atención, "tiene que ser una coincidencia, no puede existir alto tan absurdo como una piedra con forma de roca" pensó para si mismo cuando una voz lo recibió desde una dirección desconocida -Bienvenido Señor Hazelmere, por un momento pensamos que no se presentaría en la piedra con forma de roca, por favor espere a que se presenten sus contrincantes y prepárese para luchar- el elfo alzo una ceja nuevamente y dejo caer su morral, -no tenia intención alguna de venir, es mas, ya me voy- dijo tomando su morral otra vez, y sin esperar respuesta salio corriendo en la dirección opuesta, viendo como se alejaba de la piedra con forma de roca, cuando volteo hacia el frente se tuvo que frenar en seco, puesto que la piedra con forma de roca que había visto alejarse a la distancia ahora se encontraba frente a el, rápidamente corrió en otra dirección, sin embargo el resultado fue el mismo.
-Maldita sea... estúpida piedra con forma de roca- exclamo hacia aquella misteriosa entidad que ahora se encontraba extrañamente silenciosa, dejo caer su morral y se sentó sobre el con una clara expresión de desagrado en su rostro.
En la actualidad....
Zelas caminaba tranquilamente, como siempre ligero de equipaje y con sus armas ceñidas a la espalda, no habían motivos para preocuparse, si es que alguna vez llegaba a estar así, el hermoso bosque que lo rodeaba se encontraba tranquilo como siempre, el frió del invierno siempre le resultaba agradable y las maravillas de la vegetación no paraban de asombrar al elfo cuando se daba el tiempo de pensar en ello, observaba su alrededor con una sonrisa cuando una extraña piedra llamo su atención, "tiene que ser una coincidencia, no puede existir alto tan absurdo como una piedra con forma de roca" pensó para si mismo cuando una voz lo recibió desde una dirección desconocida -Bienvenido Señor Hazelmere, por un momento pensamos que no se presentaría en la piedra con forma de roca, por favor espere a que se presenten sus contrincantes y prepárese para luchar- el elfo alzo una ceja nuevamente y dejo caer su morral, -no tenia intención alguna de venir, es mas, ya me voy- dijo tomando su morral otra vez, y sin esperar respuesta salio corriendo en la dirección opuesta, viendo como se alejaba de la piedra con forma de roca, cuando volteo hacia el frente se tuvo que frenar en seco, puesto que la piedra con forma de roca que había visto alejarse a la distancia ahora se encontraba frente a el, rápidamente corrió en otra dirección, sin embargo el resultado fue el mismo.
-Maldita sea... estúpida piedra con forma de roca- exclamo hacia aquella misteriosa entidad que ahora se encontraba extrañamente silenciosa, dejo caer su morral y se sentó sobre el con una clara expresión de desagrado en su rostro.
Última edición por Zelas Hazelmere el Mar Oct 27 2020, 03:08, editado 1 vez
Zelas Hazelmere
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Re: Master Exploder [Priv. Fredericksen y Rauko] [Beta] [Terminado]
–Se le invita cordialmente al señor Rauko a un encuentro de caballeros, en los bosques al este de Ulmer, cerca de la piedra con forma de roca. Aquel que se alce vencedor del encuentro recibirá de recompensa un deseo con todo lo que ello conlleva. Lo esperamos.
–Vaya tontería –dije cuando Hyro terminó de leer la carta de procedencia desconocida–. ¿Desde cuándo una piedra va a tener forma de roca, si todos sabemos que las rocas son las que tienen forma de piedras?
–Creí que la parte que te parecía tonta era la del deseo.
–Ah, no. Ya he recibido varios deseos antes.
Extrañado, Hyro arrugó la nariz.
–¿Se te han cumplido deseos? –preguntó, incrédulo.
–No, espera. Dije que recibí deseos. Eso no significa que mis deseos se hayan cumplido, sino que alguien más ha venido a mí y me ha dicho lo que desea –expliqué.
–¿Estás haciéndote el tonto o…? –Negó con la cabeza, optando por dejar el camino que seguía la conversación–. Bueno, por lo menos no te creíste lo de la carta… –Calló al verme equiparme con el equipamiento con el que me equipaba para embarcarme en una aventura–. ¿Qué demonios estás haciendo?
–De todas maneras, Manuela me pidió investigar un extraño fenómeno que ocurre cerca de Ulmer –expliqué–. Ella no se preocuparía por algo que solamente sería una broma. Así que iré.
–Vaya, para que sí existe una piedra con forma de roca, a pesar de que normalmente es al revés –dije en cuanto divisé el tan inusual objeto–. Bien, momento de caer en la broma. –Avancé despreocupadamente dando zancadas.
«Hola, Rauko, qué bueno que llegaste, te estábamos esperando».
Me detuve. ¿De dónde provino esa voz? Miré a mi alrededor, sin encontrar nada. Supuse que podría ser un vampiro señor de la voz escondido en alguna parte. Llevé una mano a la empuñadura de mi espada Retniw, alerta.
«Bien, ya estás preparado para luchar».
–¿Qué? ¿Luchar? –Tuve un muy mal presentimiento.
Una vez más, maldije a Manuela.
–Vaya tontería –dije cuando Hyro terminó de leer la carta de procedencia desconocida–. ¿Desde cuándo una piedra va a tener forma de roca, si todos sabemos que las rocas son las que tienen forma de piedras?
–Creí que la parte que te parecía tonta era la del deseo.
–Ah, no. Ya he recibido varios deseos antes.
Extrañado, Hyro arrugó la nariz.
–¿Se te han cumplido deseos? –preguntó, incrédulo.
–No, espera. Dije que recibí deseos. Eso no significa que mis deseos se hayan cumplido, sino que alguien más ha venido a mí y me ha dicho lo que desea –expliqué.
–¿Estás haciéndote el tonto o…? –Negó con la cabeza, optando por dejar el camino que seguía la conversación–. Bueno, por lo menos no te creíste lo de la carta… –Calló al verme equiparme con el equipamiento con el que me equipaba para embarcarme en una aventura–. ¿Qué demonios estás haciendo?
–De todas maneras, Manuela me pidió investigar un extraño fenómeno que ocurre cerca de Ulmer –expliqué–. Ella no se preocuparía por algo que solamente sería una broma. Así que iré.
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–Vaya, para que sí existe una piedra con forma de roca, a pesar de que normalmente es al revés –dije en cuanto divisé el tan inusual objeto–. Bien, momento de caer en la broma. –Avancé despreocupadamente dando zancadas.
«Hola, Rauko, qué bueno que llegaste, te estábamos esperando».
Me detuve. ¿De dónde provino esa voz? Miré a mi alrededor, sin encontrar nada. Supuse que podría ser un vampiro señor de la voz escondido en alguna parte. Llevé una mano a la empuñadura de mi espada Retniw, alerta.
«Bien, ya estás preparado para luchar».
–¿Qué? ¿Luchar? –Tuve un muy mal presentimiento.
Una vez más, maldije a Manuela.
Rauko
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Re: Master Exploder [Priv. Fredericksen y Rauko] [Beta] [Terminado]
Después de un largo y agradable periodo de calma en los bosques, había llegado una nota algo curiosa. Principalmente era raro porque Azrael había sido quien me la había entregado “¿Cómo logró el lobo conseguirla?” Era la duda que seguía repitiéndose en mi cabeza, el animal no solía recoger cualquier cosa que se consiguiera en el suelo “A menos que fuera el cadáver de un animal más pequeño” así que alguien tuvo que dársela, lo peor es que ese alguien debía saber la conexión entre el lobo y mi persona “Por lo cual… vuelvo a tener un acosador”
- Mientras no sea tan intenso como lo era Genevive… posiblemente pueda vivir con eso. – Sufrí un escalofrío y continué el camino, si recordaba bien, debía ir a la roca con forma de piedra “¿O era la piedra con forma de roca?” Pero realmente daba igual, me habían invitado a un encuentro de caballeros, al parecer quien ganara obtendría un deseo “Y definitivamente no puedo perderme eso” nunca eran suficientes las veces que se podía ver como los caballeros luchaban.
El viaje había sido más tedioso de lo pensado, lo peor es que como había decidido que el lobo se quedara con Delilah y Genevive por si el acosador regresaba, no había tenido con quien hablar en todo el recorrido. Las indicaciones recibidas por los comerciantes o aventureros que me conseguían no eran muy claras “La piedra esa…si, la piedra con forma de roca, la roca con forma de piedra, por su puesto.” Eso me había respondido un anciano luego de preguntarle, luego de que repitiera esa frase por diez minutos, solo me dio la espalda y se fue.
- Pero eso me da igual… ya estamos aquí. – Murmuré mientras terminaba de escalar la piedra con forma de roca. Miré a los alrededores y extrañamente no había llegado más público, seguramente era una invitación solo para gente especial “¿Qué hice para ganarme el derecho a ser especial?” Debería plantearme aquello luego, bajé la mirada al suelo, algunos metros allí abajo estaban dos figuras conocidas, una al lado izquierdo de la roca y la otra a la derecha. “Debe ser una broma.”
- Bienvenido Fredericksen, nos alegra saber que participará en el combate. – La voz venía de algún sitio a mis espaldas, me hubiese tomado la molestia de girarme para saber de dónde exactamente, solo que por culpa de la sorpresa había tropezado y ahora caía dando tumbos, arrastrando polvo y pequeñas piedras conmigo. El impacto contra la grama había sido más doloroso de lo que me gustaría, me retorcí un poco para quedar boca arriba y sacudí el traje verde. – Vaya, la idea no es morir antes de empezar a luchar. – Repitió la voz de antes.
- ¿Pelear? Yo solo venía a ver. – Mascullé incorporándome, aquello seguro era un error. – No tengo apariencia de caballero… para nada. – La risa de la persona invisible fue estridente “Maldición ¿Ahora donde me metí?”
- Será mejor que se vayan reuniendo, esperamos que ustedes tres nos den un buen espectáculo.
- Mientras no sea tan intenso como lo era Genevive… posiblemente pueda vivir con eso. – Sufrí un escalofrío y continué el camino, si recordaba bien, debía ir a la roca con forma de piedra “¿O era la piedra con forma de roca?” Pero realmente daba igual, me habían invitado a un encuentro de caballeros, al parecer quien ganara obtendría un deseo “Y definitivamente no puedo perderme eso” nunca eran suficientes las veces que se podía ver como los caballeros luchaban.
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El viaje había sido más tedioso de lo pensado, lo peor es que como había decidido que el lobo se quedara con Delilah y Genevive por si el acosador regresaba, no había tenido con quien hablar en todo el recorrido. Las indicaciones recibidas por los comerciantes o aventureros que me conseguían no eran muy claras “La piedra esa…si, la piedra con forma de roca, la roca con forma de piedra, por su puesto.” Eso me había respondido un anciano luego de preguntarle, luego de que repitiera esa frase por diez minutos, solo me dio la espalda y se fue.
- Pero eso me da igual… ya estamos aquí. – Murmuré mientras terminaba de escalar la piedra con forma de roca. Miré a los alrededores y extrañamente no había llegado más público, seguramente era una invitación solo para gente especial “¿Qué hice para ganarme el derecho a ser especial?” Debería plantearme aquello luego, bajé la mirada al suelo, algunos metros allí abajo estaban dos figuras conocidas, una al lado izquierdo de la roca y la otra a la derecha. “Debe ser una broma.”
