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[Evento] Destinos Entrelazados
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Re: [Evento] Destinos Entrelazados
Zelas Hazelmere Mar Ene 05 2021, 18:03
Las leyendas hablan de sacrificio en el fin del mundo.....
-Mis días se han vuelto horribles y maravillosos a la vez, soy consiente de que mi fin puede llegar en cualquier momento y, sin embargo, me siento afortunado de poder compartir cada día que pasa junto a mi familia, el suelo es abundante en comida, basta con escarbar un poco la tierra para conseguir los nutrientes necesarios para sobrevivir el día a día.
Un día, algo desconocido ataco nuestro humilde poblado, muchos murieron en el acto, otros solo la diosa sabe a donde fueron llevados, en un acto de auto preservación los que tuvimos la suerte de sobrevivir huimos de nuestros hogares, desesperados por unos días mas de vida con nuestros seres queridos, poco a poco fuimos desapareciendo en el camino, hace un par de días nos topamos con un viajero que nos relato lo que todos ya intuíamos, en su asentamiento también hubieron muertes y desapariciones y antes de eso un viajero le había dicho a el lo mismo, el fin del mundo estaba llegando en todos lados a la vez, temo que no haya salvación para ninguno de nosotros....
Han pasado 4 días desde nuestra peregrinación, cada vez veo a menos de los míos, ayer mi esposa encinta y yo sobrevivimos a una repentina inundación, mis 4 hijos no tuvieron la misma suerte, luego de llorarlos brevemente seguimos emprendiendo camino hacia un rumbo desconocido, temo que mis hijos aun por nacer no conozcan las bondades de esta tierra que nos da con una mano y nos lo quita con la otra, últimamente la voz se ha escuchado mas fuerte, creemos que es la diosa y por eso no entendemos su lenguaje divino, sin embargo, le he propuesto un sacrificio que apacigüe su ira, he decidido sacrificarme a cambio que perdone a mi esposa encinta y ahora espero por mi fin.
Han sido 2 largos días sin comer ni moverme, mi esposa ya se ha marchado, temo que la diosa no me considere un sacrificio digno ¿Qué es eso? AAAAHHH EL DOLOR, ES LA DIOSA JAJAJAJA ME HA CONSIDERADO UN SACRIFICIO DIGNOOO!!-
Desde otro punto de vista, esta misma visión solo se trataba de Magazubi quien se encontraba quitándole las pulgas a su aion.
-Mis días se han vuelto horribles y maravillosos a la vez, soy consiente de que mi fin puede llegar en cualquier momento y, sin embargo, me siento afortunado de poder compartir cada día que pasa junto a mi familia, el suelo es abundante en comida, basta con escarbar un poco la tierra para conseguir los nutrientes necesarios para sobrevivir el día a día.
Un día, algo desconocido ataco nuestro humilde poblado, muchos murieron en el acto, otros solo la diosa sabe a donde fueron llevados, en un acto de auto preservación los que tuvimos la suerte de sobrevivir huimos de nuestros hogares, desesperados por unos días mas de vida con nuestros seres queridos, poco a poco fuimos desapareciendo en el camino, hace un par de días nos topamos con un viajero que nos relato lo que todos ya intuíamos, en su asentamiento también hubieron muertes y desapariciones y antes de eso un viajero le había dicho a el lo mismo, el fin del mundo estaba llegando en todos lados a la vez, temo que no haya salvación para ninguno de nosotros....
Han pasado 4 días desde nuestra peregrinación, cada vez veo a menos de los míos, ayer mi esposa encinta y yo sobrevivimos a una repentina inundación, mis 4 hijos no tuvieron la misma suerte, luego de llorarlos brevemente seguimos emprendiendo camino hacia un rumbo desconocido, temo que mis hijos aun por nacer no conozcan las bondades de esta tierra que nos da con una mano y nos lo quita con la otra, últimamente la voz se ha escuchado mas fuerte, creemos que es la diosa y por eso no entendemos su lenguaje divino, sin embargo, le he propuesto un sacrificio que apacigüe su ira, he decidido sacrificarme a cambio que perdone a mi esposa encinta y ahora espero por mi fin.
Han sido 2 largos días sin comer ni moverme, mi esposa ya se ha marchado, temo que la diosa no me considere un sacrificio digno ¿Qué es eso? AAAAHHH EL DOLOR, ES LA DIOSA JAJAJAJA ME HA CONSIDERADO UN SACRIFICIO DIGNOOO!!-
Desde otro punto de vista, esta misma visión solo se trataba de Magazubi quien se encontraba quitándole las pulgas a su aion.
Zelas Hazelmere
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Re: [Evento] Destinos Entrelazados
Vincent Calhoun Mar Ene 05 2021, 21:17
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El dueño del alma en el que nunca se pone el sol
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El dueño del alma en el que nunca se pone el sol
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- Esta también ha sido interesante. Creo reconocer a la chica, aunque con esa forma me cuesta un poco-, le dijo a la vidente, antes de reír con suavidad. - En cualquier caso, me he fijado que a veces no me expone los finales directamente.
- Pero ello no significa que no se perciban-, contestó.
El brujo sonrió como respuesta y asintió.
- De todos modos, el futuro es tan voluble e impredecible como algunas voluntades divinas-, le mencionó. - E incluso como algunas voluntades mortales-, dijo con picardía, antes de sonreír.
- No me equivoqué cuando cité que usted buscaba dejarme sin dineros-, le respondió, siguiéndole el juego. - Bueno, una última seguro que no le hace daño a nadie. Al menos no saldré de aquí tambaleándome y sin saber dónde queda norte o sur.
La hacedora de visiones se puso manos a la obra, incluso antes de que el metal acabara posado sobre la mesa. Sin embargo, tras la neblina no se veía absolutamente nada.
El brujo espectador, por unos instantes, caviló que la magia del artefacto se había consumido, quizás temporalmente, por el esfuerzo de mostrar tantas historias futuras. No obstante, el mercenario no tardó en notar un ligero, casi imperceptible, movimiento en el interior de oscuridad.
La esfera no se había agotado o estropeado, simplemente, un mundo de tinieblas eternas se mostraba ante él.
Una leve llama apareció de la nada. La vela de un candelabro, el metal sostenido grácilmente entre los delicados dedos de una mano esbelta.
Gracias a esa luz se pudo contemplar a un hombre atrapado, sin otra atadura más allá de su propia responsabilidad. El amor que sentía lo hacía débil, vulnerable, predecible.
Y no, no todo el amor es pasión desenfrenada, ni verdadero respeto entre iguales amantes.
Si no quisiera a su hermana no estaría en ese estado. Si la abandonase sería libre, si la hubiera dejado a su suerte no estaría atrapado por los muros de su fraternal amor.
El hombre gimió de dolor, y, con ello, su fuerza flaqueó durante un instante. Un momento cuasi inexistente en el vasto imperio del tiempo.
La soga se tensó, crujió, bajo la repentina ausencia de soporte bajo el peso que cargaba. Y una sonrisa se dibujó en el rostro enmascarado de la persona que soportaba el candil
El miedo se apoderó del lugar. Se hizo sitio a golpes.
El muchacho se recompuso a toda velocidad. Sacó fuerzas del interior de su alma, ya roto el físico, su espíritu volvió a darnos una lección de humildad, y con no poco esfuerzo volvió a enderezarse para que el peso sobre sus hombros no descendiera.
Podría no haber ido hasta allí. Sabía que era una trampa. Pero no podía permitirse quedarse de brazos cruzados mientras le hacían daño.
Pero si hubiera sido fuerte, si no se hubiera presentado, su hermana ya no estaría entre ellos, cierto, pero él podría seguir vivo. Ahora, en cambio, soportaba el amor fraternal sobre sus hombros, mientras una soga se deslizaba por el cuello de ella.
Sólo su terquedad evitaba, por el momento, lo inevitable.
Ella moriría. Por no poder sostener su peso más tiempo. Por valiente. Por osado. Por enfrentarse a los poderosos en vez de agachar la cabeza.
Luego le tocaría a él. Después de no haber logrado salvarla, después de ser el sostén que no pudo mantenerla con vida.
A cada pensamiento, el miedo se volvía parte del relato.
El hombre encadenado al suelo apretó los dientes y levantó la testa para mirar directamente a la persona que sostenía la vela.
Sus miradas se cruzaron.
Aquella persona con exigua luz titubeó, no encontró lo que buscaba en la mirada del muchacho. La furia, el rencor, estaban allí, como acostumbraba a ocurrir con los demás, pero no había… terror. El hombre no tenía miedo. En su rostro la determinación sustituyó todo lo que requería en él, todo lo que quería producirle.
El chico apretó los dientes con fuerza. Las cadenas se rompieron, la soga se desvaneció, su hermana desapareció de la escena, pero no de su corazón. Las paredes de la mazmorra se derrumbaron y los hilos de la ilusión se quebraron como cristal.
La Titiritera reculó un paso.
Ningún dragón, brujo o bestia había escapado a su influjo, apoyado exclusivamente en el poder de su mente. Ningún hombre lo había logrado. Ninguno, salvo él.
- Es imposible. Solo eres un hombre
- Y con eso basta-, contestó el luchador, afianzando la empuñadura de su espada entre sus manos, y avanzando con decisión.
El amor, el valor, jamás lo harían esclavo. Era una persona pura llena de las ideas claras que daba tener el alma limpia. Había atravesado sus propios infiernos, y había resultado vencedor. Un truco de magia no lo detendría.
Sí. El miedo era un protagonista más de aquel relato. Paso a paso, letra a letra, se había hecho dueño del lugar.
Pero aquel lugar infectado de miedo nunca había sido el corazón del guerrero. Nunca habría podido serlo.
- Protagonista:
- Alward Sevna
Vincent Calhoun
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Re: [Evento] Destinos Entrelazados
Bio Mar Ene 05 2021, 22:07
¿Entonces, dices que intentó pagarte con una bola de pelusa?- Le pregunté a la adivina que no paraba de quedarse -Sííi, una triste bola de pelusa, que falta de respeto- Me quedé pensando por un momento en aquella forma de pago, asociando todo inevitablemente con la mascota de Magazubi que se llamaba Pelusa ¿Tendría sus bolas completas o…? En fin, el punto era otra -Te diré qué haremos- Le dije de forma amigable -Me mostrarás una historia del futuro de la dragona y yo te pagaré por ambos ¿de acuerdo?- Sonreí mientras me preparaba para forzarla con mi magia de voz en caso que no quisiera pero no hizo falta.
El cielo se había nublado y el sonido de relámpagos pregonaban una inminente tormenta -Parece que va a llover, el cielo se está nublando- Cantaba el viajero mientras acomodaba su bigote falso y su sombrero -Parece que va a llover, ay mamá me estoy mojando- Continuaba su alegre canción mientras se acercaba al caótico pueblo donde habían solicitado la ayuda de algún guerrero que pudiera derrotar a aquella terrible amenaza que había diezmado a la población.
Todos los habitantes del pequeño pueblo de Dragonopia, llamado así desde hacía un par de días cuando un terrible dragón había decidido convertir el centro del pueblo en su hogar y a los habitantes en su alimento -Vaya, parece que tienen un terrible problema- Le dijo el viejo del bigote falso a los habitantes que ya preparaban sus maletas y carruajes para irse -Yo puedo traer a alguien que derrote a la criatura- Dijo el viejo causando la risa de todos -Bromeas, nadie ha podido vencer a esa cosa, decenas han muerto- Protestaron incrédulos -Les apuesto a que sí, es un guerrero formidable, pero su precio es alto- Dijo extendiendo la mano a modo de cobro.
No pagaremos hasta que el trabajo esté hecho- Dijo el que parecía estar a cargo -Igual ¿quién va a hacerlo? ¿Tú? ¿Lo vas a golpear el tu bigote desnivelado?- De nuevo todos se burlaron -Lo va a golpear ese conejo salvaje- Dijo señalando al lado contrario haciendo que todos voltearan para quitarse el bigote rápidamente -Oye, ¿quién eres tú? ¿a dónde se fue el viejo del bigote?- Preguntaron pero Hazel solo sonrió con picaría u levantó su brazo con la mano abierta como si esperara algo, aunque nada pasaba…
Al cabo de unos instantes, un sonido estridente se escuchó acercarse, un grupo se espadas se acercaban a toda prisa juntándose entre ellas y separándose cuando impactaban al piso, hasta que finalmente se formaron como una sola espada ridículamente grande que acabó atrapada por aquel sujeto -Ohhh- Dijeron todos impresionados antes de comenzar a aplaudir eufóricamente, el chico de cabellos dorados partió hacia el centro del pueblo en donde se encontraba aquella terrible bestia.
Cruzaron miradas, la bestia lo vio, él la vio, ella lo vio, él la vio, ambos se vieron y él se desvió. Comenzó a caminar en otra dirección como si el dragón no estuviera ahí -Oye, ¿no vienes a matarme?- Dijo el dragón intrigado a lo que Hazel respondió sabiamente -Los dragones no hablan- La bestia llevó sus manos a la boca para callarse y comenzó a rugir salvajemente -Y no necesito matarte- La bestia lanzó un fuerte manotazo que cayó justo sobre el elfo pero no lo aplastó, ni siquiera le hizo nada, como si simplemente ya no estuviera ahí -No estás vivo.
Aquella revelación confundió a la bestia que gritó -¡Nooooo!, digo, Grrrrrr- Pero Zelas… digo, Hazel, continuó caminando lentamente hacia la única casa donde había una luz encendida, aunque se apagó repentinamente al notar que se acercaba. El dragón rugió, gruñó, pataleó pero nada de eso detuvo al osado espadachín que ni se inmutaba por nada de aquello, su objetivo estaba fijo en aquella casa -Salgan chicos, sé que están ahí- Dijo confiado y seguro -Aquí no hay nadie- Le respondieron desde adentro -Miau, miau- Se oyó luego.
