Pasos Perdidos /Mastereado/ (Libre)
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Pasos Perdidos /Mastereado/ (Libre)
Siempre creí que atraparlas sería sencillo, vamos, no pueden ser tan inteligentes. Lo único bueno que saben hacer –y por eso se me escapan- es esconderse cuando me acerco.
La luz de la luna se disipaba entre las nubes clareadas por el alba, mientras los pequeños agujeritos del cielo se reflejaban sobre el charco en el que se había metido la joven. Sus ropajes, ya de por sí decolorados y medio rotos, ahora se encontraban empapados y llenos de barro medio podrido.
Woodpecker trataba en vano de atrapar la luz de aquellas estrellas que poco a poco iban desapareciendo no sólo bajo su propia sombra sino, entre el murmullo de colores del nuevo día. Como las manos dejaban de funcionarle, como resultado del frío y los raspones, tenía ahora entre sus manos sus fieles y queridas hachas.
Si había una cosa a la que esa chica lobo estaba aferrada eran ese par de armas que para ella eran “todo terreno”, podía cortar tanto su comida como madera –y huesos- además de que más de una vez comprobó que son efectivas para disuadir a ciertos “hombres” de sus pensamientos poco conservadores.
Los primeros rayos de sol despuntaban sobre las copas de aquellos viejos y frondosos árboles cuando se escuchó un grito apagado. En realidad, a Woodpecker no le interesaba demasiado el sufrimiento ajeno, por lo que no varió demasiado el rumbo de su atención, pero pocos segundos más tarde, el viento del Este anunció muerte.
--------
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El viejo sentado en su silla de palo, vieja y desvencijada apuntaba con el dedo a la dirección opuesta desde donde yo había llegado. Al parecer intentaba balbucear algo, pero la sangre que brotaba de su vientre, más bien me corrijo, del agujero de su vientre, no lo dejaban expresarse.
Me acerqué a él, en verdad tenía ganas de lamerlo todo, el olor, el calor y la textura de aquel ámbar rojizo, ese elíxir llamado sangre hacían que casi perdiera los sentidos. Al ver mi proximidad supongo que interpretó que deseaba ayudarlo e intentó proferir algunas palabras más, pero el aire se escapaba de sus pulmones como un acordeón desvencijado y la vida que hacía que su sangre brotara al fin se apagó.
Observé a mi alrededor y bebí el líquido carmesí hasta saciarme. Lo tomé con mis manos e incluso lo lamí disfrutándolo gota a gota. Acto seguido salí a derribar a todos los enemigos de mi benefactor dormido. Aquellos árboles gigantes y horribles.
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La luz de la luna se disipaba entre las nubes clareadas por el alba, mientras los pequeños agujeritos del cielo se reflejaban sobre el charco en el que se había metido la joven. Sus ropajes, ya de por sí decolorados y medio rotos, ahora se encontraban empapados y llenos de barro medio podrido.
Woodpecker trataba en vano de atrapar la luz de aquellas estrellas que poco a poco iban desapareciendo no sólo bajo su propia sombra sino, entre el murmullo de colores del nuevo día. Como las manos dejaban de funcionarle, como resultado del frío y los raspones, tenía ahora entre sus manos sus fieles y queridas hachas.
Si había una cosa a la que esa chica lobo estaba aferrada eran ese par de armas que para ella eran “todo terreno”, podía cortar tanto su comida como madera –y huesos- además de que más de una vez comprobó que son efectivas para disuadir a ciertos “hombres” de sus pensamientos poco conservadores.
Los primeros rayos de sol despuntaban sobre las copas de aquellos viejos y frondosos árboles cuando se escuchó un grito apagado. En realidad, a Woodpecker no le interesaba demasiado el sufrimiento ajeno, por lo que no varió demasiado el rumbo de su atención, pero pocos segundos más tarde, el viento del Este anunció muerte.
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El viejo sentado en su silla de palo, vieja y desvencijada apuntaba con el dedo a la dirección opuesta desde donde yo había llegado. Al parecer intentaba balbucear algo, pero la sangre que brotaba de su vientre, más bien me corrijo, del agujero de su vientre, no lo dejaban expresarse.
Me acerqué a él, en verdad tenía ganas de lamerlo todo, el olor, el calor y la textura de aquel ámbar rojizo, ese elíxir llamado sangre hacían que casi perdiera los sentidos. Al ver mi proximidad supongo que interpretó que deseaba ayudarlo e intentó proferir algunas palabras más, pero el aire se escapaba de sus pulmones como un acordeón desvencijado y la vida que hacía que su sangre brotara al fin se apagó.
Observé a mi alrededor y bebí el líquido carmesí hasta saciarme. Lo tomé con mis manos e incluso lo lamí disfrutándolo gota a gota. Acto seguido salí a derribar a todos los enemigos de mi benefactor dormido. Aquellos árboles gigantes y horribles.
Woodpecker
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Re: Pasos Perdidos /Mastereado/ (Libre)
Hacía una noche tranquila y me paré a descansar un poco sobre la rama de un árbol. El olor de sangre fresca se extendió por el aire, como dije, una noche tranquila y agradable, todo era como debía ser. Mientras miraba fijamente la luna y contaba las pocas estrellas que se veían entre los árboles, en mi forma humana, pues estaba acostumbrada a ella, oí como una loba se acercaba. Estaba en su forma humana pero supe que era licántropa por el olor, por supuesto. Pero no era como yo, no era una sangre pura. Pasó por debajo del arbol en el que me encontraba y se detuvo, seguramente se dio cuenta de mi olor. Miró hacia arriba y le sonreí contenta.
- Tienes sangre en la boca aún, debiste de darte un buen festín. - Me reí de ella, pero no burlándome, o al menos no era esa mi intención.
No fueron muchas las veces que vi a algún "transformado". Pude olerlo de ella. A mi señor no le gustaría que me juntase con ella, pero qué. Sabía que lo descubriría pronto, pero seguro me perdonaría, pues soy una de sus juguetes favoritos.
- Deberías de alejarte un poco de esta zona. La Manada no quiere que los tuyos se acerque demasiado a su territorio. - Miré a la muchacha a los ojos. Negros y profundos. No había muchos de estos pero no eran ninguna rareza, aún así eran hermosos. - Sería una pena que tus ojos se desechasen... - Volví a sonreir.
- Tienes sangre en la boca aún, debiste de darte un buen festín. - Me reí de ella, pero no burlándome, o al menos no era esa mi intención.
No fueron muchas las veces que vi a algún "transformado". Pude olerlo de ella. A mi señor no le gustaría que me juntase con ella, pero qué. Sabía que lo descubriría pronto, pero seguro me perdonaría, pues soy una de sus juguetes favoritos.
- Deberías de alejarte un poco de esta zona. La Manada no quiere que los tuyos se acerque demasiado a su territorio. - Miré a la muchacha a los ojos. Negros y profundos. No había muchos de estos pero no eran ninguna rareza, aún así eran hermosos. - Sería una pena que tus ojos se desechasen... - Volví a sonreir.
Eona
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Re: Pasos Perdidos /Mastereado/ (Libre)
¿Qué me ha llevado a estos bosques? ¿Por qué viajo sin rumbo? ¿Estoy perdido acaso?
No… no lo estoy, ¿o si? Si, creo que si. Esto es territorio de licantropos, no se que hago aquí.
La luz del sol penetraba juguetona a travez del ramaje de los arboles, no era como en los hermosos, muertos y oscuros bosques del oeste, aquí el color irradiaba vida y alegria, mariposas revoloteando por todos lados, arboles enormes de copas verdes, con hojas vivas, y animales corriendo por todos lados. Me quedaria a vivir ahí, era un lugar perfecto, lleno de alegria, vida.
¿Vida?
Si, vida
¿Eso se come?
Si, comemos sangre de cosas vivas
Pero, si nos alimentamos de cosas vivas, no tiene sentido vivir en un lugar asi, ademas mira los rayos del sol, nos quemarian.
¿Los rayos? - Pense, mientras dirigia una mirada fugaz a las copas de los arboles…- Si, supongo que si, los rayos son nuestros enemigos.
Y seguí caminando, la noche caía poco a poco, lentamente, y las penumbras empezaban a apoderarse de ese mundo, dándole un toque más tenebroso, junto al aullido de los lobos que desencadenaba un concierto de bramidos a lo lejos.
Tengo hambre.
Yo también.
Consigue comida.
No hay humanos aquí.
Lo haré yo entonces
¡NO! ¡No lo hagas!
Mi cabeza empezó a dar vueltas, un dolor insoportable aquejaba mi cráneo, como agujas heladas penetrando fuertemente en mi cerebro.
-Listo, ahora a cazar.
¿Qué es eso que se ve a lo lejos?
-Parecen mujeres
¿Mujeres?
-Humanas… licántropos quizá. Averigüemos.
Y trepamos a un árbol, saltando de rama en rama hasta poder divisarles bien, bajo la luz de la luna, tenue, hermosa.
-Si son licántropos nos olerán si nos acercamos mas, incluso creo que ya nos han de haber olido. Esperemos que no, debemos evitar pelea mientras.
Aparentemente comía una algo… ¿un humano? Si, quizá, su sangre parecía apetitosa, el hambre aquejaba mi estomago…
No… no lo estoy, ¿o si? Si, creo que si. Esto es territorio de licantropos, no se que hago aquí.
La luz del sol penetraba juguetona a travez del ramaje de los arboles, no era como en los hermosos, muertos y oscuros bosques del oeste, aquí el color irradiaba vida y alegria, mariposas revoloteando por todos lados, arboles enormes de copas verdes, con hojas vivas, y animales corriendo por todos lados. Me quedaria a vivir ahí, era un lugar perfecto, lleno de alegria, vida.
¿Vida?
Si, vida
¿Eso se come?
Si, comemos sangre de cosas vivas
Pero, si nos alimentamos de cosas vivas, no tiene sentido vivir en un lugar asi, ademas mira los rayos del sol, nos quemarian.
¿Los rayos? - Pense, mientras dirigia una mirada fugaz a las copas de los arboles…- Si, supongo que si, los rayos son nuestros enemigos.
Y seguí caminando, la noche caía poco a poco, lentamente, y las penumbras empezaban a apoderarse de ese mundo, dándole un toque más tenebroso, junto al aullido de los lobos que desencadenaba un concierto de bramidos a lo lejos.
Tengo hambre.
Yo también.
Consigue comida.
No hay humanos aquí.
Lo haré yo entonces
¡NO! ¡No lo hagas!
Mi cabeza empezó a dar vueltas, un dolor insoportable aquejaba mi cráneo, como agujas heladas penetrando fuertemente en mi cerebro.