- Bienvenido Fredericksen, nos alegra saber que participará en el combate. – La voz venía de algún sitio a mis espaldas, me hubiese tomado la molestia de girarme para saber de dónde exactamente, solo que por culpa de la sorpresa había tropezado y ahora caía dando tumbos, arrastrando polvo y pequeñas piedras conmigo. El impacto contra la grama había sido más doloroso de lo que me gustaría, me retorcí un poco para quedar boca arriba y sacudí el traje verde. – Vaya, la idea no es morir antes de empezar a luchar. – Repitió la voz de antes.
- ¿Pelear? Yo solo venía a ver. – Mascullé incorporándome, aquello seguro era un error. – No tengo apariencia de caballero… para nada. – La risa de la persona invisible fue estridente “Maldición ¿Ahora donde me metí?”
- Será mejor que se vayan reuniendo, esperamos que ustedes tres nos den un buen espectáculo.
Fredericksen
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Re: Master Exploder [Priv. Fredericksen y Rauko] [Beta] [Terminado]
-Sus contrincantes en esta etapa han arribado- comento aquella extraña voz cuando escucho otra voz que se le hacia familiar, -no me interesa pelear, solo quiero una forma de salir de acá- exclamo el elfo cuando su atención fue desviada por el ruido sordo de alguien golpeándose seguido de otro y luego otro mas, acompañado del sonido de las piedras deslizándose, cuando se acerco entendió por que reconocía la voz, Rauko el elfo herrero se encontraba al otro lado de la piedra y Fred era quien se había dado de lleno contra el piso. "Clasico Fred" pensó Zelas para si mismo.
-Qué ocurrirá si no queremos pelear?, esto ya parece el inicio de un mal chiste- dijo Zelas mientas cruzaba sus brazos, puesto conocía de cierta forma a sus contrincantes y les tenia algo de estima, ademas que odiaba que alguien le obligara a hacer cosas, aquello no era su estilo, -si no pelean no podrán salir de este lugar- el elfo alzo una ceja puesto que ya había intentado escapar antes sin éxito. -ademas se le concederá un deseo al ganador, acaso eso no es un motivo valido?- Zelas negó con la cabeza -no lo entenderías, yo ya tengo todo lo que deseo, y si llegase a desear algo mas no necesitaría de tu ayuda para obtenerlo- rebatió el elfo, algo molesto con la situación, observando a sus conocidos para ver que posición adoptarían ante este debacle.
-Qué ocurrirá si no queremos pelear?, esto ya parece el inicio de un mal chiste- dijo Zelas mientas cruzaba sus brazos, puesto conocía de cierta forma a sus contrincantes y les tenia algo de estima, ademas que odiaba que alguien le obligara a hacer cosas, aquello no era su estilo, -si no pelean no podrán salir de este lugar- el elfo alzo una ceja puesto que ya había intentado escapar antes sin éxito. -ademas se le concederá un deseo al ganador, acaso eso no es un motivo valido?- Zelas negó con la cabeza -no lo entenderías, yo ya tengo todo lo que deseo, y si llegase a desear algo mas no necesitaría de tu ayuda para obtenerlo- rebatió el elfo, algo molesto con la situación, observando a sus conocidos para ver que posición adoptarían ante este debacle.
Zelas Hazelmere
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Re: Master Exploder [Priv. Fredericksen y Rauko] [Beta] [Terminado]
–Oh, parece que no soy el único aquí –noté. Zelas y Chucho aparecieron, y el arquero no lo hizo de una forma que inspirara respeto.
«Sí, es obvio que no estás solo.»
–Oye, pero que personas conocidas estén aquí no hace que yo quiera luchar, ¿sabes?
«Ellos serán tus contrincantes.»
–Eso me motiva menos. Se nota que no eres la persona... voz más indicada para convencerme.
«Parece que no te interesa la oferta del deseo.»
–Sí me interesa cumplir un deseo, uno que me permitiría soltar mi espada y detenerme a disfrutar en paz de una larga vida, pero no hay ninguna prueba de que lo que ofreces no sea otra falsa promesa.
«¿Quieres ver una pequeña muestra de nuestro poder?»
–Si no implica dolor físico para mí, pues vale.
«Entonces intenta alejarte.»
Tras asentir con la cabeza, obedientemente caminé por donde mismo llegué. No tardé en llegar de nuevo a la piedra con forma de roca.
–Entiendo lo que pasa –suspiré, resignado.
¿Qué era aquello exactamente? ¿Una ilusión? Eso era lo más probable, pero saberlo no significaba que podría escapar. ¿Los tres éramos reales o solo yo? ¿La ilusión existía en mi mente y mi cuerpo estaba inmóvil o de verdad estaba moviéndome?
Solté un largo suspiro. Aquel iba a ser un día estresante.
«Aunque no quisieran luchar, se verán forzados a hacerlo si quieren salir de aquí.»
–Vale, vale, sí. Ahórrate el discurso y contéstame tres preguntas. Es lo único que pido antes de considerar luchar u optar por pasar el resto de mi existencia aquí.
«Entiendo. Pregunta.»
–La primera: ¿esto es una ilusión? La segunda: ¿cómo se define al ganador? Y la tercera: ¿las heridas que recibamos desaparecerán al final o hay verdadero riesgo de morir aquí?
Sabía que sus respuestas podrían ser mentiras. Aun así, desenvainé la espada Retniw, empuñándola con la mano derecha mientras empuñaba con la izquierda la daga Henker. No adopté una postura de combate aún, no lo haría hasta escuchar las respuestas del ente desconocido o, más importante, ver a mis «contrincantes» optar por atacarme.
«Sí, es obvio que no estás solo.»
–Oye, pero que personas conocidas estén aquí no hace que yo quiera luchar, ¿sabes?
«Ellos serán tus contrincantes.»
–Eso me motiva menos. Se nota que no eres la persona... voz más indicada para convencerme.
«Parece que no te interesa la oferta del deseo.»
–Sí me interesa cumplir un deseo, uno que me permitiría soltar mi espada y detenerme a disfrutar en paz de una larga vida, pero no hay ninguna prueba de que lo que ofreces no sea otra falsa promesa.
«¿Quieres ver una pequeña muestra de nuestro poder?»
–Si no implica dolor físico para mí, pues vale.
«Entonces intenta alejarte.»
Tras asentir con la cabeza, obedientemente caminé por donde mismo llegué. No tardé en llegar de nuevo a la piedra con forma de roca.
–Entiendo lo que pasa –suspiré, resignado.
¿Qué era aquello exactamente? ¿Una ilusión? Eso era lo más probable, pero saberlo no significaba que podría escapar. ¿Los tres éramos reales o solo yo? ¿La ilusión existía en mi mente y mi cuerpo estaba inmóvil o de verdad estaba moviéndome?
Solté un largo suspiro. Aquel iba a ser un día estresante.
«Aunque no quisieran luchar, se verán forzados a hacerlo si quieren salir de aquí.»
–Vale, vale, sí. Ahórrate el discurso y contéstame tres preguntas. Es lo único que pido antes de considerar luchar u optar por pasar el resto de mi existencia aquí.
«Entiendo. Pregunta.»
–La primera: ¿esto es una ilusión? La segunda: ¿cómo se define al ganador? Y la tercera: ¿las heridas que recibamos desaparecerán al final o hay verdadero riesgo de morir aquí?
Sabía que sus respuestas podrían ser mentiras. Aun así, desenvainé la espada Retniw, empuñándola con la mano derecha mientras empuñaba con la izquierda la daga Henker. No adopté una postura de combate aún, no lo haría hasta escuchar las respuestas del ente desconocido o, más importante, ver a mis «contrincantes» optar por atacarme.
Rauko
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Re: Master Exploder [Priv. Fredericksen y Rauko] [Beta] [Terminado]
No había que ser muy perspicaz para saber que algo iba definitivamente mal en aquel asunto, tanto Rauko como Zelas parecían tener sus propios problemas. Paseé la mirada de un elfo a otro, luego traté de hallar a la persona que me había hablado “Eso de dar un espectáculo no me termina de convencer.”
- ¿Estás preparado para el combate? No creo que tus contrincantes deseen esperar.
- ¿Contrincantes? Solo veo a los elfos, ellos no son mis enemigos… me agradan o algo así, ya sabes, lo suficiente para no querer clavarles una flecha en cualquier zona del cuerpo
- Pues el día de hoy deberás hacerlo si quieres ganar y tener el deseo.
- Yo solo venía a ver la pelea ¿No puedo ver como ellos combaten y listo? – Arqueé la ceja mientras me levantaba del suelo, quitándome una piedrita que se había quedado en mi mano.
- No, debes combatir también. – Solté el aire lentamente y me froté las manos por el rostro, que persona tan terca ¿Qué le hacía creer que tenía el control sobre todo? – Su única alternativa es luchar o quedarán encerrados.
- Tengo suficientes manzanas para pasar la noche aquí, si quieres que me desespere no lo lograras. – Volví a trepar un poco en la piedra con forma de roca y saqué unas hojas de menta, las cuales me dispuse a mascar. - ¿Ustedes dos también tienen una voz en su cabeza? Ya saben… aparte de las que hablan generalmente y les dicen que cosas hacer o no. – Pregunté a los elfos que se mostraban más raros de lo normal. – Yo tengo un sujeto que me dice “Ataca Fred, hazlos morder el polvo, ellos no te quieren y debes matarlos”… bueno, no dice realmente eso, pero ustedes me entienden. – Me encogí de hombros para luego sentarme en la piedra. – También me amenaza con matar a mi familia y no dejarme salir de aquí, pero mi familia ya está muerta. Creo que le salió mal la jugada.
- Nunca se mencionó algo de matar a tu familia.
- Podría jurar que si escuché algo así…cielos. – Murmuré y sacudí la cabeza. – Olvídenlo chicos, al parecer solo no me dejará salir de aquí, la jugada le salió bien.
En general, la situación aún no me preocupaba, siempre había podido salir de los problemas por muy raros que parecieran, el asunto solo estaba en que los elfos no quisieran volverme brocheta con sus espadas “Uno las arroja y el otro corre y salta… ¿Cómo demonios puedo defenderme de eso, sería el primero en morir?” Lamentablemente, Rauko si parecía sucumbir ante la tentación de apuñalar algo.
- Rauko…bonita armas ¿Pero cuál es la necesidad de desenfundarlas? – Tragué saliva mientras me arrastraba hacia atrás usando las manos “Más me vale tomar distancia por precaución” - ¿Necesitaban tomar aire o algo así? Porque lo entendería de ser ese el caso... ya sabes, se ven muy bien sin sangre y todo eso.
- ¿Estás preparado para el combate? No creo que tus contrincantes deseen esperar.
- ¿Contrincantes? Solo veo a los elfos, ellos no son mis enemigos… me agradan o algo así, ya sabes, lo suficiente para no querer clavarles una flecha en cualquier zona del cuerpo
- Pues el día de hoy deberás hacerlo si quieres ganar y tener el deseo.
- Yo solo venía a ver la pelea ¿No puedo ver como ellos combaten y listo? – Arqueé la ceja mientras me levantaba del suelo, quitándome una piedrita que se había quedado en mi mano.
- No, debes combatir también. – Solté el aire lentamente y me froté las manos por el rostro, que persona tan terca ¿Qué le hacía creer que tenía el control sobre todo? – Su única alternativa es luchar o quedarán encerrados.
