Metiendo la pata [Privado] [Cerrado]
Página 1 de 1. • Comparte
Metiendo la pata [Privado] [Cerrado]
Al Señor Puestero no le terminaba de convencer la situación, hacía unas pocas semanas había tenido un enorme problema cuando un cliente se quejó porque había encontrado una rata flotando en el estofado. La mitad de la clientela se había ido del local, la mayoría de ellos sin pagar, y poder retomar con el negocio le había costado lo suyo, había tenido que mandar a limpiar toda la cocina y poner plata de su bolsillo para sostener los gastos diarios hasta que poco a poco los clientes comenzaron a llegar de nuevo.
Y ahora esto...
Una rata de un metro estaba sentada en la barra, había pedido de comer un enorme trozo de carne con patatas, y para acompañarlo una jarra de agua, porque según él la cerveza humana era horrible. El Señor Puestero había servido el pedido antes de ver quien era el cliente, y ahora que lo tenía en frente simplemente tenía sensaciones encontradas, ya había pagado, por lo que tenía que tratarlo como a cualquier cliente... ¡Pero era una maldita rata gigante! ¿Qué dirían las personas?
Mientras tanto, Amit no se percataba de absolutamente nada, estaba totalmente concentrado en llevarse tanta carne y patatas a la boca como le fuera posible. Acababa de llegar de una expedición y sentía un hambre voraz, incluso aunque sabía que las otras razas veían con buenos ojos el usar cubiertos, era una pérdida de tiempo que en ese momento no se podía permitir, así que estaba comiendo con las manos.
Mientras masticaba se encontró con un pedazo especialmente duro, tuvo que agarrarlo con ambas manos y estirar con todas sus fuerzas hasta que finalmente logró que se separe del resto. Las personas a su alrededor al principio no parecían preocupadas, pero a medida que Amit se empecinaba en sacar hasta el último pedazo de carne del hueso, comenzaba a resultar algo espeluznante.
Se encontraba sentado en un puesto de comida en la calle, perfecto para los viajeros que estaban de paso y sólo querían detenerse unos momentos para comer algo y luego seguir su camino. El Mausu metió el hocico entero dentro de la jarra con agua, casi hace que se caiga y tuvo que agarrarlo con ambas manos ya que era un objeto pensado para personas con extremidades bastante más grandes. Aún así se terminó mojando gran parte de la ropa, era inevitable, quería terminar de almorzar lo antes posible.
-Se lo agradezco, Señor ¡Tchik! Estuvo delicioso - Dio un salto y se bajó del largo banco que le habían puesto para que pudiera llegar hasta la mesa del puesto. El dueño del lugar se apuró a retirar todo lo que Amit había tocado para tirarlo dentro de un balde con agua y jabón, el roedor siquiera notó ese desaire, estaba muy ocupado lamiendo los restos de comida que habían quedado en sus manos.
Se había enterado que habían unos traficantes de objetos antiguos y tenía que encontrarlos antes de que dejaran la ciudad, podría ser una excelente oportunidad para poder recuperar algunas cosas y luego revenderlas por su cuenta. Por eso la comida había tenido que ser fugaz, tendría un breve tiempo para hacer la digestión antes de que comenzara con sus trabajos de espía.
Y ahora esto...
Una rata de un metro estaba sentada en la barra, había pedido de comer un enorme trozo de carne con patatas, y para acompañarlo una jarra de agua, porque según él la cerveza humana era horrible. El Señor Puestero había servido el pedido antes de ver quien era el cliente, y ahora que lo tenía en frente simplemente tenía sensaciones encontradas, ya había pagado, por lo que tenía que tratarlo como a cualquier cliente... ¡Pero era una maldita rata gigante! ¿Qué dirían las personas?
Mientras tanto, Amit no se percataba de absolutamente nada, estaba totalmente concentrado en llevarse tanta carne y patatas a la boca como le fuera posible. Acababa de llegar de una expedición y sentía un hambre voraz, incluso aunque sabía que las otras razas veían con buenos ojos el usar cubiertos, era una pérdida de tiempo que en ese momento no se podía permitir, así que estaba comiendo con las manos.
Mientras masticaba se encontró con un pedazo especialmente duro, tuvo que agarrarlo con ambas manos y estirar con todas sus fuerzas hasta que finalmente logró que se separe del resto. Las personas a su alrededor al principio no parecían preocupadas, pero a medida que Amit se empecinaba en sacar hasta el último pedazo de carne del hueso, comenzaba a resultar algo espeluznante.
Se encontraba sentado en un puesto de comida en la calle, perfecto para los viajeros que estaban de paso y sólo querían detenerse unos momentos para comer algo y luego seguir su camino. El Mausu metió el hocico entero dentro de la jarra con agua, casi hace que se caiga y tuvo que agarrarlo con ambas manos ya que era un objeto pensado para personas con extremidades bastante más grandes. Aún así se terminó mojando gran parte de la ropa, era inevitable, quería terminar de almorzar lo antes posible.
-Se lo agradezco, Señor ¡Tchik! Estuvo delicioso - Dio un salto y se bajó del largo banco que le habían puesto para que pudiera llegar hasta la mesa del puesto. El dueño del lugar se apuró a retirar todo lo que Amit había tocado para tirarlo dentro de un balde con agua y jabón, el roedor siquiera notó ese desaire, estaba muy ocupado lamiendo los restos de comida que habían quedado en sus manos.
Se había enterado que habían unos traficantes de objetos antiguos y tenía que encontrarlos antes de que dejaran la ciudad, podría ser una excelente oportunidad para poder recuperar algunas cosas y luego revenderlas por su cuenta. Por eso la comida había tenido que ser fugaz, tendría un breve tiempo para hacer la digestión antes de que comenzara con sus trabajos de espía.
Última edición por Amit'tek el Mar Mayo 05 2020, 23:49, editado 1 vez
Amit'tek
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 227
Nivel de PJ : : 2
Re: Metiendo la pata [Privado] [Cerrado]
Roilkat, la famosa ciudad de cristal. Con este sobrenombre, Frosk se imaginaba un lugar sacado de un cuento, como los que su abuelo le contaba cuando era pequeño. Edificios coloridos llenos de joyas tan altos como la vista alcanzara, calles empedregadas con joyas, gente con muchas joyas... Joyas, cristales preciosos y todo aquello que brillase por todas partes, en general.
Para nada era tan ostentoso, idílico y fantasioso como el hombre-rana se había interiorizado. Es cierto que habían muchas tiendas con joyas, muchas cristalerías, tiendas que vendían objetos preciosos hechos con vidrio... Pero todo llevado a un plano práctico y humano. Es decir; mundano.
Siguiendo los consejos del Capitán Duchard, el anfibio quiso transcribir todas las historias que tenía en su cabeza sobre el mundo que le rodeaba y los lugares que quería visitar en el mismo diario que el mercante le otorgó. Con ello, también podría guardar sus vivencias para siempre. Había un único y pequeño problema... No sabía escribir, y los dedos de Bluto eran demasiado gordos y grande para sostener una pluma sin torcerla o romper su punta. Dos páginas del diario habían sufrido esto.
Así que ahí iba, por la ciudad de cristal con un libro vacío debajo de su brazo a la par que miraba y andaba para todos lados. Estaba en el barrio más comercial, por lo que los artículos de lujo podían verse desde el exterior de los escaparates. De vez en cuando, se detenía para ver alguno que le llamaba la atención. El bio-cibernético, como siempre, le acompañaba en silencio y observante.
-Mi abuelo tenía un anillo con una joya de Roilkat incrustada, ¿Sabes? Croac-Dijo mirando a su acompañante
-Los anillos son caros, seguramente sería algún obsequio por un trabajo bien hecho
-Hmm, quizás...-Se puso pensativo-Hasta que no tuvo más edad para luchar, estuvo en la Guardia, así que seguro hizo muchas hazañas que ni siquiera llegó a contarme, croac
Bluto no contestó y se limitó a seguir al anfibio allá por donde iba.
-Necesito encontrar alguien que sepa escribir, croac
-Si le sirve de consuelo, yo almaceno en mis archivos todo aquello que usted me dice, señor Frosk
-¡Pero me gustaría tener mis historias a la vista!
-No sabe leer-Refutó
-...-Hasta ahora no había caído en ello-¡Pues ya aprenderé!-Se le hinchó el saco vocal mientras levantaba un puño, molesto, mientras continuaban andado. Acto seguido, lo bajo-Necesitamos encontrar a alguien que me enseñe a escribir y leer
-...-Iba a decir algo, pero veía tan empecinado y emocionado a su compañero con aquella idea que prefirió callar.
Bluto entonces alzó la mirada al frente y, de entre la multitud, pudo distinguir a alguien familiar.
-Allí está el señor Amit
-¿Quién?
-El señor ratón que nos encontramos en el Día de la Alianza que desapareció de una forma repentina
Mientras seguían andando, el anfibio se quedó mirando por varios segundos al ser de metal extrañado. No caía en la cuenta, hasta que de pronto, por su mente se le cruzó el recuerdo.
-¡Croac, el señor de los insectos!-Giró rápidamente su cabeza hacia el frente y pegó un salto para intentar mirar por encima de la gente.
No pudo ver mucho, por lo que pegó otro salto, esta vez para montarse a los hombros de Bluto y visualizar desde allí mejor.
-¡Allí está!-Lo encontró y lo señaló-¡Rápido, ve!-Le ordenó a su compañero
Dicho y hecho. El ser de metal emprendió una marcha rápida, casi corriendo. Sus pisadas se escuchaban estruendosamente, y casi se podía jurar que el suelo temblaba con cada una de ellas. La gente, un poco sorprendida y asustada, se apartaba.
-¡Señor Amit, espere!
Una vez que llegó hasta el ratón, se detuvo en seco.
-Un gusto volver a verle-Exageradamente, inclinó su tronco haciendo una reverencia. De este, saltó Frosk dando una voltereta en pleno aire para caer a los pies de Bluto. Fue una entrada sensacional, de eso no cabía duda, hasta hizo una pose final en el aterrizaje en la que levantaba a media altura uno de sus brazos con sus dedos corazón e índice y una sonrisa jovial invadía su rostro.
-¡Muy buenas, señor ratón!
Para nada era tan ostentoso, idílico y fantasioso como el hombre-rana se había interiorizado. Es cierto que habían muchas tiendas con joyas, muchas cristalerías, tiendas que vendían objetos preciosos hechos con vidrio... Pero todo llevado a un plano práctico y humano. Es decir; mundano.
Siguiendo los consejos del Capitán Duchard, el anfibio quiso transcribir todas las historias que tenía en su cabeza sobre el mundo que le rodeaba y los lugares que quería visitar en el mismo diario que el mercante le otorgó. Con ello, también podría guardar sus vivencias para siempre. Había un único y pequeño problema... No sabía escribir, y los dedos de Bluto eran demasiado gordos y grande para sostener una pluma sin torcerla o romper su punta. Dos páginas del diario habían sufrido esto.
Así que ahí iba, por la ciudad de cristal con un libro vacío debajo de su brazo a la par que miraba y andaba para todos lados. Estaba en el barrio más comercial, por lo que los artículos de lujo podían verse desde el exterior de los escaparates. De vez en cuando, se detenía para ver alguno que le llamaba la atención. El bio-cibernético, como siempre, le acompañaba en silencio y observante.
-Mi abuelo tenía un anillo con una joya de Roilkat incrustada, ¿Sabes? Croac-Dijo mirando a su acompañante
-Los anillos son caros, seguramente sería algún obsequio por un trabajo bien hecho
-Hmm, quizás...-Se puso pensativo-Hasta que no tuvo más edad para luchar, estuvo en la Guardia, así que seguro hizo muchas hazañas que ni siquiera llegó a contarme, croac
Bluto no contestó y se limitó a seguir al anfibio allá por donde iba.
-Necesito encontrar alguien que sepa escribir, croac
-Si le sirve de consuelo, yo almaceno en mis archivos todo aquello que usted me dice, señor Frosk
-¡Pero me gustaría tener mis historias a la vista!
