La Cruz Flordelisada [Libre][Noche]

Una figura encapuchada, de cuyo rostro solo se lograba ver los labios y la barbilla, entró a la taberna y tomó asiento en la mesa que estaba justo al centro del local, posando sus manos sobre esta. Su largo y abundante cabello azabache caía sobre su pecho, así que el mesero asumió que era una mujer -¿Qué desea tomar?- preguntó con esa confianza del que conoce bien su trabajo, esbozando una sonrisa, y esperó por la respuesta. La figura no se movió y el muchacho creyó que no le había escuchado. -¿Qué se va a servir?- dijo, alzando un poco la voz, creyendo que ahora sí le respondería.

La figura se movió, levantando lentamente la cabeza hasta mostrar su precioso, bello, hermoso, divino rostro, esculpido por los dioses, piel de porcelana, sus labios de rubí, de rojo carmesí, parecen susurrar mil cosas sin hablar... ejem, perdón. Continúo.

Mina alzó la cara y miró enojada al muchacho -Te escuché la primera vez, estaba pensando qué trago decente podrían vender en un sucucho como este pero tu griterío no me dejaba escuchar mis pensamientos, ¿esa es la atención que dan en este local? No me parece, llámeme a su supervisor, pésimo servicio- le riñó con el seño muy fruncido. El joven se cubría la cara con la bandeja, haciéndose más pequeñito a medida que la ilusionista lo regañaba. -¡No! ¡A mi jefe no! ¡Por favor! ¡Lo siento mucho! ¡Discúlpeme! ¡No fue mi intención! ¡Le traeré el mejor trago de la casa!- exclamó y salió corriendo hacia la barra. Mina se acomodó en el asiento, echándose el cabello hacia atrás con la mano y manteniendo su cara de indignación.

Mientras esperaba por su bebida, comenzó a observar a su alrededor. Posaba sus ojos en cada una de las personas que allí estaban, escudriñando, buscando cierta señal que estaba esperando. Al no encontrarla, se ofendió un poco. ¿Acaso no había sido un anuncio provocativo e interesante el que puso? ¿Debió haber mentid... ofrecido dinero para el trabajo? Bueno, ella podría haber prometido las riquezas de Beltrexus, total, quienes aceptaran probablemente no terminarían vivos la noche.

Como es una mujer que no espera a nadie, sacó de su manga un lazo de satín azul celeste y se lo amarró a la muñeca izquierda. El mesero llegó con la bebida, un elaborado cóctel de licores de fruta muy aromático. -Es por cuenta de la casa- dijo el muchacho notablemente nervioso.

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1

Nero se encontraba durmiendo con la cabeza apoyada en una de las mesas, habían pasado un par de días desde que vio el anuncio y luego de una ducha rápida y un cambio de ropas para cumplir con el código de vestimenta requerido, el joven dragón decidió esperar de la única forma que sabia, bebió en el lugar que indicaba el anuncio sin parar hasta que llego el día acordado.

-Hey! despierta borracho!!, ya es el día del que tanto hablaste- exclamo alguien que había pasado el tiempo bebiendo con el.
- 5 minutos mas deberían hacer el trabajo- respondió mientras se acomodaba de nueva cuenta.
-Recuerda que si no viene nadie yo gano la apuesta- inquirió el hombre al momento de patearle la silla.
-Lo se, lo se... ahora dame 5 minutos mas, estaba soñando con una preciosura que se sentaba en mi cara- respondió nuevamente pensando en la hermosa chica que usaba su cara de silla.

Para sorpresa de todos, cuando le patearon la silla a Nero, este se quedo como si nada sentado en el aire, dejando en duda si fue un acto que realizo debido a que le patearon la silla o simplemente nunca se había sentado en primer lugar.

5 minutos después................

El borracho finalmente se cayo al piso, despidiéndose de aquel lindo sueño, pregunto por la hora y alguien menciono que ya era de noche, acto seguido se puso a buscar a alguien con las descripciones del aviso cuando por fin vislumbro a una figura que llevaba un lazo azul en la muñeca.

Nero le dio un zape a su compañero de bebidas y apunto.

-Parece que alguien acaba de perder una apuesta- señalo al momento que mostraba también su lazo azul el cual de milagro seguía amarrado en su muñeca.
-Vale toma tus aeros ahora déjame dormir a mi- exclamo al momento que sacaba una bolsita de aeros y se acomodaba en la mesa.
-Un placer estimado, ahora a trabajar- respondió tomando la bolsa y pateando la silla de su compañero borracho el cual cayo estrepitosamente al piso.

"Una por otra" pensó el Nero para si mismo al momento que se acercaba a donde estaba la mujer y tomaba asiento con un poco de dificultad ya que tambaleo casi al final, delatando de esa forma que estaba ebrio hasta las patas.

-Otra botella de lo que he estado tomando todos estos días- exclamo al mesero mientras observaba a la joven intentando vislumbrar si era quien había propuesto el trabajo o era solo otra que también había aceptado aquella curiosa oferta

Una noche como tantas otras o como ninguna, hace tiempo que había estado oculto, resguardado del mundo exterior. Pero una nota llegó a ver en uno de sus paseos nocturnos, algo de una búsqueda. Al principio no le prestó importancia pero a medida que pasaban las noches su curiosidad crecía. Al final allí estaba, delante de aquella puerta sin saber muy bien porque mas que tenía intriga por la búsqueda. Abrió la puerta y entró por el arco casi sin hacer silencio. Miró la taberna y no era muy difícil descubrir la mesa donde se encontraba la persona del encargo. Una taberna, a estas horas iluminada por la tenue luz de las velas y del hogar encendido.

Un ambiente lúgubre se abría paso a medida que la visión de Atlante avanzaba. Personas tiradas en el suelo, durmiendo en las mesas- “Por dios que ascos de sitio”- pensó, dejando escapar un poco la cara de asco. Puso un pie dentro de aquella taberna y vio como un hombre se paraba y tiraba al otro de la silla con una patada. Lo siguió con la mirada para ver que se dirigía a la misma mesa donde aquella joven estaba sentada.-” Que grupo más raro”- y razón no le faltaba para pensar eso.

Se acercó embutido en su capa y capucha. Se quedó sorprendido con la mirada de la joven, casi no le salen las palabras al verla, pero hizo un esfuerzo Vengo por el anuncio Dijo mientras se sentaba y dejaba que su rostro se iluminara tenuemente por el candil de una vela.

La bruja se quedó quieta cuando dos hombres se sentaron en la mesa junto a ella, uno muy borracho y otro que lucía tímido. Alternó la mirada en uno y otro, en silencio, observando... en realidad no observaba nada, solo medía cuán guapos estaban. -Al borracho solo habría que bañarlo y quitarle el mono- pensó, tenía tristes experiencias con borrachos. -¿Este vampirito será sumiso o dominante?- se preguntaba, permitiéndose unos segunditos volar la imaginación.

Se quedó sumida en sus pensamientos, sin importarle lo incómodo que podría resultarle su silencio a ellos. Cuando ya sintió que era apropiado, suspiró y por fin habló -Creo que ya no vendrá nadie más- comentó y se quitó la capucha, mirando a ambos -Soy Mimilú y fui quien puso el aviso, muchas gracias por venir- dijo, con su mejor sonrisa. -Esperaba más concurrencia, pero bueno, parece que en esta ciudad hay poca ambición y ganas de vivir aventuras emocionantes- se quejó, un poco enojada -Pero bueno, peor es nada...- finalizó y volvió a suspirar, ahora mirando sus uñas con una leve expresión de fastidio.