Vamos chicos, salgan, debo terminar esto rápido porque ya la historia está demasiado larga- Se escuchó un largo silencio (que poco sentido tiene eso) y luego Hazel insistió -No quiero tener que hacerlos salir por las malas, haré que lamenten cada línea extra- Lentamente la ilusión del dragón se desvaneció y la puerta se abrió, de ella salieron un par de brujos -Con lo que me van a pagar solo me alcanza para matar a uno de ustedes, así que, elijan quién podrá irse- Dijo Hazel mientras sacaba una espada de su espada (eso también suena extraño).
Los dos sujetos se susurraron entre ellos antes de comenzar a negociar -Espera, tenemos dinero, puedes unirte a nosotros e irnos juntos a otro pueblo, creamos la amenaza, luego llegas y nos derrotas y dividimos las ganancias- Hazel acarició su mano con el mentón -Me tientas, me tientas, pero no- Preparó sus espadas -Sabes qué, ya nos intimidaste, mejor nos vamos- Dijeron preparándose para marchar pero Hazel estiró la mano a modo de cobro -¿Cuánto por dejarlos ir a los dos?
Desde fuera, se escucharon algunos gritos, golpes, explosiones, vidrios rotos, y al cabo de un rato, emergió victorioso Hazel con su espada en la mano, se acercó a los habitantes del pueblo y les dijo -Miren ahí, se escapa el dragón- Todos voltearon pero no vieron nada y al volver a mirarlo, había desaparecido, en su lugar estaba de nuevo el sujeto del bigote -Oye, ¿a dónde fue el guerrero?- Preguntaron todos intrigados ante el cambio, y es que no se puede negar que aquel chico era todo un maestro del disfraz.
Que agradable sujeto- Dije riendo ante la astucia del espadachín que había conseguido liberar al pueblo de aquella terrible amenaza -No apareció Arygos, pero al menos había un dragón, es todo un logro viniendo de ti- Le dije a Ágatha que me miró con indignación -¿qué?- Preguntó -¿qué?- Respondí fingiendo demencia -Bueno en fin, lo prometido es deuda, dije que te pagaría por mí y por Arygos, así que, como hombre de palabra, aquí tienes- Coloqué sobre su mesa un par de pelusas, pero ambas con caritas felices dibujadas.
[♥] Feliz Navidad Hazelas =) El cielo se había nublado y el sonido de relámpagos pregonaban una inminente tormenta -Parece que va a llover, el cielo se está nublando- Cantaba el viajero mientras acomodaba su bigote falso y su sombrero -Parece que va a llover, ay mamá me estoy mojando- Continuaba su alegre canción mientras se acercaba al caótico pueblo donde habían solicitado la ayuda de algún guerrero que pudiera derrotar a aquella terrible amenaza que había diezmado a la población.
Todos los habitantes del pequeño pueblo de Dragonopia, llamado así desde hacía un par de días cuando un terrible dragón había decidido convertir el centro del pueblo en su hogar y a los habitantes en su alimento -Vaya, parece que tienen un terrible problema- Le dijo el viejo del bigote falso a los habitantes que ya preparaban sus maletas y carruajes para irse -Yo puedo traer a alguien que derrote a la criatura- Dijo el viejo causando la risa de todos -Bromeas, nadie ha podido vencer a esa cosa, decenas han muerto- Protestaron incrédulos -Les apuesto a que sí, es un guerrero formidable, pero su precio es alto- Dijo extendiendo la mano a modo de cobro.
No pagaremos hasta que el trabajo esté hecho- Dijo el que parecía estar a cargo -Igual ¿quién va a hacerlo? ¿Tú? ¿Lo vas a golpear el tu bigote desnivelado?- De nuevo todos se burlaron -Lo va a golpear ese conejo salvaje- Dijo señalando al lado contrario haciendo que todos voltearan para quitarse el bigote rápidamente -Oye, ¿quién eres tú? ¿a dónde se fue el viejo del bigote?- Preguntaron pero Hazel solo sonrió con picaría u levantó su brazo con la mano abierta como si esperara algo, aunque nada pasaba…
Al cabo de unos instantes, un sonido estridente se escuchó acercarse, un grupo se espadas se acercaban a toda prisa juntándose entre ellas y separándose cuando impactaban al piso, hasta que finalmente se formaron como una sola espada ridículamente grande que acabó atrapada por aquel sujeto -Ohhh- Dijeron todos impresionados antes de comenzar a aplaudir eufóricamente, el chico de cabellos dorados partió hacia el centro del pueblo en donde se encontraba aquella terrible bestia.
Cruzaron miradas, la bestia lo vio, él la vio, ella lo vio, él la vio, ambos se vieron y él se desvió. Comenzó a caminar en otra dirección como si el dragón no estuviera ahí -Oye, ¿no vienes a matarme?- Dijo el dragón intrigado a lo que Hazel respondió sabiamente -Los dragones no hablan- La bestia llevó sus manos a la boca para callarse y comenzó a rugir salvajemente -Y no necesito matarte- La bestia lanzó un fuerte manotazo que cayó justo sobre el elfo pero no lo aplastó, ni siquiera le hizo nada, como si simplemente ya no estuviera ahí -No estás vivo.
Aquella revelación confundió a la bestia que gritó -¡Nooooo!, digo, Grrrrrr- Pero Zelas… digo, Hazel, continuó caminando lentamente hacia la única casa donde había una luz encendida, aunque se apagó repentinamente al notar que se acercaba. El dragón rugió, gruñó, pataleó pero nada de eso detuvo al osado espadachín que ni se inmutaba por nada de aquello, su objetivo estaba fijo en aquella casa -Salgan chicos, sé que están ahí- Dijo confiado y seguro -Aquí no hay nadie- Le respondieron desde adentro -Miau, miau- Se oyó luego.
Vamos chicos, salgan, debo terminar esto rápido porque ya la historia está demasiado larga- Se escuchó un largo silencio (que poco sentido tiene eso) y luego Hazel insistió -No quiero tener que hacerlos salir por las malas, haré que lamenten cada línea extra- Lentamente la ilusión del dragón se desvaneció y la puerta se abrió, de ella salieron un par de brujos -Con lo que me van a pagar solo me alcanza para matar a uno de ustedes, así que, elijan quién podrá irse- Dijo Hazel mientras sacaba una espada de su espada (eso también suena extraño).
Los dos sujetos se susurraron entre ellos antes de comenzar a negociar -Espera, tenemos dinero, puedes unirte a nosotros e irnos juntos a otro pueblo, creamos la amenaza, luego llegas y nos derrotas y dividimos las ganancias- Hazel acarició su mano con el mentón -Me tientas, me tientas, pero no- Preparó sus espadas -Sabes qué, ya nos intimidaste, mejor nos vamos- Dijeron preparándose para marchar pero Hazel estiró la mano a modo de cobro -¿Cuánto por dejarlos ir a los dos?
Desde fuera, se escucharon algunos gritos, golpes, explosiones, vidrios rotos, y al cabo de un rato, emergió victorioso Hazel con su espada en la mano, se acercó a los habitantes del pueblo y les dijo -Miren ahí, se escapa el dragón- Todos voltearon pero no vieron nada y al volver a mirarlo, había desaparecido, en su lugar estaba de nuevo el sujeto del bigote -Oye, ¿a dónde fue el guerrero?- Preguntaron todos intrigados ante el cambio, y es que no se puede negar que aquel chico era todo un maestro del disfraz.
Que agradable sujeto- Dije riendo ante la astucia del espadachín que había conseguido liberar al pueblo de aquella terrible amenaza -No apareció Arygos, pero al menos había un dragón, es todo un logro viniendo de ti- Le dije a Ágatha que me miró con indignación -¿qué?- Preguntó -¿qué?- Respondí fingiendo demencia -Bueno en fin, lo prometido es deuda, dije que te pagaría por mí y por Arygos, así que, como hombre de palabra, aquí tienes- Coloqué sobre su mesa un par de pelusas, pero ambas con caritas felices dibujadas.
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Re: [Evento] Destinos Entrelazados
Valyria Miér Ene 06 2021, 14:16
-¡Otro otro!- dijo Valyria, a una Ágata que empezaba a lucir algo gruñona, aunque no entendía porque, le estaba pagando. No podía ser porque trataba su arte como un mero entretenimiento, no señor. En cualquier caso, la bola volvió a brillar y una nueva escena apareció.
Alguien tocaba a la puerta de la cueva. El hecho de que una cueva tuviera una puerta contrarrestaba un poco el secretismo que vivir en una suponía, pero sin una puerta, uno no podía mantener alejadas a las visitas indeseadas como esta. Ya se cansaría.
Quince horribles y ruidosos minutos después, Rauko finalmente se levantó de la cama y abrió la condenada puerta. -¿No viste el cartel?- pregunto indignado, señalando el poste que decía claramente “no molestar” junto a un ganso enfadado pintarrajeado. Una autentica obra de arte que muy pocos apreciaban.
El hombre, chico, más bien, abrió la boca sorprendido y se derrumbó, arrodillado con la frente en el suelo. Ah, puede que se hubiera equivocado, que buscara a los osos de dos cuevas más a la derecha.
-Oh gran maestro, por favor, enséñame tus secretos.- ah, pues no. Le cerró la puerta a las narices y volvió a la cama, pero no había dado ni cuatro pasos y ya volvía a oír la puerta. Suspiró, agotado, y volvió a abrirla, mirando mejor al chaval.
--Oh gran maestro, vivía en una pacifica aldea, cuando…- desconectó, todas las historias eran iguales, parecía que todo el mundo en ese mundo era huérfano, ser padre ciertamente era el trabajo más peligroso.
-Olvídate de tu venganza, encuentra una chica, compra una granja. O viceversa.-
-No, por favor, hare cualquier cosa, por más duro que sea el entrenamiento…- cualquier cosa huh… Por primera vez, miró al elfo en su puerta, realmente lo miró.
Quince minutos más tarde.
-¿Por… porque tengo que llevar esto…?- pregunto el chaval, intentando bajar un poco más la falda.
-Uno debe aprender a hacer cada movimiento con propósito, esto ayudara.- mintió con tono sabio. Era posiblemente, la mejor compra que jamás había hecho.
-¿Y… la falta de ropa interior?-
-Motivación. Ahora limpia un poco, acostúmbrate al vestido de sirvienta.- y se volvió a dormir.
Dos días más tarde.
-Bien, es hora de entrenar con tu Luz.-
-Ah… no puedo usarla, no tengo los años de meditación y entrenamiento que requiere…- se callo en cuando saco la rama.
-No digas tonterías, un montón de elfos la usan y no creo que ni uno haya meditado jamás. Mira, es muy fácil.- y se luminifico, dejando atrás su forma terrenal para volverse luz, durante unos segundos. -¿Ves? Chupado, ahora tu.- El chaval cerro los ojos, cocnentrandose.
Wack
-¡Aw! ¿Para qué es el palo?-
-Motivación.-
-¿Es… es una rama del mítico árbol madre, para ayudar a despertar el don de la luz en mi interior?-
-Es pino. Hay un montón aquí afuera. Inténtalo otra vez.-
Wack.
Una semana más tarde.
-Observa a esta majestuosa criatura, aprende de ella.- dijo, empujando al chaval hacia delante, prácticamente arrestándolo, la verdad.
-Honk.- dijo el ganso, enfadado, prácticamente escupiendo babas en su furia.
-Esta majestuosa ave, el símbolo de coraje, no duda en avanzar contra sus enemigos, aunque sean más grandes y lleven minifalda. Encarna el espíritu del ganso en combate. Y dale de comer, toma, maíz.-
-HONK.- Protestó la ave, y lanzó una bocanada de fuego, provocando que el chaval se tirara al suelo para no perder las cejas.
-Oh, eso es nuevo.-
Otro par de días más tarde.
-¿Es el maestro un animista también? Nunca había visto un golem de madera tan…vivo.- preguntó el chaval, limpiando al upelero, que se movía un poco para dejar mejor acceso a su madera.
-Ah, no, lo compré.-
-Uno debe saber reconocer sus limitaciones, y equiparse lo mejor posible para cumplir su propostio, no hay que correr a cumplir tu propósito si significa que no iras preparado. Ahora entiendo porque me pidió que lo limpiara.- murmuró el chaval, interpretando completamente mal.
Un mes más tarde.
Luthien, hijo de Lumen, blandió su espada, acercándose a los bandidos. -Hoy es vuestro fin.- gritó bien alto, provocando que los indeseables se giraran… y estallaran en carcajadas.
-¿Es eso una sartén?- no entendían con sus primitivas mentes el regalo de su maestro. Una espada, pues tenia empuñadura y guardamanos, pero sin filo, para que no se dejara consumir por la venganza. El era un instrumento de la justicia, y como tal capturaba a los criminales siempre que podía, en vez de rebajarse a su nivel. Pero aun así, el comentario, el insulto hacia el regalo de su maestro lo molestó un poco, y se luminizó, materializándose al lado del bandido que había hecho el comentario y estampándole la sartada en toda la cara. Eso cortó rápidamente las carcajadas, y un virote de ballesta fue directo a su cara, pero simplemente lo bloqueo, moviendo su mano como uno limpiaba un upelero de madera, el proyectil desaviándose en la sartada con un clinck inofensivo. Dejo caer una piedra, y la golpeo con su arma, como si limpiara el suelo con una escoba, y la piedra se estampó contra el pecho del ballestero, tumbándolo. Luego, avanzó haca el grupo, valiente y feroz como un ganso, sin malgastar un solo paso, haciendo quiebros y volteretas con una perfecta postura, es decir, con las piernas muy, muy juntas, repartiendo justicia con cada clonk de su arma.
