El gato negro [Trabajo, +18]
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El gato negro [Trabajo, +18]
Eran varios los pueblos y aldeas que uno conseguía alrededor de las grandes ciudades en la península de Verisar. A las afueras de Vuwulfar, existía una pequeña aldea llamada Chrollo, un pueblo tranquilo y principalmente habitado por humanos, ubicado en una amplia planicie a pocos minutos de la ciudad, se centraba principalmente en la ganadería que posteriormente comercializaba en Vuwulfar.
Era común utilizar este tipo de sitios para hacer una parada en mis travesías, sobre todo cuando el sol empezaba a hacer presencia en el horizonte. Tras estar ausente durante el día, llegado el ocaso, me dispuse a recobrar fuerzas para luego partir. Primero, una parada en la taberna del pueblo para despejar la mente, ya de camino había disfrutado de una buena dosis de líquido vital, por lo que mi hambre de momento estaba saciada, la gente de Chrollo estaba segura esa noche.
Una copa de vino – pedí al cantinero que se acercaba a la mesa de juegos para atender mi pedido, no es que disfrutaba en exceso de la bebida, y nunca tomaba para emborracharme, lo contrario, despreciaba tal efecto en mí y en otros. No obstante, el vino rojo me recordaba mejores bebidas por su color, admito que en ocasiones extrañaba los tragos de sangre que eran normales en Sacrestic Ville.
Junto conmigo, dos sujetos me acompañaban en una partida de naipes que aún no iniciaba. Un juego popular de Dundarak que constaba en “batallar” con las cartas del contrario a fin de ganar cuando el valor o clase fuera mayor. Era un juego en parejas, por lo que aún se esperaba a alguien que me acompañara mientras los contrincantes conversaban eufóricos con sus bebidas.
¿Nadie quiere venir a perder su dinero? – gritaban con risas maniacas en su ebriedad.
Skol – dije al recibir mi copa, era tradición brindar de esa forma en aquellas tierras.
¿Skol? – se dijeron burlándose de mi comentario – este paliducho extranjero piensa que tomar vino es digno de un brindis. Vamos a jugar para vaciar tus bolsillos.
Mantuve la compostura, no tenía intención de matar a aquellos patanes alcoholizados.
Mientras esperaba con mi copa de vinotinto tratando de ignorar a los brutos que compartían mesa conmigo esperando un compañero de juego, me percaté que junto a la mesa se ubicaba un tablón con papeles y ofertas de trabajo.
Uno de aquellos papeles había captado mi atención, pero antes de que pudiera leerlo todo, la pareja de contrincantes ansiosos por iniciar el juego empezó a dirigirse a alguien que apenas llegaba a la taberna.
Hey tú, tienes pinta de que te gusta el juego. Ven, haz pareja de este señor refinado para que podamos jugar cartas, ¿o tienes miedo?
Cu-cu-cu – empezó el otro a agitar sus codos en forma de alas cortas, acompañando su mofa con la onomatopeya de una gallina.
Ya había decidido apartarme de estos brutos, leer el cartel que se mostraba en el tablón e irme de aquel incómodo lugar, pero al ver que ya podíamos empezar a jugar pensé en que dejar sin aeros a aquellos tipejos sería una forma interesante de iniciar la noche.
Era común utilizar este tipo de sitios para hacer una parada en mis travesías, sobre todo cuando el sol empezaba a hacer presencia en el horizonte. Tras estar ausente durante el día, llegado el ocaso, me dispuse a recobrar fuerzas para luego partir. Primero, una parada en la taberna del pueblo para despejar la mente, ya de camino había disfrutado de una buena dosis de líquido vital, por lo que mi hambre de momento estaba saciada, la gente de Chrollo estaba segura esa noche.
Una copa de vino – pedí al cantinero que se acercaba a la mesa de juegos para atender mi pedido, no es que disfrutaba en exceso de la bebida, y nunca tomaba para emborracharme, lo contrario, despreciaba tal efecto en mí y en otros. No obstante, el vino rojo me recordaba mejores bebidas por su color, admito que en ocasiones extrañaba los tragos de sangre que eran normales en Sacrestic Ville.
Junto conmigo, dos sujetos me acompañaban en una partida de naipes que aún no iniciaba. Un juego popular de Dundarak que constaba en “batallar” con las cartas del contrario a fin de ganar cuando el valor o clase fuera mayor. Era un juego en parejas, por lo que aún se esperaba a alguien que me acompañara mientras los contrincantes conversaban eufóricos con sus bebidas.
¿Nadie quiere venir a perder su dinero? – gritaban con risas maniacas en su ebriedad.
Skol – dije al recibir mi copa, era tradición brindar de esa forma en aquellas tierras.
¿Skol? – se dijeron burlándose de mi comentario – este paliducho extranjero piensa que tomar vino es digno de un brindis. Vamos a jugar para vaciar tus bolsillos.
Mantuve la compostura, no tenía intención de matar a aquellos patanes alcoholizados.
Mientras esperaba con mi copa de vinotinto tratando de ignorar a los brutos que compartían mesa conmigo esperando un compañero de juego, me percaté que junto a la mesa se ubicaba un tablón con papeles y ofertas de trabajo.
Uno de aquellos papeles había captado mi atención, pero antes de que pudiera leerlo todo, la pareja de contrincantes ansiosos por iniciar el juego empezó a dirigirse a alguien que apenas llegaba a la taberna.
Hey tú, tienes pinta de que te gusta el juego. Ven, haz pareja de este señor refinado para que podamos jugar cartas, ¿o tienes miedo?
Cu-cu-cu – empezó el otro a agitar sus codos en forma de alas cortas, acompañando su mofa con la onomatopeya de una gallina.
Ya había decidido apartarme de estos brutos, leer el cartel que se mostraba en el tablón e irme de aquel incómodo lugar, pero al ver que ya podíamos empezar a jugar pensé en que dejar sin aeros a aquellos tipejos sería una forma interesante de iniciar la noche.
Zagreus
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Re: El gato negro [Trabajo, +18]
Maldita sean las caravanas Kraz, estuvo tan cerca de alcanzar una en Sacrest Village, pero el encargo que tuvo que resolver ahí le hizo perder tiempo, luego el blandengue tomo algún trabajo de regreso por lo que no lo logro, creía que tenía la rotación correcta pero decidió arriesgarse regresando a las aldeas pequeñas cerca de Vuwulfar si no encontraba una caravana en rotación aquí aunque no fuera la del brujo mercante entonces esperaría a que su amigo se encontrara aun por la zona le dijo el santurrón de Alexander.
Él no era tan confiado respecto a encontrarle ya incluso podría haber resulto sus asuntos y partir en otra dirección totalmente contraria, si eso sucediera solamente tomaría otro trabajo a cualquier lugar donde sobraran bandidos. Por qué de camino a Chrollo se dio cuenta que por primera no encontró ninguno. Estaba seguro que la noticia de “él monstruo devorador de viajeros” no se extendió aun tan rápido entre la gente normal, después de todo solo cazaba ladrones.
No debía ser otra la razón. ¿Qué tenía este pueblo que espantaba a su comida? Fue lo que se preguntó Alexei cuando tomó el relevo de su cuerpo, no dejaría que el blandengue despertara. La noche era suya, debería agradecerle apropiadamente alimentándolo por recorrer las distancias que él no podía cuando la luz del sol se terminaba. Él era el que les hacía llegar tan rápido.
Se dirigió a la taberna del pueblo para alimentarse con comida más normal para los gustos menos exquisitos que los suyos no era como si pudiera quejarse en ese momento, luego obtendría la información necesaria de ¿Por qué no había ni un solo maldito bandido a los alrededores?
Apenas entrar un par de ruidosos borrachos se acercó. Escucho atento algo sobre un juego, por fin una mejora en su noche, dos borrachos listos para despilfarrar dinero o ¿Los Dioses le estaban sonriendo acaso? Basta se recrimino mentalmente o vas a tomar ese horrible hábito de traerlos por todo.
Estaba terminando de recriminarse mentalmente cuando el otro hombre empezó a que era ¿Cacarear?. Su hambre aun no llegaba a un nivel peligroso, pero ahora estaba empezando a molestarse, estaba sediento además que solo existía otra cosa que disfrutaba aún más que la carne humana, las batallas y eso era jugar. No permitiría que un par de borrachos se burlaran de él.
-Una copa más de lo que este bebiendo mi nuevo compañero de juego para él, comida y cerveza para mí- le dijo al cantinero antes de sentarse en la mesa de juegos mostrándoles todos los dientes a los borrachos en una sonrisa espeluznante.
-Es noche de monstruos afortunados- susurro refiriéndose a él mismo mientras observaba la mesa sin esperar que los humanos del bar le escucharan.
-¿Quieres vaciarlos rápido o lento?- le pregunto a su nuevo compañero mientras veía llegar su pedido, hizo una ligera mueca al notar que por la hora por suerte quedaba algo estofado al menos trajo su cerveza. Bueno eso tendría que bastar por ahora pensó. Aunque los borrachos no parecían nada contentos de que les estuviera ignorando, pero eso necesitaba, que se concentraran en él, en su comida, entonces podría distraerlos y hacer un buen juego de manos para acabar esto. Aunque considerando su nivel de ebriedad quizás no tendría caso usar sus habilidades ahora.
-¿Comenzamos entonces? Por cierto soy Alexei- dijo presentándose a su pareja de juego, era después de todo mal augurio y mala suerte no hacerlo si ibas a jugar en equipos o eso quizás era solo una tradición familiar en este momento no lo tenía claro.
Él no era tan confiado respecto a encontrarle ya incluso podría haber resulto sus asuntos y partir en otra dirección totalmente contraria, si eso sucediera solamente tomaría otro trabajo a cualquier lugar donde sobraran bandidos. Por qué de camino a Chrollo se dio cuenta que por primera no encontró ninguno. Estaba seguro que la noticia de “él monstruo devorador de viajeros” no se extendió aun tan rápido entre la gente normal, después de todo solo cazaba ladrones.
No debía ser otra la razón. ¿Qué tenía este pueblo que espantaba a su comida? Fue lo que se preguntó Alexei cuando tomó el relevo de su cuerpo, no dejaría que el blandengue despertara. La noche era suya, debería agradecerle apropiadamente alimentándolo por recorrer las distancias que él no podía cuando la luz del sol se terminaba. Él era el que les hacía llegar tan rápido.
Se dirigió a la taberna del pueblo para alimentarse con comida más normal para los gustos menos exquisitos que los suyos no era como si pudiera quejarse en ese momento, luego obtendría la información necesaria de ¿Por qué no había ni un solo maldito bandido a los alrededores?
Apenas entrar un par de ruidosos borrachos se acercó. Escucho atento algo sobre un juego, por fin una mejora en su noche, dos borrachos listos para despilfarrar dinero o ¿Los Dioses le estaban sonriendo acaso? Basta se recrimino mentalmente o vas a tomar ese horrible hábito de traerlos por todo.
Estaba terminando de recriminarse mentalmente cuando el otro hombre empezó a que era ¿Cacarear?. Su hambre aun no llegaba a un nivel peligroso, pero ahora estaba empezando a molestarse, estaba sediento además que solo existía otra cosa que disfrutaba aún más que la carne humana, las batallas y eso era jugar. No permitiría que un par de borrachos se burlaran de él.
-Una copa más de lo que este bebiendo mi nuevo compañero de juego para él, comida y cerveza para mí- le dijo al cantinero antes de sentarse en la mesa de juegos mostrándoles todos los dientes a los borrachos en una sonrisa espeluznante.
-Es noche de monstruos afortunados- susurro refiriéndose a él mismo mientras observaba la mesa sin esperar que los humanos del bar le escucharan.
-¿Quieres vaciarlos rápido o lento?- le pregunto a su nuevo compañero mientras veía llegar su pedido, hizo una ligera mueca al notar que por la hora por suerte quedaba algo estofado al menos trajo su cerveza. Bueno eso tendría que bastar por ahora pensó. Aunque los borrachos no parecían nada contentos de que les estuviera ignorando, pero eso necesitaba, que se concentraran en él, en su comida, entonces podría distraerlos y hacer un buen juego de manos para acabar esto. Aunque considerando su nivel de ebriedad quizás no tendría caso usar sus habilidades ahora.
-¿Comenzamos entonces? Por cierto soy Alexei- dijo presentándose a su pareja de juego, era después de todo mal augurio y mala suerte no hacerlo si ibas a jugar en equipos o eso quizás era solo una tradición familiar en este momento no lo tenía claro.
Última edición por Alexander Kraz el Mar Jun 07 2022, 21:29, editado 2 veces
Alexander Kraz
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Re: El gato negro [Trabajo, +18]
Los hombres se alborotaron cuando el último jugador se incorporó, el hombre llegó con aires de confianza que solo me advertían que debía tener cuidado. Generalmente, los que más hablan suelen perder más rápido, espero que no fuera este el caso.
¿Qué nos vas a limpiar dices? JAJAJA, ¿estás escuchando a este idiota, Loyd? – le comentó eufóricamente a su compañero, mofándose de la confianza del nuevo sujeto.
Tratando de ignorar los incordios de la otra pareja, me dirigí de forma parca a quien ahora se sentaba enfrente de mí.
Me llamo Zagreus, estamos jugando al Degollado (1)... juguemos con calma. – dije mientras disponía en la mesa una pequeña bolsa con aeros que cargaba conmigo.
El juego del degollado se trataba más que de azar de estrategia, el juego en equipo era fundamental, y mi mensaje, aunque sutil, ya indicaba una orden a mi compañero Alexei, no ser impulsivo.
Comienzo con 10 y subimos por mano, ¿les parece o es mucho para su bolsillo?
Vamos a callar a estos habladores. Reparte las cartas, espero que el color de tu pelo no sea contagioso – y tras su “chiste” su compañero no paraba de reírse.
Repartí 5 cartas a cada uno de los jugadores, era importante ver las gesticulaciones de los jugadores, no quería que hicieran trampa.
Aquí está nuestra parte de la apuesta. - sacó de sus bolsillos una cantidad considerable de aeros que seguramente habían conseguido de maneras poco decorosas.
Una mujer con delantal y de grandes caderas, con un andar cansado, se aproximó a la mesa cargando a sus hombros una bandeja con varios pedidos. Mientras miraba mis cartas, aquella figura nos interrumpió.
Aquí una cerveza y un plato de estofado recién hecho, es lo que tenemos. – dijo la señora mientras colocaba frente a mi compañero un plato que expulsaba un vapor blanquecino dando a entender que estaba bien caliente. Dudaba de forma considerable que fuese un plato recién hecho tratándose de aquella taberna, pero se valoraba la intención de la camarera de dar un buen servicio. - ¿La copa de vino para mi señor?
Di las gracias mientras dispuse la bebida que me había invitado Alexei junto a la otra copa que aún no estaba acabada.
Oye guapa, ¿no nos quieres hacer un 2 por 1? – preguntó indecentemente uno de los bravucones de la mesa, a lo que su compañero empezó a reír reafirmando la burla de su compañero y silbando imprudentemente.
Un buen polvo y así no nos cobras las cervezas – y le metió una nalgada a la camarera que incómoda se retiraba.
Estup… - se ahogó su insulto mientras se retiraba indignada, pensando que la situación económica no ameritaba hacer un escándalo que pudiera perjudicar la taberna. Últimamente, Chrollo había sido víctima de supersticiones y supuestas maldiciones que habían alejado comerciantes y turistas de aquella humilde aldea.
La tienes comiendo de tu mano Cletus, ten cuidado y no le pases ninguna enfermedad. – Y nuevamente los dos pronunciaron una carcajada exagerada mientras chocaban en un brindis sus jarras de cerveza, ya estaban borrachos.
Miré mis cartas, desviando la mirada de aquella incómoda escena, no me interesaba el bienestar de aquella mujer, pero sin duda aquellos sujetos estaban ganándose no terminar la noche en una pieza.
Una buena mano, al ser quien reparte era el primero en jugar la primera carta bocabajo, cuando los cuatro lo hiciéramos nuevamente haríamos una ronda para colocar una segunda, y después se haría la revelación donde se sacarían las cuentas.
Entonces… veo que no son de la aldea – dije concluyendo que al igual que nosotros, aquellos dos eran forasteros, nadie se había dirigido a ellos por sus nombres y los empleados de la taberna parecían distantes de ellos, se evidenciaba el rechazo.
No es una aldea muy concurrida últimamente, ¿Qué los trae por aquí?
*Brrp* - eructó el hombre llamado Cletus a mi derecha, que colocaba confiado su carta boca abajo en la mesa – Somos mercenarios y cazarrecompensas, es decir, si nos pagas hacemos el trabajo. Y en esta ciudad hay un trabajo que hacer.
El hombre miró el tablón de anuncios al cartel que previamente había captado mi atención. El escrito hablaba de algo relacionado con el cementerio de Chrollo, pero no había podido terminar de leerlo, por lo que ahora con los comentarios de aquellos sujetos mi curiosidad se había avivado.
Es un trabajo fácil para nosotros, así que no hace falta que se interesen, porque obviamente estamos dispuestos a eliminar a la competencia – dijo de manera amenazante. Mientras, su compañero Loyd se levantaba rápidamente de su asiento y arrancaba el papel del tablón, que luego colocaba en uno de los bolsillos de su atuendo.
Ja, no sería capaz de eso mi estimado, ahora solo quiero jugar naipes y ganar un poco de dinero. – dije con un tono burlesco y sarcástico exagerado, pero para los oídos de aquellos idiotas no sería procesado como tal.
Me caes bien, entiendes tu sitio. - dijo el ignorante sin reconocer mi tono irónico que en realidad lo ofendía.
Vas Alexei…
¿Qué nos vas a limpiar dices? JAJAJA, ¿estás escuchando a este idiota, Loyd? – le comentó eufóricamente a su compañero, mofándose de la confianza del nuevo sujeto.
Tratando de ignorar los incordios de la otra pareja, me dirigí de forma parca a quien ahora se sentaba enfrente de mí.
Me llamo Zagreus, estamos jugando al Degollado (1)... juguemos con calma. – dije mientras disponía en la mesa una pequeña bolsa con aeros que cargaba conmigo.
El juego del degollado se trataba más que de azar de estrategia, el juego en equipo era fundamental, y mi mensaje, aunque sutil, ya indicaba una orden a mi compañero Alexei, no ser impulsivo.
Comienzo con 10 y subimos por mano, ¿les parece o es mucho para su bolsillo?
Vamos a callar a estos habladores. Reparte las cartas, espero que el color de tu pelo no sea contagioso – y tras su “chiste” su compañero no paraba de reírse.
Repartí 5 cartas a cada uno de los jugadores, era importante ver las gesticulaciones de los jugadores, no quería que hicieran trampa.
Aquí está nuestra parte de la apuesta. - sacó de sus bolsillos una cantidad considerable de aeros que seguramente habían conseguido de maneras poco decorosas.
Una mujer con delantal y de grandes caderas, con un andar cansado, se aproximó a la mesa cargando a sus hombros una bandeja con varios pedidos. Mientras miraba mis cartas, aquella figura nos interrumpió.
Aquí una cerveza y un plato de estofado recién hecho, es lo que tenemos. – dijo la señora mientras colocaba frente a mi compañero un plato que expulsaba un vapor blanquecino dando a entender que estaba bien caliente. Dudaba de forma considerable que fuese un plato recién hecho tratándose de aquella taberna, pero se valoraba la intención de la camarera de dar un buen servicio. - ¿La copa de vino para mi señor?
Di las gracias mientras dispuse la bebida que me había invitado Alexei junto a la otra copa que aún no estaba acabada.
Oye guapa, ¿no nos quieres hacer un 2 por 1? – preguntó indecentemente uno de los bravucones de la mesa, a lo que su compañero empezó a reír reafirmando la burla de su compañero y silbando imprudentemente.
Un buen polvo y así no nos cobras las cervezas – y le metió una nalgada a la camarera que incómoda se retiraba.
Estup… - se ahogó su insulto mientras se retiraba indignada, pensando que la situación económica no ameritaba hacer un escándalo que pudiera perjudicar la taberna. Últimamente, Chrollo había sido víctima de supersticiones y supuestas maldiciones que habían alejado comerciantes y turistas de aquella humilde aldea.
La tienes comiendo de tu mano Cletus, ten cuidado y no le pases ninguna enfermedad. – Y nuevamente los dos pronunciaron una carcajada exagerada mientras chocaban en un brindis sus jarras de cerveza, ya estaban borrachos.
Miré mis cartas, desviando la mirada de aquella incómoda escena, no me interesaba el bienestar de aquella mujer, pero sin duda aquellos sujetos estaban ganándose no terminar la noche en una pieza.
Una buena mano, al ser quien reparte era el primero en jugar la primera carta bocabajo, cuando los cuatro lo hiciéramos nuevamente haríamos una ronda para colocar una segunda, y después se haría la revelación donde se sacarían las cuentas.
Entonces… veo que no son de la aldea – dije concluyendo que al igual que nosotros, aquellos dos eran forasteros, nadie se había dirigido a ellos por sus nombres y los empleados de la taberna parecían distantes de ellos, se evidenciaba el rechazo.
No es una aldea muy concurrida últimamente, ¿Qué los trae por aquí?
*Brrp* - eructó el hombre llamado Cletus a mi derecha, que colocaba confiado su carta boca abajo en la mesa – Somos mercenarios y cazarrecompensas, es decir, si nos pagas hacemos el trabajo. Y en esta ciudad hay un trabajo que hacer.
El hombre miró el tablón de anuncios al cartel que previamente había captado mi atención. El escrito hablaba de algo relacionado con el cementerio de Chrollo, pero no había podido terminar de leerlo, por lo que ahora con los comentarios de aquellos sujetos mi curiosidad se había avivado.
Es un trabajo fácil para nosotros, así que no hace falta que se interesen, porque obviamente estamos dispuestos a eliminar a la competencia – dijo de manera amenazante. Mientras, su compañero Loyd se levantaba rápidamente de su asiento y arrancaba el papel del tablón, que luego colocaba en uno de los bolsillos de su atuendo.
Ja, no sería capaz de eso mi estimado, ahora solo quiero jugar naipes y ganar un poco de dinero. – dije con un tono burlesco y sarcástico exagerado, pero para los oídos de aquellos idiotas no sería procesado como tal.
Me caes bien, entiendes tu sitio. - dijo el ignorante sin reconocer mi tono irónico que en realidad lo ofendía.
Vas Alexei…
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Zagreus
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Re: El gato negro [Trabajo, +18]
Bien quizás él no era Alexander, ni era calmado o tranquilo, procuraba no jugar juegos de cartas, siempre prefirió los dardos o cualquier cosa que implicara sangre y armas pero presto la misma atención a las enseñanzas de los mejores jugadores de los Kraz, bonita familia de ludópatas de la que venía; desgraciadamente el juego de manos no serviría jugando al Degollado a menos que su compañero fuera hábil. Debió preguntar primero que estaban jugando antes de abrir la boca, pero bueno ya estaba aquí no se echaría para atrás.
Siempre era mejor jugar el juego favorito de mucha gente de Dundarak con un conocido, el patrón de señales estaría establecido, no tendrías que usar alguna generalizadas que te atraparan tan fácil al intentar hacerlo, su familia tenía un patrón de señas y gestos para los juegos, pero ahora con el hombre de enfrente no estaba seguro que pudiera, pero quizás podría implementar uno sobre la marcha.
Aquí estaba su nuevo compañero de juego contestándole lo mismo que él estaba pensando, analizar el juego, ir con calma, bien
podrían crear una especie de estrategia si se prestaban atención entre ellos.
-Diez es un buen monto para comenzar-
Ignoro el comentario sobre que eran habladores, al ver que colocaban su parte de la apuesta, era demasiado temprano para armar un escándalo y esperaba más ansiosamente la comida sin importar que le trajeran.
No estaba aquí para armar un alboroto en esta taberna que amablemente habían dispuesto en calentar su cena aunque no fuera del día y estas pequeñas cosas se agradecían sobre todo cuando venias de un lugar como donde él creció.
Rechino los dientes cuando escucho al par de hombres burlarse de la camarera… “no insultes la mano que te da de comer” era una regla básica, “tampoco te comas al que te da de comer” la segunda regla básica para un caníbal, todo lo que no sea un aliado es comida otra regla básica, pero aquí estaban este par de ebrios con poco modales en la mesa de un humilde caníbal y de momento tendría que soportarlos.
-Yo podría comerlos a ambos no solo sus manos- murmuro antes de empezar a comer el estofado sabiendo que los ebrios no podrían escucharlo con el plato casi sobre la boca, lo que no podría suponer de su compañero de juego que parecía tener algo diferente el que no podría poner su dedo en ello. La imagen mental de algunas viseras del par de estúpidos en su comida le animo bastante, por lo que comenzó a devorar su estofado con una ligera sonrisa.
- ¿Qué te causa gracia imbécil?- escucho al hombre que parecía ser más agresivo.
Estaba por contestar cuando escucho el comentario de Zagreus sobre que ese par también eran forasteros como ellos, por lo que decidió de momento callarse y seguir comiendo un poco más antes de que le arruinaran el ánimo y decidiera comerse a los imbéciles aquí mismos. No, siempre estaba más alterado cuando tenía hambre, no lograría hacer un buen control de daños, es más él era Alexei no debería existir tener que hacer un control de daños para él.
Dejo su plato aun lado molesto tras el eructo del hombre, que casi llena con su sucia y asquerosa saliva sus sagrados alimentos. Si algún líquido iba a llenar su comida se aseguraría que fuera la sangre de este par de brutos al final de esa noche o semana.
Dirigió su mirada al mismo tablón que todos observando al hombre bruto retirar el letrero, como si lo necesitara para saber de qué trataba unas cuantas monedas extra en la taberna y la misma gente le contaría de qué trataba el trabajo. Siempre funcionaba sin importar el lugar.
- No tengo interés alguno solo espero por un amigo que tiene que cruzar por aquí o alguna caravana para viajar con ellos- aclaro queriendo desviar la atención sobre ese trabajo de momento, volvió a intentar comer lo que quedaba de su estofado cuando el otro hombre hablo.
-No me gustas bocón. No me gusta que me ignoren y no me gusta cómo me miras, no me gusta tu actitud sigue así y te romperemos la cara después de terminar el juego o aprendes tu sitio como el otro tipo- dijo señalando a su compañero de juego.
Levanto una mano como para intentar aplacar al hombre mientras definitivamente haca su plato de comida aun lado. Se limpió la cara con la manga de su ropa ya que este bravucón parecía escupir más al hablar que su amigo eructando, bajo su plato molesto, estaba seguro que ahora si había contaminado sus alimentos. Evito reírse o volver a mirar a aquel sujeto no debía perder la calma así, no era honorable tratándose de un juego, además dijo que jugaría y jugaría contra este par de imbéciles.
Tomo sus cartas las observo por unos instantes, ningún número alto, bajo la carta casi como con pereza, mirando a Zagreus esperando que comprendiera el mensaje, si bien no podría considerarse un mensaje podría ir probando durante las rondas cual era detectado por su nuevo compañero de juego.
Estos sujetos definitivamente habían arruinado lo que parecía una noche tranquila, se encargaría de devorar a uno mientras el otro observaba, o podría simplemente verlos fracasar miserablemente en su trabajo para luego llevarse unos cuantos dedos… No, no seguramente era la primera vez que no quería consumir nada de lo que esas manos, ojos y lengua hubieran visto o tocado, debería irse con lo que estaría más intacto todo los órganos de adentro. Se daría un festín… intento no ver demasiado tiempo a ambos hombres como si ellos fueran la comida principal de esa noche.
Tamborileo los dedos en la mesa en lo que esperaba que el par de mercenarios bajaran sus cartas, pero parecían seriamente tomarse su tiempo, mientras se observaban. Si estaban intentando no ser obvios con su lenguaje corporal estaban fallando miserablemente, pero este era un juego donde el cuerpo también podría engañarte.
Siempre era mejor jugar el juego favorito de mucha gente de Dundarak con un conocido, el patrón de señales estaría establecido, no tendrías que usar alguna generalizadas que te atraparan tan fácil al intentar hacerlo, su familia tenía un patrón de señas y gestos para los juegos, pero ahora con el hombre de enfrente no estaba seguro que pudiera, pero quizás podría implementar uno sobre la marcha.
Aquí estaba su nuevo compañero de juego contestándole lo mismo que él estaba pensando, analizar el juego, ir con calma, bien
podrían crear una especie de estrategia si se prestaban atención entre ellos.
-Diez es un buen monto para comenzar-
Ignoro el comentario sobre que eran habladores, al ver que colocaban su parte de la apuesta, era demasiado temprano para armar un escándalo y esperaba más ansiosamente la comida sin importar que le trajeran.
No estaba aquí para armar un alboroto en esta taberna que amablemente habían dispuesto en calentar su cena aunque no fuera del día y estas pequeñas cosas se agradecían sobre todo cuando venias de un lugar como donde él creció.
Rechino los dientes cuando escucho al par de hombres burlarse de la camarera… “no insultes la mano que te da de comer” era una regla básica, “tampoco te comas al que te da de comer” la segunda regla básica para un caníbal, todo lo que no sea un aliado es comida otra regla básica, pero aquí estaban este par de ebrios con poco modales en la mesa de un humilde caníbal y de momento tendría que soportarlos.
-Yo podría comerlos a ambos no solo sus manos- murmuro antes de empezar a comer el estofado sabiendo que los ebrios no podrían escucharlo con el plato casi sobre la boca, lo que no podría suponer de su compañero de juego que parecía tener algo diferente el que no podría poner su dedo en ello. La imagen mental de algunas viseras del par de estúpidos en su comida le animo bastante, por lo que comenzó a devorar su estofado con una ligera sonrisa.
- ¿Qué te causa gracia imbécil?- escucho al hombre que parecía ser más agresivo.
Estaba por contestar cuando escucho el comentario de Zagreus sobre que ese par también eran forasteros como ellos, por lo que decidió de momento callarse y seguir comiendo un poco más antes de que le arruinaran el ánimo y decidiera comerse a los imbéciles aquí mismos. No, siempre estaba más alterado cuando tenía hambre, no lograría hacer un buen control de daños, es más él era Alexei no debería existir tener que hacer un control de daños para él.
Dejo su plato aun lado molesto tras el eructo del hombre, que casi llena con su sucia y asquerosa saliva sus sagrados alimentos. Si algún líquido iba a llenar su comida se aseguraría que fuera la sangre de este par de brutos al final de esa noche o semana.
Dirigió su mirada al mismo tablón que todos observando al hombre bruto retirar el letrero, como si lo necesitara para saber de qué trataba unas cuantas monedas extra en la taberna y la misma gente le contaría de qué trataba el trabajo. Siempre funcionaba sin importar el lugar.
- No tengo interés alguno solo espero por un amigo que tiene que cruzar por aquí o alguna caravana para viajar con ellos- aclaro queriendo desviar la atención sobre ese trabajo de momento, volvió a intentar comer lo que quedaba de su estofado cuando el otro hombre hablo.
-No me gustas bocón. No me gusta que me ignoren y no me gusta cómo me miras, no me gusta tu actitud sigue así y te romperemos la cara después de terminar el juego o aprendes tu sitio como el otro tipo- dijo señalando a su compañero de juego.
Levanto una mano como para intentar aplacar al hombre mientras definitivamente haca su plato de comida aun lado. Se limpió la cara con la manga de su ropa ya que este bravucón parecía escupir más al hablar que su amigo eructando, bajo su plato molesto, estaba seguro que ahora si había contaminado sus alimentos. Evito reírse o volver a mirar a aquel sujeto no debía perder la calma así, no era honorable tratándose de un juego, además dijo que jugaría y jugaría contra este par de imbéciles.
Tomo sus cartas las observo por unos instantes, ningún número alto, bajo la carta casi como con pereza, mirando a Zagreus esperando que comprendiera el mensaje, si bien no podría considerarse un mensaje podría ir probando durante las rondas cual era detectado por su nuevo compañero de juego.
Estos sujetos definitivamente habían arruinado lo que parecía una noche tranquila, se encargaría de devorar a uno mientras el otro observaba, o podría simplemente verlos fracasar miserablemente en su trabajo para luego llevarse unos cuantos dedos… No, no seguramente era la primera vez que no quería consumir nada de lo que esas manos, ojos y lengua hubieran visto o tocado, debería irse con lo que estaría más intacto todo los órganos de adentro. Se daría un festín… intento no ver demasiado tiempo a ambos hombres como si ellos fueran la comida principal de esa noche.
Tamborileo los dedos en la mesa en lo que esperaba que el par de mercenarios bajaran sus cartas, pero parecían seriamente tomarse su tiempo, mientras se observaban. Si estaban intentando no ser obvios con su lenguaje corporal estaban fallando miserablemente, pero este era un juego donde el cuerpo también podría engañarte.
Última edición por Alexander Kraz el Dom Nov 27 2022, 07:50, editado 1 vez
Alexander Kraz
Experto
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Re: El gato negro [Trabajo, +18]
La partida continuaba, al igual que los insultos de aquellos dos brutos, que ofendían reiteradamente a mi compañero de cartas. Alexei se concentraba en su estofado, ignorándolos, aspecto que agradecía, no era mi intención que aquella situación escalara, aunque admito que ya mi paciencia estaba llegando al límite.
Ya habiendo todos jugado las dos cartas bocabajo, tocaba la revelación.
Voltéalas - insistió Cletus.
Perdimos, apenas conseguimos 18 puntos, mientras que los contrarios en la primera mano fueron con toda la artillería sacando 46.
¡Jajajaja!, son unos idiotas, creo que no saben siquiera jugar. – dijo eufóricamente mientras agarraba las monedas de la apuesta.
20 aeros y contando ¡Ja!, oye furcia – gritó a la ya irritada mesera – otra ronda para mí y mi colega, y esta vez dame algo bueno, estoy cansado de la mierda que nos has dado.
Si quieres moja tus bragas en el barril a ver si empieza a embriagar tu licor barato.
Y nuevamente ambos rieron maniáticamente mientras yo me mantenía con mi rostro serio, despreciando aquellos canallas. La estrategia estaba saliendo como debía ser, pero aquellos idiotas no lo entendían. Al parecer Alexei no era tan bárbaro como lo aparentaba físicamente, entendía de juegos de cartas.
La próxima ronda avanzó y nuevamente perdimos, ya eran dos muescas a 0, poco a poco la montaña de aeros en su lado de la mesa iba aumentando, pero continuaba tranquilo, ellos solían soltar sus mejores cartas, incluso triplicando nuestros puntos, matándose entre ellos.
Ellos seguían riendo, y ya cuando llevaban 3 muescas, confiados, al iniciar mi ronda, pellizqué una de las esquinas de la carta cuando la puse en la mesa, haciendo un ruido notorio distinto a como había colocado anteriormente mis jugadas, era una señal para mi compañero.
La revelación llegó y ganamos, dos figuras y un bono por color sentenció la ronda, la cara de aquellos idiotas se enserió por un instante.
Fue, fue suerte. – dijo inseguro mientras agarraba unas nuevas cartas de la pila. Y viendo su mano sonrió confiado en su propio juego.
La siguiente ronda, repetí la seña en mi salida, marcando el objetivo de atacar, y mientras el idiota a mi derecha pensaba su jugada empecé a pasar un aero entre mis nudillos, hice tres vueltas con aquella llamativa conducta que hacía con soltura. La señal debía ser interpretada, una escalera de 3, así que cuando me detuve bajé la cabeza.
Y díganme, - traté de desviar su atención de la molestia que poco a poco los iba tomando al estar casi empatados con nosotros y en aparente desventaja – Lo del trabajo, por mera curiosidad, ¿de qué se trata?
A regañadientes respondió Loyd – Es un trabajo con el sepulturero del pueblo, se supone que trabaja en las noches solamente, es un tipo excéntrico, pero al parecer paga bien porque toda la aldea está preocupada por un evento paranormal en el cementerio.
Ante los comentarios de Loyd, Cletus carraspeó su garganta dando a entender que había hablado de más. – No es nada que les incumba, ya aquí vamos a terminar y ustedes quedarán limpios, luego se podrán volver a la cloaca de donde salieron ustedes dos, bichos raros, su dinero va a ser nuestro y el trabajo también.
Y con mucha insistencia clavó una navaja que sacó de su bolsillo en la mesa donde jugábamos. – Y si quieren ser competencia podemos arreglarlo fácilmente.
Tocaba nuevamente la revelación. Y ganamos con una escalera a lo que anonadados aquellos se quejaron.
Cletus concéntrate, ¿Qué coño te ocurre?
¡¿Yo?!, tú te gastaste todas las figuras cuando yo lancé las mías.
Se repitió nuestro triunfo en las tandas siguientes, 4 a 3 íbamos ganando Alexei y yo, ya faltaba una ronda para ganar, la montaña de aeros que ahora teníamos era más grande que la de ellos, y al final el ganador se llevaría ambas. Las partidas más largas suponían mayores ganancias, o perdidas en el caso de aquellos idiotas.
Los contrincantes arrugaron cuando vieron su mano final, la estrategia de tener un inicio lento, en el cual se confiarán y utilizarían toda la artillería pesada había funcionado, ahora ellos no tenían posibilidades con las cartas que habíamos guardado sin necesidad de hacer puntuaciones exorbitantes, teníamos todo bajo control.
Ya lo vi todo, Cletus ahora todo está claro, estos malditos malnacidos no están haciendo trampa.
Sí, tienes razón Loyd, no tiene sentido que ganaran todos esos juegos seguidos. – Dijo mientras se levantaba de su asiento de forma abrupta.
Todos en el bar voltearon a ver, incluso la dueña que limpiaba unas copas, asustada de la reacción y gritos de aquellos dos.
Señores, es un juego, no hicimos trampa, apenas estoy conociendo a mi compañero Alexei y hemos tenido suerte, eso es todo.
No te creo, además ustedes están muy interesados en el trabajo, seguro vienen por él.
Vamos a matarlos Cletus, estos imbéciles son solo basura, y no vamos a dejar que nos ganen con sus trampas y nos quiten el trabajo. (1)
Caballeros – abrí los brazos mientras me levantaba lentamente de mi asiento, procurando hacer espacio con ellos – No veo la necesidad de yo tener que enfrentarme a ti – dije mirando a Cletus a mi derecha. -Y estoy seguro de que Alexei tampoco desea pelear con tu amigo Loyd – comenté mientras miraba a mi compañero, la señal era evidente, había captado mi estrategia en el Degollado, ahora debíamos ver si podía lidiar con aquel sujeto.
Para que veas que soy honesto, colocaré mi daga en la mesa – y puse la funda de mi Daga del Crepúsculo sobre la mesa con el arma dentro.
Hice una reverencia hacia Cletus, colocando un brazo hacia delante y otro en mi espalda, mientras me inclinaba un poco, aún guardaba una distancia prudente de ambos sujetos – Ya no tengo arma, no hay necesidad de que mueras. – dije sonriendo.
Jajajajaja, ¿escuchaste Loyd? ¿Este imbécil pretencioso que se cree? Tu vanidad te va a costar tu cabeza y tus aeros.
Manteniendo aun mi cabeza baja, en mi mano que tenía en la espalda una bola roja empezaba a solidificarse saliendo de mi palma, con mis poderes de sangre, creé un hacha de guerra de una mano (2), escondiéndola de aquellos ilusos que me veían en desventaja. – Pensándolo bien, creo que si quiero aquel trabajo que tanto deseas… así como tu cabeza.
Ya habiendo todos jugado las dos cartas bocabajo, tocaba la revelación.
Voltéalas - insistió Cletus.
Perdimos, apenas conseguimos 18 puntos, mientras que los contrarios en la primera mano fueron con toda la artillería sacando 46.
¡Jajajaja!, son unos idiotas, creo que no saben siquiera jugar. – dijo eufóricamente mientras agarraba las monedas de la apuesta.
20 aeros y contando ¡Ja!, oye furcia – gritó a la ya irritada mesera – otra ronda para mí y mi colega, y esta vez dame algo bueno, estoy cansado de la mierda que nos has dado.