Chasqueó la lengua en el paladar y se resignó, tendría que trabajar con lo que tenía. -Cuéntenme un poquito de ustedes, sus nombres, fortalezas, debilidades, signo zodiacal, alergias, tamaño de pen...samiento... ya saben, cosas básicas para conocerlos mejor. Al fin y al cabo, trabajaremos juntos y necesito que saber con qué cuento- pidió. Guardó silencio para escucharlos, pero no se aguantó las ganas. -¡Parto yo!- exclamó emocionada -Soy Mimilú, como ya les dije, bruja ilusionista, debilidades no tengo, alergias solo a las joyas falsas, no sé qué es un signo zodiacal y el tamaño de mi pensamiento no lo he medido aún- contó con alegría. -Ahora tú, borrachito- pidió, haciendo un gesto con la mano.

Si todo salía bien, esa noche conseguiría un par de guapos secuaces.

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2

Otro encapuchado se sentó en la mesa de los elegidos, sus palabras señalaban lo que ya era sabido, venia por el anuncio, -Discreción..... *brrrrppp*- señalo al momento que levantaba su muñeca con el lienzo azul, el eructo, en cambio, le quito cualquier atisbo de seriedad que el borracho intento darle.

Por suerte la joven rompió el silencio después de un rato se presento como Mimilú justo al momento que llegaba una botella con demasiadas "X" escritas en su etiqueta, Nero se encogió de hombros y se empino un buen sorbo de la botella mientras la joven hablaba y explicaba mas sobre ella misma, entonces le toco el turno a el, Nero puso los pies sobre la mesa y se reclino un poco mas en la silla antes de responder, -Me llamo Nero, soy un dragón de tierra, pero no es conveniente que me transforme, puedo manipular la tierra de manera tosca un par de veces por día, mis debilidades me las bebo, mi signo zodiacal es Rajang furioso de las montañas(?), no me he medido el pensamiento, pero cuando me transformo en dragón al parecer me crece otro, puedo luchar hábilmente con y sin armas y cuando me pongo sobrio soy un cascarrabias.... ja! pude decirlo sin enredar las palabras, alcoholismo quien te conoce- señalo justo antes de caer de su silla por calcular mal cuanto era lo que podía reclinarse sin caer, por suerte sus reflejos fueron tales que logro mantener la botella en alto, evitando perder aquel elixir que hacia sus días mas llevaderos.

Se reincorporo y levanto su silla, sentándose apropiadamente ahora y bebiendo de nuevo como si nada hubiera pasado, -Encapuchado numero 2, tu turno- señalo al momento que hacia un redoble de tambor con dos dedos de su mano apoyada en la mesa mientras con la otra se empinaba la botella, el redoble al igual que la cantidad de alcohol que bebería estaban directamente relacionados al tiempo que el encapuchado numero 2 se demorara en responder.(?)

Enarco una ceja. “Que grupo peculiar” pensó para sus adentros. La mirada se clavo en aquel borracho cuando le dijo “discreción” como si suficiente discreción no tuviera.  Sus músculos se tensaron por un momento hasta que decidió sentarse. Miro a la dama mientras hablaba y por un momento dejo de escucharla y solamente la miraba.  Luego miró al caballero y escucho mientras hablaba, tenia pinta de ser una persona básica, algo sumamente útil para poder confiar en alguien en algún que otro momento. Lástima que la borrachera le pudiera aflojar la lengua con temas secretos, por ahi estaba siendo prejuiciooso o por ahi no, pero el tiempo dirá lo que es y no es cada uno.

Tras ver como se volvía a sentar y enarcar sus cejas ante tal espectáculo de discreción comenzó  hablar. Mi nombre es Atlante, ¿fortalezas? Muchas y variadas creo que eso es mejor conocerlo poco a poco comentó con una sonrisa Debilidades, creo que como todo el mundo a un Alioli con mucho ajo, después de comer eso nadie se puede acercar a ese engendro.  Signo zodiacal ya lo he olvidado, ¿el tamaño?  Diga lo que diga no se me va a creer.   Miró el cuello de la joven Aunque creo que no pasaré hambre   Dijo con una sonrisa.  Mientras esperaba como continuaba la historia que acababa de comenzar, sfiendo si la cica que estaba presente decidia realizar alguna accion o contarnos mas sobre lo que estabamos buscando o esperando de su oferta de trabajo.

La bruja los escuchó con toda la atención que merecían: ninguna.

Sí se fijó fue en lo que le interesaba: sus actitudes, comportamiento, ademanes y esas cosas sutiles que decían más de aquellos hombres que las palabras sin sentido que salían de sus boca. Aquellas preguntas extrañas y poco usuales eran solo una forma de hacerlos hablar y desenvolverse. Asentía a menudo aunque no escuchara sus palabras ​y bebía el licor que le había servido el mesero. Que fuera por cuenta de la casa lo hacía más sabroso y lo bebía disfrutándolo al máximo. -¿Quieren tomar algo? Deberían, pues ahora les voy a explicar lo que vamos a hacer- dijo una vez ambos terminaron de presentarse y ya tenía una idea de cómo y quienes eran.

Esbozó una sonrisa que dejaba entrever una sutil malicia mientras se acomodaba en la silla -Verán, nuestra misión es recuperar un ajuar muy valioso- comenzó a explicar -Su dueña original, quien nos ha contratado, lo perdió hace unos años cuando se separó de su primer marido- explicó, contando una muy buena e inventada historia que omitía pequeños e innecesarios detalles respecto al objeto que iban a "recuperar". Como por ejemplo, que la dueña previa del objeto no hacía siglos que había muerto, o que era una joya mágica que hacía parte de un juego muy poderoso.

-El tacaño del marido se llevó todas las joyas que le regaló a su ex mujer, ¿se imaginan? Cuan bajo caen algunos... al que da y quita le sale una jorobita, ¡eso lo saben todos!- comentó. Ella sabía que hablar de esa manera la hacía quedar como una mujer básica, superficial e insulsa, lo cual era su objetivo.

Se inclinó un poco sobre la mesa, invitándolos a acercarse también. De su manga sacó un pequeño rollo, era un trozo de lienzo ajado y notablemente viejo, lo extendió y se los enseñó -Esta es la única pieza que a nuestra señora le interesa- explicó -las demás podemos tomarlas como pago, pero este colgante no- dijo enfática, con un semblante muchísimo más oscuro y serio de lo que había mostrado hasta ahora. -¿Queda claro?- preguntó, mirándolos a los ojos con detenimiento.

Dejó pasar un par de segundos para que ellos absorbieran la seriedad de aquello y volvió a enderezarse. Su rostro se iluminó y reapareció la sonrisa coqueta y chispeante de antes -Ahora, hablemos de cómo lograr nuestro objetivo- pidió. -Vamos a ingresar no legalmente a una residencia medianamente custodiada. Pasa que no esperan recibir visitas como la nuestra- explicó, haciendo aparecer sobre la mesa el dibujo del plano de un palacio típico del centro de Baslodia.

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3

Atlante y Mimilu serian los compañeros de esa aventura, si les recordaría o no, eso era otra historia que el dragón desconocía, cuando la joven les ofreció tragos Nero levanto su botella mostrando que ya había cubierto ese aspecto... Desde hace un par de días para ser mas exactos.

Cuando escucho parte de la introducción del plan supo de inmediato de que trataba aquel trabajo, -Oh, entonces vamos a robar- dijo en un tono bastante casual, no tenia problema con ello, al fin y al cabo seguía siendo un trabajo. Procedió a sentarse como la gente al momento que la chica estiraba un lienzo sobre la mesa y se acerco con curiosidad, el objeto a robar era sin lugar a dudas muy lindo, sin embargo, no sentía que valiera la pena tanto trabajo para algo como eso, iba a decir algo pero prefirió ahogar el pensamiento con un poco mas de alcohol.