Unos segundos más tarde, había acabado, jadeando, con todos sus enemigos en el suelo, inconscientes o gritando de dolor. Solo entonces se fijo en la daga, clavada en su armadura. La arrancó, buscando sangre, pero estaba bien. Ciertamente, el maestro lo había salvado otra vez, no habría comprado una armadura a esa curtidora sino, tan centrado en su misión.
Alguien tocaba a la puerta de la cueva. El hecho de que una cueva tuviera una puerta contrarrestaba un poco el secretismo que vivir en una suponía, pero sin una puerta, uno no podía mantener alejadas a las visitas indeseadas como esta. Ya se cansaría.
Quince horribles y ruidosos minutos después, Rauko finalmente se levantó de la cama y abrió la condenada puerta. -¿No viste el cartel?- pregunto indignado, señalando el poste que decía claramente “no molestar” junto a un ganso enfadado pintarrajeado. Una autentica obra de arte que muy pocos apreciaban.
El hombre, chico, más bien, abrió la boca sorprendido y se derrumbó, arrodillado con la frente en el suelo. Ah, puede que se hubiera equivocado, que buscara a los osos de dos cuevas más a la derecha.
-Oh gran maestro, por favor, enséñame tus secretos.- ah, pues no. Le cerró la puerta a las narices y volvió a la cama, pero no había dado ni cuatro pasos y ya volvía a oír la puerta. Suspiró, agotado, y volvió a abrirla, mirando mejor al chaval.
--Oh gran maestro, vivía en una pacifica aldea, cuando…- desconectó, todas las historias eran iguales, parecía que todo el mundo en ese mundo era huérfano, ser padre ciertamente era el trabajo más peligroso.
-Olvídate de tu venganza, encuentra una chica, compra una granja. O viceversa.-
-No, por favor, hare cualquier cosa, por más duro que sea el entrenamiento…- cualquier cosa huh… Por primera vez, miró al elfo en su puerta, realmente lo miró.
Quince minutos más tarde.
-¿Por… porque tengo que llevar esto…?- pregunto el chaval, intentando bajar un poco más la falda.
-Uno debe aprender a hacer cada movimiento con propósito, esto ayudara.- mintió con tono sabio. Era posiblemente, la mejor compra que jamás había hecho.
-¿Y… la falta de ropa interior?-
-Motivación. Ahora limpia un poco, acostúmbrate al vestido de sirvienta.- y se volvió a dormir.
Dos días más tarde.
-Bien, es hora de entrenar con tu Luz.-
-Ah… no puedo usarla, no tengo los años de meditación y entrenamiento que requiere…- se callo en cuando saco la rama.
-No digas tonterías, un montón de elfos la usan y no creo que ni uno haya meditado jamás. Mira, es muy fácil.- y se luminifico, dejando atrás su forma terrenal para volverse luz, durante unos segundos. -¿Ves? Chupado, ahora tu.- El chaval cerro los ojos, cocnentrandose.
Wack
-¡Aw! ¿Para qué es el palo?-
-Motivación.-
-¿Es… es una rama del mítico árbol madre, para ayudar a despertar el don de la luz en mi interior?-
-Es pino. Hay un montón aquí afuera. Inténtalo otra vez.-
Wack.
Una semana más tarde.
-Observa a esta majestuosa criatura, aprende de ella.- dijo, empujando al chaval hacia delante, prácticamente arrestándolo, la verdad.
-Honk.- dijo el ganso, enfadado, prácticamente escupiendo babas en su furia.
-Esta majestuosa ave, el símbolo de coraje, no duda en avanzar contra sus enemigos, aunque sean más grandes y lleven minifalda. Encarna el espíritu del ganso en combate. Y dale de comer, toma, maíz.-
-HONK.- Protestó la ave, y lanzó una bocanada de fuego, provocando que el chaval se tirara al suelo para no perder las cejas.
-Oh, eso es nuevo.-
Otro par de días más tarde.
-¿Es el maestro un animista también? Nunca había visto un golem de madera tan…vivo.- preguntó el chaval, limpiando al upelero, que se movía un poco para dejar mejor acceso a su madera.
-Ah, no, lo compré.-
-Uno debe saber reconocer sus limitaciones, y equiparse lo mejor posible para cumplir su propostio, no hay que correr a cumplir tu propósito si significa que no iras preparado. Ahora entiendo porque me pidió que lo limpiara.- murmuró el chaval, interpretando completamente mal.
Un mes más tarde.
Luthien, hijo de Lumen, blandió su espada, acercándose a los bandidos. -Hoy es vuestro fin.- gritó bien alto, provocando que los indeseables se giraran… y estallaran en carcajadas.
-¿Es eso una sartén?- no entendían con sus primitivas mentes el regalo de su maestro. Una espada, pues tenia empuñadura y guardamanos, pero sin filo, para que no se dejara consumir por la venganza. El era un instrumento de la justicia, y como tal capturaba a los criminales siempre que podía, en vez de rebajarse a su nivel. Pero aun así, el comentario, el insulto hacia el regalo de su maestro lo molestó un poco, y se luminizó, materializándose al lado del bandido que había hecho el comentario y estampándole la sartada en toda la cara. Eso cortó rápidamente las carcajadas, y un virote de ballesta fue directo a su cara, pero simplemente lo bloqueo, moviendo su mano como uno limpiaba un upelero de madera, el proyectil desaviándose en la sartada con un clinck inofensivo. Dejo caer una piedra, y la golpeo con su arma, como si limpiara el suelo con una escoba, y la piedra se estampó contra el pecho del ballestero, tumbándolo. Luego, avanzó haca el grupo, valiente y feroz como un ganso, sin malgastar un solo paso, haciendo quiebros y volteretas con una perfecta postura, es decir, con las piernas muy, muy juntas, repartiendo justicia con cada clonk de su arma.
Unos segundos más tarde, había acabado, jadeando, con todos sus enemigos en el suelo, inconscientes o gritando de dolor. Solo entonces se fijo en la daga, clavada en su armadura. La arrancó, buscando sangre, pero estaba bien. Ciertamente, el maestro lo había salvado otra vez, no habría comprado una armadura a esa curtidora sino, tan centrado en su misión.
- Spoiler:
- Felices Reyes Rauko
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Re: [Evento] Destinos Entrelazados
Taliesin Skatha Miér Ene 06 2021, 19:28
- Quiero ver qué le depara el futuro a mi hija - pidió Taliesin, sentándose frente a la vidente y sacando varios aeros de su bolsa.
Su petición era llevada por las naturales preocupaciones de un padre, y, más aún, su deseo por obtener la reconfortante seguridad de que su hija sería feliz. La vidente, que había cosechado un éxito nada desdeñable y ya debía haber repetido aquello cincuenta veces en toda la noche, recogió las monedas y preguntó distraidamente, quiz'as ya cansada:
- ¿No prefieres ver tu futuro?
Taliesin contestó con una mueca y una breve risa. Su futuro no le importaba tanto; no le parecía que le esperara nada demasiado bonito después de todas las cosas por las que había pasado ya. No: lo importante era Irina. Lo importante era que todo, al final, tuviera sentido en la prosperidad de su hija, le pasara lo que le pasara a él.
- Mm, intentaré mostrarte algo, pero...
Dejó la frase sin terminar y se concentró en su bola de cristal. Y los sentidos de Taliesin parecieron apagarse.
------------
Echaba de menos los puertos: la facilidad con la que una podía perderse entre sus calles, los tragos de alcohol barato y pestilente, las peleas que se iniciaban sin que a nadie le quedara recuerdo o rencores al día siguiente. Echaba de menos la salitre e incluso la suciedad, salir de un antro pisoteando el cuerpo del que se había quedado dormido borracho a la entrada. Una vez había intentado explicárselo a Zöe; transmitirle por qué para ella esos tugurios tenían algo familiar y reconfortante... Pero la mente cuadriculada de la biocibernética no parecía capaz de entender por qué Sophitia consideraría que un lugar peligroso era "bueno".
¡No era eso! Ella no había querido decir bueno, sino... cómodo, fácil, el lugar al que ella pertenecía. ¿Por qué Zöe no era capaz de comprenderlo?
Quizás... Quizás fuera ella la que no era rapaz de explicarlo.
Al sentir que ese pensamiento se hacía hueco en su mente, Sophitia sacudió la cabeza; como si por la fuerza pudiera sacar aquella duda que no le haría ningún bien. Puso una sonrisa en sus labios y se apresuró a bromear sobre lo primero que vio a su alrededor. Zöe, como siempre, lo tomó literal, y la pirata se sintió reprendida por su comentario. Incomprendida.
No había nada que hacer. Metió las manos en los bolsillos y, alejándose de la biocibernética, se dedicó a observar las mercancías expuestas sobre mantos de mercaderes ambulantes que aún no habían recogido para la noche.
Un hombre alto y encapuchado se colocó junto a ella. Se colocó demasiado cerca, así que con el malhumor que ya llevaba, Sophitia no tuvo ningún reparo en darle un codazo para que se apartara.
- ¡Auch! - Se dolió el hombre en casi un susurro - ¡Que soy yo! Joder, ¿qué coño te pasa? - En cuanto empezó a soltar improperios, la pirata se dio cuenta de quién era el encapuchado.
- ¿La princesita al final ha podido levantarse de la cama? - Se mofó Sophitia, cruzándose de brazos. Era imposible no hacerlo: Kirill era un niñato engreído, cuyo único punto positivo y la razón por la que lo soportaba era ser pariente de Taliesin -. ¿Qué haces encapuchado? ¿Alguien te ha lastimado la carita de niña y no quieres que te vean?
Hubo un momento de silencio. Sophitia supo que sus puyas habían afectado a Kirill, lo suficiente como para que el joven mago se tensara y considerara dejar a un lado todo aquel disimulo que... ¿A qué venía?
- Estoy aquí para hacerte un favor. El hombre con el que vais a hablar - no es trigo limpio. Está relacionado con la gente para la que yo trabajaba antes. Así que lo sé. Será una trampa. Yo puedo...
- ¿Una trampa? - Pero la sorpresa dio paso a la incredulidad; despreciaba lo suficiente a Kirill como para que aceptar favores de él fuera una afrenta a su orgullo - ¿Y crees que no nos las podremos arreglar solitas? Tan caballeroso.
Se dio la vuelta para dejar aquel tenderete y volver con Zöe. Escuchó a Kirill girándose tras ella.
- ¡Hazme caso, joder! ¡Te estoy haciendo un favor!
Pero no la siguió. No intentó agarrarla del brazo. Parecía más preocupado en que "alguien" no le reconociera, o en no verse asociado con Sophitia. La pirata volvió a meter las manos en los bolsillos y frunció el ceño. Quizás había algo cierto en aquella advertencia y no haría daño ir con un poco de cuidado, pero no pensaba aceptar su ayuda.
- ¿Es importante que veas a ese hombre? - Le preguntó a Zöe cuando volvió con ella. Supo que se había equivocado eligiendo las palabras cuando la biocibernética tardó varios segundos en contestar. Probablemente valorando cómo determinar si algo es "importante".
- Merece mi interés, sí. Es importante para mí.
Para Sophitia aquello era suficiente.
- Entonces es importante.
La escena se desvaneció, como una neblina atravesada por rayos de sol, tras la que esperaba una segunda imagen...
No solía llorar, pero en aquel momento gruesas lágrimas corrían por su rostro, empeñadas en caer al suelo por mucho que la expresión de la pirata fuera neutra. Se escapaban a su voluntad mientras su mente se empeñaba en culparse a si misma. Porque había sido su culpa que aquello ocurriera. Que aquello volviera a ocurrir.
Sophitia no podía soportar pasar por lo mismo dos veces. No sabía cómo ahogar el sentimiento que le crecía en el fondo del pecho. ¿Qué había estado esperando todo aquel tiempo? ¿Qué podía hacer ahora? ¿Cómo no podía culparse después de haber ido advertida?
El cielo comenzaba a clarear. Se dio cuenta de que no podía quedarse quieta. Siempre había sido una superviviente; no dejaría de serlo ahora.
- Voy a volver al mar - decidió en voz alta -. Con mi tripulación. Todo esto fue una idea tonta.
Quizás moriría joven, quizás viviría para ver muchos pillajes, pero viviría cada noche con intensidad y se emborracharía en cada puerto. Y, si podía evitarlo, jamás volvería a pisar aquella ciudad, ni a pensar en Zöe.
---
Offrol: Sophitia quería ver su futuro, alguien tenía que darle una visión. De todas formas creo que esto ha sido un auto regalo para mi misma, porque me lo he pasado muy bien!
Me ha gustado mucho la temática así que me he animado a pasar... ¡Saludos a todos!
Su petición era llevada por las naturales preocupaciones de un padre, y, más aún, su deseo por obtener la reconfortante seguridad de que su hija sería feliz. La vidente, que había cosechado un éxito nada desdeñable y ya debía haber repetido aquello cincuenta veces en toda la noche, recogió las monedas y preguntó distraidamente, quiz'as ya cansada:
- ¿No prefieres ver tu futuro?
Taliesin contestó con una mueca y una breve risa. Su futuro no le importaba tanto; no le parecía que le esperara nada demasiado bonito después de todas las cosas por las que había pasado ya. No: lo importante era Irina. Lo importante era que todo, al final, tuviera sentido en la prosperidad de su hija, le pasara lo que le pasara a él.
- Mm, intentaré mostrarte algo, pero...
Dejó la frase sin terminar y se concentró en su bola de cristal. Y los sentidos de Taliesin parecieron apagarse.