-Listo, ahora a cazar.
¿Qué es eso que se ve a lo lejos?
-Parecen mujeres
¿Mujeres?
-Humanas… licántropos quizá. Averigüemos.
Y trepamos a un árbol, saltando de rama en rama hasta poder divisarles bien, bajo la luz de la luna, tenue, hermosa.
-Si son licántropos nos olerán si nos acercamos mas, incluso creo que ya nos han de haber olido. Esperemos que no, debemos evitar pelea mientras.
Aparentemente comía una algo… ¿un humano? Si, quizá, su sangre parecía apetitosa, el hambre aquejaba mi estomago…
Daracan Fenixsteel
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Re: Pasos Perdidos /Mastereado/ (Libre)
Aquellos gigantes eran muy lentos, pero pesados y difíciles de derribar. Puedo decir con cierto orgullo y poca algarabía que me llevé unos cuantos conmigo en mi paso a través de sus desordenadas e interminables filas monótonas y aburridas.
El sudor recorría todo mi cuerpo y el hambre volvía a atacar lentamente… como una enfermedad crónica, una adicción de la que no te puedes recuperar. Las noches sin sueño, el dolor, la fatiga, son corrompibles con respecto al dolor indescriptible de un estómago vacío y plano, la resequedad en la garganta y la debilidad del cuerpo y la carne.
… Carne que rondaba en el ambiente. Seguí lentamente mi camino hacia la nueva fragancia que degustaba en el viento, pero aquella tenuidad se iba desvaneciendo y cuando me di cuenta ya era demasiado tarde. O temprano.
La desconocida tenía la melena del color del oro, límpida, brillante. Era una de aquellos a los que le debía mi libertad. Quizá podría preguntarle por direcciones; la observé mientras formulaba mi pregunta. Es de público conocimiento que los “verdaderos” hombres lobo –como algunos se autoproclaman- son bastante sensibles con respecto a jerarquías y todo eso. Lo que no tuve en cuenta fue su reacción al verme: carcajadas.
Cerré mi puño con fuerza alrededor de hacha 1 su tono era cuasi juguetón. ¿Una amenaza? Hice una ligera reverencia ante la desconocida y tomé la palabra por primera vez en bastante tiempo.
Quizá no me importe perder un ojo o dos… si con eso hago feliz a mi… amable benefactor...
Dejé traslucir todos mis dientes en una sonrisa apresurada -y ligeramente intimidatoria- mientras trataba de desarrollar una estrategia pare encontrarme con “la manada”.
Un pequeño cambio en el viento trajo consigo nuevas sorpresas para mi compañía y yo.
El sudor recorría todo mi cuerpo y el hambre volvía a atacar lentamente… como una enfermedad crónica, una adicción de la que no te puedes recuperar. Las noches sin sueño, el dolor, la fatiga, son corrompibles con respecto al dolor indescriptible de un estómago vacío y plano, la resequedad en la garganta y la debilidad del cuerpo y la carne.
… Carne que rondaba en el ambiente. Seguí lentamente mi camino hacia la nueva fragancia que degustaba en el viento, pero aquella tenuidad se iba desvaneciendo y cuando me di cuenta ya era demasiado tarde. O temprano.
La desconocida tenía la melena del color del oro, límpida, brillante. Era una de aquellos a los que le debía mi libertad. Quizá podría preguntarle por direcciones; la observé mientras formulaba mi pregunta. Es de público conocimiento que los “verdaderos” hombres lobo –como algunos se autoproclaman- son bastante sensibles con respecto a jerarquías y todo eso. Lo que no tuve en cuenta fue su reacción al verme: carcajadas.
Cerré mi puño con fuerza alrededor de hacha 1 su tono era cuasi juguetón. ¿Una amenaza? Hice una ligera reverencia ante la desconocida y tomé la palabra por primera vez en bastante tiempo.
Quizá no me importe perder un ojo o dos… si con eso hago feliz a mi… amable benefactor...
Dejé traslucir todos mis dientes en una sonrisa apresurada -y ligeramente intimidatoria- mientras trataba de desarrollar una estrategia pare encontrarme con “la manada”.
Un pequeño cambio en el viento trajo consigo nuevas sorpresas para mi compañía y yo.
Woodpecker
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Re: Pasos Perdidos /Mastereado/ (Libre)
Vi como su mirada se fijaba en la lejanía. - No te sobresaltes, no es más que un simple vampiro chupasangre, aún tardará un poco en llegar. Debe de creer que no hemos notado su presencia. - Me reí levemente, juguetona. La joven de cabello verde no parecía temerle al peligro. "Que divertido." Pensé.
Mientras seguía sentada tranquilamente en el árbol, esta vez con las piernas colgando y columpiandolas, disfrutaba de la brisa nocturna. Sonreí al ver a lo lejos la figura del hombre vampiro. Su comportamiento se veía algo raro, es decir, interesante. Sonreí aún más. Sin dejar de mirar al nuevo le dije a mi hermana imperfecta abajo del árbol:
- No te exaltes, aunque es divertido matar no hay por qué matarle a él y si intenta algo... Bueno, que se le va a hacer. - Me reí con voz fuerte. Realmente no sabía qué hacía un chupasangre en territorio de lobos. Yo realmente no tenía nada en contra de los de su raza, aunque había matado vampiros antes. Pero al adentrarse aquí era un suicidio para él.
Saltaba por las ramas de los árboles y cuando llegó a acercarse más le hablé. - Hola, ¿no crees que estás un poco lejos de casa? Los míos seguro ya notaron tu presencia, lo mejor será que corras. - Dije con una sonrisa. Por suerte para él estábamos en las fronteras con tierra de elfos así que le señalé la dirección. - Tal vez los elfos no te maten. - Me reí.
Mientras seguía sentada tranquilamente en el árbol, esta vez con las piernas colgando y columpiandolas, disfrutaba de la brisa nocturna. Sonreí al ver a lo lejos la figura del hombre vampiro. Su comportamiento se veía algo raro, es decir, interesante. Sonreí aún más. Sin dejar de mirar al nuevo le dije a mi hermana imperfecta abajo del árbol:
- No te exaltes, aunque es divertido matar no hay por qué matarle a él y si intenta algo... Bueno, que se le va a hacer. - Me reí con voz fuerte. Realmente no sabía qué hacía un chupasangre en territorio de lobos. Yo realmente no tenía nada en contra de los de su raza, aunque había matado vampiros antes. Pero al adentrarse aquí era un suicidio para él.
Saltaba por las ramas de los árboles y cuando llegó a acercarse más le hablé. - Hola, ¿no crees que estás un poco lejos de casa? Los míos seguro ya notaron tu presencia, lo mejor será que corras. - Dije con una sonrisa. Por suerte para él estábamos en las fronteras con tierra de elfos así que le señalé la dirección. - Tal vez los elfos no te maten. - Me reí.
Eona
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Re: Pasos Perdidos /Mastereado/ (Libre)
Habiéndome posado en el árbol note que ambas ya habían descubierto mi presencia a la lejanía. Es normal, su olfato es más refinado, y se habían quedado viendo hacia mi dirección por largo rato. Eran mujeres, si, una de pelo verde y otra de pelo rubio. La de pelo rubio empezó a hablar, que ya me habrían detectado, que me cazarían, y que en tierra de elfos estaría mas seguro.
-¿Bromeas? ¡Ja! , porque debería temer a animales que sin manada no tienen remedio. Más bien, mi intención eran las tierras de elfos. Bueno, acepto que me habéis detectado de antes…
Mientras me acomodaba un poco mas en la rama del árbol, me asegure que fuese el mas alto de la zona. A la vez cargaba mi ballesta con un perno y mantenía al alcance mis katares.
-Noto que no se conocen ambas. Despreocupen, mis intenciones son mas sociales que cualquier otra cosa, mientras no intenten atacarme señoritas lobas.
Y diciendo esto sonreí sarcásticamente, nunca había tratado así con licántropos, no se que me pasa…
-¿Bromeas? ¡Ja! , porque debería temer a animales que sin manada no tienen remedio. Más bien, mi intención eran las tierras de elfos. Bueno, acepto que me habéis detectado de antes…
Mientras me acomodaba un poco mas en la rama del árbol, me asegure que fuese el mas alto de la zona. A la vez cargaba mi ballesta con un perno y mantenía al alcance mis katares.
-Noto que no se conocen ambas. Despreocupen, mis intenciones son mas sociales que cualquier otra cosa, mientras no intenten atacarme señoritas lobas.
Y diciendo esto sonreí sarcásticamente, nunca había tratado así con licántropos, no se que me pasa…
Daracan Fenixsteel
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Re: Pasos Perdidos /Mastereado/ (Libre)
“Fuerte” fue mi primera impresión al escuchar hablar a la desconocida. “Territorial… ¿habla con la verdad?” por lo general los licántropos nacidos bajo esa forma no tenían por qué mentir, pero la verdad siempre tiene muchos matices… Al igual que la esencia del visitante. Mi compañía tenía un alegato sobre él y la palabra “Vampiro” cruzó la distancia entre las dos e hizo eco en los rincones del bosque.
“También conoce sobre bichos raros y parece despreocupada pero segura”
Mientras mi compañía distrajo un poco la atención del visitante salté un par de ramas para acercarme a él. La verdad es que jamás había visto a un vampiro que respirara cerca de mi… o bueno, que “mmmm” hiciera lo que hacen los vampiros como sea que fueran.
Al acercarme me percaté que estaba bastante a la defensiva, con algunas cosas que parecían peligrosas… al escucharlo hablar parecía estar en uso pleno de sus facultades, por lo que creí prudente acercarme más para hablar, aunque mi condición física no era la mejor del mundo por lo que me costó bastante trabajo llegar a una distancia de alrededor de tres o cuatro metros de él.
Pero bueno jajaja-Sonreí lo mejor que pude dado que me costaba un poco respirar-Eh, baja aquí un momento tú-apunté al desconocido-Si quieres socializar tienes que mostrarme tus colmillos!
Y sin dar más lugar a protestas miré a la chica rubia. “Si lo quieres comer, cazar o morder y babear sugiero saber al menos nuestros nombres."
Una larga risotada brotó de mis pulmones, pero pronto se vio cortada por otro sonido más amenazante.
“También conoce sobre bichos raros y parece despreocupada pero segura”
Mientras mi compañía distrajo un poco la atención del visitante salté un par de ramas para acercarme a él. La verdad es que jamás había visto a un vampiro que respirara cerca de mi… o bueno, que “mmmm” hiciera lo que hacen los vampiros como sea que fueran.
