La oportunidad que viajó desde el pasado [Privado]
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La oportunidad que viajó desde el pasado [Privado]
- Vaya… debió ser algo muy hermoso, abuela.
- Sin duda, mi nieta querida. Aún cuando han pasado cien años, todavía puedo recordar aquellos momentos con claridad: los nervios que me comían, mi pecho apretado, mis piernas que querían traicionarme, mi garganta que ahogaba mi voz… ¡y vieras cuánta gente había! Perdí la vista de cuántas personas se encontraban ahí, todas ahí para escuchar mi canto.
- ¡Oh, vaya! ¿Y cuántas eran? ¿Eran más que los niños de la escuela?
- Je, un poco más, si.
- ¡Si que eran muchos entonces!
- E imagina que todavía habían muchas personas que no estaban ahí pero que escucharían el canto igual. Me sentía muy nerviosa, pero a la vez fue algo muy único… por un momento pensé que mi voz me fallaría y todos se reirían de mi, pero cuando recordé que lo que estaba haciendo era lo que más amaba en la vida, de pronto cantar se convirtió en lo más fácil que hacer en la vida.
- ¿Tanto te gustaba abuela?
- Me dio una felicidad que no pensé que viviría, así que si, me gustaba mucho.
- ¿Y por qué nunca seguiste cantando?
- … es algo complejo de explicar, incluso para un adulto. Habían muchas cosas… en ese tiempo no estaba bien visto que una mujer hiciera otras labores además de criar una familia, y viajar con hijos era algo muy difícil. Tuve que pensarlo mucho, sentirlo mucho, y tuve que tomar la mejor decisión en ese entonces para mi y mi familia, y la mejor decisión fue quedarme con mis hijos y tu abuelo, que en paz descanse.
- ¿Y alguna vez te arrepentiste?
- Arrepentirse es una palabra muy fuerte y fea, sabes.
- ¿Por qué?
- Porque no estoy arrepentida de haber criado a mis hijos y anteponerlos ante el trabajo y, si volviera a vivir, tomaría la misma decisión de nuevo. Aún así…
- ¿Hmm?
- … siempre piensas que quizás qué hubiera pasado si algunas cosas fueran distintas. Si hubiera cambiado un par de cosas, si hubiera seguido cantando, si no hubiera formado una familia. Pero también cuando pienso en eso me doy cuenta que jamás habría tenido las cosas maravillosas que tuve en esta vida.
- … algo dentro de mi se siente feliz cuando dices eso abuela, aunque no lo entiendo del todo.
- Incluso para un adulto es difícil entenderlo, aunque… ahora que lo dices, me hubiera gustado tener mi voz lo suficientemente fuerte para haberte cantado como lo hacía de antaño. Me hubiera gustado… que hubieras sido testigo de una parte importante de mi vida.
- … ¿y ya no puede ser abuela?
- Hace años que no, cariño.
- Aw…
- Sé que es algo que no estoy a la altura de decir, pero… cuando seas adulta y las decisiones de la vida comiencen a ser difíciles, quiero que siempre tengas la frente en alto y puedas cumplir todos los sueños que tengas. Nunca pienses que es imposible, porque cuando las cosas que nos motivan son por el amor, siempre encontrarás la forma de hacerlo, ¿de acuerdo?
- … no lo entiendo, pero lo prometo, abuela. Lo prometo.
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Aquella era una de esas tardes en donde el ambiente parecía imitar a días previos: la lluvia acaecía sin querer detenerse y empapando a todos quienes se atrevían a salir de sus hogares, el aire se sentía húmedo y soporífero, solo interrumpido por el dulce olor de los caldos que cocinaban en la cocina contigua a nuestro lugar, y como era usual la taberna había visto tiempos mejores, o al menos más alegres. Lo único distinto era aquella persona que estaba en la mesa con nosotros, aún vistiendo aquel abrigo que lo cuidó para llegar hasta este lugar.
- El tema es que este tipo de incidentes le da una… publicidad negativa a mi compañía. Ha costado una labor de 10 años llegar a este punto y lo que menos necesitamos es que una de nuestras trabajadoras más conocidas esté en asuntos… poco legales, por decirlo de alguna forma.
Sus ojos parecían distraerse continua e involuntariamente con el torso de mi ayudante, quien parecía notar su accionar, más no parecía realmente interesada. Más bien, Agatha notaba el movimiento nervioso y constante de sus manos, una señal inequívoca de su incomodidad.
- Si, he investigado casos como este previamente. Algunos ayudan a reforzar la confianza con la gente, aunque más de alguna vez sucede todo lo contrario. Solo espero que esté dispuesto a aceptar las consecuencias de lo que suceda en esta investigación.
- … si, eso lo acepto.
La persona frente a mi era Rein Sakastra, un humano entendido de las zonas pobres del comercio de Vulwulfar, emergente comerciante de esta ciudad. Algunos decían que tenía un olfato para oler negocios, otros decían que su olfato recogía otras cosas, asuntos que prosperaban cuando la luz desaparecía de las calles. No era sorprende escuchar eso, usualmente quienes soñaban con competir contra los grandes sufrían rumores infundados o destapes de las privacidades de su vida, lo que usualmente conseguía en que desistieran de sus sueños, como polillas que volaban hacia las velas.
Y como era de esperar, los primeros rumores llegaron a los oídos menos indicados.
El centro de su preocupación era Nar, la que se podría decir que era su mano derecha. Era una mujer Bio que estuvo con Rein desde los inicios de su naciente imperio, una mujer confiable y trabajadora, como toda Bio se caracterizaba por ser. Un poco solitaria, si me permiten inmiscuirme. Pero todo comenzó hace un mes, cuando comenzó a hurgar en los mercados con peticiones diversas y curiosas. Al principio eran manojos de metal, “cosas redondas” como le decía u objetos que nadie deseaba, pero no tardó en buscar objetos, como metales que tuvieran “atracción magnética”, hasta pequeños pedazos de madera para hacer “transposiciones” o cosas por el estilo.
El recuerdo vivo de la guerra de hace siglos atrás había dejado mellas en la psiquis de una sociedad herida. Por mucho que los Bios se adaptaran a nuevas vidas, el que usaran nomenclaturas extrañas hacía que los rumores se esparcieran como la peste. Es por eso que llegó hacia nosotros gracias a un contacto que tuvo, una de sus fuentes confiables que habitaban en las calles. Necesitaba lo que se conoce usualmente en el rubro como “ojos privados” para saber si necesitaba preocuparse de más o si podía relajarse.
- Solo quiero aclarar cualquier rumor, pero necesito que sea alguien que no sea originario de Vulwulfar, lo que menos necesito es que alguien filtre información – dicho eso, deslizó una bolsa de Aeros por la mesa que entendía el contrato que estabamos dispuestos a acordar, junto con un pequeño retrato de la mujer – Puedo confiar en su discreción, ¿no?
- Está tratando con un profesional, amigo – deslicé el retrato hacia mi lado de la mesa mientras mi asistente se encargaba de la bolsa con el pago.
- La otra mitad será al final de su investigación – al decir eso se levantó de su silla y ocultando su rostro con su gabardina, se prestó a desaparecer de la taberna, no sin antes murmurar como despedida – Esperaré sus noticias.
Con Agatha nos quedamos viendo el retrato de la mujer. Podías notar la inspiración de la persona que la retrató, cuidando los detalles finos de la mujer como si la misma delicadeza emanara de la pintura. Sus ojos eran vacíos como usualmente eran en las Bios, pero ello no hacía que fueran menos hermosos, como si esperaras que ella te devolviera la mirada y coincidieran aunque fuera por un segundo, como si pudieras recordar ese momento para siempre.
Describiría más sobre sus facciones, como su piel pálida o sus ropas que eran muy hogareñas, pero fue en ese entonces cuando mi nuca conoció la palma de mi asistente, descolocando mis pensamientos y mi atención.
- No te me vayas a enamorar tan luego.
- … ¿ah?
Offtopic: El retrato de la mujer es [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]. La vestimenta de Agatha es [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
- Sin duda, mi nieta querida. Aún cuando han pasado cien años, todavía puedo recordar aquellos momentos con claridad: los nervios que me comían, mi pecho apretado, mis piernas que querían traicionarme, mi garganta que ahogaba mi voz… ¡y vieras cuánta gente había! Perdí la vista de cuántas personas se encontraban ahí, todas ahí para escuchar mi canto.
- ¡Oh, vaya! ¿Y cuántas eran? ¿Eran más que los niños de la escuela?
- Je, un poco más, si.
- ¡Si que eran muchos entonces!
- E imagina que todavía habían muchas personas que no estaban ahí pero que escucharían el canto igual. Me sentía muy nerviosa, pero a la vez fue algo muy único… por un momento pensé que mi voz me fallaría y todos se reirían de mi, pero cuando recordé que lo que estaba haciendo era lo que más amaba en la vida, de pronto cantar se convirtió en lo más fácil que hacer en la vida.
- ¿Tanto te gustaba abuela?
- Me dio una felicidad que no pensé que viviría, así que si, me gustaba mucho.
- ¿Y por qué nunca seguiste cantando?
- … es algo complejo de explicar, incluso para un adulto. Habían muchas cosas… en ese tiempo no estaba bien visto que una mujer hiciera otras labores además de criar una familia, y viajar con hijos era algo muy difícil. Tuve que pensarlo mucho, sentirlo mucho, y tuve que tomar la mejor decisión en ese entonces para mi y mi familia, y la mejor decisión fue quedarme con mis hijos y tu abuelo, que en paz descanse.
- ¿Y alguna vez te arrepentiste?
- Arrepentirse es una palabra muy fuerte y fea, sabes.
- ¿Por qué?
- Porque no estoy arrepentida de haber criado a mis hijos y anteponerlos ante el trabajo y, si volviera a vivir, tomaría la misma decisión de nuevo. Aún así…
- ¿Hmm?