- Tengo suficientes manzanas para pasar la noche aquí, si quieres que me desespere no lo lograras. – Volví a trepar un poco en la piedra con forma de roca y saqué unas hojas de menta, las cuales me dispuse a mascar. - ¿Ustedes dos también tienen una voz en su cabeza? Ya saben… aparte de las que hablan generalmente y les dicen que cosas hacer o no. – Pregunté a los elfos que se mostraban más raros de lo normal. – Yo tengo un sujeto que me dice “Ataca Fred, hazlos morder el polvo, ellos no te quieren y debes matarlos”… bueno, no dice realmente eso, pero ustedes me entienden. – Me encogí de hombros para luego sentarme en la piedra. – También me amenaza con matar a mi familia y no dejarme salir de aquí, pero mi familia ya está muerta. Creo que le salió mal la jugada.
- Nunca se mencionó algo de matar a tu familia.
- Podría jurar que si escuché algo así…cielos. – Murmuré y sacudí la cabeza. – Olvídenlo chicos, al parecer solo no me dejará salir de aquí, la jugada le salió bien.
En general, la situación aún no me preocupaba, siempre había podido salir de los problemas por muy raros que parecieran, el asunto solo estaba en que los elfos no quisieran volverme brocheta con sus espadas “Uno las arroja y el otro corre y salta… ¿Cómo demonios puedo defenderme de eso, sería el primero en morir?” Lamentablemente, Rauko si parecía sucumbir ante la tentación de apuñalar algo.
- Rauko…bonita armas ¿Pero cuál es la necesidad de desenfundarlas? – Tragué saliva mientras me arrastraba hacia atrás usando las manos “Más me vale tomar distancia por precaución” - ¿Necesitaban tomar aire o algo así? Porque lo entendería de ser ese el caso... ya sabes, se ven muy bien sin sangre y todo eso.
Fredericksen
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Re: Master Exploder [Priv. Fredericksen y Rauko] [Beta] [Terminado]
-Cualquier cosa que suceda con ustedes se quedara en este espacio que hemos creado para el evento, nadie ha de morir a menos que eso sea lo que el ganador desee al final, hemos puesto el empeño necesario para reunir a 3 peculiares peleadores, la única forma de salir es pelear- comento la voz que solo podía escuchar Zelas, cuando Fred menciono lo de las voces, comprendió que al parecer cada uno había sido enviado allí por una entidad distinta.
-Escucho a una entidad, mas, creo que lo que te habla a ti es tu conciencia Fred, siempre has sido paranoico- comento el elfo aun manteniendo la distancia y reticente a pelear, incluso a pesar de ver a Rauko desenvainar sus armas. -de acuerdo te seré honesto, la verdad estoy apostando por ti y es imperativo que luches, necesito que luches, de ahí que se te ofrezca un deseo a elección- Zelas nuevamente alzo la ceja y se encongio de hombros, la verdad eso tenia mucho mas sentido que el encuentro de caballeros. -bien, puedo trabajar con eso, ahora tiene sentido... supongo que no queda otra opción- comento a la vez que desenfundaba 2 de sus cimitarras envolviendo el pomo de estas en una fina capa de éter de luz observo a ambos "contrincantes" dedicándoles una mirada cómplice.
-Si gano los traeré de vuelta a la vida, aunque creo que no moriremos, y por lo visto es la única forma que tenemos de salir de acá... Así que.. Demos un buen espectáculo, les parece?- dijo a la vez que se ponía en guardia.
-Escucho a una entidad, mas, creo que lo que te habla a ti es tu conciencia Fred, siempre has sido paranoico- comento el elfo aun manteniendo la distancia y reticente a pelear, incluso a pesar de ver a Rauko desenvainar sus armas. -de acuerdo te seré honesto, la verdad estoy apostando por ti y es imperativo que luches, necesito que luches, de ahí que se te ofrezca un deseo a elección- Zelas nuevamente alzo la ceja y se encongio de hombros, la verdad eso tenia mucho mas sentido que el encuentro de caballeros. -bien, puedo trabajar con eso, ahora tiene sentido... supongo que no queda otra opción- comento a la vez que desenfundaba 2 de sus cimitarras envolviendo el pomo de estas en una fina capa de éter de luz observo a ambos "contrincantes" dedicándoles una mirada cómplice.
-Si gano los traeré de vuelta a la vida, aunque creo que no moriremos, y por lo visto es la única forma que tenemos de salir de acá... Así que.. Demos un buen espectáculo, les parece?- dijo a la vez que se ponía en guardia.
- Habilidad Activa:
- Habilidad de nivel 3: Retorno: [Mágica] al principio de una pelea recubre el pomo de sus armas con el poder de la luz, permitiendole con un leve gesto de manos hacer que las armas vuelvan a el en cualquier momento de la pelea, (no puede alterar el curso de estas una vez las lanza, solo puede hacer que vuelvan hacia el.)
Zelas Hazelmere
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Re: Master Exploder [Priv. Fredericksen y Rauko] [Beta] [Terminado]
«Están dentro de una esfera de realidad.»
–Eso no explica nada –me quejé–. ¿Qué demonios es una esfera de realidad?
«Este lugar es… ¿Qué? ¿No es una esfera de realidad? ¿Entonces qué es?»
–¿Y yo cómo voy a saber eso?
«Silencio, no estoy hablando contigo.»
–¿Ah? Entonces sal de mi cabeza si no estás hablando conmigo.
«Bien, entiendo… Sí, vale… Ajá… ¿Y si…? Ah, con que es así… Vale, sí…»
Esperé durante unos segundos.
«Ya, ahora sí hablo contigo, Rauko. Al final sanarán todas sus heridas, sean letales o no.»
Asentí. Pero no iba a creer en eso.
«Y ganarás cuando ellos no puedan luchar más. Aunque… sin matar es menos divertido»
–Eso me sirve –dije, permitiéndome esbozar una pequeña sonrisa, aliviado–. Si no tengo que matarlos, está bien; tengo cómo sanarlos yo mismo. Así no importará si estás mintiendo.
«Será más difícil si intentas derrotarlos sin asesinar. Lo sabes, ¿no?»
–Silencio, Chucho está hablándome.
«¿Estás… mandándome a callar?»
–Descuida, Frederico, no te atacaré si no intentas lastimarme, ¿vale? –le respondí al arquero, con una sonrisa perezosa en mi rostro–. Pero sería genial si me ayudaras a neutralizar a Zelas, que parece que sí me atacará. Aunque sin tiros letales, ¿vale? Evitemos matarnos confiando en algo tan sospechoso.
«¡Hey, hey, hey, me he equivocado! Sí tienes que matarlos. Sí, debes hacerlo.»
–¿Cómo que ahora sí debo matarlos? –inquirí con recelo–. No te creo. Déjame hablar con el que está contigo.
«¿Qué? No puedes…»
–Dije que me dejes hablar con otro que no seas tú –exigí.
- No, no los mates – dijo otra voz. – De hecho, podrías rendirte, también.
«No le creas. Hagas lo que hagas, no te rindas o tus contrincantes te matarán»
–¿Saben qué? Seguiré con mi plan de ganar sin matar.
Saqué una pócima verde de uno de mis bolsillos y lo coloqué detrás de un árbol algo alejado. Al regresar, mientras concentraba energía en la punta de mi espada, dije:
–Bueno, ¿quieres dar un espectáculo, Zelas? Lo lamento, yo… –El éter de mi cuerpo ardió–. Yo acabaré con esto enseguida.
En apenas un instante me coloqué al frente del elfo,[1] con mi espada buscando acercarse a su cabeza en una estocada. Pero nunca lo alcanzaría con la espada; esa no era mi intención. El éter en la punta de la hoja fue liberado hacia el rostro de Zelas en un centellazo.[2]
–Eso no explica nada –me quejé–. ¿Qué demonios es una esfera de realidad?
«Este lugar es… ¿Qué? ¿No es una esfera de realidad? ¿Entonces qué es?»
–¿Y yo cómo voy a saber eso?
«Silencio, no estoy hablando contigo.»
–¿Ah? Entonces sal de mi cabeza si no estás hablando conmigo.
«Bien, entiendo… Sí, vale… Ajá… ¿Y si…? Ah, con que es así… Vale, sí…»
Esperé durante unos segundos.
«Ya, ahora sí hablo contigo, Rauko. Al final sanarán todas sus heridas, sean letales o no.»
Asentí. Pero no iba a creer en eso.
«Y ganarás cuando ellos no puedan luchar más. Aunque… sin matar es menos divertido»
–Eso me sirve –dije, permitiéndome esbozar una pequeña sonrisa, aliviado–. Si no tengo que matarlos, está bien; tengo cómo sanarlos yo mismo. Así no importará si estás mintiendo.
«Será más difícil si intentas derrotarlos sin asesinar. Lo sabes, ¿no?»
–Silencio, Chucho está hablándome.
«¿Estás… mandándome a callar?»
–Descuida, Frederico, no te atacaré si no intentas lastimarme, ¿vale? –le respondí al arquero, con una sonrisa perezosa en mi rostro–. Pero sería genial si me ayudaras a neutralizar a Zelas, que parece que sí me atacará. Aunque sin tiros letales, ¿vale? Evitemos matarnos confiando en algo tan sospechoso.
«¡Hey, hey, hey, me he equivocado! Sí tienes que matarlos. Sí, debes hacerlo.»
–¿Cómo que ahora sí debo matarlos? –inquirí con recelo–. No te creo. Déjame hablar con el que está contigo.
«¿Qué? No puedes…»
–Dije que me dejes hablar con otro que no seas tú –exigí.
- No, no los mates – dijo otra voz. – De hecho, podrías rendirte, también.
«No le creas. Hagas lo que hagas, no te rindas o tus contrincantes te matarán»
–¿Saben qué? Seguiré con mi plan de ganar sin matar.
Saqué una pócima verde de uno de mis bolsillos y lo coloqué detrás de un árbol algo alejado. Al regresar, mientras concentraba energía en la punta de mi espada, dije:
–Bueno, ¿quieres dar un espectáculo, Zelas? Lo lamento, yo… –El éter de mi cuerpo ardió–. Yo acabaré con esto enseguida.
En apenas un instante me coloqué al frente del elfo,[1] con mi espada buscando acercarse a su cabeza en una estocada. Pero nunca lo alcanzaría con la espada; esa no era mi intención. El éter en la punta de la hoja fue liberado hacia el rostro de Zelas en un centellazo.[2]
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Última edición por Rauko el Dom Abr 05 2020, 18:25, editado 1 vez (Razón : se me cayó el ganso)
Rauko
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Re: Master Exploder [Priv. Fredericksen y Rauko] [Beta] [Terminado]
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Re: Master Exploder [Priv. Fredericksen y Rauko] [Beta] [Terminado]
- No creo que sea mi conciencia, esa suena más aguda. – Respondí a Zelas mientras mantenía ahora mi distancia de ambos elfos, por lo visto aquel par era susceptible a la manipulación “Novatos, no pueden con una voz adicional en sus cabezas” “Creo recordar que las primeras veces que hablé, eras similar” “Patrañas, espera… llevabas tiempo en silencio, por lo general aparecías para reprenderme o avisarme de que hacía algo mal”
- Parece que tus conocidos si están dispuestos a mutilarte ¿Acaso no planeas hacer algo? – La voz desconocida nuevamente me hizo volver a la realidad, encogiéndome un poco de hombros si saber realmente que hacer. – Vamos, tienes un arco. Les ganas por la distancia.