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Echaba de menos los puertos: la facilidad con la que una podía perderse entre sus calles, los tragos de alcohol barato y pestilente, las peleas que se iniciaban sin que a nadie le quedara recuerdo o rencores al día siguiente. Echaba de menos la salitre e incluso la suciedad, salir de un antro pisoteando el cuerpo del que se había quedado dormido borracho a la entrada. Una vez había intentado explicárselo a Zöe; transmitirle por qué para ella esos tugurios tenían algo familiar y reconfortante... Pero la mente cuadriculada de la biocibernética no parecía capaz de entender por qué Sophitia consideraría que un lugar peligroso era "bueno".
¡No era eso! Ella no había querido decir bueno, sino... cómodo, fácil, el lugar al que ella pertenecía. ¿Por qué Zöe no era capaz de comprenderlo?
Quizás... Quizás fuera ella la que no era rapaz de explicarlo.
Al sentir que ese pensamiento se hacía hueco en su mente, Sophitia sacudió la cabeza; como si por la fuerza pudiera sacar aquella duda que no le haría ningún bien. Puso una sonrisa en sus labios y se apresuró a bromear sobre lo primero que vio a su alrededor. Zöe, como siempre, lo tomó literal, y la pirata se sintió reprendida por su comentario. Incomprendida.
No había nada que hacer. Metió las manos en los bolsillos y, alejándose de la biocibernética, se dedicó a observar las mercancías expuestas sobre mantos de mercaderes ambulantes que aún no habían recogido para la noche.
Un hombre alto y encapuchado se colocó junto a ella. Se colocó demasiado cerca, así que con el malhumor que ya llevaba, Sophitia no tuvo ningún reparo en darle un codazo para que se apartara.
- ¡Auch! - Se dolió el hombre en casi un susurro - ¡Que soy yo! Joder, ¿qué coño te pasa? - En cuanto empezó a soltar improperios, la pirata se dio cuenta de quién era el encapuchado.
- ¿La princesita al final ha podido levantarse de la cama? - Se mofó Sophitia, cruzándose de brazos. Era imposible no hacerlo: Kirill era un niñato engreído, cuyo único punto positivo y la razón por la que lo soportaba era ser pariente de Taliesin -. ¿Qué haces encapuchado? ¿Alguien te ha lastimado la carita de niña y no quieres que te vean?
Hubo un momento de silencio. Sophitia supo que sus puyas habían afectado a Kirill, lo suficiente como para que el joven mago se tensara y considerara dejar a un lado todo aquel disimulo que... ¿A qué venía?
- Estoy aquí para hacerte un favor. El hombre con el que vais a hablar - no es trigo limpio. Está relacionado con la gente para la que yo trabajaba antes. Así que lo sé. Será una trampa. Yo puedo...
- ¿Una trampa? - Pero la sorpresa dio paso a la incredulidad; despreciaba lo suficiente a Kirill como para que aceptar favores de él fuera una afrenta a su orgullo - ¿Y crees que no nos las podremos arreglar solitas? Tan caballeroso.
Se dio la vuelta para dejar aquel tenderete y volver con Zöe. Escuchó a Kirill girándose tras ella.
- ¡Hazme caso, joder! ¡Te estoy haciendo un favor!
Pero no la siguió. No intentó agarrarla del brazo. Parecía más preocupado en que "alguien" no le reconociera, o en no verse asociado con Sophitia. La pirata volvió a meter las manos en los bolsillos y frunció el ceño. Quizás había algo cierto en aquella advertencia y no haría daño ir con un poco de cuidado, pero no pensaba aceptar su ayuda.
- ¿Es importante que veas a ese hombre? - Le preguntó a Zöe cuando volvió con ella. Supo que se había equivocado eligiendo las palabras cuando la biocibernética tardó varios segundos en contestar. Probablemente valorando cómo determinar si algo es "importante".
- Merece mi interés, sí. Es importante para mí.
Para Sophitia aquello era suficiente.
- Entonces es importante.
La escena se desvaneció, como una neblina atravesada por rayos de sol, tras la que esperaba una segunda imagen...
No solía llorar, pero en aquel momento gruesas lágrimas corrían por su rostro, empeñadas en caer al suelo por mucho que la expresión de la pirata fuera neutra. Se escapaban a su voluntad mientras su mente se empeñaba en culparse a si misma. Porque había sido su culpa que aquello ocurriera. Que aquello volviera a ocurrir.
Sophitia no podía soportar pasar por lo mismo dos veces. No sabía cómo ahogar el sentimiento que le crecía en el fondo del pecho. ¿Qué había estado esperando todo aquel tiempo? ¿Qué podía hacer ahora? ¿Cómo no podía culparse después de haber ido advertida?
El cielo comenzaba a clarear. Se dio cuenta de que no podía quedarse quieta. Siempre había sido una superviviente; no dejaría de serlo ahora.
- Voy a volver al mar - decidió en voz alta -. Con mi tripulación. Todo esto fue una idea tonta.
Quizás moriría joven, quizás viviría para ver muchos pillajes, pero viviría cada noche con intensidad y se emborracharía en cada puerto. Y, si podía evitarlo, jamás volvería a pisar aquella ciudad, ni a pensar en Zöe.
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Offrol: Sophitia quería ver su futuro, alguien tenía que darle una visión. De todas formas creo que esto ha sido un auto regalo para mi misma, porque me lo he pasado muy bien!
Me ha gustado mucho la temática así que me he animado a pasar... ¡Saludos a todos!
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Re: [Evento] Destinos Entrelazados
Valyria Jue Ene 07 2021, 13:00
-No sé si podré volver a mirar a Rauko de la misma forma.- dijo al fin, rompiendo el silencio y despertando a Ágata de esa visión llena de desafortunados primeros planos. Aunque la chiquilla seguía medio absorta, así que golpeó suavemente la bola con una uña, haciendo un clink clink. La adivina por fin se dio por aludida y mostró otra visión, aunque esta aun no la había pagado, tan ruborizada estaba la chiquilla.
Un elfo estaba durmiendo en una mesa, en una formas que le resultaba extrañamente familiar, babeando ligeramente sobre un papel escrito, aunque no podía apreciarse bien lo que había escrito. El pobre elfo levantó la cabeza de la mesa cuando alguien llamó a la puerta. -¡Pasa!- dijo Nousis, con tantas ojeras que parecía un mapache elfico. Una chica con un uniforme negro con detalles dorados entró, inclinando la cabeza levemente como saludo.
-Alto Inquisidor, le traigo unos documentos, necesitan su firma.- tenia un manojo de papeles en la mano, no demasiados, cinco, puede que diez hojas. Pero luego alargó la mano más allá de la puerta y arrastró un carro dentro, e incluso Valyria, a una bola de cristal de distancia, pudo notar la moral del elfo estamparse contra el suelo, romperlo, y bajar un par de pisos más.
-Ah, creo que necesitan mi ayuda en el frente, Lathien me dijo en su ultima misiva que el progreso se ha estancado…- dijo el elfo levantándose, intentando escurrirse del trabajo.
-Usted es demasiado importante como para ser arriesgado en el frente.- cortó tajantemente la mujer.
-Uh… entonces, ya va siendo hora de que presida algún juicio, es bueno para la moral…-
-Los únicos juicios pendientes son los acusados de confraternizar con el enemigo, y tenemos pruebas más que suficientes del supuesto ah… “harem”. No son dignos de su presencia.-
¿Por qué una preocupante parte de los que se unían a la Inquisición acababan en relaciones indecorosas con vampiresas, brujas y herejes? Un misterio, pero de alguna manera, siempre parecían echarle la culpa a él.
-La familia Nashen es una gran contribuidora de nuestra orden, ya va siendo hora de que vaya a agradecérselo en persona.- empezaba a sonar ligeramente desesperado.
-Lo es…- concedió la implacable secretaria. -Puedo organizar una cena en tres días.- esa sonrisa, esa malvada sonrisa seria su perdición. ¿Tres días? No aguantaría tanto.
-Ah… me quede sin tinta.- intentó por último, desesperadamente.
-Oh, ahora le traigo unos cuantos flascos.- dijo el demonio con forma de elfa, y cerró la puerta tras ella, dejando el carro lleno de papeles con él. Ahora era su oportunidad.
Añoraba el pasado, cierto, el mundo era mucho más caótico e impío por aquel entonces, pero había cierta sensación de libertad en ir uno mismo a una casa, prenderle fuego, y matar a los vampiros cuando salían medio chamuscados. Cierto sentimiento de… satisfacción en comandar una pequeña fuerza con todas las de perder y acabar triunfando. Ahora era demasiado grande, demasiado importante, a pesar de que todo lo que hacia era escribir cartas y firmar papeles. Abrió la ventana, para tomar el aire, y sacó una pierna por ella, lentamente.
-Alto Inquisidor, ¿esta intentando escaparse por la ventana otra vez?- ¿Cuándo había vuelto? No había escuchado la puerta, ¡y a duras penas habían pasado cinco segundos!
-No.- mintió con el descaro que solo alguien en su posición podía permitirse. La mujer se cruzó de brazos, manteniendo una férrea mirada y él se vio obligado a bajar la pierna de la ventana, leeentamente. Pero la mirada se mantuvo, así que también tuvo que cerrar la ventana.
-Voy a asegurarme de que le traen la cena y unas mantas, tiene mucho trabajo.- dijo la mujer con voz cantarina y cerró la puerta tras ella.
Había brujos capaces de teletransportarse, ¿cierto? Puede que pudieran…ah… expiar su condición sirviéndole, pero solo si podían mandarlo bien bien lejos… Con una ultima mirada al carro de papeleo, abrió el libro de normas con de la Inquisición, buscando la sección sobre harems.
Un elfo estaba durmiendo en una mesa, en una formas que le resultaba extrañamente familiar, babeando ligeramente sobre un papel escrito, aunque no podía apreciarse bien lo que había escrito. El pobre elfo levantó la cabeza de la mesa cuando alguien llamó a la puerta. -¡Pasa!- dijo Nousis, con tantas ojeras que parecía un mapache elfico. Una chica con un uniforme negro con detalles dorados entró, inclinando la cabeza levemente como saludo.
-Alto Inquisidor, le traigo unos documentos, necesitan su firma.- tenia un manojo de papeles en la mano, no demasiados, cinco, puede que diez hojas. Pero luego alargó la mano más allá de la puerta y arrastró un carro dentro, e incluso Valyria, a una bola de cristal de distancia, pudo notar la moral del elfo estamparse contra el suelo, romperlo, y bajar un par de pisos más.
-Ah, creo que necesitan mi ayuda en el frente, Lathien me dijo en su ultima misiva que el progreso se ha estancado…- dijo el elfo levantándose, intentando escurrirse del trabajo.
-Usted es demasiado importante como para ser arriesgado en el frente.- cortó tajantemente la mujer.
-Uh… entonces, ya va siendo hora de que presida algún juicio, es bueno para la moral…-
-Los únicos juicios pendientes son los acusados de confraternizar con el enemigo, y tenemos pruebas más que suficientes del supuesto ah… “harem”. No son dignos de su presencia.-
¿Por qué una preocupante parte de los que se unían a la Inquisición acababan en relaciones indecorosas con vampiresas, brujas y herejes? Un misterio, pero de alguna manera, siempre parecían echarle la culpa a él.
-La familia Nashen es una gran contribuidora de nuestra orden, ya va siendo hora de que vaya a agradecérselo en persona.- empezaba a sonar ligeramente desesperado.
-Lo es…- concedió la implacable secretaria. -Puedo organizar una cena en tres días.- esa sonrisa, esa malvada sonrisa seria su perdición. ¿Tres días? No aguantaría tanto.
-Ah… me quede sin tinta.- intentó por último, desesperadamente.
-Oh, ahora le traigo unos cuantos flascos.- dijo el demonio con forma de elfa, y cerró la puerta tras ella, dejando el carro lleno de papeles con él. Ahora era su oportunidad.
Añoraba el pasado, cierto, el mundo era mucho más caótico e impío por aquel entonces, pero había cierta sensación de libertad en ir uno mismo a una casa, prenderle fuego, y matar a los vampiros cuando salían medio chamuscados. Cierto sentimiento de… satisfacción en comandar una pequeña fuerza con todas las de perder y acabar triunfando. Ahora era demasiado grande, demasiado importante, a pesar de que todo lo que hacia era escribir cartas y firmar papeles. Abrió la ventana, para tomar el aire, y sacó una pierna por ella, lentamente.
-Alto Inquisidor, ¿esta intentando escaparse por la ventana otra vez?- ¿Cuándo había vuelto? No había escuchado la puerta, ¡y a duras penas habían pasado cinco segundos!
-No.- mintió con el descaro que solo alguien en su posición podía permitirse. La mujer se cruzó de brazos, manteniendo una férrea mirada y él se vio obligado a bajar la pierna de la ventana, leeentamente. Pero la mirada se mantuvo, así que también tuvo que cerrar la ventana.
-Voy a asegurarme de que le traen la cena y unas mantas, tiene mucho trabajo.- dijo la mujer con voz cantarina y cerró la puerta tras ella.
Había brujos capaces de teletransportarse, ¿cierto? Puede que pudieran…ah… expiar su condición sirviéndole, pero solo si podían mandarlo bien bien lejos… Con una ultima mirada al carro de papeleo, abrió el libro de normas con de la Inquisición, buscando la sección sobre harems.
- Spoiler:
- Para ti Nousis.
Im so sorry
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Re: [Evento] Destinos Entrelazados
Othel Jue Ene 07 2021, 21:40
Me paso por aquí a dar un empujoncito a aquellos que estén pensando hacer alguna historia más. Cerrare el evento el domingo por la mañana, y con suerte, también daré las recompensas ese mismo día, así que si alguien tiene otra historia que contar, aun puede hacerlo si se da prisa.