- … siempre piensas que quizás qué hubiera pasado si algunas cosas fueran distintas. Si hubiera cambiado un par de cosas, si hubiera seguido cantando, si no hubiera formado una familia. Pero también cuando pienso en eso me doy cuenta que jamás habría tenido las cosas maravillosas que tuve en esta vida.
- … algo dentro de mi se siente feliz cuando dices eso abuela, aunque no lo entiendo del todo.
- Incluso para un adulto es difícil entenderlo, aunque… ahora que lo dices, me hubiera gustado tener mi voz lo suficientemente fuerte para haberte cantado como lo hacía de antaño. Me hubiera gustado… que hubieras sido testigo de una parte importante de mi vida.
- … ¿y ya no puede ser abuela?
- Hace años que no, cariño.
- Aw…
- Sé que es algo que no estoy a la altura de decir, pero… cuando seas adulta y las decisiones de la vida comiencen a ser difíciles, quiero que siempre tengas la frente en alto y puedas cumplir todos los sueños que tengas. Nunca pienses que es imposible, porque cuando las cosas que nos motivan son por el amor, siempre encontrarás la forma de hacerlo, ¿de acuerdo?
- … no lo entiendo, pero lo prometo, abuela. Lo prometo.
Expediente Detectivesco #3: La oportunidad que viajó desde el pasado
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Aquella era una de esas tardes en donde el ambiente parecía imitar a días previos: la lluvia acaecía sin querer detenerse y empapando a todos quienes se atrevían a salir de sus hogares, el aire se sentía húmedo y soporífero, solo interrumpido por el dulce olor de los caldos que cocinaban en la cocina contigua a nuestro lugar, y como era usual la taberna había visto tiempos mejores, o al menos más alegres. Lo único distinto era aquella persona que estaba en la mesa con nosotros, aún vistiendo aquel abrigo que lo cuidó para llegar hasta este lugar.
- El tema es que este tipo de incidentes le da una… publicidad negativa a mi compañía. Ha costado una labor de 10 años llegar a este punto y lo que menos necesitamos es que una de nuestras trabajadoras más conocidas esté en asuntos… poco legales, por decirlo de alguna forma.
Sus ojos parecían distraerse continua e involuntariamente con el torso de mi ayudante, quien parecía notar su accionar, más no parecía realmente interesada. Más bien, Agatha notaba el movimiento nervioso y constante de sus manos, una señal inequívoca de su incomodidad.
- Si, he investigado casos como este previamente. Algunos ayudan a reforzar la confianza con la gente, aunque más de alguna vez sucede todo lo contrario. Solo espero que esté dispuesto a aceptar las consecuencias de lo que suceda en esta investigación.
- … si, eso lo acepto.
La persona frente a mi era Rein Sakastra, un humano entendido de las zonas pobres del comercio de Vulwulfar, emergente comerciante de esta ciudad. Algunos decían que tenía un olfato para oler negocios, otros decían que su olfato recogía otras cosas, asuntos que prosperaban cuando la luz desaparecía de las calles. No era sorprende escuchar eso, usualmente quienes soñaban con competir contra los grandes sufrían rumores infundados o destapes de las privacidades de su vida, lo que usualmente conseguía en que desistieran de sus sueños, como polillas que volaban hacia las velas.
Y como era de esperar, los primeros rumores llegaron a los oídos menos indicados.
El centro de su preocupación era Nar, la que se podría decir que era su mano derecha. Era una mujer Bio que estuvo con Rein desde los inicios de su naciente imperio, una mujer confiable y trabajadora, como toda Bio se caracterizaba por ser. Un poco solitaria, si me permiten inmiscuirme. Pero todo comenzó hace un mes, cuando comenzó a hurgar en los mercados con peticiones diversas y curiosas. Al principio eran manojos de metal, “cosas redondas” como le decía u objetos que nadie deseaba, pero no tardó en buscar objetos, como metales que tuvieran “atracción magnética”, hasta pequeños pedazos de madera para hacer “transposiciones” o cosas por el estilo.
El recuerdo vivo de la guerra de hace siglos atrás había dejado mellas en la psiquis de una sociedad herida. Por mucho que los Bios se adaptaran a nuevas vidas, el que usaran nomenclaturas extrañas hacía que los rumores se esparcieran como la peste. Es por eso que llegó hacia nosotros gracias a un contacto que tuvo, una de sus fuentes confiables que habitaban en las calles. Necesitaba lo que se conoce usualmente en el rubro como “ojos privados” para saber si necesitaba preocuparse de más o si podía relajarse.
- Solo quiero aclarar cualquier rumor, pero necesito que sea alguien que no sea originario de Vulwulfar, lo que menos necesito es que alguien filtre información – dicho eso, deslizó una bolsa de Aeros por la mesa que entendía el contrato que estabamos dispuestos a acordar, junto con un pequeño retrato de la mujer – Puedo confiar en su discreción, ¿no?
- Está tratando con un profesional, amigo – deslicé el retrato hacia mi lado de la mesa mientras mi asistente se encargaba de la bolsa con el pago.
- La otra mitad será al final de su investigación – al decir eso se levantó de su silla y ocultando su rostro con su gabardina, se prestó a desaparecer de la taberna, no sin antes murmurar como despedida – Esperaré sus noticias.
Con Agatha nos quedamos viendo el retrato de la mujer. Podías notar la inspiración de la persona que la retrató, cuidando los detalles finos de la mujer como si la misma delicadeza emanara de la pintura. Sus ojos eran vacíos como usualmente eran en las Bios, pero ello no hacía que fueran menos hermosos, como si esperaras que ella te devolviera la mirada y coincidieran aunque fuera por un segundo, como si pudieras recordar ese momento para siempre.
Describiría más sobre sus facciones, como su piel pálida o sus ropas que eran muy hogareñas, pero fue en ese entonces cuando mi nuca conoció la palma de mi asistente, descolocando mis pensamientos y mi atención.
- No te me vayas a enamorar tan luego.
- … ¿ah?
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Detective Hoots
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Re: La oportunidad que viajó desde el pasado [Privado]
Podría decirse que en líneas generales mi cuerpo estaba casi totalmente terminado [REALIZANDO ANALISIS COMPLETO] ... [COMPLETADO] Sí, era correcto. Ambas piernas y ambos brazos habían sido ensamblados de forma adecuada y por fin el resto de mi sistema había dejado de rechazar esas nuevas piezas. Habían sido meses incómodos por lo reducida que se veía mi movilidad al estar en esa condición “Pero ya no más” Sí, ya no más.
Y ahora comenzábamos a tener una rutina nuevamente con Sophi, existía la suficiente estabilidad en nuestras vidas como para que pudiéramos dedicarnos a cosas más simples como el mantener nuestros hogares. Durante el día ella tenía que dormir, pero yo no tenía necesidad de ello, así que podía destinar ese tiempo a ayudar a los vecinos cercanos a nuestras residencias.
Sin embargo.
Habían algunas cosas que sí notaba distintas en este cuerpo [ANALIZANDO] para empezar, si bien no requería de ocho horas de reposo como los orgánicos, sí notaba que había momentos en que necesitaba quedarme en un sitio y hacer algo similar al descanso. Duraba solo un par de horas, pero había sido sumamente curioso, y una vez que lo noté pude llevar un registro. La conclusión a la que había llegado era aún más interesante: El tiempo de descanso se iba extendiendo poco a poco.
También había comenzado a desarrollar un poco el gusto por la comida, aun no podía definir si un sabor me gustaba o no, pero aparentemente este cuerpo necesitaba de algunos nutrientes y el único modo de adquirirlos era por medio de los alimentos. Y por eso habíamos considerado oportuno visitar Vulwulfar, queríamos intentar con Sophitia el llevar adelante una huerta.
Me encontraba en el mercado cuando un puesto llamó mi atención, era una tienda que vendía partes mecánicas, algo poco común en la mayoría de los mercados de Aerandir. Siempre que encontraba algo así me detenía a mirar, ya que nunca podía estar segura cuando necesitaría una pieza de repuesto, lo mejor era abastecerse en cualquier oportunidad. Me acerqué y revisé las partes una por una, evaluando su calidad, qué tan rotas estaban, y si existía la posibilidad de reutilizarlas.
Cuando estaba por tomar una de las piezas mi mano se topó con la de otras personas, era una dama y en cuanto vi sus brazos no quedó duda alguna de que era una Bio al igual que yo. No necesitaba utilizar el sistema de análisis para entender que estábamos allí por motivos similares [PROCESANDO SONRISA] Le sonreí.
-¿Deseabas quedarte con esta pieza? - Le pregunté mientras se la ofrecía - Puedes quedartela -
-Oh no, de ninguna manera - Su tono y su mirada eran similar a las mías, carecían de esa naturalidad que solo los orgánicos parecían tener - Usted la vio primero, es suya - Se levantó y antes de que pudiera detenerla se alejó, perdiéndose en la multitud del mercado.
[ANALIZANDO] Estaba segura que podría haberle dado la pieza sin mayores consecuencias, no era tanta la necesidad que tenía de ella. “No hay mucho que se pueda hacer” Ciertamente, la muchacha Bio había desaparecido.
Y ahora comenzábamos a tener una rutina nuevamente con Sophi, existía la suficiente estabilidad en nuestras vidas como para que pudiéramos dedicarnos a cosas más simples como el mantener nuestros hogares. Durante el día ella tenía que dormir, pero yo no tenía necesidad de ello, así que podía destinar ese tiempo a ayudar a los vecinos cercanos a nuestras residencias.
Sin embargo.
Habían algunas cosas que sí notaba distintas en este cuerpo [ANALIZANDO] para empezar, si bien no requería de ocho horas de reposo como los orgánicos, sí notaba que había momentos en que necesitaba quedarme en un sitio y hacer algo similar al descanso. Duraba solo un par de horas, pero había sido sumamente curioso, y una vez que lo noté pude llevar un registro. La conclusión a la que había llegado era aún más interesante: El tiempo de descanso se iba extendiendo poco a poco.