-No sabe leer-Refutó
-...-Hasta ahora no había caído en ello-¡Pues ya aprenderé!-Se le hinchó el saco vocal mientras levantaba un puño, molesto, mientras continuaban andado. Acto seguido, lo bajo-Necesitamos encontrar a alguien que me enseñe a escribir y leer
-...-Iba a decir algo, pero veía tan empecinado y emocionado a su compañero con aquella idea que prefirió callar.
Bluto entonces alzó la mirada al frente y, de entre la multitud, pudo distinguir a alguien familiar.
-Allí está el señor Amit
-¿Quién?
-El señor ratón que nos encontramos en el Día de la Alianza que desapareció de una forma repentina
Mientras seguían andando, el anfibio se quedó mirando por varios segundos al ser de metal extrañado. No caía en la cuenta, hasta que de pronto, por su mente se le cruzó el recuerdo.
-¡Croac, el señor de los insectos!-Giró rápidamente su cabeza hacia el frente y pegó un salto para intentar mirar por encima de la gente.
No pudo ver mucho, por lo que pegó otro salto, esta vez para montarse a los hombros de Bluto y visualizar desde allí mejor.
-¡Allí está!-Lo encontró y lo señaló-¡Rápido, ve!-Le ordenó a su compañero
Dicho y hecho. El ser de metal emprendió una marcha rápida, casi corriendo. Sus pisadas se escuchaban estruendosamente, y casi se podía jurar que el suelo temblaba con cada una de ellas. La gente, un poco sorprendida y asustada, se apartaba.
-¡Señor Amit, espere!
Una vez que llegó hasta el ratón, se detuvo en seco.
-Un gusto volver a verle-Exageradamente, inclinó su tronco haciendo una reverencia. De este, saltó Frosk dando una voltereta en pleno aire para caer a los pies de Bluto. Fue una entrada sensacional, de eso no cabía duda, hasta hizo una pose final en el aterrizaje en la que levantaba a media altura uno de sus brazos con sus dedos corazón e índice y una sonrisa jovial invadía su rostro.
-¡Muy buenas, señor ratón!
Frosk
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 109
Nivel de PJ : : 1
Re: Metiendo la pata [Privado] [Cerrado]
Amit iba caminando con ambas manos apoyadas sobre la panza, de pronto se le ocurrió que comerse hasta la última patata podría haber sido un poco mucho, aún así no era como si tuviera opción, así que apuró el paso con la esperanza de que la caminata lo ayudara a acelerar la digestión.
Unos días antes, el Mausu se encontraba en medio de una excavación en unas ruinas con un compañero de su misma raza. Pocas veces pasaba que tuvieran que trabajar en equipos, pero para esas edificaciones en particular les había parecido que valía la pena duplicar sus esfuerzos. Mientras cavaban alrededor de una piedra especialmente grande para luego poder hacer palanca y levantarla, su amigo le dijo que de camino allí se había encontrado con algo curioso.
-Eran un grupo bastante grande de Hombres-Bestia, habían improvisado un campamento bastante alejado de los caminos, y llevaban muchos carros con cajas y barriles. Seguro debía costarles lo suyo el poder moverlos por el medio de los pastizales y los árboles -
Resultaba extraño sobre todo porque un grupo de comerciantes no se alejaría de los caminos, no sólo por la dificultad extra sino también por lo peligroso. Eso los llevó a pensar que probablemente no querían que la gente viera lo que estaban transportando, eso daba como resultado sólo una posibilidad: Traficantes.
Cuando se despidieron el otro Mausu le señaló a Amit en qué dirección se había ido la caravana y el resto había sido sencillo, seguir el rastro de un número importante de personas por el medio de la selva no era complicado para el olfato de un roedor. Por lo que había visto, habían entrado a la ciudad en mitad de la noche, con todo el cargamento bien tapado y pagando a dos Guardias para que no lo revisaran.
Por haberlos perseguido todo ese tiempo, apenas había comido y dormido, pero por fin estaba llegando el momento de actuar.
Un extraño temblor en el piso sumado a que escuchó su nombre hizo que Amit se detuviera y se girara justo para ver a un Bio y a una Rana hacer toda una entrada espectacular. Los oijtos negros del Mausu se los quedó viendo sin entender muy bien....
-¿Quienes son ustedes? - La memoria de esa raza no era de lo más destacable, pero cómo Amit sabía que esas cosas ocurrían, sacó su cuaderno y empezó a buscar descripciones de Bios acompañados de ranas - ¡Ah! Frosk - Dijo señalando al Bio - Y Bluto - Señalando al Hombre-Rana - Sí, sí, sí, sí, ahora lo recuerdo Tchik ¿Cómo han estado? -
Escuchó la respuesta con algo de impaciencia, no podía quedarse demasiado ya que estaba oscureciendo y seguramente los traficantes aprovecharían nuevamente la noche para poder irse de la ciudad sin ser vistos.
-Tengo que... Tengo que irme ya ¡Perderé el rastro si no me apuro! -
Unos días antes, el Mausu se encontraba en medio de una excavación en unas ruinas con un compañero de su misma raza. Pocas veces pasaba que tuvieran que trabajar en equipos, pero para esas edificaciones en particular les había parecido que valía la pena duplicar sus esfuerzos. Mientras cavaban alrededor de una piedra especialmente grande para luego poder hacer palanca y levantarla, su amigo le dijo que de camino allí se había encontrado con algo curioso.
-Eran un grupo bastante grande de Hombres-Bestia, habían improvisado un campamento bastante alejado de los caminos, y llevaban muchos carros con cajas y barriles. Seguro debía costarles lo suyo el poder moverlos por el medio de los pastizales y los árboles -
Resultaba extraño sobre todo porque un grupo de comerciantes no se alejaría de los caminos, no sólo por la dificultad extra sino también por lo peligroso. Eso los llevó a pensar que probablemente no querían que la gente viera lo que estaban transportando, eso daba como resultado sólo una posibilidad: Traficantes.
Cuando se despidieron el otro Mausu le señaló a Amit en qué dirección se había ido la caravana y el resto había sido sencillo, seguir el rastro de un número importante de personas por el medio de la selva no era complicado para el olfato de un roedor. Por lo que había visto, habían entrado a la ciudad en mitad de la noche, con todo el cargamento bien tapado y pagando a dos Guardias para que no lo revisaran.
Por haberlos perseguido todo ese tiempo, apenas había comido y dormido, pero por fin estaba llegando el momento de actuar.
Un extraño temblor en el piso sumado a que escuchó su nombre hizo que Amit se detuviera y se girara justo para ver a un Bio y a una Rana hacer toda una entrada espectacular. Los oijtos negros del Mausu se los quedó viendo sin entender muy bien....
-¿Quienes son ustedes? - La memoria de esa raza no era de lo más destacable, pero cómo Amit sabía que esas cosas ocurrían, sacó su cuaderno y empezó a buscar descripciones de Bios acompañados de ranas - ¡Ah! Frosk - Dijo señalando al Bio - Y Bluto - Señalando al Hombre-Rana - Sí, sí, sí, sí, ahora lo recuerdo Tchik ¿Cómo han estado? -
Escuchó la respuesta con algo de impaciencia, no podía quedarse demasiado ya que estaba oscureciendo y seguramente los traficantes aprovecharían nuevamente la noche para poder irse de la ciudad sin ser vistos.
-Tengo que... Tengo que irme ya ¡Perderé el rastro si no me apuro! -
Amit'tek
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 227
Nivel de PJ : : 2
Re: Metiendo la pata [Privado] [Cerrado]
-No, no, no, no, no y NO-Con cada "No", la rana daba un pequeño saltito algo molesto-¡YO soy Frosk!-Se señaló-¡Y ÉL es Bluto!
-Es fácil de deducir, ya que "Frosk" significa "Rana" en...-
-¡Como sea, croac!-Dijo, interrumpiendo a su compañero-Nosotros estamos bien, ¿Y usted...?-Casi no terminó de decir la frase, cuando el ratón por algún motivo puso pies en polvorosa-...croac...-Miró al bio-cibernético, el cual le devolvió la mirada, mientras hinchaba su saco vocal.
Acto seguido, ambos volvieron a poner su atención en la figura de Amit, que cada vez se alejaba más.
-Ha dicho algo de un rastro.-Volvió a mirar a Frosk-¿Cree que estará en apuro? ¿Necesitará alguna ayuda?
-Es extraño que alguien se despida así, croac-Dijo mientras se subía a los hombros del ser de metal-¡Así que es nuestro deber prestarle ayuda!-Levantó un brazo y señaló en dirección hacia donde se había ido Amit-¡En marcha, croac!
Sin más, el bio-cibernético empezó de nuevo a correr a toda velocidad para alcanzar así al roedor. No tardó mucho en alcanzarlo. Cuando estuvo a su altura, lo agarró y lo subió a su espalda, junto a Frosk. Cada hombre-bestia estaba en un hombro de Bluto, estaban un poco apretados, pero podían agarrarse bien.
-Señor Amit, como buenos aventureros, es nuestro deber ayudarle en cualquier problema que tenga, croac. Mi abuelo solía decirme que siempre ayudase a todo el mundo que estuviera en apuro, y eso pienso hacer.-Levantó el pulgar y guiñó un ojo, seguido de una sonrisa jovial-Así que, cuéntenos cuál es su problema-Tenía cierta dificultad al hablar, ya que Bluto había alcanzado la velocidad de un caballo al galope-¡BLUTO, YA PUEDES PARAR, CABEZA DE TETERA!
Sin más, el bio-cibernético detuvo sus pasos en seco, haciendo que la frenada fuese muy dura, tanto que Frosk no se lo esperaba y fue lanzado junto a Amit hacia adelante a gran velocidad.
Bluto perdió de vista a los dos hombres-bestia. Estos últimos aterrizaron dentro de un carromato que llevaba una gran lona para proteger su mercancía. El anfibio dio de bruces contra un barril, el cual partió en pedazos y un líquido se esparció por todo este. Todo le daba vueltas al ser verdoso, las pupilas, contenidas en sus amarillentos ojos, hacían un baile en espiral.
-...croac...
-Es fácil de deducir, ya que "Frosk" significa "Rana" en...-
-¡Como sea, croac!-Dijo, interrumpiendo a su compañero-Nosotros estamos bien, ¿Y usted...?-Casi no terminó de decir la frase, cuando el ratón por algún motivo puso pies en polvorosa-...croac...-Miró al bio-cibernético, el cual le devolvió la mirada, mientras hinchaba su saco vocal.
Acto seguido, ambos volvieron a poner su atención en la figura de Amit, que cada vez se alejaba más.
-Ha dicho algo de un rastro.-Volvió a mirar a Frosk-¿Cree que estará en apuro? ¿Necesitará alguna ayuda?
-Es extraño que alguien se despida así, croac-Dijo mientras se subía a los hombros del ser de metal-¡Así que es nuestro deber prestarle ayuda!-Levantó un brazo y señaló en dirección hacia donde se había ido Amit-¡En marcha, croac!
Sin más, el bio-cibernético empezó de nuevo a correr a toda velocidad para alcanzar así al roedor. No tardó mucho en alcanzarlo. Cuando estuvo a su altura, lo agarró y lo subió a su espalda, junto a Frosk. Cada hombre-bestia estaba en un hombro de Bluto, estaban un poco apretados, pero podían agarrarse bien.
-Señor Amit, como buenos aventureros, es nuestro deber ayudarle en cualquier problema que tenga, croac. Mi abuelo solía decirme que siempre ayudase a todo el mundo que estuviera en apuro, y eso pienso hacer.-Levantó el pulgar y guiñó un ojo, seguido de una sonrisa jovial-Así que, cuéntenos cuál es su problema-Tenía cierta dificultad al hablar, ya que Bluto había alcanzado la velocidad de un caballo al galope-¡BLUTO, YA PUEDES PARAR, CABEZA DE TETERA!
