Me pareció ver un lindo bardito [Privado/ Cerrado]

**Meraxes** Vie Feb 17 2023, 18:38

Invierno
Lago
Dos semanas antes de: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

Nuestro descenso hacia la península nos llevó hacia las boscosas zonas del este. El tiempo era frío, hacía un par de días que Meleis y yo dejamos atrás la aldea más cercana, y a fin de ahorrar comida, decidimos acampar cerca de la orilla. Era pasado medio día por lo que lo mejor era comenzar a montar el campamento y buscar comida antes de que se hiciera más tarde.

Estar cerca del agua nos ayudaría a ambos en caso de que sufriéramos alguna emboscada, además que podríamos beber y saciar la sed. Por suerte a pesar del frío el agua no estaba congelada, se escuchaba perfectamente el relajante sonido de la corriente. El cielo era gris, quizás alguna ligera nevada podría avecinarse.

- Iré a poner algunas trampas. Vigila y busca algo de leña. - Dije a mi hermano en la medida que le daba el pedernal y la yesca para hacer fuego. - No me iré muy lejos así que grita si algo sucede. Es territorio licantropo, quizás algunos no sean amables. - Le advertí antes de internarme hacia la arboleda buscando algún sitio idóneo y estratégico en lo que algún animal indefenso en búsqueda de agua pudiera caer fácilmente en la trampa.

Entre los arbustos y tomando algunas hojas secas, tomé la trampa de red de mi bolsa y al armarla coloqué las hojas sobre ella. Con eso listo me alejé lo suficiente y ocultándome tras un tronco hueco estaba decidida a esperar si la trampa surtía efecto.

Comencé a pensar en todo el largo trayecto que nos esperaba y me emocionaba la idea de volver a ver a Gaegel y con algo de suerte reencontrarnos también con Zelas. Como fuera, anhelaba inmensamente llegar a Roikat.

Off:

Inventario:

Inventario Meleis:

Leo Cantoáureo Jue Abr 06 2023, 17:56

El dorado astro terminaba su guardia. Después de una atareosa y fatigosa sesión de vigilia constante, su hermana pasó para saludarlo, y ya de paso, darle el merecido relevo. Aquellos gemelos que, a su vez, son padre y madre, de un trillón de civilizaciones, que a lo largo de las eras, pudieron ver progresar y regresar a aquellos cuyos prístinos rayos de luz bañaron sus amaneceres y anocheceres. Y pese a todo, nunca se cansaban de observarlos, allí, tan atentos, disfrutando de la pasión de los mismos, riendo en sus noches de juerga desenfrenada, y llorando en los pactos de una guerra continuada, junto a los dioses que, como grandes jueces supremos, medían las acciones de todos cuantos pudiesen, al igual que equilibrar la delicada balanza de la vida aerandiana, pues pese a las riquezas de los nobles, o los títulos ganados, todo tiende a la muerte, la cual nos iguala a todos. El frío, la escarcha, las tormentas heladas, y los vientos nórdicos eran los mensajeros de tal castigo, a todo ser viviente, que quisiese alargar más su vida útil, pues al final, somos los peones, que ante el designio de los Dioses, caemos como piezas del tablero. No obstante, antes que todo ello, las emociones fuertes reinan en este mágico mundo que, en un intento de amenizar las calumnias, los cataclismos, y las revueltas, buscan consuelo en las artes, variadas y que, como una pintura al huevo, llenan de olor y frescor a los lienzos de los caminos presentes, y recuerdan los pasados en el futuro. Una de ellas, tan primitiva como hermosa, era aquella que entonaba el jovenzuelo de pocas primaveras a sus espaldas, una década y poco más, con las que, en su viaje por la tundra, se sentaba al lado de un extenso lago, charlando con el cielo, y con las criaturas de las aguas. Y aún así, no necesitaba espectadores pues, en su júbilo y pasión, tocaría hasta calentar sus manos y su cuerpo, guardián de su instrumento, y de los antiguos cánticos de su tierra querida:

Cuentan que allá, bien lejos,
al sur de una ciudad,
se halla un mercado,
¡con cosas sin igual!

Rubíes y zafiros,
Te puedes encontrar,
Diamantes y topacios,
¡que brillan sin parar!

Cuentan que allá, bien lejos,
al sur de una ciudad,
se halla un mercado,
¡con cosas sin igual!

Pelajes y unas telas,
Bordados con valor,
Tapices y pulseras,
¡variados en color!

Camino pues,
Al sur de la ciudad,
Camino hoy,
mañana a comprar.

Siete regalos,
Maravillas son,
Pues el mercado abre,
¡y muestra su esplendor!

Camino pues,
Al sur de la ciudad,
Alegre voy,
mañana a comprar.

Siete regalos,
Maravillas son,
Pues el mercado abre,
¡y muestra su esplendor!

Ulalá (ulalá), maravillas son,
¡Una joya y dos!
Ulalá (ulalá), maravilla es,
¡Los ropajes para un mes!

Ulalá (ulalá), maravillas son,
¡Una prenda y dos!
Ulalá (ulalá), maravilla es,
¡Los tapices de buen ver!

Mercado de Siete Maravillas,
armas, joyas,
¡Miscelánea, a mil!
¿Quién sabrá, amigo, lo que elijas?
¡Pues allá todo lo ves sin igual!

Mercado de Siete Maravillas,
armas, joyas,
¡Miscelánea, a mil!
Mira bien lo que te compras, chico,
¡Pues a este paso si que te vas a arruinar!

Cuentan que allá, bien lejos,
al sur de una ciudad,
se halla un mercado,
¡con cosas sin igual!

Rubíes y zafiros,
Te puedes encontrar,
Diamantes y topacios,
¡que brillan sin parar!

Camino pues,
Al sur de la ciudad,
Camino hoy,
mañana a comprar.

Siete regalos,
Maravillas son,
Pues el mercado abre,
¡y muestra su esplendor!

¡El mercado, de mil bagatelas!
¡Un mercado, espectacular!
¡El mercado, de Siete Maravillas!
¡Abre el negocio, a todo el lugar! (bis)

**Meraxes** Lun Abr 24 2023, 20:38

Invierno
Lago
Dos semanas antes de: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

El frío pareció intensificarse, o solo era la sensación de soledad. En fin, allí estaba en la espera de que algo picara en la trampa cuando en la lejanía se escuchaba un sonido, mejor dicho una especie de melodía. Era básicamente del lado contrario al campamento, cosa que me extrañó. Si bien era un sonido plácido no tardó en escucharse su acompañamiento, y no, no hablaba precisamente de la voz. Aullidos, se escuchaban aún bastante distantes de nuestra posición pero estaba muy segura que aquel ruido los estaba atrayendo. - Tch... Con un demonio, lo que faltaba. - Adiós a mi idea de comer algo sustancioso para la cena. Dejaría la trampa allí, pues en caso de correr por mi vida aquello podría servir para retener al menos a uno.

En ese momento tenía dos opciones: Ir con Meleis y salir de allí o buscar la causa de ese mendigo ruido para callarlo de una vez. Tras meditarlo un poco, llegué a un veredicto. - No tengo remedio, lo sé. - Me dije a mí misma por lo que estaba pensando hacer... pero no sin antes ir preparada, solo necesitaba tinta, precisión y poner manos a la obra mientras hacia el trabajo y toleraba el frío.⁽¹⁾

En ese tiempo sucedieron varias cosas al mismo tiempo. Por un lado, aquellos aullidos no habían pasado desapercibidos para Meleis quien por suerte no había encendido el fuego. Tomó a Bomull y fue hacia el tronco más grueso que vio a fin de ocultarse allí y esperar, Había suficiente espacio en el área por si había que transformarse. Por el otro, los protagonistas de esos aullidos iban en la dirección del ruido, el crujir de las patas correr sobre el suelo helado y las ramas secas se iba acrecentando. Una manada, cinco o quizás seis se acercaban rápidamente en la dirección de aquel cantante ambulante.