También había comenzado a desarrollar un poco el gusto por la comida, aun no podía definir si un sabor me gustaba o no, pero aparentemente este cuerpo necesitaba de algunos nutrientes y el único modo de adquirirlos era por medio de los alimentos. Y por eso habíamos considerado oportuno visitar Vulwulfar, queríamos intentar con Sophitia el llevar adelante una huerta.
Me encontraba en el mercado cuando un puesto llamó mi atención, era una tienda que vendía partes mecánicas, algo poco común en la mayoría de los mercados de Aerandir. Siempre que encontraba algo así me detenía a mirar, ya que nunca podía estar segura cuando necesitaría una pieza de repuesto, lo mejor era abastecerse en cualquier oportunidad. Me acerqué y revisé las partes una por una, evaluando su calidad, qué tan rotas estaban, y si existía la posibilidad de reutilizarlas.
Cuando estaba por tomar una de las piezas mi mano se topó con la de otras personas, era una dama y en cuanto vi sus brazos no quedó duda alguna de que era una Bio al igual que yo. No necesitaba utilizar el sistema de análisis para entender que estábamos allí por motivos similares [PROCESANDO SONRISA] Le sonreí.
-¿Deseabas quedarte con esta pieza? - Le pregunté mientras se la ofrecía - Puedes quedartela -
-Oh no, de ninguna manera - Su tono y su mirada eran similar a las mías, carecían de esa naturalidad que solo los orgánicos parecían tener - Usted la vio primero, es suya - Se levantó y antes de que pudiera detenerla se alejó, perdiéndose en la multitud del mercado.
[ANALIZANDO] Estaba segura que podría haberle dado la pieza sin mayores consecuencias, no era tanta la necesidad que tenía de ella. “No hay mucho que se pueda hacer” Ciertamente, la muchacha Bio había desaparecido.
Zöe
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Re: La oportunidad que viajó desde el pasado [Privado]
Narradora: Agatha
– Hmmm… Hmmmmm… Oe, esa está difícil.
– Ja, y de nuevo, ja. Sabía que te quedarías con la duda.
A veces, en la interminable eternidad que es el tiempo para una vampiresa, una pregunta ayudaba a cambiar el paradigma del aburrimiento, y afortunadamente para mi, siempre venían por parte de mi adorado Hoots: “Si un mago te hiciera cambiar a otra raza, ¿preferirías ser una mujer polilla con mucho pelaje o un mago que pudiera saber la hora exacta en todo momento?”. Claro, acabábamos de comenzar el trabajo encomendado, pero eso no quitaba que podíamos seguir jugando a ese bobo juego que jugábamos cuando caminábamos aburridos por las calles de las ciudades: simplemente preguntarnos escenarios improbables con condiciones bobas, y por supuesto que la gracia estaba en responder honestamente.
Después de atender los requerimientos de nuestro cliente, lo primero que aparcó nuestras mentes eran situaciones críticas: algo de comer y algo de ropas. Era fácil llenar el corazón de mi detective con aquel maravilloso invento Bio de masa con carne y cebolla cuyo nombre era “empanada”, aunque lo de las ropas era más difícil, específicamente encontrar zapatos con un tacón lo suficientemente alto para darme un tono sensual a la hora de caminar, pero no tanto como para parecer una prostituta. Además de combinar colores, atuendos, ustedes saben.
Es por eso que nuestra parada fue a un mercado no muy lejos de la taberna.
– Igual me parece raro que quieras comprar zapatos, casi nunca se te ven con esos vestidos tan largos.
– Aunque no lo creas, cuando una mujer se sienta y se cruza de piernas, el vestido pierde la magia de ocultar nuestros indecentes tobillos.
– Tus tobillos no me parecen indecentes – por supuesto, pedir algo de sutileza a Hoots era como intentar sacarle sangre a una piedra, así que ni se inmutó en levantar levemente mi vestido mientras caminábamos para mirar mis tobillos – A mi me parecen lindos, más que los míos al menos – y esta vez, estiraba por completo sus patas para mostrar sus tobillos tan de ave.
– Cualquiera que piense que tus tobillos no son lindos es porque simplemente no tienen gusto, mi cuchi cuchi – con un beso en su cabeza y las plumas para tapar su sonrojo, el eterno enamorado siguió su marcha, yo seguí con una sonrisa victoriosa y mis tobillos con mayor autoestima.
No tardamos en llegar al mercado y, a decir verdad, no estábamos realmente interesados en la búsqueda de la Bio que nos encargaron. Hoots estaba revisando unas pipas, ya que deseaba conocer el pasatiempo de fumar en pipa para aumentar sus niveles detectivescos, mientras que embusteros intentaban venderme zapatos de calidad cuestionable a precios que alimentaban la suspicacia. Por supuesto era fácil saber cuando un tacón no era hecho con madera de los árboles de Sandorai y por solo 100 aeros, y la verdad no sabía cómo habían tantas mujeres que caían en esto, tenían que ser muy tontas.
Estuve a punto de decirle un par de cosas al mafioso que intentó embaucarme, pero antes de eso, mis ojos se detuvieron ante una figura que había visto solo una vez en la vida, pero por coincidencia era la persona que buscábamos. Se encontraba con otra mujer, probablemente coincidiendo en algo. No tardé en darme vuelta para buscar a Hoots, y ahí fue donde comenzó el primer problema.
Narrador: Hoots
- Oh, está preciosa esta pipa. Me la llevo, por favor.
- Claro, son solo 80 aeros.
El buen mercader me había hecho una buena oferta por su objeto, algo que no iba a dejar pasar aunque tuviera que dejar de comer empanadas, así que estuve a punto de pagarle cuando sentí cómo Agatha me tomó de los hombros y me zamarreo lo suficiente como para casi casi que se me cayera la bolsa con aeros.
- Hoots, Hoots, mira a quién encontré.
- Espera, espera – logré salvar nuestra paga de caer al piso, y casi como un adicto a la hierba barata, comencé a sacar el dinero – Necesito esto con toda la fuerza de mi vida.
- Pero…
- Solo… 5 segundos… ¡tome! - el intercambio fue expedito y puse la pipa sin usar en mi boca, mostrándola orgullosa frente a mi asistente – A que ahora si me veo más detectivesco con esto, ¿eh? ¿Qué me querías mos--?
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Fue entonces cuando mis ojos encontraron lo que quería mostrarme mi asistente. ¿Acaso era lo que creía que era? Y estaba sola, revisando unas cosas en el mercado. Dejé la pipa a mi asistente y partí a revisar por un costado a escondidas usando al público que buscaba comprar cosas a esas horas, pudiendo ver su perfil de manera perfecta. Las ropas eran lo único que era distinto de ella, pero la tez, su pelo y sus ojos se parecían mucho al pequeño cuadro que nos mostró.
- Es ella sin lugar a dudas, ¿verdad Agatha? - corrí lo más silencioso que pude para quedarme al lado de mi asistente, pero solo recibí una mirada que no pude decifrar exactamente lo que me quería decir, pero definitivamente no era algo bueno – Eh… ¿todo bien? - y esa pregunta solo me ganó una alzada de ceja.
- Lo siento por no ser expedito, me emocioné mucho… pero ya ubicamos a nuestra sospechosa, ¿no lo crees?
- Ssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss…………… - Por un momento pensé que a Agatha se le estaba saliendo el aire por la boca mientras hacia un gesto con su mano como intentando explicar la situación para, simplemente, encogerse de hombros y rendirse - … si, por qué no.
- De acuerdo, intentaré una táctica frontal y directa – eso significaba hacerse el tonto ir a preguntarle para qué servían las cosas – Tú cubreme la espalda.
- Eh, creo que iré a hacer algo más importante. Estaré por allá, por si me necesitas – apuntó a un lado que no parecía tener nada de importancia relacionada con sus gustos por la ropa o zapatos.
- Eh… ¿sigues enojada?
- Por supuesto que no, mi rey – sus palabras y sonrisa denotaban sinceridad, además de un beso en mi cabeza, pero no pude dejar de pensar que algo me estaba omitiendo – Ve por ella, campeón.
Sin dejarme decir nada más al respecto, además de la palmada en mi zona baja donde terminaba mi espalda, se marchó y me dejó solo. Creo que, para efectos prácticos, debería devolver la pipa y regalarle algo… como esos zapatos con tacón de las maderas del bosque de Sandorai. Si, eso le encantaría.
Dejando eso de lado, caminé de una manera natural y casual, como cualquier buho de 1 metro lo haría, y me quedé a su lado mirando los objetos que habían en el mercado, estirando mis pies para ver mejor y sacando a luz mis dotes actorales.
- Ohh… estas cosas son curiosas para mi, sabe – le dije de manera casual, casi como si estuvieramos hablando de sandías – Las veo en muchos mercados, pero nunca tengo idea qué son o para qué sirven. Incluso pienso que serían peligrosas para alguien, ja ja ja.
– Hmmm… Hmmmmm… Oe, esa está difícil.
– Ja, y de nuevo, ja. Sabía que te quedarías con la duda.
A veces, en la interminable eternidad que es el tiempo para una vampiresa, una pregunta ayudaba a cambiar el paradigma del aburrimiento, y afortunadamente para mi, siempre venían por parte de mi adorado Hoots: “Si un mago te hiciera cambiar a otra raza, ¿preferirías ser una mujer polilla con mucho pelaje o un mago que pudiera saber la hora exacta en todo momento?”. Claro, acabábamos de comenzar el trabajo encomendado, pero eso no quitaba que podíamos seguir jugando a ese bobo juego que jugábamos cuando caminábamos aburridos por las calles de las ciudades: simplemente preguntarnos escenarios improbables con condiciones bobas, y por supuesto que la gracia estaba en responder honestamente.
Después de atender los requerimientos de nuestro cliente, lo primero que aparcó nuestras mentes eran situaciones críticas: algo de comer y algo de ropas. Era fácil llenar el corazón de mi detective con aquel maravilloso invento Bio de masa con carne y cebolla cuyo nombre era “empanada”, aunque lo de las ropas era más difícil, específicamente encontrar zapatos con un tacón lo suficientemente alto para darme un tono sensual a la hora de caminar, pero no tanto como para parecer una prostituta. Además de combinar colores, atuendos, ustedes saben.
