[Mastereado] La historia jamás contada [Zelas+Rauko]
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[Mastereado] La historia jamás contada [Zelas+Rauko]
El misterio no es donde... sino cuándo
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Aquel era un día como cualquiera, de esos donde te levantas de la cama, vas a un evento y sin darte cuenta acabas fuera de la realidad, Zelas despertaría repentinamente en un lugar blanco en su totalidad, perdería de vista el suelo mismo si no lo sintiera bajo sus pies, no había sonidos, voces, personas, no había nada más que él y su llave del tiempo.
No hacía falta ser un genio para saber donde estaba, obviamente se encontraba en… bueno, tal vez sí sería un poco difícil saberlo, lo único que lograba escuchar era el tictac de algún viejo reloj y a ratos el sonido de campanas, las mismas que habían venido sonando en su mente desde que las llaves se convirtieron en una sola.
Soledad y silencio era todo lo que el elfo podría ver en ese lugar hasta que lentamente lo blanco comenzó a desaparecer dando lugar a una de las extensas praderas de los campos de Verisar. En sus manos aún conservaba la misteriosa llave, ahora tan grande como el tamaño de su mano, no había mucha información que pudiera tener más allá de suponer que ese era su boleto de regreso, tal vez si se concentraba en alguna persona, podría volver a donde esta se encontrara ¿así funcionan esas cosas mágicas, no?
Unos instantes más tarde sería visible a lo lejos una misteriosa explosión de color verde y con un fuerte olor a diferentes comidas, aunque la mezcla de olores resultaba desagradable al cabo de un rato. Parecía venir de una pequeña casa a lo lejos y como es lógico pensar, en las casas hay personas, y las personas tienen comida, y la comida siempre es buena. Además todos saben que la mejor manera de entender situaciones extrañas es con el estómago lleno.
Repentinamente, el sonido de unos caballos acercándose añadieron tensión al momento, pasaron a unos metros de distancia ignorando cualquier presencia y parecían tener como objetivo aquella misteriosa vivienda de color morado que destacaba a lo lejos...
∞ Bienvenidos, Zelas y Rauko,al acontecimiento más importante de Aerandir, en este mastereado daremos un vistazo a la creación de las biusas, aunque el verdadero viaje será para encontrar el camino de regreso al tiempo que les corresponde, cosa que desde luego, debe hacerse con el estómago lleno.
∞ La llave del tiempo tiene un uso, aún brilla con intensidad, sin embargo al concentrarse en alguien no se irá a donde está esa persona, sino que se traerá a esa persona al lugar donde está la llave, lo que hará que Rauko también termine atorado en el momento, gastando el único uso que tenía la llave, por lo que la misma dejará de brillar.
∞ Recuerden que generar cambios en el tiempo puede tener resultados devastadores, así que mantengan las manos quietas y traten de no romper nada, no es que no confíe en ustedes y en su evidente madurez y seriedad pero...
∞ Pueden usar esta primera ronda para describir sus reacciones y poner en contexto a sus personajes, podrían sospechar que se encuentran en otro tiempo pero por ahora no tendrán manera de confirmarlo, a efectos prácticos pensarán que solo fueron llevados a otro lugar.
No hacía falta ser un genio para saber donde estaba, obviamente se encontraba en… bueno, tal vez sí sería un poco difícil saberlo, lo único que lograba escuchar era el tictac de algún viejo reloj y a ratos el sonido de campanas, las mismas que habían venido sonando en su mente desde que las llaves se convirtieron en una sola.
Soledad y silencio era todo lo que el elfo podría ver en ese lugar hasta que lentamente lo blanco comenzó a desaparecer dando lugar a una de las extensas praderas de los campos de Verisar. En sus manos aún conservaba la misteriosa llave, ahora tan grande como el tamaño de su mano, no había mucha información que pudiera tener más allá de suponer que ese era su boleto de regreso, tal vez si se concentraba en alguna persona, podría volver a donde esta se encontrara ¿así funcionan esas cosas mágicas, no?
Unos instantes más tarde sería visible a lo lejos una misteriosa explosión de color verde y con un fuerte olor a diferentes comidas, aunque la mezcla de olores resultaba desagradable al cabo de un rato. Parecía venir de una pequeña casa a lo lejos y como es lógico pensar, en las casas hay personas, y las personas tienen comida, y la comida siempre es buena. Además todos saben que la mejor manera de entender situaciones extrañas es con el estómago lleno.
Repentinamente, el sonido de unos caballos acercándose añadieron tensión al momento, pasaron a unos metros de distancia ignorando cualquier presencia y parecían tener como objetivo aquella misteriosa vivienda de color morado que destacaba a lo lejos...
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∞ Bienvenidos, Zelas y Rauko,
∞ La llave del tiempo tiene un uso, aún brilla con intensidad, sin embargo al concentrarse en alguien no se irá a donde está esa persona, sino que se traerá a esa persona al lugar donde está la llave, lo que hará que Rauko también termine atorado en el momento, gastando el único uso que tenía la llave, por lo que la misma dejará de brillar.
∞ Recuerden que generar cambios en el tiempo puede tener resultados devastadores, así que mantengan las manos quietas y traten de no romper nada, no es que no confíe en ustedes y en su evidente madurez y seriedad pero...
∞ Pueden usar esta primera ronda para describir sus reacciones y poner en contexto a sus personajes, podrían sospechar que se encuentran en otro tiempo pero por ahora no tendrán manera de confirmarlo, a efectos prácticos pensarán que solo fueron llevados a otro lugar.
Ansur
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Re: [Mastereado] La historia jamás contada [Zelas+Rauko]
Una bendición, un monstruo gigante, un chorro de agua y un bebe mágico con barba que llegaba para salvar la situación, din lugar a dudas aquella era una experiencia desopilante, -No te muevas, saltarín, te dije que la arrancaría de tus manos- escucho por parte de el vendedor de mascaras Dextro, Zelas aun se encontraba inmóvil por su abuso indiscriminado del éter en su cuerpo, su lengua por otro lado, seguía igual de afilada que sus espadas. Mientras respondía, un sonido de campanas se hacia presente en el lugar. - Y yo te dije que...- sus palabras se vieron interrumpidas por una grieta en la realidad de la cual emergió una brillante luz que envolvió al elfo, devorándolo al instante...
El elfo despertó sobresaltado, el ruido de unas campanas resonó fuertemente al punto de despertarlo y al momento en el que lo hizo dejaron de sonar, todo lo que le rodeaba estaba blanco -Oh no he quedado ciego!- exclamo asustado, hasta que vio sus manos, toco su rostro, su cuerpo, todo parecía en su lugar ante lo cual suspiro de alivio, vio la llave en una de sus manos y noto como esta seguía resplandeciente, ahora mas grande que antes, no entendía donde se encontraba y se quedo puso de pie en un intento de obtener algo de cordura. -Quizás ese bebe era muy poderoso.... No, se veía demasiado genial lanzando proyectiles de fuego contra ese monstruo, no creo que esto sea culpa de él.... a lo mejor Nousis se encontraba en Roilkat y no me percate... ese elfo siempre esta cuando me pasan cosas malas, de seguro debe ser eso.... O quizás… me llego la hora- Exclamo Zelas para si mismo, su voz no generaba eco ni nada similar, lo cual le hacia pensar que quizás si había muerto y el silencio que era crepitante por momentos no ayudaba mucho a que se calmara su preocupación existencial..
Camino sin saber si avanzaba o no, quedarse meditando sobre cosas que estaban mas allá de su comprensión no le serbia de nada y solo aumentaba su paranoia sobre el fin de su existencia, así que camino por lo que parecía ser una larga distancia, después de eso se detuvo, Al rato siguió caminando esperando moverse en lineal recta, ya que todo era blanco, era difícil saber a donde iba, todo aquello le era surreal, "Tic-Toc-Tic-Toc-Tic-Toc" de pronto el sonido que emulan las manecillas de reloj rompió aquel silencio devastador, otra vez el sonido de las campanas resonó, el elfo, sin embargo, desconocía si el sonido provenía de alguna parte o se estaba generando en su cabeza, ¿seria acaso que se había vuelto loco?, conforme seguía avanzando el entorno blanco comenzó a diluirse, al fin vio tierra debajo de sus pies la cual se extendió gradualmente hasta dar paso a un paisaje completo, praderas extensas e interminables de un paisaje que le recordaba a algún lugar que había olvidado, -TIERRA!, PASTO!, OH SI, QUE FELICIDAD! NO ESTOY MUERTO! GRACIAS DIOSES!!! Exclamo el elfo contento de ver otra cosa que no fuera el color blanco,"todavía no se si este es mi mundo siquiera" pensó para si mismo cuando noto como la llave seguía brillando lo cual disminuyo inmediatamente cualquier sensación de felicidad..
-Esta estúpida llave me trajo acá!... y lo peor de todo es que ni siquiera se si esto es real!!- grito molesto, había ayudado a salvar 2 veces la misma ciudad y 2 veces vio como una recompensa abundante en aeros de le escapaba de las manos, era como intentar atrapar el viento, irónico, para un elfo que se hacia llamar a si mismo Zelas del viento. Fue al cabo de unos segundos que cayo en la cuenta de que quizás esa misma llave podía sacarlo de ahí, lo medito unos minutos, ¿realmente quería volver a ese lugar?, desapareció del lugar, por ende cualquiera que hubiera sido la recompensa ya carecía de sentido si no estaba en el momento oportuno, ahora se le presentaba una nueva oportunidad, sin embargo, no tenia ganas de aventurarse solo ante lo que fuera que le depara el camino mas adelante.
Pensó en quien seria la persona mas adecuada entre sus conocidos para una aventura, rápidamente su amigo, el ex-feo Rauko se le vino a la cabeza, "es el mas apropiado, además ya se ha aventurado hacia otras dimensiones... espero no quedar feo como el quedo después de su viaje" pensó al momento que apuntaba con la llave hacia el camino que estaba adelante de el, inhalo profundamente y pronuncio las palabras mágicas -Invoco al guerrero Rauko en posición de defensa!!!- Exclamo con vehemencia al momento que la luz de la llave proyectaba un rectángulo de luz en el piso, como rompiendo la realidad la cual se resquebrajo junto con la luz, dando paso a la figura de su amigo.
-Funciono!, siii, soy un maldito creador de milagros!... Jamás pensé que diría esto pero como me alegro de ver a alguien- profirió con alegría justo cuando una fuerte explosión resonaba a lo lejos, sin embargo, estaba demasiado feliz para darle importancia. -Puede que todo se vea blanco por el momento, pero solo debe ser una sobredosis de éter- comento, intentando justificar el hecho de que él antes estaba en un lugar completamente blanco, movió con ímpetu su mano frente a la vista de Rauko y comenzó a abrir y cerrar sus dedos de su mano de forma aleatoria. -¿Ya recuperaste la visión?, ¿Cuántos dedos estoy señalando con mi mano?- pregunto mientras seguía abriendo y cerrando dedos de forma aleatoria, cambiando el resultado de la pregunta constantemente.
El elfo despertó sobresaltado, el ruido de unas campanas resonó fuertemente al punto de despertarlo y al momento en el que lo hizo dejaron de sonar, todo lo que le rodeaba estaba blanco -Oh no he quedado ciego!- exclamo asustado, hasta que vio sus manos, toco su rostro, su cuerpo, todo parecía en su lugar ante lo cual suspiro de alivio, vio la llave en una de sus manos y noto como esta seguía resplandeciente, ahora mas grande que antes, no entendía donde se encontraba y se quedo puso de pie en un intento de obtener algo de cordura. -Quizás ese bebe era muy poderoso.... No, se veía demasiado genial lanzando proyectiles de fuego contra ese monstruo, no creo que esto sea culpa de él.... a lo mejor Nousis se encontraba en Roilkat y no me percate... ese elfo siempre esta cuando me pasan cosas malas, de seguro debe ser eso.... O quizás… me llego la hora- Exclamo Zelas para si mismo, su voz no generaba eco ni nada similar, lo cual le hacia pensar que quizás si había muerto y el silencio que era crepitante por momentos no ayudaba mucho a que se calmara su preocupación existencial..
Camino sin saber si avanzaba o no, quedarse meditando sobre cosas que estaban mas allá de su comprensión no le serbia de nada y solo aumentaba su paranoia sobre el fin de su existencia, así que camino por lo que parecía ser una larga distancia, después de eso se detuvo, Al rato siguió caminando esperando moverse en lineal recta, ya que todo era blanco, era difícil saber a donde iba, todo aquello le era surreal, "Tic-Toc-Tic-Toc-Tic-Toc" de pronto el sonido que emulan las manecillas de reloj rompió aquel silencio devastador, otra vez el sonido de las campanas resonó, el elfo, sin embargo, desconocía si el sonido provenía de alguna parte o se estaba generando en su cabeza, ¿seria acaso que se había vuelto loco?, conforme seguía avanzando el entorno blanco comenzó a diluirse, al fin vio tierra debajo de sus pies la cual se extendió gradualmente hasta dar paso a un paisaje completo, praderas extensas e interminables de un paisaje que le recordaba a algún lugar que había olvidado, -TIERRA!, PASTO!, OH SI, QUE FELICIDAD! NO ESTOY MUERTO! GRACIAS DIOSES!!! Exclamo el elfo contento de ver otra cosa que no fuera el color blanco,"todavía no se si este es mi mundo siquiera" pensó para si mismo cuando noto como la llave seguía brillando lo cual disminuyo inmediatamente cualquier sensación de felicidad..
-Esta estúpida llave me trajo acá!... y lo peor de todo es que ni siquiera se si esto es real!!- grito molesto, había ayudado a salvar 2 veces la misma ciudad y 2 veces vio como una recompensa abundante en aeros de le escapaba de las manos, era como intentar atrapar el viento, irónico, para un elfo que se hacia llamar a si mismo Zelas del viento. Fue al cabo de unos segundos que cayo en la cuenta de que quizás esa misma llave podía sacarlo de ahí, lo medito unos minutos, ¿realmente quería volver a ese lugar?, desapareció del lugar, por ende cualquiera que hubiera sido la recompensa ya carecía de sentido si no estaba en el momento oportuno, ahora se le presentaba una nueva oportunidad, sin embargo, no tenia ganas de aventurarse solo ante lo que fuera que le depara el camino mas adelante.
Pensó en quien seria la persona mas adecuada entre sus conocidos para una aventura, rápidamente su amigo, el ex-feo Rauko se le vino a la cabeza, "es el mas apropiado, además ya se ha aventurado hacia otras dimensiones... espero no quedar feo como el quedo después de su viaje" pensó al momento que apuntaba con la llave hacia el camino que estaba adelante de el, inhalo profundamente y pronuncio las palabras mágicas -Invoco al guerrero Rauko en posición de defensa!!!- Exclamo con vehemencia al momento que la luz de la llave proyectaba un rectángulo de luz en el piso, como rompiendo la realidad la cual se resquebrajo junto con la luz, dando paso a la figura de su amigo.
-Funciono!, siii, soy un maldito creador de milagros!... Jamás pensé que diría esto pero como me alegro de ver a alguien- profirió con alegría justo cuando una fuerte explosión resonaba a lo lejos, sin embargo, estaba demasiado feliz para darle importancia. -Puede que todo se vea blanco por el momento, pero solo debe ser una sobredosis de éter- comento, intentando justificar el hecho de que él antes estaba en un lugar completamente blanco, movió con ímpetu su mano frente a la vista de Rauko y comenzó a abrir y cerrar sus dedos de su mano de forma aleatoria. -¿Ya recuperaste la visión?, ¿Cuántos dedos estoy señalando con mi mano?- pregunto mientras seguía abriendo y cerrando dedos de forma aleatoria, cambiando el resultado de la pregunta constantemente.
Zelas Hazelmere
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Re: [Mastereado] La historia jamás contada [Zelas+Rauko]
Esa era… ¿la cuarta vez? Sí, la cuarta vez, según mi perezosa memoria que en esta ocasión apenas cumple su función de guardar recuerdos. La cuarta vez que viajaba a otra dimensión. ¿Esta vez por qué? Eso ya ni importaba. Seguramente tendría que luchar, así como la vez que luché junto con mis bisabuelos contra un ejército de brujos en el pasado, así como cuando tuve que luchar contra escarabajos multidimensionales en un mundo inhóspito o así como cuando tuve que luchar contra los Jinetes Oscuros –a quienes nunca vi montar nada–, siempre siendo la culpa de alguien más.
Por eso, aunque ser tragado por el destello me hizo terminar con mi cara aterrizando en el pasto, mi cuerpo y mi éter estaban preparados para reaccionar. Incluso en el piso, boca abajo, estaba listo para defenderme de cualquiera que me atacara. Me voltearía y mostraría mi poder, el por qué no fue en vano hacer un sacrificio para invocar a alguien de mi nivel.
Entonces escuché la voz de Zelas, y de inmediato me hice una pregunta importante. ¿El bebé barbudo era Vincent?
Confundido, finalmente me levanté, reflexionando sobre temas que poca relación tenían con la situación actual.
–¿Uh? –musité. El invocador estaba delante de mí. Movía una mano con vehemencia y me decía algo que no ayudaba a esclarecer el asunto. Alcé una ceja y respondí–. Cinco, tres, cinco, uno, tres, dos, tres, dos, cuatro, seis, dos, cinco… –Callé. Una amalgama de olores alcanzó mi nariz, indicándome lo que sí importaba–. Huele a comida –hice notar–, mucha comida. Toda la que necesitamos para saber qué sucede. –Me giré hacia la dirección que prometía suculencia. Di un paso al frente, luego me detuve–. Falta algo –reconocí. Había pensado que estábamos en los campos de Verisar, sin embargo, de haber sido eso cierto, no habría sentido la ausencia de mi conexión psíquica con Schnee; el ave no existía en esta realidad. Suspiré con amargura, más consciente de nuestro problema–. Por cierto, ¿tienes alguna idea de dónde estamos? –le pregunté a Zelas, reanudando mi caminata.
En ese instante aparecieron personas en caballos. Verdaderos jinetes. Por suerte, nos ignoraron. Por desgracia, se dirigían al lugar donde nos esperaba la comida. Nuestra comida. Chasqueé la lengua.
–Zelas –empecé. Di un par de golpecitos al suelo con la punta de mi pie derecho mientras concentraba mi éter en las piernas, preparándome–, ¡el que llegue de último es un huevo podrido! –y emprendí la carrera.
Por eso, aunque ser tragado por el destello me hizo terminar con mi cara aterrizando en el pasto, mi cuerpo y mi éter estaban preparados para reaccionar. Incluso en el piso, boca abajo, estaba listo para defenderme de cualquiera que me atacara. Me voltearía y mostraría mi poder, el por qué no fue en vano hacer un sacrificio para invocar a alguien de mi nivel.
Entonces escuché la voz de Zelas, y de inmediato me hice una pregunta importante. ¿El bebé barbudo era Vincent?
Confundido, finalmente me levanté, reflexionando sobre temas que poca relación tenían con la situación actual.
–¿Uh? –musité. El invocador estaba delante de mí. Movía una mano con vehemencia y me decía algo que no ayudaba a esclarecer el asunto. Alcé una ceja y respondí–. Cinco, tres, cinco, uno, tres, dos, tres, dos, cuatro, seis, dos, cinco… –Callé. Una amalgama de olores alcanzó mi nariz, indicándome lo que sí importaba–. Huele a comida –hice notar–, mucha comida. Toda la que necesitamos para saber qué sucede. –Me giré hacia la dirección que prometía suculencia. Di un paso al frente, luego me detuve–. Falta algo –reconocí. Había pensado que estábamos en los campos de Verisar, sin embargo, de haber sido eso cierto, no habría sentido la ausencia de mi conexión psíquica con Schnee; el ave no existía en esta realidad. Suspiré con amargura, más consciente de nuestro problema–. Por cierto, ¿tienes alguna idea de dónde estamos? –le pregunté a Zelas, reanudando mi caminata.
En ese instante aparecieron personas en caballos. Verdaderos jinetes. Por suerte, nos ignoraron. Por desgracia, se dirigían al lugar donde nos esperaba la comida. Nuestra comida. Chasqueé la lengua.
–Zelas –empecé. Di un par de golpecitos al suelo con la punta de mi pie derecho mientras concentraba mi éter en las piernas, preparándome–, ¡el que llegue de último es un huevo podrido! –y emprendí la carrera.
Rauko
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Re: [Mastereado] La historia jamás contada [Zelas+Rauko]
A lo lejos el fuerte olor a comidas entremezcladas llamaba fuertemente la atención de los jóvenes viajeros, aunque mucho antes que ellos habían pasado los jinetes, galopando en sus corceles blancos con sus relucientes armaduras. Destacaban entre ellos tres en cuyos atuendos destacaban bandas rojas en su brazo izquierdo, indicadores de rango tal vez, dentro de aquel batallón de 12 soldados. Uno de ellos volteó la cabeza ligeramente para fijarse en un par de forasteros en medio del camino, uno de los cuales parecía haber salido de la nada, aunque no le dio mayor importancia.
No no no no no- Salió un anciano cascarrabias apartando con las manos el humo que inundaba su pequeña cabaña, aunque su semblante cambió drásticamente al notar la cercanía de aquellos caballeros. Uno de ellos saltó del caballo en plena carrera y aterrizó de pie, deslizándose durante una parte del terreno hasta golpear la puerta de la vieja cabaña. Tras él llegó el resto con un poco más de cautela -¿Siempre debes ser tan infantil? Braver- Dijo el segundo de los caballeros de banda roja que en este caso resultó ser una hermosa joven de dorados cabellos y ojos celestes.
Seguidamente el resto de caballeros rodearon al anciano al tiempo que Braver volvía para tomarlo por el cuello salvajemente -Por culpa de este viejo no estamos haciendo nada importante, deberíamos matarlo ahora mismo- La chica movió sus piernas para bajar de su caballo pero fue interrumpida por su otro compañero -Detente, Ursula, yo me encargo- Dijo con una voz que inspiró respeto en todos, incluso en Braver que sin siquiera esperar una orden liberó el cuello del anciano.
Una semana nos pediste, y una semana te fue concedida- Dijo sin quitarse el casco, mientras se acercaba despacio -Esta misión no es menos importante que otras- Dijo a Braver y a todos en tono serio -Los deseos del Ian pueden parecer extraños, pero siempre tienen una razón de ser- Ante sus palabras nadie se oponía, parecía tener un don natural para el liderazgo y todos le seguían sin cuestionarlo, no por algo era la mano derecha de Ian, y el más respetado de los 5 Caballeros de la Puerta.
Realmente lo he intentado, honorable Angael, lo aseguro, pero necesito otros ingredientes, no ha sido nada fácil conseguir lo que me han pedido- Dijo el anciano en un tono más respetuoso -¿Qué más necesitas para cumplir tu tarea?- Preguntó en tono serio antes de ser interrumpido por un par de extraños que no parecían tener idea de dónde estaban -¿Y estos de donde salieron?- Preguntó Ursula en tono despectivo al ver la apariencia de ambos…
∞ Es momento de prepararnos para comenzar la aventura, y obviamente el primer paso es entender la aventura, pueden aprovechar esta ronda para realizar las preguntas que necesiten saber o crean que les pueden resultar necesarias, la tarea del anciano, los 5 Caballeros de la Puerta o cualquier otro detalle que crean relevante.
∞ Angael, Braver y Ursula son personajes bastante fuertes, por lo que intentar atacarlos no los llevará a un final feliz. Y no lo menciono porque no tenga confianza en el instinto de autopreservación estos elfos pero… ya no me sorprendería
∞ Rauko comenzará a sentir que por alguna razón tiene más hambre que de costumbre, un hambre que no se puede calmar incluso aunque coma durante todo el turno.
∞ Como dato adicional, y solo por precaución, Zelas será incapaz de deshacerse de su llave. Si intenta tirarla, ésta volverá a aparecer en su mano como si no la hubiese soltado.
No no no no no- Salió un anciano cascarrabias apartando con las manos el humo que inundaba su pequeña cabaña, aunque su semblante cambió drásticamente al notar la cercanía de aquellos caballeros. Uno de ellos saltó del caballo en plena carrera y aterrizó de pie, deslizándose durante una parte del terreno hasta golpear la puerta de la vieja cabaña. Tras él llegó el resto con un poco más de cautela -¿Siempre debes ser tan infantil? Braver- Dijo el segundo de los caballeros de banda roja que en este caso resultó ser una hermosa joven de dorados cabellos y ojos celestes.
Seguidamente el resto de caballeros rodearon al anciano al tiempo que Braver volvía para tomarlo por el cuello salvajemente -Por culpa de este viejo no estamos haciendo nada importante, deberíamos matarlo ahora mismo- La chica movió sus piernas para bajar de su caballo pero fue interrumpida por su otro compañero -Detente, Ursula, yo me encargo- Dijo con una voz que inspiró respeto en todos, incluso en Braver que sin siquiera esperar una orden liberó el cuello del anciano.
Una semana nos pediste, y una semana te fue concedida- Dijo sin quitarse el casco, mientras se acercaba despacio -Esta misión no es menos importante que otras- Dijo a Braver y a todos en tono serio -Los deseos del Ian pueden parecer extraños, pero siempre tienen una razón de ser- Ante sus palabras nadie se oponía, parecía tener un don natural para el liderazgo y todos le seguían sin cuestionarlo, no por algo era la mano derecha de Ian, y el más respetado de los 5 Caballeros de la Puerta.
Realmente lo he intentado, honorable Angael, lo aseguro, pero necesito otros ingredientes, no ha sido nada fácil conseguir lo que me han pedido- Dijo el anciano en un tono más respetuoso -¿Qué más necesitas para cumplir tu tarea?- Preguntó en tono serio antes de ser interrumpido por un par de extraños que no parecían tener idea de dónde estaban -¿Y estos de donde salieron?- Preguntó Ursula en tono despectivo al ver la apariencia de ambos…
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∞ Es momento de prepararnos para comenzar la aventura, y obviamente el primer paso es entender la aventura, pueden aprovechar esta ronda para realizar las preguntas que necesiten saber o crean que les pueden resultar necesarias, la tarea del anciano, los 5 Caballeros de la Puerta o cualquier otro detalle que crean relevante.