Nos leemos.
Nos leemos.
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Re: [Evento] Destinos Entrelazados
Taliesin Skatha Jue Ene 07 2021, 23:07
Taliesin parpadeó. No tenía muy claro qué acababa de ver. Abrió la boca para hablar, miró a la joven, y volvió a cerrarla. Con un leve carraspeo, se recolocó en el asiento.
- ... ¿Esto es verdad? Espera, quiero verlo otra vez.
-------
El llanto de un niño rompió la niebla. Lloraba, pidiendo atención, tras haberse caído al suelo. Su hermana mayor se acercó y, tras un sonoro suspiro y una breve reprimenda, lo ayudó a colocarse en pie y le dio un abrazo reconfortante. Pero el pequeño no dejó de llorar.
- ¡¡Mamá!! - Llamó la niña, al ver que su hermano se había raspado la rodilla y sangraba.
Se sentó en una silla y sentó al niño en su falda, aunque ella también era tan pequeña que sus pies no llegaban al suelo. Aun así se hacía cargo del pequeño, porque su madre estaba muy ocupada. Era una Persona Importante en el pueblo. La gente venía de lejos a preguntarle cosas, Cosas Importantes, a las que su madre daba consejos y soluciones. Aunque ella no terminaba de comprender el trabajo de su progenitora, estaba muy orgullosa de ella y se habría peleado con cualquier otro niño que insinuara que lo que hacía no era Importante. Era Súper Importante.
Pero aquella vez necesitaba ayuda, así que volvió a llamar aunque significara interrumpir. Nadie contestó. La niña levantó a su hermano como pudo y se fue ella misma a buscar algo con lo que limpiar la herida.
Después de dejar a su hermano en la cuna, salió de la casa. ¿Dónde estaba su madre? Corrió hacia la caseta adjunta al edificio principal, donde se secaban y guardaban varias hierbas que olían muy fuerte, como a vinagre o a alcohol. Pensó que estaría allí, trabajando. Pero llegando a la entrada la niña se paró de golpe.
- Ya no tengo nada que ver con eso - Su madre hablaba con un tono firme y agresivo que la asustó -. Cállate. Y fuera de mi casa.
- Pero Helena. Apenas acabo de llegar.
No conocía aquella voz. Algo no estaba bien. Con cuidado se acercó a la puerta de la caseta y, sin hacer ruido, se asomó mientras la discusión seguía.
- He dicho que te calles. No me interesa.
Vio a un hombre, de espaldas. No lo conocía. Vio también a su madre, con gesto arisco y desafiante. Estaba concentrada en el desconocido, pero al asomar la cabeza de su hija por la puerta, la vio inmediatamente y se puso aún más en tensión.
- No puedes dejar tus deudas atrás - continuó el hombre. Su tono era más duro.
La niña creyó distinguir en los ojos de su madre... preocupación. Eso la asustó aún más, porque para ella su madre podía con todo y no entendía qué estaba pasando. Vio cómo la bruja movía su mano, poco a poco, hacia la cintura. Donde siempre llevaba una daga. ¿Iban a pelearse? La pequeña ahogó una exclamación.
El hombre se giró de golpe. Debía haberla oído. La niña abrió los ojos como platos, pero no llegó a moverse antes de que una mano la agarrara fuertemente del pelo. Gritó y pataleó, y le salieron lágrimas porque el hombre tiraba muy fuerte.
- ¿Dónde está el medallón? - Exigió. La pequeña sintió algo frío y punzante contra su cuello, que se clavó un poco cuando un sollozo sacudió su garganta.
---------
- ... ¿Esto es verdad? Espera, quiero verlo otra vez.
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El llanto de un niño rompió la niebla. Lloraba, pidiendo atención, tras haberse caído al suelo. Su hermana mayor se acercó y, tras un sonoro suspiro y una breve reprimenda, lo ayudó a colocarse en pie y le dio un abrazo reconfortante. Pero el pequeño no dejó de llorar.
- ¡¡Mamá!! - Llamó la niña, al ver que su hermano se había raspado la rodilla y sangraba.
Se sentó en una silla y sentó al niño en su falda, aunque ella también era tan pequeña que sus pies no llegaban al suelo. Aun así se hacía cargo del pequeño, porque su madre estaba muy ocupada. Era una Persona Importante en el pueblo. La gente venía de lejos a preguntarle cosas, Cosas Importantes, a las que su madre daba consejos y soluciones. Aunque ella no terminaba de comprender el trabajo de su progenitora, estaba muy orgullosa de ella y se habría peleado con cualquier otro niño que insinuara que lo que hacía no era Importante. Era Súper Importante.
Pero aquella vez necesitaba ayuda, así que volvió a llamar aunque significara interrumpir. Nadie contestó. La niña levantó a su hermano como pudo y se fue ella misma a buscar algo con lo que limpiar la herida.
Después de dejar a su hermano en la cuna, salió de la casa. ¿Dónde estaba su madre? Corrió hacia la caseta adjunta al edificio principal, donde se secaban y guardaban varias hierbas que olían muy fuerte, como a vinagre o a alcohol. Pensó que estaría allí, trabajando. Pero llegando a la entrada la niña se paró de golpe.
- Ya no tengo nada que ver con eso - Su madre hablaba con un tono firme y agresivo que la asustó -. Cállate. Y fuera de mi casa.
- Pero Helena. Apenas acabo de llegar.
No conocía aquella voz. Algo no estaba bien. Con cuidado se acercó a la puerta de la caseta y, sin hacer ruido, se asomó mientras la discusión seguía.
- He dicho que te calles. No me interesa.
Vio a un hombre, de espaldas. No lo conocía. Vio también a su madre, con gesto arisco y desafiante. Estaba concentrada en el desconocido, pero al asomar la cabeza de su hija por la puerta, la vio inmediatamente y se puso aún más en tensión.
- No puedes dejar tus deudas atrás - continuó el hombre. Su tono era más duro.
La niña creyó distinguir en los ojos de su madre... preocupación. Eso la asustó aún más, porque para ella su madre podía con todo y no entendía qué estaba pasando. Vio cómo la bruja movía su mano, poco a poco, hacia la cintura. Donde siempre llevaba una daga. ¿Iban a pelearse? La pequeña ahogó una exclamación.
El hombre se giró de golpe. Debía haberla oído. La niña abrió los ojos como platos, pero no llegó a moverse antes de que una mano la agarrara fuertemente del pelo. Gritó y pataleó, y le salieron lágrimas porque el hombre tiraba muy fuerte.
- ¿Dónde está el medallón? - Exigió. La pequeña sintió algo frío y punzante contra su cuello, que se clavó un poco cuando un sollozo sacudió su garganta.
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- Spoiler:
- Offrol: ¿Y si Helena Rhodes intentara iniciar una nueva vida? ¿Se lo permitiría su pasado?
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Re: [Evento] Destinos Entrelazados
Sango Vie Ene 08 2021, 00:59
El sol aún no había salido cuando Ben bajó por las escaleras. En la sala lo recibió un fuego recién avivado y mucho humo, más de lo normal.
- Limpia el tiro que nos vamos a ahogar aquí dentro.- Dijo Sango.
- No es el tiro hombre, es que hace mucho frio y lo está devolviendo.- Contestó Elia.
Elia era quien le había servido la noche anterior y se afanaba ahora en preparar el local para otro día de trabajo. El frio se colaba por cualquier rendija pero por suerte tenía una buena provisión de leña y el fuego pocas veces perdía intensidad.
- Tengo que pagar la semana.- Ben hizo una pausa.- No sé si prolongaré la estancia.- Se sentó en su mesa, cerca del fuego.
Elia se acercó con dos rebanadas de pan con miel y una manzana. Lo de todos los días.
- Ahora no. Lo dejamos todo despachado por la tarde tengo que atender varias cosas y espero varios cargamentos a lo largo de la mañana...- Se secó las manos en el mandil.- Quizá cuando la niña tenga un rato libre.- Se marchó y Sango la miró. Después suspiró.
Cuando acabó de desayunar, cosa que hizo con calma y sumido, profundamente, en sus pensamientos, se percató de que ya había claridad. Pero lo que no tenía perdón era no haberse dado cuenta de que la muchacha estaba en el rincón de ayer. Ben no lo dudó y se acercó a ella.
- ¿Por qué no pude ver mi futuro?- Preguntó Sango.
- Hala... Buenos días, ¿eh?- Contestó ella, pero Sango siguió mirándola fijamente.- Ya te lo dije, leo fortunas. En general.- Hizo un gesto con las manos, como dibujando círculos.
- Pero tú no los lees. Los enseña la bola.- Replicó Sango.
- Yo traduzco lo que está escrito.- Dijo con tono tajante.
Ben se sentó y se giró para ver si veía a Elia. Al no dar con ella echó mano al bolso y sacó unas monedas. La muchacha sonrió. Ben posó un par sobre la mesa y ella negó con la cabeza. Puso otras dos y ella las cogió.
El mar chocaba contra el acantilado y lo hacía con furia. El acantilado permanecía allí, aparentemente, impasible. Pero el mar era incansable y algún día este acabaría cediendo. Era cuestión de tiempo. No obstante, existían lugares seguros en los que los barcos podían fondear. Era el lugar perfecto para hacer negocios turbios, por supuesto solo los capitanes más experimentados podían hacerlo.
Cinco figuras embozadas acababan de subir a donde se encontraban ellos, otras cinco figuras, casi igual de embozadas. Ella se fijó en que seguramente fueran bien armados pese a que lo que había debajo de las capas era un misterio. El intercambio debía de hacerse lo más rápido posible, era una regla no escrita.
- Eme, dale la caja a Hache.- Dijo Ka.
Eme se acercó a ella con la caja. Era parte del plan, ella debía adelantarse y soltar la bolsa al mismo tiempo que desde el otro lado soltaban el dinero. Ella pensó que sería un dinero fácil. Se adelantó un paso y también lo hizo alguien desde el otro lado. Ambos caminaron hasta el centro.
Cuando ambos estuvieron a un paso de distancia, Hache posó la caja con material por valor de varios miles de aeros y esperó a que soltaran el dinero. Pero no era dinero sino un pergamino. Ella lo cogió y antes de abrirlo preguntó.
- ¿Qué es esto? ¿Y el dinero?- Preguntó Hache sosteniendo el pergamino.
- ¡Cógela!- Gritó uno de los recién llegados.
Hache no perdió un segundo y al tiempo que el que se había acercado le agarraba del brazo, cogió una de las ballestas que llevaba en la pierna y le disparó dos veces. Apuntó a los de enfrente y disparó pero estos llevaban escudos bajo los mantos. Los cuatro desenvainaron las espadas y Hache sonrió, no tardarían en caer.
El golpe que recibió en la nuca era algo completamente inesperado y como tal hizo que hache callera al suelo perdiendo la ballesta. Antes de que pudieran echar mano a ella, se esfumó y apareció un par de pasos lejos de la acción. Sacudió la cabeza y sacó otra ballesta y apuntó al frente pero se sentía mareada y la ventaja que había ganado la perdió enseguida.
La agarraron por la espalda y la levantaron, ella soltó una patada que alcanzó la cara de Ka. Acto seguido soltó un cabezazo hacia atrás y Eme aflojó la presión, lo que le dio le tiempo suficiente para empuñar una daga y clavársela en la pierna a Eme que cayó al suelo gritando de dolor. Con la mano que empuñaba la ballesta disparó en dirección al grito pero no pasó nada. Lo notó enseguida, le habían hecho algo al gatillo. Al menos ahora enfocaba.
Una mano la agarró del cuello pero con una maniobra rápida se deshizo del atacante y le lanzó un tajo que cortó el bíceps. Pero el movimiento la volvió a desorientar. Instante que sus atacantes aprovecharon para golpearla y tirarla al suelo. Los golpes dolían más de lo habitual, efecto de la traición, sin duda. No tardó en perder el sentido.
Cuando volvió, dos de las figuras embozadas hablaban con Ka y Eme y estas les hacían entrega del pergamino. Las otras dos figuras estaban cruzadas de brazos varios pasos por detrás. Se vengaría.
- Habéis hecho bien, esto certifica que sois libres para volver a la isla pero no para volver a la escuela. Podréis ver a vuestras familias, que al final es importante.- Les dejó allí y caminó hacia ella. Se quitó la capucha y luego la bufanda que le tapaba la cara.
- Señorita Boisson, en Beltrexus alguien quiere hablar con usted, no se preocupe, el viaje se le hará ameno.- Lanzó una risotada y volvió a embozarse.- ¡Volvamos al barco!- Gritó.
Antes de que pudiera protestar una bota impactó contra su cabeza.
- ¿No hay más? Joder...- Ben había vivido con intensidad aquella historia.
- No, lo siento.- Contestó ella.
Sango se mesaba la barbilla mientras miraba con ojos entrecerrados la bola. Él conocía a la protagonista y no le gustaba lo que había visto. Sin mediar palabra con la muchacha volvió a su sitio a pensar. Al fondo la muchacha jugaba con las monedas con un ligera sonrisa dibujada en la cara. La visión hizo que un escalofrío recorriera a Sango. Se levantó y salió de la taberna.
No se quedaría una noche más allí, no sí había alguien capaz de hacer aquel tipo de brujería.
- Limpia el tiro que nos vamos a ahogar aquí dentro.- Dijo Sango.
- No es el tiro hombre, es que hace mucho frio y lo está devolviendo.- Contestó Elia.
Elia era quien le había servido la noche anterior y se afanaba ahora en preparar el local para otro día de trabajo. El frio se colaba por cualquier rendija pero por suerte tenía una buena provisión de leña y el fuego pocas veces perdía intensidad.
