Huevo de pascua y el prisionero de los salvajes
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Huevo de pascua y el prisionero de los salvajes
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Una tribu salvaje de 5 hombres, tres hombres, y dos mujeres en la arena de playa rodeados de palmeras y casas de maderas, se encuentran haciendo un ritual, donde bailan desde que cae el sol hasta el amanecer. Tienen a un prisionero en medio de una mesa de piedra, atado de pies y manos, con el torso desnudo.
A quien consiga rescatarlo, le regalará uno de sus huevos de pascua y agradecería diciendo.
-Llevaba estos huevos de pascua-señalando una caja de madera en su bolso de viaje-al mercado de Luanargenta. Pero te mereces uno y de los mejores-sonreiría el viajero y abriría el cofre para tomar uno por uno de la cantidad de huevos de chocolate que habían allí, llevándolos cerca de su oído para agitarlos y hasta no sentir un ruido, no se lo entregaría a quien le había salvado la vida.
Una vez entregado, se acercaría y le daría un apasionado beso en los labios momentáneamente y diría.
-Me agradas, por raro que te parezca-guiñaría el ojo y se embarcaría en su bote. Desde el bote, le lanzaría un una bolsita de cuero con aeros.
- indian:
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Para realizar el post:
*Debe haber un mínimo de 15 líneas.
*Debes explicar porqué estás en la isla.
*Al ver el ritual y los salvajes, deberás trazar un plan de rescate.
*Debes buscar un modo de derrotar a los 5 salvajes.
*Una serpiente te morderá el brazo en algún momento y lo notarás cuando empieces a sentirte mareado/a al irse Indian.
*Abre el huevo de pacuas y quizás encuentres un antídoto.
Ansur
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Re: Huevo de pascua y el prisionero de los salvajes
El herrero solicitó dos días para confeccionar la armadura de cuero encargada, así que decidí emplear el tiempo vagando por Beltrexus y las Islas en general. Opté por visitar la Isla Lunar, el aura de misterio que la cubría era algo que adoraba sentir en el aire. Pagué unos meros aeros al dueño de un modesto barco pesquero, el cual empleé como transporte a la isla. El capitán del barco explicó que su grupo acamparía cerca del navío y por la noche se dedicarían a pescar. Según lo que comentaron en el viaje, miembros de la tripulación eran brujos con capacidades para proporcionar visión en las aguas de la noche, momento en el que los peces son más activos. Decidí caminar por la playa esa misma noche bajo un cielo estrellado, en el que la luna plateada lucía su belleza. Las aguas del mar se agitaban levemente brindándome una vista asombrosa, únicamente interrumpida por un grupo de barcos pesqueros en la lejanía.
Guiado por luces de antorcha y extraños sonidos inspeccioné una porción de la playa en la que un humano sujeto a una especie de altar de piedra era rodeado por cinco personas, que danzaban y emitían incomprensibles gritos a modo de canto. Se trataba de una clara víctima de uno de los numerosos grupos nativos de brujos que rondaban las Islas, siendo la mayoría muy conservadores y antiguos. No supe por qué ni cómo, pero algo en mi interior me forzó a ayudar al pobre hombre, quien probablemente sería sacrificado. Pensé por algunos minutos hasta que concluí en un plan. Tomé de mi mochila un cuchillo arrojadizo y lo posé en mi mano izquierda. Con mi mano libre empleé mi telequinesis para hacerlo levitar y luego lo conduje a una velocidad acelerada hacia una de las cuerdas que ensogaban al hombre en el altar. Cuando impactó, liberó una de las extremidades del hombre.
Escondido detrás de un arbusto voluminoso continué ejerciendo mi magia. Comenzaba a consumir más energía de la que pretendía gastar esa noche, era como si hubiese comenzado a hacer exigentes ejercicios musculares repentinamente. Moví mi mano mientras metros más allá el cuchillo arrojadizo realizaba los movimientos que le ordenaba. Tras varios movimientos el hombre quedó totalmente libre del altar, mas no se movió por las personas que lo amenazaban con la mirada a su alrededor. Una vez más, el cuchillo se desplazó por el aire, rasgando las tiendas de los indígenas que comenzaban a percatarse de la presencia de algo extraño. Corté las sogas que mantenían las tiendas en pie, las cuales cedieron al instante. Comencé a jadear pues a pesar de que sólo hacía levitar un cuchillo, debía desplazarlo a grandes velocidades y empleando mucha presión. Me sorprendió el hecho de que ninguno de los indígenas notara que se trataba de la magia de un brujo, algo que noté en sus rostros ya que miraban frenéticos hacia todas direcciones como si supieran que alguien o 'algo' los había encontrado cometiendo un crimen. Su danza y cantos cesaron mientras se colocaban en posición defensiva sin percatarse de mi presencia aún. Sin dejar de realizar movimientos con el cuchillo, con mi telequinesis, lancé una serie de ramas al más joven de los hombres que se cubrió atemorizado por desconocer la situación.
