The Storm before the calm [privado][Cerrado]
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The Storm before the calm [privado][Cerrado]
Había pasado un tiempo desde los problemas con la tribu de hombres conejo, sin contar que aun debía solucionar el problema con la dark order para que dejaran de perseguirle y recuperar su nombre, Hazelas decidió separarse momentáneamente de Eve y asentarse en Vulwulfar, envió una decena de mensajes con cuervos mensajeros hacia los pocos conocido que tenia y que no había visto en un buen tiempo, el mensaje decía algo bajo las líneas de:
Si este cuervo te encuentra significa que sigues vivo, felicitaciones!, el bandido trueno te espera en la ciudad de wulvul... vulfur... Vulwulfar, ja a la primera!, en fin, el bandido trueno necesita de vuestra ayuda, encuéntrenme en la ciudad, cargo una espada ridículamente grande, me identificaran enseguida.
pd: hay aeros involucrados
pd2: lo siento tenia que llenar el mínimo de caracteres o el cuervo me salía mas caro(?)
Así, Hazel, anteriormente Zelas espero y espero y espero, todo podía salir maravillosamente bien o podía salir horriblemente mal, había hecho amigos y enemigos por igual, aunque siempre los últimos parecían encontrarle mejor que los primeros. -Bueno, iré a la taberna mas cercana y beberé hasta que alguien llegue- exclamo, así habían pasado ya 2 meses desde que habia enviado los cuervos, perdiendo esperanza de que alguien de sus antiguos amigos se apareciera.
Si este cuervo te encuentra significa que sigues vivo, felicitaciones!, el bandido trueno te espera en la ciudad de wulvul... vulfur... Vulwulfar, ja a la primera!, en fin, el bandido trueno necesita de vuestra ayuda, encuéntrenme en la ciudad, cargo una espada ridículamente grande, me identificaran enseguida.
pd: hay aeros involucrados
pd2: lo siento tenia que llenar el mínimo de caracteres o el cuervo me salía mas caro(?)
Así, Hazel, anteriormente Zelas espero y espero y espero, todo podía salir maravillosamente bien o podía salir horriblemente mal, había hecho amigos y enemigos por igual, aunque siempre los últimos parecían encontrarle mejor que los primeros. -Bueno, iré a la taberna mas cercana y beberé hasta que alguien llegue- exclamo, así habían pasado ya 2 meses desde que habia enviado los cuervos, perdiendo esperanza de que alguien de sus antiguos amigos se apareciera.
Última edición por Hazel Wind el Dom Dic 19 2021, 04:39, editado 2 veces (Razón : Reike no me dejo hacerlo libre XDD)
Zelas Hazelmere
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Re: The Storm before the calm [privado][Cerrado]
Y... ahí estaba, nuevamente pisando otra ciudad, aunque esta vez la razón iba más allá de mi idea de viajar. Me encontraba en un fabuloso pueblo cerca de las costas sureñas cuando la llegada de un cuervo, seguido de un mensaje bastante peculiar me hizo pensar dos cosas: la primera sin duda alguna es que la había escrito un maldito loco, la segunda, ya mucho más entusiasmada con la idea de tener un aventura, y quizás dinero, pues mi economía iba cada vez más en descenso, se atenía a la posibilidad de ganar dinero.
Con esa idea en mente, mi optimismo, carisma, y un saco que tenía por bolsa de viaje, emprendí mi rumbo a paso de vencedores, pues no mentía cuando decía que era incapaz de pagar un transporte, a la movida Vulwulfar.
Me tomó aproxidamente un par de meses llegar, pero finalmente los aromas del lugar comenzaban a embriagarme. La verdad para este punto de mi llegada me preguntaba cómo demonios iba a encontrar a ese demente, es decir, sólo había dicho que tendría una espada ridículamente grande. - ¿Acaso espera que lo busque por toda la ciudad? - Pensé en voz alta, algo frustrada conmigo misma, me di cuenta que el impulso por salir de donde estaba no me había hecho caer en cuenta de mi torpeza.
Aún conservaba unas pocas monedas, y la verdad tenía un hambre de bestia, seguramente con mi barriga llena podría pensar mejor qué hacer. Respiré profundo, y guiada por mis excelentes piernas, caminé hacia la taberna más cercana. Deseaba un buen trozo de carne o guisado caliente, algo que al menos estuviera sazonado decente, si bien me gustaba acampar, comienzas a extrañar la comida casera, al menos cuando tus dotes culinarios no son precisamente los de una dama.
Iba refunfuñando entre gruñidos por todo el camino, algunas veces insultando al emisario de dicha carta u otras insultándome a mi misma, el punto era que estaba tan concentrada en ello cuando entré a ese lugar que le pareció idóneo a mi olfato para comer que sólo seguí de largo hacia la barra.
Con esa idea en mente, mi optimismo, carisma, y un saco que tenía por bolsa de viaje, emprendí mi rumbo a paso de vencedores, pues no mentía cuando decía que era incapaz de pagar un transporte, a la movida Vulwulfar.
Me tomó aproxidamente un par de meses llegar, pero finalmente los aromas del lugar comenzaban a embriagarme. La verdad para este punto de mi llegada me preguntaba cómo demonios iba a encontrar a ese demente, es decir, sólo había dicho que tendría una espada ridículamente grande. - ¿Acaso espera que lo busque por toda la ciudad? - Pensé en voz alta, algo frustrada conmigo misma, me di cuenta que el impulso por salir de donde estaba no me había hecho caer en cuenta de mi torpeza.
Aún conservaba unas pocas monedas, y la verdad tenía un hambre de bestia, seguramente con mi barriga llena podría pensar mejor qué hacer. Respiré profundo, y guiada por mis excelentes piernas, caminé hacia la taberna más cercana. Deseaba un buen trozo de carne o guisado caliente, algo que al menos estuviera sazonado decente, si bien me gustaba acampar, comienzas a extrañar la comida casera, al menos cuando tus dotes culinarios no son precisamente los de una dama.
Iba refunfuñando entre gruñidos por todo el camino, algunas veces insultando al emisario de dicha carta u otras insultándome a mi misma, el punto era que estaba tan concentrada en ello cuando entré a ese lugar que le pareció idóneo a mi olfato para comer que sólo seguí de largo hacia la barra.
Meraxes
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Re: The Storm before the calm [privado][Cerrado]
Me encontraba en un apacible paraje que colindaba con el rio Tymer. Recién había terminado un encargo como transportista, por lo que había decidido darme un ligero chapuzón en las tranquilas aguas. Había dejado mis ropas al lado del carruaje. - No hay nada mejor que esto. - Decía mientras tomaba algo de agua con mis palmas y me las llevaba a mi rostro con una evidente alegría en mi rostro.
Mi baño fue interrumpido, ya que pude notar como un ave se acercaba a mi. Por el agua que tenía al haberme sumergido en el agua no alcanzaba a distinguir qué ave era. Pero al tallarme los ojos pude ver que se trataba de un cuervo, el cual venía exclusivamente a traerme un mensaje. - Oh, ¿para mi? Que amable. - Dije para luego leer el mensaje y arquear mi ceja. - ¿Y esto? - Por un momento pensé en no prestarle demasiada atención, pero fue cuando leí el primer posdata cuando me convencieron por completo. - Bueno, ¿Quién puede rechazar algo de dinero extra?
Una vez que tenía una dirección a la cual dirigirme ahora, y después de terminar mi baño me sequé un poco y me vestí. Antes de irme acaricié un poco a mi noble corcel. Era un viaje largo hasta Vulwulfar, así que tendría que darle sus merecidos descansos a mi fiel animal acompañante. Luego de eso me subí a mi carreta, tomé las riendas y le indiqué a mi burrito que comenzara a andar.
Como lo tenía previsto, mi andar para poder llegar hasta Vulwulfar me tomó mucho tiempo, puesto que mi burro protestaba si el no lo dejaba descansar lo necesario. Era un chantajista, cuando viajo acompañado por otras personas siempre se muestra más accesible, pero conmigo siempre protesta por cualquier cosa, pero bueno... Andar con el era mucho mejor que andar a pie. Al llegar a la ciudad costera comencé a buscar mientras seguía andando en mi carruaje. Según recordaba, la seña particular era una espada ridículamente grande. Suponía que no sería una tarea tan difícil. No es común que haya espadas ridículamente grandes, o eso creo.
Luego de un rato de andar de allí a allá, decidí parar en una taberna, después de todo ya tenía algo de hambre, y quería saciar mi apetito, así como mi burrito beber algo de agua luego de la caminata por la ciudad, por lo que lo amarré a un lado del bebedero y entré en aquel lugar mientras me estiraba un poco al mismo tiempo que bostezaba, ahora creía que encontrar a alguien con la descripción dada no sería taaan sencillo como creía en un inicio.
Mi baño fue interrumpido, ya que pude notar como un ave se acercaba a mi. Por el agua que tenía al haberme sumergido en el agua no alcanzaba a distinguir qué ave era. Pero al tallarme los ojos pude ver que se trataba de un cuervo, el cual venía exclusivamente a traerme un mensaje. - Oh, ¿para mi? Que amable. - Dije para luego leer el mensaje y arquear mi ceja. - ¿Y esto? - Por un momento pensé en no prestarle demasiada atención, pero fue cuando leí el primer posdata cuando me convencieron por completo. - Bueno, ¿Quién puede rechazar algo de dinero extra?
Una vez que tenía una dirección a la cual dirigirme ahora, y después de terminar mi baño me sequé un poco y me vestí. Antes de irme acaricié un poco a mi noble corcel. Era un viaje largo hasta Vulwulfar, así que tendría que darle sus merecidos descansos a mi fiel animal acompañante. Luego de eso me subí a mi carreta, tomé las riendas y le indiqué a mi burrito que comenzara a andar.
Como lo tenía previsto, mi andar para poder llegar hasta Vulwulfar me tomó mucho tiempo, puesto que mi burro protestaba si el no lo dejaba descansar lo necesario. Era un chantajista, cuando viajo acompañado por otras personas siempre se muestra más accesible, pero conmigo siempre protesta por cualquier cosa, pero bueno... Andar con el era mucho mejor que andar a pie. Al llegar a la ciudad costera comencé a buscar mientras seguía andando en mi carruaje. Según recordaba, la seña particular era una espada ridículamente grande. Suponía que no sería una tarea tan difícil. No es común que haya espadas ridículamente grandes, o eso creo.
Luego de un rato de andar de allí a allá, decidí parar en una taberna, después de todo ya tenía algo de hambre, y quería saciar mi apetito, así como mi burrito beber algo de agua luego de la caminata por la ciudad, por lo que lo amarré a un lado del bebedero y entré en aquel lugar mientras me estiraba un poco al mismo tiempo que bostezaba, ahora creía que encontrar a alguien con la descripción dada no sería taaan sencillo como creía en un inicio.
Gaegel
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Re: The Storm before the calm [privado][Cerrado]
-Yo soy el Bandido Trueno!, necesito valientes que se unan a mi cruzada! - exclamo Hazel quien estaba ebrio y sobre una mesa, blandiendo su espada ridículamente grande. Los demás borrachos del lugar le celebraban el hecho que pudiera blandir la espada sin caerse, sin embargo, como era inevitable la mesa cedió ante el peso del no-elfo y la espada ridículamente grande que cargaba.
-Bandido trueno mis nalgas, ya es suficiente de tus desvaríos- exclamo el borracho Anacleto.
-Voy a acabar con la Dark Order, pero primero, necesito fondos para mi cruzada- respondió Hazel levantándose y apoyándose en su espada.
-Si si, ya vete- dijo al momento de sujetar a Hazel por los hombros, sin percatarse del movimiento leve de manos que hacia el no-elfo.
-Prefiero quedarme unos días mas, de paso páguese por la mesa y tráigame otra jarra de hidromiel- exclamo el rubio mientras le lanzaba una bolsa con aeros al dueño del lugar.
El dueño recibió la bolsa de aeros y se rio por lo bajo al notar un nombre bordado en la bolsa, acto seguido le hizo una seña a Anacleto para que dejara al hombre tranquilo, acto seguido Hazel se fue a una mesa que estaba cerca de la pared y apoyo su ridículamente grande espada en esta.
-Una jarra de hidromiel para el bandido trueno, no diré nada al respecto, pero tampoco me hare cargo cuando se de cuenta- dijo el dueño de la taberna dejándole la jarra y un vaso de madera.
