El reino de los cuentos (QUEST) - La reina de las espinas

Los dos elfos viajaron durante una tranquila hora, en la que pudieron hablar como buenos amigos que eran, sin que la mariposa se moviese del sitio que había elegido, el hombro del hombre de cabellos negros. La elfa de cabellos rojizos, dejó a buen recaudo a su caballo, el cual pudo descansar plácidamente al lado de la casita del árbol milenario, recibiendo la agradable compañía de los inofensivos animalitos de los alrededores.

Sin aviso alguno, la mariposa echó a volar, dando vueltas encima de los dos elfos. Entonces, esta se alejó por un estrecho camino entre los árboles, llevándoles a un pequeño pero hermoso claro lleno de flores de todos los colores. Había un pequeño riachuelo, iluminado por la luz del sol, y un árbol en el centro, con una bella elfa que los miraba con curiosidad, vestida con una sencilla tela verde transparente. La mariposa se dirigió hacia la criatura, la cual miraba a sus tres nuevos huéspedes con interés.

La elfa:

(Off Rol: Cada uno podrá hacer un post y el lunes empezará el primer acertijo, en el cual podréis hacer posts más cortos, pues consistirá en hablar con la elfa y descubrir cómo terminar con el primer cuento, para pasar al siguiente. Suerte.)
Origen: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

Una hora de viaje, muy tranquila. No pude decirle mucho a Lys, así que estuve en silencio largo rato, dejando que ella me contara de cómo había estado.

En un momento la mariposa se echó a volar y me adelanté tras ella apresurándome para no perderla de vista. Nos condujo hasta un claro del bosque, un riachuelo bañado por los rayos del sol, y un árbol en el centro, pero quien me llamó la atención de ahí, fue una hermosa joven, en medio de las flores que adornaban el paisaje.

Cabellos rubios, con flores que adornaban a la par que el verde del frondoso bosque, ojos del mismo color y su vestido sencillo haciendo juego, con una tela transparente. Muy bella.

La mariposa se dirigió a la joven, que nos miraba con interés. Me acerqué a unos cuantos pasos de distancia de ella y saludé con una leve reverencia sin quitar la mirada de sus ojos.

-Buenos días...-saludé con una sonrisa y miré a Lys para ver si había llegado. ahora qué? quedaba preguntar "¿hola, tu eres la que se siente como la Diosa de la belleza?" No era muy agradable esa pregunta, por lo que preferí dejársela a Lys, quien por ser mujer seguro era más suave en sus preguntas.


(off rol: todavía no se cómo ubicar esta misión-rol en el hilo de la historia xD)

Caminamos un rato hablando de cosas sencillas, no quería hablar mucho sobre lo último que había pasado en mi vida pues no sabía quién podía estar escuchando. Avanzamos así gran parte en silencio apreciando, al menos por mi parte, los vivos sonidos del bosque sureño, no fue mucho tiempo, pues pronto llegamos a un claro.

La escena era preciosa, al respirar llegó a mi el aroma de todas aquellas preciosas flores que adornaban el césped, el sol reflejó sobre la superficie de un pequeño arroyo que pasaba junto a un gran árbol sobre cuya base la famosa elfa nos observaba con ojos expectantes. "Una joven mujer que encandilaba a cualquiera con su resplandor..." recordé del cuento, y tal como citaba veían mis ojos. La joven delante nuestro era hermosa, su cabello adornado con flores y unos preciosos ojos verdes como la hierba haciendo juego con la delicada tela de su vestido. La mariposa se dirigió hacia ella y sonreí amablemente antes de presentarme.

- Hola...- dije despacio adelantando medio paso al frente, pues no quería acercarme de golpe y se sintiera de alguna forma invadida, bajé leve y elegantemente mi cabeza  para presentarme - Mi nombre es Lys - Sonreí cordialmente - ... y he aquí mi amigo Sydara. - Dije tocando apenas el brazo de él. Me adelanté un paso para que entendiera queríamos hablar con ella pero sin acercarme demasiado.. Abrí mis manos señalando el lugar sin dejar quitar la sonrisa de mis labios - Este lugar es realmente precioso.. ¿Es acaso tu morada? - pregunté haciendo énfasis en el elogio, pues si era realmente tan arrogante como decía el texto, era mejor que se sintiera de alguna manera halagada.

