[cerrado] Piskies En El Puente [Libre][Noche]

Oyó la voz femenina a su espalda, segundos después. Mientras se giraba, escuchó cómo los pasos se acercaban más a él, por lo que se preparó para un posible ataque, aunque no dio señales externas de precaución. Cuándo vio acercarse a la chica, contempló que parecía más preocupada por el cartel del puente que por su presencia allí.

Aún así, decidió utilizar su mejor presencia (1). Si no era vampiresa y sus ojos no se adaptaban tanto a la oscuridad, lo que viera de él debía resultarle algo más atractivo. Causar una buena imagen ante los desconocidos era siempre importante.

- Sí. Eso mismo estaba observando… ¿quizás un crío de siete años? - le preguntó, mientras esbozaba una gran sonrisa, que le sería levemente perceptible- No creo que puedas ayudarme, salvo que vengas a cruzar el puente. ¿Sabes algo sobre los Piskies que al parecer lo habitan? Siempre había escuchado disparatadas historias sobre ellos, pero siempre pensé que se trataban de cuentos para niños. ¿Conoces si su existencia es real?

A Cohen le pareció buena idea llevar el tema de la conversación hacia el puente y sus posibles habitantes. No quería verse obligado a dar explicaciones sobre su raza o las intenciones que le habían llevado hasta tierras licántropos. Ya había tenido demasiados problemas en aquel lugar cómo para buscarse uno nuevo cuándo estaba a punto de cruzar el río.

- Por cierto, soy Cohen. No sé si nos conocemos. Apenas puedo ver en esta oscura noche.

Añadió estas últimas palabras para dar a entender que no podía captar grandes detalles en aquella oscuridad, cuando en realidad era capaz de ver todo cómo si fuese de día. Intentaba camuflar su verdadera naturaleza, aunque a saber si aquello funcionaría. De todas formas, su mano derecha descansaba junto a la empuñadura de su daga. Listo para defenderse si era necesario.

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(1) Presencia Vampírica [Mágica]: Puedo alterar la percepción de los demás sobre mí, haciéndoles verme más aterrador o atractivo, sin que sepan por qué. >> En este caso, más atractivo, para intentar dar la mejor imagen posible a Eiren.

Musica recomendada para amenizar la lectura:

Esa noche Radus iba casi a ciegas caminando por el oscurecido bosque. Casi se tropezaba en dos ocasiones con unas raíces que sobresalían del suelo lamentando no tener como iluminar el paso. – “¡Arrgh! ¿Por qué rayos no habré comprado esa antorcha y ese equipamiento cuando tuve la oportunidad? ¡Debí comprar esas cosas!” – Pensaba con el ceño fruncido dando en ocasiones tumbos entre los árboles y apoyándose en ellos para no caer. La brisa que corría por todos lados era algo fría; lo suficiente como para hacer desear cargar algo más abrigado y quería también tener una carpa o algo en donde pasar la noche. Mientras se abría paso entre los arboles logro ver un enorme puente hecho de roca. - ¿Sera…? Oh, Stragold. – Dijo en voz baja para sí mismo, cosa que para un humano promedio sería casi imposible de oír, pero...

 El antiguo puente Stragold. Un sitio del cual el padre de Radus contaba historias sobre seres diminutos que concedían bendiciones o maldiciones según el humor que tuvieran estos traviesos seres. Recordaba lo mucho que quería poder encontrar estos seres mágicos mejor conocidos en algunas razas como “Piskies”. También se les llamaba de otras formas, pero él los conocía bajo ese nombre y quería que le concediesen el deseo de convertirlo en un gallardo guerrero, o por lo menos así lo quería cuando era niño, pero ahora sabía que eso era vagamente posible. No se le paso nunca que algún día se encontraría en ese lugar; pero ahí estaba él a tan solo unos metros de distancia tras unos matorrales. En ese momento observo dos figuras que se encontraban de pie y aparentemente sostenían una conversación y por un instante guardo silencio intentando oír la conversación, pero lo único que pudo escuchar fue la palabra “Pixies” que procedía de una voz aparentemente femenina. Trataba de ver de qué o quienes se trataba ya que no quería arriesgarse a ser asaltado por ladrones de camino o peor aún, asesinos que no dudarían en acabar con él. –“Carajo, carajo, ¡carajo! ¿Pero qué narices se supone que debo hacer ahora?”- Se cuestionaba si salir o no. Estaba claro que lo tenía difícil porque una equivocación podría traerle serias consecuencias, pero, ¿Y si quedarse ahí escondido le traía mayores consecuencias? ¿Podría tratarse de cazadores nocturnos y al estar él escondido entre los matorrales lo confundiría con una bestia salvaje y atacarían sin piedad? ¡No, no, no! ¡De eso nada! No quería que su cabeza colgara como trofeo en la pared de alguien. –“¡Arrgh!... Jo, ¡Tendré que salir de todos modos!”- Finalmente decidió y lentamente salió. – Buenas noches… “Eso Radus, muy inteligente, Pff…”- Pensó tras decir eso odiándose por no ser más creativo mientras saludaba levantando una mano y todavía sin poder distinguir bien las figuras que estaban delante de él – Ando en son de paz, mi nombre es Radus y soy un viajero que viene a investigar el misterio de los “piskies” entre otras cosas... ¿Ustedes también vinieron por lo mismo?- Dijo con total tranquilidad a las personas que estaban expectantes para que tampoco lo fueran a confundir con alguien peligroso. Se detuvo un momento y le pareció escuchar un ritmo melódico… - ¿Son ideas mías o algo o alguien toca una música?- Dijo tras bajar su mano e intentando encontrar la fuente del agradable sonido con la mirada pero sin moverse del sitio donde se encontraba parado para no asustarles.