-Tranquilo, en el peor de los casos, recibirás casi todas las bolsas de aeros que pueda encontrar- exclamo al momento que dejaba salir una risa peculiar, del tipo que profieres cuando te descubren una travesura, y así el bandido trueno seguía a la espera de aquellos a quienes había mandado a llamar.
-Bandido trueno mis nalgas, ya es suficiente de tus desvaríos- exclamo el borracho Anacleto.
-Voy a acabar con la Dark Order, pero primero, necesito fondos para mi cruzada- respondió Hazel levantándose y apoyándose en su espada.
-Si si, ya vete- dijo al momento de sujetar a Hazel por los hombros, sin percatarse del movimiento leve de manos que hacia el no-elfo.
-Prefiero quedarme unos días mas, de paso páguese por la mesa y tráigame otra jarra de hidromiel- exclamo el rubio mientras le lanzaba una bolsa con aeros al dueño del lugar.
El dueño recibió la bolsa de aeros y se rio por lo bajo al notar un nombre bordado en la bolsa, acto seguido le hizo una seña a Anacleto para que dejara al hombre tranquilo, acto seguido Hazel se fue a una mesa que estaba cerca de la pared y apoyo su ridículamente grande espada en esta.
-Una jarra de hidromiel para el bandido trueno, no diré nada al respecto, pero tampoco me hare cargo cuando se de cuenta- dijo el dueño de la taberna dejándole la jarra y un vaso de madera.
-Tranquilo, en el peor de los casos, recibirás casi todas las bolsas de aeros que pueda encontrar- exclamo al momento que dejaba salir una risa peculiar, del tipo que profieres cuando te descubren una travesura, y así el bandido trueno seguía a la espera de aquellos a quienes había mandado a llamar.
Zelas Hazelmere
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Re: The Storm before the calm [privado][Cerrado]
No sé si llamarlo destino, voluntad de los dioses o solamente muy buena suerte en esta vida. Lo que si era es que me había ahorrado, no solo días, quizás semanas de búsqueda en aquel lecho de pulgas. En letargo además de escuchar una letra peculiar de un bardo que iba algo así como . - Mi niña bonita, mi dulce princesa, me siento en las nubes cuando tu me besas...- Algo fue lo que llamó mi atención a los pocos minutos de haberme sentado cerca de la barra.
Era el show más deplorable, ridículo, y lamentable que había visto en mis tres decenios de vida, pero que sin duda alguna con semejante espada no tenía pruebas pero tampoco la menor duda que ese sujeto de cabello amarillo pollito era el hombre que estaba buscando. Curioso, los años habían cambiado su forma de vestir, la ultima vez que lo vi su cabello era sin duda más oscuro, pero conservaba aún la pena ajena que podía generar en el público presente. - Ay santa madre de dragones...- pensé, al fin y al cabo tenía que acercarme a él y terminar de comprobar las cosas.
Respiré profundo, dejé el miedo al ridículo y emprendí con pasos firmes rumbo a su mesa. Al menos estaba un poco alejada, y por los que mis finos oídos escucharon, habría bebida cortesía del "bandido del trueno", en el peor de los casos siempre podía tener comida y bebida con mi encanto. - Así que bandido del trueno eh...- Dije una vez que me sentaba justo en el asiento en frente a él. Lo observé detenidamente, buscando así alguna señal de que pudiera reconocerme y al menos llamarme por mi nombre. Mis orbes violetas lo detallaban, apoyaba uno de mis codos sobre la mesa y rascaba mi barbilla, no me acostumbraba a esa vista tan brillante de su persona, era como ver a un familiar todo pálido y rubio, solo que con orejas de punta que podían picarle un ojo a alguien.
Era el show más deplorable, ridículo, y lamentable que había visto en mis tres decenios de vida, pero que sin duda alguna con semejante espada no tenía pruebas pero tampoco la menor duda que ese sujeto de cabello amarillo pollito era el hombre que estaba buscando. Curioso, los años habían cambiado su forma de vestir, la ultima vez que lo vi su cabello era sin duda más oscuro, pero conservaba aún la pena ajena que podía generar en el público presente. - Ay santa madre de dragones...- pensé, al fin y al cabo tenía que acercarme a él y terminar de comprobar las cosas.
Respiré profundo, dejé el miedo al ridículo y emprendí con pasos firmes rumbo a su mesa. Al menos estaba un poco alejada, y por los que mis finos oídos escucharon, habría bebida cortesía del "bandido del trueno", en el peor de los casos siempre podía tener comida y bebida con mi encanto. - Así que bandido del trueno eh...- Dije una vez que me sentaba justo en el asiento en frente a él. Lo observé detenidamente, buscando así alguna señal de que pudiera reconocerme y al menos llamarme por mi nombre. Mis orbes violetas lo detallaban, apoyaba uno de mis codos sobre la mesa y rascaba mi barbilla, no me acostumbraba a esa vista tan brillante de su persona, era como ver a un familiar todo pálido y rubio, solo que con orejas de punta que podían picarle un ojo a alguien.
Meraxes
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Re: The Storm before the calm [privado][Cerrado]
Hace dos meses…
Eran nubes grises las que estaban haciendo lloviznar, pero su frecuencia inicial había comenzado a disminuir hace rato. Sin embargo, era conocimiento popular que esas pequeñas gotas mojaban más que un balde si te descuidabas, así que había decidido esperar un poco más bajo el resguardo de un árbol.
Tenía en las piernas una clase de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], y aunque no era su función, lo estaba utilizando como mesa para beber en lo que escampaba. - ¿No está muy desolado para ser tan grande? - arrugó el entrecejo mientras servía un trago. La sidra fluyó hacia pequeña taza con tranquilidad hasta casi rebosar, pues él se detuvo en el momento justo sin siquiera haberle dirigido la mirada. Lejos de resaltar una capacidad sobrehumana increíble, denotaba que la acción se había convertido en hábito.
La razón por la que nunca desvió la mirada se encontraba distante, se reflejaba en sus ojos como una silueta pequeña y difusa que, sin embargo, él veía con bastante claridad. Se trataba de un poblado que había decidido visitar bajo la creencia de que lo mucho que se decía en sus adentros pudiera servirle en algo, en ese capricho alrededor del cual había hecho girar sus últimos 10 años.
- Espero no siempre sea así, o ‘barrerlo’ me llevará su buen rato… - se quejó. Bebió el trago, selló el recipiente antes de agarrar el abanico, levantarse y sacudirse el polvo. - No me vendría mal una mano, ¿saben?…Solo digo - continuó en broma. La llovizna se podría decir que ya casi había cesado, y salió a tomar la ruta hacia el poblado después de comprobarlo. Seguía hablando trivialidades cuando el aleteo de una criatura muy próxima le hizo desviar la mirada; un cuervo se posó en el mango del abanico antes de graznar. Notó que llevaba algo. - ¿Hm? ¿Esta es la ayuda que van a darme? - miró de reojo al cielo, y volvió al animal para quitarle lo que llevaba: ¿un mensaje?.
El agrado se hizo en su rostro por un corto tiempo antes de volver a su expresión habitual. - Me agarras en un mal momento, Zelas. Pero lo intentaré - guardó el mensaje en donde pudiera conservarlo, el ave se marchó al poco tiempo y él continuó su caminar. No podía responder a la solicitud de inmediato, sin embargo, tampoco lo iba a descartar.
Actualidad
El tiempo había transcurrido a un ritmo aterrador y la oportunidad idónea para reencontrarse con un camarada tal vez, por no decir que seguro, ya había pasado. Aunque mucho tiempo después, sus pies tocaban las tierras de Vulwulfar a ver si existía la mínima esperanza de haber llegado ‘a tiempo’, y si no, pues compartir unos tragos sería suficiente para quitarse el pesar.
Lo peculiar de aquella carta es que no hacía mención de un punto específico. La ciudad era el escenario del encuentro, aun así, y con riesgo a que su inclinación por la bebida quedara en evidencia ante los dioses (una vez más), lo primero en lo que pensó cuando imaginó a Zelas fue una taberna. Con esto presente, hizo gala del buen ojo del borracho para buscar un sitio adecuado que echarse unos tragos, aunque terminó por entrar a uno porque su posición estaba prácticamente regalada a la vista.
- Espada gigante, espada gigante, espada… oh, esa ridículamente grande. - más ridículo aún era lo fácil que podía ser encontrar a alguien nada más basándose en sus gustos. De todas formas no veía que alguno de los cercanos al objeto, por allá alejado del ajetreo, se pareciera al sujeto que conoció una vez… o eso pensó hasta divisar algunos rasgos. De todas maneras, se acercó con tranquilidad, sacó por el mango el abanico aquel y un borde golpeó la mesa en la que se encontraba junto a una mujer mientras el objeto era empuñado en forma de amenaza.
- ¿Así que tú eres el Bandido Trueno? - expresó amenazante, pero solo el Zelas que conocía sabría que de amenazante aquello no tenía nada. Hasta la vez era fingida para resultar más gruesa.
Eran nubes grises las que estaban haciendo lloviznar, pero su frecuencia inicial había comenzado a disminuir hace rato. Sin embargo, era conocimiento popular que esas pequeñas gotas mojaban más que un balde si te descuidabas, así que había decidido esperar un poco más bajo el resguardo de un árbol.
Tenía en las piernas una clase de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], y aunque no era su función, lo estaba utilizando como mesa para beber en lo que escampaba. - ¿No está muy desolado para ser tan grande? - arrugó el entrecejo mientras servía un trago. La sidra fluyó hacia pequeña taza con tranquilidad hasta casi rebosar, pues él se detuvo en el momento justo sin siquiera haberle dirigido la mirada. Lejos de resaltar una capacidad sobrehumana increíble, denotaba que la acción se había convertido en hábito.
La razón por la que nunca desvió la mirada se encontraba distante, se reflejaba en sus ojos como una silueta pequeña y difusa que, sin embargo, él veía con bastante claridad. Se trataba de un poblado que había decidido visitar bajo la creencia de que lo mucho que se decía en sus adentros pudiera servirle en algo, en ese capricho alrededor del cual había hecho girar sus últimos 10 años.
- Espero no siempre sea así, o ‘barrerlo’ me llevará su buen rato… - se quejó. Bebió el trago, selló el recipiente antes de agarrar el abanico, levantarse y sacudirse el polvo. - No me vendría mal una mano, ¿saben?…Solo digo - continuó en broma. La llovizna se podría decir que ya casi había cesado, y salió a tomar la ruta hacia el poblado después de comprobarlo. Seguía hablando trivialidades cuando el aleteo de una criatura muy próxima le hizo desviar la mirada; un cuervo se posó en el mango del abanico antes de graznar. Notó que llevaba algo. - ¿Hm? ¿Esta es la ayuda que van a darme? - miró de reojo al cielo, y volvió al animal para quitarle lo que llevaba: ¿un mensaje?.
El agrado se hizo en su rostro por un corto tiempo antes de volver a su expresión habitual. - Me agarras en un mal momento, Zelas. Pero lo intentaré - guardó el mensaje en donde pudiera conservarlo, el ave se marchó al poco tiempo y él continuó su caminar. No podía responder a la solicitud de inmediato, sin embargo, tampoco lo iba a descartar.
Actualidad
El tiempo había transcurrido a un ritmo aterrador y la oportunidad idónea para reencontrarse con un camarada tal vez, por no decir que seguro, ya había pasado. Aunque mucho tiempo después, sus pies tocaban las tierras de Vulwulfar a ver si existía la mínima esperanza de haber llegado ‘a tiempo’, y si no, pues compartir unos tragos sería suficiente para quitarse el pesar.
Lo peculiar de aquella carta es que no hacía mención de un punto específico. La ciudad era el escenario del encuentro, aun así, y con riesgo a que su inclinación por la bebida quedara en evidencia ante los dioses (una vez más), lo primero en lo que pensó cuando imaginó a Zelas fue una taberna. Con esto presente, hizo gala del buen ojo del borracho para buscar un sitio adecuado que echarse unos tragos, aunque terminó por entrar a uno porque su posición estaba prácticamente regalada a la vista.
- Espada gigante, espada gigante, espada… oh, esa ridículamente grande. - más ridículo aún era lo fácil que podía ser encontrar a alguien nada más basándose en sus gustos. De todas formas no veía que alguno de los cercanos al objeto, por allá alejado del ajetreo, se pareciera al sujeto que conoció una vez… o eso pensó hasta divisar algunos rasgos. De todas maneras, se acercó con tranquilidad, sacó por el mango el abanico aquel y un borde golpeó la mesa en la que se encontraba junto a una mujer mientras el objeto era empuñado en forma de amenaza.