Si quieres moja tus bragas en el barril a ver si empieza a embriagar tu licor barato.
Y nuevamente ambos rieron maniáticamente mientras yo me mantenía con mi rostro serio, despreciando aquellos canallas. La estrategia estaba saliendo como debía ser, pero aquellos idiotas no lo entendían. Al parecer Alexei no era tan bárbaro como lo aparentaba físicamente, entendía de juegos de cartas.
La próxima ronda avanzó y nuevamente perdimos, ya eran dos muescas a 0, poco a poco la montaña de aeros en su lado de la mesa iba aumentando, pero continuaba tranquilo, ellos solían soltar sus mejores cartas, incluso triplicando nuestros puntos, matándose entre ellos.
Ellos seguían riendo, y ya cuando llevaban 3 muescas, confiados, al iniciar mi ronda, pellizqué una de las esquinas de la carta cuando la puse en la mesa, haciendo un ruido notorio distinto a como había colocado anteriormente mis jugadas, era una señal para mi compañero.
La revelación llegó y ganamos, dos figuras y un bono por color sentenció la ronda, la cara de aquellos idiotas se enserió por un instante.
Fue, fue suerte. – dijo inseguro mientras agarraba unas nuevas cartas de la pila. Y viendo su mano sonrió confiado en su propio juego.
La siguiente ronda, repetí la seña en mi salida, marcando el objetivo de atacar, y mientras el idiota a mi derecha pensaba su jugada empecé a pasar un aero entre mis nudillos, hice tres vueltas con aquella llamativa conducta que hacía con soltura. La señal debía ser interpretada, una escalera de 3, así que cuando me detuve bajé la cabeza.
Y díganme, - traté de desviar su atención de la molestia que poco a poco los iba tomando al estar casi empatados con nosotros y en aparente desventaja – Lo del trabajo, por mera curiosidad, ¿de qué se trata?
A regañadientes respondió Loyd – Es un trabajo con el sepulturero del pueblo, se supone que trabaja en las noches solamente, es un tipo excéntrico, pero al parecer paga bien porque toda la aldea está preocupada por un evento paranormal en el cementerio.
Ante los comentarios de Loyd, Cletus carraspeó su garganta dando a entender que había hablado de más. – No es nada que les incumba, ya aquí vamos a terminar y ustedes quedarán limpios, luego se podrán volver a la cloaca de donde salieron ustedes dos, bichos raros, su dinero va a ser nuestro y el trabajo también.
Y con mucha insistencia clavó una navaja que sacó de su bolsillo en la mesa donde jugábamos. – Y si quieren ser competencia podemos arreglarlo fácilmente.
Tocaba nuevamente la revelación. Y ganamos con una escalera a lo que anonadados aquellos se quejaron.
Cletus concéntrate, ¿Qué coño te ocurre?
¡¿Yo?!, tú te gastaste todas las figuras cuando yo lancé las mías.
Se repitió nuestro triunfo en las tandas siguientes, 4 a 3 íbamos ganando Alexei y yo, ya faltaba una ronda para ganar, la montaña de aeros que ahora teníamos era más grande que la de ellos, y al final el ganador se llevaría ambas. Las partidas más largas suponían mayores ganancias, o perdidas en el caso de aquellos idiotas.
Los contrincantes arrugaron cuando vieron su mano final, la estrategia de tener un inicio lento, en el cual se confiarán y utilizarían toda la artillería pesada había funcionado, ahora ellos no tenían posibilidades con las cartas que habíamos guardado sin necesidad de hacer puntuaciones exorbitantes, teníamos todo bajo control.
Ya lo vi todo, Cletus ahora todo está claro, estos malditos malnacidos no están haciendo trampa.
Sí, tienes razón Loyd, no tiene sentido que ganaran todos esos juegos seguidos. – Dijo mientras se levantaba de su asiento de forma abrupta.
Todos en el bar voltearon a ver, incluso la dueña que limpiaba unas copas, asustada de la reacción y gritos de aquellos dos.
Señores, es un juego, no hicimos trampa, apenas estoy conociendo a mi compañero Alexei y hemos tenido suerte, eso es todo.
No te creo, además ustedes están muy interesados en el trabajo, seguro vienen por él.
Vamos a matarlos Cletus, estos imbéciles son solo basura, y no vamos a dejar que nos ganen con sus trampas y nos quiten el trabajo. (1)
Caballeros – abrí los brazos mientras me levantaba lentamente de mi asiento, procurando hacer espacio con ellos – No veo la necesidad de yo tener que enfrentarme a ti – dije mirando a Cletus a mi derecha. -Y estoy seguro de que Alexei tampoco desea pelear con tu amigo Loyd – comenté mientras miraba a mi compañero, la señal era evidente, había captado mi estrategia en el Degollado, ahora debíamos ver si podía lidiar con aquel sujeto.
Para que veas que soy honesto, colocaré mi daga en la mesa – y puse la funda de mi Daga del Crepúsculo sobre la mesa con el arma dentro.
Hice una reverencia hacia Cletus, colocando un brazo hacia delante y otro en mi espalda, mientras me inclinaba un poco, aún guardaba una distancia prudente de ambos sujetos – Ya no tengo arma, no hay necesidad de que mueras. – dije sonriendo.
Jajajajaja, ¿escuchaste Loyd? ¿Este imbécil pretencioso que se cree? Tu vanidad te va a costar tu cabeza y tus aeros.
Manteniendo aun mi cabeza baja, en mi mano que tenía en la espalda una bola roja empezaba a solidificarse saliendo de mi palma, con mis poderes de sangre, creé un hacha de guerra de una mano (2), escondiéndola de aquellos ilusos que me veían en desventaja. – Pensándolo bien, creo que si quiero aquel trabajo que tanto deseas… así como tu cabeza.
- Pacto Carmesí: Hacha de una mano:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
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Off
(1) Primera complicación: Cletus y Loyd, unos canallas que se encuentran en la aldea quieren quedarse para ellos el trabajo propuesto por el sepulturero, además, están desquiciados por perder un juego de cartas con Zagreus y Alexei, reclamando que hicimos trampa. Ahora, plantean enfrentar a muerte al humano y al vampiro para quedarse el trabajo de forma exclusiva y tomar todo el dinero de la apuesta (incluso más). Ellos tienen en su haber toda la información del trabajo.
(2): Nivel 0: Pacto carmesí [Mágica] – Activa (2 usos) Duración= 2 turnos
Debido a la sangromancia de Zagreus, el vampiro puede extraer cantidades de su sangre por los pómulos de su piel sin perjudicarse y a partir de ella crear armas de sangre a una mano.
Zagreus solo puede crear un arma por activación. Igualmente, puede emplear un uso de la habilidad para cambiar el tipo de arma de sangre creada.
Zagreus
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Re: El gato negro [Trabajo, +18]
Termino el estofado por respeto a los cocineros y la amable mesera que se esforzó en calentar su comida, no por el sabor, sino porque conocía bien el hambre, pero estos tipos estaban a nada de colmar su paciencia.
Zagreus era sutil en sus indicaciones, las cuales eran fáciles de seguir, por lo que siguió el patrón de señales discretas, que con el par de borrachos habladores no es como si se fijaran demasiado en esto.
No quería tomar demasiado durante las rondas por lo que se tomó su cerveza lo más despacio posible, necesitaba una mente clara para que siguieran con la estrategia que tenían, aun que perdieron la primera ronda. No pudo evitar que se le escapara una mueca de disgusto, si bien parece que tenía buen entendimiento con Zagreus, no dejaba de gustarle no ganar, pero no importaba las rondas siguientes eran las que valían la pena. Esto no evito que el hombre no volviera a burlarse de que no sabían jugar.
Por un momento se imaginó al tipo con su daga clavada en el cuello con una fuente de sangre decorativa sobre la mesa, solo tenía que esperar a ganar si dinero y esa visión podría hacerse realidad, probablemente la mesera incluso le agradecería por el adorno; bueno al menos en su mente lo apreciaba. La risa maniaca del aquel par lo saco de sus pensamientos, volviendo a concentrarse en el juego.
La siguiente ronda siguió de la misma forma perdieron, pero sabía que su plan funcionaria en las que siguieran, solo tenía que aguantar fingir molestia.
A Cletus y Loyd parecía divertirles demasiado que creyeran que le molestaba
Para colmo el par de idiotas se la habían pasado ofendiéndolo todo el tiempo. Lo único que lo detenía de atacarlos era concentrarse en las señales de su compañero durante las rondas, parece que este hombre fino sabía jugar, evito sonreír cuando noto la punta doblada de la carta apenas notorio si no estabas prestando atención pero el ruido eso era lo que indico lo que venía, era momento de pasar a atacar.
Evito sonreír cuando se quejaron de la suerte que tenían en esta ronda. Al comienzo de la siguiente ronda la señal se repetía junto con un juego que si no estuvieran jugando cartas pensaría que estaba burlándose de él, conto la cantidad de veces que paseo la moneda entre sus dedos entendiendo el mensaje tres veces, tres cartas probablemente buscaban una escalera, bien podría seguir el ritmo sin problemas.
-Los cementerios siempre están plagados de historias paranormales- menciono sin darle mucha importancia. Por dentro empezaba a salivar, ojala tuvieran cadáveres frescos a los cuales les sobraran unos cuantos dedos.
El otro bravucón busco terminar la conversación pronto, lo cual le causo más curiosidad sobre este trabajo en el cementerio, bien ya no era solo por la comida magra que lograría conseguir, quizás tenían una historia interesante que contar.
Observo la navaja en la mesa y luego a Cletus no quería destazarlos antes de que vieran que les habían ganado en el juego, así que apretó los dientes y volvió al juego, mientras aquel par de borrachos discutían aprovecho para levantar su jarra de cerveza rumbo a la camarera para que le trajera más.
La dama que capto la señal se acercó presurosa con otra tomando la vacía yéndose rápidamente antes de que aquel par notara su presencia. Estaba seguro que el tampoco soportaría otra grosería más de parte de estos sujetos.
Las siguientes rondas avanzaron rápido, se entretenía con su bebida o imaginándose las formas en que podría adornar con las entrañas de los hombres las mesas de aquel bar era su mente que divagaba justo después de leer y ejecutar las señales quizás era lo exasperante de los otros jugadores lo que tenía tan creativo. Entonces el idiota dos les llamo tramposos y toda su atención estaba de nuevo sobre ellos.
-Como podría hacer trampa cuando acabo de conocer a este hombre aquí, justo por su insistencia de querer jugar-
-Si tienes toda la razón, ya no puedo negarlo, al principio solo quería saber por qué no había ladrones alrededor, sabes eso me quita una fuente invaluable de alimento- menciono suponiendo que lo atribuirían a la comida que los mismos ladrones robaban, mientras escuchaba la explicación de Zagreus de que él no quería enfrentarse a Loyd.
-Por supuesto que no quiero enfrentarlo – aclaro notando que Zagreus seguía dándole señales con los movimientos de su cuerpo, siguió a su compañero de juego dejando su espada sobre la mesa, para su fortuna ellos no sabían que su cuchillo de carnicero muy afilado y hoy estaba escondido justo debajo de su manga al alcance para cualquier emergencia como esta.
Soltó un falso suspiro mientras sentía que algo cambiaba en el ambiente mientras escuchaba a Cletus burlarse, de reojo alcanzo a notar algo formándose detrás de su compañero y no pudo contener más su sonrisa.
-ahora sin duda aparte de tomar su trabajo voy a reponer mi reserva vitalicia de alimentos- dijo acercándose a Loyd sujetando de un rápido movimiento la daga que estaba sobre la mesa, ya no quería contenerse con este tipo, estaba listo para cobrarse todos los insultos.
-Voy a devorarte- le dijo
Empujo a Loyd sobre la mesa aprovechando que estaba borracho provocando que resbalara un poco, este intento apoyarse con su mano en la mesa antes de regresar su ataque, momento que aprovecho para aparecer su cuchillo de carnicero y cortarle el dedo meñique llevándoselo a la boca cual pequeño bocado.
Quería sonreír por haber aprovechado la falla del hombre cuando una voz desde el fondo de la taberna le grito.
-Deberías sacarte eso de la boca no sabes donde ha estado o que ha tocado- lo que provoco que le diera una rápida mirada a la mesera antes de escupir el dedo al lado contrario de la habitación. El tiempo que aprovecho el borracho para ponerse en pie gritando de dolor por su dedo
-La dama tiene razón probablemente lo único comestible sean tus entrañas, no me arriesgare a comer nada de lo exterior, aunque si el exterior es un reflejo de lo que hay dentro…bueno tendré que arriesgarme a que al menos tu corazón este de buen sabor-
comento en voz alta mostrando una de sus espeluznantes sonrisas de cuando se preparaba para sacar lo peor de él.
Por un momento pensó que el dolor le quito lo borracho al pobre bravucón, pero sus ataques eran tan erráticos como su juego, lo que no le resulto tan trabajoso de evadir, aunque el tipo iba destruyendo parte de las mesas a su paso.
Aprovecho un instante que se abalanzó contra el para propinarle un fuerte golpe en el cuello provocando que le faltara el aire, sonrió antes de obligar a caer contra la mesa clavándole la navaja de su amigo en la mano mutilada.
-Gracias por no hacerme tomar la comida para llevar- le dijo riéndose mientras tomaba el arma que Loyd soltó para quitarse la navaja; lo cual no consiguió ya que había vuelto a golpearle lo suficiente en el rostro para mantenerlo quieto. De reojo podía ver que Zagreus tenía controlado a Cletus.
-Sabes si este trabajo es con el sepulturero probablemente agradezca que le lleve un cuerpo con el que trabajar, para mi fortuna y tu desgracia nadie dijo que tenías que llegar entero o como deberías de morir - menciono mientras atravesaba el otro brazo del hombre con su propia arma.
-Mujer necesitas carne para ese estofado- dijo sin voltear a verles, mientras empezaba a romper la ropa del hombre con su cuchillo de carnicero. –Prefieres hígado o él corazón, te puedo asegurar que tienen muy buenos nutrientes-
El pobre Loyd estaba tan blanco que estaba seguro que estaba viendo a la muerte a un lado suyo, bueno quizás era el caso, solo esperaba escuchar algunos gritos antes de que el hombre no pudiera soportarlo. Apenas comenzaba a abrir al hombre por el estómago y enfocarse en la agradable música que eran sus gritos cuando le interrumpieron de nuevo. –No te han dicho que no se debe jugar con la comida-
Estaba por contestarle a quien sea que allá mencionada tal cosa, cuando noto que Loyd había muerto del susto. Probablemente un ataque al corazón, lo cual era una calamidad para él, la carne interna seguramente ya estaría amargosa si murió de miedo, suspiro resignado clavando su cuchillo en el corazón del hombre, sin comida, sin música pero bueno al menos el bastardo no lo podría hacer cabrear más.
Con la ropa bañada en sangre levanto la vista observando que Zagreus también se encargó del otro sujeto molesto.
-Lo siento señora, creo que mi decoración es demasiado para el arte moderno- le comento a la amable mesera que los atendió al principio y que ahora solo le miraba aterrada.
Que difícil era la vida de un caníbal que intentaba solamente propagar el buen gusto por los pequeños manjares que ofrece la vida. Al menos su compañero de juego no parecía tan despavorido como otros con los que se cruzó con anterioridad.
Sin esperar palabras empezó a revisar la ropa del centro de mesa improvisado con el que adorno aquel pequeño bar, encontrando el anuncio del trabajo, intento limpiar la sangre que lleno el anuncio pero solo termino embarrándolo más haciendo un desastre.
-Quizás con tu truco puedas arreglar mi pequeño desastre- menciono entregándole el anuncio todo manchado apenas legible, lo único que se leía a simple vista era el lugar a la entrada del cementerio donde se podría encontrar al sepulturero.
Noto que la demás gente del bar no se atrevía a hablarles o insinuar que se fueran. Se giró mirando la escena, su hermoso adorno sobre la mesa con las tripas casi saliendo y el otro tipo del que Zagreus se había encargado al otro lado del bar.
-Parece que los asustaste amigo- menciono a su compañero omitiendo que quizás su adorno era lo que más pavor les daba a los pobres lugareños. – Vamos ahora de verdad quiero hacer este extraño trabajo deberíamos ir a ver al tal sepulturero-
-No olvides sacar la basura- escucho a la mesera atreverse hablarles de nuevo
-Sera un placer señora – menciono antes de tomar su arma y arrastras sin gracia su más reciente adorno por todo el lugar hasta la salida, incluso hacia donde debía encontrarse el sepulturero.
Zagreus era sutil en sus indicaciones, las cuales eran fáciles de seguir, por lo que siguió el patrón de señales discretas, que con el par de borrachos habladores no es como si se fijaran demasiado en esto.
No quería tomar demasiado durante las rondas por lo que se tomó su cerveza lo más despacio posible, necesitaba una mente clara para que siguieran con la estrategia que tenían, aun que perdieron la primera ronda. No pudo evitar que se le escapara una mueca de disgusto, si bien parece que tenía buen entendimiento con Zagreus, no dejaba de gustarle no ganar, pero no importaba las rondas siguientes eran las que valían la pena. Esto no evito que el hombre no volviera a burlarse de que no sabían jugar.
Por un momento se imaginó al tipo con su daga clavada en el cuello con una fuente de sangre decorativa sobre la mesa, solo tenía que esperar a ganar si dinero y esa visión podría hacerse realidad, probablemente la mesera incluso le agradecería por el adorno; bueno al menos en su mente lo apreciaba. La risa maniaca del aquel par lo saco de sus pensamientos, volviendo a concentrarse en el juego.
La siguiente ronda siguió de la misma forma perdieron, pero sabía que su plan funcionaria en las que siguieran, solo tenía que aguantar fingir molestia.
A Cletus y Loyd parecía divertirles demasiado que creyeran que le molestaba
Para colmo el par de idiotas se la habían pasado ofendiéndolo todo el tiempo. Lo único que lo detenía de atacarlos era concentrarse en las señales de su compañero durante las rondas, parece que este hombre fino sabía jugar, evito sonreír cuando noto la punta doblada de la carta apenas notorio si no estabas prestando atención pero el ruido eso era lo que indico lo que venía, era momento de pasar a atacar.
Evito sonreír cuando se quejaron de la suerte que tenían en esta ronda. Al comienzo de la siguiente ronda la señal se repetía junto con un juego que si no estuvieran jugando cartas pensaría que estaba burlándose de él, conto la cantidad de veces que paseo la moneda entre sus dedos entendiendo el mensaje tres veces, tres cartas probablemente buscaban una escalera, bien podría seguir el ritmo sin problemas.
-Los cementerios siempre están plagados de historias paranormales- menciono sin darle mucha importancia. Por dentro empezaba a salivar, ojala tuvieran cadáveres frescos a los cuales les sobraran unos cuantos dedos.
El otro bravucón busco terminar la conversación pronto, lo cual le causo más curiosidad sobre este trabajo en el cementerio, bien ya no era solo por la comida magra que lograría conseguir, quizás tenían una historia interesante que contar.
Observo la navaja en la mesa y luego a Cletus no quería destazarlos antes de que vieran que les habían ganado en el juego, así que apretó los dientes y volvió al juego, mientras aquel par de borrachos discutían aprovecho para levantar su jarra de cerveza rumbo a la camarera para que le trajera más.
La dama que capto la señal se acercó presurosa con otra tomando la vacía yéndose rápidamente antes de que aquel par notara su presencia. Estaba seguro que el tampoco soportaría otra grosería más de parte de estos sujetos.
Las siguientes rondas avanzaron rápido, se entretenía con su bebida o imaginándose las formas en que podría adornar con las entrañas de los hombres las mesas de aquel bar era su mente que divagaba justo después de leer y ejecutar las señales quizás era lo exasperante de los otros jugadores lo que tenía tan creativo. Entonces el idiota dos les llamo tramposos y toda su atención estaba de nuevo sobre ellos.
-Como podría hacer trampa cuando acabo de conocer a este hombre aquí, justo por su insistencia de querer jugar-
-Si tienes toda la razón, ya no puedo negarlo, al principio solo quería saber por qué no había ladrones alrededor, sabes eso me quita una fuente invaluable de alimento- menciono suponiendo que lo atribuirían a la comida que los mismos ladrones robaban, mientras escuchaba la explicación de Zagreus de que él no quería enfrentarse a Loyd.
-Por supuesto que no quiero enfrentarlo – aclaro notando que Zagreus seguía dándole señales con los movimientos de su cuerpo, siguió a su compañero de juego dejando su espada sobre la mesa, para su fortuna ellos no sabían que su cuchillo de carnicero muy afilado y hoy estaba escondido justo debajo de su manga al alcance para cualquier emergencia como esta.
Soltó un falso suspiro mientras sentía que algo cambiaba en el ambiente mientras escuchaba a Cletus burlarse, de reojo alcanzo a notar algo formándose detrás de su compañero y no pudo contener más su sonrisa.
-ahora sin duda aparte de tomar su trabajo voy a reponer mi reserva vitalicia de alimentos- dijo acercándose a Loyd sujetando de un rápido movimiento la daga que estaba sobre la mesa, ya no quería contenerse con este tipo, estaba listo para cobrarse todos los insultos.
-Voy a devorarte- le dijo
Empujo a Loyd sobre la mesa aprovechando que estaba borracho provocando que resbalara un poco, este intento apoyarse con su mano en la mesa antes de regresar su ataque, momento que aprovecho para aparecer su cuchillo de carnicero y cortarle el dedo meñique llevándoselo a la boca cual pequeño bocado.
Quería sonreír por haber aprovechado la falla del hombre cuando una voz desde el fondo de la taberna le grito.
-Deberías sacarte eso de la boca no sabes donde ha estado o que ha tocado- lo que provoco que le diera una rápida mirada a la mesera antes de escupir el dedo al lado contrario de la habitación. El tiempo que aprovecho el borracho para ponerse en pie gritando de dolor por su dedo
-La dama tiene razón probablemente lo único comestible sean tus entrañas, no me arriesgare a comer nada de lo exterior, aunque si el exterior es un reflejo de lo que hay dentro…bueno tendré que arriesgarme a que al menos tu corazón este de buen sabor-
comento en voz alta mostrando una de sus espeluznantes sonrisas de cuando se preparaba para sacar lo peor de él.
Por un momento pensó que el dolor le quito lo borracho al pobre bravucón, pero sus ataques eran tan erráticos como su juego, lo que no le resulto tan trabajoso de evadir, aunque el tipo iba destruyendo parte de las mesas a su paso.
Aprovecho un instante que se abalanzó contra el para propinarle un fuerte golpe en el cuello provocando que le faltara el aire, sonrió antes de obligar a caer contra la mesa clavándole la navaja de su amigo en la mano mutilada.
-Gracias por no hacerme tomar la comida para llevar- le dijo riéndose mientras tomaba el arma que Loyd soltó para quitarse la navaja; lo cual no consiguió ya que había vuelto a golpearle lo suficiente en el rostro para mantenerlo quieto. De reojo podía ver que Zagreus tenía controlado a Cletus.
-Sabes si este trabajo es con el sepulturero probablemente agradezca que le lleve un cuerpo con el que trabajar, para mi fortuna y tu desgracia nadie dijo que tenías que llegar entero o como deberías de morir - menciono mientras atravesaba el otro brazo del hombre con su propia arma.
-Mujer necesitas carne para ese estofado- dijo sin voltear a verles, mientras empezaba a romper la ropa del hombre con su cuchillo de carnicero. –Prefieres hígado o él corazón, te puedo asegurar que tienen muy buenos nutrientes-
El pobre Loyd estaba tan blanco que estaba seguro que estaba viendo a la muerte a un lado suyo, bueno quizás era el caso, solo esperaba escuchar algunos gritos antes de que el hombre no pudiera soportarlo. Apenas comenzaba a abrir al hombre por el estómago y enfocarse en la agradable música que eran sus gritos cuando le interrumpieron de nuevo. –No te han dicho que no se debe jugar con la comida-
Estaba por contestarle a quien sea que allá mencionada tal cosa, cuando noto que Loyd había muerto del susto. Probablemente un ataque al corazón, lo cual era una calamidad para él, la carne interna seguramente ya estaría amargosa si murió de miedo, suspiro resignado clavando su cuchillo en el corazón del hombre, sin comida, sin música pero bueno al menos el bastardo no lo podría hacer cabrear más.
Con la ropa bañada en sangre levanto la vista observando que Zagreus también se encargó del otro sujeto molesto.
-Lo siento señora, creo que mi decoración es demasiado para el arte moderno- le comento a la amable mesera que los atendió al principio y que ahora solo le miraba aterrada.
Que difícil era la vida de un caníbal que intentaba solamente propagar el buen gusto por los pequeños manjares que ofrece la vida. Al menos su compañero de juego no parecía tan despavorido como otros con los que se cruzó con anterioridad.
Sin esperar palabras empezó a revisar la ropa del centro de mesa improvisado con el que adorno aquel pequeño bar, encontrando el anuncio del trabajo, intento limpiar la sangre que lleno el anuncio pero solo termino embarrándolo más haciendo un desastre.
-Quizás con tu truco puedas arreglar mi pequeño desastre- menciono entregándole el anuncio todo manchado apenas legible, lo único que se leía a simple vista era el lugar a la entrada del cementerio donde se podría encontrar al sepulturero.
Noto que la demás gente del bar no se atrevía a hablarles o insinuar que se fueran. Se giró mirando la escena, su hermoso adorno sobre la mesa con las tripas casi saliendo y el otro tipo del que Zagreus se había encargado al otro lado del bar.
-Parece que los asustaste amigo- menciono a su compañero omitiendo que quizás su adorno era lo que más pavor les daba a los pobres lugareños. – Vamos ahora de verdad quiero hacer este extraño trabajo deberíamos ir a ver al tal sepulturero-
-No olvides sacar la basura- escucho a la mesera atreverse hablarles de nuevo
-Sera un placer señora – menciono antes de tomar su arma y arrastras sin gracia su más reciente adorno por todo el lugar hasta la salida, incluso hacia donde debía encontrarse el sepulturero.
Última edición por Alexander Kraz el Dom Nov 27 2022, 08:03, editado 3 veces
Alexander Kraz
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Re: El gato negro [Trabajo, +18]
La batalla comenzó, y apenas terminé de decir mi última frase y amenaza, escuché a Alexei gritando que iba a devorar al contrincante, sin duda un grito de guerra muy peculiar.
Aprovechando mi posición y la sorpresa de mi arma de sangre (1) con un movimiento ascendente, conecté con fuerza el hacha con la quijada del bruto de Cletus (2), el ataque lo sorprendió, no se esperaba que tuviera un arma y su altanería se vio silenciada con la sangre que salía de su mentón roto, apenas lograba gritar con la mandíbula destruida luego del impacto directo.
El corte desconcertó completamente a Cletus que con la inercia del hachazo se balanceaba. Tras varios pasos hacia atrás, recuperando un poco el equilibrio, se inclinó para poner sus manos sobre el corte profundo de su mandíbula rota, escupió un buche de sangre en donde cayeron algunos dientes al piso.
Najdido (maldito) – intentó decir el hombre que agonizaba de dolor y se proponía a desenvainar un cuchillo que guardaba en su bota, pero antes de poder recobrar la postura, di un pequeño salto de impulso para conectar un segundo hachazo en el cráneo de Cletus (3), un golpe que lo tumbó al suelo.
El sonido de los huesos rotos, la sangre salpicando de forma exuberante y los gritos de dolor de aquel humano despreciable, se mezclaba con el alboroto que estaba armando Alexei al otro lado de la taberna, en ocasiones la mesonera lograba decir algunas cosas que no logré distinguir, pero de resto todos los presentes se quedaron atónitos a la escena que se estaba dando.
Ya Cletus yacía en el suelo mientras la sangre empezaba a cubrir el piso de madera del establecimiento, algunas gotas habían manchado mi rostro durante los hachazos, a lo que intenté lamer aquellas más cercanas a mi boca, pero al saborearlas tuve que escupirla, el inútil tenía un tipo de sangre desagradable, sin duda era un bueno para nada. El mundo no lo extrañaría.
Volteé a ver a mi compañero de cartas, tenía bajo control la situación, pero la escena era mucho más desagradable que mi riña con Cletus, el bárbaro estaba cubierto de sangre, los presentes lo miraban horrorizados y sobre la mesa el cuerpo de Loyd, con una abertura en el torso que permitía ver sus órganos internos.
Para mis adentros sentí cierta repulsión, pero al recordar quien era el personaje ahora desfigurado sobre la mesa, todo malestar desapareció, con calma y una actitud parca me acerqué al bárbaro que no dejaba de hablar del cadáver como si fuese comida, al parecer aquel humano era un caníbal, en el norte existían varios grupos que practicaban aquellas desagradables costumbres, pero hoy en día era una tradición moralmente cuestionable y prácticamente exclusiva de las bestias.
No tenía problemas con su dieta, al final yo lo hacía de una manera más refinada alimentándome con sangre, pero admito que su forma errática de actuar ante la “comida” me dejaba un mal sabor de boca, no solía fiarme de aquellos que se dejaban guiar por sus impulsos más primitivos, aquellos que actúan por reflejo para saciar sus caprichos básicos, la búsqueda de la gratificación inmediata. Alexei parecía ser de esos, por lo que debía ser precavido, no sabía si delante tenía un aliado para el trabajo, o si en realidad sería alguien que con imprudencia me sacaría de mis casillas, no tenía tiempo ni paciencia para las bestias.
¿Terminaste? – dije con un sutil sarcasmo mientras Alexei me entregaba el papel con la oferta de trabajo en el cementerio.
Alexei seguía con un tono jovial y casi burlesco, como si la carnicería que había propiciado fuera normal. Ciertamente, ambos hicimos una masacre, pero sus métodos tenían otro objetivo. Y mientras la mesonera con una sonrisa nerviosa seguía el juego del bárbaro, Alexeí continuaba escindido de la realidad, con sus bromas macabras que rayaban en lo absurdo dado la dantesca decoración sobre la mesa de juegos.
Con sutileza y un poco de mi talento con la sangre, limpié la petición del sepulturero, la leí en voz alta:
¿Te dan miedo los fantasmas? Porque yo quiero ir y ganarme unos aeros – pregunté a Alexei, parte de mí preferiría no compartir ese tipo de trabajos, y menos con un sujeto desconocido con tendencias psicóticas, pero la labor requería de varios valientes, así que no quedaba más remedio que tener al humano de compañero, al menos quedaba el hecho de que tuvimos una buena conexión con los naipes, quizás estaba exagerando y Alexei no estaba loco, pero eso se tendría que comprobar en el cementerio.
La mesera del establecimiento nos ordenó deshacernos de los cuerpos, a lo que ambos accedimos, al acercarme al cuerpo de Cletus me percaté que seguía gimiendo de dolor, si bien me agradaba la idea de que sufriera, no quería que nos quitara tiempo, por lo que utilicé mi hacha, y agachándome sobre el cuerpo del gigante idiota le clavé mi arma de sangre en la cabeza (4).
¿Ya no hablan tú y tu amigo? - susurré con la hacha clavada en el cráneo de Cletus, mi arma poco a poco perdía su forma y la sangre era reabsorbida por la palma de mi mano.
Agarré a Cletus por el talón y empecé a jalarlo por el piso de la taberna, apartando las sillas que obstaculizaban el camino. El cuerpo era bastante pesado, ya que el bravucón era un hombre alto y obeso, pero con la sangre que cubría el piso desplazar el cadáver no fue complicado.
Previo a salir por la puerta del establecimiento, el resto de comensales había vuelto a sus asuntos y por más que había sido una revuelta intensa, el escándalo no pasaría a mayores. Los imbéciles de Cletus y Loyd se lo habían buscado, y siendo ellos también forasteros nadie preguntaría por los difuntos cazarrecompensas. Por último, agarramos el dinero ganado limpiamente de la apuesta jugando El Degollado y nos dispusimos a partir al cementerio.
Ah, y, por cierto, la casa invita, yo me quedaré limpiando el resto, pero gracias, esos dos zoquetes se lo merecían, le hicieron un favor a Chrollo… - y tras unos segundos mientras salía del mostrador para ir a la puerta – pueden usar la carreta que está afuera, está amarrada, pero es un pueblo no muy grande, déjenla en el cementerio y la buscaré en otro momento. Pueden llevar los cadáveres, aunque tal como leyeron en el anuncio, puede que las almas de estos bastardos sean robadas, no es que me importe, pero… cuidado.
Salimos de la taberna despidiéndonos de aquella gente – Bueno, ahí está la carreta, vamos a colocar a estos imbéciles y llevémoslos al cementerio. Vamos a por el Cait Sith, sé algunas cosas sobre el animal que seguro nos brindaran una ventaja, pero igual prepárate para una maldición o peor…
Aprovechando mi posición y la sorpresa de mi arma de sangre (1) con un movimiento ascendente, conecté con fuerza el hacha con la quijada del bruto de Cletus (2), el ataque lo sorprendió, no se esperaba que tuviera un arma y su altanería se vio silenciada con la sangre que salía de su mentón roto, apenas lograba gritar con la mandíbula destruida luego del impacto directo.
- (2): Corte de hacha ascendente:
El corte desconcertó completamente a Cletus que con la inercia del hachazo se balanceaba. Tras varios pasos hacia atrás, recuperando un poco el equilibrio, se inclinó para poner sus manos sobre el corte profundo de su mandíbula rota, escupió un buche de sangre en donde cayeron algunos dientes al piso.
Najdido (maldito) – intentó decir el hombre que agonizaba de dolor y se proponía a desenvainar un cuchillo que guardaba en su bota, pero antes de poder recobrar la postura, di un pequeño salto de impulso para conectar un segundo hachazo en el cráneo de Cletus (3), un golpe que lo tumbó al suelo.
- (3): Corte de hacha descendente:
El sonido de los huesos rotos, la sangre salpicando de forma exuberante y los gritos de dolor de aquel humano despreciable, se mezclaba con el alboroto que estaba armando Alexei al otro lado de la taberna, en ocasiones la mesonera lograba decir algunas cosas que no logré distinguir, pero de resto todos los presentes se quedaron atónitos a la escena que se estaba dando.
Ya Cletus yacía en el suelo mientras la sangre empezaba a cubrir el piso de madera del establecimiento, algunas gotas habían manchado mi rostro durante los hachazos, a lo que intenté lamer aquellas más cercanas a mi boca, pero al saborearlas tuve que escupirla, el inútil tenía un tipo de sangre desagradable, sin duda era un bueno para nada. El mundo no lo extrañaría.
Volteé a ver a mi compañero de cartas, tenía bajo control la situación, pero la escena era mucho más desagradable que mi riña con Cletus, el bárbaro estaba cubierto de sangre, los presentes lo miraban horrorizados y sobre la mesa el cuerpo de Loyd, con una abertura en el torso que permitía ver sus órganos internos.
Para mis adentros sentí cierta repulsión, pero al recordar quien era el personaje ahora desfigurado sobre la mesa, todo malestar desapareció, con calma y una actitud parca me acerqué al bárbaro que no dejaba de hablar del cadáver como si fuese comida, al parecer aquel humano era un caníbal, en el norte existían varios grupos que practicaban aquellas desagradables costumbres, pero hoy en día era una tradición moralmente cuestionable y prácticamente exclusiva de las bestias.
No tenía problemas con su dieta, al final yo lo hacía de una manera más refinada alimentándome con sangre, pero admito que su forma errática de actuar ante la “comida” me dejaba un mal sabor de boca, no solía fiarme de aquellos que se dejaban guiar por sus impulsos más primitivos, aquellos que actúan por reflejo para saciar sus caprichos básicos, la búsqueda de la gratificación inmediata. Alexei parecía ser de esos, por lo que debía ser precavido, no sabía si delante tenía un aliado para el trabajo, o si en realidad sería alguien que con imprudencia me sacaría de mis casillas, no tenía tiempo ni paciencia para las bestias.
¿Terminaste? – dije con un sutil sarcasmo mientras Alexei me entregaba el papel con la oferta de trabajo en el cementerio.
Alexei seguía con un tono jovial y casi burlesco, como si la carnicería que había propiciado fuera normal. Ciertamente, ambos hicimos una masacre, pero sus métodos tenían otro objetivo. Y mientras la mesonera con una sonrisa nerviosa seguía el juego del bárbaro, Alexeí continuaba escindido de la realidad, con sus bromas macabras que rayaban en lo absurdo dado la dantesca decoración sobre la mesa de juegos.
Con sutileza y un poco de mi talento con la sangre, limpié la petición del sepulturero, la leí en voz alta:
- Petición de trabajo:
- Muy urgente.
Creemos que un Cait Sìth está merodeando el cementerio de la ciudad, alimentándose de las almas de nuestros difuntos.
Necesitamos gente valiente que acabe con este problema. Un par de personas ya fueron contratadas para este trabajo, pero aseguran que el animal les lanzó una maldición, aquella misma mañana abandonaron la ciudad, aterrados, ni siquiera reclamaron sus honorarios.
Algunas de las familias afectadas hemos reunido una cantidad de aeros para el que salve las almas de nuestros familiares.
No sabemos que más hacer, por favor, ayuda.
¿Te dan miedo los fantasmas? Porque yo quiero ir y ganarme unos aeros – pregunté a Alexei, parte de mí preferiría no compartir ese tipo de trabajos, y menos con un sujeto desconocido con tendencias psicóticas, pero la labor requería de varios valientes, así que no quedaba más remedio que tener al humano de compañero, al menos quedaba el hecho de que tuvimos una buena conexión con los naipes, quizás estaba exagerando y Alexei no estaba loco, pero eso se tendría que comprobar en el cementerio.
La mesera del establecimiento nos ordenó deshacernos de los cuerpos, a lo que ambos accedimos, al acercarme al cuerpo de Cletus me percaté que seguía gimiendo de dolor, si bien me agradaba la idea de que sufriera, no quería que nos quitara tiempo, por lo que utilicé mi hacha, y agachándome sobre el cuerpo del gigante idiota le clavé mi arma de sangre en la cabeza (4).
- (4): Hacha, golpe final:
¿Ya no hablan tú y tu amigo? - susurré con la hacha clavada en el cráneo de Cletus, mi arma poco a poco perdía su forma y la sangre era reabsorbida por la palma de mi mano.
Agarré a Cletus por el talón y empecé a jalarlo por el piso de la taberna, apartando las sillas que obstaculizaban el camino. El cuerpo era bastante pesado, ya que el bravucón era un hombre alto y obeso, pero con la sangre que cubría el piso desplazar el cadáver no fue complicado.
Previo a salir por la puerta del establecimiento, el resto de comensales había vuelto a sus asuntos y por más que había sido una revuelta intensa, el escándalo no pasaría a mayores. Los imbéciles de Cletus y Loyd se lo habían buscado, y siendo ellos también forasteros nadie preguntaría por los difuntos cazarrecompensas. Por último, agarramos el dinero ganado limpiamente de la apuesta jugando El Degollado y nos dispusimos a partir al cementerio.
Ah, y, por cierto, la casa invita, yo me quedaré limpiando el resto, pero gracias, esos dos zoquetes se lo merecían, le hicieron un favor a Chrollo… - y tras unos segundos mientras salía del mostrador para ir a la puerta – pueden usar la carreta que está afuera, está amarrada, pero es un pueblo no muy grande, déjenla en el cementerio y la buscaré en otro momento. Pueden llevar los cadáveres, aunque tal como leyeron en el anuncio, puede que las almas de estos bastardos sean robadas, no es que me importe, pero… cuidado.
Salimos de la taberna despidiéndonos de aquella gente – Bueno, ahí está la carreta, vamos a colocar a estos imbéciles y llevémoslos al cementerio. Vamos a por el Cait Sith, sé algunas cosas sobre el animal que seguro nos brindaran una ventaja, pero igual prepárate para una maldición o peor…
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Off
(1): Segundo turno de Nivel 0: Pacto carmesí [Mágica] – Activa (2 usos)
Zagreus
Honorable
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Re: El gato negro [Trabajo, +18]
Por suerte su compañero logro arreglar su desastre con la nota, era cierto que no solía lograr comer sin embarrarse, pero bueno eso pasaba cuando no tenías el espacio correcto ni el tiempo para preparar correctamente los alimentos.