-Podemos robar lo que queramos y solo hay que entregar ese coso feo, suena como un trabajo de ensueño, esta chupado- dijo sonriendo y bebiendo otro sorbo de la botella, sin dudas había elegido un buen trabajo, observo el plano y considero sus opciones a la hora de ver en que podía ser útil.

-¿Sabemos la parte en especifica donde se encuentre el encargo?-
-No, pero según mis fuentes, debería estar en esta zona- exclamo la joven apuntando una parte especifica del plano.
-Vale, podemos saltar por este muro de acá- señalo el muro mas próximo a la zona
-Gracias señor obvio- exclamo la joven ante la interrupción del borracho.
-De nada, recuerda que puedo crear 2 piedras muy grandes por día, podemos usarlas para cruzar ese muro o como distracción, como eres la encargada de este trabajo, te dejo a ti la decisión de como usarlas- comento el borracho, como justificando el porque de sus palabras.
-Oh-
-Ah y no cuenten con que los sacare de ese lugar con mi forma de dragón, digamos que las cosas no salen bien cuando estoy así- exclamo finalmente para seguir bebiendo de su botella.

Sonrió ante la idea de lo que tenían que robar Una joya, que casualidad Dijo calvándole los ojos a Mimilu. Bueno entonces podemos quedarnos con lo que queramos menos esa joya. Pensó para sus adentros ¿Que tiene de especial esa joya? ¿No os da la curiosidad? A ver si nos estamos metiendo en camisa de once varas. Dijo dubitativo ante la especial que tenía la joya. ¿Tenemos mas información? Ya que sería interesante conocer más para saber como prepararnos Por ahi la joya tenia alguna maldición o algo de magia y necesitábamos conocerlo antes de meternos en el avispero, incluso alguien podía estar tras ella y era mas poderoso que nosotros.

Se le ofreció tomar una copa, gracias pero en momento de trabajo no bebo, espero que lo entendáis Era conocido que el alcohol, muchas veces nublaba la razón y si querían que todo saliera bien las neuronas debían estar limpias y atentas para cualquier imprevisto.

Levantó tenuemente la ceja al oír a Nero, su compañero en esta aventura que se le abría ante él. No entendía muy bien en que parte un robo se convirtió en una trabajo de reformas arquitectónicas con el objetivo de reformar la casa y tirar unos cuantos muros. Creo que sería mejor dejar las piedras por si las cosas se ponen feas de verdad. Acotó Una buena piedra nos puede salvar de problemas inesperados que puedan surgir. Mas yo preferiría no alertar de buenas a primeras a todo el vecindario. Dijo mientras miraba el mapa. Y tras un tiempo meditando dijo ¿No sería mucho mas fácil distraer a los guardias de la puerta para que abandonen su puesto y entrar nosotros por ahí? miró a Mimilu Después de eso caminar por el interior sería mas tranquilo salvo con algunos guardias que nos podríamos encargar nosotros Dijo mirando a Nero. ¿No se que os parece? Se quedó esperando una respuesta pero antes decidió intervenir . Por ahí podríamos ver cuando realizan las guardias, a ultimas horas de las guardias estos están mas cansados, seria buen momento.

Ella los escuchó feliz y contenta, ambos habían estado de acuerdo en participar del trabajo, sin poner taras o cuestionar. Confirmado que tenían una moral propia y muy flexible.

-Sí, había pensado en que uno de nosotros pudiera hacer de distracción para los guardias, causar un gran alboroto mientras los demás entran a buscar el botín- comentó, dejando en la mesa su bebida -Pero creo que olvidan que no es necesario que estemos físicamente afuera haciendo el escándalo, solo hay que hacerles creer que estamos ahí- añadió, mirándolos con los ojos muy abiertos -...ilusionista...- dijo con voz cantarina y señalándose con ambos índices.

-Lo que sí me gustó es la idea de vigilar un par de noches la casa y ver cómo es la rotación de los guardias, por lo menos para saber contra qué nos enfrentamos- dijo -Podríamos comenzar esta misma noche- invitó, mirándolos con picardía.

Pero la mirada juguetona cambió a una muy seria cuando Atlante preguntó acerca de la joya -¿Curiosidad?- cuestionó -No nos pagan por sentir curiosidad- respondió, mirándolo a la cara -Para la persona que nos contrata es importante y valiosa, puede incluso ser una baratija... ¿Qué de especial tiene? Lo desconozco y no me interesa. Sé que el Conde Crawford es muy acaudalado y seguramente ésa es una pieza más de su vasta colección de joyas y eso es lo que nos debe importar- apuntó.

Más tarde aquella noche, dos figuras avanzaban entre las sombras con cautela. La tercera, afortunadamente avanzaba. -¡Oye! ¡El aviso pedía sigilo!- retó Mina a Nero, quitándole la botella de la mano -Además, ahora vamos a trabajar, no es hora de tomar- le riñó y olfateó por la boca de la botella. El olor del alcohol fue como un puñetazo en la nariz de la bruja, a quien le saltó una lágrima del ojo izquierdo -Madre mía... ¿de dónde sacaste este aguarrás? ¿En qué momento lo conseguiste?- preguntó aterrada -¡Esto derrite acero!-

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4

-Supongo que improvisaremos la mayoría sobre la marcha- exclamo encogiéndose de hombros también iba a mencionar algo sobre la joya fea, pero Atlante se le adelanto y se llevo el escarmiento por ello, sin necesidad de ver mas, Nero se callo todo lo que pensaba al respecto. -Bueno, a trabajar!- señaló justo antes de robar una botella sin que nadie lo notara y lo oculto en su capa.

Más tarde aquella noche, dos figuras avanzaban entre las sombras con cautela. La tercera, afortunadamente avanzaba.

-¡Oye! ¡El aviso pedía sigilo!- retó Mina a Nero, quitándole la botella de la mano.
-y tú precisamente ahora no estas siendo sigilosa- replico el joven en voz bajita.
-Además, ahora vamos a trabajar, no es hora de tomar- le riñó y olfateó por la boca de la botella. El olor del alcohol fue como un puñetazo en la nariz de la bruja, a quien le saltó una lágrima del ojo izquierdo
-Esto es una herramienta de trabajo, no te preocupes ¿si estuviera borracho podría hacer esto?- contesto al momento que le quitaba la botella y le daba un enorme sorbo. Era evidente que estaba borracho hasta las patas.

-Madre mía... ¿de dónde sacaste este aguarrás? ¿En qué momento lo conseguiste?... -¡Esto derrite acero!-
grito la joven aterrada, finalmente uno de los guardias llego ante el alboroto que Mimilu había armado y antes que cualquiera hiciera algo, Nero se acerco sin mucha elegancia, y sin darle chance al guardia de esquivar el aliento que el borracho dirigió hacia él guardia con una precisión única, la mezcla de químicos de dudosa procedencia que se mezclaban en el estomago del joven dragón fueron lo suficientemente tóxicos como para desmayar al guardia sin darle tiempo de gritar si quiera, Nero lo sujeto a tiempo para que la armadura estrellándose contra el piso no llamara la atención de nadie mas.

