Primeros pasos - Libre (3/3)
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Primeros pasos - Libre (3/3)
Escuchaba el eco susurrante que generaba una cauta gota de humedad, retumbando entre las paredes de aquella instancia. Caía. Una, y otra, y otra vez.
Me hallaba sentado en un pedruzco, el cual se había generado anteriormente durante la batalla librada contra aquella furiosa Manticore, observando perdido mis brazos; libres de aquellas piezas metálicas que componían mi armadura de combate. Era hermoso contemplar como resplandecían con la luz emitida por los conectores introducidos en mi sistema sanguíneo; detallando cada espacio que cubrían, ramificandose a través de toda mi piel y mi cuerpo hasta llegar a mis talones, como pequeños riachuelos en un bosque de hojas secas. No podía comprender el por qué, pero me hallaba cautivo de aquella imagen de mí mismo, generaba una particular fascinación que crecía desde mi pecho y me envolvía de emoción. Contemplaba mi mano, alternando entre su dorso y su reverso, no pudiendo evitar dudar de que esto realmente estuviera sucediendo, aunque no tenía del todo claro de a que me refería cuando decía "esto" o que me provocaba dudar en primer lugar. Todo era muy extraño, pero, para ser sincero, no me desagradaba. La hipótesis de aquel joven tenía sentido y concordaba con la información incrustada en mi base de datos. Yo, un héroe... Aquel pensamiento dibujó en mi rostro una sonrisa de medio lado plasmando aquel sentimiento crepitante aumentar en mi corazón.
Hablando de él... Arthur Ront había abandonado el lugar hace ya un par de horas, empezaba a preocuparme de que algo malo le hubiera sucedido en el camino. Comenzaba a plantearme la posibilidad de ir a buscarle, pero sus órdenes fueron claras: "Quédate aquí, ¡volveré enseguida! Traere algo de ropa para tratar de no hacer tan evidente lo... evidente." Reí para mis adentros, recordando todo el asunto de la "identidad secreta." Aunque sonara un tanto ridículo, tenía su lógica: una forma de proteger a aquellos que amas. "¡Mientras tanto averigua un modo de quitarte esa armadura...! Si es que puede hacerse. De lo contrario tendremos un par de problemas." Y entonces abandonó el lugar. Cumplir sus lineamientos fue realmente sencillo. La armadura estaba diseñada para desplegarse de ser necesario, por lo cual sólo bastó un poco de esfuerzo y pronto mi cuerpo fue liberado de su protección, aunque no estaba seguro de sí aquello era algo realmente bueno...
— ¡Adam! —se escuchó a la distancia— ¿Sigues ahí? ¡Disculpa la tardanza! —reconocí aquella voz, era Arthur Ront.
— ¡Afirmativo, señor Arthur Ront, no me he movido ni un centimetro! —confirmé su pregunta, poniéndome de pié para salir a su encuentro.
— ¡Adam! —su tono de voz cambió, comenzó a sonar más como una reprimenda— ¡Ya hablamos de esto! Sólo llamame Arthur, no es necesario ser tan for... —y de pronto se detuvo en seco, su rostro palidecio como la nieve y se giró rápidamente— ¡Santos dioses! —exclamó.
Parpadee ante su comportamiento, no tenía claro qué es lo que estaba sucediendo con el señor Arthur Ro... con Arthur. ¿Había visto algo que le asustó? Voltee a comprobarlo, pero no di con índices de anomalías o peligros cercanos. ¿Se había pinchado con algo en el camino? No parecía estar herido, parecía estar más bien... avergonzado. Tardé un poco en comprenderlo, pero finalmente di con la causa: Era yo, estaba desnudo, completamente desnudo. Reí, rascándome la nuca con algo de vergüenza.
— Ten. —se quejó Arthur, arrojándome un conjunto de prendas al rostro— La ropa de mi padre ha de quedarte. Te esperaré afuera. —decía aún dándome la espalda y cubriendose los ojos, aquello solo aumentó mi carcajada— ¡No demores!
Me hallaba sentado en un pedruzco, el cual se había generado anteriormente durante la batalla librada contra aquella furiosa Manticore, observando perdido mis brazos; libres de aquellas piezas metálicas que componían mi armadura de combate. Era hermoso contemplar como resplandecían con la luz emitida por los conectores introducidos en mi sistema sanguíneo; detallando cada espacio que cubrían, ramificandose a través de toda mi piel y mi cuerpo hasta llegar a mis talones, como pequeños riachuelos en un bosque de hojas secas. No podía comprender el por qué, pero me hallaba cautivo de aquella imagen de mí mismo, generaba una particular fascinación que crecía desde mi pecho y me envolvía de emoción. Contemplaba mi mano, alternando entre su dorso y su reverso, no pudiendo evitar dudar de que esto realmente estuviera sucediendo, aunque no tenía del todo claro de a que me refería cuando decía "esto" o que me provocaba dudar en primer lugar. Todo era muy extraño, pero, para ser sincero, no me desagradaba. La hipótesis de aquel joven tenía sentido y concordaba con la información incrustada en mi base de datos. Yo, un héroe... Aquel pensamiento dibujó en mi rostro una sonrisa de medio lado plasmando aquel sentimiento crepitante aumentar en mi corazón.
Hablando de él... Arthur Ront había abandonado el lugar hace ya un par de horas, empezaba a preocuparme de que algo malo le hubiera sucedido en el camino. Comenzaba a plantearme la posibilidad de ir a buscarle, pero sus órdenes fueron claras: "Quédate aquí, ¡volveré enseguida! Traere algo de ropa para tratar de no hacer tan evidente lo... evidente." Reí para mis adentros, recordando todo el asunto de la "identidad secreta." Aunque sonara un tanto ridículo, tenía su lógica: una forma de proteger a aquellos que amas. "¡Mientras tanto averigua un modo de quitarte esa armadura...! Si es que puede hacerse. De lo contrario tendremos un par de problemas." Y entonces abandonó el lugar. Cumplir sus lineamientos fue realmente sencillo. La armadura estaba diseñada para desplegarse de ser necesario, por lo cual sólo bastó un poco de esfuerzo y pronto mi cuerpo fue liberado de su protección, aunque no estaba seguro de sí aquello era algo realmente bueno...
— ¡Adam! —se escuchó a la distancia— ¿Sigues ahí? ¡Disculpa la tardanza! —reconocí aquella voz, era Arthur Ront.
— ¡Afirmativo, señor Arthur Ront, no me he movido ni un centimetro! —confirmé su pregunta, poniéndome de pié para salir a su encuentro.
— ¡Adam! —su tono de voz cambió, comenzó a sonar más como una reprimenda— ¡Ya hablamos de esto! Sólo llamame Arthur, no es necesario ser tan for... —y de pronto se detuvo en seco, su rostro palidecio como la nieve y se giró rápidamente— ¡Santos dioses! —exclamó.
Parpadee ante su comportamiento, no tenía claro qué es lo que estaba sucediendo con el señor Arthur Ro... con Arthur. ¿Había visto algo que le asustó? Voltee a comprobarlo, pero no di con índices de anomalías o peligros cercanos. ¿Se había pinchado con algo en el camino? No parecía estar herido, parecía estar más bien... avergonzado. Tardé un poco en comprenderlo, pero finalmente di con la causa: Era yo, estaba desnudo, completamente desnudo. Reí, rascándome la nuca con algo de vergüenza.
— Ten. —se quejó Arthur, arrojándome un conjunto de prendas al rostro— La ropa de mi padre ha de quedarte. Te esperaré afuera. —decía aún dándome la espalda y cubriendose los ojos, aquello solo aumentó mi carcajada— ¡No demores!
————————————————
— Entonces, comprobemos si he copiado bien la información. —le comenté a Arthur— ¿El plan es que yo sea tu hermano mayor adoptivo?
— Correcto. —afirmó él. Parpadee dudoso. Su plan no era realmente malo, pero constaba de un enorme y claro problema:
— ¿Cómo piensas hacer que tus padres colaboren con eso? —pregunté.