Para cuando terminé mi labor fui con el mayor sigilo posible hacia donde había creído escuchar la fuente de la música.

Off:

Inventario:

Inventario Meleis:

Leo Cantoáureo Sáb Mayo 13 2023, 13:42

¡Fuá, eso ha estado genial! Debería añadirla a mi repertorio. ¿Tú qué opinas, Flautín? — exclamaba con demasiada interrogante, a su buena amiga de madera, la cual le había acompañado durante todo su exilio de la gran ciudad. Sin duda alguna, era la que más entretenimiento y consejos le había proporcionado a lo largo de la travesía. Ciertamente, no servía para guarecerse del frío, ni tampoco era alguna especie de amuleto mágico, cuyas propiedades descifraban lo transmundano. No, era un simple pedazo de madera, y para Leo, mucho más que eso: Era la razón por la cual se levantaba todas las mañanas, después de pasar una noche de juerga en una taberna, con bailoteos, cánticos, y muchas risas. Es cierto, vivía por y para la música, el arte más abstracto, bello, y más misterioso, que desde los albores de los tiempos, acompañaban todos los acontecimientos importantes, a todos los grandes aerandianos, o a todos los paisanos y humildes campesinos. Desde una sofisticada cornamusa, cuyos sonidos anunciaban jolgorio, hasta una simple hoja de papel, cuyo agudo silbido podía, en manos de una mente despierta, hacer todo un pentagrama de ilusiones.

No obstante, la pequeña tranquilidad hallada tras tal sonata, se vio interrumpida por sonidos procedentes del interior de aquel helado fiordo. No eran simétricos, eran totalmente arrítmicos, y todos los elementos que participaban en la composición sonaban completamente a su son, mientras que, curiosamente, había momentos en los que coincidían, y pronunciaban a viva voz su cometido. Si Leo tuviese una capacidad olfativa sumamente desarrollada, podría haber olido aquellas criaturas, cuyo olor a chucho mojado era la colonia que los caracterizaba. Eran... [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo].

Pronto, seis de aquellas temibles criaturas hicieron acto de presencia, guiados por un Scrunt mucho más grande. A juzgar por la suavidad de los colores, seguramente sería la Madre de la manada. Rodeaban al bardo, con una rapidez tal, que nuestro músico apenas tuvo tiempo de pensar en una táctica para huir. Babeaban espuma, enseñando los dientes, negruzcos y blancos al mismo tiempo, que seguramente se habían cobrado las vidas de incautos que, como el rubio, habían tenido la gran idea de montar una fiesta en medio del bosque.

¡Horror, pavor, temor, el bardo está atrapado! Pero no os preocupéis, pues ya está todo pensado ~ — Cantaba, mientras los lobos mantenían la guardia, con sus patas delanteras curvadas hacia atrás, listos para abalanzarse. — Los animales como los lobos tienen miedo particular...hacia los fuegos, hacia la luz que todo hace brillaaaaarrr, pero como no tengo nada de lumbre mi flauta haré sonaaaarrr, y con un pitido en sus oídos, los lobos marcharaaaaaaaannnn — Tomando aire, el joven llevó su instrumento a los labios, mojados y cortados por el frío a partes iguales. Colocando la flauta en posición, realizó la nota más aguda posible, la cual provocó que los Scrunt comenzasen a sacudirse del dolor. Un gran pitido azotaba sus tímpanos, y mientras ellos luchaban con tan pésimo concierto, Leo saltaba por encima del más pequeño, para comenzar a correr como alma que llevaba el Diablo. Sin embargo, no contaba con que alguno de ellos ya se hubiese acostumbrado al pitido y, con una fuerza propia de un cachorro primerizo, agarrase con su dentadura el tobillo del chico. Poco más que un cepo molesto, Leo propinó como pudo una coz, para escuchar el gemido de la criatura, que agarraba su pobre nariz.

¡Corre Flautín, que no nos agarren el pitil- el tobillín! — Por supuesto, su amiga no decía nada, silbando de vez en cuando, al pasar el gélido aire a través del tubo que la formaba, amedrentando ocasionalmente a la Madre que, una vez recuperada, tenía peores intenciones con el atrevido músico. Pasando cerca del lago, Leo se aproximaba poco a poco hacia la bellísima cascada del Lago Heimdal, que por muy bella que fuese, no era el momento idóneo para detenerse a contemplarla.

La falta de costumbre de hábitos saludables hacían mella en Leo que, más por su jovialidad que por su físico, estaba aguantando la carrera bosque a través, sintiendo como le ardían las piernas y las plantas de los pies. Llegados a este punto, ¿quién podría ayudarle a detener el hambre de los salvajes Scrunt?

**Meraxes** Dom Mayo 21 2023, 21:12

Invierno
Lago
Dos semanas antes de: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

La música cesó, con ello también fue un poco más claro dar con la procedencia de los aullidos. Iba tan rápido como el sigilo me lo permitía. Conforme me acercaba llegaban nuevos sonidos, uno bastante agudo y que francamente chillaba... nuevas voces, o mejor dicho la voz masculina y aterrada de un sujeto cuyas piernas parecían funcionar bien y correr como kiwi.

Francamente la cosa no pintaba bien, ahora los lobos estaban más enojados luego de haber sido victimas de aquel chillón ruido. Precipitándose justo detrás de él, media docena de enojados lobos lo seguían, parecía que por el momento no se habían percatado de mí, cosa que dejaría de ser una ventaja. Respiré profundo y hablé lo suficientemente alto para llamar la atención del sujeto cuyo camino se había cruzado con el mío.

- ¡Por aquí! - Con mi mano libre hice señas hacia donde estaba. Los lobos se acercaban, y con algunos movimientos de muñeca la punta del látigo golpeó a los mas cercanos en el lomo.⁽¹⁾ De inmediato el efecto se activó, su cuerpo se hizo pesado y la piedra los cubría.

-- Apresúrate, no tenemos tiempo.- Agregué corriendo tan rápido como pude hacia orilla, con agua cerca tendría más posibilidades de repeler ataques. ¿Por qué arriesgaba mi pellejo por un extraño? Era la gran preguta que me hacía al correr y esquivar a los otros que no había podido golpear.

Al visualizar el agua el siguiente paso fue más sencillo. Nuevamente con mi mano libre logré crear 3 esferas acuáticas.⁽²⁾ - Solo tienes que golpear fuerte a varios a la vez. - Pensé en la medida que trataba de ubicar a los más allegados. Uno, dos lograron impactar con la suficiente fuerza para aturdir a un par, el tercero, por un ligero tropiezo ante lo resbaladizo del suelo me hizo caer. - Mierda...

Uno de ellos venía directo hacia mí, los demás se acercaban encolerizados.

Off:

Inventario:

Inventario Meleis:

**Monza Sylroc** Miér Ago 16 2023, 23:27

Debería haber seguid viajando desde hace varias horas, pero estaba agotada de tanto dar vueltas, especialmente porque lo de orientarse no era una de mis cualidades y sospechaba haber pasado tres días dando vueltas en círculos. Así que el plan había cambiado, aprovecharía que hacía un buen día para la época del año y este árbol tenía una forma especialmente cómoda para quedarme tirada en las ramas, y la mañana siguiente me transformaría y me iría volando hasta el camino de verdad más cercano.

