[Cerrado] Pequeño, peludo y roto [Interpretativo-Libre] [1/2]

Con un largo bostezo seguido de un estiramiento exagerado Níniel dio por finalizado el estudio del libro de alquimia que tenía delante dejándolo sobre la mesita del pequeño espacio diáfano de su habitación que hacía las veces de recibidor y pequeña sala de estar. Y es que su habitación aunque cómoda y confortable contaba con un tamaño bastante reducido en que solo entraba un dormitorio, un cuarto de baño propio que podría considerarse como un pequeño lujo y la pequeña salita nada más cruzar la puerta, donde estudiaba y practicaba alquimia con su kit de instrumentos portátiles, al menos cuando no podía hacerlo en el hospital donde pasaba mucho de su tiempo echando una mano y donde contaba con la confianza de buena parte de los empleados devuelta como pequeñas ventajas como poder usar su equipo de alquimia de vez en cuando.

Se levantó y se acercó a la ventana para comprobar qué hora era, descubriendo que, una vez más, como solía ser costumbre, había perdido la noción del tiempo y había pasado más horas de las que pretendía en un principio absorta en sus estudios y prácticas. Ya era de noche, cerrada de hecho, y parecía que era una de esas noches especialmente frías en las que una sentía escalofríos de alivio por contar con un techo sobre su cabeza y un posadero que gustaba de mantener el fuego siempre encendido para comodidad propia y de sus clientes. Sobre la cama Geralt dio un salto mortal emitiendo un chillido con el que parecía querer mostrar su acuerdo con los pensamientos silenciosos de su dueña. La ardilla blanca disfrutaba más de las comodidades que la propia elfa eso estaba claro, incluso en el bosque prefería un confortable lecho de plumas que los árboles, los cuales consideraba eran solo para jugar o para tirarle bellotas y piñas a cualquiera que entrara en "sus dominios" menos a la propia Níniel.

-Creo que bajaré a ver si a Beor puede prepararme algo de comida...¿Quieres venir?.- Le preguntó la peliblanca a su mascota percatándose de que enfrascada en sus asuntos no había probado bocado desde el mediodía y su estómago comenzaba a mostrar su desacuerdo con semejante despiste. Seguramente la hora de la cena había pasado ya y el posadero y su familia habrían apagado ya los fogones, pero sabiendo lo descuidada que era su huésped, a al que casi consideraban una más de la familia, solían guardar algo de guiso o fruta para ella. Geralt se subió ágilmente al hombro de la sacerdotisa a modo de respuesta y juntos salieron de la habitación y descendieron los escalones hasta el salón principal de la posada donde a pesar de lo que solía ser habitual a esas horas tan tardías quedaba un parroquiano. O al menos eso pensó la elfa antes de darse cuenta de que no era ningún parroquiano si no Bio, el vampiro pelinegro. ¿Qué hacía allí? No podía saber dónde vivía, ¿O si?. El vampiro ya habría oído sus pasos en la escalera así que no había motivos para detenerse, continuando su camino se acercó hasta su mesa pasando por delante de la barra, donde Beor señaló al pelinegro y le comentó que necesitaba ayuda con un cachorro.

Níniel se acercó hasta él y le saludo con cordialidad. -Bio, es toda una sorpresa encontrarte aquí, ¿Acaso debo preocuparme?.- Enseguida se fijó en el cachorrito sobre la mesa que se quejaba lastimosamente pero aún así seguía mirando a Bio como si confiara en que su dueño le ayudara a pesar de haber sido el causante de su dolor. Era una cosita super mona y super tierna con unas orejotas larguísimas y adorables. -¿Qué le ha pasado?- Preguntó pasando una mano con cuidado sobre el cachorro percibiendo con su magia que se encontraba herido. -Tiene rota al menos una costilla...No me extraña que se lamente.- Geralt había bajado de un salto del hombro de la peliblanca y miraba con curiosidad al cachorro, quizá tratando de mostrar empatía por su camarada peludo.