Al acercarme me percaté que estaba bastante a la defensiva, con algunas cosas que parecían peligrosas… al escucharlo hablar parecía estar en uso pleno de sus facultades, por lo que creí prudente acercarme más para hablar, aunque mi condición física no era la mejor del mundo por lo que me costó bastante trabajo llegar a una distancia de alrededor de tres o cuatro metros de él.
Pero bueno jajaja-Sonreí lo mejor que pude dado que me costaba un poco respirar-Eh, baja aquí un momento tú-apunté al desconocido-Si quieres socializar tienes que mostrarme tus colmillos!
Y sin dar más lugar a protestas miré a la chica rubia. “Si lo quieres comer, cazar o morder y babear sugiero saber al menos nuestros nombres."
Una larga risotada brotó de mis pulmones, pero pronto se vio cortada por otro sonido más amenazante.
Woodpecker
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Re: Pasos Perdidos /Mastereado/ (Libre)
Mi risa cortó la de la chica de cabello verde. Era una risa potente, sonaba en todo el bosque de forma aterradora. Esto era realmente divertido. Salté ágilmente del árbol sin hacer ni el más mínimo ruido. Empecé a acercarme a esos dos con paso lento y decidido, aplaudiendo lentamente. Plas... Plas... Plas...
- ¡Qué divertido! Una medio loba salvaje, un loco y atrevido vampiro y una asesina se encuentran en el bosque. ¿No suena como el inicio de un chiste? - Me reí a carcajadas.
De la nada corrí veloz y ligera hasta el árbol que estaba justo al lado del que estaba subido el vampiro. De un salto agarré un rama alta y me valanceé sobre ella para impulsarme a la siguiente rama, algo más alta y en el árbol en el que el vampiro nos acechaba. Lo miré desde arriba. Los dos se veían algo asombrados por mi rapidez y agilidad, sonreí.
- Yo soy Eona para los amigos. - miré hacia el cielo - ¿No creéis que las estrellas son hermosas esta noche? - Las contemplé durante unos instantes y volví a mirar al vampiro. - Me parece genial que quieras hacer amigos, ahora yo lo soy y por eso te aconsejo que te vayas para no volver. Si crees que un lobo sin manada no es nada es cosa tuya, pero son 5 los que se acercan ahora mismo, si no quieres morir deberías marcharte ahora. - Le mostré mis dientes en una sonrisa burlona. - Nos volveremos a ver y entonces me devolverás el favor. -
Me dejé caer hacia atrás abalanzando mi cuerpo contra el suelo. Justo antes de llegar a él di una voltereta y caí de pie, doblando ligeramente mis rodillas. Miré a la "convertida" con alegría.
- También deberías marcharte ahora... Pero si de verdad quieres arriesgar tu vida mostrándote ante la Manada, este sería el momento, pues 5 de mis hermanos vienen hacia aquí. Aunque no te lo aconsejo. - Sonreí y me encogí de hombros. Tenía curiosidad por lo que fuese a hacer.
- ¡Qué divertido! Una medio loba salvaje, un loco y atrevido vampiro y una asesina se encuentran en el bosque. ¿No suena como el inicio de un chiste? - Me reí a carcajadas.
De la nada corrí veloz y ligera hasta el árbol que estaba justo al lado del que estaba subido el vampiro. De un salto agarré un rama alta y me valanceé sobre ella para impulsarme a la siguiente rama, algo más alta y en el árbol en el que el vampiro nos acechaba. Lo miré desde arriba. Los dos se veían algo asombrados por mi rapidez y agilidad, sonreí.
- Yo soy Eona para los amigos. - miré hacia el cielo - ¿No creéis que las estrellas son hermosas esta noche? - Las contemplé durante unos instantes y volví a mirar al vampiro. - Me parece genial que quieras hacer amigos, ahora yo lo soy y por eso te aconsejo que te vayas para no volver. Si crees que un lobo sin manada no es nada es cosa tuya, pero son 5 los que se acercan ahora mismo, si no quieres morir deberías marcharte ahora. - Le mostré mis dientes en una sonrisa burlona. - Nos volveremos a ver y entonces me devolverás el favor. -
Me dejé caer hacia atrás abalanzando mi cuerpo contra el suelo. Justo antes de llegar a él di una voltereta y caí de pie, doblando ligeramente mis rodillas. Miré a la "convertida" con alegría.
- También deberías marcharte ahora... Pero si de verdad quieres arriesgar tu vida mostrándote ante la Manada, este sería el momento, pues 5 de mis hermanos vienen hacia aquí. Aunque no te lo aconsejo. - Sonreí y me encogí de hombros. Tenía curiosidad por lo que fuese a hacer.
Eona
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Re: Pasos Perdidos /Mastereado/ (Libre)
-¿Con que quieres ver mis colmillos? Pues mira que incitarme a mostrarlos sin haber comido algo es malo… - En fin dije destapando mi cara y mostrando mis colmillos a la mujer de pelo verde - ¿contenta?
Al mismo tiempo note que la rubia trato de ponerse a mi altura con una gran agilidad – Que se piensan estos lobos – Y moviéndome a la defensiva salte hacia atrás, posándome en una rama con gran habilidad. Al mismo tiempo ella empezó a hablar, venían cinco lobos más.
-Veis lo que os digo, venís a defender vuestro territorio en manada, cuando es un traseunte solitario el problema, vaya valientes sois – Dije mientras reía y preparaba mis armas en caso que fuese cierto. La advertencia iba dirigida a la otra también.
-Tu, chica de pelo verde, ¿para que quieres que baje? Si con mantener esta prudente distancia estamos tranquilos, yo no os atacare, y espero que ustedes tampoco. En fin, Serra mejor pasar de las palabras de momento. Me marchare apenas logre cazar algo, mi objetivo es vagar en tierras de elfos, no seguir aquí, nuestras razas son enemigas de por si y a mi se me fue inculcado un odio irracional contra ustedes, pero dado que mi maestro ya no esta con vida… podré desobedecer mis instintos por un tiempo.
Y dicho eso empecé a reír y sacar todo mi arsenal, si vendrían lobos que vinieran, tenia tiempo de no probar sangre de licántropos y seria una ocasión excepcional, si se diese el caso de un enfrentamiento.
Al mismo tiempo note que la rubia trato de ponerse a mi altura con una gran agilidad – Que se piensan estos lobos – Y moviéndome a la defensiva salte hacia atrás, posándome en una rama con gran habilidad. Al mismo tiempo ella empezó a hablar, venían cinco lobos más.
-Veis lo que os digo, venís a defender vuestro territorio en manada, cuando es un traseunte solitario el problema, vaya valientes sois – Dije mientras reía y preparaba mis armas en caso que fuese cierto. La advertencia iba dirigida a la otra también.
-Tu, chica de pelo verde, ¿para que quieres que baje? Si con mantener esta prudente distancia estamos tranquilos, yo no os atacare, y espero que ustedes tampoco. En fin, Serra mejor pasar de las palabras de momento. Me marchare apenas logre cazar algo, mi objetivo es vagar en tierras de elfos, no seguir aquí, nuestras razas son enemigas de por si y a mi se me fue inculcado un odio irracional contra ustedes, pero dado que mi maestro ya no esta con vida… podré desobedecer mis instintos por un tiempo.
Y dicho eso empecé a reír y sacar todo mi arsenal, si vendrían lobos que vinieran, tenia tiempo de no probar sangre de licántropos y seria una ocasión excepcional, si se diese el caso de un enfrentamiento.
Daracan Fenixsteel
Experto
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Re: Pasos Perdidos /Mastereado/ (Libre)
La verdad es que esta muchacha…Eona para los amigos daba escalofrío. Las palmadas que dio hicieron eco en los pelos de mi espalda que se pararon como si un ruido realmente agudo me taladrara los oidos.
Pero bueno, el hecho de que más adelante incluyera a “Señor vampirillo”-como lo bauticé para mis adentros a falta de un nombre mejor, me hizo sentir de lo más bien. Un tanto optimista quizá, aunque supuse que probablemente preferiría dejar que la manada me mate y luego quedarse con mis ojos. Por alguna razón la manera en que me miraba hacía que apretara con más fuerza a mis queridas.
Observé al vampiro mientras se ponía su máscara de nuevo y preparaba sus enseres para una batalla. El viento y el aire clamaban por más sangre. ¿Habría sido esa manada cómplice con aquellos que atacaron a mi presa? Me mordí el labio inferior. Eso de estar pensando las cosas por la vida la mayoría del tiempo no se me daba bien y necesitaba un tanto de inspiración y/o concentración.
De pronto el bosque pareció acallar. Unas nubes obscuras escondieron la tenue luz de la luna y las estrellas comenzaron a apagarse lentamente. El negro que nos rodeaba pronto fue clareado por una ola sucesiva de relámpagos y truenos. Entre uno y otro comenzaron a deslizarse sombras entre las sombras.
Comencé a reírme con tal fuerza que las lágrimas corrían por mis mejillas. “Los azares del destino…”
-Parece que tus recomendaciones ya están fuera de lugar-dije poniéndome seria de la nada-o mas bien… obsoleta.
La llegada de la manada había sido algo bastante repentino pese a que conocíamos la situación de antemano y el hecho de que un vampiro y una transformada estuviéramos en ese territorio no auguraba nada bueno y la tensión parecía un puñal en el pecho de los presentes.
De un salto me puse al costado del hombrecosaconcolmillos. Supongo que no pudo evitar tratar de alejarse de mi al sentir mi calor, pero en este momento mi parte fría comenzaba a dominarme, o más bien, la que comenzaba a hervir con el fragor de la batalla. En los momentos que había tenido que recurrir a mi transformación las cosas solían salirse un poco de las manos…err…garras. Digamos que por lo general la precisión disminuía un poco… bastante.
Apreté con fuerza mis hachas y crucé los brazos sobre mi pecho tratando de reprimir los nervios. Me volví hacia mi compañía más cercana y lo miré a aquellos hierros incandescentes que tenía por ojos. Si, contenta… y no me importa el resto de lo que has estado balbuceando. Creo que hay problemas mayores que tus…eh…conflictos personales.
Miré hacia el suelo, mi respiración se hacía cada vez más rápida y el corazón parecía querer escaparse por mis oídos. “Será todo o nada”[/b]
Pero bueno, el hecho de que más adelante incluyera a “Señor vampirillo”-como lo bauticé para mis adentros a falta de un nombre mejor, me hizo sentir de lo más bien. Un tanto optimista quizá, aunque supuse que probablemente preferiría dejar que la manada me mate y luego quedarse con mis ojos. Por alguna razón la manera en que me miraba hacía que apretara con más fuerza a mis queridas.
