Ratones de laboratorio [Trabajo]
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Ratones de laboratorio [Trabajo]
Go´el se encontraba atascado en ciudad lagarto. No lo mal interpretéis, le encanta tener un lugar donde poder hacer lo que quiera sin recibir represalias severas, pero todo lo que caía en sus manos era siempre más de lo mismo: un puñado de humanos, algún elfo destartalado, una variedad común de hombres-bestias y en contadas ocasiones alguna bruja.
Como siempre, él no se negaba (Ni se negaría porque entonces dejaría de ser nuestro galeno visionario) a experimentar con ningún de aquellos cuerpos y se sentía completo cuando llegaban enfermos a su botica, pero no suponían un reto.
El medico estaba sentado en una pequeña escalera haciendo recuento de inventario, era miércoles y por tanto día de reabastecimiento de elementos mágicos. A la misma hora de siempre el brujo mercante entró puntual en el establecimiento del dragón, depositó las cajas en el mostrador, Gali pagó el monto habitual y después de la cotidiana invitación al té del monje el brujo se fue. Zorven estaba convencido que el vendedor usaba magia de transporte, era imposible que siempre llegara a la misma hora del día; daba igual si nevaba, tronaba o si los guardias hacían registros de caravanas, el mago siempre llegaba puntual.
Fue justamente este manipulador de éter el que sacó a los dragones de su monotonía, pues resulta que trajo noticias de su isla. Por lo visto un medico brujo esta buscando ayudantes para sus experimentos, el mercader no especificó que clase de experimentos, pero cuando no explican es porque no son aptos para todo el publico.
Doctor y monje cerraron la tienda, hicieron sus bolsas de viaje y emprendieron el vuelo hacia la costa para luego montar en barco y llegar hasta la capital de las islas Illidenses, Beltrexus.
No es habitual ver al medico en el archipiélago mágico, pues eso va en contra de sus esquemas de mapeado biológico "¿Porque ir a una isla cuando aun tengo tanto que investigar en el continente?" contestaba siempre interrogativo a quien le preguntaba por sus rotundas negativas a viajar por mar. Pero como se suele decir, toda regla tiene excepciones y esta era una de ellas.
Cuando llegaron a la ciudad nadie sabia absolutamente nada sobre este trabajo esporádico de ayudante, Gali preguntaba obteniendo solo negaciones y cuando lo hacia Go´el... bueno, en el mejor de los casos ni le respondían.
Al final terminaron los dos en una taberna demasiado glamurosa, de hecho, por un segundo los dos hombres se plantearon la posibilidad de estar en un burdel, pero lo cierto era que todo en aquella capital destilaba lujo y un gran poder adquisitivo, además se tenia que sumar que en la taberna olía a comida y las mujeres y hombres estaban vestidos, así que los dragones descartaron la idea del lupanar con rapidez.
Casi con la misma rapidez que desecharon la idea el comerciante brujo apareció en la cantina, aquella coincidencia era demasiado obvia. El moreno y el rubio se sentaron en una mesa libre, pidieron el plato del día y esperaron a que el mercader hiciera su jugada.
-Sabia que vendrías. -El brujo se froto las manos para entrar en calor mientras se acercaba a la mesa abriendo conversación. -Le he hablado a mi maestro de ti. Y resulta estar muy interesado en tus métodos médicos, asegura que le seras de mucha ayuda en su investigación.
Como siempre, él no se negaba (Ni se negaría porque entonces dejaría de ser nuestro galeno visionario) a experimentar con ningún de aquellos cuerpos y se sentía completo cuando llegaban enfermos a su botica, pero no suponían un reto.
El medico estaba sentado en una pequeña escalera haciendo recuento de inventario, era miércoles y por tanto día de reabastecimiento de elementos mágicos. A la misma hora de siempre el brujo mercante entró puntual en el establecimiento del dragón, depositó las cajas en el mostrador, Gali pagó el monto habitual y después de la cotidiana invitación al té del monje el brujo se fue. Zorven estaba convencido que el vendedor usaba magia de transporte, era imposible que siempre llegara a la misma hora del día; daba igual si nevaba, tronaba o si los guardias hacían registros de caravanas, el mago siempre llegaba puntual.
Fue justamente este manipulador de éter el que sacó a los dragones de su monotonía, pues resulta que trajo noticias de su isla. Por lo visto un medico brujo esta buscando ayudantes para sus experimentos, el mercader no especificó que clase de experimentos, pero cuando no explican es porque no son aptos para todo el publico.
Doctor y monje cerraron la tienda, hicieron sus bolsas de viaje y emprendieron el vuelo hacia la costa para luego montar en barco y llegar hasta la capital de las islas Illidenses, Beltrexus.
No es habitual ver al medico en el archipiélago mágico, pues eso va en contra de sus esquemas de mapeado biológico "¿Porque ir a una isla cuando aun tengo tanto que investigar en el continente?" contestaba siempre interrogativo a quien le preguntaba por sus rotundas negativas a viajar por mar. Pero como se suele decir, toda regla tiene excepciones y esta era una de ellas.
Cuando llegaron a la ciudad nadie sabia absolutamente nada sobre este trabajo esporádico de ayudante, Gali preguntaba obteniendo solo negaciones y cuando lo hacia Go´el... bueno, en el mejor de los casos ni le respondían.
Al final terminaron los dos en una taberna demasiado glamurosa, de hecho, por un segundo los dos hombres se plantearon la posibilidad de estar en un burdel, pero lo cierto era que todo en aquella capital destilaba lujo y un gran poder adquisitivo, además se tenia que sumar que en la taberna olía a comida y las mujeres y hombres estaban vestidos, así que los dragones descartaron la idea del lupanar con rapidez.
Casi con la misma rapidez que desecharon la idea el comerciante brujo apareció en la cantina, aquella coincidencia era demasiado obvia. El moreno y el rubio se sentaron en una mesa libre, pidieron el plato del día y esperaron a que el mercader hiciera su jugada.
-Sabia que vendrías. -El brujo se froto las manos para entrar en calor mientras se acercaba a la mesa abriendo conversación. -Le he hablado a mi maestro de ti. Y resulta estar muy interesado en tus métodos médicos, asegura que le seras de mucha ayuda en su investigación.
Go'el
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Re: Ratones de laboratorio [Trabajo]
No era algo habitual que los Mausu visitaran las islas de los hechiceros, no es que les tuvieran miedo, eran seres muy valientes y honorables, simplemente no era habitual que tuvieran que hacer tratos con ellos. La tribu de Amit se dedicaba a buscar objetos perdidos y re-venderlos a un buen precio o en su defecto cambiarlo por algo útil, y eran muy pocas las veces que encontraban objetos mágicos en ruinas abandonadas. Tampoco valía la pena hacer semejante viaje por una sola cosa, así que esperaban a juntar varios y luego los vendían todos juntos.
Con la idea de llegar, vender e irse es que los tres Mausu desembarcaron en el puerto de Beltrexus. No les gustaba como se veía ese sitio, los Hechiceros eran incluso más irrespetuosos que los Elfos, y por la falta de roce con otras razas miraban a los roedores como si fueran algún tipo de alimaña desagradable. Amit les devolvía el gesto con total descaro, como retándolos a que se atrevieran a decirle algo, pero sus compañeros eran más tranquilos, le apoyaron una mano en cada hombro y le hicieron un gesto para que se calmara.
-No hay que enojarse, Amit´tek –Explorador-Rastreador-De-Verisar – Dijo uno de ellos en el idioma de los Mausu, el cual sonaba como un montón de chillidos a oídos inexpertos – Ellos no son nosotros, no entienden –
-Que no sean nosotros no les da derecho a… - El roedor estaba tan enojado que el resto de sus argumentos se volvieron puros sonidos sin significado.
No tenía sentido el continuar con la discusión, los tres ratones se dirigieron hacia el mercado, conocían a un vendedor que desde hace muchas generaciones les compraba las cosas a los Mausu. Considerando lo poco que vivían los de su especie, el decir “varias generaciones” bien podía significar sesenta años, lo cual era un periodo corto para los Hechiceros que vivían más tiempo que otras razas.
Pudieron completar la transacción con bastante éxito, los ratones regresaban contentos, aún faltaban varias horas para que su barco zarpara, así que decidieron esperar probando algunas bebidas exóticas de los hechiceros. Con esto en mente entraron en la primer taberna que encontraron y se sentaron en una de las mesas libres.
El compañero de Amit tuvo que pensar un poco las palabras antes de poder articularlas en el idioma común.
-Tres cervezas – Dijo y agregó al pedido el gesto de tres dedos levantados, por si no quedaba claro –Hace muchos meses que no hablamos en el idioma de ellos – Les aclaro a sus amigos.
-Es difícil acostumbrarse, usan muchos sujetos – El idioma de los Mausu utilizaba para casi todo el “nosotros”, entre otras variaciones más sutiles.
Pasados unos minutos les trajeron la cerveza, aunque no las pusieron sobre la mesa hasta que vieron que los Mausu tenían dinero. Claro que las jarras eran muy grandes para ellos, tenían que agarrarlas con ambas manos para poder manejarlas con algo de precisión y evitar empaparse. Dieron un primer sorbo y no les pareció la gran cosa, demasiado amargo ¿Por qué las otras razas bebían tan frecuentemente esa cosa? Al final ninguno de ellos pudo terminarlo, y decidieron que la próxima vez que fueran a intentar probar algo nuevo, se asegurarían de que fuera algo dulce.
Se disponían a salir del lugar cuando uno de ellos cayó al piso, los otros dos Mausu se quedaron congelados, sin entender lo que pasaba. Amit se acercó y lo dio vuelta, estaba inconsciente y volaba de fiebre ¿Cómo no lo habían notado antes? Estaban muy lejos de casa, en tierras extrañas donde no eran bienvenidos…
-Necesitamos-Doctor – Dijo Amit rápido a su compañero, primero en idioma Mausu, luego levantó la vista y miro a todas las personas que habían en el lugar y repitió en común – ¡Necesitamos un Doctor! ¡Tchik! -
Con la idea de llegar, vender e irse es que los tres Mausu desembarcaron en el puerto de Beltrexus. No les gustaba como se veía ese sitio, los Hechiceros eran incluso más irrespetuosos que los Elfos, y por la falta de roce con otras razas miraban a los roedores como si fueran algún tipo de alimaña desagradable. Amit les devolvía el gesto con total descaro, como retándolos a que se atrevieran a decirle algo, pero sus compañeros eran más tranquilos, le apoyaron una mano en cada hombro y le hicieron un gesto para que se calmara.
-No hay que enojarse, Amit´tek –Explorador-Rastreador-De-Verisar – Dijo uno de ellos en el idioma de los Mausu, el cual sonaba como un montón de chillidos a oídos inexpertos – Ellos no son nosotros, no entienden –
-Que no sean nosotros no les da derecho a… - El roedor estaba tan enojado que el resto de sus argumentos se volvieron puros sonidos sin significado.
No tenía sentido el continuar con la discusión, los tres ratones se dirigieron hacia el mercado, conocían a un vendedor que desde hace muchas generaciones les compraba las cosas a los Mausu. Considerando lo poco que vivían los de su especie, el decir “varias generaciones” bien podía significar sesenta años, lo cual era un periodo corto para los Hechiceros que vivían más tiempo que otras razas.
Pudieron completar la transacción con bastante éxito, los ratones regresaban contentos, aún faltaban varias horas para que su barco zarpara, así que decidieron esperar probando algunas bebidas exóticas de los hechiceros. Con esto en mente entraron en la primer taberna que encontraron y se sentaron en una de las mesas libres.
El compañero de Amit tuvo que pensar un poco las palabras antes de poder articularlas en el idioma común.
-Tres cervezas – Dijo y agregó al pedido el gesto de tres dedos levantados, por si no quedaba claro –Hace muchos meses que no hablamos en el idioma de ellos – Les aclaro a sus amigos.
-Es difícil acostumbrarse, usan muchos sujetos – El idioma de los Mausu utilizaba para casi todo el “nosotros”, entre otras variaciones más sutiles.
Pasados unos minutos les trajeron la cerveza, aunque no las pusieron sobre la mesa hasta que vieron que los Mausu tenían dinero. Claro que las jarras eran muy grandes para ellos, tenían que agarrarlas con ambas manos para poder manejarlas con algo de precisión y evitar empaparse. Dieron un primer sorbo y no les pareció la gran cosa, demasiado amargo ¿Por qué las otras razas bebían tan frecuentemente esa cosa? Al final ninguno de ellos pudo terminarlo, y decidieron que la próxima vez que fueran a intentar probar algo nuevo, se asegurarían de que fuera algo dulce.
Se disponían a salir del lugar cuando uno de ellos cayó al piso, los otros dos Mausu se quedaron congelados, sin entender lo que pasaba. Amit se acercó y lo dio vuelta, estaba inconsciente y volaba de fiebre ¿Cómo no lo habían notado antes? Estaban muy lejos de casa, en tierras extrañas donde no eran bienvenidos…
-Necesitamos-Doctor – Dijo Amit rápido a su compañero, primero en idioma Mausu, luego levantó la vista y miro a todas las personas que habían en el lugar y repitió en común – ¡Necesitamos un Doctor! ¡Tchik! -
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Última edición por Amit'tek el Sáb Feb 16 2019, 23:40, editado 1 vez
Amit'tek
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Re: Ratones de laboratorio [Trabajo]
¿Doctor? ya solo por eso Go´el esta contento de haber ido al archipiélago de los brujos, no solo se necesitaba su mano sino que además la necesitaban unos peculiares hombres-bestia con forma de ratón. El galeno era la primera vez que veía esa especie, haciendo caso omiso de lo que el brujo mercante decía se puso de pie y se fue hacia el trió de ratones.
-¿Que a sucedido? -Preguntó serio mirando al enfermo. -Soy Go´el el galeno de ciudad Lagarto.
El rubio sacó un espejo y lo coloco bajo el hocico del animal, una pequeña mancha de vapor se dibujaba en el cristal cada muchos segundos.
-Mmm necesito que uno de vosotros dos se calme y se relaje durante unos instantes. -Miro hacia los dos animales y se paro delante del que tenia la mirada roja y el pelaje blanco. -No conozco vuestro cuerpo, señalarme tu corazón y mantén la calma hasta que te diga.
Go´el se arrodillo en el suelo con los talones apoyados sobre los glúteos, planto la oreja sobre el pecho del ratón blanco y cerrando los ojos busco la yugular del hombre-bestia. Espero a que los latidos cambiaran de ritmo y cuando comprobó que el pulso del cuello palpitaba con la misma intensidad que en el pecho levanto la oreja y se concentro en la pulsaciones de la yugular.
-Pulsaciones rápidas pero estables, -Balbuceaba. -no se detectan irregularidades entre una vena principal y el corazón. Se deduce que esta especie de hombre-bestia solo posee un corazón. -Abrió los ojos y miro al ratón blanco. -Vale, es suficiente.
El galeno giro sobre sus rodillas sin levantarse y palpó el cuello del enfermo.
-El sujeto de control poseía una temperatura elevada pero la del pacientes es mucho superior... El pulso es notablemente inferior. -Go´el dejo de murmurar y se levanto del suelo para luego mirar a los otros dos ratones. -Esto podría ser cualquier cosa ¿Os habéis expuesto a cambios bruscos de temperatura o a frió extremo? ¿Que clase de enfermedades padece comúnmente vuestra gente? Puedo tratar los síntomas, pero no se que es lo que esta causando esto.
-Galeno. -Interrumpió el brujo. -Si me lo permite, mi maestro tiene unas instalaciones donde podrá atender al paciente. -El hombre no se había perdido ningún detalle de las maniobras del dragón humanoide. -Estoy seguro que encontrara un remedio entre la amplia gama de productos que...
-Gali cógelo.
Interrumpió Go´el sin mirar al brujo. Ahora mismo solo tenia ojos para aquel trio de seres desconocidos.
-Me gustaría que me acompañarais, estoy seguro de que necesitare de vuestra ayuda para averiguar lo que le sucede a... -El rubio se quedo callado pensando en como llamar al animal. -A este hombre-ratón.
El monje por su parte ya estaba recogiendo del suelo al Mausu desmayado, de haberlo querido Gali podría haber llevado al ratón con una sola mano dejando que el cuerpo se apoyara sobre el brazo, pero le resultaba más cómodo y respetuoso llevarlo usando las dos mano (una sobre la nuca y otra a la altura de la cola).
Por otro lado el brujo ya esperaba en la entrada para conducirlos al laboratorio de su maestro, no le hacia ninguna gracia que aquel doctor ni siquiera le dirigiera la palabra, pero ordenes eran ordenes "Quiero a ese hombre, cueste lo que cueste." Esas fueron las ultimas palabras que le dijo su superior.