-¿Os atacó sin provocación alguna?.- Comentó la peliblanca ante la historia que el vampiro estaba contando. Pensando en que por alguna extraña razón le costaba creer que alguien se enfrentara al vampiro sin motivo, teniendo en cuenta que por lo que sabía de Bio media Aerandir debía de tenerle en su lista negra y el número de motivos para querer su cabeza era bastante elevado, bien por desbaratar los planes de un buen número de maleantes, bien porque le perseguía su antiguo gremio de asesinos o por el mero hecho de ser un vampiro y por ello el objetivo de no pocos cazarecompensas, o fanáticos cazadores de malditos. La peliblanca sabía que el pelinegro sabría lo que estaba pensando pero no le importó, no era ningún secreto entre ambos que aunque se había cimentado entre ellos una extraña amistad y confianza, cada uno venía de un mundo totalmente distinto que no llegaban a comprender. Níniel nunca olvidaría que fue un asesino y Bio seguramente pensaría que la elfa era demasiado envarada e intransigente pero aún así, de algún modo, habían acabado aceptándose. -Puedo curarle, sí, no será ningún problema. Es un lugar delicado para recibir un golpe, pero fácil de sanar.-

Instó al vampiro a dejarle espacio ante el herido animal y tras comprobar que su primer diagnostico era correcto, comprobando que no tuviera sangre en la boca, que sus dificultades para respirar fueran a causa del dolor y que no hubiera más daños, colocó las manos sobre el cachorro y comenzó a sanarlo cuando las palmas de sus manos comenzaron a brillar con una luz cálida y reconfortante. Níniel notaba como el hueso volvía a su sitio y el daño que su rotura y desplazamiento había causado en sus órganos internos, leve por suerte, era reparado. En un par de minutos el resultado fue el equivalente a que nunca hubiese sufrido aquel golpe. -Esto ya está, ya puede hacer lo de siempre con total normalidad, comer, jugar...Sin temor alguno.- Sentenció la elfa echándole un último vistazo y recibiendo un cariñoso lametón en la cara al acercar su rostro demasiado para revisarle. -Es más agradecido que muchos pacientes.- Comentó al respecto acariciándole bajo el cuello y logrando que el cachorro se pusiera panzarriba buscando más carantoñas.

-¿Qué vas a hacer ahora?. Si ese sujeto dijo que quería vengarse de ti, incluso aunque no sepas por qué, te estará buscando. Si te encontró una vez te encontrará otra y no me gusta como suena eso de que sea mucho más fuerte que tú...Debe de ser un gigante forzudo tan grande como Beor o incluso más.- Miró en dirección hacia el fornido posadero de brazos gruesos como troncos de árbol claramente contrariada por imaginar que pudiera haber un humano aún más fuerte. Debía de ser grande como una montaña y especialmente temible si preocupaba al vampiro, al que había visto enfrentarse a muchos y peligrosos adversarios con éxito...Y alguna que otra herida. -Quedan pocas horas para el amanecer.- Le dijo al oído para que Beor no captase esa referencia y llegara a conclusiones peligrosas.-

Sobre la mesa la ardilla blanca había comenzado a jugar con las orejas del cachorro con sus manitas y éste a su vez movía la cola contento e imitaba posturas de acecho tratando de atrapar a la ágil mascota de Níniel que era demasiado rápida para sus torpes intentos y parecía disfrutar de ello comenzando a chillar demasiado alto para las intempestivas horas que eran. -Geralt, compórtate, no son horas para esos chillidos.- Obediente la ardilla se detuvo, momento que el perro aprovechó para atraparle y chuperretearle entero, dejando a Geralt con cara de circunstancias, causando que Níniel no pudiera evitar reírse con su característico tono melódico.