Mientras miraba a su alrededor pudo observar lo que parecía ser un aviso para todo viajero, pero debido a lo lejos que se encontraba del mismo y a la poca o nula luz que había no podía distinguir los caracteres escritos en él. La verdad a Radus le resultaba muy difícil poder distinguir algo con tan oscura noche. ¡No se imaginaba la clase de situación tan poco usual para él en la que se encontraba!

Off rol:

Afortunadamente Radus no fue capturado o masacrado, tendría que estar agradecido con los dioses de no ser ateo, pero si, estaba aliviado o por lo menos de momento. En efecto la luna brillaba lo suficiente para poder distinguir un poco mejor a quienes tenía en frente. – Vaya “Cuidado con los Piskies”. Entonces voy bien encaminado.- Dijo tras acercarse y leer mejor el aviso que resultaba poco legible, pero comprensible a pesar de ello. - Cohen, hombre mucho gusto. – le contesto e hizo una breve pausa para permitirle a la chica que se presentara pero ella no lo hizo, cosa que le resulto un tanto comprensiva. Había como cierto aire de tensión o por lo menos eso le parecía.

- ¿Qué “otras cosas”?, ¡Ah!, si es verdad. – Respondía a la inquisidora muchacha quien se mostraba más desconfiada de los dos que se encontró. – Pues además de este estoy interesado en cualquier otro misterio que haya por el continente. Además hacerme hueco en el mundo y ser famoso, aunque quizás eso ya lo hayáis escuchado de otras personas. – Dijo y aunque podría haberle contado un poco sobre su infancia, vida en el campo y la decisión de dejarlo atrás para vivir aventuras, al igual que ellos ni le conocían de nada y por lo tal se consideraba alguien de quien desconfiar, por lo menos por el momento. Porque la serenidad de Cohen, ni la sonrisa que mostro la chica tras preguntar le pareció sinceras. – Un aventurero que pasa por el lugar y aprovecha la ocasión para investigar una vieja leyenda. Creo que debía haber empezado por ahí, jeje. – Concluyo mientras caminaba acompañándolos.

Mientras avanzaban; la misteriosa chica le comento sobre una posible emboscada. –“Ah, ahora entiendo…”- Pensaba un tanto dudoso de como a plena noche estaban dos personas en un lugar así, hasta que… - ¿Investigando una posible emboscada?, bueno eso me tranquiliza porque por un momento pensé que les estaba arruinando algún tipo de cita o encuentro, jajaja. – Dijo forzando una risa para ocultar la pena que sentía. – Ay, vaya. Al parecer entonces vengo como anillo al dedo. Porque de ser ustedes no creo que tendría chiste lo de mencionar una emboscada. – Lamentablemente tras decir eso se dio cuenta que así las sospechas terminarían apuntando posiblemente hacia él, pero no había vuelta atrás ya lo hecho, hecho estaba y antes de poder decir o hacer algo más; la música se escuchaba más fuerte y justo en ese momento llegaron a un punto del puente en el que faltaban bloques y una vieja tabla mantenía el puente “unido”, por así decirlo. Y cohen preguntaba por quién habría de pasar primero.

Inmediatamente Radus supo que tendría que pasar de primero porque el viejo dicho de “Primero las damas” no aplicaba para esta situación, eso sin mencionar que ya era el centro de las sospechas, por lo que dio un grueso trago de saliva y además de ello recordaba su miedo a las alturas. – Y… Yo… Iré primero. De… Después de todo… ¡Qui… Quiero ser el primero en descubrir la existencia de los piskies!. – Dijo intentando fallidamente de mostrar valentía y disimular. –“ No debe ser tan alto en donde estamos, ¿Verdad?”… Solo se trata de cruzar una tabla, sencillo ¿Verdad?”- cuestionaba intentando hallar dentro de si alguna respuesta positiva mientras su rostro iba palideciendo conforme avanzaba lentamente intentando no mirar mucho hacia abajo salvo para asegurarse que iría en buena dirección. – O… Oigan… ¡No se queden… A… Atrás!- Dijo preocupado por caer sin posibilidad de ser auxiliado.

La tabla rechinaba al poner el primer pie, aunque no parecía estremecerse ni mostrar signos de que se pudiera romper, con todo ello Radus estaba aterrado ya que estaba empezando a llegar a su punto de quiebre. Quería devolverse y quedarse en tierra firme e irse por otro rumbo pero ahí estaba, temblando ya con cada paso dado.