Cuando llegaba a la puerta mientras arrastraba el cuerpo de Loyd su rostro se ilumino con alegría infinita, esta mujer tan agradable le estaba regalando comida y en su libro uno no mata donde le dan alimentos gratis, sin duda Chrollo ahora era de sus pueblos favoritos para volver a visitar. Luego escucho la mención de la carreta, bueno al menos no se desgastaría arrastrando el cuerpo, lo que podría maltratar la carne del pobre sujeto en caso de que decidiera robarse un pedacito de él.
Miro a su compañero de juego cuando señalo la obvia carreta, se preguntó si le gustaba resaltar lo obvio o estaba asegurándose de que se entendieran justo como en el juego, ¿Estaba este hombre acaso dudando de que fuera el mismo un ser inteligente? Ahora tener un ligero gusto por el manjar no lo hacía un animal en su caso era un monstruo ilustrado como le gustaba auto llamarse, exceptuando esas veces en las que solo era un monstruo olvidando lo racional.
Levanto y arrojo con desgano al que alguna vez fue Loyd ahora posible futura comida, aun con el riesgo de que se hubiera amargado un poco la carne. Espero a que Zagreus subiera al suyo para tomar un lado de la carreta y empezar a tirar de él.
-¿De verdad veremos fantasmas?- dijo emocionado mientras tiraba de la carreta hacia el cementerio –Nunca he visto uno de esos, aunque podrían ser brujas si lo que dice el folklore es cierto, ahora ciertamente no creo que tenga relación con una maldición ¿de dónde deduces eso?- Le o pregunto con genuina curiosidad – ¿Acaso piensas que si son brujas ellas mismas están malditas? Igual sin importar que estoy dentro compañero- dijo dejando escapar un toque de diversión.
Para Alexei una buena noche sería un día con comida sublime es decir esos delicados manjares para los que solo su paladar y algunos pocos tenían el buen gusto, quizás algo de comida normal, una batalla, unos cuantos muertos, bañarse en sangre, buen adornos y el dinero.
Normalmente solo su mejor amigo (único amigo) le obsequio una noche de carnicería donde pudo soltarse, esta quizás no era una carnicería, pero tenía aeros, hizo un increíble adorno, la agradable gente de esta posada aprecio su arte, le obsequiaron la comida y conoció a un sujeto tan interesante, tenía un trabajo que le pagaría más y si todo salía bien quizás podría comerse dos corazones esta noche. Después de toda una buena alimentación es importante para que el cuerpo se recupere pronto.
Ahora se preguntaba si un Cait Sìth se comía el alma de los cuerpos o se los robaba. ¿El corazón tendría un sabor diferente? Si probaba un poco ahora y luego el otro después era algo probable que notara una diferencia. Si había diferencia entonces ¿Él se estaba comiendo las almas también cuando devoraba corazones? Si fuera así, entonces su abuelo tendría razón y devorar corazones le daba fuerza porque devoraba las almas y no era solo figurativo o tendría que ver los rituales a los que se sometió el abuelo y el mismo en su niñez, ahora mismo tenía unas enormes ganas de encontrarse con esa criatura o algún brujo para averiguarlo. Claro que no era normal que él se cuestionara esas cosas, pero de algún lado tendría que explicar por qué cuando se soltaba algunas veces era más fuerte.
Tendría tiempo para plantearse todo eso, después de todo el abuelo le encantaban los Cait Sìth aunque él no recuerda ver ninguno, de hecho ni siquiera recuerda a su abuela, ¿Por qué tenía una abuela verdad? Lo que le hizo preguntarse si esas leyendas sobre brujas y las criaturas tendrían algo de cierto, bueno esta era la mejor noche para averiguarlo o semana, lo que le tomara tendría que resolverlo. Otra parte de él empezaba a impacientarse al darse cuenta que estas dudas no eran solo suyas el desgraciado del blandengue estaba tomando un poco de conciencia sobre lo que estaba pasando, pero al menos esta vez era algo que les interesaba a ambos.
Se preguntó si estaba haciendo demasiadas gesticulaciones mientras pensaba porque todo el trayecto su compañero solo lo miro de la forma más extraña como si fuera la plaga misma. Quería pensar que estaba tan emocionado como él, después de todo este sujeto tenía un olor interesante.
Cuando llegaron al cementerio, estaba solo sin adornos, sin tributos sin… esta gente era demasiada rara con sus muertos o quizás era el miedo que tenía la gente lo que les impedía venir a presentar sus respetos adecuadamente. Ahora tampoco es como si se pudieran robar el alma de los vivos ¿O sí? Mierda su cabeza estaba trabajando demasiado, maldito Alexander intentando despertar.
Una extraña sombra se vislumbraba a lo lejos, parecía llevar una guadaña ¿O eso era una nueva especie de pala? Desde esta distancia la silueta parecía la de un hombre bestia por el extraño pico que parecía tener en la cara, estando más cerca solo noto que era una especie de mascara. ¿Para qué? Se preguntó una voz en su cabeza. ¿Es que pensaba que las almas salían por los orificios? Si fuera así estaría también…
-Deja de pensar estupideces- susurro al otro idiota que habitaba en su mente.
-Es una pregunta muy válida- contesto de la misma forma en susurro con un tono más somnoliento
-Vuelve a lo profundo a dormir maldito idiota, es de noche yo me encargo- le ordeno al blandengue dentro suyo en un tono más alto antes de notar que su compañero lo veía extraño. Hizo una mueca al notar que la sombra más delante.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
–No estoy loco- le dijo simplemente observando al hombre que les esperaba más delante. –No se tu pero este sepulturero tiene algo raro- menciono sin querer corregir a Alexander que parecia filtrar ideas aun a pesar de sentir que apenas estaba consiente.
Antes de dejar la carreta y acercarse al hombre decidió que debía darle daba una rápida mirada al cementerio.-Quizás deberías hablar con él en lo que reviso el lugar, no se me da bien lo de las charlas de negociación- le señalo mientras se alejaba revisando las tumbas.
No sabía si era la máscara extraña del sujeto, la lámpara, el extraño olor que aquel sujeto desprendía, solo era demasiado extraño para un sepulturero, bueno algo más raro de lo normal para esa profesión tomando en cuenta que su gente ni siquiera requería de un sepulturero. Por algún momento pensó que quizás este no era el sepulturero original, bien podría ser este sujeto el mismo roba almas.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Al principio se mantuvo cerca para poder escuchar la conversación, revisando si encontraba remoción de tierra reciente, en caso de que alguien estuviera intentando profanar o robar las pertenencias enterradas, alguien de su gente de Khorne no comería un cadáver tan viejo, eso sería muy malo para la salud, así que brevemente podría descartar esa idea, los únicos cuerpos frescos eran los que ellos mismos traían consigo, usar una excusa con fantasmas evitaría que la gente se acercara al cementerio, pero no encontró rastros cerca que indicaran excavaciones recientes, así que fue retirándose más buscando alrededor; en algunas zonas sobre la orilla del cementerio detecto algunas huellas de animal, bien podría ser su misterioso ladrón, pero de momento esperaría.
Si lo que fuera que rondaba aquí se comía las almas ¿Cuánto tiempo estaba un alma anclada a este plano para poder ser devorada?, entonces como su gente era cremada ¿Las almas no viajaban con sus cenizas hasta su santuario de descanso en el pantano? Ah estaba poniéndose filosófico de nuevo, eso no era bueno no quería que el otro le robara el control, esta parecía una tarea muy divertida para él. Bueno en todo caso que esas criaturas si devoraran almas, entonces no necesariamente tendrían que ser de muertos era algo que nunca entendió. Aunque su madre solía más relatar historias diferentes, tendría que hacer memoria.
-Eso es algo en lo que te puedes enfocar- le dijo al blandengue antes de volver a acercarse con su compañero y el sepulturero mientras forzaba a su cabeza y al otro a pensar en algo.
-Bien tenemos dos almas frescas para ofrecer, la noche aun es joven, por lo que podríamos intentar tentar a la o las criaturas con uno de los cuerpos, esconder el otro por si las dudas o podemos poner dos trampas y seguir diferentes rutas, pero no creo que sea fácil conseguir un alma de repuesto.- no quiso mencionar aun lo de las huellas delante del hombre prefería esperar a ver que decía su agradable compañero de juego.
-Tu propuesta suena interesante jovencito, solo tenemos un pequeño problema- menciono aquel sujeto enmascarado, el tono de voz definitivamente era algo que a Alexander le ponía el cabello de punta y era algo que no dudo en transmitirle a Alexei.
-¿Cuál sería ese problema señor?- pregunto queriendo descartar la voz de Alexander en su mente.
-La criatura no baja todas las noches al cementerio y temo decirles que la noche anterior estuvo rondando el cementerio por lo que es probable que tengan que hacer guardia hasta que decida volver, podría ser en dos noches o podría ser en una semana.-
Valla eso era algo que sin duda no pensó, nunca planteo que tendría que pasar unos cuantos días aquí, eso le sacaría de ruta de las caravanas, bueno no importaba ya estaba aquí , esto era algo que sin duda quería averiguar.
-Bueno aun con eso me quedare y tomare el trabajo- le dijo al hombre para luego girarse y observar a Zagreus - ¿Tú te quedas hombre fino?- si decía quedarse le mencionaría la información de las huellas a la orilla, quizás tuvieran suerte y aparecieran mas ladronzuelos o mercenarios para ofrecerle al roba almas y atraerlos antes, al menos entre dos sería más fácil arrastrar los cuerpos por el terreno ya que no estaba seguro que la amable posadera o la mesera les prestara de nuevo la carreta. En caso de que no tendrían que hacerlo a la antigua y rastrear las huellas del animal sospechoso.
_________Cuando llegaba a la puerta mientras arrastraba el cuerpo de Loyd su rostro se ilumino con alegría infinita, esta mujer tan agradable le estaba regalando comida y en su libro uno no mata donde le dan alimentos gratis, sin duda Chrollo ahora era de sus pueblos favoritos para volver a visitar. Luego escucho la mención de la carreta, bueno al menos no se desgastaría arrastrando el cuerpo, lo que podría maltratar la carne del pobre sujeto en caso de que decidiera robarse un pedacito de él.
Miro a su compañero de juego cuando señalo la obvia carreta, se preguntó si le gustaba resaltar lo obvio o estaba asegurándose de que se entendieran justo como en el juego, ¿Estaba este hombre acaso dudando de que fuera el mismo un ser inteligente? Ahora tener un ligero gusto por el manjar no lo hacía un animal en su caso era un monstruo ilustrado como le gustaba auto llamarse, exceptuando esas veces en las que solo era un monstruo olvidando lo racional.
Levanto y arrojo con desgano al que alguna vez fue Loyd ahora posible futura comida, aun con el riesgo de que se hubiera amargado un poco la carne. Espero a que Zagreus subiera al suyo para tomar un lado de la carreta y empezar a tirar de él.
-¿De verdad veremos fantasmas?- dijo emocionado mientras tiraba de la carreta hacia el cementerio –Nunca he visto uno de esos, aunque podrían ser brujas si lo que dice el folklore es cierto, ahora ciertamente no creo que tenga relación con una maldición ¿de dónde deduces eso?- Le o pregunto con genuina curiosidad – ¿Acaso piensas que si son brujas ellas mismas están malditas? Igual sin importar que estoy dentro compañero- dijo dejando escapar un toque de diversión.
Para Alexei una buena noche sería un día con comida sublime es decir esos delicados manjares para los que solo su paladar y algunos pocos tenían el buen gusto, quizás algo de comida normal, una batalla, unos cuantos muertos, bañarse en sangre, buen adornos y el dinero.
Normalmente solo su mejor amigo (único amigo) le obsequio una noche de carnicería donde pudo soltarse, esta quizás no era una carnicería, pero tenía aeros, hizo un increíble adorno, la agradable gente de esta posada aprecio su arte, le obsequiaron la comida y conoció a un sujeto tan interesante, tenía un trabajo que le pagaría más y si todo salía bien quizás podría comerse dos corazones esta noche. Después de toda una buena alimentación es importante para que el cuerpo se recupere pronto.
Ahora se preguntaba si un Cait Sìth se comía el alma de los cuerpos o se los robaba. ¿El corazón tendría un sabor diferente? Si probaba un poco ahora y luego el otro después era algo probable que notara una diferencia. Si había diferencia entonces ¿Él se estaba comiendo las almas también cuando devoraba corazones? Si fuera así, entonces su abuelo tendría razón y devorar corazones le daba fuerza porque devoraba las almas y no era solo figurativo o tendría que ver los rituales a los que se sometió el abuelo y el mismo en su niñez, ahora mismo tenía unas enormes ganas de encontrarse con esa criatura o algún brujo para averiguarlo. Claro que no era normal que él se cuestionara esas cosas, pero de algún lado tendría que explicar por qué cuando se soltaba algunas veces era más fuerte.
Tendría tiempo para plantearse todo eso, después de todo el abuelo le encantaban los Cait Sìth aunque él no recuerda ver ninguno, de hecho ni siquiera recuerda a su abuela, ¿Por qué tenía una abuela verdad? Lo que le hizo preguntarse si esas leyendas sobre brujas y las criaturas tendrían algo de cierto, bueno esta era la mejor noche para averiguarlo o semana, lo que le tomara tendría que resolverlo. Otra parte de él empezaba a impacientarse al darse cuenta que estas dudas no eran solo suyas el desgraciado del blandengue estaba tomando un poco de conciencia sobre lo que estaba pasando, pero al menos esta vez era algo que les interesaba a ambos.
Se preguntó si estaba haciendo demasiadas gesticulaciones mientras pensaba porque todo el trayecto su compañero solo lo miro de la forma más extraña como si fuera la plaga misma. Quería pensar que estaba tan emocionado como él, después de todo este sujeto tenía un olor interesante.
Cuando llegaron al cementerio, estaba solo sin adornos, sin tributos sin… esta gente era demasiada rara con sus muertos o quizás era el miedo que tenía la gente lo que les impedía venir a presentar sus respetos adecuadamente. Ahora tampoco es como si se pudieran robar el alma de los vivos ¿O sí? Mierda su cabeza estaba trabajando demasiado, maldito Alexander intentando despertar.
Una extraña sombra se vislumbraba a lo lejos, parecía llevar una guadaña ¿O eso era una nueva especie de pala? Desde esta distancia la silueta parecía la de un hombre bestia por el extraño pico que parecía tener en la cara, estando más cerca solo noto que era una especie de mascara. ¿Para qué? Se preguntó una voz en su cabeza. ¿Es que pensaba que las almas salían por los orificios? Si fuera así estaría también…
-Deja de pensar estupideces- susurro al otro idiota que habitaba en su mente.
-Es una pregunta muy válida- contesto de la misma forma en susurro con un tono más somnoliento
-Vuelve a lo profundo a dormir maldito idiota, es de noche yo me encargo- le ordeno al blandengue dentro suyo en un tono más alto antes de notar que su compañero lo veía extraño. Hizo una mueca al notar que la sombra más delante.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
–No estoy loco- le dijo simplemente observando al hombre que les esperaba más delante. –No se tu pero este sepulturero tiene algo raro- menciono sin querer corregir a Alexander que parecia filtrar ideas aun a pesar de sentir que apenas estaba consiente.
Antes de dejar la carreta y acercarse al hombre decidió que debía darle daba una rápida mirada al cementerio.-Quizás deberías hablar con él en lo que reviso el lugar, no se me da bien lo de las charlas de negociación- le señalo mientras se alejaba revisando las tumbas.
No sabía si era la máscara extraña del sujeto, la lámpara, el extraño olor que aquel sujeto desprendía, solo era demasiado extraño para un sepulturero, bueno algo más raro de lo normal para esa profesión tomando en cuenta que su gente ni siquiera requería de un sepulturero. Por algún momento pensó que quizás este no era el sepulturero original, bien podría ser este sujeto el mismo roba almas.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Al principio se mantuvo cerca para poder escuchar la conversación, revisando si encontraba remoción de tierra reciente, en caso de que alguien estuviera intentando profanar o robar las pertenencias enterradas, alguien de su gente de Khorne no comería un cadáver tan viejo, eso sería muy malo para la salud, así que brevemente podría descartar esa idea, los únicos cuerpos frescos eran los que ellos mismos traían consigo, usar una excusa con fantasmas evitaría que la gente se acercara al cementerio, pero no encontró rastros cerca que indicaran excavaciones recientes, así que fue retirándose más buscando alrededor; en algunas zonas sobre la orilla del cementerio detecto algunas huellas de animal, bien podría ser su misterioso ladrón, pero de momento esperaría.
Si lo que fuera que rondaba aquí se comía las almas ¿Cuánto tiempo estaba un alma anclada a este plano para poder ser devorada?, entonces como su gente era cremada ¿Las almas no viajaban con sus cenizas hasta su santuario de descanso en el pantano? Ah estaba poniéndose filosófico de nuevo, eso no era bueno no quería que el otro le robara el control, esta parecía una tarea muy divertida para él. Bueno en todo caso que esas criaturas si devoraran almas, entonces no necesariamente tendrían que ser de muertos era algo que nunca entendió. Aunque su madre solía más relatar historias diferentes, tendría que hacer memoria.
-Eso es algo en lo que te puedes enfocar- le dijo al blandengue antes de volver a acercarse con su compañero y el sepulturero mientras forzaba a su cabeza y al otro a pensar en algo.
-Bien tenemos dos almas frescas para ofrecer, la noche aun es joven, por lo que podríamos intentar tentar a la o las criaturas con uno de los cuerpos, esconder el otro por si las dudas o podemos poner dos trampas y seguir diferentes rutas, pero no creo que sea fácil conseguir un alma de repuesto.- no quiso mencionar aun lo de las huellas delante del hombre prefería esperar a ver que decía su agradable compañero de juego.
-Tu propuesta suena interesante jovencito, solo tenemos un pequeño problema- menciono aquel sujeto enmascarado, el tono de voz definitivamente era algo que a Alexander le ponía el cabello de punta y era algo que no dudo en transmitirle a Alexei.
-¿Cuál sería ese problema señor?- pregunto queriendo descartar la voz de Alexander en su mente.
-La criatura no baja todas las noches al cementerio y temo decirles que la noche anterior estuvo rondando el cementerio por lo que es probable que tengan que hacer guardia hasta que decida volver, podría ser en dos noches o podría ser en una semana.-
Valla eso era algo que sin duda no pensó, nunca planteo que tendría que pasar unos cuantos días aquí, eso le sacaría de ruta de las caravanas, bueno no importaba ya estaba aquí , esto era algo que sin duda quería averiguar.
-Bueno aun con eso me quedare y tomare el trabajo- le dijo al hombre para luego girarse y observar a Zagreus - ¿Tú te quedas hombre fino?- si decía quedarse le mencionaría la información de las huellas a la orilla, quizás tuvieran suerte y aparecieran mas ladronzuelos o mercenarios para ofrecerle al roba almas y atraerlos antes, al menos entre dos sería más fácil arrastrar los cuerpos por el terreno ya que no estaba seguro que la amable posadera o la mesera les prestara de nuevo la carreta. En caso de que no tendrían que hacerlo a la antigua y rastrear las huellas del animal sospechoso.
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Sepulturero: [color=#003333]
Última edición por Alexander Kraz el Dom Nov 27 2022, 07:55, editado 3 veces
Alexander Kraz
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Re: El gato negro [Trabajo, +18]
Partimos en dirección al cementerio del pueblo, el mismo quedaba cerca de una pendiente que conectaba Chrollo con una colina boscosa. Nos tomaría unos pocos minutos arrastrar la carreta con los dos idiotas que ahora dejaban un charco de sangre en el suelo.
La noche era fría y la luna se ocultaba tras nubes oscuras. De nuestras bocas salía vaho al respirar y en ocasiones la brisa sacudía nuestras prendas arremetiendo con fuerza nuestra marcha. Mientras avanzábamos, a nuestro paso un fino hilo de sangre caía de la carreta, señalando el camino que recorríamos.
Mi intención era limitar la charla con el humano, pero ante sus preguntas un tanto incrédulas sobre el trabajo procuré responder - Dudo que veamos fantasmas, pero quizás si tengamos que lidiar con elementos mágicos o metafísicos. Las maldiciones son comunes en los seres que pretenden alejar a los intrusos. Y nosotros eso somos, dos forasteros que pretenden turbar la rutina y alimento de una bestia.
Alexei se mostraba muy excitado ante el trabajo, su emoción era evidente, y si bien la euforia era usualmente criticada por mí, en esta ocasión era bienvenida. Necesitaba un compañero para el trabajo valiente que no tuviera miedo. De nada me serviría estar junto a un llorica que a la primera señal de miedo pusiera en peligro el plan y nuestras vidas.
Durante el resto del camino volví a mi silencio característico, mientras veía al humano hacer manierismos extraños y mover su cabeza de forma apresurada. De vez en cuando el bárbaro sonreía de forma involuntaria, posiblemente consecuencia de la emoción.
Él era un sujeto extraño, seguramente mi rostro, aunque tratase de disimular mi reacción, tendría una expresión de cierta desconfianza de la manía de Alexei. Procuré centrarme en el trayecto y en el trabajo que íbamos a realizar, un Cait Sith, nunca había visto uno, pero había leído sobre ellos en los bestiarios de Fer´avlis. Se trataba de una criatura extraña y envuelta en una mitología siniestra.
Mientras en mi cabeza recopilaba toda la información sobre el gato hada, a la distancia logramos ver el cementerio. Algunas antorchas iluminaban la entrada, pero la superficie de las tumbas a diferencia de lo esperado, estaban completamente vacía, sin aquellos detalles característicos de los ritos funerarios como flores, velas, inciensos y demás objetos que permitieran el paso de las almas difuntas al siguiente plano.
Cerca de una pequeña choza un sujeto con máscara se apoyaba en una viga de madera, en su mano tenía lo que parecía ser una pala, a su costado en el suelo una lámpara de aceite iluminaba el frente de la edificación, proyectando una sombra tenebrosa con la silueta del sujeto sobre la pared de la pequeña casa.
Sin duda una primera impresión escalofriante, ciertamente para trabajar en un cementerio se necesitaba de ciertas características, pero este sujeto desbordaba en su vestir excéntrico un aura oscura. Parecía que nos estuviera esperando… parecía a la muerte esperando…
Mientras acomodábamos la carreta, Alexei empezó con un episodio de soliloquio curioso, sus balbuceos se hicieron entendibles. El humano parecía discutir con él mismo. La psicología era uno de mis tópicos favoritos, la mente corrompida era un estudio que maravillaba a cualquiera, pero en estas circunstancias el trabajar con un trastornado podría ser contraproducente. Omití sus rasgos psicóticos, y accedí a su petición de llevar la conversación con el sepulturero mientras él paseaba por el cementerio viendo las lapidas.
Saludos buen hombre, usted debe ser el sepulturero. – dije con cautela mientras mostraba el papel ensangrentado con la oferta de trabajo.
Soy quien buscan… - Su voz gruesa se escuchaba distorsionada por la máscara de cuervo que traía puesta, del mismo modo, su respirar se evidenciaba calmado, lográndose escuchar por la resonancia dentro de aquello semejante a un pico de ave.
No me detuve a contemplar las razones del uso de aquella prenda, sabía que en ocasiones es necesaria protección para manejar cadáveres y cuerpos en descomposición. Por lo que obviando su aspecto oscuro y extravagante, me comprometí a centrar nuestro objetivo.
Venimos por el trabajo.
El hombre me interrumpió – Ya veo, pensé que venían por aquellos – dijo mirando la carreta fuera del cementerio. – si ese era el caso lo tendrían difícil, hay una criatura que roba almas, y ya tiene meses aprovechándose de este cementerio para satisfacer su dieta.
Necesitamos que sea más específico, mi nombre es Zagreus. Yo y mi compañero Alexei nos comprometemos a lidiar con el ladrón de almas por un buen precio.
Ja, ya varios han venido decididos como tú y se han ido corriendo.
Mi rostro con expresión parca y estoica mientras permanecía de brazos cruzados hizo que sus dudas se difuminaran, por lo que prosiguió con su relato.
Lo he visto, se trata de un Cait Sith que sale de la penumbra de los árboles del bosque que descienden de aquella colina. El gato se posa sobre las tumbas y de la tierra sale lo que parece ser una especie de humo, la esencia de las personas, que se estira mientras el felino poco a poco lo engulle.
El hombre se notaba tranquilo incluso contando aquel relato, aspecto que podría ser llamativo si no se tratase de un sujeto que vive de la muerte.
Tenemos ya varias lunas llenas intentando cazarlo, algunos dicen que son animales que traen bendiciones, pero ya el pueblo está aterrorizado de su presencia y quiere que sus difuntos descansen en paz… Los aldeanos de Chrollo lo hemos llamado Plutón.
Voltee para ver como Alexei se balanceaba paseando por las tumbas mientras parecía tener una pelea interna en su cabeza, ¿con quién rayos hablaba?
He intentado de todo, pero el gato es un ser muy inteligente. Hemos contratados varios mercenarios, pero todos huyen despavoridos con el Cait sith.
Ya veo… - dije mientras colocaba mi mano sobre mi barbilla, centrándome en mis ideas.
En eso Alexei interrumpió la conversación con una idea que no era descabellada para atraer el animal, a lo que el sepulturero le indico que tenía algunos problemas, ya que predecir la conducta del animal era difícil.
Que decididos, si desean quedarse pueden hacerlo en mi casa, queda cerca y tiene varios cuartos con cama, nunca la visito, vivo solo y mis únicos compañeros son los muertos, por lo que suelo quedarme y vivir aquí.
Entendido – miré el cielo oscuro, una sonrisa cubrió mi rostro, disfrutaba de la idea que pasaba por mi cabeza.
Alexei, acompáñame – me alejé del sepulturero, lo que tenía en mente no era algo moralmente aceptado, así que preferí compartir mi plan con mi compañero con discreción.
Ya en soledad – Verás, el gato feérico es un ser muy inteligente, entiende lenguaje humano y es atraído por varias cosas, además de la muerte… Quizás ahora esté satisfecho de su última visita al cementerio, pero le haremos una invitación que no podrá rechazar.
Me identificaba con algunos rasgos de aquella criatura, una bestia inteligente que disfrutaba de los desafíos intelectuales, acertijos y de comprobar quien podría estimular de mejor manera el cerebro. Sin duda algo que yo compartía. Veía a Plutón como un nuevo contrincante de astucia y saber. Pocos humanos eran capaces de suponer un desafío, la mayoría eran brutos e ignorante, pero este animal quizás podría sorprenderme. Tenía que demostrar la veracidad de los mitos a su alrededor.
Yo terminaré de conversar con el enterrador y luego iré a buscar algunos materiales por el pueblo, los necesitaremos mañana, pero requiero que hagas una misión antes de ir a la casa del sepulturero…
Me froté las manos para lidiar con el frío, estar junto a las tumbas era una experiencia relajante, el silencio sepulcral era algo que disfrutaba con intensidad, y lo único que podía turbar la ausencia de ruido sin que me irritara era mi propia voz. Me gusta escucharme hablar, y más si mi cerebro trabaja de forma veloz para lidiar con aquel Cait Sith que podría suponer un desafío curioso al ingenio.
Alexei, quiero que tomes a Loyd y lo lleves al bosque, te sugiero que cargues contigo una lámpara y estés atento entre la arboleda. Si bien dudo que sea muy extensa, es probable que existan más peligros que solo el Cait Sith y más a estas alturas de la noche, no dudes en usar tu arma…
Cuando estés entre la espesura de la colina boscosa debes buscar la madriguera del gato, generalmente evitan las zonas húmedas, recurriendo a cuevas o peñascos, créeme, si lo que dicen es cierto no lo verás, pero él sí te estará observando. Es posible que ni siquiera encuentres su guarida, pero lo importante es llamar su atención.
Miré la carreta que continuaba goteando el líquido rojo llenando un charco de sangre en el piso. Y con tono bromista continué mi exposición del plan.
Por cierto, se me había olvidado, si deseas que el peso del cadáver no te incomode – tomé una pausa para mirar a mi compañero a los ojos, sabiendo que lo que le pediría le gustaría – puedes comerte parte de él, no es necesario que cargues con todo el cuerpo, la intención es ofrecer un “aperitivo” al gato roba almas.
El cuerpo era lo de menos en mi plan, pero era una ofrenda que debía ser utilizada para dar cuenta de nuestra intención con el hada.
Cuando estés por el bosque y sientas que te acecha los ojos agudos del felino, será tiempo de detenerte, colocarás el cuerpo en el suelo, dibujarás en el piso con sangre del cadáver una marca sencilla y empezarás a repetir de forma clara y alta el siguiente acertijo, no preguntes nada, solo apréndetelo y haz lo que te digo.
Recité el acertijo con detenimiento para que lo aprendiera:
Cuando hayas repetido el enigma varias veces puedes volver, procura guardar en un lugar seguro y frío el otro cuerpo. Si deseas puedes pedir la colaboración del sepulturero o buscar una mortaja. Ya cuando termines podrás dirigirte a su vivienda, allí te seguiré comentando cuál sería el plan para mañana… Ahora ve.
Tras pasar algunos segundos para que Alexei pudiera digerir las frases, le comenté.- Por cierto, la respuesta es… - y acercándome discretamente, le dije con un tono apenas audible la contestación.
La noche era fría y la luna se ocultaba tras nubes oscuras. De nuestras bocas salía vaho al respirar y en ocasiones la brisa sacudía nuestras prendas arremetiendo con fuerza nuestra marcha. Mientras avanzábamos, a nuestro paso un fino hilo de sangre caía de la carreta, señalando el camino que recorríamos.
Mi intención era limitar la charla con el humano, pero ante sus preguntas un tanto incrédulas sobre el trabajo procuré responder - Dudo que veamos fantasmas, pero quizás si tengamos que lidiar con elementos mágicos o metafísicos. Las maldiciones son comunes en los seres que pretenden alejar a los intrusos. Y nosotros eso somos, dos forasteros que pretenden turbar la rutina y alimento de una bestia.
Alexei se mostraba muy excitado ante el trabajo, su emoción era evidente, y si bien la euforia era usualmente criticada por mí, en esta ocasión era bienvenida. Necesitaba un compañero para el trabajo valiente que no tuviera miedo. De nada me serviría estar junto a un llorica que a la primera señal de miedo pusiera en peligro el plan y nuestras vidas.
Durante el resto del camino volví a mi silencio característico, mientras veía al humano hacer manierismos extraños y mover su cabeza de forma apresurada. De vez en cuando el bárbaro sonreía de forma involuntaria, posiblemente consecuencia de la emoción.
Él era un sujeto extraño, seguramente mi rostro, aunque tratase de disimular mi reacción, tendría una expresión de cierta desconfianza de la manía de Alexei. Procuré centrarme en el trayecto y en el trabajo que íbamos a realizar, un Cait Sith, nunca había visto uno, pero había leído sobre ellos en los bestiarios de Fer´avlis. Se trataba de una criatura extraña y envuelta en una mitología siniestra.
Mientras en mi cabeza recopilaba toda la información sobre el gato hada, a la distancia logramos ver el cementerio. Algunas antorchas iluminaban la entrada, pero la superficie de las tumbas a diferencia de lo esperado, estaban completamente vacía, sin aquellos detalles característicos de los ritos funerarios como flores, velas, inciensos y demás objetos que permitieran el paso de las almas difuntas al siguiente plano.
Cerca de una pequeña choza un sujeto con máscara se apoyaba en una viga de madera, en su mano tenía lo que parecía ser una pala, a su costado en el suelo una lámpara de aceite iluminaba el frente de la edificación, proyectando una sombra tenebrosa con la silueta del sujeto sobre la pared de la pequeña casa.
Sin duda una primera impresión escalofriante, ciertamente para trabajar en un cementerio se necesitaba de ciertas características, pero este sujeto desbordaba en su vestir excéntrico un aura oscura. Parecía que nos estuviera esperando… parecía a la muerte esperando…
Mientras acomodábamos la carreta, Alexei empezó con un episodio de soliloquio curioso, sus balbuceos se hicieron entendibles. El humano parecía discutir con él mismo. La psicología era uno de mis tópicos favoritos, la mente corrompida era un estudio que maravillaba a cualquiera, pero en estas circunstancias el trabajar con un trastornado podría ser contraproducente. Omití sus rasgos psicóticos, y accedí a su petición de llevar la conversación con el sepulturero mientras él paseaba por el cementerio viendo las lapidas.
Saludos buen hombre, usted debe ser el sepulturero. – dije con cautela mientras mostraba el papel ensangrentado con la oferta de trabajo.
Soy quien buscan… - Su voz gruesa se escuchaba distorsionada por la máscara de cuervo que traía puesta, del mismo modo, su respirar se evidenciaba calmado, lográndose escuchar por la resonancia dentro de aquello semejante a un pico de ave.
No me detuve a contemplar las razones del uso de aquella prenda, sabía que en ocasiones es necesaria protección para manejar cadáveres y cuerpos en descomposición. Por lo que obviando su aspecto oscuro y extravagante, me comprometí a centrar nuestro objetivo.
Venimos por el trabajo.
El hombre me interrumpió – Ya veo, pensé que venían por aquellos – dijo mirando la carreta fuera del cementerio. – si ese era el caso lo tendrían difícil, hay una criatura que roba almas, y ya tiene meses aprovechándose de este cementerio para satisfacer su dieta.
Necesitamos que sea más específico, mi nombre es Zagreus. Yo y mi compañero Alexei nos comprometemos a lidiar con el ladrón de almas por un buen precio.
Ja, ya varios han venido decididos como tú y se han ido corriendo.
Mi rostro con expresión parca y estoica mientras permanecía de brazos cruzados hizo que sus dudas se difuminaran, por lo que prosiguió con su relato.
Lo he visto, se trata de un Cait Sith que sale de la penumbra de los árboles del bosque que descienden de aquella colina. El gato se posa sobre las tumbas y de la tierra sale lo que parece ser una especie de humo, la esencia de las personas, que se estira mientras el felino poco a poco lo engulle.
El hombre se notaba tranquilo incluso contando aquel relato, aspecto que podría ser llamativo si no se tratase de un sujeto que vive de la muerte.
Tenemos ya varias lunas llenas intentando cazarlo, algunos dicen que son animales que traen bendiciones, pero ya el pueblo está aterrorizado de su presencia y quiere que sus difuntos descansen en paz… Los aldeanos de Chrollo lo hemos llamado Plutón.
Voltee para ver como Alexei se balanceaba paseando por las tumbas mientras parecía tener una pelea interna en su cabeza, ¿con quién rayos hablaba?
He intentado de todo, pero el gato es un ser muy inteligente. Hemos contratados varios mercenarios, pero todos huyen despavoridos con el Cait sith.
Ya veo… - dije mientras colocaba mi mano sobre mi barbilla, centrándome en mis ideas.
En eso Alexei interrumpió la conversación con una idea que no era descabellada para atraer el animal, a lo que el sepulturero le indico que tenía algunos problemas, ya que predecir la conducta del animal era difícil.
Que decididos, si desean quedarse pueden hacerlo en mi casa, queda cerca y tiene varios cuartos con cama, nunca la visito, vivo solo y mis únicos compañeros son los muertos, por lo que suelo quedarme y vivir aquí.
Entendido – miré el cielo oscuro, una sonrisa cubrió mi rostro, disfrutaba de la idea que pasaba por mi cabeza.
Alexei, acompáñame – me alejé del sepulturero, lo que tenía en mente no era algo moralmente aceptado, así que preferí compartir mi plan con mi compañero con discreción.
Ya en soledad – Verás, el gato feérico es un ser muy inteligente, entiende lenguaje humano y es atraído por varias cosas, además de la muerte… Quizás ahora esté satisfecho de su última visita al cementerio, pero le haremos una invitación que no podrá rechazar.
Me identificaba con algunos rasgos de aquella criatura, una bestia inteligente que disfrutaba de los desafíos intelectuales, acertijos y de comprobar quien podría estimular de mejor manera el cerebro. Sin duda algo que yo compartía. Veía a Plutón como un nuevo contrincante de astucia y saber. Pocos humanos eran capaces de suponer un desafío, la mayoría eran brutos e ignorante, pero este animal quizás podría sorprenderme. Tenía que demostrar la veracidad de los mitos a su alrededor.
Yo terminaré de conversar con el enterrador y luego iré a buscar algunos materiales por el pueblo, los necesitaremos mañana, pero requiero que hagas una misión antes de ir a la casa del sepulturero…
Me froté las manos para lidiar con el frío, estar junto a las tumbas era una experiencia relajante, el silencio sepulcral era algo que disfrutaba con intensidad, y lo único que podía turbar la ausencia de ruido sin que me irritara era mi propia voz. Me gusta escucharme hablar, y más si mi cerebro trabaja de forma veloz para lidiar con aquel Cait Sith que podría suponer un desafío curioso al ingenio.
Alexei, quiero que tomes a Loyd y lo lleves al bosque, te sugiero que cargues contigo una lámpara y estés atento entre la arboleda. Si bien dudo que sea muy extensa, es probable que existan más peligros que solo el Cait Sith y más a estas alturas de la noche, no dudes en usar tu arma…
Cuando estés entre la espesura de la colina boscosa debes buscar la madriguera del gato, generalmente evitan las zonas húmedas, recurriendo a cuevas o peñascos, créeme, si lo que dicen es cierto no lo verás, pero él sí te estará observando. Es posible que ni siquiera encuentres su guarida, pero lo importante es llamar su atención.
Miré la carreta que continuaba goteando el líquido rojo llenando un charco de sangre en el piso. Y con tono bromista continué mi exposición del plan.
Por cierto, se me había olvidado, si deseas que el peso del cadáver no te incomode – tomé una pausa para mirar a mi compañero a los ojos, sabiendo que lo que le pediría le gustaría – puedes comerte parte de él, no es necesario que cargues con todo el cuerpo, la intención es ofrecer un “aperitivo” al gato roba almas.
El cuerpo era lo de menos en mi plan, pero era una ofrenda que debía ser utilizada para dar cuenta de nuestra intención con el hada.
Cuando estés por el bosque y sientas que te acecha los ojos agudos del felino, será tiempo de detenerte, colocarás el cuerpo en el suelo, dibujarás en el piso con sangre del cadáver una marca sencilla y empezarás a repetir de forma clara y alta el siguiente acertijo, no preguntes nada, solo apréndetelo y haz lo que te digo.
Recité el acertijo con detenimiento para que lo aprendiera:
- Acertijo:
- Dos hombres se adentraron en un bosque, uno grande y fuerte, el otro débil y pequeño.
Los hombres se perdieron, y después de caminar durante días, víctimas de la desesperación y del hambre…
El hombre grande mató al pequeño, y se lo comió - Ñam Ñam –
No le dio a nadie, no dejó restos...
Y cuando regresó a la civilización nunca dijo lo que ocurrió…
¿Quién fue este terrible monstruo? …
Cuando hayas repetido el enigma varias veces puedes volver, procura guardar en un lugar seguro y frío el otro cuerpo. Si deseas puedes pedir la colaboración del sepulturero o buscar una mortaja. Ya cuando termines podrás dirigirte a su vivienda, allí te seguiré comentando cuál sería el plan para mañana… Ahora ve.
Tras pasar algunos segundos para que Alexei pudiera digerir las frases, le comenté.- Por cierto, la respuesta es… - y acercándome discretamente, le dije con un tono apenas audible la contestación.
Zagreus
Honorable
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Re: El gato negro [Trabajo, +18]
Se sorprendió de que el sepulturero les ofreciera su propia casa para quedarse, en lo que el recordaba la gente no solía ser tan amable con desconocidos, mucho menos con su gente, este pueblo estaba convirtiéndose en uno de sus favoritos, la gente le regalaba comida, apreciaban su decoración, luego estaba este extraño y misterioso sepulturero, estaba pensando seriamente en marcar Chrollo como un pubelo interesante para volver a visitar igual que Cedralada.