Cuando Bio terminó de hablar, incluyendo con palabras casi susurradas confiarle su plan de acción a Níniel, la peliblanca se quedó pensativa dándole vueltas a toda la historia en su conjunto como no pudo hacer mientras sanaba al pequeño cachorro. Tal y como sospechó desde un principio, el pelinegro si que tenía cierta idea de quién era su corpulento agresor o al menos en nombre de qué grupo podría estar actuando. Desde luego que la elfa se acordaba de los insidiosos escorpiones y su robo de órganos para la fabricación de poderosas pociones más allá de la ética de cualquier alquimista de bien y por supuesto de la ley, no era ninguna grata noticia saber que a pesar de todos sus esfuerzos aún siguieran activos y haciendo de las suyas. Tampoco saber que aquellos guardias humanos, que a pesar de sus temores tan útiles habían resultado a la hora de acabar con esos horribles criminales, al final no habían clausurado aquel lugar donde los escorpiones realizaban sus oscuras labores. No solo eso, si Bio estaba en lo cierto el ataque sufrido podría no ser un incidente aislado si no el principio de una venganza en la que ella misma sería un objetivo. Si unos meses atrás se hubiese enterado de algo así le hubiese dado un ataque sin duda y habría entrada en pánico, pero con todo lo que había vivido desde que saliera por primera vez de su hogar, la verdad es que poder estar en el punto de mira de una organización asesina y guardias corruptos, aunque preocupante, empezaba a ser algo...Normal. Por ello pudo mantener la mente calmada y mostrar su temor únicamente con una leve mueca de sus labios.

-Es todo un problema...No te preocupes, puedo cuidarme sola y aquí estoy como en casa. Se podría decir que tengo amigos en la guardia y que esta gente es como de mi familia y sabría avisarme del peligro.- Respondió dejando que el pelinegro tocara su mano y agarrándola, mirándole a los ojos directamente con confianza y esbozando una sonrisa. -No he vuelto a ver a Elen, aunque conocí a su hermano en Vulwulfar. Creo que ambos son de los que no paran mucho tiempo quietos en el mismo sitio...Pero desde luego que ella sabe defenderse...Si alguien la mira mal...- Imitó un gesto de lanzar rayos que dejaba claro cuál creía que era el destino de los enemigos de la bruja. En ese momento, Aunque el vampiro disimulaba bastante bien, la peliblanca se percató de que parecía si no malherido, al menos dolorido...Hombres y su orgullo...Aunque resultaba mono preocupándose por el perrito antes que por su propio bienestar.

-No te lo tomes a mal pero ni siquiera sin esta amenaza pendiendo sobre tu cabeza  serías el dueño idóneo para un cachorro...Yo puedo ocuparme de él, nos hará compañía a Geralt y a mi. Parece que le gusto.- Sonrió una vez más al oír llamar a Beor fortachón. -No miente, suele estar casi siempre llena, buen fuego, comida y bebida sustanciosa y habitaciones limpias, entre los humanos es un lugar de categoría.- Guardó silencio un momento mirando con atención al pelinegro de arriba a abajo y tras hacer una nueva mueca con la que parecía querer decir "Si no hay más remedio" compartió con Bio sus pensamientos. -Podrías venir conmigo a mi habitación.- Dijo, e inmediatamente se sonrojó porque tal y como lo había dicho podría malinterpretarse.- Quiero decir, tengo un sofá cómodo y grande, puedes usarlo. Así de paso te echo un vistazo...A tus heridas digo, y te preparo algo para el dolor. Además no tienes que inventarte nada para cerrar las cortinas- De nuevo se dio cuenta tarde de que eso último también había sonado especialmente mal. Manteniendo la compostura como pudo pero totalmente roja se giró rumbo a las escaleras. -¿Qué dices?. Al fin y al cabo si estoy metida en un lío es culpa tuya, podrás cuidar de mi mientras pensamos qué hacer.-

Bio no era para nada de ayuda y a pesar de los intentos de la peliblanca de hacer que sus palabras no pudiesen ser malentendidas o vistas con doble sentido el vampiro no dejó pasar ni una aumentando el enrojecimiento de la elfa que notaba como le ardían incluso las puntas de las orejas. Aunque al menos tras comenzar a reírse consiguió que la vergüenza diera paso a cierto enfado casi infantil y por fin pudo rebajar su sonrojez. Menos mal que el pelinegro pareció tomarse su reacción a broma y no como una especie de deseo impuro reprimido porque lo cierto era que la sacerdotisa era muy fácil de sonrojar y en más de una ocasión aquello había llevado a dar a entender lo que no era ni por asomo, como era el caso aquella noche. Sencillamente no estaba acostumbrada a tener a hombres en su habitación, de hecho si su madre se enterara le diría un par de cosas sobre cómo debía comportarse una dama élfica, pero era un amigo y necesitaba ayuda, dejarle a su suerte sería peor que tenerle durmiendo cerca.

