Jani Schofield [Evento Objetos del 19]
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Jani Schofield [Evento Objetos del 19]
El reposo del dragon parecía un nombre lo suficientemente pomposo como para captar la curiosidad de clientes con bolsas rebosantes. A Aglaea le vinieron a la mente varias razones por las que humanos, lobos y dragones se aventurasen a cruzar los portalones de madera de aquella casona, pero ninguna exacta para justifiar porqué una mujer dragon había decidido echar raíces en aquel nido de lobos en vez de quedarse en el norte, dorando sus escamas con el resto de los escupe fuegos. No le había faltado información que le diese razones acerca de la dragona, por otro lado. Más de 5 de sus informants habían enumerado las habilidades… con las manos de la chica, y eso sin entrar en detalles acerca de qué era lo que verdaderamente la había hecho famosa en aquel Puerto artesano de Ulmer. Alguna de las habladurías, sin embargo, debía de ser cierta, si no lo fuese aquella casona parecería más una cabaña que el cuasi palacio que tenía delante de ella.
Pero por supuesto que Aglaea Lossithil se había informado acerca de Reivy Abadder ¿Qué clase de asesina sería si no recaudaba la mayor cantidad de información sobre su presa? Sin duda no una en la que el hombre muerto pudiese confiar, y todos sabían que eso no era exactamente así. Aglaea se lo seguía repitiendo cada vez que releía la carta del mismo ofreciéndole aquel trabajo.
Tan solo… que aquella vez sus dagas no tenían el objetivo explícito de probar la sangre. En aquella ocasión la audacia de la elfa era requerida para algo más.. elegante. Más sutil, en apariencia: Más sencillo: Raptar a Janni Schofield.
Por supuesto, la sangre en las cuchillas de sus dagas tan solo sería un daño colateral… bastante bien recibido que no iba a ser negado ni a ella misma ni a sus secuaces si se daba la oportunidad.
Aglaea Lossithil hizo un gesto con sus dedos a dos de los 5 de sus compañeros, indicandoles que rodeasen la parte de la casona que les quedaba a espaldas. Otros dos de sus 5 compañeros ya habían lanzado alguna que otra liana a las ventanas de los muros de aquel taller y se aseguraban de manera sigilosa que eran lo suficientemente robustas y seguras como para comenzar a trepar por ellas bajo la atenta mirada de Aglaea. Ella, por su parte, avanzó con el ultimo de sus secuaces. Camuflándose entre las sombras de los juncos y hierbas altas que rodeaban el taller hasta llegar a la entrada. La sombre en la noche de una figura de un dragon a un metro de donde se encontraban la hizo alargar su mano cortando el paso de su acompañante. Lo miró sin decir nada. Oteó el movimiento que la rodeaba sin ver siquiera moverse un ápice de aquella sombra. Avanzó primero y se llevó las manos a varios bolsillos sacando 5 de sus 10 dagas y agarrándolas en tension entre sus dedos, de cuclillas. La elfa escuchaba como el corazón se le agolpaba en las sienes, esperando cualquier movimiento de aquel dragon que parecía haberse percatado que aquella noche era cuando ella y sus secuaces iban a dar caza a la niña fantasmal. Un sudor frío recorrió su frente, agazapada entre los juncos acercándose a la sombra y…
La nube que tapaba la luna llena que los alumbraban desveló un banco enorme tallado en madera al frente mismo de la puerta principal que los recibía y que al ser iluminado por la luna, resultó ser el portador de aquella sombre. Aglaea sonrió mirando a su compañero. Aquello lejos de ser un dragon de verdad era tan solo madera. Le hizo un gesto a Ignatus para que se acercase a ella, acortando la distancia que los separaba y uniéndose de nuevo a su jefa. El elfo la miró con autosuficiencia y Aglaea le respondió con el ceño fruncido y enfadado, un signo claro de advertencia que indicaba a Ignatus no comentar nada.
-Recuérdame que quememos esa atrocidad cuando hayamos raptado a la mocosa- dijo la elfa acercándo la daga de manera peligrosa a la piel de su compañero.- Será nuestro regalo de despedida- le dijo a Ignatus.
Este se atrevió a sonreir como si lo hubiese aprendido y aquel gesto fuese lo que iba a hacer que salvase su vida, pero Aglaea había ya olvidado la sombre del dragón y tenía la vista puesta en los dos elfos que acababan de colarse por las ventanas más altas del taller. Giró la cabeza y esperó a que los otros dos que guardaban la puerta de la carpintería e ingeniería le diesen la señal de que estaban sin duda listos para recibirla. Tan solo entonces comenzó su Carrera dejando atrás las hierbas altas y juncos y alcanzando la entrada principal. Se apoyó en la pared del taller y no pasó mucho antes de que notase el peso de una cuerda caer sobre sus hombros. Se agarró a ella y trepó sin un solo sonido que delatase que estaba a punto de adentrarse en el reposo del dragón.
-Huele al aroma inconfundible de aquellos que pasan sus días rezando a los árboles.- La voz grave de aquel lobo hizo que Tork se sobresaltase dada la quietud de la noche.
No era la primera vez que ambas figuras conversaban a la lumbre de la única vela que iluminaba la estancia de aquel pequeño taller.De hecho, El hombre- tigre no recordaba una sola noche en la que no hubiesen mirado “El reposo” del dragón" con la envidia misma de aquel que sabe que todo lo que pueda salir de su boca en su contra es falso.
Lo cierto era, que ni el hombre lobo ni el hombre tigre se hubiesen siquiera parado a pensar los motivos por los que el taller de Reivy había cambiado tanto en tan poco tiempo si… Bueno, si el hombre enfundado en sombras no les hubiese abierto los ojos.
Tork llevaba la mitad de su vida intentando aprender el oficio, y su maestro tenía un don para los negocios. Sabía qué madera comprar antes justo de que un incendio destruyese los árboles de la misma. Como pulir y barnizar el nogal cerciorándose que necesitase una mano de barniz cada tres años exactos, la habilidad infinita de alguien con paciencia… pero la envidia de quien sabe que sus trucos poco ortodoxos no van nunca a darle los resultados esperados en poco tiempo. Hita tenía canas en el pelaje, pero sabía usar su maza para algo más que aplanar las ramas torcidas de la madera joven, y por eso mismo Tork lo obedecía con la simpleza misma que se obedece a un padre.
La aparición del hombre vestido de sombras “Hombre muerto”, como se había hecho llamar, tan solo dio un argumento creíble a las sospechas de Hita, y por supuesto Tork estuvo de acuerdo: Una mujer con un taller tan productivo. Ningún hombre para guiarla en las labores de carpintera e ingeniera y aún así… mujer había conseguido triplicar sus beneficios y productos en casi el mismo tiempo que él y su aprendiz llevaban abiertos. Había gato encerrado, sin duda.
Cuando el hombre muerto habló de una niña casi fantasma que otorgaba poderes a quien la capturase, Hita y Tork no tuvieron que ser convencidos mucho para aceptar la oferta de aquel desconocido: Raptar a la chica y el éxito de Reivy a cambio… de…. Bueno, el hombre muerto tan solo necesitaba pasar 3 horas con la chica a solas.
Tork había mirado a Hita con la cara de alguien que aborrece una idea pero necesita el beneficio que aporta la misma. Hita ni siquiera se había parado a cuestionar porqué un hombre adulto querría pasar tres horas a solas con una niña, así que se cercioró de hacer un ademán de apretarle la mano antes de que el hombre muerto se desapareciese del lugar, aceptando la oferta.
Ninguno sabía que de ser exitosos en su empresa, ni Tork ni Hita verían al sol ponerse el día mismo en el que lo consiguiesen. Pero el hombre muerto no les debía explicaciones.
-Son rápidos y sigilosos, vamos a concederles eso- dijo Hita de nuevo refiriéndose a los elfos. El hombre muerto les había avisado que no iban a ser los únicos interesados en los beneficios que otorgaban los poderes de la chica, así que Hita no se sorprendió al ver las figuras de los elfos a través de su Ventana aquella noche., Agarró su capa de viaje, apagando la única vela que alumbraba el humilde taller de aquel hombre y animando a Tork a seguirlo- Pero no tienen mis reflejos, y mucho menos tu fuerza.- añadió y le pasó una maza muy parecida a la suya propia antes de salir del taller.
Atravesaron la distancia que separaba su taller del de Reivy con paso ligero y al llegar a la puerta Hita miró a Tork con una sonrisa en los labios.