La presencia de los viajeros alegró a la bella elfa, al igual que la alegró ver sus rostros de adulación, pero el comentario de la elfa pelirroja, que aunque era bella, no más que ella, no la satisfajo como habría querido. - Es hermoso, sí, ¿pero acaso es lo único hermoso por admirar? - Dijo mientras daba una vuelta sobre si misma, mostrándose a sus invitados mientras hacía elegantes ondulaciones con sus brazos.

- Sí, este es el lugar en el que permanezco, pues es el más hermoso de por aquí, aunque no puede compararse conmigo. - Continuó ella, y se rió por lo bajo. Su risa resonó por el pequeño claro, como si del cantar de los pájaros se tratase. Miró entonces la mariposa, que sobrevolaba de nuevo al joven elfo. Sonrió e hizo una pequeña inclinación de cabeza hacia ella, para luego volver una vez más la mirada hacia los viajeros.

- ¿Habéis venido para admirar mi belleza? -

(Off rol: Para agilizar el ritmo de la conversación, está permitido hacer posts más cortos de lo normal. Suerte.)

La muchacha dio una vuelta sobre sí misma, mostrándose.
-Sí, este es el lugar en el que permanezco, pues es el más hermoso de por aquí, aunque no puede compararse conmigo. -siguió ella y sonrió. Miró a la mariposa y reverenció hacia ella.

Fruncí el entrecejo. No me parecía una mariposa común...

- ¿Habéis venido para admirar mi belleza? - habló ella y arqueé las cejas. La niña sólo quería que comprobáramos si era cierto que era la Reina de las Espinas por su arrogancia, pues era arrogante, y orgullosa con su belleza a simple vista. Dije entonces con cierta frialdad ante la discriminación por la belleza de otras mujeres.

- ¿A qué consideras bello señorita elfa, Reina de las Espinas? ¿Así te llaman, cierto?-pregunté mirándola fijo. Me molestaba la arrogancia y discriminación profundamente.

Me dirigí hasta la mariposa y extendí mi mano para que se posara en ella y volverla a llevar a mi hombro, pero continué mirándola fijo a unos pasos frente a ella.

"Bueno.. si teníamos que saber si era la creída del cuento, hemos tenido éxito..." pensé sin demostrar gesto alguno. Sentí pena por la baja autoestima que debía tener si necesitaba recordar cada momento  como lucía en la superficie. Si pretendía de  alguna forma ser precavida con lo que decía, Sydara no leyó mi pensamiento o la sutilidad al saludar no era su fuerte.

- En realidad ..- dije rápidamente - Nos encontrábamos admirando el bosque y nos hemos topado contigo. Debo admitir que tienes muy buen gusto si este paraje es obra de tus manos ... - La mágica mariposa y ella se acercaron y dio la sensación de que la saludaba con una especie de reverencia. Siendo tan arrogante como era no entendí que papel jugaba el insecto para ella. Como no tenía intención de elogiarla vanamente decidí reorientar la conversación hacia ello. - ¿Acaso la conoces? A la mariposa..- aclaré.

La muchacha trató de camuflar el comentario del elfo, pero no lo consiguió. - Gracias - dijo ante el elogio de la elfa, pero entonces cambió de nuevo la mirada a su acompañante. - ¿Reina de las espinas...? Hacía años que no me nombraban así. Cientos de años... - dijo algo malhumorada.

- ¿La mariposa? - Los miró extrañada y observó la colorida figura brillante. - Puede que sí, puede que no, pero qué importa. Ya que habéis tenido la suerte de encontrarme, bailaré para vosotros. -

La elfa se puso a bailar, ondulando cada parte de su cuerpo de forma elegante, mostrando su belleza. Mientras tanto, si la elfa mirara de nuevo en el antiguo libro de cuentos para buscar pistas, tras ojear un par de páginas encontraría que este estaba escrito como si de un diario se tratase. Un diario muy antiguo. Si se fijase bien en el primer cuento, parecía estar incompleto. ¿Qué clase de cuento sería si no tuviese un final feliz? ¿Sería posible que el cuento no haya acabado aún?