Sin más, el bio-cibernético detuvo sus pasos en seco, haciendo que la frenada fuese muy dura, tanto que Frosk no se lo esperaba y fue lanzado junto a Amit hacia adelante a gran velocidad.
Bluto perdió de vista a los dos hombres-bestia. Estos últimos aterrizaron dentro de un carromato que llevaba una gran lona para proteger su mercancía. El anfibio dio de bruces contra un barril, el cual partió en pedazos y un líquido se esparció por todo este. Todo le daba vueltas al ser verdoso, las pupilas, contenidas en sus amarillentos ojos, hacían un baile en espiral.
-...croac...
Frosk
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 109
Nivel de PJ : : 1
Re: Metiendo la pata [Privado] [Cerrado]
El Mausu sintió de repente que sus pies no tocaban el piso, cuando miró hacia atrás vio que el tal Bluto lo había agarrado para subirlo a su hombro. Amit se sacudió un poco pero finalmente cedió ante lo inevitable, aunque miró al Bio-cibernético con cara ofendido, esa no era manera de tratar a un Ratón respetable como era él, quizás la Rana tuviera poco vergüenza y le diera lo mismo sí lo movían para aquí o para allá, pero el roedor era una persona que destacaba por su orgullo.
-No es tanto un problema como una oportunidad - Respondió el Mausu mientras intentaba averiguar de dónde podía agarrarse, la forma de Bluto resultaba algo desconcertante para el ratón, poco acostumbrado a lidiar con la tecnología - Un compañero me comentó que hay una banda de traficantes que se están moviendo de forma muy sospechosa por esta parte del territorio ¡Tchik! Creemos que podrían estar llevando mercadería interesante, cosas que podrían servirle a mi pueblo - Técnicamente, tan solo técnicamente, eso podía ser considerado robar. Pero Ladrón que roba a ladrón... - Sé que tuvieron que entrar a esta ciudad, quiero encontrarlos antes de que se vayan... -
La explicación se vio interrumpida por el repentino frenado del Bio, Amit aún estaba intentando agarrarse adecuadamente, por lo que salió volando junto con Frosk. Para su suerte, o mala suerte dependiendo de como se viera, terminaron dentro de un carro lleno de barriles, el Hombre-Rana partió uno de los recipientes, mientras que el Mausu (más esponjoso) rodó hasta quedar dentro de uno, con las patas hacia arriba.
Ambos escucharon que alguien silbaba y daba dos golpes al costado del carro, dando la señal de que el conductor ya podía partir. Alarmado, Amit se dio cuenta que estaban a punto de comenzar un viaje que ninguno de los dos Hombres-Bestia tenían intenciones de hacer, por lo que comenzó a patalear con más fuerza, intentando darse vuelta para poder salir del barril.
-Rápido cabeza de Rana, van a llevarnos vaya a saber uno dónde y perderemos a los traficantes - Un agujero quedó a la altura del ojo del Mausu, desde allí pudo ver, o más bien suponer, que estaban cubiertos por una gruesa lona y que el carro en el que estaban era bastante grande, ya que veía muchos barriles y cajas - ¿Puedes ver qué es lo que transportan? - Preguntó el roedor, ahora en tono más bajo.
Logró finalmente darse la vuelta y asomar la cabeza por el borde del barril, su visión nocturna no era mucho mejor que la de día, pero podía sentir el olor de metales, alcohol, telas, y varias cosas más que no lograba identificar. Tal vez y solo tal vez...
-¿Tchik? - Acercó una de las manos hasta la manta que los cubría y con mucho cuidado la levantó para ver qué pasaba afuera. Pudo ver que ya quedaba muy poca luz del sol, y que tan solo desde el lado que podía ver habían al menos seis guerreros-conejo, con armaduras y armas de distinto tipo, todos parecían mercenarios con experiencia - No puede ser... - Uno de los Hombre-Conejo desvió la mirada hacía donde estaba Amit, por lo que el roedor bajó rápido la lona y volvió a esconderse - Frosk, Frosk - Intentaba llamar la atención del Hombre-Rana sin levantar demasiado la voz - Son ellos, son los traficantes de los que te hablé -
Cuando Amit había seguido el rastro de la comitiva por el bosque, había visto que las huellas que dejaban no eran de pies humanos, de hecho, eran bastantes variadas. Por lo que ya sabía que tenían que haber Hombres-Bestia involucrados ¡Todas las piezas encajaban! Un grupo numeroso viajando de noche, con un gran cargamento, y lleno de no-humanos ¡Tenían que ser los traficantes que el Mausu había estado buscando!
Agarró a Frosk en cuanto lo tuvo cerca y lo metió en el barril junto con él.
-Tenemos que ver la manera de salir de aquí, encontrar a Bluto y quitarles la mercadería - Y todo eso en la medida de lo posible sin que los vieran.
-No es tanto un problema como una oportunidad - Respondió el Mausu mientras intentaba averiguar de dónde podía agarrarse, la forma de Bluto resultaba algo desconcertante para el ratón, poco acostumbrado a lidiar con la tecnología - Un compañero me comentó que hay una banda de traficantes que se están moviendo de forma muy sospechosa por esta parte del territorio ¡Tchik! Creemos que podrían estar llevando mercadería interesante, cosas que podrían servirle a mi pueblo - Técnicamente, tan solo técnicamente, eso podía ser considerado robar. Pero Ladrón que roba a ladrón... - Sé que tuvieron que entrar a esta ciudad, quiero encontrarlos antes de que se vayan... -
La explicación se vio interrumpida por el repentino frenado del Bio, Amit aún estaba intentando agarrarse adecuadamente, por lo que salió volando junto con Frosk. Para su suerte, o mala suerte dependiendo de como se viera, terminaron dentro de un carro lleno de barriles, el Hombre-Rana partió uno de los recipientes, mientras que el Mausu (más esponjoso) rodó hasta quedar dentro de uno, con las patas hacia arriba.
Ambos escucharon que alguien silbaba y daba dos golpes al costado del carro, dando la señal de que el conductor ya podía partir. Alarmado, Amit se dio cuenta que estaban a punto de comenzar un viaje que ninguno de los dos Hombres-Bestia tenían intenciones de hacer, por lo que comenzó a patalear con más fuerza, intentando darse vuelta para poder salir del barril.
-Rápido cabeza de Rana, van a llevarnos vaya a saber uno dónde y perderemos a los traficantes - Un agujero quedó a la altura del ojo del Mausu, desde allí pudo ver, o más bien suponer, que estaban cubiertos por una gruesa lona y que el carro en el que estaban era bastante grande, ya que veía muchos barriles y cajas - ¿Puedes ver qué es lo que transportan? - Preguntó el roedor, ahora en tono más bajo.
Logró finalmente darse la vuelta y asomar la cabeza por el borde del barril, su visión nocturna no era mucho mejor que la de día, pero podía sentir el olor de metales, alcohol, telas, y varias cosas más que no lograba identificar. Tal vez y solo tal vez...
-¿Tchik? - Acercó una de las manos hasta la manta que los cubría y con mucho cuidado la levantó para ver qué pasaba afuera. Pudo ver que ya quedaba muy poca luz del sol, y que tan solo desde el lado que podía ver habían al menos seis guerreros-conejo, con armaduras y armas de distinto tipo, todos parecían mercenarios con experiencia - No puede ser... - Uno de los Hombre-Conejo desvió la mirada hacía donde estaba Amit, por lo que el roedor bajó rápido la lona y volvió a esconderse - Frosk, Frosk - Intentaba llamar la atención del Hombre-Rana sin levantar demasiado la voz - Son ellos, son los traficantes de los que te hablé -
Cuando Amit había seguido el rastro de la comitiva por el bosque, había visto que las huellas que dejaban no eran de pies humanos, de hecho, eran bastantes variadas. Por lo que ya sabía que tenían que haber Hombres-Bestia involucrados ¡Todas las piezas encajaban! Un grupo numeroso viajando de noche, con un gran cargamento, y lleno de no-humanos ¡Tenían que ser los traficantes que el Mausu había estado buscando!
Agarró a Frosk en cuanto lo tuvo cerca y lo metió en el barril junto con él.
-Tenemos que ver la manera de salir de aquí, encontrar a Bluto y quitarles la mercadería - Y todo eso en la medida de lo posible sin que los vieran.
Amit'tek
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 227
Nivel de PJ : : 2
Re: Metiendo la pata [Privado] [Cerrado]
Frosk no se enteraba de nada, el golpe lo había dejado bastante atolondrado y con los ojos dándole vueltas. Por más que Amit le dijera cosas, la rana las iba a interpretar como meros susurros que se irían volando con el aire. Para cuando volvió en sí, estaba metido dentro de un barril, con una lona encima y con el ratón estrujando todas las partes de su cuerpo, ¡Ni siquiera podía hinchar su saco vocal a gusto! Y lo intentó, pero un "croac" grave y espachurrado fue lo único que sonó.
-...¿Q-qué ha pasado, señor Amit?-Se revolvió, por suerte era tan escurridizo como el propio roedor, por lo que aquel espachurramiento era soportable, pero no sabía cuánto aguantaría.-¿Dónde está Bluto?-Echó la mirada hacia arriba, solo había oscuridad.
La carreta sufrió un bache en el camino, que hizo rebotar todas las mercancías que la lona cubría, haciendo que los dos hombres bestia sufrieran los efectos dentro.
-¡Croac!
El quejido de Frosk fue escuchado y los traficantes lo notaron. Detuvieron la carreta y uno de ellos se bajó para ver qué pasaba. Cuando descubrió la lona, pudo ver medio cabeza del hombre rana fuera del barril. Los ojos saltones de este se incrementaron aún más en tamaño, demostrando sorpresa. Pegó tal respingo que salió del barril por completo. Desde luego el hombre conejo que levantó la lona para nada se esperaba eso.
-¿Quién eres?-Preguntó con una cara de pocos amigos
-¡C-caí aquí por error!-Se disculpó-¡Y-ya me iba!-Y, con una sonrisa nerviosa intentó salir del carro, pero al momento de coger el impulso para pegar el salto que se lo permitiera, el conejo le puso una afilada daga curva en el cuello.
-Será mejor que no.-Advirtió-¡Tenemos polizones!-Avisó a sus compañeros
-Croac...-Hinchó su saco vocal hasta quedar al borde de la punta de la daga, un solo empuje más y ese saco explotaría como si de una pompa se tratara.
-...¿Q-qué ha pasado, señor Amit?-Se revolvió, por suerte era tan escurridizo como el propio roedor, por lo que aquel espachurramiento era soportable, pero no sabía cuánto aguantaría.-¿Dónde está Bluto?-Echó la mirada hacia arriba, solo había oscuridad.
La carreta sufrió un bache en el camino, que hizo rebotar todas las mercancías que la lona cubría, haciendo que los dos hombres bestia sufrieran los efectos dentro.
-¡Croac!
El quejido de Frosk fue escuchado y los traficantes lo notaron. Detuvieron la carreta y uno de ellos se bajó para ver qué pasaba. Cuando descubrió la lona, pudo ver medio cabeza del hombre rana fuera del barril. Los ojos saltones de este se incrementaron aún más en tamaño, demostrando sorpresa. Pegó tal respingo que salió del barril por completo. Desde luego el hombre conejo que levantó la lona para nada se esperaba eso.
-¿Quién eres?-Preguntó con una cara de pocos amigos
-¡C-caí aquí por error!-Se disculpó-¡Y-ya me iba!-Y, con una sonrisa nerviosa intentó salir del carro, pero al momento de coger el impulso para pegar el salto que se lo permitiera, el conejo le puso una afilada daga curva en el cuello.
-Será mejor que no.-Advirtió-¡Tenemos polizones!-Avisó a sus compañeros
-Croac...-Hinchó su saco vocal hasta quedar al borde de la punta de la daga, un solo empuje más y ese saco explotaría como si de una pompa se tratara.
