¿Quién eres tú? [Privado - Cerrado]
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Re: ¿Quién eres tú? [Privado - Cerrado]
Por desgracia, para nuestro simpático brujo, las respuestas de sus interlocutores no pudieron añadir información adicional sobre la técnica, o motivos, del elfo, al que llamaremos a partir de ahora “Señor Pelotas al Viento”, para actuar de aquella manera.
- Un beso-, dijo, acariciándose la barba de su mentón. - Bueno, teniendo en cuenta que hay humanos que piden mucho más sin conocer a nadie, pues igual un beso no es para tanto-, comentó en broma, rememorando los instantes antes, cuando “Don Ronquidos” estaba en pleno apogeo de locura sexual.
Una pena. Una pena. Al menos entender a aquel sujeto hubiera dado para una divertida charla. Y, por supuesto, una conversación jovial era uno de aquellos pequeños placeres de la vida, de esos pequeños detalles que muchos pasaban por alto, pero que llenaban nuestra existencia.
Así lo creía nuestro querido, y muchas veces no tan querido, brujo. Nada como estar a punto de morir cientos de veces, o vivir lo suficiente, para empezar a apreciar las pequeñas cosas de nuestra vida. Y, otra vez por supuesto, lo de querido era una suave y dulce mentira narrativa por parte de este escritor, a este mercenario como mucho lo querían muerto.
- Malentendidos. Ese elfo no deja de despertar mi curiosidad. No, no es que quiera saber de las pelotas del “Señor Pelotas al Viento”, valga la redundancia hecha esférico u ovoide. Ja, para que vean que también soy culto. No fui a la academia por nada, chúpense esa, profesores arcaicos-, comentó en broma, recordando buenos tiempos de su vida temprana. - Solamente me preguntaba que tipo de malentendidos serían.
Aquello merecía un trago, claro que sí. Cuando era un auténtico cómico imbécil no estaba de más dar tiempo a los demás asimilar su tontuna.
- Lo cierto es que, con mi fortuna, ya me lo encontraré algún día. Tengo fe en ello-, siguió sin perder el humor, aunque la verdad es que solía encontrarse a todos los locos del continente y las islas, así que no era descartable. - Bueno, creo que es más correcto decir que tengo seguridad en ello-, dijo antes de reír. - Pero en fin, olvidemos al elfo “Péndulo en movimiento constante”. Maestro de cuerdas, arcanista, trabajar la madera, bien de datos de lo más interesantes.
Así era, habían dicho bastante de ellos en pocas palabras. Y ello ayudaba a este mercenario a comprender más de los recién conocidos.
- Así que quieres ser curtidora. Que bien. Nunca hay suficientes, siempre necesito buen cuero para las empuñaduras de mis armas, entre otras cosas. Eso es, soy herrero. Aunque creo que te alegrará aún más saber que también soy arcanista-, mentó, mirando hacia la mujer y dedicándole una sonrisa. - Si quieres, te puedo enseñar alguna cosa antes de que partas. Y si no dispones de tiempo, tengo mi negocio en la capital de los humanos, en la zona portuaria. No tiene pérdida, por allí casi todos conocen al maldito brujo y al enano que lo regentan-, comentó amistoso, antes de asentir con la cabeza. - Y bueno, entiendo que vos sois ebanista-, dijo, esta vez posando su mirada sobre el hombre. - Espero no equivocarme por deslenguado e impaciente-, afirmó con su característico buen humor. - También espero que te recuperes pronto. Hay pocas cosas que aburran y desanimen más que estar impedido de cualquier manera-, le deseó.
- Un beso-, dijo, acariciándose la barba de su mentón. - Bueno, teniendo en cuenta que hay humanos que piden mucho más sin conocer a nadie, pues igual un beso no es para tanto-, comentó en broma, rememorando los instantes antes, cuando “Don Ronquidos” estaba en pleno apogeo de locura sexual.
Una pena. Una pena. Al menos entender a aquel sujeto hubiera dado para una divertida charla. Y, por supuesto, una conversación jovial era uno de aquellos pequeños placeres de la vida, de esos pequeños detalles que muchos pasaban por alto, pero que llenaban nuestra existencia.
Así lo creía nuestro querido, y muchas veces no tan querido, brujo. Nada como estar a punto de morir cientos de veces, o vivir lo suficiente, para empezar a apreciar las pequeñas cosas de nuestra vida. Y, otra vez por supuesto, lo de querido era una suave y dulce mentira narrativa por parte de este escritor, a este mercenario como mucho lo querían muerto.
- Malentendidos. Ese elfo no deja de despertar mi curiosidad. No, no es que quiera saber de las pelotas del “Señor Pelotas al Viento”, valga la redundancia hecha esférico u ovoide. Ja, para que vean que también soy culto. No fui a la academia por nada, chúpense esa, profesores arcaicos-, comentó en broma, recordando buenos tiempos de su vida temprana. - Solamente me preguntaba que tipo de malentendidos serían.
Aquello merecía un trago, claro que sí. Cuando era un auténtico cómico imbécil no estaba de más dar tiempo a los demás asimilar su tontuna.
- Lo cierto es que, con mi fortuna, ya me lo encontraré algún día. Tengo fe en ello-, siguió sin perder el humor, aunque la verdad es que solía encontrarse a todos los locos del continente y las islas, así que no era descartable. - Bueno, creo que es más correcto decir que tengo seguridad en ello-, dijo antes de reír. - Pero en fin, olvidemos al elfo “Péndulo en movimiento constante”. Maestro de cuerdas, arcanista, trabajar la madera, bien de datos de lo más interesantes.
Así era, habían dicho bastante de ellos en pocas palabras. Y ello ayudaba a este mercenario a comprender más de los recién conocidos.
- Así que quieres ser curtidora. Que bien. Nunca hay suficientes, siempre necesito buen cuero para las empuñaduras de mis armas, entre otras cosas. Eso es, soy herrero. Aunque creo que te alegrará aún más saber que también soy arcanista-, mentó, mirando hacia la mujer y dedicándole una sonrisa. - Si quieres, te puedo enseñar alguna cosa antes de que partas. Y si no dispones de tiempo, tengo mi negocio en la capital de los humanos, en la zona portuaria. No tiene pérdida, por allí casi todos conocen al maldito brujo y al enano que lo regentan-, comentó amistoso, antes de asentir con la cabeza. - Y bueno, entiendo que vos sois ebanista-, dijo, esta vez posando su mirada sobre el hombre. - Espero no equivocarme por deslenguado e impaciente-, afirmó con su característico buen humor. - También espero que te recuperes pronto. Hay pocas cosas que aburran y desanimen más que estar impedido de cualquier manera-, le deseó.