Observé al vampiro mientras se ponía su máscara de nuevo y preparaba sus enseres para una batalla. El viento y el aire clamaban por más sangre. ¿Habría sido esa manada cómplice con aquellos que atacaron a mi presa? Me mordí el labio inferior. Eso de estar pensando las cosas por la vida la mayoría del tiempo no se me daba bien y necesitaba un tanto de inspiración y/o concentración.
De pronto el bosque pareció acallar. Unas nubes obscuras escondieron la tenue luz de la luna y las estrellas comenzaron a apagarse lentamente. El negro que nos rodeaba pronto fue clareado por una ola sucesiva de relámpagos y truenos. Entre uno y otro comenzaron a deslizarse sombras entre las sombras.
Comencé a reírme con tal fuerza que las lágrimas corrían por mis mejillas. “Los azares del destino…”
-Parece que tus recomendaciones ya están fuera de lugar-dije poniéndome seria de la nada-o mas bien… obsoleta.
La llegada de la manada había sido algo bastante repentino pese a que conocíamos la situación de antemano y el hecho de que un vampiro y una transformada estuviéramos en ese territorio no auguraba nada bueno y la tensión parecía un puñal en el pecho de los presentes.
De un salto me puse al costado del hombrecosaconcolmillos. Supongo que no pudo evitar tratar de alejarse de mi al sentir mi calor, pero en este momento mi parte fría comenzaba a dominarme, o más bien, la que comenzaba a hervir con el fragor de la batalla. En los momentos que había tenido que recurrir a mi transformación las cosas solían salirse un poco de las manos…err…garras. Digamos que por lo general la precisión disminuía un poco… bastante.
Apreté con fuerza mis hachas y crucé los brazos sobre mi pecho tratando de reprimir los nervios. Me volví hacia mi compañía más cercana y lo miré a aquellos hierros incandescentes que tenía por ojos. Si, contenta… y no me importa el resto de lo que has estado balbuceando. Creo que hay problemas mayores que tus…eh…conflictos personales.
Miré hacia el suelo, mi respiración se hacía cada vez más rápida y el corazón parecía querer escaparse por mis oídos. “Será todo o nada”[/b]
Woodpecker
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Re: Pasos Perdidos /Mastereado/ (Libre)
Suspiré... No me hicieron caso. Ni uno de los dos. Con lo amable que había sido yo con ellos y me dan la espalda... Con lo fácil que habría sido correr hasta desmallarse, pero no, ellos deciden luchar... Los observé desde debajo del árbol y les sonreí. Enfrentarse a la Manada, y además en su territorio. A gente así, que no aprecia sus vidas, no es divertido matarles...
Di unos pasos hacia atrás y en mi forma humana aullé. El sonido resonó por todo el bosque. Pronto vendrían a mi llamada. Ya les había dado a los intrusos oportunidades suficientes para escapar... Una vez más y ni siquiera yo podré evitar su muerte.
De la nada 5 lobos de menor categoría aparecieron detrás de mí formando un medio círculo. Éstos estaban a punto de atacar cuando extendí los brazos y se detuvieron. Miré a mis nuevos amigos con una sonrisa dulce.
- Esta es la última advertencia. Vampiro, por muy fuerte que digas ser, no sobrevivirás ni 30 segundos al ataque de la armada licántropa que se acerca... Una vez que ellos lleguen ya no podré protegerte. Si no aceptas este favor mío, morirás. -
A continuación centré mi mirada en la medio loba que asustada se había puesto al lado del vampiro. ¿A quién se le ocurre? Traicionar así a los de su raza después de decir querer agradecerles... Qué ingenua... La miré con una mirada de odio y desaprobación. Cualquier ser, por fuerte que sea, debería de temer a una mirada así. Con voz fría y resonante dije mirándola a los ojos: - ¿Prefieres la traición a la compañía de tus hermanos y hermanas? - Mostré con las manos los lobos que había detrás mío. - ¿Realmente ibas a atacar a tus iguales? Ellos son como tu. ¿Ibas a derramar su sangre? - De la nada mi furia desapareció y pasé a mostrar una dulce sonrisa. Mi voz se suavizó y sonó como una dulce melodía. - ¿No dijiste querer unirte a la manada? No podrás hacerlo estando muerta. Ya antes era difícil que te aceptásemos, pero con esto no haces más que empeorarlo... - extendí mis brazos en forma de abrazo y sonreí con más ímpetu - Ven. Aún siendo lo que eres, como una hermana, sería una desgracia matarte... -
Di unos pasos hacia atrás y en mi forma humana aullé. El sonido resonó por todo el bosque. Pronto vendrían a mi llamada. Ya les había dado a los intrusos oportunidades suficientes para escapar... Una vez más y ni siquiera yo podré evitar su muerte.
De la nada 5 lobos de menor categoría aparecieron detrás de mí formando un medio círculo. Éstos estaban a punto de atacar cuando extendí los brazos y se detuvieron. Miré a mis nuevos amigos con una sonrisa dulce.
- Esta es la última advertencia. Vampiro, por muy fuerte que digas ser, no sobrevivirás ni 30 segundos al ataque de la armada licántropa que se acerca... Una vez que ellos lleguen ya no podré protegerte. Si no aceptas este favor mío, morirás. -
A continuación centré mi mirada en la medio loba que asustada se había puesto al lado del vampiro. ¿A quién se le ocurre? Traicionar así a los de su raza después de decir querer agradecerles... Qué ingenua... La miré con una mirada de odio y desaprobación. Cualquier ser, por fuerte que sea, debería de temer a una mirada así. Con voz fría y resonante dije mirándola a los ojos: - ¿Prefieres la traición a la compañía de tus hermanos y hermanas? - Mostré con las manos los lobos que había detrás mío. - ¿Realmente ibas a atacar a tus iguales? Ellos son como tu. ¿Ibas a derramar su sangre? - De la nada mi furia desapareció y pasé a mostrar una dulce sonrisa. Mi voz se suavizó y sonó como una dulce melodía. - ¿No dijiste querer unirte a la manada? No podrás hacerlo estando muerta. Ya antes era difícil que te aceptásemos, pero con esto no haces más que empeorarlo... - extendí mis brazos en forma de abrazo y sonreí con más ímpetu - Ven. Aún siendo lo que eres, como una hermana, sería una desgracia matarte... -
Eona
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Re: Pasos Perdidos /Mastereado/ (Libre)
La mujer de pelo verde se puso rápidamente a nuestra par, seguro ha presentido algo…
¿Entonces nos hará bien aliarnos con licántropos? Pueden detectar cosas a la distancia…
Tal vez.
Varias sombras rondan alrededor nuestro, la mujer rubia ha soltado otra sarta de amenazas sin sentido, pero en el estado actual en el que estamos, no podremos combatir abiertamente… Quizá pueda convencer a esta mujer de pelo verde que me acompañe durante mi travesía un tiempo, nos seria de utilidad…
Inténtalo.
-Oye tu – Le dije a la mujer verde, que estaba a la par mía – No creo conveniente para ninguno de los dos luchar de momento, yo no he comido en días y mis fuerzas están muy debilitadas… y tu no te ves muy apta para un combate aun – Dije en un susurro ligero, que ella si oiría y la otra no – Quizá podemos retirarnos de este combate, acompaña un tiempo en mi viaje y te enseño a luchar, no tendrías necesidad de esta patética manada, ¿te parece?
Mientras me ponía a la defensiva, los lobos se habían puesto en un círculo cerrado alrededor del árbol, los podía ver a la distancia… si estuviera en mis buenos tiempos (bien alimentado) los vencería fácilmente, pero ahora con mis fuerzas mermadas seria cosa difícil, lo mejor era huir, pero debía esperar la respuesta de ella.
¿Entonces nos hará bien aliarnos con licántropos? Pueden detectar cosas a la distancia…
Tal vez.
Varias sombras rondan alrededor nuestro, la mujer rubia ha soltado otra sarta de amenazas sin sentido, pero en el estado actual en el que estamos, no podremos combatir abiertamente… Quizá pueda convencer a esta mujer de pelo verde que me acompañe durante mi travesía un tiempo, nos seria de utilidad…
Inténtalo.
-Oye tu – Le dije a la mujer verde, que estaba a la par mía – No creo conveniente para ninguno de los dos luchar de momento, yo no he comido en días y mis fuerzas están muy debilitadas… y tu no te ves muy apta para un combate aun – Dije en un susurro ligero, que ella si oiría y la otra no – Quizá podemos retirarnos de este combate, acompaña un tiempo en mi viaje y te enseño a luchar, no tendrías necesidad de esta patética manada, ¿te parece?
Mientras me ponía a la defensiva, los lobos se habían puesto en un círculo cerrado alrededor del árbol, los podía ver a la distancia… si estuviera en mis buenos tiempos (bien alimentado) los vencería fácilmente, pero ahora con mis fuerzas mermadas seria cosa difícil, lo mejor era huir, pero debía esperar la respuesta de ella.
Daracan Fenixsteel
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Re: Pasos Perdidos /Mastereado/ (Libre)
El aullido había sido suficiente reclamo para que Skell se pusiese en marcha con su manada, odiaba como el que más a los vampiros y tenía asuntos pendientes con ellos, pero eso no había sido un aullido normal, había sido el de la loba solitaria que solía rondar por la guarida. Eona creo que se llamaba... qué extraño.. En seguida puso en marcha a todo su grupo, él delante como pura sangre y detrás suyo su manada, con su hijo y unos cuantos imperfectos. Normalmente habitaban el territorio de caza de los bosques del este como muchos más grupos de licántropos, pero estaba seguro de que no muchos podrían oír su reclamo pues por su débil aullido notó que no estaba muy acostumbrada a pedir ayuda, y por eso era necesario apremiarse. Gruñó unas órdenes y aceleraron el paso.
Su olfato era excelente y en el momento en que captó el olor a muerto y a lobo se puso tenso, sabía que faltaba poco. Gruñó algunas órdenes más y el grupo se dispersó en distintas direcciones pero su hijo continuaba a su lado, dos grandes lupinos corriendo hacia lo que era un invasor, pero pronto lo encontró en la lejanía. Primero vio a Eona, seguidamente desvió su mirada y encontró al muerto y a la otra loba. ¿Qué haría a su lado? Debía ser su rehén, debía actuar con rapidez.
Sus años de experiencia en cacería y guerra lo habían dotado de una sorprendente fuerza, sumando a su gran tamaño lo hacía una bestia terrorífica.
Se adelantó a su hijo, también a cualquier licántropo que les hubiese tomado delantera anteriormente y cuando se acercaba escuchó al viento que traía unas débiles palabras, seguidamente se abalanzó de costado contra el árbol que mantenía a los dos en pie. Fue un sonoro golpe pero el árbol no cayó pues el tronco era demasiado amplio como para ser derribado de un solo golpe, pero el golpe fue tal que los dos perdieron el equilibrio y cayeron de la rama donde se sostenían.