“Madre… Mía… Pensé que… Caería… jah…” Dijo jadeando del susto y la falta de aire por agitarse tanto. ¡Verdaderamente a Radus no le hacían bien las alturas! Cohen pregunto algo a Radus de lo que al momento no obtuvo respuesta alguna. Fue sino después de uno o dos minutos cuando pudo responder: “Bueno, no estoy seguro de cuanto pesara ella…" Hizo un breve pausa y se acercó un poco a él y en voz baja le dijo “Tampoco creo que sea buena idea preguntárselo” e inmediatamente se alejó disimulando y continuo “Pero de segura le va mejor que a nosotros, je, je, je.” Dijo tratando que su risa sonara lo más creíble posible y así evitar hacer molestar a la chica.

Avanzaba la noche y Radus estaba comenzando a creer que no conseguirían ningún piskie. “No lo sé Cohen, pero no creo que…” Radus no había terminado lo que decía cuando algo lo halo hacia atrás y tropezó con algo que tenía atravesado detrás de sus pies, cayendo sentado en el suelo. Como acto seguido una especie de lianas lo ataron de pies y brazos, además de bloquear su visión enredándose también en su cabeza y dejando solamente nariz y boca libres. Era poco lo que podía escuchar por sus oídos. “¡¿Pero qué demo…?!... ¡¿Es algún tipo de broma?!” Preguntaba confundido mientras inútilmente intentaba zafarse de sus ataduras.

Si saber de donde habían salido; unos misteriosos seres azulados aparecieron y empezaron a reírse de manera divertida. “Ji, ji, ji… Los humanos siempre son los más fáciles en hacer caer en nuestras bromas” Dijo uno de los seres de color azul. Inmediatamente Radus reacciono al escuchar la diminuta voz. “Se… ¡¿Sera posible?!... Pi… Pis…” No termino de pronunciarlo cuando fue interrumpido por el otro ser. “Pi, pi… ¿Qué pasa con este humano?... ¿Le comió la lengua el sapo? Ja, ja, ja… Este humano es taaan gracioso, creo que lo tendremos mascota para que nos haga reír.” Dijo pícaramente el ser, a lo que asintió su otro compañero. “Y en cuanto a ustedes dos, mejor será que se marchen de aquí, porque sino tendremos que llamar a más de nuestros amigos, ¡ñup!- Dijo sacando la lengua como si fuera un niño mal criado.

Radus estaba pasmado. El definitivamente NO quería terminar siendo mascota de unos seres semi insectoides por el resto de su vida. “Ma… Ma… ¿Mascota? ¡Ni hablar amigo! ¡SUELTENME MOCOSOS!” Decía mientras intentaba zafarse, pero sin éxito. Al parecer las lianas estaban imbuidas en magia pura, lo cual resultaba imposible por lo menos para un humano intentar romperlas o desatarlas. “Tsk, tsk, humano bobo, no puedes escapar de nosotros, alegrate, pues en adelante vamos a jugar, hacerte travesuras y reírnos de ti por toda la eternidad, ji, ji, ji, ji.” Dijo y, aunque sonó infantil, era una de las cosas más aterradoras que podría alguien imaginarse. “¡Ya veraaan! Esto… Cohen, ayudame por favor que estos desgraciados se van a enterar cuando salga de esta.” Suplicaba con ansias de empuñar su guadaña y hacer trizas a esos diminutos seres que para desgracia de él y debido que tenía bloqueada la visión, no podía apreciar los seres de los que su padre le había contado en su época de niño.

Era una enorme ironía para Radus el que uno de los seres que tanto quería ver y le hacían ilusión le causaban de niño, para terminar querer matarlos por culpa de una broma que le estaban gastando. Sin lugar a dudas su encuentro con esos seres no era exactamente lo que llevaba años imaginándose. “¡Espera!...” Hizo una pausa y recordó algo. “¡Música! ¡Eso es! La música los distrae muchísimo, lo sé porque mi padre me lo contaba de niño y hasta me obligo a aprender a tocar la flauta…” Hizo una leve pausa y su cara se puso palida… “Pero no traje conmigo la bendita flauta, jod…” La impotencia había vuelto.

Off Rol:

Caminaron hacia adelante a través del puente cuándo de repente, numerosos y pequeños seres alados aparecieron por todos lados. De un color azulado, revoloteaban en el aire, cargando entre varios, unas lianas de hojas que enseguida lograron envolver a Radus.

Comenzaron a hablar con voces infantiles. Varios de ellos volaron alrededor de Cohen, que intentó apartarlos, dando manotazos en el aire. Logró hacerlo durante unos segundos más, pero al andar unos pasos, se dio cuenta de que había atado sus pies, cayendo sobre la superficie del puente.

Girando sobre si mismo, Cohen se colocó boca arriba, dejando salir sus colmillos vampíricos al exterior.

―Cuidado, éste es un maldito.