- ¿Así que tú eres el Bandido Trueno? - expresó amenazante, pero solo el Zelas que conocía sabría que de amenazante aquello no tenía nada. Hasta la vez era fingida para resultar más gruesa.
Baltazar
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Re: The Storm before the calm [privado][Cerrado]
Una vez que entré en aquel lugar miré de un lado a otro. Este sitio se veía más limpio que las anteriores tabernas en el camino, eso era muchísima ganancia para mi. Tenía que encontrar al bandido del trueno, o esto se volvería tedioso, y en últimas instancias, habría sido un viaje que solo me haya generado gastos. Lo que no sabía era donde poder encontrarlo. De pronto mi vista captó como alguien se subía a la mesa. - Ohhh, aquí hay un buen ambiente. - De pronto ese sujeto comenzó a decir, con una voz que dejaba en claro que estaba ahogado de borracho, que era el bandido del trueno. Me hizo abrir mis ojos con atención. No recuerdo que luciera así como se ve, ¿pero quién soy yo para juzgar un cambio de apariencia?
Espada ridículamente grande... Ese es. Pensé mientras mi rostro esbozaba una sonrisa algo discreta, aunque no pude evitar ver atentamente el espectáculo que el gran bandido del trueno brindaba a ese lugar. Eso me hacía pensar. ¿Yo me veía así de deplorable cuando me emborracho? Luego de pensar un par de segundos negué internamente. - No, yo me veo incluso peor. - Noté como aquel sujeto se dirigió a una mesa que estaba pegada en la pared.
Me mantuve un momento expectante ante lo que estaba ocurriendo. Pude notar como después de que le trajeran más bebida, se acercó una mujer, y luego alguien pelirrojo. Eso me hacía deducir que no era el único que buscaba al bandido del trueno. Me acerqué al hombre de enorme espada, el cual ya no andaba en solitario, con una sonrisa amplia. - Buenas tardes... Que gusto volverte a ver, bandido del trueno. - Dije apoyándome en el respaldo de una silla que estaba libre.
Espada ridículamente grande... Ese es. Pensé mientras mi rostro esbozaba una sonrisa algo discreta, aunque no pude evitar ver atentamente el espectáculo que el gran bandido del trueno brindaba a ese lugar. Eso me hacía pensar. ¿Yo me veía así de deplorable cuando me emborracho? Luego de pensar un par de segundos negué internamente. - No, yo me veo incluso peor. - Noté como aquel sujeto se dirigió a una mesa que estaba pegada en la pared.
Me mantuve un momento expectante ante lo que estaba ocurriendo. Pude notar como después de que le trajeran más bebida, se acercó una mujer, y luego alguien pelirrojo. Eso me hacía deducir que no era el único que buscaba al bandido del trueno. Me acerqué al hombre de enorme espada, el cual ya no andaba en solitario, con una sonrisa amplia. - Buenas tardes... Que gusto volverte a ver, bandido del trueno. - Dije apoyándome en el respaldo de una silla que estaba libre.
Gaegel
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Re: The Storm before the calm [privado][Cerrado]
Sabia que podía contar con sus aliados actuales pero no estaba seguro de cuantas de las personas que había conocido tiempo atrás aun le recordaban, menos aun si le reconocerían, aunque con el dato de la espada ridículamente grande era difícil pasar desapercibido, fue entonces una voz que no pensaba escuchar le llamo la atención, una rubia despampanante cuya belleza solo era comparable con su ferocidad se sentaba frente a el.
-Así que bandido del trueno eh...-
-Mera!.. trajiste el látigo?- exclamo, sorprendido en primera instancia, para luego dar paso a su forma de ser bastante particular, antes de alcanzar ponerse al día con quien hubiera compartido un par de aventuras en tiempos de antaño, entonces alguien golpeo la mesa, haciendo que Zelas diera un salto.
-¿Así que tú eres el Bandido Trueno?-
-Si llego a serlo.... podrías mantener tu ropa puesta Baltazar?- dijo en un tono primeramente serio para luego pasar a uno mas bromista, se levanto y le estrecho la mano al elfo con el cual había compartido un par de borracheras en tiempos de antaño, entonces otra voz se hizo presente en ese pequeño periodo de tiempo en el que parecían llegar todos.
- Buenas tardes... Que gusto volverte a ver, bandido del trueno.-
-Gg! tú mirada sigue tan penetrante como siempre- exclamo alegre de reunir a tan variopinto grupo de personas, pidió mas jarras de hidromiel para sus compañeros y una vez vio que nadie mas parecía llegar en el corto plazo tomo asiento nuevamente, la sonrisa en su rostro además de delatar su evidente estado de ebriedad, denotaba su alegría, puesto que no esperaba que nadie llegara ante aquel críptico mensaje.
-Látigo Sádico, Monje Nudista, Mirada Penetrante, yo el Bandido Trueno los he reunido porque luego de morir, sobrevivir, cambiar de apariencia, morir de nuevo y sobrevivir otra vez, he decidido embarcarme en lo que será el trabajo mas peligroso que he ejecutado hasta el momento y para eso necesito la ayuda de ustedes y otros valientes que se unirán a nosotros llegado el momento, ahora, antes de revelarles de que se trata debo mencionarles que ganaremos muchos aeros en el proceso, pero puede que no todos logremos vivir para disfrutarlos. Si alguien tiene dudas o quiere retirarse, ahora es el momento- dijo lo ultimo en un tono absolutamente serio, su mirada se había vuelto casi igual o mas penetrante aun que la de Gaegel, mientras esperaba a ver si alguien decidía abandonar la cruzada, el resto de las jarras de hidromiel llegaba para sus acompañantes quienes ahora tenían una decisión que tomar.
-Así que bandido del trueno eh...-
-Mera!.. trajiste el látigo?- exclamo, sorprendido en primera instancia, para luego dar paso a su forma de ser bastante particular, antes de alcanzar ponerse al día con quien hubiera compartido un par de aventuras en tiempos de antaño, entonces alguien golpeo la mesa, haciendo que Zelas diera un salto.
-¿Así que tú eres el Bandido Trueno?-
-Si llego a serlo.... podrías mantener tu ropa puesta Baltazar?- dijo en un tono primeramente serio para luego pasar a uno mas bromista, se levanto y le estrecho la mano al elfo con el cual había compartido un par de borracheras en tiempos de antaño, entonces otra voz se hizo presente en ese pequeño periodo de tiempo en el que parecían llegar todos.
- Buenas tardes... Que gusto volverte a ver, bandido del trueno.-
-Gg! tú mirada sigue tan penetrante como siempre- exclamo alegre de reunir a tan variopinto grupo de personas, pidió mas jarras de hidromiel para sus compañeros y una vez vio que nadie mas parecía llegar en el corto plazo tomo asiento nuevamente, la sonrisa en su rostro además de delatar su evidente estado de ebriedad, denotaba su alegría, puesto que no esperaba que nadie llegara ante aquel críptico mensaje.
-Látigo Sádico, Monje Nudista, Mirada Penetrante, yo el Bandido Trueno los he reunido porque luego de morir, sobrevivir, cambiar de apariencia, morir de nuevo y sobrevivir otra vez, he decidido embarcarme en lo que será el trabajo mas peligroso que he ejecutado hasta el momento y para eso necesito la ayuda de ustedes y otros valientes que se unirán a nosotros llegado el momento, ahora, antes de revelarles de que se trata debo mencionarles que ganaremos muchos aeros en el proceso, pero puede que no todos logremos vivir para disfrutarlos. Si alguien tiene dudas o quiere retirarse, ahora es el momento- dijo lo ultimo en un tono absolutamente serio, su mirada se había vuelto casi igual o mas penetrante aun que la de Gaegel, mientras esperaba a ver si alguien decidía abandonar la cruzada, el resto de las jarras de hidromiel llegaba para sus acompañantes quienes ahora tenían una decisión que tomar.
Zelas Hazelmere
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Re: The Storm before the calm [privado][Cerrado]
Bueno... Al parecer las señales habían sido las correctas, pues una vez llamé la atención del ebrio las cosas comenzaron a tener un rumbo peculiar. Si bien aquella carta enviada tiempo atrás no tenía nada de ser dirigida de forma personal, o al menos a alguien en especifico, lo curioso fue como el destino hizo su magia y a nueva cuenta dos sujetos se unían a lo que podría considerarse alguna especie de reencuentro que giraba en torno al ex orejas picudas.
El primero, era un pelirrojo de su misma naturaleza, al que al principio, sólo por la manera en que se dirigió a Zelas, estuve a punto de golpear y correr para salir de allí. Por suerte la reacción del elfo, ahora rubio pollito, volvió a relajarme y hacer que me sentara tranquila otra vez en mi asiento.
El segundo, emanaba un olor peculiar, como a perro mojado, aunque este ultimo fue significativamente más sutil al momento de acercarse.
Sin duda nuestro "Bandido del Trueno" estaba emocionado por aquella reunión, al punto que pidió una buena hidromiel que evidentemente no iba a rechazar. - Espero que tu llamado haya sido por una buena razón. - Agregué poco antes que este tomara la palabra, antes de tomar un sorbo de la bebida.
Era una historia retorcida la que salía de su boca, pero al menos cobraba sentido ante el cambio abrupto de su apariencia. Traté en la medida de lo posible en sólo procesar los detalles de gran importancia, para cuando acabó di un largo suspiro. - Entonces...básicamente llamaste a tus viejos "camaradas de camino" para decirnos que hay un trabajo peligroso por una buena paga. - Repetí más con intención de enfatizar los puntos claves de todo este embrollo.
- Bueno... sólo tengo que decir... - Me levanté sólo para inclinarme hacia él y lo tomaba de la tela de su cuello. - Mas te vale que sea una buena paga o sentirás este látigo en lugares que no sabes que ni tienes. - Sonreí ampliamente poco antes de soltar y reincorporarme en mi puesto.
- ¿Y ustedes, caballeros? ¿Qué opinan? Ya que este . - Señalé al rubio- Se ha tomado la tarea de decir nuestros nombres, las presentaciones están de más, pero pueden decirme Merax. - Ahora dirigía mi atención al dúo conocido por el elfo. Acababa de caer en cuenta en ese momento que era la única mujer presente por lo que debía imponer carácter y respeto.
El primero, era un pelirrojo de su misma naturaleza, al que al principio, sólo por la manera en que se dirigió a Zelas, estuve a punto de golpear y correr para salir de allí. Por suerte la reacción del elfo, ahora rubio pollito, volvió a relajarme y hacer que me sentara tranquila otra vez en mi asiento.
El segundo, emanaba un olor peculiar, como a perro mojado, aunque este ultimo fue significativamente más sutil al momento de acercarse.
Sin duda nuestro "Bandido del Trueno" estaba emocionado por aquella reunión, al punto que pidió una buena hidromiel que evidentemente no iba a rechazar. - Espero que tu llamado haya sido por una buena razón. - Agregué poco antes que este tomara la palabra, antes de tomar un sorbo de la bebida.
Era una historia retorcida la que salía de su boca, pero al menos cobraba sentido ante el cambio abrupto de su apariencia. Traté en la medida de lo posible en sólo procesar los detalles de gran importancia, para cuando acabó di un largo suspiro. - Entonces...básicamente llamaste a tus viejos "camaradas de camino" para decirnos que hay un trabajo peligroso por una buena paga. - Repetí más con intención de enfatizar los puntos claves de todo este embrollo.
- Bueno... sólo tengo que decir... - Me levanté sólo para inclinarme hacia él y lo tomaba de la tela de su cuello. - Mas te vale que sea una buena paga o sentirás este látigo en lugares que no sabes que ni tienes. - Sonreí ampliamente poco antes de soltar y reincorporarme en mi puesto.
- ¿Y ustedes, caballeros? ¿Qué opinan? Ya que este . - Señalé al rubio- Se ha tomado la tarea de decir nuestros nombres, las presentaciones están de más, pero pueden decirme Merax. - Ahora dirigía mi atención al dúo conocido por el elfo. Acababa de caer en cuenta en ese momento que era la única mujer presente por lo que debía imponer carácter y respeto.
Meraxes
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Re: The Storm before the calm [privado][Cerrado]
De la seriedad, pasó a una sonrisa tan amplia como enérgica en un pispás.