Mientras Sydara contemplaba maravillado los gráciles movimientos de la hermosa elfa, la mariposa que estaba sentada en su hombro de nuevo emitió una momentánea luz verdosa, tras la cual el elfo pudo escuchar un susurro resonar en su mente. "Terminad la historia... " Se trataba de la dulce y cálida voz de Enerie.

La elfa volvió a acercárseles tras su presentación. - ¿Y bien? ¿No ha sido hermoso? -

La joven se puso a bailar para nosotros. Tomé con cuidado el libro que Lys tenía en mano, pidiendole permiso con la mriada nomás y hojeé un poco Las desgastadas páginas.

Eso era presumir demasiado, lo de la danza,  pero la miré. Me sobresalté ante el susurro en la mente y di un respingo, pero luego capté el mensaje. "Bueno, si es un mensaje bueno... supongo" me dio un escalofrío y pensé en la Reina Olvidad, la Reina de las Espinas. No le había gustado mi comentario. La mariposa sería su única amiga? Quien no la tenía en el olvido y la recordaba?

La elfa nos preguntó si nos había gustado... a lo que contesté:
-Si... ha estado muy hermoso tu baile...-dije pensativo. La mariposa tenía algo que ver con la escritura del libro? No parecía que ella la hubiese escrito, sino alguien más. "- No dejéis que la mariposa muera. Sino ya no podría saber cómo sigue el cuento... - "recordé la palabra de la niña, tal vez ya habíamos comprobado todo y debíamos seguirla a la mariposa. ¿Qué mas podíamos hacer? Si Enerie nos decía terminar la historia, de acuerdo al cuento... se podría decir que la elfa continua con su belleza, y mostrandola a los viajeros... que sólo podía recordársela en el libro, por lo tanto no era olvidada, pues en esas páginas estaba presente...

Miré a Lys cuestionándola.

" Puede que sí, puede que no, pero qué importa. Ya que habéis tenido la suerte de encontrarme, bailaré para vosotros. - "recordé luego, entonces seguramente si, eso afirmaba que la mariposa tenía algo que ver, la miré con el ceño fruncido. Además la habíamos "encontrado", lo bueno para ella y para la niña que quería comprobar si era verdad lo de su belleza. Pero... ¿Y de la belleza interna?

-¿Y que hay de la belleza interior...?- pregunté a nadie en particular. Aunque seguramente hablaba de lo físico, el estereotipo social y cultural.

Volví a mirar a la mariposa a ver si estaba todo listo.

Tal como creí el comentario de Sydara no le cayó para nada bien a la elfa, no que me importara que se sintiera herido su altanero corazón, pues a decir verdad detestaba ese tipo de personas, sino porque nosotros definitivamente no estábamos allí para  verla a ella, muchos menos para alabarla y luego de su propuesta, coincidí que tampoco era para verla bailar.

No quiso reconocer abiertamente si conocía o no el origen de la mariposa y eso me pareció extraño.  Levanté una ceja ante su petulancia mientras ella presumía con su danza. Sentí el peso del libro en mis manos y comencé a ojearlo. Parecía más un registro o diario que un libro de cuentos y a decir verdad, el primero de ellos que mencionaba a la engreída de adelante no parecía estar acabado tampoco. Levanté la mirada y ella seguía muy concentrada en su mundo, miré a un costado y Sydara me pedía el texto que acaba de ojear y se puso a mirarlo él al dárselo.

"¿Qué tipo de final podría tener un cuento como este?" me pregunté, si por mi fuera la dejaría bailando sola por creída pero no parecía un cierre acorde a un cuento de hadas. Cuando ella terminó se alabó sola para no correr el riesgo de que dijéramos no nos había gustado.

- Claro.. ha estado lindo - respondí buscando adrede el menor de los posibles halagos para hacerle y cuando Sydara formuló su pregunta presioné un poco haciéndome la desentendida - Oh si.. claro.. ¿La belleza es el conjunto de ambas cosas no? - dije mirando a Sydara sonriente como si hablara de algo obvio - Lo exterior se marchita... como las flores - aclaré recordando el cuento mientras acariciaba una de su bello jardín -.. lo otro no - terminé y la miré expectante.