-¿Que a sucedido? -Preguntó serio mirando al enfermo. -Soy Go´el el galeno de ciudad Lagarto.
El rubio sacó un espejo y lo coloco bajo el hocico del animal, una pequeña mancha de vapor se dibujaba en el cristal cada muchos segundos.
-Mmm necesito que uno de vosotros dos se calme y se relaje durante unos instantes. -Miro hacia los dos animales y se paro delante del que tenia la mirada roja y el pelaje blanco. -No conozco vuestro cuerpo, señalarme tu corazón y mantén la calma hasta que te diga.
Go´el se arrodillo en el suelo con los talones apoyados sobre los glúteos, planto la oreja sobre el pecho del ratón blanco y cerrando los ojos busco la yugular del hombre-bestia. Espero a que los latidos cambiaran de ritmo y cuando comprobó que el pulso del cuello palpitaba con la misma intensidad que en el pecho levanto la oreja y se concentro en la pulsaciones de la yugular.
-Pulsaciones rápidas pero estables, -Balbuceaba. -no se detectan irregularidades entre una vena principal y el corazón. Se deduce que esta especie de hombre-bestia solo posee un corazón. -Abrió los ojos y miro al ratón blanco. -Vale, es suficiente.
El galeno giro sobre sus rodillas sin levantarse y palpó el cuello del enfermo.
-El sujeto de control poseía una temperatura elevada pero la del pacientes es mucho superior... El pulso es notablemente inferior. -Go´el dejo de murmurar y se levanto del suelo para luego mirar a los otros dos ratones. -Esto podría ser cualquier cosa ¿Os habéis expuesto a cambios bruscos de temperatura o a frió extremo? ¿Que clase de enfermedades padece comúnmente vuestra gente? Puedo tratar los síntomas, pero no se que es lo que esta causando esto.
-Galeno. -Interrumpió el brujo. -Si me lo permite, mi maestro tiene unas instalaciones donde podrá atender al paciente. -El hombre no se había perdido ningún detalle de las maniobras del dragón humanoide. -Estoy seguro que encontrara un remedio entre la amplia gama de productos que...
-Gali cógelo.
Interrumpió Go´el sin mirar al brujo. Ahora mismo solo tenia ojos para aquel trio de seres desconocidos.
-Me gustaría que me acompañarais, estoy seguro de que necesitare de vuestra ayuda para averiguar lo que le sucede a... -El rubio se quedo callado pensando en como llamar al animal. -A este hombre-ratón.
El monje por su parte ya estaba recogiendo del suelo al Mausu desmayado, de haberlo querido Gali podría haber llevado al ratón con una sola mano dejando que el cuerpo se apoyara sobre el brazo, pero le resultaba más cómodo y respetuoso llevarlo usando las dos mano (una sobre la nuca y otra a la altura de la cola).
Por otro lado el brujo ya esperaba en la entrada para conducirlos al laboratorio de su maestro, no le hacia ninguna gracia que aquel doctor ni siquiera le dirigiera la palabra, pero ordenes eran ordenes "Quiero a ese hombre, cueste lo que cueste." Esas fueron las ultimas palabras que le dijo su superior.
Go'el
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Re: Ratones de laboratorio [Trabajo]
Por suerte, un doctor no tardó en aparecer, era un joven de piel blanca y cabello rubio que de inmediato se sintió interesado por la situación. Amit se hizo a un lado para que pudiera revisar a su amigo. El tercer ratón se encontraba mucho más nervioso, no dejaba de chillar en voz baja y se mordisqueaba los dedos sin saber qué hacer.
-¡Sí! ¡Tchik! - Fue lo único que dijo Amit, estaba ansioso por poder ayudar en algo, así que se adelantó, respiró profundo varias veces y le señaló al doctor donde tenía que apoyar el oído para sentir sus pulsaciones. Se quedó en silencio para que el hombre pudiera sentirlas sin interrupciones de la voz.
-¿Que le paso? ¿Por que tan de repente? Sí estaba bien hace un segundo - Decía sin parar el otro ratón, angustiado.
El doctor parecía saber bien lo que hacía, y eso tranquilizaba a Amit, cuando dejó de escuchar su corazón se dio vuelta y agarró a su compañero por los hombros, sacudiéndolo un poco para que se calmara. No era momento de ponerse nerviosos, tenían que estar ahí para su amigo.
-Tranquilo, el Doctor lo curara - Luego miró al hombre y se tomó unos segundos para pensarlo con cuidado y no olvidarse de nada - Acabamos de llegar a la isla, hizo mucho frío en el barco, pero apenas salimos a la cubierta. Luego desembarcamos ¡Tchik! fuimos a un negocio a vender mercancía y luego vinimos aquí - Amit no creía que hubiesen estado expuestos a más frío que el normal, de hecho, las islas de los hechiceros siempre se les hacían más cálidas que el resto de Aerandir.
La siguiente pregunta era más difícil, los Mausu no tenían un avance de la medicina tan detallado como el de otras razas, por lo general sus enfermos o se curaban con unas pocas plantas o simplemente morían.
-¿Enfermedades? ¡Tchik! Pues, parásitos, gripes, infecciones... - El resto de las cosas que se le ocurrían eran síntomas, no enfermedades en sí - No es normal que nos enfermemos, no es algo que suceda a menudo ¡Tchik! - Seguía repitiendo Amit, mientras intentaba recordar las cosas que le habían enseñado los shamanes de la tribu.
Se decidió transportar al enfermo a otro lugar, si no hubiesen estado tan desesperados probablemente se habrían negado, al fin y al cabo, confiar hasta tal punto en tres perfectos extraños no era normal, no para una raza tan reservada como la de los Mausu. Pero ¿Qué alternativa tenían? Si no iban con el Doctor a saber donde conseguirían a otro, y podía ser que su compañero no aguantara tanto tiempo.
-De acuerdo - Asintió Amit. Miro al otro ratón y en idioma Mausu le dijo - Iremos con ellos, por el bien de nuestro amigo, pero estate atento - Ambos ratones se pegaron a los pies del hombre más grande, no perdían de vista a su amigo ni por un segundo mientras caminaban por las calles de la ciudad.
Eran un espectáculo de lo más interesante, dos extranjeros con un ratón gigante en brazos, guiados por un hechicero y dos roedores más caminando junto a ellos. Lo más lógico era que la mayoría de las miradas se posaran en el grupo, y está vez Amit no tuvo reparo alguno en mirarlos con desprecio, incluso chillando sí era necesario que algunos se apartaran del camino y no lo hacían con la suficiente velocidad.
-¡Sí! ¡Tchik! - Fue lo único que dijo Amit, estaba ansioso por poder ayudar en algo, así que se adelantó, respiró profundo varias veces y le señaló al doctor donde tenía que apoyar el oído para sentir sus pulsaciones. Se quedó en silencio para que el hombre pudiera sentirlas sin interrupciones de la voz.
-¿Que le paso? ¿Por que tan de repente? Sí estaba bien hace un segundo - Decía sin parar el otro ratón, angustiado.
El doctor parecía saber bien lo que hacía, y eso tranquilizaba a Amit, cuando dejó de escuchar su corazón se dio vuelta y agarró a su compañero por los hombros, sacudiéndolo un poco para que se calmara. No era momento de ponerse nerviosos, tenían que estar ahí para su amigo.
-Tranquilo, el Doctor lo curara - Luego miró al hombre y se tomó unos segundos para pensarlo con cuidado y no olvidarse de nada - Acabamos de llegar a la isla, hizo mucho frío en el barco, pero apenas salimos a la cubierta. Luego desembarcamos ¡Tchik! fuimos a un negocio a vender mercancía y luego vinimos aquí - Amit no creía que hubiesen estado expuestos a más frío que el normal, de hecho, las islas de los hechiceros siempre se les hacían más cálidas que el resto de Aerandir.
La siguiente pregunta era más difícil, los Mausu no tenían un avance de la medicina tan detallado como el de otras razas, por lo general sus enfermos o se curaban con unas pocas plantas o simplemente morían.
-¿Enfermedades? ¡Tchik! Pues, parásitos, gripes, infecciones... - El resto de las cosas que se le ocurrían eran síntomas, no enfermedades en sí - No es normal que nos enfermemos, no es algo que suceda a menudo ¡Tchik! - Seguía repitiendo Amit, mientras intentaba recordar las cosas que le habían enseñado los shamanes de la tribu.
Se decidió transportar al enfermo a otro lugar, si no hubiesen estado tan desesperados probablemente se habrían negado, al fin y al cabo, confiar hasta tal punto en tres perfectos extraños no era normal, no para una raza tan reservada como la de los Mausu. Pero ¿Qué alternativa tenían? Si no iban con el Doctor a saber donde conseguirían a otro, y podía ser que su compañero no aguantara tanto tiempo.
-De acuerdo - Asintió Amit. Miro al otro ratón y en idioma Mausu le dijo - Iremos con ellos, por el bien de nuestro amigo, pero estate atento - Ambos ratones se pegaron a los pies del hombre más grande, no perdían de vista a su amigo ni por un segundo mientras caminaban por las calles de la ciudad.
Eran un espectáculo de lo más interesante, dos extranjeros con un ratón gigante en brazos, guiados por un hechicero y dos roedores más caminando junto a ellos. Lo más lógico era que la mayoría de las miradas se posaran en el grupo, y está vez Amit no tuvo reparo alguno en mirarlos con desprecio, incluso chillando sí era necesario que algunos se apartaran del camino y no lo hacían con la suficiente velocidad.
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Re: Ratones de laboratorio [Trabajo]
Go´el se dejó llevar por el brujo sin prestar atención a las calles, a su vez Gali lo seguía a él acompañado por los hombres-ratón. El medico miraba pensativo el suelo o hacia algún lugar indiferente del trayecto.
Hizo frío, pero no salieron a la intemperie. Los barcos son lugares húmedos, pero estos especímenes poseen un pelaje que mitiga este aspecto. La población de esta especie presenta enfermedades genéricas, no obstante dicen no padecerlas de manera común...
El galeno comenzó a frotarse y rascarse el cuello a medida que se adentraba más en sus pensamientos.
...Es posible que vivan en un entorno controlado donde la propia especie se ha vuelto resistente a las enfermedades locales. Solo uno de los tres sujetos a enfermado repentinamente, hay grandes posibilidades de que sea un suceso aislado favorecido por la debilidad física individual. Aunque los...
Go´el no sabia el sexo de estos hombres-bestias, podía pensar que eran hembras por la voz aguda del ratón blanco, por otro lado sabia que el segundo ratón sano era un macho porque el primero usó un termino masculino para referirse a él.
-¿Sois machos o hembras? -Preguntó escuetamente al hombre-ratón de ojos rojos, el rubio lo miró unos instantes esperando una respuesta y después siguió con sus pensamientos.
El brujo paró delante de una casa con una fachada bastante austera en comparación a las del resto de la ciudad, el dragón humanoide estuvo a punto de chocarse contra él, pero freno en el ultimo momento cuando el guía comenzó hablar.
-Esta es la casa y laboratorio de mi maestro. Por favor pasen.
El hombre subio los escasos peldaños que separaban la calzada de la casa, las bisagras de la puerta se quejaron con molestia y antes de que el mercader dijera nada más Go´el ya estaba dentro de la casa y el monje agachaba la cabeza para no golpearse contra el marco de la puerta. Desde el fondo de la casa se escuchó una voz grave aunque femenina que gritaba un nombre, Ramses, el vendedor de productos mágicos salio a la carrera en busca de la dueña de aquella voz. Minutos después el eco de una pareja de pasos resonó en el pasillo por el que Ramses se había perdido.
-¿Que tenemos aquí?
La voz de la mujer adquirió un tono más agudo, portaba en su cara una sonrisa conciliadora digna de una buena anfitriona.
-Es extraño encontrar uno, pero tres Mausu juntos... es algo excepcional.
La Dama tenia las manos entrelazadas con el dorso mirando hacia el suelo, el agarre reposaba tranquilo sobre el centro de las piernas. Sin perder la sonrisa pasó la mirada por todos sus invitados para pararse finalmente en el rubio.
-Veo que Ramses, mi ayudante, por fin a conseguido que él doctor de ciudad Lagarto acceda a visitarme. Permite que me presente, soy Marconita...
-¿Donde esta el laboratorio?
Interrumpió el galeno con su simpática y neutral costumbre de menospreciar o pasar por alto los detalles y modales.
-Traigo a un mausu enfermo.
No hacia ni cinco minutos que Go´el conocía a Marconita y ya había aprendido algo nuevo, el dragón sonrió con cierta excitación al darse cuenta de que se encontraba frente a una mujer que seria capaz de enseñarle cosas nuevas... cosas que no contaban los libros.
-Por supuesto. -La anfitriona sin perder la sonrisa levantó un brazo y señaló hacia el interior del pasillo. -Al final de este corredor se encuentra mi laboratorio, estoy segura de que encontraras todo lo que necesites. -Bajó la mirada y Marconita miró a los dos ratones. -No quisiera que vuestro compañero empeorara por mi culpa.
Mientras la bruja hablaba Ramses dirija pasillo adentro al doctor y el resto de invitados. La casa solo constaba de un piso y la vivienda era muy baja, tanto es así que Gali debía caminar con la barbilla pegada al pecho para no golpearse con las lamparas.
El ayudante de la bruja estaba apunto de abrir la boca y señalar hacia una camilla de observación, pero el monje se le adelanto y antes de que dijera nada ya estaba dejando al Mausu inconsciente sobre ella.
Hizo frío, pero no salieron a la intemperie. Los barcos son lugares húmedos, pero estos especímenes poseen un pelaje que mitiga este aspecto. La población de esta especie presenta enfermedades genéricas, no obstante dicen no padecerlas de manera común...
El galeno comenzó a frotarse y rascarse el cuello a medida que se adentraba más en sus pensamientos.
...Es posible que vivan en un entorno controlado donde la propia especie se ha vuelto resistente a las enfermedades locales. Solo uno de los tres sujetos a enfermado repentinamente, hay grandes posibilidades de que sea un suceso aislado favorecido por la debilidad física individual. Aunque los...
Go´el no sabia el sexo de estos hombres-bestias, podía pensar que eran hembras por la voz aguda del ratón blanco, por otro lado sabia que el segundo ratón sano era un macho porque el primero usó un termino masculino para referirse a él.
-¿Sois machos o hembras? -Preguntó escuetamente al hombre-ratón de ojos rojos, el rubio lo miró unos instantes esperando una respuesta y después siguió con sus pensamientos.
El brujo paró delante de una casa con una fachada bastante austera en comparación a las del resto de la ciudad, el dragón humanoide estuvo a punto de chocarse contra él, pero freno en el ultimo momento cuando el guía comenzó hablar.
-Esta es la casa y laboratorio de mi maestro. Por favor pasen.
El hombre subio los escasos peldaños que separaban la calzada de la casa, las bisagras de la puerta se quejaron con molestia y antes de que el mercader dijera nada más Go´el ya estaba dentro de la casa y el monje agachaba la cabeza para no golpearse contra el marco de la puerta. Desde el fondo de la casa se escuchó una voz grave aunque femenina que gritaba un nombre, Ramses, el vendedor de productos mágicos salio a la carrera en busca de la dueña de aquella voz. Minutos después el eco de una pareja de pasos resonó en el pasillo por el que Ramses se había perdido.
-¿Que tenemos aquí?
La voz de la mujer adquirió un tono más agudo, portaba en su cara una sonrisa conciliadora digna de una buena anfitriona.
-Es extraño encontrar uno, pero tres Mausu juntos... es algo excepcional.
La Dama tenia las manos entrelazadas con el dorso mirando hacia el suelo, el agarre reposaba tranquilo sobre el centro de las piernas. Sin perder la sonrisa pasó la mirada por todos sus invitados para pararse finalmente en el rubio.
-Veo que Ramses, mi ayudante, por fin a conseguido que él doctor de ciudad Lagarto acceda a visitarme. Permite que me presente, soy Marconita...
-¿Donde esta el laboratorio?
Interrumpió el galeno con su simpática y neutral costumbre de menospreciar o pasar por alto los detalles y modales.
-Traigo a un mausu enfermo.
No hacia ni cinco minutos que Go´el conocía a Marconita y ya había aprendido algo nuevo, el dragón sonrió con cierta excitación al darse cuenta de que se encontraba frente a una mujer que seria capaz de enseñarle cosas nuevas... cosas que no contaban los libros.