∞ Angael, Braver y Ursula son personajes bastante fuertes, por lo que intentar atacarlos no los llevará a un final feliz. Y no lo menciono porque no tenga confianza en el instinto de autopreservación estos elfos pero… ya no me sorprendería
∞ Rauko comenzará a sentir que por alguna razón tiene más hambre que de costumbre, un hambre que no se puede calmar incluso aunque coma durante todo el turno.
∞ Como dato adicional, y solo por precaución, Zelas será incapaz de deshacerse de su llave. Si intenta tirarla, ésta volverá a aparecer en su mano como si no la hubiese soltado.
Ansur
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Re: [Mastereado] La historia jamás contada [Zelas+Rauko]
-No tengo ni la mas mínima idea, creo que he muerto pero de alguna forma sobreviví... Hey volviste a ser feo, te dije que tuvieras cuidado- comento mientras notaba como aun seguía con la llave en la mano, la lanzo por detrás de el justo al momento en el que un grupo de jinetes pasaban cerca de ellos, curiosamente después que pasaron el elfo noto como la llave estaba nuevamente en su mano, "raro" pensó, sin embargo, ¿Qué no era raro en ese día?.
Rauko propuso una carrera y Zelas entro porque aquello le hacia olvidar todo lo mal que se había sentido hace poco tiempo atrás su coterráneo elfo se adelanto bastante y Zelas solo se limito a correr sin ganas, aun estaba cansado y seguía intentando deshacerse de la llave sin éxito, cada vez que la soltaba esta aparecía mágicamente en su mano, finalmente llegaron a una casa donde estaban los jinetes junto a un anciano, como era de esperarse todos se quedaron viendo la fealdad de su compañero.
-Que conste que te deje ganar para que no te sintieras mal- comento a su compañero mientras se observaba al grupo que rodeaba al anciano -Saludos viajeros, por cosas que no comprendemos, mi amigo acá presente ha quedado feo, no sabemos donde estamos y agradeceríamos algo de ayuda- exclamo en un tono amable.
-Genial, lo que faltaba, ahora hacemos caridad- Exclamo uno de los caballeros que tenia una banda roja en su brazo izquierdo.
-Tu, el menos feo, ¿Qué quieren?, ¿no ven que estamos ocupados?- pregunto la hermosa joven de cabellos dorados que también tenia una banda roja en su brazo izquierdo, el resto de los caballeros y el anciano se limitaban a mirarles con curiosidad.
-Menos feo?... Bueno solo queremos algo de comida y un poco de orientación, ya que están tan ocupados... que les parece si hacemos una apuesta- propuso el elfo con una sonrisa picara, los demás le observaron con algo de molestia y curiosidad, ya que se quedaron en silencio para escuchar lo que Zelas tenia que decir. -Como pueden ver esta llave no tiene nada en particular mas que un bonito diseño, yo digo que sin importar que tan lejos la lance, esta llave aparecerá en mi mano como si nada, si eso sucede nos darán comida y ayuda, si no, simplemente nos iremos sin molestar ni protestar- dijo al momento que abría su mano y dejaba la llave a la vista de todos.
-Esto me parece una estafa, no creo que sea una buena idea- Exclamo el que primero se había dirigido a ellos, sin embargo, aquel que estaba mas cerca del anciano se acerco a Zelas. -Si hacemos esto y la llave falla en aparecer en tu mano ¿se irán sin mas?- pregunto, con un tono de voz solemne, Zelas le miro directo a los ojos -Tienes mi palabra, Yo Zelas Hazelmere y mi amigo feo nos iremos de este lugar sin pedir nada a cambio y sin protestar en el caso que pierda la apuesta- ante lo cual estiro su mano para sellar el trato, -Yo Angael uno de los 5 caballeros de la puerta, acepto tu trato- dijo mientras sellaba el trato con un apretón de manos y sin advertencia tomo la llave y la lanzo lejos.
-Bueno ya pueden empezar a caminar.... Maldita sea lo sabia!- comento el mas extrovertido del grupo de caballeros al notar como la llave había aparecido de vuelta en la mano de Zelas, suspiraron todos los caballeros y Angael se acerco al viejo para pedirle que alimentara a los elfos.
Zelas y Rauko se encontraron a si mismos frente a una mesa llena de comida donde comenzaron a engullir todo lo que había disponible -entonfhess, ¿Qué haffen aca?- pregunto el elfo con la boca llena, -¿Donfe estamhos?¿Qué fon laf finco puerfas? ¿Qué pasa con el viejo?- curiosamente trago justo antes de realizar la ultima pregunta siendo esta la mas entendible.
-iugh, uno pensaría que al menos tendrían modales - exclamo la bella joven, quien miraba extrañada la situación en la que ahora se encontraban todos.
Rauko propuso una carrera y Zelas entro porque aquello le hacia olvidar todo lo mal que se había sentido hace poco tiempo atrás su coterráneo elfo se adelanto bastante y Zelas solo se limito a correr sin ganas, aun estaba cansado y seguía intentando deshacerse de la llave sin éxito, cada vez que la soltaba esta aparecía mágicamente en su mano, finalmente llegaron a una casa donde estaban los jinetes junto a un anciano, como era de esperarse todos se quedaron viendo la fealdad de su compañero.
-Que conste que te deje ganar para que no te sintieras mal- comento a su compañero mientras se observaba al grupo que rodeaba al anciano -Saludos viajeros, por cosas que no comprendemos, mi amigo acá presente ha quedado feo, no sabemos donde estamos y agradeceríamos algo de ayuda- exclamo en un tono amable.
-Genial, lo que faltaba, ahora hacemos caridad- Exclamo uno de los caballeros que tenia una banda roja en su brazo izquierdo.
-Tu, el menos feo, ¿Qué quieren?, ¿no ven que estamos ocupados?- pregunto la hermosa joven de cabellos dorados que también tenia una banda roja en su brazo izquierdo, el resto de los caballeros y el anciano se limitaban a mirarles con curiosidad.
-Menos feo?... Bueno solo queremos algo de comida y un poco de orientación, ya que están tan ocupados... que les parece si hacemos una apuesta- propuso el elfo con una sonrisa picara, los demás le observaron con algo de molestia y curiosidad, ya que se quedaron en silencio para escuchar lo que Zelas tenia que decir. -Como pueden ver esta llave no tiene nada en particular mas que un bonito diseño, yo digo que sin importar que tan lejos la lance, esta llave aparecerá en mi mano como si nada, si eso sucede nos darán comida y ayuda, si no, simplemente nos iremos sin molestar ni protestar- dijo al momento que abría su mano y dejaba la llave a la vista de todos.
-Esto me parece una estafa, no creo que sea una buena idea- Exclamo el que primero se había dirigido a ellos, sin embargo, aquel que estaba mas cerca del anciano se acerco a Zelas. -Si hacemos esto y la llave falla en aparecer en tu mano ¿se irán sin mas?- pregunto, con un tono de voz solemne, Zelas le miro directo a los ojos -Tienes mi palabra, Yo Zelas Hazelmere y mi amigo feo nos iremos de este lugar sin pedir nada a cambio y sin protestar en el caso que pierda la apuesta- ante lo cual estiro su mano para sellar el trato, -Yo Angael uno de los 5 caballeros de la puerta, acepto tu trato- dijo mientras sellaba el trato con un apretón de manos y sin advertencia tomo la llave y la lanzo lejos.
-Bueno ya pueden empezar a caminar.... Maldita sea lo sabia!- comento el mas extrovertido del grupo de caballeros al notar como la llave había aparecido de vuelta en la mano de Zelas, suspiraron todos los caballeros y Angael se acerco al viejo para pedirle que alimentara a los elfos.
Zelas y Rauko se encontraron a si mismos frente a una mesa llena de comida donde comenzaron a engullir todo lo que había disponible -entonfhess, ¿Qué haffen aca?- pregunto el elfo con la boca llena, -¿Donfe estamhos?¿Qué fon laf finco puerfas? ¿Qué pasa con el viejo?- curiosamente trago justo antes de realizar la ultima pregunta siendo esta la mas entendible.
-iugh, uno pensaría que al menos tendrían modales - exclamo la bella joven, quien miraba extrañada la situación en la que ahora se encontraban todos.
Zelas Hazelmere
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Re: [Mastereado] La historia jamás contada [Zelas+Rauko]
«¿En qué momento volví a ser feo?», me pregunté, extrañado, cuando Zelas lo mencionó. No había notado la reducción de estatura ni la ausencia de la innecesariamente larga cabellera. De haber sido más consciente del cambio, no me habría lanzado detrás de los desconocidos y esperar que no me confundieran con un no-muerto al cual erradicar… Bueno, en realidad no habría sido muy diferente; con comida de por medio, mi actuar sería satisfacer a Señor Estómago.
–¿Ah? –solté tras la conclusión de la carrera que claramente gané por ser mucho más veloz que el elfo incapaz de aceptar su derrota–. Claro, como digas –le respondí con una sonrisa taimada.
Me crucé de brazos y me limité a escuchar la conversación de Zelas y los desconocidos. También le ofrecí una amplia sonrisa a los que me miraban sin ocultar del todo su desagrado. «Debí venir vendado para evitar estas cosas», pensé. Cerré los ojos para reflexionar más sobre ello, y la línea de pensamiento que pude tener se extinguió reemplazado por uno donde predominaba la comida. Señor Estómago gruñó, como no lo hacía desde mucho tiempo atrás, exigiendo alimento. A diferencia de las veces anteriores, esta vez su influencia fue mayor. Tensé la mandíbula y tragué saliva. ¿Por qué Zelas y los otros tardaban tanto con su apuesta? Sentí que nunca terminarían de hablar. Era frustrante. Irritante.
Abrí los ojos de golpe cuando por fin terminó la apuesta. Me relamí los labios mientras nos conducían hacia la recompensa prometida, inusualmente ansioso. Y mi estómago gruñó una vez más cuando estuve frente a la comida; fue la señal para iniciar la ceremonia donde le daría la ofrenda.
Y así es como puedo escribir bastante para simplemente decir que llegué con mucha hambre a la casita del anciano.
Mientras escuchaba a Zelas hacer sus preguntas, llevé todo lo que pude a mi estómago. Sin embargo, a pesar de cuánto anhelé ese momento, a pesar de que estaba degustando sabores exquisitos, era insatisfactorio. La cantidad y el sabor poco importaron. Se convirtieron en algo insignificante frente a la falta de placer, de llenura. Decepcionante. Luego fue frustrante. Irritante.
Inspiré por la nariz, lentamente. Contuve el aire por unos segundos, mi mente luchando para volver a calmarme. Exhalé por la boca, por fin listo para hablar con un tono relajado.
–Zelas –empecé, y vacilé un poco antes de atreverme a preguntar–, ¿no hay algo mal con la comida? –Miré a los otros–. Lo siento, no me malentiendan –me apresuré a decir–. Aprecio que permitieran que alguien con mi aspecto pueda comer aquí. Sin embargo –añadí. Mis ojos volvieron al bufet, y fruncí el ceño–, ¿esta comida tiene… algo? –Miré de nuevo a los desconocidos–. Quiero decir, está deliciosa, pero, por algún motivo, no me llena… ni un poco. Eso, por supuesto, es extraño, considerando todo lo que he comido. Así que… ¿es alguna clase de magia? –«O alguna otra maldición a mi colección», pensé, ocultando tras una expresión estoica mi incipiente hastío, así como también ocultaba la frustración de seguir cada segundo sin saciar mi apetito.
–¿Ah? –solté tras la conclusión de la carrera que claramente gané por ser mucho más veloz que el elfo incapaz de aceptar su derrota–. Claro, como digas –le respondí con una sonrisa taimada.
Me crucé de brazos y me limité a escuchar la conversación de Zelas y los desconocidos. También le ofrecí una amplia sonrisa a los que me miraban sin ocultar del todo su desagrado. «Debí venir vendado para evitar estas cosas», pensé. Cerré los ojos para reflexionar más sobre ello, y la línea de pensamiento que pude tener se extinguió reemplazado por uno donde predominaba la comida. Señor Estómago gruñó, como no lo hacía desde mucho tiempo atrás, exigiendo alimento. A diferencia de las veces anteriores, esta vez su influencia fue mayor. Tensé la mandíbula y tragué saliva. ¿Por qué Zelas y los otros tardaban tanto con su apuesta? Sentí que nunca terminarían de hablar. Era frustrante. Irritante.
Abrí los ojos de golpe cuando por fin terminó la apuesta. Me relamí los labios mientras nos conducían hacia la recompensa prometida, inusualmente ansioso. Y mi estómago gruñó una vez más cuando estuve frente a la comida; fue la señal para iniciar la ceremonia donde le daría la ofrenda.
Y así es como puedo escribir bastante para simplemente decir que llegué con mucha hambre a la casita del anciano.
Mientras escuchaba a Zelas hacer sus preguntas, llevé todo lo que pude a mi estómago. Sin embargo, a pesar de cuánto anhelé ese momento, a pesar de que estaba degustando sabores exquisitos, era insatisfactorio. La cantidad y el sabor poco importaron. Se convirtieron en algo insignificante frente a la falta de placer, de llenura. Decepcionante. Luego fue frustrante. Irritante.
Inspiré por la nariz, lentamente. Contuve el aire por unos segundos, mi mente luchando para volver a calmarme. Exhalé por la boca, por fin listo para hablar con un tono relajado.
–Zelas –empecé, y vacilé un poco antes de atreverme a preguntar–, ¿no hay algo mal con la comida? –Miré a los otros–. Lo siento, no me malentiendan –me apresuré a decir–. Aprecio que permitieran que alguien con mi aspecto pueda comer aquí. Sin embargo –añadí. Mis ojos volvieron al bufet, y fruncí el ceño–, ¿esta comida tiene… algo? –Miré de nuevo a los desconocidos–. Quiero decir, está deliciosa, pero, por algún motivo, no me llena… ni un poco. Eso, por supuesto, es extraño, considerando todo lo que he comido. Así que… ¿es alguna clase de magia? –«O alguna otra maldición a mi colección», pensé, ocultando tras una expresión estoica mi incipiente hastío, así como también ocultaba la frustración de seguir cada segundo sin saciar mi apetito.
Rauko
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Re: [Mastereado] La historia jamás contada [Zelas+Rauko]
Apenas habían llegado aquellos dos forasteros y ya se estaban haciendo notar, pues el joven Zelas, (que parecía querer presionar su suerte) intentó engañar a los caballeros para conseguir un poco de comida, por suerte para ambos, el grupo no tenía problemas en ayudar a los insensatos y débiles viajeros con los que se cruzaban aunque estos dos en particular, no parecían tener ni la más remota idea de a quiénes se estaban dirigiendo.
No confío en ti, niño- Dijo en tono muy rudo la mujer mientras ponía su mano en el hombro de Zelas y apretaba causando dolor aunque sin mayor esfuerzo, aunque lo soltó de inmediato ante la severa mirada de Angael. Entraron a la casa en donde los viajeros podrían alimentarse. Úrsula se acercó a su líder y le susurró algo a Angael al oído y luego le señaló la llave que portaba el chico, aunque esto solo consiguió que el hombre hasta ahora tan serio, dejara escapar una risa de burla.
Sin cuidado alguno, Braver se acercó a ellos, a pesar de su voz enlatada, esta sonaba como la de un jovencito muy cercano a la edad de Zelas -Ustedes no parecen de por aquí- Se acercó a la cara de ambos dejando ver sus ojos azules a través de su casco de metal que cubría su rostro -Llevan espadas, yo uso espadas, y nadie me puede vencer con espadas- Presumió despertando con ello otra risa burlesca de Angael, quien se mantenía charlando secretamente con Úrsula.
Un poco más relajado y a la vez intrigado Braver se dedicó a responder las preguntas de Zelas -Tienes que estar bromeando, todos saben quiénes somos, o dirás que no has escuchado de “Los guardianes de la puerta”, “Las cinco tareas imposibles”, “La cabeza de la hiedra esmeralda”… ¿Viven bajo una piedra?- Rio incrédulo -Y es una puerta, no cinco… ¿En serio no?- Retrocedió entre incrédulo y pensativo.
¡¡Repite lo que has dicho!!- Dijo el viejo alarmado mientras se acercaba a la mesa derribando todo a su paso sin cuidado -¿Podrá ser cierto?- Preguntó Angael retomando su seriedad -Según las predicciones de Ian, esto no debería suceder aún, hasta dentro de unos años, aún deberíamos tener tiempo de sobra- Angael se acercó a ambos chicos y dijo con tono serio -Hace unos años, Ian vio una profecía, donde una oscura magia haría que la comida deje de alimentarnos, vio a millones morir de hambre… ¡¡Millones!!
Fuera de la cabaña se escucharon gritos de alarma -¡¡Maestro!!- Dijo uno de los caballeros que se habían quedado a resguardar el exterior -Debe ver esto, es urgente- Angael no lo pensó dos veces y salió seguido por sus otros dos compañeros, para encontrar a otro caballero herido, sobre un caballo que apenas se mantenía en pie -Lo, lo lamento, ellos solo, enloquecieron, el maestro Ian y...- Tosió desparramando sangre por el lomo del caballo -Deben volver- Aquellas fueron sus últimas palabras…
Faltaba poco para el anochecer y el viaje de regreso podría ser peligroso si no partían de inmediato, por lo que Angael no lo pensó dos veces antes de dar las instrucciones, incluyendo una que sorprendió a los presentes -Regresaremos a la base… Y tú vendrás con nosotros- Señaló a Rauko que seguía con comida entre los dientes -Tú, lárgate y no estorbes- Le dijo a Zelas mientras de un salto se subía a su caballo -Lo lamento, extraño, comenzabas a agradarme- Dijo Braver mientras salía del lugar. Úrsula por su parte solo le dedicó una mirada despectiva antes de marcharse sujetando a Rauko por un brazo.
∞ Zelas: Has conseguido agradarle al menos a uno de los Caballeros de la Puerta, aunque estás lejos de agradarle a los otros dos, en este turno deberás asegurarte de acompañar a Rauko en su viaje, no sabes a dónde se lo llevan o las cosas suculentas que podrían querer hacerle..
∞ Rauko: Parece que has descubierto algo en relación a la búsqueda de los caballeros y está relacionada con la comida, puedes obtener un poco más de información acerca de la extraña profecía de Ian o incluso preguntar quién rayos es Ian.
∞ Ambos: Este es el comienzo de la verdadera aventura, si no es mucho pedir, sean prudentes a partir de aquí, no queremos que nadie regrese a casa mutilado o en pedazos. Los Cinco Caballeros son personajes de apoyo, si logran ponerlos de su parte todo será más sencillo, si los tienen en contra… bueno… feliz tarde.
No confío en ti, niño- Dijo en tono muy rudo la mujer mientras ponía su mano en el hombro de Zelas y apretaba causando dolor aunque sin mayor esfuerzo, aunque lo soltó de inmediato ante la severa mirada de Angael. Entraron a la casa en donde los viajeros podrían alimentarse. Úrsula se acercó a su líder y le susurró algo a Angael al oído y luego le señaló la llave que portaba el chico, aunque esto solo consiguió que el hombre hasta ahora tan serio, dejara escapar una risa de burla.
Sin cuidado alguno, Braver se acercó a ellos, a pesar de su voz enlatada, esta sonaba como la de un jovencito muy cercano a la edad de Zelas -Ustedes no parecen de por aquí- Se acercó a la cara de ambos dejando ver sus ojos azules a través de su casco de metal que cubría su rostro -Llevan espadas, yo uso espadas, y nadie me puede vencer con espadas- Presumió despertando con ello otra risa burlesca de Angael, quien se mantenía charlando secretamente con Úrsula.
Un poco más relajado y a la vez intrigado Braver se dedicó a responder las preguntas de Zelas -Tienes que estar bromeando, todos saben quiénes somos, o dirás que no has escuchado de “Los guardianes de la puerta”, “Las cinco tareas imposibles”, “La cabeza de la hiedra esmeralda”… ¿Viven bajo una piedra?- Rio incrédulo -Y es una puerta, no cinco… ¿En serio no?- Retrocedió entre incrédulo y pensativo.
¡¡Repite lo que has dicho!!- Dijo el viejo alarmado mientras se acercaba a la mesa derribando todo a su paso sin cuidado -¿Podrá ser cierto?- Preguntó Angael retomando su seriedad -Según las predicciones de Ian, esto no debería suceder aún, hasta dentro de unos años, aún deberíamos tener tiempo de sobra- Angael se acercó a ambos chicos y dijo con tono serio -Hace unos años, Ian vio una profecía, donde una oscura magia haría que la comida deje de alimentarnos, vio a millones morir de hambre… ¡¡Millones!!
Fuera de la cabaña se escucharon gritos de alarma -¡¡Maestro!!- Dijo uno de los caballeros que se habían quedado a resguardar el exterior -Debe ver esto, es urgente- Angael no lo pensó dos veces y salió seguido por sus otros dos compañeros, para encontrar a otro caballero herido, sobre un caballo que apenas se mantenía en pie -Lo, lo lamento, ellos solo, enloquecieron, el maestro Ian y...- Tosió desparramando sangre por el lomo del caballo -Deben volver- Aquellas fueron sus últimas palabras…
Faltaba poco para el anochecer y el viaje de regreso podría ser peligroso si no partían de inmediato, por lo que Angael no lo pensó dos veces antes de dar las instrucciones, incluyendo una que sorprendió a los presentes -Regresaremos a la base… Y tú vendrás con nosotros- Señaló a Rauko que seguía con comida entre los dientes -Tú, lárgate y no estorbes- Le dijo a Zelas mientras de un salto se subía a su caballo -Lo lamento, extraño, comenzabas a agradarme- Dijo Braver mientras salía del lugar. Úrsula por su parte solo le dedicó una mirada despectiva antes de marcharse sujetando a Rauko por un brazo.
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∞ Zelas: Has conseguido agradarle al menos a uno de los Caballeros de la Puerta, aunque estás lejos de agradarle a los otros dos, en este turno deberás asegurarte de acompañar a Rauko en su viaje, no sabes a dónde se lo llevan o las cosas suculentas que podrían querer hacerle..
∞ Rauko: Parece que has descubierto algo en relación a la búsqueda de los caballeros y está relacionada con la comida, puedes obtener un poco más de información acerca de la extraña profecía de Ian o incluso preguntar quién rayos es Ian.
∞ Ambos: Este es el comienzo de la verdadera aventura, si no es mucho pedir, sean prudentes a partir de aquí, no queremos que nadie regrese a casa mutilado o en pedazos. Los Cinco Caballeros son personajes de apoyo, si logran ponerlos de su parte todo será más sencillo, si los tienen en contra… bueno… feliz tarde.
Ansur
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Re: [Mastereado] La historia jamás contada [Zelas+Rauko]
-Ay que me sonrojo...... auch, hey maneja la mercancía con cuidado, linda, ruda y fuerte, te faltan las biusas y serias la mujer perfecta- comento el elfo mientras se sobaba el hombro que había quedado un poco resentido por el apretón, la mujer en cambio solo le dedico una mirada de aquellas que si tuvieran el poder... Matarían.
Ya adentro de la casa comían y se agasajaban como si no hubiera un mañana, en eso se les acerco aquel que un principio desconfiaba de ellos, ahora con intriga.
-Ustedes no parecen de por aquí- dijo mientras se ponía al frente de los elfos
-Bastante observador- exclamo Zelas después de tragar lo que tenia en la boca.
-Llevan espadas, yo uso espadas, y nadie me puede vencer con espadas- dijo con confianza.
-Jajajaja, esa estuvo buena- dijo el elfo quien se había reído al mismo tiempo que el aparente líder del grupo.
-Cuando quieras puedo probarlo- comento el joven desafiante.
-Tranquilo, te creo, tienes esa banda roja en tu brazo, dudo que se la den a cualquiera- exclamo Zelas bajándole importancia al asunto.
-Eres mas observador de lo que aparentas, Soy Braver por cierto, la rubia de mal carácter es Ursula y el que esta a cargo en esta cuadrilla es Angael- dijo el joven Braver ya un poco mas en confianza.
-Mucho gusto Braver, yo soy Zelas y mi compañero feo acá es Rauko, que su apariencia no te engañe, es un bombonazo cuando quiere, aun no entendemos bien que le sucede- dijo mientras se encogía de hombros y seguía comiendo.
Braver entonces se dedico a contestar algunas de las preguntas que Zelas escupia con la boca llena y una mala dicción, sin embargo, todas las cosas que le decía Braver no tenían ningún sentido ni relevancia para el tema.
-Tienes que estar bromeando, todos saben quiénes somos, o dirás que no has escuchado de “Los guardianes de la puerta"- Exclamo el joven mientras reía incrédulo.
-Nope
-“Las cinco tareas imposibles”-
-No-
-“La cabeza de la hiedra esmeralda”-
-jamas escuche nada de eso-
-¿Viven bajo una piedra?-
-Rauko tecnicamente si, yo no tengo hogar-
-Y es una puerta, no cinco… ¿En serio no?- El joven Braver retrocedió entre incrédulo y pensativo.
-Zelas- Rauko interrumpió aquel vaivén de preguntas y respuestas sin sentido.
-Raukito, amigo mío de gran belleza interior, dime como puedo ayudarte a ayudarme- exclamo en aquel extraño juego de palabras que parecían denotar algo capcioso.
-¿no hay algo mal con la comida?- pregunto su amigo, asustando a Zeñas en el proceso quien estuvo a punto de regurgitar la comida por temor a que esta estuviera envenenada, por suerte Rauko aclaro rápidamente el asunto, ahorrándole al elfo otra escena embarazosa.
-Relajate, de seguro es porque tienes antojo de biusas- dijo intentando que su amigo se relajara.
-¡¡Repite lo que has dicho!!- Dijo el viejo alarmado mientras se acercaba a la mesa derribando todo a su paso sin cuidado.
-Que tiene antojo de biusas- repitio Zelas con curiosidad.
-¡¡Eso no!!- vocifero el viejo.
-¿Podrá ser cierto?- pregunto Angael con seriedad.
-Miren debo reconocer que yo si suelo mentir de tanto en tanto, pero Rauko acá es un pilar de honestidad- sentencio en defensa de su amigo.