-Comprobemos, pues como de fuerte son las construcciones de esta dragona- Ambos alzaron las mazas, dispuestos a derribar la entrada principal.
Pero por supuesto que Aglaea Lossithil se había informado acerca de Reivy Abadder ¿Qué clase de asesina sería si no recaudaba la mayor cantidad de información sobre su presa? Sin duda no una en la que el hombre muerto pudiese confiar, y todos sabían que eso no era exactamente así. Aglaea se lo seguía repitiendo cada vez que releía la carta del mismo ofreciéndole aquel trabajo.
Tan solo… que aquella vez sus dagas no tenían el objetivo explícito de probar la sangre. En aquella ocasión la audacia de la elfa era requerida para algo más.. elegante. Más sutil, en apariencia: Más sencillo: Raptar a Janni Schofield.
Por supuesto, la sangre en las cuchillas de sus dagas tan solo sería un daño colateral… bastante bien recibido que no iba a ser negado ni a ella misma ni a sus secuaces si se daba la oportunidad.
Aglaea Lossithil hizo un gesto con sus dedos a dos de los 5 de sus compañeros, indicandoles que rodeasen la parte de la casona que les quedaba a espaldas. Otros dos de sus 5 compañeros ya habían lanzado alguna que otra liana a las ventanas de los muros de aquel taller y se aseguraban de manera sigilosa que eran lo suficientemente robustas y seguras como para comenzar a trepar por ellas bajo la atenta mirada de Aglaea. Ella, por su parte, avanzó con el ultimo de sus secuaces. Camuflándose entre las sombras de los juncos y hierbas altas que rodeaban el taller hasta llegar a la entrada. La sombre en la noche de una figura de un dragon a un metro de donde se encontraban la hizo alargar su mano cortando el paso de su acompañante. Lo miró sin decir nada. Oteó el movimiento que la rodeaba sin ver siquiera moverse un ápice de aquella sombra. Avanzó primero y se llevó las manos a varios bolsillos sacando 5 de sus 10 dagas y agarrándolas en tension entre sus dedos, de cuclillas. La elfa escuchaba como el corazón se le agolpaba en las sienes, esperando cualquier movimiento de aquel dragon que parecía haberse percatado que aquella noche era cuando ella y sus secuaces iban a dar caza a la niña fantasmal. Un sudor frío recorrió su frente, agazapada entre los juncos acercándose a la sombra y…
La nube que tapaba la luna llena que los alumbraban desveló un banco enorme tallado en madera al frente mismo de la puerta principal que los recibía y que al ser iluminado por la luna, resultó ser el portador de aquella sombre. Aglaea sonrió mirando a su compañero. Aquello lejos de ser un dragon de verdad era tan solo madera. Le hizo un gesto a Ignatus para que se acercase a ella, acortando la distancia que los separaba y uniéndose de nuevo a su jefa. El elfo la miró con autosuficiencia y Aglaea le respondió con el ceño fruncido y enfadado, un signo claro de advertencia que indicaba a Ignatus no comentar nada.
-Recuérdame que quememos esa atrocidad cuando hayamos raptado a la mocosa- dijo la elfa acercándo la daga de manera peligrosa a la piel de su compañero.- Será nuestro regalo de despedida- le dijo a Ignatus.
Este se atrevió a sonreir como si lo hubiese aprendido y aquel gesto fuese lo que iba a hacer que salvase su vida, pero Aglaea había ya olvidado la sombre del dragón y tenía la vista puesta en los dos elfos que acababan de colarse por las ventanas más altas del taller. Giró la cabeza y esperó a que los otros dos que guardaban la puerta de la carpintería e ingeniería le diesen la señal de que estaban sin duda listos para recibirla. Tan solo entonces comenzó su Carrera dejando atrás las hierbas altas y juncos y alcanzando la entrada principal. Se apoyó en la pared del taller y no pasó mucho antes de que notase el peso de una cuerda caer sobre sus hombros. Se agarró a ella y trepó sin un solo sonido que delatase que estaba a punto de adentrarse en el reposo del dragón.
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-Huele al aroma inconfundible de aquellos que pasan sus días rezando a los árboles.- La voz grave de aquel lobo hizo que Tork se sobresaltase dada la quietud de la noche.
No era la primera vez que ambas figuras conversaban a la lumbre de la única vela que iluminaba la estancia de aquel pequeño taller.De hecho, El hombre- tigre no recordaba una sola noche en la que no hubiesen mirado “El reposo” del dragón" con la envidia misma de aquel que sabe que todo lo que pueda salir de su boca en su contra es falso.
Lo cierto era, que ni el hombre lobo ni el hombre tigre se hubiesen siquiera parado a pensar los motivos por los que el taller de Reivy había cambiado tanto en tan poco tiempo si… Bueno, si el hombre enfundado en sombras no les hubiese abierto los ojos.
Tork llevaba la mitad de su vida intentando aprender el oficio, y su maestro tenía un don para los negocios. Sabía qué madera comprar antes justo de que un incendio destruyese los árboles de la misma. Como pulir y barnizar el nogal cerciorándose que necesitase una mano de barniz cada tres años exactos, la habilidad infinita de alguien con paciencia… pero la envidia de quien sabe que sus trucos poco ortodoxos no van nunca a darle los resultados esperados en poco tiempo. Hita tenía canas en el pelaje, pero sabía usar su maza para algo más que aplanar las ramas torcidas de la madera joven, y por eso mismo Tork lo obedecía con la simpleza misma que se obedece a un padre.
La aparición del hombre vestido de sombras “Hombre muerto”, como se había hecho llamar, tan solo dio un argumento creíble a las sospechas de Hita, y por supuesto Tork estuvo de acuerdo: Una mujer con un taller tan productivo. Ningún hombre para guiarla en las labores de carpintera e ingeniera y aún así… mujer había conseguido triplicar sus beneficios y productos en casi el mismo tiempo que él y su aprendiz llevaban abiertos. Había gato encerrado, sin duda.
Cuando el hombre muerto habló de una niña casi fantasma que otorgaba poderes a quien la capturase, Hita y Tork no tuvieron que ser convencidos mucho para aceptar la oferta de aquel desconocido: Raptar a la chica y el éxito de Reivy a cambio… de…. Bueno, el hombre muerto tan solo necesitaba pasar 3 horas con la chica a solas.
Tork había mirado a Hita con la cara de alguien que aborrece una idea pero necesita el beneficio que aporta la misma. Hita ni siquiera se había parado a cuestionar porqué un hombre adulto querría pasar tres horas a solas con una niña, así que se cercioró de hacer un ademán de apretarle la mano antes de que el hombre muerto se desapareciese del lugar, aceptando la oferta.
Ninguno sabía que de ser exitosos en su empresa, ni Tork ni Hita verían al sol ponerse el día mismo en el que lo consiguiesen. Pero el hombre muerto no les debía explicaciones.
-Son rápidos y sigilosos, vamos a concederles eso- dijo Hita de nuevo refiriéndose a los elfos. El hombre muerto les había avisado que no iban a ser los únicos interesados en los beneficios que otorgaban los poderes de la chica, así que Hita no se sorprendió al ver las figuras de los elfos a través de su Ventana aquella noche., Agarró su capa de viaje, apagando la única vela que alumbraba el humilde taller de aquel hombre y animando a Tork a seguirlo- Pero no tienen mis reflejos, y mucho menos tu fuerza.- añadió y le pasó una maza muy parecida a la suya propia antes de salir del taller.
Atravesaron la distancia que separaba su taller del de Reivy con paso ligero y al llegar a la puerta Hita miró a Tork con una sonrisa en los labios.
-Comprobemos, pues como de fuerte son las construcciones de esta dragona- Ambos alzaron las mazas, dispuestos a derribar la entrada principal.
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¡Saludos, criaturas!
Como véis el hombre muerto ha estado recrutando a varios asesinos y hombres de poca moral para conseguir hacerse con la pobre Jani. Aglaea os ofrece un trato para ayudarla a hacerse con Jani antes que los otros asesinos contratados por el hombre muerto. Ella necesita ser la ganadora pues nada mostrará más que ella y solo ella es Digna de ser considerada la mejor aliada del hombre muerto. Os acepta entre sus secuaces, os ofrece un arma si no disponéis de una y os explica claramente el plan para capturar a Jani. Sois parte de sus aliados, no estoy segura si eso va a alegrar mucho a ambos los hombres bestias.