-Por supuesto. -La anfitriona sin perder la sonrisa levantó un brazo y señaló hacia el interior del pasillo. -Al final de este corredor se encuentra mi laboratorio, estoy segura de que encontraras todo lo que necesites. -Bajó la mirada y Marconita miró a los dos ratones. -No quisiera que vuestro compañero empeorara por mi culpa.
Mientras la bruja hablaba Ramses dirija pasillo adentro al doctor y el resto de invitados. La casa solo constaba de un piso y la vivienda era muy baja, tanto es así que Gali debía caminar con la barbilla pegada al pecho para no golpearse con las lamparas.
El ayudante de la bruja estaba apunto de abrir la boca y señalar hacia una camilla de observación, pero el monje se le adelanto y antes de que dijera nada ya estaba dejando al Mausu inconsciente sobre ella.
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Re: Ratones de laboratorio [Trabajo]
Amit a veces también se confundía cuando intentaba adivinar el género de los seres humanos, así que no le resultó extraño que el médico tuviera que preguntarles. Además, no había tiempo para ofenderse, la prioridad era salvar a su amigo.
-Los tres somos machos - Respondió Amit al instante - Y de edades similares - Un año más o uno menos suponía que no causaría mucha diferencia, y lo cierto es que la edad útil de los Mausu era muy corta.
Los ratones siquiera notaron el intercambio que hubo cuando se fue Ramses y regresaron dos personas, solo caminaban alrededor del médico, sin perder de vista a su amigo. Como en la escalera no podían caminar todos en la misma línea, Amit se adelantó y fue por delante mientras que su compañero se quedó atrás. Se detuvieron de golpe cuando una mujer apareció frente a ellos, el roedor estaba sorprendido, por algún motivo había entendido que iban a ir al consultorio de Go´el, no al de alguien más.
-¡Tchik! A nosotros tampoco nos gusta estar aquí - Amit supuso que la hechicera no estaba feliz con tener Mausus en su isla. No era consciente de que quizás estaba siendo visto más como un ratón de laboratorio que como una persona - Vinimos a vender algunas cosas y se supone que nos iríamos en el mismo día - Su explicación se vio interrumpida por la pregunta del hombre rubio.
Cuando la mujer señaló donde estaba su laboratorio una idea fugaz pasó por la mente del Mausu, pero la preocupación era tanta que pronto lo olvidó. Corrió tras él médico, no sin antes hacer una inclinación ante la dama, en agradecimiento por prestarles sus instalaciones para poder curar a su amigo.
En el lugar había una camilla, pero no era lo único que tenía, también habían muchas repisas con frascos, pipetas, instrumentos, pinzas con distintas formas, agujas de todos los tamaños, cuchillos y bisturí, líquidos de muchos colores y un montón de cosas más que Amit no tenía idea de para qué servían. Por el momento la mujer no los había seguido, aunque ya parecían ser suficientes personas en el reducido lugar.
El compañero de Amit ahora no solo estaba preocupado sino también asustado, ese lugar no le daba buena espina, ningún lugar que necesitara de tantos objetos cortantes podía ser seguro. Solo por las dudas, se quedó cerca del otro Mausu, y alternaba su atención entre mirar a su amigo inconsciente y a todos los no-roedores que tenían alrededor, alerta a que no hicieran nada.
-¿Necesitas más datos? ¡Tchik! ¿Que vas a hacerle a nuestro amigo? - Preguntó Amit con curiosidad, nunca había visto a un médico humano trabajando, así que no sabía muy bien qué esperar. Todo había pasado demasiado rápido, los acontecimientos los habían abordado a una velocidad tal que no habían sido capaces de pensar con claridad qué estaban haciendo.
-¿Y sí lo lastima? - Preguntó preocupado en idioma Mausu.
-Sí lo lastima entonces los lastimaremos - Aseguro Amit, pero no hizo ningún ademán por agarrar su arma, era desconfiado, pero no paranoico.
-Los tres somos machos - Respondió Amit al instante - Y de edades similares - Un año más o uno menos suponía que no causaría mucha diferencia, y lo cierto es que la edad útil de los Mausu era muy corta.
Los ratones siquiera notaron el intercambio que hubo cuando se fue Ramses y regresaron dos personas, solo caminaban alrededor del médico, sin perder de vista a su amigo. Como en la escalera no podían caminar todos en la misma línea, Amit se adelantó y fue por delante mientras que su compañero se quedó atrás. Se detuvieron de golpe cuando una mujer apareció frente a ellos, el roedor estaba sorprendido, por algún motivo había entendido que iban a ir al consultorio de Go´el, no al de alguien más.
-¡Tchik! A nosotros tampoco nos gusta estar aquí - Amit supuso que la hechicera no estaba feliz con tener Mausus en su isla. No era consciente de que quizás estaba siendo visto más como un ratón de laboratorio que como una persona - Vinimos a vender algunas cosas y se supone que nos iríamos en el mismo día - Su explicación se vio interrumpida por la pregunta del hombre rubio.
Cuando la mujer señaló donde estaba su laboratorio una idea fugaz pasó por la mente del Mausu, pero la preocupación era tanta que pronto lo olvidó. Corrió tras él médico, no sin antes hacer una inclinación ante la dama, en agradecimiento por prestarles sus instalaciones para poder curar a su amigo.
En el lugar había una camilla, pero no era lo único que tenía, también habían muchas repisas con frascos, pipetas, instrumentos, pinzas con distintas formas, agujas de todos los tamaños, cuchillos y bisturí, líquidos de muchos colores y un montón de cosas más que Amit no tenía idea de para qué servían. Por el momento la mujer no los había seguido, aunque ya parecían ser suficientes personas en el reducido lugar.
El compañero de Amit ahora no solo estaba preocupado sino también asustado, ese lugar no le daba buena espina, ningún lugar que necesitara de tantos objetos cortantes podía ser seguro. Solo por las dudas, se quedó cerca del otro Mausu, y alternaba su atención entre mirar a su amigo inconsciente y a todos los no-roedores que tenían alrededor, alerta a que no hicieran nada.
-¿Necesitas más datos? ¡Tchik! ¿Que vas a hacerle a nuestro amigo? - Preguntó Amit con curiosidad, nunca había visto a un médico humano trabajando, así que no sabía muy bien qué esperar. Todo había pasado demasiado rápido, los acontecimientos los habían abordado a una velocidad tal que no habían sido capaces de pensar con claridad qué estaban haciendo.
-¿Y sí lo lastima? - Preguntó preocupado en idioma Mausu.
-Sí lo lastima entonces los lastimaremos - Aseguro Amit, pero no hizo ningún ademán por agarrar su arma, era desconfiado, pero no paranoico.
Amit'tek
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Re: Ratones de laboratorio [Trabajo]
Ramses tenia que haber sido el ultimo en entrar al laboratorio, pero un nuevo llamado de su maestra le hizo cerrar la puerta y aproximarse a la mujer.
-Tenemos que retrasar los planes. En vista de los últimos acontecimientos hay que darle prioridad al ratón enfermo, esta subespecie de hombres-bestia es muy escurridiza, son muy pocos los que tienen permiso para salir del poblado.
Marconita hablaba en voz baja, el laboratorio contaba con una serie de hechizos que impedían que el sonido saliera, pero ese mismo sortilegio era incompatible con el que impedía la entrada de sonido. En el rostro de la bruja ya no quedaba rastro de la encantadora sonrisa de anfitriona, había sido suplantada por facciones serias y duras que cancelaban cualquier posibilidad de oposición en la conversación.
-Recopila toda la información que puedas y ayúdale si te lo pide, más tarde veremos como adaptar nuestros planes. Ramses, una cosa más...
La puerta del laboratorio se abrió dejando salir el gigante cuerpo del monje.
-Hola de nuevo querido. ¿Necesitáis algo?
Antes de que Gali cerrara la mujer volvía a tener aquella sonrisa de anfitriona perfecta. El dragón se encontraba encorvado y con los brazos por delante del cuerpo, aquel pasillo además de bajo era estrecho.
-Pues necesitaría una casa más grande, esta se me queda pequeña.
El moreno rió su propio chiste y Marconita lo secundó.
-Espero que no te moleste, pero volveré a la taberna.
-No sabes cuanto lamento oír eso. No suelo recibir visitas de semejante envergadura, por favor cuando llegue a la taberna diga que va de mi parte. Le pagare lo que pida, por las molestia.
Gali asintió agradecido al tiempo que la maestra lo acompañaba hasta la puerta. Ramses ya no estaba en el pasillo, se había colado en el laboratorio antes de que la mujer cerrase la puerta principal.
En el interior de la sala de juegos de Go´el era maravilloso (según el criterio del galeno) una mesa ordenada y predispuesta para la alquimia, otra con toda clase de materiales de primeros auxilios, una pequeña mesita con ruedas con instrumento quirúrgico y una confortable silla detrás de otro mueble de estudio donde poder buscar información de gruesos tomos de medicina, sin olvidarnos de la camilla y la silla para pacientes.
El doctor se vio obligado a desprenderse de esos ojos ilusionados y soñadores, que se movían inquietos en su rostro deleitándose con las vistas.
-Por ahora le haré una serie de pruebas para tratar de determinar que le sucede a tu... amigo.
La frase que le dijo al mausu le hizo darse cuenta que su compañero no estaba, tampoco le dio mucha importancia, Gali tendía a escabullirse cuando aparecía en escena material quirúrgico.
-Voy a necesitar un ratón sano.
Go´el se dirijo a su nuevo ayudante de laboratorio y este le devolvió la mirada.
-¿Y donde consigo eso?
-Si supiera donde encontrarlos te lo hubiera dicho. Tu eres el que vive en esta isla, no yo. Pregúntale a Marconita igual ella lo sabe.
A Ramses se le torció el gesto cuando el medico llamo a su maestra por el nombre de pila. Go´el se cruzo de brazos esperando que el brujo obedeciera y al final movió las manos haciendo señas para que se marchara. El hombre cerró los ojos con fuerza recordando las directrices de la dueña de la casa y salio del laboratorio rechinando los dientes.
-Mausu 1. -Dijo el dragón mirando al ratón de pelo blanco y ofreció unos tarros. -Necesito una muestra de orina, tanto tuyas como de tu amigo y del mausu 2. No es necesario que llenes los recipientes.
Y sin decir nada más Go´el se fue hacia el lugar donde estaban los frascos alquímicos. El doctor conocía una serie de formulas alquímicas que servían para descartar o confirmar problemas y enfermedades, pero hasta hora esas recetas solo las había contrastado en humanos y animales comunes por lo que para contrastar los resultados, no solo necesitaba un mausu sano sino que también requería de un ratón sano al que aplicarle las mismas pruebas.
Siempre pasaba lo mismo, cada vez que el científico comenzaba a trastear con la alquimia y la medicina una sonrisa (que muchos considerarían siniestra) aparecía en sus labios. El tiempo pasaba y sobre la mesa comenzaban a acumularse frascos y vasos con líquidos de distintos y repetidos colores: 4 rojos, 4 verdes... transparentes, amarillentos. Cuando todo estuvo preparado Go´el salio de detrás de la mesa y se acerco hacia el ratón enfermo para recoger las muestras que antes le pidió al líder de los hombres-bestia.
-Mausu 1 siéntate en la silla por favor.
En cuanto el dragón convertía a una persona en su paciente el tono de voz le cambiaba dramáticamente, se olvidaba de las secas y ásperas palabras y recordaba el significado de la palabra amabilidad.
-Ahora voy a necesitar muestras de sangre. Primero voy a quitarte el pelo de esta zona del brazo para poder buscar la vena, luego te pondré esta cuerda en la parte de arriba y después notaras un pinchazo. No te preocupes no te pasara nada malo.
Go´el espero un tiempo prudencial y a continuación realizo todo lo que dijo. Con una navaja quito el pelo del mausu, luego le ató la cuerda, buscó la vena y extrajo una pequeña cantidad de sangre con una aguja. Repitió el proceso con el segundo sujeto con una aguja nueva y al finalizar extendió el brazo hacia la pareja de machos.
-Solo faltan la orina y que el ayudante regrese.
-Tenemos que retrasar los planes. En vista de los últimos acontecimientos hay que darle prioridad al ratón enfermo, esta subespecie de hombres-bestia es muy escurridiza, son muy pocos los que tienen permiso para salir del poblado.
Marconita hablaba en voz baja, el laboratorio contaba con una serie de hechizos que impedían que el sonido saliera, pero ese mismo sortilegio era incompatible con el que impedía la entrada de sonido. En el rostro de la bruja ya no quedaba rastro de la encantadora sonrisa de anfitriona, había sido suplantada por facciones serias y duras que cancelaban cualquier posibilidad de oposición en la conversación.
-Recopila toda la información que puedas y ayúdale si te lo pide, más tarde veremos como adaptar nuestros planes. Ramses, una cosa más...
La puerta del laboratorio se abrió dejando salir el gigante cuerpo del monje.
-Hola de nuevo querido. ¿Necesitáis algo?
Antes de que Gali cerrara la mujer volvía a tener aquella sonrisa de anfitriona perfecta. El dragón se encontraba encorvado y con los brazos por delante del cuerpo, aquel pasillo además de bajo era estrecho.
-Pues necesitaría una casa más grande, esta se me queda pequeña.
El moreno rió su propio chiste y Marconita lo secundó.
-Espero que no te moleste, pero volveré a la taberna.
-No sabes cuanto lamento oír eso. No suelo recibir visitas de semejante envergadura, por favor cuando llegue a la taberna diga que va de mi parte. Le pagare lo que pida, por las molestia.
Gali asintió agradecido al tiempo que la maestra lo acompañaba hasta la puerta. Ramses ya no estaba en el pasillo, se había colado en el laboratorio antes de que la mujer cerrase la puerta principal.
En el interior de la sala de juegos de Go´el era maravilloso (según el criterio del galeno) una mesa ordenada y predispuesta para la alquimia, otra con toda clase de materiales de primeros auxilios, una pequeña mesita con ruedas con instrumento quirúrgico y una confortable silla detrás de otro mueble de estudio donde poder buscar información de gruesos tomos de medicina, sin olvidarnos de la camilla y la silla para pacientes.
El doctor se vio obligado a desprenderse de esos ojos ilusionados y soñadores, que se movían inquietos en su rostro deleitándose con las vistas.
-Por ahora le haré una serie de pruebas para tratar de determinar que le sucede a tu... amigo.
La frase que le dijo al mausu le hizo darse cuenta que su compañero no estaba, tampoco le dio mucha importancia, Gali tendía a escabullirse cuando aparecía en escena material quirúrgico.
-Voy a necesitar un ratón sano.
Go´el se dirijo a su nuevo ayudante de laboratorio y este le devolvió la mirada.
-¿Y donde consigo eso?
-Si supiera donde encontrarlos te lo hubiera dicho. Tu eres el que vive en esta isla, no yo. Pregúntale a Marconita igual ella lo sabe.
A Ramses se le torció el gesto cuando el medico llamo a su maestra por el nombre de pila. Go´el se cruzo de brazos esperando que el brujo obedeciera y al final movió las manos haciendo señas para que se marchara. El hombre cerró los ojos con fuerza recordando las directrices de la dueña de la casa y salio del laboratorio rechinando los dientes.
-Mausu 1. -Dijo el dragón mirando al ratón de pelo blanco y ofreció unos tarros. -Necesito una muestra de orina, tanto tuyas como de tu amigo y del mausu 2. No es necesario que llenes los recipientes.
Y sin decir nada más Go´el se fue hacia el lugar donde estaban los frascos alquímicos. El doctor conocía una serie de formulas alquímicas que servían para descartar o confirmar problemas y enfermedades, pero hasta hora esas recetas solo las había contrastado en humanos y animales comunes por lo que para contrastar los resultados, no solo necesitaba un mausu sano sino que también requería de un ratón sano al que aplicarle las mismas pruebas.
Siempre pasaba lo mismo, cada vez que el científico comenzaba a trastear con la alquimia y la medicina una sonrisa (que muchos considerarían siniestra) aparecía en sus labios. El tiempo pasaba y sobre la mesa comenzaban a acumularse frascos y vasos con líquidos de distintos y repetidos colores: 4 rojos, 4 verdes... transparentes, amarillentos. Cuando todo estuvo preparado Go´el salio de detrás de la mesa y se acerco hacia el ratón enfermo para recoger las muestras que antes le pidió al líder de los hombres-bestia.
-Mausu 1 siéntate en la silla por favor.
En cuanto el dragón convertía a una persona en su paciente el tono de voz le cambiaba dramáticamente, se olvidaba de las secas y ásperas palabras y recordaba el significado de la palabra amabilidad.
-Ahora voy a necesitar muestras de sangre. Primero voy a quitarte el pelo de esta zona del brazo para poder buscar la vena, luego te pondré esta cuerda en la parte de arriba y después notaras un pinchazo. No te preocupes no te pasara nada malo.