Vincent Calhoun
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Re: ¿Quién eres tú? [Privado - Cerrado]
Gaegel reafirmó el hecho de que viajaría conmigo hacia la frontera. No pude evitar esbozar una media sonrisa, hasta cierto punto ya se me estaba haciendo un hábito estar todo el tiempo con él. Viajar sola era algo que no parecía contemplar en un futuro a corto plazo, además dado a que recientemente teníamos una especie de relación carnal sin compromiso las noches, o cualquier momento donde el cuerpo lo pidiera, se ponían interesantes.
Volví a centrar mi atención en el brujo. Para este punto había bautizado a Baltazar como Señor pelotas al viento, un nombre bastante educado, yo hubiera pensado algo más vulgar como bolas al aire o verga carmesí. Eran esos momentos en los que mi feminidad se desvanecía por completo, pero bueno la vida dura te cambia ¿no?
- Si lo encuentras digale que Meraxes le envía saludos. - Dije quizás no muy convencida de que aquello sucediera, algo en mi interior decía que no volveríamos a ver a ese zoquete.
La conversación tuvo otro giro luego de hablarle un poco sobre mi oficio, y la verdad aquí mi atención s que se enfocó totalmente en él. No lo podía creer, pues el ofertón que estaba frente a mis narices me hicieron esbozar una amplia sonrisa. No me sorprendía que siendo un brujo no conociera de las artes arcanas, especialmente si había estudiado en la academia, que si mal no recordaba había una en mi ciudad natal. Mis conocimientos de arcanismo eran los necesarios gracias a al muy querido maestro Diaval y uno que otro a ese maestro elfo errante que solía conseguir de forma tan esporádica en mis viajes. - Pues si no le molesta enseñarme un par de trucos estoy dispuesta a aplazar un poco el viaje, claro que no tengo como pagarle a semejante ofrecimiento. Como ya sabe mi recompensa en este lugar solo fue la dicha de abrigar a niños sin recursos. - Dije en la espera de su respuesta, claro que quería aprender, de seguro sus técnicas eran peculiares y podrían servirme tanto en mis viajes como para tratar de tener algunos aeros de más.
Volví a centrar mi atención en el brujo. Para este punto había bautizado a Baltazar como Señor pelotas al viento, un nombre bastante educado, yo hubiera pensado algo más vulgar como bolas al aire o verga carmesí. Eran esos momentos en los que mi feminidad se desvanecía por completo, pero bueno la vida dura te cambia ¿no?
- Si lo encuentras digale que Meraxes le envía saludos. - Dije quizás no muy convencida de que aquello sucediera, algo en mi interior decía que no volveríamos a ver a ese zoquete.
La conversación tuvo otro giro luego de hablarle un poco sobre mi oficio, y la verdad aquí mi atención s que se enfocó totalmente en él. No lo podía creer, pues el ofertón que estaba frente a mis narices me hicieron esbozar una amplia sonrisa. No me sorprendía que siendo un brujo no conociera de las artes arcanas, especialmente si había estudiado en la academia, que si mal no recordaba había una en mi ciudad natal. Mis conocimientos de arcanismo eran los necesarios gracias a al muy querido maestro Diaval y uno que otro a ese maestro elfo errante que solía conseguir de forma tan esporádica en mis viajes. - Pues si no le molesta enseñarme un par de trucos estoy dispuesta a aplazar un poco el viaje, claro que no tengo como pagarle a semejante ofrecimiento. Como ya sabe mi recompensa en este lugar solo fue la dicha de abrigar a niños sin recursos. - Dije en la espera de su respuesta, claro que quería aprender, de seguro sus técnicas eran peculiares y podrían servirme tanto en mis viajes como para tratar de tener algunos aeros de más.
- OFF:
- - [Recordatorio para mí] Sumar 3 puntos de experiencia al finalizar el tema por el dado de evento de aniversario. [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]. Ya se me había olvidado esto :V.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
- Inventario:
- Pieza Metálica - Pecho lado izquierdo.
- Armadura Ligera Normal
- Bolso de Viajero:Contiene un saco de dormir, 4 metros de cuerda, provisiones, pedernal con yesca, cantimplora y 2 antorchas.
- Kit de Arcanos Inferior. - Dentro de Bolso de Viajero.
- Arma Flexible Superior (Látigo) - Cuelga del lado izquierdo de mi cintura.
- Kit de Curtiduría Inferior - Dentro del Bolso de Viajero.
- Bomull [Mascota] (Cría de Gomejo)
Meraxes
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Re: ¿Quién eres tú? [Privado - Cerrado]
Yo lo vi muy desanimado por el castigo que le dieron. Ojalá y en un futuro pueda redimir ese problema y obtenga la recompensa que había buscado. - Dije con una media sonrisa. Respondiendo a las palabras de Vincent hacia el beso que Baltazar había estado esperando de Zelas. Sería bueno volver a ver ese elfo. Sin tener que volverle a ver las pelotas, pero al menos volver a verlo.
En eso el mencionó el interés por conocerlo, y que él esperaba encontrarlo pronto. A eso, Mera le dijo que en caso de hacerlo, ella le daba sus saludos. - Estoy seguro que pasarás un rato muy ameno con ese elfo. A pesar de todo, su carácter es muy agradable. Y podría afirmar que puedes hacer buenas migas con él. - Le dije con franqueza. No podía negar que aún teniendo en consideración el problema que hubo con Artorias y con Eirik. Baltazar era alguien sumamente simpático.
Luego de eso. la charla se enfocó hacia los oficios que el brujo desempeñaba. Era un herrero y un arcanista. Así mismo, le ofreció enseñarle algo del oficio de arcanista, el cual también practicaba Mera. Ella por su parte estaba dispuesta en aprender, aunque no contaba con los medios para pagar los conocimientos aprendidos, dado a que nuestro viaje fue más de índole altruista.
Acto seguido, la atención de Vincent se enfocó en mi oficio. Asentí con la cabeza ante sus comentarios. - Estás en lo correcto. Ese es mi oficio. Aprendido de un gran maestro, aunque dejé ese oficio muchos años y estoy redescubriendo mis habilidades. Lo mismo ocurre con el oficio de la ingeniería. Aunque en ese campo voy un poco más despacio. - Reí levemente. - Y gracias por tus buenos deseos. Me lastimé en un accidente algo extraño, pero menos mal no resultó fatal para nadie, y eso me tranquiliza. - Miré por un momento mi brazo incapacitado. - Las lesiones se recuperan con el tiempo. Una vida no. - Dije esbozando una media sonrisa al recordar a ese adolescente enamorado que terminó con su pierna rota, pero vivo.