- ¿Que no es mucho pedir de tu parte, Zelas? -
Se inclinó sobre la mesa para estrecharle la mano y darle dos palmadas en la espalda con la energía de lo que eran, antiguos compañeros en la aventura y en las borracheras, y antes de poder darle atención a la señorita que lo acompañaba como parte de la cortesía, alguien más se unió a la escena. El pelirrojo tenía muchas preguntas, sin embargo, quedaba en evidencia que las respuestas no iban a llegar con rapidez, así que tomó asiento. Caso aparte, consideraba grosera la idea de negarse a un trago.
Conforme el rubio los "presentaba", Baltazar hizo un pequeño gesto a cada quien para saludar y eventualmente enfocarse en lo que estaba escuchando. Era, después de todo, su razón de estar y la fuente que saldaría sus dudas. No lo decepcionó. Mientras procesaba lo recién dicho, escuchando además a la dama hablar, levantó la mano para agarrar su jarra de hidromiel que se alzó frente a su torso repentinamente desnudo.
- A mi Baltazar, dejo a criterios los apodos. Un placer - alzó la jarra cual brindis hacia los desconocidos, dio un buen trago y con el resonar del objeto volviendo a la mesa, volteó a ver a Zelas. - Ahora bien... Quiero pensar que está demás enfatizar bajo que criterios trabajo, Bandi. Un par de aeros no vienen mal cuando no perteneces a ninguna parte, pero la desconfianza de los grandes, ni en sueños. - expresó con la inquietud de alguien abordando temas delicados - Estoy contigo hasta que sueltes la sopa, después vemos. No me hagas decidirme por un trabajo que desconozco.
Y volvió a beber.
Baltazar
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Re: The Storm before the calm [privado][Cerrado]
Una vez que llegué y le dije aquel comentario, sabía que me esperaba uno de sus característicos comentarios, y por supuesto que no me había equivocado. Dijo algo sobre mi penetrante mirada, lo cual provocó que ampliara mi sonrisa. - Deja de decir esos comentarios, o tus acompañantes pensarán cosas raras sobre mi. - Le comenté para notar como aquel hombre se le veía visiblemente contento con la aparición de nosotros. Seguramente él ya había considerado que no vendría nadie, porque con ese mensaje que envió, era evidente que no solo me había llamado a mi, sino que era un mensaje general.
Después de eso, el bandido del trueno comenzó a presentarnos, y fue allí, en ese momento, que noté que mi apodo parecía el más normal del grupo, exceptuando claro el del bandido del trueno, ya que lo único que tiene de normal era su apodo. Les dediqué una sonrisa cálida a cada uno una vez que nos presentó y seguí escuchando su relato. Parecía que se había metido en algunos líos turbios para haber muerto, revivido, volver a morir y sobrevivir. También parecía que nosotros tres no seríamos los únicos que lo acompañaríamos. Otras personas también se nos unirían, lo cual dejaba en claro que la misión era tal y como el la explicaba, sumamente difícil, por lo que nos dejó la libertad de decidir si lo acompañábamos o no en tal travesía.
La primera en dar su punto de vista fue la mujer. Se le veía que tenía mucho espíritu y que era una de esas mujeres que eran de armas tomar, el siguiente fue, el monje nudista, el cual de verdad no me di cuenta cuando dejó su torso desnudo, lo cual me hizo arquear la ceja. El tenía el nombre de Baltazar, el cual decidió saber más acerca del trabajo antes de decidir. Una elección sabia, por lo que solo quedaba yo, por lo que miré al bandido del trueno y sonreí de medio lado. - Siendo una buena paga, sabes que puedes contar conmigo. - Dicho eso me senté en la silla donde antes estaba apoyado. - Mi nombre es Gaegel, solo este loco me llama mirada penetrante. Por favor no sean tan raros como él. - Les dije dedicando una amplia sonrisa al grupo que se estaba empezando a formar.
Después de eso, el bandido del trueno comenzó a presentarnos, y fue allí, en ese momento, que noté que mi apodo parecía el más normal del grupo, exceptuando claro el del bandido del trueno, ya que lo único que tiene de normal era su apodo. Les dediqué una sonrisa cálida a cada uno una vez que nos presentó y seguí escuchando su relato. Parecía que se había metido en algunos líos turbios para haber muerto, revivido, volver a morir y sobrevivir. También parecía que nosotros tres no seríamos los únicos que lo acompañaríamos. Otras personas también se nos unirían, lo cual dejaba en claro que la misión era tal y como el la explicaba, sumamente difícil, por lo que nos dejó la libertad de decidir si lo acompañábamos o no en tal travesía.
La primera en dar su punto de vista fue la mujer. Se le veía que tenía mucho espíritu y que era una de esas mujeres que eran de armas tomar, el siguiente fue, el monje nudista, el cual de verdad no me di cuenta cuando dejó su torso desnudo, lo cual me hizo arquear la ceja. El tenía el nombre de Baltazar, el cual decidió saber más acerca del trabajo antes de decidir. Una elección sabia, por lo que solo quedaba yo, por lo que miré al bandido del trueno y sonreí de medio lado. - Siendo una buena paga, sabes que puedes contar conmigo. - Dicho eso me senté en la silla donde antes estaba apoyado. - Mi nombre es Gaegel, solo este loco me llama mirada penetrante. Por favor no sean tan raros como él. - Les dije dedicando una amplia sonrisa al grupo que se estaba empezando a formar.
Gaegel
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Re: The Storm before the calm [privado][Cerrado]
Los tres reclutas prominentes se presentaron entre ellos, como habría de esperarse no tuvieron dudas al momento de saber que el trabajo implicaba un factor de riesgo considerable, salvo por Baltazar que aun tenia dudas al respecto y no daría una respuesta hasta saber de que iba el trabajo, el rubio considero por un momento despacharlo, pero cuando le vio con el torso desnudo cambio de parecer rápidamente.
-Mas te vale que sea una buena paga o sentirás este látigo en lugares que no sabes que ni tienes-
-No entiendo, es una amenaza o una propuesta?-
Pregunto el no-elfo mientras reía y le daba un sorbo a su hidromiel, luego de confirmar la participación de los involucrados su semblante se torno serio, -Vamos a combatir contra una organización criminal, la Dark Order para ser mas específicos, todo comenzó hace un año atrás cuando vi el anuncio, una paga ridículamente buena por un trabajo ridículamente imposible, según decían todos los que consulte por información, lo bueno es que ya me conocen, así que tome el trabajo sin dudarlo, en aquella ocasión una chica cuyos intereses estaban a la par con los míos me acompaño y cuando íbamos a visitar a un informante vimos la clase de enemigo a los que nos enfrentábamos, masacraron a una caravana completa y torturaron a una niñita de la forma mas horrenda posible- sus palabras se detuvieron por un momento y su mirada se perdió al momento que recordaba el horror que tuvo que presenciar y el cruel destino de aquella pobre niñita.
Ahogo el recuerdo en mas hidromiel y retomo el relato -Nos encontramos con 2 miembros de la organización uno era relativamente nuevo en la organización, el otro era uno de los fuertes quien había ido por un libro cuyo contenido desconozco, sin embargo, el tipo esquivo todos y cada uno de los ataques que le lance, mi compañera fue derrotada y su compañero fue por mi, lo abatí después de una pelea difícil, fue entonces que el tipo al cual no pude tocar, un brujo de nombre Vaal Hazak me dio la bienvenida a la organización siempre son 13 individuos, cada uno con un numero en base a su nivel de poder, yo asesine al numero 1 que era el mas débil y entonces debía tomar su posición o morir.... me rehusé obviamente pero si estuve bastante cerca de morir, después estuve a punto de morir otra vez por otros motivos pero convenientemente me ayudo a cambiar mi apariencia y de nombre para permanecer bajo el radar el tiempo suficiente como para reunir la información que necesito, y aliados fuertes para lo que será el siguiente enfrentamiento- ya había huido por bastante tiempo, era el momento de actuar y no sabia si era su propia voluntad o la confianza que solo la hidromiel podía proporcionar, pero su determinación estaba mas firme que nunca.
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-Mas te vale que sea una buena paga o sentirás este látigo en lugares que no sabes que ni tienes-
-No entiendo, es una amenaza o una propuesta?-
Pregunto el no-elfo mientras reía y le daba un sorbo a su hidromiel, luego de confirmar la participación de los involucrados su semblante se torno serio, -Vamos a combatir contra una organización criminal, la Dark Order para ser mas específicos, todo comenzó hace un año atrás cuando vi el anuncio, una paga ridículamente buena por un trabajo ridículamente imposible, según decían todos los que consulte por información, lo bueno es que ya me conocen, así que tome el trabajo sin dudarlo, en aquella ocasión una chica cuyos intereses estaban a la par con los míos me acompaño y cuando íbamos a visitar a un informante vimos la clase de enemigo a los que nos enfrentábamos, masacraron a una caravana completa y torturaron a una niñita de la forma mas horrenda posible- sus palabras se detuvieron por un momento y su mirada se perdió al momento que recordaba el horror que tuvo que presenciar y el cruel destino de aquella pobre niñita.
Ahogo el recuerdo en mas hidromiel y retomo el relato -Nos encontramos con 2 miembros de la organización uno era relativamente nuevo en la organización, el otro era uno de los fuertes quien había ido por un libro cuyo contenido desconozco, sin embargo, el tipo esquivo todos y cada uno de los ataques que le lance, mi compañera fue derrotada y su compañero fue por mi, lo abatí después de una pelea difícil, fue entonces que el tipo al cual no pude tocar, un brujo de nombre Vaal Hazak me dio la bienvenida a la organización siempre son 13 individuos, cada uno con un numero en base a su nivel de poder, yo asesine al numero 1 que era el mas débil y entonces debía tomar su posición o morir.... me rehusé obviamente pero si estuve bastante cerca de morir, después estuve a punto de morir otra vez por otros motivos pero convenientemente me ayudo a cambiar mi apariencia y de nombre para permanecer bajo el radar el tiempo suficiente como para reunir la información que necesito, y aliados fuertes para lo que será el siguiente enfrentamiento- ya había huido por bastante tiempo, era el momento de actuar y no sabia si era su propia voluntad o la confianza que solo la hidromiel podía proporcionar, pero su determinación estaba mas firme que nunca.
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Zelas Hazelmere
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Re: The Storm before the calm [privado][Cerrado]
Parecía ser que estábamos hasta cierto punto dispuestos a cooperar con el atolondrado elfo. Cada uno, a su modo, expresó de la mejor forma su parecer.
Observé a cada uno de ellos conforme hablaba, arqueando la ceja en ultima instancia ante las palabras de aquel cuyo olor a perro era penetrante. ¿Cómo no llamarlo así si era lo que a primera instancia se percibía?
Como fuese, ahora que estaba sentada de nuevo escuchaba con atención la información que tenía que facilitarnos. Al parecer no era nada fácil lo que se avecinaba y la posibilidad de morir en el intento estaba más latente que nunca, en resumen, esperaba que el dinero lo valiera. Me causaba bastante gracia todas las veces que había dicho que moría pero sobrevivía, era como estar en una parodia, una de esas fábulas para niños con animalitos en donde se exageraba absolutamente todo, me recordaba a una comadreja, por qué razón, no lo sabía era el primer animal que se me venía a la cabeza.
Para cuando acabó su historia, suspiré profundo, estaba cruzada de brazos procesando lo mejor posible aquella información antes de dar una respuesta.
- Muy bien, entro. Sólo tomémonos algunas semanas para que pueda reabastecer mis provisiones, tal vez hace algún trabajo aquí o en la ciudad vecina. Necesito dinero y equipo. La comida corre por tu cuenta, no pienso cocinarles a ninguno de ustedes sólo por el hecho de ser la única mujer en el grupo, además dudo que les guste las ratas de campo chamuscadas. Ah y también transporte, necesitamos caballos, si vamos a enfrentar al como se llame lo menos que hay que hacer es agotarnos por una larga caminata, tu que has pasado más tiempo aquí deberías saber donde encontrar buenas bestias.
Guardé silencio, tal vez alguno de los otros dos tenía algo que agregar.
Observé a cada uno de ellos conforme hablaba, arqueando la ceja en ultima instancia ante las palabras de aquel cuyo olor a perro era penetrante. ¿Cómo no llamarlo así si era lo que a primera instancia se percibía?