El vampiro deseó usar sus habilidades de la voz, pero antes de que lograra reaccionar, los piskies lograron amordazar su boca. A Cohen le sorprendió la dureza de aquellas ramas, que sin duda, debía de tener algún componente mágico. Quizás estaban hechas con alguna planta que desconocía.

A unos metros de sí, escuchaba a Radus pedirle ayuda, pero sólo pudo emitir sonidos. Notaba cómo el roce de aquellas plantas le ocasionaban calor en su piel. Si tardaba en desprenderse de la presión que ejercía sobre su rostro, probablemente le provocaría una ligera quemadura que tardaría días en desaparecer.

Enfadado, cada vez que intentaba usar sus manos para liberarse, notaba cómo lianas que no podía ver, se lo impedía. Cada movimiento generaba de nuevo una quemadura en su piel, que le causaba un terrible dolor.

Como conocedor de numerosas plantas, sabiduría adquirida por sus estudios en alquimia, supo identificar rápidamente la planta en cuestión. La voz que escuchó a su alrededor, acompañada del batir de varios pares de alas, se lo confirmó:

―Respirantia para el vampiro jujuju. (1)


(1) - Las lianas de los Piskies están, en parte, realizadas con Respirantia, una extraña alga que crece en un lago cercano.
Durante el día, las algas acumulan luz solar. Si el vampiro las toca directamente, puede ocasionarle quemaduras que pueden ser graves. Para el resto de razas es completamente inofensiva.
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Musica recomendada para oir:

- respirantia para el vampiro jujuju. – dijo uno de los piskies y Radus no pudo evitar oírlo. – “¿Vampiro? Magnifico…” – Pensaba mientras se movía disimuladamente intentando desatar los amarres que tenía en ambas muñecas. – “Vamos… Suelta… ¡Te!”- asombrosamente y dado que el piskie que manipulaba mágicamente la respirantia para que no se soltara se distrajo haciendo que el hechizo se perdiera y Radus pudiera zafarse de sus ataduras sin dificultad alguna.
- Oh no, ¡tonto dejaste que se liberara el humano! – Le gritaba uno de sus compañeros al piskie que se había distraído. Inmediatamente una mano que apareció rápidamente frente este y lo sujetó y luego otra había consiguió atrapar a otro. ¡Radus tenía sujetos a dos de los piskies ejerciendo una fuerte presión sobre sus pequeños cuerpos! – Muy bien… - Decía con una sonrisa macabra. – Ahora ¡¿Quién carajos tiene a quien, melones?! – dijo apretando los dientes a la par que los agitaba frente a él.

Los otros piskies centraron su atención en Radus y aunque algunos querían atacar a Radus, otros los detenían por temor a las represarías que él podría hacerles a sus dos hermanos. - ¡Suéltalos de inmediato o…! - Radus lo interrumpió en seco. - ¿O que, melón?  ¡No estás en posición de pedir nada! – Dijo molesto. – Y pensar que antes cuando era un niño quería con todas mis fuerzas conocerles, menuda cabreada resulto conocerlos, bah. – Se fue dirigiendo a donde estaba Cohen y se detuvo a unos dos pasos de donde yacía en el suelo. – “Quizás sea arriesgado… ¿Debería liberar a Cohen?" – Dudo por un momento ya que si bien no le había hecho nada hasta ahora, también podría haber sido porque quizás planeaba tomarle por sorpresa y traicionarle… - Ya te libero, Cohen. – dijo pero hizo un ligera pausa. – ahora si se van a enterar… Quiero que se vaya de aquí sin voltear. .. – Otro de los piskies le interrumpió. – No somos tontos humano. ¡Vas a matarles apenas nos descuidemos! – En serio se preocupaban por sus hermanos, cosa que le sorprendía a Radus. – Mira bien humano… - Interrumpió otro de los piskies. – Suelta a nuestros hermanos y no te haremos nada… Esto… ¡Dejaremos que te vayas tranquilo y todo! Lo juro. – Tentadora oferta.

 Radus soltó una  ligera risa. – Ya te lo dije, bichejo, no están en posición de negociar nada. – Dijo con el ceño fruncido, pero otro más intervino. – Es verdad, pero mira tenemos al vampiro atado. Podemos dejarte ir y nos encargaremos de divertirnos con él, total es una amenaza para los tuyos… - miro a Radus con cara cómplice. – ¿Vam… Vampiro? – Aunque lo había escuchado mencionar antes, hizo como si no lo hubiera hecho. – “Demonios, todo este tiempo estuvieron atentos a nuestros movimientos”- Pero en eso hizo una pausa…  - ¡La… La chica!... ¡¿Dónde carajos esta?!- No se había percatado que no estaba ella por ninguna parte.

Justo en ese momento aflojo un poco sus manos suavizando el agarre y permitiéndoles algo más de libertad con la que mordieron ambas manos y logran liberarse. - ¡Carajo!... Infelices. – Inmediatamente se acercó a Cohen. – “Joder, estos bicharajos son demasiado para mí solo… " - Pensaba mientras desataba al vampiro. – Ya casi, hombre. Sera mejor irnos de aquí de inmediato. – Comento rompiendo la respirantia. – Listo –

La pelea ( ? ) :

En ese momento empezaron a rodear a los dos. – Estos infelices no nos dejaran pasar tan fácilmente. – Fue cuando Radus empuño su guadaña moviéndola  de un lado a otro para mantener a algunos piskies a raya.