En eso el mencionó el interés por conocerlo, y que él esperaba encontrarlo pronto. A eso, Mera le dijo que en caso de hacerlo, ella le daba sus saludos. - Estoy seguro que pasarás un rato muy ameno con ese elfo. A pesar de todo, su carácter es muy agradable. Y podría afirmar que puedes hacer buenas migas con él. - Le dije con franqueza. No podía negar que aún teniendo en consideración el problema que hubo con Artorias y con Eirik. Baltazar era alguien sumamente simpático.
Luego de eso. la charla se enfocó hacia los oficios que el brujo desempeñaba. Era un herrero y un arcanista. Así mismo, le ofreció enseñarle algo del oficio de arcanista, el cual también practicaba Mera. Ella por su parte estaba dispuesta en aprender, aunque no contaba con los medios para pagar los conocimientos aprendidos, dado a que nuestro viaje fue más de índole altruista.
Acto seguido, la atención de Vincent se enfocó en mi oficio. Asentí con la cabeza ante sus comentarios. - Estás en lo correcto. Ese es mi oficio. Aprendido de un gran maestro, aunque dejé ese oficio muchos años y estoy redescubriendo mis habilidades. Lo mismo ocurre con el oficio de la ingeniería. Aunque en ese campo voy un poco más despacio. - Reí levemente. - Y gracias por tus buenos deseos. Me lastimé en un accidente algo extraño, pero menos mal no resultó fatal para nadie, y eso me tranquiliza. - Miré por un momento mi brazo incapacitado. - Las lesiones se recuperan con el tiempo. Una vida no. - Dije esbozando una media sonrisa al recordar a ese adolescente enamorado que terminó con su pierna rota, pero vivo.
Gaegel
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Re: ¿Quién eres tú? [Privado - Cerrado]
- Le daré esos recuerdos, porque, créame, tengo un poder especial para conocer gente extravagante durante mis viajes.
Unas palabras un tanto exageradas por parte del hechicero, cierto, pero no tanto como se podría imaginar, pues este rubito tenía algún tipo de magia, o maldición, según se quiera mirar, para encontrarse con las personas más extrañas.
- En serio, confíe en mí para tal misión-, bromeó. - Y sin problema. Siempre llevo en mi morral y bolsos material para poder realizar runas allá dónde voy. De otro modo, no habría podido hacer las protecciones mágicas de este asentamiento-, comentó, aunque ello último era obvio. - Si quiere, le puedo mostrar estas protecciones y cómo realizar el dibujo, y las palabras que deben escribirse para que todo funcione y nadie explore por los aires-, volvió a bromear, esta vez con sus últimas palabras.
Una broma un tanto recurrente, pues este mercenario la usaba muy a menudo. Después de todo, aunque en este caso concreto, por el trabajo de la dragona, era indiscutible de que no era así, en muchas ocasiones la gente no sabía mucho de la magia y hasta, a veces, era temerosa de ella. Decir que una runa podía explotar siempre causaba sensación.
- Bueno, ayudar a unos chiquillos siempre está bien. Aunque es cierto que pueden ser muy pesados-, comentó, pensando en su propia hija o en los niños del orfanato en el que Caroline ayudaba. - Y si los extraños que encuentro por ahí son agradables, pues mucho mejor que si me roban botellas. Eso lo puedo aseverar-, respondió mirando hacia Gaegel, antes de reír.
No se podía negar que muchos de aquellos locos habían logrado desquiciar al bueno de Vincent, pero más de uno también le había sacado una sonrisa. Con el tiempo por medio, tras sobrevivir a tales experiencias creadas por tales sujetos, tenía buen recuerdo de la mayoría de ellos.
«Aunque, volver a verles, seguro será un dolor de muelas para mí», pensó cierto brujo.
- Toda la razón. Escapar de las garras de la muerte es complicado. Demasiado de eso he visto a lo largo de mi vida, así que no se puede estar menos de acuerdo contigo-, respondió, recordando algunas viejas batallas y los caídos sobre el barro. - Me alegra saber que tu lesión no es permanente-, siguió, pues, al rememorar aquellas viejas batallas, también recordó a los lisiados y mal parados que estas dejaron. - Pero bueno, lo importante es que estás bien y mejorarás. Eso es lo único que realmente importa. La gente no suele apreciar la salud hasta que está realmente jodida. Qué carajos, la gente no suele apreciar nada hasta que lo pierde-, comentó más simpático, dejando atrás los malos recuerdos.
Vinc se acarició el mentón y llevó su mirada hacia la alta dragona.
- Bueno, llegados a este punto puedo decir que ha sido un placer conocerlos y compartir esta agradable charla. Son muy simpáticos. Llevamos un rato hablando y, carajos, nadie ha intentado matarme. Creo que debe ser mi mejor marca de tiempo entre intentos de asesinato hacia mi persona-, comentó divertido. - Ahí arriba puse una de las runas de protección-, dijo tras la broma, señalando algunos de los maderos que, los días anteriores, Corlys ensambló para crear los andamios. - Si me acompaña, ahora o más tarde, puedo decirle cómo hacer la runa para que el hechizo salga bien. En cualquier caso, en breves tendré que partir, porque mi no esposa sin verme tanto tiempo igual me echa de menos. Aunque, entre ustedes y yo, en realidad voy porque sé que es guapa y yo un imbécil fácil de reemplazar-, dijo aquello último de broma, antes de guiñar un ojo. Después se levantó y se golpeó las ropas a la altura del culo para quitarse el polvo. - Por otro lado…-, sacó otra botella de la caja y la dejó en el suelo, cerca de ellos. - De todos modos yo no necesito tantas botellas y ese majadero no dejará de robarme, así que les dejo este presente-, comentó amable.
Unas palabras un tanto exageradas por parte del hechicero, cierto, pero no tanto como se podría imaginar, pues este rubito tenía algún tipo de magia, o maldición, según se quiera mirar, para encontrarse con las personas más extrañas.
- En serio, confíe en mí para tal misión-, bromeó. - Y sin problema. Siempre llevo en mi morral y bolsos material para poder realizar runas allá dónde voy. De otro modo, no habría podido hacer las protecciones mágicas de este asentamiento-, comentó, aunque ello último era obvio. - Si quiere, le puedo mostrar estas protecciones y cómo realizar el dibujo, y las palabras que deben escribirse para que todo funcione y nadie explore por los aires-, volvió a bromear, esta vez con sus últimas palabras.