Frosk
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 109
Nivel de PJ : : 1
Re: Metiendo la pata [Privado] [Cerrado]
Aunque Amit se veía rechoncho, cuando estaba en sitios apretados resultaba ser bastante elástico y compacto, mismo Frosk resultaba bastante resbaladizo. La cuestión es que, aunque estaban dentro de un barril, se las pudieron ingeniar para acomodarse e incluso poder salir sin mayor consecuencia que algo de molestia, alguna pata en la cara del otro, y posiciones que por suerte nadie vería.
Cuando el Hombre-Rana soltó el sonoro “Croac”, Amit se dio vuelta y lo miró con un gesto alarmado, todo lo sobresaltado que podía verse alguien con el semblante de un ratón. Dio un salto y le tapó la boca con ambas manos, pero ya era tarde, el carro se había detenido y podían escuchar a los maleantes hablando entre ellos.
-Frosk, tonto de remate - Susurró enojado. En cuanto vió que la manta que los cubría se movía hizo lo único que se le ocurrió, intentar escurrirse entre las cajas para que al menos uno de los dos estuvieran libre.
Pero no fue lo suficientemente rápido, cuando los Hombres-Conejo miraron dentro del carro aun estaba a la vista el trasero del Mausu.
-¡Ahí está el otro! ¡Entre las cajas! - Señaló otro de los bandidos - ¡Que no se escape! -
Dos de los Hombres-Conejo se subieron y comenzaron a mover las cajas para hacer salir a Amit, pero el roedor era bastante escurridizo. Al final uno pudo agarrarlo de la cola, y de forma muy dolorosa lo levantaron en el aire, así como a Frosk lo tenían agarrado de las patas de atrás para evitar que saltara.
-¡Sueltenme! ¡Sueltenme dientones asquerosos! - Exclamaba el Ratón mientras se sacudía para todos lados.
-Además de ser un polizón tienes el descaro de insultarnos - Chasqueó con la lengua y negó varias veces - Veo un futuro muy feo para ti, amiguito -
-¿Qué hacemos con ellos? -
-¿Los matamos? -
-No, aún estamos muy cerca de la ciudad. Sí los guardias encuentran dos cadáveres van a empezar a investigar, y eso no nos conviene -
-No hay remedio entonces. Llevemoslo con nosotros y decidamos luego qué hacemos -
Cuando finalmente se pusieron de acuerdo los ataron espalda con espalda y los pusieron sobre otro de los carros, donde quedaban a la vista de toda la banda. En cuanto retomaron el viaje Amit comenzó a hablar en susurros con su compañero, aunque solo lo hacía cuando los Hombres-Conejo se alejaban.
-¿Dónde está tu compañero de metal cuando lo necesitamos? Tchik, no sé cómo saldremos de este aprieto - No tenía duda alguna de que lo lograrían, pero tenían que ser pacientes y esperar a por una oportunidad.
Cuando el Hombre-Rana soltó el sonoro “Croac”, Amit se dio vuelta y lo miró con un gesto alarmado, todo lo sobresaltado que podía verse alguien con el semblante de un ratón. Dio un salto y le tapó la boca con ambas manos, pero ya era tarde, el carro se había detenido y podían escuchar a los maleantes hablando entre ellos.
-Frosk, tonto de remate - Susurró enojado. En cuanto vió que la manta que los cubría se movía hizo lo único que se le ocurrió, intentar escurrirse entre las cajas para que al menos uno de los dos estuvieran libre.
Pero no fue lo suficientemente rápido, cuando los Hombres-Conejo miraron dentro del carro aun estaba a la vista el trasero del Mausu.
-¡Ahí está el otro! ¡Entre las cajas! - Señaló otro de los bandidos - ¡Que no se escape! -
Dos de los Hombres-Conejo se subieron y comenzaron a mover las cajas para hacer salir a Amit, pero el roedor era bastante escurridizo. Al final uno pudo agarrarlo de la cola, y de forma muy dolorosa lo levantaron en el aire, así como a Frosk lo tenían agarrado de las patas de atrás para evitar que saltara.
-¡Sueltenme! ¡Sueltenme dientones asquerosos! - Exclamaba el Ratón mientras se sacudía para todos lados.
-Además de ser un polizón tienes el descaro de insultarnos - Chasqueó con la lengua y negó varias veces - Veo un futuro muy feo para ti, amiguito -
-¿Qué hacemos con ellos? -
-¿Los matamos? -
-No, aún estamos muy cerca de la ciudad. Sí los guardias encuentran dos cadáveres van a empezar a investigar, y eso no nos conviene -
-No hay remedio entonces. Llevemoslo con nosotros y decidamos luego qué hacemos -
Cuando finalmente se pusieron de acuerdo los ataron espalda con espalda y los pusieron sobre otro de los carros, donde quedaban a la vista de toda la banda. En cuanto retomaron el viaje Amit comenzó a hablar en susurros con su compañero, aunque solo lo hacía cuando los Hombres-Conejo se alejaban.
-¿Dónde está tu compañero de metal cuando lo necesitamos? Tchik, no sé cómo saldremos de este aprieto - No tenía duda alguna de que lo lograrían, pero tenían que ser pacientes y esperar a por una oportunidad.
Amit'tek
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 227
Nivel de PJ : : 2
Re: Metiendo la pata [Privado] [Cerrado]
El sol estaba bajo, aquella banda había recorrido la suficiente distancia como para dejar bien lejos la ciudad. Decidieron acampar alrededor de una hoguera, ataron sentados a Frosk y Amit a un árbol, siendo vigilados por uno solo de esos hombres-conejo, el cual se había quedado dormido sobre un taburete, teniendo como apoyo delantero una lanza.
Frosk estaba muy concentrado en un insecto que revoloteaba por su alrededor, había fijado sus ojos saltones en él y se mantenía lo más quieto posible, haciendo caso omiso a todo lo que estaba a su alrededor más allá de su presa. De pronto, esta se acercó, no podía distinguir muy bien qué era, para ser un insecto era grande, pero revoloteaba igual que uno... acto seguido, se posó sobre el morro del hombre-rana, era el momento perfecto... abrió la boca y pegó un rápido mordisco al aire, cazando así al insecto.
-¡Ñam, croac!
Esto despertó al guardia, que miró a los prisioneros con indiferencia.
-Estaos quietecitos.-Se pasó una mano por el rostro para intentar despejarse.
Frosk no dijo absolutamente nada, ya que estaba intentando tragarse a ese insecto tan enorme de origen desconocido. Lo intentos del guardia por mantenerse despierto fueron inútiles, ya que segundos después se le volvieron a cerrar los ojos y a adoptar la misma postura de antes.
Ahora, el hombre-rana miró a su compañero, girando un poco la cabeza tras haber acabado con su tentempié.
-Señor Amit, ¿Por qué quería comerciar con esta gente?-Centró su mirada en el hombre conejo mientras hablaba en un tono de voz muy bajo-No parecen ser amistosos...
Se revolvió un poco entre las cuerdas para ver si podía aflojarlas, pero lo habían atado bien. Echó un vistazo hacia el campamento en general, allí los traficantes parecían divertirse mientras comían y bebían, más allá de estos estaba la carreta que estos transportaban, donde habían dejado el escudo y la espada de Frosk.
El anfibio adoptó un rostro que mostraba su molestia.
-La espada de mi abuelo y mi rodela están ahí, croac. Estos malditos dientudos me las han quitado...-Suspiró a la vez que volvió a tomar aire para llenar su saco vocal-...dónde está Bluto cuando más se le necesita...-Volvió a mirar a su compañero de "prisión"-¡Tenemos que liberarnos y darles una lección, croac!-Aunque su tono era muy bajo, sonaba eufórico-¿Se le ocurre algo, señor Amit?.
Frosk estaba muy concentrado en un insecto que revoloteaba por su alrededor, había fijado sus ojos saltones en él y se mantenía lo más quieto posible, haciendo caso omiso a todo lo que estaba a su alrededor más allá de su presa. De pronto, esta se acercó, no podía distinguir muy bien qué era, para ser un insecto era grande, pero revoloteaba igual que uno... acto seguido, se posó sobre el morro del hombre-rana, era el momento perfecto... abrió la boca y pegó un rápido mordisco al aire, cazando así al insecto.
-¡Ñam, croac!
Esto despertó al guardia, que miró a los prisioneros con indiferencia.
-Estaos quietecitos.-Se pasó una mano por el rostro para intentar despejarse.
Frosk no dijo absolutamente nada, ya que estaba intentando tragarse a ese insecto tan enorme de origen desconocido. Lo intentos del guardia por mantenerse despierto fueron inútiles, ya que segundos después se le volvieron a cerrar los ojos y a adoptar la misma postura de antes.
Ahora, el hombre-rana miró a su compañero, girando un poco la cabeza tras haber acabado con su tentempié.
-Señor Amit, ¿Por qué quería comerciar con esta gente?-Centró su mirada en el hombre conejo mientras hablaba en un tono de voz muy bajo-No parecen ser amistosos...
Se revolvió un poco entre las cuerdas para ver si podía aflojarlas, pero lo habían atado bien. Echó un vistazo hacia el campamento en general, allí los traficantes parecían divertirse mientras comían y bebían, más allá de estos estaba la carreta que estos transportaban, donde habían dejado el escudo y la espada de Frosk.
El anfibio adoptó un rostro que mostraba su molestia.
-La espada de mi abuelo y mi rodela están ahí, croac. Estos malditos dientudos me las han quitado...-Suspiró a la vez que volvió a tomar aire para llenar su saco vocal-...dónde está Bluto cuando más se le necesita...-Volvió a mirar a su compañero de "prisión"-¡Tenemos que liberarnos y darles una lección, croac!-Aunque su tono era muy bajo, sonaba eufórico-¿Se le ocurre algo, señor Amit?.
Frosk
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 109
Nivel de PJ : : 1
Re: Metiendo la pata [Privado] [Cerrado]
Mientras Frosk hacía calculados movimientos para poder agarrar un jugoso insecto, en todo momento el Mausu se mantuvo quieto como una estatua, su gesto era de total fastidio para quien supiera interpretar la gestualidad de un ratón. Se mantuvo con la boca cerrada y la mirada perdida en un punto fijo muy a lo lejos, sus orejas apenas se movían, y eran la única demostración de que aún estaba prestando atención a lo que lo rodeaba.
-¿Podrías... Por un... Segundo... Dejar de... Pensar con tu... Estómago? ¡Tchik! - De haber tenido las manos libres seguramente Amit lo habría estrangulado allí mismo. Pero no podía, estaban completamente atrapados, y en cuanto el grupo de maleantes se alejara lo suficiente de la ciudad seguramente se desharian de ellos.
-Shhh - Fue lo único que dijo el guardia conejo, abriendo un ojo para inmediatamente volverlo a cerrar.
-No iba a comerciar con ellos - Susurró el Ratón moviendo sólo la parte de la boca que apuntaba a Frosk - ¿Sabes lo que hacen estos sabandijas con los objetos antiguos? Los venden por unas pocas monedas a un cualquiera, no le dan el verdadero valor que se merecen estas piezas, no les dan ningún uso. Es un desperdicio que gente así tenga en sus manos cosas tan hermosas -
Si bien Amit también comerciaba con ese tipo de cosas, para el Mausu eran objetos que tenían mucho más valor que el monetario, sí de él hubiese dependido, se habría quedado con todo, y tendría una casa enorme llena de todo tipo de cosas. Pero el bienestar de la tribu era más importante que sus gustos personales, así que con mucho dolor vendía aquellos artículos que no servirían para ninguna cuestión puntual, aunque a veces inventaba excusas para quedarse con algunos objetos y llevarlos a su pueblo de todos modos.
El poder rescatar cosas de las garras de esos horribles contrabandistas era casi un deber moral.