- Y aquel puede lanzar sus armas y regresarlas. – Respondí, señalando a Zelas. – No soy el único con ventaja.
- No puedo creer que eligiera al más inútil.
- Si, una mala elección a decir verdad. Yo que tú, apostaría el poco dinero que te quede en los bolsillos a alguien más, claro…si es que tienes bolsillos. – Tragué saliva cuando escuché lo de “dar un buen espectáculo” “Genial, ahora también debo ser actor.” – Si tú no me vuelves picadillo, yo no te uso como diana de tiro al blanco, suena a un trato justo. – Asentí retirando el carcaj aun con vacilación.
- Entonces si participarás, magnifico.
- No participaré, sobreviviré… apoyar al mejor postor y eso. – Moví un poco en el aire la mano libre. – No te preocupes, Rauko. Eso de matar sigue sin ir conmigo, solo en casos desesperados.
Si antes hubo alguna oportunidad de convencer a los elfos de que luchar era mala opción, ya estaba claro se había perdido. Uno había aceptado dar un espectáculo, el otro le había dado la razón y antes de poder mediar alguna otra palabra, Rauko ya se encontraba atacando, el elfo se había movido más rápido de lo esperado, por la dirección del golpe el propósito era claro “Lo planea decapitar, maldición, estoy rodeado por dementes.” Pero mientras la espada estuviese lejos de mi cabeza, estaba bien.
La cabeza de Zelas siguió por suerte en su lugar, al parecer el propósito del ataque había sido otro, la espada había liberado energía contra el rostro de este “Bien… creo que me puse del lado adecuado por el momento.” Me arrodillé en la roca y saqué una flecha del carcaj para tensarla “Ahora es cuando debo aprovechar que no soy un objetivo.” Tomé aire lentamente y usé el ojo sano para concentrarme en el blanco, Zelas era un peligro si lograba enganchar las espadas a aquel mecanismo extraño, pero si lograba apartarlo de estas antes de que lo hiciera, todo estaría bien. [1]Todo se volvía más claro por la falta de aire, me enfoqué todo lo posible en una de estas espadas, las armas parecían brillar “Aquello no es bueno” El palpitar de mi pecho se detuvo el tiempo suficiente para dejarme en claro que ya había llegado el momento, mi corazón se habían quedado tan quieto que parecían estar a la expectativa de lo que sucedería. Liberé la flecha esperando acertar en la cimitarra, el impacto debería arrancársela de la mano “Y con suerte, no le arrancaré dos dedos” Me arqueé y apoyé el peso de mi cuerpo sobre la roca usando ambas manos, tomando largas bocanadas de aire mientras el ritmo en mi pecho se aceleraba momentáneamente, estabilizándose poco a poco.
- Creí que pretendías aguantar el aire hasta morir… eso hubiese sido curioso.
- La próxima vez…. Intentaré hacerlo… a ver si así puedo irme.
- Parece que tus conocidos si están dispuestos a mutilarte ¿Acaso no planeas hacer algo? – La voz desconocida nuevamente me hizo volver a la realidad, encogiéndome un poco de hombros si saber realmente que hacer. – Vamos, tienes un arco. Les ganas por la distancia.
- Y aquel puede lanzar sus armas y regresarlas. – Respondí, señalando a Zelas. – No soy el único con ventaja.
- No puedo creer que eligiera al más inútil.
- Si, una mala elección a decir verdad. Yo que tú, apostaría el poco dinero que te quede en los bolsillos a alguien más, claro…si es que tienes bolsillos. – Tragué saliva cuando escuché lo de “dar un buen espectáculo” “Genial, ahora también debo ser actor.” – Si tú no me vuelves picadillo, yo no te uso como diana de tiro al blanco, suena a un trato justo. – Asentí retirando el carcaj aun con vacilación.
- Entonces si participarás, magnifico.
- No participaré, sobreviviré… apoyar al mejor postor y eso. – Moví un poco en el aire la mano libre. – No te preocupes, Rauko. Eso de matar sigue sin ir conmigo, solo en casos desesperados.
Si antes hubo alguna oportunidad de convencer a los elfos de que luchar era mala opción, ya estaba claro se había perdido. Uno había aceptado dar un espectáculo, el otro le había dado la razón y antes de poder mediar alguna otra palabra, Rauko ya se encontraba atacando, el elfo se había movido más rápido de lo esperado, por la dirección del golpe el propósito era claro “Lo planea decapitar, maldición, estoy rodeado por dementes.” Pero mientras la espada estuviese lejos de mi cabeza, estaba bien.
La cabeza de Zelas siguió por suerte en su lugar, al parecer el propósito del ataque había sido otro, la espada había liberado energía contra el rostro de este “Bien… creo que me puse del lado adecuado por el momento.” Me arrodillé en la roca y saqué una flecha del carcaj para tensarla “Ahora es cuando debo aprovechar que no soy un objetivo.” Tomé aire lentamente y usé el ojo sano para concentrarme en el blanco, Zelas era un peligro si lograba enganchar las espadas a aquel mecanismo extraño, pero si lograba apartarlo de estas antes de que lo hiciera, todo estaría bien. [1]Todo se volvía más claro por la falta de aire, me enfoqué todo lo posible en una de estas espadas, las armas parecían brillar “Aquello no es bueno” El palpitar de mi pecho se detuvo el tiempo suficiente para dejarme en claro que ya había llegado el momento, mi corazón se habían quedado tan quieto que parecían estar a la expectativa de lo que sucedería. Liberé la flecha esperando acertar en la cimitarra, el impacto debería arrancársela de la mano “Y con suerte, no le arrancaré dos dedos” Me arqueé y apoyé el peso de mi cuerpo sobre la roca usando ambas manos, tomando largas bocanadas de aire mientras el ritmo en mi pecho se aceleraba momentáneamente, estabilizándose poco a poco.
- Creí que pretendías aguantar el aire hasta morir… eso hubiese sido curioso.
- La próxima vez…. Intentaré hacerlo… a ver si así puedo irme.
- Uso de habilidad:
[1]Habilidad de nivel 0
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Re: Master Exploder [Priv. Fredericksen y Rauko] [Beta] [Terminado]
Aquello había sido una verdadera sorpresa para Zelas, al ver a Rauko acortar la brecha de la distancia en un parpadeo, sin embargo la estocada no estaba ni cerca de darle, "eso no me dará" pensó para si mismo, cuando la voz en su cabeza pareció concordar con el, -eso no te dará- escucho Zelas en su cabeza, y estaba por responderle cuando un haz de luz salio desde la punta de la espada, en un reflejo Zelas coloco la parte plana de su cimitarra para defenderse y salvar un poco su visión, sin embargo su defensa se vio comprometida en el momento que su propia cimitarra le golpeo el rostro, ante lo cual Zelas salto hacia atrás lanzando una de sus cimitarras hacia Rauko, ya habiendo ganado distancia e intentando recuperarse de su sorpresa inicial, se disponía a lanzar la otra cuando esta le fue arrebatada de la mano, gracias a una flecha lanzada desde un costado.
-dos contra uno eh... de acuerdo, es bueno tener motivos para no dejar de moverme- dijo al momento que desenvainaba las 2 cimitarras que le quedaban, adquiriendo estas un tenue brillo en sus pomos, de la misma forma que los anteriores (1) acto seguido comenzó a moverse zig zagueando en dirección a Fred, si quería luchar contra 2, tenia que encargarse de aquel que podía atacar a distancia, o al menos eso quería dar a parecer, por lo mismo entre el zig zagueo lanzo una de las cimitarras hacia Fred y esperando unos segundos su cuerpo comenzó a emanar un aura luminiscente, así brillando se lanzo rápidamente en linea recta para intentar darle una estocada.(2)
Off:
1: habilidad lvl 3
2: habilidad lvl 2
y tirare 2 runas, una para la cimitarra que le lance a Rauko y otra para las 2 acciones que hice contra Fred, les quería preguntar pero no están conectados :B
-dos contra uno eh... de acuerdo, es bueno tener motivos para no dejar de moverme- dijo al momento que desenvainaba las 2 cimitarras que le quedaban, adquiriendo estas un tenue brillo en sus pomos, de la misma forma que los anteriores (1) acto seguido comenzó a moverse zig zagueando en dirección a Fred, si quería luchar contra 2, tenia que encargarse de aquel que podía atacar a distancia, o al menos eso quería dar a parecer, por lo mismo entre el zig zagueo lanzo una de las cimitarras hacia Fred y esperando unos segundos su cuerpo comenzó a emanar un aura luminiscente, así brillando se lanzo rápidamente en linea recta para intentar darle una estocada.(2)
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y tirare 2 runas, una para la cimitarra que le lance a Rauko y otra para las 2 acciones que hice contra Fred, les quería preguntar pero no están conectados :B
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Re: Master Exploder [Priv. Fredericksen y Rauko] [Beta] [Terminado]
«Si sigues usando este tipo de tácticas, es más que evidente que morirás.»
Ignoré la voz. Tenía que centrarme en lo importante, en aprovechar la abertura, la oportunidad de atacar a Zelas cuando su propia cimitarra golpeó su rostro. Rápidamente potencié mis piernas y di un paso al frente, pisando con fuerza el suelo, justo antes de intentar salir disparado, con la misma velocidad de antes, hacia el elfo, buscando asestar una estocada a una de sus piernas.
Pero tal ataque nunca llegó a ocurrir.
Zelas reaccionó más rápido de lo que esperé y me lanzó una de sus cimitarras, tomándome por sorpresa. Apenas pude desviar el proyectil golpeándolo con mi espada, y no fue suficiente.
Un alarido escapó de mis labios. Retrocedí un paso y clavé una rodilla en el suelo, con un dolor agudo nacido en la herida en mi hombro izquierdo. No era muy profunda, pero me impediría usar ese brazo adecuadamente.
Chasqueé la lengua. No podía perder tiempo. Apunté con mi espada a Zelas, canalizando mi éter a través de esta. Entonces logré sentir el éter del elfo intensificarse. Fred estaría en problemas si no evitábamos que Zelas realizara su técnica, si esta era realmente la que yo pensaba.
Sin pensarlo más, liberé el éter de mi espada. Esta vez, sin embargo, no fue una onda de energía, sino un rayo de luz lo que salió disparado,[1] al mismo tiempo que Zelas, como yo temía, logró moverse a una velocidad extrema.
Era probable que Zelas alcanzara a Fred antes que mi haz de luz golpeara la cabeza de Zelas. Era probable que mi ataque ni siquiera diera en el blanco. Por ello, rogué que el arquero pudiera actuar a tiempo para salvarse a sí mismo.
Ignoré la voz. Tenía que centrarme en lo importante, en aprovechar la abertura, la oportunidad de atacar a Zelas cuando su propia cimitarra golpeó su rostro. Rápidamente potencié mis piernas y di un paso al frente, pisando con fuerza el suelo, justo antes de intentar salir disparado, con la misma velocidad de antes, hacia el elfo, buscando asestar una estocada a una de sus piernas.
Pero tal ataque nunca llegó a ocurrir.
Zelas reaccionó más rápido de lo que esperé y me lanzó una de sus cimitarras, tomándome por sorpresa. Apenas pude desviar el proyectil golpeándolo con mi espada, y no fue suficiente.