Aunque quizás no había escuchado el lugar más acertado para hacer eso. Se empezó a escuchar una cancioncilla, que no por estar bien ejecutada me resultaba menos molesta en estos momentos, seguida de unos aullidos bastante más inquietantes. Esto último me puso en tensión y me levanté quedando de pie sobre la rama tratando de ver algo. No logré avistar nada, pero pude escuchar perfectamente un sonido horripilante, seguido de unos gritos y más aullidos. Bajé de mi árbol justo a tiempo de ver aparecer a unos tipos en el borde del lago. Una mujer sorprendentemente grande mantenía a raya a los lobos con un látigo mágico, pero no duró demasiado el efecto y los lobos volvieron contra ella.

Viendo que la situación pintaba bastante desagradable para los recién llegados, me dejé caer mientras se me cubría el cuerpo de escamas y brotaban alas y cola^[1]. No tardé demasiado en transformarme, pero para ese momento los lobos estaban atacando de nuevo. Ella sola fue capaz de detener a un par de ellos con unas bolas de agua, pero el tercero estaba a punto de caer sobre ella. Entonces alcé el vuelo^[2] para recortar la distancia que nos separaba y lancé un chorro de aire contra el lobo^[3], que salió volando contra un árbol, aunque por desgracia alcancé también a la mujer.

Aterricé junto a los viajeros para ver si ella para ver si estaba bien, y ante la imposibilidad de comunicarme en condiciones, simplemente giré la cabeza y solté un gruñido de preocupación. Aunque no iba a tener demasiado tiempo para ello porque aunque los lobos habían retrocedido después del contraataque seguían dando vueltas a nuestro alrededor buscando otro punto donde atacar.

***********************

[1] Don Ancestral: [Mágica, 2 usos] Puedo convertirme en un dragón de hasta 4 metros (nariz a punta de la cola), lo que aumenta considerablemente mi resistencia. Puedo volver a forma humana a voluntad.
[2] Habitante de los Cielos: Puedo volar en forma de dragón.
[3] Aliento Elemental: Puedo lanzar mi elemento afín desde mis entrañas en forma de dragón.

**Meraxes** Jue Ago 24 2023, 21:13

Pensé que sería mi fin, la caída me había dejado vulnerable y esa bestia venía directo hacia mi cuello. De pronto alguien o algo se integró a aquella lucha.

En principio pensé que se trataba de Meleis ante el jaleo, pero resultó ser un dragón distinto. Antes de que pudiera siquiera reaccionar ya estaba chocando con un tronco, por suerte la armadura amortiguó el impacto y solo estaba un poco mareada.

Aquel lobo había quedado fuera de combate, aunque desconocía si estaba muerto.

El dragón soltó un ligero gruñido, sabía por experiencia que no era un acto de agresión. Claro que eso lo desconocía el sujeto, que huyó despavorido ante la presencia de lobos y ahora dragones. Le respondí con una leve sonrisa, pero antes de poder agredecerle, la cosa aún no acababa. Los otros aún no estaban fuera de combate.

- ¡Detrás de ti! - Grité en son de alarma al dragón.

Tampoco tardó mucho en escucharse otro rugido, uno que sí conocía a la perfección. Volando por lo bajo y sosteniendo a Bomull con sus patas venía Meleis dispuesto a unirse a la lucha. ⁽¹⁾ Seguramente tanto alboroto atrajo su atención e hizo lo que creyó más prudente.

Se descolocó un poco al notar que había otro dragón entre nosotros, de inmediato negué con la cabeza. - ¡Los lobos! ¡Encárgate de los lobos! - Grité a mi hermano mientras volvía reincorporarme para unirme a la lucha con ellos.

Claramente ahora aquella jauría se encontraba en desventaja y uno de ellos no tardó en ser golpeado por un potente chorro de agua,⁽²⁾ del que pudieron escucharse gemidos de dolor por parte del canino. Por como iba la cosa solo tenían dos opciones: morir allí o salir huyendo.

Off:

Inventario:

Inventario Meleis:

**Monza Sylroc** Vie Ago 25 2023, 12:15

Era una suerte que no sólo mi ataque no hubiera hecho más mal que bien a la mujer, sino que interpretó que por su sonrisa supuse que sabía que no era un acto de agresión, sino solamente mala puntería. Además, otro dragón se unió a la lucha, barriendo a otro lobo con un chorro de agua. Por mi parte, volví a disparar aire contra los lobos que seguían dubitativos, aunque en esta ocasión sin daños colaterales. Después de que uno más de ellos acabara despegando y viendo que no les estaba yendo mucho mejor con el resto de presas, soltaron unos gruñidos y desaparecieron en el bosque mientras yo les rugía como amenaza por si se replanteaban regresar.

Al girarme vi que faltaba un hombre, pero supuse que habría escapado entre la confusión. Tampoco pensé mucho más en él, porque en ese momento me di cuenta de que la mujer me sonaba de algo, y es que era la amiga de Nero que me había vendido el encantamiento de mi colgante para no reventar la ropa en cada transformación. Inmediatamente reabsorbí alas, cola y escamas, reduciéndome y volviendo a mi forma humana, y saludé tanto a Meraxes como al otro dragón que portaba un conejo.

- Meraxes, ¿no te habré hecho daño antes con el chorro de aire, no? A veces no controlo demasiado estas cosas.- «Y quizás no era sólo a veces.» La pregunté mientras me rascaba la cabeza avergonzada.- Bueno, no sé si me recordarás. Soy Monza, fui con Nero a por el encantamiento para evitar quedarme sin ropa al transformarme. Por cierto, es una maravilla.- Comenté emocionada ante la novedad de poder moverme sin preocuparme por conseguir ropa nueva o reparar la que quedaba después de convertirme en dragón.- Aunque a vosotros seguro que no os conozco. Encantada.- Me presenté jovial ante el dragón y el conejo, aunque una parte de mi seguía tensa por encontrarse delante de otro dragón después del combate con Nero.

Entonces empecé a fijarme un poco en el claro en el que estábamos, que ahora que no tenía lobos parecía un lugar bastante tranquilo, además estaba cerca del agua. Para lo cerca que estaba de mi árbol ya se me podría haber ocurrido montar aquí el campamento. Mientras echaba el vistazo por la zona vi las huellas humanas que se alejaban del lugar y recordé al tipo que se había esfumado durante la lucha contra los lobos, que sabía que no se lo habían llevado, pero no estaba segura de si deberíamos hacer algo por él.

- Por cierto, creo que habéis perdido un compañero. ¿Crees que deberíamos ir a buscarle o algo?- Pregunté a Meraxes señalando el rastro que salía del claro.

***********************

[1] Aliento Elemental: Puedo lanzar mi elemento afín desde mis entrañas en forma de dragón.

**Meraxes** Jue Ago 31 2023, 02:52

El verse superados en número y potencia, hizo que los lobos se marcharan. Los ataques de Meleis y el otro dragón fueron efectivos.

Solté un suspiro de alivio, el peligro había pasado. El dragón de aire volvió a su forma humana, me sorprendí un poco al ver de quién se trataba, era la chica que había llevado Nero alguna vez para que le hiciera un encantamiento. - Me alegro ver que sí te funciona. - Sonreí ampliamente.

Meleis, al notarme tan tranquila, también regresó a su forma humana. - ¿Están todos bien? - Se acercó con Bomull en brazos hacia donde estábamos.