- Tengo que pagar la semana.- Ben hizo una pausa.- No sé si prolongaré la estancia.- Se sentó en su mesa, cerca del fuego.
Elia se acercó con dos rebanadas de pan con miel y una manzana. Lo de todos los días.
- Ahora no. Lo dejamos todo despachado por la tarde tengo que atender varias cosas y espero varios cargamentos a lo largo de la mañana...- Se secó las manos en el mandil.- Quizá cuando la niña tenga un rato libre.- Se marchó y Sango la miró. Después suspiró.
Cuando acabó de desayunar, cosa que hizo con calma y sumido, profundamente, en sus pensamientos, se percató de que ya había claridad. Pero lo que no tenía perdón era no haberse dado cuenta de que la muchacha estaba en el rincón de ayer. Ben no lo dudó y se acercó a ella.
- ¿Por qué no pude ver mi futuro?- Preguntó Sango.
- Hala... Buenos días, ¿eh?- Contestó ella, pero Sango siguió mirándola fijamente.- Ya te lo dije, leo fortunas. En general.- Hizo un gesto con las manos, como dibujando círculos.
- Pero tú no los lees. Los enseña la bola.- Replicó Sango.
- Yo traduzco lo que está escrito.- Dijo con tono tajante.
Ben se sentó y se giró para ver si veía a Elia. Al no dar con ella echó mano al bolso y sacó unas monedas. La muchacha sonrió. Ben posó un par sobre la mesa y ella negó con la cabeza. Puso otras dos y ella las cogió.
El mar chocaba contra el acantilado y lo hacía con furia. El acantilado permanecía allí, aparentemente, impasible. Pero el mar era incansable y algún día este acabaría cediendo. Era cuestión de tiempo. No obstante, existían lugares seguros en los que los barcos podían fondear. Era el lugar perfecto para hacer negocios turbios, por supuesto solo los capitanes más experimentados podían hacerlo.
Cinco figuras embozadas acababan de subir a donde se encontraban ellos, otras cinco figuras, casi igual de embozadas. Ella se fijó en que seguramente fueran bien armados pese a que lo que había debajo de las capas era un misterio. El intercambio debía de hacerse lo más rápido posible, era una regla no escrita.
- Eme, dale la caja a Hache.- Dijo Ka.
Eme se acercó a ella con la caja. Era parte del plan, ella debía adelantarse y soltar la bolsa al mismo tiempo que desde el otro lado soltaban el dinero. Ella pensó que sería un dinero fácil. Se adelantó un paso y también lo hizo alguien desde el otro lado. Ambos caminaron hasta el centro.
Cuando ambos estuvieron a un paso de distancia, Hache posó la caja con material por valor de varios miles de aeros y esperó a que soltaran el dinero. Pero no era dinero sino un pergamino. Ella lo cogió y antes de abrirlo preguntó.
- ¿Qué es esto? ¿Y el dinero?- Preguntó Hache sosteniendo el pergamino.
- ¡Cógela!- Gritó uno de los recién llegados.
Hache no perdió un segundo y al tiempo que el que se había acercado le agarraba del brazo, cogió una de las ballestas que llevaba en la pierna y le disparó dos veces. Apuntó a los de enfrente y disparó pero estos llevaban escudos bajo los mantos. Los cuatro desenvainaron las espadas y Hache sonrió, no tardarían en caer.
El golpe que recibió en la nuca era algo completamente inesperado y como tal hizo que hache callera al suelo perdiendo la ballesta. Antes de que pudieran echar mano a ella, se esfumó y apareció un par de pasos lejos de la acción. Sacudió la cabeza y sacó otra ballesta y apuntó al frente pero se sentía mareada y la ventaja que había ganado la perdió enseguida.
La agarraron por la espalda y la levantaron, ella soltó una patada que alcanzó la cara de Ka. Acto seguido soltó un cabezazo hacia atrás y Eme aflojó la presión, lo que le dio le tiempo suficiente para empuñar una daga y clavársela en la pierna a Eme que cayó al suelo gritando de dolor. Con la mano que empuñaba la ballesta disparó en dirección al grito pero no pasó nada. Lo notó enseguida, le habían hecho algo al gatillo. Al menos ahora enfocaba.
Una mano la agarró del cuello pero con una maniobra rápida se deshizo del atacante y le lanzó un tajo que cortó el bíceps. Pero el movimiento la volvió a desorientar. Instante que sus atacantes aprovecharon para golpearla y tirarla al suelo. Los golpes dolían más de lo habitual, efecto de la traición, sin duda. No tardó en perder el sentido.
Cuando volvió, dos de las figuras embozadas hablaban con Ka y Eme y estas les hacían entrega del pergamino. Las otras dos figuras estaban cruzadas de brazos varios pasos por detrás. Se vengaría.
- Habéis hecho bien, esto certifica que sois libres para volver a la isla pero no para volver a la escuela. Podréis ver a vuestras familias, que al final es importante.- Les dejó allí y caminó hacia ella. Se quitó la capucha y luego la bufanda que le tapaba la cara.
- Señorita Boisson, en Beltrexus alguien quiere hablar con usted, no se preocupe, el viaje se le hará ameno.- Lanzó una risotada y volvió a embozarse.- ¡Volvamos al barco!- Gritó.
Antes de que pudiera protestar una bota impactó contra su cabeza.
- ¿No hay más? Joder...- Ben había vivido con intensidad aquella historia.
- No, lo siento.- Contestó ella.
Sango se mesaba la barbilla mientras miraba con ojos entrecerrados la bola. Él conocía a la protagonista y no le gustaba lo que había visto. Sin mediar palabra con la muchacha volvió a su sitio a pensar. Al fondo la muchacha jugaba con las monedas con un ligera sonrisa dibujada en la cara. La visión hizo que un escalofrío recorriera a Sango. Se levantó y salió de la taberna.
No se quedaría una noche más allí, no sí había alguien capaz de hacer aquel tipo de brujería.
Sango
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Re: [Evento] Destinos Entrelazados
Rauko Sáb Ene 09 2021, 01:43
–¿Has visto a Rauko, un elfo peliblanco de peinado ridículo? –le preguntó Hyro, con sus ojos delatando que tenía más interés en la esfera de cristal que en la respuesta a su pregunta.
–Sí, casi se muere por beber leche caliente.
Hyro miró al instante a la chica y enarcó una ceja
–También lo vi obligando a un chico a vestir de sirvienta para él –agregó la Futuros Locos.
La ceja de Hyro ascendió aún más.
–Ah, y cómo olvidar lo de su calabozo sexual de las mil puertas…
–No digas más –cortó el brujo.
La cuasividente se encogió de hombros.
–Bueno, usted se lo pierde.
–No, no entiendes –repuso Hyro, y tomó asiento frente al puesto de Agatha–. Necesito que dejes de perder el tiempo y me muestres todo eso con tu juguete. –Transformó sus labios en una sonrisa lobuna–. Te pagaré muy bien –ronroneó.
–¡Meaw! –contestó un gato negro, que usaba una máscara de gato igual que el resto de los tripulantes felinos.
La mausu tachó el último nombre de su lista y luego se volteó para fijar la mirada en el horizonte, hacia donde se dirigían en barco a través del desierto.
Por supuesto, el barco por sí solo no podía surcar las arenas. Para moverse, fue empleado un maravilloso plan de ingeniería avanzada que consistía en tener un dragón adelante tirando del ancla para arrastrar el barco tras de sí. No era muy veloz, pero al menos se movía. Según los cálculos, cruzarían todo el Arenal de Roilkat en apenas unos 124235124152351 días. Afortunadamente, eso no era necesario. No estaban allí para navegar sino para enfrentarse a cierta amenaza amenazante y amenazadora.
–Azúcar –llamó a unos de los gatos–, ¿tienes algún plan mejor que el mío? –El silencio del gato fue su respuesta–. Sí, eso imaginé. Así que espero que no vuelvas a quejarte. –La mausu empuñó su báculo y examinó el artilugio metálico ubicado en una de las puntas–. Repasemos el plan –dijo mientras hacía unos últimos ajustes a su arma–. Debemos eliminar a varios…
Un gato maulló, interrumpiéndola.
–Lo sé –asintió la mausu–, pero no tenemos otra opción. Recuerda que vamos a enfrentar específicamente a unos…
–Miau miau –intervino otro minino. La mausu frunció el ceño, preocupada.
–Tienes razón –murmuró–. No había pensado en eso, y no sé cómo pude haberlo pasado por alto cuando ese detalle es esencial cuando nuestros enemigos son los…
El barco se sacudió, alarmando a la mayoría de sus tripulantes. Muchos gatos empezaron a correr en círculos mientras que otro se fue a perseguir la bola de estambre que andaba rodando por el lugar. La mausu se mantuvo en su posición y, sin ningún rastro de temor en su rostro, encaró a lo que había subido a su barco.
–No eres tan temible –observó la mausu–, a pesar de que eres uno de los…
–¿Y esto qué tiene que ver con Rauko? –se quejó Hyro, y la visión se desvaneció.
–Tal vez estaba a punto de aparecer –replicó Futuros Locos–, pero ya no lo sabremos porque me hiciste perder la sintonía.
–Patrañas. Eso solo se trataba de una mausu aventurera preparándose para luchar contra unos…
–Vale, vale, intentemos de nuevo.
El hombre empezó a correr en el mismo instante en que la vio entrar por la ventana. Corrió, sabiendo que detenerse sería su final. Derribó la puerta al final del pasillo, avanzó por la habitación, tomó la espada que colgaba en la pared y se volteó para enfrentarse a la asesina.
Ella entró con calma, su rostro inexpresivo, sus ojos fríos puestos sobre quien era su objetivo.
–No sé cuánto te habrán pagado –dijo el hombre–, pero puedo ofrecerte el doble si me dejas en paz.
Él mismo sabía que no tenía sentido. Cuando la Muerte Blanca iba tras alguien, ya no había salvación para esa persona. Así que ¿qué quería lograr? ¿Retrasar patéticamente lo inevitable? Absurdo. Aun así, no quería morir, por lo que concluyó que solo había un camino para él: luchar.
Cuando la asesina ignoró la oferta al dar otro paso al frente, el sujeto se lanzó hacia ella. Realizó una estocada, cada parte de su cuerpo moviéndose con rapidez, a la perfección, pero la asesina respondió con el mismo ataque, replicándolo como un espejo. Las puntas de las armas de ambos se encontraron, y el espadachín retrocedió de inmediato, anonadado.
–¿Cómo…? –Se interrumpió el sujeto. No era momento para hablar con la muerte.
Realizó una rápida sucesión de ataques, empleando todas las técnicas que hizo suyas mediante un arduo entrenamiento. Y la asesina, sin ninguna dificultad, logró replicarlas al instante. El espadachín nunca se había sentido tan humillado como en ese momento.
Entonces, cuando por fin encontró una posible explicación a la habilidad de la chica, decidió atacarla con una técnica que él no había usado nunca antes. Algo nuevo, algo pensado en ese mismo momento. Dio un paso al frente y alzó la espada.
Y la asesina cercenó sus manos en un rápido movimiento. Él ni siquiera alcanzó a gritar antes de que ella también le esbozara una herida profunda en la garganta.
Luego de que él se derrumbara y empezara a ahogarse con su propia sangre, la asesina limpió sus armas con la ropa de su víctima, sin ninguna prisa. Sopesó la idea de dar una muerte rápida, pero consideró que no valía el esfuerzo. Después se acercó a la ventana de la habitación, apoyó los codos en el marco y contempló el cielo nocturno, esperando.
De pronto un pequeño recuadro blanco emergió en el borde de la visión, por la zona inferior derecha. En él estaba la imagen estática de una mujer atractiva, que usaba poca ropa y estaba en una pose sugerente, acompañada por un texto que decía: «Hay maduras calientes a 5 calles de tu ubicación».
–Ay, caray, eso sí me interesa –asintió Hyro.
–No, no, no, no, ¡no! –dijo Futuros Locos, alarmada. Hyro no comprendió hasta que vio que toda la esfera se llenaba de más recuadros con anuncios.
«La base de hechizos antimagia corruptiva… ha sido actualizada», dijo una sensual voz emitida por la esfera.
–Excelente –suspiró Hyro, aburrido–. Ahora vuelve a intentar hacer lo que se supone que debes hacer –le pidió a Agatha.
El pequeño y delicado pie del niño, tan blanquito, aseado y de piel suavecita, se encontró con una piedra y provocó un aparatoso descenso del resto del cuerpo.
–Ya se mató el pelele este –dijo uno de los dos niños que le acompañaban, sin rastro de preocupación en su voz.
–¿Otra vez? –se quejó el tercero–. Si estropeó el regalo, él solito se encargará de buscar otro. Yo ya hice demasiado ayudándole.
–Pero si no has hecho nada para ayudar.
–¡Que ya hice demasiado ayudándole, dije!
El torpe se levantó, miró el objeto que cargaba en su mano. Al verlo intacto, suspiró con alivio y reanudó la caminata. Los otros dos le siguieron en silencio, hasta que finalmente vieron el pequeño carrito que servía de taller ambulante.
–¿Estará dentro? –se preguntó el torpe.
–Déjame ver –dijo el tercer chico, agarró una piedra y la arrojó con todas sus fuerzas hacia la ventanita del carro, destruyéndola.
–¡¿Pero qué haces?!
–Parece que no está. De otro modo, ella ya habría salido a arrear nuestras nalgas.
–¿Cómo que arrear nuestras nalgas? –murmuró el segundo chico, la frente arrugada por la incomprensión.
Tras una breve discusión innecesaria, entraron en el carro. El torpe dejó sobre una mesita lo que llevaba en las manos: un collar hecho por él mismo. Y cuando se dio la vuelta, dio un respingo al ver a la elfa en la entrada.