Un alarido escapó de mis labios. Retrocedí un paso y clavé una rodilla en el suelo, con un dolor agudo nacido en la herida en mi hombro izquierdo. No era muy profunda, pero me impediría usar ese brazo adecuadamente.
Chasqueé la lengua. No podía perder tiempo. Apunté con mi espada a Zelas, canalizando mi éter a través de esta. Entonces logré sentir el éter del elfo intensificarse. Fred estaría en problemas si no evitábamos que Zelas realizara su técnica, si esta era realmente la que yo pensaba.
Sin pensarlo más, liberé el éter de mi espada. Esta vez, sin embargo, no fue una onda de energía, sino un rayo de luz lo que salió disparado,[1] al mismo tiempo que Zelas, como yo temía, logró moverse a una velocidad extrema.
Era probable que Zelas alcanzara a Fred antes que mi haz de luz golpeara la cabeza de Zelas. Era probable que mi ataque ni siquiera diera en el blanco. Por ello, rogué que el arquero pudiera actuar a tiempo para salvarse a sí mismo.
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Re: Master Exploder [Priv. Fredericksen y Rauko] [Beta] [Terminado]
El disparo no había salido tan mal para un tuerto “O mejor dicho, para haber sido mío” hasta le había dejado los dedos intactos, aquello merecía una celebración pero claramente no en ese momento, en ese momento había que concentrarse “Concentrarse o morir, y la segunda opción no me agrada para nada” Aunque aquello no había sido suficiente, Zelas había reaccionado lo suficientemente rápido con la otra mano para herir a Rauko con la cimitarra restante.
- Bueno… lo hice bien a medias.
- Si sigues haciendo todo a medias terminarás picado pues… a medias.
- Que agradable de tu parte recordármelo. – Murmuré, retrocediendo otro poco al ver como Zelas desenfundaba sus otras dos cimitarras. – Podrías darme un consejo para evitar morir, eso te ayudaría a ganar la apuesta.
- No dejes que las espadas te alcancen ¿Algo más? – Resople ante tal respuesta y negué con la cabeza, la verdad es que aquella voz no era de ninguna ayuda. Al volver a concentrarme en el combate, vi como Zelas comenzaba a acercarse a una velocidad peligrosa mientras se movía en zigzag “Bien, aun puedo esquivar esto” Asentí dando un par de pasos hacia atrás, aunque tal como lo sospeché el elfo no se limitó al ataque cuerpo a cuerpo, lanzó una de sus cimitarras contra mí para volverme brocheta. Si me movía lo suficientemente rápido podría evitarlo, pero no contaba que el orejas punzantes planeara algo más, también se había impulsado empuñando la otra cimitarra, aquello reducía notablemente mi campo de acción.
- Demonios… - Mascullé apretando el arco con fuerza, debía pensar lo suficientemente rápido “Espera, eso es.” Si seguía retrocediendo sería presa fácil, debía desviar aquel golpe y arrancarle de la mano la cimitarra a Zelas, sin pensarlo más avance contra él y acerqué mi brazo derecho para defenderme, si lograba que el hierro impactara contra el metal el golpe sería menos eficaz.
Lastimosamente mi plan falló por un factor externo, un haz de luz dio de lleno en mi rosto haciéndome perder el equilibrio y la visibilidad unos segundos, el tiempo suficiente para sentir dos cortes en diferentes extremos. Me mordí la lengua ahogando el grito de dolor sintiendo como algo húmedo caía por mi mejilla, pero aquello no era tan importante como el dolor agudo en mi costado, no había logrado evitar la espada y Zelas me había cortado.
- Dejaste que te alcanzara la espada, deberías saber tomar consejos. – Ignoré en aquel momento la voz apartándome rápidamente de la espada de Zelas, llevando la mano libre a la herida del costado, sintiendo la sangre empapar la mano.
- En este momento me arrepiento de no haber apuntado a los dedos. – Maldije entre dientes y bajé la mirada para ver la palma de mi mano “Por los Dioses, si me quiere matar” había albergado la esperanza de que el asesinato realmente no estuviese entre las opciones de los elfos, pero la mancha roja era una clara señal de que me había equivocado. - ¿Saben? Cuando era niño una vez jugando otro chico me partió la nariz, en esa entonces le dije “Ya no quiero jugar” y con eso basto, por favor díganme que esto se aplica en este caso.
- Sé que no me pediste opinión esta vez, pero creo que es mejor dejar de hablar y hacer algo.
- Si si, tienes razón. – Sacudí la mano ensangrentada en el aire y me apresuré a sacar el pellejo de una ardilla muerta de mi bolsa, arrojándolo contra el rostro de Zelas para luego dar media vuelta y comenzar a correr, saltando de la roca mientras me mordía la lengua soportando el dolor de la herida.
- Yo que tú, no confiaría en nadie, ese otro elfo te cegó ¿Estás seguro que realmente no están trabajando juntos? Te engañan para eliminarte. – Fui a abrir la boca pero preferí no decir nada aquella vez, al parecer la voz tenía razón “Ambos quieren volverme picadillo” Lo mejor sería esconderme y aprovechar para hacer algo cuando no me vieran “O si ambos luchan, salir cuando ninguno resista más” Una gran idea. Salté al árbol más cercano y me apresuré a trepar, ignorando la punzada en mi costado. Escondiéndome entre las hojas y saltando de rama en rama mientras tensaba otra flecha en el arco, si volvían a acercarse contra mi aquella vez podría responder de mejor manera.
- Bueno… lo hice bien a medias.
- Si sigues haciendo todo a medias terminarás picado pues… a medias.
- Que agradable de tu parte recordármelo. – Murmuré, retrocediendo otro poco al ver como Zelas desenfundaba sus otras dos cimitarras. – Podrías darme un consejo para evitar morir, eso te ayudaría a ganar la apuesta.
- No dejes que las espadas te alcancen ¿Algo más? – Resople ante tal respuesta y negué con la cabeza, la verdad es que aquella voz no era de ninguna ayuda. Al volver a concentrarme en el combate, vi como Zelas comenzaba a acercarse a una velocidad peligrosa mientras se movía en zigzag “Bien, aun puedo esquivar esto” Asentí dando un par de pasos hacia atrás, aunque tal como lo sospeché el elfo no se limitó al ataque cuerpo a cuerpo, lanzó una de sus cimitarras contra mí para volverme brocheta. Si me movía lo suficientemente rápido podría evitarlo, pero no contaba que el orejas punzantes planeara algo más, también se había impulsado empuñando la otra cimitarra, aquello reducía notablemente mi campo de acción.
- Demonios… - Mascullé apretando el arco con fuerza, debía pensar lo suficientemente rápido “Espera, eso es.” Si seguía retrocediendo sería presa fácil, debía desviar aquel golpe y arrancarle de la mano la cimitarra a Zelas, sin pensarlo más avance contra él y acerqué mi brazo derecho para defenderme, si lograba que el hierro impactara contra el metal el golpe sería menos eficaz.
Lastimosamente mi plan falló por un factor externo, un haz de luz dio de lleno en mi rosto haciéndome perder el equilibrio y la visibilidad unos segundos, el tiempo suficiente para sentir dos cortes en diferentes extremos. Me mordí la lengua ahogando el grito de dolor sintiendo como algo húmedo caía por mi mejilla, pero aquello no era tan importante como el dolor agudo en mi costado, no había logrado evitar la espada y Zelas me había cortado.
- Dejaste que te alcanzara la espada, deberías saber tomar consejos. – Ignoré en aquel momento la voz apartándome rápidamente de la espada de Zelas, llevando la mano libre a la herida del costado, sintiendo la sangre empapar la mano.
- En este momento me arrepiento de no haber apuntado a los dedos. – Maldije entre dientes y bajé la mirada para ver la palma de mi mano “Por los Dioses, si me quiere matar” había albergado la esperanza de que el asesinato realmente no estuviese entre las opciones de los elfos, pero la mancha roja era una clara señal de que me había equivocado. - ¿Saben? Cuando era niño una vez jugando otro chico me partió la nariz, en esa entonces le dije “Ya no quiero jugar” y con eso basto, por favor díganme que esto se aplica en este caso.
- Sé que no me pediste opinión esta vez, pero creo que es mejor dejar de hablar y hacer algo.
- Si si, tienes razón. – Sacudí la mano ensangrentada en el aire y me apresuré a sacar el pellejo de una ardilla muerta de mi bolsa, arrojándolo contra el rostro de Zelas para luego dar media vuelta y comenzar a correr, saltando de la roca mientras me mordía la lengua soportando el dolor de la herida.
- Yo que tú, no confiaría en nadie, ese otro elfo te cegó ¿Estás seguro que realmente no están trabajando juntos? Te engañan para eliminarte. – Fui a abrir la boca pero preferí no decir nada aquella vez, al parecer la voz tenía razón “Ambos quieren volverme picadillo” Lo mejor sería esconderme y aprovechar para hacer algo cuando no me vieran “O si ambos luchan, salir cuando ninguno resista más” Una gran idea. Salté al árbol más cercano y me apresuré a trepar, ignorando la punzada en mi costado. Escondiéndome entre las hojas y saltando de rama en rama mientras tensaba otra flecha en el arco, si volvían a acercarse contra mi aquella vez podría responder de mejor manera.
Fredericksen
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Re: Master Exploder [Priv. Fredericksen y Rauko] [Beta] [Terminado]
Zelas estaba a punto de darle una estocada letal a Fred cuando un haz de luz golpeo su hombro desviando la trayectoria de su estocada, hiriendo a Fred pero no de forma letal, el bio entonces salto hacia atrás en un intento de huida ante lo cual Zelas no planeaba quedarse rezagado, grande fue su sorpresa cuando el pellejo de una ardilla apareció frente a su rostro, el elfo sorprendido alcanzo a evitar que eso le llegara al rostro por bastante poco, mas parte de su sangre alcanzo la protección de su hombro, "iugh, eso debe haberte molestado bastante" casi al mismo tiempo Zelas le grito a Fred -OYE, ESO ME HA MOLESTADO BASTANTE!- en efecto se había molestado bastante ante aquel ataque sucio, solo tenia una cimitarra en su mano la cual lanzo hacia el bio en su intento de refugio, antes de lanzarla había hecho un sutil gesto con su mano libre apuntando hacia donde se encontraba Rauko, acto seguido rápidamente las 2 cimitarras que estaban en el piso cerca del otro elfo regresaron girando velozmente a las manos de su dueño, el cual las atrapo sin problemas.
Entonces comenzó a moverse y a correr por los alrededores evitando quedarse en un solo punto, y buscando rodear a Rauko al momento que en un hábil despliegue de motricidad fina hizo girar las cimitarras en las palmas de sus manos, entonces le lanzo una a Rauko, antes de lanzar la siguiente hizo nuevamente un gesto de manos y las cimitarras que había lanzado para el lado del bio empezaron a girar de vuelta hacia Zelas y antes que llegaran lanzo la otra cimitarra que giraba furiosamente en sus manos a Fred, atrapo las cimitarras y las hizo girar de la misma forma que había hecho con las anteriores mientras se movía para no quedar en medio de sus enemigos, procedió a hacer lo mismo otra vez, ahora un poco mas rápido que la vez anterior y entonces volvió a hacer lo mismo ahora ya consiguiendo una especie de ritmo y coordinación que denotaban un esfuerzo por parte de Zelas para dominar ese estilo de combate peculiar que había desarrollado.