Aunque no entendía por que este extraño sepulturero podría gustarle dormir con los muertos, en su cultura los muertos estaban siempre con ellos en el pantano como espíritus guía, en los árboles, teóricamente con sus cenizas regadas por todo el pantano eran siempre parte de ellos, así era su gente, pero aquí solo estaban bajo tierra sin “poder convivir” como él pensaba solo ahí aunque ahora que lo recordaba solo le toco ver un entierro anterior como invitado así que no tendría mucho de donde comparar y no es que fueran a enterrar a los cuerpos de los ahora borrachos que acarrearon con ellos como para averiguarlo.
La voz de Zagreus le regreso al presente, siempre terminaba distraído cuando pensaba en su pasado o su familia, odiaba que su mente vagara más señales de que el blandengue estaba tomando fuerza, lo que tenía que hacer el pequeño Alexander era dormir y dejarlo trabajar, si fuera su propia consciencia sus recuerdos estarían en su abuelo su madre, en uno de sus juegos favoritos casería de jabalí o bandidos lo que estuviera disponible no era quisquilloso.
Ah se distraía de nuevo, bufo un poco intentando despejar su mente alcanzando a su compañero.
Estaba escuchando con calma la explicación de Zagreus de nuevo, en ocasiones sentía que le hablaba como a un infante ¿Este hombre acaso lo creía inculto o algo así? Vamos era un maldito caníbal pero no era iletrado, tenía mucho conocimiento de diferentes temas, solo que normalmente no lo aplicaban; bueno en eso tenía que estar de acuerdo con su otro yo. Ellos eran listos, solo preferían la practicidad de la vida, se encargaría explicarle más delante al sujeto que si bien entendió su juego de cartas no era como para que siguiera hablando en tono pausado como su fuera un bárbaro.
Aunque le molestara la forma en que se dirigía a él no negaba que estaba de acuerdo probablemente el Cait Sith estaba lleno de su visita al menos su nuevo socio apreciaba su sugerencia de tentar al animal con los cadáveres que tenían a su disposición.
-si prefiero que tu sigas conversando con él, la gente de su tipo no ve bien a los míos- menciono dejando ir de nuevo su mente a algunos cortos relatos de su madre sobre cómo algunos de su grupo en alguna ocasión habrían desenterrado cuerpos frescos de alguna zona antes de que abundaran con las guerras. Aunque realmente nadie apreciaba a su tribu caníbal.
A una misión esto si era algo que quería escuchar. Su compañero fino parecía disfrutar de su voz o el silencio no estaba seguro, aunque el mejor silencio era el que venía antes de los gritos de su caza, estaba seguro que su rostro demostraba una sonrisa torcida y extraña mientras dejaba a su mente viajar esta vez con gusto en esos recuerdos.
Su mente volvió de nuevo al presente cuando escucho que parte de la misión era arrastrar un cuerpo por el bosque. ¿Este hombre visito alguna vez a su abuelo Khorne? Estaba casi describiendo uno de los juegos que su abuelo creo para él, encuentra el muerto en el bosque o ¿Cómo se supone que se llamaba ese juego? no lo recordaba ahora; no importaba pero entonces la meta era averiguar cuanto tiempo podría sobrevivir alimentándose de un solo cuerpo antes de que lo encontraran.
Escucho atento la parte de la madriguera y la información que era relevante, siguió la mirada de Zagreus hacia él sosteniendo su mirada. –Oficialmente ahora eres casi mi amigo- le dijo sonriendo tras escuchar la invitación a comerse parte del cuerpo, obviamente no tenía la intención de cargar el cuerpo entero, pero que su compañero le ofreciera sin disgusto ni asco su nuevo manjar lo ponía en su nueva lista de amigos, sumando un total de dos personas al momento.
-Podemos compartirlo si quieres, en carne seca es buena sirve para los viajes largos y nutre un poco más que algunos animales- le dijo totalmente convencido –Si no quieres carne puedo escurrirlo un poco para ti y guardar algo de líquido –Menciono refiriéndose a la sangre quizás era algo que él podría apreciar y compartir el gusto. Una pequeña victoria para compartir lo mínimo de un cuerpo siempre era una victoria.
-No te preocupes lo escurriré bien, no es molestia lo hare de todas formas, no tiene tanta diferencia de escurrir a algún animal- le contesto pensando que estaba un poco cohibido por su oferta.
Escucho con gusto la otra parte del plan de su nuevo recién nombrado amigo o valla si ocupaba marcar con sangre no podría drenar el cuerpo, bueno ya podría hacerlo con el otro para que al menos compartieran una copa, sería al menos interesante.
Repitió junto con su socio el acertijo, lo repitió varias veces más en voz baja hasta estar seguro que lo había memorizado.
No logro ocultar la enorme sonrisa que surgió en su rostro cuando Zagreus le dio la respuesta del enigma. –Me agradas y tienes buen humor – dijo divertido por el acertijo que selecciono, este era uno de los mejores trabajos que tomo hasta el momento, bien valió la pena el riesgo de perderse la caravana. –Te veré más tarde-
Volvió a la carreta quizás no era el mejor lugar para empezar pero con el sepulturero de vuelta haciendo lo que sea que haga un sepulturero cuando no hay entierros y su amigo partiendo de regreso al pueblo empezó desvestir a Cletus, quien sabe, quizás podrían ofrecerle mañana comerse de nuevo un poco de su manjar y más valía que se preservarlo fresco.
Dejo el cuerpo así a medio vestir tomo algunas de las prendas más ligeras que rompió con su cuchillo de carnicero y las cargo con el caminando a la parte trasera de de la choza, miro dos cubetas ahí que tomo con gusto caminando un poco más al fondo, normalmente en algunos cementerio antiguos solían tener pozos de agua según recordaba de sus viajes, normalmente seria para los animales o por si un cuidador vivía en ellos, camino un buen tramo, lo más seguro de la distancia era para evitar que el agua se contaminara, sonrió cuando noto que estaba bien abastecido, lleno ambas cubetas y camino de regreso a la carreta. Una vez ahí procedido a mojar las telas más ligeras envolviendo el cuerpo desde la cabeza hacia los pies, deteniéndose primero unos instantes a apreciar el excelente corte que le habían hecho al hombre con el hacha, después de esos segundos empezó a envolverlo con las telas mojadas, la idea no era envolver todo el cuerpo a la perfección solo quería que se mantuviera fresco, utilizo incluso algunas piezas de la ropa de Loyd; una vez que estuvo satisfecho con la mortaja improvisada se dirigió al sepulturero.
-¿tiene un lugar donde pueda dejar el cuerpo?- le pregunto directamente sin nada de tacto.
El hombre le observo durante un tiempo antes de señalar en la dirección de su choza –Hay una cavidad ahí cerca de la choza del cementerio justo del lado contrario de donde dejaste la carreta, hay unas escaleras hacia mi pequeño almacén, puedes dejarlo ahí-
Asintió hacia el hombre después de su explicación dejándolo en lo que sea que él estuviera haciendo.
Regreso a la carreta y cargo el cuerpo de Cletus sobre el hombro tal como si fuera un bulto, camino hacia el otro lado de la choza con el cuerpo sobre el hombro, la puerta del almacén se encontraba abierta, aunque ciertamente no lo habría notado a simple vista estaba bien oculta entre la maleza.
Bajo las escaleras algo desconfiado, demasiadas velas y lámparas estaban en aquel lugar, entre las lámparas o velas colgaban hierbas de diferentes tipos. Algunos libros estaban abiertos al fondo en lo que parecía una barra de trabajo. No era correcto por más curiosidad que tuviera que investigara el lugar, pero era algo que le señalaría después a su socio, dejo el cadáver en la mesa del centro, tomo una de las lámparas y una vela de repuesto pensando que con la cantidad que había el hombre no le importaría prestarle una.
-Eso era demasiado extraño para un sepulturero.- menciono el blandengue
- Un Nigromante tal vez, demasiados libros además no es como si tuviéramos el tiempo de observar bien el lugar-
-deberíamos revisarlo cuando volvamos por el cuerpo- Hizo una mueca ante la sugerencia del blandengue odiaba estar de acuerdo con él, pero tenía un punto debían investigar más delante por si el hombre era alguien de quien tuvieran que preocuparse.
Una vez saliendo de aquel extraño almacén se dirigió a la carreta y la llevo a la parte de atrás con la cubeta de agua que quedaba limpia.
Una vez ahí corto los dedos con cuidado de no desperdiciar nada y los baño en sal que llevaba en su bolsa de viaje para estas ocasiones, saco ambos ojos con su cuchillo s y empezó a devorarlos mientras observaba el trabajo de arte que anteriormente eran las viseras del hombre, por un momento mientras saboreaba el segundo ojo recordó que no debía tocar el corazón aunque no estaba seguro si el alma de una persona residía en esta parte o era en esencia en todo el cuerpo, pero no quería arriesgarse. Así que comió cuanto pudo del resto aprovechando que tenía el agua ahí para lavarlos lo que necesitara, no le importaba tomarse algo de tiempo, normalmente no le ofrecían una cena como esta, además su cuerpo necesitaba reponer nutrientes y fuerza.
Probablemente estaba todo embarrado de sangre por no poder prepararlos con tiempo y detenimiento para no desperdiciar nada, pero ya tendría tiempo de limpiarse, aunque no le importaba realmente su apariencia la gente bien podría seguir contando del monstruo devora viajeros.
Corto y secciono parte específicas de los brazos, piernas y el resto del cuerpo recordando siempre las enseñanzas de su madre de que parte de cuerpo de su cena nutria específicamente su propio cuerpo. Aunque ahora que lo pensaba con detenimiento eso debía deberse a los rituales a los que fue sometido, aunque ya repasaría eso con calma.
Preparo suficiente carne para ponerla a secar con calma en la choza del sementero una vez llegara y la guardo con cuidado en su propia bolsa. Al final no logro resistirse y corto un pedazo del corazón comiéndolo, pensando que el alma debería seguir intacta en alguna parte.
Solo por cortesía a la amable posadera uso lo poco que le quedaba de agua para enjuagar algo aquella carreta, dejo ambas cubetas donde los encontró, una vez que tenía todo guardado y listo con el cuerpo medio envuelto en su propia ropa , cargo a Loyd como lo hizo con Cletus tiempo antes. Probablemente algo se le saldría del cuerpo pero no era importante, era bueno compartir un poco con las criaturas del bosque de vez en cuando.
Tomo la lámpara en la mano con la que medio sostenía el cuerpo ya que realmente el peso estaba apoyado sobre su espalda, con escudo en mano y la espada siempre a un fácil acceso igual que su cuchillo de carnicero escondido entre sus manga de la lámpara.
Empezó su camino por la colina sobre la zona en que había visto las huellas de animal, podrían no ser las del Caith Sith pero era mejor seguir el rastro y partir de ahí. Llevaba un buen paso mientras se adentraba más en la espesura del bosque, recordó la indicación de Zagreus de que tenía que avanzar hasta sentirse observado, se mantuvo todo el tiempo atento a los sonidos del bosque mientras seguía su camino.
Por fin llego a la zona donde las huellas de mamífero desaparecían, no se sentía observado aun pero algo no le gustaba, el bosque estaba demasiado callado, lo cual no debía ser normal, ni ruido de insectos podía detectar. Decidió tomar un camino improvisado a su derecha, después de andar algo de tiempo más el sonido regreso, pero ahora no estaba seguro si prefería el silencio anterior a los gruñidos que podía escuchar a lo lejos.
Se recargo contra un árbol grande intentando respirar lo más lento y silencioso posible; buscando distinguir los fuertes sonidos que se venían de más profundo, esos no sonaban a nada de gruñidos felinos. Estos ruidos definitivo no eran de su Cait Sith. Brujas estaba seguro que prefería brujas a estas cosas espantosas de las que ahora distinguía el sonido. Quizás era la razón por la que no se encontró con ningún bandido cuando se dirigía hacia el pueblo. Ni caravanas ni nada, no el trabajo sin duda había atraído a gente mucha gente, esa gente llamo la atención de estas malditas bestias.
Si era cierto hace unas semanas atrás se enfrentó a un grupo enorme de mercenarios, pero tenían un plan, trampas, aliados pero ahora estaba solo, solo en el maldito bosque con un cadáver, una lámpara, su escudo y su espada.
Probablemente su lámpara se confundía con alguna de alguna avanzada o algún vigilante que tenían si es que estaba algo organizada esta pandilla, tampoco tenía la intención de momento de quedarse a averiguar cuantos eran. Quizás eso explicaba el silencio en el otro lado del bosque.
Lobos, hubiera preferido incluso lobos, hombres lobos, otro vampiro, cualquier cosa menos estas criaturas.
Rápidamente se dirigió de nuevo a por donde había venido, decidió que lo mejor era resguardarse en la zona silenciosa del bosque, probablemente a su compañero estaría preguntándose qué tan difícil podría ser llevar un cuerpo al bosque, bueno no lo era, lo difícil era no llamar la atención para volver al pequeño poblado.
En su prisa por regresar al lado del silencio ignoro la sensación de ser observado, al principio pensó que era de alguna forma el blandengue que estaba inquieto luego, pero mientras más avanzaba más sentía que le seguían. Se detuvo dejando caer el cuerpo al piso comenzando a observar a su alrededor, no lograba distinguir nada.
Gruño un poco frustrado estaba convencido de que no estaba lo suficientemente lejos de las criaturas y un cuerpo fresco seguro llamaría su atención, si es que no habían captado ya su olor, ahora mismo pensaba que idiota fue al no ser más cuidadoso y embarrarse todo de sangre, que olor tan atractivo seguro que despedía.
Cuando no noto ninguna criatura alrededor, se agacho rápidamente haciendo tres triángulos en el piso con la punta señalando el cuerpo, mientras lo hacia repetía el acertijo sin dar la respuesta, se aseguró de repetirlo al menos tres veces.
Tras hacerlo se retiró siguiendo su camino hacia la zona silenciosa del bosque una vez que llego ahí tomo camino de regreso al pueblo. Sus pasos eran rápidos, casi corriendo. ¿Por qué mierda estaba corriendo cual despavorido? Maldita sea Alexander de nuevo, pero probablemente en esta ocasión tenía razón, no debía enfrentarlos.
Llego a las orillas del cementerio pero el extraño sepulturero no se veía por ahí, decidió que no perdería tiempo en buscarlo fue directamente a donde recordaba era la vivienda del sepulturero. Una vez llegar noto que las ventanas y todo estaba completamente cerrado, no le importo, abrió la puerta y se encontró con su socio ahí sentado.
Sin esperar procedió a contarle todo desde que se separaron, desde la extraña habitación escondida debajo de la choza hasta su incursión en el bosque, estaba seguro que durante su relato Alexander se había resbalado de su control, pero ahora mismo necesitaba transmitir el mensaje sin importar quien lo relatara. Una aldea tan pequeña y si lo que escucho se trataban de las criaturas que eran, un Cait sith era una preocupación menor.
Aunque no entendía por que este extraño sepulturero podría gustarle dormir con los muertos, en su cultura los muertos estaban siempre con ellos en el pantano como espíritus guía, en los árboles, teóricamente con sus cenizas regadas por todo el pantano eran siempre parte de ellos, así era su gente, pero aquí solo estaban bajo tierra sin “poder convivir” como él pensaba solo ahí aunque ahora que lo recordaba solo le toco ver un entierro anterior como invitado así que no tendría mucho de donde comparar y no es que fueran a enterrar a los cuerpos de los ahora borrachos que acarrearon con ellos como para averiguarlo.
La voz de Zagreus le regreso al presente, siempre terminaba distraído cuando pensaba en su pasado o su familia, odiaba que su mente vagara más señales de que el blandengue estaba tomando fuerza, lo que tenía que hacer el pequeño Alexander era dormir y dejarlo trabajar, si fuera su propia consciencia sus recuerdos estarían en su abuelo su madre, en uno de sus juegos favoritos casería de jabalí o bandidos lo que estuviera disponible no era quisquilloso.
Ah se distraía de nuevo, bufo un poco intentando despejar su mente alcanzando a su compañero.
Estaba escuchando con calma la explicación de Zagreus de nuevo, en ocasiones sentía que le hablaba como a un infante ¿Este hombre acaso lo creía inculto o algo así? Vamos era un maldito caníbal pero no era iletrado, tenía mucho conocimiento de diferentes temas, solo que normalmente no lo aplicaban; bueno en eso tenía que estar de acuerdo con su otro yo. Ellos eran listos, solo preferían la practicidad de la vida, se encargaría explicarle más delante al sujeto que si bien entendió su juego de cartas no era como para que siguiera hablando en tono pausado como su fuera un bárbaro.
Aunque le molestara la forma en que se dirigía a él no negaba que estaba de acuerdo probablemente el Cait Sith estaba lleno de su visita al menos su nuevo socio apreciaba su sugerencia de tentar al animal con los cadáveres que tenían a su disposición.
-si prefiero que tu sigas conversando con él, la gente de su tipo no ve bien a los míos- menciono dejando ir de nuevo su mente a algunos cortos relatos de su madre sobre cómo algunos de su grupo en alguna ocasión habrían desenterrado cuerpos frescos de alguna zona antes de que abundaran con las guerras. Aunque realmente nadie apreciaba a su tribu caníbal.
A una misión esto si era algo que quería escuchar. Su compañero fino parecía disfrutar de su voz o el silencio no estaba seguro, aunque el mejor silencio era el que venía antes de los gritos de su caza, estaba seguro que su rostro demostraba una sonrisa torcida y extraña mientras dejaba a su mente viajar esta vez con gusto en esos recuerdos.
Su mente volvió de nuevo al presente cuando escucho que parte de la misión era arrastrar un cuerpo por el bosque. ¿Este hombre visito alguna vez a su abuelo Khorne? Estaba casi describiendo uno de los juegos que su abuelo creo para él, encuentra el muerto en el bosque o ¿Cómo se supone que se llamaba ese juego? no lo recordaba ahora; no importaba pero entonces la meta era averiguar cuanto tiempo podría sobrevivir alimentándose de un solo cuerpo antes de que lo encontraran.
Escucho atento la parte de la madriguera y la información que era relevante, siguió la mirada de Zagreus hacia él sosteniendo su mirada. –Oficialmente ahora eres casi mi amigo- le dijo sonriendo tras escuchar la invitación a comerse parte del cuerpo, obviamente no tenía la intención de cargar el cuerpo entero, pero que su compañero le ofreciera sin disgusto ni asco su nuevo manjar lo ponía en su nueva lista de amigos, sumando un total de dos personas al momento.
-Podemos compartirlo si quieres, en carne seca es buena sirve para los viajes largos y nutre un poco más que algunos animales- le dijo totalmente convencido –Si no quieres carne puedo escurrirlo un poco para ti y guardar algo de líquido –Menciono refiriéndose a la sangre quizás era algo que él podría apreciar y compartir el gusto. Una pequeña victoria para compartir lo mínimo de un cuerpo siempre era una victoria.
-No te preocupes lo escurriré bien, no es molestia lo hare de todas formas, no tiene tanta diferencia de escurrir a algún animal- le contesto pensando que estaba un poco cohibido por su oferta.
Escucho con gusto la otra parte del plan de su nuevo recién nombrado amigo o valla si ocupaba marcar con sangre no podría drenar el cuerpo, bueno ya podría hacerlo con el otro para que al menos compartieran una copa, sería al menos interesante.
Repitió junto con su socio el acertijo, lo repitió varias veces más en voz baja hasta estar seguro que lo había memorizado.
No logro ocultar la enorme sonrisa que surgió en su rostro cuando Zagreus le dio la respuesta del enigma. –Me agradas y tienes buen humor – dijo divertido por el acertijo que selecciono, este era uno de los mejores trabajos que tomo hasta el momento, bien valió la pena el riesgo de perderse la caravana. –Te veré más tarde-
Volvió a la carreta quizás no era el mejor lugar para empezar pero con el sepulturero de vuelta haciendo lo que sea que haga un sepulturero cuando no hay entierros y su amigo partiendo de regreso al pueblo empezó desvestir a Cletus, quien sabe, quizás podrían ofrecerle mañana comerse de nuevo un poco de su manjar y más valía que se preservarlo fresco.
Dejo el cuerpo así a medio vestir tomo algunas de las prendas más ligeras que rompió con su cuchillo de carnicero y las cargo con el caminando a la parte trasera de de la choza, miro dos cubetas ahí que tomo con gusto caminando un poco más al fondo, normalmente en algunos cementerio antiguos solían tener pozos de agua según recordaba de sus viajes, normalmente seria para los animales o por si un cuidador vivía en ellos, camino un buen tramo, lo más seguro de la distancia era para evitar que el agua se contaminara, sonrió cuando noto que estaba bien abastecido, lleno ambas cubetas y camino de regreso a la carreta. Una vez ahí procedido a mojar las telas más ligeras envolviendo el cuerpo desde la cabeza hacia los pies, deteniéndose primero unos instantes a apreciar el excelente corte que le habían hecho al hombre con el hacha, después de esos segundos empezó a envolverlo con las telas mojadas, la idea no era envolver todo el cuerpo a la perfección solo quería que se mantuviera fresco, utilizo incluso algunas piezas de la ropa de Loyd; una vez que estuvo satisfecho con la mortaja improvisada se dirigió al sepulturero.
-¿tiene un lugar donde pueda dejar el cuerpo?- le pregunto directamente sin nada de tacto.
El hombre le observo durante un tiempo antes de señalar en la dirección de su choza –Hay una cavidad ahí cerca de la choza del cementerio justo del lado contrario de donde dejaste la carreta, hay unas escaleras hacia mi pequeño almacén, puedes dejarlo ahí-
Asintió hacia el hombre después de su explicación dejándolo en lo que sea que él estuviera haciendo.
Regreso a la carreta y cargo el cuerpo de Cletus sobre el hombro tal como si fuera un bulto, camino hacia el otro lado de la choza con el cuerpo sobre el hombro, la puerta del almacén se encontraba abierta, aunque ciertamente no lo habría notado a simple vista estaba bien oculta entre la maleza.
Bajo las escaleras algo desconfiado, demasiadas velas y lámparas estaban en aquel lugar, entre las lámparas o velas colgaban hierbas de diferentes tipos. Algunos libros estaban abiertos al fondo en lo que parecía una barra de trabajo. No era correcto por más curiosidad que tuviera que investigara el lugar, pero era algo que le señalaría después a su socio, dejo el cadáver en la mesa del centro, tomo una de las lámparas y una vela de repuesto pensando que con la cantidad que había el hombre no le importaría prestarle una.
-Eso era demasiado extraño para un sepulturero.- menciono el blandengue
- Un Nigromante tal vez, demasiados libros además no es como si tuviéramos el tiempo de observar bien el lugar-
-deberíamos revisarlo cuando volvamos por el cuerpo- Hizo una mueca ante la sugerencia del blandengue odiaba estar de acuerdo con él, pero tenía un punto debían investigar más delante por si el hombre era alguien de quien tuvieran que preocuparse.
Una vez saliendo de aquel extraño almacén se dirigió a la carreta y la llevo a la parte de atrás con la cubeta de agua que quedaba limpia.
Una vez ahí corto los dedos con cuidado de no desperdiciar nada y los baño en sal que llevaba en su bolsa de viaje para estas ocasiones, saco ambos ojos con su cuchillo s y empezó a devorarlos mientras observaba el trabajo de arte que anteriormente eran las viseras del hombre, por un momento mientras saboreaba el segundo ojo recordó que no debía tocar el corazón aunque no estaba seguro si el alma de una persona residía en esta parte o era en esencia en todo el cuerpo, pero no quería arriesgarse. Así que comió cuanto pudo del resto aprovechando que tenía el agua ahí para lavarlos lo que necesitara, no le importaba tomarse algo de tiempo, normalmente no le ofrecían una cena como esta, además su cuerpo necesitaba reponer nutrientes y fuerza.
Probablemente estaba todo embarrado de sangre por no poder prepararlos con tiempo y detenimiento para no desperdiciar nada, pero ya tendría tiempo de limpiarse, aunque no le importaba realmente su apariencia la gente bien podría seguir contando del monstruo devora viajeros.
Corto y secciono parte específicas de los brazos, piernas y el resto del cuerpo recordando siempre las enseñanzas de su madre de que parte de cuerpo de su cena nutria específicamente su propio cuerpo. Aunque ahora que lo pensaba con detenimiento eso debía deberse a los rituales a los que fue sometido, aunque ya repasaría eso con calma.
Preparo suficiente carne para ponerla a secar con calma en la choza del sementero una vez llegara y la guardo con cuidado en su propia bolsa. Al final no logro resistirse y corto un pedazo del corazón comiéndolo, pensando que el alma debería seguir intacta en alguna parte.
Solo por cortesía a la amable posadera uso lo poco que le quedaba de agua para enjuagar algo aquella carreta, dejo ambas cubetas donde los encontró, una vez que tenía todo guardado y listo con el cuerpo medio envuelto en su propia ropa , cargo a Loyd como lo hizo con Cletus tiempo antes. Probablemente algo se le saldría del cuerpo pero no era importante, era bueno compartir un poco con las criaturas del bosque de vez en cuando.
Tomo la lámpara en la mano con la que medio sostenía el cuerpo ya que realmente el peso estaba apoyado sobre su espalda, con escudo en mano y la espada siempre a un fácil acceso igual que su cuchillo de carnicero escondido entre sus manga de la lámpara.
Empezó su camino por la colina sobre la zona en que había visto las huellas de animal, podrían no ser las del Caith Sith pero era mejor seguir el rastro y partir de ahí. Llevaba un buen paso mientras se adentraba más en la espesura del bosque, recordó la indicación de Zagreus de que tenía que avanzar hasta sentirse observado, se mantuvo todo el tiempo atento a los sonidos del bosque mientras seguía su camino.
Por fin llego a la zona donde las huellas de mamífero desaparecían, no se sentía observado aun pero algo no le gustaba, el bosque estaba demasiado callado, lo cual no debía ser normal, ni ruido de insectos podía detectar. Decidió tomar un camino improvisado a su derecha, después de andar algo de tiempo más el sonido regreso, pero ahora no estaba seguro si prefería el silencio anterior a los gruñidos que podía escuchar a lo lejos.
Se recargo contra un árbol grande intentando respirar lo más lento y silencioso posible; buscando distinguir los fuertes sonidos que se venían de más profundo, esos no sonaban a nada de gruñidos felinos. Estos ruidos definitivo no eran de su Cait Sith. Brujas estaba seguro que prefería brujas a estas cosas espantosas de las que ahora distinguía el sonido. Quizás era la razón por la que no se encontró con ningún bandido cuando se dirigía hacia el pueblo. Ni caravanas ni nada, no el trabajo sin duda había atraído a gente mucha gente, esa gente llamo la atención de estas malditas bestias.
Si era cierto hace unas semanas atrás se enfrentó a un grupo enorme de mercenarios, pero tenían un plan, trampas, aliados pero ahora estaba solo, solo en el maldito bosque con un cadáver, una lámpara, su escudo y su espada.
Probablemente su lámpara se confundía con alguna de alguna avanzada o algún vigilante que tenían si es que estaba algo organizada esta pandilla, tampoco tenía la intención de momento de quedarse a averiguar cuantos eran. Quizás eso explicaba el silencio en el otro lado del bosque.
Lobos, hubiera preferido incluso lobos, hombres lobos, otro vampiro, cualquier cosa menos estas criaturas.
Rápidamente se dirigió de nuevo a por donde había venido, decidió que lo mejor era resguardarse en la zona silenciosa del bosque, probablemente a su compañero estaría preguntándose qué tan difícil podría ser llevar un cuerpo al bosque, bueno no lo era, lo difícil era no llamar la atención para volver al pequeño poblado.
En su prisa por regresar al lado del silencio ignoro la sensación de ser observado, al principio pensó que era de alguna forma el blandengue que estaba inquieto luego, pero mientras más avanzaba más sentía que le seguían. Se detuvo dejando caer el cuerpo al piso comenzando a observar a su alrededor, no lograba distinguir nada.
Gruño un poco frustrado estaba convencido de que no estaba lo suficientemente lejos de las criaturas y un cuerpo fresco seguro llamaría su atención, si es que no habían captado ya su olor, ahora mismo pensaba que idiota fue al no ser más cuidadoso y embarrarse todo de sangre, que olor tan atractivo seguro que despedía.
Cuando no noto ninguna criatura alrededor, se agacho rápidamente haciendo tres triángulos en el piso con la punta señalando el cuerpo, mientras lo hacia repetía el acertijo sin dar la respuesta, se aseguró de repetirlo al menos tres veces.
Tras hacerlo se retiró siguiendo su camino hacia la zona silenciosa del bosque una vez que llego ahí tomo camino de regreso al pueblo. Sus pasos eran rápidos, casi corriendo. ¿Por qué mierda estaba corriendo cual despavorido? Maldita sea Alexander de nuevo, pero probablemente en esta ocasión tenía razón, no debía enfrentarlos.
Llego a las orillas del cementerio pero el extraño sepulturero no se veía por ahí, decidió que no perdería tiempo en buscarlo fue directamente a donde recordaba era la vivienda del sepulturero. Una vez llegar noto que las ventanas y todo estaba completamente cerrado, no le importo, abrió la puerta y se encontró con su socio ahí sentado.
Sin esperar procedió a contarle todo desde que se separaron, desde la extraña habitación escondida debajo de la choza hasta su incursión en el bosque, estaba seguro que durante su relato Alexander se había resbalado de su control, pero ahora mismo necesitaba transmitir el mensaje sin importar quien lo relatara. Una aldea tan pequeña y si lo que escucho se trataban de las criaturas que eran, un Cait sith era una preocupación menor.
Última edición por Alexander Kraz el Miér Nov 30 2022, 03:03, editado 4 veces
Alexander Kraz
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Re: El gato negro [Trabajo, +18]
Apenas Alexei se puso en marcha para la carreta a fin de atender los cadáveres. Me acerqué al sepulturero que observaba callado el cementerio.
Ya pronto nos iremos, debemos preparar todo para capturar el Cait Sith, pero me gustaría saber algunas cosas del trabajo si no es mucha molestia.
La respiración profunda se escuchaba tras la máscara – Adelante, tampoco es que tenga mucho que hacer. – dijo con su tono amable y sombró característico, sin duda dándome una mala espina.
Me gustaría que fuese más específico con todo lo sucedido con el tal Plutón.
Entiendo, yo llevo trabajando en este cementerio ya 8 años y nunca había visto algo así. Siempre me ha intrigado el tema de la muerte, por eso estoy contento con mi trabajo, y hasta cierto punto estoy contento con el gato.
Traté de no mostrar sospechas, quizás el sepulturero tendría una fascinación con lo lúgubre y no por ello debía ser objeto de prejuicios, siendo sinceros, yo también me sentía atraído en cierto modo por dicha temática. Asentí sutilmente para que continuara en su relato.
Lo vi saliendo de la neblina que descendía del bosque, al comienzo no creí lo que veían mis ojos. Luego entendí que se trataba de un Cait Sith. Su apetito facilitaba mi trabajo y hacía que mis estudios avanzaran…
Mientras el sepulturero hablaba a mi mente llegaban dudas sobre su discurso, ¿Por qué le facilitaría el trabajo? ¿Qué clase de estudios hablaba?
… Pero evidentemente, a la gente del pueblo no les gustaba que saquearan el alma de sus familiares y amigos. Desde entonces se ha intentado cazar, pero al final todos huyen despavoridos con su presencia. Hablan de maldiciones y de cadáveres que cobran vida, Ja – empezó a reír de forma burlesca, dando un tono sombrío y malicioso a su discurso. - ¿puedes creerlo?, ¿Ahora resulta que el gato también revive a los muertos?
He leído sobre la criatura y no hay ningún reporte de ese tipo de habilidades… Dicen que entiende el lenguaje humano, pero ese tipo de magia incluso en los mitos más elaborados no aparece en los libros...
No todo está en los libros, joven.
Seguimos conversando el sepulturero y yo sobre aquel Cait Sith apodado Plutón, me indicó las formas que habían utilizado los cazarrecompensas que habían intentado antes de nosotros. Todas resumidas en fracasos y en ocasiones en muerte. Mientras hablábamos, Alexei pasó varias veces encargándose de los cuerpos en un depósito bajo la cabaña del sepulturero. Ya cuando estaba listo empezó a dirigirse al bosque. Con una lámpara, partes de un cadáver y todo cubierto de sangre… Al final seguro había comido más de lo que me hubiese esperado. Me sorprendía que fuese capaz de comer la carne y tripas cruda. Evidentemente los modales y la gastronomía no era parte de su repertorio.
Ya va, ¿Qué intenta hacer tu compañero? – interrumpió la conversación el sepulturero sorprendido de la dirección del paso de Alexei.
Es parte de mi plan…
El sepulturero alarmado empezó a levantar poco a poco la voz - ¿pero están locos? Es un suicidio ir a estas horas al bosque.
Tranquilo viejo, dudo que el bárbaro se deje intimidar por unas bestias del bosque. Y no enfrentará al gato en solitario esta noche, solo tendemos una carnada.
El sepulturero agitaba la cabeza en signo de negación – Lo que menos preocupa son las bestias. En ese bosque… - Suspiró el enmascarado – en Chrollo está prohibido ir a la profundidad de la arboleda. Una vez al mes enviamos parte del ganado como tributo a los habitantes del bosque, ellos no bajan a la ciudad y nosotros respetamos su espacio en el bosque.
Consideré la advertencia del hombre, pero me mantuve apegado a mi plan. Confiaba en la habilidad de Alexei para lidiar con las amenazas del bosque. Si moría entorpecería los planes para atraer al Cait Sith, y me negaba a pensar que mi estrategia podría fallar por tal motivo.
No quise seguir debatiendo con aquel sujeto que cuestionaba mi plan. Le pedí que me firmara una carta con su nombre. Debía solicitar algunos materiales por el pueblo, pero tocar la puerta tan entrada la noche siendo un completo desconocido sería sinónimo de malas señales, por lo que necesitaba una justificación que garantizara ser bien recibido y que la gente colaborara en mi petición. Al final de cuentas mi intención era librarlos de la alimaña que perjudicaba a todos los habitantes.
Antes de dirigirme a la vivienda que nos había prestado el sepulturero, visité algunas casas del pueblo. Amablemente pedí prestado algunos materiales. Mi idea era utilizarlos para lidiar con el Cait Sith, en mi mente ya formulaba una estrategia para hacer el trabajo, usar parte de mis conocimientos como ingeniero y evidentemente emplear mi talento más preciado. Mi cerebro.
Conseguí los materiales sin problema, la carta firmada por el anciano con máscara de cuervo había sido garantía de mi intención de lidiar con la problemática de Chrollo y el cementerio. Al finalizar mi recorrido fui a preparar algunas cosas a la casa, ahí esperaría a Alexei, si llegaba, para explicarle los siguientes pasos del plan.
Pasaron algunas horas hasta que la puerta de la estancia se abrió con fuerza, Alexei volvía de su misión. Sin embargo, las noticias que trajo no fueron las más agradables, tal como anticipó el sepulturero, su trabajo se vio interrumpido por las criaturas del bosque, que según relataba Alexei parecía tratarse de una banda de trasgos.
Entiendo… - dije frustrado- Bueno, eso nos atrasará un día, pero debemos continuar con el plan.
Aticé el fuego de la chimenea que calentaba la sala principal de la casa. Mi intención era “dormir” ahí, debíamos atender todo este asunto por la noche sin evidenciar que era un vampiro. Así que debía convencer a mi compañero que los próximos días teníamos que ser noctámbulos.
Ya la noche está por llegar a su fin, y debemos aprovecharla para nuestras intenciones. Si son trasgos, terminado el día estarán cansados y eso pondría una ventaja para nosotros. Debemos finalizar lo que comenzaste… debemos asegurarnos que la invitación le llegue a Plutón.
Continué explicando como actuaríamos, estaba seguro de que mi modo era el indicado. Alexei también había comentado su incomodidad en la habitación del sepulturero en el cementerio, pero ya tendríamos tiempo para pensar sobre ello, la prioridad era el Cait Sith.
Mañana iremos al bosque apenas caiga la noche, al lugar donde pusiste las marcas. Debemos verificar que tu mensaje fue oído, y si mis sospechas son correctas… Los trasgos seguro se habrán entrometido en el trabajo.
Trataremos de evitarlos, pero si no es posible tendremos que lidiar con ellos, suelen vivir en caseríos numerosos, así que prepárate para una batalla campal.
Me detuve unos instantes para pensar mientras miraba las flamas bailando en la pequeña fogata, el fuego siempre me causaba interés, aunque por mi maldición implicaba uno de mis principales enemigos junto al sol.
Cuando ya no exista amenaza y tengamos el cuerpo que se supone es nuestra ofrenda y a la vez invitación para el gato, lo dejaremos en el lugar para nuevamente recitar el acertijo. Quizás sea nuestra noche de suerte y cuando lleguemos a tus marcas nos percatemos que todo sigue de acuerdo al plan y el gato respondió… pero siendo realistas temo que no sea así.
Continué la conversación para ya dormir apenas la luz del día se hiciera notoria tras las ventanas de aquella vivienda. Alexei podría buscar provisiones, aunque asumía que debería estar satisfecho con la comida de esa noche. Yo por mi parte ya había saciado mi sed días antes.
Si todo sale bien, en dos noches iremos al cementerio para lidiar cara a cara con Plutón.
Ya pronto nos iremos, debemos preparar todo para capturar el Cait Sith, pero me gustaría saber algunas cosas del trabajo si no es mucha molestia.
La respiración profunda se escuchaba tras la máscara – Adelante, tampoco es que tenga mucho que hacer. – dijo con su tono amable y sombró característico, sin duda dándome una mala espina.
Me gustaría que fuese más específico con todo lo sucedido con el tal Plutón.
Entiendo, yo llevo trabajando en este cementerio ya 8 años y nunca había visto algo así. Siempre me ha intrigado el tema de la muerte, por eso estoy contento con mi trabajo, y hasta cierto punto estoy contento con el gato.
Traté de no mostrar sospechas, quizás el sepulturero tendría una fascinación con lo lúgubre y no por ello debía ser objeto de prejuicios, siendo sinceros, yo también me sentía atraído en cierto modo por dicha temática. Asentí sutilmente para que continuara en su relato.
Lo vi saliendo de la neblina que descendía del bosque, al comienzo no creí lo que veían mis ojos. Luego entendí que se trataba de un Cait Sith. Su apetito facilitaba mi trabajo y hacía que mis estudios avanzaran…
Mientras el sepulturero hablaba a mi mente llegaban dudas sobre su discurso, ¿Por qué le facilitaría el trabajo? ¿Qué clase de estudios hablaba?
… Pero evidentemente, a la gente del pueblo no les gustaba que saquearan el alma de sus familiares y amigos. Desde entonces se ha intentado cazar, pero al final todos huyen despavoridos con su presencia. Hablan de maldiciones y de cadáveres que cobran vida, Ja – empezó a reír de forma burlesca, dando un tono sombrío y malicioso a su discurso. - ¿puedes creerlo?, ¿Ahora resulta que el gato también revive a los muertos?
He leído sobre la criatura y no hay ningún reporte de ese tipo de habilidades… Dicen que entiende el lenguaje humano, pero ese tipo de magia incluso en los mitos más elaborados no aparece en los libros...
No todo está en los libros, joven.
Seguimos conversando el sepulturero y yo sobre aquel Cait Sith apodado Plutón, me indicó las formas que habían utilizado los cazarrecompensas que habían intentado antes de nosotros. Todas resumidas en fracasos y en ocasiones en muerte. Mientras hablábamos, Alexei pasó varias veces encargándose de los cuerpos en un depósito bajo la cabaña del sepulturero. Ya cuando estaba listo empezó a dirigirse al bosque. Con una lámpara, partes de un cadáver y todo cubierto de sangre… Al final seguro había comido más de lo que me hubiese esperado. Me sorprendía que fuese capaz de comer la carne y tripas cruda. Evidentemente los modales y la gastronomía no era parte de su repertorio.
