¡Un bonito lugar para descansar, señorita! [priv. Marceline]

*goteo, goteo*


El ambiente lleno de polvo y suciedad era asfixiante y desagradable, el infante lo odiaba bastante pero el encantador aroma a hierro le evadía de la molesta sensación de repulsión ¡La cena de aquella noche era sencillamente de-li-cio-sa! ¡Hacía bastante que no probaba la dulzura que solo la sangre de un elfo podía tener!


El infante nunca fue un buen mordedor, dado que sus colmillitos eran los de un infante, no podía llegar adecuadamente a la yugular y se quedaba a medio atravesar ¡Provocando una verdadera escena de película de terror! De hecho, si siempre llevaba ropa oscura era por esa misma razón ¡Sería un problemón circular en plena noche con sangre visible en su ropa! Era como decirle a la guardia y a los malvados cazadores; “¡Hey! ¡Miradme! Soy un vampiro~” ¡Y eso es un gran no no!


“Fuua~ ¡Gracias por la cena~! ¡Oh! Debería irme antes de que alguien me vea~”


Hablando consigo mismo, Uriel se limpió su boca ensangrentada con su capa negra impermeable ¡Fue un acierto comprarla! Gracias a ella no tenía nada que temerle a la fría lluvia siempre y cuando esta no fuera fuerte~ ¡Antes no podía salir con la lluvia a por comida! Incluso si el infante parecía ser resistente y tenaz físicamente, atrapaba resfriados con suma facilidad.


El pobre diablo que terminó volviéndose la cena de Uriel era un sin nombre, un mero elfo desgraciado que terminó por razones desconocidas borracho e inconsciente en un callejón apartado y oscuro, en el barrio rojo de Lunargenta ¡Una escena demasiado tentadora para un vampiro hambriento! Por lo general la guardia solo buscaba a fondo el responsable de un asesinato cuando se trataba de un “habitante honrado”, una figura importante o un compañero caído ¡Incluso si había indicios de un vampiro no indagarían demasiado a menos que matase a quien no debía! El infante le sonrío cariñosamente al cadáver, claramente sabiendo que su muerte no sería ni tomada en serio ni recordada por nadie:


“Que vaya bien, señor elfo ¡Su sangre sabía realmente deliciosa!”


Incluso si parecía una burla no era así, el niño realmente le estaba agradecido con elfo ¡Siempre está agradecido con aquellos que se vuelve su cena! No era algo que un vampiro comúnmente hiciera, de hecho, si Uriel lo hacía era porque fue una de las enseñanzas de “ella”, no por nada más. Sin girarse a mirar por segunda vez el cadáver, el niño dio un salto por encima de algunas cajas al fondo del callejón y se subió a al paredón que cerraba el camino para luego saltar al otro lado ¡Su siguiente parada era el río que cruzaba Lunargenta! La noche estaba nublada por las constantes lluvias pero, aun así, era agradable para seguir buscando alimentos ¡El río era un hervidero de vagabundos y escoria social! Quizá pudiera encontrar un segundo plato ahí~


“Hmmhmmmhmm~”


Dando ágiles saltos y cabriolas para recorrer las calles y callejuelas de la ciudad Lunargenta, el infante tarareó una alegre cancioncilla infantil que desentonaba con el ambiente lúgubre y oscuro de la noche ¡Ya se había acostumbrado por completo a la ciudad plateada! Se sabía la mayoría de las calles lo suficientemente bien como para saber atajos y lugares poco vigilados por los cuales pasar. Uriel solo detuvo su canturreo cuando finalmente divisó el puente de piedra que dividía la ciudad en dos segmentos. Saltando de un paredón cual gatito, el infante sonrío ampliamente


“¿hmm? ¿...? ¡Oh!”


Cualquier otra persona no hubiera notado la figura sentada a un costado de la pared de la riera ¡Pero el niño lo notó perfectamente! Sus ojos de vampiro se lo permitieron ver. Sonrío ampliamente ¿Otro delicioso plato? ¡Pero ha se había comido a uno! Si era solo uno, la guardia lo dejaría pasar pero con dos, probablemente se pondrían inquietos ¡Aunque la cosa cambiaría si la persona ya estuviera muerta! El niño decidió aproximarse a la figura, si ya estaba muerta, se llevaría la sangre y si estaba viva….¿Quizá podría ser el inicio de una nueva aventura? ¡Lo mismo era otro adulto interesante!