OFF: Habilidad lvl 3 y lvl 1
Entonces comenzó a moverse y a correr por los alrededores evitando quedarse en un solo punto, y buscando rodear a Rauko al momento que en un hábil despliegue de motricidad fina hizo girar las cimitarras en las palmas de sus manos, entonces le lanzo una a Rauko, antes de lanzar la siguiente hizo nuevamente un gesto de manos y las cimitarras que había lanzado para el lado del bio empezaron a girar de vuelta hacia Zelas y antes que llegaran lanzo la otra cimitarra que giraba furiosamente en sus manos a Fred, atrapo las cimitarras y las hizo girar de la misma forma que había hecho con las anteriores mientras se movía para no quedar en medio de sus enemigos, procedió a hacer lo mismo otra vez, ahora un poco mas rápido que la vez anterior y entonces volvió a hacer lo mismo ahora ya consiguiendo una especie de ritmo y coordinación que denotaban un esfuerzo por parte de Zelas para dominar ese estilo de combate peculiar que había desarrollado.
OFF: Habilidad lvl 3 y lvl 1
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Re: Master Exploder [Priv. Fredericksen y Rauko] [Beta] [Terminado]
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Re: Master Exploder [Priv. Fredericksen y Rauko] [Beta] [Terminado]
«¡Oh, genial! Rompiste la guardia del arquero para que Zelas lo ejecute con facilidad.»
–¡No, fue un estúpido error! –me defendí de inmediato, y chasqueé la lengua.
«Pues vaya que erraste si querías atacar al elfo.»
–¡¿Qué?! ¡No! El error no fue mío, fue de Chucho que anda metiendo su rostro donde no debe.
«Espera, ¿tiene rostro? Creí que no había nada definido bajo la capucha.»
–Ay, no –solté cuando Zelas me arrojó otra cimitarra. Salté hacia un lado, logrando por muy poco no tener una herida terrible en el pecho. Y lo peor es que la espada volvió a él para ser arrojada de nuevo, e hizo eso una y otra vez con sus cuatro cimitarras, contra mí y el arquero–. Ahora Zelas se volvió looco –mascullé, blandiendo mi espada con mi mano derecha, con movimientos cada vez más torpes, intentando repeler todos los improvisados proyectiles y, además, soportando un dolor terrible en mi hombro izquierdo.
«Esto no parece que vaya bien.»
–Claro que esto no va nada bien –gruñí como respuesta a esa voz misteriosa.
«¿Ahora sí crees que asesinarlos es lo mejor?»
–Nunca, así que borra esa sonrisa felina de tu rostro.
«Espera, ¿cómo sabes que estaba sonriendo así?»
–No lo sé. Por el poder del guion, supongo. –En cualquier otro momento podría haberme encogido de hombros tras decir algo así, pero la herida evitó que naciera la motivación para ello–. Maldita sea, ¿hasta cuándo seguirá haciendo esto? –murmuré al reconocer mi agotamiento incipiente.
Aún tenía la daga en mi mano izquierda, recordé. Mientras seguía esforzándome en no morir rebanado, canalicé el éter a través de mi brazo, concentrándolo en la pequeña arma; la hoja de esta empezó a emitir un brillo blanco.
Esperé el momento indicado, una abertura. Intenté normalizar el ritmo de mi respiración; no tuve mucho éxito.
Entonces tensé los puños y potencié mis músculos con éter. Di un paso al frente y pisé la tierra con fuerza. Reflecté la cimitarra con un veloz tajo horizontal con mi espada. Y, enseguida, arrojé la daga directo a donde calculé que estaría la cadera del elfo.
Si acertaba, no sería mortal. Si lo rozaba o pasaba a centímetros de él, también me serviría. Cuando la daga estuviera lo más cerca posible, liberaría una explosión de éter.[1]
Sin embargo, solté un nuevo gruñido tras saltar hacia atrás y fallar al esquivar una última cimitarra. Una línea roja en mi costado fue dibujada, el precio por bajar la guardia para realizar mi lanzamiento.
–¡No, fue un estúpido error! –me defendí de inmediato, y chasqueé la lengua.
«Pues vaya que erraste si querías atacar al elfo.»
–¡¿Qué?! ¡No! El error no fue mío, fue de Chucho que anda metiendo su rostro donde no debe.
«Espera, ¿tiene rostro? Creí que no había nada definido bajo la capucha.»
–Ay, no –solté cuando Zelas me arrojó otra cimitarra. Salté hacia un lado, logrando por muy poco no tener una herida terrible en el pecho. Y lo peor es que la espada volvió a él para ser arrojada de nuevo, e hizo eso una y otra vez con sus cuatro cimitarras, contra mí y el arquero–. Ahora Zelas se volvió looco –mascullé, blandiendo mi espada con mi mano derecha, con movimientos cada vez más torpes, intentando repeler todos los improvisados proyectiles y, además, soportando un dolor terrible en mi hombro izquierdo.
«Esto no parece que vaya bien.»
–Claro que esto no va nada bien –gruñí como respuesta a esa voz misteriosa.
«¿Ahora sí crees que asesinarlos es lo mejor?»
–Nunca, así que borra esa sonrisa felina de tu rostro.
«Espera, ¿cómo sabes que estaba sonriendo así?»
–No lo sé. Por el poder del guion, supongo. –En cualquier otro momento podría haberme encogido de hombros tras decir algo así, pero la herida evitó que naciera la motivación para ello–. Maldita sea, ¿hasta cuándo seguirá haciendo esto? –murmuré al reconocer mi agotamiento incipiente.
Aún tenía la daga en mi mano izquierda, recordé. Mientras seguía esforzándome en no morir rebanado, canalicé el éter a través de mi brazo, concentrándolo en la pequeña arma; la hoja de esta empezó a emitir un brillo blanco.
Esperé el momento indicado, una abertura. Intenté normalizar el ritmo de mi respiración; no tuve mucho éxito.
Entonces tensé los puños y potencié mis músculos con éter. Di un paso al frente y pisé la tierra con fuerza. Reflecté la cimitarra con un veloz tajo horizontal con mi espada. Y, enseguida, arrojé la daga directo a donde calculé que estaría la cadera del elfo.
Si acertaba, no sería mortal. Si lo rozaba o pasaba a centímetros de él, también me serviría. Cuando la daga estuviera lo más cerca posible, liberaría una explosión de éter.[1]
Sin embargo, solté un nuevo gruñido tras saltar hacia atrás y fallar al esquivar una última cimitarra. Una línea roja en mi costado fue dibujada, el precio por bajar la guardia para realizar mi lanzamiento.
(☞°∀°)☞ OFFROL ☜(°∀°☜)
[1] Habi nivel 3
Rauko
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Tyr
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Re: Master Exploder [Priv. Fredericksen y Rauko] [Beta] [Terminado]
“¿Acaso dijo que se había molestado bastante?” Posiblemente así había sido, estaba medio ciego, no medio sordo. En parte me alegraba que mi técnica funcionara, una ardilla muerta siempre era la mejor solución cuando las cartas estaban sobre la mesa “El problema es que aquella era mi última carta bajo la manga” suponía que solo me quedaba jugar sin sorpresas ahora.
- ¡Hey, viene algo!
- ¿Acaso viene una oportunidad de salir vivo? – Bromeé saliendo de mis pensamientos nuevamente, aunque vi tarde lo que realmente venía, la cimitarra de Zelas se acercaba peligrosamente y el tiempo para reaccionar era muy escaso, si saltaba de la rama posiblemente me partiría un brazo o la espalda “O la cabeza, también puedo partirme la cabeza” Así que opté por moverme a mi izquierda un par de centímetros, lo suficiente para que el arma no se clavara en mí, aun así el tajo recibido en la pierna fue más doloroso que la herida del costado “Al menos ya no tiene armas a la mano” Pero claramente, pensé antes de tiempo, con un movimiento de manos dos de las cimitarras volvieron a las manos del elfo “Eso es imposible ¿Acaso tiene cables adicionales?” - Creo que eso será un problema. – Murmuré al ver a Zelas con ambas armas en mano.
- Mira lo bueno, parece que vuelve a concentrarse en el otro elfo. Seguramente se olvidan de ti hasta que alguno muera.
- No suena del todo alentador, pero lo tomaré por el momento - Asentí mientras secaba la sangre que quedaba en la mano en mi camisa, observando como Rauko esquivaba los primeros ataques “Menos mal no hace eso contra mí, yo no tengo una espada para desviar nada”
- ¡Cazador, atrás! – La advertencia me tomó por sorpresa de nuevo, por lo visto aquella voz pretendía ayudarme lo suficiente para no resultar la perdedora. Me agaché rápidamente sin saber que esperar cuando una cimitarra del orejas punzantes pasó volando a escasos centímetros de mi cabeza, volviendo aquella también a sus manos. – Creo que no se olvidó de ti.
- No me digas.
Zelas había comenzado a efectuar una extraña danza arrojando sus armas de allá para acá, en busca de algo que trocear. Lo más sensato en aquel momento era no quedarme quieto, si permanecía en la misma rama oculto fácilmente terminaría ensartado por aquellas cimitarras sin parar. Salté de la rama en el momento justo cuando la cimitarra volvía en busca de mi cuello, desplazándome de árbol en árbol alrededor de los elfos, sujetando el arco con fuerza para usarlo apenas tuviera una oportunidad.
- Arriba, arriba, abajo, abajo… izquierda, derecha. – Murmuraba mientras me desplazaba, esquivando por los pelos cada ataque, sin salir ileso de múltiples cortes menores. El dolor a causa de las heridas era cada segundo más molesto, pero si me detenía a pensar en aquello seguramente acababa todo. - izquierda…derecha. – Dije por lo bajo finalmente antes de saltar del árbol y rodar a los arbustos.
- ¿Planeas correr solamente? Deberías hacer algo
- ¿Qué planeas que haga, abrazarlo?
- Pensaba más en algo como…detenerlo.
- Es una buena opción, si tan solo se quedara quieto. Si disparo una flecha a la vez no haré nada
- ¿Y si disparas varias?
- Porque… realmente no es mala idea ¿Por qué no lo dijiste antes?
- Me divertía verte huir como ratón, después de todo ustedes están aquí para entretenernos.
- Oh claro, se me había olvidado. – Mascullé aquello viendo a los elfos, en medio de mi escape había logrado llegar a uno de los costados de Zelas, si no se movía tanto posiblemente pudiera hacer algo antes de que me viera “Solo que anda dándose la vuelta cada dos malditos segundos” Solo que la oportunidad había llegado antes de lo esperado, Rauko había arrojado lo que parecía una daga "Quizá porque es una daga" realmente no me importaba que fuera el objeto, seguro Zelas debería detenerse para esquivar o desviar el proyectil "Y aquí es donde entro yo",[1-2]entrecerré los ojos aprovechando la corta brecha y tensé 4 flechas en el arco, apuntando a Zelas para disparar aquella ráfaga simultanea “Ojala esta vez le quite los dedos”
- ¡Hey, viene algo!