-Eres de lo que no hay...Te parecerá bonito, me has entendido a la primera así que no te burles...- Dijo mientras comenzaba a subir las escaleras que conducían a la primera planta haciéndole un gesto a Beor para que no se preocupara ni intentase partir en dos al pelinegro. Geralt, entendiendo que volvían a la habitación se apresuró a saltar al hombro de la peliblanca usando la cabeza del propio Bio como escala hasta su objetivo y desde allí arriba le miró como si hubiese encontrado gracioso haber hecho aquello.

-¿Un nombre?, bueno creo que puede esperar un poco más para recibirlo, no me gustaría precipitarme en una decisión tan importante y ponerle un nombre que no le pegue. Siendo tan pequeño y mono y teniendo esas orejas...Lo primero que viene a la mente es Terry...No me preguntes por qué.-

La habitación de la peliblanca era la última del pasillo a la derecha y se notaba que la familia se preocupaba por su inquilina especialmente pues a parte de estar totalmente limpia era la única con flores frescas al lado de la puerta en el pasillo. Abrió la puerta con la llave e invitó a pasar al vampiro primero. Era un lugar pequeño pero cómodo y acogedor y todo estaba perfectamente limpio y ordenado, incluso la cama estaba perfectamente hecha y sin una sola arruga en las sábanas. No había nada de ropa tirada o mal doblada ni un solo frasco del pequeño set de alquimia fuera de su sitio. Sobre la mesilla al lado del prometido gran sofá de la entrada descansaba el gran tomo de alquimia avanzada (Y peligrosa) que la peliblanca obtuvo de la mansión Vivant y que entre otras contenía la fórmula de la poción que volvía niños a los adultos y la que convertía a los hombres en mujeres. Muchas de sus páginas estaban escritas en un idioma antiguo y extraño que Níniel no entendía. La habitación tenía dos ventanas, una en la entrada, cerca del set de alquimia y la otra al fondo, cerca de la cama.

-Hogar dulce hogar. Tengo mantas en el armario por si tienes frío.- Le comentó a su invitado mientras Geralt trataba de compartir con su nuevo amigo de cuatro patas su alijo de bellotas bajo la cama, aunque no estaba tan complacido de tener allí a Bio que sufrió uno de los terribles bombardeos con bellota de la ardilla blanca aunque sin la "peligrosidad" de la altura de un árbol a su favor. -Pórtate bien Geralt...¿Qué te parece?, no es un palacio pero cumple de sobra. Hay un pequeño baño por si quieres limpiarte un poco. Iré preparándote algo y revisaré tus heridas.- Sobre el cabecero de la cama había un trozo de tela bordada con caracteres élficos de hilo de plata que rezaba "Halam'shivanas, dirth'ena enasalin".