Como fuese, ahora que estaba sentada de nuevo escuchaba con atención la información que tenía que facilitarnos. Al parecer no era nada fácil lo que se avecinaba y la posibilidad de morir en el intento estaba más latente que nunca, en resumen, esperaba que el dinero lo valiera. Me causaba bastante gracia todas las veces que había dicho que moría pero sobrevivía, era como estar en una parodia, una de esas fábulas para niños con animalitos en donde se exageraba absolutamente todo, me recordaba a una comadreja, por qué razón, no lo sabía era el primer animal que se me venía a la cabeza.
Para cuando acabó su historia, suspiré profundo, estaba cruzada de brazos procesando lo mejor posible aquella información antes de dar una respuesta.
- Muy bien, entro. Sólo tomémonos algunas semanas para que pueda reabastecer mis provisiones, tal vez hace algún trabajo aquí o en la ciudad vecina. Necesito dinero y equipo. La comida corre por tu cuenta, no pienso cocinarles a ninguno de ustedes sólo por el hecho de ser la única mujer en el grupo, además dudo que les guste las ratas de campo chamuscadas. Ah y también transporte, necesitamos caballos, si vamos a enfrentar al como se llame lo menos que hay que hacer es agotarnos por una larga caminata, tu que has pasado más tiempo aquí deberías saber donde encontrar buenas bestias.
Guardé silencio, tal vez alguno de los otros dos tenía algo que agregar.
Meraxes
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Re: The Storm before the calm [privado][Cerrado]
Directo y al hueso.
Fue así que arrancó aquel relato que, a pesar de su amplio contexto, dejó en clara la situación al principio. No quiere decir esto, sin embargo, que haya sido innecesario explayarse más; para lo que Zelas estaba pidiendo, lo que mejor que podía sentarle tanto a Baltazar como a sus recién conocidos era un amplio entendimiento de la situación. Era delicada, por lo que no fue de extrañar que la cara del pelirrojo se tornara en extremo pensativa mientras escuchaba.
Al término, "Merax" fue la primera en tomar la palabra. El Clérigo pretendía hablar tanto pronto ella terminara, pero le tomó un segundo (tal vez dos) de verla fijamente y declarar ligeramente atónito con su razonar: - ...Me cae bien - mientras la señalaba con el pulgar. Finalmente fijó su atención en el rubio -. Creo que nunca había visto la mirada que tenías mientras nos contabas la situación. Estoy dentro, y si no es mucho pedir, también a favor de la propuesta. No se si mi equipo actual sea adecuado para algo de esa escala - expresó. Acto seguido, golpeó dos veces con la palma el gran abanico que en circunstancias comunes le bastaría para resolverse en cualquier contexto.
El silencio de su parte se hizo cuando levantó la jarra de hidromiel para darse un trago. En el proceso, llevó sus ojos de color ámbar hacia el de "mirada penetrante" para evidenciar el pase de la palabra. Era, después de todo, la única persona pendiente para confirmar o agregar algo antes de ahondar en temas más específicos. Dada la situación, no era de extrañar que la reunión fluyera de este modo.
Baltazar
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Re: The Storm before the calm [privado][Cerrado]
Fue de un momento a otro que el bandido del trueno cambió su semblante, eso hizo que me internara en la situación. A decir verdad la situación me sorprendía un poco. No esperaba que el se hubiera metido en tantos problemas, pero eso explicaba el hecho de que el cambiara de apariencia. El como narraba que habían torturado a una pequeña me hizo bajar la mirada. Recordé un poco mi vida pasada, y como me encontré con el cuerpo sin vida de mi hijo y de mi amada, eso no me cayó nada bien, comenzaba a perder el aura de Gaegel, por lo que cuando la muchacha comenzó a hablar recuperé mi compostura jovial.
El siguiente en hablar fue el pelirrojo. La historia que le había contado el rubio parecía convencerlo por completo, por lo que eso podía aumentar las posibilidades de triunfo, lo cual terminaba de confirmar mi asistencia. - Ya te dije que puedes contar conmigo... Pero también creo que necesitamos algo de tiempo para obtener algo de recursos y equipamiento para dicha tarea, ya que como mencionas, la situación no se ve nada sencilla. - Le dije asintiendo levemente para dar un trago de hidromiel.
Miré de un lado a otro y sonreí levemente. - Considero que si vamos a participar en este trabajo, hay que romper el hielo y tratar de llevarnos bien. ¡Señorita! Por favor otra ronda de hidromiel para todos. - Dije a una de las camareras para después volver a observar al grupo. - Y descuida Merax. No tienes la obligación de cocinar. Yo acostumbro viajar de un lado a otro y es un pequeño gusto que he adquirido... Yo tengo también una pequeña carreta, pero no creo que sea conveniente para viajar rápidamente. Y mi noble corcel se está volviendo viejo, así que también necesitaré uno nuevo... Espero sobrevivir este trabajo y que la paga valga la pena. - Sonreí levemente para darle el trago final a mi vaso con hidromiel.
El siguiente en hablar fue el pelirrojo. La historia que le había contado el rubio parecía convencerlo por completo, por lo que eso podía aumentar las posibilidades de triunfo, lo cual terminaba de confirmar mi asistencia. - Ya te dije que puedes contar conmigo... Pero también creo que necesitamos algo de tiempo para obtener algo de recursos y equipamiento para dicha tarea, ya que como mencionas, la situación no se ve nada sencilla. - Le dije asintiendo levemente para dar un trago de hidromiel.
Miré de un lado a otro y sonreí levemente. - Considero que si vamos a participar en este trabajo, hay que romper el hielo y tratar de llevarnos bien. ¡Señorita! Por favor otra ronda de hidromiel para todos. - Dije a una de las camareras para después volver a observar al grupo. - Y descuida Merax. No tienes la obligación de cocinar. Yo acostumbro viajar de un lado a otro y es un pequeño gusto que he adquirido... Yo tengo también una pequeña carreta, pero no creo que sea conveniente para viajar rápidamente. Y mi noble corcel se está volviendo viejo, así que también necesitaré uno nuevo... Espero sobrevivir este trabajo y que la paga valga la pena. - Sonreí levemente para darle el trago final a mi vaso con hidromiel.
Gaegel
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Re: The Storm before the calm [privado][Cerrado]
-Si, necesitamos mejor equipamiento, mejores recursos y mas fuerza, conozco a alguien a quien podemos recurrir para buenas armas- exclamo recordando a su buen amigo Rauko, se sentía aliviado de poder contar con mas amigos y el ambiente de alguna manera se había vuelto mas llevadero, pero todo cambio cuando la nación del fuego ataco un éter siniestro lleno la estancia.
-hmpf... no recuerdo que venia a hacer aquí- exclamo un tipo que vestía en unas ropas completamente fuera de lugar.
-Hey el circo se ha ido hace bast...- lo que había comenzado con risas fue silenciado rápidamente.
-Gritas demasiado- exclamo el extraño individuo quien con solo un toque de su dedo le había reventado la cabeza.
La taberna entro en caos mientras algunos huían del lugar, otros salían a atacar al individuo quien simplemente los golpeaba con sus dedos como si de insectos se tratara, Hazelas observo al individuo y al notar el emblema en sus ropas supo rápidamente del grupo al que pertenecía, su cuerpo comenzó a temblar en un acto reflejo, su instinto de supervivencia le decía que tenia que huir de ahí rápidamente, se sujeto un brazo en un intento de calmar su temor. -Bueno, esto ha sido conveniente, el pertenece a la organización de la que hablaba, no es alguien a quien podamos vencer ahora, así que les pregunto, ¿Peleamos o huimos?- dijo mientras intentaba calmar a su cuerpo, el otro individuo por su parte, seguía abatiendo personas con sus dedos sin moverse de donde estaba, su rostro reflejaba un profundo aburrimiento, se notaba que no quería estar en ese lugar.
-hmpf... no recuerdo que venia a hacer aquí- exclamo un tipo que vestía en unas ropas completamente fuera de lugar.
-Hey el circo se ha ido hace bast...- lo que había comenzado con risas fue silenciado rápidamente.
-Gritas demasiado- exclamo el extraño individuo quien con solo un toque de su dedo le había reventado la cabeza.
La taberna entro en caos mientras algunos huían del lugar, otros salían a atacar al individuo quien simplemente los golpeaba con sus dedos como si de insectos se tratara, Hazelas observo al individuo y al notar el emblema en sus ropas supo rápidamente del grupo al que pertenecía, su cuerpo comenzó a temblar en un acto reflejo, su instinto de supervivencia le decía que tenia que huir de ahí rápidamente, se sujeto un brazo en un intento de calmar su temor. -Bueno, esto ha sido conveniente, el pertenece a la organización de la que hablaba, no es alguien a quien podamos vencer ahora, así que les pregunto, ¿Peleamos o huimos?- dijo mientras intentaba calmar a su cuerpo, el otro individuo por su parte, seguía abatiendo personas con sus dedos sin moverse de donde estaba, su rostro reflejaba un profundo aburrimiento, se notaba que no quería estar en ese lugar.
Zelas Hazelmere
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Re: The Storm before the calm [privado][Cerrado]
A nueva cuenta todos parecíamos estar de acuerdo en adquirir un mejor equipo y abastecernos de provisiones para el viaje al que nos llevaría esta aventura.
Poco a poco podría decirse que se estaba rompiendo el hielo entre el grupo, al menos claro en los que nos acabábamos de conocer. Ambos tomaron bien mis palabras y eso me alegraba, además el que olía a perro dejo entre líneas que se le daba la cocina. Para ese punto, y como para sellar aquella peculiar alianza, se propuso un brindis con buena hidromiel. La verdad es que eso no caería para nada mal, gustosa asentí ante las palabras de Gaegel tomando mi tarro para alzarlo en señal de júbilo.
Terminaba de dar mi trago cuando el barullo se hizo presente, algo no estaba bien y no tardamos en descubrirlo de la boca de Hazel. Como si el mismo destino no estuviera poniendo a prueba allí, justo en ese mismo sitio, a la misma hora que nosotros se hallaba uno de esas personas que lo habían obligado a él morir y sobrevivir.
Con su pregunta, había una decisión que tomar, una que a mi parecer era obvia dada nuestras circunstancias. Estaba cansada de un largo viaje, ese sujeto hacía estallar cabeza y la verdad yo adoraba la mía, hacía años que no podía cambiar de forma y mucho menos luchar salvo que una cuerdita de cuero le fuera a hacer daño.
Me levanté de golpe de mi silla y respiré profundo. - Pues como dice un viejo dicho de antaño... piernas para que las tengo. Si me disculpan caballeros esta dama hará una retirada estratégica por la ventana más cercana. Siganme los buenos y los que no que los dioses se apiaden de su alma. - Sin más nada que decir, y con todo el sigilo que me era posible, era momento de salvar el pellejo. Era absurdo morir ahora cuando ni siquiera había conseguido ni el primer aero.
Poco a poco podría decirse que se estaba rompiendo el hielo entre el grupo, al menos claro en los que nos acabábamos de conocer. Ambos tomaron bien mis palabras y eso me alegraba, además el que olía a perro dejo entre líneas que se le daba la cocina. Para ese punto, y como para sellar aquella peculiar alianza, se propuso un brindis con buena hidromiel. La verdad es que eso no caería para nada mal, gustosa asentí ante las palabras de Gaegel tomando mi tarro para alzarlo en señal de júbilo.
Terminaba de dar mi trago cuando el barullo se hizo presente, algo no estaba bien y no tardamos en descubrirlo de la boca de Hazel. Como si el mismo destino no estuviera poniendo a prueba allí, justo en ese mismo sitio, a la misma hora que nosotros se hallaba uno de esas personas que lo habían obligado a él morir y sobrevivir.
Con su pregunta, había una decisión que tomar, una que a mi parecer era obvia dada nuestras circunstancias. Estaba cansada de un largo viaje, ese sujeto hacía estallar cabeza y la verdad yo adoraba la mía, hacía años que no podía cambiar de forma y mucho menos luchar salvo que una cuerdita de cuero le fuera a hacer daño.
Me levanté de golpe de mi silla y respiré profundo. - Pues como dice un viejo dicho de antaño... piernas para que las tengo. Si me disculpan caballeros esta dama hará una retirada estratégica por la ventana más cercana. Siganme los buenos y los que no que los dioses se apiaden de su alma. - Sin más nada que decir, y con todo el sigilo que me era posible, era momento de salvar el pellejo. Era absurdo morir ahora cuando ni siquiera había conseguido ni el primer aero.