Una broma un tanto recurrente, pues este mercenario la usaba muy a menudo. Después de todo, aunque en este caso concreto, por el trabajo de la dragona, era indiscutible de que no era así, en muchas ocasiones la gente no sabía mucho de la magia y hasta, a veces, era temerosa de ella. Decir que una runa podía explotar siempre causaba sensación.
- Bueno, ayudar a unos chiquillos siempre está bien. Aunque es cierto que pueden ser muy pesados-, comentó, pensando en su propia hija o en los niños del orfanato en el que Caroline ayudaba. - Y si los extraños que encuentro por ahí son agradables, pues mucho mejor que si me roban botellas. Eso lo puedo aseverar-, respondió mirando hacia Gaegel, antes de reír.
No se podía negar que muchos de aquellos locos habían logrado desquiciar al bueno de Vincent, pero más de uno también le había sacado una sonrisa. Con el tiempo por medio, tras sobrevivir a tales experiencias creadas por tales sujetos, tenía buen recuerdo de la mayoría de ellos.
«Aunque, volver a verles, seguro será un dolor de muelas para mí», pensó cierto brujo.
- Toda la razón. Escapar de las garras de la muerte es complicado. Demasiado de eso he visto a lo largo de mi vida, así que no se puede estar menos de acuerdo contigo-, respondió, recordando algunas viejas batallas y los caídos sobre el barro. - Me alegra saber que tu lesión no es permanente-, siguió, pues, al rememorar aquellas viejas batallas, también recordó a los lisiados y mal parados que estas dejaron. - Pero bueno, lo importante es que estás bien y mejorarás. Eso es lo único que realmente importa. La gente no suele apreciar la salud hasta que está realmente jodida. Qué carajos, la gente no suele apreciar nada hasta que lo pierde-, comentó más simpático, dejando atrás los malos recuerdos.
Vinc se acarició el mentón y llevó su mirada hacia la alta dragona.
- Bueno, llegados a este punto puedo decir que ha sido un placer conocerlos y compartir esta agradable charla. Son muy simpáticos. Llevamos un rato hablando y, carajos, nadie ha intentado matarme. Creo que debe ser mi mejor marca de tiempo entre intentos de asesinato hacia mi persona-, comentó divertido. - Ahí arriba puse una de las runas de protección-, dijo tras la broma, señalando algunos de los maderos que, los días anteriores, Corlys ensambló para crear los andamios. - Si me acompaña, ahora o más tarde, puedo decirle cómo hacer la runa para que el hechizo salga bien. En cualquier caso, en breves tendré que partir, porque mi no esposa sin verme tanto tiempo igual me echa de menos. Aunque, entre ustedes y yo, en realidad voy porque sé que es guapa y yo un imbécil fácil de reemplazar-, dijo aquello último de broma, antes de guiñar un ojo. Después se levantó y se golpeó las ropas a la altura del culo para quitarse el polvo. - Por otro lado…-, sacó otra botella de la caja y la dejó en el suelo, cerca de ellos. - De todos modos yo no necesito tantas botellas y ese majadero no dejará de robarme, así que les dejo este presente-, comentó amable.
Vincent Calhoun
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Re: ¿Quién eres tú? [Privado - Cerrado]
Escuchar a ese sujeto, sus anécdotas y la forma en qué decía cada cosa inevitablemente te sacaba una buena sonrisa. No sé si estaba loco o sólo lo perseguía la locura, pero sí de algo estaba completamente claro es que el hombre tenía todo un arsenal de historias que contar, tantas que divagaba de una otra.
Como fuese y en el punto de la conversación en que hizo una propuesta lo suficientemente buena como para ser rechazada, pues, la posibilidad de encontrarlo en un futuro era mínima. No esperé una segunda o quizás tercera petición pues ya lo dijo, su no esposa lo esperaba - lo que fuera que significara eso- y no había tiempo que perder luego de que me señalara aquellas runas de protección.
- Estoy al tanto de lo fácil que es que una runa estalle. Cuando era una niña me costó bastante familiarizarme con las runas ígneas, ya sabe contraste de elementos, las primeras veces terminé bastante chamuscada y el taller de mi antiguo mentor con varios agujeros en el techo. - Expliqué con cierto esbozo de nostalgia y alegría en mi voz, recordar los viejos tiempos con el maestro Diaval causaban ese efecto.
- Pero sí, si tiene algo de tiempo, no me molestará aprender esas runas, le sorprenderá saber lo rápido que aprendo. - Me levanté ante el entusiasmo y principalmente ese impulso curioso de saber qué podría lograr.
Al mismo tiempo, el brujo hacía lo mismo en la medida que nos obsequiaba una de sus botellas. Miré de reojo a Gaegel para que la tomara, mi prioridad en estos momentos era otra, sin más tras meter al pequeño gomejo en mi bolsa, me quedé en la expectativa de que el señor Vincent me enseñara un poco de sus trucos.
Como fuese y en el punto de la conversación en que hizo una propuesta lo suficientemente buena como para ser rechazada, pues, la posibilidad de encontrarlo en un futuro era mínima. No esperé una segunda o quizás tercera petición pues ya lo dijo, su no esposa lo esperaba - lo que fuera que significara eso- y no había tiempo que perder luego de que me señalara aquellas runas de protección.
- Estoy al tanto de lo fácil que es que una runa estalle. Cuando era una niña me costó bastante familiarizarme con las runas ígneas, ya sabe contraste de elementos, las primeras veces terminé bastante chamuscada y el taller de mi antiguo mentor con varios agujeros en el techo. - Expliqué con cierto esbozo de nostalgia y alegría en mi voz, recordar los viejos tiempos con el maestro Diaval causaban ese efecto.
- Pero sí, si tiene algo de tiempo, no me molestará aprender esas runas, le sorprenderá saber lo rápido que aprendo. - Me levanté ante el entusiasmo y principalmente ese impulso curioso de saber qué podría lograr.
Al mismo tiempo, el brujo hacía lo mismo en la medida que nos obsequiaba una de sus botellas. Miré de reojo a Gaegel para que la tomara, mi prioridad en estos momentos era otra, sin más tras meter al pequeño gomejo en mi bolsa, me quedé en la expectativa de que el señor Vincent me enseñara un poco de sus trucos.
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- Kit de Arcanos Inferior. - Dentro de Bolso de Viajero.