- ¿Acaso viene una oportunidad de salir vivo? – Bromeé saliendo de mis pensamientos nuevamente, aunque vi tarde lo que realmente venía, la cimitarra de Zelas se acercaba peligrosamente y el tiempo para reaccionar era muy escaso, si saltaba de la rama posiblemente me partiría un brazo o la espalda “O la cabeza, también puedo partirme la cabeza” Así que opté por moverme a mi izquierda un par de centímetros, lo suficiente para que el arma no se clavara en mí, aun así el tajo recibido en la pierna fue más doloroso que la herida del costado “Al menos ya no tiene armas a la mano” Pero claramente, pensé antes de tiempo, con un movimiento de manos dos de las cimitarras volvieron a las manos del elfo “Eso es imposible ¿Acaso tiene cables adicionales?” - Creo que eso será un problema. – Murmuré al ver a Zelas con ambas armas en mano.
- Mira lo bueno, parece que vuelve a concentrarse en el otro elfo. Seguramente se olvidan de ti hasta que alguno muera.
- No suena del todo alentador, pero lo tomaré por el momento - Asentí mientras secaba la sangre que quedaba en la mano en mi camisa, observando como Rauko esquivaba los primeros ataques “Menos mal no hace eso contra mí, yo no tengo una espada para desviar nada”
- ¡Cazador, atrás! – La advertencia me tomó por sorpresa de nuevo, por lo visto aquella voz pretendía ayudarme lo suficiente para no resultar la perdedora. Me agaché rápidamente sin saber que esperar cuando una cimitarra del orejas punzantes pasó volando a escasos centímetros de mi cabeza, volviendo aquella también a sus manos. – Creo que no se olvidó de ti.
- No me digas.
Zelas había comenzado a efectuar una extraña danza arrojando sus armas de allá para acá, en busca de algo que trocear. Lo más sensato en aquel momento era no quedarme quieto, si permanecía en la misma rama oculto fácilmente terminaría ensartado por aquellas cimitarras sin parar. Salté de la rama en el momento justo cuando la cimitarra volvía en busca de mi cuello, desplazándome de árbol en árbol alrededor de los elfos, sujetando el arco con fuerza para usarlo apenas tuviera una oportunidad.
- Arriba, arriba, abajo, abajo… izquierda, derecha. – Murmuraba mientras me desplazaba, esquivando por los pelos cada ataque, sin salir ileso de múltiples cortes menores. El dolor a causa de las heridas era cada segundo más molesto, pero si me detenía a pensar en aquello seguramente acababa todo. - izquierda…derecha. – Dije por lo bajo finalmente antes de saltar del árbol y rodar a los arbustos.
- ¿Planeas correr solamente? Deberías hacer algo
- ¿Qué planeas que haga, abrazarlo?
- Pensaba más en algo como…detenerlo.
- Es una buena opción, si tan solo se quedara quieto. Si disparo una flecha a la vez no haré nada
- ¿Y si disparas varias?
- Porque… realmente no es mala idea ¿Por qué no lo dijiste antes?
- Me divertía verte huir como ratón, después de todo ustedes están aquí para entretenernos.
- Oh claro, se me había olvidado. – Mascullé aquello viendo a los elfos, en medio de mi escape había logrado llegar a uno de los costados de Zelas, si no se movía tanto posiblemente pudiera hacer algo antes de que me viera “Solo que anda dándose la vuelta cada dos malditos segundos” Solo que la oportunidad había llegado antes de lo esperado, Rauko había arrojado lo que parecía una daga "Quizá porque es una daga" realmente no me importaba que fuera el objeto, seguro Zelas debería detenerse para esquivar o desviar el proyectil "Y aquí es donde entro yo",[1-2]entrecerré los ojos aprovechando la corta brecha y tensé 4 flechas en el arco, apuntando a Zelas para disparar aquella ráfaga simultanea “Ojala esta vez le quite los dedos”
- Uso de habilidades:
[1] Habilidad de nivel 1
[2] Pasiva - Habilidad nivel 4
Última edición por Fredericksen el Mar Mayo 12 2020, 03:22, editado 2 veces
Fredericksen
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Re: Master Exploder [Priv. Fredericksen y Rauko] [Beta] [Terminado]
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Re: Master Exploder [Priv. Fredericksen y Rauko] [Beta] [Terminado]
Zelas parecía un demente incrementando cada vez mas la velocidad de su ataque, "soy un maldito Dios, mírame tienes la apuesta ganada maldito afortunado con suerte que apostaste por mi" pensó el elfo para que lo escuchara su voz interior, tanto Rauko como Fred estaban recibiendo heridas, y faltaba bastante poco para terminar con el asunto cuando la voz que le hablaba menciono algo que rompió la concentración de Zelas. "Oye están haciendo trampa, le acaban de avisar a uno sobre tu ataque y el otro ha descifrado parte del guion" el elfo alzo una ceja cuando lo inesperado paso, primero una explosión lo saco de balance, la onda expansiva fue lo suficientemente poderosa para producirle un paro cardíaco y acto seguido un par de flechas impactaron en su cuerpo, una impacto en su rodilla, la otra en su pecho y la ultima le desgarro la yugular, cosa que termino por cerrar los ojos de Zelas Hazelmere para bien.
-Alto!!! esto es una severa falta a las normas!!- una voz que hasta antes de ese momento solo se podía escuchar en la cabeza de Zelas, ahora se hacia audible en todo el campo de batalla. -solo dices eso porque tu peleador murió, deja de quejarte y acepta que perdiste- comento otra voz que hasta antes de ese momento solo se podía escuchar en la cabeza de Fred. -No tiene sentido este llanto absurdo, ademas yo no he hecho nada malo- comento la voz que hasta antes de ese momento solo se podía escuchar en la cabeza de Rauko. -Habíamos quedado de acuerdo que no intervendríamos en las acciones directas de nuestros representantes y primero escuche a Rojo advirtiendo a su peleador de un ataque mortal de mi peleador, después de eso escuche al peleador de Negro afirmar que sabia de la trama que hasta el momento solo nosotros 3 sabíamos, esto no tiene sentido por lo que reiniciare la simulación- sentencio la voz de aquel ente hasta el momento desconocido. -Azul solo fue un esfuerzo de prolongar un poco mas la situación, ademas los peleadores ya han dejado de luchar- -Por eso mismo fue grave, tu peleador iba a morir y con una carga menos podría acabar con el peleador de Negro rápidamente- las voces se alternaban para interrumpirse unos a los otros en aquella absurda pelea de una extraña apuestan en la que participaban. Tanto Fred como Rauko habían acabado con Zelas en una asombrosa combinación de ataques, tiempo y suerte, observaban el cadáver de alguien con quien habían compartido una buena cantidad de aventuras y planeaban decir algo sobre el cuando una voz los interrumpió.
-Rayos, estuve tan cerca, de verdad creía que podría ganarles oye que están viendo- comento el mismo Zelas, el cual al verse a si mismo asesinado le hizo llevarse las manos a la cara -dijeron que no querían luchar, me dejaron prácticamente irreconocible, el pelo chamuscado y... oh gracias a los dioses al menos mi cara sigue intacta, todo bien, no hay rencores- los cambios drásticos de humor del elfo se podía notar sin disimulo que era el, pero se veía tal y como estaba antes de comenzar la batalla -es algo chocante de ver, por otro lado es la primera vez que muero y vivo para contarlo.... oh la ironía- el tumulto de voces seguía discutiendo al respecto, entonces en un inesperado momento Zelas aprovecho la ocasión para desenvainar sus armas y unirlas con toda la lentitud del mundo -solo serán unos segundos, confíen en mi- y con el máximo de sus fuerzas, giro su espada de doble hoja cortando primero la cabeza de Rauko y luego la de Fred expulsando enormes cantidades de sangre,para que al final los cadáveres acompañaron a el primer cadáver de Zelas. Con la misma lentitud las desunió y guardo las cimitarras en sus fundas.
Cuando las voces se dieron cuenta ahora era Zelas el victorioso, la voz identificada como Azul celebraba mientras las demás voces se detenían por un momento -oh no, esto no esta ni de cerca de acabar- comento la voz identificada como Rojo,-desde ahora en adelante esto sera un guion improvisado, mi luchador no tendrá manera de adivinarlo otra vez- comento la voz ahora identificada como negro. Zelas seguía esperando a que reaparecieran sus compañeros, y cuando lo hicieron, el elfo los abrazo rápidamente para que no lo mataran aun, susurrando por lo bajo les comento el plan -tenemos que hacer que aparezcan, ya empezamos a cabrearlos un poco mas de lo que ellos nos tenían a nosotros y cuando lo hagan, los atacamos de una vez por todas, a ver si así salimos de esta mierda- comento mientras esperaba la respuesta de sus compañeros.
-Alto!!! esto es una severa falta a las normas!!- una voz que hasta antes de ese momento solo se podía escuchar en la cabeza de Zelas, ahora se hacia audible en todo el campo de batalla. -solo dices eso porque tu peleador murió, deja de quejarte y acepta que perdiste- comento otra voz que hasta antes de ese momento solo se podía escuchar en la cabeza de Fred. -No tiene sentido este llanto absurdo, ademas yo no he hecho nada malo- comento la voz que hasta antes de ese momento solo se podía escuchar en la cabeza de Rauko. -Habíamos quedado de acuerdo que no intervendríamos en las acciones directas de nuestros representantes y primero escuche a Rojo advirtiendo a su peleador de un ataque mortal de mi peleador, después de eso escuche al peleador de Negro afirmar que sabia de la trama que hasta el momento solo nosotros 3 sabíamos, esto no tiene sentido por lo que reiniciare la simulación- sentencio la voz de aquel ente hasta el momento desconocido. -Azul solo fue un esfuerzo de prolongar un poco mas la situación, ademas los peleadores ya han dejado de luchar- -Por eso mismo fue grave, tu peleador iba a morir y con una carga menos podría acabar con el peleador de Negro rápidamente- las voces se alternaban para interrumpirse unos a los otros en aquella absurda pelea de una extraña apuestan en la que participaban. Tanto Fred como Rauko habían acabado con Zelas en una asombrosa combinación de ataques, tiempo y suerte, observaban el cadáver de alguien con quien habían compartido una buena cantidad de aventuras y planeaban decir algo sobre el cuando una voz los interrumpió.
-Rayos, estuve tan cerca, de verdad creía que podría ganarles oye que están viendo- comento el mismo Zelas, el cual al verse a si mismo asesinado le hizo llevarse las manos a la cara -dijeron que no querían luchar, me dejaron prácticamente irreconocible, el pelo chamuscado y... oh gracias a los dioses al menos mi cara sigue intacta, todo bien, no hay rencores- los cambios drásticos de humor del elfo se podía notar sin disimulo que era el, pero se veía tal y como estaba antes de comenzar la batalla -es algo chocante de ver, por otro lado es la primera vez que muero y vivo para contarlo.... oh la ironía- el tumulto de voces seguía discutiendo al respecto, entonces en un inesperado momento Zelas aprovecho la ocasión para desenvainar sus armas y unirlas con toda la lentitud del mundo -solo serán unos segundos, confíen en mi- y con el máximo de sus fuerzas, giro su espada de doble hoja cortando primero la cabeza de Rauko y luego la de Fred expulsando enormes cantidades de sangre,para que al final los cadáveres acompañaron a el primer cadáver de Zelas. Con la misma lentitud las desunió y guardo las cimitarras en sus fundas.