-Hace unos años, Ian vio una profecía, donde una oscura magia haría que la comida deje de alimentarnos, vio a millones morir de hambre… ¡¡Millones!!-
Zelas estaba por responder cuando alguien llego alarmado he hizo que salieran todos, los elfos por su parte, se demoraron un poco mas mientras se seguían llevando algunos bocados a la boca, para cuando salieron ya todo parecía haber escalado a otro nivel de urgencia, sin embargo, lo que no vieron venir fue intentarían separarles, Woah lo siento pero eso no lo hare, Rauko esta a mi cuidado, y veo la situación en la que se encuentran, por lo que no estorbare, pero tampoco me alejare de el, menos ahora que no puede saciar su hambre-
Ursula quien miraba a Zelas de manera despectiva sujeto a Rauko de un Brazo -Procura tratarlo con los cuidados que corresponden... conmigo si puedes ser ruda- dijo Zelas en un tono sugerente en sus ultimas palabras.
Lo lamento, Zelas, comenzabas a agradarme- exclamo el joven Braver.
-Ah vamos Braver ¿tu también?, comprendo que Ursula se haga la difícil conmigo, esa es como nuestra cosa, pero tu no eres así, podemos tener un duelo de practica mas tarde cuando vea que harán con mi amigo- Exclamo el elfo sin exito, mientras veía como la mayoria se preparaba para irse.
Finalmente Zelas decidió jugar su ultima carta y se poso frente a frente a Angael -Lo que sea que enfrento ese soldado esta causando desmanes en el lugar al que debes llegar, así que iré a ayudar.. porque no confio en ustedes lo suficiente para velar por el bienestar de Rauko, no quieres que estorbe, no lo hare, tengo 44 años y al menos 20 en combate, es mas, me callare hasta que todo esto se resuelva- aquello ultimo llamo la atención de todos y logro sacar una risa de Angael, la cual se disipo rápidamente. -Cabalgaras con Braver- fue lo que sentencio antes de que comenzaran a cabalgar a toda prisa. Zelas subió al caballa de un brinco y señalo a los caballos que ya se habían adelantado, en especial al de Ursula quien llevaba a Rauko "Sigue al feo" pensó para si mismo, preparándose a lo que estuviera por ocurrir
Ya adentro de la casa comían y se agasajaban como si no hubiera un mañana, en eso se les acerco aquel que un principio desconfiaba de ellos, ahora con intriga.
-Ustedes no parecen de por aquí- dijo mientras se ponía al frente de los elfos
-Bastante observador- exclamo Zelas después de tragar lo que tenia en la boca.
-Llevan espadas, yo uso espadas, y nadie me puede vencer con espadas- dijo con confianza.
-Jajajaja, esa estuvo buena- dijo el elfo quien se había reído al mismo tiempo que el aparente líder del grupo.
-Cuando quieras puedo probarlo- comento el joven desafiante.
-Tranquilo, te creo, tienes esa banda roja en tu brazo, dudo que se la den a cualquiera- exclamo Zelas bajándole importancia al asunto.
-Eres mas observador de lo que aparentas, Soy Braver por cierto, la rubia de mal carácter es Ursula y el que esta a cargo en esta cuadrilla es Angael- dijo el joven Braver ya un poco mas en confianza.
-Mucho gusto Braver, yo soy Zelas y mi compañero feo acá es Rauko, que su apariencia no te engañe, es un bombonazo cuando quiere, aun no entendemos bien que le sucede- dijo mientras se encogía de hombros y seguía comiendo.
Braver entonces se dedico a contestar algunas de las preguntas que Zelas escupia con la boca llena y una mala dicción, sin embargo, todas las cosas que le decía Braver no tenían ningún sentido ni relevancia para el tema.
-Tienes que estar bromeando, todos saben quiénes somos, o dirás que no has escuchado de “Los guardianes de la puerta"- Exclamo el joven mientras reía incrédulo.
-Nope
-“Las cinco tareas imposibles”-
-No-
-“La cabeza de la hiedra esmeralda”-
-jamas escuche nada de eso-
-¿Viven bajo una piedra?-
-Rauko tecnicamente si, yo no tengo hogar-
-Y es una puerta, no cinco… ¿En serio no?- El joven Braver retrocedió entre incrédulo y pensativo.
-Zelas- Rauko interrumpió aquel vaivén de preguntas y respuestas sin sentido.
-Raukito, amigo mío de gran belleza interior, dime como puedo ayudarte a ayudarme- exclamo en aquel extraño juego de palabras que parecían denotar algo capcioso.
-¿no hay algo mal con la comida?- pregunto su amigo, asustando a Zeñas en el proceso quien estuvo a punto de regurgitar la comida por temor a que esta estuviera envenenada, por suerte Rauko aclaro rápidamente el asunto, ahorrándole al elfo otra escena embarazosa.
-Relajate, de seguro es porque tienes antojo de biusas- dijo intentando que su amigo se relajara.
-¡¡Repite lo que has dicho!!- Dijo el viejo alarmado mientras se acercaba a la mesa derribando todo a su paso sin cuidado.
-Que tiene antojo de biusas- repitio Zelas con curiosidad.
-¡¡Eso no!!- vocifero el viejo.
-¿Podrá ser cierto?- pregunto Angael con seriedad.
-Miren debo reconocer que yo si suelo mentir de tanto en tanto, pero Rauko acá es un pilar de honestidad- sentencio en defensa de su amigo.
-Hace unos años, Ian vio una profecía, donde una oscura magia haría que la comida deje de alimentarnos, vio a millones morir de hambre… ¡¡Millones!!-
Zelas estaba por responder cuando alguien llego alarmado he hizo que salieran todos, los elfos por su parte, se demoraron un poco mas mientras se seguían llevando algunos bocados a la boca, para cuando salieron ya todo parecía haber escalado a otro nivel de urgencia, sin embargo, lo que no vieron venir fue intentarían separarles, Woah lo siento pero eso no lo hare, Rauko esta a mi cuidado, y veo la situación en la que se encuentran, por lo que no estorbare, pero tampoco me alejare de el, menos ahora que no puede saciar su hambre-
Ursula quien miraba a Zelas de manera despectiva sujeto a Rauko de un Brazo -Procura tratarlo con los cuidados que corresponden... conmigo si puedes ser ruda- dijo Zelas en un tono sugerente en sus ultimas palabras.
Lo lamento, Zelas, comenzabas a agradarme- exclamo el joven Braver.
-Ah vamos Braver ¿tu también?, comprendo que Ursula se haga la difícil conmigo, esa es como nuestra cosa, pero tu no eres así, podemos tener un duelo de practica mas tarde cuando vea que harán con mi amigo- Exclamo el elfo sin exito, mientras veía como la mayoria se preparaba para irse.
Finalmente Zelas decidió jugar su ultima carta y se poso frente a frente a Angael -Lo que sea que enfrento ese soldado esta causando desmanes en el lugar al que debes llegar, así que iré a ayudar.. porque no confio en ustedes lo suficiente para velar por el bienestar de Rauko, no quieres que estorbe, no lo hare, tengo 44 años y al menos 20 en combate, es mas, me callare hasta que todo esto se resuelva- aquello ultimo llamo la atención de todos y logro sacar una risa de Angael, la cual se disipo rápidamente. -Cabalgaras con Braver- fue lo que sentencio antes de que comenzaran a cabalgar a toda prisa. Zelas subió al caballa de un brinco y señalo a los caballos que ya se habían adelantado, en especial al de Ursula quien llevaba a Rauko "Sigue al feo" pensó para si mismo, preparándose a lo que estuviera por ocurrir
Zelas Hazelmere
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Re: [Mastereado] La historia jamás contada [Zelas+Rauko]
Honestamente, pensé que mi problema sería considerado una estupidez por la que me tacharían de loco. No sería la primera vez, de hecho. Sin embargo, sorprendiéndome, tanto el anciano como el líder de esos caballeros se alarmaron tras escucharme. Levanté una ceja, intrigado, y luego levanté ambas, abrí ampliamente los ojos y emití un grito ahogado cuando vi al anciano acercarse derribando todo lo que encontraba en su camino. Instintivamente sujeté la mesa donde estaba la comida, potenciando mi agarre con mi magia.
Pero ni hizo falta. No se atrevió a tirar al suelo algo tan importante. Aliviado, relajé mis músculos y exhalé el aire por la nariz.
Entonces fruncí levemente el ceño mientras escuchaba las respuestas. Contuve del impulso de reír cuando Zelas me describió como un santo. Inmediatamente después me pregunté cuántas veces le había mentido, y la respuesta, para mi sorpresa, no ayudaba mucho a desacreditar la afirmación del elfo. Fue un descubrimiento extraño, que quedó de lado cuando escuché de lo la supuesta maldición.
De nuevo contuve un impulso, esta vez el de chasquear la lengua. «Lo sabía, siempre soy transportado a mundos que deben enfrentar crisis», pensé, «y esta vez es la peor de todas». Un mundo donde comer biusas no satisface… Horripilante. Consciente de eso, y sin siquiera detenerme a cuestionar la veracidad de aquella profecía, tomé una decisión desde lo más profundo de mi estómago insaciable: haría lo necesario para evitar ese futuro.
Me levanté al instante cuando se escucharon los gritos. Me llevé un último bocado a la boca, luego de otros diez y de beber un poco de un líquido dulce que nos habían servido, y seguí a Zelas al exterior.
–¿Ah? –apenas logré articular. ¿Qué tan mala debió ser la impresión que les dio el elfo para que no lo quisieran involucrado? ¿Y por qué la chica aplicaba tanta fuerza al sujetarme del brazo? Me esforcé en enviar todo lo que tenía en la boca al estómago cuanto antes para poder protestar, pero Zelas no tardó en demostrar que no necesitaba ayuda para cambiar las cosas. «Ay, no, ¿callarse? Pero si su lengua es lo más útil que hemos tenido en este mundo», me lamenté.
Úrsula me colocó al lado de su caballo. Suspiré y moví una pierna para montarlo. No obstante, la chica me tomó por la cintura y me arrojó sobre la montura como si yo fuera costal de papas.
–Ehm… –empecé mientras escogía mis siguientes palabras. «¿Todo bien en casa?», es lo que había pensado decirle, pero negué con la cabeza; era mejor evitar que ella me pegara. Decidí entonces cambiar de tema. Me aclaré la garganta y dije–: Bueno, ya que estaré involucrado en esto, ¿podrían decirme un poco más sobre en qué nos estamos metiendo? –Me encogí de hombros–. No solo sobre la maldición y sobre Ian, que también agradecería bastante saber más sobre ellos, sino también a dónde vamos y qué amenaza debo esperar encontrar ahora. De hecho, tampoco me molestaría saber más sobre quiénes son ustedes, Caballeros de la puerta –añadí, pronunciando el título de ellos con deferencia.
Pero ni hizo falta. No se atrevió a tirar al suelo algo tan importante. Aliviado, relajé mis músculos y exhalé el aire por la nariz.
Entonces fruncí levemente el ceño mientras escuchaba las respuestas. Contuve del impulso de reír cuando Zelas me describió como un santo. Inmediatamente después me pregunté cuántas veces le había mentido, y la respuesta, para mi sorpresa, no ayudaba mucho a desacreditar la afirmación del elfo. Fue un descubrimiento extraño, que quedó de lado cuando escuché de lo la supuesta maldición.
De nuevo contuve un impulso, esta vez el de chasquear la lengua. «Lo sabía, siempre soy transportado a mundos que deben enfrentar crisis», pensé, «y esta vez es la peor de todas». Un mundo donde comer biusas no satisface… Horripilante. Consciente de eso, y sin siquiera detenerme a cuestionar la veracidad de aquella profecía, tomé una decisión desde lo más profundo de mi estómago insaciable: haría lo necesario para evitar ese futuro.
Me levanté al instante cuando se escucharon los gritos. Me llevé un último bocado a la boca, luego de otros diez y de beber un poco de un líquido dulce que nos habían servido, y seguí a Zelas al exterior.
–¿Ah? –apenas logré articular. ¿Qué tan mala debió ser la impresión que les dio el elfo para que no lo quisieran involucrado? ¿Y por qué la chica aplicaba tanta fuerza al sujetarme del brazo? Me esforcé en enviar todo lo que tenía en la boca al estómago cuanto antes para poder protestar, pero Zelas no tardó en demostrar que no necesitaba ayuda para cambiar las cosas. «Ay, no, ¿callarse? Pero si su lengua es lo más útil que hemos tenido en este mundo», me lamenté.
Úrsula me colocó al lado de su caballo. Suspiré y moví una pierna para montarlo. No obstante, la chica me tomó por la cintura y me arrojó sobre la montura como si yo fuera costal de papas.
–Ehm… –empecé mientras escogía mis siguientes palabras. «¿Todo bien en casa?», es lo que había pensado decirle, pero negué con la cabeza; era mejor evitar que ella me pegara. Decidí entonces cambiar de tema. Me aclaré la garganta y dije–: Bueno, ya que estaré involucrado en esto, ¿podrían decirme un poco más sobre en qué nos estamos metiendo? –Me encogí de hombros–. No solo sobre la maldición y sobre Ian, que también agradecería bastante saber más sobre ellos, sino también a dónde vamos y qué amenaza debo esperar encontrar ahora. De hecho, tampoco me molestaría saber más sobre quiénes son ustedes, Caballeros de la puerta –añadí, pronunciando el título de ellos con deferencia.
Rauko
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Re: [Mastereado] La historia jamás contada [Zelas+Rauko]
Ante la mención de aquella palabra por parte de celas, los presentes se habían quedado extrañados, pensando a qué se refería con el antojo de “Biusas”, y aunque de momento nadie dijo nada, la palabra quedaría dando vueltas en la cabeza de más de uno, siendo este un nombre bastante peculiar y extraño. De cualquier modo, todo había ocurrido demasiado rápido para preocuparse por pequeñeces, la alarma que se había desatado parecía que aquello era el inicio de algún desastre y de momento se acumulaban las preguntas y la ausencia de respuestas.
No parecía que Angael estuviera muy de acuerdo en llevar al extraño pero Braver había estado haciendo señas indicando que lo llevaran y que él se haría cargo, el pobre no sabía en lo que se metía pero ya era tarde para arrepentirse cuando el encargado de liderarlos aceptó llevarse al pelinegro aunque con la condición de mantenerse callado durante el resto del viaje, algo que difícilmente lograría cumplir.
Su base quedaba hacia el sur y hacia allá se dirigieron a toda prisa mientras respondían las preguntas de Rauko -Vamos hacia el sur, a la base donde nos espera Ian, quien es un hombre muy sabio y respetado, un poco aburrido porque suele resolver las cosas por vías no violentas- Dijo Braver lleno de admiración en sus palabras, sujetando su casco que a veces amenazaba con caerse, Angael parecía más preocupado y avanzaba al frente más de prisa mientras que Úrsula y Braver se mantenían detrás -Ian fue quien formó este grupo, dijo que debíamos prevenir un terrible mal algún día, para unirnos tuvimos que superar 5 pruebas que eran imposibles para muchos otros, pero demostramos ser capaces- Braver presumió esa última frase.
Unos más capaces que otros- Replicó Úrsula desde su caballo uniéndose a la conversación -Realmente no sabemos mucho acerca de la Maldición, Ian dice que saber mucho del futuro puede alterarlo para bien o para mal, y que solo pueden cambiarse aquellos eventos que puedan poner en riesgo a muchas personas- Explicó la mujer -Como sea, hace rato mencionaste “Biusas” ¿qué es eso?- Preguntó la chica con curiosidad secundada luego por Braver quien también parecía algo inquieto por la palabra.
Recibirán más respuestas al ver a Ian, incluso, puede que tenga ya un plan para ustedes- Dijo Braver -Estarán a salvo en la base, es muy segura y…- Sus palabras se detuvieron al notar que la base que presumía parecía haber sido víctima de un terrible ataque -¡Todos de prisa, atentos y en guardia!- Gritó Angael dando instrucciones a todos -Ustedes, rodeen el perímetro- Señaló a sus hombres menos a Úrsula y Braver -Ustedes, conmigo, atentos a todo- Avanzaron raudos a través del pasillo de una entrada cuyas grandes puertas de madera parecían haber sido empujadas y arrancadas desde adentro.
Fuera del lugar, parecía un desastre, pero dentro era toda una masacre, los cuerpos de los caballeros estaban desperdigados al piso en varias partes, manchando con sus vísceras las paredes del lugar, no había uno solo con vida, o parecía no haberlo hasta que otro de los 5 Caballeros de la puerta apareció tras una puerta con un brazo cercenado y el cuerpo ensangrentado -¿Qué ocurrió aquí? Sid ¿Quién hizo esto?- Preguntó Angael furioso -No… no lo sé, estaba cuidando la puerta, vi un brillo y no recuerdo más, luego estaba aquí, Ian me atacó, mató a todos y escapó, dijo algo de traer a otros, no logré entenderlo- Con aquella frase, el herido caballero cayó de rodillas sin decir una palabra más.
Finalmente ha llegado el día- Dijo Angael mientras se acercaba al sobreviviente pero algo extraño comenzó a ocurrirle, su sangre parecía evaporarse de su cuerpo mientras la piel se desgastaba hasta quedar tan solo los huesos, y se pondría peor -Esto no puede ser cierto- Dijo Angael retrocediendo e indicando a los otros hacer lo mismo -Esa, esa bestia es una de las cinco tareas, su coraza es muy fuerte, tanto que las armas no lo atraviesan y se rompen, tenemos que atacarlo desde abajo- Dijo Braver a Zelas y Rauko mientras una espeluznante bestia se formaba sobre el cuerpo del caído dando forma a una espeluznante criatura sin ojos.
∞ Zelas: Parece que has sido el primero en la historia que menciona la palabra Biusa, tal vez necesites explicar lo que son. En este turno podrás usar libremente a Braver y sus habilidades para combatir a la criatura, no posee magia pero es un veloz y muy fuerte espadachín, puede invocar una enorme espada de dos manos que partiría a un hombre en dos sin mucho esfuerzo.
∞ Rauko: En este turno, no solo tendrás hambre, sino que comenzarás a transmitirla, la criatura será la primera hambrienta y tendrá el antojo de devorar a Rauko, en este turno puedes usar a Úrsula como compañera de batalla, no posee magia pero invoca un arco cuyas flechas pueden cambiar de dirección una vez lanzadas.
∞ Ambos: Se enfrentan a un Devorahuesos, si le dan oportunidad notarán que cada vez que se alimente de cadáveres cercanos aumentará de tamaño. Luego de su turno deberán lanzar una runa, si obtienen al menos una runa de la mejor suerte o dos de media o buena suerte eliminarán a la criatura, de lo contrario tendrán que realizar otra ronda lanzando runas para decidir el resultado de la batalla.
No parecía que Angael estuviera muy de acuerdo en llevar al extraño pero Braver había estado haciendo señas indicando que lo llevaran y que él se haría cargo, el pobre no sabía en lo que se metía pero ya era tarde para arrepentirse cuando el encargado de liderarlos aceptó llevarse al pelinegro aunque con la condición de mantenerse callado durante el resto del viaje, algo que difícilmente lograría cumplir.
Su base quedaba hacia el sur y hacia allá se dirigieron a toda prisa mientras respondían las preguntas de Rauko -Vamos hacia el sur, a la base donde nos espera Ian, quien es un hombre muy sabio y respetado, un poco aburrido porque suele resolver las cosas por vías no violentas- Dijo Braver lleno de admiración en sus palabras, sujetando su casco que a veces amenazaba con caerse, Angael parecía más preocupado y avanzaba al frente más de prisa mientras que Úrsula y Braver se mantenían detrás -Ian fue quien formó este grupo, dijo que debíamos prevenir un terrible mal algún día, para unirnos tuvimos que superar 5 pruebas que eran imposibles para muchos otros, pero demostramos ser capaces- Braver presumió esa última frase.
Unos más capaces que otros- Replicó Úrsula desde su caballo uniéndose a la conversación -Realmente no sabemos mucho acerca de la Maldición, Ian dice que saber mucho del futuro puede alterarlo para bien o para mal, y que solo pueden cambiarse aquellos eventos que puedan poner en riesgo a muchas personas- Explicó la mujer -Como sea, hace rato mencionaste “Biusas” ¿qué es eso?- Preguntó la chica con curiosidad secundada luego por Braver quien también parecía algo inquieto por la palabra.
Recibirán más respuestas al ver a Ian, incluso, puede que tenga ya un plan para ustedes- Dijo Braver -Estarán a salvo en la base, es muy segura y…- Sus palabras se detuvieron al notar que la base que presumía parecía haber sido víctima de un terrible ataque -¡Todos de prisa, atentos y en guardia!- Gritó Angael dando instrucciones a todos -Ustedes, rodeen el perímetro- Señaló a sus hombres menos a Úrsula y Braver -Ustedes, conmigo, atentos a todo- Avanzaron raudos a través del pasillo de una entrada cuyas grandes puertas de madera parecían haber sido empujadas y arrancadas desde adentro.
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Fuera del lugar, parecía un desastre, pero dentro era toda una masacre, los cuerpos de los caballeros estaban desperdigados al piso en varias partes, manchando con sus vísceras las paredes del lugar, no había uno solo con vida, o parecía no haberlo hasta que otro de los 5 Caballeros de la puerta apareció tras una puerta con un brazo cercenado y el cuerpo ensangrentado -¿Qué ocurrió aquí? Sid ¿Quién hizo esto?- Preguntó Angael furioso -No… no lo sé, estaba cuidando la puerta, vi un brillo y no recuerdo más, luego estaba aquí, Ian me atacó, mató a todos y escapó, dijo algo de traer a otros, no logré entenderlo- Con aquella frase, el herido caballero cayó de rodillas sin decir una palabra más.
Finalmente ha llegado el día- Dijo Angael mientras se acercaba al sobreviviente pero algo extraño comenzó a ocurrirle, su sangre parecía evaporarse de su cuerpo mientras la piel se desgastaba hasta quedar tan solo los huesos, y se pondría peor -Esto no puede ser cierto- Dijo Angael retrocediendo e indicando a los otros hacer lo mismo -Esa, esa bestia es una de las cinco tareas, su coraza es muy fuerte, tanto que las armas no lo atraviesan y se rompen, tenemos que atacarlo desde abajo- Dijo Braver a Zelas y Rauko mientras una espeluznante bestia se formaba sobre el cuerpo del caído dando forma a una espeluznante criatura sin ojos.
- Devorahuesos:
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∞ Zelas: Parece que has sido el primero en la historia que menciona la palabra Biusa, tal vez necesites explicar lo que son. En este turno podrás usar libremente a Braver y sus habilidades para combatir a la criatura, no posee magia pero es un veloz y muy fuerte espadachín, puede invocar una enorme espada de dos manos que partiría a un hombre en dos sin mucho esfuerzo.
∞ Rauko: En este turno, no solo tendrás hambre, sino que comenzarás a transmitirla, la criatura será la primera hambrienta y tendrá el antojo de devorar a Rauko, en este turno puedes usar a Úrsula como compañera de batalla, no posee magia pero invoca un arco cuyas flechas pueden cambiar de dirección una vez lanzadas.
∞ Ambos: Se enfrentan a un Devorahuesos, si le dan oportunidad notarán que cada vez que se alimente de cadáveres cercanos aumentará de tamaño. Luego de su turno deberán lanzar una runa, si obtienen al menos una runa de la mejor suerte o dos de media o buena suerte eliminarán a la criatura, de lo contrario tendrán que realizar otra ronda lanzando runas para decidir el resultado de la batalla.
Ansur
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Re: [Mastereado] La historia jamás contada [Zelas+Rauko]
Llevaban cabalgando un buen rato y Braver iba respondiendo las preguntas que Rauko había planteado, Zelas por su parte iba en silencio cumpliendo su palabra hasta el momento en el que le mencionaron las Biusas -Oh ahora que lo pienso, probablemente no tengan esas cosas acá, del lugar donde venimos existe una fruta traslucida que emana un leve color el cual varia junto a su forma, se llama Biusa, no llama mucho la atención a simple vista, pero cuando la muerdes adquiere el sabor de aquello que mas te gusta, si, así como suena, no para todos tiene el mismo sabor, por motivos obvios, no a todos les gusta lo mismo, pero a todos quienes las han probado les gustan las Biusas- Sentencio justo a tiempo cuando Braver nuevamente hacia mención al tal Ian, justo antes de llegar a la base.
Angael mando a 2 de sus hombres a rodear el perímetro, Braver y Ursula en cambio acompañaban al líder, por ende Zelas y Rauko también, al ver las puertas destruidas, Zelas no pudo evitar pensar que los caballeros de la puerta habían fallado completamente en su trabajo, la masacre del interior le provoco escalofríos, recordando a la masa de carne, ojos tentáculos y dientes que le pateo el trasero y casi lo mataba hace algunas semanas atrás "piensa en algo bonito, piensa en algo bonito, si tengo suerte no tendré que lidiar con esa cosa en este lugar" pensó para si mismo, mientras caminaban por los pasillos de la base apareció un caballero con un brazo cercenado, la situación dio un giro de 180º cuando el moribundo guerrero dijo que el famoso y no violento Ian había creado la masacre en la base, -los pacifistas siempre son los mas sanguinarios- comento Zelas a Rauko con un aire de solemnidad, lo cual era extrañamente cierto.
El guerrero agonizante finalmente sucumbió al momento que los remanente de su vida se desvanecían, junto a su sangre y sus músculos los cuales parecían evaporarse, -Los perros feos no dejan de aparecer el día de hoy, que rayos esta pasando- exclamo el elfo al notar la creatura que aparecía ahora frente a ellos, Braver daba una pequeña explicación al momento que una gran espada aparecía en sus manos de la nada.
*Fiiiuuu* -Vaya trucazo, que magia usaste para eso-
-No se como explicarlo, no puedo usar magia-
-Rauko deberías aprender como añadir eso a las armas, creo que seria útil-
-¿Ya te cansaste de cargar con esas cosas en tu espalda?- pregunto Ursula al momento que ella invocaba un arco.
-Un poco, además de que no tengo espacio para cargar mas- dijo Zelas al momento que desenvainaba 2 cimitarras y las unía.