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Off: no puse nada de la mariposa pues sólo la oía Syd

- ¿Belleza interior? Bueno... Supongo que también hay esa clase de belleza, pero aún así sigo siendo la más bonita. - Dijo algo extrañada la elfa. - Las flores de este bosque nunca se marchitan. Después de todo, ella está haciendo un buen trabajo. - dijo sonriendo hacia la mariposa, la cual aleteó un par de veces sobre el hombro del elfo. - Y como ves, yo tampoco me marchité. -

La elfa se giró, para mirar fijamente al sol, como si absorbiese su calor. Tal y como pudieron ver los viajeros, no había ni una sola flor marchita, o al menos eso era lo que parecía, pues una flor realmente tenía el corazón marchito.

- ¿Cual es vuestro color favorito? El mío es el amarillo, no sé por qué, pero es el color que me susurra el corazón, el que me pertenece. Es hermoso, ¿verdad? Me recuerda a tiempos pasados, que ni yo misma puedo recordar. - dijo la elfa de la nada, mientras seguía observando el sol fijamente, con melancolía.

Los viajeros no podían quedarse ahí todo el día, pero tampoco podían irse hasta que la mariposa así se los indicara... ¿Qué era lo que faltaba? Cómo podrían hacer terminar el cuento interminado? ¿Tal vez regresándolo a su origen? La elfa dijo no tener bien claro su pasado, pues sus memorias estaban olvidadas... ¿Tendría eso alguna relación con lo que ellos debían hacer? Tal vez la respuesta se encuentre en el cuento, donde todo empezó.

(Off Rol: He dado varias pistas en este post, si queréis una más clara podéis pedirla, pues al ser la primera no afectaría a vuestra recompensa, pero a partir de la segunda os restaré un punto de la experiencia de la recompensa final. Suerte)

Pensé un poco más en el libro, y hojeé de nuevo una vez más. ¿Cómo terminarlo?
- Las flores de este bosque nunca se marchitan. Después de todo, ella está haciendo un buen trabajo- ¿Ella? ¿Quién? La mariposa aleteó sobre mi hombro.

La mujer se volteó hacia el sol mirándolo fijamente, como si absorbiera su calor. El cuento hablaba de que nadie e acercaba a ella. El sol era amarillo, y nadie se le podía acercar... Pero decía que el valle era muy florido... Era imposible que hubiesen sido dos soles, y ella hubiera tomado forma de elfa... Y una flor? Fruncia el entreceño. Me impacientaba no dar con la solución.

- ¿Cual es vuestro color favorito? El mío es el amarillo, no sé por qué, pero es el color que me susurra el corazón, el que me pertenece. Es hermoso, ¿verdad? Me recuerda a tiempos pasados, que ni yo misma puedo recordar. -habló la mujer.

-...No tengo uno favorito... es de acuerdo a la época...-dije casi sin dar importancia, pero pensaba más en el pasado de ella. Si fuera el sol, pues tenía demasiado un tiempo eterno, y si fuese una flor.... las flores necesitaban de agua... pero parecía lo más lógico.Si la mariposa te3nía algo que ver, ella trajaba con las flores...Me incliné al suelo y tomé un par de flores pensativo. No tenía idea que podría estar pensando Lys, pero le devolví el libro y le entregué las flores.

-No creo que sea el sol, pero que opinas de las flores?-pregunté no muy convencido.

" Ella está haciendo un buen trabajo..." me repetí y miré también a la mariposa

- ¿Quieres decir entonces que es la mariposa la que te mantiene intacta a través del tiempo? - pregunté directamente. La elfa comenzó a maravillarse con el sol y nos dijo que el amarillo era su color favorito. Pensé en la flor del cuento, el amarillo y las espinas... "Una rosa amarilla?.." me pregunté, no sabía que pensar, cómo cerraba la historia de ella...

Recordé el formato en que estaba escrito el libro.. como un recuento de memorias, una especie de diario.. ¿Y si allí se encontraban las respuestas? ¿Tendría que buscar allí algo sobre ella? En ese momento Syd me pasó el libro y cortó unas flores que cortó. Cuando me las pasó la miré a ella, para ver cómo reaccionaria, si el cuento era cierto y ella era una flor antes de lucir como ahora, ese gesto le molestaría y si no reaccionaba, me pondría a ojear las siguientes páginas por algún tipo de dato de importancia.