“Fufu~”


Contendiendo una risita divertida, el niño bajó hasta la riera por los escalones de piedra llenas de moho, dando un salto sobre la blandita tierra fangosa al llegar a los últimos escalones ¡Era temporada de lluvias! Así que el cauce cambiaba de apenas tener agua a ser prácticamente torrencial en cuestión de horas ¡No era demasiado inteligente dormir ahí, la verdad! Tenía curiosidad de la “valentía” de esa persona como para elegir un lugar tan peligroso para descansar.


“Buenas noches~~ ¡Que lugar mas agradable para des cansar, señorita! ¿Pero no tiene miedo? ¡Podría ahogarse si la riera se llena~!”


Supo de inmediato que era una mujer por su cuerpo pequeño y de rasgos femeninos, el infante la miró con curiosidad e inocencia infantil ¡No era demasiado mayor! ¿Quizá 20 o 19 años? Le llamaba la atención que una humana tan joven estuviera ahí tirada, le hacía sentir curioso ¡Hacía bastante frío! Y el vaho era perfectamente visible a pesar de ser de noche y estar totalmente oscuro; Un lugar húmedo, oscuro y fácilmente inundable como ese solo la mataría ¡Le daba curiosidad que estuviera ahí de entre todos los lugares!

Pocos lugares habían en Lunargenta donde una mujer de la noche pudiera descansar sin miedo. Si, existían los burdeles en donde las chicas y chicos tenían la protección de los matones de su jefe y una paga asegurada, pero la cosa cambia para chicas como Estolas que trabajan sin un padrino.
No pueden volverse selectas, decantarse por un tipo de cliente o conservar habituales. Para chicas como Estolas toda la calle es su público, indigentes, acaudalados, mujeres y hombres de cualquier raza y con cualquier fetiche extraño eran (y debían ser) bienvenidos.

Por eso era difícil para chicas como ella conseguir un lugar seguro en el que poder dormir sin que un asaltante le pidiera (o no) sus servicios.

En invierno la mejor zona eran los puentes. El frio, la humedad y las constantes lluvias, convertían el lugar en una zona peligrosa, y esto no era Beltrexus. Aquí los únicos que tenían brujos que predecían el tiempo eran el Rey y las familias más cercanas a él. Y como esto era Lunargenta se volvía muy difícil saber cuándo el rio crecería o se desbordaría, por lo que los vagabundos preferían dormir en zonas menos... inundables.

Aquel lugar era perfecto para Estolas, estaría sola sin nadie que molestara e interrumpiera su sueño. O eso creía ella. Una vez más las enseñanzas golpearon de lleno a Estolas, las cosas que ella creía siempre serian erróneas.

—Buenas noches —Estolas devolvió el saludo al niño abriendo lentamente sus ojos azules enmarcados por ojeras rojizas. Ella no era una señorita, pero no le llevaría la contraria al chico —. Si —Afirmó la pelirroja con voz desganada —, es un buen lugar para descansar. No, Señorito, no tengo miedo —Estolas levantó ligeramente la cabeza. Era de mala educación mirar directamente a personas de estratos superiores, pero también lo era no hacerlo si entablan conversación contigo —.Estoy en un lugar seguro para mí, la naturaleza siempre toma lo que es suyo.

Finalizó Estolas haciendo referencia hacia ella misma. Si el rio crecía y el agua se la llevaba, ella no pondría impedimento en ser arrastrada, quien sabe, igual la madre naturaleza le golpeaba la crisma con una piedra y ponía fin a su desdicha.

El niño frunció levemente el ceño cuando escuchó que le llamaban “señorito”. De hecho era llamado así en su hogar y era relativamente normal para él, pero no le gustaba escucharlo de nadie que no fuera lacayo, esclavo o sirviente de los Nova ¡Era incómodo y molesto! Apretó levemente los labios pero, enseguida recuperó su infantil sonrisa ¡Su curiosidad superó al rechazo!


“¡Que valiente de su parte, señorita~!”


Exclamó el menor, algo sorprendido de escuchar que no tenía miedo de morir ahogada ¡Uriel definitivamente estaría muuuuuy asustado si estuviera en su lugar! No debe de ser agradable morir ahogado o de frío en esa riera mohosa, mal oliente y húmeda~ Sintiendo curiosidad por la mujer, el niño se puso de cuclillas para verla mejor.