–¿Qué hacen aquí y qué pasó con mi ventana? –inquirió ella.
–Ay, señorita –gimió el tercer chico mientras gesticulaba con teatralidad–. Aparecieron lobos por todas partes y tuvimos que refugiarnos aquí. Y de pronto ¡oh, por la barba del bebé barbudo! La tragedia. ¡La desgracia!
–Él rompió su ventana, señora –acusó el segundo, indiferente. El tercero le dirigió una mirada ceñuda.
–No me simpatizas.
–Lo lamentamos –dijo el torpe, nervioso, y se inclinó ante la elfa–. Prometemos que le pagaremos.
–Espera, ¿cómo que pagaremos? Yo ya hice demasiado ayudándote.
–Pero si no has hecho nada para ayudar –indicó el segundo.
–¡Que ya hice demasiado ayudándole, dije!
–¿Así de mal piensas tratar a Aradia? –le recriminó el torpe.
–Pero yo… –Sus labios se movieron, pero no emitieron palabra alguna. Entonces agachó la cabeza–. Es verdad. Perdón, señorita –musitó.
La elfa los observó detenidamente. Al cabo de unos segundos finalmente reconoció a uno.
–Tú… eres aquel niño, ¿no? –dijo. Los tres asintieron, y el torpe lo hizo vehementemente.
–Síp –contestó este último–, así que ya debe saber a qué vine.
–Sí, claro… –Asintió con la cabeza–. Esto... No, la verdad no –admitió en un susurro teñido de vergüenza.
El torpe tomó el collar y se lo entregó a la elfa.
–Esa vez no pude hacerlo –recordó el torpe–, y por obvias razones. Así que, una vez que sané por completo, me dispuse a buscarla y agradecerle.
–Esto… No hacía falta.
–¡Claro que sí! Usted se arriesgó para ayudarme, aunque no tenía nada que ganar. Terminó recibiendo una maldición, incluso. Pero, aun así, me salvó. Usted es mi heroína.
–Yo… –Contrajo los labios–. No soy una heroína.
–Para mí lo es –declaró, obsequiándole una sonrisa sincera.
Unos segundos después, el tercer niño dijo:
–Sí, bueno, misión cumplida. Pero ahora ¿alguien tiene alguna mínima idea de cómo rayos vamos a regresar a casa?
–No sabes cuánto admiro tu talento para arruinar el momento –comentó con tono sarcástico el segundo niño.
Toda la imagen se desvaneció. Futuros Locos alzó la mirada hacia Hyro, y descubrió entonces que él ya no estaba. El brujo se había marchado cuando concluyó que Agatha no le daría lo que quería. En vez de seguir husmeando futuros ajenos, Hyro prefirió averiguar lo que había a cinco calles de distancia.
–Sí, casi se muere por beber leche caliente.
Hyro miró al instante a la chica y enarcó una ceja
–También lo vi obligando a un chico a vestir de sirvienta para él –agregó la Futuros Locos.
La ceja de Hyro ascendió aún más.
–Ah, y cómo olvidar lo de su calabozo sexual de las mil puertas…
–No digas más –cortó el brujo.
La cuasividente se encogió de hombros.
–Bueno, usted se lo pierde.
–No, no entiendes –repuso Hyro, y tomó asiento frente al puesto de Agatha–. Necesito que dejes de perder el tiempo y me muestres todo eso con tu juguete. –Transformó sus labios en una sonrisa lobuna–. Te pagaré muy bien –ronroneó.
–¡Meaw! –contestó un gato negro, que usaba una máscara de gato igual que el resto de los tripulantes felinos.
La mausu tachó el último nombre de su lista y luego se volteó para fijar la mirada en el horizonte, hacia donde se dirigían en barco a través del desierto.
Por supuesto, el barco por sí solo no podía surcar las arenas. Para moverse, fue empleado un maravilloso plan de ingeniería avanzada que consistía en tener un dragón adelante tirando del ancla para arrastrar el barco tras de sí. No era muy veloz, pero al menos se movía. Según los cálculos, cruzarían todo el Arenal de Roilkat en apenas unos 124235124152351 días. Afortunadamente, eso no era necesario. No estaban allí para navegar sino para enfrentarse a cierta amenaza amenazante y amenazadora.
–Azúcar –llamó a unos de los gatos–, ¿tienes algún plan mejor que el mío? –El silencio del gato fue su respuesta–. Sí, eso imaginé. Así que espero que no vuelvas a quejarte. –La mausu empuñó su báculo y examinó el artilugio metálico ubicado en una de las puntas–. Repasemos el plan –dijo mientras hacía unos últimos ajustes a su arma–. Debemos eliminar a varios…
Un gato maulló, interrumpiéndola.
–Lo sé –asintió la mausu–, pero no tenemos otra opción. Recuerda que vamos a enfrentar específicamente a unos…
–Miau miau –intervino otro minino. La mausu frunció el ceño, preocupada.
–Tienes razón –murmuró–. No había pensado en eso, y no sé cómo pude haberlo pasado por alto cuando ese detalle es esencial cuando nuestros enemigos son los…
El barco se sacudió, alarmando a la mayoría de sus tripulantes. Muchos gatos empezaron a correr en círculos mientras que otro se fue a perseguir la bola de estambre que andaba rodando por el lugar. La mausu se mantuvo en su posición y, sin ningún rastro de temor en su rostro, encaró a lo que había subido a su barco.
–No eres tan temible –observó la mausu–, a pesar de que eres uno de los…
–¿Y esto qué tiene que ver con Rauko? –se quejó Hyro, y la visión se desvaneció.
–Tal vez estaba a punto de aparecer –replicó Futuros Locos–, pero ya no lo sabremos porque me hiciste perder la sintonía.
–Patrañas. Eso solo se trataba de una mausu aventurera preparándose para luchar contra unos…
–Vale, vale, intentemos de nuevo.
El hombre empezó a correr en el mismo instante en que la vio entrar por la ventana. Corrió, sabiendo que detenerse sería su final. Derribó la puerta al final del pasillo, avanzó por la habitación, tomó la espada que colgaba en la pared y se volteó para enfrentarse a la asesina.
Ella entró con calma, su rostro inexpresivo, sus ojos fríos puestos sobre quien era su objetivo.
–No sé cuánto te habrán pagado –dijo el hombre–, pero puedo ofrecerte el doble si me dejas en paz.
Él mismo sabía que no tenía sentido. Cuando la Muerte Blanca iba tras alguien, ya no había salvación para esa persona. Así que ¿qué quería lograr? ¿Retrasar patéticamente lo inevitable? Absurdo. Aun así, no quería morir, por lo que concluyó que solo había un camino para él: luchar.
Cuando la asesina ignoró la oferta al dar otro paso al frente, el sujeto se lanzó hacia ella. Realizó una estocada, cada parte de su cuerpo moviéndose con rapidez, a la perfección, pero la asesina respondió con el mismo ataque, replicándolo como un espejo. Las puntas de las armas de ambos se encontraron, y el espadachín retrocedió de inmediato, anonadado.
–¿Cómo…? –Se interrumpió el sujeto. No era momento para hablar con la muerte.
Realizó una rápida sucesión de ataques, empleando todas las técnicas que hizo suyas mediante un arduo entrenamiento. Y la asesina, sin ninguna dificultad, logró replicarlas al instante. El espadachín nunca se había sentido tan humillado como en ese momento.
Entonces, cuando por fin encontró una posible explicación a la habilidad de la chica, decidió atacarla con una técnica que él no había usado nunca antes. Algo nuevo, algo pensado en ese mismo momento. Dio un paso al frente y alzó la espada.
Y la asesina cercenó sus manos en un rápido movimiento. Él ni siquiera alcanzó a gritar antes de que ella también le esbozara una herida profunda en la garganta.
Luego de que él se derrumbara y empezara a ahogarse con su propia sangre, la asesina limpió sus armas con la ropa de su víctima, sin ninguna prisa. Sopesó la idea de dar una muerte rápida, pero consideró que no valía el esfuerzo. Después se acercó a la ventana de la habitación, apoyó los codos en el marco y contempló el cielo nocturno, esperando.
De pronto un pequeño recuadro blanco emergió en el borde de la visión, por la zona inferior derecha. En él estaba la imagen estática de una mujer atractiva, que usaba poca ropa y estaba en una pose sugerente, acompañada por un texto que decía: «Hay maduras calientes a 5 calles de tu ubicación».
–Ay, caray, eso sí me interesa –asintió Hyro.
–No, no, no, no, ¡no! –dijo Futuros Locos, alarmada. Hyro no comprendió hasta que vio que toda la esfera se llenaba de más recuadros con anuncios.
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«La base de hechizos antimagia corruptiva… ha sido actualizada», dijo una sensual voz emitida por la esfera.
–Excelente –suspiró Hyro, aburrido–. Ahora vuelve a intentar hacer lo que se supone que debes hacer –le pidió a Agatha.
El pequeño y delicado pie del niño, tan blanquito, aseado y de piel suavecita, se encontró con una piedra y provocó un aparatoso descenso del resto del cuerpo.
–Ya se mató el pelele este –dijo uno de los dos niños que le acompañaban, sin rastro de preocupación en su voz.
–¿Otra vez? –se quejó el tercero–. Si estropeó el regalo, él solito se encargará de buscar otro. Yo ya hice demasiado ayudándole.
–Pero si no has hecho nada para ayudar.
–¡Que ya hice demasiado ayudándole, dije!
El torpe se levantó, miró el objeto que cargaba en su mano. Al verlo intacto, suspiró con alivio y reanudó la caminata. Los otros dos le siguieron en silencio, hasta que finalmente vieron el pequeño carrito que servía de taller ambulante.
–¿Estará dentro? –se preguntó el torpe.
–Déjame ver –dijo el tercer chico, agarró una piedra y la arrojó con todas sus fuerzas hacia la ventanita del carro, destruyéndola.
–¡¿Pero qué haces?!
–Parece que no está. De otro modo, ella ya habría salido a arrear nuestras nalgas.
–¿Cómo que arrear nuestras nalgas? –murmuró el segundo chico, la frente arrugada por la incomprensión.
Tras una breve discusión innecesaria, entraron en el carro. El torpe dejó sobre una mesita lo que llevaba en las manos: un collar hecho por él mismo. Y cuando se dio la vuelta, dio un respingo al ver a la elfa en la entrada.
–¿Qué hacen aquí y qué pasó con mi ventana? –inquirió ella.
–Ay, señorita –gimió el tercer chico mientras gesticulaba con teatralidad–. Aparecieron lobos por todas partes y tuvimos que refugiarnos aquí. Y de pronto ¡oh, por la barba del bebé barbudo! La tragedia. ¡La desgracia!
–Él rompió su ventana, señora –acusó el segundo, indiferente. El tercero le dirigió una mirada ceñuda.
–No me simpatizas.
–Lo lamentamos –dijo el torpe, nervioso, y se inclinó ante la elfa–. Prometemos que le pagaremos.
–Espera, ¿cómo que pagaremos? Yo ya hice demasiado ayudándote.
–Pero si no has hecho nada para ayudar –indicó el segundo.
–¡Que ya hice demasiado ayudándole, dije!
–¿Así de mal piensas tratar a Aradia? –le recriminó el torpe.
–Pero yo… –Sus labios se movieron, pero no emitieron palabra alguna. Entonces agachó la cabeza–. Es verdad. Perdón, señorita –musitó.
La elfa los observó detenidamente. Al cabo de unos segundos finalmente reconoció a uno.
–Tú… eres aquel niño, ¿no? –dijo. Los tres asintieron, y el torpe lo hizo vehementemente.
–Síp –contestó este último–, así que ya debe saber a qué vine.
–Sí, claro… –Asintió con la cabeza–. Esto... No, la verdad no –admitió en un susurro teñido de vergüenza.
El torpe tomó el collar y se lo entregó a la elfa.
–Esa vez no pude hacerlo –recordó el torpe–, y por obvias razones. Así que, una vez que sané por completo, me dispuse a buscarla y agradecerle.
–Esto… No hacía falta.
–¡Claro que sí! Usted se arriesgó para ayudarme, aunque no tenía nada que ganar. Terminó recibiendo una maldición, incluso. Pero, aun así, me salvó. Usted es mi heroína.
–Yo… –Contrajo los labios–. No soy una heroína.
–Para mí lo es –declaró, obsequiándole una sonrisa sincera.
Unos segundos después, el tercer niño dijo:
–Sí, bueno, misión cumplida. Pero ahora ¿alguien tiene alguna mínima idea de cómo rayos vamos a regresar a casa?
–No sabes cuánto admiro tu talento para arruinar el momento –comentó con tono sarcástico el segundo niño.
Toda la imagen se desvaneció. Futuros Locos alzó la mirada hacia Hyro, y descubrió entonces que él ya no estaba. El brujo se había marchado cuando concluyó que Agatha no le daría lo que quería. En vez de seguir husmeando futuros ajenos, Hyro prefirió averiguar lo que había a cinco calles de distancia.
(☞°∀°)☞ OFFROL ☜(°∀°☜)
Otra historia para Aradia =)
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Re: [Evento] Destinos Entrelazados
Taliesin Skatha Sáb Ene 09 2021, 23:52
Reconocía a las protagonistas en aquellas visiones, pero no eran las que esperaba. Comenzaba a comprender que no vería lo que le había solicitado a la vidente, pero que no por ello la información que estaba obteniendo era menos importante. ¿Sería real? Sin decir nada, sacó unas monedas más de su bolsillo y las colocó frente a la vidente. Volvió a mirar en el interior de la bola de cristal.
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Para él, todas las noches eran iguales. Grises. Solitarias. Aterradoras. Se desplazaba como un cuerpo sin vida por las tierras de Aerandir, alimentándose lo justo para sobrevivir. Esperando sólo la llegada de un día más.