No os confiéis demasiado: Aunque el plan de los elfos elfos sea Hita y Tork son poco escrupulosos a la hora de destrozar todo y a todos los que se pongan frente a ellos. Por supuesto esto, aparte de ser una pelea por un mismo premio es, sin duda una carrera a contrareloj, pues estoy segura que Reivy también tiene un papel importante que jugar en esta historia.
Tic, Tac. Tic.. Tac.
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Re: Jani Schofield [Evento Objetos del 19]
Desde aquel encuentro con Rei haba quedado obsesionado con la existencia de aquellas criaturas no corpóreas, traslucidas y cuya única aparente explicación se alijaba en centenares de fabulas, habladurías populares, malas prosas de juglares, canticos infantiles y profesáis olvidadas. Ninguna ofrecía un sustento teórico sobre su razón de ser, todo era empírico, todo estaba basado en una infinita cadena de "me lo dijo el amigo de un amigo" y "yo creí ver"; un mar de infinitas hipótesis se abría en mi mente que desde entonces se cargó de infinitas incógnitas: Que eran materialmente, eran gas? agua en estado gaseoso? eran materia? de donde surgían, que condiciones climáticas acontecían sus apariciones, que temperatura, porcentaje de humedad, que factores físicos tenían en común al aparecer, eran estos elementos vinculantes? Porque se aparecían ante unos, que vara era la que juzgaba a quienes si se mostraban o quienes no, era voluntad propia? De donde surgen? son almas realmente? de que raza? los humanos al morir se volvían fantasmas únicamente? y los hombre-bestia? y los elfos? y los brujos? los vampiros tienen ese alma en su interior si se coincidieran seres sin vida? Que acciones vinculan algunas almas y a otras no? que acontecimientos físicos o psicológicos de los originarios eran influyentes? Y si no se trataba de una expresión del alma? y si solo eran un simple proyección de una vida que por razones físicas podía existir en este plano? y si eran una manifestación de los celestiales que guardaban una relación volumétrica símil a la nuestra para vincularse a nosotros?
Cada pregunta creaba un nuevo puente entre mis neuronas, cada pregunta requería un sin fin de testimonios verificables, como así también de cada historia toda la información secundaria que respondiera las cinco interrogantes hasta el más mínimo detalle: ¿Qué? Es el hecho en sí mismo, ¿Quién o quiénes son los involucrados? ¿Cómo? La descripción al detalle de las circunstancias y la manera en que se han presentado los hechos. ¿Cuándo? Inicio, duración y final, ¿Dónde ocurrió? y finalmente ¿Por qué? cuales habían sido las razones, un campo tan inexplorado merecía la manía a la cual me estaba sometiendo.
El afortunado encuentro con Rei, me traslado al norte, de vuelta a Dundarak, necesitaba saber que documentologia hacia alusión a este fascinante tema, sin desperdiciar el camino, recolecte aserciones de diferentes actores en diferentes pueblos. Luego en la biblioteca de los sabios me deje hundir en mares de libros buscando agujas en pajares, esquicios donde siquiera se interpretara la existencia de algo similar.
Nadia, muy poco había logrado tras un par de meses. Absurdo.
Esa noche de taberna le contaba mis no avances a un buen amigo de la ciudad: Sofío, un conocido de la infancia de la aldea élfica donde me había criado junto a mis padres.
- Entiendo todo lo que me dices Saurín, pero vinimos a beber, y solo yo lo estoy haciendo.- Tenía sobre la mesa de madera un sin fin de papeles desplegados que poco a poco en mi intento por relatarlo se fueron acomodando en un mapa conceptual sin mucho concepto. Junto a ellos estaba la cuba donde mi cerveza se enfriaba servida hasta la parte superior.
El tenía razón pero a veces tenía la impresión de que estaba al borde de la llave.
- Sauroooon! Y sí.. Lo sé.. Pero mira, si te fijas, estas dos aldeas son similares en sus recursos y más de tres personas afirman escuchar ruidos similares a pesar que una no se relaciona con la otra aldea... - a veces lo tenía - es más su producción se basa en.... - miraba entre las hojas las similitudes y entonces aparecían discrepancias que arruinaban todo el contexto - ... deja.. Olvídalo.. - y a veces no tenía nada - tienes razón... vinimos a beber... - me retire de la mesa y me deje caer pesado sobre el respaldo de la silla echando la cabeza para atrás, perdía los ánimos muy rápido cuando estas cosas pasaban.
- Ya ya ya... - me dijo acercando en cuenco helado hacia mi mano evitando cada papel en la mesa - ya lo resolverás. Festejemos, que mañana me voy y no tendrás con quien escaparte a beber... -Sujete el aza entre mis manos y la levante para darle un trago profundo, el alcohol me asentaba mejor que antes por lo que no era tan fácil caer ebrio por una sola medida. Sofío intentaba animarme en esta, su despedida pero no era un hueso fácil de roer. Entonces una idea interesante ilumino el cerebro de mi burdo camarada - podrías venir conmigo!
- De que hablas? - Levante la vista algo escéptico.
- En Ulmer, una conocida me pidió una mano con algo, podrías ayudarme en la misión. - su emoción era cada vez más palpable y esa felicidad espontanea comenzaba preocuparme por no entender de que se trataba.
- Lejos estoy de querer hacer algo así, no soy pícaro ni mucho menos, iría a estorbarte... y una conocida? tus conocidas siempre están locas y tienen cuchillos, no necesito de esos en este momento de mi vida. - apoyé los codos en la mesa y sujetando la maraña de cabellos sobre mi cabeza me recosté hacia adelante. Mi mente daba vueltas en todo lo que hasta ahora había leído, absorbido y comprendido, y que era absolutamente nada!. - Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaagggg... - rascaba con furia entre cabellos el cuero cabelludo, tratando de que la migraña que empezaba a sentir no me consumiera.
- Te digo que vamos Si! - mi amigo insistía emocionado - supuestamente... - se encogió de hombros, se acercó y hablo casi al susurro - no debería decirlo, ni decírtelo....pero... - se acercó aún más con cada palabra, tan cerca que podía oler su perfume natural a hiervas y flores - iremos por un fantasma.
***
Salimos en la mañana temprano y llegamos cerca del atardecer a las tierras de Ulmer.
Aglaea era el nombre de quien los convocaba, y solo quería elfos, según Sofío, mi aspecto era bastante similar al de un elfo salvo por las orejas, lo cual cubrió con un tocado de flores verdes muy característico de su gente, algo aniñado para mi gusto, pero no estaba pretencioso, necesitaba que me incluya. No fui entrevistado, ni cruce palabras, Sofío se ocupó de todo como la persona de confianza que afirmaba ser de los suyos, pude conocer su voz solo hasta cuando nos habló de su plan. Tenía un bosquejo del supuesto plano de la morada, que no se entendía del todo bien.
- Lo que haremos, como saben, lejos está de ser legal - dijo con algo de sarcasmo logrando sonrisas en los suyos - Un ser muy poderoso es dueño del taller donde está la niña - en medida que la escuchaba ciertas preguntas se formulaban en mi mente, era un mal hábito que no podría contrarrestar "poderoso de poder adquisitivo, influyente o físico?" quizás pensar en un poder físico me asustaba un poco - y la niña está ligada a este de una manera que no podemos explicar, necesitamos ser cautelosos y pensar primero en el equipo. - se suponían que estas eran palabras de ánimo? - si se quedan por el camino, nadie volverá por ustedes - definitivamente no, no eran palabras de ánimo - si se encuentran con algún obstáculo, resuélvanlo, de manera tal que siempre beneficie a la misión. Para eso se les paga - en momentos como este deseaba que al menos el dinero fuera una motivación - Ustedes reciben el dinero y la niña fantasma es mía. - Me entrego unas dagas al verme desarmado y las guarde ante la duda, pero no es como si supiera usarlas.
No era alentador escuchar lo último pero me intrigaba saber cómo haría ella para capturar a un ser antimateria como lo eran los fantasma, en el poco análisis que había logrado con la amiga de Rei, no parecía estar ocupando un lugar en el espacio, por lo que no era posible sujetarla o tocarla como a cualquier otra cosa; aun así no desaprovecharía esta oportunidad, quizás lograba dar con la clave del por qué personas como Rei y el dueño del taller tenían un vínculo con el protagonista de interés y si ese vínculo podía lograrse o manipularse, condiciones, pactos, objetos, cualquier dato era más que suficiente como recolección de esta aventura.