Su rostro estaba cubierto por el barro y la suciedad de la riera, la callejuela y cualquier otra cosa sucia imaginable ¡Pero definitivamente su cara era algo bonita detrás de esa suciedad! ¡Especialmente sus ojos! Eran bonitos, lastima que estaban siendo opacados por el enrojecimiento y la brumosidad que dejaban las sustancias que la chica tomaba. Su cara inundada en pecas le hizo acordar a “ella”, su mirada muerta también le trajo algunos recuerdos agridulces. El niño le preguntó dulcemente dulcemente:


“¿Cuál es su nombre, señorita? Mi nombre es Uriel Nova, del clan de los Nova ”


El infante, tras escuchar su respuesta, le sonrío de forma divertida ¡Por alguna razón le agradaba la “humana”! ¡Quería hacerla su compañera de juegos! Sin pedir la opinión de la pobre chica, Uriel la tomó de la mano y tiró de ella para que se levantara del suelo mohoso. Sonrío mostrando sus dientes, incluso sus dos largos colmillos de vampiros ¡Después de todo es de noche y está oscuro! Duda que la “humana” pudiera ver sus incisivos.


“La señorita es esa clase de trabajadora a la que llaman “Prostituta” ¿verdad? ¡No sé muy bien a que se dedican las prostitutas pero, hasta donde sé, hacen compañía a los hombres que les paguen ¿verdad? ¡Yo no soy un hombre! ¿Pero cuenta ya que soy un chico? ¡¿Oh, a quien le importa~?! ¡Vamos a jugar, señorita! Por supuesto, pagaré~ jejeje~”


Hablando con un divertido tono infantil, el niño imaginó en su cabeza la divertida noche que le esperaba ¡Tal y como pensaba, esta era otra de sus aventuras nocturnas! ¿Oh? ¿Como supo Uriel que Estolas era una prostituta? No, mas bien ¿Como diantres sabe en primer lugar Uriel que és una prostituta? ¡Fácil! ¡No es la primera vez que ve o se relaciona con una, de hecho! Uriel visitaba muy seguido el barrio rojo de Lunargenta, y conocía a las amables mujeres que ahí trabajan ¡De ahí que supiera que existía un trabajo llamado “prostituta”! Siempre que preguntaba qué hacían le respondían; “Somos mujeres que le hacen compañía a los hombres, a cambio ellos nos pagan” ¡Incluso conoció a un par de ellas que estaban en un estado similar al de Marceline! Las prostitutas de Lunargenta eran en su mayoría agradables con los niños, no todas, peor si la mayoría ¡Las que estaban en mejor estado siempre le regalaban dulces y le daban palmaditas en la cabeza! ¡Y las que no tenían tanto dinero simplemente le daban palmaditas! A ojos de Uriel eran mujeres gentiles con las que era fácil hablar. No podía comerse los dulces por su naturaleza vampirica, pero tiene una buena impresión de ellas.


¿Tal vez por eso sintió un rápido cariño superficial por la chica? ¡Quería divertirse con ella! Jugar a las escondidas, al pilla pilla ¡O a pisar la sombra! ¿Tal vez podrían ser amigos de juegos con el tiempo? Por lo general, Uriel solo estaba interesado en niños cuando se trataba de compañeros de juegos pero...¿La señorita también era buena para ello? ¡No debe de pasar de los veinte años, después de todo! Riendo de solo pensarlo, el niño siguió tirando de su mano para sacarla de la riera.

Marceline sonrió, sin mostrar los dientes, cuando el chico alagó su comportamiento. Los halagos siempre debían responderse.

—Gracias. Es un placer, Señorito Nova. Mi nombre es Estolas.

Al contestar, la loba irguió la espalda. Uno podría pensar que lo hacía por comodidad o educación, ya que la conversación parecía que no acabaría pronto, pero en realidad Estolas lo hizo para que Uriel la pudiera contemplar mejor, y así, ver el género.

—Así es —confirmó Estolas —, soy una prostituta. Si quiere puedo explicarle en que consiste el oficio. También hacemos compañía a mujeres —añadió Estolas, a la explicación del niño —. Claro, Señorito Nova, juguemos.

Estolas se dejó arrastrar por la menuda mano del cachorro humano. ¿A que querría jugar Uriel? y lo más importante ¿cómo se jugaría? La loba había visto jugar a niños y niñas en la calle, pero ella nunca había sido participe. Los únicos juegos que conocía eran los que se llevaban a cabo sobre una cama (aunque esta no siempre era necesaria)

—¿A qué y donde quiere jugar?