Ya va, ¿Qué intenta hacer tu compañero? – interrumpió la conversación el sepulturero sorprendido de la dirección del paso de Alexei.
Es parte de mi plan…
El sepulturero alarmado empezó a levantar poco a poco la voz - ¿pero están locos? Es un suicidio ir a estas horas al bosque.
Tranquilo viejo, dudo que el bárbaro se deje intimidar por unas bestias del bosque. Y no enfrentará al gato en solitario esta noche, solo tendemos una carnada.
El sepulturero agitaba la cabeza en signo de negación – Lo que menos preocupa son las bestias. En ese bosque… - Suspiró el enmascarado – en Chrollo está prohibido ir a la profundidad de la arboleda. Una vez al mes enviamos parte del ganado como tributo a los habitantes del bosque, ellos no bajan a la ciudad y nosotros respetamos su espacio en el bosque.
Consideré la advertencia del hombre, pero me mantuve apegado a mi plan. Confiaba en la habilidad de Alexei para lidiar con las amenazas del bosque. Si moría entorpecería los planes para atraer al Cait Sith, y me negaba a pensar que mi estrategia podría fallar por tal motivo.
No quise seguir debatiendo con aquel sujeto que cuestionaba mi plan. Le pedí que me firmara una carta con su nombre. Debía solicitar algunos materiales por el pueblo, pero tocar la puerta tan entrada la noche siendo un completo desconocido sería sinónimo de malas señales, por lo que necesitaba una justificación que garantizara ser bien recibido y que la gente colaborara en mi petición. Al final de cuentas mi intención era librarlos de la alimaña que perjudicaba a todos los habitantes.
Antes de dirigirme a la vivienda que nos había prestado el sepulturero, visité algunas casas del pueblo. Amablemente pedí prestado algunos materiales. Mi idea era utilizarlos para lidiar con el Cait Sith, en mi mente ya formulaba una estrategia para hacer el trabajo, usar parte de mis conocimientos como ingeniero y evidentemente emplear mi talento más preciado. Mi cerebro.
Conseguí los materiales sin problema, la carta firmada por el anciano con máscara de cuervo había sido garantía de mi intención de lidiar con la problemática de Chrollo y el cementerio. Al finalizar mi recorrido fui a preparar algunas cosas a la casa, ahí esperaría a Alexei, si llegaba, para explicarle los siguientes pasos del plan.
[…]
Pasaron algunas horas hasta que la puerta de la estancia se abrió con fuerza, Alexei volvía de su misión. Sin embargo, las noticias que trajo no fueron las más agradables, tal como anticipó el sepulturero, su trabajo se vio interrumpido por las criaturas del bosque, que según relataba Alexei parecía tratarse de una banda de trasgos.
Entiendo… - dije frustrado- Bueno, eso nos atrasará un día, pero debemos continuar con el plan.
Aticé el fuego de la chimenea que calentaba la sala principal de la casa. Mi intención era “dormir” ahí, debíamos atender todo este asunto por la noche sin evidenciar que era un vampiro. Así que debía convencer a mi compañero que los próximos días teníamos que ser noctámbulos.
Ya la noche está por llegar a su fin, y debemos aprovecharla para nuestras intenciones. Si son trasgos, terminado el día estarán cansados y eso pondría una ventaja para nosotros. Debemos finalizar lo que comenzaste… debemos asegurarnos que la invitación le llegue a Plutón.
Continué explicando como actuaríamos, estaba seguro de que mi modo era el indicado. Alexei también había comentado su incomodidad en la habitación del sepulturero en el cementerio, pero ya tendríamos tiempo para pensar sobre ello, la prioridad era el Cait Sith.
Mañana iremos al bosque apenas caiga la noche, al lugar donde pusiste las marcas. Debemos verificar que tu mensaje fue oído, y si mis sospechas son correctas… Los trasgos seguro se habrán entrometido en el trabajo.
Trataremos de evitarlos, pero si no es posible tendremos que lidiar con ellos, suelen vivir en caseríos numerosos, así que prepárate para una batalla campal.
Me detuve unos instantes para pensar mientras miraba las flamas bailando en la pequeña fogata, el fuego siempre me causaba interés, aunque por mi maldición implicaba uno de mis principales enemigos junto al sol.
Cuando ya no exista amenaza y tengamos el cuerpo que se supone es nuestra ofrenda y a la vez invitación para el gato, lo dejaremos en el lugar para nuevamente recitar el acertijo. Quizás sea nuestra noche de suerte y cuando lleguemos a tus marcas nos percatemos que todo sigue de acuerdo al plan y el gato respondió… pero siendo realistas temo que no sea así.
Continué la conversación para ya dormir apenas la luz del día se hiciera notoria tras las ventanas de aquella vivienda. Alexei podría buscar provisiones, aunque asumía que debería estar satisfecho con la comida de esa noche. Yo por mi parte ya había saciado mi sed días antes.
Si todo sale bien, en dos noches iremos al cementerio para lidiar cara a cara con Plutón.
Zagreus
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Re: El gato negro [Trabajo, +18]
Su compañero parecía bastante molesto tras escuchar las noticias que traía después de que detectara lo que parecían ser un grupo de trasgos en la noche. Pero el retraso no debería causarle más que una molestia, estaba feliz de tener un compañero que no se intimidara tan fácil, pero sobre todo que le permitiera alimentarse de su delicioso manjar.
Estaba pensando en sugerirle a Zagreus que volvieran a hacer su jugada de noche, no quería dejar a Alexander libre para que se encargara de una misión que parecía tendría momentos bastante divertidos con una batalla próxima, esto sería diferente a una caza de jabalís, pero estaba seguro que podría usar principios similares igual que con aquella pelea en la que ayuda a su amigo.
Si bien las bestias no estaban preparadas, prefería enfrentarlos sin estar cargando un cuerpo y con el blandengue completamente dormido. Por suerte para él su compañero mismo realizo la sugerencia, el hombre tenía algo su cerebro y nariz le decían que tenía que evitar comerlo pero en este momento no lograba ubicar el que, cuando hubiera descansado se pondría a repasar si coincidía con algo que ya hubiera visto.
- pienso que probablemente tus sospechas serán confirmadas, yo también pienso que pudieron hurtar fácilmente el cadáver que deje- menciono haciendo una ligera pausa mientras miraba el fuego.
- Probablemente sea más fácil si verificamos las marcas y tienes razón, ir directamente a acabarlos, darles una noche extra después de esa podría ponerlos en alerta si subimos el otro cadáver, además con eso podríamos conseguir un poco más de almas para tentar al Caith Sith eso si esas bestias tienen alguna-
La conversación siguió avanzando durante la noche, por un momento considero que sería adecuado advertirle a su interesante compañero que si se venía la campaña campal y el mostraba más rasgos bestiales lo mejor sería que no se acercara a él, tenía| la sospecha que este sujeto podría llegar a ser un socio interesante para el futuro y podría valer la pena advertirle.
-Durmamos entonces el sol está próximo a salir, necesitaremos recuperar fuerzas- menciono asegurándose que todo estuviera lo suficientemente oscuro para poder obtener un día de buen sueño. –Aunque la realidad es que podemos durar días sin dormir- se detuvo antes de salir del calor del fuego para buscar una de las camas.
-Hay algo más que me gustaría decirte antes de que termine la noche.- comenzó mirando un punto fijo en la pared antes de volverse hacia su compañero decidiendo que lo mejor era advertirle – Mañana comeré apenas lo suficiente, aún estoy meditándolo porque lo ideal sería ayunar, eso me pondrá con un poco más de mal genio de lo normal y evitare quejarme del hambre, pero eso nos pondría cerca del estado ideal si se desata una batalla campal, entonces probablemente nos ponga un poco más bestial y bárbaro, si eso sucediera deberías no estar tan cerca de nosotros hasta que el efecto pase. Solo es una ligera advertencia, no podríamos hacernos responsable si entramos en ese estado y si estas demasiado cerca podría tener un ligero desliz.-
Aunque no lo admitiría a su compañero esperaba realmente que la marca hubiera sido removida, estaba ansioso por una batalla contra las criaturas, se preguntaba si su carne también seria comestible, si el Caith Sith aceptara almas de las bestias para devorar, si serian aún más desafío que la enorme escaramuza que enfrento en aquella ocasión.
-Pero si lo piensas bien esa vez éramos cuatro, habían montado trampas y esta vez solo tendría el apoyo de la noche y compañero del que no conocía sus habilidades.- hizo una mueca al escuchar al blandengue, para el pensar el no estuvo durante la batalla por que se contaba ¿Por qué compartían cuerpo?
-No importa, solo me levantare un poco antes de que se esconda el sol, preparare unas cuantas puntas de flecha o algo para ser asertivo y rápido en ese estado-
-Estúpido y animal es lo que nos vuelve-
-Demoledores y poderosos es lo que somos, si poderosos ,si solo pudiera ser un poco más racional seria casi imparable- le contesto al otro –Ahora vuelve a ese maldito rincón y déjame dormir, tengo que estar listo para mañana y no necesito que Zagreus piense que estamos más locos-
-No es como si no lo sospechara somos extraños-
-Si no despertaras a forzarme hablar contigo no tendría que ser extraño, sería el perfecto y poderoso monstruo caníbal que Khorne entreno-
-Me gusta más el ideal de nuestro otro abuelo- dijo el blandengue
-Ja pero no puedes negar nuestros deseos no importa cuánto quieras reprimirte, siempre en algún momento te deslizaras de nuevo para probar nuestro delicioso manjar, no puedes negarlo para siempre Alexander no importa que tanto quieras encajar-
Forzó su voluntad para mandar al blandengue agradable a dormir y decidió hacer lo mismo después de acomodar algunas de sus cosas recargadas junto a la cama, no sin antes esconder su cuchillo de carnicero en un lugar más cómodo y accesible, sin riesgos de autolesionarse de nuevo… Se durmió fácilmente con la emoción de una batalla en puerta.
Se despertó tal como planeo, el sol cuando mucho daría una hora más de luz, tiempo suficiente para recoger materiales. Se vistió rápidamente y salió sin molestarse a ver si su compañero estaba levantado, lo mejor era no perder tiempo; volvería en cuanto se ocultara el sol.
Fue al herrero y al armero a pedir todas las puntas de metal filosas que les quedaran que no fueran utilizables, también pidió algunos pedazos de flecha rota si es que tenían, por suerte había algunas cuantas de arcos que probaban para cacería, y una pequeña hacha a una mano que el hombre insistió era defectuosa porque era de su aprendiz, que probablemente no duraría muchas batallas. No importaba no tenía planes de que tuviera más de un día o dos de uso.
Regreso aun con un poco de luz a la casa, tiempo suficiente para preparar sus ropas con las pequeñas rebabas de metal atoradas entre las muñequeras de piel y entre la parte del cuero que cubría sus nudillos tal como lo hizo con los huesos, las puntas de flecha las acomodo en su cinturón como si fueran mini dagas, afilo el hacha junto con su espada.
Cuando Zagreus salió él ya estaba listo, su espada en su lugar, el cuchillo de carnicero bien escondido, el hacha el la espalda junto a su escudo nuevo, las puntas que trajo todo estratégicamente acomodado para darle muchas armas rápidas; ya saciaría su hambre más tarde. Le ofreció una de las dos lámparas preparadas que ya tenia tomando la otra.
-Vamos entonces-
Le dijo esperando que él estuviera listo, tomo una de las lámparas y se dirigió directamente al cementerio, tomando la misma ruta que hizo el día anterior, para mostrarle el camino hacia las bestias.
Se le hizo extraño que no estuviera el sepulturero a los alrededores, ni luces encendidas ni movimientos, miro a su compañero, ya tendría tiempo para revisar, no pensaba que el hombre hubiera corrido a espantar el solo a lo trasgos.
-Es extraño quizás deberíamos revisar al regreso- menciono mientras seguía adentrándose en el bosque.
Siguió a avanzando más hasta llegar a la parte donde bosque estaba anormalmente silencioso, camino un poco más justo a donde había dejado el cuerpo.
-Aquí deje el cuerpo- menciono mientras veía los pedazos del cuerpo esparcidos. Camino alrededor de los pedazos notando las huellas de las bestias, hizo una ligera mueca notando que como esperaban su ofrenda fue sido devorada.
Apretó los dientes mientras seguían avanzando hacia la parte donde escucho a las criaturas la noche anterior, su estómago empezaba a quejarse, eso lo ponía de mal humor, intento controlar sus respiraciones para no cambiar antes, pero estaba haciendo difícil, probablemente debió comer aunque sea una avena antes de salir.
Mientras avanzaban los ruidos de las criaturas se iban haciendo más claros, su cuerpo también fue cambiando con cada paso que se acercaban, su respiración se hacía más como un bufido animal, paso saliva con trabajos imaginándose el sabor que tendría el cuerpo que dejo en ofrenda y las bestias masacraron en sus estómagos sin apreciarlo correctamente. Aún faltaba para poder soltarse, pero prefería quedarse a medio camino de perderse por completo, si las bestias estaban dormidas sería un uso innecesario de su verdadero ser, su monstruo real.
-¿tienes algún plan o solo vamos a asaltarlos dormidos o prefieres que ataquemos de un vez?- escuchando que aún se notaban unas cuantas voces al fondo aunque no entendía nada de lo que estaban hablando.
Recordaba vagamente que existía un riesgo al no soltar al monstruo una vez que comenzaba, hasta ahora solo los daños de las batallas, esperaba que solo fueran calambres o dolor muscular nada que fuera intratable o perturbara su tarea.
Estaba pensando en sugerirle a Zagreus que volvieran a hacer su jugada de noche, no quería dejar a Alexander libre para que se encargara de una misión que parecía tendría momentos bastante divertidos con una batalla próxima, esto sería diferente a una caza de jabalís, pero estaba seguro que podría usar principios similares igual que con aquella pelea en la que ayuda a su amigo.
Si bien las bestias no estaban preparadas, prefería enfrentarlos sin estar cargando un cuerpo y con el blandengue completamente dormido. Por suerte para él su compañero mismo realizo la sugerencia, el hombre tenía algo su cerebro y nariz le decían que tenía que evitar comerlo pero en este momento no lograba ubicar el que, cuando hubiera descansado se pondría a repasar si coincidía con algo que ya hubiera visto.
- pienso que probablemente tus sospechas serán confirmadas, yo también pienso que pudieron hurtar fácilmente el cadáver que deje- menciono haciendo una ligera pausa mientras miraba el fuego.
- Probablemente sea más fácil si verificamos las marcas y tienes razón, ir directamente a acabarlos, darles una noche extra después de esa podría ponerlos en alerta si subimos el otro cadáver, además con eso podríamos conseguir un poco más de almas para tentar al Caith Sith eso si esas bestias tienen alguna-
La conversación siguió avanzando durante la noche, por un momento considero que sería adecuado advertirle a su interesante compañero que si se venía la campaña campal y el mostraba más rasgos bestiales lo mejor sería que no se acercara a él, tenía| la sospecha que este sujeto podría llegar a ser un socio interesante para el futuro y podría valer la pena advertirle.
-Durmamos entonces el sol está próximo a salir, necesitaremos recuperar fuerzas- menciono asegurándose que todo estuviera lo suficientemente oscuro para poder obtener un día de buen sueño. –Aunque la realidad es que podemos durar días sin dormir- se detuvo antes de salir del calor del fuego para buscar una de las camas.
-Hay algo más que me gustaría decirte antes de que termine la noche.- comenzó mirando un punto fijo en la pared antes de volverse hacia su compañero decidiendo que lo mejor era advertirle – Mañana comeré apenas lo suficiente, aún estoy meditándolo porque lo ideal sería ayunar, eso me pondrá con un poco más de mal genio de lo normal y evitare quejarme del hambre, pero eso nos pondría cerca del estado ideal si se desata una batalla campal, entonces probablemente nos ponga un poco más bestial y bárbaro, si eso sucediera deberías no estar tan cerca de nosotros hasta que el efecto pase. Solo es una ligera advertencia, no podríamos hacernos responsable si entramos en ese estado y si estas demasiado cerca podría tener un ligero desliz.-
Aunque no lo admitiría a su compañero esperaba realmente que la marca hubiera sido removida, estaba ansioso por una batalla contra las criaturas, se preguntaba si su carne también seria comestible, si el Caith Sith aceptara almas de las bestias para devorar, si serian aún más desafío que la enorme escaramuza que enfrento en aquella ocasión.
-Pero si lo piensas bien esa vez éramos cuatro, habían montado trampas y esta vez solo tendría el apoyo de la noche y compañero del que no conocía sus habilidades.- hizo una mueca al escuchar al blandengue, para el pensar el no estuvo durante la batalla por que se contaba ¿Por qué compartían cuerpo?
-No importa, solo me levantare un poco antes de que se esconda el sol, preparare unas cuantas puntas de flecha o algo para ser asertivo y rápido en ese estado-
-Estúpido y animal es lo que nos vuelve-
-Demoledores y poderosos es lo que somos, si poderosos ,si solo pudiera ser un poco más racional seria casi imparable- le contesto al otro –Ahora vuelve a ese maldito rincón y déjame dormir, tengo que estar listo para mañana y no necesito que Zagreus piense que estamos más locos-
-No es como si no lo sospechara somos extraños-
-Si no despertaras a forzarme hablar contigo no tendría que ser extraño, sería el perfecto y poderoso monstruo caníbal que Khorne entreno-
-Me gusta más el ideal de nuestro otro abuelo- dijo el blandengue
-Ja pero no puedes negar nuestros deseos no importa cuánto quieras reprimirte, siempre en algún momento te deslizaras de nuevo para probar nuestro delicioso manjar, no puedes negarlo para siempre Alexander no importa que tanto quieras encajar-
Forzó su voluntad para mandar al blandengue agradable a dormir y decidió hacer lo mismo después de acomodar algunas de sus cosas recargadas junto a la cama, no sin antes esconder su cuchillo de carnicero en un lugar más cómodo y accesible, sin riesgos de autolesionarse de nuevo… Se durmió fácilmente con la emoción de una batalla en puerta.
Se despertó tal como planeo, el sol cuando mucho daría una hora más de luz, tiempo suficiente para recoger materiales. Se vistió rápidamente y salió sin molestarse a ver si su compañero estaba levantado, lo mejor era no perder tiempo; volvería en cuanto se ocultara el sol.
Fue al herrero y al armero a pedir todas las puntas de metal filosas que les quedaran que no fueran utilizables, también pidió algunos pedazos de flecha rota si es que tenían, por suerte había algunas cuantas de arcos que probaban para cacería, y una pequeña hacha a una mano que el hombre insistió era defectuosa porque era de su aprendiz, que probablemente no duraría muchas batallas. No importaba no tenía planes de que tuviera más de un día o dos de uso.
Regreso aun con un poco de luz a la casa, tiempo suficiente para preparar sus ropas con las pequeñas rebabas de metal atoradas entre las muñequeras de piel y entre la parte del cuero que cubría sus nudillos tal como lo hizo con los huesos, las puntas de flecha las acomodo en su cinturón como si fueran mini dagas, afilo el hacha junto con su espada.
Cuando Zagreus salió él ya estaba listo, su espada en su lugar, el cuchillo de carnicero bien escondido, el hacha el la espalda junto a su escudo nuevo, las puntas que trajo todo estratégicamente acomodado para darle muchas armas rápidas; ya saciaría su hambre más tarde. Le ofreció una de las dos lámparas preparadas que ya tenia tomando la otra.
-Vamos entonces-
Le dijo esperando que él estuviera listo, tomo una de las lámparas y se dirigió directamente al cementerio, tomando la misma ruta que hizo el día anterior, para mostrarle el camino hacia las bestias.
Se le hizo extraño que no estuviera el sepulturero a los alrededores, ni luces encendidas ni movimientos, miro a su compañero, ya tendría tiempo para revisar, no pensaba que el hombre hubiera corrido a espantar el solo a lo trasgos.
-Es extraño quizás deberíamos revisar al regreso- menciono mientras seguía adentrándose en el bosque.
Siguió a avanzando más hasta llegar a la parte donde bosque estaba anormalmente silencioso, camino un poco más justo a donde había dejado el cuerpo.
-Aquí deje el cuerpo- menciono mientras veía los pedazos del cuerpo esparcidos. Camino alrededor de los pedazos notando las huellas de las bestias, hizo una ligera mueca notando que como esperaban su ofrenda fue sido devorada.
Apretó los dientes mientras seguían avanzando hacia la parte donde escucho a las criaturas la noche anterior, su estómago empezaba a quejarse, eso lo ponía de mal humor, intento controlar sus respiraciones para no cambiar antes, pero estaba haciendo difícil, probablemente debió comer aunque sea una avena antes de salir.
Mientras avanzaban los ruidos de las criaturas se iban haciendo más claros, su cuerpo también fue cambiando con cada paso que se acercaban, su respiración se hacía más como un bufido animal, paso saliva con trabajos imaginándose el sabor que tendría el cuerpo que dejo en ofrenda y las bestias masacraron en sus estómagos sin apreciarlo correctamente. Aún faltaba para poder soltarse, pero prefería quedarse a medio camino de perderse por completo, si las bestias estaban dormidas sería un uso innecesario de su verdadero ser, su monstruo real.
-¿tienes algún plan o solo vamos a asaltarlos dormidos o prefieres que ataquemos de un vez?- escuchando que aún se notaban unas cuantas voces al fondo aunque no entendía nada de lo que estaban hablando.
Recordaba vagamente que existía un riesgo al no soltar al monstruo una vez que comenzaba, hasta ahora solo los daños de las batallas, esperaba que solo fueran calambres o dolor muscular nada que fuera intratable o perturbara su tarea.
Alexander Kraz
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Re: El gato negro [Trabajo, +18]
Ya con el caer de la noche, tal como habíamos acordado, salimos para lidiar con las criaturas del bosque que obstaculizaban nuestro plan para enfrentar el gato feérico. Las horas previas Alexei había estado por el pueblo buscando lo que parecía ser provisiones y armamento para la batalla. Yo por mi parte me reservé a preparar lo esencial para el viaje y esperar. Ya con los materiales de mi compañero y una pequeña bolsa con algunos implementos que consideré pertinente llevar, partimos con una lámpara de aceite para iluminarnos el camino, no la necesitaba por mi habilidad vampírica, pero el humano seguro la requería.
Al llegar a la posición que había indicado Alexei donde había dejado el cuerpo y las marcas para el Cait Sith, mis sospechas fueron confirmadas, el cadáver había sido hurtado por las criaturas del bosque. Caminamos guiándonos por los rastros que se evidenciaban en el suelo, conduciéndonos así a un caserío de trasgos. Apagué la lámpara, no quería llamar la atención y me oculté junto a Alexei tras unos arbustos.
Tras un arco de piedra se encontraba las chozas de los trasgos, los mismos dormían plácidamente mientras uno de las criaturas con una lanza improvisada con ramas hacía guardia alrededor de una fogata. Arriba en un pincho había carne cocinándose para aquel trasgo en vigilia, seguramente habían comido bien con el cuerpo del humano que Alexei les llevó.
Si, tengo un plan – le respondí a mi compañero que se notaba ansioso por embestir directamente a los trasgos – Cuento al menos 4 tiendas, calculo que podrán ser al menos unos 10-12 trasgos capaces de luchar. Ya es muy tarde para recuperar el cuerpo de Lloyd y el cuerpo de Cletus no podemos utilizarlo aún, lo necesitamos para el siguiente paso… así que tendremos que buscar más almas para ofrecer al gato… - Me detuve unos segundos para analizar los alrededores. – Bien, atacaremos por separado – dije haciendo caso de la recomendación que había hecho mi compañero en la casa del sepulturero. – Tú iras de frente y solo, trata de hacer el mayor escandalo y acabar con los que puedas. Seguramente salgan de sus tiendas un poco desorientados, aprovecha eso. Cuando te veas sobrepasado, sal por el arco, ahí una trampa hecha por mí ayudará a acabar con ellos, no es necesario matarlos a todos, al final de cuentas solo necesitamos un alma, aunque asumo que la de los trasgos vale menos, quizás debamos llevar varias… - dije con tono bromista.
Saca tu arma, cuando de la señal ataca. Una vez acabemos, si seguimos vivos, repetiremos la indicación de ayer con el acertijo y la ofrenda. Aquí tengo un poco de Extracto de Volarcina (1), con esto será más sencillo trasportar los cadáveres por el bosque… Mañana cazaremos al Cait Sith.
Me separé de mi compañero que se preparaba para luchar, mientras yo prepararía la pequeña trampa improvisada. Procurando no alertar al guardia trasgo, me desplacé en silencio aprovechando la oscuridad en dirección al arco de rocas que daba la entrada al caserío. El arco constaba de grandes piedras apiladas que por peso y presión mantenían la forma curva, era la única forma de entrar a la comunidad de los trasgos en el bosque, ya que alrededor una especie de muralla de zarzas y palos rodeaba el campamento de chozas. Manteniéndome agachado, saqué de la bolsa que traje unos metros de soga, amarré los extremos a las piedras base de aquel arco, la cuerda estaba tensa y por la vegetación del suelo apenas se notaba la línea horizontal que cruzaba el portal. La idea era sencilla y había dos posibles desenlaces: La manada de trasgos corriendo detrás del humano se tropezaría con la cuerda y caería estrepitosamente a lo que yo saldría de los arbustos donde estaría escondido para acabar con mi daga con la mayor cantidad de trasgos en el suelo con ayuda de Alexei…. O la fuerza de las horribles criaturas sería suficiente para hacer que las bases de piedra cedieran y que la estructura cayera sobre ellos, aplastándolos con las pesadas piedras que conformaban el arco.
Terminado de asegurarme que la soga estuviera tensada de forma adecuada, me volví para finalizar la preparación con mi compañero.
Listo, ya viste lo que hice, recuerda cuando vuelvas saltar apenas pases el arco de piedras, yo esperaré en aquellos arbustos con mi daga, si es necesario saldré para ayudarte, pero hay que mantener la idea de que estás solo para que te subestimen las criaturas estúpidas. Ahora cuando estés preparado puedes ir, no mueras… - Dije mientras pensaba que en dado caso podría utilizar el alma del bárbaro caníbal para lidiar con el Cait Sith, aunque ese plan podría ser más complicado por lo que mejor era seguir con mi compañero en una pieza.
Me fui a los arbustos de forma sigilosa, en mi cabeza reflexionaba sobre lo tedioso que había resultado toda mi travesía por Chrollo. Primero unos patanes en una partida de cartas, un sujeto caníbal, luego un gato que devora almas, ahora unos trasgos… ¿Qué sigue?
___________________________Al llegar a la posición que había indicado Alexei donde había dejado el cuerpo y las marcas para el Cait Sith, mis sospechas fueron confirmadas, el cadáver había sido hurtado por las criaturas del bosque. Caminamos guiándonos por los rastros que se evidenciaban en el suelo, conduciéndonos así a un caserío de trasgos. Apagué la lámpara, no quería llamar la atención y me oculté junto a Alexei tras unos arbustos.
Tras un arco de piedra se encontraba las chozas de los trasgos, los mismos dormían plácidamente mientras uno de las criaturas con una lanza improvisada con ramas hacía guardia alrededor de una fogata. Arriba en un pincho había carne cocinándose para aquel trasgo en vigilia, seguramente habían comido bien con el cuerpo del humano que Alexei les llevó.
Si, tengo un plan – le respondí a mi compañero que se notaba ansioso por embestir directamente a los trasgos – Cuento al menos 4 tiendas, calculo que podrán ser al menos unos 10-12 trasgos capaces de luchar. Ya es muy tarde para recuperar el cuerpo de Lloyd y el cuerpo de Cletus no podemos utilizarlo aún, lo necesitamos para el siguiente paso… así que tendremos que buscar más almas para ofrecer al gato… - Me detuve unos segundos para analizar los alrededores. – Bien, atacaremos por separado – dije haciendo caso de la recomendación que había hecho mi compañero en la casa del sepulturero. – Tú iras de frente y solo, trata de hacer el mayor escandalo y acabar con los que puedas. Seguramente salgan de sus tiendas un poco desorientados, aprovecha eso. Cuando te veas sobrepasado, sal por el arco, ahí una trampa hecha por mí ayudará a acabar con ellos, no es necesario matarlos a todos, al final de cuentas solo necesitamos un alma, aunque asumo que la de los trasgos vale menos, quizás debamos llevar varias… - dije con tono bromista.
Saca tu arma, cuando de la señal ataca. Una vez acabemos, si seguimos vivos, repetiremos la indicación de ayer con el acertijo y la ofrenda. Aquí tengo un poco de Extracto de Volarcina (1), con esto será más sencillo trasportar los cadáveres por el bosque… Mañana cazaremos al Cait Sith.
Me separé de mi compañero que se preparaba para luchar, mientras yo prepararía la pequeña trampa improvisada. Procurando no alertar al guardia trasgo, me desplacé en silencio aprovechando la oscuridad en dirección al arco de rocas que daba la entrada al caserío. El arco constaba de grandes piedras apiladas que por peso y presión mantenían la forma curva, era la única forma de entrar a la comunidad de los trasgos en el bosque, ya que alrededor una especie de muralla de zarzas y palos rodeaba el campamento de chozas. Manteniéndome agachado, saqué de la bolsa que traje unos metros de soga, amarré los extremos a las piedras base de aquel arco, la cuerda estaba tensa y por la vegetación del suelo apenas se notaba la línea horizontal que cruzaba el portal. La idea era sencilla y había dos posibles desenlaces: La manada de trasgos corriendo detrás del humano se tropezaría con la cuerda y caería estrepitosamente a lo que yo saldría de los arbustos donde estaría escondido para acabar con mi daga con la mayor cantidad de trasgos en el suelo con ayuda de Alexei…. O la fuerza de las horribles criaturas sería suficiente para hacer que las bases de piedra cedieran y que la estructura cayera sobre ellos, aplastándolos con las pesadas piedras que conformaban el arco.
Terminado de asegurarme que la soga estuviera tensada de forma adecuada, me volví para finalizar la preparación con mi compañero.
Listo, ya viste lo que hice, recuerda cuando vuelvas saltar apenas pases el arco de piedras, yo esperaré en aquellos arbustos con mi daga, si es necesario saldré para ayudarte, pero hay que mantener la idea de que estás solo para que te subestimen las criaturas estúpidas. Ahora cuando estés preparado puedes ir, no mueras… - Dije mientras pensaba que en dado caso podría utilizar el alma del bárbaro caníbal para lidiar con el Cait Sith, aunque ese plan podría ser más complicado por lo que mejor era seguir con mi compañero en una pieza.
Me fui a los arbustos de forma sigilosa, en mi cabeza reflexionaba sobre lo tedioso que había resultado toda mi travesía por Chrollo. Primero unos patanes en una partida de cartas, un sujeto caníbal, luego un gato que devora almas, ahora unos trasgos… ¿Qué sigue?
Off:
(1): Volarcina: [Elixir, Limitado, 2 usos] Esencia a base de raíz de volarce. Al rociar abundantemente con ella un objeto, disminuirá su peso a la mitad, facilitando su transporte. El efecto dura hasta dos rondas.
Zagreus
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Re: El gato negro [Trabajo, +18]
Se quedó observando a su compañero mientras relataba su plan, si según sus cuentas el también calculaba máximo doce combatientes en plena potencia, preferiría matar primero a algunos que estuvieran dormidos, aunque su plan parecía ser que al hacer ruido podría aprovechar eso de alguna forma. ¿Acaso el creía que no era un eficaz asesino silencioso?
No importaba el no rechazaría una matanza como ese tipo sin importar quien fuera el enemigo; iba apenas a comentar algo cuando se sorprendió por la broma del valor de las almas que realizo su compañero, no pudo evitar sonreír por primera vez, aunque era consiente que su sonrisa era enferma y torcida a diferencia de cuando Alexander sonreía que parecía ser menos siniestra y más agradable a la vista.
-No tengo intenciones de morir antes de ver con mis propios ojos esta criatura- menciono de forma seria antes de mirar hacia los trasgos - ni aun después aún tengo cosas que resolver en este mundo como para partir antes de eso- termino diciendo el blandengue –Maldición- termino susurrando Alexei al notar que se le había escapado brevemente el control.
Saco su arma sin querer hablar de nuevo no queriendo deslizar el control, ya que sabía que su voz y comportamiento eran totalmente diferentes no necesitaba que su nuevo conocido desconfiara de él justo antes de esta escaramuza eso podría ponerlo en riesgo y no tenía planes de ser sacrificado para que aquel pudiera conseguir solo su recompensa.
Por suerte Zagreus se marchó hacia el otro lado sin hacer preguntas ni comentarios, pero sabría que vendrían en algún momento. Desde ese lugar observo como preparo la trampa con la soga, era una idea interesante basado solo en la física, solo esperaba que si se soltaba no olvidara el mismo la cuerda o eso podría ser su fin y mirando ahora a su compañero empezaba a creer que no le molestaría entregar su alma con tal de resolver el misterio del Cait sith.
-Mi alma al menos vale el doble – dijo sonriendo mientras pensaba en que al ser dos personalidades en un cuerpo debería ser de alguna forma correcta –Ahora que con los corazones que comí…quizás valga aún más- reformulo para sí mismo, si lo mejor era no pensar en esa teoría no quería partir de este mundo precipitadamente solo para probar un punto.
Cuando su compañero volvió lo escucho atentamente sin dejar de ver la trampa que fue colocada mientras analizaba su explicación una vez que termino de hablar lo miro a los ojos pensando que de alguna forma no estaba equivocado, para este sujeto de alguna forma él era prescindible.
-No soy un peón desechable- le aclaro pensando que no era el momento para discutir, pero en su cabeza las palabras que formulo fueron “No soy un estúpido bárbaro irracional desechable, solo en ocasiones soy irracional” pero no tendría sentido explicarlo, después de todo estaba a segundos de ser un ser un bastardo sediento de sangre no, esa no era la forma correcta de expresarse ni en su mente ni en la del blandengue al menos para referir irse a sí mismo, para él describir lo que pasaría era que solo se convertiría en un conveniente así como efectivo monstruo sediento de sangre y asesino, si eso era.
Tras dejar su punto claro y sin esperar se encamino directamente a la entrada del arco de piedra, cruzo la cuerda levantando su pierna solo más alto sin querer brincar de momento, mientras avanzaba pensaba en formas de causar suficiente alboroto para hacer salir a las bestias de sus tiendas y divertirse un poco en la batalla.
Aún estaba en un punto ideal para soltarse, pero una parte no quería confirmar la idea que tenía Zagreus de que era un bárbaro. Cuando distinguió que esos pensamientos venían de Alexander fue en el momento que vio a los trasgos devorando el cuerpo que tuvo que cargar por el bosque, con toda a aquella hermosa carne desperdiciada esparcida por el suelo.
Malditos animales ni siquiera podían comer decentemente un cadáver como los dioses mandaban.
Al diablo con querer seguir la idea de Alexander, no podría permitir tal ofrenda, los sagrados alimentos no debían desperdiciarse de esa forma, tendría que enseñarles a estas bestias que el alimento no debía tirarse así, que sabrían ellos de pasar hambres durante días, semanas o durante la guerra…
Lo que siguió después fue algo que no pudo evitar se detuvo detrás de algunos trasgos, respirando profundamente cual animal apunto de liberarse provocando que se giraran al verlo, inclino su rostro mientras los miraba devorar los restos del cuerpo humano, las barrigas de algunos estaban apenas abultadas por el festín que de seguro se habían dado.
Sin darles tiempo a levantarse pateo al más cercano contra el fuego asegurándose de dejar su pie en la espalda de este para que se quemara, de la criatura solo provenían los más estremecedores alaridos que dejaron brevemente desconcertados a las otras bestias e hicieron que algunos salieran de sus tiendas probablemente este no era el escandalo al que le indicaron, como si le importara que tipo de escándalo.
Se quedó así un instante perdido en el hermoso canto que provenía de la criatura que se quemaba bajo sus pies, era la música más interesante que escuchaba; quito su pie justo antes de que su sus botas se chamuscaran que fue el momento de despertar de los trasgos alrededor de esa hoguera mientras se lanzaban contra él.
Los gritos de furia o lo que fuera que profirieran las bocas de estos le emocionaron, estaban enojados, le darían una batalla, él vivía para matar, que hermoso lugar encontró, tantas interesantes criaturas para decorar aquel lugar, algo en él se regocijaba de emoción, algo le decía que debía demostrarles que él era el único quedaría en pie esta noche.
Si para tener que dejarles a estos inmundos animales un punto claro, como demostrarle a su compañero de que él no era…ni le importaba el sobre lo que debía demostrar a su compañero pero si necesitaba el mismo ser siempre una bestia a los ojos de los otros, que así fuera, no es como si le importara un carajo, fue su último pensamiento del todo racional como Alexei, mientras la lámpara que sujetaba antes caí a la tierra sin romperse por suerte mientras tomaba su espada.
El berseker despacho rápidamente a los dos trasgos más cercanos antes de que tomaran sus armas correctamente, por instinto sabia que era diferente a pelear contra humanos, no es como si en ese estado le importara algo más que darse un baño de sangre ya que estas criaturas parecían tan apetecibles para comer, quizás era el repugnante hedor que venía de sus cuerpos pero de alguna forma estaba seguro que había consumido algo con olor más fétido en alguna ocasión. (1)
Una de las criaturas salió corriendo a cuatro patas por el campamento profiriendo semejantes alaridos, gruño fuerte en replica a la molestia que era el tono que hacían los seres delante suyo, los sonidos que venían de sus cuerpos debían ser callados a la brevedad, el sonido solo estaba irritándolo más y deseando ver volar partes de esas cosas por todo el lugar.
Uno de los verdes lo embistió cual jabalí, por instinto lo detuvo usando toda la fuerza de sus piernas sujetándolo de la cabeza, estaba seguro que de su boca profirió un rugido por el esfuerzo, estampo con fuerza su puño en el rostro del trasgo viendo que algunas de las puntas filosas se quedaban en el rostro de este, sin perder tiempo tomo una punta de flecha clavándosela en el ojo y arrojándolo lejos.
Los trasgos se abalanzaban en grupo ignorando incluso los tres cadáveres y algunos heridos que estaban entre ellos para intentar herir y frenarlo, recibió algunos cortes profundos, pero estaban tan amontonados alrededor suyo intentando quitarle las puntas de flecha o de herirlo profundamente que le permitía golpearlos con toda su fuerza animal, por alguna razón no caían tan fácil como los humanos contra los que lucho en el pasado, estaba extasiado de tener enemigos interesantes y al mismo tiempo el berseker se cabreaba más siendo más impulsivo en sus ataques buscando en momentos solo quitarse de los más molestos hiriéndolos.
Antes de que se diera cuenta se quedó sin puntas filosas entre sus puños y las muñecas estos se incrustaron en algunos trasgos cuando los golpeo a puño limpio o intento detenerlos de acercarse más a él, las malditas cosas habían ideado que si se lanzaban mientras otro atacaba lograban hacerlo algunos ligeros cortes, por fortuna nada había sido profundo, pero lo habían cabreado lo suficiente para hacerle utilizar la mayoría de las puntas de las flechas, algunas quedaron solo de adorno en la piel dura de las bestias, algunas otras lograron su cometido de dejar fuera de combate algún par de trasgos.
Se maldijo cuando salió de su trance más rápido de lo normal, quizás se debía a no haberse soltado cuando había estado el punto ideal, si bien su cuerpo estaba menos herido que en otras ocasiones se sentía lento y acalambrado en algunas partes de su cuerpo, después de contabilizar solo entre siete u ocho muertos o inhabilitados para el combate decidió que lo mejor no sería pelear como un idiota enfurecido contra las criaturas.
Más Trasgos de diferentes tonos empezaban a salir de las casas, al parecer la batalla estaba terminando de despertar o alertar a las criaturas, lo mejor sería no estar ahí cuando todos los combatientes estuvieran despiertos.