-Estoy pensando, estoy pensando - Le habían sacado su martillo, pero por suerte le habían dejado la capa, sin notar que del lado de adentro estaba llena de pequeños bolsillos. Allí tenía algunas runas y las esferas de Krampus que había comprado, pero tenía que pensar cuidadosamente cómo usaría cualquiera de esas cosas porque sólo tendrían una oportunidad - Escúchame bien, Frosk. Voy a preparar una distracción y cuando todos los conejos estén mirando hacía otro lado tenemos que zafarnos de estas cuerdas - Por suerte el cuerpo del roedor era bastante flexible, podía encogerse mucho más de lo que parecía a simple vista, dada su rechoncha circunferencia.
Muy lentamente fue llevando una mano hasta el bolsillo que tenía las esferas de Krampus, sacó una con mucho cuidado, sabía que eran cosas que explotaban así que tenía que ser precavido. Cuando ya la tuvo en la mano miró hacía el fuego, estaba a una distancia considerable así que tendría que dispararla con bastante fuerza, así que la apoyó entre el pulgar y el índice, como si fuera una canica.
La esfera salió a toda velocidad, y como era tan pequeña los Hombres-Conejo no la notaron, llegó hasta el fuego y un segundo más tarde hizo un gran estallido.
-¡¡Ahora!! - Amit empezó a escurrirse hacia abajo, deshaciéndose del agarre de las sogas.
-¿Podrías... Por un... Segundo... Dejar de... Pensar con tu... Estómago? ¡Tchik! - De haber tenido las manos libres seguramente Amit lo habría estrangulado allí mismo. Pero no podía, estaban completamente atrapados, y en cuanto el grupo de maleantes se alejara lo suficiente de la ciudad seguramente se desharian de ellos.
-Shhh - Fue lo único que dijo el guardia conejo, abriendo un ojo para inmediatamente volverlo a cerrar.
-No iba a comerciar con ellos - Susurró el Ratón moviendo sólo la parte de la boca que apuntaba a Frosk - ¿Sabes lo que hacen estos sabandijas con los objetos antiguos? Los venden por unas pocas monedas a un cualquiera, no le dan el verdadero valor que se merecen estas piezas, no les dan ningún uso. Es un desperdicio que gente así tenga en sus manos cosas tan hermosas -
Si bien Amit también comerciaba con ese tipo de cosas, para el Mausu eran objetos que tenían mucho más valor que el monetario, sí de él hubiese dependido, se habría quedado con todo, y tendría una casa enorme llena de todo tipo de cosas. Pero el bienestar de la tribu era más importante que sus gustos personales, así que con mucho dolor vendía aquellos artículos que no servirían para ninguna cuestión puntual, aunque a veces inventaba excusas para quedarse con algunos objetos y llevarlos a su pueblo de todos modos.
El poder rescatar cosas de las garras de esos horribles contrabandistas era casi un deber moral.
-Estoy pensando, estoy pensando - Le habían sacado su martillo, pero por suerte le habían dejado la capa, sin notar que del lado de adentro estaba llena de pequeños bolsillos. Allí tenía algunas runas y las esferas de Krampus que había comprado, pero tenía que pensar cuidadosamente cómo usaría cualquiera de esas cosas porque sólo tendrían una oportunidad - Escúchame bien, Frosk. Voy a preparar una distracción y cuando todos los conejos estén mirando hacía otro lado tenemos que zafarnos de estas cuerdas - Por suerte el cuerpo del roedor era bastante flexible, podía encogerse mucho más de lo que parecía a simple vista, dada su rechoncha circunferencia.
Muy lentamente fue llevando una mano hasta el bolsillo que tenía las esferas de Krampus, sacó una con mucho cuidado, sabía que eran cosas que explotaban así que tenía que ser precavido. Cuando ya la tuvo en la mano miró hacía el fuego, estaba a una distancia considerable así que tendría que dispararla con bastante fuerza, así que la apoyó entre el pulgar y el índice, como si fuera una canica.
La esfera salió a toda velocidad, y como era tan pequeña los Hombres-Conejo no la notaron, llegó hasta el fuego y un segundo más tarde hizo un gran estallido.
-¡¡Ahora!! - Amit empezó a escurrirse hacia abajo, deshaciéndose del agarre de las sogas.
Amit'tek
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 227
Nivel de PJ : : 2
Re: Metiendo la pata [Privado] [Cerrado]
Se quedó un poco impresionado al ver el valor que Amit le daba a los objetos antiguos. Ese era el motivo por el que viajaba, aparte de ayudar a su tribu con sus negocios. Quizás después de salir de allí (porque obviamente iban a salir de allí, a Frosk le quedaba mucho aún por vivir y no iba a dejar que unos roedores de tres al cuarto le quitaran eso) le invitara a hacer alguna exploración a un lugar donde pudieran encontrar algún que otro objeto antiguo de valor. Sería algo interesante que añadir a su diario, cuando encontrase a alguien que supiese escribir... ¡Estaba decidido, tenía muchas cosas por las que querer salir de allí y seguir viajando!
Frunció su ceño de rana y asintió ante las palabras que Amit usó para describir su plan.
Junto a la gran explosión se sumó un grito de Frosk.
-¡¡¡¡YAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!-Saltó, aún atado, hacia el hombre-conejo que le vigilaba y pateó su cara apoyando ambos pies en esta, haciendo que este se cayese hacia atrás de su taburete.
Aprovechando el momento, tiró con fuerza de sus cuerdas para que los afilados dientes del gran roedor las cortasen y así liberarse por completo. Una vez hecho esto, el conejo guardia iba a levantarse, pero Frosk de nuevo saltó en su cara para impulsarse hacia adelante y lo dejó definitivamente inconsciente.
Corrió hacia donde estaban sus cosas mientras los hombres-conejo empezaban a darse cuenta que habían sufrido una emboscada de sus propios prisioneros. Dos de estos intentaron atrapar al anfibio tirándose de cabeza a por él, pero con una agilidad espectacular los esquivó, saltando en la espalda de uno de ellos para lograr mayor impulso.
Pero, antes de que pudiese llegar al carro, otros dos conejos se interpusieron en su camino, esta vez bien armados con dagas y con las intenciones de no dejar pasar ni por asomo al adolescente rana.
Frosk detuvo su carrera y torció su gesto, hinchando su saco vocal con enojo.
No le quedó más remedio que intentar atacarles con un lengüetazo, pero este ataque fue fácilmente esquivado y, para más inri, uno de los conejos pisó su lengua con fuerza para dejarlo atorado.
-¡C-croac!
El otro gran roedor impactó su rodilla en el morro del anfibio haciéndole caer al suelo. Al final, el que le pisaba la lengua la soltó y esta volvió a enrollarse, aunque sin entrar por completo en su boca.
-¿Creíais que ibais a saliros con la vuestra?-Dijo mientras lo miraba con una media sonrisa.
-...croac...-Alzó su mirada, dolorido tanto en su cabeza como en su lengua, que aún seguía arrastrada en el suelo.
-¡Traed al ratón!-Ordenó-¡Y tú, vuelve a atar a este!-Le ordenó al compañero más próximo.
-Os vamos a destripar.-El llamado, se acercó hasta el anfibio con una cuerda entre sus manos mientras sonreía gustoso.
Antes de poder siquiera tocar al hombre-rana, el conejo se desplomó en el suelo para sorpresa de su compañero. Miró hacia atrás y, antes de poder girarse notó el impacto de un poderoso y duro puño contra la mitad de su rostro. Quedó, al igual que su congénere, inconsciente.
Frosk recogió su lengua y entonces pudo ver quién era su salvador. Una sonrisa satisfecha se dibujó en su gran boca.
-¡Bluto, amigo!-Hinchó varias veces su saco vocal, emocionado
El ser de metal se encontraba recogiendo uno de sus puños, el cual estaba sujetado a su propio brazo por una cadena, era un ataque muy útil y extensible. El último puñetazo sí que lo dio a la vieja usanza con su otro puño.
-Hay que ayudar al señor Amit.
-Voy a por mis armas, croac-Hinchó su saco vocal una última vez y se encaminó con rapidez hacia el carro.
Frunció su ceño de rana y asintió ante las palabras que Amit usó para describir su plan.
Junto a la gran explosión se sumó un grito de Frosk.
-¡¡¡¡YAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!-Saltó, aún atado, hacia el hombre-conejo que le vigilaba y pateó su cara apoyando ambos pies en esta, haciendo que este se cayese hacia atrás de su taburete.
Aprovechando el momento, tiró con fuerza de sus cuerdas para que los afilados dientes del gran roedor las cortasen y así liberarse por completo. Una vez hecho esto, el conejo guardia iba a levantarse, pero Frosk de nuevo saltó en su cara para impulsarse hacia adelante y lo dejó definitivamente inconsciente.
Corrió hacia donde estaban sus cosas mientras los hombres-conejo empezaban a darse cuenta que habían sufrido una emboscada de sus propios prisioneros. Dos de estos intentaron atrapar al anfibio tirándose de cabeza a por él, pero con una agilidad espectacular los esquivó, saltando en la espalda de uno de ellos para lograr mayor impulso.
Pero, antes de que pudiese llegar al carro, otros dos conejos se interpusieron en su camino, esta vez bien armados con dagas y con las intenciones de no dejar pasar ni por asomo al adolescente rana.
Frosk detuvo su carrera y torció su gesto, hinchando su saco vocal con enojo.
No le quedó más remedio que intentar atacarles con un lengüetazo, pero este ataque fue fácilmente esquivado y, para más inri, uno de los conejos pisó su lengua con fuerza para dejarlo atorado.
-¡C-croac!
El otro gran roedor impactó su rodilla en el morro del anfibio haciéndole caer al suelo. Al final, el que le pisaba la lengua la soltó y esta volvió a enrollarse, aunque sin entrar por completo en su boca.
-¿Creíais que ibais a saliros con la vuestra?-Dijo mientras lo miraba con una media sonrisa.
-...croac...-Alzó su mirada, dolorido tanto en su cabeza como en su lengua, que aún seguía arrastrada en el suelo.
-¡Traed al ratón!-Ordenó-¡Y tú, vuelve a atar a este!-Le ordenó al compañero más próximo.
-Os vamos a destripar.-El llamado, se acercó hasta el anfibio con una cuerda entre sus manos mientras sonreía gustoso.
Antes de poder siquiera tocar al hombre-rana, el conejo se desplomó en el suelo para sorpresa de su compañero. Miró hacia atrás y, antes de poder girarse notó el impacto de un poderoso y duro puño contra la mitad de su rostro. Quedó, al igual que su congénere, inconsciente.
Frosk recogió su lengua y entonces pudo ver quién era su salvador. Una sonrisa satisfecha se dibujó en su gran boca.
-¡Bluto, amigo!-Hinchó varias veces su saco vocal, emocionado
El ser de metal se encontraba recogiendo uno de sus puños, el cual estaba sujetado a su propio brazo por una cadena, era un ataque muy útil y extensible. El último puñetazo sí que lo dio a la vieja usanza con su otro puño.
-Hay que ayudar al señor Amit.
-Voy a por mis armas, croac-Hinchó su saco vocal una última vez y se encaminó con rapidez hacia el carro.
Frosk
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 109
Nivel de PJ : : 1
Re: Metiendo la pata [Privado] [Cerrado]
El plan había salido... dentro de las posibilidades bastante bien, Amit tardó más de lo que esperaba en poder escabullirse, en parte porque Frosk también estaba tirando de las cuerdas y eso le hacía más difícil el zafarse. Pero finalmente pudo apoyar las patas en el árbol y tirar hasta salir del molesto agarre, solo para salir disparado hacia el estómago de uno de los Hombres-Conejo.
No tenía sus armas, pero eso no significaba que estuviera desarmado, en cuanto tocó el suelo se puso de pie y miró con fiereza a cualquier orejudo que estuviera cerca. Los cuales no eran pocos, una vez que se recuperaron de la primera sorpresa, en seguida se levantaron en armas para atrapar a los molestos rehenes.
-Vamos ¡Tchik! ¿Quien va a ser el primero? - Era una pregunta retórica, quizás un intento para que no lo atacaran todos a la vez. Pero claramente no iba a funcionar, enseguida vinieron tres juntos tras él - ¡¡¡Tchik!!! - Exclamó asustado y empezó a correr.