Meraxes
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Re: The Storm before the calm [privado][Cerrado]
- Romper el hielo y llevarnos bien... Jeje, no creo que pasemos de esta noche. -
Sonriente, Baltazar procedió a beber un largo trago para no dejar esperando mucho a la ronda que venía en camino, cortesía de Gaegel. Bien podía ser porque conocía bien los efectos del alcohol según las circunstancias o porque, hasta el momento, no parecía que los tres fuesen a chocar de alguna forma. Al menos a él, como colegas, le estaban cayendo bien.
Por otra parte, Zelas parecía tener con quien agilizar las preparaciones, pero un éter desagradable cortó el ambiente antes que pudiera profundizar. La voz que precedió al cambio le dio una idea de la situación, volteó a ver mientras se le revolvía el estómago, y con la misma volteó a ver a los demás mientras sus manos se movían casi que por voluntad propia.
Zelas se anticipó a las reacciones con una declaración que arrancaba la esperanza, ni hablar de la pregunta. Baltazar miró una vez más hacia el terrible espectáculo y respondió: - Ehm, voy a llegar tarde a misa - Mientras terminaba de calzar en sus hombros la prenda en forma de T que envolvía su torso.
Meraxes manifestó su intención sin ninguna tardanza y Baltazar recogió el abanico, dejó la mesa y retrocedió con ella a la ventana más predispuesta mientras sacaba un collar de perlas para rezar por las almas desgraciadas que buscaron ser héroes en la contienda, y más difícil aún, para también explicarle a sus dioses la diferencia entre huida y retirada estratégica.
Sonriente, Baltazar procedió a beber un largo trago para no dejar esperando mucho a la ronda que venía en camino, cortesía de Gaegel. Bien podía ser porque conocía bien los efectos del alcohol según las circunstancias o porque, hasta el momento, no parecía que los tres fuesen a chocar de alguna forma. Al menos a él, como colegas, le estaban cayendo bien.
Por otra parte, Zelas parecía tener con quien agilizar las preparaciones, pero un éter desagradable cortó el ambiente antes que pudiera profundizar. La voz que precedió al cambio le dio una idea de la situación, volteó a ver mientras se le revolvía el estómago, y con la misma volteó a ver a los demás mientras sus manos se movían casi que por voluntad propia.
Zelas se anticipó a las reacciones con una declaración que arrancaba la esperanza, ni hablar de la pregunta. Baltazar miró una vez más hacia el terrible espectáculo y respondió: - Ehm, voy a llegar tarde a misa - Mientras terminaba de calzar en sus hombros la prenda en forma de T que envolvía su torso.
Meraxes manifestó su intención sin ninguna tardanza y Baltazar recogió el abanico, dejó la mesa y retrocedió con ella a la ventana más predispuesta mientras sacaba un collar de perlas para rezar por las almas desgraciadas que buscaron ser héroes en la contienda, y más difícil aún, para también explicarle a sus dioses la diferencia entre huida y retirada estratégica.
Baltazar
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Re: The Storm before the calm [privado][Cerrado]
Pues entonces una vez que obtengamos unos buenos aeros tendremos que visitar a ese amigo tuyo. - Le comenté. Yo originalmente contaba con un par de espadas gemelas, pero en un combate se rompió una de las mitades, y perdí la empuñadura, por lo que tuve que reforjar las hojas y convertirlas en una espada corta. Si me hacía de dinero bien podía conseguir unas nuevas espadas gemelas que me ayuden en este trabajo.
A decir verdad. Este poco tiempo que llevaba sentado en esta mesa podía notar que las personas que conocían a este loco que parecía tener más vidas que un gato le iban a agradar, por lo que lo mejor para nosotros era pasar un rato ameno entre nosotros, ya después podríamos ponernos más serios. Y lo que podría convertirse en una velada alegre y simpática, rápidamente se volvió en algo caótico.
El alboroto me hizo girar mi cabeza, y mi sonrisa se desdibujó en un instante al ver lo que ocurría allá con aquel sujeto. De inmediato el rubio nos dijo que el trabajaba en la organización a la que íbamos a combatir, dándonos dos opciones. "escapar o enfrentarlo". Miré al grupo y luego volví a ver de reojo a aquel sujeto para volver a ver a quienes me acompañaban en la mesa. Negué con mi cabeza rápidamente. - Yo creo que hoy no... Tal vez 3 o 4 jarras de hidromiel me hubieran dado valor para enfrentar a alguien así. - Noté como mientras hablaba, tanto la muchacha, como el desnudista se iban por las ventanas. Miré al rubio. - Nos vemos en un rato. Yo me voy por la cocina. - Dicho eso, me levanté con calma y me dirigí hacia la cocina.
Cuando llegué allí miré a los que estaban allí y les dije algo alarmado. - ¡Alguien se puso como loco en la entrada! - En es momento el cocinero, el cual era alguien de cuerpo ancho salió, empujándome en el proceso. Se que lo que hice no estaba bien, que seguramente lo mandaba a su muerte. Pero bueno, ese tipo loco terminaría llegando a la cocina tarde o temprano. Tomé un saco y guardé algunos panes y algo de fruta para luego escabullirme por la parte de atrás del lugar mientras comía uno de los panes que me había llevado.
A decir verdad. Este poco tiempo que llevaba sentado en esta mesa podía notar que las personas que conocían a este loco que parecía tener más vidas que un gato le iban a agradar, por lo que lo mejor para nosotros era pasar un rato ameno entre nosotros, ya después podríamos ponernos más serios. Y lo que podría convertirse en una velada alegre y simpática, rápidamente se volvió en algo caótico.
El alboroto me hizo girar mi cabeza, y mi sonrisa se desdibujó en un instante al ver lo que ocurría allá con aquel sujeto. De inmediato el rubio nos dijo que el trabajaba en la organización a la que íbamos a combatir, dándonos dos opciones. "escapar o enfrentarlo". Miré al grupo y luego volví a ver de reojo a aquel sujeto para volver a ver a quienes me acompañaban en la mesa. Negué con mi cabeza rápidamente. - Yo creo que hoy no... Tal vez 3 o 4 jarras de hidromiel me hubieran dado valor para enfrentar a alguien así. - Noté como mientras hablaba, tanto la muchacha, como el desnudista se iban por las ventanas. Miré al rubio. - Nos vemos en un rato. Yo me voy por la cocina. - Dicho eso, me levanté con calma y me dirigí hacia la cocina.
Cuando llegué allí miré a los que estaban allí y les dije algo alarmado. - ¡Alguien se puso como loco en la entrada! - En es momento el cocinero, el cual era alguien de cuerpo ancho salió, empujándome en el proceso. Se que lo que hice no estaba bien, que seguramente lo mandaba a su muerte. Pero bueno, ese tipo loco terminaría llegando a la cocina tarde o temprano. Tomé un saco y guardé algunos panes y algo de fruta para luego escabullirme por la parte de atrás del lugar mientras comía uno de los panes que me había llevado.
Gaegel
Lobo Renegado
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Re: The Storm before the calm [privado][Cerrado]
Las respuestas de sus compañeros le emocionaron de sobremanera... en efecto todos eran unos cobardes puesto que habían salido del lugar por distintos lugares al punto que incluso le habían dejado atrás, tomo su espada ridículamente grande con la mayor sutileza posible, por la ventana no cabía, no cargando su arma.
-Vaya, al fin terminaron... Tú el rubio!-
-Estaba de pasada, no te preocupes por mi-
-Conoces a un tal Zelas Hazelmere?-
-Para nada-
-hmmm me dijeron que estaría acá-
-Quizá ya lo mataste?-
-No lo se, Vaal Hazak había dicho lo mismo, pero mientras no haya un cuerpo, la ley sigue vigente-
-Bueno ha sido un gusto-
-Oh si... Hablando de eso-
El individuo se acerco rápidamente y le propino un golpe con uno de esos peligrosos dedos asesinos, Hazelas alcanzo a mover la espada para cubrirle y salió despedido hacia atrás rompiendo el muro y saliendo a la noche fría de la ciudad, su espada, un trozo de metal gigante que mas parecía una placa de metal mas que una espada recibió una hendidura, el dedo mortal había dejado una huella que reavivo un temor que había creído superar en aquella torre maldita.
Se levanto complicado el golpe de alguna forma lo había dejado aturdido tomo la espada y la acomodo a su arnés, comenzó a trotar evidentemente cansado mientras su perseguidor caminaba lentamente hacia el -Mierda, mierda, mierda... La mascara!.. no, eso causaría muchos problemas- rechazo la idea y corrió un poco mas doblando por un callejón aparentemente sin salida y mediante pequeñas ráfagas de éter sorteo al otro lado del muro(1) pero decidió elevarse un poco mas para quedarse sobre el techo de una de las edificaciones, para acto seguido posar las manso en su pecho y comenzar a curarse un poco(2).
OFF: habilidad 1: Vuelo Fulgido
habilidad 2: imposición de manos
PD: pueden manipular al npc, si quieren que los persiga, me persiga o sigan enfrentando a npcs random, o pueden seguir huyendo solo como dato... estos tipos siempre van de a 2 así que muévanse con cuidado.
PD2: este es el enemigo que me mando a volar
-Vaya, al fin terminaron... Tú el rubio!-
-Estaba de pasada, no te preocupes por mi-
-Conoces a un tal Zelas Hazelmere?-
-Para nada-
-hmmm me dijeron que estaría acá-
-Quizá ya lo mataste?-
-No lo se, Vaal Hazak había dicho lo mismo, pero mientras no haya un cuerpo, la ley sigue vigente-
-Bueno ha sido un gusto-
-Oh si... Hablando de eso-
El individuo se acerco rápidamente y le propino un golpe con uno de esos peligrosos dedos asesinos, Hazelas alcanzo a mover la espada para cubrirle y salió despedido hacia atrás rompiendo el muro y saliendo a la noche fría de la ciudad, su espada, un trozo de metal gigante que mas parecía una placa de metal mas que una espada recibió una hendidura, el dedo mortal había dejado una huella que reavivo un temor que había creído superar en aquella torre maldita.
Se levanto complicado el golpe de alguna forma lo había dejado aturdido tomo la espada y la acomodo a su arnés, comenzó a trotar evidentemente cansado mientras su perseguidor caminaba lentamente hacia el -Mierda, mierda, mierda... La mascara!.. no, eso causaría muchos problemas- rechazo la idea y corrió un poco mas doblando por un callejón aparentemente sin salida y mediante pequeñas ráfagas de éter sorteo al otro lado del muro(1) pero decidió elevarse un poco mas para quedarse sobre el techo de una de las edificaciones, para acto seguido posar las manso en su pecho y comenzar a curarse un poco(2).
OFF: habilidad 1: Vuelo Fulgido
habilidad 2: imposición de manos
PD: pueden manipular al npc, si quieren que los persiga, me persiga o sigan enfrentando a npcs random, o pueden seguir huyendo solo como dato... estos tipos siempre van de a 2 así que muévanse con cuidado.
PD2: este es el enemigo que me mando a volar
- Reiner Numero 8 en la Dark Order:
- Nombre: Reiner
Edad: Aparenta 30 años
Numero : 8
Raza : Vampiro
Carácter : Lo caracteriza su indiferencia ante la muerte de amigos y enemigos por igual. Siempre parece distraído, no muestra mayor interés por nada y asesina sin el menor sentimiento de culpa o placer. Tiene la increíble cualidad de olvidar acontecimientos ocurridos incluso muy recientemente, de forma tan radical que es como si nunca hubieran sucedido, y nadie puede convencerlo de lo contrario.
Apariencia: Cabello blanco y ojos rojos, mide 2.03 mts. y viste un abrigo similar al de Wolfgang repitiendo el color purpura pero con menos adornos, al quitarse el abrigo queda sin camisa, con protecciones con cuchillas en el antebrazo y con un pantalon de combate que le permite movilidad sin restricciones.
Breve historia: Un artista Marcial Completo, Reiner prefiere eliminar a sus enemigos con el menor esfuerzo posible, también fue reclutado personalmente por Wolfgang sin embargo participa en la menor cantidad de misiones posible ya que tiende a olvidar los objetivos fácilmente, solo participa cuando Wolfgang lo hace ya que es el único al que no se atreve a contradecir.