Noto que la lámpara que por alguna razón traía consigo estaba ahora apagada y rota en el suelo, ¿Por qué entro con la maldita lámpara encendida al lugar? Si fue para llamar la atención o por estúpido no estaba seguro, pero justo ahora una idea rápida se presentó al verla ahí, mientras intentaba deshacerse de uno de los trasgos enterrándole su espada, era de las ideas más locas o idiotas que se le tenía pero nada perdía con intentarlo, soltó la espada una vez que la clavo profundo en las entrañas de su enemigo actual se giró rápidamente a donde la lámpara para patearla en dirección de las tiendas, sin esperar a ver dónde caía se lanzó contra la hoguera para tomar una de los maderos encendidos.
Con la mayor rapidez que podía lanzo dos maderos cerca de donde cayó la lámpara, tras esto recibió un fuerte golpe con un garrote del trasgo que tenía incrustada su espada. Malditas cosas no podía descuidarse de verdad eran algo complicadas de eliminar.
Definitivamente tenía que salir de ahí, las criaturas habían despertado al final siendo más combatientes de los que habían calculado. Por la vista periférica noto que los maderos que arrojo alcanzaron algunas gotas del aceite de la lámpara comenzando un incendio. Algunos trasgos habían comenzado a emitir ruidos y dirigirse a las tiendas mientras el fuego se esparcía.
Aprovechando la distracción tomo su espada del trasgo que la tenía aun incrustada mientras lo empujaba de espaldas con todo y garrote hacia otro trasgo para luego salir corriendo hacia el mismo lugar por el que entro, sin olvidar brincar la soga al final, una vez del otro lado se detuvo girándose para gruñirle a las criaturas para provocar que salieran.
Tuvo demasiada suerte, tenía que admitirlo ¿Qué mierda entonces hacia gruñéndoles a aquellos animales para que todavía lo alcanzaran para liquidarlo? A si, demostrar un punto….
Se rio, por la suerte, por estrés, por no admitir que fue un idiota imprudente, porque sabía que él era un monstruo más entre estas criaturas, se rio ignorando a Zagreus pensando que su risa solo era una provocación más para las criaturas que se dirigían a donde estaba.
_________
Off
(1)Habilidad de nivel 0 Berseker:
Su fuerza se duplica mientras se lanza al combate con furia ciega, casi en trance psicótico desconociendo a amigo de enemigo, es insensible al dolor durante este estado.
[1 turnos] [2 usos] (primer uso)
No importaba el no rechazaría una matanza como ese tipo sin importar quien fuera el enemigo; iba apenas a comentar algo cuando se sorprendió por la broma del valor de las almas que realizo su compañero, no pudo evitar sonreír por primera vez, aunque era consiente que su sonrisa era enferma y torcida a diferencia de cuando Alexander sonreía que parecía ser menos siniestra y más agradable a la vista.
-No tengo intenciones de morir antes de ver con mis propios ojos esta criatura- menciono de forma seria antes de mirar hacia los trasgos - ni aun después aún tengo cosas que resolver en este mundo como para partir antes de eso- termino diciendo el blandengue –Maldición- termino susurrando Alexei al notar que se le había escapado brevemente el control.
Saco su arma sin querer hablar de nuevo no queriendo deslizar el control, ya que sabía que su voz y comportamiento eran totalmente diferentes no necesitaba que su nuevo conocido desconfiara de él justo antes de esta escaramuza eso podría ponerlo en riesgo y no tenía planes de ser sacrificado para que aquel pudiera conseguir solo su recompensa.
Por suerte Zagreus se marchó hacia el otro lado sin hacer preguntas ni comentarios, pero sabría que vendrían en algún momento. Desde ese lugar observo como preparo la trampa con la soga, era una idea interesante basado solo en la física, solo esperaba que si se soltaba no olvidara el mismo la cuerda o eso podría ser su fin y mirando ahora a su compañero empezaba a creer que no le molestaría entregar su alma con tal de resolver el misterio del Cait sith.
-Mi alma al menos vale el doble – dijo sonriendo mientras pensaba en que al ser dos personalidades en un cuerpo debería ser de alguna forma correcta –Ahora que con los corazones que comí…quizás valga aún más- reformulo para sí mismo, si lo mejor era no pensar en esa teoría no quería partir de este mundo precipitadamente solo para probar un punto.
Cuando su compañero volvió lo escucho atentamente sin dejar de ver la trampa que fue colocada mientras analizaba su explicación una vez que termino de hablar lo miro a los ojos pensando que de alguna forma no estaba equivocado, para este sujeto de alguna forma él era prescindible.
-No soy un peón desechable- le aclaro pensando que no era el momento para discutir, pero en su cabeza las palabras que formulo fueron “No soy un estúpido bárbaro irracional desechable, solo en ocasiones soy irracional” pero no tendría sentido explicarlo, después de todo estaba a segundos de ser un ser un bastardo sediento de sangre no, esa no era la forma correcta de expresarse ni en su mente ni en la del blandengue al menos para referir irse a sí mismo, para él describir lo que pasaría era que solo se convertiría en un conveniente así como efectivo monstruo sediento de sangre y asesino, si eso era.
Tras dejar su punto claro y sin esperar se encamino directamente a la entrada del arco de piedra, cruzo la cuerda levantando su pierna solo más alto sin querer brincar de momento, mientras avanzaba pensaba en formas de causar suficiente alboroto para hacer salir a las bestias de sus tiendas y divertirse un poco en la batalla.
Aún estaba en un punto ideal para soltarse, pero una parte no quería confirmar la idea que tenía Zagreus de que era un bárbaro. Cuando distinguió que esos pensamientos venían de Alexander fue en el momento que vio a los trasgos devorando el cuerpo que tuvo que cargar por el bosque, con toda a aquella hermosa carne desperdiciada esparcida por el suelo.
Malditos animales ni siquiera podían comer decentemente un cadáver como los dioses mandaban.
Al diablo con querer seguir la idea de Alexander, no podría permitir tal ofrenda, los sagrados alimentos no debían desperdiciarse de esa forma, tendría que enseñarles a estas bestias que el alimento no debía tirarse así, que sabrían ellos de pasar hambres durante días, semanas o durante la guerra…
Lo que siguió después fue algo que no pudo evitar se detuvo detrás de algunos trasgos, respirando profundamente cual animal apunto de liberarse provocando que se giraran al verlo, inclino su rostro mientras los miraba devorar los restos del cuerpo humano, las barrigas de algunos estaban apenas abultadas por el festín que de seguro se habían dado.
Sin darles tiempo a levantarse pateo al más cercano contra el fuego asegurándose de dejar su pie en la espalda de este para que se quemara, de la criatura solo provenían los más estremecedores alaridos que dejaron brevemente desconcertados a las otras bestias e hicieron que algunos salieran de sus tiendas probablemente este no era el escandalo al que le indicaron, como si le importara que tipo de escándalo.
Se quedó así un instante perdido en el hermoso canto que provenía de la criatura que se quemaba bajo sus pies, era la música más interesante que escuchaba; quito su pie justo antes de que su sus botas se chamuscaran que fue el momento de despertar de los trasgos alrededor de esa hoguera mientras se lanzaban contra él.
Los gritos de furia o lo que fuera que profirieran las bocas de estos le emocionaron, estaban enojados, le darían una batalla, él vivía para matar, que hermoso lugar encontró, tantas interesantes criaturas para decorar aquel lugar, algo en él se regocijaba de emoción, algo le decía que debía demostrarles que él era el único quedaría en pie esta noche.
Si para tener que dejarles a estos inmundos animales un punto claro, como demostrarle a su compañero de que él no era…ni le importaba el sobre lo que debía demostrar a su compañero pero si necesitaba el mismo ser siempre una bestia a los ojos de los otros, que así fuera, no es como si le importara un carajo, fue su último pensamiento del todo racional como Alexei, mientras la lámpara que sujetaba antes caí a la tierra sin romperse por suerte mientras tomaba su espada.
El berseker despacho rápidamente a los dos trasgos más cercanos antes de que tomaran sus armas correctamente, por instinto sabia que era diferente a pelear contra humanos, no es como si en ese estado le importara algo más que darse un baño de sangre ya que estas criaturas parecían tan apetecibles para comer, quizás era el repugnante hedor que venía de sus cuerpos pero de alguna forma estaba seguro que había consumido algo con olor más fétido en alguna ocasión. (1)
Una de las criaturas salió corriendo a cuatro patas por el campamento profiriendo semejantes alaridos, gruño fuerte en replica a la molestia que era el tono que hacían los seres delante suyo, los sonidos que venían de sus cuerpos debían ser callados a la brevedad, el sonido solo estaba irritándolo más y deseando ver volar partes de esas cosas por todo el lugar.
Uno de los verdes lo embistió cual jabalí, por instinto lo detuvo usando toda la fuerza de sus piernas sujetándolo de la cabeza, estaba seguro que de su boca profirió un rugido por el esfuerzo, estampo con fuerza su puño en el rostro del trasgo viendo que algunas de las puntas filosas se quedaban en el rostro de este, sin perder tiempo tomo una punta de flecha clavándosela en el ojo y arrojándolo lejos.
Los trasgos se abalanzaban en grupo ignorando incluso los tres cadáveres y algunos heridos que estaban entre ellos para intentar herir y frenarlo, recibió algunos cortes profundos, pero estaban tan amontonados alrededor suyo intentando quitarle las puntas de flecha o de herirlo profundamente que le permitía golpearlos con toda su fuerza animal, por alguna razón no caían tan fácil como los humanos contra los que lucho en el pasado, estaba extasiado de tener enemigos interesantes y al mismo tiempo el berseker se cabreaba más siendo más impulsivo en sus ataques buscando en momentos solo quitarse de los más molestos hiriéndolos.
Antes de que se diera cuenta se quedó sin puntas filosas entre sus puños y las muñecas estos se incrustaron en algunos trasgos cuando los golpeo a puño limpio o intento detenerlos de acercarse más a él, las malditas cosas habían ideado que si se lanzaban mientras otro atacaba lograban hacerlo algunos ligeros cortes, por fortuna nada había sido profundo, pero lo habían cabreado lo suficiente para hacerle utilizar la mayoría de las puntas de las flechas, algunas quedaron solo de adorno en la piel dura de las bestias, algunas otras lograron su cometido de dejar fuera de combate algún par de trasgos.
Se maldijo cuando salió de su trance más rápido de lo normal, quizás se debía a no haberse soltado cuando había estado el punto ideal, si bien su cuerpo estaba menos herido que en otras ocasiones se sentía lento y acalambrado en algunas partes de su cuerpo, después de contabilizar solo entre siete u ocho muertos o inhabilitados para el combate decidió que lo mejor no sería pelear como un idiota enfurecido contra las criaturas.
Más Trasgos de diferentes tonos empezaban a salir de las casas, al parecer la batalla estaba terminando de despertar o alertar a las criaturas, lo mejor sería no estar ahí cuando todos los combatientes estuvieran despiertos.
Noto que la lámpara que por alguna razón traía consigo estaba ahora apagada y rota en el suelo, ¿Por qué entro con la maldita lámpara encendida al lugar? Si fue para llamar la atención o por estúpido no estaba seguro, pero justo ahora una idea rápida se presentó al verla ahí, mientras intentaba deshacerse de uno de los trasgos enterrándole su espada, era de las ideas más locas o idiotas que se le tenía pero nada perdía con intentarlo, soltó la espada una vez que la clavo profundo en las entrañas de su enemigo actual se giró rápidamente a donde la lámpara para patearla en dirección de las tiendas, sin esperar a ver dónde caía se lanzó contra la hoguera para tomar una de los maderos encendidos.
Con la mayor rapidez que podía lanzo dos maderos cerca de donde cayó la lámpara, tras esto recibió un fuerte golpe con un garrote del trasgo que tenía incrustada su espada. Malditas cosas no podía descuidarse de verdad eran algo complicadas de eliminar.
Definitivamente tenía que salir de ahí, las criaturas habían despertado al final siendo más combatientes de los que habían calculado. Por la vista periférica noto que los maderos que arrojo alcanzaron algunas gotas del aceite de la lámpara comenzando un incendio. Algunos trasgos habían comenzado a emitir ruidos y dirigirse a las tiendas mientras el fuego se esparcía.
Aprovechando la distracción tomo su espada del trasgo que la tenía aun incrustada mientras lo empujaba de espaldas con todo y garrote hacia otro trasgo para luego salir corriendo hacia el mismo lugar por el que entro, sin olvidar brincar la soga al final, una vez del otro lado se detuvo girándose para gruñirle a las criaturas para provocar que salieran.
Tuvo demasiada suerte, tenía que admitirlo ¿Qué mierda entonces hacia gruñéndoles a aquellos animales para que todavía lo alcanzaran para liquidarlo? A si, demostrar un punto….
Se rio, por la suerte, por estrés, por no admitir que fue un idiota imprudente, porque sabía que él era un monstruo más entre estas criaturas, se rio ignorando a Zagreus pensando que su risa solo era una provocación más para las criaturas que se dirigían a donde estaba.
_________
Off
(1)Habilidad de nivel 0 Berseker:
Su fuerza se duplica mientras se lanza al combate con furia ciega, casi en trance psicótico desconociendo a amigo de enemigo, es insensible al dolor durante este estado.
[1 turnos] [2 usos] (primer uso)
Última edición por Alexander Kraz el Miér Nov 30 2022, 03:08, editado 7 veces
Alexander Kraz
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Re: El gato negro [Trabajo, +18]
La brutalidad de Alexei fue evidente en su batalla contra los trasgos. Su estilo y estrategia eran cuestionables, pero su eficiencia para matar era clara. Los trasgos poco podían hacer en aquella carnicería del bárbaro.
Cuando ya sus heridas empezaban a ser evidentes y los trasgos empezaban a rodear a mi compañero, corrió siguiendo la pequeña jugarreta que habíamos planificado. Con una risa macabra atrajo a los coléricos trasgos que corrieron tras el humano. Alexei había acabado con muchos de las bestias en su campamento, por lo que cuando corrieron sobre la cuerda no fueron suficiente para tumbar la estructura de piedra, pero igual cayeron estrepitosamente frente al humano y el arbusto donde me encontraba. Con un movimiento rápido finiquitamos el trabajo, ya no había trasgos en el bosque.
Alexei estaba cubierto casi por completo de sangre de las bestias, preferí no hablar mientras el humano siguiera alterado por la batalla. Apilamos el cuerpo de varios trasgos y rocié abundantemente el Elixir de Volarcina(1) para facilitar su traslado. Ahora cada uno de nosotros llevaba el cadáver de al menos 3 trasgos y nos dispusimos a seguir nuestro camino por el bosque hacia la guarida del gato devora almas.
Mi compañero guio la marcha, señalando un lugar en el cual la noche anterior había sentido “que lo observaban”, pero que por la amenaza de las bestias del bosque no había podido estudiar con detenimiento, por lo que terminó dejando la carnada en el sitio donde los trasgos robaron el cuerpo.
Llegado al sitio, la sensación de sentirse observados se hacía evidente, la incomodidad hacía que los vellos del brazo se crisparan. Entre los arbustos y árboles colocamos la pila de cuerpos, muchas almas para hacer la invitación. Según el sepulturero, ya había comido recientemente, pero estaba seguro que tal invitación no la podría rechazar, sobre todo porque no solo le ofrecía comida, sino que le presentaba un reto a aquel animal intelectual fanático de los desafíos mentales.
Alexei empezó a recitar el acertijo en voz alta mientras yo organizaba los cuerpos y con sangre dibujaba unos símbolos en el suelo de tierra. Los dibujos eran sencillos, lapidas de un cementerio, un semicírculo horizontal con un punto en la mitad de la curva que simbolizaba el cenit y la luna creciente que correspondía a la noche siguiente. Con eso podríamos sacar al animal feérico de su guarida y eliminar la amenaza del pueblo de Chrollo. Mañana finalmente veríamos al Cait Sith.
Regresamos al pueblo para descansar y prepararnos. Cuando el crepúsculo se asomaba por la ventana y ya el sol no me supondría problema, le comenté a mi compañero el plan.
En unos pocos minutos iremos al cementerio, confío plenamente en que el Cait habrá aceptado muestra nueva invitación para responder el acertijo. Ahí no lucharemos contra él – señalé mientras preparaba una mochila con objetos, no veía el rostro de Alexei, pero podía suponer que mi plan no le gustaría, ya que evitábamos la confrontación directa. – Admitámoslo, ni tú ni yo contamos con alguna forma de combatir con un gato feérico, ¿acaso el plan sería lanzarnos con una espada tras el animal?, qué idiotez sería… - dije mientras lentamente movía la cabeza en negación de aquella suposición. – Hasta donde sé, es un animal sumamente inteligente, estoy seguro de que si le ganamos en su campo aceptará nuestras condiciones.
Me levanté y miré fijamente a mi compañero. – Le platearemos un desafío, si ganamos el gato se tendrá que ir de Chrollo y prometerá nunca más volver – hice una pausa mientras una sonrisa macabra se dibuja en mis comisuras – si perdemos, le ofreceremos quedarse con nuestras almas.
Partimos hacia el cementerio con mi bolsa llena de objetos para preparar el encuentro.
Saludos, nuevamente ustedes por aquí – dijo con una sonrisa burlesca – parece que no han tenido suerte con Plutón.
No le respondí el saludo y me dispuse a organizar el desafío que le tenía al gato. Me tomaría varias horas prepararlo todo, mientras tanto, le comenté a mi compañero que colocara el cuerpo de Cletus en un lugar en el centro del cementerio, sería un incentivo extra para el animal devora almas.
Empecé a pasear por el cementerio, tenía información de cada tumba que había recolectado en mis días previos con ayuda de las personas del pueblo y mi primer encuentro con el sepulturero. De mi mochila saqué un frasco de tinta y con mi uña afilada empapada en el líquido negro empecé a escribir en algunas de las lápidas del cementerio. Muchas piedras ya tenían inscripciones, así que en ocasiones solo agregaba información extra. Tenía tiempo para la llegada del gato, así con cuidado preparé las tumbas para iniciar el desafío. Solo me faltaba un detalle, me acerqué al cadáver de Cletus y con la tinta en su frente escribí su nombre.
No entiendo por qué juegan con las tumbas, espero que todos tus escritos desaparezcan. Nadie quiere ver las lápidas violentadas por unos forasteros. – dijo el sepulturero, quien durante toda la preparación cuestionaba mi estrategia.
Durante toda la noche no había respondido al sepulturero, no tenía tiempo para sus preguntas y comentarios. Alexei sabía cuál era su papel en el plan, así que no cuestionó mi conducta. Ambos esperábamos pacientes al gato.
Cuando la luna llegó a su punto más alto, con puntualidad una sombra emergió de los árboles del bosque junto al cementerio. Plutón había llegado. Tal como había descrito era un animal magnífico, su presencia etérea confirmaba su naturaleza. En el cuello del gato negro, una mancha blanca con forma de horca complementaba su apariencia espeluznante.
Saludos Plutón – recibí al Cait Sith quien se desplazaba con soltura como si flotara acercándose al cementerio sin dejar de observarnos con aquellos ojos brillantes.
Ahora mi compañero repetirá el acertijo que te recitamos ayer, espero que sepas la respuesta. – me sentía emocionado por aquel encuentro, confiaba plenamente en la capacidad intelectual de aquel ser. Quería que supusiera un reto real a un desafío intelectual, quería competir haciendo uso de mi talento de erudito contra alguien de nivel.
Alexei pronunció las palabras, recordaba con exactitud el enigma. El gato se sentó a escuchar al humano y cuando terminó alzó su pata señalando a mi compañero.
El sepulturero no entendía qué ocurría, los anteriores intentos de otros mercenarios ya habrían acabado para entonces con el gato como vencedor. - ¿pero qué cojones? Están dialogando con el Cait Sith – comentó mientras se notaba nervioso.
Sonreí con la respuesta de Plutón, confirmaba mis expectativas. – Excelente, la respuesta es correcta.
Y si, si aquella historia no fue contada a nadie, quien la recita es el monstruo que la cometió. Claro, el acertijo lo recitó Alexei, así que él es la respuesta, obviamente que la adivinanza la cuente un caníbal me parece más ingenioso. – comenté con una sonrisa victoriosa, que Plutón respondiera bien solo me causaba mayor excitación, incluso si mi vida estaba en juego.
Espero que disfrutases de los trasgos, quizás estás satisfecho de almas, pero te tenemos una propuesta, un desafío. – comenté mientras el gato erguido inclinaba su cabeza de curiosidad.
Como verás hay un cuerpo en el centro del cementerio, es tuyo, una ofrenda. – Con mis manos en mi espalda empecé a pasear por las tumbas con paso lento, el gato estaba aún a varios metros, pero tanto él como yo sabíamos que no sería necesario una confrontación, así que la cautela solo parecía propia del sepulturero que nervioso seguía murmurando.
Pero hay más… resulta que la gente del pueblo le molesta tu presencia. Queremos proponerte un trato… - ¡¿Un trato?! – interrumpió el sepulturero, que nuevamente parecía hablar solo, ya que lo ignoré. – Te proponemos un desafío – retomé mi discurso mientras caminaba entre las lápidas. – si no puedes resolver mi acertijo, te irás de Chrollo y prometerás no volver, sé que me entiendes bien. – el gato asintió orgullosos – y si perdemos, podrás tomar mi alma, la de mi compañero, y seguir viniendo al pueblo para alimentarte, supongo que te interesa un alma de mejor calidad que la de este pueblucho. – dije sonriendo con soberbia.
El gato ante la propuesta dio una pequeña vuelta en su sitio y se acostó, parecía dispuesto a escuchar el desafío. Sus orejas se dilataron en alza para oír mejor mis palabras, estaba dispuesto a participar.
Entiendo, es sencillo: ¿Cómo me llamo? – el sepulturero se estremeció al oír la propuesta. – pero tranquilo, soy justo y cumplo mi palabra. En este cementerio podrás descifrarlo, y cuidado con el orden de las letras, aunque si eres inteligente no será problema…
Saqué un pergamino que había escrito durante el día, todo estaba fríamente calculado.
En este pergamino encontrarás las pistas que deberás contrastar con las lápidas de este cementerio. ¿Sabes leer, no? Si no es el caso te las puedo leer… – el gato soltó un gruñido mostrando sus afilados dientes en señal de sentirse insultado, sabía leer el lenguaje humano. Algunos mitos mantenían que los Cait Sith eran brujas anteriormente, quizás aquellas versiones no fueran equivocadas. – entiendo, asumo que entiendes entonces el alfabeto convencional. Dejaré este pergamino clavado en esta cruz de madera, puedes acercarte y ver, tienes hasta el alba para saber mi nombre.
Me alejé en dirección a mi compañero tras colocar el pergamino en la madera. El juego ya había comenzado.
Por cierto, te daré una clave más, al final de cuentas mi nombre tiene 7 letras, pero no la repetiré, así que presta atención…
El gato se acercó al cartel y lo ojeó con detenimiento.
¿Lo entiendes? – pregunté.
A lo que me ignoró y empezó a revisar las tumbas, a los pocos minutos en el suelo con tus garras dibujó una A. Sonreí al ver que ya tenía una letra acertada. Nuestras vidas estaban en juego, pero incluso así disfrutaba la competencia.
___________________________Cuando ya sus heridas empezaban a ser evidentes y los trasgos empezaban a rodear a mi compañero, corrió siguiendo la pequeña jugarreta que habíamos planificado. Con una risa macabra atrajo a los coléricos trasgos que corrieron tras el humano. Alexei había acabado con muchos de las bestias en su campamento, por lo que cuando corrieron sobre la cuerda no fueron suficiente para tumbar la estructura de piedra, pero igual cayeron estrepitosamente frente al humano y el arbusto donde me encontraba. Con un movimiento rápido finiquitamos el trabajo, ya no había trasgos en el bosque.
Alexei estaba cubierto casi por completo de sangre de las bestias, preferí no hablar mientras el humano siguiera alterado por la batalla. Apilamos el cuerpo de varios trasgos y rocié abundantemente el Elixir de Volarcina(1) para facilitar su traslado. Ahora cada uno de nosotros llevaba el cadáver de al menos 3 trasgos y nos dispusimos a seguir nuestro camino por el bosque hacia la guarida del gato devora almas.
Mi compañero guio la marcha, señalando un lugar en el cual la noche anterior había sentido “que lo observaban”, pero que por la amenaza de las bestias del bosque no había podido estudiar con detenimiento, por lo que terminó dejando la carnada en el sitio donde los trasgos robaron el cuerpo.
Llegado al sitio, la sensación de sentirse observados se hacía evidente, la incomodidad hacía que los vellos del brazo se crisparan. Entre los arbustos y árboles colocamos la pila de cuerpos, muchas almas para hacer la invitación. Según el sepulturero, ya había comido recientemente, pero estaba seguro que tal invitación no la podría rechazar, sobre todo porque no solo le ofrecía comida, sino que le presentaba un reto a aquel animal intelectual fanático de los desafíos mentales.
Alexei empezó a recitar el acertijo en voz alta mientras yo organizaba los cuerpos y con sangre dibujaba unos símbolos en el suelo de tierra. Los dibujos eran sencillos, lapidas de un cementerio, un semicírculo horizontal con un punto en la mitad de la curva que simbolizaba el cenit y la luna creciente que correspondía a la noche siguiente. Con eso podríamos sacar al animal feérico de su guarida y eliminar la amenaza del pueblo de Chrollo. Mañana finalmente veríamos al Cait Sith.
Regresamos al pueblo para descansar y prepararnos. Cuando el crepúsculo se asomaba por la ventana y ya el sol no me supondría problema, le comenté a mi compañero el plan.
En unos pocos minutos iremos al cementerio, confío plenamente en que el Cait habrá aceptado muestra nueva invitación para responder el acertijo. Ahí no lucharemos contra él – señalé mientras preparaba una mochila con objetos, no veía el rostro de Alexei, pero podía suponer que mi plan no le gustaría, ya que evitábamos la confrontación directa. – Admitámoslo, ni tú ni yo contamos con alguna forma de combatir con un gato feérico, ¿acaso el plan sería lanzarnos con una espada tras el animal?, qué idiotez sería… - dije mientras lentamente movía la cabeza en negación de aquella suposición. – Hasta donde sé, es un animal sumamente inteligente, estoy seguro de que si le ganamos en su campo aceptará nuestras condiciones.
Me levanté y miré fijamente a mi compañero. – Le platearemos un desafío, si ganamos el gato se tendrá que ir de Chrollo y prometerá nunca más volver – hice una pausa mientras una sonrisa macabra se dibuja en mis comisuras – si perdemos, le ofreceremos quedarse con nuestras almas.
Partimos hacia el cementerio con mi bolsa llena de objetos para preparar el encuentro.
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Saludos, nuevamente ustedes por aquí – dijo con una sonrisa burlesca – parece que no han tenido suerte con Plutón.
No le respondí el saludo y me dispuse a organizar el desafío que le tenía al gato. Me tomaría varias horas prepararlo todo, mientras tanto, le comenté a mi compañero que colocara el cuerpo de Cletus en un lugar en el centro del cementerio, sería un incentivo extra para el animal devora almas.
Empecé a pasear por el cementerio, tenía información de cada tumba que había recolectado en mis días previos con ayuda de las personas del pueblo y mi primer encuentro con el sepulturero. De mi mochila saqué un frasco de tinta y con mi uña afilada empapada en el líquido negro empecé a escribir en algunas de las lápidas del cementerio. Muchas piedras ya tenían inscripciones, así que en ocasiones solo agregaba información extra. Tenía tiempo para la llegada del gato, así con cuidado preparé las tumbas para iniciar el desafío. Solo me faltaba un detalle, me acerqué al cadáver de Cletus y con la tinta en su frente escribí su nombre.
- Lápidas marcadas:
No entiendo por qué juegan con las tumbas, espero que todos tus escritos desaparezcan. Nadie quiere ver las lápidas violentadas por unos forasteros. – dijo el sepulturero, quien durante toda la preparación cuestionaba mi estrategia.
Durante toda la noche no había respondido al sepulturero, no tenía tiempo para sus preguntas y comentarios. Alexei sabía cuál era su papel en el plan, así que no cuestionó mi conducta. Ambos esperábamos pacientes al gato.
Cuando la luna llegó a su punto más alto, con puntualidad una sombra emergió de los árboles del bosque junto al cementerio. Plutón había llegado. Tal como había descrito era un animal magnífico, su presencia etérea confirmaba su naturaleza. En el cuello del gato negro, una mancha blanca con forma de horca complementaba su apariencia espeluznante.
Saludos Plutón – recibí al Cait Sith quien se desplazaba con soltura como si flotara acercándose al cementerio sin dejar de observarnos con aquellos ojos brillantes.
Ahora mi compañero repetirá el acertijo que te recitamos ayer, espero que sepas la respuesta. – me sentía emocionado por aquel encuentro, confiaba plenamente en la capacidad intelectual de aquel ser. Quería que supusiera un reto real a un desafío intelectual, quería competir haciendo uso de mi talento de erudito contra alguien de nivel.
Alexei pronunció las palabras, recordaba con exactitud el enigma. El gato se sentó a escuchar al humano y cuando terminó alzó su pata señalando a mi compañero.
El sepulturero no entendía qué ocurría, los anteriores intentos de otros mercenarios ya habrían acabado para entonces con el gato como vencedor. - ¿pero qué cojones? Están dialogando con el Cait Sith – comentó mientras se notaba nervioso.
Sonreí con la respuesta de Plutón, confirmaba mis expectativas. – Excelente, la respuesta es correcta.
Dos hombres se adentraron en un bosque, uno grande y fuerte, el otro débil y pequeño.
Los hombres se perdieron, y después de caminar durante días, víctimas de la desesperación y del hambre…
El hombre grande mató al pequeño, y se lo comió - Ñam Ñam –
No le dio a nadie, no dejó restos...
Y cuando regresó a la civilización nunca dijo lo que ocurrió…
¿Quién fue este terrible monstruo? …
Los hombres se perdieron, y después de caminar durante días, víctimas de la desesperación y del hambre…
El hombre grande mató al pequeño, y se lo comió - Ñam Ñam –
No le dio a nadie, no dejó restos...
Y cuando regresó a la civilización nunca dijo lo que ocurrió…
¿Quién fue este terrible monstruo? …
Y si, si aquella historia no fue contada a nadie, quien la recita es el monstruo que la cometió. Claro, el acertijo lo recitó Alexei, así que él es la respuesta, obviamente que la adivinanza la cuente un caníbal me parece más ingenioso. – comenté con una sonrisa victoriosa, que Plutón respondiera bien solo me causaba mayor excitación, incluso si mi vida estaba en juego.
Espero que disfrutases de los trasgos, quizás estás satisfecho de almas, pero te tenemos una propuesta, un desafío. – comenté mientras el gato erguido inclinaba su cabeza de curiosidad.
Como verás hay un cuerpo en el centro del cementerio, es tuyo, una ofrenda. – Con mis manos en mi espalda empecé a pasear por las tumbas con paso lento, el gato estaba aún a varios metros, pero tanto él como yo sabíamos que no sería necesario una confrontación, así que la cautela solo parecía propia del sepulturero que nervioso seguía murmurando.
Pero hay más… resulta que la gente del pueblo le molesta tu presencia. Queremos proponerte un trato… - ¡¿Un trato?! – interrumpió el sepulturero, que nuevamente parecía hablar solo, ya que lo ignoré. – Te proponemos un desafío – retomé mi discurso mientras caminaba entre las lápidas. – si no puedes resolver mi acertijo, te irás de Chrollo y prometerás no volver, sé que me entiendes bien. – el gato asintió orgullosos – y si perdemos, podrás tomar mi alma, la de mi compañero, y seguir viniendo al pueblo para alimentarte, supongo que te interesa un alma de mejor calidad que la de este pueblucho. – dije sonriendo con soberbia.
El gato ante la propuesta dio una pequeña vuelta en su sitio y se acostó, parecía dispuesto a escuchar el desafío. Sus orejas se dilataron en alza para oír mejor mis palabras, estaba dispuesto a participar.
Entiendo, es sencillo: ¿Cómo me llamo? – el sepulturero se estremeció al oír la propuesta. – pero tranquilo, soy justo y cumplo mi palabra. En este cementerio podrás descifrarlo, y cuidado con el orden de las letras, aunque si eres inteligente no será problema…
Saqué un pergamino que había escrito durante el día, todo estaba fríamente calculado.
En este pergamino encontrarás las pistas que deberás contrastar con las lápidas de este cementerio. ¿Sabes leer, no? Si no es el caso te las puedo leer… – el gato soltó un gruñido mostrando sus afilados dientes en señal de sentirse insultado, sabía leer el lenguaje humano. Algunos mitos mantenían que los Cait Sith eran brujas anteriormente, quizás aquellas versiones no fueran equivocadas. – entiendo, asumo que entiendes entonces el alfabeto convencional. Dejaré este pergamino clavado en esta cruz de madera, puedes acercarte y ver, tienes hasta el alba para saber mi nombre.
Me alejé en dirección a mi compañero tras colocar el pergamino en la madera. El juego ya había comenzado.
- Pergamino:
Trágicamente murió cuando su segundo hijo quiso venir al mundo. La alegría duró poco, pues un cajón pequeño la acompaña donde ahora duerme. Si encuentras la criatura matricida encontrarás que no tiene nombre, quizás te toque a ti darle uno. Si escoges bien, con el comienzo tendrás otra letra de mi nombre.
Busca la vocal que más se repite dónde estás, quizás allí encontrarás la ocupa el quinto lugar.
El tonto del pueblo, si bien no era brillante, era querido. El detalle es que tenía un problema importante, la lengua le traicionaba y se burlaban de él diciéndole “di perro, di carreta”, lo peor es que su nombre justo comenzaba con su debilidad.
Una familia trabajadora con tres hijos, el mayor panadero, el del medio carpintero y el menor un humilde herrero. El problema es cuando tres hermanos se enamoran de una misma dama. Para el mayor ella era como la Guinda del pastel, para el del medio ella era la Gloria de oler la madera recién talada, para el menor ella era como la Gema más preciada, pero lo que se repite fue la perdición cuando se enfrentaron, y quien pagó fue ella...
Busca al pobre desgraciado que murió por mi mano, nadie lo recordará, así que no sientas lástima. En él encontrarás una contradicción, ambos compartimos el final ¿Por qué entonces yo sigo vivo?
El orgullo de Chrollo, lastimosamente el final le llegó cuando aun cuando no era el final, quien diría que la herradura de un caballo sería la causa de su muerte, quizás en tu caso sea la respuesta.
Por cierto, te daré una clave más, al final de cuentas mi nombre tiene 7 letras, pero no la repetiré, así que presta atención…
La última letra será la primera, una tumba a la que no le da el sol, es la presentación del anfitrión.
El gato se acercó al cartel y lo ojeó con detenimiento.
¿Lo entiendes? – pregunté.
A lo que me ignoró y empezó a revisar las tumbas, a los pocos minutos en el suelo con tus garras dibujó una A. Sonreí al ver que ya tenía una letra acertada. Nuestras vidas estaban en juego, pero incluso así disfrutaba la competencia.
Off
(1) Volarcina: [Elixir, Limitado, 2 usos] Esencia a base de raíz de volarce. Al rociar abundantemente con ella un objeto, disminuirá su peso a la mitad, facilitando su transporte. El efecto dura hasta dos rondas.
- Respuesta del desafío :
- La última letra será la primera, una tumba a la que no le da el sol, es la presentación del anfitrión: La ultima letra del alfabeto es la Z y va de primero en mi nombre, el anfitrión vampiro.
Trágicamente murió cuando su segundo hijo quiso venir al mundo. La alegría duró poco, pues un cajón pequeño la acompaña donde ahora duerme. Si encuentras la criatura matricida encontrarás que no tiene nombre, quizás te toque a ti darle uno. Si escoges bien, con el comienzo tendrás otra letra de mi nombre: La segunda letra es la A, el nombre que se adecua al neo nato es Ángel. Se describe la necesidad de volar al cielo con Angela su madre, además si bien se indica que es el segundo hijo en apellido de la madre también arroja información sobre el lugar que ocupa.
Una familia trabajadora con tres hijos, el mayor panadero, el del medio carpintero y el menor un humilde herrero. El problema es cuando tres hermanos se enamoran de una misma dama. Para el mayor ella era como Guinda del pastel, para el del medio ella era la Gloria de oler la madera recién talada, para el menor ella era como la Gema más preciada, pero lo que se repite fue la perdición cuando se enfrentaron...: Las mayúsculas en la clave y el nombre de la bella dama muestran la G, destacando el lugar al hablar de los tres hijos.
El tonto del pueblo, si bien no era brillante, era querido. El detalle es que tenía un problema importante, la lengua le traicionaba y se burlaban de él diciéndole “di perro, di carreta, di cuatro”, lo peor es que su nombre justo comenzaba con su debilidad: La R del pobre Rigoberto que no podía ni pronunciarla.
Busca la vocal que más se repite dónde estás, quizás allí encontrarás la ocupa el quinto lugar: Se está en un cementerio, por lo que se repite la E.
El orgullo de Chrollo, lastimosamente el final le llegó cuando aun cuando no era el final, quien diría que la herradura de un caballo sería la causa de su muerte, quizás en tu caso sea la respuesta. El caballo de Odiseo perdió su herradura, la forma de U es la respuesta.
Busca al pobre desgraciado que murió por mi mano, nadie lo recordará, así que no sientas lástima. En él encontrarás una contradicción, ambos compartimos el final ¿Por qué entonces yo sigo vivo?: Si bien asesiné al pobre Cletus, compartimos el final, la S.
Última edición por Zagreus el Dom Oct 02 2022, 01:37, editado 1 vez (Razón : Estética)
Zagreus
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Re: El gato negro [Trabajo, +18]
Sin dejar de gruñirle a las bestias hizo una mueca cuando noto que no eran suficientes bestias para activar la trampa de Zagreus por suerte el hombre fue rápido para liquidar con las bestias dándole tiempo para recuperarse en el suelo, estaba bañado en la sangre de sus enemigos, cerró los ojos disfrutando un momento de la sensación de salir vivo, de la adrenalina que lo inundaba tras las batallas.
Con su sonrisa aun adornando su rostro pero solo un poco más calmado se usó en pie, una vez que noto al hombre fino apilando los cueros, lo mejor sería seguir su ejemplo. No quería que al final decidiera también era una buena ofrenda para el Cait Sith. Observo como Zagreus bañaba los cuerpos de los trasgos en una especie de poción, mientras el hacía eso tomo la soga que quedaba de la trampa quitándola para poder amarrar los cuerpos en pilas de tres así aparte de que no pesarían tanto no se les caería alguno en el camino por el cual tuvieran que volver después, no tenía ánimos de caminar de regreso por que perdió una de las ofrendas.
Se amarro su propia pila como si fuera una mochila aprovechando que no pesa de esa forma no le estorbarían en la espalda, esta debía ser la mochila más apestosa y fea que se consiguió.
El blandengue por ahora parecía estar callado, lo que era una buena noticia, no necesitaba su irritante vocecita parloteando dentro de su cabeza. Una vez que su socio estuvo listo emprendió el camino hacia aquel lugar donde recordaba haber dejado el cuerpo como ofrenda tras decir el acertijo.
No estaba seguro si era por el hedor de las bestias, por su propio aspecto salvaje por la sangre rodeando su cuerpo y ropas o si su compañero era simplemente así de silencioso; por el momento Zagreus no actuó en su contra, pero no podía fiarse del todo de una persona que apenas conocía, sobre todo cuando esta persona tenía un olor extraño que recordaba era parecido de una batalla anterior donde acompaño a su buen amigo Ben, lo mejor sería dejar ese pensamiento en el fondo, pero mantenerse alerta a cualquier situación, después de todo su abuelo siempre decía que los tranquilos y silenciosos suelen ser los hombres más peligrosos o ¿era un hombre que no tiene nada qué perder era el más peligroso? No estaba seguro pero estaría en alerta a cualquier situación.