— No te preocupes, ellos te amaran tanto que les dirán a todos que eres como un hijo verdadero para ellos. Problema resuelto. —respondió. Me encogí de hombros. Supuse que... Si él lo decía, debía ser cierto.
Me hallaba realmente cómodo cubierto por aquellas prendas que me hacían lucir como cualquier granjero local, acompañado de Arthur quien conducía la vieja carroza que nos transportaba, impulsada por un semental que también parecía abatido por el pasar de los años; siendo un suave trote su máximo exponente de carrera. Me giré para observar mi armadura reposar en el interior de la carroza, acompañada de varios jarrones de leche. Según Arthur, usaba esta carroza para venderlos en el poblado central todas las mañanas. Era uno de sus trabajos en la granja de sus padres, lugar al cual no tardamos más en llegar.
Tras cruzar un dulce arco de madera que marcaba la entrada, el camino dió paso a una amplia hacienda, repleta de vacas, gallinas y siembras de toda clase distribuidas a través de toda su extensión. En el medio, una humilde casa junto a un inmenso corral pintado de un color rojizo carente de intensidad; posiblemente por la antigüedad. Arthur dirigió la carroza hasta este último.
— ¡Vaya! Este lugar es hermoso. —comenté entusiasmado, observando el panorama con ilusión.
— ¿Verdad que si? Mi familia ha sido dueña de esta extensión de tierra desde generaciones atrás. —dijo él, soltando una leve risilla— Mamá dice que el negocio corre por nuestras venas.
— Ciertamente impresionante. —respondí volviendo mi vista hacía él, quien ya había descendido de la carroza. Era curioso, ¿mis descendientes también habrán sido grandes héroes como yo? ¿Correrá por mi sangre la fuerza de la justicia?
— Ja. No tanto como ser un superhéroe bio-cibernético y pelear contra los malos. —dictó Arthur— ¡Sigo sin superar como derrostaste esa Manticore! ¡¡Fue impresionante!! —añadió, provocando que rieramos mutuamente— Baja ya, date prisa. Jamás he logrado derribar una vaca, dudo que pueda hacerle cosquillas a esa armadura tuya.
Asentí entre risas, descendiendo y observando a Arthur dirigirse hacia el interior del granero. Cargué con la armadura y le seguí, no sin antes darle un último vistazo a la granja de los Ront. Algo en mi interior me hizo sonreír. Tenía un buen presentimiento sobre este lugar.
— Correcto. —afirmó él. Parpadee dudoso. Su plan no era realmente malo, pero constaba de un enorme y claro problema:
— ¿Cómo piensas hacer que tus padres colaboren con eso? —pregunté.
— No te preocupes, ellos te amaran tanto que les dirán a todos que eres como un hijo verdadero para ellos. Problema resuelto. —respondió. Me encogí de hombros. Supuse que... Si él lo decía, debía ser cierto.
Me hallaba realmente cómodo cubierto por aquellas prendas que me hacían lucir como cualquier granjero local, acompañado de Arthur quien conducía la vieja carroza que nos transportaba, impulsada por un semental que también parecía abatido por el pasar de los años; siendo un suave trote su máximo exponente de carrera. Me giré para observar mi armadura reposar en el interior de la carroza, acompañada de varios jarrones de leche. Según Arthur, usaba esta carroza para venderlos en el poblado central todas las mañanas. Era uno de sus trabajos en la granja de sus padres, lugar al cual no tardamos más en llegar.
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Tras cruzar un dulce arco de madera que marcaba la entrada, el camino dió paso a una amplia hacienda, repleta de vacas, gallinas y siembras de toda clase distribuidas a través de toda su extensión. En el medio, una humilde casa junto a un inmenso corral pintado de un color rojizo carente de intensidad; posiblemente por la antigüedad. Arthur dirigió la carroza hasta este último.
— ¡Vaya! Este lugar es hermoso. —comenté entusiasmado, observando el panorama con ilusión.
— ¿Verdad que si? Mi familia ha sido dueña de esta extensión de tierra desde generaciones atrás. —dijo él, soltando una leve risilla— Mamá dice que el negocio corre por nuestras venas.
— Ciertamente impresionante. —respondí volviendo mi vista hacía él, quien ya había descendido de la carroza. Era curioso, ¿mis descendientes también habrán sido grandes héroes como yo? ¿Correrá por mi sangre la fuerza de la justicia?
— Ja. No tanto como ser un superhéroe bio-cibernético y pelear contra los malos. —dictó Arthur— ¡Sigo sin superar como derrostaste esa Manticore! ¡¡Fue impresionante!! —añadió, provocando que rieramos mutuamente— Baja ya, date prisa. Jamás he logrado derribar una vaca, dudo que pueda hacerle cosquillas a esa armadura tuya.
Asentí entre risas, descendiendo y observando a Arthur dirigirse hacia el interior del granero. Cargué con la armadura y le seguí, no sin antes darle un último vistazo a la granja de los Ront. Algo en mi interior me hizo sonreír. Tenía un buen presentimiento sobre este lugar.
Última edición por Prometeo el Sáb Mayo 25 2019, 19:36, editado 2 veces
Prometeo
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Re: Primeros pasos - Libre (3/3)
AQUELLA MAÑANA
Era casi mediodía. Me había demorado demasiado en Ciudad Lagarto, y mi intención era llegar a Baslodia tras dos o tres días de viaje. Me habían robado el carro que dejé a las afueras de la ciudad, de modo que fui a los establos con intención de comprar o alquilar una montura, pero para mi sorpresa, uno de los caballos que llevaba mi carro, estaba allí.
Tras mucho insistir en que el carro era mio (no inicialmente, pero tras saquear a unos bandidos en Pantano Misterioso), finalmente, conseguí convencer al dueño del establo de que me devolviese el caballo.
De modo que con las pocas provisiones que pude reunir, salí de Ciudad Lagarto para poner rumbo a Baslodia.
AHORA
Tras algunas horas a caballo bajo aquél sol abrasador, me había quedado sin agua en la cantimplora. Me moría de sed.
"Si tan sólo un triste riachuelo recorriese éstos bosques..." pensé.
Y como si los dioses me hubiesen oído, vi a lo lejos una enorme finca, que seguramente fuese una granja.
"Me pregunto si a los granjeros no les importará rellenarme la cantimplora a cambio de alguna sonata con mi cistro" pensé, alegre.
Pese a las ganas que tenía de llegar a la finca, fui despacio con mi caballo, pues no quería forzarlo, ya que quedaba aún mucha distancia por recorrer hacia mi destino. Fui silbando una alegre melodía por el camino.
Cuando finalmente llegué a la granja, bajé de mi caballo y lo agarré de la cincha, mientras caminaba despacio hacia alguna persona a la que pudiese explicarle mi situación.
Arean Tikari
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Re: Primeros pasos - Libre (3/3)
Lo cierto es que ha sido un mes bastante tranquilo para Zero, sin demasiadas emociones y solo dedicándose a realizar labores preventivas mirmidonas o viajes ociosos. Podría decirse que está de vacaciones.
Exos entro en modo de clandestinidad segura para evitar que sus operaciones se vieran comprometidas, suele hacerlo luego de tener encuentros directos con el niño robot sin lograr victoria total… o al menos sus tentáculos.
Por otro lado el mundo si se encuentra algo movido con la situación de Sandorai pero la pequeña maquina no logro conseguir plaza en ese problema particular, solo le resta esperar que los héroes afortunados actúen de manera eficiente.
De momento Z9-42 camina por las áreas rurales de Verisar, intentando despejar un poco su mente avanzada. Debe admitir que tener tiempo ocioso es bastante placentero aunque sabe bien que su responsabilidad no puede mermar.
Hay tiempo para luchar y tiempo para hacer la pelota como bien dijo Reiko… un concepto que todavía le parece falto de lógica pero el ser vivo inteligente suele ser difícil de entender de buenas a primeras.