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Meraxes
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Re: ¿Quién eres tú? [Privado - Cerrado]
Miraba con atención al brujo. Ese sujeto era de un carácter muy afable, al menos desde mi perspectiva, aunque también era cierto que su forma de ser podría no encantarle a mucha otras personas. Al escucharlo decir que tenía el poder de conocer personas extravagantes sonreí de medio lado. Me hacía pensar en cómo sería el encuentro y la charla entre Vincent y el elfo nudista. Oraba a los dioses que me permitiesen ser espectador de tal suceso.
No lo iba a negar, la manera en la que el brujo de transitar de un tema a otro era sumamente peculiar. Había que estar muy atento a sus palabras, o podrías perderte entre una conversación a otra. Mientras el hablaba, yo mecía levemente la botella. Me hacía pensar de nueva cuenta en el enojo de Mera. ¿Por qué habrá reaccionado de esa manera? Me resultaba algo extraño, no lo iba a negar. Una vez que volvamos a estar solos, ¿Debería de preguntarle? ¿O ella misma me dirá la razón de su enojo?... ¿Y si no me dice nada? Al final solo terminaría confundido y regañado a medias.
Debido a mis propias cavilaciones escuché el comentario a medias de Vincent, aquel que iba dirigido a las personas agradables y botellas, por lo que sonreí levemente de manera despistada, como buscando volver a estar en línea con la conversación. Por fortuna el tema era con respecto a mi lesión. Asentí ante el comentario sobre que no era una lesión permanente. - Así es, a mi también me tranquilizó eso. No imagino mi vida lidiando con esto todo el tiempo. - Dije riendo levemente, aunque al escuchar ese comentario sobre que nadie valora lo que tiene hasta que lo pierde me hizo asentir levemente. - Y si el destino es caprichoso, aunque lo valores, lo perderás. - En el momento en que noté que mi semblante y el rumbo de la conversación iba hacia terrenos más serios reí levemente. - Pero sí, realmente nosotros no valoramos lo que tenemos. - Mencioné buscando cerrar ese tema de alguna forma u otra.
Acto seguido. El mencionó que pronto debía de ir con su "no esposa". Cuando mencionó eso de ser un idiota fácil de reemplazar no pude evitar reír levemente. El brujo sacó una botella de la caja y la acercó hacia nosotros a manera de obsequio, ya que de no hacerlo el humano le seguiría robando, por lo que al notar la mirada de Mera tomé de inmediato la botella. - Pues apreciamos tu gesto. Una botella nunca está de más. - En eso Mera se levantó y miró con atención al brujo. Parecía que ella no quería irse de allí hasta al menos haber aprendido un poco de Vincent. Por mi estaba bien, así podría terminar la botella que había abierto en un inicio y Mera rechazó sin motivo alguno, por lo que me mantuve en silencio dando leves tragos a la botella.
No lo iba a negar, la manera en la que el brujo de transitar de un tema a otro era sumamente peculiar. Había que estar muy atento a sus palabras, o podrías perderte entre una conversación a otra. Mientras el hablaba, yo mecía levemente la botella. Me hacía pensar de nueva cuenta en el enojo de Mera. ¿Por qué habrá reaccionado de esa manera? Me resultaba algo extraño, no lo iba a negar. Una vez que volvamos a estar solos, ¿Debería de preguntarle? ¿O ella misma me dirá la razón de su enojo?... ¿Y si no me dice nada? Al final solo terminaría confundido y regañado a medias.
Debido a mis propias cavilaciones escuché el comentario a medias de Vincent, aquel que iba dirigido a las personas agradables y botellas, por lo que sonreí levemente de manera despistada, como buscando volver a estar en línea con la conversación. Por fortuna el tema era con respecto a mi lesión. Asentí ante el comentario sobre que no era una lesión permanente. - Así es, a mi también me tranquilizó eso. No imagino mi vida lidiando con esto todo el tiempo. - Dije riendo levemente, aunque al escuchar ese comentario sobre que nadie valora lo que tiene hasta que lo pierde me hizo asentir levemente. - Y si el destino es caprichoso, aunque lo valores, lo perderás. - En el momento en que noté que mi semblante y el rumbo de la conversación iba hacia terrenos más serios reí levemente. - Pero sí, realmente nosotros no valoramos lo que tenemos. - Mencioné buscando cerrar ese tema de alguna forma u otra.
Acto seguido. El mencionó que pronto debía de ir con su "no esposa". Cuando mencionó eso de ser un idiota fácil de reemplazar no pude evitar reír levemente. El brujo sacó una botella de la caja y la acercó hacia nosotros a manera de obsequio, ya que de no hacerlo el humano le seguiría robando, por lo que al notar la mirada de Mera tomé de inmediato la botella. - Pues apreciamos tu gesto. Una botella nunca está de más. - En eso Mera se levantó y miró con atención al brujo. Parecía que ella no quería irse de allí hasta al menos haber aprendido un poco de Vincent. Por mi estaba bien, así podría terminar la botella que había abierto en un inicio y Mera rechazó sin motivo alguno, por lo que me mantuve en silencio dando leves tragos a la botella.
Gaegel
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Re: ¿Quién eres tú? [Privado - Cerrado]
Por supuesto, los recién conocidos del brujo no pudieron decir que no a las ofertas del brujo. Si es que ya se sabía, ese maldito mercenario en negocios también era un experto. Pero tan, tan, tan experto, que conocía el método para llegar a los corazones de los demás y ser amistoso con hermosos regalos.
Exacto, qué mierda de negociante en realidad. Nuestro Vinc no ganaba un aero con todo aquello. Pero aquellas personas le habían caído bien y eso era más importante que un puñado de monedas. Clara filosofía de rico que no le falta de nada; pero, bueno, mejor filosofía de rico generoso que de rico… Rico sin más. ¿Acaso detrás de rico hay que poner algún adjetivo adicional para entender que se trata de una persona que le sobra el dinero porque amasa metal cual kobold?
En fin, más allá de personas que amasan herramientas sin cesar, porque le gusta más tener las herramientas que otras cosas más interesantes, lo cierto es que Vinc no era rico pero tampoco pasaba necesidades. Así que podía permitirse dar una botella y unas enseñanzas por el módico precio de “qué guapitos y hermosos que sois, joder”.
- Oh, es un gesto insignificante. Estoy seguro de que este tipo me robará un par más, así que mejor que la disfruten ustedes-, respondió al muchacho. - Y bueno, como iré a perseguir a una señorita por el campamento, te enseñaré algunas sencillas. Dame un momento y vuelvo con lo necesario.