Un preparado de curación básica resultaba sencillo y rápido de preparar y era cuanto el vampiro parecía necesitar. Seguramente aquel atacante lograra conectar un par de golpes y Bio trataba de hacerse el duro lo cual delante de una sanadora era una estupidez en más de un sentido. Ni que fuera a pensar que por sentir dolor era menos hombre, más bien todo lo contrario, si con todos los líos en los que había visto meterse al vampiro no hubiese necesitado nunca de sus cuidados, entonces si que hubiese empezado a pensar cosas raras...Claro que era un vampiro, tampoco hubiesen podido ser sido tan, tan raras después de descubrir aquello. La poción consistía en pétalos de flor azul y ala de mariposa pulverizada, una mariposa normal, otros tipos de mariposa como la azul se usaban para otro tipo de pociones cuyo propósito era fortificar las aptitudes mágicas de quien las consumía y eran comunes entre los maestros de runas de su pueblo. Una vez pulverizadas las alas se mezclaba con agua destilada o de manantial si se disponía de ella, que no era el caso, hasta obtener una pasta con la textura deseada basándose en la experiencia del alquimista y sus conocimientos. Tras un tiempo breve de reposo que se usaba para destilar la esencia de los pétalos de flor azul solo hacía falta mezclar la esencia con la pasta de polvo de alas de mariposa y añadir un espesante de propiedades sanadoras como la sustancia del corazón del tallo de la seta brillante y luego con la pasta de alas de mariposa para hacer un ungüento. Pronto la peliblanca lo tuvo preparado y así se lo hizo saber a su invitado.

-Bien, vamos a ver...Y Esta vez sin tonterías por favor o usaré mi magia y ya sabes que aunque útil no es tan agradable. Quítate la camisa.- Colocando un poco del preparado alquímico en las manos la elfa se sentó delante del vampiro para comenzar a aplicárselo con el cuidado y suavidad que la caracterizaban.

-¿Realizas alguna clase de prueba sobre hasta dónde llega mi paciencia Bio?, cualquiera diría que quieres que te haga daño a posta...- Respondió la peliblanca su nuevo intento por sacarla de sus casillas que de nuevo había logrado que le subieran los colores al hacerla pensar de modos más allá de los estrictamente médicos. En otra situación la elfa podría responder con algún comentario afilado pero al tenerlo realmente medio desvestido en su habitación le resultaba imposible evitar que la sonrojez la delatara y de poco serviría tratar de responder pues ya era tarde para ocultar aquel punto débil al malévolo vampiro, y es que Níniel era la chica más vergonzosa del mundo cuando las cosas, incluso de broma, iban por esos derroteros. -Para ya y deja que te aplique el ungüento...Por esto prefiero a los pacientes inconscientes o sedados...De hecho debería sedarte...- Dijo respirando profundamente para devolverle el pulso firme a su mano y comenzar a aplicar el preparado con cuidado, procurando que le resultara agradable y no doloroso aunque un poco si escocería. Si hacía un solo comentario más no obstante no se hacía cargo de lo que pudiera pasar por lo que la sacerdotisa decidió conducir la conversación por otro camino menos...Violento.

-Eres demasiado literal con la traducción, pero si. A través de la aceptación del deber, todos tenemos uno, encontramos y hacemos el camino a la realización, al éxito como personas, a la victoria en la vida, incluso aunque sea difícil. Fue un regalo de mi madre cuando me envió a aquí por primera vez. Es difícil para un elfo vivir en una ciudad de piedra, con naturaleza domesticada por todas partes...Y el olor...Esa frase me anima, me insta a no rendirme.- Le confesó a su invitado mientras continuaba extendiendo con sus manos aquella sustancia curativa por todas las heridas del pelinegro, levantándose al terminar y encaminandose al cuarto de baño para limpiarse las manos. -Se absorberá enseguida, podrás ponerte la camisa en unos minutos. no mentías al decir que ese tipo era fuerte, especialmente porque tú no eres precísamente débil.- Le dijo alzando la voz mientras vertía un poco de agua fresca en una palangana y se afanaba por no dejar ni rastro del ungüento en sus manos, las manchas de algo así no salían ni con magia y teniendo en cuenta que la práctica totalidad de las prendas de Níniel eran blancas podría formarse un auténtico desastre. Pero no era momento por pensar en ropa, tenían que decidir qué hacer con esos nuevos...O viejos escorpiones.