Skellson, el hijo del jefe de manada saltó y se destransformó al momento para coger a la joven loba en el aire y que no sufriese daños pero el vampiro se dio un fuerte golpe contra el suelo que incluso rebotó contra él, pero milagrosamente no se hizo daños internos importantes que necesitasen de tratamiento, pero cuando Daracan fue a levantar la vista vio a un hombre musculoso con algunas arrugas y una barba blanca, una cicatriz en forma de cruz en la mejilla derecha y un brazo completamente vendado.
Le pisó el brazo derecho.
- ¿Qué busca un vampiro en estas tierras? Sabéis que no tenéis permitida la entrada, escoria. - Escupió al suelo pero cerca de la cara del vampiro. - Los lobos tenemos unos oídos finos, chaval, es posible que creas lo contrario, pero La Manada somos hermanos, y si llamas patético a uno, nos lo llamas a todos, y si nos lo llamas a todos, llamas a Thorbald patético a su vez, y te aseguro que si lo vieses te cagarías en los calzones y no repetirías lo que has dicho.
Alzó la pierna hasta su cintura y con un rápido movimiento vertical lanzó un pisotón al brazo del vampiro, rompiéndole los huesos que había bajo la carne, dejando así inutilizado la extremidad superior derecha.
Entonces pudieron ver como treinta y cinco lobos más se aproximaban, rodeándolos pero dejando una apertura por el oeste, pues a pesar de todo, Skell había dado órdenes que si el vampiro dejaba las tierras de La Manada por libre voluntad, no se lo impedirían, no sería él quien matase por meterse en una tierra prohibida, no era su estilo, pero no podía dejarlo pasar sin castigo. - Lárgate ahora por el oeste, hacia tu tierra, y que no volvamos a verte. No sé qué tal te manejas contra un viejo lobo como yo, pero somos cuarenta y dos en total como puedo contar. - Seguidamente miró a la loba, imperfecta según podía oler, y se acercó a ella, dejando al hombre en el suelo tendido, ya no le prestaba atención alguna, e incluso si deseaba salir de allí, no se lo impediría, era libre de marcharse y deseaba que así lo hiciese.
La mujer de pelo verde lo miraba como con miedo, pero no le dio mucha importancia pues supuso que había sido que era porque el vampiro la había secuestrado. Al llegar a ella lo primero que hizo fue examinar su cuello y no vio rastro de mordidas así que suspiró aliviado. - Muchacha, no temas, que La Manada ya está aquí, estás a salvo.
Su olfato era excelente y en el momento en que captó el olor a muerto y a lobo se puso tenso, sabía que faltaba poco. Gruñó algunas órdenes más y el grupo se dispersó en distintas direcciones pero su hijo continuaba a su lado, dos grandes lupinos corriendo hacia lo que era un invasor, pero pronto lo encontró en la lejanía. Primero vio a Eona, seguidamente desvió su mirada y encontró al muerto y a la otra loba. ¿Qué haría a su lado? Debía ser su rehén, debía actuar con rapidez.
Sus años de experiencia en cacería y guerra lo habían dotado de una sorprendente fuerza, sumando a su gran tamaño lo hacía una bestia terrorífica.
Se adelantó a su hijo, también a cualquier licántropo que les hubiese tomado delantera anteriormente y cuando se acercaba escuchó al viento que traía unas débiles palabras, seguidamente se abalanzó de costado contra el árbol que mantenía a los dos en pie. Fue un sonoro golpe pero el árbol no cayó pues el tronco era demasiado amplio como para ser derribado de un solo golpe, pero el golpe fue tal que los dos perdieron el equilibrio y cayeron de la rama donde se sostenían.
Skellson, el hijo del jefe de manada saltó y se destransformó al momento para coger a la joven loba en el aire y que no sufriese daños pero el vampiro se dio un fuerte golpe contra el suelo que incluso rebotó contra él, pero milagrosamente no se hizo daños internos importantes que necesitasen de tratamiento, pero cuando Daracan fue a levantar la vista vio a un hombre musculoso con algunas arrugas y una barba blanca, una cicatriz en forma de cruz en la mejilla derecha y un brazo completamente vendado.
Le pisó el brazo derecho.
- ¿Qué busca un vampiro en estas tierras? Sabéis que no tenéis permitida la entrada, escoria. - Escupió al suelo pero cerca de la cara del vampiro. - Los lobos tenemos unos oídos finos, chaval, es posible que creas lo contrario, pero La Manada somos hermanos, y si llamas patético a uno, nos lo llamas a todos, y si nos lo llamas a todos, llamas a Thorbald patético a su vez, y te aseguro que si lo vieses te cagarías en los calzones y no repetirías lo que has dicho.
Alzó la pierna hasta su cintura y con un rápido movimiento vertical lanzó un pisotón al brazo del vampiro, rompiéndole los huesos que había bajo la carne, dejando así inutilizado la extremidad superior derecha.
Entonces pudieron ver como treinta y cinco lobos más se aproximaban, rodeándolos pero dejando una apertura por el oeste, pues a pesar de todo, Skell había dado órdenes que si el vampiro dejaba las tierras de La Manada por libre voluntad, no se lo impedirían, no sería él quien matase por meterse en una tierra prohibida, no era su estilo, pero no podía dejarlo pasar sin castigo. - Lárgate ahora por el oeste, hacia tu tierra, y que no volvamos a verte. No sé qué tal te manejas contra un viejo lobo como yo, pero somos cuarenta y dos en total como puedo contar. - Seguidamente miró a la loba, imperfecta según podía oler, y se acercó a ella, dejando al hombre en el suelo tendido, ya no le prestaba atención alguna, e incluso si deseaba salir de allí, no se lo impediría, era libre de marcharse y deseaba que así lo hiciese.
La mujer de pelo verde lo miraba como con miedo, pero no le dio mucha importancia pues supuso que había sido que era porque el vampiro la había secuestrado. Al llegar a ella lo primero que hizo fue examinar su cuello y no vio rastro de mordidas así que suspiró aliviado. - Muchacha, no temas, que La Manada ya está aquí, estás a salvo.
Offrol: Sí, tienes el brazo roto y tienes que ir a curarlo.
Fehu
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Re: Pasos Perdidos /Mastereado/ (Libre)
Las palabras de Eona hicieron eco en lo más profundo de mí. Ella hablaba de traición. ¿En realidad sabría lo que significaba esa palabra? Yo no conocí las guerras y acepto que mi experiencia en la vida no es vasta… pero yo, en carne viva, viví la traición de mi propia raza, de mi familia…
Me volví a morder los labios al escucharla hablar. Probablemente la vida en manada permite hablar de ese tipo de cosas con tal propiedad.
Keh, jajaja, hermanos de sangre dices- y le apunté con mi hacha más larga tú, no sabes nada… y una oleada de sollozos comenzó a invadir mi pecho, aquél nerviosismo se opacó frente a la magnitud de aquella sensación de reminiscencia, mezclada de dolor y odio.
No me di cuenta de lo fuerte que apretaba mis dientes hasta que sentí aquél gusto tan conocido del oxido en mi paladar, en otras ocasiones hubiera sido una exquisitez, pero en estos momentos no me sentía nada bien, tenía ganas de matar. La observé, su invitación a la manada y aquél gesto de amor…
Amor corrompido por la pureza de su raza quizá. …supongo que sabes qué me espera contigo y tu manada… verdad mis ojos desafiantes y con sed de sangre, observé al vampiro y él tomó la palabra. Escuché atentamente lo que me dijo y lo ponderé bien, puesto que me interesaba un pelín reconocer algunos miembros de la manada, pero la idea era muy acogedora.
Me acerqué a él y en un susurro apenas audible comencé a responderle Sólo si me enseñas más cosas sobre vampiros…podrí… mi respuesta fue súbitamente interrumpida por una serie de sucesos de lo más rápidos y extraños. Cuando iba a terminar de hablar estaba en los brazos de un joven licántropo, fuerte y con mirada valiente. Sus ojos reflejaban al mar, tranquilos, acuosos y perfectos, estaba ligeramente traspirado. “Una larga caminata”
Mi breve análisis llegó a su fin cuando vi que el vampiro corría con una suerte muy distinta a la mía. Los pelos se me crisparon al escuchar el crujido de los huesos de aquel ser tan misterioso. El olor que provenía de él cambió ligeramente. Busqué con la mirada a Eona, pero ella parecía estar disfrutando del espectáculo.
Comencé a temblar, realmente estos tipos metían miedo. El jefe, un licántropo fuerte y grande vino hacia mi, si era como su compañera estaría en problemas, sobre todo después de escucharlo hablar de esa forma.
“Muchacha, no temas, que La Manada ya está aquí, estás a salvo.”
Un jefe sexy-proferí un gruñido bajo de aprobación pero con muy malas maneras. ¿Manada? ¡Pamplinas! el nerviosismo y la impotencia comenzaban a desvanecerse mientras mi instinto se desvelaba lentamente, lo observé a los ojos y mantuve su mirada.
El vampiro es mi presa, jajaja y no necesito la ayuda de una gran manada, veo que ustedes son diferentes a aquellos que se fijan en los linajes… pero aquél al que busco no está entre sus filas y mi macho espera en las tierras que limitan con los elfos me detuve para ver su reacción y luego estallé en cargajadas sonoras.
Después del tiempo suficiente para lograr cierto efecto entre la pequeña multitud me las arreglé para colarme cerca del vampiro Ahora… si me permiten…. Hice una leve reverencia y finjí darle un buen golpe en la cabeza al desconocido y crucé los dedos para que la gran función terminara pronto.
Me volví a morder los labios al escucharla hablar. Probablemente la vida en manada permite hablar de ese tipo de cosas con tal propiedad.
Keh, jajaja, hermanos de sangre dices- y le apunté con mi hacha más larga tú, no sabes nada… y una oleada de sollozos comenzó a invadir mi pecho, aquél nerviosismo se opacó frente a la magnitud de aquella sensación de reminiscencia, mezclada de dolor y odio.
No me di cuenta de lo fuerte que apretaba mis dientes hasta que sentí aquél gusto tan conocido del oxido en mi paladar, en otras ocasiones hubiera sido una exquisitez, pero en estos momentos no me sentía nada bien, tenía ganas de matar. La observé, su invitación a la manada y aquél gesto de amor…
Amor corrompido por la pureza de su raza quizá. …supongo que sabes qué me espera contigo y tu manada… verdad mis ojos desafiantes y con sed de sangre, observé al vampiro y él tomó la palabra. Escuché atentamente lo que me dijo y lo ponderé bien, puesto que me interesaba un pelín reconocer algunos miembros de la manada, pero la idea era muy acogedora.