-Acabas de convertir las cimitarras en una espada de doble hoja!- exclamo Braver sorprendido.
La charla se vio interrumpida brevemente debido a una embestida por parte de la creatura que todos los guerreros lograron esquivar sin problemas.
-Yo tuve la idea, pero mi buen amigo Rauko ha sido el ingeniero detrás de esta maravilla, entonces que tal si volteamos a ese perro como si fuera una tortuga- propuso Zelas.
-¿Qué tienes en mente?- pregunto el joven guerrero con curiosidad.
-solo necesito que me eleves bruscamente cuando te lo pida- replico Zelas al momento que cargaba contra la creatura.
Zelas se acerco corriendo rápidamente contra la creatura y se deslizo a tiempo para esquivar un zarpazo de esta, acto seguido clavo uno de los extremos de la espada de doble hoja en la mandíbula inferior de la bestia, haciendo que la hoja saliera por la boca del monstruo, el cual como era de esperarse levanto su cabeza hacia atrás debido al dolor levantando a Zelas en el proceso -Ahora!- exclamo el elfo al momento que Braver dejaba la parte plana de la espada apoyada en el piso y al momento que elfo apoyaba sus pies, el joven guerrero hizo gala de una fuerza extraordinaria, levantando a Zelas por los aires, el cual al mantener su agarre en el arma provoco que a su vez, la creatura se levantara y se quedara apoyada sobre sus dos patas traseras, entonces una breve y concentrada explosión de éter, proveniente de las suelas de las botas de Zelas termino de dar el empuje necesario para que la creatura cayera sobre su espalda, dejando su lado mas vulnerable expuesto al ataque de todos.
Braver se lanzo rápidamente al ataque lanzando una serie de cortes consecutivos sobre la bestia los cuales mostraban su maestría y fuerza para moverse tan ágilmente a pesar de tener una espada tan grande. Zelas por su parte mantenía el agarre en su arma y forcejeaba para evitar que la creatura volviera a reincorporarse, ganando la mayor cantidad de tiempo posible. -Acaben con esta abominación, intentare retenerlo el mayo tiempo posible- exclamo mientras forcejeaba y se movía acorde las sacudidas del monstruo.
OFF: Habilidad utilizada: Vuelo fulgido
Angael mando a 2 de sus hombres a rodear el perímetro, Braver y Ursula en cambio acompañaban al líder, por ende Zelas y Rauko también, al ver las puertas destruidas, Zelas no pudo evitar pensar que los caballeros de la puerta habían fallado completamente en su trabajo, la masacre del interior le provoco escalofríos, recordando a la masa de carne, ojos tentáculos y dientes que le pateo el trasero y casi lo mataba hace algunas semanas atrás "piensa en algo bonito, piensa en algo bonito, si tengo suerte no tendré que lidiar con esa cosa en este lugar" pensó para si mismo, mientras caminaban por los pasillos de la base apareció un caballero con un brazo cercenado, la situación dio un giro de 180º cuando el moribundo guerrero dijo que el famoso y no violento Ian había creado la masacre en la base, -los pacifistas siempre son los mas sanguinarios- comento Zelas a Rauko con un aire de solemnidad, lo cual era extrañamente cierto.
El guerrero agonizante finalmente sucumbió al momento que los remanente de su vida se desvanecían, junto a su sangre y sus músculos los cuales parecían evaporarse, -Los perros feos no dejan de aparecer el día de hoy, que rayos esta pasando- exclamo el elfo al notar la creatura que aparecía ahora frente a ellos, Braver daba una pequeña explicación al momento que una gran espada aparecía en sus manos de la nada.
*Fiiiuuu* -Vaya trucazo, que magia usaste para eso-
-No se como explicarlo, no puedo usar magia-
-Rauko deberías aprender como añadir eso a las armas, creo que seria útil-
-¿Ya te cansaste de cargar con esas cosas en tu espalda?- pregunto Ursula al momento que ella invocaba un arco.
-Un poco, además de que no tengo espacio para cargar mas- dijo Zelas al momento que desenvainaba 2 cimitarras y las unía.
-Acabas de convertir las cimitarras en una espada de doble hoja!- exclamo Braver sorprendido.
La charla se vio interrumpida brevemente debido a una embestida por parte de la creatura que todos los guerreros lograron esquivar sin problemas.
-Yo tuve la idea, pero mi buen amigo Rauko ha sido el ingeniero detrás de esta maravilla, entonces que tal si volteamos a ese perro como si fuera una tortuga- propuso Zelas.
-¿Qué tienes en mente?- pregunto el joven guerrero con curiosidad.
-solo necesito que me eleves bruscamente cuando te lo pida- replico Zelas al momento que cargaba contra la creatura.
Zelas se acerco corriendo rápidamente contra la creatura y se deslizo a tiempo para esquivar un zarpazo de esta, acto seguido clavo uno de los extremos de la espada de doble hoja en la mandíbula inferior de la bestia, haciendo que la hoja saliera por la boca del monstruo, el cual como era de esperarse levanto su cabeza hacia atrás debido al dolor levantando a Zelas en el proceso -Ahora!- exclamo el elfo al momento que Braver dejaba la parte plana de la espada apoyada en el piso y al momento que elfo apoyaba sus pies, el joven guerrero hizo gala de una fuerza extraordinaria, levantando a Zelas por los aires, el cual al mantener su agarre en el arma provoco que a su vez, la creatura se levantara y se quedara apoyada sobre sus dos patas traseras, entonces una breve y concentrada explosión de éter, proveniente de las suelas de las botas de Zelas termino de dar el empuje necesario para que la creatura cayera sobre su espalda, dejando su lado mas vulnerable expuesto al ataque de todos.
Braver se lanzo rápidamente al ataque lanzando una serie de cortes consecutivos sobre la bestia los cuales mostraban su maestría y fuerza para moverse tan ágilmente a pesar de tener una espada tan grande. Zelas por su parte mantenía el agarre en su arma y forcejeaba para evitar que la creatura volviera a reincorporarse, ganando la mayor cantidad de tiempo posible. -Acaben con esta abominación, intentare retenerlo el mayo tiempo posible- exclamo mientras forcejeaba y se movía acorde las sacudidas del monstruo.
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Última edición por Zelas Hazelmere el Jue Nov 19 2020, 01:33, editado 1 vez (Razón : se me olvido poner la habilidad que ocupe lol(?))
Zelas Hazelmere
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Re: [Mastereado] La historia jamás contada [Zelas+Rauko]
El miembro 'Zelas Hazelmere' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: [Mastereado] La historia jamás contada [Zelas+Rauko]
«Pobres y desdichadas personas», fue lo primero que pensé al descubrir que los caballeros no conocían las biusas. Mi estómago gruñó, compartiendo mi pena por ellos. Y vaya que sentía pena, porque sus gruñidos eran constantes y al poco tiempo produjo un leve ardor creciente. Escuchar las respuestas a mis preguntas, gracias a ese ardor, parecía algo insignificante. Innecesario. Incluso llegué a considerar que todo aquello era algo que podía dejar para después, pero la amenaza de la profecía y la esperanza de que pudiera conseguir que mi hambre desapareciera al acompañarlos me ayudaron a mantenerme centrado.
Y finalmente hubo un estímulo más fuerte que cualquiera que produjera mi estómago. El escenario de una masacre.
Seguí al resto al interior de la base, mi espada Doppelsäbel en mano y el éter intensificado en mis músculos. Mi mirada viajaba rápidamente de un lugar a otro buscando a la amenaza, y mi mandíbula se volvía más tensa por cada segundo sin encontrar nada.
–Sí –exhalé ante el comentario de Zelas sobre los pacifistas. Viejos recuerdos fueron evocados por sus palabras, y sacudí la cabeza para deshacerme de ellos. No era momento para pensar en el pasado.
Entonces apareció un monstruo. Retrocedí un par de pasos, obedeciendo la orden del Angeal, y adopté una postura defensiva. Observé a la criatura; su coraza, sus púas, sus colmillos y, sobre todo, la piel blanda donde nos ordenaron atacar. Lo observé, hasta que Braver y Úrsula invocaron sus armas y Zelas me lo hizo notar.
–Creo que… conozco a alguien que podría ayudarme a hacer algo así –contesté, pensando sobre ello apenas un par de segundos antes de volver a mirar al frente. Fruncí el ceño y tragué saliva, mi piel empapándose poco a poco en sudor. Mantener la concentración me era demasiado difícil, y estaba seguro de que estaba pasando muchas cosas por alto. Mi estómago volvió a gruñir, recordándome el deseo frustrado. La criatura se volteó hacia mí y abrió su boca un poco más. Supuse lo obvio: eso tenía un mal gusto para elegir su comida.
Por suerte, Zelas y Braver se encargaron de inmovilizar al monstruo. Úrsula no desaprovechó la oportunidad para disparar una serie de flechas hacia el lado vulnerable, cada proyectil evadiendo los obstáculos.
Di un paso al frente, sorprendiéndome el desgano que me producía intentar hacer algo. Chasqueé la lengua y empecé a correr. Canalicé el éter en mis piernas y di un enorme salto, que precedió a otro más, en el aire, que me permitió ascender más lejos.[1] Concentré el éter en mis brazos, empuñé a Doppelsäbel con la mano izquierda, convertí mi guante derecho en la espada Retniw y la empuñé con la mano libre.[2] Y luego descendí sobre la bestia para dibujarle tres cortes letales simultáneamente.
Y finalmente hubo un estímulo más fuerte que cualquiera que produjera mi estómago. El escenario de una masacre.
Seguí al resto al interior de la base, mi espada Doppelsäbel en mano y el éter intensificado en mis músculos. Mi mirada viajaba rápidamente de un lugar a otro buscando a la amenaza, y mi mandíbula se volvía más tensa por cada segundo sin encontrar nada.
–Sí –exhalé ante el comentario de Zelas sobre los pacifistas. Viejos recuerdos fueron evocados por sus palabras, y sacudí la cabeza para deshacerme de ellos. No era momento para pensar en el pasado.
Entonces apareció un monstruo. Retrocedí un par de pasos, obedeciendo la orden del Angeal, y adopté una postura defensiva. Observé a la criatura; su coraza, sus púas, sus colmillos y, sobre todo, la piel blanda donde nos ordenaron atacar. Lo observé, hasta que Braver y Úrsula invocaron sus armas y Zelas me lo hizo notar.
–Creo que… conozco a alguien que podría ayudarme a hacer algo así –contesté, pensando sobre ello apenas un par de segundos antes de volver a mirar al frente. Fruncí el ceño y tragué saliva, mi piel empapándose poco a poco en sudor. Mantener la concentración me era demasiado difícil, y estaba seguro de que estaba pasando muchas cosas por alto. Mi estómago volvió a gruñir, recordándome el deseo frustrado. La criatura se volteó hacia mí y abrió su boca un poco más. Supuse lo obvio: eso tenía un mal gusto para elegir su comida.
Por suerte, Zelas y Braver se encargaron de inmovilizar al monstruo. Úrsula no desaprovechó la oportunidad para disparar una serie de flechas hacia el lado vulnerable, cada proyectil evadiendo los obstáculos.
Di un paso al frente, sorprendiéndome el desgano que me producía intentar hacer algo. Chasqueé la lengua y empecé a correr. Canalicé el éter en mis piernas y di un enorme salto, que precedió a otro más, en el aire, que me permitió ascender más lejos.[1] Concentré el éter en mis brazos, empuñé a Doppelsäbel con la mano izquierda, convertí mi guante derecho en la espada Retniw y la empuñé con la mano libre.[2] Y luego descendí sobre la bestia para dibujarle tres cortes letales simultáneamente.
(☞°∀°)☞ OFFROL ☜(°∀°☜)
[1] Habi: Salto fúlgido.
[2] Encantamiento de Retniw: Arma cambiante.
[2] Encantamiento de Retniw: Arma cambiante.
Rauko
Aerandiano de honor
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Re: [Mastereado] La historia jamás contada [Zelas+Rauko]
Aquellos valientes guerreros parecían poder dominar a la criatura sin problemas, sin embargo esta fiera ofrecía tanta resistencia como podía, incluso en sus últimos momentos un brillo verde iluminó su espalda lanzando una serie de aguijones en todas direcciones, por suerte la puntería no parecían ser su fuerte y todos lograrían evadirlos, o casi todos. Una vez derrotada, la criatura se evaporó hasta que no quedó más rastro que una especie de pequeños huevos color verde, los cuales fueron pisados por Angael con furia.
No perdamos tiempo, si lo que dijo Sid es cierto, estamos en grave peligro- Dijo Angael antes de asegurarse que todos estaban bien, deteniéndose un instante para mirar a Úrsula que parecía más preocupada que el resto -Estoy bien, no hay problema- Dijo en tono serio con una mano en su abdomen. Angael los esperaba fuera del lugar con los caballos listos para partir hacia el lugar donde se encontraba “La Puerta”, ese misterioso lugar que estos caballeros se encargaban de proteger.
Silenciosos, se habían mantenido Braver y Úrsula ante la muerte de su compañero, habían perdido uno y posiblemente Ian los habría traicionado, algo que tenía muy poco sentido considerando que era él quien había formado a los 5 Caballeros de la Puerta -Bueno, parece que tenemos una vacante- Dijo Braver mirando a Zelas aunque esta vez el chiste había tenido poca gracia, no era momento para bromas, Rauko por su parte tendría que mantener en buen rumbo su caballo pues a ratos Úrsula parecía desviarse, su rostro cada vez más pálido y el inexplicable sudor en su frente delataban un problema.
Un rato después, consiguieron llegar a su destino, en primer lugar verían lo que parecía ser una escultura lúgubre de una figura que sostenía un marco de espejo, el cual hacía las veces de una puerta a una pequeña cueva oscura y fría, aunque una vez dentro el lugar resultaría ser mucho más grande de lo que parecía desde el exterior, recorriendo en primer lugar un largo pasillo de escalones roídos por el paso del tiempo hasta llegar finalmente a una enorme estructura de una puerta imponente y atemorizante junto a la cual les esperaba un confiado Ian.
Reaccionó con calma ante la llegada de sus compañeros, como si simplemente aquello fuera parte del plan -¿Qué has hecho? ¿es cierto lo que dijo Sid? ¿Tú los mataste?- Cuestionó Angael en una avalancha de preguntas -Hemos hecho lo que teníamos que hacer- Respondió Ian -Ustedes los de este lado, se matan a sí mismos, no hemos hecho más que acelerar un evento inevitable- Su voz se escuchaba como si se mezclaran dos voces al unísono -¿Quién eres? o... ¿qué eres?- Preguntó Angael cayendo en cuenta de lo que ocurría -Somos, su fin- Respondió complacido Ian mientras alzaba su mano y un brillo verde comenzaba a rodearla.
Flanqueen ambos lados, hay que rodearlo y detenerlo, intentaremos no matarlo hasta saber qué le ocurre- Ordenó Angael con la esperanza de no perder otro compañero aunque era inevitable, y no precisamente el que pensaban. Úrsula apenas logró dar algunos pasos antes de caer al piso vomitando con las manos en su estómago, Braver se acercó y arrancó la parte frontal de la armadura ligera de Úrsula solo para ver cómo algo se movía dentro de ella intentando salir -Pero que demo…- Con un salto hacia atrás el joven evitó ser atacado por un mar de abejas esmeralda que emergieron desgarrando el cuerpo de la chica y matándola en el proceso.
Feroces y rápidos, los insectos volaron guiados por la mano de Ian hasta la puerta y comenzaron a alimentarse de la magia que emanaba por los bordes de la misma, debilitándola lentamente -Ahora solo es cuestión de tiempo- Dijo Ian satisfecho mientras se preparaba para contener al grupo -¡¡Maten al maldito!!- Dijo Angael furioso mientras hacía aparecer en su mano una espada que arrojó directamente hacia Ian, el cual la hizo volar al ser rechazada por un escudo mágico, Angael desapareció en un parpadeo y apareció arriba sosteniendo la espada para luego lanzarse en picada contra su compañero.
∞ Zelas: En este turno podrás usar a Braver como compañero de batalla, ya lo usaste en la batalla anterior así que podrás coordinarte con él del mismo modo, añadiendo solamente que está un poco más furioso que en la batalla previa y eso podría volverlo más impulsivo.
∞ Rauko: Ya no tienes a Úrsula como compañera, por obvias razones, pero podrás usar a Angael y su particular forma de lucha, lleva una espada que puede lanzar como proyectil y luego transportarse a la ubicación de la misma. A pesar de lo asquerosa que pueda parecer la escena de Úrsula, no se te ha quitado el hambre y comenzarán a menguar tus fuerzas.
∞ Ambos: El enemigo al que enfrentan es un usuario de telequinesis y además muy buen estratega que puede tratar de desarmarlos y usar sus armas contra ustedes mismos, también puede generar un fuerte escudo con su telequinesis por lo que será indispensable el trabajo conjunto para poder derrotarlo. No será necesario lanzar runas.
No perdamos tiempo, si lo que dijo Sid es cierto, estamos en grave peligro- Dijo Angael antes de asegurarse que todos estaban bien, deteniéndose un instante para mirar a Úrsula que parecía más preocupada que el resto -Estoy bien, no hay problema- Dijo en tono serio con una mano en su abdomen. Angael los esperaba fuera del lugar con los caballos listos para partir hacia el lugar donde se encontraba “La Puerta”, ese misterioso lugar que estos caballeros se encargaban de proteger.
Silenciosos, se habían mantenido Braver y Úrsula ante la muerte de su compañero, habían perdido uno y posiblemente Ian los habría traicionado, algo que tenía muy poco sentido considerando que era él quien había formado a los 5 Caballeros de la Puerta -Bueno, parece que tenemos una vacante- Dijo Braver mirando a Zelas aunque esta vez el chiste había tenido poca gracia, no era momento para bromas, Rauko por su parte tendría que mantener en buen rumbo su caballo pues a ratos Úrsula parecía desviarse, su rostro cada vez más pálido y el inexplicable sudor en su frente delataban un problema.
- Entrada a La Puerta:
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Un rato después, consiguieron llegar a su destino, en primer lugar verían lo que parecía ser una escultura lúgubre de una figura que sostenía un marco de espejo, el cual hacía las veces de una puerta a una pequeña cueva oscura y fría, aunque una vez dentro el lugar resultaría ser mucho más grande de lo que parecía desde el exterior, recorriendo en primer lugar un largo pasillo de escalones roídos por el paso del tiempo hasta llegar finalmente a una enorme estructura de una puerta imponente y atemorizante junto a la cual les esperaba un confiado Ian.
- La Puerta de Entrada:
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Reaccionó con calma ante la llegada de sus compañeros, como si simplemente aquello fuera parte del plan -¿Qué has hecho? ¿es cierto lo que dijo Sid? ¿Tú los mataste?- Cuestionó Angael en una avalancha de preguntas -Hemos hecho lo que teníamos que hacer- Respondió Ian -Ustedes los de este lado, se matan a sí mismos, no hemos hecho más que acelerar un evento inevitable- Su voz se escuchaba como si se mezclaran dos voces al unísono -¿Quién eres? o... ¿qué eres?- Preguntó Angael cayendo en cuenta de lo que ocurría -Somos, su fin- Respondió complacido Ian mientras alzaba su mano y un brillo verde comenzaba a rodearla.
Flanqueen ambos lados, hay que rodearlo y detenerlo, intentaremos no matarlo hasta saber qué le ocurre- Ordenó Angael con la esperanza de no perder otro compañero aunque era inevitable, y no precisamente el que pensaban. Úrsula apenas logró dar algunos pasos antes de caer al piso vomitando con las manos en su estómago, Braver se acercó y arrancó la parte frontal de la armadura ligera de Úrsula solo para ver cómo algo se movía dentro de ella intentando salir -Pero que demo…- Con un salto hacia atrás el joven evitó ser atacado por un mar de abejas esmeralda que emergieron desgarrando el cuerpo de la chica y matándola en el proceso.
Feroces y rápidos, los insectos volaron guiados por la mano de Ian hasta la puerta y comenzaron a alimentarse de la magia que emanaba por los bordes de la misma, debilitándola lentamente -Ahora solo es cuestión de tiempo- Dijo Ian satisfecho mientras se preparaba para contener al grupo -¡¡Maten al maldito!!- Dijo Angael furioso mientras hacía aparecer en su mano una espada que arrojó directamente hacia Ian, el cual la hizo volar al ser rechazada por un escudo mágico, Angael desapareció en un parpadeo y apareció arriba sosteniendo la espada para luego lanzarse en picada contra su compañero.
- Abejas Esmeralda:
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No es importante para la trama pero se ven lindas
- Ian:
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Él sí es importante aunque no se vea lindo
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∞ Zelas: En este turno podrás usar a Braver como compañero de batalla, ya lo usaste en la batalla anterior así que podrás coordinarte con él del mismo modo, añadiendo solamente que está un poco más furioso que en la batalla previa y eso podría volverlo más impulsivo.
∞ Rauko: Ya no tienes a Úrsula como compañera, por obvias razones, pero podrás usar a Angael y su particular forma de lucha, lleva una espada que puede lanzar como proyectil y luego transportarse a la ubicación de la misma. A pesar de lo asquerosa que pueda parecer la escena de Úrsula, no se te ha quitado el hambre y comenzarán a menguar tus fuerzas.
∞ Ambos: El enemigo al que enfrentan es un usuario de telequinesis y además muy buen estratega que puede tratar de desarmarlos y usar sus armas contra ustedes mismos, también puede generar un fuerte escudo con su telequinesis por lo que será indispensable el trabajo conjunto para poder derrotarlo. No será necesario lanzar runas.
Ansur
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Re: [Mastereado] La historia jamás contada [Zelas+Rauko]
-Oh mierda, Cuidado!- exclamo el elfo cuando vio la espalda de la creatura brillar, al momento que saltaba apoyándose en la espada de doble hoja y quedando en una posición completamente vertical, quedando en una especie de punto ciego evitando la trayectoria de los aguijones que salían de la espalda de la creatura, antes que estas pudieran hacer mas daño Zelas concentro parte de su éter en sus pies y en una breve explosión obtuvo el impulso necesario para acabar con la bestia, terminando de clavar el arma en su cráneo.[1]
-¿También libero ese ultimo ataque cuando tuvieron que enfrentarlo?- pregunto Zelas un poco confundido ante la situación, mientras separa sus armas y las volvía a guardar.
-Eso ultimo nos ha tomado por sorpresa a todos- se excuso Braver, quien habia utilizado su enorme espada para cubrirse de los proyectiles.
-Hora de continuar, no hay tiempo que perder- exclamo Angael quien se detuvo un momento para ver a Úrsula, sin embargo, continuo su camino para preparar a los caballos.
-Déjame ver que estés bien- exclamo Zelas al momento que caminaba en dirección a Úrsula y Rauko
-Dije que estoy...- Úrsula se interrumpió a si misma cuando noto que Zelas se acercaba Rauko y veía que el estuviera bien.
Luego de ese extraño momento volvieron a cabalgar en dirección a la puerta, el comentario fuera de lugar de Braver fue respondido por Zelas con un gesto que emulaba a un pulgar en alto en señal de aprobación, mas era sumamente vago y desganado, básicamente porque solo era la punta del pulgar la cual parecía estar en alto, en realidad, solo era un puño cerrado con el pulgar sobre el dedo índice, sin realmente estar levantado.
-Woow- Exclamo Zelas al ver la entrada de la puerta, asombrado ante la imponente estructura que yacía frente a el, dejo salir otro -Woooow- un poco mas largo al notar como la estructura se veía mas grande al interior de lo que parecía, y cuando llegaron finalmente a la puerta, el elfo dejo salir el Wow mas ridículamente largo que sus pulmones le permitieron -Wooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo.......oooooooooooooooooooooooooooooooooooow-.
-No dabas la impresión de ser alguien que se sorprendiera de esa forma, en fin, prepárense y estén alertas.- Exclamo Angael cuando Ian ya aparecía a la vista de ellos. Luego de un intercambio de palabras, Angael perdió su temple solemne al ver como Úrsula caía muerta de una forma horrenda y se lanzo al ataque.
Tanto Braver como Zelas tuvieron que esquivar rápidamente el enjambre de abejas que salieron del cuerpo de Úrsula, el cual paso amenazantemente cerca de ambos, el ataque de Angael revelo como el traidor Ian ocupaba un escudo mágico para cubrirse lo cual haría que detenerlo fuera difícil, sin embargo, estaba de acuerdo en una cosa, había que matar al bastardo.
-Tenemos que sobrecargar ese escudo... Rauko, recuerdas ese incidente donde me mataste... deberías ocupar esa técnica con el, solo espera el momento adecuado, me encargare de crearlo... Braver tu me ayudaras.- exclamo Zelas, el joven Guerrero por su parte ya se había lanzado al ataque, iracundo al igual que Angael se lanzaba con una ráfaga de ataques rápidos con su espada.
Zelas desenvaino 2 cimitarras y las hizo girar rápidamente antes de concentrar un poco de éter en el pomo de estas para luego lanzarlas, estas impactaron en el escudo que rodeaba a Ian y generaron una extraña reacción, Ian también se percato de esto y ocupo su magia para manipular las armas que habían rebotado hacia su escudo, utilizando una para atacar a Braver y la otra para atacar a Angael, tomando a los caballeros de la puerta por sorpresa, sin embargo, antes de que estas impactaran a sus objetivos, fueron desviadas por un movimiento de manos de Zelas, haciendo que estas volvieran a sus manos[2] -Ja! todos los brujos usan trampas similares, he invertido mucho tiempo, sudor y aeros para enfrentarme a monstruos similares a ti!- exclamo el elfo mientras comenzaba una serie de movimientos que mostraban su agilidad y elegancia a la hora del combate, giraba sus cimitarras rápidamente antes de lanzarlas, a esta extraña danza mortal sumo su tercera y su cuarta cimitarra, las cuales lanzaba de 2 en 2 imitando el mismo patrón de ataque.
Las hojas emitían un extraño resplandor que causaba una extraña reacción en el escudo mágico de Ian[3] eso sumado a los constantes ataques de Braver y Angael comenzaron a sobrecargar la capacidad del escudo, causando una disrupción en el flujo de eter que emitia,[4] por lo que era cuestión de tiempo para que Rauko diera el golpe de gracia.