Aquella frase la había dicho muchas veces antes, pero con un significado muy diferente. Estolas conocía toda clase de juegos, individuales, en pareja, por parejas, en grupos, con magia sin magia, cualquier raza era bienvenida y Estolas conocía la predilección de algunas de ellas por ciertos... rituales, y otras veces simplemente observaba mientras los clientes jugaban con sus compañeras (a petición de los clientes, claro.)

“¡Vayamos a buscar aventuras!”


La zona en la que se hallaban eran los barrios bajos, o más bien, la zona derruida por la guerra de Lunargenta de hará un tiempo ¡La zona se había reconstruido bastante bien! Algunas zonas importantes, como la riera, la plaza central y edificaciones importantes ya habían sido reparadas ¡Pero no se puede decir lo mismo de las viviendas y calles menores! Dado que muchas de las familias que vivían en esa zona de la ciudad, con un mínimo de recursos, se mudaron a la zona no destruida de la ciudad y los más desvalidos económicamente se vieron obligados a quedarse -Y por tanto los mas inútiles.- , Lunargenta no puso mucho esfuerzo en reparar las viviendas de la zona de forma correcta, con cimientos, ladrillos y piedra ¡Así que la mayoría de casas estaban construidas sobre madera endeble y de mala calidad por los propios lugareños! Algunas ni eso, eran simplemente de una mezcla de barro, arcilla y madera semi podrida que apenas podría aguantar una tormenta. Formando un especie de fabela que hacía dudar a la gente si en verdad era parte de la ciudad plateada, Lunargenta.


“¡No hace falta que me llames así! Uri solo está bien~ ¡Somos compañeros de juego, después de todo~! Fufufu~”


Uriel hizo una leve mueca de molestia, inflando levemente sus mejillas de forma caprichosa pero enseguida recuperó su alegre expresión. Al infante siempre le desagradó que alguien fuera de la propiedad Nova le llamase “señorito” ¡Solo lo acepta si la persona en cuestión es propiedad, vasallo o sirviente de los Nova! No solo eso ¡Son compañeros de juego temporales! ¡Y los compañeros de juego no se tratan así! ¡Quiere alguien con quien jugar, no un vasallo que le satisfaga por obligación!


Apretando levemente la mano sucia y dañada de la prostituta Uriel se percató de la pasividad de la mujer, la estaba apretando pero no había respuesta alguna de ella más allá de dejarse llevar ¡Y no solo ella lo hacía! ¡Muchas otras también parecían mas maquinas que mujeres! ¿Es alguna clase de tradición rara entre las prostitutas? Por lo general, las mujeres del barrio rojo que estaban en caserones eran vivaces, astutas y orgullosas pero las que trabajan por su cuenta eran un poco como Estolas ¡Aunque de lejos ella era la peor! Incluso si no era lo suficientemente molesto como para rechazar la compañía de ella, si que le incomodaba la pasividad y el vacío en sus ojos….Le traía malos recuerdos, cosas que no quería recordar.


“Hmmm ¿No tienes buena salud, verdad? ¡Estas realmente delgada! ¡Oh! ¡Espera, espera! Creo que.....!”


Incluso si la vida de las personas le era totalmente ajeno e invisible, Uriel no era un mal "amigo" ¡Se preocupaba bastante por la gente que le agrada! No conoce a la muchacha, y desde luego no es su amiga ¡Pero si su temporal compañera de juegos! Incluso si era superficial y únicamente por las siguientes horas, se preocuparía de que estuviera bien.


"Veamos~ ¡Oh, oh! ¡Aquí, aquí! ¡No es mucho, pero puedes tenerlos! "


Puso en su mano un par de pastelitos y caramelos endurecidos con miel y azúcar, Uriel no podía comerlos a pesar de que muchas veces las prostitutas y tendederas de tiendas se lo regalaban constantemente ¡Por lo general se lo regalaba a sus hermanos gorriones, especialmente a los más pequeños y flacuchos! Pero no los mataría si por una vez el vampirito no les regalaban los dulces obsequios de las mujeres de Lunargenta para dárselos a la mujer ¡Sería problemáticos y la muchacha se desmayaba en medio de estar jugando!