-¿Qué vamos a hacer?. No podemos escondernos para siempre y aunque no creo que necesite protección habrá que avisar a Elen...Quizá te sorprenda pero creo que lo mejor que podemos hacer en este caso es atacar. Seguramente no se esperen eso. - Hizo una pequeña pausa y recordó al amable doctor que en busca del bien para sus convecinos perdió su casa y la mayoría de sus cosas. -Y a Henry, tenemos que avisar a Henry y al pueblo no siendo que vuelva a darles por secuestrarles y robarles los órganos...Su jefe usaba pociones que le daban fuerza, podría ser algo similar, si no dudo que un humano pueda superarte de ese modo.- La peliblanca pensó para sí misma una maldición. Deberían haber revisado el resto de aquellos túneles subterráneos, asegurarse de habían acabado con aquel mal de raíz...Y no haber confiado en aquellos asustados guardias...Pero cómo saber que iban a permitir que ocurriera una cosa así...Si hasta habían perdido a uno de sus compañeros en aquellos túneles. Procuró calmarse y mantener la mente abierta a otras opciones. -Quizá no sean los mismos...Ese tipo trató de darte una paliza y matarte con sus propias manos...Los escorpiones usaban drogas, inyectores y demás...Además a mi nadie me ha atacado ni he visto nada raro, puedo ser la siguiente o ese tipo estar mintiendo...Debemos dar con él y hacer que nos cuente todo...Con una poción de la verdad.-

Aquello sin duda era más de lo que el vampiro quería saber, muy posiblemente se hubiera contentado con un sí o un no pero hablar de temas que controlaba a buen nivel ayudaban a la peliblanca a mantenerse centrada y a no ponerse en el peor de los casos. Enfrentarse a unos tipos peligrosos ya era de por sí bastante malo, pero que además no supiera por dónde podría llegar el golpe o cuando era mucho más mortificante y complicaba mucho más el intentar ser valiente, especialmente cuando tantas preguntas estaban en el aire, ni siquiera podían saber si los escorpiones y aquel fortachón trabajaban juntos o si esos escorpiones tenían el poder que se atribuían o eran solo palabras para imponer temor. Estaba ocurriendo igual que con el maldito puño carmesí, el enemigo sabía todo sobre ellos, sus nombres, dónde vivían, sus aptitudes....Siempre parecían un paso por delante y capaces de golpear donde quisieran y cuando quisieran, como demostraron atacando en pleno cuartel de la guardia de la ciudad donde se habían infiltrado...Cuanto más pensaba Níniel en ello más similitudes veía con esos escorpiones, salvo que ganaran ventaja con la huída de Bio de su agresor y lo usaran para cambiar las tornas y saber a qué se enfrentaban y dónde podrían devolverles el golpe.

-Espera, ¿dónde vas?. Acabas de decir que nos encontrarán...No puedes irte. Ni siquiera he podido preparar el suero de la verdad, necesito ingredientes y un equipo mejor del que tengo aquí. - Le dijo confundida. Había dicho que necesitaba un lugar para pasar el día no siendo que el amanecer le atrapara en el peor momento o al menos eso había entendido la peliblanca que hasta le había ofrecido el sofá y mantas para que descansara tranquilo. Si el pelinegro solo necesitaba un ungüento y sentarse unos minutos podría haberse quedado abajo y ahorrarle toda la vergüenza que había pasado por llevarle hasta allí arriba y por las constantes bromas picantes sufridas. Además deberían quedarse juntos, cubrirse las espaldas y todo eso...¿Quién podía asegurarles que ahora mismo no hubiese un loco con manos de pinza y adicto a las agujas esperando cerca de la posada a que alguno de los dos se quedara solo?. -Si vas a ir voy contigo- Sentenció la peliblanca en un tono que no admitía reproche o debate alguno. O los dos se quedaban allí o los dos iban en busca de la verdad sobre aquel grandullón y su relación o no con los escorpiones.-Separados somos vulnerables...Además si lo encuentras vas a necesitarme.-