OFF: Habilidades usadas:
1- Vuelo Fúlgido:(Impulso/Acrobacias) [Pasiva] Estando en el aire, puede dar un salto hacia cualquier dirección propulsándose solo con su éter. Pero necesita esperar 3 segundos entre cada salto aéreo.
2- Retorno:(Impulso) [Pasiva] Al principio de una pelea recubre el pomo de sus armas con éter, permitiéndole con un leve gesto de manos hacer que las armas vuelvan a el en cualquier momento de la pelea, (no puede alterar el curso de estas una vez las lanza, solo puede hacer que vuelvan hacia el.).
3- [Encantamiento de Arma] El daño del arma se considera parcialmente mágico, permitiendo que la mitad de éste ignore armaduras. (Todas mis armas tienen ese encantamiento)
4- Racial: Don Mágico: Puedo sentir el flujo del Éter, detectando a usuarios de la magia u objetos mágicos que pueda ver (sin distinguir detalles). así percibo que el escudo esta mermando, dándole el pase a Rauko para que lo intente matar como cuando me mato a mi(?)
-¿También libero ese ultimo ataque cuando tuvieron que enfrentarlo?- pregunto Zelas un poco confundido ante la situación, mientras separa sus armas y las volvía a guardar.
-Eso ultimo nos ha tomado por sorpresa a todos- se excuso Braver, quien habia utilizado su enorme espada para cubrirse de los proyectiles.
-Hora de continuar, no hay tiempo que perder- exclamo Angael quien se detuvo un momento para ver a Úrsula, sin embargo, continuo su camino para preparar a los caballos.
-Déjame ver que estés bien- exclamo Zelas al momento que caminaba en dirección a Úrsula y Rauko
-Dije que estoy...- Úrsula se interrumpió a si misma cuando noto que Zelas se acercaba Rauko y veía que el estuviera bien.
Luego de ese extraño momento volvieron a cabalgar en dirección a la puerta, el comentario fuera de lugar de Braver fue respondido por Zelas con un gesto que emulaba a un pulgar en alto en señal de aprobación, mas era sumamente vago y desganado, básicamente porque solo era la punta del pulgar la cual parecía estar en alto, en realidad, solo era un puño cerrado con el pulgar sobre el dedo índice, sin realmente estar levantado.
- foto del intento de pulgar arriba:
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-Woow- Exclamo Zelas al ver la entrada de la puerta, asombrado ante la imponente estructura que yacía frente a el, dejo salir otro -Woooow- un poco mas largo al notar como la estructura se veía mas grande al interior de lo que parecía, y cuando llegaron finalmente a la puerta, el elfo dejo salir el Wow mas ridículamente largo que sus pulmones le permitieron -Wooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo.......oooooooooooooooooooooooooooooooooooow-.
-No dabas la impresión de ser alguien que se sorprendiera de esa forma, en fin, prepárense y estén alertas.- Exclamo Angael cuando Ian ya aparecía a la vista de ellos. Luego de un intercambio de palabras, Angael perdió su temple solemne al ver como Úrsula caía muerta de una forma horrenda y se lanzo al ataque.
Tanto Braver como Zelas tuvieron que esquivar rápidamente el enjambre de abejas que salieron del cuerpo de Úrsula, el cual paso amenazantemente cerca de ambos, el ataque de Angael revelo como el traidor Ian ocupaba un escudo mágico para cubrirse lo cual haría que detenerlo fuera difícil, sin embargo, estaba de acuerdo en una cosa, había que matar al bastardo.
-Tenemos que sobrecargar ese escudo... Rauko, recuerdas ese incidente donde me mataste... deberías ocupar esa técnica con el, solo espera el momento adecuado, me encargare de crearlo... Braver tu me ayudaras.- exclamo Zelas, el joven Guerrero por su parte ya se había lanzado al ataque, iracundo al igual que Angael se lanzaba con una ráfaga de ataques rápidos con su espada.
Zelas desenvaino 2 cimitarras y las hizo girar rápidamente antes de concentrar un poco de éter en el pomo de estas para luego lanzarlas, estas impactaron en el escudo que rodeaba a Ian y generaron una extraña reacción, Ian también se percato de esto y ocupo su magia para manipular las armas que habían rebotado hacia su escudo, utilizando una para atacar a Braver y la otra para atacar a Angael, tomando a los caballeros de la puerta por sorpresa, sin embargo, antes de que estas impactaran a sus objetivos, fueron desviadas por un movimiento de manos de Zelas, haciendo que estas volvieran a sus manos[2] -Ja! todos los brujos usan trampas similares, he invertido mucho tiempo, sudor y aeros para enfrentarme a monstruos similares a ti!- exclamo el elfo mientras comenzaba una serie de movimientos que mostraban su agilidad y elegancia a la hora del combate, giraba sus cimitarras rápidamente antes de lanzarlas, a esta extraña danza mortal sumo su tercera y su cuarta cimitarra, las cuales lanzaba de 2 en 2 imitando el mismo patrón de ataque.
Las hojas emitían un extraño resplandor que causaba una extraña reacción en el escudo mágico de Ian[3] eso sumado a los constantes ataques de Braver y Angael comenzaron a sobrecargar la capacidad del escudo, causando una disrupción en el flujo de eter que emitia,[4] por lo que era cuestión de tiempo para que Rauko diera el golpe de gracia.
OFF: Habilidades usadas:
1- Vuelo Fúlgido:(Impulso/Acrobacias) [Pasiva] Estando en el aire, puede dar un salto hacia cualquier dirección propulsándose solo con su éter. Pero necesita esperar 3 segundos entre cada salto aéreo.
2- Retorno:(Impulso) [Pasiva] Al principio de una pelea recubre el pomo de sus armas con éter, permitiéndole con un leve gesto de manos hacer que las armas vuelvan a el en cualquier momento de la pelea, (no puede alterar el curso de estas una vez las lanza, solo puede hacer que vuelvan hacia el.).
3- [Encantamiento de Arma] El daño del arma se considera parcialmente mágico, permitiendo que la mitad de éste ignore armaduras. (Todas mis armas tienen ese encantamiento)
4- Racial: Don Mágico: Puedo sentir el flujo del Éter, detectando a usuarios de la magia u objetos mágicos que pueda ver (sin distinguir detalles). así percibo que el escudo esta mermando, dándole el pase a Rauko para que lo intente matar como cuando me mato a mi(?)
Zelas Hazelmere
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Re: [Mastereado] La historia jamás contada [Zelas+Rauko]
Entonces pensé: «¿Qué sabor tendrá si lo cocino?». Sacudí la cabeza al percatarme de lo… En realidad, no sé qué me pareció desagradable, pero al siguiente instante volví a considerar la opción de convertir el futuro cadáver de la bestia en alimento, mi alimento, olvidando que mi estómago era incapaz de quedar satisfecho por métodos convencionales.
Me alejé con un salto potenciado cuando la criatura se sacudió.[1] Su espalda emitió un fulgor verde que precedió a su último ataque. Por instinto, un instinto que se sintió ajeno y familiar a la vez, mi cuerpo reaccionó al igual que mi éter, que se intensificó y se fusionó con cada parte de mí. Cuando me di cuenta, mi carne, mis huesos y mi sangre abandonaron su naturaleza para ser una misma cosa, convirtiéndome en una figura hecha únicamente de luz. Y siendo luz, los pequeños y filosos proyectiles de la bestia fueron incapaces de dañarme; me atravesaron como si mi presencia fuese una ilusión.[2]
Luego volví a mi estado original. Caí con torpeza sobre mis rodillas, el inesperado descenso haciéndome notar que también había estado levitando. Eché un vistazo a la bestia, asegurándome de que ya no era una amenaza, antes ensimismarme en las preguntas que desencadenó mi nueva capacidad. «Yo nunca aprendí a hacer esto», me dije, pero sentí que estaba equivocado, que había desarrollado la habilidad tras mucho entrenamiento. Entrenamiento que, en realidad, nunca hice, o que esta versión de mí no había hecho aún… y que ya nunca tendría que hacer.
–¿Uh? –solté en un susurro cuando noté a Zelas cerca de mí–. Sí, estoy bien –respondí. Al levantarme, sin embargo, fui consciente de mi agotamiento–. Bueno, tal vez no estoy tan bien –tuve que admitir–. Pero al menos no estoy herido ni he vuelto a morir. –Esbocé la mejor sonrisa que pude darle en mi estado y le mostré un pulgar arriba–. ¿Y tú…? –No hizo falta preguntarle para saber lo evidente–. Sí, claro que estás bien. Eso me alivia, porque creo que a este ritmo terminaré necesitando que me lleves cargado –dije, medio en broma, medio en serio.
Reanudamos nuestro viaje. En el trayecto, Úrsula no hacía bien su trabajo como jinete. También estaba cansada, supuse, sin darle demasiada importancia. Mi estómago dificultaba darle importancia a algo además de llenarlo. Deseé una biusa, una con el sabor de los chocolates del evento de nombre raro. Y al pensar en el evento, recordé al salvador, luego a alguien parecido a él y del cambio de edades. Atar cabos fue sencillo.
–Zelas, ¿recuerdas al poderoso bebé con una barba perfecta que nos salvó del terrible monstruo que ni una lluvia de estrellas pudo detener? –pregunté, ansioso por contarle mi descubrimiento–. Era Vin… –No finalicé el nombre. Zelas no lo conocía… ¿o sí? Tras un par de segundos, concluí que debió haber escuchado algo de él–. Es uno de los héroes de Sandorái.
Entonces vimos la puerta. La puerta. Incluso desde lejos era majestuosa. Tenebrosa y sombría, pero majestuosa. Y en su interior no fue muy diferente. Lo único que no encajaba con todo aquello era quien encontramos dentro: Ian, o lo que sea que era en ese momento el que alguna vez fue un pacifista.
Ahí, sin que nadie pudiera hacer nada, sufrimos otra baja.
–Por la barba de Bebé Vin –alcancé a articular, horrorizado y asqueado, cuando Úrsula fue destrozada desde dentro. Las abejas que se me acercaron las alejé con una pequeña onda de éter. Me acerqué a los restos de la chica, contemplado el resultado de mi ineptitud. Entonces un pensamiento absurdo y grotesco cruzó mi mente, gatillando que me mordiera el labio hasta sangrar. Me giré hacia Ian. «Si me rendiré ante mis impulsos, al menos los canalizaré para que la persona a la que me coma sea un enemigo», decidí. Una decisión de alguien cuyo raciocinio era devorado por el hambre–. Entiendo –le respondí a Zelas, serio–, estaré listo para atacar.
Empuñé las dos espadas, concentrando el éter en ellas. Al hacerlo, sin embargo, sentí una súbita pérdida de energía. En ese momento, estando tan agotado, cualquier expulsión de éter me pesaba. Chasqueé la lengua. No podía esperar demasiado. Potencié mis ojos para advertir la más mínima abertura en la barrera mágica.
Cuando la vi, realicé un veloz lanzamiento, convirtiendo a Doppelsäbel en un proyectil fulgurante viajando directo al pecho de Ian.
Pero él la detuvo con su telequinesis.
Así que me moví como un rayo, pasando por un lado de la espada. La distancia entre Ian y yo se redujo en un instante, conmigo empuñando a Retniw con la punta hacia él. [3] De nuevo, Ian usó su telequinesis. Esta vez, tras un fugaz forcejeo entre ambos, empujó mi arma hacia el suelo. Y yo, negándome a soltarla, seguí el mismo rumbo hacia un aterrizaje humillante.
Un ataque cuya conclusión fue el fracaso. Eso fue lo que creyó que fue al verme caer. No esperó que detrás de mí vendría Doppelsäbel, desplazándose sola gracias al encantamiento de esta, y que seguiría una trayectoria lineal hacia Ian y no hacia el suelo porque la desactivé justo antes de caerme.[4]
Mientras me alejaba con una súbita expulsión de éter, [1] Doppelsäbel, si lograba atravesar a Ian o este intentaba desviarla o detenerla, liberaría la energía almacenada en una explosión.[5]
Me alejé con un salto potenciado cuando la criatura se sacudió.[1] Su espalda emitió un fulgor verde que precedió a su último ataque. Por instinto, un instinto que se sintió ajeno y familiar a la vez, mi cuerpo reaccionó al igual que mi éter, que se intensificó y se fusionó con cada parte de mí. Cuando me di cuenta, mi carne, mis huesos y mi sangre abandonaron su naturaleza para ser una misma cosa, convirtiéndome en una figura hecha únicamente de luz. Y siendo luz, los pequeños y filosos proyectiles de la bestia fueron incapaces de dañarme; me atravesaron como si mi presencia fuese una ilusión.[2]
Luego volví a mi estado original. Caí con torpeza sobre mis rodillas, el inesperado descenso haciéndome notar que también había estado levitando. Eché un vistazo a la bestia, asegurándome de que ya no era una amenaza, antes ensimismarme en las preguntas que desencadenó mi nueva capacidad. «Yo nunca aprendí a hacer esto», me dije, pero sentí que estaba equivocado, que había desarrollado la habilidad tras mucho entrenamiento. Entrenamiento que, en realidad, nunca hice, o que esta versión de mí no había hecho aún… y que ya nunca tendría que hacer.
–¿Uh? –solté en un susurro cuando noté a Zelas cerca de mí–. Sí, estoy bien –respondí. Al levantarme, sin embargo, fui consciente de mi agotamiento–. Bueno, tal vez no estoy tan bien –tuve que admitir–. Pero al menos no estoy herido ni he vuelto a morir. –Esbocé la mejor sonrisa que pude darle en mi estado y le mostré un pulgar arriba–. ¿Y tú…? –No hizo falta preguntarle para saber lo evidente–. Sí, claro que estás bien. Eso me alivia, porque creo que a este ritmo terminaré necesitando que me lleves cargado –dije, medio en broma, medio en serio.
Reanudamos nuestro viaje. En el trayecto, Úrsula no hacía bien su trabajo como jinete. También estaba cansada, supuse, sin darle demasiada importancia. Mi estómago dificultaba darle importancia a algo además de llenarlo. Deseé una biusa, una con el sabor de los chocolates del evento de nombre raro. Y al pensar en el evento, recordé al salvador, luego a alguien parecido a él y del cambio de edades. Atar cabos fue sencillo.
–Zelas, ¿recuerdas al poderoso bebé con una barba perfecta que nos salvó del terrible monstruo que ni una lluvia de estrellas pudo detener? –pregunté, ansioso por contarle mi descubrimiento–. Era Vin… –No finalicé el nombre. Zelas no lo conocía… ¿o sí? Tras un par de segundos, concluí que debió haber escuchado algo de él–. Es uno de los héroes de Sandorái.
Entonces vimos la puerta. La puerta. Incluso desde lejos era majestuosa. Tenebrosa y sombría, pero majestuosa. Y en su interior no fue muy diferente. Lo único que no encajaba con todo aquello era quien encontramos dentro: Ian, o lo que sea que era en ese momento el que alguna vez fue un pacifista.
Ahí, sin que nadie pudiera hacer nada, sufrimos otra baja.
–Por la barba de Bebé Vin –alcancé a articular, horrorizado y asqueado, cuando Úrsula fue destrozada desde dentro. Las abejas que se me acercaron las alejé con una pequeña onda de éter. Me acerqué a los restos de la chica, contemplado el resultado de mi ineptitud. Entonces un pensamiento absurdo y grotesco cruzó mi mente, gatillando que me mordiera el labio hasta sangrar. Me giré hacia Ian. «Si me rendiré ante mis impulsos, al menos los canalizaré para que la persona a la que me coma sea un enemigo», decidí. Una decisión de alguien cuyo raciocinio era devorado por el hambre–. Entiendo –le respondí a Zelas, serio–, estaré listo para atacar.
Empuñé las dos espadas, concentrando el éter en ellas. Al hacerlo, sin embargo, sentí una súbita pérdida de energía. En ese momento, estando tan agotado, cualquier expulsión de éter me pesaba. Chasqueé la lengua. No podía esperar demasiado. Potencié mis ojos para advertir la más mínima abertura en la barrera mágica.
Cuando la vi, realicé un veloz lanzamiento, convirtiendo a Doppelsäbel en un proyectil fulgurante viajando directo al pecho de Ian.
Pero él la detuvo con su telequinesis.
Así que me moví como un rayo, pasando por un lado de la espada. La distancia entre Ian y yo se redujo en un instante, conmigo empuñando a Retniw con la punta hacia él. [3] De nuevo, Ian usó su telequinesis. Esta vez, tras un fugaz forcejeo entre ambos, empujó mi arma hacia el suelo. Y yo, negándome a soltarla, seguí el mismo rumbo hacia un aterrizaje humillante.
Un ataque cuya conclusión fue el fracaso. Eso fue lo que creyó que fue al verme caer. No esperó que detrás de mí vendría Doppelsäbel, desplazándose sola gracias al encantamiento de esta, y que seguiría una trayectoria lineal hacia Ian y no hacia el suelo porque la desactivé justo antes de caerme.[4]
Mientras me alejaba con una súbita expulsión de éter, [1] Doppelsäbel, si lograba atravesar a Ian o este intentaba desviarla o detenerla, liberaría la energía almacenada en una explosión.[5]
(☞°∀°)☞ OFFROL ☜(°∀°☜)
[1]Habi: Vuelo fúlgido.
[2]Habi: Ente esplendente. Tal vez parezca que no hacía falta, pero… Bueno, no hacía falta para esto, pero se ve bonita (?)
[3]Habi: Impulso destellante.
[4] Encantamiento de Doppelsäbel: Bendición de Thor.
[5]Habi: Toque luminiscente.
[2]Habi: Ente esplendente. Tal vez parezca que no hacía falta, pero… Bueno, no hacía falta para esto, pero se ve bonita (?)
[3]Habi: Impulso destellante.
[4] Encantamiento de Doppelsäbel: Bendición de Thor.
[5]Habi: Toque luminiscente.
Rauko
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Re: [Mastereado] La historia jamás contada [Zelas+Rauko]
Aquella vertiginosa sucesión de ataques no demoró en derrotar a un cada vez más debilitado Ian pero a pesar de ir perdiendo mantenía una inquietante sonrisa, como si en el fondo supiera que su victoria estaba asegurada y que aquel enfrentamiento no era más que un trámite para ganar tiempo, algo que más tarde también podrían ver sus adversarios. La espada de Rauko siguió su camino hasta impactar contra el escudo de Ian, el cual se fragmentó, dejando que una parte de la espada lo atravesara quedando incrustada en él.
No pasó mucho tiempo antes que la espada de Angael cayera detrás de Ian y su dueño apareciera, haciendo que el villano de turno tuviera que usar una mano para mandarlo al piso, debilitando aún más el escudo en que aún estaba incrustada Doppelsäbel, un error que le costaría caro, pues Braver había corrido a toda prisa para lanzarse hacia la espada y empujarla con sus piernas para que terminara de atravesar la barrera y se incrustara en el pecho de Ian. Parecía ser su fin, Braver se acercó a sujetarlo por los hombros y sacudirlo con rabia -¿Por qué lo hiciste? Confiábamos en ti y nos traicionaste- Su voz se escuchaba quebrada y dolida como su voluntad.
Su compañero Angael se acercó lentamente y trató de advertir algo pero era ya demasiado tarde, los ojos de Ian emitieron un brillo verde por un instante y acto seguido Braver sacó a Doppelsäbel del pecho de Ian y la incrustó con fatal precisión en la garganta de Angael, sus ojos ahora brillaban en color verde -Este es más joven y fuerte- Dijo mientras giraba la espada en el cuello de Angael para terminar de eliminarlo y luego miraba sus manos apretando los puños.
Un agonizante Ian le miraba aterrado -¿Pero qué sucede, qué me hiciste?- Preguntó desde el suelo con una voz muy similar a la de Braver, mientras que la voz en el cuerpo de Braver ahora se escuchaba más fuerte y similar a la que antes tenía Ian. El nuevo Braver apartó al fin su casco, dejando ver a un joven ojos azules y cabellos dorados -Ustedes no estaban en mis planes, no tengo idea de quienes sean, así que si se largan, perdonaré sus vidas- Dijo con enorme superioridad mientras señalaba hacia la enorme puerta mágica que comenzaba a agrietarse.
Rio y se cruzó de brazos -Mis abejas esmeralda están devorando la magia que protege la puerta, debilitándola para abrirla y traer a mi señor- Ciertamente las abejas se veían cada vez más grandes, brillantes, verdes, y para Rauko… jugosas y deliciosas. Caminó lentamente hasta pararse junto a la puerta -No tienen oportunidad alguna de vencer, pero si lo intentan, se convertirán en mi alimento- En su mano izquierda invocó un escudo telequinético como los que hacía Ian, en su mano derecha invocó la espada de Braver, la cual ahora manejaría con una gran destreza.
∞ Zelas: Ha llegado el momento definitivo, la lucha entre dos de los mejores espadachines vivos y sin hambre del momento, pero hay algo más en juego que la habilidad de cada uno con la espada, el pequeño y fugaz vínculo amistoso que se había formado entre Zelas y Braver podría hacerte dudar de matarlo aunque dadas las pistas que he venido dejando, creo que ya podrás hacerte una idea de lo que ocurre y qué habilidad tiene el oponente al que se están enfrentando. Por favor ten en cuenta que tu personaje es nivel bajo y te enfrentas a alguien que te podría superar en experiencia y poder, por lo que el ingenio será un factor muy importante considerando que tendrás que luchar solo.
∞ Rauko: Si bien, el oponente anterior fue fácil de vencer entre 4 atacantes, ahora la situación ha cambiado mucho, el rival es ahora más joven y veloz, contando con las habilidades anteriores y sumando también las técnicas de Braver. Pero eso no es todo, las abejas no demorarán en derribar la puerta y si eso sucede, derrotar a Braver sería completamente irrelevante, tendrás que encontrar la manera de exterminar a las abejas que por cierto, no solo se ven deliciosas, lo son.
∞ Ambos: Se enfrenta a un enemigo pero también a dos peligros, aunque Rauko esté enfocado en las abejas y Zelas en vencer a Braver, nada impedirá que estos jueguen sucio y que Braver haga algo contra Rauko o que las abejas intenten estorbar a Zelas, recuerden que el rival es experimentado y astuto, a saber cuántos años tendrá o de dónde habrá salido.
No pasó mucho tiempo antes que la espada de Angael cayera detrás de Ian y su dueño apareciera, haciendo que el villano de turno tuviera que usar una mano para mandarlo al piso, debilitando aún más el escudo en que aún estaba incrustada Doppelsäbel, un error que le costaría caro, pues Braver había corrido a toda prisa para lanzarse hacia la espada y empujarla con sus piernas para que terminara de atravesar la barrera y se incrustara en el pecho de Ian. Parecía ser su fin, Braver se acercó a sujetarlo por los hombros y sacudirlo con rabia -¿Por qué lo hiciste? Confiábamos en ti y nos traicionaste- Su voz se escuchaba quebrada y dolida como su voluntad.
Su compañero Angael se acercó lentamente y trató de advertir algo pero era ya demasiado tarde, los ojos de Ian emitieron un brillo verde por un instante y acto seguido Braver sacó a Doppelsäbel del pecho de Ian y la incrustó con fatal precisión en la garganta de Angael, sus ojos ahora brillaban en color verde -Este es más joven y fuerte- Dijo mientras giraba la espada en el cuello de Angael para terminar de eliminarlo y luego miraba sus manos apretando los puños.
Un agonizante Ian le miraba aterrado -¿Pero qué sucede, qué me hiciste?- Preguntó desde el suelo con una voz muy similar a la de Braver, mientras que la voz en el cuerpo de Braver ahora se escuchaba más fuerte y similar a la que antes tenía Ian. El nuevo Braver apartó al fin su casco, dejando ver a un joven ojos azules y cabellos dorados -Ustedes no estaban en mis planes, no tengo idea de quienes sean, así que si se largan, perdonaré sus vidas- Dijo con enorme superioridad mientras señalaba hacia la enorme puerta mágica que comenzaba a agrietarse.
Rio y se cruzó de brazos -Mis abejas esmeralda están devorando la magia que protege la puerta, debilitándola para abrirla y traer a mi señor- Ciertamente las abejas se veían cada vez más grandes, brillantes, verdes, y para Rauko… jugosas y deliciosas. Caminó lentamente hasta pararse junto a la puerta -No tienen oportunidad alguna de vencer, pero si lo intentan, se convertirán en mi alimento- En su mano izquierda invocó un escudo telequinético como los que hacía Ian, en su mano derecha invocó la espada de Braver, la cual ahora manejaría con una gran destreza.
- Braver:
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∞ Zelas: Ha llegado el momento definitivo, la lucha entre dos de los mejores espadachines vivos y sin hambre del momento, pero hay algo más en juego que la habilidad de cada uno con la espada, el pequeño y fugaz vínculo amistoso que se había formado entre Zelas y Braver podría hacerte dudar de matarlo aunque dadas las pistas que he venido dejando, creo que ya podrás hacerte una idea de lo que ocurre y qué habilidad tiene el oponente al que se están enfrentando. Por favor ten en cuenta que tu personaje es nivel bajo y te enfrentas a alguien que te podría superar en experiencia y poder, por lo que el ingenio será un factor muy importante considerando que tendrás que luchar solo.
∞ Rauko: Si bien, el oponente anterior fue fácil de vencer entre 4 atacantes, ahora la situación ha cambiado mucho, el rival es ahora más joven y veloz, contando con las habilidades anteriores y sumando también las técnicas de Braver. Pero eso no es todo, las abejas no demorarán en derribar la puerta y si eso sucede, derrotar a Braver sería completamente irrelevante, tendrás que encontrar la manera de exterminar a las abejas que por cierto, no solo se ven deliciosas, lo son.
∞ Ambos: Se enfrenta a un enemigo pero también a dos peligros, aunque Rauko esté enfocado en las abejas y Zelas en vencer a Braver, nada impedirá que estos jueguen sucio y que Braver haga algo contra Rauko o que las abejas intenten estorbar a Zelas, recuerden que el rival es experimentado y astuto, a saber cuántos años tendrá o de dónde habrá salido.