Mientras camina, algo toma la completa atención del joven máquina, una señal bio cercana. No son buenas noticias teniendo en cuenta su estatus de fugitivo, la base le considera un elemento que debe ser reclamado.
Temiendo que se trate de un agente sintético, Zero decide tomar una aproximación sigilosa. Sus temores disminuyen al encontrar la fuente de la señal, ningún agente de rieles se desprendería de su equipo para camuflarse en ambiente urbano.
Parece tratarse de otra unidad bastante humanizada, quizás última generación incluso. Es claro que la línea de producción ha seguido desarrollando seres aumentados con un detalle bastante cuidado.
Sin darse cuenta, el pequeño robot se encuentra mirando por la ventana de la granja, cual niño curioso. Hace tiempo que no ve unidades diferentes a sus conocidos previos, también le agrada conocer semejantes nuevos… que no quieran devolverlo a la base.
En cierto modo tiene temor de simplemente darse a conocer de golpe, suele pasarle de vez en cuando. No es una sensación agradable pero es una de las grandiosas cosas que vienen incluidas con ser un prototipo muy consciente. De momento esperara en la ventana intentando mantener su discreción.
Exos entro en modo de clandestinidad segura para evitar que sus operaciones se vieran comprometidas, suele hacerlo luego de tener encuentros directos con el niño robot sin lograr victoria total… o al menos sus tentáculos.
Por otro lado el mundo si se encuentra algo movido con la situación de Sandorai pero la pequeña maquina no logro conseguir plaza en ese problema particular, solo le resta esperar que los héroes afortunados actúen de manera eficiente.
De momento Z9-42 camina por las áreas rurales de Verisar, intentando despejar un poco su mente avanzada. Debe admitir que tener tiempo ocioso es bastante placentero aunque sabe bien que su responsabilidad no puede mermar.
Hay tiempo para luchar y tiempo para hacer la pelota como bien dijo Reiko… un concepto que todavía le parece falto de lógica pero el ser vivo inteligente suele ser difícil de entender de buenas a primeras.
Mientras camina, algo toma la completa atención del joven máquina, una señal bio cercana. No son buenas noticias teniendo en cuenta su estatus de fugitivo, la base le considera un elemento que debe ser reclamado.
Temiendo que se trate de un agente sintético, Zero decide tomar una aproximación sigilosa. Sus temores disminuyen al encontrar la fuente de la señal, ningún agente de rieles se desprendería de su equipo para camuflarse en ambiente urbano.
Parece tratarse de otra unidad bastante humanizada, quizás última generación incluso. Es claro que la línea de producción ha seguido desarrollando seres aumentados con un detalle bastante cuidado.
Sin darse cuenta, el pequeño robot se encuentra mirando por la ventana de la granja, cual niño curioso. Hace tiempo que no ve unidades diferentes a sus conocidos previos, también le agrada conocer semejantes nuevos… que no quieran devolverlo a la base.
En cierto modo tiene temor de simplemente darse a conocer de golpe, suele pasarle de vez en cuando. No es una sensación agradable pero es una de las grandiosas cosas que vienen incluidas con ser un prototipo muy consciente. De momento esperara en la ventana intentando mantener su discreción.
Z9-42
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Re: Primeros pasos - Libre (3/3)
— ¿Estás completamente seguro de esto, Arthur? —le pregunté al joven granjero, tras realizar un rápido análisis de la situación y concluir con un 83,4% de probabilidades de fracaso en esta operación— Porque, verás, mis sistemas son bastante precisos en lo que a calculos se refiere y... pues... —intentaba no sonar tan negativo, pero...— Todo apunta a que esto no va a salir muy bien.
Cruzado de brazos, intentaba sonreír y verme calmado mientras observaba al joven Ront utilizar aquella horca para mover una pila de pasto seco de un lado a otro. Al terminar, este dio un bufido y se giró hacía mi.
— Primero: si, estoy completamente seguro de esto. Segundo, confía en mi, no en tus... "sistemas" o lo que sea que sea eso. —dictó irritado. Me limité a levantar mis manos en señal de rendición. Órdenes eran órdenes. — ¿Qué esperas? No tenemos todo el día. —declaró, indicando el punto donde debía dejar mi armadura.
Cargué con las piezas de metal, depositándolas en aquel punto anteriormente cubierto por espigas de heno. A continuación, Arthur nuevamente cubrió aquella zona con lo anterior, ocultando la armadura en el proceso, y, tras finalizar, soltó un suspiro colocando sus manos en sus caderas.
— Muy bien, con esto debería bastar. —comentó, limpiando el sudor de su frente con su antebrazo— El plan está listo, ahora sólo falta convencer a mamá y a papá de que te dejen quedarte. Yo me encargo. —indicó dirigiéndose a la salida del granero— Quédate aquí, no tardo.
Un chirrido dio apertura a la puerta principal del granero, partiendo Arthur de este último en dirección a su hogar. Esperaba que todo saliera bien, pues se había vuelto importante para mí todo este asunto de "la identidad secreta"; aunque no figurara realmente en mis lineamientos.
No lo había comentado antes, pero desde mi despertar había estado presentando ciertos errores de funcionamiento. Para comenzar, se me indicó en una primera instancia que mi estructura carecía de varios componentes necesarios para funcionar plenamente. Luego, mi base de datos presentó una anomalía y los datos se corrompieron. De no ser por Arthur, quién me ayudó a determinar una "directiva", no tendría claro el motivo de mi activación y creación. Necesitaba reparar cuanto antes estas fallas... ¿Pero cómo?
— ¿Tal vez...? —susurré para mi mismo, pensando en la posibilidad de contactar a alguna unidad cercana para dar con más información.
Consulté por señales cercanas de actividad bio-cibernética, pero mi radar interno parecía también presentar un mal funcionamiento. Al escanear a Arthur en la caverna no pude averiguar con precisión sus datos. Ahora, manifestaba una señal inconsistente de un bio-cibernético que se hallaba a una distancia ridícula de mi posición.
— Imposible. —dicté, atribuyendo aquella señal al mal funcionamiento del radar. Sin embargo, de un momento a otro, la señal adquirió estabilidad, marcando un punto muy concreto en el mapa— O tal vez solo... ¿Improbable?
No podía decirlo con certeza, pero realmente no tenía nada que perder realizando una pequeña prueba. Me giré en la dirección marcada en el mapa, justo antes de que volviera a perder contacto con la señal. Caminé hacía una de las ventanas, asomándome para buscar al origen de aquella transmisión.
Cruzado de brazos, intentaba sonreír y verme calmado mientras observaba al joven Ront utilizar aquella horca para mover una pila de pasto seco de un lado a otro. Al terminar, este dio un bufido y se giró hacía mi.
— Primero: si, estoy completamente seguro de esto. Segundo, confía en mi, no en tus... "sistemas" o lo que sea que sea eso. —dictó irritado. Me limité a levantar mis manos en señal de rendición. Órdenes eran órdenes. — ¿Qué esperas? No tenemos todo el día. —declaró, indicando el punto donde debía dejar mi armadura.
Cargué con las piezas de metal, depositándolas en aquel punto anteriormente cubierto por espigas de heno. A continuación, Arthur nuevamente cubrió aquella zona con lo anterior, ocultando la armadura en el proceso, y, tras finalizar, soltó un suspiro colocando sus manos en sus caderas.
— Muy bien, con esto debería bastar. —comentó, limpiando el sudor de su frente con su antebrazo— El plan está listo, ahora sólo falta convencer a mamá y a papá de que te dejen quedarte. Yo me encargo. —indicó dirigiéndose a la salida del granero— Quédate aquí, no tardo.
Un chirrido dio apertura a la puerta principal del granero, partiendo Arthur de este último en dirección a su hogar. Esperaba que todo saliera bien, pues se había vuelto importante para mí todo este asunto de "la identidad secreta"; aunque no figurara realmente en mis lineamientos.