Es por eso que nuestra parada fue a un mercado no muy lejos de la taberna.
– Igual me parece raro que quieras comprar zapatos, casi nunca se te ven con esos vestidos tan largos.
– Aunque no lo creas, cuando una mujer se sienta y se cruza de piernas, el vestido pierde la magia de ocultar nuestros indecentes tobillos.
– Tus tobillos no me parecen indecentes – por supuesto, pedir algo de sutileza a Hoots era como intentar sacarle sangre a una piedra, así que ni se inmutó en levantar levemente mi vestido mientras caminábamos para mirar mis tobillos – A mi me parecen lindos, más que los míos al menos – y esta vez, estiraba por completo sus patas para mostrar sus tobillos tan de ave.
– Cualquiera que piense que tus tobillos no son lindos es porque simplemente no tienen gusto, mi cuchi cuchi – con un beso en su cabeza y las plumas para tapar su sonrojo, el eterno enamorado siguió su marcha, yo seguí con una sonrisa victoriosa y mis tobillos con mayor autoestima.
No tardamos en llegar al mercado y, a decir verdad, no estábamos realmente interesados en la búsqueda de la Bio que nos encargaron. Hoots estaba revisando unas pipas, ya que deseaba conocer el pasatiempo de fumar en pipa para aumentar sus niveles detectivescos, mientras que embusteros intentaban venderme zapatos de calidad cuestionable a precios que alimentaban la suspicacia. Por supuesto era fácil saber cuando un tacón no era hecho con madera de los árboles de Sandorai y por solo 100 aeros, y la verdad no sabía cómo habían tantas mujeres que caían en esto, tenían que ser muy tontas.
Estuve a punto de decirle un par de cosas al mafioso que intentó embaucarme, pero antes de eso, mis ojos se detuvieron ante una figura que había visto solo una vez en la vida, pero por coincidencia era la persona que buscábamos. Se encontraba con otra mujer, probablemente coincidiendo en algo. No tardé en darme vuelta para buscar a Hoots, y ahí fue donde comenzó el primer problema.
Narrador: Hoots
- Oh, está preciosa esta pipa. Me la llevo, por favor.
- Claro, son solo 80 aeros.
El buen mercader me había hecho una buena oferta por su objeto, algo que no iba a dejar pasar aunque tuviera que dejar de comer empanadas, así que estuve a punto de pagarle cuando sentí cómo Agatha me tomó de los hombros y me zamarreo lo suficiente como para casi casi que se me cayera la bolsa con aeros.
- Hoots, Hoots, mira a quién encontré.
- Espera, espera – logré salvar nuestra paga de caer al piso, y casi como un adicto a la hierba barata, comencé a sacar el dinero – Necesito esto con toda la fuerza de mi vida.
- Pero…
- Solo… 5 segundos… ¡tome! - el intercambio fue expedito y puse la pipa sin usar en mi boca, mostrándola orgullosa frente a mi asistente – A que ahora si me veo más detectivesco con esto, ¿eh? ¿Qué me querías mos--?
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Fue entonces cuando mis ojos encontraron lo que quería mostrarme mi asistente. ¿Acaso era lo que creía que era? Y estaba sola, revisando unas cosas en el mercado. Dejé la pipa a mi asistente y partí a revisar por un costado a escondidas usando al público que buscaba comprar cosas a esas horas, pudiendo ver su perfil de manera perfecta. Las ropas eran lo único que era distinto de ella, pero la tez, su pelo y sus ojos se parecían mucho al pequeño cuadro que nos mostró.
- Es ella sin lugar a dudas, ¿verdad Agatha? - corrí lo más silencioso que pude para quedarme al lado de mi asistente, pero solo recibí una mirada que no pude decifrar exactamente lo que me quería decir, pero definitivamente no era algo bueno – Eh… ¿todo bien? - y esa pregunta solo me ganó una alzada de ceja.
- Lo siento por no ser expedito, me emocioné mucho… pero ya ubicamos a nuestra sospechosa, ¿no lo crees?
- Ssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss…………… - Por un momento pensé que a Agatha se le estaba saliendo el aire por la boca mientras hacia un gesto con su mano como intentando explicar la situación para, simplemente, encogerse de hombros y rendirse - … si, por qué no.
- De acuerdo, intentaré una táctica frontal y directa – eso significaba hacerse el tonto ir a preguntarle para qué servían las cosas – Tú cubreme la espalda.
- Eh, creo que iré a hacer algo más importante. Estaré por allá, por si me necesitas – apuntó a un lado que no parecía tener nada de importancia relacionada con sus gustos por la ropa o zapatos.
- Eh… ¿sigues enojada?
- Por supuesto que no, mi rey – sus palabras y sonrisa denotaban sinceridad, además de un beso en mi cabeza, pero no pude dejar de pensar que algo me estaba omitiendo – Ve por ella, campeón.
Sin dejarme decir nada más al respecto, además de la palmada en mi zona baja donde terminaba mi espalda, se marchó y me dejó solo. Creo que, para efectos prácticos, debería devolver la pipa y regalarle algo… como esos zapatos con tacón de las maderas del bosque de Sandorai. Si, eso le encantaría.
Dejando eso de lado, caminé de una manera natural y casual, como cualquier buho de 1 metro lo haría, y me quedé a su lado mirando los objetos que habían en el mercado, estirando mis pies para ver mejor y sacando a luz mis dotes actorales.
- Ohh… estas cosas son curiosas para mi, sabe – le dije de manera casual, casi como si estuvieramos hablando de sandías – Las veo en muchos mercados, pero nunca tengo idea qué son o para qué sirven. Incluso pienso que serían peligrosas para alguien, ja ja ja.
Detective Hoots
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Re: La oportunidad que viajó desde el pasado [Privado]
Luego del intercambio con la Bio, me quedé mirando las piezas de la tienda, levantaba algunas y las pasaba por el escaneo que me permite realizar mi visión, luego volvía a apoyarlas en donde habían estado. Un Hombre-Lechuza apareció a mi lado, era curioso que estuviera interesado en cosas como esa, ya que no era un Bio, ni parecía del tipo de persona que se dedicara a construir robots.
Más allá de eso, no llamó en demasía mi atención, continué con mi inspección de los elementos hasta que de pronto me habló. Lo observé durante algunos segundos, con mi habitual gesto neutro [PROCESANDO SONRISA] le sonreí.
-Son elementos poco comunes, es normal que no conozca sobre sus usos. Su funcionalidad dependerá mucho de a qué pieza se esté refiriendo, todo lo que está aquí tiene distintos tipos de usos- Hice un repaso general sobre los distintos objetos - ¿Hay alguno en particular que llame su atención? ¿O necesita hacer alguna tarea que requiera de las habilidades de un Bio? - Estaba acostumbrada a que los orgánicos no entendieran mucho sobre esos asuntos, incluso explicarlos adecuadamente podía resultarles complicado
La siguiente parte del comentario requería de una exposición algo más detallada.
- Por sí solos no son peligrosos, muchas veces las cosas que se venden son solo una parte insignificante de algo mucho más general. Otras veces siquiera funcionan, pero aunque sí sirvieran, sería necesario que alguien con conocimiento en el armado y el manejo de biotecnología las utilizara - Pestañee tres veces mientras mi Sistema analizaba los datos que acababa de darle, en busca de alguna cosa que hubiese olvidado - Esos son conocimientos que están fuera del alcance de los orgánicos -
Agarré una de las piezas, solo con su apariencia probablemente no podría distinguir para qué servía.
-Este es un Sensor de inclinación, es probable que no funcione, pero tendría que probarlo para asegurarme de ello - La deje y busque otra - Un puerto RS-232, es curioso encontrar uno de estos, por eso tengo intenciones de comprarlo - Lo puse separado de los demás - Sensor de calor, Sensor brújula, antena... - Le fui señalando los implementos - Lo que quiero ejemplificar es que a menos que conozcas de estas cosas, es poco probable que puedas generar una herramienta peligrosa ¿Sí? -
Pagué por la pieza que me interesaba al vendedor.
Más allá de eso, no llamó en demasía mi atención, continué con mi inspección de los elementos hasta que de pronto me habló. Lo observé durante algunos segundos, con mi habitual gesto neutro [PROCESANDO SONRISA] le sonreí.
-Son elementos poco comunes, es normal que no conozca sobre sus usos. Su funcionalidad dependerá mucho de a qué pieza se esté refiriendo, todo lo que está aquí tiene distintos tipos de usos- Hice un repaso general sobre los distintos objetos - ¿Hay alguno en particular que llame su atención? ¿O necesita hacer alguna tarea que requiera de las habilidades de un Bio? - Estaba acostumbrada a que los orgánicos no entendieran mucho sobre esos asuntos, incluso explicarlos adecuadamente podía resultarles complicado
La siguiente parte del comentario requería de una exposición algo más detallada.
- Por sí solos no son peligrosos, muchas veces las cosas que se venden son solo una parte insignificante de algo mucho más general. Otras veces siquiera funcionan, pero aunque sí sirvieran, sería necesario que alguien con conocimiento en el armado y el manejo de biotecnología las utilizara - Pestañee tres veces mientras mi Sistema analizaba los datos que acababa de darle, en busca de alguna cosa que hubiese olvidado - Esos son conocimientos que están fuera del alcance de los orgánicos -
Agarré una de las piezas, solo con su apariencia probablemente no podría distinguir para qué servía.
-Este es un Sensor de inclinación, es probable que no funcione, pero tendría que probarlo para asegurarme de ello - La deje y busque otra - Un puerto RS-232, es curioso encontrar uno de estos, por eso tengo intenciones de comprarlo - Lo puse separado de los demás - Sensor de calor, Sensor brújula, antena... - Le fui señalando los implementos - Lo que quiero ejemplificar es que a menos que conozcas de estas cosas, es poco probable que puedas generar una herramienta peligrosa ¿Sí? -
Pagué por la pieza que me interesaba al vendedor.