Dio varias vueltas por el campamento, corriendo en cuatro patas, y aunque los conejos eran muy rápidos lo tenían difícil para poder atraparlo.
-¡Te tengo! - Exclamó uno, agarrando a Amit desde la cadera, pero el Mausu le dio una patada en la cara y sin querer el Conejo lo soltó - ¡Hijo de....! -
Otro lo agarró de una mano a lo que el ratón respondió mordiendo con sus poderosos incisivos, el escándalo que se había armado en el campamento era absoluto. Entre los Hombres-Conejo que intentaban apagar restos de las llamas que se habían extendido hacía las tiendas y amenazaban con quemar todo el lugar, los que iban tras Frosk y los que intentaban atrapar a Amit.
Al final le tiraron una manta arriba al Mausu y cerraron rápido por las puntas, dejando solo la cabeza del ratón por afuera. Amit se sacudía para todos lados pero no podía moverse lo suficiente como para poder hacer un rasguño a la tela, chillaba y maldecía, era todo lo que podía hacer mientras dos de los guardias lo arrastraban hacia donde estaba Frosk.
Fue entonces que el Bio hizo su magistral aparición.
-¡¡Bluto!! - Exclamó contento Amit, porque en verdad estaban en un serio apuro - ¡Sácanos de aquí, pronto! ¡Tchik! -
Los hombres-conejo que sostenían la manta lo soltaron y sacaron sus armas para enfrentarse al Bio-cibernético. El Mausu se seguía haciendo lío con el saco y no podía terminar de desenredarse, cuando finalmente lo logró fue también hacia el carro, rogando que Bluto aguantara hasta que pudieran secundarlo.
-Mi martillo, mi martillo ¿Has visto mi martillo?- El Mausu revisaba todo con apuro, finalmente vio el mango saliendo de una de las cajas, lo agarró y tiró de él - ¡Aquí está! - Dio un salto afuera del carro, con el arma en la mano - Ahora sí ¡Vengan a por mi orejudos!-
No tenía sus armas, pero eso no significaba que estuviera desarmado, en cuanto tocó el suelo se puso de pie y miró con fiereza a cualquier orejudo que estuviera cerca. Los cuales no eran pocos, una vez que se recuperaron de la primera sorpresa, en seguida se levantaron en armas para atrapar a los molestos rehenes.
-Vamos ¡Tchik! ¿Quien va a ser el primero? - Era una pregunta retórica, quizás un intento para que no lo atacaran todos a la vez. Pero claramente no iba a funcionar, enseguida vinieron tres juntos tras él - ¡¡¡Tchik!!! - Exclamó asustado y empezó a correr.
Dio varias vueltas por el campamento, corriendo en cuatro patas, y aunque los conejos eran muy rápidos lo tenían difícil para poder atraparlo.
-¡Te tengo! - Exclamó uno, agarrando a Amit desde la cadera, pero el Mausu le dio una patada en la cara y sin querer el Conejo lo soltó - ¡Hijo de....! -
Otro lo agarró de una mano a lo que el ratón respondió mordiendo con sus poderosos incisivos, el escándalo que se había armado en el campamento era absoluto. Entre los Hombres-Conejo que intentaban apagar restos de las llamas que se habían extendido hacía las tiendas y amenazaban con quemar todo el lugar, los que iban tras Frosk y los que intentaban atrapar a Amit.
Al final le tiraron una manta arriba al Mausu y cerraron rápido por las puntas, dejando solo la cabeza del ratón por afuera. Amit se sacudía para todos lados pero no podía moverse lo suficiente como para poder hacer un rasguño a la tela, chillaba y maldecía, era todo lo que podía hacer mientras dos de los guardias lo arrastraban hacia donde estaba Frosk.
Fue entonces que el Bio hizo su magistral aparición.
-¡¡Bluto!! - Exclamó contento Amit, porque en verdad estaban en un serio apuro - ¡Sácanos de aquí, pronto! ¡Tchik! -
Los hombres-conejo que sostenían la manta lo soltaron y sacaron sus armas para enfrentarse al Bio-cibernético. El Mausu se seguía haciendo lío con el saco y no podía terminar de desenredarse, cuando finalmente lo logró fue también hacia el carro, rogando que Bluto aguantara hasta que pudieran secundarlo.
-Mi martillo, mi martillo ¿Has visto mi martillo?- El Mausu revisaba todo con apuro, finalmente vio el mango saliendo de una de las cajas, lo agarró y tiró de él - ¡Aquí está! - Dio un salto afuera del carro, con el arma en la mano - Ahora sí ¡Vengan a por mi orejudos!-
Amit'tek
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 227
Nivel de PJ : : 2
Re: Metiendo la pata [Privado] [Cerrado]
Frosk empuñó con decisión y determinación su espada con su diestra y se colocó la rodela en su zurda.
-¡Vamos, señor Amit!-Hizo contacto visual con el roedor y asintió con confianza.
Bluto contenía bastante bien a los hombres conejo, quizás ni siquiera necesitase ayuda para acabar con ellos, pero tanto Frosk como Amit entraron en la pelea. ¡Aquellos grandes roedores iban a pagar por lo que hicieron!
El anfibio se encaró con uno y lo batalló como buenamente pudo, las armas chocaban y sus filos se encontraban con carne, tanto por parte del propio Frosk como del conejo. Finalmente, el hombre rana decidió acabar saltando de imprevisto contra su oponente y darle con toda la superficie de su rodela en la cara ajena. El conejo cayó al suelo de inmediato, inconsciente. Se podría jurar que, del golpe, uno de los enormes incisivos de este se partió.
Seguían siendo demasiados, por suerte se concentraban en Bluto, el más grande y aparentemente más fuerte de los tres. Seguía manejándose bien con sus puñetazos a diestro y siniestro. Nunca se cansaba y, si por el hombre de metal fuese, estarían todo el día así. Los conejos vieron que sus débiles dagas tan solo arañaban de forma superficial el amarillento metal, así que optaron por golpes más contundentes con sus fuertes patas. Uno de ellos trajo incluso un gran palo y empezó a golpear al bio-cibernético en forma de arma potente.
-¡Bluto, a tus hombros!-Vociferó.
El anfibio dio un salto y se colocó de pie en los hombros del bio-cibernético como pudo, ya que era difícil con tanto tambaleo. Se agarró a su cabeza e hinchó su saco vocal al mismo tiempo que veía cómo desde ahí arriba todo un grupo de conejos apalizaban a su amigo. Amit también podía verse desde ahí, no lo tomaba por un guerrero experimentado, así que también sería una buena idea quitarle enemigos de encima.
-¡C-croac...!-Croaba con cada movimiento brusco.
Frosk envainó su espada y pegó otro salto hacia adelante. Bluto entonces agarró las ancas de su amigo y empezó a girar sobre su propio eje, ganando velocidad de menos a más.
Al principio, lo que golpeaba a los conejos era el propio cuerpo de Frosk, pero conforme se iba haciendo un área alrededor del recorrido, los conejos se iban apartando. Entonces, el anfibio abrió la boca y sacó su lengua lo máximo que pudo, con ella agarró a un conejo y este quedó atrapado en el recorrido giratorio, golpeando a todos sus compañeros en el proceso [1].
Una vez que el ataque acabó, Bluto soltó al hombre rana y este voló por los aires, junto al conejo que tenía agarrado con su lengua, a un árbol cercano. Ambos impactaron de lleno contra el árbol, por suerte, el gran roedor amortiguó gran parte del choque y quedó inconsciente. Frosk lo único que sintió fue dolor de cabeza y una gran ira hacia su amigo. Rápidamente, se puso en pie, dolido y agitando un puño en el aire.
-¡NO ME SUELTES DE REPENTE!-Sintió una punzada en su cabeza y se palpó con su otra mano-Croac...-Se le escapó alguna lagrimilla del dolor.
Bluto miró a su alrededor y pudo ver todos, o al menos la gran mayoría, de hombres conejo del campamento tirados en el suelo, doloridos o inconscientes directamente.
-Señor Amit, ¿Se encuentra bien?-Dijo intentando localizar al único roedor amistoso.
____________________________________________________________
Off: -Habilidad usada: Lengüetazo [1].
-¡Vamos, señor Amit!-Hizo contacto visual con el roedor y asintió con confianza.
Bluto contenía bastante bien a los hombres conejo, quizás ni siquiera necesitase ayuda para acabar con ellos, pero tanto Frosk como Amit entraron en la pelea. ¡Aquellos grandes roedores iban a pagar por lo que hicieron!
El anfibio se encaró con uno y lo batalló como buenamente pudo, las armas chocaban y sus filos se encontraban con carne, tanto por parte del propio Frosk como del conejo. Finalmente, el hombre rana decidió acabar saltando de imprevisto contra su oponente y darle con toda la superficie de su rodela en la cara ajena. El conejo cayó al suelo de inmediato, inconsciente. Se podría jurar que, del golpe, uno de los enormes incisivos de este se partió.
Seguían siendo demasiados, por suerte se concentraban en Bluto, el más grande y aparentemente más fuerte de los tres. Seguía manejándose bien con sus puñetazos a diestro y siniestro. Nunca se cansaba y, si por el hombre de metal fuese, estarían todo el día así. Los conejos vieron que sus débiles dagas tan solo arañaban de forma superficial el amarillento metal, así que optaron por golpes más contundentes con sus fuertes patas. Uno de ellos trajo incluso un gran palo y empezó a golpear al bio-cibernético en forma de arma potente.
-¡Bluto, a tus hombros!-Vociferó.
El anfibio dio un salto y se colocó de pie en los hombros del bio-cibernético como pudo, ya que era difícil con tanto tambaleo. Se agarró a su cabeza e hinchó su saco vocal al mismo tiempo que veía cómo desde ahí arriba todo un grupo de conejos apalizaban a su amigo. Amit también podía verse desde ahí, no lo tomaba por un guerrero experimentado, así que también sería una buena idea quitarle enemigos de encima.
-¡C-croac...!-Croaba con cada movimiento brusco.
Frosk envainó su espada y pegó otro salto hacia adelante. Bluto entonces agarró las ancas de su amigo y empezó a girar sobre su propio eje, ganando velocidad de menos a más.
Al principio, lo que golpeaba a los conejos era el propio cuerpo de Frosk, pero conforme se iba haciendo un área alrededor del recorrido, los conejos se iban apartando. Entonces, el anfibio abrió la boca y sacó su lengua lo máximo que pudo, con ella agarró a un conejo y este quedó atrapado en el recorrido giratorio, golpeando a todos sus compañeros en el proceso [1].
Una vez que el ataque acabó, Bluto soltó al hombre rana y este voló por los aires, junto al conejo que tenía agarrado con su lengua, a un árbol cercano. Ambos impactaron de lleno contra el árbol, por suerte, el gran roedor amortiguó gran parte del choque y quedó inconsciente. Frosk lo único que sintió fue dolor de cabeza y una gran ira hacia su amigo. Rápidamente, se puso en pie, dolido y agitando un puño en el aire.
-¡NO ME SUELTES DE REPENTE!-Sintió una punzada en su cabeza y se palpó con su otra mano-Croac...-Se le escapó alguna lagrimilla del dolor.
Bluto miró a su alrededor y pudo ver todos, o al menos la gran mayoría, de hombres conejo del campamento tirados en el suelo, doloridos o inconscientes directamente.
-Señor Amit, ¿Se encuentra bien?-Dijo intentando localizar al único roedor amistoso.
____________________________________________________________
Off: -Habilidad usada: Lengüetazo [1].
Frosk
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 109
Nivel de PJ : : 1
Re: Metiendo la pata [Privado] [Cerrado]
Seguramente los Hombres-conejo no se olvidarían jamás de esa noche, y el como un pequeño ratón, una rana y un hombre de metal los derrotaron en una batalla épica que incluyo muchos golpes, muchas mordidas y muchos chillidos. En cuanto Amit recuperó su martillo se lanzó a la pelea sin medir consecuencias, dándole con fuerza a cada pie y cada rodilla que se cruzó por su camino.