Cuando el cielo clareaba, se encerraba en un granero, en una grieta, en un sótano; y sólo entonces sus labios se curvaban en una sonrisa al tumbarse sobre el frío suelo. En esas horas de forzada reclusión, su cabeza se llenaba de imágenes imparables. Se superponían, se confundían, y contaban historias de su pasado y su futuro. Visualizaba escenas con una nitidez que se confundía con la realidad, y se convencía de que eran ciertas.
Muchas noches llegaba a recordar que era un Dios. Sus seguidores venían a implorar a sus pies, y le dejaban mil manjares y sacrificios. Cuando extendía una mano, la sangre caía directamente sobre sus dedos como de un manantial invisible. Su hambre se satisfacía con aquella visión, pero pronto se daba cuenta de que aquello era una farsa. Él no era un Dios. Un miedo irracional, la clase de miedo que se encuentra en las pesadillas, le recorría entonces. Los que se decían sus seguidores le harían daño a él para intentar sacar de su cuerpo al Dios. Le quitarían sus recuerdos. Y sus recuerdos eran todo lo que le quedaba, su razón de ser.
Otras noches se encontraba en una cueva. Sus ojos habituados a la oscuridad identificaban cada resquicio, y sus dedos reconocían cada grieta de las paredes. La familiaridad era reconfortante hasta que, al caminar siguiendo las paredes, se daba cuenta de que estaba encerrado. Huesos de niños yacían en el suelo junto a él, y el vampiro sólo podía arrodillarse junto a ellos y llorar.
Era en aquel momento cuando, fuera cual fuera el sueño, ocurría lo que el vampiro esperaba cada noche, lo que su mente pedía a gritos con desesperación. Cuando más la necesitaba, una mano le asía la suya con fuerza y le llevaba lejos. Inmediatamente sabía quién era la que tiraba de él: Zöe. Con el tacto de su piel fría, la mente del vampiro se llenaba de agradecimiento, de una calma reconfortante, de amor. En aquel instante se habría puesto de rodillas para pedirle a Zöe que no lo dejara nunca, si ella no tirara con tanta insistencia. Lo llevaba a una cabaña con un pequeño huerto, a un lugar en el que podía abrazarla y calmar su corazón desbocado, sus miedos.
Durante unos breves minutos, todo se quedaba así, en silencio; un silencio que era su razón de ser. Quería hablar y contarle tantas cosas. Quería preguntarle dónde estaba, asegurarse de que estuviera bien. Explicarle que había huido de Sacrestic, que llevaba mucho tiempo andando y no reconocía dónde estaba. Prometerle que seguiría vagando cada noche hasta encontrarla. Pero no quería romper el silencio. Observaban el cielo estrellado, comprendiéndose y acompañándose. Habría deseado que aquel momento durara para siempre.
De golpe el sol rompía el horizonte.
Y Dag despertaba en el suelo, solo.
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Para él, todas las noches eran iguales. Grises. Solitarias. Aterradoras. Se desplazaba como un cuerpo sin vida por las tierras de Aerandir, alimentándose lo justo para sobrevivir. Esperando sólo la llegada de un día más.
Cuando el cielo clareaba, se encerraba en un granero, en una grieta, en un sótano; y sólo entonces sus labios se curvaban en una sonrisa al tumbarse sobre el frío suelo. En esas horas de forzada reclusión, su cabeza se llenaba de imágenes imparables. Se superponían, se confundían, y contaban historias de su pasado y su futuro. Visualizaba escenas con una nitidez que se confundía con la realidad, y se convencía de que eran ciertas.
Muchas noches llegaba a recordar que era un Dios. Sus seguidores venían a implorar a sus pies, y le dejaban mil manjares y sacrificios. Cuando extendía una mano, la sangre caía directamente sobre sus dedos como de un manantial invisible. Su hambre se satisfacía con aquella visión, pero pronto se daba cuenta de que aquello era una farsa. Él no era un Dios. Un miedo irracional, la clase de miedo que se encuentra en las pesadillas, le recorría entonces. Los que se decían sus seguidores le harían daño a él para intentar sacar de su cuerpo al Dios. Le quitarían sus recuerdos. Y sus recuerdos eran todo lo que le quedaba, su razón de ser.
Otras noches se encontraba en una cueva. Sus ojos habituados a la oscuridad identificaban cada resquicio, y sus dedos reconocían cada grieta de las paredes. La familiaridad era reconfortante hasta que, al caminar siguiendo las paredes, se daba cuenta de que estaba encerrado. Huesos de niños yacían en el suelo junto a él, y el vampiro sólo podía arrodillarse junto a ellos y llorar.
Era en aquel momento cuando, fuera cual fuera el sueño, ocurría lo que el vampiro esperaba cada noche, lo que su mente pedía a gritos con desesperación. Cuando más la necesitaba, una mano le asía la suya con fuerza y le llevaba lejos. Inmediatamente sabía quién era la que tiraba de él: Zöe. Con el tacto de su piel fría, la mente del vampiro se llenaba de agradecimiento, de una calma reconfortante, de amor. En aquel instante se habría puesto de rodillas para pedirle a Zöe que no lo dejara nunca, si ella no tirara con tanta insistencia. Lo llevaba a una cabaña con un pequeño huerto, a un lugar en el que podía abrazarla y calmar su corazón desbocado, sus miedos.
Durante unos breves minutos, todo se quedaba así, en silencio; un silencio que era su razón de ser. Quería hablar y contarle tantas cosas. Quería preguntarle dónde estaba, asegurarse de que estuviera bien. Explicarle que había huido de Sacrestic, que llevaba mucho tiempo andando y no reconocía dónde estaba. Prometerle que seguiría vagando cada noche hasta encontrarla. Pero no quería romper el silencio. Observaban el cielo estrellado, comprendiéndose y acompañándose. Habría deseado que aquel momento durara para siempre.
De golpe el sol rompía el horizonte.
Y Dag despertaba en el suelo, solo.
Taliesin Skatha
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Re: [Evento] Destinos Entrelazados
Othel Lun Ene 11 2021, 14:58
Con este post doy por finalizado el evento, e iré dando las recompensas. Incluiré en un spoiler el desglose de puntos, ante la posibilidad de que me haya equivocado al contar o, más probable, que se hayan mezclado, hay muchos posts y los conté a trompicones.
En cualquier caso, me alegra ver que mucha gente ha participado, especialmente gente que rara vez veo en eventos o que postean poco. Además, algunos han hecho tantos posts como todo el resto juntos, en lo que quiero pensar que es entusiasmoy no farmeo.
Ahora, lo que esperáis:
Twistedtale recibe 7xp y 70 aeros
Eiz recibe 5xp y 50 aeros
Hazel recibe 17xp y 170 aeros
Nayru recibe 5xp y 50aeros
Raymond recibe 5xp y 50 aeros
Valyria recibe 9xp y 90 aeros
Anders recibe 17xp y 170 aeros
Bio recibe 11xp y 110 aeros
Alisha recibe 5xp y 50 aeros
Zöe recibe 5 xp y 50 aeros
Sango recibe 7xp y 70 aeros
Rauko recibe 11xp y 110 aeros
Maga recibe 9xp y 90 aeros
Aylizz recibe 5xp y 50 aeros
Nousis recibe 5xp y 50 aeros
Vincent recibe 12xp y 120 aeros
Destino recibe 5xp y 50 aeros
Reike recibe 6xp y 60 aeros
Elian recibe 5xp y 50 aeros
Aradia recibe 5xp y 50 aeros
Alward recibe 5xp y 50 aeros
Taliesin recibe 9xp y 90 aeros.
Feliz año a todos, y no os gastéis todos estos aeros de golpe.
Nos leemos
En cualquier caso, me alegra ver que mucha gente ha participado, especialmente gente que rara vez veo en eventos o que postean poco. Además, algunos han hecho tantos posts como todo el resto juntos, en lo que quiero pensar que es entusiasmo
Ahora, lo que esperáis:
Twistedtale recibe 7xp y 70 aeros
Eiz recibe 5xp y 50 aeros
Hazel recibe 17xp y 170 aeros
Nayru recibe 5xp y 50aeros
Raymond recibe 5xp y 50 aeros
Valyria recibe 9xp y 90 aeros
Anders recibe 17xp y 170 aeros
Bio recibe 11xp y 110 aeros
Alisha recibe 5xp y 50 aeros
Zöe recibe 5 xp y 50 aeros
Sango recibe 7xp y 70 aeros
Rauko recibe 11xp y 110 aeros
Maga recibe 9xp y 90 aeros
Aylizz recibe 5xp y 50 aeros
Nousis recibe 5xp y 50 aeros
Vincent recibe 12xp y 120 aeros
Destino recibe 5xp y 50 aeros
Reike recibe 6xp y 60 aeros
Elian recibe 5xp y 50 aeros
Aradia recibe 5xp y 50 aeros
Alward recibe 5xp y 50 aeros
Taliesin recibe 9xp y 90 aeros.
Feliz año a todos, y no os gastéis todos estos aeros de golpe.
Nos leemos
- Desglose:
- Twistedtale le ha hecho su primera historia a Lixis, +5xp y 50 aeros
También le ha dedicado una historia a Bio, por primera vez, +2xp y 20 aeros
Eiz le ha hecho a su primera historia a Sashenka, +5xp y 50 aeros
Zel…digo Hazel, le ha hecho su primera historia a Kyravann, +5xp y 50 aeros.
También ha culpado a Nousis con su historia, por primera vez, +2xp y 20 aeros
Y culpado a Rauko de arruinar un cuento infantil, por primera vez, +2xp y aeros
Y otra para Bio, la segunda, +1xp y 10 aeros
Y otra para Vincent, la cuarta si no cuento mal, +1xp y 10 aeros
Y otra a Fredericksen, por primera vez, +2xp y 20 aeros
Y otra a Aradia, por primera vez, +2xp y 20 aeros.
Y otra a Reike, la tercera, +1xp y 10 aeros.
Y otra a Maga, la tercera, +1xp y 10 aeros.
Nayru le ha hecho su primera historia a Anders, +5xp y 50 aeros
Raymond le ha hecho su primera historia a Zoe, +5xp y 50 aeros
Valyria le ha hecho su primera historia a Anders, +5xp y 50 aeros
También le ha dedicado una historia a Vincent, por primera vez, +2xp y 20 aeros
Y otra a Rauko, la cuarta, +1xp y 10 aeros
Y otra a Nousis, la segunda, +1xp y 10 aeros
Anders le ha hecho su primera historia a Nayru, +5xp y 50 aeros
También le ha dedicado una historia a Naharu por primera vez, +2xp y 20 aeros
Y otra a Alisha, por primera vez, +2xp y 20 aeros.
Y otra a Matt, por primera vez, +2xp y 20 aeros.
Y otra a Eilydh, por primera vez, +2xp y 20 aeros
Y otra a Eltrant, por primera vez, +2xp y 20 aeros
Y otra a Asher, por primera vez, +2xp y 20 aeros
Bio le ha hecho su primera historia a Fufu, 5xp y 50 aeros.
Y le ha hecho una segunda historia a Vincent, recibiendo 1xp y 10 aeros
Y otra a Reike, por primera vez, +2xp y 20 aeros
Y otra a Valyria, por primera vez, +2xp y 20 aeros
Y otra a Zelas, la segunda, +1xp y 10 aeros
Alisha le ha hecho su primera historia a Twistedtale, +5xp y 50 aeros
Zöe le ha hecho su primera historia a Raymond, 5xp y 50 aeros.
Sango le ha hecho su primera historia a Niun, 5xp y 50 aeros.
Y otra a Huracán, por primera vez, +2xp y 20 aeros.
Rauko le ha hecho su primera historia a Zelas, 5xp y 50 aeros.
Y otra a Ryuu, por primera vez, +2xp y 20 aeros.
Y otra a Alward, por primera vez, +2xp y 20 aeros.
Y otra a…todos los personajes de Aradia, y Christelle no tenia, así que, +2xp y 20 aeros.
Maga le ha hecho su primera historia a Reike, 5xp y 50 aeros.
Y otra a Destino, por primera vez, +2xp y 20 aeros.
Y otra a dos personas, pero Wood no tiene historia aun así que… +2xp y 20 aeros.
Aylizz le ha hecho su primera historia a Iori, 5xp y 50 aeros.
Nousis le ha hecho su primera historia a Tarek, 5xp y 50 aeros.
Vincent le ha hecho su primera historia a Níniel, 5xp y 50 aeros.
Y otra a Reike, la segunda, +1xp y 10 aeros
Y otra a Elen, por primera vez, +2xp y 20 aeros.
Y otra a Bio, la tercera, +1xp y 10 aeros.
Y otra a Rauko, la tercera, +1xp y 10 aeros
Y otra a Alisha, la segunda, +1xp y 10 aeros
Y otra a Alward, la segunda, +1xp y 10 aeros
Destino le ha hecho su primera historia a Maga, 5xp y 50 aeros.
Reike le ha hecho su primera historia a Rauko (Xana), +5xp y 50 aeros
Y otra a Bio+Maga, ambos con historias, +1xp y 10 aeros
Elian le ha hecho su primera historia a Vincent, +5xp y 50 aeros
Aradia le ha hecho su primera historia a Destino, 5xp y 50 aeros.
Alward le ha hecho su primera historia a Sashenka, 5xp y 50 aeros.
Taliesin le ha hecho su primera historia a Zöe (su acompañante técnicamente), +5xp y 50 aeros
Y otra a Helena, por primera vez, +2xp y 20 aeros
Y otra a Dag Thorlák, por primera vez, +2xp y 20 aeros
Othel
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