-Velo de esta forma, borracho trabajo mejor, y en el peor de los casos puedo ser la distracción, solo soy "un borracho", así que no te preocupes Mimilu, si hay que robar algo soy una buena herramienta, pero tienes que dejarme hacer lo mío- dijo lo ultimo guiñando un ojo y bebiendo otro sorbo, para subir el muro dejo entrever la cadena que estaba enrollada en su brazo, la balanceo hacia un lado para que se desenterrara de su carne, dejando una herida un tanto preocupante a la vista, Nero lo ignoro por su ebriedad y la lanzo con fuerza hacia el muro al momento que pasaba a llevar una runa en el arma, entonces la cadena comenzó a encogerse y a subir a Nero por el muro llegando arriba justo a tiempo antes de que la cadena se transformara en una espada(1) miro que no viniera ningún guardia cerca y hizo una seña para que los demás subieran.

off: 1 = arma con encantamiento de arma cambiante.

La noche se cernía sobre el pequeño grupo que avanzaba hacia esa casa. La ilusionista y el vampiro avanzaban haciendo tan poco ruido como si fuera posible, mas no se podría decir lo mismo de su compañero. Si no era por el ruido y lo poco sigiloso era por el olor que emanaba de la botella de su mano. La ilusionista trató, en vano, de hacer que se meta en verada pero al parecer el alcohol tenia algo que ver con su estado normal. Algún tipo de relación con sus poderes. Vio como la ilusionista le quitaba la botella y hacia unas exclamaciones de disgusto con lo que estaba tomando. Dejalo Dijo mientras vio como Nero le quitaba la botella de sus manos y tomaba otro sorbo Por algo bebe estas cosas Comentó mientras vio que uno de los guardias se acercó y vio como Nero lo neutralizaba.
No es momento de discutir, ahora tenemos que centrarnos en la misión   Miró a mimilu ¿A caso no era muy importante para ti ? Y sin esperar confirmación alguna continuo diciendo Pues centrate y marchemos

Pegó su espalda contra el muro Vamos es hora de subir el muro Espetó mientras le ofrecía a Mimilu la posibilidad de ayudarla a subir.  Y cuando ella terminó de subir se alejó donde el soldado inconsciente estaba y tomó el rico fluido que recorría sus vena. No le vendría nada mal un poco de mas poder antes de entrar en dicha casa. Se acercó al muro de nuevo y ayudándose de sus compañeros consiguió escalar, sin darse cuenta que todavía tenia un poco de sangre en la comisura de la boca que se movía hacia abajo. [b] Disculpad tuve que hacer algo que por ahí nos pueda ayudar antes de subir aquí[/b]

Mina pensó haber tomado una decisión espantosa al aceptar a aquel borracho en su grupo de asalto. Afortunadamente, el vampiro se veía serio y metido en el trabajo, y eso la hizo sentir tranquilidad. Pero cuando lo vio regresar con rastros de sangre en la comisura de los labios, supo que poner avisos y recibir a desconocidos como compañeros de trabajo era una pésima estrategia. Tendría que comenzar a hacer amistades en los bajos mundos para conseguirse aliados confiables y no tener que atenerse a su suerte en futuras ocasiones.

Cuando estuvo del otro lado del muro perimetral, respiró hondo y despejó su mente -Vamos Wilhelmina, ya sabes que si todo sale mal, puedes hacerte la loca y dejar que estos carguen con la culpa- pensó mientras buscaba a sus compañeros con la mirada. Solo pudo identificar la silueta del dragón, no pudo encontrar al vampiro, antes de que todo se fuera al carajo.

Lo siguiente que ocurrieron fueron decenas de explosiones, la bruja solo atinó a usar su telekinesis₁ para desviar cientas, miles de pequeñas esferas metálicas que salían propulsadas de esas explosiones. El éter en aquel lugar abrumaba los sentidos de la ilusionista que usaba todas sus fuerzas mágicas para evitar que alguna le diera -¡Borracho! ¡Borracho! ¡La piedra! ¡LA PIEDRA!- gritaba, arrancando a correr hacia él. La adrenalina que corría por su cuerpo la hacía actuar rápidamente, tomar decisiones y no sentir las heridas que tenía y sangraban profusamente.

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¹Uso de habilidad "Telequinesis", racial pasiva potenciada por el rasgo.

-Algo no esta bien, todo esta saliendo demasiado bien, mi sentido alcohólico me dice que me mantenga alerta- susurro a quien estuviera cerca, se habían concentrado en llegar a ese punto y ahora que estaban cerca del objetivo. Caos, puro e incontrolable, cuando escucho a la chica que pensaba en el tamaño de los pensamientos correr hacia el por ayuda, Nero dio un fuerte pisotón al piso y estiro su brazo hacia arriba como si lanzara un golpe, rápidamente y sin manera alguna de percibir lo que estaba por ocurrir una enorme piedra emergió del piso, subiéndolos de vuelta al muro(1)

-Mimilu, puedo sacarte de acá, pero me temo que tendré que crear un gran desastre en el proceso, dijiste que hacías ilusiones ¿verdad? puedes hacer la ilusión de que estoy ebrio después de 5 minutos, si funciona creo que puedo sacarte volando de acá, sino, pues al menos será una muerte rápida, escondete for if the flies -

Acto seguido tomo a la bruja de la cintura y estiro su cadena, para luego bajar con ella a costo de que la cadena se enterrara de forma muy fea en su brazo -Probablemente me golpee la cabeza muchas veces, aprovecha esos momentos para meter la ilusión en mi mente... O y cuídame esto- exclamo dejándola con una de sus cimitarras.

-Ah y te dejare algo de cobertura extra, solo no llames la atención- dijo al momento de pisotear nuevamente al momento que otra enorme pierda aparecía a un lado de Mimilu, justo a tiempo cuando las explosiones de antes comenzaban a cruzar el muro perimetral , Nero aun se mantenía reprimiendo a la bestia en su interior... hasta que finalmente una lluvia de explosiones de éter y elementos cayo sobre el levantando mucho polvo y ruido..... (2)Entonces de golpe unas alas disiparon el polvo con solo abrirse, posteriormente un potente rugido comenzó a crear estalactitas las cuales comenzaron a aparecer desde el piso en dirección a la casona que debían robar(3), el borracho de antes había quedado reducido a casi nada ahora que su forma de dragón asumía el cargo, se elevo por los aires(4) y se estrello en un montón de soldados y brujos que intentaban seguir bombardeando, otro rugido mas genero mas estalactitas que causaron mas caos y alboroto que el que ellos habían recibido, intentando causar el mayor desmadre posible y justificando su apodo de calamidad, cuando sintió su cabeza un poco mareada, volvió en si mismo y recordó lo que debía hacer, se acerco a la ilusionista y la sujeto con mucho cuidado entre sus garras, saliendo de ahí lo mas rápido posible antes de volver a ser humano.

off:
1_Stone (2 usos): de un pisotón puedo hacer emerger una piedra de no mas de 2 metros para el propósito que estime conveniente.
2_Don Ancestral: [Mágica, 2 usos] Se transforma en un Dragón de hasta 4 metros (nariz a punta de la cola), lo que aumenta considerablemente su resistencia. Regresa a su forma humana a voluntad.
3_Aliento Elemental: Es capaz de lanzar su elemento afín desde sus entrañas en forma de Dragón.
4_Habitante de los Cielos: Puede volar en forma de Dragón.

Tras correr unos metros, de un salto estuvo junto a Nero, quien había escuchado sus gritos y de un golpe, los levantó hasta sobre el muro, alejándolos unos instantes de las miles de esferas metálicas que llovían sobre ellos. -¿Un desastre peor que esto? ¡Hazlo! ¡Hazlo ahora!- exclamó ella, apresurando al dragón -Te puedo hacer creer lo que quieras, Nero, te puedo hacer creer que eres el ebrio más ebrio de Aerandir, te lo prometo, ¡solo sácanos de aquí!- prometió. En aquel momento, Mina diría cualquier cosa para convencerlo de actuar y escapar de aquel infierno, ya después lidiaría con su palabra empeñada. Lo importante era tener una vida con la cual cumplir lo dicho.

