Empieza el show. (Wood, Keyan, + libre.) (Cerrado)

Tal y como habían acordado, Wood y él, en tres horas el Ecutauro se presenta en el lugar acordado para encontrarse, con el iban dos personas, un brujo de aspecto distinguido pero oscuro y ojos castaños y una niña de unos doce o trece años, con una túnica sencilla, pelo rubio y ojos azules. Él había cumplido con lo que Wood le había pedido, ahora nervioso he inquieto, no dejaba de mirar a un lado y otro esperando verla aparecer en cualquier momento. Estaba apoyado contra una pared con los brazos cruzados y un pie apoyado en a misma pared. La niña se entretenía hablando con el brujo, el cual mantenía un aire distinguido con su nariz aguileña la cual le daba el aspecto de que siempre miraba a todo el mundo por encima del hombro.  También esperaba que el caballero Keyan se presentara, había pagado unas monedas a un chiquillo sucio para que fuera a buscar al caballero Keyan, pues el ecutauro quería darle la oportunidad al caballero de ayudarlo, pues sabía que supondría un “punto” para el honor del caballero y además no vendría mal contar con la ayuda de una manos experta en el uso de la espada.


-Espero que todo le haya ido bien…-Se dice el ecutauro a si  mismo, con cara de preocupación mientras espera a la licántropo.


Se frota una mejilla un poco y sonríe algo embobado, recordando los apasionados momentos que habían pasado juntos… Era tan irreal, tan extraño que a veces dudaba de que en verdad hubiera hecho el amor con una hembra como ella… aunque más que amor, lo suyo era lujuria he instinto animal, quedaría más correcto decir que se habían apareado, a falta de una palabra que sonaba bastante peor que esa, al menos para gusto del joven potro. Mientras que espera, termina sacando su espada, se acuclilla en el suelo apoyado contra la pared, y empieza a pasar un trapo por la hoja de su espada, para pulirla y sacarle brillo. También llevaba su arco ecutauro que había conseguido recuperar y sus dagas, aunque son suerte no tendrían que recurrir a las armas y con el engaño bastaría para acabar con todo aquello, solo esperaba que el brujo cumpliera bien su papel.

En nada había llegado a las oficinas de Morgan Macluff. Lo difícil fue que sus idiotas atendientes dejaran que pasara a su oficina personal. Me costó bastante labia poder llegar hasta él, sólo para que me cerrara la puerta en la cara no bien haberme visto. Tuve que hacer uso del recurso “Julien” y decirle que venía de su parte. Solamente entonces, la puerta cedió lentamente, dejando ver la figura de un hombre en sus cuarentas, delgado, bien vestido, con ojos impacientes y curiosos. Sonreí mentalmente y saqué de entre mi ropaje el paquete que me había sido encomendado.

Frente al escritorio y en las espaldas del hombre que se había sentado frente a frente conmigo, se encontraba un gran y ostentoso reloj de pared. Lo miré al sentarme y cada tanto durante todo el tiempo que estuvimos hablando. Dos horas de intensa negociación, antecedida por una breve introducción y discusión de nuestras metas, la apertura del saquito verde, mis requerimientos y finalmente la conclusión: Morgan hablaría con un sindicato y llevaría a sus marinos como contingente para hacerle frente a Celestino, a por las buenas o por las malas.

Habían suficientes pruebas para hundirlo, pero por política no se había hecho nada hasta ahora… momento en el que una pequeña coima entraba en escena. Me adelanté a Morgan hacia el puerto mientras él resolvía algunos temas burocráticos y reunía sus propias tropas.

Dar con mi amado no fue difícil. Me sentí como una niña pequeña cuando alcé la mano para saludarle, pero recordé el tema de la discreción y todo eso, por lo que me limité a agachar la cabeza e irme entre la penumbra hasta donde estaba acuclillado. Eché un vistazo a los alrededores. El sol estaba por ponerse en un horizonte lejano y tranquilo. Era el preludio perfecto, la calma antes de la tempestad.

Te extrañé le dije entregándome a sus brazos y besándole con cariño. Están en camino, no tardarán mucho en aparecer… me aparté un poco de sus brazos Veo que has dado con lo que necesitábamos tu entrada tendrá que ser en breve. Chy nos avisará cuando esté llegando nuestro contingente. Por ahora… me giré hacia él y le robé otro beso deberíamos repasar el plan y esperar en las sombras nuestro tiempo. La adrenalina era mucha y no me podía estar quieta. Balanceaba mi mirada entre él y los actores y me preguntaba que tan buenos podrían ser por esas fachas... pero confiaba en el destino y en Philip.

El joven ecutauro empezaba a preocuparse he impacientarse un poco cuando escucha el sonido de unos pasos conocidos, el aire le trae el aroma de Wood antes de verla, se pone en pie y estrecha a la mujer cuanto esta se lanza a sus brazos, él la sujeta con fuerza por la espalda, apretándola contra su pecho, hunde su hocico en los cabellos de ella, besa su cuello y luego le devuelve el beso que ella le pide, uniendo sus labios y un poco sus lenguas, pues el ecutauro siente la mirada clavada de la niña y el brujo que había contratado, en ellos y le hacía sentí un poco incómodo.