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Re: La oportunidad que viajó desde el pasado [Privado]
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Sabía que mi pregunta no abriría una confesión directa por parte de Nar. Todos quienes buscan hacer algo no confesarán de inmediato lo que planean hacer y, aunque fuera una Bio, las mentiras no eran exentas a estas criaturas, sobre todo si les haces creer una mentira como verdad.
Ver la intención detrás de las palabras de un Bio podía ser un trabajo muy difícil o muy fácil, nunca existiendo un intermedio. Podían ser como cristales de agua en una fiesta de ricos o peor que encontrar un emparedado no vencido en la basura, y Nar había escogido ser el emparedado ya que sus palabras no parecían delatar si estaba haciendo algo bueno o algo malo. Como había dicho, cualquiera de esas cosas que estaban ahí podían hacer bien o mal dependiendo de su uso. Era como el agua: podías hacer el bien a tu cuerpo y beber un vaso, o podías llenar un barril de agua y ahogar a un pobre pelafustan por deudas con la mafia.
Hubiera pensado más en como hacerla confesar, pero algo en sus palabras me hizo distraerme, algo que llevó mi atención a mis instintos más primitivos y masculinos. No, no sean malpensados, el único escote que quiero mirar es el de mi asistente Agatha. No, era otra cosa, algo más incontrolable, más varonil, más… albañil.
- Sensor de inclinación… parece algo demasiado complicado para la simple labor que debiera hacer – me giré hacia ella y las palabras que salieron de mi boca tenían tanta honestidad como involuntariedad en decirlas – Si quiere saber la inclinación de algo, existe una herramientas que ocupan los ‘maestros’ de la construcción – el nombre de ‘maestros’ era bien acuñado, puesto que podían crear edificios y casas con sus herramientas con una precisión que harían que las personas fueran celosas – Ellos tienen un rectangulo de este tamaño, con un pequeño cristal al medio con agua y que tiene una burbuja de aire en su interior. Entonces, colocan este rectángulo encima de las cosas para ver si están inclinadas o no, y eso les permite hacer construcciones rectas, y sobre todo muebles para evitar que los vasos se deslicen hasta el piso.
Ese tipo de conocimientos en los hombres era algo “necesario” para el día a día. Saber por ejemplo el arreglar una mesa coja, saber abrir una cerveza y beberla de la botella, asar la carne, ya saben, esas cosas. No le encontraba mucha utilidad, pero ya saben, “los hombres deben saber ser masculinos”. Afortunadamente Agatha sabía más de asados que yo, así como lo de la cerveza, así que a veces sentía que me cubría para hacer cosas que me gustaban, como tejer bufandas y dibujar a base de carbón.
Me había perdido en mis pensamientos cuando me di cuenta que probablemente la Bio me estaba corrigiendo. Había sido como despertar de un encanto hipnótico, y tenía sentido porque probablemente el sensor de inclinación era otra cosa, pero el escuchar nombres como “Puerto RS… algunos números” y “antena” hiciera que me sintiera confundido.
- Hmm… - pensé por un momento, que podría haber coincidido con el término de su explicación o no - … sabe, ¿puedo preguntarle algo? Pero quiero pedirle un favor también, ¿puede ser un poquito alejado de acá? Tanta gente y conversando al mismo tiempo me marea. En ese callejón de ahí está bien – era uno que estaba al lado del mercado donde estábamos. No era raro ni nada, pero estaba lo suficientemente lejos como para escuchar mis pensamientos (si, no le estaba mintiendo en ese sentido).
Antes de poder escuchar su replica, ya había partido al callejón y le hice una seña para que se acercara. Afortunadamente habían cajas de basura y algunos barriles vacíos, así que, con un poco de ingenio lechuzigistico, pude hacer una pequeña tarima para no quedar tan bajo y poder mirarla algo más directamente a los ojos sin que ella tuviera que agacharse.
- Mire… la verdad es que estoy investigando ciertos rumores – le dije de manera seria y responsable – He escuchado que hay gente solicitando elementos que tienen nombres muy raros y que son aparentemente de procedencia Bio. El problema es que, aunque nadie sabe para qué sirven, existen… ciertos rumores, ya sabe como es la gente, le encanta inventar historias sobre cosas que no tienen idea – y era casi como un gaje del oficio desentrañar cuales eran inventos y cuales no – El problema es que esto puede desembocar en riesgo hacia otros Bios y las intenciones que tienen. Entonces, necesito que me ayude… ¿que tanto riesgo hay en lo que estaba buscando? ¿Cuales eran las intenciones que tenía con los objetos que estaba buscando?
Y la verdad es que tampoco quería asumir por completo que estaba buscando alguna forma de aprovecharse negativamente de esos artefactos. Claro, era más romántico para el oficio de detective el atrapar a un culpable, cortar sus planes de raíz y que Agatha me hiciera mimos en la cabeza por un trabajo bien hecho, pero a veces el oficio nunca era tan romántico como lo pintaba la ficción. Así que decidí ser el policía bueno una vez más. Después de todo, Agatha me decía que lo mejor que se me daba era ser el policía bueno, aunque a veces no distinguía si aquello era sarcasmo o no.
Sabía que mi pregunta no abriría una confesión directa por parte de Nar. Todos quienes buscan hacer algo no confesarán de inmediato lo que planean hacer y, aunque fuera una Bio, las mentiras no eran exentas a estas criaturas, sobre todo si les haces creer una mentira como verdad.
Ver la intención detrás de las palabras de un Bio podía ser un trabajo muy difícil o muy fácil, nunca existiendo un intermedio. Podían ser como cristales de agua en una fiesta de ricos o peor que encontrar un emparedado no vencido en la basura, y Nar había escogido ser el emparedado ya que sus palabras no parecían delatar si estaba haciendo algo bueno o algo malo. Como había dicho, cualquiera de esas cosas que estaban ahí podían hacer bien o mal dependiendo de su uso. Era como el agua: podías hacer el bien a tu cuerpo y beber un vaso, o podías llenar un barril de agua y ahogar a un pobre pelafustan por deudas con la mafia.
Hubiera pensado más en como hacerla confesar, pero algo en sus palabras me hizo distraerme, algo que llevó mi atención a mis instintos más primitivos y masculinos. No, no sean malpensados, el único escote que quiero mirar es el de mi asistente Agatha. No, era otra cosa, algo más incontrolable, más varonil, más… albañil.
- Sensor de inclinación… parece algo demasiado complicado para la simple labor que debiera hacer – me giré hacia ella y las palabras que salieron de mi boca tenían tanta honestidad como involuntariedad en decirlas – Si quiere saber la inclinación de algo, existe una herramientas que ocupan los ‘maestros’ de la construcción – el nombre de ‘maestros’ era bien acuñado, puesto que podían crear edificios y casas con sus herramientas con una precisión que harían que las personas fueran celosas – Ellos tienen un rectangulo de este tamaño, con un pequeño cristal al medio con agua y que tiene una burbuja de aire en su interior. Entonces, colocan este rectángulo encima de las cosas para ver si están inclinadas o no, y eso les permite hacer construcciones rectas, y sobre todo muebles para evitar que los vasos se deslicen hasta el piso.
Ese tipo de conocimientos en los hombres era algo “necesario” para el día a día. Saber por ejemplo el arreglar una mesa coja, saber abrir una cerveza y beberla de la botella, asar la carne, ya saben, esas cosas. No le encontraba mucha utilidad, pero ya saben, “los hombres deben saber ser masculinos”. Afortunadamente Agatha sabía más de asados que yo, así como lo de la cerveza, así que a veces sentía que me cubría para hacer cosas que me gustaban, como tejer bufandas y dibujar a base de carbón.
Me había perdido en mis pensamientos cuando me di cuenta que probablemente la Bio me estaba corrigiendo. Había sido como despertar de un encanto hipnótico, y tenía sentido porque probablemente el sensor de inclinación era otra cosa, pero el escuchar nombres como “Puerto RS… algunos números” y “antena” hiciera que me sintiera confundido.
- Hmm… - pensé por un momento, que podría haber coincidido con el término de su explicación o no - … sabe, ¿puedo preguntarle algo? Pero quiero pedirle un favor también, ¿puede ser un poquito alejado de acá? Tanta gente y conversando al mismo tiempo me marea. En ese callejón de ahí está bien – era uno que estaba al lado del mercado donde estábamos. No era raro ni nada, pero estaba lo suficientemente lejos como para escuchar mis pensamientos (si, no le estaba mintiendo en ese sentido).
Antes de poder escuchar su replica, ya había partido al callejón y le hice una seña para que se acercara. Afortunadamente habían cajas de basura y algunos barriles vacíos, así que, con un poco de ingenio lechuzigistico, pude hacer una pequeña tarima para no quedar tan bajo y poder mirarla algo más directamente a los ojos sin que ella tuviera que agacharse.
- Mire… la verdad es que estoy investigando ciertos rumores – le dije de manera seria y responsable – He escuchado que hay gente solicitando elementos que tienen nombres muy raros y que son aparentemente de procedencia Bio. El problema es que, aunque nadie sabe para qué sirven, existen… ciertos rumores, ya sabe como es la gente, le encanta inventar historias sobre cosas que no tienen idea – y era casi como un gaje del oficio desentrañar cuales eran inventos y cuales no – El problema es que esto puede desembocar en riesgo hacia otros Bios y las intenciones que tienen. Entonces, necesito que me ayude… ¿que tanto riesgo hay en lo que estaba buscando? ¿Cuales eran las intenciones que tenía con los objetos que estaba buscando?
Y la verdad es que tampoco quería asumir por completo que estaba buscando alguna forma de aprovecharse negativamente de esos artefactos. Claro, era más romántico para el oficio de detective el atrapar a un culpable, cortar sus planes de raíz y que Agatha me hiciera mimos en la cabeza por un trabajo bien hecho, pero a veces el oficio nunca era tan romántico como lo pintaba la ficción. Así que decidí ser el policía bueno una vez más. Después de todo, Agatha me decía que lo mejor que se me daba era ser el policía bueno, aunque a veces no distinguía si aquello era sarcasmo o no.