Al caer la noche nos dirigimos a la vivienda. "Poder adquisitivo" pensé al ver tal hermosa pieza de arquitectura en carpintería de madera, de robusto y solido aspecto, pero con terminaciones pulidas hasta en el mas mínimo detalle, no me imaginaba que tipo de ricachón era el que habitaba el lugar, pero sin lugar a dudas, quien pudiera costear un trabajo como el que esa edificación requirió y el mantenimiento que implicaría también podría costear la seguridad necesaria para cuidar de su hogar. Quizás algo peor nos esperaba en el interior.
Yo aún portaba mi toga de monje y el tocado molesto en la cabeza cubierta con la capucha. Nos movíamos rápidamente de calle en calle y entra árboles y arbustos, ellos parecían plumas en el aire, me costaba bastante replicar su agilidad; al llegar a la morada nos dividimos en tres binomios para asegurar el perimetral. Nosotros fuimos por la izquierda, otros dos por la derecha Aglaea con su binomio nos esperaban desde el frente entre arbustos.
- Vamos... - me dijo Sofío al notar la seña de la elfa, tiro la cuerda y comenzó a trepar de inmediato, el dominio que tenia de su cuerpo era impresionante, yo, por el contrario no podía hacer más que admirarlo, al intentar subir por la misma me vi en la limitada humillación de mi cuerpo símil humano no entrenado.
No paso mucho cuando unas voces llamaron mi atención y me preocupe, como parte de esta importante tarea asumí la responsabilidad de investigar el origen del bullicio como excusa para dejar de lado mis intentos fallidos de trepar por la pared de la vivienda. Los elfos ya estaban adentro, y ninguno sería tan descuidado como para levantar la voz. Eran profesionales, tenía entendido.
Me asome cauteloso por el lateral, allí se alzaban un par de siluetas con características que me eran sumamente familiares: Hombres-bestia, un felino y un canino "quizás son los dueños" pensé aun más preocupado en una justificación de por qué dos personas estarían a estas horas de la noche parados en este preciso umbral, pero rápidamente me confirmaron lo contrario cuando en sus manos se levantaron dos masas de gran tamaño. Me quite el tocado de la cabeza, acomodé rápidamente mi capucha y mi cinturón y fue contra ambos con la única estrategia con la que en el pasado resolví mil y un problemas. Pelear no era lo mío, mucho menos transformarme, los ruidos podrían alertar a los dueños sin mencionar que la elfa podría considerarlo traición; sé que me las arreglaría en mi forma bestial, pero corría en mis manos la vida de mi amigo quien abogo por mí, además, no se me ocurrían otras formas de justificar mi presencia allí al igual que la de ellos, quizás estos matones buscaban lo mismo que nosotros, a la niña, no tenía tanta información.
- Hermanos! Hijos de los Celestiales! Arrepiéntanse! - exclamé variando la nota en mi cantar, con una voz que de manera sutil era más elevada que la de ellos anteriormente, si ya esa voz no alarmo a nadie, tampoco lo haría yo con mi espectáculo. - He venido aquiiiiii hip - era mi papel de ebrio - a purificaaaar susss almaaasss... - Me acerque a paso bravo hasta chocar con uno de ellos y arrojarles agua como si se tratase del agua tocada por los Celestiales en las vertientes de Dundarak - Salvenseee!
Cada pregunta creaba un nuevo puente entre mis neuronas, cada pregunta requería un sin fin de testimonios verificables, como así también de cada historia toda la información secundaria que respondiera las cinco interrogantes hasta el más mínimo detalle: ¿Qué? Es el hecho en sí mismo, ¿Quién o quiénes son los involucrados? ¿Cómo? La descripción al detalle de las circunstancias y la manera en que se han presentado los hechos. ¿Cuándo? Inicio, duración y final, ¿Dónde ocurrió? y finalmente ¿Por qué? cuales habían sido las razones, un campo tan inexplorado merecía la manía a la cual me estaba sometiendo.
El afortunado encuentro con Rei, me traslado al norte, de vuelta a Dundarak, necesitaba saber que documentologia hacia alusión a este fascinante tema, sin desperdiciar el camino, recolecte aserciones de diferentes actores en diferentes pueblos. Luego en la biblioteca de los sabios me deje hundir en mares de libros buscando agujas en pajares, esquicios donde siquiera se interpretara la existencia de algo similar.
Nadia, muy poco había logrado tras un par de meses. Absurdo.
Esa noche de taberna le contaba mis no avances a un buen amigo de la ciudad: Sofío, un conocido de la infancia de la aldea élfica donde me había criado junto a mis padres.
- Entiendo todo lo que me dices Saurín, pero vinimos a beber, y solo yo lo estoy haciendo.- Tenía sobre la mesa de madera un sin fin de papeles desplegados que poco a poco en mi intento por relatarlo se fueron acomodando en un mapa conceptual sin mucho concepto. Junto a ellos estaba la cuba donde mi cerveza se enfriaba servida hasta la parte superior.
El tenía razón pero a veces tenía la impresión de que estaba al borde de la llave.
- Sauroooon! Y sí.. Lo sé.. Pero mira, si te fijas, estas dos aldeas son similares en sus recursos y más de tres personas afirman escuchar ruidos similares a pesar que una no se relaciona con la otra aldea... - a veces lo tenía - es más su producción se basa en.... - miraba entre las hojas las similitudes y entonces aparecían discrepancias que arruinaban todo el contexto - ... deja.. Olvídalo.. - y a veces no tenía nada - tienes razón... vinimos a beber... - me retire de la mesa y me deje caer pesado sobre el respaldo de la silla echando la cabeza para atrás, perdía los ánimos muy rápido cuando estas cosas pasaban.
- Ya ya ya... - me dijo acercando en cuenco helado hacia mi mano evitando cada papel en la mesa - ya lo resolverás. Festejemos, que mañana me voy y no tendrás con quien escaparte a beber... -Sujete el aza entre mis manos y la levante para darle un trago profundo, el alcohol me asentaba mejor que antes por lo que no era tan fácil caer ebrio por una sola medida. Sofío intentaba animarme en esta, su despedida pero no era un hueso fácil de roer. Entonces una idea interesante ilumino el cerebro de mi burdo camarada - podrías venir conmigo!
- De que hablas? - Levante la vista algo escéptico.
- En Ulmer, una conocida me pidió una mano con algo, podrías ayudarme en la misión. - su emoción era cada vez más palpable y esa felicidad espontanea comenzaba preocuparme por no entender de que se trataba.
- Lejos estoy de querer hacer algo así, no soy pícaro ni mucho menos, iría a estorbarte... y una conocida? tus conocidas siempre están locas y tienen cuchillos, no necesito de esos en este momento de mi vida. - apoyé los codos en la mesa y sujetando la maraña de cabellos sobre mi cabeza me recosté hacia adelante. Mi mente daba vueltas en todo lo que hasta ahora había leído, absorbido y comprendido, y que era absolutamente nada!. - Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaagggg... - rascaba con furia entre cabellos el cuero cabelludo, tratando de que la migraña que empezaba a sentir no me consumiera.
- Te digo que vamos Si! - mi amigo insistía emocionado - supuestamente... - se encogió de hombros, se acercó y hablo casi al susurro - no debería decirlo, ni decírtelo....pero... - se acercó aún más con cada palabra, tan cerca que podía oler su perfume natural a hiervas y flores - iremos por un fantasma.
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Salimos en la mañana temprano y llegamos cerca del atardecer a las tierras de Ulmer.
Aglaea era el nombre de quien los convocaba, y solo quería elfos, según Sofío, mi aspecto era bastante similar al de un elfo salvo por las orejas, lo cual cubrió con un tocado de flores verdes muy característico de su gente, algo aniñado para mi gusto, pero no estaba pretencioso, necesitaba que me incluya. No fui entrevistado, ni cruce palabras, Sofío se ocupó de todo como la persona de confianza que afirmaba ser de los suyos, pude conocer su voz solo hasta cuando nos habló de su plan. Tenía un bosquejo del supuesto plano de la morada, que no se entendía del todo bien.