Radus movía su guadaña de un lado a otro para espantar a los molestos piskies. – Dejadnos en paz, ¡molestas criaturas! – ordenaba sin ser obedecido. En eso los piskies empezaron un extraño canto cuya letra perturbo más a Radus. ―“Si el puente queréis cruzar, a un pacto debéis llegaaaar"…"Uno de vosotros marcharááá, en cambio el otro… se quedará”. “Ahora debéis argumentaaaar, cual de vosotros su… fri… ráááááá…”-

Nada en la letra le hizo la más mínima gracia. - ¿Pero estáis dementes o qué?... Arrg… - Impotente trataba de pensar en que hacer al respecto. – Oye Cohen, ¿Estas bien?... Vi que al quitarte esas cosas de encima tu piel humeaba. - Seguía algo sorprendido por descubrir que Cohen era un vampiro, pero no tanto como con los piskies y la macabra canción.

Musica acompañante:

Ya más calmado Radus bajo su guadaña y la colgó de nuevo en su espalda ya que no vio que los piskies los atacaran sino que solo volaban y se movían alrededor de los dos. En ese momento pensó en algo que quizás le saldría caro pero tenía que correr el riesgo, se acercó a Cohen y le dijo algo en voz baja con la intención de los piskies no le escucharan. - Escucha, la única solución que veo aquí es que uno de los dos se vaya y busque toda la ayuda posible. – Hizo una muy corta pausa mientras se aseguraba que no le escucharan y luego volvió la mirada a Cohen. – Veo que de verdad eres un vampiro. Ustedes poseen más agilidad que un humano corriente, cierto? Así que lo mejor es que vayas tú y busques refuerzos, ¡Los que sean!. Y maten a estos desgraciados. – Comento aun sabiendo que lo más probable era que lo abandonaría a su suerte.

Luego se volvió a apartar de él y busco la forma de llamar la atención de los piskies agitando sus brazos. – Ey mocosos, dejen al vampiro irse. A la final él es muy aburrido y no se divertirán con el tanto que conmigo.- Ya se estaba odiando por decir esas cosas. En eso bajo una de sus manos y la coloco detrás de su espalda y con ella hacia señas para que se fuera Cohen. – Ahora díganme, ¿qué piensan hacer conmigo? –

otra BGM:

Los piskies se miraron por unos momentos sorprendidos y algo confundidos por la disposición del humano. - ¿Seguro humano?... Bueno es tu pellejo, jijiji. ¡Ya verás lo que tenemos planeado hacer contigo! jijiji. – Dijo burlonamente uno de ellos y mientras este decía eso, Radus volteo su mirada a Cohen y le dijo entre dientes. –¡Vete pues!, busca ayuda, ¡por favor!. – Se preguntaba cuál era la posibilidad que volviera, pero tras mirar de nuevo a los molestos seres bajo sus brazos, impotente, esperando lo inesperado.

OFF ROL GENERAL:

Cohen escuchó las palabras del humano. Sin duda, el hombre era amable y había pedido sacrificarse por él, sin apenas tener que negociar y hablar de la situación.

Por ello, aceptó la propuesta del humano dejando a un lado la moral, a sabiendas que, si llegaba a salir del puente, no volvería a ayudarle. Ni loco. No había sobrevivido a numerosas amenazas en aquellas tierras para volver para ayudar a un inocente desconocido.

―¿Aceptas el trato? ―le preguntó un asqueroso piskie, de cara redonda y grandes mofletes― ¿Vas a dejar que tu amigo se sacrifique?
―Bueno, acabamos de conocernos… además, se le ve muy dispuesto… ―expresó, sin añadir las últimas palabras que pensaba decir “a morir”, para luego dirigirse a él― ¡Suerte!

A paso ligero, Cohen comenzó a correr continuando su trayecto por el puente, sin mirar atrás. El humano tendría que arreglárselas sin él. Al fin y al cabo, se le veía bastante voluntarioso.

Aprovechando su entrenamiento [1], aceleró el ritmo, aumentando la distancia cada vez más. Entonces, volvió a parar en seco al ver que, más adelante, faltaba otro tramo para cruzarlo. En esta ocasión, no existía tabla para cruzar. La distancia era bastante, por lo que, si lo intentaba, probablemente, terminaría cayendo al río.

Tenía que pensar cómo podría lograr pasar, sin necesidad de volver atrás en sus pasos.

Tras pensar varios minutos, recordó que llevaba consigo su kit de alquimia. Podría hacer tambalear esa parte del puente, en dirección a la siguiente, de forma que al desprenderse, la estructura antes de caer por completo al río, le permitiese saltar al otro extremo.

Sacó su kit de alquimia y comenzó a preparar la misma mezcla que unas noches antes había usado para causar el desprendimiento de piedras para matar a sus dos perseguidores.