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Re: La oportunidad que viajó desde el pasado [Privado]
-Eso es correcto, los orgánicos tienen sus propias maneras de poder medir altura, longitud, inclinación y otros datos para señalar el volumen y posición de los objetos - Asentí dos veces y agregué - Pero nosotros podemos hacerlo con una precisión cercana a lo absoluto, y cuando se fabrican seres que necesitan niveles de percepción sofisticados no podemos dejar que se guíen con herramientas tan rudimentarias -
Luego se hizo el silencio, el Hombre-Lechuza parecía estar concentrado en sus propios pensamientos [ANALIZANDO] No estaba prestando atención a lo que decía, pero tampoco daba por concluida la conversación, así que me quedé en silencio, observándolo de forma directa con mi habitual gesto inexpresivo. Luego de unos segundos de estar ambos así, él retomó la charla.
Incliné la cabeza mientras mi sistema analizaba el pedido, pestañee tres veces cuando llegué a una resolución.
-¿Desea plantear sus dudas en otro sitio? Está bien, puedo hacer eso - Saludé al vendedor para despedirme, había observado con atención toda la escena pero no había hecho comentarios. Al ver cómo sus ojos ajustaban la visión me di cuenta que se trataba de otro Bio, solo que uno mucho más disimulado, eso explicaba su falta de interés en todo lo que lo rodeaba - ¿Cuál callejón sería conveniente? - Me señaló uno y asentí - De acuerdo, eso estará bien ¿Sí? -
Lo seguí hasta el destino asignado. Por motivos que no lograba entender el Hombre-Lechuza comenzó a apilar objetos para luego acomodarse sobre ellos, yo me quedé parada en silencio durante todo el proceso, observando sus movimientos. Era curioso que pudiera utilizar sus manos-alas de esa manera, lo esperable en un orgánico con sus características era que no contara con miembros superiores que le permitieran sujetar cosas.
-¿Rumores? - [Noticia vaga que corre entre la gente] - Yo no conozco rumores, los datos que poseo son siempre precisos y de fuentes confiables - Y tampoco entendía la necesidad de los orgánicos por repartir ese tipo de comentarios - Es extraño que alguien solicite este tipo de piezas, la mayoría de las personas de Aerandir no saben cómo utilizarlas - Una punzada me dio la señal de que ella hablaría “Te está hablando con segundas intenciones” ¿Segundas intenciones? - Entonces, tiene información de dudosa procedencia y quiere que yo confirme o descarte sus dudas -
Ya había respondido a esa pregunta con anterioridad, así que no encontraba el sentido en que volviera a hacérmela ¿Sería eso lo de las dobles intenciones? [ANALIZANDO] Significaba que había un propósito solapado bajo otro propósito... Todo resultaba muy confuso, mi sistema no era capaz de llegar a niveles de análisis tan complejos.
-No hay riesgo alguno en las piezas por sí solas, dependerá de cómo sean utilizadas. Mis intenciones en particular era simplemente el reservarlas por si necesito algún repuesto en el futuro - [CONCLUSIÓN] - ¿Soy sospechosa de querer lastimar a los orgánicos? - Incline la cabeza, manteniendo el gesto neutro - Mi sistema no me permite hacerles daño -
Luego se hizo el silencio, el Hombre-Lechuza parecía estar concentrado en sus propios pensamientos [ANALIZANDO] No estaba prestando atención a lo que decía, pero tampoco daba por concluida la conversación, así que me quedé en silencio, observándolo de forma directa con mi habitual gesto inexpresivo. Luego de unos segundos de estar ambos así, él retomó la charla.
Incliné la cabeza mientras mi sistema analizaba el pedido, pestañee tres veces cuando llegué a una resolución.
-¿Desea plantear sus dudas en otro sitio? Está bien, puedo hacer eso - Saludé al vendedor para despedirme, había observado con atención toda la escena pero no había hecho comentarios. Al ver cómo sus ojos ajustaban la visión me di cuenta que se trataba de otro Bio, solo que uno mucho más disimulado, eso explicaba su falta de interés en todo lo que lo rodeaba - ¿Cuál callejón sería conveniente? - Me señaló uno y asentí - De acuerdo, eso estará bien ¿Sí? -
Lo seguí hasta el destino asignado. Por motivos que no lograba entender el Hombre-Lechuza comenzó a apilar objetos para luego acomodarse sobre ellos, yo me quedé parada en silencio durante todo el proceso, observando sus movimientos. Era curioso que pudiera utilizar sus manos-alas de esa manera, lo esperable en un orgánico con sus características era que no contara con miembros superiores que le permitieran sujetar cosas.
-¿Rumores? - [Noticia vaga que corre entre la gente] - Yo no conozco rumores, los datos que poseo son siempre precisos y de fuentes confiables - Y tampoco entendía la necesidad de los orgánicos por repartir ese tipo de comentarios - Es extraño que alguien solicite este tipo de piezas, la mayoría de las personas de Aerandir no saben cómo utilizarlas - Una punzada me dio la señal de que ella hablaría “Te está hablando con segundas intenciones” ¿Segundas intenciones? - Entonces, tiene información de dudosa procedencia y quiere que yo confirme o descarte sus dudas -
Ya había respondido a esa pregunta con anterioridad, así que no encontraba el sentido en que volviera a hacérmela ¿Sería eso lo de las dobles intenciones? [ANALIZANDO] Significaba que había un propósito solapado bajo otro propósito... Todo resultaba muy confuso, mi sistema no era capaz de llegar a niveles de análisis tan complejos.
-No hay riesgo alguno en las piezas por sí solas, dependerá de cómo sean utilizadas. Mis intenciones en particular era simplemente el reservarlas por si necesito algún repuesto en el futuro - [CONCLUSIÓN] - ¿Soy sospechosa de querer lastimar a los orgánicos? - Incline la cabeza, manteniendo el gesto neutro - Mi sistema no me permite hacerles daño -
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Re: La oportunidad que viajó desde el pasado [Privado]
Narrador: Hoots
- Eh… no, no, no es nada de eso…
En todo momento de la interrogación y explicación la mujer no parecía cambiar en su actitud. El haberle mencionado mi intención no generó en ella una reacción ajena a las que mostraba, por lo que mi instinto detectivesco me hacía pensar en que no había nada de raro y que en realidad los rumores infundados eran solo eso, rumores infundados.
- … creo que las personas solo están alimentando rumores infundados nuevamente…
No alcancé a seguir con mis palabras cuando una sola palabra me congeló los pensamientos y me hizo olvidar mi trabajo.
Narradora: Agatha.
- Hoots.
Casi como si su instinto animal tomara control de su cuerpo, el detective se quedó congelado e interrumpiendo la conversación que tenía con la persona delante de ella, para acto seguido erguirse como si fuera un soldado raso del ejército. Aquello era por algo en particular y que sacaría a luz con sus próximas palabras:
- Si, mi amor de mis amores.
Mi suspiro fue inevitable. Su reacción era invariante cuando sentía culpa por algo, y considerando las cosas, debió ser por el tema que había sucedido previamente a que nos separáramos. Le dije que no había problemas, pero tenía una maestría innata para quedarse con ese tipo de espinas.
- … antes que nada, me disculpo, estimada – le ofrecí una leve reverencia con la cabeza mientras me dirigía a la Bio – Todo esto fue un malentendido ocurrió por un problema congénito de mi asociado lechusozo.
Su reacción, lógica y esperable, fue mirarme a los ojos y levantar una ceja ante mi descripción de su persona, pero es que a falta de adjetivos que enmarcaran mejor su forma de ser, inventar términos me quedaba.
- Verá, se nos encargó investigar una situación que acaece en la ciudad y que tiene a muchas personas nerviosas – le expliqué mientras sacaba el papiro del retrato de la mujer, mostrándosela – Buscábamos a esta mujer llamada Nar, el cual supongo que no es su nombre – esperé a que respondiera y miré a Hoots, quién estaba bien confundido como esperaba que estuviera – Y habrá notado que tampoco se parece a usted, lo que podría confundirla en cómo mi asociado la confundió con la persona del retrato. El tema es que él sufre de Acromatopsia, por lo que…
Por un momento me detuve para sacar otra pertenencia que poseía conmigo, un papel mágico que adquirí hace mucho tiempo para, justamente, este tipo de situaciones y lo coloqué encima del retrato. Aunque era esperable que la Bio supiera de lo que estaba hablando, una prueba fidedigna de lo que estaba hablando podía servir de mejor forma. Y la mujer podía notar que el retrato, bajo el papel, se veía distinto. O más bien, los colores cambiaron para imitar lo que una persona con Acromatopsia veía, y la dama se daría cuenta que, en efecto, con esa gama de colores la confusión era casi inevitable.
- … usando este papel que me permite mostrar lo que las personas con esta condición ven, se dará cuenta que su perfil coincide bastante con la persona que buscamos, salvo las ropas y probablemente el largo del pelo.
Le dejé un momento para que lo viera y lo removí para que el retrato volviera a verse de forma normal.
- … de nuevo los colores grises me jugaron una mala pasada, ¿eh?
Me puse de cuclillas para estar a su altura y observar sus ojos. Nunca demostraban abiertamente que le afectaran sus características que le impedían hacer lo mismo que otras personas. El 99% del tiempo, de hecho, no lo afectaba ya que su orgullo y tenacidad le hacían compensar enormemente estas falencias. Era en este tipo de situaciones, donde había algo que realmente no podía controlar, que su orgullo salía bastante mal parado.
Y era en esos momentos en donde su amada asistente brillaba.
- Puede que ciertas cosas no estén a tu alcance o en tu rango de visión, pero no he conocido a nadie que haya resuelto casos como los que tu has solucionado. Y prefieres vivir en la pobreza antes de tomar trabajos lucrativos pero poco éticos. Puedes solo ver en grises, pero estoy segura que la dama acá prefiere a alguien que pueda reconocer su error e intentar enmendarlo a alguien que pueda ver en todos los colores pero que la incrimine injustamente y lucre con ello.