No pudo evitar estremecerse un poco ante la sensación de ser observado de nuevo, la diferencia que esta vez tenían el tiempo suficiente para preparar la carnada, siguiendo el ejemplo de su compañero de juego coloco los arbustos y árboles, su compañero tenía una extraña mirada de emoción, ahora que lo meditaba parecía ser del tipo intelectual, probablemente estaba disfrutando el desafío como el disfruto la batalla.
Esperaba que la noche y el desafío fuera algo que el también disfrutara, quizás al terminar esta tarea podría considerar que tenía un amigo propio y no un amigo del blandengue, eso era algo que le gustaría, volviendo a su tarea recordando el acertijo que su socio preparo especialmente para él, empezó a recitarlo en voz alta y clara sin dejarse ver demasiado emocionado al respecto, teniendo presente que no debía decir la respuesta.
Mientras recitaba por segunda vez el acertijo noto que Zagreus estaba disponiendo en un orden diferente los cuerpos, mientras dibujaba algo en el suelo ¿Serian runas acaso? ¿Iba a realizar algún tipo de magia? Siguió observando de reojo intrigado, sin dejar de prestar atención a los alrededores por cualquier posible amenaza que pudiera surgir.
Se preguntaba si tal como veía a su amigo elegante era como se vería un niño en una feria por primera vez, definitivamente está disfrutando este reto intelectual. Se rio un poco mientras se dirigía al camino que llevaba al pueblo esperando que terminara de dibujar lo que sea que estuviera diseñando para el felino.
Parecía que el silencio era algo normal en las caminatas, estaba bien para él, sin ruidos dentro de su cabeza sin ruidos afuera, eso le permitía disfrutar y analizar todo lo extraño que ha sido esta aventura en este pequeño pueblo, al menos valió la pena perder de nuevo la caravana, encontró gente que apreciaba el arte, buena comida y un trabajo interesante, lo mejor de todo un segundo compañero que no se quejaba de sus hábitos alimenticios. Si tenía aún más suerte ¿Podría incluso intentar disuadirlo a probar su dieta? O al menos una parte.
Sin darse cuenta estaban de nuevo de regreso en el pueblo justo en la pequeña casa que el extraño sepulturero les presto. Por hábito antes de relajarse reviso que nadie más estuviera en el lugar, cerró las ventanas para que el lugar se oscureciera recordando que el día anterior a su compañero parecía gustarle que hubiera poca luz, imagino que era al menos una cortesía pequeña por ayudarlo a liquidar con las bestias cuando él estaba tendido en el suelo.
Su cuerpo estaba agotado de liberar su modo más bestial una noche o día de sueño era lo que necesitaba, sin dejar que se tocara algún otro tema se fue directo a la cama que uso la vez anterior, necesitaba el descanso para que sus músculos dejaran de sentirse adormilados y entumecidos, además tenía heridas que revisar.
Su ropa se veía increíble con las manchas de sangre y en vista el buen gusto que tenían en este pueblo decidió dejar la ropa así, limpio y curo toscamente sus heridas como solía hacerlo, antes de caer rendido.
Tras su merecido descanso se encontró de nuevo con su compañero en lo que parecía ser la única mesa de la casa, mientras afilaba su cuchillo y luego su espada, dándose cuenta que la noche anterior perdió todas las puntas extras que consiguió de la gente del pueblo, debería de empezar a cargar el mismo pedacera de metal y puntas de flecha, nunca se sabe cuándo podrías necesitarlas.
Cuando justo término de afilar, y limpiar sus armas, así como de revisar el escudo que le habían obsequiado Zagreus comenzó a indicarle el plan de esta noche.
Bueno era interesante escuchar que no esperaba que el gato opusiera resistencia alguna y que de buena gana se fuera a limitar a solo contestar el acertijo, él estaba sumamente más intrigado en poder preguntarle al gato algunas de sus propias dudas respecto a las historias que escucho en su niñez. Quizás su amigo no era tan listo como pensó y estaba siendo insensato.
Estaba torciendo la cara ante todo este plan, sin sangre, sin batalla solo sentarse a esperar a que la criatura respondiera. Cuando iba a replicar su compañero lo desarmo completamente con su argumento. Era cierto ¿Cómo pensaban acaso que iban a enfrentarse a un ser feérico? La verdad es que no lo pensó, el blandengue probablemente hablaría algo de intentar dialogar con él, tal como pensaba hacer Zagreus. Además aunque tuviera sus propias dudas para el animal, el mismo pensó que encontrarían una forma de cazarlo, atraparlo en una jaula y quizás liberarlo muy lejos… bueno eso si era demasiado irrealista.
Respiro de forma que sonó más que un bufido animal, no estaba molesto, solo estaba viendo que fue muy iluso al pensar en que podrían enfrentarse a la criatura, Zagreus tenía razón la criatura era un ser sumamente inteligente, lo mejor sería seguir con el plan de su socio.
-Estamos de acuerdo con tu plan, hasta ahora todos han resultado viables- menciono dándose cuenta que el blandengue mismo opino. –No puedo negar que hasta ahora tu astucia nos ha ayudado bastante para esta tarea, seguiré confiando en tus planes para que ganemos esta batalla con tu ingenió, supongo que seguiré de momento proporcionando la fuerza bruta- dijo mientras se dirigía a lo que parecía la cocina
Esta conversación le puso ansioso, si ¿Qué podía ofrecer el para esta batalla? Su fuerza, su bestialidad, s realmente estaba siendo más una mula de carga, un peón, pero este hombre le dejo comer su manjar sin quejas, sin caras, le ofreció una batalla interesante, sin criticas ni protestas, sin intentar aun atacarlo por la espalda y librarse de él.
Gruño mientras pensaba, al mismo tiempo que revisaba la cocina en busca de más cuchillos, encontró unas tres piezas de lo que parecía una versión de su cuchillo de carnicero o una daga, no estaba seguro, pero decidió guardárselos entre la ropa. No, no estaba robando solo era un préstamo temporal por si acaso.
Era un ludópata por los dioses no un cleptómano, en caso de perderlos o dañarlos se los pagaría al sepulturero, hizo una mueca al darse cuenta que invoco a los dioses por algo tan sencillo, no debería permitir que eso se hiciera una costumbre.
Sin duda que Zagreus lo alcanzara mientras guardaba los nuevos utensilios punzo cortantes entre su ropa le sorprendió un poco, sobre todo la emoción que tenía al hablar de ganar el desafío. Observo la sonrisa y tras escuchar que le iban a ofrecer sus almas si perdían no pudo evitar estallar en una carcajada. –Prefiero convertirme en el criado de la criatura y traerle cuerpos recién cazados que darle mi alma, al menos puedo decir que mi amo es más inteligente que mi nuevo socio y podría mantener mi dieta.-
A su compañero no pareció importarle la sonrisa no se quitó de su rostro y el mismo sonrió de la misma forma macabra –Eres interesante Zagreus si tus planes incluyen alimentos y batallas como esta, por favor no dudes en contar con mi apoyo en el futuro, el tiempo contigo sin duda no será aburrido- menciono emocionado.
Sin más charla salieron rumbo al cementerio. De alguna forma esta vez se sentía mal preparado en consideración de la noche anterior, pero bueno solo estarían delante de un gato…un gato feérico ¿Qué podría salir mal? No quito lo ojos de encima del sepulturero una vez que llegaron, si bien el hombre fue amable con ellos, no se quitaba de la cabeza todas las cosas extrañas que encontró en la extraña habitación debajo de la casa del cementerio, algo en su mente probablemente era el blandengue que estaba asustado, pero esa voz en su mente le decía que tenía que ser cuidadoso con este hombre.
Ignorando las palabras del hombre, decidió seguir las indicaciones de su socio y recuperar el cuerpo de Cletus de donde lo guardo hace dos noches, debería estar aún bien conservado con el clima del lugar, además no es como si el alma afectara el sabor si el cuerpo se descomponía más, aunque bueno él no era experto en el sabor de las almas, solo del sabor de la carne humana.
Su mente se sentía confundida, no se sentía ni completamente Alexei ni completamente Alexander, sin duda un estado que casi nunca se había adentrado, pero era irritante, le causaba una especie de cosquilleo en la piel, lo mejor sería mandar a dormir completamente al blandengue.
Dejo que Zagreus hiciera lo suyo, incluso vio como escribía en el cuerpo del desafortunado de Cletus.
Observo intentando ser paciente todo el proceso de su elegante socio, parecía que entre más se demoraba su compañero más ansioso se ponía el sepulturero, no parecía gustarle que Zagreus estuviera marcando las tumbas, sin dejar de observarle llevo su mano a una de sus nuevas adiciones mientras lo observaba.
-Maldita sea solo cállate, déjalo trabajar o te cortare esa lengua y me la comeré- dijo exasperado cuando su compañero casi terminaba, estaba harto de que el hombre no dejo de quejarse durante todo el proceso.
Esto pareció apaciguarlo de forma momentánea. Aprecio la calma y el silencio de momento yendo situarse junto a su socio. Cerro los ojos mientras esperaba, poniendo atención a todos los ruidos de alrededor, intento calmar su respiración, estaba demasiado ansioso, algo no estaba bien, pero no sabía cuál era la razón para estar tan inquieto. Cuando abrió los ojos de nuevo Plutón, ya se encontraba en el cementerio; sin duda era una criatura imponente, noto la pequeña horca en el cuello del felino, sus ojos mostraban a una criatura de gran intelecto, un ruido proveniente del sepulturero que parecía cada vez más disgustado le hizo quitar la atención de tan magnifica criatura. Quería admíralo por más tiempo y detenimiento esta no sería una experiencia que se repetiría, pero parecía que aquel hombre murmuraba cosas por lo bajo, por lo que su atención debería concentrarse en el hombre enmascarado.
Su atención se desvió de nuevo cuando Zagreus mencionó que tenía que repetir el acertijo lo cual hizo sin dudar por tercera vez en este viaje, no lograba evitar cierta dejar escapar emoción cada vez que lo repetía. Una vez terminando de recitarlo el gato estaba señalando con su pata en mi dirección.
De nuevo esta criatura era realmente inteligente no pudo evitar estallar en otra carcajada, o si, si perdían sin duda tendría al menos un amo interesante; de verdad el gato había respondido correctamente, quizás recito con demasiada emoción el enigma y le dio una pista, no eso era como menospreciar su inteligencia y no haría eso.
Noto el tono de voz del sepulturero, dejo que Zagreus siguiera la discusión con el felino mientras comenzaba a caminar alrededor de las tumbas inquieto, algo estaba sucediendo, ¿Qué escondida este sepulturero? Rodeo un poco para llegar detrás de él sin que lo notara, caminando tan despacio como aleatorio mientras no dejaba de estar atento a su alrededor.
Muerte…casi podría jurar que olía a muerte, no corrección olía a putrefacción, como cuando un cuerpo estaba expuesto al aire y en descomposición, si ese era el olor que estaba llenando el aire ¿Pero de donde carajos estaba viniendo ese olor? ¿Por qué de pronto la piel de todo su cuerpo estaba erizada? No, no era miedo lo que sentía. Era como si su cuerpo que algo estaba sumamente mal.
Giro su cara de lado observando al sepulturero que parecía temblar ante la mención que él era un caníbal, estaba seguro que el mismo se veía demasiado escalofriante.
-Algo viene, este hombre está haciendo algo- escucho la voz del blandengue. Si algo se acercaba podía sentirlo, su propia oscuridad parecía inquieta.
Zagreus seguía jugando un nuevo enigma con el Cait Sith, observo las tumbas, ¿Por qué siempre parecía que había algunas recién excavadas? Estaba seguro que la noche anterior eran menos las que parecían estar frescas o recientes.
Algo habían pasado por alto, necesitaba pensar en que era, el ambiente estaba cambiando rápidamente y el sepulturero no dejaba de murmurar más rápido mientras la luz de la lámpara que cargaba se volvía de un azul más intenso. Parecía mas como si conjurara en lugar de solo susurrar palabras al azar, solo que aun no tenia idea del que.
-Debería de poder estar cerca de los cuerpos para devorar las almas- escucho al blandengue.
-Las tumbas removidas, la falta de viajeros y ladrones en la zona, las personas anteriores que habían huido sin completar el trabajo y probablemente él sabía de los trasgos- menciono contestando al blandengue. Con esto estaba casi seguro el mismo sepulturero estaba ayudando a la criatura de alguna forma para obtener algo. ¿Pero que?
Hizo un rápido repaso mental de los objetos que recordaba haber visto en el sótano de a casa de cementerio, los libros extraños, las cosas colgadas.
-Algo se mueve al fondo detrás de la cabaña- escucho a Alexander, por esta vez estaba agradecido de que el blandengue estuviera aquí lograba concentrase en más cosas a la vez, sin duda de momento podría ver le beneficio de eso, pero no es como si lo quisiera siempre despierto, no dejaba de ser una voz molesta, un poco útil en esta ocasión pero molesta.
Empezó a caminar con cuidado hacia lo que se movía, definitivamente no era nada prudente, pero no creía que fuera bueno que interrumpieran a felino en el desafío que le lanzaron. Se detuvo cuando el aire soplo hacia el llevando consigo un olor fétido, su corazón se aceleró, entre la emoción por una batalla y el miedo a lo que se acercaba.
-Ojala tuviera algo de luz-(1) susurro notando que su escudo se encendía ante aquel comando, sorprendiéndose ya que nunca se le ocurrió que el obsequio que le había dejado su buen amigo Ben le estaría ayudando ahora,apuntando el escudo hacia las sombras que se movían; los vio con claridad, los cuerpos algunos de simples aldeanos, hombres mayores con cuerpos muy desechos algunos otros se veían más frescos y fuertes, seguramente esos habían sido las anteriores personas que intentaron completar el trabajo.
Se giró empezando a correr en dirección al sepulturero. Mientras gritaba a todo pulmón a su compañero. –Zagreus, el sepulturero es un nigromante- apenas termino la oración cuando una especie de hechizo enviado por su nuevo enemigo golpeo en su escudo enviándolo a volar con todo y este en dirección a os muertos. El golpe de la caída fue tan duro que estaba seguro que sus heridas del día anterior se abrieron.
El golpe también le hizo toser un poco, se le escapo brevemente el aire así que jadeo volviendo a llenar sus pulmones, una vez que recupero el aliento se puso de pie con prisa, su respiración se estaba volviendo animal, el maldito sepulturero lo estaba encabronando, primero los engaño, estuvo jugando con ellos, desperdicio sagrados alimentos, profano las almas y cuerpos de los muertos sin justificación alguna, se estaba burlando y engañando a la gente tan agradable que apreciaba el buen arte de este pueblo, pero sobre todo eso lo lanzo por los aires.
Él se encargaría de estas criaturas, esperaba que Zagreus no permitiera que el nigromante interrumpiera al Caith Sith. Si sobrevivía esperaba poder recordar debatir con su socio, si era posible que el felino hubiera sido humano antes…
-Una vez que termine con tus criaturas, te comeré vivo, voy a disfrutar tanto oírte gritar desgraciado.- grito hacia el sepulturero que solamente se burlaba como si no lo creyera posible, estaba tan cabreado que en esta ocasión el cambio no fue gradual, fue de inmediato acompañado de un gruñido animal que salía de su garganta, su cuerpo se ensancho, su respiración cambio completamente, sus ojos se escurecieron, si el enemigo que se acercaba estuviera vivo se hubieran detenido por la vista, pero los muertos no les importaba si su enemigo cambio.(2)
La bestia estaba molesta esta comida olía asquerosa, tan asquerosa que ni el mismo quería llevarse una probada a la boca, probó brevemente la sangre que goteo por su espada después de causar a uno de los cuerpos la escupió al instante enfureciéndose más. Estas criaturas no caían incluso con lo que sería para un vivo una herida mortal, pero seguía moviéndose, acercándose sin muestra de dolor. Sin importar que la espada perforara a la altura del corazón, hígado, garganta, riñones, o algún punto mortal, seguían viniendo por él, las heridas apenas las retrasaban un poco.
Gruño molesto para luego sonreír ante el desafío, “destazar, despedazar” se repetía como mantra en la cabeza de la bestia, si no podía comer estas criaturas se encargaría de que no se pusieran en pie de nuevo, después se dirigiría a donde veía otras dos presas que parecían más comestibles.
Acompañado de un grito asestó un golpe al cuerpo más cercano, este cayó al suelo, un sonrisa torcida acompaño su rostro al notar como deshacerse de sus actuales enemigos.
Con golpes más fuertes y acertados corto piernas y cabezas de los muertos de alrededor, las cabezas que salían volando se aseguraba de aplastarlas con fuerza con su pie, los cuerpos putrefactos y mutilados estaban regados por todo el terreno.
Se giró hacia el ruido que provenía de otro lado, ignoro a la criatura peluda concentrándose en los otros dos que respiraban acercándose a ellos. Aún estaba hambriento…respiro profundo inhalando el aroma de los dos vivos que estaban cerca, su mente todavía estaba en total control por su ira.
Se movió sin hacer ruido, buscando sorprenderlos a ambos.
_________Con su sonrisa aun adornando su rostro pero solo un poco más calmado se usó en pie, una vez que noto al hombre fino apilando los cueros, lo mejor sería seguir su ejemplo. No quería que al final decidiera también era una buena ofrenda para el Cait Sith. Observo como Zagreus bañaba los cuerpos de los trasgos en una especie de poción, mientras el hacía eso tomo la soga que quedaba de la trampa quitándola para poder amarrar los cuerpos en pilas de tres así aparte de que no pesarían tanto no se les caería alguno en el camino por el cual tuvieran que volver después, no tenía ánimos de caminar de regreso por que perdió una de las ofrendas.
Se amarro su propia pila como si fuera una mochila aprovechando que no pesa de esa forma no le estorbarían en la espalda, esta debía ser la mochila más apestosa y fea que se consiguió.
El blandengue por ahora parecía estar callado, lo que era una buena noticia, no necesitaba su irritante vocecita parloteando dentro de su cabeza. Una vez que su socio estuvo listo emprendió el camino hacia aquel lugar donde recordaba haber dejado el cuerpo como ofrenda tras decir el acertijo.
No estaba seguro si era por el hedor de las bestias, por su propio aspecto salvaje por la sangre rodeando su cuerpo y ropas o si su compañero era simplemente así de silencioso; por el momento Zagreus no actuó en su contra, pero no podía fiarse del todo de una persona que apenas conocía, sobre todo cuando esta persona tenía un olor extraño que recordaba era parecido de una batalla anterior donde acompaño a su buen amigo Ben, lo mejor sería dejar ese pensamiento en el fondo, pero mantenerse alerta a cualquier situación, después de todo su abuelo siempre decía que los tranquilos y silenciosos suelen ser los hombres más peligrosos o ¿era un hombre que no tiene nada qué perder era el más peligroso? No estaba seguro pero estaría en alerta a cualquier situación.
No pudo evitar estremecerse un poco ante la sensación de ser observado de nuevo, la diferencia que esta vez tenían el tiempo suficiente para preparar la carnada, siguiendo el ejemplo de su compañero de juego coloco los arbustos y árboles, su compañero tenía una extraña mirada de emoción, ahora que lo meditaba parecía ser del tipo intelectual, probablemente estaba disfrutando el desafío como el disfruto la batalla.
Esperaba que la noche y el desafío fuera algo que el también disfrutara, quizás al terminar esta tarea podría considerar que tenía un amigo propio y no un amigo del blandengue, eso era algo que le gustaría, volviendo a su tarea recordando el acertijo que su socio preparo especialmente para él, empezó a recitarlo en voz alta y clara sin dejarse ver demasiado emocionado al respecto, teniendo presente que no debía decir la respuesta.
Dos hombres se adentraron en un bosque, uno grande y fuerte, el otro débil y pequeño.
Los hombres se perdieron, y después de caminar durante días, víctimas de la desesperación y del hambre…
El hombre grande mató al pequeño, y se lo comió - Ñam Ñam –
No le dio a nadie, no dejó restos...
Y cuando regresó a la civilización nunca dijo lo que ocurrió…
¿Quién fue este terrible monstruo? …
Los hombres se perdieron, y después de caminar durante días, víctimas de la desesperación y del hambre…
El hombre grande mató al pequeño, y se lo comió - Ñam Ñam –
No le dio a nadie, no dejó restos...
Y cuando regresó a la civilización nunca dijo lo que ocurrió…
¿Quién fue este terrible monstruo? …
Mientras recitaba por segunda vez el acertijo noto que Zagreus estaba disponiendo en un orden diferente los cuerpos, mientras dibujaba algo en el suelo ¿Serian runas acaso? ¿Iba a realizar algún tipo de magia? Siguió observando de reojo intrigado, sin dejar de prestar atención a los alrededores por cualquier posible amenaza que pudiera surgir.
Se preguntaba si tal como veía a su amigo elegante era como se vería un niño en una feria por primera vez, definitivamente está disfrutando este reto intelectual. Se rio un poco mientras se dirigía al camino que llevaba al pueblo esperando que terminara de dibujar lo que sea que estuviera diseñando para el felino.
Parecía que el silencio era algo normal en las caminatas, estaba bien para él, sin ruidos dentro de su cabeza sin ruidos afuera, eso le permitía disfrutar y analizar todo lo extraño que ha sido esta aventura en este pequeño pueblo, al menos valió la pena perder de nuevo la caravana, encontró gente que apreciaba el arte, buena comida y un trabajo interesante, lo mejor de todo un segundo compañero que no se quejaba de sus hábitos alimenticios. Si tenía aún más suerte ¿Podría incluso intentar disuadirlo a probar su dieta? O al menos una parte.
Sin darse cuenta estaban de nuevo de regreso en el pueblo justo en la pequeña casa que el extraño sepulturero les presto. Por hábito antes de relajarse reviso que nadie más estuviera en el lugar, cerró las ventanas para que el lugar se oscureciera recordando que el día anterior a su compañero parecía gustarle que hubiera poca luz, imagino que era al menos una cortesía pequeña por ayudarlo a liquidar con las bestias cuando él estaba tendido en el suelo.
Su cuerpo estaba agotado de liberar su modo más bestial una noche o día de sueño era lo que necesitaba, sin dejar que se tocara algún otro tema se fue directo a la cama que uso la vez anterior, necesitaba el descanso para que sus músculos dejaran de sentirse adormilados y entumecidos, además tenía heridas que revisar.
Su ropa se veía increíble con las manchas de sangre y en vista el buen gusto que tenían en este pueblo decidió dejar la ropa así, limpio y curo toscamente sus heridas como solía hacerlo, antes de caer rendido.
Tras su merecido descanso se encontró de nuevo con su compañero en lo que parecía ser la única mesa de la casa, mientras afilaba su cuchillo y luego su espada, dándose cuenta que la noche anterior perdió todas las puntas extras que consiguió de la gente del pueblo, debería de empezar a cargar el mismo pedacera de metal y puntas de flecha, nunca se sabe cuándo podrías necesitarlas.
Cuando justo término de afilar, y limpiar sus armas, así como de revisar el escudo que le habían obsequiado Zagreus comenzó a indicarle el plan de esta noche.
Bueno era interesante escuchar que no esperaba que el gato opusiera resistencia alguna y que de buena gana se fuera a limitar a solo contestar el acertijo, él estaba sumamente más intrigado en poder preguntarle al gato algunas de sus propias dudas respecto a las historias que escucho en su niñez. Quizás su amigo no era tan listo como pensó y estaba siendo insensato.
Estaba torciendo la cara ante todo este plan, sin sangre, sin batalla solo sentarse a esperar a que la criatura respondiera. Cuando iba a replicar su compañero lo desarmo completamente con su argumento. Era cierto ¿Cómo pensaban acaso que iban a enfrentarse a un ser feérico? La verdad es que no lo pensó, el blandengue probablemente hablaría algo de intentar dialogar con él, tal como pensaba hacer Zagreus. Además aunque tuviera sus propias dudas para el animal, el mismo pensó que encontrarían una forma de cazarlo, atraparlo en una jaula y quizás liberarlo muy lejos… bueno eso si era demasiado irrealista.
Respiro de forma que sonó más que un bufido animal, no estaba molesto, solo estaba viendo que fue muy iluso al pensar en que podrían enfrentarse a la criatura, Zagreus tenía razón la criatura era un ser sumamente inteligente, lo mejor sería seguir con el plan de su socio.
-Estamos de acuerdo con tu plan, hasta ahora todos han resultado viables- menciono dándose cuenta que el blandengue mismo opino. –No puedo negar que hasta ahora tu astucia nos ha ayudado bastante para esta tarea, seguiré confiando en tus planes para que ganemos esta batalla con tu ingenió, supongo que seguiré de momento proporcionando la fuerza bruta- dijo mientras se dirigía a lo que parecía la cocina
Esta conversación le puso ansioso, si ¿Qué podía ofrecer el para esta batalla? Su fuerza, su bestialidad, s realmente estaba siendo más una mula de carga, un peón, pero este hombre le dejo comer su manjar sin quejas, sin caras, le ofreció una batalla interesante, sin criticas ni protestas, sin intentar aun atacarlo por la espalda y librarse de él.
Gruño mientras pensaba, al mismo tiempo que revisaba la cocina en busca de más cuchillos, encontró unas tres piezas de lo que parecía una versión de su cuchillo de carnicero o una daga, no estaba seguro, pero decidió guardárselos entre la ropa. No, no estaba robando solo era un préstamo temporal por si acaso.
Era un ludópata por los dioses no un cleptómano, en caso de perderlos o dañarlos se los pagaría al sepulturero, hizo una mueca al darse cuenta que invoco a los dioses por algo tan sencillo, no debería permitir que eso se hiciera una costumbre.
Sin duda que Zagreus lo alcanzara mientras guardaba los nuevos utensilios punzo cortantes entre su ropa le sorprendió un poco, sobre todo la emoción que tenía al hablar de ganar el desafío. Observo la sonrisa y tras escuchar que le iban a ofrecer sus almas si perdían no pudo evitar estallar en una carcajada. –Prefiero convertirme en el criado de la criatura y traerle cuerpos recién cazados que darle mi alma, al menos puedo decir que mi amo es más inteligente que mi nuevo socio y podría mantener mi dieta.-
A su compañero no pareció importarle la sonrisa no se quitó de su rostro y el mismo sonrió de la misma forma macabra –Eres interesante Zagreus si tus planes incluyen alimentos y batallas como esta, por favor no dudes en contar con mi apoyo en el futuro, el tiempo contigo sin duda no será aburrido- menciono emocionado.
Sin más charla salieron rumbo al cementerio. De alguna forma esta vez se sentía mal preparado en consideración de la noche anterior, pero bueno solo estarían delante de un gato…un gato feérico ¿Qué podría salir mal? No quito lo ojos de encima del sepulturero una vez que llegaron, si bien el hombre fue amable con ellos, no se quitaba de la cabeza todas las cosas extrañas que encontró en la extraña habitación debajo de la casa del cementerio, algo en su mente probablemente era el blandengue que estaba asustado, pero esa voz en su mente le decía que tenía que ser cuidadoso con este hombre.
Ignorando las palabras del hombre, decidió seguir las indicaciones de su socio y recuperar el cuerpo de Cletus de donde lo guardo hace dos noches, debería estar aún bien conservado con el clima del lugar, además no es como si el alma afectara el sabor si el cuerpo se descomponía más, aunque bueno él no era experto en el sabor de las almas, solo del sabor de la carne humana.
Su mente se sentía confundida, no se sentía ni completamente Alexei ni completamente Alexander, sin duda un estado que casi nunca se había adentrado, pero era irritante, le causaba una especie de cosquilleo en la piel, lo mejor sería mandar a dormir completamente al blandengue.
Dejo que Zagreus hiciera lo suyo, incluso vio como escribía en el cuerpo del desafortunado de Cletus.
Observo intentando ser paciente todo el proceso de su elegante socio, parecía que entre más se demoraba su compañero más ansioso se ponía el sepulturero, no parecía gustarle que Zagreus estuviera marcando las tumbas, sin dejar de observarle llevo su mano a una de sus nuevas adiciones mientras lo observaba.
-Maldita sea solo cállate, déjalo trabajar o te cortare esa lengua y me la comeré- dijo exasperado cuando su compañero casi terminaba, estaba harto de que el hombre no dejo de quejarse durante todo el proceso.
Esto pareció apaciguarlo de forma momentánea. Aprecio la calma y el silencio de momento yendo situarse junto a su socio. Cerro los ojos mientras esperaba, poniendo atención a todos los ruidos de alrededor, intento calmar su respiración, estaba demasiado ansioso, algo no estaba bien, pero no sabía cuál era la razón para estar tan inquieto. Cuando abrió los ojos de nuevo Plutón, ya se encontraba en el cementerio; sin duda era una criatura imponente, noto la pequeña horca en el cuello del felino, sus ojos mostraban a una criatura de gran intelecto, un ruido proveniente del sepulturero que parecía cada vez más disgustado le hizo quitar la atención de tan magnifica criatura. Quería admíralo por más tiempo y detenimiento esta no sería una experiencia que se repetiría, pero parecía que aquel hombre murmuraba cosas por lo bajo, por lo que su atención debería concentrarse en el hombre enmascarado.
Su atención se desvió de nuevo cuando Zagreus mencionó que tenía que repetir el acertijo lo cual hizo sin dudar por tercera vez en este viaje, no lograba evitar cierta dejar escapar emoción cada vez que lo repetía. Una vez terminando de recitarlo el gato estaba señalando con su pata en mi dirección.
De nuevo esta criatura era realmente inteligente no pudo evitar estallar en otra carcajada, o si, si perdían sin duda tendría al menos un amo interesante; de verdad el gato había respondido correctamente, quizás recito con demasiada emoción el enigma y le dio una pista, no eso era como menospreciar su inteligencia y no haría eso.
Noto el tono de voz del sepulturero, dejo que Zagreus siguiera la discusión con el felino mientras comenzaba a caminar alrededor de las tumbas inquieto, algo estaba sucediendo, ¿Qué escondida este sepulturero? Rodeo un poco para llegar detrás de él sin que lo notara, caminando tan despacio como aleatorio mientras no dejaba de estar atento a su alrededor.
Muerte…casi podría jurar que olía a muerte, no corrección olía a putrefacción, como cuando un cuerpo estaba expuesto al aire y en descomposición, si ese era el olor que estaba llenando el aire ¿Pero de donde carajos estaba viniendo ese olor? ¿Por qué de pronto la piel de todo su cuerpo estaba erizada? No, no era miedo lo que sentía. Era como si su cuerpo que algo estaba sumamente mal.
Giro su cara de lado observando al sepulturero que parecía temblar ante la mención que él era un caníbal, estaba seguro que el mismo se veía demasiado escalofriante.
-Algo viene, este hombre está haciendo algo- escucho la voz del blandengue. Si algo se acercaba podía sentirlo, su propia oscuridad parecía inquieta.
Zagreus seguía jugando un nuevo enigma con el Cait Sith, observo las tumbas, ¿Por qué siempre parecía que había algunas recién excavadas? Estaba seguro que la noche anterior eran menos las que parecían estar frescas o recientes.
Algo habían pasado por alto, necesitaba pensar en que era, el ambiente estaba cambiando rápidamente y el sepulturero no dejaba de murmurar más rápido mientras la luz de la lámpara que cargaba se volvía de un azul más intenso. Parecía mas como si conjurara en lugar de solo susurrar palabras al azar, solo que aun no tenia idea del que.
-Debería de poder estar cerca de los cuerpos para devorar las almas- escucho al blandengue.
-Las tumbas removidas, la falta de viajeros y ladrones en la zona, las personas anteriores que habían huido sin completar el trabajo y probablemente él sabía de los trasgos- menciono contestando al blandengue. Con esto estaba casi seguro el mismo sepulturero estaba ayudando a la criatura de alguna forma para obtener algo. ¿Pero que?
Hizo un rápido repaso mental de los objetos que recordaba haber visto en el sótano de a casa de cementerio, los libros extraños, las cosas colgadas.
-Algo se mueve al fondo detrás de la cabaña- escucho a Alexander, por esta vez estaba agradecido de que el blandengue estuviera aquí lograba concentrase en más cosas a la vez, sin duda de momento podría ver le beneficio de eso, pero no es como si lo quisiera siempre despierto, no dejaba de ser una voz molesta, un poco útil en esta ocasión pero molesta.
Empezó a caminar con cuidado hacia lo que se movía, definitivamente no era nada prudente, pero no creía que fuera bueno que interrumpieran a felino en el desafío que le lanzaron. Se detuvo cuando el aire soplo hacia el llevando consigo un olor fétido, su corazón se aceleró, entre la emoción por una batalla y el miedo a lo que se acercaba.
-Ojala tuviera algo de luz-(1) susurro notando que su escudo se encendía ante aquel comando, sorprendiéndose ya que nunca se le ocurrió que el obsequio que le había dejado su buen amigo Ben le estaría ayudando ahora,apuntando el escudo hacia las sombras que se movían; los vio con claridad, los cuerpos algunos de simples aldeanos, hombres mayores con cuerpos muy desechos algunos otros se veían más frescos y fuertes, seguramente esos habían sido las anteriores personas que intentaron completar el trabajo.
Se giró empezando a correr en dirección al sepulturero. Mientras gritaba a todo pulmón a su compañero. –Zagreus, el sepulturero es un nigromante- apenas termino la oración cuando una especie de hechizo enviado por su nuevo enemigo golpeo en su escudo enviándolo a volar con todo y este en dirección a os muertos. El golpe de la caída fue tan duro que estaba seguro que sus heridas del día anterior se abrieron.
El golpe también le hizo toser un poco, se le escapo brevemente el aire así que jadeo volviendo a llenar sus pulmones, una vez que recupero el aliento se puso de pie con prisa, su respiración se estaba volviendo animal, el maldito sepulturero lo estaba encabronando, primero los engaño, estuvo jugando con ellos, desperdicio sagrados alimentos, profano las almas y cuerpos de los muertos sin justificación alguna, se estaba burlando y engañando a la gente tan agradable que apreciaba el buen arte de este pueblo, pero sobre todo eso lo lanzo por los aires.
Él se encargaría de estas criaturas, esperaba que Zagreus no permitiera que el nigromante interrumpiera al Caith Sith. Si sobrevivía esperaba poder recordar debatir con su socio, si era posible que el felino hubiera sido humano antes…
-Una vez que termine con tus criaturas, te comeré vivo, voy a disfrutar tanto oírte gritar desgraciado.- grito hacia el sepulturero que solamente se burlaba como si no lo creyera posible, estaba tan cabreado que en esta ocasión el cambio no fue gradual, fue de inmediato acompañado de un gruñido animal que salía de su garganta, su cuerpo se ensancho, su respiración cambio completamente, sus ojos se escurecieron, si el enemigo que se acercaba estuviera vivo se hubieran detenido por la vista, pero los muertos no les importaba si su enemigo cambio.(2)
La bestia estaba molesta esta comida olía asquerosa, tan asquerosa que ni el mismo quería llevarse una probada a la boca, probó brevemente la sangre que goteo por su espada después de causar a uno de los cuerpos la escupió al instante enfureciéndose más. Estas criaturas no caían incluso con lo que sería para un vivo una herida mortal, pero seguía moviéndose, acercándose sin muestra de dolor. Sin importar que la espada perforara a la altura del corazón, hígado, garganta, riñones, o algún punto mortal, seguían viniendo por él, las heridas apenas las retrasaban un poco.
Gruño molesto para luego sonreír ante el desafío, “destazar, despedazar” se repetía como mantra en la cabeza de la bestia, si no podía comer estas criaturas se encargaría de que no se pusieran en pie de nuevo, después se dirigiría a donde veía otras dos presas que parecían más comestibles.
Acompañado de un grito asestó un golpe al cuerpo más cercano, este cayó al suelo, un sonrisa torcida acompaño su rostro al notar como deshacerse de sus actuales enemigos.
Con golpes más fuertes y acertados corto piernas y cabezas de los muertos de alrededor, las cabezas que salían volando se aseguraba de aplastarlas con fuerza con su pie, los cuerpos putrefactos y mutilados estaban regados por todo el terreno.
Se giró hacia el ruido que provenía de otro lado, ignoro a la criatura peluda concentrándose en los otros dos que respiraban acercándose a ellos. Aún estaba hambriento…respiro profundo inhalando el aroma de los dos vivos que estaban cerca, su mente todavía estaba en total control por su ira.
Se movió sin hacer ruido, buscando sorprenderlos a ambos.
Off
(1) Escudo de Madera:
Escudo de una vara de diámetro regalo de Sango, está compuesto a partir de tablas de madera de fresno tratado reforzado con cuero tachonado para compactar y dar cuerpo y estructura al escudo. En la parte posterior lleva un umbo metálico para proteger la mano. En la anterior, una empuñadura compuesta de una vara que hace las veces de empuñadura y elemento de refuerzo para las tablas.
Hecho por Elian: El escudo posee un encantamiento - Fuente de Luz: El objeto encantado emitirá luz o dejará de hacerlo según una orden verbal de su portador. Esta luz ilumina un radio de 30 metros.
(2) Segunda Complicación: Mientras están preparando el desafío final del Caith Sith descubren que el sepulturero es un nigromante al que tienen que enfrentar junto con su ejercito de muertos vivientes de la mayoría de aventureros o habitantes del pueblo que pasaron por los alrededores.
(3)Habilidad de nivel 0 Berseker:
Su fuerza se duplica mientras se lanza al combate con furia ciega, casi en trance psicótico desconociendo a amigo de enemigo, es insensible al dolor durante este estado.
[1 turnos] [2 usos] (Segundo Uso)
Última edición por Alexander Kraz el Miér Nov 30 2022, 03:33, editado 8 veces
Alexander Kraz
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Re: El gato negro [Trabajo, +18]
Con suma atención vigilaba al gato pasear por las tumbas y volver para ir escribiendo con decisión las letras de mi nombre. Sin embargo, ya faltando solo dos letras, su duda empezó a hacerse evidente. Leía y releía los epitafios alterados de las tumbas y no terminaba de responder. Los minutos pasaban y en mi rostro la sensación de victoria se iba haciendo papable.
Mientras esperaba paciente el desarrollo del juego, el sepulturero murmuraba fastidiado lo que esa noche ocurría. No alcanzaba a escuchar sus palabras, pero me resultaban incómodas. Procuré no prestarle atención, ya que sabía que el anciano estaba irritado, no obstante, mi socio si se interesó por callar sus susurros.
Obvie la situación centrándome en Plutón. Sin embargo, mi atención cambio drásticamente cuando Alexei gritó una nueva complicación. Muertos andantes caminaban hacia nuestra posición, era la obra de un nigromante, el sepulturero.
¡No puedo dejar que ustedes frustren mis planes! – gritó el hombre con máscara de ave mientras adoptaba una posición ofensiva con su pala.
¡¿Qué carajo estás diciendo?! – grité colocando mi mano sobre la funda de mi daga.
Tengo décadas trabajando para este insignificante pueblo, nadie nunca me ha tomado en cuenta, mis únicos amigos son los muertos. – señaló el sepulturero, alejándose tímidamente. - No te imaginas la buena compañía que pueden ser…
Empecé a dar pasos lentos en su dirección, de reojo lograba ver a Alexei batallando ferozmente con los reanimados que no cedían a sus cortes y embestidas, su escudo brillaba particularmente, haciendo que su batalla no se obstaculizara por la noche. – ¿Y qué tiene que ver tu ineptitud social con este teatro? ¿Tú eres el responsable de todo esto?
Entiéndelo, llevo años tratando de cambiarlo. Quiero que me tomen en cuenta y no ser solo el sepulturero extraño… Quiero ser quien manda, y por ello comencé a practicar en los muertos para hacer un ejército que me guiara a hacer pagar a todos los que me ignoraron.
Qué caprichoso eres… - dije en voz baja.
Pero no era fácil, nada terminaba logrando mi objetivo de reanimar a los cadáveres. Hasta que por cosas del destino Plutón llegó y me dio la respuesta. Las almas obstaculizan el proceso, así que si él se alimentaba de ellas, yo podía iniciar mi ejército. - Se notaba la excitación del hombre con sus anhelos cuando hablaba de su ejército en su discurso.- No puedo dejar que se deshagan del gato.