Como no planeaba tener una muerte rápida, ni lenta, ni de ningún tipo por el momento, agarró la cimitarra que le ofreció el dragón y asintió -No te preocupes, no vas a perder las monedas gastadas en esa aguarrás- afirmó, muy segura de su capacidad. Canalizó su éter y, tras tocar la sien del moreno, sembró en la mente del dragón una idea, la simple y tonta idea de la ebriedad₁. Ella no tenía que hacer nada, ya que la mente de Nero sabía lo que sentía en ese estado, así que juntó todos los efectos: euforia, desinhibición, problemas de dicción, mareo, confusión, descoordinación, náuseas... pero sobre todo, bloqueó las preocupaciones y sensación de dolor, tanto física como emocional. Seguramente, el hombre sentiría la mejor borrachera de su vida gracias a Mina.

Ella se quedó agachada detrás de la piedra que dejó como escudo para ella, no podía pelear contra esos balines a puños y patadas, así que solo se limitó a evadirlos lo mejor posible con su telequinesis₂. Planeaba quedarse así, agachadita, cuando escuchó un rugido, así que sacó la cabeza de su escondite para ver. No era tonta, así que se cubrió de ilusiones, haciéndose invisible al ojo promedio₃ para asomarse y ver lo que ocurría.

Nero ahora estaba en su forma de dragón y era terrorífica. Una bestia cubierta de picos, cuernos temibles, alas poderosas y rugidos que generaban estalactitas de piedra que atravesaban los pechos de los brujos que lanzaban los ataques y destruían la casona. Por un instante Mina se desconcentró y no solo perdió la invisibilidad, dejó descuidada la idea sembrada en Nero y perdió potencia. Durante ese momento, su ataque fue despiadado e inmisericorde, parecía como si solo quisiera destruir y matar.

Al caer en cuenta de su descuido, la ilusionista volvió a centrarse en la idea y fue cuando el dragón dejó de atacar y fue a buscarla, para sacarla volando de allí.

Mina se aferró a las patas que la sostenían con todas sus fuerzas, pero sabía que quien la rescataba era un dragón ebrio que seguramente olvidaría lo que estaba haciendo y terminaría cayendo en cualquier lado y con mucho estrépito, así que usó las fuerzas que le quedaban para guiarlo hasta una zona que se veía lo suficientemente deprimida como para que el aterrizaje de un dragón no causara revuelo. -De nuevo tendré que pedirte ayuda, Nero...- dijo, una vez estaban en el firme suelo - Tendremos que caminar hasta la posada, pero... sola no creo que llegue y allí necesitaré tus manos- explicó, mostrándole las heridas que tenía en su vientre, que aún no dejaban de sangrar. -...y ya deja de decirme Mimilú, soy Mina... llámame Mina- pidió, comenzando a respirar con dificultad.

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¹Uso del talento "Ilusiones".
²Uso de habilidad "Telequinesis", racial pasiva potenciada por el rasgo.
³Uso de habilidad Nivel 0: Si es culebra, te pica [Mágica, Ilusiones, 2 usos]
OFF: el usuario de Atlante no continuará en el tema.

De algún extraño modo habían logrado salir de allí, Mimilú le había prometido la borrachera de su vida y vaya que cumplió con su palabra, era la primera vez que el dragón lograba algo de control sobre su transformación, sin embargo, era demasiada la sensación de ebriedad que sentía, al punto que ya incluso volar se hacia complicado, al cabo de un rato volando logro descender con éxito para dejar a la chica con cuidado antes de estrellarse estrepitosamente contra el piso, una vez recupero su forma humana, el trozo de tela rojo que llevaba hacia todos lados le sirvió de tapabarros ya que toda su ropa había sido destruida, la cadena con cuchillas seguía clavada en su brazo, vomito un poco y con un poco de dificultad se volvió a reincorporar.

-Nunca pensé que diría esto... Pero estoy muy, pero muy borracho-

Comento mientras avanzaba hacia la chica, cuando la vio herida señalo lo que ya era obvio -Mimilú, estas herida!- señalo viendo como la sangre brotaba, -De acuerdo, Mina, puedo ofrecerte un brazo, pero tenemos que parar momentáneamente la sangre antes de seguir.... Confía en mi, crecí en el desierto, se como lidiar con cosas así- acto seguido tomo un buen puñado de tierra y la apretó contra las heridas, aquello le hizo merecedor de una cachetada, la cual vio venir pero no pudo evitar.

-Vale, eso servirá hasta llegar a la posada- exclamo mientras la sujetaba por la cintura con su brazo bueno y con dificultad se abrían paso hasta la posada.

-Una elipsis mas tarde(?)-

El borracho y la chica entraron armando bastante escandalo y es que un tipo vistiendo un taparrabo con un brazo un tanto inútil y sangrando y una chica con heridas cubiertas por una costra de tierra y sangre no eran algo que se viera todas las noches.

-Necesito una habitación, una botella de su licor mas fuerte, agua caliente, trapos, vendas, hilo y agujas también-
-¿No te sale mas conveniente llamar a un curandero?-
-¿Tienen uno disponible?-
-No-
-Entonces no digas estupideces y dame lo que pedi!-
-Wow wow wow, un momento, ¿tienes con que pagar?-
-Esto debería cubrir los gastos por el momento-

Acto seguido, Nero tomo la cimitarra que Mimilú Mina le había cuidado y se la entrego al encargado de la posada -Es una fina cimitarra, perteneciente a un famoso guerrero Nórgedo, le sacas fácil 600 aeros- todo lo que había salido de su boca era una mentira, pero la espada era lo suficientemente bonita como para que el encargado se lo creyera, rápidamente mando a pedir las cosas que Nero había solicitado y finalmente los llevo a la habitación.

-De acuerdo, quítate la ropa, tenemos que limpiar esas heridas y necesito quitarme esta cadena de una vez si voy a ayudarte- le señalo a Mina, mientras con dificultad comenzaba a separar las cuchillas de la carne de su brazo, aquello dolía bastante, pero su cuerpo era la prueba evidente de que había estado en situaciones similares mas de una vez.

-Bueno, es lo que querías, estar borrachísimo. ¿No?- respondió la bruja a la exclamación de Nero, sentándose pesadamente sobre unas cajas y recostándose contra la fría pared -Soy una ilusionista de... hmmm... de primera clase... si voy a hacer algo...argh... lo haré bien- hablaba entre quejidos, haciendo presión sobre las heridas con ambas manos. -Si quieres le bajo a la intensidad y te lo dejo en un leve mareito- añadió en tono algo jocoso.

Miró su vientre ensangrentado, resoplando -Sí, son superficiales... nada serio- añadió tras revisar mejor -Pero me gusta el espectáculo... si hay que sangrar, sangro con escándalo- bromeó. La estrategia de burlarse de la desgracia le estaba funcionando.