Y en el siguiente y exacto orden, ocurrían diferentes cosas: se sonrojaba detrás de su plumaje, miraba hacia el otro lado con una sonrisa media boba y dos leves saltitos por el hipo que le daba, y era una fortuna que se le acababa ahí mismo.
- Bueno… disculpe, la confundí con otra persona y, bueno, ya sabe, una cosa llevó a la otra…
Aunque debo decir que sus habilidades para disculparse, aunque con intención humilde, eran bastante precarias. Tendremos que trabajar eso a futuro.
- El es Hoots, un detective. Por mi parte, Agatha, su asistente – le extendí la mano para completar el ritual de presentación que usualmente se daba en estos casos – Estamos en una etapa de investigación debido a que existen rumores de una Bio adquiriendo objetos extremadamente raros – le mostré nuevamente el retrato y, después que la dama me confirmara que la había visto, continué – pero los objetos que busca no tienen relación con lo cotidiano que algunos Bio necesitan. Específicamente…
Verán, cuando había girado mi cabeza, había visto a Nar hablando con nuestra interrogada y, mientras Hoots perdía el tiempo, me dediqué a seguir a la mujer que buscabamos. Perdí el rastro y no pude volver a encontrarla, pero preguntando previamente con quienes había hablado, uno de ellos mencionó que buscaba algo que, aunque no lo entendí, parecía algo anormal.
- … una de las cosas que buscaba se llamaba – paré un momento para sacar mi libro de anotaciones y busqué el término que uno de los Bios me dijo – RAL10 KIT, específicamente un… modulo… radio… métrico.
Había conseguido aprenderme el primero, pero la especificación era algo realmente difícil de aprenderse. ¿Como es que los Bios hacían para aprenderse estas nomenclaturas?
- Eh… no, no, no es nada de eso…
En todo momento de la interrogación y explicación la mujer no parecía cambiar en su actitud. El haberle mencionado mi intención no generó en ella una reacción ajena a las que mostraba, por lo que mi instinto detectivesco me hacía pensar en que no había nada de raro y que en realidad los rumores infundados eran solo eso, rumores infundados.
- … creo que las personas solo están alimentando rumores infundados nuevamente…
No alcancé a seguir con mis palabras cuando una sola palabra me congeló los pensamientos y me hizo olvidar mi trabajo.
Narradora: Agatha.
- Hoots.
Casi como si su instinto animal tomara control de su cuerpo, el detective se quedó congelado e interrumpiendo la conversación que tenía con la persona delante de ella, para acto seguido erguirse como si fuera un soldado raso del ejército. Aquello era por algo en particular y que sacaría a luz con sus próximas palabras:
- Si, mi amor de mis amores.
Mi suspiro fue inevitable. Su reacción era invariante cuando sentía culpa por algo, y considerando las cosas, debió ser por el tema que había sucedido previamente a que nos separáramos. Le dije que no había problemas, pero tenía una maestría innata para quedarse con ese tipo de espinas.
- … antes que nada, me disculpo, estimada – le ofrecí una leve reverencia con la cabeza mientras me dirigía a la Bio – Todo esto fue un malentendido ocurrió por un problema congénito de mi asociado lechusozo.
Su reacción, lógica y esperable, fue mirarme a los ojos y levantar una ceja ante mi descripción de su persona, pero es que a falta de adjetivos que enmarcaran mejor su forma de ser, inventar términos me quedaba.
- Verá, se nos encargó investigar una situación que acaece en la ciudad y que tiene a muchas personas nerviosas – le expliqué mientras sacaba el papiro del retrato de la mujer, mostrándosela – Buscábamos a esta mujer llamada Nar, el cual supongo que no es su nombre – esperé a que respondiera y miré a Hoots, quién estaba bien confundido como esperaba que estuviera – Y habrá notado que tampoco se parece a usted, lo que podría confundirla en cómo mi asociado la confundió con la persona del retrato. El tema es que él sufre de Acromatopsia, por lo que…
Por un momento me detuve para sacar otra pertenencia que poseía conmigo, un papel mágico que adquirí hace mucho tiempo para, justamente, este tipo de situaciones y lo coloqué encima del retrato. Aunque era esperable que la Bio supiera de lo que estaba hablando, una prueba fidedigna de lo que estaba hablando podía servir de mejor forma. Y la mujer podía notar que el retrato, bajo el papel, se veía distinto. O más bien, los colores cambiaron para imitar lo que una persona con Acromatopsia veía, y la dama se daría cuenta que, en efecto, con esa gama de colores la confusión era casi inevitable.
- … usando este papel que me permite mostrar lo que las personas con esta condición ven, se dará cuenta que su perfil coincide bastante con la persona que buscamos, salvo las ropas y probablemente el largo del pelo.
Le dejé un momento para que lo viera y lo removí para que el retrato volviera a verse de forma normal.
- … de nuevo los colores grises me jugaron una mala pasada, ¿eh?
Me puse de cuclillas para estar a su altura y observar sus ojos. Nunca demostraban abiertamente que le afectaran sus características que le impedían hacer lo mismo que otras personas. El 99% del tiempo, de hecho, no lo afectaba ya que su orgullo y tenacidad le hacían compensar enormemente estas falencias. Era en este tipo de situaciones, donde había algo que realmente no podía controlar, que su orgullo salía bastante mal parado.
Y era en esos momentos en donde su amada asistente brillaba.
- Puede que ciertas cosas no estén a tu alcance o en tu rango de visión, pero no he conocido a nadie que haya resuelto casos como los que tu has solucionado. Y prefieres vivir en la pobreza antes de tomar trabajos lucrativos pero poco éticos. Puedes solo ver en grises, pero estoy segura que la dama acá prefiere a alguien que pueda reconocer su error e intentar enmendarlo a alguien que pueda ver en todos los colores pero que la incrimine injustamente y lucre con ello.
Y en el siguiente y exacto orden, ocurrían diferentes cosas: se sonrojaba detrás de su plumaje, miraba hacia el otro lado con una sonrisa media boba y dos leves saltitos por el hipo que le daba, y era una fortuna que se le acababa ahí mismo.
- Bueno… disculpe, la confundí con otra persona y, bueno, ya sabe, una cosa llevó a la otra…
Aunque debo decir que sus habilidades para disculparse, aunque con intención humilde, eran bastante precarias. Tendremos que trabajar eso a futuro.
- El es Hoots, un detective. Por mi parte, Agatha, su asistente – le extendí la mano para completar el ritual de presentación que usualmente se daba en estos casos – Estamos en una etapa de investigación debido a que existen rumores de una Bio adquiriendo objetos extremadamente raros – le mostré nuevamente el retrato y, después que la dama me confirmara que la había visto, continué – pero los objetos que busca no tienen relación con lo cotidiano que algunos Bio necesitan. Específicamente…
Verán, cuando había girado mi cabeza, había visto a Nar hablando con nuestra interrogada y, mientras Hoots perdía el tiempo, me dediqué a seguir a la mujer que buscabamos. Perdí el rastro y no pude volver a encontrarla, pero preguntando previamente con quienes había hablado, uno de ellos mencionó que buscaba algo que, aunque no lo entendí, parecía algo anormal.
- … una de las cosas que buscaba se llamaba – paré un momento para sacar mi libro de anotaciones y busqué el término que uno de los Bios me dijo – RAL10 KIT, específicamente un… modulo… radio… métrico.
Había conseguido aprenderme el primero, pero la especificación era algo realmente difícil de aprenderse. ¿Como es que los Bios hacían para aprenderse estas nomenclaturas?
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Re: La oportunidad que viajó desde el pasado [Privado]
Tal como mi sistema había adelantado, aparentemente era sospechosa de estar realizando actividades ilegales o tendientes a lastimar de alguna manera a los orgánicos. Negué nuevamente al escuchar las palabras del Hombre-Lechuza, y estaba por explicarle que mi sistema me impedía hacer daño a las personas cuando una mujer se presentó en el lugar, llamando la atención del detective.
Mi participación no fue solicitada de allí en más, el intercambio de palabras era entre los dos orgánicos, así que me mantuve en silencio y a la espera de sí requerían algo más de mí. Reactive mi sistema cuando la mujer me dedicó unas palabras.
-¿Disculpas? - Pestañee varias veces, analizando las palabras - Es poco frecuente que se disculpen conmigo - Dije con sinceridad - No es necesario, el Señor Hoots no me causó inconvenientes de ningún tipo - [PROCESANDO SONRISA] Sonreí - Me habló muy educadamente -
Como para parte de la población los Bio-cibernéticos estábamos en la categoría de cosas, podía ocurrir a veces que no creyeran necesario el hablarnos con propiedad, la mayoría de los orgánicos se dividían entre los que nos consideraban un objeto y los que nos veían como una potencial amenaza. Esa era al menos la información que había logrado recaudar en el tiempo que llevaba viajando desde que desperté.
-Acromatopsia [es una enfermedad congénita y no progresiva que consiste en una anomalía de la visión a consecuencia de la cual sólo son percibidos los colores blanco, negro, gris y todas sus tonalidades] - Repetí la definición que mi sistema me facilitaba - Ya veo, entiendo cual fue el error - Miré el cuadro con el papel que el Hombre-Lechuza me mostró, sí analizaba ambas imágenes podía encontrar toda una serie de diferencias, pero ese era un escaneo que mis ojos mecanizados realizaban y que un orgánico no podría hacer - Como le dije, no fue ninguna molestia ¿Correcto? - Le repetí a Hoots, nada en particular me irritaba, ni me molestaba.
Agarré la mano de Agatha y la moví en sentido vertical arriba-abajo en tres ocasiones, tal como les había visto hacer a los orgánicos.