Me acerqué a él y en un susurro apenas audible comencé a responderle Sólo si me enseñas más cosas sobre vampiros…podrí… mi respuesta fue súbitamente interrumpida por una serie de sucesos de lo más rápidos y extraños. Cuando iba a terminar de hablar estaba en los brazos de un joven licántropo, fuerte y con mirada valiente. Sus ojos reflejaban al mar, tranquilos, acuosos y perfectos, estaba ligeramente traspirado. “Una larga caminata”
Mi breve análisis llegó a su fin cuando vi que el vampiro corría con una suerte muy distinta a la mía. Los pelos se me crisparon al escuchar el crujido de los huesos de aquel ser tan misterioso. El olor que provenía de él cambió ligeramente. Busqué con la mirada a Eona, pero ella parecía estar disfrutando del espectáculo.
Comencé a temblar, realmente estos tipos metían miedo. El jefe, un licántropo fuerte y grande vino hacia mi, si era como su compañera estaría en problemas, sobre todo después de escucharlo hablar de esa forma.
“Muchacha, no temas, que La Manada ya está aquí, estás a salvo.”
Un jefe sexy-proferí un gruñido bajo de aprobación pero con muy malas maneras. ¿Manada? ¡Pamplinas! el nerviosismo y la impotencia comenzaban a desvanecerse mientras mi instinto se desvelaba lentamente, lo observé a los ojos y mantuve su mirada.
El vampiro es mi presa, jajaja y no necesito la ayuda de una gran manada, veo que ustedes son diferentes a aquellos que se fijan en los linajes… pero aquél al que busco no está entre sus filas y mi macho espera en las tierras que limitan con los elfos me detuve para ver su reacción y luego estallé en cargajadas sonoras.
Después del tiempo suficiente para lograr cierto efecto entre la pequeña multitud me las arreglé para colarme cerca del vampiro Ahora… si me permiten…. Hice una leve reverencia y finjí darle un buen golpe en la cabeza al desconocido y crucé los dedos para que la gran función terminara pronto.
Woodpecker
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Re: Pasos Perdidos /Mastereado/ (Libre)
Había salido a reconocer los terrenos, un paseo rutinario como siempre, demasiada paz, demasiada quietud en los bosques. Eso me enervaba la sangre, había decidido mantenerme un tiempo aquí, tratar de ayudar y dejar de vagar pero nada pasaba.
Y así seguía siendo, casi podía saber sin mirar por donde andaba, las rocas en la misma posición, la hierba alta sin indicios de intrusos… ¿eso debería ser buena señal?. No para mi, no estaba acostumbrado a la calma, me sentía impotente, enjaulado. Había nacido para la guerra y la paz me corroía, me emponzoñaba mas que cualquier otro veneno.
Continué caminando y sintiendo cada vez mas la opresión de esta paz en mi pecho, salte una pequeña rama y continúe mi paso, el terreno estaba algo resbaladizo pero no me molestaba en absoluto, estaba mas que acostumbrado a moverme por el.
De repente ladee la cabeza, una multitud de olores extraños me invadió. Muchos de eran licántropos pero no con el mismo olor que yo o cualquier otro miembro de mi manada, era distinto ,parecía mezclado con el mismo tiempo, con eras de existencia… Y sabia quienes eras, jamás los había encontrado y esa la razón misma que hacia que no pudiesen ser mas que ellos, en este bosque lo único que se le escapaba era… la manada.
Había mas olores allí, mas lobos y lo que parecía una sanguijuela, generalmente no toleraría una sanguijuela por allí, pero la manada… esos malditos bastardas que se creían superiores, la premisa del clan colmillo de hierro era aceptar a cualquier hermano o hermana que necesitase ayuda, pero ellos…
Ellos nos discriminaban, dejaban de lado a sus hermanos por no ser exactamente como ellos, e incluso para mi, para alguien sin el menor honor o sentido de responsabilidad… eso era inaceptable.
Empecé a moverme mas rápido ahora en dirección al olor, notaba como mi corazón empezaba a retumbar en mi pecho, las manos se me humedecían de anticipada diversión. Acelere aun mas el paso sin pensarlo, de nuevo había acción en los bosques y no pensaba perdérmela… estuviese invitado o no.
Un grito resonó cuanto estaba muy cerca de la posición de la manada, no sabia lo que pasaba pero acorte la distancia en segundos y salí al lugar donde estaban todos. Ya habían notado mi presencia y el ruido de mi carrera, de hecho no me había preocupado por ocultarme, y un par de ojos lupinos estaban mirando hacia mi, calibrándome a mi y mis intenciones.
Por mi parte me tome mi tiempo en ver lo que ocurría, un sujeto yacía en el suelo sujentadose el brazo que estaba en una extraña posición, probablemente el grito había sido suyo, cerca de el había un sujeto que se había acercado a una chica de pelo verde. Mientras los miraba el tipo miro hacia mi, sus ojos… eran duros, unos ojos acostumbrados a mandar, unos ojos que no aceptaban que se les llevase la contraria. Casi me recordó a Nana… pero solo casi, a Nana le debía mi lealtad sin embargo este sujeto no agradaba en absoluto, ni siquiera siendo uno de mis hermanos.
Moví mi pie derecho en dirección a el y enseguida recibí respuesta, el lobo mas cercano a mi me enseño los dientes lo que causo que una sonrisa amaneciese en mi labios.
- ¿Acaso quieres que me haga una bufanda con tu pellejo cachorrito? - Acompañe mis palabras de un gruñido mientras le mostraba mis propios caninos y mis ojos se tornaban amarillentos. Una treintena de ojos de licántropos poco amistosos se volvieron hacia mi… Pero no importaba, era demasiado estupido, orgulloso y estaba demasiado cabreado con esta supuesta manada como para que eso pudiese intimidarme. Les demostraría que nada les hacia mejor que nosotros aunque ello conllevase teñir el bosque con sangre.
Y así seguía siendo, casi podía saber sin mirar por donde andaba, las rocas en la misma posición, la hierba alta sin indicios de intrusos… ¿eso debería ser buena señal?. No para mi, no estaba acostumbrado a la calma, me sentía impotente, enjaulado. Había nacido para la guerra y la paz me corroía, me emponzoñaba mas que cualquier otro veneno.
Continué caminando y sintiendo cada vez mas la opresión de esta paz en mi pecho, salte una pequeña rama y continúe mi paso, el terreno estaba algo resbaladizo pero no me molestaba en absoluto, estaba mas que acostumbrado a moverme por el.
De repente ladee la cabeza, una multitud de olores extraños me invadió. Muchos de eran licántropos pero no con el mismo olor que yo o cualquier otro miembro de mi manada, era distinto ,parecía mezclado con el mismo tiempo, con eras de existencia… Y sabia quienes eras, jamás los había encontrado y esa la razón misma que hacia que no pudiesen ser mas que ellos, en este bosque lo único que se le escapaba era… la manada.
Había mas olores allí, mas lobos y lo que parecía una sanguijuela, generalmente no toleraría una sanguijuela por allí, pero la manada… esos malditos bastardas que se creían superiores, la premisa del clan colmillo de hierro era aceptar a cualquier hermano o hermana que necesitase ayuda, pero ellos…
Ellos nos discriminaban, dejaban de lado a sus hermanos por no ser exactamente como ellos, e incluso para mi, para alguien sin el menor honor o sentido de responsabilidad… eso era inaceptable.
Empecé a moverme mas rápido ahora en dirección al olor, notaba como mi corazón empezaba a retumbar en mi pecho, las manos se me humedecían de anticipada diversión. Acelere aun mas el paso sin pensarlo, de nuevo había acción en los bosques y no pensaba perdérmela… estuviese invitado o no.
Un grito resonó cuanto estaba muy cerca de la posición de la manada, no sabia lo que pasaba pero acorte la distancia en segundos y salí al lugar donde estaban todos. Ya habían notado mi presencia y el ruido de mi carrera, de hecho no me había preocupado por ocultarme, y un par de ojos lupinos estaban mirando hacia mi, calibrándome a mi y mis intenciones.
Por mi parte me tome mi tiempo en ver lo que ocurría, un sujeto yacía en el suelo sujentadose el brazo que estaba en una extraña posición, probablemente el grito había sido suyo, cerca de el había un sujeto que se había acercado a una chica de pelo verde. Mientras los miraba el tipo miro hacia mi, sus ojos… eran duros, unos ojos acostumbrados a mandar, unos ojos que no aceptaban que se les llevase la contraria. Casi me recordó a Nana… pero solo casi, a Nana le debía mi lealtad sin embargo este sujeto no agradaba en absoluto, ni siquiera siendo uno de mis hermanos.
Moví mi pie derecho en dirección a el y enseguida recibí respuesta, el lobo mas cercano a mi me enseño los dientes lo que causo que una sonrisa amaneciese en mi labios.
- ¿Acaso quieres que me haga una bufanda con tu pellejo cachorrito? - Acompañe mis palabras de un gruñido mientras le mostraba mis propios caninos y mis ojos se tornaban amarillentos. Una treintena de ojos de licántropos poco amistosos se volvieron hacia mi… Pero no importaba, era demasiado estupido, orgulloso y estaba demasiado cabreado con esta supuesta manada como para que eso pudiese intimidarme. Les demostraría que nada les hacia mejor que nosotros aunque ello conllevase teñir el bosque con sangre.
kurono key
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Re: Pasos Perdidos /Mastereado/ (Libre)
La medio loba empezó a rechazar su oferta. Qué ingenua... Empezaron a planear una huida juntos. Por mí bien. Empezaba a aburrirme ya esta situación y tenía ganas de seguir con mi viaje pero no tardé mucho en notar que no sería así... Los olores de la manada se acercaban, no faltaba mucho para que llegasen. Les eché una última ojeada, sonriendo. "Skell, ese viejo loco..." pensé. Lo oí llegar pero al parecer fui la única pues esos dos se cayeron del árbol sorprendidos. A la chica la cogió el hijo de Skell mientras que él se ocupaba del vampiro. Mira que les advertí.
Después de romperle el brazo al chupasangre me miró por encima. - Bonita entrada. - Le sonreí. No nos habíamos visto muchas veces pero yo sabía muchas cosas de él. Ellos no lo sabían, pero Thorbald me hizo estudiar la mayoría de los archivos del clan, conocía a todos los licántropos de los que constaban ahí.