No lo había comentado antes, pero desde mi despertar había estado presentando ciertos errores de funcionamiento. Para comenzar, se me indicó en una primera instancia que mi estructura carecía de varios componentes necesarios para funcionar plenamente. Luego, mi base de datos presentó una anomalía y los datos se corrompieron. De no ser por Arthur, quién me ayudó a determinar una "directiva", no tendría claro el motivo de mi activación y creación. Necesitaba reparar cuanto antes estas fallas... ¿Pero cómo?
— ¿Tal vez...? —susurré para mi mismo, pensando en la posibilidad de contactar a alguna unidad cercana para dar con más información.
Consulté por señales cercanas de actividad bio-cibernética, pero mi radar interno parecía también presentar un mal funcionamiento. Al escanear a Arthur en la caverna no pude averiguar con precisión sus datos. Ahora, manifestaba una señal inconsistente de un bio-cibernético que se hallaba a una distancia ridícula de mi posición.
— Imposible. —dicté, atribuyendo aquella señal al mal funcionamiento del radar. Sin embargo, de un momento a otro, la señal adquirió estabilidad, marcando un punto muy concreto en el mapa— O tal vez solo... ¿Improbable?
No podía decirlo con certeza, pero realmente no tenía nada que perder realizando una pequeña prueba. Me giré en la dirección marcada en el mapa, justo antes de que volviera a perder contacto con la señal. Caminé hacía una de las ventanas, asomándome para buscar al origen de aquella transmisión.
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Mientras tanto, en las entradas de la Granja Ront, el jefe de la hacienda, Markus Ront, se encargaba de realizar una de las muchas labores diarias que le correspondía.
En aquella época, las vacas solían estar muy productivas y era una de sus mejores oportunidades para ordeñarles y vender su leche en el poblado. Después de todo, aunque su espalda doliera y sus brazos no resistieran, tenía que mantener a su esposa y su hijo. ¿Qué más podría hacer?
Sin embargo, aquella mañana era especial, desde el amanecer había estado con los pelos de punta. Algo iba a suceder, podía percibirlo. Aquello no tardaría más en acontecer, cuando aquel individuo se aproximaría con su corsel.
— ¡Bienvenido, viajero! —dijo el señor Ront poniéndose de pie para recibir al visitante— Ha pasado mucho desde la última vez que hemos tenido visitas. —indicó— ¿Qué le trae por aquí?
En aquella época, las vacas solían estar muy productivas y era una de sus mejores oportunidades para ordeñarles y vender su leche en el poblado. Después de todo, aunque su espalda doliera y sus brazos no resistieran, tenía que mantener a su esposa y su hijo. ¿Qué más podría hacer?
Sin embargo, aquella mañana era especial, desde el amanecer había estado con los pelos de punta. Algo iba a suceder, podía percibirlo. Aquello no tardaría más en acontecer, cuando aquel individuo se aproximaría con su corsel.
— ¡Bienvenido, viajero! —dijo el señor Ront poniéndose de pie para recibir al visitante— Ha pasado mucho desde la última vez que hemos tenido visitas. —indicó— ¿Qué le trae por aquí?
- Spoiler:
- Olvidé poner referencias antes, jeje. Usad los NPC's libremente.
Sólo no los matéis.- Arthur Ront:
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- Markus Ront:
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Prometeo
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Re: Primeros pasos - Libre (3/3)
Caminaba por un sendero de tierra, bordeado de verde hierba. Algunas gallinas se perseguían, ignorando mi presencia.
"Deben de estar muy acostumbradas a la presencia humana" me dije a mí mismo. Procuré que el caballo no se asustase con la presencia de las gregarias aves de corral.
No muy lejos, pude ver a un hombre anciano ordeñando a una vaca. Me acerqué a él con cautela.
-¡Bienvenido, viajero! Ha pasado mucho desde la última vez que hemos tenido visitas. - dijo, mirando en mi dirección.
-¿Qué le trae por aquí?-
Después de mi aventuras -o más bien, desventuras- en el Pantano Misterioso y Ciudad Lagarto, me sorprendió gratamente la amabilidad que mostró aquél señor.
-Buenos días, caballero- dije, realizando una sutil reverencia -Llevo horas cabalgando bajo el sol abrasador, de camino a Baslodia, y me preguntaba si era posible realizar un intercambio- dije, casi suplicante. Me moría de sed.
-Verá, soy Arean, más conocido como Byron Tikari, bardo local. Sería un honor para mí interpretar alguna canción para usted- dije, señalando mi cistro-... a cambio de un poco de agua-
Vi la ardua tarea que el señor muy costosamente estaba realizando. Me pareció ver algunas varices en su piel, y un leve temblor en sus movimientos, que podría ser principios de artrosis. El pobre granjero necesitaría ayuda con sus tareas, y no le serviría de mucho tener a un cantautor acompañándole, de modo que recapitulé:
-Mejor dicho, puedo dejar la canción para después. Prefiero ayudarle a segar, recolectar, ordeñar, limpiar, o cualquier otra labor, a cambio de un poco de agua y algunos víveres- dije, con una sincera sonrisa. ¿Qué mejor sitio que una granja para conseguir algo de comida para mi largo viaje?
Desde luego, aquél anciano era un hombre curtido, más que capaz de encargarse de todas aquellas tareas... pero por algún motivo, no me importó ofrecer mi ayuda.
"Deben de estar muy acostumbradas a la presencia humana" me dije a mí mismo. Procuré que el caballo no se asustase con la presencia de las gregarias aves de corral.
No muy lejos, pude ver a un hombre anciano ordeñando a una vaca. Me acerqué a él con cautela.
-¡Bienvenido, viajero! Ha pasado mucho desde la última vez que hemos tenido visitas. - dijo, mirando en mi dirección.
-¿Qué le trae por aquí?-
Después de mi aventuras -o más bien, desventuras- en el Pantano Misterioso y Ciudad Lagarto, me sorprendió gratamente la amabilidad que mostró aquél señor.
-Buenos días, caballero- dije, realizando una sutil reverencia -Llevo horas cabalgando bajo el sol abrasador, de camino a Baslodia, y me preguntaba si era posible realizar un intercambio- dije, casi suplicante. Me moría de sed.
-Verá, soy Arean, más conocido como Byron Tikari, bardo local. Sería un honor para mí interpretar alguna canción para usted- dije, señalando mi cistro-... a cambio de un poco de agua-
Vi la ardua tarea que el señor muy costosamente estaba realizando. Me pareció ver algunas varices en su piel, y un leve temblor en sus movimientos, que podría ser principios de artrosis. El pobre granjero necesitaría ayuda con sus tareas, y no le serviría de mucho tener a un cantautor acompañándole, de modo que recapitulé:
-Mejor dicho, puedo dejar la canción para después. Prefiero ayudarle a segar, recolectar, ordeñar, limpiar, o cualquier otra labor, a cambio de un poco de agua y algunos víveres- dije, con una sincera sonrisa. ¿Qué mejor sitio que una granja para conseguir algo de comida para mi largo viaje?
Desde luego, aquél anciano era un hombre curtido, más que capaz de encargarse de todas aquellas tareas... pero por algún motivo, no me importó ofrecer mi ayuda.
Arean Tikari
Experto
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Re: Primeros pasos - Libre (3/3)
Zero estudia detenidamente todo desde su cobertura, una de sus funciones más pulidas es la observación o como muchos seres orgánicos suelen llamarle… “chismosear”, nombre poco honroso pero que cumple con el concepto.
A la distancia no se puede sacar en claro lo que la unidad desea del humano o viceversa, si tiene una mente tan abierta como la del niño robot puede ser cualquier cosa. En este momento de la historia los bios tienen muchas capacidades.
Ambos personajes se separan al final, es claro que el ser vivo inteligente se muestra bastante emocionado por algo. No es el tipo de cosas que puedan entenderse a la lejanía pero tal estado siempre resulta bueno para los orgánicos.
Mientras Z9-42 sigue al joven usando la mirada, pierde contacto visual con su semejante. Esto termina de manera desastrosa y el pequeño robot acaba siendo descubierto por el bio de diseño adulto.