- Descuiden estoy bien. Gracias a ambos por la ayuda. Y por su puesto que te recuerdo, ese cabello rojo no se olvida tan fácil. Tu sí que impones. - Le sonreí cálidamente. - Él es Meleis, mi hermano menor, y este pequeñín es Bomull. - Agregué.

Meleis se sonrojó un poco al encontrarse después de tanto tiempo de viaje con otro de su misma especie. - Un placer conocerla, señorita Monza. Espero no haberla asustado. - Dijo con cierta timidez entre pocos tartamudeos.

- No era un compañero, solo alguien lo bastante tonto como para ponerse a cantar en un bosque infestado de lobos completamente solo. - Bufé con cierta molestia al ver que me el idiota básicamente me había dejado a mi suerte. - Eso es lo que pasa cuando quieres jugar al héroe y tratar de salvar a extraños. - Agregué.

- ¿Piensas ir a buscarlo? Pronto oscurecerá. - Preguntó Meleis.

Negué levemente. - Será mejor irnos de aquí y buscar un lugar seguro donde acampar. Los lobos volverán, aunque puedo encantar sus prendas para perder el olor, eso los confundirá un poco. Además, ese rubio seguro con semejante carrera no tardará en salir de aquí o morir en el intento, es su culpa por salir despavorido. - Insistí de brazos cruzados claramente ofendida por lo que había sucedido.

Toda la seriedad del momento se rompió cuando mi estomago comenzó a rugir...

Off:

Inventario:

Inventario Meleis:

**Monza Sylroc** Dom Sep 03 2023, 19:36

Me ruboricé ligeramente por los cumplidos de Meraxes, aunque me sonaba curioso que me llamase imponente una mujer que prácticamente era dos veces yo. Aunque con las presentaciones de Meleys y Bomull se me pasó, especialmente con el segundo, porque una no podía mirar al gomejo y no quererlo. Me quedé pensando en si preguntarla si podía tocar a Bomull sería respetuoso mientras observaba al gomejo, pero como entre tanto me habló su hermano acabé olvidando el tema.

- No te preocupes. Es sólo que llevaba mucho tiempo sin ver a alguien de los míos, o bueno, de los medio míos.- Le respondí mientras me apartaba el pelo de mi oreja derecha, dejando ver que no era del todo dragona.- Aunque casi que impones más en forma humana que como dragón, ¿sois todos tan altos en vuestra tierra?

Lo bueno era que a pesar de que mi altura estaba casi más cerca del gomejo que de los hermanos, con la timidez de Meleis parecía que mi instinto dracónico ya no le consideraba una amenaza y se había calmado.

Respecto al tipo que había huido parecía simplemente un inconsciente al que habían tratado de ayudar, y probablemente era además la fuente del sonido horripilante que había escuchado antes. Dado que Meraxes no parecía demasiado interesada en buscarle, y que ahora que le habíamos librado de los lobos confiaba en que pudiera apañárselas solo, optó por buscar algún sitio donde poder montar un campamento, además de ofrecernos hacernos unos encantamientos que eliminaran nuestro olor. Aunque el ambiente tenso se rompió por el sonido de su estómago clamando comida.

- Creo que tengo algo en la bolsa. No es mucho, pero debería servir para que al menos no nos encuentren los lobos por el sonido de vuestra tripa.- Rebusqué en mi bolsa hasta que encontré un paquete con un trozo de queso y otro con un pan que confiaba no estuviese tan duro como para no ser comestible. No me quedaban más provisiones, pero esperaba que fuese suficiente para esa noche, aunque luego fuésemos a tener que pensar en como conseguir más provisiones.- Yo estaba por aquí cerca también, así que no nos servirá para alejarnos de los lobos, pero bueno, supongo que entre todos buscaremos mejor que por separado.- Al menos en lo que a mi respectaba, que mi única forma de orientarme era alzar el vuelo y buscar desde el cielo mi destino.- Aunque igual mejor es que primero nos alejemos un poco y hagamos una pausa para comer y ponernos esos encantamientos tuyos.

**Meraxes** Sáb Oct 07 2023, 21:43

Me causaba algo de gracia y ternura ver la actitud de la chica, era bastante amable y parecía mucho más asombrada por nuestra estatura que por e hecho de ser de la misma especie. Meleis, que podría competir en timidez con ella se sonrojo de la pena ante su comentario, yo no pude aguantar la risa. - Bien, admito que nuestra familia sí es bastante alta, pero no lo sé, cosas de Dundarak, aunque es irónico pues los magos abundan y son bastante... - bajé la mano -... chiquitos. Como sea... - Volví a reír pues para este punto no tenía la menor idea de cómo justificar nuestra altura.

Finalmente el hambre se hacía presente tanto como la amabilidad de la chica. - Creo que podremos ahorrar esa comida si con algo de suerte algo cayó en la trampa que coloqué antes de que llegaran los lobos. Síganme. - Indiqué mientras guiada por mis pasos los llevaba al lugar hacia donde había dejado la trampa.

No estaba lejos, pero tampoco lo bastante cerca así que la curiosidad previa de los orígenes de la chica me hicieron mirarla de reojo. Meleis se encargó de cerrar la marcha a fin de proteger la retaguardia en caso de algún ataque sorpresa. - ¿Entonces desciendes también de elfos o algo parecido? ¿También tienes habilidades sanadoras? - La curiosidad se acentuaba en mi voz tanto como la emoción.

Off:

Inventario:

Inventario Meleis:

**Monza Sylroc** Mar Oct 10 2023, 23:01

Debía ser que las gentes de Dundarak tenían buena estatura, porque yo era consciente de que era baja en cualquier contexto, pero en comparación con mis actuales acompañantes me sentía un lemming. En cualquier caso, debería ver más norte para poder comprobar si es que en mi tierra la gente era más baja que en resto o solo era cosa mía, aunque desde luego esta altura no había venido por mi lado materno, en mi pueblo mi madre destacaba porque ninguno de los dragones llegaba a ser tan esbelto y alto como una elfa. Y quizás también estaría bien ir pasar por tierras brujas, que si era cierto que eran bajos podía ser bueno encontrar a gente de mi altura por una vez.

- Algún día debería ir a Dundarak para comprobar tu teoría, y bueno, porque supongo que siendo norteña estaría bien ver alguna vez la capital. Espero que aunque no sean todos tan altos como vosotros al menos sean la mitad de agradables.

Viendo que me podía ahorrar le queso si habían tenido suerte con trampa, lo guardé de nuevo y los acompañé hacia donde hubiesen puesto las trampas mientras les respondía a sus dudas sobre mi ascendencia.

- Si, mi padre era un dragón, pero mi madre es una elfa. Aunque parece que lo único que heredé de ella fueron las orejas, no me cuesta transformarme en dragón, pero soy incapaz de curar ni hacer esas cosas mágicas con la luz que hacen ellos. Mis hermanos si que salieron más a ella y tienen esas manos mágicas que te curan al tocarte.- Igual por eso se les había dado mejor adaptarse al pueblo de mi madre cuando abandonamos el norte, o igual simplemente les costaba menos pasar página y no querían volver a casa aunque solo fuera para demostrar a esa vieja que tomó la decisión incorrecta al darnos la espalda.- ¿Vosotros si sois dragones de... pura sangre, digamos, no?