- Lo que haremos, como saben, lejos está de ser legal - dijo con algo de sarcasmo logrando sonrisas en los suyos - Un ser muy poderoso es dueño del taller donde está la niña - en medida que la escuchaba ciertas preguntas se formulaban en mi mente, era un mal hábito que no podría contrarrestar "poderoso de poder adquisitivo, influyente o físico?" quizás pensar en un poder físico me asustaba un poco - y la niña está ligada a este de una manera que no podemos explicar, necesitamos ser cautelosos y pensar primero en el equipo. - se suponían que estas eran palabras de ánimo? - si se quedan por el camino, nadie volverá por ustedes - definitivamente no, no eran palabras de ánimo - si se encuentran con algún obstáculo, resuélvanlo, de manera tal que siempre beneficie a la misión. Para eso se les paga - en momentos como este deseaba que al menos el dinero fuera una motivación - Ustedes reciben el dinero y la niña fantasma es mía. - Me entrego unas dagas al verme desarmado y las guarde ante la duda, pero no es como si supiera usarlas.
No era alentador escuchar lo último pero me intrigaba saber cómo haría ella para capturar a un ser antimateria como lo eran los fantasma, en el poco análisis que había logrado con la amiga de Rei, no parecía estar ocupando un lugar en el espacio, por lo que no era posible sujetarla o tocarla como a cualquier otra cosa; aun así no desaprovecharía esta oportunidad, quizás lograba dar con la clave del por qué personas como Rei y el dueño del taller tenían un vínculo con el protagonista de interés y si ese vínculo podía lograrse o manipularse, condiciones, pactos, objetos, cualquier dato era más que suficiente como recolección de esta aventura.
Al caer la noche nos dirigimos a la vivienda. "Poder adquisitivo" pensé al ver tal hermosa pieza de arquitectura en carpintería de madera, de robusto y solido aspecto, pero con terminaciones pulidas hasta en el mas mínimo detalle, no me imaginaba que tipo de ricachón era el que habitaba el lugar, pero sin lugar a dudas, quien pudiera costear un trabajo como el que esa edificación requirió y el mantenimiento que implicaría también podría costear la seguridad necesaria para cuidar de su hogar. Quizás algo peor nos esperaba en el interior.
Yo aún portaba mi toga de monje y el tocado molesto en la cabeza cubierta con la capucha. Nos movíamos rápidamente de calle en calle y entra árboles y arbustos, ellos parecían plumas en el aire, me costaba bastante replicar su agilidad; al llegar a la morada nos dividimos en tres binomios para asegurar el perimetral. Nosotros fuimos por la izquierda, otros dos por la derecha Aglaea con su binomio nos esperaban desde el frente entre arbustos.
- Vamos... - me dijo Sofío al notar la seña de la elfa, tiro la cuerda y comenzó a trepar de inmediato, el dominio que tenia de su cuerpo era impresionante, yo, por el contrario no podía hacer más que admirarlo, al intentar subir por la misma me vi en la limitada humillación de mi cuerpo símil humano no entrenado.
No paso mucho cuando unas voces llamaron mi atención y me preocupe, como parte de esta importante tarea asumí la responsabilidad de investigar el origen del bullicio como excusa para dejar de lado mis intentos fallidos de trepar por la pared de la vivienda. Los elfos ya estaban adentro, y ninguno sería tan descuidado como para levantar la voz. Eran profesionales, tenía entendido.
Me asome cauteloso por el lateral, allí se alzaban un par de siluetas con características que me eran sumamente familiares: Hombres-bestia, un felino y un canino "quizás son los dueños" pensé aun más preocupado en una justificación de por qué dos personas estarían a estas horas de la noche parados en este preciso umbral, pero rápidamente me confirmaron lo contrario cuando en sus manos se levantaron dos masas de gran tamaño. Me quite el tocado de la cabeza, acomodé rápidamente mi capucha y mi cinturón y fue contra ambos con la única estrategia con la que en el pasado resolví mil y un problemas. Pelear no era lo mío, mucho menos transformarme, los ruidos podrían alertar a los dueños sin mencionar que la elfa podría considerarlo traición; sé que me las arreglaría en mi forma bestial, pero corría en mis manos la vida de mi amigo quien abogo por mí, además, no se me ocurrían otras formas de justificar mi presencia allí al igual que la de ellos, quizás estos matones buscaban lo mismo que nosotros, a la niña, no tenía tanta información.
- Hermanos! Hijos de los Celestiales! Arrepiéntanse! - exclamé variando la nota en mi cantar, con una voz que de manera sutil era más elevada que la de ellos anteriormente, si ya esa voz no alarmo a nadie, tampoco lo haría yo con mi espectáculo. - He venido aquiiiiii hip - era mi papel de ebrio - a purificaaaar susss almaaasss... - Me acerque a paso bravo hasta chocar con uno de ellos y arrojarles agua como si se tratase del agua tocada por los Celestiales en las vertientes de Dundarak - Salvenseee!
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Off rol
Me tarde por que no estaba segura de como encarar, es mi primera vez en un reto y si no esta bien, me avisan y de inmediato cambio lo que me digas u_U Srry
Sauron Guardgris
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Re: Jani Schofield [Evento Objetos del 19]
El día había transcurrido con normalidad, uno más que pasaba sin pena ni gloria.
El permanente olor a madera, las comidas rutinarias, las risas tontas de un par de adolescentes, los gritos improvisados del servicio al encontrar a Jani saliendo de alguna pared, las quejas ocasionadas por los despistes de un aprendiz, las luces que se extinguían cuando la casa se quedaba en silencio, desconocidos que trepaban ventanas...
-Arancel, hay un señor elfo ahí.
Jani estaba sentada sobre uno de los muebles de la habitación de Lavey, moviendo sus piececitos en el aire como si estuviera sentada en el muro de un puente.
La pequeña fantasma se había autoimpuesto la tarea de vigilar la casa por las noches, ya que no podía dormir por lo menos protegería a su familia.
Normalmente nunca pasaba nada, era por ello que Jani pasaba más tiempo mirando dormir a su madre y hermana, cuidando sus sueños.
-Sí, -respondió la niña, dejando de mirar la ventana y bajando la vista a un punto fijo del suelo- hay que despertarla. -Dando un saltito Jani bajó del mueble y se puso al lado de la cama de Lavey. -Hermanita... -La mano traslucida buscó el brazo de la cazadora, pero el contacto nunca se produjo, los deditos atravesaron la carne de la rubia. -Hermanita Lavey, hay un señor raro subiendo por la ventana. -La lagartija se movió levemente. -Despiértate hermana o el señor malo nos hará daño.
Lavey abrió los ojos habiendo captado tan solo dos palabras, malo y daño.
La rubia se incorporó en la cama, Jani volvió a repetir la frase y señaló la ventana. Los ojos de la cazadora cambiaron de inmediato y, volviéndose grises, siguió la dirección del brazo fantasma.1 Alargó el brazo y cogió el arco y un par de flechas de la repisa.
-Avisa a mama. -Susurró la cazadora. -Yo me ocupo de esto.
Mientras que la rubia corpórea preparaba el arma la incorpórea atravesó la puerta y se fue a cumplir la orden.
Aquel desconocido escalador no era el único en la casa, Lavey detectaba 7 huellas más de calor al rodeando del edificio.
La ventana se abrió, un cuerpo comenzó a atravesar el hueco, una flecha voló y un cuerpo cayó a plomo al suelo, gorgoteando sangre y con una saeta atravesando el pulmón.
Lavey se levantó de un salto de la cama y corrió a por su armadura y el carcaj.
-Mama despierta. Mama hay gente mala queriendo entrar en casa.
Jani daba vueltas alrededor de mi cama, cuando unos gritos me despertaron. Se trataba de un simple borracho, no había de que preocuparse. Cerré los ojos y al instante los volví abrir, alarmada, algo grande y pesado acababa de caer.
-¿Que sucede? -La infanta volvió a repetir la información, pero esta vez más rápido y con la voz alterada. -Vale, vale... Ve a despertar a Astra, si no es que no lo está ya. Dile que se quede en su cuarto.
Jani atravesó la pared. Abrí la puerta del dormitorio con cuidado, cambie de forma con rapidez2 y de un salto subí a las vigas del techo.
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Off:
1 - Huella de calor (rasgo)
2- Transformación en dragón
El permanente olor a madera, las comidas rutinarias, las risas tontas de un par de adolescentes, los gritos improvisados del servicio al encontrar a Jani saliendo de alguna pared, las quejas ocasionadas por los despistes de un aprendiz, las luces que se extinguían cuando la casa se quedaba en silencio, desconocidos que trepaban ventanas...