-Ciertamente he visto a esa Bio, doce minutos antes de que Hoots apareciera - Le confirme a la detective - Miraba piezas en el puesto, pero no se llevó nada y se fue - Fruncí el ceño ligeramente cuando la mujer mencionó el aparato que había estado buscando, incliné la cabeza hacía un lado, extrañada - Esa pieza sirve para armar un radiotelescopio, se usa para actividades de radioastronomía - Esos datos surgía de mi sistema, pero no se suponía que ningún habitante de Aerandir pudiera entender sobre el tema. Así que intenté decirlo de un modo más sencillo - Es un aparato para observar, medir o seguir el rastro de lo que vemos en el cielo nocturno - Esa respuesta parecía lo suficientemente amplia como para que se entendiera - ¿Correcto? - Y agregué - Pero no puedo imaginarme el porque alguien de mi especie podría estar interesado en algo como eso, en todo caso, me gustaría averiguarlo -
Mi participación no fue solicitada de allí en más, el intercambio de palabras era entre los dos orgánicos, así que me mantuve en silencio y a la espera de sí requerían algo más de mí. Reactive mi sistema cuando la mujer me dedicó unas palabras.
-¿Disculpas? - Pestañee varias veces, analizando las palabras - Es poco frecuente que se disculpen conmigo - Dije con sinceridad - No es necesario, el Señor Hoots no me causó inconvenientes de ningún tipo - [PROCESANDO SONRISA] Sonreí - Me habló muy educadamente -
Como para parte de la población los Bio-cibernéticos estábamos en la categoría de cosas, podía ocurrir a veces que no creyeran necesario el hablarnos con propiedad, la mayoría de los orgánicos se dividían entre los que nos consideraban un objeto y los que nos veían como una potencial amenaza. Esa era al menos la información que había logrado recaudar en el tiempo que llevaba viajando desde que desperté.
-Acromatopsia [es una enfermedad congénita y no progresiva que consiste en una anomalía de la visión a consecuencia de la cual sólo son percibidos los colores blanco, negro, gris y todas sus tonalidades] - Repetí la definición que mi sistema me facilitaba - Ya veo, entiendo cual fue el error - Miré el cuadro con el papel que el Hombre-Lechuza me mostró, sí analizaba ambas imágenes podía encontrar toda una serie de diferencias, pero ese era un escaneo que mis ojos mecanizados realizaban y que un orgánico no podría hacer - Como le dije, no fue ninguna molestia ¿Correcto? - Le repetí a Hoots, nada en particular me irritaba, ni me molestaba.
Agarré la mano de Agatha y la moví en sentido vertical arriba-abajo en tres ocasiones, tal como les había visto hacer a los orgánicos.
-Ciertamente he visto a esa Bio, doce minutos antes de que Hoots apareciera - Le confirme a la detective - Miraba piezas en el puesto, pero no se llevó nada y se fue - Fruncí el ceño ligeramente cuando la mujer mencionó el aparato que había estado buscando, incliné la cabeza hacía un lado, extrañada - Esa pieza sirve para armar un radiotelescopio, se usa para actividades de radioastronomía - Esos datos surgía de mi sistema, pero no se suponía que ningún habitante de Aerandir pudiera entender sobre el tema. Así que intenté decirlo de un modo más sencillo - Es un aparato para observar, medir o seguir el rastro de lo que vemos en el cielo nocturno - Esa respuesta parecía lo suficientemente amplia como para que se entendiera - ¿Correcto? - Y agregué - Pero no puedo imaginarme el porque alguien de mi especie podría estar interesado en algo como eso, en todo caso, me gustaría averiguarlo -
Zöe
Honorable
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Re: La oportunidad que viajó desde el pasado [Privado]
- Hmmm…
Su descripción de la utilidad del objeto resonó por unos momentos en mi cabeza. No solo se entendía mejor el por qué las preocupaciones de mi cliente, sino que también la rareza de la utilidad que buscaba. La gente en Aerandir se destacaba en dos cosas: en ser muy religiosa y en ser muy supersticiosa. Solo bastaba que una bruja anciana hablara en acertijos de manera vaga para hacer que mucha gente se sintiera incómoda y extremadamente precavida, por lo que alguien que se topara con Nar solicitando objetos fuera del conocimiento de la gente y su uso podría traer iguales repercusiones, o quizás más violentas. Era una fortuna que la Bio también quisiera saber más sobre ello.
- Oh, entonces si nos puede ayudar, mucho mejor, señorita… - ahora que lo pensaba no nos había presentado su nombre, así que cuando lo hizo, continuamos con lo nuestro –. Entonces, creo que la mejor persona para interactuar con Nar es usted, considerando que está mejor capacitada para entender lo que necesita.
Comenzamos a caminar por el mercado de manera casual y de manera distraída, aunque como los expertos en el arte del espionaje que eramos, mi ayudante y yo mirábamos de reojo los alrededores, viendo como se movía el mercado y su gente. Un tema que no pudo salir de nuestras cabezas, o al menos la mía, era el sobre como se “leía” el cielo cuando era de noche. Ni Agatha ni yo teníamos las capacidades de entender lo que se podía leer con aquel instrumento, aunque eso no evitó que lo intentaramos.
- Por cierto, ¿que se puede entender con aquel instrumento cuando se ve el cielo nocturno? Consulto porque sé que nuestros instrumentos son bastante… primitivos en comparación con lo que ustedes tienen, pero también me imagino que pueden entender cosas distintas.
- Él piensa que son más fiables que nuestras tarotistas que intentan leer a las estrellas.
Agatha usualmente sabía el punto débil donde atacar, en el momento preciso y sin miramientos. Y pensar que podía tener misericordia hacia otros era un error que muchos cometían.
- No es que piense mal de ellas, pero… la verdad…
- Ya van 12 que le han dicho que se va a quedar infértil.
- … Zöe, ¿puede contestarme la consulta por favor?
Una vez más la asesina de dignidades había cobrado una victima. Al menos la conversación con Zöe hacía que se cambiara el tema, pero solo podía temer qué podía sacar de nuevo a colación.
Afortunadamente, apenas Zöe terminara de explicarnos sobre lo que veían en el cielo, mis ojos se toparon con el objetivo a -120 grados de nuestra ubicación. Osea, giré mi cabeza con mis poderes de lechuza y estaba detrás de nosotros, hablando con un… herrero, parecía.
- Ps, ps – hice la seña para indicarle a Agatha, mientras ella hacía girar lentamente a Zöe hacia su izquierda, caminando y guiándola sin que se diera cuenta que quería ponerla en una mejor ubicación. Cuando encontramos un lugar seguro donde espiar, les indiqué donde había visto a Nar – Ahí está, con un… ¿ese es un plato de metal?
- Tiene la forma cóncava de un plato, pero dudo que sea para comer.
Esa era la señal. Con una palmada detrás, le dejé todo en las manos a Zöe para que continuara y descubriera para qué Nar deseaba un instrumento como ese.
Su descripción de la utilidad del objeto resonó por unos momentos en mi cabeza. No solo se entendía mejor el por qué las preocupaciones de mi cliente, sino que también la rareza de la utilidad que buscaba. La gente en Aerandir se destacaba en dos cosas: en ser muy religiosa y en ser muy supersticiosa. Solo bastaba que una bruja anciana hablara en acertijos de manera vaga para hacer que mucha gente se sintiera incómoda y extremadamente precavida, por lo que alguien que se topara con Nar solicitando objetos fuera del conocimiento de la gente y su uso podría traer iguales repercusiones, o quizás más violentas. Era una fortuna que la Bio también quisiera saber más sobre ello.
- Oh, entonces si nos puede ayudar, mucho mejor, señorita… - ahora que lo pensaba no nos había presentado su nombre, así que cuando lo hizo, continuamos con lo nuestro –. Entonces, creo que la mejor persona para interactuar con Nar es usted, considerando que está mejor capacitada para entender lo que necesita.
Comenzamos a caminar por el mercado de manera casual y de manera distraída, aunque como los expertos en el arte del espionaje que eramos, mi ayudante y yo mirábamos de reojo los alrededores, viendo como se movía el mercado y su gente. Un tema que no pudo salir de nuestras cabezas, o al menos la mía, era el sobre como se “leía” el cielo cuando era de noche. Ni Agatha ni yo teníamos las capacidades de entender lo que se podía leer con aquel instrumento, aunque eso no evitó que lo intentaramos.
- Por cierto, ¿que se puede entender con aquel instrumento cuando se ve el cielo nocturno? Consulto porque sé que nuestros instrumentos son bastante… primitivos en comparación con lo que ustedes tienen, pero también me imagino que pueden entender cosas distintas.
- Él piensa que son más fiables que nuestras tarotistas que intentan leer a las estrellas.
Agatha usualmente sabía el punto débil donde atacar, en el momento preciso y sin miramientos. Y pensar que podía tener misericordia hacia otros era un error que muchos cometían.
- No es que piense mal de ellas, pero… la verdad…
- Ya van 12 que le han dicho que se va a quedar infértil.
- … Zöe, ¿puede contestarme la consulta por favor?
Una vez más la asesina de dignidades había cobrado una victima. Al menos la conversación con Zöe hacía que se cambiara el tema, pero solo podía temer qué podía sacar de nuevo a colación.
Afortunadamente, apenas Zöe terminara de explicarnos sobre lo que veían en el cielo, mis ojos se toparon con el objetivo a -120 grados de nuestra ubicación. Osea, giré mi cabeza con mis poderes de lechuza y estaba detrás de nosotros, hablando con un… herrero, parecía.
- Ps, ps – hice la seña para indicarle a Agatha, mientras ella hacía girar lentamente a Zöe hacia su izquierda, caminando y guiándola sin que se diera cuenta que quería ponerla en una mejor ubicación. Cuando encontramos un lugar seguro donde espiar, les indiqué donde había visto a Nar – Ahí está, con un… ¿ese es un plato de metal?
- Tiene la forma cóncava de un plato, pero dudo que sea para comer.
Esa era la señal. Con una palmada detrás, le dejé todo en las manos a Zöe para que continuara y descubriera para qué Nar deseaba un instrumento como ese.
Detective Hoots
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Re: La oportunidad que viajó desde el pasado [Privado]
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