Seguimos andando y no costó demasiado localizar la trampa que habían puesto, ya que había atrapado un conejo que se esforzaba por escapar del nudo que tenía atrapada su pierna. Me quedé mirando al animal capturado y luego al que portaba Meleis en sus brazos, que sabía que no eran exactamente el mismo animal, pero aún así varias dudas iban rondando mi mente.

- Pues parece que algo si que ha caído. Aunque os parece bien comer conejo. No es que yo tenga problemas, pero no sé...- Señalé a Bomull.- Bueno, viajáis con un gomejo. Igual puede ser raro, o algo.

**Meraxes** Mar Nov 07 2023, 15:29

La explicación de la chica era bastante interesante no estaba del todo informado sobre el funcionamiento del hibridaje, aunque tenía la teoría de que si mi vida sexual seguía tan activa no tardaría en ser yo parte de eso. Y hablando de cosas pecaminosas, me fue imposible no pensar y divagar un poco con ese asunto manos mágica y toqueteos, el solo imaginar las posibilidades se sentía fabuloso. A veces tenía el presentimiento que los dioses me iban a maldecir en cualquier momento por vivir la loca, en fin, detalles.

Su pregunta me tomó en plena conversación mental por lo que la respuesta vino de parte de Meleis quien asintió con dulzura. - Sí, nuestros padres y ancestros venimos de dragones. Que yo recuerde no ha habido variación en el linaje, aunque seguro mi hermana romperá con la tradición. - Agregó esto último en son de broma.

- ¡Oye! - Salí de mis pensamientos . - Bueno y qué si es cierto, no es mi culpa que los elfos, humanos, lobos, y personas en general sean tan atrayentes. - Enfaticé muy segura de mi misma. - Ignóralo Monza, solo habla así porque es virgo. - La cara del chico pasó de blanco a rojo en cuestión de segundos por lo que las carcajadas de mi parte no tardaron en llegar.

Como fuera acabamos por llegar hacia donde había colocado la trampa y allí yacía un conejo común y corriente. Monza parecía preocupada por la salud mental de Bomull ante el hecho de comer conejo frente a un gomejo. - Descuida, soy curtidora y me ha visto hacer trajes con pieles, sabe que eso paga su comida y sus lujos. Es un peludo astuto. Y después de superar el trauma de ser limpiador de culos en aquel campamento se le ha forjado el carácter. - Dije bastante relajada mientras me acercaba a terminar con la víctima. - El campamento está por allá, podremos montar. Encendamos esa fogata y mientras ustedes se encargan de la comida me encargaré de las trampas. - Fue la siguiente orden antes de volver a encaminar nuestros pasos hacia lo que había sido el punto inicial de Meleis y mío.

Off:

Inventario:

Inventario Meleis:

**Monza Sylroc** Miér Nov 15 2023, 19:11

Iba a soltar un comentario probablemente no demasiado apropiado sobre la pureza de su familia estando relacionada con que los dragones fuesen unos arrogantes endogámicos, pero afortunadamente las palabras de Meraxes me pillaron desprevenida y me dejaron sin palabras. Y es que igual no se hubiesen tomado bien un insulto a su familia, y puede ser que mi experiencia no fuese aplicable a todo el mundo. Pero en cualquier caso, todo eso abandonó mi mente por la arrolladora sinceridad de la dragona, quedando anonadada ante la respuesta, aunque mi reacción fue más sutil que la de Meleys.

- Si, si... Claro... Tiene todo el sentido del mundo eso que dices.- Respondí intentando fingir que comprendía lo sucedido, balbuceando un poco mientras me enrojecía levemente.

Después de que Meraxes me explicara que el conejo no se iba a molestar porque comiésemos conejo me encogí de hombros y nos pusimos en marcha hacia el campamento. Pero aunque trataba de ignorar esos pensamientos, no podía evitar que en mi mente se fuesen formando imágenes de gente limpiándose el culo con conejos y al final me vi obligada a preguntar.

- Creo que en realidad no quiero saberlo, ¿pero por qué había gente limpiándose la mierda con un gomejo?

Después la dragona se marchó a revisar las otras trampas y quedé son su hermano tratando de encender la hoguera. Intenté hacer fuego con un par de piedras y un poco de yesca seca como había hecho otras veces, pero no conseguía sacar ni una triste chispa. Quizás no estaba acostumbrada a que hubiese gente mirándome, o quizás estaba en tensión porque normalmente cuando había alguien juzgando, la situación solía acabar conmigo arrastrándome por el suelo después de que me enchufaran un chorro de agua a presión. En cualquier caso acabé desistiendo y le di las piedras a Meleys.

- No estoy fina hoy, mejor enciende tu el fuego mientras recolecto unas ramas más para que se mantenga luego.- Fui recolectando alrededor del campamento, pero volví a preguntarle sobre su vida para romper el silencio incómodo.- ¿Y qué os llevó a abandonar el norte y poneros a viajar por el mundo?

**Meraxes** Vie Dic 08 2023, 01:09

Mi instintos salseantes, que nada tenían que ver con que su cara se pusiera roja ante la mención de la virginidad de mi hermano y que yo le metía a todo lo que se moviera, me hicieron sonreí levemente, la chica era un encanto, además las personitas así de pequeñas me daban un instinto protector. Recordé a la bruja de aquel pueblo, que de no ser por la armadura de Elian no hubiera podido amortiguar la caída. - Ay Elian, qué será, deberían hacer un grupo en su honor... - Divagué en mis pensamientos poco antes de contar el cuento de gomejo a la bosta

Decidí que aquello podría estar mejor en la comida por lo que con una seña de mano le hice entender que para luego mientras preparábamos lo necesario. Cada uno tenía una labor en aquel instante, Monza fue muy amable de encargarse de la fogata, aunque quizás tanta falta de oxigeno por la lucha previa la dejó sin posibilidad alguna de encender la chispa, por suerte Meleis, apenado porque olvidó por completo que le había dado lo necesario antes de todo este lío se puso carmesí. - Lo siento, señorita Monza, con esto será más fácil. - añadió para luego de unos toquecitos por aquí y sabe que logró encender la llama.

En lo que se avivaba la chispa y yo me encargaba de desprender el pelo, y todas esas cosas que no vienen al tema porque necesitaba contar una historia comencé a narrar. - Pasó hace algún tiempo, me encontraba en un campamento de refugiados con un par de compañeros. Al parecer una chica muy guapa de la cocina tuvo algún accidente, alguien tan bello como la describen no haría algo así, el punto es que causó una diarrea colectiva que hasta nuestro encargado del lugar acabó meando por el culo, pobre ser... en fin. Los rumores dicen que un sujeto misterioso a fin de distraer a los niños trajo a los gomejos para jugar entre ellos y lanzarlos, al fin y al cabo rebotan bien, pero los afectados por la diarrea al notar lo bien que se desprendían del sucio y con el culo irritado, bueno ya sabes como acabó. Tal vez algún día los gomejos tomen su venganza, no lo sé, es algo que yo haría si se quisieran limpiar el culo conmigo. Como sea no fue hasta que todo ese lío acabó que esperaba al maldito pero que busco ahora que encontré a mi pequeñín en un arbusto solito, desde ahí lo adopté y lo lleve conmigo. - Finalicé entregando ya el animal listo para que alguno de ellos lo cocinara.

- Iré a lavarme las manos y luego me encargo de encantarle esas armaduras. -dije tras guiñarle el ojo a ambos e ir al río a lavarme.