Luego el dragón comenzó a hablar y ella respondía sobre sus palabras -Sí, necesitaré un brazo / y parar la sangre también / ¿Confiar en ti? ¿Por qué haría eso? / ¿Qué haces? ¿Qué es eso? / ¿Por qué agarras lodo? / Aléjalo de mi / ¿Qué estás haciendo? / Nontiendoloquestáshaciendoynomegustanada / ¡MALDITO DEMENTE! ¡NO!- terminó gritando y golpeando al dragón Quiso gritarle un montón de cosas pero el dolor era insoportable, así que aguantó y solo lo miró con odio -Si algo me pasa, te juro que jamás en tu vida volverás a sentir ebriedad, no importa cuánto tomes, el alcohol no te hará efecto... te lo juro- le dijo entre dientes y era una amenaza que la bruja podía e iba a cumplir si ese idiota la perjudicaba de alguna manera.

Y se desmayó.

Cuando abrió los ojos, Nero embaucaba al posadero malamente -Yo pagaré... olvida esta porquería que al primer golpe se va a partir- aseguró la ilusionista, arrebatándole la cimitarra al posadero, quien al parecer reconoció a la bruja y los dejó pasar.

Al llegar a la habitación, Nero tiró a la bruja a la cama y le ordenó quitarse la ropa -Claro... no hay problema... en un santiamén...- masculló con rabia. Mina apenas podía moverse, sudaba ardiendo en fiebre, estaba pálida -¿No me vas a invitar ni a una bebida antes?- dijo mientras rodaba por el borde de la cama y de lleno al suelo, inconsciente.

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7

El ruido del golpe le hizo voltearse  Mina ahora yacía inconsciente de nuevo en el piso, justo a tiempo que llegaban las cosas que había pedido -Necesitare mas paños y agua fría tambien- exclamo, lo primero fue la botella la cual abrió rápidamente y bebió un sorbo de ella, en efecto era un fuerte licor, serviría para aquello que tenia en mente, se dejo caer un chorro en el brazo lleno de cortes y luego de colocarse super mal la venda, tomo a Mina del piso para comenzar a quitarle la ropa rápidamente, en la parte del vientre tenia algunos cortes pero la tierra había estancado la sangre.

Nero comenzó rápidamente a mojar paños con el agua caliente y los dejo unos segundos sobre las heridas, luego apretó un poco y retiro las costras de tierra sin problemas, tiro esos paños al piso y saco otros del mismo balde de agua caliente que le habían traído , repitió el proceso asegurándose de limpiar bien, hasta el punto de volver a abrir las heridas, miro de reojo a Mina y dejo escurrir un poco de licor sobre su cuerpo a la vez que apretaba con otros paños limpios para que la sangre se estancara un poco, los quejidos de la chica indicaban que el dolor le estaba haciendo recuperar el conocimiento.

-Mina, ya limpie tus heridas y las desinfecte, ahora puedo coserlas o puedo vendarlas, lo primero evitara que tus heridas se vuelvan a abrir de la nada, lo segundo también ayudara pero corres el riesgo de que se te abran de la nada.... toma muerde esto- agarro la botella y le dio un sorbo, luego se lo acerco a ella para que hiciera lo mismo y finalmente le dio una de las correas que estaban en su ropa enrollada para que mordiera, ni bien vio que mordió vertió un poco de el liquido en la aguja y otro en el hilo, entonces sin avisar ni nada comenzó a coser las heridas, estuvo así un par de minutos hasta que las heridas estaban cosidas, cubrió la zona con vendas de manera cuidadosa pero firme, después de un rato parecía que había terminado.

-De acuerdo, sobrevivirás ahora yo no me siento muy bien.... Oh, debería haber vendado esto antes- y así de golpe, cayo inconsciente al lado de la cama con su brazo todavía herido.

Mina abrió los ojos pesadamente. Se sentía mareada y le dolía el cuerpo tanto, pero tanto, como si le hubiese pasado una manada de kragswar por encima. Le faltaba el aliento porque sentía que tenía un peso gigante en el pecho. Se miró y encontró un vendaje que sin pensar desarmó, para encontrar su piel cosida -¡¿QUÉ ES ESTO?! ¡PAREZCO PAVO RELLENO!- exclamó y estuvo a punto de desmayarse de la impresión. -Ay no... ay no... esto no puede estarme pasando... mi piel, mi hermosa y perfecta piel de porcelana... necesito un elfo, alguien que resuelva este desastre- decía, agarrándose la cabeza pues sentía mareo y una ansiedad abrumadora.

-Cálmate Mina Harker- se ordenó y se sentó despacito y con cuidado en el borde de la cama. Inhaló y exhaló hondo, lo primero que necesitaba era mitigar el dolor para poder pensar con claridad y poder ordenar los pasos a seguir. Se levantó y buscó en su bolso su mínimo botiquín de primeros auxilios, que consistía básicamente en botellas de adormidera blanca. Tomó una y bebió la mitad, echándose el resto sobre las heridas. -Esto hará el trabajo por ahora- se consoló, buscando el vendaje para ponérselo nuevamente. Comenzó a ordenar sus cosas y a vestirse para poder largarse de ahí cuanto antes, debía reagruparse y reorganizar sus planes para con el colgante que estaba preso en aquel aterrador lugar. Al cabo de un rato, estuvo lista para marcharse.

Al dirigirse a la puerta, se detuvo junto al cuerpo de Nero, quien yacía inconsciente en el piso, rodeado de los trapos con que le había atendido las heridas. -Tú, desgraciado, me cosiste como a un remiendo de un saco de papas- masculló enojada y pasó por encima de él, dispuesta a irse y olvidarse de aquel tipo. Pero al llegar a la puerta y poner una mano en la perilla, se detuvo y resopló. Detestaba sentirse en deuda con alguien.

-A ver Nero, despierta- le dijo, arrodillándose junto a él y dándole unos golpecitos en la cara. -Abre los ojos- le ordenó, agarrándole la cara y con los dedos pulgar e índice abriéndole los ojos a la fuerza -tienes que estar consciente para que yo pueda hacer mi magia- explicó -Si no te despiertas, te va a doler como los mil demonios y tienes que estar despierto también porque me tienes que llevar con un elfo que corrija esta monstruosidad que has hecho en mi abdomen, me devuelva el ombligo y me sane del veneno que los balines metieron en mi cuerpo- añadió -¡Ah! Y tienes que volver a hacerte dragón para destruir esa casa y llevarnos todo- finalizó, sonriendo.

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8

Todo era paz y tranquilidad, era como si alguien se hubiera sentado en su cara, de hecho fue bastante similar a la sensación que tuvo ese día del evento del festival, ah si, que bien se sentía todo eso, hasta que escucho unas palabras que perturbaban aquello lo que sea por lo que estaba pasando, palabras que no entendía puesto que se escuchaban así a lo lejos... muy lejos, aquella sensación desapareció al momento que un botellazo a la cabeza le devolvió a la realidad, abrió los ojos de golpe y observo a Mimi.. Mina le enrostraba el hecho que había hecho un mal trabajo.

-Viste mi cuerpo?, créeme se lo que hago- exclamo antes de desmayarse de nuevo, salvo que en esta ocasión, no se sintió igual que antes y cualquier sensación de ebriedad desapareció completamente de su cuerpo abrió los ojos de golpe otra vez, -¿Qué me has hecho?... Oh no- exclamo asustado, su peor miedo se estaba haciendo realidad... Estaba sobrio(?).

-No puedo creerlo, no tengo ropa, ni resaca, ni siquiera alguna botella para aliviar esto- dijo ofuscado por aquella experiencia, cuando Mina comento acerca de lo de su herida -oh no te preocupes, aguantara hasta que veamos a algún curandero, no tenían ninguno disponible... créeme pregunte- comento mientras buscaba algunas cosas, comenzó a recorrer la habitación y encontró una venda que al parecer se había caído entre todo el jaleo de antes, vio la botella de licor rota y se acerco a la puerta para bajar por otra, al momento de abrirla noto al tipo que le había pedido las cosas antes parado afuera de la habitación con una botella en la mano -Eso es conveniente- dijo tomando la botella y cerrando la puerta otra vez, acerco la botella a su nariz, una vez se aseguro que era alcohol lo virio en su brazo herido y comenzó a  amarrar la venda con fuerza alrededor del mismo, bebió un poco del contenido y noto que solo sabia a agua, miro a Mina y sin necesidad de mediar palabra alguna noto que aquello era obra suya.