El brujo fue a la tienda a por su morral y regresó con él antes de sentarse junto a la chica de nuevo. Del bolso sacó unos pergaminos en blanco, pincel y tinta.
- Te lo mostraré primero-, comentó, haciendo los trazos de una runa sobre el pergamino. Luego terminó el glifo escribiendo unas palabras en el idioma del dragón debajo del dibujo. - Muy fácil ¿verdad? Te enseñaré algunas más.
Y eso hizo, en otros dos pergaminos realizó otras dos runas de distinto tipo. Las tres eran simples, pero como veterano de guerra, podía decir con total experiencia que en muchas ocasiones las cosas simples te sacaban de un apuro. No siempre era necesario algo complejo para sobrevivir un día más en aquel despiadado mundo. Al final importa más que algo sea útil.
Aquellas runas tenían su utilidad en los momentos correctos, como todo, y, bueno, con escaso tiempo, el brujo no podía enseñarle nada más elaborado.
- Te apuntaré los movimientos de las tres runas en un cuarto pergamino-, dijo, poniéndose manos a la obra. - Y las palabras en dragón para que la runa quede sellada, claro-, prosiguió, mientras escribía, usando uno de los laterales del morral como mesa improvisada, con el otro lado del bolso contra sus piernas dobladas entre sí. - Las tres son runas de pergamino. El primero sirve para convertir en autómata a un objeto que pongas sobre él. Evidentemente, nada muy grande podrá ser-, mentó, antes de reír con suavidad. - El segundo sirve para llevar armas en su interior de forma mágica. No estarán dentro de él más de un día y no puede ser más de cinco o pesar en total más de cinco kilos. La última runa para mí no es tan útil, pero para gente que no controla el viento sí que lo es. Cuando uses el pergamino te vuelves más ligero, das saltos más largos y no sufres daños en las caídas-, terminó por explicar, dejando los pergaminos cerca de ella.
El brujo tapó el bote de tinte, limpió el pincel metiendo los pelos en otro bote lleno de una especie de agua, y lo guardó todo dentro del morral antes de cerrarlo.
- Pues ha sido una bonita charla, ¿no creen? - dijo. levantándose y colocándose el morral al hombro. - Iré a buscar a mi dulce sacerdotisa y ver qué noticias tiene para mí, así que aquí nuestros caminos se separan, salvo que también vayan hacia allí adentró-, afirmó, señalando con la cabeza una dirección. - Pero, sin duda, ojalá el destino quisiera unirnos nuevamente en un tiempo futuro. Son personas muy amables-, comentó, haciendo una ligera reverencia con la testa. - Si van a Lunargenta, vayan a La Espada Arcana. Está en la zona portuaria de la ciudad ¿Por qué? Porque tenemos módicos precios y un largo número de productos a la venta. Han imaginado bien, si no digo esto no promociono el negocio y va poca gente. Entonces, mi socio, el bueno de Sandal, nota que no hago lo que me dice y me rompe las piernas al volver. Y, ya ven, me gusta tener las piernas en buen estado. Buena suerte en sus aventuras-, dijo al final, como despedida, haciendo un movimiento de mano, para después dirigirse hacia el interior del campamento de refugiados.
Mera, enlaza este o tu siguiente post con tu taller o el mío. No te llevarás puntos de experiencia por no ser post de taller pero sí los de profesión más los encantamientos. Por eso te di los que tenía de avanzado que aún no conocías, para ayudarte a subir ^^
Pergamino de Vida: [Pergamino, Limitado, 1 Uso] Al poner un objeto de hasta 1 metro cúbico o 25 kilogramos (la primera en cumplirse) sobre este pergamino, éste cobra vida y obedece órdenes simples por 2 turnos. Puede levitar hasta a 50 centímetros del suelo, pero no realizar ataques.
Nivel: Avanzado
Creación: 90 Aeros
Pergamino Porta-armas: [Pergamino, Limitado, 2 Usos] Al abrir este pergamino, puedes depositar hasta 5 armas u objetos que no pesen más de 5 kilogramos, cada uno, sobre él. Los objetos desaparecerán y el pergamino se cerrará. Al volver a abrirse o cuando pasen 24 horas, los objetos volverán a aparecer.
Nivel: Avanzado
Creación: 90 Aeros.
Runa Levitasis: [Pergamino, Limitado, 1 Uso] Al aplastarla sobre la mano, dicha persona se vuelve considerablemente más ligera: da saltos más altos y de mayor longitud y no sufrirá daño de caída. El efecto dura 2 turnos.
Nivel: Avanzado
Creación: 80 Aeros
Exacto, qué mierda de negociante en realidad. Nuestro Vinc no ganaba un aero con todo aquello. Pero aquellas personas le habían caído bien y eso era más importante que un puñado de monedas. Clara filosofía de rico que no le falta de nada; pero, bueno, mejor filosofía de rico generoso que de rico… Rico sin más. ¿Acaso detrás de rico hay que poner algún adjetivo adicional para entender que se trata de una persona que le sobra el dinero porque amasa metal cual kobold?
En fin, más allá de personas que amasan herramientas sin cesar, porque le gusta más tener las herramientas que otras cosas más interesantes, lo cierto es que Vinc no era rico pero tampoco pasaba necesidades. Así que podía permitirse dar una botella y unas enseñanzas por el módico precio de “qué guapitos y hermosos que sois, joder”.
- Oh, es un gesto insignificante. Estoy seguro de que este tipo me robará un par más, así que mejor que la disfruten ustedes-, respondió al muchacho. - Y bueno, como iré a perseguir a una señorita por el campamento, te enseñaré algunas sencillas. Dame un momento y vuelvo con lo necesario.
El brujo fue a la tienda a por su morral y regresó con él antes de sentarse junto a la chica de nuevo. Del bolso sacó unos pergaminos en blanco, pincel y tinta.
- Te lo mostraré primero-, comentó, haciendo los trazos de una runa sobre el pergamino. Luego terminó el glifo escribiendo unas palabras en el idioma del dragón debajo del dibujo. - Muy fácil ¿verdad? Te enseñaré algunas más.
Y eso hizo, en otros dos pergaminos realizó otras dos runas de distinto tipo. Las tres eran simples, pero como veterano de guerra, podía decir con total experiencia que en muchas ocasiones las cosas simples te sacaban de un apuro. No siempre era necesario algo complejo para sobrevivir un día más en aquel despiadado mundo. Al final importa más que algo sea útil.
Aquellas runas tenían su utilidad en los momentos correctos, como todo, y, bueno, con escaso tiempo, el brujo no podía enseñarle nada más elaborado.