Con un rostro de sorpresa, el niño artificial enfoca sus ojos en el personaje pertinente. ¿Cómo lo descubrió?, al parecer posee un sistema de localización radial de unidades terceras similar al del propio Zero… no era algo habitual antes.
Yo… buenos días, ¿Unidad?
Pone rostro confuso, por algunos instantes barajea la opción de engañar aunque sea irracional. Tratar de eludir una situación comprometedora pretendiendo ser humano suele funcionar bastante pero no con otros personajes de la base.
Baja la mirada, incluso forma cierta mueca triste. No sabe bien la razón, quizás por el simple hecho de verse superado en algo que debería dominar. Las unidades normales no sienten frustración pero él no es un elemento normal.
Al final termina por suspirar para calmarse, durante la conmoción anterior cayó al suelo así que aprovecha de ponerse vertical. Una vez ha sacudido varios remanentes de heno, pasa a las presentaciones.
Me nombre es Zero, designación Z9-42… ¿Cuál es el tuyo?
Hace mucho tiempo que no interactuaba con otro bio pero recuerda los procedimientos, sobre todo los que se refieren al decoro. Aunque suene extraño, esta emocionado y asustado a partes iguales.
Se permite sonreír un poco, respuesta automática por el cumulo de sensaciones contrastantes. No tarda mucho en extender su mano derecha para complementar el ritual de saludo, un poco tarde pero dentro del rango aceptable igual.
A la distancia no se puede sacar en claro lo que la unidad desea del humano o viceversa, si tiene una mente tan abierta como la del niño robot puede ser cualquier cosa. En este momento de la historia los bios tienen muchas capacidades.
Ambos personajes se separan al final, es claro que el ser vivo inteligente se muestra bastante emocionado por algo. No es el tipo de cosas que puedan entenderse a la lejanía pero tal estado siempre resulta bueno para los orgánicos.
Mientras Z9-42 sigue al joven usando la mirada, pierde contacto visual con su semejante. Esto termina de manera desastrosa y el pequeño robot acaba siendo descubierto por el bio de diseño adulto.
Con un rostro de sorpresa, el niño artificial enfoca sus ojos en el personaje pertinente. ¿Cómo lo descubrió?, al parecer posee un sistema de localización radial de unidades terceras similar al del propio Zero… no era algo habitual antes.
Yo… buenos días, ¿Unidad?
Pone rostro confuso, por algunos instantes barajea la opción de engañar aunque sea irracional. Tratar de eludir una situación comprometedora pretendiendo ser humano suele funcionar bastante pero no con otros personajes de la base.
Baja la mirada, incluso forma cierta mueca triste. No sabe bien la razón, quizás por el simple hecho de verse superado en algo que debería dominar. Las unidades normales no sienten frustración pero él no es un elemento normal.
Al final termina por suspirar para calmarse, durante la conmoción anterior cayó al suelo así que aprovecha de ponerse vertical. Una vez ha sacudido varios remanentes de heno, pasa a las presentaciones.
Me nombre es Zero, designación Z9-42… ¿Cuál es el tuyo?
Hace mucho tiempo que no interactuaba con otro bio pero recuerda los procedimientos, sobre todo los que se refieren al decoro. Aunque suene extraño, esta emocionado y asustado a partes iguales.
Se permite sonreír un poco, respuesta automática por el cumulo de sensaciones contrastantes. No tarda mucho en extender su mano derecha para complementar el ritual de saludo, un poco tarde pero dentro del rango aceptable igual.
Z9-42
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Re: Primeros pasos - Libre (3/3)
Lo que pude encontrar, una vez miré tras la ventana del granero, fue un tanto... inesperado. Se trataba de un niño, quien, al verme, cayó al suelo y me miró con sorpresa. En una primera instancia, concluí con que; efectivamente, mi radar presentaba anomalías para definir el patrón emitido por cada señal emanada por seres vivientes, probado con mi incapacidad de escanear a Arthur o considerar a este infante un bio-cibernético.
— Buenos días. —respondí dedicándole una sonrisa amable, intentando mostrarle mi ausencia de intensiones ofensivas.
Estaba convencido, este niño no presentaba índice alguno de ser un individuo sintético. No obstante, mi teoría empezó a mostrar flaquezas y errores de argumentación, cuando fui reconocido como un cibernético y no como un semejante... ¿Cómo? El actual estado de mi hardware debería haber sido capaz de esconder mi verdadera naturaleza.
A continuación, el niño se puso de pié y confirmó mí error, presentándose a sí mismo como una unidad amiga. Aquello despertó en mi una sensación peculiar: curiosidad. No entendía por qué, pero algo en mi sentía fascinación por la estructura y diseño del cibernético de apariencia infantil. Opté por atribuirselo a su conveniente aparición ante mi necesidad de elaborar un par de consultas, aunque eso no mermara mi entusiasmo.
— Mi nombre es Adam Ront, designación Pro-M.E.T.E.O., protección de civiles y neutralización de amenazas. —contesté, justo antes de extender mi mano derecha para apretar la suya— Me alegra conocer a otra unidad. —confesé sonriendo— ¿Qué te trae a la granja de los Ront, Zero? ¿Algo en lo que me sea posible asistirte?—procedí a preguntar, una vez dio por finalizado el proceso de saludo.
— Buenos días. —respondí dedicándole una sonrisa amable, intentando mostrarle mi ausencia de intensiones ofensivas.
Estaba convencido, este niño no presentaba índice alguno de ser un individuo sintético. No obstante, mi teoría empezó a mostrar flaquezas y errores de argumentación, cuando fui reconocido como un cibernético y no como un semejante... ¿Cómo? El actual estado de mi hardware debería haber sido capaz de esconder mi verdadera naturaleza.
A continuación, el niño se puso de pié y confirmó mí error, presentándose a sí mismo como una unidad amiga. Aquello despertó en mi una sensación peculiar: curiosidad. No entendía por qué, pero algo en mi sentía fascinación por la estructura y diseño del cibernético de apariencia infantil. Opté por atribuirselo a su conveniente aparición ante mi necesidad de elaborar un par de consultas, aunque eso no mermara mi entusiasmo.
— Mi nombre es Adam Ront, designación Pro-M.E.T.E.O., protección de civiles y neutralización de amenazas. —contesté, justo antes de extender mi mano derecha para apretar la suya— Me alegra conocer a otra unidad. —confesé sonriendo— ¿Qué te trae a la granja de los Ront, Zero? ¿Algo en lo que me sea posible asistirte?—procedí a preguntar, una vez dio por finalizado el proceso de saludo.
————————————————
— ¡Vaya! —exclamó sorprendido el señor Ront, escuchando atento las palabras del hombre-bestia. Soltó una carcajada tras este último finalizar— ¡Haber empezado por ahí! —inició— ¡Por supuesto que le ofreceremos el agua que necesite! No hay necesidad de realizar ningún trueque. —explicó con sinceridad. Markus Ront era conocido por ser amable y abnegado— Aunque... —murmuró tras un pensárselo bien— La verdad es que no estaría mal escuchar un par de canciones. ¿Qué le parece si pasa a descansar un poco y canta para mi mujer e hijo? Sólo déjame llevar este par de-.
Tras realizar aquella petición, el señor Ront se apresuró en coger ambas cubetas llenas de la leche que acababa de ordeñar. Sin embargo, una vez intentó levantarse; antes que pudiera enderezarse, un crujir en su columna desplegó una cortina de dolor a través de toda su espalda. Los años no pasaban en vano y el señor Ront, efectivamente, ya no tenía la misma fuerza de trabajo de su juventud.
— ¡Argh...! —gritó adolorido, volviendo a reclinarse un poco para intentar mermar el dolor. Markus escuchó el cambio de opinión del bardo y se sintió culpable, pensó en declinarlo pero... No estaba realmente en posición de negar la ayuda— Yo... —titubeó, soltando un suspiro cansado y resignado— Se lo agradecería enormemente. ¿Le importaría ayudarme a llevar esto a la casa?