Extendió el elixir en el suelo, a la distancia que consideró oportuna. En unos 3 minutos, el puente comenzaría a desquebrajarse.[2]

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[1] Hago referencia a mi talento: Agilidad
[2] Uso de mi Kit de Alquimia: [Técnica] Identificas la composición química de un material y elaboras una mezcla apropiada para debilitarlo hasta romperlo. La descomposición tarda según tu nivel de Alquimia (Aprendiz: 4 minutos, Avanzado: 3 minutos, Experto: 2 minutos, Maestro: 1 minuto).

Luego de eso, Radus observaba al vampiro salir corriendo. Bajando la mirada empezaba a lamentarse de haberse ido él. En eso recordó algo que Gaegel dijo cuándo se encontraron en Rolikat: “No todos los buenos, son realmente buenos, ni todos los malos realmente malos.” Lamentablemente para Radus le toco aprender eso por las malas al dejar huir a un vampiro y dejarle a su suerte. Su exceso de confianza lo llevo a terminar en un gran aprieto del que tendría que buscar la solución.

Los piskies fueron rodeando al humano con sonrisas picaras en sus diminutos rostros. Radus temía lo peor. -Buueeeno, humano. ¿Listo para lo que te espera? ¡Tee he!...- Dijo uno de ellos. Radus levanto la mirada hacia donde estaba el piskie que le estaba hablando. Con cara seria, más que nada por resignación le dijo: -… Pues, supongo que si… - Cerrando los ojos e imaginando las desgracias, pero eso solo hizo molestar a los seres voladores. – No, no, no y no humano tonto; ¡Eso es demasiado fácil!, además, ¿No te molesta que el vampiro saliera huyendo y te dejar aquí? – Se quedó confuso uno de los seres. Radus solo guardo silencio y eso les hizo molestar, ya que vieron la humildad (o estupidez) y buena voluntad del muchacho, pero no iban a dejar que les quitaran la diversión resignándose tan fácilmente. Y fue allí en donde uno de ellos tomo la palabra. – ¡Pues más te vale correr, patético humano!- entonces el piskie le arrojo un terrón de tierra compacta contra la cabeza y esta se hizo pedazos al impactar contra él.

El golpe había sido suficiente para hacerlo entrar en razón y salir de la estupidez. - ¡No quiero morir! – Salió corriendo frenéticamente como si el demonio lo persiguiera. En eso los piskies empezaron a perseguirle. – Eso tonto humano, ¡corre por tu vida jiji!- Le gritaban burlonamente, mientras le arrojaban terrones de tierra que mágicamente arrancaban del suelo.

Paso el puente a una velocidad que jamás había pensado llegar a tener, hasta que finalmente se volvió a encontrar con Cohen, pero este al ir segado a causa del miedo y la adrenalina le paso por un lado. - ¡Que no te atrapeeeen! – Fue lo único que le se le pudo escuchar y tras eso saltaría por lo que parecía un puente derrumbándose. Entre tanto Radus hacia eso, la multitud de piskies empezaron a perseguir; esta vez a ambos y a arrojarles terrones de tierra. – ¡Tomen eso por invadirnos el puente! – Gritaba uno. – Esto es divertido, jijiji, hacía tiempo que no pasaban por aquí viajeros incautos! – Decía otro; y así se iban burlando de ambos personajes.

(Off: Lamento la demora... Lo bueno es que no tarde demasiado)

La mordida que Cohen había dado al piskie había sido mortal; acabando con la vida del ser el cual fue convirtiéndose en esferas de luz que se fueron apagando lentamente hasta desaparecer del todo. – ¡Auuuu!… - Grito de dolor mientras desaparecía. Entonces uno de los piskies aun aturdido por el grito de Cohen pero aun así soportándolo vio lo que él le hizo a su compañero. - ¡Giiiizmoooo! ¡Nooo!... ¡Ahora veras maldito chupasangre! – [ Zas] el piskie se arroja contra el vampiro con todo lo podía mientras portaba en una mano una hoja de respirantia con la intención de estampársela en la cara, pero debido a la ira que lo tenía segado y que aún seguía aturdido por el grito su trayectoria no fue precisa y por centímetros fallo su ataque; dejándolo a merced del vampiro.

*** Una batalla había iniciado *** ( Abrir )):

Los otros piskies al ver que su amigo se dispuso a atacar también se lanzaron contra Cohen en un intento por proteger a su compañero. – Aguanta, que te apoyamos… - Dijo uno. - ¡No dejaremos que invadan nuestro puente y se vayan tan campantes! – Dijo otro y en ese momento tres de ellos se quedaron combatiendo con Cohen mientras otros tres incrementaron su velocidad de vuelo y se dispusieron a continuar siguiendo al humano. Estaban decididos a acabar con ambos a toda costa porque se habían sentido amenazados cuando pisaron “su” puente.