A continuación el viejo lobo le ofreció al vampiro la misericordiosa opción de abandonar el territorio. Eso sí que no me lo esperaba, dejando marchar a un vampiro. Permanecí de pié con los brazos cruzados, disfrutando del espectáculo y riéndome a ratos. Pasó a la convertida y la trató con gentileza, a lo que ella respondió con algo que cualquier lobo tomaría como una ofensa. "Tan ingenua..." Me reí con fuerza. ¿Qué era lo que le hacía apegarse tanto al chupasangre? Hace un momento quería comérselo y ahora son amigos inseparables... Todo se volvió tan interesante.
Ella se acercó a su nuevo amigo ignorándome por completo. Era su decisión, mala, pero su decisión. ¿En serio se creía que iba a engañar a más de 40 lobos? Tan gracioso...
Para complicar aún más las cosas en poco llegaría uno de los perritos falderos del colmillo. Su olor se acercaba y no tardó mucho en salir de entre los árboles. Cómo se llamaba... Bueno, no importaba. Se estaba montando una fiesta increíble. Que suerte tuve de pararme en aquel árbol. Uno de mis hermanos de menor categoría empezó a gruñirle y a éste no le gustó demasiado.
Empecé a reír con fuerza. Tal era mi voz que todos me oyeron. Por unos instantes fui el centro de atención, pero no por mucho, pues esto se había salido realmente de control. Aproveché ese leve momento de atención para decir lo que era más evidente. - Cuando todo esto llegue a oídos de Thorbald, y no faltará mucho, sí que va a ser divertido... -
Me acerqué al vampiro, tendido en el suelo, y le quité su ballesta de la mano que tenía libre. - No planeabas usar esto, ¿verdad? - Le dije sonriendo. Lo mejor para él en ese momento era que se resignara y se fuera. Le había hecho un favor, pues tal vez volvería a verle más adelante y nunca vienen mal unos ojos de vampiro. Lancé el arma hacia unos lobos que seguro se encargarían de ella y miré a la chica de pelo verde. Meneé la cabeza sonriendo. Sin dejar de mirarla le dije a Skell.
- Si la loba quiere irse con el chupasangre ¿por qué no dejarla ir? No parece que pueda hacerle nada a nuestra hermana. Pero aún tienes la opción de quedarte con tu familia si quieres. - Le dije a ella sin dejar de sonreír. Fuese lo que fuese lo que decidiera, con los ojos le indiqué algo que seguro notaría. Ahora me debía un favor. Y pensaba utilizarlo más adelante, de eso no hay duda. Todo con el propósito de la misión secreta que Thorbald me encomendó.
Sin moverme del sitio miré hacia el lobo del Colmillo de Hierro. - Estarás de acuerdo en que la fiesta aquí se terminó. Si llamas aún más la atención no podrás volver vivo para reportarle a la loba negra sobre lo que has visto, ¿cierto? La Manada puede encargarse de sus asuntos sin la necesidad de que los vuestros intervengan. - Dije con una sonrisa divertida.
Me alejé del centro de la acción y me apoyé cansina sobre un árbol con los ojos cerrados. - Skell, hermano, seguro que a Thorbald no le molestará mi decisión, puedes reportarle lo pasado aquí, él sabrá por que lo hice. - Permanecí apoyada en el tronco sólido. Esto era tan problemático... Con lo fácil que era matarlos a todos sin más... Pero debía cumplir con mi misión.
Después de romperle el brazo al chupasangre me miró por encima. - Bonita entrada. - Le sonreí. No nos habíamos visto muchas veces pero yo sabía muchas cosas de él. Ellos no lo sabían, pero Thorbald me hizo estudiar la mayoría de los archivos del clan, conocía a todos los licántropos de los que constaban ahí.
A continuación el viejo lobo le ofreció al vampiro la misericordiosa opción de abandonar el territorio. Eso sí que no me lo esperaba, dejando marchar a un vampiro. Permanecí de pié con los brazos cruzados, disfrutando del espectáculo y riéndome a ratos. Pasó a la convertida y la trató con gentileza, a lo que ella respondió con algo que cualquier lobo tomaría como una ofensa. "Tan ingenua..." Me reí con fuerza. ¿Qué era lo que le hacía apegarse tanto al chupasangre? Hace un momento quería comérselo y ahora son amigos inseparables... Todo se volvió tan interesante.
Ella se acercó a su nuevo amigo ignorándome por completo. Era su decisión, mala, pero su decisión. ¿En serio se creía que iba a engañar a más de 40 lobos? Tan gracioso...
Para complicar aún más las cosas en poco llegaría uno de los perritos falderos del colmillo. Su olor se acercaba y no tardó mucho en salir de entre los árboles. Cómo se llamaba... Bueno, no importaba. Se estaba montando una fiesta increíble. Que suerte tuve de pararme en aquel árbol. Uno de mis hermanos de menor categoría empezó a gruñirle y a éste no le gustó demasiado.
Empecé a reír con fuerza. Tal era mi voz que todos me oyeron. Por unos instantes fui el centro de atención, pero no por mucho, pues esto se había salido realmente de control. Aproveché ese leve momento de atención para decir lo que era más evidente. - Cuando todo esto llegue a oídos de Thorbald, y no faltará mucho, sí que va a ser divertido... -
Me acerqué al vampiro, tendido en el suelo, y le quité su ballesta de la mano que tenía libre. - No planeabas usar esto, ¿verdad? - Le dije sonriendo. Lo mejor para él en ese momento era que se resignara y se fuera. Le había hecho un favor, pues tal vez volvería a verle más adelante y nunca vienen mal unos ojos de vampiro. Lancé el arma hacia unos lobos que seguro se encargarían de ella y miré a la chica de pelo verde. Meneé la cabeza sonriendo. Sin dejar de mirarla le dije a Skell.
- Si la loba quiere irse con el chupasangre ¿por qué no dejarla ir? No parece que pueda hacerle nada a nuestra hermana. Pero aún tienes la opción de quedarte con tu familia si quieres. - Le dije a ella sin dejar de sonreír. Fuese lo que fuese lo que decidiera, con los ojos le indiqué algo que seguro notaría. Ahora me debía un favor. Y pensaba utilizarlo más adelante, de eso no hay duda. Todo con el propósito de la misión secreta que Thorbald me encomendó.
Sin moverme del sitio miré hacia el lobo del Colmillo de Hierro. - Estarás de acuerdo en que la fiesta aquí se terminó. Si llamas aún más la atención no podrás volver vivo para reportarle a la loba negra sobre lo que has visto, ¿cierto? La Manada puede encargarse de sus asuntos sin la necesidad de que los vuestros intervengan. - Dije con una sonrisa divertida.
Me alejé del centro de la acción y me apoyé cansina sobre un árbol con los ojos cerrados. - Skell, hermano, seguro que a Thorbald no le molestará mi decisión, puedes reportarle lo pasado aquí, él sabrá por que lo hice. - Permanecí apoyada en el tronco sólido. Esto era tan problemático... Con lo fácil que era matarlos a todos sin más... Pero debía cumplir con mi misión.
Eona
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Re: Pasos Perdidos /Mastereado/ (Libre)
Todo sucedió tan rápido, como un trueno un fuerte impacto en el tronco del árbol me hizo desequilibrarme, logre ver que iba a caer sobre una dura roca y con un raro instinto protector, empuje a la mujer de pelo verde hacia otro lado, donde seria atrapada por alguien o caería en algún lugar mas “cómodo” que esa dura roca. Al caer rebote duramente sobre ella, el golpe fue tan fuerte que me saco el aire y me hizo quedarme ahogándome por unos largos segundos, me seria difícil reincorporarme de manera seria si fuese posible…
Pronto logre aspirar una fatigosa bocanada de aire, la suficiente para lograr calmar los latidos de mi corazón acelerado por la falta de oxigeno, aun sostenía en mi mano izquierda la ballesta cargada, si se diese el caso, podría mandar al otro mundo de un disparo a uno de esos pulgosos animales que rondaban alrededor mío, pronto, al intentar reincorporarme, un hombre canoso y de cara arrugada pateo con dureza mi brazo derecho, al punto de romperlo. Sentí el hueso fragmentarse en pequeñas partes y proferí un grito de dolor enorme, lamentoso – Este bastardo, nos llamo niños, que se piensa el jajajaja, aun tenemos la ballesta, si la ballesta… nos lo llevaremos al infierno si fuese posible, me importa un bledo que hayan cuarenta y dos lobos mas rondando por ahí –, mientras me retorcía de dolor, planeaba levantarme, atravesarle los sesos ahí mismo, con mi arma, ese bastardo la palmaria allí mismo, sin oportunidad…
Pero ella, Eona, llego y me desarmo en el momento justo, enviando lejos mi preciada ballesta, donde la resguardarían sus hocicudos amigos – Algún día te matare a ti, amiguita, no te preocupes, esto no se quedara resuelto aquí, y va igual para ti, Skell – Pensé mientras les dirigía una mirada asesina, al poco otro licántropo apareció en escena, pero no era del mismo clan que ellos – clanes rivales, interesante – amenazando a los demás – podría reincorporarme, mis armas… aun puedo luchar con mis otras armas… pero la chica… No, desistiré por esta vez - .
-Esta bien, tenía la idea de un retirada de igual forma, joven Skell, no estoy ni estaba en condiciones de luchar contra ustedes de igual forma... – y dirigiendo una mirada a la chica de pelo verde que se había separado de ellos dije – En ese caso, ¿tomaras mi propuesta jovencita? Si te dejan ir, claro.
Y reincorporándome pesadamente, tuve la audacia de ir, y recoger mi ballesta, sin denotar ninguna intención homicida – Aun, pronto podremos vengarnos… - la tome cuidadosamente, y la guarde con mis demás armas, y en la brecha que habían formado, tome camino hacia mis territorios. Mire mi brazo derecho, estaba totalmente destrozado, pulverizado.
-¿Vienes? – Dije dirigiendo una última mirada a la chica de pelo verde, mientras caminaba en dirección al oeste.
Off: Salgo del post
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Pronto logre aspirar una fatigosa bocanada de aire, la suficiente para lograr calmar los latidos de mi corazón acelerado por la falta de oxigeno, aun sostenía en mi mano izquierda la ballesta cargada, si se diese el caso, podría mandar al otro mundo de un disparo a uno de esos pulgosos animales que rondaban alrededor mío, pronto, al intentar reincorporarme, un hombre canoso y de cara arrugada pateo con dureza mi brazo derecho, al punto de romperlo. Sentí el hueso fragmentarse en pequeñas partes y proferí un grito de dolor enorme, lamentoso – Este bastardo, nos llamo niños, que se piensa el jajajaja, aun tenemos la ballesta, si la ballesta… nos lo llevaremos al infierno si fuese posible, me importa un bledo que hayan cuarenta y dos lobos mas rondando por ahí –, mientras me retorcía de dolor, planeaba levantarme, atravesarle los sesos ahí mismo, con mi arma, ese bastardo la palmaria allí mismo, sin oportunidad…
Pero ella, Eona, llego y me desarmo en el momento justo, enviando lejos mi preciada ballesta, donde la resguardarían sus hocicudos amigos – Algún día te matare a ti, amiguita, no te preocupes, esto no se quedara resuelto aquí, y va igual para ti, Skell – Pensé mientras les dirigía una mirada asesina, al poco otro licántropo apareció en escena, pero no era del mismo clan que ellos – clanes rivales, interesante – amenazando a los demás – podría reincorporarme, mis armas… aun puedo luchar con mis otras armas… pero la chica… No, desistiré por esta vez - .