Cuando las voces se dieron cuenta ahora era Zelas el victorioso, la voz identificada como Azul celebraba mientras las demás voces se detenían por un momento -oh no, esto no esta ni de cerca de acabar- comento la voz identificada como Rojo,-desde ahora en adelante esto sera un guion improvisado, mi luchador no tendrá manera de adivinarlo otra vez- comento la voz ahora identificada como negro. Zelas seguía esperando a que reaparecieran sus compañeros, y cuando lo hicieron, el elfo los abrazo rápidamente para que no lo mataran aun, susurrando por lo bajo les comento el plan -tenemos que hacer que aparezcan, ya empezamos a cabrearlos un poco mas de lo que ellos nos tenían a nosotros y cuando lo hagan, los atacamos de una vez por todas, a ver si así salimos de esta mierda- comento mientras esperaba la respuesta de sus compañeros.
Zelas Hazelmere
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Re: Master Exploder [Priv. Fredericksen y Rauko] [Beta] [Terminado]
Permanecí boquiabierto, contemplando el terrible error de cálculo.
–¡Chucho, te dije que no lo mataras! –espeté–. Puedo sanarlo, pero no revivirlo… –No, eso no era del todo correcto–. Bueno, no puedo revivirlo y que su alma permanezca en su cuerpo… –aclaré, pero me percaté de algo más–. Bueno, igual no traje la espada maldita para revivirlo, de cualquier forma –murmuré, dejando caer mis hombros. Sacudí mi cabeza, entonces–. Como sea, ¡tú lo mataste mientras que yo lo único que intentaba hacer era mantenernos vivos, sanos y salvos! –sentencié, ceño fruncido y brazos en jarras.
Di un paso atrás instintivamente al escuchar, de pronto, una tercera voz de procedencia desconocida. Las otras dos voces le respondieron. No tardaron en empezar a discutir, y yo, prefiriendo no intervenir, cerré los ojos y dejé que mi éter se estirara a mi alrededor y palpara el suelo, la piedra con forma de roca, los árboles… Si ellos estaban en el lugar, los encontraría.[1]
Chasqueé la lengua. Nada, ningún rastro de presencias además de las de Fred y Zelas.
¡¿Zelas?!
Sentí algo breve, tan breve que pudo pasar desapercibido si no hubiera sido un dolor terrible en el cuello.
Cuando abrí los ojos, vi a Zelas, vivo, acercarse y abrazarme, a mí y a Fred. Miré por encima del hombro del elfo, descubriendo los cadáveres de los tres. Dejé escapar un suspiro, no de alivio, sino uno que reflejaba mi cansancio. Deseé que morir no siguiera haciéndose costumbre en mí. Además, realmente no nos mintieron con lo de que nadie moriría, así que haberme preocupado por eso fue tan innecesario que, al verlo, me sentí estúpido.
–Entiendo –musité al oír el plan del elfo–. Entonces… escuchen con mucha, mucha, mucha atención: necesito que hagan algo –indiqué, serio, mientras le brindaba todo mi éter a mi espada. El aire sobre nosotros se tornó inusualmente frío en respuesta.
Y un enorme y pesado dragón de hielo se desmoronó tras caer sobre los tres y obsequiarnos una muerte aplastante.[2]
Volví a abrir los ojos. Ahora había seis cadáveres.
«¡¿Estás demente?! No vuelvas a hacer algo así.»
Me encogí de hombros y dije con socarronería:
–¿No habían dicho que dejarían que esto fuera algo improvisado?
Dejé que mis labios se curvaran en una sonrisa felina.
–¡Chucho, te dije que no lo mataras! –espeté–. Puedo sanarlo, pero no revivirlo… –No, eso no era del todo correcto–. Bueno, no puedo revivirlo y que su alma permanezca en su cuerpo… –aclaré, pero me percaté de algo más–. Bueno, igual no traje la espada maldita para revivirlo, de cualquier forma –murmuré, dejando caer mis hombros. Sacudí mi cabeza, entonces–. Como sea, ¡tú lo mataste mientras que yo lo único que intentaba hacer era mantenernos vivos, sanos y salvos! –sentencié, ceño fruncido y brazos en jarras.
Di un paso atrás instintivamente al escuchar, de pronto, una tercera voz de procedencia desconocida. Las otras dos voces le respondieron. No tardaron en empezar a discutir, y yo, prefiriendo no intervenir, cerré los ojos y dejé que mi éter se estirara a mi alrededor y palpara el suelo, la piedra con forma de roca, los árboles… Si ellos estaban en el lugar, los encontraría.[1]
Chasqueé la lengua. Nada, ningún rastro de presencias además de las de Fred y Zelas.
¡¿Zelas?!
Sentí algo breve, tan breve que pudo pasar desapercibido si no hubiera sido un dolor terrible en el cuello.
Cuando abrí los ojos, vi a Zelas, vivo, acercarse y abrazarme, a mí y a Fred. Miré por encima del hombro del elfo, descubriendo los cadáveres de los tres. Dejé escapar un suspiro, no de alivio, sino uno que reflejaba mi cansancio. Deseé que morir no siguiera haciéndose costumbre en mí. Además, realmente no nos mintieron con lo de que nadie moriría, así que haberme preocupado por eso fue tan innecesario que, al verlo, me sentí estúpido.
–Entiendo –musité al oír el plan del elfo–. Entonces… escuchen con mucha, mucha, mucha atención: necesito que hagan algo –indiqué, serio, mientras le brindaba todo mi éter a mi espada. El aire sobre nosotros se tornó inusualmente frío en respuesta.
Y un enorme y pesado dragón de hielo se desmoronó tras caer sobre los tres y obsequiarnos una muerte aplastante.[2]
Volví a abrir los ojos. Ahora había seis cadáveres.
«¡¿Estás demente?! No vuelvas a hacer algo así.»
Me encogí de hombros y dije con socarronería:
–¿No habían dicho que dejarían que esto fuera algo improvisado?
Dejé que mis labios se curvaran en una sonrisa felina.
(☞°∀°)☞ OFFROL ☜(°∀°☜)
[1] Habi nivel 4
[2]Habi de la espada Retniw.
[2]Habi de la espada Retniw.
Rauko
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Re: Master Exploder [Priv. Fredericksen y Rauko] [Beta] [Terminado]
OFF: Prosigo a continuar el tema ya que el sistema de habilidades llego, por desgracia chucho todavía no, dejo un tema en spoiler para hacer mas amena la lectura.
On: -Te escucho- alcanzo a decir Zelas antes de morir aplastado por un dragón de hielo junto a sus compañeros, de nueva cuenta los tres guerreros aparecieron justo unos segundos después de morir.
-Si continúan así terminaran colapsando la simulaci... Oye te encuentras bien?- pregunto una de las voces al único humano del grupo, el cual tenia la mirada perturbada y perdida al mismo tiempo, Zelas se acerco para ver si se encontraba bien, mas su mirada lo decía todo, el elfo sujeto a su coterráneo por el hombro y lo puso frente a Fredericksen.
-Creo que ya lo quebraste- comento Zelas a Rauko.
-Definitivamente lo quebro- comento la voz que escuchaba Zelas, ahora hablando para todos.
-Si, lo traumaste- comento la voz que escuchaba Rauko, tambien hablando para todos.
-Chucho responde!!- comento la voz que escuchaba Fredericksen, al igual que las otras para todos los presentes.
Zelas entonces entendiendo un poco como iba la cosa se concentro, tenia una idea clara de lo que quería ver, y ya sin mucha sorpresa vio como una enorme cantidad de Zelas, Raukos y Fredericksens llenaban el campo de batalla peleando entre ellos y reapareciendo una y otra vez, un millardo de ellos.
-¿Quéestashaciendo?!!!!- gritaron las 3 voces al unísono
-Ya entendí como funciona todo esto- comento Zelas a sus compañeros al momento que se le salía un ojo producto de una flecha perdida proveniente de la pelea que ocurría frente a ellos, rápidamente otro Zelas tomo su lugar continuando la explicación, -esto es una ilusión, ya estuve en una de estas, solo hay que saturar a la o las creaturas que nos tenga acá... Oh.. acabo de pensar en algo divertido- comento antes de convertirse en algo similar al jugo de naranja, acto seguido todos los presentes comenzaron a convertirse en charcos de jugo de naranja convirtiendo todo ese lugar en un océano de jugo de naranja.
-E-Eston-no-no no[/font]puede ser....- la frase quedaba inconclusa ya que el objetivo se había logrado, aquellas creaturas se habían visto sobrepasadas y no tenían mas opción que liberar a los 3 guerreros de aquel extraño campo de batalla.
-Biusas!- grito Zelas al momento que se reincorporaba, se encontraba sentado en el piso, cerca de la piedra con forma de roca, no habían cadáveres ni jugo de naranja, solo el junto a Rauko y a Fredericksen el cual aun no despertaba, miro a su alrededor buscando a lo que sea que les había metido en aquella extraña ilusión.
- música de ambiente(?):
On: -Te escucho- alcanzo a decir Zelas antes de morir aplastado por un dragón de hielo junto a sus compañeros, de nueva cuenta los tres guerreros aparecieron justo unos segundos después de morir.
-Si continúan así terminaran colapsando la simulaci... Oye te encuentras bien?- pregunto una de las voces al único humano del grupo, el cual tenia la mirada perturbada y perdida al mismo tiempo, Zelas se acerco para ver si se encontraba bien, mas su mirada lo decía todo, el elfo sujeto a su coterráneo por el hombro y lo puso frente a Fredericksen.
-Creo que ya lo quebraste- comento Zelas a Rauko.
-Definitivamente lo quebro- comento la voz que escuchaba Zelas, ahora hablando para todos.
-Si, lo traumaste- comento la voz que escuchaba Rauko, tambien hablando para todos.
-Chucho responde!!- comento la voz que escuchaba Fredericksen, al igual que las otras para todos los presentes.
Zelas entonces entendiendo un poco como iba la cosa se concentro, tenia una idea clara de lo que quería ver, y ya sin mucha sorpresa vio como una enorme cantidad de Zelas, Raukos y Fredericksens llenaban el campo de batalla peleando entre ellos y reapareciendo una y otra vez, un millardo de ellos.
-¿Quéestashaciendo?!!!!- gritaron las 3 voces al unísono
-Ya entendí como funciona todo esto- comento Zelas a sus compañeros al momento que se le salía un ojo producto de una flecha perdida proveniente de la pelea que ocurría frente a ellos, rápidamente otro Zelas tomo su lugar continuando la explicación, -esto es una ilusión, ya estuve en una de estas, solo hay que saturar a la o las creaturas que nos tenga acá... Oh.. acabo de pensar en algo divertido- comento antes de convertirse en algo similar al jugo de naranja, acto seguido todos los presentes comenzaron a convertirse en charcos de jugo de naranja convirtiendo todo ese lugar en un océano de jugo de naranja.
-E-Eston-no-no no[/font]puede ser....- la frase quedaba inconclusa ya que el objetivo se había logrado, aquellas creaturas se habían visto sobrepasadas y no tenían mas opción que liberar a los 3 guerreros de aquel extraño campo de batalla.
-Biusas!- grito Zelas al momento que se reincorporaba, se encontraba sentado en el piso, cerca de la piedra con forma de roca, no habían cadáveres ni jugo de naranja, solo el junto a Rauko y a Fredericksen el cual aun no despertaba, miro a su alrededor buscando a lo que sea que les había metido en aquella extraña ilusión.
Zelas Hazelmere
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