El tono en el que el pelinegro respondió a su proposición de ir con él, bueno proposición no sería el término correcto pues más bien había sido una exigencia, no le gustó nada a la peliblanca. La había avisado de un gran peligro que podría estar acechándola como le había ocurrido a él y luego quería dejarla sola...Aseguraba que la situación era más que peliaguda y luego pretendía ir solo y dolorido a saber a dónde corriendo riesgos de manera inconsciente...Y como siempre Níniel debía ser la voz de la prudencia y el sentido común lo cual era una pesada carga al lado de aquel vampiro que parecía no tenerle miedo a nada, ya fueran bandidos, dragones o una gigantesca bestia marina, pesada como para además recibir por su preocupación malas contestaciones. En cierto modo Bio tuvo suerte de caer al suelo y desmayarse en ese momento haciendo que la elfa acudiera a ayudarle y olvidara de golpe aquel desplante, pues un segundo antes su intención era haberle dado dado un señor tortazo para que recordara que por muchas aventuras que hubiesen vivido juntos y muchas bromas que le permitiese no iba a tolerar, ni esa noche ni ninguna otra que se le faltara al respeto y le respondiera de ese modo cuando su única intención era que no cometiera estupideces, al menos no solo.

El pelinegro farfulló algo antes de caer al suelo, frases que parecían recuerdos de la pelea y que resultarían carentes de sentido para alguien que no conociera las circunstancias. Dos atacantes, no solo uno y algo en su cara...Así habían logrado poner las cosas a favor del gigantón. Alguna sustancia debilitante y que efectaba a los recuerdos, tal y como había sospechado el vampiro mientras aún se encontraba lúcido. La peliblanca supo que haría bien en recordar aquellas palabras sabiendo que podían ser importantes, pero antes de darle vueltas y tras comprobar que Bio estuviese bien, que respiraba con normalidad, su pulso era constante y no había más signos de veneno se apresuró a tratar de colocarlo en el sofá aunque resultó ser demasiado pesado para ella sola por lo que tuvo que conformarse con la alfombra de aquella salita, libre de objetos tras retirar la mesa hacia la pared.

-Así que en la cara...Extraño procedimiento para unos tipos que de ser quienes pueden ser deberían tener toda clase de artefactos para asegurarse de envenenar a sus enemigos...Eso reduce las posibilidades y puede servir para saber qué sustancia es por su utilización, efectos y tiempo entre ellos...- Pensó la peliblanca en voz alta paseándose por la habitación mientras Geralt y el cachorro la seguían con la mirada como si pudieran seguir sus pensamientos. -Bueno Bio me agradecerá que descubra qué pasa...- Dijo arrodillándose al lado del cuerpo del pelinegro y comenzando pasar un trozo de algodón por su cara para ver si era capaz de obtener algunos restos de la sustancia que lo tenía en aquel lamentable estado y con la cabeza hecha un lío. Después, usando la aguja inventada por Chimar le extrajo un poco de sangre y comenzó a trabajar con dichas muestras. Probando varios reactivos, analizando texturas y colores y extrayendo esencias para tratar de detectar algún olor conocido. Trabajar con sangre de vampiro era algo muy poco usual así que también hizo algunas pruebas no relacionadas con el único propósito de aumentar sus conocimientos y saciar su curiosidad, descubriendo algunas cosas interesantes, propiedades únicas de esa sangre, aunque solo cuando supo qué habían usado contra Bio. Estaba enfrascada en dichos estudios cuando el pelinegro despertó y parecía que los efectos del veneno volvían a hacer de las suyas.

-Vivo aquí Bio, es mi casa. Bueno es mi habitación de una posada de Lunargenta.- Dijo siendo más clara para ayudarle a recordar. -Has sido envenenado con Thomyr, sufres sus efectos, debilidad, desorientación y pérdida de memoria, la de corto plazo en tu caso. Tranquilo no es letal y en pocas horas sus efectos desaparecerán completamente. Descansar como dices te vendrá bien. Tranquilo, no dejaré que te de el sol y cuidaré de tí, cuando despiertes todo estará mucho más claro.-

Mientras el vampiro descansaba, Níniel siguió estudiando su sangre a la luz de las velas mientras le controlaba. En algún momento poco después del amanecer el sueño pudo con ella y durmió unas horas sobre su cama sin tan siquiera quitarse las botas. Aún así y a pesar del sueño reparador despertó antes que el pelinegro y ya que no podía arriesgarse a salir de la habitación por si entraba luz desde el pasillo se alimentó todo el día a base de un par de piezas de fruta que tenía por allí y aprovechó el tiempo estudiando y conociendo mejor a su nuevo y peludo amigo, buscando también un buen nombre para ponerle ya que Terry no parecía haber gustado demasiado. Cuando por fin su invitado despertó ya había vuelto a anochecer pero se alegró de que pareciera mucho mejor tras la larga siesta.