Go´el espero un tiempo prudencial y a continuación realizo todo lo que dijo. Con una navaja quito el pelo del mausu, luego le ató la cuerda, buscó la vena y extrajo una pequeña cantidad de sangre con una aguja. Repitió el proceso con el segundo sujeto con una aguja nueva y al finalizar extendió el brazo hacia la pareja de machos.
-Solo faltan la orina y que el ayudante regrese.
Go'el
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Re: Ratones de laboratorio [Trabajo]
Amit asintió varias veces cuando el médico le dijo que tenía que hacer varias pruebas para saber qué tenía. Era lógico, los doctores humanos no sabían nada sobre los Mausu, por eso tenía que hacer tantas pruebas, si hubiese algún shaman de la tribu seguro adivinaría qué era lo que tenía tan solo con verlo.
-¿Un ratón sano? – Amit tardó un poco en entender que no se refería a un Mausu, sino a un ratón común de esos que daban vueltas por las casas de los humanos generalmente – Oh… - En general los de su especie no tenían mucha consciencia de su parecido físico con los roedores promedio.
Claro que si pedía un ratón era porque…
-¿Necesitas abrirlo? – Lo dijo en tono de pregunta, pero en realidad era una afirmación, claramente era la única explicación de porque no podía usarlos a ninguno de ellos como ejemplo – Tchik, entiendo… -
-Podríamos buscarlos nosotros – Dijo el otro en idioma Mausu.
-Seguramente los encontraríamos más rápido que ese hechicero, está tan nervioso y enojado que su aroma va a espantar a todos los ratones de la casa – La charla se vio interrumpida cuando el médico les acercó dos frascos – Esta bien – Sin mediar más palabras ambos ratones comenzaron a bajarse los pantalones, lo cierto es que cuando estaban entre los suyos no solían usar mucha ropa, ponerse telas para cubrir sus partes privadas era un detalle de cortesía que tenían para con el resto de las razas y nada más.
Cuando terminaron apoyaron las muestras junto al resto de los frascos que el médico había sacado, por suerte para ellos la cerveza se digería rápidamente y no tuvieron problema para poder entregar las pruebas.
-Mi nombre es Amit – Dijo el Mausu mientras se sentaba en la silla señalada, no es que le molestara que le dijera de modo genérico, pero parecía más práctico utilizar nombres. Además, el apelativo de un Mausu tenía mucho significado – Y él es…-
-No le digas mi nombre – Se adelantó el compañero de Amit – No confío en ellos, no sabemos qué podría hacer con nuestros nombres –
-Está bien – Miró de nuevo al hombre – Mi amigo no quiere que te de su nombre, cree que podrías hacer cosas extrañas. Así que puede seguir siendo Mausu 2 –Luego escuchó las instrucciones - Entiendo ¡Tchik! – Extendió el brazo para que el médico trabajara.
Jamás le habían sacado sangre de esa manera, le parecía raro que hiciera algo con tantos pasos cuando podía directamente hacer un corte, así que miro con mucha atención cada cosa que el médico hacía.
-Si ese hechicero no consigue atrapar ningún ratón, nosotros podemos hacerlo. No parece ser un gran cazador – No lo decía como un insulto, sino como un hecho – No tenemos tiempo para andar perdiendo ¡Tchik! – Desvió la mirada hacía su amigo sobre la camilla, se lo veía tan mal, aunque Amit intentaba aparentar calma, no podía evitar charquear los dientes por los nervios cada vez que lo miraba.
-¿Un ratón sano? – Amit tardó un poco en entender que no se refería a un Mausu, sino a un ratón común de esos que daban vueltas por las casas de los humanos generalmente – Oh… - En general los de su especie no tenían mucha consciencia de su parecido físico con los roedores promedio.
Claro que si pedía un ratón era porque…
-¿Necesitas abrirlo? – Lo dijo en tono de pregunta, pero en realidad era una afirmación, claramente era la única explicación de porque no podía usarlos a ninguno de ellos como ejemplo – Tchik, entiendo… -
-Podríamos buscarlos nosotros – Dijo el otro en idioma Mausu.
-Seguramente los encontraríamos más rápido que ese hechicero, está tan nervioso y enojado que su aroma va a espantar a todos los ratones de la casa – La charla se vio interrumpida cuando el médico les acercó dos frascos – Esta bien – Sin mediar más palabras ambos ratones comenzaron a bajarse los pantalones, lo cierto es que cuando estaban entre los suyos no solían usar mucha ropa, ponerse telas para cubrir sus partes privadas era un detalle de cortesía que tenían para con el resto de las razas y nada más.
Cuando terminaron apoyaron las muestras junto al resto de los frascos que el médico había sacado, por suerte para ellos la cerveza se digería rápidamente y no tuvieron problema para poder entregar las pruebas.
-Mi nombre es Amit – Dijo el Mausu mientras se sentaba en la silla señalada, no es que le molestara que le dijera de modo genérico, pero parecía más práctico utilizar nombres. Además, el apelativo de un Mausu tenía mucho significado – Y él es…-
-No le digas mi nombre – Se adelantó el compañero de Amit – No confío en ellos, no sabemos qué podría hacer con nuestros nombres –
-Está bien – Miró de nuevo al hombre – Mi amigo no quiere que te de su nombre, cree que podrías hacer cosas extrañas. Así que puede seguir siendo Mausu 2 –Luego escuchó las instrucciones - Entiendo ¡Tchik! – Extendió el brazo para que el médico trabajara.
Jamás le habían sacado sangre de esa manera, le parecía raro que hiciera algo con tantos pasos cuando podía directamente hacer un corte, así que miro con mucha atención cada cosa que el médico hacía.
-Si ese hechicero no consigue atrapar ningún ratón, nosotros podemos hacerlo. No parece ser un gran cazador – No lo decía como un insulto, sino como un hecho – No tenemos tiempo para andar perdiendo ¡Tchik! – Desvió la mirada hacía su amigo sobre la camilla, se lo veía tan mal, aunque Amit intentaba aparentar calma, no podía evitar charquear los dientes por los nervios cada vez que lo miraba.
Amit'tek
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Re: Ratones de laboratorio [Trabajo]
Go´el estaba a punto de verter las muestras en los distintos frascos cuando se percató del motivo que Amit daba sobre la negativa de revelar el nombre de su compañero, el rubio dejó los utensilios sobre la mesa y miro al mausu.
-¿Que clase de cosas podría hacer con vuestros nombres?
El dragón no comprendía que consecuencia tendría el conocer el nombre de una persona, además de para distinguirlos del resto de individuos y proporcionar un método de busca ¿Para que más podría valer un nombre?
Go´el escuchó las explicaciones pertinentes y tomó nota de aquellas que le resultaron útiles y peculiares.
-El ayudante ya debería haber regresado.
El líder ratón estaba en lo cierto, no había tiempo que perder.
-Hacedlo, buscar un ratón sano. Lo voy a necesitar si tengo que abrir a vuestro amigo.
Cuando la pareja de machos se fueron el galeno empezó con las pruebas alquímicas, dejaba caer diferentes gotas de las muestras del enfermo y los hombre-bestias sanos en recipientes separados, a veces tenia que remover el contenido y en otras la reacción era instantánea. Las diferentes viscosidades y colores en los frascos de Amit y el Mausu 2 eran casi idénticas, apenas tenían algún matiz que entraba dentro del margen de desprecio, sin embargo, las muestras del ratón enfermo eran totalmente anómalas con excepción de los frascos donde iban las muestras de orina.
-En base a las pruebas iniciales el paciente posee alguna clase de enfermedad provocada por una presencia indetectable a simple vista. Según la muestra de la prueba cinco dicha presencia se a determinado como no mágica.
Mientras que el doctor escribía los resultados de las pruebas Ramses entró en el laboratorio sin hacer ruido y sin ratón, El brujo anduvo hasta la camilla donde estaba recostado el paciente.
-Empiezo a comprender porque tu maestra pidió que viniera, ni siquiera eras capaz de traer un ratón. ¿Crees que podrás despertar al paciente? O también tengo que hacerlo yo.
Ramses le dedicó una mirada de odio al galeno y este (como hace siempre) la menospreció con un vulgar parpadeo de indiferencia. El ayudante fue al armario, cogió un frasco verde y tras destaparlo lo coloco bajo la nariz del enfermo. El mausu despertó casi al instante con los chillidos incompresibles que haría cualquier roedor. Nervioso por saber donde estaba el paciente se puso de pie sobre la camilla y trato de huir al ver el lugar en el que se encontraba.
-Haz que se calme.
Dictó Go´el sin mirar el circo que se estaba armando en un momento, el medico se encontraba machacando plantas y minerales en el mortero, no tenia tiempo para ocuparse de las nimiedades de un enfermero. El brujo por su parte, en lugar de calmar y atrapar al ratón estaba consiguiendo el efecto contrario.
-Esto es el colmo. Prepara las correas.
El galeno se levantó con el ceño fruncido, el ayudante dejó de perseguir al hombre-bestia y abrió las hebillas de las cinchas. Tras un par de vueltas al laboratorio el dragón consiguió agarrar por una pata y la cola al paciente, lo arrastró por la sala y con ayuda de Ramses lo inmovilizó en la camilla.
-Bien, ahora tu te vas a quedar tranquilo y tu vas a limpiar todo este desastre.
Primero señalo a Mausu 3 el cual no dejaba de gritar, chillar y forcejear incluso después de que Go´el se lo dijera, el segundo señalado fue el brujo quien también refunfuño y se puso a ordenar le laboratorio.
-Tienes suerte de que siga las ordenes de Marconita.
Susurró el ayudante al cuello de la camisa.
Para cuando Amit y el Mausu 2 regresaron el laboratorio estaba todavía a medio limpiar, su amigo seguía gritando y Go´el intentaba hacerle tragar a su paciente una pequeña bola de color gris.
-Por fin alguien competente.
Dijo el rubio apartando la mano de la cara del enfermo al ver que los machos habían cumplido lo que dijeron.
-Llevo 10 minutos diciéndole se que coma esto para ver que le pasa y no me hace ni caso, creo que no entiende mi idioma. Amit podrías decirle que se trague esto y que luego sople dentro de esta burbuja de cristal.
____
Off: Uso la profesión de alquimia para hacer diferentes análisis que me permiten determinar que clase de enfermedad padece el Mausu 3.
-¿Que clase de cosas podría hacer con vuestros nombres?
El dragón no comprendía que consecuencia tendría el conocer el nombre de una persona, además de para distinguirlos del resto de individuos y proporcionar un método de busca ¿Para que más podría valer un nombre?
Go´el escuchó las explicaciones pertinentes y tomó nota de aquellas que le resultaron útiles y peculiares.
-El ayudante ya debería haber regresado.
El líder ratón estaba en lo cierto, no había tiempo que perder.
-Hacedlo, buscar un ratón sano. Lo voy a necesitar si tengo que abrir a vuestro amigo.
Cuando la pareja de machos se fueron el galeno empezó con las pruebas alquímicas, dejaba caer diferentes gotas de las muestras del enfermo y los hombre-bestias sanos en recipientes separados, a veces tenia que remover el contenido y en otras la reacción era instantánea. Las diferentes viscosidades y colores en los frascos de Amit y el Mausu 2 eran casi idénticas, apenas tenían algún matiz que entraba dentro del margen de desprecio, sin embargo, las muestras del ratón enfermo eran totalmente anómalas con excepción de los frascos donde iban las muestras de orina.
-En base a las pruebas iniciales el paciente posee alguna clase de enfermedad provocada por una presencia indetectable a simple vista. Según la muestra de la prueba cinco dicha presencia se a determinado como no mágica.
Mientras que el doctor escribía los resultados de las pruebas Ramses entró en el laboratorio sin hacer ruido y sin ratón, El brujo anduvo hasta la camilla donde estaba recostado el paciente.
-Empiezo a comprender porque tu maestra pidió que viniera, ni siquiera eras capaz de traer un ratón. ¿Crees que podrás despertar al paciente? O también tengo que hacerlo yo.
Ramses le dedicó una mirada de odio al galeno y este (como hace siempre) la menospreció con un vulgar parpadeo de indiferencia. El ayudante fue al armario, cogió un frasco verde y tras destaparlo lo coloco bajo la nariz del enfermo. El mausu despertó casi al instante con los chillidos incompresibles que haría cualquier roedor. Nervioso por saber donde estaba el paciente se puso de pie sobre la camilla y trato de huir al ver el lugar en el que se encontraba.
-Haz que se calme.
Dictó Go´el sin mirar el circo que se estaba armando en un momento, el medico se encontraba machacando plantas y minerales en el mortero, no tenia tiempo para ocuparse de las nimiedades de un enfermero. El brujo por su parte, en lugar de calmar y atrapar al ratón estaba consiguiendo el efecto contrario.
-Esto es el colmo. Prepara las correas.
El galeno se levantó con el ceño fruncido, el ayudante dejó de perseguir al hombre-bestia y abrió las hebillas de las cinchas. Tras un par de vueltas al laboratorio el dragón consiguió agarrar por una pata y la cola al paciente, lo arrastró por la sala y con ayuda de Ramses lo inmovilizó en la camilla.
-Bien, ahora tu te vas a quedar tranquilo y tu vas a limpiar todo este desastre.
Primero señalo a Mausu 3 el cual no dejaba de gritar, chillar y forcejear incluso después de que Go´el se lo dijera, el segundo señalado fue el brujo quien también refunfuño y se puso a ordenar le laboratorio.
-Tienes suerte de que siga las ordenes de Marconita.
Susurró el ayudante al cuello de la camisa.
Para cuando Amit y el Mausu 2 regresaron el laboratorio estaba todavía a medio limpiar, su amigo seguía gritando y Go´el intentaba hacerle tragar a su paciente una pequeña bola de color gris.
-Por fin alguien competente.
Dijo el rubio apartando la mano de la cara del enfermo al ver que los machos habían cumplido lo que dijeron.
-Llevo 10 minutos diciéndole se que coma esto para ver que le pasa y no me hace ni caso, creo que no entiende mi idioma. Amit podrías decirle que se trague esto y que luego sople dentro de esta burbuja de cristal.
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Off: Uso la profesión de alquimia para hacer diferentes análisis que me permiten determinar que clase de enfermedad padece el Mausu 3.
Go'el
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Re: Ratones de laboratorio [Trabajo]
El amigo de Amit volvió a susurrarle cosas en su idioma, sin quitarle la vista de encima al extraño médico. Ambos Mausu asintieron, como llegando a un acuerdo, era de esperarse que el hombre no supiera sobre las tradiciones de su cultura.
-Los nombres son muy importantes para los Mausu, Tchik, tienen el poder de nombrar a las cosas y a todos los seres, esas son fuerzas que no deben tomarse a la ligera – Cualquier shaman mínimamente capaz podía realizar maldiciones terribles utilizando el nombre de una persona – Yo confío en ti, y en que salvarás a mi amigo, por eso te doy mi nombre – Dijo Amit con seriedad, mirando fijo a los ojos del rubio.
Ambos roedores asintieron ante las instrucciones del médico, se pusieron en cuatro patas y salieron corriendo del laboratorio. Cuando ellos salían el hechicero entraba, así que tuvieron que pasar por debajo de sus piernas para poder pasar por el estrecho pasillo, casi lo hacen tropezar pero a los Mausu no podría importarles menos.
-Empecemos por el sótano – Dijo Amit a su compañero sin dejar de correr.
No conocían la casa, pero por simple lógica tenían que buscar cualquier tipo de escalera que bajara, se detuvieron frente a una puerta cerrada y olieron pegando las narices a la rendija por la que se filtraba el aire por abajo. El compañero de Amit estornudó, de ese sitio salían olores demasiado extraños, si para ellos era fuerte probablemente tampoco los ratones comunes querrían estar allí.
Tomaron otra dirección, no podían encontrar ninguna escalera que los llevara a un sótano, olieron los abrigos que habían colgados junto a la puerta de entrada, tenían cierta fragancia a roedor, a polillas y a humedad, pero no tenían ratones. Salieron corriendo por otro de los pasillos y se cruzaron con la dueña de la casa, quien los miro algo sorprendida pero no les hizo preguntas.
Amit se detuvo de pronto, debido al sobrepeso su compañero tardó un poco más en poder frenar y se lo llevo por delante.
-¡Cuidado! – Dijo enojado, acompañando la palabra con gestos.
-Lo siento, es que el piso de esta casa resbala – Intentó justificarse el otro.