-Vale ya estoy parchado.... Necesitare ropa- dijo al momento que volvía a abrir la puerta -Tú individuo que ha sido conveniente para la trama(?), necesito pantalones y la dirección del curandero que no estaba disponible, tenemos una urgencia estoy muy sobrio y la única manera de dejar de estar así es ayudándola- el individuo no entendió como una cosa tenia que ver con la otra pero como había estado haciendo hasta el momento partió a buscar lo que le pedían.

Mina estaba sentada a los pies de la cama, con las piernas y brazos cruzados. Su piecito se movía inquieto mientras esperaba que regresara el posadero con algo de ropa para Nero, quien solo vestía un trapo que le tapaba sus miserias. El dragón podía ver cómo la bruja lo miraba con ojos de desprecio y la boca torcida en un claro gesto de asco.

No, no sentía ni desprecio ni asco por él, solo lo hacía ver eso para mantener las apariencias. La bruja sonreía complacida de poder endulzar la mirada con el cuerpo semidesnudo del norteño: musculoso, tatuado, lleno de cicatrices. Además, se paseaba en la habitación como un león encerrado y bufaba como uno. La ilusionista disfrutaba, también, verlo rabiar, pues estaba sobrio aunque ya había acabado con todo el alcohol que estaba en la habitación.

Por fin sonaron golpes en la puerta y el posadero se anunció. Mina se levantó como un resorte a abrir; el posadero venía acompañado -¡¿Tina?!- exclamó asombrada la ilusionista. -¡Mina!- chilló la mujercita comadreja que saltó a los brazos de una asombrada Mina que estaba segura de que se había deshecho de aquella molesta compañía. -¿C-cómo llegaste aquí?- preguntó tratando de sonar contenta. -Oh... es una larga historia, luego te la cuento... ¡Pero ya te encontré! ¡Qué alegría!- exclamaba la mujerdreja estrujando fuerte a la bruja. Mientras la abrazaba, notó la presencia de Nero -¿Y ése quién es?- preguntó, adoptando una actitud despectiva muy similar a la de Mina.

La bruja volteó y miró de arriba a abajo al dragón -Es Nero, mi nuevo asistente- explicó -Sabe romper cosas muy eficientemente, pero no sabe coser heridas- añadió con un bufido. Hablaban de él como si no estuviera cerca ni pudiera escucharlas. Mientras tanto, el posadero seguía allí parado, mirando con ojitos ensoñadores a las mujeres, imaginando una escena que las involucraba desnudas y un enorme chorizo.

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9
Integro a mi pnj Tina a la historia.

-Al fin- exclamo el no-borracho al momento que tomaba los pantalones y la camisa que le traía el posadero, se quito el pedazo de tela que estaba usando sin importarle la bruja, el posadero o la chica comadreja que acababa de entrar en la habitación, no les prestaba atención porque cada segundo sobrio le generaba un malestar peor que cualquier cosa.

Su camisa le quedaba incomoda así que se la arranco, volvió a tomar el pedazo de tela roja que solía vestir antes y lo puso alrededor de su cintura y la afirmo con la correa que utilizaba para cargar sus armas y acomodo las mismas para emprender su búsqueda de un curandero -vamos, no hay tiempo que perder, Posadero, niña comadreja, ustedes llevaran a Mina, yo me encargare que nada se interponga en el camino- estaba enojado y quería romper cosas, empezó por la puerta la cual tiro abajo de una patada, antes que el posadero le dijera algo por aquello, Nero le miro de tal forma que simplemente entendió que lo mejor era cobrarle después que se le pasara lo que fuera que lo tenia en ese estado.

Nero fue pateando y golpeando todo lo que se cruzara en el camino de ellos, era como si hubiera adoptado su actitud cuando estaba transformado en dragón, iracundo, violento, sobrio. Un caótico elipsis mas tarde y muchos daños colaterales después, aquel grupo había llegado y entrado a la casa del curandero.... Por la fuerza.

-Están cometiendo un gran error, yo tengo contacto con Mamá Ru-
-Podrías tener un Rajang de mascota y me seguiría importando un bledo-
-Te arrepentirás sobre esto-
-Ya lo estoy haciendo... Ahora cúrala y sin trucos raros-
-No creas que puedes decirme que hacer.... Oh no pobrecita, que clase de malnacido haría semejante barbarie-

Exclamo el curandero al ver el estado en el que Mina se encontraba, rápidamente su vocación se impuso a su estado de animo y comenzó a dar ordenes al posadero y a la chica comadreja para que le trajeran cosas que necesitaba para tratar esas heridas como correspondía, veía que debía hacer unas cosas antes de que pudiera utilizar su magia y cerrar la herida como correspondía.

A lo lejos se podía escuchar el ruido de una caravana de soldados que pasaba por fuera de la casa, probablemente en la dirección del aterrizaje forzoso que habían tenido, cuando todo era mas feliz y embriagador.

Tina estaba horrorizada por lo que veía.
-¿Le viste el tam...-
-¿Del pensamiento? Obvio.-
-Romper cosas se le da bien-
-Te lo dije-

Mina y Tina se despidieron del posadero quien lloraba al ver su puerta tirada en el piso, luego le pagarían pues dejaron todas sus cosas en la habitación, Mina tenía la intención de volver allí para dormir ya que había sido la cama más decente en la que había dormido durante su estadía en Baslodia.

Al principio, Mina avanzaba sin problemas, pero a medida que caminaba, el efecto de la adormidera se le pasaba y el del veneno se hacía sentir. Comenzó a sudar, afiebrada, y Tina la sostenía de la mano pues cada paso dolía como si millones de agujas se le enterraran en la piel. -Vamos Mina... tú puedes... ¡ya casi llegamos!- le repetía la pequeña Tina, sufriendo al ver el estado de su linda brujita y maldiciendo a Nero por no ser un mejor asistente.

Entró a la casa del curandero prácticamente arrastrando a Mina, quien deliraba de la fiebre. -Oh no pobrecita, que clase de malnacido haría semejante barbarie- exclamó el elfo sanador, olvidando que el golpe de Nero dejó su puerta colgando de un perno. -¡Él! ¡Él fue!- acusó Tina, señalando al dragón con furia -¡Él me la dejó así de mal remendada!- exclamó con los ojos llenos de lágrimas. -Pronto mis pequeñas criaturas de luz... pónganla en la camilla, rápido, rápido- urgía el elfo.

Una vez ubicada la bruja en donde pedía el elfo, hizo salir de la habitación a Nero y a Tina, dejándolos en el recibidor bajo la mirada desconfiada y sentenciosa de una enorme mujer bestia con cuernos... y barba, a quien Tina miraba sorprendida sin ningún disimulo.