Cuando eso no era suficiente dio muestra de tener una buena cantidad de recursos extra. A uno de los enemigos lo rasguño en la cara dejando heridas profundas que probablemente dejarían cicatrices, a otro Hombre-conejo lo mordió en el brazo y no hubo manera de que se quitara a Amit de encima hasta que el Mausu así lo quiso. Sí nada de eso servía, siempre podía ponerse en cuatro patas y correr entre las piernas de sus enemigos, haciéndolos tropezar y chocar entre sí.
Se estaba subiendo a un árbol cuando vio la extraña maniobra que hicieron Frosk y Bluto, en un principio creyó que el Bio se había vuelto loco y estaba usando a su compañero sin tener en cuenta su bienestar. Pero en cuanto vio que el Hombre-Rana se recuperaba entendió que se trataba de algo consensuado entre ambos.
-Increible ¡Tchik! ¿Lo tenían todo planeado? - Preguntó el ratón trepado a una rama, originalmente pensaba saltar desde allí sobre la cabeza de uno de los Hombres-conejo, pero cuando se quiso dar cuenta ya estaban todos o heridos o desmayados - Sí Bluto, me encuentro bien, de hecho, creo que solo tengo unos pocos golpes -
Se colgó de la rama, pataleo en el aire unos segundos y luego se dejó caer, una vez que estuvo con los pies en la tierra guardó el martillo y se acercó a sus compañeros.
-Les dimos una buena lección ¿No es así? - Se cruzó de brazos y sacó pecho con mucho orgullo - Se lo pensaran dos veces antes de meterse con nosotros en el futuro ¡Tchik! O con cualquier otro Mausu o... ¿Como se llama tu tribu, Frosk? - Para la mentalidad de Amit todos los Hombres-Bestia tenían un pueblo de origen en donde estaba lleno de gente de la misma especie.
Mientras escuchaba la respuesta fue caminando hacía el carro, se subió y comenzó a sacar las mantas que cubrían la mercancía. Claramente no podían quedarse allí tranquilamente mirando todo en detalle, los contrabandistas no estaban muertos, solo fuera de combate. Así que el Mausu se apuraba, abriendo todos los barriles y las cajas, en busca de aquello que pudiera tener un verdadero valor tanto monetario como emocional.
De a poco empezó a separar algunas cosas, y el siguiente problema se presentó.
-¿Cómo haré para llevarme todo esto? - No había traído su carro, y de haberlo traído tampoco era seguro que pudiera llevarse todo lo que quería - Tendré que elegir solo unas pocas cosas - Parecía muy angustiado ante la perspectiva de tener que dejar el resto de las cosas.
Cuando eso no era suficiente dio muestra de tener una buena cantidad de recursos extra. A uno de los enemigos lo rasguño en la cara dejando heridas profundas que probablemente dejarían cicatrices, a otro Hombre-conejo lo mordió en el brazo y no hubo manera de que se quitara a Amit de encima hasta que el Mausu así lo quiso. Sí nada de eso servía, siempre podía ponerse en cuatro patas y correr entre las piernas de sus enemigos, haciéndolos tropezar y chocar entre sí.
Se estaba subiendo a un árbol cuando vio la extraña maniobra que hicieron Frosk y Bluto, en un principio creyó que el Bio se había vuelto loco y estaba usando a su compañero sin tener en cuenta su bienestar. Pero en cuanto vio que el Hombre-Rana se recuperaba entendió que se trataba de algo consensuado entre ambos.
-Increible ¡Tchik! ¿Lo tenían todo planeado? - Preguntó el ratón trepado a una rama, originalmente pensaba saltar desde allí sobre la cabeza de uno de los Hombres-conejo, pero cuando se quiso dar cuenta ya estaban todos o heridos o desmayados - Sí Bluto, me encuentro bien, de hecho, creo que solo tengo unos pocos golpes -
Se colgó de la rama, pataleo en el aire unos segundos y luego se dejó caer, una vez que estuvo con los pies en la tierra guardó el martillo y se acercó a sus compañeros.
-Les dimos una buena lección ¿No es así? - Se cruzó de brazos y sacó pecho con mucho orgullo - Se lo pensaran dos veces antes de meterse con nosotros en el futuro ¡Tchik! O con cualquier otro Mausu o... ¿Como se llama tu tribu, Frosk? - Para la mentalidad de Amit todos los Hombres-Bestia tenían un pueblo de origen en donde estaba lleno de gente de la misma especie.
Mientras escuchaba la respuesta fue caminando hacía el carro, se subió y comenzó a sacar las mantas que cubrían la mercancía. Claramente no podían quedarse allí tranquilamente mirando todo en detalle, los contrabandistas no estaban muertos, solo fuera de combate. Así que el Mausu se apuraba, abriendo todos los barriles y las cajas, en busca de aquello que pudiera tener un verdadero valor tanto monetario como emocional.
De a poco empezó a separar algunas cosas, y el siguiente problema se presentó.
-¿Cómo haré para llevarme todo esto? - No había traído su carro, y de haberlo traído tampoco era seguro que pudiera llevarse todo lo que quería - Tendré que elegir solo unas pocas cosas - Parecía muy angustiado ante la perspectiva de tener que dejar el resto de las cosas.
Amit'tek
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 227
Nivel de PJ : : 2
Re: Metiendo la pata [Privado] [Cerrado]
Dolorido, pero sin mayor consecuencia, Frosk se acercó a sus compañeros mientras se sostenía la cabeza con una mano. Sentía que si no la sujetaba esta se le caería. Aunque efectiva, tenían que pulir esa técnica para que, la próxima vez, el hombre rana no acabase esparruchado contra una pared o algo peor.
-No hay ningún plan.-Posó sus amarillentos ojos en el ratón-Este gigantón y yo nos compenetramos muy bien, es un gran compañero de viaje.-Dijo mientras golpeaba uno de los laterales del armazón del bio-cibernético mientras sonreía satisfecho.
-Mi deber es proteger a los orgánicos, y como estoy hecho para el combate en primera línea, soy capaz de ejecutar toda clase de movimientos. Eso, sumado a la agilidad del señor Frosk, da como resultado lo que ha visto.-Le explicó a Amit.
Cuando el roedor bajó, hizo alarde del resultado de la pequeña contienda que había tenido lugar minutos antes. Frosk se sumó a ese henchimiento de orgullo y asintió satisfecho mientras achataba sus grandes ojos e hinchaba su saco vocal.
-¡No hay nada que pueda con nosotros, croac!-Respondió antes que Amit preguntara si Frosk tenía una tribu a la que pertenecer. El hombre rana negó con la cabeza.-No tengo tribu, tampoco muchos conocidos más allá de mi difunto abuelo o Bluto-Hinchó su saco vocal y parpadeó repetidas veces, mostrando ingenuidad ante la pregunta que había respondido, ¿Era importante pertenecer a algún sitio? Jamás había visto ningún hombre-rana como él.
Frosk ayudó a Amit a rebuscar en el carro de los contrabandistas algo de valor, ¿Era malo robar a unos contrabandistas? Desde luego no tanto como hacerlo con un mercader honrado, además, la palabra "contrabandista" ya indicaba que las cosas que allí se hallaban no habían sido encontradas de forma casual o legal.
Los ojos del anfibio brillaron en cuanto se posaron en un anillo que tenía incrustada una piedra preciosa de color rojo.
-¡Croac!-Agarró el anillo y lo examinó-¡Bluto! ¿Esto es de Roilkat?
Le enseñó su objeto al bio-cibernético, el cual se inclinó para poder observarlo mejor. Mientras lo analizaba se quedó súmamente callado.
-Sí, no cabe dudas. Por su manufacturación todo indica que procede de la Ciudad de los Cristales.
-¡Genial!-Saltó de alegría y se guardó su hallazgo.-¡Sería una genial anécdota que contar en el diario!
-Cuando encontremos a alguien que sepa leer, escribir y que quiera acompañarnos por nuestro largo viaje por el mundo.-Asintió.
Frosk suspiró y lo miró con un poco de desdén.
-Parece que lo dices como si nunca fuese a ocurrir...
Entonces, Bluto se fijó en el problema que acarreaba el ratón.
-Puedo llevar bastantes cosas conmigo.-Señaló la enorme mochila que cargaba a cuestas, casi vacía.-Tan solo tengo un par de cosas del señor Frosk. Antaño, yo usaba esta mochila para...-De pronto, se calló y emitió un pitido chirriante-Lo siento, esa información está dañada.
-Bluto es muy fuerte, croac.-Se cruzó de brazos y asintió con su saco vocal hinchado, estando seguro de sus palabras.-Podrá cargar con casi todo lo que hay en este carro sin ningún problema a su espalda.
-Y las que no quepan en la mochila, siempre puedo llevarlas en los brazos.-Asintió, dando por hecho que era una tarea sencilla-Así que, señor Amit, déjeme ayudarle.-Se adelantó los pasos pertinentes para llegar a la altura del roedor y estar frente a frente, aunque no a la misma altura, ya que la diferencia entre ambos era colosal.
-No hay ningún plan.-Posó sus amarillentos ojos en el ratón-Este gigantón y yo nos compenetramos muy bien, es un gran compañero de viaje.-Dijo mientras golpeaba uno de los laterales del armazón del bio-cibernético mientras sonreía satisfecho.
-Mi deber es proteger a los orgánicos, y como estoy hecho para el combate en primera línea, soy capaz de ejecutar toda clase de movimientos. Eso, sumado a la agilidad del señor Frosk, da como resultado lo que ha visto.-Le explicó a Amit.
Cuando el roedor bajó, hizo alarde del resultado de la pequeña contienda que había tenido lugar minutos antes. Frosk se sumó a ese henchimiento de orgullo y asintió satisfecho mientras achataba sus grandes ojos e hinchaba su saco vocal.
-¡No hay nada que pueda con nosotros, croac!-Respondió antes que Amit preguntara si Frosk tenía una tribu a la que pertenecer. El hombre rana negó con la cabeza.-No tengo tribu, tampoco muchos conocidos más allá de mi difunto abuelo o Bluto-Hinchó su saco vocal y parpadeó repetidas veces, mostrando ingenuidad ante la pregunta que había respondido, ¿Era importante pertenecer a algún sitio? Jamás había visto ningún hombre-rana como él.
Frosk ayudó a Amit a rebuscar en el carro de los contrabandistas algo de valor, ¿Era malo robar a unos contrabandistas? Desde luego no tanto como hacerlo con un mercader honrado, además, la palabra "contrabandista" ya indicaba que las cosas que allí se hallaban no habían sido encontradas de forma casual o legal.
Los ojos del anfibio brillaron en cuanto se posaron en un anillo que tenía incrustada una piedra preciosa de color rojo.
-¡Croac!-Agarró el anillo y lo examinó-¡Bluto! ¿Esto es de Roilkat?
Le enseñó su objeto al bio-cibernético, el cual se inclinó para poder observarlo mejor. Mientras lo analizaba se quedó súmamente callado.
-Sí, no cabe dudas. Por su manufacturación todo indica que procede de la Ciudad de los Cristales.
-¡Genial!-Saltó de alegría y se guardó su hallazgo.-¡Sería una genial anécdota que contar en el diario!
-Cuando encontremos a alguien que sepa leer, escribir y que quiera acompañarnos por nuestro largo viaje por el mundo.-Asintió.
Frosk suspiró y lo miró con un poco de desdén.
-Parece que lo dices como si nunca fuese a ocurrir...
Entonces, Bluto se fijó en el problema que acarreaba el ratón.
-Puedo llevar bastantes cosas conmigo.-Señaló la enorme mochila que cargaba a cuestas, casi vacía.-Tan solo tengo un par de cosas del señor Frosk. Antaño, yo usaba esta mochila para...-De pronto, se calló y emitió un pitido chirriante-Lo siento, esa información está dañada.