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Re: [Mastereado] La historia jamás contada [Zelas+Rauko]
-Si!... oh no- Exclamo Zelas al ver como aquella cadena de ataques exitosos culmino con una herida no menor para Ian, pero con una herida mortal para el iracundo Angael a manos de... ¿Braver?, todo había sucedido demasiado rápido como para procesarlo, de alguna forma Ian tenia el cuerpo de Braver y Angael no tenia el cuerpo de nadie para su desgracia y ahora yacía desangrado, Braver ahora en el cuerpo de Ian estaba por acompañar a Angael y al resto de los caballeros de la puerta.
-Ustedes no estaban en mis planes, no tengo idea de quienes sean, así que si se largan, perdonaré sus vidas- Exclamo el ser al cual Zelas ahora denominaría como Brian(?), el elfo clavo dos de sus cimitarras en el piso y recibió las otras dos para unirlas en una espada doble y hacer exactamente lo mismo, al fin y al cabo aquella oferta le resultaba tentadora. -De acuerdo, Rauko! hora de irnos, tenemos una salida y será mejor tomarla- aquella declaración tomo por sorpresa a Brian el cual por un leve momento pareció sorprendido, y no daba cabida al ver al elfo de cabellos oscuros que abandonaba las armas y dejaba la pelea de lado.
La sorpresa ahora era para Zelas el cual veía como Rauko estaba casi hipnotizado por las abejas que le habían arrebatado la vida a Úrsula, Brian ahora se enfocaba en Rauko y estaba preparado para enfrentarlo si se interponía en el trabajo que había asignado para liberar el sello, -Rauko ya..... Olvídalo, ve a darte un banquete si quieres, te lo mereces por soportar mis tonteras- le dio una palmadita en la espalda, al fin y al cabo el lo había llevado hasta ese lugar y quien sabe cuanto le estaba afectando el hambre.
-No tienen oportunidad alguna de vencer, pero si lo intentan, se convertirán en mi alimento- exclamo el Brian con un escudo kinetico en una mano y la gran espada de Braver en la otra.
-Hey! no hables de comida frente a Rauko, pobrecito lleva bastante tiempo con hambre- Dijo caminando en dirección al Brian.
-¿Acaso no te ibas?-
-Si, pero ya ves como mi amigo no reacciona-
-Parecías bastante propenso a dejarlo e irte-
-Si, últimamente no he estado tomando las mejores decisiones- exclamo alzando los brazos al cielo y haciendo una leve seña con sus manos antes de guardarlas en sus bolsillos.(1)
-Eres mas inútil de lo que pensaba si planeas enfrentarme desarmado- una sonrisa de soberbia se armaba en el rostro de Brian.
-En esta parte es cuando digo algo genial....- exclamo Zelas quien de la nada se impulso a toda velocidad con las manos aun en sus bolsillos... -¡Algo genial!- grito antes de intentar embestirlo con su cuerpo.
-Ese truco ya me lo se muchacho- Brian sin titubear bloqueo con la gran espada de Braver las 2 cimitarras que amenazaban con clavarse en su cuerpo, mientras que con el otro brazo y casi al mismo tiempo levantaba a Zelas con un golpe con el escudo kinetico, un movimiento simétrico perfecto que el cuerpo de Braver podía lograr, mas el anterior mencionado carecía de los conocimientos necesarios para ocupar su cuerpo a ese nivel. Zelas estuvo a la merced de Brian por unos segundos y vio como la espada de Braver se acercaba peligrosamente para cortarle, por suerte la espada doble llego a tiempo para ayudarle a bloquear el golpe, eso no impidió que el elfo saliera volando un par de metros ante la abrumadora fuerza que poseía aquel con quien había llegado hasta ese lugar.
"No te equivoques, ese no es Braver" se recordó a si mismo pero entendía porque había elegido a Braver para cambiar de cuerpo, sin mas se levanto un poco adolorido y se sacudió el polvo a modo de burla mientras veía como el Brian se acercaba a encargarse de el -valía la pena intentarlo- dijo Zelas al momento de hacer un leve gesto con su mano libre, -te dije que eso no funcionaba- dijo al momento que balanceaba la gran espada de Braver para bloquear las cimitarras, sin embargo, quedo fuera de balance al no sentir resistencia alguna, desviando su mirada al notar que las cimitarras seguían dispersas por el ataque anterior, entonces su escudo kinetico se remeció de un golpe, Brian esbozo una sonrisa, si su escudo hubiera estado solo un poco mas abajo o hubiera sido un poco mas pequeño, ese ataque habría sido un éxito -tienes que reconocerlo, ese ha sido un truco genial- exclamo Zelas quien había acortado la distancia rápidamente, mediante aquellas breves y concisas explosiones que se generaban de sus pies y a las que el elfo le había aprendido a sacar el provecho(2), todo para realizar un potente ataque de estoque el cual termino bloqueado, forcejearon un momento y Zelas volvió a realizar un gesto con su mano(3) en esta ocasión Brian posiciono el escudo kinetico de su brazo cubriendo su retaguardia mientras atacaba con la gran espada de Braver, el elfo desvió la espada con un poco de dificultad, y aprovecho el rebote de sus cimitarras con el escudo kinetico para patear el cuerpo de Brian, acto seguido, salto apoyándose en su espada doble para mayor impulso, dejándola de lado y sujetando sus cimitarras a tiempo para bloquear el golpe de la gran espada de Braver otra vez, en esta ocasión se llevo un corte en el hombro antes de salir volando otro par de metros, en otra dirección.
"Auch... esto esta saliendo mal" pensó Zelas para si mismo, apoyo una cimitarra en el piso para levantarse, pero quedo en el intento al sentir el dolor en su hombro, rápidamente se sujeto la herida con la otra mano y musito en elfico -Something stupid- para que aquella cálida luz hiciera lo que mejor sabia hacer(4).
-No te rindas...- una agonizante voz familiar sonó cerca de el elfo.
-Braver!, pensé que estabas muerto- dijo acercándose al cuerpo agonizante de Ian, en el cual residía ahora Braver.
-Jajacofcofcof.. ya voy para allá- dijo vomitando sangre
-Lo siento, creo que de alguna forma extraña esto es mi culpa-
-Puede que si cofcofcof.. pero ahora son lo único que nos queda por favor.. venga.. ¿Tu amigo esta comiendo abejas?-
-jaja, si.. Rauko ha sido el que la ha sacado peor... no entiendo, como terminaste en el cuerpo de el?- pregunto mientras veía como el Brian se acercaba caminando, con la soberbia de quien se sabe ganador.
-cofcofcof... no lo se, solo vi como brillaron sus ojos y después me vi a mi mismo apuñalando a Angael- ahora vomito una gran cantidad de sangre.
-lo siento viejo, me caías bien... y no se lo digo a cualquiera- dijo con un poco de culpa y tristeza en su tono de voz.
-Esta bien, eres divertido.. recuerda.. sus ojos... ese no es.. Ian...- dijo antes de fallecer finalmente.
-Vaya que le ha tomado su tiempo, sin duda era un chico energético- dijo Brian intoxicado de poder.
Zelas nuevamente se puso de pie, aun con su mano sujetándose y curándose el hombro, -eras su líder, te idolatraba, eras el elegido!, se supone que salvarías al mundo al resguardar la puerta, no que la sumirías en la oscuridad- grito el elfo molesto, era una de esas pocas veces en las que mostraba lo que realmente estaba sintiendo. -claro que soy el elegido, Mi señor me ha encomendado preparar todo para su llegada y este recipiente será perfecto, es poderoso y hábil- aquellas palabras le causaron extrañeza al elfo, al igual que las ultimas palabras de Braver, Zelas se agacho a empuñar su cimitarra, abandonando la curación de su hombro, el cual seguía herido, mas no sangraba.
-No te durara mucho- dijo ahora recuperando su tono de voz habitual.
-Oh.. ¿y serás tu quien me detenga?- pregunto Brian en un tono burlon.
-Pff, solo mírame, esta pelea ya la perdí, pero que aun no te hayas dado cuenta me hace gracia- ahora Zelas hablaba en un tono burlón.
-ilumíname..- oh la ironía de ese dialogo.
-Tiempo... ese será tu peor enemigo.. tienes un cuerpo humano, cuanto tendrá, a lo mucho 20 años, yo tengo mas de 40 y me veo mejor... bueno me he visto mejor que ahora- dijo contemplando las heridas y moretones que arrastraba.
-creo que tienes razon... ja! quien lo diría tiene sentido lo que dices- dijo preparándose para atacar.
-déjame mostrarte porque a pesar de ser mas débil que mi compañero feo allá comiendo abejas, puedo darte una pelea mas que suficiente- Zelas ahora se lanzaba a pelear con solo una cimitarra.
Nuevamente la cimitarra chocaba con el escudo kinetico, salvo que esta vez había logrado colarse un poco de la hoja a través de el escudo, al momento que la gran espada iba a impactar a Zelas, este la esquivo con un movimiento ágil y preciso antes de golpear nuevamente la defensa que nuevamente mostraba fallos, el siguiente ataque de la gran espada de Braver fue desviado por un leve golpe de la cimitarra de Zelas que aprovechaba la fuerza y el tamaño del arma de Braver en contra de Brian, al fin y al cabo había un motivo por el cual esa arma debía usarse con dos manos, acto seguido le dio una patada en la rodilla para hacerlo retroceder, un par de pasos, casi nada en comparación a la distancia que Zelas había recorrido cuando lo golpeaban, pero de apoco se iban colando -puedes tener su fuerza, sin embargo conservas también parte de sus debilidades, los humanos tienen poco tiempo por eso se esfuerzan tanto en ser fuertes, yo por mi parte estuve mas de 30 años afinando mis movimientos, y ese feo que ves allá comiendo abejas, es un jodido monstruo cuando quiere- para rematar el insulto, se acerco con velocidad a Brian quien a su vez iba a asestarle un golpe con el escudo kinetico, sin embargo, Zelas se detuvo y retrocedió lo justo y lo necesario para quedar justo frente a escudo, y de la nada, le dio un besito burlón al escudo mientras sus ojos brillaban con intensidad.(5)-Entonces así fue como veias mi escudo antes, supongo que me has convencido elfo, procurare que tu amigo sirva como recipiente, un feo y poderoso recipiente- Zelas al escuchar esto se lanzo nuevamente al ataque, sin embargo en esta ocasión el golpe de la gran espada de Braver venia con las 2 manos de Brian, y Zelas intento cubrirse con su arma, mas esta vez además de salir disparado sintió como su brazo estaba roto producto del golpe. en medio del aire concentro algo de éter en sus piernas para redireccionar el lugar de su caída, cayendo cerca de Rauko y su festín.(6)
Con un brazo roto y el otro a medio funcionar por el corte Zelas estaba en una clara desventaja, pero Rauko estaba en un peligro aun mayor, y si alguien tomaba posesión de su cuerpo, todos estaríamos en peligro, incluso tu que estas leyendo esto!
-Rauko.. no me siento muy bien... pero tengo una idea jaja... prometo ir a buscar esa espada ridículamente grande que te encargue si te comes una abeja en el aire... pero no cualquiera, yo te aviso... ¿te las has comido todas mientras peleaba?- pregunto consternado al notar la ausencia de abejas, -Effsh khe efsdstan muy dghelichiosadf- Zelas esbozo una sonrisa, esperaba que al menos parte de hambre se haya saciado, de acuerdo ahí viene, cuando te diga saltas a comer la abeja, entonces el elfo cayo en la cuenta de que aun no veía ninguna abeja... entonces noto como Rauko también la había visto Zelas se reincorporo rápido y adolorido, con un brazo inútil y el otro a medias, alcanzo sin éxito intentar abalanzarse para atraparla pero Rauko estaba con todo y la atrapo sin mucho esfuerzo, acto seguido se agacho para entregársela a Zelas - de acuerdo vamos a jugar- dijo de muy buen humor, serian las abejas acaso? ni idea, Zelas se levanto nuevamente y comenzó a avanzar con dificultad por delante de Rauko, los ojos de Zelas brillaban con intensidad intentando detectar cuando haría el cambio(7) entonces hizo un ultimo y débil intento con un gesto de manos(8) para su sorpresa el Brian ni se inmuto, sin embargo recibió un corte de poca profundidad en una de sus pantorrillas. y de cortesía le lanzo su arma con el doble de fuerza, Zelas apenas la esquivo con el mínimo movimiento.
-Pasamos de un par de golpes, a un corte no menor... que sucedió con tu vasija temporal tan preciada- dijo Zelas intentando ocultar el hecho que no estaba en condiciones de pelear, no empuñaba armas salvo por una abeja que tenia oculta en su mano, haciendo ya un habito apostar todo cuando se queda sin opciones.
-Vaya para alguien que apenas esta en pie, sin duda hablas mucho, porque tu amigo esta tan cerca, va a pelear acaso?-
-por el contrario, no le supones un desafío, solo quiero ver que tanto te debes acercar para cambiar de cuerpo-
-pues así de cerca esta bien- dijo sin tocar, solo observando a Zelas a quien le había robado su cuerpo en un breve destelleo de ojos.
-Siempre he sabido que soy hermoso, pero no se siente nada mal verlo desde otro cuerpo- dijo Zelas en el cuerpo de Brian entretenido mas antes que se le ocurriera hacer algo, cada uno volvió a sus cuerpos y cuando este se dispuso a robar el cuerpo de Rauko, Zelas levanto rápidamente la mano, dejando a la abeja en el campo de visión, de Brian y un enorme destello hizo que todos quedaran abrumados por unos momentos.
-Funciono?.. Rauko dime si te comiste a esa maldita abeja- dijo reincorporándose todo adolorido y cortado.
off: (1)Retorno:(Impulso) [Pasiva] Al principio de una pelea recubre el pomo de sus armas con éter, permitiéndole con un leve gesto de manos hacer que las armas vuelvan a el en cualquier momento de la pelea, (no puede alterar el curso de estas una vez las lanza, solo puede hacer que vuelvan hacia el.)
(2)Vuelo Fúlgido:(Impulso/Acrobacias) [Pasiva] Estando en el aire, puede dar un salto hacia cualquier dirección propulsándose solo con su éter. Pero necesita esperar 3 segundos entre cada salto aéreo.
(3) sip de nuevo Retorno
(4) Racial: Imposición de Manos: [Mágica, 1 uso] Puedo imponer mis manos sobre mí o alguien más y realizar una breve plegaria. La Luz sanará la herida más grave del beneficiado y le otorgará un escudo que absorbe daño moderado por una ronda.
(5)Racial: Don Mágico: Puedo sentir el flujo del Éter, detectando a usuarios de la magia u objetos mágicos que pueda ver (sin distinguir detalles).
(6)si otra vez para caer con estilo como buzz lightyear(?) Vuelo Fúlgido
(7) otra vez Don Mágico: mantenida hasta el final del post.
(8) y para el hat trick Retorno
pd: Rauko si morimos por causa de mis acciones que sepas, que lo hice para que disfrutaras tus abejas(?)
pd2: Rauko me ha dado permiso para esas pequeñas acciones y diálogos que puse de el.
-Ustedes no estaban en mis planes, no tengo idea de quienes sean, así que si se largan, perdonaré sus vidas- Exclamo el ser al cual Zelas ahora denominaría como Brian(?), el elfo clavo dos de sus cimitarras en el piso y recibió las otras dos para unirlas en una espada doble y hacer exactamente lo mismo, al fin y al cabo aquella oferta le resultaba tentadora. -De acuerdo, Rauko! hora de irnos, tenemos una salida y será mejor tomarla- aquella declaración tomo por sorpresa a Brian el cual por un leve momento pareció sorprendido, y no daba cabida al ver al elfo de cabellos oscuros que abandonaba las armas y dejaba la pelea de lado.
La sorpresa ahora era para Zelas el cual veía como Rauko estaba casi hipnotizado por las abejas que le habían arrebatado la vida a Úrsula, Brian ahora se enfocaba en Rauko y estaba preparado para enfrentarlo si se interponía en el trabajo que había asignado para liberar el sello, -Rauko ya..... Olvídalo, ve a darte un banquete si quieres, te lo mereces por soportar mis tonteras- le dio una palmadita en la espalda, al fin y al cabo el lo había llevado hasta ese lugar y quien sabe cuanto le estaba afectando el hambre.
-No tienen oportunidad alguna de vencer, pero si lo intentan, se convertirán en mi alimento- exclamo el Brian con un escudo kinetico en una mano y la gran espada de Braver en la otra.
-Hey! no hables de comida frente a Rauko, pobrecito lleva bastante tiempo con hambre- Dijo caminando en dirección al Brian.
-¿Acaso no te ibas?-
-Si, pero ya ves como mi amigo no reacciona-
-Parecías bastante propenso a dejarlo e irte-
-Si, últimamente no he estado tomando las mejores decisiones- exclamo alzando los brazos al cielo y haciendo una leve seña con sus manos antes de guardarlas en sus bolsillos.(1)
-Eres mas inútil de lo que pensaba si planeas enfrentarme desarmado- una sonrisa de soberbia se armaba en el rostro de Brian.
-En esta parte es cuando digo algo genial....- exclamo Zelas quien de la nada se impulso a toda velocidad con las manos aun en sus bolsillos... -¡Algo genial!- grito antes de intentar embestirlo con su cuerpo.
-Ese truco ya me lo se muchacho- Brian sin titubear bloqueo con la gran espada de Braver las 2 cimitarras que amenazaban con clavarse en su cuerpo, mientras que con el otro brazo y casi al mismo tiempo levantaba a Zelas con un golpe con el escudo kinetico, un movimiento simétrico perfecto que el cuerpo de Braver podía lograr, mas el anterior mencionado carecía de los conocimientos necesarios para ocupar su cuerpo a ese nivel. Zelas estuvo a la merced de Brian por unos segundos y vio como la espada de Braver se acercaba peligrosamente para cortarle, por suerte la espada doble llego a tiempo para ayudarle a bloquear el golpe, eso no impidió que el elfo saliera volando un par de metros ante la abrumadora fuerza que poseía aquel con quien había llegado hasta ese lugar.
"No te equivoques, ese no es Braver" se recordó a si mismo pero entendía porque había elegido a Braver para cambiar de cuerpo, sin mas se levanto un poco adolorido y se sacudió el polvo a modo de burla mientras veía como el Brian se acercaba a encargarse de el -valía la pena intentarlo- dijo Zelas al momento de hacer un leve gesto con su mano libre, -te dije que eso no funcionaba- dijo al momento que balanceaba la gran espada de Braver para bloquear las cimitarras, sin embargo, quedo fuera de balance al no sentir resistencia alguna, desviando su mirada al notar que las cimitarras seguían dispersas por el ataque anterior, entonces su escudo kinetico se remeció de un golpe, Brian esbozo una sonrisa, si su escudo hubiera estado solo un poco mas abajo o hubiera sido un poco mas pequeño, ese ataque habría sido un éxito -tienes que reconocerlo, ese ha sido un truco genial- exclamo Zelas quien había acortado la distancia rápidamente, mediante aquellas breves y concisas explosiones que se generaban de sus pies y a las que el elfo le había aprendido a sacar el provecho(2), todo para realizar un potente ataque de estoque el cual termino bloqueado, forcejearon un momento y Zelas volvió a realizar un gesto con su mano(3) en esta ocasión Brian posiciono el escudo kinetico de su brazo cubriendo su retaguardia mientras atacaba con la gran espada de Braver, el elfo desvió la espada con un poco de dificultad, y aprovecho el rebote de sus cimitarras con el escudo kinetico para patear el cuerpo de Brian, acto seguido, salto apoyándose en su espada doble para mayor impulso, dejándola de lado y sujetando sus cimitarras a tiempo para bloquear el golpe de la gran espada de Braver otra vez, en esta ocasión se llevo un corte en el hombro antes de salir volando otro par de metros, en otra dirección.
"Auch... esto esta saliendo mal" pensó Zelas para si mismo, apoyo una cimitarra en el piso para levantarse, pero quedo en el intento al sentir el dolor en su hombro, rápidamente se sujeto la herida con la otra mano y musito en elfico -Something stupid- para que aquella cálida luz hiciera lo que mejor sabia hacer(4).
-No te rindas...- una agonizante voz familiar sonó cerca de el elfo.
-Braver!, pensé que estabas muerto- dijo acercándose al cuerpo agonizante de Ian, en el cual residía ahora Braver.
-Jajacofcofcof.. ya voy para allá- dijo vomitando sangre
-Lo siento, creo que de alguna forma extraña esto es mi culpa-
-Puede que si cofcofcof.. pero ahora son lo único que nos queda por favor.. venga.. ¿Tu amigo esta comiendo abejas?-
-jaja, si.. Rauko ha sido el que la ha sacado peor... no entiendo, como terminaste en el cuerpo de el?- pregunto mientras veía como el Brian se acercaba caminando, con la soberbia de quien se sabe ganador.
-cofcofcof... no lo se, solo vi como brillaron sus ojos y después me vi a mi mismo apuñalando a Angael- ahora vomito una gran cantidad de sangre.
-lo siento viejo, me caías bien... y no se lo digo a cualquiera- dijo con un poco de culpa y tristeza en su tono de voz.
-Esta bien, eres divertido.. recuerda.. sus ojos... ese no es.. Ian...- dijo antes de fallecer finalmente.
-Vaya que le ha tomado su tiempo, sin duda era un chico energético- dijo Brian intoxicado de poder.
Zelas nuevamente se puso de pie, aun con su mano sujetándose y curándose el hombro, -eras su líder, te idolatraba, eras el elegido!, se supone que salvarías al mundo al resguardar la puerta, no que la sumirías en la oscuridad- grito el elfo molesto, era una de esas pocas veces en las que mostraba lo que realmente estaba sintiendo. -claro que soy el elegido, Mi señor me ha encomendado preparar todo para su llegada y este recipiente será perfecto, es poderoso y hábil- aquellas palabras le causaron extrañeza al elfo, al igual que las ultimas palabras de Braver, Zelas se agacho a empuñar su cimitarra, abandonando la curación de su hombro, el cual seguía herido, mas no sangraba.
-No te durara mucho- dijo ahora recuperando su tono de voz habitual.
-Oh.. ¿y serás tu quien me detenga?- pregunto Brian en un tono burlon.
-Pff, solo mírame, esta pelea ya la perdí, pero que aun no te hayas dado cuenta me hace gracia- ahora Zelas hablaba en un tono burlón.
-ilumíname..- oh la ironía de ese dialogo.
-Tiempo... ese será tu peor enemigo.. tienes un cuerpo humano, cuanto tendrá, a lo mucho 20 años, yo tengo mas de 40 y me veo mejor... bueno me he visto mejor que ahora- dijo contemplando las heridas y moretones que arrastraba.
-creo que tienes razon... ja! quien lo diría tiene sentido lo que dices- dijo preparándose para atacar.
-déjame mostrarte porque a pesar de ser mas débil que mi compañero feo allá comiendo abejas, puedo darte una pelea mas que suficiente- Zelas ahora se lanzaba a pelear con solo una cimitarra.
Nuevamente la cimitarra chocaba con el escudo kinetico, salvo que esta vez había logrado colarse un poco de la hoja a través de el escudo, al momento que la gran espada iba a impactar a Zelas, este la esquivo con un movimiento ágil y preciso antes de golpear nuevamente la defensa que nuevamente mostraba fallos, el siguiente ataque de la gran espada de Braver fue desviado por un leve golpe de la cimitarra de Zelas que aprovechaba la fuerza y el tamaño del arma de Braver en contra de Brian, al fin y al cabo había un motivo por el cual esa arma debía usarse con dos manos, acto seguido le dio una patada en la rodilla para hacerlo retroceder, un par de pasos, casi nada en comparación a la distancia que Zelas había recorrido cuando lo golpeaban, pero de apoco se iban colando -puedes tener su fuerza, sin embargo conservas también parte de sus debilidades, los humanos tienen poco tiempo por eso se esfuerzan tanto en ser fuertes, yo por mi parte estuve mas de 30 años afinando mis movimientos, y ese feo que ves allá comiendo abejas, es un jodido monstruo cuando quiere- para rematar el insulto, se acerco con velocidad a Brian quien a su vez iba a asestarle un golpe con el escudo kinetico, sin embargo, Zelas se detuvo y retrocedió lo justo y lo necesario para quedar justo frente a escudo, y de la nada, le dio un besito burlón al escudo mientras sus ojos brillaban con intensidad.(5)-Entonces así fue como veias mi escudo antes, supongo que me has convencido elfo, procurare que tu amigo sirva como recipiente, un feo y poderoso recipiente- Zelas al escuchar esto se lanzo nuevamente al ataque, sin embargo en esta ocasión el golpe de la gran espada de Braver venia con las 2 manos de Brian, y Zelas intento cubrirse con su arma, mas esta vez además de salir disparado sintió como su brazo estaba roto producto del golpe. en medio del aire concentro algo de éter en sus piernas para redireccionar el lugar de su caída, cayendo cerca de Rauko y su festín.(6)
Con un brazo roto y el otro a medio funcionar por el corte Zelas estaba en una clara desventaja, pero Rauko estaba en un peligro aun mayor, y si alguien tomaba posesión de su cuerpo, todos estaríamos en peligro, incluso tu que estas leyendo esto!
-Rauko.. no me siento muy bien... pero tengo una idea jaja... prometo ir a buscar esa espada ridículamente grande que te encargue si te comes una abeja en el aire... pero no cualquiera, yo te aviso... ¿te las has comido todas mientras peleaba?- pregunto consternado al notar la ausencia de abejas, -Effsh khe efsdstan muy dghelichiosadf- Zelas esbozo una sonrisa, esperaba que al menos parte de hambre se haya saciado, de acuerdo ahí viene, cuando te diga saltas a comer la abeja, entonces el elfo cayo en la cuenta de que aun no veía ninguna abeja... entonces noto como Rauko también la había visto Zelas se reincorporo rápido y adolorido, con un brazo inútil y el otro a medias, alcanzo sin éxito intentar abalanzarse para atraparla pero Rauko estaba con todo y la atrapo sin mucho esfuerzo, acto seguido se agacho para entregársela a Zelas - de acuerdo vamos a jugar- dijo de muy buen humor, serian las abejas acaso? ni idea, Zelas se levanto nuevamente y comenzó a avanzar con dificultad por delante de Rauko, los ojos de Zelas brillaban con intensidad intentando detectar cuando haría el cambio(7) entonces hizo un ultimo y débil intento con un gesto de manos(8) para su sorpresa el Brian ni se inmuto, sin embargo recibió un corte de poca profundidad en una de sus pantorrillas. y de cortesía le lanzo su arma con el doble de fuerza, Zelas apenas la esquivo con el mínimo movimiento.