Tras realizar aquella petición, el señor Ront se apresuró en coger ambas cubetas llenas de la leche que acababa de ordeñar. Sin embargo, una vez intentó levantarse; antes que pudiera enderezarse, un crujir en su columna desplegó una cortina de dolor a través de toda su espalda. Los años no pasaban en vano y el señor Ront, efectivamente, ya no tenía la misma fuerza de trabajo de su juventud.
— ¡Argh...! —gritó adolorido, volviendo a reclinarse un poco para intentar mermar el dolor. Markus escuchó el cambio de opinión del bardo y se sintió culpable, pensó en declinarlo pero... No estaba realmente en posición de negar la ayuda— Yo... —titubeó, soltando un suspiro cansado y resignado— Se lo agradecería enormemente. ¿Le importaría ayudarme a llevar esto a la casa?
Prometeo
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Re: Primeros pasos - Libre (3/3)
Esperaba atento la respuesta del señor.
-¡Vaya!¡Haber empezado por ahí! Por supuesto que le ofreceremos el agua que necesite! No hay necesidad de realizar ningún trueque- sonreí agradecido pero me parecía injusto; era necesario mostrar gratitud con un gesto de buena voluntad. Ante esta afirmación, aproveché para atar mi caballo a un poste que había por allí.
"Quédate ahí, volveré con agua también para ti" le susurré.
No me había alejado mucho del hombre, por lo que me giré para seguir escuchándole.
-Aunque... La verdad es que no estaría mal escuchar un par de canciones. ¿Qué le parece si pasa a descansar un poco y canta para mi mujer e hijo? Sólo déjame llevar este par de...-
El dueño de la finca se agachó para levantar dos cubos de leche, pero cuando fue a levantarlos su espalda crujió horriblemente. Se me salieron los ojos del susto.
-¿Está usted bien, caballero?...- pregunté, preocupado, tendiéndole la mano.
-¡Argh...!- dijo el señor, reclinándose lentamente. -Yo... Se lo agradecería enormemente. ¿Le importaría ayudarme a llevar esto a la casa?-
Yo asentí, mientras levantaba los cubos.
-Por supuesto, ¡no se preocupe!-
Lo cierto era que pesaban bastante. Me concentré para no verter ni una gota mientras ejercía fuerza con las piernas para no hacerme daño en la espalda. Sin darme cuenta, estaba sacando la lengua, concentrado por el esfuerzo.
Seguí al señor hasta su casa, pero no pude fijarme mucho en los detalles del lugar, pues estaba concentrado en mantener la leche estable para no salpicar ni una gota. Dejé los cubos donde me indicó, y le seguí de nuevo, a donde interpretaría las canciones que supondrían el pago por tanta hospitalidad.
Era cierto que eran muy buena gente, así que tocaría mi mejor repertorio; algo delicado y gentil, y no las burdas cancioncillas de campamento que me pedían siempre los grupos de bandidos y de vendedores ambulantes.
-¡Vaya!¡Haber empezado por ahí! Por supuesto que le ofreceremos el agua que necesite! No hay necesidad de realizar ningún trueque- sonreí agradecido pero me parecía injusto; era necesario mostrar gratitud con un gesto de buena voluntad. Ante esta afirmación, aproveché para atar mi caballo a un poste que había por allí.
"Quédate ahí, volveré con agua también para ti" le susurré.
No me había alejado mucho del hombre, por lo que me giré para seguir escuchándole.
-Aunque... La verdad es que no estaría mal escuchar un par de canciones. ¿Qué le parece si pasa a descansar un poco y canta para mi mujer e hijo? Sólo déjame llevar este par de...-
El dueño de la finca se agachó para levantar dos cubos de leche, pero cuando fue a levantarlos su espalda crujió horriblemente. Se me salieron los ojos del susto.
-¿Está usted bien, caballero?...- pregunté, preocupado, tendiéndole la mano.
-¡Argh...!- dijo el señor, reclinándose lentamente. -Yo... Se lo agradecería enormemente. ¿Le importaría ayudarme a llevar esto a la casa?-
Yo asentí, mientras levantaba los cubos.
-Por supuesto, ¡no se preocupe!-
Lo cierto era que pesaban bastante. Me concentré para no verter ni una gota mientras ejercía fuerza con las piernas para no hacerme daño en la espalda. Sin darme cuenta, estaba sacando la lengua, concentrado por el esfuerzo.
Seguí al señor hasta su casa, pero no pude fijarme mucho en los detalles del lugar, pues estaba concentrado en mantener la leche estable para no salpicar ni una gota. Dejé los cubos donde me indicó, y le seguí de nuevo, a donde interpretaría las canciones que supondrían el pago por tanta hospitalidad.
Era cierto que eran muy buena gente, así que tocaría mi mejor repertorio; algo delicado y gentil, y no las burdas cancioncillas de campamento que me pedían siempre los grupos de bandidos y de vendedores ambulantes.
Arean Tikari
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Re: Primeros pasos - Libre (3/3)
La confusión en el rostro de autodenominado Adam da información valiosa al pequeño robot, es claro que no es una unidad de rieles. Posee una libertad de pensamiento similar a la del chiquillo aumentado.
Las manos se estrechan y Zero sonríe, le agrada cuando la educación se impone en cosas tan triviales. Prometeo identifica también su función, al parecer tiene el objetivo particular de eliminar peligros para el ser vivo inteligente.
Es un noble objetivo.
La misión de vida original del pequeño robot era de aprendizaje, estudiar a la inteligencia normal para poder imitarla de manera eficiente. Esto cambio por voluntad propia cuando conoció las atrocidades de Exos.
En realidad…
Baja la mirada, no sabe bien como expresar el motivo de su presencia sin quedar mal. Por desgracia ahora mismo mentir no sería aceptable asi que decide revelar la verdad incómoda.
Detecte su señal y decidí acercarme a investigar... lamento la intromisión.
Obvia pertinentemente las razones reales de la acción en sí y es que eso ya es información complicada, pocos de sus conocidos más confiables incluso saben que es un elemento fugitivo de la base.
¿Cuál es su razón de estar aquí?, si no es mucha molestia claro.
Ciertamente no ha conocido a un bio que se esfuerce por mantener su bitácora secreta pero es obvio que Adam Ront posee muchas más libertades que las generaciones anteriores, es muy similar a Zero.
El pequeño robot se encuentra entonces por algunos instantes revisando los detalles en el hardware de su semejante, es un poco descortés hacerlo sin permiso aunque trata de no revelar la acción.
¿A qué se debe esto?, curiosidad, es la primera unidad de su generación que conoce. Podría decirse que siente empatía por su simple apariencia… algo totalmente irracional pero que se repite incluso en el mundo natural.
Cuando tiene los detalles enumerados, cesa su estudio. Pasa a centrarse entonces en las palabras del personaje, no puede evitar preguntarse internamente si se encuentra en alguna misión de exploración o es un elemento fugado también.
Las manos se estrechan y Zero sonríe, le agrada cuando la educación se impone en cosas tan triviales. Prometeo identifica también su función, al parecer tiene el objetivo particular de eliminar peligros para el ser vivo inteligente.
Es un noble objetivo.
La misión de vida original del pequeño robot era de aprendizaje, estudiar a la inteligencia normal para poder imitarla de manera eficiente. Esto cambio por voluntad propia cuando conoció las atrocidades de Exos.
En realidad…
Baja la mirada, no sabe bien como expresar el motivo de su presencia sin quedar mal. Por desgracia ahora mismo mentir no sería aceptable asi que decide revelar la verdad incómoda.
Detecte su señal y decidí acercarme a investigar... lamento la intromisión.
Obvia pertinentemente las razones reales de la acción en sí y es que eso ya es información complicada, pocos de sus conocidos más confiables incluso saben que es un elemento fugitivo de la base.
¿Cuál es su razón de estar aquí?, si no es mucha molestia claro.
Ciertamente no ha conocido a un bio que se esfuerce por mantener su bitácora secreta pero es obvio que Adam Ront posee muchas más libertades que las generaciones anteriores, es muy similar a Zero.