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Zelas Hazelmere
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Re: The Storm before the calm [privado][Cerrado]
La situación era más delicada de lo que parecía, pero para este punto mis muy hábiles piernas ya saltaban por la ventana más cercano dando directo a uno de los callejones del pueblo. Como si la cosa no pintara mejor, ya era de noche, sin embargo había algo bueno que sacar en todo este caos que representaba una retirada estratégica espontanea: había agua en el piso, era lógico, al fin y al cabo la temporada tan arraigada de lluvias no permitía que el suelo permaneciera seco llovizna tras llovizna.
No estaba sola, al parecer el peculiar elfo pelirrojo se había venido venido conmigo. - Espero que puedas seguirme el paso. Ese tipo destila muerte y no quiero estar cerca. - Dije segundos antes de saltar y una vez fuera comenzar una carrera a directo al bosque más cercano, que por mi experiencia era el mejor lugar para esconderse y perder le rastro de alguien.
Esperaba que Zelas y el otro sujeto hubieran logrado salir a tiempo, de lo contrario rezaba a los dioses por sus almas en caso de que hubieran sido carnada y perecido, me encargaría de recoger sus cuerpos una vez que estuviese atenta de que el peligro mermara, por ahora hacer de heroína sólo me daría un pase directo al otro mundo.
El sentir esa energía peculiar que el agua causaba en mí, conforme daba cada paso mi velocidad con respecto a resto iba en constante aumento, había aprendido a aprovechar mi elemento para escabullirme con el paso de los años. Estaba concentrada, miraba hacia varios direcciones esperando no toparme con más problemas en el camino, mi látigo, aunque útil estaba desgastado, forzarlo más de la cuenta no sería precisamente bueno. - Por eso decía que necesitamos equipo nuevo. Maldito elfo, si sale vivo yo sí lo mato. - me quejaba en voz alta pues de modo inconsciente albergaba la esperanza que el pelirrojo estuviera detrás de mí.
El caos ya se desataba en la zona cercana a la taberna, los gritos de pánico comenzaban a resonar. Seguramente todo ese alboroto alertarían a la guardia de la ciudad pero ¿Eso sería suficiente? ¿Era el único sujeto que había llegado?
No estaba sola, al parecer el peculiar elfo pelirrojo se había venido venido conmigo. - Espero que puedas seguirme el paso. Ese tipo destila muerte y no quiero estar cerca. - Dije segundos antes de saltar y una vez fuera comenzar una carrera a directo al bosque más cercano, que por mi experiencia era el mejor lugar para esconderse y perder le rastro de alguien.
Esperaba que Zelas y el otro sujeto hubieran logrado salir a tiempo, de lo contrario rezaba a los dioses por sus almas en caso de que hubieran sido carnada y perecido, me encargaría de recoger sus cuerpos una vez que estuviese atenta de que el peligro mermara, por ahora hacer de heroína sólo me daría un pase directo al otro mundo.
El sentir esa energía peculiar que el agua causaba en mí, conforme daba cada paso mi velocidad con respecto a resto iba en constante aumento, había aprendido a aprovechar mi elemento para escabullirme con el paso de los años. Estaba concentrada, miraba hacia varios direcciones esperando no toparme con más problemas en el camino, mi látigo, aunque útil estaba desgastado, forzarlo más de la cuenta no sería precisamente bueno. - Por eso decía que necesitamos equipo nuevo. Maldito elfo, si sale vivo yo sí lo mato. - me quejaba en voz alta pues de modo inconsciente albergaba la esperanza que el pelirrojo estuviera detrás de mí.
El caos ya se desataba en la zona cercana a la taberna, los gritos de pánico comenzaban a resonar. Seguramente todo ese alboroto alertarían a la guardia de la ciudad pero ¿Eso sería suficiente? ¿Era el único sujeto que había llegado?
- Habilidades:
- Se como el agua: Mientras haya agua bajo mis pies, puedo deslizarme por esta con agilidad y usarla para impulsarme. (Pasiva)
Meraxes
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Re: The Storm before the calm [privado][Cerrado]
Un silbido adornó su retirada cuando notó que seguir a Merax no había sido una mala opción; literalmente ventana por la que pudiera pasar ella, ventana por la que podía pasar él. Sin falla. Jamás hubiera caído en que resultaba ser tan alta con solo verla sentada. - Y que lo digas. - respondió. Bastaba con escuchar el ajetreo para saber que no exageraba, así que no dudó en saltar por la ventana cuando tuvo el chance. Y mientras salía, el muro del costado fue atravesado por Zelas quien se cayó después de semejante maniobra.
- ¡Eso, colega! - Alzó el puño mientras comenzaba a correr tras Merax, pensando en que las ocurrencias del espadachín no habían cambiado mucho después de tanto. Las personas entorno a la taberna ya se estaban alertando y uno que otro veía peligro en la situación, se acercaban con la mano puesta en el mango de sus armas. Pensó en detenerse a convencerlos de que no lo hicieran, pero al ver salir a aquel demente del agujero en el muro se le quitaron todas las ganas. "Que demonios, Zelas, con qué clase de personas te liaste" pensó mientras corría con una firmeza, una constancia y una resistencia impresionante para mantener (o intentar) el ritmo de Merax. Varios segundos después, parecía una hoja de papel desparramándose bajo gotas de agua.
Para cuando la escuchó hablar, sin entender absolutamente nada, ya había perdido la cuenta de las veces que intentó llamarla para tomar un descansito. La urgencia de respirar profundo no lo dejaba. Su agonía, para bien o para mal, terminó cuando dio un paso en falso y el suelo mojado, resbaloso por la lluvia, se encargó de que siguiera de largo. Terminó estampado en el piso tras una caída estrepitosa que normalmente lo mataría de pena. - Agh... ¡No importa, vete! ... - sí, no me veas, ya no quiero correr más - ¡Estoy bien! - voy a vomitar... - ¡Solo huye, tú puedes...! - y el silencio se hizo antes que pudiera terminar, un silencio solo cortado por su respiración agitada hasta que pudo continuar. - ...tú puedes salvarte... joder, me quedé sin aliento.
- ¡Eso, colega! - Alzó el puño mientras comenzaba a correr tras Merax, pensando en que las ocurrencias del espadachín no habían cambiado mucho después de tanto. Las personas entorno a la taberna ya se estaban alertando y uno que otro veía peligro en la situación, se acercaban con la mano puesta en el mango de sus armas. Pensó en detenerse a convencerlos de que no lo hicieran, pero al ver salir a aquel demente del agujero en el muro se le quitaron todas las ganas. "Que demonios, Zelas, con qué clase de personas te liaste" pensó mientras corría con una firmeza, una constancia y una resistencia impresionante para mantener (o intentar) el ritmo de Merax. Varios segundos después, parecía una hoja de papel desparramándose bajo gotas de agua.
Para cuando la escuchó hablar, sin entender absolutamente nada, ya había perdido la cuenta de las veces que intentó llamarla para tomar un descansito. La urgencia de respirar profundo no lo dejaba. Su agonía, para bien o para mal, terminó cuando dio un paso en falso y el suelo mojado, resbaloso por la lluvia, se encargó de que siguiera de largo. Terminó estampado en el piso tras una caída estrepitosa que normalmente lo mataría de pena. - Agh... ¡No importa, vete! ... - sí, no me veas, ya no quiero correr más - ¡Estoy bien! - voy a vomitar... - ¡Solo huye, tú puedes...! - y el silencio se hizo antes que pudiera terminar, un silencio solo cortado por su respiración agitada hasta que pudo continuar. - ...tú puedes salvarte... joder, me quedé sin aliento.
Baltazar
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Re: The Storm before the calm [privado][Cerrado]
Una vez que logré salir de allí, supuse que la situación no sería tan sencilla como pudiera imaginarme. Miraba en estado de alerta mientras andaba a paso apresurado por la parte posterior de aquel recinto y al mismo tiempo seguía comiendo algo de pan. De un momento a otro puedo ver como la pared de donde estábamos se rompía y nuestro acompañante rubio salía despedido y tras eso aquel atemorizante sujeto volvió a aparecer. ¿Era un cobarde al no dirigirme hacia allá y tratar de detenerlo? Muy probablemente sí, pero apenas y nos estábamos enterando de la misión para que nos contrataba y ya aparecía uno de esos tipos, si moríamos allí no tendría ningún sentido.
Pues nos vemos... - Dije en voz baja mientras giraba sobre mi propio eje y tomaba otro rumbo hacia una de las calles principales. No tenía caso escabullirme por callejones, eso me dejaba expuesto. Al dirigirme hacia un sitio algo más concurrido tal vez podría haber algunos guardias que intentasen detenerlos, o quien sabe, tal vez en el mejor de los casos la misma multitud les evite ser más directos.
Cuando llegué a la calle comencé a caminar entre las personas, miraba de un lado a otro. Lo más probable es que ese sujeto no ande solo, pero no se si los demás sujetos sean igual de feos que él, así que aprovechaba y miraba de reojo a algunas personas, buscando algún comportamiento sospechoso que me diera el indicio que buscaba, o más bien, que prefería no encontrar. Confiaba en que nuestro compañero revivido vuelva a realizar su hazaña y permanezca con vida, así como ese par que había escapado por la ventana. Ya el destino decidirá que pasará entre nosotros, pero yo no quería ser el tipo que muriera al inicio... No gracias.
Pues nos vemos... - Dije en voz baja mientras giraba sobre mi propio eje y tomaba otro rumbo hacia una de las calles principales. No tenía caso escabullirme por callejones, eso me dejaba expuesto. Al dirigirme hacia un sitio algo más concurrido tal vez podría haber algunos guardias que intentasen detenerlos, o quien sabe, tal vez en el mejor de los casos la misma multitud les evite ser más directos.
Cuando llegué a la calle comencé a caminar entre las personas, miraba de un lado a otro. Lo más probable es que ese sujeto no ande solo, pero no se si los demás sujetos sean igual de feos que él, así que aprovechaba y miraba de reojo a algunas personas, buscando algún comportamiento sospechoso que me diera el indicio que buscaba, o más bien, que prefería no encontrar. Confiaba en que nuestro compañero revivido vuelva a realizar su hazaña y permanezca con vida, así como ese par que había escapado por la ventana. Ya el destino decidirá que pasará entre nosotros, pero yo no quería ser el tipo que muriera al inicio... No gracias.
Gaegel
Lobo Renegado
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Re: The Storm before the calm [privado][Cerrado]
Algunas partes de Vulwulfar como la taberna se habían vuelto el peor lugar de Aerandir para estar en ese momento, el camino principal parecía ser un lugar seguro hasta que un hombre con una vestimenta particularmente llamativa decidió comenzar a hablar.
-Habitantes de Vulwulfar, aceptaremos todo lo que tengan, pero no se atrevan a tomar nada de nosotros-
-Acá te tengo algo..-
-Cállate y quédate quieto-
El hombre que parecía venir a hacerse el gracioso quedo en silencio y parecía querer hacer algo mas, pero se veía visiblemente angustiado, mientras el hombre de extrañas vestiduras comenzaba a moverse lentamente ahora que tenia la atención de todos.
-Como les decía, no se atrevan a tomar nada de nosotros, usualmente no recurrimos en persona a lidiar con esto, pero hay un elfo, el tomo algo de nosotros y por desgracia hasta que no le encontremos, nos veremos en la obligación de tener que meternos con su poblado de mierda- Exclamo mientras veía el miedo acumularse en las miradas de los demás, se acerco a uno de los soldados encargados y observo el armamento que traía, -Ve a matarlo- le indico al soldado el cual acato la orden sin titubear y ejecuto al hombre que no podía hablar, cuando los gritos comenzaron el hombre emitio un fuerte grito -SILENCIO- y los sonidos provenientes de las personas se detuvieron -Ahora si no saben quien es Zelas Hazelmere pueden sacarse la información a golpes a quien sea que este cerca de ustedes- terminando de decir esas palabras la gente de la calle principal comenzaron a golpearse los unos a los otros preguntándose si sabían quien era Zelas Hazelmere.
El hombre encapuchado camino tranquilamente frente a la multitud peleonera y observo como un enorme destello de éter luminoso destellaba de forma exagerada en el cielo nocturno, ante lo cual decidió caminar en esa dirección de forma tranquila y pausada y dando ordenes a la gente que se encontraba dejando tras de si solo problemas y violencia.