Meleis trató de aguantar un poco la risa por la firma en que aquel cuento fue contado, pero una vez respiró profundo decidió ser él quien al cabo de un rato respondiera la pregunta de la chica. No sabía cómo empezar, la verdad no sabía si contarle la historia o era correcto que saliera de él. - Bueno... eeem, yo... - Fue interrumpido por mi que me secaba con la capa. - Hui de Dundarak en mi adolescencia, mi padre quería que me casara con un viejo y me convirtiera en hacedora de dragones, desde entonces viajo por mi cuenta. - Meleis se quedó pálido pero entendió la indirecta.

- Yo... hace poco me reencontré con mi hermana. Fue luego de un festival, en Dundarak, aunque acabó bastante mal para muchos. - Se aclaró la voz. - Las mariposas explotaron y causó bastante daño, el punto es que a los días posteriores la reconocí, su parecido con nuestra difunta madre es sorprendente por lo que no fue muy difícil y ... además que extrañaba mucho a mi hermana... también estudio animales así que viajar con ella es ayuda al trabajo de campo. - Agregó apenado.

- ¿Alguna aventura interesante que contar? - miré a la chica. - Por cierto necesito alguna prenda o tu armadura ¿puedes quitarte algo? - Le extendí la mano para empezar a trabajar.

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**Monza Sylroc** Mar Dic 12 2023, 23:40

Debía admitir que no esperaba que la historia del gomejo fuera tan escatológica como aleatoria. Mucha gente con ideas extrañas tenía que haber coincidido en ese campamento para que los acontecimientos acabasen resultando de esa forma, y aunque quizás se podría decir que todo había salido bien, no estaba muy segura yo de que unas criaturas invulnerables a quienes habían utilizado para limpiarse el culo fuesen a dejar las cosas así.

- Vaya. Pobrecico. Me sorprende lo cómo que está con vosotros después de lo que tuvo que vivir en ese campamento.- Les dije mientras contemplaba ojiplática al gomejo mientras intentaba comprender todo lo que tenía que haber visto el pobre animal.- Aunque supongo que eso solo puede ser una muestra de lo bien que lo habéis tratado.

Después Meraxes se fue, y parecía que a su hermano le estaba costando empezar a contar su historia. Iba a decirle algo a ver si se animaba cuando la dragona volvió y nos habló de la suya, con una sorprendente naturalidad para ser algo tan duro como tener que huir para evitar que sus padres la vendieran a un viejo como yegua de cría. Supuse que yo hubiera hecho lo mismo, pero afortunadamente no había tenido que hacerlo. Y en cualquier caso, saber el tiempo que debía llevar ya viajando por su cuenta pero sin perder su humanidad solo me hacía admirarla más, algo que era posible que se me estuviese notando más en la cara de lo que debería. Además, la historia sirvió para que Meleis se lanzara a hablar de la suya, una más sencilla pero que también me daba ternura, salvo por la parte de esos bastardos que atacaron Dundarak, a ellos esperaba que los encontrasen y les hicieran pagar.

- Si, ya escuché de lo sucedido con las mariposas explosivas. Fue una pena. Aunque supongo que si ahí pudisteis reencontraros es que hasta de un desastre puede salir algo positivo.- Quizás no hubiese tenido demasiado tacto al decirlo, pero para cuando me di cuenta ya lo había soltado.- Yo no llevo tanto tiempo viajando como vosotros. Después de que se alzaran los falsos dragones ancestrales mi padre fue a enfrentarlos y murió en la Isla Volcánica, pero en nuestro pueblo había demasiada gente que los adoraba y empezamos a tener problemas con la gente, así que me fui con mi madre y sus hermanos a Sandorai.- Confiaba en que mis nuevos compañeros no hubiesen sido de esos que adoraron a los falsos dioses porque igual me volvía a meter en problemas, pero siendo que parecían buena gente, confiaba en que no.- Y la aldea estaba bien, pero notaba que no encajaba, así que me marché para viajar e intentar ayudar a la gente. Aunque todavía no he tenido tiempo de hacer gran cosa. Lo más reseñable fue cuando me encontré con tu amigo Nero en el desierto escoltando a una caravana. Nos atacaron, pero entre los dos derrotamos a los bandidos. Viajamos un poco juntos tras perder a los carros, pero se transformó en dragón y se volvió loco, así que tuvimos que enfrentarnos. Me dejó fina, pero conseguí vencerle y me lo llevé a que lo curasen, y después de eso fue cuando te conocí por primera vez.

Mientras iba contando la historia seguía pensando en lo que me había dicho de quitarme mi armadura para que la encantase. Y aunque mi primer impulso fue soltármela, no tardó en venir a mi mente el detalle de que tenía el dorso de los brazos cubiertos de escamas y no me emocionaba especialmente la idea de que me los vieran. Aunque no quitármela también sería raro después de que se hubiese ofrecido a ayudarme. Tras unos momentos de indecisión, opté por soltarme las hebillas y se la entregué a Meraxes, quedándome simplemente con la camisa que llevaba debajo.

- Espero que te sirva. No es gran cosa, pero es que antes de que me encantases el collar me había acostumbrado a no tener nada de calidad porque solía romperlo al transformarme. Algún día debería ponerme a buscar algo más decente.

**Meraxes** Miér Ene 31 2024, 15:03

El rato de convivencia con la tierna chica resultaba bastante ameno, especialmente por sus expresiones tan espontaneas al escuchar las barbaridades que uno tenía que decir. Sus respuestas resultaban ser muy empáticas y bastante sinceras, que podía decir la chica me parecía una dulzura con patas.

Llegó el turno de sabe run poco más de ella, su historia resultaba bastante dura, el rechazo de ser diferente era algo que solía dejar grandes marcas. Tanto Meleis y yo escuchamos con atención, especialmente la última parte cuando conoció a Nero , sabíamos que lo perseguían por eso y el hecho de que lo ayudara - luego de darle una buena tunda - nos alivió. Meleis, nunca había tenido ocasión de conocer a Nero fuera de sí, pero tras el encuentro con el gato con botas , hubo que ponerlo al corriente.

- En verdad te agradezco el gesto. Nero no es mala persona, la verdad es un tipazo, es bueno saber que ahora contamos con alguien más para ayudar cuando pierde el control. - Agregué poco antes de pedirle la prenda.

Al principio me extrañó su indecisión, le resté importancia, principalmente porque estaba concentrada en mi labor. Meleis, la miró de reojo y sonrió de medio lado, su lado tímido e inseguro le daba una ligera idea del por qué la chica se había negado.

- Cuando quieras puedo hacerte algo especialmente para ti, solo tráeme los materiales y no te cobraré algo más. En caso de que no me encuentre, hay un elfo llamado Elian, es como ver un atardecer en verano, también es bastante bueno con su labor. Puedes decirle que te envío yo y tal vez pueda dejártelo más barato, aunque no lo garantizo, pero la verdad con lo bello que es, le pagaría hasta las estrellas. - Expresé con suspiros por el solo hecho de recordar a tan hermoso espécimen.

No me tomó mucho tiempo escribir la runa que nos brindaría aquella protección extra. - Oye tu también quítate algo. - Ordené a Meleis que estaba un poco más enfocado en la comida. - Oh sí, lo siento. - No tardó en tenderme su capa y posteriormente mirar a Monza.

- Aquí tienes, querida. - Le pasé su prenda, fue cuando noté sus brazos. - Es muy bello. - Dije sin pensar, pero me vi interrumpida por mi hermano.

- ¿Cómo come la carne, señorita Monza? Particularmente a nosotros no nos gusta tan cocida. - Sonrió el chico con dulzura. - Será mejor que vuelva a abrigarse, hace mucho frío.