Alexei comprendió como detener a los caminantes, desmembrarlos y decapitarlos era la manera efectiva de acabar con la amenaza. El sepulturero se vio acorralado con los avances del bárbaro para lidiar con sus hombres.
Arghhhh, muchos de mis hombres son débiles, pero cuando los incluya a ustedes dos estoy seguro de que nadie me detendrá. – el nigromante volvió a dirigirse a mí, nervioso porque el humano dejaba en evidencia la carencia de fuerza en sus muertos.
Ante la angustia de verse sobrepasado por la fuerza de Alexei y por la preocupación de vencer al gato en el juego de ingenio (sabiendo que el gato orgulloso cumpliría la penitencia en caso de fallar). Desesperado, el nigromante pronunció unas palabras en una lengua muerta y clavó la pala en el suelo.
¡Vengan! – acto seguido más cadáveres salieron a paso apresurados. Tenían amputaciones y se evidenciaba que sus capacidades eran inferiores a la de los cuerpos anteriores, no obstante, su intención era abrumarnos con la cantidad.
¡Plutón, la respuesta es Zagreus! – gritó el hombre en su desespero, con la esperanza de que al saber la respuesta al juego se concluyera en victoria para la bestia feérica.
El gato miró con una mirada fulminante al nigromante, gruñó de manera estruendosa y sus pelos se crisparon. El animal estaba descontento por la situación y empezó una carrera en dirección al sepulturero, ignorando el juego entorpecido por el hombre. Viendo la acometida del gato, me dispuse a pasar a la ofensiva para acompañar a la bestia y al humano para lidiar con el sepulturero y su ejército de hombres muertos.
Mientras esperaba paciente el desarrollo del juego, el sepulturero murmuraba fastidiado lo que esa noche ocurría. No alcanzaba a escuchar sus palabras, pero me resultaban incómodas. Procuré no prestarle atención, ya que sabía que el anciano estaba irritado, no obstante, mi socio si se interesó por callar sus susurros.
Obvie la situación centrándome en Plutón. Sin embargo, mi atención cambio drásticamente cuando Alexei gritó una nueva complicación. Muertos andantes caminaban hacia nuestra posición, era la obra de un nigromante, el sepulturero.
¡No puedo dejar que ustedes frustren mis planes! – gritó el hombre con máscara de ave mientras adoptaba una posición ofensiva con su pala.
¡¿Qué carajo estás diciendo?! – grité colocando mi mano sobre la funda de mi daga.
Tengo décadas trabajando para este insignificante pueblo, nadie nunca me ha tomado en cuenta, mis únicos amigos son los muertos. – señaló el sepulturero, alejándose tímidamente. - No te imaginas la buena compañía que pueden ser…
Empecé a dar pasos lentos en su dirección, de reojo lograba ver a Alexei batallando ferozmente con los reanimados que no cedían a sus cortes y embestidas, su escudo brillaba particularmente, haciendo que su batalla no se obstaculizara por la noche. – ¿Y qué tiene que ver tu ineptitud social con este teatro? ¿Tú eres el responsable de todo esto?
Entiéndelo, llevo años tratando de cambiarlo. Quiero que me tomen en cuenta y no ser solo el sepulturero extraño… Quiero ser quien manda, y por ello comencé a practicar en los muertos para hacer un ejército que me guiara a hacer pagar a todos los que me ignoraron.
Qué caprichoso eres… - dije en voz baja.
Pero no era fácil, nada terminaba logrando mi objetivo de reanimar a los cadáveres. Hasta que por cosas del destino Plutón llegó y me dio la respuesta. Las almas obstaculizan el proceso, así que si él se alimentaba de ellas, yo podía iniciar mi ejército. - Se notaba la excitación del hombre con sus anhelos cuando hablaba de su ejército en su discurso.- No puedo dejar que se deshagan del gato.
Alexei comprendió como detener a los caminantes, desmembrarlos y decapitarlos era la manera efectiva de acabar con la amenaza. El sepulturero se vio acorralado con los avances del bárbaro para lidiar con sus hombres.
Arghhhh, muchos de mis hombres son débiles, pero cuando los incluya a ustedes dos estoy seguro de que nadie me detendrá. – el nigromante volvió a dirigirse a mí, nervioso porque el humano dejaba en evidencia la carencia de fuerza en sus muertos.
Ante la angustia de verse sobrepasado por la fuerza de Alexei y por la preocupación de vencer al gato en el juego de ingenio (sabiendo que el gato orgulloso cumpliría la penitencia en caso de fallar). Desesperado, el nigromante pronunció unas palabras en una lengua muerta y clavó la pala en el suelo.
¡Vengan! – acto seguido más cadáveres salieron a paso apresurados. Tenían amputaciones y se evidenciaba que sus capacidades eran inferiores a la de los cuerpos anteriores, no obstante, su intención era abrumarnos con la cantidad.
¡Plutón, la respuesta es Zagreus! – gritó el hombre en su desespero, con la esperanza de que al saber la respuesta al juego se concluyera en victoria para la bestia feérica.
El gato miró con una mirada fulminante al nigromante, gruñó de manera estruendosa y sus pelos se crisparon. El animal estaba descontento por la situación y empezó una carrera en dirección al sepulturero, ignorando el juego entorpecido por el hombre. Viendo la acometida del gato, me dispuse a pasar a la ofensiva para acompañar a la bestia y al humano para lidiar con el sepulturero y su ejército de hombres muertos.
Zagreus
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Re: El gato negro [Trabajo, +18]
La bestia poco a poco cedía el paso a la mente iracunda de Alexei estaba tan furioso su comida estaba putrefacta despedía olores que le quemaban la nariz, los dos únicos seres vivos aparte de la enorme criatura peluda al fondo lo estaban ignorando, al parecer los dos sujetos estuvieron discutiendo mucho antes de que lograra detener por momentos al ejercito de muertos.
Estaba tan hambriento que su hambre era la que le dictaba en este momento el que hacer pero de los dos seres vivos y comestibles podía distinguir un ligero aroma diferente algo que le recordaba a una batalla anterior, junto a una breve advertencia de no devorar a las personas que olieran así. ¿De dónde venía esta advertencia? No estaba del todo seguro, una breve imagen de un hombre apareció; probablemente sería días después que ubicaría que la propia advertencia venia de su único amigo y la vez anterior que enfrento a un vampiro. Pero en este estado no le quedaba más que actuar siguiendo sus instintos e impulsos, si bien justo ahora la bestia había cedido sus instintos aun estaban todos alertar, la adrenalina aun fluía lo suficiente para ignorar las secuelas que le dejaba liberarse, también podría ser que ahora mismo lo dominaba aun el hambre y la ira.
Escucho el grito del enmascarado algo sobre hacerse cargo de ellos, incorporarlos a algo, las palabras llegaban a sus oídos pero no los analizaba o razonaba cuando saliera de este estado probablemente las cosas que escucharon ahora volverían a ellos al menos eso era lo que solía suceder, incluso cuando la bestia estaba a cargo lograba recuperar pequeños destellos.
-Graaaaaw- grito mientras estaba terminando de salir del modo berseker lanzándose contra los nuevos muertos que salían de las tumbas, esta maldita plaga que parecía alejarlo del único alimento disponible el hombre encapuchado.
Si bien los nuevos enemigos carecían de la fuerza de los primeros no dejaban de ser una molestia, carecían de la inteligencia de sus otros enemigos, era como si se tratara solo de un bulto esperando ser cortado, se dirigían de forma directa hacia ellos sin pensar, sin armas.
La nueva oleada de muertos vivientes no duro mucho, menos con la ayuda del felino que los derriba incapacitándolos.
En algún momento durante su batalla en su ira ciega cruzo brevemente las espadas con Zagreus al que de momento no lograba reconocer probablemente su socio se dio cuenta de esto buscando evitar una batalla que no terminaría pronto, gruño molesto al oler de más cerca la sangre del que era su compañero que caía como un delgado hilo por su espada, se concentró tanto en el delgado hilo así como el olor que le dio tiempo a su compañero pero el otro de alguna forma salió de la vista del ahora iracundo Alexei, lo que permitió concentrarse en el enemigo que quedaba frente a él, mientras los otros dos terminaban con los pocos muertos que quedaban.
El sepulturero poco a poco se vio frustrado al ver que su ejército era diezmado por dos hombres y un ser feérico. Entre más se acercaba el caníbal a él se daba cuenta de que las cosas no estaban resultado a su favor y que debía hacer algo pronto.
-Basta criatura aléjate- dijo mientras blandía su pala como arma –Atrás bestia te digo- le gritaba mientras retrocedía.
La sonrisa de Alexei se ampliaba más mientras se saboreaba al ver al hombre delante de él; podía deleitarse con el miedo que este exudaba, poco sabía el sepulturero que en ese estado sus palabras llegaban a oídos sordos, una parte de la bestia aun estaba muy presente en la mente del caníbal.
-Te…te alimentare con todos los cuerpos que desees- dijo entre tartamudeos mientras lanzaba algunas hechizos al otro que parecía seguir avanzando a pesar de que impactaran en su cuerpo, ignorando el dolor, solo podía ver un objetivo en los ojos de la criatura que se acercaba a él.
Detrás de él o su compañero elimino a los últimos muertos que quedaban mientras a lo que el comprendía parecía tener una discusión con el felino. No es como si le interesara cuando su comida estaba delante de su nariz.
-Atrás te digo, si te detienes ahora te digo podrás comerte todo, te conseguiré tantos hombres quieras, piénsalo, tú, el Cait sith y yo seremos un equipo invencible dominaríamos todo el mundo.-
Lo mejor sería no dejar que el sepulturero se diera cuenta que los hechizos que azotaron su cuerpo le sacaron casi por completo de su estado berseker, pero estaba tan hambriento que ahora mismo no le importaba lo pesado que su cuerpo estaba a volviendose, el dolor que comenzaba a sentir en todos los músculos, aún tenía solo una cosa en la cabeza. –Comida- pronuncio más como gruñido
Esquivo fácilmente los ataques con la pala, al parecer el hombre solo era bueno en la magia no con un arma, los amplios swings que realizo al intentar golpearle le sacaron de balance lo cual aprovecho cortando la mano del enmascarado. Mientras este gritaba sin perder tiempo se lanzó contra del hombre derribándolo contra una tumba sin perder tiempo en un estado un poco más consiente clavo su espada atravesando el hombro de este casi parecía una repetición de la taberna.
Sin embargo aún dominaban sus instintos en él, sin darle tiempo al sujeto se sentó casi sobre el sepulturero y sacando su cuchillo de carnicero comenzó a abrirlo mientras se deleitaba con los gritos del hombre que intentaba golpearlo con solo un muñón ensangrentado.
Tiro de la máscara del hombre cuando noto al Caith Sith cerca suyo, por un momento miro los ojos de la criatura asintiendo, como si por un breve instante pudieran entenderse, el gato se acercó a la boca del sepulturero donde parecía que su alma empezaba a abandonar su cuerpo, sin perder tiempo se aseguró de abrir lo suficientemente al hombre. Por un momento pensó que el hombre estaba muerto pero su débil latir del corazón le mostraba que no, probablemente estaba catatónico o en shock por el dolor, la realidad es que no le importaba.
Ahí agazapado sobre el cuerpo del hombre comenzó a devorar su corazón, sin darse cuenta si el lo arranco primero del pecho aun palpitando o si Plutón devoro el alma primero, el halo de luz del alma se perdió mientras el felino cerraba el hocico y el caníbal degustaba el corazón del nigromante, podría no compartir la inteligencia o ingenio que su socio compartía con Plutón, pero al menos tendría este extraño momento de unión con la criatura.
Mientras terminaba de comerse el corazón fue recuperando poco a poco el raciocinio, atrás quedo la ira que se hizo cargo después de la bestia girando su rostro en dirección a Zagreus; aun con parte del corazón del hombre en las manos y Plutón sentado delante del que una vez fue su proveedor de almas el sepulturero.
Estaba tan hambriento que su hambre era la que le dictaba en este momento el que hacer pero de los dos seres vivos y comestibles podía distinguir un ligero aroma diferente algo que le recordaba a una batalla anterior, junto a una breve advertencia de no devorar a las personas que olieran así. ¿De dónde venía esta advertencia? No estaba del todo seguro, una breve imagen de un hombre apareció; probablemente sería días después que ubicaría que la propia advertencia venia de su único amigo y la vez anterior que enfrento a un vampiro. Pero en este estado no le quedaba más que actuar siguiendo sus instintos e impulsos, si bien justo ahora la bestia había cedido sus instintos aun estaban todos alertar, la adrenalina aun fluía lo suficiente para ignorar las secuelas que le dejaba liberarse, también podría ser que ahora mismo lo dominaba aun el hambre y la ira.
Escucho el grito del enmascarado algo sobre hacerse cargo de ellos, incorporarlos a algo, las palabras llegaban a sus oídos pero no los analizaba o razonaba cuando saliera de este estado probablemente las cosas que escucharon ahora volverían a ellos al menos eso era lo que solía suceder, incluso cuando la bestia estaba a cargo lograba recuperar pequeños destellos.
-Graaaaaw- grito mientras estaba terminando de salir del modo berseker lanzándose contra los nuevos muertos que salían de las tumbas, esta maldita plaga que parecía alejarlo del único alimento disponible el hombre encapuchado.
Si bien los nuevos enemigos carecían de la fuerza de los primeros no dejaban de ser una molestia, carecían de la inteligencia de sus otros enemigos, era como si se tratara solo de un bulto esperando ser cortado, se dirigían de forma directa hacia ellos sin pensar, sin armas.
La nueva oleada de muertos vivientes no duro mucho, menos con la ayuda del felino que los derriba incapacitándolos.
En algún momento durante su batalla en su ira ciega cruzo brevemente las espadas con Zagreus al que de momento no lograba reconocer probablemente su socio se dio cuenta de esto buscando evitar una batalla que no terminaría pronto, gruño molesto al oler de más cerca la sangre del que era su compañero que caía como un delgado hilo por su espada, se concentró tanto en el delgado hilo así como el olor que le dio tiempo a su compañero pero el otro de alguna forma salió de la vista del ahora iracundo Alexei, lo que permitió concentrarse en el enemigo que quedaba frente a él, mientras los otros dos terminaban con los pocos muertos que quedaban.
El sepulturero poco a poco se vio frustrado al ver que su ejército era diezmado por dos hombres y un ser feérico. Entre más se acercaba el caníbal a él se daba cuenta de que las cosas no estaban resultado a su favor y que debía hacer algo pronto.
-Basta criatura aléjate- dijo mientras blandía su pala como arma –Atrás bestia te digo- le gritaba mientras retrocedía.
La sonrisa de Alexei se ampliaba más mientras se saboreaba al ver al hombre delante de él; podía deleitarse con el miedo que este exudaba, poco sabía el sepulturero que en ese estado sus palabras llegaban a oídos sordos, una parte de la bestia aun estaba muy presente en la mente del caníbal.
-Te…te alimentare con todos los cuerpos que desees- dijo entre tartamudeos mientras lanzaba algunas hechizos al otro que parecía seguir avanzando a pesar de que impactaran en su cuerpo, ignorando el dolor, solo podía ver un objetivo en los ojos de la criatura que se acercaba a él.
Detrás de él o su compañero elimino a los últimos muertos que quedaban mientras a lo que el comprendía parecía tener una discusión con el felino. No es como si le interesara cuando su comida estaba delante de su nariz.
-Atrás te digo, si te detienes ahora te digo podrás comerte todo, te conseguiré tantos hombres quieras, piénsalo, tú, el Cait sith y yo seremos un equipo invencible dominaríamos todo el mundo.-
Lo mejor sería no dejar que el sepulturero se diera cuenta que los hechizos que azotaron su cuerpo le sacaron casi por completo de su estado berseker, pero estaba tan hambriento que ahora mismo no le importaba lo pesado que su cuerpo estaba a volviendose, el dolor que comenzaba a sentir en todos los músculos, aún tenía solo una cosa en la cabeza. –Comida- pronuncio más como gruñido
Esquivo fácilmente los ataques con la pala, al parecer el hombre solo era bueno en la magia no con un arma, los amplios swings que realizo al intentar golpearle le sacaron de balance lo cual aprovecho cortando la mano del enmascarado. Mientras este gritaba sin perder tiempo se lanzó contra del hombre derribándolo contra una tumba sin perder tiempo en un estado un poco más consiente clavo su espada atravesando el hombro de este casi parecía una repetición de la taberna.
Sin embargo aún dominaban sus instintos en él, sin darle tiempo al sujeto se sentó casi sobre el sepulturero y sacando su cuchillo de carnicero comenzó a abrirlo mientras se deleitaba con los gritos del hombre que intentaba golpearlo con solo un muñón ensangrentado.
Tiro de la máscara del hombre cuando noto al Caith Sith cerca suyo, por un momento miro los ojos de la criatura asintiendo, como si por un breve instante pudieran entenderse, el gato se acercó a la boca del sepulturero donde parecía que su alma empezaba a abandonar su cuerpo, sin perder tiempo se aseguró de abrir lo suficientemente al hombre. Por un momento pensó que el hombre estaba muerto pero su débil latir del corazón le mostraba que no, probablemente estaba catatónico o en shock por el dolor, la realidad es que no le importaba.
Ahí agazapado sobre el cuerpo del hombre comenzó a devorar su corazón, sin darse cuenta si el lo arranco primero del pecho aun palpitando o si Plutón devoro el alma primero, el halo de luz del alma se perdió mientras el felino cerraba el hocico y el caníbal degustaba el corazón del nigromante, podría no compartir la inteligencia o ingenio que su socio compartía con Plutón, pero al menos tendría este extraño momento de unión con la criatura.
Mientras terminaba de comerse el corazón fue recuperando poco a poco el raciocinio, atrás quedo la ira que se hizo cargo después de la bestia girando su rostro en dirección a Zagreus; aun con parte del corazón del hombre en las manos y Plutón sentado delante del que una vez fue su proveedor de almas el sepulturero.
Última edición por Alexander Kraz el Miér Nov 30 2022, 03:47, editado 1 vez
Alexander Kraz
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Re: El gato negro [Trabajo, +18]
El gato colérico avanzó dando zancadas largas, Plutón no toleraba que su desafío hubiese sido entorpecido por su “socio” nigromante. Su objetivo era el sepulturero, pero el ejército de cadáveres formaba una barrera de carne putrefacta entre la bestia feérica y el hombre de máscara de cuervo.
Por mi parte, armado con mi daga del crepúsculo, avancé para acompañar a mi compañero Alexei, quien en su estado de frenesí no distinguía aliados y cadáveres, siendo una amenaza para mí, traté de apartarme de él. Tras algunos cortes y reduciendo los muertos andantes, el nigromante se vio acorralado por el humano bárbaro y el gato. Quienes en compañía se dispusieron a terminar con el sepulturero.
Vi con disgusto las formas de Alexei para lidiar con la amenaza, era repudiable el canibalismo y su énfasis en terminar todo como si fuera alimento. Pero debía admitir que habíamos acabado con la amenaza y mis cortes no supondrían ninguna amenaza. Por lo que traté de no mostrar desprecio en mi rostro, aunque por dentro criticase su forma de actuar.
Ya una vez recuperé el aire tras la batalla, el gato se posó delante de mi persona mirándome fijamente a los ojos, era una forma sutil de comunicarse por parte del felino. Con una reverencia admitió la derrota.
¿Eso significa que cumplirás tu palabra?
El gato nuevamente agachó la cabeza, dando a entender el ganador de la contienda intelectual.
Que lastima que no logramos resolver el juego por culpa de aquel idiota, espero que puedas encontrar una nueva fuente de alimento en el bosque sin recurrir a este lamentable pueblo.
Una multitud se empezaba a acercar al cementerio atraídos por el ruido y alboroto de la contienda. Con un movimiento elegante, el gato negro empezó su camino de nuevo al bosque. Plutón había ganado mi respeto y admiración, quizás no volvería a ver una bestia así, pero recordaría con gran estima aquella vivencia en Chrollo.
Alexei, encárgate de limpiar esto, yo iré a hablar con las personas para explicar lo sucedido, pero obviamente dudo que quieran ver a sus familiares desmembrados fuera de sus cajones…
Me acerqué a la multitud donde reconocía algunas caras familiares de mis vueltas por el pueblo en las noches anteriores. Un hombre lideraba el grupo con una antorcha en la mano, era el capataz de la empresa maderera del pueblo.
¿Qué ha ocurrido? ¿Qué fue todo ese alboroto? Te acabo de ver con el maldito gato y lo dejaste marchar…
Ya todo está resuelto. Resulta que el sepulturero era quien estaba detrás de todo, era un nigromante y aprovechaba de la dieta de almas del gato para experimentar con los muertos. Ya nos encargamos – recalqué. – Con respecto al Cait Sith, no volverá a pisar Chrollo, es un animal orgulloso y cumplirá su palabra. – La gente me miraba con ojos de desconcierto y confusión, por lo que tuve que reafirmar la certeza de mis palabras.
Si desean vamos a un lugar más cómodo para hablar, al fin de cuentas hay una recompensa que reclamar. – señalé con aires victoriosos. Con cierta resistencia los habitantes del pueblo cuchichearon mientras todos nos encaminamos a la posada para explicar detalladamente todo lo sucedido y solicitar las ganancias por haber librado a aquel pequeño pueblo de la bestia devora almas.
Mis pensamientos sobre mi socio de trabajo eran difíciles de definir, sin duda había sido una pieza clave en las batallas y su forma de luchar propiciaba una ventaja cuando la fuerza debía ser utilizada. No obstante, si bien valoraba su utilidad, en ocasiones sentía que hablaba consigo mismo, pareciendo mentalmente poco estable, además que su voracidad y tradiciones para alimentarse me resultaban reprochables. Quizás podría considerarlo un peón útil, pero era prudente relacionarme con cautela, lo que menos querría sería acabar en su menú.
Por mi parte, armado con mi daga del crepúsculo, avancé para acompañar a mi compañero Alexei, quien en su estado de frenesí no distinguía aliados y cadáveres, siendo una amenaza para mí, traté de apartarme de él. Tras algunos cortes y reduciendo los muertos andantes, el nigromante se vio acorralado por el humano bárbaro y el gato. Quienes en compañía se dispusieron a terminar con el sepulturero.
Vi con disgusto las formas de Alexei para lidiar con la amenaza, era repudiable el canibalismo y su énfasis en terminar todo como si fuera alimento. Pero debía admitir que habíamos acabado con la amenaza y mis cortes no supondrían ninguna amenaza. Por lo que traté de no mostrar desprecio en mi rostro, aunque por dentro criticase su forma de actuar.
Ya una vez recuperé el aire tras la batalla, el gato se posó delante de mi persona mirándome fijamente a los ojos, era una forma sutil de comunicarse por parte del felino. Con una reverencia admitió la derrota.
¿Eso significa que cumplirás tu palabra?
El gato nuevamente agachó la cabeza, dando a entender el ganador de la contienda intelectual.
Que lastima que no logramos resolver el juego por culpa de aquel idiota, espero que puedas encontrar una nueva fuente de alimento en el bosque sin recurrir a este lamentable pueblo.
Una multitud se empezaba a acercar al cementerio atraídos por el ruido y alboroto de la contienda. Con un movimiento elegante, el gato negro empezó su camino de nuevo al bosque. Plutón había ganado mi respeto y admiración, quizás no volvería a ver una bestia así, pero recordaría con gran estima aquella vivencia en Chrollo.
Alexei, encárgate de limpiar esto, yo iré a hablar con las personas para explicar lo sucedido, pero obviamente dudo que quieran ver a sus familiares desmembrados fuera de sus cajones…
Me acerqué a la multitud donde reconocía algunas caras familiares de mis vueltas por el pueblo en las noches anteriores. Un hombre lideraba el grupo con una antorcha en la mano, era el capataz de la empresa maderera del pueblo.
¿Qué ha ocurrido? ¿Qué fue todo ese alboroto? Te acabo de ver con el maldito gato y lo dejaste marchar…
Ya todo está resuelto. Resulta que el sepulturero era quien estaba detrás de todo, era un nigromante y aprovechaba de la dieta de almas del gato para experimentar con los muertos. Ya nos encargamos – recalqué. – Con respecto al Cait Sith, no volverá a pisar Chrollo, es un animal orgulloso y cumplirá su palabra. – La gente me miraba con ojos de desconcierto y confusión, por lo que tuve que reafirmar la certeza de mis palabras.
Si desean vamos a un lugar más cómodo para hablar, al fin de cuentas hay una recompensa que reclamar. – señalé con aires victoriosos. Con cierta resistencia los habitantes del pueblo cuchichearon mientras todos nos encaminamos a la posada para explicar detalladamente todo lo sucedido y solicitar las ganancias por haber librado a aquel pequeño pueblo de la bestia devora almas.
Mis pensamientos sobre mi socio de trabajo eran difíciles de definir, sin duda había sido una pieza clave en las batallas y su forma de luchar propiciaba una ventaja cuando la fuerza debía ser utilizada. No obstante, si bien valoraba su utilidad, en ocasiones sentía que hablaba consigo mismo, pareciendo mentalmente poco estable, además que su voracidad y tradiciones para alimentarse me resultaban reprochables. Quizás podría considerarlo un peón útil, pero era prudente relacionarme con cautela, lo que menos querría sería acabar en su menú.
Zagreus
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Re: El gato negro [Trabajo, +18]
Una vez recuperando la claridad mental que poseía pudo ver la molestia en el rostro de su compañero, bien no se arrepentía les había salvado el pellejo a ambos del ejército, si bien no eran fuertes podrían haber causado un caos en la ciudad, se dejó llevar por su ira, ya tendría tiempo para meditar que podría haber hecho diferente, pero aunque lo hubiera al menos el Alexei no se arrepentía de nada, fue uno de los trabajos más interesantes que había hecho, el pueblo le gustaba, la gente era agradable, no le importaba si era por temor o por no querer llevarle la contra pero le daba igual.
Alexander por otro lado se sentía culpable por la mirada de Zagreus por un momento pensó que quizás habían encontrado otra persona que no los juzgaría por ser ellos mismos; ¿quizás estaba equivocado al haber confiado en el hombre? Se daba cuenta que al otro le daba igual, si tenían un amigo más un amigo menos, si estaban solos en el mundo a él parecía no afectarle la mirada, pero ahora se sentía de alguna forma sucio por la mirada que le dio su compañero.
Lo escucho hablar atentamente con la criatura sin interrumpirlos, lo habían conseguido le ganaron al felino, las almas del resto de los muerto estaban a salvo de nuevo y descansando.
No esperaba que la gente del pueblo fuera atraída por la batalla, pensó que permanecerían en sus casas sin darse cuenta de todo lo que sucedió, pero probablemente eso era demasiado pedir, no fueron silenciosos durante la batalla y la gente probablemente estaba demasiado ansiosa por ver el tema resuelto.
Y de nuevo estaba Zagreus utilizándolo solamente como un peón, peor que un burro de carga, estaba cansado, sus músculos dolían, estaba mental y físicamente agotado, siempre que la bestia por completo se liberaba su cuerpo quedaba desecho en todos los sentidos, en esta ocasión incluso logro moverse después de que la bestia se fue por lo que bueno podría al menos esforzarse un poco más después de esto alquilaría una habitación en la posada y dormiría simplemente hasta recuperarse ¿O lo mejor sería salir de aquí y recuperarse en otro lugar? Bueno ya lo vería.
Una mueca cruzo su rostro al notar el caos de miembros del cuerpo esparcidos por todo el cementerio, esto le llevaría todo lo que quedaba de la noche, pero decidió que lo mejor era simplemente eso comenzar, y así lo hizo de la forma más eficiente posible se dispuso a depositar los restos de cuerpos en las tumbas abiertas.
Tardo incluso más de lo que pensó, también había enterrado el cuerpo del sepulturero, tomo su libro de nigromante y algunas cosas que encontró en el laboratorio subterráneo del hombre, lo mejor sería deshacerse de esas cosas, después que revisara sí podrían tener alguna utilidad para él.
El amanecer estaba cerca por lo que por última vez se dirigió a la casa que usaron de base durante toda la tarea, no reviso si su compañero estaba ahí, ya lo averiguaría en la noche siguiente o cuando despertara, se fue directamente a la cama y casi de forma literal se desmayó sobre esta del agotamiento.
Alexander por otro lado se sentía culpable por la mirada de Zagreus por un momento pensó que quizás habían encontrado otra persona que no los juzgaría por ser ellos mismos; ¿quizás estaba equivocado al haber confiado en el hombre? Se daba cuenta que al otro le daba igual, si tenían un amigo más un amigo menos, si estaban solos en el mundo a él parecía no afectarle la mirada, pero ahora se sentía de alguna forma sucio por la mirada que le dio su compañero.
Lo escucho hablar atentamente con la criatura sin interrumpirlos, lo habían conseguido le ganaron al felino, las almas del resto de los muerto estaban a salvo de nuevo y descansando.
No esperaba que la gente del pueblo fuera atraída por la batalla, pensó que permanecerían en sus casas sin darse cuenta de todo lo que sucedió, pero probablemente eso era demasiado pedir, no fueron silenciosos durante la batalla y la gente probablemente estaba demasiado ansiosa por ver el tema resuelto.
Y de nuevo estaba Zagreus utilizándolo solamente como un peón, peor que un burro de carga, estaba cansado, sus músculos dolían, estaba mental y físicamente agotado, siempre que la bestia por completo se liberaba su cuerpo quedaba desecho en todos los sentidos, en esta ocasión incluso logro moverse después de que la bestia se fue por lo que bueno podría al menos esforzarse un poco más después de esto alquilaría una habitación en la posada y dormiría simplemente hasta recuperarse ¿O lo mejor sería salir de aquí y recuperarse en otro lugar? Bueno ya lo vería.
Una mueca cruzo su rostro al notar el caos de miembros del cuerpo esparcidos por todo el cementerio, esto le llevaría todo lo que quedaba de la noche, pero decidió que lo mejor era simplemente eso comenzar, y así lo hizo de la forma más eficiente posible se dispuso a depositar los restos de cuerpos en las tumbas abiertas.
Tardo incluso más de lo que pensó, también había enterrado el cuerpo del sepulturero, tomo su libro de nigromante y algunas cosas que encontró en el laboratorio subterráneo del hombre, lo mejor sería deshacerse de esas cosas, después que revisara sí podrían tener alguna utilidad para él.
El amanecer estaba cerca por lo que por última vez se dirigió a la casa que usaron de base durante toda la tarea, no reviso si su compañero estaba ahí, ya lo averiguaría en la noche siguiente o cuando despertara, se fue directamente a la cama y casi de forma literal se desmayó sobre esta del agotamiento.
Última edición por Alexander Kraz el Miér Nov 30 2022, 03:50, editado 1 vez
Alexander Kraz
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Re: El gato negro [Trabajo, +18]
- Resumen el gato negro:
- Resumen El Gato NegroTurno 1
Zagreus: El vampiro está de paso en un pequeño pueblo llamado Chrollo a las afueras de Vuwulfar. En la taberna una pareja de idiotas presiona al de cabellera cenicienta para jugar una partida de cartas. Zagreus desde el orgullo acepta y espera un incauto que lo acompañe en la partida de “El Degollado”
Alexander Kraz: El humano en búsqueda de comida, dentro de su dieta particular de bandidos, se topó con la ausencia de ladrones y viajeros cerca del pueblo de Chrollo. Decepcionado de su búsqueda, decidió resignarse a un plato “normal” en la taberna. Al entrar, su ludopatía no dudó en mostrarse cuando la pareja de patanes lo invitó a participar del juego de cartas. Zagreus tenía un compañero de juego.Turno 2
Zagreus: Comienza el juego de naipes, los brutos se muestran confiados, pero el vampiro tiene una estrategia clara, solo necesita que su compañero la capte. Mientras juegan, la pareja contraria, Cletus y Lloyd, hacen gala de lo irritantes que pueden ser, haciendo mención de que están en el pueblo por un supuesto trabajo.
Alexander Kraz: El juego empieza a calentarse mientras el bárbaro es objeto de burlas y comentarios de la pareja de cazarrecompensas. Mientras, el humano trata de contenerse comiendo su estofado fantaseando con su siguiente plato.Turno 3
Zagreus: Mientras el juego avanza, el vampiro se interesa en saber más por ese trabajo, pero los cazarrecompensas se muestran resistentes a compartir la oferta. Incluso amenazan a la pareja en caso de interesarse en apuntarse en la misión. Mientras la insistencia de Zagreus en el tema se hace más evidente, la partida de El Degollado se va acalorando; Cletus y Lloyd comienzan ganando el juego, pero todo es parte de la estrategia del vampiro que con cooperación del humano logran remontar la partida y poco a poco conseguir aeros para su bolsillo. Los brutos se muestran irritados por la situación, y acusan a Zagreus y Alexei (alter ego de Alexander) de hacer trampa. Ante las amenazas del par de brutos y su insistencia en acaparar de forma exclusiva la oferta de trabajo, la partida de naipes termina en una batalla contra los canallas. (Primera complicación)
Alexander Kraz: El humano se suma a la riña de manera sangrienta, haciendo una carnicería con su contrincante y aprovechando para saciar parte de su hambre. Ahora ambos quieren tomar el trabajo de forma orgullosa tras vencer a Cletus y Lloyd.Turno 4:
Zagreus: Tras la batalla, el vampiro limpia la oferta de trabajo ensangrentada, la misma resalta la petición del sepulturero para deshacerse de un Cait Sith que ha invadido el pueblo los últimos meses. La gente cansada de que la bestia afecte las tradiciones funerarias y altere el descanso de sus seres queridos, ofrecen una recompensa para acabar con el animal feérico que se alimenta de las almas del cementerio.
Alexander Kraz: Aceptando el trabajo con su nuevo socio de cabellera blanca, parten al cementerio con una carreta para llevar los cuerpos ensangrentados de Cletus y Lloyd con intención de usarlo como carnada para atraer al gato come almas. Al llegar los recibe un particular personaje con máscara, el sepulturero. Quien informa que lamentablemente el gato está satisfecho y no bajará al cementerio próximamente (Primera mini complicación)Turno 5
Zagreus: Tras conocer todos los problemas que han tenido los anteriores sujetos que han intentado tomar el trabajo, el vampiro propone una forma distinta de combatir contra el gato. Aludiendo a la fascinación de los Cait Sith por los retos intelectuales, Zagreus sugiere invitar al felino llamado Plutón a un desafío en su campo, el conocimiento. El vampiro dicta la tarea a su socio de buscar en el bosque al gato para invitarlo con un acertijo, invitación que incluso sin apetito no podría rechazar.
Alexander Kras: El bárbaro se encarga de guardar los cadáveres en una habitación en el cementerio bastante llamativa. El humano no se distrae en los detalles y acepta adentrarse en el bosque para llevar a cabo el plan del vampiro. Utilizando partes del cuerpo de lo que fue su cena y antes era llamado Lloyd, Alexei se adentró siguiendo las indicaciones dadas. Sin embargo, su tarea se vio interferida por la presencia de algo distinto al gato, ante la amenaza dejó la carnada y recitó un acertijo a modo de invitación al gato. El humano sabía que lo que acechaba en las sombras no era Plutón... (Segunda mini complicación)Turno 6
Zagreus: Tras recolectar por el pueblo algunas provisiones para el plan que tenía en mente para desafiar al Cait Sith, el vampiro llegó a una vivienda prestada por el particular sepulturero, allí podría prepararse y descansar. Al finalizar la noche, Alexei volvió y señaló el inconveniente en su travesía por el bosque. Tras la amenazada de que la invitación no hubiese llegado a su destinatario, ambos decidieron regresar al bosque la noche siguiente y confirmar que el mensaje fuese recibido.
Alexander Kraz: El humano suponía que se trataba de un grupo de trasgos, sospecha que coincidía con las amenazas que el sepulturero había advertido al vampiro. Por lo que la hipótesis radicaba en que el cuerpo que acompañaba la invitación a Plutón fuese hurtado por las alimañas. Con eso en mente, armándose con equipamiento, el humano y el vampiro parten en la noche siguiente al bosque.Turno 7
Zagreus: Al llegar con el humano al bosque, se percataron que sus sospechas eran ciertas. El cadáver no estaba, la invitación había fallado y nuevamente la misión de lidiar con el gato se veía obstaculizada. Tras seguir los rastros llegaron al campamento de trasgos que plácidamente descansaban satisfechos tras comer parte del cuerpo de Lloyd. El vampiro ideó un plan para combatir con las bestias y conseguir nuevas almas que ofrecer al gato. (Tercera mini complicación)
Alexander Kraz: El bárbaro aceptó el plan que lo invitaba a una nueva batalla directa con los trasgos, tras un ataque raudo y desenfrenado el humano acabó con la mayoría de las criaturas. Cuando se vio sobrepasado, acudió a la trampa del vampiro para finalizar la contienda.Turno 8
Zagreus: Tras colectar las almas, la pareja hizo la invitación nuevamente al gato negro. Ahora el vampiro se aseguraba de que se cumplieran todos los detalles, confirmando así que Plutón se percatara de una oferta que no podría rechazar. Tras finalizar en el bosque, regresaron a la vivienda prestada para prepararse para la noche siguiente, cuando por fin enfrentarían al gato. Al desaparecer el sol en en el crepúsculo del día, ambos parten al cementerio a esperar al Cait Sith. Zagreus dispuso de un desafío para el gato que incluía un juego intelectual con información de las lápidas, cuestión que el sepulturero se mostraba irritado. El gato, al llegar a la hora pautada, aceptó el juego del vampiro. Si ganaba tendría el alma de Zagreus y Alexei, si perdía dejaría Chrollo en paz. Un juego “sencillo”, decir el nombre del vampiro.
Alexander Kraz: el juego avanzaba y el humano veía con molestia la incomodidad del sepulturero ante la estrategia de su socio, de momento las cosas marchaban bien, pero todo cambió cuando el incordio del hombre de máscara de cuervo se transformó en un encantamiento para invocar un ejército de muertos. Se trataba de un nigromante que no podía permitir que cumpliéramos con el trabajo. (Segunda complicación)Turno 9
Zagreus: El sepulturero reveló que había establecido una especie de acuerdo con el gato, donde ambos se beneficiaban como simbiosis. El gato se alimentaba de almas, y él podría mejorar en sus habilidades para reanimar, ya que los cuerpos sin la sustancia etérea eran más fáciles de hechizar. Viéndose sobrepasado por el bárbaro que reducía a tajos a los muertos vivientes, decidió revelar la respuesta al gato que se mantenía entretenido en el desafío. Tras ver el reto entorpecido, Plutón se unió a la riña para vengarse del sepulturero que había arruinado su juego.
Alexander Kraz: El humano en su estado desenfrenado acabó con los muertos que poca amenaza suponían, tras quitar el muro de carne que escudaba al hombre de máscara de cuervo se dirigió ante él en una embestida frontal junto al gato negro. Compartiendo junto a Plutón una finalización grotesca... La amenaza había sido eliminada.Turno 10:
Zagreus: El gato admite la derrota y promete no volver a Chrollo, si bien perdió, se ganó el respeto y estima del vampiro. Tras la contienda, habitantes acuden al cementerio y Zagreus se encarga de contenerlos, explicarles y cobrar la recompensa por cumplir con el trabajo.
Alexander Kraz: Tras limpiar los cuerpos desmembrados en el cementerio, el humano reflexiona sobre todo lo ocurrido, su rol en el trabajo y conflictos internos. Cansado se marcha a descansar. Parte de la paga le corresponde al bárbaro y el vampiro no puede negar su utilidad en el trabajo.
Añadimos un resumen para facilitar un poco la lectura/corrección, Alexander y yo en algunas partes nos "emocionamos". Igualmente, nuestro trabajo tiene uno que otro por menor que consideramos "mini complicaciones", de todos modos tenemos nuestras dos complicaciones formales, mejor que sobren problemas a que falten (?)
Zagreus
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