Mientras tanto, Radus estaba en una parte del camino; más adelante, de pie y con una mano recostada a una enorme roca; exhausto por la carrera que había hecho. – (Jadeando) Ahhh… Ah… ¡Rayos…! Estoy… Hi… ¡Muerto! – Y apenas había terminado de decir eso cuando. - ¿Pero qué demo…?- Los tres piskies habían alcanzado a Radus. – Ahora si estamos realmente molestos, ¡no te quedas en el lugar del vampiro!- Dijo molesta uno de los piskies mientras se abalanzaron contra él.


En ese instante Radus sintió un enojo cual nunca había experimentado, ya que aparte de estar agotado tenía que lidiar nuevamente con esos seres. Tenía miedo; si, y mucho pero si no quería terminar sus días ahí tendría que luchar por su vida. - ¡Jah… off!- Exclamaba mientras esquivaba las arremetidas de los seres voladores.


Primero uno intentaba golpearle en la cabeza y este esquivaba el ataque sencillamente agachándose ligeramente y evadiendo al ser, pero inmediatamente el otro también se abalanzaba rozando por poco la mejilla de Radus que hubiera sido golpeado si no se hubiese movido. - ¡Ah! Ya me canse. – Dijo mientras empuñaba su guadaña y evadía el siguiente ataque dándole al ser un golpe con la palma de su mano derecha. [ 1] – Ahora si… ¡Hora de segar! – E inicio un combate contra los tres seres.

Off rol:

[1]  Habilidad usada:
Coloso (Combate con Armas o Fuerza Bruta): Puedo usar la guadaña cómodamente inclusive con una sola mano, lo cual me deja una mano libre.

Los piskies que estaban alrededor de Cohen continuaban algo aturdidos. Otros, que habían quedado más rezagados, avanzaban por el puente, persiguiendo a Radus. Por lo que el humano tendría que ocuparse personalmente de ellos.

El vampiro mantenía su maldición [1]. Uno de los piskies incluso intentó atacarle con una hoja de respirantia. Aún notaba la quemadura en su rostro. Estaba deseando abandonar el puente para tratar aquella herida.

Enfadado, volvió a gritar, emitiendo el segundo grito que volvió a desuadir y marear a los piskies a su alrededor [2]. La mayoría de ellos decidieron abandonar la lucha y solo unos tres piskies continuaron enfrentándose a él.

Para el vampiro fue relativamente fácil atacarlas, pues estaban claramente desorientadas. Volvió a morder otra, llevándola hasta la muerte, haciendo desaparecer su cuerpo. El resto de piskies se fue retirando poco a poco, quizás dándose por vencidos.

Una vez había logrado ahuyentar a aquellos malditos bichos, avanzó por el puente en dirección a Radus. Se asomó hacia el río y pude ver cómo ya había atravesado más de la mitad de éste. Esperaba que la otra orilla estuviera cerca y que los problemas se hubiesen acabado, al fin.

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[1] Mantenimiento de: Maldición Desatada: [Mágica, 2 usos de 2 turnos] Mi maldición se vuelve más fuerte, haciendo que la oscuridad me posea. Luzco más siniestro, aterrando a los débiles. Mis ataques realizan daño mágico adicional y puedo ocultarme en las sombras con más facilidad. (Primer Uso. Segundo Turno)

[2] Uso de Habilidad: Grito de Tormento: [Mágica, 2 usos de 1 turno] Cohen emite un grito que causa un fuerte dolor de cabeza, acompañado de mareos, visión borrosa y una cierta desorientación en las personas a su alrededor. (Segundo Uso)

Radus estaba en guardia y frente a él se encontraban flotando los tres piskies. Estos seres se ubicaron uno al lado del otro. - Como el trato no quisiste terminar, tu vida hemos de tomar… - Con voz melódica dijeron esas palabras tétricas que por un instante hicieron helar de miedo a Radus y por un momento quiso seguir huyendo; pero en ese momento tuvo un rápido recuerdo.

** Radus a los 10 años. **

 Un perro perseguía a un gatito y su dueña; una niña de 8 años les seguía preocupada por el felino. – Manchita, ¡nooo!. – Exclamaba mientras veía a su mascota trepando un árbol. Entonces la niña le arroja una piedra al can y este enojado desvía la mirada en dirección a la niña y le empieza a gruñir amenazantemente –Ay no…- Dice la niña.

En ese momento el pequeño Radus de aquel entonces iba pasando cerca y quiso ayudarle al darse cuenta que el perro quería atacarla. Entonces coge un palo y lo agita - ¡Fuera perro pulgoso, largate!- le ordena al animal; pero este y de manera astuta logra atrapar el palo entre sus fauces y se lo quita a Radus, arrojándolo a un lado. – Grrr… ¡¡Gwauff!!. – Ladraba airado el animal; mientras mostraba sus intimidantes fauces y sus ojos se abrían dando un aspecto muy amenazador. – Ve-vete pe-perrito, chu… Chu. – Decía de forma nerviosa. Entonces el animal se dispone a correr en dirección a ellos para perseguirles. – ¡Ayuuudaa!- gritaba la niña quien salió primero corriendo y tras ella Radus.