Al cabo de un rato, el elfo sanador salió de la habitación donde había atendido a la bruja. Su rostro era solemne y llevaba sus manos juntas -Estará bien- anunció -He drenado el veneno de su cuerpo y reparé ese desastre que hicieron con su piel- explicó. Tuvo los ojos cerrados todo ese tiempo, así que los abrió para mirar a Tina y Nero con intensidad. -¿Acaso saben dónde están?- les preguntó paseando la mirada de uno a otro. -¿Entienden al templo que han perturbado con su violencia? No, no tienen idea- aseguró. -¡Mi templo! ¡Mi hogar! ¡Ese es el lugar al que han violentado! No necesitaban entrar a la fuerza, solo bastaba tocar la puerta...- indicó, mirando con especial disgusto a Nero. Tina también miró con desagrado al dragón.

-Lo sentimos mucho- habló la pequeña mujerdreja -Estábamos desesperados porque alguien atendiera a Mina, estaba muy mal- explicó, dando un paso adelante y mirando al elfo con sus grandes ojitos negros. El elfo la miró con los ojos levemente entrecerrados y suspiró, levantando la mirada y volteando los ojos -Veo que eres un ser puro, pequeña comadreja y estás verdaderamente preocupada por tu amiga- dijo. -¿Y tú, bruto de grandes pectorales y vientre definido? ¿Qué tienes que añadir? ¿Por qué has entrado así a la casa del gran Whal'tir Mher'kha-do?- pidió explicaciones a Nero.

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Le damos la más cordial bienvenida al único, al inigualable, al magnífico [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

-Pero que papucho mas Carismatico-
-Huh?-
-Te ves como alguien que necesita un abrazo... Ah sabes que, ven acá-
-Oye suéltame que rayos-
-Esta bien, todos poseemos una Naturaleza que nos hace únicos-

Nero intento zafarse, pero aquello era mucho mas fuerte que el, la chicadreja observaba aquello con bastante extrañeza, sin embargo, le agradaba la idea de ver a Nero así de incomodo, entonces el elfo curandero los interrumpió y explico que Mina ya estaba curada como correspondía. El dragón iba a responder a los planteamientos del elfo, pero este no le dejaba hablar y cuando lo hizo la chicadreja tomo la palabra, entonces una nueva pregunta surgió, pero Nero no creía que se dirigiera a el.

-¿Y tú, bruto de grandes pectorales y vientre definido? ¿Qué tienes que añadir? ¿Por qué has entrado así a la casa del gran Whal'tir Mher'kha-do?-
-Creo que te habla a ti-
-Hay gracias por notarlo querido, es cierto que cuido bien mi cuerpo pero creo que no se refiere a mi-
-Ah, vale, en ese caso, mandamos a llamar al gran Walter-
-Whal'tir-
-Claro, lo que sea, el asunto es que no estabas disponible y he tenido que improvisar para traerla acá-
-Que Osado-
-Es un milagro que haya durado tanto con semejante carnicería-
-Oye, no le hice nada que yo no me haya hecho a mi mismo antes-
-Que Agallas-
-Por desgracia carece de Talento-
-Pero tiene Chispa, los tres jóvenes que han entrado a tu santuario lo tienen-
-Se lo que insinúas Ladybeard pero Mamá Ru es la única que puede determinar quien es un contchudo y quien no-
-Oye!-
-Tranquilo papucho, es un cumplido-

Exclamo el barbudo hombre cuyo atuendo no concordaba para nada con su cuerpo, al momento que le daba una palmadita en la espalda a Nero, quien cayo al piso como un saco de papas, Ladybeard se asusto, Whal'tir se sorprendió y Tina rio, porque le desagradaba Nero. Al ver que Nero no se levantaba Ladybeard y Whal'tir lo llevaron a una de las camillas de la habitación donde habían tratado a Mina, cuando el elfo comenzó a examinarlo no supo por donde comenzar.

-Su brazo derecho esta lacerado, puedo palpar 3.. 4 costillas rotas, tiene una luxación en el tobillo izquierdo desde quien sabe cuando y quien sabe cuantas cosas mas... Aun así fue capaz de traer a su amiga acá.. Lady creo que tenias razón puede que sean contchudos después de todo-
-Te lo dije!, reconozco a un contchudo cuando lo veo-
-Muy bien, comenzare a trabajar en este, Lady, sal con la chicadreja, Mamá Ru debe estar por llegar en cualquier momento, alguien debe recibirla-
-A tus ordenes Whal'tirsito, ven chicadreja, dejemos al sanador, curandero, experto yerbatero, actor, bailarín, astrólogo, mentalista, clarividente y conocedor en de las artes ocultas. Para que haga su trabajo tranquilo-
-Me llamo Tina-
-Ladybeard para servirte-

Exclamo haciendo una leve reverencia y llevándose a Tina para dejar que el segundo al mando de CONTChA se hiciera cargo de la situación

OFF: Here comes a new challenger [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

Aquella enorme cosa peluda y bien vestida deslumbraba a la pequeña Tina. Además su voz era suave, olía rico, tenía buenos modales y emanaba una energía de paz y felicidad contagiosa. La chicadreja lo siguió sin dudar, mirándolo con ojos grandes y brillantes. -¿Quién es Mama Ru?- le preguntó mientras salían de la habitación -Oh, querida, Mama Ru no es quién... ¡Es qué! Y ella lo es todo- explicó Ladybeard y cerró la puerta tras de si, dejando a Whal'tir trabajar tranquilo en el maltrecho cuerpo de Nero.

Whal'tir se volvió a sacar los enormes añillos que ostentaba en los dedos y se concentró, frotándose las palmas vigorosamente una contra otra -Vas a quedar como nuevo, mi pequeño torbellino de dolor- dijo con voz aterciopelada mientras canalizaba su fuerza energética a través de sus manos sobre el cuerpo de Nero y recitaba antiguos y perdidos cantos de sanación.

Con el suave murmullo de Whal'tir, Mina comenzó a despertar. La embargaba una cálida sensación, sentía su cuerpo liviano y tibio. Sonreía levemente y miraba el techo, escuchando las canciones de Whal'tir -Son como un arrullo- pensó. Estaba de verdad en paz, como hacía mucho tiempo no se sentía. Por su cabeza no corrían preocupaciones ni maquinaciones o la imagen de las joyas de la Gorgona. Simplemente estaba allí, existiendo, disfrutando de las suaves sensaciones que aquel lugar le transmitían.

Despacio y con parsimonia, se movió para sentarse en el borde de la camilla donde la habían recostado. Encontró con la mirada a Whal'tir, quien estaba de espaldas a ella, concentrado en Nero. La bruja sintió como una ola enorme el grandísimo poder del elfo, pero no se sintió amenazada, todo lo contrario, se sintió reconfortada. Se bajó con cuidado y avanzó sin hacer ruido junto a él para observar su magia. El éter que salía de él brillaba dorado y tornasol, fundiéndose en el maltrecho cuerpo de Nero. -Ojalá pudieras sanar las heridas de su alma- dijo la bruja en voz baja y suave. -Oh... querida... ni el sanador más poderoso podría hacer ese milagro- respondió Whalt'ir sin abrir los ojos, que mantenía cerrados como parte del rito -Pero quizás una poderosa ilusionista logre ayudarlo- añadió, entreabriendo uno para mirarla de reojo. Una pequeña sonrisa de picardía apareció fugaz en los labios del elfo. Mina frunció el ceño confundida y guardó silencio, haciéndose la loca tras el comentario.

El elfo terminó su ritual de sanación y cubrió al dragón con una mantita -Hay que dejarlo descansar- comentó mientras encendía una nueva varita de incienso -Tú estabas maltrecha, pero esta pobre alma perturbada estaba hecha añicos- explicó, guiando a Mina fuera de la habitación. -Soy Whal'tir Mher'kha-do. Joven Wilhelmina Harker, bienvenida a mi vida- se presentó y la estrechó en un abrazo que Mina jamás olvidaría.

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