-Yo también te extrañe cariño…-dice mientras la deja apartarse un poco de él, pero acaricia las mejillas de ella, con los pulgares, mientras le sujeta con delicadeza el rostro y la vuelve a besar, con suavidad.- Sí, me costó un poco pero logre dar con las personas adecuadas.- dice asintiendo con convicción. - Bien, esperemos pues.- Dice mientras la atrae hacia él, el ecutauro se apoya contra la pared, hace que ella apoye su espalda en su pecho, y el la rodea con los brazos, acariciándole el estómago y posando su hocico equino en uno de los hombros de ella, dándole besitos, nervioso he impaciente por que todo aquello hubiera acabado ya. –Sí, deberíamos repasarlo, no hay que pecar de confiados…-dice el ecutauro, que alza la mirada de repente al escuchar una voz masculina conocida.

-¡Oh! Lograron dar contigo…-dice mientras se aparta suavemente de Wood, se acerca al caballero y le estrecha una mano, sin hacer mucho caso a la reverencia de este.- Me alegra poder contar con vuestra ayuda Keyan…-El ecutauro hace un gesto con una de sus manos quitándole importancia.- No te preocupes, Wood y yo conseguimos toda la información que necesitábamos..-señala con un gesto de cabeza a las personas reunidas.- Wood tiene un plan, será mejor que lo escuchemos todos, si tenemos suerte, el único que morirá esta noche será el maldito capitán…-dice con voz algo lúgubre, mientras invita al caballero a ir junto a los demás para ponerlo en conocimiento del plan ideado por Wood.

Me dejé llevar por Philip, él tenía un algo que me hacía vibrar a su paso, aunque tengo que admitir que me cabreó un poco que se cohibiera por las miradas. Hecho que quedó en el pasado cuando volvió a prestarme la atención que demandaba.  Reverencié a Keyan, al mago y a la niña. Se está haciendo la noche caballeros… carraspee un poco y jovencita tomé de la mano a mi compañero, le miré el rostro, tomé una bocanada de aire y largué toda la información.

El caso es, que este joven a mi lado se supone que no existe, está muerto y mal enterrado. Y ustedes señalé a los dos extraños se harán cargo de que mucha gente lo crea. Tú jovencita, te harás pasar por una médium, serás una niña inocente que pregunte por el capitán Celestino y le achacarás a él que el fantasma te persiga en pena. Dirás que es genial y todo pero que realmente le odia y quiere venganza.

Miré a los presentes y observé a la joven hasta que asintiera con la cabeza. En realidad debía ser muy valiente, una buena actriz o se estaba muriendo de hambre… aunque a juzgar por sus ropajes no la pasaba tan mal. Miré al brujo, parecía bastante hosco y francamente su semblante no me daba muy buena espina; procuraría tenerlo bajo cierta vigilancia. Usted, se hará cargo de darle credibilidad a las palabras de la niña cuando ella invoque al fantasma. Nadie puede saber lo que está haciendo o la naturaleza de su especie o todo se echará a perder.

Miré a Philip y escalé hasta su oreja para susurrarle Nadie dice nada… me pone nerviosa hablar frente a la gente le di una suave mordida en su oreja y le miré intensamente a aquellas esmeraldas que tenía por ojos. Le mandé una mirada cargada de sentimientos de cariño, o al menos eso intenté para finalmente llevar una mano a un bolsillo. Cielo, esto es un polvo blanco, necesito que te lo eches en el cuerpo para darte una apariencia de mas muertito… ya sabes. Le guiñé un ojo y le sonreí.

Finalmente Keyan, quiero que te mantengas al margen de esto, que te cueles entre la gente y cuando encuentres un momento te cueles a la habitación del capitán para robar cualquier registro de la existencia de Philip. También tienen que desaparecer todas las cartas de navegación. Miré a todos, moviendo mi vista de uno en uno. En cuanto Philip termine, comenzaremos. Al llegar el capitán Macluff podrán retirarse. ¿Alguna pregunta? Busqué a mi compañero con la mirada, expectante por si me pedía ayuda con partes a las que podría no llegar para terminar de empolvarse.

El Ecutauro que estaba apoyado en la pared, cruzado de brazos de nuevo mientras dejaba a Wood espacio para hablar a los demás, se sorprende un poco cuando la licántropo se le echa un poco encima, sus manos van automáticamente a la cintura de ella, para sujetarla contra él mientras esta le susurra algo.

-No te preocupes cariño, son gente competente, me informe bien sobre ellos…-dice con una sonrisa con la que pretendía tranquilizar a la mujer, cuando siente como esta le muerde una de sus orejas equinas, se le escapa un pequeño relinchito de sorpresa y sumisión, muy bajito que solo ella pudiera escuchar.