Estolas, Estolas ¿Naciste en Lunargenta? ¡Yo soy un poco mas del Oeste! ¡Oh, ho! ¿Quizá eres del norte~? Tu piel es un poco pálida para ser del territorio humano Hmmm Pero parece que no comas muy seguido, quizá es por eso que eres tan pálida que pareces una vampiresa...hmmmm....hmmm....¡Veamos!....¿Quizá Dundarak? ¡Peor eres pequeñita! Ahí todos son taaaan grande ¡Da bastante cosa! ¿Quizá entonces del territorio elfo? Esos bosques son tan espesos que apenas deja pasar el Sol~.....


Mientras esperaba pacientemente que la licantropa comiese -Si, estaba dando por echo que la mujer le haría caso y comería.- comenzó a interrogarla por aburrimiento, como un niño que buscaba dar conversación al no tener nada que hacer ¡Acabó pensando seriamente sobre le tema! Dándole vueltas a la procedencia de la prostituta a pesar de no interesarle realmente la respuesta ¡Tanta era su concentración que ni siquiera se molestó en escuchar la respuesta! Simplemente buscaba entretenerse y curiosear superficialmente la vida de su recién conocida compañera de juegos.

Estolas asintió al niño y repitió su nombre. La licantropa había tratado con cuerpos jóvenes en el pasado, vampiros en su mayoría, privados de las diversiones adultas por culpa de la maldición sanguínea. Sus mentes había crecido y muchos de ellos eran ya ancianos y sabios, de hecho esos clientes siempre trataban a Estolas con respeto, humanidad e incluso, en casos excepcionales, con bondad.
Si la loba pudiera elegir, diría que sus clientes favoritos eran los vampiros viejos en cuerpos jóvenes.

—No, no la tengo —afirmó la pelirroja, mirando la nuca del infante—. Hace días que no cómo y hace años que tengo un problema —Estolas omitió decir el tipo de problema que tenía. A los clientes les asqueaba saber esa clase de detalles, y muchas veces también los espantaba —. Gracias.

La pecosa callejera miró los dulces y se los fue llevando a la boca.
Dulces, ¿cuantos años hacia que no comía uno? la chica tenía un único recuerdo sobre ellos. El día de su cumpleaños su madre conseguía una tarta y las chicas del lupanar le cantaban a Estolas. Aunque ella nunca entendió porque celebraban una existencia tan vacía y desolada, pero la loba solo sonreía y agradecía el detalle. Aquella fiesta parecía más para ellas que para Estolas, por un par de horas las mujeres parecían humanas, dignas de llamarse personas. Los cumpleaños eran un pequeño descanso de la realidad.

—No, nací en una villa cercana a Ulmer —la pelirroja esperó a tener la boca vacía para contestar—. ¿Dónde buscamos aventuras? —Estolas había terminado de comerse los pastelillos y aquella pregunta era una mera formalidad, que comunicaba que podía retomar su trabajo.

“Ulmer…...Nunca he estado ahí”


Después de todo, Ulmer era territorio de licántropos ¡Sería un suicidio para Uriel ir a ese lugar! Tampoco le habían contado demasiadas cosas buenas de ese lugar... Ante el comentario final de la muchacha, el infante hizo una expresiva mueca de sorpresa ¡Se olvidó completamente de las aventuras! ¡Y eso que era el punto principal de aquella noche! Como estaba centrado en interrogar a la muchacha se olvidó por completo…..


“¡Ah! ¡Se me olvidó completamente! Veamos~~ ¡Oh, si! ¡Ya sé! ~~ ¿A visitado alguna vez la torre abandonada de la zona destruida de Lunargenta?”


El niño sonrió maliciosamente y habló con un tono de voz más grave totalmente forzada. Como si estuviera explicando una historia de terror, puso una pose que considerara "terrorífica" y sus ojos comenzaron a brillar con inocente malicia. Con sus gestos enfáticos explicó animadamente a la prostituta la historia.


" ¿Sabía que en la zona destruida de Lunargenta hay una torre? ¡Una realmente aaaaaalta y viieeeeeja! Se dice que son de los tiempos anteriores a que Lunargenta tuviera murallas...¡Se dice que esta embrujada! ¡Embrujada! ¿No lo encuentra un lugar interesante para tener aventuras? ¡Podríamos encontrar fantasmas~~!"


Riendo para dentro con emoción y picardia, el infante se imaginó la escena ¡Quería ver un fantasma! Su maestro le dijo que existían aunque eran poco frecuentes, le comentó que eran seres bastante curiosos ¡El vampirito quería ver uno! Tenía 90 años pero nunca tuvo la oportunidad de buscarlos ¡Era un momento perfecto para ello!