-Pasamos de un par de golpes, a un corte no menor... que sucedió con tu vasija temporal tan preciada- dijo Zelas intentando ocultar el hecho que no estaba en condiciones de pelear, no empuñaba armas salvo por una abeja que tenia oculta en su mano, haciendo ya un habito apostar todo cuando se queda sin opciones.
-Vaya para alguien que apenas esta en pie, sin duda hablas mucho, porque tu amigo esta tan cerca, va a pelear acaso?-
-por el contrario, no le supones un desafío, solo quiero ver que tanto te debes acercar para cambiar de cuerpo-
-pues así de cerca esta bien- dijo sin tocar, solo observando a Zelas a quien le había robado su cuerpo en un breve destelleo de ojos.
-Siempre he sabido que soy hermoso, pero no se siente nada mal verlo desde otro cuerpo- dijo Zelas en el cuerpo de Brian entretenido mas antes que se le ocurriera hacer algo, cada uno volvió a sus cuerpos y cuando este se dispuso a robar el cuerpo de Rauko, Zelas levanto rápidamente la mano, dejando a la abeja en el campo de visión, de Brian y un enorme destello hizo que todos quedaran abrumados por unos momentos.
-Funciono?.. Rauko dime si te comiste a esa maldita abeja- dijo reincorporándose todo adolorido y cortado.
off: (1)Retorno:(Impulso) [Pasiva] Al principio de una pelea recubre el pomo de sus armas con éter, permitiéndole con un leve gesto de manos hacer que las armas vuelvan a el en cualquier momento de la pelea, (no puede alterar el curso de estas una vez las lanza, solo puede hacer que vuelvan hacia el.)
(2)Vuelo Fúlgido:(Impulso/Acrobacias) [Pasiva] Estando en el aire, puede dar un salto hacia cualquier dirección propulsándose solo con su éter. Pero necesita esperar 3 segundos entre cada salto aéreo.
(3) sip de nuevo Retorno
(4) Racial: Imposición de Manos: [Mágica, 1 uso] Puedo imponer mis manos sobre mí o alguien más y realizar una breve plegaria. La Luz sanará la herida más grave del beneficiado y le otorgará un escudo que absorbe daño moderado por una ronda.
(5)Racial: Don Mágico: Puedo sentir el flujo del Éter, detectando a usuarios de la magia u objetos mágicos que pueda ver (sin distinguir detalles).
(6)si otra vez para caer con estilo como buzz lightyear(?) Vuelo Fúlgido
(7) otra vez Don Mágico: mantenida hasta el final del post.
(8) y para el hat trick Retorno
pd: Rauko si morimos por causa de mis acciones que sepas, que lo hice para que disfrutaras tus abejas(?)
pd2: Rauko me ha dado permiso para esas pequeñas acciones y diálogos que puse de el.
Última edición por Zelas Hazelmere el Mar Dic 01 2020, 16:11, editado 1 vez (Razón : se me olvido poner el pd2(?))
Zelas Hazelmere
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Re: [Mastereado] La historia jamás contada [Zelas+Rauko]
Caí torpemente sobre mis glúteos, desorientado, agotado. Cerré los ojos y me concentré en mi éter, cada vez más escaso, siendo ahora apenas un débil flujo de energía fluctuante recorriendo mi cuerpo sin lograr hacerlo funcionar adecuadamente. Quise enfocarme en mi éter e intensificarlo, sin embargo, eso fue imposible. Necesitaba una fuente de energía, y lo que debía serlo no era más que un agujero sin fondo por donde lentamente se fugaba la energía. Chasqueé la lengua y opté por canalizar el éter hacia donde más lo necesitaba.
Fue entonces cuando me percaté del desastre. «¡¿Cambio de cuerpo, de nuevo?!», me pregunté, recordando con disgusto mi experiencia tras mi muerte. Sin embargo, el deseo de mi estómago irrumpió en mi línea de pensamiento, haciéndome suponer que cambiar de cuerpo podría salvarme del hambre.
Sacudí la cabeza, apretando los dientes. Eso fue un vano intento de volver a concentrarme. Mi frustración se filtró en un gruñido, y en otro gruñido se filtró irritación; el zumbido de las abejas me parecía muy molesto. Me volteé hacia ellas. Distinguí entonces lo que antes pasé por alto: cada una de ellas tenía una gran dosis de éter, lo que a mí me faltaba, concentrado en sus pequeños y resplandecientes cuerpos con hermosos tonos de mi color favorito.
Me levanté. Alguien me habló y me tocó la espalda, tal vez fue Zelas, pero solo escuché a mi estómago. Ladeé la cabeza mientras maquinaba un genocidio de abejas. Canalicé el éter hacia el dedo índice de mi mano derecha, la cual extendí hacia adelante.
Tras vacilar un instante ante la idea de perder un poco más de energía, disparé el éter en un haz de luz, que fue trazando una línea blanca que, al alcanzar a una abeja y desintegrar su aguijón o golpearla hacia mi dirección si intentaba escapar, se torcía para buscar al siguiente objetivo. Así, en unos pocos segundos mi comida quedó indefensa.[1]
Me lancé hacia ellas. En un movimiento veloz atrapé la primera y la llevé a mi boca. La envolví en mi lengua.
–Hmm... Sabe a pollo –musité, degustando el sabor. Después aplasté la abeja con mis dientes–. Viscoso, pero sabroso –ronroneé antes de tragar.
Eso desencadenó una súbita recarga. Jadeé, estremeciéndome ante el gigantesco placer por la ínfima pero vigorizante energía recuperada. Mi debilidad, o una pequeña parte de ella, desapareció, reemplazado por una revitalización que, para mi desagrado, no duró mucho antes de empezar a ser tragado por el hambre infinito.
Para evitar la debilidad, y tal vez para sentir de nuevo el éxtasis, atrapé una abeja, y luego otra, y después otra más. Una a una, sin parar, cada vez moviéndome más rápido potenciado con mi magia, sintiéndome más vivo con cada bocadillo, mi consciencia derritiéndose en el placer al comerlas.
Deseé que ese momento nunca terminara, que mi vida no consistiera en más que en disfrutar. Recordando lo sucedido en Sandorái, que el mundo me dio la espalda, quise darle la espalda al mundo, adoptar la despreocupación como una forma de ser. «Sin preocuparse… es como hay que vivir», concluí.
Y Zelas cayó a mi lado, trayéndome de vuelta a la realidad. Mi mandíbula se tensó y mi garganta se sacudió debido al asco y la indignación que sentí hacia mí mismo por olvidar la amenaza. Apreté los puños, pero luego reparé en que no todo fue incorrecto; mi estado había mejorado al comer, permitiéndome ser más capaz para para proteger a Zelas, al mundo, a todos, incluso a ti, persona que está leyendo esto, así que deja de preocuparte por lo que dijo el elfo.
Relajé todos mis músculos y exhalé por la nariz antes de, por fin, centrarme. Escuché el plan del elfo. Mientras tanto, tragué todas las abejas que aún tenía en mi boca, inundando, de nuevo, mi carne y mis huesos con una exquisita revitalización. El plan era divertido, incluía comer, así que mi estómago no tuvo protesta alguna. Le seguí el juego al elfo, sonriendo con malicia, y la sonrisa desapareció cuando le robaron su cuerpo. Volví a tensarme. ¿Eso era parte del plan? Maldije en mi interior no saber qué hacer.
Pero eso no tardó mucho. Zelas recuperó su cuerpo y poco después llegó mi momento de brillar. «No hay problema, nada que temer», me dije, confiado. Aprovechando mi energía, me propulsé hacia adelante para devorar al Brian.
Fue entonces cuando me percaté del desastre. «¡¿Cambio de cuerpo, de nuevo?!», me pregunté, recordando con disgusto mi experiencia tras mi muerte. Sin embargo, el deseo de mi estómago irrumpió en mi línea de pensamiento, haciéndome suponer que cambiar de cuerpo podría salvarme del hambre.
Sacudí la cabeza, apretando los dientes. Eso fue un vano intento de volver a concentrarme. Mi frustración se filtró en un gruñido, y en otro gruñido se filtró irritación; el zumbido de las abejas me parecía muy molesto. Me volteé hacia ellas. Distinguí entonces lo que antes pasé por alto: cada una de ellas tenía una gran dosis de éter, lo que a mí me faltaba, concentrado en sus pequeños y resplandecientes cuerpos con hermosos tonos de mi color favorito.
Me levanté. Alguien me habló y me tocó la espalda, tal vez fue Zelas, pero solo escuché a mi estómago. Ladeé la cabeza mientras maquinaba un genocidio de abejas. Canalicé el éter hacia el dedo índice de mi mano derecha, la cual extendí hacia adelante.
Tras vacilar un instante ante la idea de perder un poco más de energía, disparé el éter en un haz de luz, que fue trazando una línea blanca que, al alcanzar a una abeja y desintegrar su aguijón o golpearla hacia mi dirección si intentaba escapar, se torcía para buscar al siguiente objetivo. Así, en unos pocos segundos mi comida quedó indefensa.[1]
Me lancé hacia ellas. En un movimiento veloz atrapé la primera y la llevé a mi boca. La envolví en mi lengua.
–Hmm... Sabe a pollo –musité, degustando el sabor. Después aplasté la abeja con mis dientes–. Viscoso, pero sabroso –ronroneé antes de tragar.
Eso desencadenó una súbita recarga. Jadeé, estremeciéndome ante el gigantesco placer por la ínfima pero vigorizante energía recuperada. Mi debilidad, o una pequeña parte de ella, desapareció, reemplazado por una revitalización que, para mi desagrado, no duró mucho antes de empezar a ser tragado por el hambre infinito.
Para evitar la debilidad, y tal vez para sentir de nuevo el éxtasis, atrapé una abeja, y luego otra, y después otra más. Una a una, sin parar, cada vez moviéndome más rápido potenciado con mi magia, sintiéndome más vivo con cada bocadillo, mi consciencia derritiéndose en el placer al comerlas.
Deseé que ese momento nunca terminara, que mi vida no consistiera en más que en disfrutar. Recordando lo sucedido en Sandorái, que el mundo me dio la espalda, quise darle la espalda al mundo, adoptar la despreocupación como una forma de ser. «Sin preocuparse… es como hay que vivir», concluí.
Y Zelas cayó a mi lado, trayéndome de vuelta a la realidad. Mi mandíbula se tensó y mi garganta se sacudió debido al asco y la indignación que sentí hacia mí mismo por olvidar la amenaza. Apreté los puños, pero luego reparé en que no todo fue incorrecto; mi estado había mejorado al comer, permitiéndome ser más capaz para para proteger a Zelas, al mundo, a todos, incluso a ti, persona que está leyendo esto, así que deja de preocuparte por lo que dijo el elfo.
Relajé todos mis músculos y exhalé por la nariz antes de, por fin, centrarme. Escuché el plan del elfo. Mientras tanto, tragué todas las abejas que aún tenía en mi boca, inundando, de nuevo, mi carne y mis huesos con una exquisita revitalización. El plan era divertido, incluía comer, así que mi estómago no tuvo protesta alguna. Le seguí el juego al elfo, sonriendo con malicia, y la sonrisa desapareció cuando le robaron su cuerpo. Volví a tensarme. ¿Eso era parte del plan? Maldije en mi interior no saber qué hacer.
Pero eso no tardó mucho. Zelas recuperó su cuerpo y poco después llegó mi momento de brillar. «No hay problema, nada que temer», me dije, confiado. Aprovechando mi energía, me propulsé hacia adelante para devorar al Brian.
(☞°∀°)☞ OFFROL ☜(°∀°☜)
[1]Habi: Saeta refulgente.
PD: Zelas, hakuna matata.
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Rauko
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Re: [Mastereado] La historia jamás contada [Zelas+Rauko]
Absurdo, no había otra palabra que se adecuara mejor para describir el plan de Zelas de hacer que aquel villano con, a saber cuántos años de experiencia y de planificación podría cometer un error tan incongruente de cambiar de cuerpo con una abeja, absurdo sin duda, absurdo e inesperado, tanto que comenzaba a parecer genial, pues aquel Brian no se esperaría una jugada que parecía sacada de alguna historia para niños, justo por eso, parecía haber funcionado.
No hubo manera de evitar que Rauko devorara a la abeja que parecía volar errática y confusa directo hacia su boca. Por otro lado, el cuerpo del Brian se quedó estático, con la mirada perdida en el horizonte, como un cascarón vacío, tal vez porque como todos saben, las técnicas de criaturas de otros mundos que cambian de cuerpos, no funcionan en abejas, aunque eso implicaba un nuevo problema para nuestros héroes.
Silencio, un profundo y completo silencio rodeó el cuerpo por unos instantes hasta que abrió su boca, revelando en esta un espacio oscuro y vacío que lentamente comenzaba a aspirar el éter cercano y tomando como objetivo a los jóvenes elfos, y aunque Rauko con más energía podría resistirse, su compañero no tendría la misma suerte y tras unos instantes su conciencia sería atraída hacia aquel nuevo cuerpo, dejando atrás al antiguo elfo de oscuros cabellos.
Una nueva batalla comenzaría ahora para Zelas, quien tendría que adaptarse a un nuevo cuerpo que desconocía, conviviendo además con pensamientos de otras cuatro conciencias. Aunque eso tendría que esperar un poco más, pues de momento tenían una nueva tarea que realizar. Rauko había devorado montones de abejas, evitando con esto que la puerta perdiera toda la magia que la fortalecía pero ahora, algo tras ella parecía forzarla intentando abrirla para pasar. Lentamente unos brazos comenzaron a forzar la puerta y tratar de atrapar a los elfos, hacíendo que toda la estructura de aquella cueva se sacudiera y comenzara a venirse abajo, por lo que nuestros valientes héroes tendrían que salir de ahí tan pronto como pudieran.
Reminiscencias y un coctel de pensamientos confusos abarrotaban la mente del nuevo Zelas, pero tendría que reaccionar de prisa junto con un Rauko que comenzaría a padecer las consecuencias de su abejofagia con un fuerte dolor de estómago que lo haría debilitarse lentamente. A su alrededor tendrían que evitar ser atrapados por aquellos brazos que aplastaban en múltiples direcciones aleatorias y que no tardaron en llevarse el antiguo cuerpo de Zelas, ¿Podrán nuestros jóvenes viajeros salvar sus vidas en esta desopilante aventura? Claro que sí, solo porque las reglas no me permiten matarlos, pero no está de más generar un poco de suspenso.
∞ Rauko: Tendrás que ayudar a un confundido Zelas a salir de ese lugar, lo que significa que en esta ronda invertirá el orden de los turnos. También comenzarás a padecer un terrible dolor de estómago cuyas causas son más que obvias ¿en qué estabas pensando?
∞ Zelas: Te encuentras ahora en un nuevo cuerpo sin posibilidades de volver al anterior, pero no estás solo, de momento te encontrarás confundido, con efímeros pensamientos de Braver, Ian, un ser de otro mundo y una abeja. Pero esto no debe ser obstáculo para salir de ese lugar antes que queden atrapados. Luego de escapar deberás llevar a Rauko con el viejo druida en busca de ayuda, no porque sea la mejor opción sino porque no conocen a más nadie.
∞ Ambos: Esta será su última ronda, ya dejarán atrás todos los peligros y podrán vivir alegremente en este nuevo tiempo sin poder volver. Tengan un buen día… No es cierto, se acerca la ronda más importante donde se conocerá el origen de las Biusas y el motivo de su nombre.
No hubo manera de evitar que Rauko devorara a la abeja que parecía volar errática y confusa directo hacia su boca. Por otro lado, el cuerpo del Brian se quedó estático, con la mirada perdida en el horizonte, como un cascarón vacío, tal vez porque como todos saben, las técnicas de criaturas de otros mundos que cambian de cuerpos, no funcionan en abejas, aunque eso implicaba un nuevo problema para nuestros héroes.
Silencio, un profundo y completo silencio rodeó el cuerpo por unos instantes hasta que abrió su boca, revelando en esta un espacio oscuro y vacío que lentamente comenzaba a aspirar el éter cercano y tomando como objetivo a los jóvenes elfos, y aunque Rauko con más energía podría resistirse, su compañero no tendría la misma suerte y tras unos instantes su conciencia sería atraída hacia aquel nuevo cuerpo, dejando atrás al antiguo elfo de oscuros cabellos.
Una nueva batalla comenzaría ahora para Zelas, quien tendría que adaptarse a un nuevo cuerpo que desconocía, conviviendo además con pensamientos de otras cuatro conciencias. Aunque eso tendría que esperar un poco más, pues de momento tenían una nueva tarea que realizar. Rauko había devorado montones de abejas, evitando con esto que la puerta perdiera toda la magia que la fortalecía pero ahora, algo tras ella parecía forzarla intentando abrirla para pasar. Lentamente unos brazos comenzaron a forzar la puerta y tratar de atrapar a los elfos, hacíendo que toda la estructura de aquella cueva se sacudiera y comenzara a venirse abajo, por lo que nuestros valientes héroes tendrían que salir de ahí tan pronto como pudieran.
Reminiscencias y un coctel de pensamientos confusos abarrotaban la mente del nuevo Zelas, pero tendría que reaccionar de prisa junto con un Rauko que comenzaría a padecer las consecuencias de su abejofagia con un fuerte dolor de estómago que lo haría debilitarse lentamente. A su alrededor tendrían que evitar ser atrapados por aquellos brazos que aplastaban en múltiples direcciones aleatorias y que no tardaron en llevarse el antiguo cuerpo de Zelas, ¿Podrán nuestros jóvenes viajeros salvar sus vidas en esta desopilante aventura? Claro que sí, solo porque las reglas no me permiten matarlos, pero no está de más generar un poco de suspenso.
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∞ Rauko: Tendrás que ayudar a un confundido Zelas a salir de ese lugar, lo que significa que en esta ronda invertirá el orden de los turnos. También comenzarás a padecer un terrible dolor de estómago cuyas causas son más que obvias ¿en qué estabas pensando?
∞ Zelas: Te encuentras ahora en un nuevo cuerpo sin posibilidades de volver al anterior, pero no estás solo, de momento te encontrarás confundido, con efímeros pensamientos de Braver, Ian, un ser de otro mundo y una abeja. Pero esto no debe ser obstáculo para salir de ese lugar antes que queden atrapados. Luego de escapar deberás llevar a Rauko con el viejo druida en busca de ayuda, no porque sea la mejor opción sino porque no conocen a más nadie.
∞ Ambos: Esta será su última ronda, ya dejarán atrás todos los peligros y podrán vivir alegremente en este nuevo tiempo sin poder volver. Tengan un buen día… No es cierto, se acerca la ronda más importante donde se conocerá el origen de las Biusas y el motivo de su nombre.
Ansur
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Re: [Mastereado] La historia jamás contada [Zelas+Rauko]
–Sí –exhalé, relamiéndome los labios y observando con deleite el cuerpo inmóvil delante de nosotros–, fue la abeja más deliciosa y energizante –le contesté a Zelas. Ensanché la sonrisa y le mostré un pulgar arriba mientras reía entre dientes. Me acerqué a él para examinar su estado, y un breve vistazo fue suficiente–. Vale, no estás muy bien, pero, por la barba del Bebé Vin, al menos sigues viéndote mejor que yo –me permití bromear, ser el Don Comedia que nadie pidió. Extendí una mano hacia Zelas, concentrando el éter en mi palma, para sanarlo.
La energía restauradora, sin embargo, no fluyó hacia Zelas; era atraída hacia otro lugar, hacia quien debió dejar de ser una amenaza. Me volteé hacia el Brian, en guardia, intensificando el éter en mis músculos, sopesando las opciones de atacar de inmediato o prepararme para protegernos.
La reflexión no duró demasiado. Al instante noté el éter abandonando mi cuerpo. Abrí los ojos de par en par, consciente de que, si no hacía nada, volvería a sentirme como estaba antes de comer abejas. Decidí atacar. Moví un pie hacia adelante, y mi intento de ataque terminó allí. Moverme aceleraba la pérdida de energía, así que me detuve. Cerré los ojos y me concentré en mi éter, aferrándolo a mí. No perdería. Mientras tuviera el éter en mi interior, mi dominio sobre él no sería superado.
Entonces cesó. Abrí los ojos. Me tomó varios segundos percatarme de lo que había sucedido.
–¿Zelas? –musité, temiendo la respuesta que ya había comprendido. Me tambaleé cuando el lugar lo hizo. Chasqueé la lengua–. ¡Por un demonio, lo que faltaba! –me quejé. Me apresuré en acercarme al nuevo Zelas. No parecía estar muy bien. Pellizqué sus mejillas, mejillas suaves–. Zellas, espabila. Selas, Celas, Zhelas con H, no olvides quién eres, qué eres, por qué eres y, más importante, cuándo eres. –Nada mejor que frases sin sentido para hacerlo volver en sí–. ¡Ay, me muero! –gemí de dolor antes de caer en posición fetal, mis antebrazos presionando mi abdomen–. Debí saberlo, el Bee-Brian estaba caducado –lamenté.
Tras retorcerme un poco, decenas de enormes brazos terroríficos lograron abrir lo suficiente la puerta, la puerta que debió seguir cerrada, y se extendieron sin límites hacia nuestro lado. Dejé de lloriquear por el Señor Estómago. Me levanté propulsándome con éter y coloqué mi mano derecha en el nuevo pecho de Zelas. Al siguiente instante, él fue envuelto en un aura blanca que le sanaría y le protegería.[1] Esta vez no me detendría a pensar en lo extraño que era una habilidad recién descubierta que se sentía familiar.
–Corre, Shelas, corre –insté, dolor contenido filtrándose en mi voz, mi mirada fija en los brazos demoniacos. Empuñé a Retniw con la mano derecha y, tras atraerla mediante su encantamiento, a Doppelsäbel con la izquierda–. Iré detrás de ti, protegiendo tu espalda. Llegó el momento de que el guerrero Rauko cumpla la tarea de defender.
Golpeé con una poderosa onda de éter a la primera mano que se acercó y luego le hice un corte profundo en la muñeca.[2] Di una voltereta hacia atrás, evadiendo otra mano que barrió el suelo buscando golpear mis pies. Antes de aterrizar, giré en el aire, seccioné en cuatro sus dedos y me alejé dando un salto aéreo. Entonces corrí detrás de Zelas, moviéndome con menos fluidez de la que acostumbrada. Tragué saliva, temiendo no tener la agilidad necesaria para evitar que nos manosearan o que nos aplastaran. Sacudí la cabeza para despejarme de las dudas y me esforcé en apresurar el paso.
Escombros caían por doquier, y uno de ellos descendió sobre Zelas. Reaccioné a tiempo y disparé un rayo de luz, que se curveó para golpear desde la dirección adecuada y así no solo apartar la roca sino también hacerla aterrizar sobre otro brazo demoniaco.[3]
Mis piernas flaquearon, haciéndome caer. Antes de siquiera maldecir la creciente debilidad de la que no fui consciente, fui atrapado por una de las manos. Me levantó y me apretó con fuerza mientras me atraía hacia la puerta. Al dolor estomacal se le sumó el de mis huesos llevados al límite de su resistencia, incluso fortalecidos con mi magia. Supe que sería triturado si no hacía algo. Me debatí en vano, mi respiración siendo entrecortada y sonora. Sentí mi sangre acumularse en mis piernas y en mi cabeza ahora colorada, el presagio de un desenlace fatídico. Estallaría, era único en lo que podía pensar. Estallaría y entonces no habría nadie protegiendo a Zelas. Terror, dolor y la impotencia me azotaron.
–¡Zeeelaaassss! –grité, desesperado, justo antes de, finalmente, estallar. Y el estruendo reverberó como eco en la instancia.
¿Qué venía ahora? ¿Que Zelas obtuviera un aumento de poder por presenciar mi muerte? Pues no, pues no morí otra vez. La explosión, en realidad, consistió en una estrepitosa flatulencia, haciendo de esto una escena digna de Don Comedia.
Tras la «liberación», la mano apretó su agarre, pero ya no había nadie entre sus dedos. Mi cuerpo, de nuevo, se hizo energía intangible.[4] Varias manos intentaron atraparme, siempre fallando. Me desplacé velozmente por el aire y caí materializado a un lado de Zelas. Sin embargo, estando materializado, incluso respirar gatillaba dolores relampagueantes que surgían de mis costillas, y ya no tenía demasiadas fuerzas para ignorar todo el dolor y seguir luchando.
–Zelas –apenas logré articular–, tal vez… sí deberás llevarme cargado.
Apretando los dientes, gruñendo y con mis ojos humedeciéndose, convoqué a un dragón de hielo y le ordené abalanzarse sobre las manos.[5] Luego saqué una piedra rúnica de uno de mis bolsillos y la arrojé al suelo.[6] En consecuencia, se originó una onda expansiva que nos catapultó hacia adelante, aunque yo ya no estaría despierto al caer.
La energía restauradora, sin embargo, no fluyó hacia Zelas; era atraída hacia otro lugar, hacia quien debió dejar de ser una amenaza. Me volteé hacia el Brian, en guardia, intensificando el éter en mis músculos, sopesando las opciones de atacar de inmediato o prepararme para protegernos.
La reflexión no duró demasiado. Al instante noté el éter abandonando mi cuerpo. Abrí los ojos de par en par, consciente de que, si no hacía nada, volvería a sentirme como estaba antes de comer abejas. Decidí atacar. Moví un pie hacia adelante, y mi intento de ataque terminó allí. Moverme aceleraba la pérdida de energía, así que me detuve. Cerré los ojos y me concentré en mi éter, aferrándolo a mí. No perdería. Mientras tuviera el éter en mi interior, mi dominio sobre él no sería superado.
Entonces cesó. Abrí los ojos. Me tomó varios segundos percatarme de lo que había sucedido.