- Hay un saco de dormir en mi bolsa. Puedes abrigarte con él. - Acoté mientras me dedicaba a la capa de Meleis.

La oscuridad se hacía más y más presente, y muy, muy a lo lejos los aullidos se escuchaban. - Será una noche larga. - Pensó en voz alta Meleis.

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**Monza Sylroc** Sáb Feb 03 2024, 18:39

Agaché la cabeza y sonreí cuando me agradeció el haber ayudado a Nero. Tampoco es que mereciera reconocimiento por ello, porque la parte difícil había sido combatir contra esa bestia salvaje en la que se había convertido, pero no se merecía acabar tirado en el desierto.

- No pasa nada, si es que se le veía que es buena gente. Una pena lo de que al convertirse se le vaya la cabeza, pero no se puede tener todo. Aunque vigiladle, que me preocupa que se quejara de que le sacara de ese lugar, no se le vayan a ocurrir ideas raras...

Mi nerviosismo porque pudieran decir algo raro sobre mi aspecto se disipó cuando después de ofrecerme hacerme unos ropajes más decentes, me recomendó a otro artesano pero acabó divagando sobre su espectacular aspecto. Se me escapó una risilla, aunque que no pareciese que me estaba riendo de ella y traté de aguantarme más carcajadas.

- Bien, el día que necesite algo te buscaré, o haré caso de tu recomendación. Aunque con lo bien que hablas de él, quizás deberías acompañarme un día a verle, así ganaríamos todas algo.

Recuperé mi armadura, pero antes de volver a ponérmela, las palabras de Meraxes sobre mis brazos me pillaron tan desprevenida que cesé en cualquier acción que estuviera realizando y empecé a ponerme roja. Una suerte que su hermano interrumpiese para poder sacarme de esa situación.

- Me adapto a lo que prefiráis vosotros. En mi pueblo nos enseñaban a comer lo que tuviésemos a mano, si te quejabas de la comida acabarías mojado.- Respondí mientras dejaba que el pelo me tapara un poco la cara a ver si con el color de mi pelo no se notaba que estaba tan roja como el trozo de carne que iban a preparar.- Además, tampoco soy una cocinera muy avezada, así que mientras viajaba más me valía poder comer cualquier cosa.- Cogí el saco de dormir que me ofrecía la dragona y me hice un ovillo con él.- Ah, lo que has dicho antes... Muchos pensarían que tienes un criterio bastante cuestionable, pero gracias,- Quitando mi familia, y cuando decía eso, se reducía básicamente a mis padres, nadie había dicho nunca que mis escamas fuesen algo bonito.

**Meraxes** Vie Feb 09 2024, 17:00

Me aliviaba saber que ambas concordábamos en que había que echarle un ojo a Nero, por su seguridad y la nuestra. Eso incrementaba mi estima hacia ella. Un sonrisa sutil se dibujó en mis labios, conocer personas que compartían hasta cierto punto tus mismo estilo era interesante.

Para cuando le comentaba sobre lo que era capaz de hacer, también me enfoqué demasiado en aquel elfo de aura hermosa y cuya sonrisa podía cautivar lo que fuera, era como el sol de verano, cálido y de colores hermosos. Creo que no había espécimen más hermoso y que me hiciera decir semejantes cursilerías, no era amor de eso estaba segura, era ese tipo de admiración inexplicable que surge de una explosión. - Cuando lo conozcas estarás de acuerdo conmigo que merece un sequito de seguidoras. - Agregué en son de broma ¿o no?

Ahora que cada uno tenía protección extra, me levanté de donde estaba, revisaba mi bolsa, aún tenía recursos suficientes para un par de trampas. Meleis por su parte, establecía una conversación con Monza sobre el termino de la carne, por suerte la chica había aclarado que comía de todo. - ¿Por qué te mojaban? - Fue la pregunta que hizo ruido en mi hermano ante tal explicación. - Le prometo que yo no haré eso. - Aclaró apenado tomando en cuenta que su elemento a fín era el agua.

- Colocaré un par de trampas.^* - Dije mientras me alejaba unos cuantos metros, me detuve para girarme de nueva cuenta hacia ellos. - Y... sobre lo "cuestionable", Monza. Soy de las que piensan que la belleza se halla en los lugares o las personas más insólitas, además dicen por ahí que el arte es subjetivo y desde mi perspectiva querida niña, tu eres arte puro. - Con una sonrisa saqué algunos pergaminos. Los aullidos seguían lejanos, pero Meleis no se equivocaba, sería una noche larga.

Meleis acabó por pasarle un trozo de carne ensartado en una vara. - Tomaré la primera guardia, puede descansar si gusta luego de la comida, señorita Monza. -

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**Monza Sylroc** Dom Feb 11 2024, 16:46

No dejaba de sorprenderme la adoración que Meraxes sentía por ese tal Elian, debía ser alguien extraordinario para que hablase así de él. Esperaba encontrármelo algún día, pues con que fuera la mitad de lo que decía la dragona, ya debía ser alguien digno de conocer.

Mientras Meraxes iba preparándose para poner unas trampas, su hermano me preguntó sobre que era eso de mojarme por no comer, lo que me empezaba a hacer sospechar que los métodos de crianza de mi familia eran peculiares, o quizás que en las aldeas no funcionaban las cosas como en las ciudades.

- Mi familia era muy estricta, y cuando no se cumplía con lo que se debía, y quejarse respecto a comer lo que te ponían se consideraba fallar al deber, la amonestación solía incluir un chorro de agua a presión. Pero no pasa nada, después de todo, puedo secarme sin problemas.- A pesar de que seguía teniendo algunas opiniones no demasiado positivas sobre no tener el elemento que se esperaba de mi, una de las cosas que me reconciliaba con el aire que manejaba era su utilidad para ese tipo de tonterías del día a día, y poder secarme en un instante, aunque a veces implicara regar todo lo que estaba a mi alrededor era ese tipo de ventajas.

Las palabras de la dragona antes de irse a poner las trampas me desmontaron un poco. No estaba acostumbrada a escuchar algo así, y menos de una mujer tan imponente como hermosa. Así que mantuve la cabeza agachada para seguir tratando de esconder mi enrojecimiento mientras intentaba farfullar una respuesta.

- Yo... eeeeh... bueno... Gracias.- Al menos intentaría recordar lo de que el arte era subjetivo, pues aunque dudaba que fuese que toda la gente que había conocido tuviera mal criterio, ahora podía confiar en que fuese a conocer a otras personas con un gusto tan cuestionable como el de mi nueva amiga.

Una suerte que siguiera teniendo a Meleys preguntándome por las guardias, para evitar pensar mucho más en ello.

- Lo veo bien, entonces yo haré la segunda.- Cogí el trozo de carne que me ofrecía y empecé a mordisquearlo.- Pero si pasa cualquier cosa, avisadme. O si ves que te estás durmiendo, despiértame y te intento dar conversación hasta que llegue mi turno.

**Meraxes** Lun Mar 04 2024, 22:01

Sin duda la vida de esa chica, hasta cierto punto, me recordó a la que alguna vez tuve antes de huir. Como fuese era agradable escucharla y que estaba abierta al dialogo.

Las trampas fueron montadas, la comida estaba hecha y Meleis había pedido la primera guardia. Tomé a Bomull como almohada, por suerte era tan esponjoso que ni le molestaba que colocara mi cabeza sobre él, de hecho le brindaba tranquilidad ya que le brindaba calor.

Meleis estaba sentado en frente a las brasas, de a ratos nos observaba y miraba a su alrededor. Los sonidos del bosque indicaban que todo parecía estar tranquilo pero nada era descartable.