- ¿Siempre luciste así como ahora? - me animé a preguntar, dudando si entendería a que me estaba realmente refiriendo, aunque seguramente iba a salir con algo para alabarse, pero no quería ser tan directa.
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off: Syd no me dijiste que la elfita te mando un mensaje de voz via mariposa u.u

- Vaya... ¿Las mariposas pueden hacer eso? - Respondió a la primera pregunta de la otra elfa con tono burlón. - ¿Cómo podría ser capaz de eso una mariposa? -

Poco le importó realmente el color favorito del elfo, pues el importante era el que a ella le gustase, pero al ver cómo arrancaba las flores de sus tierras se molestó mucho, y con paso decidido fue hacia la elfa que las había recibido, arrebatándoselas de las manos. Le echó una mirada asesina al hombre y se giró hacia el lugar del que las había cogido, poniéndolas como estaban al principio. Miró expectante a la mariposa y del suelo salió una leve luz verde, la cual unió de nuevo las flores a la tierra. Sonrió para sí misma y miró extrañada a la mujer de pelo rojizo.

- Siempre lucí así... Creo... - Dijo pensativa. - No sé... Pero sé que siempre fui bella, eso sí. - Antes siquiera de terminar la frase ya se había vuelto a girar, contemplando el sol. Entonces estiró los brazos hacia arriba, hacia la gran bola de fuego, entrelazándolos como si se tratase de un baile. ¿Trataba de alcanzar el sol? ¿O simplemente iluminarse de sus rayos amarillos?

- ¿Intentas ser uno de los rayos del sol?...Sería razonable que no recuerdes de tu pasado. El sol es algo que ha estado desde el principio de los tiempos... -Recordé más del cuento y  "que encandilaba a cualquiera con su resplandor." significaba que era algo muy brillante. a las espinas se la podían similar a los rayos del sol... Pero si hablaba de un valle muy florido… debería hablar del mundo, por lo tanto volvía a que seguramente era una flor. ¿Pero cómo? si una flor no vive siempre.

Recordé las palabras de la mariposa y dije a Lys.

-Dice...- no sabía cómo hablar para que me tomara en serio- eh...-miré a la mariposa pero pensé que daba igual. Me cansaba ya de estar allí-dice que debemos terminar la historia...-

La elfa tenia obsesión por mostrar su belleza, y bailar, creyendo que era el centro de atención para cualquiera. Recordé que la elfa nos dijo que las flores nunca se marchitan, entonces el sol podía ser quien les daba la vida. Era una flor entonces....

- ¿Acaso eras una flor? ¿Quien fue la mano divina que te dio forma humana?-miré a la mariposa, como si esa fuera a la respuesta, y luego a Lys.

"Considerando de dónde salió esta mariposa no me extrañaría" pensé a su respuesta. Tomó las flores y las devolvió a su lugar echando una mirada a la mariposa la cual aparentemente intervino en ello. Miré extrañada al animal, parecía ser el titiritero de todo esto.. se comunicaba, podía restaurar las flores y al parecer era lo que lograba este maravilloso paisaje, además de la elfa creída, claro.

Cuando Sydara me comentó el mensaje me vi en una encrucijada, los finales felices no eran mi fuerte.. ¿Cómo terminar una historia de este tipo? Yo a decir verdad, mataría a la engreída para demostrar que era malo serlo, pero por algo no escribía libros para niños, pues seguramente no sería ese el final que Enerie esperaba. Abrí el libro para revisarlo, pero miré a los otros dos cuando Syd formuló la pregunta que venía cavilando hacía rato y no me animaba a decir directamente, por lo que espere con ansias la respuesta de la mujer.

El cuento decía que se creía era una flor y varias de sus insinuaciones te llevaban a pensarlo también, así como esa dependencia del sol para sobrevivir.

- He visto flores más hermosas... - Me atreví a decir en un susurro que sabía escucharían, era en cierto modo para que se enoje, pero si era una flor tenía más ganas de cortarla de raíz que darle un final feliz.