Estaban frente a la cocina, y aunque ningún Hechicero pudiera escucharlo, allí habían ratones. Amit hizo una señal para que entraran silenciosamente, los Mausu de por si caminaban haciendo muy poco ruido, pero si no querían asustar a los roedores tenían que ser aun más cuidadosos. Se movieron muy lentamente, el Mausu más rechoncho se acercó a la puerta de uno de los muebles y cuando Amit estuvo listo, abrió la puerta de golpe.
El ratón salió corriendo asustado, y Amit dio un salto, logrando agarrarlo de la cola.
-¿Dijo que lo lleváramos vivo? – Su compañero se encogió de hombros, no recordaba que haya dado detalles.
Regresaron a donde estaba el médico y se llevaron una enorme sorpresa ¡Su compañero estaba despierto! Aunque claro, se encontraba terriblemente asustado. Escucharon las instrucciones del rubio, Amit le pasó el ratón que habían cazado y se acercó al enfermo.
-Tranquilo, soy yo, soy Amit´tek ¿Me reconoces? – Le dijo el Mausu, acercándose a su compañero, en ese momento pareció calmarse ligeramente – Estas enfermo, deben curarte, para curarte debemos calmarnos – Extendió la mano hacia el médico para que le pase la cosa que debía hacer que coma – Traga esto, el shaman dice que si lo comes y soplas dentro de un cristal te sentirás mejor, Tchik – Las instrucciones sonaban muy extrañas, pero estaban acostumbrados a que los curanderos hicieran cosas raras.
-Los nombres son muy importantes para los Mausu, Tchik, tienen el poder de nombrar a las cosas y a todos los seres, esas son fuerzas que no deben tomarse a la ligera – Cualquier shaman mínimamente capaz podía realizar maldiciones terribles utilizando el nombre de una persona – Yo confío en ti, y en que salvarás a mi amigo, por eso te doy mi nombre – Dijo Amit con seriedad, mirando fijo a los ojos del rubio.
Ambos roedores asintieron ante las instrucciones del médico, se pusieron en cuatro patas y salieron corriendo del laboratorio. Cuando ellos salían el hechicero entraba, así que tuvieron que pasar por debajo de sus piernas para poder pasar por el estrecho pasillo, casi lo hacen tropezar pero a los Mausu no podría importarles menos.
-Empecemos por el sótano – Dijo Amit a su compañero sin dejar de correr.
No conocían la casa, pero por simple lógica tenían que buscar cualquier tipo de escalera que bajara, se detuvieron frente a una puerta cerrada y olieron pegando las narices a la rendija por la que se filtraba el aire por abajo. El compañero de Amit estornudó, de ese sitio salían olores demasiado extraños, si para ellos era fuerte probablemente tampoco los ratones comunes querrían estar allí.
Tomaron otra dirección, no podían encontrar ninguna escalera que los llevara a un sótano, olieron los abrigos que habían colgados junto a la puerta de entrada, tenían cierta fragancia a roedor, a polillas y a humedad, pero no tenían ratones. Salieron corriendo por otro de los pasillos y se cruzaron con la dueña de la casa, quien los miro algo sorprendida pero no les hizo preguntas.
Amit se detuvo de pronto, debido al sobrepeso su compañero tardó un poco más en poder frenar y se lo llevo por delante.
-¡Cuidado! – Dijo enojado, acompañando la palabra con gestos.
-Lo siento, es que el piso de esta casa resbala – Intentó justificarse el otro.
Estaban frente a la cocina, y aunque ningún Hechicero pudiera escucharlo, allí habían ratones. Amit hizo una señal para que entraran silenciosamente, los Mausu de por si caminaban haciendo muy poco ruido, pero si no querían asustar a los roedores tenían que ser aun más cuidadosos. Se movieron muy lentamente, el Mausu más rechoncho se acercó a la puerta de uno de los muebles y cuando Amit estuvo listo, abrió la puerta de golpe.
El ratón salió corriendo asustado, y Amit dio un salto, logrando agarrarlo de la cola.
-¿Dijo que lo lleváramos vivo? – Su compañero se encogió de hombros, no recordaba que haya dado detalles.
Regresaron a donde estaba el médico y se llevaron una enorme sorpresa ¡Su compañero estaba despierto! Aunque claro, se encontraba terriblemente asustado. Escucharon las instrucciones del rubio, Amit le pasó el ratón que habían cazado y se acercó al enfermo.
-Tranquilo, soy yo, soy Amit´tek ¿Me reconoces? – Le dijo el Mausu, acercándose a su compañero, en ese momento pareció calmarse ligeramente – Estas enfermo, deben curarte, para curarte debemos calmarnos – Extendió la mano hacia el médico para que le pase la cosa que debía hacer que coma – Traga esto, el shaman dice que si lo comes y soplas dentro de un cristal te sentirás mejor, Tchik – Las instrucciones sonaban muy extrañas, pero estaban acostumbrados a que los curanderos hicieran cosas raras.
Amit'tek
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Re: Ratones de laboratorio [Trabajo]
Aquel idioma de chasquidos, gritos y pequeños chillidos tenia que ser sumamente complicado de aprender, por no hablar de que Go´el dudaba que sus cuerdas vocales y su boca fueran capaces de producir semejantes sonidos. En cualquier caso aquella curiosidad estaba en una posición muy baja de la lista de tareas que ahora preocupaban al medico, Go´el cogió el ratón que le habían traído mientras que Amit calmaba al enfermo, el ayudante limpiaba el desastre y el Mausu 2 miraba todo con sospechas y recelo.
Para cuando el remedio hizo efecto en el estomago del enfermo el doctor ya tenia al ratón de prueba en una bandeja metálica. Había extraído las muestras necesarias para cerciorarse de los resultados de sus pruebas alquímicas, el roedor de control estaba cumpliendo a la perfección su función, todos los parámetros eran correctos y estaban dentro de las tablas preestablecidas, definitivamente el paciente padecía una enfermedad no mágica por culpa de un mal interno no visible. El siguiente paso fue matar al ratón de manera rápida e indolora, todo apuntaba a que la fisonomía de los Mausu seria igual a la de los ratones comunes, pero tenia que cerciorarse.
Con todo terminado y las manos limpias Go´el recuperó la burbuja de cristal, un tapón de corcho impedía que el aliento del paciente se escapara y que el polvo blanco que reposaba en el fondo hiciera su función. El galeno hizo girar el contenido del vidrio dejando que los polvos reaccionaran con el contacto del aire, al cabo de unos segundo la burbuja que aparentaba estar vacía se llenó de un humo violeta.
-Ya se lo que le pasa al paciente. -Anunció el dragón dejando el vial en la mesa. -Amit, Mausu 3 padece una enfermedad en el estomago debería de ser fácil de tratar con unas pocas medicinas y reposo.
Ramses al escuchar los resultados se acercó al grupo quedando al otro lado de la camilla, el brujo miró sus manos manchadas por los diferentes remedios y elementos que estuvo limpiando, sin pensarlo demasiado se sacudió las manos y los restos quedaron flotando en el aire produciendo que el paciente comenzara a estornudar y toser. Una reacción común del cuerpo ante una molestia menor. Pensaba el medico, pero no fue tan común ver como el hombre-bestia tosía sangre.
-Inesperado. La torpeza del brujo rebela que el problema de Mausu 3 es mas grave de lo que parecía. -Go´el miro con seriedad a Amit. -Voy a tener que operarlo. Amit tengo que hacer que tu amigo quede inconsciente de nuevo, necesito que...
El dragón dejó la frase a medias y se fue rápidamente a una de las estanterías, sacó un frasco y vertió su contenido en un pañuelo.
-Tiene que ponerse el pañuelo en la nariz y respirar, en poco tiempo se quedara dormido. Ayudante prepara un suero para que la operación dure dos horas.
El brujo gruñó sin ocultar su enfado.
-Me llamo Ramses.
-Me da igual. -Contestó tajante el galeno. -Solo quiero que hagas el suero, espero que esta vez te salga bien. Amit pasame la navaja, por favor.
Aquello fue la gota que colmó el vaso, Ramses estaba furioso. No solo lo menospreciaba sino que además trataba con más respeto a una rata gigante, ese respeto era para él no para una raza inferior. El ayudante de Marconita preparó el suero tal como le habían pedido, o casi, en lugar de hacer una dosis para 2 horas la hizo para una, Ramses dejó la jeringuilla sobre la mesa auxiliar y se salió del laboratorio para avisar a su maestra.
-Señora. -Dijo con una inclinación cuando encontró a la bruja. -El galeno va a operar al mausu enfermo, dice padecer una aflicción interna e imperceptible.
-¿De verdad? Que interesante. -El ayudante asintió satisfecho al tiempo que su maestra caminaba por el pasillo. -Go´el, querido. Espero que no te moleste mi presencia. -Anuncio la dueña de la casa entrando en el laboratorio. -Estoy intrigada con tus métodos y me gustaría ver como trabajas.
-Por supuesto maestra Marconita, por favor pase.
Rara era la vez en que el medico usaba un titulo y un nombre al mismo tiempo, pero la mujer había demostrado, con pocas palabras, poseer la inteligencia y la sabiduría para recibir ese trato.
-¿Que has descubierto?
-El paciente parece poseer una enfermedad súbita, posiblemente provocada por el estrés que se genera al viajar en espacios cerrados y estar en lugares desconocidos. Ninguno de sus compañeros sufre síntomas de contagio con lo que descarté rápidamente que fuera un problema por exposición a entornos extraños.
Go´el hizo una incisión en el torso del mausu mientras hablaba, ahora solo tenia ojos para una cosa, salvar la vida de su paciente.
-¿Que pruebas has utilizado?
Marconita también estaba concentrada en la operación, por lo que no vio como su ayudante adulteraba los frascos de pruebas que el dragón había utilizado.
-Primero hice un reconocimiento rutinario basándome en la fisonomía del mausu, usando como plantilla a Amit y al mausu 2 como punto de partida racial y a un ratón común como guía para verificar que todo era correcto.
-Así que por eso tenia a dos ratoncitos husmeando por la casa. -Comentó intrigada mirando a los hombres-bestias. -¿Como fueron los resultados?
-Las muestras revelaron un parecido casi exacto entre los mausu y el ratón común, con lo que me permitió descartar una gran cantidad de enfermedades, por ultimo hice la prueba de la burbuja que me revelo que el paciente sufre una enfermedad estomacal.
Go´el dejó el bisturí sobre la mesita auxiliar, el hombre-bestia tenia un corte en el torso de unos 10 centímetros y unos macabros ganchos mantenían la piel y el musculo abierto dejando a la vista el estomago del paciente. A simple vista no se observaba nada.
-Maestra. -Pronuncio Ramses acercándose a la mujer. -El galeno se equivoca, mire sus pruebas. -El celoso brujo levantó un dedo y apunto hacia los frascos de colores. -Los viales del ratón común tienen colores muy diferentes. -El ayudante sonrió al ver que el ratón enfermo tenia el estomago sano. -Y las tripas del paciente están bien.
_______
Off: Uso la profesión de medicina para operar al paciente, de lo que en el futuro se conocerá como una ulcera persistente (o sangrante)
Aparece la primera complicación: El primer ayudante esta celoso de ti y sabotea pruebas para que pierdas credibilidad.
Para cuando el remedio hizo efecto en el estomago del enfermo el doctor ya tenia al ratón de prueba en una bandeja metálica. Había extraído las muestras necesarias para cerciorarse de los resultados de sus pruebas alquímicas, el roedor de control estaba cumpliendo a la perfección su función, todos los parámetros eran correctos y estaban dentro de las tablas preestablecidas, definitivamente el paciente padecía una enfermedad no mágica por culpa de un mal interno no visible. El siguiente paso fue matar al ratón de manera rápida e indolora, todo apuntaba a que la fisonomía de los Mausu seria igual a la de los ratones comunes, pero tenia que cerciorarse.
Con todo terminado y las manos limpias Go´el recuperó la burbuja de cristal, un tapón de corcho impedía que el aliento del paciente se escapara y que el polvo blanco que reposaba en el fondo hiciera su función. El galeno hizo girar el contenido del vidrio dejando que los polvos reaccionaran con el contacto del aire, al cabo de unos segundo la burbuja que aparentaba estar vacía se llenó de un humo violeta.
-Ya se lo que le pasa al paciente. -Anunció el dragón dejando el vial en la mesa. -Amit, Mausu 3 padece una enfermedad en el estomago debería de ser fácil de tratar con unas pocas medicinas y reposo.
Ramses al escuchar los resultados se acercó al grupo quedando al otro lado de la camilla, el brujo miró sus manos manchadas por los diferentes remedios y elementos que estuvo limpiando, sin pensarlo demasiado se sacudió las manos y los restos quedaron flotando en el aire produciendo que el paciente comenzara a estornudar y toser. Una reacción común del cuerpo ante una molestia menor. Pensaba el medico, pero no fue tan común ver como el hombre-bestia tosía sangre.
-Inesperado. La torpeza del brujo rebela que el problema de Mausu 3 es mas grave de lo que parecía. -Go´el miro con seriedad a Amit. -Voy a tener que operarlo. Amit tengo que hacer que tu amigo quede inconsciente de nuevo, necesito que...
El dragón dejó la frase a medias y se fue rápidamente a una de las estanterías, sacó un frasco y vertió su contenido en un pañuelo.
-Tiene que ponerse el pañuelo en la nariz y respirar, en poco tiempo se quedara dormido. Ayudante prepara un suero para que la operación dure dos horas.
El brujo gruñó sin ocultar su enfado.
-Me llamo Ramses.
-Me da igual. -Contestó tajante el galeno. -Solo quiero que hagas el suero, espero que esta vez te salga bien. Amit pasame la navaja, por favor.
Aquello fue la gota que colmó el vaso, Ramses estaba furioso. No solo lo menospreciaba sino que además trataba con más respeto a una rata gigante, ese respeto era para él no para una raza inferior. El ayudante de Marconita preparó el suero tal como le habían pedido, o casi, en lugar de hacer una dosis para 2 horas la hizo para una, Ramses dejó la jeringuilla sobre la mesa auxiliar y se salió del laboratorio para avisar a su maestra.
-Señora. -Dijo con una inclinación cuando encontró a la bruja. -El galeno va a operar al mausu enfermo, dice padecer una aflicción interna e imperceptible.
-¿De verdad? Que interesante. -El ayudante asintió satisfecho al tiempo que su maestra caminaba por el pasillo. -Go´el, querido. Espero que no te moleste mi presencia. -Anuncio la dueña de la casa entrando en el laboratorio. -Estoy intrigada con tus métodos y me gustaría ver como trabajas.
-Por supuesto maestra Marconita, por favor pase.
Rara era la vez en que el medico usaba un titulo y un nombre al mismo tiempo, pero la mujer había demostrado, con pocas palabras, poseer la inteligencia y la sabiduría para recibir ese trato.
-¿Que has descubierto?
-El paciente parece poseer una enfermedad súbita, posiblemente provocada por el estrés que se genera al viajar en espacios cerrados y estar en lugares desconocidos. Ninguno de sus compañeros sufre síntomas de contagio con lo que descarté rápidamente que fuera un problema por exposición a entornos extraños.
Go´el hizo una incisión en el torso del mausu mientras hablaba, ahora solo tenia ojos para una cosa, salvar la vida de su paciente.
-¿Que pruebas has utilizado?
Marconita también estaba concentrada en la operación, por lo que no vio como su ayudante adulteraba los frascos de pruebas que el dragón había utilizado.
-Primero hice un reconocimiento rutinario basándome en la fisonomía del mausu, usando como plantilla a Amit y al mausu 2 como punto de partida racial y a un ratón común como guía para verificar que todo era correcto.
-Así que por eso tenia a dos ratoncitos husmeando por la casa. -Comentó intrigada mirando a los hombres-bestias. -¿Como fueron los resultados?
-Las muestras revelaron un parecido casi exacto entre los mausu y el ratón común, con lo que me permitió descartar una gran cantidad de enfermedades, por ultimo hice la prueba de la burbuja que me revelo que el paciente sufre una enfermedad estomacal.
Go´el dejó el bisturí sobre la mesita auxiliar, el hombre-bestia tenia un corte en el torso de unos 10 centímetros y unos macabros ganchos mantenían la piel y el musculo abierto dejando a la vista el estomago del paciente. A simple vista no se observaba nada.
-Maestra. -Pronuncio Ramses acercándose a la mujer. -El galeno se equivoca, mire sus pruebas. -El celoso brujo levantó un dedo y apunto hacia los frascos de colores. -Los viales del ratón común tienen colores muy diferentes. -El ayudante sonrió al ver que el ratón enfermo tenia el estomago sano. -Y las tripas del paciente están bien.
_______
Off: Uso la profesión de medicina para operar al paciente, de lo que en el futuro se conocerá como una ulcera persistente (o sangrante)
Aparece la primera complicación: El primer ayudante esta celoso de ti y sabotea pruebas para que pierdas credibilidad.