------------------------------------------------------------------------------------
Al mismo tiempo que sucedía eso, pasaba esto:
Hazelas aun se encontraba sanándose(1), aquel golpe había sido estúpidamente fuerte y eso que había tenido la suerte de bloquearlo, de lo contrario ya habría sido otro cadaver mas del lugar, seria una buena idea juntar a todos sus amigos para un trabajo que probablemente sea un suicidio colectivo?, no estaba seguro ya de nada, pero desde la nueva posición de altura que tenia ahora podía ver el camino que habían tomado Meraxes y Baltazar y cuando noto como el ultimo se cayo, Zelas no pudo evitar reírse por el asunto. El sonido de un cuerpo siendo reventado le hizo volver a poner en guardia todos sus sentidos, "Ese bastardo debe estar cerca" pensó el no-elfo al momento que ajustaba su visión para ver mejor en la oscuridad(2) el enemigo se acercaba con pereza y parecia dispuesto a seguir el camino que Mera y Baltazar habían tomado y eso no lo podía permitir.
El plan era simple, dejar caer la espada y al momento de generar el sonido hacerla volver y elevarse un poco mas para luego caer con todo el impulso posible y así, Zelas dejo que su espada ridículamente grande cayera, con el ruido llamo en efecto la atención de su enemigo y sobre la misma con un gesto de manos la espada se elevo hacia el(3), Zelas se elevo un poco mas utilizando unas breves explosiones(4) y luego las utilizo para mantenerse flotando por decirlo de alguna forma, el éter comenzó a recorrer cada parte de su cuerpo emitiendo una luz visible que parecía rodearle.
-Oh, veamos que puedes hacer- exclamo el tipo de la dark order
-Intenta detener esto con un dedo- exclamo el rubio ya habiendo acumulado el éter suficiente para dejarse caer con la espada al frente, liberando de golpe todo el eter ahora intensificado que le propulso hacia abajo con mas fuerza para propinar una estocada brutal(5)
off: Habilidades usadas
1_ Imposición de manos
2_ Ojos de elfo
3_Retorno
4_Vuelo Fulgido
5_Stinger
-Habitantes de Vulwulfar, aceptaremos todo lo que tengan, pero no se atrevan a tomar nada de nosotros-
-Acá te tengo algo..-
-Cállate y quédate quieto-
El hombre que parecía venir a hacerse el gracioso quedo en silencio y parecía querer hacer algo mas, pero se veía visiblemente angustiado, mientras el hombre de extrañas vestiduras comenzaba a moverse lentamente ahora que tenia la atención de todos.
-Como les decía, no se atrevan a tomar nada de nosotros, usualmente no recurrimos en persona a lidiar con esto, pero hay un elfo, el tomo algo de nosotros y por desgracia hasta que no le encontremos, nos veremos en la obligación de tener que meternos con su poblado de mierda- Exclamo mientras veía el miedo acumularse en las miradas de los demás, se acerco a uno de los soldados encargados y observo el armamento que traía, -Ve a matarlo- le indico al soldado el cual acato la orden sin titubear y ejecuto al hombre que no podía hablar, cuando los gritos comenzaron el hombre emitio un fuerte grito -SILENCIO- y los sonidos provenientes de las personas se detuvieron -Ahora si no saben quien es Zelas Hazelmere pueden sacarse la información a golpes a quien sea que este cerca de ustedes- terminando de decir esas palabras la gente de la calle principal comenzaron a golpearse los unos a los otros preguntándose si sabían quien era Zelas Hazelmere.
El hombre encapuchado camino tranquilamente frente a la multitud peleonera y observo como un enorme destello de éter luminoso destellaba de forma exagerada en el cielo nocturno, ante lo cual decidió caminar en esa dirección de forma tranquila y pausada y dando ordenes a la gente que se encontraba dejando tras de si solo problemas y violencia.
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Al mismo tiempo que sucedía eso, pasaba esto:
Hazelas aun se encontraba sanándose(1), aquel golpe había sido estúpidamente fuerte y eso que había tenido la suerte de bloquearlo, de lo contrario ya habría sido otro cadaver mas del lugar, seria una buena idea juntar a todos sus amigos para un trabajo que probablemente sea un suicidio colectivo?, no estaba seguro ya de nada, pero desde la nueva posición de altura que tenia ahora podía ver el camino que habían tomado Meraxes y Baltazar y cuando noto como el ultimo se cayo, Zelas no pudo evitar reírse por el asunto. El sonido de un cuerpo siendo reventado le hizo volver a poner en guardia todos sus sentidos, "Ese bastardo debe estar cerca" pensó el no-elfo al momento que ajustaba su visión para ver mejor en la oscuridad(2) el enemigo se acercaba con pereza y parecia dispuesto a seguir el camino que Mera y Baltazar habían tomado y eso no lo podía permitir.
El plan era simple, dejar caer la espada y al momento de generar el sonido hacerla volver y elevarse un poco mas para luego caer con todo el impulso posible y así, Zelas dejo que su espada ridículamente grande cayera, con el ruido llamo en efecto la atención de su enemigo y sobre la misma con un gesto de manos la espada se elevo hacia el(3), Zelas se elevo un poco mas utilizando unas breves explosiones(4) y luego las utilizo para mantenerse flotando por decirlo de alguna forma, el éter comenzó a recorrer cada parte de su cuerpo emitiendo una luz visible que parecía rodearle.
-Oh, veamos que puedes hacer- exclamo el tipo de la dark order
-Intenta detener esto con un dedo- exclamo el rubio ya habiendo acumulado el éter suficiente para dejarse caer con la espada al frente, liberando de golpe todo el eter ahora intensificado que le propulso hacia abajo con mas fuerza para propinar una estocada brutal(5)
off: Habilidades usadas
1_ Imposición de manos
2_ Ojos de elfo
3_Retorno
4_Vuelo Fulgido
5_Stinger
- Wolfgang Rammsteiner Nº13 Lider actual de la Dark Order :
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Nombre: Wolfgang Rammsteiner
Edad: Aparenta 26 años
Numero : 13
Raza : Vampiro
Carácter : A pesar de su personalidad sombría y a no tener un constante ni efusivo contacto personal con los otros miembros de la Dark Order, consigue una lealtad férrea por parte de éstos, y sus órdenes son acatadas sin cuestionamiento. Es un personaje misterioso, sólo aparece durante las misiones a gran escala de la Dark Order y una vez acabadas éstas desaparece sin dejar el menor rastro. Le apasiona el arte, le gusta disfrutar estéticamente de los objetos que obtiene antes que lucrar directamente con ellos. Es una persona de pocas palabras, prefiere escuchar razonamientos antes de tomar decisiones, lo que hace manifestando gran capacidad de análisis. Es el alma de la Dark Order, y aunque en un principio su supervivencia no es fundamental para la existencia del grupo, no se ha dado cuenta de que ha llegado a formar lazos más fuertes con algunos que aquellos que lo han seguido todos estos años. Sin embargo, su preocupación primordial sigue siendo el bien de la Dark Order, y no el de sus miembros. Se gano a pulso el derecho a ser el líder, una vez en el poder puso dos condiciones: que sus órdenes siempre fueran obedecidas y que su vida nunca fuera priorizada por encima de la de los demás.
Apariencia: Tiene el cabello blanco, ojos de color rojo y mide alrededor de 1.89 mts. y suele vestir elegantemente, se dice que los adornos de su vestimenta estan hechos con los restos oseos del lider anterior. Se le han visto multiples atuendos, pero su abrigo purpura con adornos se ha vuelto su atuendo predeterminado en las reuniones de la Dark Order.
Breve historia: Actualmente es el 4to Líder de la Dark Order, obtuvo su lugar al asesinar al antiguo líder, en una organización donde solo sobrevive el mas fuerte, la generación de la Dark Order que esta bajo su mandato ha sido la mas estable de la que se lleva registro, a su vez la isla en la que reside la organización esta a su cuidado y nadie se ha atrevido a atacarla en el tiempo que lleva bajo su mando. “Aceptare todo lo que tengan, no se atrevan a tomar nada de mi” haciendo el lema de la organización suyo, Wolfgang se prepara para extender su organización a todos los rincones de Aerandir.
Zelas Hazelmere
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Re: The Storm before the calm [privado][Cerrado]
Era extraño, no escuchaba respuesta y los gritos, destrozos y todo lo que nos rodeaba no ayudaba tampoco. Era obvio que temía por mi integridad pero fue ese murmullo lejano, esa palabra "huye" la que por cosas del destino me hizo girar. El elfo no estaba detrás de mí, tal vez había recorrido unos veinte metros de carrera cuando podía distinguir una silueta brillante a lo lejos.
Me detuve, miré al cielo nocturno, respiré profundo y dije en voz alta. - Maldita sea, voy a arrepentirme por esto. - Seguiría mis impulsos, y estos simplemente me decían: "Regresa y salva al estúpido elfo". Corría esta vez a toda la velocidad que me lo permitían las piernas y recuperar el tiempo perdido antes de que ese loco o algo peor nos acechara. No tardé en mucho en divisar al flacucho del elfo que parecía la sátira de una damisela en peligro.
Estar a nueva cuenta cerca de donde se hallaba parte de lo que era el peligro me estresaba pero tal vez, para este punto huir no era la solución, o más bien, había que ayudar a ese trío de energúmenos a ir a un lugar seguro. El encuentro entre Baltazar y yo fue un hecho, y antes de que pudiera decir algo lo primero que hice fue inclinarme lo suficiente como para pasar mi brazo debajo de sus rodillas, otro en su espalda y levantarlo en un impulso hacia el callejón mas cercano. - Para ser hombre eres bastante ligero... tienes suerte. Y esto no será gratis señor princeso, espero una compensación monetaria luego. - Francamente esperaba que fuese más pesado, gracias a los dioses eso me daba la facilidad de trasladarlo lejos del peligro.
Ir al bosque sería una travesía larga, lo más prudente ahora era escondernos en alguna de las casa que ahora yacían vacías por todo el alboroto. Era mi intención dejar al elfo allí, seguramente era lo bastante compacto como para permanecer oculto mientras encontraba al resto. Fue allí cuando una luz centelleó iluminando una gran rango. - Esa casa ... - señalé con la mirada- ...quedate ahí hasta que vuelva y reza porque encuentre a los demás. - Fueron mis ultimas palabras hacia el elfo antes de dejarlo a caer al suelo de culo para que hiciera lo que le pedía y yo pudiese regresar sobre mis pasos.
Me detuve, miré al cielo nocturno, respiré profundo y dije en voz alta. - Maldita sea, voy a arrepentirme por esto. - Seguiría mis impulsos, y estos simplemente me decían: "Regresa y salva al estúpido elfo". Corría esta vez a toda la velocidad que me lo permitían las piernas y recuperar el tiempo perdido antes de que ese loco o algo peor nos acechara. No tardé en mucho en divisar al flacucho del elfo que parecía la sátira de una damisela en peligro.
Estar a nueva cuenta cerca de donde se hallaba parte de lo que era el peligro me estresaba pero tal vez, para este punto huir no era la solución, o más bien, había que ayudar a ese trío de energúmenos a ir a un lugar seguro. El encuentro entre Baltazar y yo fue un hecho, y antes de que pudiera decir algo lo primero que hice fue inclinarme lo suficiente como para pasar mi brazo debajo de sus rodillas, otro en su espalda y levantarlo en un impulso hacia el callejón mas cercano. - Para ser hombre eres bastante ligero... tienes suerte. Y esto no será gratis señor princeso, espero una compensación monetaria luego. - Francamente esperaba que fuese más pesado, gracias a los dioses eso me daba la facilidad de trasladarlo lejos del peligro.
Ir al bosque sería una travesía larga, lo más prudente ahora era escondernos en alguna de las casa que ahora yacían vacías por todo el alboroto. Era mi intención dejar al elfo allí, seguramente era lo bastante compacto como para permanecer oculto mientras encontraba al resto. Fue allí cuando una luz centelleó iluminando una gran rango. - Esa casa ... - señalé con la mirada- ...quedate ahí hasta que vuelva y reza porque encuentre a los demás. - Fueron mis ultimas palabras hacia el elfo antes de dejarlo a caer al suelo de culo para que hiciera lo que le pedía y yo pudiese regresar sobre mis pasos.
- Habilidades:
- Se como el agua: Mientras haya agua bajo mis pies, puedo deslizarme por esta con agilidad y usarla para impulsarme. (Pasiva)
- Mapita personalizado de la situación actual porque me perdí (?):
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Ya saben quien es quien por los colores. La masa naranja es la gente matándose (?)
Meraxes
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