La elfa se rió de la primera pregunta del elfo. - ¿Yo un rayo del sol? - Le pareció realmente gracioso, aunque no le disgustó, pues después de todo los rayos del sol también son bellos. Pero ella no era uno, eso sería una locura. En cambio, en cuanto le preguntó si era ella una flor, se quedó muy callada, como si tratase de recordar. - Una... ¿Flor...? -

En cuanto la hermosa elfa pronunció esas palabras su cuerpo empezó a brillar con una especie de leve brillo amarillo, el cual desapareció tras el ofensivo comentario de la mujer. Ya no había rastro alguno de la luz, pero sí parecía molesta. - ¡Si fuese una flor, seguramente sería la más hermosa! - exclamó, quedándose pensativa después, con rastros de nostalgia. - Si lo fuese... ¿Qué flor sería...? -

Pero... ¿Sería eso verdad? Los viajeros ya lo habían dicho antes. No todo lo bello se esconde en la aparencia. No todo es lo que parece. Y sobre todo, sin importar si una flor tiene o no espinas, eso no significa que su corazón no puede estar atrapado por ellas.

(Off rol: Habéis estado cerca, pero aún falta algo. Os recuerdo que podéis pedir pistas más claras, basta con avisarme off rol. Suerte.)

-Si, una flor... ¿a que tambien debo adivinar que flor eres?-dije con ironía, impaciente, pero dije-Margarita?-

Pregunté ya con enfado y miré a la mariposa cruzándome de brazos. Justifiqué mi respuesta.
-La margarita tiene pétalos de colores amarillos, a tí te gusta ese color no? además es la flor que siempre está de cara al sol...-

Miré a Lys si tenía alguna otra idea.


(Off rol: -.- no pediré pistas)

En si el corazón de la margarita es amarillo y sus pétalos son blancos. Levanté una ceja y miré a la mujer.

- ¿Acaso eras un girasol? Esa es la flor que siempre mira al sol y cuyos pétalos son amarillos... - mire a Sydara aclarando - En si creí que por lo de las espinas serías una rosa, pero lo del sol encaja... - terminé lo último más diciendo lo que pensaba que para ella en si.. Decidí ser más directa pues esto se estaba alargando - ¿Hace cuánto tiempo estás aquí? ¿Acaso has salido alguna vez?

¿Como endulzar el corazón de alguien que se cree superior a los demás sólo por cómo luce?  Y este asunto de las espinas.. y ¿si en realidad era un cactus? Me sonreí ante mi broma personal, sería muy poco poético  a decir verdad y era claro que no lo era.. al menos los cactus no desbordaban belleza para mi gusto.

- Deberías replantearte lo de la belleza mujer.. lo exterior no cuenta y mientras creas que eres superior a los demás por como luces, lamento decirte que tu única compañía serán estas flores y los animalillos que rondan por aquí.. nadie más vendrá a verte....

El elfo, molesto, creyó erróneamente que la elfa era una margarita, pero al decir la mujer la palabra "girasol" la hermosa elfa empezó a irradiar un aura dorada.

Escuchó pues a la mujer pelirroja, mientras que el brillo se intensificaba poco a poco. La hermosa elfa cruzó los brazos ante el pecho y le mostró una sonrisa irónica. - Los girasoles no tenemos espinas... Pero sí, parece que es mi culpa el que estas crecieran en mí... - Su cuerpo empezó a desvanecerse, empezando por sus pies, convirtiéndose en una especie de polvo cristalino que brillaba del color del arcoiris, el cual al poco desaparecía en el aire. - Las flores son mi mejores compañeras, ¿sabes? Después de todo, yo también lo soy. Pero... Bueno... Supongo que he de agradeceros por liberarme... - Su rostro cambió y les mostró una dulce y brillante sonrisa. - De verdad... Os lo agradezco... - Miró entonces a la mariposa, la cual empezó a volar en círculos sobre ella, y se despidió por última vez. - Esa pequeña es un milagro... También te lo agradezco a ti... - Antes de desaparecer, su alegre y sincero rostro sonrió a los dos elfos que la habían liberado.

En el lugar en la que la elfa desapareció, entre el brillante polvo, surgió una pequeña hoja de entre el suelo. Un pequeño girasol, el cual un día crecería por encima de las copas de los árboles, para mostrar así a todos la pura y brillante belleza del claro más florido de Aerandir. Ahora podría descansar en paz...


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