-Arancel, hay un señor elfo ahí.
Jani estaba sentada sobre uno de los muebles de la habitación de Lavey, moviendo sus piececitos en el aire como si estuviera sentada en el muro de un puente.
La pequeña fantasma se había autoimpuesto la tarea de vigilar la casa por las noches, ya que no podía dormir por lo menos protegería a su familia.
Normalmente nunca pasaba nada, era por ello que Jani pasaba más tiempo mirando dormir a su madre y hermana, cuidando sus sueños.
-Sí, -respondió la niña, dejando de mirar la ventana y bajando la vista a un punto fijo del suelo- hay que despertarla. -Dando un saltito Jani bajó del mueble y se puso al lado de la cama de Lavey. -Hermanita... -La mano traslucida buscó el brazo de la cazadora, pero el contacto nunca se produjo, los deditos atravesaron la carne de la rubia. -Hermanita Lavey, hay un señor raro subiendo por la ventana. -La lagartija se movió levemente. -Despiértate hermana o el señor malo nos hará daño.
Lavey abrió los ojos habiendo captado tan solo dos palabras, malo y daño.
La rubia se incorporó en la cama, Jani volvió a repetir la frase y señaló la ventana. Los ojos de la cazadora cambiaron de inmediato y, volviéndose grises, siguió la dirección del brazo fantasma.1 Alargó el brazo y cogió el arco y un par de flechas de la repisa.
-Avisa a mama. -Susurró la cazadora. -Yo me ocupo de esto.
Mientras que la rubia corpórea preparaba el arma la incorpórea atravesó la puerta y se fue a cumplir la orden.
Aquel desconocido escalador no era el único en la casa, Lavey detectaba 7 huellas más de calor al rodeando del edificio.
La ventana se abrió, un cuerpo comenzó a atravesar el hueco, una flecha voló y un cuerpo cayó a plomo al suelo, gorgoteando sangre y con una saeta atravesando el pulmón.
Lavey se levantó de un salto de la cama y corrió a por su armadura y el carcaj.
-Mama despierta. Mama hay gente mala queriendo entrar en casa.
Jani daba vueltas alrededor de mi cama, cuando unos gritos me despertaron. Se trataba de un simple borracho, no había de que preocuparse. Cerré los ojos y al instante los volví abrir, alarmada, algo grande y pesado acababa de caer.
-¿Que sucede? -La infanta volvió a repetir la información, pero esta vez más rápido y con la voz alterada. -Vale, vale... Ve a despertar a Astra, si no es que no lo está ya. Dile que se quede en su cuarto.
Jani atravesó la pared. Abrí la puerta del dormitorio con cuidado, cambie de forma con rapidez2 y de un salto subí a las vigas del techo.
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Off:
1 - Huella de calor (rasgo)
2- Transformación en dragón
Reivy Abadder
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Re: Jani Schofield [Evento Objetos del 19]
La luz de la luna se reflejaba sobre la armadura de Aglaea. La elfa no se había fijado hasta entonces en los detalles minúsculos que componían la parte frontal de esta, como surcados por letras oscuras que al brillo de la luz se inundaron del color dorado del mismo sol dejando ver frases en un idioma que la mujer desconocía. Su arma y espadas estaban surcadas de las mismas inscripciones.
Aglaea se balanceó hacia un lado y otro de la cuerda intentando tener una visión periférica a través de la ventana sin llegar a entrar por la misma. El silencio de una sala aparentemente vacía la recibió. Miró a Ignatus, escalando bajo ella y le indicó que la siguiese hasta el alféizar de la ventana, sin llegar a entrar.
La imagen del hombre muerto se posó en su cabeza mientras el hombre avanzaba. Lo cierto era que aquella elfa no había estado tan segura de sus posibilidades en aquella empresa en un principio. El hombre muerto era perspicaz en sus descripciones y la figura cuasi fantasmal de la niña Jani no había estado tan clarain su cabeza hasta aquel momento. Su amo, sin embargo, había sido lo suficientemente claro con ella como para asegurarle que la armadura, armas y guantalete que le había Regalado serían lo únuco que necesitaba para capturer a la pequeña. Pero de la misma manera el hombre muerto había sonreido con la picardía de ml años: Aglaea sabía que no iba a ser fácil.
Ignatus se apoyó fieramente unos pasos sobre ella, esperando a que el silencio de la noche fuese el suficiente para avanzar. Ella tan solo esperaba escuchar algo que la pusiese en cubierto pero no fue su oído sino el sentir del éter el que los puso a cubierto: Había alguien más en esa sala.
Se mordió el labio y dio la señal a Ignatus quien saltó con varias peripecias entró en la habitación posándose en una esquina de la misma.
-Alyuen- dijo el hombre y sus manos se incendiaron de una luz brillante que iluminó la habitación y despojó de dudas sobre a quién pertenecía aquel eter.
-Vaya… vaya- dijo el hombre más para Aglaea que para Reivy- No tenía constancia de que los dragones durmiesen colgados del techo.Pensé que eso era cosa de vampiros- y compuso un gesto confuso.
Aglaea subió entonces al alféizar y poco a poco se adentró hasta un lugar cercano a su compañero. Su Altura era visiblemente dos palos más que el de Ignatus y su presencia aderezada por el aura que le otorgaba la armadura del hombre muerto inundaba la sala sumiéndola en una mezcla de desasociego e inquietud.
-Buenas… noches Reivy Abader. Ruego que nos disculpe a mi y a mis compañeros por interrumpirla en esta noche tranquila… pero versa… tiene algo que no es suyo. Ni mio para este caso. Tiene algo que le pertenece a un amigo cercano, y ciertamente espero sepa entender que ese amigo quiera recuperar…lo que es suyo.-
Aglaea hizo un gesto leve a Ignatus y este movió ambas manos. Las dos bolas de luz se posaron sobre la cabeza y cola de la mujer dragon creando unas cadenas luminosas entre ella que la atraparon haciéndola caer del techo donde estaba posada e inhabilitando cualquier ataque físico.
Aglaea se separó de su compañero que mantenía las manos en tension apretando las cadenas.
-Ahora… si no me equivoco aparte de la tal Jani… Bueno. Hay otra mocosa en la sala. Espero que mis amigos la mantengan a salvo… por el bien de ambas- dijo Aglaea guiñándole un ojo y saliendo de la sala donde se encontraba Reivy.
-Jaaaaaaaani- canturreó por los pasillos- Dulce y linda Jaaaaaaaani- continuo- Tengo un mensaje de papá y mamá… ¿Acaso no quieres escucharlo?- Aglaea rozó sus guanteletes y estos se iluminaron guiando su camino mientras abría puerta por puerta buscando a la niña
Soriendel escuchó el sonido sordo del cuerpo de su compañero cayendo sobre el piso de madera de aquella mansion. Ciertamente no estaba seguro de cómo se habían percatado de su presencia en el medio de la noche, pero no iba a tomarse demasiado tiempo regodeándose en la pérdida momentánea de su compañero como para que esto le supusiese un impedimento.
Se concentró aún en las cuerdas que lo ataban a la pared del edificio y su mente se partió en tres. Luego en 4. Luego en 5. Y luego en 6.
Cuando abrió sus ojos, las 6 versiones de si mismo se esparcían a través de la pared, esperando sus movimientos y mirándolo como el reflejo de lo que él era. No eran más que proyecciones de él mismo, pero no por ello menos peligrosas.
Avanzó detrás de ella rodeando a la niña con la ballista y dejando atrás el cuerpo de su compañero.
-Ese arma es casi más grande que tu, querida niña ¿Estás segura de que sabes usarla sin herirte?- dijeron las 6 copias de él mismo a la vez. Y acto seguido se dispusieron a atacar a Lavey.
Una de ellas saltó sobre la chica, otra le tiró una cuerda que pretendía amarrarla. La tercera se dispuso a curar el cuerpo en el suelo, La cuarta lanzó una fleche directa a su cara, La quinta le propinó una patada que intentaba hacer que se deshiciese de su ballista y la sexta , la única cuya acción era real, se le acercó por detrás y le puso su espada alrededor del cuello.
Pero esto Lavey no lo sabía. Para ella todas y cada una de las proyecciones de aquel elfo estaban a punto de hacer algo que la pondría en peligro.
Todas y cada una de las copias de Soriendel sonrieron a la vez con gesto macabra.