- Te apuntaré los movimientos de las tres runas en un cuarto pergamino-, dijo, poniéndose manos a la obra. - Y las palabras en dragón para que la runa quede sellada, claro-, prosiguió, mientras escribía, usando uno de los laterales del morral como mesa improvisada, con el otro lado del bolso contra sus piernas dobladas entre sí. - Las tres son runas de pergamino. El primero sirve para convertir en autómata a un objeto que pongas sobre él. Evidentemente, nada muy grande podrá ser-, mentó, antes de reír con suavidad. - El segundo sirve para llevar armas en su interior de forma mágica. No estarán dentro de él más de un día y no puede ser más de cinco o pesar en total más de cinco kilos. La última runa para mí no es tan útil, pero para gente que no controla el viento sí que lo es. Cuando uses el pergamino te vuelves más ligero, das saltos más largos y no sufres daños en las caídas-, terminó por explicar, dejando los pergaminos cerca de ella.
El brujo tapó el bote de tinte, limpió el pincel metiendo los pelos en otro bote lleno de una especie de agua, y lo guardó todo dentro del morral antes de cerrarlo.
- Pues ha sido una bonita charla, ¿no creen? - dijo. levantándose y colocándose el morral al hombro. - Iré a buscar a mi dulce sacerdotisa y ver qué noticias tiene para mí, así que aquí nuestros caminos se separan, salvo que también vayan hacia allí adentró-, afirmó, señalando con la cabeza una dirección. - Pero, sin duda, ojalá el destino quisiera unirnos nuevamente en un tiempo futuro. Son personas muy amables-, comentó, haciendo una ligera reverencia con la testa. - Si van a Lunargenta, vayan a La Espada Arcana. Está en la zona portuaria de la ciudad ¿Por qué? Porque tenemos módicos precios y un largo número de productos a la venta. Han imaginado bien, si no digo esto no promociono el negocio y va poca gente. Entonces, mi socio, el bueno de Sandal, nota que no hago lo que me dice y me rompe las piernas al volver. Y, ya ven, me gusta tener las piernas en buen estado. Buena suerte en sus aventuras-, dijo al final, como despedida, haciendo un movimiento de mano, para después dirigirse hacia el interior del campamento de refugiados.
Offrol
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Mera, enlaza este o tu siguiente post con tu taller o el mío. No te llevarás puntos de experiencia por no ser post de taller pero sí los de profesión más los encantamientos. Por eso te di los que tenía de avanzado que aún no conocías, para ayudarte a subir ^^
Pergamino de Vida: [Pergamino, Limitado, 1 Uso] Al poner un objeto de hasta 1 metro cúbico o 25 kilogramos (la primera en cumplirse) sobre este pergamino, éste cobra vida y obedece órdenes simples por 2 turnos. Puede levitar hasta a 50 centímetros del suelo, pero no realizar ataques.
Nivel: Avanzado
Creación: 90 Aeros
Pergamino Porta-armas: [Pergamino, Limitado, 2 Usos] Al abrir este pergamino, puedes depositar hasta 5 armas u objetos que no pesen más de 5 kilogramos, cada uno, sobre él. Los objetos desaparecerán y el pergamino se cerrará. Al volver a abrirse o cuando pasen 24 horas, los objetos volverán a aparecer.
Nivel: Avanzado
Creación: 90 Aeros.
Runa Levitasis: [Pergamino, Limitado, 1 Uso] Al aplastarla sobre la mano, dicha persona se vuelve considerablemente más ligera: da saltos más altos y de mayor longitud y no sufrirá daño de caída. El efecto dura 2 turnos.
Nivel: Avanzado
Creación: 80 Aeros
Wingardium Leviosa (?)
Vincent Calhoun
Honorable
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Re: ¿Quién eres tú? [Privado - Cerrado]
Podía decirse que había sido mi día de suerte. Aquel brujo parlanchín llamado Vincent se había tomado la molestia, luego de unos tragos, de enseñarme algunos e sus trucos.
Mi estado de animo aumento, si quedaba algún vestigio de molestia en contra de quien fuera no se notaba. Ahora estaba enfocada, escuchando y mirando con atención lo que el hombre hacía. En el fondo, estaba agradecida, con él y con mi viejo mentor pues sus bases sirvieron mucho para entender rápidamente lo que el escribía y explicaba, esperaba que en la practica futura las cosas fueran igual de fáciles, supongo que me llevaría alguna temporada.
- Entiendo. - Dije una vez el acabo de hablar, no quería interrumpirle. Si algo de cortesía tenía era no interrumpir a aquel que sabía más que tú. - Tomaré en cuenta todas sus indicaciones, y a nueva cuenta muchas gracias por la clase rápida. - Sonreí ampliamente.
Se le notaba apresurado, por lo que su despedida, así como sus razones eran... muy él por lo que pude llegar a descifrar. - No dudo que nuestros caminos vuelvan cruzarse. Tenemos asuntos que atender en la península así que podremos hacer espacio para visitarlo alguna vez. Las bebidas, espero, irán por mi cuenta. - Dije alzando la diestra en señal de despedida. - Fue un placer conocerlos a ambos, espero que nuestros caminos vuelvan a cruzarse pronto.
Mantuve el brazo levantado hasta perderlo de vista una vez ingresó al campamento. Para ese punto me giré y miré de reojo a mi compañero. - ¿Entonces nos vamos? Escuché de un maestro de cuerdas no muy lejos de aquí. Me gustaría conocerlo. - Teníamos cosas que hacer, dinero que ganar y lugares que visitar. Había carretas saliendo hacia las aldeas fronterizas, con algo de suerte podríamos subir en alguna. Transporte a cambio de protección podría ser una buena opción.
Mi estado de animo aumento, si quedaba algún vestigio de molestia en contra de quien fuera no se notaba. Ahora estaba enfocada, escuchando y mirando con atención lo que el hombre hacía. En el fondo, estaba agradecida, con él y con mi viejo mentor pues sus bases sirvieron mucho para entender rápidamente lo que el escribía y explicaba, esperaba que en la practica futura las cosas fueran igual de fáciles, supongo que me llevaría alguna temporada.
- Entiendo. - Dije una vez el acabo de hablar, no quería interrumpirle. Si algo de cortesía tenía era no interrumpir a aquel que sabía más que tú. - Tomaré en cuenta todas sus indicaciones, y a nueva cuenta muchas gracias por la clase rápida. - Sonreí ampliamente.