-Ya estoy acostumbrada a los problemas, me alegra ver que pareces mucho más despejado.- Le respondió con una cálida y sincera sonrisa. -Además mientras duermes eres mucho mejor paciente que despierto. No pongas esa cara de culpabilidad, para meterme en líos me basto yo solita, no has hecho nada malo.-

El plan de Bio volvía a contar con la parte en la que se separaban y que a la peliblanca no le hacía ninguna gracia pero aún así decidió escucharle hasta el final en silencio y sin protestar. Emboscar a los emboscadores podía funcionar no obstante, si no tuviera tantos cabos sueltos y no dependiera todo de algo que no era más que una suposición. Y es que bastaba con que si que conocieran el aspecto de la peliblanca o si que supieran que se hospedaba en aquel lugar para que todo aquello terminara muy que pero que muy mal para los dos, y por ende para todos los demás posibles implicados en el asunto de los escorpiones si finalmente se trataba de ellos pues nadie podría avisarles del peligro ni de todo aquel asunto de los "otros" túneles subterráneos.

-Al menos aceptas que me necesitas y no pretendes dejarme aquí esperando a que todo se solucione, es una mejora con respecto a tu anterior plan de lanzarte a una muerte segura, pero sigue siendo muy arriesgado. ¿Y si que saben quien soy y que estoy aquí?. Bien podrían estar esperando a que estuviésemos juntos para matar dos pájaros de un tiro o tratar de matarnos por separado pero saber perfectamente dónde estamos cada uno...Eso si son lo que creemos que son. En cuanto salgamos por mucho que te vigile estaremos en un problema y yo no soy una super espía, si vienen a por mí estoy muerta.- Guardó silencio unos instantes mientras pensaba algo mejor, cualquier cosa que al menos les diera cierta seguridad y no se basara en suposiciones frente a un enemigo que había sabido como encontrar no solo a un ex asesino en una ciudad de decenas de miles de habitantes, si no a un asesino vampiro, de noche, en una ciudad de decenas de miles de habitantes, drogarlo y casi someterlo.

No iba a ser sencillo ganarles por la mano a los escorpiones, y es que aunque no fueran ellos si querían asegurar sus pellejos debían de tomarse la situación como si fuera el peor escenario posible. Tendrían que ser más listos que una organización de asesinos con conocimientos quirúrjicos y de alquimia y venenos avanzados, capaces de reponerse de un golpe en el que habían perdido a muchos de sus miembros y seguir siendo una amenaza potencial con infiltrados en la propia guardia. Con eso en mente la peliblanca tuvo la idea de usar, una versión un poco diferente del plan de Bio pero que pensaba que era más seguro.

-Pongámonos en la situación de que saben quién soy y cómo soy...Salimos de la posada juntos, de ese modo incluso sabiéndolo no nos jugamos nada y si intentan algo lucharemos los dos. Hacemos que nos siga gente de confianza a la que seguro que no conocen. Se centrarán en nosotros sin lugar a dudas y tu plan funcionará sin correr el riesgo de que me identifiquen. Sí, si tú tienes razón me estaré exponiendo sin motivo, pero no podemos saber lo que saben y no podría defenderme sola ni podría ir a ayudarte sola, no contra más de uno de esos tipos y ni siquiera sabemos cuántos pueden ser. En cuanto estemos en marcha deberíamos ser capaces de manejar la situación, luchar o buscar a esos amigos tuyos. Sé quienes pueden ayudarnos. ¿Que te parece un excampeón de lanzamiento de troncos y dos de sus hijos, casi tan fornidos como él?-