Lobo y Astrid me echaron una regañina en cuanto intenté ir con Verni ahí ¡Dijeron que no permitirían que fuéramos ahí si no iba alguien de confianza! Ralphy ya se negó, Astrid y Lobo están fuera de cuestión ¡Y el resto están haciendo sus cosas fuera de La Esfera! Afortunadamente, Estolas es una adulta~~ Dijeron que solo podía ir se me acompañaba una persona de confianza ¿Y los adultos no son confiables~~? ¡No estoy desobedeciendo a mis hermanos mayores~~!


Pensando en esas palabras, el infante sonrió juguetonamente para sí mismo ¡Fue su culpa por obviar la naturaleza desobediente y astuta de los vampiros, para empezar! No añadieron que la persona de confianza tuviera que ser un conocido~~ ¡Obviamente que un vampiro aprovechara cualquier abertura para su beneficio! Para cuando terminó de reírse traviesamente en su mente, ya habían llegado al torreón.


“Jeje~ ¡Investiguemos la torre, señorita! Puede que encontremos algún tesoro~ ¡Cierto, cierto! ¡Quizá también haya vaaaaaampiroooooos! ¡Un vampiro maaaaaaaloooooo! Fufufu~~”


Río mientras hablaba, imitando la voz "terrorífica" que puso antes ¡Casi como si el mismo no fuera un vampiro! Irrumpió en la torre exclamando esas palabras, sujetando la mano fría de la prostituta alegremente ¡Si en verdad había un fantasma o un vampiro ahí, definitivamente los notó por culpa de Uriel!


“Wuuuuuuah~~ ¡Hay tanto polvo y tierra! ¿Esta bien, señorita? ¿No se siente enferma? ¡Oh! ¡Pise donde yo piso! Tengo una buena visión nocturna~ Definitivamente no se tropezará con nada si me sigue~~”


Fiel a su palabra, Uriel avanzó sin problemas por la sala llena de cosas destruidas, basura, tierra y cadáveres de animales en descomposición mientras guiaba a la mujer ¡Afortunadamente las ventanas de madera habían cedido y se filtraba la luz de la Luna ¡Sino estaría totalmente oscuro! Incluso si no era un problema para Uriel, quien aún podría ver algo en la mas absoluta oscuridad, hubiera sido más problemático para su acompañante seguirle.


“Señorita, señorita ¡Antes me dijo que me contaría cual es el trabajo de una prostituta! ¿Cual és? ¡No importa cuanto les pregunté, nadie me lo dirá! ¡Quiero saber~~!”


Después de todo, llevaba un buen rato con curiosidad sobre el tema.

—No, Uri. No he visitado esa zona —Aclaró la loba —. Sin duda tiene que ser un lugar interesante.

Estolas no sabía nada sobre la historia que contaba Uriel y tenía nulo interés sobre la torre, pero su trabajo consistía en satisfacer a sus clientes, y en esta ocasión esa labor recaía en aceptar las palabras del niño y en seguirle la corriente.

—Claro, Uri. Investiguemos —Estolas alzó la mirada hacia el torreón. La construcción estaba en bastante mal estado y no era de extrañar que hubiera sido abandonada —. Sin duda es un buen escondite para guarecerse de las horas diurnas. ¿Qué tesoro espera encontrar? —la pelirroja entró al edificio siguiendo al infante —. Sí, me encuentro bien. A si lo haré —confirmó, al tiempo que pisaba donde el niño había puesto los pies —. En realidad mi trabajo es bastante simple. Tan solo hay satisfacer los deseos del cliente, sin importar lo que pidan. Algunas trabajadoras tienen el privilegio de poder elegir sus clientes, lo que aceptan y lo que no. Otras no tienen esa opción y trabajan con cualquiera que les pague —Estolas guardó silencio por un segundo, recopilando mentalmente la información—. Nuestro trabajo casi siempre se pide buscando una satisfacción sexual, pero hay veces que buscan una dama de compañía para una gala o salir de aventuras.

La loba se quedó unos minutos más hablando con el muchacho. Contándole algunos detalles sobre su trabajo, satisfaciendo su curiosidad infantil y mirando de vez en cuando la luz que entraba por las ventanas.

“....¿Es así? Que….cosa más rara…..”