Se levantó a echarse agua fría en el rostro a fin de espabilar. Los aullidos seguían escuchándose en la lejanía, el sonido del viento gélido resonaba entre las ramas secas de los altos arboles, el leve murmullo del agua siguiendo la corriente. Todo era una perfecta orquesta natural.

Esperaba que la noche siguiera así, aunque si algo llegaba a acercarse y pisar alguna de las trampas nos daríamos cuenta en seguida. Solo el destino, solo los dioses sabrían lo que no deparaba.

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**Tyr** Lun Mar 04 2024, 22:01

El miembro 'Meraxes' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses

'Runas' :
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Resultados :
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**Monza Sylroc** Jue Mar 21 2024, 18:00

Cuando terminamos de cenar me dormí hecha un ovillo en mi saco y dejé que Meleys vigilase durante el primer turno. Al principio se agradecía no tener que estar pendiente o buscar refugios extraños, porque dormir por una vez en el suelo y no encaramada a una rama siempre era algo que agradecer. Y entre la comodidad y la buena cena me quedé dormida rápidamente.

Sin embargo, cuando me despertaron para mi turno ya estaba inquieta por la calma que había habido toda la noche, y me levanté como un resorte. Era demasiado silencio, una al menos esperaría unos pájaros, o que los lobos siguieran haciendo ruido en la distancia, o cosas corriendo por los matorrales. Pero no, solo quedaba el sonido del viento entre los árboles. Es que ni una de las trampas había saltado porque se acercara algún carroñero a las sobras de conejo ni nada.

Los hermanos seguían dormidos, pero yo necesitaba hacer algo más que vigilar mientras tanto, porque si seguía así iba a acabar un poco loca. Me subí a un árbol para poder tener mejor vista, pero a pesar del esfuerzo realizado, no vi nada desde arriba que no viese ya desde el suelo, solo había calma. Seguidamente fui a revisar las trampas, pero tampoco es que algo hubiese caído en ellas pero no nos hubiésemos enterado, todo estaba bien.

Asumiendo que efectivamente estaba tranquilo, por mucho que no dejase de parecerme la calma antes de la tormenta, aproveché para recolectar bayas en los arbustos cercanos. Aunque como tampoco era yo la mayor experta en que era comestible y que no, me limité a las cosas más conocidas. Al rato tenía los brazos como un alfiletero, pero al menos había conseguido un cesto lleno de bayas. Aunque siendo que todavía no había llegado la hora de despertarles, volví a la hoguera, añadí unas ramas más para mantener el fuego y me quedé comiendo mi improvisado desayuno hasta que se empezaron a despertar.

- ¿Queréis comer algo? He aprovechado ahora a recolectar algo que desayunar en vista de que no hay ni un alma en el bosque.- No dejaba de mirar a los matorrales esperando que pasara algo, pero tenía pinta de que ese algo no iba a pasar.- Aunque es todo demasiado tranquilo, no me gusta. Igual es mejor si nos ponemos en marcha cuanto antes.

**Meraxes** Sáb Mar 23 2024, 20:41

La verdad fue un milagro, uno demasiado bueno para ser cierto, que la noche en aquel bosque fuese tan tranquila. Como fuese había dormido como bebé y creo que Meleis también pues fue Monza quien nos había despertado a ambos.

Nos quitamos las lagañas de los ojos, me estiré en un largo bostezo. Meleis, se limitó a frotarse un poco los ojos. - Buen día. - Dijo finalmente aún algo somnoliento.

-Buen día. - respondí a ambos y me senté frente a la fogata viendo la comida quela chica había traído. - No debiste ir sola, pero gracias.- Miraba la comida con bastante entusiasmo - ¡Provecho! - tomé de las bayas y me deleitaba ante ese sabor particularmente ácido que los frutos silvestres poseían.

Meleis, observó la comida y las manos de la chica, había rasguños por lo que antes se siquiera probar un poco, sacó una pequeña botella de su bolsa.^(*) - Toma, bébelo. Te ayudará con los rasguños. - La próxima vez deberías usar guantes, le sonrió con la típica calidez que lo caracterizaba.

Me aclaré la garganta, en señal de que yo seguía presente allí y solo por joderles la paciencia un rato y bromear. Sabía que Meleis no era de esos, o tal vez tanto tiempo conmigo lo habían vuelto, se notaba que Monza parecía querer irse pronto, y no la culpaba, pero seguramente nuestro camino y el de ella debían separarse por ahora.

Tomé todo lo que había sobrado de la comida y metí una de las cantimploras en un pequeño saco par acercarme a ella y dárselo. - Ten. Espero sea suficiente para que salgas de aquí. - Esbocé una sonrisa. - Estoy buscando a un amigo por lo que seguramente mi tiempo en la zona sea más largo y lleno de peligros a los que no me gustaría involucrarte. Sin embargo debo decir que pasar un rato contigo fue divertido, eras fascinante. Y si algún día quieres salir con mi hermano no tengo problemas. - acoté en son de broma al final.

¡Merax! - Exclamó el chico colorado ante semejante barbaridad.

- ¿Qué? - Me hice la inocente. - Es muy bonita y desborda ternura.

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Inventario Meleis:

**Monza Sylroc** Dom Abr 07 2024, 10:43

Al menos mis compañeros parecían haber descansado bien, así que era posible que la sensación de peligro oculto solo estuviera en mi cabeza. De todas formas, yo les había avisado y no tenía intención de pasar demasiado tiempo allí, así que me quedaba tranquila con mi intento. Fui comiendo mis bayas mientras escuchaba hablar a los hermanos.

- No te preocupes, estaba aquí cerca. Hubiera estado feo alejarme mientras seguíais dormidos.- El comentario de Meleys sobre tener cuidado y la poción me pilló más por sorpresa y me costó unos momentos reaccionar antes de bebérmela e hilar lo suficiente mis pensamientos como para responder.- Eeeh... Esto... si, igual debería seguir tu consejo.- O al menos transformarme antes de meterme entre pinchos, eso podría ser una buena idea para la vida en general.- Y gracias por la bebida, se ve que sabéis lo que hacéis.- Comenté viendo lo rápido que se me estacan cerrando los cortes que me habían hecho.

Quizás el momento se estaba poniendo un poco extraño porque Meraxes interrumpió sutilmente, momento en el que aproveché para ayudarla con el reparto de provisiones.

- Gracias, yo también me alegro de haberme encontrado con vosotros. Espero que tengáis suerte buscando a vuestro amigo.

Aunque el último comentario de la dragona sobre pedirle salir a su hermano terminó por desmontarme e hizo que me fuera poniendo más roja que mi pelo, por lo que hice lo único que podía hacer una chica en esta situación.

- Bueno, que os vaya bien. Yo mejor si me voy marchando ya.

Seguidamente me empecé a transformar^[1], y mientras las escamas negras me cubrían el cuerpo y emergían alas y cola solo podía pensar en que al menos en esa forma se me notaba menos lo nerviosa que me había puesto. Y en cuanto me encontré convertida en una dragona, alcé el vuelo^[2], elevándome por encima de los árboles y desapareciendo sin saber bien ni en que dirección estaba saliendo.

******************

[1] Don Ancestral: [Mágica, 2 usos] Puedo convertirme en un dragón de hasta 4 metros (nariz a punta de la cola), lo que aumenta considerablemente mi resistencia. Puedo volver a forma humana a voluntad.
[2] Habitante de los Cielos: Puedo volar en forma de dragón.

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