Go'el
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Re: Ratones de laboratorio [Trabajo]
Ambos Mausu no dejaban de mirar fascinados todas las cosas que hacía el shaman, ponía líquidos, sacaba líquidos, batía el contenido y se quedaba esperando, mirando con atención los colores que se formaban. Los dos ratones miraban también, uno a cada lado, a la distancia justa para no interrumpir los movimientos Go´el, pero a la vez lo suficientemente cerca como para no perderse detalle alguno… Aunque no entendieran absolutamente nada de lo que pasaba.
-¿Es así? ¡Ya veo! Debe ser por la horrible comida que se sirve en esta isla – Aseguro Amit y su compañero asintió efusivamente, ignorando el gesto ofendido que hizo Ramses – Entonces se va a recuperar – El Mausu se acercó por el costado de la camilla y le dio la mano a su compañero – El shaman ya sabe qué es lo que tienes, pronto nos sanara –
El enfermo se movió, y parecía que iba a hablar pero en lugar de eso empezó a toser y a escupir sangre. Fue como un balde de agua fría, los dos ratones se quedaron con la boca abierta y en silencio mientras el shaman decía que tendrían que operarlo ¡¡Operarlo!! No sabían qué significaba eso pero sonaba muy serio.
-Mmm, Tchik, si… Tchik, de acuerdo – Amit estaba nervioso, sentía que la situación se estaba saliendo de su control, y no estaba seguro si las decisiones que tomaba eran lo mejor para su compañero o si se estaba dejando engañar por un shaman-brujo – Bien, lo haré – Dijo pero ahora con menos seguridad.
El ratón enfermo estaba muy asustado, a Amit no le gustaba verlo así, y una parte importante de él deseaba cargarlo en su espalda y llevárselo lejos de allí. Pero tenía que ser fuerte, se acercó y levantó su cabeza con mucho cuidado, intentando apaciguarlo con su presencia.
-Esto nos hará dormir, y cuando despiertes todo habrá terminado – Acercó el pañuelo, y le rezó internamente a su dios Roedor para que cuidara de él – Esta hecho – Dio unos pasos hacia atrás para dejar que el shaman trabajara.
Cuando le pidió que le pase la navaja comenzó a entender de qué se trataba una operación, ambos Mausu abrieron los ojos muy grandes en el momento que vieron como abrían a su compañero dormido, un escalofrío les recorrió la espalda.
-¿Qué estamos haciendo? ¿Esto es correcto? –
-Mmm, no lo sé – Lo único que sabían era que no querían ver como ese hombre abría a su compañero, no es que le tuvieran miedo a la sangre, los tres eran guerreros de muchos años, pero eso era distinto a estar tirado en una camilla dormido y que un extraño te abriera.
Gracias a que no estaban mirando al enfermo, vieron claramente cuando Ramses cambiaba las muestras. Los Mausu no tenían idea de lo que eso significaba, pero de lo que estaban seguros era que alguien que hiciera cosas a escondidas no podía estar planeando nada bueno. Ambos cambiaron su actitud por completo en tan solo un instante, su gesto se volvió serio, su postura rígida y su pelaje se erizó.
-¡Está mintiendo! ¡Él cambio las muestras! – Señaló acusador Amit al ayudante.
-¡¡Mentiroso!! – Chillo el ratón regordete y de inmediato saltó para morderle la pierna, seguido por Amit que clavó sus colmillos en el hombro de Ramses.
El Hechicero había sido tomado por sorpresa, no se esperaba semejante ataque, ambos roedores se agarraban a él con uñas y dientes y no les importaba en lo más mínimo si en el fragor de la batalla destruían los elementos del laboratorio.
-¿Es así? ¡Ya veo! Debe ser por la horrible comida que se sirve en esta isla – Aseguro Amit y su compañero asintió efusivamente, ignorando el gesto ofendido que hizo Ramses – Entonces se va a recuperar – El Mausu se acercó por el costado de la camilla y le dio la mano a su compañero – El shaman ya sabe qué es lo que tienes, pronto nos sanara –
El enfermo se movió, y parecía que iba a hablar pero en lugar de eso empezó a toser y a escupir sangre. Fue como un balde de agua fría, los dos ratones se quedaron con la boca abierta y en silencio mientras el shaman decía que tendrían que operarlo ¡¡Operarlo!! No sabían qué significaba eso pero sonaba muy serio.
-Mmm, Tchik, si… Tchik, de acuerdo – Amit estaba nervioso, sentía que la situación se estaba saliendo de su control, y no estaba seguro si las decisiones que tomaba eran lo mejor para su compañero o si se estaba dejando engañar por un shaman-brujo – Bien, lo haré – Dijo pero ahora con menos seguridad.
El ratón enfermo estaba muy asustado, a Amit no le gustaba verlo así, y una parte importante de él deseaba cargarlo en su espalda y llevárselo lejos de allí. Pero tenía que ser fuerte, se acercó y levantó su cabeza con mucho cuidado, intentando apaciguarlo con su presencia.
-Esto nos hará dormir, y cuando despiertes todo habrá terminado – Acercó el pañuelo, y le rezó internamente a su dios Roedor para que cuidara de él – Esta hecho – Dio unos pasos hacia atrás para dejar que el shaman trabajara.
Cuando le pidió que le pase la navaja comenzó a entender de qué se trataba una operación, ambos Mausu abrieron los ojos muy grandes en el momento que vieron como abrían a su compañero dormido, un escalofrío les recorrió la espalda.
-¿Qué estamos haciendo? ¿Esto es correcto? –
-Mmm, no lo sé – Lo único que sabían era que no querían ver como ese hombre abría a su compañero, no es que le tuvieran miedo a la sangre, los tres eran guerreros de muchos años, pero eso era distinto a estar tirado en una camilla dormido y que un extraño te abriera.
Gracias a que no estaban mirando al enfermo, vieron claramente cuando Ramses cambiaba las muestras. Los Mausu no tenían idea de lo que eso significaba, pero de lo que estaban seguros era que alguien que hiciera cosas a escondidas no podía estar planeando nada bueno. Ambos cambiaron su actitud por completo en tan solo un instante, su gesto se volvió serio, su postura rígida y su pelaje se erizó.
-¡Está mintiendo! ¡Él cambio las muestras! – Señaló acusador Amit al ayudante.
-¡¡Mentiroso!! – Chillo el ratón regordete y de inmediato saltó para morderle la pierna, seguido por Amit que clavó sus colmillos en el hombro de Ramses.
El Hechicero había sido tomado por sorpresa, no se esperaba semejante ataque, ambos roedores se agarraban a él con uñas y dientes y no les importaba en lo más mínimo si en el fragor de la batalla destruían los elementos del laboratorio.
Amit'tek
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Re: Ratones de laboratorio [Trabajo]
Lo que el ayudante decía no tenia sentido, Go´el comprobó dos veces las muestras y las tablas y el hecho de que no se viera ningún problema no quería decir que no estuviera allí. El dragón estaba seguro de sus resultados y prestar atención a las calumnias de Ramses solo pondría en peligro la vida del paciente.
Haciendo caso nulo del alboroto de mordiscos, chillidos y arañazos que se había formado en la sala, el galeno levantó con cuidado el estomago del roedor y percibió a través de los dedos un pequeño orificio en la cara interna del órgano.
-Lo encontré, alguna clase de parásito minúsculo se a alojado en el estomago de Mausu 3. Por suerte no es demasiado grande, sera fácil cerrar la herida.
Mientras el rubio hablaba y preparaba el órgano para la sutura Ramses trataba en vano de sacarse de encima a los dos ratones, ya habían tirado la mesa donde estaban las pruebas, volcado una silla y tumbado una estantería.
-Señores mausu parad de inmediato este disparate.
Marconita que hasta ahora se había mantenido en calma levanto la voz, alzó la mano e hizo levitar a su ayudante separando así a los dos hombres-bestias del brujo.
-Este es un espacio de trabajo si queréis pelear idos a la taberna. -La mujer espero unos segundos, luego bajo al hombre al suelo. -Estoy muy decepcionada Ramses esto no era lo que tenia que pasar.
-Pe-pero señora las ratas mienten, seguro que también enfermaron ¡Están delirando! Y el galeno se equivocó, no hay...
El ayudante se levantó como pudo del suelo, todavía no se sentía seguro con aquellos animales cerca y lo demostraba adoptando una patética posición de defensa.
-Basta. El doctor Zorven a encontrado el problema por lo que sus estudios eran correctos, márchate de aquí.
La maestra observaba impasible a su ayudante, mantenía sus manos unidas entre si a la altura del regazo.
-¡No puedes echarme! Se cosas Marconita, cosas que te pondrán en un aprieto.
Ramses gritaba nervioso y colérico al tiempo que levantaba el brazo malherido y apuntaba a la mujer con la mano, Marconita solo se rio con sequedad.
-Pobre y necio hombre, acabas de cavar tu tumba.
Los ojos de Marconita cambiaron, los iris fueron engullidos por las pupilas y solo quedo el negro. La bruja levantó la mano apuntando al pecho del ayudante y al cerrar el puño se escucho como se rompía algo en el interior del hombre, Ramses ahora caía inerte al suelo con la cara congelada en una expresión de pánico.
-Maestra Marconita ¿Dispone de alguna clase de material de sutura mágico? algo que permita coser al paciente sin que genere rechazo al cuerpo.
Go´el seguía sin levantar la cabeza del enfermo y apenas había percibido nada de lo que ocurría en la sala, por otro lado, la maestra y dueña de la casa recuperaba la compostura al tiempo que miraba con pena el cadáver de su ayudante.
-Queridos. -Pronuncio la mujer hacia los roedores. -¿Serias tan amables de ordenar todo el desastre que formasteis con la pelea? Os lo agradecería mucho.
Marconita les dedico una sonrisa calculada y amigable que solo conseguía potenciar el carácter frió de la mujer, por ultimo se atuso el vestido y dirigió sus ojos a la mesa de operación.
-He estado trabajando en algo parecido, se trata de un hilo rúnico.
Marconita caminó hacia una de las estanterías que habían quedado por el suelo y recogió una caja pequeña.
-Toma querido. Se trata de un hilo imbuido con runas de descomposición, la runa esta modificada para que ataque solo al hilo con el paso del tiempo, de esta forma a medida que sane la herida la sutura se eliminara.
El rubio levanto por primera vez la vista, estaba asombrado con las palabras de la mujer.
-Eso es... simplemente brillante. Con esto puedo hacer tantas cosas, gracias.
Go´el enhebró la aguja y comenzó a coser, cerrar era siempre más lento que abrir. Había que asegurarse que todo estuviera en su sitio y que no se quedaba nada extraño dentro. El estomago recibió cinco puntos con aquel hilo tan especial y ahora que todos los órganos estaban colocados en su sitio solo quedaba quitar las pinzas y cerrar la carne. Todo hubiera ido de maravilla de no ser por el detalle de que el paciente estaba comenzando a mover las orejas y la nariz.
-Menudo desastre de ayudante, ni siquiera supo hacer un suero.
El dragón comenzó a coser la piel con toda la prisa y precisión que sus manos le permitían, el hombre-bestia estaba apunto de despertarse.
Haciendo caso nulo del alboroto de mordiscos, chillidos y arañazos que se había formado en la sala, el galeno levantó con cuidado el estomago del roedor y percibió a través de los dedos un pequeño orificio en la cara interna del órgano.
-Lo encontré, alguna clase de parásito minúsculo se a alojado en el estomago de Mausu 3. Por suerte no es demasiado grande, sera fácil cerrar la herida.
Mientras el rubio hablaba y preparaba el órgano para la sutura Ramses trataba en vano de sacarse de encima a los dos ratones, ya habían tirado la mesa donde estaban las pruebas, volcado una silla y tumbado una estantería.
-Señores mausu parad de inmediato este disparate.
Marconita que hasta ahora se había mantenido en calma levanto la voz, alzó la mano e hizo levitar a su ayudante separando así a los dos hombres-bestias del brujo.
-Este es un espacio de trabajo si queréis pelear idos a la taberna. -La mujer espero unos segundos, luego bajo al hombre al suelo. -Estoy muy decepcionada Ramses esto no era lo que tenia que pasar.
-Pe-pero señora las ratas mienten, seguro que también enfermaron ¡Están delirando! Y el galeno se equivocó, no hay...
El ayudante se levantó como pudo del suelo, todavía no se sentía seguro con aquellos animales cerca y lo demostraba adoptando una patética posición de defensa.
-Basta. El doctor Zorven a encontrado el problema por lo que sus estudios eran correctos, márchate de aquí.
La maestra observaba impasible a su ayudante, mantenía sus manos unidas entre si a la altura del regazo.
-¡No puedes echarme! Se cosas Marconita, cosas que te pondrán en un aprieto.
Ramses gritaba nervioso y colérico al tiempo que levantaba el brazo malherido y apuntaba a la mujer con la mano, Marconita solo se rio con sequedad.
-Pobre y necio hombre, acabas de cavar tu tumba.
Los ojos de Marconita cambiaron, los iris fueron engullidos por las pupilas y solo quedo el negro. La bruja levantó la mano apuntando al pecho del ayudante y al cerrar el puño se escucho como se rompía algo en el interior del hombre, Ramses ahora caía inerte al suelo con la cara congelada en una expresión de pánico.
-Maestra Marconita ¿Dispone de alguna clase de material de sutura mágico? algo que permita coser al paciente sin que genere rechazo al cuerpo.
Go´el seguía sin levantar la cabeza del enfermo y apenas había percibido nada de lo que ocurría en la sala, por otro lado, la maestra y dueña de la casa recuperaba la compostura al tiempo que miraba con pena el cadáver de su ayudante.
-Queridos. -Pronuncio la mujer hacia los roedores. -¿Serias tan amables de ordenar todo el desastre que formasteis con la pelea? Os lo agradecería mucho.
Marconita les dedico una sonrisa calculada y amigable que solo conseguía potenciar el carácter frió de la mujer, por ultimo se atuso el vestido y dirigió sus ojos a la mesa de operación.
-He estado trabajando en algo parecido, se trata de un hilo rúnico.
Marconita caminó hacia una de las estanterías que habían quedado por el suelo y recogió una caja pequeña.
-Toma querido. Se trata de un hilo imbuido con runas de descomposición, la runa esta modificada para que ataque solo al hilo con el paso del tiempo, de esta forma a medida que sane la herida la sutura se eliminara.
El rubio levanto por primera vez la vista, estaba asombrado con las palabras de la mujer.
-Eso es... simplemente brillante. Con esto puedo hacer tantas cosas, gracias.
Go´el enhebró la aguja y comenzó a coser, cerrar era siempre más lento que abrir. Había que asegurarse que todo estuviera en su sitio y que no se quedaba nada extraño dentro. El estomago recibió cinco puntos con aquel hilo tan especial y ahora que todos los órganos estaban colocados en su sitio solo quedaba quitar las pinzas y cerrar la carne. Todo hubiera ido de maravilla de no ser por el detalle de que el paciente estaba comenzando a mover las orejas y la nariz.
-Menudo desastre de ayudante, ni siquiera supo hacer un suero.
El dragón comenzó a coser la piel con toda la prisa y precisión que sus manos le permitían, el hombre-bestia estaba apunto de despertarse.
Go'el
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Re: Ratones de laboratorio [Trabajo]
El hechicero se sacudía por el laboratorio, intentando golpear a los ratones contra las paredes para poder así quitárselos de encima, levantó la pierna y la movió con fuerza pero el Mausu estaba muy bien agarrado y no perdía oportunidad de morder las partes más blandas. Amit recibió varios golpes en su espalda, cuando Ramses lo golpeó contra una de las estanterías, el roedor sentía todo el cuerpo mojado por distintas sustancias y de inmediato se acordó de los ácidos que él mismo usaba para poder aflojar piedras.
Por fortuna, la combinación de líquidos parecía no ser dañina, al final ambos Mausu se bajaron del Hechicero cuando Marconita se los pidió.
-Mentiroso, mentiroso – Seguía murmurando el compañero de Amit.
-Muy mentiroso, Tchik, no hay que perdonar la mentira – Corroboro el ratón, mirando con enojo a Ramses.
Aun así cuando vieron con qué facilidad la mujer lo asesinaba solo con el movimiento de su mano, ambos Mausu se quedaron en silencio, mirando con fascinación la acción que solo podía ser explicada como magia. Los roedores pasaban de ver el cuerpo inerte de Ramses, a fijarse en la temible hechicera, aun tenían la cara llena de sangre por lo que se pasaron las patas por el hocico en un intento de limpiarse, como si quisieran ponerse prolijos para que la mujer no los castigara por portarse mal.
Asintieron al unísono cuando les dijo que ordenaran. Amit agarró por las piernas al ayudante muerto, mientras su compañero lo agarraba por los brazos, lo arrastraron fuera del laboratorio, dejando un rastro de sangre. Lo dejaron en el pasillo y volvieron a entrar rápidamente para ponerse a levantar los restos de los frascos, poner la silla en su lugar y levantar la mesa donde antes estaban las muestras.
Los líquidos que habían manchado la espalda de Amit comenzaron a causarle picazón, así que se sacudió en un intento por quitárselos, pero de esa manera solo los terminó de mezclar y de a poco un vapor extraño empezó a llenar el laboratorio.
El olor era muy fuerte, al menos para el sensible olfato de los Mausu, se taparon la nariz con las patas que estaban también llenos de líquidos sospechosos.
-¡Que olor! ¡Es espantoso! –
-¡¡Y pica!! – Dijo asustado Amit.
Ambos roedores comenzaron a rascarse con desesperación, ese extraño gas parecía tener el efecto de mil pulgas en el cuerpo. El Mausu que estaba recién operado empezó a abrir los ojos, pero como su cuerpo seguía dormido parecía que aun no le afectaba.
-Tenemos que salir, Tchik- Miró a su compañero sobre la camilla - ¿Podemos moverlo ya? – Le preguntó al shaman, pidiéndole permiso mientras continuaba rascándose con ambas manos y hasta una de las patas.
El compañero de Amit no pudo soportarlo, tuvo que salir corriendo al pasillo, y comenzó a rascarse la espalda contra uno de los pilares, mientras maldecía en el idioma de los Mausu a una velocidad de vértigo.
-----------------------------------------------------------------------------------
*2° Complicación: "Uno de los experimentos sale fallido y comienzas a tener efectos secundarios molestos que durarán tres turnos"
Por fortuna, la combinación de líquidos parecía no ser dañina, al final ambos Mausu se bajaron del Hechicero cuando Marconita se los pidió.
-Mentiroso, mentiroso – Seguía murmurando el compañero de Amit.
-Muy mentiroso, Tchik, no hay que perdonar la mentira – Corroboro el ratón, mirando con enojo a Ramses.
Aun así cuando vieron con qué facilidad la mujer lo asesinaba solo con el movimiento de su mano, ambos Mausu se quedaron en silencio, mirando con fascinación la acción que solo podía ser explicada como magia. Los roedores pasaban de ver el cuerpo inerte de Ramses, a fijarse en la temible hechicera, aun tenían la cara llena de sangre por lo que se pasaron las patas por el hocico en un intento de limpiarse, como si quisieran ponerse prolijos para que la mujer no los castigara por portarse mal.
Asintieron al unísono cuando les dijo que ordenaran. Amit agarró por las piernas al ayudante muerto, mientras su compañero lo agarraba por los brazos, lo arrastraron fuera del laboratorio, dejando un rastro de sangre. Lo dejaron en el pasillo y volvieron a entrar rápidamente para ponerse a levantar los restos de los frascos, poner la silla en su lugar y levantar la mesa donde antes estaban las muestras.
Los líquidos que habían manchado la espalda de Amit comenzaron a causarle picazón, así que se sacudió en un intento por quitárselos, pero de esa manera solo los terminó de mezclar y de a poco un vapor extraño empezó a llenar el laboratorio.
El olor era muy fuerte, al menos para el sensible olfato de los Mausu, se taparon la nariz con las patas que estaban también llenos de líquidos sospechosos.
-¡Que olor! ¡Es espantoso! –
-¡¡Y pica!! – Dijo asustado Amit.
Ambos roedores comenzaron a rascarse con desesperación, ese extraño gas parecía tener el efecto de mil pulgas en el cuerpo. El Mausu que estaba recién operado empezó a abrir los ojos, pero como su cuerpo seguía dormido parecía que aun no le afectaba.
-Tenemos que salir, Tchik- Miró a su compañero sobre la camilla - ¿Podemos moverlo ya? – Le preguntó al shaman, pidiéndole permiso mientras continuaba rascándose con ambas manos y hasta una de las patas.
El compañero de Amit no pudo soportarlo, tuvo que salir corriendo al pasillo, y comenzó a rascarse la espalda contra uno de los pilares, mientras maldecía en el idioma de los Mausu a una velocidad de vértigo.
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*2° Complicación: "Uno de los experimentos sale fallido y comienzas a tener efectos secundarios molestos que durarán tres turnos"
Amit'tek
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Re: Ratones de laboratorio [Trabajo]
Durante la pelea uno... bueno, en realidad casi todo acabo por el suelo, pero uno de los experimentos de Marconita había caído sobre la espalda de los roedores y mezclado con un fuerte reactivo provocando un efecto adverso. Una nube de gas que no solo provocaba picor en el cuerpo, a Go´el le lloraban los ojos y Marconita tosía con fuerza.
-Todavía no puede moverse por si mismo, la operación es muy reciente pero. -Go´el intentaba no frotarse los ojos pues sabia que era contraproducente. -No podemos quedarnos aquí dentro.
Marconita haciendo uso de su telekinesis abrí la puerta del laboratorio, a continuación elevo la camilla del enfermo un centímetro del suelo.
-Sacarlo al salón cof cof, luego nos encargaremos del gas.
El galeno miro con la vista acuosa hacia la camilla y los mausu, asintió con la cabeza y empujó el camastro fuera del laboratorio.
-¿Como a pasado todo esto? Necesitamos agua.
El rubio no sabia a que clase de alquimia se enfrentaba, pero pensado con la lógica de la medicina lo más rápido era deducir que con un lavado abundante conseguirían desprenderse de la intoxicación. Se podía escuchar el sonido del agua salir del grifo de la cocina, la maestra no dijo ni hizo nada que pudiera indicar que aquello fuera cosa suya, pero lo cierto era que la mujer con un simple comando mental había abierto el agua del fregadero.
-A la co-cof cocina doctor. -De nuevo una puerta se abrió sola y detrás de esta comenzó a sonar agua. -Mausus id al baño, allí podréis meteros bajo la ducha.
-Todavía no puede moverse por si mismo, la operación es muy reciente pero. -Go´el intentaba no frotarse los ojos pues sabia que era contraproducente. -No podemos quedarnos aquí dentro.
Marconita haciendo uso de su telekinesis abrí la puerta del laboratorio, a continuación elevo la camilla del enfermo un centímetro del suelo.
-Sacarlo al salón cof cof, luego nos encargaremos del gas.
El galeno miro con la vista acuosa hacia la camilla y los mausu, asintió con la cabeza y empujó el camastro fuera del laboratorio.
-¿Como a pasado todo esto? Necesitamos agua.
El rubio no sabia a que clase de alquimia se enfrentaba, pero pensado con la lógica de la medicina lo más rápido era deducir que con un lavado abundante conseguirían desprenderse de la intoxicación. Se podía escuchar el sonido del agua salir del grifo de la cocina, la maestra no dijo ni hizo nada que pudiera indicar que aquello fuera cosa suya, pero lo cierto era que la mujer con un simple comando mental había abierto el agua del fregadero.
-A la co-cof cocina doctor. -De nuevo una puerta se abrió sola y detrás de esta comenzó a sonar agua. -Mausus id al baño, allí podréis meteros bajo la ducha.
Go'el
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Re: Ratones de laboratorio [Trabajo]
Amit asintió varias veces mientras escuchaba las indicaciones del shaman, miró a su compañero ahora despierto pero aún atontado por el extraño líquido que le habían puesto para operarlo. El Mausu se rascaba mientras pensaba en como podría moverlo pero sin levantarlo para que los puntos no se abriera. Por suerte la Hechicera tuvo una idea mucho mejor y levantó directamente la camilla.
-¡Bien! ¡Tchik! – Exclamo el roedor, Go´el empujó la litera desde atrás mientras que Amit se puso adelante y la fue guiando para asegurarse que no se golpeara contra los marcos de las puertas.
Mientras la sacaban al pasillo se cruzaron con el otro Mausu, quien aún intentaba quitarse la comezón del cuerpo usando las paredes. Amit le hizo una señal para que los siguiera, y fueron todos juntos hacía la parte en que estaba la cocina y el baño. El shaman tampoco sabía qué era lo que había pasado, los ratones se rascaban desesperados, estornudaban y les lloraban los ojos ¡Era un efecto espantoso!
Una vez que dejaron la camilla en la cocina se pusieron en cuatro patas y salieron corriendo a toda velocidad hacía el baño.
-¡Pica! ¡Arde! ¡Duele! – Exclamaba el amigo de Amit entre chillidos.
-Dijeron que usemos agua, seguro el agua nos ayudara, el agua lo cura todo – Entraron a los tropezones al baño, maldiciendo nuevamente al piso encerado, y saltaron al mismo tiempo dentro de la ducha.
Se empaparon la cara, especialmente intentando limpiarse la nariz y los ojos, luego se turnaron para rascarse las espaldas, asegurándose de que el agua pasara las capas superficiales del pelaje y llegara hasta la piel. Amit puso la pata en el agujero por el que se drenaba el agua, de esa manera la bañera comenzó a llenarse y los dos Mausu se quedaron disfrutando de estar sumergidos en el agua hasta que solo se veían sus cabezas.
-¿Si salimos nos volverá a picar? –
-No lo sé, tal vez, quizás el shaman tendrá que revisarnos también para ver si el humo nos enfermó –
-¿¡Entonces nos va a abrir a la mitad!? – El Mausu parecía en verdad muy alarmado, ambos entendían que había sido necesario, y que de hecho ahora su amigo estaba vivo gracias a eso… Pero a ninguno de los dos le hubiese gustado estar en su lugar.
-No creo que sea necesario abrirnos – Intentó calmarlo, y calmarse, Amit.
Luego de varios minutos disfrutando del agua fría, finalmente se decidieron a salir, habían varias toallas en el lugar, pero los Mausu no tenían por costumbre el utilizar ese tipo de cosas, simplemente se secaban al sol o con el viento. Parados en cuatro patas se sacudieron con ganas, empapando todo el baño, y quedando muy esponjosos.
Fueron hacía la cocina, pero a medida que el efecto del agua fría se iba diluyendo, empezaban a sentir nuevamente el picor en la piel.
-Al menos ya no estornudamos –
-Y no nos lloran los ojos – Agregó Amit cuando ya estaban entrando a la cocina - ¿Cómo está? – Le preguntó a Go´el.
-¡Bien! ¡Tchik! – Exclamo el roedor, Go´el empujó la litera desde atrás mientras que Amit se puso adelante y la fue guiando para asegurarse que no se golpeara contra los marcos de las puertas.
Mientras la sacaban al pasillo se cruzaron con el otro Mausu, quien aún intentaba quitarse la comezón del cuerpo usando las paredes. Amit le hizo una señal para que los siguiera, y fueron todos juntos hacía la parte en que estaba la cocina y el baño. El shaman tampoco sabía qué era lo que había pasado, los ratones se rascaban desesperados, estornudaban y les lloraban los ojos ¡Era un efecto espantoso!
Una vez que dejaron la camilla en la cocina se pusieron en cuatro patas y salieron corriendo a toda velocidad hacía el baño.
-¡Pica! ¡Arde! ¡Duele! – Exclamaba el amigo de Amit entre chillidos.
-Dijeron que usemos agua, seguro el agua nos ayudara, el agua lo cura todo – Entraron a los tropezones al baño, maldiciendo nuevamente al piso encerado, y saltaron al mismo tiempo dentro de la ducha.
Se empaparon la cara, especialmente intentando limpiarse la nariz y los ojos, luego se turnaron para rascarse las espaldas, asegurándose de que el agua pasara las capas superficiales del pelaje y llegara hasta la piel. Amit puso la pata en el agujero por el que se drenaba el agua, de esa manera la bañera comenzó a llenarse y los dos Mausu se quedaron disfrutando de estar sumergidos en el agua hasta que solo se veían sus cabezas.
-¿Si salimos nos volverá a picar? –
-No lo sé, tal vez, quizás el shaman tendrá que revisarnos también para ver si el humo nos enfermó –
-¿¡Entonces nos va a abrir a la mitad!? – El Mausu parecía en verdad muy alarmado, ambos entendían que había sido necesario, y que de hecho ahora su amigo estaba vivo gracias a eso… Pero a ninguno de los dos le hubiese gustado estar en su lugar.
-No creo que sea necesario abrirnos – Intentó calmarlo, y calmarse, Amit.
Luego de varios minutos disfrutando del agua fría, finalmente se decidieron a salir, habían varias toallas en el lugar, pero los Mausu no tenían por costumbre el utilizar ese tipo de cosas, simplemente se secaban al sol o con el viento. Parados en cuatro patas se sacudieron con ganas, empapando todo el baño, y quedando muy esponjosos.
Fueron hacía la cocina, pero a medida que el efecto del agua fría se iba diluyendo, empezaban a sentir nuevamente el picor en la piel.
-Al menos ya no estornudamos –
-Y no nos lloran los ojos – Agregó Amit cuando ya estaban entrando a la cocina - ¿Cómo está? – Le preguntó a Go´el.
Amit'tek
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Re: Ratones de laboratorio [Trabajo]
Go´el se lavó los ojos con abundante agua y Marconita hizo unas cuantas gárgaras, aunque con mucha discreción, por algún motivo el único que no parecía sufrir los síntomas del gas era el mausu recién operado, quizás se debía al sedante o tal vez tuvo la suerte de encontrarse en una posición donde el gas no tenia efecto, aunque aquello era poco probable para Go´el ya que el galeno se encontraba junto a su paciente en el momento del incidente y él si padecía síntomas. Sin duda la explicación mas lógica para el medico era que el hombre-bestia se había librado de los síntomas por la relajación física de las drogas que conducía a un letargo del sistema respiratorio.
-Tu amigo esta bien, algo atontado debido a que aun se esta despertando, pero se le pasara en un rato. ¿Como os encontráis vosotros?
El dragón tenia los ojos enrojecidos y de vez en cuando soltaba alguna lagrima, la bruja por otro lado ya no tosía sin embargo no lograba sacarse la carraspera de la garganta.
-¿Que fue lo que se mezclo para provocar esto?
Marconita dejó de rebuscar en la alacena y al tiempo que se aclaraba la garganta miro al techo recapitulando sus experimentos.
-Si te soy sincera, no lo se Go´el. Tenia varios experimentos en activo, pero ninguno de sus componentes producía alguno de los síntomas. Tendré que volver más tarde y...
La maestra tuvo que dejar de hablar, la tos le había vuelto repentinamente el medico no tardo en seguir sus pasos y comenzar a llorar a mares, el picor en los Mausu no tardaría en reaparecer.
-Es un veneno persistente. -Pronunciaba el rubio tratando de combatir con sus lagrimas como si se tratara del picor de una cebolla. -Y al mismo tiempo es inofensivo, pero incapacitante. Estaría muy interesado en descubrir como se crea.
Por más que lo intentaba el picor en los ojos de Go´el era insoportable y en cuanto la dueña de la casa dejo libre el grifo el doctor metió la cabeza debajo, ahora no solo tenia enrojecido los ojos sino que también lo estaba la piel al rededor de ellos.
-Parece que sus efectos se debilitan rápidamente. -La maestra ya no parecía padecer tos. Su voz ahora era más grave y tremola, como si tuviera un catarro. -Me pregunto si volveremos a recaer.
-Tu amigo esta bien, algo atontado debido a que aun se esta despertando, pero se le pasara en un rato. ¿Como os encontráis vosotros?
El dragón tenia los ojos enrojecidos y de vez en cuando soltaba alguna lagrima, la bruja por otro lado ya no tosía sin embargo no lograba sacarse la carraspera de la garganta.
-¿Que fue lo que se mezclo para provocar esto?
Marconita dejó de rebuscar en la alacena y al tiempo que se aclaraba la garganta miro al techo recapitulando sus experimentos.
-Si te soy sincera, no lo se Go´el. Tenia varios experimentos en activo, pero ninguno de sus componentes producía alguno de los síntomas. Tendré que volver más tarde y...
La maestra tuvo que dejar de hablar, la tos le había vuelto repentinamente el medico no tardo en seguir sus pasos y comenzar a llorar a mares, el picor en los Mausu no tardaría en reaparecer.
-Es un veneno persistente. -Pronunciaba el rubio tratando de combatir con sus lagrimas como si se tratara del picor de una cebolla. -Y al mismo tiempo es inofensivo, pero incapacitante. Estaría muy interesado en descubrir como se crea.
Por más que lo intentaba el picor en los ojos de Go´el era insoportable y en cuanto la dueña de la casa dejo libre el grifo el doctor metió la cabeza debajo, ahora no solo tenia enrojecido los ojos sino que también lo estaba la piel al rededor de ellos.
-Parece que sus efectos se debilitan rápidamente. -La maestra ya no parecía padecer tos. Su voz ahora era más grave y tremola, como si tuviera un catarro. -Me pregunto si volveremos a recaer.
Go'el
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Re: Ratones de laboratorio [Trabajo]
La Hechicera y el shaman también habían sido muy afectados por el extraño gas, ambos tenían los ojos llorosos y carraspeaban en un intento por aclararse la garganta. Mientras tanto, los Mausu moqueaban y no podían dejar de rascarse, si bien ya no necesitaban usar la pared para hacerlo, mientras hablaban no dejaban de limpiarse el hocico.
-Bien, bien Tchik – Dijo Amit en cuanto le informaron que su amigo estaba bien – Con el agua fría la sensación de picazón se va, pero en cuanto nuestra piel empieza a secarse de nuevo ¡Es como si tuviéramos mil pulgas! – Se rascaba bajo la barbilla mientras hablaban.
Toda la charla sobre los componentes y los posibles usos del gas pasaron totalmente de largo por la mente de los Mausu, ellos prefirieron acercarse a su amigo, y asomándose por el costado de la camilla comenzaron a olerlo, tocarlo y mirarlo de cerca, como si quisieran reconocerlo. Aunque cualquier tipo de verificación era mucho más difícil estando con esa sensación de picor constante, los tres roedores terminaron estornudando, ocultando la nariz entre sus patitas.
-Sigue en el aire – Aseguro el ratón más gordo.
-Es verdad, aun puedo sentir el horrible olor – Amit tiró de la manga de Go´el para llamar su atención – No podemos seguir aquí ¡Tchik! El aroma de esa cosa es demasiado fuerte para nosotros –
El Mausu que estaba despertando de la operación ya podía mover los brazos y un poco las piernas, aunque muy probablemente no podría utilizarlas para caminar solo. De todas maneras, empezaba a tener los efectos del gas y, como aún no sentía dolor, se intentaba rascar peligrosamente cerca de donde estaba la herida recién cosida.
Amit abrió los ojos grande y le agarró la mano para evitar que siguiera.
-¡¡Vas a lastimarte!! – Advirtió con preocupación – Agarra su otra mano – Le ordenó a su compañero.
Rápidamente se pusieron uno de cada lado y agarraron a su amigo para que no se rascara, miraron al shaman asustados ante la posibilidad de que volvieran a abrirlo y ponerle todos los intestinos a la vista de modo horrible.
-¿Pueden moverlo hacia afuera? – Tenían el problema de que había una escalera, por lo que usar la camilla quedaba descartado - ¿Por favor? Tchik – Le pidió Amit a la Hechicera.
-Bien, bien Tchik – Dijo Amit en cuanto le informaron que su amigo estaba bien – Con el agua fría la sensación de picazón se va, pero en cuanto nuestra piel empieza a secarse de nuevo ¡Es como si tuviéramos mil pulgas! – Se rascaba bajo la barbilla mientras hablaban.
Toda la charla sobre los componentes y los posibles usos del gas pasaron totalmente de largo por la mente de los Mausu, ellos prefirieron acercarse a su amigo, y asomándose por el costado de la camilla comenzaron a olerlo, tocarlo y mirarlo de cerca, como si quisieran reconocerlo. Aunque cualquier tipo de verificación era mucho más difícil estando con esa sensación de picor constante, los tres roedores terminaron estornudando, ocultando la nariz entre sus patitas.
-Sigue en el aire – Aseguro el ratón más gordo.
-Es verdad, aun puedo sentir el horrible olor – Amit tiró de la manga de Go´el para llamar su atención – No podemos seguir aquí ¡Tchik! El aroma de esa cosa es demasiado fuerte para nosotros –
El Mausu que estaba despertando de la operación ya podía mover los brazos y un poco las piernas, aunque muy probablemente no podría utilizarlas para caminar solo. De todas maneras, empezaba a tener los efectos del gas y, como aún no sentía dolor, se intentaba rascar peligrosamente cerca de donde estaba la herida recién cosida.
Amit abrió los ojos grande y le agarró la mano para evitar que siguiera.
-¡¡Vas a lastimarte!! – Advirtió con preocupación – Agarra su otra mano – Le ordenó a su compañero.
Rápidamente se pusieron uno de cada lado y agarraron a su amigo para que no se rascara, miraron al shaman asustados ante la posibilidad de que volvieran a abrirlo y ponerle todos los intestinos a la vista de modo horrible.
-¿Pueden moverlo hacia afuera? – Tenían el problema de que había una escalera, por lo que usar la camilla quedaba descartado - ¿Por favor? Tchik – Le pidió Amit a la Hechicera.
Amit'tek
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Re: Ratones de laboratorio [Trabajo]
Que el olor fuera perceptible en razas con el olfato más desarrollado implicaba que los efectos podían persistir en el ambiente durante un plazo mayor aunque la nube se hubiera disipado, al final hasta el hombre-bestia de la camilla había sucumbido a los efectos de aquella toxina.
-Estoy segura de que a todos nos vendrá bien salir de la casa por un rato. -Marconita miró primero a los roedores y luego al dragón. -Él puede ayudaros a llevar hasta la calle a este Mausu ¿Verdad querido? En seguida me reuniré con vosotros, id delante.
Go´el afirmó con la cabeza y levantó al hombre-bestia mientras la bruja desaparecía por alguna puerta de la casa.
Fuera el aire volvía a estar limpio y lentamente los síntomas del experimento fallido iban desapareciendo. Go´el no quería poner en el suelo a su paciente pues todavía no lo veía con la capacidad de poder hacerlo y aunque hubiera podido tampoco lo haría, la herida estaba muy reciente y los puntos tiernos, cualquier traspié podría hacer que la incisión se abriera.
-Gracias por esperar. -Dijo la maestra cerrando la puerta de su casa. -Sabia que en algún momento esto me seria de ayuda. Tomad.
Marconita sujetaba bajo el brazo una camilla plegable de las que se usan para transportar heridos en la guerra y de alguna forma la mujer consiguió mantener la elegancia y el porte de su presencia mientras se agachaba para dejarla extendida en el suelo.
-Bien, mi trabajo a concluido. Mausu 3 debería estar recuperado para cuando desembarquéis en el continente, hasta entonces evitad que se mueve demasiado. -El rubio ahora miraba a la dueña de la casa. -Ya sabes donde encontrarme, cuando descubras como recrear el gas me gustaría saber la receta. Ahora... tengo que volver a la taberna, a sido un placer conocerla Maestra Marconita.
-El placer a sido todo mio doctor Zorven, que la travesía al continente os sea amena y sin contratiempos.
La mujer sonrió desde arriba de las escaleras manteniendo la posición con la que la habían conocido, con los brazos extendido y las manos cruzadas entre si a la altura del bajo vientre.
-Amit si quieres podemos ir con vosotros en el barco, por si tu amigo necesitara alguna cosa.
Go´el no pensaba quedarse más de lo necesario en aquella isla, había cumplido la razón de su viaje y volvería junto con Gali para marchar en cuanto fuera posible hacia ciudad Lagarto, si los mausu no aceptaban la invitación lo más probable es que se encontraran de todas formas en el barco.
-Si alguno de vosotros o vuestros conocidos necesitas curaciones o medicinas pueden venir a visitarme, en mi botica-hospital todo el mundo es atendido.
-Estoy segura de que a todos nos vendrá bien salir de la casa por un rato. -Marconita miró primero a los roedores y luego al dragón. -Él puede ayudaros a llevar hasta la calle a este Mausu ¿Verdad querido? En seguida me reuniré con vosotros, id delante.
Go´el afirmó con la cabeza y levantó al hombre-bestia mientras la bruja desaparecía por alguna puerta de la casa.
Fuera el aire volvía a estar limpio y lentamente los síntomas del experimento fallido iban desapareciendo. Go´el no quería poner en el suelo a su paciente pues todavía no lo veía con la capacidad de poder hacerlo y aunque hubiera podido tampoco lo haría, la herida estaba muy reciente y los puntos tiernos, cualquier traspié podría hacer que la incisión se abriera.
-Gracias por esperar. -Dijo la maestra cerrando la puerta de su casa. -Sabia que en algún momento esto me seria de ayuda. Tomad.
Marconita sujetaba bajo el brazo una camilla plegable de las que se usan para transportar heridos en la guerra y de alguna forma la mujer consiguió mantener la elegancia y el porte de su presencia mientras se agachaba para dejarla extendida en el suelo.
-Bien, mi trabajo a concluido. Mausu 3 debería estar recuperado para cuando desembarquéis en el continente, hasta entonces evitad que se mueve demasiado. -El rubio ahora miraba a la dueña de la casa. -Ya sabes donde encontrarme, cuando descubras como recrear el gas me gustaría saber la receta. Ahora... tengo que volver a la taberna, a sido un placer conocerla Maestra Marconita.
-El placer a sido todo mio doctor Zorven, que la travesía al continente os sea amena y sin contratiempos.
La mujer sonrió desde arriba de las escaleras manteniendo la posición con la que la habían conocido, con los brazos extendido y las manos cruzadas entre si a la altura del bajo vientre.
-Amit si quieres podemos ir con vosotros en el barco, por si tu amigo necesitara alguna cosa.
Go´el no pensaba quedarse más de lo necesario en aquella isla, había cumplido la razón de su viaje y volvería junto con Gali para marchar en cuanto fuera posible hacia ciudad Lagarto, si los mausu no aceptaban la invitación lo más probable es que se encontraran de todas formas en el barco.
-Si alguno de vosotros o vuestros conocidos necesitas curaciones o medicinas pueden venir a visitarme, en mi botica-hospital todo el mundo es atendido.
Go'el
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Re: Ratones de laboratorio [Trabajo]
Ambos Mausu rodearon a Go´el mientras levantaba a su amigo, a estas alturas ya no tenían miedo de que hiciera algo sospechoso, pero querían asegurarse de que el shaman no se tropezaría ni perdería el equilibrio teniendo a su amigo en brazos. Bajaron la escalera los cuatro, con Amit yendo primero y su regordete compañero cerrando la marcha, lo cierto es que sin la ayuda del médico no podrían haber bajado tan fácil, las alturas de los escalones no estaban hechos para las cortas piernas de los roedores.
Cuando Marconita apareció en un primer momento no reconocieron lo que llevaba bajo el brazo, solo cuando lo apoyó en el piso entendieron de qué se trataba.
-¡Tchik! Que útil, con eso podremos trasladarlo sin problema – Dijo Amit mientras tocaba la camilla plegable - ¿Nos la podemos quedar? – La mujer asintió y los ratones se miraron contentos ¡Sería una gran adquisición para su gente! – Muchas gracias –
En realidad tanto la Hechicera como el Shaman se habían portado muy bien con ellos, le habían salvado la vida a su amigo, y no pedían nada a cambio. Eso no parecía justo, los tres Mausu se miraron, los dos que estaban en pie se acercaron al convaleciente y empezaron a murmurar entre sí.
-¿Qué vamos a hacer? –
-Deberíamos darles algo –
-¿Dinero? –
-No hay dinero que se compare a la vida de un hermano –
-Algún objeto de valor entonces –
-Pero vendimos lo que traíamos en cuanto llegamos a la isla –
-Espera, ellos son estudiosos ¿No es así? Habían muchos libros, y tenían el laboratorio… -
-Una invitación, deberíamos devolver la cortesía con más cortesía –
-Si, si,si, si, eso parece buena idea –
Toda la conversación había ocurrido a una velocidad vertiginosa, aunque para el resto parecían un montón de chillidos incomprensibles. Cuando por fin se habían decidido, los tres Mausu se dieron vuelta, Amit se adelantó un paso y se aclaro la garganta antes de volver al idioma común.
-No tenemos forma de pagarles por todo lo que nos ayudaron, Tchik. No aquí y ahora, pero los Mausu siempre pagan sus deudas, así que deseábamos invitarlos a que visiten nuestra tribu, allí podremos agasajarlos como corresponde – Extendió una mano a modo de agradecimiento y para cerrar el trato, los roedores no estaban jugando, en verdad quería pagar de alguna manera por el favor.
La idea de Go´el también les gustó, preferían tener cerca al shaman por si su amigo se sentía mal en algún momento del trayecto.
-Te explicaremos como llegar a nuestro pueblo mientras hacemos el viaje de regreso entonces, Tchik – Hizo una inclinación de cabeza frente a Marconita y fue a agarrar junto con su amigo ambas partes de la camilla – En marcha – Tenían un largo tramo por delante, y estaban ansiosos por contarles a sus congéneres las increíbles cosas que habían presenciado esa tarde.
Cuando Marconita apareció en un primer momento no reconocieron lo que llevaba bajo el brazo, solo cuando lo apoyó en el piso entendieron de qué se trataba.
-¡Tchik! Que útil, con eso podremos trasladarlo sin problema – Dijo Amit mientras tocaba la camilla plegable - ¿Nos la podemos quedar? – La mujer asintió y los ratones se miraron contentos ¡Sería una gran adquisición para su gente! – Muchas gracias –
En realidad tanto la Hechicera como el Shaman se habían portado muy bien con ellos, le habían salvado la vida a su amigo, y no pedían nada a cambio. Eso no parecía justo, los tres Mausu se miraron, los dos que estaban en pie se acercaron al convaleciente y empezaron a murmurar entre sí.
-¿Qué vamos a hacer? –
-Deberíamos darles algo –
-¿Dinero? –
-No hay dinero que se compare a la vida de un hermano –
-Algún objeto de valor entonces –
-Pero vendimos lo que traíamos en cuanto llegamos a la isla –
-Espera, ellos son estudiosos ¿No es así? Habían muchos libros, y tenían el laboratorio… -
-Una invitación, deberíamos devolver la cortesía con más cortesía –
-Si, si,si, si, eso parece buena idea –
Toda la conversación había ocurrido a una velocidad vertiginosa, aunque para el resto parecían un montón de chillidos incomprensibles. Cuando por fin se habían decidido, los tres Mausu se dieron vuelta, Amit se adelantó un paso y se aclaro la garganta antes de volver al idioma común.
-No tenemos forma de pagarles por todo lo que nos ayudaron, Tchik. No aquí y ahora, pero los Mausu siempre pagan sus deudas, así que deseábamos invitarlos a que visiten nuestra tribu, allí podremos agasajarlos como corresponde – Extendió una mano a modo de agradecimiento y para cerrar el trato, los roedores no estaban jugando, en verdad quería pagar de alguna manera por el favor.
La idea de Go´el también les gustó, preferían tener cerca al shaman por si su amigo se sentía mal en algún momento del trayecto.
-Te explicaremos como llegar a nuestro pueblo mientras hacemos el viaje de regreso entonces, Tchik – Hizo una inclinación de cabeza frente a Marconita y fue a agarrar junto con su amigo ambas partes de la camilla – En marcha – Tenían un largo tramo por delante, y estaban ansiosos por contarles a sus congéneres las increíbles cosas que habían presenciado esa tarde.
Amit'tek
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Re: Ratones de laboratorio [Trabajo]
RECOMPENSAS
De todas las parejas que he leído en el foro, creo que han sido la más dispareja, imaginaba que en cualquier momento el dragón se iba a transformar y pisaría a los ratones, afortunadamente no sucedió y construyeron una buena historia, al ser su primer trabajo no seré muy severo pero sí les haré la debida observación, especialmente dos puntos para Go'el: cuida el uso de los colores para los diálogos, fuente oscura sobre fondo negro se hace difícil de leer, y segundo, no respondas con prisa, algunas respuestas fueron bastante cortas, recuerda que el mínimo de líneas en un trabajo son 20, deja conocer lo que el personaje piensa y siente, que no parezca que sufres la respuesta. Amit'tek por su parte ha logrado un personaje bastante interesante y un desafío en sí mismo, ya quiero verlo luchar contra una amenaza grande.
Reciben por su desempeño 18 puntos de experiencia y 400 aeros que ya serán sumados a sus perfiles.
Los el punto de profesión debe ser reclamado en el taller, colocando simplemente un link a este trabajo y una breve descripción del uso de la profesión y su relevancia para el trabajo, solo se puede recibir punto para una de las profesiones.
Reciben por su desempeño 18 puntos de experiencia y 400 aeros que ya serán sumados a sus perfiles.
Los el punto de profesión debe ser reclamado en el taller, colocando simplemente un link a este trabajo y una breve descripción del uso de la profesión y su relevancia para el trabajo, solo se puede recibir punto para una de las profesiones.
Ansur
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