-Bluto es muy fuerte, croac.-Se cruzó de brazos y asintió con su saco vocal hinchado, estando seguro de sus palabras.-Podrá cargar con casi todo lo que hay en este carro sin ningún problema a su espalda.
-Y las que no quepan en la mochila, siempre puedo llevarlas en los brazos.-Asintió, dando por hecho que era una tarea sencilla-Así que, señor Amit, déjeme ayudarle.-Se adelantó los pasos pertinentes para llegar a la altura del roedor y estar frente a frente, aunque no a la misma altura, ya que la diferencia entre ambos era colosal.
Frosk
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 109
Nivel de PJ : : 1
Re: Metiendo la pata [Privado] [Cerrado]
Que Frosk no tuviera una tribu era en verdad muy triste, es decir, para la visión de Amit lo más importante era su gente y no se imaginaba qué sería de su vida si no los tuviera a ellos como punto de referencia. Disfrutar de las celebraciones, de su familia, de los amigos, la calidez de un hogar, el saber que alguien lo estaría esperando cuando regresara, imaginar a sus hijos corriendo por el camino para luego fundirse en un tierno abrazo con él.
-Eso es muy triste, Tchik, en verdad muy triste - Le apoyó una mano en el hombro, el recordar a su familia y a sus seres queridos le pesaba un poco sobre el ánimo - Cuando tengas un tiempo libre ven a visitarnos, sólo así vas a entender lo importante que es tener una tribu -
Como ambos lo habían ayudado a recuperar el cargamento, parecía justo el que se quedaran con una parte, así que el Mausu no tuvo problema alguno cuando vio que Frosk agarraba un anillo. Ciertamente la intervención del hombre-rana también había complicado la misión hasta cierto punto, pero lo importante era que al final todo había salido bien, así que les debía algún tipo de compensación.
-Carga tu mochila con cosas que quieran... ¿De verdad no sabes ni leer ni escribir? - Era como si la información del diálogo anterior le hubiese llegado con retraso - Tchik, pero ¿Que te enseñaron cuando eras pequeño? - Amit negaba con la cabeza, sorprendido ante la posibilidad - Bueno, supongo que esas serían las costumbres de donde tu vienes -
Si bien confiaba en que Bluto podía cargar con muchas cosas, el Ratón no quería aprovecharse de la buena voluntad del bio y cargarlo hasta el tope. Así que simplemente seleccionó aquellos objetos que le parecían que valían la pena, cuando tuvo las suficientes le hizo un gesto al acompañante de Frosk para que bajara y así poder acomodar las cosas en la mochila.
Aunque se tomaron su tiempo para elegir y acomodar los objetos, dentro de todo trabajaron bastante rápido y en unos minutos estaban saliendo del campamento de los Hombres-Conejo para no volver.
-Tengo que regresar ahora a mi tribu ¿Ustedes hacía dónde se dirigían? - De hecho no iba en dirección a la ciudad de la que habían salido, sino hacía el Sur-Oeste, donde se encontraba las tierras de los Mausu - No diré que gracias a su ayuda pude conseguir este botín pero... Tuvieron mucho que ver con que lo consiguiera ¡Tchik! Creo que les debo un agradecimiento -
-Eso es muy triste, Tchik, en verdad muy triste - Le apoyó una mano en el hombro, el recordar a su familia y a sus seres queridos le pesaba un poco sobre el ánimo - Cuando tengas un tiempo libre ven a visitarnos, sólo así vas a entender lo importante que es tener una tribu -
Como ambos lo habían ayudado a recuperar el cargamento, parecía justo el que se quedaran con una parte, así que el Mausu no tuvo problema alguno cuando vio que Frosk agarraba un anillo. Ciertamente la intervención del hombre-rana también había complicado la misión hasta cierto punto, pero lo importante era que al final todo había salido bien, así que les debía algún tipo de compensación.
-Carga tu mochila con cosas que quieran... ¿De verdad no sabes ni leer ni escribir? - Era como si la información del diálogo anterior le hubiese llegado con retraso - Tchik, pero ¿Que te enseñaron cuando eras pequeño? - Amit negaba con la cabeza, sorprendido ante la posibilidad - Bueno, supongo que esas serían las costumbres de donde tu vienes -
Si bien confiaba en que Bluto podía cargar con muchas cosas, el Ratón no quería aprovecharse de la buena voluntad del bio y cargarlo hasta el tope. Así que simplemente seleccionó aquellos objetos que le parecían que valían la pena, cuando tuvo las suficientes le hizo un gesto al acompañante de Frosk para que bajara y así poder acomodar las cosas en la mochila.
Aunque se tomaron su tiempo para elegir y acomodar los objetos, dentro de todo trabajaron bastante rápido y en unos minutos estaban saliendo del campamento de los Hombres-Conejo para no volver.
-Tengo que regresar ahora a mi tribu ¿Ustedes hacía dónde se dirigían? - De hecho no iba en dirección a la ciudad de la que habían salido, sino hacía el Sur-Oeste, donde se encontraba las tierras de los Mausu - No diré que gracias a su ayuda pude conseguir este botín pero... Tuvieron mucho que ver con que lo consiguiera ¡Tchik! Creo que les debo un agradecimiento -
Amit'tek
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 227
Nivel de PJ : : 2
Re: Metiendo la pata [Privado] [Cerrado]
No entendía el por qué era triste el hecho de no pertenecer a ninguna tribu. Que él recordara, siempre fue feliz con su abuelo, y cuando este ya no estaba, no le era nada desagradable pasar los días en su hogar viviendo como un ermitaño. Es cierto que nunca conoció a sus verdaderos padres ni parientes, pero hasta ahora no era nada que le hubiese quitado el sueño.
-¡Croac!-Asintió ante la propuesta del ratón de invitarle a su hogar.-Ah, tranquilo, no necesitamos nada más de ahí.-Respondió cuando el roedor les ofreció llevarse algo más.
Y, de nuevo, salió el tema de la escritura.
-Croac-Asintió, esta vez menos enérgico, al mismo tiempo que hinchaba su saco vocal con una mirada neutra de sus grandes ojos amarillentos.-Pues...-Se quedó pensativo, llevándose una mano al mentón-Sé muchas historias sobre el mundo, además de empuñar la espada.-Eso se lo enseñó su abuelo-También sé reparar ciertas partes de Bluto-Señaló con el pulgar al bio-cibernético, el cual estaba empezando a ser sobrecargado de cosas, aunque él ni se inmutaba, siquiera doblaba su figura por el peso.
Una vez con todo lo requerido, se pusieron en marcha para marcharse de allí antes de que algún hombre-conejo despertara y les hiciera pagar por lo que habían hecho. Mientras caminaban, los dos hombres bestia iban un par de pasos adelantados del bio-cibernético, que en silencio y de acuerdo con su tarea, cargaba a su espalda las cosas del roedor.
-Vamos a estar por Roilkat.-Respondió a la pregunta de Amit.-Aún tenemos que ver cosas que mi abuelo me contaba en las historias, como las cristalerías o el arenal.
-¿Cómo se llevará estas cosas usted solo, señor Amit?-Interrumpió.
-Podemos llevárselas a la ciudad, y allí puede alquilar algún carro.
-¿Ayudaremos económicamente en ello?
-Hmm...-Se dio media vuelta y empezó a caminar con total naturalidad hacia atrás, acto seguido revisó su bolsa de monedas.-Claro, croac-Hinchó su saco vocal mostrando una sonrisa satisfecha entrecerrando los ojos.
-No es nada, señor Amit. Ayudar a los orgánicos es mi deber.-Dijo concienciado de ello.
-No es mi deber ayudar a los orgánicos, pero mi abuelo me decía que ayudar a los demás siempre estaba bien.-De nuevo, mostró su sonrisa satisfecha, volviendo a girarse sobre sí mismo para andar hacia adelante.
-¡Croac!-Asintió ante la propuesta del ratón de invitarle a su hogar.-Ah, tranquilo, no necesitamos nada más de ahí.-Respondió cuando el roedor les ofreció llevarse algo más.
Y, de nuevo, salió el tema de la escritura.
-Croac-Asintió, esta vez menos enérgico, al mismo tiempo que hinchaba su saco vocal con una mirada neutra de sus grandes ojos amarillentos.-Pues...-Se quedó pensativo, llevándose una mano al mentón-Sé muchas historias sobre el mundo, además de empuñar la espada.-Eso se lo enseñó su abuelo-También sé reparar ciertas partes de Bluto-Señaló con el pulgar al bio-cibernético, el cual estaba empezando a ser sobrecargado de cosas, aunque él ni se inmutaba, siquiera doblaba su figura por el peso.
Una vez con todo lo requerido, se pusieron en marcha para marcharse de allí antes de que algún hombre-conejo despertara y les hiciera pagar por lo que habían hecho. Mientras caminaban, los dos hombres bestia iban un par de pasos adelantados del bio-cibernético, que en silencio y de acuerdo con su tarea, cargaba a su espalda las cosas del roedor.
-Vamos a estar por Roilkat.-Respondió a la pregunta de Amit.-Aún tenemos que ver cosas que mi abuelo me contaba en las historias, como las cristalerías o el arenal.
-¿Cómo se llevará estas cosas usted solo, señor Amit?-Interrumpió.
-Podemos llevárselas a la ciudad, y allí puede alquilar algún carro.
-¿Ayudaremos económicamente en ello?
-Hmm...-Se dio media vuelta y empezó a caminar con total naturalidad hacia atrás, acto seguido revisó su bolsa de monedas.-Claro, croac-Hinchó su saco vocal mostrando una sonrisa satisfecha entrecerrando los ojos.
-No es nada, señor Amit. Ayudar a los orgánicos es mi deber.-Dijo concienciado de ello.
-No es mi deber ayudar a los orgánicos, pero mi abuelo me decía que ayudar a los demás siempre estaba bien.-De nuevo, mostró su sonrisa satisfecha, volviendo a girarse sobre sí mismo para andar hacia adelante.
Frosk
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 109
Nivel de PJ : : 1
Temas similares
» Mittenwald [Privado] CERRADO
» El entrenamiento [privado][cerrado]
» [Cerrado]Un baño de sol [Privado]
» Convergencias [Privado] [Uri - Zöe] [Cerrado]
» Actualizando [Privado] [Cerrado]
» El entrenamiento [privado][cerrado]
» [Cerrado]Un baño de sol [Privado]
» Convergencias [Privado] [Uri - Zöe] [Cerrado]
» Actualizando [Privado] [Cerrado]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Hoy a las 14:43 por Eilydh
» Días de tormenta + 18 [Privado]
Ayer a las 23:14 por Iori Li
» Laboratorio Harker [Alquimia+Ingeniería]
Ayer a las 19:13 por Zelas Hazelmere
» Pócimas y Tragos: La Guerra de la Calle Burbuja [Interpretativo] [Libre]
Ayer a las 16:18 por Mina Harker
» El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]
Ayer a las 05:53 por Lukas
» La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]
Mar Nov 19 2024, 22:49 por Eltrant Tale
» Entre Sombras y Acero [LIBRE][NOCHE]
Mar Nov 19 2024, 22:42 por Cohen
» [Zona de culto] Altar de las Runas de los Baldíos
Lun Nov 18 2024, 12:29 por Tyr
» Susurros desde el pasado | Amice H.
Lun Nov 18 2024, 04:12 por Amice M. Hidalgo
» [Zona de culto] Iglesia del único Dios
Sáb Nov 16 2024, 21:38 por Tyr
» Enjoy the Silence 4.0 {Élite]
Miér Nov 13 2024, 20:01 por Nana
» Vampiros, Gomejos, piernas para qué las tengo. [Privado]
Mar Nov 12 2024, 04:51 por Tyr
» Derecho Aerandiano [Libre]
Dom Nov 10 2024, 13:36 por Tyr
» Propaganda Peligrosa - Priv. Zagreus - (Trabajo / Noche)
Vie Nov 08 2024, 18:40 por Lukas
» Lamentos de un corazón congelado [Libre 3/3]
Vie Nov 08 2024, 01:19 por Tyr