La hoja del cuchillo brillaba con la luz lunar aunque se volvía totalmente invisible cuando la cubría la sombra de alguna palmera. Procurando mantenerme en el sigilo, produje varios cortes en la espalda del que parecía ser el líder. Luego el filo de la hoja se paseó con cariño sobre el brazo de una de las mujeres, que empezó a sangrar entre alaridos. Como si la naturaleza me apoyara, un potente viento comenzó a agitar el fuego de las antorchas -el cual flaqueaba por instantes- y a arrastrar granos de arena sobre el suelo. Me puse de pie, aún oculto e hice complejos movimientos con las manos mientras el cuchillo danzaba paralelamente a unos metros de donde me encontraba, produciendo finos cortes superficiales en la piel de los hombres y rozando la de las mujeres. Estas últimas huyeron con temor, diciendo que habían hecho enojar a los dioses y un espíritu maligno los acechaba. Finalmente los hombres imitaron a las mujeres ya que el que antes era su prisionero se preparaba para luchar.
Me mostré ante este último, quien pareció alegrarse por mi presencia. Se dirigió a sus pertenencias y al señalar una de madera entre ellas dijo: - Llevaba estos huevos de pascua al mercado de Lunargenta. Pero te mereces uno y de los mejores. - Tomó los huevos de pascua uno por uno y los agitó junto a su oído, comprobando algo que no entendí en el momento. Aparentemente encontró algo en uno de los huevos, pues me entregó el que sostenía en sus manos. En ese momento me invadió una abrumadora sensación de mareo mientras la vista se me nublaba. Comenzaba a perder el equilibrio levemente y me llevé una mano a la cabeza. Fue entonces cuando noté dos heridas del tamaño de un punto, situadas una a centímetros de otra. "Una... una serpiente..." pensé frunciendo el ceño con temor. Era preso de la debilidad, pues el veneno que corría en mis venas en adición al prolongado uso de mi magia presentaban un gran gasto energético. Sin darme lugar a reaccionar por mi atonto, el hombre se acercó y me besó. Abrí los ojos como platos y mi nariz se arrugó cuando el hombre se separó de mí. - Me agradas, por raro que te parezca. - Dijo el hombre. Guiñó uno de sus ojos y se embarcó en el pequeño bote que lo esperaba en la orilla. De allí me lanzó una bolsa cuyo contenido metálico resonó al agitarse en el aire.
Curioso, abrí la bolsa y luego, el huevo.
Guiado por luces de antorcha y extraños sonidos inspeccioné una porción de la playa en la que un humano sujeto a una especie de altar de piedra era rodeado por cinco personas, que danzaban y emitían incomprensibles gritos a modo de canto. Se trataba de una clara víctima de uno de los numerosos grupos nativos de brujos que rondaban las Islas, siendo la mayoría muy conservadores y antiguos. No supe por qué ni cómo, pero algo en mi interior me forzó a ayudar al pobre hombre, quien probablemente sería sacrificado. Pensé por algunos minutos hasta que concluí en un plan. Tomé de mi mochila un cuchillo arrojadizo y lo posé en mi mano izquierda. Con mi mano libre empleé mi telequinesis para hacerlo levitar y luego lo conduje a una velocidad acelerada hacia una de las cuerdas que ensogaban al hombre en el altar. Cuando impactó, liberó una de las extremidades del hombre.