Se le notaba apresurado, por lo que su despedida, así como sus razones eran... muy él por lo que pude llegar a descifrar. - No dudo que nuestros caminos vuelvan cruzarse. Tenemos asuntos que atender en la península así que podremos hacer espacio para visitarlo alguna vez. Las bebidas, espero, irán por mi cuenta. - Dije alzando la diestra en señal de despedida. - Fue un placer conocerlos a ambos, espero que nuestros caminos vuelvan a cruzarse pronto.
Mantuve el brazo levantado hasta perderlo de vista una vez ingresó al campamento. Para ese punto me giré y miré de reojo a mi compañero. - ¿Entonces nos vamos? Escuché de un maestro de cuerdas no muy lejos de aquí. Me gustaría conocerlo. - Teníamos cosas que hacer, dinero que ganar y lugares que visitar. Había carretas saliendo hacia las aldeas fronterizas, con algo de suerte podríamos subir en alguna. Transporte a cambio de protección podría ser una buena opción.
- OFF:
- - [Recordatorio para mí] Sumar 3 puntos de experiencia al finalizar el tema por el dado de evento de aniversario. [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]. Ya se me había olvidado esto :V.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
- Muchas gracias, Vinnie :3
- Inventario:
- Pieza Metálica - Pecho lado izquierdo.
- Armadura Ligera Normal
- Bolso de Viajero:Contiene un saco de dormir, 4 metros de cuerda, provisiones, pedernal con yesca, cantimplora y 2 antorchas.
- Kit de Arcanos Inferior. - Dentro de Bolso de Viajero.
- Arma Flexible Superior (Látigo) - Cuelga del lado izquierdo de mi cintura.
- Kit de Curtiduría Inferior - Dentro del Bolso de Viajero.
- Bomull [Mascota] (Cría de Gomejo)
Meraxes
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Re: ¿Quién eres tú? [Privado - Cerrado]
Ante mis palabras de agradecimiento, el brujo no le dio mayor importancia, pero para mi era algo distinto. Quizá para Vincent el licor era algo menor, pero bueno, en mi caso era algo con un valor intrínseco. - Nunca está de más ser agradecido por las pequeñas grandes acciones. - Dije sin dejar de sonreír. Para mi la cerveza, licores y el resto de bebidas espirituosas conllevan un gran valor. Compartir una charla mientras estás bebiendo te permite conocer un poco más a conciencia, y sin tantos tapujos a los demás. El efecto inhibidor que tiene el alcohol en el cuerpo nos permite expresarnos con mayor libertad, y con más franqueza. Nunca faltarán las personas que guarden secretos o alteren la realidad de sus palabras, pero me parece mucho más honesto hablar con alguien que tiene algunos tragos encima a hacerlo con los cinco sentidos.
Después de eso, el brujo decidió enseñarle algunas cosas a Mera, por lo que mientras ese par se enfocó en eso, yo mientras tanto me ahogaba en la botella que había estado bebiendo. Obviamente me aseguraré de guardar la que Vincent nos había regalado para cuando mi acompañante esté de mejor humor conmigo. Seguía confundido por lo sucedido, pero creía que si indagaba en el asunto las cosas para mi resultarían mucho peor, por lo que lo mejor era dejar que su cólera se tranquilice por si misma, o contentándola de alguna otra manera.
Mientras bebía en soledad, me enfoqué en tararear por lo bajo, asegurándome no hacerlo demasiado alto para no interrumpir la lección que Vincent le daba a Mera. Mi vista estaba centrada en la botella y mis oídos se enfocaban en las palabras que el brujo expresaba. Aunque para mi no representaban nada. La profesión de arcanos es algo a lo cual estoy completamente exento. Esos trabajos nunca se me dieron bien, por lo que las veces que ayudaba a algún arcanista, este me terminaba despidiendo rápidamente.
Luego de un rato, la lección había terminado, así como la botella que bebía. Por lo que cuando el brujo comenzó a despedirse, lo hizo de manera apresurada, no sin antes patrocinar el negocio de su socio, en ese momento sonreí levemente, asintiendo ante la respuesta que le dio mi acompañante. - Ha sido todo un placer el haber cruzado nuestros caminos. Confío que los dioses se encargarán de volvernos a encontrar. - Le dije ampliando mi sonrisa. - Y descuida. Le echaremos un vistazo a La Espada Arcana. - Dije sonriendo ampliamente. Acto seguido, Vincent se retiró, y Mera me dijo que tenía interés en visitar un maestro de cuerdas. - Claro que sí. Pongámonos en marcha entonces. - Tras mi respuesta le sonreí de medio lado.
F I N
Después de eso, el brujo decidió enseñarle algunas cosas a Mera, por lo que mientras ese par se enfocó en eso, yo mientras tanto me ahogaba en la botella que había estado bebiendo. Obviamente me aseguraré de guardar la que Vincent nos había regalado para cuando mi acompañante esté de mejor humor conmigo. Seguía confundido por lo sucedido, pero creía que si indagaba en el asunto las cosas para mi resultarían mucho peor, por lo que lo mejor era dejar que su cólera se tranquilice por si misma, o contentándola de alguna otra manera.
Mientras bebía en soledad, me enfoqué en tararear por lo bajo, asegurándome no hacerlo demasiado alto para no interrumpir la lección que Vincent le daba a Mera. Mi vista estaba centrada en la botella y mis oídos se enfocaban en las palabras que el brujo expresaba. Aunque para mi no representaban nada. La profesión de arcanos es algo a lo cual estoy completamente exento. Esos trabajos nunca se me dieron bien, por lo que las veces que ayudaba a algún arcanista, este me terminaba despidiendo rápidamente.
Luego de un rato, la lección había terminado, así como la botella que bebía. Por lo que cuando el brujo comenzó a despedirse, lo hizo de manera apresurada, no sin antes patrocinar el negocio de su socio, en ese momento sonreí levemente, asintiendo ante la respuesta que le dio mi acompañante. - Ha sido todo un placer el haber cruzado nuestros caminos. Confío que los dioses se encargarán de volvernos a encontrar. - Le dije ampliando mi sonrisa. - Y descuida. Le echaremos un vistazo a La Espada Arcana. - Dije sonriendo ampliamente. Acto seguido, Vincent se retiró, y Mera me dijo que tenía interés en visitar un maestro de cuerdas. - Claro que sí. Pongámonos en marcha entonces. - Tras mi respuesta le sonreí de medio lado.
F I N
- La canción que tarareaba Gaegel mientras Mera y Vincent hablaban:
Gaegel
Lobo Renegado
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