–¿Zelas? –musité, temiendo la respuesta que ya había comprendido. Me tambaleé cuando el lugar lo hizo. Chasqueé la lengua–. ¡Por un demonio, lo que faltaba! –me quejé. Me apresuré en acercarme al nuevo Zelas. No parecía estar muy bien. Pellizqué sus mejillas, mejillas suaves–. Zellas, espabila. Selas, Celas, Zhelas con H, no olvides quién eres, qué eres, por qué eres y, más importante, cuándo eres. –Nada mejor que frases sin sentido para hacerlo volver en sí–. ¡Ay, me muero! –gemí de dolor antes de caer en posición fetal, mis antebrazos presionando mi abdomen–. Debí saberlo, el Bee-Brian estaba caducado –lamenté.
Tras retorcerme un poco, decenas de enormes brazos terroríficos lograron abrir lo suficiente la puerta, la puerta que debió seguir cerrada, y se extendieron sin límites hacia nuestro lado. Dejé de lloriquear por el Señor Estómago. Me levanté propulsándome con éter y coloqué mi mano derecha en el nuevo pecho de Zelas. Al siguiente instante, él fue envuelto en un aura blanca que le sanaría y le protegería.[1] Esta vez no me detendría a pensar en lo extraño que era una habilidad recién descubierta que se sentía familiar.
–Corre, Shelas, corre –insté, dolor contenido filtrándose en mi voz, mi mirada fija en los brazos demoniacos. Empuñé a Retniw con la mano derecha y, tras atraerla mediante su encantamiento, a Doppelsäbel con la izquierda–. Iré detrás de ti, protegiendo tu espalda. Llegó el momento de que el guerrero Rauko cumpla la tarea de defender.
Golpeé con una poderosa onda de éter a la primera mano que se acercó y luego le hice un corte profundo en la muñeca.[2] Di una voltereta hacia atrás, evadiendo otra mano que barrió el suelo buscando golpear mis pies. Antes de aterrizar, giré en el aire, seccioné en cuatro sus dedos y me alejé dando un salto aéreo. Entonces corrí detrás de Zelas, moviéndome con menos fluidez de la que acostumbrada. Tragué saliva, temiendo no tener la agilidad necesaria para evitar que nos manosearan o que nos aplastaran. Sacudí la cabeza para despejarme de las dudas y me esforcé en apresurar el paso.
Escombros caían por doquier, y uno de ellos descendió sobre Zelas. Reaccioné a tiempo y disparé un rayo de luz, que se curveó para golpear desde la dirección adecuada y así no solo apartar la roca sino también hacerla aterrizar sobre otro brazo demoniaco.[3]
Mis piernas flaquearon, haciéndome caer. Antes de siquiera maldecir la creciente debilidad de la que no fui consciente, fui atrapado por una de las manos. Me levantó y me apretó con fuerza mientras me atraía hacia la puerta. Al dolor estomacal se le sumó el de mis huesos llevados al límite de su resistencia, incluso fortalecidos con mi magia. Supe que sería triturado si no hacía algo. Me debatí en vano, mi respiración siendo entrecortada y sonora. Sentí mi sangre acumularse en mis piernas y en mi cabeza ahora colorada, el presagio de un desenlace fatídico. Estallaría, era único en lo que podía pensar. Estallaría y entonces no habría nadie protegiendo a Zelas. Terror, dolor y la impotencia me azotaron.
–¡Zeeelaaassss! –grité, desesperado, justo antes de, finalmente, estallar. Y el estruendo reverberó como eco en la instancia.
¿Qué venía ahora? ¿Que Zelas obtuviera un aumento de poder por presenciar mi muerte? Pues no, pues no morí otra vez. La explosión, en realidad, consistió en una estrepitosa flatulencia, haciendo de esto una escena digna de Don Comedia.
Tras la «liberación», la mano apretó su agarre, pero ya no había nadie entre sus dedos. Mi cuerpo, de nuevo, se hizo energía intangible.[4] Varias manos intentaron atraparme, siempre fallando. Me desplacé velozmente por el aire y caí materializado a un lado de Zelas. Sin embargo, estando materializado, incluso respirar gatillaba dolores relampagueantes que surgían de mis costillas, y ya no tenía demasiadas fuerzas para ignorar todo el dolor y seguir luchando.
–Zelas –apenas logré articular–, tal vez… sí deberás llevarme cargado.
Apretando los dientes, gruñendo y con mis ojos humedeciéndose, convoqué a un dragón de hielo y le ordené abalanzarse sobre las manos.[5] Luego saqué una piedra rúnica de uno de mis bolsillos y la arrojé al suelo.[6] En consecuencia, se originó una onda expansiva que nos catapultó hacia adelante, aunque yo ya no estaría despierto al caer.
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[1]Habi racial: Manitas cariñosas.
[2]Habi: Choque centelleante.
[3]Habi: Saeta refulgente.
[4]Habi: Ente esplendente.
[5]Habi de la espada Retniw.
[6]Objeto: Runa de impulso.
[2]Habi: Choque centelleante.
[3]Habi: Saeta refulgente.
[4]Habi: Ente esplendente.
[5]Habi de la espada Retniw.
[6]Objeto: Runa de impulso.
Rauko
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Re: [Mastereado] La historia jamás contada [Zelas+Rauko]
El elfo malherido dejo salir un suspiro de relajación, esbozo una sonrisa al notar que su plan había funcionado y estrecho la mano de su amigo -¿Como esta mi cara? mientras mi cara este bien sobreviviré- dijo la momento de reincorporarse adolorido, con un brazo completamente quebrado y con una puñalada aun abierta en el hombro de su otro brazo, el cuerpo lleno de moretones y heridas superficiales. -Estoy teniendo malos recuerdos... en mi trabajo contra la dark order termine peor... Si, peor que ahora....- sus palabras se interrumpieron cuando sintió como si le sacaran violentamente de ese lugar, fue breve y, sin embargo, sumamente extraño.
-Mierda- musito cuando se vio a si mismo cerca de Rauko, sin embargo, ese era solo su cuerpo, carente de una conciencia y a punto de desplomarse.
"Genial, lo que faltaba, ¿alguien mas quiere habitar mi cuerpo?"
"BZZZZZZ"
"Ya no es tu cuerpo.. ni el mio... ni siquiera el de la abeja"
"¿A que te refieres?"
"Si a que te refieres"
"Cuando intente robar un cuerpo mejor... ese maldito elfo ocupo a esa maldita-"
"BZZZZZZ"
"Ugh.. la magia no se detuvo y atrapo a lo que estaba mas cerca"
"Entonces.."
"¿Ahora soy rubio?"
"Mejor tu que el traidor, usa bien mi cuerpo Zelas, te confió el legado de los caballeros de la puerta"
"BZZZZ..... Osea, gracias, no entiendo bien que ocurre"
-¡Ay, me muero!-
-Bzzz-
Justo en ese momento un temblor sacudió el lugar, y de la enorme puerta emergían unos enormes brazos que intentaban abrirse paso a través de una puerta que era forzada a abrirse lentamente, Zelas en un momento bastante sublime vio como los brazos atrapaban su cuerpo de elfo y en un intento torpe trato salvarse a si mismo, sin embargo, aun no se acostumbraba a su nuevo cuerpo, lo cual hizo que solo se quedara en sus manos aquel peculiar arnés en el cual portaba sus armas. -Adios papucho- musito al notar como su cuerpo era llevado por las manos las cuales comenzaron a despedazarlo, provocando un escalofrió en el nuevo Zelas, quien recordó como la creatura invocada por el miembro de la dark order lo dejo al borde de la muerte, Zelas se lamentaba de todos los aeros que debió gastar para recuperarse. se puso lo que quedaba del arnés y guardo la cimitarra que estaba en el piso al momento que Rauko tocaba su pecho y le envolvía en una aura que le ayudaba a recuperar un poco mejor su movilidad.
-Tengo tantas ganas de ir a morder esa puerta.... Digo, ¿no tendrás a mano un bebe barbudo de casualidad?, dijiste que ya sabias quien era- exclamo mientras corría incitado por Rauko quien adolorido intentaba cubrirle la espalda, Zelas intentaba sin mucho éxito hacer que sus armas volvieran a el, -Vamos, funciona... maldita sea.. Van a morir en este lugar- su voz cambio de tono extrañamente al momento que una de las cimitarras se acercaba volando a una peligrosa velocidad,(1) Zelas la atrapo pero su cuerpo aun resistiéndose cayo de lleno contra el piso, el rubio Zelas confundido, volvió a levantarse y guardo su arma, sin embargo, tendría que llevar las otras en sus manos porque del arnés solo 2 fundas habían sobrevivido.
"Ese escombro te matara" musito una voz en su cabeza, Zelas alzo la mirada solo para ver como el escombro era apartado por Rauko quien la mandaba a volar en dirección a otra de las enormes manos que seguían intentando apoderarse de ellos, su inutilidad le hacia sentir mal, Rauko estaba lidiando con la mayoría de las amenazas y mas temprano que tarde le paso la cuenta cuando una de ellas atrapo a su amigo, -Funciona, maldita sea!- exclamo el rubio al momento que la espada de doble hoja se acercaba volando(2) y se clavaba en aquel monstruoso brazo, Zelas sujeto el arma y la enterró aun mas en la creatura, aflojando el agarre de esta justo a tiempo para que Rauko dejara salir una enorme flatulencia, el joven rubio saco su arma al momento que otro brazo intentaba sujetar a Rauko ahora sin éxito ya que este de alguna forma se había hecho intangible.
Zelas aprovecho la oportunidad para alejarse un poco mas cuando Rauko finalmente le encomendó que le cargara, -BZZZZ... Maldita abeja!- grito Zelas justo antes de ver al dragón de hielo atacar las manos, mientras el salía despedido por los aires en la dirección contraria junto a Rauko. El golpe lo noqueo por unos segundos, un escombro que cayo cerca le despertó a tiempo mientras el lugar seguía temblando, con la espada de doble hoja sujetada firmemente y con Rauko que yacía en el suelo, Zelas con un poco de esfuerzo lo sujeto de la cadera y usando la espada para apoyarse comenzó a arrastrar a su amigo fuera de ese lugar, para su sorpresa el caballo de Braver continuaba esperando estoico por su dueño, Zelas sin decir palabra alguna cargo a Rauko y monto al corcel, galopando a toda velocidad para salir de aquel lugar.
Estaban en un lugar desconocido, sin saber si la amenaza que intentaba salir de la gran puerta había logrado su cometido, con un cuerpo al cual no se acostumbraba y con un amigo moribundo, Zelas recurrió a la única cara familiar que aun no estaba muerta, y se dirigió hacia la casa del anciano.
Luego de un rato galopando finalmente llego al lugar, como era de esperarse el anciano lo confundió con Braver, y Zelas se encargo de ponerlo al día con los acontecimientos, a la vez que le brindaban ayuda a Rauko.
-Entonces, tu eres el elfo menos feo, que quedo atrapado en el cuerpo de Braver, después que este fuera robado por Ian, quien traiciono a todos y quien a su vez, quedo atrapado en el cuerpo de una abeja, que tu amigo feo se comió junto con las otras que intentaban abrir la puerta, puerta que albergaba a una creatura de múltiples brazos, y además de eso todos los otros caballeros de la puerta murieron?-
-Exacto... bzz-puta madre -
-Ah y además compartes memorias residuales de Braver, Ian, la abeja y otra cosa desconocida?... que demonios estas fumando Braver-
-Que no soy Braver... oh, tengo una idea, recuerdas como estafe a Angael con la llave-
-Querrás decir el elfo menos feo-
-Que me llamo Zelas, pues recuerdas que la llave siempre aparecía de vuelta con el-
Zelas se llevo la mano al bolsillo y saco la llave que como era de esperarse no se había despegado de el, a pesar del cambio de cuerpos. El anciano medio desconfiado decidió creer en el rubio, aun con un par de dudas.
-Podrías haberla robado-
-Si realmente fuera Braver ¿crees que habría huido sin confirmar si aquella cosa salió de la puerta?
-Tiene sentido, eso suena a algo que haría aquel elfo menos feo-
-Que me llamo bzzzzZelas, maldita sea!-
OFF: habilidades usadas: 1 y 2 = Retorno.
-Mierda- musito cuando se vio a si mismo cerca de Rauko, sin embargo, ese era solo su cuerpo, carente de una conciencia y a punto de desplomarse.
"Genial, lo que faltaba, ¿alguien mas quiere habitar mi cuerpo?"
"BZZZZZZ"
"Ya no es tu cuerpo.. ni el mio... ni siquiera el de la abeja"
"¿A que te refieres?"
"Si a que te refieres"
"Cuando intente robar un cuerpo mejor... ese maldito elfo ocupo a esa maldita-"
"BZZZZZZ"
"Ugh.. la magia no se detuvo y atrapo a lo que estaba mas cerca"
"Entonces.."
"¿Ahora soy rubio?"
"Mejor tu que el traidor, usa bien mi cuerpo Zelas, te confió el legado de los caballeros de la puerta"
"BZZZZ..... Osea, gracias, no entiendo bien que ocurre"
-¡Ay, me muero!-
-Bzzz-
Justo en ese momento un temblor sacudió el lugar, y de la enorme puerta emergían unos enormes brazos que intentaban abrirse paso a través de una puerta que era forzada a abrirse lentamente, Zelas en un momento bastante sublime vio como los brazos atrapaban su cuerpo de elfo y en un intento torpe trato salvarse a si mismo, sin embargo, aun no se acostumbraba a su nuevo cuerpo, lo cual hizo que solo se quedara en sus manos aquel peculiar arnés en el cual portaba sus armas. -Adios papucho- musito al notar como su cuerpo era llevado por las manos las cuales comenzaron a despedazarlo, provocando un escalofrió en el nuevo Zelas, quien recordó como la creatura invocada por el miembro de la dark order lo dejo al borde de la muerte, Zelas se lamentaba de todos los aeros que debió gastar para recuperarse. se puso lo que quedaba del arnés y guardo la cimitarra que estaba en el piso al momento que Rauko tocaba su pecho y le envolvía en una aura que le ayudaba a recuperar un poco mejor su movilidad.
-Tengo tantas ganas de ir a morder esa puerta.... Digo, ¿no tendrás a mano un bebe barbudo de casualidad?, dijiste que ya sabias quien era- exclamo mientras corría incitado por Rauko quien adolorido intentaba cubrirle la espalda, Zelas intentaba sin mucho éxito hacer que sus armas volvieran a el, -Vamos, funciona... maldita sea.. Van a morir en este lugar- su voz cambio de tono extrañamente al momento que una de las cimitarras se acercaba volando a una peligrosa velocidad,(1) Zelas la atrapo pero su cuerpo aun resistiéndose cayo de lleno contra el piso, el rubio Zelas confundido, volvió a levantarse y guardo su arma, sin embargo, tendría que llevar las otras en sus manos porque del arnés solo 2 fundas habían sobrevivido.
"Ese escombro te matara" musito una voz en su cabeza, Zelas alzo la mirada solo para ver como el escombro era apartado por Rauko quien la mandaba a volar en dirección a otra de las enormes manos que seguían intentando apoderarse de ellos, su inutilidad le hacia sentir mal, Rauko estaba lidiando con la mayoría de las amenazas y mas temprano que tarde le paso la cuenta cuando una de ellas atrapo a su amigo, -Funciona, maldita sea!- exclamo el rubio al momento que la espada de doble hoja se acercaba volando(2) y se clavaba en aquel monstruoso brazo, Zelas sujeto el arma y la enterró aun mas en la creatura, aflojando el agarre de esta justo a tiempo para que Rauko dejara salir una enorme flatulencia, el joven rubio saco su arma al momento que otro brazo intentaba sujetar a Rauko ahora sin éxito ya que este de alguna forma se había hecho intangible.
Zelas aprovecho la oportunidad para alejarse un poco mas cuando Rauko finalmente le encomendó que le cargara, -BZZZZ... Maldita abeja!- grito Zelas justo antes de ver al dragón de hielo atacar las manos, mientras el salía despedido por los aires en la dirección contraria junto a Rauko. El golpe lo noqueo por unos segundos, un escombro que cayo cerca le despertó a tiempo mientras el lugar seguía temblando, con la espada de doble hoja sujetada firmemente y con Rauko que yacía en el suelo, Zelas con un poco de esfuerzo lo sujeto de la cadera y usando la espada para apoyarse comenzó a arrastrar a su amigo fuera de ese lugar, para su sorpresa el caballo de Braver continuaba esperando estoico por su dueño, Zelas sin decir palabra alguna cargo a Rauko y monto al corcel, galopando a toda velocidad para salir de aquel lugar.
Estaban en un lugar desconocido, sin saber si la amenaza que intentaba salir de la gran puerta había logrado su cometido, con un cuerpo al cual no se acostumbraba y con un amigo moribundo, Zelas recurrió a la única cara familiar que aun no estaba muerta, y se dirigió hacia la casa del anciano.
Luego de un rato galopando finalmente llego al lugar, como era de esperarse el anciano lo confundió con Braver, y Zelas se encargo de ponerlo al día con los acontecimientos, a la vez que le brindaban ayuda a Rauko.
-Entonces, tu eres el elfo menos feo, que quedo atrapado en el cuerpo de Braver, después que este fuera robado por Ian, quien traiciono a todos y quien a su vez, quedo atrapado en el cuerpo de una abeja, que tu amigo feo se comió junto con las otras que intentaban abrir la puerta, puerta que albergaba a una creatura de múltiples brazos, y además de eso todos los otros caballeros de la puerta murieron?-
-Exacto... bzz-puta madre -
-Ah y además compartes memorias residuales de Braver, Ian, la abeja y otra cosa desconocida?... que demonios estas fumando Braver-
-Que no soy Braver... oh, tengo una idea, recuerdas como estafe a Angael con la llave-
-Querrás decir el elfo menos feo-
-Que me llamo Zelas, pues recuerdas que la llave siempre aparecía de vuelta con el-
Zelas se llevo la mano al bolsillo y saco la llave que como era de esperarse no se había despegado de el, a pesar del cambio de cuerpos. El anciano medio desconfiado decidió creer en el rubio, aun con un par de dudas.
-Podrías haberla robado-
-Si realmente fuera Braver ¿crees que habría huido sin confirmar si aquella cosa salió de la puerta?
-Tiene sentido, eso suena a algo que haría aquel elfo menos feo-
-Que me llamo bzzzzZelas, maldita sea!-
OFF: habilidades usadas: 1 y 2 = Retorno.
Zelas Hazelmere
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Re: [Mastereado] La historia jamás contada [Zelas+Rauko]
Aquel lugar se venía abajo inevitablemente mientras los normes brazos se extendían contra lo que pudieran alcanzar para llevárselo, por suerte para nuestros valientes viajeros, la puerta no había perdido toda su magia y no pudo ser abierta a pesar del constante forcejeo de los enigmáticos brazos. Con algo de esfuerzo, pericia y algunos gases, los jóvenes elfos lograron abandonar aquel lugar que tras ellos, finalmente colapsó devorándose a sí mismo hasta que no quedó nada más que una esfera gigante pero invisible que se desvanecía lentamente.
No pasó mucho tiempo antes que Rauko y Zelas llegaran a donde se encontraba el anciano, quien se encargó de tratar a Rauko de la mejor manera posible o al menos hasta donde sus arcaicos conocimientos le permitieron avanzar. La charla con ese a quién él seguía llamando Braver no parecía tener manera de hacerle cambiar de opinión, a fin de cuentas, el bromista pero hábil Braver tenía más posibilidades de sobrevivir que el par de desconocidos.
Se pasaron al menos un par de horas hasta que Rauko despertó de nuevo con un cambio de pantalones pues los anteriores estaban impregnados de una sustancia verde, gelatinosa y sin olor, aunque con una extraña particularidad y era que (tras verificarlo varias veces) el anciano había notado que aquella sustancia verde parecía imitar los sabores en los que él pensaba -Si esto viene de donde creo que viene- Dijo apuntando con la mirada al trasero de Rauko -Es bastante asqueroso- Volvió a meter el dedo en la sustancia para llevarse otro poco a la boca -Pero, su sabor es… exquisito… curiosamente exquisito.
Una idea había nacido entonces en la mente de ese buen hombre, una que se convertiría en su más grande legado -Entonces, estas abejas se alimentaban de magia- Dijo casi a modo de pregunta mientras sostenía una que había quedado atrapada entre los vendajes de Rauko -Tal vez, si puedo replicar algo como esta abeja, que puedan polinizar grandes áreas, podríamos tener una fruta muy particular- Volvió a meter el dedo en la sustancia verde para llevarse otro poco a la boca -Y su nombre será un recordatorio de los 5 grandes guerreros que tantas veces nos protegieron: Braver, Ian, Úrsula, Sid, Angael… ¿qué les parece la idea?- Preguntó a los elfos pero solo se encontró con una mancha blanca que deformaba el espacio.
Rayas blancas y negras comenzaron a salir de la llave de Zelas y parecían rasgar la realidad misma, formando una especie de agujero con forma de esfera que de manera lenta pero constante los devoraba. En unos instantes, ambos se encontraron en el mismo espacio vacío en donde Zelas había comenzado su aventura, no había nada más que el eco de sus gritos. Atrás había quedado el anciano, las abejas, la puerta y la sustancia verde tan asquerosa como deliciosa y lentamente el paisaje blanco que los rodeaba comenzó a tomar color, líneas delgadas y negras comenzaron a dibujar un paisaje que posteriormente se fue coloreando hasta que volvieron a la realidad de la que se habían ido, dándoles incluso tiempo para ver el momento en que se fueron.
∞ Gracias a ambos por haber sido parte de esta aventura para encontrar el origen de una fruta tan especial en Aerandir. Ahora es momento de volver a la realidad en donde Rauko debe enfrentar a una furiosa Xana y por su parte, Zelas deberá aprender a convivir en un cuerpo compartido, y desde luego, sigue en su poder la llave misteriosa.
∞ Recompensas: Ambos han desarrollado a sus personajes adaptándolos a las diversas situaciones que se presentaron, y reciben 10 puntos de experiencia que ya estarán sumados a sus respectivos perfiles
∞ Zelas: Recibes una Nueva Identidad, gracias a la adquisición de un nuevo cuerpo, aunque durante tus próximos temas, al menos una vez por tema deberás librar una breve lucha contra las 4 entidades que te acompañan (Braian, Ian, Braver, La Abeja). Cada vez que lo hagas, la entidad involucrada desaparecerá permanentemente. (No olvides realizar el registro del nuevo avatar y Dirigirte a Reike si requieres un cambio de nombre)
∞ Rauko: Adquiere la habilidad: Protobiusa [Mágica]
Puede usar su magia para generar de la nada, una protobiusa a la vez, estas son similares a las biusas normales en aspecto y sabor, aunque sin sus propiedades arcanas o sanadoras. Esta protobiusa desaparece si no es consumida en un par de horas.
No pasó mucho tiempo antes que Rauko y Zelas llegaran a donde se encontraba el anciano, quien se encargó de tratar a Rauko de la mejor manera posible o al menos hasta donde sus arcaicos conocimientos le permitieron avanzar. La charla con ese a quién él seguía llamando Braver no parecía tener manera de hacerle cambiar de opinión, a fin de cuentas, el bromista pero hábil Braver tenía más posibilidades de sobrevivir que el par de desconocidos.
Se pasaron al menos un par de horas hasta que Rauko despertó de nuevo con un cambio de pantalones pues los anteriores estaban impregnados de una sustancia verde, gelatinosa y sin olor, aunque con una extraña particularidad y era que (tras verificarlo varias veces) el anciano había notado que aquella sustancia verde parecía imitar los sabores en los que él pensaba -Si esto viene de donde creo que viene- Dijo apuntando con la mirada al trasero de Rauko -Es bastante asqueroso- Volvió a meter el dedo en la sustancia para llevarse otro poco a la boca -Pero, su sabor es… exquisito… curiosamente exquisito.
Una idea había nacido entonces en la mente de ese buen hombre, una que se convertiría en su más grande legado -Entonces, estas abejas se alimentaban de magia- Dijo casi a modo de pregunta mientras sostenía una que había quedado atrapada entre los vendajes de Rauko -Tal vez, si puedo replicar algo como esta abeja, que puedan polinizar grandes áreas, podríamos tener una fruta muy particular- Volvió a meter el dedo en la sustancia verde para llevarse otro poco a la boca -Y su nombre será un recordatorio de los 5 grandes guerreros que tantas veces nos protegieron: Braver, Ian, Úrsula, Sid, Angael… ¿qué les parece la idea?- Preguntó a los elfos pero solo se encontró con una mancha blanca que deformaba el espacio.
Rayas blancas y negras comenzaron a salir de la llave de Zelas y parecían rasgar la realidad misma, formando una especie de agujero con forma de esfera que de manera lenta pero constante los devoraba. En unos instantes, ambos se encontraron en el mismo espacio vacío en donde Zelas había comenzado su aventura, no había nada más que el eco de sus gritos. Atrás había quedado el anciano, las abejas, la puerta y la sustancia verde tan asquerosa como deliciosa y lentamente el paisaje blanco que los rodeaba comenzó a tomar color, líneas delgadas y negras comenzaron a dibujar un paisaje que posteriormente se fue coloreando hasta que volvieron a la realidad de la que se habían ido, dándoles incluso tiempo para ver el momento en que se fueron.
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∞ Gracias a ambos por haber sido parte de esta aventura para encontrar el origen de una fruta tan especial en Aerandir. Ahora es momento de volver a la realidad en donde Rauko debe enfrentar a una furiosa Xana y por su parte, Zelas deberá aprender a convivir en un cuerpo compartido, y desde luego, sigue en su poder la llave misteriosa.
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∞ Zelas: Recibes una Nueva Identidad, gracias a la adquisición de un nuevo cuerpo, aunque durante tus próximos temas, al menos una vez por tema deberás librar una breve lucha contra las 4 entidades que te acompañan (Braian, Ian, Braver, La Abeja). Cada vez que lo hagas, la entidad involucrada desaparecerá permanentemente. (No olvides realizar el registro del nuevo avatar y Dirigirte a Reike si requieres un cambio de nombre)
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Ansur
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