-Esta bien, tenía la idea de un retirada de igual forma, joven Skell, no estoy ni estaba en condiciones de luchar contra ustedes de igual forma... – y dirigiendo una mirada a la chica de pelo verde que se había separado de ellos dije – En ese caso, ¿tomaras mi propuesta jovencita? Si te dejan ir, claro.
Y reincorporándome pesadamente, tuve la audacia de ir, y recoger mi ballesta, sin denotar ninguna intención homicida – Aun, pronto podremos vengarnos… - la tome cuidadosamente, y la guarde con mis demás armas, y en la brecha que habían formado, tome camino hacia mis territorios. Mire mi brazo derecho, estaba totalmente destrozado, pulverizado.
-¿Vienes? – Dije dirigiendo una última mirada a la chica de pelo verde, mientras caminaba en dirección al oeste.
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Daracan Fenixsteel
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Re: Pasos Perdidos /Mastereado/ (Libre)
Skell observó a la chiquilla, la loba imperfecta trataba de defender al vampiro y aquello lo mosqueó bastante, pues encima de que la habían salvado tenía la osadía de intentar ayudar a una raza enemiga. ¿Cuándo se ha conocido de un lobo ayudando a un murciélago? No tenía ni pies ni cabeza. Pero ya sabía que hacer con ella y estaba a punto de decirlo cuando observó como Eona le retiraba la ballesta al vampiro. ¿Realmente era tan estúpido como para dispararla con la zurda a pesar de estar completamente rodeado? Podía dar gracias a que su manada había escuchado decir que lo dejaría marchar pues en caso contrario tendría como mínimo dos miembros superiores menos.
- Vampiro, lárgate antes de que cambie de opinión, pero dejarás la ballesta aquí, pues la has traído a nuestro bosque y ahora nos pertenece, en cuanto a la loba que parece defenderte, que a su vez traté como a una hermana en vez de como a una imperfecta, la destierro contigo, y estoy seguro de que Thorbald, señor de los licántropos, ratificará mis palabras. No volváis por aquí jamás, niña, no somos tontos, tu presa... - Soltó una carcajada sonora la cual acompañaron todos los demás lobos pero se vio cortada por un gruñido, unas palabras entre burlonas y mosqueadas. Giró la cabeza buscando la procedencia de quien procedía y lo vio allí, ese lobo que a veces rondaba solo por el bosque, amigo de la colmillo.
Se dirigió hacia él ignorando ya a los dos invasores, pues no eran un enemigo tan temible como aquel lobo, se acercó pero con cuidado, no rápidamente, sino fijándose donde pisaba. Claramente el hombre estaba en desventaja pues eran cuarenta contra él y tres de ellos eran pura sangre, no podía hacer gran cosa, por ello se sentía seguro pero siempre había que ser precavido, la edad le había enseñado aquello.
- ¿Qué es lo que buscas aquí, Colmillo? La Manada se ocupa de sus asuntos, no pintas nada aquí, así pues, vete, pues hemos dejado marchar al vampiro y la imperfecta, eso es lo que es gusta ¿no?
Skell le dedicó un bonito gruñido y seguidamente se dio la vuelta, miró a su hijo y a Eona para luego dar un rodeo con la vista a todos los lobos que acechaban en las proximidades. - Hoy no quiero derramamiento de sangre, el nocturno ha tenido su escarmiento, sabe que no debe pisar más nuestras tierras y espero que les comunique este mensaje a los de su especie. ¡Nadie puede meterse con La Manada y salir impune! - Gritó como si de un discurso se tratase y muchos de los licántropos aullaron largamente en señal de asentimiento y júbilo.
- Vampiro, lárgate antes de que cambie de opinión, pero dejarás la ballesta aquí, pues la has traído a nuestro bosque y ahora nos pertenece, en cuanto a la loba que parece defenderte, que a su vez traté como a una hermana en vez de como a una imperfecta, la destierro contigo, y estoy seguro de que Thorbald, señor de los licántropos, ratificará mis palabras. No volváis por aquí jamás, niña, no somos tontos, tu presa... - Soltó una carcajada sonora la cual acompañaron todos los demás lobos pero se vio cortada por un gruñido, unas palabras entre burlonas y mosqueadas. Giró la cabeza buscando la procedencia de quien procedía y lo vio allí, ese lobo que a veces rondaba solo por el bosque, amigo de la colmillo.
Se dirigió hacia él ignorando ya a los dos invasores, pues no eran un enemigo tan temible como aquel lobo, se acercó pero con cuidado, no rápidamente, sino fijándose donde pisaba. Claramente el hombre estaba en desventaja pues eran cuarenta contra él y tres de ellos eran pura sangre, no podía hacer gran cosa, por ello se sentía seguro pero siempre había que ser precavido, la edad le había enseñado aquello.
- ¿Qué es lo que buscas aquí, Colmillo? La Manada se ocupa de sus asuntos, no pintas nada aquí, así pues, vete, pues hemos dejado marchar al vampiro y la imperfecta, eso es lo que es gusta ¿no?
Skell le dedicó un bonito gruñido y seguidamente se dio la vuelta, miró a su hijo y a Eona para luego dar un rodeo con la vista a todos los lobos que acechaban en las proximidades. - Hoy no quiero derramamiento de sangre, el nocturno ha tenido su escarmiento, sabe que no debe pisar más nuestras tierras y espero que les comunique este mensaje a los de su especie. ¡Nadie puede meterse con La Manada y salir impune! - Gritó como si de un discurso se tratase y muchos de los licántropos aullaron largamente en señal de asentimiento y júbilo.
Off: Sí, te quedas sin ballesta, lo siento.
Fehu
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Re: Pasos Perdidos /Mastereado/ (Libre)
Muchas veces me habían dicho que soy cabeza dura, pero bueno… al menos hasta ahora continúo respirando… Aunque desearía otras cosas para mi vida que… bueno… esto. Las risas de la manada fueron como un bálsamo para alguna parte olvidada de mi, o al menos eso creo. En realidad ya no estaba segura de nada más que la facilidad con la que el aire entra y sale de los pulmones y también la facilidad con la que el hilo de la vida se interrumpe.
Un nuevo invitado llegó a la fiesta. Desde mi lugar no podía verlo bien, pero en comparación con momentos atrás, el aire se encontraba tan tenso que casi podía atarse. Ese tipo debería de ser realmente fuerte –y de un bando contrario- si todos, incluyendo al jefe sexy, se ponían de esa manera, y casi me dio congoja de que fuera una especie de chivo expiatorio, pero por el contrario, si ya le conocían quería decir que había resultado victorioso en otros enfrentamientos, y este no debería de ser la excepción.
Observé a Eona… ella me hizo un gesto disimulado, como recordándome que le debíamos bastante. De alguna manera esperé tener la ocasión de devolverle el favor…llamando a una banda de vampiros o minotauros con sed de sangre. Me reí en mi interior y le guiñé un ojo, quizá algún día ella me recordara ese favor y quizá se lo devolviese como se debe; pero por ahora teníamos que salir de inmediato puesto que la suerte podría dejar de sonreír en cualquier instante.
Hice una amplia reverencia a la manada y tomé por el brazo bueno al vampiro. El contacto fue extraño pese a las varias capas de ropa que él poseía. Parecía que el aire alrededor de él fuese más pesado y frío. Además, estaba realmente en los huesos. Suspiré y lo miré fulminante. Piénsalo como un pequeño impuesto. No querrás que te acompañe al infierno de los vampiros, ¿cierto?. Aunque no lo creas soy una cachorra.
Él parecía no querer despegarse de su arma y toda la situación era un desastre; incluso para mí. El pensamiento de una manada me daba escalofrío y una especie de lucidez comenzó a extenderse sobre mi. “Mierda… tengo que estar muy loca” y tras ese vago pensamiento dejé mi mente en blanco mientras empezaba a entonar mi canción.
“ One mischievous little woodpecker
Another day, pecking your holes
Ruining the woods, tree wrecker”
___________
Off Rol: creo que se puede dar por concluido. Gracias ^^
Un nuevo invitado llegó a la fiesta. Desde mi lugar no podía verlo bien, pero en comparación con momentos atrás, el aire se encontraba tan tenso que casi podía atarse. Ese tipo debería de ser realmente fuerte –y de un bando contrario- si todos, incluyendo al jefe sexy, se ponían de esa manera, y casi me dio congoja de que fuera una especie de chivo expiatorio, pero por el contrario, si ya le conocían quería decir que había resultado victorioso en otros enfrentamientos, y este no debería de ser la excepción.
Observé a Eona… ella me hizo un gesto disimulado, como recordándome que le debíamos bastante. De alguna manera esperé tener la ocasión de devolverle el favor…llamando a una banda de vampiros o minotauros con sed de sangre. Me reí en mi interior y le guiñé un ojo, quizá algún día ella me recordara ese favor y quizá se lo devolviese como se debe; pero por ahora teníamos que salir de inmediato puesto que la suerte podría dejar de sonreír en cualquier instante.
Hice una amplia reverencia a la manada y tomé por el brazo bueno al vampiro. El contacto fue extraño pese a las varias capas de ropa que él poseía. Parecía que el aire alrededor de él fuese más pesado y frío. Además, estaba realmente en los huesos. Suspiré y lo miré fulminante. Piénsalo como un pequeño impuesto. No querrás que te acompañe al infierno de los vampiros, ¿cierto?. Aunque no lo creas soy una cachorra.
Él parecía no querer despegarse de su arma y toda la situación era un desastre; incluso para mí. El pensamiento de una manada me daba escalofrío y una especie de lucidez comenzó a extenderse sobre mi. “Mierda… tengo que estar muy loca” y tras ese vago pensamiento dejé mi mente en blanco mientras empezaba a entonar mi canción.
“ One mischievous little woodpecker
Another day, pecking your holes
Ruining the woods, tree wrecker”
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Off Rol: creo que se puede dar por concluido. Gracias ^^
Woodpecker
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