Escondido detrás de un arbusto voluminoso continué ejerciendo mi magia. Comenzaba a consumir más energía de la que pretendía gastar esa noche, era como si hubiese comenzado a hacer exigentes ejercicios musculares repentinamente. Moví mi mano mientras metros más allá el cuchillo arrojadizo realizaba los movimientos que le ordenaba. Tras varios movimientos el hombre quedó totalmente libre del altar, mas no se movió por las personas que lo amenazaban con la mirada a su alrededor. Una vez más, el cuchillo se desplazó por el aire, rasgando las tiendas de los indígenas que comenzaban a percatarse de la presencia de algo extraño. Corté las sogas que mantenían las tiendas en pie, las cuales cedieron al instante. Comencé a jadear pues a pesar de que sólo hacía levitar un cuchillo, debía desplazarlo a grandes velocidades y empleando mucha presión. Me sorprendió el hecho de que ninguno de los indígenas notara que se trataba de la magia de un brujo, algo que noté en sus rostros ya que miraban frenéticos hacia todas direcciones como si supieran que alguien o 'algo' los había encontrado cometiendo un crimen. Su danza y cantos cesaron mientras se colocaban en posición defensiva sin percatarse de mi presencia aún. Sin dejar de realizar movimientos con el cuchillo, con mi telequinesis, lancé una serie de ramas al más joven de los hombres que se cubrió atemorizado por desconocer la situación.
La hoja del cuchillo brillaba con la luz lunar aunque se volvía totalmente invisible cuando la cubría la sombra de alguna palmera. Procurando mantenerme en el sigilo, produje varios cortes en la espalda del que parecía ser el líder. Luego el filo de la hoja se paseó con cariño sobre el brazo de una de las mujeres, que empezó a sangrar entre alaridos. Como si la naturaleza me apoyara, un potente viento comenzó a agitar el fuego de las antorchas -el cual flaqueaba por instantes- y a arrastrar granos de arena sobre el suelo. Me puse de pie, aún oculto e hice complejos movimientos con las manos mientras el cuchillo danzaba paralelamente a unos metros de donde me encontraba, produciendo finos cortes superficiales en la piel de los hombres y rozando la de las mujeres. Estas últimas huyeron con temor, diciendo que habían hecho enojar a los dioses y un espíritu maligno los acechaba. Finalmente los hombres imitaron a las mujeres ya que el que antes era su prisionero se preparaba para luchar.
Me mostré ante este último, quien pareció alegrarse por mi presencia. Se dirigió a sus pertenencias y al señalar una de madera entre ellas dijo: - Llevaba estos huevos de pascua al mercado de Lunargenta. Pero te mereces uno y de los mejores. - Tomó los huevos de pascua uno por uno y los agitó junto a su oído, comprobando algo que no entendí en el momento. Aparentemente encontró algo en uno de los huevos, pues me entregó el que sostenía en sus manos. En ese momento me invadió una abrumadora sensación de mareo mientras la vista se me nublaba. Comenzaba a perder el equilibrio levemente y me llevé una mano a la cabeza. Fue entonces cuando noté dos heridas del tamaño de un punto, situadas una a centímetros de otra. "Una... una serpiente..." pensé frunciendo el ceño con temor. Era preso de la debilidad, pues el veneno que corría en mis venas en adición al prolongado uso de mi magia presentaban un gran gasto energético. Sin darme lugar a reaccionar por mi atonto, el hombre se acercó y me besó. Abrí los ojos como platos y mi nariz se arrugó cuando el hombre se separó de mí. - Me agradas, por raro que te parezca. - Dijo el hombre. Guiñó uno de sus ojos y se embarcó en el pequeño bote que lo esperaba en la orilla. De allí me lanzó una bolsa cuyo contenido metálico resonó al agitarse en el aire.
Curioso, abrí la bolsa y luego, el huevo.
Nafen
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Re: Huevo de pascua y el prisionero de los salvajes
Recibes:
*Antídoto general único: tiene 10 tragos, y uno te basta para sanar del veneno. Puedes usarlo en roles siempre que envies un mp. Puedes dar de beber a otros envenenados.
*Burbujero mágico: Las burbujas serán de colores y podrás ver diversas imágenes en ellas. En el ambiente podrás oís hermosas melodías de la naturaleza, que permitirán relajar y pasificar a todos quienes estén alrrededor. Para su uso en roles, deberás enviar un mp a master.
*Recibes 15 monedas de pascua que puedes gastar en la Pastelería de Rosmerta y Gorn.
◈Pastelería: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
*Recibes 450 aeros.
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- Antídoto:
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- Burbujero mágico:
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- Monedas de pascua:
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Ansur
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