Hita y Tork se miraron el uno al otro, ambos empapados por el agua “bendita “de aquella miniature de persona. En un principio la expresión del primero daba pie a molestia pero tras varios segundos de un silencio estruendoso tras el anterior desorden que causaron al romper la puerta de aquel taller…Ambos rieron al unísono ante la vision de aquel clérigo.
Lo cierto era, que frente a las dos figuras enormes de cerca de tres metros de aquellos hombres-bestia, Sauron parecía nada más que un junco mecido por el viento.
-Dígame, señor… fraile- dijo Hita- ¿Acaso ha estado bebiendo esta noche oscura? ¿Acaso el señor de la luz le ha guiado por las sendas misteriosas del vino? Porque si es así… créame que usted tiene muchos más pecados que limpiar que nosotros. Al menos por ahora- rió.
-Bueno, Bueno… Hita- dijo Tork dándole un codazo- Vamos a concederle al menos el beneficio de la duda. Estoy seguro que esto no es más que una señal del de arriba para bendecir nuestra cruzada. Un amuleto, ¿No crees?- Añadió mirándolo con interés
-Aish… tan sólo porque sabes que soy muy supersticioso- dijo Hita. Alzó su maza y la dejó caer en la cabeza de Sauron, noqueándolo y dejándolo momentáneamente sin consciencia-
Lo alzó entonces sobre sus espalda y lo cargo en su cuello, a modo de collar.
-Ya podría elegir tu señor amuletos más cómodos de llevar- dijo Hita acomodándo a Sauron sobre él.
Queridas criaturas pacientes:
Me temo que Jani está resultando ser un poco más escurridiza de lo que los aliados del hombre muerto esperaban. Y al mismo tiempo... sus captores están haciendo la tarea de protegerla un poco más difícil de lo que,estoy segura, Reivy se imaginaba.
Reivy: Ignatus te ha apresado en sus cadenas de luz y te va a impedir moverte y atacarlo de manera física durante este turno. Mientras tanto, Aglaea esta muy cerca de descubrir dónde se encuentra Jani y al parecer el hombre muerto la ha dotadode juguetes que le van a hacer mucho más fácil su captura.
Lavey: La niña esta rodeada. Literalmente. Las 6 copias del elfo pueden parecer moco de pavo para nosotros, los lectores, que sabemos que tan solo una de ellas puede atacar de manera tangible a la chica, sin embargo para la pobre Lavey todas estan en proceso de causarle daño. Imagino que sabes que esto, es un problema.
Tanto Reivy como Lavey deben intentar que Jani caiga en malas manos en el siguiente post. Esto incluye las manos de Sauron que como veis sigue los mandatos indirectos del hombre muerto.
Sauron: Te has convertido en un amuleto de la buena suerte. Literalmente. Estás inconsciente a menos que tengas algo que te reviva de este mal trago, pero sino, y sin remedio vas a tener que seguir a Hita y Tork en su cruzada hasta Jani. Imagino que mirándolo por el lado bueno el ser un collar sobre el cuello de Hita te da ventaja pues posiciona tus pasos paralelos a los de ellos en esta carrera por la chica espectro. Como sea, en el siguiente post debes posicionarte el primero en esta batalla e intentar hacerte con la niña antes que Aglaea y los hombres bestia.
Os leo pronto, criaturas.
Aglaea se balanceó hacia un lado y otro de la cuerda intentando tener una visión periférica a través de la ventana sin llegar a entrar por la misma. El silencio de una sala aparentemente vacía la recibió. Miró a Ignatus, escalando bajo ella y le indicó que la siguiese hasta el alféizar de la ventana, sin llegar a entrar.
La imagen del hombre muerto se posó en su cabeza mientras el hombre avanzaba. Lo cierto era que aquella elfa no había estado tan segura de sus posibilidades en aquella empresa en un principio. El hombre muerto era perspicaz en sus descripciones y la figura cuasi fantasmal de la niña Jani no había estado tan clarain su cabeza hasta aquel momento. Su amo, sin embargo, había sido lo suficientemente claro con ella como para asegurarle que la armadura, armas y guantalete que le había Regalado serían lo únuco que necesitaba para capturer a la pequeña. Pero de la misma manera el hombre muerto había sonreido con la picardía de ml años: Aglaea sabía que no iba a ser fácil.
Ignatus se apoyó fieramente unos pasos sobre ella, esperando a que el silencio de la noche fuese el suficiente para avanzar. Ella tan solo esperaba escuchar algo que la pusiese en cubierto pero no fue su oído sino el sentir del éter el que los puso a cubierto: Había alguien más en esa sala.
Se mordió el labio y dio la señal a Ignatus quien saltó con varias peripecias entró en la habitación posándose en una esquina de la misma.
-Alyuen- dijo el hombre y sus manos se incendiaron de una luz brillante que iluminó la habitación y despojó de dudas sobre a quién pertenecía aquel eter.
-Vaya… vaya- dijo el hombre más para Aglaea que para Reivy- No tenía constancia de que los dragones durmiesen colgados del techo.Pensé que eso era cosa de vampiros- y compuso un gesto confuso.
Aglaea subió entonces al alféizar y poco a poco se adentró hasta un lugar cercano a su compañero. Su Altura era visiblemente dos palos más que el de Ignatus y su presencia aderezada por el aura que le otorgaba la armadura del hombre muerto inundaba la sala sumiéndola en una mezcla de desasociego e inquietud.
-Buenas… noches Reivy Abader. Ruego que nos disculpe a mi y a mis compañeros por interrumpirla en esta noche tranquila… pero versa… tiene algo que no es suyo. Ni mio para este caso. Tiene algo que le pertenece a un amigo cercano, y ciertamente espero sepa entender que ese amigo quiera recuperar…lo que es suyo.-
Aglaea hizo un gesto leve a Ignatus y este movió ambas manos. Las dos bolas de luz se posaron sobre la cabeza y cola de la mujer dragon creando unas cadenas luminosas entre ella que la atraparon haciéndola caer del techo donde estaba posada e inhabilitando cualquier ataque físico.
Aglaea se separó de su compañero que mantenía las manos en tension apretando las cadenas.
-Ahora… si no me equivoco aparte de la tal Jani… Bueno. Hay otra mocosa en la sala. Espero que mis amigos la mantengan a salvo… por el bien de ambas- dijo Aglaea guiñándole un ojo y saliendo de la sala donde se encontraba Reivy.
-Jaaaaaaaani- canturreó por los pasillos- Dulce y linda Jaaaaaaaani- continuo- Tengo un mensaje de papá y mamá… ¿Acaso no quieres escucharlo?- Aglaea rozó sus guanteletes y estos se iluminaron guiando su camino mientras abría puerta por puerta buscando a la niña
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Soriendel escuchó el sonido sordo del cuerpo de su compañero cayendo sobre el piso de madera de aquella mansion. Ciertamente no estaba seguro de cómo se habían percatado de su presencia en el medio de la noche, pero no iba a tomarse demasiado tiempo regodeándose en la pérdida momentánea de su compañero como para que esto le supusiese un impedimento.
Se concentró aún en las cuerdas que lo ataban a la pared del edificio y su mente se partió en tres. Luego en 4. Luego en 5. Y luego en 6.
Cuando abrió sus ojos, las 6 versiones de si mismo se esparcían a través de la pared, esperando sus movimientos y mirándolo como el reflejo de lo que él era. No eran más que proyecciones de él mismo, pero no por ello menos peligrosas.
Avanzó detrás de ella rodeando a la niña con la ballista y dejando atrás el cuerpo de su compañero.
-Ese arma es casi más grande que tu, querida niña ¿Estás segura de que sabes usarla sin herirte?- dijeron las 6 copias de él mismo a la vez. Y acto seguido se dispusieron a atacar a Lavey.
Una de ellas saltó sobre la chica, otra le tiró una cuerda que pretendía amarrarla. La tercera se dispuso a curar el cuerpo en el suelo, La cuarta lanzó una fleche directa a su cara, La quinta le propinó una patada que intentaba hacer que se deshiciese de su ballista y la sexta , la única cuya acción era real, se le acercó por detrás y le puso su espada alrededor del cuello.
Pero esto Lavey no lo sabía. Para ella todas y cada una de las proyecciones de aquel elfo estaban a punto de hacer algo que la pondría en peligro.
Todas y cada una de las copias de Soriendel sonrieron a la vez con gesto macabra.