El pequeño robot se encuentra entonces por algunos instantes revisando los detalles en el hardware de su semejante, es un poco descortés hacerlo sin permiso aunque trata de no revelar la acción.
¿A qué se debe esto?, curiosidad, es la primera unidad de su generación que conoce. Podría decirse que siente empatía por su simple apariencia… algo totalmente irracional pero que se repite incluso en el mundo natural.
Cuando tiene los detalles enumerados, cesa su estudio. Pasa a centrarse entonces en las palabras del personaje, no puede evitar preguntarse internamente si se encuentra en alguna misión de exploración o es un elemento fugado también.
Z9-42
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Re: Primeros pasos - Libre (3/3)
Sonreí honrado ante el cumplido de mi semejante. Ciertamente, los patrones de misión que me fueron establecidos eran algo de lo que un individuo podría estar orgulloso... Podría decirse que sentía un poco de... ¿vergüenza?, tal vez.
— Se lo agradezco. —respondí ante su comentario— ¿Cuál es el suyo? Si me permite conocer. —procedí a preguntar. Era curioso: ¿Qué finalidad podría tener un bio-cibernético con la estructura externa de un infante?
Mis ojos se abrieron con curiosidad mientras Zero comenzaba a contestar mi interrogante: "¿Cuál es su objetivo en esta granja?" Más, no llegó a finalizar la elaboración de una respuesta.
Realicé un rápido análisis de la situación. Aquello que detectaba en su patrón de movimiento era... ¿timidez? Pero... ¿Por qué precisamente? ¿Existía algún inconveniente? Quizás... Había sido grosero de mi parte realizar tan pronto una interpelación de esa magnitud.
Para mi alivio, mis hipótesis resultaron incorrectas, y la unidad Zero procedió a revelar la información que logró crear un lógico nexo entre su respuesta y su comportamiento. Volví a plantearme sus palabras, sin poder evitar soltar una leve risa; sintiendo empatía por su modestia.
— Negativo. —contesté sonriendo— Su presencia no resulta un inconveniente, siempre y cuando pueda apoyarme con mantener en bajo perfil mi verdadera naturaleza. —expliqué, haciendo referencia a mi "identidad secreta"— Directiva. —agregué tras una pausa, llevando mi mano hacia el centro de mi pecho.
Directiva: Código establecido para definir que el conjunto de acciones elaboradas por una unidad se debe a la disposición de una autoridad mayor.
— Es indispensable que mi propósito e identidad sean confidenciales. —empecé a explicar, dispuesto a responder su pregunta— Por tal motivo estoy aqui. Me mantengo oculto simulando a un simple granjero, de modo que no se perjudique a terceros ni se creen vulnerabilidades emocionales; evitando el mal manejo de la información de parte de posibles amenazas. —concluí, dando a conocer lo necesario— "Un gran poder conlleva a una gran responsabilidad." —añadí posteriormente, cruzándome de brazos y sonriendo, simulando la postura de la imagen que recordé— Lo leí en un libro.
— Se lo agradezco. —respondí ante su comentario— ¿Cuál es el suyo? Si me permite conocer. —procedí a preguntar. Era curioso: ¿Qué finalidad podría tener un bio-cibernético con la estructura externa de un infante?
Mis ojos se abrieron con curiosidad mientras Zero comenzaba a contestar mi interrogante: "¿Cuál es su objetivo en esta granja?" Más, no llegó a finalizar la elaboración de una respuesta.
Realicé un rápido análisis de la situación. Aquello que detectaba en su patrón de movimiento era... ¿timidez? Pero... ¿Por qué precisamente? ¿Existía algún inconveniente? Quizás... Había sido grosero de mi parte realizar tan pronto una interpelación de esa magnitud.
Para mi alivio, mis hipótesis resultaron incorrectas, y la unidad Zero procedió a revelar la información que logró crear un lógico nexo entre su respuesta y su comportamiento. Volví a plantearme sus palabras, sin poder evitar soltar una leve risa; sintiendo empatía por su modestia.
— Negativo. —contesté sonriendo— Su presencia no resulta un inconveniente, siempre y cuando pueda apoyarme con mantener en bajo perfil mi verdadera naturaleza. —expliqué, haciendo referencia a mi "identidad secreta"— Directiva. —agregué tras una pausa, llevando mi mano hacia el centro de mi pecho.
Directiva: Código establecido para definir que el conjunto de acciones elaboradas por una unidad se debe a la disposición de una autoridad mayor.
— Es indispensable que mi propósito e identidad sean confidenciales. —empecé a explicar, dispuesto a responder su pregunta— Por tal motivo estoy aqui. Me mantengo oculto simulando a un simple granjero, de modo que no se perjudique a terceros ni se creen vulnerabilidades emocionales; evitando el mal manejo de la información de parte de posibles amenazas. —concluí, dando a conocer lo necesario— "Un gran poder conlleva a una gran responsabilidad." —añadí posteriormente, cruzándome de brazos y sonriendo, simulando la postura de la imagen que recordé— Lo leí en un libro.
———————————————————
El señor Ront sonrió, agradecido de la cordialidad y el servicio de aquel hombre. ¿Qué habría hecho sin su oportuna aparición? Su espalda dolía como si hubiera provocado la furia de un dragón y este le hubiera aplastado la espalda. Procedió a continuar en dirección a su hogar.
En secreto, miraba de reojo al individuo que le ayudaba a transportar, con sumo cuidado y atención, las cubetas de leche. Le veía con nostalgia, recordando cuando era joven y fuerte como él. Pero el tiempo no podía devolverse y ya iba siendo hora de dar paso y dejar avanzar a las nuevas generaciones.
Una vez en casa, Markus le indicó al bardo donde podía dejar las cubetas, justo antes de ser recibidos por Jeannine, la esposa del granjero.
— ¿Markus...? —llamó, sorprendiendose al mirar al individuo desconocido para ella.
— ¡Jeannine! Tenemos invitados. —dijo Markus, para calmar a su esposa— Os presento. Querida, él es el señor Arean; visitante. Ha sido muy amable y me ha ayudado a traer hasta acá las cubetas. —explicó, antes de dirigirse al bardo— Arean, ella es mi esposa: Jeannine.
— Es un placer. —sonrió amable— Has de ser el nuevo amigo del que hablaba mi hijo, ¿no es asi? —preguntó ella, desconociendo la situación.
En secreto, miraba de reojo al individuo que le ayudaba a transportar, con sumo cuidado y atención, las cubetas de leche. Le veía con nostalgia, recordando cuando era joven y fuerte como él. Pero el tiempo no podía devolverse y ya iba siendo hora de dar paso y dejar avanzar a las nuevas generaciones.
Una vez en casa, Markus le indicó al bardo donde podía dejar las cubetas, justo antes de ser recibidos por Jeannine, la esposa del granjero.
— ¿Markus...? —llamó, sorprendiendose al mirar al individuo desconocido para ella.
— ¡Jeannine! Tenemos invitados. —dijo Markus, para calmar a su esposa— Os presento. Querida, él es el señor Arean; visitante. Ha sido muy amable y me ha ayudado a traer hasta acá las cubetas. —explicó, antes de dirigirse al bardo— Arean, ella es mi esposa: Jeannine.
— Es un placer. —sonrió amable— Has de ser el nuevo amigo del que hablaba mi hijo, ¿no es asi? —preguntó ella, desconociendo la situación.
———————————————————
— Disculpa, Zero. —comencé, llamando la atención de mi semejante— Permíteme interrumpir temporalmente nuestra afable conversación. —declaré.
La aparición de la unidad Zero había sido increíblemente oportuna. Mis sistemas presentaban fallas, existían diferentes anomalías ante la ausencia de ciertos componentes de mi estructura. Necesitaba del apoyo de otra unidad con más experiencia; pues no habían pasado más de tres horas desde que había sido activado, de modo que pudiera ser instruido apropiadamente en cómo solucionar los inconvenientes que me afectaban cuánto antes.