Toma el saquito de polvos blancos que ella le da, mira el interior con una mueca y olfatea los polvos.

-Espero que el olor y el polvo se quite con un buen baño…-alza su mirada de ojos verdes a la mujer.- Espero contar con tu ayuda para eliminar estos polvos de mi cuerpo cuando todo esto haya acabado.- dice guiñándole un ojo, mientras empieza a aplicarse el polvo generosamente por los brazos, el torso y el rostro, antes de ir bajando hacia sus piernas.- ¿También por encima del taparrabos?.- pregunta mientras se embadurna el estómago y los costados.- Me tendrás que ayudar con la espalda…-le índice a Wood.

El ecutauro mira hacia el caballero cuando Wood da las explicaciones de la parte que le tocaría hacer al hombre armado, el caballero parecía algo dudoso o al menos no muy convencido de todo aquello, Philip esperaba que Keyan no tuviera problemas en participar en una misión tan llena de engaños y sombras.

Una vez Philip estuviera embadurnado de aquel polvo blando que le había dado Wood, y la noche se apoderase de las calles, la niña u el brujo irían a tomar sus posiciones, a la espera de recibir la señal de Wood que pondría todo en funcionamiento. Con suerte al finalizar todo aquello, tendría en su poder la respuesta de como volver a su hogar y por supuesto, protegerlo de otras incursiones de esclavistas.

Como siempre Philip se portó muy atento conmigo, reafirmándome y ayudándome con lo necesario. Por mi parte, me contenté con terminar de embadurnarlo con ese polvo que me hacía picar la nariz. Ciertamente me sonrojé con su comentario de quitarle el mismo y pensé en una respuesta juguetona, torciendo la boca para responderle; pero no tuve la ocasión de hacerlo. La niña desconocida contratada por el ecutauro se estaba fijando en algo con cierta seriedad… y menos mal que fui a verificarlo, porque a la lejanía se veía el distintivo estandarte de nuestro capitán aliado.

Le robé un beso a mi querido y partí para integrar las filas del capitán de nuestro bando, no sin antes dedicarles un gesto de buena suerte. Los hilos comenzaban a ser tirados por la rueca del destino. No había marcha atrás. Me colé entre los lacayos de MacLuff y asumí una posición a su derecha, presta para escuchar y dar alguna opinión por si algo salía mal. Nos acercábamos lentamente, observando el sol de frente como se escondía tras la línea delgada del horizonte.

Más adelante, se estaba desarrollando la escena que habíamos predispuesto. Sólo me interesaba saber, cuáles serían las reacciones de todos. Traté de parecer un poco sorprendida al llegar al lugar y ver a los marinos de Celestino todos en la cubierta, observando algo. Algunos transeúntes también hacían una especie de semi círculo alrededor de un pequeño espacio al lado del barco que llevaba el mismo nombre que su capitán además de un tritón distintivo en su proa.

Capitán… le dije con un tono que denotaba nerviosismo mientras me ponía a su lado para verle mejor e interpretar cualquier señal.

Muy interesante. Acerquémonos dijo él después de haberse detenido algunos segundos. Probablemente el show estaría en su punto álgido, y rogaba a cualquier deidad que nos estaba haciendo el favor, que todo estuviera resultando bien. Ahora todo dependía de una buena actuación y lo que se les ocurriese en el momento. Sabía que las pequeñas podrían llegar a tener una inventiva macabra, pero mis nervios no estaban preparados para lo que vería.

Por suerte, todo sucede tal y como se había planeado, la niña y el brujo cumple su parte, la niña con su actuación como adivina y el brujo, escondido consigue dar el realismo suficiente a Philip para que el capitán Celestino picara el anzuelo. Mientras tanto Keyan y alguna otra persona, se cuela en el despacho del capitán, consigue los mapas o cartas de navegación para llegar al hogar de los ecutauros y prende fuego al resto de documentos. Una vez dada la señal, el capitán Morgan ataca con sus hombres, organizándome un pequeño enfrentamiento entre bandas de piratas, esta situación es aprovechada por la niña, el brujo, Wood, Keyan y Philip para escabullirse del lugar y buscar refugio. La niña y el brujo reciben su pago tal como se acordó y vuelven a sus respectivos lugares de origen. Philip agradece mucho a Keyan ,o a la persona que consiguió los documentos del despacho de Celestino y promete que siempre será bienvenido a las tierras de lo ecutauros. Después de eso, Wood se tiene que marchar a cumplir algún tipo de misión y parece que no volverá con Philip, al menos eso piensa el ecutauro tras la larga ausencia de mas de dos meses de la licantropo, el ecutauro debe quedarse un tiempo más en Lunargenta para conseguir dinero y provisiones para el largo viaje que le espera. Y durante el tiempo de ausencia de Wood, podría pasar muchas cosas.