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Hita y Tork se miraron el uno al otro, ambos empapados por el agua “bendita “de aquella miniature de persona. En un principio la expresión del primero daba pie a molestia pero tras varios segundos de un silencio estruendoso tras el anterior desorden que causaron al romper la puerta de aquel taller…Ambos rieron al unísono ante la vision de aquel clérigo.
Lo cierto era, que frente a las dos figuras enormes de cerca de tres metros de aquellos hombres-bestia, Sauron parecía nada más que un junco mecido por el viento.
-Dígame, señor… fraile- dijo Hita- ¿Acaso ha estado bebiendo esta noche oscura? ¿Acaso el señor de la luz le ha guiado por las sendas misteriosas del vino? Porque si es así… créame que usted tiene muchos más pecados que limpiar que nosotros. Al menos por ahora- rió.
-Bueno, Bueno… Hita- dijo Tork dándole un codazo- Vamos a concederle al menos el beneficio de la duda. Estoy seguro que esto no es más que una señal del de arriba para bendecir nuestra cruzada. Un amuleto, ¿No crees?- Añadió mirándolo con interés
-Aish… tan sólo porque sabes que soy muy supersticioso- dijo Hita. Alzó su maza y la dejó caer en la cabeza de Sauron, noqueándolo y dejándolo momentáneamente sin consciencia-
Lo alzó entonces sobre sus espalda y lo cargo en su cuello, a modo de collar.
-Ya podría elegir tu señor amuletos más cómodos de llevar- dijo Hita acomodándo a Sauron sobre él.
-.*.-.*.-.*.-.*.-.*.-.*.-.*.-.*.-.*.-.*.-.*.-.*.-.*.-.*.-.*.-.*.-.*.-.*.-.*.-.*.-.*.-.
Queridas criaturas pacientes:
Me temo que Jani está resultando ser un poco más escurridiza de lo que los aliados del hombre muerto esperaban. Y al mismo tiempo... sus captores están haciendo la tarea de protegerla un poco más difícil de lo que,estoy segura, Reivy se imaginaba.
Reivy: Ignatus te ha apresado en sus cadenas de luz y te va a impedir moverte y atacarlo de manera física durante este turno. Mientras tanto, Aglaea esta muy cerca de descubrir dónde se encuentra Jani y al parecer el hombre muerto la ha dotadode juguetes que le van a hacer mucho más fácil su captura.
Lavey: La niña esta rodeada. Literalmente. Las 6 copias del elfo pueden parecer moco de pavo para nosotros, los lectores, que sabemos que tan solo una de ellas puede atacar de manera tangible a la chica, sin embargo para la pobre Lavey todas estan en proceso de causarle daño. Imagino que sabes que esto, es un problema.
Tanto Reivy como Lavey deben intentar que Jani caiga en malas manos en el siguiente post. Esto incluye las manos de Sauron que como veis sigue los mandatos indirectos del hombre muerto.
Sauron: Te has convertido en un amuleto de la buena suerte. Literalmente. Estás inconsciente a menos que tengas algo que te reviva de este mal trago, pero sino, y sin remedio vas a tener que seguir a Hita y Tork en su cruzada hasta Jani. Imagino que mirándolo por el lado bueno el ser un collar sobre el cuello de Hita te da ventaja pues posiciona tus pasos paralelos a los de ellos en esta carrera por la chica espectro. Como sea, en el siguiente post debes posicionarte el primero en esta batalla e intentar hacerte con la niña antes que Aglaea y los hombres bestia.
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Re: Jani Schofield [Evento Objetos del 19]
Aglaea notó un leve cosquilleo en el estómago a medida que caminaba a través del pasillo lleno de sombras de aquel lugar. Notaba la adrenalina que impulsaba sus latidos y parecía... guiarla hasta su presa. Su objetivo en forma de infante.
No tardó mucho en encontrar el escondite de aquella mocosa. No había mucho que la protegiese en aquel momento. Sonrió de manera enigmática a la vez que se acercaba al casi incorpóro cuerpo de la chica. Esta intentó huir. Por unos segundos jugaron a correr a través de habitaciones, pero aquello tan solo incentivaba el deseo de ganar de la elfa.
Aquella no había sido su batalla más dura, y al decir la verdad, esperaba algo más de aquella hazaña en particular.
-Vamos a llevarte donde perteneces, señorita escurridiza- dijo Aglaea, finalmente agarrando a Jani.
La niña sonrió como si esperase que aquello no iba a ser exitoso. Pero el guante se recubrió de la oscuridas etérea que envolvía a Jani y la mano de Aglaea con casi la misma sorpresa que Jani en su rostro, logró asirla.
Aquella primera sorpresa se tornó en urgencia a medida que la elfa escuchaba los pasos de dos presencias pesadas entrando en la habitación. El reloj interno en su corazón se relajó a medida que asía a Jani y la envolvía en el poder de sus armas, envueltas en el poder del hombre muerto.
Avanzó con la chica en sus brazos a través de la ventana que daba a la noche sobre su cabeza. Tan solo se paró durante un segundo para contemplar la figura de los dos hombres bestias que acababan de atravesar la puerta de aquella habitación. Les dedicó una sonrisa satírica justo antes de dejarse caer a través de la misma ventana. con la gracilidad de toda su raza sobre ella y perdiéndose segundos después a través de los juncos altos, camino a su señor.
-¡Maldición!- increpó Tork- Te dije que no deberíamos haber parado a afilar nuestras armas. ¿Es que acaso no has tenido tiempo?
-¡Eh, eh! ¡no me juzgues...!- señaló al cuerpecillo que cargaba- Si no me he apresurado mas es... porque he puesto unos kilitos de más....- añadió divertido.
Tork lo miró por un segundo y tras soltar una carcajada, comenzó a desquitarse con las paredes de aquella habitación destruyendo todo lo que encontraba a su paso.
*.*.*.*.*,*.*.*.*.*.*
Criaturas:
Doy el tema por abandonado después de 5 meses, por lo tanto asumo que el hombre muerto se hace con Jani. Hita y Tork no están muy contentos... pero al menos pueden redecorar la carpintería de Reivy.
No tardó mucho en encontrar el escondite de aquella mocosa. No había mucho que la protegiese en aquel momento. Sonrió de manera enigmática a la vez que se acercaba al casi incorpóro cuerpo de la chica. Esta intentó huir. Por unos segundos jugaron a correr a través de habitaciones, pero aquello tan solo incentivaba el deseo de ganar de la elfa.
Aquella no había sido su batalla más dura, y al decir la verdad, esperaba algo más de aquella hazaña en particular.
-Vamos a llevarte donde perteneces, señorita escurridiza- dijo Aglaea, finalmente agarrando a Jani.
La niña sonrió como si esperase que aquello no iba a ser exitoso. Pero el guante se recubrió de la oscuridas etérea que envolvía a Jani y la mano de Aglaea con casi la misma sorpresa que Jani en su rostro, logró asirla.
Aquella primera sorpresa se tornó en urgencia a medida que la elfa escuchaba los pasos de dos presencias pesadas entrando en la habitación. El reloj interno en su corazón se relajó a medida que asía a Jani y la envolvía en el poder de sus armas, envueltas en el poder del hombre muerto.
Avanzó con la chica en sus brazos a través de la ventana que daba a la noche sobre su cabeza. Tan solo se paró durante un segundo para contemplar la figura de los dos hombres bestias que acababan de atravesar la puerta de aquella habitación. Les dedicó una sonrisa satírica justo antes de dejarse caer a través de la misma ventana. con la gracilidad de toda su raza sobre ella y perdiéndose segundos después a través de los juncos altos, camino a su señor.
-¡Maldición!- increpó Tork- Te dije que no deberíamos haber parado a afilar nuestras armas. ¿Es que acaso no has tenido tiempo?
-¡Eh, eh! ¡no me juzgues...!- señaló al cuerpecillo que cargaba- Si no me he apresurado mas es... porque he puesto unos kilitos de más....- añadió divertido.
Tork lo miró por un segundo y tras soltar una carcajada, comenzó a desquitarse con las paredes de aquella habitación destruyendo todo lo que encontraba a su paso.
*.*.*.*.*,*.*.*.*.*.*
Criaturas:
Doy el tema por abandonado después de 5 meses, por lo tanto asumo que el hombre muerto se hace con Jani. Hita y Tork no están muy contentos... pero al menos pueden redecorar la carpintería de Reivy.
Tema cerrado
Jani pasa a ser objeto del hombre muerto.
Wyn
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