— Preciso de su ayuda para elaborar una consulta. —dicté, adoptando un tono más serio— Estoy presentando diversos errores de funcionamiento, los cuales representan directamente un obstáculo para el cumplimiento de mis parámetros de misión. —expliqué, intentando ser lo más preciso posible— ¿Conoces algún modo o alguna otra unidad que sea capaz de reparar estas anomalías? —consulté finalmente.
La aparición de la unidad Zero había sido increíblemente oportuna. Mis sistemas presentaban fallas, existían diferentes anomalías ante la ausencia de ciertos componentes de mi estructura. Necesitaba del apoyo de otra unidad con más experiencia; pues no habían pasado más de tres horas desde que había sido activado, de modo que pudiera ser instruido apropiadamente en cómo solucionar los inconvenientes que me afectaban cuánto antes.
— Preciso de su ayuda para elaborar una consulta. —dicté, adoptando un tono más serio— Estoy presentando diversos errores de funcionamiento, los cuales representan directamente un obstáculo para el cumplimiento de mis parámetros de misión. —expliqué, intentando ser lo más preciso posible— ¿Conoces algún modo o alguna otra unidad que sea capaz de reparar estas anomalías? —consulté finalmente.
Prometeo
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Re: Primeros pasos - Libre (3/3)
El señor de la granja me indicó amablemente dónde dejar las cubetas, y ahí las dejé. Fue un alivio soltar aquél peso. Me frotaba mis acalambrados brazos, cuando una voz de mujer sonó en la habitación.
-¿Markus...?- dijo ella. Supuse que ese sería el nombre del patrón de la finca.
-¡Jeannine! Tenemos invitados. Os presento. Querida, él es el señor Arean; visitante. Ha sido muy amable y me ha ayudado a traer hasta acá las cubetas. Arean, ella es mi esposa: Jeannine- dijo el señor Markus, presentándonos.
Realicé una medida reverencia en su dirección.
-Encantado de conocerle, señora Jeannine- dije, con respeto.
-Es un placer. Has de ser el nuevo amigo del que hablaba mi hijo, ¿no es así?- dijo la mujer.
No tenía ni idea de qué me hablaba, por lo que no pude evitar la cara de sorpresa.
-Discúlpeme, mi señora- dije, con una mueca interrogante.
-No recuerdo haber conocido a su hijo. Si es así, ruego que me perdone, ¿podría usted recordarme su nombre? El de su hijo, quiero decir...-
Era la primera vez que visitaba aquella granja, pero era posible que de hecho, conociese al hijo de aquella señora; lo único, que no lo vinculaba con aquél lugar. La otra opción era que se trataba de una confusión, y se refería a otro invitado que estaba por llegar.
-¿Markus...?- dijo ella. Supuse que ese sería el nombre del patrón de la finca.
-¡Jeannine! Tenemos invitados. Os presento. Querida, él es el señor Arean; visitante. Ha sido muy amable y me ha ayudado a traer hasta acá las cubetas. Arean, ella es mi esposa: Jeannine- dijo el señor Markus, presentándonos.
Realicé una medida reverencia en su dirección.
-Encantado de conocerle, señora Jeannine- dije, con respeto.
-Es un placer. Has de ser el nuevo amigo del que hablaba mi hijo, ¿no es así?- dijo la mujer.
No tenía ni idea de qué me hablaba, por lo que no pude evitar la cara de sorpresa.
-Discúlpeme, mi señora- dije, con una mueca interrogante.
-No recuerdo haber conocido a su hijo. Si es así, ruego que me perdone, ¿podría usted recordarme su nombre? El de su hijo, quiero decir...-
Era la primera vez que visitaba aquella granja, pero era posible que de hecho, conociese al hijo de aquella señora; lo único, que no lo vinculaba con aquél lugar. La otra opción era que se trataba de una confusión, y se refería a otro invitado que estaba por llegar.
Arean Tikari
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Re: Primeros pasos - Libre (3/3)
La pregunta de Prometeo sin duda despierta algo de nostalgia en Zero, ciertamente recuerda su primer objetivo de vida con buena estima. Aunque ya no lo siga de manera directa este sigue corriendo en segundo plano.
Fui creado para aprender.
Sonríe, es un noble objetivo también. Deja como secreto su misión actual y es que entre menos personas conozcan de Exos mejor… no es algo fácil de asimilar de buenas a primeras por obvias razones.
Entiendo, no revelare su verdadera naturaleza… me gustaría contar con la misma cortesía si es posible.
Al niño robot le agrada pasar por humano, en cierto modo comienza a sentirse más y más como uno de ellos. Esto tiene connotaciones positivas que van desde el nivel emocional hasta lo practico pues los agentes sintéticos son un problema real.
Recuerdo ese libro.
Z9-42 tiene un compendio muy grande de literatura, tanto terrestre como aerandiana. Esa frase en particular ha sido usada por autores en ambos lados del portal y sin contacto alguno entre las partes… una concordancia dimensional inteligente por llamarlo de una forma.
Pronto todo avanza hacia una petición del bio adulto, parece presentar problemas en su sistema. El chiquillo robot le mira de medio lado, debe ser una falla en subrutinas internas pues a simple vista su estado se muestra óptimo.
Espera un momento por favor.
Sin vacilar, el pequeño abre una matriz digital holográfica de escaneo, esta se proyecta desde sus ojos. Suele realizar este tipo de estudios en su mente pero ahora que está frente a un semejante considera prudente que tenga una visión técnica directa.
Los demás elementos de la granja se encuentran en posiciones sin contacto visual al área en cuestión por lo que no tiene miedo de ser descubierto, puede centrarse enteramente en la tarea de soporte.
A medida que su mirada recorre a Prometeo, aparece el estado del personaje en un holograma tridimensional superpuesto. No tarda mucho en encontrar el problema, parte del sistema se encuentra corrupto.
Tareas acumuladas por un fallo del sistema, aplicando correctivos a distancia… error en reparaciones “niega con la cabeza y cierra todo” necesitas acceder a una consola y rebutear el sistema, yo puedo hacerlo de manera voluntaria pero tú necesitas una infraestructura oficial de apoyo.
Fui creado para aprender.
Sonríe, es un noble objetivo también. Deja como secreto su misión actual y es que entre menos personas conozcan de Exos mejor… no es algo fácil de asimilar de buenas a primeras por obvias razones.
Entiendo, no revelare su verdadera naturaleza… me gustaría contar con la misma cortesía si es posible.
Al niño robot le agrada pasar por humano, en cierto modo comienza a sentirse más y más como uno de ellos. Esto tiene connotaciones positivas que van desde el nivel emocional hasta lo practico pues los agentes sintéticos son un problema real.
Recuerdo ese libro.
Z9-42 tiene un compendio muy grande de literatura, tanto terrestre como aerandiana. Esa frase en particular ha sido usada por autores en ambos lados del portal y sin contacto alguno entre las partes… una concordancia dimensional inteligente por llamarlo de una forma.
Pronto todo avanza hacia una petición del bio adulto, parece presentar problemas en su sistema. El chiquillo robot le mira de medio lado, debe ser una falla en subrutinas internas pues a simple vista su estado se muestra óptimo.
Espera un momento por favor.
Sin vacilar, el pequeño abre una matriz digital holográfica de escaneo, esta se proyecta desde sus ojos. Suele realizar este tipo de estudios en su mente pero ahora que está frente a un semejante considera prudente que tenga una visión técnica directa.
Los demás elementos de la granja se encuentran en posiciones sin contacto visual al área en cuestión por lo que no tiene miedo de ser descubierto, puede centrarse enteramente en la tarea de soporte.
A medida que su mirada recorre a Prometeo, aparece el estado del personaje en un holograma tridimensional superpuesto. No tarda mucho en encontrar el problema, parte del sistema se encuentra corrupto.
Tareas acumuladas por un fallo del sistema, aplicando correctivos a distancia… error en reparaciones “niega con la cabeza y cierra todo” necesitas acceder a una consola y rebutear el sistema, yo puedo hacerlo de manera voluntaria pero tú necesitas una infraestructura oficial de apoyo.
Z9-42
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