Sintiéndose raro por su respuesta, Uriel se giró y la miró con confusión ¿Solo se hacía lo que el empleador deseara? Miró a la mucha, cuya mano seguía sosteniendo, como si fuera un alíen, algo raro que no podía comprender; No podía entender en lo absoluto porque estaría haciendo algo así. No podía entender la dificultades en la vida que otros podían llegar a pasar, mucho menos a los extremos que otros estaban dispuesto a llegar por seguir viviendo o mal viviendo a costa de su propia integridad física y dignidad.


Acostumbrado como estaba al lado del que pisaba, el vampiro noble era incapaz de comprender el punto de vista que se dejaba pisar ¡Como el aprendiz del líder del clan Nova era incapaz de entenderlo! Pero a su vez, se sentía un tanto nostálgico con su respuesta; Se sentía como algo que…..


“Bueno, dudo que encontremos oro ¡Pero quizá encontremos un mapa del tesoro! O quizá unos papeles que nos revelen una terrible conspiración~~ Quien sabe~~ ¡Las posibilidades son únicas cuando se trata de la búsqueda del tesoro!”


Buscando deshacerse de los indeseables pensamientos en su cabeza, el niño aprovechó la pregunta de la mujer para cambiar de tema ¡No quería pensar en el pasado! Ya no era aquel frágil humano despreciado y olvidado ¡No, no! ¡Ahora era Uriel Nova, un vampiro entre vampiros! Ya nadie lo pisoteara, ya no era inservible, ya no….


“.....”


Durante el recorrido hasta la parte más alta de la torre en ruinas el niño permaneció en total silencio, únicamente hablando para señalizar un obstáculo que podría hacer caer a la prostituta. En contra de las expectativas, al llegar a la cima de la torre, no solo no había un mapa o informes de aspecto sospechoso ¡Sino que estaba totalmente vacío! Uriel río torpemente mientras soltaba su mano y se acercaba al ventanuco que daba a una vista de la ciudad.


“Hmmm parece que solo eran rumores ¿eh? ¡Oh, bueno! Al menos este es un buen escondite…...”


Hablando únicamente para sí mismo, Uriel se quedó mirando a la ciudad por un par de minutos. La sensación no se iba, solo se hacía más grande ¿No era el igual que….? ¡No! “Ella” dijo….Pero….Es tan similar y a la vez tan distinto a como…..Tenía la cabeza hecha un desastre, se arrepentía de haber preguntado antes por el trabajo de Marceline.


“Oye, Estolas ¿Porque eres una prostituta? ¿Merece la pena? Es decir, creo entender un poco porque trabajas de esto ¡Tengo más conocimientos de lo que parece del mundo~~! Jeje~ Es solo que….”


Se giró para mirar a la mujer, no sonreía o usaba un lenguaje educado como antes….Solo la miraba fijamente, sin molestarse en muecas siquiera. Su voz era anormalmente serena y compuesta, seguía siendo dulce e infantil, pero de alguna forma se sentía como si el que hablara no fuera un niño.


“¿No encuentras raro que un niño te contratara a estas horas? Incluso si fuera huérfano, a estas horas estaría durmiendo en alguna callejuela sucia ¡No solo eso! Te pedí que vinieras a esta torre, apartada, en ruinas…..Y te llevé fácilmente hasta su cima, siendo que solo yo puedo ver correctamente el camino para bajar seguramente…..No es….¿Raro? ¿Aterrador? ¿Sospechoso?”


Dio un paso hacía ella, rogando en su cabeza para que ella pusiera una mueca de horror al comprender lo que le estaba insinuado. Una inmejorable visión nocturna y su incapacidad para estar bajo el Sol, características obvias en una raza muy concreta ¡Debía de poder unir los cabos solo con eso! El infante espera que llorase, que gritase, que intentase correr de la monstruosa criatura frente a ella, porque si lo hacía confirmaría que no es igual ¡Ese insignificante humano y esa maldita muñeca viviente serían completamente diferentes diferentes! Desgraciadamente, luego tendría que matara Estolas para evitar que diese información a los cazadores, no era propenso a la violencia pero tampoco le molestaba el pensamiento de matar.


Un vampiro siempre será un vampiro, un ser arrogante y egoísta que no valoraba nada más allá de sí mismo, pisando todo para su propia gratificación y necesidades. Uriel no era diferente, a pesar de que no lo comprendía y no lo era consistentemente. El era definitivamente igual.