El animal los acorralo hasta arrinconarlos en el borde de un barranco. La chica y Radus estaba llorando del miedo porque sabían que estaba por sucederles. – No quiero morir, no quiero morir. – Decía Radus. Cuando una voz se escuchó. – No debes dejar que el miedo o la indecisión se apoderen de ti… - Decía. – Cuando estés en una situación de mucha presión calmate y observa con que dispones y busca darle la vuelta a la situación. – Finalizo diciendo -¿Lo… Que… Dispongo?- Dijo Radus mientras el perro comenzaba a acercarse a ellos. Entonces trato de hacer lo que había escuchado y busco la manera de relajarse a pesar de ya tener cerca al animal; cerro sus ojos y pensó “Lo que dispongo… Lo que dispongo…” Los vuelve a abrir e inmediatamente mira a su alrededor sin conseguir nada. – ¡No veo nada! No sé qué hacer.- Dijo ya en pánico. – Tranquilizate… Observa y presta atención, porque a veces la solución está más cerca de lo que imaginamos.- Dijo.

El muchacho bajo la mirada rendido porque no creía que pudiera escapar de ello, pero en ese momento vio algo que no había reparado anteriormente. - ¡Eso es!- En el suelo había tierra y algunas rocas. Inmediatamente Radus las cogió y arroja primero la tierra sobre el animal que tenía los ojos muy abiertos y está entre en ellos molestándole e impidiéndole ver al animal. Tras eso le empieza a arrojar piedras lo más fuerte que pudo; consiguiendo que el animal saliera corriendo asustado, el cual de manera torpe choca de cuando en cuando contra piedras y arboles mientras huía.

En eso termino el recuerdo…

-Lo que dispongo…- Dijo Radus en voz baja e inmediatamente del suelo cogió con su mano libre tierra que arrojo a los piskies dificultándoles la visión. – Humano imbécil, pagaras lo que has hecho- Decía uno de los piskies, pero Radus no dudo ni por un instante y esta vez tomando su guadaña con ambas manos y con todas sus fuerzas trazo un arco horizontal en donde se encontraban los piskies cortándolos por la mitad; haciendo que desaparecieran en un pis pas. – La cosecha… Ya fue segada.- Dijo colocando su arma de nuevo en su espalda y observando en dirección en donde venía Cohen.

Al aproximarse Cohen; Radus logro observarle en su forma siniestra. Levantando ambas manos y ubicándolas frente a él dijo – Respeto… - No terminaba de entender por qué lo había dicho, pero fue lo primero que se le ocurrió. – Solo quisiera regresar y equiparme mejor, porque al parecer lo que sigue es un viaje que promete. Estos infelices piskies me hicieron replanteármelo. – Dijo dándose cuenta de algo que no había considerado cuando salió.

Off Rol:

Gracias por la paciencia Cohen, ahora si retomamos el ritmo normalito y bueno, ¡saludos hombre!

Radus se quedó atónito por un momento al ver que la apariencia de Cohen había vuelto a la normalidad – Caramba… Eso sí es un buen truco.- Admitió; tras eso escucho lo que él decía de forma tranquila y le observaba preparar algún tipo de sustancia... “¿Está haciendo una colada?” fue el primer pensamiento que se le vino a la mente… “No, no… Tengo que ver que se propone hacer” Se corrigió a sí mismo para luego vigilar que ninguno de esos piskies volviera a aparecer; pero de vez en cuando echando unas ojeadas a lo que Cohen hacía.

- Seria demasiada mala suerte si alguna de esas cosas apareciera por ahí de nuevo, je. – Dijo más que nada para sí mismo ya que Cohen se encontraba muy concentrado preparando lo que fuera que planeaba usar. Al terminar el extraño brebaje lo vertió sobre el puente haciendo esperando que en minutos se hiciera añicos. Tras eso Cohen comentaba que se quedaría a ver el puente caerse. Radus se quedó pasmado pensando en que quizás Cohen ya estaba acostumbrado a esa serie de acontecimiento, pero él no. Solo quería que la noche terminara y volver a Versar o alguna ciudad para prepararse mejor para el viaje. – Pues buena suerte con ello colega; yo tomo rumbo de retorno. – Luego de eso el vampiro le mencionaba de los peligros de avanzar todavía a oscuras.

Radus poniéndose una mano en el mentón consideraba lo que él le estaba diciendo.  – Mmmm, entonces creo que buscare un sitio donde esperar y luego continuare el camino. – De pronto el puente empezó a desmoronarse. – El puente de Strogold se está cayendo… Se está cayendo… Y nunca volverá… - Cantaba en voz baja. – Jeje – para terminar riendo por el alivio que sentía de que no volvería a ver esos seres tan despreciables.

Cohen ya emprendía el camino a donde se disponía a ir y por supuesto que Radus no se quedaría de brazos cruzados; ¡El también tenía camino que recorrer! – Claro compañero, un gusto conocerte. – E inmediato se dispuso a buscar un sitio para esperar el tan ansiado amanecer y así continuar con su viaje; dando gracias de haber tenido una enorme suerte en esta ocasión.

Off rol: