Invierno: Augurio de pesadillas. [Libre] 4/4 [CERRADO]
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Invierno: Augurio de pesadillas. [Libre] 4/4 [CERRADO]
No os dejéis engañar por su apariencia: Gaia tan solo había puesto pie en aquel inhóspito lugar por el augurio de buena cerveza. De oscuridad y de algo que ella misma conocía muy bien: la maldad humana en su máxima expresión. El ambiente egoísta de alguien que usa lo más oscuro de la Sociedad para sacar algo beneficioso y lo camufla de algo que es más o menos acceptable para el resto. Para así hacer más fácil que el resto del mundo se sintiese mejor sabiendo que pasaba en aquella zona.
El dragón verde parecía sacado de un cuento de hadas: hombres manchados de polvo y olor a sudor ahogando sus penas pasadas con una cerveza que osaba ser llamada buena. El frío de la nieve agolpándose a las puertas del local como intentando ser invitado a entrar pero esperando paciente a que todos saliesen de ella.
A Gaia nunca le molestó el invierno. Luna pensaba que el frío estaba bien siempre que te empapase la piel pero te dejase secos y cálidos los huesos, y la chica era la parte más sabia de Gaia, así que la bruja le hacía caso.
De hecho era ella la que había sugerido que fuesen a Dundarak: Las minas del Cadalso habían sido continuo objeto de habladurías en la corte y en campamentos soldados en los 5 años que Gaia había pasado maldecida por la presencia de aquellos, y todos coincidían en algo: Las gemas mágicas eran lo que daba encanto a aquel lugar, por otro lado casi tan maldito como la propia Gaia. Lleno de la scoria de las prisiones de Aerandir y lo peor de cada casa.
Precioso.
Gaia sabía que tenía magia en su interior. Podía mover cosas con su mente. Lo había hecho en varias ocasiones y aunque no sabía muy bien de donde salía aquella habilidad ni como controlarla de manera adecuada, pensaba que la magia llama a la magia y quizás… Bueno.. no sabía exactamente que pensaba encontrar allí pero Luna mandaba. Y ella seguía sus indicaciones.
Estaba borracha, como siempre, pero aún no lo suficiente como para obviar los continuos murmullos de la taberna sobre los acontecimientos en las minas. Las muertes inesperadas que aunque no raras dadas las circunstancias y la naturaleza de aquella prisión, si que decían poner los vellos de punta a más de un asesino que cumplía condena.
Nosotras no vamos a caer en esas tretas, verdad Luna? Son solo historias para no dormir y al fin y al cabo nosotras ya nos la conocemos todas, mi Luna. Así que no dejaremos que eso nos asuste. Tan solo necesitamos prepararnos. Eso es… llevar algo de comer y beber, mi Luna. El vino será nuestro abrigo.. mi Luna.
Pero no demasiado! No!!
Gaia dejó de sorber de manera brusca la jarra de cerveza que bebía y la dejó impasible en la mesa. Mirando a todos lados como esperando que alguien se hubiese dado cuenta de que había decidido no beber.
Eso es mi Luna… ya sabes que pasa cuando estás demasiado ebria. Tampoco nos gustamos sobrias.. pero recuerda a Dyron.. y a su maleta de piel. No nos gusto aquella maleta.. así que ahora pensemos.. pensemos!!!
Gaia hizo un gesto de exasperación mientras llevaba una mano a su bolsillo y sacaba las pocas monedas que llevaba encima. Pensando en cómo podría convencer a alguien con tan poco dinero para que la llevase hasta las minas.. sobre todo ante aquellas habladurías.
Siempre nos queda nuestras habilidades, mi Luna.. oh… ya sabes lo buena que somos! No nos gusta NO! Pero somos tan buenas… y todo acaba saliendo como pensamos.. Oh.. mi Luna.. somos tan afortunadas.
Gaia sonrió y volvió a tomar un trago de su cerveza. Tenía las mejillas sonrosadas y el frío había pasado a un lugar oscuro y profundo de su mente. Había dejado que la sonrisa se posase en su cara con la mirada perdida, como quien espera una buena noticia.
El dragón verde parecía sacado de un cuento de hadas: hombres manchados de polvo y olor a sudor ahogando sus penas pasadas con una cerveza que osaba ser llamada buena. El frío de la nieve agolpándose a las puertas del local como intentando ser invitado a entrar pero esperando paciente a que todos saliesen de ella.
A Gaia nunca le molestó el invierno. Luna pensaba que el frío estaba bien siempre que te empapase la piel pero te dejase secos y cálidos los huesos, y la chica era la parte más sabia de Gaia, así que la bruja le hacía caso.
De hecho era ella la que había sugerido que fuesen a Dundarak: Las minas del Cadalso habían sido continuo objeto de habladurías en la corte y en campamentos soldados en los 5 años que Gaia había pasado maldecida por la presencia de aquellos, y todos coincidían en algo: Las gemas mágicas eran lo que daba encanto a aquel lugar, por otro lado casi tan maldito como la propia Gaia. Lleno de la scoria de las prisiones de Aerandir y lo peor de cada casa.
Precioso.
Gaia sabía que tenía magia en su interior. Podía mover cosas con su mente. Lo había hecho en varias ocasiones y aunque no sabía muy bien de donde salía aquella habilidad ni como controlarla de manera adecuada, pensaba que la magia llama a la magia y quizás… Bueno.. no sabía exactamente que pensaba encontrar allí pero Luna mandaba. Y ella seguía sus indicaciones.
Estaba borracha, como siempre, pero aún no lo suficiente como para obviar los continuos murmullos de la taberna sobre los acontecimientos en las minas. Las muertes inesperadas que aunque no raras dadas las circunstancias y la naturaleza de aquella prisión, si que decían poner los vellos de punta a más de un asesino que cumplía condena.
Nosotras no vamos a caer en esas tretas, verdad Luna? Son solo historias para no dormir y al fin y al cabo nosotras ya nos la conocemos todas, mi Luna. Así que no dejaremos que eso nos asuste. Tan solo necesitamos prepararnos. Eso es… llevar algo de comer y beber, mi Luna. El vino será nuestro abrigo.. mi Luna.
Pero no demasiado! No!!
Gaia dejó de sorber de manera brusca la jarra de cerveza que bebía y la dejó impasible en la mesa. Mirando a todos lados como esperando que alguien se hubiese dado cuenta de que había decidido no beber.
Eso es mi Luna… ya sabes que pasa cuando estás demasiado ebria. Tampoco nos gustamos sobrias.. pero recuerda a Dyron.. y a su maleta de piel. No nos gusto aquella maleta.. así que ahora pensemos.. pensemos!!!
Gaia hizo un gesto de exasperación mientras llevaba una mano a su bolsillo y sacaba las pocas monedas que llevaba encima. Pensando en cómo podría convencer a alguien con tan poco dinero para que la llevase hasta las minas.. sobre todo ante aquellas habladurías.
Siempre nos queda nuestras habilidades, mi Luna.. oh… ya sabes lo buena que somos! No nos gusta NO! Pero somos tan buenas… y todo acaba saliendo como pensamos.. Oh.. mi Luna.. somos tan afortunadas.
Gaia sonrió y volvió a tomar un trago de su cerveza. Tenía las mejillas sonrosadas y el frío había pasado a un lugar oscuro y profundo de su mente. Había dejado que la sonrisa se posase en su cara con la mirada perdida, como quien espera una buena noticia.
Última edición por Gaia el Jue Jul 11 2019, 23:34, editado 2 veces
Gaia
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Re: Invierno: Augurio de pesadillas. [Libre] 4/4 [CERRADO]
Había recorrido un largo camino junto con el mercader a quien le vendía las pieles de aquello que cazaba en el bosque, pero seguía sin entender las extrañas relaciones de los humanos y sus absurdos comportamientos.
Había llegado el momento de despedirse y tras recibir su parte del beneficio de las ventas, me dirigí a una taberna.
Estaba llena de humanos borrachos.
Entendía que beber alcohol les divertía, porque se emborrachaban y se ponían felices... pero yo lo tomaba por el sabor.
En el bosque no habían brebajes tan exquisitos.
-Cerveza, por favor- dije, mientras extendía unos Aeros al tabernero.
Me senté con aquella burbujeante jarra en una de las mesas, y me fijé en una mujer pelirroja mientras vaciaba el contenido refrescante, quedándome con la espuma en el bigote.
Entorné los ojos.
Recordé mi aventura con Kendovlah, el mago. Esa mujer tenía el mismo brillo en la mirada.
Pedí otra jarra y me senté a su lado.
-Hola, mujer ¿Eres mago?- le pregunté.
Aún no había aprendido a conjugar bien los géneros ni los verbos... maldito idioma humano...
Había llegado el momento de despedirse y tras recibir su parte del beneficio de las ventas, me dirigí a una taberna.
Estaba llena de humanos borrachos.
Entendía que beber alcohol les divertía, porque se emborrachaban y se ponían felices... pero yo lo tomaba por el sabor.
En el bosque no habían brebajes tan exquisitos.
-Cerveza, por favor- dije, mientras extendía unos Aeros al tabernero.
Me senté con aquella burbujeante jarra en una de las mesas, y me fijé en una mujer pelirroja mientras vaciaba el contenido refrescante, quedándome con la espuma en el bigote.
Entorné los ojos.
Recordé mi aventura con Kendovlah, el mago. Esa mujer tenía el mismo brillo en la mirada.
Pedí otra jarra y me senté a su lado.
-Hola, mujer ¿Eres mago?- le pregunté.
Aún no había aprendido a conjugar bien los géneros ni los verbos... maldito idioma humano...
Havok
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Re: Invierno: Augurio de pesadillas. [Libre] 4/4 [CERRADO]
Una persona desterrada y exiliada podría guardar rencor y resentimiento hacia el reino y la gente que provocó dicho desenlace, pero la realidad de Go´el era muy diferente. Él no sentía ninguna de las dos cosas, nunca se consideró fiel a la corona, ni siquiera se considera fiel a su raza. La mayoría de seres vivos simpatizaban más con sus propios congéneres, sin embargo al galeno le resultaba totalmente indiferente.
El seguiría ejerciendo su profesión en cualquier punto del mundo y el que una sociedad le negara su entrada solo implicaba complicaciones para su población al perder a un gran doctor como era Go´el, al menos, así pensaba el rubio.
La escasez de recursos en ciudad Lagarto había provocado que un gran número de ladrones y violadores se fueran a un lugar donde tuvieran más posibilidades de vivir, lo que a su vez provocaba un descenso en el número de sujetos de pruebas que Go´el recibía para sus investigaciones personales. Lo que quedaba traducido en buscar dicho recurso en otra parte, por esa razón era que Gali y el rubio comenzaron a mover sus antiguos contactos de la cárcel de Dundarak, antaño era de ahí de donde sacaban lo que el medico necesitaba, era un intercambio igualitario, la ciudad de los dragones se desprendía de un numero incierto de malhechores dejando la aglomerada cárcel con alguna jaula libre y a cambio Go´el era recompensado con sangrienta diversión con la que satisfacer su insana curiosidad por la ciencia.
El jefe de la mina no había tardado en responder la carta de Gali solicitando de un nuevo la presencia del doctor, ¡Es más! en cuanto llegaron los recibieron a los dos con las manos abiertas y se encargaron de alojarlos en una habitación con los objetos esenciales para la vida cotidiana, además de una estancia especializada para que el medico resolviera sus experimentos en la misma.
Resultaba que desde la desaparición del exiliado la cárcel había aumentado mucho su población y tenían tanto exceso de desechos humanos que dejaron que Go´el examinara las celdas y eligiera a dedo a todos lo que vería cada día, con la condición de que todos ellos salieran con los pies por delante de su sala de investigación.
Y ahí estaban hoy los dragones, un monje sentado en la posición de loto sobre una silla ancha y un científico con un mandil ensangrentado y un cuerpo nuevecito encima de la camilla de operaciones.
-Sujeto 183, quinto día de la segunda semana. Se trata de un macho elfo de...
El galeno alzó la vista del paciente y movió unas hojas en una mesa cercana.
-200 años. Según el carcelero fue acusado y condenado por hurtar en un campo de naranjas y su condena acababa mañana. -Go´el miró a los ojos del elfo y le acaricio las orejas con una sonrisa siniestra. -Has tenido suerte sujeto 183, tu condena termina hoy.
Sin perder la sonrisa el científico se aseguró que las correas que sujetaban la cabeza del sujeto estuvieran bien fijadas, cogió un escalpelo y una bola de cuero agujereada con unas cinchas que la sujetaban.
-Esto lo podemos hacer de dos maneras, pero como el resultado será el mismo lo haremos como a mi gusta.
El dragón humanoide acercó el instrumento de corte al perfil de la oreja del hombre y con suma precisión comenzó a cortar la piel, el elfo no tardó en gritar, momento que aprovechó el rubio para meterle la bola de cuero en la boca y seguidamente amarrar las tiras de cuero a unos ganchos bajo la camilla.
-¿Ves que bien? así no te morderás la lengua.
La sonrisa de Go´el se ensanchó mientras miraba por un segundo al elfo antes de seguir despellejándole la oreja, para cuando terminó con la segunda el hombre ya no estaba consciente. Oportunidad que el medico no desaprovechó, dejó el escalpelo sobre la mesita auxiliar y cogió una pequeña sierra circular. El utensilio estaba provisto de una runa de viento que hacia girar la sierra a gran velocidad, en cuanto se activó la runa el doctor acercó el instrumento al cráneo elfico y a los pocos segundos el hueso comenzó a rajarse hasta dejar al aire el cerebro.
-Me encanta hacer esto, es abrir calabazas. Gali ven. Tienes que sacarle los ojos, quiero ver que parte del cerebro se le mueve.
El monje se levantó de la silla, cogió un instrumento muy parecido a una cuchara y un tuvo que desprendía un olor fuerte. En cuanto se lo acercó a la nariz el sujeto despertó entre gritos y llantos. Minutos después el cuerpo del sujeto 183 dejo de moverse para siempre.
El seguiría ejerciendo su profesión en cualquier punto del mundo y el que una sociedad le negara su entrada solo implicaba complicaciones para su población al perder a un gran doctor como era Go´el, al menos, así pensaba el rubio.
La escasez de recursos en ciudad Lagarto había provocado que un gran número de ladrones y violadores se fueran a un lugar donde tuvieran más posibilidades de vivir, lo que a su vez provocaba un descenso en el número de sujetos de pruebas que Go´el recibía para sus investigaciones personales. Lo que quedaba traducido en buscar dicho recurso en otra parte, por esa razón era que Gali y el rubio comenzaron a mover sus antiguos contactos de la cárcel de Dundarak, antaño era de ahí de donde sacaban lo que el medico necesitaba, era un intercambio igualitario, la ciudad de los dragones se desprendía de un numero incierto de malhechores dejando la aglomerada cárcel con alguna jaula libre y a cambio Go´el era recompensado con sangrienta diversión con la que satisfacer su insana curiosidad por la ciencia.
El jefe de la mina no había tardado en responder la carta de Gali solicitando de un nuevo la presencia del doctor, ¡Es más! en cuanto llegaron los recibieron a los dos con las manos abiertas y se encargaron de alojarlos en una habitación con los objetos esenciales para la vida cotidiana, además de una estancia especializada para que el medico resolviera sus experimentos en la misma.
Resultaba que desde la desaparición del exiliado la cárcel había aumentado mucho su población y tenían tanto exceso de desechos humanos que dejaron que Go´el examinara las celdas y eligiera a dedo a todos lo que vería cada día, con la condición de que todos ellos salieran con los pies por delante de su sala de investigación.
Y ahí estaban hoy los dragones, un monje sentado en la posición de loto sobre una silla ancha y un científico con un mandil ensangrentado y un cuerpo nuevecito encima de la camilla de operaciones.
-Sujeto 183, quinto día de la segunda semana. Se trata de un macho elfo de...
El galeno alzó la vista del paciente y movió unas hojas en una mesa cercana.
-200 años. Según el carcelero fue acusado y condenado por hurtar en un campo de naranjas y su condena acababa mañana. -Go´el miró a los ojos del elfo y le acaricio las orejas con una sonrisa siniestra. -Has tenido suerte sujeto 183, tu condena termina hoy.
Sin perder la sonrisa el científico se aseguró que las correas que sujetaban la cabeza del sujeto estuvieran bien fijadas, cogió un escalpelo y una bola de cuero agujereada con unas cinchas que la sujetaban.
-Esto lo podemos hacer de dos maneras, pero como el resultado será el mismo lo haremos como a mi gusta.
El dragón humanoide acercó el instrumento de corte al perfil de la oreja del hombre y con suma precisión comenzó a cortar la piel, el elfo no tardó en gritar, momento que aprovechó el rubio para meterle la bola de cuero en la boca y seguidamente amarrar las tiras de cuero a unos ganchos bajo la camilla.
-¿Ves que bien? así no te morderás la lengua.
La sonrisa de Go´el se ensanchó mientras miraba por un segundo al elfo antes de seguir despellejándole la oreja, para cuando terminó con la segunda el hombre ya no estaba consciente. Oportunidad que el medico no desaprovechó, dejó el escalpelo sobre la mesita auxiliar y cogió una pequeña sierra circular. El utensilio estaba provisto de una runa de viento que hacia girar la sierra a gran velocidad, en cuanto se activó la runa el doctor acercó el instrumento al cráneo elfico y a los pocos segundos el hueso comenzó a rajarse hasta dejar al aire el cerebro.
-Me encanta hacer esto, es abrir calabazas. Gali ven. Tienes que sacarle los ojos, quiero ver que parte del cerebro se le mueve.
El monje se levantó de la silla, cogió un instrumento muy parecido a una cuchara y un tuvo que desprendía un olor fuerte. En cuanto se lo acercó a la nariz el sujeto despertó entre gritos y llantos. Minutos después el cuerpo del sujeto 183 dejo de moverse para siempre.
Go'el
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Re: Invierno: Augurio de pesadillas. [Libre] 4/4 [CERRADO]
Nuevo territorio, nueva taberna. Lo exteriores parecen tener una de estas cosas cada dos pasos y no es para menos, su mundus es tan grande que resulta conveniente para todos los involucrados por obvias razones.
Ya Kosir entiende más o menos la dinámica que envuelve tales sitios, lo primordial es que se paga por el servicio. También es bueno tener en cuenta que comenzar una pelea suele vetar al involucrado principal de por vida… eso lo aprendió el muchacho por las malas.
Cerveza negra.
El tabernero le mira con una ceja arqueada pero algo en la mirada del pelirrojo hace que sirva la bebida sin chistar, sujeto listo. Si algo odia el bárbaro, es tener quedarse sin bebida por partirle la nariz al dueño, algunas personas no reconocen a un adulto cuando lo tienen en frente.
La cerveza negra es una de las pocas bebidas exteriores que puede tolerar el salvaje sin escupir o maldecir, es fuerte como las cosas de su hogar. Tampoco es algo como para alabar a los dioses pero cumple su propósito.
Kosir no quiere gastar hidromiel ritual en un sitio donde de por si venden bebidas alcohólicas, prefiere guardarle para el camino. No pide el hidromiel nativo desde hace tiempo pues es un insulto a la creación.
La taberna en si no está mal, se encuentra mejor resguardada al entorno que sus semejantes en el sur pero tiene sentido. Después de todo parece que las zonas norteñas del exterior viven en un invierno perenne… pero el muchacho tiene sus dudas.
Claro que suena más creíble que esa historia tonta que escucho en una de las ciudades, algo sobre un sitio donde el calor es insoportable y todo está cubierto de arena fina. Ese personaje en particular se ganó una patada en las pelotas por verle la cara de tonto.
En cuanto a los comensales, son muy variados. Para bien o para mal se mantienen en sus asuntos, parece que no habrá una pelea masiva para el tribal en esta oportunidad pero no todos los días pueden ser divertidos.
Un sujeto en particular llama su atención, habla con cierta mujer pero eso no es lo destacable. Tiene un aspecto muy salvaje, como si viniera directo de bosque negro. Menuda ironía sin duda teniendo en cuenta la historia del muchacho.
Imposible.
Toma un largo trago de su cerveza pero no pierde contacto visual, cuando algo le interesa es intrépido como cualquier brumoso. Por otro lado sabe que es muy difícil que algún nativo de su hogar pulule por el exterior, su caso no es muy común que digamos.
Ya Kosir entiende más o menos la dinámica que envuelve tales sitios, lo primordial es que se paga por el servicio. También es bueno tener en cuenta que comenzar una pelea suele vetar al involucrado principal de por vida… eso lo aprendió el muchacho por las malas.
Cerveza negra.
El tabernero le mira con una ceja arqueada pero algo en la mirada del pelirrojo hace que sirva la bebida sin chistar, sujeto listo. Si algo odia el bárbaro, es tener quedarse sin bebida por partirle la nariz al dueño, algunas personas no reconocen a un adulto cuando lo tienen en frente.
La cerveza negra es una de las pocas bebidas exteriores que puede tolerar el salvaje sin escupir o maldecir, es fuerte como las cosas de su hogar. Tampoco es algo como para alabar a los dioses pero cumple su propósito.
Kosir no quiere gastar hidromiel ritual en un sitio donde de por si venden bebidas alcohólicas, prefiere guardarle para el camino. No pide el hidromiel nativo desde hace tiempo pues es un insulto a la creación.
La taberna en si no está mal, se encuentra mejor resguardada al entorno que sus semejantes en el sur pero tiene sentido. Después de todo parece que las zonas norteñas del exterior viven en un invierno perenne… pero el muchacho tiene sus dudas.
Claro que suena más creíble que esa historia tonta que escucho en una de las ciudades, algo sobre un sitio donde el calor es insoportable y todo está cubierto de arena fina. Ese personaje en particular se ganó una patada en las pelotas por verle la cara de tonto.
En cuanto a los comensales, son muy variados. Para bien o para mal se mantienen en sus asuntos, parece que no habrá una pelea masiva para el tribal en esta oportunidad pero no todos los días pueden ser divertidos.
Un sujeto en particular llama su atención, habla con cierta mujer pero eso no es lo destacable. Tiene un aspecto muy salvaje, como si viniera directo de bosque negro. Menuda ironía sin duda teniendo en cuenta la historia del muchacho.
Imposible.
Toma un largo trago de su cerveza pero no pierde contacto visual, cuando algo le interesa es intrépido como cualquier brumoso. Por otro lado sabe que es muy difícil que algún nativo de su hogar pulule por el exterior, su caso no es muy común que digamos.
Kosir
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Re: Invierno: Augurio de pesadillas. [Libre] 4/4 [CERRADO]
Lo somos Luna?
Gaia miró al hombre frente a ella. Tenía la cara llena de cicatrices que le rodeaban los pómulos y la frente y enmarcaban unos ojos verdosos. Bebía de su jarra con avidez, como si tuviese sed, pero Gaia sabía que la sed de la que aquel hombre alardeaba no se saciaba con bebida.
-Mmmm no. Creo que te has equivocado. .- dijo simplemente, y de nuevo bebió de su jarra ignorando las palabras de su luna.- Soy Gaia -dijo sonriendo, como si de pronto hubiese contado una broma o un chiste.-
Deja de ser idiota Luna… no ves que puede ayudarnos ? No ves la fuerza de sus brazos sobre su camisa? Seguro que pelea bien.. y vamos a necesitar ayuda. Necesitamos alguien que nos proteja hasta llegar a las minas. Y en las minas, Luna. Oh… mi luna pobre y dulce luna. Sabes hablar? Pues habla.
-Y tú eres… fuerte.- dijo simplemente como estableciendo una verdad universal – y tienes los ojos del musgo del bosque. Y de los árboles de Sandora. Vienes conmigo?- añadio con una sonrisa juguetona en los labios- Voy a las minas. Estoy segura que allí podrás usar tu fuerza.. y tus ojos verdes.
Bebió de nuevo esperando la respuesta del hombre mientras jugueteaba con sus cabellos enmarañados. Giró la cabeza un poco y se fijó en la figura de un niño en la barra que miraba al hombre, más bien lo devoraba con la mirada intentando sonsacar algo que Gaia no parecía ver.
-Tienes un admirador- le dijo al hombre de nuevo. Bebió de su jarra y se levantó de la silla, acuclillandose frente a ella y chasqueando los pulgares con el indice mientras lentamente los hacía frotar emitiendo un sonido sordo, como si llamase a un gato.
-shshshshs- dijo con una sonrisa- Ven ven… chico… ven aquí! Vamos a una aventura- rio- Necesitamos mascota.. como te llamas misifu?.- rió invitando a Kosir a unírseles.
Cuando creyó que lo había llamado lo suficiente como para que llegase, se volvó a sentar, esta vez en la mesa, doblando su cuerpo para no dar la espalda a sus compañeros.
-Creo que son 3 horas de viaje…- dijo asumiendo que el hombre y el niño ambos iban a acompañarla.-
Luna.. el niño es muy pequeño! Que va a hacer rodeado de ladrones? Aunque quizás…
Gaia miró fijamente a Kosir, examinándolo casi como el había examinado al hombre
Es menudo, cabe bien por sitios pequeños. Muy bien Luna. Todo son ventajas… Lo siguiente es alquilar un carromato.. o un caballo.. o algo que os haga llegar a las minas en tres horas. Deja la cerveza! Ahora necesitas estar ebria para contar…
Gaia miró al hombre frente a ella. Tenía la cara llena de cicatrices que le rodeaban los pómulos y la frente y enmarcaban unos ojos verdosos. Bebía de su jarra con avidez, como si tuviese sed, pero Gaia sabía que la sed de la que aquel hombre alardeaba no se saciaba con bebida.
-Mmmm no. Creo que te has equivocado. .- dijo simplemente, y de nuevo bebió de su jarra ignorando las palabras de su luna.- Soy Gaia -dijo sonriendo, como si de pronto hubiese contado una broma o un chiste.-
Deja de ser idiota Luna… no ves que puede ayudarnos ? No ves la fuerza de sus brazos sobre su camisa? Seguro que pelea bien.. y vamos a necesitar ayuda. Necesitamos alguien que nos proteja hasta llegar a las minas. Y en las minas, Luna. Oh… mi luna pobre y dulce luna. Sabes hablar? Pues habla.
-Y tú eres… fuerte.- dijo simplemente como estableciendo una verdad universal – y tienes los ojos del musgo del bosque. Y de los árboles de Sandora. Vienes conmigo?- añadio con una sonrisa juguetona en los labios- Voy a las minas. Estoy segura que allí podrás usar tu fuerza.. y tus ojos verdes.
Bebió de nuevo esperando la respuesta del hombre mientras jugueteaba con sus cabellos enmarañados. Giró la cabeza un poco y se fijó en la figura de un niño en la barra que miraba al hombre, más bien lo devoraba con la mirada intentando sonsacar algo que Gaia no parecía ver.
-Tienes un admirador- le dijo al hombre de nuevo. Bebió de su jarra y se levantó de la silla, acuclillandose frente a ella y chasqueando los pulgares con el indice mientras lentamente los hacía frotar emitiendo un sonido sordo, como si llamase a un gato.
-shshshshs- dijo con una sonrisa- Ven ven… chico… ven aquí! Vamos a una aventura- rio- Necesitamos mascota.. como te llamas misifu?.- rió invitando a Kosir a unírseles.
Cuando creyó que lo había llamado lo suficiente como para que llegase, se volvó a sentar, esta vez en la mesa, doblando su cuerpo para no dar la espalda a sus compañeros.
-Creo que son 3 horas de viaje…- dijo asumiendo que el hombre y el niño ambos iban a acompañarla.-
Luna.. el niño es muy pequeño! Que va a hacer rodeado de ladrones? Aunque quizás…
Gaia miró fijamente a Kosir, examinándolo casi como el había examinado al hombre
Es menudo, cabe bien por sitios pequeños. Muy bien Luna. Todo son ventajas… Lo siguiente es alquilar un carromato.. o un caballo.. o algo que os haga llegar a las minas en tres horas. Deja la cerveza! Ahora necesitas estar ebria para contar…
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Re: Invierno: Augurio de pesadillas. [Libre] 4/4 [CERRADO]
La mujer dijo que se llamaba Gaia.
"Gaia, como el nombre de la Madre Tierra a la que los lobos aullamos cada noche"
También dijo que era fuerte, y tenía los ojos verdes.
No recordé la última vez que me miraba al espejo, pero supuse que debía ser verdad.
-Te acompaño, Gaia- dije, esperando ver algo de magia de nuevo.
Bien era cierto que mi última aventura con Kendovlah había sido extraordinaria, pues jamás había visto una magia semejante.
... y quería repetirlo.
Ella dijo que tenía un admirador. No sabía muy bien a qué se refería, pero entonces llamó la atención de un cachorro humano que parecía ser de mi camada... una camada de hombre y de bestia, una camada salvaje.
Sin embargo, la cría de humano no olía a lobo. Eso me decepcionó.
Oí entonces cómo la mujer llamaba al cachorro "Misifú"... y un recuerdo doloroso y nostálgico me atravesó, dejándome al margen durante unos instantes en el que mi mirada perdida acabó por fijarse en Gaia, que decía que serían tres horas de viaje.
-Vale pues vamos- dije, seriamente.
Traté de mantenerme cerca de Gaia. Era importante aprender y observar todo lo que pudiese, ahora que sabía que algunos humanos eran capaces de hacer cosas tan increíbles como era la magia.
"Gaia, como el nombre de la Madre Tierra a la que los lobos aullamos cada noche"
También dijo que era fuerte, y tenía los ojos verdes.
No recordé la última vez que me miraba al espejo, pero supuse que debía ser verdad.
-Te acompaño, Gaia- dije, esperando ver algo de magia de nuevo.
Bien era cierto que mi última aventura con Kendovlah había sido extraordinaria, pues jamás había visto una magia semejante.
... y quería repetirlo.
Ella dijo que tenía un admirador. No sabía muy bien a qué se refería, pero entonces llamó la atención de un cachorro humano que parecía ser de mi camada... una camada de hombre y de bestia, una camada salvaje.
Sin embargo, la cría de humano no olía a lobo. Eso me decepcionó.
Oí entonces cómo la mujer llamaba al cachorro "Misifú"... y un recuerdo doloroso y nostálgico me atravesó, dejándome al margen durante unos instantes en el que mi mirada perdida acabó por fijarse en Gaia, que decía que serían tres horas de viaje.
-Vale pues vamos- dije, seriamente.
Traté de mantenerme cerca de Gaia. Era importante aprender y observar todo lo que pudiese, ahora que sabía que algunos humanos eran capaces de hacer cosas tan increíbles como era la magia.
Havok
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Re: Invierno: Augurio de pesadillas. [Libre] 4/4 [CERRADO]
Los prisioneros pasaban uno detrás de otros a la sala del científico, los gritos de muchos se escuchaban a través de las puertas y los prisioneros de las celdas más cercanas miraban en silencio y acongojados la procesión de aquellos que ya no sentirían en su paladar la ración diaria de gachas. Los únicos que salían por la puerta de la habitación eran los guardias y el científico acompañado de un hombre fornido de mirada tranquila.
En el interior de la estancia Gali movía el último cuerpo sin vida desde la mesa de experimentos hasta un agujero que iba a parar a las calderas de la cárcel. Go´el empujaba con una escoba los charcos de sangre que ensuciaban el suelo, movía aquel liquido hacia el desagüe como si estuviese limpiando un piso empapado de agua, como si aquella esencia vital fuera un simple desecho y no el elemento que daba la vida a sus dueños. El mandil que el rubio llevaba colgado del cuello y atado a la cintura tenia manchas de salpicaduras, al igual que el rostro del médico con la excepción de que en la cara de Go´el las gotas estaban extendidas a lo largo de sus mejillas, en clara señal de que había intentando limpiarse.
-¿Cuantas vueltas le diste al reloj?
Preguntó el galeno apoyándose en el palo de la escoba.
-Por ahora ocho. -Respondió el monje mirando la arena del reloj. -En breve nueve.
-Bien, bien. -Go´el dejó la escoba apoyada contra la pared y se quitó el delantal. -Vamos a la cocina, es hora de tomar un descanso.
Gali sonrió al tiempo que movía la cabeza en señal de afirmación y abrió una de las hojas de la puerta. El tintineo de las cadenas cesó en el mismo instante en que la puerta arrojó luz sobre el pasillo de las celdas, algunos de los presos buscaron el cobijo de una esquina oscura intentando no ser vistos, otros se quedaron quietos esperando no llamar la atención y algunos estaban tan derrotados por la vida que pedían ser los siguientes en entrar a aquella sala.
Antes de entrar en las cocinas de la mina la pareja de dragones hicieron una parada en un pequeño patio interno. En algún momento un derrumbe había abierto un agujero en el techo y los guardias pensaron que sería buena idea despejar los escombros y crear un patio de recreo, allí los carceleros se tomaban un descanso jugando a las cartas, bebiendo o disfrutando de la compañía de alguna presa incrédula que pensaba que de ese modo saldría antes de prisión. En el centro del patio, sostenido de una cuerda y una polea, colgaba un solitario cubo que miraba el fondo de un pozo que se iba llenando con el agua de la lluvia.
Go´el se acercó al borde y bajo el cubo, al subirlo lo dejó sobre las piedras del pozo y con un trapo comenzó a quitarse la sangre de los brazos y el rostro mientras un par de guardia pasaban por su lado comentando que el almacén estaba más lleno desde la llegada del galeno.
El rubio miró sus manos cerciorándose de que ya no quedara sangre por ningún lado, tiró el agua del cubo dejando que este colgara de nuevo de la polea y prosiguió su marcha caminando junto a Gali.
-¿Que tenemos hoy en la olla?
Dijo el monje acercándose a los cocineros mientras el rubio se sentaba a la mesa.
-Lo mismo de ayer. -Respondió el cocinero sirviendo dos cuencos. -Ave de corral y huevos dejados caer sobre el arroz.
En el interior de la estancia Gali movía el último cuerpo sin vida desde la mesa de experimentos hasta un agujero que iba a parar a las calderas de la cárcel. Go´el empujaba con una escoba los charcos de sangre que ensuciaban el suelo, movía aquel liquido hacia el desagüe como si estuviese limpiando un piso empapado de agua, como si aquella esencia vital fuera un simple desecho y no el elemento que daba la vida a sus dueños. El mandil que el rubio llevaba colgado del cuello y atado a la cintura tenia manchas de salpicaduras, al igual que el rostro del médico con la excepción de que en la cara de Go´el las gotas estaban extendidas a lo largo de sus mejillas, en clara señal de que había intentando limpiarse.
-¿Cuantas vueltas le diste al reloj?
Preguntó el galeno apoyándose en el palo de la escoba.
-Por ahora ocho. -Respondió el monje mirando la arena del reloj. -En breve nueve.
-Bien, bien. -Go´el dejó la escoba apoyada contra la pared y se quitó el delantal. -Vamos a la cocina, es hora de tomar un descanso.
Gali sonrió al tiempo que movía la cabeza en señal de afirmación y abrió una de las hojas de la puerta. El tintineo de las cadenas cesó en el mismo instante en que la puerta arrojó luz sobre el pasillo de las celdas, algunos de los presos buscaron el cobijo de una esquina oscura intentando no ser vistos, otros se quedaron quietos esperando no llamar la atención y algunos estaban tan derrotados por la vida que pedían ser los siguientes en entrar a aquella sala.
Antes de entrar en las cocinas de la mina la pareja de dragones hicieron una parada en un pequeño patio interno. En algún momento un derrumbe había abierto un agujero en el techo y los guardias pensaron que sería buena idea despejar los escombros y crear un patio de recreo, allí los carceleros se tomaban un descanso jugando a las cartas, bebiendo o disfrutando de la compañía de alguna presa incrédula que pensaba que de ese modo saldría antes de prisión. En el centro del patio, sostenido de una cuerda y una polea, colgaba un solitario cubo que miraba el fondo de un pozo que se iba llenando con el agua de la lluvia.
Go´el se acercó al borde y bajo el cubo, al subirlo lo dejó sobre las piedras del pozo y con un trapo comenzó a quitarse la sangre de los brazos y el rostro mientras un par de guardia pasaban por su lado comentando que el almacén estaba más lleno desde la llegada del galeno.
El rubio miró sus manos cerciorándose de que ya no quedara sangre por ningún lado, tiró el agua del cubo dejando que este colgara de nuevo de la polea y prosiguió su marcha caminando junto a Gali.
-¿Que tenemos hoy en la olla?
Dijo el monje acercándose a los cocineros mientras el rubio se sentaba a la mesa.
-Lo mismo de ayer. -Respondió el cocinero sirviendo dos cuencos. -Ave de corral y huevos dejados caer sobre el arroz.
Go'el
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Re: Invierno: Augurio de pesadillas. [Libre] 4/4 [CERRADO]
La poco discreta mirada de Kosir termina llamando la atención de un personaje, de la mujer para ser específicos. El chico no rompe contacto visual por supuesto, mucho menos cuando es confundido con una alimaña.
El rostro del salvaje se vuelve severo, no le decían asi desde que era niño. Un brumoso no se toma bien que le confundan los papeles… mucho menos uno exiliado por ser diferente. Basta con decir que la mirada del pelirrojo ahora mismo atraviesa paredes.
Tomas otro trago de su bebida, desestimando el comentario de la hembra. Podría iniciar una pelea pero no es lo que desea, siempre le ha traído mal sabor de boca desafiar y vencer mujeres, eso sin mencionar que son más frágiles que una hoja fuera de bosque negro.
Irónicamente toda la situación molesta parece traer algo bueno, es una invitación a una aventura. El muchacho se acaba la jarra de un tirón y salta con agilidad, si bien la primera impresión fue mala ahora mismo no tiene nada más que hacer.
Al menos confía en su contraparte salvaje, sea o no de bosque negro eso no le quita lo curtido. Algunos exteriores pueden llegar al mismo nivel de un brumoso, semejante nivel pero nunca superarlo claro.
Me llamo Kosir.
Expresa con los ojos clavados en la mujer, no quiere que vuelvan a confundirle con un gato. En la cultura del muchacho, solo una pareja sentimental tiene pleno derecho a usar esos sobrenombres sin repercusiones.
Que sean necesarias tres horas de viaje despierta la curiosidad del joven, después de todo es un área nueva para él. No preguntara más detalles para no alagar el inicio pero permanecerá atento a cualquier vestigio que suelten sus nuevos compañeros.
Tres horas de caminata “se trona los dedos” fácil.
Para bien o para mal el muchacho no suele utilizar métodos de desplazamiento exteriores, en su hogar no se usan mucho. Confía en sus piernas para llegar a cualquier destino y solo ha tenido que romper esa regla en el mar por obvias razones.
Claro que al menos en este aspecto está abierto a debate, después de todo no ve con tan malos ojos las monturas y los carros. Jamás tendría de su propiedad pero nada le impide utilizarles siempre que pertenezcan a alguien más.
Da una patada a la puerta de la taberna y esta se abre de par en par, el clima afuera es frió. Luego se voltea al grupo recién formado e insta a iniciar la marcha, ya no tienen nada más que hacer en el recinto.
El rostro del salvaje se vuelve severo, no le decían asi desde que era niño. Un brumoso no se toma bien que le confundan los papeles… mucho menos uno exiliado por ser diferente. Basta con decir que la mirada del pelirrojo ahora mismo atraviesa paredes.
Tomas otro trago de su bebida, desestimando el comentario de la hembra. Podría iniciar una pelea pero no es lo que desea, siempre le ha traído mal sabor de boca desafiar y vencer mujeres, eso sin mencionar que son más frágiles que una hoja fuera de bosque negro.
Irónicamente toda la situación molesta parece traer algo bueno, es una invitación a una aventura. El muchacho se acaba la jarra de un tirón y salta con agilidad, si bien la primera impresión fue mala ahora mismo no tiene nada más que hacer.
Al menos confía en su contraparte salvaje, sea o no de bosque negro eso no le quita lo curtido. Algunos exteriores pueden llegar al mismo nivel de un brumoso, semejante nivel pero nunca superarlo claro.
Me llamo Kosir.
Expresa con los ojos clavados en la mujer, no quiere que vuelvan a confundirle con un gato. En la cultura del muchacho, solo una pareja sentimental tiene pleno derecho a usar esos sobrenombres sin repercusiones.
Que sean necesarias tres horas de viaje despierta la curiosidad del joven, después de todo es un área nueva para él. No preguntara más detalles para no alagar el inicio pero permanecerá atento a cualquier vestigio que suelten sus nuevos compañeros.
Tres horas de caminata “se trona los dedos” fácil.
Para bien o para mal el muchacho no suele utilizar métodos de desplazamiento exteriores, en su hogar no se usan mucho. Confía en sus piernas para llegar a cualquier destino y solo ha tenido que romper esa regla en el mar por obvias razones.
Claro que al menos en este aspecto está abierto a debate, después de todo no ve con tan malos ojos las monturas y los carros. Jamás tendría de su propiedad pero nada le impide utilizarles siempre que pertenezcan a alguien más.
Da una patada a la puerta de la taberna y esta se abre de par en par, el clima afuera es frió. Luego se voltea al grupo recién formado e insta a iniciar la marcha, ya no tienen nada más que hacer en el recinto.
Kosir
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Re: Invierno: Augurio de pesadillas. [Libre] 4/4 [CERRADO]
Las tretas de la bruja habían dado su fruto. El hecho de no aventurarse sola ante un invierno eterno colmado de las minas de las que le habían hablado la aliviaba. Al mismo tiempo, su jarra de cerveza parecía haber disminuido la cantidad y la chica dió el ultimo sorbo componiendo un gesto de tristeza como a un niño al que han robado un dulce, mientras descansaba su cabeza en su mano, prestando atención a las presentaciones.
- Me gustaba más Misifu...- dijo ignorando deliberadamente el tono grave en el que Kosir había pronunciado su nombre-Pero supongo que tendrás que ganarte ese apodo- completó diciendo, mientras cambiaba su gesto a uno más alegre.
Bien hecho mi luna.. Ahora te será mas facil buscar las gemas... 6 ojos ven más que dos. Pero no te apresures, no mi Luna.. deja que beban de tu historia. Deja que la avaricia los corrompa y que sepan que te deben este camino, no será hasta entonces que verdaderamente puedas confiar en ellos, Luna oh.. tierna y dulce Luna
-Andar? No no.. esta dama no camina- dijo de pronto Gaia mientras apuraba las dos ultimas gotas de la cerveza- un viaje andando no es tan divertido.Tengo... - titubeó un poco y bajó la voz mientras miraba a los 4 hombres de una mesa cercana- Tengo...3 caballos fuera, esperándonos. No son mucho, y seguramente debamos deshacernos de ellos cuando lleguemos a las minas, pero nos ayudarán a no quebrarnos los pies- miró a Kosir y le guiñó un ojo- zarpitas .
Se levantó de la mesa rauda y veloz y le hizo un gesto a sus compañeros para que esperasen un poco antes de levantarse también.
- Existen ciertos tesoros en ciertas minas cercanas- dijo simplemente, a modo de información para lo que tenía en mente. Espero que os interese el oro.. yo siempre estuve más interesada en el baúl que normalmente los contiene..[/color]..- dijo la chica.
No. no. no. Debes ser más precavida, Luna. No tanta información es que quieres que sepan más que tú? Luna oh.. luna. espera un poco.. Seremos poderosas mi Luna.. quién sabe cuánto? quién sabe dónde nos llevará nuestro pequeño tesoro? Luna.. o.. mi dulce y tierna luna.
- Ahora, si me disculpan caballeros... los espero fuera de la posada- dijo Gaia.-No sean maleducados y dejen a la mesa sola... quizás levántense de uno en uno. Tampoco queremos que nos sigan... Yo..- se mordió el labio inferior sin saber muy bien cómo continuar lo que iba a decir-Yo os espero fuera. Ensillando los caballos. Si... eso mismo.-
Se dirigió de manera disimulada al baño para dar un giro brusco minutos más tarde y salir a la puerta de la posada.
JÁ!!! Luna.. si que somos listas.. no tres sino cuatro.. ahora, ya sabes que el tuyo es el blanco. No podemos viajar en nada que sea de color. Imagínate lo que dirían.. no no blanco tan solo. Bueno.. unas pintitas negras no estan de más. Súbete y espera. Pero no mucho. Si en 3 minutos no están aquí quizás sea mejor que cabalgues. No todos los día se encuentran caballos gratis....
Y aquello hizo. La bruja se subió al caballo. Tan solo había montado tres veces en su vida por lo que no se le daba muy bien y no estaba muy cómoda a horcajadas, así que se montó con ambas piernas a un lado y esperó.
Cuando sus compañeros habían llegado a la parte frontal del pequenñño edificio, los instó a hacer lo mismo con los otros tres caballos que había amarrados frente al suyo.
- Lo mejor será que nos apresuremos.. no queremos hacer esperar a los caballos- dijo la chica mientras abrazaba al suyo que parecía nervioso ante el toque tan cercano de la chica.-
Acto seguido el animal comenzó a cabalgar y cuando estuvo a unos metros de donde estaban reposando, la bruja se giró de nuevo a sus compañeros, ya montados cada uno en un caballo y añadió.
- Espero que a los dueños de estos animales no les importe mucho que los tomemos prestados- dijo- Al fin y al cabo Odin bendice a los que comparte - Dió una estocada con uno de los pies en el abdomen del animal. y este salió corriendo dirección a las minas del Cadalso.
- Me gustaba más Misifu...- dijo ignorando deliberadamente el tono grave en el que Kosir había pronunciado su nombre-Pero supongo que tendrás que ganarte ese apodo- completó diciendo, mientras cambiaba su gesto a uno más alegre.
Bien hecho mi luna.. Ahora te será mas facil buscar las gemas... 6 ojos ven más que dos. Pero no te apresures, no mi Luna.. deja que beban de tu historia. Deja que la avaricia los corrompa y que sepan que te deben este camino, no será hasta entonces que verdaderamente puedas confiar en ellos, Luna oh.. tierna y dulce Luna
-Andar? No no.. esta dama no camina- dijo de pronto Gaia mientras apuraba las dos ultimas gotas de la cerveza- un viaje andando no es tan divertido.Tengo... - titubeó un poco y bajó la voz mientras miraba a los 4 hombres de una mesa cercana- Tengo...3 caballos fuera, esperándonos. No son mucho, y seguramente debamos deshacernos de ellos cuando lleguemos a las minas, pero nos ayudarán a no quebrarnos los pies- miró a Kosir y le guiñó un ojo- zarpitas .
Se levantó de la mesa rauda y veloz y le hizo un gesto a sus compañeros para que esperasen un poco antes de levantarse también.
- Existen ciertos tesoros en ciertas minas cercanas- dijo simplemente, a modo de información para lo que tenía en mente. Espero que os interese el oro.. yo siempre estuve más interesada en el baúl que normalmente los contiene..[/color]..- dijo la chica.
No. no. no. Debes ser más precavida, Luna. No tanta información es que quieres que sepan más que tú? Luna oh.. luna. espera un poco.. Seremos poderosas mi Luna.. quién sabe cuánto? quién sabe dónde nos llevará nuestro pequeño tesoro? Luna.. o.. mi dulce y tierna luna.
- Ahora, si me disculpan caballeros... los espero fuera de la posada- dijo Gaia.-No sean maleducados y dejen a la mesa sola... quizás levántense de uno en uno. Tampoco queremos que nos sigan... Yo..- se mordió el labio inferior sin saber muy bien cómo continuar lo que iba a decir-Yo os espero fuera. Ensillando los caballos. Si... eso mismo.-
Se dirigió de manera disimulada al baño para dar un giro brusco minutos más tarde y salir a la puerta de la posada.
JÁ!!! Luna.. si que somos listas.. no tres sino cuatro.. ahora, ya sabes que el tuyo es el blanco. No podemos viajar en nada que sea de color. Imagínate lo que dirían.. no no blanco tan solo. Bueno.. unas pintitas negras no estan de más. Súbete y espera. Pero no mucho. Si en 3 minutos no están aquí quizás sea mejor que cabalgues. No todos los día se encuentran caballos gratis....
Y aquello hizo. La bruja se subió al caballo. Tan solo había montado tres veces en su vida por lo que no se le daba muy bien y no estaba muy cómoda a horcajadas, así que se montó con ambas piernas a un lado y esperó.
Cuando sus compañeros habían llegado a la parte frontal del pequenñño edificio, los instó a hacer lo mismo con los otros tres caballos que había amarrados frente al suyo.
- Lo mejor será que nos apresuremos.. no queremos hacer esperar a los caballos- dijo la chica mientras abrazaba al suyo que parecía nervioso ante el toque tan cercano de la chica.-
Acto seguido el animal comenzó a cabalgar y cuando estuvo a unos metros de donde estaban reposando, la bruja se giró de nuevo a sus compañeros, ya montados cada uno en un caballo y añadió.
- Espero que a los dueños de estos animales no les importe mucho que los tomemos prestados- dijo- Al fin y al cabo Odin bendice a los que comparte - Dió una estocada con uno de los pies en el abdomen del animal. y este salió corriendo dirección a las minas del Cadalso.
Gaia
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Re: Invierno: Augurio de pesadillas. [Libre] 4/4 [CERRADO]
El cachorro humano dijo llamarse "Kosir", y no estaba de acuerdo con el mote que le puso la bruja.
Me acabé mi bebida mientras éstos hablaban.
Gaia explicaba el plan algo confusa.
Decía algo sobre unas minas que encerraban un tesoro.
El oro no me importaba demasiado, por lo que me centré más en el extraño comportamiento de la bruja.
Mi instinto primal me decía que debía sospechar de ella, pues había algo en la bruja que me erizaba el pelo de la nuca.
Oculté mis sospechas hasta que salimos de la taberna y nos montamos en los caballos.
No podía permitir que aquella mujer tuviese ventaja sobre mí.
El poder que albergaba en su interior sobrepasaba mi entendimiento, por lo que debía marcar la situación con una actitud impredecible.
Una vez comenzamos a cabalgar, esperé lo suficiente y aproveché una de las curvas del camino para ponerme de pie sobre los estribos de mi silla de montar, y salté sobre la montura de Gaia, arrebatándole las riendas de las manos.
-Ahora nos dirás el camino, y nosotros lo seguiremos- le dije, poniendo mi cara cerca de la suya, mirándole de reojo con seriedad.
-Sé lo que eres, mujer- le dije, en un susurro entre dientes.
El trote del caballo pasó a ser galope con un golpecito de mi talón y un grito de "¡Yia!".
Notaba la espalda de la bruja golpeando mi torso por el movimiento del caballo.Tenía mis piernas rodeando las suyas, tensas, alerta de cualquier movimiento sospechoso. Apenas me giré un poco para poder hacerle un gesto a Kosir.
Alcé la voz para que el cachorro humano pudiese oírme y exclamé, dirigiéndome a la bruja:
-Vamos contigo, pero nosotros decidimos cómo-
Me acabé mi bebida mientras éstos hablaban.
Gaia explicaba el plan algo confusa.
Decía algo sobre unas minas que encerraban un tesoro.
El oro no me importaba demasiado, por lo que me centré más en el extraño comportamiento de la bruja.
Mi instinto primal me decía que debía sospechar de ella, pues había algo en la bruja que me erizaba el pelo de la nuca.
Oculté mis sospechas hasta que salimos de la taberna y nos montamos en los caballos.
No podía permitir que aquella mujer tuviese ventaja sobre mí.
El poder que albergaba en su interior sobrepasaba mi entendimiento, por lo que debía marcar la situación con una actitud impredecible.
Una vez comenzamos a cabalgar, esperé lo suficiente y aproveché una de las curvas del camino para ponerme de pie sobre los estribos de mi silla de montar, y salté sobre la montura de Gaia, arrebatándole las riendas de las manos.
-Ahora nos dirás el camino, y nosotros lo seguiremos- le dije, poniendo mi cara cerca de la suya, mirándole de reojo con seriedad.
-Sé lo que eres, mujer- le dije, en un susurro entre dientes.
El trote del caballo pasó a ser galope con un golpecito de mi talón y un grito de "¡Yia!".
Notaba la espalda de la bruja golpeando mi torso por el movimiento del caballo.Tenía mis piernas rodeando las suyas, tensas, alerta de cualquier movimiento sospechoso. Apenas me giré un poco para poder hacerle un gesto a Kosir.
Alcé la voz para que el cachorro humano pudiese oírme y exclamé, dirigiéndome a la bruja:
-Vamos contigo, pero nosotros decidimos cómo-
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Re: Invierno: Augurio de pesadillas. [Libre] 4/4 [CERRADO]
Después del descanso el científico y su ayudante habían vuelto a su sala de experimentos, llevaban ya un rato trabajando cuando una pareja de guardias entró arrastrando a un reo.
-Aún no he terminado con este.
Go´el tenía los dedos manchados de sangre y cuando se apretó el puente de la nariz para serenarse dejo dos marcas rojizas en su piel.
-Encadenarlo a la pared.
Los guardias obedecieron y engancharon los grilletes de la víctima a la pared.
El galeno volvió la vista a la mesa de operaciones donde una mujer pájaro le devolvía la mirada con ojos opacos y la garganta abierta, la tráquea se encontraba cortada justo por el centro y Go´el palpaba con sumo cuidado las cuerdas vocales.
Sobre una mesa auxiliar se podía ver un tarro con un líquido de olor fuerte en el interior, también se escuchaban gritos, pero no de la mujer de la camilla, porque esta carecía ya de cuerdas vocales y de vida. Los gritos eran de la siguiente sujeto de prueba que lloraba aterrada al ver como el doctor guardaba en el tarro el instrumento de comunicación verbal del cadáver.
-Pues esto ya estaría. -Comentaba distraído Go´el mientras se limpiaba las manos con un trapo. -Sujeto de pruebas 200, presa número 666.
El rubio tenia ahora en una mano la ficha de la mujer encadenada y en la otra un carboncillo con el que dibujaba extraños símbolos en su libreta de investigación.
-Mujer-bestia, 35 años, hibridación entre humana y vaca. Condenada por haber engañado a su marido por... -Go´el limpio una gota de sangre que acababa de salpicar el papel. -Por haberse casado sin ser pura. Vaya, -Comentó con sorpresa. -Cadena perpetúa.
El dragón hizo una pausa, Gali se le había acercado con un vaso de agua y este se lo tomó agradecido. Dejó el recipiente sobre la mesa auxiliar y prosiguió.
-Tu condena ha sido cambiada, concluye hoy día...
El rubio se quedó pensativo un momento y la voz del monje le llego desde el otro lado de la sala indicando la fecha.
-Eso. -Puntualizo anotando en el papel el número indicado. -A la presa se le extrajeron los cuernos para prevenir posibles incidentes con guardias y compañeros de celda.
Go´el terminó de leer y levanto la vista hacia su sujeto de pruebas.
La mujer-bestia tenía la cara demacrada, no porque estuviera desnutrida, no, el sujeto de pruebas 200 era de lejos la que mejor cuidada estaba, no estaba sucia, apenas tenía heridas o cicatrices recientes. Su cara estaba consumida por la pena y el miedo, sus ojos estaban vacíos y parecían llorar por costumbre.
Extrañamente a esta presa la habían traído desnuda, Go´el agradeció el detalle, ya estaba cansado de tener que sacarle los harapos a todo el que pasaba por su mesa.
El científico se acercó a soltar los grilletes de la mujer, se quedó parado frente a ella al percatarse de una mancha blanquecina que se había formado en el suelo a la altura de la entrepierna. Ahora que estaba más cerca, Go´el pudo apreciar numerosas estrías en el vientre, el pecho de aquella mujer era excesivamente voluminoso, pero dado que era mitad humana mitad vaca el rubio lo atribuía a una característica de la parte animal.
La presa comenzó a caminar haciendo que sus pezuñas resonaran por la habitación, cuando llegó a la camilla se dejó caer sobre ella balbuceando.
-¿Que?
Preguntó Go´el mirándola.
-Mátame, -Repitió la mujer-vaca con un hilo de voz. -mátame por favor. Estoy cansada, no quiero seguir sufriendo.
-Está bien.
Contestó el rubio tumbando a la mujer.
-Gracias.
El dragón humanoide giró el rostro y volvió a preguntar.
-¿Porque?
-Por acabar con mí tortura. -Respondió la rea, cerrando los ojos y sonriendo débilmente. -Pronto estaré contigo Marlon.
Go´el colocó sobre la frente de la mujer-bestia una varilla larga y afilada, la golpeó con fuerza y la presa número 666 se desvaneció en la mesa para reunirse con su Marlon mientras el galeno diseccionaba su codo.
-Aún no he terminado con este.
Go´el tenía los dedos manchados de sangre y cuando se apretó el puente de la nariz para serenarse dejo dos marcas rojizas en su piel.
-Encadenarlo a la pared.
Los guardias obedecieron y engancharon los grilletes de la víctima a la pared.
El galeno volvió la vista a la mesa de operaciones donde una mujer pájaro le devolvía la mirada con ojos opacos y la garganta abierta, la tráquea se encontraba cortada justo por el centro y Go´el palpaba con sumo cuidado las cuerdas vocales.
Sobre una mesa auxiliar se podía ver un tarro con un líquido de olor fuerte en el interior, también se escuchaban gritos, pero no de la mujer de la camilla, porque esta carecía ya de cuerdas vocales y de vida. Los gritos eran de la siguiente sujeto de prueba que lloraba aterrada al ver como el doctor guardaba en el tarro el instrumento de comunicación verbal del cadáver.
-Pues esto ya estaría. -Comentaba distraído Go´el mientras se limpiaba las manos con un trapo. -Sujeto de pruebas 200, presa número 666.
El rubio tenia ahora en una mano la ficha de la mujer encadenada y en la otra un carboncillo con el que dibujaba extraños símbolos en su libreta de investigación.
-Mujer-bestia, 35 años, hibridación entre humana y vaca. Condenada por haber engañado a su marido por... -Go´el limpio una gota de sangre que acababa de salpicar el papel. -Por haberse casado sin ser pura. Vaya, -Comentó con sorpresa. -Cadena perpetúa.
El dragón hizo una pausa, Gali se le había acercado con un vaso de agua y este se lo tomó agradecido. Dejó el recipiente sobre la mesa auxiliar y prosiguió.
-Tu condena ha sido cambiada, concluye hoy día...
El rubio se quedó pensativo un momento y la voz del monje le llego desde el otro lado de la sala indicando la fecha.
-Eso. -Puntualizo anotando en el papel el número indicado. -A la presa se le extrajeron los cuernos para prevenir posibles incidentes con guardias y compañeros de celda.
Go´el terminó de leer y levanto la vista hacia su sujeto de pruebas.
La mujer-bestia tenía la cara demacrada, no porque estuviera desnutrida, no, el sujeto de pruebas 200 era de lejos la que mejor cuidada estaba, no estaba sucia, apenas tenía heridas o cicatrices recientes. Su cara estaba consumida por la pena y el miedo, sus ojos estaban vacíos y parecían llorar por costumbre.
Extrañamente a esta presa la habían traído desnuda, Go´el agradeció el detalle, ya estaba cansado de tener que sacarle los harapos a todo el que pasaba por su mesa.
El científico se acercó a soltar los grilletes de la mujer, se quedó parado frente a ella al percatarse de una mancha blanquecina que se había formado en el suelo a la altura de la entrepierna. Ahora que estaba más cerca, Go´el pudo apreciar numerosas estrías en el vientre, el pecho de aquella mujer era excesivamente voluminoso, pero dado que era mitad humana mitad vaca el rubio lo atribuía a una característica de la parte animal.
La presa comenzó a caminar haciendo que sus pezuñas resonaran por la habitación, cuando llegó a la camilla se dejó caer sobre ella balbuceando.
-¿Que?
Preguntó Go´el mirándola.
-Mátame, -Repitió la mujer-vaca con un hilo de voz. -mátame por favor. Estoy cansada, no quiero seguir sufriendo.
-Está bien.
Contestó el rubio tumbando a la mujer.
-Gracias.
El dragón humanoide giró el rostro y volvió a preguntar.
-¿Porque?
-Por acabar con mí tortura. -Respondió la rea, cerrando los ojos y sonriendo débilmente. -Pronto estaré contigo Marlon.
Go´el colocó sobre la frente de la mujer-bestia una varilla larga y afilada, la golpeó con fuerza y la presa número 666 se desvaneció en la mesa para reunirse con su Marlon mientras el galeno diseccionaba su codo.
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Re: Invierno: Augurio de pesadillas. [Libre] 4/4 [CERRADO]
Pese a repetir el molesto mote, la nueva compañera de aventuras decide llamarlo por su nombre al final… la mujer prueba su fortuna, tiene suerte del extraño nivel moral que tiene Kosir en ciertos aspectos.
Dicha hembra suelta algunos detalles sobre su futura misión, parece que va tras cierto tesoro. No es algo raro sin duda, ya el pelirrojo se ha visto envuelto en muchas intrigas personales de gente avariciosa.
Por otro lado el personaje tiene algo raro, a veces desvía la mirada y se mete mucho en sus pensamientos. El bárbaro por su parte desestima tal comportamiento pues ha conocido a exteriores mucho más raros.
Viene el momento de comenzar la aventura en sí, primero sale su guía predilecta aunque les indica que lo hagan con discreción. Para bien o para mal el pequeño guerrero queda de último, alcanza a sus nuevos aliados afuera sin problemas.
No le toma mucho subir a uno de los caballos, acto seguido sigue a la partida. Más adelante se entera de que están cometiendo un robo rastrero lo que le hace enarcar una ceja, por suerte parece que al final liberaran a los animales asi que pecado saldado.
Las leyes brumosas sobre robar son curiosas, basta con decir que cuando algo se devuelve en buen estado ya no hay crimen cometido… reglas nacidas de la supervivencia en entornos duros sin duda, cosas de su gente.
Poco después de alejarse de la taberna, el otro sujeto salvaje salta de su montura y toma el control del caballo que transporta a la mujer. Esto hace que su semejante más pequeño despabile y es que fue un movimiento rápido.
Parece que hay un trasfondo extraño corriendo, el adulto más grande del grupo conoce algo sobre su compañera reciente de montura. No deja entrever más detalles salvo que de ahora en más los terceros también opinan.
Tal aclaración genera una sonrisa en Kosir, fue un buen gesto. No le gusta mucho ser el pequeño chico de los recados que recibe órdenes, jamás se dejó montar ese papel en bosque negro y sin duda intenta en toda medida posible que no pase afuera tampoco.
Reserva los comentarios de momento, no sabe qué postura tomara la mujer. Claro que esta visiblemente en un predicamento, no parece haber otras opciones posibles para ella además de asentir ahora mismo.
Otra cosa resalta sin duda a medida que avanzan, la torpe habilidad mostrada por el joven a la hora de cabalgar. ¿Qué se puede decir?, saber algo no te hace experto profesional por obvias razones y sus experiencias con monturas son escasas.
Dicha hembra suelta algunos detalles sobre su futura misión, parece que va tras cierto tesoro. No es algo raro sin duda, ya el pelirrojo se ha visto envuelto en muchas intrigas personales de gente avariciosa.
Por otro lado el personaje tiene algo raro, a veces desvía la mirada y se mete mucho en sus pensamientos. El bárbaro por su parte desestima tal comportamiento pues ha conocido a exteriores mucho más raros.
Viene el momento de comenzar la aventura en sí, primero sale su guía predilecta aunque les indica que lo hagan con discreción. Para bien o para mal el pequeño guerrero queda de último, alcanza a sus nuevos aliados afuera sin problemas.
No le toma mucho subir a uno de los caballos, acto seguido sigue a la partida. Más adelante se entera de que están cometiendo un robo rastrero lo que le hace enarcar una ceja, por suerte parece que al final liberaran a los animales asi que pecado saldado.
Las leyes brumosas sobre robar son curiosas, basta con decir que cuando algo se devuelve en buen estado ya no hay crimen cometido… reglas nacidas de la supervivencia en entornos duros sin duda, cosas de su gente.
Poco después de alejarse de la taberna, el otro sujeto salvaje salta de su montura y toma el control del caballo que transporta a la mujer. Esto hace que su semejante más pequeño despabile y es que fue un movimiento rápido.
Parece que hay un trasfondo extraño corriendo, el adulto más grande del grupo conoce algo sobre su compañera reciente de montura. No deja entrever más detalles salvo que de ahora en más los terceros también opinan.
Tal aclaración genera una sonrisa en Kosir, fue un buen gesto. No le gusta mucho ser el pequeño chico de los recados que recibe órdenes, jamás se dejó montar ese papel en bosque negro y sin duda intenta en toda medida posible que no pase afuera tampoco.
Reserva los comentarios de momento, no sabe qué postura tomara la mujer. Claro que esta visiblemente en un predicamento, no parece haber otras opciones posibles para ella además de asentir ahora mismo.
Otra cosa resalta sin duda a medida que avanzan, la torpe habilidad mostrada por el joven a la hora de cabalgar. ¿Qué se puede decir?, saber algo no te hace experto profesional por obvias razones y sus experiencias con monturas son escasas.
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Re: Invierno: Augurio de pesadillas. [Libre] 4/4 [CERRADO]
El aire fresco del bosque que traspasan desordena los cabellos de Gaia. La bruja no se había sentido de mejor humor desde que descubrió que no era necesario llevar zapatos en una manta de musgo fresco. Las minas no estaban tan lejos como la chica había creido, además en su cabeza tan solo tenía la imagen mental de las gemas dando vueltas alrededor de Luna. como si aquello fuese a ser más sencillo el pasar a todos los asesinos, violadores y ladrones de la cárcel.
Algo interrumpió su quietud. El hombre de los ojos verdes había saltado sobre su montura, como si tuviese derecho a ser el que guía las riendas. Luna, por supuesto no estaba contenta.
Luna Oh Luna, es que no ves que te esta retando? primero las riendas y después el control! No vamos a dejarnos ganar, dulce Luna... este hombre tiene que estar vigilado, casi tanto como el chico/gato. Ya podrías haber escogido unos compañeros de viaje más normales. No Luna.. oh Luna.. no me dan buena espina.
-Qué soy?- Respondió Gaia dejándo sitio en su montura a regañadientes para que el hombre no la aplastase, muy intrigada- Siempre pensé que era una mujer. Pero quizás esté equivocada y sea un caballo.. teniendo en cuenta que has saltado casi encima mía... o un mapa oh! siempre quise ser un mapa con los nombres y los símbolos de todos lados. Tú tienes un cabello muy fino. No deberías llevarlo al aire. Quizás una trenza?- se dijo a si misma mientras anudaba el cabello del hombre en una trenza ya que este había decidido acortar las distancias de una comunicación normal, Gaia decidió hacer algo con aquello- Podría ponerte hojas secas y bayas salvajes... te faltaría tan solo las orejas para ser un elfo- Gaia sonrió, divertida con una pizca de confianza que tintaba su sonrisa-Porque desde luego el ser tozudo ya lo tienes de fábrica. Quizás seas tú el caballo..- dijo por un segundo parando de trenzar su cabello como si aquello le hubiese despertado miles de posibilidades.
Se giró a Kosir y le guiñó un ojo divertida a él tambien,
-No te pierdas...- dijo solamente-sino tendré que ponerte un cascabel- y le tiró un beso.
Ya basta Luna. Estos hombres podrían matarte o peor con solo un gesto de sus manos y tu estas jugando con ellos como si fuesen niños de colegio. Luna Oh Luna.. focalizate. Ya casi estamos.
El camino fue largo y tedioso para los caballos y aunque pararon a tomar agua alguna que otra vez, Gaia se había empezado a preguntar si se había equivocado en algún cruce de caminos cuando a las 5 horas ún no divisaban las minas. Por supuesto, la bruja estaba equivocad. El imponente socabón que identificaba la entrada a las minas apareció frente a ellos antes de que la chica decidiese pedirle a Havok que girase sobre si mismo, y aquello la puso de buen humor.
Ya estamos Luna.. ya estamos. Ahora, recuerda tu papel.
Había varios alguaciles en la puerta de la prisión y cuando tan solo quedaban varios metros para llegar, la chica sacó de su bolsillo unas cadenas pesadas y fuertes que mobilizó antes de que ninguno de sus acompañantes pudiesen hacer nada atándola a ambas manos de los hombres como si fuesen grilletes. Ella misma había sido atada con otra de esas cadenas a medida que avanzaban
-SHHHHH dijo a unos metros de llegar- No quiero oir ni una palabra, este es mi castillo y mi función principal y si queréis entrar deberéis seguirme el juego- Su gesto era más serio de lo que había sido hasta ahora como si un halo de responsabilidad se hubiese apoderado de ella.
El soldado alguacil que custodiaba la prisión los hizo parar.
Quienes?- dijo simplemente mirando a la nada. - Vaya vaya... entonces tres más para este nuevo doctor que tenemos, Desde luego va a ser muy beneficioso tenerlo por aquí.... No, no la chica pasará al cuarto de mujeres.. Creo que los soldados necesitan carne fresca- El hombre parecía sumido en una conversación mental con alguien mientras abría las puertas.
Una vez que pasaron las enormes cancelas de metal y el segundo set de 6 guardias que custodiaban la entrada a la cárcel, Gaia consideró apropiado dejar de proyectar la ilusión del guardia que los custodiaba pues parecían haberse camuflado entre la inmensidad de reclusos y guardias lo suficiente como para no necesitar dar explicaciones.
Muy bien Luna, eso fue bastante ingenioso debo admitir y no pensé que fuese a dar resultados.. ahora para la segunda parte del plan no te entretengas. Creo que con el chico Kosir... tendrás una leve ventaja. El hombre es demasiado grande para ..
-Oh pero si... hay millones de zapatos!- Gaia se acercó a la pila de zapatos que se acumulaba a la entrada del lugar donde los reclusos cambiaban los que estaban demasiado gastados tras un día de trabajo por otros nuevos.-Qué desagradable encuentro!, verdad? - le dijo muy seria a Havok que aún llevaba parte de la trenza que le había hecho.
----
off: Habilidad racial: telequinesis
Habilidad de nivel 0: Pantalla ilusoria
Algo interrumpió su quietud. El hombre de los ojos verdes había saltado sobre su montura, como si tuviese derecho a ser el que guía las riendas. Luna, por supuesto no estaba contenta.
Luna Oh Luna, es que no ves que te esta retando? primero las riendas y después el control! No vamos a dejarnos ganar, dulce Luna... este hombre tiene que estar vigilado, casi tanto como el chico/gato. Ya podrías haber escogido unos compañeros de viaje más normales. No Luna.. oh Luna.. no me dan buena espina.
-Qué soy?- Respondió Gaia dejándo sitio en su montura a regañadientes para que el hombre no la aplastase, muy intrigada- Siempre pensé que era una mujer. Pero quizás esté equivocada y sea un caballo.. teniendo en cuenta que has saltado casi encima mía... o un mapa oh! siempre quise ser un mapa con los nombres y los símbolos de todos lados. Tú tienes un cabello muy fino. No deberías llevarlo al aire. Quizás una trenza?- se dijo a si misma mientras anudaba el cabello del hombre en una trenza ya que este había decidido acortar las distancias de una comunicación normal, Gaia decidió hacer algo con aquello- Podría ponerte hojas secas y bayas salvajes... te faltaría tan solo las orejas para ser un elfo- Gaia sonrió, divertida con una pizca de confianza que tintaba su sonrisa-Porque desde luego el ser tozudo ya lo tienes de fábrica. Quizás seas tú el caballo..- dijo por un segundo parando de trenzar su cabello como si aquello le hubiese despertado miles de posibilidades.
Se giró a Kosir y le guiñó un ojo divertida a él tambien,
-No te pierdas...- dijo solamente-sino tendré que ponerte un cascabel- y le tiró un beso.
Ya basta Luna. Estos hombres podrían matarte o peor con solo un gesto de sus manos y tu estas jugando con ellos como si fuesen niños de colegio. Luna Oh Luna.. focalizate. Ya casi estamos.
El camino fue largo y tedioso para los caballos y aunque pararon a tomar agua alguna que otra vez, Gaia se había empezado a preguntar si se había equivocado en algún cruce de caminos cuando a las 5 horas ún no divisaban las minas. Por supuesto, la bruja estaba equivocad. El imponente socabón que identificaba la entrada a las minas apareció frente a ellos antes de que la chica decidiese pedirle a Havok que girase sobre si mismo, y aquello la puso de buen humor.
Ya estamos Luna.. ya estamos. Ahora, recuerda tu papel.
Había varios alguaciles en la puerta de la prisión y cuando tan solo quedaban varios metros para llegar, la chica sacó de su bolsillo unas cadenas pesadas y fuertes que mobilizó antes de que ninguno de sus acompañantes pudiesen hacer nada atándola a ambas manos de los hombres como si fuesen grilletes. Ella misma había sido atada con otra de esas cadenas a medida que avanzaban
-SHHHHH dijo a unos metros de llegar- No quiero oir ni una palabra, este es mi castillo y mi función principal y si queréis entrar deberéis seguirme el juego- Su gesto era más serio de lo que había sido hasta ahora como si un halo de responsabilidad se hubiese apoderado de ella.
El soldado alguacil que custodiaba la prisión los hizo parar.
Quienes?- dijo simplemente mirando a la nada. - Vaya vaya... entonces tres más para este nuevo doctor que tenemos, Desde luego va a ser muy beneficioso tenerlo por aquí.... No, no la chica pasará al cuarto de mujeres.. Creo que los soldados necesitan carne fresca- El hombre parecía sumido en una conversación mental con alguien mientras abría las puertas.
Una vez que pasaron las enormes cancelas de metal y el segundo set de 6 guardias que custodiaban la entrada a la cárcel, Gaia consideró apropiado dejar de proyectar la ilusión del guardia que los custodiaba pues parecían haberse camuflado entre la inmensidad de reclusos y guardias lo suficiente como para no necesitar dar explicaciones.
Muy bien Luna, eso fue bastante ingenioso debo admitir y no pensé que fuese a dar resultados.. ahora para la segunda parte del plan no te entretengas. Creo que con el chico Kosir... tendrás una leve ventaja. El hombre es demasiado grande para ..
-Oh pero si... hay millones de zapatos!- Gaia se acercó a la pila de zapatos que se acumulaba a la entrada del lugar donde los reclusos cambiaban los que estaban demasiado gastados tras un día de trabajo por otros nuevos.-Qué desagradable encuentro!, verdad? - le dijo muy seria a Havok que aún llevaba parte de la trenza que le había hecho.
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Gaia
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Re: Invierno: Augurio de pesadillas. [Libre] 4/4 [CERRADO]
La cantidad de sujetos que la cárcel generaba para Go´el parecía no tener límites, pero hasta los buenos doctores se agotan. El galeno dio por cerrado el laboratorio después una mañana intensa y media tarde de apasionada ciencia. Igual que hizo antes, Go´el acudió al patio interno de la cárcel para sacarse la sangre de los experimentos de su cuerpo y al terminar la segunda visita a la cocina, el dragón humanoide decidió salir de aquella mina llena de aire viciado.
Durante el trayecto se encontró con unos guardias que traían a un niño y hombre joven con una trenza medio deshecha. El rubio los miró curioso mientras se preguntaba por qué Lunargenta, que era supuestamente la ciudad más importante, tenía un servicio de guardia tan deficiente. Si la región de Dundarak poseía tal cantidad de infractores, ¿cómo era posible que Lunargenta no tuviera una cárcel el doble o el triple de grande que la suya?
Y poco antes de llegar a la salida Go´el se encontró con algo peculiar. Una mujer joven que hablaba con los zapatos.
-¿Porque hablas con el calzado?
El rubio se agachó junto a la desconocida y apoyó las manos en la rodilla mientras preguntaba.
-¿Te contestan? ¿Qué raza eres? ¿Y cuál es tu número de presidiaria?
Go´el se inclinó hacia delante para ver el número en la ropa de la mujer, pero las prendas de esta no tenían nada que ver con los harapos que llevaban el resto.
-¿Acabas de llegar?
Durante el trayecto se encontró con unos guardias que traían a un niño y hombre joven con una trenza medio deshecha. El rubio los miró curioso mientras se preguntaba por qué Lunargenta, que era supuestamente la ciudad más importante, tenía un servicio de guardia tan deficiente. Si la región de Dundarak poseía tal cantidad de infractores, ¿cómo era posible que Lunargenta no tuviera una cárcel el doble o el triple de grande que la suya?
Y poco antes de llegar a la salida Go´el se encontró con algo peculiar. Una mujer joven que hablaba con los zapatos.
-¿Porque hablas con el calzado?
El rubio se agachó junto a la desconocida y apoyó las manos en la rodilla mientras preguntaba.
-¿Te contestan? ¿Qué raza eres? ¿Y cuál es tu número de presidiaria?
Go´el se inclinó hacia delante para ver el número en la ropa de la mujer, pero las prendas de esta no tenían nada que ver con los harapos que llevaban el resto.
-¿Acabas de llegar?
Go'el
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Re: Invierno: Augurio de pesadillas. [Libre] 4/4 [CERRADO]
La cabalgata se extiende bastante, tanto que comienza a hacer mella en el humor del pelirrojo. Puede soportar horas de caminata pero a lomos de una bestia pues… se pone de mal humor, no es algo natural en bosque negro.
Finalmente llegan a su objetivo, una estructura curiosa incrustada en la montaña. No da mucha confianza sin duda aunque las propiedades defensivas del lugar son incuestionables, buen sitio para hacer una pelea masiva.
Dejan a los animales que tomaron prestados y avanzan hasta la entrada, esta guarecida por enemigos armados. El pequeño bárbaro se prepara para mandarlos al otro mundo pero es detenido por las acciones de su empleadora.
¿¡Que es est…!?
No puede terminar de quejarse, los argumentos de la mujer indican que deben seguir el teatro para ingresar. No está en la naturaleza de un brumoso fingir tales cosas pero ahora mismo no ve otra salida.
Detiene su adrenalina, la reserva para un futuro próximo. Por suerte logran pasar la entrada sin muchos contratiempos, el exterior a cargo tiene la pericia de una ardilla ciega… típico de asalariados con trabajos repetitivos.
Superan el anillo de seguridad, hay muchos enemigos aunque eso solo pone de buen humor al salvaje. No puede esperar a que estalle una pelea para verse en medio de numerosos contrarios peligrosos.
Una vez están con el cúmulo de residentes, la supervisión baja bastante. Dejan de observarles y el muchacho no puede evitar acercarse a la mujer, ya viene siendo hora de recuperar sus manos como los dioses mandan.
Suficiente con esto, no serviré de nada así.
Claro que Gaia prefiere ponerse a conversar con una montaña de zapatos apestosos, esto forma una mueca memorable en Kosir. Casi siempre es el propio chico quien comete tales desplantes a la lógica pero en esta aventura su protagonismo fue robado.
Se les acerca entonces un personaje raro, no tarda en soltar preguntas mientras estudia un poco a la mujer mágica. No pasan desapercibidos para el tribal los dones chamánicos del elemento que los metió en esto.
Ahora no mujer “dice mirando a Go'el, confundiéndole totalmente de género” tenemos asuntos.
Finalmente llegan a su objetivo, una estructura curiosa incrustada en la montaña. No da mucha confianza sin duda aunque las propiedades defensivas del lugar son incuestionables, buen sitio para hacer una pelea masiva.
Dejan a los animales que tomaron prestados y avanzan hasta la entrada, esta guarecida por enemigos armados. El pequeño bárbaro se prepara para mandarlos al otro mundo pero es detenido por las acciones de su empleadora.
¿¡Que es est…!?
No puede terminar de quejarse, los argumentos de la mujer indican que deben seguir el teatro para ingresar. No está en la naturaleza de un brumoso fingir tales cosas pero ahora mismo no ve otra salida.
Detiene su adrenalina, la reserva para un futuro próximo. Por suerte logran pasar la entrada sin muchos contratiempos, el exterior a cargo tiene la pericia de una ardilla ciega… típico de asalariados con trabajos repetitivos.
Superan el anillo de seguridad, hay muchos enemigos aunque eso solo pone de buen humor al salvaje. No puede esperar a que estalle una pelea para verse en medio de numerosos contrarios peligrosos.
Una vez están con el cúmulo de residentes, la supervisión baja bastante. Dejan de observarles y el muchacho no puede evitar acercarse a la mujer, ya viene siendo hora de recuperar sus manos como los dioses mandan.
Suficiente con esto, no serviré de nada así.
Claro que Gaia prefiere ponerse a conversar con una montaña de zapatos apestosos, esto forma una mueca memorable en Kosir. Casi siempre es el propio chico quien comete tales desplantes a la lógica pero en esta aventura su protagonismo fue robado.
Se les acerca entonces un personaje raro, no tarda en soltar preguntas mientras estudia un poco a la mujer mágica. No pasan desapercibidos para el tribal los dones chamánicos del elemento que los metió en esto.
Ahora no mujer “dice mirando a Go'el, confundiéndole totalmente de género” tenemos asuntos.
Kosir
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Re: Invierno: Augurio de pesadillas. [Libre] 4/4 [CERRADO]
El aire parece haberse despertado dentro de los terrenos de la prisión. El cielo antes oscuro que auguraba el inicio del atardeceres había surcado de nubes plata y la luz de la luna inundaba de sombras el atestado suelo que pisaba la bruja. Al parecer Havok seguía en shock, la bruja no sabía muy bien si era el hecho de verse rodeado de tantas personas peligrosas o la sorpresa de que su trenza aún se mantuviese en su perfecto estado a pesar del trajín del camino.
Como fuese Gaia se había puesto a rebuscar en la montaña de zapatos. No sabía exactamente lo que buscaba pero tenía la corazonada de que una vez lo encontrase sabría exactamente porqué nunca funcionó con ningún otro. Al fin y al cabo,aquella Lila de zapatos no iba a ordenarse sola.
. Atenta Luna, mi Luna no hemos venido aquí para eso. Recuerda que tenemos una misión importante. Además hemos dejado a nuestros invitados a medias. Cualquiera diría que no tenemos modales. Quizás fuese mejor que empezásemos a buscar a alguien que supiese
Una figura alta ocultaba el leve rayo de luna que ayudaba a Gaia a seguir en su tarea improvisada. La chica no se dió cuenta hasta que tuvo que arrugar su nariz y forzar su vista para entrever mejor. Entonces la figura alta y esbelta le devolvió la mirada preguntándole si hablaba con los zapatos
pero que salta de tonterías está diciendo este hombre, Luna mi dulce Luna. ¿Es que acaso no ve que estamos ocupadas? Cualquiera diría que no ha visto a nadie concentrado nunca además esas ojeras. Cambio de planes Luna. Este hombre podría ser exactamente la llave que nos lleve a las gemas. Seamos educadas, Luna, mi Dulce Luna.
Gaia paró su búsqueda innata y salió de entre los montones que había estado haciendo. hizo una reverencia y dirigió una sonrisa exagerada al recien llegado.
-Espero que Odín le conserve el olfato y el tacto- dijo- ¿ Es que no ves que estoy haciendo una labor social importante? Ordenó los zapatos como deberían haber hecho antes alguien de confianza. Si los zapatos me contestasen entonces serían más fácil de ordenar. Sin duda dijo la chica pensativa. no se como a nadie se le ocurrió esto antes... y mi número de presidiaria.. Gaia miró hacia un lado y otro buscando como responder a aquello.- si te lo dijese... tendría que matarte- Dijo simplemente y se acercó a kosir del que parecía amhaberse olvidado al ver a los zapatos.
- verás... gatit... Kosir. dijo esforzándose por no molestarlo de sobremanera- Entre las cosas que he perdido en esa montaña de zapatos, sin incluir mi tiempo, están las llaves de esos grilletes- y se alejó un poco de manera precavida de Kosir- - peeeero... quizás esté buen elfo pueda ayudarnos y llevarnos exactamente a nuestra celda. Allí fue donde las vi por última vez en mi bolsillo. Estoy segura que seguirán allí cuando lleguemos[/ color]- le guiño un ojo a al recién llegado y abrazó levemente a Kosir tentando su suerte y aprovechando que el
Chico no tenía sus manos libres.
Brillante, Luna mi Dulce Luna. Cualquiera diría que hemos estado ensayando esta parte antes. Para que después digan que lo de improvisar no es lo nuestro. Oh, mi Dulce Luna.
Como fuese Gaia se había puesto a rebuscar en la montaña de zapatos. No sabía exactamente lo que buscaba pero tenía la corazonada de que una vez lo encontrase sabría exactamente porqué nunca funcionó con ningún otro. Al fin y al cabo,aquella Lila de zapatos no iba a ordenarse sola.
. Atenta Luna, mi Luna no hemos venido aquí para eso. Recuerda que tenemos una misión importante. Además hemos dejado a nuestros invitados a medias. Cualquiera diría que no tenemos modales. Quizás fuese mejor que empezásemos a buscar a alguien que supiese
Una figura alta ocultaba el leve rayo de luna que ayudaba a Gaia a seguir en su tarea improvisada. La chica no se dió cuenta hasta que tuvo que arrugar su nariz y forzar su vista para entrever mejor. Entonces la figura alta y esbelta le devolvió la mirada preguntándole si hablaba con los zapatos
pero que salta de tonterías está diciendo este hombre, Luna mi dulce Luna. ¿Es que acaso no ve que estamos ocupadas? Cualquiera diría que no ha visto a nadie concentrado nunca además esas ojeras. Cambio de planes Luna. Este hombre podría ser exactamente la llave que nos lleve a las gemas. Seamos educadas, Luna, mi Dulce Luna.
Gaia paró su búsqueda innata y salió de entre los montones que había estado haciendo. hizo una reverencia y dirigió una sonrisa exagerada al recien llegado.
-Espero que Odín le conserve el olfato y el tacto- dijo- ¿ Es que no ves que estoy haciendo una labor social importante? Ordenó los zapatos como deberían haber hecho antes alguien de confianza. Si los zapatos me contestasen entonces serían más fácil de ordenar. Sin duda dijo la chica pensativa. no se como a nadie se le ocurrió esto antes... y mi número de presidiaria.. Gaia miró hacia un lado y otro buscando como responder a aquello.- si te lo dijese... tendría que matarte- Dijo simplemente y se acercó a kosir del que parecía amhaberse olvidado al ver a los zapatos.
- verás... gatit... Kosir. dijo esforzándose por no molestarlo de sobremanera- Entre las cosas que he perdido en esa montaña de zapatos, sin incluir mi tiempo, están las llaves de esos grilletes- y se alejó un poco de manera precavida de Kosir- - peeeero... quizás esté buen elfo pueda ayudarnos y llevarnos exactamente a nuestra celda. Allí fue donde las vi por última vez en mi bolsillo. Estoy segura que seguirán allí cuando lleguemos[/ color]- le guiño un ojo a al recién llegado y abrazó levemente a Kosir tentando su suerte y aprovechando que el
Chico no tenía sus manos libres.
Brillante, Luna mi Dulce Luna. Cualquiera diría que hemos estado ensayando esta parte antes. Para que después digan que lo de improvisar no es lo nuestro. Oh, mi Dulce Luna.
Gaia
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Re: Invierno: Augurio de pesadillas. [Libre] 4/4 [CERRADO]
Que a Go'el le confundieran con mujer, era algo más habitual de lo que cabía esperar y el dragón no entendía porque. Estaba claro que su estructura ósea y muscular pertenecían a los de un ejemplar masculino, en muchas ocasiones el galeno había tratado de explicar el error a las mentes incultas, pero el resultado era siempre catastrófico, así que el rubio tomo la decisión de que habían cosas imposibles de explicar para las mentes cortas.
-Eres muy joven para estar aquí. -Go'el miraba al niño sin moverse del lado de la pelirroja. -¿Que crimen has cometido para que te encierren? ¿Y qué asuntos son esos? -El doctor miró de arriba abajo al infante. -Aun no os han dado el uniforme de presos, así que vuestro único trabajo, que es picar piedra, aun no se os ha asignado.
El rubio volvió a prestar atención a la nueva presidiaria, miraba la pila de zapatos que parecía igual de desordenada que antes y luego movía los ojos escrutando a la mujer.
-¿Y qué tipo de criterio tienes para organizar los zapatos? No te aconsejo matarme.
Contestó el científico con voz neutra.
Seguidamente se puso en pie, la desconocida e hipotética humana había dejado de estar interesada en el calzado y por tanto Go'el no tenía nada más que hacer en aquella posición.
-No soy un elfo, soy un dragón. -Aclaró Go'el enseñándole las orejas a la mujer. -Y dudo mucho que las llaves estén en el montón de zapatos a menos... -El rubio miró las manos encadenadas de los dos. -¿Robasteis las llaves al guardia que os guiaba?
Go'el echó un vistazo a la zona y luego suspiro, estaba tan cerca de la salida.
-Está bien, os guiare. Seguidme.
El rubio comenzó a caminar por delante de la pareja, los llevó ante un grupo de guardias donde les dieron unas telas roídas con unos números cosidos.
Mientras los hacían cambiarse les preguntaron datos comunes como nombre, edad y motivo por el que estaban presos. Aunque aquello ultimo les daba bastante igual, el encargado de sacarles la verdad seria el torturador que verían mañana.
A continuación condujo a los dos presos por los pasillos de la cárcel, prácticamente Go'el está haciendo el camino de vuelta a su sala de juegos, pues era justo en ese pasillo donde los guardias habían mandado encerrar al niño y la pelirroja.
-Esta es vuestra celda. -Sentenció el rubio abriendo la puerta metálica más cercana al salón de los experimentos.
-Eres muy joven para estar aquí. -Go'el miraba al niño sin moverse del lado de la pelirroja. -¿Que crimen has cometido para que te encierren? ¿Y qué asuntos son esos? -El doctor miró de arriba abajo al infante. -Aun no os han dado el uniforme de presos, así que vuestro único trabajo, que es picar piedra, aun no se os ha asignado.
El rubio volvió a prestar atención a la nueva presidiaria, miraba la pila de zapatos que parecía igual de desordenada que antes y luego movía los ojos escrutando a la mujer.
-¿Y qué tipo de criterio tienes para organizar los zapatos? No te aconsejo matarme.
Contestó el científico con voz neutra.
Seguidamente se puso en pie, la desconocida e hipotética humana había dejado de estar interesada en el calzado y por tanto Go'el no tenía nada más que hacer en aquella posición.
-No soy un elfo, soy un dragón. -Aclaró Go'el enseñándole las orejas a la mujer. -Y dudo mucho que las llaves estén en el montón de zapatos a menos... -El rubio miró las manos encadenadas de los dos. -¿Robasteis las llaves al guardia que os guiaba?
Go'el echó un vistazo a la zona y luego suspiro, estaba tan cerca de la salida.
-Está bien, os guiare. Seguidme.
El rubio comenzó a caminar por delante de la pareja, los llevó ante un grupo de guardias donde les dieron unas telas roídas con unos números cosidos.
Mientras los hacían cambiarse les preguntaron datos comunes como nombre, edad y motivo por el que estaban presos. Aunque aquello ultimo les daba bastante igual, el encargado de sacarles la verdad seria el torturador que verían mañana.
A continuación condujo a los dos presos por los pasillos de la cárcel, prácticamente Go'el está haciendo el camino de vuelta a su sala de juegos, pues era justo en ese pasillo donde los guardias habían mandado encerrar al niño y la pelirroja.
-Esta es vuestra celda. -Sentenció el rubio abriendo la puerta metálica más cercana al salón de los experimentos.
Go'el
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Re: Invierno: Augurio de pesadillas. [Libre] 4/4 [CERRADO]
Con cada minuto que pasa, Kosir se convence más de que fue contratado por una demente. Tiene una mente muy abierta con respecto al comportamiento por obvias razones… pero esto roza lo ridículo.
Al final termina encogiéndose de hombros, la razón parece estar muy deteriorada fuera de bosque negro. Nadie sabe cuál es su papel y se rigen por reglas sacadas de una historia infantil, frustrante como mínimo.
Su nuevo elemento tiene mucho que decir, parece conocer a cabalidad el día a día del sitio. Su aproximación sobre la edad del salvaje sin duda genera que el muchacho arquee la ceja derecha amenazante.
Soy un adulto, como todos aquí.
No tiene mucho sentido para el pelirrojo que encierren a tantas personas con el único objetivo de picar piedras, otra locura a la larga lista. Los exteriores tienen tradiciones extrañas sin duda, como esa que limita el número de esposas del líder.
Finalmente Gaia deja de jugar con los zapatos y aunque se muestra un tanto molesta en un principio, termina por tomar cierta acción lógica. No tardan en seguir a la mujer que tiene voz de hombre… detalle curioso.
En un nuevo recinto, son despojados de sus pertenencias y se les da otra muda de ropa. Esto no pone de buen humor al salvaje quien trata varias veces de asesinar a alguien, en un particular momento le arranca la oreja derecha a cierto carcelero de un mordisco.
Claramente dadas sus acciones no es tratado con la mejor delicadeza pero está acostumbrado a los golpes, para el alivio de los guardias ambos personajes terminan despachados sin ninguna muerte de por medio.
Al final acaban siendo llevados al sitio de contención por el propio elemento que les abordo en un principio, de momento tanto Kosir como Gaia se muestran tolerantes con su curiosa persona por razones misteriosas.
¿Cuál ser tu nombre?
No pasó desapercibido que dicho personaje se autodenomino a sí mismo “dragón”, para la mente del chico bárbaro esto fue considerado simplemente como un mote pues no tiene otro precedente del que arroparse.
Al final termina encogiéndose de hombros, la razón parece estar muy deteriorada fuera de bosque negro. Nadie sabe cuál es su papel y se rigen por reglas sacadas de una historia infantil, frustrante como mínimo.
Su nuevo elemento tiene mucho que decir, parece conocer a cabalidad el día a día del sitio. Su aproximación sobre la edad del salvaje sin duda genera que el muchacho arquee la ceja derecha amenazante.
Soy un adulto, como todos aquí.
No tiene mucho sentido para el pelirrojo que encierren a tantas personas con el único objetivo de picar piedras, otra locura a la larga lista. Los exteriores tienen tradiciones extrañas sin duda, como esa que limita el número de esposas del líder.
Finalmente Gaia deja de jugar con los zapatos y aunque se muestra un tanto molesta en un principio, termina por tomar cierta acción lógica. No tardan en seguir a la mujer que tiene voz de hombre… detalle curioso.
En un nuevo recinto, son despojados de sus pertenencias y se les da otra muda de ropa. Esto no pone de buen humor al salvaje quien trata varias veces de asesinar a alguien, en un particular momento le arranca la oreja derecha a cierto carcelero de un mordisco.
Claramente dadas sus acciones no es tratado con la mejor delicadeza pero está acostumbrado a los golpes, para el alivio de los guardias ambos personajes terminan despachados sin ninguna muerte de por medio.
Al final acaban siendo llevados al sitio de contención por el propio elemento que les abordo en un principio, de momento tanto Kosir como Gaia se muestran tolerantes con su curiosa persona por razones misteriosas.
¿Cuál ser tu nombre?
No pasó desapercibido que dicho personaje se autodenomino a sí mismo “dragón”, para la mente del chico bárbaro esto fue considerado simplemente como un mote pues no tiene otro precedente del que arroparse.
Kosir
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Re: Invierno: Augurio de pesadillas. [Libre] 4/4 [CERRADO]
A Gaia, el hecho de ser confundida con uno de los simples presos de aquella prisión le parecía de lo más curioso. Tenía las llaves de los grilletes de Kosir bien escondidas. No iba a perderlas por nada del mundo, pero ni el pequeño ni el dragón tenían necesidad de saber exactamente todo lo que pasaba por su mente. Sobre todo porque la única dueña de sus pensamientos tenía un plan en particular.
El camuflaje perfecto, Luna, oh mi Luna... es aquel del que no hace falta esconderse
Gaia no perdió tiempo en desvestirse. Lo hizo sin pudor, mostrando su delgada piel sumida en el pálido tan solo surcado por pecas aquí y allá. Incluso guiñó un ojo al dragón que se había quedado un poco rezagado pero esperaba a que se cambiase, justo cuando la habían dejado en su ropa interior, divertida.
Todos los uniformes le quedaban, por supuesto enorme, asií que la chica los ató de cualquier manera y se aseguró que Kosir estuviese vestido de manera ordenada antes de avanzar.
-Nada dice mejor que tienes buena educación que un uniforme bien puesto, gatito lindo- le dijo al chico, pellizcándole una de las mejillas con cariño antes de seguir a Go'el.
La celda hasta la que el hombre les guió era escueta. Lo suficientemente grande como para que dos personas pudiesen deambular sin chocarse el uno con el otro pero también reclusiva para que ninguno se olvidase de dónde estaba. Gaia miró a Go'el cuando el guardia se fue y los dejó a sus anchas por la celda, sin haber aún cerrado la portezuela. Gaia llevó entonces su mano al corsét que ejercía de ropa interior y sacó una llave pequeña con la que abrió los grilletes de Kosir con una media sonrisa.
-Gracias por traernos a tu dulce morada, señor Dragón. Pero no tenemos el tiempo suficiente como para hacer uso de tu generosidad- Dijo Gaia de manera perspicaz saliendo de la celda como si de pronto fuese alguien muy ocupada interrumpida en una tarea importante.-Koso y yo estamos en horas laborales.. Supongo que usted no sabe exactamente lo que eso significa dado el grado de ociosidad que ostenta..- dijo riéndose para parar de manera súbdita.
Debemos dejar de perder el tiempo, Luna mi Luna. Sugiero que nos adentremos por aquel pasillo... seguramente las gemas están en algún lugar custodiado por los mejores mineros o los de más confianza... Kosir nos será de gran ayuda para hacernos pasar por simples asesinos. Seguro que el chico tiene la fuerza suficiente como para picar rápido. Luna.. oh mi Luna. Deshazte del hombre de cabellera perfecta.
Gaia se asintió a si misma, como si hubiese acabado de mantener una conversación trascendental.
-Me temo, señor elfo, que no es requerido más aquí. Puede marcharse. Mi gatito y yo sabemos el camino. Hemos estado aquí antes. Muchas muchas veces. Vigile sus zapatos- añadió acercándose a su oído para susurrarlo a medida que salían dirección al pasillo.
Le tendió la mano a Kosir, arremangando sus ropajes y miró a ambos lados para cerciorarse de que no había guardias que pudiesen verlos.
Fácil como una balada, Luna, mi Luna
El camuflaje perfecto, Luna, oh mi Luna... es aquel del que no hace falta esconderse
Gaia no perdió tiempo en desvestirse. Lo hizo sin pudor, mostrando su delgada piel sumida en el pálido tan solo surcado por pecas aquí y allá. Incluso guiñó un ojo al dragón que se había quedado un poco rezagado pero esperaba a que se cambiase, justo cuando la habían dejado en su ropa interior, divertida.
Todos los uniformes le quedaban, por supuesto enorme, asií que la chica los ató de cualquier manera y se aseguró que Kosir estuviese vestido de manera ordenada antes de avanzar.
-Nada dice mejor que tienes buena educación que un uniforme bien puesto, gatito lindo- le dijo al chico, pellizcándole una de las mejillas con cariño antes de seguir a Go'el.
La celda hasta la que el hombre les guió era escueta. Lo suficientemente grande como para que dos personas pudiesen deambular sin chocarse el uno con el otro pero también reclusiva para que ninguno se olvidase de dónde estaba. Gaia miró a Go'el cuando el guardia se fue y los dejó a sus anchas por la celda, sin haber aún cerrado la portezuela. Gaia llevó entonces su mano al corsét que ejercía de ropa interior y sacó una llave pequeña con la que abrió los grilletes de Kosir con una media sonrisa.
-Gracias por traernos a tu dulce morada, señor Dragón. Pero no tenemos el tiempo suficiente como para hacer uso de tu generosidad- Dijo Gaia de manera perspicaz saliendo de la celda como si de pronto fuese alguien muy ocupada interrumpida en una tarea importante.-Koso y yo estamos en horas laborales.. Supongo que usted no sabe exactamente lo que eso significa dado el grado de ociosidad que ostenta..- dijo riéndose para parar de manera súbdita.
Debemos dejar de perder el tiempo, Luna mi Luna. Sugiero que nos adentremos por aquel pasillo... seguramente las gemas están en algún lugar custodiado por los mejores mineros o los de más confianza... Kosir nos será de gran ayuda para hacernos pasar por simples asesinos. Seguro que el chico tiene la fuerza suficiente como para picar rápido. Luna.. oh mi Luna. Deshazte del hombre de cabellera perfecta.
Gaia se asintió a si misma, como si hubiese acabado de mantener una conversación trascendental.
-Me temo, señor elfo, que no es requerido más aquí. Puede marcharse. Mi gatito y yo sabemos el camino. Hemos estado aquí antes. Muchas muchas veces. Vigile sus zapatos- añadió acercándose a su oído para susurrarlo a medida que salían dirección al pasillo.
Le tendió la mano a Kosir, arremangando sus ropajes y miró a ambos lados para cerciorarse de que no había guardias que pudiesen verlos.
Fácil como una balada, Luna, mi Luna
Gaia
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Re: Invierno: Augurio de pesadillas. [Libre] 4/4 [CERRADO]
-Go'el.
Respondió secamente el dragón, sin dejar de sujetar la puerta y mirando al niño que le había preguntado.
El dragón observó curioso como la mujer sacaba una llave y abría los grilletes. "Así que, si tenía una llave." Pensó Go'el sin dejar de mirar la escena.
-Esta no es mi morada, solo trabajo aquí de forma temporal. -El rubio ni se inmuto al verlos salir de la celda. -Es la primera vez que os veo. ¿Qué trabajo desempeñáis?
Go'el frunció el ceño al oír las palabras de la pelirroja y dando dos zancadas, la alcanzó y agarro del brazo.
-Está claro que no has estado aquí ninguna vez. Si fueras trabajadora no tendrías la ropa de un preso y si eres presa no puedes haber estado aquí muchas veces. Los que entran en estas instalaciones no salen vivos si son presos. Y si todo lo que dices es cierto, sabrías que a la sala a la que quieres entrar es donde yo ejerzo mi trabajo, por lo que, en todo caso tu trabajo consistirá en hacer algo junto a mí y ni siquiera sabias que yo trabajaba. -El dragón paró un instante cogiendo aire. -Así que te volveré a repetir, ¿qué asuntos te traen aquí?
Por el comienzo del pasillo apareció una figura alta, llevaba un tocado en la cabeza y el cuello encorvado para no chocar contra el techo. Era Gali, que había regresado sobre sus pasos al ver que su compañero tardaba más de lo normal en acudir junto a él.
-¿Sucede algo?
La pregunta del grandullón fue tranquila y serena, igual que la sonrisa que portaba en el rostro.
-Algo sucede, pero aun no se el que. -El rubio apretó ligeramente el brazo de la mujer.
Respondió secamente el dragón, sin dejar de sujetar la puerta y mirando al niño que le había preguntado.
El dragón observó curioso como la mujer sacaba una llave y abría los grilletes. "Así que, si tenía una llave." Pensó Go'el sin dejar de mirar la escena.
-Esta no es mi morada, solo trabajo aquí de forma temporal. -El rubio ni se inmuto al verlos salir de la celda. -Es la primera vez que os veo. ¿Qué trabajo desempeñáis?
Go'el frunció el ceño al oír las palabras de la pelirroja y dando dos zancadas, la alcanzó y agarro del brazo.
-Está claro que no has estado aquí ninguna vez. Si fueras trabajadora no tendrías la ropa de un preso y si eres presa no puedes haber estado aquí muchas veces. Los que entran en estas instalaciones no salen vivos si son presos. Y si todo lo que dices es cierto, sabrías que a la sala a la que quieres entrar es donde yo ejerzo mi trabajo, por lo que, en todo caso tu trabajo consistirá en hacer algo junto a mí y ni siquiera sabias que yo trabajaba. -El dragón paró un instante cogiendo aire. -Así que te volveré a repetir, ¿qué asuntos te traen aquí?
Por el comienzo del pasillo apareció una figura alta, llevaba un tocado en la cabeza y el cuello encorvado para no chocar contra el techo. Era Gali, que había regresado sobre sus pasos al ver que su compañero tardaba más de lo normal en acudir junto a él.
-¿Sucede algo?
La pregunta del grandullón fue tranquila y serena, igual que la sonrisa que portaba en el rostro.
-Algo sucede, pero aun no se el que. -El rubio apretó ligeramente el brazo de la mujer.
Go'el
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Re: Invierno: Augurio de pesadillas. [Libre] 4/4 [CERRADO]
El pequeño momento desnudo con la mujer sin duda sube el ímpetu de Kosir, claro que termina controlándose pues no es el momento ni el lugar para dejarse llevar por la lujuria… quizás mas adelante.
Una vez llegan a la celda, el autodenominado dragón responde la pregunta del muchacho. Curioso nombre pero es el que tiene menos derecho a hablar con su propio calificativo, nunca dejan de sorprender en el enorme mundo y eso incluye a bosque negro por supuesto.
Gaia termina por sacar una llave y abrir los grilletes del pelirrojo, luego de tentar su suerte con un comportamiento molesto vale destacar. Lo cierto es que el personaje salvaje deja pasar todo por la felicidad de volver a tener control de sus extremidades.
Si bien extraña su equipo, se deben hacer sacrificios para lograr la victoria a veces. De todas formas sabe que terminara recuperando los implementos, asi tenga que derruir la estructura a punta de golpes.
Curiosamente el autodenominado dragón no se muestra molesto por la repentina toma de control del par recién llegado, puede decirse con cierta propiedad que mantiene poca lealtad con sus empleadores.
Al contrario, aprovecha para parlamentar con la mujer. Ciertamente la temática de la conversación se vuelve un tanto dispersa… por algunos instantes el joven guerrero cree que está hablando con dos personas perturbadas.
De repente y sin previo aviso llega un elemento gigante, dicho personaje hace que Kosir tenga que elevar la mirada. No puede evitar sentirse en inferioridad y es que el tamaño nunca fue su fuerte, maldita naturaleza.
La pregunta de Go'el es válida y compartida por el joven brumoso, no es que la mujer haya soltado su plan a los cuatro vientos. Claro que un habitante de bosque negro casi siempre desdeña de los detalles para patear traseros.
Entonces se encuentran allí, cuatro personajes unidos por la casualidad que niegan separarse. Solo el tiempo dirá si están en la misma sintonía o tendrán que separarse en condiciones potencialmente desagradables.
Por su parte Kosir no quiere luchar, al menos con este par. El dragón no le cae tan mal y el gigante… pues, es un tanto grande para reducirlo solo a puñetazos. No es miedo por supuesto, solo una postura práctica ante el panorama.
¿Ahora qué?
Una vez llegan a la celda, el autodenominado dragón responde la pregunta del muchacho. Curioso nombre pero es el que tiene menos derecho a hablar con su propio calificativo, nunca dejan de sorprender en el enorme mundo y eso incluye a bosque negro por supuesto.
Gaia termina por sacar una llave y abrir los grilletes del pelirrojo, luego de tentar su suerte con un comportamiento molesto vale destacar. Lo cierto es que el personaje salvaje deja pasar todo por la felicidad de volver a tener control de sus extremidades.
Si bien extraña su equipo, se deben hacer sacrificios para lograr la victoria a veces. De todas formas sabe que terminara recuperando los implementos, asi tenga que derruir la estructura a punta de golpes.
Curiosamente el autodenominado dragón no se muestra molesto por la repentina toma de control del par recién llegado, puede decirse con cierta propiedad que mantiene poca lealtad con sus empleadores.
Al contrario, aprovecha para parlamentar con la mujer. Ciertamente la temática de la conversación se vuelve un tanto dispersa… por algunos instantes el joven guerrero cree que está hablando con dos personas perturbadas.
De repente y sin previo aviso llega un elemento gigante, dicho personaje hace que Kosir tenga que elevar la mirada. No puede evitar sentirse en inferioridad y es que el tamaño nunca fue su fuerte, maldita naturaleza.
La pregunta de Go'el es válida y compartida por el joven brumoso, no es que la mujer haya soltado su plan a los cuatro vientos. Claro que un habitante de bosque negro casi siempre desdeña de los detalles para patear traseros.
Entonces se encuentran allí, cuatro personajes unidos por la casualidad que niegan separarse. Solo el tiempo dirá si están en la misma sintonía o tendrán que separarse en condiciones potencialmente desagradables.
Por su parte Kosir no quiere luchar, al menos con este par. El dragón no le cae tan mal y el gigante… pues, es un tanto grande para reducirlo solo a puñetazos. No es miedo por supuesto, solo una postura práctica ante el panorama.
¿Ahora qué?
Kosir
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Re: Invierno: Augurio de pesadillas. [Libre] 4/4 [CERRADO]
Gaia estaba empezando a molestarse por aquella actitud inquisitiva de Go'el. La chica paró a mirarlo como si por primera vez se hubiese percatado de que existía y mientras lo hacía vio caminar hacia ellos a un hombre fortudo alto y que aparentemente parecía conocer a Go'el, pues ambos parecieron saludarse.
La bruja suspiró, hastiada.
-¿Por qué tanta curiosidad por saber que hago?- se acercó a Go'el hasta posicionar su nariz a menos de un palmo de la del hombre, casi de puntillas-Cualquiera diría que te has enamorado locamente de mi. ¿Lo has hecho? Yo no puedo entregarte mi corazón, Go'ER no tengo! Lo perdí cuando entre al Hekshold... ahora.. puedo decirte como curar tu herida de amor...¿Es que no tienes nada que hacer? Has dejado a tu amigo esperando un rato y ahora viene a buscarte, deberías atender mas a tus amistades y ser menos curioso, elfo. La curiosidad mató al gato - le tiró de la nariz a modo burlón y después miró a Kosir-No a ti, Kosir, a ti no te mata nadie!- se alejó un poco de Go'el algo enojada y apresurada pues tenía la impresión de que estaban a poco tiempo de tener ventaja y poder introducirse hasta lo más profundo de las minas.
Luna, mi dulce Luna. Estos hombres estan empezando a ser una molestia muy engorrosa. Deberíamos habernos deshecho de ellos ya. ¿Acaso no hemos aprendido nada del señor Owens? Las gemas, Luna mi Luna...
Gaia se arremangó de nuevo la túnica de presa e hizo una reverencia exagerada a Gali al pasar junto a él.
-De veras me gustaría quedarme a charlar, su majestad... pero... tenemos asunto más importantes que tratar mi amigo y yo... ¿Es que nadie va a pensar en los niños?- dijo de pronto y agarró con fuerza la mano de Kosir tirando de él y empezando a correr a través del pasillo que creyó daba a las minas.
-Estamos buscando las minas. Gatito. Se que eres buen rastreador, si te digo la verdad pensaba usarte de señuelo, pero visto lo visto compartiremos el botín... existen ciertas Gemas en ciertas cámaras. El valor monetario es incalculable... ayúdame y 1/4 son tuyas. Pero necesitamos zafarnos del rubio y su amigo... ¿Me sigues?-
Corrieron a través de pasillos y más pasillos, retrocediendo allá donde veían los uniformes de los trabajadores de la mina. En un momento dado Gaia soltó la mano de Kosir. Y se la llevó al flato, apoyándose en una de las paredes.
-Maldito elfo y sus ganas de una carrera... Ni siquiera nos dio elección a decidir si era de saltos, o de parejas.. tan solo quería correr... ahora... ¿Ves algo que indique cómo llegar a las profundidades de la mina, chico? No tengo por costumbre llevar zapatos .y no me gusta la piedra sobre mis pies... Ojalá el hombre alto pudiese llevarme a cuestas.... ¿Tu podrías, cielo?- Usó la sonrisa ensayada mil veces que usaba con sus clientes en ciudad lagarto, más bien para agarrar aire que con alguna esperanza de que Kosir la llevase a cuestas, pero aún así, intentó subirse a su espalda, como pudo.-ADELANTE CAPITÁN! gritó mientras señalaba hacia una puerta cerrada sin candado delante de ellos.
La bruja suspiró, hastiada.
-¿Por qué tanta curiosidad por saber que hago?- se acercó a Go'el hasta posicionar su nariz a menos de un palmo de la del hombre, casi de puntillas-Cualquiera diría que te has enamorado locamente de mi. ¿Lo has hecho? Yo no puedo entregarte mi corazón, Go'ER no tengo! Lo perdí cuando entre al Hekshold... ahora.. puedo decirte como curar tu herida de amor...¿Es que no tienes nada que hacer? Has dejado a tu amigo esperando un rato y ahora viene a buscarte, deberías atender mas a tus amistades y ser menos curioso, elfo. La curiosidad mató al gato - le tiró de la nariz a modo burlón y después miró a Kosir-No a ti, Kosir, a ti no te mata nadie!- se alejó un poco de Go'el algo enojada y apresurada pues tenía la impresión de que estaban a poco tiempo de tener ventaja y poder introducirse hasta lo más profundo de las minas.
Luna, mi dulce Luna. Estos hombres estan empezando a ser una molestia muy engorrosa. Deberíamos habernos deshecho de ellos ya. ¿Acaso no hemos aprendido nada del señor Owens? Las gemas, Luna mi Luna...
Gaia se arremangó de nuevo la túnica de presa e hizo una reverencia exagerada a Gali al pasar junto a él.
-De veras me gustaría quedarme a charlar, su majestad... pero... tenemos asunto más importantes que tratar mi amigo y yo... ¿Es que nadie va a pensar en los niños?- dijo de pronto y agarró con fuerza la mano de Kosir tirando de él y empezando a correr a través del pasillo que creyó daba a las minas.
-Estamos buscando las minas. Gatito. Se que eres buen rastreador, si te digo la verdad pensaba usarte de señuelo, pero visto lo visto compartiremos el botín... existen ciertas Gemas en ciertas cámaras. El valor monetario es incalculable... ayúdame y 1/4 son tuyas. Pero necesitamos zafarnos del rubio y su amigo... ¿Me sigues?-
Corrieron a través de pasillos y más pasillos, retrocediendo allá donde veían los uniformes de los trabajadores de la mina. En un momento dado Gaia soltó la mano de Kosir. Y se la llevó al flato, apoyándose en una de las paredes.
-Maldito elfo y sus ganas de una carrera... Ni siquiera nos dio elección a decidir si era de saltos, o de parejas.. tan solo quería correr... ahora... ¿Ves algo que indique cómo llegar a las profundidades de la mina, chico? No tengo por costumbre llevar zapatos .y no me gusta la piedra sobre mis pies... Ojalá el hombre alto pudiese llevarme a cuestas.... ¿Tu podrías, cielo?- Usó la sonrisa ensayada mil veces que usaba con sus clientes en ciudad lagarto, más bien para agarrar aire que con alguna esperanza de que Kosir la llevase a cuestas, pero aún así, intentó subirse a su espalda, como pudo.-ADELANTE CAPITÁN! gritó mientras señalaba hacia una puerta cerrada sin candado delante de ellos.
Gaia
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Re: Invierno: Augurio de pesadillas. [Libre] 4/4 [CERRADO]
Habían tantas cosas mal en las palabras de la pelirroja que Go'el no vio venir el tirón que le dio en la nariz, bueno, tampoco es como si fuera una acción que esperara recibir normalmente, pero por lo menos podría haberla impedido si hubiera estado más atento.
-Es una lástima señorita...
Gali dejo la frase inacabada a la espera de que la desconocida la completara. El monje portaba en su rostro su acostumbrada sonrisa relajada.
-Estaba a punto de preparar té.
El moreno hizo una inclinación de cabeza y se acercó a Go'el.
-¿Quieres que vaya a por ellos?
El rubio se quedó mirando a la pareja mientras se frotaba la nariz.
-No. Quiero ver donde terminan.
Los dos dragones se quedaron mirando el pasillo varios minutos. Escuchaban los pasos de la muchacha dando tumbos de un lado a otro, cada tanto la veían aparecer por una esquina cruzando el pasillo o bien saltando al centro del mismo, con la manos en alto como si esperara pelea, para, un segundo después, coger el brazo del muchacho y correr en otra dirección.
Un grito femenino alcanzó a la pareja, estos se miraron entre si y alzaron una ceja, volvieron a mirar el pasillo y vieron a la pelirroja intentando montar al niño. Go'el aún no había bajado la cejada cuando la joven señaló la puerta de su laboratorio comenzando a correr hacia él.
El galeno se apartó del centro del pasillo y dejo pasar a la que sería su siguiente sujeto de pruebas, si tantas ganas tenia de entrar a su sala de juegos ¿quién era él para impedírselo?
La puerta de doble hoja se abrió de par en par cuando chica la embistió. En el interior ya no quedaba ni rastro de sangre, Go'el se aseguraba siempre de dejar su zona de trabajo limpia una vez que concluía la jornada.
Los grilletes de las paredes estaban vacíos, la mesa de experimentos limpia, la mesa auxiliar estaba colocada junto a otra donde reposaban las herramientas del galeno. Si alguien se fijaba mucho en las rendijas del suelo podía descubrir pequeñas manchas de sangre o alguna astilla de hueso. La trampilla por la que desaparecían los cuerpos estaba cerrada con llave, pero a través de ella se filtraba el peculiar olor del pelo y la carne quemada.
Go'el se adentró en el laboratorio y con cada paso que daba su forma iba cambiando a la de un reptil bípedo.1 Las púas de los codos y hombros rasgaron la camisa, el pelo rubio se volvió cano, la musculatura se ensanchó y el galeno creció unos cuantos centímetros.
-Gali, noss vamoss. -La lengua del dragón humanoide baila en la cavidad provocando frecuentes siseos. -Mi siguiente paciente necesitara un entorno estable y controlado.
El reptil se paró junto a la pelirroja y sin pedir permiso, la agarró de la cintura y se la subió al hombro como si fuera un saco de patatas. Salió por la puerta y se encaminó por el pasillo hacia el exterior de la cárcel.
-Si nos quedamos aquí los energúmenos de los carceleros me la destrozaran más de lo que ya está.
Gali simplemente asintió y camino hasta el compañero de la mujer.
-Estaría bien que nos siguieras muchacho. -Sugirió el monje sin perder la sonrisa. -A menos que quieras quedarte el resto de tu vida en esta mina.
______
Off:
1: Transformación en dragón humanoide.
-Es una lástima señorita...
Gali dejo la frase inacabada a la espera de que la desconocida la completara. El monje portaba en su rostro su acostumbrada sonrisa relajada.
-Estaba a punto de preparar té.
El moreno hizo una inclinación de cabeza y se acercó a Go'el.
-¿Quieres que vaya a por ellos?
El rubio se quedó mirando a la pareja mientras se frotaba la nariz.
-No. Quiero ver donde terminan.
Los dos dragones se quedaron mirando el pasillo varios minutos. Escuchaban los pasos de la muchacha dando tumbos de un lado a otro, cada tanto la veían aparecer por una esquina cruzando el pasillo o bien saltando al centro del mismo, con la manos en alto como si esperara pelea, para, un segundo después, coger el brazo del muchacho y correr en otra dirección.
Un grito femenino alcanzó a la pareja, estos se miraron entre si y alzaron una ceja, volvieron a mirar el pasillo y vieron a la pelirroja intentando montar al niño. Go'el aún no había bajado la cejada cuando la joven señaló la puerta de su laboratorio comenzando a correr hacia él.
El galeno se apartó del centro del pasillo y dejo pasar a la que sería su siguiente sujeto de pruebas, si tantas ganas tenia de entrar a su sala de juegos ¿quién era él para impedírselo?
La puerta de doble hoja se abrió de par en par cuando chica la embistió. En el interior ya no quedaba ni rastro de sangre, Go'el se aseguraba siempre de dejar su zona de trabajo limpia una vez que concluía la jornada.
Los grilletes de las paredes estaban vacíos, la mesa de experimentos limpia, la mesa auxiliar estaba colocada junto a otra donde reposaban las herramientas del galeno. Si alguien se fijaba mucho en las rendijas del suelo podía descubrir pequeñas manchas de sangre o alguna astilla de hueso. La trampilla por la que desaparecían los cuerpos estaba cerrada con llave, pero a través de ella se filtraba el peculiar olor del pelo y la carne quemada.
Go'el se adentró en el laboratorio y con cada paso que daba su forma iba cambiando a la de un reptil bípedo.1 Las púas de los codos y hombros rasgaron la camisa, el pelo rubio se volvió cano, la musculatura se ensanchó y el galeno creció unos cuantos centímetros.
-Gali, noss vamoss. -La lengua del dragón humanoide baila en la cavidad provocando frecuentes siseos. -Mi siguiente paciente necesitara un entorno estable y controlado.
El reptil se paró junto a la pelirroja y sin pedir permiso, la agarró de la cintura y se la subió al hombro como si fuera un saco de patatas. Salió por la puerta y se encaminó por el pasillo hacia el exterior de la cárcel.
-Si nos quedamos aquí los energúmenos de los carceleros me la destrozaran más de lo que ya está.
Gali simplemente asintió y camino hasta el compañero de la mujer.
-Estaría bien que nos siguieras muchacho. -Sugirió el monje sin perder la sonrisa. -A menos que quieras quedarte el resto de tu vida en esta mina.
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Off:
1: Transformación en dragón humanoide.
Go'el
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Re: Invierno: Augurio de pesadillas. [Libre] 4/4 [CERRADO]
La conversación se torna un tanto violenta, algo que hace sonreír maliciosamente a Kosir… siendo sinceros ya le estaba entrando el sueño, por obvias razones no suele ser una persona muy dada a instantes de tranquilidad largos, mucho menos luego de darse algunos golpes.
Con su característica personalidad, Gaia deja entrever que no está nada agraciada con las preguntas interminables del autodenominado dragón. En ese sentido su acompañante le entiende un poco, no le gustan los interrogatorios tampoco.
Luego de varias palabras acaloradas y algunas gesticulaciones, el par de “colegas” intenta encontrar la soledad. Con tal de lograr tal objetivo, el pelirrojo es tomado otra vez de la mano para luego ser llevado como cualquier niño.
Esto es extraño… “niega con la cabeza ya resignado”.
Termina por superar la idea de que su compañera lo trate de manera inapropiada, al menos para alguien de su cultura. Algo le dice que ponerse a soltar argumentos contrarios seria como intentar detener una crecida de rio.
En breve, se encuentran con cierto obstáculo, piedras pequeñas. La chica no parece apreciar mucho el calzado lo que genera interesantes problemas… y después dicen que el pequeño de cicatrices es el salvaje.
Antes de darse cuenta, la joven maquina guerrera ya se encuentra cargando a una mujer que lo dobla en tamaño. Si bien mantiene una la postura vertical, cada intento de avance termina en una especie de danza ebria.
En mi clan… esto tendría un sentido muy diferente “dice con bastante esfuerzo”.
Ciertamente en bosque negro, el hombre carga a su esposa al lecho luego del matrimonio chamánico… si su gente lo viera, todo sería malinterpretado como una señal de unión tanto social como carnal.
Para sorpresa de todos, el dragón llega al rescate y ahora con una forma un tanto diferente. Se monta a Gaia encima velozmente, dejando que el joven tribal pueda volver a respirar con plena libertad.
Al chico le toma algunos minutos recuperarse, luego le hace un gesto de agradecimiento al reptil bípedo con su cabeza. Ahora entiende la razón de su mote... no se lo hubiera imaginado ni en un millón de inviernos.
Ese gesto será lo máximo que conseguirá de Kosir y es que no está en su naturaleza agradecer, puede considerarse en cierto modo afortunado por no haber sido desplazado violentamente cuando la chica rara lo pidió.
Solo estoy de paso, lideren el camino.
Responde ante las palabras del otro sujeto, para bien o para mal ahora son un cuarteto. No entiende bien las motivaciones de ambos residentes pero está bastante seguro de poder lidiar con una traición si llega a ser el caso.
Con su característica personalidad, Gaia deja entrever que no está nada agraciada con las preguntas interminables del autodenominado dragón. En ese sentido su acompañante le entiende un poco, no le gustan los interrogatorios tampoco.
Luego de varias palabras acaloradas y algunas gesticulaciones, el par de “colegas” intenta encontrar la soledad. Con tal de lograr tal objetivo, el pelirrojo es tomado otra vez de la mano para luego ser llevado como cualquier niño.
Esto es extraño… “niega con la cabeza ya resignado”.
Termina por superar la idea de que su compañera lo trate de manera inapropiada, al menos para alguien de su cultura. Algo le dice que ponerse a soltar argumentos contrarios seria como intentar detener una crecida de rio.
En breve, se encuentran con cierto obstáculo, piedras pequeñas. La chica no parece apreciar mucho el calzado lo que genera interesantes problemas… y después dicen que el pequeño de cicatrices es el salvaje.
Antes de darse cuenta, la joven maquina guerrera ya se encuentra cargando a una mujer que lo dobla en tamaño. Si bien mantiene una la postura vertical, cada intento de avance termina en una especie de danza ebria.
En mi clan… esto tendría un sentido muy diferente “dice con bastante esfuerzo”.
Ciertamente en bosque negro, el hombre carga a su esposa al lecho luego del matrimonio chamánico… si su gente lo viera, todo sería malinterpretado como una señal de unión tanto social como carnal.
Para sorpresa de todos, el dragón llega al rescate y ahora con una forma un tanto diferente. Se monta a Gaia encima velozmente, dejando que el joven tribal pueda volver a respirar con plena libertad.
Al chico le toma algunos minutos recuperarse, luego le hace un gesto de agradecimiento al reptil bípedo con su cabeza. Ahora entiende la razón de su mote... no se lo hubiera imaginado ni en un millón de inviernos.
Ese gesto será lo máximo que conseguirá de Kosir y es que no está en su naturaleza agradecer, puede considerarse en cierto modo afortunado por no haber sido desplazado violentamente cuando la chica rara lo pidió.
Solo estoy de paso, lideren el camino.
Responde ante las palabras del otro sujeto, para bien o para mal ahora son un cuarteto. No entiende bien las motivaciones de ambos residentes pero está bastante seguro de poder lidiar con una traición si llega a ser el caso.
Kosir
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Re: Invierno: Augurio de pesadillas. [Libre] 4/4 [CERRADO]
Gaia estaba tan sumida en su propia mente que a duras penas se dio cuenta de lo que pasaba alrededor. Por un lado. Kosir parecía haberle desvelado que aquella marcha sobre sus hombros tenía un significado especifico en su tribu, y la bruja apenas tuvo tiempo para contestarle antes de avanzar a trompicones a la puerta delante de ellos.
-En mi tribu de personas necesito un anillo antes de aceptar tu petición de matrimonio, Kosir... además tendría que mirar la edad exacta para poder sustraer a niños... - dijo mientras se ponía el dedo en la barbilla contrariada-No quiero problemas con la guardia,... pero igualmente eres tan lindo por pedírmelo que algún día lo consideraré ..- dijo, a sabiendas que aquello no era lo que el joven había querido decir.
Antes de dar tiempo a decir nada más Gaia se encontró sumergida en una estancia cubierta de tarros con contenidos variados. La extrema limpieza del lugar molestaba a la bruja que empezó a hacer aspavientos ante el olor tan fuerte proveniente de todos los lugares.
Luna, Mi Luna... esto no me gusta. Marchémonos, mi Luna... no queremos morir en una cárcel cualquiera.
Pero Gaia no tuvo tiempo de reaccionar a sus impulsos pues algo esponjoso la agarró por la cintura y elevó hasta su lomo, acunándola de manera que la chica podía hacer poco para zafarse.
-Perdóneme, señor lagarto.... creo que yo no he pedido un carruaje a estas horas. Y mucho menos uno tan caro, ¿podría, por favor bajarme y dejar que me ponga los zapatos?- dijo la voz ahogada de Gaia mientras su cuerpo se mecía como un objeto inerte en los brazos de aquel dragón.- Si no le importa tengo lugares en los que estar a esta hora y me está retrasando. A mí y a mi prometido- señaló a Kosir, el que había decidido venderla y hacerse amigo del Galeno. Le dedicó una mirada fría de rencor al chico.
Gaia pataleó en el hombro de Go'el intentando en vano zafarse de su agarre. En todo aquel estruendo, y por alguna razón que la bruja no entendía del todo bien, Luna permaneció callada, expectante, como si estuviese deseosa de ver hasta dónde la llevaba aquel desconocido. Como el que espera una noticia buena mucho antes de abrir el sobre.
-Te juro por Alward Sevna que como no me bajes de aquí voy a teñirte la melena de negro mientras duermes. Te cortaré el cabello y lo donaré como pelucas a las prostitutas calvas de Matt Owens- dijo golpeando la espalda de Go'el
Gaia sabía que aquellos gritos eran en vano y empezó a contenerse cuando notó el aire fresco de la mañana a medida que el dragón alzaba el vuelo.
-En mi tribu de personas necesito un anillo antes de aceptar tu petición de matrimonio, Kosir... además tendría que mirar la edad exacta para poder sustraer a niños... - dijo mientras se ponía el dedo en la barbilla contrariada-No quiero problemas con la guardia,... pero igualmente eres tan lindo por pedírmelo que algún día lo consideraré ..- dijo, a sabiendas que aquello no era lo que el joven había querido decir.
Antes de dar tiempo a decir nada más Gaia se encontró sumergida en una estancia cubierta de tarros con contenidos variados. La extrema limpieza del lugar molestaba a la bruja que empezó a hacer aspavientos ante el olor tan fuerte proveniente de todos los lugares.
Luna, Mi Luna... esto no me gusta. Marchémonos, mi Luna... no queremos morir en una cárcel cualquiera.
Pero Gaia no tuvo tiempo de reaccionar a sus impulsos pues algo esponjoso la agarró por la cintura y elevó hasta su lomo, acunándola de manera que la chica podía hacer poco para zafarse.
-Perdóneme, señor lagarto.... creo que yo no he pedido un carruaje a estas horas. Y mucho menos uno tan caro, ¿podría, por favor bajarme y dejar que me ponga los zapatos?- dijo la voz ahogada de Gaia mientras su cuerpo se mecía como un objeto inerte en los brazos de aquel dragón.- Si no le importa tengo lugares en los que estar a esta hora y me está retrasando. A mí y a mi prometido- señaló a Kosir, el que había decidido venderla y hacerse amigo del Galeno. Le dedicó una mirada fría de rencor al chico.
Gaia pataleó en el hombro de Go'el intentando en vano zafarse de su agarre. En todo aquel estruendo, y por alguna razón que la bruja no entendía del todo bien, Luna permaneció callada, expectante, como si estuviese deseosa de ver hasta dónde la llevaba aquel desconocido. Como el que espera una noticia buena mucho antes de abrir el sobre.
-Te juro por Alward Sevna que como no me bajes de aquí voy a teñirte la melena de negro mientras duermes. Te cortaré el cabello y lo donaré como pelucas a las prostitutas calvas de Matt Owens- dijo golpeando la espalda de Go'el
Gaia sabía que aquellos gritos eran en vano y empezó a contenerse cuando notó el aire fresco de la mañana a medida que el dragón alzaba el vuelo.
Gaia
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